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Aníbal,

y los
enemigos de Roma
Peter Connolly
Este libro está dedicado a
H. Russell Robinson, M. A., F. S. A.,
de las Nuevas Armerías, Torre de
Londres, fallecido el 15 de enero
de 1978, como agradecimiento por
su aliento y ayuda para la presente
colección.

El autor desea dar las gracias a las


siguientes personas por sus
consejos:
Profesor Howard H. Scullard.
Doctor Graham Ritchie.
Doctor Brian Dobson, de la
Universidad de Durham.
Doctor Henry Hurst, de la
expedición británica a Cartago.
Doctor Ulrich Schaaff, del Museo
Central Romano-Germánico,
Maguncia, Alemania.
Doctor Ian Stead, del Museo
Británico.
Al Departamento Griego y Romano
del Museo Británico.

ES PROPIEDAD
Versión española:
© Espasa-Calpe, S. A. Madrid. 1981
Obra original:
© Macdonald Educational
Limited, 1978

Traducción del inglés


Eloy Requena Calvo

Ilustraciones
Peter Connolly

Impreso en España
Printed in Spain
7^
Depósito legal: M. 10.900-1981
ISBN 84-239-5822-1 •/•• /¿A
rj ///
Talleres gráficos de la Editorial W \b
Espasa-Calpe. S. A 1 ~ • ‘5?

Carretera de Irún. km. 12,200. __ \ i


Madrid-34

ESPASA-CALPE, S. A.
MADRID. 1981
Aníbal
y los enemigos de
Peter Connolly
El año 218 a. C., Aníbal Barca, joven general cartaginés,
condujo un ejército desde el Sur de España, a través de los
Pirineos, Francia y los Alpes, hasta el norte de Italia. Este
épico viaje por países hostiles ha suscitado desde entonces
la fantasía de todos. ¿Por qué lo hizo Aníbal?
Durante los cien años precedentes, Roma se había
adueñado de Italia; tras conquistar a los etruscos, sam­
nitas y celtas, había arrojado a los cartagineses de Sicilia
occidental, después de que éstos dominaran el lugar
durante siglos.
El sueño de Aníbal era levantar las banderas de la rebe­
lión en Italia y unir a todos los enemigos de Roma. Con un
veterano ejército de mercenarios reclutados en España
irrumpió en la Italia septentrional, y casi consiguió su pro­
pósito: en tres fulminantes victorias dio muerte a más de
100.000 soldados romanos. Tras su derrota, todo el Medi­
terráneo quedó al fm en poder de Roma.
La primera parte de este libro trata de la lucha por el
dominio de la Italia central durante los siglos vi iva. C. En
ella se examinan los sistemas militares, las armaduras y
armas de los etruscos, samnitas y otros pueblos de la
Península. Asimismo, se traza el desarrollo del sistema
militar romano, primero cuando Roma era sólo una
ciudad de la frontera, y luego cuando formaba parte de la
Liga latina. El relato de esta parte termina a mediados del
siglo iv a. C., cuando Roma era ya cabeza de la Liga latina
y su historia y la de Italia corrían por la misma senda.
La segunda parte trata de los cartagineses y sus aliados.
En ella se examinan la armada cartaginesa, sus barcos y
sus puertos. Se analizan asimismo el ejército, los generales
y las tácticas revolucionarias de Aníbal, probablemente el
más grande de todos los tácticos militares, y se estudian
las tropas mercenarias cartaginesas: númidas, españoles
y celtas. Finalmente, se dedica una importante parte del
libro a los celtas, orgullosos guerreros que acaso fueron los
enemigos más enconados y persistentes de Roma: durante
500 años la combatieron en Italia, Francia e Inglaterra,
hasta que su casta guerrera quedó virtualmente extermi­
nada.

6
Aníbal
y los enemigos de Roma

ÍNDICE

8 Los etruscos y los samnitas 44 El ejército de Aníbal: los elefantes

10 La era de Rómulo 46 El paso de los Alpes

12 La armadura en la era de Rómulo

14 Organización militar etrusca 48 Los celtas

16 Armadura y armas etruscas 50 Guerreros del Norte

18 Aliados y enemigos: los pueblos de las co- 52 Fuertes celtas construidos sobre colinas
linas
54 Carros celtas
20 Aliados y enemigos: los pueblos del Norte
56 Caballería, trompetas y estandartes
22 Los samnitas (450-250 a. C.)
58 Espadas y lanzas
24 Armadura y armas samnitas
60 Generales y tácticas
26 Campamos, lucanos y apulios
62 Yelmos celtas
28 Los últimos etruscos
64 Armadura celta
30 Ciudades fortificadas
66 El escudo celta
32 El ejército latinorromano hacia 340 a. C.
68 Las legiones de Cannas

34 Los cartagineses 70 Cannas

36 Cartago y sus puertos 72 Entrada triunfal de Aníbal en Capua

38 La armada cartaginesa

40 El ejército de Aníbal: los africanos 74 Glosario

42 El ejército de Aníbal: los españoles 76 índice alfabético

7
Oh
■ ’/fc* / mF
Los etruscos
/- y los samnitas
Durante el siglo vi a. C., los etruscos fundaron en Italia un
formidable imperio, que se extendía desde el valle del Po,
en el Norte, hasta la Campania, en el Sur. Este pueblo mis­
terioso se hunde en las brumas de la prehistoria. Por des­
gracia, sólo tenemos noticias de él por sus enemigos
griegos y romanos. Su escritura no ha sido aún completa­
mente descifrada.
A finales del siglo vi. sin embargo, los etruscos fueron
expulsados tras una rebelión de los latinos. Roma, que bajo
aquéllos había sido precisamente el centro del poder
etrusco en el Lacio, se vio obligada a luchar por su supervi­
vencia. Durante los dos siglos siguientes, desbancó a todos
sus rivales hasta que, tras vencer a latinos, etruscos y sam­
nitas, se adueñó de la Italia central.
Nuestra principal fuente de conocimientos sobre este
período es el romano Tito Livio, excelente escritor pero
mal historiador. Aristócrata y patriota, en su obra imputa
muchos de los errores de Roma a las clases inferiores, que
por entonces luchaban por su reconocimiento. Por otra
parte, encubre sistemáticamente cuanto es desfavorable
para Roma, usa sin rigor términos que pertenecen a
períodos posteriores y, lo que es peor, con frecuencia cita
hechos que hemos de reconocer como falsos.
También Dionisio de Halicamaso nos ha dejado un
relato muy completo de la primitiva historia de Roma.
Aunque nos transmite, en gran medida, las mismas
leyendas que Livio, parece algo más fiable en cuestiones
militares. Por desgracia, su historia se ha perdido en su
mayor parte a partir del comienzo del siglo V a. C. Para el
período que va de 475 a 265 a. C., estamos casi entera­
mente a merced de Tito Livio. Por fortuna, los testimonios
arqueológicos son excelentes y nos ayudan a trazar un
cuadro más claro de esta época.

7Y 'n k

Lars Porsena, rey etrusco de Clusio IChiusi), manda sus tropas en el


ataque a Roma, que se levanta al otro lado del Tíber. Los etruscos van
armados con escudos redondos de hoplita. Los demás son mercenarios
y aliados suyos, de la Italia centra! y septentrional.

9
La armadura La llegada de los etruscos

en la era Al norte del Tíber floreció la civilización de Villanova, con


una poderosa clase dominante que gobernaba las aldeas
agrupadas en poderosas ciudades-estados. Estos domina
de Rómulo dores fueron los etruscos. Grandes navegantes, quizá lie
garon a Italia por mar desde Oriente. Pronto fundaron un
imperio comercial en el Mediterráneo occidental, en dura
competencia con los fenicios, que operaban desde Cartago,
en la costa septentrional de África, y con los griegos, que
habían colonizado las costas meridionales de Italia y la
Sicilia oriental. Una de estas colonias era la de Cumas, al

El guerrero en la era de Rómulo


Las comunidades fundadas sobre las
colinas de Roma en el siglo vm a. C. eran
muy similares a las de Etruria. La arma­
dura, que probablemente sólo llevaban
algunos ricos, era de bronce batido. Cons­
taba de un yelmo y una coraza, que nor­
malmente no era más que un pequeño
peto. Los escudos variaban desde los
grandes que protegían el cuerpo hasta los
más pequeños de tipo redondo.
Los guerreros luchaban a pie, con
lanzas, jabalinas, espadas, dagas y
hachas. Parece que en el siglo vm no se
usaban carros, aunque el famoso carro de
la tumba Regolini-Galassi, de Caere,
muestra que ya existían un siglo más
tarde. El combate, probablemente, se
libraba con las tropas formadas en una
especie de falange, organizada quizá en
centurias
Espadas
Las espadas eran largas y de corte, o bien
cortas y de punta, como las usadas en
Europa central. La más común era la
espada de antenas, con empuñadura de
bronce y cuernos en espiral (derecha, 1,2,
3). Se hacía casi siempre de bronce,
aunque nos han llegado ejemplares de
hierro. Había también espadas de corte
con la hoja ligeramente curva, a manera
de sables (3). En otras, la hoja, fascicular,
era a la vez de corte y de punta (1), mien­
tras que las de un tercer grupo, de punta,
se utilizaban solamente para clavar. La
longitud de la hoja variaba entre 33 y 55
centímetros.

Dagas
Las dagas eran principalmente de los tipos
8 y 9, la mayoría de bronce, aunque se
han encontrado algunas de hierro, como 8.
La hoja era unas veces triangular (9) y
otras fascicular. La daga más común era
Grupo de guerreros del siglo VIII, pertene­ de hoja recta curvada hacia la punta,
cientes a la cultura de Villanova. Éste es el larga y estrecha. La longitud de la hoja
tipo de armadura que pudo llevar Rómulo. oscilaba entre 25 y 41 centímetros. La
Solamente los más ricos disponían de yelmo y empuñadura era de madera, hueso e
peto. incluso piedra, nunca de bronce.

10
oeste de Nápoles, cuya actividad afectó al comercio de los
etruscos con Oriente hasta el punto de dar lugar a una
enconada contienda entre los dos pueblos.
Hacia 616 a. C., los etruscos cruzaron el Tíber, se apo­
deraron de las aldeas romanas y se abrieron camino hacia
el Sur a través del Lacio. Sus ejércitos, presionando sin
cesar, penetraron en Campania, dejando a un lado Cumas.
Se apoderaron de varias ciudades de la costa, como Pom-
peya y Sorrento, y fundaron una gran colonia militar en
Capua, al sur del Voltumo.

Dagas, lanzas y patas de hacha


8. Daga de hierro con vaina de bronce, de
Veyes. 9, 9a. Daga de bronce con vaina, de
Tarquinia. 10. Punta de lanza de bronce y liga­ Vainas
dura de alambre, de Veyes. 11, 12. Punta y La vaina de las espadas más cortas era a
contera de lanza, de bronce, de Tarquinia. 13. veces de bronce (2). De las espadas largas
Punta de lanza gigante de bronce, de Tar­ sólo queda la contera (extremo de metal)
quinia. 14. Punta de jabalina de bronce, del de bronce (4, 6, 7); el resto, probable­
Lacio. 15. Pala de hacha de bronce, de Tar­ mente, era de madera, acaso recubierta de
quinia. Escala 1 :5. cuero. Se han encontrado fragmentos de
vainas de madera unidos por alambres de
bronce (5). La vaina de las dagas era nor­
malmente de bronce batido con una con
tera de bronce fundido, a menudo primo­
rosamente cincelada. La parte superior de
la vaina se hacía siempre por separado,
pero han quedado pocos ejemplares, ya
que solía utilizarse un material perece­
dero: 8 es de hueso. En ella iba la correa
(tahalí).

Lanzas y jabalinas
Se han encontrado en las tumbas, en su
posición, puntas y conteras de lanzas de
bronce, que nos permiten conocer la lon­
gitud de estas armas: 1,45-1,85 metros. El
tamaño de las puntas varía ampliamente,
desde el ejemplar enorme (13), de 52 cen­
tímetros de largo, hasta el pequeño de
jabalina. La punta de la jabalina de bronce
(14), con su largo fuste delgado, es un
antecesor de la pesada jabalina romana de
la etapa posterior tpilum). Las armas de
bronce se moldeaban a partir de metal
fundido. A las de hierro se les daba forma
batiéndolas, pues no se conocía ningún
método que permitiera obtener las tempe
raturas que exige la fundición del hierro.
De hecho, las armas batidas son mucho
más eficaces que las fundidas.

La falange griega
La falange griega se introdujo en Italia en
el siglo vn a..C. Era una formación cerrada
de lanceros dispuestos en una larga fila de
varios en fondo. Cada soldado iba armado
Espadas de bronce con antenas
con un escudo redondo que le protegía a él
1. De Fermo, cerca de Ancona. 2. Espada con
y el lado desguarnecido del hombre
vaina de bronce, de Fermo. 3. Sable, de
situado a su izquierda. En esta formación,
Bolonia. 4, 6 y 7. Conteras de vaina. 4. De
el ejército entero actuaba como una sola
Terni, a 75 kilómetros al norte de Roma. 6. De
unidad. No se necesitaban estandartes,
Este, norte de Italia. 7. De Bolonia. 5. Piezas
pues éstos sólo se empleaban para man­
de una vaina de madera con ligaduras de tener juntas pequeñas unidades indepen­
bronce, de Tarquinia, en Etruria. Escala 1 :5. dientes, las cuales de otra manera se
podrían desperdigar.

11
La era Rómulo y las aldeas de Roma

de Rómulo En las montañas que se extienden al norte de Arezzo nacen


los ríos Arno y Tíber. El primero desemboca en el mar
Tirreno, cerca de Pisa, y el segundo, después de un tor­
tuoso curso a través de las llanuras pantanosas del Lacio
septentrional, en Ostia. Entre estos dos ríos se encontraba
Etruria, la patria de los etruscos. A unos 25 kilómetros del
mar se alzan sobre las marismas, a cada lado del Tíber,
pequeñas colinas que forman el único acceso al río en sus
trechos inferiores. En esta zona, concretamente en
las colinas de la ribera meridional, surgieron en el si­

4. Yelmo en forma de gorro redondo con


soporte para cresta, de bronce fundido. De
origen desconocido. Museo de Karlsruhe. Ale­
mania. 5. Yelmo en forma de gorro redondo
con tubo de cresta, ete bronce. De Fermo,
cerca de Ancona.

Yelmos
El yelmo característico de este período fue
1. Yelmo crestado del periodo de Villanova.
el de bronce crestado (véase arriba, 1),
probablemente del sur de Etruria. Actualmente versión exagerada de un tipo empleado en
en el Museo Británico. 2. Cabeza de una figu­ Europa central. Constaba de dos partes
rilla de Bolonia, que muestra cómo se llevaba unidas a lo largo del borde de la cresta.
el yelmo. 3. Corte del yelmo para mostrar su Los bordes inferiores, anterior y posterior,
construcción. estaban unidos por dos chapas rectangu
lares remachadas (véase dibujo esquemá
tico, 3). Como todas las armaduras del
período, estaba adornado con clavos: los
tres largos que aparecen delante y detrás
eran puramente decorativos y no ejercían
ninguna función. El modo de llevar el
yelmo puede verse claramente en la figu­
rilla del norte de Italia (2).
La forma más común de yelmo era la de
gorro redondo. A veces tenía un soporte de
hierro fundido para la cresta, que se ahue­
caba para recibir la espiga (4). Un ejem­
plar de Fermo, cerca de Ancona, presenta
un tubo de cresta hecho con una lámina de
bronce (5).

Armadura
La armadura completa más común era la
constituida por un peto y un espaldar
pequeño y cuadrados, de bronce (7, 8). Nos
han llegado varios ejemplares, cuyo grosor
varía entre 15 y 22 centímetros (véase
pág. 16).
La armadura ornamentada tipo poncho 7 y 8. Petos de bronce. 7. De Tarquinia. 8. Del
Coraza tipo poncho, de Narce, en Etruria. Una (6) se descubrió en Narce. Etruria; data de Lacio. 9. Hebilla de bronce, de Terni. 10.
coraza similar, de oro. se ha encontrado en la 700 á. C. Se han encontrado asimismo cié Hebilla de bronce taladrado, de Altri. Todo en
tumba Regolini-Galassi, en Caere. rres y chapas de cinturones (9, 10). escala 1 :5.

12
f

glo vin a. C. algunas aldeas para dominar el tráfico


fluvial. La más importante fue la que se alzó sobre la colina
del Palatino. Según la leyenda, fue fundada por Rómulo, y
se llamó Roma en honor suyo. El rey Rómulo tomó el título
de Pontifex Maximus (máximo constructor de puentes),
que se conservó como nombre del Sumo Sacerdote de
Roma, y todavía hoy se da al Papa.
En Etruria había muchas aldeas como éstas. En ellas se
desarrolló una cultura de la Alta Edad del Hierro (a la que
los arqueólogos dan el nombre de Villanova), que anuncia
la gran cultura etrusca de los siglos siguientes.

Escudos de batalla
Escudos ceremoniales Los escudos auténticos serian de madera o
Nos han llegado muchos escudos de mimbre, con un revestimiento de cuero
redondos, que datan de finales del periodo crudo. De hecho, el tratado de Roma con
Villanova. Están hechos de bronce y su los gabinos se consignó en un escudo de
anchura oscila entre 50 centímetros y 1 madera recubierto de cuero de buey.
metro. Aunque parezca raro, no tenían Puede que estuvieran decorados con
soporte de madera: el asa y las correas se tachones de metal. En realidad, es posible
fijaban directamente en el interior de la que todas las armaduras de este período se Escudo de Villanova, de bronce, de Bisenzio,
lámina. Algunos eran tan delgados que el hiciesen con cuero o mimbre recubierto de cerca de Florencia. Escala 1 : 6.
bronce se «ahuecó» al construirlos. tachones de bronce. 1. Parte anterior, en la que se ve el clavo cen­
Escudos similares se han encontrado en el tral redondo con tres remaches arriba y abajo,
santuario griego de Olimpia. Evidente El scutum para sujetar el asa. 2. Reverso del escudo, que
mente, cumplían sólo fines ceremoniales; Es casi seguro que se usó el escudo ova muestra el asa. Los cinco accesorios col­
hubieran sido inútiles en la batalla. Pero lado (scutum) (véase el dibujo de pág. 10), gantes eran probablemente para colocar
sin duda se basaban en modelos de com con el asa central común a todos los correas, como en los escudos griegos. 3. Sec­
bate, de los cuales no se ha encontrado modelos anteriores a la introducción del ción del escudo, que muestra el asa rellena de
ninguno. escudo de hoplita en el siglo vil a. C. madera. 4. Detalle del asa.

13
Organización
militar Los reyes etruscos de Roma
etrusca En Roma se estableció un gobernador militar etrusco que
agrupó las aldeas en una ciudad, como se había hecho en
Etruria. Durante los cien años siguientes, Roma floreció
bajo tres reyes etruscos y se convirtió en la principal
ciudad del Lacio.
Los etruscos alcanzaron el apogeo de su poder cuando
establecieron una alianza con los cartagineses frente a su

<xAh t<V Jírl

* >. V.

Guerreros con escudos redondos, ovalados y


rectangulares de la situla de Certosa.

Las reformas de Servio Tulio Representaciones primitivas del scutum.


Los ejércitos etruscos Servio Tulio, el segundo rey etrusco, 1. De Vetulonia. 2. De Este. 3. Un tachón
Cada ciudad etrusca tenia su propio ejér intentó integrar a la población organi­ rematado por rebaba, de Malpasso.
cito. Aunque todas ellas estaban unidas en zando el ejército según la riqueza, y no
una liga, rara vez actuaban conjunta según la raza. Dividió toda la población en
mente y éste fue su principal punto débil. seis clases. La primera, la más rica, la
A veces se coligaban, al menos algunas, integró en 80 unidades (centurias). Es casi
para una expedición; la ofensiva hacia el seguro que los etruscos constituían la
Sur debió de ser precisamente una de esas mayor parte de ella. La segunda clase la
aventuras. Sin embargo, igual que las ciu­ integraban 20 centurias, y lo mismo las
dades-estados griegas, consumían la clases tercera y cuarta. Sus componentes
mayor parte de sus energías en combatirse eran lanceros. La quinta clase la inte­
recíprocamente. graban 30 centurias de honderos. La sexta
En el siglo vu a. C., los etruscos adop clase, formada por los menesterosos, no
taron el método griego de lucha y organi realizaba tareas militares.
zaron sus ejércitos en falanges. Como des­ Cuando había necesidad de reclutar un
pués los romanos, basaron gran parte de ejército, cada una de estas centurias apor
su ejército en las tropas de los pueblos que taba la proporción de hombres precisa
conquistaban o que mantenían alianza con para el total; por ejemplo, si se necesi­
ellos. taban 10.000 hombres, cada centuria
En el ejército romano de este periodo aportaba unos 60 hombres. Formaban
podemos ver probablemente un típico ejér parte del ejército, asimismo, dos centurias
cito etrusco. Bajo su primer rey etrusco. de trompeteros, y otras dos de armeros e
Tarquino Prisco, el ejército estaba dividido ingenieros (fabril. Por lo demás, estaba
en tres grupos distintos: por un lado los dividido en dos bloques, de acuerdo con la
etruscos, que formaban una falange, y por edad. Los veteranos servían en la defensa
otro los romanos y latinos, que luchaban de la patria, y los jóvenes salían en cam
en su estilo propio, más libre. paña.

14
común enemigo, los griegos, a los cuales arrojaron de su Tarquino huyó a Toscana y desde allí urdió su vuelta al
colonia de Italia, en Córcega, después de una batalla naval poder. Pidió a las ciudades etruscas cercanas a Roma que
reñida en 535 a. C. le ayudaran. Tarquinios y veyenses respondieron a la lla­
Pero aquellos días de gloria tocaban a su fm. Aunque mada y el destronado monarca marchó sobre Roma. Los
habían aislado a Cumas en su avance hacia el Sur por latinos salieron a su encuentro. La batalla quedó indecisa,
Campania, los etruscos no consiguieron que la ciudad pero el hecho mismo de haber sobrevivido fue suficiente
griega se rindiera. De hecho, en 524 a. C. sufrieron una para que los romanos lo celebraran como un triunfo.
seria derrota en tierra a manos de los cumanos. Catorce Lars Porsena, rey de Clusio (Chiusi), advirtiendo que el
años después, probablemente incitados por éstos, se rebe­ control de Roma era esencial, entró entonces en la lid. Des­
laron los latinos, y Roma expulsó a su rey etrusco, Tar- pués de reclutar un gran ejército de etruscos, aliados y
quino el Soberbio. Fue el desastre, pues los romanos impi­ mercenarios, lanzó un ataque relámpago hacia el Sur
dieron luego a los etruscos cruzar el río. contra Roma, confiando en tomar la ciudad por sorpresa

Armamento El escudo italiano


Los soldados de la falange iban armados al Livio llama scutum al escudo usado por las
estilo griego, con escudo redondo, coraza clases segunda a cuarta. Éste era el
de bronce, grebas, yelmo, lanza y espada. nombre que se daba al gran escudo ova
La falange estaba apoyada por tres líneas lado que usaban los legionarios al final de
de tropas, armadas al estilo italiano con la República. En cambio, Dionisio y Dio
un escudo grande. La primera línea, de la doro lo describen como «rectangular». Aquí
segunda clase, llevaba lanza, espada, ha de venir la arqueología en nuestra
yelmo y grebas; la línea .siguiente tenía ayuda. Y ésta nos habla de un descubri­
sólo lanza, espada y yelmo; la última por­ miento hecho en Bolonia, ciudad etrusca
taba una lanza y jabalina, pero no arma fronteriza con una situación casi idéntica
dura. a la de Roma, pero en el Norte: la llamada
situla de Certosa, un cubo de bronce de
500 a. C. con unas figurillas de guerreros
talladas en el metal. Estas figurillas llevan
Después de los etruscos escudos redondos de hoplitas, escudos
Al ser expulsados de Roma los reyes ovalados y escudos rectangulares.
etruscos, parece seguro que gran parte de Es propable que este escudo rectangular
la primera clase partió con ellos. Esto fuera una simple variante del scutum ova
explicaría la notable reducción de la capa­ lado, que, desde luego, sí existía en Italia
cidad militar de la ciudad. Livio sostiene central en aquel período. La escultura de
que siguió usándose el escudo redondo Etruria del siglo vn y el tachón de bronce
hasta la introducción de la paga a finales procedente de las tierras altas del centro El ejército de campaña etrusco-romano cons­
del siglo v. Pero es posible que fuera aban­ (véase a la izquierda) prueban que el taba de 40 centurias de hoplitas. 10 centurias
donado desde antes, cuando Roma se vio scutum ovalado tradicional con tachón de lanceros con armamento mediano y 10
obligada a unirse a la Liga latina y ate terminado en rebaba se usaba también ligeramente armadas. 10 centurias de tropas
nerse a su organización militar. desde los tiempos primitivos. de descubierta y 15 centurias de honderos. El
tamaño de las centurias dependía del volumen
de efectivos que se necesitaban.

Clase /

c,„., IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIUHlllllllllllll Clase V

15
Armadura
y armas
etruscas

Los etruscos adoptaron en el siglo vn a. C.


las tácticas y armadura de la falange
griega. Aunque estaban muy difundidos
los yelmos y corazas griegos, los tipos ita­
lianos conservaron su popularidad. La
escultura reproducida arriba y la pintu­
ra de una tumba de Chiusi (abajo, a la
derecha) muestran guerreros con atuendos
totalmente griego. El único indicio del
origen italiano de la figura de Chiusi son
las plumas del yelmo. El grupo que se ve
abajo, aparecido en una sepultura, Escultura de guerreros etruscos de Falerii
muestra un equipo típicamente mixto: Veteras. Llevan una panoplia griega completa:
escudo griego, yelmo italiano y grebas gre- yelmo, grebas, guardas para muslos y coraza
coetruscas. comprobado que el uso de este tipo de de lienzo.
armadura estaba bastante difundido; se
Armadura han encontrado ejemplares en España y en
A pesar del amplio uso de la coraza griega, Europa central. Incluso se reproducen en
se han encontrado numerosos ejemplares bajorrelieves asirios.
de petos circulares. Resulta difícil
datarlos, pues no estamos seguros de Yelmos
dónde han sido hallados. Con todo, parece El yelmo más común en este período fue el
de tipo Negau (a la derecha, 2), así lla­
mado por la aldea yugoslava en que se ha
Armadura y armas típicamente etruscas. La hallado en gran número.
armadura se ha reconstruido sobre la base de El modelo más antiguo es el de la Yelmos de tumbas etruscas: 1. Tipo griego
una panoplia heterogénea hallada en la tumba izquierda (hacia 525 a. C.l. Siguió usán­ «calcidico». 2. Tipo italiano de Negau. 3. Inte­
del guerrero de Vuici. hacia 525 a. C. Consta dose inalterado a lo largo del siglo iv y, rior del reborde de (2). en el que se aprecian
de escudo griego, como el de los hoplitas, posiblemente, del m a. C. Tiene un aro liso, los orificios para fijar un revestimiento.
grebas grecoetruscas y yelmo italiano. con orificios de fijación en el interior del
canto; éste tenía un revestimiento que
mantenía el yelmo en posición.
Aunque este tipo de yelmo normalmente
en una cresta que seguía el
reborde desde el frente a la parte poste­
rior, se han encontrado varios ejemplos
con apoyos para una cresta trasversal
(véase derecha, 2). Este tipo de cresta lo
llevaban los centuriones romanos. Quizá
puede verse aquí un indicio del origen
etrusco del famoso centurionazgo romano.

Grebas
Se han encontrado en Italia varias grebas
de estilo griego. La más común se basaba
en un modelo griego del siglo vi (5-7,
arriba); no tenía comba para las rodillas,
rasgo común de los modelos griegos. La
greba se usó mientras estuvo en uso el
yelmo Negau, y es frecuente hallarla al
lado de éste.
Las guardas para muslos, tobillos y pies
que se usaron en Grecia en el siglo vi. se
utilizaron en Etruria durante bastante
tiempo después. Había también guardas de
brazos.
Armas etruscas

5, 6 y 7. Parte lateral, frontal y posterior de


una greba etrusca de la tumba del guerrero de
Vulci. Este modelo permaneció inalterado
durante más de 200 años.

1. Pintura de un guerrero con yelmo griego y


peto etrusco redondo, de Ceri. 2 y 3. Anverso 1. Punta de lanza. 2. Punta de jaba­
y reverso de peto redondo. 3a. Reverso de lina. 3. Modelo griego de espada de
peto con arnés. la Alalia etrusca. en Córcega. 4 y 5.
Empuñadura y contera de vaina de
El escudo espadas similares. 6. Pilum. 7.
En el siglo vil se había generalizado en Hebilla típica. 8, 9, 10. Evolución
4. Guerrero con panoplia griega completa,
Elruria el escudo de hoplita. Hay asimismo de la espada curvada. 8. Italiana
pero con plumas en el yelmo, al estilo italiano.
representaciones esporádicas del escudo primitiva (bronce). 9. Etrusca. 10.
De Chiusi ICIusiol.
ovalado leí antepasado del scutum romano Española.
y del escudo celta) (véase pág. 15), que fue
probablemente el escudo originario de los
italianos, pero que los etruscos no usaron
realmente nunca. El ejemplar de Vetulonia
(véase pág. 14) procede, al parecer, del
período anterior al dominio etrusco de la
zona. El tachón de un escudo rematado en
rebaba, de este tipo (véase también pági
na 141, proviene de cerca de Gualdo Tadino.
allende la frontera oriental de Etruria.
Armas
Durante este período los etruscos adop
taron la espada griega (véase 3 en el cua
dro). 1.a espada curvada (9, dentellaI
estuvo muy extendida en Grecia y España
en los siglos vi lli; al parecer, era origi
naria de Etruria, donde se han encontrado
ejemplares que se remontan a) siglo vn El
sable de bronce de Este, en el norte de
Italia (8), podría ser precursor suyo y ates
ligua su origen italiano.
Las armas etruscas y griegas primitivas
eran espadas largas de un tilo; las mace
donias y españolas posteriores (10) eran de
corte y de punta. En Elruria se han encon
trado asimismo varias puntas de lanza. El
tipo largo Villanova se usó todavía durante
este período. En un sepulcro del siglo v en
Vulci, se ha hallado una punta piramidal
de jabalina larga (pilum) (61.

17
Aliados Horacio y el puente
Los romanos eran conscientes de que el ataque había de

y enemigos: producirse, y realizaron preparativos desesperados. Cons­


truyeron un fuerte en el Janículo, una colina que se alzaba
en el lado etrusco del río, que dominaba el acceso al
los pueblos puente, y se armaron, dispuestos a vencer o a morir.
Mas, a pesar de sus preparativos, fueron tomados por
de las colinas sorpresa. Después de ocupar por asalto el Janículo, los
etruscos avanzaron hacia el puente. Livio cuenta que
Horacio y dos compañeros suyos, que irónicamente llevan
nombres etruscos, resistieron con coraje mientras sus
compañeros hundían el puente. No obstante, hay historia-

El guerrero de Capestrano. con peto de disco


y espada. El yelmo, con amplia ala, probable­
mente está bastante exagerado. Abajo: La
espalda de la misma figura.
Las poblaciones primitivas
de las colinas
A principios del siglo v. Roma entró en con­
tacto violento con los pueblos de las
colinas de la Italia central: los ecuos, hér-
nicos y volscos, tribus que, con los sam
nitas y sabinos, ocupaban los Apeninos,
cadena montañosa que corre de norte a
sur de la península.
Las excavaciones de Alfedena, en la
frontera septentrional de Samnio. y de
Guerrero de las colinas. El tipo de armadura y Campovalano di Campli, cerca de Teramo,
las armas pudieron ser los que usaban los hér- han permitido rescatar una gran riqueza
nicos. ecuos y volscos. Lleva dos lanzas arro­ de armas y armaduras. Comparando estos
jadizas y una espada de tipo griego. 1 y 2 hallazgos con una famosa estatua encon
muestran el anverso y reverso de un peto y un trada en Capestrano, a unos 30 kilómetros
espaldar de Alfedena. Escala 1 : 8. 3. Recons­ al este de L'Aquila, nos es posible trazar
trucción de una coraza de dos piezas con en­ un cuadro exacto de un guerrero de los
ganche. pueblos de las colinas.

18
dores romanos que admiten que los etruscos reconquis­ daron aisladas. Pero la suerte jugó a todos una mala pasada;
taron Roma. sólo 50 años después, tanto la Capua etrusca como la Cumas
Lo cierto es que el ejército etrusco penetró en el Lacio y griega fueron conquistadas por los samnitas.
avanzó sobre Ariccia, el centro de la resistencia latina. Entretanto, Roma, que había sometido al Lacio bajo sus
Entretanto, los griegos se ponían en marcha desde Cumas reyes etruscos, intentaba desesperadamente mantener su
hacia el Norte para salir a su encuentro. Sorprendidos posición. Por fin, se vio forzada a firmar un tratado de
entre éstos y los latinos, los etruscos quedaron destrozados alianza con las demás ciudades latinas en condiciones de
y Lars Porsena se vio obligado a huir a su país. igualdad. Los 80 años siguientes los pasó luchando para
Cortado el camino por tierra, los etruscos se vieron for­ defender su existencia frente a los pueblos de las colinas
zados a mantener contacto con sus colonias por mar. En orientales, los ecuos, hémicos y volscos, que se habían
474 a. C. fueron derrotados por los griegos en una batalla visto obligados a bajar a los llanos del Lacio a causa de la
naval frente a Cumas, y las ciudades de Campania que­ expansión de los samnitas.

El peto
El guerrero de Capestrano (izquierda, 4, 5)
lleva un peto y un espaldar redondos que
se mantienen en su sitio por un fleje de
meta) con enganche que pasa por encima
del hombro derecho. Dos tiras de tela o
cuero pasan por debajo de los brazos y
sujetan las dos piezas en su sitio, sobre el
corazón. Abundan los hallazgos de estas
piezas (izquierda, 1, 2), muy relacionadas
con los petos etruscos, ya que no sólo se
conocen los ejemplares de Alfedena y
Campovalano, sino otros de lugares tan
distantes como Caserta, en Campania, y la
ciudad etrusca de Alalia, en Córcega. Las
piezas son de bronce con un soporte de
hierro. El fleje de enganche es también de
bronce con refuerzo de hierro.
Se han encontrado muchos yelmos de Armas
ala ancha, pero ninguno tan ancho como el 1, 8. Puntas de jabalina. 2-7. Puntas de
del guerrero de Capestrano. Un ejemplar lanza. 9-11. Conteras de lanza. 12. Cabeza
del Vaticano, de origen desconocido, de maza. 13, 14. Daga y vaina de hierro.
pudiera ser también del tipo indicado 14a. Reconstrucción de la cadena de la
(véase pág. 20. 3). daga. 15. Cuchillo con vaina. 16. Contera de
Conservamos asimismo ejemplares de vaina. 17, 18. Espada y vaina de hierro. 1-
grebas, guardanucas y guardas para el 16. Son de Campovalano di Campli. 17, 18.
antebrazo y el brazo (abajo, 2-5). Son de Alfedena. Todo en escala 1:10.

Armas
Abundan los hallazgos de espadas de tipo
griego. Hay una casi idéntica a la del gue
rrero de Capestrano (arriba, 17-18). Éste
porta además un pequeño cuchillo unido a
la espada (15). Se han hallado asimismo
algunas dagas. Las guarniciones en forma
de antenas de las empuñaduras indican un
origen centroeuropeo (13).
A ambos lados del guerrero de Capes
trano hay una jabalina con un lazo para
arrojarla.
Se conocen docenas de ejemplares de
puntas y conteras de lanzas y jabalinas.
Varían desde el tipo griego fascicular (3).
hasta el de forma romboide (7), pasando
por las hojas triangulares (4, 5) encon­
tradas a lo largo de la costa adriática de
1. Peto ornamentado, encontrado cerca de Italia. Se han hallado asimismo varias
Ancona. 2. Greba. 3. Guardacuello. 4. Guarda lanzas en su lugar correspondiente en las
del antebrazo. 5. Guarda del brazo. 2. De tumbas, de una longitud que varia entre
Campovalano. 3, 4, 5. De Alfedena. 1,5 y 2,2 metros.

19
Aliados La amenaza del Norte
A finales del siglo vi a. C., la situación se había hecho impo­

y enemigos: sible en el Sur, y los etruscos tuvieron que buscar una


nueva salida para su comercio con el Este. Hacia 500 a. C.
fundaron una colonia en Bolonia, en el valle del Po, y
los pueblos abrieron una vía hacia Spina, puerto de la cabecera del
Adriático. Pero, al igual que el camino hacia el Sur, tam­
del Norte bién éste estaba sentenciado.
Hacía tiempo que los celtas de Europa central inten­
taban cruzar los Alpes y asentarse en el valle del Po. Esta
emigración se intensificó en el curso del siglo v, a finales
del cual, los etruscos se encontraban sometidos a la doble

Los pueblos del Norte


Durante los siglos vi y v a. C. floreció otra
cultura al sur de los Alpes. Comprendía
toda el área del valle del Po y el noroeste
de Yugoslavia, y correspondía a varios
pueblos cuya forma artística más peculiar
era lo que los arqueólogos denominan
situla. Las situlae eran cubos de bronce
primorosamente decorados que a menudo
representan guerreros y carros. Estas imá­
genes, junto con las armas y armaduras
que se han encontrado, nos permiten
reconstruir un cuadro bastante exacto del
guerrero del norte de Italia. Las situlae
recogen escudos de todas las formas y
tamaños, desde el típico redondo de los
hoplitas hasta los ovalados y rectangu­
lares. El tachón (izquierda, 3) es de Yugos
lavia. Pertenece a un escudo completo,
convexo. Escudos de este tipo pueden
verse con frecuencia en el primitivo arte
romano.

1, 2. Guerreros que aparecen en situlae; 2


podría ser un celta primitivo. 3. Tachón de
un escudo de hierro de Yugoslavia. 4. Carros
representados en una situla de Vace. Yugos
lavia.

&
L/ í ' • 1\ , i\ f V Z, hiT-Aíó* A ■■'X * v ' i

20
presión del Norte y del Sur. Roma, que gradualmente se Después del revés sufrido, en 351 a. C. Roma se sintió lo
había erigido en cabeza de la Liga latina, lanzó un enérgico bastante fuerte para lanzar una doble ofensiva contra los
ataque contra la ciudad etrusca de Veyes, que fue tomada tarquinios y los falerios, en Etruria meridional. Tres años
en 396 a. C. Poco tiempo después, los celtas irrumpieron después iniciaba una guerra a muerte con su más impla­
en Etruria, avanzaron sobre Roma, destrozaron a las cable enemigo de antaño, los volscos. Quedaba una cues­
legiones que se enviaron para hacerles frente y saquearon tión por resolver: ¿Quién gobernaba el Lacio, Roma o la
la ciudad de las colinas. confederación militar de ciudades latinas, que era la Liga
Roma se recuperó, pero los días de gloria de los etruscos latina en los siglos v-iv a. C.? En 340 a. C. comenzó la
habían terminado. La colonia de Bolonia siguió resistiendo lucha final. Después de una guerra encarnizada que duró
algunos años más, pero en 350 a. C. estaba en manos tres años, Roma se adueñó de la Italia occidental y sometió
celtas. a las tribus asentadas entre el Tíber y la Campania.

Yelmos italianos en forma (i V

Yelmos
El tipo predominante era el de forma de
olla. En su forma más primitiva (1) era un
simple casco redondo doblado en el borde.
Un ejemplar similar se ha encontrado en
Roma. A menudo llevaba clavos rema­
chados. El modelo 2 era común a la Italia
septentrional y Yugoslavia, y está hecho de
cuatro piezas remachadas. El modelo 3 no
era frecuente, pues sólo se han encontrado
dos ejemplares. Es interesante por su ala,
la más ancha encontrada hasta ahora,
aunque no tanto como la del guerrero de
Capestrano. El modelo 4 era común en el
Adriático Norte. El 5 se ha encontrado úni­
camente en el área comprendida entre
Ancona y Bari, en la costa adriática; se
conocen de él unos diez ejemplares, todos
ellos con bollones de bronce remachados
al costado, rellenos de plomo y reforzados
con un disco de hierro. El tipo Negau (pági­
na 17) está claramente relacionado con
este grupo de yelmos.
La situla de Certosa IBolonia) presenta
un yelmo peculiar con tachones o discos
(6a). Ejemplares de este tipo se han encon­
trado en Yugoslavia (6). Constan de una
base de mimbre, como un cesto (6c),
cubierta con discos de bronce. Los huecos
se llenan de tachones de bronce. El último
modelo (7) no es muy común. Todos estos
yelmos se sostienen con correas en la bar­
billa y no tienen carrilleras. Los modelos
1-5 tienen cresta.

Grebas
1. Yelmo primitivo. 2. Yelmo de cuatro piezas. 2a.
A veces se usaban grebas; se ha encon
Vista esquemática de 2. 2b. Yelmo similar de una
situla. 3. Yelmo de ala ancha. 4. Yelmo combi­
trado un par de ellas en el famoso gue­
nado de Negau y en forma de olla. 5. Yelmo con
rrero de la tumba de Sesto Calende, al
tachones rellenos de plomo. 5a, 5b. Tachón que
norte de Milán, con un yelmo de tipo 2 y el
muestra el relleno de plomo. 6. Yelmo hecho con
aro de hierro de una rueda de carro. Ente­
discos y tachones sobre una estructura de
rramientos semejantes se han encontrado
mimbre. 6a. Yelmo similar, de la situla de Cer-
en torno a Ancona.
tosa. 6b. Capote de un yelmo de disco y tachón.
6c. Fragmento de una estructura de mimbre. 7.
Armas
Yelmo cónico. 7a. Yelmo cónico de una situla.
Las situlae muestran guerreros armados
con lanzas, jabalinas, espadas y hachas.
Se han encontrado ejemplares de todas
estas armas.

21
Los samnitas Primera sangre
La guerra con los volscos había colocado frente a frente a

(450-250 a. C.) Roma y a los samnitas. Estos últimos, que constituían el


grupo numéricamente más importante de pobladores
nativos, ocupaban las colinas centrales de la Italia meri­
dional. Roma había firmado un tratado con ellos en
354 a. C., para utilizar su ayuda contra su enemigo común,
los volscos; pero en 343 a. C., se abrieron las hostilidades,
que habían de durar 50 años.
Los samnitas, al comprobar que la guerra se les había
ido de pronto de las manos, perdieron interés por ella y,
después de tres años de escaramuzas indecisas, se reti

Los samnitas obligan a los romanos a pasar


bajo el yogo, después de su rendición en las
Horcas Caudinas en 321 a. C. Fue éste el
momento de mayor humillación para Roma.
raron. Durante 15 años, romanos y samnitas estuvieron el llano, ni los romanos avanzar sobre las colmas.
espiándose con desconfianza; ambos sabían que el con­ En 321 a. C., el Senado decidió lanzar un ataque contra
flicto habia de llegar. el corazón del territorio samnita. A este fin, los dos cón­
Tenían frontera común en el río Liris: los romanos ocu­ sules combinaron sus ejércitos en Calaña, en la Campania
paban la orilla occidental y los samnitas la oriental. En septentrional.
328 a. C., aquéllos fundaron una colonia en Fregellae, en la Los samnitas habían nombrado a un general de talento,
margen oriental. En respuesta, los samnitas maquinaron Gavio Poncio. Éste, sabedor de que las legiones estaban
un golpe de mano en Nápoles y apartaron a la ciudad de la reuniéndose en Calaña, estudió el lugar idóneo para des­
alianza con Roma. Ésta tenía la excusa que necesitaba, y cargar el golpe: un estrecho desfiladero, conocido como las
declaró la guerra. Horcas Caudinas, en el camino hacia las colinas. Allí
Los primeros años se caracterizaron por escaramuzas esperó con su ejército, apostado en las colinas que rodean
indecisas; los samnitas no querían atacar a los romanos en el camino.

Las conquistas samnitas


Los samnitas ocupaban la montañosa
región central de la península italiana,
desde el río Sangro, al i.orte, hasta el
Ofanto, al Sur. Ésta era la zona, conocida
como Samnio, en que los romanos sostu­
vieron las guerras con los samnitas,
aunque el área ocupada por las tribus
directamente relacionadas con éstos era
mucho mayor. En efecto, poco después de
500 a. C., tras el colapso del poder etrusco
en el Sur, las tribus samnitas se disemi­
naron por los llanos de la costa y en el
siglo siguiente habían ocupado la totalidad
de la Italia meridional, desde Campania
hasta la punta de la bota italiana.

La caída de Capua y de Cumas


En 423 a. C. cayó en su poder la colonia
etrusca de Capua, y en 421 a. C. tomaron
la ciudad griega de Cumas, que tan impor­
tante participación había tenido en la
derrota de Lars Porsena. Conquistaron Guerreros samnitas de la región costera lle­
igualmente Apulia, en la costa este. En vando estandartes: reproducción de Pesto. en
todos estos casos, se mezclaron con las Lucania. Esta pintura data probablemente de
poblaciones locales, dando pronto lugar a principios de! siglo IV.
tribus independientes.
El guerrero samnita Gladiadores samnitas
La federación samnita No existen representaciones indiscutibles La descripción que brinda Tito Livio de la
Los samnitas intentaron forzar a sus her­ de los guerreros samnitas, ya que quienes armadura samnita no guarda relación con
manos de Campania a entrar en su propia emigraron a la costa cayeron bajo la los testimonios arqueológicos. Probable­
federación. Fue esto, probablemente, lo que influencia de los griegos, y sus armaduras mente, lo que describía él era el gladiador
indujo a Roma a intervenir en 343 a. C., reflejan el influjo de éstos. samnita de su tiempo, del cual se han
pues semejante federación hubiera consti­ Es imposible decir hasta qué punto los encontrado varias esculturas. Llevaba un
tuido una grave amenaza para sus ambi­ centenares de imágenes halladas de la escudo que es, evidentemente, el scutum
ciones. costa son fieles a la figura del auténtico ovalado, con la parte superior suprimida,
guerrero samnita. En ellas, éste aparece lo cual hace suponer que lo usaban los
Las guerras samnitas casi siempre con el escudo griego. Un samnitas.
La larga guerra entre Roma y los samnitas mural de Nápoles nos muestra varios gue­
la dividen los historiadores en tres partes, rreros con grandes escudos redondos u Tácticas samnitas
conocidas respectivamente como primera, ovalados, sin el borde doblado del escudo El relato de Tito Livio no es de fiar en lo
segunda y tercera guerras samnitas. El de los hoplitas (véase pág. 25). Acaso fue que respecta a las técnicas militares sam­
relato de Tito Livio sobre la primera de éste el escudo italiano (scutumj. La nitas, pero está claro que el ejército lie
ellas es tan pobre que muchos investiga­ mayoría portan grebas y yelmos de tipo vaba armamento ligero y era muy móvil.
dores se han inclinado a creer que no tuvo ático con plumas. Todos llevan el ancho Varias veces desbarató las maniobras de
lugar en realidad. Lo cierto es que ninguna cinturón samnita de bronce. Algunos los romanos. Las pinturas dan a entender
de las dos partes consiguió vencer. Aunque tienen petos triangulares ornamentados que la jabalina era el arma principal.
el testimonio histórico es mediocre, el con tres discos. Los infantes llevan lanzas Muestran también muchos ejemplos de
arqueológico es excelente, y nos ayuda a o jabalinas, nunca espadas. Los jinetes no estandarte a modo de bandera, lo cual
reconstruir una buena descripción del gue­ portan grebas; en su lugar usan una tobi prueba contundentemente que no lu­
rrero samnita. llera (véase arriba, y pág. 26). chaban en falanges.

23
Armadura Las Horcas Caudinas
Los cónsules condujeron su ejército por el desfiladero,

y armas camino del llano. Al llegar al final, encontraron el camino


bloqueado con árboles derribados y a los samnitas ocu
pando las laderas de las colinas. Presa del pánico, orde­
samnitas naron la retirada, pero cuando sus hombres regresaron
precipitadamente hacia la entrada, la hallaron también
bloqueada.
Durante varios días intentaron salir del lugar combatiendo.
Por último, agotados, tuvieron que rendirse. Las condiciones
samnitas no fueron duras: los romanos debían retirarse del
territorio samnita, abandonar sus colonias a lo largo de las ori-

1. Coraza de tres discos de Alfedena; escala


1 :8. Originariamente tenia dos hombreras.
la. Detalle del enganche de la placa lateral.
lb. Detalle del cierre de la placa lateral. 1c.
Articulación de bisagra de la placa lateral.

La armadura
El modelo de armadura tipico de los sam
nitas es la coraza de tres discos. Se han
encontrado varios ejemplares. Uno, muy
bello, es de Alfedena (1, derecha). Por lo
demás, resulta imposible trazar la evolu
ción de este tipo de coraza. Aparece en
pinturas de vasos a mediados del si­
glo iv a. C. De algún modo debe estar reía
cionada con los petos de un solo disco del
siglo vi.
Los petos y espaldares cuadrados que se
muestran abajo (9, 9a) se conservan en el
Museo Británico. Sólo aparecen represen
tados en el mural de Pesto (véase abajo y
pág. 23). Obviamente, son una versión
evolucionada de los petos cuadrados de
Villanova (pág. 12). Polibio, fuente fiable
en temas grecorromanos, dice que este
tipo de armadura lo usaba todavía el ejér­ 2. Cinturón samnita de Alfedena. 3-7. Hebillas
cito romano en el siglo u a. C., cuando él samnitas. 5, 5a. Tiene la forma de cabeza de
escribía. La ornamentación anatómica elefante. 8. Guerrero con una coraza de triple
muestra la influencia de la coraza mus­ disco; de un vaso de Campania. 9, 9a. Peto y
cular griega. Los detalles no se relacionan espaldar cuadrados con músculos estilizados;
con los mismos puntos del cuerpo del gue escala 1 : 8. El espaldar tiene bisagras para las
rrero: el ancho cinturón cubre el ombligo. placas de los costados. 9b. Detalle de una
Esta coraza tenia hombreras, al igual que bisagra. 9c. Detalle del cierre de las hom­
la de tres discos que aparece arriba. Tenía breras. tu. Guerrero con peto cuadrado, de
asimismo placas laterales, generalmente Pesto.
articuladas al espaldar, aunque no nos ha
llegado ningún ejemplar de estas placas ni
de hombreras. Como no conocemos exac
tamente dónde y cuándo se encontraron
estas corazas, no podemos saber si su
empleo se hallaba muy difundido, ni
indicar los limites cronológicos del mismo.
El mural de Pesto dataria del periodo de la
ocupación samnita (390-273 a. C_).
Cinturones
El ancho cinturón de bronce samnita (2)
era un accesorio obligado, como símbolo
de virilidad, al igual que entre los campa
nios, apulios o lucanos. Se han conservado
muchos ejemplares con gran variedad de
hebillas (3-7).

24
lias del río y atenerse al tratado de 354 a. C., así como
entregar, en concepto de rehenes, seiscientos caballeros
(equites). Los dos cónsules firmaron el tratado.
Se perdonó al ejército, pero se le infligió una humilla­
ción que los romanos ya habían impuesto antes a otros
muchos pueblos. Abandonando todas sus pertenencias, y
vestidos sólo con una túnica, los romanos hubieron de
«pasar bajo el yugo». Era éste un armazón formado por dos
lanzas clavadas en el suelo y una tercera horizontal colo­
cada a una altura que obligaba a los hombres a agacharse
para pasar por debajo. Era el símbolo de la derrota, que
encendió en los pechos romanos la sed de la venganza.

Yelmos y grebas
Se conservan muchos yelmos samnitas. Es
fácil reconocerlos por sus portaplumas.
Normalmente son una vers'ión modificada
del yelmo ático de los griegos II, 2). La
carrillera de la izquierda (4), que proviene
de Boviano, en el centro de Samnio, es de
diseño idéntico al peto de tres discos. La
bisagra, articulable en la parte superior,
indica que proviene de un yelmo ático. Los
dos lóbulos A-A que sobresalen de los lados
de la coraza para sujetar los cierres de las
placas protectoras de los costados se ven
también en la carrillera, pero no tienen
ningún fin útil.
De ahí se sigue que la carrillera se deri
vaba de la coraza, y no viceversa. El
detalle es importante, porque este tipo de
carrillera se ha considerado siempre como
de origen celta, y no puede ser así. Es sig­
nificativo que estos lóbulos fueran la pri­
mera característica de las carrilleras de
tres discos que abandonaron los celtas
(véase pág. 62).
En las pinturas se ven grebas de clásico
estilo griego. Han aparecido ejemplares en
Lucania y Apulia (véase pág. 27). Algunas
1. Yelmo ático samnita. conservado en tienen anillas para las correas. Esta moda
Museo Británico. Ésta es la forma más común fue adoptada por los romanos.
de Yelmo samnita. 2. Yelmo ático de los sam­
nitas, en el castillo de Sant'Angelo. Roma. 3. Armas
Portaplumas. 4. Carrillera samnita de tres Conocemos algunas puntas de lanza del
discos, de Boviano. 5 y 6. Pinturas de gue­ tipo corriente italiano. En una pintura de
rreros samnitas armados con grandes escudos Nápoles pueden verse jabalinas con lazos
Y jabalinas. 7. Pintura de una espada de un (5, 6). Otra pintura del mismo lugar
solo filo. 5, 6 y 7. De Nápoles. 8. Guerrero muestra una espada de un solo filo (7),
samnita del siglo IV. pero no nos ha llegado ningún ejemplar.

25
Campamos, Los samnitas marchan sobre Roma
El ejército derrotado volvió penosamente a Roma. El

lucanios pueblo se sentía humillado y ardía en deseos de venganza,


pero durante cinco años se atuvo a la paz caudina. En
316 a. C., sin embargo, denunció el tratado, aduciendo que
y apulios los cónsules no tenían capacidad para otorgarlo, y se rea­
nudaron las hostilidades en tres frentes. Un ejército ope­
raba en Campania, otro, más al Norte, en el valle del Liris,
y un tercero llegó a la costa del Adriático y se encaminó
hacia el Sur, a unirse con los apulios contra los samnitas
del lugar.
Los samnitas reaccionaron con presteza y, en un prin-

1 y 2. Yelmo cónico y etruscocorintio, de


Apulia. 3. Yelmo etruscocorintio de una pin­
tura etrusca. 4. Pintura de un jinete, de Capua.
5 y 6. Petra! y testera. 7. Pintura de un jinete,
de Pesto.

Los samnitas de la costa


Campania, Lucania y Apulia son las zonas
que rodean a Samnio por el Oeste, el Sur y
el Este. Por ellas se extendieron los sam
nitas en los siglos v-iv. entrando en con­
tacto con los griegos y adoptando gran
parte de sus armaduras, las cuales alte­
raron para ajustarlas a sus propias necesi­
dades. Los apulios
Los apulios sufrieron la influencia de los
La caballería de Campania griegos en mayor medida que los otros
En los llanos de Campania, los samnitas pueblos de la costa occidental de Italia.
desarrollaron una formidable fuerza de Una bonita panoplia encontrada en Con-
caballería, que en los siglos m-ii a. C. for­ versano, cerca de Bari (15-18), consta de
maría la espina dorsal de los jinetes un par de grebas griegas clásicas, una
romanos. Las pinturas de Campania y del coraza musculada griega, un yelmo con
norte de Lucania son ilustrativas. Existía alas y un cinturón samnita. La ornamenta­
un hermoso ejemplar en Capua (derecha. ción ondulada de la coraza hace juego con
4), pero fue destruido en la segunda guerra los dientes de la cresta del yelmo, el cual
mundial. El caballo lleva testera y plumas. tiene tubos para las plumas detrás de las
En otra pintura de Pesto, el caballo lleva alas de bronce (17a). Se han encontrado
petral (7). En Nápoles pueden verse ejem­ yelmos cónicos del siglo tv a. C. (1), y es
plares de ambos tipos de armadura (5, 6). frecuente su representación en vasos.
El llamado yelmo etrusco corintio (2, 3)
La armadura de Lucania tuvo su origen, al parecer, en Apulia en el
Se han encontrado en Lucania dos juegos siglo vi. Este modelo, que se llevaba como
completos de armadura. El de Pesto consta un tocado y no cubría el rostro, siguió
de una coraza de tres discos, yelmo y cin­ usándose entre los etruscos y romanos
turón (derecha, 8-10). hasta el siglo ia. C.
Una segunda panoplia, conservada en la En Apulia hubo una fuerte influencia de
Torre de Londres, consta de un yelmo, los celtas, ya que éstos invadían la Italia
peto y espaldar cuadrados, grebas y cin­ central en el siglo iv a. C. con cierta regu­
turón (11-14). Las grebas tienen trabillas laridad y normalmente terminaban en los
para cerrar detrás. El yelmo es de las alas trigales de Apulia. Puede que algunos se
y lleva unos portaplumas de muelle, termi­ asentaran allí. Se han enontrado varios
nados en cabeza de serpiente y con soporte yelmos mixtos, y en una tumba se han
de cresta saliente. Muy probablemente es hallado una coraza musculada y un yelmo
el del jinete de Capua (4). celta.

26
cipio, desbarataron la maniobra de los romanos. Mientras al ejército romano y dio muerte a su jefe. El temor hizo
fijaban a los ejércitos de Apulia y del valle del Liris, entonces que los aliados meridionales de Roma se rebe­
barrieron al ejército de Campania y se lanzaron hacia el laran, pero los samnitas penetraron en el Lacio, des­
Norte. Los romanos entregaron entonces el poder a un dic­ truyendo las cosechas y saqueando la región hacia el
tador, que reunió todas las fuerzas disponibles y avanzó Norte hasta Ardea, a sólo 30 kilómetros de Roma.
hacia el Sur. Envió la mitad de sus hombres bajo el mando Presa del pánico, el Senado romano llamó a una parte
de su lugarteniente (el jefe de la caballería) a cubrir el de sus fuerzas del valle del Liris. Los samnitas cruzaron
camino de la costa (luego la vía Apia), mientras él perso­ entonces inmediatamente el río y atacaron a la debilitada
nalmente avanzaba por la vía Latina, entre las colinas. fuerza romana, poniéndola en fuga. En el Norte, los
El ejército samnita, que había seguido la vía Latina, aliados de Roma en la región central de Italia vacilaban.
cambió entonces de dirección, cruzó las colinas y cayó De haber desertado entonces, el ejército romano de Apulia
sobre el jefe de la caballería cerca de Terracina. Aniquiló habría quedado aislado.

Panoplias lucarna y apulia Irestauradas) 810.


Peto y espaldar de tres discos. Yelmo ético
con alas y portaplumas. Cinturón samnita. De
Pesto. Lucania; hacia 300 a. C. 11-14. Peto y
espaldar cuadrados. Yelmo ético con alas y
portaplumas de muelle. Cinturón samnita.
Grebas con trabillas para las correas. De
Lucania: hacia 375 a. C. 15-18. Grebas.
Coraza muscular. Yelmo ático con alas y por­
taplumas. Cinturón samnita. Conversano.
cerca de Bari. Apulia: hacia 350 a. C.

27
Los últimos Los etruscos entran en la guerra

etruscos En este momento, los acontecimientos tomaron un sesgo


inesperado. Las ciudades griegas del sur de Italia y de
Sicilia habían recurrido con frecuencia a generales griegos
para que les ayudaran frente a sus enemigos. La petición
de ayuda partió esta vez de Siracusa, y halló un eco favo­
rable en Acrotato de Esparta, quien, de camino para
Sicilia, intervino brevemente en los asuntos de Iliria y llegó
hasta Tarento. Por un momento, los samnitas temieron
que usara sus fuerzas contra ellos, y frenaron su campaña
en el Norte.

1. Guerrero con armadura laminar, de Tar-


quinia. 2. La coraza laminar del Marte de Todi.
3. Guerreros con corazas flexibles y muscu­
lares, de Chiusi. 4. Guerrero con coraza acol­
chada con escamas, de Volterra. 4a. Detalle
del acolchado. 5. Guerrero con coraza de lino,
de Tarquinia

La conquista del sur de Etruria El final de los etruscos


Durante el siglo iv a. C. y principios del m. Desde mediados del siglo iv. Roma pudo
Roma realizó una lenta pero implacable mirar ya a Etruria sin sentirla como una
penetración en Etruria. Había perdido la amenaza: estaba en franca decadencia. En
posición ganada en este territorio a conse­ 311, los etruscos atacaron la fortaleza
cuencia de la invasión gaia; tenía, pues, romana de Sutrium, en el sur de Etruria.
que comenzar la reconquista. Ésta le llevó pero fueron vencidos fácilmente. Cortona,
tres años y le hizo entrar en colisión con Perugia y Arezzo firmaron asimismo tra­
los tarquinios y las demás ciudades tados con los romanos.
etruscas del centro, temerosas de su cre­ A principios del siglo iii. los etruscos
ciente poder. Así, primero en 388 y luego hicieron un último esfuerzo para sacudirse
en 386, los tarquinios tomaron las armas, el yugo romano y unieron sus fuerzas a las
aunque no consiguieron expulsar a los ro­ de los samnitas, umbros y celtas. Mas, al
manos. caer los primeros, se hundieron con ellos.
Más tarde, en 359, insistieron en sus Durante la primera mitad del siglo ni, el
intentos de invasión de la Etruria romana. resto de las ciudades etruscas fueron
Dos años después se les unieron los fala- aplastadas u obligadas a entrar en alianza
rios, y al año siguiente se alzó en armas con Roma. Los vulcos cayeron en 280 a. C.,
también el resto de la federación etrusca. y en 265 los volsinios. Se fundaron co
Se entabló una guerra sin cuartel, en la lonias romanas en las zonas vitales de
que ninguna de las partes respetaba ni Etruria, desapareciendo para siempre sus
siquiera a los prisioneros. Finalmente, en días de^grandeza. Cuando llegó Aníbal en
351, Roma consiguió la rendición de tar­ 217 a. C., los etruscos carecían de deseos
quinios y falerios. de luchar.

28
Esta vacilación sirvió justamente para romper el equili­ Mas la paz duró sólo seis años. En 296 a. C., después de
brio. Los romanos contraatacaron: lanzaron todas sus varios meses de escaramuzas, los samnitas hicieron una
fuerzas contra el ejército invasor y lo pusieron en fuga. nueva incursión hacia el Norte. Esta vez, avanzaron a
Los samnitas habían estado muy cerca de la victoria. La través de la Italia central y unieron sus fuerzas con los
guerra había de durar aún otros diez años, pero había per­ etruscos, umbros y galos, como preludio de un asalto
dido su ímpetu. En 311 a. C. entraron en ella varias de las general a Roma. En Sentino, los ejércitos samnita y galo se
ciudades etruscas, pero los romanos las pusieron fácil­ encontraron con las legiones romanas. La batalla fue larga
mente fuera de combate. ¡Qué diferentes habrían sido los y se saldó con un difícil triunfo de Roma. La deserción de
acontecimientos si hubieran intervenido tres años antes! etruscos y umbros antes de la batalla, probablemente les
Al fm, en 304 a. C. los samnitas pidieron la paz, tras lo cual valió la pérdida de su independencia. Roma no volvió a
quedaron en situación bastante peor que antes. tener serios competidores entre los italianos.

6. Escultura de grebas y yelmo de Montefor-


tino, procedente de Caere. 7. Yelmo etrusco
de Montefortino. 8. Forma basta de yelmo
¿tico. 9. Grebas restauradas, coraza muscular,
yelmo de Montefortino. escudo de hoplita: de
Orvieto. 10. Mural de una tumba de Tarquinia,
en que aparecen espada, escudo, yelmo y tres
jabalinas pesadas (pila). 11. Punta de pilum
pesado, encontrada en los muros de Grosseto. La armadura de los últimos etruscos
Durante este período, Etruria siguió la
pauta griega en el diseño de armaduras y
adoptó los estilos posclásicos. Las corazas
de lino se reforzaron con planchas de
bronce, y se adoptaron las láminas rectan
guiares superpuestas (laminar), originarias
de Asiria. Puede verse en murales (a la
izquierda, 1) y en la famosa estatua de
Marte de Todi (2). Se realizaron experi­
mentos con corazas flexibles de lino acol
chado, reforzado con láminas de esca­
mas (4).
Desde la primera mitad del siglo iv se
dejó sentir una nueva influencia: la de los
celtas. Los senones, que llegaron a Italia
hacia 400 a. C., llevaron probablemente
consigo el tipo del yelmo de Montefortino
(izquierda. 7), que fue adoptado por los
etruscos y romanos y llegó a generalizarse
durante los siglos iv i a. C. Aparece en los
relieves de la tumba de Cerveteri del si­
glo iv (6). Una panoplia de una tumba del si­
glo iv. descubierta junto al lago de Bolsena.
consta de una coraza musculada de estilo
griego, grebas y escudo, además de un
yelmo de Montefortino (9). Un modelo muy
burdo de yelmo ático (8) se hizo entonces
muy corriente en toda Italia.

Armas
Siguió usándose la espada de los hoplitas.
La innovación más interesante fue la intro­
ducción de la jabalina pesada (pilum),
representada, por ejemplo, en una tumba
etrusca del siglo iv. en Tarquinia (10). El
pilum era por entonces más importante ya
que la lanza, confirmándose asi la tradi­
ción de que se usó con carácter general
contra los celtas en la primera mitad del
siglo iv. La punta de un pilum pesado (11)
hallada en Grosseto, en Etruria. probable
mente procede de este periodo. El pilum
pesado se introducía en un asta de
madera, que se reforzaba en la unión y se
afianzaba en su sitio. Esta formidable
jabalina se convirtió luego en la principal
arma ofensiva del ejército romano.

29
Ciudades
fortificadas

Reconstrucción de una vista aérea de la


ciudad etrusca de Veyes. hacia 400 a. C. El
área principal está en lo alto y la ciudadela en
primer plano.

Ciudades fortificadas Roma.


500
a. C.

Fortificaciones primitivas
I,a mayoría de las aldeas de Italia en el
siglo vtil a. C. estaban en lo alto de colinas,
exactamente lo mismo que en el resto de
Europa. Solían confiar para su defensa en
lo abrupto de las laderas; donde esto no
era suficiente, se empleaban empalizadas
y fosos.
En Etruria había centenares de estas
aldeas. Con el encumbramiento de la clase
dominante en el siglo vil. varias de ellas se
unieron para formar ciudades fortificadas.
Las empalizadas y fosos fueron gradual
mente reemplazados por murallas de te
rraplén.

Las murallas de terraplén


Las excavaciones realizadas en la ciudad
etrusca de Veyes. 12 kilómetros al norte
de Roma, han sacado a la luz varios
tramos de las murallas etruscas. Veyes
estaba edificada sobre una meseta defen
dida por laderas abruptas, excepto en unos
pocos puntos (véase el dibujo general de
arriba).
Se han descubierto murallas con un
espesor de 1.58 a 2,08 metros en muchos
puntos. Datan de finales del siglo v a. C.,
poco antes del último asedio de Roma. Son
de bloques rectangulares de piedra de
unos 45 • 45 centímetros de sección y
1, 2 y 3. Secciones reconstruidas de la hasta 1,38 metros de longitud. Cuando el
muralla etrusca de terraplén de Veyes. 1. acceso era llano, se construían de casi
Muralla sobre terreno nivelado. Se adosaba a 8 metros de altura, excluidas las almenas,
un terraplén de tierra. 2. Muralla sobre terreno con una rampa escarpada delante para
en declive. 3. Muralla sobre terreno escar­ impedir que subieran los arietes. Un ierra 3j
pado. Se cortaba la cara del risco y encima se plén macizo por detrás la hacía inexpug 10Om
C>
levantaba la muralla. El espacio que quedaba nable (1, izquierda). o>
detrás se llenaba de grava y tierra. 4. Sección Donde había una ladera abrupta, la §
y frente de las murallas de Veyes. muralla se construía un poco más abajo y S'
o
se rellenaba para nivelarla con lo alto de o
la meseta (2).
En los riscos, se cortaba la roca para
0 Minturno, hacia 300 a. C.
hacerla abrupta: se levantaba la muralla
encima, y se rellenaba como antes (31.
Laderas ___ Terraplenes
Algunas murallas etruscas tenían delante
un foso, a veces excabado en la roca. En Murallas ----- Calzadas
Luni se levantó un terraplén coronado por Ríos Fortificaciones
una torre, donde las defensas naturales
eran débiles.

30
Las primitivas defensas de Roma
Al igual que las ciudades etruscas, tam­
bién Roma surgió de un grupo de aldeas
edificadas sobre colinas. El asiento ori­
ginal fue la colina del Palatino, sobre las
marismas de la orilla izquierda del Tíber.
No obstante, se urbanizaron también otras
colinas, que paulatinamente se unieron Tipos de murallas y puertas
para formar la ciudad. En Etruria y el Lacio se usaban normal
mente bloques de piedra rectangulares Colonias etruscas y romanas
Según Dionisio, las colinas del Palatino, (véase abajo, a la izquierda de la página Los etruscos fundaron numerosas colonias
el Aventino y el Capitolio se fortificaron anterior). Los pueblos de las colinas en los territorios conquistados, las cuales
con empalizadas y fosos ya en tiempo de usaban manipostería poligonal más primi­ utilizaban como puestos militares y comer­
Rómulo, hacia 750 a. C. tiva (abajo, a la derecha). ciales. El objetivo principal de las colonias
Posiblemente fueron los etruscos los pri­ En Etruria y el Lacio se hizo casi uni­ romanas era militar: conservar las posi­
meros en dar a la ciudad una línea con­ versa) la puerta en arco. Donde se usaba ciones en territorio enemigo. La colonia
tinua de defensas. Desde entonces la manipostería poligonal, las puertas tenían etrusca más famosa fue Capua, en Cam
colina del Capitolio se convirtió en una ciu- a menudo laderas en cuesta: terminaban pania. Como tantas otras, estaba cons­
dadela. Fue la única parte de la ciudad en punta o tenían un pesado dintel trans­ truida sobre una meseta rectangular y era
que no sucumbió a los celtas en 390 a. C. versal. de gran tamaño: abarca unos dos kilóme
Probablemente los etruscos erigieron el tros cuadrados. Es improbable que el
sólido terraplén oriental (agger) con un emplazamiento originario fuera tan
foso (fossa) delante, que se extendía a grande, aunque pudo dedicarse un espacio
través del lado este de la ciudad vieja. adicional para actividades comerciales.
Esas dimensiones superaban en 80 veces
Las murallas de Servio Tulio las que tenían las colonias romanas
Quizá los terraplenes de Roma fueran sus­ típicas, como Minturno.
tituidos por murallas de piedra, pero éstas
no sirvieron de protección frente a los
celtas, por lo que en 378 a.,C. se comenzó
la construcción de la famosa «muralla ser-
viana». Se levantó con bloques rectangu­
lares de toba de 60 centímetros de alto por
45 a 65 de grosor y una longitud entre 74
y 210 centímetros. En el lado este de la
ciudad, débilmente defendido, se cons­
truyó una sólida muralla de 3,6 metros de
anchura en la base, reforzada por un
enorme terraplén de 10 metros de alto, Murallas de manipostería poligonal. Segni.
nivelado para formar una colina artificial
Delante había un foso de 10 metros de pro Puerta etruscorromana en arco. Santa María
los (rorarii) y, por fin, las reservas (accensi). di Falleri.

31
El ejército Pirro invade Italia
Roma intentó entonces obligar a los estados griegos del sur

latinorromano de Italia a confederarse con ella. Tarento, una de las ciu­


dades que habían sido forzadas a someterse, apeló a Pirro,
rey del Epiro, quien, en 280 a. C., desembarcó en Italia con
hacia 340 a. C. 25.000 soldados selectos y 20 elefantes. Su objetivo era
unir a los enemigos de Roma en el Sur. Antes de que
pudiera lograrlo, los romanos avanzaron con un ejército
de unos 25.000 hombres. En Heraclea se enfrentaron por
primera vez con una falange macedónica, y fueron derro­
tados. Pero aunque perdieron 7.000 hombres, infligieron
tales bajas a Pirro, que se ha hecho proverbial hablar de

Accensi
Las legiones romanas (hacia 340 a. C.)
Durante su relato de la guerra latina (340
338 a. C.l, Tito Livio nos ofrece otra pers
pectiva de la legión. Todos los legionarios
usaban el escudo ovalado (scutum). Se
había abandonado la falange al estilo
griego. La legión estaba distribuida en tres
lineas.
La línea de retaguardia tenía 15 compa
nías (ordines), cada una subdividida en Rorarii
tres partes; al frente se encontraban los
mejores veteranos (triarii); detrás venían
los rorarii y, por fin, las reservas (accensi).
Todos eran lanceros. Cada una de estas
tres partes constaba de 60 hombres, dos
centuriones y un portaestandarte.
La línea media (principes) estaba for­
mada por 15 unidades de manípulos, la
flor y nata del ejército. La línea del frente
(hastati) estaba dividida también en 15
manípulos. Los principes y hastati iban
armados con espadas y jabalinas pesadas.
Cada manípulo de hastati estaba reforzado
por 20 tiradores (leves) armados con lanza
y jabalina. La legión la integraban 5.000
hombres. Cada unidad de la línea posterior
tenía 186 hombres. Cada mitad de los
principes y hastati, unos 64 hombres.

La legión de cuarenta y cinco unidades Principes


Muchos eruditos han rechazado la des
cripción de Tito Livio o la han revisado
para adaptar al modelo de la legión ulte­
rior. Lo cierto es que el ejército romano se
hallaba en constante estado de evolución y
que la legión de Livio está a medio camino
entre el ejército etrusco y el descrito por
Polibio (h. 150 a. C.l.
Los orígenes de esta legión de 45 uní Hastati
dades se pueden apreciar en el ejército de
Servio Tubo (véase pág. 15). Antes de él,
las 90 centurias de las clases 2-5 eran
latinas. Al unirse Roma a la Liga latina,
volvió a las 2 x 45 unidades de su ejército Leves
original latino.
El sistema de clases persiguió en
algunos de los nombres: los principes for­ Las unidades del ejército latinorromano. tal ordo. Los principes y hastati formaban cada
maban la primera clase (aunque ahora como las describe Tito Livio. Las dobles cen­ uno un manipulo. Se ignora cuántos centu­
luchaban también en la segunda linea) y turias de accensi. rorarii y triarii formaban un riones había para un manípulo.
los triarii la tercera.

32
una «victoria pírrica» para indicar un triunfo obtenido a un dental; pero, ante la perspectiva de un largo asedio, perdió
costo excesivo. una vez más el interés y decidió volver a la Península.
Al año siguiente, los romanos enviaron contra él 40.000 Su estancia en Sicilia había durado más de dos años, y
soldados. Esta vez, Pirro contó con la ayuda de los ita­ los romanos habían aprovechado tan preciosa tregua para
lianos del Sur. La segunda batalla duró dos días, y su resul­ someter a los samnitas y lucanos. Pirro, pues, se encontró
tado fue en gran parte idéntico. solo, pero los dos cónsules romanos se hallaban separados
Desanimado por sus pérdidas, Pirro pasó a Sicilia para e intentó combatirlos sucesivamente. Atacó al primero de
ayudar a los griegos contra los cartagineses, que, antici­ ellos, pero no consiguió la victoria y se retiró a Tarento.
pándose a su enemigo, habían establecido una alianza con Poco después reembarcaba hacia Epiro. No había sido
Roma. Después de una excelente campaña, les confinó en derrotado nunca, pero había perdido la guerra, y con ella
el puerto de Lilybaéum (actual Marsala), en la punta occi­ dos tercios de su ejército.

Accensi

Rorarii

Triarii

■i ■I ■i ■i ■i ■i ’ Principes
■I ■I ■I ■I ■i ■i

Una legión lista para entrar en combate,


dejando los típicos huecos entre las unidades
para permitir que se intercambiaran las lineas.
Derecha: Asi podían llenar los huecos los
ordines haciendo avanzar las centurias poste­
Formación de batallas Los veteranos (triarii) riores.
En el nuevo ejército, el arma ofensiva Mientras los hastati y principes luchaban,
principal del legionario era la jabalina los veteranos (triarii) ponían la rodilla
pesada (pilum). Los antiguos lanceros eran derecha en tierra, avanzando la pierna
ahora los triarii, rorarii y accensi. Pero izquierda. Su gran escudo ovalado perma­
más de un tercio del ejército había sido necía apoyado contra el hombro izquierdo,
trasladado a primera línea y armado con cubriéndolo de los dardos enemigos.
pila para romper el frente enemigo. Apoyaban en el suelo el cabo de la lanza,
Las tres líneas estaban dispuestas como que apuntaban hacia el frente en posición
los cuadros negros de un tablero de aje­ oblicua, formando «como una empali­
drez. Las 15 centurias de hastati ocupaban zada», dice Livio. Sólo entraban en com­
la primera línea, dejando un hueco entre bate si los demás fracasaban.
cada dos. Los principes formaban de modo Es digno de observarse que los están
similar, cubriendo los huecos. Las uni­ dartes estaban en la línea posterior, de
dades de la linea posterior cubrían del forma que si las unidades que operaban
mismo modo los huecos de la línea de los delante eran dispersadas, sabían a qué
principes. ordines retirarse. Livio no nos dice si habia
uno o dos centuriones para cada manípulo
El combate de principes y hastati. o ninguno.
La batalla comenzaba con el intento de los
tiradores (leves) de romper la formación El carácter defensivo de la legión
enemiga con sus jabalinas ligeras. Cuando Durante los primeros 200 años de la Repú
avanzaba el enemigo, las tropas ligeras se blica, es probable que Roma sufriera
retiraban por los huecos y cargaban los numerosas derrotas. Tito Livio. haciendo
hastati. lanzando sus jabalinas pesadas y gala de su espíritu patriótico, suele decir
acercándose luego con sus espadas. Si así que «el mal tiempo impidió actuar», para
no se lograba romper el frente enemigo, se justificarlas. I.a mayor de estas derrotas
retiraban por los huecos entre los prin fue la de Alia (900 a. C.l, explicable quizá
cipes, los cuales cargaban de forma por el carácter defensivo de la legión del
similar. Si ambas lineas eran batidas, se siglo iv. La evolución a una formación más
replegaban hacia los triarii, cerraban los móvil fue probablemente una respuesta a
huecos y el ejército entero se retiraba. El los ejércitos más móviles de los celtas y
método de cierre de los huecos puede samnitas. Es posible que la colocación de
verse arriba, a la derecha. Esta maniobra los lanzadores de jabalina en primera linea Los triarii, de rodillas y protegidos por sus
se analiza con más detalles en la página 68 respondiese al objetivo específico de escudos, mientras luchan los hastati y los
(«La táctica manipular»). romper la carga de los celtas. principes.

33
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Los
cartagineses

Roma dominaba ya la totalidad de Italia peninsular. Las


legiones se habían enfrentado con las falanges macedó­
nicas, mandadas por uno de los generales más grandes de
su tiempo, y demostraron que podían equipararse a cual­
quier fuerza semejante. En el Norte se enfrentaron con los
temibles celtas y los habían derrotado decisivamente. Sólo
era cuestión de tiempo el que Roma pudiera saldar la
cuenta a su favor. En el Sur, tenía la mirada puesta, a
través del estrecho de Mesina, en Sicilia. Era inevitable
que la expansión de Roma hacia el Sur produjera una coli­
sión frontal con la gran potencia naval del Mediterráneo
occidental, Cartago, que habia colonizado el oeste de Si­
cilia.
No se sabe bien cómo comenzaron las hostilidades. Lo
cierto es que, en 264 a. C., los romanos cruzaron el
estrecho de Mesina y comenzaron así la guerra más larga
y enconada que jamás habían sostenido.
Durante los siguientes 120 años, sostuvieron tres gue­
rras contra los cartagineses. Fueron las más reñidas de su
historia. De hecho, Cartago fue el único contrincante serio
con que hubieron de enfrentarse. Perdieron medio millón
de hombres, pero al final lograron la victoria completa y
destruyeron hasta sus cimientos la ciudad de Cartago.
Hace pocos años se iniciaron las excavaciones en gran
escala en el asentamiento de la antigua Cartago, y gracias
a ellas comienza a perfilarse un cuadro auténtico de la
gran ciudad.
Por suerte, para este período disponemos de los escritos
del gran historiador griego Polibio, que era soldado y
entendía perfectamente los sistemas militares de la época.

Ef ejército de Aníbal cruzando los Alpes. Aníbal, al frente de su guardia


personal, intenta abrirse camino a pesar de los ataques de los celtas. La
escena se sitúa en el desfiladero de Durance, exactamente al sur de
Brianqon.

35
Cartago Los romanos invaden África

y sus Pronto advirtió Roma que, si quería derrotar a Cartago,


debía construir una flota. Y como los barcos cartagineses
eran entonces los mejores, tomó como modelo uno de ellos,
puertos abandonado. En el espacio de dos meses había botado una
flota de 120 unidades. Su principal innovación era un
puente de abordaje que permitía convertir la batalla naval
en un combate de infantería. El éxito fue tan grande que
pronto consiguió el dominio del mar.
Cuando Cartago se vio obligada a luchar con la formi­
dable infantería romana, tanto en tierra como en el mar,

Vista aérea de la superficie del puerto de Car­


tago. donde pueden verse la laguna en herra­
dura y la romboidal. En azul más oscuro, el
área donde se hundió el malecón.

Vista aérea de! promontorio de Cartago. con


los puertos H, H y la muralla que atraviesa el Las murallas de Cartago
istmo. W, W. El trazado aproximado de la El emplazamiento de Cartago tiene la
antigua linea de la costa se señala en rojo. forma de una punta de flecha unida a la
costa por un istmo de 4,5 kilómetros de
ancho.
Al término de la tercera guerra con
Roma (146 a. C.l. la ciudad fue destruida.
Tan concienzuda fue la obra de los
romanos, que hasta hace poco no se han
hallado huellas de las antiguas murallas.
Además, un largo trecho del antiguo dique
La capital fenicia del Oeste se ha hundido bajo el agua, aunque puede
Cartago estaba edificada sobre un pequeño verse desde el aire. En 1949, el ejército
promontorio que se adentraba en el mar, francés descubrió parte de las defensas
al norte de Túnez. Su historia comenzó ini cartaginesas que atravesaban el istmo.
cialmente como puerto de los barcos mer Había un foso de unos 20 metros de'pro- Plano reconstruido de las excavaciones del
cantes fenicios, hacia la época de la funda fundidad, defendido por un terraplén coro­ doctor Hurst en la isla del puerto militar. La
ción de Roma. Creció rápidamente y a nado por una empalizada. Las vigas verti­ estructura del centro es la mansión del almi­
finales del siglo vn a. C. se había consti cales que sostenían el terraplén y la empa­ rante. Las lineas punteadas son diques de
tuido en la capital colonia fenicia en el lizada se había hundido en el lecho de carena. Lo demás aparece en negro.
Oeste. roca.
Sus intentos de fundar colonias en
Sicilia y Cerdeña le hicieron entrar en con­
El historiador griego Apiano, en su
relato de la tercera guerra, nos cuenta que
♦*
flicto con los griegos. Aliada con los la ciudad tenía una triple muralla de unos
etruscos. derrotó decisivamente a aquéllos 15 metros de altura y 10 de anchura, con
en una batalla naval librada frente a las torres de cuatro plantas cada 60 metros.
costas de Córcega (h. 535 a. C.) y se las Dentro de las murallas se habían cons­
ingenió para excluirlos de las dos islas del truido establos para 300 elefantes y 4.000
Norte. No obstante, en Sicilia se mantuvo caballos, así como alojamientos para
aún una lucha sin cuartel durante 300 24.000 soldados. Sólo la pala del arqueó­
años. logo puede decirnos lo que hay de verdad
Cartago obtuvo también una firme posi­ en todo esto. En 1974 comenzó en Cartago
ción en España. Su influencia aquí se vio una operación de rescate internacional,
debilitada durante la primera guerra con con el fin de descubrir algo de la antigua
Roma; pero entre ésta y la segunda, gra­ ciudad antes de que se cubriese de cons­
cias a los esfuerzos de la familia Barca, trucciones. Cuando estas excavaciones se
consiguió el dominio de la mayor parte del hayan completado, podremos tener un
sudeste de la Península y fundó su capital cuadro de lo que realmente fue la antigua
en Cartagena. Cartago.

36
pasó a la defensiva. La guerra degeneró así en una serie de
prolongados asedios de las fortalezas cartaginesas.
En 256 a. C., los romanos emprendieron la invasión de
África. El cónsul Régulo, con 15.000 soldados de infan­
tería y 500 jinetes, desembarcó a unos cuatro días de
marcha de Cartago. Por dos veces en los meses que
siguieron, derrotó a las mal entrenadas fuerzas enemigas.
Estableció su cuartel de invierno en Túnez, a la vista de la
gran ciudad, y por dos veces rechazó el ofrecimiento de
paz de los cartagineses, al imponerles condiciones tan
duras que no les dejaban otra alternativa que combatir.

Los grandes puertos La excavación del puerto militar .


El orgullo de Cartago eran sus grandes Actualmente se conservan dos lagunas,
puertos, uno comercial y el otro militar. una en forma de herradura y otra rom­
Apiano los describe diciendo que estaban boidal, que desde hace tiempo se cree
dispuestos sucesivamente, separados por corresponden a los dos puertos. En 1974,
un doble malecón. El primero, destinado al el arqueólogo británico doctor Henry
tráfico mercantil, tenia una salida al mar Hurst comenzó a excavar la primera de
de unos 20 metros, que podía cerrarse con ellas, con notables resultados: descubrió
cadenas de hierro. Detrás estaba el puerto en el centro los cimientos de un gran edi­
militar, cuyo acceso al mar pasaba por el ficio, y dispuestas en forma de radio desde
puerto comercial. él, hileras de bloques de piedra rectangu­
Dentro de aquél había una isla, con lares. Estas hileras, con una separación de
diques de carena y almacenes suficientes 5,9 metros, sólo pueden ser los cimientos
para acoger 200 naves. Las dos columnas de los diques de carena.
que se alzaban a uno y otro lado de cada Hace más de cien años, Beulé, el Sección transversal de un dique de carena
dique daban al conjunto del puerto y la arqueólogo francés, halló hileras similares reconstruido. /Como no se han encontrado
isla un aspecto porticado. En la isla se de bloques en el lado norte de la laguna. tejas, el techo se representa plano.)
encontraba el alojamiento del almirante, También se ha encontrado el extremo
que se elevaba por encima del nivel de los del ulterior puerto romano. De coincidir Reconstrucción del puerto militar, en que apa­
edificios circundantes y permitía ver lo con el primitivo muelle, habría tenido un recen los diques secos y la mansión del almi­
que ocurriera en el mar. circuito de más de 1.100 metros; lo sufi­ rante. Hasta ahora sólo se ha excavado en la
ciente para unos 160 diques secos. En la isla. La reconstrucción se basa en los dibujos
isla hay 30. Apenas puede caber duda de del doctor H. R. Hurst y de S. C. Gibson.
que la descripción de Apiano es básica­
mente correcta.

37
La armada Derrota, desastre y humillación de Roma

cartaginesa En su desesperación, los cartagineses llamaron a un


general espartano. Durante el invierno éste entrenó al ejér­
cito y lo puso en forma.
En la primavera sacó sus tropas y presentó batalla a los
romanos. Dispuso su falange con 100 elefantes al frente y
4.000 soldados de caballería en las alas. Los romanos
fueron destrozados por los elefantes, a los cuales siguió la
falange. Por las alas, la caballería africana puso en fuga a
los jinetes romanos y atacó a las legiones por la reta­
guardia. Solamente escaparon 2.000 romanos El cónsul

Los barcos cartagineses Sección del quinquerreme de la derecha.


Fue su flota la que dio a Cartago el control
del Mediterráneo occidental. Por des­
gracia. se sabe muy poco de ella. Polibio
cuenta que el principal barco de guerra
era el quinquerrenie, una galera de cinco
bancos de remos, que fue copiada por los
romanos. Sabemos que una de sus escua­
dras tenía como buque insignia un barco
de siete bancos; éste fue capturado a
Pirro. Se sabe también que tenía trirremes
(tres bancos de remos) y cuadrirremes
(cuatro bancos).
El tamaño de la flota
Apiano refiere que el puerto naval de Car­ 1. Parte del casco del primero de los dos
tago tenía fondeaderos para 200 barcos. Producción de barcos en serie barcos de guerra cartagineses descubiertos
Como ya hemos visto, probablemente está En 1971 se descubrió el casco de una cerca de Lilybaéum. en Sicilia. 2. Parte del
en lo cierto. Pero esto no debía de ser más galera cartaginesa en aguas poco pro­ espolón del segundo barco. A. Forma de
que una parte de la armada cataginesa. fundas, al norte del puerto de Lilybaéum. clavar las planchas a la cuaderna. C y D. Sec­
Sin duda había también flotas más Este barco, y otro que se descubrió en las ciones de la quilla. E. Sección de la cuaderna
pequeñas, estacionadas permanentemente cercanías, se han datado del período de la de popa. F. Sección de la quinta cuaderna, en
en lugares tales como Palermo y Lily- primera guerra con Roma. La marca del que aparece la plancha clavada a la cuaderna
baeum, en Sicilia. Polibio cuenta que, en constructor en las cuadernas implica que y la quilla. G y H. Secciones del espolón.
256 a. C., los cartagineses pusieron en se los producía en gran escala, lo cual
acción una flota de 350 barcos. En la explicaría que Roma pudiera contruir 120
batalla, se alinearían de varios en fondo. barcos en dos meses.

38
Régulo y 500 hombres fueron capturados. Pero quedaba ligera; los pesados barcos romanos no podían capturarle, y
algo peor. La flota romana, ahora con 330 unidades, pronto otros siguieron su ejemplo. Al fm, levantando
recibió orden de recoger a los supervivientes. En el viaje de bancos de arena a la entrada del puerto, los romanos se las
vuelta fue sorprendida por una tempestad y, excepto 80, arreglaron para capturar a uno de los burladores del blo­
todos los barcos quedaron destruidos, con unas posibles queo, antes de atrapar al Rodio.
pérdidas de unos 100.000 hombres. En 248 a. C., ambas partes estaban agotadas. Mientras
Lejos de arredrarse, los romanos construyeron otra los romanos se limitaban a mantener sus líneas, los carta­
flota. Con ella pusieron sitio al puerto de Lilybaeum, en el gineses se mostraban igualmente inactivos. Al año
extremo occidental de Sicilia, bloqueándolo por mar en siguiente, un joven general, Amílcar Barca, se hizo cargo
tanto las legiones lo rodeaban por tierra. Sin embargo, del mando. Mediante incursiones contra la costa de Italia,
para humillación de la flota, un capitán cartaginés, Aníbal pensó que lograría alejar a los romanos de Lilybaeum; no
el Rodio, burló una y otra vez el bloqueo en una galera lo consiguió. La guerra en Sicilia llegó a un punto muerto.

Sección de un quinquerreme con /as posi- Reconstrucción de un quinquerreme sin láminas de

¿Qué tipo de barco?


El excavador Honor Frost cree que ambos
barcos eran liburna (singular, liburnum}, o
sea, naves rápidas y ligeras. Puede que así
fuera, pero se debe tener en cuenta que el
tamaño estimado de un barco, unos 35
metros de largo por 5 de ancho, es muy
considerable. Los diques de Cartago, que
sólo tenían 5,9 metros de ancho, debían de
albergar quinquerremes.

Reconstrucción de un quinquerreme
Lo más interesante de ¡os barcos de Lily­
baeum es su estructura. Basándose en ella
ha sido posible reconstruir un quinque­
rreme (arriba). La superestructura se basa
en una moneda cartaginesa de España (iz­
quierda) y en una talla de Cartago (dere­
cha). Ambas presentan detrás del ojo, lo
que es, inconfundiblemente un botalón.
Los restos de Lilybaeum Esta estructura sobresale a cada lado para Talla de Cartago que muestra la proa de una
Parte de los restos encontrados en Lily­ dar un mayor soporte a los remos. Ambas galera de guerra. El espolón que aparece en
baeum se muestran a la izquierda: (1) es ¡a presentan también el puente encima. .La ella y en ¡a moneda de la izquierda es la forma
popa del primer barco; (2) es parte del moneda muestra unos escudos ovalados más común. El tipo de Lilybaeum aparece
espolón del segundo. La quilla está hecha sujetos a la barandilla. El tipo de espolón abajo, en la escultura de una galera romana
de madera de arce, las cuadernas de roble de Lilybaeum aparece en la columna de de las columnas de Trajano.
y las planchas y las piezas semejantes a Trajano (derecha).
colmillos del espolón son de pino. El quinquerreme tenía probablemente
Los barcos se construyeron con juntas a remos en tres niveles, con dos hombres
tope; primero se armaban las planchas se para cada uno de los remos superiores y
unían con lengüetas planas de madera (es­ uno para el remo inferior (véase Las
pigas), las cuales se ajustaban con clavijas legiones romanas, pág. 22).
(A). Las planchas se clavaban en las cua­ Polibio dice que la flota cartaginesa de
dernas por fuera, y los clavos se doblaban 350 barcos tendría una tripulación de
por dentro (B). El calafateo (consistente en 150.000 hombres. Esto supone que los bar­
tapar ranuras de las planchas) se hacía cos cartagineses, al igual que los roma­
con una especie de masilla. El casco se nos, llevaban 300 marineros y 120 infan­
cubría con laminado de plomo. El espolón tes de marina. De aquéllos, unos 270 eran
se revestía de bronce. remeros.

39
El ejército Guerra con los mercenarios
Cansados de la guerra, los cartagineses redujeron el envío

de Aníbal: de suministros a sus guarniciones sitiadas. En la prima­


vera de 241 a. C., la flota romana interceptó y destruyó
una escuadra de suministro que se había retrasado. Las
los africanos exhaustas guarniciones se encontraban a merced de los
romanos, y se rindieron. Fueron obligadas a abandonar
Sicilia y a pagar una indemnización de guerra.
Concluida la guerra, los mercenarios cartagineses que
habían estado en Sicilia se amotinaron. Cartago manejó
torpemente la situación y, de no ser por Amílcar Barca,
hubiera sido completamente derrotada. El general sofocó

Los mercenarios
Los mercenarios formaban el grueso de los
ejércitos cartagineses. Tenían origen
diverso: celtas, españoles, naturales de las
islas Baleares (famosas por sus hondas),
ligures, griegos mestizos —principalmente
El ejército cartaginés desertores y esclavos fugitivos— y nortea-
La mayoría de las tropas que servían en el fricanos. A estas tropas se les imponía, sin
ejército cartaginés eran necesarias. Había, duda, la disciplina cartaginesa, y proba­
sin embargo, un núcleo de mestizos (libio- blemente servían bajo el mando de ofi
fenicios), tanto de infantería como de cíales cartagineses.
caballería, según nos cuenta Polibio, El éxito notable de Aníbal, con un ejér­
aunque no dice cuántos eran. La respuesta cito celta en un 40 por ciento, constituye
puede estar en los alojamientos cons­ un homenaje al sistema cartaginés. No se
truidos en las murallas de Cartago para intentó imponer uniformidad. Cada grupo
20.000 soldados de infantería y 4.000 de nativo luchaba a su manera y tenía que
caballería. ser empleado en la mejor forma posible. La
Estos mestizos formaban una falange de relación de Aníbal con sus tropas era
tipo macedónico. Cada hombre llevaba la admirable. A pesar de la heterogeneidad,
armadura y las armas de un típico infante sus hombres le siguieron durante .15 años
helenístico (griego del último período): un sin un solo intento de motín.
1-4. Escultura y pintura helenísticas. 1 y 3. pequeño escudo redondo, una pesada
Yelmos procedentes de Pérgamo. Turquía. lanza para las dos manos, de 5 a 7 metros Mercenarios asesinados
2. Oficial de Magnesia del Meandro. Turquía. de larga, y espada corta para la lucha Hay una inverosímil historia de Diodoro,
4. Yelmo de una tumba macedónica. 5. Pi­ cuerpo a cuerpo. Estos piqueros se ali­ según la cual, en 203 a. C. Aníbal mató a
quero cartaginés del ejército de Aníbal. Lleva neaban de muchos en fondo, con varias los mercenarios que no querían seguirle a
el típico equipo helenístico: yelmo tracio, filas de lanzas sobresaliendo de la línea África. La realidad es que, aunque hubiera
grebas fijadas con correa, escudo redondo de delantera. querido, no habría podido embarcar más
unos 60 centímetros de diámetro y lanza En la galera cartaginesa esculpida que que a unos cuantos hombres: no tenía
pesada, de 5 a 7 metros de largo. El escudo aparece en la pág. 39 hay un estandarte armada. Es más probable que los romanos
va enganchado en el brazo y con una correa coronado con un disco y una media luna ofrecieran ciertas condiciones para la ren­
alrededor del cuello. La coraza es italiana, creciente. La frecuente aparición de este dición de los hombres de Aníbal que
parte de los despojos capturados en Trebia o símbolo indica que- pudiera ser el estan­ habían quedado detrás, y luego los ma­
f-ásimeno a los romanos. darte de Cartago. taran.

40
la revuelta con extrema crueldad y aniquiló a los amoti­ Roma. A instancias suyas, Roma obligó a Asdrúbal,
nados. sucesor de Amílcar, a firmar un tratado por el cual con­
En la confusión, Roma se anexionó Cerdeña, con un sentía en no rebasar el río Ebro. En 221 a. C., las tropas eli­
total desprecio del tratado que acababa de firmar. gieron general al hijo de Amílcar, Aníbal, que tenía 25
Amílcar Barca, disgustado con la política de su años.
gobierno, que había traicionado al ejército de Sicilia, dejó Dos años más tarde, Aníbal lanzó un ataque al fuerte de
su país natal y, tomando a su joven hijo Aníbal, partió para Sagunto, situado en una elevada colina, que los romanos
España. Ocho años después encontró la muerte en el habían colocado bajo su protección. Sabía que Roma se
campo de batalla. Para entonces había conquistado ya el serviría de ello como pretexto para declarar la guerra, y
sudeste de la Península. así ocurría en la primavera siguiente. Los romanos movili­
Por aquella época, la ciudad griega de Marsella, que zaron dos ejércitos, uno hacia España y otro para invadir
tenía intereses comerciales en España, era aliada de África.

Jinete númida representado en la columna de


Trajano. Roma.

Jinete númida. El caballo no lleva brida ni


silla. El hombre porta jabalinas y escudo
redondo, pero no armadura.

Tácticas y equipo númidas


La caballería númida era inútil como
Los númidas fuerza de choque, pero resultaba soberbia
La parte del norte de Africa que llamamos para la descubierta y para perseguir a un
Argelia era para los romanos Numidia, por enemigo en fuga. En la batalla de Cannas,
el nombre de las tribus nómadas que allí los númidas no pudieron romper la caba­
vivían. El camello no había sido introdu­ llería aliada de Roma, pero cuando lo con­
cido aún en el norte de Africa y aquellas siguieron los celtas y españoles, se dejó a
tribus vivían a lomo de caballo. No usaban aquéllos la persecución. Ésta la hacían
brida ni bocado y cabalgaban sin silla. lanzando dardos contra el enemigo, arro
Constituían una maravillosa caballería jando sus jabalinas y retirándose, cui­
ligera; tanto es así que el que los mandase, dando de no acercarse nunca demasiado.
ganaría cualquier guerra en aquel terri­ Una y otra vez, los cartagineses se sir­
torio. vieron de ellos para atraer al enemigo a
El mayor éxito de Escipión el Africano una emboscada.
fue persuadir a los númidas para que cam­ Los númidas aparecen en la columna de
biaran de bando al final de la guerra con Trajano en Roma persiguiendo a los
Aníbal. El cambio fue decisivo. dacios. Sus caballos no llevan más que una
Cuando, al final del siglo n a. C., Roma correa al cuello. Los jinetes usan escudo
se vio envuelta en una guerra con los redondo y túnica corta, pero no llevan
númidas, resultó tan ardua, que más de un armadura. Se han hallado ejemplares de
general romano terminó su carrera por su puntas y cabos' de jabalina, hechos de
incapacidad para conseguir una victoria hierro en Argelia, en la tumba de un prín­
decisiva. cipe del siglo ii a. C.

41
El ejército Aníbal marcha sobre Italia
Aníbal tenía otros planes. Su objetivo era alentar una

de Aníbal: revuelta contra Roma en Italia. Y como los romanos domi­


naban el mar, tenía que acercarse a Italia por tierra.
Pero primero debía contener a Escipión, a quien se
los españoles había encomendado la invasión de España. Lo que hizo fue
ingeniárselas para provocar una revuelta en el norte de
Italia, ante la cual las legiones de Escipión fueron desta­
cadas al lugar para hacerle frente.
Así, dejando considerables fuerzas para defender
España y el norte de África, Aníbal se abrió paso hacia el
Norte, hasta los Pirineos. Antes de que Escipión pudiera
.

Esculturas de Osuna, en el sur de España.


1. Guerrero armado de espada, con escudo de
tipo celta y gorro de fibra. 2. Gorro del mismo
tipo, 3. Guerrero con falcata y capucha de
fibra, 4. Detalle de capucha similar. 5. Gue-
rrero pintado en un vaso.

1. Saunion, /abahna pesada con punta


tada. toda de hierro. 2. Punta de jabalina.
3. Punta de lanza. 4. Falcata. 5. Espada recta
de filo y punta (gladius hispaniensis). 6. Daga.
7. Daga con vaina. 8 y 9. Conteras de lanza.
10. Cuchillo del tipo que se fijaba a la vaina
de la falcata. Todas ellas son armas españolas
de los siglos IV-II a. C. Escala 1 :8. Atuendo y armadura
Los dos guerreros de Osuna llevan escudos
alargados de tipo celta, como el descrito
por Polibio. También existía un pequeño
escudo redondo, que aparece a menudo en
Armas esculturas. La túnica corta y el cinturón
La espada española pasó a la inmortalidad ancho son comunes en cientos de figuri­
La infantería española cuando la adoptaron los romanos. Deno­ llas. Lo mismo ocurre con las hebillas de
La infantería y la caballería españolas for­ minada gladius hispaniensis, era un arma cinturón.
maban una parte pequeña pero importante en punta (5, arriba). El tipo más común era La figura (3), arriba, lleva un extraño
del ejército de Aníbal. De los 20.000 la elegante falcata curvada (4), de filo y tocado rematado en cresta, que se ve con
infantes que llegaron a Italia, 8.000 eran punta, cuya hoja tenía una longitud media más claridad en otra escultura (4). El geó­
españoles. Unos iban armados con espadas de sólo 45 centímetros. Está claro por el grafo griego Estrabón nos dice que los
y otros, procedentes de las Baleares, con fragmento de una estatua (que no se iberos llevaban gorros de fibra. La cresta
hondas. Según Polibio, los primeros lle­ muestra aquí), que colgaba del lado prueba que no puede tratarse de cabello.
vaban una túnica corta blanca ribeteada izquierdo. A veces llevaba un puñal corto Estas capuchas son muy similares a las
de púrpura (probablemente quiere decir adosado a la vaina. que aparecen en las esculturas encon­
color carmesí): su escudo, pelta, era de Se han encontrado también gran tradas en el sudoeste de Francia. Los
gran tamaño, y la espada, corta, de filo y número de dagas (6, 7), precursoras de la gorros que se reproducen en (1) y (2)
punta. Algunas esculturas de Osuna, en el daga romana. Los españoles usaban asi­ parecen ser una versión simplificada de
sur de España, representan guerreros que mismo un pilum corto. Pero el arma más estas capuchas. Se han encontrado
se adaptan bien a la descripción de Polibio extraordinaria era el saunion (1), jabalina algunos yelmos de bronce, pero son muy
(1, 3, arriba). dentada de hierro. raros.

42
reunir un nuevo ejército, Aníbal había sometido el nor­ habían reunido en gran número. Aníbal los flanqueó
deste de España. Finalmente, Escipión se embarcó para enviando secretamente parte de su caballería a cruzar el
Marsella, aliada de Roma. Al llegar allí, quedó sorpren­ río más al Norte, y consiguió seguir su camino.
dido al enterarse de que Aníbal no estaba ya en España, El movimiento de flanco había llevado varios días pre­
sino que avanzaba hacia el Ródano. Sólo se le ocurría ciosos. Aníbal supuso que Escipión estaba ya cerca y, como
pensar que se dirigía a Marsella para dejar fuera de com­ todavía tenía que hacer cruzar el río a los elefantes, envió a
bate aquella avanzadilla de Roma. algunos de sus númidas hacia el Sur, en misión de vigi­
A los cuatro días de abandonar la costa, Aníbal llegó al lancia. Ese mismo día regresaron diciéndole que habían
Ródano. Llevaba consigo 38.000 soldados de infantería, encontrado la caballería romana. Sin duda se trataba de
8.000 de caballería y 34 elefantes. Enterado Escipión, des­ las fuerzas de cobertura que precedían a las legiones.
tacó la caballería hacia el Norte, a fm de estar informado Aníbal, sin embargo, no se atrevió a enzarzarse en com­
de sus movimientos. En la orilla opuesta, los celtas se bate antes de llegar a Italia.

Jinete e infante españoles de la época de


Aníbal. Además de espada y lanza, el segundo
podía llevar un saunion, como aquí, o una ja­
balina.

1 y 2. Vistas de costado y de frente de un


jinete de bronce del siglo III, armado con un
pequeño escudo de asa centra!.

La caballería española
La caballería española, igual que la
romana y la celta, resulta un tanto confusa
para el lector moderno, pues está muy
claro que estos jinetes desmontaban con
frecuencia para luchar a pie. No era raro
3. Escultura de caballo con brida y cobertor de que un caballo llevase dos hombres, uno
silla. 4 y 5. Dos bocados de tipo acodado, pro­ de los cuales desmontaba para combatir.
cedentes del cementerio de Águila de El jinete español usaba un pequeño escudo
Anguita, en el centro de España. redondo con asa central (véase 1, 2,
arriba). Va vestido como un infante, y
parece llevar el mismo tocado a la cabeza.
En su mano derecha sostiene una falcata.
El caballo (3) presenta la brida y la
albarda de la silla sostenida por una
cincha. Las estatuas muestran también a
veces el tipo helenístico de silla. Los
bocados del caballo son normalmente de
tipo acodado. Se presentan en múltiples
formas. Los más comunes son el anillo (5)
y el creciente (4).

43
El ejército La marcha de Aníbal hacia el Norte

de Aníbal: Aníbal había pensado dirigirse hacia Italia por el camino


más corto y más fácil: el valle de Durance.y el paso de
Montgenévre. Mas, creyendo que los romanos estaban
los elefantes cerca, decidió remontar el Ródano para intentar despe­
garse.
A la mañana siguiente, colocó a su caballería como cor­
tina frente a las legiones que avanzaban y envió a la infan­
tería río arriba. Durante el día se las arregló para hacer
pasar a los elefantes en balsas, y pronto dio alcance a su in­
fantería.

//« i
La caballería romana avistó al fm el campamento de Aníbal llevaba cuatro días de camino hacia el Norte
Aníbal y regresó luego a toda prisa a la costa a informar. cuando se enteró de la retirada de Escipión. Había llegado
Escipión apenas podía dar crédito a las noticias que le al punto en que el Isére se junta con el Ródano, formando
traían. Aquello sólo podía significar una cosa: el ejército un triángulo de tierra conocido como «la Isla». Sus hom­
cartaginés no se dirigía a Marsella, sino a Italia. Presa casi bres se adentraron entonces en los Alpes siguiendo el Isére
de pánico, se apresuró hacia el Norte. Cuando llegó al cam­ hasta la confluencia del Drac, y allí giraron hacia el Sur
pamento, estaba abandonado, pues hacía tres días que para cruzar el puerto que les devolvería al valle de
Aníbal se había ido. Escipión se apresuró, pues, a volver a Durance. En ese lugar fueron atacados por las tribus
la costa. No tenía tiempo de transportar de nuevo todo el locales y sufrieron cuantiosas pérdidas al abrirse paso.
ejército, por lo que ordenó a su hermano que llevara los Pero a los pocos días habían llegado al amplio valle de Du­
soldados a España, mientras él se embarcaba para Italia. rance.

Los elefantes de Aníbal fueron transportados


en balsas a través del Ródano. Según Polibio,
varios de ellos cayeron al agua y vadearon el
rio con la trompa fuera. Aunque se perdieron
algunos mahouts ¡conductores de elefantes),
los animales lograron cruzar el ríe. El grabado
muestra el espigón hecho con balsas de ocho
metros de ancho, amarrado a los árboles de la
orilla. Cuando los animales llegaron a las dos
últimas balsas, las soltaron y remolcaron con
botes.

Moneda cartaginesa con la figura de un ele­


fante de guerra africano. Se puede identificar
por sus grandes orejas y el lomo hundido.

Indios y africanos Los elefantes de Aníbal


Los elefantes de guerra llegaron a Occi­ Más adelante, una vez que los legionarios
dente traídos por Alejandro Magno, hacia hubieron capturado algunos elefantes y
325 a. C. Produjeron un efecto devastador conocido sus puntos débiles, éstos dejaron
en la caballería hasta que los caballos se de desempeñar un papel importante. Aun
acostumbraron a ellos. Se importaban de así, Aníbal se llevó 34 a Italia. Salvo uno,
la India, y por eso los pueblos que, como todos ellos murieron al cruzar los Alpes, a
Egipto y Cartago, no tenían contacto causa del riguroso invierno que siguió. En
directo con aquel país, tropezaban con Trebia (218 a. C.l, la única batalla en que
dificultades para abastecerse. Existía, sin tomaron parte, desempeñaron un papel
embargo, una alternativa: el elefante de la poco importante cuando se los enfrentó
selva africana, hoy extinguido y menor con la caballería romana, que. de todas
que la otra especie, pues no rebasaba los formas, estaba en notable inferioridad nu­
2,5 metros hasta el lomo, mientras que el mérica.
elefante indio mide 3 metros y el gran ele
fante de la sabana africana, 3,5 metros. El cruce del Ródano
Los elefantes se aterraron ante la rápida
corriente del Ródano, que tiene una
anchura de 200 a 500 metros y fluye a
Los elefantes de guerra cartagineses unos 5 metros por segundo, por lo cual los
Los cartagineses cazaban los elefantes en cartagineses se vieron obligados a cons­
Marruecos y Argelia, y en el límite del truir robustas balsas de unos 8 metros de
desierto del Sáhara, 800 kilómetros al Sur. ancho. Luego unieron dos de ellas y las
Les dieron el bautizo de guerra al iniciarse amarraron a la orilla. Añadiendo otras,
las hostilidades con Roma, en 262 a. C., y atadas a los árboles, intentaron construir
los usaron tanto contra la infantería como un espigón de 16 metros de ancho y 60 de
contra la caballería. Destrozaron la moral largo. Al extremo ataron dos balsas muy
romana, al extremo de que durante mucho fuertes. Después lo cubrieron todo con
tiempo los legionarios no quisieron enfren­ tierra, para que pareciera un sendero a la
tarse con ellos. Los elefantes se cargaron orilla del río. Utilizando dos hembras,
de laureles en 255 a. C. al aplastar a la lograron atraer a los otros elefantes al
infantería de Régulo en los llanos del Ba espigón. Una vez en las balsas finales, las
gradas. cortaron y las remolcaron a través del río.

45
El paso El valle de la muerte
Una marcha de varios días remontando el valle de

de los Alpes Durance llevó al ejército de Aníbal a L'Argentiére-la-


Bessée. Aquí el río atraviesa un estrecho barranco y el
camino conduce a las colinas. Aníbal avanzó con la caba­
llería al frente, la infantería en la retaguardia y la impedi­
menta en el centro.
Cuando el ejército se había desplegado por las laderas,
los celtas atacaron la retaguardia. La infantería se dio la
vuelta y les presentó cara, mientras los celtas, en las
alturas, arrojaban piedras y hacían rodar enormes cantos
ladera abajo sobre el ejército.

El cruce del Ródano


Aníbal intentó repetir el mítico viaje de
Hércules a Italia, remontando el valle de
Durance y cruzando el paso de Montge
névre. Era el camino más fácil y la ruta
comercial tradicional entre el norte de
Italia y España. Aníbal la siguió hasta
llegar al Ródano, en Tarascón, punto más
bajo por donde podía cruzarse el río. La
zona situada hacia el Sur había estado
inundada hasta hacia poco: cuando los
romanos construyeron la calzada de
Nimes a Arles, tuvieron que hacer un vía
ducto (conocido después como Le Pont des
Ares) a través de estas marismas.
«La Isla»
Después de cruzar el río, Aníbal abandonó
su ruta originaria y se dirigió hacia el
Norte con la esperanza de despegarse del
ejército de Escipión. Al enterarse de la
partida de éste, marchó durante cuatro
dias Ródano arriba. Por aquí llegó al lugar
denominado «La Isla», un triángulo de
tierra bordeado por el Ródano y el Skaras
y con el otro extremo bloqueado por una
impenetrable cadena de montañas y por
grandes marismas. Esta faja de terreno es
fácil de reconocer: está situada entre el
Ródano y el Isére. El nombre romano de
Isére, Isara, es muy similar a Skaras.

Tito Livio y Polibio


Tito Livio menciona algunas de las tribus
que encontró Aníbal. Los intentos de
trazar la ruta del cartaginés sirviéndose de
la posición de estas tribus en el Imperio
romano han sido infructuosos. El valle del
Ródano estaba en constante agitación,
pues lo barrían ola tras ola de invasores
bárbaros, que se iban desplazando unos a
otros.
Desde «la Isla», Aníbal se dirigió a los
Alpes. Resulta difícil coordinar los relatos
de Tito Livio y de Polibio. El primero es
confuso; resulta más seguro emplear al
segundo como guía.
Pasado el barranco, el camino desciende hacia el valle. Por el lado norte del paso, la nieve del año anterior no se
Una gran estribación rocosa se alza en la vía, dejando sólo había derretido todavía y la superficie helada estaba
un estrecho paso. Cuando la caballería había rebasado el cubierta de nieve reciente. Al descender los soldados, sus
lugar, los celtas lanzaron un nuevo ataque contra el grupo pies se hundían en la nieve y resbalaban en el hielo; fueron
de la impedimenta y partieron el ejército en dos. La infan­ muchos los que se precipitaron al vacío. Como si no fuera
tería, y Aníbal con ella, quedó atrapada en el desfiladero. bastante, parte del camino había quedado bloqueado por
Durante toda la noche trataron de abrirse paso; no lo un corrimiento de tierras. Hubo que abrir un camino para
lograron hasta la mañana siguiente. Las pérdidas habían los caballos y la impedimenta, pero los elefantes tuvieron
sido enormes. Aquella tarde, la infantería, sin pegar ojo, que pasar cuatro noches en lo alto del paso helado. Tres
había conseguido llegar al paso. Allí acampó dos días espe­ días después, los supervivientes del ejército cartaginés
rando a los rezagados. entraban en el valle del Po.

¿Qué paso? La ruta hacia el paso de Montgenévre. El des­


Los eruditos han discutido acalorada­ filadero está al fondo. La linea punteada en
mente sobre el paso que remontó Aníbal. rojo es la marcha de Aníbal. Las flechas azules
Polibio nos dice que los pasos de los Alpes muestran dónde atacaron los celtas. Las dos
estaban cubiertos de nieve todo el año. Se flechas grandes indican el punto donde el
trata de una afirmación general, que se ejército quedó cortado en dos partes.
refiere sin duda a los pasos más utilizados: El paso de Montgenévre
el Montgenévre, el Pequeño San Bernardo Sólo un paso se ajusta a la última condi­
y el Brennero. Los expertos en climatología ción, la Traversette. Pero, prescindiendo
afirman que en aquellos tiempos el nivel de ésta, sólo se ajusta a la cuarta condi
de las nieves en los Alpes estaba mucho ción. Su desfiladero supone más de un día
más bajo que ahora: a unos 2.000 metros de marcha desde la cima. Además, tiene
en lugar de los 3.000 actuales. En conse­ 2.914 metros de altura. 900 por encima de
cuencia, el paso no tenía por qué ser nece­ la linea de nieve estimada para la época.
sariamente alto. Las rutas del Montcenis (2.083 m.) y del
El itinerario de Aníbal debe ajustarse a Clapier (2.482 m.) sólo se ajustan a las
las características siguientes: condiciones primera y segunda. Es impo
1. Tener un desfiladero situado a un sible ver Italia desde ningún punto de Cla­
día de marcha (16 30 km.) desde la cima. pier. El Pequeño San Bernardo (2.188 m.)
2. Tener su parte alta lo bastante sólo satisface las condiciones segunda y
grande para permitir la acampada de todo cuarta.
un ejército. El único pretendiente razonable es el
3. Tener la ladera de descenso, ai Montgenévre (1.850 m.l, que se ajusta a
menos en parte, mirando al Norte; la nieve las cinco primeras condiciones.
y el hielo se encontraban al bajar, no al El Montgenévre es, pues, la opción
subir. obvia. Es también el desfiladero más bajo.
4. Tener una bajada escarpada. Esto es. ciertamente, razonable, pues
estaba en la ruta originaria de Aníbal:
para volver a tomarla desde «la Isla»,
hubo de cruzar las estribaciones alpinas.
La ruta probable
Es posible reconstruir la ruta probable de
Aníbal con el relato de Polibio.
Dice éste que Aníbal siguió el río
durante 800 estadios (160 km.), y luego
comenzó a subir. Siguiendo el Isére, y
luego el Drac durante 150 kilómetros, se
llega a un punto cerca de la actual La
Mure, donde el camino se hace difícil.
Aquí los celtas intentaron bloquear el paso.
Más allá, el camino es fácil y a través de
suaves pendientes por los pasos de Bayard
(1.248 m.) o Manse (1.260 m.) se vuelve al
valle de Durance. Después de seis días de
marcha desde La Mure (unos 150 km.), lle­
garían a) desfiladero, a 10 kilómetros al
sur de Brianqon. Aquí quedaron atra­
pados. Al día siguiente llegaron a la cima
del paso, a 20 kilómetros de distancia. Por
este camino, la distancia desde el cruce
del Ródano hasta el comienzo de la subida
era de 287 kilómetros; Polibio dice 1.400
El descenso del paso de Montgenévre. La estadios (280 km.). Desde aquí hasta Italia
zona del deslizamiento de tierra, donde el (Avigliana) hay 234 kilómetros; Polibio
camino quedó interrumpido, está al fondo. dice 1.200 estadios (240 km.).
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Los celtas

Siete años antes de que Aníbal emprendiera su larga


marcha, los celtas del norte de Italia habían lanzado un
fuerte ataque contra Roma. La más violenta de aquellas
tribus, la de los senones, había desaparecido mucho antes.
Ellos fueron quienes saquearon Roma en 390 a. C.
Durante los cien años siguientes habían invadido reitera­
damente la Italia central, uniéndose a los samnitas en su
última guerra contra Roma. En 285 a. C., nuevamente
habían invadido Etruria y destrozado un ejército romano.
Enfurecidos, los romanos habían enviado otro ejército
contra ellos, que les puso en fuga. Luego invadieron su
territorio y exterminaron sin compasión a la población,
expulsando de Italia a los restantes.
Entonces comenzaron a reunirse las otras tribus. En
225 a. C., cruzaron los Apeninos con un ejército de 70.000
hombres. Por primera vez, Roma se vio envuelta en una
guerra de gran envergadura con los celtas. Fue el principio
del fm de aquel pueblo orgulloso. Durante los 170 años
siguientes, Roma los destruyó sistemáticamente en el
norte de Italia, en España y Francia. Puede decirse, sin
miedo a error, que durante el Imperio murieron más celtas
que de todas las restantes poblaciones.
Estas guerras son las mejor documentadas de toda la
historia de Roma. No solamente tenemos las narraciones
del gran Polibio, sino también el relato de César sobre su
guerra contra los celtas galos, así como una descripción
verdaderamente valiosa del guerrero celta de mano de
Diodoro, escritor griego de Sicilia, quien vivió en el si­
glo i a. C.
Los testimonios arqueológicos son vastos y se extienden
desde Turquía a Escocia. En esta parte de la presente obra
se pasa revista a los celtas no sólo en Italia, sino en toda la
Europa occidental, desde 500 a. C. al año 100 de nuestra
era.

Las tribus celtas que vivían en los Alpes tienden una emboscada al
ejército de Aníbal. Atacan desde lo alto haciendo rodar grandes piedras
sobre los cartagineses cuando éstos caminan por un paso estrecho. El
escenario es el desfiladero del valle alto del Durance, diez kilómetros al
sur de Brise,pon.

49
Guerreros
del Norte Los romanos invaden el valle del Po
Para hacer frente al ataque celta en 225 a. C., Roma envió
dos ejércitos, compuesto cada uno de 50.000 infantes y
3.200 jinetes. Uno acampó en Rímini y el otro en Toscana.
Los galos atravesaron los Apeninos y atacaron a las
legiones en Toscana. El ejército de Rímini llegó justo a
tiempo de impedir un desastre. Los celtas se retiraron a la
costa, con el ejército de Rímini pisándoles los talones. Un
tercer ejército romano llegó desde Cerdeña, viéndose los
celtas sorprendidos entre las dos fuerzas enemigas. Cerca

Los historiadores griegos y romanos Parte de la decoración de un caldero encon­


Por desgracia, la mayor parte de nuestros trado en Gundestrup. Dinamarca. Muestra a
conocimientos sobre los celtas nos han lle­ jinetes, infantes y trompeteros celtas de los
El origen de los celtas gado a través de sus enemigos, los griegos siglos lll-l a. C.
Los celtas procedían del sur de Alemania y y romanos. El siciliano Diodoro da una
se diseminaron por Europa occidental. En viva descripción de los guerreros cebas;
el siglo v a. C. se habían extendido por nos habla de su pintoresco atuendo, de sus
Austria, Suiza. Bélgica y Luxemburgo, asi largos bigotes y del cabello, que lavaban
como en partes de España, Francia y Bre con agua alcalina para mantenerlo tieso La casta guerrera
taña. como crin de caballo. La mayoría de las sociedades primitivas
En el siglo siguiente, invadieron Italia. Al principio, los romanos sintieron tenían una casta guerrera; también los
La primera tribu que llegó fue la de los terror ante aquellos gigantes rubios. griegos y los romanos la tuvieron, y los
insubros. y éstos hicieron de Milán su Luego, al darse cuenta de que su disciplina celtas no fueron una excepción. Los gue
capital. Siguieron los boios, lingones, ceno podía triunfar siempre del valor indiscipli­ rreros procedían de lo que podríamos
manos y otras tribus, que conquistaron la nado de sus enemigos, se mostraron des­ definir como la clase media y superior. La
mayor parte del valle del Po, obligando deñosos frente a los indómitos bárbaros. casta guerrera era la que combatía real
finalmente a los etruscos a cruzar de Los escritos de Tito Livio reflejan este mente, mientras que los pobres servían
nuevo los Apeninos. Los senones fueron los punto de vista. Sin embargo, a pesar de como conductores de los carromatos del
últimos en llegar. Avanzaron hacia la todo el desdén de los romanos, los celtas se bagaje.
costa del Adriático y se establecieron en comportaban como excelentes soldados El celta era un guerrero en el sentido
torno a Ancona. Los romanos llamaban bajo el mando de un buen general. Consti heroico. Todo tenía que ser más grande
«galos» a los celtas. luían casi la mitad del ejército de Aníbal, que la vida. Vivía para la guerra; su glori
Durante los siglos ív y ni a. C.. otros quien durante 15 años dominó a las ficación del valor le llevaba a menudo a la
celtas se establecieron en los Balcanes e legiones romanas. Más tarde, los romanos temeridad. Parte del rirual del guerrero
invadieron Grecia. Fueron rechazados, reconocerían el valor de los celtas, y era ufanarse de sus victorias, y la lucha
pero algunos de ellos penetraron en Asia, durante siglos éstos llenaron las filas de entre guerreros era una parte importante
estableciéndose finalmente en Turquía. las legiones. de su vida.

50
de Telamón, 140 kilómetros al norte de Roma, cayeron
40.000 celtas luchando bravamente hasta el fin.
El miedo a una nueva invasión había terminado. Los
romanos juraron que aquélla sería la última y sus legiones
invadieron el valle del Po. En la primera campaña se rin­
dieron los boios. En la subsiguiente (222 a. C.), el cónsul
Gayo Flaminio, que caería más tarde frente a Aníbal en la
batalla del lago Trasimeno, cruzó el Po y aniquiló un ejér­
cito de insubros, cerca de Bérgamo. Al año siguiente, las
legiones tomaron Milán, la principal ciudad de los insu­
bros. Los celtas se rindieron incondicionalmente y los
romanos establecieron colonias en Piacenza y Cremona.

Armadura y armas Los jefes


La mayoría de los celtas despreciaban el Los jefes y los celtas más ricos llevaban
uso de la armadura, y antes de 300 a. C., con frecuencia armadura, particularmente
aproximadamente, preferían luchar des los que entraron en contacto con los
nudos. Algunas tribus celtas todavía griegos y romanos. A menudo adoptaban
lucharon desnudas en la batalla de detalles de las armaduras griegas y
Telamón, en 225 a. C. romanas. Se ha encontrado un par de
El celta era célebre por su habilidad con grebas en la tumba de un jefe en Ciumesti.
la espada, pero también usaba jabalinas y Varias tumbas del norte de Italia con
lanzas. Dos lanzas enontradas en La Téne. tienen armaduras etruscas y armas celtas.
Suiza, tienen casi 2,5 metros de largo. Es improbable que sean celtas, pues hay
Su única protección era un gran escudo, una en San Marino, en la localidad de Gat-
generalmente ovalado. La idea de que los tara, a unos 50 kilómetros de Bolonia, que
celtas llevaban pesados brazaletes en la no solamente contiene un yelmo etrusco y
batalla resulta dudosa, pues es difícil com grebas, sino también los accesorios del asa
prender cómo podían servirse del brazo de un escudo de hoplita.
para manejar la espada. Antes de la batalla, los jefes solían
Dionisio cuenta que, en la batalla, la situarse al frente de su ejército, haciendo
blandían sobre la cabeza, cortando el aire chocar las armas contra los escudos, pro
de un lado a otro, y luego la bajaban, gol clamando sus hazañas y retando al ene
peando a sus enemigos como si cortaran migo al combate personal.
madera. Este uso de la espada es lo que César describe a los británicos vestidos
tanto aterraba a sus enemigos. con pieles y adornados con glasto, un tinte
Los celtas no luchaban en tropel, como azul. Algunas pieles con tatuajes, hallados
se ha supuesto a menudo, sino que estaban en una tumba escita de este período, dan a
organizados en compañías. Es fácil pro­ entender que los britanos se tatuaban de
barlo por el uso de estandartes. azul.

Cazadores de cabezas
Los celtas eran cazadores de cabezas. En
la batalla, cortaban las de los enemigos
caídos y las colgaban con frecuencia del
cuello de su caballo. Después las exhibían
a la entrada de sus templos. El tema de la
cabeza cortada, por lo demás, es una cons
tante del arte celta. En la batalla de Bene-
vento, en 214 a. C., el general romano
Graco ordenó a su ejército de esclavos
libres (presumiblemente celtas) que
dejaran de recoger cabezas y siguieran lu
chando.
Después del combate, los celtas solían
ofrendar las armas de sus enemigos a los
dioses y las arrojaban a un rio o un lago.
Los cientos de armas que se han sacado
Un ¡efe de los senones hacia 300 a. C. del lago de Neuchátel, en La Téne, pro
Aunque los jefes, regularmente, llevaban ceden de ofrendas de este tipo. De hecho,
yelmos y otras armaduras, los guerreros ordi­ en la localidad de La Téne. se han encon Representación de infantes celtas en una
narios de aquel tiempo preferían luchar des­ trado tantos artefactos celtas, que se ha vaina de espada del siglo IV a. C„ proce­
nudos, como las dos figuras del fondo. dado su nombre a toda la cultura celta. dentes de Hallstatt, en Austria.

51
Reconstrucción del oppidum de Entremont,
visto desde el lado norte. Las almenas apa­
recen hechas de madera, pero muy bien
pudieron ser de piedra o ladrillo. La fortaleza
fue tomada por los romanos en 123 a. C.
Los primitivos fuertes construidos sobre
colinas
Se llama fuerte de montaña a toda fortifi­
cación levantada en lo alto de una colina.
Normalmente constaba de un refugio
defendido por terraplenes y fosos, que ocu­
paba la totalidad o parte del alto de la
colina. Su área podía variar entre una y
350 hectáreas. En Europa occidental se
han descubierto miles de fuertes erigidos
sobre colinas.
Estos fuertes eran comunes a todos los
pueblos antiguos de Europa. Originaria­
mente, la mayoría estaban defendidos por
empalizadas; pero éstas eran insuficientes,
y a menudo se las reemplazó por un foso y
un terraplén de tierra, con el lado exterior
en vertical, revestidos de maderos. Estos
terraplenes revestidos de troncos fueron
reemplazados gradualmente por tipos
Entremont: parte de la muralla del norte y una mejorados de terraplén.
torre. La muralla, que tenia dos metros de
espesor, estaba construida con piedras sin Fortificaciones de piedra y ladrillo
labrar. La robusta torre tiene ocho metros de En el Sur, durante los siglos vi a v a. C.. los
anchura. Probablemente estaba coronada por celtas primitivos, bajo la influencia de los
otra torre hueca. griegos, comenzaron a revestir sus terra­
plenes de piedras o adobes. En el sur de
Francia se han encontrado varias forta­ P/anos de fuertes sobre colinas en el sur de
Nages: una puerta de las fases 2." y 3." de lezas celtas enteramente construidas de Francia.
desarrollo del fuerte. Esta torre también posee piedra, que datan del siglo ni a. C. y se ins­ 1. Entremont. 2. Nages.
una base sólida. piran en las fortificaciones griegas cer­ Las sucesivas fases de Nages pueden verse
canas a Marsella. La más famosa es la de en gris oscuro. Las últimas fortificaciones
Entremont. estén en negro.

La fortaleza de Entremont
Esta fortaleza triangular se encuentra en
un alto cerro que domina Aix-en-Provence.
Dos de los lados tienen un acceso escar­ El oppidum de Nages
pado y probablemente estaban defendidos A los fuertes más importantes, tales como
por una simple muralla. El acceso al lado el de Entremont, los romanos los llamaban
norte es llano. Aquí ha sido excavada oppida (singular, oppidum).
Nages: plano de la torre y muralla reproducida parte de la muralla, que tiene un espesor Uno de estos oppidum es el fuerte de
encima, que muestra su estructura. aproximado de 2,5 metros y está refor­ Nages. Situado al oeste de Nimes, protegía
zada con torres a intervalos de 19 metros. la ruta hacia España. Aníbal debió de
Solamente subsiste la parte más baja, que pasar por él en su marcha hacia Italia.
está construida con piedras sin labrar, de Ocupaba parte del alto de una colina y
tamaño y forma desiguales, colocadas de estaba provisto de murallas en tres lados;
forma irregular (ilustración, izquierda). el cuarto estaba defendido por una ladera
Las torres estaban rellenas de cascote escarpada. El lado que se abría al resto del
para resistir los embates de los arietes; alto de la colina estaba defendido por una
como se basan en modelos griegos, parece muralla reforzada con torres, como en
cierto que se trata de auténticas torres, y Entremont. Este fuerte es particularmente
no de meros bastiones. De ser así, se los interesante, porque muestra cuatro esta­
habría coronado con almenas de piedra, dios sucesivos de evolución (véase plano,
ladrillo o madera. arriba).
52
Planos de fuertes de colinas
Murus gallicus

1. Fuerte con murus gallicus. Huelgoat. Ftms-


terre. Francia. 2. Maiden Castle. Dorset. 3.
Danebury, Hants. Los últimos son fuertes con
terraplenes múltiples: escala 1 :20.000.
Sección del murus gallicus, que muestra el
Puertas: 4. Hod HiU. Dorset. 5. Yarnbury.
revestimiento de piedra y los maderos unidos
WUtshire. 6. Maiden Castle.
con clavos.

Clavo de una muralla gala, en Murceos.

Defensas típicas de un fuerte sobre colinas en


Francia, de! siglo / a. C.

Terraplenes múltiples y en declive


En Gran Bretaña se comenzaron a erigir
Murus gallicus en el siglo m a. C. muchos terraplenes
En la Francia central y septentrional se revestidos de maderos. Se ahondaron los
constituyeron los primitivos terraplenes fosos y se dio inclinación a aquéllos para
por un tipo de estructura descrito por Julio formar un declive abrupto y continuo, Terraplenes Fosos
César, que la denomina, simplemente, Desde 100 a. C., aproximadamente, Murus gallicus Terreno en declive
muralla gala (Murus gallicus). Se construía muchos fuertes del sur de Gran Bretaña
con revestimiento de piedra por delante y incrementaron sus defensas añadiendo
por detrás. El centro estaba relleno de más fosos y terraplenes fuera de sus líneas Reconstrucción del fuerte de Danebury. de
tierra o cascote y unido con maderos. originales. La entrada a estos fuertes era terraplén múltiple, que se hallaba en su último
Éstos se introducían en la muralla de muy complicada, con el fin de impedir que estadio de desarrollo en tiempo de la invasión
piedra por delante y por detrás. el enemigo atacara las puertas. romana, en el año 43.
Las murallas de Huelgoat, Finisterre
(véase la ilustración de arriba), tenían casi
4 metros de alto y estaban coronadas con
almenas.
César quedó impresionado por este tipo
de murallas, ya que la piedra revestida
impedía que se quemara la madera, y la
tierra y la madera impedían que fuera
abatido el muro. Mediante el examen
externo, los ingenieros de César no
pudieron saber que el muro tenía también
maderos longitudinales, que estaban cla­
vados a los travesaños. Estos detalles los
han revelado las excavaciones realizadas
en Francia.
El espesor y la composición de las
murallas varían considerablemente, pues
algunas no tienen revestimiento de piedra
por dentro; delante había normalmente
una o dos líneas de fosos. Los terraplenes
de madera entrelazada y revestimiento de
piedra de este período se encuentran a
menudo en Gran Bretaña. Son similares al
murus gallicus. pero no tan sólidos.

53
Carros Llega el salvador
Aníbal llegó a Italia en el otoño de 218 a. C. Las montañas

celtas se habían cobrado un número terrible de víctimas. En el


paso de los Alpes había perdido casi la mitad de su ejército:
de los 46.000 hombres iniciales, sólo sobrevivían 26.000.
Los insubros, dolidos todavía por sus derrotas ante los
romanos, dieron la bienvenida al salvador con los brazos
abiertos.
Las únicas fuerzas romanas estacionadas en el valle del
Po eran las legiones situadas inicialmente bajo el mando
de Escipión, que habían sido enviadas a la zona al prin­
cipio del verano. Escipión había llegado justo a tiempo de

Moneda de tiempo de César, en que aparece


un carro celta.

Lápida de Padua. en el norte de Italia, en que


se ve un carro celta con el lado formado por
dos semicírculos; hacia 300 a. C.

1 y 2. Yugo y rueda de La Téne. en Suiza;


hacia 200 a. C. 3-15. Partes metálicas
halladas en cementerios de carros, en Francia.
3, 4 y 11. Accesorios de un arnés articulado.
5. Tapacubos con cabilla. 7. Junta de pina. 8 y
9. Ornamentos de bronce. 10. Bocado de

Los últimos carros


Polibio, en su relato de los acontecimientos
que llegan hasta la batalla de Telamón, en
225 a. C., dice que en el ejército galo había
20.000 soldados de caballería y carros. Es
ésta la última referencia al uso de carros
de guerra en el continente europeo. No
vuelven a aparecer hasta que César
invadió Gran Bretaña en 55 a. C.
Diodoro nos dice que los carros eran
tirados por dos caballos y tripulados por
un auriga y un guerrero. En la batalla, el
guerrero lanzaba jabalinas desde él y
lueg'i bajaba para luchar a pie. El relato
de César sobre los carros britanos es muy
similar, pero añade un detalle muy impor­
tante: se usaban contra la caballería. No
se podía luchar contra la infantería de este
modo, excepto en escaramuzas.
César expresa gran admiración por la
habilidad de los hombres de estos carros.
Describe aurigas corriendo a lo largo de la
vara del carro y de pie sobre el yugo, a
lomo de los caballos.
54
tomar el mando. Sempronio, con otro ejército, estaba en pronio, y trazó sus planes de acuerdo con ello. Menu­
Lilybaeum, Sicilia, en espera de pasar a África. Ahora se dearon las escaramuzas entre los dos bandos, y el carta­
dirigió hacia el Norte. ginés permitió deliberadamente que los romanos llevasen
Escipión, que avanzaba por la orilla norte del Po con su en ellas la mejor parte. Era todo lo que necesitaba Sem­
caballería, cayó directamente en una emboscada. Aunque pronio, que ardía en deseos de lucha.
herido, se las arregló para liberar a sus tropas y retirarse. Varios arroyos fluían por el llano que separaba a los dos
Cruzó el Po y se colocó a la defensiva en la orilla este del ejércitos. Una noche, Aníbal envió a su hermano Mago con
Trebia, en las laderas de los Apeninos, cerca de Piacenza. 1.000 soldados de caballería y otros tantos de infantería a
Aquí esperó a su colega. Aníbal cruzó también el Po y ocultarse en los elevados ribazos de uno de estos arroyos.
avanzó hasta irnos pocos kilómetros de los romanos. Sem­ Al amanecer envió a sus jinetes númidas a hostigar el
pronio llegó unos días más tarde. campamento romano. Luego ordenó que todo el ejército
Aníbal conocía bien el carácter impulsivo de Sem­ desayunara y estuviera listo para tomar las armas.

Cementerios de carros Reconstrucción del carro celta


Se han encontrado en Francia varios Hasta hace poco nos teníamos que basar
cementerios de carros; desgraciadamente, en las monedas para hacernos una idea de
parece que algunos de ellos fueron des­ la forma del carro celta. Estas monedas
mantelados antes de la inhumación. muestran vehículos con lo que parecen ser
En estas sepulturas se han conservado dos costados semicirculares. Hace algunos
muchas piezas metálicas de los carros; años se encontró en el norte de Italia una
entre ellas, arneses articulados (izquierda, lápida que muestra cómo las dos piezas
3, 4, 11). que debieron usarse para engan­ semicirculares forman, de hecho, un solo
char los tirantes. (La longitud del perno da lado. Así lo confirman los hallazgos
a entender que se enganchaba al eje. Ésta arqueológicos. En los cementerios de
es, ciertamente, la posición en que se los carros de Francia, el espacio entre las
han encontrado en las tumbas.) ruedas es de poco más de un metro, mucho
Las series de anillas que se encon menor que en los carros chipriotas, donde
traron junto con el petral pueden haber el auriga y el guerrero estaban uno al lado
estado sujetas a la cincha para guiar el de otro. Por lo tanto, el guerrero celta
tirante. Las sepulturas contienen otras debió de estar de pie. detrás de su auriga.
piezas, como pezoneras para asegurar las La larga caja del carro que se necesitaba
ruedas (12, 15) y portarriendas que se para ello explica los dobles lados y que el
ataban al yugo (13). guerrero pudiera estar tendido a lo largo
Un yugo muy bien conservado (1) y una en su carro, como ocurría en los cemente­
Caballos de un carro etrusco. de Tarquinia. rueda completa con llanta de hierro 12) rios de Francia.
que muestran el modo de fijar el yugo; proba­ han sido extraídas del lago de La Téne.
blemente. muy similar a! método celta.

Reconstrucción de un carro que muestra la


larga caja con sus lados formados por dos
semicírculos. Para impedir que la caja se des­
prenda de las ruedas, los tirantes están unidos
al eje. La vara de remolque está unida a la
caja y al eje.

55
Caballería, Una derrota aplastante

trompetas Sempronio vio llegar a los númidas y ordenó a la caballería


que saliera a su encuentro. Detrás iba él con los lanzadores
de jabalina y, por último, el resto del ejército. Los númidas
y estandartes se retiraron y los romanos los persiguieron. Más abajo, se
metieron en las aguas heladas del Trebia, que había cre­
cido durante la noche por causa de la lluvia. El viento
arrastraba la nieve conforme avanzaban tropezando con
los guijarros y con el agua hasta las rodillas. Se hundían
una y otra vez en las depresiones del río. Por fin, empa­
pados y tiritando, los legionarios llegaron a la otra orilla.

¿Los jinetes celtas eran una verdadera ca­ El equipo de la caballería


ballería? Se han encontrado muchos bocados de
Se ha dicho que los celtas no eran una ver­ caballos, normalmente del tipo acodado.
dadera caballería, sino que desmontaban y La escultura de la izquierda muestra un
luchaban a pie. Ciertamente, en la batalla jinete que sirve en las tropas macedonias
de Cannas lo hicieron así celtas, españoles en la batalla de Pidna (168 a. C.l. El
y romanos, pero quizá fue por lo angosto escudo redondo, ciertamente, no romano
del espacio en que combatían. El comen­ ni griego, debe de ser el de la caballería
tario de Aníbal, recogido por Tito Livio, celta.
parece contradecirlo. Cuando le contaron La escultura de la derecha muestra a un
que Paulo había ordenado que desmontara celta haciendo pasar su caballo sobre un
la caballería, sentenció que era como si los griego caído. El caballo sin jinete muestra
hubiera entregado atados con cadenas, lo el tipo de silla usada por los griegos de
que da a entender que la caballería des­ entonces. Los celtas empleaban la misma
montada era inútil. De hecho, resulta que los romanos de períodos posteriores.
difícil imaginarse a un gran número de La silla con perillas a cada lado se muestra
jinetes desmontando para combatir. Cier­ en el caldero de Gundestrup (véase abajo),
tamente, los romanos no lo hacían así de que recoge también los discos que se
ordinario; de lo contrario, no tendría sen­ usaban para adornar los caballos celtas.
Jinete celta con escudo redondo rematado en tido el comentario de Polibio sobre la Algunos de éstos, de plata, se han encon
trado en el norte de Italia.

Jinetes celtas del siglo III.

Jinete celta del caldero de Gundestrup. El


caballo lleva una silla con cuatro perillas y
discos adornando el arnés. Siglos ///-/ a. C.
Aníbal ordenó entonces que atacaran sus fuerzas. La lanceros africanos, que habían sido mantenidos en reta­
infantería iba en el centro y la caballería en las alas. Los guardia, rebasaron a sus propias tropas y atacaron los
númidas se habían dispersado, por lo que los romanos flancos romanos. Los legionarios lucharon valerosamente,
ordenaron a su caballería y a sus lanzadores de jabalina pero fueron destrozados. Cuando Mago sacó sus 2.000
que volvieran. Entonces las legiones avanzaron a marcha hombres de su emboscada y atacó la retaguardia romana,
lenta con las tropas ligeras al frente y la caballería en las las legiones se encontraron completamente rodeadas.
alas. Algunos romanos intentaron abrirse paso a través de la
El resultado de la batalla no podía ofrecer la menor línea cartaginesa. Otros se volvieron y emprendieron la
duda. Los romanos estaban empapados y tiritando y ni fuga por el río. La victoriosa caballería cartaginesa les
siquiera habían desayunado. Arrojaron sus pila y se lan­ pisaba tenazmente los talones. Muchos romanos murieron
zaron al ataque con la espada. La caballería cartaginesa al intentar cruzar el río. Otros, debilitados por el hambre y
cargó y diezmó los flancos de las legiones. Entonces los las heridas, fueron arrastrados por la corriente.

Trompetas y
estandartes

1. Cabeza de un carnyx. de Deskford. Escocia.


2. Escultura del arco de Orange. Francia. Se
observan banderas y estandartes con ani­
males de los celtas, asi como carnyxes.
3 y 4. Puntas de lanza ornamentadas, proba­
blemente empleadas para estandartes.
Escultura que muestra a un jinete griego y 5. Escultura: hombre tocando el cuerno y por­
otro celta: hacia 200 a. C. taestandarte. de Bornio, en el norte de Italia.

1. Disco de arnés de plata, procedente del


norte de Italia. 2. Bocado de caballo: hacia
400 a. C. 3. Bocado de caballo: hacia 50 a. C.
4. Bocado de caballo británico.

Trompetas y estandartes
La trompeta más común entre los celtas
era el carnyx, larga y con la boca en forma
de cabeza de animal. Se puede ver en el
caldero de Gundestrup (véase pág. 50) y en
el arco de Orange, en el sur de Francia
(véase derecha). En el norte de Italia se
usaba también el cuerno. La escultura de
la derecha muestra a un celta tocando el
cuerno y a un portaestandarte. Éste lleva
un yelmo Negau y un escudo de forma
característica. Un escudo similar puede
verse en la lápida mortuoria de un por
taestandarte auxiliar romano del muro de
Adriano. Se usaban asimismo banderas y
estandartes con animales (véase el arco de
Orange). Las extrañas puntas de lanza con
figuras recortadas eran probablemente de
estandartes.

57
Espadas Todos los celtas se unen al invasor
Durante la noche, Escipión y los que habían logrado llegar
y hasta el campamento huyeron a Piacenza. Los romanos
habían perdido en la batalla más de 20.000 hombres.
lanzas Todos los celtas se unieron entonces a Aníbal, aunque éste
no pudo explotar el éxito debido a la terrible tormenta de
nieve que cayó por la noche. Solamente un elefante sobre­
vivió al invierno siguiente, y muchos de los caballos mu­
rieron.
En Roma, el invierno se pasó en medio de preparativos
febriles. Se reclutaron once nuevas legiones (100.000

Espadas y dagas: Hacia 250-


Británicas;
escala 1 :8
Hacia 120 hacia 50 a. C. -100 d. C.
hacia 50 a. C.
La espada larga de los celtas
La descripción de las espadas celtas de
corte lateral que dan los autores antiguos
no es del todo exacta. Realmente, sólo es
aplicable a los siglos m i a. 0.
Polibio dice que los romanos procu
raban recibir el primer golpe de la espada
celta en el borde del escudo, y que
entonces las espadas se doblaban. Puede
que ocurriera asi, pero las espadas celtas
no eran tan malas. El autor lia visto una
vieja espada de hace 2.000 años, encon
trada en el lago de La Téne, que, después
de casi doblarla, recobraba como un
resorte su posición
Espadas primitivas (h. 450-250 a. C.)
La mayoría de las espadas son de punta y
la hoja tiene una longitud de 55 a 65 centí­
■ metros. La espada (1) es excepcional, pues
tiene hoja de 80 centímetros de largo. Son
corrientes las dagas con hojas de 25 a 30
centímetros de largo. La principal caracte­
rística de estas armas primitivas es su con
tera pronunciada (pie de la vaina).

El periodo medio (h. 250-120 a. C.)


Durante este período, las hojas se redon­
dearon y aumentó gradualmente su lon­
gitud, siendo corrientes las de 75-80 centí­
metros. Aunque en el Este continuaron las
formas primitivas de contera, en Europa
occidental se ajustaron más al contorno de
la espada. La más típica es la espada de La
Téne. de Suiza (7).
1, 2 y 3. Espadas y vainas de la zona del El último periodo (h. 120-50 a. C.)
Marne. Francia. La longitud media de la espada aumentó
4, 5 y 6. Dagas y vainas de la zona del Marne. ahora hasta más de 80 centímetros.
Francia. Algunos ejemplares tienen incluso 90.
7 y 7a. Espada y vaina de La Téne. Aunque había espadas de punta, predomi­
7b. Reverso de {7a), mostrando la abrazadera naban las de extremo romo (91. La vaina
de suspensión. (10) es británica. Su contera se deriva de
7c. Extremo de la contera de (7a). la vaina de La Téne. pero la longitud es del
8. Contera de una espada francesa del periodo último período.
celta medio.
9 y 9a. Vaina y espada de Suiza. Espadas británicas (h. 50 a. C.-100 d. de C.)
10. Vaina del Tómesis. Las espadas se hicieron con hojas puntia­
11,1 Ib. Espada y anverso y reverso de vaina gudas y más cortas, de 55-57 centímetros;
de Cumberland. (11) es típica por su pequeña contera de
12, 12a. Espada y vaina de Yorkshire. doble pie.

58
hombres) y se las puso bajo el mando de los nuevos cón­ Había sido un invierno espantoso, y el valle del Amo
sules. Flaminio, el jefe del partido del pueblo (el hombre estaba inundado. Confiando sorprender a Flaminio, Aníbal
que había exterminado a los insubros seis años antes), decidió atravesar el valle inundado, en lugar de flan­
tomó posiciones con sus dos legiones en Arezzo, al norte de quearlo. Durante tres días y tres noches marchó por los
Toscana. Su colega, Gémino, acampó en Rímini, también pantanos. La mayoría de los animales de carga que habían
con dos legiones. De las otras siete legiones, dos se sobrevivido al paso de los Alpes murieron en el barro.
enviaron a España, dos a Sicilia, una a Cerdeña y dos per­ Aníbal montaba el único elefante superviviente. Tenía una
manecieron en Roma en reserva. afección en un ojo, pero, debido a la situación desesperada
Durante el invierno, Aníbal había estudiado el carácter del ejército, no había tiempo para detenerse y curarlo.
de los dos cónsules y sabía que Flaminio era el más fácil de Cuando salieron de los pantanos era demasiado tarde. Ei
tentar. Apenas lo permitió el tiempo, cruzó los Apeninos. mal estaba muy avanzado y hubo que estirparle el ojo

Cinturones de espada

Lanzas y jabalinas. Escala 1 : 8


1-5. Puntas de lanza. 6, 7. Conteras de lanza.
Empuñaduras de espada 8. Punta de jabalina. 2, 5, 6. De la zona del
Marne. Francia. 4. Del norte de Italia. 1, 3, 7,
8. De origen desconocido. 9-12. Puntas de
lanza de La Téne. 13. Punta de lanza de la
Cintos de espadas zona del Marne. 14-20. Puntas de lanza. 21.
Las espadas aparecen a menudo provistas Conteras de lanza. 22. Punta de jabalina. 14-
de anillas y trozos de cadena (véase 2, 3, 22. De Alesia, Francia. 23. Punta de jabalina
4, en el cuadro). Se trata de segmentos del del sur de Inglaterra. 24, 25. Puntas de lanza
cinturón. La cadena (4), normalmente de de Escocia.
unos 50-60 centímetros de largo, forma la
parte posterior del cinturón. La anilla final
lleva una correa que pasa por el orificio de
la vaina y está unida a la doble anilla (2) o
trozo de cadena (3) para completar el cin­ Lanzas
turón. La espada se llevaba a la derecha. Se han descubierto dos lanzas completas
Con frecuencia, las dos anillas se suje­ en La Téne, que medían casi 2.5 metros de
taban con correas al orificio de la vaina, y largo. También han aparecido puntas de
un cinturón de cuero provisto de cierres lanza con gran variedad de formas.
Cinturones de espada reemplazaba a la cadena. Algunos ejemplares pueden verse arriba.
1. Reverso de una vaina del norte de Italia, Los tipos celtas más típicos son los que se
que muestra la abrazadera de suspensión. Empuñaduras curian hacia adentro entre el punto más
2, 3 y 4. Trozos de cadenas de espada (o La empuñadura tradicional tenía la forma ancho y la punta (1, 4, 5, 12, 13, 14).
cintos). de una X alargada. A veces, en las espadas Algunas tienen hasta 50 centímetros de
5. Modo de sujetar la espada. ceremoniales, presentaba la forma de un largo, mientras que otras, probablemente
Empuñaduras de espada hombre con los brazos en alto. La empuña de jabalina, sólo miden 10 centímetros.
6. De Thorpe, Bridlington, Yorkshire. dura (6), aunque posterior, es todavía un Hay cabos de lanza, tanto del tipo pira­
7. De Hod HUI, Dorset. eco de la forma tradicional. Los tipos pos midal como en espiga. Dondequiera que
8. Del valle del Marne, Francia. teriores (7) sufrieron a menudo la los celtas entraron en contacto con los
9. De Hallstatt, Austria. influencia de los modelos romanos. Las romanos, adoptaron el tipo piramidal de la
10. Escultura de Pérgamo, Turquía. empuñaduras se hacían probablemente de jabalina romana (pilum). Ejemplos de ello
madera, y por ello, han desaparecido la se han encontrado en muchos asenta­
mayoría. mientos celtas de) sur de Europa.

59
Generales Se cierra la trampa
Tan pronto como el ejército hubo descansado, avanzó
y sobre Arezzo, donde había acampado Flaminio. El plan
romano era que, cualquiera que fuera el camino por el que
tácticas avanzara Aníbal, el cónsul más cercano esperaría a que se
le uniera su colega, a fin de combinar las fuerzas, como
habían hecho ocho años antes contra los galos.
Sabedor de ello, Aníbal avanzó hasta las mismas mura­
llas de Arezzo, saqueando la región e incendiando las cose­
chas. Como Flaminio rehusara salirle al encuentro, Aníbal
pasó de largo y se dirigió al Sur, hacia Roma, quemándolo

El comandante en jefe Los deberes del general


Onasandro, filósofo griego del siglo i de Resumiendo, los deberes de un general
nuestra era, nos indica las cualidades eran supervisar y conocer todas las activi­
necesarias para ser un buen general. Debe dades del ejército. Debía asegurarse de
tener, según él, dominio de sí mismo, tem­ que sus tropas estuvieran listas y bien
planza, atención y frugalidad. Ha de estar entrenadas; debía hacer que cada hombre
libre de codicia, endurecido en el trabajo y conociera su puesto en la formación de
ser un buen orador, pues ha de animar a batalla. El soldado tenía que familiarizarse
sus tropas. Onasandro indica asimismo con el compañero que le seguía en la fila y
que debe ser padre y de mediana edad. en la línea, pues un hombre sólo rinde en
Este último es un punto de vista muy con­ la lucha cuando puede si está entre
servador; los tres grandes generales de la amigos. El general nunca debe dar dema­
antigüedad, Alejandro, Aníbal y Escipión, siada libertad a sus avanzadillas, pues
lograron sus grandes victorias en plena ju­ eran fácil presa de la caballería enemiga.
ventud.
Lo mismo Polibio que Onasandro Religión y moral
insisten en que la función del general es El general debe siempre realizar sacrifi
mandar sus tropas, pero no de tomar parte cios y asegurarse de que los augurios son
en la lucha; si se mezcla en ella, no puede favorables antes de emprender una
observar el efecto global de su estrategia. marcha o presentar batalla. Asimis­
Polibio va más allá. Dice que el general mo, debe ofrecer sacrificios de acción
que conduce sus tropas a la batalla es con­ de gracias después de una acción. Era
templado por ellas, pero que él no ve a obligación suya hacer que fuesen ente­
nadie. He aquí una fuerte crítica de Ale­ rrados todos los cadáveres después de la
jandro, que iba siempre al frente de su batalla; de lo contrario, los soldados
caballería. El peligro mayor es que sea podrían pensar que también ellos queda­
muerto, con el consiguiente efecto desmo­ rían sin enterrar, lo cual minaría su
ralizador para sus tropas. moral. Sin embargo, Polibio dice que la
Los generales deben permanecer apar­ obligación más importante de un general
tados de sus tropas, transmitiendo las es conocer los puntos fuertes y flacos de su
órdenes a través de la cadena de mando. adversario. Aníbal se distinguió por esto;
Sólo en las circunstancias más críticas una y otra vez explotó los defectos de los
debe un general tomar parte personal­ generales romanos.
mente en la lucha, y únicamente cuando
Estatua de un general con el equipo completo, su efecto consiga infundir ánimos en las Táctica cartaginesa
encontrada en la isla de Rodas. Probable­ tropas desmoralizadas. Los cartagineses fueron probablemente los
mente es del siglo III a. C. principales representantes del empleo de
tropas mercenarias. A pesar del desprecio
Hombreras de corazas del tipo ilustrado que los autores griegos y romanos sentían
arriba. El precio del fracaso por los ejércitos cartagineses, estos sol­
Todos los antiguos estados castigaron a los dados asalariados realizaron frente a
generales fracasados. Los griegos y Roma una exhibición más brillante que
romanos multaban a los jefes que no ningún otro de sus rivales y estuvieron a
lograban los objetivos previstos. Los punto de vencer. Los cartagineses eran
griegos desterraron a muchos, e incluso excelentes tácticos; los romanos, general­
ejecutaron a algunos lapidándolos. Pero mente, se referían a las tácticas cartagi­
nadie trató tan brutalmente a los oficiales nesas tildándolas de «perfidia púnica». Les
derrotados como los cartagineses. Los gustaban las emboscadas. Aníbal y su her
generales vencidos eran normalmente cru­ mano Asdrúbal tendieron emboscadas a
cificados, a veces incluso por sus mismas seis generales romanos. Cuando sus
tropas*. Con frecuencia, también las fami­ fuerzas estaban alineadas, parte de sus
lias de los generales derrotados caían en tropas permanecían siempre ocultas al
desgracia. enemigo.

60
todo. Era demasiado para Flaminio: levantó el campa­ acampó en las laderas. Flaminio llegó al extremo del lago
mento y le persiguió. cuando anochecía y acampó para pasar la noche. A la
La ruta hacia el Sur sigue un ancho valle de irnos 35 mañana siguiente, los romanos levantaron el campamento
kilómetros. Al fmal de éste hay un lago rodeado de colinas y continuaron la persecución. Flanquearon la estribación y
por tres de sus lados. Aquí el camino se bifurca, y un tramo entraron en el llano. Una fuerte neblina se alzaba del lago
sigue el borde norte del lago, dirigiéndose hacia Perugia. hacia las colinas, ocultando a los 50.000 hombres for­
En el punto en que el camino se bifurca, una estribación de mados en orden de batalla a lo largo de las laderas. Tan
las colinas del Norte se adentra hacia el borde del agua. pronto como la retaguardia romana hubo rebasado la
Siguiendo la ribera norte, las colinas avanzan de nuevo estribación, se dio la orden. De repente cobraron vida
hacia el borde del agua, configurando un llano. todas las colinas, y con un poderoso clamor mezclado con
Aníbal administró su marcha, a fin de llegar al lago el estruendo de las trompetas, celtas, africanos y españoles
hacia el fmal de la tarde. Bordeó el lago, cruzó el llano y cayeron sobre los desprevenidos legionarios.

La derrota de Régulo La batalla del Trebia


Aunque el mérito de esta victoria cartagi­ La formación de Aníbal en Trebia es casi
nesa se debe al instructor espartano Jan- idéntica a la que usó en Cannas (véase
tipo, la formación de combate es típica­ pág. 71). Colocó en el centro a los espa­
mente cartaginesa (véase arriba, a la ñoles y celtas, armados con espadas: en
izquierda). Al frente se colocaron los ele­ las alas situó a la caballería, con los ele­
fantes, para romper las legiones; la caba­ fantes al frente; detrás, oculta a los
llería, combinada con las tropas ligeras, romanos, formó su falange en dos
estaba en las alas, y la infantería pesada columnas. Cuando las legiones cargaron
iba detrás, oculta en parte para los contra el centro, la caballería púnica y los
del Bagradas. Los elefantes rompieron la for­ romanos, que no se dieron cuenta de que elefantes barrieron las alas romanas. La
mación romana; detrás, la falange aniquiló a su infantería estaba flanqueada. La falange se lanzó adelante, se volvió hacia
los legionarios. falange africana, el grupo más fuerte de la el centro y cargó contra los flancos ro­
infantería, ocupaba la izquierda, no el manos.
Mercenarios
Falange africana extranjeros centro; también esto iba encaminado a
Españoles Celtas romper la formación romana. La batalla del lago Trasimeno
Polibio dice que los romanos formaron Trasimeno fue una emboscada clásica. Por
Elefantes Caballería disponiendo muchos manípulos en fondo. desgracia. Polibio parece que no está en lo
L egiones Tropas ligeras Esto quizá sean los últimos vestigios de la cierto sobre su topografía. El borde
La batalla del Trebia. La caballería cartaginesa legión del siglo iv. Los elefantes atrave­ noroeste del lago Trasimeno ha cambiado
rechazó las alas romanas y las legiones fueron saron las filas de legionarios, aplastán­ considerablemente desde el tiempo de los
atrapadas en un movimiento de tenaza por las dolos; la caballería dispersó las alas romanos, debido a la combinación del dre­
dos falanges. romanas, y la falange, que le siguió, com­ naje y la sedimentación; pero aun así, no
pletó el trabajo. se ajusta -. a la descripción de Polibio.
Vista aérea de la orilla norte del lago Trasi­
Aníbal formó sus tropas por la noche a lo
meno y posiciones probables de ambas
largo de las tres laderas cubiertas de
fuerzas.
bosque que dan sobre el lago. A la mañana
Cartagineses siguiente los romanos siguieron la persecu­
ción. Fueron sorprendidos de improviso y
empujados dentro del lago.

Romanos
Yelmos Los insubros se vengan

celtas Los legionarios no tuvieron tiempo de formar en orden de


batalla y lucharon donde estaban. Poco a poco, fueron
empujados hacia la orilla del agua, donde iban cayendo
entre las cañas, el barro y las ranas del lago. Allí fueron
destrozados por la caballería. Algunos intentaron salvarse
a nado, pero se hundieron bajo el peso de la armadura.
El mismo Flaminio, luchando valerosamente, fue
rodeado y muerto por los insubros, que vengaron así el tra­
tamiento que les había dado cinco años antes. Todo el ejér­
cito romano de 20.000 hombres fue muerto o capturado.

1 y 10. De la zona del Marne. 2 y 3. De Aus­


tria. 4 y 15. De la Francia central. 5, 6 y 9. De
tumbas de Senones. 7. De Umbría, Italia. 8.
Yelmo etrusco de Etruria. 11. Del norte de
Italia. 12 y 14. De los Alpes. 13. De Yugos­
a.C.
lavia. 1, 2, 4, 5, 9, 10, 11, 15. De bronce. 3,
12, 13, 14. De hierro. 6, 7 y 8. De hierro y
bronce.

300 a. C.

200 a. C.

Tipos de yelmo
Estos yelmos pueden dividirse en dos
Yelmos primitivos tipos: los que están rematados en un botón
Se han descubierto gran número de yelmos y los de forma de casco redondo (3, 11,
en la región italiana habitada por los 15). El tipo con botón superior es, con
senones, todos ellos provistos de una pieza mucho, el más común. El tipo de casco re­
posterior para proteger la nuca. Se los dondo se hizo más popular en el siglo i a. C.,
denomina generalmente de Montefortino, pero su origen es muy anterior. Se ha
por el cementerio en que fueron encon­ encontrado un ejemplar en las tumbas de
trados la primera vez. Pueden relacionarse algunos senones, y (3), que es de Hallstatt,
con un tipo de yelmo usado en Francia y puede ser de 400 a. C. Los tipos de yelmo
en Austria a finales del siglo v (1,2). de Montefortino eran de hierro, bronce o
Los números (5), (6) y (9) proceden de de ambos metales.
tumbas de senones, y datan de antes de Estos yelmos los adoptaron los italianos.
282 a. C., cuando esta tribu celta fue arro­ Sólo se han encontrado unos pocos ejem­
jada de su tierra por los romanos. Las plares con carrilleras de triple disco en
carrilleras son casi siempre del tipo de tres íocalidades distintas de las celtas (8). Los
16 y 17. De Suiza, ambos son de hierro, y discos (61. Su parecido con los petos de yelmos con carrilleras onduladas (9) eran
(161 fue el precursor de los yelmos que triple disco (pág. 24) sugiere un origen corrientes en el ejército romano, y se
usaban los legionarios romanos del si­ samnita. En el siglo ni, esta carrillera se usaron hasta principios del siglo i de
glo / d. C. convirtió en triangular, con tres tachones. nuestra era.
62
En un intento de ganarse a los aliados de Roma, Aníbal El otro cónsul había recibido el mensaje de Flaminio y
dejó libres a todos los prisioneros no romanos y los envió a avanzaba para unírsele. Envió por delante toda su caba­
su patria, diciéndoles que su lucha era contra Roma, no llería, compuesta por 4.000 hombres. Desconocedores del
contra ellos. Lo mismo había hecho después de la batalla desastre que habia sufrido Flaminio, avanzaron a galope
del Trebia. hacia el Sur, encontrando idéntica suerte.
La noticia de la derrota de Sempronio el año anterior se El ánimo de los etruscos había quedado quebrantado
había mitigado, porque se recibieron informes contradic­ hacía mucho, y no se unieron a Aníbal, como éste había
torios y sólo después se supo las verdaderas dimensiones previsto. El cartaginés decidió que tendría mayores proba­
del desastre. Esta vez no hubo duda posible. El pretor de la bilidades en el Sur, donde los samnitas aún recordaban su
ciudad convocó al pueblo en el Foro y le dijo: «Hemos sido antigua grandeza. Se dirigió, pues, a la costa adriática y
derrotados en una gran batalla.» Pero no era eso todo. descendió hacia Apulia.

1 y 2. Yelmos con cuernos, del arco de


Orange, en el' sur de Francia. 3. Yelmo celta
de Negau. de los Alpes centrales. 3a. Reborde
interior de 13), que muestra una banda para
sostener el gorro. 4. Yelmo cónico con orna­
mentación celta. 5. «Cuerno», de un yelmo
similar. 6. Yelmo con cuernos de bronce, del
Támesis. 7. Moneda del sur de Francia, que
ilustra el cabello lavado con agua alcalina. 8.
Cabeza con capucha, de Sainte-Anastasie,
Francia.

Yelmos adoptivos
En el norte de Italia se han encontrado
algunas tumbas celtas del siglo iv que con­
tenían yelmos etruscos tipo de Negau.
Que los celtas adoptaron estos yelmos lo
prueban varios ejemplos de una versión
celta del yelmo de Negau encontrada en la
región alpina central (3).
También se han encontrado yelmos
cónicos, del tipo grecoitaliano, con orna­
mentación celta, como en (4I. La ornamen­
tación superior en forma de rueda es casi
idéntica a las encontradas en el arco de
Orange.

Yelmos celtas posteriores Agua alcalina para el cabello


En el siglo i a. C. aparecen dos nuevos Incluso en el norte de Italia, donde es
tipos (16, 17), ambos de hierro. El número corriente encontrar yelmos, la gran
16 fue el prototipo del yelmo romano Yelmos con alas y cuernos mayoría de los celtas no llevaban arma­
normal en el siglo i d. de C. Aunque las Algunos yelmos forman una especie de ala dura. Diodoro nos dice que estos guerreros
carrilleras son ahora onduladas, algunas en los lados (véase izquierda, 7, 13). Este se lavaban el cabello con agua alcalina y
todavía reproducen las de triple disco tipo parece que tuvo su origen en Italia, y luego lo peinaban hacia atrás, hasta la
(véase abajo). De hecho, estos discos apa quizá se inspiró en las alas de los yelmos nuca, de forma que parecía crin de
recen todavía en los yelmos romanos del samnitas. El modelo se hizo popular en los caballo. Varias monedas, como la que se
siglo i d. de C. Balcanes en los siglos m-ii a. C., y aparece ve a la izquierda (7), presentan este estilo.
también en el friso de la victoria, en Pér- Este empeño en hacer que el cabello se
gamo, Turquía. También en Francia se ha mantenga erizado, como el de un animal
encontrado un ejemplar, aunque puede salvaje, es muy primitivo y puede ser el
que sea importado. origen de las crestas con pelo de caballo en
Los yelmos provistos de cuernos pueden los yelmos.
verse en el arco de Orange (arriba, 1, 2).
Probablemente se trata de yelmos ceremo Capuchas
niales. En Italia se han encontrado varios Algunas estatuas del sur de Francia, al
yelmos provistos de cuernos a modo de oeste del Ródano, muestran un tocado
accesorios, recortados en lámina delgada curioso, como una capucha con una cresta
de bronce (4, 5). Un soberbio ejemplar de encima (véase arriba). Puede que sean pre­
yelmo ceremonial con cuernos se ha celtas, y presentan una gran semejanza
Carrilleras celtas del último periodo con encontrado en el río Támesis, en el puente con las capuchas que aparecen en los
tachones. 1. Yugoslavia. 2. Alesia. de Waterloo (6). relieves de Osuna, España (pág. 42).

63
Armadura Los romanos nombran un dictador
En Roma, el Senado nombró dictador a Quinto Fabio

celta Máximo. Éste sabía que Aníbal, como Pirro, tenía un punto
débil: sus efectivos militares. Para dar tiempo a que los
romanos rehicieran sus fuerzas, Fabio se dedicó a des­
gastar el ejército de Aníbal, capturando a los rezagados,
así como a privar al enemigo de toda posibilidad de lograr
una victoria decisiva evitando toda batalla a gran escala.
Fabio penetró en Apulia con cuatro legiones. Como los
romanos se negaron a luchar, Aníbal atravesó Italia
saqueando y quemando, para demostrar a los aliados de
Roma que ésta eran incapaces de defenderlos. Su táctica

1 y 2. Vista por delante y por detrás de la


estatua de un guerrero de Grézan. cerca de
Nimes, en el sur de Francia. La estatua puede
ser muy bien del siglo IV a. C. 3. Detalle del
cierre del cinturón del guerrero de Grézan. 4.
Cierre de cinturón del tipo usado por el gue­
rrero de Grézan (éste no es del tipo celta).

Armadura celta primitiva Invención de la cota de malla


El uso de la armadura entre los celtas fue, Hacia 300 a. C. se inventó la malla. A
probablemente, muy raro. Prescindiendo pesar del desagrado de los celtas por la
de algunos discos de bronce, que podrían armadura, la mayoría de las pruebas
ser petos, aunque seguramente se trataba indican que ellos fueron los inventores de
de ornamentaciones para los arneses de la cota de malla, la modalidad de arma
los caballos, no queda nada del período dura de más éxito. Estrabón, por lo demás,
primitivo (450-250 a. C.l. hace referencia a la malla como un
invento celta. Los primeros vestigios pro
ceden de tumbas celtas, y éstos fueron los
El guerrero de Grézan grandes artesanos del hierro en el mundo
La estatua de Grézan, hallada en el sur de antiguo. En varias estatuas de guerreros
Francia, data de los siglos iv-m (1, 2, 3, del sur de Francia, lo que se había creído
arriba) y muestra a un guerrero que lleva que representaba piel de cerdo o fieltro
lo que parece ser un peto y espaldera cua­ debe considerarse ilustraciones de mallas.
drados con correas, o una coraza completa El uso de la malla, que resultaba muy
decorada en esta forma. cara, se limitaba probablemente a la aris­
La estatua no puede considerarse típica­ tocracia.
mente celta: quizá no sea celta en abso­ Las diversas estatuas de guerreros con
luto. El yelmo de forma de capucha, como malla del sur de Francia y del norte de
los de Sainte-Anastasie (véase pág. 63). pro Italia muestran dos tipos de coraza: uno
bablemente tuvo su origen entre los iberos, con una esclavina que cuelga de los hom Estatua de un guerrero celta del periodo pos­
no entre los celtas. Por eso hay que buscar bros (véase 1, pág. 65), y otro cortado terior, de Vachéres, en el sur de Francia. Lleva
paralelismo en España, no en Francia. El como una coraza griega de lienzo sin jubón de malla romano-celta.
cierre del cinturón, que es común a todo el esclavina en los hombros (véase 4, 5). El
sur de Francia y a Córcega, es de tipo pre primero es probablemente el auténtico tipo
celta. celta. Jefe insubro; hacia 200 a. C.

64
Lagn Traáimen o

obtuvo brillantes resultados, y en cuestión de semanas, Etruria


aliados y romanos por igual insistieron desesperadamente
ante el dictador para que contuviera al enemigo.
Espirados los seis meses que duraban los poderes dicta­
toriales de Fabio, el pueblo pidió acción. Los romanos nom­
braron cónsules a Lucio Emilio Paulo, competente sol­
Apuna
dado, y a Cayo Terencio Varrón, con menos experiencia. Cannas
Su misión era, sencillamente, derrotar a Aníbal.
Éste tomó ahora posiciones en el extremo sur de la lla­ CampaaiS
nura de Foggia, cerca del poblado de Cannas, nombre que Capua
había de escucharse en la historia como el lugar de la
derrota más grande de Roma.

Jubón de malla de Ciumesti


Se han encontrado en una tumba del si­
glo m. de Ciumesti. Rumania, trozos de un
jubón de malla. Parecen ser partes de dos
corazas diferentes, pues una de ellas (3,
izquierda) está hecha de filas alternas de
anillas taladradas IA) y empalmadas (B).
Otro trozo presenta anillas remachadas
en lugar de estar empalmadas. Éste es
mucho más fuerte, pues las anillas tienen
siete milímetros de diámetro. Es posible
que el jubón con anillas empalmadas estu
viera destinado a fines ceremoniales sola
mente. Unido a la malla empalmada hay
----- D-------------------- 4------------------ | I
un fijador de bronce, adornada con rose­
tones, para las hombreras. La sección (DI
muestra que uno de los extremos estaba
1. Escultura de jubón de malla de Entremont, enganchado a la malla de una hombrera,
en el sur de Francia. 2. Detalle de fijador de que el rosetón central era puramente deco­
una estatua similar. 3. Malla con fijador, de rativo. y que el otro extremo debe de
Ciumesti. Romania. A, B, C. Los tres tipos de haber estado enganchado detrás de un
anilla usados en la malla de Ciumesti: tamaño rosetón similar en la otra hombrera.
real. D. Sección de cota. Debe de haber pertenecido a una coraza
4. Jubón de malla representado en escultura, con esclavina, pues, para levantar los
de Pérgamo, Turquía. 5. Estatuilla con cota, brazos, era esencial que el enganche no
del norte de Italia. 6-8. Fijadores de cintu­ estuviera fijado en el frente del jubón. Esto
rones. se corresponde con los fijadores que apa
recen en las esculturas del sur de Francia
(1, 2).
La coraza de estilo griego llevaba un
fijador que estaba sujeto al jubón y engan­
chado a las dos hombreras (4).

Cinturones
La mayoría de los cinturones se hacían de
cuero. Del lago de La Téne se han extraído
trozos de cinturones con el cuero. La
hebilla, normalmente, tenía la forma de un
gancho que se sujetaba a una anilla
situada en el otro extremo del cinto. Las
hebillas de los cinturones primitivos eran
chapas, aproximadamente, triangulares, a
menudo muy adornadas, con una lengüeta
en un extremo que iba remachada en
el cinturón de cuero, y un gancho en el
otro (61.
Los fijadores del periodo medio (250
120 a. C.) son mucho más simples; de ordi­
nario consistían en una anilla con un
gancho de sujeción (7). En el último
periodo, el gancho solía ser muy largo, y a
veces estaba articulado (8).

65
El escudo
celta Los romanos presentan batalla
Los dos cónsules, al mando de cuatro nuevas legiones,
avanzaron hacia el Sur y se unieron a las otras cuatro que
había ya en Apulia. Para entorpecer el aprovisionamiento
de Aníbal, los romanos se trasladaron al río Ofanto. Aníbal
recurrió a su caballería y a las tropas ligeras para tratar de
impedirlo, pero los romanos lograron hacerse fuertes en el
vado que domina el río. Al día siguiente, parte del ejército
romano cruzó el río y levantó un pequeño campamento
tres kilómetros río abajo, en la margen sur. Aquí tuvieron

Los escudos de La Téne


Se han recuperado del lago de La Téne
fragmentos de tres escudos celtas, hechos
de tablas de roble, que miden aproximada
mente 1,1 metros de largo y 1,2 centíme­
tros de grosor en el centro, con disminu
ción hacia los lados. Están provistos de un
tachón de madera en forma de hueso. El
centro del tachón ha sido ahuecado para
permitir que la mano sostenga el asa. A
veces, el asa lleva un fleje de hierro para
sujeción. El frente de) tachón está refor­
zado con una abrazadera ancha de hierro,
clavada a la tabla del escudo.
Escudos de este tipo se han encontrado
en Dinamarca e Irlanda, los cuales están
recubiertos de cuero. También los escudos
de La Téne debieron de estar cubiertos de
cuero o, posiblemente, de fieltro. La
madera soja se habría rajado al usarse
contra las espadas cortantes.

El origen del escudo celta La solidez del escudo celta


El origen del escudo es un misterio. Las Los escudos celtas debieron de ser bas­
semejanzas entre el escudo romano y el tante fuertes y pesados. Un escudo recu
celta son tan notables que ambos debieron bierto de cuero del tipo de La Téne debía
de tener el mismo origen. El testimonio de pesar de seis a siete kilos.
arqueológico más antiguo de escudo celta A veces, los escudos llevaban un
es la vaina de Hallstatt, hacia 400 a. C. refuerzo de metal, normalmente dispuesto
(véase pág. 51). El primer testimonio del en el borde superior, como protección
tipo romano es anterior a aquél en más de contra las armas cortantes.
dos siglos. Cuando combatían en formación cerra­
Es posible que los celtas tomaran de los da. los celtas superponían sus escudos.
italianos su escudo con tachón ahusado, César afirma que el pesado pilum romano,
pero debieron de usar otros escudos ya frente al cual ningún escudo era realmente
Escultura de guerrero, con típico escudo celta: antes de llegar a Italia, ya que el estilo de eficaz, atravesaba fácilmente los escudos
de Mondragon, Vauduse, en el sur de Francia. lucha celta exigía el uso del escudo. celtas, clavándolos uno sobre otro.
66
lugar choques intermitentes entre ambas fuerzas al apro­ Viendo Aníbal que las fuerzas romanas estaban for­
visionarse de agua. Ambos bandos estaban impacientes madas, envió a sus lanceros y tropas ligeras como fuerza
por luchar. de cobertura, y detrás formó al resto del ejército. En el
Por la mañana temprano, el 2 de agosto de 216 a. C., los centro colocó a los celtas y españoles. En el Trebia, los
romanos sacaron sus fuerzas del campamento grande y romanos habían hundido el centro cartaginés. Aníbal
cruzaron el río, para unirse a las fuerzas del campamento estaba decidido a que esto no volviese a suceder; en conse­
pequeño. Las legiones formaban una masa compacta en el cuencia, adelantó su centro, formando una media luna
centro, con la caballería romana a la derecha y la caba­ capaz de romper la fuerza de carga romana. En el ala
llería aliada a la izquierda. Paulo mandaba el ala derecha derecha colocó a la caballería númida y en la izquierda a
y Varrón la izquierda. Las legiones del centro estaban bajo la caballería celta y española. Luego retiró a sus lanceros
el mando de los dos cónsules del año anterior, Gémino y africanos y los formó en columna, detrás de la caballería, a
Régulo (que sustituía a Flaminio). cada extremo de la media luna.

Tachones
La serie de tachones que se reproducen
arriba permite seguir la evolución de los
mismos desde el simple tachón alargado
del siglo ni a. C. hasta el tachón con forma
de mariposa encontrado en Gran Bretaña,
que data del siglo i de nuestra era. Aunque
todos los tachones, excepto el 113), se han
encontrado en el continente, varios tipos
similares han aparecido en Gran Bretaña.
Forma y decoración
La mayoría de los escudos celtas son ova
lados, pero se han encontrado algunos
ejemplares rectangulares, hexagonales y
redondos. Los escudos están adornados
con símbolos, figuras de animales o
dibujos geométricos. Diodoro afirma que
los motivos decorativos eran de bronce,
pero probablemente iban pintados.
Los vistosos escudos de bronce que se Jefe celta de Francia, protegido con una cota
Escudos esculpidos en el arco de Orange. en han encontrado en Gran Bretaña se de malla y llevando su larga espada de filo
el sur de Francia, y en el friso de la Victoria, de usaban con fines ceremoniales y no ser­ lateral: y celta británico tatuado con plasto,
Pérgamo, Turquía. vían para combatir. hacia 50 a. C.

67
Las El más grande de los generales
Las fuerzas romanas superaban a las de Aníbal casi por

legiones dos a uno, pero Aníbal había tomado en consideración


todas las posibilidades. Había sonado la hora de la verdad.
Como de ordinario, la batalla comenzó con el choque de
de las tropas ligeras y la caballería. Por el ala izquierda, los
jinetes cartagineses acometieron a sus adversarios.
Cannas Aunque los romanos lucharon valientemente, no estu­
vieron a la altura de los celtas y españoles. Los romanos
desmontaban a los jinetes enemigos para luchar a pie, pero
nada podía contener el aluvión; poco a poco, los romanos
fueron retrocediendo a lo largo de la ribera.

Triarii

La táctica manipular
La legión siguió dejando espacios vacíos
entre los manípulos para que las líneas
Hastati
pudieran intercambiarse. Esto nos plantea
la cuestión de cómo estaban organizados
Velites los manípulos. ¿Luchaban realmente los
La legión en orden de batalla con los velites hastati y principes dejando los huecos en
¡tropas ligeras) formados al frente. sus líneas, como parece sugerir Polibio, o
Un manipulo de triarii (lanceros). cerraban los huecos, según dice Tito Livio
Un manipulo de hastati (con jabalinas pesa­ que hacían los triarii? (pág. 33).
das) en formación helicoidal. El manipulo de Cada manípulo estaba formado por dos
principes seria igual. centurias. Polibio dice que el centurión
mayor del manípulo servía a la derecha.
Pero nosotros sabemos que los centuriones
se llamaban anterior (prior) y posterior.
¿Se trata de una contradicción o se ali­
neaban las centurias una detrás de otra,
dirigiéndose la centuria de retaguardia a
llenar los huecos para formar una línea
continua cuando comenzaba la batalla?
La legión formaría entonces con los
velites al frente para hostigar al enemigo.
Cuando éste quedaba al alcance de las
armas romanas, se llamaría a los velites,
que pasarían a través de los huecos. Las
centurias de retaguardia de los hastati
cerrarían los huecos y cargarían (derecha,
fase 1).
Si la carga de los hastati no rompía las
filas enemigas, se tocaba retirada. Las
centurias posteriores se separaban y reti­
raban hasta alinearse detrás de las centu­
rias anteriores. La línea entera se retiraría
Las nuevas legiones a través de las brechas de los principes, los
Desde la guerra latina (340-338 a. C.l, las cuales cargaban también contra el ene
legiones se habían transformado. La legión migo.
se dividía ahora en 30 unidades o maní
pulos: 10 principes, 10 hastati y 10 triarii. Una retirada ordenada
Los viejos rorarii habían desaparecido, Si ambas líneas eran batidas, los hastati
reduciéndose los efectivos de la legión de romperían filas, pasarían a través de los
unos 5.000 a 4.200. Las 1.200 unidades triarii y volverían a formarse detrás de
ligeras de accensi y leves, llamadas ahora éstos (fase 2).
velites, se distribuían entre los 30 maní­ Entonces se daría a los principes la
pulos. orden de retirarse y se volverían a abrir
Los manípulos de triarii siguieron los huecos. Se retirarían luego a través de
siendo 60; los de principes y hastati se los triarii para situarse en los huecos de
duplicaron. Cada legión tenía también los hastati. Los triarii llenarían entonces
unos 300 soldados romanos de caballería, sus huecos y presentarían un frente de
unos 4.200 de la infantería aliada y 900 lanzas al enemigo. La legión podía reti­
de la caballería aliada. rarse entonces en buen orden.
68
Entonces, ambos bandos retiraron sus fuerzas ligeras. algunas unidades para perseguir a los romanos por la
Los legionarios hicieron repicar sus jabalinas contra los ribera, el resto cruzó por detrás de las legiones y llegó a la
escudos. Celtas, españoles y romanos rasgaron el aire con retaguardia de la caballería aliada. Los italianos, al verles
sus gritos de guerra. Cuernos, trompetas y camyxes se llegar, se dispersaron y huyeron.
unieron al bronco estrépito. Por fm, ambas fuerzas car­ Aníbal habia llevado a cabo su plan magistral. Los legio­
garon. Los romanos se lanzaron contra el centro de la narios habían hecho retroceder su centro hasta rebasar a
media luna enemiga. Presionaron sin cesar hasta reducir los lanceros africanos por ambas alas. Sólo quedaba dar el
el saliente de la formación cartaginesa, y todavia seguían. golpe de gracia. Los lanceros se volvieron entonces hacia el
Por el ala derecha, los númidas libraban escaramuzas centro y cargaron contra los flancos romanos. La caba­
con sus enemigos, intentando sacarlos de las legiones. Por llería celta y española dejó que los númidas completaran la
la izquierda, la situación estaba definitivamente decidida: destrucción de la caballería aliada y atacó a las legiones
la caballería celta y española se abrió paso. Dejando por la retaguardia.

Las legiones de Cannas


La táctica manipular Polibio dice que en Cannas combatieron itw anana A11tl
ocho legiones. Muchos eruditos sostienen anana anana IIHI
que las tropas de Aníbal, en número de naaaa naaaa anata
50.000. no podían rodear a un ejército casi anana naaaa a atan
anana anana anana
dos veces superior. ¿Está justificado este anana aaaan a na» a
punto de vista? naaaa anana anana
Los ejércitos consulares constaban ordi aaaan anana anana
nanamente de dos legiones, pero se habían anana anana aúnan
usado ejércitos de cuatro legiones contra nanan anana anana
los celtas en 225 a. C. La situación en 216 anana anana naaaa
а. C. no puede considerarse menos grave. anana naaaa unan a
El ejército de Cannas estaba mandado por anana í í tí i naaaa
los dos cónsules y dos procónsules, lo cual anana a a naa anana
supone que había ocho legiones. Además, aúnan naaaa naann
Fase II la formación de Aníbal indica que era naaaa ntnnn a ana a
rebasada en número. anana anana a a na a
naan» anana anana
Los disidentes dicen que sólo habia anana
annaa anana
б. 000 soldados de caballería; tenía que anana anana anana
haber 10.000. Pero Aníbal había disper n nana anana
► * sado a 4.000 después de la batalla del lago
Trasimeno.
anana
aaana
nnaan
nnnaa
anana
nanna
naaaa
anana nana a aaaai
La formación de batalla romana
Según palabras de Polibio, las legiones
estaban dispuestas de forma que «la pro
fundidad de los manípulos era igual a rnmi anua na ana
muchas veces la medida de su anchura». aaaaa anana anana
Fase III La centuria normal era, probablemente, de nmn anana anana
seis en fondo. Si se la «doblaba», el maní­ nnafta naaaa a nana
naaaa anana a nana
pulo tendría 24 de fondo y cinco de ancho. anana anana
La longitud total de la formación de infan anana
aaaaa anana anana
tería habría sido de 1.500 metros. aaaaa anana nnana
Polibio dice que la caballería puede anana anana nanna
tener un máximo de ocho jinetes en fondo. anana anana anana
En esta formación, 800 soldados de caba anana anana anana
Hería tendrían un frente de 200 metros. En anana anana na na a
Fase / la orilla del río se habían concentrado
anana iltit anana
La batalla comienza con los velites. Éstos se unos 1.500 soldados de caballería nanan anana anana
retiran luego a través de los huecos. Los romanos, que ocuparían unos 400 metros, anana naaaa nanna
hastati cierran los huecos y cargan. y 4.500 aliados a la izquierda, con unos nanan aaaan anana
1.100 metros. El frente romano, en total, aannn naaaa anana
Fase II habría sido de unos tres kilómetros. anana anana anana
En el campamento se dejaron unos anana aúnan anana
Las centurias de retaguardia de los hastati
anana anana anana
rompen el contacto y vuelven a abrir las bre­ 10.000 soldados de infantería con la orden anana anana anana
chas. Los hastati se retiran por entre los prin­ de atacar el campamento de Aníbal anana anana anana
cipes. Los principes cierran los huecos y durante la batalla. ¿Quiénes eran? anana anana anana
cargan. Se había hecho habitual dejar a los a a na a anana anana
triarii para guardar el campamento. Los
Fase III generales no pensaban que los necesita­
Las centurias de retaguardia de los principes rían. Las derrotas anteriores se habían
rompen el contacto y vuelven a abrir los debido a los generales irresponsables: por
huecos. Toda la linea retrocede entre los eso es razonable pensar que fueron los Tres manípulos de hastati y tres de principes
huecos de los triarii. Las centurias de reta­ 9.600 triarii los «10.000» que se dejaron en tal como formaron en la batalla de Cannas.
guardia de los triarii avanzan para formar una el campamento y que no había línea defen Según palabras de Polibio, «su profundidad
falange sólida, y el ejército entero se retira. siva a retaguardia. era igual a muchas veces su anchura».

69
Cannas Victoria y derrota
Las legiones se vieron entonces asaltadas por todas partes.
Celtas y españoles se vieron libres de la presión enemiga y
por fin pudieron reagruparse y cargar. Fue el día más
funesto de la historia de Roma. Paulo fue muerto mientras
luchaba entre sus hombres; y también cayeron Gémino y
Régulo. Cincuenta mil legionarios sucumbieron en su
puesto, luchando sin tregua; otros diez mil fueron captu­
rados; sólo unos pocos escaparon. Aníbal había consu­
mado la victoria más brillante de todos los tiempos.
Al difundirse la noticia, todos los italianos del Sur se
agruparon en tomo a la causa de Aníbal, quien recomo

El campo de batalla de Cannas con el antiguo


curso del rio. El campamento de Aníbal se
La situación del campamento de Aníbal El campo de batalla encuentra arriba, a la izquierda. El primer
La aldea de Cannas se encuentra situada Los romanos eligieron la ribera sur del río campamento romano está en el centro. El
en una serie de colinas que se extiende en En este restringido espacio esperaban neu­ segundo campamento romano está a la de­
el extremo sur de la llanura de Foggia. en tralizar la gran superioridad de la caba­ recha.
Apulia. El Ofanto fluye a lo largo de las llería de Aníbal y decidir la batalla con la Mapa de la zona de la batalla con cinco
estribaciones septentrionales de las infantería. Se alinearon oblicuamente al metros de curvas de nivel. Los cursos alterna­
colinas. Aníbal acampó al norte del rio. No llano, con el ala derecha apoyada en el río tivos del rio están indicados con linea azul dis­
hay más que una posición de defensa en la y la izquierda en las colinas. continua. Los campamentos romanos están
ribera septentrional, la estribación en que marcados R1 y R2.
se encuentra la ciudad de San Ferdinando,
que presenta abruptos acantilados a ■Linea de batalla —------- Diques
ambos lados. Los romanos consiguieron Fuerzas de Aníbal
llegar justo hasta el vado situado al este Aníbal tenía algo más de 40.000 soldados
del campamento de Aníbal, impidiéndole de infantería y 10.000 de caballería.
que se aprovisionara por el norte del rio. Había llegado a Italia con 12.000 soldados
Luego establecieron un segundo campa­ africanos de infantería, 8.000 españoles
mento tres kilómetros río abajo, en la otra de infantería y 6.000 de caballería. Sus
orilla. pérdidas habían sido pequeñas, por lo que
el número de celtas puede estimarse en
El curso cambiante del rio 20.000 soldados de infantería y 4.000 de
El río Ofanto ha cambiado su curso caballería. Un 30 por 100 de la infantería
muchas veces. La extensión bañada por el eran tropas ligeras.
río se ilustra por la serie de diques cons­ Según estos datos, tendríamos unos
truidos en el lado norte. Las líneas de 8.000 piqueros africanos, más 6.000 espa­
cinco metros de nivel indican otros posi­ ñoles y 14.000 celtas armados con espada,
bles 'lechos del río (véase mapa). Este de los cuales unos 4.000, probablemente,
relato se basa en la creencia de que, en guardaban el campamento. Como Aníbal
tiempo de Aníbal, el río seguía un curso coloca los númidas frente a los 4.500
más hacia el Norte (marcado con XX en el jinetes aliados, aquéllos debieron de ser, al
mapa), dejando un llano de unos dos kiló­ menos. 4.000, aparte de 2.000 jinetes es
metros de ancho al Sur. pañoles.

70
Italia en triunfo. En Campania, el pueblo de Capua salía a todas las ciudades que estaban ahora del lado de Aníbal. Al
los caminos y le daba la bienvenida. Parecía que Aníbal final, Aníbal fue sitiado en el extremo de la bota italiana.
había unido a los enemigos tradicionales de Roma. Pero no Las legiones conquistaron España e invadieron África.
había quebrantado el espíritu de los romanos. Se llamó a Aníbal tuvo que dejar Italia para defender su patria. Había
todos los hombres útiles, incluidos los esclavos voluntarios permanecido 15 años en Italia, sin conocer la derrota.
y los criminales. Se prohibió hablar de paz. Los romanos se Ahora su ejército se había desvanecido. En 202 a. C. fue
prepararon para luchar hasta morir. Antes de Cannas, los derrotado por Escipión, el hijo de su primer rival romano.
romanos marchaban a librar una batalla. Después de Los romanos no se mostraron magnánimos; persi­
Cannas, marchaban a la guerra. guieron a Aníbal de país en país, hasta que, finalmente, se
En 212 a. C., Roma tenía en pie de lucha 25 legiones. suicidó. Cincuenta años después lanzaron un ataque
Rehusaron luchar con Aníbal en campo abierto, y en contra Cartago sin haber sido provocados; destruyeron la
cambio se sirvieron de sus vastos efectivos para recuperar ciudad y vendieron a sus ciudadanos como esclavos.

La batalla: Fase I Cannas: la derrota más grande de Roma


Al ver Aníbal a los romanos alineados,
envió a sus honderos y piqueros como
fuerza de cobertura y formó al resto de su
ejército detrás. Colocó 6.000 celtas y espa­
ñoles de caballería frente a los 1.500
romanos. En la otra ala situó a sus 4.000
númidas. En el centro formó a 16.000
celtas y españoles armados con espada en
compañías alternas, en una formación de
media luna, más profunda en el centro que
I I
en las alas. Formó a sus piqueros en dos Fase /. Los honderos y lanceros de Aníbal
columnas, detrás de la caballería. actúan como cobertura, mientras el cartaginés
forma en media luna a los soldados armados
Fase II con espada. Los lanceros se retiran detrás de
Como de costumbre, la batalla había la caballería situada en las alas.
comenzado con la intervenc n de las
tropas ligeras, que luego se retiraron a la
retaguardia. I,a caballería española y celta
cargó contra los jinetes romanos. Ilación
dolos retroceder a lo largo de la orilla del
río. En la otra ala, los númidas hostigaban
I 1
a la caballería aliada, intentando sepa
rarla de las legiones. En el centro, las
legiones se lanzaron contra los celtas y
españoles reduciendo el saliente de la for
mación enemiga.

Fase III
Fase III
Cuando la caballería romana hubo sido
desperdigada, la mayoría de los jinetes
celtas y españoles cruzaron por detrás de
las legiones y cargaron contra la reta
guardia de la caballería aliada, la cual
cedió bajo el doble asalto. Las legiones
siguieron presionando hacia adelante
hasta rebasar a los piqueros por ambas
alas; éstas se volvieron entonces hacia el
centro y cargaron contra los flancos de las
legiones.

Fase IV
Infantería Fase II. Los jinetes celtas y españoles pre­
La caballería española y celta se volvió
una vez más para cargar contra las Romanos Aliados sionan sobre la caballería romana. Las
legiones por la retaguardia. Por las alas, Celtas Españoles legiones cargan y van hundiendo la media
los piqueros se arrojaron sobre la ihí'an- Africanos (falanges) luna.
tería romana y extendieron sus líneas para Tropas ligeras Fase III. La caballería celta y española se ade­
rodear aún más las alas. Las tropas ligeras lanta y carga contra la caballería aliada. Las
Caballería legiones avanzan demasiado y se ven cogidas
se habrían trasladado ahora a la reta Romanos ■■ Aliados
guardia. Las legiones comenzardn a entre las dos falanges.
Celtas y españoles Fase IV. La caballería celta y española aco­
derrumbarse; fue eliminada la presión que
Númidas mete a las legiones por la retaguardia.
ejercían sobre los celtas y españoles for­
mados en el centro.

71
Entrada triunfal
de Aníbal en Capua

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.-L2

Aníbal aparece montado en el último de sus


elefantes. Le preceden tres jinetes campaniosf
Delante del elefante va un celta con armadura
ceremonial y, en primer lugar, un jinete carta­
ginés portando el estandarte de Cartago.

72
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Legión: unidad de 4.000 a 5.000 soldados ro­
Glosario manos.
Leves: nombre dado a las tropas ligeras
romanas en el siglo iv.
Alejandro Magno: rey de Macedonia (356-
323 a. C.l. Conquistó Oriente hasta la India.
Asdrúbal Barca: hermano de Aníbal, muerto
por los romanos en la batalla del Metauro
Liburnum: galera ligera. (207 a. C.).
Liga latina: confederación militar de ciudades
latinas en los siglos v-iv a. C. Barca: familia cartaginesa aristocrática, cuyos
miembros más famosos fueron Amílcar y
Manipostería poligonal: bloques de piedra Aníbal.
irregulares de muchos lados.
Accensi: tropas que. según Livio, servían Manipulo: la unidad operativa más pequeña Cayo Terencio Varrón: cónsul romano que
detrás de los triarii. del ejército romano, integrada normalmente mandó la caballería aliada en la batalla de
por dos centurias. Cannas.
Caldero de Gundestrup: vasija celta grande y Murus gallicus: tipo de muralla defensiva Celtas: antiguo pueblo originario del sur de
decorada, encontrada en Dinamarca. construida por los celtas. Estaba revestida Alemania. Durante los siglos v-m a. C. se
Carnyx: trompeta celta. de piedra y rellena con tierra afianzada con diseminaron por toda Europa occidental y
Carro: carruaje ligero de dos ruedas tirado por maderos. hasta el valle del Danubio. Se asentaron
caballos. Normalmente llevaba un guerrero incluso en Turquía (Galacia).
y un auriga. Panoplia: juego completo de armadura. Cneo Servilio Gémino: cónsul romano en
Centuria: unidad que nominalmente se com­ Paz caudina: el tratado impuesto a Roma des­ 217 a. C. Fue muerto en la batalla de Can­
ponía de 100 hombres. Normalmente era pués de la captura de su ejército en las nas (2 1 6 a. C.).
de unos 80. pero a veces tenía sólo 30 Horcas Caudinas, en 321 a. C.
(triarii). Pilum: la jabalina pesada usada por los legio­ Dacios: pueblo bárbaro que vivió al norte del
Centurión: jefe de una centuria. narios romanos. Danubio.
Ciudadela: fuerte construido normalmente en Praetor: magistrado romano. Originariamente Diodoro: historiador griego-siciliano, que vivió
lo alto de una colina escarpada. se elegían dos al año. En 227 a. C. se incre­ en el siglo i a. C. Escribió una historia del
Cónsul: nombre dado a cada uno de los dos mentó su número a cuatro. Regularmente mundo desde los tiempos primitivos hasta
principales magistrados de Roma. mandaban los ejércitos y estaban sujetos la época de César.
Contera: punta de una vaina. sólo a los cónsules. Dionisio de Halicarnaso: historiador griego
Coraza: armadura para el torso, que consta de Principes: la segunda línea de la legión ro­ que vivió en los mismos años que Livio.
peto y espaldarón, usualmente de metal, o mana. Escribió una historia de Roma desde la fun­
de un jubón de lienzo o de malla. Púnico: palabra latina adulterada por fenicio. dación de la ciudad hasta la primera guerra
Cota de malla: modalidad de armadura hecha de Cartago.
con anillas de metal eslabonadas. Rorarii: tropas de origen incierto que, según
Cuadrirreme: antigua galera con cuatro Livio. servían detrás de los triarii. Escipión: familia patricia de la antigua Roma,
bancos de remos. cuyos miembros realizaron una importante
Saunion: jabalina larga hecha totalmente de contribución al gobierno y el prestigio
Dictador: el magistrado supremo de Roma, hierro. militar de Roma.
que sólo se nombraba en caso de emer­ Scutum: el escudo grande de madera usado Escipión el Africano: hijo del general romano
gencia. Se le concedía un poder total, nor­ por los legionarios romanos. que no consiguió impedir que Aníbal cru­
malmente para un período de seis meses. Situla: nombre dado a cubos de bronce deco­ zara los Alpes. Derrotó a Aníbal en Zama,
rados, descubiertos en el norte de Italia y en el norte de África, en 202 a. C. Esta vic­
Empalizada: tipo de valla defensiva hecha de en Yugoslavia. toria le valió el sobrenombre de el Africano.
estacas de madera. Situla de Certosa: vasija de bronce encontrada Estrabón: geógrafo griego, que escribió sobre
Equites: nombre dado a la clase media supe­ cerca de Bolonia, en el norte de Italia. el mundo antiguo (63 a. C.-21 d. C.).
rior de Roma. Estaba decorada con figuras de guerreros. Etruscos: antigua población de Italia, que
Escudo argivo: el escudo redondo usado por ocupó la costa occidental entre los ríos
los hoplitas griegos. Tachón: protuberancia con forma de cúpula. Arno y Tiber (Etruria).
Estadio: medida de unos 200 metros. En un escudo, la parte reforzada que cubre
el asa. Flaminio: general romano que derrotó a los
Falange macedónica: tipo de falange pesada Testera: armadura para la cara del caballo. insubros en la batalla de Bérgamo. Fue
(véase pág. 11), que se formaba de 16 o Triarii: la tercera línea de la legión romana. muerto por Aníbal en la batalla de Trasi-
incluso 32 en fondo. Tumba de Regolini-Galassi: sepultura muy meno (217 a. C.).
Formación manipular: formación de la legión rica del siglo vil. del sur de Etruria. Contenía
romana que se componía de cierto número un carro. Gabinos: población de la antigua ciudad latina
de pequeñas unidades llamadas manípulos. de Gabies, a unos 18 kilómetros al este de
Éstos podían operar independientemente. Velites: tropas romanas ligeras. Roma.
Villanova: nombre dado a la civilización pre- Galos: nombre con que los romanos conocían
Galera: barco de guerra movido por remos. etrusca de Italia. a los celtas del norte de Italia y de Francia.
Gladiador: guerrero que luchaba en el estadio Gavio Poncio: general samnita de excepcio­
para entretenimiento de los espectadores. Yelmo ático: tipo de yelmo surgido en Grecia. nal habilidad. Fue el que atrapó al ejérci­
Glasto: tintura azul: César cuenta que los bri- Yelmo de Montefortino: el tipo más común de to romano en las Horcas Caudinas en
tanos se pintaban con glasto. yelmo celta. Toma su nombre del antiguo 321 a. C.
Greba: guarda para las piernas. cementerio de los senones en Montefor­
Guerrero de Capestrano: estatua de un gue­ tino. al noroeste de Italia, donde se han Hércules (Heracles en griego): legendario
rrero italiano del siglo vi. descubierta en la encontrado varios yelmos. héroe griego, que habria vivido hacia
ciudad de Capestrano. en la Italia central. 1500 a. C.

Hastati: la línea delantera de la legión romana. Jantipo: oficial espartano que entrenó al ejér­
Helenística: nombre dado a la cultura griega y cito cartaginés y le capacitó para derrotar a
a su influencia (h. 300-h. 50 a. C.). Personas y pueblos los romanos en 255 a. C.
Hoplita: lancero griego con armas pesadas.
Acrotato: hijo de un rey de Esparta. Dirigió Libiofenicios: cartagineses mestizos.
Laminares: planchas de armadura, hechas de una expedición contra Siracusa, Sicilia, en Lucio Emilio Paulo: cónsul romano, muerto en
tiras de metal rectangular superpuestas. 314 a. C. la batalla de Cannas.

74
Mago Barca: el hermano más joven de Aníbal, boca en el Tíber a unos 18 kilómetros al Lilybaeum (actual Marsala): ciudad enclavada
a quien acompañó en la expedición a Italia. norte de Roma. en la punta más occidental de Sicilia. Ini­
Fue muerto cuando intentaba hacer llegar Apulia: zona de Italia que bordea Samnio por cialmente cartaginesa, fue tomada por los
refuerzos a África antes de la batalla de el Este. romanos durante la primera guerra púnica.
Zama. Liris: río de Italia central, a lo largo del cual
Marco Atilio Régulo: cónsul y general romano. Caera (actual Cerveteri): antigua ciudad del entraron en contacto por primera vez
Fue derrotado y capturado por Jantipo en sur de Etruria. romanos y samnitas.
la batalla de la llanura de Bagradas. en Campania: región de Italia que se extiende en Lucania: zona de Italia que bordea Samnio por
255 a. C. Tenía un hijo llamado igual que él. torno a la bahía de Nápoles y que bordea el el Sur.
Samnio por el Oeste.
Númidas: antiguos pueblos nómadas de Cannas: el teatro de la más grande derrota de Marsella (antigua Massilia): colonia griega de
Argelia y Marruecos. Eran una excelente Roma en 216 a. C. la costa meridional de Francia. Era aliada
caballería ligera. Capua: primitivamente era una colonia etrusca de Roma en tiempo de Aníbal.
en Campania. Fue tomada por los samnitas Milán: antigua capital de los insubros. en el
Pirro: rey de Epiro (319-272 a. C.). Se ganó a en el siglo v a. C., se hizo aliada de los norte de Italia.
la población de Tarento y a los samnitas en romanos en el siglo iv y se puso del lado de
su lucha contra Roma. Derrotó dos veces a Aníbal en 216 a. C. Los romanos la recon­ Nápoles (antigua Neapolis): colonia griega de
los romanos (280 y 279 a. C.), pero no con­ quistaron en 211 y establecieron allí una la costa occidental de Italia.
siguió ganar la guerra. colonia romana. Narce: ciudad de Etruria. Allí se han encon­
Polibio: historiador griego, muerto hacia Cartago: colonia fenicia situada en la costa trado un bello yelmo Villanova y una her­
120 a. C. Escribió una historia del mundo norte de África, cerca de Túnez. En los mosa coraza.
grecorromano desde 220 hasta 144 a. C. siglos iv-iii a. C. fue la ciudad más poderosa
Es la mejor fuente antigua para asuntos del Mediterráneo occidental. Ofanto (antiguo Aufidus): río que formaba la
militares. Clusio (actual Chiusi): ciudad del norte de frontera meridional de Samnio.
Porsena, Lars: rey etrusco de Clusio (Chiusi). Etruria.
que dirigió las fuerzas etruscas contra Córcega: isla grande frente a la costa occi­ Palatino: colina de Roma, donde se fundó la
Roma después de la expulsión deTarquino dental de Italia. ciudad primitiva en el siglo vm.
el Soberbio. Cumas: colonia griega situada al norte y muy Pérgamo: ciudad helenística de Asia Menor
Publio Cornelio Escipión: padre de Escipión el cerca de Nápoles. (actual Turquía).
Africano. No logró impedir que Aníbal lle­ Pidna, batalla de: victoria romana sobre los
gara a Italia, pero le privó de los recursos Drac: río tributario del Isére. macedonios. en 168 a. C. El jefe romano
de España durante siete años. Él y su her­ Durance: el tributario más meridional del río era Emilio Paulo, hijo del general muerto
mano fueron muertos allí en 211 a. C. Ródano. por Aníbal en Cannas.
Pompeya: antigua ciudad emplazada en la
Rómulo: el fundador legendario de Roma. Se Entremont: lugar de emplazamiento de una bahía de Nápoles. Fue destruida en una
supone que fundó la ciudad en 753 a. C. fortaleza celta, erigida al norte de Aix-en- erupción del Vesubio, en el año 79 d. C.
Provenze, en el sur de Francia.
Samnitas: antigua población de Italia, que Epiro: antiguo nombre de la Grecia norocci- Sicilia: isla grande situada frente a la costa
ocupaba la región montañosa entre los ríos dental. sudoeste de Italia. Fue colonizada por los
Sangro y Ofanto (Samnio). Esparta: ciudad del sur de Grecia, famosa por griegos y cartagineses.
Sempronio: general romano que fue derrota­ sus tradiciones militares. Sorrento (antiguo Surrentum): ciudad en el
do por Aníbal en la batalla de Trebia, en extremo meridional de la bahía de Nápoles.
218 a. C. Fenicia: patria de los fenicios, que corres­
Senones: tribu celta que se estableció en la ponde. en general, al moderno Líbano. Tarquinia: antigua ciudad del sur de Etruria.
costa nordeste de Italia, alrededor de An- Fregellae: colonia romana establecida en la Telamón: lugar de Etruria. escenario de la
cona. ribera oriental del río Liris. derrota de los celtas por los romanos en
Servio Tulio: aunque de origen latino, fue el 225 a. C.
segundo rey etrusco de Roma. Reorganizó Heraclea: primera victoria de Pirro sobre los Tíber: río junto al cual está edificada Roma.
el ejército romano hacia 550 a. C. romanos (280 a. C.). Formaba las fronteras sur y este de Etruria.
Horcas Caudinas: un paso entre las colinas de Toscana: nombre moderno de Etruria. Sólo a
Tarquino el Soberbio: el último rey de Roma, a los Apeninos, al sureste de Capua. grandes rasgos se corresponde con el área
finales del siglo vi a. C. antigua.
Tito Livio: historiador romano que escribió Iliria: nombre dado a la antigua región que Trasimeno: lago de Etruria, donde los romanos
sobre Roma desde su fundación hasta su corresponde en general a Yugoslavia. fueron derrotados por Anibal en 217 a. C.
tiempo (59 a. C.-17 d. C.). Isére: río afluente del Ródano, en el sur de Trebia: afluente del Po; los romanos fueron
Trajano: emperador romano desde 98 hasta Francia. derrotados allí por Aníbal en 218 a. C.
117 d. C. Isla, La: gran extensión de tierra situada entre
el Ródano y otro río que Polibio llama el Vetulonia: antigua ciudad de la Etruria central.
Volscos: una de las tribus de las colinas que Skaras (probablemente, el Isére). Veyes: antigua ciudad etrusca. situada a sólo
invadieron el Lacio en el siglo v a. C. 14 kilómetros al norte de Roma. Es famosa
Lacio: zona de la costa oeste de Italia al sur por el asedio romano que duró diez años y
del río Tíber. que terminó con la caída de la ciudad en
Lugares y batallas La Téne: ciudad en la orilla septentrional del 396 a. C.
lago Neuchátel. Suiza. El lugar lo usaron los Vía Apia: camino de la costa que va de Roma
Alalia: colonia etrusca de Córcega. celtas para la consagración del botín de a Campania.
Alia: lugar de la gran derrota de Roma por los guerra. Se han extraído cientos de armas Volsinii: antigua ciudad del sur de Etruria.
celtas (390 a. C.). Es un arroyo que desem­ del lago. Vulci: antigua ciudad del sur de Etruria.

75
índice espadas de, 10, 11.
lanzas de, 11.
petos y espaldares de, 19.
Ciumesti, tumba en, 65.
Clases militares romanas, 32.
escaramuzas de las, 15, 33.
española, 17, 17, 42, 42.
etrusca, 17.
fascicular, 10.
planchas para corazas de, honderos de las, 14, 15. griega, 17, 17, 18, 19, 29.
29. lanceros fo piqueros) de las, italiana, 17.
vainas de, 11, 11. 14, 15, 33. macedónica, 17.
Clusio (Chiusi), 9, 15, 28. cintos de, 59, 59.
Caballería cartaginesa, 38 pintura en tumba de, 16, 17. empuñaduras de, 59, 59.
celta, 56, 56, 69. Colonias cartaginesas, 36. España, 16. 17, 42, 43.
española, 42, 43, 43, 69. etruscas, 19, '20, 31. y los cartagineses, 6, 36, 41,
númida, 41, 41, 69. griegas, 12. 42.
Los números en negrita co­ samnita, 26. romanas, 23, 28, 31. celtas de. 49.
rresponden a las ilustraciones Caere, 10, 12, 29. Compañías militares romanas, Estandarte, 11.
Campania, 13, 15, 19. 23. 32. cartaginés, 40, 72.
Acrotato de Esparta, 28. guerra con los samnitas en, accensi, 32, 32, 33. celta, 57.
Adriático, mar, 20. 26. rorarii, 32, 32, 33. romano, 33.
Alalia, 14, 17, 19. y Aníbal, 70. triarii, 32, 32, 33, 33. samnita, 23, 23.
Aldeas sobre colinas, 30. Cannas, batalla de, 41, 56, 70, Coraza, 10, 18. Este, 11, 14, 17.
Alejandro Magno, 45. 60. 70. con clavos de adorno, 21. Etruria, 10, 11, 12. 17, 30, 31.
ataca Sagunto, 41. legiones en, 69. con gorro, 64, 65, 65. los celtas invaden, 21, 49.
derrotado, 71. fases en, 71, 71. de lienzo, 16, 29, 64. los romanos invaden, 28.
en Cannas, 66-70, 71. Capestrano, guerrero de, 18, de poncho, 12, 12. Etruscos, 6, 10, 11, 16, 18-19.
en el lago Trasimeno, 61-63. 18, 19, 21. de triple disco, 24, 24, 26, en Roma, 14.
en España. 41. yelmo de, 19. 27. y cartagineses, 36.
en los Alpes, 6, 35, 46-47, Capitolio, colina del, 31. griega, 16, 65. y samnitas, 28, 29.
49. Capua. 13, 19, 31, 70. italiana, 40. armadura de, 29.
entra en Capua, 70, 72. Aníbal entra en, 72. laminar, 28. comercio de los, 12-13, 20.
invade Italia, 28, 42-45, 47, Carro en situlae, 20, 20. musculada, 24, 26, 27, 29. declive de los, 28.
52, 54-55. etrusco, 55. Cuero en escudos. 66. imperio de los, 9.
pierde un ojo, 59. Carros, 10. cintos de, 11, 65. navegantes, 12.
escasez de efectivos de, 64. celtas, 54, 55. Excavaciones en Alfedena, 18.
suicidio de, 71. Cartagineses, generales, 60. Dagas, 10, 11, 19, 43, 43, 58. en Campovalano di Campli,
Alpes, los celtas cruzan los, 20. infantería ciudadana de los, de bronce, 11. 18.
Amílcar Barca, 39, 40-41. 41. de centroeuropa, 19. en Cartago, 35, 36. 36, 37.
Ancona, 11, 12. y etruscos, 14. de hierro, 11. en Francia, 53.
tumbas de, 21. y griegos, 36. fasciculares, 10. en Veyes, 30.
Aníbal Barca, 40, 41, 60. y Pirro de Epiro, 33. triangulares, 10.
el Rodio, 39. y romanos, 38. empuñaduras de, 10. Fabri, 14.
Apeninos, 18, 50. táctica de los, 60. Danesbury, fortaleza de, 53. Falange, 10, 11.
los cartagineses cruzan los, Cartago, 12. Diodoro, 15, 49, 50, 63, 67. cartaginesa, 40, 61.
59. destrucción de, 71. Dionisio de Halicamaso, 9, 15, armadura de la, 15.
los celtas cruzan los, 49. diques de carena en, 38. 31, 51. los etruscos adoptan la, 14,
Apiano, 36, 37, 38. lugar de, 36. Durance, valle de, 44, 45. 46, 16.
Apulia, 25, 26. mansión del almirante en, 47, 49. los romanos abandonan la,
Aníbal en, 63. 36, 37, 37. • 32.
Arezzo, 10, 59, 60. murallas de, 36, 36, Ecuos, 18, 19. Falerii Veteres, 16, 21, 28.
Argelia, tumba en, 41. puertos de, 36, 37, 37, 38. Ejército cartaginés, 40, 42, 50. Federación etrusca, 28.
Armada cartaginesa, 38-39. Cayo Terencio Varrón, 65. etrusco. 14, 15, 32. samnita, 23.
romana, 36, 39. en Cannas, 67. romano, 14, 32, 32, 33. Fenicios, 12.
Armadura, 12, 64. Celtas, 6, 20, 20, 21. 26, 35. Elefantes africanos, 45, 45 Fibra, gorros y capuchas de,
celta, 64, 64, 72. britanos, 67. cruzan el Ródano, 44, 45, 42, 42, 63, 63.
de caballo, 26, 26. cazadores de cabezas, 51. 45. Flaminio, Cayo, 51, 58, 60, 63.
de Villanova, 10, 10, 12, 24. en el ejército cartaginés. 40, en la guerra, 32, 36, 38, 45, Fosos y empalizadas, 30, 31.
griega. 15, 16, 16, 26. 41, 50. 68, 69. 45. Francia, Aníbal en, 6.
ibera, 64. en el ejército romano, 50. en los llanos del Bagradas, celtas de, 49, 52.
italiana, 15. galos, 49. 50. 61. César en, 53.
laminar, 28, 29. y Aníbal, 43, 46-47, 47, 49, indios, 45. Fregellae, 23.
lucana, 26. 58, 72. Emboscada, 60, 61. Frost, Honor, 39.
samnita, 24. y etruscos, 28. Entremont, fuerte de, 52, 52. Fuertes en colinas (oppida), 52,
Arno. río. 10. carnyx de los, 57, 57. Escipión el Africano, 41, 71. 53.
Arqueología, testimonios de, 9, centurias, 14, 33. el Viejo, 42, 45, 46, 54-55, Fundición en bronce, 11.
15, 23, 36, 49, 55. centuriones, 16, 33. 60.
Asiria, 16, 29. defensas de los, 52-53, 52, Escudo celta, 42, 42, 67, 67. Gabinos, 13.
Aventino, colina del, 31. 53. ceremonial, 13, 67. Gavio Poncio, 23.
guerreros, 50, 51, 50, 51, decorado, 67. Gémino, 59, 70.
Bagradas, batalla de las lla­ 72. de hoplita, 9, 11, 13, 14, 15, General, carácter del, 60.
nuras del, 45, 61, 61. jefes, 51, 67. 17, 23. equipo del, 60.
Beulé, 37. malla de, 64, 64. de jinete, 43, 43, 56. Gibson, S. C., 37.
Boios. 50, 51. origen de los, 50. hexagonal, 67. Gladiadores samnitas, 23.
Bolonia, 11, 15, 20. Roma atacada por los, 31, ovalado (scutum), 13, 14, Gladius hispaniensis: véase
figurita de, 12, 12. 33, 50-51. 15, 17, 23, 32, 67. Espada española.
los celtas toman, 21. soldados armados de para el cuerpo, 10, 15, 20. Grebas, 15, 16, 16, 17, 19, 19,
Boviano, 25. espada, 51. rectangular, 14, 15, 67. 21.
Brennero, paso del, 47. vainas de, 51. asa de 13, 13. de Caere, 29.
Bridón del bocado, 43, 43, 56. Cerdeña, 41. Espada celta, 58, 58. griegas, 25.
Broches de cinturones, 24, 24. Ceri, guerrero de, 17. curvada, 10, 17, 42, 42. samnitas, 23, 27.
Bronce batido, 10. Certosa, situla de, 14, 15, 21, de antenas, 10, 11. Grezan, guerrero de, 64, 64.
fundido, 11. 21. de corte, 10, 25, 25, 58. Griegos en Sicilia, 28.
dagas de, 11. Cerveteri, tumba de, 29. de punta, 10, 40. y apulios, 26.

76
y cartagineses, 36. Lucania, 25, 26. Piedra, 30, 31, 52. Tarquinios, 11, 12, 14, 21, 28,
y celtas, 52. Lucio Emilio Paulo, 64. Piel tatuada, 51. 67. 29.
y etruscos, 9, 12-13, 14, 16, en Cannas, 67, 70. Pirineos y Aníbal, 6, 42. Tarquino el Soberbio. 15.
19. Luni, terraplén en, 30. Pirro, rey, 32-33, 38, 64. Tarquino Prisco, rey, 14.
y samnitas, 23. 26. Pisa. 10. Telamón, batalla de. 50-51,
Grosseto, pilum de, 29, 29. Madera, 10, 11, 11. Plomo, 21. 54.
Guardanuca, 18, 19, 19. escudos de, 13, 66. Plumas en yelmos, 16, 17, 25, Terni, 11, 12.
Guardas de brazo, 16, 19, 19. Mago Barca, 55, 57. 25. Terracina, batalla de. 27.
Gundestrup, caldero de, 50, Maiden, castillo de, 53. Po, valle del. 20, 47, 50, 51. Terraplén, 30, 31, 52, 53, 53.
56, 56, 57. Malpasso, 14. Polibio, 24, 32, 35, 38. 40, Testera, 26, 26.
Malla, 64, 64, 65, 65, 67. 42, 45, 49, 54, 56, 58, 61, Tiber, río, 10, 12, 31.
Hacha, 10, 11, 21. anillas de, 65, 65. 69. Tirreno, mar, 10.
Heraclea, batalla de, 32. Mampostería poligonal, 31.31. Pompeya, 13. Tito Livio, 9, 15, 18, 23. 32,
Hérnicos, 18, 19. Manípulos (unidades del ejér- Pontifex Maximus, 11. 33, 47, 50.
Hierro, 10, 11, 19, 42, 64. citol, 32, 32, 68. Puertas, 31, 31, 53, 53. Toba, 31.
batido, 11. organización de los, 68, 69. Trajano, columna de. 39, 41,
Honderos de Baleares, 40, 42. Marsella, 41, 43, 52. Quinquerreme, 38, 39, 39. 41.
Hoplitas (infantería pesada), Marte de Todi, 28, 29. Quinto Fabio Máximo, 64-65. Trasimeno. batalla del lago,
15. Maza, 19. 51, 61-63, 61, 69.
Horacio Cocles, 18. Mediterráneo, 12, 38. Red, plano de ciudad rectan­ Trebia, batalla del, 45, 55-57,
Horcas Caudinas, batalla de Mercenarios cartagineses, 6, gular, 31. 61.
las, 22, 23. 40, 60. Regolini-Galassi, tumba de, 10, Tumbas, armas y armaduras
Huecos en la formación de etruscos, 9, 15. 12. en, 11, 16, 19, 62, 63, 64.
batalla romana, 33, 33. Metal fundido y batido, 11. Régulo derrotado, 38-39, 45.
Hueso, 10, 11. Milán, 50, 51. invade Africa, 37. Umbros, 28, 29.
Hurst, H. R„ 36, 37. Mimbre, escudos de, 13. Ródano, río, 43, 44, 45, 45,
yelmos de, 21. 47. Vachéres, guerrero de, 64.
Insubros, 50, 51, 58, 59, 62. Minturno, 31. Roma, defensas de, 31. Vainas, 11, 19.
jefe y guerrero, 65. Moneda que muestra el cabello e Italia, 6. de bronce, 11.
Isére, río, 45, 47. lavado con agua alcalina, y los celtas, 21. de Hallstatt, 67.
Italia, aldeas primitivas de. 30. 63. y los etruscos, 9, 21. conteras de, 11, 11, 17, 19,
Aníbal invade, 6, 42, 44-45, que muestra un barco, 39, muralla de Servio en, 31. 58, 58.
47. 39. Vaso, pinturas de, 24, 24, 26,
celtas en, 49, 5 0. que muestra un carro celta, Sabinos, 18. 42.
falange introducida en, 11. 54, 55. Samnio, 23, 26. Vetulonia, 14. 17.
que muestra un elefante de Samnitas, 6, 9, 18, 19, 22-23, Veyes, 11, 15, 21.
Jabalina, 10, 11, 17, 19, 21, guerra, 45. 22, 49. ciudadela en. 30.
51, 59, 59. Montgenévre, paso de, 44, 46- en las Horcas Caudinas, 23- vista aérea de. 30.
de bronce, 11. 47, 47. 25. Villanova, cultura de, 11, 12,
númida, 41, 41 Murallas celtas, 52, 52, 53, 53. y Aníbal, 63. 13.
pilum, 11, 17, 17, 29, 29, defensivas, 30, 30, 31. y etruscos, 28, 29. Volscos, 18, 19, 21, 22.
32, 33, 42, 43, 59, 66. en Segni, 31. y griegos, 26. Volterra, guerrero de, 28.
samnita, 23. Murus gallicus, 53, 53. coraza de triple disco de los, Volturno, río, 13.
saunion, 42, 42, 43. 24. Vulci, tumba del guerrero de,
Julio César, 53, 66. Nages, fortaleza de, 52, 52. los romanos derrotan a los. 16, 17.
y los británicos, 51, 54. Nápoles, 13, 23. 33.
y la guerra de las Galias, 49. pintura de armadura de pintura de. 23, 25. Yelmo. 10, 10, 26, 40.
caballo en, 26. Roma atacada por los. 27- celta, 26.
Lacio, 9, 10, 11, 12, 31. pintura de guerrero samnita 29, 33. con alas, 26, 27, 63.
etruscos en el, 13, 19. en, 23, 25. Sempronio, 54. 56, 63. con cuernos, 63, 63.
los samnitas invaden, 27. Narce, 12. Senones, 29, 49. 63. cónico, 21, 26.
Lanceros cartagineses, 40, 40. Númidas, 41. Sentinum, batalla de, 29. de ala ancha, 19, 21, 21.
Lanza, 10, 15, 17, 19, 21, 29. Servio Tulio, rey, 14, 32. de casco redondo. 12, 12,
arrojadiza, 18. Ofanto, río, 66, 70. Sesto Calende, tumba en, 21. 62.
celta, 51, 59, 59, 67. Olimpia, 13. Sicilia y los cartagineses, 6. 33, de hierro, 63.
con forma de rombo, 19. Onasandro, 60. 35, 39, 40. del guerrero de Capestrano,
de bronce, 11. Orange, arco de, 57, 63, 67. y los griegos, 12, 28. 19.
griega, 19, 56. Ostia, 10 Silla celta, 56. de Montefortino, 29, 29, 62.
para dos manos. 40, 40. Osuna, guerreros de, 43. 43, griega, 56. de Negau, 16, 16, 21, 63,
triangular, 19. 63. Situla, arte, 20, 20. 63.
de Villanova, 17. Soldados romanos (hastati), de «olla», 18, 21, 21.
cabos de, 59. Paga introducida para el ejér­ 32. de Villanova, 12.
Laris, río, 23, 26, 27. cito, 15. (leves), 32. etrusco, 62.
Lars Porsena, rey, 9, 15, 19. Palatino, colina del, 11, 31. (principes), 32. etrusco-corintio, 26.
La Téne, lugar de, 51, 54, 55, Panoplia apulia, 27. Sorrento, 13. griego, 16, 16, 17, 25, 27,
58, 59, 65, 66. de general, 60. 29.
Legión, formación de batalla de la tumba de Bolsena, 29. Tachones en armadura, 10, italiano, 16, 16, 21, 62, 63.
de la, 33, 68. lucania, 26, 27. 12, 13. rematado en botón, 21, 62.
Livio describe la, 32. Pasarela de abordaje naval, en escudos, 13, 20. 20, 66, romano, 63.
Liburnum, 39. 36. 67. samnita, 25, 25, 63.
Liga latina, 6, 15, 21, 32. Pequeño San Bernardo, paso en forma de huso, 14, 15, sobre mimbre, 21, 21.
Lilybaeum (Marsala), 33, 54. del, 47. 17. crestas y soportes de, 12,
casco de buque encontrado Pérgamo, 40, 63, 65, 67. en mariposa, 67, 67. 12, 21.
cerca de, 38, 38, 39. Pesto, 23, 24, 27. en yelmos, 21, 21. Yugo, paso bajo el, 22, 25.
los romanos sitian, 39. Petral, 26. Tarento, 32, 33. Yugoslavia, 16, 20, 21, 63.

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He aquí una nueva colección que, por su forma y por su fondo,
cumple certeramente la misión de instruir deleitando
al público juvenil. Ejércitos de la Historia, que se presenta
en todos y cada uno de sus voh'imenes sucesivos con la plenitud
de colorido y acción a que sus temas se prestan, con el
más adecuado, claro y didáctico para los infinitos lectores
y contempladores a quienes va dirigida como
colección. V con un auténtico esplendor de dibujos
logrados en su color, realismo y dinamismo. Constituye
una permanente lección de historia, de táctica, de
de su equipamiento y armamento, en la descripción y el
amenísimo, de los momentos bélicos estelares de la humanidad
y de sus protagonistas y hechos principales. I.a abundancia de
gráficos, mapas y esquemas que se entreveran
en el texto son un gran vehículo de instrucción y de enseñanza
tan sabia como fácil, completados con un glosario
y un índice finales de suma utilidad.

Aníbal,
y los enemigos de Roma
• Dramático relato de la lucha de Roma con sus
poderosos enemigos por el dominio de Italia y del
• Armaduras y armas, organización militar,
barcos de guerra y puertos, caballería y elefantes, batallas
y paradas de las fuerzas enfrentadas.
• Historia de Aníbal, uno de los más grandes caudillos
militares de todos los tiempos.
• Ilustraciones a todo color en cada página.

Publicados en esta misma colección:


Las legiones romanas
Los ejércitos griegos

Espasa

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