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https://www.youtube.com/watch?v=NA8g2dXypfw&feature=emb_title
La transmisión de accionamiento armónico sólo tiene tres componentes principales de
funcionamiento. Un motor eléctrico hace girar un rotor interior elíptico, que, a modo de un
rodamiento de bolas, altera la forma de un engrane central delgado (llamado sol en un
sistema de engranes planetario, como el usado en el diferencial) conectado al eje de
entrada de dirección. En los ejes verticales de la elipse, el planetario engrana con los dientes
de un engranaje de corona circular o anillo, que actúa sobre el eje de salida de la dirección.
Cuando se gira el rotor interior, cambia el eje principal de la elipse, y con ello el grado de
engrane de los dientes. Dado que la rueda solar tiene menos dientes que la corona circular,
hay un movimiento relativo entre ellos, el movimiento superpuesto utilizado para alterar la
relación de dirección efectiva, es decir, gira el engrane central dentro del engrane exterior. La
relación de transmisión de ancho del motor eléctrico que funciona a alta velocidad hace
posible generar este movimiento superpuesto de forma rápida y precisa.
A bajas velocidades del vehículo, en el tráfico urbano, al maniobrar, la dirección
dinámica es muy directa; dos vueltas del volante es todo lo que se necesita para pasar
de un tope de giro al otro. La dirección asistida también es alta, por lo que es muy fácil
maniobrar el vehículo en un estacionamiento.
En las carreteras interurbanas, el sistema se vuelve gradualmente menos directo y la
dirección asistida proporciona menos ayuda. A velocidades de autopista, rápidas, una
relación de dirección indirecta y bajo nivel de la dirección asistida, suaviza los
movimientos entrecortados del volante para facilitar el seguimiento sin esfuerzo.