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CAPTULO II

Concepto csmico o cosmolgico

Qu es el Tiempo? Un misterio sin realidad propia y omnipotente. Es una


condicin del mundo fenomenal, un movimiento mezclado y unido a la
existencia de los cuerpos en el espacio y a su movimiento. Pero, habra
tiempo si no hubiese movimiento? Habria movimiento si no hubiese tiem
po? Es intil preguntar! Es el tiempo funcin del espacio? O es lo con
trario? Son ambos una misma cosa? Es intil continuar preguntando! El
tiempo es activo, produce. Qu produce? Produce el cambio. El ahora no
es el entonces, el aqu no es el alli, pues entre ambas cosas existe siempre
el movimiento. Pero como el movimiento por el cual se mide el tiempo es
circular y se cierra sobre s mismo, ese movimiento y ese cambio se podrian
calificar perfectamente de reposo y de inmovilidad. El e11tonces se repite sin
cesar en el ahora, y el all se repite en el aqu. Y como, por otra pa1te, a
pesar de los ms desesperados esfuerzos, no se ha podido representar un
tiempo finito ni un espacio limitado, se ha decidido creer que el tiempo y
el espacio son eternos e infinitos con la esperanza de conseguir una expli
cacin un poco ms perfecta. Pero, al establecer el postulado de lo eterno
y de lo infinito, no destruye lgica y matemticamente todo lo finito y todo
lo limitado? No queda todo reducido a cero? Es posible una sucesin en
lo eterno? Es posible una superposicin en lo finito? Cmo poner de
acuerdo estas hiptesis auxiliares de lo eterno y de lo infinito con los con
ceptos de distancia, movimiento y cambio? No queda ms que la presen
cia de los cuerpos limitados en el universo? Es intil preguntar!
TH. MANN, La montaa mgica (Madrid, 1993), p. 352.

El concepto csmico o cosmolgico supone la referencia del trmino


tiempo a un primer movimiento, sujeto del mismo, ubicado en el mundo
supralunai: Sugiere lo que se ha denominado tiempo de las esferas, a saber,
las revoluciones de los cuerpos celestes, identificadas con el tiempo mismo
por unos y tomadas como patrn de medida por otros. De este concepto

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nos quedan hoy los esquemas temporales del da, el mes y el ao, y de aqu de las ocho rbitas, medidas por el crculo de lo mismo en progresin uni

los toman los conceptos sociolgico e histrico. Se trata de un concepto forme, se completan simultneamente y alcanzan el punto jnicial, enton
ces el nmero perfecto de tierripo culmina el rio perfecto. De esta mane
patente en Platn, y desarrollado especialmente por Aristteles y los aris
ra y por estOS-motivos fueron engendrados todOS los cllCfPOs celestes que
totlicos. De hecho, el tratamiento que el Estagirita hace del mismo ha
en sus marchas a travs del cielo alcanzan un punto de retorno, para que
determinado los caracteres que conforman este concepto, comentados
el universo sea lo ms semejante posible al ser vivo perfecto e inteligible en
hasta la saciedad por los escolsticos. Aristteles considera el tiempo como
la imitacin de la natmaleza etemas6.
una propiedad del ser mvil, una realidad, por tanto, cualitativa", lo que
le obligar a buscar un sustrato del mismo, un primer movimiento que sea El tiempo platnico (xpvos) es una "imagen mvil de la eternidad"
sujeto del tiempo, al cual situar en el mundo supralunar. (aioJv) -del tiempo enico-, una especie de desarrollo del es a travs del
era y del ser, que es creacin del demiurgo. El mundo visible, como tra
sunto del mundo de las ideas, que se mantiene en un equilibrio perfecta
l. CONCEPTO CSMICO EN PLATN
mente regulado, deba poseer igualmente, en opinin de Platn, movi
mientos regulares de perfeccin matemtica. Para ello, el demiurgo cre
En la Antigedad greconomana que el tiempo del universo fuera ccli
co no planteaba problema alguno. La vista evidenciaba que todo cuerpo el tiempo, cuya estructura es la de un ahora, calculado en una serie de

celeste giraba en redondo recorriendo peridicamente la misma trayec nmeros. Los astros, de hecho, se dicen planetas propiamente por defi
toria para volver a su punto de partida. A esta constatacin emprica se nir y conservar los "nmeros del tiempo"S7. La eternidad, prototiempo o
pretiempo del que el tiempo es imagen, es una idea que tiene una copia
unan arcaicas creencias religiosas que, vinculando el tiempo al cielo, fun
daban la atlibucin de determinadas caractersticas al primero a partir de inmediata: el perpetuo movimiento circular de las esferas celestes, deba
lo visto en el segundo. As lo afirma Platn: jo del movimiento circular del todo e inseparablemente ligado a su pro
gresin sin fin.
El tiempo, por tanto, naci con el universo, para que, generados simult Quien ha visto esta cuestin con gran acierto ha sido H. G. Gadamer,
neamente, tambin desaparezcan a la vez, si en alguna ocasin tiene lugar para quien
una eventual disolucin suya(...). La decisin divina de crear el tiempo hizo
que surgieran el sol, la luna y los otros cinco cuerpos celestes que llevan el la descripcin mtica del Timeo elimina cualquier duda sobre la 'realidad'

porales (ciptl.l).lffiV xpvou)SS.


nombre de planetas para que dividieran y guardaran las magnitudes tem del 'tiempo'. A pesar de ello, la certeza ontolgica, que ve el tiempo como
algo real, queda de alguna manera debilitada si reflexionamos detenida
mente sobre el trasfondo que se advierte en el concepto de tiempo pro-
Esos nmeros del tiempo son la noche, el da, el mes, el ao. puesto por el pensamiento griego. Qu quiere decir propiamente el rela
to mtico del Timeo? Desde un primer momento se puede captar una
As y por estas razones, nacieron la noche y el da, el ciclo de tiempo de la contradiccin manifiesta. La creacin del tiempo es una, y no la ms
unidad de revolucin ms racional. El mes se produce cuando la luna, des importante de las acciones del demiurgo dentro del todo de la actividad
pus de recorrer toda su rbita, supera al sol; el ao, cuando el sol completa creadora. 'Antes' de la creacin del tiempo el demiurgo haba hecho ya
su revolucin. Como tan slo unos pocos entienden las revoluciones de los muchas cosasss. No nos dice esto que todo el relato debe ser sometido a
restantes, ni se las nombra ni, por medio de la observacin, se hacen medi una interpretacin an ms metafrica? En este sentido, el mismo Platn,
ciones relativas, de modo que, en una palabra, no saben que sus caminos por boca de TI meo, nos da una seal y una obset\lacin (34c) al decirnos
enantes de una magnitud enorme y maravillosamente variada son tiempo. que su relato no est libre de lo casual y arbitrario y, frente a su propio
Sin embargo, es posible comprender que, cuando las velocidades relativas

86. Id., 39c-d.


84. Alistteles da una definicin cuantitativa de tiempo en su Fsica, de la que nos hace 87. Id., 38c 56.
mos eco. No obstante, el concepto csmico no atiende a su carcter de cuantificable en el 88. La creacin de lo visible est, por tanto, fuera del tiempo. La Academia tratar de
sentido estricto supuesto por el concepto cronolgico. solventar esta dificultad proponiendo una lectura del1meo no cronolgica, sino lgica. que
85. PLATN, Timeo, 38b. interpreta el relato de los acontecimientos como desctipcin de la estructura del mundo.

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modo de expresarse, subraya Timeo con insistencia la prioridad del alma ser movimiento circular, puesto que solamente tomamos una parte del
sobre el cuerpo. Tambin, en otro pasaje, afirma que el tiempo ha sido movimiento circular, no el movimiento circular; si hubiera varios cielos,
creado 'a la vez' que el universo (38b 6)89.
por otro lado, habra varios tiempos: si la esfera ltima del universo ha
parecido a algunos ser el tiempo es porque todas las cosas estn en el tiem
Como hemos visto, Platn no aborda el enigma del tiempo como obje
po y en la esfera del universo93.
to explcito de una pregunta sobre la esencia del mismo, sino como corre
En sus referencias a Platn, el Filsofo le reprueba que se haya limi
lato de su reflexin sobre el aiOOv. Es ms bien en el contexto sin com
tado a "contar" el tiempo segn los das, los meses y los aos, en vez de
decir "lo que es" ('t Ecrn). Constituido por partes que ya o todava no son
promiso de un relato mtico donde el Timeo se encuentra con el tiempo9o.
Con todo, este relato ser el punto de partida de todo el trabajo de la filo y por instantes que, adems de inextensos, son una autntica apora por
sofa ulterior sobre el mismo. Tal es as que el primer anlisis filosfico
que no pueden ser diferentes ni reducirse a uno solo, el tiempo es un pro
exhaustivo y sistemtico sobre el tiempo que ha llegado hasta nosotros, blema y hasta algo que ms parece un no ser que un ser, algo que, por
el de la Fsica de Aristteles, enlaza con la definicin del tiempo en el tanto, parece no poder existir. Slo que existe. Hablamos constantemen
Timeo y abre una va de pensamiento por la que va a discurrir la filoso
te en l y de l. Aristteles parte siempre del lenguaje como primera apro
fa del tiempo durante muchos siglos. En cualquier caso, comparado con
ximacin para el tratamiento de las cuestiones, de ah que, en el captu
lo 13 del libro IV de la Fsica, se detenga a examinar un conjunto de
Aristteles, Platn dice muy poca cosa acerca del tiempo. Ser su disc
pulo quien, en sus anlisis fsicos, repiense la descripcin mtica de la
expresiones corrientes del tiempo, cotejndolas con su doctrina: ahora o
instante (vuv), un da (rrof.), ya
constitucin del tiempo. Frente a la ambigedad del hablarmeffrico del
(o), recientemente (iipn), hace tiempo
Timeo, Aristteles cincela perfiles precisos por medio de una operacin (n/cac) e instantneamente (f.i;alvs)94 Hay, pues, tiempo.
analtica. Por una parte, ste resalta las aporas ontolgicas subyacentes
Para el Filsofo el tiempo es una realidad eminentemente cosmolgi
en el problema del tiempo, como la paradoja del presente, que es un ahora
ca, esto es, una propiedad del ser mvil, objeto de la Cosmologa y sobre
l trata especficamente en los captulos 10-14 del libro IV de la Fsica. Y
que pasa continuamente. Por otra parte, como veremos, Aristteles juega
por primera vez con la conexin que se da entre el ser del tiempo y el ser
lo hace con una radical novedad: frente a las doctrinas antagnicas del
del alma".
inmovilismo del ser de Parmnides y del fluyente devenir de Herclito,
Aristteles hace uso en su cosmologa de su teora del acto y la potencia,
2. CONCEPTO CSMICO EN ARISTTELES que le sirve para superar las concepciones arcaicas y conjugar la nocin
de ser con la de devenir95. Puede as hacer uso del concepto de movimiento
Platn haba afirmado que cada astro tiene su propio tiempo o, mejor para entrar en relacin con la nocin de tiempo, de manera que las nocio
dicho, que las variadas revoluciones de cada uno de ellos son tiempo, de nes de tiempo y movimiento quedan tan indisolublemente unidas que sin
tal modo que slo por comodidad medimos nosotros tales tiempos por los la segunda no podramos en modo alguno definir la primera. Esta misma
patrones del sol y de la luna; asimismo sostiene la existencia del tiempo posicin, dicho sea de paso, ser defendida por Lucrecio, para quien
del "ao perfecto", que se alcanzar cuando todas las apariencias celes
tes vuelvan simultneamente a sus posiciones iniciales92. En su anlisis, El tiempo tampoco existe por s, sino que de las cosas mismas
se deriva el sentido de lo que se cumpli en el pasado,
Aristteles comienza oponiendo algunas objeciones a la identificacin pla
de lo que ahora espresente y de lo que ha de seguil:
tnica del tiempo con las revoluciones de los cuerpos celestes: si el movi
miento circular es igual alliempo, una parte de l sigue siendo tiempo sin

89. H. G. GADAMER, El Tienzpo e1z el Pe11Samiento Occidental de Esqzlo a Heidegger, en 93. Cf. ARISTTELES, Pltys., IV,10, 218a 31-218b 9.
P. RICOEUR, A. ToYNBEE y otros, El Tiempo y las Filosofas (Salamanca, 1979), pp. 47-48. 94. Cf. Id., IV, 13, 222a 10222h 15.
90. Cf. Id., p. 44. 95. El tiempo est ligado al problema del continuo,definido aristotlicamente como
91. Cf. Id., p. 47. actus per mixtus po tentiae (acto mezclado de potencia). Desde la teora del acto y la poten
92. Cf. PuT:-.:, Ti meo, 39b-d. cia pudo Adstteles solucionar el problema de la continuidad del tiemp?.

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Nadie, necesario es reconocerlo, percibe el tiempo en s mismo, tud. Pero tambin en el tiempo hay un antes y un despus, pues el tiempo
abstrado del movimiento o de la plcida quietud de las cosas96. sigue siempre al movimientolOI.
_

Esta necesidad de percibir el tiempo mediante el movimiento no sig De este modo, vinculando el tiempo al movimiento segn el antes y el
nifica que el tiempo sea el movimiento, tal como, por ejemplo, ha inter despus, tenemos establecida la definicin y el tipo de relacin que ins
pretado P. Davies en su escueta lectura de Aristteles97. Con dos razones taura la naturaleza del tiempo en relacin al movimiento:
prueba Aristteles que el tiempo no puede ser l mismo movimiento: el
movimiento est en un sujeto mvil y el tiempo est en todos; y, por otra As pues, cuando percibimos el ahora como una unidad, y no como ante
parte, el movimiento puede ser ms o menos veloz, mientras que el tiem rior y postetior en el movimiento, o como el mismo con respecto a lo an
po transcurre igual para todos, dado que lo rpido y lo lento se definen terior y lo posterior, entonces no parece que haya transcurrido algn tiem
mediante el tiempo9s, Como el tiempo, segn hemos indicado, no se da sin po, ya que no ha habido ningn movimiento. Pero cuando percibimos un
} antes y un despus, entonces hablamos de tiempo. Porque el tiempo es jus
el movimiento, se deduce que debe ser algo del movimiento. Es as como
tamente esto: nmero del movimiento segn el antes y despus. Luego el
concluye el Estagirita: l
' tiempo no es movimiento, sino en tanto que el movimiento tiene nmerolD2.
!
El tiempo es o un movimiento o algo perteneciente al movimiento. Pero
puesto que no es un movimiento, tendr que ser algo perteneciente al
El tiempo sigue al movimiento, pero difiere de f-n su razn formal,
movimiento99. pues mientras que al movimiento le compete ser "acto de lo que est en
potencia en cuanto est en potencia"J03 -"actus il-z potentiaprout est'', segn
mos cambiando, no nos parece que el tiempo haya transcurrido(...). Y pues
Cuando no cambiamos en nuestro pensamiento o no advertimos que esta
lo tradujeron posteriormente los escolsticos-, la razn formal del tiem
to que cuando no distinguimos ningn cambio y el alma parece durar en po es la del numerus que mide al movimiento, porque el tiempo es un
un estado nico e indivisible, no pensamos que haya transcurrido tiempo, nmero. El tiempo mide al movimiento, pero expresa algo que no va
y puesto que, cuando lo percibimos y distinguimos, decimos que el tiem incluido en la nocin del movimiento, la numerabilidad del antes y el des
po ha transcurrido, es evidente entonces que no hay tiempo sin movimiento pus. La definicin aristotlica del tiempo como numeras le vincula al con
ni cambio. Luego es evidente que el tiempo no es movimiento ni existe sin
cepto cronolgico de tiempo, como se ver posteriormente. Los anlisis
el movimiento100.
que presentamos a continuacin habrn de ser tenidos en cuenta a la hora
de estudiar el concepto cronolgico. Pero ste no es ni mucho menos el
En orden a establecer una definicin de tiempo, Aristteles examina
que estructura el discurso aristotlico, sino que forma parte de un anli
la relacin entre la sucesin segn un antes y un despus. Todo mvil, al
sis preparatorio para la correcta comprensin del concepto csmico del
trasladarse de un trmino a otro, recorre una magnitud, y como toda mag
tiempo, para el cual la alusin al movimiento de la primera esfera es irre
nitud es continua, tambin lo ser el movimiento y en consecuencia el
nunciable.
tiempo:
El tiempo, para Aristteles, es continuo, un continuo hecho de ins
tantes, comparables geomtricamente a puntos (crnyJ.!.) en una lnea o
Puesto que en la magnitud hay un antes y un despus, tambin en el movi
bien, en el movimiento, que es igualmente continuo, al cuerpo desplaza
do (-O epevov). El punto, aun siendo discreto, constituye la continuidad
miento tiene que haber un antes y un despus, por analoga con la magni-

de la lnea, cosa que obra de la misma manera el instante respecto a la con


96. "Tempus item per se non est, sed rebus ab ipsis
consequitursensus, t ra11sactwn quidsil i n awo, tinuidad del tiempo.
twn quae res i nste!, qzdd porro deinde sequatur.
Nec per se q11emqua m tempus selllire {a temdu m esr
semorwn ab renmz motll p lacidaqu e quiete".
LUCRECIO, De Renmz Natura, J. 459-463.
97. Cf. P. DAVIES, a.c., p. 29. 101. Id.,IV,219a 15-20.
98. Cf. ARISTTELES, Plzys., IV, 10, 218b 10-15. 102. Id., IV. 219a 31-219b 3. He aqu la clebre definicin de tiempo que da Aristteles:
99. Id., IV. 11, 219a 8-10. cipt8,u; Ktvm::oo; Kr.t-.ci rO i!pn::pov <:ni. iicrrepov.
100. Id., IV, 10,218b 21-219a2. 103. Id., III, 1, 201a 10-11; Cf. 201b 4-5 y 10-11.

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Puesto que los 'ahoras' son en el tiempo, el antes y despus tambin sern rosa del libro VI'". Es doble en la medida en que es fin del pasado y
en el tiempo, pues aquello en lo cual los ahoras existen es aquello en lo cual comienzo del fu1uro. ,
existe la distancia entre los ahorasl04 .
El instante no es enteramente como el punto: mientras este. ltimo
divide en acto, aqul no puede dividir sino en potencia, porque el tiempo
El instante es un lmite que une pasado y futuro y que, a la vez, los
no para110. Cino se da exactamente esa -continuidad? El instante es
separa, los divide y garantiza su continuidad, constituyndose as en un
doblemente en acto, porque es el nico elemento en acto del tiempo, y
mximo de realidad a la par que en un mnimo absoluto de duracin.
sobre todo, porque es un indivisible, una detenninacin de la continuidad
Como el tiempo es un continuq, su existencia es, en ltimo trmino, la del tiempo. No obstante, no se trata de una continuidad puramente en
existencia de su indivisible, el instante: el tiempo es continuo por causa acto, no slo porque el continuo, como el Estagirita prueba en el captu
del instante y se divide por l, de tal modo que sin el tiempo no hay ins lo 1 del libro VI de la Fsica, no est compuesto por indivisibles -antes bien
tante, ni sin el instante tiempaJos. Dada la naturaleza paradjica del ins por aquello mismo que los indivisibles limitan-, sino tambin porque esa
tante, es necesario introducir un juego de distinciones para tratar de apre continuidad se establece entre el "pasado" y el "futuro" a travs del "acto
sar su esencia, de manera que no parezca contradictorio en s. Siendo lo
lmite" dl ahora. En estas condiciones, parece que tal continuidad slo
mismo en cuanto a su soporte o sujeto ( n:o-.E Ov), es diferente en su ser es posible en trininos de un instante en acto recorriendo un tiempo en
(Elvat) en cuanto cambia de un momento a otro106. Lo que est en juego potencia, de tal manera que el il'zstante liga constantemente pasado y futu
es, por un lado, la necesidad de que el continuo se l:l_n -!!!-Y I?or .
ro al pasar._
otro, la exigencia de que esa unidad no sea absoluta, debiendo, por ello,
He aqu la estructura ntima del tiempo. Pero el tiempo no es eso, sino
que su Tl Ecrn es ser nmero o medida del movimiento, concedido lo cual
diferenciarse, porque, en caso contrario, no existira progreso. Esta difi
cultad deriva de concebir el continuo como un conjunto de dos cosas: los
puede suponerse que hay una realidad "numerante" sin la cual no existi
indivisibles (ciotatpE) (que son el punto y el instante) por una parte, y
ra el tiempo -a menos que supusiramos que el movimiento se numera
la continuidad propiamente dicha (cruvXEta) por otra. En una palabra: o se mide a s mismo-. Pero, de qu movimiento es nmero el tiempo111?
en cuanto nmero numeran te, el instante une y es factor de la continui
Lo que se plantea es el problema de la unidad del tiempo. Si Aristteles
dad del tiempo; en tanto nmero numerado, el instante divide y bajo este
estuviese considerando un tiempo meramente matemtico -limitado a un
aspecto es factor de la incesante diversidad del tiempo. Un mismo ins
concepto meramente cronolgico-, no tendra sentido plantear esta cues
tante es, simultneamente, nico y doble: es nico de sujeto107 en cuan
tin: tal tiempo seria ya nico. Pero no es esa la perspectiva aristotlica,
to es el lmite comn e indivisible del pasado y del futuro, y es en esta pro
por lo cual el Filsofo tiene que justificar la unidad temporal valindose
piedad donde radica la continuidad de uno a otro, segn la definicin del
de elementos de su teora fsica, partiendo de los cuales considera como
continuo dada en el libro V de la FsicalOB y segn la demostracin rigu-
"modelo" lo que e mueve con el movimiento ms perfecto -el movimiento
local circular uniforme-, que es "totalmente mensurable": es perfecta
mente cclico y est ya "medido" desde siempre. P. Ariotti ha dicho que
Aristteles formul lo que cabe describir como un reduccionismo celeste
104. Id, IV, t4, 223a S-8.
del tiempoln. En su teora es el movimiento circular, continuo y unifor-
105. El cambio que nosotros advertimos no es en el tiempo, pero no es tampoco el
tiempo. Habita una lugar que es el sin lugar (tO rhorrov), en el que consiste la misma natu
raleza de lo en$VI];, Io repentino, lo instantneo (PLATN, Pan nllides 156 d 1-e 2}, que, por 109. Cf. Id., VI, 3, 234a 3-24. En ella se establece que el instante es una extremidad del
su pequeez, es imperceptible (ARISTTELES, Phys., IV, 13 222b 14-15). Quiz podtamos decir tiempo pasado q_ue no tiene nada del futuro e, inversamente, una extremidad del futro.que
que slo lo ESrtivn; es tiempo,porque es chorrov. A partir de ah, es decir, al subir un r:i\'el, no tiene nada del pasado. Se establece as la "indivisibilidad" del instante, lo que s1gmfica
nos vemos obligados a "lugarizar" el tiempo, es decir,a convertirlo en un lugar y, en cierto que el instante, ms que dividir el pasado y el futuro, los une; no introduce entre el pasado
modo, espacializarlo. y el futuro un tiempo, sino que hace que se pase tan inmediatamente de uno a otro 9-ue pare
106. Cf. ARISTTELES, Phys., IV, 11, 219b 12-16. ce que haya una fusin a travs del instante. De ah que el instante, como esencm, pueda
107. Cf. Id., IV, 13, 222a 17; cf. 223a 22-23. simultneamente unir y dividi r el continuo del tiempo.
108. "Lo continuo es una subdivisin de lo contiguo; as, por ejemplo, digo que una 110. Cf. Id., IV, 11, 220a 9-18; 13, 222a 13-14.
cosa es continua con otra cuando sus lmites que se tocan entre s llegan a ser uno y lo mismo 111. Cf. Id., IV, 14, 223a. .
y, como indica la palabra, se con-tienen entre s, pero si los extremos son dos no puede haber 112. Cf. P. Aruorn, "Toward Absolute Time. Continental Antecedents of the Newtoman
continuidad". Id., V, 3, 227a 10-15. Conception of Absolute Time" en Studi lutemaz.iouali di Filosofia V (1973) 144.

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me de los cuerpos en acto el que da existencia, realidad y confiere su natu por el cielo de las estrellas fijas116. El tiempo se remite al movimiento de
raleza particular al tiempo. Pero, segn Aristteles, no todos los cuerpos la esfera, porque este movimiento mide los otros .movimientos y tambin
que aparentan moverse en crculo participan realmente de tal movimiento. el tiempoll7. Para que haya un tiempo real nico es preciso que todos los
De hecho, no los cuerpos terrestres, sino que son solamente aquellos cuer movimientos restantes dependan ontolgicamente del movimiento de este
pos que tienen su lugar en la regin supralunar los que se mueve.n ver primer cielo, esto es, que sean causados por L En fin, la opinin pitag
daderamente en un crculo continuo y uniforme. De este modo, slo los rica de que el tiempo era la esfera celeste, rechazada en un principio por
cuerpos celestes dan existencia al tiempo, y a ellos hay que acudir para el mismo Aristteles, acaba siendo valorada por ste, pero slo desde el
determinar un movimiento que sirva de unidad de medida tal que cada punto de vista mtrico, es decir, ya no la esfera, pero s su movimiento ser
movimiento pueda ser mltiplo suyo113. Este movimiento unitario debe el fundamento y an el sujeto del tiempo cosmolgico.
cumplir determinadas condiciones: Desde su concepcin, Aristteles critica las cosmogonas mticas,
segn las cuales habra un comienzo y un fin del mundo, pues ello impli
por lo tanto, si lo que es primero es la medida de todas las cosas que le son ca contradiccin. El comienzo seala siempre el fin de algo distinto y vice
congneres, entonces el movimiento circular uniforme es la medida por
versa. Cualquier instante es como el punto en una lnea infinita que siem
excelencia, porque su nmero es el ms conocido.(...) Por eso se piensa que
pre tiene puntos antes y puntos despus. El tiempo, pues, no tiene trmino,
el tiempo es el movimiento de la esfera, porque por ste son medidos los
como tampoco comienzo; tanto lo que est antes del comienzo como lo
otros movimientos, y el tiempo por este movimientott4.
que est despus del fin estn en el tiempo. El tiempo es, en definitiva, un
infinito potencial, al igual que el espacio, que no puede existir todo a la
De este modo, Aristteles considera "la traslacin del cielo como medi
da de los movimientos por el hecho de que slo ella es continua, regular vez en acto, sino que se desarrolla y crece sin fin. As lo afirma en la
Metafsica:
y eterna"l15. Cielo y tiempo, aun cuando no son iguales, son inseparables,
puesto que la revolucin celeste proporciona un patrn natural de medi
Es imposible que se generen o destruyan ni el movimiento (pues existe d e
da del tiempo y, en consecuencia, de todos los movimientos, lo que expli
siempre) ni e l tiempo, ya que no podran existir el antes y el despus si n o
ca por qu el tiempo es uno y por qu es universal y uniforme. Se trata, hubiera tiempo. Y ciertamente, e l movimiento es continuo como e l tiem
de un tiempo medible, que es medido por el reloj natural que es el cielo. po, pues ste o es lo mismo o es una afeccin del movimiento! lB.
Ahora bien, qu es este cielo, esta esfera?
Los avances en astronoma iniciados por Hiparco y culminados en No obstante, no debe confundirse la eternidad del movimiento y del
Ptolomeo confirmaron la idea de que los planetas, incluyendo el sol, cier tiempo, que es duracin infinita, con la eternidad de las sustancias inm
tamente se movan circularmente, pero en rbitas compuestas de crculos viles, esto es, de los motores del cielo, que es, en cambio, inmutabilidad
de varios dimetros, sentidos y razones de rotacin (deferentes, epiciclos, absoluta, es decir, eternidad extratemporal. Aristteles dice que el motor
excntricos, ecuantes). Sin embargo, las estrellas fijas no necesitaban tales inmvil "mueve [el cielo] por tiempo ilimitado". Es ms, la eternidad del
mecanismos y desarrollos. Su movimiento poda ser considerado como el tiempo y del movimiento es, en cierto sentido, una aproximacin a la eter
de una esfera o crculo simple. En su simplicidad, el movimiento de esta nidad del motor inmvil, porque el movimiento circular con el que se
ltima esfera o cielo era nico. Por ello, la de'finicin de Aristteles del mueven los cielos, siendo el tipo de movimiento que ms se aproxima al
tiempo corno la medida del movimiento segn el antes y el despus exige, reposo, no es sino una aproximacin a la inmovilidad absoluta de los res
en una suerte de argumento cuasi ontolgico, la existencia del movimiento pectivos motores119.
regular, uniforme -lo que reduce las posibilidades al movimiento local,
puesto que ni la alteracin, ni el aumento, ni la generacin son uniformes
y continuo que no es otro que el encarnado por el prim u m mobile, esto es, 116 Vid. A. PE:\:A CABRERA, "'El Tiempo en la Antigedad y en la poca Moderna" en
Dianoia XXXI (1985) 157.
117. Cf. ARISTTELES, Phys., IV, 14, 223b 18-23. Sobre esta cuestin volveremos con
113. Cf. ARISTOTELES, Plzys., IV, 12, 221a 1-4. detalle en la segunda parte.
114. Id., IV, 14, 223b 18-23. 118. ARISTTELES, Metaph., XII, 6,107lb 5-10.
115. ARI""TTELES, De c:aelo, 11, 4, 287a 23-26. 119. Cf. ARISTTELES, De caelo, II, 12, 292a 21-24, b 4-7, 10-13.

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3. Y es manifiesto que no sentimos que seamos mutables sino por la muta
cin del cielo. Y si fuese posible que el cielo cesara de moverse, sera posi
CONCEPTO CSMICO EN LOS ARISTOTLICOS

Esta concepcin del tiempo ligado a un movimiento primero en su ble que_n_Q:so_t!"()S -fus_emos un ser no mutable, pero esto es imposible{. . . ).
Sentirnos, pues, como seres mutables significa que sentimos el tiempo
gnero e ntimamente vinculada al problema del continuo, clave de la cos
primerol23.
mologa aristotlica, fue desarrollada posteriormente por el segundo
sucesor de Aristteles a la cabeza del Liceo Ateniense, Strato de Lamp
El tiempo, por tanto, es percibido por nosotros primero y esencial
sacus, para quien el tiempo, como cantidad continua, no es el resultado
mente en el movimiento interno que nos afecta directamente y que mues
del movimiento, sino que, ms bien, el tiempo contiene todos los movi
tra nuestra capacidad esencial de cambio. Esto, no obstante, no quiere
mientos y coexiste con ellosl20. En parte de acuerdo con Strato se sita
decir que el tiempo no tenga como sujeto ultimo el primum 1n.obile. Hay
Epicuro. Ciertamente es verdad, sostiene Epicuro, que el tiempo no es el
una relacin causal continua, pero escalonada entre la primera esfera, las
resultado del movimiento. Pero tampoco tiene una existencia indepen
dems esferas estelares y el mundo sublunar, en un proceso hiposttico.
diente. Ms bien el tiempo es un "sntoma de sntoma", una propiedad
La influencia neoplatnica en los pensadores rabes, aun en Averroes, es,
de segundo orden o atributo de las cosas que existen realmente. Epicuro
pues, neta. El alma, el sujeto como perceptor de esa realidad del tiempo,
probablemente apunta la idea de un tiempo definido como relacin.
cobra un papel importante en una cierta constitucin del mismo, aun
El aristotelismo se present ante los pensadores medievales por pri
cuando la postura de los rabes no desarrollar mucho ms all de lo que
mera vez de manera sistemtica gracias a la obra del_ filsofo persa
-- lO liiiba- he"Cho. AfiStOteles esa 1tuidll que est en la base del concepto
Avicena, quien, respecto a la naturaleza del tiempo, en clara connivencia
fenomenolgico de tiempo.
con Aristteles, concibi el movimiento de la primera esfera no slo como
Alberto Magno, al igual que har Toms de Aquino, sigue la lnea de
la medida universal del tiempo, sino tambin como su sujeto. Los otros
los rabes en su concepto de tiempo, aceptando las modificaciones que
movimientos no tienen tiempo sino por ser efectos de la primera esfera.
aquellos haban introducido al pensamiento aristotlico:
Por e1lo, si la primera esfera cesara de rotar no slo cesaran los otros
movimientos, sino tambin el tiempo, porque si no existiese el movimiento
En este punto dispuse seguir en todo a los rabes, porque pienso que su
circular del cuerpo esfrico, los movimientos rectos no tendran luga1 es inteleccin del tiempo es verdaderal24.
decir, no existiran los movimientos rectos naturales ni los movimientos
violentos121. De este modo, si no existiese el movimiento de la primera esfe En Alberto pueden observarse tres ideas muy claras: en primer lugm
ra, no existira el tiempo. el tiempo es la medida inmediata del primum mobile y est en l como la
forma en su sujeto (sicut fomw in subiecto); en los otros movimientos est
Averroes, el
Comentador, precisa lo dicho por Avicena. El movimien como nmero numerante o numero extrnseco (sicut llttmerus extrinsecus
to del primwn mobile es el movimiento con el cual y con cuyo tiempo se applicatus rebus numeratis)_ En segundo lugar, Alberto sostiene que el
miden los dems movimientos y tiempos122, de modo que, respecto a todos tiempo est en todos los movimientos, pero de diverso modo a como est
esos movimientos, el tiempo no es accidente de un sujeto, sino slo una en el primum mobile, al igual que la luz, que se difracta en los diferentes
medida entitativamente separada de lo medido. No es necesario percibir objetos sin dejar de ser la misma luz procedente de una sola fuente (tem.
el movimiento de la primera esfera para percibir el tiempo, sino que lo per pus esse 111.ensuram aliorwn tempanan, non intelliginws plura esse tempora,
cibimos en nosotros mismos, en nuestro esse transnwtabile, que es efec
to de los cambios del cielo. Estas son sus palabras: 123. "Et 11Ja11i{estw n est quod nos non semilnus nos csse transnmtabiles, nisi ex tra ns
mutatione caeli. Et, si esset posibile ipswn quiescere, esset possi bi lc nos esse i n esse non
tr anSIIWtabili . Sed lwc est i mpossi bi le (... ). Sentire igi tur nos esse i n esse t ransmu tabili est
i llud ex qua sequitur nos se1 1ti re tempus primo". Citado por A. NIANSI0:-.1, "Le Temps chez
120. S. SAMBURSKI, The Pl zysicallVorld oflte A!tliquity, Londres, Routledge and Kegan les Pripatticiens Medivaux" en Revue Neoescolastiqtw de Philosophi e (1943) 282-283,
Paul, 1962, pp. 10-11, tomado de P. ARJOTTl, a.c. 145. Es impm1ante este desarrollo aristo tomado de E. MOLERO, "El Tiempo en la Filosofia y la Teora Relativista" en Estudio s Filo
tlico del tiempo como continente, tal como veremos ms adelante. sfi cos XVIII (1969) 17.
121. Cf. A. PEA CABRERA, a.c. 159. 124. "Sed hic peronmia Arabes sequi disposui quia puto quodi ntellectm eo rum de tem
122. Cf. AvERROE.S, Ep tome de Fsica, IV, 224a. pore est verus". ALBERTO MAGI\0, Ph;;sica, L. IV, tr. 3, c. 6.

74 75
sed unwn diversi modo referi multa). Por ltimo, Alberto busca explicar son medidos por un cierto movimientot 29, el de la primera esfera, que,
la percepcin del tiempo en cualquier movimiento y no slo a travs del entre los movimientos,
alma, como pretenda AvetToes. La causa de todos los movimientos que
es el primero, porque entre los otros movimientos, el movimiento local es
es la primera circularidad se descubre en los efectos, pero no por induc

el movimiento circular(...). Y entre los otros movimientos circulares el ms


el primero y ms simple y regular; y entre los otros movimientos locales,
cin(collatio), sino directamente (advertatur et percipiatur distincte). Si el
tiempo est en el primer mvil como en su sujeto, lo est en los movi
regular y uniforme es el primer movimiento, que hace dar la vuelta al fir
mientos derivados por la relacin de causalidadt2s.
mamento en el movimiento diario: de aqu que aquella revolucin, como
Toms de Aquino expone con ms claridad las relaciones entre el plimera y ms simple, sea la medida de todos los movimientos130
movimiento primero y los dems movimientos, y entre el tiempo cuya
predicacin conviene slo al primer mvil y el que, derivadamente, co Se trata, en efecto, de lo que ya haba sido esbozado por Alberto Mag
rresponde a todas las otras cosas sujetas a cambio. Es obvio que para no, esto es, el paralelismo entre la relacin causal y la relacin temporal.
Toms, en la lnea de Aristteles, "el tiempo no puede ser entendido sin Para Santo Toms, como para Aristteles, el movimiento del primer
el movimiento"t26, porque, de hecho, el tiempo no es sino el nmero del cielo no slo es la medida de los otros movimientos, sino tambin el suje
movimiento segn el antes y el despust27. Esta necesidad de la percep to nico del tiempo, con lo que se explica la unidad o unicidad del tiempo:
cin del tiempo mediante el movimiento no significa que el tiempo sea
el movimiento, sino que, no siendo l mismo movimiento, el tiempo-no El tiempo es uno por la unidad del movimiento del primer mvil, pero el
existe sin l, concretamente sin el primus motus, de ah que el tiempo sea tiempo se relaciona con este movimiento no slo como medida, como lo
por s mismo medida del primer movimiento (mensura primus motus) y hace con los otros movimientos, sino tambin como accidente con respecto
es del ser de las cosas temporales (esse rerwn temporaliwn) en tanto que al sujeto, lo cual es expresado en su definicinJJI.

stas se hallan sujetas a las variaciones del movimiento estelar.


La intuicin del Aquinate est en fundar el tiempo sobre un primer
As pues, dado que todas las cosas estn sujetas al movimiento del cielo movimiento regular y perceptible para todos, capaz de medir a los dems.
como a su causa, stas son medidas tambin por el tiempo, cuya medida Que este movimiento sea el de la primera esfera es cosa que, en ltimo
primera es aquel movimiento estelar. Quienquiera que percibe cualquier trmino, no le preocupa, pues si se descubriese otro movimiento ms uni
variacin, que es consecuencia de la vmiacin del primer cielo, percibe el versal que ste, se seria el sujeto del tiempo cosmolgico, ya que todas
tiempo mismo, aunque no vea el mismo movimiento del cielot28. las cosas son medidas por lo que es primero en su gnero132.
En suma, la opinin pitagrica de que el tiempo poda identificarse
El tiempo tiene como sujeto el primzwz mobile -tal como deca Avi con la esfera celeste, calificada en algunos momentos por algunos pen
cena- y percibimos ese tiempo en todas las cosas, no slo a travs de nues sadores de absurda, y que a Aristteles no le haba parecido tan desa
tro esse variabile, como ya haba apuntado Alberto Magno, sino gracias a certada desde el punto de vista mtrico, puesto que si no la esfera, s su
la relacin causal existente entre el primer mvil y los otros movimientos,
de ah que el tiempo consista en la medida de un movimiento por otro
movimiento: los movimientos son medidos por el tiempo en cuanto que 129. uMotus mensuralllur a tempore, inquantwn mei1SIII'allltll' quodam motu". To:.L\s
DE Aoumo, In!V Pl zys. , L. :X.XIII, 11.
130. "Quorum primrmz est, quod imer alias matus, primus el magis simple..t: et regula
ris est motm localis; et inter alias 1/JOtlls locales, IIJOtliS cirwlaris (.. .). Et imer alias mollls
circulares, maxime w(onnis et reg11laris est prinws motiiS, qui revolvit tolwll finnamentum
125. Cf. A. PES:A CABRERA, a.c., 159-160.
126. "Tempus non potest intelligi sine motu", To:..tS DE Aoumo, Qzwdl., IX, q. 4, a. 4., mot11 diumo: wtde illa circulatia, taHqzcam prima et simplicior et regulariar; est memHra
in c. onmiWillllDlwmz". TOMS DE AOUI:\0, b1!V Phys., L. XX III, 10-11.
127. "{Tempus] nihil aliud est quam 1111111ents motus secundum prius et posterius". 131. "Tempus est W1Wil ah w1itate ma tus primi mobilis, tempus autem comparatur ad
TOMS DE AOUIN"O, Swnma Theologiae, l, q.10, al. istwn 1110!Wil, non tantum ut meHSttra, sicut ad alias motus, sed sicut accidens ad Sllbiec
128. "Et inde est quod OI/1/a quae ordi11anturad motw1z caeli sicut ad causam, cuius twn, quod ponitur iH di-ffinitione eias". To:..lAs DE AOUINO, In Sent. IT, d. 2, q.l, a.l. Cf. Summa
Tlzeol. I. q. 10, a. 6.
primo menstlra est tempus, mensurantur tempore; et quicumqtle semit quamcumque varia . .
bilitatem qrwe consequitur ex motll caeli, sentit tempus, quamvis 110Jl videat ipsum motwn 132. "Si autem esset alius motus primus, illius 1/Wtlls mensura esset tempus, qwa omma
caeli". T0:\1AS DE Aomxo , In Sent., I, d.19, q. 2, a.l ad 4. mensuralllur primo srti generis". TO:'IIS DE A oun..;o , Swnma Theol., I, q. 66, a. 4 ad 3.

76 77
movimiento ser el verdadero fundamento y an el sujeto del tiempo cos en ella"134. Por consiguiente, aunque las estrellas cesaran en su movi
molgico, es retomada crticamente por Toms de Aquino, para quien .miento, el tiempo no se detendra, pues el aevwn seguira su cursol35.
este tiempo nico no es slo matemtico, sino cosmolgico. Hasta tal Quien terminar, al menos tericamente, con el "tiempo de las esferas"
punto es esto cierto para Santo Toms que, segn l, cuando el hombre ser Guillermo de Ockham, quien, sin ms, reduce el tiempo al movi
percibe cualquier movimiento de la naturaleza, percibe tambin el tiem miento. En este caso, al igual que en el resto de su elaboracin filosfica,
po cosmolgico nico de la primera esfera, y esto an cuando aparente funciona la "navaja": non sunt entia multiplicanda sine necessitate. Para
mente no haya medio de referir tal movimiento particular a aquel otro Ockham es intil buscar otra cosa en el movimiento que el movimiento
privilegiadolJJ. mismo. De este modo, el tiempo es simplemente el movimiento por el cual
El primer crtico de la posicin causalista del tiempo es Roger Bacon. el alma -he aqu de nuevo a Agustn- mide otros movimientos. El tiempo,
Para l la unidad del tiempo no tiene fundamento en el movimiento este por ello, no es un accidente del movimiento, ni siquiera del primus motus.
lar ni el primer cielo es el sujeto absoluto del tiempo. Si el cielo se detu De acuerdo con esto, el tiempo es, en sentido restringido, el motus p1i
viese y quedaran los otros movimientos habra tiempo, dice Bacon, fren mus, porque por su regularidad, unifom1idad y continuidad sirve para
te a la tesis de Avicena y Averroes, que sostenan que si el cielo cesara de medir a los otros movimientos, lo que no quiere decir que, como en
moverse tambin cesaran eo ipso iodos los dems movimientos, por haber Aristteles, esta idea de tiempo exija la existencia de un movimiento que
una relacin causal entre uno y los otros. A esta consideracin Bacon con satisfaga tales condiciones. Si la existencia del tiempo_ estuviera condi
trapone la de que el movimiento circular no puede ser_ causa de los movi cionada por la existencia de un primer mvil, que sera el cielo de las estre
mientes rectilneos, caractersticos de los elementos constituyentes de los llas fijas, desde la perspectiva de una poten tia Dei absoluta -por la cual Dios
cuerpos sublunares. Ms alejados an de la influencia estelar estn los hubiera podido crear muchos mundos, cada uno con su primum mobile
movimientos voluntarios, que son libres y que, en consecuencia, no po habra muchos tiempos, tantos como mundos, lo que parece absurdo. Pero
dran estar determinados. Por ello, el cese del movimiento estelar no podra no es tal. Segn el Venerabilis lnceptm; los diversos tiempos equivaldran
ser causa del cese de los dems movimientos y por ende del tiempo. a uno, pues slo uno sera necesario para medir a todos los otros, con lo
Por otro lado, Bacon esgrime otro argumento aristotlico contra las cual soluciona, a su modo, una cuestin que haba parecido insoluble a
tesis averrostas. Si existieran varios cielos de mundos independientes, muchos de sus predecesores, a saber, la unidad del tiempo.
habra entonces pluralidad de tiempos. Es un argumento ad absurdum As pues, para Ockham, la diferencia entre el tiempo y el movimien
para combatir a los que piensan que el tiempo es el cielo. Por el contra to es puramente subjetiva {solwn apprehensione}, con lo cual el alma se
rio, Bacon opina que cualquier movimiento es sujeto de tiempo, opo convierte en un elemento absolutamente necesario en la definicin de
nindose as a la consideracin de la primera esfera como hipstasis del tiempo136. El tiempo sin el alma es slo el movimiento (tempus potest esse
tiempo. motus sine anima), de modo que no puede haber tiempo sin el alma. El
Duns Scoto, por su parte, niega que el tiempo sea absolutamente inde elemento subjetivo introducido y desarrollado por Agustn va cobrando
pendiente y que sea separable del movimiento. Este filsofo participa da cada vez ms importancia. Esta lnea la continuar Francisco Surez, para
ramente de la doble consideracin que cabe hacer acerca del tiempo. quien slo la inteligencia puede distinguir el tiempo del movimiento, ya
Apartndose del rgido objetivismo con que otros escolsticos haban que en realidad son lo mismo. As dir: "el tiempo no se distingue del movi
interpretado la nocin aristotlica de tiempo, Scoto introduce el plantea miento segn la cosa, sino slo segn la razn con fundamento en la
miento subjetivo, influenciado claramente por Agustn. De este modo, el cosa"l37_ El tiempo csmico aristotlico y tomista ha perdido su sustrato.
tiempo puede ser considerado de dos modos diferentes: como esse mate
riale -el tiempo en acto, en relacin con el movimiento- el tiempo est en 134. "Secwulum stllllll esse materiale est in rebttS extra, seczmdum suam vera rationem
{onnalem est ab anima et est in ea". Du:-1s SCOTO, De Rerwn Principio, Quarachi, 1910, q.l8,
el mundo, en las cosas externas, mientras que como esse fonnale el tiem a.2, n.58, tomado de E. MOLERO, o.c., 8.
po-tiempo en potencia oaevwn, fuera del movimiento- "es del alma y est 135. Cf. P. Aruom, a.c., 146-147.
136. "Jmpossibile est qtwd mollts sit tempus nisi per animam". W. CKHAM, Exposilione
super libros Physic., Nueva York, Bohener, 1944,p. 98, tomado de E. MOLERO, o.c., 9.

133. Cf. A. GONZLEZ FUENTE, "'La Naturaleza del Tiempo en Santo Toms" en Estudios 137. "Tempus 11011 distingtti a mO!H secwulnm rem, sed tantwn seczmdnm rationem cwn
{wzdazento in re". F. SIJREZ, Disp JVlet., d. 51, s. 3, n. 1, tomado de lb.
Filosficos IV (1955) 312.

79
78
La discusin ontolgica que hemos venido siguiendo desemboca ya en
el siglo XIV en una concepcin ontolgicamente restrictiva respecto a la
realidad y a la unidad del tiempo, tanto que el tiempo csmico como tal
prcticamente desaparece. Pero, por otro lado, los mismos pensadores del
siglo XIV; dentro de la tradicin escolstica, son los ms interesados en
hacer fsica, para lo cual se necesita un concepto manejable del tiempo.
La opinin de Maier es que
CAPTULO III
la total eliminacin del tiempo(...) conduce necesariamente a que, imper

Concepto cronolgico
ceptiblemente, otro co11cepto llega a ocupar el lugar de aquel que fue supri
mido, (... el de) un tiempo independiente de todo cambio y entitativamen
te anterior a todo cambio ( ...) en el cual se efectan los movimientos
particulares(...). Es el mismo concepto de tiempo que posteriormente lleg
a predominar en la fsica clsica y que, entonces, recibi su formulacin y
justificacin filosfica en el tiempo absoluto, verdadero y matemtico de
Thus has he and many more of the same breed (...)
NewtonBs.
only got the tune of the time.
SHAKESPEARE, Hamlet, acto V, escena II.
Dicho de otro modo: la cosmologa del siglo XIV abarc simultnea
mente conceptos diferentes de tiempo, ya implcitos en las tesis de
Aristteles: uno cosmolgico y otro cronolgico, perfilndose en este lti Xpvo;, en su sentido etimolgico, es el tiempo entendido como rea
mo un factor que a partir de ese momento adquiere singular importancia: lidad mensurable y numerable, que pasa del pasado al futuro y del futu
la medicin.
ro al pasado de modo constante. De ah que xpvos designe primitivamente
la "duracin del tiempo", y de ah, por extensin, de "tiempo en todo su
conjunto", e incluso el "tiempo infinito". Este doble sentido est en la base
del concepto cientfico de tiempo, que comenzar renegando del primwn
mobile como instancia referencial del tiempo propia del concepto csmi
co y estableciendo la existencia de un tiempo absoluto -a modo de elOo;
platnico, inmutable y que no exige de ningn movimiento primero que
sea su sustrato- y un tiempo relativo-la medida de aqul, y en cuanto tal,
acreedor de una existencia participada-.
En realidad, el concepto cronolgico de tiempo se refiere a una mag
nitud estrictamente matemtica, la medida de un devenir mensurable,
opuesta a lo "esttico" del aicv. Supone la referencia a un hecho natural !39

139. Es necesario tener en cuenta que la diferente fom1a de entender la naturaleza a


lo largo de la historia ha trado consigo una diversa consideracin de este tiempo "natural".
"La cultura occidental ha concebido hasta ahora la naturaleza fundamentalmente de dos
modos: como templo, cosmos ordenado y continente de acontecimientos que se sucedan
cclicamente (segn la acepcin clsica, mantenida desde la civilizacin griega y romana
hasta la poca medieval) y como ,<laboratorio, seccin del universo fsico susceptible de
138. A. MAIER, Metaplzysische Hintergrii nde der spii tscholastischen Natll rphilosophie ser troceado con fines experimentales (segn una acepcin que desde la revolucin dent
(Studie zur Na tu rphilosophie der Spii tscholastik), Roma, 1955, vol. 4, p. 133, citado por S. Bca del siglo XVII ha estado presente en la poca industrial}. Hoy vemos surgir una nueva
K.'\'ABENSCHUH, "Maniobras Doctrinales de un Tomista Colonial: Tiempo y Lugar segn idea, en la que los lmites entre naturaleza y artificio tienden a desvanecerse: la naturaleza
Surez de Urbina" en A11aloga Filosfica 1 (1997) 134. La cursiva es uuestra. como Cdigo (idea novsima, postmoderna si se quiere, pero al mismo tiempo muy anti

80 81
al que se adapta la mente, a una realidad exterior, de tal modo que el con miento de la Ciencia Nueva, circunstancia histrica que motiva un reno-
cepto cronolgico de tiempo se podra caracterizar con las notaS de la . vado inters por los problemas de la medida del tiempo de la mano de
mensurabilidad, la matematizabilidad, la cuantificabilidad, la abstraccin, Galileo y, sobre todo,.de Huygens. La constitucin de la ciencia moderna
la reversibilidad, la homogeneidad y la extensin'40. del movimiento separa la nueva poca de la ontologa griega del tiempo,
Dada esta mensurabilidad y numerabilidad del xpvo,, cabra asimi puesto que ste comienza a pensarse "cientffcamente" y a ponerse en acto
larlo al tiempo tal como lo conceptan la ciencia y la tcnica, el tiempo tcnicamente. He ah la clave: con la Ciencia Nueva se maneja un tiem
que posibilita la sincronizacin, el tiempo de Newton -en cierto modo el po mensurable, matematizable y cuantificable, lo que conlleva la necesi
de Aristteles y Kant-, Einstein y, en general, el tiempo de la dinmica, dad de elaborar una nueva descripcin del tiempo mismo y de revisar su
aqul que se vincula al movimiento local -lo que nos retrotrae a la defi estatuto, teniendo en cuenta las innovaciones que las invenciones tcni
nicin aristotlica del tiempo- y que se configura como medida. De hecho, cas y el cambio de paradigma cientfico trajeron consigo, las cuales pare
es Aristteles quien introduce este concepto cronolgico de tiempo, como can haber vuelto caducas las opiniones de A1istteles defendidas por los
ya hemos visto. autores medievales. Para stos, el tiempo es, bien nmero del movimien
El tiempo, xpvos, es definido corno "el nmero de los movimientos to segn lo anterior-posterior, bien movimiento del alma, pero en cualquier
locales141 naturales", el nmero de posiciones que un cuerpo ocupa en el caso, el tiempo, segn Aristteles y las escuelas antiguas y medievales, es
espacio a lo largo de su trayectoria, de tal modo que queda abolida la dife siemp-e inherente a algo, es un accidente que se aprehende mediante la
rencia entre pasado, presente y futuro, puesto que el "ser" que est al ini percepcin sensible o la intuicin intelectual. El tiempo es, pues, un carc
cio del movimiento local es el mismo que se encuentra al final del mismo. ter accidental de lo que se puede aprehender por los sentidos. Esta nocin
Es, pues, un tiempo homogneo, sin instantes privilegiados. Adems, pues de tiempo-accidente, un tiempo espacializante y cosmologizante, va a ser
to que el tiempo est ligado al movimiento local, que es reversible, tam puesta en tela de juicio desde el siglo XVI para dotar al tiempo de un esta
bin lo ser l mismo. Rechazado el movimiento de la primera esfera con tuto propio 142.
todas sus implicaciones cosmolgicas, ser necesario hallar un movi A pesar de eso, hasta finales del XVIII continuar la asimilacin de los
miento continuo, homogneo, regular que sirva de base no para el tiem objetos observables a objetos trascendentales que se suponen cognoscibles
po mismo, es decir, no para el tiempo "absoluto", segn la terminologa slo gracias a la intuicin intelectual y que se identifican frecuentemen
de Newton, sino para una cuenta y una medida precisa de los movimientos te con objetos matemticos. Esta equiparacin, que fundamenta las pre
de los cuerpos. tensiones de la metafsica respecto a la ciencia, impregna los textos que
versan sobre el' tiempo. Veremos, pues, cmo el concepto estrictamente
cronolgico de tiempo remite a otro cuasi csmico, como se ver clara
l. EL TIEMPO NEWTONIANO
mente en el dptico newtoniano de "tiempo absoluto" y "tiempo relativo",
aqul de naturaleza sustancial, un pri.zls metafsico incondicionado y auto
Mensurable, matematizable y cuantificable son notas que caracterizan
subsistente, una nocin defensora de los aspectos nomotticos de la natu
al concepto cronolgico de tiempo, tal como ste se concibe con el naci-
raleza; ste referido a los movimientos visibles de los cuerpos celestes y
propuesto como nocin cientfica y empricamente verificable.
gua, pues recuerda el tema tradicional, hermtico y cabalstico, de la cifra y la descifracin). La ciencia moderna, desde Newton y su dinmica de los cuerpos, supu
Cf. G. MARRA/1\AO, Universalismo y Polticas de la Diferencia, en S. GINER y R. SCARTEZZINI so un tiempo lineal, pero reversible, un tiempo espacializado que queda
(eds.), Universalidad y Difemcia (Madrid, 1996), p. 95.
ba confinado a la representacin de un parmetro matemtico, t, que
140. Cf. J. C. R.EIS, "'O Conceito de Tempo Histrico em Ricoeur, Koselleck e Annales:
urna Articulao Possvel" en Sntese Nova Fase XXIII (1996) 230. Respecto al tiempo, la fsi adquira su sentido en el seno de una relacin funcional. Antes de Newton,
ca ofrece dos grandes dicotomas temporales compuestas por sendas metforas: el tiempo en la obra de Galileo, no hallamos una reflexin explcita sobre el Concepto
absoluto propuesto por Newton y el espacio-tiempo de Einstein, por un lado y, por otro, el
tiempo reversible de la mecnica de Laplace frente al tiempo breversible de la tennodin de tiempo, pero el pisano hizo una importante contribucin al nacimiento
mica, desde Boltzmann hasta Prigogine. del concepto cronolgico-matemtico del mismo por medio de sus famo-
141. Ntese que hablamos de movimientos locales. Como ya hemos apuntado,
Aristteles considera diferentes tipos de cambios y movimientos. cuestin que hay que tener
presente en orden a hallar un elemento aglutinador de todos los conceptos de tiempo. 142. Cf. K. POW,\l\, o.c., pp. 304-305.

82 83
di<J.tlnl\1,
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'10\ diag:ranu'' de uempo-C".:tpac.:o- Endi. tr.ll:ldos e d /)idforo (16ll; t:.l prulln"O

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qu em elliempo. Seguramente no le intet-c::ho. Sin emba'1to toda u s fh


i IC'IIt..' un \.tlol unl\'t'l,
"l'l l yt."S t"th, '"' aJ.; um 1 1 l;
ca3lumi6 d IIC'Mpo como un dementobsi.o"'. una mag1litud fund.amen. una can11dkl. t mucm.ttu.u. puc, lo mil un lrn (;uya ln\'a
tal mediblede la ntructuradd uniYerso. u nw c.: .o que. .sc..oyun G;alileo.era atablda porla t('OI'""(a, p.CJ . d dta r medto a ckcar
dncnptibkmalnnihcamentc C'll tc:l:mtmo!o, prt'io3Jllt"ntc. de t
..
., ,. &: eX una rolaetn f.:omplta de la 1 "e:n tomo ,, , ll
tiempo. Con u dtagrama'\. Gahl carac.:h.'ITt e) tiempo como m
te. pcn(,...a,.. E1l la conupc.n !le'\\lonum.a, pues,
mAtico. de cal manera que, con..cicntementc, l'ttlinge d u'o dd tmino cotTecta la af11111.1t1n de que dch neontt-cimiento bOn
al concepto cronolgico, sin ,,,cocupa1c de >Odra hahc.rlu concebido Eacc tiempo v cr
dad c.
o e-., rcalmentt". tl rdcrcn.;;1.1l lltuno;.\)

concepto de hempo.
de modo n:duc..'(;ionisu o alboluto1.u.
La c:onccpctn del uempo como ma_mtud. paraJdartwl... a &o ::=:: : tk'mpo aparentr. relati'O. ndpr.es la m-:dadadel ver.
hab.sucedadorn la histona pnmlll\'3delCOO"pto tpo
\'1.. lr'\a lacon.
,. del uempo aluto. E!l"il3 medida C!o)a que podr\-..nar
.
cluWn de que le ttmpo-mnhda deba tenerun contraJ)\Into,digmoslo CMOI Pero eato no "uponc que exit;.a una plurahdadde tiem
uf , de mayor M>hde:r. ontol6gu.:n De este modo postul. en una espe.
M! .., ..,... bten que una, o lncluM> las do' medada.s. han 1do inco
quese ha mcdtdo mal el tiempo o.b!!Oluto. ya qut 6te
es
etc de segunda navegac:l6n plolnica, que tuando o;e meclt.t d timpo <;t
alaba midiendo algoque ntaba ms all & la propia mcdu.an, d tlt>m cletenninada .. t:.l tiempo rdatl\0, pues. pc-rttnee.e a
pcHDC'dido, bu'ICandont.ar C'l ti6o; del que el hpo-mtd da C'r.l una cielo pcn:rpt1ble. es apantC". Su flu1r 'o(' rccono
t
lf""- El ejemp'o paradigmillco n S"ev.ton. acucti r a un sabe-r especiaht.ado rundado en d conoc
co
En las pnmerti p4ginas de lo PIU/o.opluat Namralu Pmrc-,pur .\fn y en las matcmlica.s. la" nicas en 1c16n de
th.ntlltica, Newlon presenta """ dtfimcioncs Entre ellall- ha\ Ul\:lque no!! de b sentidot. Ha un tiempo \-ulgar que. en el ,glo XVII.
iniC'resa especialmente. apunto, segn NrNton. al lirmpo de la

El t1aDp0abeululo.'udadno'KOC'flw, porw lumplia Ncwton al hablard< la


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relac:o alaoc&cTno. Ru\" unifunncTn<"nll', \ptr-otrutoHnhn: llam,
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pacin ab solu to y

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dendc de la e. que univca l, in unto e inmutable:
Oaosuo.
un mm'i mren to absoluto, en colltl"'aJ>O!>ICIt'l a
Jo!> t 1cmp0, que e adda n l fl y se n t ra n. a pati de los cuales, por la
Si.gnific3 eso qul! l tiempo la duracin dhma medida por todo m0\1-
ec:uac1n asu"OnrnK-:a, deducimos un tiempo mahernble, verdadero y
mien lo regular y peridico? El mi!> mo "'ton se dc:v ddc l01 ff ic.a
ma tem tico . La idea de u11 tiempo abluto implica que d tiempo tcndrla
la metafsica al on idemr el tiempo como un atributo di,.no, por influ
un a realidad independiente de las cosas. aun cuando no est de hecho
jo de Isaac BaiTOW, su mae lro, amigo y predt.'Coor en la ctedra Lu
separado de ro mi m . E ta realidad al>-soluta tendra una ustanlividad
casiana de matemtica en Cambridge.
Barrow observ6 que el objeto dt: la bsqueda c1cntric-a la ctmtidad
propia, trnnscu rrir(a corno una le in ne xib le en la raz misma de toda rea
lidad, cn\'ol\rindola ab ilfln'flseco. Al modo como el espacio longitud i nal
(quantity) y distingui entre d forllt de canttdad: una ro n:na purn o
matemlica y una fomla impur-a o f!!tica. U11a Jcne.. tl!Ct<l. por eJemplo. en
parece engendrarse por un Oujo continuo de puntos, as f el tiempo abso

su fonna pura es un objeto abstracto de la" matemticas. . en u _rorm..


luto puede imaginarse como el fluir continuo y siempre igual de ahoras

impura es la distancia entre dos objetos fl>iOO!> o la tro :u:t a dcntn por
ntimamente idnticos, sin compararlos con nada exterior; un tiempo radi
ad marmzdtl
un cuerpo mvi l . En su forma pura, el tiempo e una catrttd
calmente espaciali7.ado. Esta semejanza, sin duda. naci de que en el movi

enci a y notura1c:t..a depende d 1


ca. y como tal, el tiemp o, por su exist
miento uniforme, a iguales velocidades, hay proporcionalidad entre los
umle
no
tiempos y los espaciosl-41: o!> que esn es el o. m
existencia ni de la naturctleza de lo!> objet
nlltdad omo
de s movun rento s o de cualquier otra cosa. La umro
stic:'l' 1ntt tn!icac
.
:o io.mentc :>U cat"acleri

.
gene1clad del taem po son
o es atu P do .ad1'11.m
. ""r "'n
.. ... ta base de 1a con ccP<C tn

tnica de '()/;) l'll\ a.mQ\'\


1nctepend lente
' s. c!>ga
acten:t.acL " n pla
barrow iana det tiem po a car
La tesis del tiempo absoluto newton.iano se encuentra ya prevista
en escribe:
. \.':J
la polnica que Gassendi IOiliene con Desc::artes. Para le
una cMsl t:t'! C ia a.ctual. sino ;mp,c
"'la duracin mcs\tc ut'a
El b'cmpo (.. . ) no denota , \
th '" "'!'In

nnancntc. Pero e
de cada cosa es un modo o bien una forma que tenemos de considera esta
r - <.no in,r'
a.b.o-
. .:m,
acnca
--
ciclad o -ibili dad de cXJ h cu"'t
do . e "' ... " to : su patu
cosa en tanto que contim1a sieodo"9 un accidente.
to, 1pe.spon
movimiento? No en a !W1 u
Gusendi, por su rak'7:.\
parte, considera que la dicotomia SUitancia-acdd b

. . ) i la cosas comn r-

fa ,11.
tJ.,,
ente no aaota todo el ser.
pues el lupr y el tiempo no son ni lo u no ni lo r
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n.. rn\am ;cc
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otro. Bl tiempo , indepen-
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147. l. IEWION, Principios Mneos. vol. L p. l2l


1 48. a. L UUANO, "'EiDICcin y Santo TomM. la 1Mi rfl.: 5. t 1
..

1\cmpo y las Doc:uinas del AnaQklo Doctor" ea DMu n.....ll


9
14 . (l)tualto, onltut ""'""""- 11 no6iu1Mflf .t&
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151 . l. BAUOW. T1at M4Jtlht
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PmlosopltiM (Pms, 1964), l . SS.
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val U, p. 160. &amado de P. AJUOft

IWtleipll l, oc..

87
86
En esta ltima frase es donde Whitrow ve el origen de la concepcin tes convicciones religiosas y los intereses teolgicos de Newton -as como
de tiempo absoluto en Newton152. Sin embargo, P. Ariotti considera que los aspectos esotricos y msticos, tan caros a ste- y Barrow ejercieron
no es as. Ciertamente ambos estaban de acuerdo en la necesidad de un una influencia en la formacin del concepto de tiempo absoluto1S6 ,
movimiento sensible para medir el flujo del tiempo, lo que nos dara el Tiene significacin fsica este tiempo, puede ser medido? Newton
tiempo relativo. Por otra parte, as como Barrow concibi el tiempo y el admite que un movimiento "perfectamente igual" que pueda medir el
espacio con la funcin de contener y ordenar los objetos y los sucesos, tiempo absoluto pudiera no existir, lo cual no impide buscar tal movi
Newton concibi su tiempo y espacio absolutos como el armazn uni miento que sin ayuda de la ecuacin astronmica pudiera medir directa
versal del mundo fsico. El tiempo absoluto se "alcanza" mediante cl mente el tiempo, por tanto no prohibe suponer que ste sea una entidad
culos hechos a partir de observaciones y medidas. Pero la matemtica no fsica.
puede demostrar que "en s mismo y por su propia naturaleza, fluye uni En definitiva, podemos afirmar con Pomian que
formemente sin relacin a nada exterior" . Estamos ya en el mbito de la
metafsica, donde un timpo independiente de las cesas forma el marco el tiempo absoluto de Newton, objeto demostrable, trascendente y vir
tualmente medible o, en otros trminos, matemtico, metafsico (o teo
y la condicin en los que stas se suceden. He aqu donde hallamos quiz
lgico) y virtualmente fsico, ilustra perfectamente ( ... ) la confusin en el
el mayor influjo de Barrow en Newton, puesto que Newton se hizo eco
siglo XVII, y mucho despus, de esos tres estatutos ontolgicosl57.
de las creencias religioso-teolgicas de Barrow, segn las cuales el espa
cio absoluto no es ms que la omnipresencia de Dios, la manera como
En cualquier caso, el tiempo operativo es el tiempo-medida, aquel cuya
Dios siente el mundo, el sensoriwn Dei, y el tiempo absoluto -segn opina
entidad constitutiva es la de reducirse a una variable matemtica. Esta
A. Koyr15L es la duracin de Dios, de modo que Newton parece apun
reduccin del tiempo a t tendr como una de sus consecuencias la consi
tar una cierta interpretacin animista o pantesta de la realidad que se
deracin determinista de la naturaleza, concebida como un autmata que
acerca a la visin del universo como cuerpo de la divinidad, ya que este
obedece rgidamente a un pequeo nmero de leyes sencillas, universa
tiempo acaba remitindose, en el Escolio general al final de los Principia,
les y abstractas, al modo de un mecanismo de relojera, predecible en cada
a Dios, que
detalle. De ah surgir la imagen del Relojero Divino. Pero adems, el tiem

es eterno e infinito, omnipotente y omnisciente, es decir, dura desde la eter


po en la dinmica es homogneo, es decir, carece de instantes privilegia
nidad hasta la eternidad y est presente desde el principio hasta el infini dos, por lo que las diferencias entre pasado y futuro desaparecen, y es
to(...). No es la etemidad y la infinitud, sino eterno e infinito; no es la dura reversible. Basta con cambiar de signo a la variable t para hacerlo fluir,
cin y el espacio, sino que dura y est presente. Dura siempre y est matemticamente, en un sentido u otro. De este modo, conocida la ley del
presente en todo lugar y existiendo siempre y en todo lugar constituye la movimiento de un sistema y un estado instantneo cualquiera del mismo,
duracin y el espaciol54 . se lo tiene completamente definido, de tal modo que puede conocerse per
fectamente el desarrollo futuro del sistema, as como su devenir pasado.
Este tiempo, pues, tiene relacin con algo exterim a pesar de lo que Es la tesis de Laplace, para quien, si todo movimiento est determinado
afirma Newton, a saber, Dios, de tal modo que su mismo ser queda unido matemticamente, entonces el estado actual de movimiento del universo
indisolublemente a la duracin divinalss. No cabe duda de que las fuer- basta para fijar su futuro (y su pasado) en cualquier instante. El futuro ya

152. Cf. G. J. WHITROW, Tite Natural Philosophy o{ Time (New York, 1963), p . 1 3 1 . rior Dios, "a Being incmporeal. living illlelligent, mmlipresmt, sees tlze things themselves inti
153. Cf. A . KOYR, Newtouiau Studies (Londres, 1965), p . 104, citado por A. PEXA C\ mately, aud throHghly perceives them, and comprehends them tvlwlly by lheir imuediate pre
BRERA, a.c., 180. swce lo himsel['. Cf. I. NEWTO, Opticks (New York, 1952), Ill, I, qu.28. El tiempo, para
154. I. NE\\TO:-<, Principios Matemticos... , vol. II, p. 783 Ne\\1on, no sera un sensoriwn Dei anlogo al espacio. Adems, la relacin entre el tiempo
155. Uno de los puntos centrales de la polmica entre Newton y Clarke es el de la inte y la duracin divina es tambin dificil de comprender en cuanto que Dios es absolutamen
ligibilidad del tiempo. Que ste sea independiente de las cosas y que tenga relaciones cer te inmvil y el tiempo es un flujo. Por otro lado, respecto a los intereses teolgicos de
canas con Dios es algo que Newton y Clarke aceptan sin ms. Pero las relaciones que el tiem Ne\\-1on, sabemos que dedic parte de su tiempo a estudiar la cronologa de los Profetas acer
po mantiene con Dios son ms complejas que las que ste mantiene con el espacio. Slo ca del origen del mundo.
refedda a este ltimo se usa la metfora del se11soriwn -herencia de las tradiciones medie 156. P. ARIOITI, o.c., 144.
vales relativas a la ptica- que permite representarse el espacio como marco en l:uyo inte- 157. K. POML\N, o.c., p. 310.

88 89
est contenido en el presente. De este modo, como I. Prigogine observ, modalidades del conocimiento por obra del empirismo. El tiempo deja de
el Relojero Divino queda reducido a un mero archivero que ve las pgi estar en el mbito de las relaciones entre Dios y las cosas y pasa a estar
nas de un libro de histmia csmica que ya est escrito. En realidad, podra en el terreno deJas relaciones entre el hombre y las cosas; abandona la
mos decir, no hay tiempol58. Cmo llamar tiempo a algo por lo que uno problemtica del ser para pasar a la del conocimiento.
se pasea mriba y abajo sin ms que poner en la "variable-t" un signo + o Para la gran figura empirista, Hume, el tiempo, una sucesin de mo
un signo -? 1 59 . mentos indivisiblesJ 6o, es una idea de nuestro espritu fmjada a partir de
En suma, Newton propuso considerar el tiempo como algo absoluto, la sucesin de las ideas e impresiones. La idea de tiempo no se deriva de
independiente de la realidad e igual para todos los sistemas de referencia. una impresin particular mezclada con otras y claramente distinguible de
Newton hizo con el tiempo lo que los gemetras griegos haban hecho con ellas, sino que surge siempre segn el modo de manifestacin de las impre
el espacio: lo idealiz como una dimensin exactamente medible. Su con siones a la mente, sin formar parte de ellas. En ausencia de percepciones
cepcin se admiti por unanimidad debido al incuestionable xito logra que se sucedan no hay conciencia del tiempo, de manera que el tiempo,
do por la mecnica celeste newtoniana, en cuyas ecuaciones intervena el por s solo, no puede manifestarse ante la mente ni ser conocido por ellal61.
parmetro t, el tiempo newtoniano. Desde entonces, las disputas sobre el Cabe concluir, pues, que el tiempo es relativo a la manera que las per
tiempo en fsica y filosofa sern tributarias de los problemas planteados cepciones tienen de manifestarse a nuestro espritu, de modo que ningu
por Newton. Pero la dicotoma ontolgica que Newton estableci con sus na correccin podra darnos acceso a un tiempo verdadero y matemti
conceptos de tiempo "absoluto" y tiempo "relativo" se fue mostrando poco co. El tiempo "absoluto" sera una ficcin metafsica que habra que
productiva desde el mbito de la tema del conocimiento y desde las auto abandonar, puesto que nuestro conocimiento requiere nicamente del
comprensiones cientficas. Por qu seguir manteniendo la existencia de tiempo como medida. Es la misma tesis que, aos ms tarde, desarrolla
un tiempo "absoluto", cuando la prctica cientfica se limita a manejar su r E. Mach.
"medida"? En virtud de un principio de economa, una especie de nava
ja de Ockham -non sul'lt entia multiplicm1da sine necessitate-, el tiempo Un movimiento puede ser unifonne por relacin a otro, pero preguntarse
newtoniano fue reducindose a su medida, al tiempo-medida, al concepto si un movimiento es unifonne en s no tiene significacin alguna. Hablar

cronolgico. Pero este tiempo-medida, ya sin referente ulterim sigui con de un "tiempo absoluto", independiente de cualquier variacin, tambin
est desprovisto de sentido. Ese tiempo absoluto no puede ser medido por
servando los caracteres que antes haba participado del tiempo absoluto
movimiento alguno; no tiene, pues, ningn valm: ni prctico, ni cientfico.
-unicidad, inmutabilidad- hasta la llegada de la teora de la relatividad.
Nadie puede decir que sepa algo de tal tiempo absoluto: es una intil enti
dad metafsica )) 162.

2. CRiTICAS A LA CONCEPCIN NEWTONIANA DEL TIEMPO "ABSOLUTO"


Para Mach slo es real lo que es medible, con lo que el "tiempo abso
luto" no tiene lugar. Al medir el tiempo, lo que se mide es la relacin entre
El tiempo de Newton es un objeto trascendente o "metafsico", pues
to que su realidad ha sido establecida mediante un razonamiento deduc
tivo reforzado con una intuicin intelectual. Pero tanto el razonamiento
160. Cf. D. Hm,tE, Trealise ofHuma11 Nature en The Philosophical ll'orks (Darmstadt,
deductivo como la intuicin intelectual son puestos en tela de juicio como
1964), 1, 2, 2.
1 6 1 . Cf. Id., 1, 2, 3. Las ideas del Locke al respecto van en esta lnea. La sucesin de
ideas en nuestra mente en el estado de vigilia da origen al tiempo y, cuando cesa esta suce
158. A este respecto nos parece muy acertada la opinin de R. Teichmann: "The point sin, cesa la percepcin de la duracin. Cf. J. LOCKE, O{ Huma11 Understamling, en lVorks
that plzysics eschews temes, iftrue, would show only that a tellsefess !lescription ofreality tvas {Darmstadt, 1963), U, 14. Lo mismo sucede con Berkeley, para quien el tiempo absoluto new
possible, 110t that a description ofreality as tenseless was possible". R. TEICH:V1ANN, The Complete toniano es una ficcin metafsica que atribuye al tiempo el valor de cosa, de sustancia, cuan
Description o{ Temporal Reality en P. J. N. BAERT (ed.), Time ill Co!!temporary lntellectual do el tiempo depende del modo en el que un sujeto construye un orden de ideas en relacin
Thought (Amsterdam, 2000), p. 13. La hiptesis de la reversibilidad del tiempo en fsica cl a algo: "Time (is) nothing, abstracted from the sucession ofideas i11 o1-1r minds" G. BERKELEY,
sica es una exigencia de la misma estructura de la te01a, pero ello no implica, obviamen o.c., 98.
te, que las cosas "sean" as. 162. E. J'l'lACH, Die Vfechallik in ihrer Entwicklllng historisch-kristisch dargestellt,
159. Cf. P. COVE:-\EY, A Claslz of Doctrines: The Arrotv o{Ti111e in 1Hodem Physics, en P. Leipzig, Brochaus, 1883, tr. franc., La Mcanique, expos, Paris, A. Herman, 1904, pp. 217-
J. N. BAERT (ed.}, o.c., p. 77. 2 1 8, tomado de K. PO.\IlA:\, o.c., pp. 346-347.

90 91
dos fenmenos, el que se estudia y el escogido como sistema de referen El abandono definitivo de los caracteres del tiempo absoluto an sub
cia: el tiempo es, pues, necesariamente relativo. yacentes a la fsica newtoniana vino de la mano de la abdicacin de la teo
Llegamos a la nocin de tiempo por la relacin entre el contenido del ra corpuscular de Newton, impuesta a la fsica por el prestigio de ste
campo de nuestra memoria y el contenido del campo de nuestra percep durante ms de un siglo. En lugar de sta se adopta la teora ondulatoria,
cin extema. Cuando decimos que el tiempo fluye en una direccin o sen que tiene su origen en Huygens, siendo ulteriormente perfeccionada por
tido definido, eso significa simplemente que los acontecimientos fsicos (y Fresnel. Ahora bien, si la luz es un fenmeno ondulatorio, se hace preci
por consiguiente, tambin los acontecimientos fisiolgicos) transcurren en so admitir la existencia de un medio material por el cual se propague, es
un sentido definidol63. decir, por el cual las ondas luminosas se transmitan con su movimiento
vibratorio. Este medio hipottico se llam ter. Al intentar determinar sus
Despojando a la concepcin newtoniana de todo rasgo de platonismo, propiedades se vio que la fsica newtoniana era insuficiente. Era necesa
Mach niega que el tiempo sea la realidad ltima; ms bien es una abs rio crear una nueva fsica, la cual, de la mano, traer una nueva inter
traccin elaborada a partir del movimiento, el nico que es real; no es pretacin del tiempo 1 M -mas no un concepto diferente del mismo, como
tampoco un flujo, sino uria relacin que establecemos entre los fenme
nos; no es cualitativo -como lo era el tiempo absoluto newtoniano-, sino
medible. 164. El problema surgi cuando se quisieron determinar las propiedades del ter. Se
En fin, el tiempo newtoniano, reducido pragmticamente a su aspec quiso tambin determinar si el ter era arrastrado por los cuerpos en movimiento -como
hace la tierra con la atmsfera- o, por el contrario, el cuerpo se desplaza a travs del mismo
to de medida, ahora tambin tericamente, mantuvo su vigor a lo largo
del siglo XIX, siglo plagado de xitos para la mecnica newtoniana -tam
formando un viento-ter, como sucede cuando un hombre corre a travs del aire. Para resol
ver esta cuestin se hicieron mltiples experimentos, entre los cuales el decisivo fue el e.xpe
bin por consiguiente para la variable t- , hasta la aparicin de una nueva rimento deMichelson-.Morley. Para decidir el asunto construyeron un interfermetro que,
por el desplazamiento de las franjas de interferencia, permitira esclarecer el enigma de
teora que va a acabar con los caracteres "absolutos" que an quedaban
modo definitivo. Cf. A. MICHELSO y E. MORLEY, Sobre el Movimiento Relativo de la Tierra y
adheridos a t. el ter Lwni(ero, en A. EII':STEIN, A. GRNBAUM, A. S. EnDINGTON y otros, La Teora de la Rela
tividad (Madrid, 1989). pp. 34-45.

3.
Segn los resultados arrojados por el experimento caba adoptar tres posiciones epis

EL TIEMPO EN LA TEORA DE LA RELATIVIDAD ESPECIAL


temolgicas:
a) Negar validez al experimento, arguyendo que no se haba realizado correctamente.
b) Procurar encontrar alguna explicacin al mismo dentro de los moldes de la fsi
A principios del siglo XIX, P. S. Laplace publica su Trait de mcani ca clsica.
que cleste, que representa la culminacin del sistema newtoniano: en ella e) Aceptar el experimento tal como se presentaba y constmirsobre l una nueva fsica.
La primera posicin lle\ a que los fsicos realizaran el experimento cada vez con mayor
se sistematizan las investigaciones de Ne\vton, Halley, Bradley, D'Alembert precisin. La respuesta de la Naturaleza fue constante: no hay diferencia en el tiempo inver
y Euler sobre la gravitacin universal. La obra de Newton se convierte, tras tido por los dos rayos que .Michelson haba enviado en direcciones perpendiculares y que,
de acuerdo con la mecnica newtoniana y con la teora que admita la existencia del ter,
los trabajos de Laplace, en una suerte de pilar inamovible. Mas lo que con
deban invertir tiempos distintos.
tribuy de modo decisivo a la consideracin de que la concepcin new En la segunda opcin, al intentar encuadrar el experimento de Michelson en los mol
toniana era eterna e inmutable fue el descubrimiento de Neptuno por obra des de la fsica clsica, se ofrecan dos posibles explicaciones. La primera consista en supo
ner que la Tierra estaba inmvil. pero sto representaba volver al geocentrismo y, por tanto,
de Le Venier, hecho que, unido a otros hallazgos cientficos, ratific la era inadmisible. L-1. segunda, admitir que la Tierra aITastraba consigo al ter, tambien inad
potencia de la mecnica newtoniana y, con ella, la adecuacin de la con misible, ya que quedaran sin explicacin diversos fenmenos fisicos, entre ellos el de la abe
rracin de la luz y el arrastre parcial de Fizeau.
cepcin del tiempo segn el paradigma implcito en ella; pero estos xi
En esta encrucijada apareci la hiptesis de la contraccin debida a Fitzgerald. Supuso
tos no impidieron que dificultades serias, como eran la de la naturaleza que los cuerpos en movimiento experimentaban una contraccin longitudinal en el senti
de la fuerza gravitatoria y su velocidad de propagacin, y sobre todo el pro do del mismo, cuyo valor, llamando l a la longitud del cuerpo, sera

blema del ter, cuya existencia como medio de transmisin vena exigida
por la recin adoptada teora ondulatoria, hicieran su entrada en el foro
de la discusin fsica.
1-1
g -

Esta tesis, sostenida tambin por Lorentz, pareci resolver momentneamente el pro
blema. En principio, la hiptesis de la contraccin de Fitzgerald no es absurda. Una esfe
163. Id., p. 219, tomado de K. PoUAN, o.c., pp. 347-348. ra, al chocar contra una pared, se "contrae" precisamente en el sentido del choque. Poda

92 93
queda de momentos dipolares elctricos en el neutrn y en diversas mol
culas promete clarificar el enigma de cmo se viola la simetra pasado
futuro y qu relacin puede tener con la flecha del tiempo en cosmologa.
En fin, el resultado del sinnmero de trabajos sobre el viaje en el tiem
po es que no hay nada obvio en las leyes de la fsica que lo impida en prin
cipio, aunque en todos los elementos estudiados los lazos temporales pue
den conseguirse slo manipulando materia y energa de forma extrema2 t4_
Ahora bien, por definicin, las leyes del universo deben describir una CAPTULO IV
realidad tonsistente. Si el viaje en el tiempo conduce a paradojas irreso
lubles, no puede admitirse dent'ro del marco de la ley fsica. Si descu Concepto sagital
briramos que las teoras actuales ms aceptadas permiten viaj.ar al pasa
do, aunque sea de manera muy limitada e irreal, tales teoras deben que(iar
bajo sospecha. La perspectiva de la duplicacin sin restricCiones de obje
tos hace que nuestras mentes se tambaleen, y echa por tierra algunas leyes
Tengo la impresin de que hay serias discrepancias entre lo que sentimos
apreciadas de la fsica, como la ley de la conservacin de la energa.
conscientemente, con relacin al flujo del tiempo, y lo que nuestras teoras
S. Hawking ha propuesto una "hiptesis de proteccin cronolgica",
(maravillosamente precisas) afirman sobre la realidad del mundo fsico.
segn la cual la naturaleza hallar siempre un modo de impedir que los
Seguramente estas discrepancias nos estn diciendo algo profundo acer
agujeros de gusano y otras construcciones imaginarias permitan el viaje
ca de la fsica que presumiblemente debe subyacer a nuestras percepcio
al pasado215_ Si nuestros descendientes descubren algn da cmo hacer nes conscientes -suponiendo (como creo) que lo que subyace a estas per
lo, volvern y nos visitarn. Como no vemos de hecho a estos crononau cepciones sea inteligible mediante algn tipo apropiado de fsica-. Al menos
tas, podemos concluir que nunca llegarn a existir. S. Hawking usaba este parece evidente que, cualquiera que sea la fisica que est actuando, debe
razonamiento para apoyar su hiptesis de proteccin cronolgica, comen tener un ingrediente esencialmente tiempo-asimtrico, esto es, debe hacer
tando que "no hemos sido invadidos por hordas de turistas procedentes una distincin entre pasado y futuro.
del futuro" . La cuestin de fondo en este asunto es de qu tipo de futuro R. PENROSE, La Nueva Mente del Emperador (Madrid, 1 99 1 ), p. 3 8 1 .
y de pasado se habla. Desde luego, no del cronolgico tal como hemos pre
tendido describirlo.
Cuando pasamos d e l a mecnica, sea newtoniana, sea relativista, a la
termodinmica2 t 6, t pierde el carcter de reversible y lo sustituye por los
de la asimetra y el estar dotado de un sentido nico. Comparte los carac
teres del tiempo cronolgico en cuanto que se reduce a medida. Pero si
se habla de su carcter sagital, es decir, en cuanto dotado de un sentido,
de eso que se ha denominado flecha, se le confieren rasgos cualitativos
peculiares y se diferencia radicalmente del cronolgico, puesto que lo ver
daderamente importante en este concepto es que hablamos de un tiem
po espacializado por partida doble, a saber, en cuanto medida y en cuan-

2 1 6. La descripcin fsica de los fenmenos irreversibles testimoniados por la expe


riencia ordinaria nos la da la termodinmica, que es la ciencia general que estudia los pro
2 1 4. Cf. Id., pp. 254-257. En el fondo, las ideas que subyacen a la posibilidad de cons cesos de intercambio de mate1ia y energa entre el mundo exterior y una parte delimitada
truir una hipottica mquina del tiempo son que el mundo y la historia estn determina por una superficie cerrada real o ficticia denominada sistema termodinmico. Los sistemas
dos causalmente y que el tiempo es reversible. termodinmicos pueden ser aislados (no intercambian con el exterior ni energa ni mate
2 1 5. S. HAvi'KlNG, "Chronology Protection Conjeture" en Physical Review 46 ( 1 992) 603, ria), cerrados (pueden intercambiar energa, pero no materia con el ambiente) o abiertos
.
c1tado por Id., p. 259. (pueden admitir o expulsar mateia y energa). Cf. P. COVENEY, a.c., pp. 8 1 -82.

120 121
to dotado de sentido. A las notas del tiempo cronolgico opondra su Este proceso, a diferencia d e l o que ocurra con los pertenecientes a la
carcter ilTeversible y heterogneo, puesto que goza de lugares privile dinmica, no es totalmente reversible; si la entropa indica una flecha del
giados por el mismo hecho de poseer un sentido privilegiado. tiempo, el futuro est en la direccin en la cual la entropa aumenta, es
La distincin entre fenmenos reversibles e irreversibles' introduci decir, la degradacin transcurre hacia el futuro. Adems, la asimetra
da en fsica por Carnot, Clausius y Bolzmann, pone en claro nuevos as impuesta en el mundo por las leyes de la termodinmica implica una
pectos de esta experiencia y desvela la base objetiva de sta2 t 7 _ Las pr direccionalidad lgica. Muchos estados iniciales conducen a un mismo
didas del potencial de energa disponible y la tendencia al aumento de la estado final, mientras que la retrodiccin no tiene una respuesta nica.
entropa del universo posibilitan la distincin entre un "antes" objetivo La flecha lgica es similar a la aritmtica (a 89 puedo llegar a travs de
y un "despus" objetivo que se sitan a ambos lados de un "presente" muchas sumas diferentes).
objetivo. Por consiguiente, parece que esta irreversibilidad nos posibili En los sistemas aislados prximos al equilibrio, las fluctuaciones se
ta hablar de un flujo del tiempo, de una flecha del tiempo. No es extra atenan progresivamente hasta que el sistema vuelve a su estado inicial.
o que esta irreversibilidad de los sucesos fsicos definidos haya sido I. Prigogine ha estudiado los sistemas disgregadores lejanos al equilibrio
aceptada en general por los fsicos y los filsofos como capaz de ser un que, como sistemas abiertos, reciben del exterior energa que se traduce
testimonio crucial de que las modalidades "tiempo pasado", "tiempo pre en un aumento de organizacin (negentropa) 220 _ En ellos la flecha del
sente" y "tiempo futuro", que implican un sentido definitivo e irreversi tiempo asume una posicin central. A diferencia de los sistemas cercanos
ble, son aspectos fundamentales del "tiempo objetivo", es decir, que lo que. al equilibrio, en los sistemas disgregadores incluso una pequea fluctua
todos sabamos no puede ser ya negado por la fsica, parafraseando a cin puede ampliarse y superar los parmetros del sistema hasta hacer
Prigogine2 1 8 . En su obra The Nature o{Physical World, Eddington indica le asumir una condicin macroscpica nueva tan imprevisible como lo es
que adopta la expresin "flecha del tiempo" para expresar esta propiedad la fluctuacin inicial, de tal modo que cabra decir que el orden tiene su
unidireccional del tiempo, que no existe ni por analoga respecto del espa origen en el caos. Para Prigogine, todo sistema pasa por una sucesin de
cio. Al aadir que lo ms peculiar del tiempo es que "corre", subraya que regiones estables, en las que dominan las leyes del determinismo, y de
la inversin del sentido de la flecha transformara el mundo exterior en regiones inestables cercanas al punto de bifurcacin, en las que el siste
un sinsentido 219. Adems, para Eddington, la flecha del tiempo es exclu ma puede elegir entre varios futuros posibles. Tal mezcla de azar y nece
sivamente una propiedad de la entropa. sidad es lo que constituye la historia del sistema22t .
En efecto, el segundo principio de la termodinmica implica un deve De este modo, la segunda ley de la termodinmica no conduce slo a

nir irreversible: todo sistema cerrado tiende hacia un estado de desorden una degradacin de la energa, sino que, en los sistemas disgregadores, la

total o caos, identificado con el equilibrio termodinmico, es decir, la ener entropa puede ser fuente de organizacin. De ah la paradoja: mientras
ga del mundo es constante y propende a degradarse en calor, tendiendo que el universo camina hacia el equilibrio trmico, parte de l se mueve
hacia el cero absoluto. La medida de esta irreversibilidad es la entropa, hacia grados ms avanzados de complejidad y autoorganizacin. De

que introduce la flecha del tiempo y en virtud de la cual queda definido hecho, es lo que ocurre con la evolucin biolgica. Pero la autoorganiza

el sentido temporal de los fenmenos fsicos. La energa trmica no se cin espontnea no tiene por qu entrar en conflicto con la segunda ley

vuelve a transformar en energa mecnica (movimiento). La segunda ley de la termodinmica: se trata de sistemas termodinmicos abiertos que

de la termodinmica propone que la temperatura va siempre de un cuer intercambian materia y energa con el exterior, cuyos procesos termodi

po con mayor calor a otro con menor calor, hasta el equilibrio trmico. nmicos engendran siempre entropa como un producto secundario, pre
cio que hay que pagar por conseguir el orden a partir del caos. Por eso el
tiempo, para Prigogine, es una realidad, la realidad que hace posible la
2 1 7. Cf. X. DE HEMPTINNE, Past Events Never Come Back, en P.J.N. BAERT (ed.), o.c., pp. existencia de la vida y del hombre. En esta versin de la termodinmica
1 1 4-1 1 5.
2 1 8. "El descubrimiento de la multiplicidad de tiempos no es una 'revelacin' surgi
da de repente en la ciencia; muy al contrario, los hombres de ciencia han dejado hoy de nerrar
220. Cf. C. MATAIX, "Tiempo, Indeterminismo y Totalidad" en Anales del Seminario de
lo que, por as decirlo, cada uno saba". l. PRIGOGINE e I. SrENGERS, La Nueva Alianza ( Mamid,
Metafsica, num. extra ( 1 992) 806-8 12.
1 983), p. 263.
22 1 . Cf. l. PRIGOGI:SE e l. STENGERS, La Nueva Alianza ... , pp. 1 66-1 87.
2 1 9. Cf. J. WITT-HANSEN, El Futurlogo, en P. RICOEUR, A. TOYNBEE y otros, a.c., p.289.

123
122
el futuro no es concebido de manera determinista, sino que se interpreta do previo-, las leyes de la relatividad general y de la gravedad cuntica no
slo como probabilidad en la que el azar tiene un papel fundamental222 . permiten que el universo en su conjunto sea "permanentemente finito".
A la idea de la irreversibilidad del tiempo observable se le han puesto Adems, hemos distinguido entre sistemas abiertos, cerrados y aisla
objeciones. Tal es el caso del teorema de recurrencia de Poincar223, segn dos. Lo dicho hasta aqu se aplica a sistemas aislados, que no reciben ener
el cual la contigidad de cualquier estado de un sistema aislado volver ga del exterior. Se supone que el universo es globalmente un sistema
a ser visitado un nmero infinito de veces. El intervalo entre dos pasos en cerrado, pero es de hecho as?
la contigidad de un mismo estado o "tiempo de recurrencia" tiene, en el La flecha del tiempo, como tal, no describe el flujo del tiempo, sino
caso de los sistemas macroscpicos, una longitud de 1 01023, inasible al la asimetra del mundo fsico en el tiempo. La existencia de una flecha
entendimiento, pero esto basta para que no se pueda considerar imposi del tiempo, no obstante, no descarta un flujo del tiempo. Si el tiempo
ble una disminucin de la entropa, la cual puede hacer fracasar el segun fluye, lgicamente tendr que ser en la direccin indicada por la flecha.
do principio, en tanto que se postula un comportamiento cclico del sis El tiempo podra fluir desde el futuro hacia el pasado y un observador
tema en una larga escala de tiempo. Segn esto, podra decirse que, en un vera los sucesos fluyendo hacia atrs con respecto a nuestra experien
sistema cerrado, la entropa muy probablemente aumentar, si bien el cia del mundo. Pero si el flujo est en nuestra mente, es probable que su
mundo necesitara un tiempo inimaginablemente largo para retornar a su direccin coincida con la flecha del tiempo, puesto que la flecha deter
estado actual. Adems, esta ciclicidad implica no una periodicidad exac mina la direccionalidad de los procesos termodinmicos del cerebro. Si
ta, sino simplemente una recurrencia estadstica. De la misma opinin es es as, decir que el tiempo fluye hacia atrs cuando se invierte la flecha
Reichenbach, para quien del tiempo es correcto si por ello se entiende que el tiempo parece fluir
hacia atrs 225. Esta flecha apunta, por convenio, hacia el futuro, sin que
la direccin de los problemas fsicos y, con ella, la direccin del tiempo se esto implique la existencia de una regin de tiempo -el futuro- del mismo
explica en tanto que una tendencia estadstica; el acto de devenir es una
modo que no entendemos que exista un lugar concreto -el norte- cuan
transicin de una configuracin improbable de las molculas a una confi
do decimos que la aguja de la brjula apunta hacia el norte. Taml;Jin
guracin probable ( . .. ). Esta interpretacin de la direccin del tiempo ( ... )
puede caerse en un subjetivismo trascendental, afirmando que la entro
representa, de suyo, el ncleo de la teora del flujo del tiempo 224 .
pa es subjetiva en el mismo sentido en el que lo es una constelacin. Lo
que es ordenado es objetivo, como lo son las estrellas que componen una
En cualquier caso, aun cuando la mecnica newtoniana y la mecni
constelacin o como lo es el color; pero la asociacin de estas estrellas
ca cuntica no relativista admitan ciertos teoremas de recurrencia como
consecuencia de sus leyes -puede demostrarse que los sistemas "perma es la contribucin aportada por la mente que las contempla.
En esta lnea, hay quien ha defendido que el tiempo no tiene en s nece
nentemente finitos" que se derivan de las leyes de la dinmica clsica o
sariamente una flecha, una direccin privilegiada, sino que la tiene para
de la fsica cuntica no relativista debern volver repetidas veces a un esta-
nosotros, a causa de las condiciones en que nos encontramos, puesto que
el mundo que vemos, experimentamos, estudiamos no puede ser conce
bido ms que sub specie irreversibilitatis. La flecha del tiempo puede quiz
222. La ley del aumento de la entropa pudiera ser la manifestacin macroscpica de
no existir en la naturaleza, pero ciertamente existe en nosotros. Y cuan
un hecho cuntico, pero no se ha podido demostrar que exista esta conexin. Si sta se
pudiera probar habra de basarse en el concepto de probabilidad, an ms oscuro que el do nosotros hablamos del mundo no podemos hablar ms que del modo
de la direccin del tiempo que se trata de justificar. Cf. C. SNCHEZ DEL Ro, El Tiempo en en que lo vemos y lo percibimos 22 6. En cualquier caso, la flecha del tiem
Fsica, en AA. VV., Simposio sobre el Tiempo, p. 32
223. El teorema de recurrencia de Poincar tiene en su base dos hiptesis: la prime
po, como la de la brjula, indica una direccin en la cual la sucesin de
ra, que la energa se conserva; la segunda, el postulado de que el volumen del espacio de fases acontecimientos es irreversible, desde un antes a un despus, sin que
total disponible para el sistema es finito y acotado. pueda modificarse este orden.
224. H. REICHENBACH, The Direction ofTime (Berkeley, 1 956), p. 55. Siguiendo la hip
tesis fundamental de la mecnica estadstica puede decirse que un cuerpo dejado a su ser
evoluciona espontneamente hacia el estado macroscpico que conesponde a una proba
bilidad mxima. Esta hiptesis mencionada equivale al crecimiento de la entropa, que es 225. Cf. P. DAVIES, a.c., pp. 266-267.
proporcional al logaritmo de la probabilidad, e incluye, por tanto, la direccionalidad del 226. Cf. C. GIORDANO, A11hur Sta11ley Eddingtan e la "Scoperta " del/a Freccia del Tempo
tiempo. Cf. C. SNCHEZ DEL Ro, a.c. , p. 3 1 . en G. CASERTANO (ed.), a.c., p. 2 3 1 .

1 24 125
J. Mehlberg ha puesto en entredicho la legalidad de la flecha del tiem
po. En su opinin, las teoras fsicas que fundan nuestro saber sobre el uni
verso y, en particular, sobre el tiempo, no dicen nada a propsito de la fle
cha del tiempo, y ello es nicamente debido a que el tiempo no tiene
flecha227. Todas las leyes de la fsica son invariantes por relacin a la inver
sin del tiempo (sustitucin de t por -t); de este modo, la anisotropa cons
tatada en la naturaleza parece tener un carcter no nomolgico, sino sola
mente factual, en cuanto que supone determinadas condiciones iniciales CAPTULO V
que hubieran podido ser diferentes, pues ninguna ley se opone a ello.
Concepto trascendental

Es ist uns, als mKten wir die Erscheinungen durchschauen: unsere Unter
suchung aber richtet sich nicht auf die Erscheimmgen, sondem, wie man
sagen knnte, a uf die "Moglichkeiten" der Erscheinungen.
L. WITTGENSTEIN, Investigaciones Filosficas (Barcelona, 1988), 90.

Hablar del tiempo trascendental es referirse a la concepcin defendi


da por Kant, quien dota al trmino de los caracteres de absoluto, exterior
a los fenmenos, independiente de ellos y condicin de posibilidad de los
mismos en cuanto tales. La filosofa trascendental del tiempo contenida
en la Esttica Trascendental, es, en palabras de M. Sandbothe, la Carta
Magna de la moderna filosofa del tiempo 228. Claramente, el tiempo kan
tiano no es un tiempo psicolgico, como el de Hume, sino que se trata ms
bien de un tiempo anlogo al tiempo absoluto de Newton trasladado al
interior del individuo. Tiempo y espacio no son qualia, sino que

espacio y tiempo son qua11ta continua por el hecho de que no puede darse
ninguna parte suya que no est comprendida entre unos lmites (puntos
o instantes) y que, consiguientemente, no constituya, a su vez, un espacio
o un tiempo. El espacio slo se compone, pues, de espacios, y el tiempo,
de tiempos229.

228. Cf. M. SANDBOTHE, The Temporalization of Time in Modem Philosophy, en P.J.N.


BAERT (ed.), a.c., p.2 3 .
229. I. KANT, Crtica de la Razn Pura (Madrid, 1 978), A 1 69, B 2 1 1 . Las ideas funda
mentales de Kant a propsito del espacio y el tiempo estn ya delineadas en la seccin III
227. Cf. J. MEHLBERG, Laws of Nature and Times Arrow, 1 9 6 1 - 1 9 69, en J. MEHLBERG, de su famosa Disetiacin de 1770, De Mtmdi Sensibilis atque lntelligibilis Fonna et Principiis,
Time, Causality and the Quantum Theory. Studies in the Philosophy of Science (Dordrecht, publicada en castellano con el ttulo Principios Formales del Mundo Sensible y del Inteligible,
1 980), vol. II, p. 1 57. La mecnica newtoniana, la teora de la relatividad, la mecnica cun Madrid, CSIC, 1 996.
tica y la teora de cuerdas no distinguen entre pasado, presente y futuro.

127
126
CAPTULO VII

Concepto fenomenolgico o kairolgico

Eso [la msica) constituye un cambio que nos regocija, que llena algunas
horas de una manera muy conveniente; las distribuye y las llena, una a una,
de tal manera que se recuerda de ellas algo, mientras que aqu ordinaria
mente se pierden espantosamente los das y las semanas. Mire, una obra
de concierto sin pretensiones dura unos siete minutos, no es verdad?, y
esos minutos constituyen algo en s, tienen un principio, un fin, se desta
can y estn, en cierto modo, garantizados de no deshacerse impercepti
blemente en el ritmo montono del tiempo. Adems, esas mismas obras
estn divididas, en ellas mismas, por tiempos y por medidas, de manera que
siempre se produce algo y cada instante tiene un cierto sentido al cual uno
puede referirse, mientras que en otros casos . . .
Bravo! -exclam Settembrini-. Bravo, teniente ! Usted define maravillo
samente un aspecto incontestablemente moral de la msica, a saber: que
ella presta al transcurso del tiempo, midindolo de un modo particular
mente vivo, una realidad, un sentido y un valoc La msica despierta el tiem
po, nos despierta al disfrute ms refinado del tiempo . . .
TH. MANN, La Mo11tafza Mgica, p. 1 1 9.

El KCHp es el tiempo significativo, significado, constituido por episo


dios con principio y fin, el tiempo de la accin humana, el tiempo vivido,
en suma, el tiempo de Agustn, Kierkegaard, Bergson, Husserl y Levinas,
entre otros. El tiempo as concebido es un fenmeno que pertenece a l a
conciencia, l a cual estara e n e l origen del tiempo real hasta tal punto que
el tiempo fsico sera una idealizacin de los contenidos de conciencia266 .
El concepto fenomenolgico apela no a un tiempo-medida, al modo del

266. J\11. J. Rizzo habla de "real time" opuesto a "dock time". Cf. M. J. Rlzzo, Real TiJIIe
ami Relativc Indetemzinacy in Econowic TlzcOI)', en P. J. N. BAERT (cd.), o.c., pp. 174-178.

143
cronolgico, sino a un tiempo que mide, un tiempo de conciencia o dura orgnico [Tente a la concepcin del tiempo de la ffsica newtoniana y de l a
cin que es interior y cuyas caractersticas son la inconmensurabilidad filosofia kantiana. Especialmente desde Bergson, nuestro siglo h a conce
o no numerabilidad (a diferencia del tiempo cronolgico o tiempo-medi dido u n valor nuevo a este punto d e vista. Por l se distingue l a verdade
da, podra hablarse de estimabilidad), l a cualidad, la vivencia concreta, la ra experiencia del tiempo del concepto de tiempo propio de las ciencias
irreversibilidad, la sucesividad, la intensidad, la heterogeneidad (consti naturales. Para ser autntico, el tiempo de los romnticos debe ser inte
tu i da por la existencia de instantes privilegiados en un doble sentido: por rior y asumido, pero sin aislarse en la pura contemplacin. Por el contra
una parte el presente como punto-fuente y, por otra, los instantes "den rio, los romnticos conciben la exteriorizacin material del tiempo, su
sos" de la corriente de conciencia), la irregularidad, la discontinuidad y insercin en las instituciones y en las prcticas, como un resultado forzoso
sobre todo la reflexin267. Este tiempo de conciencia est en la base de del tiempo ntimo. ste no podra existir sin su exteriorizacin, pero l e s
n ues tro sentido de identidad personal y de nuestra conviccin de que el siempre e l modelo y e l principio d e toda medida. E l tiempo, fundamen
futuro es abierto. talmente individual, ligado al yo, se halla en la base de esta concepcin2 7o_
El cambio vivido es irreversible e inconmensurable, por lo que cabe
decir que las duraciones de la conciencia son cualitativas: colmada de
acciones, o mejor, de vivencias, la duracin es corta; vaca de las mismas, l. SAN AGUSTIN
larga, y su naturaleza es tal que la duracin es estimada y no numerable.
Pero no por ello se puede prescindir de los conceptos que ordenan la suce Cabe rastrear, ya entre los sofistas, una reduccin del tiempo a u n a

sin, esto es, el presente, el pasado y el futuro, anotando que estos dos lti categora mental, concretamente e n Antifonte, quien segn Aecio habra

mos no existen sino en el presente, e l cual se halla ligado a los otros dos definido e l tiempO aS: VT]IO !pOV 10V XPVOV, OX rtO\Q(JlV (el tiempO

aspectos del tiempo, de manera que cada instante contiene dentro de s el es pensamiento o medida y no sustancia)27 I . Pero ms all de considera
precipitado del pasado y los grmenes del futuro o, como dijo Leibniz: "el ciones aisladas, debemos remon tarnos hasta Aristteles, quien, al menos

presente est cargado de todo el pasado y henchido de todo e l futuro"268 . tericamente, abri la senda de l a consideracin del tiempo fenomeno

Tan slo con el ahora comienza la experiencia del tiempo. Y sta no lgico. En efecto, el punto de arranque de su reflexin sobre el tiempo es

se despliega como temporal sino con la experiencia que Plotino llamaba la realidad del movimiento. El movimiento, para Aristteles, es un ser

Otcram, y Agustn distentio del alma, y que consiste en l a escisin, que esencialmente sucesivo, no est fijo en las cosas, sino que continuamen

es la distancia por la que cada nuevo presente, al sobrevenir, aleja de s el te pasa de la potencia al acto: tan slo es actual el indivisible que delimi
presente reciente, el cual, a su vez, se hunde en el pasado, aunque per ta el antes y e l despus. La consideracin del movimiento en su totalidad

manezca retenido por el nuevo presente, que de l se distingue. Sin esta slo ocurre en la inteligencia que delimita las diversas partes. Igual ocu

l>tcracrt<;, o distensin del alma, lo temporal no sera vivido, pues nada rre con el tiempo: slo es actual el 17Lli1C, el vv indivisible que separa el

sera anterior, posterior, o simultneo a la nada. Y no se dara lo que, ya antes y el despus del movimiento, y slo el alma puede recomponerlo en

en el primer momento, permite comenzar el anlisis, a saber, los sucesos su totalidad.

presentes; ni tampoco lo que despus permite continuar el mismo anli Pudiera pensarse que, para Aristteles, el movimiento al que se vincula
sis, a saber, una conciencia real que form ula enunciados presentes en rela la existencia del tiempo no es tanto el fsico, que se produce en el espa
cin a los cuales otros sucesos son contemporneos269. cio, sino el m ismo fluir de los estados de conciencia, es decir, lo que

El tiempo, cabe decii es la relacin del alma o de la conciencia a s: Agustn llama la distentio anil1li y Bergson l a "duracin". Eso lo avala la

ella recuerda y espera, sufre en el devenii pues deja constantemente de ser: afirmacin de Aristteles:
Poetas romnticos como Novalis y H olderlin y pensadores tesofos como Y puesto que cuando no distinguimos ningn cambio y el alma parece per

indiferenciado, no
von Baader y Schelling han definido a su manera el concepto de tiempo manecer (Qaivr1at) [mostrarse, brillar, aparecer, he aqu el mtodo feno
menolgico] en un nico momento pensamos que haya
267. Cf. J. C. REIS, o.c. , 230.
268. Citado por J. PoREE, "Souffrance et Temps. Esquissc Phnomenologique" en 270. Cf. S. KARsz, El 1iempo y su Secreto e11 Amrica Latilw, en P. RlcOEL"R, A. TOYXBEE
Revue Plzilosoplzique de Louvain XCV (1997) 1 09. y otros, o.c., p. l90.
269. Cf. P. RlcoEt:R, lmroduccin a P. R!COEUR, P. ToYBEE y otros, o. c., p. 1 3 . 2 7 1 . AET I 22, 6 = D.-K. 87 B 9.

1 44 1 45
transcurrido tiempo, y puesto que cuando lo percibimos y distinguimos idealista, inaugurada por Plotino, es sostenida tambin por Buhle, Prantl,
decimos que el tiempo ha transcurrido, es evidente entonces que no hay Hamelin, L. Ruggiu y E. Bertim. Frente a ella est la interpretacin rea
tiempo sin movimiento ni cambio . Luego es evidente que el tiempo no es lista, sostenida por Toms de Aquino y tomistas como Festugiere, Dubois,
un movimiento, pero no hay tiempo sin movimientom.
Conen, adems de por Trendelenburg, Zellet; Carleron, Barreau, Rudolph,
segn la cual el tiempo necesi la del alma slo para ser numerado de hecho,
Y lo ratifica:
pero en cuanto numerable en potencia existe independientemente del
alma.
Percibimos el tiempo junto con el movimiento, pues cuando estamos en la
Toms de Aquino, a pesar de centrar su reflexin fundamentalmente
oscuridad y no expe limeniamos ninguna modificacin cotporal , si hay
alguna modificacin en el alma nos parece al punto que junto con el movi
en el concepto csmico de tiempo, recogiendo, siquiera levemente, las
miento ha transcurrido tambin algn tiempo; y cuando algn tiempo ha aportaciones agustinianas que ahora veremos, indaga tambin el papel del
transcurrido, nos parece tambin que ha habido simultneamente algn alma en la formacin del tiempo. En su opinin, en ausencia del alma, el
movimiento273 . tiempo, al igual que el movimie:.1to, slo tiene un ser imperfecto: fluye con
juntamente con el movimiento, cuyo nmero es conforme a lo anterior
El movimiento y el tiempo tienen fuera de la inteligencia u n cierto ser, posteriOl pero al no estar fij ada referencia alguna que permita distinguir
y la posible objecin de que e l tiempo no es nada por estar formado por el antes del despus, es un tiempo confuso, indeterminado, puramente cs
partes inexistentes tiene como respuesta la distincin siguiente: como ser mico278. Wieland propone una solucin de compromiso, segn la cual el
perfecto no tiene existencia fuera del alma, pero tiene un cierto ser como alma es ms bien una condicin necesaria mas no suficiente para que exis
el mismo movimiento274: ta en el mundo algo como el tiempo: el tiempo no existe por o en el alma,
sino nicamente no sin la actividad del alma279.
Existira o no el tiempo si no existiese el alma? Porque si no pudiese haber El tiempo, pues, hasta cierto punto, no existira sin el alma2so . For
alguien que numere tam poco podra haber algo que fuese numerado, y en zando el argumento, podra decirse que el tiempo, en cierto modo, es una
consecuencia no podra existir ningn nmero, pues un nmero es o lo
numerado o lo numerable. Pero si nada que no sea el alma o la inteligen
cia del alma puede numerar por naturaleza, resulta imposible la existencia 277. E. Betti llega a afirmar que "questa osservazioue dimostra che il movimeulo a cui
Arislotele collega /'esisteuza de/ lempo 11011 e so/tan/o il movimewo fisico, che si produce nello
(o rron: ov),
del tiempo sin la existencia del alma, a menos que sea aquello que cuando
existe el tiempo existe como sera el caso si existiera el movi spaio, come spesso si crede. Ma e lo stesso {luire degli stati di coscien:a, cioe que/la che
Agostino chiamera la distenlio animi e Bergson la 'durata"'. E. BERTI, JI Tempo in Aristolele,
miento sin que exista el alma; habra entonces un antes y un despus en el
en G. CASERTANO (ed.), o.c., p. 26. En rigm; podra proponerse u n a interpretacin muy lite
movimiento, y el tiempo sera stos en tanto que numerables275. ral del texto aristotlico, haciendo decir a Alistteles que no hay tiempo "decible" sin cam
bio percibido, puesto que el tiempo no se percibe en s mismo, sino que es percibido por el
alma junto con el movimiento. Si transcune el tiempo o no ms all de la percepcin ps
Ello ha llevado a algunos comentaristas modernos de Aristteles, como
quica es algo que no se puede decir.
J. Moreau, a afirmar que el tiempo aristotlico no sera sino la "dimensin 278. Cf. TOIS DE AOUINO, /u IV Phys., L. XXIII, 5.
inherente a la representacin intelectual del movimiento"276. Este ltimo, 279. Cf. W. W IELAND, Die aristote/ische Physik (Gttingen, 1962), p. 334.
280. De hecho Aristteles mismo desmiente la interpretacin idealista al decir que el
al nivel de los sentidos, no siendo sino un dato primitivo sin sucesin ni tiempo est simultneamente en todas partes (nrtvmxov) (ARISTTELES, Phys., !V, 1 2 , 220b

que el aspecto del tiempo independiente del alma sea simplemente el movimiento, como sos
medida, slo puede ser conocido intelectualmente mediante esa sucesin S-6; 14, 223b 10-1 1), de modo que no est slo en el alma. Esto no significa, sin embargo,
y esa medida que justamente constituyen el tiempo . Esta interpretacin
tendrn los intrpretes que podramos denominar ultranealistas. La expresin o ;oc v con
tenida en el texto aniba citado no indica simplemente el movimiento del cuerpo movido,
sino que indica lo que es el tiempo en un momento cualquiera, es decir el tiempo cuando
272. ARlSTTELES, Plzys . , IV, 1 1 , 2 1 8b 29-219a 2 . no es numerado por el alma. Esto podra ser el instante, es decii; el ahora, el cual, tomado
273. Id., !V, 1 1 , 2 1 9a 3-8. en s, no es todava numerado, porque el nmero mnimo, para Aristteles, es el dos (Id.,
274. Sobre este punto, vase cf. F. INCIARTE, "Atistotle and the Reality ofTime" en Acta lV, 12, 220a 27). Sera el instante el nico tiempo que puede existir sin alma, porque an
Philosophica IV ( 1995) 1 89-203. no est numerado: eso es lo que existe simultneamente en todo lugar, siempre idntico, Y
275. ARISTTELES, Phys., IV, 14, 223a 22-29. es lo que, di,idiendo el tiempo, permite al alma numerarlo. El instante es la solucin de la
276. J. MOREAU, "Le Tcmps selon Aristote" en Revue Plzilosophique de Louvai11 46 apora de la relacin entre tiempo y alma, porque no siendo un tiempo, no es numerable,
( 1 948) 2-lS. y por eso no necesita del alma, pero a la vez es lo que 'uel\'e numerable el tiempo por parte

1 46 147
trmino o cuando se lo usa2s4 Si nadie me pregunta qu es el tiempo, lo
creacin del alma2Sl. Quien desarrollar esta genial intuicin ser San
s; en cuanto quiero explicrselo, no lo s. Pero s s, dir Agustn, que s i
Agustn, el cual, adems de dar origen a una teologa de la historia, fun
nada pasase, no habra tiempo pasado, y que si nada sucediese, no habra
dada en la concepcin lineal, abierta y teleolgica del tiempo (entendido
tiempo futuro, y si nada existiese, no habra tiempo presente; pero pasa
como lo hace el concepto histrico), oriunda del judasmo y elaborada por
do y futuro, cmo pueden ser, pues el pasado ya no es y el futuro toda
el cristianismo, se adentra en el tiempo de la interioridad, el tiempo del
va no es? Por su parte, el presente no es siempre presente, sino que se hace
alma, constituido por la distemia animi2S2, que es real en cuanto que es
pasado, ya que, si no, sera eternidad285 .
experimentado por un sujeto. Agustn participa de la opinin de Plotino,
Agustn, igiendo a Plotino, rechaza la idea de que el tiempo pudie
maestro del neoplatonismo, quien, haba concebido el tiempo, como
ra ser el mov1 m1ento de los cuerpos celestes o de cualquier cuerpo mate
hemos visto, como un principio natural, una cierta expansin de la vida
rial. E l timpo es_ aquello por lo cual el movimiento es medido, por l o que
del Alma. _
el moVlmtento m1smo no podra ser tiempo. El tiempo debe ser una exten
El tratado del tiempo del libro XI de las Co11{esiones trata de respon-
sin de algo mensurable en el presente. Es, de hecho, una distensin d e l
der a la cuestin quid facebat Deus, antequam [acere/ coelwn et terram?
alma (distentio animi)286 , por lo que no basta el movimiento para origi
sta es, para Agustn, una cuestin mal planteada, porque supone que
narlo, puesto que, como afirma Gilson a este respecto, para Agustn, antes
exista tiempo antes de l a creacin, cuando de hecho el tiempo es una crea
de que hubiera una conciencia humana para recibir el futuro y e l pasado
tura como las dems.
en su atencin presente, las palabras 'antes' y 'despus' no tenan signifi

Si antes del cielo y la tierra no exista el tiempo, por qu se pregunta que cado alguno287 .
hacas entonces? No haba entonces donde no haba tiempo283 . Agustn concibe el tiempo como indivisible en parles nulas: el presente
vuela tan rpido del futuro al pasado que ni un momento siquiera se
_
Agustn de Hipona depende en gran medida de la corriente neoplat detiene, porque el presente no tiene espacio alguno288, como tampoco l o
nica y considera el tiempo como una imagen de la eternidad creada por tienen e l pasado y el futuro, puesto que las cosas pasadas y futuras n o son
Dios en el alma humana, cuya definicin no puede ser en modo alguno sino presentes289 La posibilidad de fundar la realidad del tiempo sobre
el nwnerus HIOtus de Aristteles, aunque nos sirvamos del movimiento
.
ara medirlo. Tal tiempo ciertamente existe, pero no es el tiempo del alma 1 Q_
284. " uid est teJJlptts? Quis !toe {acile breviterque explicmerit? flltelligilllllS (. . .) cw11
Este es ms difcil de retratar. Es conocido el clebre texto de Agustn .
ul loqtllllltlr, mtelltg11tws etw111 cw11 alw loqueme id audimus. Quid est ergo tentpus? Si nema
donde expresa su perplejidad por no poder explicar a quien le pregunta ex 111e quaerat sera, SI quareHII expltcare velim nescio". Id., XI, 1 4 , 1 7 .
2 8 5 . "FidetHer lamen dico scire me, quod, s i 11iltil praeteriret, 11011 esset praeteritwn
qu es el tiempo, a pesar de saber perfectamente qu es cuando se oye e l tentpus, el SL utltrl adve111ret, 11011 esset (IIIW'WIL tet11pus, el si nihil esset, non esset praese11s
tentpus. Duo ergo tila tempora, praeteritwu et futunwr, quontodo swtt, quamlo et praete
ntwll wm 11011 est et {utunLIIL nomlw11 ese? Praese11s autwt si semper esse/ praesens nec
111 praeten/Wil transtrel, 11011 utlll essel /empus, sed aetemitas". Cf. lb.
del alma, dividindolo e n partes y salvaguardando su continuidad. C f . E. BERTI, 11 Tempo in 286. Cf. Id., XI, 26, 33.
Arislotele, pp. 3 1 -32. 287. Cf. L. E. M. LYNCH, Tite Christian Pltilosoplrv o( Saint Aug11stine NY Random' '
2 8 1 . Merece citarse a este respecto el opsculo de Aristteles Acerca de la Memoria y House, 1960, p.195, citado por K. A. RoGERS, o.c. 215. '
la Relllilliscellcia, donde se enlaza la reminiscencia con la actividad intelectual, silogsti ::
288. Praesens awem nu/lum ltabet spatiw1t". SAN AGUSTIN, Con(esio11es, XI, 1 5 , 20.
ca, que posee un tiempo propio, el tiempo de las facultades humanas, reducible, en lti 289. St e111111 sunt fiaura el praeterita, volo scire ubi stml. Quod si 11011duJJl va/ea scio
mo trmino, al fenomenolgico, aunque en nuestras conversaciones con E. Chvani hemos tanten, ubicuJJlque stmt, 11011 ibi ea fiaura esse aw praeterita, sed praesentia ". Id., XI, IS, 23.
considerado la posibilidad de que se trate de un concepto nuevo, lo que ofrece interesan El futuro y el pasado exrsten no como futwu y pasado, sino como presentes tanto en s como
tes pistas para una nueva imestigacin. en lo que respecta a Oros. En De diverss i quaestio11ibm, XVII, dice: "Omne praeteritw1 1 ia111
282. La palabra disJe11tio a eces es traducida por extensin, dilatacin. Distendo es
11011 est, 01! me {uturum nolldwn est; omne igitur et prateritwlt et filllmtlll deest. Apud dewn
diferete d extemlo. Este trmino significa slo estirarse, extenderse. Distendo, por contra, _
autem 111lu/ dest, nec pratentwll tgtlur lleC {wun1111, sed 011111e praesens est amd deum". Desde
_
srgmfica hmcharse, crecer, violentar por distensin y distraer o dejar perplejo. La diferen el punto de VJsta de Oros todo el tiempo existe "simultneamente" en la eternidad. En con
cia entre distensin y extensin puede ser slo connotativa, pero es significativo que Awstn sucncra, Agustn describe la vida de Dios como un "presente" que no cambia. No nos resis
el_ija el 1rmino ms negativo al definir la naturaleza del tiempo, correlato de la eter:,idad timos a establecer una comparacin entre esta doctrina y el pargrafo 6.431 1 del 7iactatus
drvma. Sm duda, el uso que Agustn hace de disten tia implica que la existencia temporal es _
Log1co- Pnlosoplucus de L. Wittgenstein: "Si por eternidad se entiende, no una duracin tem
rmperfecta. !
poral mfinrta (mcht tmendliche Zeitdauer), sino intemporalidad (Uzeitlichkeit)' entonces vive
283. "Si awem ante coelwn et terram llldlwn eral temms, curquaeritw; quid wnc facie eternamente quien vive en el presente".
bas? Non wim eral tune, ubi 1wn erat tempus". SAl\ AGU!>TIN, Con(esi011es, XI, 1 3, 1 S.

149
1 48
creacin del alma28 1 . Quien desarrollar esta genial intuicin ser San
trmino o cuando se lo usa284 Si nadie me , pregunta qu es el tie po, 1o
Agustn, el cual, adems de dar origen a una teologa de la historia, fun
' en cuanto qUiero
se, . :xp1.1carse
, 1o, no lo se. Pero s s, dir Agustn, que si
.
dada en la concepcin l i neal. abierta y teleolgica del tiempo (entendido
ada pasase, no h bna tiempo pasado, y que si nada sucediese, no habra
ttempo futuro, '! SI nada existiese, no habra tiempo presente; pero pasa
como lo hace el concepto histrico), oriunda del judasmo y elaborada por
do y futuro, como pueden ser, pues el pasado ya no es y el futuro toda
el cristianismo, se adentra en el tiempo de la interioridad, el tiempo del
va no es? Por su parte, el presente no es siempre presente, sino que se hace
alma, constituido por la distentio animi2S2, que es real en cuanto que es
pasado, ya que, si no, sera eternidad2ss .
experimentado por u n sujeto. Agustn participa de la opinin de Plotino,
Agustn, igiendo a Plotino, rechaza la idea de que el tiempo pudie
maestro del neoplatonismo, quien, haba concebido el tiempo, como
ra ser el mov1m1ento de los cuerpos celestes o de cualquier cuerpo mate
hemos visto, como un principio natural, una cierta expansin de la vida
rial. El timpo es aquello por l o cual el movimiento es medido, por lo que
del Alma.
. .
el mov1m1ento mismo no podra ser tiempo. El tiempo debe ser una exten
El tratado del tiempo del libro XI de las Confesiones trata de respon
sin de algo mensurable en el presente. Es, de hecho, una distensin del
der a la cuestin quid facebat Deus, antequam (acere/ coelum et terram ?
alma (clistentio animi)286 , por lo que no basta el movimiento para origi
sta es, para Agustn, una cuestin mal planteada, porque supone que
narlo, puesto que, como afinna Gilson a este respecto, para Agustn, antes
exista tiempo antes de la creacin, cuando de hecho el tiempo es una crea
de que hubiera una conciencia humana para recibir el futuro y el pasado
tura como las dems.
en su atencin presente, las palabras 'antes' y 'despus' no tenan signifi
Si antes del cielo y la tietTa no exista el tiempo, por qu se pregunta que cado alguno287 .
hacas entonces? No haba entonces donde no haba tiempo283 . Agustn concibe el tiempo como indivisible en partes nulas: el presente
vuela tan rpido del futuro al pasado que ni un momento siquiera se
Agustn de Hipona depende en gran medida de la corriente neoplat detiene, porque el presente no tiene espacio alguno28S , como tampoco lo
nica y considera el tiempo como una imagen de la eternidad creada por tienen el pasado y el futuro, puesto que las cosas pasadas y futuras no son
Dios en el alma humana, cuya definicin no puede ser en modo alguno sino presentes289. La posibilidad de fundar la realidad del tiempo sobre
el mvnerus motus de Aristteles, aunque nos sirvamos del movimiento
para medirlo. Tal tiempo ciertamente existe, pero no es el tiempo del alma.
284. "Quid st tempus? Quis hoc facile breiterque explicaverit? illlelligimus (.. .) cum
ste es ms difcil de retratar. Es conocido el clebre texto de Agustn .
ul loqwzw; zutellrgunus elw 11 1 cum alw loquente zd audimus. Quid es/ ergo tezpus? Si nema
donde expresa su perplejidad por no poder explicar a quien le pregunta ex 111e quaeral sczo, st quarenti explicare velim zescio". Id., XI, 1 4 , 1 7 .

qu es el tiempo, a pesar de saber perfectamente qu es cuando se oye e l


0 e
2 8 5 . "Fidenler tamn dico scire 111e, quod, s i nihil praeteriret, 11 11 esset pra teritu m
leliiJJIIS, et sz 111lul advemret, 11011 esset fu tunm z te11zms, el si nihil esset, 11011 esset praesens
tempus. Duo ergo illa tempora, praeteritum el fwunull, quomodo sunl, quando el praete
n/Wil zam 11011 est et futunmz 1Wndu111 est? Praesens awem si semper esset praesens nec
111 praeten/11111 transtret, non iam esset te11zpus, sed aetemitas". Cf. fb.
del alma, dividindolo e n partes y salvaguardando s u continuidad. Cf. E . BERTI, 1 1 Tempo in
286. Cf. Id., XI, 26, 33.
287. Cf. L. E. M. LYNCH, The Christian Philosophy of Sai11t Augustine, NY, Random
Aristotele, pp. 3 1 -32.
28! . . Merce citarse a este respecto el opsculo de Aristteles Acerca de la Memoria y
.
House, 1960, p . l 95, citado por K. A. ROGERS, o. c 2 1 5 .
la Reuwusce11cw, donde se enlaza la reminiscencia con la actividad intelecwal. silogsti
288. ? 'aesens autem llllllwn habet spatiwn". SAN AGUSTIN, Confesio11es, Xf, 1 5, 20.

ta111eH, ubicumque swll, 11011 ibi ea futura esse aut praeterita, sed praese11tia". !d., XI, 18, 23.
ca. que posee un tiempo propio, el tiempo de las facultades humanas, reducible, en lti
289. Sz: ellllll sunt futura et praetera, volo scire ubi sw11. Quod si 11omlum valeo, scio
mo trmino, al fenomenolgico, aunque en nuestras conversaciones con E. Chvarri hemos
El futuro y el pasado existen no como futuro y pasado, sino como presentes 1anto en s como
considerado la posibilidad de que se trate de un concepto nuevo, lo que ofrece interesan

11011 est, 011111e futurw11 nondum est; Ollllle igitllr el praterillmz et {iaumm deest. Amd dewn
tes pistas para una nueva investigacin.
en lo que respecta a Dios. En De diversis quaestionibus, X V II, dice: "Om11e praeleritum iam
282. La palabra distentio a -;;eces es traducida por extensin, dilatacin. Distendo es

awem 11ihil deest, 11ec prateritwn igitur nec {iaunun, sed 011111e praesens esr amd dewu". Desde
difez:ente de extendo. Este trmino significa slo estirarse, extenderse. Distendo, por contra,
.
s1gntfzca hmcharse, crecer, violentar por distensin y distraer o dejar perplejo. La diferen
el punto de vista de Dios todo el tiempo existe '"simultneamente" en la eternidad. En con
cz. entre distensin y extensin puede ser slo connotativa, pero es significativo que Agustn
secuencia, Agustn describe la vida de Dios como un "presente" que no cambia. No nos resis
timos a establecer una comparacin entre esta doctrina y el pargrafo 6.431 1 del Tracta ws
el zJ el trmino ms negativo al definir la naturaleza del tiempo, conelato de la eternidad
. .
dzvma. Sm duda, el uso que Agustn hace de distentio implica que la existencia temporal es
Logico-Philosophicus de L. Wittgenstein: "Si por etemidad se entiende, no una duracin tem
Imperfecta.
poral infinita (nicht unemlliche Zeitdauer), sino intemporalidad (Unzeitlichkeil), entonces vive
283. "Si aute111 mlle coelwn et teJTatl1 mdlw11 era l tempus, cur quaeritur. quid tw:c facie
eternamente quien yj,e en el presente".
,
bas? No11 emm erat r z mc ubz 11011 erar te1nms'". SAN AGUSTIN, Confesiones, XI. 1 3, 1 5.

1 49
148
la de la presencia, apenas entrevista, conduce al fracaso: el tiempo, eva un ir y venir dentro del campo semntico fonnado por el juego de los prCie
nescente y fugaz, bascula hacia el no-set A ello se opone Agustn, igual terire, advenire, esse, el juego de los expecto, attendo, memini y, por fin , el
que arremete contra la postura contraria, que dota al tiempo de plenitud juego del praesens y de la aeternitas; este ltimo, un juego que se juega
de set identificndolo con la eternidad. Al no ser, entonces, ni ser ni no entre Dios y el alma. El tiempo agustiniano se dara en el sentimiento del
ser, el tiempo posee un estatuto intermedio y ambiguo. El presente es pasar, pues medimos e l propio pasar del sentimiento en la memoria: es
idntico a un instante, indivisible y sin extensin290. Pasado y futuro estn sentimiento de una fluencia y memoria de ella. Ser-en-el-tiempo no slo
presentes en el alma: las cosas pasadas estn en mi memoria; las futuras es ser objeto de la intuicin lzic et nunc; es tambin haberlo sido o tener
en nuestra premeditacin. El tiempo se siente cuando est fluyendo en lo que ser. Es dejar huella en el alma, que es lugar del tiempo.
el alma. El concepto de tiempo que Agustn maneja se aleja sustancialmente,
pues, del "tiempo cronolgico-matemtico" para convertirlo en un "tiem
La afeccin que en ti (alma ma) producen las cosas que pasan y que per po alma[" y en un "tiempo de la memoria del alma". El tiempo agusti
manece cuando han pasado es lo que yo mido como presente, no las cosas niano, como el aristotlico, habla de nmero y de medida293, pero, a dife
que han pasado para causarla. Cuando mido el tiempo mido esa sensacin. rencia de l, est tambin ntimamente ligado a la memoria, memoria d e
Luego o esta sensacin es el tiempo o yo no puedo medir el tiempo291 . un alma: e n e l fugaz presente temporal medimos e l tiempo a l recordar
el pasado y anticipar el futuro. Medimos el tiempo, pero no el futuro, que
Por tanto, lo propio sera decir que los tiempos son tres: praesens de an no es, ni el pasado, que ya no es, ni el presente, que no tiene exten
praeteritis, praesens de praesentibus, praesens de futuris, porque esas son sin. Slo se puede medir algo que persiste en la memoria. As, la medi
las tres cosas que existen en el alma: el presente de l o pasado, la memo
da del tiempo se hace en el espritu, donde se miden las impresiones que
ria (memoria); el presente de lo presente, la visin (contuitus); y el presente
dejan las cosas que estn pasando y que permanecen presentes, aunque
de lo futuro, la expectacin (exspectatio) 292. Todo el tiempo agustiniano es
esas cosas mismas se hundan en el pasado, comparando una duracin
percibida con una duracin esperada, patrn que el alma misma, en cada
290. Cf. S. AGUSTfN, Cmr(esiones, XI, 1 5 , 20. caso, define. De este modo, e l paso del tiempo se identifica con l a acti
..._}
cwn tllae praeerrermt, manel, ipsam 111etior praesemem, 11011 ea quae praeterierrmt, 111 fie
291. "/n te ( tempora metior. Affeclionem, quam res praelerewaes in le facicmt et,
vidad del espritu, que espera, aprehende y recuerda, y que, al cambiar
ret; rpstm nretror, cwrr tempora metior. Ergo aw ipsa Slllll tempora, acrt 11011 teucJora metior". un objeto esperado en actualmente aprehendido, en principio, y conser
Id., XI, 1 1 , 36.
vado en l a memoria, despus, confiere una realidad al fu turo, al pasado
292. ,cf. Id., XI, 20 . 26. Vase cun deudora de Agustn es la concepcin de J.G.
Droysen: Nuestro yo, que capta y refigura el mundo de los fenmenos distribu ido segn y al presente294.
el espaciO Y el llempo, ve espacralmente la naturaleza en una extensin desmesurada en Esta forma de tiempo del alma se dilata hasta englobar la historia
torno a l; temporalmente, le pertenece slo el instante, vive slo en el instante, teniendo

tras e s el vaco sin fin de lo que es pasado, delante de s el raco sin fin de lo que ver". universal295, como aplicacin de l a analoga entre la humanidad y el indi-
Pero .este vaco tras de s el yo se lo recobra con la representacin de lo que fue, con recuer
dos en los que para l el pasado no ha decado; y el vaco ante s lo llena con la esperanza
Y los proyecto, con las representaciones de lo que quiere realizar con su reJuntad, y que puntos-ahora homogneos e indiferentes, sino la conexin de presentes que encienan en
s "la representacin del pasado en la memoria y la representacin del futuro en la fanta
Methodolo_gce der Cec/uclue, hrsg. von R. Hbner, Darmstadt, Wisse11scha{tliche Buchgesse/1-
espera ver real1zado por otros" (J. G. DROYSE:->, Historik. Vor/eswcge11 iiber E11zyklopiidie w1d
sa": "as el presente est lleno de pasado y lleva en s el futuro" y "este es el sentido del tr
I CCIATORE y G. CAr-.'TlLLO, La Corrceione del Tempo Storico
sc/ra(t, 1 9 1 2 p. 19, Citado por G. C. mino 'desarTollo' en las ciencias del espritu" (Id. 28i-288; citado por G. CACCtATORE y G.
:
;ello HLStonsmus, en G. CASERTAO (ed.), o. c., p. 96. Lo mismo puede decirse de W. Dilthey:
CANTILLO, o.c., pp. 98-1 00).

Todo o que ex1ste para nosotros existe slo como tal si dado en el presente. Tambin si una 293. Lo que medimos es el tiempo en algn espacio (quid autenr metittwr nisi tempus
v1venra (Erlebrlls) es p<sada. existe para nosotros slo en cuanto dada en una vivencia pre in aliquo spatio). Pero este tiempo no es el tiempo "cronolgico", sino que es una cierta dis
sente (W. DILTHEY, Plan der Forsetzcmg zwtr Aufbarc der geschiclrtlichetr 1 Velt in den tensin. Ningn cuerpo se mueve si no es en el tiempo, pero, el tiempo no es el mismo movi
Gecsleswrsse17Scha{ten, in Cesanwrelte Schri{terr, hrsg. ven H. Johach und F. Rodi, Gottingcn. miento ("non est ternncs corporis motus". Cf. S. AGUSTi, Confesiones, XI, 1 4 , 3 1 ) . Una cosa
1982, ol VII , p. 230). Y contina diciendo: "el presente es la plenitud real de un momen es el movimiento del cuerpo y otra aquello con lo que medimos su duracin (Cf. Id. , XI, 2 1 -
to de t1empo, es la 1vcncia (Erlebnis), en anttesis al recuerdo o a las representaciones del 24). Por tanto, hablamos ya no de un tiempo medida, como el cronolgico, sino de un tiem
futuro que surgen dd deseo, en la espera, en la esperanza. en el temor; en el ,oh'er. Esta ple po que mide.
mtud real. que constituye el pre ente, subsiste siempre, mientras de continuo cambia lo que 294. La concepcin agustiniana borde sospechosamente la heterodoxia, si nos ate
nemos a la formulacin de una de las tesis condenadas en 1277 por el Obispo de Pars

forma el contemdo de la 1wencra. Las representaciones en las que poseemos el pasado y el
futuro, ex1ste? slo para el que vil'e en el presente" (Id., p. 193). El anlisis diltheyano con Etienne Tempie1: Quod aevrcm et te111pus 11ihil sulll in re sed so/um apprehensione.
frrma que el llempo de la 11da humana e histrica no es el mero sucederse de instante. de 295 . Cf. S,\ AGl:STf:->, Confesiones, X!, 28, 38.

1 50 151
viduo. La humanidad, pues, aparece dotada de un espritu que espera, El tiempo preobjetivado es un "flujo de las modificaciones del pasa
aprehende y recuerda, papel que asume la ciudad de Dios, la Iglesia, a la do" y un "chorro continuo de un ahora"299, un flujo de vivencias donde se
que se revel en las escrituras el saber sobre el pasado y el futuro y que suceden las impresiones originarias, cada cual con su horizonte de pre
es, por consiguiente, la memoria de la humanidad y portadora de su espe tensiones vacas, con las retenciones que arrastran, que continuamente se
ranza. Junto a la ciudad de Dios, una, universal, que se despliega en la difuminan, perdiendo su cualidad de recuerdos primarios; donde apare
invariancia, se desarrolla la ciudad terrestre, mltiple, llena de individuos cen tambin recuerdos de recuerdos, reproducciones de percepciones anti
carnales y organismos profanos, como los Estados, en una cadena de guas y esperas abiertas hacia las percepciones futuras. Husserl piensa la
ciclos. La primera corresponde al tiempo que mide; la segunda, a los constitucin del tiempo objetivo en y a partir del tiempo fenomenolgi
movimientos que se miden y que, en consecuencia, se hallan subordi co, preobjetivado, como una especie de gnesis lgica, intemporal, fun
nados al tiempo. dada en leyes a priori de la esencia del tiempo.
Por eso el tiempo agustiniano est radicalmente abierto a la historia. La comprensin husserliana del tiempo como auto-modificacin de la
Desde ahora, la historia individual y colectiva ocupa el mismo centro de subjetividad viviente encuentra su precedente en el pensamiento de Kant,
lo que es el horizonte de nuestras posibilidades reflexivas sobre el tiempo. quien habl por primera vez del tiempo como una autoafeccin (Selbst
affektion) :

2. HUSSERL Y MERLEAU-PONTY El tiempo en el que situamos dichas representaciones -tiempo que, a su vez,
precede a la conciencia de las mismas en la experiencia y les sirve de base
Agustn dej pendiente el problema inverso al que evocamos al hablar en cuanto condicin formal de nuestro modo de situarlas en el psiquismo
de la fragmentacin del tiempo en tres dimensiones constitutivas: el de la contiene ya relaciones de sucesin, de simultaneidad y de aquello que coe
unidad de estas tres dimensiones. En las Lecciones sobre la fenomenolo xiste con lo sucesivo (lo permanente). Ahora bien, lo que puede preceder;
ga de la conciencia ntima del tiempo, Husserl aborda este problema y lo como representacin, a todo acto de pensar algo es una intuicin, y si sta
reformula como el de la continuidad del flujo temporal. no contiene ms que relaciones, es la forma de la intuicin, forma que, al
Un anlisis fenomenolgico de la conciencia del tiempo -no del tiem no representar ms que lo puesto, en el psiquismo, no puede ser otra cosa
que la manera segn la cual el psiquismo es afectado por su propia activi
po mismo- significa, para Husserl, suspender toda tesis que "ponga" un
dad, es decir; por el acto de poner su representacin y, consiguientemen
te, por s mismo (durch sieh se/bst). Esto es, se trata de un sentido que, por
tiempo objetivo, especialmente un tiempo del mundo, de las cosas y de la
naturaleza en el sentido de las ciencias naturales. No se trata, pues, de
su forma, es interno 3oo.
indagar el tiempo psicolgico, sino el tiempo tal corno aparece a la con
ciencia, "el tiempo inmanente del curso de la conciencia" . De ah que sea
En otros trminos, el tiempo es el poder ordenativo puro de las repre
comprensible la importancia que Husserl concede a San Agustn y que el
sentaciones, antes e independienemente de cualquier representacin de
anlisis fenomenolgico, distinto de una variante de la introspeccin, no
terminada de cualquier cosa. Como tal, es decir, pura forma y represen
describa lo vivido tal cual se da, sino que consista en extraer los caracte
tacin de puras relaciones, no puede evidentemente ser modificado por
res esenciales de la conciencia del tiempo y en enunciar las leyes a prio
materia alguna, sino slo por su misma actividad.
ri que la rigen296. El nico tiempo objetivo infinito, en el que toda cosa y
El hilo conductor del anlisis husserliana es la distincin entre dos sen
todo acontecimiento, los cuerpos con sus propiedades fsicas, las almas
tidos del "pasado": uno es objeto del recuerdo; puede ser desprendido del
con sus estados psquicos, ocupan su sitio temporal determinado, deter
presente y caracterizado, corno lo es para Agustn, como lo que "no es
minable gracias al cronmetro297, debe tener como condicin de posibi
ms"; el otro sentido es el que Husserl introduce para dar cuenta del carc
lidad el tiempo preobjetivado y constituirse en y a partir de este ltimo298.
ter duradero de una vida de conciencia, que se mantiene unitaria en l a
multiplicidad d e actos intencionales con los cuales no s e confunde, pero
296. Cf. E. HUSSERL, o.c., l . Los anlisis de Husserl estn sobre todo en 30-32,
43 y supl. X.
297. Cf. Id. , l . 299. Id. , 33.
298. cr. Id., 2. 300. l. K.li\1, Crtica de la Rm:11 Pura, B 67-68.

1 52 1 53
en los cuales se realiza, por medio de la nocin de una intencionalidad no sntesis que ellas realizan nosotros somos a l a vez el agente y el produc
objetivante, no sinttica, pre-fenomenal, que denomina retmcin . En e l l a to. Por eso es necesario hablar como de una sntesis pasiva que da origen
se origina nuestra conciencia del pasado -como la del futuro e n la p ro al tiempo.
terzcin-, pues se trata de una fusin del pasado inmediato y el ahora Sobre la senda de Husserl, Merleau Ponty se propone en su anlisis del
actualmente experimentado en u n continuo que teje una compleja red de tiempo reconducir l a subjetividad y la temporalidad a un mismo tema. La
intencionalidades y que vendra a constituir, tomado en su fluencia misma, subjetividad es temporal no por estar en el tiempo, sino porque e l tiem
la condicin ltima de la aparicin de todo objeto. A la esencia de la intui po es su misma forma, por eso hay que entender el tiempo como sujeto
cin del tiempo pertenece ser en todo punto de su duracin conciencia del y el sujeto como tiempo303.
ahora-pasado y no mera conciencia del instante presente. El tiempo es Para Merleau-Ponty el tiempo no es un "dato de la conciencia" como
estructuralmente ce-presentacin del presente y del ahora pasado y, por tal, sino que la conciencia despliega y constituye el tiempo. Por la ideali
eso, e n todos sus elementos, duracin y conti nuidad30t . dad del tiempo deja aqulla de estar encerrada e n el presente304, porque
La intencionalidad especfica de la retencin ni es un objeto ni una el tiempo es la misma forma de manifestacin de la subjetividad y, por
experiencia en cuanto tal, sino una fase o estructura de todo experimen tanto, ser realidad temporal es ser sujeto. Es preciso, pues, considerar una
ta y a la vez dicha intencionalidad ofrece la condicin de la aparicin de conciencia capaz de poner el tiempo al ponerse a s misma, de modo que
la conciencia misma, ya que sta se autoconstituye como corriente o flujo. la realidad del tiempo, al ser condicin de posibilidad de la aparicin de
Por ello, el tiempo de emergencia de la vida de conciencia no puede ser todo ente e n el mundo, se constituye en fundamento de la objetividad,
descrito directamente, de tal modo que, a pesar de la pretensin prime pues no hay acontecer posible si la realidad no consiste en apertura con
ra de aprehenderlo en su manifestacin misma, la fenomenologa de l a tinua a la existencia, esto es, en tiempo. En su Fenommologa de la Per
conciencia del tiempo inmanente acaba por conducirnos a l a paradjica cepcin Merleau-Ponty retoma la concepcin de Husserl, segn la cual l a
situacin de buscar su l timo fundamento en lo que ya no es un mero conciencia vive el tiempo como una duracin dentro d e u n horizonte
fenmeno. variable, fundada en el presente. Ciertamente
Adems, la corriente del tiempo, que en cuanto vida de conciencia se
autoconstituye, escapa al tiempo por cuanto "temporaliza": gracias a ella, ninguna de las dimensiones del tiempo puede deducirse de las dems. Pero

la realidad nos aparece en una sucesin temporal. Es ms, gracias a ella, el presente (en sentido lato, con sus horizontes de pasado y de futuro ori
ginarios) tiene, no obstante, un privilegio, porque es la zona en la que el ser
las cosas nos significan algo. De este modo, la temporalidad es recono
y la conciencia coincidenlos.
cida por Husserl como la condicin ltima de la aparicin de todo sig
nificado. Sin este juego de retenciones y protenciones no podramos sim
Desde ah, cada presente crea sus futuros y sus pasados, por medio d e
plemente seguir hablando. Husserl refiere unas y otras a una "impresin
una operacin de apertura. Cada nuevo presente, como ya afirmaba Agus
originaria"302 que l designa como el "punto fuente del presente", pero que
tn, es el paso de un futuro al presente y del viejo presente al pasado, en
no existe l mismo, tal como una onda de choque infinitamente refleja
un despli egue manifestado como un movimiento nico. El tiempo es expe
da, ms que a travs de sus prolongaciones retencionales y protenciona
rimentable porque el presente se vive como continuo, pero al mismo tiem
les, a las que, por eso, se las puede llamar tambin los horizontes del pre
po, como contrapuesto a un pasado y a un futuro, sin lo que slo habra
sente. Abi ertas hacia atrs y hacia delante de ellas mismas, constituyen
una con temporalidad indistinta. Si refutamos l a nocin ordinaria de tiem
para cada conciencia la reserva inagotable de s u sentido.
po como sucesin de a horas y la idea de un sujeto atemporal, de una con
La nocin de impresin sugiere la idea d e un suceso en el que el eco
ciencia ttica, simple espectadora del discurrir de las cosas, descubrimos
es i nmediata e indefinidamente multipl icado hacia atrs y hacia delante
la experiencia originaria del tiempo, la temporalidad vivida por el sujeto
de un punto-fuente. Retencin y protencin no son, hablando propiamen
en el interior del propio "campo de presencia". En el "campo de presen-
te, operaciones determinadas de un espritu o de una conciencia. De la

303. M. MERLEAU-Po:;rv, Fenomenologa de la Percepci11 (Barcelona, 1975), p. 430.


301. E. HUSSERL, a.c. , 12. 304. Cf. Id., p. 422.
302. Cf. Id., 1 1 , 13, 3 1 , 42 y supl. 1 y !J. 305. Id., p. 43 1 .

154 155
cia" de cada observador, en cada instante estn presentes un pasado en mo de raiaambre newtoniana, cuyo tiempo -al cual, desde otros puntos
o

de vista, se haban enfrentado sus coetneos Mach Y Poincar conside-


forma de memoria y un futuro en forma de intencionalidad que orientan -,
al sujeto en su actividad presente, puesto que el tiempo no es una lnea, ra "espacializado", mera sucesin analtica de instantes idnticos en un
r el
sino una red de intencionalidades306. El propio campo perceptivo, con sus orden rectilneo (medir el tiempo significa entonces controla que mo
horizontes espaciales, hace que cada individuo est presente a su mundo

nado coincida con el movi
vimiento de un objeto en un espacio determi
circunstante en un instante del mundo y con ello est presente a su pre espacio) y en un or en reversib le
miento de las agujas del reloj en dicho
sente, a todo el pasado que lo ha precedido y a un futuro. Eso implica que (podemos dar marcha atrs y repetir infinita s veces el expen ento). Para
la dialctica propia del fenmeno perceptivo es comprensible slo como a otro e 1gual a otro.
la mecnica, asimismo, cada momento es externo
temporalidad: una temporalidad que nace de la propia relacin con las tiempo de la mecn ica no logran dar cuenta de lo que es
Estos rasgos del _
cosas. El tiempo, lejos de ser un objeto de nuestro saber, es la dimensin de la experie ncia concre ta. Para Bergso n, al tlempo puramen
el tiempo
constitutiva de nuestro ser. es un puro artefacto:
te cuantitativo no le corresponde ningn dato,
No son los sucesos los que constituyen el pasado o el futuro, sino la
indefinido y homogneo,
intencionalidad de la conciencia, que arrastra con ella un horizonte de pro El tiempo concebido bajo la forma de un medio . .
a la conCiencia refleXJva
" 308.
yecciones. Cada instante que transcurre, la red entera de las intenciona no es sino el fantasma del espacio que obsesiona
lidades es modificada por el nuevo presente que, desde s, proyecta una
gneo, parece retroceder
nueva disposicin de los acontecimientos. La trama del tiempo, de este Bergson, al rechazar la idea de tiempo homo
e su potura como una

n, pudie ndo interp retars
modo, es una urdimbre constantemente cambiante en razn de que el hasta Plotino y San Agust _
ico contra el tiemp o mecn ico y artific1al. que no tten
sujeto reinterpreta la realidad temporal desde su campo de presencia. Por protesta de lo orgn
variabilidad de los est dos psl
?
eso puede decirse que le es esencial al tiempo el que se haga, el no estar en cuenta, en su uniforme recorrido, la
el exten or como

impone esde
nunca definitivamente constituido, porque, de ser as, sera una continua quicos de los indivi duos, a los que se les
"presencia" indiferenciada y, en este sentido, atemporal. Este es el signi fuerza que los coacc iona a confo rmars e con e .
una
la a la cantidad, es el rasgo carac
ficado de la "intencionalidad operante" que Merleau-Ponty recupera de Si la espacialidad, que Bergson asimi
ilada a la cualidad-, es lo caracte
Husserl; es ste el proceder incoativo del tiempo. Se trata de un proceder terstico de las cosas, la duracin -asim
o es durac in (dure), flujo ininterrum
del tiempo que no se pone, sino que se hace y se rehace en un recproco rstico de la conciencia. El tiemp
ntos suces ivos se comp enetran unos con otros.
incorporarse de los horizontes307 pido en el que los mome
Asumida esta perspectiva fenomenolgico-existencial puede com La duracin es
prenderse el hecho de que el campo de atencin individual puede con
os estados de conciencia cuando
centrarse en el pasado, en el recordar; o en el futuro, en el proyectar, segn la forma que toma la sucesin de nuestr
ona al vivir, cuand o se abstiene de establecer una sepa
las circunstancias. As el pasado y el futuro vienen a ser especificaciones nuestro yo se aband
s anteriores ( ... ), como sucede
racin entre el estado presente y los estado
del presente y permiten construir el presente activo u horizonte de la acti en una sola, las notas de una
cuando recordamos, fundidas, por as decir,
vidad del individuo.
meloda309.

o la diversidad interna a
3. BERGSON Para la conciencia, ser es durar, conservand
izada , la duracin s contrana a
semejanza de un ser vivien te. As organ _
portadora de atslamten to, de yux
El tiempo est en el centro de la especulacin filosfica de H. Bergson, toda espacialidad, pues esta ltim a es
in podra no ser mas qe una
,
quien ha sido llamado "el filsofo de la temporalidad". Bergson, en el tapos icin, de cantidad. La pura durac
funden, se penetran, sm con-
Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia, se opone al positivis- sucesin de cambios cualitativos, que se

306. Cf. Id., p. 425. es Immediates de la Conscie11ce (Paris,


1948),
308. H. BERGSON, Essai sur /es Do1111
307. Cf. O. CALABRO, Tempo Vissll!o e Temporalitil Origi11aria i11 M. Merleau-Ponty, en
p. 74.
G. C,\SERTANO (ed.), o.c., p. 265.
309. Id., pp. 74-75.

156 1 57
pues, el tiempo y el espacio no estaran en nosotros ni fuera de nosotros;
tornos precisos , sin tendencia alguna a exteriorizarse unos por relaci
a los otros, sin parentesco alguno con el nmero: sera la heterogeneida pero la misma distincin de fuera y dentro sera obra del tiempo y el espa
cio. Esta doctrina tiene la ventaja de proporcionar a nues tro pensamiento
pura3Jo.
emprico un fl.mdamento slido, y asegurarnos que los fenmenos en cuan
Al i ntroduc ir el concepto de duracin Bergson va ms lejos que Jos
to fenmenos son adecuadamente cognoscibles. Incluso, podramos erigir
_
que , antes que el, trataron de .
reducir el tiempo al solo tiempo psicola
,ICO. tales fenmenos en absoluto y dispensarnos de recurrir a incomprensibles
Ademas , de 1'dent1rIcar e1 tiempo con la sucesin de nuestros estados de cosas en s, si la razn prctica, re\eladora del deber, no in tervin iera a la
. .
conc1enc1a, muestra, y de ah su originalidad, que la sucesin no se puede manera de una reminiscencia platnica a fin de advertirnos que la cosa en
comprar con la que creemos percibir, porque la conciencia y el mundo s existe, invisible y presentem.
matenal son mconmensurables, de modo que no se puede aceptar la idea
d l t1:npo como englobndolos a ambos y haciendo posible su sincr0 _
Frente al tiempo cronolgico de la ciencia, artificial y mensurable, l a
mzacton. duracin es cualitativamente mltiple (todo el pasado penetra en e l pre
sente, que colorea el pasado) y a la vez unitaria. La memoria de Materia
Si la durai propiamente dicha no se mide, qu es lo que miden enton y memoria conserva el pasado y hace que la conciencia se vea enriqueci
ces las oscilacwnes del pndulo? En ligor. se admitir que Ja duracin inter da por ello. Duracin quiere decir que el yo vive el presente con el recuer
na, que 1 conciencia percibe, se confunde con el ajuste de los hechos de do del pasado y la anticipacin del futuro. Fuera de la conciencia el pasa


conciencia unos con otros con el enriquecimiento gradual del yo; pero el
: do ya no es y el futuro an no existe, de manera que siempre se est en e l

t empo ue e] strnomo mtroduce en sus frmulas, el tiempo que nues

. presente y s e tiene l a nocin de sucesin gracias a l a conciencia simboli
t.os relojes IVJdcn en parcelas idnticas, ese tiempo, se dir, es otra cosa;
zadora, que trabaja imaginativa y mnemnicamente el instante. Dice
es una magmtud med1ble y, or consiguiente, homognea . Nad a de eso hay,
.
Y un examen atento dlSlpara esta ltima ilusin3 1 1 .
Bergson:

Para nosotros, no hay jams cosa alguna sino lo instantneo. En lo que


Este examen consiste en distinguir una sucesin sin exterioridad l a
d
designamos con ese nombre entra ya un trabajo de nuestra memoria y, por
d e nuestro yo, d e ua exterioridad s i n sucesin, propia d e las cosas is
consiguiente, de nuestra conciencia que prolonga unos en los otros, de tal
puestas en 1 espaciO. Al or los tic-tac de un reloj introducimos los cor
forma que los captamos en una intuicin relativamente s imple, momentos
tes en el fluJo de nuestra vida consciente y la descomposicin en partes
tan numerosos cuanto se quiera de un tiempo indefinidamente divisible313.
exten
_ res unas a ottas, cada una de las cuales puede parecer simultnea
a los tic-tac del relOJ, los cuales se revelan como unificados y distintos

La sucesin de los instantes es, pues, homogeneizada en una sensacin
pusto que el nterior no desaparece del todo al or el siguiente, sino qu de continuidad por las operaciones de la conciencia viva. El instante e s
.
deJa un recue1do, lo cual mtroduce una sucesin all donde ' sin nosotros
1 a costumbre lleva a mteriorizar
no la h ab:'la. Es decu,

' retenido entre l a memoria y l a expectativa por l a cualidad d e su vivencia,

la exterioridad y que supera su discontinuidad y permite al hombre pensarlo como ante
. . . ._
a extenouza1 _ la suceswn,

creando as una m ixtura artificial a la que no cedido y sucedido. Los cambios cualitativos, interpenetrndose, posibili
c rresponde nada ni en la conciencia ni en las cosas: un tiempo homo
tan la nocin de tiempo como u n medio Ruido donde todo ocurre y puede
geneo que se supone engloba a los dos. En palabras de Bergson:
ser localizado, pero tambin donde todo se comunica, sin divisiones.
En el tiempo de la conciencia los instantes no son iguales entre s, dado
En esa confusi n de la autntica duracin con su smbolo residen, a mi jui
que un instante puede valer la eternidad; y los momentos no son exterio

c o, la fuerza Y la debilidad, a la vez, del kantismo. Kant imagina cosas en
res entre s, sino que en el continuo fluir del tiempo, un momento pene
SI, por. un lado, Y por otra parte, un Ti emp y un Espacio
o h omo"' n eos a

meno ' el que la conCiencia



' "
cuyo travs las cosas en s se refTactan: as naceran, por un lado ei yo fen-
tra en el otro, crece y queda ligado a l. Y esta duracin es irreversible,
pues es intil para la conciencia ir a la bsqueda del tiempo perdido. Para
percr'be, y por otro, los objetos exteriores. As,

Id., pp.
os por G. Deleu;.e (Madrid, 1987), p. 34.
31 O. Cf. Id., p. 77. 3 12. 1 75-176.
31 1. Id., p. 80. 3 1 3. H. BERGSO:-<, Me111oria y Vida. Textos escogid

1 59
1 58
Bergson, el sentimiento que tenemos de nuestra evolucin y la de todas seran los tiempos fsicos y medibles. As es como Bergson justifica la pri
las cosas es la duracin pura. Vemoslo con un ejemplo: maca de la metafsica sobre la fisica315.

Si quiero prepararme un vaso de agua azucarada, debo esperar a que se


4. POINCAR
funda el azcar. Este simple hecho est lleno de grandes enseanzas.
Porque el tiempo que tengo que esperar ya no es ese tiempo matemtico
Poincar se opone tanto a Bergson como a Mach, permaneciendo fiel
que tan bien se aplic a lo largo de toda la historia del mundo material,
aunque se expusiera de repente en el espacio. Coincide con mi impa
a Kant. Para l, "el tiempo es una forma que preexiste en nuestro espri
ciencia, es decir, con una cierta porcin de mi propia duracin, que no tu"3J6. Lo identifica, a diferencia de Kant, con el tiempo fenomenolgico:
es alargable o reducible a voluntad. Ya no es algo pensado, es algo vivi es interior a una conciencia individual y cualitativo. A partir de ese tiem
do . Ya no es una relacin, es algo absoluto. Qu hay que decir, sino que po, nico dado, queremos "crear e l tiempo cientfico y [isico"317. El pro
el vaso de agua, el azcar, el proceso de disolucin del azcar en el agua, blema que surge inmediatamente es el siguiente: se puede transformar
son indudablemente abstracciones, y que el Todo del que han sido ex un tiempo cualitativo en uno cuantitativo? Y no slo eso: se puede trans
trados por mis sentidos y mi entendimiento quiz progrese a la manera formar el tiempo psicolgico, que es cualitativo, en un tiempo cuantita
de una conciencia?314. tivo? Podemos reducir a una misma medida hechos que ocurren en mun
dos diferentes?3JS.
El tiempo de la disolucin del azcar es el tiempo de la espera y no En la base de la primera pregunta est el hecho que explica por qu
otro, un tiempo cualitativo, por tanto. As viene a dar en una absorcin el tiempo en cuanto forma a priori slo puede ser, para Poincar, cuali
de lo fsico por lo psquico que hace que lo primero aparezca como un caso tativo, a saber, "no tenemos la intuicin directa de la igualdad de dos inter
particular de lo segundo. Una vez borrada la frontera entre el yo que espe valos de tiempo"319. No existe intervalo temporal alguno del que sepamos
ra y el azcar que se funde est permitido considerar el universo como un a priori que permanece invariante a travs de sus repeticiones sucesivas
todo que progresa a la manera de una conciencia. y que, por tanto, pudiera considerarse un estndar de la congruencia de
En la fase adulta de su pensamiento, Bergson concede cierta legiti los intervalos temporales. Es posible, pues, definir uno fundamentndose
midad al tiempo homogneo: se trata de un tiempo que slo se aplica a slo en l a experiencia?
sistemas aislados considerados como tales, mientras que el universo toma Poincar recuerda que fsicos y astrnomos han admitido por de(i11i
do como un todo dura de forma parecida a nuestro yo. De ese todo, la cien ci6n la igualdad de la duracin -en el sentido de su medida- de los tic-tas
cia extrae sistemas basndose en la tendencia de la materia a constituir del pndulo utilizado para medir el tiempo, y luego, igualmente por deh
sistemas aislables susceptibles de ser tratados geomtricamente. Tales sis nicin, que dos rotaciones completas de la tierra en torno a su eje tienen
temas se extraen de la duracin, atributo del todo, a fin de situarlos en el la misma duracin, definicin que debe conegirse atendiendo a la in!1uen
espacio y dotarlos as de ese tiempo homogneo, que es una duracin espa cia ejercida por las mareas. La experiencia, pues, no nos aporta un estn
cializada. Esta aplicacin de la duracin al universo como un todo impli dar de congruencia. El postulado implcito en la medida del liempo .
ca un rechazo del tiempo absoluto newtoniano, que era a la vez univer mediante un pndulo, a saber, que "las mismas causas emplean el mismo
sal y medible, atributos, para Bergson, incompatibles. Kant entra tambin tiempo en producir los mismos efectos"32o, slo se funda en el principio
en esta crtica, pues concede, siguiendo a Newton, ambos atributos al de razn suficiente, un dbil fiador para Poincar. Mas bien habra que
tiempo concebido como una forma a priori de la sensibilidad. A este tiem decir, en rigor, que
po, metafsico y fsico a la vez, Bergson lo divide en dos: un tiempo uni
versal y metafsico, identificado con el flujo de la pura heterogeneidad, con
la invencin y la creacin, y por otra parte, una multiplicidad de tiempos 315. Cf. K. POMIAN, o.c., p. 346.
parciales, cada uno de los cuales correspondera a un sistema aislado y que 316. Cf. H. POJNCARt. El Valor de la Ciencia (Buenos Aires, 1946), p. 33.
317. Id., p. 34. Cf. H. Pmt\CAR, El Espacio y el Tiempo (Mxico, 1 964}, pp. 57-77.
3 1 8. Cf. H. POJNCAR, El Val01 de la Cie11cia... , p. 34.
319. lb.
H. BERGSON, L "volwion Cratrice (Paris. 1 930), p. 10.
320. Id., p. 35.
3 1 4.

161
1 60
causas poco ms o menos idnticas emplearn aproximadamente el mismo Lo que no se mide no puede ser objeto de ciencia. Pero el tiempo mensu
tiempo para producir poco ms o menos los mismos efectos32t. rable es tambin esencialmente relativo. Si todos los fenmenos se volvie
ran ms lentos y ocurriera lo mismo con la marcha de nuestros relojes, no
As pues, el estndar de congruencia no lo proporcionan la intuicin lo advertiramos, cualquiera que fuese la ley de ese amortiguamiento, siem
ni la experiencia, sino que es elegido por convencin. Partiendo de esta pre que fuera la misma para todas las clases de fenmenos y para todos los
constatacin, se llega a la idea de que el tiempo debe ser definido de tal relojes. Por lo tanto, las propiedades del tiempo no son sino las de los relo
manera que las ecuaciones de la mecnica sean lo ms simples posiblem, jes, as como las propiedades del espacio son las de los instrumentos d e
medida326
es decit

Y HORIZONTE TEMPORAL
la simultaneidad de dos acontecimientos, o el orden de su sucesin, la
5. FENOMENOLOGA
igualdad de dos duraciones, deben ser definidos de tal suet1e que el enun
ciado de las leyes naturales sea lo ms simple posible. En otros tnninos,
La nocin individual del tiempo es diferente en cada persona. Cada
todas estas reglas, todas estas definiciones no son ms que el fruto de un
op01tunismo inconsciente323.
individuo elabora su temporalidad propia, que se manifiesta incluso e n
su expresin lingstica. La configuracin humana del tiempo es una
As pues, el tiempo, como el espacio, es mtricamente amorfo. La elec
cin de una mtrica, es decir, de un estndar de congruencia, se hace e n l modalidad de nuestra personalidad en la que se ponen en juego multitud
de dimensiones de nuestro talante moral. Vivir bien es inseparable del cul

l
funcin d e u n a exigencia d e simplicidad. tivo de una temporalidad que no viene determinada por el curso del tiem
El pensamiento de Poincar no deja sitio al tiempo absoluto, que no po natural, es un mbito de ejercitacin de la propia libertad en l a con
tiene ms justificacin que la psicolgica. Incapaces de conseguir una currencia con otras libertades. El tiempo ajeno puede llegar a ser una
representacin del mundo exterior, ampliacin del tiempo propio, como la libertad ajena puede ampliar l a
propia libertad.
queremos, por lo menos, que se pueda concebir una inteligencia infinita
La coordinacin de los tiempos humanos carece de medidas objetivas
gracias a la cual esta representacin fuera posible, una especie de gran con
absolutas. Los tiempos humanos no se determinan exclusivamente por las
ciencia que viera todo, y que clasificara todo en su tiempo, lo mismo que
medidas del tiempo fsico, sino que incluyen categoras que involucran e l
nosotros hacemos, en nuestro tiempo, lo poco que vemos324.
temple personal, e l medio social o e l momento cultural. Sin duda, e l tiem
Aqu se apunta a Newton y su tiempo tan prximo a la duracin divi po humano es ms complejo de lo que una cronologa puede establecer327.
na. En lo sucesivo, segn Poincar, ya no se puede acudir a la inteligen Fraisse habla del horizonte temporal, que es variable: el del nio est

cia universal ni a la definicin metafsica de la simultaneidad, puesto que volcado hacia el futuro; el del anciano, hacia el pasado. Pasado, presen
en fsica el problema cualitativo de la simultaneidad es reducido al pro te y futuro estn unidos en un anillo recursivo nico, en el que cada uno
blema cuantitativo de la medida del tiempo325. recibe su significado de los otros dos, pero es el presente el que ostenta

As, la crtica de Poincar al tiempo newtoniano va ms all de la que un puesto fundamental, puesto que todos los problemas son problemas del

haba hecho Mach, en cuanto que pone al descubierto sus presupuestos: presente, como sostuvo ya Agustn de Hipona: hay problemas pasados en

la creencia en un estndar de congruencia dado y en la posibilidad de defi el presente, problemas presentes en el presente y problemas futuros en e l

nir la simultaneidad por referencia a un absoluto. Eso conduce a la fisi presente. As, el tiempo, tal como s e pretende en el concepto fenomeno

calizacin completa del tiempo de la ciencia. Al oponer ste a la duracin lgico del mismo, es una determinacin de sentido. Un acontecimiento n o

bergsoniana, Poincar afirma: s e limita a acontecer, sino que acontece con una relevancia concreta y, e n
funcin d e esa relevancia, vuelven a organizarse e l pasado y e l futuro.

3 2 1 . Id., p. 37.
322. !d., p. 38.
323. !d., p. 45. 32. H. POJSCAR. Ulti111os Pe11Salllie111os (M adrid, 1946), p. 4 l.
324. Id., p. 39. 327. Cf. D. [:o;:\ERARITY, "Tiempos Extraos. La Pluralidad Humana como Diversidad
325. Cf. !d., p. 44. Temporal" en Cuademos Hispanoa111cricanos 579 (1998) 76.

162 163
Ahora bien, puede suceder que factores culturales y psicopatolgicos alte sino un presente perpetuo. La contradiccin es la ley de la constitucin
ren el equilibrio pasado/futuro en el mbito existencial, de manera que el del tiempo. E l sufrimiento ignora esta ley y "suspende la negatividad del
anillo autorreflexivo se rompe y se sustituye por una cadena lineal, deter tiempo". En el suhimiento, el tiempo mismo recibe la forma de la eterni
minista: tal es el caso del sujeto afectado por una depresin, que yace dad. Puede describirse, en este sentido, el sufrimiento no como la dis
dominado por un pas ado que ejerce un influjo determinante sobre el pre tensin de un presente interiormente unido a aquello que no es ms, sino
sente y sobre el futuro. O el caso del suhienle, para quien "cada instante al contrario, como el aplastamiento de la temporalidad en lera sobre lo que
dura una eternidad". podra ll ama rse un presente absoluto.
Desde el punto de vista fenomenolgico, el sufTimiento corresponde, Pe1mtasenos reproducir aqu un texto de Cien aiios de soledad, donde
por una parle, a lo que podra llamarse quiz una alteracin del sentido de G . Garca Mrquez relata este hecho de un modo sob erbio :
la temporalidad, pero por otra, tiene el poder de hacer aparecer el tiempo
(tal como lo determinan los conceptos fenomenolgico y existencial) en Pocas horas despus, estragado por la vigilia, entr al taller de Aureliano
el conjunto de sus estructuras constitutivas por medio de una serie de y le pregunt: "Qu da es hoy?" Aureliano le contest que era martes. "Eso
mecanismos propios y por eso merece que le dediquemos una atencin mismo pensaba yo -dijo Jos Arcadio Buenda-. Pero de pronto me he dado
especia!J28_ cuenta de que sigue siendo lunes, como ayer. Mira el cielo, mira las pare

En primer lugar, el sufrimiento opera la "descronologizacin" del tiem des, mira las begonias. Tambin hoy es lunes". Acostumbrado a sus manas
Aureliano no le hizo caso. Al da siguiente, mircoles, Jos Arcadio Buenda
po, frmula que puede oponerse a la definicin aristotlica de tiempo
volvi al taller. "Esto es un desastre -dijo-. Mira el aire, oye el zumbido del
como "el nmero del movimiento segn un antes y un despus". El sufTi
sol, igual que ayer y antier. Tambin hoy es lunes" (. .. ). El jueves volvi a
miento ignora la medida. Es la prueba de una desmesura que diluye las
aparecer con un doloroso aspecto de tien-a arrasada. "La mquina del tiem
diferencias entre una duracin breve y una duracin larga . En el sufri
po se ha descompuesto -casi solloz-" (. ..). Pas seis horas examinando las
miento, la duracin ms corta es idntica a la ms larga; el tiempo se apre cosas, tratando de encontrar una diferencia con el aspecto que tuvieron el
sura lentamente; se retarda sobre su propio paso. El instante mismo es un da anterior, pendiente de descubrir en ellas algn cambio que revelara el
plenum temporaL En el sufrimiento, todo el tiempo se encuentra, por as transcurso del tiempo. (. ..) El viernes, antes de que se levantara nadie, vol
decir, contrado en un instante nico, actual e infinitamente denso. En tal vi a vigilar la apariencia de la naturaleza, hasta que no tuvo la menor duda
instante, lo que pasa no puede distinguirse de lo que permanece. El paso de que segua siendo lunes329
mismo del tiempo es un permanecer. "El suhimiento es el punto donde
el tiempo y la eternidad se tocan", en frase de Pore. De este aplastamiento da testimonio particularmente el sufTimiento
En segundo lugar, el sufrimiento evidencia la reduccin del presente melanclico. La existencia melanclica tiene an un futuro y un pasado,
al instante y la prdida de la evidencia del mundo. Si el sufTimiento entra si se entiende por ello lo propio de un ser capaz de memoria y expectati
a una descronologizacin del tiempo es porque al lera el sentido mismo va. Pero este futuro est vaco. Y este pasado no es ms que el alimento
del presente al cual nos referimos implcitamente para distinguir un antes de un autorreproche permanente. El melanclico sabe con certeza que la
y un despus. Sin esta referencia al presente, puede decirse que el sufri prdida del futuro ya est realizada, puesto que este futuro no es ms que
miento reduce el tiempo a la cronologa. Tambin el tiempo de Jeanne, la la sombra de un pasado fijado en una suerte de eternidad. Pero el reflu
herona de Una vida de Maupassanl, en duelo por su padre, su madre y jo del futuro y el aflujo del pasado significan e n ltimo trmino la alie
en cierto modo tambin por sus hijos , no es ms que el insoportable des nacin del presente, la reduccin del presente a la evidencia absoluta d e
file de das, meses y aos. Por "descronologizacin del tiempo" debe enten que nada desde ahora puede l legar que no sea la repeticin d e l o que un
derse, pues, propiamente la ausencia de diferencia significativa entre "ayer", da lleg y que hace de la existencia no, segn la frmula de Sartre, l a
"hoy" y "mm'ana". Segn San Agustn, estas diferencias no existen ms que "conversin d e u n destino e n libertad", sino e l recaer d e l a libertad en des
porque el presente, privado de consistencia propia, es un movimiento que tino. El sufrimiento cierra el tiempo a todos los acontecimientos otros que
tiene que negarse: sin esta negacin interna, no sera un presente temporal aqul que l mismo constituye. Por consiguiente, en palabras de Pore,

328. Cf. J. PoRtE, o.c. 1 1 6-122. 329. G. GARCIA MAROt;EZ. Cie11 rWos de Soledad (Barcelona, 1994), pp. 94-95 .

1 64 1 65
"el sufrimiento es un suceso absoluto dado en una evidencia absoluta que el aburrimiento tomamos conciencia del pasar de un tiempo en el que no
no es l mismo posible ms que en un presente reducido a un instante pasa nada, es decir, vivenciamos la pura duracin del puro tiempo, del
absoluto". La evidencia absoluta del sufrir no es la "evidencia natural" de tiempo desnudo, incontaminado. En efecto, as como en la felicidad tene
la que habla Husserl para caracterizar la presuncin que tenemos coti mos sensacin de ligereza existencial, en el aburrimiento la vida, el flujo
dianamente de que nuestra existencia continuar desarrollndose de del tiempo, parece como un peso33I , pero tambin, segn Heidegger, apa
manera concordante y en la que se funda nuestra confianza en el mundo. rece como forma privilegiada del desvelarse de la temporalidad constitu
Antes bien, el sufrimiento quiebra definitivamente esta confianza. Afecta tiva del ser humano, y por ello es, en su opinin, experiencia radical de
al juego pasivo de retenciones y protenciones que aseguran la continui la temporalidad de la existencia, una relacin con el tiempo, un modo de
dad del tiempo. nuestro ser fTente al tiempo, un modo de sentir el tiempo.
En tercer lugar, el sufrimiento derrumba el proyecto y suspende el ser Heidegger hace un anlisis muy fino a este respecto332. En sus Con
para-la-muerte. El sufrimiento no quiebra solamente la confianza unida ceptos fundamentales de la metaffsica, distingue tres formas de aburri
a la constitucin pasiva del presente, sino que compromete an el primado miento segn su diversa capacidad para mostrar la esencia del tiempo: un
del futuro y deshace por lo mismo la ligadura anudada, en la angustia, aburrimiento ocasional, que se caracteriza por una espera impaciente, y
entre el tiempo y la muerte. En la melancola, as, el aflujo del pasado en por el mirar repetido del reloj. Proviene de circunstancias externas que dan
el presente presupone el reflujo de las posibilidades abiertas por el futu lugar a la sensacin de una ralentizacin del tiempo. Una segunda forma
ro, reducidas en ella a posibilidades vacas. Devenir es revenir, o, en tr de aburrimiento es el aburrimiento no ocasional, que proviene de nues
minos de Azorn, "vivir es ver volver". El tiempo tiene la forma de eterno tra intimidad: es el aburrimiento Ouctuante y difuso que oprime sin razn
retorno, porque el sufrimiento suspende la apertura misma del tiempo. aparente, en el cual lo que aburre tiene un carcter de indeterminacin y
El sentimiento que domina al sujeto es el de algo que no terminar respecto al cual slo es ocasional aquello de lo que uno se aburre, no el
jams. Sufrir es siempre sufrir sin fin. Como el tiempo del aburrimiento, aburrirse en cuanto tal; es el aburrimiento como consecuencia del aban
el tiempo del sufrimiento es un tiempo sin plazos. Si consideramos el tiem donarse a cuanto se nos ofrece al momento, de la distraccin. Finalmente
po como el principio de la novedad permanente propia de la existencia de hay una tercera forma de aburrimiento: el que puede llegar inesperada
un ser cuya vida es cambiante, cuando no hay verdadera novedad, e! Liem mente cuando menos lo esperamos (cuando el domingo por la larde cami
po carece de relevancia y la existencia es pura permanencia "aburrida" de namos por las calles de una gran ciudad) y en la cual todo ente, incluido
la realidad substancia[33o. El nivel de conciencia que compete al ser huma el yo, cae en la indiferencia; es el aburrimiento que pone frente a la pro
no le pem1ite tener no slo un conocimiento del tiempo, y poder decir algo blemtica radical del ente en su totalidad.
acerca de l, sino tener un sentido del tiempo. Sentir el tiempo es ya una En fin, destituyendo al futuro de su funcin constitutiva, el su[Timiento
cierta forma de conciencia, que poseen muchos animales. Tener con destituye a la muerte de su signi ficacin definitiva. La muerte, dicho de
ciencia mental de l es algo ms. Darse cuenta del tiempo es ya estar por otro modo, no aparece ms como el sentido ltimo de la temporalidad.
encima de l. En cuarto y ltimo lugar, cabe decir que el sufrimiento obra la frag
La conciencia de duracin oscila entre su aparente ausencia y su pre mentacin del relato y la disyuncin de tiempos. El sufrimiento opera la
sencia masiva y pesante como las dos posibilidades extremas y contrarias disyuncin del tiempo subjetivo y del tiempo objetivo y suspende la poten
entre las que se intercalan mltiples estadios intermedios. La ausencia cia mediadora y unificadora del relato, puesto que una narracin reducida
aparente se da en la vida feliz, descrita como un estado de cierta suficien a un slo suceso no es una verdadera narracin. El orden lineal del rela
cia e integracin. Quien se siente feliz, y mientras se siente as, no nota to no es la forma circular que caracteriza al lamento en su manifestacin.
el paso del tiempo, no es consciente de su duracin, aunque est seguro
tericamente de ella. La presencia masiva del tiempo, por contra, apare
ce en la vivencia del aburrimiento, que es lo contrario a la felicidad. En 331. Cf. Id., 3503 5 1 . El trmino alemn es significati,o: l.augiVeile, en su 01igen se
esciiba separado, lange lVeile, momento largo, y an aparece as en Kant, en el sentido d e
lapso d e ti<!mpo que parece n o terminal:
330. Cf. R. ALVIRA, "El Sentido del Tiempo la Integracin Psico-Fsica" en Anuario 332. Cf. R. GARA\'E:-.'TA, Noia ed Esperienza del Tempo, en G. CASERTA:\0 (ed.), o. c. .
Filosfico 30 ( !99i) 339. pp.330-333.

166 1 67
CAPTuLO IX

Concepto existencial

cobHov xpv;; civt:t'PLOKI!t ;p nana


Tales, D.-K. 1 1 A. l .

El concepto existencial del tiempo hace referencia a una estructura


constitutiva del ser del hombre, que funda el sentido que hace compren
sible la estructura global de la existencia humana, absolutamente diferente
de la sucesin tematizada por los concep tos cronolgico y el fenomeno
lgico. En este sentido, temporalidad y existencia seran tnninos su s
ceptibles de intercambiarse, pues la existencia es un quid estructurado
temporalmente, que, a la vez, despliega el tiempo y es nuestro ser-tiem
po (temporalidad) el que funda nuestro ser en el tiempo (historicidad). De
este modo entramos en el mbito de la filosofa existencialista y herme
nutica.

l. HEIDEGGER

La gran irona antieletica que invade la discusin de las ocho hip


tesis sobre l o uno que Platn delinea en el Parmnides no perdona tam
poco al concepto de tiempo. La discusin de la primera hiptesis tiende
a demostrar que si lo uno es, de l no se puede decir ningu na cosa. o ser
ni s mil ni dismil, ni igu al ni desigual, ni ms jo\cn ni ms viejo, ni res
pecto a otro ni respec to a s mismo, porqu e cada una de tal es predica

ciortes est implcitamente ya excluida. De ah se concluye que lo uno no


est en el tiempo:

179
-Y qu? 'Era', 'ha llegado a ser" y "estaba l legan do a ser.. , no par..:cc:n sig Al avam:ar dcde un antes a un despus (el unJI IlO p . .dr.i -;altarsc el ;thnra
nificar participacin de un tiempo pasado' f .. . ). El ahora si empre le est[t pr.::sente a l o uno a travs Jc: Lodo ,u ,er, pt!r
-
S, s i n duda. que, cuando es, es siempre ahont' ' 1
-Y qu? "Ser", ''llegar ::1 ser" y "habr:t llg:;do a ser", no s i gnifican p:r-
ticipacin de un tiempo que vendr dspus". In q t u. el l'tiiTI1t.;nides confirma es el nexo c\(ntcturnl "ser"-"licmpu":
particip:t ,k] ser debe necesariari1cntc p<trl kipar lambicrer-
.. .. - --- --
---
-S. uno

-Y "es" y "llega a ser", del ahora pre sente?


si lo
tiempo. Si no participa dd tiempo, no p uede participar del se r.
-
Efec liva mt:nl. Precisamente esto es lu que se pone en juego en el pensamiento hei
-Si, entonces, de ningn modo lo uno participa de ningn tkmpo, ni lleg
deggeriano: tiempo y set ser tiem po. Los pr.nsadores existencialistas
dedican un lugar privilegbdo al tema del tiemp o , puesto que lexi,5!!;:
a se r ni estaba llegando a se1; ni era ante s, ni ha llegado a ser, ni llega a ser

ca _soncreta cid hombre, su l'Xistencia en el tiempo, es el ccn tE_ ! f


ni es aho ra, ni l legar a ser, ni habr llegado a se1; ni ser despus.
__

del todo cierto. !1..:..


lisis. Heid q.!gtr habla de cuatro dimensionesdel tiempo: pasado, presente,
-Es
-Ahora bien, es posible que algo pueda participar del ser de un modo que
TUfuro y u na cuarta que cons;te en pasar de una dimensin a otra y qu e
es, en realidad, la primera, aquella en la que re al men te experimentamos
no sea alguno de estos?

el t i empo . Su Ser y tiempo ( 1 927) estudia el sentido de la temporalidad


-!lo es posible.
-En consecuencia, de ningn modo lo uno participa del se1:
para el hmnbre36t. Si en la metafsica tradicional el ser carece de tiempo12
es e terno presente, para Heidegger el ser es temporal de por s y el ser-ah
-Parece que no.
-De n ingn modo. entonces. lo uno es>>.
vive su temporalidad en un tiempo significativo. En su comentario a la
En la segunda hiptesis se muestra que si lo uno es, entonces lo uno, Fenomenolog{a del Espritu de Hegel , Heidegger dl'fine el tiempo como la
si participa del ser; debe necesariamente participar tambin dd tiempo: esencia originaria del ser.
un relato del
--Ahora bien. Lo uno tamhin particip a del tiempo, y al pmticipar del tiem
La activi dad filosfica toma en Heidegger la forma de
pasado de la filosofa, de un desmontar piezas trabadas dd ed i ficio filo-
po, es y llega a er l mimo m:ls jovn y m:ts viejo que l mismo y que bs
otras cosas, y ni ms joven ni ms viejo que l mismo ni que las otras cosas?
360. Id., ISb-c.
-U>mo? 3 6 1 . La concpdn fenomen..J,;:::!ca de Hmcrl v Hei.icgcJ; en lt.o cncial, no pr<!
-Sin duda, Je corresponde ser, puesto que es uno. senta dikrcncias rdcvantes. Su.qan;:iahncnte He i dc:g c r(pitc.'; v.:cs wn 11 tcnninolo3a
sugerente, d t:ancter gneral v mu-:hos elernent(,s parti.:ular.., s del anl.isis husserliano del
tiempo Oueda la custi(m de la existencia y de la tcmport!icbd autntica e inautntie<1, dis
-S.
-Pero "es" es alguna otra cosa ms que participacin del cr en ticmpl pre-
tinta de b rl:J.cin hu<serli:ma entre trasccndtnt:l v mundar.o. T3l di stincin n:;e de la
sente, as corr.o "era" lo es dd ser en ti empo pasado y, de su lado, "ser" es uJesti<)\t heidergria11:1 del 'er para la muerte. uesti<Jn que! e qu il ibra la dimcr;i<'m de la
una comunidad con el ser en e l tiempo por venir? temporalidad en dirccin al futuro, no en el sentido de un ruturo mundamtmt,nte enten
-Eso es, en eft>cto . dido (el an IHJ, pt!l'<> deo;pu' s) sino en el sentido del fracaso constitutivo y estmctural
frente al cual es ya deo;dc icmprc puesto el scr.m.supreter;>i<.lll de tener scnt!d0 ms all
-En consecuencia patticipa del tiempo, dado que participa dd scr:l>Y.
_

d.., su finitud constilutiva v anoamiento. Aqui Heide;er rc-:om:: canlin1s que son total
li!meliivos y 1\ersos con respecto a usscrl, pew ue ya no son fcuomenolcgic<J>.
El uno est, pues,l.l1.1!:rso enntfl.Ui.Qfll
lQ= el tiempo trans Cf. C. S!;, Ffrt5.<erl e Heideger: 1emro e Fen:m:e:,J!o;ia, en G. C\ERn:-;o (ecJ.;, o.c., p. 89.

curre (rcopEE-rm) y el uno avanza .:: on l (npoEpz.c:at 1ca-r& z.pvov . El trans


En e la obra e detallan Jr, rdaciones de dependencia de Hei degger rcsp::ctu de su ma::s
tro, por 1nedio de b referencia a manuscrit0s inditos d' lbsc:rl que rcvdaran u na gr:
lranscurhr que llCJ puede salir nunca de la d im en
m
curTir Jel tiempo es un influen ci a dt: ste en su disc;ulo en temas qt:c se consideran h:tbituaJn,cnt c0mn e>p

362. bta es 'U1a de a hiptesis heideggeriana m1s


cfcamcnte heicbzeriancs .
sin del presente (viiv). : dicutible.<> desde las tesis qt:
nuestro estudir; pr:e:1.:! malar. Es perfectamente l6gic:.J sostener que en la rr:etafic1 tra
dicional el ser 0:.trece d tiempo, s i nuestro dis:urso se cmnarca dentro de una cancepcit\n
exitencial del misrn(). Sin embargr>, para b lt-:tdicin mctafii l . tndo ser posee tiempo, si
lo examinamos desde d conc;po csmico y, m:s an, el ser participado o .:reatura, tal como
lo enen::lc Tom <!e Aquinc, comienza con el tiempo y nr; tiene fin, es Jecir, rmancce
358. PIAn. Parmb1idc.<, 1 4 l;:k. in actemwn, cvn lo que se dc;ta de un car;cter temporal per-fectanente cdcndihe de.d<: el
359. Id., l 5 lc-152a. concepto hist<)rit.:o u in;.;lu<; 1, el ec'Jnko, dd trn1ino ticn1p0.

180 181
e:
ando del concepto de ti empo como hilo dl! Ari.adna. Rcmon t n (Grene). vu: otty!J..interpretegd

sfico, como Hegel
ahora como punto (Pw:ktJ. Aristteles caracteriza el vi.v como -ro!" -n., f{ !le.
m Aristteles comprende el
dose hast;. AristLdcs. Jfl'idegger, en Serv tiempo, rr('t>nla la doc lrina aris
totlica -punto de rd"crenda de todos lo l.ral;ld<l filosl"icos sobre el tiem llama al ahora el "esto absoluto" (das absolute Dieses}. AristteleS f.'0!1
el

po, tanto an tiguos como modemos- como la pr imera interpretacin


siguiendo la tradicin, en relacin x_pvo con la c?ai.pa, Hegel insiste e
curso circular (Kreislaut) del tiempo!6.
tem:itica y tXlema
de la comprc:nsit':11 V11lgar del tiempo, es decir, de su
comprensin naturalista, y nvtb ctl!no tanto la concepcin hegeliana del 1 -o!l'
como la bergsnnbna y l a kantiana derivan de la aristotlica363. En
. Heidegger pinsa que a Hege , i en :? bar
se le escapa la que "0e.s:
s1dera la tendencta central del anahs1s anstotehco del tiempo, a sab er, ,otn
tiemp o
l.os
una re1 ac1on
cu1)rtf ' de f'un damentacin (cncoAo'\J(:)E\.v) entre vv, opo;, '.J,
prohl..:rnas fimdwncntales de la fenomenologfa, d on de se dedica un odfr
amplio tratado a la doctrina ari stotl i ca del tiempo, H eidegger aade que
La tesis de Hegel viene a de cir que el espacio es tiemp o y eo:O - ,
tambin la co ncepcin agustiniana, si no deriva de la nr i s lu ll ica, cierta
y 1oo: tL

mente sc determi n a en relacin a eJla3M, que es lo que stKede, en el fondo,


_
l
en cierto modo, coincide en los resultados la concepcin bergsoniO js:
pesar de la diferencia de fundamentos. Bergson invierte tambin esta e0o
el tiempo de la mecnica es espacio. Segn Heidegger, tambi n li:t 11'
con la mtsma concepLjn heide>:!-(eriana.
Toda la ontologa antigLta, u til i t.ada a lo largo de los siglos hasta Hegel tlO
cepcin bergsoniana naci de una lectura del tratado aristotlico del
e me! uso hasta Bergson, estara ya predeterminada en l a precomprensin
po, puesto qu e el tiempo como esp aci o es configurado como una suce!>
.

del sr como prcscncia, ouaa. rrapeuab3s, en el concepto de ser como pre


cualit ati va y la duracin como sucesin cuantitativa.167. 0\''
sencia sustanctal. perm anen te y d ispnni h le a nt!t'lros usos. Hcidegrrer
Las 9._()-_as de s!?_teles y ege!_picnsan el ti.tllliJ O a pru:tiHl_L1i':Jr{

:uestr1 lu.esta conccp:: n le! ser se \'otTb<.:iona con una_'::._1cep n __
.Q!teno y lo pesentan omo una st.lcesin de momentos que fo rJJ td' 1 Jl l
.
_\ulgar del t1empo, enten
chdo como una entidad se arada v externa a los
una !mea contmua. Tal m1agen del tiempo, segn Heidegget es un.fl 1 e
prelacin de una nocin de sentido comn, la medicin del reloj, qv11r.'f
uer pos-o jeto considerados permanentes. El er puede ser concebido

denom ina "comprensin \Ulgar del tiempo" y que consiste en un ''P6Jl


como presencia slo en la medida en ) entes en
. y correspondientemente c
anle lo s ojos" la suc es in de los instantes desposedos de signifiC 1 to-
el espacio "sealan" el tiempo presentccies
-s.i.fFI-ml'<lrrctdrrC! , o de su presenci a snnultanca.
Segn d anlisis heideggeriano cabe decir que se encuentran los mi s
mos predicados dd t iempo en la Fsica de Aristteles que en la filosofa
-
l,Para Heidegger, el tiempo aristotlico de los "ahoras" basado en un:3-
' .. ---J y
loga de la pres eia y, de ah , en la mi sm a estrudura temporal e ce el

_;:,,-{-
si:'.!lar, ha sido la interpretacin a la que se ha cei do la filos ofa sob - { d a
de la naturaleza de la lA;ica de .Tena de Hegel -anlisis, segn Heidcg
_ mlercs an te que d Lratamienlo hegel ian o del tiempo en la Fuci ti em p o , etdo la temporalidadoriginaldesde la_q u ..
b.m.t:1
en eLm.is.mo ser exjencial del Dasein que se constituye como teif \
get mas
,
clopedia.-. Segn Hei degger el cu n c ep lo hegt:liano de tiempo esl{t saca
Jt .,tli-
l(1';d en el "advenir presentando que Ya si endo sido". De e:;la teD1Pl t1e
do directamente de la fsica de Aristteles. En el camino que llev de Kant dad genuina, radicada en el fenm e no originario ele] advenir -"ferln ,r!to
al sistema desarrollado por Hegel tiene lugar una cada vez ms dec is iva ,
no prim ario de la temporalidad originari a y propia"-, se deriva l co:O fies e

irrupcin de la on tologa y l a lgica aristotlicas. Heidc2:ger i lus t ra su


nllgar de tiempo, concebido como "fluJo de ahoras" p uesto de rn.l;t
tesis con ej empl(Js: -
-is
._.,

;,
--------- ,
to en el uso del reloj .
H ei degger se apropia tam bin de la concepci:0 :J-11-
Aristteles ve la esencia del ticmprJ en el vi.v, Hegel en el ahora Uett). Por o tra parte,
lotlica del tiempo no slo en la descripcin del tiempo vulgar, sio0
anlisis de la temporalidad autntica.
Aristteles concil:; el v\iv como pt;; Hegel toma el uhora por un ,;lmite''
bin en el
1 e el

,..
13an,d , 8' .. '
_... Ifay c - espano.a
363. Cf. M. HFt<:EGGER, Sn wd Zeit, en (j,7mtausale (fraukf
" ".. ' '1atn 1 a-; ,.
.;J'lP0
Ser y I!CPII!i, (lxico, t 951 i, 82, p. 49. Cf. 5, p. 27-
m "

que todo envejece po; cl timpo, que el o r el


rt 7" ''Ser en el tic:mpo" es ser afectado por el tiempo, v as se suele decir'

3 1 . De aqUJ en adel:mte cJtar.;mQs por esta tradu:cin.


'

;cHm.
tiempo deteriora bs cosas
-

:
34 . .cf. :\t _l-FifE(:JR, LJfe Grundr'r;J/:!el.'lC der Pl:cil:on?l.n:)h.sie, en Gc)c.!ntau.sgabt pero no se d1cc tiue se aprende por el tiempo, ni qtl"-'
(F:ankfm a11 M.Hn, 1 9 '.5 ' Band 24. concret:m1ente en la segunda patte Die Frm.1mmn
hace olv1dar,

366. Id., 82, p. 496, n. 2.


t,7;0iltr::!ogr.,c'm! Fr::ge 1:ai1 dem Silm on Sein /;er!r:uq;: die Gnmdstrukture; w:d Grw:.!
l':etsm des Sem. pp. 321-469.
3t.'i. Cf. :\:l. 'HEll.!E<,foi..oH, Ser v Ttcnrro, 6, p. 35. 367. Cf. lb.
83
182
tiempo se llega a ser joven y bello; purque el tiempo es por s misn> o m;' , Para H.idl'gg.:J.; "existencia" y "temporalidad" son knninos inter
bien causa de dcstrucci(m, ya que es el nmero del movimiento, y d m (lvi carnbiables-'-1. La existencia no se de spliega en el ti em p o ; d b misma L'st
miento hace salir de s a lo que existe'" estructurada temporalmente o llH.:jor, ella despliega el tiem po, porqtw '"la
temporali dad es esencialmente exttica"->74. Y si d Dasein existe de modo
La capacidad del tiempo de hacer salir de s a lo que existe es su carc originario y autntico, se proyecta hacia d ruturo, un futuro cerrado por
la muerte . De ah el carcter extlicoiesttico de la ex is tencia, ya que el
ter exttico, que Aristteles entiende de modo negativo, como capaddad
de corromper y destruir, es trecham ente conectada con la irreversibilidad

/
Dasein. ab ierto sobre el pasado, el presente y el futuro, se mueve en una
del t iemp o . Ahora bien, la destruccin y la construccin no proceden del
"nmero dd movimiento", sino del movimiento mismo, que ''hace salir
abertura cuyas fronteras se desplazan con l. formando un hor onte ms
all del cual no podr penetrar y que det.crm111a su comprenswn del ser.
:
de s a l o que existe". Pero este movimiento es el "actus entis it1 potentill
Este horizonte es la ll:mpnralidad. Ii lo_queabre el campo depuestra
quatmus in pote11tia", que no se puede identificar sin ms con el mov
ex eriencia y lteraa""t:;:;-:P.ibilidad
miento l o cal y que nos remite a las diferentes acepciones del trmino
o.s se .siempre nuevas. En.
sJP'::'e c o m.1:rla descripjQQ, heideggeriano;
_sen ti o, c:::
. .. dmpo-_
"m omien to en Aristteles. Heidegger, subyugado por l a potencia del
aanno primado del advenirl75.
) -
San Agustn tiene razn, sm duda,
movimiento, utiliza es ta capacidad para c ara c teri zar a dimensin de la
"

.-al aecr crue es en el presente c ua ndo recordamos esperamos. Pero este


'

d" que connota el ser en su acepcin aut presente, de dnde viene? Heidegger responde: del advenir. El tiempo no
dec no nattrr
ltsta, sino existenial.Para He1degget el carcter extti- pasa, como se dice, del pasado hacia el futuro, sino del advenir hacia el
co del tiempo es capacidad de proyectarse respecto de una posibilidad. sido. Del advenir en primer lugar provienen las posibilidades hacia las cua

del ser del ente que llamamos Dasein se muestra la tempo


les nos proyectamos sin fin y qu e hacen de nuestra existencia no la eje
Como sentido
cucin de un programa, sino la aventura de una libertad.
A este respecto, Heidegger no hace ms que l!c\'ar a su ltima clarifi
ralidadl;i.

cacin l a intuicin de Agus tn, cuando hace del tiempo un momento


Para el Heidegger de Ser y tiempo, la angustia, al "de-velar" el ser autn
on tolg ico" en la estructura de nuestra vida y cuando hace de la orien
de la "autenticidad de la existencia"37"
tico de la extencia del Dasein, la cura, suspendida sobre la nada de su
"

tacin hacia la muerte un rasgo


< la fenomenolQ.g_fa_ deiJel.!l.Jlli c.n..trmk
"arrojamiento" y la nada del aniquilamiento futuro aprehendida corno
pasada o, en otros trminos, al "de-\clar"la existe nci a como "ser-para-la
Heidegger tn
:1-e oraniz.g:
:eles de radicalidcT
__

muerte", "de-vela" la ltima trama existencial: la temporalidad, el senti


'
nos devarios en su distincin entre auten-

do d el ser del Dasein. La cura pone al Dasein en un movimiento de tras


ticzdadeinautenticidad El ms radical es la temporalidad ('/.eitlichkeit)
propiamente dicha. Se caracteriza por el primado del futuro en l a dia
..

,
cendencia, lo h ac e salir fuera ele s; esta trascendencia originaria es la
temporalidad, un "advertir presentando que va siendo sido"37iJ o "d adve
lctica entre las tres ntencionaliddes temporales y, sobre to do por la

nir que habiendo sido presenta". "La temporalidad es el original fuera de


estructura finita que surge del reconocimiento de la centralidad de la
muerte, o ms exactamente, del ser-para-la-muerte.
la inautenticidad, pasamos de la temporalidad a la
s en y para s mismo"17l, y llamamos xtasis de la temporalidad a los fen
En la direccin de
menos del advenir, el sido y el presente. Su esenci.a es la temporizacin en
historicidad fGeschichtlichk.eit), que bace referencia a nues tro modo de
la unidad de los xtasis. La tempor al idad es el "tiempo original", porque
el tiempo es originalmente como t emporacin de la temporalidad que hace
posible la constitucin de la estructura de la cura m. .ICOI\S han lanzad'J tesi invra' a la qu :1tribu:"'n !a temporalidad
373. A!6Ull>S
ia actividad "constitutin!" de al6n moc!u de subjetividad U\1scendental, n a la pr.;scnc1a
de un Dasei11, cuyu "e/, " se sunnc que es el !ocus d diferenci::d,n cntr paado. f resente
a

v futurn, fllnda::l ;s en su opinin de c;ue r.o hay !al C>a comu una ubjetmdad. tucn
.

tent.:li" la cual r.o sr:l sinu un concpto qae ;i1u a sr filosc\ficament nccesmo en d (Ur5o
38. AJUST6TEU.S, p;y: . , IV. 12, 2 2 1 a 30-22lb 3. de b plicacir'n d las conecut'ncias de c:trtcsiauisn;o, v ah rc;idira todo S!J val a. Cf
A. SHAL0-1. o.c.' 314.
3i4. 1. HEWEGGER, Scrv T:em!l<', 6:;, p. 330.
369. .\'1. HEIDEGGER, Ser y 7le1i1['0, S, p. 27.
370. Id., 65, p. 375.
37 L Id., 65, p. 378.
.
3;:; Cf. Id., 65, p. 378::n9.
.371. Id., o\ p. 380. 37f.. Cf. P. R:com:n. /;:tral:i1n. . p. 34.

1 84 1 8S
"l legar a ser

La extensin a lo largo
" entre el n
acimi en t o y la muerte.
la vida se subray aqu m
s que la totalidad que pro
porciona a la vida su
de , d ad v a toda su bj etivida m . As Hei.
ni "externo" . antecede a to da ob'Jelnl
.
d
degger se opone tan to a los que conceden. a!' t 'empo pblico el esta tuto de
a
termi naci n mortal, lo
di.lttmtio es piTtT\'ada de i
que nos recuerda la dis
un hecho natural , fs co , cuant o a los que como Husserl lo vinc ulan rndl
tentio agus ti niana . Pero .
la disper. ir)n abs ol uta gra
cias a la capacidad del
es ta
Dasein de r<'capitular
.
nues tras pot:eJw ial idade
h ere dadas den tm de la
solublc.>mente a l a concien Ja. y . .se opone c a la 1'elent'fc cin del tiempo


:
pb l i r con e l tJeml :
o . El p rim er o es e1 houz .. onte de la exi s tencia [;ktica
'

dim(msin proyectiva
de la cura Esta H'ieder
El se un do es el horizonte de la c m-
.

idad en d pm.:: eso de .v cot1d1ana de un }O emp ,uco. .


!wlung o re capitulaci

. n lleva
deri var la h is tori c ida d de
el testigo de la continu
temporalidad. El lt im
o estado dt inautentic
idad, en el sen tido de
la . 'n del se
prenst(J po el D1s"m
' El pnm
. et o es. o, ntica, el segundo ontolgico.

L va le ncia de)asestructuras de la vida
las de tem
la
pre-
cotidiana sobre y con tra
erte y las de la hi s toric
poralid a dregidas por el ser-para-la-mu
por la repeticin, es la i dad , regidas 2. J P. SARTRE
se afirma el tiempo
intratemporacialidad .
com o aq1 eJ] o en lo que
(Inner-;,eitigkeitj, porque
Para S artre , el e stu i de
aqu
ocurren los acontecim l'd d en cuanto estructura cons
titutiva del para-si, reqme e an::-,;:esadimensiones constitutivas de
Llegamos as cerca de ientos.
al del tiempo, pero la
l a rem:se nta cic'1 n line
r m ci n i mp ort an
que antes de cu qui :
afir-
la nu sma pai a recuperar. su

te de Heideggc es . .
l a mtratemporaczalzda r nivclaci6n de / .
. sent1'd o pnmord'al oculto en las aporas

patentes en el lenguaje cot a o o e'n las temias fenomenolgicas. El ohJe
,tu.I.a debe ser referi da resentacwn ! mea ] , su estruc.:
-
d en atcncwn a la rep .
,

ca del Dasein ,--- - :_}


.

p-;;.;
;
a una ana lti
tivo es buscar la tempora J a o Jgma
. 1 que expl iqu la constitucin del
.
e
;;;:iJIJ?m


La intf'(ltC!
t
-----

sus
s mfeneno
iTrrrnlel suj eto y el fenmeno del t nsc
propios objetos, bs cos
ura, p ero de la cura oral Tambin Heidegger; Eren
;
a
le a la temporalidad propJa q e
como vctima de UJ S O
bles de la propia preocu as sub sist ent es y ma original ba ado en la

misrra forma de darse del Dasem, a
n i p ul a
se convierte en la categ aditir un a temp oralidad impro -
pacin. En este estad
o de arroj amiento el pre
ora predom inante
sente
(pero incluso ento n vulgar d el t1empo
'

"ahora" no es el ahora c es el r : : :
pia deri;ada, ue da l a 1 c c ' n .
inarse co o ser-en- sJes eci ,
{ d
abs tracto de la repres g :
-

m
s humanas). Ta m bin
entacin lineal; es el Segun Saltre es e re,_ a o
como realidad e r da e u
e
t'dad lo que hace que la con-
crue" de las acli\idade "ahora r

hacemos uso de cl cul


o y m edi das, pero medi
par
n s proma 'de'
a la intratemporacialid c
a'ten'd d v que entonces
r a
mos el tiem po porque ciencra se d pon a com t e p rahd a
ad . .
.

,
! g o m o v a , -
p o es parte del carct encuentre su ser mas . ll-'a d e, s Frente al se1.1 del en-s' que e lo que es, el
.- . a
tamos con el tiempo,
er de la cura
y con tar con t>l tie m con .
como preocupacin mu
ndana. El ser del para-sl con 1] e\.a e1 distanciamiento,

tiempo encontrad() en , . . .
ella resul ta la base a necesJdad de ser lo que no
es Y de no ser 1o que es379 A1 tomar d .1s. ta11CI't
sobre la que se fonn
.. - En el ltimo
a el concepto \ulgar de .
captulo de Ser v Ji.em
e pone como presencia ante
po se 1 bordu la cuesti
tiem po.
,.,
' J

n el t iern-
d sz. 1 en esta nad- - los actos. de,1 para-s
? .

1 . a que acompana < se encuentra el on-


gen de la tempurarlC1a d . 1 a. fuen le de1 tiempo .,0 r a te np orahda se ha ll a d


pn pblico, instrume
fechas y horas, de ! cua
re saber si e!'> l se quie
,
ntal, medibl e, con sus .
"slo subjetivo", "ob

u
ni ng na de las dos .,lacionada con la huida del para-s, hacw su ser posible v en cuanlo tal,
n .

jetivamen te real" o "


.
cosas"377. La solucin
:pone una estructura co
.
de He idegger ser la
blico s 'do de la coe ns titut iva del ser de la conctencJd.
xis tencia del Dasein c
tercera. Para l, e1 tiem

__, n los dems y de su ser-en-


::_

o
po
d-rn undo y que;; conocernos com
o tiempo del mu ndo, El ttempo de, ]1
en '
_

C<l i1''1CI1CJa
. es. la
. 1.ea 1 :\ d 111Jmana que se temporaliza como
. n''! .
V.
ia tributado de algn
no es "objetivo" . l'd
en te intramundano,
el 'en tid o de que ser
"subje- totalidad que es para s misma su propia mclmc1 usw

j
livo" en el sentido de '
de la presencia de un
ni
to" . .\1s "obje tivo" que
que tendru necesidad

p ible, pues condiciona El pasado Jlega al mu ndo raci as a J a rcalC1ad hun1'tna al Jara-
"suje- .
cualquier objeto os ,g s, por-
la apa-
que nicamente el para-s! tJ.ene q e ser 1o que es, .v se cons tituvu
, <
ricin de los entes intr .
amundanos, y ms "su e en una
s a l la cura es el
bjetivo" que cunlquier
posible, pues gracia suj eto
.

mente, el tiempo no
est ni en el "objeto" ni
ser de todo ser que exi
> 1 1 g Cl' Id., 80, p. 482.
sta fctica-
en el uj eto " : ni "in
terno", -
. CX'..l''Hill
Ko pu:!do evitar C!IG
379 .
r en este punt ) h . - .- con '
. 1' o ] ...san
,.11'"" .. M...; ustn. .califica
. ' tan
., '-
------ - al hombre, bes:ia cupidissima rertll/1 no:a/UIII, empat ntar.la con la conccpcwn XJS
c

tendal del tiempo


, ,\ !,, .'"'
,._,.1 " (Bnudcna
. ' ' 1933), pp. 1.14-135.
.
380 . Cf. J. P. s.Ul(E,
! El
"er
3 8 1 . Id., p . l SO.
1 86

187
/

sious h'llip ;:ales


In que es; es decir, pasado, futu ro y presente, las dimln
-pues la L:llll
ley ontolgica del para-s, en cuanto que tal ley nos dice que el para-s es
dd para-s, ele las cuales ningu na es an terior
a las dem:ts
e,\.5_er ltue consiste en tener su ser ms all de sL A diferencia del pasad o ,
el presente es para-s33, pues slo el para-s admite en dL'JKia. en d mismo acto en que se vuelca
a[ITCfS , se proyec ta hacia
de
ms
e
que es en-s, su
cons titucin una referencia a un ser que l no es , porque las Lr(s di mensiones- y cualquier dinwn p e
sn u d ser deduci da cual
ralidad emana del parl
quier otra-''". De este modo, para Sartre, la ternpn
ptsencia a. . . significa existencia fuera de junto a . . .
Lo que puede ser prc s v de sus estructuras consti tutivas. En
la temporalida d yace la e:;encta
sente a. .. debe ser tal en su ser que haya en ste una relacin de ser con los de.la realidad humana, su indetemnacin
constitutiva, la constante aper-
dem:is seres!3. tura de su ser y su historicidad.

Fmto de la negaci n del para-s a cosificarse, huida perpetua del ser,


el presente se niega a ser captado en el instante, porque el instante sera
el momento en que hubisemos logrado determinar e! ser del presente, pero
ste se revela a s mismo en la huida, en el no-se1 en cuanto es huida fuera
del no-ser que era y del que le es presente hacia el no-ser que ser. En esta
apertura hacia el futuro est la ltima estructura del ser del para-s:

Slo un ser que tiene que ser su set; en lugar de serlo simplemente, pucJ
tener un ponenir3B-l.

El para-s huye del ser desde la presencia provocando su pasado, por


que, negndose a determinarse, pone su ser en lo que era y, en su evasi n,
huye hacia el futuro, hacia aquello de lo que est falto. El para-s es pro
yecto hacia el futuro, porque su :;er est anle s y ms all del ser, y slo
se alcanza en la m edi da en que se pierde. El [uluro, en cuanto proyecto
hacia el s er en-s, sucumbe en el presente y deja de ser futuri> para_lcsli
zars s_ haciJ2_a!o, hacia el en-s que no es, abrindose en el pre:;enle
trUa nueva fa] ta ele se es to es, otra pos ibilidad de futuro . Aunque ambos
_

sean fruto del ser pn:sente a ... , pasado y futuro se oponen; el pasado es el
ser que soy sin posi bilidad de no serl o y que mi pre:;c nte rehuye neg"?in
"

duse a__l; el f11turo es el ser que slo pi.tedo ser y que mi presente slo afir
ma en cuanto posibilidad y pro_yecto. Podra decirse que soy mi pasado
porque pongo mi ser en-s detrs ) puedo ser mi futuro porque me pro
yecto hacia el ser en-s. Y es mi propio ser para-s, mi presencia anl't! el ser,
lo que me dispone a e;ttE:
:_j ndo rasado V futuro, pues en mi presente me
constituyo como negacin del ser en-s, del que soy y del que podra ser35.
En fin, en cuanto fuera de s, tres son las rormas en que se disp ers a el
para-s: 1) no ser lo que es; 2) ser lo que no e:;; 3) ser lo que no es y no ser

382. Cf. Id., p. l 2.


383. ld., p. 153.
384. Id., p. 156.
35. ('f. A . S..i!;_HJ:.L, O.C., pp. 20-281. 3%. Cf. ld., p. 2 9 l .

189
1 88
CAPTULO X

Concepto histrico-sagrado

Un tiempo jalonado de fmtales. Espado de alacenas y sobrados en que esta


ban prohibidos los espejos. Leyendas Jd origen, recogidas en el estuario
gris de la memori<:L
E. RoDRlGlT-Z, Ca11tata de Calma::, 1 , X.

El concepto sagrado/histrico de tiempo hace referencia a la conside


racin del tiempo como sucesin de hechos y acontecimientos, bien como
efecto de un tiempo cnico, generalmente de carcter sagrado, bien sin
hacer referencia a esta instancia previa. El estudio del tiempo histrico
desde un punlo de vista filosfico cae en el mbito de la cronosofa. E n
general, este concepto caracteriza una realidad e n l a que l a cronometra
se subordina a otras instancias, una realidad que es irreversible aun
cuando puedan existir regresiones, el pasado no queda anulado en su
totaliclud y parte de l siempre acaba por resurgir- y h eterognea, es de
cir, conformada por diferentes perodos. Como observa Ernst Troeltsch,
el tiempo histrico debe ser pensJdo a! modo bcrgsoniano, es decit como
duracin real, como un

!lujo en d que nada est aislado y separado, sino que toda cns;:, pasa en la
otra, pasado y futuro se compenetran, todo presente lleva en s de mudo
proJuctivo pasado y futuro a un tiempo, y no es posible en general una
medida, sino que hay cesuras ql!c vienen dispuestas ms n menos conven
ciona]m;:nk segn ccncxiones .Y gnmdcs transformaciones de scntido1ii7.

387. E. TEOELTSCl!, Dcr !1iswrismw; w:d seinc Prohlcmc, en Gcsanucfte Sdtnitcn


Band 3, Sckntia, ,-\akn, 1 9 6 1 , pp .)6.57, dt;Jdo por G. C\CU.\TORF. v G. C\:T1LLO, o.c p .
. ,

191
El tiempo concreto de la historia est dividido en una pluralicbd de jas de un reloj indican cero horas, cero minutos, cero segundos. E l tiem
tiempos histricos que, como afirma Heidegger en un ensayo juvcnl, se po de la cronometra es un Licmpo cclico, que coexiste con el tiempo lineal
distinguen ctEdltativamente: en cada uno de ellos se condensa una indi de la cronologa, impuesto por la insu[ldencia de los calendarios p3.ra pe
viduada objelivacln de la vida (LeheJJsohjektivatioz)Bil . rodos largosXJo .
Cuando se alude ai concepto sagrado/histrico de tiempo es necesa Los calendarios e instrumentos cronomlricos asignan a los aconte
rio caracterizarlo, dcfJ n i r su tipologa, precisar si es estacionario, cclico cimientos coordenadas temporales y as miden los i ntervalos que los sepa
o lineal y, e n este ltimo caso, si es progresho o regresivo, porque segn ran, reduciendo cada u n o a un mlliplo del ciclo escogido como patrn.
su topologa se establecern de modo diverso las rdaciones entre el pasa Su mbito propio es el liempo corto, asimilable al presente, Como se funda
do lejano, el pasado reciente, el presente y el futuro, y se determi nar, en sobre la repeticin de un tiempo ddico que permanece constante, l a cro
consecuencia, el lugar del presente dentro del todo histrico. nometra slo necesita del momento mismo en que se efecta la medida,
Si el tiempo se supone estaclonario, pasado, presente y futuro no difie a partir del cual es posible hacer la misma operacin hacia adelante y
ren; el orden de sucesin, en tal caso, es insignificante, con lo que des hacia atrs un nmero arbilrario de veces. E n este sentido, el tiempo de
aparece la historia. Si el tiempo se supone lineal, en general, progresar la cronometra, siendo cclico, es simtrico; es un tiempo sin i nnovacin
hacia una perfeccin futura o regresar desde una perfeccin inicial; el ni interrupcin, un presente i ndefinidamente extenso. Por su parle, los sis
futuro ser, pues, bien superior, bien i nferior al pasado, Para i ntegrar una temas cronolgicos abarcan largos perodos: siglos, milenios, m illones de
larga serie de hechos e n una progresin (o regresin) montona como sa, afios, y privilegian el pasado lejano, incluso el momento mismo de los or
podemos dividirla en segmentos compuestos por hechos cercanos, idcn genes. As, su tiempo no es simtrico; una diferencia cuo_litatira opone el
tificando sus rasgos comunes, que se supone expresan las propiedades de anterior y el posterior al punto de part da de cada era391 ,
un segmento que se corresponde con el cambio invisible. Al lndividuali Tanto e n Oriente como e n Grecia se h a i nterpretado en muchas oca
zar de tal forma varios segmentos sucesivos de e-ste ltimo, hallamos la sioncs el tiempo como una lnea de carcter cclico, es decir; se ha espe
hislrb dividida en "edades", "siglos", "perodos", "estadios'' o "pocas'' culado con un tiempo ilimitado, en cuanto que no comienza ni termina,
D. dotado de una especie de configuracin geomtrica que lo curva sobre s
mismo, Por el hecho de que eslJS vueltas o ciclos se suceden, el tiempo es
que se suelen in1aginar anlogos a los que un ser humano traviesa a l o
largo d e su vida.
Finalmente, si suponemos que el tiempo es cclico u oscilanle, el futu irrepetible, pero como cada ciclo es equivalente al anterior, cabe decir que
ro ser una repeticin ms o menos exacta del pasado, PLtra determinar el tiempo es peridicamente repetible_ Esta es la concepcin expresada en
b cualidad del presente habra qu saber qu fase del ciclo est ocu ia idea del eterno rcwmo, La idea del eterno rcLorno, retomada pos
rTiendo; si es una fase ascendente, el tiempo es localmente progresivo y tcriormente a su modo por Nietzsche\ condbc el tiempo como un anillo-392,
ser:i en !a fae dcsccndcntc1S9, El m i l o del eterno n:lorno forma parte de! tmaginario de diferentes
culturas y civilizaciones. Fue esencial en las cosmologas arcaicas, pues
to que un3. concepcin cclica de-l tiempo panda ms "nalur3.1" que una
1. L!NEAUDAD Y C!RCUL\lUDAD: CRONOSOFfA
lineal, partiendo de los datos proporcionados por los fenmenos cclicos

La idea o imagen del tiempo que expresan !os diferentes calendarios


es la misma: la de un tiempo que gira en redondo, en el que b cuenta de
390_ CL ftL, PP- 9-10_ aqu a K. Pomi\11 incluso en la termi nologa, a pcsL\r de que
Sigo
no se identifica completamente um b que he venido utilit:mdn en rcrcrcnc ia a loo d vcr, i
las unidades temporales ! lega a un tope mximo y vuelve a empezar: As, sos conceptos de tit:: rnpo

d llciCJlhrno t:tm ljoi , 'r;ll,i,'",',',',;,:;::;;:':','/';: pu; iluii i J;d


cada unidad lemporal es un intervalo entre dos apariciones de un mismo 39L C. !t.L pp. 1 ! 12.

1:mrs
tener presente q112
acontecimiento, natural o artificiaL Por ejemplo, el da es un interv;:do lidnpo put una lnc:L V GoLSU!\C!ilT, L.c - ti
entre dos salidas o puestas de sol o entre dos momentos en que las agu 1969, pp. 4251-, cita: a) el Panm!uidcs. se examina esta posibilidad en
h scgutHb hixt<Csis; b) un texto de las dns
dn::u lo o lnc:1; e) d "problema de
cr i.L lImxN+_R, {),,. z,;ti,,,,,ti da Gcschicf:;\nssci1.1chc:j[,
im;\r:cncs
- Jcl
corrientcnwnte en bs c5cudas antes de que
(Ewr:adas 1, S}. CL A. l-!As;v;n, Sobre al.wws Actpciuncs del Ticmm en lo
3Bs en c;,:smitlat!sr;alx
(Fr<lnkfun :::nn .\.bin, !978), Band l , p
3h9 CL K_ Fo\H.;:-, o_c_, p. 58 ,\_ T(AllE!' y ulnh o.c., p. 6-t.
,1,,/oc.,\f,u,;in, en p, RKOCTR,

1 92 193
de las estaciones, el ritmo ddico de b vida humana y los fenmenos celes de estos aos, para algunos comen tadores, es un ailo divino que dura 360
tes, etc Tal idea fue desarrollada por las primeras civilizaciones agrco de nuestros aos, de manera que, cada nwha,vuga durara 4 J 20.000 aftos
las, a saber, sumerios, babilonios, indios, mayas, cte, Los babilonios basa de los nuestros. :VIil mahayuga cons tituyen un f.:alpa o un da de la vida de
ron su medida dcl licmpo en los movimientos peridicos de los planetas. Brahma. Al final de cada da de Brahma, la tierra es destruida y existe slo
Para ellos, la duracin de !a vida del un iYerso, el denominado Gnm Ao, en el estado latente del sueo de Brahma, que dura 4.000 yuga .Luego .

equivaldra a unos 424.000 afios ordinarios. E l verano del mismo sera renace la tierra v comienza un nuevo kalpa . Cien aos de Brahma son la

scfalado por la conjuncin de todos los planetas en la constelacin de vida del dios, pc ro tampoco Brahma es eterno: su vida tambin se repite,
Cncer y vendra acompai1ado de una gueJTa universal. Cuando los pla como adverta Visn. Esta dumcin de la vida de Brahma, a cuyo trmi
netas confluyeran en Capricornio acontecera el invierno, acompmi.ado de no sucede el fin del mundo y lras l una nueva creacin, es el ciclo m:is
una inundacin universal, tras l a cual, el ciclo se repctira393. largo del sistema indio, repetido incesanlemente195.
El p i tagorismo participa de esta idea y Platn, en e1 1imeo, la retoma Visin anloga a esta rueda o ciclo de reencarnaciones (el samsara) es
unida al mito helnico de la edad de oro, de la cual las siguientes eras son la de bs dos grandes escisiones de la religin hind, el budismo3'Hi y el jai
rplicas cclicas degradadas, Su cosmologa cclica contempla una peri nismo, as como la de la gnosis occidental de los primeros siglos despus
dica destruccin y recreacin del Universo concomitante a una serie de de Cristo. El tiempo sera una sucesin de metempsicosis, Del mismo
fenmenos astronmicos. Adems, es Platn quien introduce el concep modo, en general, se piensa e n las religiones iranias, el mazdesmo y el
to de Gran Ao en el pensamiento occidental. Los estoicos, por su parte, ismae1ismo. E l tiempo, sede del sufrimiento, es algo que hay que tras
crean firmemente en la idea del Eterno Retorno. Dado que todas las cosas

d
cender, va sea a travs del conocimiento, la fe o las prcticas corporales.
del Universo se encuentran relacionadas entre s gracias a una red deter La i ea de un tiempo histrico lineal e irreversible se abre camino en
m i nada de acciones y reacciones, este determinismo provoca el retorno la civilizacin hebrea, para la cual todo acontecimiento histrico, que per
exacto de todos los sucesos en cada ciclo (palingenesia). La duracin d e l manece siempre existente como contenido del yo colectivo del pueblo (pro
cosmos consiste, pues, en l a repeticin y l a vnKVK/.,rm; o Eterno Retorno. mesa, xodo, alianza) y es rememorado continuamente en una historia
Como ha dicho Ferrater Mora, si en los pitagricos la creencia en la pulin que se siente viva y en cierto modo "conlcmpornca", es una manifesta
gcnesia de las almas constituye la base para la afirmacin de l a palinge cin de la divinidad, pero no la repeticin de un arquetipo, sino una mani
nesia de los mundos, en los estoicos sucede todo lo contrario: l a creencia festacin siempre nueva, d e manera que cada hecho es nico, con todo lo
en una palingenesia de los mundos permite afim1ar la palingenesia de las que ello significa. La historia, desde entonces, es el mbito donde: se hacen
almas394. patentes los designios de Dios, es teofanb, historia sagrada, rea1397. Esta
La idea del Eterno Retorno, asimismo, dominara el pensamiento omnipresencia y su omnipolt:ncia generan la concepcin de un Dios como
romano antes de la llegada del cristianismo. Pero su mayor desarrollo lo seor del tiempo y de b historia. La salvacin, pues, no est ya en el retor
encontr al otro lado del mundo conocido, en Oriente. no a u n pasado inmutable fuera del tiempo, sino en el futuro, en b paru
El pensamiento hind enriquece y complica e1 mito del eterno retor sfa del Vl esbs, mJs all del tiempo.
no con el recurso a las edades mticas. Cada ciclo o edad del universo se
denomina .vuga. Cuatro yuga (el Krtt?}'llga o edad de oro, el li'eta_vuga, el
Dvapara.vuga y el Knliyuga), de duracin decreciente (como las edades de
los griegos) forman un nwhayuga, que dura 1 2 .000 aos. Pero cada uno Esta cuesdn est JcsorTolbb en Jctllle en .B BAtC..lEH, dd
Tii!!i![!ii Cil lo 1hulici6n rL la Indh:, en r
305.
RJUllTR, e L\rmr. y ntros, Las
(Sabrnanca, en las 94-96. Tambin A Com:.:P.S
\\-\.\lY, f:'l 1999),
393, CL E TiFLF.l, f) c . ' p, 120 396. cr. ru: , pp 27-42.
::contt.:dcsc de hi:dw, !os conceptos de
seran confuso< puesto que
394 Alittdcs opinaba que si la 397, No Jebe dcs;Jpcn:ibido el hecho de que las cultut<ls que se nutr\.'n de una
antes y .
el mismo st encontrara \'Vicn- com:cpdn ddica tiempo no mucstrw.n lnt;rt:.s por la historia wl corno nnsotro;; b cn-
dn ;mies la cada de y dcspui:s de b b guerra de Troya <:1conH> ccbimns. es decir.- haciendo uso de crnnolo;bs precisas. En un mundo Ul ln
cerb otr:< vez y Troya a caer (CL Prob!emaw, XVll, Aun cuando admitb b veo
d bblc sentido de Gcschd!/c v de Htor,;. Por cnntn, en b ddlizndrJn
s;;_qr;d;, donde lo profum c:.trccc de cnticbtC no c:1be hablar de historia, Csta Ul

clc modo que (IStcnu que la idcntid:d era c:lo c!l cierto moJo :_] ]; hc;tori:J en su dobk :1Ccpcir1 se cnrm:rtir en un rcfcn.::nte de primer
ddud de los ddos. Aristrtdcs no crda en b idcndcbd cxKla dr,: !os sucesos de cada ddo,

1 94 195
En la misma lnea, para los primeros cristianos, cl liempo no es una E n la refutacin de la concepcn cclica que tenan los antiguos grie
-
real idad opuesta a Das, sino un medio del que Dios s e sne para su reve gos de la historia y del tempo, Agustn propone una concepcin de la his
toria en la que los sucesos tienen una direccin definida y, consiguiente
Dios
!acin. En el Nuevo Testamento se hace uso del trmino Kmp, que hace
referencia, en su sentido prorano, a la ocasin propicia para una empre mente, el tiempo es unidireccional e irreversible. As, en 1 ciudad de

sa. Para los cristianos, sin embargo, es un decreto divino el que hace de podemos leer:

lal fecha u n Katp;, un tiempo propicio detem1inac.lo por su contenido con Los filsofos de este mundo han pensado que no poda ni deba resolver
vistas a la realizacin del plan divino de salvacin. Es ms, no son todas se esta disputa (sobre el comiemo de los sucesos temporales) si no se admi
las parles de la lnea contnua del liempo las que rorman la historia de b ten ciclos peri6dicos, en los que se renovaran y se repetiran siempre las

salvacin propiamente tal, sino estos KmpoP98. Cada uno de los Katpo que mismas cosas en la n a turaleza (. .. ), Est muy lejos de nuestra recta fe el
creer que estas palabras de Sa!omn4ol significaran esos ciclos imagina
constituye la lnea de la historia de la salvacin tiene u n valor nico:
rios, de fonna que la volubilidad del tiempo y de los seres temporales tome
corresponde a u n hecho que tuvo lugar una vez y que no se repetir, es
semcl pro sempc1: ionai;.
siempre a lo mismo. Como Platn el filsofo, por ejemplo, tuvo discpulos
decir, de un:1. vez para sicmprr,
en la ciudad de AtcnJ.s y t:n un escuda llamada Academia Je la misma
Para los cristianos, el tiempo de Cristo es el elemento clave para orde
nar todos los tiempos: es, en palabras de Hans Conzelmann, die Mitte der
c
manera durante infinits siglos atrs, y ciertamente a gran es intervalos,

leit, el medio del liempo, l a plenitud de los Liempos {t rr/,Jrl!Hl -ro zp6-
existieron el mismo Platn, la misma ciudad, la misma escuela y los mis
mos discpulos y se repetirn durdnte infinitos siglos despus. Lejos de nos
vou)D9. Todos los dems Km poi vienen dclerminados por este, delante y otros, digo, d creer esto. Cristo muri una sola vez por nuestros pecados,
detrs, La historia bblica es, pues, la cadena de estos Km poi dirigidos y, resucitado de entre los muertos, ya no muere, y b muerte no tcndra ya
hacia y por Cristo. La tensin de esta historia consiste en que el Katp; cen dominio sobre lo:,
tral es pasado, pero su manifestacin completa es [utura, De este modo,
la era mesinica queda situada, para los cristianos, en el p3sado, :1 dife Pero, aun cuando el judasmo y el cristianismo hubiesen roto con las
rencia de los hebreos, que la sitan en el fuluro. En Cristo se realiza todo concepciones del eterno retorno y del liempo cclico generalizadas entre
el pasado y se anticipa el ruturo. los griegos, confiriendo u n significado y un fin a la historia, la literatura
El tiempo judea-cristiano no es lo contrario de la eternidad de Dios; sibilina, que llega al cristianismo a travs del pens:1micnto hebreo y su fre
es concebido como una lnea recta y no como un crculo. Se le atribuye un un influjo del gnslicismo, favoreci la creenci3 hebraica de la llegada de

principio y un final, una cipzi y u n Para e l cristianismo primitivo, un Mesas y la concepcin apocalptica de la llegada de un milenio, de
el judasmo bblico y la religin irania, el smbolo del tiempo es la lnea manera que, en los primeros siglos de la era cristiana, la nocin de edad
ascendente, a dirercncia del crculo helnico10< En oposicin :.1 la menta de oro se encontr en el cruce entre concepciones ,Y tendencias paganas,
lidad griega sobre el tiempo, rundada en los perodos rtmicos de la natuN judas, cristian:.1s y gnsticas, Las profecas sibilinas renacern en d me
raleza, la visin del fin de los tiempos y el establecimiento final de una feli dievo cristiano y en el Renacmientoo.
cidad y una paz e lemas fl.mdamcnta una concepcin aperidica del tiempo En la tradicin j udeo"cristiana, la edad de oro primitiva se presenta
en la cual ste se mueve en lnea recta hacia un futuro que se va alejando
tiana se divide enlrc b espera de u n paraso celeste y !a de una edad feliz
bajo los rasgos particulares del paraso. En el medievo, !a escatologa cris
de modo indefinido. La historia toma, para el pensamiento judcocristia
no, el lugar que la cosmologa haba ocupado en el pensamiento pagano. o Milen io404 antes del Fin del mundo. Puesto que la concepcin judeo-cris
tiana del tiempo es lineal, no existe la creencia en un retorno J. la edad de
oro, aun cuando los reformadores hayan in terpretado as sus intenlos de
398. CL Q_ CCLLL\);.'\, o.c., p. 29. vuelta a perodos anteriores de la historia de la l gl esiJ.
399_ Glatas 4, 4.
400. Vid" nma 39L CL ARISTTELES, l'itys,, 14, 223b z"qc;: "pues se
401, Edcsbsts, l, 9: "L que fue, eso scr{c lo qtiC se !lizo, eso se :r;_\ Nad::t nt1cvo
au:: el
tiempo mismo es un crculo" (wl yp dvm Ou"r\ eK\o; r\:;), la ucs, h:1y bajo el sol"
J Ciudad de Dios, XII, ! 3 . 12,
tilm de !a conccpcin hcbrc:1 del tiempo, en de ritmo o latido wmpor;_l ,
402 S
vC.a-e C. von RELU, Die hcbriiischeu Smonmw daZcil wui
verglcUreml dargestdlt (Ldrzig:, 1871),; Th_ BO.\tX\, Das hcihi;c;c/;c Dc;-1kcn im
403 Cf. ], LE
f!.Oictisch
El Orden de la Jfwwria, p. 27.
404, Cf. Apoc:dipsis 20, .f-7
dcm Gr:chischm (G<Jlinr:t, l 9SL 2" d.); A. P!\'ERo, o.c. 97, i O

1 96 197
En efecto, con el nuevo papel <1tractor del futuro en la historb, apa mentada de la sucesin de las cosas, consecuencia de instantes (tvaqt, plu
rece el tema de los "ltimos tiempos", la apocalptica. Cristianismo e isla ral awqat) que son los signos de la intervTncin de Diosn9. E! tiempo vivi
mismo comparten esta apreciacin del fuluro. E l trmino cscatologzr103 do viene enmarcado por instantes fijos, plazos y trminos, de ah que
designa la doctrina de los fines ltimos, las creencias relativas al destino lriunfc la captacin discontinua de los instantes concretos sobre la per
ltimo del hombre y del universo. La concepcin judeocristiana define, cepcin de la duracin continua, de modo que ese conjunto de instantes
pues, un tiempo line:=d, abierto, continuo, irreversible y progresivo en tanto se presenta como una serie de puntos tangenciales del tiempo humano
que participa de una tensin escatolgica, es decir, e n cuanto orientado con la eternidad divina.
a una meta que acontecer "al final de los tiempos" y ve en l una mani Ahora bien, esa concepcin aperidica propuesta por e l cristianismo
festacin directa y significativa de la voluntad de Dios, una realizacin de no se aplica de modo indiscriminado a todas las realidades que configu
la oikonoma. Con Cullmann, puede decirse que el de la historia es ya el ran la historia. Es, paradjicamente, la misma historia la que determina
ltimo tiempo, pero todava no es el final406 la extensin de su propio concepto, En la cronosofia cristiana de l a alta
Este concepto de his toria y de tiempo histrico, que viene a ser u n
estrato d e l pensamiento moderno, n o s e d a e n la antigedad clsica47. Lo comenzaba en d 284. En el 525, Dinnisio d Menor, no tolerando ver d nombre del perse
que hoy podemos citar como un concepto denso de la historia (el des guidor Diodcdano lig::tdo a los nuevos ticrnpos, y reconociendo la mposibilidad de !os cris
tianos de entenderse sobre d origen Jd mundo, propuso iniciar la era cristiana en el nm::i
pliegue de un tiempo homogneo y continuo) es presentado con frecuencia
b condicin de posibilidad del nacirnenlo de una conciencia his
miento de Cristo, que situuba en el 753 ab urbe comlita. As pues, el co.kndario cristinno no
como cuenta a partir de un fltu1fo inical Jctcnninndo, como es el caso de la cronologa juda, la
b
cual fija cronolgkamcmc la fccha de b crcacin del mundo, a la que asigna la fecha del
trica. La liberacin del carcter cclico del tiempo, caracterstica de
ao 1. El cristiunirno cuenta u p:n1ir de un punto cmtral delCrminnblc en el marco de unos
concepcin helnica se cumple, pues, gracias al judasmo y al cristianis" limites de pocos ai"os: cl rwdmiento de Cristo. De ah parte una numeracin que se dirige
mo, que introducen la concepcin lineal del tiempo. d pasado (a< C.) y otra hacia el futuro (d.C.). CL G. DECLERCO, Anno DmninL T!w Origins of
Christian Era (Tumhout, 2000)
La nocin occidental del tiempo se va a ligar, a partir del Renncimicn El sistema cronolgico de Dionisia slo refera al nacimiento de Cristo ]os sucesos pos
to, a la idea de progreso, de avance irreversible, a diferencia de lo que teriores a w.l fcch. que quedab:tn datados en los m mi domini, Los anteriores se referan
directamente a b creacin dd nmndr1, punto de partida de la serie cuyo fin nigunos situa
sucede e n el Islam, donde el tiempo se caracteriza como reversible, y res
b:m al trmino de un perodo de seis mil ailos. E.<;te sistcm1. ;doptadtJ primero en ltulia por
pecto del cual los "esquemas temporales", se.alados por ia idea de pro los cronistas y aulores de anales. se utiliz pora fechar los documentos privados desde el
grcso, son inadecuados40J, Adems, el Islam impone una visin rag siglo Vll; en las actas reales francas e inglesas b cncontr::nnos desde d siglo IX y en toda
Europa occidental n partir dd X.
Desde el siglo XVH se abandon b co;;tumbre de contar !os ai'!os desde dos puntos de
405. El t0rmirw csc2tulogb, de introclw..:dn reciente (siglo XIX), sustituye a lo que n:fcrencb diferentes, consuvando para tal funcin solamente d nacimiento de Cristo, fecha
!os antiguos cscobstko'i lbm2han 1wl'issima. Deriva del trmino plural gr:go. ;- i:cr;.:arcJ, que, vaci;Kb paulatinamente de su significado originado y trtdcional. <1c::1b convirti6ndose
"!as cosas U!timas", que :]gunos tdJlogos usan en singular (r0 i:cr;.:rnov) para designar el da en un punto cero a p;1rtir dd cuai contar f:ici!rncntc !us aiios hada delante y hacia atrs,
del juicio universaL A veces, <.:n los textos se usu como mljetivo dtO tJrminus q\lc designan ;mn cuando nunca abandon del todo .su ligazn con la cronosofb cristiana, corno lo mues
d tiempo: lcr:;:rnm 1ipw (los ltimos dbs), :rzrno; ;(j)(.Jvo; (el tiempo ltimo), i:v;.1i:r cipr1 tl-Jn bs rctk:cndas a cualquier intcnw de "imponer nuevas cmnologas fundaclus en pcrio
(b. ltima horo.) di;adunes polticas. Tal es el caso del nuevo calendario ntroJucido en la Revolucin fran
406. o_ Ct'LL\HN'. o.c .. p. 126 ccs:J, cuyo punto de p:trtida haba de ser el arto l de la Repblica una e indivisible. Tras doce
407. (f_ R G. GMJ.\ME!t, fi llei!!po e n d Pensamiento OccidentaL, pp. 4243 aftos, dos meses y veintisiete dts, ;:o!vi, con el frnpcrio. la anterior periodizacin. Menos
403. A. H,\SMW!, o c., p. 6.J._ Tanto en el cristianismo como en el Isbm h:F,: un punto duraron los intentos de imponer una nucv8. periodizacin durante 1::! Revoludn Rusa, cuyo
de partida desde d que se lhta la historia. Con ello ;;e wntina una traditn h;:::bitua! entre punto cero ;;e itu:.1ba en t 9 1 o durante !a cra fascista, comienzo situaba ;\lusso!in
los constructores de calendarios, que recurren para hallar puntos de arranque fijos de los tm la march:l sobre Roma_ En tres casos, la cronologb y cmnosoffa cristianas ddcn
mismos a algn acontetimicmo de b hswria chil con profundas implicaciones rdigiusJ.s, dieron bs posiciones conquistmbs por ellas en un proceso sct:ular. Pero nmbas aparccian
hist6rk:1s y soci:1les, seleccionado convencionalmente: b muerte Jc Alejandro o b balla como intmsas, p.ej., en .brv'm , como se \'C en d dehate en torno ;:\] sisternn de !as CE\S, segn
de Gcza cDtrc lns habilonins, las Olimpiadas entre los griegos, la fundndn de Roma (mnw d cun] cada emperador da su nornbre a la era que com::spondc a su rdn1do, de acuerdo con
urbis cmnlltm:) v la b:ttalla de Acco entre los romanos, la fundaci{m mitolgica dd impl> un principo introducido a de b era -leji, en l 368; antes un;: era cambio.b:1 Je
rio j:1pons prJr,Jirmnu Ten no y d dcscubrimientn del cnhre (era \\'ado) en Japn, !a pn> nombre si se producan dichosos o dcs!:raciaJos. Ahora bien, d n
sentacin al emperador _japon,js dd faisn blanco (era I-!akuchi). Cf. P. A. SoRot!'J y R. K. sistema de las eras, abolidD por la comtiillci(ln de Jt J.t5.' snbr_;\'ln como par::;
lEP.TC, u.c , p. 8 1 E! Islam cuenta los aos desde la hgira o huida de \b.hmna a Mcdina fechar los ducumcmos chilcs o rcbdunados con la \'ida interna Jc la nadn. El c:.denJa
(622 d.C.l; el cristianismo, desde d nacimiento de Cristo De \.:S:l :mllns rdi;ioncs QIIITOI"ann slo se utiliza los acomedmicnlos internacionales, de ah que los nn_le,
tmJuccn sus de la hlstmia en cronolor:as. En el GlW cdstbnismn esa jaan1c''" no el temido 21Hi0. puesto sm C:llcndarios nter
'"?''"'P'''Icnlia entrce periodizacin '/ cronologa b Jc,crmin Dionisio e! ivknor. Los u1s pnr ese pro po Cf. K o. e, pp,
tbnns :Jdoptamn en un primer momento la era de los m1rtincs o era de Diodeduno, que Cf. ,\. Co0,\1MtA\\\A\JY, o.c., pp. 6J,73

1 98 1 99
Edad Media, el tiempo lineal e iiTeversible slo caracteriza a la historia telnpllsaetcmitas, los aristotlic os dan a cada trmino una significac
in
sagracla, cu,yo nico actor es Dios, es decir a la historia de la Iglesia, cuya que se aleja de !a tradicin cristiana: la aetemiras pertenece no ;lo a Dios,
duracin demuestra que escapa a la accin de.slructiva del licmpo profa sno a todo cuanto no cambia, concretamente, a los cuerpos celestes con
no, Este ltimo tiempo, que se considera cclico, no es el de la cronolo su movimient o cclico, y el tempus se reduce al tiempo de los seres cor
ga sino el del calendario, acompasado por los amaneceres y atardeceres, porales, cada uno de los cuales recorre un ciclo que va de la generacin

por los nacimientos, apogeos y muerles, que se repiten incesantemente, :1 la corrupcin< El D!os de los aristo!Ciicos queda identificado
con el pri-
La mul!iplcidad de los Estados, opuesta a la unidad de la Iglesia, hace que mer motor inmvil que anima e! movimiento de los cuerpos celestes, que
la historia profana, al contrario que la sagrada, no sea una historia de lo se supone rigen los eventos del mundo sublunar. As queda trastocada
u niversaL La hstoria de l a humanidad es anloga a b existencia indivi la cosmologa cristiana, y la tesis segn la cual la historia del mundo es
dual, en la que el tiempo ddico de las actividades profanas que giran en lineal, incversible e irrepetible aparece desprovista de base racionaJ413.
redondo contrasta con el tiempo lineal, que aproxima a la muerte libera Frente a ellos, San Buenaventura considera que puede demostrarse
dora y provoca, en consecuencia, angustia y alegra. En ambos casos, Dios racionalmente que el mundo ha sido creado en el tiempo, pues la nocin
es el nico que i ntroduce la irreversibilidad en el tlempo41D. de un ser creado y eterno comporta una conlradiccin interna. La divisin
Estas consideraciones corresponden a un desatTollo terico de primer efectiva, en la lnea de Sm1 Agustn, es la que se da entre el creador y las
orden, en el cual la escolstica distingui diferentes ''formas de tempo criaturas, sean estas espirituales o corporales, es decir, entre aetemitas y
ralidad", Tradicionalmente, la cronosofa cristiana sita en lo m lis alto l a tenzpus. Toms de Aquino, por su parte, afirma que racionalmente no se
aetemitas, atribulo exclusivo de Dios, cuya ausencia de u n principio .Y de p uede demostrar la tesis de b eternidad del mundo, pero tampoco la con
un fim1l permiten asimilarla a un tiempo perfectamente cstacionario4 1 1 , traria, mas esta ltima ha de aceptarse por un acto de fe, As, para Toms;
Por contra, la nocin de tempus cubre cualquier modificacin: los pro slo Dios es eterno; las criaturas corporales, sometidas a generacin y
cesos li neales y los ciclos. corrupcin, existen en el tempus, asimilado al liempo cclico, Las espiri
A partir del siglo Xll, los procesos lineales comienzan a distinguirse luales, por contrJ, existen en el aevwn, ese trmino medio entre aeremi"
del temms, en lo sucesivo, los nombrar el trmino aCVII/IL Existir en el ws y te111ms, entre el es lado estacionario y el cambio sustancial. Slo Dios
acvwn es tener un principio y un final y sufrir cambios, lo que le separa existe en la (Jeten/itas. Angeles, almas, cuerpos celestes, la Iglesia, existen
de la aetentas. Pero tales cambios no afectan a la sustancia de los seres en C'l aevwn'*l.t,
que cambian; solamente son variaciones accidentales: eso lo diferencia del Por otra parte, durante el perodo medieval, el pasado, objeto de fe, se
tcmpus_ Esta nocin de acwmz como trmino medio entre aetcrnitas y tem opone al presente, objeto de conocimicnto415. Tal estatuto atribuido al
pus es resultado de la controversia que sigui a l a entrada de las obras de pasado lleva a !os historiadores a recuperar por su cuenta los relatos sumi
Aristteles en la ensef1::mza universitaria, pueslo que ei tema de b rebcin nislradus por b tJ aJ i c in y reconocidos por b au[oriJad garanl:<.lt.b Je
te111pus"aetemitas pone en juego la relacin mundo Dios, Que el mundo la Iglesia, tal monarqua, universidad o mismamente por la santidad de
es coetcmo con Dios es ia respuesta que dieron los aristotlicos radicales, quien los transmite, De aqu que si el pasado es objelo de fe, es decir una
como Siger de Brabante412 o Boecio de Dacia, y puesto que el mundo era

4 1 3 , CL K. !'0\t!A:.l, o.c, p. 2
eterno, se le atribua lo que la lradicin cristiana reservaba para Dios, ate
nuando l a distancia enlre ambos. Y es en este marco generado por la 414, Cf. Tm1As !JE AtTO, S'unmw Theo!ogiar:, l. q, l O , acL -+5; Cl l, q. 4. La ctcmi
rcentrada de la flosofa del perpato donde, a propsito de la dicotoma dad existe tod;: a la noz iaerernitas csr row simu{j d tlcmpo no, puesto que en d hay antes
y despus (in lcmHHt nuiem csr nius e/ G I, q_. lO, a 4. El ikTWI! no tiene :mtes
y despuCs en s, existe todo a la vez, es compatillll' con d antes y d dcspuCs (acm m
q11ia coii!Jhirilur scL/1!!1 prius cr mstcrius)_ Cf. l
4 1 o_ cr. K Po.\IW;, o.c.. p, 60
cst /olum simuL non ramn1 es/
q, 1 O, a. 5 ad 2
4 1 1 _ R ccordc:rncs b amosa definicin dada por Bncdo en su De Crmsolnrionc 415. La religin es tradidon::lis; por ddinicic)n. pmponc ejemplos y rnodclos dd p:ts:l"
Philosoplac V, 4_' :,cremitas (qiwr esl r'!1lermilwhihs vitae tora .c,-imul er ;nfcta ossesso ". Jo, n la vez que el futvlD quc:wund,1 \'cnc program:ldo desde d origen. El tkmpo que prc
supone y representa en sus ceremonias es un tkmpo finito. Frente a ella, la cicnca cst:\
Remitimos a lo a propsilo del concepto cnico de tiempo
4 1 2 . Skcr de Bralnnte, Banholurneus y Pictro d',\cono, entre otros,
idea dd EwrDu Retorno como posibilidad, en el marco de !as po\<2micas s
\::J::;;',
rm d
b orkmaJu al futuro_ Si b
el Jcpsiw de !a fe, la
mira constituti\amenw a! pas<J.do, tratando Jc conservar
mira constilutiv;:mtcnk al futuro: los que b practi can cun-
aristotelismo r,;nadente bian d estado de nuestros umocmicnws y enriquecen los mdio p:.tra t1dqt!irirlos.

200 201
realidad constitU\'Cntc -y 1/Ciiemmla, fuente de reglas, normas _y ejemplos,
lmite, tangente al cual se atribuye a l a naturaleza una invariancia en el
tiempo, d e modo que, p rivada d e lmites. tambin carece d e un mecanis
el curso profano del tiernpo supone, en cierto modo, una n::gresin, opue
_ mo que reproduzca sin cesar un movimiento oscilatorio, y por tanto de
ta a la progrcsin que protagoniza el tiempo sagrado de !a Iglcs1a. Esta as1
factor alguno que obligue al fu turo a ser una repeticin del pasado lejano.
milacin del tiempo profano a una fuerza exclusivame nte destructiva
La hiptesis de la evolucin lineal progresiva sustentada en la accin
empieza, n o obstante, a cuestionarse en el siglo XII. As dice Juan de
humana se explorar desde el siglo XVI hasta la segunda mitad del XV!ll,
Solisbury:
que ser cuando aparezcan los primeros i n tentos de hacer de la natura
Bernardo de Chartrcs deca que somos igual que enanos subidos a los hom leza misma sede de procesos lineales. La nueva cronosofa, as pues, resi
bros de gigantes, pues podemos ver ms cosas que ellos, y mas distantes, ta el presente por relacin al pasado, a la par que redefine el contenido
no gracias a la agudeza de nuestra propia mimda ni a la talla de nuestro del saber, que habr d e englobar dos campos que se complementan: una
werpo, sino por estar subidos y mantenidos en la altura gracias al tama investigacin histrica d e lo que hicieron los predecesores y un estudio de
o de los gigantcsll!\ la n:tturaleza apoyado en la experiencia y la razn. La cronosofia de la que
ahora se trata es, pues, la de un tiempo lineal y acumulativo: cada presente
As pues, por ms que sea un factor destructivo, el tiempo hace posi sucesivo aprovecha los logros del pasado y aade los suyos, cosa que puede
ble una acumulacin continua de conocimientos y as posibilita un reme prosegui r indefinidamente mientras no existan obstculos exlernos.
dio a1 mal cuya causa cs. Es el primer encontronazo entre "antiguos" Y Este tiempo lineal y acumulativo es tambin rasgo novedoso- un
"modernos'', cuyas disputas permanecern como elemento constante d e tiempo humano: son las actividades de los hombres, concretamente la
l a vida intelectual europea a l menos hasta e l siglo XVIII. erudicin histrica y la ciencia natural, las que le confieren su direccin
En el ncleo de la polmica lata la cuestin de la fundamentacin de progresiva, es decir, supuesta l a invariabilidad de l a n a turaleza, resulta
l a linealidad y l a irreversibilidad del tiempo h i s lrico. A qu s e debe? que las producciones humanas slo dependen de las condiciones que los
A un edicto constituyente de Dios? A la accin humana? Ciertamente individuos mismos crean en el presente y de l a herencia rccbida del pasa
la idea de fundamentar en la actividad humana el carcter lineal e irre do, con lo cual. los que vengan despus estarn en condiciones de hacer
versible de( tiempo histrico an est lejos del horizonte de los pensado ms cosas y mejor que sus predecesores. Es la conclusin d e pensadores
res medievales, que heredan de la antigedad el axioma d e Dl1l!S (orilla del XVI y XVII, como Bacon, Campanella, Nlcrsenne, el joven Pascal Y
artis est accide11s et nccidC11 talis, es decir, la conviccin de que la actividad Gassencli4 ! 7.
hunmna no puede introducir cambios sustanciales en las cosas. Segn ello, Siendo lineal y acumulativo, el tiempo de la ciencia y la erudicin no
el presente no niega el pasado prximo ni el lejano, nnda ms es una pro es, sin embargo, irreversible. Como tiempo local, coexiste con el tiempo

;
lonfacin de los mismos. Slo con la llegada del humanismo rcnacentis cclico d e la artes, la l i teratura y la poltica. Las invasiones, las guerras Y
ta, presente pasar{ a ser considerado ya no como prolongacin del pasa cualquier tipo de catstrofe pueden intenumpir el proceso acumulativo
do, sino como renovacin efectiva inducida por la accin humana, Es ms, e incluso provocar una regresin, como sucediera a finales de la An
el Renacimiento, acenluando las innovaciones que los modernos aportan, tigedad. Aparece as una semejanza, aun cuando slo superficial, entre
considera que el presenle se opone no slo al pas.do prximo, sino tam la cronosofa del tiempo lineal y acumulativo y la del tiempo cclico. La
bit:n al lejano, siendo superior a uno y otro, aun cuando ello no sea apli d i ferencia esencial entre ambas viene de la admisin por la segunda de la
cable al arte n i a !a li teratura, donde los antiguos alcanzaron un nivel in idea de un nivel insuperJ.ble, un non plus ultra que la primera no acepta.
superable. Sin embargo, en el conocimiento d e la naturaleza y en las Por eso, segn los partidarios d e sta, tras una i nterrupcin o una rcgrc
invenciones se ha ido ms lejos que nunca antes, y se supone que en el sin, el proceso ncumulativo puede no slo volver a echar a andac sino
Futuro ocurrir<:\ lo mismo. Se va forjando, pues, l a idea d e un progreso s i n superar incluso todo lo previamente logrado, siempre que las circuns
tandas k sean propicias41S .

.-J-16. "Dicdwt Bcmardu.s Canwtwsis nns csst qwni wucris insUentc:';,


cis ct rcnwtiom wdac. wm wue propru oL"wnmc, aH! emnn;tw
ur ;nssmws
4 1 7. Cf. K. Po,\HN\, o.c , pp. 7 1 -72
lfUil in lllttml su!mchimuret u;to!limur magtwliuc gigfmtca ', l_ DE S,\J.lSBi:l\Y,
corpons,
4 ! 8 cr. ld . rr. 7273.
Mcw/ogicon, !!!, 46,SO

103
202
Las cronosofas aparecidas a partir del siglo XV -la del tiempo ccli historia, que introduce cambios irreversibles en el curso de las cosas
co bajo sus diversas formas y la del tiempo lineal y acumulativo no
humanas y concede a las naciones cristanas, con su tiempo lineal y acu
haban desbancado a sus competidoras, arraigadas en la tradicin: en los
mulativo, una superioridad sobre las naciones paganas y sobre el tiempo
siglos XVII y XVIII la Iglesia catlica an fundamentaba la linealidad e
cclico: aqul es el tiempo global de la historia considerada como un todo.
itTeversibHdad del tiempo de la hlstmia sagrada en las intervenciones divi
nas. p.J igual que las monarquas hacan consigo mismas, la Iglesia se
Solamente se mantendr un reducto de cronosofa cclica en la historia

segua autoponiendo en un tiempo lineal )'' continuo, en el aevum. Pero las


poltica, la cual se ir i ntegrando a lo largo del XVIII en una representa
cin del Liempo como lineal y acumulativo.
cosas van cambiando. En el pensamiento poltico, desde Maquiavelo a
De cualquier modo, la cronosofa del progreso no lleg a eliminar del
Montesquieu, los Estados se considemn sujetos a revoluciones o varia
todo las dems. Durante el siglo XVIII persisten filosofas de la historia
cones cclicas. Su historia, como la de las artes y las letras, se opone a la
que definen la direccin del tiempo como una regresin, es decir, corno
historia lineal del saber cientfico y erudilo. De este modo, las relaciones
un alejamiento creciente de un estado natural o de un punto culminante
entre el tiempo cclico y el lineal llegan a ser en los siglos XVII y XVIII
alcanzado en el pasado. Entre ambos polos hay todo un espectro crono
un problema a la hora de construir una posicin cronosfica coherente.
Esta cuestin est en la base de la clebre Querelle, "querella entre
sfico formado por desarrollos que pretenden volver a unir el aspecto
creativo y el destructivo del tiempo, el progreso y la regresin, y que con
Antiguos y Modernos" de Fines del siglo XVII que enfrent a los partida sideran los posibles ciclos como fenmenos locales y no como rasgos esen

)
rios de los antie:uos "las gentes de Vcrsalles" (Boikau, Racinc, La Fon
dalcs del tiempo histrico. En el pensamiento de 1 800 ocupa el centro l a
t:iine, La BruyC;e, B ssuet y a los "bellos espritus de Pars" (Ch. Permult, cronosofa lineal, siendo l a ciencia, hasta la crisis de 1 890, un pilar d e l a
CL Perrault, Fontenelie, H. De la Motte, etc.). Para los "Antiguos" existe teora del progreso2 1 , mientras que l a s doctrinas que diagnostican una
un nivel en la calidad de las producciones artsticas y literarias alcanza regresin buscan sus argumentos en el arte, b moral y la poltica422 .
do en la Antigedad que no puede ser superado. Los "Modernos" opinan,


Durante todo el siglo XTX, los filsofos de la historia y los historiado
en cambio, que la naturalew es siempre la misma, de manera que no bay res conciben d liemp nicamente como lineal, acumulativo e irrevcrsi
diferencia entre su poca y la de los romanos410. Los Antiguos deFienden ble, identificndose hasta tal punto con el tiempo mismo de la historia que
su postura desde una cronosofa del tiempo lineal que define su direccin aquellos pueblos en que no se acierta a descubrir es la cronosofa son co
como regresiva -frente a la concepcin progresiva de los modernos, invo sidcrados pueblos sin historia, los Naturv6lkc1: Esa identificacin justi!i
cando la corrupcin del guslo y las costumbres, el alejamiento de la natu ca el curoccntrismo, la divisin, dentro de l a misma historia europea, en
raleza, bs condiciones polticas degradadas y la religin pcrvcrlida. De este
pueblos histricos y ahistricos, adems de servir de argumento a un sen
modo, la cronosofa del tiempo lineal deja de es lar confinada al campo de
las tcnicas, las ciencias y la erudlcn para transformarse en un cuadro
timiento de superioridad surgido de la comparacin de pasado Y prcscn
le, y a una gran conhanza en el porvenil
general que engloba toda la historia.:zo.
Sin embargo, la crisis de finales del sglo XIX vuelve a poner en entre
Vico sed. quien haga la sntesis de tiempo cclico de las artes, las letras
J
dicho la idea e progreso y la objetividad Ud h!st.oriador. Si el tiempo de
y los Estados y del tiempo lineal y acumulativo de las ciencias y la eru
la historia es cl tempo lineal, acumulativo e irreversible, cualquier repe
d!cin, lo cual consigue nicamenle a costa de apelar a la teologa dt la
ticin queda proscrita, de modo que nos hemos de ver con aconteci
mientos nicos, con lo que la historia en cuanto disciplina se muestra inca
419 "La bd!,: antiq1111 {111 roujrmrs nhtJra/J,,; paz de rormular enunciados de carcter general, a sabe1: l:yes: a hi: toria
.
deia de ser una disciplina nomot:lica y se convierte en !dJOgraftca. En los
l
Afais fe nc e-rus imnais qu 'dle fr adorah!e
le mi> les oncicns, sans phcr les !:cnoux:
l imos aos del sLe:lo XIX y primeros dd X.X proliferan las cronosoffas
I!s so111 grandes, l l vmi. nwis lwmmes cummc JWHS,'

_._, Sitclc de Lottis au /Jcrw siCele d'Aui.;nstel ClL PFRRAUT, Para!!de des Ancicns et
Et !'on ;eut compara. stms craindc d'ilre iujustc,

4 2 1 . La pujante economa cari:alsta, c::n su com:icti(!n de :e 1 c;ci.n:icJO ;li'!:::]


des Mnd,;nes en ce rui rcganl,: les atls el les sciwccs (1688-1697}, Munich, Edos Verbg, 196-J.,
p. 253, citaJo por S. !vhRU!A Frz, La Est!ica en la cultma modmuL Dr:. la IlusrracuJ; a la
es la norma de cvoludn de la histona -cunulwda con !OS uc.os e<:-onum,cos, atn tllL:, .1
1
crisis dd EslrtiCitlr!llismo (l3an.:dona, 1982), p. 2 1 .
-120 cr. K . Pm.HA:-i, u.c., pp. i315
b n:;turalcJ.a-, prol'tmdiza esta conccnda.
422. Cf K. POllA:.:, o .c., PP- 76<7'J.

204 205
la h istoria, en particular a la que lo dellne como lineal, acumuLativo e irn>
que reintroduccn el tiempo cclicuHJ, Pensadores como Spenglcr, Valer;',
versible. Cabe decir que la topologa del tiempo histrico depende del
Toynbee _y otros ya no creen que el signo de los tiempos marque unu aseen
poder de resolucin de la cuadrcula cronolgica. Puede enunciarse una
sin hacia lo ms perfecto.
regla general: permaneciendo iguales todas las cosas, cuanto mavor sea
Una cronosofa puede ser a priori o a posreriori, segn pretenda justi
el poder de resolucin de la cuadrcula cronolgica, tanto ms el tiempo
ficar su precomprensin del tiempo de la historia o extraer la direccin
tendr un carcter cclico u osclatorio; cuamo menor sea el poder de reso
del mismo, respectivamente, a partir de !a evolucin de detem1inaclos indi
lucin, tanto ms el tiempo aparecer corno estacionario o 1 inea(42s. Por

; modo ms o
cadores, tales como la talla de la poblacin, la produccin acrcola o indus
eso, hasta cierto punto puede afirmarse que la cuestin cronosfica tra
trio.!, la tasa de alfabetizacin, o cualesquiera otros, de u
dicional -el tiempo de la h i s toria, es cclico, li neal o estacionario? no
In pregunta se refiere al tiempo histrico como un todo,
menos cientfico. Si los elementos de la sere son constantes, el tiempo se
tiene sentido, s i
dice estacionario. Si se observan recurrencias, es cclico. Si la serie crece
porque las tres topologas del tiempo, aun cuando d i sociables en un an
o mengua de fom1a montona, el tiempo es lineal y acumulativo o lineal
lisis lgico, estn i m bricadas entre s. Para hacer una consideracin glom
y sustmctivo.
bal del tiempo de la historia es necesario recurrir a un instrumento que
En la prctica de los historiadores y economistas el tiempo no se asi
permita reunir una multiplicidad de trayectorias en un sistema Jinmi
mila a una coniente uniforme en la que estaran inmersos los fenmenos
co: el modelo, que contenga tanto la topologa del tiempo lineal cuanto la
estudiados. Son ms bien los procesos estudiados los que, gracias a s u
complejidad de la cadena de ciclos que se suceden e n su seno, con pero
clesa!Tollo, imponen a l tiempo una topologa detc1minada. El tiempo uni
dos de crecimiento, decadencia, estancamiento y recuperacin.
forme y rectilneo, es decir el tiempomedida, slo juega el papel de un
instrumento que permite observen las variaciones de tal o cual m;:w

nitud
y comparar unas observaciones con otras. Ese tiempo, se defina por el 2. HISTORIA DE LAS PERJODIZAC!ONES: CROf\:OLOGL\
movimiento cclico de los cuerpos celestes o por las oscilaciones de u n
determinado tomo, n o e s e l tiempo de la historia, la cual tiene s u s pro Toda periodizacin consta de dos aspectos: el factual y el conccpluaL
pios tiempos: los tiempos i n trnsecos de los procesos estudiados por los En cada una de ellas hay una serie de acontecimientos o hechos que se
his toriadores y economistas, que regularizan singularidades de esos misw ponen en correspondencia con cdzldcs, perodos, eras o pocas. Se cons
mos procesos y Fijan puntos de inOexin, donde el crecimiento, la cada t i tuye as una cronologa en cuya base hay siempre una cronosofa. La
y la inmovilidad se suceden424.
c1 sentido de
temporD.lidad de la h istoria no es originariamente el tiempo medido
Todo ins trumento de observacin y de "medida" en tomando como referencia los movimientos peridicos de la naturaleza y
cuantificacin de datos que inclinan al historiador en favor de uno u otro de los astros (concepto csmico). Sl en la historia se mide el tiempo, s e
modelo cronosfico tiene un poder de resolucin determinado. Lu cu;Jw hace a partir d e acontecimientos particulares que l o revelan como u n tiem
drcu!a cronolgica, instrumento de los historiadores, no es una excepcin. po no homogneo, en cuyo decurso hay puntos privilegiados, entre los cua
Su cambio, por consiguiente, afectar a la topologa misma del tiempo de les suele ser paracligm5tico el acontecimiento que corta el tiempo y lo divi
de e n dos dimensiones heterogneas: lo que viene antes y cae en la
obsolescencia de lo viejo, y lo que inaugura un nuevo inicio4!G.
423_ Cf. Id., PP- 92-YS
424._ Cf. LJ, pp, 1 J 6, 1 1 7. Sdmmpctcr, en su Bussincss A T/!nm:ticol, f!isruri- A [o !argo de la historia encontrarnos periodizadones que varan, en
cal (!Jul Starsuull Aualysis olt!w Copllalist f!roccss (1939) la difcrcncbci!in :;n las terminologa c:scolstica, en su razn formal. Podemos reunirlas, bsica
series estadsticas cntn.' osd!acioncs Jc magnill!dcs cconmkCJ.s que tcn:ln una amplitud
muy cona, de tres u cuatro :u1os, y otras de mayor durlcin. Los ddns sortos lknn d nom" mente, en dos tipos: periodizJciones religiosas y pcriodizaciones polticas,
bre dd economsta Joscpb Kitchin. Ktchin habbba de cuarenta meses. U n d e tres Las periodizaciones y cronologas n:ligosas se oponen a las periodlza
ciclos f..i!chi;; dct:rmina b d.; una oscilacin media con una amplitud ;;rlo,
diez.
cioncs y cronologas polticas como lo un\'crsal J lo particular.
Esto:-; uclos !H.:d1os son Fmalrncnte, cst:\n !as ondas Ue la economa,
con una de cuan.:uta o cincuenta Ltus, originad;:s pnr los Je.<;cuhrirnkn
tos que alteran esencialmente b vda ccnnmk;L Son los ciclos Kondraticv,
l2_iCf K . PmH,\:;, o.c., 1 ! 7-- 1 1 0 ,
ns en honor dd economista y cst;dlstico mso ([ J. VELARDE FLERTES, El -126. Cf. f-L G, G,\lJA.\lEE, wu! crf!illic lcit en Gc:mnmdtc lVcrki.', Ibnd 4, pp
1rcl'lfW l' los Ecu;wnristus, vn ,\:\.VV. en
, IWilifJO di CCOWJi!l!
p. 1 6 1 . CL U. i'JIETO ;
. _

148-150; del misnm autor Das Altc wu/ Scw;, u1 (Jcsl!m!ltdk lkrk,:, Band 4, PP- LSl!60
5obre el
AUlA, fln!orla UC

207
206
Pam LvStrauss el problema de la periodizacin de la h i s toria uni de Cristo), tres nmeros atrJ.en !a atencin de la Iglesia: e l seis, d cinco
versal consiste en idcnlificar los pocos momentos privilegiados en los que y el tres.
i a historia es ncumulativa, que para Cl slo son dos: la revolucin neol La periodizacin fundada en e! nmero seis encuentra su referente en
tica y i a revolucin industrial. Pero tanta sencillez n o es la tnica que ha el Gnesis y en la concepcin apocalptica hebraica de una ecbd sabli
dominado a lo largo de la historia de la consideracin dd concepto his ca en el fin de los tiempos. Corresponde a los seis dbs de la creacin,
trico de tkmpo. seguidos del reposo del sptimo da, de donde la tr<:dicin judea-cristia
Retrolrayndonos a los orgenes del deseo de establecer estancos en na tomar una de las d ivisiones esenciales del tiempo de b historia, la
la evolucin del tiempo histrico para proveerle de u n sentido, topamos semana. San Agustn acredit esta periodizacin de seis edades de la his
con l a periodizacin construida basndose en la interpretacin dada por loria terrestre de la humanidad en numerosos textosA1B. Las seis edades
Daniel de la visin de Nabucodonosor de la estatua con la cabeza de oro, corresponden cada una a u n da de la creacin y a una etap3 en l a vida
e l pecho y los brazos de plata, e l vientre y los muslos de bronce, las pier del individuo; tras ellas llega la entrada en e l eterno domingo y l a l i bera
nas y los pies de hierro y de arcilla427. Esta visin, de acuerdo con la lnlcr cin de b condicin c<:rnal. La primera poca, que va de Adn al diluvio,
pretacin propuesta, significa los cuatros reinos que deben sucederse, los es la infancia (infamia), L<: segunda, del diluvio a Abraham es la de l a
cuales, a l tiempo que una profeca, son una periodizacin poltica de l a nir1cz (pucritia). L a tercera, d e Abraham a David, l a adolescencia (ado
lescenria). L a cuarta, de David a la cautividad de Babilonia, la juventud
{jm cmus). La quinta, de la cautividad de B<:bilonia al nacimiento de Cristo
historia y una i nterpretacin de l a evolucin histrica, l a cual e s aceptada
por los historiadores y comentaristas especialmente a parlir del siglo XII,
cuaJldo la kora de bs cuatro monarquas se vuelve fundamento hist es !a gravitas o declinmio a illvclltwe ad 5enectute!n La sexta poca (cnec
rico de l a idea de l a lranslatio imperii, segn l a cual e l Imperio, como los tus), que comienza con el nacimiento de Cristo, dura hasta el fin de los
ngeles )' otros seres del aevwn, no sufre cambio sustancial alguno, es tiempos, e l cual comprender tres Cases: la llegada del Anticristo, el retor"
decir, n o hace sino pasar de uno a olro pueblo. As, Sulpicio Severo, en no de Cristo y el juicio universaL A l Fijar la fecha de la Encarnacin en u n
e l siglo V, en s u Crnica, hace del tema de los cuatro reinos u n marco de determinado afio lras l a cn:acin ia mayorb d e l a s vc,ces en e l afio 5000--,
i nterpretacin cristiana de l a historia universaL Tal historia -.despus del Agustn inaugur:::t una nueva pd_clica de la cronologb que sita cada acon
reino de oro de los caldeos, el reino de plata de los persas, e l reino de tecimiento en el movimiento de conjunto e introduce una periodizacin
bronce de Alejandro .Y el reino de los romanos, el ms poderoso, que fue de la historia universal : seis das de la crcJcin, seis mil aos de duracin.
largo tiempo de h ierro .Y se convirti finalmente en arcilla bajo los empc seis edades que se corresponden con los estadios de !a vida individuaL De
radores- ya se ha cumplido con el reino de Cristo, destinado a durar eter este modo, e] tiempo del incliYicluo se desarrolla paralebn1entc al tiempo
de la historia42'J. Esta divisin scr retomada por Isidoro de Sevi lla y Beda
d Vcnc:rabh:: .
namente. Mclanchton, en d siglo XV[, todava dividir l a historia u ni"
versa! conforme a las cuatro monarquas.
La teora de las cuatro edades coexisti con otras elaboradas por los El nmero cinco, fundamento dL: otra periodizacin, estC1 lrJtado en
i n telectuales cristianos basados en los datos numricos suministrados por b parbola evanglica de los obreros de b hora und(:cima430 v en la di vi
l a Biblia. Tras un pcroJo de titubeos, en e l que se atendieron a las pcrio sin de !a jornada dispuesta en el calendario monstico, que clcsdc. el alto
cllzacioncs sobre la base del nmero cinco (Orgenes: edad de Adn, de medievo bas tJ. el siglo XIV consliluy la medicin por excelencia dcl licm
No, de Abraham, de Moiss, de Cristo), del seis (Hiplilo de Roma: edad po de la Iglesia y, por extensin, dd liempo de los hom bres del Occidente
de Adn, de No, de Abrohom, de Moiss, de David, de Cristo), del ocho cristiano. Esta concepcin fue soslcnicb por san Gregario ;\il agno:
(Uba Ge11cratio!li'>; !.' edad de Adn, de No, de Falech, de Abraham, de
Jess Nave, de David, del cautiverio babilnico, de Cristo) y del siete La maflana del mundo fue desde AJjn hasta No, la hora tercia, desde No

(Cr6;1ica de Eusebio de Ccsarea en lo. versin latina de San Jernimo: edad hasta Abralw.m: ac.;imismo, l a sexta, desde Abrah:1m hasta Moic;s, y b nona,

de Adn, de No, de Abraham, de Moiss, de Salomn y de la primera cdi


ficacin del Templo, Jc !a segunda edificacin del Templo bajo Daro, edad
418 Cf SAX ,\r;t-sTh, !..a Cwdii d:: !Ji,'J.', XX!l, 30 ,;ntrc m ros
429 Cf. K PctL\.\", n.c., P- 274_ Cf. J LE Gorr, El . ,fto la -\lcmmi; , p 34
430 Cf. ,\breo, 20, 1 ! 6

208 209
desde loisC!-1 hasta !a \cnida del Sefwr; pero la hora unddma es dt.:sdc la
venida dd SefiOr hasta d bn del mund o,H i .

Los ambios arl sticos tlcncn, en fin, un carcter cclico, al igual que
!o lendran !os cambws polticos en la periodizaci n que Bodino elabora
en el siglo XVL Este autor critica la periodizaci n fu ndada sobre la teo"
L a periodizacin que se sostiene sobre e l nmero tres proced.: del
judasmo a travs de la "escuela de EHas" y del Talmud de Babilonia. All

r <t de las cuatro monarquas de Daniel y la eleccin de los imperios asi
no, persa, y romano como ejemplos de ellas, Esa periodizaci n
se deca que el mundo haba durado 6000 aos: 2000 en l a nada" 2000 bajo
procede, segn l, de una lectura arbitraria del libro de Daniel. Al iaual
la enseanza de la Torah y 2000 en el tiempo mesinico. Para los cris
que Vasari, Bodino afirma la superiorida d de los Modernos sobr los ;
Antiguos, de tal modo que b linealidad que postula se encuentra funda
tianos, esto se traduce en tres estados: ante legem, sz}; legc ct sub gratiao
De ello se hzo ceo tambin San Agustn, seguido en el siglo Xll por
da e n el carcter acumulativo del saber humano, por lo que ataca ese
Honorio de Autun y Hugo de San Vctor. Esla periodizacin se extendi
csqucn; a cronosfico constitutivo de l a historia sagrada cristiana, a saber,
e n el siglo XIII con la difusin de la obra de Joaqun de Fiare, quien la
la teona de las cuatro monarquas, la cual constituye un esquema de u n
asume e n su Expositio in Apocalypsi111, bajo las pocas de edad del Padre,
tiempo line al, regrcsiro e n el orden profano y progresivo en e l sagrado,
del Hijo y del Espritu" Esta tercera edad, precedida de trastornos y cats _
trofes, vetia el advenimiento del reino de los puros, es decir, de los mon
ero cuya lmeahdad.
se fundamenta sobre el carcter irreversible de las
I ntervenciones divinas en la historia de los hombres. Pascal compartir
jes. Los clculos que se encuentran en sus obras, dicho sea de paso, fijan
In segunda edad y el advenimiento de la tercera en
la apreciaci n de I3odino.
la fecha del fin de 1260.
La periodizacin agustiniana, que se diferenca de la teora de las cua Poco a poco, 1os evenlos puramente polticos van fonnando parte de

tro monarquas por su carcler cristocntrico, no es, de hecho, sino una las cronologas. Ta! es el caso de l a elaborada por Bossuet, quien distin
gue 1 2 pocas: Adn o l a creacin; No o el diluvio; l a llamada de Abraham
e la alianza entre Dios y los hombres; Moist!s o la ley escrita;
yersin ms detallada ele la divisin del tiempo e n dos grandes pocas,
o el inicio
situadas, respectivamente, bajo los signos de la Sinagoga y la Iglesia, de
l a toma de fro.ya; Salomn, o la fundacin del templo; Rmulo o la cons*
la Ley y la Gracia. Esta d ivisin del tiempo consliluye el trasfondo ero
nolgico de la cronologb de Dionisia el Meno rH2. Pero su tcocentrismo truccin de Romn; Ciro o el pueblo de Dios bajo l a cautividad de Babi

haca de l a periodizacin agustiniana un inslmmento mal adaptado a las lonia; Escipin o Cartago vencida; el nacimiento de Jesucristo; Constan

necesidades d e l a historia profana. Tambin ella cedi el paso a l a teora lino o la paz de la Iglesia ; Carlomagno o el establecimiento del nuevo

de las cuatro m onarquas. No obstante, en repetidas ocasiones nos cncon imperio.


Como la de Vico, la periodizaci n volteri a n a hace la sntesis del tiem
traremos con la huella de Agustn, especialmente por la analoga que i ntrow
po cclico Y el li neal porque, asimilando con su silencio la Edad Media a
dujo entre la h i s toria de la humanidad y la vida del individuo, vigente hasta
una poca de regresin, atribuye a los tiempos modernos una superiori
el siglo XIX.
dad por relacin a la Antigedad y supone que no tendr lugar una nueva

A partir de l a segunda mitad del siglo XIV comienza a consti tuirse en
regresin. Es precisamente la consideracin de la Edad M lia como una
Occidente una nueva periodizacin fundada en la idea de renacimiento,
poca de regresin, e n la que el cristianismo se haba constituido aliado
que consigue sus mayores logros en e! arte gracias a la obra de Vasari. E n
de l a barbarie, el obstculo fundamental que i m peda a Voltairc y a otros
su historia del arte Vasari distingue tres pocas. L a p rimera va desde los
aulorcs del siglo XVIff pensar la historia e n l1mi nos de prof.!reso. A<; des

cali ficada la Edad Media, no caba cons iderar el tiempo gl bal de b his
primeros tiempos hasta Constantino; 1a segunda, desde Constantino hasta
1250, ao en e l que Oorccleron los artistas que habran de inaugurar e1
toria como lineal y progresivo; ste haba que hacerlo coexistir con otro

perodo moderno, una vez recuperada la antigua manera de pin tar, cscul
r:grcsiv , es decir, era necesario conjugar u n tiempo lineal y u n tiempo
pir y construir. Arte bello, pues, en la primera .Y tercera pocas; grosero y _
CJcbco. lm segundo obstculo para l a consideracin de ia hlstora como
brbaro en la segunda.
progreso era explicar el origen de! impulso que empujaba a los individuos
Y a !os pueblos cada vez ms alto . La referencia a la naluralc:/a, lal como
43L S. GREGOHJU .\l,.\(,\0, f!onliae ll b<,mrclw< l, XI. ;;tcsc tJC se cst:i h:;dcn" la conceba el siglo XVH. slo poda justificar una historia i n 1vlL Era
nccesaro vo!Ycr a la anaiogf.: entre humnniclad e individuo, con b i n cor
do uso J:.: las l;oras cannlcas que rtgu!an el monaslJCO de prirrn, tcn.ia,
scxtn, nona vtsp:.:ras
432. !a nrn1 4 ! 2 poracin del p3pel del espritu, sujeto de la historia, algo nvisible v u ni-
"

210
21 1
totlizante, i n mortal e infinito, cuyo sustrato corporal es el gnc .. Marx Y Engds conscnan de b herencia hegeliana l a creencia en una
his
ro humano tomado como un todo en e! liempo )'' en el cspJc!o, El cspd toria progresiva que debe llevar a b autoeman cipacin de la humanida
d,
tu, encamJ.do en l a humanidad, recibe lodos los alrbutos de un dios inma cuyas condicione s prepara no un espritu qut: progresa en el conocimie nto
nente que, a l atraYcsar los estadios sucesivos correspondientes a los de s, sino el desarrollo , de rorma fnconscien !e, de las fuerzas producti"
perodos de !a historia humana, dota a sla de un sentido y de u n fin: el vas y l a divisin del trabajo-U4.
En nuestro sglo se han ofrl'cido period!zadonc.s de di ferente xito. As
la obra de Burckhard t, La cultura del Renaci111icnto e n Italia, impuso
de realizar todas las virtualidades que contena en s al pr!udpio.
Ser en !a obra de :Hegel donde b cmnosofb fundada en la idea del c
progreso recibir su formulacin cannica. La historia universal e n cuan Renacimien to como poca histrica distinta. E n los ai'los 20, los medie
to historia de la l i bertad -ntese l a analoga entre humanidad e individuo-, valistas lanzaron una ofensiva contra los continuador es de ste v descu
se divide, para Hegel , en cinco perodos: el Extremo Oriente (China e brieron toda una serie de renacimiento s que jalomm l a historia edieval, ;
India), correspondiente a l a i n fancia; el Medio Oriente (Persb), a b ado especialment e el renacimiento carolingio y el del siglo XII; la originalidad
lcsccnci3; Grecia, a b juventud; Roma a b edad adulta; y el mundo ger de los siglos XI\C)\_'VI comenz a verse como una aportacin de los siglos
mnico a l a vejez. As, ya no cabe duda de que la historia u n iversal es uni anteriores. Por su parte, O. Spengle1 como mocin a l a totalidad, en s u
lneaL Esta periodizacin, admitida defini tivamente por Hegel e n su trabajo La decadencia de Occideutc, predicar un relativismo cultural extre,
Filosofr del Derecho , logra articular internamente la divisin de la hsto mo, en el que s6lo reconoce l a existencia de cul turas encerradas en sus
ria universal propuesta en las Lecciones sobre la filosofa de la historia wzi propos horizontes, de modo que ningn enunciado, aun los matemticos,
versal, a saber, las cuatro pocas o "cuatro reinos de la historia universal", tiene VJ.lidez lransculturaL De esta manera, la nocin de progreso pierde
cada uno de los cuales red be en las lecciones el nombre de "mundo": el su sentido, al igual que la periodizacin en Antigedad, Edad Media,
oriental, el griego, el romano, el gcrm.:inico. Los Gl.mbios introducidos Tiempos Modernos .
modifican la lgica interna, que va desde Oriente, consliluido, por este El prodigioso desarrollo, especialmente, en los ltimos cincuenta al'ios,
orden, por China, lndla, Pcrsia, Asia OccidcntJ.l y Egipto, has la llegar al de la arqueologa prehistrica y de la antropologa fsica ha dado al pasa
cuarlo reino -tras el mundo griego y el romano, que no comenzad. con do del hombre una p1 ofundid\d ni siquiera sospechada hace un siglo,
el nacimiento de Cristo. sino ms tarde, con la crislianizacin y la civili reduciendo l a historia, e s dcciJ el perodo siguiente a la aparicin de l a
?.acin de los germanos431.. E l tiempo de b hi storia es, definitivamente, c;;crilura, a una fracci6n nfima d e b evolucin d e I n humanidad. L a etno
progresivo. loga ha hecho el inventarlo de nmchas sociedades que coexisten con la
Una ,-ez afirmada la primaca del tiempo global )i unilin12al, que viene nuestra, pero que no conocen ni el Estado ni l a escritura, a las que, por
consiguiente, no se ptH.:cL aplicar d conccplo de historia. Por estos moti
\iUS, Se l u n da(;or adu pe! iUL!J'J.aciun::s tHis cl.:m(ficdS, y_ u e Lk; hc-d1u ::.un
exigido por un curso de la historia gobernado por la razn, J lcgel trata de
reconciliarlo con !a multipllcidacl emprica de los pueblos y Estados, cuyos
ritmos de evolucin difieren, as como sus d i recciones. Para solucionar clasijicaciorJs, a panir del ordenamiento de objcws materiales, espe
esto, plantea Hegel que, en cada grado de su desarrollo, el espritu se incor cialmente de los fsiles y de !os hallados en las excavaciones, lo
pora _y encarna en el espacio, conservando su unin-:rsalidacl, y que, de este que es pr<ictica comn en b pciodlzacin contempornea, aun cuando
modo, en cada momento dado de l a historia, se manifiesta por medio de tambin l o era en momentos pasados, De hecho, b periodizacin ele l a his
un solo pueblo, un pueblo universal-h;;trico que expresa el Esprilu del toria del arte de los anliguos, introducida en el siglo XVIl por Winckcl
Mundo y se revela como portador dL lo unin:rsaL mann, procede de un trabajo clasificatorio hecho sobre bs
La concepcin hegeliana es criticada en la obra de Nbrx, quien, junto en especial sobre las picdrs grabadas.
con Engcls, elabora una periodizacin basada en las formas de propiedad, An ms reducible a una cl asificacin es b exitosa sccuL"ncia de fases
que representan estadios de la divisin dd trabajo, los cuales manifiestan, de la prehistoria t:labnrada por Thomscn y Lubbuck en e l XIX: e l pri*
a su vez, el grado de desarrollo alc:mzado por las fuerzas producli\'as. mero, conservador de las antigedades nrdicas de! musco de Copen ha"
gue, i n lrodujo e n d catlogo de las colecciones de su departamento la

-B1 C e; W F Hrcrr _ Leaiones ,,!!1 re la Fi!ooo{ia rh le! Jhc:torin r:nit'(\ snl (:vbJdd,
l9_S_1, 3' cd.), voL !, rr 2 1 0-213

212 213
divisin de la prehistoria en tres edades: edad de piedra, de bronce y de
hierro. La primera In subdividi en edad de piedra tallada y edad de pie
dra pulimentada; como las excavaciones mostraron que ambos tipos de
piedras se presentaban con frecuencia juntas y no sucesivamente,
Lubbock, en 1 865, design las dos edades surgidas de la antigua edad de
piedra como "paleoltico" y "neoltico", entre las que se intercala un "meso
ltico" para formar l a nueva periodiz..1.cin de la Prehistoria y, a la vez, una
clasificacin de las industrias lfticas; las edades del bronce y el hierro die CAPTULO XI
ron, junto con la edad de cobre que la precedi, una edad de los metales
dividida en tres estadios. Las periodizaciones, en definitiva, se reducen Concepto social o sociolgico
contemporneamente a c lasificaciones.
Pero adems, hay que hablar del descubrimiento del "tiempo profun
do" en geologa435, que ha incrementado en millones de aos la historia
de las periodizaciones, con la elaboracin de su propia secuencia de eras.
Como es ligero el tiempo, y no hay barranco que le detenga, coni caba
En geologa l a sucesin temporal de los estratos da lugar a las unidades
llera en las horas, y con mucha presteza lleg la de la maana.
CERVANTES, Do11 Qw'iote de /a MmcJw,
estratigrficas que representan la evolucin de la tierra como astro,
II, c. 46.
poniendo el punto de partida hace unos 5.500 millones de aos, momen
to a partir del cual se establecen las sucesivas eras medidas en eones (mil
millones de aos) o en m ilsimas partes de esa unidad, que representan
El concepto social o sociolgico de tiempo hace referencia a una rea
una escala de tiempo geolgico difcil de concebir sin lmites compara ti
lidad que es expresin de coordinacin social, es decir, se trata de una abs
vos, y de bs que no hay percepcin inmediata.
traccin que da forma a las instituciones sociales436_ La sociologa estu
dia los smbolos, los valores, las reglas y orientaciones referidJs al tiempo
y compartidas por grupos y entidades sociales, codificados y portadores
de una cualidad intersubjetiva y normativa, que producen distintos per
fles temporales en las distintas sociedades, gn1pos sociales, gneros y gru
pos de edadm.

436. W. tompleja problemtk<J asocbda al tiempo socbl ha dado lugar a panir de los
aos 70 a una subdiscplina mnnnmn dentro de los ctudios sociolgicos, con sus propi:::ts
revistas, c?ngresos _V asociDciones ::u:::lC!micas. Se h:! consolidado el proyecto ele una socio
logia del twmpo, como lo demuestra el nmero de pub!ic3cioncs dedicadas al terna_ Vase
la bibliografa incluida en G. PRovo;-o_<,"f, "The Sndology ofTime" en Curren/ Sociology 37,
3 (1989) 98-124_ Ello es debido en buena p::uie a la labor de la baemational Socicty for r!tc
StHdr o{lmc, tuyo anm::tdor es J. T. Fraser. E-::iste adems el proyecto de editar una rcvis
ta, Ti111e and Socict\ dedicada monogr<.f:ic..uncnte al tema Cf. R. R,ums TOR.Rr, hJtroduc
chin a R. Rtu.ws TORRE (ed.), 1ic11Jpo y Sociedad, p. VII.
437. Al hablar de oricnt;:cit!n en e! tiempo o perspectiva temporal hay que distinguir
1) El nivel de concienci:::t del tiempo (preocupacin obsesh por l frente a indiferen-
cia).
2) La profundidad de la conciencia del tiempo (a cono o a brgo plazo).
3) La fnnna o rfi! del tiempo: cclica o lineaL
4) El nfasis en el pasado o en el futuro: algunas sociedades o gntpos mir.::n hacia
at..is, otras hacia el futuro; se trota de la orientacicin retrospectiva y la prospccti
435, Sobre este tema, v6ase S. J. GOL'LD, La Flcc!w dd 1iw 1po. Mitos y Mctd/inm e/1 el va, respectivamente. Algunos grupos tnicos, religiosos, etc. toman perspectivas
DescubnnHCJJ/o dd Tiempo Geolgico C".bdricl, 1992), pp. 22-26. temporales muy diferentes de otros: facciones pnllticas ;marquistas ele orientacin

214 215
El concepto sociolgico ele tiempo, que remite al concepto csmico en ello no hace sino continuar la lradicin de mile Durkhcim y los miem
sus rerercncias calendarias, vendra cntcndido, al modo del concepto ero bros de: su Escuela francesa419: Maree! 1\l auss, Henri Hubert, Maurice
Halbwachs, Maree! GraneL En la escuela durkheimiana el tiempo es el
bs experiencias colectivas y de la on:anizacin
nolgico, como una rczllidaJ lineal, mensurable y subdividible en uni da
des fijas, es decic sincronizable, ivias, a d i ferencia de ste, se can.1ctcriza reOejo compartido de
como di,scon tinuo "-slo existen los acontcc!miento.s signi ficativos fijados soclal de una comunidad o sociedad. Al iguzd que otros bechJs sociales
por el calendario y d horario- e irreversible los fenmenos y suceos construidos socialmente, el tiempo aparece ante los actores sociales como
sociJJes, una vez que han ocurrido) no pueden ser deshechos: una idea algo externo que ejerce una fuerza constrictiva sobre sus acciones. Regula
concebida no puede "dcsconccbirsc"; algo experimentado no puede "des, normativamcnte la sociedad y en esle sentido retroalimenta a la sociedad
cxperiment<1rse". adem3s, en dependencia de los caraeleres propios de la que ha emanado: el tiempo e-xpresa el rilmo de las actividades co
de cada grupo social, puesto que es cada uno de stos e l que fija su tiem tidianas pero tambin, reflexivamente, regula tales actividades, El carc
po para acoplarse al crculo de su conducta. Finalmente, en lugar de con ter social del liempo implica que no es ua sustancia, sino u n conjunto
siderarse un dato a priori de la naluraleza, se representa como un a pos de relaciones que ordenan los acontecimientos sociales en u n modo
teriori derivado de las expcricnciJs sociocul turales del sujeto, resullado de secuencial o rtmico, segn u n antes y un despus, formando un cons
un aprendizaje: se aprende a ser en el licmpo, al igual que se aprende a tructo ya lineal, ya cclico, sesn los acontecimientos cancelados sean de
moverse en el espacio. tipo singular o repetitivo.

Esta ullima es la lesis de N. Elias, para quien la nocin de tiempo deri E n este sentido es importante la contribucin d Pitirim Sorokin v
va del aprendizaje i ndividual en e l marco de una serie de condiciona Robert K. Merton440, quienes, en u n estudio ya clsico, analizaron I
micntos cole-ctivos, detenTJinados por la hstoria de una sociedad, que slo "tiempo sociocultural", enfatizando l a naturaleza cualitativa v relativa del
tras su interiorizacin adquiere la perspectiva de un hecho naturaJtlS. Con tiempo. Ya no se puede hablar de una escala cuantitativa cutral para
medir los cambios, sino que se trata de una realidad dotada de conteni
utpica o quil!:istica, proksioncs oric_'nt<t(.b a Ul1:1 S:ltsfaccin futura rns u:ali;; , d o cualitativo y que flu.r'c de diverso modo en bs diferentes sociedades,
t:1; rc;ioncs que dv.:n Jc b munurb del p:1sado; nnrgin:1lcs qu V'.'Cn una prns, debido al hecho de que Ios acontecimientos relevantes que consti tuyen los
pn nva a
como los grupos situ1dos en circunstancias inusu ks , incier"
t:lS O DCI,C<"'l'Cb puntos de referencia para la contabilizacin del tiempo difieren de unas
S) La JU<Wcr; d concebir d futum cricn\;1d/m psi\-:t o btalsta frente a oricnt:tcin comunidades a otras: en las sociedades plimit ivas csln detem1inados pot
;1ctiva n \:r;luntarista
6) El \':tloH)nfasis dominante tanw en d carnhio, en la novcdaJ y el progreso, como
en b nxurrcncia , b si miiitud y d orden: d prrncro pude Jcnmninarsc odcnt:1dn
prozrcsiYa y se opone a b cnr1sn>.:adora. Ei Jnoddo se refiere a un rea Y Rca!i:lad (lJarcdona, i 971 ) , p. 7380. :--:o cabe dud:. pues, de que es en el seno de una
m:.\ que b cnncicnda del tiempo, pcn; cnb!xc:\ d' n bs cultur::t Y una sodcd:!d J;.(L\s drmde accede cada unu en ptimcr lue:tr a su experiencia dd
orioohoim>e'C temporales. cr. P, SZTO,\\l'F.\, Snr.iulog(a del Cam/;io (.:VbdrJ, tiempo, pues!n que t()do indidduo [u
or ll:lturalela Jc b ca cidad de vivtr d Uc:m-
1993), -p 71-73
po como Hnc::d e irreversible o como L1 cultur; a b que se peticrwzu sdccdnna-
438 De hecho, b obscn:tcin de !os squcm:ts tcmpor::de:-; de ntcr:KTi)n y (k hs con, r uno de los dos wl es d GEn, r<:spectiv:uncntc, de Jos nu::iJcrnaks
a
cc:n.. ioncs Jd ticrnpo de tJtrs cultu r s Jcmucstra b no "natur:dlJad" de b tcmpora!id:d Y orientales. La cultura .v b c-ada cultura y cada sociedad, operan una cstan-
dd sujeto mbano occidentaL Por un lado, ]; misma hbtoria pone Jc manifh:sto b enorme dcuiz;tci6n dd modo de conceb ir d tiempo. I\'o nhst:mlc, dcntm Jc un-2 mi,;m-2 u Jtura
diferencia existente entre las concepciones y el sentido dd tiempo Jc los pnbbdorcs urb mus llegar a identificar una muy amplia de cro nusoras , L;,j -Strnuss, en su
noindustri:l!es occidcntaks dd siIr,!o XX (sociedades calientes) respecto a los que k1bita, esnucwral, d las conn:pdnnes dd cn1 r'" los i ndios de Amrka,
ron sklos :mtcriorcs v a civiliacior;,s (sociedades frias) _ Lo tr::tt:ldn cnmo e.sta cuatro C:llcgnras tem porales difcn.:ntes en una cultura
bk en una cultur:t o d\'i!izacn se sohre toJo rli\'cks de cambio nue van m:s
despacio que la cqmcmra de referencia Jd ,hscJY:tdor Las c,ociedadcs trHlic ionalcs c:.Hn"
1) ticmo pmgresvo, l1T\'CIsibk, compuesto de ;,ecuencias, anlogo ;ll tiempo !inc:d,
2) tiempo u;t:tk:u, revel'sihlc, en d que tnmnos idnticns se n:itcn en la sucesi n d e
bian de modo o:trcmatbrncntc lento si S!C bs mide _y d d i nc por crmtr:posidn a !ns patro" b s gencnciones; esta rcpetith'id:ld el se vada:
a
ncs m cdt'n!:>!cs mhanos contemporneos. 1-bhlar Jc cst bil l d :_J no implica abstraer del 3) tiempo ondubtorio, cclico, carackri;:ado por ;,ltcrn:mcb contimn de
tiempo, puesto que est:;ilid;Jd continuidad en d tiempo. Por otn arte, si aucp" dus tJ rnil1os (p ej., da y nochcL
t:unos que b a
mn cultura, result 1 crdador d hecho de que rmKkli 4) cin:u!:u anular, cerrado, en d uuc
los tnninos qqc
s:: sQucn

son rnjs de Jos
que rw entre pt csell!c, y futuro. De hcdw, (p bs cst:Kiimes)
..:n ::.u articulo Un !ndio,Anrcricano Uuivasn, descubre m1c 439, R. RA\HJS TUR!U:O, "El Calendario d Pmbkm:1 del en b

de los in Ji os Hupi de Am LTict no cuntiCJh' pabhr;1s, formas gr:1111atiu:!cs, UJ;b """'''"cca Durklwimiana" ( 1 , ! ! . Y Ilt) en Rntsta d,, fi1Lstgocinnes Sonf,icc"'''
se refieran directamente lo que Jbmamos tkrnpo, ni a! 2350; 4-8 ( ! 989) 49 { 1Y9G) 77,J02
perdumr y al transcurrir CL B L \V!!ORL Lt11g1Wj!!, lhn'""'"'" 440 CL P.,\_ SoH,OLh v R \IEIZTO.\, u c., pp 73<f7

216 217
las estaciones de Gl7-a, en las agrcolas por d tiempo de la cosecha, los concebido entonces como una representacin d e relaciones _y no como
perodos de l luvias, luego por los mercados locales. las hes las religiosas; una entidad preexistente en e! amb!entc que nosotros aprehendemos.
en la sociedad moderna son caractersticas ias temporadas de compra y N. Ellas postula que con el trmino "tiempo" nos remitimos a la pues
de vacaciones. Por eso, las fechas tienen significado cultural, no slo de ta en relacin de posiciones y perodos de dos o ms procesos factuales
calendario< Los perodos pasan con diferente velocidad dependiendo de que se mueven continuamente. Mientras los acontecimientos en curso son
!a cultura concreta. El flujo del tiempo, pues, no es neutral ni uniforme, perceptibles, la relacin entre ellos constituye una elaboracin de per
sino que hay marcados vacos y acelerones. ccpciones que hacen !os hombres con ciertos conocimientos, la cual queda
Puede decirse que los sistemas de cmputo temporal reflejan las acti expresada en un smbolo social comunicable: el concepto de tiempo que,
vidades sociales del grupo. Surgen del crculo de la vida grupal, estn en una sociedad determinada y con la ayuda de un modelo sensible for
mado por sonidos, puede comunicarse de un hombre a otro. Por ello,
puede afirmarse que !.a cuestin de si el tiempo es slo una relacin que
determinados por l a rulina de !as actividades religiosas y el orden diario
de actividades, son perpetuados por las necesidades de coordinacin social
y son esencialmente u n producto de la interaccin socia!. As pues, el cm crea el hombre o ms bien algo que existe de una manera real e inde
puto del tiempo depende bsicamente de l a organizacin y las funciones pendiente de l es un dilema que arranca de una falacia cuyo defecto resi
del grupo. El modo en que se desarrolla la vida determina qu fenmenos de en partir de un individuo como sujeto de conocimiento. E n efecto, el
VZtn a representar el comienzo y el fin de las estaciones, los meses y las individuo no inventa el concepto de tiempo por s mismo, sino que apren
otras unidades de tiempo. Incluso en los casos en los que se utilizan fen de desde su infancia tanto el concepto de tiempo y el uso del trmino,
menos naturales para fijar los lmites de los perodos temporales, su clcc como la institucin social del tiempo guc le esl unida4U. El hecho es que
cin depende del inters y la utilidad que tengan para el grupo. En defi el liempo es uno de los smbolos que los hombres pueden y, a partir de
nitiva, el sistema del tiempo vara con b estructura sociaHl , y se convierte, cierto grudo de desarrollo de la sociedad, deben aprender como medio de
en opinin de Sorokin y Merton en un prcnequisito funcional de una vida orientacin. Tambin en este caso podemos hablar de la individuacin de
ordenada, predecible, coordinada v sincronizada. Al ser de ario-en social un hecho socinlH3. Cabe, pues, afirmar que la regulacin social dcl liem
.Y estar dotado de un contenido ultural, retroalimcnta a la ociedad, po, que empieza a indiviclua!izarsc muy pronto, contribuye a afirmar b
aumentando y enriqueciendo sus ritmos vitales y caractersticos, inevitable conciencia personal del ticmpoH4. La p regunta es: (.cmo se
Ahondando esta intuicin, para adentrarse en el misterio del tiempo, gesta la urdimbre de relaciones sociales que clan origen a esta construc
N . Elas concibe una quinta dimensin de b experiencia humana unida cin y/o introyeccin del mismo?
Es sabido que nuestra sociedad compleja exige un cierto grado de
regularidad que se manifiesta en el orden temporal que el amos al rnundo:
a las tres del espacio y al tiempo mismo: l a cultura humana, constituida
por los hombres que perciben y elaboran el devenir en el espacio y en el
tiempo, desde l a cual se puede hacer visible el carcter simblico de las nuestro tiempo social es -cgular y, por ello, previsible, pues de otro modo,
otras cuatro dimensiones en cuanto medios de orientacin para los hom la vida social caera en un completo desorden solamente en una socie
bres. Los pensadores construclivistas comparten esta tesis de Elias: si una dad constiluida al modo de la nuestra la puntualidad se considera una vir
comunidad de observadores "construye" l a realidad, tambin cabe con tud-. La sociedad moderna tiene aguda conciencia del valor del ticmprJ
"
generado en
siderar el tiempo como un constructo, fruto de un consenso, "" categorfa inexistente en el tiempo cronolgico, pero presente, por ejem,
la construccin social de la realidad. Al disponer las propbs representa plo, en el fenomenolgico y en el sagrado- y una gran preocupacin por
ciones, el observador est simultneamente ante lo invariable -los obje la exactitud. E! clculo del tiempo se manifiesta en la exactitud de los hora
tos y Frente a lo mutable -los sucesos-, El observador construye as u n rios y los calendarios, puesto gue la cantidad y la complejidad de las rel::.}
sistema con un eje d e simultaneidad (sincrnico) gue contiene l os acon ciones sociales en las que cada individuo se tiene que integrar incremen
tecimicntos contemporneos, y un de duracin (diacrnico), gue con tan la necesidad de utilizar el calendario y el reloj como instrumentos de
tiene un mismo objeto en diversos momentos, De esta maner11, el con
cepto de tiempo derivara de la misma constitucin de la realidad, siendo
4t2 CL :.;_ ELL\S "Sobre el Tkmpq" en Rcnslri de Occdwie 95 (1 %9} 1 6
4--13_ Cf. ld. 27.
414. Cf. Jd_ 29

218 219
coordinacin temporal, que ofrecen una m ayor precisin en b medida y apunta R. K. Merton, la que denomina "duraciones socialmente espera
en la divisin del tiempo de la que podan otorg::tr el sol y la luna. De esta das''-Hs. Para l hay normas sociales que constituyen el componente pli
manera, el tiempo, separado de los ritmos biolgicos y csmicos, se halla, mario temporal de las estructurJs socinles y de las rebciones i nterperso
de algn modo, exteriotizado y no es ms que la medida de nuestras acti nales. Esas nonnas se integran en la estructura socbl y regulan la dur.Jcin
vidJdes, una medida susceptible de toda clase de cortes-t-t5, aun cuando de deterrninados actos, la permanencia de organizaciones, el fin de car
este tiempo medible se i nterpenetre en la vida socbl con los tiempos solar, gos, y cualquier alejamiento de tale..c; normas se define socialmente como
religioso y poltico.
d requisito de
desviacin (p. ej., la expectativa de bzo de por vida en el matrimonio). Al
Los sistemas comunes de cuantificar el tiempo cumplen igual que las dems reglas sociales, la duracin esperada inf1uye con fuer
sincronizar las actividades: para que se d la accin colectiva, la gente ha za en el -penSJry en l a accin de los agentes y -a ctores sociales. Pero las
de encontrarse en el mismo sitio al mismo tiempo o, aun cuando la pre. reglas estructurales i mplicadas e n el tiempo no se limitan a la dumcin.
sencia fsica no sea necesaria, los individuos h a n de acometer determina. Hay mltiples expectativJs normativas y anticipables referi das a la ve-Jo.
das acciones simultnc.amene. Cuanto mayor es la interdependencia de los ciclad de determinados procesos, a los momentos adecuados para acceder
actores, mayor necesidad hay de sincronizacin temporalw'. Adems, esos a un detem1inado estatuto, normas que prescriben los ritmos y los inter
sistemas socialmente aceptados coordinan los esfuerzos individuales res
pecto a una tarea comn, de modo que sucedan bien en el mismo instante,
1 vnlos de los procesos-t49. No sorprende que el tiempo, un factor tan carac
terstico de la vida social, est regulado de manera tan extensa.

'

bien a una distancia especificada en el tiempo, bien en series temporales Dentro de estas expectativas ormativas estn las que haen rf reD
consecutivas, para que haya una intenelacin lgica de lareas y no u n a cia a la duracin de las diversas etapas de la vida. Hemos visto, al refe
mera yuxtaposicin o incluso u n a obstruccin de las actividades. Por lo rirnos al tiempo histrico, la segmentacin que san Agustn presenta de
mismo, los sistemas tempomles sociales dan lugar a una secuenciacin de la vida del hombre en seis edades. Podrbmos citar mltiples ejemplos,
los sucesos y los procesos sociales, que adquieren su lugar propio en un desde Shakespeareso, quien divide la vida del individuo en siete edades,
determinado momento del lapso temporal (tarjetas de Navidad en u n mes
Je la noche,
hasta la divisin popubr en ciencias sociales y en psiquiatra de E. Erikson
determinado, ptldoras d: dormir a una hora determinada en ocho etapas, cadJ una de las cuales tiene lmites lempomles concrelos
etc.). Para todo ello es indispensable el clculo del tiempo. y detenninndos por ml tiples factoress t , pasando por las cinco edades en
Por otra parte, estos sistemas generan un sistema de referencia hora las que OrtegJ secciona la vida del hombre, cada una de ellas de quince
ria (estructuras temporales de referencia) objetivo y compartido, fTente al aos: niez, juventud, iniciacin, predominio y vejez.
cual los indhiduos desJnollan "olientaciones temporales normalizadas'' Ortega ha sealado el concepto de generacin como adecuado para
indispensables pJra orientarse en su sociedad y cuyo dominio es parte de
la cal-laciJaJ culllllal JJet.:esai ia para a c l ua r con st:ntiJo eft:cliviJuJ.
entender el tiempo tal como se desarrolla en las sociedades. Para Ortega,
y lo decisivo en la vida de bs generaciones no es que se suceden, sino que
Finalmente, estos sistemas consignan la medida, es decir, la duracin de
las distintas Jctividades y diferencian el curso temporal en perfodos cla
448. Cf. R_ K_ MERTO, Las Duraciones Esrcrada'> SDcal/1/en/c: Un Esludio dc Caso
ramente demarcados: vacaciones, pocas dedicadas a las compras, a las sobre la Fumwci11 de Conccplos en Socinlogia, en R. RMr.lOS TORRE (cd.), Tiempo y SuCiedad,
. .
reuniones fJmiliares, al disfrute espontneo (carnavlies), etc. Todas esas pp. 275306
449. Cf. J. J) LE\\<! S y A. j_ WEJGERT, o.c , pp, l 04! 06.
diversiones extraordinarias fTente al trabajo son apreciadas en todas las
450. Ju n t o a b infancb, !J. edad cscobx, ];_ scxl:l cd:ld v b decrepitud o segunda puc"
sociedades y e! tiempo demarca y reserva momentos adecuados para ellas ri!id:.d, co!oc::t !amblen los p:pelc.s de cn;:uno.Jo, sokbdo y jez, que hacen referencia mta
(calendario)447. fliwmente a la dimensin subaccnte en el si:;tema de gr.Jd;J.dn de las ed:1dcs en bs Jfc"
rentes socieciHJes, es decr, al tkmpo ocia]. Cf., W. SJJ..\hES!'E.M{E, As you Likc it, acto II,
As pues, las reglas que se ocupan del tiempo se in tegran estructura\. escen;1 VIl:
mente en sistemas normativos sociales. UnJ categora de tales reglas la "Al/ !lu: 1vorld:S a stagc
mul all 111c11 and wonwn maclv plarcrs
nwt hmc tf1dr I:XifS Glu/ t!Jeir C11/({I/1CCS,'
HS. Cf. ,t JLUt\\IERE, Lns I:!Sintcturas pall!gcnas del rir:mpo en las snticdwlcs moJe-. m u/ o11c I!Wil ll las time plays manv parts,
11as en P. RJCOEI'R, A. TOYNBCEy 0tros, o.c., p. l 27 . !Jis acts being sevcn agcs"
446. Cf_ 1 D. LE\\15 y A. 1. WUGERT, o c., PP- 1 2 1 1 22 . 451. Cf. el captulo titulado "Ocho dades del hombre" en E. ERJso. f11(ancia Y So
44i (f. p_ Suo.\il'KA, o c . , PP- i4-76. cicdud (Buenos Airl'-S, 1983, 9" cd.), pp 212-247

220 221
se solapan o emp;:dman, Sec;n l, siemnre hav dos generaciones actuan Pero el hecho es que el reloj se convierte en metfora de la coaccin

;

por su mecnica y no por su funcin como i nstrumento para medir el
do al mismo tiempo, con pl nilud de J tuaci n, so1 re los mismos temas
y en torno a las mismas cosas, pero con distinto ndice de edad y por ello tiempo a efectos de coordinar tcnica y socialmente las acciones. Los cr
ticos de la temporalidad implacable olvidan que la medicin del tiempo
con distinto sentido<
lo convierte en algo disponible que, en tanto medido, expande nuestras
La sociologa actuaL no obstante, suele hablar de cohorte para dcsigw
nar :1l grupo de coetneos que particpan de una misma fecha de naci posibilidades de accin: la cooperacin y la comunicacin pueden ncon
miento. Para RyJer, "una cohorte puede definirse como aquel agregado de tccer nicamente en un tiempo homogeneizado, en esa magnitud que
individuos {dentro de una poblacin definida) que experimentaron u n Heidegger m inusvalor como "tiempo vulgar". En buena medida, los gru
pos sociales se constituyen sobre sincronizaciones, hasta el punto que la
mismo acontecimiento dentro d e u n mismo intervalo d e ticmpo"4S2. La
relacin entre tiempo biolgico y social la racionalizan las sociedades en posesin de una unidad pblica y social del tiempo forma parte de la uni

!as gradaciones por edad, ya que todas poseen un sistema coherente de dad d e una cultura y de una sociedad, siendo indispensable para la coor

expectativas acerca del comportamiento considerado socialmente acep din:J.cin y el entendimiento mutuos, ya que slo podemos reconocer !a
table de conformidad con el grupo de edad al que se pertenece. din{tmica de Jos procesos evolutivos o determinar sus diferentes veloci
Forzando el argumento, podra afirmarse que gobernar es permitir la dades por relacin al orden de un tiempo homogneo-t54.
coordinacin temporal entre una multitud de sujetos que viven en un tiem Los problemas del trato con el tiempo adquieren una especial enver

po pluraL No obstante, la coordinacin y la flexibilidad de los tiempos gadura cuando Jos sujetos se autonomizan como soberanos del propio

sociales varan mucho de unos pases a otros, Es ms, incluso dentro de tiempo. La experiencia de que el tiempo es escaso se i ntensifica con la can

una misma cultura cabe distinguir diversos tiempos sociales, uno de los tidad de posibilidades de utilizarlo que nos proporciona la cultura con
cuales es el tiempo de trabajo, caracterzado por ritmos tpicos que impo tempornea. N. Luhmann ha observado cmo
nen una serie de constricciones derivadas, las cuales, dicho sea ele paso,
la impresin de escasez de tiempo slo surge por unas expectativas cxa
no han conseguido escapar a la mirada crtica de los pensadores. Desde
geradas. Las vivencias y las acciones n::qui.:ren su tiempo y no se pueden
la primitiva Ilustracin, !a mecnica precisa del reloj se convirti en sfm
depositar en un espacio de tiempo limitado. El horizonte del tiempo y b
bolo del carcter coactivo de la vida moderna -de hecho, Thomas Hobbes
utiliza la metfora del reloj en De cive ( 1 642) v en la i ntroduccin al
estructura Jc las expectativas deben estar acompasados45,

Leviatn ( 1 6 5 1 ) como metfra de su mccanidsn; o aplicado a la filosofa La organizacin del tiempo es el nico medio de tener soberana sobre
poltica, aun cuando ya untes lo haba hecho Saavcdra Fajardo en sus l, de ah que el reloj y el c;;dendaro sean, en realidad, instrumentos para
Empresas Politicas ( l 640), cuyo curso del tiempo era visto con la misma lograr el dominio del tiempo.
homogeneidad implacable que el movimiento del pndulcrls3. Las rela
ciones sociales que tienen su expresin metafrica en el reloj adquirieron,
por ello, un carcter autoritario, lo que origin una larga tradicin de 1 . REGUL\RlDt\D, CALENDARIO Y ! !ORARJO

rechazo a la metfora del reloj en nombre de la libertad, especialmente en


el ambito del pensamiento liberal anglosajn, Para que la regularidad .sea posible es preciso que el tiempo socinl sea
lineal, irreversible y tambin mensurable y subdividible en unidades fijas,
452. N. B. RYDE!\, "Thc Cobort as a Conccpt in thc Stndv of Soci:1l Change" en Amcri"
,)'ocio!ogicol Rcdcw X..XX ( 1965) 84_"i, citado por S. PEL C\.\11'0. El Tl'cmm 1;11 S'ociofr_;{a,
que las acth,idadcs de los individuos esttn sincroni'adas y coordinadas y
con los tiempos a ellas destinadas distribuidos. Las sociecbdes primilivas no
rl AAVV, S'imposo so/m: el p 142.
tienen una medicin sistemtica del tiempo. En ellas el tiempo no es un
453. El rcbj mec:nico una cbborac.b del Estadn b:trrocn. Frente a
stn el Jc arena, la caduc-idad vida poltu ,v d rdoj de soL conti11wm1 que transcurre de modo uniforme, sino una dimensin dis

;i,:,;;;;;:i;;:
!ora de b b poltica a b rcl!gin. Cf. J. ,\!. Go;z/1LFZ f)AF.C :\
continua en la que los acontecimientos significativos, como los rituales,
del Poder (:\\adrid, 1998), 16(),! 76. Este mismo autor cita b obra de O
L1hcrty awl Autmnatic in Early Modan Europc, Ba!timnre and
Hopkins Prcss, 1986 y el ;rtfculo del mismo uutor A ,Ucch(iiiiaf
454 Cf. D. hFH.MmY, o e , 82"83
:ltlt!:oritarian en K. :\t\nucE v O. i\hYR, Thc C!uck\\'ork U!tiH:rsc. Ccnua
Awmnata,
4.'15. Citado por Id. 85.
Nuc\-a York, Ncaie \\-'atson Acadcmk Publicutions, 1980.

223
222
estn separados me-diante vados temporales; si e l intervalo no es slgnib lalirmmente el reloj y el calendario, Cstc: ltimo entreverado con motivos
GHivo, no existe, E n ellas el tiempo es el producto emergente de activi rcligiosos457<
dadcs rmicas, d e modelos repetitivos de acciones, del ciclo de las esta" El calendario es el primer sistema temporal completamente artifi
clones, del ciclo d e l a vda, d e observancias mgicas o religiosas< Las daJ4Ss, apoyado en eiementos objelivos, como el curso de las estaciones,
Indicaciones de tiempo, en estas sociedades, se hacen usando trminos de
b vida diaria,
pero subdi\'idido de modo arbrarlo, en funcin de determinadas cro
nosofas419 -como muestra el hecho dt: que todas las revoluciones, reli
Los pueblos primitivos indicaban l a duracin del tiempo u t i lizando giosas o laicas, hayan i n tentado i n troducir o de hecho hayan i n troduci
medios derivados de sus quehaceres diarios: l a coccin del arroz (media do alguna modificacin en l a partir de sus propias precomprcnsiones-.
hora), el tiempo en que se puede cocinar un puflado de vegetales (una El calendario depende ciertamente del tiempo csmico, regulador de la
hora)-10 Estas expresiones subsisten e n nucslros "en menos que canta u n duracin que se impone a todas las sociedades humanas, pero stas reci
gallo", "en u n Credo", etc. E n estas sociedades primitivas bastan los acon ben este tiempo csmico y lo transforman en calendario segn sus estruc
Lccimientos naturales (das, estaciones,.,) para subdividir el tiempo y s i n turas sociales, culturales y polticas, sus creencias, sus sistemas econ
cronizar l a s actividades d e l a poblacin. As, p o r ejemplo, e n l a s pobla micos y c u l turales y sus instrumentos cientficos y tecnolgicos4io.
ciones aErcolas el ai.o se divide e n funcin de la cosecha. El tiempo
agrario s alama o contrae see:n la longitud de los das, l a fuerza del sol
d
457. Cf. X. ZcmRJ, E>pacio, Tiempo, Ata/Crin L\ladrd, 1996), pp. 243-24-t. Sobre los
y a frecuencia e las l luvias y ene regid por las cstnciones. Por l a misma mdodos de cmputo de otras sodcdacs, corno los trobriandescs o los Ojibwa, v:1sc D. N,
razn, vacaciones y fiestas se dislribuycn con las vendimias y las cosechas, !'v1ALTZ, (FC.1 pp. 351-355.
458 El nombre calendario dcri\a del btn ca/endilriwn, que signifku "Ubm de ctwn
Ei tiempo es, as, una variable secundaria, dependiente y satisface sola tas", puesto qu:.: los intereses Jc los prstullos se pagaban en bscaluulac, d primer db de
mente funciones instrumentales e n las sociedades agrcolas. los meses romanos
.
459. Los periodos temporales adquercn cua!idJ.dcs especficas en razn de su astY
Cuando l a sociedad se vuelve ms compleja y organizacb surge l a neo>
cbdn con actividades que ks son fk'culiarcs_ Es el mbito de la cmnomanci:l Asf, d tnos
sidad de un sistema eslandarizado para medir el tiempo, comprensible y mo prescribe, segn d libro "mgico univcrsalistn" de la cronomancia, los dns propicios
lil por y para todos como punto de referencia temporal u n i forme con el en los que contraer matdrnonlu, camLi:u se de UtSl, lus das en que pw:Jc; cnmen;.arse b
n:praCin Je una casa, Je un t..::rnplo o un barco_ Los rnw;u]m:mes consideran que los
fin de sincronizar y coordinar las actividades. De este modo, e l tiempo lunes, mircolcs, jueves y dcmcs son das propicios y los manes, slb:>dos y dom i 11gns das
adquiere l o cualidud de autnomo: deja de ser un instrumento para con nulos v sin fortuna, El viernes es db s:wradn entre los musulmanes, corno el shado entre

e
los jud-ios y el domingo entre los cristial-los. Emrc los el calendario tcniu un carc-
vertirse e n un valor per se, accediendo as a la categora de u n a variable
ter sagrado, d terminando slst cmticllnu1 tc los das .Y ndastos. Y ;:tsi consiJer;:ban
independiente, un factor primario que determina la vida sociaL !os dias cuatro v vcintinDtro para ciertas empresas; el dncu <..omplct:unentt:
En un principio se dataron los sucesos mediante el sistema de epni nefasto: el dieci;eis nd'J.sto p::tra nacimiento o e! matrimonio de unt rnuchach:1: el Lator

mos: en tiempo Je Gucdca, d e t\ssurkillipal, etc. Antes Jl'. una crouu1nc ce un buen da nra Jnmar gatwdn (Hesodo, Libros de los dias), Cf. P. i\_ SoROKi .Y R. K

crmwlog(a, Habltualmcnlc se entiende por cronologa t;._n slo


MFRTN, o.c_, pp. 79-80
lrfa hay una 460. A este respecto, n2se H. lkHFRT, o.c., pp. 20-28, donde defiende que b divbi(n
la croometra, pero esta identificacin es falsa. La medida numrka de! del tiempo comporta un m:ximo de cormm cit)r. y un mlnimo de experiencia. L:. experien,

la cronometra, est fundada sobre una cronologa: l a medida vcn


da preds:\ nicamente af:;Je un snplcmcnto dt.: autoridad a b convt.:ndn pre\'lamente asu
liempo,
drC\ a precisar numricamentc el cundo cualitativo, Para es lo har falta
mida. Lo uue conuccrnos :Kcrc:l de los Jcb\!cs habidos en bs sociedades oue h:m dud:Jdo
'
entre varir;s indicadores de tiempo (sstcm-; solar y lunar) nos mucstra que su b;;.sc eXfJL'ri"
mcnt:1l no los lmp<1na necesarbrncnte corno rcgubdnres de las Juro.ciones_ ,\dems, bs
encontrar una medida constatable que est a l alcance de l a mano, de modo
fechas crticas del caicndaro partidpan de b mism:1 n:nuraJca cualitativa qnc las fiestas
que en un primer momento se recurre al mundo fsico, y dentro de l, a O .son elegidas rara b celebracin d0 ius ritns o son s:mtllic:1da. por los ritus. Su cartcr
los fenmenos peridicos ms manejables, como e l movimiento pcric.li religioso se manlfir:st:1 igua! que el de bs t'icstas: con ritos positin1s, int<:rJkcioncs, b pre..

puede distnguirbs de b mc\sa fonnada por le das que pas<1n inadvertidos_ A la inversa,
senda de lo sobrenatural, es dcdc con todo lu (IUC constituye ]u extraordinario, tuJo lo que
co de los astros (concepto csmico de tiempo). As fueron naciendo pau- .

bs fiestas propi;:uncntc taks tienden a ser los pivotes del calendario_ Este cambiu l.iL' carac
teres y funciones entre !as fechas del calendario y las fiestas es fdl de percibir en lo pri
456_ CL ).L P. _:..;Lsso:;, Primiliw Tinte Rcckonill!; (Lund, 1 920}, p. 42. Los nntrop(,]o,
romanaS, cristbn::s, gcnn:lnic:s y cdtas en b Europa dd ;;;une y dd Oeste. Fiestas origi
meros sLrlos de la EJ:ld :vkdb, momento en uue se cstabkcc d equilibrio de !as insttucinnt:s

e
w
gos sociales han d,;:scuhierto s i edaJcs fal!:1s de b categora de ai m:ll'gcn de bs
nne<ielb inm diatas de la ,-iJa de !as actiddarb., uJtidi:mas o bs meko- nariamente sin funcn en d corno b Pascua u b 1\:nirbd, sustitun:n progre
"'"'"'"" V bol2kos, como E EvansoJ'rilch:ml de los >Jut:r en Sucbn. Cf. E. E.
EVA\'SPi'Hl HMm, Los :\u,;r (B:m.dr;n:l, !971), p 1 1 1 - 1 2 .5
tiempo a dejas fiestas est:cionaks, como la de

224 225
De hecho, por paradjico que pudiera parecer. el calendario, rgano
b institucin d e una
De hecho, en las cosmouonbs, los dioses creadores del u n i verso son
de un tiempo que siempre vuelve a comenzar, sigue n a menudo, tambin explfcit;mcnte los creadores del calendario. As s e die
historia cronolgica de acontecimientos, De es t'c modo, e l calendario, en en el Antiguo 1Cstamento:
cuanto organizacn del cuadro temporal que rige la vida pblica y coti"
diana, es un objeto social resultado d e un dilogo complejo entre natu Sean !as luces en d firmamento del cielo para distinguir e! da y la noche
raleza e historia. Al asignar a cada acontecimiento significativo un lugar y es t n como scflales p:.1ra las estaciones, para los das y para !os aos43.

en el esquema de todas las fechas posibles el "tiempo calendario" -como

;
lo denomina Ricoeur reinscribe el tiempo vivido como destino privado Desde el punto de vista tcnico, la institucin v reforma de los calen

o comn en el tiempo csmico, llevando a efecto, por medios propios, una darios es obra ele especialistas, generalmente de a lrnomos, pero l a ini
mcdincin entre un tiempo sin presente, resultado d e una sucesin orien cintiva y la promulgacin de las reformas pertenece casi siempre al poder
tada de instantes indiferentes, y un tiempo con un presente, que nos per poltico, en particular cuando ste est investido d e autoridad sagrada. La

mite determinar el antes como pasado y el despus como futurofl1. De este manipulacin del calendario puede considerarse un derecho rea\461 .
modo, al igual que el tiempo narrntivo, se constituye en una suerte de En c1 46 a.C. Julio Csar reforma el calendario romano sobre la base
puente entre el abismo que separa al liempo csmico del tiempo vivido, de los consejos de Sosgcnes, astrnomo griego d e Alejandra, y e l 1 de
un tertiwn quid. enero del 45 a . C . entra en vigencia el calendario juliano. El calendario
Por otra parte, el cnlendario es uno de los grandes instrumentos sim juliano abandon toda referencia a la luna y eligi el ao como unidad de
blicos de poder en manos de los delcntorcs carismticos del mismo: los base, lo que contrbuy a la simp!icidacl4s. El clculo de 365,25 das como
que controlan el calendario controlan el trabajo, el tiempo libre y las fies duracin del ao era una buena aproximacin al verdadero valor (que es
tas, dado que una de las funciones del calendario es medir ln relacin de aproximadamente 365 dbs, S horas, 49 minutos; Sosgenes lo habb
ncgocioocio, es decir, establecer las relacones entre el tiempo regular y eslimado en 365 das, 5 horas, 5 5 minutos) y la compensacin del retra
so de este ao calendario respecto al verdadero al1o solar, agregando un
fue una correccin insuficiente, pero
lineal del trabajo y el cfclico de la fiesta. G. Dumzil ba dicho:
da suplcrncntJrio cada cuatro aos,
Depositario de los acontecimientos, lugar de potencia y acciones durables,
mbito de las ocnsions msticas, e! cuadro temporal adquiere un inters t63, Gnesis 1, 14. Lu ;poc:lptca hebraica dd siglo I d.C. otorga un cadctcr
p::trtkubr para cualquiera que, dios, hroe () jefe, quiera triunfar, reinar; do al c:dcndario, considcracb expresln de ia dc12nnnacin del tiempo por Vtrlc de
y !as espeCJJbciones sobre d calendario .:;acro cumplen una partt:: importante en d n<tci,.
fundar: quicnquiem que sea, ddx: intentar apropiarse del tiempo, al mismo
miento de! gnosticismo.
tiempo que Je! cspaciok. 44. Ko dt:h.: olvidarse que b verdadera funcin uriginaria de !n;-; calendarios es di
giosa y rngkordigios::l, en cuanto que suTf:m escnci:::d mcntc para prever el retorno de los
hechos que se crea que trabn necesariamente ap:-mc_jada la cdehracin de dctenninndos
461 Cf. P. [ZlcoF.LR, "Narratcd Time" en Pllosophv Ti.Hiay 29 ( 1 985) 263. En su dcs rito:; o la prmluccin de un dettnninztdo enmcno relevante para la rdig!n. Las n:ctifi,
anol!o, p_ Ricoeur se S!\.-'C Je los conceptos elaborados por R. Kosdkck de cspaclrJ de cxpt> cadon<:s a que han dado iu;ar bn tenido por fjl:lld.ad recuperar la rcgularidnd de esas con
rcnda y horizonte de cxpectotiva, que actan como hilo de Arbdna c:n su td1exin <:cer* cornitandas entre irnrrencs y ritos, Je ;th que pueda consiJer;;rse que 1a finalidad de bs
ca de b historia. E! mismo Knsdkck sostiene la tesis de que "b expi.:ctati\a y la expcrkncia reformas juliana y gJegoriana dd calendario hu sido esencialmente rdigiosa. al igual qcw
son dns catc:;uras adecuadas parzt temo.tizar d tiempo hist(Jdcn por ntrecuzar d pasado puede utribuirse a r<tzones rdig:iosns el hecho de qu<: esas rcf0nnas no fueran ceptadas sin
y d futuro". re Kosrur.o;:, Fu/uro pasado_ Para una SCI!Jitica de los Tiempos HisrrJricns oposicin, Cf. H. lknERT, o.c., p. 32. Soln-e el papel Je los s:tcerdntes en b ebbor;:H:n dd
(B;ucdtna, 1993), p. 337 cakndario en diversas culturas, vase \L P. i'\JLSSO.\, o. c. , pp, 347-3.14
462. G. DntfZiL, "Temps d !\lythd', en Rcchaches pltioso;l!iques V ( 1 9351936) 240, 465 E n esta cucstin merece ser recordado del nombre de Eudoxo. uno de CU\'os
ciudo por J. LE GOFf, El Ordcu du !.1 ,lkmori<.1 , p. 185. Ei absolutismo ilustLulo de b Europ logHJs llmclztmvnta!cs fue la dvtcrrnin1cidn del gran :ub_ b cucstin rute dd hecho Je ;uc
dd xvm entender<! que e! uso cid cnlembrio se sita en b esfera cid pndet de modo que d rnes se cakub sobre las fases de b luna, rnientr:ts d afio se basa sobre el tkmpo qm
en 1700 Leibniz h:mi ntmJudr en !os Estados dd prfncipc elector de Brandenhurgo un emplea el sol en rcconer la edptic. J\ks y afm, as son inconmensurables entre
monopolio dd Estado sobre los ca!cnd;:rios. al que o:istfu en Chirm. Pero es claro si: el mes lun1r dura aho ms de dias: d ;fln 36)_25. Doce rncscs snn 3_:14 di:Js
fueron especialmente !as y el poder en general quien e:; trataron de ! 3, 384. Los astnnom7Js tmtamn adecuar el . lunar al mmimiento del

a Numa l'omplin, e! lm;ck,;k, de los


ner un control del que. por otr1 nne, tena profunJs ralees <en lo Eudnxo resuelve el problema con b cbboncirn de la "octtetcrida'' el ddo do: 8 afins
Roma, b creacin del primer calendario se (Ccnsorino inform:o1 llUe mw::htJS lo atribun:n \ Clcostrato de Tenedo, D.-K 6 !3
ritos y la' instltudoncs rornan::ts. d dominio del calendario eD nect_:s:t" valenks a 99 mcst:s , distribuidos Ln S ;dns de 1 2 meses v tres aos nl.c;,;aladw
rin par:1 las autoridades !amhin '"nmo medio de wntrol dd calembrin !itn:i" 3", S" y 8" ailos) de ! 3 . CL L. Ewlosso di Cnido e la :Hisura dd 1i:m;o ncl!Astmno1nio
co, m:m.:o v fundamento de vida rdir;io:<L
"
Gra a u1 G, C\SFRn>:o fc::l.).lk'., p l-'4.

226 227
aceptable. Este da suplementario fue agregado al vigesimocuarto da de dos ceros no seran bisiestos, salvo aquellos cuyo nmero de siglo fuese
rebrero, llamado end calendario romano tradicional el da sexto antes de divisible por cuatro, As, tras 1 582 fue bisiesto slo 1 600; no lo fueron
marzo (de ah el nombre de bisiesto, y d ao correspondiente, biscxtil). 1 700, 1 800, 1900, pero s lo ha sido el ai'io 2000, An asf, el afio l?.TCfZOriano
En el calendario romano, ya en el mundo cristiano, pronto adquiere tiene un exceso de 3 diezmilsimas de da, por lo cual en die;, i l aiios
ilnportancia el domingo de PascuzL La determinacin de su fecha, frcn tendr tres das de mJ.s46 8 .
te a la nm!tiplkidad de usos y costumbres, que suscitaban luchas cnco Como dijimos anteriormente, todas las revol uciones que han tratado
nadas, da lugar lamblln a una nueva disciplina, la del cmputo eclesis de subvertir los elementos de una civilizacin han buscado apropiarse del
licoltD. El Concilio de Nicca de 325 hace del domingo da festivo y fija l a calendario. Tai es el caso de la revolucin francesa. Hertault Lamervillc
Pascua e n e l primer domingo que sigue a l primer plenilunio d e prlmavc deca en 1 799: "La divisin del tiempo es una de las concepciones ms
ra. En el ao 389 el calendario comprende entonces slo las fiestas cris atrevidas y ms tiles del espritu humano". La Convencin Nacional hizo
entrar en vigor el calendario republicano el 24 de noviembre de
1793, que
b semana por b dcada, de modo que el mes se dividi en tres
tianas, con excepcin del l de enero, de los natalicios de los emperado
res y de los anivers:::tr ios de las fundaciones de Roma y de Const:.mtinopb, sustitua
Junto al calendario dionisiano o alejandrino, fundado sobre u n ciclo de dcadas. Cada da de l a dcada tena su nombre. Al fnal del ao (que
1 9 aos (propuesto en cl 525 por Dionisia el Menor en su Libcllus de ratio- comenzaba el 22 de septiembre, da de la proclamacin de la repblica,
11C Paschac y adoptado por la l i t urgia romana y francesa), se conserv coincidente con el equinoccio de otori.o) se deban aadir cinco das com
hasta el siglo VIII un calendario fundado sobre un ciclo de 84 aos y adop plementarios, y cada cuatro ai'ios u n sexto da, Se reinvenlaron los norn
tado por los irlandeses. Entre los tratamientos latinos de la ciencia del bres de los meses. El otoo, as, comprender vendimiario, brumario y
frimario; el invierno: nevoso, lluvioso, ventoso; l a prim::wera: germinal

cmputo destaca el De temporum rationc de Beda el Venerable (725).
El aiio juliano fue, con todo, acumulando u n retraso respecto del ver Oorcal, pradial; el verano: mesidor, termidor, fructidor: finalm ;nle, par;:
garantizar el poder de la revolucin en el futuro, el calendario estable
d recuerdo de
dadero ai"i.o solar, y fue alejndose del equinoccio de pri mavera, fijado el
21 de marzo por el concilio de Nlcea del afio 325. Durante el medievo hay cl u n cieno nmero de fiestas destinadas a perpetuar
aqudlaD9. El calendario republicano instaurado por un decreto de la Con
5 de octubre de 1 793 ( 1 4 vendimiario del afio li) fue abolido
una gran anarqua en el calendario, debido a la voluntad de hacer des
aparecer las costumbres paganas, la impotencia para dominar los parli vencin el
cubrismos locales y regionales y el deseo de imponer las fiestas cristia por un decreto de Napolen del 9 de septiembre de 1 805 y el calendario
nas como punto de referencia_ Fue necesaria l a refonna gregoriana para tradicional entr de nuevo en vigor el l de C'nero de 1 806
adoptar la fecha del l de enero como inicio de ar1o. La reforma del calen No acabaran ah los intentos de oFrecer un calendario alternativo. E s
dario juliano, discutida duranlc lodo el medievo, fue llevada a cabo por famoso e l calendario fijo concebido en 1 849 por A . Comlc, con 13 meses
Gregario X I I I , que instaura el calendario gregoriano en 1 582, al.o en que Iguales de 28 cifas, divididos en cuatro semanas, seguidos por un da blan
e! equinoccio de primavera haba cado el 1 1 de marzo. Esos diez das de co. En defini tiva, es claro que toda l a vida cotidiana, afectiva, fantstica
desajuste fueron suprimidos por decrclo: al jueves 4 de oclubre de 1 582 de una sociedad depende de su calendario" El hecho de que las fiestas
le sigui el viernes 1 5, l o que encontr viva resistencia tambin en los creadas por el calencbrio revolucionara no prosperaran fue debido a su
ambientes catlicos, porque, sacrificando diez dfas, el decreto pareca falta de raigl.mbre en el humus de la tradicin. Las nicas fiestas nuevas

quebrar la continuidad del liempo y constituir un sacrilcgio467. En Ing!a que prosperan son las que susti tuyen a las fiestas antiguas, cuya con ti
tcrTa, b reforma no sera adoptada hasta 1 752. Adems era preciso supri nuidad aseguran m{;s o menos (lo que la lglesia cristiana hizo admira
m ir tres das cada cuatrocientos a!"i os para que la correccin se conser blernente durante mucho tiempo).

vase. Se decidi as que los aos seculares, Cll)''O milsimo terminase en Tod a la complejidad que hemos visto asociada a los problemas dd
calendario der\"a primeramente de !as dificultades que todas las socie-

468. CL F ZAVELSKI, Tiempo r su Medici/) (.\losct, 1 990), pp, 18"! 9


466. Cf. G J Wimr<ow, El Tie!iipo en !a !Jswria 1 990), 242"246
.t67. Tal urnportarnicnto es ;;bsurJo si razonamos al concepto nnno!.i,ni
w o inchso psicokJFico Jcl trmino ti..:mpo (lOdos los instantes son vd
469. J_ LE Gmcr, El (Jn{; d,, la ,\icmon'a, PP- 186190. Sobre d proceso Jc implanta
cirJn Jd c:1kndarin rcvoludonaro, vb,;c E. ZntrBAVF,L, El Ctilenrlarm en R. RA.\lOS TGHRE
rni<ODHJ ticuc ritmosqtw no dependen Jd calendario), pcm no lo es si razo:unns en tr-
(ed.), Tiell/f)(J r Soulud, PP- 377,300
mino de un conupto sociob,;:ico o histrico (cultura!)

228 229
Jades han encontrado en el control del tiempo csmico, cuya primera divi tural, con duraciones que van desde los ln:s das entre los cbibchas perua
sin inmediata a b observacin es el dfa, que es una unidad demasiado nos a los dieciocho entre los mayas. La semano. romana estaba marcada
pequefm para permit. i r e l control de la duracin. Para encontrar unidades por las llllrulinac, que recurran cada nueve d as y en las cuales los agri
rns grandes, los dos puntos naturales de referencia son ! a luna y el sol. cu!torcs venan a la ciudad a vender sus productos-tn. La semana de siete
Segn ivl . Eliade, en su 1/'atado de fhstoria de las Religiones, !a luna es das tiene su o rigen en la cultura juda, que la lom. como otros rcferen
el astro de !os rilmos de la vida por excelencia: la antigua raz indoeuro tes astronmicos, de los caldeos, Su base es t en los 7 astros mviles que
pea 1'men, que designa la luna, es tambin la de toda medida. El tiempo haban descubierto, los planetas. La semana introduce en el calendario
c o ntrolado y mensurado sobre !as fases de la luna es un tiempo 'vivo', se una divisin regular del trabajo, un tiempo fijo de reposo y descanso y, por
refiere siempre a una realidad biocsmica: lluvia o marcas, siembra o ciclo medio del cristianismo, se extendi a muchos pases, hasta que, tras la
m e n s tmaL De la lunacin deriva el mes natural, pero ste se aparta de ella revolucin industrial se implant en gran parte del mundo47J.
en los calendarios solares, La l u nacin o duracin de la revolucin s i n Consiguientemente, gracias a los calendarios, el tiempo social queda
d i c a (tiempo que separa los dos retornos de la luna en conjuncin con el diddido en aos, meses, semanas y das. A los efectos de la organizacin
sol) dura en promedio alrededor de veintinueve das y medio. Es el mes. cotidiana esas son unidades demasiado grandes, porque no permiten l a
La d u racin del mes lunar vara desde cerca de 29 dfas y 6 horas a cerca sincronizacin d e cada u n a de l a s jornadas. Fue necesario d a r un paso
de 29 das y 20 horas. Tal irregularidad no slo plantea problemas de cl ms en orden a configurar un "esquema" que permitiese la coordinacin
c u l o , sino tambin la necesidad de obser\'aciones frecuentes y de dcci social: el horario. Nacido en el monacato medieval, concretamente de las
siones autoritarias a fin de fijar o rectificar las fechas, reforzando as el indicaciones de la Regla de San Benito, el horario impone un ritmo n la
poder de quienes controlan el tiemponD. vida del monje, sujetndolo a una serie de h{\bitos, de manera que deter
En la Grcdn antigua, los errores de clculo sobre la duracin de la minadas actividades quedan ligadas a tiempos fijados de antemano. E n
l u n acin, por exceso o defecto, llevaron a una gran confusin en e l uso de e l monasterio se determinan l o s parmetros d e duracin fija, sucesin
l o s meses hasta e l descubrimiento, legendariamente atribuido a f./letn, rgida, frecuencb y ubicacin temporal que fundamentan la regularidad
del hecho de que 19 aos trpicos contienen exactamente 235 Iuno.cioncs, Lcmporal. Ahora bien, pura que tal regularidad impregnase el conjunto
es decir, que cada 1 9 aos vuelve a comenzJ.r exactan1Cntc el mismo ciclo de la vid<J social era necesario que el horario saliese de la vida monsti
d e l u nacin, Es e l ciclo metnico471. La tradicin lunar fue continuada por ca y tuviese como referencia un tiempo ms preciso que el marcado por
el calendario musulmn, que comprende doce meses alternativamente de la salida del sol. Era necesario un instrumento para medir el tiempo, un
30 y 29 das, para un total de 354 das. En este sistema, los ciclos de luna horologiwn.
cin son de 30 am. El ltimo mes ele los aos 2, 5, 7, 10, l3, 16, 1 8, 2 1 ,
24, 2 6 y 2 9 d e estos ciclos d e treinta aos s e ha acrecentado e n u n da.
Por su parte, e! ao es el tiempo de una rC\olucin de la tierra en torno
al s o l , que dura en promedio 365,2422 dlas. El da est ligado a la rota
cin ele la Tierra sobre s misma. rV1 ientras el da, el mes y el afw tienen
su moclcio en fenmenos naturales, como la alternancia da-noche, las
472 Cnrno s\Ji:,ierc Hu\ton \\'cb;;tcr, nonnalmcme h:ty ah;una f;q de b tstructura
de b !>Cl!l ::t1;1: ''los interYa!os m:is cor,
fases !uno res y las estaciones, la semana es una creacin totalmente cul
soda] ouc J;:: cucnt:\ de LJS Y:trbciones de b
!o;; de cmpo, de tres, cuatro (J dncu das,
-t70. Aunqu; Lsicuncntc eso es deno, kt\' que tc:ncr en cucn(a que hJy excepciones
b ct:unornb simple de b vida pdmi,

que confirman !u comunidades <.'ccilus, nuc no <tb laccnan ;r:mdes cantiJ:1des de :dimentos v ()tros
Y:t, mes los men:adns han de rcnetirse con fn:cueucia p:na permitir bs
Entre !os romanos haba un s istema de calcnJ:trin que lknJ a b
de necesicbd, los oht!:n;!;m !a una:; Je !as Jtra;< Lo ddos m:\s bnw:;, Je ss, ocho
Jbs, mucho menos {o1fnmcs,
de meses lungi t ud <-trhltrztrb, Lila misma iibud respecto a! curso lun::tr en

it:uaks de ticrnp(l tstnmrirnko son :-;.ocb!mcntc igu:tLn!os, corno evidenc ia b


dcwnmhm ic\n de las dur;ldoncs del mes h:1 cnntlnn;ido hasta la acltdidacl . Periodos des'< ap;trentenente Jc la duplca::.:in de los anJuimccs
de periodo';, siempre que se desee un grmt merc;do ]; produccin de un n:a
p1gar sabrios mcmuales. L1 de los meses es <,r;d:d, no astrnnmic1; ;unplia" WUJ5Hl\, J(c_'l Dm;;, Nuc\\l. York, ! 9 ! 6, pp. l 18)_ Cit.tdo por P. A. SOROhl
ncs sodaks nu se y R. K o.c . r 83
cmpricas, Cf. P. A. SuinhL'\ y f-LK !'.1ERTO'\, <U. , p 8 3
con duraciones astrm/nnicas, pues bs primer;JS son duraciones
s imhlkas y las ,ffJ Snb:n.: !a immCJ Jcucch del calendario j1.1dn sus di fdenc bs rcspcctn a! naciente
.f7 l . CL e;_ J. W!iiTHIJ;\, El Tiempo : !o rhslorio, pp. 24() ..24i c:llcmbriu cristiano, Zcvruwn, o.c., pp.

230 231
2. EL T!E!\lPO DEL RELOJ proceso en cuyo tram;curs:o se repitan con cierta regubridad ciertas paU
tas de cambio, s i n que ello obste par::1 que sus transformaciones discu
LJ hegemona de los fsicos y de l a representacin naturalista del tic m rran asimismo de modo sucesivo e irrepetible. Los mdulos repetibles
po es reciente. Hasta l a poca de Galleo, lo que llamamos tiempo est ccn de esta segunda secuencia sirven entonces como pautas normalizadas de
trado en primer trmino alrededor de los grupos humanos..'. El tiempo referencia, con cuyo <J.uxilio se pueden cotejar de modo i n d i recto con
era anlc todo un medio para orientarse en el mundo social y para regu la secuencia de otro proceso- los fenmenos 110 d i rectamente compara
lar la convivencia humana. Los fenmenos naturales, elaborados y nor blcs, puesto que dichas pautas representan b repeticin no del mismo,
malizados por los h ombres, encontraron aplicacin como medios para sino de otro proceso igual. E l aparente movimiento del sol cuando pasa
determinar l a posicin o la duracin de las actividades soch!les en el l1ujo de un punto a otro del horizonte o el movimiento de las manecillas del
del acontecer. Pero la Edad J\lloclema se apart de este rumbo con el reloj al pasar de un punto a otro de la esfera son ejemplos de u n mode
empleo de los relojes como instrumentos fundamentales en la i nvestiga lo recurrente de proceso que da u n idades de referencia y medios para
cin de los meros fenmenos naturales . comparar periodos de otros procesos cuyos estadios o posiciones suce
El reloj nkc:mico, de naturaleza digital, divide l a secuencia del tiem si vos no permiten una comparacin d i recta, Estas unidades de refcrcn
po en i nstantes, e n c i fras (dfgitos), mientras que los antiguos relojes de sol, cia como smbolos cognoscitivos y reguladores se constituyen en uni
de agua o de arena trabajaban siguiendo un recorrido continuo, eran dades de ticmpo.t75.
mquinas analgicas, La deli m i tacin de los tiempos sociales en la que El hallazgo del reloj, entendido como instrumento de coord inacin
ncttwlmente vivimos no hubiera resultado posible s i n la cre::1cin de! reloj social, sucedi en los monasterios, cuyo horarlo de un instrumen
mecnico, cuyo nacimiento puede datarse en torno ::1l I 200 en Europa, y to que indicase con precisin la duracin de bs actividades comunes, Tal
curiosamente no en olras civilizaciones tcnicamente ms avanzadas, fue l a funcin de las campanas de los monasterios y las trompct::1s de los
como la musulmana, que se bastaba con relojes de sol, intiles en buena campamentos m i l itares: sincronizar las actvidudes, Las campanas pasa"
parte de Europa, o la china, donde quien dictaba autocrticame nte hora* ron luego a !os talleres artesanos, como instrumento indicador del ticm
ros v calendarios era el empei'adoc po a los obreros, Fue en la vida de las ciudades, cada vez ms ndepen
La necesidad de u n reloj surge juntamente c o n la necesidad de libe dientes de los ciclos de la naturalcz::1, donde el reloj mccnico se desarroll
rarse de las formas naturales de medir el tiempo. En estadios p r i m ilivos como instrumento, primero coiectivo, l uego individual, para distribuir la
de desarrollo, como ya hemos apuntado, cuando los hombres deban ubi vida en tiempos separados, pues el ciudadano, a diferencia del campesi
car hechos o cifr::1r la duracin de !os acontecimientos usaban como pro no, ocupaba ro!cs dislintos en d i ferentes tiempos.
ceso normalizado cierto tipo de fenmenos naturales, nicos e irrcpeti Desde e l siglo Xfl y sobre todo a partir del XUJ, con el desarroll o del
b\e:, en lanto ",uceslvos, cuya aparicin ulterior mostraba una pauta come!du y de la moneda, el tiempo necesita imperiosamente ser cuanli
similar o idt!nlica a la antcrioL Por ejemplo, la bajamar y la pleamar, la ficado. Para bo.nqucros y comerciantes el tiempo, en cuJ.nto magnitud,
frecuencia del pulso propio, el orto y e! ocaso del so! y l a luna fueron liene un precio, como se ve en el prslamo con i nterl's, una de las mani
empleados como instrumentos para la coordinacin de las actividades de fcstaciones de la usura, condcn::1do por l a Iglesia porque no aceptaba que
los hombres entre sf y con los fLnmcnos extra humanos Jurante estadios se pudiera vender el tiempo, que es un bien comn a todas las creaturas-ti,
Consiguientemente, el tiempo comienza a ser considerado corno u n bien
precioso, a semejanza Je la moneda, con la que se le compara desde el
primitivos,

siglo XV Controlarlo ,Y uti!iz;:rlo a WJl u ntad es u n objetivo que hay que


Ahora bien, la urgencia de exactitud exigi i n dependizarse de los

lograr pues, como dice L B, Aibcrti:


"inexactos" en tanto que variables procesos n:1luralcs, p3ra lo cual se
h i zo necesario usar de !os procesos simblicos recurrentes en las esfe
ras de los relojes de factura humana. Las posiciones, los procesos, suce
sivos en el flujo incesante dd acontecer, no son contiguos ni es posible
compararlos de un modo directo, de manera que es necesario hallar otro
475 cr. Id_, ! 6
476_ Cf. J_ LE Gorr, Ali ct Tcmp:; di! J!ordtrmd, en l. LE
Gorr, Pour 11!1 mar,: ,Hoy,;; Agc:

233
232
Quien sepa no perder el tiempo, sabe hacer t.asi todo; y quien sepa servir el siglo XIV es la poca ms impot1antc en toda la historia del tiempo, desde
se dd tiempo, scr[t d <1!110 de t odo y por todus cnvidiado277. la Antigedad hasta los principios de la nuestra. Pero no slo lo eo:; por haber
dsto cmo se esbozaban las transformaciones de la arquitectura temporaL
A pnrtir del siglo XII, pues, hay mutaciones en la arquitectura tem Tambien lo es porque entonces comenzaron a modificarse las uLtitucks con
poral. Junto al liernpo cnico, al tiempo litrgico una forma del socio respecto al t!cmpo, la vida y la muerte, el pasado y el futuro7:!.

lgico-- bajo sus dos especies, universal e individual. al histrico y al liem


Dicho sea de paso, en este mismo siglo d reloj entra en la li teratura,
po csmico, hace su aparicin el tiempo de los relojes: al principio relojes
parece que con FroissarL Y tambin en el sicdo XIV Nicols de Oresme

hidrulicos y a partir dd siglo XJ11 relojes mecnicos. Los primeros relo
compara el universo con un gran reloj mcc{t ico a quien Dios imprimi
jes, que descienden de los planetarios, los ecuatoriales .Y los astrolabios que
tal movimiento que todas las ruedas giran lo m{ts armnicamente posible,
pcnnitfan a los astrnomos medir el tiempo sideral y el autntico tiem
metfora que tendra u n xito inaudito en manos de los mecanicistas.
po solar -no tanto instrumentos de medida del tiempo cuanto visualiza
La distribucin, medicin y aprovec hamiento del tiempo pas a ser
dores del modelo del universo, imitaban, al principio d e manera rudi
mcntarb, el tiempo uniforme d e b esfera celeste. una caraclerstica d e la Europa protestante, especialmente de la calvi
nista, d e manera que cada vez se hacen necesarios relojes ms precisos
Antes de que esta innovacin hubiera podido producir efectos en e l
que, a su vez, aumentan la fragmentacin d e los tiempos sociales. Por
campo d e la ciencia, el aspecto social e incluso poltico d e l reloj lo conw


retroaccin positiva, esto lleva a un aumento d e la organizacin de! tiem
virtieron en u n instrumento pblito cuyo funcionamiento concerna a
p o y a una precisin extraord inaria en los relojes. Pe o no debemos pcn
todos los h<1htantes de la ciudad, porque fue capaz de hacer pblico el
sar que toda Europa s e encontraba en esta situacin. Ms bien, lo dicho
b subrcgin occidentol
tiempo tocando las horas de da y de noche, cualesquiera que fuesen las
acontece en los islotes urbanos que componan
condiciones meteorolgicas. Ello llev a las ciudades a instalar relojes
del continente, pero frente a ellos est e1 ocano rural, d ;nde la vida y el
d u rante el siglo XIV, unas veces en el ayuntamiento, otras en la catedraL
trabajo seguirn durante siglos guiados por el tiempo solar y el ticn; po
Con el paso de los ai'los se mulliplican los relojes mecnicos en las ciu
l i trgico cristiano. Adems, el tiempo d e los relojes, todava minoritario,
dades y se generaliza la divisin del da en 24 horas, cada una d e bs cua
no es an un tiempo cuantitativo. Para que llegue a serlo habr que hacer
les consta de 60 minutos, dividido cada uno en 60 segundos, ms teri
que los relojes sean exactos, lo que .se lograr paulatinamente por medio
cos que reales, pues no haba u n modo eficaz de medidos. Pomian h a
d e una serie d e invenciones: en el siglo XV y quiz ya en el XIV se apren
dicho que
d e a utilizar el resorte como fuente de la fuerza motriz (a !os primeros
relojes los mova el peso); tambin del XV proviene la rueda espiral, que
117. Ciwdo por K. 1'0.\HA\, o.c., P- 201 El tcmpo entra en ccnnomfa de !a m:JtlO de
\1artin de Azpilcueta, quien, en su Cmncnfwio solm:: ILI Usura clc 1556. sdi:J.! que cualquier
permite a esa fuerza, por ms que decrezca conforme el resorte se af!o

bien presente, skndo uno de ellos d dinero, era prdcrido por todos a un bien futuro. El
ja, actuar uniformemente; finalmente, el stackfreed, datado en el XVI,
rcnum:inr a u;c bien presente al hacer un prtamo c;gnlficaba pl.'rdcr, si s!n Sl.' redha como juega el m i s m o papcP79.
umlrapartida un ben futuro en la misma canticbd. Para ir:uabr bs m:1gnitudcs presente Si el paso del tiempo cualitativo al cuantl!3tinJ , como hemos vi:il al
y futura trc\ qtw quien rcnuncbba a! dinero al otorgarlo n otro ndbicsc una suma
:1dicional. polmica sigue con d abate Gali:mi en su Dclla Muncia ( 1 75 1 } v continuar
hablar del tiempo psicolgico, es, en opinin de Plagel, inseparable ele la
quien, a! ocupdrs;:: de la usur;l, phmtca b necesidad de pat(ar el tic"rnpn. Poco u constitucin de la idea de velocidad uniforme, ese proceso no podfa lle
id comirtindosc en un recurso qnc pude gast;:m;c, ahorrase, repartirse, varse a cabo a escala social rn.s que una vez que esas velocidades hubie
un1 ""'''"";,, que puede venderse o cambiarse. Todo d!o cuajar en la ckbrc frasl.' de
Benjamn frmklin "Time is nmtey". Estn prc'l'l.'!lciL dd tiempo como expliuchn del fen ron sido dominadas tcnicamente y cada individuo, desde los primeros
mcnn culminar{ con la escuela \ustri:.tca Jc t:conoma. ParJ Hl fundador, Cml i\lcngcr, tmb aos d e su vida, las pudo volver a encontrar dimiamcntc. Lo primero acon
tece desde el .siglo XIV, con la invencin de los relojes mecnicos; lo -.;ce;un
expericnda cxhtcntc indica lo5 hum;mo5 considcrarno:-; un pbccr acma! o uno cspco
rado dl un futuro inmcdimo impm1anlc que uno de ln misma intensidad que no se espv
ra que SUCdb basta tiempo nds distante. Cf. .L VELARllE ftTJHFS, n.c !58"! 60. do suceder cuando !os relojes sean objetos de us cotidiano, cinco

Tambin J-L Nmvor.:Y, v :\lc;lidr!u dd Tonpu: sobre la cmr,; lo.>


/JutrW!JW/OS de :ilcdcin dci v d 'fi"Ciilf!U Social, en R. R.-\MD5 TORRE (d.),
ti8 K. POMJAS, P- 29,t
.i!cdiemly Cambio Socwl (Ducnus Airts, 1973), 1'
Sondrul. lA-2-1-!6. Perder d scr uno ele los
dores prowstantcs. El tiempo as cosificado es 47Y, Cf. L WmTE, "l' 137
Ende, ,\lomo 147

234 235
despus, Hasta el siglo XIV, el tiempo estrictamente cuantitativo slo podfa nocin moderna de tiempo corno un parmetro funcional con valor eco
ser estatuido por quienes estudiaban los cuerpos celestes, los nicos cuyos nmico y cientfico.
movimientos presentaban velocidades aparentemente uniformes. Es lo A principios del siglo XL'( los relojes terminaron por adquirir su es.
que muestran los textos de Platn y Aristteles. Pero esta consideracin tructura definitiva y se inici su propagacin, la cual, junto con la esco
del tiempo cuantitativo era psicolgicamente d i ferente de b que maneja lariz:J.cin y la entrada de multiplicidad de velocidades en la prctica coti
cualquier nifo occidental de hoy en da: Jquella era realizada de modo diana, posibilit que la construccin que era el tiempo cuantitativo de
deliberado, reflexivo; el Ucmpo cuantitativo no era un esquema, sino un tipo ne\-vtoniano se convirtiese, en las sociedades industrializadas, en un
concepto ligado a los movimientos de los astros. proceso psicolgico interiorizado, espontneo y general que ocupa los
A partir del siglo XIV se comienza a adquirir el dominio de la velo aos i n fantiles. Tal es el tiempo que consideramos hoy an propio del
cidad unifom1e y de la reversibilidad, aunque esto an ser cosa de pocos "sentido comn", mientras que otros tiempos, corno los de la relatividad
y experimentados. La gran i nnovacin de este perodo es que el tiempo o la mecnica cuntica, constituyen el objeto de una enseanza espe
cuantitativo deja de estar atado a un soporte macrial supralunar, al cbliz2.Ca, soctida al control de la reflexin y expresada en notacin
privar la aparicin de los relojes a los cuerpos celestes de su posicin pri matemtica.
vilegiada. As, desde Gassendi y Nev.:ton se asimila al puro movimiento En nuestros das, la electrnica ha dado lugar a innovaciones esen
uniforme, a la pura regulacin de la sucesin y, al haberse eliminado todo ciales por medio de la introduccin del reloj de cuarzo en los aos 50. La
soporte material, se destina a un sujeto absoluto, primero identificado energa ya no provendr de una corona para dar cuerda o del movimien
con Dios y luego, tras Kant, con bs estructuras trascendentales del ser to del brazo, sino de una pila que sustituye al resorte de tambor. El cuar
humano. zo sustituye al balancn espiral corno regulador. Y en vez de escape y Jlle
das para mo\'er !as agujas habr o bien un circuito i ntegrado conectado
s otra aguja para indicar los minutos, hecho significJtivo en
En el siglo XVI se extiende la costumbre de aadir a la aguja que indi
caba las ho a un motor y ruedas, en el caso de la notacin analgica, o bien dos cir
cuanto que denota la bsqueda de una exactitud que comenzaba a ser cuitos integrados, de los que uno es un decodificador, en el caso de la nota
imper.ltiva. Esa necesidad comenz a satisfacerse en el siglo siguiente, cin numrica. En sumn, gracias a la mecnica cientffica, el tiempo de los
cuando Galileo descubre b ley fundamental del pndulo, a saber, que su relojes lleg a ser verdaderamente cuantitativo y eso fue lo que posibili
perodo es independiente de la amplitud de la oscilacin y concibe la idea t la autonomizacin de la marcha de los relojes respecto a las influen
de utilizarlo para medir el tiempo en 1656. Christban Huygens inventa el cias exteriores4R1 .
reloj de pndulo, cuya fabricacin, confiada al relojero Saloman Coster, El pensamiento temporal de cada individuo, en definitiva, es un pro
comienza al ao siguiente. La inexactitud de los relojes, que antes era, dueto de la historia, una historia jalonada por los descubrimientos tc
salvo excepciones, de varios minutos cada veinticuatro horas, se reduce nicos que han modificado b percepcin del tiempo mismo. Al aprender
a diez segundos gracias a la introduccin del pndulo. Era el primero de a construir el tiempo, un niflo de hoy redescubre una trayectoria que los
una gran serie de perfeccionamientos, muchos de los cuales vinieron de hombres emplearon milenios en reconer y que, a partir de un tiempo
la mano del intento de resolver el problema de las longitudes, es decir, del local, heterogneo, egocntrico e irreversible llev n un tiempo uni\'ersal
clculo de la posicin de un navo en alta mar a partir de la diferencia homogneo, reversible y cuantitativo.
entre la hora local y la hora estndar indicada por el reloj que se trans En cualquier caso, la sustitucin en !a vida social del tiempo cualita
portaba a bordo'so, Ello (uc un problema hasta la llegada del cronmetro tivo por el tiempo cuantitativo, del que no podr hablarse antes de que
de Jobn Harrison en 1 76 1 , insensible a las variaciones de la temperatura este ltimo haya sido puesto al alcance de todos con la entrada masiva de
y al balanceo. Quiz sea este hecho uno de los que mejor simbolizan l a relojes en la vida cotidiana, es un fenmeno muy reciente, que no comien
transicin desde e l tiempo orgnico y rftmico del folklore tradicional a l a w antes de mediados del siglo XIX, con un hecho aparentemente sin
importancia: la introduccin por parte de las cornpafas fenoviarias de
horarios ms estrictos que ]os de las diligencias, puesto que calculaban
480. Est::t pmblell1<ltica puede verse dL'S::t.rrolbda en C . SA."<C!IEZ DEL RJo, o e , P - 23. Con
detallcb trat::t G. J. Wmnww, El Tiempo en la Historia, PP- 1 8 1 - 1 89. Escl tema de b nove
la de U_ Ecu, W isla dd Dia de ..lnus 48L Cf. K. Pmi!A.'-i, o.c., PP- 296297.

236 237
en minmos en lugar de en medas horas, y su imposicin al pblico .Y a l a revolucin sideral de l a Terra Fuese constante, mas l a teora que afir
su personaL Junto a ello, la disciplina del trabajo en l a industria trlljo con maba l a uniformidad absoluta de l a rotacin de l a Tierra, desde la segun
sigo l a peticin masiva de relojes, lo que, de modo paulatino, fue inte da mitad del siglo XIX, se mostr incapaz de resolver los problemas plan
riorizando rotundamente el tiempo cuanti tativo e n el cuerpo mismo d e teados por los resultados de las observaciones de l a Luna y los planetas
los individuos, conforme a las leyes de l a mecnica celeste, En 1 926 s e solucion ese
La propagacin del tiempo cuantitativo, materializada e n 1os relojes, connicto admitiendo que la rotocin de la Tierra estaba sometida a varia
inscrito en el desarrollo de las instituciones e interiorizado por los indi ciones y fluctuaciones,
viduos, planleab3 problemas inditos. L a exactitud de u n reloj n o serva E1 db solar medio perdi as su condicin de patrn invariable y en
para nada s haba que regularla conforme a un cuadrante sohu cosa que 1 95 6 el Comit Internacional de Pesos y Medidas elabor una nueva defl
an se hacia mayoritariamente en pleno siglo XIX; y n o era til s i los di fe nicin de segundo: "El segundo es la fraccin 1131 556925,9747 del ao tr
rentes relojes, unos e n desacuerdo con otros, indicaban horas diferentes. pico para 1 900, enero O a las 1 2 h. TE", es decir, de la escala temporal lla
Desde 1 8 80 el criterio de unificacin lo ofrecieron los relojes de las esta mada de las Efemrides, que define en principio e l movimiento orbital de
cioncs de ferrocarril, que eran elctricos y estaban s i ncronizados en todas la Tierra en torno al Sol, y en la prctica, el de b Luna en torno a la Tierra.
las redes. Desde ellas se distribua l a hora por toda la ciudad. Gradas a En ese mismo ao, el Comit Internacional de Pesos y Meddas cre el
ellas, el tiempo sufri una u nificacin a escala mundial, cuyo gcm1en esl Comit de Consulta para la Definicin de! Segundo, cuyos trabajos pre
en Estados Unidos, donde coexista una multiplicidad de tiempos locales pararon la nueva definicin de sle introducida en 1 967 y vigente en l a
imposible de reducir a uno solo, de Gh l a idea de dividir el pas e n zonas, actual idad!R3: segundo e s l a duracn d e 9, t 92.63 1 . 770 perodos de l a
cada una con su tiempo local. En 1 878, el ingeniero jefe del gobierno cana radiacin correspondicnlc a l a tr:;msici6n enlrc los d o s niveles hlpcrfinos
diense, Sandford Fleming, propuso aplicar esta idea a toda la superficie del estado fundamental del tomo de cesio l 33. Una definicin ms opc
terrestre, dividindola en 24 zonas de quince grados de longitud, a con rativa de segundo lo concibe como lo que se mide con u n reloj atmico
tar de Este a Oeste, a partir del meridiano de Greemvic h ; e n cada zona1 calibrado de acuerdo con la definicin de! segundo que acabarnos de expo
el tiempo local sera el del meridiano bisector. Este sistema de husos hora ner: Un reloj tal serta la perfecta materializacin del tiempo absoluto, ver
rios introducido por bs grandes compaas ferroviarias en Estados dadero y matcmlko ele Newto y-12 .
Unidos el l 8 de noviembre de 1 88 3 l o adoptaron, e n los aos siguientes, Ahora bien, qu miden los relojes? Acaso los relojes no miden el
!os dems pases. tiempo? Sin lugar a dudas, miden algo: pero ese algo n o es, hablando con
Consiguientemente, el tiempo sufri u n a estandarizacin. La Oficina rigor, el tiempo invisible, sino algo muy concreto: una jornada de traba
Internacional de Pesos y iVledidas defini el segundo como l a fraccin de jo, un eclipse de lunu o e ! tiempo que un corredor emplea para recorrer
1/86.400 del da solar medio182, que representa la duracin media del da 1 0 0 metros, es decir un "tiempo" que requiere un genitivo, Con ayuda de
solar tomado durante un gran nmero de aos, a fn de eliminar por los relojes se puede comparar y compulsar la duracin .Y el rilmo de fen
decantacin bs desigualdades peridicas, L a duracin del af10 trpico menos sensibles cuya naturaleza no permite un cotejo directo, pues trans
(el tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos del sol por el equi curren de modo succsiYo,
noccio medio de primavera) se estableci, para 1 900, enero O (3 1 de Los relojes, adems, comportan un elemento social, es decir, son 3pa
diciembre de 1 899) 3] medioda de Greenwich en 365,242 1 9 8 7 8 1 das, es ratos sujetos a una norma social que discurre segn una pauta siempre
decir, en 3 1 .556,92 5,9747 segundos, Se haca preciso que la duracin de igual que se repite. Los relojes, aun considerzu:los como meros procesos
nalur1lcs, sirven a los individuos como medios p<:lra orientarse en la suce
sin de los procesos socia le:; y naturales en que se encuentran inmersos.
482, Desde hace siglos se viene usando d da como unitbd de tiempo, didddo en 2.+ De mltiples maneras !es ayudan como instrumentos para regular su con
horD.s, cada un;J en 60 minutos cada uno en 60 minutos E! es b uni*
dad cicntlic:l de tiempo originalmente como la 1!86!00 dd
ducta, coordin{mdola con l a de los dcms y con los procesos naturales,
db sobr medio. Cada db solar contTd(l (de medioda a mcdiodfa)
determinado astrnomos. Por eso, pa1a fines ptuiun, durante rnud1os ;:ulos ;;e bas
b unid:.ld de en d lntcn;;lo fijado dos pasos sucesivos Lb una cstn:l!a fija por 183. CL K Po\tn, ru'_, pp_ 30230,f
un mismo mcriJbnu_ es d di:\ sidCrco, ms o menos a 86.164 sc2tWdos 43.1 Cf. C SA:<"UiEZ llLL Rln, o c., P- 25,

238 239
donde el hom bre no interviene directamente. Por tanto, como ha dicho N. cclico, sino como lineJl, el tiempo permanecfa ;:mimado de un movimien
Elias, es acertado sostener que e n el reloj, al ncontecimiento tctrndimen to u n i forme, no acelerado. Por eso, en bs sociedades antiguas las exigen
sional que es un movimiento en el espacio y el tiempo, se agrega una quin ci s sociales respecto de la detcrrn in1cin del tiempo no eran tan apre
t a dimensin, caracterlstica de la comunicacin entre los hornbres4 B. El m1antes como en los estados complejos de la Edad ModernJ y menos an
aparato fsico es, al mismo tiempo, emisor de infom1acionts y medio para como en las sociedades industrializadas actuales.
regular la conducta dentro del grupo. Llamamos tiempo tambin a lo que Hoy dfa, el mundo hurnJno hJ venido a ser evolulivo a escab de la vida
el reloj transmite mediante el simbolismo de su esfera. Al ver el reloj s humana. La temporalidad del hombre ha cambiado. Los escenarios del
qu hora es, no slo para m, sino para toda la sociedad a la que perte tiempo inaugurados por la modernidad produjeron en el individuo el entu
nezco. En el estadio presente de desJrrollo, e1 tiempo se ha convertido en siasmo y la perplejidad ante el espectculo de una grandiosidad donde la
smbolo de un amplio entramado de relaciones, donde se entreveran pro vida individual pareca carecer de significacin. Igualmente, los formatos
cesos de niveles diversos: el individual, el social, el natural humano. El sociales adquirfan dimensiones inauditas, por lo que se hizo presente,
tiempo, en este sentido, es rebcin, invencin y construccin; el liempo junto a la alteridad csmica, la alteridad social del tiempo. La modemJ
expresa una estructura socio-cultural y porque ya fue estructurado social civilizacin no ha dejado de incrementar la presencia del tiempo de otros

mente, acta en cuanto estructura cstructurante de lo real4 86 . en el tiempo propio mediante las diversas fonnas de comunicacin y coor
En su actual estado de desmTollo, el tiempo sociolgico es, pues, una dinacin entre sujetos dispares, lo que provoca la aparicin de una serie
"sntesis simblica de alto n ivel"4S7 con cuyo auxilio pueden relacionarse de asimetrfas temporales que exigen ser coordinJdas por mecanismos ins

posiciones e n la sucesin de fenmenos fsicos, del acontecer social y de titucion::des.


la vida individual. E l tiempo de trabajo modcmo, a diferencia del antiguo, regido por los
ritmos agrcolas, se compone de un grupo de horas aisbdas en el corte
artificial de las inmutables veinticuatro horas del da. Estas horas se van
3. 'ffEMPO INDIVIDUAL Y TIEMPOS COLECTIVOS sumando, da a da, independientemente de las estaciones, lo cual supo
ne unJ liberacin, puesto que b variabilidad del tiempo de trabajo est
El hombre primi tivo se hallaba inmerso e n ritmos lentos y naturales, ligadJ a la voluntad del hombre, independientemente de los litmos
den tro de una divisin clara entre tiempo sagrado y profano, transmiti impuestos hJsta entonces por la naturaleza. No obstante, b Jrmona que
d a por tradicin. El hombre contemporneo carece de tradiciones vin los tiempos agrarios haban establecido entre los ritmos de la vida huma
culantes, de rituales, de races naturales, ubicado e n una red de rela nJ y los ciclos naturales de los dfas y las noches, del giro de las estacio
ciones tremendamente compleja, en una realidad en la que los tiempos nes, se ha roto. Ahora el tiempo concrclo, el tiempo vivido de un indivi
y los ritmos son variables, hasta el punto de que en algunas ciudades se duo o una colt:clividad es la r:ultante de los ritmos diversos de las
han inslituido asesores para las polfticas de horarios y tiempos que estu mltiples evoluciones elementales.
dian los tiempos y horarios individuales, empresariales e i n s titucionales A partir de la llustracin, el tiempo, que has la entonces no haba sido
pJra captar las mltiples i n terdependencias y los efectos negativos deri ms que un medio en el que hacan su aparicin acciones y actores, se
vados de una i ncorrect.a adaptacin mutua que, a la larga, comportan convierte en un poder al que todo se confa en virtud de su mera canti
grandes costes econmicos y sociales, por lo que es necesario elaborar dad. Aparece incluso la estlica de la velocidad, como se ve en los tempi
estrategias de tlexibilizacin y coordinJcin de tiempos y horarios de de la msica, que en las composiciones del siglo XIX llegan a incluir pres
modo mas fu ncional. cripciones absurdas, tal como en la sonata D0 2 para piano op. 22 de
Durante miles de atius el universo humano ha sido estable a los ojos Schum;mn, cuyo comienzo lleva la indicacin de ''tJn rpido como se01
del hombre. Las conmociones de la historia eran percibidas como el !lujo posible" (so rasch \\'ie 1110glich), seguido. de la orden, momentos despus,
y el reilujo de un mar siempre igual. Y si el tiempo no era vivido como de "mJs rpido" (sclmeller) . Ch1plin parodi esta aceleracin de los ritmos
en su "11empos modernos", en b famosa escenJ de la mquina de comer.
485. Cf. N. EUAS, o c. , 2 1 En cualquier caso, en nuestra sociedad el i ndividuo revive el conOic
486 Cf. J. 8. RA\OS, o.<'., 3 ! 9 . lo histrico entre los diferentes tiempos. Por un lado, cstJ el tiempo solar,
487. cr. N. Eucts. O.C., 23,

241
240
del
sobre el fm; cion arn! cn o t: iolgico cia del tiempo cuantitativo, programado, urbano e industrial v domina,
csm ico, que marca sus ritm os
r a SCf para CSte S prplO. t :en: po . :
unlO do por el tmbajo, y el tiempo cualitativo, ligado a la natural;za; ele ah
organismo hast a eJ pun to de nega .. -: con
dc} licmpo social . el t tcmpo hturco:b la doble morfologa de nuestras sociedades modernas, que confrontan el
a 6i estn, como subproductos _ cale n
dom ingo s, tan an:a: gado que J !os
:l_
tiempo pblico, unificado y coactivo, y la pluralidad libre de los tiempos
sus das laborables frente a los
ido desprestlgta rl , y el tJcm P
o singulares y privados191. A medida que e! tiempo deviene mercanca la
dari os revolucionarios han consegu l cnnL _
de un Estado el com ienz o del aJ. ? gente vende parte de su tiempo privado y lo convierte en tiempo de tra
tico , que fja nara los ciudadanos lar, etc h9. bajo, regulado por rgidos horarios (siendo el tiempo flexible una exccp
ao esco

o el ao fisca L el
Pod rlan enu1erarsc otros, com de tres movi
.
cin al alcance slo de algunas profesiones) .
resu lta, pues , de la supc rpos cin
La estructur a del ao
alter
nes estacionales de or: gen sola r, la El licmpo del individuo moderno es t rgidamente segmentado en parH
mien tos peri dic os: las variacio
nancia de tiempo ordinario, tiempos
fuer tes y ?as festt ;ros d : sde el pun to tes durante las cuales se supone que es accesible en su papel ocupacional
r c
vidades poltttcas.. As: , el ano sol y otras en las que no lo es, A d i ferencia de las sociedades rurales, nuestro
de vista religioso-litrgico y bs festi vil,
o sols Licio no comctdc .con el ano tiempo oficbl est constituido por el tiempo descualificado de los relojes,
prendido entre dos vueltas del mism
n el litrco, qu comten: a 1 pr
e reducido a medida. Frente a la coercin que ejerce una simultaneidad uni
que empieza el 1 de enero, ni co_ de 1onr; ;, t tu versal crece la necesidad de delimitar el tiempo propio respecto de aqul
se dnrden en mtervalos
domm go de f\dv1enlo . Los lres -mos .
"

es; el civll , en meses; el ano htw gt


. .

que nos pone en relacin con otros y afirmar la propia soberana tempo
. _ . , . .

r en esta cion
des variables: el ao sola _ r
ordi nari o. Mientras que el a no sola ral frente a b constriccin impersonal de los tiempos dominantes, salien
co en Jos tiem pos fuertes y el tiem po
es ccli co, al igua l que el litrgico
, el pol tico, por su m
: te, .
nnp l cd ,: : e e do a b busca del propio tiempo perdido.
tccJm !cnts retorn.m
icntos rcpetiliYJS se Jnscnbe e t.ma
que dete rmin ados acon Las estructuras patgenas engendradas por la industrializacin pue
mentos cclicos, en cuan to
den ser interpretadas como fenmenos de desestructuracin de los uni
peridicamente, pero estos acontcci .
le, atw.:rta hac1 a un futu ro mflm to, versos simblicos heredados del pasado, es decir, como hechos de dcsim
histo ria linea l y orientada, irreversib bolizacin. En este sentido, constituyen un testimonio negativo respecto
tantemente el pasado.
en !a cual se trata de superar cons lo
El tiem po cuan titat ivo, por su parte, es, na:u :a l :l1Cntc, el de l os _re del trabajo de simbotiL.-acin por medio del cual tomamos posesin de
. oce ' d1as , m nuestra experiencia del tiempo. Las presiones impuestas por el trabajo
, por defm c ion, no con.
jes, el cual , a causa de su unif orm idad . 1e1 po cua industrial y las distorsiones que resultan en los ritmos temporales tlenen
disco rdan cm entre el
noches 0 estaciones ni dom ingo s. Esta
por el orgo. nism o y el tiempo cuan titat 1vo tm ?ues sobre nosotros cfcclos traumatizantes porque no tenemos modelo algu
l itativo intcr ioriz ado
uce trastornos, qu srn estu dw. os no capaz de concordar armoniosamente bs representaciones nuevas del
to por Jos relojes y las mq uina s prod
ms que el cuan tHat Jvo haya ven tiempo social con los smbolos antiguos que continan cstruclurando
por los cronobilogos, pues to que por le nuestra experiencia del tiempo .
insti tucio nes, ste cons tante men te
cido al cu.::tl itatiYo al enca rnar se en b alter nan- Si estamos enfermos del tiempo, es que no sabemos cmo resimboli
este conf licto vien e de
opon e rcsistencia490. La solu cin de zar nuestra experiencia temporal. La patologa que concierne a la expe
riencia de! tiempo en las sociedades industriales avanzadas no confim1a
solamente por va negativa la funcin importa me de los procesos de sim
bolizacin en la regulacin de nuestra experiencia temporaL Testifica
igualmente el carctcr inacabado, frgil y constantemente amenazado de
este proceso. Esto es lo que distingue los cdigos culturales, impregn:J.dos

dn ele!ka cld tiempo. R Nowotnv. p:trk, resume una serie de al


ck frases: "los en d rm:-
indu:,trdL:adas ticnd.m a c;tar orientadas hada d futttm; bS no
respecto en este tienen menos tiempo; tienden ;
senw,. y "las
industr\alizad;:J.s cstUn orientadas hacia d pasJdr/' . Cf. .L SowoT,'\Y, o pp. ! 361.37.
491. CL J_ DE Lorzrzo. Expcncncas de la Ra;:n (Val!adolicL flfl 3 1 0-3 1 1

243
242
de historicidad, de los cdigos genticos que aseguran la repelicin de los
mismos modelos en las especies animalcs-92.
En consonancia con esta tendencia 3 diferenciaciones e i ntegraciones
mayores, en muchas sociedades modernas se ha desplegado una aulo
rregulacin muy diferenciada del individuo respecto del tiempo, asf como
una elevada sensibilidad individual frente a! tiempo. La coaccin que el
tiempo ejerce desde fuera, representada por relojes, calendarios u hora
rios es brutal, omnipresente e inevitable.

Comprender las relaciones entre la es tructura de una Sdedad que posee


una imprescindible e inevitable red de determinaciones temporales, y la
c:;tnJCtura de una personalidad que tiene una finsima sensibilidad y dis-
ciplina del tiempo, no constituye para los miembros de dicha sociedad nin
gn problema grave. Experimentan en toda su crudeza b presin dd tiem
po horario de cada da y en mayor gr.1do -,segn van creciendo el acoso
de les aos del calendario. Y esto, convertido en una segunda nattiralcza,
parece un destino que todos los hombre;; deben asumir49-\

Pero la oposicin entre un tiempo libre y otro controlado es abstrac


ta, como puso de manifiesto Hcidegge1 sosteniendo que el tlernpo que rige
la vida pnictlca no es un tiempo in terior cxterioriz:J.do, como parecn supo
ner la i nterpretacin de Bergson. Un tiempo propio es tan abstracto como
un tiempo impropio. Qu sea cl liempo se desvela en el trato con l y no
en la introspeccin intemporal de nuestra subjetividad. El tiempo perci
bido por el sujeto como tiempo vivdo no es algo que haya que recuper;;r
frente a las tendencias uniformadoras de la sociedad moderna, que pri+
vilcgia el "tiempo del mundo". Al contrario, el tiempo vital adquiere su
b m i:;;m:1 medida en que el tiempo del mundo se nos des
II
peculiJridad en

vela con todas sus dimensiones tcnicas, sociales y pnictlcas49.

ANALTICA DEL CAMBIO

492 ([. P. R!lO!TR, lmroducciH. . , pp 27-28


493. N. EU.\S, o.c., 1 1
494. Cf. D. L'i:-.JElzAJ-mY, cu., 8G8L

244
1
1nafr) uv civcnta'r-Wt
..

I-IERACUTO, D.* K. 22 B 84a.

En las pginas precedentes hemos tratZtdo de mostrar la multiplicidad


de los conceptos de tiempo, multiplicidad existente sincrnicamente (es
decir, en un mismo punto de la topologa temporal), aun cuando gestad<:.
diacrnicamentc para dar lugar a la arquitectura temporal que constitu
ye y conforma nuestra cultura y nuestra sociedad. Si desvelar esa multi
p!icidad se hace necesario por simple limpieza mental, es evidente que no
basta quedarse en el nivel taxonmico para no hJcerse "sospechoso de una
sabidura que se funda no sobre un pensamiento, sino sobre una mera
comodidad clasificatoria"95,
Ahora se trata de emprender la tarea de reductio ad wuun, a saber, des"
entraar si hay algo comlm en todos los conceptos de tiempo. Nuestro
propsito, en principio, no es sino el de !VI. Yourcenar cuando compona
sus Memorias de Adriano:

rastrear a travfs de mil!arcs de fichas b uctua!idad de !os hechos; tratar de


reintegrar a esos rostros Je pit;dra su movilidad, su flc:\ibHidaJ \'iviente.
Cuando dos textos, dos afirmaciones, dos klcas se oponen, (.,) forzarse en
cond!iarlas mUs que \.'D anu !ar la una por medio de l a otra; vcr e n e!las dos
facetas diferentes, dos estados sucesivos del mimo hecho, una realidad
convincente porque es comph:ja, humn<l porque es mltiplc4'>:>,

E n efecto, es fcil afirmar que el tiempo de Heidegger no tiene nada


que ver con el tiempo absoluto de Ncwton ni con la dure de Bergson, o
que ste es radicalmente distinto del tiempo del que habla la fsica. como
si se tralasc de u n numen inaccesible pan:1 los no iniciados. Hay algo de
verdad en ello, obviamente, pero slo una parte, puesto que todas esas rea
lidades son tlempo, ]'' l o son por algo, El ten1po del que habla Heidegger

95. Cf. J. L. Bow;rs, La Po!lihim t'irs} de !o Rcaftd,td en Discusin en Obras


Cmw'stc,s (J'.bdrid, 1 077!,
l\1. Yon<CE\AH, '"'"'''"'"' de notas a fas ",\lcnwrio.'i de Adriano", en Memorias
de
Adriww (B;_ruJona, lY90j, p 2 1 5.

247
es liempo, al igui11 q u e el tiempo de b fsica es tiempo. Se diferencian , s,
y rnucho, sin duda, pero tienen elementos en comn que son los que pro
vocan que les 3Slgncrnos un nombre en comn. Por eso, debemos tratar
de reconstruir una posible estructura interna del concepto tiempo, pro
cm ando most.nr la "urbanizac in" del complejo constituido por tal con
cepto, es decir usando d smil wiltgenslen iano, tratando de distinguir
el casco histrico, propio y singular d e b ciudad, de los barrios, nuevos
y comunes a otras urbes. Quiz as podremos comprende r cada concep CAP.TULO I
to en rebeln con los otros, es decr, dispondrem os de los i n s tn1mcntos
para detectar los significado s secundario s o convencion ales, generados Cambio
de modo consciente en un proceso deliberado -por lo cual requieren de
un proceso inteligible del tipo que sea para ser comprendidos a partir
de los signi ficados prn1arios o naturales, cuya comprensi n es intuitiva
e inmediata. Umberto Eco, en su obra Cmo se hace una tesis, afirma que l a fina
De l o que se trata es de hallar el elemento comn, si l o hubiere, es .
!Jdad de una bsqueda i n terpretativa es hacer decir explcitamente a u n
decir, l a matriz compartida de todos los conceptos d e tiempo, a partir de autor l o que n o h a dicho y que n o poda dejar de decir s i s e l e planteara
l a multiplicidad de aproximaci ones J' del valor pluriscmn tico que hemos
detect::.H.l o . Y esa matriz se nos presenta, por una parte, e n que el tiempo
la PIcgu ta, es decir, mostrar que confrontando varias afirmJciones, e n

l o s terminas d e l pensamieiHo estudiado debe resul t a r tal respuesta497. E s
se muestra siempre en funcin del cambio y del movimient o, entendidos
e n sentido amplio, ;1j modo de Aristteles (es decir, como Kivnut y Jeta"
lo qL e vamos a tratar d e hacer con Aristteles, cuya investigacin puede

\o.i y no slo como desplazamie nto, rrop), y por otra, en el hecho de que
consJdc-r3rse el arquetipo tctico del examen filosfico del tiempo. Precisa
mente por eso, por considerar al Esl<.wirila como "fundador" del anlisis
parece existir un sentido primero, primigenio del concepto tiempo que
;
crtico del con(cpto "tiempo", nos dcte dremos en l, a veces morosamen
permanece actuante en el "sentido comn'' y en los diversos autores, aun t, puesto que quienquiera que haya ref1exionIdo ul teriormente sobre el
cuando slos hayan acuado sus propias nociones especiales de tiempo. llem o 1:. quedado prendido en las redes de Aristteles, lo que, a m i en ten
?
de : J 1st1hca -dira que exige- tal morosidacL Y ello porque si, corno 3fir
:
m o 1\.a t, la lgica aristotlica constitub. una disciplina cerrada, podernos

, sm temor
dec1r a crT3r' que el tratado zu istotlico sobre el tiempo conte

ne todos los elementos con los que h a jugado b reflexin fiLosfica res
pecto al tema hasta nuestros das, en los que, obviamente, la discusin se
h a ampliado por l a entrada en la palestra de elementos nuevos. El
EstJgirita elabor l a primera teora del liempo, estudbdo en tanto "als:o
del rm1\'imiento", y ste a su vez en cuan lo algo de la naturaleza, la ct1l
es, por su parte, principio del movimit:nlo v de! cambio9. De este modo,
quien quiero. conocer la naturaleza, debe necesariamente estudiar d m ovi
-

miento, la ignorancia del cual es, eo ipso, ignorancia de aq_ulla49.

CL lL Eco, Cmo se !wcil ww l:CsL; (B:m._dona, 1 9i7, 6." cJ.L pp. J 74"175.
eJ.. Amsrru.r:s, P!r-,s., II, l. 192b 21 23.
CL id., ffl, ! , 20Gb 1 ! - 1 5

249
248
He aau la clave de la fsica aristotlica: el movimiemo, entendido Si el existcncia lismo. en sus diferen tes
versiones. subrava b prcocupacin
como . que afecta a lodos !os niveles de lo real, inclyase en ello lo que Y el cornpr omJso
.
del hombre en S I! originaria temporalidad existen
cial,
se incluvcre: d e lo no viviente a lo de lo biolgico y sensitivo a lo veremos cmo Aristteles expresa en su
0tica que el hombre se realiza ti
camente en d ticmp(). Si la fenomenolog
espiritu:1l h<1y movimiento, cambio, desarrollo, Y slo en ese contexto ge a ckstac a el tiempo inmanente,
frente u! objctivisrno, como aportacin
neral se entiende el estudio que Aristteles acornete del tiempo, al igual activa primudial Jel sujeto, as
como la originariedad dd presente vivien
que su estudio del lugar o del V8CO, s i n los cuales se piensa que es impo te, ya AristOtclcs valora de modo

sible tal movmientoson, En definitiva, nuestro inters en Aristteles en este


dcciiHJ la contri bucln ac\'a del alma
en la formacin de la experiencia
del tlcm_Po Y en el problema del instan
te. Si la ciencia fsica modcma .Y con"
momento no es su anlisis de la realidad del tiempo y el cambio por pura tcmporanca ha reconstruido l a nocin
dd tiemp o, pues; es un parflmdro
erudicin, sino por su esquema, su modo de proceder y la estruclurJ de neesario que hace significativo el conce
pto de posibi lidad objetivn, ya
la realidad fsica que nos proporciona para, desde ella, tratar de recom Ansto_ tclcs -aunq ue en un esquema "cient
fico" diferente considera e!
poner el concepto que nos interesa, es decir; el conceplo de tiempo, al cual tiempo como un concep to propio y necesa
rio de !a fsicaS02,
hemos sometido a u n proceso de fragmentacin, en busca de los cle:men
tos mnimos comunes que puedan reconstituir esa unidad perdida. En efecto, la defini cin de Aristteles del tiemp
o como nmero o medi
Ahora bien, por qu tomar la teora aristotlica del cambio y del da del movim iento segn el antes y el
despu s no se limita al movim ien
movimiento como herramienta heurstica para acometer la sin tesis del to .fsco loca!, p1e, como ya hemo s entrev
isto y verem os en detall e, para
tiempo, antes que, por ejemplo, la de Ne\vton? Alguien pensara que corre Ansto teles, movim iento y camb io tienen un
signif icado ampli o, que inclu
m os el ries!O de definir obscumm per obscurius. Ya hemos adelantado ye el aume nto cuant itativo y la altem cin
cualit ativa, el deven ir de la sus
que, en lti a instancia, los elementos fundamentales que constituyen tancia Y toda espec ie de desar rollo, de modo
que la defini cin aristo tli
el concepto de tiempo estn en Aristteles, quien elabora una gran teo ca n? ccluye un tiemp o fenom enol gico,
en cuant o que el alma cump le
ra del tiempo en el mbito de su teora dd movimiento y del cambio, que rnovm entos especficos, esenc ialmen te distin
tos del movim iento loca! n i
destaca por su originalidad, pero tambin por e! hecho de incorporar a excluye un tiemp o existe ncial, ni u n o histr
ico, crono lgico o enico , pr
que el tiemp.
los pensadores que le haban precedido y que haban reflexionado sobre o es medid a d e un camb io, y toda la realid
ad se encuentra
la cucslin: los ehatas, los alomistas, los pitJgricos, Platn mismo. E n traspasada por d camb io, que es trasct:ndent
al, como ya dej en claro
la construccin aristotlica resuena la voz d e todos ellos y ele ellos extrae HerJlto, A ese nivel, no hay distinc in entre
objeto y sujeto, y que, como
su aportacin original, desde la cual entabla de nuevo un di!ogo con los V.. \:TJC!and observa, Arist teles no hace distinc
in entre objelividacl y sub
mismos JCl!\'Jdad: todo lo que existe es terreno de camb
io, susce ptible de ser mcdi
Adems, Aristteles proporciona, con su elaboracin, una especie de do de una u otra mane ra.
gran pilar sobre el que se construyeron bs especulaciones posteriores. T<.1l En esta lnea argum ental, debem os retorn ar a
Arist teles, mas no slo
es as que Heidegger consider que, en ltimo trmino, los grandes dis a los captu los 1 0 - 1 4 del libro IV de !a Fsica
, dedica dos concr etame nte al
cursos que sobre el tiempo habfa habido en la historia del pensamiento estudi o de! tiemp o, mnbiguos, de d i fcil
i nterpr etaci n y, como hemos
eran reductibles a Aiisttdes, Ya hemos aludido al hecho de que Heidegger seala do, punto de referencia de todos
los tratad os filos ficos sobre el
presenta las tesis aristotlicas, en su obra Ser)' Tiempo y en Problemas flm tiempo antiguos, mode rnos y conte mpor
neossol. Si el tiempo es 8!go del
:
rnov1m 1ento, concre tamen te cin:lp; KtvDat:(il;
KU\ tU rrpt:: f! v KC 1imrpov,
_
dnmellta!cs de la fCnommologa, como la primera i ntcrJret.acin de la com
prensin vulgar del tiempo, es decir, de la comprensin naturaHsta y reve es necesario invest igar aquello de lo que
el tiemp o es algo, es decir, i nves-
la cmo la concepcin hegeliana, !a kantiana, la bergsoniana y la misma
ae:ustlnbna derivan fundamentalmente o, a! menos, se determinan en rcb
ci)n a la aristollic:a01 J. Con!!L en su estudio sobre el tiempo en Arist
Lclcs, ha escrito:

500 CL !J , IlL l. 20h 2021 .


501 \-1. Hcwu,r,vu, Ser y 1 unpn. S 62 p. 492_ CL S S, P- 21<H

250 251
tigar aquello de lo que el tiempo es afeccin, a sabet; el cambio y el movi cuerp tiene que romper su identida d con el espacio que
ocupa est
miento. Es lo que nos proponemos en primer lugar: elaborar una anal no :st a b vez en la posicin que ocupa en su supuest o
movimi nto. li
tica del cambio siguiendo las ideas de Aristteles, fundamentalmente las decir . tal cuerpo est ahora aquf", el ahora y el aqu f01man
expuestas en la Fsica, para tratar de ver cmo el cambio y el movimien
parte indi- _
_
s luble de su ser, precJsam ente porque el ser es unvoco. Zenn y Paffil
.
to son conceptos polismicos, de una rique?.a tal que abarcan toda la rea mdes megan la racional idad de la multipli cidad y el devenir
como tales
lidad, y cmo en esa misma polisemia radica la extensin del concepto e: decir; rechazan la posibiliJ ad Je dar cuenta de ellos desde una
doctrin
tiempo que, no obstante -y por la misma razn- habr de ser descripti ferreamente apegada a las condicio nes de la deduccin lgica,
con Jo cual
ble en trminos de cambio en cualquiera de sus mltiples conceptos. la pregunta por la racionali dad del movimie nto se transforma en
la pre
gunta por los modelos de racionali dad'07 El modelo eletico es el
resul
tado de aplicar sin ninguna restricci n la univocid ad de todos los
con
l. EL CAMBJO EN LA flLOSOF!A PRE-AlUSTOTLJCA ce? t s, empezan do por el de ser, y de dar a los principio s lgicos
la
pnondad absoluta50", de donde se sigue la imposibi lidad para nuestro
Antes de preguntar por qu el ser y no la nJda, los griegos se pregun
pen:a
taron por qu los seres y no el ser; por qu un ser que cambia y no un ser tc.nto de conccptualizar el cambio, porque lo que es debe ser siem
pre td:ntrco, o no podra pensarse como ser. Frente a ellos, los pluralis
inmvifso.t. Los problemas del cambio y el devenir se mostraron como el
' tas :ecuperaron el concepto de cambio, justificndolo en parte, pero no
mayor enigma de la filosofa griega, hasta el punto de que los filsofos l
i supteron, como no supo Platn, establecer cul era su esencia y su esta
eleticos, con su monismo i nmovilista, los convirtieron en problemas filo ' tuto ontolgico.
sficos, negndolos como apariencia ilusoria. Parmnides saba que el
Platn trata de mostrar lo oscuro de la cuestin, al comenzar su exa
cambio es el hecho observable ms obvio, pero negaba que fuese real. En
su poema, una vez rechazado el conocimiento sensible como OSa, niega
men del movimien to e el Teeteto preguntando por boca de Scrates qu

es lo que realmente qUJeren decir los que afirman que todo est en movi
!a posibilidad de la multiplicidad y del cambio como tcslimonios ms ori .
mJentoS09 . Aqu distingue dos tipos de cambio: alteracin y traslacin, que
ginarios de esa opinin y de ese saber doxstco. Es posible que su crti i
' .
son los mismos establecidos en el Pan11nidesSto, obra en la que, por otra
ca se dirigiese contra los p itaglicos y su idea de que los nmeros son las l
parte, se ponen de manifiesto las aporas del modo parmendeo de pen
unidades constitutivas de la realidad sos, en un intento de trascender esos
sar, que conduce a la absurda conclusin de que lo uno que no es se alte
postubdos para hallar el trmino bsico de todo discurso, el trmino es
r..: Y no se altera, es decir, al alterarse, llega a ser y perece; y, al no alterarse,
(EGti): los nmeros son, el agua es, todo es, o es Sec A partir de ah, Par
m llega a ser ni perece. Y ele este modo, lo uno que no es Hega a ser y pere
mnides lleg a la conclusin de que en el nivel ms bsico hay un con
ce y n i llega a ser ni pereceS1 1 .
tinuo est6.tico que no conoce c<1mbio ni difC'rencia. Slo el ser puede decir
Pco, por otro lado, Platn sostiene que lo sensible slo puede ser expli
se o, a la inversa, no se puede decir lo que no es, pues decir lo que no es
cd SL se logra colocarlo por encima del Oujo heraclteo, elaborando la
equivale a no decir nada. Desde la impensabilidad del c..tmbio, Parmnides .
h!potesJs de que est relacionado con algn objeto inmutable e inteligi
infiere su irrealidad;o,
ble. De este modo, analizando crticamente el legado de la tradicin y
Para el fundador de la escuela de E lea, hay que oponerse incluso a l a
dando por supuesto que la ciencia necesitn un objeto estable para ejer
realidad d e l movimiento local, aparentemente e l devenir menos proble _
cerse, Platon postula un mundo que excluye el cambio, en el que es posi
mtico. Su discpulo Zcnn descubre que, aun en este caso, tropezamos
ble la ciencia como contemplacin de objetos perfectamente idnticos a
con una violacin del principio de identidad del ser: para moverse, el

50-+_ Cf. J AP.A.'-1.-\, "La R::cion:JliL.Jdn del Mmimiento" en Thcttwra. &1isra de (ilusof(a
r\
507, A. P 1',\ GPJ.\MLDI, nlllt: and Rcality (Aidershot, ! 998), pp. 9 6 - 1 1 9 . Esta autorn ha
Je::u-rolbdo amphamente bs intuiciones zcnonianas, llevndolas ms al!:l de b refutacin
9 ( 1 992) 47 anstotllca Y rr:sentando sus par;:dojas como insalmb!es en ltimo tnnino, en orden a
505. Cf. P K FEYERATIE..'-<D, o c., pp. 1 14 1 1 5. P:Jra Feyer.1bend b ide:J. de umtinuo. es dem strar la tesis de la imposibilidad de conceptualizar d cambio "rcar.
decir, de una entidad que es h misma entre cualesquiera dos de sus p::rtes (abstractamen :JOS. Cf. ]_ AnM-.:A, o.c., 54-56
tc consideradas), se origina <qll con Pa1mnides. La teorb Jd continuo en Aristteles sera 509_ Cf. PU.T'-J, Tectcro, 1 8 l h-d.
un desarrollo de b idea pannenfdca aplicada a !a geometria y al movimiento. 5 1 O Cf_ PLATN, Parmnides 38b-c; J62d--e; Cf. Leves
. X, 893c-d.
506 Cf. D . K. 28 B 2 y 3 . S i l . CL I'L\T'-J, Parmtuidcs 162c-!63b.

253

-t
d)d MOv r ?

pues es tan ntima la relacin entre cambio y tiempo que sin cambio V.ivnJ
b exis
iento queda confn ado al m undo sen
s mism os. De este modo, el movim

, se trata de un movim nto CJrcu lar, 1
, YE rc1Tt!}o/,;) no hay tiempo'316. Adems de justificar racionalmente
ibJc') 12, En el mejor de los casos
el que se unen princi pio y fin, simul an
;
lo una cie ota estabd dad; es el n:ovt tencia del movimiento, Aristteles desarrolla la posibilidad de u n estudio
, n, e n l Softst, cientfico del mismo, fundamento de la posibilidad de una filosofa de la
mient o tard1o ele Plato
mient o ele Jos aslro:;S E , En el pensa
d movi de los gncros suprc m os (.H:jlGtn tJV
naturaleza y, con ello, supera el platonismo, para el cual no cabe ciencia
mient o apare ccr como uno

'(Evw )51>1, gneros que Platn conce


.
ba como en tidade s 1dalcs s u de l o sensible, cuyo conocimJento corresponde a l a opinin517. Aristteles
parece concordar con ello al decir que no existe ciencia demos trativa
_ no cons1g ue dar res

s, no de 1 mane ra e n que
Pero Platon
ten tes, dotadas de existencia separada.
puest a a las aporas parmcndeas, a1
(bnmMT ms que de las cosas u n iversales 5 1 :l . Pero el Estagirita atri buye
b ciencia, pues la rrw-.Tpr
meno
, a los sentidos la prioridad en la constitucin de
una respu esta vahda .
Arist teles considera que debe darse requiere de l a percepcin sensible (aicOqm;). Hay dos mtodos de cono
cimiento: la induccin (rrayory), que parte de verdades particulares y la
2_ EL COCEPTO DE CA!1.1Bl0 E L\ FSICA DE ARISTTELES 5 1 5 deduccin (cir::ni;t;), que parte de verdades u n iversales. Pero las vcrda
._. des u n i versales slo pueden ser adquiridas mediante la induccin, que se
Como hemos apuntado, el estudio que Aristteles aco ctc de mov funda e n la percepcin sensible; a partir de ella, el proceso de la abstrac
miento y c1 cambio es clave para comprender su concepc10n del twmpo, cin (dQtdpcm;) nos l leva hacia lo universal. Eso supone que el conoci
(vct;),
miento de verdades universales no s e reserva a un acto i n t u i tivo
como propuso Platn, al margen de todo contaclo con lo sensible, si no que
corresponde a un proceso de cOmprensin o i n t e l igencia (voii;) que, a traN
vs de l a induccin, nos lleva desde lo sensble a lo u n i versa!SJ'J.
Si aplicamos estos principios gencr<J]es a nuestra cuestin, vemos que
el fin Crl:J.o;) del saber sobre !a naturaleza es lo que aparece siempre y de
modo preciso a travs de los scntidos S2D, De a h f que, al afirmar que lo pro-
io ele los seres de la naturaleza es est:n en movimiento (KLvofJ,ut:va d vm),
Aristteles seala que eso es patente por m uccin21, lo que implica que
b observacin emprica puede ser fuente de certeza y que el movimlen
to no es u n mero accidente de los cuerpos materiales, pues n o hay cien
cia del accidente, sino que es una afeccin general de la 1nim:;: no es un
accidente entre otros, sino l o que hace que e! ser e n general conlleve acci
dentes. Es la tesis d e Aubenque'\22, segn In cual b fsica aparece como lo
que precede a la metafsica n o en cuanto punto de partida de la misma,
sino en tanto que condiciona su conlcnldo, impidiendo, a l a vez, que se
convierta en teologa. La fsica o filosofa segunda scrj, pues, considera
eh como ciencia tcrica52t, una de las Onoprr::u-:oi524, que trata

516 Cf. AR!STOTELFS, flin's_ _ !V, J 1, 2 ! 8b 2 1 .


5J 7 CL P!N(JX, Replib!ica V f. 'l00J.j l lt>
518 Cf AR!STTFLEs, ,-lnal. Post., !, 3 1 . 87b 28".39.
5 1 9. CL IJ_, J, JR, 8 l a J8-S l b 9.
520. Cf. ATUSTTELCS, Dfe Cod, m 306:, ! 6 - 1 7.
52L CL 1 2 - 1 0.
.'122. S'n w .-iristdrcL> Udadrd, 1 974), PP- 4(J.3-40.
523 1 023b 1 S- l 026:; 7.
524 .

255
254
de "aquella sustancia que tiene en s misma el principio del movimiento entredich o a los fsicos, a todas las ciencias y opinione s recibidas
, ya que
-v del n:poso"525. todos hacen uso del movimi ento 5!0. Para subrayar esta
En efecto, el problema del cambio y del devenir es la base de la filo
tesis, Aristteles
hace una reconstruccin de la historia del pensamiento mostrando
cmo
sofa naturJ! ele Aristteles, de(mismo modo que el fundamento de la todos los que han dicho algo sobre la naturalez a, como Anaxgor
as o
metafsics la realidad suprasensible, caracterizada por la ausencia abso Empdoc !es, afirman que el movimien to existe, pues han meditado
sobre
luta de movimiento. De este modo, afrontar el problema de la Qat; supo la formacin ele! mundo y sobre l a generaci n y de..<;tJuccin de las
cosas,
ne abordar la cuestin del significado de un "principio de movimiento y lo que sera imposible de no haber existido el movimien to (Jlh KlVGECll;
de reposo"52. Aristteles parte del supuesto (iull v O rrota.:io8ll)}, patente por o-or;)531 . El movimien to, pues, existe. La sensacin testifica algo d i fe
experiencia, de que las cosas que existen por naturaleza e.'itn total o par rente de lo enunciado por las tesis eleticas acerca de la i n finitud e inmo
cialmente en movimientosn. La experiencia que tenemos del ser es expe vilidad del ser, a saber, que muchas cosas parecen estar e n movimien
to.
rienda del movimiento. Y esa es la razn por la cual el tema central que Bastara, no obstante, que la existencia del movimien to fuese una opi
hay que abordar al investigar la QUat; es el movimiento. Sobre esto han nin, aun cuando falsa, o simplemen te una imaginaci n, para que hubie
llamado la atencin tanto Heidegger e n varias de sus obras como ra movimien to, ya que la imaginaci n y la opinin son e n alcn sentido
Aubenque5 2s. El movimiento es el fondo de la Fsica, pero tambin del De movim ientosS32 ,

cae/o, del De Ge1uratione et corruptio11C, de los Meteorolgicos, es decir, de El libro II de la Fsica se abre con la definicin aristotlica de natu
las obras e n las que Aristteles estudi la crt en sus principios genera ralezaS33. Los argumento s subsecuent es no se mueven desde esta defini

.l
les. No debemos olvidar, por lo dems, que tambin hay referencia al movi cin a una conclusin , sino que tienen por nica funcin establecerl
a,
miento en los escritos dedicados a temas biolgicos y zoolgicos. fll l1llCC, ' fundament arla y explicarla. En la definicin aristotlica no se mencio
decir "fenmeno" y decir "ser en movimiento" equivale a enunciar una tau na abstractame nte l a naturaleza, sino los seres por naturaleza (t Ovta Q
tologa, en el lenguaje aristotlicoS29, Por esta razn, Aristteles ataca el crn) Y de ellos se dice que tienen en sf mismos un principio de movimiento
argumento de Parmnides, que considera eJTneo, aun cuando respeta ? de reposo (Ex.ovm Ev i:mnot.; cir%Dv Ktv01:w; Kal crtcrt'w;). Acto seguido,
ble, y acaba con sus aporas p3ra, por medio del anlisis de la semnticJ el libro III deb misma obra se inaugura con la tesis de que, dado que b
y las estructuras lingsticas del griego de su poca, ofrecer una solucin naturcdeza es principio del movimient o, en orden a entenderla es nece
al atolladero elc: tico. .sario estudiar el movimie nto.
Aristteles sostiene que apoyarse en la razn para defender que es Como hemos apuntado, pues, los argumentos en torno al movimiento
necesario que todas las cosas estn siempre en reposo, rechazando el tes estn para entender la naturaleza y no consti tuyen un desarrollo teri
timonio de los sentidos, es una debilidad i n telectual, e implica poner e n co per se. Aristteles busca la estructura general del mismo concepto de
cambio, 1 ecug: las ideas mis elementales implicadas en cualquier dis
curso acerca del mismo y elabora una serie de argumentos consecuen
tes para establecer tal definicin. El resto d e los libros de la Flsica repi
52.5 Cf. IJ., V I , 1 , 1 02Sb 19-2 J . Recordemos qu Atisttclc.s slo !lama estar en rcpo
o (ipt:!-lt:i.v) a b inmovilidad Jc un:t cos.u qu'" por naturJ.Iez.a cst<J hecha p:tl-:t ser mmida
.'1 puede serlo , pero no est en modmicnto cuando, donde y como tendra que estarlo nntu
r.tlmcnte. El reposo (pqlin) es lo contrario Jcl movimiento (Kivtcr\;) y es por tanto la pri
ten este proced imiento: al igual que e[ movimiento debe entenderse en
orden a comprender la naturaleza, hay tm1inos que ha_y que estudiar
vac<in (mip!]m:;-) de movimiento en aquello que pued e recibir movimiento. distingue
durame nt e de lo inm\'il (ci.:lv'l;ov), que es aquello que es totalmente imposible que seo.
para interpretar e! movimiento .v evitar as bs aporas zenonianas534 : con-
movido v Jc lo diffc ilm cnte movible (E1.lcrdv!]1ov}, cu::Udad de lo qu e es mo\'do con difi
cult;J despu.s de mucho tiempo o cuyo movimiento comicn?.a lcntamcnte. Cf. ARJSTTE
u:s, Plzys., V, 2, 226b 10-16.
526. Con H. S. Lang, podemos afinnar que "plzvsics as n scicnce comists o(a sct o(ml 530 Cf. ARISTTELES, f!fn s., \'IIJ, 3 , 2S.3:.:t .32253b 2
/;/ems dcjhwd /;y thcir rda1io11 (irsr ro 1hr: dc(inirio11 o(nwton and ultimare/y ;o l11c dc{iuirion 5 3 ! Cf. ld., VJJI, 1 , 2501) 15-18.
u{un/urc as mJ ntrinsic abili(v ro be nrmal". H. S L\:-;G, "Aiistotelian Physics: Teleologca! 532. iQn:v-mcirt ai i OU- nviaet; ttvi:;; e\vcu &o:otmv. C!". Itl, V I I I , 3, 254n 23-30.
Procedure n Adstotle, Thornas anJ Buridan" en Rn:icw o( Mcwphysics 42 ( 1 ':!89} 574.
p:.trn un ex;:tmcu ponncnoriz.aJo de bs pnr;:J.Joj::ls er..t d
533 Cf. IJ , IJ, ! . 192b 1 - 1 6.
527. Cf. ARJSTl EI.ES, Pln's., L 2, 18Sa 1 2 - 1 3.
528. Cf. P. At:Br:S"OCE, o.c., pp 400-W3.
53-t. Se supone que cl lwr<r
flpo; ril Z\'rrwu;, un libro p-erdi do de Ar-isttcle.<;, de cu_}-.1 existe.ncb sabemos por DigeJcs
-

529_ Cf. G. S..\'TOS, "El Problema Jel tv1ovimiento en Ariswtdcs" en P,:nsanrimto XUll Lwrcio (Vira.: V, 25}. U /1.-l ZcmRL\, "La Crtica d<::: la Fskn Alistot.lca n bs f;:raJops
( 1987) 263-264. Zcnoni:mas del ,\lu\Jmicnto" en Esuulios Filos{icos XL, n . 1 1 5 ( 1 99 1 ) 465

256 257
y cosas
tinuo'\S, infinito, lugar; vaco, tiempo y la relacin entre motores del se! e l cual se d i c e de muchas maneras, entre otras ser e n cuanto poten

movidas. l (;:0 fmv,uu Ov'A::. y ser en cuant Respecto a1 scr en acto, e! ser
Al movmien to corresponde la idea de continuid ad t,.Q..do lo que en potencia puede cons!derarse no se e concretamente no ser en acto, pero
est

en movimien to tiene que ser divisible en partes siempre divisibles, porque se trata de un no ser relath'o, ya que la potencia es real en cuanto posibi
todo !o qU esencialm ente en movimien to_!;" continbtQ53L y la de infi lidnd efectiva d e llegar o! acto.
a
n i tud, que "se presenta primeram ente en el continuo".'l37 -la estructur 'Ihl como vienen anaHzadas en la Hsica, las nociones de potencia y acto
continua d e espacio, tiempo y materia, los tres infinitame nte divisibles-. se refieren siempre al movimiento. La nocin d e potencia (h>vn,ut;) hace

Pero se trata de un infinito (t dnr:tpov) que no tiene existencia sustancial


, referencia a la idea d e u n poder llegar a ser algo que no se es d e manera
sino una existencia intermed i a entre el ser y la nada que es b potencia538 , inrncdiata, es decil; a la Idea d e un paso_ Lo mismo ocurre con el acto, en

pero potencia e n sentido especial, ya que jams puede llegar a real!zarse. los dos trminos empleados por Aristleles: Evfpyew que hace refercn
Si este recurso se aplica a los distintos tipos de cambio y movimient o da a la obra artesanal (Epyov), es decir, a una realizacin precedida de un
puede salvarse la apora zenoniana d e una infinitud de estadios i n terme proceso que culmina en ella- y lv;:d.i:zeta, derivado de rCto;, el fin que
dios. De este modo, se excluye la idea de un infinto actual539 y con ella la orienta las etapas ele un proceso54L.
del "infinito de composici n" (Ka< rcpcrcmv), ya que no se puede reali
zar por adicin un infinilo en acto. Slo puede aceptarse la idea de un i n fi 542. .vnJt; sign!ficha r;cnu-:1lmeme d poder, b aptitud rrz., afectar a otros rns bien
que ia capacidad de Gllllbiar o de ser aJectado uno mismo. Ta! es el sentdo que d tmino
n i to por divisin (Km Otaipcmv), que permanece indefinidam ente como
tierw en Mctaph,, V, l l , 1 O 1 9 a j )..25. .Svu.n:; como una fuente de mndmcnto y de cambio.
potencial e inconclus o. Pero en Id., IX, l. l 0ol6a! 1 se lubb Jc la &Vvript:; de rcdbir un nl1ujo, En otro sentido, ii-J.
Por otro lado, parece que el movimiento es imposible sin lugar, vado puede ser lo contrario de una propldad Jc disposicin, una C:lp:dcbJ de resistencia
cumbio, tal como se dice en !d. ,V. 1 L lO 19a 26-29. Cf \V_ K C. Gt;TJJRJE, Historia de !a
y tiempoSW. En oposicin a la tradicin anterior, en Adstteles todas estas
Griega. Vol rr /ntrodtiCCil {/ Arsttclcs (ivL_Jrid, 1993), pp. 1 .38-,J39,
543 CL P. AUBE:.irE, o.c., pp, 420-22. Muchos son !os que han debatido l a cuestin
Filoso{ia
entidades aparecen concebidas no como entidades sustanciales existen
tes, sino e n trminos de propiedades o determinaciones d e los objetos o de esta doble terminologa \' ol-r:iamente no podemos (.mtrar Cn dia. Trepmicr. Bonitz, Le
B!ond, Rclc, Bert, Illair, Etzwilcr, Ross, Ad:rll], Hintiklw. la0r:cr. Gohlkc, \\'undt, Diels,
de los procesos, tal como se observa en los tratudos monogrficos con te Trcnddcnborg y Susernihl .v }':t antes R tvlunl!or Jwn duJo su opi[l](n al respecto de b di fe
nidos en los libros ni y JV de la Ffsica, en los que el Estagirita los estu renda y la posible acotacin :cem::intica de ]os tm!nos i:pttu _'/ i:v:tlu.'zun. Podemos decir.
dia. Esta precomprensin propia d e Aristteles es !a que le sirve como en gcn.:ral, qtw d tennitlo fue creHlo por Aristteles a p1rtir de un adjctiWJ que

b afirm<Jcin eletica de que todo lo


pudo ser i::>rv;i);, y que der'na que slgnfica obra, de tal modo que este trmino,
punto de partida para desbaratar usado por vez primera pnr en su l'm!r;tico, signifk1ra cte!o, actividad.
engendrado debe proceder necesariamente d e lo que es o d e lo que no es Adsttdes cru d vncablo a portir Jd adjetivo i.vn.:/.; y dd \'Cl bo i:zw (mantc

(i' ES Ono; EK fl. ()vt'o;), ambas soluciones i m posibles"4 1 En la base de esta


"estar en d fin. snstcner.se en d fin". Su aparlcin
tbta de l\!Jndo Aristtdes wmpe con b teorb de las ideas, antes Jd ;Jbnduno de b
nersc, est:1r en), por !o qmo

perspectiva, que niega el concepto mismo d e Qt'J m<;, est[t !a consideracin ro


Academia. Ello t:xplica sll temprana presencia en d l i b !li de la Fi>ica _ Aristteles crc1)
unfvoca del ser. Para refutar esto, Aristteles distingue un doble sentido este trmino porque necesitaba expresar la ol>viu en su condci(n de trmino de la poten
da .Y del movimiento, es decir, la i:ptw plcn:J.mtnte acttnJ:J, llc;acb a ;, fin_ Primero i.vipo
ycw signiflc{J movimiento .v luego ps :1 ,dudir al acto en su plenitud de sentidos, y :.d acto
.)35, \]go es continuo (crV\T;(!::) con otr;l cos:1 cuando sus lmiks que se tocan entre en generaL Como seab l3onitz en el filllct Aristotc!int::, '<E/,{z;m ha segu do d itincra"
s llegan ;:: se'- uno y \o misrn.o y s on,tknen entre si, es decir, llega a b:_tlwr una _unidad rio tontrm'o: desde b designaci!'m del estado de plenitud de ser propio de b oaiu, por cxtcn
sicn ha pasado ;1 signifkar !os restantes sentidos de acto (npcracin, Kivl]m;) por d!o
una subdivisin de ln cnntiguo (CL AR!STMFLES, Ph1s., V, 3, 127a 1 0 1 6), que es cuamln
por contacto, pero si los xtremos son dos no puede habtr continuidad, Lo contmuo es
rnudns veces sn:;litUY;; a Lvl'r1n:- y asimila sus significados, Snhre b nccrca
una cosa e;,t;J en cont;;cto con otn -cuando sus extremos estn Juntos- y sucede :1
otra. de sl los trminos aluden a rc;did;des diferentes o !lO, Yasc E, c..tnstotdc Pcrdutn
e !a Fonna:::ioc hloso{1 dt Epiwm (Fircnzc, 19i3. 2" t:d_), mL C pp. G.r\ I.Lm:.
Dos cosas cstn en succsir'm cuando no hav ,;lltrc dlas ninguna otra cosa dd mismo gH>
,-The l\lczming of 'Eneneia' and 'Entdchcb' i n :\rstotic" en
ro. l.o continuo no puede estar hecho de iJcliYbibles (CL !d., VI, 1 , 2 3 ] ; 21) ha Jc tener
lnt,;rnalJiW.Zlt':::!,';;;;(:,''::
p
VI( { 1 967} p , 1 0 1 1 1 7; R. Yrn:s, ''Orlgen ,Y Significado zlc la l
,,."''''"''''' en Thcnw/!L de f!losofJ 9 ( J 992) 361-37-J. v del mismo autor, e en mc
partes Jivisibks, diStintas, en bs cuales puccl\.0 ser d\v\dlc\o (CL I d , V l . l , 4-18), por- en
que si se diddcse en un i ndivisible cswrb en cont:Kto con otro. Ruista
536. C. !eL, VIII, '), 2'17a L ticmncnte d mlsmn contenido, "Los Sen ti Jos Jd ;\cto en Aristr'Jtcles'' en :lwwrio Filosfico
537_ Cf. l(l, ll1. 1 , 20Db 1 7 - 1 8 . ?.5 (1992) ..J.9:V-Jl2. En cualquier caso, sin entraren m:is discsirJnes, el siguiente !cxt de
538. Cf. Id., VIII, R, 263a 2 8..29. puede una dave: "La pabhn acto fi:vtpuu), vinculada a b rea-
539 CL hL, lJL 6, 206:1 J.l-206b 1 2. pkn; se lu cxh:ndido tambit:n a ntrac; toas, funt.bnwntalrnente par
ti.r d"- loS motimi'2ntos, En deno, p:1rccG que d acto es, fumbmcntalmcntc. el moYimien,
!o. Por eso b gente no <.lU iburc el nwvirnkntn a bs cos::Js ::;uc no snn, :<unquc s les ;_tribuve
540. Cf. Id., III, l. 20Gb 20-21
54 ! . CL ld., I, S, l 0 l a 27-.30

258 259
Desde el punto de vista fsico, la nocin de potencia alude a un poder simplemente, "la actualida d de io movible en tanto que
movible" S'i!. As
(legar a ser lo que no se es), y de ah que la nocin de acto designe el modo el movimie nto no supone el no ser parmendeo, sino que se deso.rro
!la en
de ser de lo inmvil, pero de un algo inmvil que ba llt:!gaclo a ser lo que el sc o dcl ser y es el paso del ser potencial al ser aclual. Y
es b actualido. d de toda potencia, ni es exclusivamente pri
dado que el
es. La inmovilidad del acto es rcsuhado de un movimiento anterior, de ah movrmw _ nto
que no pueda ser pens:ldo sino a travs de la potencia, la cual preexiste vacin, ni potencial idad ni pura actualida d, sino una cierta actualida S-2
d
al acto como condicin de su actualdad, mientras que el acto preexiste que siempre ha de referirse a una realidad paniculm a una cualidad

!
0
a la potencia como revelador de su potencialiclad544. Que algo se genera a guna de las otras catcgorasJSJ, en el sentido de que el moviente
aporta
significa que se genera "de lo que no es en cuanto tai"S4'5, no de lo que no _
SJcmpre una forma, la cual puede ser un esto determinado, una cantidad,
es en sentido absoluto, pues bajo todo cambio hay un sustrato penna una cualidad, de tal modo que cstJ forma es principo y causa
del movi
nente, que debe ser capaz de alterarse, aumenta! cambiar de l ugar: As, mienlo cuando el moviente mueve algo554,
puede sostenerse que algo es y 110 es, admtendo que hablamos "segn l a Las especies del movimien to y del cambio son tantas como las del
potencia y segn e l acto"S46, Quedan, pues, resultas las aporas eleticas. ser515 Y estas especies de ser son las diez categoras, es decir
Estas distinciones le servirn al Estagirla para establecer s u definicin
del movimiento que, en general. smceptuar5 como el pasofll._ ser e n .0 cada una de bs cosas que st; dicen sin ninguna conexin entre s shmifican

potencia al ser en aclOJLQL111 cdiirsas defin cicmes: el fJ!DVimicn o bien la sustancia o la cantidad o la cualidad o b relacin o el lu gar 0 el
-toes "el acto deToq;; est en potencia, e i:aDT00qe-est en potencia"541

tiempo o el estar en una posicin o el tener o el hacer o la pasin--6


otros trminos, "el movimiento es la actualidad de lo potencial en
tanto que potenciaJ"J-tR, "la actualidad incompleta de lo movible"549, "la E n l a Mcta(t'.sica estas diez se reducen a ocho, ya que se i ncluyen en
actualidad de lo potencial. cuando al estar actualizndose opera no en otras categoras e! estar en una posicin (o yacer) .Y el teneS57_ Lo mismo
cuanto a lo que es en s mismo, sino en tanto que es movible"5SO o, ms ocurre en otro pasaje de la Fsica , donde las categoras se dividen en sus
tancia, cualidad, luga1; tiempo, relacin, cantidad, accin y pasin sss.
Aristteles no es dogm<.itico acerca de cuntas categoras hay que dislin
otros predicados, por ejemplo, Je bs cos::.s que no son se dir que son pcns:1bks y desea
gui1 ni da reglas precisas pan:t decidir cuestiones lmilc o para dirimir
bies, pero no que se mueven, _y ello porque sin ser en ;cto serian en acto. Desde luego, de
las cos:;,s que no son, algunas son en potencia. No son, sin embargo, puesto que no cstn
plenamente realizadas"'. ARIST(HELES, MetaJ!L, IX, 3, ! 047a 3 0 - 104/b 2.
544. Cf. P_ Anncsuu., o c., p. 423 55!. n ;,:il-r;:n; bitcl,izuo: cu .,:p;f{l!, l Ktvlp)v Id., Ill, 2, 202a i-8; CL VIl!, [ , 2 5 1 a 9"10
545_ Cf. AR!STTELES, P!ns_ . !, S, ! 9 l h 9-l. 552. CL JJ., 111, 2, 20 l b 27..202< 2
546. Id., I, S, 1 9 1 b 28-29. 553 CL !d., III, 200b 3220la J ; Ili, 2, 2 0 J b 24-27.
547. nr\i 6uvri(ltt ow0ov. f>:ivn_cri:; to:tv. !J_, UL ! , 2 0 1 a 1 0 - l l . Cf. 554. Cf. hL, HI, 2, 202a 2-! 2. Lkjamos de bdo en ntws1m :m:\!isis otr;1 sc.ri dc'..::u.:;
J I I , l , 20 l a 27-29; 1, 202a ,\fetaJ!L, 9, 1065b 33. Tomjs de Aquino, siguiendo a tienes, pertinentes, pero que nos nlejaran de nuestro objetivo, referentes
al detallado an<
Aristteles, carancdz:r. d movimiento como "actus ipsiS nwhilis in qumrfzn mobie csr'" lisis aristotdico del cambJ, tales como la cucstin de !os tres tipos de cambio
scnn su reJa..
{In 1 Sent., d. 1 9 q. 2 a. 2), y como "t!C/us e111is i11 porcntia quat<!mls in porentia"' (CL S'mmw cin de sujeto a no, sujeto (Cf. Id., V. J , 224b 35225a 1 2 ) o la caracr<:>rizadrn ar{Stot15lica
de
Thcol_ L q_ 9 a. 1 ad 1 , In 1 Senr, d. 8 q. 3 a. 1 ) . TumbiCn se habla del motus como "actr1s os, tres prillcipi(JS cld cnmbio, -t abcr, m1tri:1, fom1:1 y_p lvadn
_ Cf. ,
l d. l, 7, J89b J 3 , J 90h
impe;{cctus et 'mpCJjicti" (in Afctah, 1 1 , lcct. 9, n. 1 7 ; cf. I11 I Sem_, d. 4, a. ! aJ ! ) y de
_
.
-4 , Al rn,1rgcn dcy<mos tarnb!Cn d estucho dd cambaJ por :Jcndentc (!<.'fl7ri au,:Ji[ltp::;),
"aetus exisrcntis ill potcmia" Un 1 Scnt_. d. 34 q. 4 a. 1 ad ! ; in 1 Scm. d_ 42 a. 1 ad 3; In ll segun la parte (nrtri: jlt;n), o nor s (F;rdJ ri-;0) (CL Id., V, 1 , 12-b 2 1 -30 !
2'4b 1 6 1 8 VI
Scnr., tL 1 q. 1 a. 2 ad 1 ; In JI Sclll., d, \ 2 q. 1 a. 1 ; Contra Gcnt. 1 1 , c. 37, 4; I I I , c. 20, 4; { 254b 7-12). FJnalmcnt"e, ta;npoco :lcotnctercmos el anlisis Je b. tllis,:7 !
lr?s camblos y los rnmimicntos en naturales
adstntl ca d
Sw!lm/1 ThcoL 1 q. 53, a. l ad 2 ct :1d 3; !, q. 58, J ad ! ; lII, q. 1 0 , a. 1 lii, q. 75, a. 4 obi. 1 ; 9cnv) .Y fnrzndos (l\r;), es decir, contra,
De \ii:rit., (L 28 a. 7 ad 9; q. 28 a. 8 ad 6; De m1ma, proem., L 1 ad De sulnt scwraris nos a ];, naturaleza (r:::lp: Q0mv) (Cf_ Itl-. !V, 2 1 5a lo6) ,
c. 9; Comp.. thcol., L ! , c. 74 y c. 9iJ; In D,, gen. ct corr. l. l lecL 1 l n. 2; In lll Phys. , kct. 3 5)5. flme ;;al jl[mlkfjj; tativ d&n wm1V-m ica -ru0 Cv:o:. . Id., Ili. 1 , 2Dla 809,
n, 3; lect. 4 n. 6; In Mctaplt., l l lect. 9 n_ 17). Fin:tlmcnte, tambiCn lo define como ",ctus 556. i\IUSTTELES, 4, ! b 25-21 J .

n . 2; Swmna Thcol., 1-IJ, q . 3 ! , ;_ 2 , ;::d l ; q. 67, a .


cxiscis in potcntia sccundum <f!Wd lwiusnmtli " (Co!llriJ Gen t., I, c. 1 3 n. 9 y n. 1 0 ; 1 1 , c. ! 7 , 557, CL AlUSTfELES, V. 7, l 0 1 7a VI, 2, 10263 36-l 026b _ Adcnds, d
D e 'i'crit . , q 24, a. 1 ;:d 1 4; !n /11 Phrs . , tiempo o cundo, al ser una de categoras, uno de simiflcantcs del ser, un ente rcll

q_ue d bien tiene, para Aristteles, t:ltllos signifk:Jdos corno tiene d ser en la cuwgorfa de
lecL 2 n. 4; lect 3, n. 2 ; lcct 4, n. 1 ; / n A/ctaph., 1 1
548. to 1JVf17t1-\, ' \iuvrJt\', !:nd.Lzcw Cavcpv () o;\vrpi;_; l:attv, AfUSHJ'fEl FS, p}rs.,
9, n_ 8) aunque no sustancial, es, comu tal, susceptible de comprender en s un:1 fomn del bien, por

m, 1. 2otb 4-5 tiempo h ser b oportunidad, d Krnr0;, [f. ARISTTELES, E'th Nic., I, 6 l 096::1 23"27; Eth.
.
'"'""'"'"''''""' nve:ot:i rittl.i:;. I d . , V!IL 5, 2:17b g,g_
i:vt:Jx;u:ia Uv ep- u\,z win) J); fi
549. i'cm Eud., I , 8, 1 2 l 7b 2632)
K\VlpJv. Kivr,ai 558. Ai Gn'p-rvrrn otlai<! w\ rwdcrn Kr rro ;;r n;- runC u w) np; n 1ml
t) :ruau) Ku\ n{l ij rrcin-zuv. ,\nlsTTU.LS, Phys. , V. l 5-7.
.

260 261
casos en los que no est claro a que categorfa pertenece un elemento, Lo cuando un hombre que se est curando se pone a correr o a aprender
que l sostiene firmemente es la amplia divisin en sustancias, cualida algo. Finalmente, el tiempo, __:ilcund__?. en cuanto categora, es una afee
.._____...
des, canlidJdc;:; y relaciones, Afirma que esta divisin es fundamental para cin del movimiento.
el mundo tal como lo vemos y lo experimentamos, y que se refleja en los Quedan, entonces, las categoras de la sustancia, de la cualidad, de la
modos en los que hablamos acerca del mismo559 En consccucnca, habr cantidad y de! lugac Segn ellas es como se producen cambio y movi
tantos tipos de Jcvenir como significados del vocablo "es", Aristteles sos miento. As tenemos el cambio segn la sustancia (Knt tO -rt), por el que
tiene que las distinlas categoras comportan, por s mismas, las diversas la esencia comienza a ser o deja de ser: es la generacin y la destruccin
significaciones de "scr"sw y, desde el punto de vista lgico, deben ser los (vEm; Kai Q8op); el cambio segn la cualidad {Kat < rrolov) o alteracin
gneros supremos a los cuales debe poder referirse cualquier trmino de (ciJ.owcn;), que implica la prdida de una cualidad anterior para ganar
la proposicin, es decir; los distintos tipos de cosas que co1Tesponden a las una nueva; el cambio segn la cantidad (KinU :l; naov), es decir, creci
distintas categoras constituyen, por si mismos, distintos tipos o formas miento y disminucin (r1:;rcn; Ka't Qtmr;) y finalmente el cambio segn
de realidad, el lugar (Km 10 n:o) que es el desplazamiento (top.)563_ Sin embargo, ante
Afirmar que el cambio y el movimiento afectan a toda la realidad, ya riorrnente Aristteles afirma que no hay movimiento respecto a la cate
que afectan a !as categoras, supone, obviamente, asumir como vlido el gora de sustancia (oGir.t), porque no hay nada contrario a la sustancia564 _
principio de que existen unos gneros de realidad y de conocimiento irre Hay cambio o no lo hay respecto a la sustancia?
basables las categoras-: blanco es color, color es cualidad y no es posi Cambio es un trmino genrico que se adapta a estas cuatro fOJmas;
ble ir ms all. Las categoras no son simplemente los trminos que resul el movimiento, sin embargo, es un trmino que designa las tres ltimas,
tan de la descomposicin de la proposicin, sino los gneros a los que especialmente la ltima, aun cuando Aristteles no es todo lo preciso que
aqullos pueden reducirse, por eso son algo primario y no reducible ulte cabra desear en su terminologa56S, porque, aun cuando al comenzar su
riormcnte. Como mucho, se puede decir que son ser, pero el ser no es un anlisis del tiempo en la Fsica Aristteles afirma expresamente que "de
gnero y, por consiguiente, no son definibles, porque no existe nada ms momento no hav nin!!u - rcrencia ara nosotros e1 ci viruien
1)
1

genera! a lo que podamos recurrir para determinarlas. En suma, el ser ; decir camb i2 "560, en ocasiones con Kvllut; Aristteles alude al cambio
esencial tendra diez {ocho) signiflcacioncs ltimas en correspondencia de lugar, de cualidad, de cantidad y al cambio que afecta al ser de una
con los diez (ocho) gneros ltimos de cosas que hay, cosa567, es decir 3] cambio segn la sustancia. En la Fisica con frccuen
Y as, de La lista de las catcgoras::61, podemos deducir !Js diversas for ca excluye del significado de este trmino "fVEcn; Kr QHup56H. La gene-
mas de cambio, exceptuando aquellas categoras que no admiten varia racin y la destruccin son cambios hucia opuestos de una manera, mien-
cin. As, no cabe cambio respecto de l a categora de relacin {r,:p; 11),
ya que basta que se mueva uno de los dos trminos de la misma para que 563. Las .<:ds c:;pccics de moYimientn estn descritas e n ARISTTELES, Catcg. , 14, 1 5::
tambin el otro, aun permaneciendo invariable, cambie en su significa 13"!7.
56! Cf, ARISTTELES, Pfns., V, 2, 225b 1 0* 1 1 .
do relaciona! (y, por e! lo, si se acepta c1 movimiento segn la relacin, 565 Es algo que tambin ocUlTe con sus comentcHistas Por ejemplo, J . LEAR, Aris
admitiramos el absurdo de un movimiento sin movimiento para el !ddes Uvbdrid, 1 99-t), tnJuce constantemente por carnbio y no pnr movimiento,
segundo trmino); !as categoras de la accin y de la pasin (Kmctv nu, tal como anota en P- 74 n. 3; P- 85, n. 26; p. 95, n. p. 98 n. 65; p . ! O l , n.76. Obviamente
xuv) son ya movimientos en s mismas, no siendo posible el movimien
no tamos a entrar en cuestiones fi]olgicas, pero s nos interesan detcnnn::Hlos aspectos her
rncnnkm de las mismas. CicrtatJ1cntc i\r!stc";tcks se si ni{; de ambos trminos, '-lt.mquc no
to del mov!miento62_ En definitiva, no puede haber cambio de cambio de manera constante: tcwjluA Jesgna d cambio y Kiv1101; designo. d movimiento, sl bien

para evitar un regrcssus ml iufinillllll)t:n el


--- lo ms frecuente es una mencin conjunta (Kivm; Kr pLmJul,). fcnatcr ;\-lora. en b Ultra
Ja "Devenir" de su Diccimwrio de Filos(J[ia, ante esta mnbigcdncl, postub el sentido m(ts

que, al
no
haber ter
pnmcr
liub! Lt !!lov'Hniento m cambH; alglllJo,-saTV()fmr acCidentc,C"onO general de 11:ivr,m; y d m:i.s rcstrilti\'O de Jc m:mera que podrb decirse que en Lt
snstnnda no puede hahcr pero Lo tkcisho, en cuakuicr casn, es qne
tanto el cambio como d
550. Cf J. L Au:nu , :1r>tot!c th!.! Pinioso;!'n'
cbse de clcn:nir en gener:1l mplican la
1 9 3 1 ) , p. 21. uJexstcncia .sim]bnc:.t de ;Jeto

560. CL ARJSTrEtrs, V, J 0 1 7n 566. tri\i:v i;_ ;c1 ;;-np0vt K(vrmv i'! fit:-:l1P/.fv, ARISTTELES, Plzys
.16 1 . 't LrF\. r:u0v. n, r:0U. :::n:. IV, l O , 2 1 8 b 19<:0
Ttipicos, L 9, l03b 20,39_ i\lc.sc que ri :.m aparece en 567. /\RJST(JTELES, J!cto;h., XII, 1069b 913.
.162. Cf ARh')(J JEl l-,\, Phy_<;_, V, 2, 225b 1 0 1 6 . 568. ,\[:JST(JTELFS, Plr_\5., VU, 2, 6-7; Vf!l, 7, 260; 26<?.8; Cf De mu;a, ..f.Oa L 2 ! 3.

262 263
"
ls"
Jj
' ).?
'-{>
/" .."" "'' que- rubia a lo contrario de una cualidad, pero cuando cambia hacia
'2
.
S '-O
tras que el movimiento lo es hacia opuestos de otra manera. De este modo;
b_ idea de movimiento (Klvrms), que supone un pasar, un devenir de A a,-
-
considera como el cambio desde lo contrario de una cualidad
seria ms restringida que la de cambio, porque en la generacin y Ja
B, misma. Al cuantitativo, segn sea un movimiento hacia una
destruccin se va de A a no-A, o de no-A a A, pero no existe un BS69, LUegO completa o desde esa magnitud completa, lo llamamos aumen
la destruccin, es decir, el cambio desde el ser, y la generacin, el cambio o disminucin (48m)78. Al movimiento local lo llama


hacia el ser, no son movimientos, sino cambios, pues el movimiento slo (4opci), aunque propiamente este tnnno se

es un c a m b i o de un sujeto a un sujeto57o. En suma, todo movimiento
eS cosas que no tienen capacidad de detenerse cuando cam-
,_
ft:\
V
cin y l a destruccin no son movimientos57 J _
Sin e m bargo, en otras ocasiones, Aristteles se hace ms oscuro:y
_
un cambio pero no a la inversa, puesto que los cambios segn la geera
, -
a las cosas que no se mueven localmente por s mismas579.
ctJ'!Jtrtl iTIOnJen,to, Aristteles habla de tres mmomientos: uno segn la
nanit<J, otro segn la afeccin y Olro sc glf;en-agar'80, e identifica ste
parece prescindir del catdcter tcnico de los trminos, al hablar de cm \lllm.i. rr.n el desplazamiento.
bio d e lugarsn sin usar el trmino vnm. En otras ocasionesS73 emplea :. .;,; ,'E11 pi1rlci:pio, pues, cambio y movimiento son algo que afecta a toda
el trmino )lEwPoA cuando en el mismo contexto y bajo el mismo respecto como Aristteles la concibe, que es tal como Aristteles cree
ha usado Kl vryn. corno si de nuevo retomase el discurso donde no haba conocida. Si se ve reducido a cuatro tipos concretos de
d i ferencias, a u n cuando en el libro V claramente las ha establecidq; ES y movimiento es por la imposibilidad lgica y ontolgica de la
decir, el uso i ndistinto de trminos parece apuntar a la posibilid<.u;l_ 72)'st<!l9C:idle 1_--g:: especies, lo cual no significa que los cuatro tipos
el libro V, p o r Cliver.:;os motivos que no es este el lugar de analizar, sea ms ,:.;;t'5'": no abarquen toda la realidad. Las especies de Kivrm y J1Ecaf3-o!..
restrictivo en el uso del vocabulario y en la relacin Kivrcn-jlctapo!.Jj574 determinadas por cuatro categoras, las que son susceptibles de
Si nos atenemos a estas restricciones de vocabulario, hay tres claSes csc,portar" el cambio y el movimiento. Segn esto y teniendo en cuenta la
de movi m i e n to (tdvrm,;) que deben existir necesariamente: el cualitativo,' definicin de movimiento, atendiendo a las categoras que son suscepti
eTcuantitatjvo y el loca!s7s, o dicho de otro modo, movimiento segn la mismo, podemos rsumir, segn lo dicho, las diversas de
cualidad (entendiendo por cualidad esu afeccin segn b cual decimos d-- to

' f c Asf
- Jc i . :2.:'2.2 :;'
u a que est arectada o no lo est'ii6), la cantidad o el lugar. Al rnm':i.;
la--ctuaHdad de lo altt.:rabli.! en tanto que alterable es In alterac i n (MoCJ}-)
o.;), a de. o susceptible de o y la de su conlrano, lo susct!ptible d e
miento cualitativo lo llamamos alterncin Gnoiwms), que e'Sn cambiO
al ms o al menos dentro de una misma espccc57i, movimiento que puede
dtsmmucwn -no hay nombre comun para ambos-, es el aumento (m"ISt-:crt;)

Y Ta dism"iiiucin (9Giot;); la de lo generable y destruible es la generacin
ser absoluto o bajo cierto respecto, y cuando cambia hacla lo menos se
Q)
- (y;: ot;) y la destmccin (Oupci); la de lo d espbn h le es el d l anmien-
-
569.
570
Ct. r\ JU!:>JTELES, Ph.l'$., V, l . 225b 1.:2
Cf. Id., V, 1 , 225b 1-3; 5, 229a 3032.
to ($opci)"' @)
KVr)Ol; ' olt :mv, oiov i: v-ro; -rf ci; v. Id-, V, 6, 230:: 8
A? pues, alteracin, aumento y disminucin, generacin y destruc
571.
572. llcm-l]KC ;v rt)rrov. Id _ , IV, 4, 2 \ l a 22-23.
573 CL Id . , VI, 4, 235Ll 34-36 cin, desplazamien to, que toman su nombre del ttmino hacia el cual ms
57t CL \V. K. C. Gt;nJRJ E, o.c., p. 133, n. 32_ En Phys., VIII, SI, 265b 1 7 encontramos
una t!Xpresin extr.J.ii;:mentc precisa: rur::rt -:-;wv $opr:, que en b tr<duccin e.spar1ola de G. -
n -que del punto desde el cual algo es movidoss2, de ah las diferentes
-
R_ De El.:h:1ndb, de la editorial Gredos, se vic:rtc ror "movimiento loc.al", lo mismo que la peci es de movimiento-cambio.
expresin K.vf]m; mnl: nltov que aparece en b lnea 20 del mismo pas.aje, lo que puede dar - Presentad
- as las lneas fundamentales del anlisis de Aristtele.<> acer
idea de la complejdnd de la cuc;;tin. -
nmi ;rtov. ca del movimiento y del cambio y planteada
575. rivr)'Kl1 1pt:i; dvm :tvcct;. nv u: coU r.owU n ;v ruv nocroU m( riv la capacidad omniabarcan-
AI<JSTTEl[-:5, Ph\'.s ., V, 1, 225b 7-9
576. Sobt-e el cotKcpto de: cualidad, A1os1rELLs, Mctaph., V, !-t, J 020a 33-J020b _2,5.
578. Cf. Id., V, 2, 226a 2932,
577. Cf. ARISTTELES, Phys . , V, 2, 226b .g_ El alterarsc { r JJ.motioBnt) y la altcraCJ_o?
579. Cf. Id., V, 2, 226:_ 32-226b 1
(a!.!.oiuJcn;) slo se producen en bs cosos sensibl:s (v tui; nicflrtoi.) y en la parte scnsttl
va del al m:: (t:v -rtii niothrm:u) JCpu n]; 'i'uzi;), y no en otra cosa, salvo por accidente [ I., - 80. Tptuv . ocrwiv 11:\Vcrt:wv. ri; ; mcri tLycU<.J; 1-::r tf; rn nci!l; n ti; 11:n1ri rn:uv v
Vlll, 3, 2-tSa 6-9. Tod:1s las cosas ljtiC son altcrad:1s son nlteradas pnr los sensibles (-vto nov
: Kliflcvopv. Id., Vlll, 7, 260a 26-28
nlo-tlr]tt;w) .V slo hay altct:lcin en las cos3S de b.s que se pucJe decir que son afectndas por
58 1 . Id., IJJ, l. 20la 1 0- 1 5
582. C f l1J, V,
b ac:dn de los sensibles (Cf id., VIl, 3 . 245b 3-Y) 1 , 224b 7-8

264 265
te del par cambiomovimiento para la comprensin e interpretacin de 1 a Sin negar que Aristteles aluda ;:: qu a una secuencb didctica o de
reL:tlidad, s e impone echar la vista atr<is y recuperar los conceptos de tiem orden de conocimiento, hay que concluir que i ntroduce una relacin de
po anteriormente desarrollados y releerlos en clave de "algo de un movi dependencia e ntre esos dominios, pues expresalnente afirma que se dice
miento", insistimos, en sentido amplio, ya entendamos el movimiento que el movimiento es infinito porque lo es la magnitud en virtud de la cual
como el desplazamiento de los astros (concepto csmico), ya el cambio algo es movido, o alterado o aumentado, y que lo es el tiempo porque lo
social (concepto sociolgico), el tlujo de conciencia (concepto fenome es el rnovimicn\oss0. Del mismo modo, dado que la magnitud es continua,
nolgico83), e1 aumento de enlropa (concepto sagital), el cambio feno es tambin continuo el movimiento, y por serlo ste lo es el tiempo. Y es
mnico (concepto trascendental), el cambio perceptivo (concepto pscow tal la relacin entre tiempo y movimiento que siempre parece que la can
lgico), el xtasis (concepto existencial), el cambio de acontecimientos ti dad de tiempo transcurrido es la misma que la del rno\'imieoto'9o.
(concepto histrico), el cambio narrado (concepto narrativo). Tam b i n De este modo, puede a rmarse que tanto en el caso del movimiento
encuentran su explicacin e l concepto absoluto d e l tiempo newtoniano, como en el del tiempo, la posibilidod de atribucin de propiedades como
como hipstasis del cronolgico, reducido a una realidad matemtica, y infinitud, conlinuid:Id y sucesiYidad se explican en virtud de la depen
el enico como hipstasis del csmico, dencia intrnseca de ambos respecto de la magnitud espacialmente extcn
Todos los conceptos de tiempo son, pues dependientes de un tipo sa, la cual provee el nico mbito donde puede hablarse de infinitud, con
determinado de cambio. Pero, qu tipo de relacin se establece entre tinuidad y sucesividad en sentido propio y sin referencia a otra cosa
aqullos y stos? Para referirse a la relacin pecular entre tiempo y movi diferente. Se trata de una concepcin estrechamente vinculada con la ten
miento Aristteles utiliza el verbo ciKo/.outlcv, que atestigua una relacin dencia a la desust;::mc ializacln y con la estrategia de explicacin reduc
asimtrica de derivacin, lo cual puede demostrarse acudiendo a diversos tiva que Aristteles desarrolla en la Fica, En conclusin, el tiempo es
textos en los que se contiene una formulacin causal que establece esta algo del cambio, siendo a s u vez ste algo de la magnitud espacialmen
relacin de dependencia, segn la cual las propiedades del tiempo se fun te extensa,
dan en las del movimiento, y las del movimiento en las de la magnitud
espacialmente extensa5cl4 . Asimismo, Aristteles afirma que "lo anterior y
3. TIE:\1PO Y CA:'>!BlO
lo posterior" se dan primeramente (rrpcrov) en el lugar y luego, de modo
anlogo (civ/.orov) en los mbitos del movimiento y el tiempo585.
Es ms, segn el Estagirita la misma palabra cambio (Jlcm[lo/.) indi
l - El tiempo es medida del cambio. Por eso puede decirse que el tiem
po es un cierto nmero: ciptOt-tO; i:ipo n O xrvo;, pero nmero numerado,
ca algo despus de otro algo, esto es, algo anterior y .algo posterior, con
no aquello mediante lo cual numer;:mws-'191, Ju:_gamos un movimiento
mayor o menor por medio del tiempo. Pero el ms y d menos se distin
!o cual, en la propia definicin dt: cambio se incluyen los mismos tr
minos que en la de ticmpo5n. A todo ello podernos aadir que el verbo
guen por medio de! nmero, por lo tani.o el tiempo es nmero, nmero
Kt,olJOcL:.J;iene empleado en el mismo sentido en el tratado exclusiva
numerado, Ese nmero es el resultado del acto de numerar, es decir, del
mente dedicado al tiempo en los captulos 1 0- 1 4 del libro IV Je la Fsica,
ya que en todos los casos indica una ' segn l a contar: del medir, el cual se cumple por medio de una unidad de medida.

cual el tiempo y sus determinaciones (como el "ahora"SP) "siguen" al


movimienlo y sus determinaciones o elementos (como el mvil), y stos, 589. Cf. !d., !! L 7, 20/h 2 1 --25.

te. obre la rdackm entre tiempo y


a su vez, "siguen" a la magnitud espacial y sus determinaciones (como 51JO. Cf Id,, IV, 1 1 , 2 l 9zt 1 0-! ..J.. Lis ref_:rencas podran nultiplicarse indcfinidamcn

el punto%5).
S d. Id., VL l , 232a J 8,22; 2, 233a 1 1 - 1 2 ; 16"
a
21; 2, 233a 3 1 34_ 0h obst nt e, aun cn:crnns que esta t:S !a posicin que goza de ms
argumentos, otms han argido en una direccin diferente. As Owcn, quien ha observado
.liB. Es sintom{itico que Arhildcs ut ilice la "'"'';in que Aristtdcs oo admite ningmw priorlJad lgica dd espado respecto al tiempo, porque
d no ticrK Jirctd('IJ1 v. si la ticnc, la tiene en virtnd del rwnimicnto, y d movimiento
cid tiempo. CL G. E L. OwF.. :lrislotfc on Time en ], BARES, M. Scnonnn y R.
JV, l l , 2 1 9a 56) <.:n la que, como :;e \'C, Kivr()t; SL'
584. CL !J., IV, l l , 2 1 9 a 1 2 - 1 .3 . en
585. Cl Id., IV, l l 2 l 9a l 4 o l 8 . Artic!t.:s on Arlswtfc ( Lon don, 1979), voL III, pp. ! 40-158_ Esto
5 8 6 Cf. l t l , V, ! , 1<2 resulta de que Ari6ttcks b irn.:n::rsibilidnd del tiempo, mientras que no
587. Cf. lc.L, IV, 1 J , 220a 5 ! 4 hav nimtuna razc!n atri bui d l.' la irn;versibili(bd t! cspocio.
5 D ci Cf. ld., IV, l l , 2 1 Y b 1 5 - 1 7 , 2225 220b 24-28 5Y t CL Pln.>., IV, ! 1 , 2 1 Qb 2"9.

266 267
El rcsuitado del acto es el nmero numerado, mientras que la unidad de unicidad dd nmero. El tiempo es uno por ser un nmero, aunque los
medida es el nmero numeran te . Ambos son independientes de los obje movimientos de los cuales es nmero o medida sean diversos.
tos que se numeren, pero deben ser homogneos entre s L Cul es, empero, este movi m i e n t o continuo de! cual el liempo es
Aristteles u s a ambas expresiones, <1nUJ; y J1tpov50?, para referirse nmero e n sentido absoluto? Del carcter de nmero l e vienen al tiempo
a la peculiar relacin existente t:.ntre el tiempo y el movimiento, peculiar otros atributos, ya que lo numerable es n u merado por algo dd mismo
porque del mismo modo que el movimiento es medido por e l tiempo, tam gnero, como, por ejemplo, las uniJaJes por una undacl, !os hombres por
hin el tiempo lo es por el movimiento. Ambos se delimitan entre s: el un hombre, por lo que hay que encontrar algo, primero en su gnero, que
tiempo delimita un movimiento al ser el nmero de ese movimiento, y un mida a l tiempo, "cierto tiempo definido", en el sentido de utilizable como
movimiento delimita al tiempo, Y hablamos de mucho o poco tiempo unidad . Y dada la relacin que Aristteles ha establecido entre tlempo y
midindolo por el movimiento, lo mismo que e l nmero por lo numera movi miento y supuesto que slo el desplazamiento (fopc:) puede ser uni
ble, como por ejemplo por un caballo medimos el nmero de caballos593. forme, y de entre los tipos de op slo puede serlo eternamente un movi
El tiempo es, as, u n a funcin del movimiento, de modo que al movi miento circular, el movimiento circular uniforme ( KUK).oQopiu wf.i)
mienlo x se le hace corresponder T(x}. Si el tiempo es nmero, s i n ms, es l a medida por excelencia, porque s u n mero es el m3s conocido, ya que
sucede que lodos los x a los que corresponda T(x) habrn de ser exacta
mente iguales desde el punto de vista del nmero. El nmero es siempre
J
ni la alteracin, n e l aumento ni la generacin son u n i formes, slo lo es
e l desplazamiento, De ah, para Arislteles, n<J.cc e l equvoco de pensar que
el tiempo es el movimiento de l a esfera, porque por ste s o n medidos los
/

uno y el mismo, sea e l de cien casas o el de den pelculas, pero las cosas
de las: que es nrnero son distlntas'i94: bs casas y las pelculas son distin otros mo\'imicntos, y el tiempo por este movirnlento5'J.
tas realidades, del mismo modo que los movimientos a los que se aplica Hemos encontrado el primero en su g0nero, que es el patrn de medi
e l liempo como nmero son distintos, aun cuando e l nmero sea el da. Se mide el cambio seleccionando u n movimiento unifonne y erigin
mismo, de ah que tengamos distintos conceptos de tiempo. Pero dado que do!o en modelo conforme al cual medir el tiempo d.: un cambio dado. La
las cosas se generan, se destruyen, aumentan, s e al teran y se desplazan en medida paradigmtica es, para Aristleles, el movimiento circular y rcgu
el tiempo, el tiempo es nmero de cada movimiento, en tanto que hay lar de los ciclos, al que l considera eterno'JS. La unidad de medidu por
movimicnto'593, es decir, es nmero de cualquier cambio, no slo de un tipo medio de la cual se mide el tiempo ser un ''tiempo" individualiz;::;d o, es
delcrmin<:do de movimiento decic sacado del transcurso de los acontecimientos, un tiempo que debe
Aristteles postula que, en scntdo absolulo (O:rr/.fll;), el tiempo es nmc ser siempre igual a s mismo y repetirse continuamente, e l tiempo emplea
ro de un movimiento continuo, no de cualquier movimiento, de ah que do por la esfera celeste para completar una rotacin sobre s misma, es
pueda derivar el principio de que "un tiempo que sea igual y simul tneo decir el da.
e;, unu y el Jllbf!lu liempo, y tambn ios que no son simul tneos pueden Por eso parece que para Aristteles el concepto de tiempo es un con
ser uno y el mismo e n especie", ,Y la idea de que el tiempo de los movi cepto relaciona!, es decir; u n nmero que es una relacin entre Uempos,
mientos que tienen lmites simultneos es uno y el mismo, aunque uno sea los cuales a su vez son relativos ;:_ movimientos. E s la relacionalkbd es,
rpido y el otro lento, uno un desplazamiento y otro u n a alteracin. E l segn algunos i ntrpretes, el car;ictcr especfico de la concepcin aristo"
tiempo e s u n o y el mismo, .Ya q u e el nmero e s igu:::d y s i m u l tneo para tlca del licmpo, que l a distingue, por ejemplo, de la de Ncwton, para e:l
!a al teracin y el despla:r,amiento, Por ello, aunque los movimientos sean 1 cual el liempo es un ralor absoluto, y la hace ms acorde que sla con l a
o
fl
distin tos y separados, e l tiempo es e n todas partes el mismo, porque e l teora einsteniana de la re!alivdad59'J.
nmero d e l o s movimientos iguales y simultneos es en lodas partes u n o El tiempo, en cuanto nmero-medida, es concebido como extensin,
y e l mismoJ'!6, H e aqu l a cbve: l a unicidad del tiempo viene dada p o r l a una analoga y una medida de extensin espada]; }. an el de\'C
es reducido a d i ferentes estados de quietud de un ser permanente y

592 Vasc st:l ltima en ! J _ , {V, ! 2 , 22l h 7 .


.193 CL Id,, IV. 1 2 , 22b LS,20
.S9.f eL !J., IV, ! 2 , 22b 1 0 ! 2 . 97. CL IlL, !V, 14, 223b 1223: 2 i 8a 33 2 J 8h 7
:1 9 5 Cf. I d . , IV. 1 4 , 22.h 30-33 98. CL fd., IV, !4, 223h 122 ! .
.1% Cf. hL IV, !4, 223a 33"223b 1 2 99_ C L L BFRTl, !! tmm in Mistmck P - 2 8 .

268 269
fenmenos de la realidad, sea sta, en terminoloda moderna, fsica o fcno
;
presente: el tempo es considerado como una sucesin ideal de instan
tes"ahor;:: , o segn el modo dominante de! presente determinado por el m enolgica (todo eso es parte de la fsica, par Aristteles), es decir: sea
ser como presencia, segn la interpret:acin heideggeriana de Aristtdcs, cambio de lugar, aumento, alteracin . . ,, Aristteles mismo da pie a la
Lo cierto es que tiempo y ahora estn i nterrelacionados, de mod que s i n reduccin -casi podramos decir que a la sincdoque en la que el cam
tiempo (zpvo;) n o hay ahora (< y sin ahora n o hay tiempo, a l bio en general viene denotado por ei movimiento y tste, a su vez, por el
que n o hay cosa desplazada si n o h a y desplazamiento y d e l mismo modo movmicnto local, proceso que concluir la ciencia nueva y que ser dcci
que e! nmero de la cosa desplazada y el nmero de su desplazamiento sivo en orden a !a reduccin significativa del concepto de tiempo al tiem
van juntos, dado, como se ha dicho, que el tiempo es el nmero del des po del reloj.
plazamiento y e! ahora es, al igual que lo desplazado, como la unidad cid Para Aristteles, la Qo f H, el desplazamiento o transporte, que es u n
nmero6oo. movimiento con respecto al lugar (KivT)vt; Kct<ft -;:;wv) e s el movimiento
Con la intencin de evitar aporas y de adelantarse a las posibles obje por antonomasia, el "ms comn y principal", en el sentido de que las
dones que se le pudiesen poner, Aristteles demuestra que el ahora tiene otras tres especies de morimiento que ha logrado d i ferenciar (aumento,
que ser uno y el mismo y que es lo indivisible del tiempo60 i , puesto que disminucin y alteracin) estn estrechamente relacionadas con e1Ja6o-t.
no tiene duracin. Es lmite y el mismo para los dos tiempos, pasado y La qopci es el primero de los movimientos6os, A pesar de que la ?opci es el
futuro, pero no tiempo. E n un sentido, es el divisor potencial (rm:: ihJVa ltimo movimiento de las cosas generables, puesto que tras la generacin
.tv) del liempo; en otro, es el lmite y l a unidad de ambas partes, estable vienen la alteracin y el aumento, es el primero en el tiempo, pues es el
ciendo la continuidad del tiempo. Ln divisin y b unificacin son lo nco movimiento posible para las cosas eternas606 y, por tanto, anterior
a la generacin en un sentido absoluto. La Qop es anterior a los dem{s
movimientos con respecto a la sustancia (Kccr' o-crio:v ) , porque lo movido
mismo y respecto a lo mismo, pero su ser es clistintoMJ2_ As pues, al igual
que la divisin no es una parte del movimiento, en tanto que lmite, el
ahora no es tiempo, sino un accidente suyo (mlp[i[lrp-.:E); pero es nmero se aleja menos de su propia sustancia cuando est en movimiento local
en tanto que numera, puesto que los lmites son slo de aquello de lo cual (Ev \[J Qt:pcvm) que si est en cualquier otro movimiento, pues slo e n
son lmites, mientras que el nmero de una cosa es tambin nmero e n este movimiento no experimenta u n cambio e n s u ser, m i e ntras que s i es
otra parte. E s evidente, entonces, que el tiempo e s e l nmero del movi al terado cambia de cualidad y si es aumentado o disminuido cambia de
miento segn el antes y el despus y es continuo, porque es nmero de algo cantidacirm.
continuoHJ3. Como puede observarse en el resumen de la histora del pensamien
A lo largo de la historia se ha privilegiado uno de los conceptos de to acerca del movimiento que el Estagirita presentJ. en el libro VIII de la
fsica0R, Aristteles reconduce todo movimiento al local, al que conside"
ra d primero de los movimientos, movimiento en sentido principal y abso
tiempo, el tiempo que hemos llamado cronolglco, que tambin ha sldo,

luto (Ctn:J-,l;) y al cual se pueden reducir todos !os dem<is considerados por
dicho sea de paso, una de las bestbs negras de los filsofos, especialmente
de los vinculados a la corriente antipositivista del siglo XIX, de la cual es
sus predecesores. Por eso es lgico tomar como unidad de medida, corno
;
;:cnuino representante Bergson. Pero este privilegio tiene races bien hon"
d as en la historia del pens';miento, que se rem( ntan, cuando menos, a ! referente de la misma, el movimiento que es tal en sentido absoluto, -v el
mismo Aristteles. Hemos visto cmo e l concepto cronolgico haca refe ms perfecto de ellos.
rencia a una medida, obvamenle -en consonancia con la definicin aris
totlica, matriz terica de la misma, medida de un movimiento< Pero aun 604. Cf. ItL, IV, l , 20ib 3 1 ,32, tf. Vlll, 7, 260:1 26,260h 20. Lo que primero mueve mnve-

lo anteriormente dicho, b nocin de cambiornovimiento


r:'t este movimiento, uuc cr{; nc<.:c;_riamcntc uno y d mismo, continuo y
cuando, CL Vlll, 7, 260J 2226. s'rJ]o b 9upri ser un rnovmicnto continoo, que ha cxis
en Aristteles es lo suficientemente amplia para comprender todos los tir ncccs:uiamcntc en h naturaleza. Aristteles, p:lra que bs altn<1dons. aumentos,
destrucciones pucd:lll ninguno de estos cambios seri:1 posi"
por el primer modcntc. Id., Vlii, 7, 260h
600 Cf Ausnnu ts, IV, 1 1 . 2! Jb 33-22D:I -t 1 929
60! Cf_ !d . VJ, 3 , 233b 605. up ;;Uv Cf. Id. VI!, 2, 243;:: JO. 1 l CL Vm. 7, 2 6 1 a 27.
CL Ir.L, lV, 1 3 . 222a 1 0<20.
606 vm. 12.
602
603. O: Knt l1 hfll.17tpuv u a:cpv, ;;; 607. Cf. !d., V!l!. 7 , 2 6 ! n 1 8"23
608. CL Jd., VH!, 9, 265b J 7.266a 5.

27 1
270
1 a d e. una umac1 d e, medida prktica
.Aric:ttelcs ' en su busqucc
.
. ,
-. es decir, movim iento local el despla zamie nto
(9op) y el aume nto (u'iiSTJG t;)M-1, Es
__ ,
"

b existe ncia del vado como condi cn


. . 1
ot a
a puer 1 . 3 reducciO n
Jc su conccplo de cambio y, con l, de tiempo. No sl :) afrm m I a p ' -
de un movimiento u m forme y unJvcrsa1 , a lJnra . .' ! . ms, para rebatir a los que afirm an
neces aria para el movim iento (r.:ivnm
- ;), Arist tdes argum enta en lrmf
l odo m ovimJento e n e1 1 a ' d e. JN
.,
maca de b Qopfi, s i n o que 1 1egara a me 1 mr nos de ms y meno s (p/J.ov 1] <:<:ov):

_

sostie ne que, caso de existi r la] vaco


,

.. .
e

numero del de:,


nicndn. incl uso, en un momento d ad o, el tJCmpo como
nada singu lar pudra moverse, puest
o que no habra u n ms y un meno s
plaza ien lo"6o9, d e l cual es unidad numrica el abo:a . . hacia el cual se movie sen las cosas&1S_ Obvia
mente , ms y menos n o se apli
.

Ahora bien e n honor a l a verdad, debemos dej<H. constancm de l a can a l despla zamie nto, sino al movim

iento KotO: se-gn la cantid ad,
que el aume nto de tama o (a
amblrredad d l lenguaje aristotlico tambin a este respecto. A pesar de es deciJ; a l aume nto-di sminu cin. Y dado
\ ;:vcoOcn) de los cuerpos puede ser debid o t.:unb
n a la altera cin (0X'.oto
m:t)616, la KVT]u ; n m t
que 1 risttelcs mismo sostiene que

. . -rrrov, el movim iento local o segn e l lug3T se


en cuanto al movlmJcnto oca 1 ( Kam wrrov) no 1 ene'IDOS un nombre comn

ampl a consid erable mente , hasta conte


s:1lvo b gener acin y b destru ccin.

. ner en s todos los m0\1im i c n los,


ni tampoco particular para d esJgnar1o; 1o ..tmcret
. , ncs en neneral dcsp1a
(Qup),
, '- ,
"

' o <;e-, ''lphuc


.' solo a l,.1s

z:lmicnto aunque propwmcntc cste t.Cin1ln .

\
. L lu.aJ a
cos::ts que no tienen capac1'd ad de, dc'lene'I'"" cumdo caml)lan ,.' a

2 . Sea como fuere, el hecho es que uno


- ,

l a s cosas que no s e mueven 1 oca1mente por sl misrn


. as"

10 de los efectos de l a rclect ura
medie val de la obra de Aristteles fue la
restriccin signifi cativa de los tr
ma_;rrJ minos cambi o y movim iento.

, m.1s L._ doc.


y de que en otro pasaje denomina expresamente a l a i : nm co
_ E n efecto, l a recepcin medieval de l a llosof
el nombre de qupd"tl , en general no se pueden Identifcar ::;Jn a aristotlica conlleva cb
boraciones de una enorm e compl ejidad y,
rcalidJdes, Aristteles sostiene que las cosas que cstan d e suyo ' en un ]uuar pese a las aparentes revere ncias
en u n dnde (tmH a-ln-

rrotJ) . ::;, '


a la autoricbd dd Estagi rita, en ocasio


son no slo las susceptibles de desplazamiCnto, nes trae consig o una lectura crti
1 mJ e1-t:' aumento().
- 1 2 H a v e n efecto u n ca que lleva a un proceso de n1ptur a con
sino tambi&n las que llenen capaCJc ,.
' el mismo , i n ici3do por los lec
,
'

tores del siglo XII, culmi nado por los i ntrpr


(Ki vnai; n; Kar :rwv) pero : ste c m etes del sij:!!o XJV l i, y s i n
duda alguna consum ado en d nomin alismo
cierto movimiento rebU\o al l ugar
\ , donde el :;;- i to d e la cienci a
. _
prende tanto el desplazamiento como e l aumento y l a dismmu_c wn Trnnr;
&l 1o ui:v op, -rO o m:t:;rcn; r::n\ qOim;): en el aumento y la dismrnucwn h
_
? aristot lica pasa por u n perodo crlico . Aun
cuand o habitu almen te se tra
u n cambio de lugar, pues l o que antes esta 1Xl en u n L co
baja en tm marco aristot lico, la fsica que

l nar p-
u.. sa a ot o se desarro l l a a partir de este
mome nto guarda una escasa rebeln con
l a de Arist teles, espec ialmen
es de[t' cndcn la" exls!enc
menor o mayor+< }, pero no hay desplazamiento,
._ . te con su carcter tclcolJgico. No en vano
Expresamente, a1 presentar 1 a 1.cs1s e1 e quJCn a Ch. B . Schmi tt opina que el aris
del vaco como necesana para 1 a K t vrcn;, t\ I. !Sl
, .


. . totelis mo renace ntista n o puede ser interp
' tL,1 c.s i n c luye dentro del retado sin ms en trmin os de

. w

blanco y negro, sino que debe atenderse a


!as m l tiples varianlcs que hay
en su seno, estudia ndo dctalb damcn tr: los
materi ales de esta rica tradi
cin61h . Para i l ustrar csle asunto es suficie
ntt.: fijarse en John Burida n,
quc-n trabaja en e! marco de l a fsica de Aristt
teora del mpetu y, sin em bargo, !a teleolo
eles y en ella desarrolla su
ga no tiene en su pcnsam ien
to el papel cspcc! ;:tl que tena en el de Aristt'>
tclcs .Y Tom<is, por ! o que su

614 Al:-m_;V\ [; i:.. . _ui:v 7t Kivr;m:; i\ ;;u:;'; ,(-; )V UK : e\r ;uiJ:r {'!:e-ti
IV, 6, 2 1 3b 4-6
ycpri ;.;u\ 0I]!3!;j. rJ.,
Cf. hL, !V, S, 2 J .!h 28"34
CL td_, IV. 7, 2 J 4h l-2
615.
6!6
6 1 7 . Seguirnos en cta cuest)iin ;tl;nn:Ls k las
suwncm nu Jc! capftulu "Le m(uvr.:mcnt
ct !e tcmps'' del vulum;_;n VII. intltubdo "La au XIV;_; siLvk" de la obra
de P . Dmnr, f_g du .Hot!d1: IP:tris,
J!!,bi.iu;,up;';; uf iiudics 01 Reuaissancc-'1'5'
303-.461.
i\ KLt:ri: i; \((!7 61 3_ Ch. B mun. A r,,;,,, '"" "' .
u. !d . 4. 2 1 b totdirms; J958,J7'69 (Paduva, 1 9 7 1 ) . pp 27-20,

272 273
procedimiento no puede lbmarse teleolgico en absoluto. Adems. su tra
tamiento del movimiento parece extremadamente lejano del c once P to aris
totlico de naturaleza. Para Buridan, l a fsica como ciencia no s e centra
>+!4 ' ;,;, . . que en las cosas naturales, lo finito y lo mejor ha de prevalece e
, . ,'"''" es posible, sobre sus opuestos"621 y de una interpretacin parti
cular segn la cual el Estagirita, en el libro III de la Fsica ' habra iden-
en la naturaleza en el sentido de Aristteles, n i trata acerca d e l ser mVif_
<:.>>.
'tfiado el movimiento con el trmino alcanzado.
en el sentido de Toms de Aquino; ms bien la ciencia trata con individuos, - La interpretacin nominalista ms popular es la de Ockham, quien
es decir, sujetos concretos, de acuerdo con reglas universales. Su fisica identifica el movimiento local con el objeto movido: el movimiento no tiene
trata un conjunto complejo de problemas relativos al movimien to, pero 'ms realidad que la diferencia de posiciones de un cueJ'l)o extenso. Ockham
Buridan concibe el movimiento no segn la defnicin d e Aristteles-(la movimiento en la tercera parte de su obra Philosophia Naturalis
actualizacin de lo potencial qua potencial), sino como u n a progresin: """'"''"p in libros Ph_vsiconmz622. Primero distinf,rue dos sentidos del
"momento a momento" dentro de una totalidad. Menos de cien aos sepa > ;:: ovimiento: "en sentido amplio, designa la mutacin sbita; es
m
ran a las fsicas de Toms y de Buridan. Ambas son de raz aristotlica'y :..:. el movimiento continuo y extenso, siendo el segundo contra
ambas fueron enseadas en Pars, pero una es teleolgica y l a o tra no6!9,
En efecto, hay pocos asuntos en la historia intelectual tan pobremerte
entendidos como el concepto de movimiento, y particularme n te l s <;:ril;- o
ri r!nrim<,m"m.
: s bita
El movimiento comporta sucesin, mientras que l a
adviene instantneamente. Por eso, la generacin no es

S
;, f; en lanto que supone la posesin instantnea de una forma
bios que este concepto experiment durante la revolucin cientfica-dr lo mismo ocurre con la corrupcin, que, correlativamente, es
siglo XVII, en parte debido al estatuto ambiguo del trmino dur:anteel ;jJ!f ;::;:1n de una forma sustancial. En este sentido, el tnnino
siglo XVI, heredado de las diferentes visiones acerca del mismo que, ;: ficcin mental que designa, positivamente, la sustancia
finales del medievo, estaban en discusin en los crculos acadmicos eu9
'
'-!f negativ:atrJen,te la ausencia de reposo en dicha sustancia, es decir, el tr
peas, a saber, las que W. \Vallace ha denominado nominalista, realit?--e

muttJci5r es connotativo y designa directamente el sujeto que obra
intennediaoo. Las posiciones extremas eran corrientes desde el siglo
, el acto con el cual este sujeto adquiere o pierde una forma.
cuando Ockham propuso su anlisis
replicado por los aristotlicos
nominalista
tradicionales,
del
cuyos
movimien


furo
t o Y
n
fu.e
e t

_
J;lmovimiento, en sentido estricto, no se diferencia de las cosas que
en reposo y lo contra do conducira a admilir que Dios puede crear
quetados como realistas. La visin intetmedia es distintiva d e l s i gl o
anlisis

cs _
sin crear concomitantemente su sujeto, siendo esto una
y es obra de John Majar of Haddington, tambin conocido como Joh 11' ''911tra:d:tio itt termiltis. En su lnea estn Jorge de Bruselas y Marsilio de
Maior o Jean Mair, bajo cuya supervisin, en Pars, se edit aron crtt .mguen. para quien si el movimiento local es distinto del objeto que
t !)iL!eVe, Dios, por su poder absoluto, podra separar uno de otro en
se
mente y se republicaron las obras de los escolsticos, hecho que mo!1y?_ y ton
que se revivieran las cuestiones que antao haban dividido a ockha.:
- objeto podra estar movindose sin que hubiese movimiento.

.
tas y tomistas, con el correspondiente renacimiento escolstico qu 5 pro- s
- argumentos de Ockham van dirigidos contra quienes piensan que
miento

dujo, el cual contribuy en gran medida, dicho sea de paso, a l surgt- es una especie de flujo o de entidad subsistente, hecha de
en la pennsula ibrica de la "segunda escolstica" en el XVI. "''uuu COiltirwo de partes del ser
-
Ans tt
__ ' al no ser. Tales partes, segn l, habrian
La posicin nominalista dependa de una serie de textos de existentes simultneamente, y entonces el movimiento mismo

T
les, como por ejemplo, aqul que sostiene que no se han de poner dimensiones cuantitativas en acto (lo que nadie concedera), o bien
,
Sl senan. no existentes,
os _
entidadc.s de las absolutamente necesarias para explicar u n fen fTl eno
_qu nmgun
con lo que el movimiento sera una noentidad, dado

.
5 en e m _ ser
- ,
a ,
mtas
co o, concretamente, "cuando 1 as consecuenCias son 1 as mtsm t real puede componerse slo de no seres. Segn Ockham,
que i nfr

que 1 as causas son rtmtas mas



Pra
s
expli car el m ovimiento local, al cual son reducibles todos
.

que suponer swmpre '


. b ten
0 hay que
.
los otros,
recurrir al cuerpo que se mueve y a sus estados sucesivos,

.
_
temz ittiS( 0[
_
589590_ wirh DurUw rlfy;;ics. IW' rcaclt m1e
101/c's telco/ogica/ proc('[lurc", Id. 572; "fl short, Burulan:, Qaestwm:s 011 rhc PhystC?
619. H. S. L\SG, o c .
ASTTUES, Phvs,, VIII, 6, 259a 8-!3.
parta
: tcxts 11d :
ll den

gagcd (r0111 rhc conJCI of phys1cs itsclf, whzch rtolt' golfi!J 011 c!sclrftcre . I d. 5 8 ,, 0 Pro-
works u(Ansto!le) are /arglr diso1gt!f;Cdfrmn lhc pl!VSICS o(.4nstot!C s
e -
Naturai: t:.L
C L\RRE 'i J . E_ BOLZI\1, "El Prolema cid Movimiento en 1< Philosopbia
-:623 CKIMl, Phrlosop!na Notura/s
Ul::l a Ockham" e th nario Fdostco
_ XV ( l H2) 1 77-196
620. Cf. W. A. WALLACE, "The Concept of tvlntion in tht' Sixtecnth Ccnt LtTJ'
:
!'hysicomm, m. G'1p
cadillJ;S nftlw Amcn'can CrJt!wlic Phlosup!Jin{ Assucwtrm XLI ( 196 7) 1 84-1 94.
.
_ _ fol 47, coi , \'el Swnmnlac 111 l.!bros

, cllaclopor O L. LumE y J . E. BoUM-i, o. c. l 8 1 .
_

274 275
puesto que el movimiento es ww sucesin de estados, cada uno de los cua nuevo, sino que <Idquirira continuamente u n movimiento dslinto de s
les est formado por b asociacin del sujeto con el lugar que el sujeto misma, el cual debe, por ello, ser ms que una me a relacin al modo
adquiere o pierde en ese proceso del movimiento, ambos empricamente nominalista. S el movimiento local se identifica con el objeto en movi
obscn'Jblcs. miento, por otro lado, el movimiento curvilneo sera rectilneo, y el mo
Para Ockham, el principio de causa!Jd;:_d en el movimiento "lodo lo que vimiento u nifonnc sera diforme, porque el mismo cuerpo idntico podra
se muen es morid o por otro''--, no se aplica al rnodmicnto local, dado que estar i m pl icado en cada caso. Para l, el movimiento local debe ser un
el movimiento local no es un efecto nuevo, puesto que no es sino un mvil "accidente sucesivo y fluyente (fluxible)" que realmente es i n herente al
coexistir en diferentes partes del espacio. As, bs realidades que se mue objeto en movimiento, El "ser inherente" aqu no puede significar una rcla
ven tocalmcnte no adquieren nada ms que un lngar que las circunscribe. cin de p redicacin solamente, sino que debe designar una relacin de
Pero Ockham no slo rechaza loda doctrina que pretenda conferirle inherencia ontolgica. Y dado que e l movimiento local es un efecto real
al movimiento una realidad absoluta, sino que supone que ninguna de las y nuevo debe tener su propia causa proporcionada, de manera que el prin
especies de moYlmiento distinguidas por Arislteles (local, de aumento y cipio de causalidad del mo\'imiento es vlido para este tipo de moyirniento,
disminucin y de alteracin) designa una realidad distinta del sujeto que Por su parte, realistas como \Valter Burley, preocupados por el mundo
cambia. El movimiento no es algo absolutamente distinto Je las realida que consideraban real, es decir, el de l a naturaleza, consentiran en expe
des permanentes: por economa, no tiene unn realidad distinta a la del rimen tos imaginarios y no seran completamente adversos a! uso de bs
mvil. Y ya que (l-ustra fit per plura quod potest fi'eri pcr pauciora, para que matemticas en su fsica, aunque fueran contrarios a cualquier simple Jgua
cxisla movimienlo basta con que u n mvil, continuamente y s i n i nte !acin del movimiento local con una ratio cuanlitaliva, Pablo de Venecia
rrupcin de tiempo ni reposo, adquiera algo de manera sucesiva, o bien es explcito: "el movimiento no es una ratio, porque una ratio es slo un
lo pierda de un modo semejante. Por eso, todo movimiento puede redu accidenlc relativo, mientras que el movimiento es un accidente absoluto".
cirse en ltimo trmino al locaL De este modo, tenemos todos l o movi Los realistas usaron b compleja terminologa de los nominalistas,
mientos locali-:.ados. Ockham llev, con ello, al extremo una de las posi pero su preocupacin no se centraba en l a bsqueda de deFiniciones
bles l neas de lectura desarrolladas por Aristteles, tal como hemos visto cuantitativas, sino que ms bien buscaban casos en e! orden nalural que
anteriormente. ejemplificasen tales deFiniciones abslractas. Consideraban el movimiento
Esta visin nominalista, igualando el movimiento con el espacio o con como u n a enlidad real con sus causas propias y productora de efcclos
el objeto cuantificado que se mueve y tn1tndolo simplemente como una determinados. Viendo la complejidad de la mayora de los movimientos
relacin matemtica, anim el dcsnrrollo de b cinemtica, es decir: el estu observables en el mundo ffsico, no debera sorprender que ellos multi
d i o del movimiento en s, s i n hacer referencia a las causas del mismo. plicasen las categoras .Y no viesen u n modo simple de subsumir toda la
Todos los movimientos se conceban simplemente como teniendo lugar en variedad natur;:ll bajo una regla matemtica simple< En cualquier caso,
u n espacio imaginario. Algunos nominalistas hablaron del movimiento su preocupacin por la realidad nalural es parte de la mentalidad que an
local en trminos de causa y efecto, igualando aqulla con la fuerza motriz dominaba en llalla cuando Galileo hizo su trabajo y que explica par
y ste con la distancia recorrida, y discutieron !os medios que podan cialmente su preocupacin acerca de las causas del movimiento dd pro
impedir d movimiento local. si bien es cierto que slo lo hicieron de u n :yectil y de! movimiento de cada, as como su posterior preocupacin por
modo puramente matemtico, s i n llegar a considerarlo fsicamente. el experimento,
El contraataque realista f'ue l l evado a cabo por tomistas y escolistas, Un pensador ambivalenle es Alberto de Sajonia, llarnado Albertulius,
considerando que s haba necesidad de diferenciar !as realidades. La posi uno de los favoritos del siglo XVL quien, siguiendo el razonamiento !gi
d6n realista ms extrema era b de Pablo de Vcnecia02, para quien Dios co y natural, se coloca con los nominallstas, pero segn b verdad y la fe,
podra aniquilar todo en el universo excepto l a llima esfera de los ciclos; con ios realistas. Este es el precedente de Jean JVJa!J quien examina bs
si as sucediese y -stJ continuase movindose, no atra\esara un espacio razones de ambas escuelas_ Lo mismo hace su discpulo J o h n Oullaert de
Gante, quien resuelve la cuestin con u n "sed quia sttul videtur stare in

624. CL P. VFSErl, Exwsi!io PCll d \('!!di super Ckro Lihris Phisiumu Aristmdis IJ>
nomine, pertrallsco", es decir, como el asunto parece ser ms una cueslin
um1 super cnmtn!o :lwrms cum duhiis ciw;,lem (Vcnt:cia, 149YJ de palabras que otra cosa, es mejor dejarlo estar.

276 277
En loda esta discusin merece ser nombrado el espafJOl. maestro e n preparando la llegada de la ciencia nueva, cspecalmcntc con su rcnovaw
Pars. J u a n de Celaya, para quien l a va tomista es una tercera va entre cin de los conceptos de movirnicnto, de espacio y de tiempo; elimi nadas
la realista v la nominalista. Entre sus discpulos est Domingo de Soto62\ nociones caducas, corno la de "lugar natural", se reducir defi n i tivamente
.
el primero en formular lo que se conocerla como la ley de cada de los gra todo cambio a movimiento local y se concebirn un espacio y u n tiempo
ves de Galileo. Soto plantea: wrwn motus sit res distiucta et a mobili et a matemticos, cuya realiclad ser indiferente a que se d o n o en ellos movl
(arma seu termino, y expone los argumentos realistas y los nominalistas. miento alguno. Aun defendiendo algunos de ellos la idea de un cosmos
Para l, la diferencia entre ambas posturas es slo de terminologa (i11 vivo y animado, prepararn los ins trumentos i n telectuales para el adve
111odo loquendi). Pero, aun cuando el movimiento, e! objeto movido y la nimiento del mecnnicismo617.
localizacin alcanzada existan "idnticamente" e n el mismo sujeto, n o Con Galileo y Descartes llegamos al final de este proceso desarrolla
deben identificarse formalmente, dado que cada una tiene una d i ferente do e n el seno del aristotelism o y que acaba con la reduccin del ser a
ratio o definicin. Como mnimo, son diferentes en e l modo mental de con extensin espacial geome tiizada (segn la geometra analtica cartesia
s iderarlas, aunque existan e n el mismo cuerpo. Soto llama distincin de na y la reduccin de las formas geomtrica s a relaciones numricas arit
razn (distinctio rationis) a la que Toms de Aquino y los viejos aristot mlicas), el cambio general a movimiento local v el movimienlo local a
!leos se referan como una distincin modal real. E n s u opinin, una dis
un simple cambio d posiciones. El movimient es conceptuad o como
tincin de razn es suficiente para salvar tanto los fenmenos cuanto los una serie de estados instantneo s de quietud y la nocin de inercia se ins
modos d i ferentes de hablar acerca del movimiento local, el objeto movi t i t uye como el concepto principal de l a nueva fsica que emerge e n e l si
do y el espacio atravesZJ.do. Cree que tanto nominalistas como realistas glo XVH. As, s i u n cuerpo no experimenta una fuerza externa, perma
pecan por exceso: no se deben multiplicar las entidades, pero tampoco nece e n reposo o en movimiento u nifonne rectilneo. De este modo, frente
prescindir de las categoras, pues sin ellas el discurso significativo se vuel a la idea de la fsica antigua de que el movimiento requiere un motor o
ve imposible. El movimiento, siendo racionalmente distinto del objeto una fuc-a, mientras que el reposo es la ausencia de fuerzas, en la fsica
movido, no debe por ello ser considerado un mero ens rationis. Como cua de la inercia la ausencia de Fuerzas hace que existan tanto el movimien
lidad, requiere una causa y produce efectos, ele modo que "todo lo movi t o rectilneo uni forme como el reposo. Esa es la razn por la cual, e n opi
do es movido por otro" se aplica al movimiento local. nin de Newton y Desco.rtes, el movimiento ya n o es tanto u n proceso,
De estas breves alusiones puede colegirse que el movimiento princi cuanto un estado,
paliTente considerado es el locaL Prueba de ello es que a l o largo de todo Obviamente n o podemos delcnernos ms en esta cuestin . La idea
el medievo y el Renaci miento, y como paso previo a l a ciencia nueva, fue sobre la que queremos insistir es que en este contexto i n telectual e n el que
tema de constante discusin la cuestin aristotlica del pro.yecti Jh26. Dd se gestan las leyes del movimiento de la di m mica moderna, el cual pode*
mismo modo, adems de los desarrollos exp1icitamcnte aristotlicos o e n mos retraer hasta las polmicas bajomcdievalcs en b recepcin arislot
el marco d e l a filosofa pl':ripattica, hay tambin u n clamo! q u e recoger lica, e1 movmiento viene a reducirse a una d i ferencia de posiciones, carcn
F Bacon en su Novwn Organon, por huir de la barbarie aristotliccH:sco te, en cuanto ta!, de una realidad pro pa. Con el movimiento, obviamente,
l<istica, que usa un lenguaje in-significante, y atenerse a los resultados que es arrastrado el tiempo. La ciencia nueva, con su atencin a bs cualida
proporciona la lgica aplicada a los hechos. Girobmo Cardano, Pietro des primarias en detrimento de cualquier otra, o mejor dicho, en u n pro
Pomponazzi, Agostino Nifo, Frmcesco Patrizi, Bernardino Tclcsio, Gior ceso consciente de climinacn de bs cualidades secundarias, culminar{\
dano Bruno, Tomusso Campanella encarnan en la Italia del siglo XVI b el proceso, de manera que el concepto que manejara ser{ cxdusivamen
conciencia de iniciar una nueva poca y de aportar el verdadero conoci te el de llempo como medida del movimiento local con el car:ktcr pre*
miento de la realidad fsica frente a la ignorancia de los siglos anteriores, ciso que el concepto de meJlda adquiere en la ciencia nueva, como un
nmero, de ah sus caracteres, que son los dd nUmt:ro. El tiempo scrJ. eso,
lo que m e indica el reloj, movimiento de referencia y modelo analgico de
625. {)_ DE SOTo. Su;rr Ocio Libros Pir:s{corwn Aris!ntdis Qwu:s!O!!CS. S;l:;manc:.t 1545.
626 CL D. J . Frm;Ew n, "The Prnbkm of tbe Projcuile en of t!u:
627. Cf. B,
t!mcrium Ciilw!tc XXXVIH ( 1 964} CL l A "''""""'
De Natnra cr Grm:iwrww:. historico-criticmn de lfworiis ciru< causwn grnvitalouis FoRTfL\. "La Phvsica e n los t\ristotdicos dd Siclo
- XVJ" e n Fcriras (Porto
(Rin:r Fon.:st, 1055) Jf;;rc) XUV. IL 1 ( ] 999) 570.

278 279
l a rowcin terrestre, cuando !o comparo con u n fenmeno observable.
Con ello y con l a i n t roduccin del principio de inercia b natur::deza pier
de s u espontaneidad62S, Adems, e! tiempo queda como un elemento
t:xterno y ajeno a las leyes bsicas de ! a ciencia, las cuales n o pueden con
tener ningn parmetro espo.ciotemporal. Los fsicos clsicos distin
guieron entre e! mundo objetivo de las leyes cientfic:Js, sin cambio, y e l
mundo subjetiro d e l a experiencia individual, atribuyendo realidad a l pri
mero e i l u s i n a l segundo. E l primero simplemente es, n o ocurre629. Es, CAPTULO II
de nuevo, la tentacin parmendea.
En todo este proceso de reduccin de la semnticil del movimiento y
Sustrato
del cambio que se impuso en la conciencia colectiva favorecido por l a
potencia d e l a ciencia nuera hay u n aspecto que aparentemente es con
flctvo, pero que, en ltimo trmino n o lo es en absoluto. Es l a cuestin
de la mensurabilidad y la medida del tientpo, que favorece esa sincdoque
intelectual en b. que tomamos uno de los elementos del concepto tiempo Si bien l a definicin aristotlica pas a la h i s toria como resumen y

d todo, de modo que acaba por sustraer s u referencia al cambio. De como epgrafe del concepto que el Estagirita tena del liempo, la conce1;
cin aristotlica no se l i m i ta a l o denotado por b famosa expresin ptO
por
hecho, un concepto, a medida que gana nuevos terrenos puede perder
determinados elementos, como se ve en el caso del tiempo entendido como
f!; KtVGr(j); Ka t t6 n:p-rrpov Kr cr<:qmv. Es casi una lev del conocimiento

que los atributos de un concepto que se quieren desrer; .ar del mismo para
medida. La medida es tiempo hipostJlizado: cuando yo pregunto a alguien
sistematizarlo, expulsados por l a puerta, vuelven a i ntroducirse por la ven
de cu.nto tiempo dispone, cul es s u edad, la duracin de s u jornada de
lana. As sucede con el conccplo de tiempo, en cuya precomprensin
trabajo o cosas por el eslilo, ni la pregunta ni la respuesta bncen referen
comn, contra Heidegger }1Jy mucha ms verdad de l a que l le atribua,
cia a cambio o a movimiento. Nadie negar que hablamos de tiempo pro
y pl"obablemenle en e l l a est l a temporalidad originaria, si es que ha}
firiendo expres iones del tipo Je "dos horas", "un nanosegundo", "un afio",
alguna, pues, d i c h o sea de paso, l o que H eidegger l l a m a temporalidad
que en cuanto tales no hacen referencia a movimientos, sino a unidades.
Pero si remontamos r-! ;:mlisis a un segundo nivel vemos que, efecti originaria prescinde y a n u l a algunos de los carac lcn:s que ineludible
mente pertenecen a l tiempo en sentido amplio. Tal es as, que cualquier
vamcnlc, en ia base de esa unidad estandari:t__ada que manejamos y a l a que
aproxi macin al problema del tiempo, aun cuando sea por vas i ndirec*
b. temporidad prop];j de b obra de arte, la lempo
nos referimos en el primer nivel, hay un movimiento. Esa unidad, en lti
ci uso colidbno no hace refe tas, como cul sea
la h i s toria, d de la edad de oro o las fases
m o inn ino, deriva Je u n cambio, pero e n
ralidad de! Dasein, el tiempo de
rencia a CL Yo sC que u n segundo es tal fraccin del perodo de desinte
temporales diferenciables en los clclos":conrnlcos, nos hace desembo
gracin del Cl.tomo dt: cesio, un cambio, o que el ao es tal nmero de u n
car en el problema del tiempo en su conj u n lo , s i n que ninguno respues
movimiento_ H e aqu l a defi nicin de Aristlelcs, perfectamente aplicable:
el tiempo es medida, pero en ese segundo nivel, porque es u n ''nmero de", ta reductora sea comp]et;: mH:nte satisfactoria.

de tal modo que b referencia pri!Tlcra es el cambio, _y se es el elemento Cuando Aristteles habla de xrvo;, no siempre babia de ptOl; K'tVl,]
ocw;, del m i s m o modo que no siempre que Kant habla de Zeit se refiere
comn a l que se puede reducir todo concepto de t!empo, que es "algo del
a l a "forma a priori de l a scnsibHidild", y asf podra procederse con la
cambio".
mayora de los pensadores, Una cosa es !o que pasa por ser el concepto

623 '"!he bms u{thc ;ru;cir!t o{ino1w fics_ thcrcfim in f.: !Wl!!rc o{nwt/;,;nwt;u<l oh>
aristotlico, kantiano o husserliana de tiempo (las defi niciones concJ\>

tmctirm f. ) T/;e ninci[e o {ncrtia H'hich 1s ucccs1facd hr CV<'n cmuuirm nJust cxr:.lwk t!;c
las que ellos dan, varias y diversas, si queremos ser fieles a la verdad) y

In oi!;cr tvmls, thc lo_';ical flmuirm


otra es cmo ellos usan el trmino tiempo, con signficados llano di fe
ntal:t\' O! red cx;siOJCe. 11101imr mrd
o( !cTii;J u
!ltillil/ J. A. WFJSHEtFl., ()_C ' p. 63.
rt!iuqwshcs rhc rc:olttr aud .Sp;!Im;t:tn- o{ rentes que hay que entender en su contexto. Obviarnenle demostrar esta
tesis, hablando en trminos de "la ma_yora de los pensndores" es impo
029 Cf'_ P. 1\:, FEYEitWE:O:D, n c., p. 71.

280 281
sible y el intento inviable desde su misma formulacin. Conscientes de a lo largo de su Fisica propugna esta comprensin previa a una formula
ello, trataremos de mostrar cmo es asf de hecho en Aristteles y npun cin terica, !a cual, con ayuda de los conceptos aristotlicos de lugar y
laremos algunas pis la;, de ello en Kant, parJ, desde ah, formular u n a recipiente, trataremos de fundamenlar tericamente: el tiempo como
posible nueva sntesis del concepto tiernpo. fondosuslrato de los acontecimientos.
La tesis que pretendemos defender ahora t:s la de que existe una idea Antes d e entrar de lleno en esa cuestin, hemos de poner d e manifiesto
bska y previa de tiempo como fondo sobre e l que colocar los la polisemia del concepto de tiempo en Aristteles, en quien no es difcil
acontecimientos y sobre el cual dividir, ordenar y medir ele muy diversas detectar el concepto que hemos llamado existencial, cuando habla d e "ser
maneras, partiendo de la cual se desarrollan los diversos conceptos. Para en el tiempo" (tb Ev xpvql clvcn)63l como "ser afectado (n:Ocrzctv) por el tiem
ello podemos acudir al Diccionario del Espmlol Actual de Manuel Seco63n, po"632, de manera que se dice que el tiempo deteriora las cosas, que todo
que, con la peculiaridad de ser un diccionario de los llamados "de uso" , envejece por el tiempo, que el tiempo hace olvidar, pero no se dice que s e
nos ofrece las siguientes entradas para el trmino "tiempo": aprende por el tiempo, n i que p o r e l tiempo se llega a s e rjoven y bello; por
que el tiempo es, por s mismo, ms bien causa de destruccin (?Oop), ya
L "Medio imaginario en que transcurre la sucesin d e los cambios, los que es el nmero del movimiento, y el movimiento hace salir de s a lo que
fenmenos y los hechos d e todo lo existente, y cuya unidad de medida fun existe ( f OE id vrms ESicrrrcrt -rO Ur-Opx;ov)633.
damental es el da". Por esta ineversibilid3d del tiempo destructor y que hace envejecer
2. "Porcin de tiempo ( 1 ) determinada por la coincidencia con algo, Berti h a llegado a decir que Heidegger se apropia de la concepcin aris
d:limitad entre
,
os hechos o medida por un nmero ms o menos pre totlica del liempo no slo en la descripcin del tiempo vulgar, sino tam
c1so de umdadcs bin e n el aolisis de la temporalidad autn tica634, Es difcil decir cmo
3. Momenlo adecuado u oportuno. un nmero, que es lo que es el tiempo segn la lectura reductora de
4 . Porcin de tiempo ( 1) suficiente para algo. Aristteles, puede ser causa de destruccin.
5. Porcin bastante larga de tiempo ( 1 ). Aristteles sostiene que "todas las cosas se generan y se deslruyen e n
6, Edad (de una persona), e l tiempo"35, dando l a idea del tiempo como u n a suerte d e receptculo
7. Parte del ao (p.ej., licmpo de Cuaresma). que contiene las cosas en su acontecer. Ahondando en esta idea del tiem
8. Parte de las sucesivas en que se divide la realizacin de una cosa po, Aristteles se hace eco d e algunos de sus predecesores que, habiendo
(cocina, msica, deporte, motor). reflexionado sobre el tiempo, consideraban que era el ms sabio, o el ms
9. "Evolucin o cambio constante de todas las cosas" (p.ej., el tiempo necio {el pitagrico Parn), porque en el tiempo olvidamos.
da la razn), Claramente, Alistteles ha saltado de nivel y ya no est hablando de
l O . "Forma verbal susceptible de variacin de personas y que en algu ciptGp:; o d e .ui:tpov, Por eso, siguiendo en su nuevo nivel generado meta
nos casos expresa el momenlo de la accin del verbo", fricamente, puede repetir la idea de que el tiempo, tomado en s mismo
1 1 , (Msica) Tempo, (Kn!J uUnv), es ms bien causa de destruccin que de generacin, pero es lo
12. Estado de la atmsfera. lo es precisamente porque es algo del cambio, el cual es e n s mismo u n
salir fuera de s (EKmnnKv yftp i] pt:tn[lo/" Kafa{nv). D e ah q u e para
Es signiflcatiro que la pr!mcra entrJda de este diccionario de uso se<l Aristteles el tiempo slo accidentalmente (KmG au,u!h.:f3rK;) es cousa de
b de tiempo como "medio", que las entradas 2, 4 y 5 hagan referencia
directamente a ella y que las entradas 3, 6, 7 se refieran a "partes", obvia 63 1 . CL AlUSTTELES, Phys., IV 12, 2 2 1 a SL 1 1 . Esta e.-.:rn:.::ifl tiene un dobk sentido
mente de algo que es el "todo que les corresponde". No se trata sobmen ",:eren d tiempo significa una de do: o ser cuando el ticrnprl e, o ser en el sentido en que
decimos de algunas cosas que son en un nmero"
te de cmo usamos nosotros el trm ino tiempo, sino que este concepto
632. CL lJ., IV, 12, 22b 30 ,
est as entendido tambin en Arsltelcs, quien, en diversas afirmaciones 633. CL !eL, IV, 12, 22b 30-22 l b 2.

rd;;we, 1!1;1 anche ncll'ann!ist


63-t. dnnqtw, si a;;ru;ria dcfla umcc:conc aristolclica del tcmpo nu11 solo
taupnrclith mltc!ltica E. !3ERTl,
Il Te111;o in ";';::;,:,;,,J,,
rdla
6.30. Cf, M. S!'.CO, O. A\lJRl:S y G. RA;,;us, Diccionario del [:'spmol Acliia! C\ladricL !9S!9),
vo;, ,.,timpo". 6.35. i:.v

282 283
generacin y de ser, porque nada se genera si n o se mw.:vc de algn modo nocin se da como imuiciu : tal intuicin encontrara su fundamento en
y actU3, mien tras que algo puede ser deslruido sin ser movido. Y es sobre e l 3l ternarsc del da y de la noche, el sucederse de las estaciones, la eter
wdo de esta destruccin de la que: se sude decir que es obra del tiempo na alternancia de la vida orgnica y especialmente en nuestro sentido del
(lfrr to- zpvm;QOopv). Pero el tiempo no hace (;;;o tt:l) esto, sino que SUC(> movimiento y de l a accin, que se desarrolla en una serie de gestos y de
de por accidente (cruJlflavrt) que en el tiempo se produtTa el cambio actos en los cuales la conciencia advierte con claridad un precedente y u n
m i s m o63. No es e l tiempo causa de estos cambios, sino que el cambio se consecuente, creando en nosotros l a intuicin del tiempo c o m o fondo de
produce e n el tiempo. Vemos ya indicios de una reductio ad locum, de l a la experienciao. La observ:.Kin de! ciclo y de sus movimientos regula
que hablaremos ms adelante. res consti tuye la experiencia ms elemental e i n tu i l iva de qu sea el ti cm
Adems existe, segn Aristteles, un orden del tiempo, a l igual que po" El sucederse constante del perodo de l u z y de oscuridad divide el da,
existe un orc.len de l a naturaleza o u n orden de l a razn637, y en virtud de mien tras que el ciclo de l a luna determi n a el mes y el movimiento aparente
l pueden clasificarse las cosas. Todo esto t:st en Aristteles: tiempo como del sol en tomo a la Tierra sella el curso del arlo con el a l ternarse de l a s
acontecer de las cosas (nuestro h istrico); crculo de tiempo (tiempo cs es ladones" Es b observacin d e ese cambio l a que genero. esa "intuicin"
mico) y medida de ese desplazamiento circular (cronolgico), adems de del tiempo como fondo o sustrato, e n cieno sentido intemporal, que es
los ya dichos, condicin misma de toda experiencia y, por supuesto, del tiempo estruc*
Kant, en su Antropologa , habla del tiempo e n referencia al aburri turado como nocin.
miento, como confrontacin radical con el tiempo vaco, un llempo s i n Ese fondo comn, ese sustrato de los cambios y del deven i r ha que
duda ms fenomenol6gico que trascendental. Kant lubla d e lange Wei!e, dado expresado en el sistema verbal, especialmente en el escaso relieve que
momento largo (en lugar del trmino moderno Langevcile) en el sentido el dalo t emporal (pasado, presenlc, futuro) tiene en las lengu;:s ario-euro
de u n i n terminable lapso de liempo, en el que e l tiempo parece detener peas y en el griego antiguo, donde vale ms el aspecto, la cualidad de la
se como una pena oprimen te y angustiosa, de manera que hay un impul accin, frente al desarrollo que aqul tiene en e l verbo latino, donde la rela
so de "abandonar el momento en el que nos encontramos y p3SJr a l su ce cin entre los liempos se expresa de modo ms preciso. Slo en un tiem
sin) siguicnte"638. Slo se es el concepto en el que cabe experimentar l a po-sustrato de los actos puede hablarse de acciones terminadas, acciones
extrema vaciedad del tiempo, y s l o se es e l tiempo que se expcrimen que prolongan su curso "a travCs del liempo", etc.
la, l a duracin desnuda, en el sentido de una penosa sucesin de estados Veamos ahora esto concretamente en el Estagirita. Ya se ha indica
de conciencia. Adems, dado que el tiempo es forma a priori de la sensi do en repetidas ocGsioncs que Aristteles concibe el liempo como algo de!
blidad, n o pertenece a l mundo fenomnico, si n o slo a l noumnico, de movimiento, nmero del movimiento mt Kt.vfGt:(Jl;), e
(d Vl]cri;
(zpvo; ciptG,u;
lal modo que cuando habla de liempo en el mbito de l a razn prctica incluso u n cierto movimienlo n;), o, como dice tnmbin, una
no pue-de referirse a l o mismo que en b Cti!iu1 de la Ru;:/m Pum. Asimis afeccin de! movmicnlo4 1 . S i n o existiese el tempo, no podrfa haber un
mo, es obvio que la pregunta por e! origen del liempo carece de sentido antes y u n despus, que, recordemos, son primeramente propiedades del
en e l horizonte: del concepto cronolgico o e n el del concepto uascen lugar. Y a l a inversa, si no existiera el movimiento, n o podra existir el
dental. Y Aristteles y Kant se la hacen explcitamente30. tiempo12.
No nos atrevemos a afirm ar que todos los autores, pero, ciertamente, El tiempo, en cuan lo nmcro, es medida del movimiento y de lo que
si un gran nmero dt: ellos elaboran su proplo concepto de liernpo y ope* se cst moviendo, es decir, dd moYimiento que cst haciendo ( zpvo;
ran con !as caractcrfsticas que le otorgan y, s i m u l t neamcnlc, con las de ,u{cpov KtV]m:u; Kr -:oU Ktvc1c0w)_ Esta medicin ! a realiza mediante l a
un concepto comn de tiempo, lo que Pagliaro ha l l amado "tiempo intui determinacin d e u n movim.ienw que scr(t b medida d e u n movimiento
cin". Pagliaro postula l a tesis de que cl liempo, ames de ser pensado como totai6B. En e! establecimiento de esta u n idad de medida, que va a ser el

636. cf hL, v, u, 222b 16-17 640 eL A. Pv;uwo, Sw:.u en !mnia e t-crir C\!ibno, 139.
637. cr. hL, vm, 9. 265a 22-24 641 ,\lusnm'IES, Phys., VIII, ! , 2 S l b .
638. l. K-\;;T, m Sentido J!ral!ilico (f>l:drL 1935). 6 1 . 641. :-:pDn:rev 1cc-:-cpo1' ;;: !; lD'll. z;0vcnJ li1 vti!:,: ;) ) zvivo;, f!ij oVen; nvr,r;cw;.
639. Par:; ello plante:J.Jas ,J fimJ Jd tratado sobre d 'com::q)lo rd . vm, 1, ::.::db \ 0 ! 3
trasccndcnta!" de tiempo 643. U fd., IV, ! 2 , 22Db 32- 2 2 l n 2 .

285
284
rnovimiento circular (t..: mc/-,ororin), !.lene su origen la idea de que exisle u n En m i opinin, todo este desarrollo u n tanio confuso del concepto d e
crculo de riemp o o de que e l tiempo mismo e s u n crculo, porque e l tiem tiempo, q u e e n m o d o alguno puede restringirse a la nocin d e nmero
n o es la medida d e ese deplazamiemo y l mismo es a su vez medido por o medida, es debida al hecho d e que Aristteles se hace eco de una con
ste, y a partr de a h , la idea de que el tiempo equivale al acontecer de cepci n m:'i s com n del trmino tiempo. Sigamos avanzando por este
las cosas yv.u:vu rrv rrprrpri-c(J)v )AH, un nuevo sentido patente en este ,
cammo.
prmfo, surgido de la relacin bidireccional existente entre tiempo y Que Aristteles hispostatiza el tiempo o , al menos, le concede u n si r::

movimiento. n i ficado diverso al d e la m e ra medida se ve claro cuando, en el caplu


Adems d e ser el acontecer de las cosas, el tiempo es tambin algo que 1 3 del libro IV de la Fsica, define el significado de los adverbios tempo
tiene puntos d i s t intos, de modo que puede hablarse de un tiempo inter rales, corno el "ahora'' (vv), uno de cuyos sentidos es el d e un tiempo que

medio entre ellos n.s, D el tiempo habla tambin Aristteles como algo que est prximo653, o el "alguna vez" (n:o-n!), concebido como u n tiempo deter

puede ser "infinito" tanto en e! sentido de i n finito por extensin, es decir; minado (zpvo; ti1pw.u:vo;) con respecto al ahorat!; el "ya" (iiTJ) corno
que no tiene comienzo ni fin64n, como en el sentido de infinito por divi parte dd tiempo futuro prxima al ahora indivisible del presente y parte
sin64L, y "peridico" (6 clm.:tpo-; Kni 6 E\ ),o.tpnv)lEVOS zpvo;) , compuesto del tiempo pasado que no est lejana del ahora presente55; el "recicntem
d e dos partes: una que ya ha 3contccido y ya no es y otra que est por venir mente" (Opn), que indica la parte del pasado prxima al actual abora6%;

y an no es 64S, Igualmente sostiene que el cuando (tU tt:) tiene que ser "hace tiempo" (tt\rtt) referido a u n pasado lejano657, y finalmente, "ins
uno, como un tiempo unitario .Y sin interrupcin (olov -rv zpvov [va Krtl tantneamente " (Ei;niwr;), de ilustre memoria platnica, que significa u n
Jl w/xim:tv)JCJ. salir fuera d e s e n u n tiempo insensible por s u pcqucez03R y que vuelve
Todas estas afirmaciones difci lmente encajan con la idea del tiem a situar al tiempo e n el horizonte del cambio, puesto que todo cambio es

po como una medida o u n nmero. En ocasiones, asimismo, Aristteles por naturaleza un salir fuera de sL Corno vemos, el anlisis adverbial d e
soslienc que el tiempo es siempre el m i s m o , Indivisible en especies63D, a Aristteles presenta una pluralidad de realldades q u e se ubican bajo el
d i ferencia del movimiento, que es divisilrle, y que lo que le distingue de trmino tiempo. Unas hacen referencia a u n a serie ordenada, otras a u n
cambio y movim iento, entre otras cosas, es que el tiempo est presente receptculo e n el que acontece el cambio, Obviamente el ptH.t; Ktviunn;

por igual y es s i m u 1 tneamente el m i s m o en todas parles y con todas las es decir, el nmero, la medida no es, n i mucho menos !a nica aproxi
cosas l . Por otro lado, todo cambio es ms r<Ipido o ms lento, pero el macin posible. La m i s m a idea puede encontrarse en la afirmacin aris
tiempo no lo es. Al contrario, ! o lento y l o rpido se definen mediante el totlica de 1a eternidad del movimiento, sezn la cual nunca hubo un tiem
tiempo. Adems, si podemos hablar d e proporcin, de rario {l.o) entre po en el que no hubiera movimiento y mnca habr un tiempo en el que
u n movimiento )' o tro ello es debido a que cada uno de esos movimien no hayan movimicnto'M.
tos ocupa u n tiempo (tv ;cpvo,> yp Gn) y u n tiempo dado est siempre Ello lo ratifica al hablar del antes y e! despus, que se ddlnen segn la
en proporcin con otro tiempo, caso d e que ambos sean finitos052. El distancia respecto del ahora, que, corno sabemos, es el lmite del p::1sado
tiempo, pues, nos permite establecer una proporciona1icbd entre los y del fuluro. Y dado que los ahoras son en el tiempo, el antes y el despus
movimientos, que no son comparables directamente, quiz por ser d e tambi0n sern en el tempo('MJ. Ahora bien, qu es aqudlo en lo que exis
diversa especie. ten los ahoras? _La deflnicn de los mismos, algo de naturaleza mera
mente semntica, un sustrato real, el cmctcr de numerable? En algunos

6.fS. i:v r)J,} jprt XF' n iim twnn 0 tv 1tmn. lcL, Vll1, 8, 262b 1-3 Cf. Id., IV, 11. 222a 2021
6+6 Cf IJ , VIII, CL !d . . JV, !3, 222:1 25.
617. CL Id., VI!L R, 26Ja 18<!.2, CL Id,, IV, 13, 222b 7.JO
CL td., IV, !0, 2 ! 7h J.f. 2 1 8:1 2 CL IcL, IV, 13, 222h 12- a
641), Cf Id., V, 4, 227b 3Q. J ! . CL Id., IV, ! 3 . 222b 1 4
6-'10 o:ip ;pv:; riel ;,_ ;;.cuiovr.; r0 t.v rimtcOi;:;; z'' n:!l)i pp-::rpu l:r;c , v_ C L lci , l V. 1 3 , 222h p,JS,
65 1 . id,. IV, ! 2 , 220b C1 ld,, Vlil, 2 , 252h S-6
6S2 Cf. hL, IV, !4, 223a 3-lS

2:l6 287
pasajc,s de la Frsica Arstleles alude a las cosas que estn contenidas (rrepu> El tiempo es el "en l o cual" del movimiento, Todo movimicnlo es en el
tiempo y en wdo tiempo algo puede estar tn movimien to67.
b filosofa del Estagirita s i n
xc;m) por e l tiempo con tal expresin paradigmtica o en formas equiva
lentes, expresin que hace referencia en otras ocasiones al ambiente que No quisi2ramos finalizar es le repaso por

contiene u n cuerpo y que genera en l movimiento (lm:o t<r m.:pt{zov-ro;)66 1 . hacer mencin a una frase u n tanto e n i gmlica, aquella que alude a "el

Y e n e l tiempo es todo l o que existe e n movimiento o e n reposo, que, e n e l tiempo y el nmero dcl liempo"b66 , lo que plan lea la duda de si el tiempo
tiene nmero o es nUmero. Quiz haya que entenderlo como ge-nitivo sub*
afimu
fondo e s l o natural, pues lo que l a naturaleza e s principio del ser movdo.
En e l tiempo no es lo que n o puede ser de ninguna manera o lo que es jetivo, como el nt:1 mcro que es e! tiempo, dado que dd tiempo se

i nmvil662. Al hablar de las cosas que son siempre, en cuanto tales, Aris que ser, en cuanto continuo, largo o breve, y en cuanto nme-ro, mucho

tteles afirma que son en e] Liempo y ste no les afecta puesto que no estn o poco, pero n o rpido o lcnlo, pues no hay ningn nrnero con el que

contenidas por el tiempo (mJ yilp rtEptt:zum rc zpvo1J), ni su ser es medi numeremos que sea dpido o lcnto069, sino que es el tiempo el que define
lo rpido o l o lento. De este modo, el tiempo n o puede definirse medi::mw
le d tiempo, n i como cantidJd ni como cualldad''10.
do por el ticmpoM1. Expresiones similares se hallan en u n pasaje bien i n te

la
re.sante en el cual defiende. l a idea de que de las cosas que el tiempo con
Podramos prolongar el asunto estudiando cucsl6n Jel zpvo;
pt:o:;-D,
tiene, pero que n o son, algunas ya han sido (como Homero, que exist en
u n tiempo), otras sern, como cualquier acontecimcnto futuro, segn que e l tiempo existente entre dos ahoras671: entre dos ahor::ts h ay
siempre un tiempo i n termedio, o, lo que es l o mismo, l o que hay entre
el tiempo contenga a unas o a otras; si ambas, ambas fueron y sern. Pero,
los a horas es tiempo. Pero creemos que .Ya tenemos clcmen los ms que
intcrprclati
afirma Aristteles, si el tiempo no las contiene de n i n g n modo, entonces
no fueron n i son n i sern. Para el Estagira todo cuato es susceptible de sulklentes para J.cl e n trarnos, nrtlendo de nuestra leuura

deslruccin y de generacin, y en general todo cuanto a veces es y a veces va de los textos de Aristteles, en uno. propuesta de sntesis y de posible

no es, tendr que ser necesariamente en el tiempo, porque hay un tiempo recomprensin del concepto de tiempo a la luz de todo lo dicho,

ms grande que supera su existencia y el tiempo que mide su substanciaM4.


s lrala de un pasaje revelador que resume bien nuestra idea de que,
s i bien Arisltdcs deja claro que ser en d tiempo es como ser en el nme
ro665, abre l a puerta para la consideracin del tiempo como a!go anlogo
a l luga; algo que abarcara lodo l o "en el tiempo". Y as, Aristteles abre
la puerta a un;..t comprensin local del liempo, que, a mi entendcJ es l a des
arrollada m{!ximarnente por Newton.
En apoyo de esta lectura vienen los tres factores que Aristteles con"
sidera a! hablar del movimiento: el rnm' ien t c (tb KlVov), lo mm:ido Ktvoi1
prvov) y aquello en lo que es movido, es decil el tiempo (rO i:v <7), 6 zpvo;)0M .

661 CL IJ., Vlll, 2, 253J J S . J 7


662 C L JJ_, IV, 1 2 , 2 2 ! b 1421-
663 C:f. Id,, tV, ! 2, 221 h 3-7: V ! . 2, 232.b 20-2:'i
664 m yp zptivu; 7t; :-r/.t:iwv, L; nttpt:n. ;c :r: c\vm r:nrr:I' n ;u .unruiiv:u. :iw
, uj
ni1v CL ht, IV, 1 2 , 2 2 l b 25-222:. 9.
6'i CL kL, IV, 1 2 , 2 2 1 a 2630
666. C L IJ., VIH, 10, 266: 1 3 1 S En 224a 34- 224b 10, Aristtcks incluye estos tres
mhmns :tl d<.'.w!c lo qu: .Y lo qw. En VIL S, 249b 27-30, Aristtd,;:;
C f IJ , Vl, 2, 232h 20.:; l
difcrcnci:mdo ,;n su an{t!isis d _ya conocido movkntc (tiJ K1vov),
667
:,icmmc rrrrcncc alo (:\), en (Cv :tn) Y" hasta algo (u:J.flt <ou), e idcntific.amlo d 'en
. ld., !V,
con d tkmpo: No obstante <.:S una cxrrcsrJn confusa, por"
6Y !d.,
he zpu>u; (lt!J; UptGHH 7.P';\'iJ), u.<L :_) ::ncu tL; l" \'<!\ H-71.' :;) ;:() : ; 1 O, 2 l 8b
que en \111!, 8, 45 sostiene en !o cual" (tiJ t:v rt1) puede scc un lugar (:ro;). 670 u

una afcLcin (;:o;), una !"orm:1 o una m:.gnituJ (tri:y<:lio:), se>!n los Jin::rsos Gun*
7 l il
birJs y mmirnic;nl(JS ioq:ci, ci/J,ult<JGt;, yru:JtQH()pn, riSr1molltcn;)
671 C L !d., VL ! , 2 3 l L 6 i .S ; 6, 237;; 9 . i

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