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A lo largo de nuestras vidas, estamos en constante interacción con las personas que nos rodean. Ser una persona decente te ayudará a formar relaciones saludables y, a la vez, a mantener una autoimagen positiva. Serás una mejor persona si aprendes a perdonar, dejas de lado el enojo y te preocupas de verdad por otros.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Tratar a los demás con respeto

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  1. Parte de ser una persona decente es darles a los demás una razón para confiar en ti. Un aspecto de infundir confianza implica ser una persona confiable. Esfuérzate en cumplir tus promesas y obligaciones.[1]
    • Cumple tus promesas. Si prometes estar en algún lugar a una hora específica, acude a dicha hora. Si dices que harás un favor, hazlo. Aunque no hay problema si te equivocas de vez en cuando, como todas las personas, debes ser tan confiable como sea posible.
    • Las personas decentes son constantes porque quieren que otras personas se sientan seguras y a salvo. Las personas necesitan amigos y familiares confiables para tener una sensación de seguridad en sus vidas.
  2. Las personas decentes se abstienen de juzgar a los demás con demasiada severidad. Recuerda que es imposible comprender completamente cómo es estar dentro de la cabeza de otra persona. Por lo tanto, evita juzgar un comportamiento o una decisión.[2]
    • Acepta las decisiones de otras personas. Evita juzgar a los demás incluso si no actuarías del mismo modo. Está bien ponerse en los zapatos de otras personas y tratar de comprender su decisión. Sin embargo, hazlo sin la intención de juzgarlos.
    • Todos somos diferentes. Por lo tanto, no debe sorprenderte si la decisión de otra persona difiere de la tuya. En caso de que encuentres a alguien cuyo estilo de vida te parezca confuso, ve eso como una oportunidad de aceptar la diferencia en lugar de juzgar.
  3. Piensa en momentos difíciles en tu vida. Probablemente tengas amigos, familiares y otros seres queridos que te ayuden a lo largo del proceso. Si quieres ser una persona decente, debes esforzarte en proporcionarles apoyo en agradecimiento. Cuando las personas pasen por tiempos difíciles, decídete y ayúdalas.[3]
    • Puede resultarte difícil saber qué hacer para ayudar en ciertas situaciones. Sin embargo, ten en cuenta que con frecuencia es suficiente que escuches a las personas y les demuestres que te importan. Puedes llamar a un amigo que pase por un momento estresante y simplemente dejar que hable.
    • Si hay algo concreto que puedas hacer, hazlo. Por ejemplo, después de la muerte de un familiar, puedes ofrecerle a un amigo afligido hacer pequeñas tareas por él, como lavar los platos y otras mandados.
    • Además de demostrarle apoyo durante los momentos difíciles, también hazlo durante los buenos momentos. Es importante que te sientas verdaderamente feliz por los triunfos de los demás en lugar de albergar sentimientos de envidia.
  4. Es muy importante que escuches a los demás si quieres ser una persona decente. Además de hacer que otra persona se siente valorada, aprenderás al escuchar. Si escuchas a las personas que te rodean, tu mente se ampliará más al aprender sobre las experiencias, opiniones y sentimientos de los demás.[4]
    • Siempre debes escuchar a los demás tanto como hables. Además de escucharlos, asegúrate de entenderlos. Haz preguntas de seguimiento sobre una opinión o un pensamiento que te intrigue. Si estás confundido, pide una aclaración.
  5. Las relaciones no implican mantener un equilibrio perfecto todo el tiempo. Hay concesiones mutuas que cambian a lo largo del tiempo. Evita llevar la cuenta en tus relaciones personales, ya que eso crea sentimientos de hostilidad y resentimiento.[5]
    • No te preocupes sobre las cosas insignificantes, como quién inició la última salida o compró el regalo de cumpleaños más costoso. A la larga, las cosas se equilibrarán.
    • Recuerda que nunca habrá un equilibrio completamente uniforme entre tú y otra persona. No hay problema con ello. Quizá seas mejor constestando llamadas, mientras que tu amigo probablemente tenga problemas al planear reuniones. Si tienes una relación saludable con otra persona, llevar la cuenta no es importante.
  6. Ser una persona decente significa ser honesto, incluso cuando es difícil serlo. Debes sentirte cómodo compartiendo tus creencias y opiniones con los demás, incluso si a veces no estás de acuerdo con el grupo.[6] [7]
    • Existe una diferencia entre expresar una opinión contraria y juzgar. No hay problema si estás en desacuerdo con la opinión de un amigo o incluso una decisión que tome. No hay nada de malo en estar en desacuerdo, siempre y cuando consideres el otro lado. Tan solo recuerda que estás en desacuerdo con una opinión o una acción y no vas a juzgar a tu amigo como una persona.
    • A veces, quizá tengas que ser honesto si te preocupa el bienestar de un amigo. En estos casos, procura ser objetivo en tu opinión sobre la situación. Piensa en cómo verías el comportamiento de este amigo si no estuvieses involucrado emocionalmente en la situación.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Dejar ir la negatividad

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  1. Parte de ser una persona decente es adoptar un sentido de positivismo. Es difícil ser bueno y agradable con los demás si albergas muchos pensamientos negativos. Esfuérzate en ver el humor en las situaciones negativas. Eso desarrollará tu resiliencia y hará que sea más fácil estar a tu lado y confiar en tu apoyo.[8] [9]
    • Si tienes un contratiempo, ríete de eso. Por ejemplo, puedes hacer una broma autodenigrante si no te dan un ascenso en el trabajo. Si llegas tarde a una reunión debido a un retraso del tren, ríete de tu típica mala suerte.
    • Si no puedes reírte de ti mismo, probablemente desarrolles negatividad con el tiempo. Eso puede hacer que te vuelvas hostil y amargado, lo cual hará que sea más difícil verte como una persona decente y buena con los demás.
  2. Si quieres ser una persona decente, no debes aferrarte al dolor y al resentimiento. Practica el perdón en tu vida diaria, de manera que puedas ser mejor y más amable con los demás.
    • Siempre ten una visión más amplia. En el momento en el que sientas enojo, detente y piensa si todavía estarás enojado al respecto dentro de un mes o un año. Te darás cuenta que muchas pequeñas indiscreciones se disiparán con el tiempo.
    • Ten empatía por la otra persona. Por ejemplo, quizá alguien haya tenido un mal día y se haya desquitado contigo. Probablemente hayas hecho lo mismo en el pasado. Por lo tanto, quizá sería mejor no juzgarlo.
    • Siempre puedes elegir entre aceptar o no la disculpa de la otra persona. Procura aceptar con frecuencia. Podría tomarte tiempo hacer que tu relación vuelva a donde estaba. Por ejemplo, quizá no quieras salir con un amigo por un tiempo después de que te haya herido. Sin embargo, si aceptas su disculpa, reconoces que quieres esforzarte en reparar la relación.
  3. El enojo puede ser perjudicial para tu bienestar emocional. Si vives con demasiado enojo, es más probable que seas hostil con los demás. Volverte una persona decente con frecuencia significa dejar ir un poco de enojo y resentimiento.
    • Si sientes que te vas a enojar, toma medidas físicas para calmarte. Respira profundo varias veces de manera constante. Tensa y relaja un músculo a la vez. Eso liberará un poco de tensión, lo cual disminuirá un poco tu enojo.
    • Evita tomarte las cosas de manera personal. Incluso si alguien se enoja o se ofende personalmente, recuerda que hay una buena probabilidad de que haya sido sin intención. Por ejemplo, si alguien te corta la llamada durante una reunión de trabajo, asume que probablemente no se haya dado cuenta de que no habías terminado de hablar. No lo tomes como una falta de respeto.
    • Si te encuentras con alguien abiertamente hostil y cruel, resiste a la presión de enojarte con esa persona. En lugar de eso, enfócate en ti mismo. Piensa en algo como: “Soy tan afortunado de ser una persona decente y buena con los demás. No quisiera actuar de ese modo”.
  4. Probablemente te sientas mejor contigo mismo y el mundo si eres bueno con los que te rodean. De ese modo, te resultará más sencillo ser una persona decente, ya que te sentirás más feliz y pleno. No tendrás tanto espacio en el cerebro para enfocarte en pensamientos negativos.
    • Procura elogiar a las personas tanto como puedas. Felicita a un colega por su presentación exitosa. Deja que tu hermano mayor sepa cuánto aprecias su sentido del humor.
    • A las personas les encanta estar rodeados de quienes son genuinamente positivos y bondadosos. Para ser una persona decente, debes animar a los demás en lugar de deprimirlos. Además de hacer que otros se sientan bien, también te sentirás mejor. El positivismo es contagioso y las palabras buenas que les dices a los demás influenciarán en tu propio monólogo interno.
  5. Ser bueno con los demás puede ser difícil si te sientes mal contigo mismo. Debes hacer que tu autoestima sea una prioridad si quieres ser una persona decente. Tómate tu tiempo para trabajar en tu autoimagen y asegurarte de sentirte bien contigo mismo.[10]
    • Esmérate en tener una autoestima realista. Debes ser capaz de aceptar tus errores y admitirlos, pero también debes interiorizar tus buenas cualidades. Al igual que todos, eres una mezcla de buenas y malas cualidades. Sentirte cómodo con esto es clave para tener una autoestima sólida.
    • Si tienes un conflicto con tu autoestima, quizá debas conversar con un terapeuta. Un terapeuta calificado puede ayudarte a trabajar en cualquier problema mental subyacente que podría afectar tu autoestima.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Promover la empatía

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  1. Ser empático requiere que estés atento al mundo que te rodee. Si quieres adoptar un mayor sentido de la empatía, enfócate en las necesidades y las emociones de los demás en el mundo en general. Eso te enseñará que pensar en las demás personas es una prioridad.[11]
    • La empatía requiere más que simplemente conocimiento. También tienes que analizar y considerar ese conocimiento para ayudarte a obtener una idea más exacta de las experiencias de otra persona. Cuando escuches noticias nuevas sobre otra persona, esfuérzate en interpretar esas noticias.
    • Por ejemplo, imagina que escuchas a un amigo que ha perdido a su hermano debido a un problema cardíaco no detectado. Naturalmente, tu amigo se sentirá triste, pero ahonda un poco más. Esa pérdida fue completamente inesperada. Es probable que tu amigo se sienta impactado, engañado y enojado.
    • Piensa en lo que tu amigo necesita de ti. Probablemente necesite a alguien con quien desahogarse. Sin embargo, es de esperar que se sienta enojado. Experimentó una pérdida sin sentido. Además del llanto normal, probablemente necesite expresar su enojo y resentimiento.
  2. Una parte de ser empático es encontrar una forma de relacionarte con los demás. En tu día a día, busca valores que todos compartimos. Eso te permitirá sentirte conectado con todas las personas que te rodeen.[12]
    • Si nunca has experimentado la misma situación de otra persona, detente y piensa si has experimentado algo similar. Por ejemplo, imagina que uno de tus amigos pierde a su padre. Tus padres están vivos, pero perdiste a tu abuelo. Aunque perder a un abuelo no es lo mismo que perder a un padre, aún comprendes lo que se siente experimentar una pérdida. Eso puede ayudarte a conectarte con un amigo afligido.
    • Siempre busca estos tipos de valores compartidos. Piensa en las emociones detrás de una situación. Imagina que una amiga descubre que su esposo le ha sido infiel. Las emociones base quizá sean pérdida, desamor y traición. Probablemente hayas experimentado todos esos sentimientos, incluso si no has experimentado esa misma situación.
  3. Si vas a juzgar o criticar el comportamiento de otros, eso bloqueará tu habilidad para ser empático. No es necesario que estés de acuerdo con el comportamiento, las opiniones y las acciones de todo el mundo. Sin embargo, procura reaccionar de manera empática al principio. No juzgues como una respuesta inicial a una situación.[13]
    • Recuerda que las personas con frecuencia no quieren soluciones o críticas inmediatamente. Si alguien se te acerca con un problema, no le respondas explicándole a la persona cómo puede resolver ese problema. Primero, tan solo procura ser empático con lo que la otra persona experimente.
    • Con el tiempo, probablemente alguien quiera que los juzgues de manera honesta o crítica. Sin embargo, al principio, quizá un amigo o un familiar simplemente quiera un oído empático. Por ello, con frecuencia es mejor evitar juzgar al principio.
  4. Cuando interactúes con alguien, imagina por lo que pase. Piensa en lo que la otra persona siente o piensa. Eso hará que tus interacciones sean más genuinas.[14]
    • Recuerda que no tienes que estar de acuerdo con esa persona todo el tiempo. Sin embargo, procura abordar cada conversación con el objetivo principal de comprenderla. Por ejemplo, quizá creas que tu amiga debería haber terminado con su expareja para ese momento. Enfócate en por qué no lo hizo cuando conversen.
    • Siempre esfuérzate en imaginar la situación cuando converses con los demás. Piensa en por qué esa persona se siente de ese modo y cómo te sentirías si estuvieses en sus zapatos. Si tienes problemas comprendiendo a alguien, hazle preguntas abiertas como: “¿A qué te refieres con eso?" y "¿Puedes explicarme más?”.
  5. La empatía requiere mucha reflexión. Después de reunir información sobre una persona o una situación, esfuérzate mucho en procesar esa información.[15]
    • Procesa cualquier información que te den. Por ejemplo, si sabes mucho sobre la historia personal de un amigo, usa esa información para comprender sus acciones.
    • Por ejemplo, imagina que tu amiga Jessica está muy nerviosa porque su novio tomará el té con una exnovia. Aunque su reacción te parezca exagerada, haz una pausa y reflexiona. Quizá Jessica haya sido víctima de infidelidad varias veces en el pasado. Eso podría explicar su inseguridad.
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Consejos

  • Recuerda siempre seguir la regla de oro: trata a los demás como quisieras que te traten.
  • Cuídate para evitar meterte en problemas y estresarte excesivamente, lo cual podría hacer que te sientas irritable.
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Acerca de este wikiHow

Kirsten Parker, MFA
Coescrito por:
Coach de mentalidad y acción
Este artículo fue coescrito por Kirsten Parker, MFA. Kirsten Parker es una Coach de mentalidad y acción con sede en su ciudad natal de Los Ángeles, California. Ella ayuda a personas de alto rendimiento a superar el estrés y las dudas en ellos mismos. Ella se especializa en aumentar la confianza y claridad en uno mismo incorporando herramientas de psicología positiva, cambio consciente de hábitos y autorregulación en su servicio. Ella es una practicante certificada de HeartMath entrenada en manejo de estrés, ansiedad y energía inteligente junto con inteligencia emocional y la ciencia de la autoaceptación. Ella también tiene una maestría de la Escuela de Drama de la Universidad de Yale en Stage Management. Este artículo ha sido visto 5817 veces.
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