Fecundación: consiste en la fusión del gameto masculino (espermatozoide) con el
gameto femenino (ovocito) para formar un huevo o cigoto.
Gametogénesis: proceso mediante el cual se desarrollan los gametos. Al concluir, los
gametos serán genotípica y fenotípicamente maduros, capaces de participar en el
proceso de la fecundación.
Comienza con la aparición de las células germinales primordiales.
ORIGEN Y MIGRACIÓN DE LAS CÉLULAS GERMINALES PRIMORDIALES
2ª SEMANA: origen en el Epiblasto
3ª SEMANA: mediante la gastrulación llegan hasta la pared del saco vitelino.
SEMANA: comienzan a migrar desde el saco vitelino hacia las nadas en
desarrollo, situadas en la pared posterior del celoma intraembrionario (futuro abdomen),
a donde llegan al finalizar la 5ª SEMANA.
Durante la migración, las células germinales primordiales realizan varias divisiones
mitóticas.
Cuando las células germinales primordiales llegan a la gónada primitiva, continúan
sus mitosis. Su desarrollo posterior dependerá del genotipo del embrión y será diferente
en el van (XY) y en la mujer (XX).
GAMETOGÉNESIS EN EL HOMBRE: ESPERMATOGÉNESIS
Proceso que ocurre en los túbulos seminíferos de los testículos, mediante el cual las
espermatogonias se transforman en espermatozoides maduros. Inicia en la pubertad y
continúa durante toda la vida adulta del varón.
Sistema genital masculino: constituido por los testículos, un sistema de conductos
genitales que van desde estos hasta la uretra y glándulas anexas o accesorias.
En el interior de los testículos, específicamente en los túbulos seminíferos, es donde
ocurrirá la formación y maduración morfológica de los espermatozoides.
Conductos genitales: serán los encargados del transporte de los espermatozoides, que
han de ser depositados en el sistema genital femenino para que pueda ocurrir la
fecundación.
Las glándulas anexas proporcionarán, a través de sus secreciones, sustancias esenciales
para la maduración y transporte de los espermatozoides y formarán junto con estos el
líquido seminal o semen.
Comienza cuando se inicia la pubertad (alrededor de los 13 os). Va a ocurrir de
manera continua durante toda la vida adulta del varón.
Durante la etapa embrionaria, en los testículos se forman lobulillos testiculares y en su
interior se pueden observar largas estructuras, los cordones seminíferos. Estos están
compuestos por células incluidas en tejido conectivo.
TÚBULOS SEMINÍFEROS
Cuando llega la pubertad, los cordones se transforman en túbulos seminíferos al
formarse una luz interna a lo largo de ellos, quedando las células en la periferia
rodeadas de una lámina basal. Alrededor de los túbulos se encuentra un tejido conectivo
en el que se incluyen vasos sanguíneos y células intersticiales. Las células del interior
de los túbulos seminíferos quedan dispuestas en capas y compartimentos, y en conjunto
reciben el nombre de epitelio seminífero; existen 2 estirpes: células sustentaculares (de
Sertoli) y células espermatogénicas.
Células sustentaculares: grandes, con prolongaciones citoplasmáticas que las mantienen
unidas entre y que forman compartimentos en los que se alojan las lulas
espermatogénicas.
Función: actuar como nodrizas de las células espermatogénicas, les permitirán alcanzar
la madurez necesaria para ir transformándose en espermatozoide.
Dar soporte a las células espermatogénicas y formar microambientes en las que se
alojen
Captar testosterona y FSH a través de receptores
Formar la barrera hematotesticular que protege a las células espermatogénicas del
sistema inmunitario del individuo e impide el paso de sustanciasxicas ylulas
cancerosas
Filtrar el paso de esteroides, metabolitos y sustancias nutritivas
Fagocitar células espermatogénicas en degeneración
Secretar proteínas que concentren testosterona en el epitelio seminífero
Producir sustancias inhibidoras y estimuladoras de la mitosis y meiosis
Secretar sustancias que estimulen a las células intersticiales para la producción de
testosterona
Fabricar hormonas que inhiban la liberación de gonadotropinas por la adenohipófisis
Controlar el movimiento de las células espermatogénicas
Nutrir a las espermátidas
Secretar factor inhibidor mülleriano durante la etapa embrionaria, que impide el
desarrollo de los conductos paramesonéfricos
Células espermatogénicas: situadas en el interior de los túbulos seminíferos entre los
compartimentos o microambientes que dejan las prolongaciones de las células
sustentaculares. Al llegar la pubertad, comienzan a dividirse por mitosis para dar origen
a nuevas células espermatogénicas con mayor madurez que las que les dieron lugar y en
mayor número.
Las células espermatogénicas más primitivas reciben el nombre de espermatogonias
primitivas o células madre espermatogénicas, las cuales tienen una dotación
cromosómica diploide (2n), situadas en la porción más periférica de los túbulos
seminíferos, pegadas a su membrana basal, y corresponden a aquellas células que
alcanzaron ese grado de diferenciación y que han permanecido latentes hasta la
pubertad. A partir de este momento, algunas espermatogonias primitivas permanecen en
reposo mientras que otras comienzan a proliferar por mitosis.
Algunas espermatogonias siguen dividiéndose por mitosis y se transforman en
espermatocitos primarios, diploides (2n) y con fórmula cromomica 46, XY. Éstos son
desplazados por las células sustentaculares un poco más al interior de los túbulos
seminíferos. Mientras ocurren las divisiones, los diferentes tipos de células
espermatogénicas de una misma generación están unidos entre sí por puentes de
citoplasma, manteniendo el contacto durante su diferenciación, lo que les permite
coordinar su desarrollo.
Los espermatocitos primarios entran nuevamente en división, pero ahora por meiosis,
comenzando la meiosis I. Al terminar ésta, se transforman en espermatocitos
secundarios, más pequeños, haploides (1n) y con cromosomas bivalentes; de esta
primera división meiótica, uno de los espermatocitos secundarios va a tener fórmula
cromosómica 23, X y el otro 23, Y. La meiosis I dura aproximadamente 24 días.
Los 2 espermatocitos secundarios haploides (1n) y bivalentes entran ahora a la meiosis
II, dando origen cada uno de ellos a 2 espermátides, más pequeñas, haploides (1n) y con
cromosomas monovalentes; la fórmula cromosómica de las espermátides resultantes de
esta segunda división meiótica va a ser 23, X para 2 de ellas y 23, Y para las otras 2. La
meiosis II es muy rápida y dura aproximadamente 8 horas.
Cada una de las espertides entra ahora a un proceso de diferenciación denominado
espermiogénesis, durante el cual va a sufrir una serie de cambios que la transforma en
un espermatozoide haploide (1n) y monovalente, rompiéndose los puentes de
citoplasma que hasta ese momento habían mantenido unidas a las diferentes células
espermatogénicas de una misma generación. Espermátides y espermatozoides quedan
situados más al interior de los túbulos seminíferos (cerca de la luz). Durante la
espermiogénesis, las espermátides van a experimentar cambios:
A. Liberan el exceso de citoplasma (que será fagocitado por las células sustentaculares)
B. La cromatina se compacta (reduciendo el tamaño del núcleo)
C. El aparato de Golgi forma el acrosoma (que recubre la mayor parte del núcleo)
D. El centolo distal va a dar origen al flagelo del espermatozoide (dará motilidad
propia a estas células)
E. Las mitocondrias se concentran alrededor del cuello del espermatozoide (dará
energía necesaria al espermatozoide para su motilidad)
F. El citoplasma forma una vaina alrededor del cuello y el flagelo del espermatozoide
Espermatozoide maduro: alcanza su madurez morfológica en los túbulos seminíferos y
está constituido por la cabeza, el cuello y la cola o flagelo. La cabeza contiene al núcleo
y está recubierta por el acrosoma (capa glicoproteica que tapiza la cabeza). Alrededor
del cuello del espermatozoide se encuentra la mayor parte de las mitocondrias. La cola o
flagelo está constituida por una serie de filamentos recubiertos de una delgada capa de
citoplasma.
Una vez que alcanzan su madures, son liberados a la luz de los túbulos seminíferos. Sin
embargo, son aún inmóviles e incapaces de realizar la fecundación. Son impulsados
hacia el epidídimo a través de los conductillos eferentes y la red testicular gracias a las
contracciones musculares de estos conductos. Ya en el epidídimo, van a sufrir una
maduración bioquímica mediante la cual adquieren su motilidad propia y una cubierta
glicoproteica que será muy importante s adelante durante el proceso de capacitación
que deben tener para realizar la fecundación.
FORMACIÓN DEL SEMEN
Durante el coito ocurre la eyaculación, proceso que consiste en la salida brusca de los
espermatozoides del epidídimo a través del conducto deferente, debida a las
contracciones musculares de este, y que al mezclarse con las secreciones de las
glándulas anexas van a formar el semen, lo que va a aumentar la maduración
bioquímica y les proporciona una fuente adicional de energía. El semen se puede
considerar como una mezcla de los espermatozoides con la secreción de las vesículas
seminales, la próstata y las glándulas bulbouretrales.
Las vesículas seminales aportan las secreciones que forman el semen. Sus principales
componentes son la fructosa, las prostaglandinas y la vesiculasa. La fructosa es un
azúcar de 5 carbonos, su principal función consiste en proporcionar energía a los
espermatozoides. Las prostaglandinas son lípidos que actúan durante el coito sobre el
moco cervical y aceleran el peristaltismo uterino y el de las tubas uterinas. La vesiculasa
es una enzima que coagula el semen cuando es depositado en el tracto genital femenino,
evitando que se expulse cuando este se contrae.
La próstata aporta secreciones del semen y tiene ácido trico, vesiculasa, fibrinolisinas,
fibrinogenasa, amortiguadores de pH, iones de cinc, calcio y magnesio y fosfatasa ácida.
El ácido cítrico elimina pequeñas cantidades de sangre que pudieran existir en la vagina.
Las fibrinolisinas son enzimas que contrarrestan el efecto de la vesiculasa y permiten
que los espermatozoides avancen.
Los amortiguadores de pH son un conjunto de sustancias que protegen a los
espermatozoides del pH ácido vaginal. Los iones, junto con la fosfatasa ácida,
contribuyen a que los espermatozoides sean aptos para la fecundación. La fosfatasa
ácida es un indicador del funcionamiento de la próstata.
Las glándulas bulbouretrales aportan sus secreciones durante la estimulación sexual,
entre sus componentes tenemos galactosa, galactosamina, ácido galactosúrico, ácido
siálico y metilpentosa. Aparentemente la función de estas sustancias es actuar como
lubricante en el transporte de los espermatozoides.
CONTROL HORMONAL DE LA ESPERMATOGÉNESIS
El proceso mediante el cual se forman los espermatozoides requiere control hormonal.
Comienza en el HIPOTÁLAMO, donde se secretan los factores liberadores de
gonadotropinas, que van a ser captadas por la ADENOHIPÓFISIS. Como respuesta, la
adenohipófisis produce hormona foliculoestimulante (FSH), luteinizante (LH) y
prolactina. Estas hormonas tendrán como órgano diana a los testículos.
Foliculoestimulante: actúa sobre las células sustentaculares del epitelio seminífero.
Luteinizante y prolactina: actúan sobre las lulas intersticiales en el tejido conectivo
peritubular.
Las células sustentaculares, como respuesta, producen hormonas que actúan sobre las
células espermatogénicas (para regular su división, crecimiento y maduración), las
células intersticiales y la adenohifisis. Esta última acción tiene lugar a través de la
inhibina, hormona que tendrá un control negativo sobre esta glándula frenando la
producción de FSH, LH y prolactina.
Las células intersticiales peritubulares responden comenzando a producir abundantes
cantidades de testosterona a partir de la pubertad. La testosterona ejercerá un estímulo
positivo sobre las lulas sustentaculares contribuyendo a su funcionamiento, así como
sobre las glándulas sexuales anexas y la aparición de los caracteres sexuales secundarios
del varón. También tendrá acción a nivel del hipotálamo y la adenohipófisis, realizando
un control negativo sobre ellas y frenando la producción de factores liberadores de
gonadotropinas, FSH, LH y prolactina, potenciando así la acción de la inhibina sobre
estas últimas.
EJE HIPOTÁLAMO-HIPOFISO-TESTICULAR
GAMETOGÉNESIS EN LA MUJER: OVOGÉNESIS
Proceso que ocurre en el ovario mediante el cual las ovogonias se transforman en
ovocitos maduros; inicia en el período prenatal y concluye hasta después de la pubertad
(12 a 50 años).
Sistema genital femenino: constituido por los ovarios, las tubas uterinas, el útero y la
vagina. En los ovarios es donde ocurrila formacn y maduración de los ovocitos y de
los folículos ováricos. Las tubas uterinas serán las encargadas de la captura y transporte
de los ovocitos liberados por el ovario y, en caso de que exista fecundación, de
transportar el embrión en etapa de segmentación hasta el útero; también son las
responsables de transportar a los espermatozoides en busca del ovocito. El útero dará
alojamiento al embrión/feto durante toda la vida prenatal, permitiéndole implantarse en
HIPOTÁLAMO
ADENOHIPÓFISIS
Células espermatogénicas
INHIBINA
Células
intersticiales
TESTOSTERONA
Glándulas sexuales anexas, caracteres
sexuales secundarios, efectos metabólicos y
sobre el comportamiento
LH Y
PRL
FSH
Factores liberadores de gonadotropinas
su endometrio. La vagina recibirá a los espermatozoides durante el coito y permitila
salida al exterior de sangre y restos del endometrio durante la menstruación, así como
del feto y sus anexos durante el parto y el alumbramiento. Todos estos componentes del
sistema genital femenino mostrarán cambios cíclicos desde la pubertad hasta la
menopausia en respuesta a diversas hormonas producidas por el hipotálamo, la
adenohipófisis y los ovarios mismos.
Ovogénesis: ocurre en los ovarios e inicia en el período embrionario cuando a partir de
las ovogonias se forman los ovocitos primarios, los cuales entran en este período en
meiosis I se detienen en diploteno, permaneciendo así hasta el período posnatal. A
partir de la pubertad (12-15 os), en períodos cíclicos de aproximadamente 28 a 30
días, un grupo de ovocitos primarios reanudarán la meiosis I, la terminarán y entrarán en
meiosis II, transformándose en un ovocito secundario. Estos períodos clicos
continuarán hasta la menopausia (aproximadamente a los 50 años) a partir de la cual la
mujer no tendrá períodos menstruales ni producirá nuevos ovocitos secundarios,
degenerando los ovocitos primarios que llegaron hasta ese momento.
DESARROLLO PRENATAL DE LOS OVOCITOS
Cuando las lulas germinales primordiales (procedentes del saco vitelino) llegan en la
SEMANA hasta los rebordes gonadales ubicados en la pared posterior del abdomen
en formación, se transforman en ovogonias. Dichos rebordes se transforman
paulatinamente en gónadas femeninas u ovarios. A partir de este momento, estas células
experimentarán varias divisiones por mitosis, aunque la mayoría de ellas van a
degenerar y morir.
Cada una de las ovogonias que ha sobrevivido se va a transformar en un ovocito
primario, el cual es rodeado por células del tejido conjuntivo del ovario que le forman
una monocapa de lulas epiteliales foliculares aplanadas, estableciéndose uniones nexo
y microvellosidades entre ellas y el ovocito que permiten el intercambio de moculas.
El conjunto ovocito primario células foliculares recibe el nombre de folículo
primordial. En la etapa fetal tardía (7° a 9° mes), todos los ovocitos primarios entran en
la primera división meiótica, la cual se detiene en diploteno de la profase. Esta división
meiótica no terminará sino a partir de la pubertad. No se forman nuevos ovocitos
primarios después del nacimiento.
DESARROLLO POSNATAL DE LOS OVOCITOS
Durante la infancia muchos ovocitos primarios degeneran se vuelven atrésicos, unos
40.000 persisten hasta el inicio de la pubertad (detenidos en la meiosis I desde el
período fetal). Durante los años que siguen a la pubertad, un pequeño número de
ovocitos primarios reanudarán la meiosis I durante cada ciclo sexual, fenómeno que se
repetirá durante toda la vida fértil de la mujer y que terminará hasta la menopausia o
climaterio (aprox. a los 50 os).
En cada ciclo, de 20 a 30 ovocitos primarios reanudan la meiosis, el ovocito crece y las
células foliculares que lo rodean se vuelven cúbicas, formando un epitelio cúbico
unilaminar; el conjunto conforma un folículo primario unilaminar. Las lulas
foliculares proliferan y crean varias capas alrededor del ovocito primario dando lugar a
un epitelio estratificado que constituye en conjunto un foculo primario multilaminar;
las células que rodean al ovocito también reciben el nombre de células de la granulosa.
Por fuera se observa una membrana basal que las separa del estroma circundante,
denominada teca folicular. Por otra parte, entre las células de la granulosa y el ovocito
primario se forma una capa de glicoprotnas que da origen a una membrana
prominente, traslúcida y acelular conocida como zona pelúcida; estas glicoproteínas son
secretadas por el ovocito y las lulas de la granulosa. A medida que maduran los
foculos primarios, la teca folicular se divide en una capa interna vascularizada de
células secretoras, la teca interna, y una capa externa de tejido fibroso, la teca externa.
Las lulas de la teca interna secretan un factor que favorece la formación de vasos
sanguíneos que asegurarán el aporte sanguíneo necesario para el crecimiento folicular.
Para el desarrollo folicular es necesaria la acción de la hormona foliculoestimulante
sobre las lulas de la granulosa, las cuales en respuesta empiezan a producir
estrógenos.
Entre las lulas de la granulosa comienzan a formarse espacios o antros que se llenan
de quido, transformándose el folículo en un folículo secundario. Conforme crecen
estos espacios, el foculo va aumentando considerablemente de tamaño por la
proliferación de las células de la granulosa estimuladas por la activina la FSH; en
respuesta a estos estímulos, las células producen cada vez mayor cantidad de
estrógenos.
Por la influencia de las hormonas hipofisarias, el folículo sigue aumentando de tamaño
y se presiona con la superficie del ovario, transformándose en un folículo terciario o
maduro (de De Graaf). Antes de la ovulación concluirá la primera división meiótica del
ovocito, a partir de la cual se formarán 2 células hijas, una grande, el ovocito
secundario, y la otra muy pequeña, el 1° cuerpo polar, ubicados pro dentro de la zona
pelúcida y rodeados por células foliculares. Los espacios antrales coalescen formando
un único espacio antral alrededor del ovocito secundario y de un grupo de células
foliculares que permanecerán rodeándolo. El conjunto queda unido a la pared del
foculo por un grupo de células de la granulosa que es denominado cúmulo foro. De
todos los folículos que comenzaron su desarrollo en cada ciclo, solo uno de ellos llegará
la madurez total y el resto se degenerarán y se volverán atrésicos. Hacia el día 14 del
ciclo, ocurrirá la ovulación.
Inmediatamente, tanto el ovocito secundario como el primer cuerpo polar comenzarán la
segunda división meiótica. Esta se detendrá en metafase y no ocurria menos que el
ovocito sea fecundado, de lo contrario degenera y muere en 24 hs. Si hay fecundación,
se reanuda la segunda división meiótica, dando origen a 2 células hijas: una grande, el
ovocito fecundado y una pequeña, el cuerpo polar.
CICLO SEXUAL FEMENINO
Cambios cíclicos que experimenta el aparato reproductor femenino cada 28 a 30 días.
Inicia en la pubertad y termina en la menopausia.
Dichos cambios son inducidos por hormonas secretadas por el hipotálamo, la
adenohipófisis y los ovarios, y preparan al sistema reproductor femenino para un
posible embarazo. Se lo puede dividir (para su estudio) en ciclo ovárico y ciclo uterino o
menstrual.
ADENOHIPÓFISIS
OVARIO
INHIBINA
ÚTERO
ESTRÓGENOS Y
PROGESTERONA
Factores liberadores de gonadotropinas
HIPOTÁLAMO
Hormona foliculoestimulante
Hormona luteinizante
CICLO OVÁRICO Y SU CONTROL HORMONAL
Cambios que experimentan periódicamente los ovarios y que incluyen el crecimiento y
desarrollo de los foculos, la ovulación y la involución que tienen dichos foculos
después de la ovulación; inducidos por las hormonas foliculoestimulante (FSH) y
luteinizante (LH), producidas por la adenohipófisis. En cada ciclo, un grupo de 10 a 20
foculos ováricos inician su maduración, pero generalmente solo uno alcanzará la
madurez total para que ocurra la ovulación; el resto degenerarán sin liberar su ovocito.
En un ciclo típico, estos cambios se producen cada 18 as y se divide en 2 fases:
folicular (a 1 al 14) y lútea (día 15 al 28), y la ovulación ocurre entre ambas (alrededor
del día 14).
Fase folicular: el hipotálamo secreta hormona liberadora de gonadotropinas hipofisarias
(GnRH), la cual actúa sobre la adenohifisis, que produce como respuesta 2 hormonas:
foliculoestimulante y luteinizante. Estas a su vez inducen al ovario a secretar estrógenos
e inhibina.
La FSH estimula la transformación de foculos primordiales en primarios y también es
responsable de que los folículos primarios se transformen en secundarios o antrales. En
los foculos en crecimiento, las células de la teca interna sintetizan testosterona
(andrógenos), la cual pasa a las lulas de la granulosa, donde por la acción de la
aromatasa se transforma en estradiol (estrógeno). El estradiol a su vez induce a las
mismas células de la granulosa que desarrollen receptores para LH, que preparan el
terreno para que, al llegar esta hormona a dichas células, se induzca la maduración del
foculo, la reanudación de la primera división meiótica y la ovulación.
Ovulación: ocurre al día 14 ± 1. Se debe a la rotura de un folículo maduro (terciario o de
De Graaf).
Antes de la ovulación, tiene lugar un aumento brusco de hormona luteinizante
producida por la adenohipófisis. Esta brusca elevación coincide con un incremento de la
hormona foliculoestimulante. La acción simultánea de estas 2 hormonas provoca la
acumulación de más licor folicular y que este se haga más fluido. La hormona
luteinizante actúa sobre las células foliculares y las de las tecas, induciendo un aumento
de la secreción de progesterona y una disminución de la síntesis de estradiol.
Coincidiendo con este aumento de la LH y FSH antes de la ovulación, la temperatura
corporal se eleva discretamente 0,C), característica que es considerada como un
signo de si una mujer está o no ovulando, y como un parámetro importante para el
control de la natalidad.
En la pared del ovario se produce una zona de isquemia conocida como estigma. La teca
externa comienza a secretar colagenasa, prostaglandinas y activador de plasminógeno,
que van adelgazando al estigma. Mientras tanto, en el interior del foculo se desprende
de la pared el cúmulo foro, quedando suspendido en el licor folicular. Finalmente, se
rompe el estigma y se contrae la musculatura lisa de la teca externa, expulsando al
ovocito y la corona radiada del folículo. Un filamento de licor folicular mantiene
momentáneamente unidos al ovocito y la corona radiada a la pared del foculo ovárico
en espera de que sean capturados por las fimbrias de las tubas uterinas. El momento de
la rotura y salida del ovocito secundario sería la ovulación.
Liberado el ovocito, es capturado por las fimbrias de las tubas uterinas y llevado hacia
el interior de ellas, donde las contracciones musculares y los movimientos ciliares de las
células del epitelio tubárico se encargan de ir desplazándolo en dirección al útero.
Fase lútea: en el ovario, el folículo roto se llena de sangre transformándose en un
foculo hemorrágico que finalmente dará lugar a un cuerpo lúteo o cuerpo amarillo.
El cuerpo lúteo secreta progesterona y estrógenos, hormonas que actúan sobre el
endometrio del útero preparándolo para la implantación del blastocisto. Las células del
estrato granuloso proliferan y aumentan de volumen (por acción de la hormona
luteinizante) y comienzan a secretar grandes cantidades de estradiol e inhibina, las
cuales inhiben a la adenohipófisis a secretar FSH.
Si el ovocito no es fecundado, el cuerpo lúteo se transforma en un cuerpo lúteo de la
menstruación, el cual mantiene su secreción hormonal aproximadamente 12 días
después de la ovulación, momento en el que comienza a disminuir la producción de
progesterona, estradiol e inhibina. La progesterona estimula al hipotálamo para la
producción de GnRH y esta a su vez a la adenohipófisis para disminuir la liberación de
LH. Al final de este período, la disminución de la inhibina favorece la secreción de FSH
por al adenohipófisis para iniciar un nuevo ciclo de maduración de foculos. Un par de
días después, el descenso brusco de la progesterona y el estradiol provoca la
menstruación.
Si el ovocito es fecundado, el embrión se implanta en el endometrio del útero y
comienza a secretar CGH (gonadotropina coriónica humana), que estimula al cuerpo
lúteo a que se transforme en el cuerpo lúteo de la gestación y a que siga produciendo sus
hormonas durante 3 o 4 meses n cuando deje de ser estimulado por la LH. La CGH
evita que se presente la menstruación.
El cuerpo lúteo, al involucionar se transforma en el cuerpo blanco o albicans, cicatriz
blanquecina de tejido fibroso y macfagos.
CICLO MENSTRUAL O UTERINO
Cambios que experimenta el endometrio del útero durante el ciclo sexual femenino,
producidos por los estrógenos y progesterona secretados por los folículos ováricos y el
cuerpo lúteo. Dura en promedio 28 días, considerándose el día 1 de este ciclo el
correspondiente al 1° día del sangrado menstrual.
Se divide en 3 fases:
1. Menstrual
2. Proliferativa o estrogénica
3. Secretora o progestacional
Fase menstrual: comprende los 3 a 5 primeros días del ciclo, causada por la disminución
brusca de los estrógenos y progesterona producidos por el cuerpo lúteo. Durante esta
fase se desprende la capa funcional del endometrio, la cual pasa a través del cuello
uterino hacia la vagina como una mezcla de tejido endometrial y sangre, atraviesa el
orificio vaginal y llega al exterior del cuerpo de la mujer, fenómeno conocido como
menstruación.
CUERPO LÚTEO
ESTRÓGENOS Y PROGESTERONA
FSH Y LH DISMINUYEN
NO HAY EMBARAZO
HAY EMBARAZO
CUERPO LÚTEO DEGENERA
ESTRÓGENOS Y
PROGESTERONA DISMINUYEN:
SE PRODUCE MENSTRUACIÓN.
CGH PERMITE QUE EL CUERPO
LÚTEO SE MANTENGA
EST Y PROG SE MANTIENEN
ALTOS: NO SE PRODUCE LA
MENSTRUACIÓN
Fase proliferativa o estrogénica: del 4° al 6° día del ciclo hasta aproximadamente el 14°,
duración de 9 ± 1días. Corresponde a la fase folicular del ovario y es regulada por los
estrógenos producidos por los folículos ováricos en desarrollo. El endometrio uterino
(que quedó muy delgado después de la menstruación) prolifera rápidamente,
regenerando la capa funcional del endometrio. Las glándulas uterinas aumentan en
número, las arteriolas se regeneran y las vénulas también.
Fase secretora o progestacional: inicia inmediatamente después de la ovulación, del 14°
día hasta el día anterior al inicio del siguiente ciclo menstrual, duración de 13 ± 1 días.
Se corresponde a la fase lútea del ovario y es regulada por la progesterona y los
estrógenos producidos por los foculos en desarrollo. El endometrio aumenta su espesor
por la acumulación de líquido el crecimiento de las glándulas uterinas, las cuales crecen
acumulando glucógeno, mucinas y pidos en su interior. Las arteriolas se espiralizan y
desarrollan un extenso plexo capilar, mientras que las vénulas aumentan su calibre y se
vuelven irregulares, formándose también pequeñas anastomosis arteriovenosas entre
estos vasos.
De esta manera, el endometrio está preparado para que, si hay fecundación del ovocito
liberado, el embrión se implante en su capa funcional (aproximadamente en el día 21) y
pueda recibir la nutrición y el oxígeno necesarios para su desarrollo durante toda la
etapa prenatal. A su vez, el embrión implantado provoca que se suspenda al siguiente
menstruación al producir CGH, la cual mantiene la secreción de estrógenos y
progesterona por el cuerpo lúteo del ovario.
Si no hay fecundación, en los 2 últimos días de la fase se presenta isquemia en el
endometrio. El cuerpo lúteo del ovario degenera y disminuye su producción de
progesterona y estrógenos, lo cual repercute en el endometrio. Durante esta etapa de
isquemia se suprime la secreción de las glándulas uterinas, el endometrio disminuye
bruscamente su grosor y las arterias espirales se contraen produciendo necrosis de la
capa funcional, la cual comienza a desprenderse y a generar sangrado.
Los ciclo menstruales duran en promedio entre 27 y 32 días, aunque en algunos casos se
pueden presentar ciclos cortos que durante entre 23 y 26 días, o largos de entre 33 y 36
días. La diferencia se debe, en general, a una variación en la fase proliferativa, ya que
la secretora tiene una duración más o menos constante de 14 días.
Si ocurre la fecundación, se inicia el embarazo y cesan los ciclos menstruales y el
endometrio pasa a la fase de gestación. Cuando termina el período de gravidez, se
reanudan los ciclos después de 1 o 2 meses del parto, aunque este lapso se puede
ampliar varios meses si la mujer amamanta a su hijo.
CAMBIOS EN LAS TUBAS UTERINAS
Encargadas de transportar el ovocito para su posible fecundación y, en caso de que esta
última ocurra, llevan el embrión hasta el útero. El epitelio que recubre el interior de las
tubas uterinas está formado por células ciliadas que contribuyen al transporte de los
gametos y las células secretoras que producen sustancias que nutren al embrión en los
primeros estadios de su desarrollo. Sufren cambios durante el ciclo sexual de la mujer
en respuesta a las hormonas generadas por los ovarios y en relación directa con las fases
del ciclo menstrual.
Al final de la fase proliferativa del endometrio, y en respuesta a los estrógenos
producidos por el ovario, aumenta la motilidad o peristaltismo de la musculatura,
preparándose para capturar el ovocito cuando ocurra la ovulación y para iniciar su
transporte hacia el útero. Este aumento en la motilidad también es utilizado para
transportar a los espermatozoides en dirección hacia la ampolla. A estas funciones de la
musculatura van a contribuir un aumento de los movimientos de los cilios de las células
del epitelio tubárico.
Durante la fase secretora, la progesterona producida por el ovario induce
progresivamente la inmovilidad de la musculatura de las tubas, la disminución del
espesor del epitelio tubárico y la inmovilidad de los cilios de sus células, así como la
secreción de pequeñas cantidades de glucógeno, mucinas y pidos.
CAMBIOS EN EL CUELLO UTERINO Y EL MOCO CERVICAL
El cuello uterino y la mucosidad que este produce son el primer obstáculo que han de
vencer los espermatozoides que son liberados durante la eyaculación. Durante el ciclo
sexual de la mujer han de sufrir también una serie de cambios en respuesta a las
hormonas producidas por los ovarios y en relación directa con las fases del ciclo.
En la fase proliferativa del endometrio, y en respuesta a los estrógenos producidos por
el ovario, aumenta la concentración de cloruro de sodio en el moco secretado por las
glándulas del cuello. En los días cercanos a la ovulación, éste se ensancha y el moco
cervical se hace filante (forma hilos), fluido y transparente, que lo hace permeable al
paso de los espermatozoides.
Durante la fase secretora, la progesterona producida por el cuerpo lúteo provoca que el
cuello uterino se haga más pequeño y el moco cervical sea no filante, denso y opaco,
características que lo hacen poco permeable al paso de los espermatozoides.
CAMBIOS EN EL EPITELIO VAGINAL
También sufre cambios en respuesta a las hormonas producidas por los ovarios y en
relación directa con las fases del ciclo. Es importante conocerlos ya que son indicadores
de la fase en que se encuentra el endometrio y que pueden ser fácilmente evidenciados
mediante un frotis vaginal.
Al inicio de la fase proliferativa, por acción de los estrógenos, en el frotis se ven células
de descamación poligonales, planas y basófilas, con la cromatina del núcleo en grumos
finos; se ven bacilos y escasos neutrófilos. Al final de la fase, las lulas se vuelven
acifilas y disminuyen los bacilos y leucocitos.
Durante la ovulación se observan lulas acidófilas poligonales, muy grandes y
cornificadas, con núcleo pequeño y picnótico.
En la fase secretora, por la acción de la progesterona y los estrógenos, las células se
vuelven basófilas, con gránulos citoplasmáticos y bordes plegados y núcleos grandes y
ovalados; pueden verse también células acidófilas y un aumento progresivo de bacilos y
leucocitos.
Durante la fase premenstrual y menstrual se observan lulas basófilas y acidófilas con
bordes más plegados, formando acúmulos, bacilos y leucocitos abundantes, moco y
restos celulares.
GAMETOGÉNESIS. CAP 4ARTEAGA.pdf
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