Hay un proverbio africano que dice así: “Si quieres ir rápido, ve solo; si quieres ir lejos ve acompañado”. Viene al caso…

El pasado miércoles, Reino Unido se convertía en el primer país del mundo en autorizar el empleo de la vacuna de Pfizer y BioNTech frente a la COVID-19. La Agencia Regulatoria de Medicinas y Productos Sanitarios (MHRA, por sus siglas en inglés) adelantaba así a las agencias norteamericana y europea a la hora de dar el visto bueno a las evidencias científicas presentadas por sus promotores y la vacuna podrá empezar a suministrarse en todo el país a partir de la semana que viene hasta alcanzar los 40 millones de dosis.

Es ya un efecto visible de un Brexit que durante muchos meses sembró de dudas al sector. Nuestro país incluso estuvo en la competición por atraer hasta Barcelona la sede de la Agencia Europea del Medicamento, con una campaña liderada por la entonces ministra de Sanidad, Dolors Montserrat.

Seguro que hay quien verá en este afán de “ir por libre” algunas ventajas, pero lo cierto es que esta pandemia nos ha enseñado que no hay otro camino que avanzar unidos y de forma coordinada.

Esta semana la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, lo defendía así junto al ministro de Sanidad español, Salvador Illa, en una jornada organizada en el Parlamento Europeo.

El apoyo de la UE permitirá destinar en 2021 mil euros al refuerzo de la atención primaria en nuestro país

El análisis de la eurodiputada socialista, Iratxe García, era común a todos ellos. “Al principio de la crisis vimos que la UE no tenía mecanismos para dar respuesta a la emergencia sanitaria y se desató una carrera entre los países para comprar mascarillas, EPIs, respiradores o medicamentos”, recordó.

Tras un camino difícil, y posiciones muy encontradas en la respuesta económica, la UE logró dar un paso al frente que hará posible inyectar en los PGE 2021 recién aprobados nada menos que casi 3.000 de los 7.330 millones de euros del capítulo sanitario. La posibilidad de reforzar la atención primaria, como llevan décadas reclamando los médicos de familia, con mil millones de euros sobre la mesa parece un poco más cercana.

También será más asumible cubrir el gasto en vacunas frente a la COVID-19, con cerca de mil millones más con idéntica procedencia, y una ambiciosa estrategia europea de vacunación que permite negociar a gran escala y evita que nadie quede atrás, eso sí, en el viejo continente.

Con multitud de lecciones aprendidas, y las queden por aprender, el siguiente paso en el camino es esa UE de la Salud que, respetando competencias, permita seguir avanzando con un enfoque de salud único e integral que nos beneficie a todos. Estamos un paso más cerca de este proyecto con mucho recorrido por delante.