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Cumplir
Mi Deber a Dios
Para poseedores del Sacerdocio Aarónico
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Mi Deber a Dios
Para poseedores del Sacerdocio Aarónico
Publicado por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Salt Lake City, Utah, EE. UU.
© 2010 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados
Impreso en los Estados Unidos de América
Aprobación del inglés: 1/08. Aprobación de la traducción: 1/08
Traducción de Fulfilling My Duty to God: For Aaronic Priesthood Holders
Spanish
06746 002
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recursos en línea, visita DutytoGod.lds.org.
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Presbítero
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Sacerdocio de Melquisedec
Fecha en la que recibí el Sacerdocio
de Melquisedec: 	
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Índice de temas
Mensaje de la Primera Presidencia. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 5
Tu Deber a Dios . .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 7
Diácono
	 Fortaleza espiritual. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 13
	 Deberes del sacerdocio. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 22
	 Para la fortaleza de la juventud: La salud física. .  .  .  .  .  .  .  .  . 31
Maestro
	 Fortaleza espiritual. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 37
	 Deberes del sacerdocio. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 46
	 Para la fortaleza de la juventud: La educación. .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 55
Presbítero
	 Fortaleza espiritual. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 61
	 Deberes del sacerdocio. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 70
	 Para la fortaleza de la juventud: La familia y
	 las amistades. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 79
	La preparación para recibir el Sacerdocio
	 de Melquisedec. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 84
Para los presidentes de quórum. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Para los asesores de quórum y los padres. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 93
Apéndice
	Ordenanzas del Sacerdocio Aarónico . .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 103
	 El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles. .  .  .  .  . 106
	La Familia: Una Proclamación para el Mundo. .  .  .  .  .  .  .  .  . 107
	Notas. .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 108
4
5
Mensaje de
la Primera
Presidencia
Vives en una época de grandes oportunidades y desafíos; una
época en la que se ha restaurado el sacerdocio. Tienes la autori-
dad para administrar las ordenanzas del Sacerdocio Aarónico. A
medida que ores y ejerzas esa autoridad con dignidad, podrás
bendecir en gran medida la vida de las personas que te rodeen.
Este libro, junto con las Escrituras y el folleto Para la fortaleza de
la juventud, te ayudará a cumplir tus responsabilidades.
Nuestro Padre Celestial tiene gran confianza en ti, cuenta
contigo y tiene una importante misión para que la cumplas;
te ayudará si acudes a Él en oración, escuchas los susurros del
Espíritu, obedeces los mandamientos y guardas los convenios
que has hecho. A medida que cumplas tus deberes tendrás un
gran sentimiento de logro y estarás preparado para recibir el
Sacerdocio de Melquisedec, recibir los convenios y las orde-
nanzas del templo, prestar servicio dignamente en una misión,
y llegar a ser un padre y un esposo digno. Que el Señor te
bendiga en tus empeños.
La Primera Presidencia
6
7
Tu Deber a Dios
Tú eres un hijo de Dios. En la actualidad, Él ha restaurado Su
sacerdocio y te lo ha confiado. El propósito de este libro es
ayudarte a:
Fortalecer tu testimonio y tu relación con Dios.▪ ▪
Aprender y cumplir tus responsabilidades del sacerdocio.▪ ▪
Aplicar las normas del folleto▪ ▪ Para la fortaleza de la juventud.
El Señor ha prometido que, a medida que cumplas tus deberes
del sacerdocio, serás santificado por el Espíritu, llegarás a ser
el elegido de Dios y en su momento se te dará todo lo que el
Padre tiene (véase D. y C. 84:33–38). Tu servicio como posee-
dor del sacerdocio llevará grandes bendiciones a las personas
que sirvas.
“He aquí, tú eres mi
hijo… Y tengo una obra
para ti” (Moisés 1:4, 6).
8
Tu Deber a Dios
Centra tu atención en lo que
estás llegando a ser
El cumplimiento de tu deber a Dios es una tarea de toda la
vida. No consideres este libro como una lista de tareas que
debes terminar rápido a fin de ganarte un premio. Mejor
concéntrate en la forma en que las actividades que escojas te
ayudarán a desarrollar atributos espirituales y a llegar a ser la
clase de poseedor del sacerdocio que el Señor desea que seas.
No es requisito terminar las actividades de este libro para ser
avanzado en el sacerdocio; el propósito de las mismas es prepa-
rarte para prestar servicio en el sacerdocio.
Aprende, actúa y comparte
El Señor ha mandado: “…aprenda todo varón su deber, así
como a obrar con toda diligencia en el oficio al cual fuere nom-
brado” (D. y C. 107:99).
A medida que realices diligentemente las actividades de este
libro, tendrás la oportunidad de aprender tus deberes, elaborar
tu propio plan para seguirlo y compartir tus experiencias con
tus padres y los miembros del quórum. Elabora un plan que
vaya de acuerdo con tus intereses y necesidades. El plan debe
constituir un reto, pero también debes disfrutarlo. Concéntrate
en actividades en las que puedas ejercer el sacerdocio para
brindar servicio a los demás. Al elaborar y seguir tu propio
plan asumirás la responsabilidad de tu desarrollo espiritual.
9
Tu Deber a Dios
En algunas de las actividades de aprendizaje, se te invitará
a que escribas tus ideas y sentimientos sobre lo que estudies.
Considera la idea de escribirlos en una libreta o en un diario.
Cómo obtener ayuda
El plan que elabores en este libro es de carácter personal,
pero tus padres, los miembros del quórum, el presidente del
quórum y otros líderes de la Iglesia te pueden ayudar. Por
ejemplo, puedes:
Pedirles ayuda a medida que aprendas tus deberes y elabores▪ ▪
tu plan. El presidente del quórum, por ejemplo, posee llaves
del sacerdocio para tu quórum y tiene la responsabilidad
de ayudarte para que aprendas y cumplas tus deberes del
sacerdocio.
Compartir tus experiencias con ellos en entrevistas, reunio-▪ ▪
nes y actividades del quórum, así como en conversaciones
informales. Eso te servirá para ver el avance que estés
logrando y para que cultives la confianza para hablar del
Evangelio. Las cosas que compartas también podrían forta-
lecer el testimonio de los demás.
Invitar a tus padres y a los miembros del quórum a que▪ ▪
también elaboren un plan a fin de que trabajen juntos para
seguirlo. Si sigues tu plan con otra persona, ambos se apo-
yarán y se darán aliento.
10
Tu Deber a Dios
Cómo está organizado
este libro
Aprenderás principios y elaborarás un plan sobre las siguientes
áreas:
▪ ▪ Fortaleza espiritual. El poner en práctica lo que aprendas en
esta sección te ayudará a obtener la fortaleza espiritual que
necesitas para permanecer en la senda de la rectitud. Adop-
tarás el hábito de orar y de leer las Escrituras con regulari-
dad, lo cual abarca el estudio de las palabras de los profetas
vivientes. Aprenderás y enseñarás las doctrinas del evangelio
de Jesucristo. También aprenderás y aplicarás principios que
te ayudarán a ser un digno poseedor del sacerdocio.
▪ ▪ Deberes del sacerdocio. El poner en práctica lo que aprendas
en esta sección te ayudará a acercarte más al Salvador a me-
dida que ejerzas Su sacerdocio. Al representar al Salvador, tu
amor por los demás aumentará mientras les brindes servicio.
Aprenderás a administrar las ordenanzas del sacerdocio, a
ayudar a los demás y a invitar a todos a venir a Cristo.
▪ ▪ Para la fortaleza de la juventud. En esta sección aprenderás
en cuanto a algunas normas del folleto Para la fortaleza de la
juventud, y la manera de aplicarlas, entre ellas se encuentran
las secciones tituladas “La salud física”, “La educación”, “La
familia” y “Las amistades”. Al poner en práctica esas normas,
podrás servir con más eficacia al Señor y estarás mejor prepa-
rado para el futuro.
11
Tu Deber a Dios
▪ ▪ La preparación para recibir el Sacerdocio de Melquisedec.
El plan que lleves a cabo en este libro te ayudará a prepararte
para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y para ser digno de
prestar servicio en una misión de tiempo completo. Cuando
seas presbítero, tendrás la oportunidad de elaborar un pro-
yecto que te brindará más preparación. Aprenderás sobre los
convenios que tú hagas al recibir el Sacerdocio de Melquise-
dec y las cualidades que tienen los misioneros eficaces.
Para ver la versión interactiva de este libro y otros recursos en
línea, visita DutytoGod.lds.org.
Certificados Mi Deber a Dios
Después de llevar a cabo tus planes de diácono y maestro,
recibirás certificados de reconocimiento por el avance que
hayas logrado a medida que cumplas tu deber a Dios. Después
de que lleves a cabo tu plan de presbítero, lo cual incluye tu
proyecto en preparación para recibir el Sacerdocio de Mel-
quisedec, recibirás un certificado de reconocimiento por los
logros que hayas obtenido durante los años que pasaste como
poseedor del Sacerdocio Aarónico.
12
Diácono
13
Diácono
Fortaleza
espiritual
El Señor ha exhortado a los poseedores del sacerdocio a “[ser]
limpios” (véase D. y C. 38:42). En esta sección aprenderás
cómo la dignidad personal está ligada al poder del sacerdocio
(véase D. y C. 121:34–46). También elaborarás un plan para
adoptar o mejorar el hábito de orar y estudiar las Escrituras
con regularidad, lo cual incluye el estudio de las palabras de
los profetas vivientes.
Esta sección está organizada en las siguientes partes:
Ora y estudia las Escrituras▪ ▪
Vive dignamente▪ ▪
Comprende la doctrina▪ ▪
14
Ora y estudia
las Escrituras
Aprende
Estudia detenidamente Josué 1:8;▪ ▪
1 Nefi 15:23–24; 2 Nefi 32:3; Alma
17:2–3; y D. y C. 21:4–6. Al estudiar,
elabora una lista de palabras y frases
que describan lo siguiente:
1.	La manera en que debes llevar a cabo el estudio de las
Escrituras y de las palabras de los profetas vivientes.
2.	Las bendiciones que recibirás a medida que estudies las
Escrituras y las palabras de los profetas vivientes.
Comparte la lista con tus padres, tus líderes del sacerdocio u
otros miembros del quórum. Analiza las bendiciones especí-
ficas que hayas recibido por seguir el consejo que el Señor ha
dado en las Escrituras y mediante los profetas vivientes.
En la página siguiente, escribe el plan que tengas para▪ ▪
adoptar o mejorar el hábito de orar y estudiar las Escri-
turas con regularidad. Por ejemplo, podrías elaborar un
plan para estudiar el Libro de Mormón durante un tiempo
determinado cada día. Tu estudio de las Escrituras podría
abarcar las palabras de los profetas vivientes que se en-
cuentran en los ejemplares de la revista ­Liahona dedicados a
la conferencia general.
“Deleitaos en las
palabras de Cristo”
(2 Nefi 32:3).
15
Diácono
Actúa
Mi plan para desarrollar el hábito de orar y leer las Escrituras
con regularidad:
	
	
	
	
	
	
	
Comparte
Comparte lo que aprendas de tu▪ ▪
estudio de las Escrituras. Por ejem-
plo, podrías compartir lo aprendido
con tu familia, tus amigos o en las
reuniones de quórum. Esto fortalecerá
tu testimonio de lo que aprendas y
te ayudará a aprender la manera de
enseñar el Evangelio. También fortale-
cerá el testimonio de los demás.
Tu plan de estudio de las
Escrituras podría
consistir en escribir el
conocimiento que
adquieras. Cada vez
que estudies las
Escrituras, pídele a
nuestro Padre Celestial
en oración que te ayude
a entender lo que leas.
16
Vive dignamente
Aprende
Lee la sección “El arrepentimien-▪ ▪
to” del folleto Para la fortaleza de la
juventud y escribe tus respuestas a las
siguientes preguntas en una libreta o
un diario:
1.	 ¿Qué has aprendido en esa
sección sobre la Expiación y el
arrepentimiento?
2.	 ¿De qué manera te ayuda el arrepentimiento a progresar
espiritualmente?
3.	 ¿Qué relación existe entre el arrepentimiento, la Expiación
y la dignidad personal?
Conversa sobre tus respuestas con tus padres o con los
miembros del quórum. Analiza la manera en que el arrepen-
timiento te preparará para entrar en el templo y participar
en ordenanzas sagradas.
Elije por lo menos otras tres secciones del folleto▪ ▪ Para la
fortaleza de la juventud que te ayudarán a vivir de manera
digna. Estudia las normas de esas secciones y anota las cosas
que harás para vivir esas normas y para ayudar a los demás
a hacer lo mismo.
“…quien se ha
arrepentido de sus
pecados es perdonado;
y yo, el Señor, no los
recuerdo más”
(D. y C. 58:42).
17
Diácono
Actúa
Secciones de Para la fortaleza de la juventud que estudiaré:
	
	
	
	
	
Cosas específicas que haré para vivir esas normas y ayudar a
los demás a hacer lo mismo:
	
	
	
	
	
Comparte
Después de estudiar y aplicar esas▪ ▪
normas, comparte con tus padres o
con los miembros del quórum lo que
hayas aprendido, la forma en que esto
influye en tu vida y el tipo de persona
que estás llegando a ser.
Considera la posibilidad
de estudiar y aplicar los
principios de las
secciones “El modo de
vestir y la apariencia”,
“La diversión y los
medios de comunica-
ción” o “El lenguaje”
que se hallan en Para la
fortaleza de la juventud.
18
Comprende
la doctrina
Aprende
Lee Doctrina y Convenios 11:21.▪ ▪
¿Qué promesas hace el Señor a los
que estudian Su palabra? Necesitarás
tener una comprensión básica y un
testimonio de las verdades del Evan-
gelio a fin de cumplir los deberes que
tienes ahora como poseedor del sacerdocio y los que tendrás
en el futuro como misionero de tiempo completo y como
esposo y padre.
Consulta la lista de temas doctrinales de la página 20 y esco-▪ ▪
ge cuatro o más sobre los que te gustaría aprender más. Uno
de ellos debe ser “El sacerdocio y las llaves del sacerdocio”.
Puedes recurrir a las Escrituras (incluso la Guía para el Estudio
de las Escrituras), Leales a la fe, Predicad Mi Evangelio y las
palabras de los profetas de los últimos días para aprender
sobre esos temas.
Elabora un bosquejo sencillo de cada tema que estudies. El▪ ▪
bosquejo podría incluir: (1) una definición del tema, (2) en-
señanzas y ejemplos de las Escrituras y de tu propia vida y
(3) tus ideas y sentimientos en cuanto a la importancia del
tema. Para ver ejemplos de bosquejos, consulta Predicad Mi
Evangelio (capítulos 2 y 3) o visita DutytoGod.lds.org.
“Y os mando que os
enseñéis el uno al otro
la doctrina del reino”
(D. y C. 88:77).
19
Diácono
Actúa
Temas doctrinales que estudiaré:
	
	
	
	
	
Comparte
Utiliza los bosquejos que hayas pre-▪ ▪
parado para enseñar a otras personas
sobre los temas doctrinales que esco-
giste. Conversa con tus padres y tus
líderes de quórum para determinar
cuándo podrías hacerlo.
Cuándo enseñaré sobre esos temas:
	
	
	
	
	
A medida que aprendas
en cuanto al sacerdocio,
considera la idea de
estudiar D. y C. 4; 13;
20:46–60; 84:18–27;
107:1–21; 121:34–46;
124:142–143. También
considera estudiar otros
pasajes que figuren en
la Guía para el Estudio
de las Escrituras.
20
Diácono
Temas doctrinales
La Trinidad▪ ▪
El plan de salvación▪ ▪
La expiación de Jesucristo▪ ▪
Los profetas▪ ▪
La Apostasía y la restauración del Evangelio▪ ▪
La restauración del sacerdocio▪ ▪
El sacerdocio y las llaves del sacerdocio▪ ▪
El servicio▪ ▪
Los convenios y las ordenanzas▪ ▪
La fe▪ ▪
El arrepentimiento▪ ▪
El bautismo▪ ▪
El don del Espíritu Santo▪ ▪
La oración y la revelación personal▪ ▪
El albedrío▪ ▪
Los templos▪ ▪
La familia eterna y la obra de historia familiar▪ ▪
La ley de castidad▪ ▪
La Palabra de Sabiduría▪ ▪
El diezmo▪ ▪
21
Diácono
Repaso
Hacia el final de tus años de diácono, conversa con tus padres
o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas
tenido al seguir tu plan de orar y estudiar las Escrituras, de vi-
vir dignamente y de comprender la doctrina. Analiza la forma
en que el llevar a cabo esas actividades te ayuda a fortalecer tu
testimonio y tu relación con nuestro Padre Celestial.
Mi firma	Fecha
Firma de uno de los padres o de un líder	Fecha
22
Diácono
Deberes del
sacerdocio
23
Diácono
El Señor ha dicho que todo poseedor del sacerdocio debe
“…[aprender]… su deber” y “obrar con toda diligencia”
(véase D. y C. 107:99). Esta sección te ayudará a aprender y a
cumplir tus deberes como diácono, los cuales se explican en
Doctrina y Convenios 20:57, 59; 84:111. Tus deberes se organi-
zan en tres grupos:
Administrar las ordenanzas del sacerdocio▪ ▪
Los diáconos reparten la Santa Cena.
Prestar servicio a los demás▪ ▪
Los diáconos ayudan al obispo a “…administrar… las cosas
temporales” (D. y C. 107:68). Eso podría incluir recoger las
ofrendas de ayuno, cuidar a los pobres y necesitados, cuidar
el centro de reuniones y los jardines, servir de mensajero del
obispo en las reuniones de la Iglesia y cumplir otras asigna-
ciones que recibas del presidente del quórum.
Invitar a todos a venir a Cristo▪ ▪
Los diáconos tienen que “…velar por la iglesia y… ser sus
ministros residentes” (D. y C. 84:111). Tienen que “…amo-
nestar, exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos a venir
a Cristo” (D. y C. 20:59). Eso incluye ser un buen ejemplo,
hermanar a los miembros del quórum y a otras personas,
informar a los miembros sobre las reuniones de la Iglesia,
discursar en las reuniones, compartir el Evangelio y dar
testimonio.
24
Administra
las ordenanzas
del sacerdocio
Aprende
Lee Doctrina y Convenios 20:76–79.▪ ▪
¿Qué representan el pan y el agua de
la Santa Cena? Lee Lucas 22:19–20 y
3 Nefi 18:1–11. ¿A quién representas al
repartir la Santa Cena?
Hazles a tus padres o a los líderes del▪ ▪
quórum las preguntas siguientes y escribe sus respuestas:
1.	 ¿Qué significa para ustedes la ordenanza de la Santa Cena?
2.	 ¿Qué puedo hacer yo como diácono para ayudarles a
tener una experiencia edificante con la Santa Cena?
Después de conversar con tu quórum, escribe en la siguiente▪ ▪
página lo que harás para repartir la Santa Cena de manera
tal que demuestre reverencia hacia el Salvador y Su expia-
ción, y que motive a los demás a hacer lo mismo. También
escribe lo que harás para tener una experiencia más edifican-
te al participar de la Santa Cena.
“Y siempre procuraréis
hacer esto, tal como yo
lo he hecho, así como he
partido pan y lo he
bendecido y os lo he
dado” (3 Nefi 18:6).
25
Diácono
Actúa
Las cosas que haré para demostrar reverencia al repartir la
Santa Cena y para motivar a los demás a hacer lo mismo:
	
	
	
	
	
Lo que haré para tener una experiencia más edificante al parti-
cipar de la Santa Cena:
	
	
	
	
	
Comparte
Después de seguir tu plan, conversa▪ ▪
con los miembros de tu quórum sobre
la forma en que tus experiencias con
la Santa Cena te han servido para ser
más reverente.
Al elaborar tu plan, ten
en cuenta cosas como tu
modo de vestir, tus
pensamientos y el
comportamiento que
demuestras antes y
durante la ordenanza.
26
Presta servicio
a los demás
Aprende
Escribe lo que aprendas sobre el▪ ▪
servicio a los demás de los siguientes
pasajes de las Escrituras: Santiago
1:27, Mosíah 2:17 y Mosíah 18:8–10.
Habla con uno de tus padres o con un
líder de quórum acerca de la relación
que existe entre el ser poseedor del sacerdocio y el servicio
a los demás.
Intercambia ideas con los miembros del quórum en cuanto a▪ ▪
las oportunidades que tienen de prestar servicio a los demás
(pide al obispo o a los líderes de quórum que te den ideas).
Como poseedor del Sacerdocio Aarónico tú prestas servicio
a los demás al ayudar al obispo o al presidente de rama a
“…administrar… las cosas temporales” (D. y C. 107:68). Eso
podría incluir cuidar a los pobres y necesitados, limpiar el
centro de reuniones y los jardines, recoger las ofrendas de
ayuno y cumplir las asignaciones que recibas del presidente
del quórum. También podría incluir proyectos de servicio
que tú decidas realizar por tu cuenta.
Haz una lista de cosas concretas que tu quórum hará para▪ ▪
prestar servicio. También planea varias cosas que harás por
tu cuenta para prestar servicio, incluso el servicio a los inte-
grantes de tu familia.
“…cuando os halláis al
servicio de vuestros
semejantes, sólo estáis
al servicio de vuestro
Dios” (Mosíah 2:17).
27
Diácono
Actúa
El plan de mi quórum para prestar servicio:
	
	
	
	
	
Mi plan personal para prestar servicio:
	
	
	
	
	
Comparte
Comparte con uno de tus padres o▪ ▪
con los miembros de tu quórum algu-
nas experiencias que hayas tenido al
prestar servicio a otras personas. Por
ejemplo, podrías hablar de la forma
en que el prestar servicio ha influido
en ti y en las personas a las que hayas
servido.
Invita a tus padres a
prestar servicio contigo;
ésa es una buena manera
de estrechar tus lazos
con ellos y mejorar
la calidad del servicio
que prestes.
28
Invita a todos
a venir a Cristo
Aprende
Lee Doctrina y Convenios 20:59. ¿Qué▪ ▪
significa para ti la frase “venir a Cris-
to”? Comparte tus ideas y sentimien-
tos con un líder de quórum o con tus
padres, y pregúntales qué significa
esa frase para ellos.
Fíjate en el contraste que existe entre el relato misional de▪ ▪
Ammón (Alma 17–19) y el de Coriantón (Alma 39:1–11).
¿Qué influencia tuvo la forma de actuar de ellos en las
personas a las que enseñaron? Considera cómo puedes dar
un buen ejemplo que contribuya a que las personas vengan
a Cristo.
Piensa en familiares y en amigos a los que podrías invitar a▪ ▪
venir a Cristo. Anota sus nombres y lo que harás para ayu-
darles (por ejemplo: invitarlos a una actividad de la Iglesia,
o darles un ejemplar del Libro de Mormón o una revista de
la Iglesia).
“…sé ejemplo de los
creyentes en palabra, en
conducta, en amor, en
espíritu, en fe y en
pureza” (1 Timoteo 4:12).
29
Diácono
Actúa
Maneras en que daré un buen ejemplo a los demás:
	
	
	
	
	
Nombres de las personas que ayudaré a venir a Cristo y cómo
lo haré:
	
	
	
	
	
Comparte
Escribe en un diario o en una libreta▪ ▪
las experiencias que tengas al invi-
tar a otras personas a venir a Cristo.
También escribe las maneras en las que
creas que podrías llegar a ser un mejor
misionero. Considera la idea de com-
partir tus experiencias con los demás.
Puedes ser misionero
mucho tiempo antes de
ser llamado a prestar
servicio en una misión
de tiempo completo.
Piensa en la forma
en que puedes serlo
en el hogar, en la escuela
y con tus amigos.
30
Diácono
Repaso
Hacia el final de tus años de diácono, conversa con tus padres
o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas
tenido al seguir tu plan de administrar las ordenanzas del
sacerdocio, de prestar servicio a los demás y de invitar a todos
a venir a Cristo. Analiza la forma en que hayas bendecido a los
demás mediante el servicio en el sacerdocio. Comenta cómo
tus experiencias te ayudan para llegar a ser un fiel siervo en el
sacerdocio.
Mi firma	Fecha
Firma de uno de los padres o de un líder	Fecha
31
Diácono
Para la fortaleza de la juventud:
La salud física
Después de que hayas comenzado a trabajar en tu plan en
cuanto a la “fortaleza espiritual” y los “deberes del sacerdo-
cio”, elabora un proyecto en base a las normas que se indican
en la sección “La salud física” del folleto Para la fortaleza de la
juventud. Los pasos de las páginas siguientes te servirán de
guía. El proyecto debe exigir esfuerzo y que se le dedique una
cantidad considerable de tiempo; debe
estar basado en tus propios intereses
y necesidades, y debe marcar la pauta
que te ayudará a obtener y mantener tu
salud física a lo largo de la vida.
Paso 1: Aprende
Lee la sección “La salud física” en el
folleto Para la fortaleza de la juventud,
y estudia los siguientes pasajes de
las Escrituras: Doctrina y Convenios
88:124, Doctrina y Convenios 89 y
1 Corintios 3:16–17. Determina los
principios que guarden relación con
la salud física. Escribe tus respuestas
a las siguientes preguntas y compár-
telas con uno de tus padres, un líder
El paso 1 lo puedes
hacer con el quórum.
También considera la
idea de realizar tu
proyecto junto con otra
persona, tal como un
miembro del quórum,
uno de tus padres o un
líder. De ese modo,
ambos podrán apoyarse
y fortalecerse.
32
del sacerdocio o con los miembros del
quórum:
1.	 ¿Por qué es importante estar física-
mente saludable? ¿De qué manera
te ayudará el estar físicamente
saludable a cumplir tus deberes
del sacerdocio (incluso como mi-
sionero, padre y en el servicio a los
demás)?
2.	 ¿Cuáles son las ventajas espiritua-
les de estar físicamente saludable?
¿Cuáles son las consecuencias espirituales de no cuidar
del cuerpo debidamente?
Paso 2: Elabora un proyecto
Elabora un proyecto que te ayudará a aplicar lo que hayas
aprendido en cuanto a la salud física. El proyecto debe constar
de dos partes: (1) ejercicio con regularidad y (2) nutrición. Pide
a uno de tus padres o a uno de tus líderes que apruebe el pro-
yecto antes de que comiences a llevarlo a cabo. Los siguientes
son algunos ejemplos de cosas que podrías incluir en cada
parte del proyecto:
“…el templo de Dios, el
cual sois vosotros, santo
es” (1 Corintios 3:17).
33
Diácono
Ejemplos: Ejercicio con regularidad
Elabora una tabla de ejercicio mensual. Incluye una variedad▪ ▪
de ejercicios que te sirvan para estar físicamente en forma,
tales como correr, andar en bicicleta o practicar un deporte.
Aprende a jugar un deporte y practícalo.▪ ▪
Aumenta tu capacidad para realizar una actividad física que▪ ▪
ya practiques.
Ejemplos: Nutrición
Comprométete a observar la Palabra de Sabiduría. Incluye▪ ▪
lo siguiente en tu compromiso: (a) cómo evitarás situaciones
en las que pudieras verte tentado a romper tu compromiso
y (b) cómo reaccionarás ante las tentaciones (por ejemplo, la
manera en la que le explicarías a los demás por qué obedeces
la Palabra de Sabiduría).
Aprende los principios de la nutrición equilibrada que se▪ ▪
encuentran en Doctrina y Convenios 89 y en libros, internet
y otras fuentes de información. Enseña a tu familia o a los
miembros del quórum lo que descubras. Lleva un control
de los alimentos que comas durante un mes, y luego realiza
los cambios en tu dieta en base a lo que hayas aprendido en
cuanto a la nutrición.
Aprende a preparar tres comidas equilibradas. Prepáralas▪ ▪
para tu familia.
34
Diácono
Mi proyecto
Ejercicio con regularidad
	
	
	
	
	
	
Nutrición
	
	
	
	
	
	
Aprobación de uno de los padres o de un líder
Fecha aproximada de finalización
Mi firma	Fecha en que se
terminó
35
Diácono
Paso 3: Da un informe de
tus experiencias
En el siguiente espacio en blanco, escribe lo que hayas aprendi-
do al llevar a cabo el proyecto y cómo aplicarás esa enseñanza
a largo de tu vida. Da un informe de tus experiencias a tu
familia o a los miembros del quórum.
36
Maestro
37
Maestro
Fortaleza
espiritual
El Señor ha exhortado a los poseedores del sacerdocio a “[ser]
limpios” (véase D. y C. 38:42). En esta sección podrás profundi-
zar tu comprensión de la relación que existe entre la dignidad
personal y el poder del sacerdocio (véase D. y C. 121:34–46).
También elaborarás un plan para fortalecer el hábito de orar y
estudiar las Escrituras con regularidad, eso incluye el estudio
de las palabras de los profetas vivientes.
Esta sección está organizada en las siguientes partes:
Ora y estudia las Escrituras▪ ▪
Vive dignamente▪ ▪
Comprende la doctrina▪ ▪
38
Ora y estudia
las Escrituras
Aprende
Piensa en tus oraciones personales.▪ ▪
¿Con qué frecuencia oras? ¿Cómo te
sientes al hacerlo? Estudia Santiago
1:5–6; Alma 34:17–28; 3 Nefi 18:15–21;
y Moroni 10:3–5. Determina los prin-
cipios que pueden contribuir a que
tus oraciones sean más significativas y las bendiciones que
recibirás si oras siempre.
Estudia detenidamente Helamán 3:29–30 y Doctrina y Con-▪ ▪
venios 18:33–36; 84:85. Al estudiar, busca palabras y frases
que describan lo siguiente:
1.	La manera en que debes llevar a cabo el estudio de las
Escrituras y las palabras de los profetas vivientes.
2.	Las bendiciones que recibirás a medida que estudies las
Escrituras y las palabras de los profetas vivientes.
En la página siguiente, escribe el plan que tengas para mejo-▪ ▪
rar tus oraciones y tu estudio personal de las Escrituras du-
rante los años que seas maestro. Tu estudio de las Escrituras
podría abarcar las palabras de los profetas vivientes que se
encuentran en los ejemplares de la revista ­Liahona dedicados
a la conferencia general.
“Ora siempre para que
salgas triunfante; sí, para
que venzas a Satanás”
(D. y C. 10:5).
39
Maestro
actúa
Mi plan para fortalecer el hábito de orar y leer las Escrituras
con regularidad:
Comparte
Comparte lo que aprendas de tu estudio de las Escrituras .▪▪▪
Por ejemplo, podrías compartir lo aprendido con tu familia,
con amigos, en seminario o en las
reuniones de quórum . trata de que
compartir lo que aprendas se convier-
ta en un hábito . Esto fortalecerá tu
testimonio y te ayudará a aprender
la manera de enseñar el Evangelio .
también fortalecerá el testimonio de
los demás .
Considera la idea de
coordinar el estudio de
las Escrituras con lo que
estudies en seminario,
en la Escuela Dominical
o con tu familia.
40
Vive dignamente
Aprende
Escudriña Doctrina y Convenios▪ ▪
121:41–45, y anota los principios que
rigen el uso del sacerdocio. A con-
tinuación, haz lo siguiente (pídele
ayuda a uno de tus padres o a un
líder del sacerdocio si es posible):
1.	Busca la definición de las palabras que no entiendas.
2.	 Piensa en algunas maneras de poner en práctica esos
principios.
Escudriña los versículos 45 y 46 y determina las bendiciones
que se reciben por vivir los principios que ahí se señalan.
Repite los pasos 1 y 2 con respecto a cada una de esas
bendiciones.
Estudia Doctrina y Convenios 63:16 y determina las con-▪ ▪
secuencias de tener pensamientos impuros. Fíjate en el
contraste que existe entre esas advertencias y las bendiciones
de dejar que “la virtud engalane tus pensamientos incesan-
temente” (D. y C. 121:45). Elije por lo menos cuatro secciones
del folleto Para la fortaleza de la juventud para estudiarlas;
considera la idea de centrarte en las secciones que te ayuda-
rán a tener pensamientos virtuosos. En particular, medita en
cuanto a lo que puedes hacer para evitar los peligros que se
describen en Doctrina y Convenios 63:16.
“…deja que todos tus
pensamientos se dirijan
al Señor” (Alma 37:36).
41
Maestro
Actúa
Secciones de Para la fortaleza de la juventud que estudiaré:
	
	
	
	
	
Cosas específicas que haré para vivir estas normas y ayudar a
los demás a hacer lo mismo:
	
	
	
	
	
Comparte
Comparte con uno de tus padres o▪ ▪
con un líder del sacerdocio la manera
en que el vivir esas normas ha influi-
do en ti y en las personas que te ro-
dean. Al hacerlo, habla acerca del tipo
de persona que estás llegando a ser.
Considera la idea de
aplicar las normas que
se hallan en el folleto
Para la fortaleza de la
juventud para evaluar la
música que escuchas y
las películas que ves.
Realiza los cambios que
sean necesarios.
42
Comprende
la doctrina
Aprende
Escribe algunas preguntas que las▪ ▪
personas que no sean de nuestra
religión podrían tener en cuanto a las
creencias de la Iglesia. ¿Qué temas
doctrinales podrías estudiar para
responder a esas preguntas?
Repasa la lista de temas doctrinales▪ ▪
que estudiaste cuando eras diácono (véase la página 20). Haz
los cambios correspondientes en el bosquejo “El sacerdocio
y las llaves del sacerdocio” en base a tus experiencias y a tu
estudio adicional. Elije cuatro o más temas sobre los cuales
te gustaría aprender y enseñar (véase la página 44), y escribe
los que hayas elegido en la página siguiente. Puedes recurrir
a las Escrituras (incluso la Guía para el Estudio de las Escri-
turas), Leales a la fe, Predicad Mi Evangelio y las palabras de los
profetas de los últimos días para aprender sobre esos temas.
Elabora un bosquejo sencillo de cada tema que estudies. El▪ ▪
bosquejo podría incluir: (1) una definición del tema, (2) en-
señanzas y ejemplos de las Escrituras y de tu propia vida y
(3) tus ideas y sentimientos en cuanto a la importancia del
tema. Para ver ejemplos de bosquejos, consulta Predicad Mi
Evangelio (capítulos 2 y 3) o visita DutytoGod.lds.org.
“…los élderes,
presbíteros y
maestros de esta iglesia
enseñarán los principios
de mi evangelio”
(D. y C. 42:12).
43
Maestro
Actúa
Temas doctrinales que estudiaré:
	
	
	
	
	
Comparte
Con los bosquejos que hayas preparado, enseña a otras▪ ▪
personas sobre los temas doctrinales que escogiste. Puedes
hacerlo en un entorno formal (como una noche de hogar, una
reunión del sacerdocio, seminario, una reunión sacramental
o los ejercicios de apertura de la mu-
tual) o puedes hacerlo durante una
conversación con un amigo.
Cuándo enseñaré sobre esos temas:
	
	
	
	
	
Considera la idea de
pedirle a tu maestro
de seminario que te
brinde oportunidades
de compartir en clase lo
que aprendas sobre
dichas doctrinas.
44
Maestro
Temas doctrinales
La Trinidad▪ ▪
El plan de salvación▪ ▪
La expiación de Jesucristo▪ ▪
Los profetas▪ ▪
La Apostasía y la restauración del Evangelio▪ ▪
La restauración del sacerdocio▪ ▪
El sacerdocio y las llaves del sacerdocio▪ ▪
El servicio▪ ▪
Los convenios y las ordenanzas▪ ▪
La fe▪ ▪
El arrepentimiento▪ ▪
El bautismo▪ ▪
El don del Espíritu Santo▪ ▪
La oración y la revelación personal▪ ▪
El albedrío▪ ▪
Los templos▪ ▪
La familia eterna y la obra de historia familiar▪ ▪
La ley de castidad▪ ▪
La Palabra de Sabiduría▪ ▪
El diezmo▪ ▪
45
Maestro
Repaso
Hacia el final de tus años de maestro, conversa con tus padres
o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas
tenido al seguir tu plan de orar y estudiar las Escrituras, de vi-
vir dignamente y de comprender la doctrina. Analiza la forma
en que el llevar a cabo esas actividades te ayuda a fortalecer tu
testimonio y tu relación con nuestro Padre Celestial.
Mi firma	Fecha
Firma de uno de los padres o de un líder	Fecha
46
Maestro
Deberes del
sacerdocio
El Señor ha dicho que todo poseedor del sacerdocio debe “…
[aprender]… su deber” y “obrar con toda diligencia” (véase
D. y C. 107:99). Esta sección te ayudará a aprender y a cumplir
tus deberes como maestro, los cuales se explican en Doctrina
y Convenios 20:53–59; 84:111 y también abarcan todos los
deberes de los diáconos (véase la página 23). Tus deberes se
organizan en tres grupos:
47
Maestro
Administrar las ordenanzas del sacerdocio▪ ▪
Los maestros preparan y reparten la Santa Cena.
Prestar servicio a los demás▪ ▪
Los maestros ayudan al obispo a “administrar… las cosas
temporales” (D. y C. 107:68). Eso podría incluir recoger las
ofrendas de ayuno, cuidar a los pobres y necesitados, cuidar
el centro de reuniones y los jardines, servir de mensajero del
obispo en las reuniones de la Iglesia y cumplir otras asigna-
ciones que recibas del presidente del quórum.
Invitar a todos a venir a Cristo▪ ▪
Los maestros deben “velar siempre por los miembros de
la iglesia, y estar con ellos y fortalecerlos” (D. y C. 20:53).
Una forma de hacerlo es mediante el servicio como maestro
orientador. Los maestros también deben “cuidar de que no
haya iniquidad en la iglesia, ni aspereza entre uno y otro,
ni mentiras, ni difamaciones, ni calumnias; y ver que los
miembros de la iglesia se reúnan con frecuencia” (D. y C.
20:54–55). Tal responsabilidad abarca ser pacificador, ser
ejemplo de integridad y rectitud moral e invitar a los demás
a asistir a la Iglesia.
Los maestros continúan la labor de “amonestar, exponer,
exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo” (D. y C.
20:59). Esto incluye ser un buen ejemplo, hermanar a los
miembros del quórum y a otras personas, discursar en las reu-
niones de la Iglesia, compartir el Evangelio y dar testimonio.
48
Administra
las ordenanzas
del sacerdocio
Aprende
Lee Doctrina y Convenios 38:42. La▪ ▪
orden de “Sed limpios, los que lleváis
los vasos del Señor” cobra un signifi-
cado especial al cumplir tu deber de
preparar la Santa Cena. En la antigüe-
dad, un grupo de sacerdotes llevaba
los utensilios, tales como tazas o tazones, para que se utili-
zaran en el templo (véase Esdras 1:5–11). En la actualidad,
tú portas los utensilios que contienen el pan y el agua de la
Santa Cena en memoria de la expiación de Jesucristo.
Lee Mateo 26:26–28. En la página siguiente, escribe tus res-▪ ▪
puestas a estas preguntas:
1.	 ¿Qué puedes hacer para preparar la Santa Cena de mane-
ra reverente y dignificada (aun cuando la mayoría de las
personas no te verán llevar a cabo esa responsabilidad)?
2.	 ¿Cómo puedes dar un buen ejemplo a los diáconos si se te
pide que repartas la Santa Cena?
“…tomó el pan y lo
partió y lo bendijo; y dio
a los discípulos y les
mandó que comiesen”
(3 Nefi 18:3).
49
Maestro
Actúa
Mi plan para preparar la Santa Cena en una manera reverente
y dignificada:
	
	
	
	
	
Mi plan para dar un buen ejemplo a los diáconos si se me pide
que reparta la Santa Cena:
	
	
	
	
	
Comparte
Después de seguir tu plan, conversa▪ ▪
con los miembros de tu quórum sobre
la forma en que tus experiencias han
influido en lo que sientes hacia la
Santa Cena y el Salvador.
Medita sobre el modo en
que debas responder
ante la oportunidad de
ayudar a los diáconos a
repartir la Santa Cena.
50
Presta servicio
a los demás
Aprende
Fíjate en el contraste que existe entre▪ ▪
la actitud de Nefi y la de Lamán y
Lemuel de cómo respondieron a las
asignaciones que recibieron (véase
1 Nefi 2:16–18; 3:1–7, 28–31; 4:1–2;
17:7–19, 50–51; 18:1–4). En la página
siguiente, escribe varias frases que encuentres durante el
estudio que representen la actitud que debemos tener al
cumplir nuestras responsabilidades. Considera la idea de
compartir la lista de frases con los miembros del quórum.
Ejemplo: “Seamos fieles” (1 Nefi 4:1)	
	
	
	
Intercambia ideas con el quórum en cuanto a las oportuni-▪ ▪
dades que tengan de prestar servicio a los demás (pide al
obispo o a los líderes del quórum que te den ideas). Haz una
lista de cosas concretas que tu quórum hará para prestar ser-
vicio. También planea varias cosas que harás por tu cuenta
para prestar servicio, incluso prestar servicio a los integran-
tes de tu familia.
“Cada uno dé… no con
tristeza… porque Dios
ama al dador alegre”
(2 Corintios 9:7).
51
Maestro
Actúa
El plan de mi quórum para prestar servicio:
	
	
	
Mi plan personal para prestar servicio:
	
	
	
Comparte
Comparte con uno de tus padres, con un líder o con los▪ ▪
miembros del quórum algunas de las experiencias que hayas
tenido al prestar servicio a los demás.
Por ejemplo, podrías hablar de la
forma en que tus actos de servicio
han influido en las personas a las que
hayas ayudado, y de la forma en que
tu actitud ha influido en tus experien-
cias. También podrías conversar de la
forma en que dichas experiencias te
ayudan a prestar servicio a Jesucristo
(véase Mateo 25:35–40) y ser más
como Él.
Invita a tus padres a
realizar la actividad de
aprendizaje contigo.
Agrega a tu lista
las frases que
ellos encuentren.
52
Invita a todos
a venir a Cristo
Aprende
Lee Doctrina y Convenios 20:53. Co-▪ ▪
mo parte de tu deber de “velar siem-
pre por los miembros de la iglesia, y
estar con ellos y fortalecerlos”, ahora
tendrás la oportunidad de prestar
servicio como maestro orientador.
Conversa con tu presidente de quó-
rum, tus padres o con tu compañero
de orientación familiar sobre lo que podrías hacer para llegar
a ser un buen maestro orientador.
Lee Alma 17:2–3, 9 y escribe lo que los hijos de Mosíah hicie-▪ ▪
ron a fin de prepararse para el servicio misional. Considera
las maneras en que puedes seguir su ejemplo.
Continúa en tu empeño de compartir el Evangelio. Piensa en▪ ▪
familiares y amigos a los que podrías invitar a venir a Cristo.
Anota sus nombres y lo que harás para ayudarles (podrías
invitarlos a una actividad de la Iglesia o darles un ejemplar
del Libro de Mormón o una revista de la Iglesia).
“…se habían dedicado a
mucha oración y
ayuno… y cuando
enseñaban, lo hacían con
poder y autoridad de
Dios” (Alma 17:3).
53
Maestro
Actúa
Mi plan para llegar a ser un buen maestro orientador:
	
	
	
	
	
Nombres de las personas a las que ayudaré a venir a Cristo y
cómo lo haré:
	
	
	
	
	
Comparte
Después de seguir tu plan, comparte▪ ▪
con uno de tus padres o con los líderes
del quórum las experiencias que ha-
yas tenido como maestro orientador y
al compartir el Evangelio. Habla de la
forma en que esas experiencias te ayu-
dan a prepararte para prestar servicio
en una misión de tiempo completo.
Tu plan de llegar a ser un
buen maestro orientador
podría incluir determinar
qué necesidades e
intereses tienen las
familias a las que visites.
54
Maestro
Repaso
Hacia el final de tus años como maestro, conversa con tus
padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que
hayas tenido al seguir tu plan de administrar las ordenanzas
del sacerdocio, de prestar servicio a los demás y de invitar a
todos a venir a Cristo. Analiza la forma en que hayas bendeci-
do a los demás mediante el servicio en el sacerdocio. Comenta
cómo tus experiencias te ayudan para llegar a ser un fiel siervo
en el sacerdocio.
Mi firma	Fecha
Firma de uno de los padres o de un líder	Fecha
55
Maestro
Para la fortaleza de la juventud:
La educación
Después de que hayas comenzado a trabajar en tus planes
en cuanto a la “fortaleza espiritual” y los “deberes del sacer-
docio”, elabora un proyecto que se base en las normas de la
sección “La educación” del folleto Para la fortaleza de la juven-
tud. Los pasos de las páginas siguientes te servirán de guía. El
proyecto debe exigir esfuerzo y que se le dedique una cantidad
considerable de tiempo; también debe estar basado en tus
propios intereses y necesidades, y debe ayudarte a establecer
un patrón de aprendizaje de por vida.
Paso 1: Aprende
A fin de aprender sobre la importancia
de adquirir conocimiento, estudia la sec-
ción titulada “La educación” del folleto
Para la fortaleza de la juventud y Doctrina
y Convenios 88:77–80, 118. Con la ayuda
de esos versículos, determina (a) lo que
el Señor desea que aprendas, (b) por qué
desea que lo aprendas y (c) cómo desea
que lleves acabo el aprendizaje.
Lee “La Familia: Una Proclamación
para el Mundo” y determina tu función
Algunos aspectos de tu
proyecto podrían ser
actividades de quórum
(por ejemplo, visitar
un lugar de trabajo o un
centro de recursos
de empleo).
56
como futuro esposo y padre (véase la
página 107 de este libro).
Escribe tus respuestas a las siguientes
preguntas y analízalas con tus padres o
con los miembros del quórum:
1.	 ¿Cuáles son las ventajas de obtener
una formación académica?
2.	 ¿De qué manera te ayudará el ob-
tener una formación académica a
cumplir tus deberes del sacerdocio
(incluso los de esposo y padre, y
en el servicio a los demás)?
Paso 2: Elabora un proyecto
Elabora un proyecto que te ayude a poner en práctica lo que
hayas aprendido en cuanto al obtener formación académica. El
proyecto debe constar de dos partes: (1) un plan para obtener
una formación académica y (2) un plan para explorar futuras
opciones de empleo. Pide a uno de tus padres o a uno de tus
líderes que apruebe el proyecto antes de que comiences a lle-
varlo a cabo. Los siguientes son algunos ejemplos de cosas que
podrías incluir en cada parte del proyecto:
Ejemplos: La educación
Haz una lista de lo que hagas bien en la escuela. Luego haz▪ ▪
otra lista de lo que podrías hacer para ser un mejor estu-
diante. Cumple lo que has escrito en la lista y fíjate en el
“…buscad palabras de
sabiduría de los mejores
libros; buscad
conocimiento, tanto por
el estudio como por la
fe” (D. y C. 88:118).
57
Maestro
cambio que se produzca en tu desempeño, tu actitud hacia
los estudios, etc.
Elabora un plan para obtener formación académica o capa-▪ ▪
citación. Considera la idea de incluir en tu plan los nombres
de las instituciones educativas a las que te gustaría asistir o
el tipo de capacitación que quisieras recibir. También anota lo
que tengas que hacer a fin de ser aceptado en una institución
o programa de capacitación, y las opciones que existan para
financiar esos estudios.
Escoge una asignatura que te interese y que no estés estu-▪ ▪
diando en la escuela, y lleva a cabo una investigación inde-
pendiente sobre ella. Comparte lo que aprendas al respecto
mediante una presentación o por escrito.
Ejemplos: El empleo
Averigua en cuanto a profesiones u ocupaciones que te▪ ▪
interesen. Eso podría incluir la visita a lugares de trabajo y
entrevistar a personas que trabajen allí.
Visita el centro de recursos de empleo SUD de tu localidad y▪ ▪
conversa con alguien del personal acerca de las profesiones u
ocupaciones que estés considerando para el futuro. Pregunta
a la persona qué necesitarías a fin de obtener un empleo en los
campos que te interesen. Comparte lo que aprendas al respec-
to en una reunión de quórum o en una actividad de la mutual.
Si percibes un ingreso, elabora un plan de ahorros y gastos▪ ▪
personales, y síguelo. El plan debe incluir el pago de diezmos
58
Maestro
y ahorrar dinero para la misión. Comparte el plan con tus
padres o con los miembros del quórum.
Mi proyecto
Educación
	
	
	
	
	
Empleo
	
	
	
	
	
Aprobación de uno de los padres o de un líder
Fecha aproximada de finalización
Mi firma	Fecha en que se
terminó
59
Maestro
Paso 3: Da un informe de
tus experiencias
En el siguiente espacio en blanco, escribe lo que hayas aprendi-
do al llevar a cabo el proyecto y cómo te ha ayudado a prepa-
rarte para tus futuras responsabilidades. Da un informe de tus
experiencias a tu familia o a los miembros del quórum.
60
Presbítero
61
Presbítero
Fortaleza
espiritual
El Señor ha exhortado a los poseedores del sacerdocio a “[ser]
limpios” (véase D. y C. 38:42). En esta sección podrás profundi-
zar tu comprensión de la relación que existe entre la dignidad
personal y el poder del sacerdocio (véase D. y C. 121:34–46).
También elaborarás un plan para fortalecer el hábito de orar y
estudiar las Escrituras con regularidad, lo cual incluye el estu-
dio de las palabras de los profetas vivientes.
Esta sección está organizada en las siguientes partes:
Ora y estudia las Escrituras▪ ▪
Vive dignamente▪ ▪
Comprende la doctrina▪ ▪
62
Ora y estudia
las Escrituras
Aprende
Reflexiona en cuanto a las siguien-▪ ▪
tes preguntas y considera la idea de
escribir tus respuestas en una libreta
o en un diario de estudio:
1.	 ¿Qué efecto surte el orar y estudiar
las Escrituras constantemente en
(a) tu capacidad para guardar los
mandamientos, (b) tu relación con
tu familia y (c) tu relación con Dios?
2.	 ¿Qué pasajes de las Escrituras son particularmente signifi-
cativos para ti? ¿Por qué?
3.	 Específicamente, ¿qué aprendiste de los profetas vivientes
en la conferencia general más reciente? ¿Qué bendicio-
nes has recibido al poner en práctica los consejos que
recibiste?
En la siguiente página, escribe el plan que tengas para orar y▪ ▪
estudiar las Escrituras con fervor durante tus años de presbí-
tero. Tu estudio de las Escrituras podría abarcar las palabras
de los profetas vivientes que se encuentran en los ejemplares
de la revista ­Liahona dedicados a la conferencia general.
“…eran hombres de
sano entendimiento, y
habían escudriñado
diligentemente las
Escrituras para conocer
la palabra de Dios”
(Alma 17:2).
63
Presbítero
Actúa
Mi plan para fortalecer el hábito de orar y leer las Escrituras
con regularidad:
	
	
	
	
	
	
Comparte
Comparte lo que aprendas de tu estudio de las Escrituras.▪ ▪
Por ejemplo, podrías compartir lo aprendido con tu familia,
con amigos, en seminario o en las
reuniones de quórum. Trata de que se
convierta en un hábito el compartir
lo que aprendas. Esto fortalecerá tu
testimonio y te ayudará a aprender
la manera de enseñar el Evangelio.
También fortalecerá el testimonio de
los demás. Cada vez que estudies,
ofrece primero una
oración para pedir la
inspiración del Espíritu
Santo. Considera la
idea de apuntar las
impresiones que recibas.
64
Vive dignamente
Aprende
Lee Doctrina y Convenios 121:34–40,▪ ▪
y determina el efecto que tiene el
pecado sobre el poder del sacerdo-
cio. Fíjate en el contraste que existe
entre el ejemplo de José y el de David
según se encuentran en Génesis 39,
41 y 2 Samuel 11–12. Reflexiona sobre
la forma en que sus acciones influyeron en su fortaleza espi-
ritual y comparte tus ideas con uno de tus padres o con un
líder del quórum. Analiza lo que David pudo haber hecho a
fin de evitar la tragedia que le ocurrió.
Prepara una lección o un discurso sobre la manera en que el▪ ▪
arrepentimiento y la Expiación nos ayudan a mantenernos
dignos como poseedores del sacerdocio. Considera la idea
de utilizar Predicad Mi Evangelio, páginas 51–52; Leales a la fe,
páginas 81–87; o “El Cristo Viviente” (véase la página 106 de
este libro). Determina con tus padres o con un líder del sa-
cerdocio la fecha y el lugar en el que puedas dar el discurso
o la lección y escribe tu plan en la siguiente página.
Elije por lo menos cuatro secciones del folleto▪ ▪ Para la fortaleza
de la juventud a fin de estudiarlas y ponerlas en práctica; elije
secciones que te ayudarán a vivir dignamente para entrar en
el templo y participar en ordenanzas sagradas.
“…¿qué clase de
hombres habéis de ser?
En verdad os digo, aun
como yo soy”
(3 Nefi 27:27).
65
Presbítero
Actúa
Mi plan para dar un discurso o una lección sobre el arrepenti-
miento y la Expiación:
	
	
	
Secciones de Para la fortaleza de la juventud que estudiaré:
	
	
	
Cosas específicas que haré para vivir estas normas y ayudar a
los demás a hacer lo mismo:
	
	
	
Comparte
Comparte con otras personas la▪ ▪
manera en que el vivir las normas del
folleto Para la fortaleza de la juventud
ha tenido influencia en ti y en los que
te rodean. Podrías compartir con tu
familia, en la Iglesia o en seminario.
Considera la idea de
estudiar las secciones
“El lenguaje,” “La pureza
sexual”, “La honradez” o
“Los diezmos y las
ofrendas” que se hallan
en Para la fortaleza
de la juventud.
66
Comprende
la doctrina
Aprende
Lee Doctrina y Convenios 20:68. Uno▪ ▪
de tus deberes como presbítero es
“explicar… todas las cosas concer-
nientes a la iglesia de Cristo”. Repasa
las listas de temas doctrinales que
estudiaste cuando eras diácono y
maestro (véase las páginas 20 y 44).
Luego escribe en la siguiente página
cuatro temas o más sobre los que aprenderás y enseñarás en
los dos próximos años (véase la página 68).
Prepara un bosquejo para las lecciones de cada uno de los▪ ▪
temas según los principios y las técnicas que se describen en
Predicad Mi Evangelio (capítulos 2 y 3).
Estudia nuevamente la lista de pasajes de las Escrituras de▪ ▪
la página 19. Reflexiona sobre tus experiencias y modifica el
bosquejo que hiciste sobre “El sacerdocio y las llaves del sa-
cerdocio” (véase la página 18). Escribe en cuanto a la forma
en que ha cambiado tu comprensión sobre el sacerdocio y el
aprecio que sientes por éste.
En preparación para llegar a ser misionero de tiempo com-▪ ▪
pleto, haz una lista de preguntas que alguien te podría hacer
sobre los temas que hayas estudiado y analízalas con uno de
tus padres o con un líder del sacerdocio.
“No intentes declarar mi
palabra, sino primero
procura obtenerla,
y entonces será
desatada tu lengua”
(D. y C. 11:21).
67
Presbítero
Actúa
Temas doctrinales que estudiaré:
	
	
	
	
	
Comparte
Con los bosquejos que hayas preparado, enseña a otras▪ ▪
personas sobre los temas doctrinales que escogiste. Podrías
hacerlo en una noche de hogar, en
una reunión de quórum, en una visita
de orientación familiar, en seminario
o en alguna ocasión en que salgas con
los misioneros de tiempo completo.
Cuándo enseñaré sobre esos temas:
	
	
	
	
	
Al preparar los
bosquejos de las
lecciones, podrías pedir
sugerencias a un
misionero de tiempo
completo o a alguien
que haya regresado
recientemente
de la misión.
68
Presbítero
Temas doctrinales
La Trinidad▪ ▪
El plan de salvación▪ ▪
La expiación de Jesucristo▪ ▪
Los profetas▪ ▪
La Apostasía y la restauración del Evangelio▪ ▪
La restauración del sacerdocio▪ ▪
El sacerdocio y las llaves del sacerdocio▪ ▪
El servicio▪ ▪
Los convenios y las ordenanzas▪ ▪
La fe▪ ▪
El arrepentimiento▪ ▪
El bautismo▪ ▪
El don del Espíritu Santo▪ ▪
La oración y la revelación personal▪ ▪
El albedrío▪ ▪
Los templos▪ ▪
La familia eterna y la obra de historia familiar▪ ▪
La ley de castidad▪ ▪
La Palabra de Sabiduría▪ ▪
El diezmo▪ ▪
69
Presbítero
Repaso
Hacia el final de tus años de presbítero, conversa con tus
padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que
hayas tenido al seguir tu plan de orar y estudiar las Escrituras,
de vivir dignamente y de comprender la doctrina. Analiza la
forma en que el llevar a cabo esas actividades te ayuda a forta-
lecer tu testimonio y tu relación con nuestro Padre Celestial.
Mi firma	Fecha
Firma de uno de los padres o de un líder	Fecha
70
Presbítero
Deberes del
sacerdocio
El Señor ha dicho que todo poseedor del sacerdocio debe “…
[aprender]… su deber” y “obrar con toda diligencia” (véase
D. y C. 107:99). Esta sección te ayudará a aprender y a cumplir
tus deberes como presbítero, los cuales se explican en Doctrina
y Convenios 20:46–52, 75–79 y abarcan todos los deberes de
los diáconos y los maestros (véase las páginas 23 y 46–47). Tus
deberes se organizan en tres grupos:
71
Presbítero
Administrar las ordenanzas del sacerdocio▪ ▪
Los presbíteros ofician en la mesa de la Santa Cena y ofrecen
las oraciones sacramentales. Pueden preparar y repartir la
Santa Cena. También pueden bautizar, conferir el Sacerdocio
Aarónico y ordenar diáconos, maestros y presbíteros.
Prestar servicio a los demás▪ ▪
Los presbíteros ayudan al obispo a “administrar… las cosas
temporales” (D. y C. 107:68). Esto podría incluir recoger las
ofrendas de ayuno, cuidar a los pobres y necesitados, cuidar
el centro de reuniones y los jardines, servir de mensajero del
obispo en las reuniones de la Iglesia y cumplir otras asigna-
ciones que recibas del obispo.
Invitar a todos a venir a Cristo▪ ▪
Los presbíteros tienen el deber de “predicar, enseñar, ex-
poner, exhortar,… y visitar la casa de todos los miembros,
y exhortarlos a orar vocalmente, así como en secreto, y a
cumplir con todos los deberes familiares” (D. y C. 20:46–47).
Una forma de hacerlo es mediante el servicio como maestro
orientador. Los presbíteros también deben “…cuidar de que
no haya iniquidad en la iglesia, ni aspereza entre uno y otro,
ni mentiras, ni difamaciones, ni calumnias” (D. y C. 20:54).
Tal responsabilidad abarca ser pacificador y ser ejemplo de
integridad y rectitud moral.
Los presbíteros continúan la labor de “amonestar, exponer,
exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo” (D. y C.
20:59). Esto incluye ser un buen ejemplo, hermanar a los
miembros del quórum y a otras personas, discursar en las reu-
niones de la Iglesia, compartir el Evangelio y dar testimonio.
72
Administra
las ordenanzas
del sacerdocio
Aprende
Lee 3 Nefi 18:1–11 y Mateo 26:26–28.▪ ▪
¿Qué te enseñan esos versículos
acerca de tu deber de administrar la
Santa Cena?
Lee detenidamente las oraciones▪ ▪
sacramentales (véase D. y C. 20:77, 79). Escribe lo que pien-
ses sobre el significado de los convenios y de las sagradas
palabras de las oraciones.
En la página siguiente, escribe tus respuestas a estas▪ ▪
preguntas:
1.	 Al oficiar en la mesa de la Santa Cena, ¿qué puedes hacer
para demostrar un buen ejemplo a los demás poseedores
del Sacerdocio Aarónico?
2.	 ¿Qué puedes hacer para contribuir a que la Santa Cena
sea una experiencia edificante para los miembros de la
congregación?
Asiste a un servicio bautismal y comparte con uno de tus▪ ▪
padres o con un líder de quórum lo que aprendas acerca de
la ordenanza del bautismo.
“…y a él le daré poder
para partir pan y
bendecirlo y darlo
a los de mi iglesia”
(3 Nefi 18:5).
73
Presbítero
Actúa
Mi plan para demostrar un buen ejemplo a los demás poseedo-
res del Sacerdocio Aarónico al bendecir la Santa Cena:
	
	
	
	
	
Mi plan para contribuir a que la Santa Cena sea una experien-
cia edificante para los miembros de la congregación:
	
	
	
	
	
Comparte
Después de seguir tu plan, conversa▪ ▪
con los miembros de tu quórum sobre
la forma en que tus experiencias han
influido en lo que sientes hacia la
Santa Cena y el Salvador.
Los poseedores del
Sacerdocio Aarónico
más jóvenes que tú te
considerarán un ejemplo.
Al elaborar tu plan,
considera la manera en
que tu forma de vestir, tu
apariencia y tus acciones
podrían influir en ellos.
74
Presta servicio
a los demás
Aprende
Piensa en el servicio que hayas presta-▪ ▪
do en tus años de diácono y maestro,
y responde las siguientes preguntas:
1.	 ¿Cómo influyó tu actitud en el
servicio que prestaste? (Repasa
las frases que escribiste en la
página 50.)
2.	 ¿En qué forma te ayuda el brindar servicio a ser menos
egocéntrico y ser más consciente de las necesidades de los
demás?
3.	 ¿Cómo influyó el servicio que prestaste en las personas
que lo recibieron?
4.	 ¿Qué puedes hacer como presbítero para prestar servicio
de manera más eficaz?
Lee Mateo 22:36–40, Juan 13:34–35 y Mosíah 2:17, y busca los▪ ▪
motivos por los que brindamos servicio a los demás. Inter-
cambia ideas con los miembros del quórum en cuanto a las
oportunidades que tienen de prestar servicio a los demás (pi-
de al obispo o a los líderes de quórum que te den ideas). Haz
una lista de cosas concretas que tu quórum hará para prestar
servicio. También planea varias cosas que harás por tu cuenta
para prestar servicio a tu familia y a otras personas.
“En esto conocerán
todos que sois mis
discípulos, si tenéis
amor los unos por los
otros” (Juan 13:35).
75
Presbítero
Actúa
El plan de mi quórum para prestar servicio:
	
	
	
	
Mi plan personal para prestar servicio:
	
	
	
	
Comparte
Comparte con uno de tus padres o▪ ▪
con los miembros de tu quórum al-
gunas experiencias que hayas tenido
al prestar servicio a otras personas.
Por ejemplo, podrías hablar de la
forma en que tus actos de servicio
han influido en las personas a las que
hayas ayudado, y de la forma en que
tu actitud ha influido en tus experien-
cias. Menciona la forma en que esas
experiencias te sirven para llegar a ser
más semejante a Cristo.
Al elaborar tu plan
personal, toma en cuenta
las maneras en que
puedes brindar servicio a
tu familia, a tus amigos o
a la comunidad.
76
Invita a todos
a venir a Cristo
Aprende
Repasa el plan que elaboraste para▪ ▪
ser un buen maestro orientador
(véase la página 53). Al pensar en tus
actividades como maestro orientador,
¿qué crees que has hecho bien? En
la siguiente página, escribe algunos
aspectos en los que desees mejorar.
Escribe tus respuestas a las siguientes preguntas y analízalas▪ ▪
con tus padres o con los miembros del quórum:
1.	 ¿Cómo influye tu ejemplo en tu capacidad para enseñar el
Evangelio a los demás?
2.	 ¿Qué puedes hacer como presbítero para enseñar el Evan-
gelio por medio de tus actos así como de tus palabras?
Continúa con tu empeño de compartir el Evangelio. Piensa▪ ▪
en familiares y amigos a los que podrías invitar a venir a
Cristo. Anota sus nombres y lo que harás para ayudarles.
Incluye nombres de poseedores del Sacerdocio Aarónico que
no participen activamente en la Iglesia.
“…oh vosotros que os
embarcáis en el servicio
de Dios, mirad que le
sirváis con todo vuestro
corazón, alma, mente y
fuerza” (D. y C. 4:2).
77
Presbítero
Actúa
Mi plan para mejorar como maestro orientador:
	
	
	
	
	
Nombres de las personas a las que ayudaré a venir a Cristo y
cómo lo haré:
	
	
	
	
	
Comparte
Comparte con tus padres o con un▪ ▪
líder del sacerdocio las experiencias
que tengas al ayudar a otras personas
a venir a Cristo. Analiza la forma en
que eso te ayuda a prepararte para
prestar servicio en una misión de
tiempo completo y llegar a ser un
misionero de toda la vida.
Puedes ayudar a las
personas a venir a Cristo
al invitarlas a asistir a la
Iglesia, al visitarlas con
los misioneros o al
darles un ejemplar del
Libro de Mormón.
78
Presbítero
Repaso
Hacia el final de tus años de presbítero, conversa con tus
padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias
que hayas tenido al seguir tu plan de administrar las orde-
nanzas, de prestar servicio a los demás y de invitar a todos a
venir a Cristo. Analiza la forma en que hayas bendecido a los
demás mediante el servicio en el sacerdocio. Comenta cómo
tus experiencias te ayudan para llegar a ser un fiel siervo en el
sacerdocio.
Mi firma	Fecha
Firma de uno de los padres o de un líder	Fecha
79
Presbítero
Para la fortaleza de la juventud:
La familia y las
amistades
Después de que hayas comenzado a trabajar en tus planes
en cuanto a la “fortaleza espiritual” y los “deberes del sacer-
docio”, elabora un proyecto que se base en las normas de las
secciones “La familia” y “Las amistades” del folleto Para la
fortaleza de la juventud. Los pasos de las páginas siguientes te
servirán de guía. El proyecto debe exigir esfuerzo y que se le
dedique una cantidad considerable de tiempo; también debe
estar basado en tus propios intereses y necesidades. El plan
debe concentrarse en cómo escoger amigos de manera pruden-
te y en cómo aprender a tratar a los demás, en particular a los
integrantes de tu familia, en la forma en que Cristo lo haría.
Paso 1: Aprende
Estudia Mateo 5–7 ó 3 Nefi 12–14 y elabora una lista de lo que
enseñó el Salvador en cuanto a la forma de tratar a los demás.
Luego busca ejemplos en las Escrituras donde Cristo u otros
personajes hayan demostrado algunos de esos principios. Lee
las secciones “La familia” y “Las amistades” que se hallan en
Para la fortaleza de la juventud, y busca frases que expresen tales
principios.
80
Escribe tus respuestas a las siguientes
preguntas y compártelas con tus padres
o con los miembros del quórum:
1.	 ¿En qué forma es diferente tu ser-
vicio en el sacerdocio cuando amas
a los que sirves?
2.	 ¿Qué experiencias has tenido en
las que alguien te haya demostra-
do un amor semejante al de Cristo?
3.	 ¿Cómo puedes demostrar amor
a los integrantes de tu familia y a
otras personas?
Paso 2: Elabora un proyecto
Elabora un proyecto que te ayude a aplicar lo que hayas apren-
dido en cuanto al amar a los demás. El proyecto debe constar
de dos partes: (1) planes para estrechar los lazos familiares y
(2) planes para ser un mejor amigo. Pide a uno de tus padres o
a uno de tus líderes que apruebe el proyecto antes de que co-
miences a llevarlo a cabo. Los siguientes son algunos ejemplos
de cosas que podrías incluir en cada parte del proyecto:
Ejemplos: La familia
Haz una lista de lo que puedes hacer para edificar un hogar▪ ▪
feliz. Haz la lista en base a las normas de la sección “La fami-
lia” del folleto Para la fortaleza de la juventud (por ejemplo, ser
“…cuantas cosas
queráis que los hombres
os hagan a vosotros, así
haced vosotros con
ellos” (3 Nefi 14:12).
81
Presbítero
alegre, servicial y considerado; ser pacificador y honrar a tus
padres). Cumple con lo que hayas escrito en la lista y anota el
cambio que se produzca en tu hogar.
Planea una actividad con un integrante de tu familia con el▪ ▪
que desees estrechar tu relación. Por ejemplo, podrías mos-
trar interés en los pasatiempos de la persona, ir a conversar a
algún lugar o jugar algo juntos.
Ejemplos: Las amistades
Haz una lista de las cosas que puedes hacer para ser un▪ ▪
mejor amigo. En la sección “Las amistades” del folleto Para
la fortaleza de la juventud se encuentran algunos ejemplos.
Cumple lo que has escrito en la lista y anota el cambio que
se produzca en la relación con tus amigos. Si es adecuado,
incluye nombres específicos de personas en tu lista.
Entrevista a alguien que sea madre, abuela, hermana o▪ ▪
alguna otra mujer, y averigua cómo se demuestra respeto
adecuado a las mujeres; luego elabora un plan para aplicar
lo que aprendas. Observa la forma en que el llevar a cabo tu
plan mejora tu relación con las mujeres. Las siguientes son
algunas preguntas que podrías hacer:
1.	 ¿Cómo puede un hijo mostrar debido respeto por su madre?
2.	 ¿Cómo puede un poseedor del Sacerdocio Aarónico mos-
trar debido respeto por las jovencitas?
3.	 ¿Cómo puede un joven mostrar debido respeto por su
futura esposa antes y después de casarse?
82
Presbítero
Invita a un nuevo converso, a un amigo que sea de otra reli-▪ ▪
gión o a un miembro menos activo a asistir a una actividad de
la Iglesia. Ayúdale a sentirse bienvenido y parte del grupo.
Mi proyecto
La familia
	
	
	
	
Las amistades
	
	
	
	
Aprobación de uno de los padres o de un líder
Fecha aproximada de finalización
Mi firma	Fecha en que se
terminó
83
Presbítero
Paso 3: Da un informe de
tus experiencias
En el siguiente espacio en blanco, escribe lo que hayas aprendi-
do al llevar a cabo el proyecto y la forma en que te ha ayudado
a ser un mejor discípulo de Jesucristo. Da un informe de lo que
aprendiste a tu familia o a los miembros de tu quórum.
84
Presbítero
La preparación
para recibir el
Sacerdocio de
Melquisedec
Durante tus años de presbítero, sigue los pasos que se indican
en las páginas siguientes a fin de elaborar un proyecto que te
ayudará a prepararte para recibir el Sacerdocio de Melquisedec
y para prestar servicio en una misión de tiempo completo. El
proyecto se funda en lo que has logrado a lo largo de los años
que lleves como poseedor del Sacerdocio Aarónico, debe exigir
esfuerzo y que se le dedique una considerable cantidad de
tiempo; también debe estar basado en tus propias necesidades
y circunstancias.
Paso 1: Aprende
Cuando recibes el Sacerdocio de Melquisedec entras en el
juramento y el convenio del sacerdocio. Para aprender más
en cuanto a ese tema, lee Doctrina y Convenios 84:33–44 y
“Sacerdocio de Melquisedec” en Leales a la fe (páginas 170–171).
Después, con la ayuda de tu obispo o de tus padres, busca una
ocasión para enseñar a otras personas lo que hayas aprendido
85
Presbítero
(por ejemplo, en la reunión del quórum de presbíteros, en la
reunión sacramental o en la noche de hogar).
Un importante deber del Sacerdocio de Melquisedec es predicar
el Evangelio (véase D. y C. 53:3). A fin de prepararte para cum-
plir este deber, averigua qué se esperará de ti cuando prestes ser-
vicio en una misión de tiempo completo. Considera lo siguiente:
1.	 Dignidad personal y testimonio
2.	 Conocimiento del Evangelio.
3.	 Atributos semejantes a los de Cristo.
4.	 Hábitos de trabajo y salud física.
A fin de averiguar en cuanto a los requisitos para el servicio
misional, acude a las siguientes fuentes de información: tus pa-
dres, tu obispo, ex misioneros, el Manual Misional, Predicad Mi
Evangelio y discursos pronunciados por Autoridades Generales
(algunos de ellos se encuentran en el sitio DutytoGod.lds.org).
Escribe lo que aprendas.
Paso 2: Elabora un proyecto
Elabora un proyecto que te ayude a aplicar lo que hayas apren-
dido. El proyecto debe constar de dos partes: (1) la preparación
para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y (2) la preparación
para prestar servicio en una misión de tiempo completo. Pide a
uno de tus padres o a uno de tus líderes que apruebe el proyec-
to antes de que comiences a llevarlo a cabo. Los siguientes son
algunos ejemplos de cosas que podrías incluir en cada parte
del proyecto:
86
Ejemplos: Sacerdocio de
Melquisedec
Lee todo el Libro de Mormón. Escribe▪ ▪
en un diario lo que aprendas en tu
estudio del libro e incluye ejemplos
personales que demuestren la forma
en que el estudio constante de las
Escrituras te da el poder para resistir
la tentación.
Entrevista a tres poseedores del Sa-▪ ▪
cerdocio de Melquisedec (podrían ser
personas como tu padre o el presi-
dente del quórum de élderes del barrio). Formula preguntas
como las siguientes y escribe lo que te respondan:
1.	 ¿Cuáles son los deberes de un élder?
2.	 ¿Qué diferencia hay entre tener la autoridad del sacerdo-
cio y poseer llaves del sacerdocio?
3.	 ¿Qué me recomendaría hacer para comprender lo que es el
Sacerdocio de Melquisedec y prepararme para recibirlo?
4.	 ¿Qué experiencias ha tenido en las cuales haya brinda-
do servicio a otras personas al ejercer el Sacerdocio de
Melquisedec?
5.	 ¿Qué bendiciones ha recibido por poseer el Sacerdocio de
Melquisedec?
“Toma sobre ti mi
ordenación, sí, la de
élder, para predicar la fe
y el arrepentimiento y la
remisión de pecados,
según mi palabra”
(D. y C. 53:3).
87
Presbítero
6.	 ¿Cómo se efectúan las ordenanzas del Sacerdocio de Mel-
quisedec (tales como la consagración del aceite, la bendición
de los enfermos y el conferir el don del Espíritu Santo)?
Ejemplos: Misión de tiempo completo
Busca ejemplos de misioneros en las Escrituras (por ejemplo, el▪ ▪
Salvador, Enoc, Ammón y Samuel el Lamanita). Determina por
qué fueron eficaces, las promesas que recibieron y la influencia
que su labor tuvo en las personas a las que sirvieron. Elabora
una lista de lo que encuentres. Comparte la lista con un ex mi-
sionero o una ex misionera. Pídele que te cuente experiencias
de su misión que ilustren esos mismos principios y atributos.
Practica enseñar algunas lecciones que se encuentran en el▪ ▪
capítulo 3 de Predicad Mi Evangelio. Programa salir a enseñar
de forma regular con los misioneros de tiempo completo de
tu localidad, y mantente preparado para ayudarles a enseñar.
Entrevista a tres personas que hayan prestado servicio en▪ ▪
una misión. Formula preguntas como las siguientes y escribe
lo que te respondan:
1.	 ¿Qué me recomendaría hacer a fin de prepararme para
prestar servicio en una misión de tiempo completo?
2.	 ¿Qué cualidades caracterizan a un misionero eficaz y qué
puedo hacer para desarrollarlas?
3.	 ¿Cómo ha cambiado su vida a raíz de haber prestado
servicio en una misión?
88
Presbítero
Consulta lo que anotaste sobre los requisitos para el servicio▪ ▪
misional (véase la página 85), y elabora un plan para mejorar
en cada uno de esos aspectos (dignidad personal y testimo-
nio, conocimiento del Evangelio, atributos semejantes a los
de Cristo, hábitos de trabajo y salud física).
Mi proyecto
Sacerdocio de Melquisedec
	
	
	
	
Misión de tiempo completo
	
	
	
	
Aprobación de uno de los padres o de un líder
Fecha estimada de finalización
Mi firma	Fecha en que se
terminó
89
Presbítero
Paso 3: Da un informe de
tus experiencias
En el siguiente espacio en blanco, escribe lo que hayas aprendi-
do al llevar a cabo el proyecto y cómo te ha ayudado a prepa-
rarte para recibir el Sacerdocio de Melquisedec. Presenta lo que
hayas aprendido a tu familia o a los miembros del quórum.
90
Introduction
Para los
presidentes de
quórum
91
Para los presidentes de quórum
El Señor te ha confiado llaves del sacerdocio para que las em-
plees en tu quórum (véase D. y C. 124:142–143). Al dirigir las
funciones del quórum, parte de tu responsabilidad es “ense-
ñar [a los miembros del quórum] sus deberes” (véase D. y C.
107:85–87).
Este libro puede ser una herramienta eficaz para ayudarte a en-
señar a los miembros del quórum sus deberes e instarlos a for-
talecer su testimonio y su relación con nuestro Padre Celestial.
Considera lo siguiente al ayudarles a elaborar y seguir su plan:
En cuanto un joven pase a formar parte de tu quórum, ve a▪▪▪
visitarlo a su casa y asegúrate de que tenga un ejemplar de
este libro. Utiliza el libro para darle una idea general de sus
deberes del sacerdocio. Muéstrale algunos de los planes que
tú hayas hecho y cuéntale las experiencias que hayas tenido.
Da un buen ejemplo al elaborar y seguir tus propios planes.▪▪▪
Comparte tus experiencias con los miembros del quórum.
Invita a los miembros del quórum a que compartan sus ex-▪▪▪
periencias en las reuniones de quórum, y motívalos a que las
compartan con su familia. Por ejemplo, durante los primeros
minutos de la reunión de quórum, podrías invitarlos a com-
partir lo que estén aprendiendo a medida que lleven a cabo
sus planes de estudiar las Escrituras o de prestar servicio a
los demás.
Al planear reuniones y actividades de quórum, busca la▪▪▪
forma de incluir los planes que los miembros de tu quórum
hayan elaborado. Por ejemplo, podrías invitar a uno de
los miembros del quórum a dar una clase sobre una de las
92
Introduction
doctrinas que esté estudiando (véanse
las páginas 20, 44 y 68).
A medida que ejerzas las llaves del
sacerdocio que posees para ayudar a los
miembros del quórum a que aprendan
y cumplan sus deberes, fortalecerás
la relación que tengas con ellos. Si los
miembros del quórum trabajan en
conjunto, se ayudan mutuamente a
mantenerse firmes en el Evangelio y
unidos como quórum.
“…aprenda todo varón
su deber, así como a
obrar con toda diligencia
en el oficio al cual
fuere nombrado”
(D. y C. 107:99).
93
Para los asesores
de quórum y
los padres
94
El programa Mi Deber a Dios es un medio para ayudar a los
poseedores del Sacerdocio Aarónico a:
Fortalecer su testimonio y su relación con nuestro Padre▪ ▪
Celestial.
Aprender sobre los deberes del sacerdocio y cumplirlos.▪ ▪
Poner en práctica las normas del folleto▪ ▪ Para la fortaleza de la
juventud.
En las instrucciones de esta sección se esbozan las funciones
que ustedes tienen para ayudar a los jóvenes a cumplir esos
propósitos. En el sitio DutytoGod.lds.org se ofrecen instruccio-
nes adicionales junto con una versión interactiva de este libro.
Centren su atención en lo que
ellos están llegando a ser
El cumplimiento de nuestro deber a Dios es una tarea de toda
la vida. Es por eso que el libro Mi Deber a Dios no debe consi-
derarse como una lista de tareas que los jóvenes deban hacer
de prisa con el fin de recibir un premio. Ayuden a los jóvenes
a concentrarse en cómo los planes que elaboren les ayudarán a
desarrollar atributos espirituales y llegar a ser el tipo de posee-
dores del sacerdocio que Dios desea que sean.
Para los asesores y los padres
95
Para los asesores y los padres
Ayuden a los hombres jóvenes
Aprende
Propósito de la sección “Aprende”. Cada una de las partes de
este libro comienza con una actividad de aprendizaje que sirve
a los jóvenes para aprender lo que nuestro Padre Celestial de-
sea que hagan y por qué es importante. Cuando un joven cono-
ce el “porqué” de sus deberes del sacerdocio, el Espíritu Santo
lo inspira a actuar y sus actos aumentan su fe y su testimonio.
Cuándo se debe ayudar a los jóvenes con las actividades
de aprendizaje. Los jóvenes deben aprender sus deberes del
sacerdocio en cuanto sean ordenados a un oficio.
Los asesores deben considerar apartar tiempo para que los
jóvenes realicen juntos las actividades de aprendizaje en quó-
rum. Por ejemplo, podrían hacerlo en las reuniones de quórum
o en la mutual. Podrían darles la asignación a los jóvenes de
trabajar en las actividades de aprendizaje por su cuenta y
que den un informe de ello en las reuniones de quórum. El
intercambio de ideas en cuanto a los deberes del sacerdocio,
la fortaleza espiritual y las normas del Señor fomentarán la
unidad del quórum.
Los padres deben considerar el participar en las actividades
de aprendizaje con sus hijos en cuanto éstos sean ordenados a
un oficio del sacerdocio. Pidan a sus hijos que compartan con
ustedes lo que estén aprendiendo acerca del cumplimiento de
su deber a Dios.
96
Actúa
Propósito de la sección “Actúa”. Después de terminar la
actividad de aprendizaje, a los jóvenes se les insta a hacer
planes para cumplir sus deberes del sacerdocio y con ello
aumentar su fortaleza espiritual. El hecho de que elaboren
sus propios planes permite que los jóvenes:
Ejerzan su albedrío.▪ ▪
Adapten las actividades de acuerdo con sus circunstancias▪ ▪
individuales.
Desarrollen autosuficiencia espiritual.▪ ▪
Cuándo se debe ayudar a los jóvenes a elaborar el plan.
Algunos jóvenes podrían necesitar guía para elaborar su plan.
Los asesores deben considerar apartar tiempo para que los
jóvenes intercambien ideas en el quórum al escribir su plan
individual. Por ejemplo, podrían hacerlo en las reuniones de
quórum o en la mutual, o bien, podrían invitar a los jóvenes a
escribir su plan por su cuenta o con sus padres y a compartirlo
en una reunión de quórum. Cualquiera que fuere el caso, motí-
venlos a que compartan su plan con sus padres.
Al intercambiar opiniones en quórum acerca de su plan, los
jóvenes se dan ideas y se apoyan entre ellos. De igual modo,
los padres pueden proporcionar ideas y apoyo a sus hijos a
medida que éstos elaboren su plan. Al compartir su plan con
los miembros del quórum y con sus padres, los jóvenes reafir-
man su compromiso de cumplirlos. Algunos planes se pueden
elaborar y llevar a cabo en quórum o en familia.
Para los asesores y los padres
97
Para los asesores y los padres
Comparte
Propósito de la sección “Comparte”. Se alienta a los jóvenes a
que conversen sobre sus experiencias con los demás una vez
que hayan trabajado en su plan por un tiempo. Al compartir
sus experiencias, los jóvenes podrán:
Fortalecer su testimonio y aumentar su comprensión del▪ ▪
Evangelio.
Notar el progreso que están logrando.▪ ▪
Aumentar su confianza y capacidad para hablar sobre las▪ ▪
verdades del Evangelio.
Es probable que los jóvenes se sientan incómodos en un princi-
pio, pero mientras más oportunidades
tengan de hacerlo, más cómodos se
sentirán.
Cuándo ayudar a los jóvenes a com-
partir sus experiencias. Los asesores
deben considerar apartar tiempo para
que los jóvenes compartan las experien-
cias que tengan a medida que lleven a
cabo sus planes. Por ejemplo, durante
los primeros minutos de las reuniones
de quórum, el presidente de éste podría
invitar a los jóvenes a que hablen acerca
de lo que aprendan a medida que
vayan estudiando las Escrituras con
regularidad (véanse las páginas 15, 39
y 63). Otra opción podría ser invitarlos
Los poseedores del
Sacerdocio Aarónico
deben “amonestar,
exponer, exhortar,
enseñar e invitar a todos
a venir a Cristo”
(D. y C. 20:59).
98
a compartir alguna experiencia que
hayan tenido al prestar servicio a otras
personas (véanse las páginas 27, 51 y
75). El escuchar las experiencias de sus
compañeros de quórum servirá para
que los demás jóvenes recuerden sus
planes y los motivará a vivir sus pro-
pias experiencias. Alienten a los jóvenes
para que también hablen de sus planes
y experiencias con sus padres.
Los padres deben pedir a sus hijos que
conversen sobre lo que vayan aprendiendo y de las experien-
cias que tengan con ellos. Eso ayudará a que los jóvenes vean
el progreso que van logrando.
Conversaciones espontáneas. Los jóvenes a menudo se
benefician más de las conversaciones en cuanto al Evangelio
que del escuchar clases sobre el mismo. Aprovechen todas las
oportunidades que tengan para que los jóvenes hablen con
ustedes sobre sus experiencias. Compartir experiencias no es
algo que los jóvenes hagan sólo una vez, y ello no quiere decir
que con eso ya terminaron su plan. No lo tienen que hacer en
un entorno formal; de hecho podría ser más eficaz en conver-
saciones casuales durante actividades de quórum, con amigos
y familiares.
Las conversaciones
informales sobre el
Evangelio estrecharán su
relación con los jóvenes
y fortalecerá el
testimonio de ellos del
Evangelio restaurado.
99
Para los asesores y los padres
Para la fortaleza de la juventud
Después de que los jóvenes hayan comenzado a trabajar en sus
planes en cuanto a la “fortaleza espiritual” y los “deberes del
sacerdocio”, tendrán la oportunidad de elaborar un proyecto
basado en algunas de las normas que se hallan en el folleto
Para la fortaleza de la juventud. A los presbíteros se les invita a
elaborar un proyecto adicional a fin de prepararse para recibir
el Sacerdocio de Melquisedec y prestar servicio en una misión
de tiempo completo. Los jóvenes deben pedirle a uno de sus
padres o a un líder que apruebe su proyecto antes de que co-
miencen a trabajar en él. Ustedes pueden ayudarles a elaborar
un proyecto que requiera cierto esfuerzo y que se base en las
necesidades e intereses de ellos.
Evalúen su progreso
La mejor manera de ayudar a los jóvenes a ver su progreso es
mediante conversaciones frecuentes con ellos en cuanto a sus
planes y experiencias.
Por lo menos una de esas conversaciones se debe tener cuando
el joven se acerque a la edad de ser ordenado a un oficio en
el sacerdocio. Durante la conversación, pidan al joven que
repase los planes que hizo como diácono, maestro o presbítero.
Hablen de cómo el cumplir dichos planes ha ayudado al joven
a prepararse para cumplir los deberes adicionales del sacerdo-
cio que esté a punto de recibir. Ésta es una oportunidad para
ayudar al joven a reflexionar en cuanto a la clase de poseedor
del sacerdocio que está llegando a ser. Al final de las secciones
“Fortaleza espiritual” y “Deberes del sacerdocio” se encuentra
100
una página de “Repaso”. Es ahí donde ustedes y el joven indi-
can con sus firmas que han tenido la conversación.
No es requisito terminar las actividades de este libro para ser
avanzado en el sacerdocio. El propósito de las actividades es
ayudar a los jóvenes a prestar servicio en el sacerdocio.
Certificados Mi Deber a Dios
Después de que terminen las secciones de “Repaso”, y una vez
que el joven haya terminado su proyecto del folleto “Para la for-
taleza de la juventud”, ya es merecedor del certificado Mi Deber
a Dios. Se ofrecen tres certificados: el de diácono (número de
artículo 08686 002), maestro (08687 002) y presbítero (08688 002).
Los certificados son para reconocer el progreso del joven hacia
el cumplimiento de su deber a Dios. Para recibir el certificado
de presbítero, el joven también debe terminar su proyecto de la
sección titulada “La preparación para recibir el Sacerdocio de
Melquisedec”. No es necesario que reciban los certificados de
diácono y maestro a fin de recibir el de presbítero.
Los certificados se entregan bajo la dirección del obispo. Tam-
bién está a disposición una placa para exhibir el certificado de
presbítero (08694).
Válganse del programa Mi
Deber a Dios para fortalecer
al quórum
El programa Mi Deber a Dios fortalece al quórum mediante lo
siguiente:
Para los asesores y los padres
101
Para los asesores y los padres
▪ ▪ Ayuda a los miembros del quórum a comprender su deber
a Dios. Por ejemplo, usted puede ayudar a los miembros del
quórum a comprender sus deberes al pedirles que realicen en
quórum las actividades de aprendizaje de este libro. El inter-
cambiar ideas acerca de los deberes del sacerdocio y del progre-
so espiritual les amplía el entendimiento y les inspira a actuar.
▪ ▪ Ofrece oportunidades para que los miembros del quórum
trabajen juntos en el cumplimiento de sus deberes del
sacerdocio. En algunos casos, los miembros del quórum pue-
den intercambiar ideas para elaborar sus planes y los pueden
llevar a cabo juntos. El hacerlo de esa forma les permite
apoyarse y alentarse mutuamente.
▪ ▪ Alienta a los miembros del quórum a compartir ideas y
experiencias. Algunos de los miembros más jóvenes del
quórum podrían tener dificultad para trazar un plan; el com-
partir ideas en quórum puede ayudarlos a que se les ocurran
más ideas. El compartir experiencias con los miembros del
quórum aumenta la fe y fortalece el testimonio y la herman-
dad. Considere la idea de llevar esto a cabo de forma regular
durante las reuniones y actividades de quórum.
▪ ▪ Brinda la oportunidad al presidente de quórum de guiar
por medio del ejemplo. Cuando un joven pasa a formar
parte del quórum, el presidente de éste puede valerse del
libro Mi Deber a Dios para ayudar al nuevo miembro a
comprender sus deberes. El presidente de quórum también
podría compartir con el resto del quórum el plan que haya
elaborado en su propio libro y contar las experiencias que ha
tenido al seguirlo.
102
▪ ▪ Ayuda a los miembros del quórum a aprender en cuanto
a la importancia de las llaves del sacerdocio. El presidente
posee las llaves de la presidencia de su quórum (véase D. y
C. 124:142–143). Los asesores del quórum deben permitir-
le que ejerza esas llaves. A medida que los jóvenes sirvan
juntos bajo la dirección del presidente del quórum, ellos lle-
garán a comprender mejor la forma en que el Señor trabaja
por medio de líderes del sacerdocio. Se pueden dar cuenta
de que cada quórum se organiza por designio divino y les
brinda oportunidades de aprender sus deberes del sacerdo-
cio, de prestar servicio y de progresar espiritualmente.
Utilicen el programa Mi Deber a
Dios para estrechar lazos
Si usted tiene lazos estrechos con su hijo o con los jóvenes del
quórum, hay más probabilidades de que ellos aumenten su con-
versión al Evangelio y se mantengan fieles. Las actividades del
libro Mi Deber a Dios ofrecen una excelente oportunidad de es-
trechar esa relación. Por ejemplo, si usted elabora su propio plan
y lo sigue junto con su hijo o con un miembro del quórum, esto
les permitiría pasar tiempo juntos realizando actividades con
propósito. El compartir experiencias les brinda la oportunidad
de dar testimonio y fortalecerse el uno al otro espiritualmente.
Para los asesores y los padres
103
Apéndice
Ordenanzas del Sacerdocio
Aarónico
La bendición de la Santa Cena
Los presbíteros bendicen la Santa Cena pronunciando las pa-
labras: “Oh Dios, Padre Eterno, en el nombre de Jesucristo, tu
Hijo, te pedimos que bendigas y santifiques este pan para las
almas de todos los que participen de él, para que lo coman en
memoria del cuerpo de tu Hijo, y testifiquen ante ti, oh Dios,
Padre Eterno, que están dispuestos a tomar sobre sí el nombre
de tu Hijo, y a recordarle siempre, y a guardar sus manda-
mientos que él les ha dado, para que siempre puedan tener su
Espíritu consigo. Amén” (D. y C. 20:77).
El agua la bendicen con las palabras: “Oh Dios, Padre Eterno,
en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, te pedimos que bendigas
y santifiques [esta agua] para las almas de todos los que [la]
beban, para que lo hagan en memoria de la sangre de tu Hijo,
que por ellos se derramó; para que testifiquen ante ti, oh Dios,
Padre Eterno, que siempre se acuerdan de él, para que puedan
tener su Espíritu consigo. Amén” (D. y C. 20:79).
104
Apéndice
Cómo efectuar un bautismo
Bajo la dirección de la autoridad que presida, un presbítero
puede efectuar la ordenanza del bautismo. Para ello, el joven:
1.	 Se para (pone de pie) dentro del agua con la persona que
será bautizada.
2.	 Sujeta con la mano izquierda la muñeca derecha de la
persona (por comodidad y seguridad); la persona que será
bautizada sujeta con la mano izquierda la muñeca izquier-
da del poseedor del sacerdocio.
3.	 Levanta el brazo derecho en forma de escuadra.
4.	 Llama a la persona por su nombre completo y dice:
“Habiendo sido comisionado por Jesucristo, yo te bautizo
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén” (D. y C. 20:73).
5.	 Permite que la persona se tape la nariz con la mano dere-
cha (por comodidad); luego, el poseedor del sacerdocio
coloca la mano derecha sobre la espalda de la persona y la
sumerge completamente, incluso la ropa.
6.	 Ayuda a la persona a salir del agua.
105
Apéndice
Cómo conferir el Sacerdocio Aarónico y
ordenar a un oficio
Cuando lo apruebe la autoridad que presida, un presbítero
puede conferir el Sacerdocio Aarónico y ordenar a alguien a
uno de los oficios.
Para efectuar una ordenación al sacerdocio, uno o más posee-
dores del sacerdocio autorizados colocan las manos suavemen-
te sobre la cabeza de la persona que será ordenada. Entonces,
la persona que efectúa la ordenación:
1.	 Llama a la persona por su nombre completo.
2.	 Menciona la autoridad mediante la cual se efectúa la orde-
nación (el Sacerdocio Aarónico o de Melquisedec).
3.	 Confiere el Sacerdocio Aarónico, a menos que ya se le
haya conferido antes a la persona.
4.	 Ordena a la persona al correspondiente oficio en el Sacer-
docio Aarónico (diácono, maestro o presbítero) y le otorga
los derechos, los poderes y la autoridad que conlleve ese
oficio. (No se otorgan llaves al conferir el sacerdocio ni al
ordenar a uno de sus oficios).
5.	 Pronuncia palabras de bendición conforme se lo indique
el Espíritu.
6.	 Termina en el nombre de Jesucristo.
106
A
l conmemorar el nacimiento de Jesucristo hace dos
milenios, manifestamos nuestro testimonio de la
realidad de Su vida incomparable y de la virtud
infinita de Su gran sacrificio expiatorio. Ninguna otra persona
ha ejercido una influencia tan profunda sobre todos los que
han vivido y los que aún vivirán sobre la tierra.
Él fue el Gran Jehová del Antiguo Testamento y el Mesías
del Nuevo Testamento. Bajo la dirección de Su Padre, Él fue
el Creador de la tierra. “Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3).
Aun cuando fue sin pecado, fue bautizado para cumplir toda
justicia. Él “anduvo haciendo bienes” (Hechos 10:38) y, sin
embargo, fue repudiado por ello. Su Evangelio fue un mensaje
de paz y de buena voluntad. Él suplicó a todos que siguieran
Su ejemplo. Recorrió los caminos de Palestina, sanando a los
enfermos, haciendo que los ciegos vieran y levantando a los
muertos. Enseñó las verdades de la eternidad, la realidad de
nuestra existencia premortal, el propósito de nuestra vida en
la tierra y el potencial de los hijos y de las hijas de Dios en la
vida venidera.
Instituyó la Santa Cena como recordatorio de Su gran sa-
crificio expiatorio. Fue arrestado y condenado por acusa-
ciones falsas, se le declaró culpable para satisfacer a la multi-
tud y se le sentenció a morir en la cruz del Calvario. Él dio Su
vida para expiar los pecados de todo el género humano. La
Suya fue una gran dádiva vicaria en favor de todos los que
habitarían la tierra.
Testificamos solemnemente que Su vida, que es funda-
mental para toda la historia de la humanidad, no comenzó en
Belén ni concluyó en el Calvario. Él fue el Primogénito del
Padre, el Hijo Unigénito en la carne, el Redentor del mundo.
Se levantó del sepulcro para ser las “primicias de los que
durmieron” (1 Corintios 15:20). Como el Señor Resucitado,
anduvo entre aquellos a los que había amado en vida.
También ministró entre Sus “otras ovejas” (Juan 10:16) en la
antigua América. En el mundo moderno, Él y Su Padre
aparecieron al joven José Smith, iniciando así la largamente
prometida “dispensación del cumplimiento de los tiempos”
(Efesios 1:10).
Del Cristo Viviente, el profeta José escribió: “Sus ojos eran
como llama de fuego; el cabello de su cabeza era blanco como
la nieve pura; su semblante brillaba más que el resplandor del
sol; y su voz era como el estruendo de muchas aguas, sí, la voz
de Jehová, que decía:
“Soy el primero y el último; soy el que vive, soy el que fue
muerto; soy vuestro abogado ante el Padre” (D. y C. 110:3–4).
De Él, el Profeta también declaró: “Y ahora, después de los
muchos testimonios que se han dado de él, éste es el testimo-
nio, el último de todos, que nosotros damos de él: ¡Que vive!
“Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos la voz
testificar que él es el Unigénito del Padre;
“que por él, por medio de él y de él los mundos son y
fueron creados, y sus habitantes son engendrados hijos e hijas
para Dios” (D. y C. 76:22–24).
Declaramos en palabras de solemnidad que Su sacerdocio
y Su Iglesia han sido restaurados sobre la tierra, “edificados
sobre el fundamento de… apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20).
Testificamos que algún día Él regresará a la tierra. “Y se
manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la
verá” (Isaías 40:5). Él regirá como Rey de reyes y reinará
como Señor de señores, y toda rodilla se doblará, y toda
lengua hablará en adoración ante Él. Todos nosotros com-
pareceremos para ser juzgados por Él según nuestras obras y
los deseos de nuestro corazón.
Damos testimonio, en calidad de Sus apóstoles debida-
mente ordenados, de que Jesús es el Cristo Viviente, el inmor-
tal Hijo de Dios. Él es el gran Rey Emanuel, que hoy está a la
diestra de Su Padre. Él es la luz, la vida y la esperanza del
mundo. Su camino es el sendero que lleva a la felicidad en esta
vida y a la vida eterna en el mundo venidero. Gracias sean
dadas a Dios por la dádiva incomparable de Su Hijo divino.
EL CRISTO VIVIENTE
EL TESTIMONIO DE LOS APÓSTOLES
LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS
LA PRIMERA PRESIDENCIA EL QUÓRUM DE LOS DOCE
1 de enero de 2000
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  • 1. Cumplir Mi Deber a Dios Para poseedores del Sacerdocio Aarónico
  • 2. Cumplir Mi Deber a Dios Para poseedores del Sacerdocio Aarónico Publicado por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días Salt Lake City, Utah, EE. UU. © 2010 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados Impreso en los Estados Unidos de América Aprobación del inglés: 1/08. Aprobación de la traducción: 1/08 Traducción de Fulfilling My Duty to God: For Aaronic Priesthood Holders Spanish 06746 002 Para ver la versión interactiva de este libro y de otros recursos en línea, visita DutytoGod.lds.org.
  • 3. Mi fotografía Este libro pertenece a:  Diácono Fecha en la que fui ordenado:  Persona que me ordenó:  Maestro Fecha en la que fui ordenado:  Persona que me ordenó:  Presbítero Fecha en la que fui ordenado:  Persona que me ordenó:  Sacerdocio de Melquisedec Fecha en la que recibí el Sacerdocio de Melquisedec:  Persona que me ordenó élder: 
  • 4. Índice de temas Mensaje de la Primera Presidencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Tu Deber a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Diácono Fortaleza espiritual. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Deberes del sacerdocio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Para la fortaleza de la juventud: La salud física. . . . . . . . . . 31 Maestro Fortaleza espiritual. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 Deberes del sacerdocio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Para la fortaleza de la juventud: La educación. . . . . . . . . . . 55 Presbítero Fortaleza espiritual. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Deberes del sacerdocio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Para la fortaleza de la juventud: La familia y las amistades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 La preparación para recibir el Sacerdocio de Melquisedec. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Para los presidentes de quórum. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Para los asesores de quórum y los padres. . . . . . . . . . . . . . . . . 93 Apéndice Ordenanzas del Sacerdocio Aarónico . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles. . . . . . 106 La Familia: Una Proclamación para el Mundo. . . . . . . . . . 107 Notas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
  • 5. 4
  • 6. 5 Mensaje de la Primera Presidencia Vives en una época de grandes oportunidades y desafíos; una época en la que se ha restaurado el sacerdocio. Tienes la autori- dad para administrar las ordenanzas del Sacerdocio Aarónico. A medida que ores y ejerzas esa autoridad con dignidad, podrás bendecir en gran medida la vida de las personas que te rodeen. Este libro, junto con las Escrituras y el folleto Para la fortaleza de la juventud, te ayudará a cumplir tus responsabilidades. Nuestro Padre Celestial tiene gran confianza en ti, cuenta contigo y tiene una importante misión para que la cumplas; te ayudará si acudes a Él en oración, escuchas los susurros del Espíritu, obedeces los mandamientos y guardas los convenios que has hecho. A medida que cumplas tus deberes tendrás un gran sentimiento de logro y estarás preparado para recibir el Sacerdocio de Melquisedec, recibir los convenios y las orde- nanzas del templo, prestar servicio dignamente en una misión, y llegar a ser un padre y un esposo digno. Que el Señor te bendiga en tus empeños. La Primera Presidencia
  • 7. 6
  • 8. 7 Tu Deber a Dios Tú eres un hijo de Dios. En la actualidad, Él ha restaurado Su sacerdocio y te lo ha confiado. El propósito de este libro es ayudarte a: Fortalecer tu testimonio y tu relación con Dios.▪ ▪ Aprender y cumplir tus responsabilidades del sacerdocio.▪ ▪ Aplicar las normas del folleto▪ ▪ Para la fortaleza de la juventud. El Señor ha prometido que, a medida que cumplas tus deberes del sacerdocio, serás santificado por el Espíritu, llegarás a ser el elegido de Dios y en su momento se te dará todo lo que el Padre tiene (véase D. y C. 84:33–38). Tu servicio como posee- dor del sacerdocio llevará grandes bendiciones a las personas que sirvas. “He aquí, tú eres mi hijo… Y tengo una obra para ti” (Moisés 1:4, 6).
  • 9. 8 Tu Deber a Dios Centra tu atención en lo que estás llegando a ser El cumplimiento de tu deber a Dios es una tarea de toda la vida. No consideres este libro como una lista de tareas que debes terminar rápido a fin de ganarte un premio. Mejor concéntrate en la forma en que las actividades que escojas te ayudarán a desarrollar atributos espirituales y a llegar a ser la clase de poseedor del sacerdocio que el Señor desea que seas. No es requisito terminar las actividades de este libro para ser avanzado en el sacerdocio; el propósito de las mismas es prepa- rarte para prestar servicio en el sacerdocio. Aprende, actúa y comparte El Señor ha mandado: “…aprenda todo varón su deber, así como a obrar con toda diligencia en el oficio al cual fuere nom- brado” (D. y C. 107:99). A medida que realices diligentemente las actividades de este libro, tendrás la oportunidad de aprender tus deberes, elaborar tu propio plan para seguirlo y compartir tus experiencias con tus padres y los miembros del quórum. Elabora un plan que vaya de acuerdo con tus intereses y necesidades. El plan debe constituir un reto, pero también debes disfrutarlo. Concéntrate en actividades en las que puedas ejercer el sacerdocio para brindar servicio a los demás. Al elaborar y seguir tu propio plan asumirás la responsabilidad de tu desarrollo espiritual.
  • 10. 9 Tu Deber a Dios En algunas de las actividades de aprendizaje, se te invitará a que escribas tus ideas y sentimientos sobre lo que estudies. Considera la idea de escribirlos en una libreta o en un diario. Cómo obtener ayuda El plan que elabores en este libro es de carácter personal, pero tus padres, los miembros del quórum, el presidente del quórum y otros líderes de la Iglesia te pueden ayudar. Por ejemplo, puedes: Pedirles ayuda a medida que aprendas tus deberes y elabores▪ ▪ tu plan. El presidente del quórum, por ejemplo, posee llaves del sacerdocio para tu quórum y tiene la responsabilidad de ayudarte para que aprendas y cumplas tus deberes del sacerdocio. Compartir tus experiencias con ellos en entrevistas, reunio-▪ ▪ nes y actividades del quórum, así como en conversaciones informales. Eso te servirá para ver el avance que estés logrando y para que cultives la confianza para hablar del Evangelio. Las cosas que compartas también podrían forta- lecer el testimonio de los demás. Invitar a tus padres y a los miembros del quórum a que▪ ▪ también elaboren un plan a fin de que trabajen juntos para seguirlo. Si sigues tu plan con otra persona, ambos se apo- yarán y se darán aliento.
  • 11. 10 Tu Deber a Dios Cómo está organizado este libro Aprenderás principios y elaborarás un plan sobre las siguientes áreas: ▪ ▪ Fortaleza espiritual. El poner en práctica lo que aprendas en esta sección te ayudará a obtener la fortaleza espiritual que necesitas para permanecer en la senda de la rectitud. Adop- tarás el hábito de orar y de leer las Escrituras con regulari- dad, lo cual abarca el estudio de las palabras de los profetas vivientes. Aprenderás y enseñarás las doctrinas del evangelio de Jesucristo. También aprenderás y aplicarás principios que te ayudarán a ser un digno poseedor del sacerdocio. ▪ ▪ Deberes del sacerdocio. El poner en práctica lo que aprendas en esta sección te ayudará a acercarte más al Salvador a me- dida que ejerzas Su sacerdocio. Al representar al Salvador, tu amor por los demás aumentará mientras les brindes servicio. Aprenderás a administrar las ordenanzas del sacerdocio, a ayudar a los demás y a invitar a todos a venir a Cristo. ▪ ▪ Para la fortaleza de la juventud. En esta sección aprenderás en cuanto a algunas normas del folleto Para la fortaleza de la juventud, y la manera de aplicarlas, entre ellas se encuentran las secciones tituladas “La salud física”, “La educación”, “La familia” y “Las amistades”. Al poner en práctica esas normas, podrás servir con más eficacia al Señor y estarás mejor prepa- rado para el futuro.
  • 12. 11 Tu Deber a Dios ▪ ▪ La preparación para recibir el Sacerdocio de Melquisedec. El plan que lleves a cabo en este libro te ayudará a prepararte para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y para ser digno de prestar servicio en una misión de tiempo completo. Cuando seas presbítero, tendrás la oportunidad de elaborar un pro- yecto que te brindará más preparación. Aprenderás sobre los convenios que tú hagas al recibir el Sacerdocio de Melquise- dec y las cualidades que tienen los misioneros eficaces. Para ver la versión interactiva de este libro y otros recursos en línea, visita DutytoGod.lds.org. Certificados Mi Deber a Dios Después de llevar a cabo tus planes de diácono y maestro, recibirás certificados de reconocimiento por el avance que hayas logrado a medida que cumplas tu deber a Dios. Después de que lleves a cabo tu plan de presbítero, lo cual incluye tu proyecto en preparación para recibir el Sacerdocio de Mel- quisedec, recibirás un certificado de reconocimiento por los logros que hayas obtenido durante los años que pasaste como poseedor del Sacerdocio Aarónico.
  • 14. 13 Diácono Fortaleza espiritual El Señor ha exhortado a los poseedores del sacerdocio a “[ser] limpios” (véase D. y C. 38:42). En esta sección aprenderás cómo la dignidad personal está ligada al poder del sacerdocio (véase D. y C. 121:34–46). También elaborarás un plan para adoptar o mejorar el hábito de orar y estudiar las Escrituras con regularidad, lo cual incluye el estudio de las palabras de los profetas vivientes. Esta sección está organizada en las siguientes partes: Ora y estudia las Escrituras▪ ▪ Vive dignamente▪ ▪ Comprende la doctrina▪ ▪
  • 15. 14 Ora y estudia las Escrituras Aprende Estudia detenidamente Josué 1:8;▪ ▪ 1 Nefi 15:23–24; 2 Nefi 32:3; Alma 17:2–3; y D. y C. 21:4–6. Al estudiar, elabora una lista de palabras y frases que describan lo siguiente: 1. La manera en que debes llevar a cabo el estudio de las Escrituras y de las palabras de los profetas vivientes. 2. Las bendiciones que recibirás a medida que estudies las Escrituras y las palabras de los profetas vivientes. Comparte la lista con tus padres, tus líderes del sacerdocio u otros miembros del quórum. Analiza las bendiciones especí- ficas que hayas recibido por seguir el consejo que el Señor ha dado en las Escrituras y mediante los profetas vivientes. En la página siguiente, escribe el plan que tengas para▪ ▪ adoptar o mejorar el hábito de orar y estudiar las Escri- turas con regularidad. Por ejemplo, podrías elaborar un plan para estudiar el Libro de Mormón durante un tiempo determinado cada día. Tu estudio de las Escrituras podría abarcar las palabras de los profetas vivientes que se en- cuentran en los ejemplares de la revista ­Liahona dedicados a la conferencia general. “Deleitaos en las palabras de Cristo” (2 Nefi 32:3).
  • 16. 15 Diácono Actúa Mi plan para desarrollar el hábito de orar y leer las Escrituras con regularidad: Comparte Comparte lo que aprendas de tu▪ ▪ estudio de las Escrituras. Por ejem- plo, podrías compartir lo aprendido con tu familia, tus amigos o en las reuniones de quórum. Esto fortalecerá tu testimonio de lo que aprendas y te ayudará a aprender la manera de enseñar el Evangelio. También fortale- cerá el testimonio de los demás. Tu plan de estudio de las Escrituras podría consistir en escribir el conocimiento que adquieras. Cada vez que estudies las Escrituras, pídele a nuestro Padre Celestial en oración que te ayude a entender lo que leas.
  • 17. 16 Vive dignamente Aprende Lee la sección “El arrepentimien-▪ ▪ to” del folleto Para la fortaleza de la juventud y escribe tus respuestas a las siguientes preguntas en una libreta o un diario: 1. ¿Qué has aprendido en esa sección sobre la Expiación y el arrepentimiento? 2. ¿De qué manera te ayuda el arrepentimiento a progresar espiritualmente? 3. ¿Qué relación existe entre el arrepentimiento, la Expiación y la dignidad personal? Conversa sobre tus respuestas con tus padres o con los miembros del quórum. Analiza la manera en que el arrepen- timiento te preparará para entrar en el templo y participar en ordenanzas sagradas. Elije por lo menos otras tres secciones del folleto▪ ▪ Para la fortaleza de la juventud que te ayudarán a vivir de manera digna. Estudia las normas de esas secciones y anota las cosas que harás para vivir esas normas y para ayudar a los demás a hacer lo mismo. “…quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más” (D. y C. 58:42).
  • 18. 17 Diácono Actúa Secciones de Para la fortaleza de la juventud que estudiaré: Cosas específicas que haré para vivir esas normas y ayudar a los demás a hacer lo mismo: Comparte Después de estudiar y aplicar esas▪ ▪ normas, comparte con tus padres o con los miembros del quórum lo que hayas aprendido, la forma en que esto influye en tu vida y el tipo de persona que estás llegando a ser. Considera la posibilidad de estudiar y aplicar los principios de las secciones “El modo de vestir y la apariencia”, “La diversión y los medios de comunica- ción” o “El lenguaje” que se hallan en Para la fortaleza de la juventud.
  • 19. 18 Comprende la doctrina Aprende Lee Doctrina y Convenios 11:21.▪ ▪ ¿Qué promesas hace el Señor a los que estudian Su palabra? Necesitarás tener una comprensión básica y un testimonio de las verdades del Evan- gelio a fin de cumplir los deberes que tienes ahora como poseedor del sacerdocio y los que tendrás en el futuro como misionero de tiempo completo y como esposo y padre. Consulta la lista de temas doctrinales de la página 20 y esco-▪ ▪ ge cuatro o más sobre los que te gustaría aprender más. Uno de ellos debe ser “El sacerdocio y las llaves del sacerdocio”. Puedes recurrir a las Escrituras (incluso la Guía para el Estudio de las Escrituras), Leales a la fe, Predicad Mi Evangelio y las palabras de los profetas de los últimos días para aprender sobre esos temas. Elabora un bosquejo sencillo de cada tema que estudies. El▪ ▪ bosquejo podría incluir: (1) una definición del tema, (2) en- señanzas y ejemplos de las Escrituras y de tu propia vida y (3) tus ideas y sentimientos en cuanto a la importancia del tema. Para ver ejemplos de bosquejos, consulta Predicad Mi Evangelio (capítulos 2 y 3) o visita DutytoGod.lds.org. “Y os mando que os enseñéis el uno al otro la doctrina del reino” (D. y C. 88:77).
  • 20. 19 Diácono Actúa Temas doctrinales que estudiaré: Comparte Utiliza los bosquejos que hayas pre-▪ ▪ parado para enseñar a otras personas sobre los temas doctrinales que esco- giste. Conversa con tus padres y tus líderes de quórum para determinar cuándo podrías hacerlo. Cuándo enseñaré sobre esos temas: A medida que aprendas en cuanto al sacerdocio, considera la idea de estudiar D. y C. 4; 13; 20:46–60; 84:18–27; 107:1–21; 121:34–46; 124:142–143. También considera estudiar otros pasajes que figuren en la Guía para el Estudio de las Escrituras.
  • 21. 20 Diácono Temas doctrinales La Trinidad▪ ▪ El plan de salvación▪ ▪ La expiación de Jesucristo▪ ▪ Los profetas▪ ▪ La Apostasía y la restauración del Evangelio▪ ▪ La restauración del sacerdocio▪ ▪ El sacerdocio y las llaves del sacerdocio▪ ▪ El servicio▪ ▪ Los convenios y las ordenanzas▪ ▪ La fe▪ ▪ El arrepentimiento▪ ▪ El bautismo▪ ▪ El don del Espíritu Santo▪ ▪ La oración y la revelación personal▪ ▪ El albedrío▪ ▪ Los templos▪ ▪ La familia eterna y la obra de historia familiar▪ ▪ La ley de castidad▪ ▪ La Palabra de Sabiduría▪ ▪ El diezmo▪ ▪
  • 22. 21 Diácono Repaso Hacia el final de tus años de diácono, conversa con tus padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas tenido al seguir tu plan de orar y estudiar las Escrituras, de vi- vir dignamente y de comprender la doctrina. Analiza la forma en que el llevar a cabo esas actividades te ayuda a fortalecer tu testimonio y tu relación con nuestro Padre Celestial. Mi firma Fecha Firma de uno de los padres o de un líder Fecha
  • 24. 23 Diácono El Señor ha dicho que todo poseedor del sacerdocio debe “…[aprender]… su deber” y “obrar con toda diligencia” (véase D. y C. 107:99). Esta sección te ayudará a aprender y a cumplir tus deberes como diácono, los cuales se explican en Doctrina y Convenios 20:57, 59; 84:111. Tus deberes se organi- zan en tres grupos: Administrar las ordenanzas del sacerdocio▪ ▪ Los diáconos reparten la Santa Cena. Prestar servicio a los demás▪ ▪ Los diáconos ayudan al obispo a “…administrar… las cosas temporales” (D. y C. 107:68). Eso podría incluir recoger las ofrendas de ayuno, cuidar a los pobres y necesitados, cuidar el centro de reuniones y los jardines, servir de mensajero del obispo en las reuniones de la Iglesia y cumplir otras asigna- ciones que recibas del presidente del quórum. Invitar a todos a venir a Cristo▪ ▪ Los diáconos tienen que “…velar por la iglesia y… ser sus ministros residentes” (D. y C. 84:111). Tienen que “…amo- nestar, exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo” (D. y C. 20:59). Eso incluye ser un buen ejemplo, hermanar a los miembros del quórum y a otras personas, informar a los miembros sobre las reuniones de la Iglesia, discursar en las reuniones, compartir el Evangelio y dar testimonio.
  • 25. 24 Administra las ordenanzas del sacerdocio Aprende Lee Doctrina y Convenios 20:76–79.▪ ▪ ¿Qué representan el pan y el agua de la Santa Cena? Lee Lucas 22:19–20 y 3 Nefi 18:1–11. ¿A quién representas al repartir la Santa Cena? Hazles a tus padres o a los líderes del▪ ▪ quórum las preguntas siguientes y escribe sus respuestas: 1. ¿Qué significa para ustedes la ordenanza de la Santa Cena? 2. ¿Qué puedo hacer yo como diácono para ayudarles a tener una experiencia edificante con la Santa Cena? Después de conversar con tu quórum, escribe en la siguiente▪ ▪ página lo que harás para repartir la Santa Cena de manera tal que demuestre reverencia hacia el Salvador y Su expia- ción, y que motive a los demás a hacer lo mismo. También escribe lo que harás para tener una experiencia más edifican- te al participar de la Santa Cena. “Y siempre procuraréis hacer esto, tal como yo lo he hecho, así como he partido pan y lo he bendecido y os lo he dado” (3 Nefi 18:6).
  • 26. 25 Diácono Actúa Las cosas que haré para demostrar reverencia al repartir la Santa Cena y para motivar a los demás a hacer lo mismo: Lo que haré para tener una experiencia más edificante al parti- cipar de la Santa Cena: Comparte Después de seguir tu plan, conversa▪ ▪ con los miembros de tu quórum sobre la forma en que tus experiencias con la Santa Cena te han servido para ser más reverente. Al elaborar tu plan, ten en cuenta cosas como tu modo de vestir, tus pensamientos y el comportamiento que demuestras antes y durante la ordenanza.
  • 27. 26 Presta servicio a los demás Aprende Escribe lo que aprendas sobre el▪ ▪ servicio a los demás de los siguientes pasajes de las Escrituras: Santiago 1:27, Mosíah 2:17 y Mosíah 18:8–10. Habla con uno de tus padres o con un líder de quórum acerca de la relación que existe entre el ser poseedor del sacerdocio y el servicio a los demás. Intercambia ideas con los miembros del quórum en cuanto a▪ ▪ las oportunidades que tienen de prestar servicio a los demás (pide al obispo o a los líderes de quórum que te den ideas). Como poseedor del Sacerdocio Aarónico tú prestas servicio a los demás al ayudar al obispo o al presidente de rama a “…administrar… las cosas temporales” (D. y C. 107:68). Eso podría incluir cuidar a los pobres y necesitados, limpiar el centro de reuniones y los jardines, recoger las ofrendas de ayuno y cumplir las asignaciones que recibas del presidente del quórum. También podría incluir proyectos de servicio que tú decidas realizar por tu cuenta. Haz una lista de cosas concretas que tu quórum hará para▪ ▪ prestar servicio. También planea varias cosas que harás por tu cuenta para prestar servicio, incluso el servicio a los inte- grantes de tu familia. “…cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).
  • 28. 27 Diácono Actúa El plan de mi quórum para prestar servicio: Mi plan personal para prestar servicio: Comparte Comparte con uno de tus padres o▪ ▪ con los miembros de tu quórum algu- nas experiencias que hayas tenido al prestar servicio a otras personas. Por ejemplo, podrías hablar de la forma en que el prestar servicio ha influido en ti y en las personas a las que hayas servido. Invita a tus padres a prestar servicio contigo; ésa es una buena manera de estrechar tus lazos con ellos y mejorar la calidad del servicio que prestes.
  • 29. 28 Invita a todos a venir a Cristo Aprende Lee Doctrina y Convenios 20:59. ¿Qué▪ ▪ significa para ti la frase “venir a Cris- to”? Comparte tus ideas y sentimien- tos con un líder de quórum o con tus padres, y pregúntales qué significa esa frase para ellos. Fíjate en el contraste que existe entre el relato misional de▪ ▪ Ammón (Alma 17–19) y el de Coriantón (Alma 39:1–11). ¿Qué influencia tuvo la forma de actuar de ellos en las personas a las que enseñaron? Considera cómo puedes dar un buen ejemplo que contribuya a que las personas vengan a Cristo. Piensa en familiares y en amigos a los que podrías invitar a▪ ▪ venir a Cristo. Anota sus nombres y lo que harás para ayu- darles (por ejemplo: invitarlos a una actividad de la Iglesia, o darles un ejemplar del Libro de Mormón o una revista de la Iglesia). “…sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en espíritu, en fe y en pureza” (1 Timoteo 4:12).
  • 30. 29 Diácono Actúa Maneras en que daré un buen ejemplo a los demás: Nombres de las personas que ayudaré a venir a Cristo y cómo lo haré: Comparte Escribe en un diario o en una libreta▪ ▪ las experiencias que tengas al invi- tar a otras personas a venir a Cristo. También escribe las maneras en las que creas que podrías llegar a ser un mejor misionero. Considera la idea de com- partir tus experiencias con los demás. Puedes ser misionero mucho tiempo antes de ser llamado a prestar servicio en una misión de tiempo completo. Piensa en la forma en que puedes serlo en el hogar, en la escuela y con tus amigos.
  • 31. 30 Diácono Repaso Hacia el final de tus años de diácono, conversa con tus padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas tenido al seguir tu plan de administrar las ordenanzas del sacerdocio, de prestar servicio a los demás y de invitar a todos a venir a Cristo. Analiza la forma en que hayas bendecido a los demás mediante el servicio en el sacerdocio. Comenta cómo tus experiencias te ayudan para llegar a ser un fiel siervo en el sacerdocio. Mi firma Fecha Firma de uno de los padres o de un líder Fecha
  • 32. 31 Diácono Para la fortaleza de la juventud: La salud física Después de que hayas comenzado a trabajar en tu plan en cuanto a la “fortaleza espiritual” y los “deberes del sacerdo- cio”, elabora un proyecto en base a las normas que se indican en la sección “La salud física” del folleto Para la fortaleza de la juventud. Los pasos de las páginas siguientes te servirán de guía. El proyecto debe exigir esfuerzo y que se le dedique una cantidad considerable de tiempo; debe estar basado en tus propios intereses y necesidades, y debe marcar la pauta que te ayudará a obtener y mantener tu salud física a lo largo de la vida. Paso 1: Aprende Lee la sección “La salud física” en el folleto Para la fortaleza de la juventud, y estudia los siguientes pasajes de las Escrituras: Doctrina y Convenios 88:124, Doctrina y Convenios 89 y 1 Corintios 3:16–17. Determina los principios que guarden relación con la salud física. Escribe tus respuestas a las siguientes preguntas y compár- telas con uno de tus padres, un líder El paso 1 lo puedes hacer con el quórum. También considera la idea de realizar tu proyecto junto con otra persona, tal como un miembro del quórum, uno de tus padres o un líder. De ese modo, ambos podrán apoyarse y fortalecerse.
  • 33. 32 del sacerdocio o con los miembros del quórum: 1. ¿Por qué es importante estar física- mente saludable? ¿De qué manera te ayudará el estar físicamente saludable a cumplir tus deberes del sacerdocio (incluso como mi- sionero, padre y en el servicio a los demás)? 2. ¿Cuáles son las ventajas espiritua- les de estar físicamente saludable? ¿Cuáles son las consecuencias espirituales de no cuidar del cuerpo debidamente? Paso 2: Elabora un proyecto Elabora un proyecto que te ayudará a aplicar lo que hayas aprendido en cuanto a la salud física. El proyecto debe constar de dos partes: (1) ejercicio con regularidad y (2) nutrición. Pide a uno de tus padres o a uno de tus líderes que apruebe el pro- yecto antes de que comiences a llevarlo a cabo. Los siguientes son algunos ejemplos de cosas que podrías incluir en cada parte del proyecto: “…el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3:17).
  • 34. 33 Diácono Ejemplos: Ejercicio con regularidad Elabora una tabla de ejercicio mensual. Incluye una variedad▪ ▪ de ejercicios que te sirvan para estar físicamente en forma, tales como correr, andar en bicicleta o practicar un deporte. Aprende a jugar un deporte y practícalo.▪ ▪ Aumenta tu capacidad para realizar una actividad física que▪ ▪ ya practiques. Ejemplos: Nutrición Comprométete a observar la Palabra de Sabiduría. Incluye▪ ▪ lo siguiente en tu compromiso: (a) cómo evitarás situaciones en las que pudieras verte tentado a romper tu compromiso y (b) cómo reaccionarás ante las tentaciones (por ejemplo, la manera en la que le explicarías a los demás por qué obedeces la Palabra de Sabiduría). Aprende los principios de la nutrición equilibrada que se▪ ▪ encuentran en Doctrina y Convenios 89 y en libros, internet y otras fuentes de información. Enseña a tu familia o a los miembros del quórum lo que descubras. Lleva un control de los alimentos que comas durante un mes, y luego realiza los cambios en tu dieta en base a lo que hayas aprendido en cuanto a la nutrición. Aprende a preparar tres comidas equilibradas. Prepáralas▪ ▪ para tu familia.
  • 35. 34 Diácono Mi proyecto Ejercicio con regularidad Nutrición Aprobación de uno de los padres o de un líder Fecha aproximada de finalización Mi firma Fecha en que se terminó
  • 36. 35 Diácono Paso 3: Da un informe de tus experiencias En el siguiente espacio en blanco, escribe lo que hayas aprendi- do al llevar a cabo el proyecto y cómo aplicarás esa enseñanza a largo de tu vida. Da un informe de tus experiencias a tu familia o a los miembros del quórum.
  • 38. 37 Maestro Fortaleza espiritual El Señor ha exhortado a los poseedores del sacerdocio a “[ser] limpios” (véase D. y C. 38:42). En esta sección podrás profundi- zar tu comprensión de la relación que existe entre la dignidad personal y el poder del sacerdocio (véase D. y C. 121:34–46). También elaborarás un plan para fortalecer el hábito de orar y estudiar las Escrituras con regularidad, eso incluye el estudio de las palabras de los profetas vivientes. Esta sección está organizada en las siguientes partes: Ora y estudia las Escrituras▪ ▪ Vive dignamente▪ ▪ Comprende la doctrina▪ ▪
  • 39. 38 Ora y estudia las Escrituras Aprende Piensa en tus oraciones personales.▪ ▪ ¿Con qué frecuencia oras? ¿Cómo te sientes al hacerlo? Estudia Santiago 1:5–6; Alma 34:17–28; 3 Nefi 18:15–21; y Moroni 10:3–5. Determina los prin- cipios que pueden contribuir a que tus oraciones sean más significativas y las bendiciones que recibirás si oras siempre. Estudia detenidamente Helamán 3:29–30 y Doctrina y Con-▪ ▪ venios 18:33–36; 84:85. Al estudiar, busca palabras y frases que describan lo siguiente: 1. La manera en que debes llevar a cabo el estudio de las Escrituras y las palabras de los profetas vivientes. 2. Las bendiciones que recibirás a medida que estudies las Escrituras y las palabras de los profetas vivientes. En la página siguiente, escribe el plan que tengas para mejo-▪ ▪ rar tus oraciones y tu estudio personal de las Escrituras du- rante los años que seas maestro. Tu estudio de las Escrituras podría abarcar las palabras de los profetas vivientes que se encuentran en los ejemplares de la revista ­Liahona dedicados a la conferencia general. “Ora siempre para que salgas triunfante; sí, para que venzas a Satanás” (D. y C. 10:5).
  • 40. 39 Maestro actúa Mi plan para fortalecer el hábito de orar y leer las Escrituras con regularidad: Comparte Comparte lo que aprendas de tu estudio de las Escrituras .▪▪▪ Por ejemplo, podrías compartir lo aprendido con tu familia, con amigos, en seminario o en las reuniones de quórum . trata de que compartir lo que aprendas se convier- ta en un hábito . Esto fortalecerá tu testimonio y te ayudará a aprender la manera de enseñar el Evangelio . también fortalecerá el testimonio de los demás . Considera la idea de coordinar el estudio de las Escrituras con lo que estudies en seminario, en la Escuela Dominical o con tu familia.
  • 41. 40 Vive dignamente Aprende Escudriña Doctrina y Convenios▪ ▪ 121:41–45, y anota los principios que rigen el uso del sacerdocio. A con- tinuación, haz lo siguiente (pídele ayuda a uno de tus padres o a un líder del sacerdocio si es posible): 1. Busca la definición de las palabras que no entiendas. 2. Piensa en algunas maneras de poner en práctica esos principios. Escudriña los versículos 45 y 46 y determina las bendiciones que se reciben por vivir los principios que ahí se señalan. Repite los pasos 1 y 2 con respecto a cada una de esas bendiciones. Estudia Doctrina y Convenios 63:16 y determina las con-▪ ▪ secuencias de tener pensamientos impuros. Fíjate en el contraste que existe entre esas advertencias y las bendiciones de dejar que “la virtud engalane tus pensamientos incesan- temente” (D. y C. 121:45). Elije por lo menos cuatro secciones del folleto Para la fortaleza de la juventud para estudiarlas; considera la idea de centrarte en las secciones que te ayuda- rán a tener pensamientos virtuosos. En particular, medita en cuanto a lo que puedes hacer para evitar los peligros que se describen en Doctrina y Convenios 63:16. “…deja que todos tus pensamientos se dirijan al Señor” (Alma 37:36).
  • 42. 41 Maestro Actúa Secciones de Para la fortaleza de la juventud que estudiaré: Cosas específicas que haré para vivir estas normas y ayudar a los demás a hacer lo mismo: Comparte Comparte con uno de tus padres o▪ ▪ con un líder del sacerdocio la manera en que el vivir esas normas ha influi- do en ti y en las personas que te ro- dean. Al hacerlo, habla acerca del tipo de persona que estás llegando a ser. Considera la idea de aplicar las normas que se hallan en el folleto Para la fortaleza de la juventud para evaluar la música que escuchas y las películas que ves. Realiza los cambios que sean necesarios.
  • 43. 42 Comprende la doctrina Aprende Escribe algunas preguntas que las▪ ▪ personas que no sean de nuestra religión podrían tener en cuanto a las creencias de la Iglesia. ¿Qué temas doctrinales podrías estudiar para responder a esas preguntas? Repasa la lista de temas doctrinales▪ ▪ que estudiaste cuando eras diácono (véase la página 20). Haz los cambios correspondientes en el bosquejo “El sacerdocio y las llaves del sacerdocio” en base a tus experiencias y a tu estudio adicional. Elije cuatro o más temas sobre los cuales te gustaría aprender y enseñar (véase la página 44), y escribe los que hayas elegido en la página siguiente. Puedes recurrir a las Escrituras (incluso la Guía para el Estudio de las Escri- turas), Leales a la fe, Predicad Mi Evangelio y las palabras de los profetas de los últimos días para aprender sobre esos temas. Elabora un bosquejo sencillo de cada tema que estudies. El▪ ▪ bosquejo podría incluir: (1) una definición del tema, (2) en- señanzas y ejemplos de las Escrituras y de tu propia vida y (3) tus ideas y sentimientos en cuanto a la importancia del tema. Para ver ejemplos de bosquejos, consulta Predicad Mi Evangelio (capítulos 2 y 3) o visita DutytoGod.lds.org. “…los élderes, presbíteros y maestros de esta iglesia enseñarán los principios de mi evangelio” (D. y C. 42:12).
  • 44. 43 Maestro Actúa Temas doctrinales que estudiaré: Comparte Con los bosquejos que hayas preparado, enseña a otras▪ ▪ personas sobre los temas doctrinales que escogiste. Puedes hacerlo en un entorno formal (como una noche de hogar, una reunión del sacerdocio, seminario, una reunión sacramental o los ejercicios de apertura de la mu- tual) o puedes hacerlo durante una conversación con un amigo. Cuándo enseñaré sobre esos temas: Considera la idea de pedirle a tu maestro de seminario que te brinde oportunidades de compartir en clase lo que aprendas sobre dichas doctrinas.
  • 45. 44 Maestro Temas doctrinales La Trinidad▪ ▪ El plan de salvación▪ ▪ La expiación de Jesucristo▪ ▪ Los profetas▪ ▪ La Apostasía y la restauración del Evangelio▪ ▪ La restauración del sacerdocio▪ ▪ El sacerdocio y las llaves del sacerdocio▪ ▪ El servicio▪ ▪ Los convenios y las ordenanzas▪ ▪ La fe▪ ▪ El arrepentimiento▪ ▪ El bautismo▪ ▪ El don del Espíritu Santo▪ ▪ La oración y la revelación personal▪ ▪ El albedrío▪ ▪ Los templos▪ ▪ La familia eterna y la obra de historia familiar▪ ▪ La ley de castidad▪ ▪ La Palabra de Sabiduría▪ ▪ El diezmo▪ ▪
  • 46. 45 Maestro Repaso Hacia el final de tus años de maestro, conversa con tus padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas tenido al seguir tu plan de orar y estudiar las Escrituras, de vi- vir dignamente y de comprender la doctrina. Analiza la forma en que el llevar a cabo esas actividades te ayuda a fortalecer tu testimonio y tu relación con nuestro Padre Celestial. Mi firma Fecha Firma de uno de los padres o de un líder Fecha
  • 47. 46 Maestro Deberes del sacerdocio El Señor ha dicho que todo poseedor del sacerdocio debe “… [aprender]… su deber” y “obrar con toda diligencia” (véase D. y C. 107:99). Esta sección te ayudará a aprender y a cumplir tus deberes como maestro, los cuales se explican en Doctrina y Convenios 20:53–59; 84:111 y también abarcan todos los deberes de los diáconos (véase la página 23). Tus deberes se organizan en tres grupos:
  • 48. 47 Maestro Administrar las ordenanzas del sacerdocio▪ ▪ Los maestros preparan y reparten la Santa Cena. Prestar servicio a los demás▪ ▪ Los maestros ayudan al obispo a “administrar… las cosas temporales” (D. y C. 107:68). Eso podría incluir recoger las ofrendas de ayuno, cuidar a los pobres y necesitados, cuidar el centro de reuniones y los jardines, servir de mensajero del obispo en las reuniones de la Iglesia y cumplir otras asigna- ciones que recibas del presidente del quórum. Invitar a todos a venir a Cristo▪ ▪ Los maestros deben “velar siempre por los miembros de la iglesia, y estar con ellos y fortalecerlos” (D. y C. 20:53). Una forma de hacerlo es mediante el servicio como maestro orientador. Los maestros también deben “cuidar de que no haya iniquidad en la iglesia, ni aspereza entre uno y otro, ni mentiras, ni difamaciones, ni calumnias; y ver que los miembros de la iglesia se reúnan con frecuencia” (D. y C. 20:54–55). Tal responsabilidad abarca ser pacificador, ser ejemplo de integridad y rectitud moral e invitar a los demás a asistir a la Iglesia. Los maestros continúan la labor de “amonestar, exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo” (D. y C. 20:59). Esto incluye ser un buen ejemplo, hermanar a los miembros del quórum y a otras personas, discursar en las reu- niones de la Iglesia, compartir el Evangelio y dar testimonio.
  • 49. 48 Administra las ordenanzas del sacerdocio Aprende Lee Doctrina y Convenios 38:42. La▪ ▪ orden de “Sed limpios, los que lleváis los vasos del Señor” cobra un signifi- cado especial al cumplir tu deber de preparar la Santa Cena. En la antigüe- dad, un grupo de sacerdotes llevaba los utensilios, tales como tazas o tazones, para que se utili- zaran en el templo (véase Esdras 1:5–11). En la actualidad, tú portas los utensilios que contienen el pan y el agua de la Santa Cena en memoria de la expiación de Jesucristo. Lee Mateo 26:26–28. En la página siguiente, escribe tus res-▪ ▪ puestas a estas preguntas: 1. ¿Qué puedes hacer para preparar la Santa Cena de mane- ra reverente y dignificada (aun cuando la mayoría de las personas no te verán llevar a cabo esa responsabilidad)? 2. ¿Cómo puedes dar un buen ejemplo a los diáconos si se te pide que repartas la Santa Cena? “…tomó el pan y lo partió y lo bendijo; y dio a los discípulos y les mandó que comiesen” (3 Nefi 18:3).
  • 50. 49 Maestro Actúa Mi plan para preparar la Santa Cena en una manera reverente y dignificada: Mi plan para dar un buen ejemplo a los diáconos si se me pide que reparta la Santa Cena: Comparte Después de seguir tu plan, conversa▪ ▪ con los miembros de tu quórum sobre la forma en que tus experiencias han influido en lo que sientes hacia la Santa Cena y el Salvador. Medita sobre el modo en que debas responder ante la oportunidad de ayudar a los diáconos a repartir la Santa Cena.
  • 51. 50 Presta servicio a los demás Aprende Fíjate en el contraste que existe entre▪ ▪ la actitud de Nefi y la de Lamán y Lemuel de cómo respondieron a las asignaciones que recibieron (véase 1 Nefi 2:16–18; 3:1–7, 28–31; 4:1–2; 17:7–19, 50–51; 18:1–4). En la página siguiente, escribe varias frases que encuentres durante el estudio que representen la actitud que debemos tener al cumplir nuestras responsabilidades. Considera la idea de compartir la lista de frases con los miembros del quórum. Ejemplo: “Seamos fieles” (1 Nefi 4:1) Intercambia ideas con el quórum en cuanto a las oportuni-▪ ▪ dades que tengan de prestar servicio a los demás (pide al obispo o a los líderes del quórum que te den ideas). Haz una lista de cosas concretas que tu quórum hará para prestar ser- vicio. También planea varias cosas que harás por tu cuenta para prestar servicio, incluso prestar servicio a los integran- tes de tu familia. “Cada uno dé… no con tristeza… porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).
  • 52. 51 Maestro Actúa El plan de mi quórum para prestar servicio: Mi plan personal para prestar servicio: Comparte Comparte con uno de tus padres, con un líder o con los▪ ▪ miembros del quórum algunas de las experiencias que hayas tenido al prestar servicio a los demás. Por ejemplo, podrías hablar de la forma en que tus actos de servicio han influido en las personas a las que hayas ayudado, y de la forma en que tu actitud ha influido en tus experien- cias. También podrías conversar de la forma en que dichas experiencias te ayudan a prestar servicio a Jesucristo (véase Mateo 25:35–40) y ser más como Él. Invita a tus padres a realizar la actividad de aprendizaje contigo. Agrega a tu lista las frases que ellos encuentren.
  • 53. 52 Invita a todos a venir a Cristo Aprende Lee Doctrina y Convenios 20:53. Co-▪ ▪ mo parte de tu deber de “velar siem- pre por los miembros de la iglesia, y estar con ellos y fortalecerlos”, ahora tendrás la oportunidad de prestar servicio como maestro orientador. Conversa con tu presidente de quó- rum, tus padres o con tu compañero de orientación familiar sobre lo que podrías hacer para llegar a ser un buen maestro orientador. Lee Alma 17:2–3, 9 y escribe lo que los hijos de Mosíah hicie-▪ ▪ ron a fin de prepararse para el servicio misional. Considera las maneras en que puedes seguir su ejemplo. Continúa en tu empeño de compartir el Evangelio. Piensa en▪ ▪ familiares y amigos a los que podrías invitar a venir a Cristo. Anota sus nombres y lo que harás para ayudarles (podrías invitarlos a una actividad de la Iglesia o darles un ejemplar del Libro de Mormón o una revista de la Iglesia). “…se habían dedicado a mucha oración y ayuno… y cuando enseñaban, lo hacían con poder y autoridad de Dios” (Alma 17:3).
  • 54. 53 Maestro Actúa Mi plan para llegar a ser un buen maestro orientador: Nombres de las personas a las que ayudaré a venir a Cristo y cómo lo haré: Comparte Después de seguir tu plan, comparte▪ ▪ con uno de tus padres o con los líderes del quórum las experiencias que ha- yas tenido como maestro orientador y al compartir el Evangelio. Habla de la forma en que esas experiencias te ayu- dan a prepararte para prestar servicio en una misión de tiempo completo. Tu plan de llegar a ser un buen maestro orientador podría incluir determinar qué necesidades e intereses tienen las familias a las que visites.
  • 55. 54 Maestro Repaso Hacia el final de tus años como maestro, conversa con tus padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas tenido al seguir tu plan de administrar las ordenanzas del sacerdocio, de prestar servicio a los demás y de invitar a todos a venir a Cristo. Analiza la forma en que hayas bendeci- do a los demás mediante el servicio en el sacerdocio. Comenta cómo tus experiencias te ayudan para llegar a ser un fiel siervo en el sacerdocio. Mi firma Fecha Firma de uno de los padres o de un líder Fecha
  • 56. 55 Maestro Para la fortaleza de la juventud: La educación Después de que hayas comenzado a trabajar en tus planes en cuanto a la “fortaleza espiritual” y los “deberes del sacer- docio”, elabora un proyecto que se base en las normas de la sección “La educación” del folleto Para la fortaleza de la juven- tud. Los pasos de las páginas siguientes te servirán de guía. El proyecto debe exigir esfuerzo y que se le dedique una cantidad considerable de tiempo; también debe estar basado en tus propios intereses y necesidades, y debe ayudarte a establecer un patrón de aprendizaje de por vida. Paso 1: Aprende A fin de aprender sobre la importancia de adquirir conocimiento, estudia la sec- ción titulada “La educación” del folleto Para la fortaleza de la juventud y Doctrina y Convenios 88:77–80, 118. Con la ayuda de esos versículos, determina (a) lo que el Señor desea que aprendas, (b) por qué desea que lo aprendas y (c) cómo desea que lleves acabo el aprendizaje. Lee “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” y determina tu función Algunos aspectos de tu proyecto podrían ser actividades de quórum (por ejemplo, visitar un lugar de trabajo o un centro de recursos de empleo).
  • 57. 56 como futuro esposo y padre (véase la página 107 de este libro). Escribe tus respuestas a las siguientes preguntas y analízalas con tus padres o con los miembros del quórum: 1. ¿Cuáles son las ventajas de obtener una formación académica? 2. ¿De qué manera te ayudará el ob- tener una formación académica a cumplir tus deberes del sacerdocio (incluso los de esposo y padre, y en el servicio a los demás)? Paso 2: Elabora un proyecto Elabora un proyecto que te ayude a poner en práctica lo que hayas aprendido en cuanto al obtener formación académica. El proyecto debe constar de dos partes: (1) un plan para obtener una formación académica y (2) un plan para explorar futuras opciones de empleo. Pide a uno de tus padres o a uno de tus líderes que apruebe el proyecto antes de que comiences a lle- varlo a cabo. Los siguientes son algunos ejemplos de cosas que podrías incluir en cada parte del proyecto: Ejemplos: La educación Haz una lista de lo que hagas bien en la escuela. Luego haz▪ ▪ otra lista de lo que podrías hacer para ser un mejor estu- diante. Cumple lo que has escrito en la lista y fíjate en el “…buscad palabras de sabiduría de los mejores libros; buscad conocimiento, tanto por el estudio como por la fe” (D. y C. 88:118).
  • 58. 57 Maestro cambio que se produzca en tu desempeño, tu actitud hacia los estudios, etc. Elabora un plan para obtener formación académica o capa-▪ ▪ citación. Considera la idea de incluir en tu plan los nombres de las instituciones educativas a las que te gustaría asistir o el tipo de capacitación que quisieras recibir. También anota lo que tengas que hacer a fin de ser aceptado en una institución o programa de capacitación, y las opciones que existan para financiar esos estudios. Escoge una asignatura que te interese y que no estés estu-▪ ▪ diando en la escuela, y lleva a cabo una investigación inde- pendiente sobre ella. Comparte lo que aprendas al respecto mediante una presentación o por escrito. Ejemplos: El empleo Averigua en cuanto a profesiones u ocupaciones que te▪ ▪ interesen. Eso podría incluir la visita a lugares de trabajo y entrevistar a personas que trabajen allí. Visita el centro de recursos de empleo SUD de tu localidad y▪ ▪ conversa con alguien del personal acerca de las profesiones u ocupaciones que estés considerando para el futuro. Pregunta a la persona qué necesitarías a fin de obtener un empleo en los campos que te interesen. Comparte lo que aprendas al respec- to en una reunión de quórum o en una actividad de la mutual. Si percibes un ingreso, elabora un plan de ahorros y gastos▪ ▪ personales, y síguelo. El plan debe incluir el pago de diezmos
  • 59. 58 Maestro y ahorrar dinero para la misión. Comparte el plan con tus padres o con los miembros del quórum. Mi proyecto Educación Empleo Aprobación de uno de los padres o de un líder Fecha aproximada de finalización Mi firma Fecha en que se terminó
  • 60. 59 Maestro Paso 3: Da un informe de tus experiencias En el siguiente espacio en blanco, escribe lo que hayas aprendi- do al llevar a cabo el proyecto y cómo te ha ayudado a prepa- rarte para tus futuras responsabilidades. Da un informe de tus experiencias a tu familia o a los miembros del quórum.
  • 62. 61 Presbítero Fortaleza espiritual El Señor ha exhortado a los poseedores del sacerdocio a “[ser] limpios” (véase D. y C. 38:42). En esta sección podrás profundi- zar tu comprensión de la relación que existe entre la dignidad personal y el poder del sacerdocio (véase D. y C. 121:34–46). También elaborarás un plan para fortalecer el hábito de orar y estudiar las Escrituras con regularidad, lo cual incluye el estu- dio de las palabras de los profetas vivientes. Esta sección está organizada en las siguientes partes: Ora y estudia las Escrituras▪ ▪ Vive dignamente▪ ▪ Comprende la doctrina▪ ▪
  • 63. 62 Ora y estudia las Escrituras Aprende Reflexiona en cuanto a las siguien-▪ ▪ tes preguntas y considera la idea de escribir tus respuestas en una libreta o en un diario de estudio: 1. ¿Qué efecto surte el orar y estudiar las Escrituras constantemente en (a) tu capacidad para guardar los mandamientos, (b) tu relación con tu familia y (c) tu relación con Dios? 2. ¿Qué pasajes de las Escrituras son particularmente signifi- cativos para ti? ¿Por qué? 3. Específicamente, ¿qué aprendiste de los profetas vivientes en la conferencia general más reciente? ¿Qué bendicio- nes has recibido al poner en práctica los consejos que recibiste? En la siguiente página, escribe el plan que tengas para orar y▪ ▪ estudiar las Escrituras con fervor durante tus años de presbí- tero. Tu estudio de las Escrituras podría abarcar las palabras de los profetas vivientes que se encuentran en los ejemplares de la revista ­Liahona dedicados a la conferencia general. “…eran hombres de sano entendimiento, y habían escudriñado diligentemente las Escrituras para conocer la palabra de Dios” (Alma 17:2).
  • 64. 63 Presbítero Actúa Mi plan para fortalecer el hábito de orar y leer las Escrituras con regularidad: Comparte Comparte lo que aprendas de tu estudio de las Escrituras.▪ ▪ Por ejemplo, podrías compartir lo aprendido con tu familia, con amigos, en seminario o en las reuniones de quórum. Trata de que se convierta en un hábito el compartir lo que aprendas. Esto fortalecerá tu testimonio y te ayudará a aprender la manera de enseñar el Evangelio. También fortalecerá el testimonio de los demás. Cada vez que estudies, ofrece primero una oración para pedir la inspiración del Espíritu Santo. Considera la idea de apuntar las impresiones que recibas.
  • 65. 64 Vive dignamente Aprende Lee Doctrina y Convenios 121:34–40,▪ ▪ y determina el efecto que tiene el pecado sobre el poder del sacerdo- cio. Fíjate en el contraste que existe entre el ejemplo de José y el de David según se encuentran en Génesis 39, 41 y 2 Samuel 11–12. Reflexiona sobre la forma en que sus acciones influyeron en su fortaleza espi- ritual y comparte tus ideas con uno de tus padres o con un líder del quórum. Analiza lo que David pudo haber hecho a fin de evitar la tragedia que le ocurrió. Prepara una lección o un discurso sobre la manera en que el▪ ▪ arrepentimiento y la Expiación nos ayudan a mantenernos dignos como poseedores del sacerdocio. Considera la idea de utilizar Predicad Mi Evangelio, páginas 51–52; Leales a la fe, páginas 81–87; o “El Cristo Viviente” (véase la página 106 de este libro). Determina con tus padres o con un líder del sa- cerdocio la fecha y el lugar en el que puedas dar el discurso o la lección y escribe tu plan en la siguiente página. Elije por lo menos cuatro secciones del folleto▪ ▪ Para la fortaleza de la juventud a fin de estudiarlas y ponerlas en práctica; elije secciones que te ayudarán a vivir dignamente para entrar en el templo y participar en ordenanzas sagradas. “…¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy” (3 Nefi 27:27).
  • 66. 65 Presbítero Actúa Mi plan para dar un discurso o una lección sobre el arrepenti- miento y la Expiación: Secciones de Para la fortaleza de la juventud que estudiaré: Cosas específicas que haré para vivir estas normas y ayudar a los demás a hacer lo mismo: Comparte Comparte con otras personas la▪ ▪ manera en que el vivir las normas del folleto Para la fortaleza de la juventud ha tenido influencia en ti y en los que te rodean. Podrías compartir con tu familia, en la Iglesia o en seminario. Considera la idea de estudiar las secciones “El lenguaje,” “La pureza sexual”, “La honradez” o “Los diezmos y las ofrendas” que se hallan en Para la fortaleza de la juventud.
  • 67. 66 Comprende la doctrina Aprende Lee Doctrina y Convenios 20:68. Uno▪ ▪ de tus deberes como presbítero es “explicar… todas las cosas concer- nientes a la iglesia de Cristo”. Repasa las listas de temas doctrinales que estudiaste cuando eras diácono y maestro (véase las páginas 20 y 44). Luego escribe en la siguiente página cuatro temas o más sobre los que aprenderás y enseñarás en los dos próximos años (véase la página 68). Prepara un bosquejo para las lecciones de cada uno de los▪ ▪ temas según los principios y las técnicas que se describen en Predicad Mi Evangelio (capítulos 2 y 3). Estudia nuevamente la lista de pasajes de las Escrituras de▪ ▪ la página 19. Reflexiona sobre tus experiencias y modifica el bosquejo que hiciste sobre “El sacerdocio y las llaves del sa- cerdocio” (véase la página 18). Escribe en cuanto a la forma en que ha cambiado tu comprensión sobre el sacerdocio y el aprecio que sientes por éste. En preparación para llegar a ser misionero de tiempo com-▪ ▪ pleto, haz una lista de preguntas que alguien te podría hacer sobre los temas que hayas estudiado y analízalas con uno de tus padres o con un líder del sacerdocio. “No intentes declarar mi palabra, sino primero procura obtenerla, y entonces será desatada tu lengua” (D. y C. 11:21).
  • 68. 67 Presbítero Actúa Temas doctrinales que estudiaré: Comparte Con los bosquejos que hayas preparado, enseña a otras▪ ▪ personas sobre los temas doctrinales que escogiste. Podrías hacerlo en una noche de hogar, en una reunión de quórum, en una visita de orientación familiar, en seminario o en alguna ocasión en que salgas con los misioneros de tiempo completo. Cuándo enseñaré sobre esos temas: Al preparar los bosquejos de las lecciones, podrías pedir sugerencias a un misionero de tiempo completo o a alguien que haya regresado recientemente de la misión.
  • 69. 68 Presbítero Temas doctrinales La Trinidad▪ ▪ El plan de salvación▪ ▪ La expiación de Jesucristo▪ ▪ Los profetas▪ ▪ La Apostasía y la restauración del Evangelio▪ ▪ La restauración del sacerdocio▪ ▪ El sacerdocio y las llaves del sacerdocio▪ ▪ El servicio▪ ▪ Los convenios y las ordenanzas▪ ▪ La fe▪ ▪ El arrepentimiento▪ ▪ El bautismo▪ ▪ El don del Espíritu Santo▪ ▪ La oración y la revelación personal▪ ▪ El albedrío▪ ▪ Los templos▪ ▪ La familia eterna y la obra de historia familiar▪ ▪ La ley de castidad▪ ▪ La Palabra de Sabiduría▪ ▪ El diezmo▪ ▪
  • 70. 69 Presbítero Repaso Hacia el final de tus años de presbítero, conversa con tus padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas tenido al seguir tu plan de orar y estudiar las Escrituras, de vivir dignamente y de comprender la doctrina. Analiza la forma en que el llevar a cabo esas actividades te ayuda a forta- lecer tu testimonio y tu relación con nuestro Padre Celestial. Mi firma Fecha Firma de uno de los padres o de un líder Fecha
  • 71. 70 Presbítero Deberes del sacerdocio El Señor ha dicho que todo poseedor del sacerdocio debe “… [aprender]… su deber” y “obrar con toda diligencia” (véase D. y C. 107:99). Esta sección te ayudará a aprender y a cumplir tus deberes como presbítero, los cuales se explican en Doctrina y Convenios 20:46–52, 75–79 y abarcan todos los deberes de los diáconos y los maestros (véase las páginas 23 y 46–47). Tus deberes se organizan en tres grupos:
  • 72. 71 Presbítero Administrar las ordenanzas del sacerdocio▪ ▪ Los presbíteros ofician en la mesa de la Santa Cena y ofrecen las oraciones sacramentales. Pueden preparar y repartir la Santa Cena. También pueden bautizar, conferir el Sacerdocio Aarónico y ordenar diáconos, maestros y presbíteros. Prestar servicio a los demás▪ ▪ Los presbíteros ayudan al obispo a “administrar… las cosas temporales” (D. y C. 107:68). Esto podría incluir recoger las ofrendas de ayuno, cuidar a los pobres y necesitados, cuidar el centro de reuniones y los jardines, servir de mensajero del obispo en las reuniones de la Iglesia y cumplir otras asigna- ciones que recibas del obispo. Invitar a todos a venir a Cristo▪ ▪ Los presbíteros tienen el deber de “predicar, enseñar, ex- poner, exhortar,… y visitar la casa de todos los miembros, y exhortarlos a orar vocalmente, así como en secreto, y a cumplir con todos los deberes familiares” (D. y C. 20:46–47). Una forma de hacerlo es mediante el servicio como maestro orientador. Los presbíteros también deben “…cuidar de que no haya iniquidad en la iglesia, ni aspereza entre uno y otro, ni mentiras, ni difamaciones, ni calumnias” (D. y C. 20:54). Tal responsabilidad abarca ser pacificador y ser ejemplo de integridad y rectitud moral. Los presbíteros continúan la labor de “amonestar, exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo” (D. y C. 20:59). Esto incluye ser un buen ejemplo, hermanar a los miembros del quórum y a otras personas, discursar en las reu- niones de la Iglesia, compartir el Evangelio y dar testimonio.
  • 73. 72 Administra las ordenanzas del sacerdocio Aprende Lee 3 Nefi 18:1–11 y Mateo 26:26–28.▪ ▪ ¿Qué te enseñan esos versículos acerca de tu deber de administrar la Santa Cena? Lee detenidamente las oraciones▪ ▪ sacramentales (véase D. y C. 20:77, 79). Escribe lo que pien- ses sobre el significado de los convenios y de las sagradas palabras de las oraciones. En la página siguiente, escribe tus respuestas a estas▪ ▪ preguntas: 1. Al oficiar en la mesa de la Santa Cena, ¿qué puedes hacer para demostrar un buen ejemplo a los demás poseedores del Sacerdocio Aarónico? 2. ¿Qué puedes hacer para contribuir a que la Santa Cena sea una experiencia edificante para los miembros de la congregación? Asiste a un servicio bautismal y comparte con uno de tus▪ ▪ padres o con un líder de quórum lo que aprendas acerca de la ordenanza del bautismo. “…y a él le daré poder para partir pan y bendecirlo y darlo a los de mi iglesia” (3 Nefi 18:5).
  • 74. 73 Presbítero Actúa Mi plan para demostrar un buen ejemplo a los demás poseedo- res del Sacerdocio Aarónico al bendecir la Santa Cena: Mi plan para contribuir a que la Santa Cena sea una experien- cia edificante para los miembros de la congregación: Comparte Después de seguir tu plan, conversa▪ ▪ con los miembros de tu quórum sobre la forma en que tus experiencias han influido en lo que sientes hacia la Santa Cena y el Salvador. Los poseedores del Sacerdocio Aarónico más jóvenes que tú te considerarán un ejemplo. Al elaborar tu plan, considera la manera en que tu forma de vestir, tu apariencia y tus acciones podrían influir en ellos.
  • 75. 74 Presta servicio a los demás Aprende Piensa en el servicio que hayas presta-▪ ▪ do en tus años de diácono y maestro, y responde las siguientes preguntas: 1. ¿Cómo influyó tu actitud en el servicio que prestaste? (Repasa las frases que escribiste en la página 50.) 2. ¿En qué forma te ayuda el brindar servicio a ser menos egocéntrico y ser más consciente de las necesidades de los demás? 3. ¿Cómo influyó el servicio que prestaste en las personas que lo recibieron? 4. ¿Qué puedes hacer como presbítero para prestar servicio de manera más eficaz? Lee Mateo 22:36–40, Juan 13:34–35 y Mosíah 2:17, y busca los▪ ▪ motivos por los que brindamos servicio a los demás. Inter- cambia ideas con los miembros del quórum en cuanto a las oportunidades que tienen de prestar servicio a los demás (pi- de al obispo o a los líderes de quórum que te den ideas). Haz una lista de cosas concretas que tu quórum hará para prestar servicio. También planea varias cosas que harás por tu cuenta para prestar servicio a tu familia y a otras personas. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros” (Juan 13:35).
  • 76. 75 Presbítero Actúa El plan de mi quórum para prestar servicio: Mi plan personal para prestar servicio: Comparte Comparte con uno de tus padres o▪ ▪ con los miembros de tu quórum al- gunas experiencias que hayas tenido al prestar servicio a otras personas. Por ejemplo, podrías hablar de la forma en que tus actos de servicio han influido en las personas a las que hayas ayudado, y de la forma en que tu actitud ha influido en tus experien- cias. Menciona la forma en que esas experiencias te sirven para llegar a ser más semejante a Cristo. Al elaborar tu plan personal, toma en cuenta las maneras en que puedes brindar servicio a tu familia, a tus amigos o a la comunidad.
  • 77. 76 Invita a todos a venir a Cristo Aprende Repasa el plan que elaboraste para▪ ▪ ser un buen maestro orientador (véase la página 53). Al pensar en tus actividades como maestro orientador, ¿qué crees que has hecho bien? En la siguiente página, escribe algunos aspectos en los que desees mejorar. Escribe tus respuestas a las siguientes preguntas y analízalas▪ ▪ con tus padres o con los miembros del quórum: 1. ¿Cómo influye tu ejemplo en tu capacidad para enseñar el Evangelio a los demás? 2. ¿Qué puedes hacer como presbítero para enseñar el Evan- gelio por medio de tus actos así como de tus palabras? Continúa con tu empeño de compartir el Evangelio. Piensa▪ ▪ en familiares y amigos a los que podrías invitar a venir a Cristo. Anota sus nombres y lo que harás para ayudarles. Incluye nombres de poseedores del Sacerdocio Aarónico que no participen activamente en la Iglesia. “…oh vosotros que os embarcáis en el servicio de Dios, mirad que le sirváis con todo vuestro corazón, alma, mente y fuerza” (D. y C. 4:2).
  • 78. 77 Presbítero Actúa Mi plan para mejorar como maestro orientador: Nombres de las personas a las que ayudaré a venir a Cristo y cómo lo haré: Comparte Comparte con tus padres o con un▪ ▪ líder del sacerdocio las experiencias que tengas al ayudar a otras personas a venir a Cristo. Analiza la forma en que eso te ayuda a prepararte para prestar servicio en una misión de tiempo completo y llegar a ser un misionero de toda la vida. Puedes ayudar a las personas a venir a Cristo al invitarlas a asistir a la Iglesia, al visitarlas con los misioneros o al darles un ejemplar del Libro de Mormón.
  • 79. 78 Presbítero Repaso Hacia el final de tus años de presbítero, conversa con tus padres o con un líder del sacerdocio sobre las experiencias que hayas tenido al seguir tu plan de administrar las orde- nanzas, de prestar servicio a los demás y de invitar a todos a venir a Cristo. Analiza la forma en que hayas bendecido a los demás mediante el servicio en el sacerdocio. Comenta cómo tus experiencias te ayudan para llegar a ser un fiel siervo en el sacerdocio. Mi firma Fecha Firma de uno de los padres o de un líder Fecha
  • 80. 79 Presbítero Para la fortaleza de la juventud: La familia y las amistades Después de que hayas comenzado a trabajar en tus planes en cuanto a la “fortaleza espiritual” y los “deberes del sacer- docio”, elabora un proyecto que se base en las normas de las secciones “La familia” y “Las amistades” del folleto Para la fortaleza de la juventud. Los pasos de las páginas siguientes te servirán de guía. El proyecto debe exigir esfuerzo y que se le dedique una cantidad considerable de tiempo; también debe estar basado en tus propios intereses y necesidades. El plan debe concentrarse en cómo escoger amigos de manera pruden- te y en cómo aprender a tratar a los demás, en particular a los integrantes de tu familia, en la forma en que Cristo lo haría. Paso 1: Aprende Estudia Mateo 5–7 ó 3 Nefi 12–14 y elabora una lista de lo que enseñó el Salvador en cuanto a la forma de tratar a los demás. Luego busca ejemplos en las Escrituras donde Cristo u otros personajes hayan demostrado algunos de esos principios. Lee las secciones “La familia” y “Las amistades” que se hallan en Para la fortaleza de la juventud, y busca frases que expresen tales principios.
  • 81. 80 Escribe tus respuestas a las siguientes preguntas y compártelas con tus padres o con los miembros del quórum: 1. ¿En qué forma es diferente tu ser- vicio en el sacerdocio cuando amas a los que sirves? 2. ¿Qué experiencias has tenido en las que alguien te haya demostra- do un amor semejante al de Cristo? 3. ¿Cómo puedes demostrar amor a los integrantes de tu familia y a otras personas? Paso 2: Elabora un proyecto Elabora un proyecto que te ayude a aplicar lo que hayas apren- dido en cuanto al amar a los demás. El proyecto debe constar de dos partes: (1) planes para estrechar los lazos familiares y (2) planes para ser un mejor amigo. Pide a uno de tus padres o a uno de tus líderes que apruebe el proyecto antes de que co- miences a llevarlo a cabo. Los siguientes son algunos ejemplos de cosas que podrías incluir en cada parte del proyecto: Ejemplos: La familia Haz una lista de lo que puedes hacer para edificar un hogar▪ ▪ feliz. Haz la lista en base a las normas de la sección “La fami- lia” del folleto Para la fortaleza de la juventud (por ejemplo, ser “…cuantas cosas queráis que los hombres os hagan a vosotros, así haced vosotros con ellos” (3 Nefi 14:12).
  • 82. 81 Presbítero alegre, servicial y considerado; ser pacificador y honrar a tus padres). Cumple con lo que hayas escrito en la lista y anota el cambio que se produzca en tu hogar. Planea una actividad con un integrante de tu familia con el▪ ▪ que desees estrechar tu relación. Por ejemplo, podrías mos- trar interés en los pasatiempos de la persona, ir a conversar a algún lugar o jugar algo juntos. Ejemplos: Las amistades Haz una lista de las cosas que puedes hacer para ser un▪ ▪ mejor amigo. En la sección “Las amistades” del folleto Para la fortaleza de la juventud se encuentran algunos ejemplos. Cumple lo que has escrito en la lista y anota el cambio que se produzca en la relación con tus amigos. Si es adecuado, incluye nombres específicos de personas en tu lista. Entrevista a alguien que sea madre, abuela, hermana o▪ ▪ alguna otra mujer, y averigua cómo se demuestra respeto adecuado a las mujeres; luego elabora un plan para aplicar lo que aprendas. Observa la forma en que el llevar a cabo tu plan mejora tu relación con las mujeres. Las siguientes son algunas preguntas que podrías hacer: 1. ¿Cómo puede un hijo mostrar debido respeto por su madre? 2. ¿Cómo puede un poseedor del Sacerdocio Aarónico mos- trar debido respeto por las jovencitas? 3. ¿Cómo puede un joven mostrar debido respeto por su futura esposa antes y después de casarse?
  • 83. 82 Presbítero Invita a un nuevo converso, a un amigo que sea de otra reli-▪ ▪ gión o a un miembro menos activo a asistir a una actividad de la Iglesia. Ayúdale a sentirse bienvenido y parte del grupo. Mi proyecto La familia Las amistades Aprobación de uno de los padres o de un líder Fecha aproximada de finalización Mi firma Fecha en que se terminó
  • 84. 83 Presbítero Paso 3: Da un informe de tus experiencias En el siguiente espacio en blanco, escribe lo que hayas aprendi- do al llevar a cabo el proyecto y la forma en que te ha ayudado a ser un mejor discípulo de Jesucristo. Da un informe de lo que aprendiste a tu familia o a los miembros de tu quórum.
  • 85. 84 Presbítero La preparación para recibir el Sacerdocio de Melquisedec Durante tus años de presbítero, sigue los pasos que se indican en las páginas siguientes a fin de elaborar un proyecto que te ayudará a prepararte para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y para prestar servicio en una misión de tiempo completo. El proyecto se funda en lo que has logrado a lo largo de los años que lleves como poseedor del Sacerdocio Aarónico, debe exigir esfuerzo y que se le dedique una considerable cantidad de tiempo; también debe estar basado en tus propias necesidades y circunstancias. Paso 1: Aprende Cuando recibes el Sacerdocio de Melquisedec entras en el juramento y el convenio del sacerdocio. Para aprender más en cuanto a ese tema, lee Doctrina y Convenios 84:33–44 y “Sacerdocio de Melquisedec” en Leales a la fe (páginas 170–171). Después, con la ayuda de tu obispo o de tus padres, busca una ocasión para enseñar a otras personas lo que hayas aprendido
  • 86. 85 Presbítero (por ejemplo, en la reunión del quórum de presbíteros, en la reunión sacramental o en la noche de hogar). Un importante deber del Sacerdocio de Melquisedec es predicar el Evangelio (véase D. y C. 53:3). A fin de prepararte para cum- plir este deber, averigua qué se esperará de ti cuando prestes ser- vicio en una misión de tiempo completo. Considera lo siguiente: 1. Dignidad personal y testimonio 2. Conocimiento del Evangelio. 3. Atributos semejantes a los de Cristo. 4. Hábitos de trabajo y salud física. A fin de averiguar en cuanto a los requisitos para el servicio misional, acude a las siguientes fuentes de información: tus pa- dres, tu obispo, ex misioneros, el Manual Misional, Predicad Mi Evangelio y discursos pronunciados por Autoridades Generales (algunos de ellos se encuentran en el sitio DutytoGod.lds.org). Escribe lo que aprendas. Paso 2: Elabora un proyecto Elabora un proyecto que te ayude a aplicar lo que hayas apren- dido. El proyecto debe constar de dos partes: (1) la preparación para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y (2) la preparación para prestar servicio en una misión de tiempo completo. Pide a uno de tus padres o a uno de tus líderes que apruebe el proyec- to antes de que comiences a llevarlo a cabo. Los siguientes son algunos ejemplos de cosas que podrías incluir en cada parte del proyecto:
  • 87. 86 Ejemplos: Sacerdocio de Melquisedec Lee todo el Libro de Mormón. Escribe▪ ▪ en un diario lo que aprendas en tu estudio del libro e incluye ejemplos personales que demuestren la forma en que el estudio constante de las Escrituras te da el poder para resistir la tentación. Entrevista a tres poseedores del Sa-▪ ▪ cerdocio de Melquisedec (podrían ser personas como tu padre o el presi- dente del quórum de élderes del barrio). Formula preguntas como las siguientes y escribe lo que te respondan: 1. ¿Cuáles son los deberes de un élder? 2. ¿Qué diferencia hay entre tener la autoridad del sacerdo- cio y poseer llaves del sacerdocio? 3. ¿Qué me recomendaría hacer para comprender lo que es el Sacerdocio de Melquisedec y prepararme para recibirlo? 4. ¿Qué experiencias ha tenido en las cuales haya brinda- do servicio a otras personas al ejercer el Sacerdocio de Melquisedec? 5. ¿Qué bendiciones ha recibido por poseer el Sacerdocio de Melquisedec? “Toma sobre ti mi ordenación, sí, la de élder, para predicar la fe y el arrepentimiento y la remisión de pecados, según mi palabra” (D. y C. 53:3).
  • 88. 87 Presbítero 6. ¿Cómo se efectúan las ordenanzas del Sacerdocio de Mel- quisedec (tales como la consagración del aceite, la bendición de los enfermos y el conferir el don del Espíritu Santo)? Ejemplos: Misión de tiempo completo Busca ejemplos de misioneros en las Escrituras (por ejemplo, el▪ ▪ Salvador, Enoc, Ammón y Samuel el Lamanita). Determina por qué fueron eficaces, las promesas que recibieron y la influencia que su labor tuvo en las personas a las que sirvieron. Elabora una lista de lo que encuentres. Comparte la lista con un ex mi- sionero o una ex misionera. Pídele que te cuente experiencias de su misión que ilustren esos mismos principios y atributos. Practica enseñar algunas lecciones que se encuentran en el▪ ▪ capítulo 3 de Predicad Mi Evangelio. Programa salir a enseñar de forma regular con los misioneros de tiempo completo de tu localidad, y mantente preparado para ayudarles a enseñar. Entrevista a tres personas que hayan prestado servicio en▪ ▪ una misión. Formula preguntas como las siguientes y escribe lo que te respondan: 1. ¿Qué me recomendaría hacer a fin de prepararme para prestar servicio en una misión de tiempo completo? 2. ¿Qué cualidades caracterizan a un misionero eficaz y qué puedo hacer para desarrollarlas? 3. ¿Cómo ha cambiado su vida a raíz de haber prestado servicio en una misión?
  • 89. 88 Presbítero Consulta lo que anotaste sobre los requisitos para el servicio▪ ▪ misional (véase la página 85), y elabora un plan para mejorar en cada uno de esos aspectos (dignidad personal y testimo- nio, conocimiento del Evangelio, atributos semejantes a los de Cristo, hábitos de trabajo y salud física). Mi proyecto Sacerdocio de Melquisedec Misión de tiempo completo Aprobación de uno de los padres o de un líder Fecha estimada de finalización Mi firma Fecha en que se terminó
  • 90. 89 Presbítero Paso 3: Da un informe de tus experiencias En el siguiente espacio en blanco, escribe lo que hayas aprendi- do al llevar a cabo el proyecto y cómo te ha ayudado a prepa- rarte para recibir el Sacerdocio de Melquisedec. Presenta lo que hayas aprendido a tu familia o a los miembros del quórum.
  • 92. 91 Para los presidentes de quórum El Señor te ha confiado llaves del sacerdocio para que las em- plees en tu quórum (véase D. y C. 124:142–143). Al dirigir las funciones del quórum, parte de tu responsabilidad es “ense- ñar [a los miembros del quórum] sus deberes” (véase D. y C. 107:85–87). Este libro puede ser una herramienta eficaz para ayudarte a en- señar a los miembros del quórum sus deberes e instarlos a for- talecer su testimonio y su relación con nuestro Padre Celestial. Considera lo siguiente al ayudarles a elaborar y seguir su plan: En cuanto un joven pase a formar parte de tu quórum, ve a▪▪▪ visitarlo a su casa y asegúrate de que tenga un ejemplar de este libro. Utiliza el libro para darle una idea general de sus deberes del sacerdocio. Muéstrale algunos de los planes que tú hayas hecho y cuéntale las experiencias que hayas tenido. Da un buen ejemplo al elaborar y seguir tus propios planes.▪▪▪ Comparte tus experiencias con los miembros del quórum. Invita a los miembros del quórum a que compartan sus ex-▪▪▪ periencias en las reuniones de quórum, y motívalos a que las compartan con su familia. Por ejemplo, durante los primeros minutos de la reunión de quórum, podrías invitarlos a com- partir lo que estén aprendiendo a medida que lleven a cabo sus planes de estudiar las Escrituras o de prestar servicio a los demás. Al planear reuniones y actividades de quórum, busca la▪▪▪ forma de incluir los planes que los miembros de tu quórum hayan elaborado. Por ejemplo, podrías invitar a uno de los miembros del quórum a dar una clase sobre una de las
  • 93. 92 Introduction doctrinas que esté estudiando (véanse las páginas 20, 44 y 68). A medida que ejerzas las llaves del sacerdocio que posees para ayudar a los miembros del quórum a que aprendan y cumplan sus deberes, fortalecerás la relación que tengas con ellos. Si los miembros del quórum trabajan en conjunto, se ayudan mutuamente a mantenerse firmes en el Evangelio y unidos como quórum. “…aprenda todo varón su deber, así como a obrar con toda diligencia en el oficio al cual fuere nombrado” (D. y C. 107:99).
  • 94. 93 Para los asesores de quórum y los padres
  • 95. 94 El programa Mi Deber a Dios es un medio para ayudar a los poseedores del Sacerdocio Aarónico a: Fortalecer su testimonio y su relación con nuestro Padre▪ ▪ Celestial. Aprender sobre los deberes del sacerdocio y cumplirlos.▪ ▪ Poner en práctica las normas del folleto▪ ▪ Para la fortaleza de la juventud. En las instrucciones de esta sección se esbozan las funciones que ustedes tienen para ayudar a los jóvenes a cumplir esos propósitos. En el sitio DutytoGod.lds.org se ofrecen instruccio- nes adicionales junto con una versión interactiva de este libro. Centren su atención en lo que ellos están llegando a ser El cumplimiento de nuestro deber a Dios es una tarea de toda la vida. Es por eso que el libro Mi Deber a Dios no debe consi- derarse como una lista de tareas que los jóvenes deban hacer de prisa con el fin de recibir un premio. Ayuden a los jóvenes a concentrarse en cómo los planes que elaboren les ayudarán a desarrollar atributos espirituales y llegar a ser el tipo de posee- dores del sacerdocio que Dios desea que sean. Para los asesores y los padres
  • 96. 95 Para los asesores y los padres Ayuden a los hombres jóvenes Aprende Propósito de la sección “Aprende”. Cada una de las partes de este libro comienza con una actividad de aprendizaje que sirve a los jóvenes para aprender lo que nuestro Padre Celestial de- sea que hagan y por qué es importante. Cuando un joven cono- ce el “porqué” de sus deberes del sacerdocio, el Espíritu Santo lo inspira a actuar y sus actos aumentan su fe y su testimonio. Cuándo se debe ayudar a los jóvenes con las actividades de aprendizaje. Los jóvenes deben aprender sus deberes del sacerdocio en cuanto sean ordenados a un oficio. Los asesores deben considerar apartar tiempo para que los jóvenes realicen juntos las actividades de aprendizaje en quó- rum. Por ejemplo, podrían hacerlo en las reuniones de quórum o en la mutual. Podrían darles la asignación a los jóvenes de trabajar en las actividades de aprendizaje por su cuenta y que den un informe de ello en las reuniones de quórum. El intercambio de ideas en cuanto a los deberes del sacerdocio, la fortaleza espiritual y las normas del Señor fomentarán la unidad del quórum. Los padres deben considerar el participar en las actividades de aprendizaje con sus hijos en cuanto éstos sean ordenados a un oficio del sacerdocio. Pidan a sus hijos que compartan con ustedes lo que estén aprendiendo acerca del cumplimiento de su deber a Dios.
  • 97. 96 Actúa Propósito de la sección “Actúa”. Después de terminar la actividad de aprendizaje, a los jóvenes se les insta a hacer planes para cumplir sus deberes del sacerdocio y con ello aumentar su fortaleza espiritual. El hecho de que elaboren sus propios planes permite que los jóvenes: Ejerzan su albedrío.▪ ▪ Adapten las actividades de acuerdo con sus circunstancias▪ ▪ individuales. Desarrollen autosuficiencia espiritual.▪ ▪ Cuándo se debe ayudar a los jóvenes a elaborar el plan. Algunos jóvenes podrían necesitar guía para elaborar su plan. Los asesores deben considerar apartar tiempo para que los jóvenes intercambien ideas en el quórum al escribir su plan individual. Por ejemplo, podrían hacerlo en las reuniones de quórum o en la mutual, o bien, podrían invitar a los jóvenes a escribir su plan por su cuenta o con sus padres y a compartirlo en una reunión de quórum. Cualquiera que fuere el caso, motí- venlos a que compartan su plan con sus padres. Al intercambiar opiniones en quórum acerca de su plan, los jóvenes se dan ideas y se apoyan entre ellos. De igual modo, los padres pueden proporcionar ideas y apoyo a sus hijos a medida que éstos elaboren su plan. Al compartir su plan con los miembros del quórum y con sus padres, los jóvenes reafir- man su compromiso de cumplirlos. Algunos planes se pueden elaborar y llevar a cabo en quórum o en familia. Para los asesores y los padres
  • 98. 97 Para los asesores y los padres Comparte Propósito de la sección “Comparte”. Se alienta a los jóvenes a que conversen sobre sus experiencias con los demás una vez que hayan trabajado en su plan por un tiempo. Al compartir sus experiencias, los jóvenes podrán: Fortalecer su testimonio y aumentar su comprensión del▪ ▪ Evangelio. Notar el progreso que están logrando.▪ ▪ Aumentar su confianza y capacidad para hablar sobre las▪ ▪ verdades del Evangelio. Es probable que los jóvenes se sientan incómodos en un princi- pio, pero mientras más oportunidades tengan de hacerlo, más cómodos se sentirán. Cuándo ayudar a los jóvenes a com- partir sus experiencias. Los asesores deben considerar apartar tiempo para que los jóvenes compartan las experien- cias que tengan a medida que lleven a cabo sus planes. Por ejemplo, durante los primeros minutos de las reuniones de quórum, el presidente de éste podría invitar a los jóvenes a que hablen acerca de lo que aprendan a medida que vayan estudiando las Escrituras con regularidad (véanse las páginas 15, 39 y 63). Otra opción podría ser invitarlos Los poseedores del Sacerdocio Aarónico deben “amonestar, exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo” (D. y C. 20:59).
  • 99. 98 a compartir alguna experiencia que hayan tenido al prestar servicio a otras personas (véanse las páginas 27, 51 y 75). El escuchar las experiencias de sus compañeros de quórum servirá para que los demás jóvenes recuerden sus planes y los motivará a vivir sus pro- pias experiencias. Alienten a los jóvenes para que también hablen de sus planes y experiencias con sus padres. Los padres deben pedir a sus hijos que conversen sobre lo que vayan aprendiendo y de las experien- cias que tengan con ellos. Eso ayudará a que los jóvenes vean el progreso que van logrando. Conversaciones espontáneas. Los jóvenes a menudo se benefician más de las conversaciones en cuanto al Evangelio que del escuchar clases sobre el mismo. Aprovechen todas las oportunidades que tengan para que los jóvenes hablen con ustedes sobre sus experiencias. Compartir experiencias no es algo que los jóvenes hagan sólo una vez, y ello no quiere decir que con eso ya terminaron su plan. No lo tienen que hacer en un entorno formal; de hecho podría ser más eficaz en conver- saciones casuales durante actividades de quórum, con amigos y familiares. Las conversaciones informales sobre el Evangelio estrecharán su relación con los jóvenes y fortalecerá el testimonio de ellos del Evangelio restaurado.
  • 100. 99 Para los asesores y los padres Para la fortaleza de la juventud Después de que los jóvenes hayan comenzado a trabajar en sus planes en cuanto a la “fortaleza espiritual” y los “deberes del sacerdocio”, tendrán la oportunidad de elaborar un proyecto basado en algunas de las normas que se hallan en el folleto Para la fortaleza de la juventud. A los presbíteros se les invita a elaborar un proyecto adicional a fin de prepararse para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y prestar servicio en una misión de tiempo completo. Los jóvenes deben pedirle a uno de sus padres o a un líder que apruebe su proyecto antes de que co- miencen a trabajar en él. Ustedes pueden ayudarles a elaborar un proyecto que requiera cierto esfuerzo y que se base en las necesidades e intereses de ellos. Evalúen su progreso La mejor manera de ayudar a los jóvenes a ver su progreso es mediante conversaciones frecuentes con ellos en cuanto a sus planes y experiencias. Por lo menos una de esas conversaciones se debe tener cuando el joven se acerque a la edad de ser ordenado a un oficio en el sacerdocio. Durante la conversación, pidan al joven que repase los planes que hizo como diácono, maestro o presbítero. Hablen de cómo el cumplir dichos planes ha ayudado al joven a prepararse para cumplir los deberes adicionales del sacerdo- cio que esté a punto de recibir. Ésta es una oportunidad para ayudar al joven a reflexionar en cuanto a la clase de poseedor del sacerdocio que está llegando a ser. Al final de las secciones “Fortaleza espiritual” y “Deberes del sacerdocio” se encuentra
  • 101. 100 una página de “Repaso”. Es ahí donde ustedes y el joven indi- can con sus firmas que han tenido la conversación. No es requisito terminar las actividades de este libro para ser avanzado en el sacerdocio. El propósito de las actividades es ayudar a los jóvenes a prestar servicio en el sacerdocio. Certificados Mi Deber a Dios Después de que terminen las secciones de “Repaso”, y una vez que el joven haya terminado su proyecto del folleto “Para la for- taleza de la juventud”, ya es merecedor del certificado Mi Deber a Dios. Se ofrecen tres certificados: el de diácono (número de artículo 08686 002), maestro (08687 002) y presbítero (08688 002). Los certificados son para reconocer el progreso del joven hacia el cumplimiento de su deber a Dios. Para recibir el certificado de presbítero, el joven también debe terminar su proyecto de la sección titulada “La preparación para recibir el Sacerdocio de Melquisedec”. No es necesario que reciban los certificados de diácono y maestro a fin de recibir el de presbítero. Los certificados se entregan bajo la dirección del obispo. Tam- bién está a disposición una placa para exhibir el certificado de presbítero (08694). Válganse del programa Mi Deber a Dios para fortalecer al quórum El programa Mi Deber a Dios fortalece al quórum mediante lo siguiente: Para los asesores y los padres
  • 102. 101 Para los asesores y los padres ▪ ▪ Ayuda a los miembros del quórum a comprender su deber a Dios. Por ejemplo, usted puede ayudar a los miembros del quórum a comprender sus deberes al pedirles que realicen en quórum las actividades de aprendizaje de este libro. El inter- cambiar ideas acerca de los deberes del sacerdocio y del progre- so espiritual les amplía el entendimiento y les inspira a actuar. ▪ ▪ Ofrece oportunidades para que los miembros del quórum trabajen juntos en el cumplimiento de sus deberes del sacerdocio. En algunos casos, los miembros del quórum pue- den intercambiar ideas para elaborar sus planes y los pueden llevar a cabo juntos. El hacerlo de esa forma les permite apoyarse y alentarse mutuamente. ▪ ▪ Alienta a los miembros del quórum a compartir ideas y experiencias. Algunos de los miembros más jóvenes del quórum podrían tener dificultad para trazar un plan; el com- partir ideas en quórum puede ayudarlos a que se les ocurran más ideas. El compartir experiencias con los miembros del quórum aumenta la fe y fortalece el testimonio y la herman- dad. Considere la idea de llevar esto a cabo de forma regular durante las reuniones y actividades de quórum. ▪ ▪ Brinda la oportunidad al presidente de quórum de guiar por medio del ejemplo. Cuando un joven pasa a formar parte del quórum, el presidente de éste puede valerse del libro Mi Deber a Dios para ayudar al nuevo miembro a comprender sus deberes. El presidente de quórum también podría compartir con el resto del quórum el plan que haya elaborado en su propio libro y contar las experiencias que ha tenido al seguirlo.
  • 103. 102 ▪ ▪ Ayuda a los miembros del quórum a aprender en cuanto a la importancia de las llaves del sacerdocio. El presidente posee las llaves de la presidencia de su quórum (véase D. y C. 124:142–143). Los asesores del quórum deben permitir- le que ejerza esas llaves. A medida que los jóvenes sirvan juntos bajo la dirección del presidente del quórum, ellos lle- garán a comprender mejor la forma en que el Señor trabaja por medio de líderes del sacerdocio. Se pueden dar cuenta de que cada quórum se organiza por designio divino y les brinda oportunidades de aprender sus deberes del sacerdo- cio, de prestar servicio y de progresar espiritualmente. Utilicen el programa Mi Deber a Dios para estrechar lazos Si usted tiene lazos estrechos con su hijo o con los jóvenes del quórum, hay más probabilidades de que ellos aumenten su con- versión al Evangelio y se mantengan fieles. Las actividades del libro Mi Deber a Dios ofrecen una excelente oportunidad de es- trechar esa relación. Por ejemplo, si usted elabora su propio plan y lo sigue junto con su hijo o con un miembro del quórum, esto les permitiría pasar tiempo juntos realizando actividades con propósito. El compartir experiencias les brinda la oportunidad de dar testimonio y fortalecerse el uno al otro espiritualmente. Para los asesores y los padres
  • 104. 103 Apéndice Ordenanzas del Sacerdocio Aarónico La bendición de la Santa Cena Los presbíteros bendicen la Santa Cena pronunciando las pa- labras: “Oh Dios, Padre Eterno, en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, te pedimos que bendigas y santifiques este pan para las almas de todos los que participen de él, para que lo coman en memoria del cuerpo de tu Hijo, y testifiquen ante ti, oh Dios, Padre Eterno, que están dispuestos a tomar sobre sí el nombre de tu Hijo, y a recordarle siempre, y a guardar sus manda- mientos que él les ha dado, para que siempre puedan tener su Espíritu consigo. Amén” (D. y C. 20:77). El agua la bendicen con las palabras: “Oh Dios, Padre Eterno, en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, te pedimos que bendigas y santifiques [esta agua] para las almas de todos los que [la] beban, para que lo hagan en memoria de la sangre de tu Hijo, que por ellos se derramó; para que testifiquen ante ti, oh Dios, Padre Eterno, que siempre se acuerdan de él, para que puedan tener su Espíritu consigo. Amén” (D. y C. 20:79).
  • 105. 104 Apéndice Cómo efectuar un bautismo Bajo la dirección de la autoridad que presida, un presbítero puede efectuar la ordenanza del bautismo. Para ello, el joven: 1. Se para (pone de pie) dentro del agua con la persona que será bautizada. 2. Sujeta con la mano izquierda la muñeca derecha de la persona (por comodidad y seguridad); la persona que será bautizada sujeta con la mano izquierda la muñeca izquier- da del poseedor del sacerdocio. 3. Levanta el brazo derecho en forma de escuadra. 4. Llama a la persona por su nombre completo y dice: “Habiendo sido comisionado por Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” (D. y C. 20:73). 5. Permite que la persona se tape la nariz con la mano dere- cha (por comodidad); luego, el poseedor del sacerdocio coloca la mano derecha sobre la espalda de la persona y la sumerge completamente, incluso la ropa. 6. Ayuda a la persona a salir del agua.
  • 106. 105 Apéndice Cómo conferir el Sacerdocio Aarónico y ordenar a un oficio Cuando lo apruebe la autoridad que presida, un presbítero puede conferir el Sacerdocio Aarónico y ordenar a alguien a uno de los oficios. Para efectuar una ordenación al sacerdocio, uno o más posee- dores del sacerdocio autorizados colocan las manos suavemen- te sobre la cabeza de la persona que será ordenada. Entonces, la persona que efectúa la ordenación: 1. Llama a la persona por su nombre completo. 2. Menciona la autoridad mediante la cual se efectúa la orde- nación (el Sacerdocio Aarónico o de Melquisedec). 3. Confiere el Sacerdocio Aarónico, a menos que ya se le haya conferido antes a la persona. 4. Ordena a la persona al correspondiente oficio en el Sacer- docio Aarónico (diácono, maestro o presbítero) y le otorga los derechos, los poderes y la autoridad que conlleve ese oficio. (No se otorgan llaves al conferir el sacerdocio ni al ordenar a uno de sus oficios). 5. Pronuncia palabras de bendición conforme se lo indique el Espíritu. 6. Termina en el nombre de Jesucristo.
  • 107. 106 A l conmemorar el nacimiento de Jesucristo hace dos milenios, manifestamos nuestro testimonio de la realidad de Su vida incomparable y de la virtud infinita de Su gran sacrificio expiatorio. Ninguna otra persona ha ejercido una influencia tan profunda sobre todos los que han vivido y los que aún vivirán sobre la tierra. Él fue el Gran Jehová del Antiguo Testamento y el Mesías del Nuevo Testamento. Bajo la dirección de Su Padre, Él fue el Creador de la tierra. “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3). Aun cuando fue sin pecado, fue bautizado para cumplir toda justicia. Él “anduvo haciendo bienes” (Hechos 10:38) y, sin embargo, fue repudiado por ello. Su Evangelio fue un mensaje de paz y de buena voluntad. Él suplicó a todos que siguieran Su ejemplo. Recorrió los caminos de Palestina, sanando a los enfermos, haciendo que los ciegos vieran y levantando a los muertos. Enseñó las verdades de la eternidad, la realidad de nuestra existencia premortal, el propósito de nuestra vida en la tierra y el potencial de los hijos y de las hijas de Dios en la vida venidera. Instituyó la Santa Cena como recordatorio de Su gran sa- crificio expiatorio. Fue arrestado y condenado por acusa- ciones falsas, se le declaró culpable para satisfacer a la multi- tud y se le sentenció a morir en la cruz del Calvario. Él dio Su vida para expiar los pecados de todo el género humano. La Suya fue una gran dádiva vicaria en favor de todos los que habitarían la tierra. Testificamos solemnemente que Su vida, que es funda- mental para toda la historia de la humanidad, no comenzó en Belén ni concluyó en el Calvario. Él fue el Primogénito del Padre, el Hijo Unigénito en la carne, el Redentor del mundo. Se levantó del sepulcro para ser las “primicias de los que durmieron” (1 Corintios 15:20). Como el Señor Resucitado, anduvo entre aquellos a los que había amado en vida. También ministró entre Sus “otras ovejas” (Juan 10:16) en la antigua América. En el mundo moderno, Él y Su Padre aparecieron al joven José Smith, iniciando así la largamente prometida “dispensación del cumplimiento de los tiempos” (Efesios 1:10). Del Cristo Viviente, el profeta José escribió: “Sus ojos eran como llama de fuego; el cabello de su cabeza era blanco como la nieve pura; su semblante brillaba más que el resplandor del sol; y su voz era como el estruendo de muchas aguas, sí, la voz de Jehová, que decía: “Soy el primero y el último; soy el que vive, soy el que fue muerto; soy vuestro abogado ante el Padre” (D. y C. 110:3–4). De Él, el Profeta también declaró: “Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de él, éste es el testimo- nio, el último de todos, que nosotros damos de él: ¡Que vive! “Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos la voz testificar que él es el Unigénito del Padre; “que por él, por medio de él y de él los mundos son y fueron creados, y sus habitantes son engendrados hijos e hijas para Dios” (D. y C. 76:22–24). Declaramos en palabras de solemnidad que Su sacerdocio y Su Iglesia han sido restaurados sobre la tierra, “edificados sobre el fundamento de… apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20). Testificamos que algún día Él regresará a la tierra. “Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá” (Isaías 40:5). Él regirá como Rey de reyes y reinará como Señor de señores, y toda rodilla se doblará, y toda lengua hablará en adoración ante Él. Todos nosotros com- pareceremos para ser juzgados por Él según nuestras obras y los deseos de nuestro corazón. Damos testimonio, en calidad de Sus apóstoles debida- mente ordenados, de que Jesús es el Cristo Viviente, el inmor- tal Hijo de Dios. Él es el gran Rey Emanuel, que hoy está a la diestra de Su Padre. Él es la luz, la vida y la esperanza del mundo. Su camino es el sendero que lleva a la felicidad en esta vida y a la vida eterna en el mundo venidero. Gracias sean dadas a Dios por la dádiva incomparable de Su Hijo divino. EL CRISTO VIVIENTE EL TESTIMONIO DE LOS APÓSTOLES LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS LA PRIMERA PRESIDENCIA EL QUÓRUM DE LOS DOCE 1 de enero de 2000