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El neologismo parasinttico en Quevedo y Dante

Rodrigo Cacho Casal Universidad de Santiago de Compostela

Quevedo ha sido uno de los autores castellanos que con ms profundidad y riqueza ha sabido aprovechar los recursos expresivos que le ofreca su lengua. En sus escritos festivos el idioma se moldea y manipula para generar asociaciones ingeniosas e inesperadas, juegos conceptuosos y palabras inventadas por l mismo para producir sorpresa y risa. Desde este punto de vista, uno de los rasgos ms destacados de su obra satrico-burlesca es la creacin de neologismos jocosos: trminos que se forman a partir de diferentes procedimientos lingsticos, como la composicin y derivacin, y que representan una de las muestras ms acabadas de la habilidad verbal de Quevedo y de su capacidad para condensar y enlazar conceptos. Por ejemplo, sobre la base de las palabras mariposa, poso y vino crea marivinos para denominar a los mosquitos, muy acionados a esta bebida. Jugando con la enfermedad de la hidropesa forma la voz libropesa para burlarse de los ignorantes que se dedican a comprar libros slo para hacer gala de ellos y no para leerlos. Tambin podemos encontrar verbos como embodarse por casarse, o calvar por quedarse calvo. Este recurso tan llamativo del arte verbal quevedesco ha sido estudiado con detenimiento en un artculo de Emilio Alarcos Garca (1955), que denomin este aspecto de la obra de Quevedo como parodia idiomtica1: sus neologismos tienen siempre como referencia una palabra o un procedimiento de formacin de palabras normativos

1 Siguen los planteamientos del artculo de Alarcos: Bleznick, 1972, pp. 114-16; Snell, 1981, pp. 31-33; y Llano Gago, 1984. Por otro lado, aportan datos y matizaciones interesantes: Durn, 1955 y 1978, pp. 56-73; Lzaro Carreter, 1981; Arellano, 1984, pp. 201-207, y 1984b; y Gariano, 1984. Para una visin de conjunto sobre el neologismo literario en general puede consultarse Romero Gualda, 1978-79.

La Perinola, 4, 2000.

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que son empleados en clave burlesca, parodiando el uso recto del idioma. Sin embargo, tanto en el trabajo de Alarcos como en otros posteriores, el estudio de estos neologismos no se ha abordado casi nunca desde una perspectiva histrica. La obra quevediana no surge de la nada2, muchas de sus agudezas y oreos verbales se basan en diversas tradiciones que el escritor aprovech y reelabor. Podemos armar lo mismo por lo que respecta a los neologismos?, Quevedo se inspir en algn modelo anterior o nacieron exclusivamente de su ingenio? Para poder dilucidar estas cuestiones ser necesaria una tarea doble: por una parte rastrear posibles antecedentes literarios, y por otra distinguir tipos de neologismos. Objeto principal de nuestro anlisis van a ser las neoformaciones de tipo parasinttico. El concepto de parasntesis ha pasado por muchas revisiones y discusiones en los ltimos aos. Las posturas tericas y las deniciones que pretenden describirlo no siempre son unnimes y homogneas. En nuestro caso no nos incumbe profundizar sobre estos aspectos. No nos interesa la justicacin terica de la parasntesis, sino su uso para nes literarios. Por ello aceptamos la denicin que ofrece Blanco Rodrguez, por parecernos la ms clara y operativa3:
consideramos que las palabras parasintticas son una especie de derivados dobles, formados por la aglutinacin simultnea de un prejo y un sujo a una misma base y que esto se debe a su gran capacidad condensadora, puesto que en un nico vocablo que es percibido sintcticamente como una unidad se resume el signicado de un sintagma completo, y as, por ejemplo, ennegrecer es poner todo / algo negro.

La parasntesis es, pues, un procedimiento de formacin de vocablos en el que intervienen tres elementos simultneamente: PREFIJO + BASE + SUFIJO (En + negro + (ec) er = Ennegrecer). A travs de l Quevedo crea fundamentalmente verbos o adjetivos deverbales. Los prejos empleados por Quevedo son tres: A-, EN- y DES-. A continuacin ofrecemos el corpus seleccionado4:

1992, p. 113. Blanco Rodrguez,1993, p. 431. Para ms detalles sobre la parasntesis ver Lzaro Mora, 1986; Lang, 1992, pp. 241-44; y Serrano Dolader, 1995. 4 Considero neologismos todos los trminos que no he encontrado recogidos ni en el Tesoro de la lengua castellana de Covarrubias, ni en el Diccionario de Autoridades, ni en el Diccionario crtico etimolgico de Corominas y Pascual. Muchas de las creaciones lxicas de Quevedo aparecen en Autoridades, donde se especica que se trata de voces jocosas inventadas por l. En todos estos casos, evidentemente, considero que se trata de neoformaciones quevedianas. Todos los neologismos que irn apareciendo a continuacin, tanto de Quevedo como de otros autores, se sealan en cursiva. Para los poemas de Quevedo, salvo que se indique lo contrario, sigo la edicin de Blecua (Quevedo, Poesa original completa) y su numeracin. Por lo que respecta a los poemas de otros autores citados en estas pginas, sigo la numeracin (siempre que la haya) de las ediciones manejadas, cuya relacin se incluye al nal del trabajo.

2 Chevalier, 3

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1. AAmostachado, apesamado5, abernardarse6, azurronado, afrisonado, amohecido, aseorarse, atarascar, atraidorado, azumbrado7, abigotado, agrillado, ahigadado8 y avisionarse9. 2. ENEntigrecido, enserpentado, endragonido, enviperado10, enaguacilado11, encabellarse, encaballerado, empobrar, ensuegrado, encalvar, engravedar, empapagayar, enagelar, encarroar12 y embodarse13. 3. DESDesasnar (-ado)14, despiernar, desantaarse15, despiedrar16, desmuelo, desmujerar17, desfranciar, despicarar, desmoar, descapar, desmancebar, desnoviar, desbudelar, desitinerar, desporqueronar18, desgalalonar y desviar19. Los adjetivos neolgicos creados sobre los prejos A- y EN- sirven, generalmente, para indicar que un determinado personaje posee unas cualidades o caractersticas fsicas. Por ejemplo, amostachado quiere decir que dicho personaje tiene mostachos (supuestamente muy largos y llamativos), y lo mismo vale para abigotado. Otros como atraidorado
5 Memorial a una academia y Culta latiniparla (Prosa 6 La Hora de todos y la Fortuna con seso, p. 275. 7

festiva completa, pp. 321 y 457).

En los poemas nms. 702, v. 27; 750, v. 166; 752, v. 103; 753, v. 101; 858, v. 135 y 866, vv. 60 y 71. Amohecido se recoge en Corominas, pero se usa a Quevedo como fuente para documentarlo. Creo que se trata de un neologismo quevediano. 8 La vida del Buscn, pp. 173, 175 y 225 . Quevedo emplea ahigadado tambin en el poema 866, v. 34. 9 El chitn de las tarabillas, p. 74. 10 La Hora de todos, pp. 191 y 369. 11 Alguacil endemoniado, p. 144 (en Quevedo, Los sueos). 12 Poemas nms. 527, rtulo; 634, v. 21; 682, v. 2; 699, v. 61; 703, v. 95; 753, v. 102; 757, v. 48 y 762, vv. 63-64. 13 Discurso de todos los diablos, p. 236 (en Quevedo, Obras completas. Obras en prosa, vol. I). 14 Sueo de la muerte (Los sueos, p. 372) y poema 855, v. 90. Creo que se trata de un neologismo semntico. Quevedo usa desasnar con el sentido de quitar el asno, sin embargo, Autoridades recoge tambin otra acepcin: desbastar y hacer perder la rudeza y torpeza de alguno; que es la que se sigue empleando hoy en da. Cfr. Rojas Zorrilla, Donde hay agravios no hay celos, y amo criado, p. 158: Yo me quiero desasnar, / que no han de ser vizcanas / las novias. Probablemente, pues, Quevedo est utilizando una palabra que ya exista con un signicado nuevo. 15 La Hora de todos, pp. 179 y 188. 16 Chitn de las tarabillas, p. 107. 17 En los entremeses de la Ropavejera y el Marido fantasma, pp. 571 y 577 (en Quevedo, Obras completas. Obras en verso). Desmuelo es sustantivo deducido del verbo inventado desmuelar. 18 En los poemas 689, v. 44; 693, v. 109; 754, v. 78; 761, vv. 25 y 27; 772, vv. 41 y 42; 834, v. 1; 838, v. 8 y 856, v. 31. Quevedo emplea el verbo desporqueronar tambin en la jcara inicial de su obra conservada de forma incompleta Pero Vzquez de Escamilla (v. 166) (Quevedo, Un Herclito cristiano, Canta sola a Lisi y otros poemas, p. 626). 19 Poema heroico de las necedades y locuras de Orlando el enamorado, vv. 370 y 380 (canto I).

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(que es traidor), ahigadado (que tiene valor) o los que aparecen en la Hora de todos (entigrecido, enserpentado, endragonido, enviperado) indican un estado de nimo o cualidad moral: estar enfurecido como un tigre, como una serpiente, como un dragn o una vbora. Atraidorado indica tambin hipocresa: se emplea para calicar la barba de un valentn (zaino viene de bigotes / y atraidorado de barba), con lo cual se le atribuyen metonmicamente a la barba y a los bigotes cualidades que pertenecen a su dueo. Apesamado se usa como sinnimo de viudo, ya que vale por el que recibe los psames. Se asemeja a otros que sirven para indicar una situacin particular en la que se encuentra un individuo: azumbrado (est borracho), agrillado (lleva grillos puestos), azurronado (tiene los ojos cerrados), o encaballerado (que ha sido hecho caballero y presume de ello). Dos neologismos que estn bastante relacionados son enaguacilado y ensuegrado: ambos se construyen sobre la base del adjetivo endemoniado, con lo cual Quevedo est estableciendo una comparacin burlesca de los alguaciles y las suegras con los diablos, para degradar a los primeros. Los verbos formados sobre los prejos A- y EN- funcionan de forma paralela a los adjetivos. Indican que un individuo adopta una determinada actitud o postura: abernardarse (actuar como Bernardo del Carpio, hroe que derrot las tropas francesas en Roncesvalles; para indicar rechazo hacia los franceses), aseorarse (actuar como una seora, ponerse seria), engravedar (ponerse grave, seria), atarascar (comportarse como una tarasca, morder, herir), avisionarse (parecerse a una visin o fantasma). Tambin sealan la condicin en la que se encuentra alguien: empobrar (hacerse pobre), encalvar (volverse calvo), encarroarse (envejecer), embodarse (casarse)20. El verbo enagelar guarda cierto paralelismo con los adjetivos enaguacilado y ensuegrado, quiere decir, segn el contexto del poema donde se recoge, meter a una vieja tercera en casa. Aqu tambin el recuerdo del verbo endemoniar est presente y permite la asociacin negativa de la celestina con los diablos. Las voces creadas sobre el prejo DES- son el reverso exacto de los casos que acabamos de ver. Implican que alguien renuncia a algo o es privado de algo: despiernar (dama a quien le quitan las pantorrillas postizas), desantaarse (dama que encubre su edad), desmujerar (perder la mujer), desfranciar (cortarse el cabello; por la moda francesa de llevar el pelo largo), descapar (robar la capa), desgalalonar (dejar a los paladines sin Galaln)... Tambin signican que alguien carece de algo, como el caso del sustantivo desmuelo (sin muelas) o del adjetivo desasnado (sin asno, sin cabalgadura).

20 En embodarse es posible que Quevedo juegue tambin con la palabra bode macho cabro (voz documentada por Corominas desde 1582), asociando de forma burlesca el matrimonio a los cuernos. Agradezco al profesor Juan Jos Moralejo esta sugerencia.

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Junto con estos tres grandes grupos de neologismos parasintticos cabe destacar otros que combinan los dos prejos DES- y EN-. Se trata de unos pocos ejemplos, pero son sin duda de una gran fuerza expresiva: desempadrar21, desenduear22 y desengongorar23. El paso siguiente es intentar averiguar el posible origen de dichos neologismos parasintticos. Hasta ahora la postura ms aceptada ha sido la de considerarlos como partos del ingenio quevediano. El primero en plantearse la cuestin en otros trminos ha sido Maxime Chevalier (1992), que ha trazado en su libro una breve historia de la agudeza verbal en la Espaa de los siglos XVI y XVII24. En su trabajo se estudia el marco social y cultural en el que se desarroll este tipo de literatura satrico-burlesca y sus juegos de ingenio. Algunas de sus aportaciones nos van a ser muy tiles para el estudio de las neoformaciones quevedianas, como veremos a continuacin. El problema sigue en pie: tienen algn antecedente los neologismos de Quevedo y, en particular, los parasintticos? No se puede descartar la posibilidad de que estos deriven de alguna fuente oral, de ciertos tipos de chistes al uso en las reuniones cortesanas de la poca25. Sin embargo, se nos hace muy difcil poder averiguarlo. Adems, el arte de Quevedo, por mucha importancia que puedan tener las fuentes orales en l, se alimenta fundamentalmente de literatura. Una buena parte de las bromas, juegos, ancdotas y cuentecillos populares que hallamos en su obra ya haban sido recogidos en textos impresos en la poca de nuestro escritor. Recordemos la Floresta espaola de Melchor de Santa Cruz y sus sucedneos, por ejemplo26. Nuestra bsqueda de posibles antecedentes para los neologismos quevedianos empezar por la literatura clsica greco-latina, luego tendremos en cuenta algunos ejemplos de la literatura espaola satricoburlesca de los siglos XV, XVI y XVII, y por ltimo estudiaremos la relacin entre las neoformaciones de Quevedo y las de Dante. Quevedo conoci ms que sucientemente la lengua griega y su literatura. Pues bien, una de las caractersticas morfolgicas ms llamativas de este idioma es la extremada facilidad que tiene para la
los diablos, p. 225. las necedades y locuras de Orlando, v. 704 (canto I). Poema 841, v. 131. Alarcos Garca, 1955, p. 22; y Llano Gago, 1984, p. 62, consideran desendiablar (Poema de Orlando, vv. 704, canto I, y 555, canto II) como neologismo formado por la combinacin de DES- ms EN- simultneamente, sin embargo no tienen en cuenta que el trmino endiablado ya est atestiguado en Covarrubias. En realidad no se trata de un caso de parasntesis, sino de una derivacin a travs del prejo DES-. 24 Ver tambin Chevalier, 1994. 25 Segn Chevalier, 1992, p. 115, se trata de un procedimiento familiar corrientemente practicado en el habla coloquial, y verosmilmente practicado con tanta frecuencia en el Siglo de Oro como en el nuestro. 26 La letrilla Que pida a un galn Minguilla (vv. 67-72) de Gngora apunta justamente a que muchas de las agudezas que se prodigaban en las reuniones cortesanas se tomaban de fuentes escritas: Que acuda a tiempo un galn / con un dicho y un refrn, / bien puede ser; / mas que entendamos por eso / que en Floresta no est impreso, / no puede ser.
21 Discurso de todos 22 Poema heroico de 23

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formacin de palabras nuevas a travs de la composicin27. Recordemos, por ejemplo, las Tablas poticas (1617) de Cascales:
Los latinos, y ms los griegos, fueron muy licenciosos en nombres compuestos. Nosotros no tenemos en eso tanta felicidad, y ass nos escusaremos dellos como de cosa que ilustra poco nuestra lengua (p. 101).

El griego se presenta frente al castellano como una lengua mucho ms rica en cuanto a la formacin de nuevos vocablos por composicin. Esta riqueza se reeja en su literatura y especialmente aspecto que nos interesa ms ahora en su literatura burlesca. Desde otro punto de vista, Gonzlez de Salas hablaba en su ilustracin a la Musa V del Parnaso de Quevedo, dedicada a las poesas que se cantan y bailan, de las muchas posibilidades que ofreca el griego para los juegos burlescos basados en equvocos, silepsis, retrucanos... Adems, sealaba la deuda de nuestro escritor con esta tradicin:
De los latinos, no hallo poesa con quin stas correspondan en la forma de su estructura, aunque en el sabor consuenan algo con algunos mimos y muchos agudos epigramas. De los griegos, empero, observo yo semejanzas satricas, conviene a saber, de fragmentos muy agudos, referidos de Ateneo, y bien con amargor ms ofensivo, pues eran sealando descubiertamente el sujeto a quien heran, como en aquella nacin docta era ese horror de costumbre recibida. Desapacible fuera aqu la comprobacin por la disparidad de las lenguas. A los doctos son los testimonios familiares esparcidos por los ms de sus libros; pero en el XIV, con mayor abundancia; y excelentes son algunos con particularidad, si bien muy deshonestos, all contenidos, de Sotades Maronita28, maldicientsimo poeta griego, vario. Donde se podrn observar del que fuere ingenioso no desiguales equivocaciones (segn las llaman vulgarmente) en su helenismo. La lengua latina es muy pobre de iguales juegos en las palabras [...] Pero de otros donaires fue aquel emendado lenguaje muy capaz, que proprios le eran con singularidad, como todos tienen sus ciertos idiotismos, que yo llamo afecciones de cada lengua, en que rarsima vez una se corresponde con otra; y ans no slo dicultosos de comunicarse, sino, moralmente hablando, imposibles29.

Salas insiste sobre las muchas posibilidades del griego para la formacin de juegos de ingenio, aspecto en el que supera al latn. El autor griego que mayor uso hizo de los neologismos y de todo tipo de agudezas de ingenio basadas en juegos verbales, fue Aristfanes. Pero antes de ver sus posibles relaciones con Quevedo debemos valorar cul era la difusin de su obra en la Espaa del XVII. De he27 Para la discusin del marco terico de la composicin nominal en griego, ver Amado Rodrguez, 1998. Las pp. 116-19 se dedican de forma ms especca a la composicin en las obras literarias. 28 Sotades Maronita, poeta griego del siglo IV a.C. Los escasos fragmentos conservados de sus composiciones nos han llegado fundamentalmente a travs de la obra El banquete de los sostas de Ateneo, mencionado unas lneas antes por Gonzlez de Salas. 29 Quevedo, Obra potica, vol. I, p. 125.

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cho, sus comedias no parecen haber circulado demasiado en aquella poca. Slo se acercaba a l una minora de intelectuales, grupo que se restringa an ms si consideramos el nmero real de lectores de sus piezas en su lengua original, ya que lo ms comn fue acceder a ellas a travs de traducciones latinas30. Sabemos que Quevedo posey el ejemplar de una edicin traducida al latn de las comedias de Aristfanes, texto que hoy se conserva en la Biblioteca de Menndez Pelayo de Santander31. Nos es difcil, pues, asegurar que Quevedo tuviera un conocimiento profundo de la obra del autor griego en su lengua original. Don Francisco ley seguramente su obra en latn, aunque eso quizs no baste para poder garantizar la correcta asimilacin de los recursos lingsticos de Aristfanes por su parte. Pero veamos ya en qu consisten32. El comedigrafo griego se sirve de los varios recursos de formacin de palabras que le pona a disposicin su lengua, y los lleva a extremos inusitados. Tenemos compuestos burlescos como el apelativo metewrofevnaka~ (engaadores areos, donde areo vale por palabrera sin sustancia; Nubes, 332) formado sobre metevoro~ (levantado del suelo, en el aire) y fevnax (embustero), y ejrebodifw`s in (escudriar las tinieblas; Nubes, 192) construido a partir de ejvrebo~ (tinieblas, inerno) y el verbo difavw (buscar). El compuesto ms llamativo de toda la obra aristofnica es seguramente el men de las Asamblestas (1164-79) en 67 slabas33. Adems de la composicin, el autor griego echa mano tambin de la derivacin para la creacin de voces cmicas. Por ejemplo, el frontisthvrion (pensadero; Nubes, 94) de Scrates, formado a partir del sujo -thvrion que se emplea para los nombres de lugar. Dentro de este grupo encontramos bastantes casos de superlativos burlescos que pueden recordar a los varios naricsimo o barbadsimo de Quevedo: sofwvtaton (sapientsimo; Avispas, 1277), o qumosofikwvtato~ (sabiotiqusimo; id., 1280) donde se juega tambin con el sujo ikov~ muy propio de la terminologa sosta. Otro sujo usado en clave
30 En el siglo XVII espaol Aristfanes fue un perfecto desconocido, de quien jams un slo pasaje de sus obras fue ledo en las aulas, segn Gil Fernndez, 1996, p. 206. 31 Aristophanis, Comicorum principis, Comoediae undecim, Graeco in Latinum, ad uerbum translatae, Andrea Divo Iustino politano interprete, Basilea, Herederos de Cratandri, 1542. Muy posiblemente sea de este libro de donde haya tomado el pasaje en latn de las Ranas que cita en su dedicatoria a Olivares en su edicin de las obras de Fr. Luis de Len (Quevedo, Obras en prosa, vol. I, p. 529). 32 Todos los ejemplos tomados de Aristfanes y de Plauto no se pueden siempre trasponer al castellano. Entre parntesis coloco la traduccin del vocablo, cuando esta es posible, o una parfrasis explicativa del mismo. Para las creaciones lxicas en Aristfanes me baso fundamentalmente en el trabajo de Rodrguez Monescillo, 1968. Quiero expresar mi agradecimiento a la profesora Amado Rodrguez por su ayuda en el rastreo e interpretacin de los neologismos aristofnicos. Por lo que respecta a Plauto, deseo tambin agradecer al profesor Fernando Domnech sus sugerencias y generosa ayuda con las creaciones lxicas plautinas. 33 Ver Amado Rodrguez, 1998, p. 118.

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burlesca es el gentilicio -ivdh~, que se empleaba en antropnimos de corte aristocrtico, en los casos de spoudarcivdh~ (buscacargos, Acarnienses, 595) y misqarcivdh~ (cobracargos; id., 597)34. La derivacin y la composicin son, pues, los recursos bsicos de la creacin verbal de Aristfanes. Sin embargo, no le es ajena tampoco la formacin de voces a travs de la parasntesis. Por ejemplo, el trmino ejgkekoisurwmevnhn (encesirada; Nubes, 48) aplicado a una mujer, que se crea a partir del nombre propio Koisuvra (Cesira), prototipo de mujer renada y esnob. La semejanza con ciertos neologismos quevedianos como enaguacilado o ensuegrado es muy llamativa. Con todo lo que llevamos visto parece evidente concluir que Quevedo pudo encontrar en el modelo aristofnico un caudal muy rico para la creacin lxica, incluida la parasinttica. Ahora bien, es tambin muy probable que el conocimiento de las comedias del autor griego por parte del espaol fuera parcial y que, adems, se diera a travs de textos traducidos al latn. Con lo cual, nos resulta algo complicado poder armar con seguridad que Quevedo se haya inspirado en Aristfanes para la formacin de sus neologismos. De todos modos, el campo queda abierto para futuras investigaciones sobre esta posible relacin que, hasta ahora, ha sido descuidada. Pasando a los autores latinos, resulta ms difcil hallar algn ejemplo donde el ingenio verbal se oriente hacia la creacin de vocablos jocosos. Como ya haban apuntado Cascales y Gonzlez de Salas, la literatura latina no ofrece tanta versatilidad como la griega en este aspecto. Los grandes satricos Horacio, Persio, Juvenal, han inuido mucho en Quevedo, pero no emplean este tipo de artilugios lingsticos. La nica gran excepcin que cabe mencionar es la de Plauto, que destaca en sus comedias por la abundancia de neologismos burlescos35. A diferencia de Aristfanes, Plauto goz de relativa fama en el Siglo de Oro y algunas de sus obras fueron traducidas al castellano36. Formaba parte de diferentes orilegios escolares expurgados con los que se les enseaba latn a los estudiantes37. Por su parte, Quevedo debi de conocer bastante bien las comedias del dramaturgo romano ya desde poca temprana. En su Espaa defendida (1609) lo cita varias veces y discute con buen acierto el sentido que tiene en el Pnulo el empleo del latn mezclado con el cartagins38. Los recursos empleados por el escritor romano no se alejan demasiado de los de Aristfanes, aunque la lengua latina no le permite
34 Para la traduccin de estos ltimos dos trminos he seguido la que ofrece Rodrguez Monescillo, 1985, en su edicin y traduccin de las comedias de Aristfanes. 35 Ver Duckworth, 1952, p. 345. Para la exposicin sobre el arte verbal de Plauto seguimos fundamentalmente este trabajo y los ejemplos de creaciones lxicas plautinas que aporta. 36 Ver Lida de Malkiel, 1951, p. 210; y Simn Daz, 1980, p. 46. 37 Ver Lpez Poza, 1995, pp. 79-80. 38 Quevedo, Espaa defendida, pp. 152-54 y 526-27.

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construcciones tan extensas como las suyas. En sus comedias encontramos voces griegas mezcladas con otras latinas que forman nuevas palabras en clave cmica. Hay casos de composicin: ferritribax (gasta-hierro; Mostellaria, 356, aplicado a los esclavos encadenados), agritriba (gasta-ltigos; Pseudolus, 137), inanilogista (que hace discursos sin sustancia; id., 255), pultifagus (come-gachas; Mostellaria, 828), o plagipatida (aguanta-palos; Captivi, 472; Mostellaria, 356). Tambin aparecen ejemplos de derivacin, donde Plauto parte de una palabra griega y le aade un sujo latino creando adjetivos burlescos: elleborosus (eleboroso; Mostellaria, 952), hepatiarius (higadoso; Curculio, 239), o thensaurarius (tesoroso; Aulularia, 395). Sobre voces griegas construye tambin adverbios como: basilice (reinamente; Epidicus, 56; Persa, 29; etc.), pugilice (pgilmente; Epidicus, 20). O verbos: apolactizare (repeler a patadas; Epidicus, 678), atticissare (aticizar; Menaechmi, 12), sicilicissitare (sicilianizar; id.), o patrissare (padrecer; Mostellaria, 639; Pseudolus, 442). Recordemos que tambin Quevedo emplea la sujacin para crear neologismos. Ya sean adjetivos: putaril, quitanos (amantes que no pagan, en oposicin a paganos), mesonfera, monjoso39. Adverbios: adredemente y cclopemente40. Verbos: cabellar, labrusquear (de labrusca, via silvestre), crepuscular, reptilizar, microcosmar, o mondonguizar41. O sustantivos: cornera, neotericidades, cornudera, o cabellera42. Adems de la mezcla del latn y del griego, Plauto forma palabras tambin sirvindose exclusivamente del latn. Hay casos de compuestos: turpilucricupidus (el que desea o procura ganancias deshonestas; Trinummus, 100), tintinnaculi (los que hacen sonar las cadenas; Truculentus, 782)... Como en Aristfanes (y en Quevedo), tambin en las comedias del escritor latino encontramos superlativos jocosos: perditissumus (perdidsimo; Aulularia, 722), occisissumus (matadsimo; Casina, 694), o geminissumus (gemelsimo; Persa, 830). Quevedo conoca bien las obras de Plauto, y tras haber visto todos estos ejemplos y parecidos entre los dos autores podemos concluir que el comedigrafo fue uno de los probables modelos quevedianos para la creacin de neologismos. Ahora bien, en el escritor latino no se dan casos de neologismos parasintticos, que en cambio aparecan en Aristfanes. Por lo tanto, sus piezas teatrales no nos sirven como antecedente para este tipo de creaciones lxicas del satrico espaol. Tras este sucinto repaso por los dos grandes modelos del mundo clsico en lo que atae a la acuacin de vocablos jocosos, hemos po39 En 40 En 41 En 42

los poemas 600, v. 6; 722, v. 30; 792, v. 27 y Poema de Orlando, v. 49 (canto II). los poemas 708, v. 19 y 840, v. 18. los poemas 528, v. 12; 834, v. 14; 838, vv. 2, 4 y 5 y 868, v. 82. En los poemas: 601, v. 10; 834, v. 7; 641, v. 69 y 651, v. 27.

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dido apreciar como muchos de los mecanismos empleados por Quevedo para la creacin de neologismos burlescos parten de una tradicin muy antigua43. Sin embargo, seguimos sin poder hallar un origen preciso para sus neoformaciones parasintticas. El siguiente paso en el rastreo de fuentes es el de analizar los posibles antecedentes dentro de la literatura castellana. El desarrollo de la literatura satrico-burlesca y, por consiguiente, de todos los juegos de ingenio a ella asociados, encuentra su eclosin en Espaa sobre todo a partir de 158044. Antes de esta fecha se observa un claro predominio de composiciones donde prima la stira con su carcter tanto moralizador como de invectiva sobre lo pura y gratuitamente risible. Ser a nales del siglo XVI, con la relajacin cada vez ms notable de los moldes satricos hacia esferas ms distendidas y jocosas, cuando el ingenio de los escritores empezar a perfeccionar los recursos de lo que damos en llamar literatura satrico-burlesca45. Existen, sin embargo, unos precedentes que justican el desarrollo de este tipo de literatura festiva. El Cancionero General de 1511 cumple un papel muy importante. A partir de l empezaremos a rastrear posibles antecedentes de los neologismos quevedianos. En la ltima seccin del Cancionero se recogen las obras de burlas46, que en 1519 fueron publicadas separadamente con adiciones en el Cancionero de obras de burlas provocantes a risa. Entre sus versos es posible hallar algn caso aislado de neologismo parasinttico. El primero en un poema de Guevara donde se ataca a una mujer que se quiere hacer pasar por joven: creyendo que os enmoays (nm. 973, v. 44). En otro de Antn de Montoro (el Ropero) leemos: vime del todo perdida / desombrada como troya (nm. 977, vv. 135-36). Este mismo trmino emplea Quevedo en la Culta latiniparla (p. 455): A las dueas llame funestas, y si al epteto pusieren pleito los cipreses, en tanto que lo juzgan las lentejas, llamarlas deshombradas. En este caso no se trata, pues, stricto sensu, de un neologismo inventado por el escritor espaol47.
43 Es evidente que la nmina de antecedentes resulta muy limitada y que podra ampliarse. Por ejemplo, otro modelo que se puede tener en cuenta es Luciano de Samosata. En algunas obras suyas (como en El maestro de retrica y la Podagra) aparecen llamativas creaciones lxicas, aunque no he encontrado ninguna de tipo parasinttico. Junto con la tradicin clsica, Durn, 1978, pp. 61 y ss., ha apuntado la posible huella de la literatura en latn macarrnico en los neologismos quevedianos. Quede, pues, para otra ocasin la ampliacin del campo de inuencias en las neoformaciones del escritor espaol. 44 Jammes, 1987, p. 74; Prez Lasheras, 1994, pp. 150-52, y 1995, p. 22. 45 La frontera entre la modalidad burlesca y la satrica no es siempre demasiado sencilla de delimitar y las posturas de la crtica oscilan entre diversas propuestas. Ver al respecto, Arellano, 1984, pp. 22-41; Jammes, 1987, pp. 31-38; Schwartz Lerner, 1987 y 1990; y Prez Lasheras, 1994, pp. 141 y ss., y 1995, pp. 13-35. 46 Ocupan las pp. 506-38 en la edicin de B. Dutton del Cancionero general compilado por Hernando del Castillo, que es la que manejo y de donde extraigo todos los ejemplos citados. A partir de ahora indicar slo el nmero del poema y el verso. 47 Ello justica que no lo incluyera en el corpus de neologismos parasintticos quevedianos que he dado al principio del trabajo.

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Ms voces parasintticas que aparecen y que, a primera vista, podran pasar por neologismos no lo son. Un caso muy claro es el del verbo encornudar que se recoge en un poema del Conde de Paredes (nm. 979, v. 79) y que era de uso corriente en la poca. De hecho, sigue apareciendo en autores posteriores como Diego Hurtado de Mendoza y el mismo Quevedo. El texto cancioneril donde ms ejemplos de neologismos he encontrado es la Carajicomedia48, recogida en el Cancionero de obras de burlas de 1519. Esta composicin, por su lenguaje desbocado y por la obscenidad de sus temas, representa desde luego un caso excepcional dentro del mbito potico de la poesa de cancionero. Veamos algunos casos de neoformaciones jocosas. Hay voces que juegan con la derivacin pardica, como linaje coativo (comentario a la copla XIV, p. 50), carne coina (CIV, v. 6), gran caato (XXIX, v. 2; cao vagina), o tragonitas (XLVIII, v. 6; juega con el sentido obsceno de tragar y construye el trmino sobre la base de trogloditas). Tambin encontramos nombres propios burlescos como Manseolo (LIX, v. 1), creado sobre el de Mausolo y el trmino manso, que indica al marido cornudo consentido. Hay, a su vez, algn ejemplo de latinajo, como cornifator (LXXXVI, v. 6). O, inclusive, casos de composicin burlesca, como cabezmordidos (XLVI, v. 6) con el signicado de fraile, tonsurado, y que recuerda al cabixpacido del poema Qul diablo me top... (v. 2) de Mena. Sin embargo, pese a haber tantos neologismos, hemos sido capaces de encontrar slo uno formado por parasntesis: destotanados (CXV, v. 4; tota vagina). Un ltimo ejemplo de neologismo parasinttico que he hallado dentro de la literatura cancioneril se encuentra en otro poema de Juan de Mena: La cara se vos cangreja (vv. 7-8): el papo se vos enmona, / el talle se os enconeja. La voz enmonar no es una neoformacin, y puede ser emparejada a otras como arrocinar o emperrar de las que se encuentran varios ejemplos dentro de la literatura castellana49. Enconejar, sin embargo, no lo he encontrado ni en Covarrubias, ni en Autoridades. Corominas recoge slo conejar. Pasando ya a las obras del Siglo de Oro, son varios los autores que practicaron la literatura satrico-burlesca y que pueden mencionarse como antecedentes de Quevedo. Sin embargo, un repaso por los grandes cultivadores de esta modalidad anteriores a nuestro escritor nos revela escasos ejemplos de neologismos en general, y ninguno creado por parasntesis. Ni en Cristbal de Castillejo (1492?-1550), ni en Diego Hurtado de Mendoza (1503/1504-1575), ni en Gutierre de Cetina (1510-1554?), ni en Baltasar del Alczar (1530-1606) he hallado ningn neologismo parasinttico. En realidad, los casos de neoformacioindicando el nmero de copla y verso correspondiente. Ver el romance Triste pisa, y aigido (v. 7) de Gngora, arrocinado, y emperrado en el Poema heroico de Orlando de Quevedo (canto II, v. 564), por ejemplo.
48 Cito 49

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nes son muy pocos. Slo en Alczar y en Cetina encontramos algunos ejemplos signicativos. El primero forja el verbo marcelar formado sobre el nombre Marcelo-a: Pues cuando el mundo admiraba / Tanto marcelar, criaba / A una Marcela un Marcelo (vv. 2-4 del poema Nada hace acaso el cielo). O tambin el sustantivo burlesco doncellura (rtulo del poema fuese criba harnero). Cetina, por su parte, crea el neologismo desparlar (del verbo parlar) empleado en su alabanza de la pulga (que suele atribuirse tambin a Hurtado de Mendoza), escrita a imitacin de Ludovico Dolce , Seor compadre, el vulgo, de invidioso: All era el desparlar la parlera (v. 148). Chevalier50 menciona a algunos autores ms que en sus obras cultivaron el uso de los neologismos jocosos: Sebastin de Horozco , Eugenio de Salazar y Mateo Alemn. Pero un anlisis detenido de sus obras no revela un nmero signicativo de neoformaciones. En el caso del Guzmn de Alfarache aparecen slo unos pocos casos para cuyo comentario me remito a las palabras de Francisco Rico51:
Las creaciones lxicas son escasas: protopobre (I, iii, 2), archibribn (ib., 3), a lo Quevedo, nos arrancan una sonrisa por su imitacin del esquema imponente de protomdico o archiduque; muchachismo (II, i, 6) nos divierte ms, al recordar el barbarismo que Alemn escarneca al discreto lector.

En las Cartas de Eugenio de Salazar he dado con tres neologismos burlescos, ninguno de ellos parasinttico: bellaquiarcas, conde-establo y barberimdico (pp. 22, 58 y 62). Los parecidos con algunas voces del lxico quevediano son evidentes52, aunque nuevamente se trate slo de unos pocos ejemplos. De estos tres escritores es, sin duda, Sebastin de Horozco el que emplea con mayor frecuencia creaciones lxicas de tipo festivo. En su Cancionero aparecen formas compuestas: perribota (nm. 2), picavientos (nm. 4), estiracuellos (nm. 6) y rabicalientes (nm. 312, rtulo). Junto con estos, llaman la atencin tambin algunos trminos formados por sujacin: buxtica (nm. 82)53, locaria (nm. 96) y bobaria (id.). O la voz haldrapa creada por similitud fnica con gualdrapa: se podr dezir mejor / no gualdrapa, mas haldrapa (nm. 187). No olvidemos que, segn indica Weiner en sus notas, exista el adjetivo haldraposo que tena el signicado de andrajoso. En el nico caso en el que Horozco usa un neologismo parasinttico se trata de uno semntico y no lxico. Endonar, tal y como sealan Covarrubias y Autoridades, era
50 Chevalier, 1992, p. 51 Rico, 1987, p. 64. 52

115.

Comprese: los llamaramos bellaquiarcas, como llamamos heresiarcas de Salazar, con: aquella hambre mitrina, como canina, con que a m me escandalizaba (Quevedo, Epistolario completo, p. 500). He manejado tambin una carta indita de Salazar dada recientemente a conocer por Fradejas Lebrero, 1998, pero se trata de un texto eminentemente serio, y no he dado con ningn neologismo burlesco. 53 El poema habla de una buxtica ley con la que, probablemente, Horozco est acusando de homosexualidad (bujarrn) al destinatario de estos versos.

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un verbo ya arcaico en el Siglo de Oro que signicaba lo mismo que regalar, hacer un regalo, un don. Horozco lo emplea siempre con el sentido de ponerse el don, de hacerse pasar por noble, para criticar el orecimiento desmedido de las capas bajas de la clase nobiliaria en el siglo XVI y del apelativo don, de lo que tantos textos de la poca se burlaban. En su Cancionero aparece en varias ocasiones: Y con esto se han alado / las putas con presunin, / y todas se han endonado, / que ninguna no ha quedado / que no se haya puesto don (nm. 296)54, Y a venido a tal baxeza / este quererse endonar, / que las personas de alteza / de autoridad y grandeza / no se lo quieren llamar (nm. 349), la muger del escudero / para limpiar el trasero / no pasa sin endonada (id.; el poema ofrece ms ejemplos). En resumidas cuentas, Horozco ha tomado un verbo ya existente y le ha atribuido una nueva acepcin en clave cmica. Como se puede apreciar las creaciones lxicas son escasas y aisladas en la literatura satrico-burlesca anterior a Quevedo. Ni siquiera jndonos en autores inmediatamente anteriores a l es posible detectar este tipo de juegos verbales. En Juan de Salinas (1562?1643), poeta de vivo y jocoso ingenio, he encontrado tan slo dos neologismos burlescos: culicantor (nm. 21, v. 24) y metebuches (nm. 42, v. 136). El poeta de la sal preere, desde luego, los juegos fnico-sintcticos (calambur, paronomasia, retrucano...) y las dilogas para obtener efectos cmicos en su versos. En este sentido, el caso de Lope de Vega ofrece un punto de comparacin ms interesante. Lope s hizo uso de neologismos burlescos en sus obras poticas y teatrales: embufetado, perrigalgo, enducada, doncellidama, doncelliventera...55 En El caballero de Illescas aparece el adjetivo parasinttico ensuegrado. Pues bien, segn Chevalier esta comedia fue escrita hacia 1602, lo cual nos plantea una disyuntiva importante: Lope pudo estar imitando a Quevedo ya desde fechas tan tempranas, o debemos considerarla como una creacin nacida al margen del modelo quevediano y, por lo tanto, anterior a este? El profesor francs parece decantarse por la primera posibilidad: Lope habra sentido desde fechas muy tempranas una gran admiracin hacia la poesa de Quevedo y, en ocasiones, intentara remedar sus recursos ms llamativos. Aun as, por lo que a la literatura satrico-burlesca se reere, no alcanz la habilidad de su colega:
Lope observa atentamente la produccin potica de Quevedo y est bien enterado de ella, segn demuestra su correspondencia con el duque de Sessa; inclusive procurar imitarle en las Rimas de Tom de Burguillos. Pero se puede armar sin injusticia que Lope no brilla en el ejercicio de la agudeza verbal tal como la practica Quevedo.

54 Aqu hay tambin un posible doble sentido ertico basado en el verbo poner (ponerse un don, tener relaciones sexuales con caballeros). 55 Chevalier, 1992, pp. 203-204.

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Dadas estas circunstancias parece razonable admitir que el pobre toma del rico y que Lope reproduce en unas comedias suyas varias guras agudas de las que con tanta facilidad derrama Quevedo en sus versos y prosas56.

Adems, cabe tambin la posibilidad de que estos neologismos hayan sido introducidos en sus comedias a la hora de la impresin, con posterioridad a su fecha de redaccin originaria57. De hecho, El caballero de Illescas no se publica hasta 1620. A esta hiptesis debemos aadir otro elemento ms. Aunque el profesor francs no lo indique, para la datacin de la comedia lopesca se est sirviendo de la cronologa realizada por S. G. Morley y C. Bruerton (1968), donde se fechan las obras teatrales del Fnix siguiendo un criterio de versicacin estrca. Pues bien, por muy ponderadas que sean las conclusiones de estos dos estudiosos, no cabe duda de que toda fecha deducida a partir de un estudio basado en cuestiones mtrico-estilsticas es siempre hipottica y muy aproximativa. Resulta bastante ms able servirse de las obras del Fnix que tienen una datacin ms segura. Ya en la primera edicin de las Rimas (1602) se incluye un soneto laudatorio dedicado a Quevedo, que Blecua considera que se escribira hacia 1600-160158. El joven Quevedo de apenas veinte aos ya le merece un elogio a Lope de Vega y, por lo tanto, su obra ya le deba de ser conocida en aquel entonces. Otro dato interesante que se desprende del anlisis de las Rimas es el exiguo papel que cumple en ellas lo satrico-burlesco. Slo en las adiciones de 160459 aparecen poesas de este tipo, como la silva Apolo (Que me llaman a m dios de poetas?) y algunos pasajes de la epstola a Gaspar de Barrionuevo (Gaspar, no imaginis que con dos cartas). Los neologismos que he rastreado son escasos y en ningn caso parasintticos. Son dos y se encuentran en la mencionada epstola: protoingenio (v. 137) y archipednticas (v. 319). Como se ve, dos neologismos formados con prejos cultos bastante difundidos en la poca. Posteriormente, volvemos a encontrarnos con versos jocosos y neologismos burlescos en la Filomena (1621), pero los ejemplos que all se recogen siguen siendo escasos. Cito tres casos: sastripedante (En
56 Chevalier, ibid., pp. 198-99. Lope como imitador de Quevedo ha sido estudiado tambin por Fichter, 1932-33. 57 El mismo Chevalier, 1992, p. 201, esgrime este argumento en cierto momento de su trabajo para justicar algunas agudezas en las comedias de Lope debidas, en principio, a Quevedo. En efecto, la prctica de la revisin y reelaboracin de textos propios no le era del todo extraa a Lope. Recordemos tan slo la cancin Ya pues que todo el mundo mis pasiones, que Lope retoc y reedit en sus Rimas de Tom de Burguillos (1634) casi treinta aos despus de que apareciera en las Flores de poetas ilustres recopiladas por Pedro Espinosa en 1605. 58 Ver la edicin de Blecua de Lope de Vega, Obras poticas, p. 99. Todas las referencias a la poesa de Lope (salvo la Gatomaquia) se hacen siguiendo esta edicin. 59 Rimas de Lope de Vega Carpio. A Don Juan de Arguijo, Sevilla, Clemente Hidalgo, 1604.

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justa de poetas, v. 76), bufonicista y poeticidas (Francisco, yo no pude hallar, amando, vv. 100 y 104). Es en las Rimas de Tom de Burguillos (1634) donde se da la verdadera eclosin de la poesa satrico-burlesca de Lope. Una eclosin, por lo tanto, tarda. Adems, fuera de la Gatomaquia (parodia pica incluida en estas Rimas), los casos de neologismos burlescos no son demasiados: maanar (Tanto maana, y nunca ser maana, v. 11), cultiborra (Conjrote, demonio culterano, v. 10)... En la Gatomaquia60, en cambio, son muy numerosos: melindrfera (I, v. 98), marramizar (I, v. 155), iafe (I, v. 198), piramizar (I, v. 370), gaticida (III, v. 288), gatfero (IV, v. 106; V, v. 23), micigriego (VII, v. 1), mondongufera (VII, v. 273)... Los nicos dos casos de neologismos parasintticos que he encontrado son: desmoar (IV, v. 171) y desgatada (IV, v. 315). En el primer caso, adems, se trata de una voz empleada tambin por Quevedo en un romance: t, que a poder de tercianas, / las desmoas, las destrenzas, / y a la que vendi billetes / haces que compre recetas (nm. 754, vv. 77-80). Resulta difcil averiguar cul de los dos ejemplos es anterior en el tiempo, ya que el romance quevediano nos lleg slo a travs de la edicin pstuma del Parnaso (1648) y de manuscritos no fechados. Aunque tambin es probable que ambos llegaran a crear la misma palabra de modo independiente. Por otra parte, Lope deja patente en un soneto del Burguillos su admiracin por Quevedo (Para cortar la pluma en un profundo), un soneto que adems representa uno de los pocos casos de composicin laudatoria seria dedicada a un personaje real en este poemario. Sus versos dicen Atento os miro (v. 5), y parece que en ellos el poeta se proclama discpulo de la sutileza y del ingenio de Quevedo61. Para terminar ya con la nmina de los posibles antecedentes quevedianos en Espaa debemos realizar un ltimo cotejo. El gran renovador de la poesa burlesca castellana en el siglo XVII anterior a Quevedo es, sin lugar a dudas, Luis de Gngora. Cuando don Francisco sali a la palestra literaria se encontr y choc con la gura destacada del cordobs, que por aquel entonces ya haba compuesto la mitad de su obra62. De hecho, Quevedo tiene varias deudas con la poesa de Gngora en sus escritos, pese a las pullas e insultos recprocos que se intercambiaron a lo largo de sus vidas63. Es a ellos dos a quienes se debe el mayor desarrollo y enriquecimiento de la literatura satricoburlesca en el Siglo de Oro. Sin embargo, cuando comparamos el arte verbal del madrileo con el del cordobs, no podemos dejar de constatar que entre ellos hay importantes diferencias. Quevedo supo aprovecharse de las innovacio60 Doy el nmero de silva y el 61 Chevalier, 1992, p. 186. 62 Ver Carreira, 1997, p. 233. 63

verso correspondiente en cada caso.

Para la relacin entre Gngora y Quevedo puede consultarse: Jauralde Pou, 1998, pp. 899-924; Jammes, 1987, pp. 40 y ss.; y Paz, 1999.

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nes satricas gongorinas y las llev a extremos inesperados. En su obra satrico-burlesca el conceptismo, la sntesis y la creacin lxica alcanzan la cima de la literatura barroca de tipo festivo. El mismo Gracin, que no apreciaba demasiado a Quevedo64, tuvo que reconocerle esta primaca en su Agudeza y arte de ingenio (discurso XXXIII): Por muchos equvocos continuados, don Francisco de Quevedo, que fue el primero en este modo de composicin. A este respecto, es interesante destacar que desde muy joven se fue creando fama de ingenio vivo y jocoso65. En Valladolid se estrena como poeta editando sus composiciones en las Flores de poetas ilustres (1605) de Espinosa. Lo que llama la atencin es el elevado porcentaje de poemas de tipo satrico-burlesco que constan entre los de Quevedo, sobre todo si se comparan con la tnica general de esta antologa donde priman las composiciones amorosas, morales y sacras. De los 18 poemas que all publica, 11 son de tipo satrico-burlesco66. Gngora, por su parte, presenta 37 composiciones, ninguna de ellas satrico-burlesca. La proporcin, en cierta medida, me parece signicativa. El Quevedo veinteaero se presenta, sobre todo, como poeta agudo y chistoso. En estos primeros escritos poticos an no encontramos casos de neologismos burlescos, pero ya anuncian la gracia de versos posteriores. Pues bien, los neologismos burlescos de Quevedo pueden servirnos como pequea muestra de las diferencias sustanciales que hay entre su obra y la de Gngora. De hecho, entre todos los versos del cordobs he podido dar slo con escasos ejemplos de neoformaciones chistosas: pulgatorio (creado sobre pulga y purgatorio, v. 125 de la letrilla Que pida a un galn Minguilla de 1581), Cagalarache (formado sobre Larache y cagar, v. 2 del soneto De dnde bueno, Juan, con pedorreras? de 1608-1610), corteggiantes (formado sobre el verbo italiano corteggiare, v. 1 del soneto Seores Corteggiantes, quin sus das... de 1610), protonecio y Piramiburro (vv. 339 y 340 de la Fbula de Pramo y Tisbe de 1618), y chimenencia (creado sobre eminencia, v. 5 del soneto Doce sermones estamp Florencia, atribuido). Como puede apreciarse, no se trata de construcciones dema64 Para la relacin entre Gracin y Quevedo puede verse Chevalier, 1992, pp. 16270. En el Criticn (II, 4; p. 375) dice de l: estas hojas de Quevedo son como las del tabaco, de ms vicio que provecho, ms para rer que aprovechar. 65 Entonces surge Quevedo. Sobre tal escenario, el xito de un ingenio tan brillantemente dotado es inmediato. Aos antes de que Escarramn se cante por toda Espaa, Pinheiro [Tom Pinheiro da Vega, Fastiginia] documenta la fama que en Valladolid merecen al joven escritor sus obras primerizas. [...] Apreciamos en forma ms exacta el alcance de estas citas cuando observamos que Pinheiro nicamente cita dos versos de Gngora (Chevalier, 1992, p. 113). 66 Son los poemas nms. 645, 660, 621, 620, 804, 652, 805, 806, 807, 820 y 193 (ed. Blecua). El poema 193 dedicado a la Magdalena fue incluido por Espinosa junto con las composiciones sacras en el libro segundo de las Flores. Blecua tambin lo coloc entre los poemas religiosos. Sin embargo me parece que el tono burlesco del ltimo terceto delata su verdadera intencin satrica. De hecho, en algunas impresiones posteriores de las Flores el poema fue suprimido por considerarse demasiado irreverente (cfr. Jauralde Pou, 1998, p. 139).

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siado llamativas. La voz protonecio nos recuerda juegos tan manidos con prejos cultos que ya encontramos en Alemn, Lope y Quevedo. Por lo tanto, por lo que se reere a los neologismos burlescos Quevedo no pudo tomar inspiracin de Gngora. De todo ello se desprende una primera conclusin: Quevedo no parece tener ningn precedente importante en la literatura espaola por lo que respecta al uso de neologismos burlescos parasintticos. Posiblemente no fue su inventor en sentido estricto, pero contribuy a difundirlos en la literatura de la poca, y fue uno de los autores que les dio un desarrollo ms intenso y original. Tambin en este aspecto su obra satrico-burlesca supuso una gran innovacin que muchos, posteriormente, imitaron67. As lo demuestra claramente este pasaje del prlogo A ti solo de la edicin de la Quinta parte de las comedias de Tirso de Molina. El mercedario seala que muchos autores acudan a las obras de Quevedo como a un repertorio de agudezas68:
que entre tanto nos risemos los dos a solas de unos bobarrones, cicateros del gracejo, que hurtando prosas impresas al sazonado, al discreto y ledo don Francisco de Quevedo para los parsitos de sus comedias.

Ahora bien, existe una ltima fuente a la que debemos acudir para completar el estudio de este recurso tan propio del arte verbal quevediano. Dentro de la literatura italiana, el correlato de Quevedo por lo que se reere a la creacin de neologismos parasintticos es Dante Alighieri, autor que el escritor espaol conoca bien69. Los neologismos de Dante son uno de los aspectos ms llamativos de su lengua70. La creacin de nuevos vocablos se da en toda la Commedia, pero sobre todo en el Paradiso. Frente al espanto y maravilla de las visiones celestiales, el poeta retuerce la lengua toscana en un esfuerzo agnico por intentar representar lo irrepresentable. Tales neoformaciones resultaron muy chocantes para toda la crtica del XVI y XVII. Ningn autor las haba usado antes y muy pocos las usarn despus71. El uso de estas palabras ser, ya desde Pietro Bembo (Prose della volgar lingua, 1525), atacado por su carcter novedoso y anti-tradicional:

67 Chevalier, 1992, pp. 188, 204-205 y 225, ha demostrado con claridad la pervivencia del neologismo burlesco quevediano en autores posteriores del siglo XVII, como Polo de Medina, Maluenda, Vlez de Guevara o Benavente. Todos ellos tienen, en este y otros aspectos, a Quevedo y su arte verbal como modelo satrico-burlesco por excelencia, de donde toman todo tipo de juegos de ingenio, chistes y agudezas. 68 Quinta parte de comedias del maestro Tirso de Molina, Madrid, 1636. Pasaje citado y comentado en el artculo de Nougu, 1974. 69 Ver Cacho Casal, 1998. 70 Sobre los neologismos dantescos, ver Di Pretoro, 1970; Baldelli, 1984; Enciclopedia dantesca, 1984, vol. IV, p. 38 (sub voce neologismi); Schildgen, 1989; y Coletti, 1993, p. 51. 71 I neologismi danteschi restano legati per lo pi al contesto individuale in cui nacquero. (Enciclopedia dantesca, 1984, vol. IV, p. 38; sub voce neologismi).

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Con ci sia cosa che a ne di poter di qualunque cosa scrivere, che ad animo gli veniva, quantunque poco acconcia e malagevole a caper nel verso, egli molto spesso ora le latine voci, ora le straniere, che non sono state dalla Toscana ricevute, ora le vecchie del tutto e tralasciate, ora le non usate e rozze, ora le immonde e brutte, ora le durissime usando, e allo ncontro le pure e gentili alcuna volta mutando e guastando,e talora, senza alcuna scelta o regola, da s formandone e ngendone72

Dentro de la variedad que ofrecen las innovaciones lxicas de la Commedia las que nos interesan ahora ms de cerca son las de tipo parasinttico. Tambin Dante, como Quevedo, emplea muchos neologismos formados por parasntesis en sus versos. Est claro que estas palabras tienen en el poeta orentino un signicado y una funcin muy diferentes a los que tienen en la obra del escritor espaol. En el primero predomina un tono serio y en el segundo cmico, ya que la mayora de los parasintticos dantescos aparecen en el Paradiso. Sin embargo, el efecto bsico que producen en el lector es idntico: ambos buscan causar estupor y admiracin. Adems, lo que nos interesa es que el procedimiento de formacin de estos neologismos es el mismo en ambos autores. Veamos algunos ejemplos en la Commedia73: Aacceffare (ceffo cara; Inf., XXIII, v. 18), ammusare (muso morro; Purg., XXVI, v. 35), appastare (pasta masa; Inf., XVIII, v. 107), arruncigliare (ronciglio garo; Inf., XXI, v. 75; XXII, v. 35), attergare ( tergo dorso; Inf., XX, v. 46), adimare (imo bajo; Purg., XIX, v. 100; Par., XXVII, v. 77), ammassicciare (massa masa; Purg., IX, v. 100), appulcrare (de pulcro; Inf., VII, v. 60) y adduare (due dos; Par., VII, v. 6). INimborgarsi (borgo ciudad; Par., VIII, v. 61), imparadisare (paradiso paraso; Par., XXVIII, v. 3), impelare (de pelo; Purg., XXIII, v. v. 110), impolarsi (de polo; Par., XXII, v. 67), incielare (de cielo; Par., III, v. 97), indracarsi (drago dragn; Par., XVI, v. 115), infrondarsi (de fronda; Par., XXVI, v. 64), infuturarsi (de futuro; Par., XVII, v. 98), ingigliarsi (giglio lirio; Par., XVIII, v. 113), ingradarsi (de grado; Par., XXIX, v. 130; XXX, v. 125), inlibrare (de libra; Par., XXIX, v. 4), inurbarsi (de urbe; Purg., XXVI, v. 69)... DISdiscarnarsi (de carne; Inf., XXX, v. 69), dislagarsi (de lago; Purg., III, v. 15), dismalare (de male; Purg., XIII, 3), disfrancare (franco libre; Par., VII, v. 79)...
en Tavani, 1976, p. 15 (la cursiva es ma). La delimitacin de los neologismos dantescos es una tarea muy compleja. Ciertas voces que se consideran como creaciones dantescas en unos estudios, no lo son en otros. La lista que doy a continuacin es slo un ejemplo basado en el trabajo de Di Pretoro, 1970.
72 Citado 73

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Adems de estos tres prejos, Dante emplea algunos ms para formar neologismos parasintticos que no encontramos en Quevedo (di-, tra-, ri-, s-). En total hay 84 neologismos en la Commedia: 23 en el Inferno, 21 en el Purgatorio y 44 en el Paradiso. De estas voces, 70 son verbos, y de estos 70 verbos 59 son de tipo parasinttico74. Adems, en su obra encontramos un total de 468 verbos parasintticos (contando tambin los neologismos)75, lo cual conrma el abundante uso de este tipo de construcciones en el poema de Dante. Todo ello llamara sin duda la atencin de un lector atento como Quevedo. Adems, recordemos que Quevedo posey y anot un ejemplar comentado de la Divina Commedia76, y que all se recalca en varias ocasiones esta particularidad de la poesa dantesca. En sus preliminares se recoge una tabla hecha por Francesco Sansovino donde se glosan las voci difcili de la obra. Entre ellas aparecen algunos neologismos dantescos explicados:
Adima, uoc. nuoua di Dante, imo, signica basso, onde adimare uale abbassare, e inchinare. Disfranca, il contrario di francare, ch far libero, come dire & disdire. considera la forza, & il proprio suo della particella Dis. Imparadisare, inostrare, imperlare, & e simili, usarono i nostri antichi, & spetialmente Dante molto licentioso per le materie, chegli trattaua. Impolare, dalla uoce polo, che signica cielo, i imparadisare, metter sopra i poli. Infuturare, mandare infuturo, cosa che habbia da durar per lauenire, diciamo ella sinfutura, ma per son uoci di Dante, & non daltri. Immiare, i diuentar mio, o entrare in me, come intuare, i diuentar te, farmi te. Insemprare, farsi sempre, i eternarsi, farsi immortale. Intuare, farmi tuo, diuentar unaltro te, si come immiare, diuentar me. Inurba, i entra nella citt, da uoce urbs, che citt signica.

Tambin los comentaristas Landino y Vellutello dejan constancia de lo llamativo de estas voces e intentan aclararlas. En los preliminares Landino las menciona de forma explcita: [Dante] Vsa uerbi proprii, & triti in consuetudine. Vsa alcuna uolta gli antichi, come souente, & simili. Fabrica de nuoui, come immiare, & intuare, & inoltrare. A lo largo de sus anotaciones ambos comentaristas van explicando lo que signican estas palabras a medida que van apareciendo. Quevedo dispuso, pues, de varios canales para poder apreciar y asimilar las creaciones dantescas.

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74 Ver 75 Ver 76

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Tanto la crtica de los siglos XVI y XVII, en la que destaca Bembo77, como los comentarios y tablas explicativas de su ejemplar de la Commedia ponen en evidencia los neologismos de Dante. Junto con ello, debemos considerar tambin otro dato relevante para justicar la posible inuencia de los neologismos parasintticos de Dante en Quevedo: algunas de las construcciones parasintticas dantescas ya haban pasado a la lrica del siglo XV castellana. En la poesa del Marqus de Santillana y de Imperial se registran voces como: inora, entuase, enmas, o transumar; todas ellas de claro cuo dantesco78. Quevedo, que conoca muy bien esta tradicin, no dejara pasar inadvertidos estos vocablos. Como hiptesis de trabajo planteo la inuencia del poeta orentino en la creacin de palabras parasintticas burlescas en la obra de Quevedo. El mecanismo lingstico es el mismo, y tambin el efecto inmediato que produce: la sorpresa. Est claro que hay diferencias de matices y signicados entre ambos autores. Por ejemplo, Dante slo crea verbos y no adjetivos deverbales como Quevedo. Por otra parte, sus creaciones son an ms atrevidas que las del espaol, ya que se permite formaciones partiendo de adverbios (insemprarsi) y pronombres (intuarsi), mientras que entre los neologismos quevedianos slo hallamos formaciones a partir de sustantivos. Sin embargo, existen tambin ciertas coincidencias que merecen ser sealadas. Hay algunos neologismos quevedianos que recuerdan muy de cerca otros de Dante. Por ejemplo, en el romance 689, vv. 4144, donde se describe a un personaje grotesco que se ve obligado a cortarse el pelo a causa de una premtica. All se emplea el neologismo desfranciar con el sentido de cortarse el pelo (alude a la moda francesa de llevar el pelo largo). Pues bien, en la Commedia nos encontramos con el mismo neologismo, aunque empleado en otro sentido. Franco quiere decir libre. Dante dice disfranca con el valor de quitar la libertad: Di tutte queste dote savvantaggia
lumana creatura; e suna manca, di sua nobilt convien che caggia. Solo il peccato quel che la disfranca, e falla dissimile al sommo bene. (Par., VII, vv. 76-80).

77 Autor del que sabemos con total seguridad que el escritor espaol posea obras (Maldonado, 1975, pp. 426-27). Adems, debemos sealar que en el Vocabulario de las dos lenguas toscana y castellana (1570) de Cristbal de las Casas se recogen muchos de los neologismos dantescos (por ejemplo Indracare. Embrauescer como drago). Y Quevedo casi seguramente lo conoci, ya que fue el diccionario italiano-espaol ms difundido y reeditado hasta que apareci el Vocabolario italiano e spagnuolo (1620) de Lorenzo Franciosini (ver el prlogo de Lope Blanch a la edicin de Kossoff del Vocabulario). 78 Ver Morreale, 1966, p. 18; y Arce, 1981 y 1984, p. 192.

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En el poema 527 de Quevedo leemos el siguiente epgrafe: Calvo que no quiere encabellarse79. Verbos semejantes aparecen en otras composiciones del escritor espaol que se deleita en ms de una ocasin burlndose de los calvos: Yo no he de cabellar por mi dinero (nm. 528, v. 12), Calvos van los hombres, madre, / calvos van; / mas ellos cabellarn (estribillo del poema 703). En la Commedia se utiliza una voz parecida. En los siguientes versos aparece el verbo impelarsi en el sentido de echar barba, madurar. Su signicado es diferente al del neologismo quevediano, pero tambin su parecido est bastante claro80:
ch, se lantiveder qui non minganna, prima en triste che le guance impeli colui che mo si consola con nanna. (Purg., XXIII, vv. 109-111)

Otro neologismo dantesco que puede recordar uno de Quevedo es el verbo inventrarsi que el poeta orentino usa con el sentido de residir en el vientre, estar dentro de:
Luce divina sopra me sappunta, penetrando per questa in chio minventro, la cui virt col mio veder congiunta, mi leva sopra me tanto, chiveggio la somma essenza de la quale munta. (Par., XXI, vv. 83-87)

Quevedo en una de sus stiras contra Gngora le acusa de sacar versos del vientre como si fueran excrementos, expresndolo con el verbo desbudelar: Socio otra vez? Oh t, que desbudelas / del toraz veternoso inanidades (nm. 834, vv. 1-2). El escritor espaol ha formado su neologismo partiendo casi seguramente de una palabra italiana: budella81 (intestinos). En cierto modo, pues, el verbo quevedesco vale como contrario del dantesco. Ambos parten de una parte del cuerpo sobre la que han construido sus neoformaciones, una con el prejo IN- y otra con el prejo DES-.

79 La autora de los epgrafes de los poemas quevedianos publicados en el Parnaso est en entredicho. Gonzlez de Salas, cuidador de la edicin, declara en los preliminares haber sido l quien rotul los poemas. Sin embargo, como ha argumentado Rey, 1992, pp. 27-29, parece que Salas est ocultando en ocasiones el verdadero origen de los epgrafes. Es muy probable que utilice notas y apuntes del propio Quevedo para titular las composiciones. 80 Adems debemos tener en cuenta que, a diferencia de la mayora de los neologismos dantescos, este tuvo algo de fortuna y fue utilizado por algunos autores del XVI y del XVII como Tansillo, Grazzini y Chiabrera (Di Pretoro, 1970, pp. 277-78). 81 Arellano, 1984, p. 529, anota el posible origen del trmino partiendo de la forma catalana budells (intestinos), o de la italiana budello (forma popular de decir intestino).

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El siguiente caso que voy a comentar es el del verbo dantesco indonnarsi (hacerse duea o seora de algo, apoderarse de algo)82, referido a Beatrice:
... fra me: dille dicea, a la mia donna che mi disseta con le dolci stille; ma quella reverenza che sindonna di tutto me, pur per Be e per ice, mi richinava come luom chassonna. (Par., VII, vv. 11-15)

No est muy claro si esta voz es de cuo dantesco o formaba parte del toscano corriente. Lo interesante es que volvemos a encontrarla en el Canzoniere de Petrarca (CXXVII, vv. 21-25)83:
parmi vedere in quella etate acerba la bella giovenetta, chora donna; poi che sormonta riscaldando il sole, parmi qual esser sle amma damor chen cor alto sendonna.

El escritor espaol usa el contrario del verbo dantesco creando el trmino desenduear a travs de la combinacin de los prejos DES- y EN-: y que se desendiable y desenduee (Poema de Orlando, I, v. 704). Por ltimo, en la Hora de todos se describe a la diosa Juno enfurecida al ver a Ganimedes junto a Jpiter y se emplean los neologismos endragonida y enviperada:
Juno que le vio al lado de su marido, y que con los ojos beba ms del copero que del licor, endragonida y enviperada, dijo... (Hora, pp. 368-69)

El primero fue utilizado por Dante para referirse a la crueldad y saa de una familia orentina, los Adimari:
Loltracotata schiatta che sindraca dietro a chi fugge, e a chi mostral dente o ver la borsa, comagnel si placa. (Par., XVI, vv. 115-117)

Como puede apreciarse, en ambos casos el neologismo se usa para caracterizar la actitud violenta y agresiva de alguien. As lo haba explicado tambin Vellutello en su comentario: comel draco incrudelisce (DCQ, fol. 340r). Sin embargo, Dante ha sido slo una fuente indirecta, ya que el mismo doblete de neologismos se encuentra en los tercetos que cierran el canto XII de la Arcadia de Sannazaro (vv. 7-9):
Quest sol la cagione ondio mi exaspero incontral cielo, anzi mi indrago e invipero
82 Vellutello lo explica as: CHE sindonna, cio, la qual Sinsignorisce di tutto me (DCQ, fol. 306v). 83 Ver Baldelli, 1984, p. 72.

EL NEOLOGISMO PARASINTTICO EN QUEVEDO Y DANTE e via pi dentro al cor mi induro e inaspero.

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Una vez vistos estos paralelismos, debemos aclarar que no pretendemos armar que Quevedo haya tomado estos ltimos neologismos directamente de Dante. Se trata slo de parecidos interesantes, y la inuencia dantesca ha de considerarse puramente hipottica. Sin embargo, lo que s parece haberse puesto de maniesto es la versatilidad y riqueza con la que ambos autores se dedican a la creacin de neologismos parasintticos. Existen posibilidades de que Quevedo se inspirara, o encontrara un estmulo, en Dante para la formacin de estas voces. Un ltimo dato que cabe tener en cuenta es que Quevedo emplea los neologismos parasintticos con mucha ms frecuencia en sus ltimas obras. Amostachado aparece en el Memorial a una academia (anter. 1605) y enaguacilado en el Aguacil endemoniado (1605-1608). Los ejemplos, pese a ser signicativos, son algo escasos en sus primeros escritos84. En sus obras en prosa Quevedo us los neologismos parasintticos desde fechas muy tempranas, aunque no intensic ese uso hasta sus stiras de madurez, como en el Discurso de todos los diablos o la Hora de todos. Las muestras de neologismos que tenemos en los poemas no nos sirven para establecer una cronologa, ya que la mayora de los versos quevedianos no estn fechados. Sin embargo, el gran uso que hace de ellos en una obra seguramente muy tarda como es el Poema de las necedades y locuras de Orlando parece conrmar que el empleo de las creaciones lxicas se acrecienta en la madurez del escritor espaol, sobre todo si consideramos que en sus composiciones recogidas en las Flores de poetas ilustres (1605) no se encuentra ni siquiera una. La mayor aparicin de neologismos en etapas ms avanzadas de la carrera del autor ha de ser entendida, a mi modo de ver, dentro de las tendencias generales que conguran la evolucin de su escritura. Quevedo fue buscando en sus obras cada vez una mayor concisin, que se reeja en el aumento de la sentenciosidad, del paralelismo y de los perodos de miembros breves de su prosa85. Los neologismos parasintticos consisten en la fusin y unin de ideas y palabras diferentes. Desenduear presupone enduear y esta, a su vez, presupone duea y endemoniar. El empleo de estas construccio84 Cabe sealar tambin que en las antiguas versiones manuscritas del Alguacil endemoniado no aparece el neologismo parasinttico enaguacilado, sino alguailado (el manuscrito X ofrece la variante aguailado; ver Quevedo, Sueos y discursos, tomo I, pp. 147 y 392). Est claro que no podemos atribuir con seguridad esta vacilacin al propio Quevedo, pero, de todos modos, me parece interesante apuntarla. 85 Para todos estos aspectos, ver Lpez Grigera, 1982; Rey, 1985, pp. 310 y ss.; y Azaustre Galiana, 1995 y 1996. Ser justamente esa brevedad y capacidad de sntesis la que le alabar el obispo de Len en una carta que le dirigi al escritor en los aos de su prisin (CCXXV, de 1642): El [lugar] de San Crisstomo, en que vuesa merced cifr en menos palabras lo que l dijo en tantas homilas, es grande, y en que est recogido todo lo que se pudo decir en ms dilatados discursos.

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nes implica un importante ejercicio de concisin y conceptismo (en el sentido ms gracianesco del trmino). Sin embargo, por lo que respecta a los neologismos, es posible que debamos tener en cuenta tambin otros factores que justican su mayor utilizacin en obras posteriores del satrico. Quizs sea slo una casualidad, pero el aumento de los neologismos parasintticos coincide con la segunda etapa de la vida de Quevedo, la que se desarrolla a partir de su regreso de Italia. Sabemos que all profundiz en el conocimiento de la poesa de Dante, como demuestra su ejemplar anotado de la Commedia. Mientras no se encuentre otro modelo ms cercano al escritor espaol, los neologismos del orentino han de ser tenidos en cuenta como posible inuencia en las creaciones lxicas parasintticas de Quevedo. Una inuencia que debi de hacerse ms intensa con el paso del tiempo.

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EL NEOLOGISMO PARASINTTICO EN QUEVEDO Y DANTE

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