Agave attenuata
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Agave attenuata

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El Agave attenuata, comúnmente conocido como “Agave colibrí,” es una planta suculenta que es relativamente fácil de cuidar. Aquí tienes algunas pautas para cuidar de tu Agave attenuata:

Ubicación: El Agave attenuata se desarrolla mejor en climas cálidos y no tolera las heladas. Por lo tanto, es ideal para climas cálidos o como planta de interior en regiones más frías.

Luz: Prefiere la luz brillante pero indirecta. Evita la luz solar directa intensa, especialmente en climas muy cálidos, ya que puede quemar sus hojas.

Riego: El riego debe ser moderado. Deja que el sustrato se seque entre riegos para evitar el exceso de humedad. En climas cálidos, riega aproximadamente cada 2-3 semanas. En invierno, cuando el crecimiento es más lento, reduce el riego.

Recuerda que el Agave attenuata es una planta suculenta que almacena agua en sus hojas, por lo que es resistente a la sequía. Evita el riego excesivo, ya que el encharcamiento puede causar pudrición de raíces.

Además de estos cuidados básicos, es importante tener en cuenta que esta planta no tiene espinas afiladas como otras especies de agave, por lo que es más segura en áreas donde las personas puedan entrar en contacto con ella. Con la ubicación, luz y riego adecuados, tu Agave attenuata debería prosperar y agregar un toque de belleza suculenta a tu jardín o espacio interior.

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El Agave attenuata, comúnmente conocido como “Agave colibrí,” es una planta suculenta que es relativamente fácil de cuidar. Aquí tienes algunas pautas para cuidar de tu Agave attenuata:

Ubicación: El Agave attenuata se desarrolla mejor en climas cálidos y no tolera las heladas. Por lo tanto, es ideal para climas cálidos o como planta de interior en regiones más frías.

Luz: Prefiere la luz brillante pero indirecta. Evita la luz solar directa intensa, especialmente en climas muy cálidos, ya que puede quemar sus hojas.

Riego: El riego debe ser moderado. Deja que el sustrato se seque entre riegos para evitar el exceso de humedad. En climas cálidos, riega aproximadamente cada 2-3 semanas. En invierno, cuando el crecimiento es más lento, reduce el riego.

Recuerda que el Agave attenuata es una planta suculenta que almacena agua en sus hojas, por lo que es resistente a la sequía. Evita el riego excesivo, ya que el encharcamiento puede causar pudrición de raíces.

Además de estos cuidados básicos, es importante tener en cuenta que esta planta no tiene espinas afiladas como otras especies de agave, por lo que es más segura en áreas donde las personas puedan entrar en contacto con ella. Con la ubicación, luz y riego adecuados, tu Agave attenuata debería prosperar y agregar un toque de belleza suculenta a tu jardín o espacio interior.

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