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2014 Coordinadora Nacional de Derechos Humanos

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Primera edicin, marzo de 2014
Hecho el Depsito Legal en la Biblioteca Nacional del Per N
Diseo y diagramacin: Romy Kanashiro & Omar Gavilano
Impresin: Spondylus ediciones
Foto portada: Carlos Gastelumendi
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH)
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Lima - Per
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Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
Informe Anual 2012-2013. Lima, CNDDHH. Marzo del 2014.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 3
PRESENTACIN
Balance General de la situacin de DDHH
INSTITUCIONALES
Premios ngel Escobar Jurado 2012 y 2013
Premiacin de Derechos Humanos 2012
Premiacin de Derechos Humanos 2013
Un adis a Pilar Coll, la primera Secretaria Ejecutiva de la
CNDDHH
Reconocimiento pblico a Javier Diez Canseco
BALANCE POST-CVR: A DIEZ AOS DEL INFORME FINAL DE
LA COMISIN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIN
Renovar el compromiso con la memoria y justicia
DERECHOS CIVILES Y POLTICOS
1. Conictos sociales: enfermedad o sntoma?
2. La situacin de la tortura en el Per y el mecanismo
nacional de prevencin
3. El Plan Nacional de Derechos Humanos
4. Informe sobre condiciones carcelarias
OTROS TEMAS DE PREOCUPACION
5. Informe sobre la situacin del derecho a la educacin
6. Informe sobre el derecho a la salud
7. Informe sobre el derecho a la vivienda
8. Informe sobre el derecho a un medio ambiente sano y
adecuado
9. Informe sobre la situacin de los derechos laborales
10. Informe sobre los derechos de los nios y las nias
11. Situacin de los pueblos indgenas
12. Balance de los derechos de las mujeres
13. Situacin de los derechos sexuales y reproductivos
14. Derecho a la igualdad y a la no discriminacin
15. Derechos de la comunidad LGTBI
16. Derechos de las personas con discapacidad
17. Situacin de los derechos humanos de las personas
adultas mayores del Per
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NDICE
SISTEMA INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS
18. Balance del ltimo proceso de reforma de la Comisin
Interamericana de Derechos Humanos: la reforma
eterna?
ANEXO
Organizaciones que integran la CNDDHH 2013
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PRESENTACIN
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Cul sera la mejor manera de caracterizar el ao 2013 para los derechos humanos en el
Per? Quizs podra decirse que la inaccin de instituciones que deben velar por ellos se
cruza con ciertas buenas intenciones de los actores del Estado peruano: lamentablemente
en la prctica implic que, los derechos humanos, siguieron siendo violentados y que el
Estado no ha podido implementar las normas necesarias para garantizarlos.
La primera cifra que no revela en toda su dimensin lo que implica por ella misma es esta:
17 personas muertas desde setiembre del 2012 hasta diciembre del 2013 en conflictos
sociales. Entre ellas, la historia cruel de Kenllu Sifuentes Pinillos, joven de 22 aos que viva
en Barranca, y que cuando tena doce aos en el 2004 recibi una bala de un efectivo del
Ejrcito peruano en un paro agrario en Pativilca. Fue operado en el Hospital del Nio, es-
tuvo internado varios meses, hasta que finalmente se recuper y pudo terminar el colegio.
Diez aos despus, durante una protesta convocada por la Municipalidad de Barranca,
Kenllu Sifuentes vuelve a ser impactado por un proyectil, esta vez en el esternn, y a las
pocas horas muere. Acaso el Estado peruano no pudo prevenir esta situacin equipan-
do a sus policas antimotines con armas no letales? En Lima la prensa apenas le dedic
algunas lneas: acaso la historia de Kenllu Sifuentes, atravesado dos veces por dos balas
que salan para reprimir a los protestantes, no es tan impactante como la de cada uno de
los cados en las protestas venezolanas?
Pero regresemos sobre lo que le ha faltado a varias de las instituciones tutelares del Esta-
do para garantizar nuestros derechos. Ni se ha implementado el Mecanismo de Preven-
cin contra la Tortura, ni se ha promulgado el Plan Nacional de Derechos Humanos, ni se
ha derogado el Decreto Legislativo 1095 por el contrario hay mayor impunidad para PNP
y Ejrcito durante represin en conflictos sociales con la dacin de la Ley 30151 ni se
han anulado los marcos legales que permiten los convenios entre PNP y empresas extrac-
tivas. Los peruanos y peruanas seguimos estando divididos entre ciudadanos de primera,
con un Estado que garantiza su vida y sus propiedades, y ciudadanos de segunda, cuyas
vidas y propiedades, sobre todo cuando son rurales o de pueblos indgenas, siguen sien-
do subalternas a los intereses de las grandes empresas extractivas que, por sobre todo,
tienen garantizadas sus inversiones con la finalidad de que aquellos que gozan del creci-
miento sigan gozndolo. Al otro lado de la balanza siempre se encuentran los ms dbi-
les: las mujeres campesinas, los comuneros quechuahablantes, los nios afectados por
la contaminacin de sus aguas y sus cielos. Estas palabras parecen maniqueas, pero en
nuestro contexto poltico actual, no lo son: si al Estado verdaderamente le interesaran los
derechos humanos de las mujeres, de los pueblos indgenas y de los nios no priorizara
la flexibilidad de las normas ambientales, de los estudios de impacto ambiental y de la am-
pliacin de proyectos extractivos sobre la vida, la salud y la integridad de sus ciudadanos.
BALANCE GENERAL DE LA
SITUACIN DE DERECHOS
HUMANOS
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Informe ANUAL 2012-2013 8
Por eso mismo, este informe de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos es largo,
grueso, lleno de cifras, lleva varios artculos firmados, un balance completo sobre los 10
aos de la entrega del Informe Final de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin (CVR)
pero sobre todo, rezuma cierta desesperanza. Para evitarla, para poder plantear estrate-
gias que nos permitan una visin de largo plazo, proponemos en esta parte del texto, no
quedarnos simplemente en la presentacin de lo que ustedes, lectores, podrn revisar
en el ndice y en cada una de estas pginas; proponemos tratar de entender cules son
las relaciones que puedan existir entre esta realidad de 2013 y nuestro pasado inmediato;
proponemos analizar las relaciones que puedan existir entre el conflicto armado interno y
los conflictos sociales en la actualidad, entre las estrategias de control desde los aparatos
del Estado de las protestas sociales hoy y la subversin de ayer.
En ese sentido, esta propuesta ms bien personal, se divide en cuatro acpites: despres-
tigio, visiones de desarrollo, protesta y disidencia.
DESPRESTIGIO
A pesar de que el proceso de la CVR ha planteado un antes y un despus de los derechos
humanos en el pas, debemos dar cuenta de los golpes que nuestro discurso post-conflic-
to y de justicia transicional ha recibido. Nuestra manera de entender y defender los dere-
chos humanos ha sido todo este tiempo duramente atacada por los sectores vinculados a
la necesidad de impunidad. Estos sectores son:
el fujimorismo activo y congresal,
ciertos sectores de las FFAA y FFPP que estn procesados en juicios pblicos,
cierto sector del aprismo que est vinculado con el comando Rodrigo Franco o los
hechos relativos a casos como Cayara o El Frontn,
algunos sectores amplios de la opinin pblica que tienen intereses en vincularnos
como defensores de terroristas.
La idea que han difundido estos sectores es que en el movimiento de derechos humanos,
adems de ser caviares y de defender a los terroristas, nos aprovechamos de la humil-
dad e ignorancia de los familiares y de las vctimas para cobrar ingentes sumas de dinero
por reparaciones y quedarnos con l para solventar un modo de vida elitista y cosmopolita.
Esto es absolutamente falso porque, por lo menos desde las diferentes instituciones de
la Coordinadora, jams hemos cobrado un solo centavo por la defensa de las vctimas,
ni por el trmite en torno a sus reparaciones. La diferentes instituciones que conforman la
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos financian sus actividades con proyectos
de diverso rubro, y en el caso concreto de la Secretara Ejecutiva, debido al cierre de las
diversas financieras o el retiro de algunos pases que antes apoyaban estos temas, lo
que hacemos es presentarnos a concursos pblicos de la Unin Europea o de diferentes
pases con la finalidad de solventar nuestras necesidades institucionales que son, a todas
luces, muy reducidas. Los profesionales que trabajan en nuestras instituciones tienen un
alto sentido de compromiso con este tema y as queremos que sigan siendo, porque de lo
contrario, ya se habran ido a trabajar al Estado peruano que paga muchsimo mejor que
cualquier ONG.
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Entonces por qu calan profundamente estos discursos de desprestigio de nuestras ins-
tituciones y de nuestros quehaceres?, por qu no se reconoce la valenta con que algu-
nos abogados siempre menciono el caso de Gloria Cano porque me parece que es una
de las ms emblemticas se la han jugado en nuestro pas para defender los derechos?
ngel Escobar Jurado, por ejemplo, fue un defensor de derechos humanos en Huancaveli-
ca que muri en 1990 precisamente cumpliendo su labor, pero no tiene mayor trascenden-
cia ni mayor recuerdo que el premio que actualmente otorgamos desde la CNDDHH con
la finalidad, precisamente, de reconocer el esfuerzo de muchos defensores.
Hace poco Vctor Rodrguez Rescia, miembro del Comit de Derechos Humanos de la
ONU, nos coment impresionado que el desprestigio de los defensores de derechos hu-
manos en el Per es peligrosamente alto y que saltar a las agresiones y la justificacin de
la criminalizacin desde diferentes instancias pblicas y privadas puede ser el prximo
paso. Todava no vivimos como en Colombia una situacin de violencia y vulnerabilidad
tan alta donde el sicariato ha desaparecido a muchos defensores la historia del doctor
Hctor Abad en Medelln es paradigmtica pero creo que debemos de tener en con-
sideracin la alta tolerancia a la impunidad de los violadores de derechos humanos que
estamos constatando con la cantidad de sentencias absolutorias que se vienen dando en
la Sala Penal Nacional.
LA LUCHA DE DOS VISIONES DEL DESARROLLO
Por lo antes mencionado es fundamental discutir sobre el tema de la criminalizacin de
las acciones vinculadas con la defensa de los territorios, con la defensa de los liderazgos
y con la defensa, en suma, de los derechos humanos en lugares donde, precisamente, el
territorio es el espacio de disputa entre dos maneras de ver el desarrollo: el cortoplacismo
que representa el Gobierno de Ollanta Humala y su gran giro de transformacin a solo
acomodamiento para paliar el golpe del capitalismo neoextractivista, por un lado, y una
manera de entender el bienestar desde una perspectiva eco-poltica considerando la de-
fensa del agua y del territorio como la garanta de la reproduccin de la especie humana
a largo plazo, en el otro lado. Me refiero, en primer lugar, al neoliberalismo a la peruana
de la mano con el consumismo-emprendedor y, en segundo lugar, a una incipiente
manera de entender el sumak kausay (buen vivir) que es un concepto poco reflexionado en
el Per ni acadmica ni mediticamente, excepto en espacios restringidos a Cumbres de
los Pueblos o a asociaciones de pueblos indgenas.
Es fundamental analizar cmo desde dcadas anteriores se fue organizando una urdimbre
de lgicas y prcticas que vinculan diversos aspectos de la violencia como recurso de la
poltica. Cmo comprender las lgicas de los actuales movimientos de pueblos indge-
nas o de los pueblos afectados por las actividades extractivas que presentan memoriales,
cartas, exigen mesas de dilogo, y tras ser ignorados o puenteados o mecidos, finalmente
optan por la toma de una carretera para tener una presencia en los medios y as poder
hacerse or en Palacio de Gobierno?, qu vnculos existen o no existen entre las formas
de reprimir esas manifestaciones y la manera como policas y soldados pensaban que
deban intervenir en los pueblos altoandinos de Ayacucho o Huancavelica para repelar la
actividad subversiva de Sendero Luminoso y el MRTA?, cules son las lgicas que siguen
operando entre ese mundo andino subyugado por la violencia de los aos 80 y 90 y los
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pueblos como Espinar, Celendn, Bambamarca, Paita, Sechura, Tayacaja, entre otros, que
son a su vez tambin duramente reprimidos con balas de guerra desde helicpteros o
francotiradores posicionados en los cerros?, por qu siguen muriendo peruanos, pero
esta vez, no por una violencia sistemtica planteada como una salida a la dominacin
sino por lo que Rolando Luque, defensor adjunto para Prevencin de Conflictos Sociales
y Gobernabilidad, ha denominado estallidos de ira que son, como su nombre lo indica,
desembalses de frustraciones acumuladas?
Debemos de entender la situacin actual de la sociedad peruana como un proceso, como
un continuum, que no solo se articula con formas y prcticas violentas y que en zonas
como Ayacucho, Hunuco o Huancavelica hoy se traducen tambin en pandillaje y vio-
lencia contra las mujeres, sino sobre todo con maneras de pensar, con constructos, con
imaginarios sociales que alientan este tipo de salidas no consensuadas y confrontaciona-
les. La justificacin de los excesos, de la violencia, de la instrumentalizacin del otro, es
la primera piedra de un camino lleno de gestiones peligrosas y que puede terminar con
masacres y muertos en niveles inconcebibles.
PROTESTA
Por lo expuesto, es necesario emprender el giro de la criminalizacin de la protesta hacia
la criminalizacin de la disidencia como lo ha sealado Raphael Hoetmer en el seminario
que la CNDDHH y la UNMSM organizara en octubre del 2013. Esta conceptualizacin no
solo ampla la nocin sino que permite indagar en las maneras de instituir un pensamiento
nico: el desarrollismo extractivista. Plantear la posibilidad de un post-extractivismo en el
Per casi se ve como ser anti-sistema, que fue el alias acuado para Ollanta Humala du-
rante las elecciones del ao 2006 y que hoy nadie recuerda, pero se ha transformado en
una categora utilizada por todos los medios, por los agentes de las grandes empresas,
por los directorios de las sociedades de minera e hidrocarburos y en suma por todos los
concurrentes al PERUMIN de Arequipa: los antimineros.
Si el desprestigio y el estigma de los defensores de derechos humanos se planteaba des-
de el apelativo de caviares hoy tambin se suma el de antimineros. Lamentablemente
este sentido comn ha calado en la opinin pblica y es muy complejo y difcil poder
romper con esta idea para tratar de discernir a los defensores de derechos humanos solo
como activistas o profesionales que tienen un genuino compromiso con la justicia y la de-
mocracia. Este adjetivo no se centra en la descalificacin por las acciones que se realizan,
sino incluso, por tener una posicin diferente al enfoque del neoliberalismo del Ministerio
de Economa y Finanzas y ahora, del Presidente de la Repblica. Entonces, en tanto que
cuando hablamos de protesta nos referimos a acciones en contexto determinados de
lucha, pero cuando nos referimos a disidencia estamos hablando de la pura posicin
poltica frente a sentidos comunes que operan en los ciudadanos como lo correcto,
considero personalmente que la criminalizacin que se da en el Per no se limita a las ac-
ciones de protesta en diversos espacios de lucha sino tambin a la sola accin de pensar a
contrapelo de las propuestas de desarrollo que son el eje de la modernidad entendida como el
proceso de superacin del atraso.
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DISIDENCIA
La disidencia no es solo la protesta: la protesta requiere una accin o una palabra. En
cambio la disidencia solo requiere de una reflexin en torno a algn sentido comn. Solo
requiere estar en desacuerdo. Segn el diccionario de la Real Academia Espaola de la
Lengua, la disidencia (Del lat. dissidenta) es f. Accin y efecto de disidir o f. Grave
desacuerdo de opiniones. Y disidir (Del lat. dissidre) significa separarse de la co-
mn doctrina, creencia o conducta, cuya etimologa literal compuesta significa separar,
no permanecer. En el caso de disidencia por diversos traslados metonmicos su signifi-
cado se extiende tambin a las sinonimias de no desear estar o pertenecer a un mismo
grupo o criterio. Se refiere a tener un criterio diferente al criterio de la mayora.
La disidencia est referida, entonces, a un estado situacional y de opinin, a una actitud.
Por tanto, puede ser manifestada por actos, pero tambin puede ser igualmente un modo
de vida o una opcin en torno a un modo de vida (por ejemplo, ser un anticonsumista). La
disidencia remite a una filosofa de vida, a un compromiso total de un individuo o de un
grupo que asume todas las consecuencias materiales y espirituales de sus elecciones. La
disidencia es una actitud que no necesariamente est dirigida contra algo, sino que ms
bien implica un desacuerdo o una distancia tomada con un poder o una autoridad poltica.
No entra forzosamente en conflicto directo, sino que se aleja, busca otras vas o espa-
cios de legitimidad. De esta manera, el trmino disidencia se distingue de los trminos
contestacin y oposicin, que indican una confrontacin al interior mismo del sistema
poltico en vigor.
En el Per de hoy no solo se criminaliza la protesta como en muchos otros lugares ante la
necesidad del avance de derechos si no fuera por las mltiples protestas sociales, des-
de la Revolucin Francesa hasta Mayo del 68, no habran avances en los derechos sino
que se trata de minimizar y confrontar a aquellos que no estn de acuerdo siquiera con
el modelo de desarrollo gastronmico-extractivista-neoliberal. Muchas veces hemos sido
testigos de linchamientos mediticos por opinar en contra.
Considero que las apuestas de los Guardianes de las Lagunas en Conga o de scar
Mollohuanca en Espinar, de los apus awajn en Supayacu o de Santiago Manuin en
Bagua, no solo pasan por considerar que quitar tranqueras o llamar a movilizaciones son
la lucha fundamental de sus propsitos sino, simplemente, porque ellos mismos como
ncleo duro mantiene una diferencia en el sentido de desarrollo al que aspiran. Disentir,
es hoy por hoy en nuestro pas, ganarse una estigmatizacin que se vincula adems con
la discriminacin de clase y tnica que, por supuesto, lleg a su sumum con la teora del
perro del hortelano de Alan Garca que, lamentablemente, no ha muerto sino que se est
transformando en otras maneras de separar, discriminar y desautorizar una opcin de vida
ecolgica y diversa.
Por eso desde esta gestin en la CNDDHH no solamente alzamos la voz para sealar
cules han sido los derechos humanos que se han violado o los que se han protegido du-
rante el ao 2013 o para pedir normativas y polticas pblicas que permitan que la mayora
de la poblacin pueda ejercerlos, sino que adems consideramos necesario ejercer una
disidencia frente a la flexibilizacin de derechos con la finalidad de mantener un modelo
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de desarrollo que no beneficia a todos sino que acrecienta las brechas y las diferencias
entre peruanos y peruanas.
Roco Silva Santisteban
Secretaria Ejecutiva
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
INSTITUCIONALES
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ANGEL ESCOBAR JURADO
La desaparicin forzada de personas fue
una de las ms duras expresiones de la
violencia poltica que vivi nuestro pas. El
ao 2009 se conmemoraron precisamen-
te 20 aos de la desaparicin de nuestro
ms querido hroe: ngel Escobar Jura-
do, en homenaje al cual lleva su nombre el
Premio Anual de Derechos Humanos.
ngel Escobar Jurado era periodista y activista de derechos humanos y un lder com-
prometido con los asuntos pblicos de su regin y con la democracia: fue Subsecretario
General de la Federacin Provincial de las Comunidades Campesinas de Huancavelica,
Secretario Administrativo del Comit de Derechos Humanos de Huancavelica y colabora-
dor de la Asociacin Pro Derechos Humanos (APRODEH).
Dice de l la Comisin de la Verdad y Reconciliacin:
Siendo miembro del Comit de Derechos Humanos de Huancavelica se dedic
durante ocho aos a realizar labores de registro y denuncia de casos de vulneracio-
nes de derechos por parte de la agrupacin subversiva Sendero Luminoso y de las
Fuerzas Armadas.
Entre 1987 a 1989, se encarg de la elaboracin de solicitudes de garantas por la
posicin amenazante que ejercan las Fuerzas Armadas en la poblacin, especial-
mente los miembros del Ejrcito. Asimismo, se encarg de la elaboracin de de-
nuncias por desapariciones, tortura y asesinatos de personas, dirigidas al Comando
Poltico Militar de Huancavelica.
ngel Escobar Jurado, en el ejercicio de su funcin como Secretario Administrati-
vo del Comit de Derechos Humanos de Huancavelica, emiti el Informe Anual N
03-CODEHH-H-89-HVCA con fecha 25 de noviembre de 1989, donde detalla de ma-
nera cronolgica 56 hechos de violencia ocurridos en Huancavelica entre enero y
noviembre de 1989. Cada hecho de violencia era registrado despus de haberse
comprobado su realizacin en base a diversas fuentes, especialmente el testimonio
de familiares y testigos de los hechos.
PREMIOS
"NGEL ESCOBAR JURADO"
2012 Y 2013
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El da martes 27 de febrero de 1990, a las 7 de la noche ngel Escobar Jurado
fue detenido por cinco individuos vestidos de civil (no identificados), presuntamente
miembros de las Fuerzas Armadas [] Al da siguiente de su detencin la familia
de ngel Escobar realiz infructuosas denuncias y bsquedas en la comisara, la
sede de la Polica de Investigaciones y los centros de Inteligencia; en todos estos
lugares le indicaron que no se encontraba detenido. Desde entonces, se desconoce
su paradero.
Veintitrs aos despus, ngel Escobar sigue siendo ejemplo de nuestra labor como de-
fensores de derechos y su recuerdo no es cosa del pasado, sino un compromiso real con
el presente.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 17
El premio intenta reconocer simblicamente a aquellos personajes que a pesar de todas
las limitaciones, no tambalearon a la hora de defender alguna lucha y causa justa durante
el respectivo ao. Y a pesar de los ataques que defienden intereses adversos, han podido
lograr cambios significativos en la vida de muchos peruanos, defendiendo sus derechos
humanos.
En la premiacin de 2012 conmemoramos la labor de Pilar Coll Torrente, quien fue la
primera secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, una es-
paola de nacimiento pero peruana por conviccin, defendi hasta sus ltimos das los
derechos humanos de muchos peruanos con valenta y sin ambages.
Padre Isaac Shaguano en la
Premiacin de Derechos
Humanos
Premio Nacional de Derechos Humanos
El Padre Isaac Shaguano Murrieta, Prior de la Iglesia y repre-
sentante de la institucin franciscana en Per, recibi el Pre-
mio Nacional de Derechos Humanos por su generoso apoyo
y solidaridad con la protesta social llevada a cabo durante
el ao 2012 en defensa del agua y cuestionando al Proyecto
Minero Conga.
Jorge Chvez en la
Premiacin de Derechos
Humanos
Premio Periodismo y Derechos Humanos
Jorge Chvez Ortiz es un periodista de Celendn, en Caja-
marca, conocido bloguero y autor de Mi mina corrupta;
asimismo, es integrante de la Plataforma Interinstitucional
Celendina, activo colaborador del blog Celendn Libre de la
PIC y corresponsal de varios medios de prensa del Per y
del extranjero. Durante el mensaje a la nacin del 28 de ju-
lio, fue arrestado arbitrariamente por la polica mientras rea-
lizaba su trabajo, para luego ser golpeado y trasladado a la
ciudad de Chiclayo. Chvez haba difundido desde meses
antes videos y fotos sobre los abusos en Celendn.
PREMIACIN DE
DERECHOS HUMANOS 2012
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Informe ANUAL 2012-2013 18
Reconocimiento Especial de Derechos Humanos
Francisco Sobern Garrido es defensor y promotor histrico de los derechos huma-
nos en nuestro pas. Fund la Asociacin Pro Derechos Humanos, donde actualmen-
te es director; es ex Secretario Ejecutivo de la CNDDHH. Adems, tuvo una activa
participacin durante el periodo de violencia vivido en nuestro pas, especialmente en
temas como los desaparecidos y el Grupo Colina.
Padres de Gerson Falla
Mencin especial
Marco Antonio Falla del Solar, padre de Gerson Falla, joven
que fue torturado en la comisara de San Borja, ha empren-
dido una larga lucha por lograr justicia para su hijo: ha soste-
nido en los diferentes medios que la causa de muerte de su
hijo no fue por exceso de drogas como afirma la polica, sino
que en las pericias al cuerpo de Gerson se determin que
se debi a los letales golpes recibidos durante la detencin
de su hijo. Desde entonces, Marco Antonio Falla ha sido un
luchador y activista contra la tortura que trasciende el caso
de Gerson.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 19
En este ao la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos realiz la XXIII entrega de
los premios de derechos humanos en las siguientes categoras: Premio Nacional de Dere-
chos Humanos, Premio Periodismo y Derechos Humanos y Premio Especial de Derechos
Humanos. As, los premios permiten otorgar reconocimiento a quienes han destacado en
su arduo trabajo por la defensa y promocin de los derechos fundamentales en nuestro
pas.
Roco Silva Santisteban y
Mara del Carmen Gmez
Premio Nacional de Derechos Humanos
La misionera espaola Mara del Carmen Gmez Calleja re-
cibi el Premio Nacional de Derechos Humanos gracias a su
trabajo para esclarecer los sucesos violentos del Baguazo.
La hermana Maricarmen rechaz firmar un informe con irre-
gularidades sobre el conflicto social y fue una de las autoras
de una publicacin que cuestiona los datos oficiales en re-
lacin al Baguazo.
Elas Navarro y Glatzer
Tuesta
Premio Periodismo y Derechos Humanos
Elas Jess Navarro Palomino es un periodista ayacuchano,
corresponsal del diario La Repblica, cuyo trabajo destaca
por cubrir temas sobre narcotrfico, terrorismo y derechos
humanos. Los graves resultados de sus investigaciones pro-
vocaron que sufriera un atentado en su vivienda; no obstan-
te, Elas Navarro contina con su labor periodstica.
PREMIACIN DE
DERECHOS HUMANOS 2013
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Informe ANUAL 2012-2013 20
Sadit Gmez, en
representacin del Padre
Gerald, y Francisco Sobern
Premio Especial de Derechos Humanos
El Padre Geradl Veilleux, en sus 39 aos de sacerdocio en
Ucayali, ha trabajado incansablemente por los derechos de
los nios soldados en el VRAEM y para que los excesos
del Ejrcito durante el conflicto armado interno no queden
impunes. El religioso canadiense persiste en el fortaleci-
miento de la cultura de paz en la zona; su compromiso con
los derechos humanos es intachable.
Germn Vargas junto a
las representantes de las
madres de la Asociacin
Tamar - Hunuco
Mencin Honrosa
Tamar es una asociacin de madres que luchan para que
no queden impunes los casos de violacin sexual de nias y
nios en Hunuco. Las madres de Tamar denunciaron ms
de 1300 delitos de abuso sexual solo en 2012 y su lucha por
el acceso a la justicia contina.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 21
UN ADIOS A PILAR COLL,
LA PRIMERA SECRETARIA
EJECUTIVA DE LA CNDDHH
Me resulta difcil recoger la densidad de lo vivido en la CNDDHH. Los pro-
blemas fueron muy fuertes en ese tiempo, pero siempre pude contar con
apoyos firmes de los miembros del Comit Directivo con los que se gener
una autntica amistad y de muchas personas amigas que supieron estar muy
cerca. Me senta protegida a pesar de los riesgos y senta una fuerza interior
que estoy segura vena de lo ms alto y de ms lejos, que me permita seguir
con buen nimo y creo que sin miedo....
Retazos de vida
Autobiografa de Pilar Coll
Pilar Coll Torrente (Huesca 1929 - Lima 2012) fue una pe-
ruana por adopcin y por su amor a la defensa de los dere-
chos humanos de todos, sin distincin alguna, amor que se
concret en una accin valiente, digna y perseverante. Una
extraordinaria y generosa mujer que se bati en defensa de la
vida en los duros aos 80, cuando sus propuestas eran ata-
cadas tanto por los violadores de derechos humanos desde
el Estado como por los mismos terroristas durante el conflic-
to armado interno, e incluso, por algunos obispos que no supieron valorar su capacidad
personal ni su autntico compromiso con el evangelio de los pobres.
An a los 83 aos, con su bastn y su paso lento, participaba de todas las actividades en
apoyo a los derechos humanos en Lima con valenta y voz muy alta, por eso mismo, hasta
el ltimo da de su vida apoy distintas acciones para difundir las recomendaciones de la
Comisin de la Verdad y la Reconciliacin o para analizar las posibilidades penitenciarias
de mujeres encarceladas. Pilar fue consejera del Consejo Nacional de Reparaciones. Su
labor pastoral en las crceles, su compromiso por la verdad y la justicia, sus batallas por-
que las vctimas reciban reparaciones dignas, son un ejemplo de resistencia, tenacidad y
lucha.
Pilar Coll pidi expresamente que el dinero que puedan invertir en flores para su acom-
paamiento a la ltima morada sea entregado a las internas del Establecimiento Peniten-
ciario Chorrillos, donde ella realizaba labor pastoral todos los jueves desde hace ms de
veinte aos. Por eso, pero sobre todo, por su tenacidad en la lucha pos de la justicia, Pilar
Coll es un ejemplo de persistencia en la esperanza por la dignidad y la verdad de todos.
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Informe ANUAL 2012-2013 22
Pilar Coll Torrente muri el 15 de setiembre del 2012 en el Hospital Centenario Peruano
Japons, debido a una operacin urgente de ltimo minuto. Sus restos fueron velados
en el Colegio de Jess, ese lugar al que cada Pascua de Resurreccin ella acuda para
participar de la misa de Gustavo Gutirrez. Esa maana once obispos celebraron la misa
de cuerpo presente, antes de que sus restos visitaran por ltima vez el Establecimiento
Penitenciario Chorrillos II, Mxima Seguridad, en donde una multitud de mujeres le dieron
la despedida final. Por ltimo, fue cremada en Lurn y sus cenizas, en parte, fueran llevadas
a su Cdiz natal y otra parte reposan en la Iglesia de la Virgen de Ftima en Miraflores. Su
magisterio, su tenacidad, su posicin de encarar la vida de manera frontal, permanecern
en nuestra memoria.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 23
RECONOCIMIENTO PBLICO A
JAVIER DIEZ CANSECO
1
Las organizaciones agrupadas en la Coordina-
dora Nacional de Derechos Humanos manifes-
tamos nuestro reconocimiento pblico a Javier
Diez Canseco Cisneros, por su trayectoria polti-
ca dedicada a la defensa de la vida, la democra-
cia y los derechos humanos.
En 1980, Javier Diez Canseco, en su calidad de
diputado, form parte de la primera Comisin
de Derechos Humanos de la Cmara de Diputa-
dos del Congreso de la Repblica. Desde enton-
ces ha participado en varias comisiones investi-
gadoras de casos de violaciones a los derechos
humanos, siendo un aporte fundamental para
investigar y sancionar los crmenes que se pro-
ducan esos aos. Producto de ese trabajo, su-
fri un conjunto de atentados contra su vida y la
integridad fsica de su familia, la voladura de su
casa, entre otras agresiones directas, adems
de reglaje, seguimiento y hostigamientos varios.
Sin embargo, jams cej en su defensa de las
vctimas.
En los ltimos aos ha jugado un rol muy importante en la defensa de las personas con
discapacidad, siendo uno de sus ltimos logros en accin coordinada con diversas or-
ganizaciones de ste mbito, la Ley General de la Persona con Discapacidad 29973.
Ahora que ya no est con nosotros, valoramos su trabajo, como el de un poltico, de-
dicado a defender causas a favor de la vigencia irrestricta de los derechos humanos en
nuestra patria.
1 Javier Diez Canseco Cisneros (Lima, 24 de marzo de 1948 - 4 de mayo de 2013) fue un socilogo, escritor y poltico peruano, fundador
del Partido Socialista del Per y Congresista de la Repblica. Fue miembro de la Asamblea Constituyente y congresista del Per, cargo
para el que fue elegido en seis ocasiones (1980, 1985, 1990, 1995, 2001, 2011). Postul a la Presidencia de la Repblica en las elecciones
generales del Per de 2006.
BALANCE POST-CVR
A DIEZ AOS DEL INFORME
FINAL DE LA COMISIN DE LA
VERDAD Y RECONCILIACIN
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 27
La Comisin de la Verdad fue creada durante el gobierno de transicin del presidente
Valentn Paniagua mediante Decreto Supremo 065-2001-PCM, 4 de junio de 2001, en-
cargndosele esclarecer el proceso, los hechos y las responsabilidades de la violencia
terrorista y de la violacin de los derechos humanos producidos desde mayo de 1980
hasta noviembre de 2000, imputables tanto a las organizaciones terroristas como a los
agentes del Estado, as como proponer iniciativas destinadas a afirmar la paz y la concor-
dia entre los peruanos. Los objetivos de la Comisin no se limitaron al esclarecimiento de
los crmenes y la elaboracin de propuestas de reparacin; incluyeron el anlisis de las
condiciones polticas sociales y culturales que contribuyeron a la violencia, as como el
recomendar reformas institucionales, legales y educativas que garantizasen la preven-
cin de episodios similares en el futuro. Al ampliarse su nombre Comisin de la Verdad
y Reconciliacin se aadi el objetivo de sentar las bases para un profundo proceso de
reconciliacin nacional, a partir del esclarecimiento de los hechos as como del restableci-
miento de la justicia (DS N 101-2001-PCM, 4 de setiembre de 2001).
La instalacin de la Comisin signific un enorme logro para el movimiento de derechos
humanos. Si bien el origen de la decisin estuvo en el desenlace de la crisis del rgimen
fujimorista, se abra la posibilidad de investigar y juzgar el conjunto de las violaciones
ocurridas en el pas desde el inicio del conflicto armado en 1980. El movimiento haba
participado en la comisin ad-hoc (tres ministerios, dos representantes de iglesias y la
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos) que defini las caractersticas y alcances
del organismo. Al final de cuentas, la composicin plural de la Comisin, con una pre-
sencia mayoritaria de personas ajenas al movimiento de derechos humanos, ampli su
legitimidad y el compromiso de sectores muy diversos de la sociedad peruana. La relacin
Coordinadora/Comisin de la Verdad y Reconciliacin fue, desde un inicio, de colabora-
cin estrecha. Tal como repetidas veces lo ha reconocido el presidente de la Comisin, el
doctor Salomn Lerner: Las organizaciones de derechos humanos tuvieron una actitud
generosa para entregarnos los resultados de las investigaciones que tenan, sus datos.
Comprendieron que la CVR, como toda comisin de este tipo, tena corta vida, un breve
trmino. Ellos haban trabajado antes, tendran que trabajar luego
3
.
Los aportes fueron mltiples, incluyendo experiencia en los temas del Informe y un tejido
de relaciones internacionales. Pero sin duda el ms importante fue una relacin de dca-
2 Este documento ha sido elaborado por Eduardo Cceres Valdivia.
3 Declaracin de Salomn Lerner, 7 de marzo de 2005, citado por Pablo Rojas en Foro de COMISEDH (2009).
RENOVAR EL COMPROMISO
CON LA MEMORIA Y LA JUSTICIA
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Informe ANUAL 2012-2013 28
das con la memoria viva de la historia de violencia y violaciones: la relacin con las vcti-
mas y sus familiares, con sus organizaciones; relaciones de confianza y solidaridad que
les permitiran testimoniar y pasar a ser protagonistas del proceso que se abra. Para todos
los activistas de derechos humanos, los momentos ms intensos del proceso fueron las
audiencias pblicas. El impacto fue mltiple. En primer lugar, fue un momento privilegia-
do para la voz de las vctimas. En segundo lugar, a pesar de las limitaciones que tuvo su
difusin, fue un momento de escucha -en muchos casos con estupor, en otros con horror,
sin estar ausente el rechazo- de parte de la sociedad hacia los olvidados de siempre. En
tercer lugar, las audiencias fortalecieron a los comisionados, a colaboradores y voluntarios
del proceso, en su compromiso con la verdad.
EL INFORME FINAL
El 28 de agosto de 2013, fue presentado a la Nacin el Informe Final de la Comisin de la
Verdad y Reconciliacin. El Informe recoga no solo los resultados de dos aos de inves-
tigaciones, entrevistas a ms de 17 mil personas, audiencias pblicas y debate; tambin
sintetizaba un largo proceso de lucha por la verdad y la justicia. Al recibir el Informe, el
presidente Toledo expres su compromiso de implementar las recomendaciones, y el 28
de noviembre de 2003 present una disculpa a nombre del Estado.
El Informe Final es mucho ms que un inventario de casos, acompaado del anlisis
de las causas y un conjunto de recomendaciones. Su Primera Parte, la ms extensa, da
cuenta de una mirada en profundidad sobre el proceso de la violencia, que busca sacar
a la luz, a partir de los hechos, a las vctimas. Tras una periodizacin del proceso, dife-
renciando escenarios regionales as como los rostros y perfiles de la violencia, el Informe
pasa al anlisis de los actores: no solo los armados, tambin los institucionales, polticos y
sociales. La Segunda Parte del Informe se aboca a desentraar los factores que hicieron
posible la violencia. Claramente se seala la responsabilidad central de Sendero Lumi-
noso, al decidir iniciar la lucha armada. Sin embargo, el impacto que tuvo la violencia no
se atribuye exclusivamente a tal decisin. Resulta de la conjuncin de esta con factores
histricos de largo plazo, con factores institucionales y coyunturales, sin los cuales no se
explica ni la duracin ni la crueldad que alcanz el conflicto en varias regiones del pas.
En la Tercera Parte del Informe se analizan las diversas secuelas de la violencia: psicoso-
ciales, sociopolticas y econmicas. Y culmina el Informe con la seccin dedicada a las
recomendaciones: hacia un compromiso nacional por la reconciliacin.
Recapitular la estructura del Informe apunta a llamar la atencin sobre algunas caracters-
ticas fundamentales del mismo. En primer lugar, el Informe comporta una visin del pas.
No solo es un brillante ejemplo de anlisis histrico, sociolgico y jurdico. Es, a la vez,
un juicio moral -siempre difcil y riesgoso- sobre el devenir histrico del Per desde una
determinada perspectiva, en este caso la perspectiva de los derechos humanos. Y si bien
el anlisis articula la perspectiva histrica con el anlisis estructural, pone en el centro de
su inters a las personas en sus diversas dimensiones y adscripciones. Apela a la histo-
ria como raz pero no como explicacin ltima, saca a la luz fracturas sin desconocer los
intentos de sntesis, juzga el presente desde principios que no son abstracciones sino
promesas vivas en las aspiraciones y sueos de peruanas y peruanos. En segundo lugar,
el Informe propone una autntica refundacin moral del pas que sustente un nuevo pacto
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social y una institucionalidad poltica renovada. Es por ello que la evaluacin de su cumpli-
miento no puede reducirse al inventario de las polticas pblicas que se hayan puesto en
marcha, o al nmero de casos que se haya logrado judicializar exitosamente. Una evalua-
cin comprensiva del cumplimiento o no de las recomendaciones del Informe exige mirar
el curso que ha tomado la vida peruana en la dcada transcurrida.
IMPACTOS GLOBALES DEL INFORME: LOGROS Y CUESTIONES PEN-
DIENTES
Ms all de los avatares de la opinin pblica muchas veces interrogada de manera
tendenciosa en medio de intensas campaas de desprestigio de la Comisin y el Infor-
me-, en ningn momento el apoyo al mismo ha estado por debajo del 40%. En relacin a
mensajes centrales del mismo y frente a casos emblemticos de violacin de derechos, el
respaldo ha superado largamente el 60% de la opinin pblica. En momentos cruciales de
la vida reciente la extradicin y juicio a Fujimori, el voto en la segunda vuelta de 2011- las
responsabilidades que el Informe identifica han sido cruciales en las opiniones y decisio-
nes de los ciudadanos.
No solo la agenda general de los derechos humanos ha ganado en visibilidad y legiti-
midad. Tambin algunas agendas especficas que responden a la situacin de doble o
triple exclusin que afecta a sectores significativos de nuestra sociedad. En primer lugar,
los pueblos indgenas que sufrieron los embates ms duros de la violencia (75% de las
vctimas); junto con ellos, las mujeres que adems de la violencia asesina sufrieron vio-
laciones sistemticas y otras formas de agresin sexual. No es casual que en la dcada
transcurrida se hayan hecho visibles grupos de la poblacin particularmente vulnerables
(personas con discapacidad) y/o fuertemente discriminados (personas con diversas op-
ciones sexuales).
Como consecuencia directa del Informe se cre una Sala Penal para conocer delitos
contra la Humanidad y delitos que hayan constituido casos de violacin a los derechos
humanos (2004) y, en torno a ella, un subsistema para el mismo fin
4
; se estableci la Co-
misin Multisectorial de Alto Nivel (CMAN) responsable de dar seguimiento a las acciones
y polticas del Estado en reas de paz, reparaciones colectivas y reconciliacin nacional
(2004). Adicionalmente, el mismo ao, se aprobaron dos importantes leyes de contenido
reparador: la Ley N 28223 que cre el registro para personas desplazadas a cargo del
Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social- y la Ley N 28413 que cre el registro de las
personas desaparecidas bajo responsabilidad de la Defensora del Pueblo. Aunque con
retraso, en julio de 2005 se promulg la Ley 28592 que crea el Plan Integral de Reparacio-
nes (PIR). Hubo que esperar un ao para la promulgacin del reglamento que viabilizara
el inicio de su implementacin. En el segundo semestre de 2006 se cre el Consejo de
4 El subsistema incluye la sala penal nacional y cinco juzgados supra-provinciales (cuatro en Lima y uno en Ayacucho). En el Ministerio
Pblico tambin se crearon fiscalas especializadas: tres fiscalas superiores, ocho fiscalas supra-provinciales (cuatro en Lima, dos en
Ayacucho, una en Hunuco y una en Huancavelica).
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Reparaciones y con l se puso en marcha la elaboracin del Registro nico de Vctimas. A
estas iniciativas nacionales, se sumaron diversas iniciativas regionales y locales
5
.
En general se puede afirmar que los principales partidos polticos peruanos han estado o
frontalmente en contra o de espaldas al Informe. El caso ms evidente es el del Fujimo-
rismo que ha mantenido su vigencia a lo largo de la dcada asumiendo la reivindicacin
y defensa de lo actuado por su fundador. A su lado, en el cuestionamiento a aspectos
centrales del Informe, ha estado el APRA. Esto a pesar de su actitud inicial de dialogar
con el Informe, reivindicando para ello mensajes centrales de su identidad originaria (pro-
nunciamiento del CEN del PAP, 14 de octubre de 2003). Accin Popular ha eludido un pro-
nunciamiento institucional, asumiendo la mayora de sus dirigentes una actitud defensiva
y crtica frente al Informe.
Es en el terreno de la produccin cultural donde se encuentran quiz los impactos ms
significativos y duraderos del Informe. Ya desde inicios del proceso de violencia hubo una
produccin cultural crecientemente comprometida con las vctimas de la violencia y que
apunt a sacar a la luz las races de esta. Desde maestros retablistas ayacuchanos hasta
cineastas dieron su testimonio del proceso en curso. Durante el proceso de elaboracin
del Informe y luego de su entrega al pas, la actividad cultural comprometida con los dere-
chos humanos ha continuado desarrollndose. En el terreno de la literatura se menciona
que existen ms de 280 ttulos relacionados con el tema
6
. No es casual que la nica pe-
lcula peruana que la llegado a ser nominada para un premio Oscar sea una pelcula que
trata uno de los efectos de la violencia (La Teta Asustada). En el terreno de la cultura en su
sentido ms amplio (creencias y representaciones colectivas, prcticas sociales, etc.), los
mensajes del Informe han tenido que disputar intensamente con dos corrientes adversas.
Por un lado, un modelo que privilegia el xito individual a travs de una competencia des-
enfrenada, que reduce al ciudadano casi exclusivamente a su dimensin de propietario y
consumidor. Por otro, la visin autoritaria y controlista que se promueve desde propuestas
neo-conservadoras.
JUSTICIA: CONDENAS EMBLEMTICAS Y LA AMENAZA DE LA IMPU-
NIDAD
La CVR document 47 casos que ejemplifican patrones de criminalidad de violaciones
cometidas durante el conflicto y que fueron enviados al Fiscal Nacional y a los tribunales
para su investigacin. En febrero de 2001, el gobierno de Paniagua lleg a un acuerdo
amistoso con la Comisin Interamericana de Derechos Humanos en relacin a 165 casos,
comprometindose a ofrecer reparaciones para las vctimas y a garantizar la investigacin
y sancin penal de los crmenes. La Defensora por su parte investig y present doce
casos al Ministerio Pblico. A las tres fuentes mencionadas se sum un nmero indeter-
minado de casos denunciados directamente por vctimas o familiares. Corresponda al
5 En Polticas Pblicas de Verdad y Memoria en 7 pases de Amrica Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Per y Uruguay)
[Francisca Garretn Kreft, Marianne Gonzlez Le Saux y Silvana Lauzn, 2011]; se da cuenta de 79 iniciativas de polticas pblicas sobre
el tema: diecinueve corresponden al nivel nacional, trece a nivel regional y 47 son polticas locales. En estas polticas locales se observa
en muchos casos una fuerte participacin de organizaciones de la sociedad civil, ya sea en la iniciativa o en la ejecucin de las polticas.
6 Segn el especialista Vctor Quiroz existen ms de 140 novelas que tratan el tema del conflicto armado interno peruano y los cuentos
pasan hace rato los 300 ttulos (El tinkuy postcolonial. Utopa, memoria y pensamiento andino en Rosa Cuchillo, Lima: Fondo Editorial
UNMSM, 2011).
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Ministerio Pblico denunciarlos y al Poder Judicial procesarlos y sentenciarlos adoptando
para ello los principios y jurisprudencia del derecho penal desarrollados en el contexto de
los procesos transicionales
7
.
Sin duda la condena a Fujimori (7 de abril de 2009, ratificada por la Corte Suprema el 3
de enero de 2010), marc un hito en el proceso de judicializacin de las violaciones a los
derechos humanos. Ms an, si se toma en cuenta que ha estado acompaada de con-
denas a Vladimiro Montesinos, al ex general Nicols Hermoza Ros y a los integrantes del
Grupo Colina. Sin embargo, el anlisis del curso del conjunto de los casos en curso deja
un balance ms bien de preocupacin frente a los resultados de la justicia peruana.
En su balance de los diez aos del Informe de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin
8
,
la Defensora del Pueblo incluye un cuadro resumen de la situacin en la que se encuen-
tran los 200 casos que ha monitoreado de manera sistemtica (se trata de los casos que
present la CVR, los que aport la misma Defensora y los que resultaron del acuerdo
amistoso con la CIDH):
Cuadro N7
Cuadro general de los casos supervisados
por la Defensora del Pueblo - Mayo 2013
Estado de Trmite CVR DP CIDH Total
Investigacin preliminar 5 4 27 36
Instruccin 8 0 2 10
Pendiente de jucio oral 7 0 4 11
Jucio oral 10 0 2 12
En reserva 5 0 1 6
Archivo 4 6 67 77
Sentencia 14 2 16 32
No se ha recabado informacin 0 0 16 16
Total 53 12 135 200
Fuente: Fiscala Superior Penal Nacional; Sala Penal Nacional; fiscalas y juzgados penales suprapro-
vinciales; Aprodeh y Paz y Esperanza.
Elaboracin: Defensora del Pueblo.
Si se examina el contenido de las sentencias emitidas se constata que solo el 9% de las
mismas han sido condenatorias, el 34% absolutorias y un 57% mixtas (es decir condenan-
do a algunos de los acusados y absolviendo a otros). De un total de 285 sentenciados,
223 fueron absueltos (78%) y 62 recibieron condena (22%). A lo largo de la dcada la ten-
dencia principal ha sido a resolver los casos con sentencias absolutorias.
Un factor determinante en el resultado de los casos Fujimori-Montesinos fue la clara e
irrefutable relacin entre los crmenes que se juzgaban y el rgimen que acababa de ser
7 Entre otras publicaciones sobre el tema, destacan: Quinteros, Vctor Manuel; ed.; Temas de derecho penal y violacin de derechos huma-
nos. Lima. Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Catlica del Per (IDEHPUCP), 2012. Coordinadora
Nacional de Derechos Humanos; Retos de la Judicializacin: en el proceso de verdad, justicia, reparacin y reconciliacin. 2a ed., Lima,
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, 2005.
8 Informe Defensorial 162. Lima. Defensora del Pueblo. Agosto 2013
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Informe ANUAL 2012-2013 32
depuesto por la movilizacin social y poltica de 2000 y 2001. Fueron meses de intensa
movilizacin ciudadana, con particular protagonismo de los familiares de las vctimas en
los casos emblemticos (Cantuta, Barrios Altos, Santa). Los abogados del movimiento lo-
graron una relacin positiva con el Ministerio Pblico aportando entre ambos la presencia
de 83 testigos, ms de una veintena de peritos nacionales e internacionales y una gran
cantidad de material probatorio, recogido en ms de 110 tomos. En total se desarrollaron
ms de 140 audiencias. El proceso fue acompaado por 312 observadoras/es nacionales
y 149 internacionales, casi la totalidad de los cuales fueron movilizados por las redes de
las cuales forman parte la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y los organismos
que la integran. El 7 de abril de 2009 Fujimori fue condenado a 25 aos de prisin por su
responsabilidad en los delitos de asesinato con alevosa, secuestro agravado y lesiones
graves, tras ser hallado culpable intelectual de las matanzas de Barrios Altos, en 1991, y
La Cantuta, en 1992, cometidas por el Grupo Colina, as como del secuestro de un empre-
sario y un periodista. Fujimori apel la sentencia pero esta fue ratificada en enero de 2010.
A nivel internacional se ha reconocido que la sentencia a Fujimori es ejemplar en el terreno
de la jurisprudencia del derecho penal transicional. Asume y desarrolla la idea de que es-
tos crmenes son casos complejos en los cuales las pruebas deben ser establecidas con
criterios especficos. La nocin de prueba indiciaria es utilizada repetidas veces junto
con la de dominio de las circunstancias y la de cadena de mando. La sentencia identi-
fica la existencia de una estructura de poder que condujo la guerra sucia como resultado
de la cual se produjeron los crmenes motivo del juicio.
Las dificultades y retrocesos en el terreno de la justicia tiene que ver, entre otras razones
con la desnaturalizacin del subsistema penal espacial al que se hizo alusin anterior-
mente. Paulatinamente se le ha ido asignando nuevos temas, ajenos a su mandato inicial:
delitos de contrabando, tributarios, narcotrfico y crimen organizado. A esto se suma una
regresin doctrinal. Tal como sealan los abogados de las vctimas
9
, los jueces reclaman
la presentacin de pruebas directas, rechazando en la prctica el uso de pruebas indicia-
rias (tal como se hizo en el caso Fujimori
10
), as como la presentacin de rdenes escritas
y firmadas para probar la atribucin de hechos criminales a los mandos a cargo de las zo-
nas de emergencia. Ms escandaloso an, es el descalificar a los familiares como testigos
por considerar que son parte interesada en los casos que se juzga.
En cuanto al Ministerio Pblico, si bien se reconoce desde el movimiento de derechos
humanos la presencia de varios fiscales que tienen una real voluntad de investigar, los
resultados son magros por factores institucionales diversos. Al 2008, solo el 3% de los ca-
sos presentados a las fiscalas fueron materia de denuncia formal, en tanto el 28% fueron
archivados. La formulacin de denuncias ha continuado siendo extremamente lenta en el
quinquenio 2008-2013. La tendencia a archivar casos ha crecido en forma escandalosa,
particularmente en las fiscalas que operan en el departamento de Ayacucho.
En este contexto no es extrao que se haya intentado repetidas veces obtener la excarce-
lacin de Fujimori aduciendo diversos motivos y recurriendo incluso al indulto presidencial.
O que se haya dado el Decreto Ley 1097 que afirmaba: la Convencin sobre la impres-
9 En lo que sigue se recogen las opiniones de la doctora Gloria Cano (IDL) y el doctor Carlos Rivera (IDL).
10 Es de notar que en ms de 30 sentencias posteriores a la del ex Presidente, solo en una se la mencione como antecedente.
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criptibilidad de los Crmenes de Guerra y de los Crmenes de Lesa Humanidad () surte
efectos y rige para el Per a partir del 09 de noviembre de 2003. O que en julio de 2012
un fallo de Villa Stein redujese la pena al grupo Colina. Si bien ambas maniobras fueron
revertidas, expresan claramente la voluntad encubridora que mueve a actores instituciona-
les de primera importancia.
EL ESCNDALO DE LOS DESAPARECIDOS Y LAS EXHUMACIONES
Particularmente indignante es la situacin de los desaparecidos. Al culminar su trabajo,
la CVR entreg una lista con 8558 casos de desaparicin forzada. Asimismo, entreg un
Registro Nacional de Sitios de Entierro, que inclua 4644 lugares a nivel nacional, 2234
en Ayacucho. A la fecha, se han identificado 1818 sitios ms solo en Ayacucho. El Equipo
Forense Especializado (EFE) del Instituto de Medicina Legal (IML) del Ministerio Pblico,
ya en 2011, asuma la existencia de al menos 15000 personas desaparecidas.
A la fecha, los resultados son muy limitados:
Cuadro N8
Proceso de exhumacin, identicacin y
entrega de restos (2002 - abril 2013)
Ao Individuos
recuperados
Individuos
identicados
Individuos
recuperados
2002 81 74 74
2003 18 15 12
2004 56 43 39
2005 62 40 33
2006 125 36 37
2007 108 37 24
2008 200 148 112
2009 513 211 219
2010 311 178 112
2011 497 313 253
2012 449 330 259
2013 58 58 143
Total 2,478 483 1,317
Fuente y Elaboracin: Instituto de Medicina Legal.
A este ritmo, exhumar e identificar a los desaparecidos que faltan tomar ms de cinco
dcadas.
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REPARACIONES COLECTIVAS E INDIVIDUALES, MATERIALES Y SIM-
BLICAS
Tal como se seal anteriormente, a inicios del 2004 se estableci la Comisin Multisec-
torial de Alto Nivel (CMAN) responsable de dar seguimiento a las acciones y polticas del
Estado en reas de paz, reparaciones colectivas y reconciliacin nacional. A pesar de las
mltiples iniciativas desde la sociedad civil, hubo que esperar hasta julio de 2005 para
obtener la promulgacin de la Ley del Plan Integral de Reparaciones (PIR). El Plan defini
como beneficiarios a las vctimas por desplazamiento, encarcelamiento arbitrario, tortura,
violacin y secuestro, as como a miembros del cuerpo militar, policas y comits de auto-
defensa lesionados como resultado del conflicto. Los familiares de los muertos y desapa-
recidos tambin eran elegibles, como lo fueron algunas vctimas indirectas: nios nacidos
como resultado de las violaciones, nios reclutados por los comits de autodefensa, los
acusados injustamente por cargos de terrorismo o traicin, y aquellos que se convirtieron
en indocumentados como resultado del conflicto. La ley ratific el rol de la CMAN en el
proceso de implementacin. En octubre de 2006 se cre el Consejo de Reparaciones
cuya primera tarea fue elaborar un registro unificado de todas las categoras de vctimas
(RUV), sean individuos o colectivos. Beneficiarios colectivos podan ser comunidades
indgenas, campesinas y otros asentamientos afectados por la violencia, as como a los
grupos organizados de personas desplazadas que no haban regresado a sus lugares de
origen. El Consejo declar explcitamente que no registrara terroristas como vctimas.
Al 31 de julio de 2013, el Consejo haba registrado 182350 vctimas individuales, 5697
comunidades y 46 organizaciones de desplazados. Como muestra del dinamismo del pro-
ceso hay que sealar que al 31 de diciembre de 2012 se tena un registro de 160429 vc-
timas individuales. El 96% de las solicitudes individuales y el 91% de las solicitudes de las
comunidades han sido evaluadas, dando como resultado su inclusin en el registro. Sin
embargo, es probable que exista un importante nmero de vctimas por registrar. Cuando
se inici el proceso se previ tenerlo culminado al 2009 con un total de aproximadamente
280000 vctimas.

Reparaciones colectivas
El Informe Final incluy la propuesta de un programa de reparaciones colectivas que re-
construyera y consolidara las instituciones de las comunidades y asentamientos que ha-
ban perdido su infraestructura fsica y social y que sufrieron incremento en la pobreza y en
la exclusin como consecuencia de dos dcadas de violencia. El gobierno de Alan Garca
inici, en junio de 2007, la implementacin de las reparaciones colectivas sin esperar a
la finalizacin del registro de las vctimas. Estas reparaciones se efectan mediante pe-
queos proyectos en comunidades altamente afectadas. La mayor parte de estos se han
enfocado en recuperacin y reconstruccin de la infraestructura econmica, productiva y
comercial; desarrollo de capacidades humanas y acceso a oportunidades econmicas;
recuperacin y expansin de los servicios bsicos de educacin, salud, saneamiento,
electrificacin rural; y, en menor proporcin, la recuperacin de la herencia comunitaria.
En 2007, la CMAN eligi 440 asentamientos rurales, comunidades nativas y centros pobla-
dos rurales para recibir proyectos de inversin de hasta 100000 soles en cada caso. Otras
comunidades fueron priorizadas en los aos siguientes a un ritmo similar, con excepcin
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de 2010 y 2011, cuando el nmero descendi a una tercera parte respecto a los aos an-
teriores. Hasta 2011, 165 millones fueron asignados para 1672 proyectos, implementados
en 1649 comunidades.
Durante el gobierno de Ollanta Humala desde julio de 2011 a la fecha-, el ritmo ha sido
desigual. Inicialmente se anunci para el 2012 una ejecucin global en reparaciones de
149 millones de soles (el promedio anual previo fue de 40 millones), destinndose 100
millones de soles para reparaciones individuales y de los 49 millones restantes, 32 millo-
nes para reparaciones colectivas y 14 millones para reparaciones en salud, educacin y
simblicas. En el presupuesto de 2013 se asign 39 millones de soles para reparaciones,
incluyendo 19 millones para reparaciones colectivas, lo que significa una meta de 190
comunidades para este ao. El resultado global es que 1946 comunidades habrn sido
beneficiadas para finales de 2013, lo que es significativo, pero muy lejano de las 5697 co-
munidades afectadas por el conflicto registradas por el Consejo de Reparaciones
11
.
Reparaciones econmicas individuales
En julio de 2010, el gobierno de Alan Garca anunci que comenzara la implementacin
de reparaciones econmicas, creando para ello una comisin ad-hoc. La mitad del pre-
supuesto de reparaciones de 2011 se reserv para esto (20 millones de soles), mientras
que el resto se asign al quinto ao de la implementacin del programa de reparaciones
colectivas. La CMAN se opuso a realizar pagos parciales o en cuotas a las vctimas, por-
que disminuira el efecto reparador al considerar insuficiente la cantidad que se pagaba en
cada ocasin. Es de notar que en ningn momento las organizaciones de vctimas fueron
convocadas a tomar parte en este proceso.
Finalmente, el programa fue aprobado en forma unilateral a travs del Decreto 051-2011-
PCM incluyendo un conjunto de precisiones que han sido fuertemente cuestionadas: a) se
estableci como monto de reparacin la suma de 10000 soles por vctima (sin explicacin
de cmo se lleg a dicha cantidad); b) se prioriz a los adultos mayores por su mayor
vulnerabilidad; y c) se cerr el registro de beneficiarios de las reparaciones econmicas
a partir del 31 de diciembre de 2011. Con estas limitaciones, el gobierno de Garca pag
reparaciones a 1021 vctimas antes de terminar su mandato. De hecho, el tema del monto
de las reparaciones haba sido discutido entre organizaciones de vctimas y de la socie-
dad civil. En una sesin llevada a cabo en noviembre de 2011, la CMAN defini un pago,
similar para todas las vctimas, de 36000 soles, equivalente a 10 UIT (Unidad Impositiva
Tributaria). Lo aprobado mediante el DS 051 representa menos de un tercio de este monto.
A este problema se suma el asunto del mecanismo de reparto del exiguo monto entre los
sucesores de las vctimas mortales.
El gobierno de Humala ha seguido pagando las reparaciones con las cantidades definidas
durante el gobierno de Garca
12
. Hasta julio de 2012, 1878 personas haban recibido algn
tipo de reparacin econmica. En la segunda mitad de 2012, este programa recibi un
fuerte apoyo financiero y para diciembre el nmero total de beneficiarios se increment a
11 Segn el mencionado Informe Defensorial, a mayo del 2013 han sido beneficiadas 1892 comunidades.
12 El 15 de enero de 2013 fue publicada la Ley N 29979, que aunque no tom en cuenta la sugerencia de ampliar las prioridades estable-
cidas por el DS 051, facult al MINJUS para que establezca, mediante un reglamento, otros criterios complementarios.
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17652 vctimas, con una inversin total de 96 millones de soles. El actual gobierno pare-
ce querer reducir su compromiso financiero en las reparaciones. El Ministerio de Justicia
envi a la CMAN una solicitud para interpretar las regulaciones de manera que las vcti-
mas que sufrieron ms de una violacin o aquellas que perdieron a ms de un miembro
de su familia recibieran slo una cantidad. La sociedad civil y Defensora del Pueblo se
han opuesto y la CMAN unnimemente tom la decisin de no aceptar la interpretacin
propuesta por el Ministerio de Justicia. En junio de 2012 el Congreso aprob una ley que
ampla la definicin de vctimas con derecho a reparaciones, incluyendo vctimas de vio-
lencia sexual, no slo vctimas de violacin. El gobierno ha bloqueado la promulgacin de
la ley aduciendo que implica un compromiso adicional de recursos no aprobados en el
presupuesto nacional.
Restitucin de derechos civiles y polticos
Hasta junio del 2013, la Defensora del Pueblo ha entregado 1890 constancias de au-
sencia por desaparicin forzada, documento que permitira a sus familiares obtener una
declaracin judicial de ausencia debido a desaparicin forzada. El Registro Nacional de
Identificacin y Estado Civil (RENIEC) ha implementado diversos programas y campaas
para ayudar a las vctimas a obtener su documentacin; se realizaron en las reas ms
afectadas, y continan hasta hoy. Se simplific requisitos y fueron libres de costo. En 2012
se destino un importante presupuesto a RENIEC para estas iniciativas.
Reparaciones en el terreno educativo
Un problema reiterado en este campo ha sido la definicin de los beneficiarios. Si bien el
Decreto Supremo 015-2006-JUS dio una definicin amplia de los mismos, esto se modi-
fic en 2008 excluyendo a los hijos de las vctimas directas e indirectas, restringiendo los
beneficios slo para las vctimas que, como resultado del crimen sufrido, haban tenido
que interrumpir sus estudios. Las vctimas de reclutamiento forzado fueron excluidas, se
restringi el programa de becas, se ampli la educacin para adultos y se incluy acceso
a capacitacin tcnica. De las vctimas directas registradas por el Consejo de Reparacio-
nes hasta junio de 2012, el 92% tenan 30 aos o ms, y el 72% estaba por encima de los
40 aos. Entre los hijos de las vctimas con derecho a reparaciones, despus de sucesivas
reducciones, el 74% tenan 30 aos o ms y la mitad de estos ms de 40 aos. En setiem-
bre de 2012, la CMAN y el Ministerio de Educacin crearon una beca que se brindara a
las vctimas acceso a la educacin universitaria; siendo un total de 50 becas, su nmero
es exiguo frente a un registro de 13511 hijos de vctimas de asesinatos, desapariciones y
violaciones de entre 18 y 29 aos.
Reparaciones en el plano de la salud
En el CMAN se aprob de manera consensual un plan sobre reparaciones en salud, cuya
implementacin ha sido desigual. El programa ms serio en este campo es el que se
dise y comenz a implementar durante el perodo de Pilar Mazetti como Ministra de
Salud (2004-2006). Con el apoyo de la Cooperacin Japonesa (JICA) y en alianza con la
Universidad Mayor de San Marcos, el Ministerio puso en marcha Proyecto de Fortaleci-
miento de la Atencin de Salud Integral para personas Vctimas de la Violencia y Violacin
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de Derechos Humanos. Se focaliz en Lima Este, Cusco, Ayacucho, Junn y Huancavelica,
culminando en 2007.
Las demandas en salud mental comenzaron a ser atendidas por equipos itinerantes de
diversos hospitales a partir del 2003. Con el Plan Integral de Reparaciones en Salud Men-
tal, que se enfoca en las diez reas ms afectadas por el conflicto, se ha cubierto ms de
cincuenta mil atenciones durante el ao pasado.
Dada la generalizada precariedad de la atencin en salud en el pas, lo especfico de la
atencin a las vctimas de la violencia tiende a diluirse en mecanismos como el Seguro
Integral de Salud (SIS). A junio del 2012, 29012 vctimas estaban registradas en el SIS.
Las batallas por la memoria, las reparaciones simblicas y la reconciliacin en pers-
pectiva
Una de las recomendaciones del Informe fue sugerir que la Defensora del Pueblo, de-
positaria del acervo documental de la CVR, implemente un sistema de difusin amplia
del mismo, promoviendo la investigacin cientfica y acadmica respecto de los temas
aqu sealados. En abril de 2004 se abri el Centro para la Memoria Colectiva, lo que ha
contribuido de manera significativa al incremento del nmero y la calidad de los trabajos
de reconstruccin de la verdad histrica, proponindose, en la mayora de los casos una
comprensin ms completa y compleja del proceso vivido. Son relevantes los trabajos
desarrollados en torno al IDEHPUCP (creado en 2004); as como en el IEP, liderados por el
excomisionado Carlos Ivn Degregori (fallecido en el 2011).
La memoria no es simplemente la recoleccin de informacin sobre el pasado. Es un
proceso intencional de reconstruccin de lo vivido en funcin de comprender el presente.
La hacen los sujetos, sucede al interior de ellos y es, por ello, subjetiva. Pero a su vez,
refiere a eventos que han tenido lugar en el mundo y que han dejado huellas que pueden
ser verificadas pblicamente. Por ello la memoria es (o puede no ser) objetiva. Las ba-
tallas por la memoria se ubican en esta delicada interseccin entre ambas dimensiones.
En la dcada transcurrida, ms all de las argumentaciones jurdicas, se han intentado
reconstrucciones de la memoria alternativas a las del Informe Final de la Comisin desde
distintas perspectivas. Por un lado, desde la ptica de las Fuerzas Armadas. Los ttulos
son bastante elocuentes en relacin a su perspectiva
13
. La publicacin ms reciente desde
este campo tiene una autora institucional, la Comisin Permanente de Historia del Ejr-
cito del Per, y se titula En honor a la verdad (Lima, 2012). Ms all de las evidentes discre-
pancias, es de notar que en meses pasados el texto fue presentado y discutido en el IEP.
Una crnica del evento incluye el siguiente comentario: el General Merino ley la pgina
311, que aqu citamos: El Ejrcito del Per lamenta que oficiales y suboficiales surgidos
de sus filas hayan participado en actos no regidos por la ley, lo que ha ensombrecido la
brillante labor de muchos de sus miembros. Fue interesante que luego de la lectura del
13 Ex-Comandantes Generales del Ejrcito Peruano: Injusticias Contra los que Combatieron y Derrotaron a los Terroristas (1980 - 2000), Lima,
Julio del 2007; Asociacin de los Defensores contra el Terrorismo (ADDCOT): El Terrorismo en el Per 1980-2000: Versin de los Militares
que lo Combatieron, Lima, junio 2006; Jos Cabrejos Samam: La Verdad Sobre Accomarca: Ayacucho 1985, Lima, Junio del 2006; Jos
Rolando Valdivia Dueas: CAYARA: Derrota de Sendero Luminoso en su "teatro principal" y manipulacin psicolgica pro subversiva, Lima,
Octubre del 2001.
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prrafo completo, el mismo General sealara que un prrafo en un libro ciertamente no es
una disculpa suficiente
14
.
Desde la otra orilla se han publicado diversos textos. En el caso de Sendero Luminoso,
su viraje a la propuesta de acuerdo de paz no es sino un reclamo apenas encubierto
de impunidad sin la ms mnima autocrtica de lo actuado durante los aos del conflicto.
En esto, los dirigentes encarcelados no se diferencian de quienes los critican, como es el
caso del director de El Diario Internacional, Luis Arce Borja
15
. Hay, sin embargo, algunos
textos, como el libro de Eduardo Ibarra
16
, que desarrollan una crtica al senderismo a partir
de sus propios supuestos (el maosmo, en particular). Por el lado del MRTA, su principal
lder, Vctor Polay, public en 2007 un libro en el que reivindica para s y su movimiento la
condicin de guerrillero, provocando una fuerte reaccin de diversos sectores
17
. Otro de
sus lderes, disidente desde los aos finales del conflicto armado, Alberto Glvez ampli
la autocrtica del voluntarismo vanguardista que ya haba puesto de manifiesto ante la
Comisin de la Verdad
18
.
Sin embargo, salvo algunas actividades del grupo Memoria del Instituto de Estudios Pe-
ruanos, no se han desarrollado espacios en los cuales estas diversas visiones puedan
confrontarse y dialogar en la perspectiva de abrir un proceso que, sin relativizar la ver-
dad histrica ni las responsabilidades morales y jurdicas, apunte a construir un nosotros
inclusivo. Cada vez que se hace evidente la presencia de los remanentes de Sendero
Luminoso, en particular del MOVADEF, suenan las alarmas en el Estado y la opinin p-
blica en relacin a los peligros del olvido. Sin embargo se oculta que buena parte de la
responsabilidad en relacin con esto recae directamente sobre el Estado. Basta recordar
los diversos episodios en los que se han bloqueado iniciativas para introducir el Informe
Final de la CVR en el currculum escolar.
La produccin ms rica y densa sobre memoria es, sin embargo, la que se ha desarrolla-
do fuera de los espacios acadmicos e institucionales, en la sociedad misma. Particular-
mente entre las poblaciones afectadas directamente por el conflicto. Poblaciones que tal
como el mismo Informe recoge- muchas veces estuvieron involucradas en el conflicto.
Sea porque se alinearon con la subversin o con las fuerzas estatales, sea porque en el
marco del vaco de poder, dirimieron violentamente conflictos intracomunales o interco-
munales. Hubo quienes se quedaron (resistentes) y quienes se fueron (retornantes),
y que al culminar la violencia tuvieron que recomponer su vida en comn. Para esto, ha
sido indispensable desarrollar procesos de restauracin individual y social, uno de cu-
yos componentes es la (re)construccin de una memoria compartida. Durante el proceso
de la Comisin y luego se han desarrollado numerosos procesos y eventos de este tipo.
Algunos han sido recogidos en publicaciones acadmicas y de organismos de derechos
humanos, pero muchos ms han debido quedar inditos por la gravedad de los hechos
que testimonian los participantes
19
.
14 Coloquio en el IEP, 24 de enero de 2013.
15 Memoria de una guerra. Per 1980-2000. Centre dEtudes Sociales sur Amrique Latine (CESAL). Abril 2009; Historia de la guerra revolu-
cionaria en Per. S.f.
16 El pez fuera del agua: Crtica al ultraizquierdismo gonzaliano, J. Gutemberg, 2010.
17 En el banquillo terrorista o rebelde? Lima, Canta Editores, 2007
18 Alberto Glvez Desde el pas de las sombras.Lima, SUR, 2009
19 Uno de los textos ms reveladores en esta perspectiva es el trabajo de Kimberly Theidon: Entre prjimos. Lima. Instituto de Estudios
Peruanos. 2004.
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Los lugares y eventos de memoria han sido y son terreno de confrontacin. Ejemplo de
esto son los avatares del memorial El ojo que llora, establecido en el Campo de Marte
como parte de un espacio ms amplio de conmemoracin. El monumento no solo ha sido
atacado repetidas veces por simpatizantes fujimoristas, sino que ha sido amenazado por
el mismo alcalde del distrito. Tampoco la muestra fotogrfica Yuyanapaq. Para Recordar
ha escapado a la controversia, tal como se puso de manifiesto en el cierre de su acceso
a los representantes internacionales que participaban en una reunin en el mismo local
donde la muestra se exhiba. En el sitio web del movimiento ciudadano Para que no se re-
pita se encuentra informacin en torno a ms de 120 lugares de memoria establecidos en
diversos departamentos del pas. En su totalidad responden a iniciativas de autoridades
locales/regionales y/o movimientos ciudadanos.
A diferencia de otros componentes del mensaje central del Informe, el tema Reconcilia-
cin ha recibido limitada atencin tanto en cuanto a iniciativas desde la sociedad civil
como a polticas pblicas desde diversos niveles del Estado. Probablemente, debido a la
distorsin del tema en manos de quienes lo identifican por uno y otro lado- con las amnis-
tas y los indultos. Sin embargo el movimiento de derechos humanos ha sido un decidido
promotor de la reconciliacin en espacios locales donde la violencia fractur y polariz
comunidades. As se puede referir el proceso promovido por COMISEDH en Lucanamar-
ca
20
. Uno de los testimonios al respecto es el que recogi el EPAF: Nuestro reto ahora es
alcanzar el perdn interno y aprender la leccin y escribir una nueva historia, sin ocultar ni
tapar los hechos, tal cual han pasado, de lo contrario nunca llegaremos a reconciliarnos.
Estamos curando la herida dialogando entre nosotros, para darles a nuestros hijos una
comunidad donde haya armona, esperanza y donde todos podamos soar con un futuro
diferente
21
.
Compromisos a modo de conclusiones
El Informe Final signific un punto de quiebre en relacin a la impunidad de los crmenes
cometidos en los aos de la violencia. An cuando existen corrientes en contra, existe una
clara mayora social en torno a que la impunidad ha sido y es no solo un dao para las
vctimas de las violaciones sino tambin un factor de grave corrosin del tejido social. Este
clima ha contribuido a la judicializacin de numerosos casos de violaciones de derechos
y la condena de los responsables de algunos de los casos emblemticos.
Sin embargo, se corre el riesgo que lo avanzado en la lucha contra la impunidad se pierda
o debilite seriamente dado el curso que estn tomando las sentencias que se emiten des-
de las salas del subsistema penal especial. El trasfondo de estas sentencias no es solo la
renuencia a utilizar los criterios y jurisprudencia del derecho penal transicional. Confluyen
en ellas la limitada atencin que la opinin pblica nacional e internacional tiene sobre
estos procesos (a diferencia de lo que sucedi con los que involucraron a Montesinos,
el Grupo Colina y Alberto Fujimori), la articulacin de una estrategia pro-impunidad que
20 Carola Falcon Edilberto Jimnez Giovanni Alfaro. Lucanamarca: memorias de nuestro pasado. COMISEDH, Lima, octubre 2007. Se
refiere que el objetivo fue promover un proceso de dilogo y recuperacin histrica en Lucanamarca, as como la reconciliacin local y la
afirmacin de un proceso colectivo.
21 Orlando Janampa, Presidente de la comunidad de Saccsamarca. 28 de mayo de 2013.
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involucra a algunas instituciones del Estado, partidos polticos y medios de comunicacin,
la situacin de indefensin de miles de vctimas.
Uno de los dficits ms serios en el terreno del cumplimiento de las recomendaciones
tiene que ver con las exhumaciones de los restos de miles de personas desaparecidas
durante el conflicto y que permanecen en ms de cinco mil sitios de entierro identificados.
Es necesario articular en un solo movimiento diversas demandas y propuestas que se han
hecho para solucionar este problema en el ms breve plazo. El primer paso que el Estado
debe dar es aprobar un Plan Nacional de Intervencin Antropolgica Forense dotado con
los recursos suficientes.
Un criterio elemental de justicia debe llevar a modificar las restricciones que existen para el
acceso de las vctimas a las reparaciones, particularmente a las reparaciones individuales.
El movimiento de derechos humanos insiste en la necesidad de revisar el DS 051-2011,
de manera que el monto se homologue con el que recibieron en su momento los ronderos
que fueron tambin vctimas del conflicto, se elimine la restriccin de una sola reparacin
por beneficiario y se elimine la fecha tope para reconocimiento de la persona inscrita en
el RUV como beneficiaria del programa de reparacin econmica. Asimismo, la Coordina-
dora considera que es una discriminacin inaceptable la negativa del Gobierno de incluir
en el RUV a las personas que han sufrido cualquier tipo de agresin sexual durante el
conflicto.
Son mltiples las reformas institucionales que el Informe Final propuso y estn pendien-
tes. En los ltimos aos, la reiteracin de episodios de uso indiscriminado de la fuerza
por parte del Estado ha hecho patente la necesidad de insistir en las reformas que tienen
que ver con el orden interno. Desde la regulacin de los estados de excepcin hasta los
procedimientos de la Polica Nacional. La Coordinadora y sus organismos ha promovido
el debate y la accin frente al peligroso proceso de criminalizacin de la protesta social,
vincular estos esfuerzos con las recomendaciones correspondientes del Informe Final es
fundamental para abrir un curso alternativo en las relaciones entre Estado y sociedad.
DERECHOS CIVILES
Y POLTICOS
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Per, junto con Bolivia y Argentina, encabeza las cifras de la conflictividad social a nivel la-
tinoamericano de acuerdo con una investigacin realizada en el 2012 por el PNUD
23
. Solo
en octubre de 2013, la Defensora del Pueblo da cuenta de la existencia de 220 conflictos
sociales y 90 acciones colectivas de protesta
24
.
Respecto al origen de los conflictos, la Defensora seala que casi el 70% tiene carcter
socioambiental. De estos, el 76% est vinculado al ejercicio de competencias a nivel del
Gobierno Central
25
. Ello nos permite afirmar que existe una estrecha relacin entre la con-
flictividad social y la inexistencia, a nivel de gobierno nacional, de cauces institucionales
adecuados para el ejercicio de la ciudadana ambiental en el Per. Algunos de los mbitos
en los que, de manera recurrente, se evidencia esta ausencia son: la participacin efectiva
en las decisiones sobre temas ambientales, la proteccin frente a la contaminacin, el
ordenamiento territorial, el aseguramiento hdrico, la participacin en los beneficios econ-
micos generados por la actividad minera, y los derechos de los pueblos indgenas.
Sin embargo, la respuesta del Gobierno Central frente a la conflictividad social ha eludi-
do abordar decididamente las causas estructurales del fenmeno. Es decir, ha eludido
abordar la vulneracin de derechos y ms bien se ha centrado en medidas paliativas,
abocadas en el mejor de los casos al desarrollo de una institucionalidad especfica y a
la generacin de capacidades para afrontar los problemas sociales. El resultado de este
tratamiento enfocado en atender los sntomas y no la enfermedad es, evidentemente, el
fracaso.
En este sentido, la conflictividad social total en el pas se ha mantenido en niveles supe-
riores a los que existan cuando Ollanta Humala asumi el poder en julio de 2011. Y en
particular, se ha incrementado de manera sostenida la referida a temas socioambientales.
22 Elaborado por Mar Prez Aguilera, responsable del rea DESCA de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
23 PNUD: La protesta social en Amrica Latina. Coordinado por Fernando Caldern.- 1 ed.- Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2012.
(Cuaderno de Prospectiva Poltica 1) p.121 Disponible en http://www.undp.org/content/dam/undp/library/crisis%20prevention/Understan-
ding%20Social%20Conflict%20in%20Latin%20America%202013%20SPANISH.pdf.
24 DEFENSORA DEL PUEBLO DEL PER: Reporte de conflictos sociales n 116. Disponible en http://www.defensoria.gob.pe/conflictos-
sociales/objetos/paginas/6/65reporte-mensual-de-conflictos-sociales-n-116-octub.pdf.
25 Porcentaje calculado en base a los datos proporcionados por la Defensora en el Reporte 116.
1. CONFLICTOS SOCIALES:
ENFERMEDAD O SNTOMA?
22
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Grco: evolucin de la conictividad social durante el gobierno de OHT
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no de casos de conflictos
sociales
no de casos de conflictos
socioambientales
La otra cara de la llamada gestin del dilogo en el abordaje de la conflictividad social
es la poltica de mano dura. El gobierno de Ollanta Humala ha continuado desarrollando
las estrategias represivas desplegadas por los gobiernos anteriores en relacin con la pro-
testa social. Nuevamente el abordaje gubernamental consiste en enfrentar los sntomas en
lugar de la enfermedad. A este nivel, sin embargo, ya no se trata solo de una intervencin
relativamente amable, pero ineficiente del Estado, sino de una poltica estatal de alto im-
pacto en materia de derechos humanos.
IMPACTOS SOBRE LA VIDA Y LA INTEGRIDAD POR USO ABUSIVO DE
LA FUERZA
Durante el gobierno de Ollanta Humala Tasso se han sucedido los casos de uso abusivo
de la fuerza en situaciones de protesta social. El uso de armas letales, inclusive armas de
guerra, constituye una prctica habitual. Tambin se han recogido numerosas denuncias
sobre el uso de la fuerza de manera indiscriminada, injustificada, y desproporcionada.
Durante la gestin del actual gobierno 29 civiles han perdido la vida como resultado de la
intervencin de las fuerzas del orden en situaciones de protesta social. El 86% falleci por
heridas infringidas con armas de fuego, el 10% de los fallecidos fueron menores de edad.
Los abusos policiales tienen un perfil marcadamente discriminatorio, ya que todas las per-
sonas fallecidas residan fuera de la capital del pas, en zonas rurales, o zonas urbanas po-
bres. Adems, ms de la mitad de los muertos fueron personas indgenas o personas que
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protestaban para reivindicar los derechos indge-
nas, lo que constituye un impacto marcadamente
desproporcionado sobre este grupo poblacional,
que representa el 16% de la poblacin nacional
segn el INEI
26
.
Sin embargo, las manifestaciones en la capital del
pas tampoco se han librado de la violencia poli-
cial. Por ejemplo, durante las protestas en Lima,
mayoritariamente integradas por estudiantes, en
contra de la llamada Repartija
27
se produjeron
violentas cargas policiales. Se registraron disparos
de bombas lacrimgenas directamente al cuerpo
de los manifestantes, y se us el material lacrim-
geno de forma masiva e injustificada, afectando a
personas que ni siquiera participaban en las movi-
lizaciones, como son las vendedoras ambulantes
con sus bebs cargados a la espalda o personas
que coman en los restaurantes de la zona.
La Defensora del Pueblo ha dado una serie de recomendaciones
28
que podran evitar este
tipo de situaciones, pero hasta el momento no se han implementado. Entre las menciona-
das recomendaciones cabe destacar por su relevancia las siguientes:
1. Asegurar la dotacin de armamento no letal y equipos protectores para los efectivos.
2. Garantizar la capacitacin de los policas en el manejo de disturbios. A la fecha es
comn la intervencin de efectivos entrenados para acciones antisubversivas, capa-
citados para un uso extremo de la fuerza.
3. Regular de manera precisa los procedimientos que deben usarse en el control del
orden interno.

PRCTICAS EN EL PROCESO PENAL QUE GENERAN IMPUNIDAD
Hasta el momento no se ha encontrado responsabilidad penal por ninguna de las 159
muertes de civiles, ocurridas en contextos de protesta social, desde el gobierno de Ale-
jandro Toledo hasta la fecha. Ni una sola de las vctimas ha accedido a reparaciones por
la va judicial.
26 Otras fuentes identifican hasta un 40% de poblacin indgena, ya que siguiendo estndares internacionales no restringen la identidad
indgena al elemento lingstico.
27 Las movilizaciones cuestionaban que los cargos de cabecera del Tribunal Constitucional, el Banco Central de Reserva y la Defensora
del Pueblo hubieran sido asignados en bloque y por invitacin, en virtud de un acuerdo entre las principales fuerzas polticas represen-
tadas en el Congreso, en lugar de individualmente, mediante un concurso pblico basado en los mritos probados de los candidatos y
la naturaleza de cada puesto. Como resultado de las movilizaciones masivas llevadas a cabo entre el 22 y el 27 de julio de 2013 en Lima
el Congreso anul los nombramientos. Para ms informacin ver http://derechoshumanos.pe/2013/08/cnddhh-denuncia-abuso-policial-
detenciones-arbitrarias/.
28 Ver DEFENSORIA DEL PUEBLO Violencia en los conflictos sociales Informe Defensorial N 156, disponible en http://www.defensoria.gob.
pe/modules/Downloads/informes/defensoriales/informe-156.pdf.
Elmer Campos lvarez tiene 30
aos y lleva dos aos en una
silla de ruedas. Est parapljico
porque en noviembre del 2011 la
polica le dispar por la espalda
con una ametralladora cuando
protestaba contra el proyecto
Conga en Cajamarca. Tiene dos
hijos que mantener y gasta ms
de 3000 soles mensuales en
medicinas.
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La mayora de los procesos de los que se tiene conocimiento se ciernen sobre los autores
materiales de las muertes. Los procesos as encaminados acaban archivndose por insu-
ficiencia probatoria, ya que resulta muy difcil identificar a los efectivos que directamente
dispararon, sobre todo porque generalmente no se practican oportunamente las pruebas
de absorcin atmica, los cuadernos de afectacin de armas presentan adulteraciones,
y el Ministerio del Interior es extremadamente reticente a brindar la informacin que se le
solicita.
Los jueces y fiscales tienen mucha resistencia a procesar a los mandos policiales y res-
ponsables polticos de las operaciones de control del orden interno, pese a que en estos
supuestos habitualmente concurren los elementos para imputar responsabilidad por au-
tora mediata por dominio de un aparato organizado de poder. Entonces acaba repro-
ducindose una situacin de injusticia: los responsables de la mala organizacin de los
operativos, quienes debieron garantizar la dotacin de armamento no letal, equipos pro-
tectores y entrenamiento adecuado a los efectivos, y quienes dieron las rdenes de usar
armas letales -inclusive armas de guerra- contra civiles desarmados, escapan al escrutinio
judicial; mientras tanto, los efectivos policiales participantes en estos operativos son pro-
cesados y deben buscar su propio patrocinio legal.
Finalmente, una circunstancia que tambin dificulta enormemente el acceso a la justicia
es el traslado de estos procesos a jurisdicciones muy distantes de donde se produjeron
los hechos. Este traslado de competencia viene operando a raz de una resolucin ad-
ministrativa del poder judicial
29
que ha determinado que los procesos por la muerte de
cinco personas, en el contexto de las protestas contra el proyecto minero Conga durante
el 2012, se lleven a cabo en Chiclayo. Por la misma disposicin el proceso por la muerte
de dos ciudadanos espinarenses en el contexto de las protestas contra el proyecto Xs-
trata Tintaya se realiza en la ciudad de Ica, a 900 kilmetros de distancia del lugar de los
hechos. Adems, el poder judicial ha otorgado a la Sala Penal Nacional la competencia
sobre todos los procesos derivados de la conflictividad social que se susciten, estando
vigente una declaratoria de estado de emergencia
30
.
FALTA DE REPARACIN
La situacin de impunidad descrita va estrechamente ligada a una situacin de falta de re-
paracin, ya que la va penal es la que suele usarse para demandar una reparacin por los
daos causados por una accin delictiva en el Per. El uso de la va civil es prcticamente
imposible para las personas afectadas por lo oneroso del procedimiento y por el corto
plazo de prescripcin establecido (dos aos). Por todo ello la sociedad civil demanda al
estado la habilitacin de un procedimiento administrativo adecuado para el acceso a una
reparacin por parte de las personas afectadas.
29 El Consejo Ejecutivo del Poder Judicial (CEPJ) dict la Resolucin Administrativa 096 2012 CE PJ, que dispuso que las conductas
delictivas que se investigan a raz de la convulsin social en Cusco y Cajamarca, sern de conocimiento de rganos jurisdiccionales que
tendrn competencia supraprovincial. De ese modo, el Primer Juzgado de la Investigacin Preparatoria, el Primer Juzgado Penal Uniper-
sonal, el Juzgado Penal Colegiado y la Sala Penal de Apelaciones, con sede en Ica Distrito Judicial del mismo nombre ampliaran su
competencia territorial a la regin del Cusco. El Primer Juzgado de la Investigacin Preparatoria, el Primer Juzgado Penal Unipersonal,
Juzgado Penal Colegiado y la Sala Penal de Apelaciones con sede en Chiclayo, Distrito Judicial de Lambayeque, tendran competencia
territorial adems en la regin Cajamarca.
30 Ver Resolucin Administrativa N 136-2012-CE-J disponible en http://www.justiciaviva.org.pe/webpanel/doc_int/doc19072012-153440.
pdf.
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Actualmente las personas que han quedado heridas como consecuencia de la represin
de las fuerzas del orden, deben asumir el costo de su tratamiento y recuperacin. El Se-
guro Integral de Salud (SIS) que da cobertura a las personas sin recursos no es aplicable
en caso de lesiones generadas por terceros, en este caso la Polica Nacional del Per.
Aunque en algunos casos se ha logrado cierto nivel de cobertura a travs del llamado
SIS extraordinario, los trmites a realizar revisten tal complejidad que en la prctica se
han constituido en barreras insalvables para el acceso a la rehabilitacin de las personas
involucradas.
Un caso que ilustra esta situacin es el del seor Flix Yauri Usca que muri al infectarse
una herida en el ojo fruto de la represin policial en Espinar. El fallecimiento se produjo
ms de dos meses despus de que fuera herido, por falta de atencin mdica adecuada.
Tanto en los casos de personas heridas que han quedado discapacitadas como en el
caso de las personas fallecidas, la situacin es especialmente grave si consideramos que
la mayora de los afectados jugaban un papel clave en el sostenimiento de la economa fa-
miliar. Efectivamente, casi el 90% de los afectados son personas entre los 20 y los 50 aos
de edad, con un promedio de 2,6 hijos a su cargo
31
. Esto arroja una cifra de 820 nias y
nios afectados solo durante el gobierno de Ollanta Humala.
MILITARIZACIN
Un fenmeno preocupante que viene dndose en el pas es la creciente intervencin de
las fuerzas armadas en operaciones de control del orden interno, en un marco de reduc-
cin de los requisitos y estndares para el uso de la fuerza letal en estos supuestos.
Durante lo que va del actual Gobierno se han dado ocho habilitaciones para que las Fuer-
zas Armadas (FFAA) intervengan en el control del orden interno en situaciones de conflicti-
vidad social, siempre en relacin con conflictos ambientales. Cinco de estas habilitaciones
se dieron en situaciones donde exista una declaratoria de estado de emergencia.
Un caso que evidencia las graves consecuencias que tiene la participacin de las FFAA
en el control de protestas es la intervencin represiva que cost la vida a cuatro civiles en
la ciudad de Celendn en junio de 2012. Pero adems la poblacin de Celendn ha sufrido
dao sostenido a su integridad, como consecuencia de la permanencia, por ms de seis
meses consecutivos, de las tropas en esta pequea ciudad.
Cabe destacar que no se ha emitido ninguna de estas habilitaciones durante 2013. Tampo-
co se han apreciado niveles de escalamiento de la conflictividad social, semejantes a los
del ao pasado. Habr que ver a futuro si nos encontramos ante un indicador de progreso.
31 Estimacin en base a la tasa de fecundidad femenina observada total al 2011, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadstica. Entre las
mujeres sin instruccin la cifra es de 3,8 hijos por mujer. Ver http://www.inei.gob.pe/Sisd/index.asp
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ESTADOS DE EMERGENCIA
Durante el gobierno del Presidente Ollanta Humala se ha continuado vulnerando el carc-
ter excepcional de los estados de emergencia, emplendose esta medida frente a situa-
ciones de conflictividad social, generando un escenario de riesgo injustificado para los
derechos humanos. Resulta tambin cuestionable la amplitud temporal de las declara-
ciones efectuadas. Por ejemplo, a raz del conflicto social suscitado en torno al proyecto
minero Conga en Cajamarca, la zona se mantuvo en estado de emergencia durante dos
periodos, de 60 y 120 das cada uno respectivamente, a lo largo de un ao (noviembre de
2011 hasta diciembre de 2012).
Las declaratorias de emergencia frente a situaciones de protesta social se llevaron a cabo
de manera maximalista, limitando todos los derechos que pueden ser restringidos de
acuerdo a la Constitucin, y argumentando solo de manera genrica la necesidad de de-
clarar el estado de emergencia.
A pesar de que las declaraciones de emergencia han respetado el procedimiento legal-
mente establecido, y han mantenido la posibilidad de utilizar el recurso de hbeas corpus,
en estos escenarios se han reiterado las muertes y atentados a la integridad de civiles,
las detenciones arbitrarias y las torturas de defensores de derechos humanos, dirigentes
sociales y periodistas.
ATAQUES A DEFENSORES
La conflictividad socioambiental se configura como el principal escenario de riesgo para
los defensores en el pas, con un impacto especialmente grave en los defensores indge-
nas y vinculados a organizaciones sociales de base.
Post cvr
Ambientales/PPII
74%
62%
8%
6%
10%
29%
8%
3%
ONG
Iglesia
Corrupcin
Laborales
Organizacin de base
Estado

Las principales modalidades en el pas de ataque a defensores con participacin de agen-
tes estatales son el hostigamiento judicial, la detencin arbitraria y la tortura. A continua-
cin nos referiremos a cada una de estas modalidades.
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Hostigamiento judicial y administrativo
La principal forma de ataque a los defensores en el Per es actualmente el hostigamiento
judicial. Este se expresa en vulneraciones del derecho al debido proceso y el inicio de
procesos manifiestamente infundados y abusivos contra defensores en el contexto de la
conflictividad social, con mandatos de detencin que no respetan la excepcionalidad de
estas medidas, traslados de competencia injustificados, entre otros problemas.
La CNDDHH cuenta actualmente con un registro de alrededor de 2000 personas procesa-
das en contextos de conflictividad social, con un 70% de los procesos instaurados a raz
de conflictos de carcter socio ambiental.
Por ejemplo, a raz de la resistencia contra el proyecto Conga, se han abierto 73 procesos,
que involucran a 303 personas. El ejercicio del derecho a la defensa por los afectados se
ve seriamente obstaculizado por el traslado de jurisdiccin a la ciudad de Chiclayo, a ms
de tres horas de viaje. De la misma forma, los procesos iniciados a raz de las protestas
ocurridas en Espinar contra la minera Xstrata Tintaya se han trasladado a la ciudad de Ica,
a ms de 900 km de distancia.
Constituye una prctica habitual en los operadores de justicia imputar responsabilidad a
los dirigentes sociales por acciones de violencia que responden ms a la psicologa de
masas que a una planificacin previa. Es por este mecanismo que el Ministerio Pblico
solicit la cadena perpetua por los hechos ocurridos en la llamada Curva del Diablo (Ba-
gua, Amazonas) durante el paro amaznico de 2009, para el Presidente de la Asociacin
Intertnica de Desarrollo de la Amazona- AIDESEP, Alberto Pizango y varios conocidos
lderes locales como Santiago Manuin.
Otro problema importante es el hostigamiento administrativo contra los operadores de
justicia que defienden los derechos de los defensores criminalizados o emiten resolucio-
nes contra la impunidad de las fuerzas del orden, mediante la degradacin de jueces y
fiscales provisionales o el inicio de investigaciones disciplinarias. Una muestra de ello es
la no ratificacin en su cargo y la apertura de un proceso disciplinario ante la Oficina de
Control de la Magistratura (OCMA) del juez provisional David Amrico Olivera Sarmiento
quien, mientras estaba a cargo del Juzgado de Investigacin Preliminar de Espinar, resol-
vi contra la detencin de los defensores Jaime Borda, Romualdo Tito y Sergio Huaman
y del dirigente campesino Herbert Huamn. En el mismo sentido cabra referir la apertura
de una investigacin disciplinaria ante la OCMA contra los magistrados que anularon la
prisin preventiva del alcalde de Espinar, scar Mollohuanca.
Torturas, detencin arbitraria y uso abusivo de la fuerza
Durante la gestin del presidente Ollanta Humala se han incrementado los casos de tortu-
ras, detenciones arbitrarias y uso abusivo de la fuerza contra defensores. Inclusive perso-
nal de dos organizaciones afiliadas a la CNDDHH han sido directamente agredidos.
Nos referimos a la abogada Amparo Abanto, de la organizacin GRUFIDES quien, junto
con Genoveva Gmez, representante de la Defensora del Pueblo, fue brutalmente agredi-
da por personal policial cuando trataba de entrevistar a un grupo de personas detenidas
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en la comisara de Cajamarca. La investigacin fiscal iniciada a raz de esta agresin ha
sido archivada, porque result imposible individualizar a los policas que golpearon a las
defensoras.
Asimismo en Cajamarca el 4 de julio de 2012 se detuvo arbitrariamente, a golpes, y por un
comando de treinta efectivos de la Divisin de Operaciones Especiales, al ex sacerdote y
miembro de GRUFIDES Marco Arana, mientras se encontraba sentado en una banca de
la Plaza de Armas de la ciudad, en un operativo brutal que termin con golpes y torturas
realizadas en un local de Seguridad del Estado de Cajamarca. El resultado de esta golpiza
fue una fractura del maxilar superior, fisuras del trax y policontusiones en los riones con
secuelas hospitalarias posteriores.
En Espinar, en circunstancias anlogas a las referidas, Romualdo Tito y Jaime Borda, dos
integrantes de la Vicara de la Solidaridad de Sicuani, fueron detenidos y torturados por
personal policial al interior de las instalaciones de la empresa minera Xstrata.
EL MARCO LEGAL DE LA REPRESIN
Desde 2007 se viene desplegando en nuestro pas todo un entramado normativo abocado
a la persecucin penal de la protesta social, con penas de hasta 25 aos por bloquear
vas, bajo la figura de extorsin. Del mismo modo se vienen flexibilizando los requisitos
para el uso de la fuerza letal por policas y militares, y favoreciendo la impunidad del uso
abusivo de la fuerza en manifestaciones. El Decreto Legislativo 1095, que regula el uso de
la fuerza por el Ejrcito en el control del orden interno es una muestra de esta tendencia, y
se encuentra cuestionado por una accin de inconstitucionalidad que el TC todava no ha
zanjado desde que fuera presentada en noviembre de 2011.
En el ltimo ao este marco legal ha continuado desarrollndose mediante nuevos dispo-
sitivos:
A comienzos de ao se promulg la Ley N 29986, que modifica el artculo 239 del
Cdigo Procesal Penal, y el artculo 195 del Nuevo Cdigo Procesal Penal. La nueva
ley permite que policas y militares realicen el levantamiento de cadveres de civiles
en zonas declaradas en estado de emergencia, sin la participacin del Ministerio P-
blico. Esta disposicin favorece la impunidad de los abusos policiales al contravenir
el estndar de debida diligencia en la investigacin de vulneraciones de derechos
humanos, el cual exige la imparcialidad e independencia de los funcionarios que
participan en el esclarecimiento de los hechos. En este sentido, como seala CEJIL,
es clave resguardar la investigacin de la contaminacin o alteracin de la prueba
que puedan realizar los posibles perpetradores
32
.
En junio se modific el numeral 11 del artculo 20 del Cdigo Penal, eximiendo de
responsabilidad penal a los policas y militares que en el cumplimiento de su deber
causen la muerte o lesiones, eliminando la exigencia de que estos resultados sean
32 Ver CEJIL: Debida diligencia en la investigacin de graves violaciones a derechos humanos, Buenos Aires, 2010, pp. 29 a 31.
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producidos mediante el uso reglamentario de las armas. Aunque este dispositivo no
es suficiente para impedir que un juez o fiscal cumpla su deber de responsabilizar a
los violadores de derechos humanos, constituye un claro mensaje para los policas
y militares, as como para las propias vctimas y para los operadores de justicia, so-
bre cul es la posicin del Estado frente al uso abusivo de la fuerza en contextos de
protesta social.
A todo ello se suman las Resoluciones del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial ya
mencionadas lneas arriba que, en contraposicin del derecho al juez natural, trasla-
dan la competencia para conocer procesos derivados de la conflictividad social a la
Corte Suprema en Lima, o a jurisdicciones sumamente distantes de las que corres-
ponderan, dificultando la defensa de los procesados y el acceso a la justicia de las
vctimas.
Finalmente, lamentamos sealar que no se ha cumplido con el compromiso de este Go-
bierno de eliminar los servicios privados policiales mediante contratos con las industrias
extractivas, acuerdos que generan una grave situacin de vulnerabilidad para los dere-
chos humanos. No solo continan en marcha estos convenios en la prctica, sino que la
nueva Ley Orgnica de la PNP, promulgada mediante Decreto Legislativo 1148 los mencio-
na explcitamente, sealando en el artculo 49 inc. 5 que son recursos de la PNP los que
se generan por la prestacin de servicios extraordinarios complementarios a la funcin
policial.
33

RECOMENDACIONES
A objeto de reducir las vulneraciones de derechos humanos en el contexto de la conflicti-
vidad social el Estado peruano debera:
1. Optimizar los canales institucionales para el ejercicio de la ciudadana ambiental a
nivel central, especialmente en los mbitos referidos a la participacin efectiva en
las decisiones sobre temas ambientales, la proteccin frente a la contaminacin, el
ordenamiento territorial, el aseguramiento hdrico, la participacin en los beneficios
econmicos generados por la actividad minera, y los derechos de los pueblos ind-
genas.
2. Asegurar la dotacin de armamento no letal y equipos protectores para los efectivos
que participan en el control del orden interno.
3. Garantizar la capacitacin de los policas en el manejo de disturbios.
4. Regular de manera precisa los procedimientos que deben usarse en el control del
orden interno, asegurando la adecuacin de esta normativa a los estndares inter-
nacionales sobre el uso de la fuerza.
33 Para un estudio exhaustivo sobre este tema ver APA y otros: Polica mercenaria al servicio de las empresas mineras, 2013, disponible en
https://ia601903.us.archive.org/27/items/InformeSobreConveniosEntreLaPnpYLasEmpresasMineras/Inf_ConvPNP_esp.pdf
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5. Eliminar la participacin de las FFAA y la declaracin de estado de emergencia, con
herramientas para el control del orden interno en situaciones de conflictividad social.
6. Garantizar a los afectados, por el uso abusivo de la fuerza en situaciones de protesta
social, el acceso a la justicia y reparacin. Habilitar de manera urgente un proce-
dimiento administrativo para la reparacin de los afectados, incluyendo mujeres y
nios dependientes de los primariamente afectados.
7. Garantizar el debido proceso a las personas procesadas en el contexto de la protes-
ta social, y derogar las normas que criminalizan la protesta.
8. Eliminar la prestacin de servicios privados de seguridad por las fuerzas del orden a
las empresas extractivas, sea cual sea la forma jurdica por la que se brinden estos.
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SITUACIN ACTUAL EN EL PER
La tortura constituye una de las ms graves violaciones contra los derechos humanos.
Durante las ltimas dcadas la tortura ha sido en nuestro pas una prctica aberrante que
ha vulnerado la dignidad de la persona humana al no respetarse la integridad fsica ni
psquica de las vctimas. En los ltimos aos se ha podido apreciar que la prctica de la
tortura contina. Hasta junio del ao 2012, la Defensora del Pueblo registr 18 denuncias
34 Elaborado por el Grupo de Trabajo contra la Tortura de la CNDDHH.
2. LA SITUACIN DE LA TORTURA
EN EL PER Y EL MECANISMO
NACIONAL DE PREVENCIN
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por presuntas torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes
35
; esta cifra representa
slo una fraccin de las vctimas de tortura en nuestro pas.
A pesar de que la tortura es una de prcticas frecuente en nuestro pas, las autoridades
an no han adoptado medidas eficaces para prevenirla y sancionarla. Si bien es cierto, se
han presentado recomendaciones tales como el establecimiento de un Mecanismo Nacio-
nal de Prevencin, adems de exigencias de sancin y desarrollo de procesos judiciales
en los que se garantice el acceso a la justicia de las vctimas, estas recomendaciones no
se han implementado o no han garantizado an el acceso a la justicia para las vctimas y
la debida reparacin en su dimensin integral.
Segn informacin recopilada por COMISEDH, pese a las directivas y capacitaciones de
personal, la tortura sigue siendo practicada por las fuerzas del orden, siendo sus autores
mayoritariamente miembros de la Polica Nacional del Per (PNP). Las estadsticas revelan
que el 71.8% de los autores corresponden a la PNP, el 15.62% son miembros de las Fuer-
zas Armadas y 12.51% son miembros de los serenazgos municipales
36
.
Adems, en la prctica los jueces y magistrados en diversos casos no han logrado san-
cionar a los responsables o perpetradores de estas prcticas debido a la interpretacin
restrictiva que hacen del artculo 321, indicando para ello que el sufrimiento y las lesiones
sufridas por las vctimas deben ser lo suficientemente graves, esto quiere decir que requie-
ren 30 das de atencin mdica, a fin de calificarlas como tortura; o que es necesario un
contexto de conflicto poltico para que los actos de violencia fsica en estado de inde-
fensin de la vctima se constituyan en tortura. Como resultado de estas interpretaciones
restrictivas que reducen de facto la definicin de la tortura, al vincular el nivel de gravedad
a la duracin del tratamiento mdico de las vctimas o a ciertas situaciones contextuales,
los fiscales y los jueces frecuentemente califican los actos que constituyen tortura en virtud
del derecho internacional como un delito de lesiones o abuso de poder
37
.
ESTADO DEL TRMITE RESPECTO A LOS CASOS ESPECFICOS SOBRE
EL DELITO DE TORTURA EN LOS AOS 2012- 2013
Casos emblemticos:
a. Caso Abanto - Gmez
El da 21 de junio de 2012, en horas de la noche, Amparo Abanto, abogada de GRUFIDES
y de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, junto con Genoveva Gmez, abo-
gada de la Defensora del Pueblo, se acercaron a la Primera Comisara de Cajamarca para
preguntar por los siete detenidos que venan de la Plazuela Bolognesi, y quienes fueron
llevados a un cuarto en la parte posterior de la comisara. Al llegar al lugar de detencin
35 Nota de Prensa No 167/DP/OCII/2012Carta N 016-2012 del 20 de junio de 2012. Defensora del Pueblo. http://www.defensoria.gob.pe/
modules/Downloads/prensa/notas/2012/NP-167-12.pdf.
36 Informe alternativo de la sociedad civil peruana sobre la aplicacin del Pacto de Derechos Civiles y Polticos. Lima- Ginebra. Febrero 2013
http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrc/docs/ngos/CCPR%20_CNDDHH_Peru107.pdf.
37 Informe Alternativo de la sociedad civil peruana sobre la aplicacin del Pacto de Derechos Civiles y Polticos. (Respuestas a la Lista
de Cuestiones - CCPR/C/PER/Q/5). Febrero del 2012. Prrafo 104. Disponible en: http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrc/docs/ngos/
CCPR%20_CNDDHH_Peru107.pdf.
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ambas encontraron a los detenidos en el suelo, mientras estaban siendo golpeados por
efectivos policiales. Cuando estas decidieron intervenir para evitar la golpiza de parte de
los policas, estos reaccionaron violentamente contra ellas, arrastrndolas de los cabellos,
las golpearon e insultaron, y finalmente, fueron echadas de la comisaria. Esto motiv que
las abogadas junto con Agustn Cavero, representante del Colegio de Abogados se pre-
sentaran ante el Coronel PNP Gonzales a presentar cargos por las agresiones que haban
sido vctimas, y obtuvieron en respuesta que ellas eran responsables de las agresiones
por no haber vestido los chalecos que las identificaran como miembros de la Coordinado-
ra de Derechos Humanos y de la Defensora del Pueblo respectivamente
38
.
b. Caso Arana
El da 4 de julio de 2012 Marco Arana Zegarra, directivo de la ONG GRUFIDES y lder
ambientalista, fue vctima de una golpiza por parte de las fuerzas del orden en la ciudad
de Cajamarca. En circunstancias que Arana se encontraba sentado en una banca de la
Plaza de Armas de la ciudad cuando fue intervenido violentamente por aproximadamente
40 efectivos policiales, quienes le propinaron golpes en la cara y en diversas partes del
cuerpo; posteriormente fue conducido a la comisara en donde fue nuevamente golpeado
por efectivos del orden.
c. Caso Wilhem Calero
El da 10 de octubre de 2013 se llev a cabo la ltima audiencia ante la Sala Penal Nacional
contra siete policas acusados de haber torturado y causado la muerte de Wilhem Calero el
14 de julio de 2010
39
. Con fecha 11 de octubre de 2013, tras aproximadamente dos aos,
el Colegiado B de la Sala Penal Nacional fall condenando a los siete policas implicados.
Siendo la mxima pena impuesta de doce aos para Marcial Francisco Soria, responsable
directo de la muerte de Calero; al resto de los participantes, se les impuso una pena de
prisin efectiva de 8 aos. As mismo, la Sala dispuso el pago de 100000 (cien mil nuevos
soles) por concepto de reparacin civil a favor de la esposa de la vctima
40
.
d. Caso A.T.C. (menor de 17 aos)
El 30 de septiembre de 2013 la Sala Penal Nacional emiti sentencia absolutoria arguyen-
do que no exista el Protocolo de Stress Post Traumtico, por lo que no se podra probar la
tortura. Este caso se remonta al 9 de septiembre de 2007, cuando alrededor de las 20:00
horas, los Tenientes Gobernadores Abdn Morales Sosa y Gregorio Guzmn Morales, el
Vicepresidente de la Junta Directiva Macario Valle Rojas y los comuneros Tito Jess Valle
Robles y Hugo Travesao, llegaron al domicilio del menor de 17 aos de edad, A.T.C.
(agraviado), ubicado en la estancia Shashicucho del CPM Uchumarca, se entrevistaron
con su padre, Hermes Teodosio Tolentino Mayta, y le indican que deben llevarse y conducir
al agraviado hasta la DIVINCRI PNP-Pasco para ser sometido a una investigacin. Durante
el trayecto el automvil en que viajaban se desvi fuera del camino, para someter al ado-
38 Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Publicado el 02 de julio de 2012. Disponible en: http://derechoshumanos.pe/2012/07/
cnddhh-exige-investigacion-ante-golpiza-de-policias-a-abogadas-en-cajamarca/.
39 Ver en: http://elcomercio.pe/actualidad/1642781/noticia-caso-wilhem-calero-manana-dictaran-sentencia-contra-policias-implicados.
40 Ver en: http://elcomercio.pe/actualidad/1643319/noticia-caso-wilhem-calero-policias-fueron sentenciados-12-anos-prision.
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lescente a mltiples torturas durante dos das, 9 y 10 de septiembre de 2007. La etapa de
Juicio Oral se inici el 7 de Junio de 2013, en contra de Abdn Morales Sosa y Gregorio
Guzmn Morales como autores del delito contra la humanidad en la modalidad de tortura
en agravio de A.T.C; y, contra Macario Valle Rojas, Tito Jess Valle Robles, Edgar Rebelino
Nolasco Ayre, como cmplices primarios. A pesar de las evidencias, el 30 de septiembre
de 2013, la Sala Penal Nacional concluy absolver a los procesados.
MECANISMO NACIONAL PARA LA PREVENCIN DE LA TORTURA -
MNP
Si bien es cierto que mediante Decreto Supremo 044-2006-RE del 26 de julio de 2006, el
Poder Ejecutivo ratific el Protocolo Facultativo de la Convencin contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes; y que, en virtud a ese instrumento
internacional, que entr en vigencia el 14 de octubre de 2006 el Per fue obligado a imple-
mentar el Mecanismo Nacional de Prevencin (en adelante MNP) previsto en el Protocolo;
lamentablemente el MNP an no ha sido constituido, rebasando largamente el plazo que
tena el Estado peruano para ello. La situacin del Proyecto de Ley del MNP se ha dificul-
tado de tal manera, lo que ha motivado que la Defensora del Pueblo remita un oficio al
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos indicando que si no se asigna los recursos
econmicos necesarios no asumir dicho rol
41
.
Como se manifest al inicio del presente informe, la tortura es una prctica persistente en
la realidad de nuestro pas, es por ello que resulta necesaria la pronta implementacin de
un mecanismo de prevencin. En tal sentido, el Protocolo Facultativo de la Convencin
contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de las Nacio-
nes Unidas ha brindado la posibilidad de instituir un mecanismo de prevencin, e inclusive
ha facultado al Estado para que ste designe a un rgano ya existente a fin que cumpla
con la labor de lo dispuesto en el referido instrumento internacional. Por ello, en el artculo
1 del captulo 1 del proyecto de ley N 1618-2012/CR, se propone designar a la Defenso-
ra del Pueblo como entidad encargada del MNP.
La Defensora del Pueblo, en ejecucin del MNP, tendr por mandato visitar de manera
peridica e inopinada los lugares donde se encuentren, o se presuma que se encuen-
tren, personas privadas de libertad. Tambin tendr como competencia, emitir informes y
formular recomendaciones a las autoridades competentes. Funciones que ya ha venido
desempeando por el mandato constitucional que tiene.
Asimismo, mediante el Proyecto de Ley N 1618, se propone crear un Comit Consultivo,
con participacin de la sociedad civil, a fin de asesorar y, en general, coadyuvar a la labor
que realice el MNP. Tambin podr manifestar su opinin en relacin a cualquier asunto
que el MNP ponga en su conocimiento.
Tomando en cuenta la situacin de la tortura y los malos tratos en el pas, es necesaria la
implementacin del MNP sin ms demora y que el Estado peruano otorgue los suficientes
41 Oficio N 184-2012-DP del 7 de marzo del 2012 dirigido por la Defensora del Pueblo al Ministerio de Justicia sobre el Mecanismo Nacional
de Prevencin de la Tortura.
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recursos financiaros, humanos y materiales con el fin de que cumpla su mandato con
eficacia.
MECANISMOS INTERNACIONALES
a. Examen Peridico Universal y Comits contra la Tortura y de Derechos Huma-
nos de Naciones Unidas
El Examen Peridico Universal (EPU), es un mecanismo que tiene como objeto mejorar la
situacin de derechos humanos respecto de cada uno de los 193 pases miembros de la
ONU; mediante este mecanismo, la situacin de derechos humanos de los pases miem-
bros de ONU es revisada cada cuatro aos.
Es as que el Per fue sometido a su primer EPU en mayo de 2008, del cual se derivaron
una serie de compromisos internacionales, entre ellos estatuir el Mecanismo Nacional de
Prevencin de la Tortura, para garantizar las condiciones de las personas privadas de
libertad. Recientemente, en el segundo EPU que ha sido sometido el Per en el Consejo
Nacional de Derechos Humanos en noviembre de 2012 (sesin del Grupo de Trabajo del
EPU) y marzo de 2013 (sesin del Consejo de Derechos Humanos), se ha reiterado este
compromiso asumido por el Estado peruano.
A ello hay que agregar que en las Observaciones Finales del Comit Contra la Tortura
(noviembre de 2012) y del Comit de Derechos Humanos (marzo de 2013), de la revisin
del quinto y sexto informe peridico del Estado peruano respectivamente, se seal la
necesidad que el Estado peruano estableciera, sin demora, el MNP en plena conformidad
con el Protocolo Facultativo y, en particular, otorgndole suficientes recursos financieros,
humanos y materiales con el fin de asumir su mandato con eficacia.
Subcomit para la Prevencin de la Tortura
El Subcomit para la Prevencin de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes (SPT), es un nuevo tipo de rgano de tratados del sistema de derechos
humanos de las Naciones Unidas, establecido de conformidad con las disposiciones del
Protocolo Facultativo de la Convencin de las Naciones Unidas contra la Tortura y otros
Tratos o Penas Crueles, inhumanos o Degradantes (OPCAT); inici sus trabajos en febrero
de 2007. El SPT es el nico rgano del sistema de derechos humanos de las Naciones
Unidas con el mandato de centrarse exclusivamente en la prevencin de la tortura.
El Subcomit para la Prevencin de la Tortura concluy su primera visita a Per el 20 de
septiembre de 2013. La visita del SPT al Per, tuvo como principal objetivo central realizar
visitas a lugares de detencin para evaluar cmo es el trato de los detenidos y verificar si
las condiciones de detencin se adecuan a los estndares internacionales. As, durante
su estada realiz visitas a diversos lugares de privacin de libertad, incluidos estableci-
mientos penitenciarios, comisaras, centros de detencin de menores e instituciones psi-
quitricas de Lima y en las provincias de Cajamarca, Chiclayo, Puno y Trujillo. Entre los
establecimientos penitenciarios que visit se encuentran:
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Establecimiento penitenciario de Lurigancho.
Establecimiento penitenciario de Mujeres Chorrillos I.
Establecimiento penitenciario de Mujeres Chorrillos II Anexo.
Establecimiento penitenciario de Ancn II.
Establecimiento penitenciario Huajariz (Cajamarca).
Establecimiento penitenciario de Chiclayo.
Establecimiento penitenciario Yanamayo (Puno).
Establecimiento penitenciario de Juliaca.
Establecimiento penitenciario de Trujillo (varones).
Establecimiento penitenciario de Trujillo (mujeres).
De la misma manera el Subcomit visit los establecimientos policiales de:
Comisara La Pascana de Comas (Lima).
Comisara Laura Caller de Los Olivos (Lima).
Comisara Csar Llatas (Chiclayo).
Comisara del Norte (Chiclayo).
Comisara I de Cajamarca.
Comisara II de Cajamarca.
Comisara I (Puno).
Divisin Anti-Drogas, DIVANDRO (Lima).
Divisin de Investigacin Criminal, DIVINCRI (Chiclayo).
Divisin Anti-Drogas, DIVANDRO (Puno).
Divisin de Investigacin Criminal, DIVINCRI (Lima).
El SPT tambin visit establecimientos del Poder Judicial como:
Centro Juvenil de Diagnstico y Rehabilitacin (Lima).
Centro Juvenil de Diagnstico y Rehabilitacin (Trujillo).
Centro Juvenil de Diagnstico y Rehabilitacin Santa Margarita (Lima).
Carceleta del Palacio de Justicia (Lima).
Carceleta del Tribunal Superior de Justicia (Trujillo).
Carceleta del Poder Judicial de Puno.
Por ltimo, el Subcomit visit la Casa de la Juventud, centro de rehabilitacin de perso-
nas con drogodependencia, localizado en San Juan de Lurigancho, as como el Hospital
psiquitrico Larco Herrera ubicado en el distrito de Magdalena del Mar.
El Subcomit de Prevencin de la Tortura tuvo tambin como objetivo propulsar el Meca-
nismo Nacional de Prevencin, exhortando al Estado a que asigne suficientes recursos
financieros, humanos y materiales con el fin de asumir su mandato con eficacia y por ende
salvaguardar los derechos de las personas privadas de libertad.
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El Estado peruano no cuenta con un Plan Nacional de Derechos Humanos (PNDH), ha-
biendo concluido la vigencia del PNDH 20062010, prorrogado hasta el 2011. El proceso
participativo de elaboracin del PNDH 20122016 ha quedado inconcluso, una vez que el
Gobierno peruano present un borrador del mismo en diciembre de 2012, formulado por
el gabinete del Vice Ministerio de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia, sin incorporar
de modo efectivo los importantes avances del proceso anterior. Sin embargo, hasta la
fecha el Plan no ha sido promulgado.
El proceso participativo de elaboracin del PNDH 20122016 se inici el ao 2011, al
empezar el presente gobierno, con la responsabilidad de la Secretara Ejecutiva del Con-
sejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a cargo del MINJUS. Los acuerdos fun-
42 Elaborado por Javier Monroe, Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
3. EL PLAN NACIONAL DE
DERECHOS HUMANOS
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damentales fueron que el PNDH 20122016 tuviese como base el PNDH 20062010 y se
elaborara mediante un proceso participativo en alianza estratgica con la sociedad civil.
Se form entonces el Equipo Central del PNDH, integrado por representantes de algunos
ministerios que forman parte del CNDH, de la Defensora del Pueblo y de la sociedad civil.
Se incorporaron despus representantes de la Mesa de Concertacin de Lucha contra la
Pobreza y la Municipalidad de Lima Metropolitana. La Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos (CNDDHH) seal desde un principio su preocupacin por la limitada presencia
de los ministerios en el Equipo Central.
Por la sociedad civil participaron la CNDDHH, Amnista Internacional, CEDAL, el Movi-
miento Para Que No Se Repita, Per Equidad y la Plataforma Interamericana de DDHH.
Las instituciones de la sociedad civil se articularon en el Grupo Impulsor, que desarroll su
actividad y conserv su coordinacin autnoma durante todo el proceso.
La CNDDHH particip desde un inicio en el proceso, siendo el PNDH 20122016 un tema
de agenda en sus diversos procedimientos de consenso y direccin, incluida su Asamblea
General. Adems, form la Mesa de Trabajo del PNDH, integrndose al aporte de institu-
ciones que contribuyeron a dar el soporte tcnico necesario.
La hoja de ruta poltica del proceso fue la siguiente: Despus de su elaboracin partici-
pativa, la propuesta del PNDH 20122016 sera aprobada primero por el CNDH, quien la
pondra a consideracin del Consejo de Ministros, mediante los procedimientos del Poder
Ejecutivo. El nuevo PNDH 20122016 sera promulgado por medio de un decreto supre-
mo, al igual que el PNDH 20062010.
La secuencia seguida por el proceso de elaboracin del PNDH 20122016, fue anloga a
la del PNDH anterior, cumplindose las siguientes actividades:
1. Elaboracin de un balance del PNDH 20062010, contndose con diversas pro-
puestas previas, una de la CNDDHH.
2. Elaboracin de un diagnstico de la situacin de los DDHH en el pas (en realidad,
la actualizacin del diagnstico realizado para el PNDH anterior).
3. Desarrollo de 21 audiencias pblicas regionales y de Lima Metropolitana sobre la
misma materia del diagnstico, incluyendo a todas las regiones del pas (el informe
de sistematizacin del IDEHPUCP no menciona a Tumbes).
4. Sistematizacin de los resultados de las audiencias pblicas por IDEHPUCP.
5. Realizacin de once talleres de validacin con representantes de los colectivos de
los sectores sociales puestos en condiciones de mayor vulnerabilidad en el ejercicio
de sus derechos: adultos mayores; afrodescendientes; migrantes y sus familiares;
mujeres; nios, nias y adolescentes; personas con discapacidad; personas LTGB;
personas afectadas por el VIH SIDA; personas privadas de su libertad; pueblos
indgenas; y vctimas del conflicto armado interno.
6. Elaboracin de la propuesta del documento del PNDH, incorporando los resultados
de los pasos anteriores, y mediante una consultora cuyos resultados no alcanzaron
a ser socializados con el Grupo Impulsor.
As, se cumplieron todos los pasos previstos, excepto la formulacin de la propuesta del
PNDH con participacin de la sociedad civil.
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Las audiencias pblicas regionales tuvieron una participacin significativa, a pesar de la
limitada presencia de representantes de las provincias ms alejadas. El Equipo Central
no alcanz a realizar una evaluacin de conjunto de los talleres de validacin, aunque
sabemos que hubo aportes importantes de diversos colectivos, como los de personas
con discapacidad, mujeres y personas LGTB; adems hubo deficiencias importantes en
algunos talleres, como el taller de pueblos indgenas.
Hubo una primera crisis cuando el titular del Vice Ministerio de Derechos Humanos y Ac-
ceso a la Justicia present una propuesta de esquema del PNDH distinto al consensuado
por el Equipo Central (sesin de este del 17 de setiembre de 2012). Los participantes
del Grupo Impulsor sealaron su discrepancia sobre esta propuesta, argumentando que
no reflejaba el proceso participativo avanzado, ni era conforme con las exigencias de un
PNDH. El Vice Ministerio seal que se tratara de hacer una integracin entre los dos es-
quemas. No obstante, por un tiempo ms, el proceso de elaboracin del plan continu tal
como estaba previsto.
Posteriormente, el Vice Ministerio de DDHH y Acceso a la Justicia del MINJUS present el
borrador del PNDH 20122016 (fechado 26 noviembre 2012) en la sesin del CNDH del
3 de diciembre de 2012, elaborado por su gabinete de asesores y distribuido das antes
entre las instituciones. En los hechos, este borrador sustituy al documento encargado al
consultor por la Secretara Tcnica del CNDH. El borrador no alcanza a ser un PNDH ni
incorpora los resultados del proceso participativo coordinado por el Equipo Central. La
posicin de la Secretaria Ejecutiva de la CNDDHH, presente en esta reunin, fue el no
validar el procedimiento ni el borrador del Vice Ministerio. Por su parte, CEAS, por distintas
razones, tampoco respald el borrador. Ms adelante, la CNDDHH tuvo acceso a una
segunda versin del borrador del plan, fechada en enero de 2013, que no modifica sus-
tancialmente el primero.
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La situacin de las personas encarceladas y el respeto a sus derechos es un asunto
sumamente complejo que requiere del Estado, no solo la implementacin de polticas
pblicas a mediano y largo plazo, como las 10 medidas de reforma penitenciaria, pre-
sentadas en abril de 2012 por el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), sino tambin, la
adopcin de medidas inmediatas necesarias para hacer frente a situaciones urgentes que
afectan derechos humanos fundamentales de la poblacin penitenciaria.
Muchos de los problemas actuales de la realidad carcelaria responden a serias deficien-
cias estructurales que impiden que en la prctica la pena privativa de libertad sirva para
resocializar a las personas que son sometidas a ella, por lo tanto, la respuesta del Estado
para hacer frente a estas deficiencias estructurales, debiera darse de manera integral y ar-
ticulada con todos los sectores; la problemtica penitenciara est lejos de ser un problema
exclusivamente del INPE.
De otro lado, la crisis penitenciaria est directamente ligada a la crisis del sistema de jus-
ticia penal, y a pesar que dicho sistema est conformado por un conjunto de subsistemas
que actan interrelacionados (Polica Nacional, Ministerio Pblico, Poder Judicial y el Ins-
tituto Nacional Penitenciario), la mayora de las reformas se han concentrado en proponer
cambios formales en la legislacin penal y procesal y en la estructura y funcionamiento del
Poder Judicial, con una notoria tendencia a olvidar y descuidar la crcel.
Tambin existen factores externos que refuerzan y, en otros casos, exacerban esta situa-
cin, entre ellos: la sensacin de inseguridad ciudadana reforzada en ciertos casos por
los medios de comunicacin social- y la difusin de encuestas de opinin que juegan un
papel predominante en el diseo de la poltica criminal. Las nociones de miedo, riesgo y
seguridad tienen mayor relacin con la actual tendencia al expansionismo penal. Asi-
mismo, el tema de los derechos humanos en sede carcelaria es difcil de abordar. Regu-
larmente la opinin pblica considera que quienes estn en la crcel son responsables
de la inseguridad ciudadana. As, lo que ocurre en la crcel no interesa y toda sugerencia
sobre la necesidad de abordar su problemtica no despierta simpatas cuando se trata de
quienes han delinquido.
4. INFORME SOBRE
CONDICIONES CARCELARIAS
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ALGUNOS DE LOS PROBLEMAS MS GRAVES DE LA SITUACIN CAR-
CELARIA
En diciembre de 2011, la Comisin Interamericana de Derechos Humanos present su
Informe sobre los derechos humanos de las personas privadas de libertad en las Amri-
cas
43
, en l seala los problemas ms graves en las crceles de la regin
44
; lo que compro-
bamos en nuestro pas es que, la mayora de ellos, no son ajenos a la realidad que existe
en las crceles peruanas.
El hacinamiento y la sobrepoblacin
Es este uno de los problemas ms serios y con una alarmante tendencia de crecimiento de
la poblacin penitenciaria. Segn datos oficinales del INPE, a octubre 2013, el nmero de
presos ascenda a 67299, albergados en 68 penales a nivel nacional, de los cuales, 50 es-
tablecimientos presentan la condicin de hacinados. Actualmente, ya no podemos hablar
solo de Lurigancho como la crcel ms emblemtica de sobrepoblacin y hacinamiento,
en tanto tenemos penales como los de Huaral, Callao, Chanchamayo, Jan y Moquegua
que, a julio de 2013, presentaban un nivel de sobrepoblacin por encima del 400%, siendo
el total nacional de sobrepoblacin del 117%.
Un factor que explica esta sobrepoblacin es la poltica de criminalizacin que prevalece
en nuestro pas como reaccin al crecimiento de la delincuencia, del crimen organizado
y de la inseguridad ciudadana. De all que se piense en seguir agravando la penalidad a
veces de manera indiscriminada, restringiendo beneficios penitenciarios cada vez a un
mayor nmero de delitos. Prueba de ello fue el ltimo paquete de leyes dadas entre junio y
agosto del presente ao
45
, que presentaron modificaciones en su conjunto, de tipo sustan-
tivo, procesal y de ejecucin, elevando la cantidad de poblacin penitenciaria sin acceso
a beneficios penitenciarios, del 16% que exista en julio, al 73% a partir del 19 de agosto
46
.
Encontramos en la poltica de sobrecriminalizacin, sino la principal, una de las principa-
les razones de la actual tendencia de crecimiento de la poblacin penal. En general, esta
poltica para hacer frente a la delincuencia organizada y que genera un fuerte impacto en
la seguridad de la ciudadana, comprende medidas como: incremento de penas efectivas,
aplicacin de sumatoria de penas para casos de reincidencia y habitualidad, restriccin y
prohibicin de beneficios penitenciarios cada vez a un mayor nmero de delitos, aplica-
cin de la cadena perpetua, uso excesivo de la prisin preventiva, carga procesal que an
origina demora en la resolucin de procesos, entre otros.
43 Informe sobre los Derechos Humanos de las Personas Privadas de Libertad en las Amricas. CIDH. Diciembre 2011.
44 As, la CIDH ha observado que los problemas ms graves y extendidos en la regin son: (a) el hacinamiento y la sobrepoblacin; (b)
las deficientes condiciones de reclusin, tanto fsicas, como relativas a la falta de provisin de servicios bsicos; (c) los altos ndices de
violencia carcelaria y la falta de control efectivo de las autoridades; (d) el empleo de la tortura con fines de investigacin criminal; (e) el uso
excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad en los centros penales: (f) el uso excesivo de la detencin preventiva, lo cual
repercute directamente en la sobrepoblacin carcelaria; (g) la ausencia de medidas efectivas para la proteccin de grupos vulnerables;
(h) la falta de programas laborales y educativos, y la ausencia de transparencia en los mecanismos de acceso a estos programas; y (i)
la corrupcin y falta de transparencia en la gestin penitenciaria. (Informe sobre los Derechos Humanos de las Personas Privadas de
Libertad en las Amricas. Pg. 2. CIDH. Diciembre 2011).
45 Leyes Ns 30054, 30068, 30076 y 30077.
46 Por iniciativa del INPE y haciendo incidencia ante el Congreso de la Repblica, el 02.11.2013 se aprob la Ley 30101, establecindose
que las modificaciones a los beneficios penitenciarios no se aplicarn de modo retroactivo a los condenados que se encuentren encarce-
lados a la fecha de la entrada en vigencia de las Leyes 30054, 30068, 30076 y 30077. A pesar de esta norma, la repercusin negativa en el
sistema penitenciario, que tendrn las primeras leyes aprobadas, empezando por el incremento de la poblacin, no ha sido solucionado,
simplemente se ha pospuesto el problema.
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Informe ANUAL 2012-2013 64
Respecto al uso de la prisin preventiva y la demora en la resolucin de los procesos,
cifras que ilustran la situacin las proporciona el INPE. A agosto de 2013, el 55% de la
poblacin penal nacional se encuentra en condicin de procesada.
Frente al problema del hacinamiento y la sobrepoblacin es de destacar los avances que
el INPE ha logrado en la construccin y remodelacin de un nmero importante de estable-
cimientos penitenciarios, desde el 2011 a la fecha; sin embargo, esta parece ser la nica
medida que se est tomando por parte del Estado, la cual resulta por dems insuficiente.
La corrupcin
En relacin a la crcel se debe sealar, en principio, que la corrupcin no solo est pre-
sente en los establecimientos penitenciarios y en el personal que tiene a cargo su custodia
(INPE y polica, en algunos casos), sino que se encuentra instaurada en todo el sistema
penitenciario; sin embargo, habra que reconocer que los actos de corrupcin ms visibi-
lizados son los que se dan en el mbito interno de un penal.
Es dentro de un penal donde los internos declaran que son los propios servidores y funcio-
narios del Estado quienes estaran vinculados al otorgamiento de privilegios a internos
que pagan para poder obtenerlos, as tambin al ingreso de objetos prohibidos como son
armas, drogas, licor y celulares (por citar los ms comunes). Asimismo, se sindica al per-
sonal de realizar acuerdos ilegales con los proveedores de alimentos y con las mafias de
internos que existen en los penales. Se conoce tambin de los pagos irregulares que los
internos realizan al personal de tratamiento penitenciario para conseguir informes favora-
bles para el otorgamiento de beneficios penitenciarios, entre otro tipo de trmites.
La Defensora del Pueblo, en su ltimo informe sobre el sistema penitenciario
47
, ha realiza-
do una importante descripcin de lo que ha llamado las zonas de riesgo, en las que se
produciran los actos de corrupcin
48
:
1. Tramitacin de beneficios penitenciarios.
2. Clasificacin y ubicacin en ambientes de reclusin.
3. Visitas (autorizacin de personas que ingresan y revisin de paquetes).
4. Servicios penitenciarios.
5. Otros.
Por su parte, la actual gestin del INPE, ha sido contundente en el reconocimiento de la
existencia de la corrupcin en el sistema penitenciario y ha asumido la descripcin de las
zonas de riesgo de actos de corrupcin descritas por la Defensora del Pueblo. Asimis-
mo, los miembros del Consejo Tcnico Penitenciario, en diversas presentaciones pbli-
cas, han sealado que, junto con el hacinamiento, es la corrupcin uno de los primeros
problemas al que deben hacer frente, tomando medidas inmediatas desde el inicio de su
gestin (agosto 2011).
47 Informe Defensorial N 154-2011/DP. El sistema Penitenciario: Componente clave de la Seguridad y la Poltica Criminal. Problemas, Retos
y Perspectivas. Lima, octubre 2011.
48 Informe Defensorial N 154-2011/DP. El sistema Penitenciario: Componente clave de la Seguridad y la Poltica Criminal. Problemas, Retos
y Perspectivas. Pg. 113. Lima. octubre 2011.
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En mayo de 2012 el INPE estableci la creacin de un Grupo Especial Anticorrupcin, el
cual adscrito a la Oficina de Asuntos Internos, aportar al fortalecimiento de toda la labor
anticorrupcin que se realice. Se ha potenciado la funcin de investigacin preliminar que
desarrolla el INPE ante presuntos hechos de corrupcin detectados, se vienen realizando
importantes visitas inopinadas a diferentes penales del pas, se ha abierto una lnea telef-
nica para las denuncias de corrupcin, que viene promocionndose ampliamente a nivel
nacional, entre otras importantes medidas. Es de destacar, asimismo, que el incremento
de investigaciones de actos de corrupcin en la actual gestin penitenciaria pas de 58
casos en el ao 2010, a 128 casos a julio de 2012.
Tratamiento penitenciario
La realidad del tratamiento en las crceles del Per contradice el principio-derecho de
resocializacin. Las causas son varias. Una fundamental es el insuficiente personal para
realizar esta labor: 157 asistentes sociales, 186 psiclogos, 119 abogados y 82 mdicos
49

a nivel nacional.
Cada crcel debera contar con cada uno de estos profesionales, pero en la prctica no
es posible, hay penales en el interior del pas que no cuentan con profesionales en el rea
de tratamiento, o que no los tienen completos.
La educacin y el trabajo penitenciario, siendo ambos aspectos componentes claves del
tratamiento penitenciario, han sido desbordados por la cantidad de internos. El ao 2012
solo se lleg a atender, en educacin, al 20% y en el rea de trabajo al 38%
50
.
Frente a estas limitaciones, resulta importante el aporte de organizaciones de la sociedad
civil y de las Iglesias que desarrollan programas educativos y laborales para el desarrollo
de las capacidades de las personas encarceladas. El INPE ha demostrado apertura para
el desarrollo de estas actividades, apreciando y, en algunos casos, aprehendiendo en sus
propios programas, la perspectiva de economa solidaria y comercio justo con las que
estas organizaciones han enriquecido las propuestas laborales que desarrollan.
Las situaciones de gobierno de hecho
En la actualidad, en algunos de los establecimientos penitenciarios a nivel nacional, sobre
todo en los que presentan un mayor nivel de hacinamiento, se presenta una grave situa-
cin de gobierno de hecho, es decir, el control real del penal est a cargo de grupos de
internos, quienes establecen sus propias formas de organizacin y normas internas que
significan, muchas veces, una situacin de sometimiento del resto de los internos al gru-
po lder de determinado pabelln o al delegado del mismo. El penal de Lurigancho sigue
siendo el emblemtico en relacin a este tipo de situaciones.
Dentro de las llamadas normas internas, son preocupantes las situaciones de abuso y
corrupcin que se presentan, por ejemplo, el cobro de alquiler de celda y cama a los in-
ternos nuevos, as como tambin el pago que se hace a determinados grupos de internos
49 Informe Estadstico de Tratamiento INPE. Diciembre 2012.
50 Informe Estadstico de Tratamiento INPE. Diciembre 2012.
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encargados de brindarles seguridad, particularmente son vctimas de estos abusos los
internos de nacionalidad extranjera.
Hasta hace aproximadamente cinco aos atrs era en los penales de Lima (particularmen-
te el E.P. de Lurigancho y el E.P. Sarita Colonia) donde se presentaba estas situaciones, sin
embargo, actualmente, es una prctica extendida que viene dndose tambin en algunos
penales de provincia.
Muchas veces el gobierno por parte de los internos o gobierno compartido que existe en
los penales se da con el consentimiento de la autoridad penitenciaria o, al menos, con su
conocimiento; pero, la realidad se impone ante la imposibilidad del INPE de poder contro-
lar estas situaciones, en otros casos, son consentidas debido a situaciones de corrupcin.
Mujeres encarceladas
La poblacin femenina representa el 6% de la poblacin nacional, 4201 internas
51
; apro-
ximadamente, el 60% de mujeres se encuentra bajo la condicin jurdica de procesadas.
Es importante apreciar que el delito con mayor poblacin penal femenina es el de Trfico
Ilcito de Drogas (63%), seguido por el delito contra el patrimonio (18%), lo que nos permite
sostener que en el Per, el delito de Trfico Ilcito de Drogas tiene rostro femenino, pues
este mismo delito, en los varones recluidos, representa solo al 28%
52
.
En muchos casos las mujeres detenidas y privadas de libertad son madres de nios me-
nores de tres aos que solicitan el ingreso de los mismos para su cuidado, por lo que el
INPE debe brindarles albergue, alimentacin, educacin y otros servicios en cumplimiento
de la normatividad establecida. En otros casos son recluidas cuando se encuentran en
gestacin y al nacer sus hijos forman parte de la poblacin de nios a cargo del Sistema
Penitenciario. Por ltimo, se da el caso de las mujeres recluidas que se embarazan al re-
cibir su visita conyugal.
Al mes de diciembre de 2012, el INPE tiene a su cargo a 215 nios: 117 varones y 98
mujeres, la mayor concentracin se encuentra entre las edades de cero a dos aos. La
cantidad ms grande se encuentra en los establecimientos penitenciarios de mujeres de
Chorrillos (Lima) y Ayacucho.
Desde la perspectiva de gnero, incluso la legislacin refleja el modelo masculino de do-
minacin, ya sea a travs de normas que privilegian su posicin y disminuyen la femenina
o simplemente la obvian, esto se constata, con mayor facilidad en los establecimientos
penitenciarios mixtos, en donde las mujeres son prcticamente invisibilizadas frente a una
gran mayora masculina, por ejemplo, a las mujeres se les priva o limita la participacin
en programas educativos y laborales porque no est permitido que varones y mujeres
tengan contacto directo dentro del penal, asimismo de actividades recreativas, y, cuando
stas se desarrollan solo pueden realizarlas dentro de su pabelln. An para que puedan
tener acceso a la visita ntima, a las mujeres se les exige y controla el cumplimiento de los
51 Informe Estadstico del INPE. Agosto 2013.
52 Informe Estadstico INPE. Agosto 2013.
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requisitos establecidos para tal fin, lo que no sucede con los varones a quienes no se les
aplica ningn tipo de control ni restricciones.
En los penales mixtos no existe un ambiente separado para los nios, stos deben per-
manecer todo el tiempo con sus madres, inclusive, comparten para dormir, el camastro de
cemento, de un metro de ancho, instalado en las celdas.
Referente al acceso a la salud de las mujeres encarceladas se debe poner en relevancia
que el INPE no cuenta, a nivel nacional, con ningn mdico especialista en salud femeni-
na, tampoco con pediatras para la atencin de los nios.
El acceso a la salud
Los servicios penitenciarios de salud son insuficientes para atender los requerimientos
de la administracin penitenciaria: el hacinamiento, la falta de presupuesto, el insuficiente
personal mdico/tcnico, la infraestructura inadecuada, entre otros, son problemas que
enfrentan las autoridades penitenciarias y las personas privadas de libertad. En la actua-
lidad, el INPE carece de una estructura organizativa orgnica que le permita el diseo de
polticas de salud penitenciaria, de realizar un adecuado manejo de sus escasos recursos
humanos y materiales.
A partir del mes de julio de 2009 se hizo efectiva la integracin de las personas privadas de
libertad al Seguro Integral de Salud; sin embargo, no toda la poblacin penal ha sido afilia-
da, debido, entre otras causas, al desconocimiento del procedimiento y la falta de perso-
nal penitenciario que pueda realizarlo, as como tambin a la falta del Documento Nacional
de Identidad de los internos que es el requisito indispensable para la afiliacin. Esta es
una dificulta que no est lejos de salvarse, en la medida que el INPE suscribi a inicios de
2013 un Convenio Interinstitucional con el Registro Nacional de Identidad y Estado Civil.
En relacin a recursos humanos en salud, en la actualidad existe un dficit en todas las
reas, al mes de diciembre 2012 el INPE contaba con 56 mdicos a nivel nacional para
una atencin de 61390 internos, es decir un ratio de un mdico por 1090 internos, en rela-
cin al rea de odontologa se cuenta con 30 odontlogos con un ratio de un odontlogo
por cada 2,36 internos y con un psiquiatra para toda la poblacin penal nacional
53
. Con
lo cual existen, aproximadamente, 20 establecimientos penitenciarios en el pas que no
cuentan con mdicos en el servicio de salud solamente con enfermeras o tcnicos.
El 65% es decir 262 profesionales de salud es de condicin nombrada y el 35% es de
condicin contratada es decir 140 profesionales.
Una de las grandes dificultades para que una persona encarcelada sea evacuada a un
centro hospitalario es el requisito indispensable de pasar por una junta mdica. Sin em-
bargo, en la mayora de los establecimientos penitenciarios no existen los profesionales
necesarios para realizar esta accin, retardando la evacuacin y por consiguiente el agra-
vamiento de la enfermedad o padecimiento del interno o interna.
53 Informe Estadstico de Tratamiento del INPE. Diciembre 2012.
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Mencin aparte merecen la situacin de las personas privadas de libertad calificadas
como internos psiquitricos.
En lo referente a la infraestructura slo ocho establecimientos penitenciarios cuentan con
ambientes destinados en forma exclusiva a hospitalizar a personas privadas de libertad
con problemas de salud mental: Piura, Trujillo, Chiclayo, Callao, Lurigancho, Castro Cas-
tro, Chorrillos y Arequipa. En el resto de los establecimientos penitenciarios, deben com-
partir espacios y atencin con otros enfermos.
Lo que se tiene como consecuencia es que, aunque estos internos son separados del
resto de la poblacin penal y aislados en habitaciones del tpico de las crceles, en varios
casos el nico tratamiento que reciben consiste en mantenerlos dopados y, en algunos
casos extremos, se los tiene encerrados en la habitacin que ocupan en el tpico.
Al mes de diciembre de 2012 la poblacin de internos psiquitricos asciende alrededor de
141 internos.
Situaciones de maltrato y las dicultades para
denunciar
El testimonio de un interno ilustra lo que resulta ser
una constante, casi generalizada, en el trato que
se le brinda a la poblacin penitenciaria, general-
mente, por parte del personal de seguridad, pero
tambin, a veces, por parte del personal de trata-
miento, a este ltimo grupo se le atribuye, sobre
todo, maltratos psicolgicos y verbales.
Se dan tambin los maltratos fsicos, lo ms co-
mn es golpear a los reclusos con las varas lle-
nas de arena que posee el personal de seguridad
con la finalidad de someterlos y humillarlos ante
cualquier accin menor de indisciplina o reclamos.
Este tipo de hechos no suelen ser denunciados
por los internos pues se asumen como inherentes
a la labor del personal y por lo tanto normales
dentro del penal.
Hechos ms graves, incluyendo casos de tortura,
no llegan a ser denunciados por los internos/as
debido no solo a las amenazas y, en algunos ca-
sos la consumacin, de traslados a otros centros
penitenciarios, sino fundamentalmente por la larga
experiencia de impunidad en delitos de este tipo.
An pueden ser constatados en algunas crceles
la existencia de las celdas de castigo. Estos son
Por razones obvias el trato
es tirante ya que existe la
mentalidad de que los internos
son subhumanos. Es una ardua
labor de los mismos internos
hacerse respetar y valer sus
derechos, ya que solo hemos
perdido nuestra libertad, no
puedo dejar de reconocer
honrosas excepciones de
algunos funcionarios que han
tenido un trato correcto
Los abusos a los internos
se han dado siempre hay
muchos tcnicos que humillan
verbalmente a los internos,
hay quienes gustan de hostigar
a los internos, buscando que
les ofrezcan un sol (moneda
nacional) o que el interno
reaccione.
TESTIMONIO
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ambientes que no renen las condiciones adecuadas para la permanencia prolongada
de internos. En su mayora, no cuentan con servicios higinicos ni con mobiliario alguno,
varios de ellos ni siquiera tienen luz elctrica. Los ambientes de castigo, formalmente, son
los ambientes de prevencin, es decir, aquellos que sirven para ubicar a los internos que
ingresan al penal en tanto esperan ser clasificados y ubicados en pabellones.
Las condiciones en que, particularmente, se vive en estos ambientes, se agravan cuando
se llega a ubicar, a la vez, a los internos nuevos (muchas veces sin tener una sentencia
firme) y a internos que estn en condicin de castigados.
Otra situacin que presenta serias anomalas en el trato a los internos es el que tiene que
ver con el procedimiento disciplinario que debe preceder a la imposicin de una sancin.
Por referencia de los internos se sabe que ellos no son informados masivamente sobre
el procedimiento disciplinario, las sanciones especficas para infracciones especficas y
la duracin de estas sanciones, as como de la existencia de recursos impugnatorios y la
autoridad que debe resolverlos. En algunos casos los internos desconocen inclusive que
las sanciones no pueden ser aplicadas por cualquier servidor penitenciario. Asimismo,
difcilmente son escuchados antes de que se les imponga una sancin.
En algunos centros penitenciarios se puede llegar a encontrar internos a los que primero
se los castiga imponindoseles incluso castigos severos de aislamiento y despus de
unos das se procede a regularizar su situacin redactando y firmando el acta del Consejo
Tcnico Penitenciario (instancia responsable de imponer las sanciones). Algunas veces
este documento es escrito solo por el secretario del Consejo, sin que haya mediado re-
unin alguna, y luego es pasado a los profesionales que lo conforman, solo para que
registren su firma.
Debe llamar tambin la atencin lo que ocurre con los internos o internas que, dentro de
un penal solicitan, voluntariamente, su aislamiento debido a situaciones de seguridad per-
sonal o para apartarse de los ambientes de violencia que se vive en los pabellones, ms
an cuando estos internos se encuentran en espera de ser traslados a otros penales por
motivo de diligencias judiciales o por encontrarse de trnsito hacia otro penal.
Los internos aislados, generalmente ocupan ambientes ubicados en los tpicos de los
penales, en las celdas de prevencin o en otros ambientes donde se ubican las celdas de
castigo. Estas personas, a pesar de no estar sometidas a ninguna medida disciplinaria, al
estar prohibido el trnsito libre entre las reas de los penales, permanecen encerradas en
los ambientes de aislamiento durante todo el da, teniendo nicamente un promedio de
una hora diaria de patio, es decir fuera de la celda o habitacin en la que se encuentran.
UN TEMA PENDIENTE: EL CIERRE DEL ESTABLECIMIENTO PENITEN-
CIARIO DE CHALLAPALCA
La crcel de Challapalca est ubicada a ms de 4600 metros de altura, entre los depar-
tamentos de Tacna y Puno en la cordillera de los Andes, cerca de la frontera de Per con
Bolivia. Dadas las condiciones extremas de detencin en ese centro penitenciario, la Co-
misin Interamericana de Derechos Humanos, desde el ao 1998, luego de realizada su
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primera visita in loco al Per y a esta crcel en particular, recomend al Estado peruano la
inhabilitacin del penal de Challapalca. Sin embargo, el Estado no ha tenido en cuenta los
informes y las recomendaciones tanto de la Comisin como de la Defensora del Pueblo y
ese penal contina activo.
Las condiciones carcelarias del penal de Challapalca, originadas por la ubicacin geogr-
fica del penal, tal como lo seal la Comisin, son un castigo adicional para los internos,
sus familiares y el propio personal penitenciario que presta servicios en esa crcel.
En principio, el clima extremadamente fro que llega a una temperatura de hasta 26C bajo
cero, en invierno, genera una situacin que afecta especialmente a personas acostumbra-
das a vivir en la costa, al nivel del mar.
De otro lado, su localizacin dificulta tambin el derecho de visita de la familia por ser un
lugar inhspito de difcil acceso, ya sea por el costo que significa desplazarse hasta ah y
por la exposicin al dao a la salud.
El Instituto Nacional Penitenciario considera necesario mantener en funcionamiento el E.P.
de Challapalca como un penal de mxima seguridad para el internamiento de internos de
difcil readaptacin que requieren la aplicacin de medidas disuasivas frente a acciones
de indisciplina que ponen en riesgo la seguridad en centros penitenciarios de mnima y
mediana seguridad. Sin embargo, dos hechos ocurridos el ao 2012, han dejado en evi-
dencia la falta de seguridad de este centro penitenciario.
El primero, ocurrido el 19 de febrero, corresponde a la fuga de diecisiete reos de alta pe-
ligrosidad, durante la cual se produjo la muerte de uno de los internos fugados. Se logr
la recaptura de los otros 16 internos y se denunci al director del penal y dos servidores
ms por el delito de cohecho pasivo. Los internos recapturados fueron trasladados al E.P.
de Juliaca.
El segundo hecho tuvo lugar el 13 de noviembre y corresponde al motn de los internos
albergados en esta crcel. El motn se mantuvo durante dos das con 14 trabajadores pe-
nitenciarios tomados como rehenes. Luego de controlarse la situacin 30 internos fueron
trasladados al establecimiento penitenciario de Juliaca.
A diciembre de 2012, la cantidad de internos albergados en el establecimiento penitencia-
rio de Challapalca ascenda a 87, siendo su capacidad de albergue de 214, segn consta
en los informes estadsticos del Instituto Nacional Penitenciario.
RECOMENDACIONES
1. La poltica criminal del Estado debe realizarse con un enfoque multidisciplinario.
Es urgente la revisin del actual sistema de penas, los delitos sujetos a prohibicin
y restriccin de los beneficios penitenciarios, as como otros factores que forman
parte de la accin criminalizadora del Estado para sancionar determinados delitos.
Esto debe permitir una propuesta ms acorde a los fines del derecho penal y de la
ejecucin penal.
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2. La lucha frontal contra la corrupcin en el sistema penitenciario debe ser uno de los
ejes de toda la administracin penitenciaria en todos los niveles y mbitos. Esto ha
sido planteado como pare de las medidas para la reforma penitenciaria, por lo que
requiere ser debidamente apoyado con la provisin de los recursos necesarios.
3. Se debe asumir la finalidad resocializadora del INPE en una combinacin equilibra-
da de los criterios de seguridad, tratamiento y articulacin con otros sectores del
Estado y de la sociedad, preservando el respeto a los derechos humanos funda-
mentales no solo de las personas privadas de libertad, sino tambin de los servido-
res penitenciarios. En esta lnea debe darse de manera urgente, el incremento del
personal penitenciario.
4. Continuar con la implementacin de las 10 medidas de Reforma Penitenciaria asu-
midas por el INPE, desarrollando acciones concretas para su implementacin, en
tanto se encuentran en el marco del respeto a las normas internacionales de protec-
cin de derechos humanos.
5. La situacin de las personas privadas de libertad y el cumplimiento del fin reso-
cializador no solo es responsabilidad de las autoridades penitenciarias, compete
a los diversos sectores del Estado y a la sociedad en su conjunto, por lo que debe
promoverse de manera efectiva una articulacin de la gestin penitenciaria con los
otros sectores del Estado, as como la participacin ciudadana.
6. El Estado peruano debe acoger las recomendaciones que han sido formuladas, en
el mbito interno, por la Defensora del Pueblo en su Informe Defensorial N 154-
2011/DP El Sistema Penitenciario: Componente Clave del a Seguridad y la Poltica
Criminal. Problemas, Retos y Perspectivas; y, en el mbito internacional, las formu-
ladas por la Comisin Interamericana de Derechos Humanos en el Informe sobre los
Derechos Humanos de las Personas Privadas de Libertad en las Amricas.
7. Cerrar definitivamente el Establecimiento Penitenciario de Challapalca.


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OTROS TEMAS
DE PREOCUPACON
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Luego de un expectante inicio de su gestin, hace ya algo ms de dos aos, la actual ad-
ministracin del Sector Educacin (MINEDU), ha continuado implementando un conjunto
de estrategias y actividades que responden a las decisiones de poltica adoptadas por el
gobierno del presidente Ollanta Humala Tasso. En el documento, Memoria Institucional
2012 - 2013 publicada por el MINEDU, se puede leer una sntesis de lo realizado en el pe-
rodo
55
. A continuacin transcribimos, a modo de referencias de fuente directa, la siguiente
informacin de dicho documento:
POLTICAS Y ESTRATEGIAS EN CURSO:
El perodo 2012-2013 en Educacin se encuentra marcado por la aprobacin
de la Ley de Reforma Magisterial y el arranque del Plan Per Maestro, el salto
cuantitativo en la ampliacin de la cobertura en educacin inicial y el desplie-
gue de Beca 18, dando acceso a las mejores inteligencias jvenes del pas en
las carreras que el desarrollo del Per requiere.
En el mismo orden de importancia, es destacable el cambio que empieza a
ocurrir en la cotidianeidad de las 70 mil escuelas pblicas del Per, sus estu-
diantes y los profesores que trabajan para ellas. Este cambio se sustenta en
los tres pilares de nuestra poltica educativa: la mejora de los aprendizajes y
el cierre de brechas, el impulso al desarrollo profesional de los docentes, y la
modernizacin y descentralizacin de la gestin.
Cada escuela hoy est obligada a proponerse metas en el aprendizaje de sus
estudiantes y un plan de mejora para lograrlo, con una secuencia de trabajo
claramente pautada para el ao escolar. Los profesores, todos, reciben guas
didcticas para facilitar su trabajo en aula y han recibido, todos, un aumento en
su remuneracin. Los estudiantes, todos, tienen material didctico, cuadernos
de trabajo, textos gratuitos y de calidad. Si estn en inicial y primaria reciben
un desayuno escolar variado y saludable, y si tienen un problema de salud
son atendidos por el Seguro Integral de Salud. En las escuelas unidocentes y
multigrado del Per, adicionalmente, los estudiantes reciben tiles escolares,
uniforme, almuerzo y sus profesores ya no trabajan en soledad, porque reciben
mensualmente asesora pedaggica de un profesor experto. Asimismo, los ni-
54 Elaborado por IPEDEHP.
55 Ministerio de Educacin: Memoria Institucional 2012 - 2013.
5. INFORME SOBRE LA SITUACIN
DEL DERECHO A LA EDUCACIN
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os y profesores quechua, aimara y de pueblos amaznicos del Per reciben
sus textos, guas y asesora pedaggica en la lengua y cultura del estudiante.
A estas condiciones bsicas que estamos garantizando en toda escuela pbli-
ca, incorporamos nuevas iniciativas: un sistema digital de aprendizajes deno-
minado Per Educa, que da el sentido educativo al parque de computadoras
existente en el 80% de escuelas pblicas del pas. El deporte y el arte regresan-
do a la escuela pblica con el programa Deporte y Arte para Crecer y la masifi-
cacin de los Juegos Deportivos y Florales. Las Rutas Solidarias con la entrega
de bicicletas a los nios de reas rurales para ahorrar el tiempo de viaje a la
escuela. El apoyo sicolgico y multidisciplinario que se empieza a implementar
con el programa Escuelas Amigas a favor de una convivencia sin violencia en
las escuelas. La alimentacin saludable propiciada con la iniciativa Loncheras
y Quioscos Saludables.
Para completar el crculo virtuoso de calidad en el 100% de las escuelas pbli-
cas, hemos empezado la modernizacin del Ministerio de Educacin. Hemos
adoptado una estrategia de gestin intergubernamental con los Gobiernos Re-
gionales y convocado a la participacin ciudadana mediante la Movilizacin
Nacional por la Transformacin de la Educacin, que nos compromete con el
lema: Cambiemos la educacin cambiemos todos.
Producto de estos esfuerzos, los estudiantes ganan hoy entre uno y dos meses
de clases, los nios de reas rurales han empezado a mejorar sus aprendizajes
luego de aos de cada en los resultados en la evaluacin censal. Regiones
como Moquegua y Tacna consolidan sus progresos y surgen regiones emer-
gentes como Apurmac, Pasco y Huancavelica que muestran mejoras signifi-
cativas en los aprendizajes de sus estudiantes, a pesar de las difciles circuns-
tancias en que viven.
Teniendo como horizonte el Proyecto Educativo Nacional al 2021, nos hemos
propuesto hacer ms y hacer mejor. Eso significa trazarnos una ruta con mayor
ambicin con metas ms altas en la calidad del servicio educativo, una gestin
articulada y estratgica y una movilizacin de todos los sectores de la ciudada-
na a participar de este esfuerzo por encarar los viejos lastres de la educacin
nacional.
Todos estos avances, como se dice en la transcripcin que acabamos de sealar, res-
ponden a las siguientes diez polticas priorizadas por el MINEDU:
DIEZ POLTICAS PRIORIZADAS POR EL MINEDU
1. Aprendizajes de calidad para todos con nfasis en comprensin lectora,
matemtica, ciencias y ciudadana.
2. Reduccin de brechas en el acceso a servicios educativos de calidad
para los nios y nias menores de 6 aos.
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3. Mejora significativa de logros de aprendizaje para los nios, nias y ado-
lescentes en zonas rurales.
4. Reduccin de brechas en el acceso a servicios educativos de calidad:
estudiantes que tienen como lengua materna el quechua, el aimara, o al-
guna lengua amaznica, aprenden en su propia lengua y en castellano.
5. Formacin y desempeo docente en el marco de una carrera pblica
renovada.
6. Fortalecimiento de instituciones educativas en el marco de una gestin
descentralizada, participativa, transparente y orientada a resultados.
7. Reduccin de brechas en el acceso a la educacin superior para jve-
nes de menores ingresos.
8. Desarrollo de competencias laborales, profesionales y de creacin de
conocimiento en articulacin con la demanda productiva y las necesida-
des de desarrollo del pas.
9. Promocin de la actividad fsica regular, la recreacin y el deporte a nivel
escolar, juvenil y adulto.
10. Promocin del deporte competitivo
56
.
En trminos cuantitativos, el documento de la Memoria Institucional del MINEDU, 2012
2013, seala los siguientes logros:
Ampliacin del acceso a la educacin
150 000 nuevos puestos escolares para nios y nias de 3 a 5 aos.
5 113 nuevas plazas para docentes de educacin inicial.
2 010 comunidades por primera vez tienen instituciones de educacin inicial
90 016 940 nuevos soles invertidos.
Atencin a estudiantes con discapacidad
10 654 estudiantes asisten a instituciones educativas (IIEE) inclusivas.
25 085 estudiantes atendidos en Centros de Educacin Bsica Especial.
2 258 nios de 0 a 3 aos asisten al Programa de Intervencin Temprana (PRITE).
Materiales y recursos educativos
32 052 173 textos y materiales educativos para inicial, primaria y secundaria distri-
buidos en las IIEE.
252 719 159 nuevos soles invertidos.
53 000 docentes y padres de familia participaron en 546 talleres de capacitacin en
uso de materiales educativos.
56 Ibid.
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Materiales en lenguas originarias
1 100 000 cuadernos de castellano como segunda lengua.
Textos y cuadernos en 7 lenguas originarias: Aimara, Quechua Chanka, Quechua
Collao, Shipibo, Ashninca, Awajn y Shawi, para todos los grados y reas de pri-
maria.
5 700 000 nuevos soles invertidos.
Tecnologa Educativa
5 700 escuelas conectadas al Sistema Digital de Aprendizaje PER EDUCA.
109 110 usuarios registrados a nivel nacional en el Sistema Digital de Aprendizaje
PER EDUCA.
300 000 alumnos acceden a Red Educativa Satelital.
40 000 kits (4 DVD c/u) repartidos a las escuelas.
60 000 000 nuevos soles invertidos.
Deporte y arte
150 000 estudiantes de 1 477 distritos del pas han participado en Deporte y Arte para
crecer (DEPARTE).
Reforma Magisterial
251 249 profesores nombrados en Educacin Bsica y Tcnico-productiva, por prime-
ra vez en un solo rgimen laboral, con 8 escalas magisteriales y 4 reas de desempeo
laboral.
Inversin en capacitacin docente
110 112 profesores capacitados a nivel nacional.
368 572 plazas para cursos cortos y actualizaciones.
69 058 049 nuevos soles invertidos.
Guas pedaggicas
350 547 docentes con aula a cargo y
31 877 coordinadores han recibido guas pedaggicas.
17 fascculos de Rutas del Aprendizaje (4 para nivel inicial, 4 para primaria, 4 para
secundaria y 5 de contenidos generales distribuidos).
A modo de evaluacin
Dentro de la enumeracin arriba indicada, puede destacarse lo siguiente:
a. El inicio de la ejecucin de la Ley de Reforma Magisterial y la aprobacin de su
respectivo reglamento generaron la movilizacin y resistencia de gran parte del ma-
gisterio nacional. La razn est en la ausencia de dilogo y consulta con los intere-
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sados. Al respecto, no puede desconocerse la positiva intencin de la actual gestin
del MINEDU de querer unificar la normatividad y darle una nueva tnica y proyeccin
a la estructura de la carrera pblica magisterial. Sin embargo, el MINEDU perdi una
oportunidad para ganar la confianza de los maestros y maestras a nivel nacional y
construir una relacin ms transparente y democrtica.
b. Las mejoraras remunerativas de los docentes, que resultan del proceso de imple-
mentacin de la Ley de Reforma Magisterial y su respectivo reglamento, tienen un
impacto limitado en la economa de los docentes. Los docentes contratados (23.6%
del total) siguen relegados, siendo una incgnita su situacin futura, toda vez que
ella depende de las decisiones que adopte el Ministerio de Economa y Finanzas57.
c. Es de destacar el impulso a la Educacin Inicial, no solo por la ampliacin de la
cobertura, con especial atencin en las reas rurales de menor desarrollo, sino tam-
bin por la asignacin financiera y presupuestal. Queda la preocupacin en relacin
a la disponibilidad de personal idneo, as como en torno a la sostenibilidad finan-
ciera de esta iniciativa.
d. El programa Beca 18 ofrece oportunidades de estudio a nivel superior a jvenes
en situacin de pobreza que poseen capacidades para poder superarse, compro-
metiendo su aporte al desarrollo del pas. Se requiere, sin embargo, medidas que
garanticen la transparencia, control y acompaamiento al programa.
e. La descentralizacin de la gestin de la Educacin, que transfiere atribuciones a los
Gobiernos Regionales, no ha logrado superar una serie de vicios burocrticos, en
la perspectiva de impulsar verdaderos cambios que permitan transformar la pesada
estructura de la administracin en el sector con un enfoque tico. Por un lado hay un
movimiento excesivo de personal en las instancias ms altas de las administracio-
nes de la educacin a nivel nacional y regional; por otro, permanecen inamovibles
funcionarios y agentes intermedios en la administracin del sector, aferrados a con-
cepciones, procedimientos y estilos administrativos tradicionales e ineficientes.
f. La propuesta de participacin ciudadana, mediante la denominada Movilizacin
Nacional por la Transformacin de la Educacin no ha logrado convocar de manera
efectiva a la poblacin ya sea por temor, desconfianza o falta de informacin. Podra
decirse que la mayora de la poblacin peruana, (incluyendo a un amplio sector del
magisterio nacional) no conoce lo que viene planteando y haciendo la actual gestin
en el MINEDU.
Como puede desprenderse de lo antes sealado, no son pocas las acciones desarrolla-
das por la actual gestin en el MINEDU, las mismas que, como ya lo dijimos, responden a
decisiones de la poltica educativa del gobierno del presidente Ollanta Humala.
Justo es reconocer la positiva y honesta intensin de plasmar dicha poltica, la misma que,
como se desprende de la Memoria Institucional 2012 2013, se enmarca dentro de una
opcin ideolgica que corresponde al modelo de desarrollo econmico y social asumido
por el actual gobierno.
En tal sentido, desde el enfoque y perspectiva de la educacin como un derecho huma-
no integral, y teniendo en cuenta el acelerado y profundo desplome de la estructura de
57 Remuneraciones Docentes: Algo se ha mejorado Blog, S. Chiroque, 27/10/13 - www.schiroque.blogspot.com
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valores en el pas -aspecto que tiene una profunda y estrecha relacin con la educacin-,
surgen de inmediato una serie de interrogantes:
La propuesta de transformacin y cambio de la educacin que se viene implemen-
tando, (10 Polticas), se orienta a lograr la transformacin y cambio del actual mo-
delo de desarrollo socioeconmico adoptado por el gobierno, cuyos fundamentos
son de corte pragmtico y utilitarista? O por el contrario, se orienta a reforzarlo?
Si bien algunas de las medidas en curso, adoptadas por la poltica educativa son
vlidas (prioridad de la atencin a la primera infancia; oferta de oportunidades edu-
cativas para jvenes en situacin de pobreza; reordenamiento de la Carrera Pblica
Magisterial; reparto de materiales educativos; atencin a la equidad de gnero y a
la interculturalidad), por qu, a dos aos y medio de gestin, no se ha priorizado y
puesto especial atencin, adoptando medidas efectivas, para enfrentar los proble-
mas de carcter moral y tico que subsisten en el sector, no solo al interior de su
estructura administrativa como tal, sino tambin en el ejercicio de la docencia? Es
acaso posible intentar cambio alguno, manteniendo niveles de inconductas funcio-
nales (que no solo tienen que ver con el manejo doloso de bienes y recursos), en los
diversos niveles de la estructura administrativa del sector?.
Los avances y logros de la actual poltica educativa adoptada por el MINEDU,
(que, segn se sabe, est implicando un activismo desgastante), hacia qu tipo de
sociedad y pas apuntan?
La crisis global que enfrenta en la actualidad el mundo entero, no es una crisis
solo de carcter material, econmico o financiero. Es, fundamentalmente, una crisis
de humanidad, de valores morales y ticos que se sustenten en el reconocimiento
y respeto de la dignidad y derechos de los seres humanos. El actual proceso de
transformacin y cambio de la educacin, no puede estar de espaldas a esta
realidad, no slo porque la educacin no es ni puede ser neutral frente a cualquier
contexto social, econmico, poltico y cultural, sino porque tiene una responsabili-
dad que es esencialmente tica. La transformacin y cambio de la educacin en
el que se encuentra abocado el gobierno, no se est quedando en la epidermis de
la realidad y necesidades urgentes del pas?
La educacin en el Per tiene hoy una responsabilidad crucial, siempre y cuando
se la entienda no solo como un servicio, sino, fundamentalmente como un derecho
humano integral. A escasos dos aos para el trmino de la gestin del actual gobier-
no, no se habr perdido una vez ms la oportunidad de hacer de la educacin un
verdadero instrumento de y para el cambio que el Per y los peruanos necesitamos?
En esta perspectiva, como ya se seal en el Informe Anual de la CNDDHH del ao pasa-
do, es necesario recordar que la actual gestin en el MINEDU, sigue dejando de lado el
cumplimiento de su responsabilidad como parte del Estado, en torno a la implementacin
del Programa y Plan Mundial de Educacin en Derechos Humanos que fue iniciado en
2005, por acuerdo de la Asamblea de las Naciones Unidas, y cuya Tercera Etapa culmina-
r el ao 2014.
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El Per ha ratificado los diversos tratados en materia de derechos humanos, los ha incor-
porado al ordenamiento jurdico del pas a travs del art. 55 de la Constitucin Poltica y la
Disposicin Final y Transitoria IV de la Constitucin. Para profundizar ms el compromiso
en materia de salud, en la Dcimo Tercera poltica del Acuerdo Nacional el conjunto de
partidos polticos se comprometen a garantizar a todos los peruanos el acceso universal y
gratuito a los servicios de salud.
Por estas razones, es que el Gobierno del Presidente Ollanta Humala debe incorporar en
la definicin de las polticas pblicas sanitarias, el cumplimiento de estos compromisos y
as lo entendimos en el dilogo del 9 de febrero de 2011, cuando, en reunin con diversas
fuerzas de la sociedad civil, el entonces candidato Ollanta Humala Tasso dijo: Estoy muy
58 Elaborado por Mario Ros Barrientos, Profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y Presidente de la Asociacin Civil Justicia
en Salud.
6. INFORME SOBRE
EL DERECHO A LA SALUD
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agradecido a ForoSalud por venir al Partido Nacionalista del Per y hacernos partcipes de
la situacin de la salud; coincidimos plenamente en que el problema central de la salud
en el Per es un problema del sistema. La poltica de salud que corresponde al Estado ha
sido entregada al mercado y el mercado funciona para consumidores; para tener acceso
hay que tener plata. Si se tiene plata se puede adquirir un seguro; si no hay que madrugar
en los hospitales a hacer su cola. Planteamos recuperar la poltica de salud porque que-
remos una poltica de salud para todos, donde el sistema pblico sea igual o mejor que la
salud privada.
Esta orientacin fue ratificada en la Hoja de Ruta, cuando el 5 de junio de 2011, luego del
triunfo electoral en segunda vuelta, el Presidente electo en el mitin de celebracin de la
victoria electoral, realizado en la Plaza Dos de Mayo, insista en la necesidad de construir
un Sistema Universal de Salud como respuesta a un sistema de salud discriminatorio, ex-
cluyente y que consolida las condiciones de desigualdad en nuestro pas.
AVANCES Y PROBLEMAS DEL SISTEMA DE SALUD
Ante los compromisos planteados en el periodo electoral, se esperaba un cambio sustan
tivo en las polticas de Estado en materia de salud. Estos cambios no se dieron y por el
contrario se han venido profundizando las errneas polticas del gobierno del seor Alan
Garca, es decir, continuar la segmentacin del acceso de las poblaciones a los servicios
de salud y profundizar un enfoque de salud basado en la enfermedad.
Como aspectos ms relevantes de lo ocurrido en el presente periodo podemos destacar:
a. Se ha aprobado la Resolucin Ministerial N 325/2012 que aprueba el listado de
enfermedades de alto costo, lo que permite que la poblacin afiliada al Seguro Inte-
gral de Salud, bajo el Rgimen subsidiado, tenga acceso a prestaciones de salud de
Cncer de Cuello Uterino, Mama, Coln, prstata, estomago, linfomas, leucemias
e insuficiencia renal crnica terminal. Esto se materializa en la aprobacin del Plan
Esperanza y en el financiamiento del FISSAL con una asignacin de 200 millones de
soles del tesoro pblico.
b. Se ha aprobado el Decreto Supremo N 005/2012 que permite el intercambio pres-
tacional entre ESSALUD, SIS y Gobiernos Regionales. Este Decreto posibilit que la
mayora de Gobiernos Regionales haya firmado estos convenios.
c. Los graves conflictos laborales, la prdida de la autoridad sanitaria en el sector, el
incumplimiento de compromisos con los trabajadores, y las paralizaciones constan-
tes son el signo de una falta de poltica de recursos humanos que incremente los
salarios y reduzca las brechas de necesidades de personal en el conjunto de las
redes de servicios.
d. El impulso de un proceso de reforma de la salud de espaldas a los principales acto-
res sin construccin de consensos sociales. Este es el rasgo del documento Per:
Saluda la Vida, aprobado por mayora en el Consejo Nacional de Salud con voto en
contra de las Organizaciones Sociales de la Comunidad y abstencin del Colegio
Mdico del Per. Lo que ha derivado en una solicitud de las facultades legislativas
del Poder Ejecutivo para realizar una Reforma de Salud que tiene como objetivo la
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definicin del rumbo de las polticas sanitarias sin consenso nacional. Se ha reduci-
do la discusin de la reforma a un debate tecnocrtico al interior del Poder Ejecutivo.
e. El Poder Ejecutivo persiste en no aprobar el reglamento de la Ley N 29414, Ley de
Derechos de las Personas Usuarias y se niega a construir un sistema autnomo e
independiente de proteccin de los derechos de las personas usuarias de los servi-
cios de salud.
f. La lamentable indiferencia del MINSA frente a las vulneraciones, por parte del Esta-
do, de los derechos de las personas, como el caso de los siete nios contagiados
con polio post vacuna; los casos de cuatro personas fallecidas por la vacuna contra
la fiebre amarilla en la regin de Ica y los 21 nios infectados con hepatitis B del
servicio de neurologa peditrica del Instituto Nacional de Salud del Nio. Frente a
la indolencia de las autoridades las personas que son afectadas se ven obligadas a
buscar apoyo meditico, y slo entonces son escuchadas y se les restituyen los de-
rechos violados, pero de no hacer uso de los medios de comunicacin los procesos
de lucha por justicia podran durar aos. Un ejemplo que logr reparacin econmi-
ca, aunque no del todo justa, es el conseguido por los siete nios contagiados con
polio post vacuna. Pero an falta el Plan de Atencin Integral de Rehabilitacin y de
Salud que el MINSA lamentablemente hasta el momento no ha aprobado.
LA DECISIN DE FONDO EN EL SISTEMA DE SALUD PERUANO Y HA-
CIA DNDE VA LA REFORMA
Para el desarrollo de polticas gubernamentales de Salud, se han planteado tres enfoques:
a. El enfoque centrado en el mercado. La salud, es un problema individual, que
cada quien debe resolver en funcin de su capacidad.
b. El enfoque basado en la compensacin frente a programas de ajuste. El Estado
debe subsidiar hasta donde puede a los sectores de mayor pobreza que han sido
excluidos.
c. El enfoque de derechos humanos. La responsabilidad del Estado es reconocer al
ciudadano como sujeto de derecho, formular y ejecutar las polticas pblicas sanita-
rias y la solidaridad como ejes centrales de dichas polticas.
Estos tres enfoques estn presentes en las luchas de los diferentes actores de la salud en
el pas. La expresin de estos intereses se va alineando en funcin de los intereses. Lo que
encontramos es que contraria a la lnea de compromiso del presidente Ollanta Humala,
en el Ministerio de Salud el enfoque predominante es el de mercantilizacin de la salud
acompaado de programas de compensacin, con claro inters de fortalecer la respuesta
privada en desmedro de la capacidad de respuesta del sector pblico.
Contrario a esta posicin hegemnica en la sociedad se viene construyendo un tejido
social formado por los gremios de profesionales, trabajadores del sector salud y de im-
portantes sectores ciudadanos que se adscriben al enfoque de la salud como derecho
humano.
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UNA REFORMA BASADA EN EL MERCANTILISMO CON COMPENSA-
CIN POR AJUSTE
Este modelo de reforma tiene su expresin mayor en modelos ya fracasados y recusados
por sus ciudadanos, como son el modelo colombiano y el cuestionado modelo estadou-
nidense.
Algunos elementos caractersticos expresados en nuestro pas son:
a. Desregulacin y falta de rectora del sistema de salud. Debilitamiento del rol del
Estado con poca capacidad de atender la salud pblica (cada vez estn ms pre-
sentes diferentes enfermedades que ya deban estar superadas: clera, peste, rabia
humana, altos ndices de TBC extremadamente resistente, bajas coberturas de in-
munizaciones, etc.) y ausencia de autoridad sanitaria que promueve el desgobierno
profundizando la fragmentacin y segmentacin del sistema de salud.
b. La Ley Marco de Aseguramiento Universal en Salud no ha logrado la universaliza-
cin del acceso y tampoco de la afiliacin. Cerca del 30% de la poblacin no tiene
ningn tipo de seguro y para los que tienen no est garantizado el acceso. Contina
existiendo la brecha entre oferta de servicios y las necesidades de la poblacin, a lo
que se suma la ausencia de especialistas.
c. Un compromiso de los promotores de la Ley Marco de Aseguramiento en Salud fue
que sta iba a garantizar la proteccin financiera, es decir disminuir el gasto de bol-
sillo. Lejos de lograr este objetivo, el gasto se ha incrementado en los ltimos cuatro
aos, pasando de 8 mil millones de soles a cerca de 12 mil millones de nuevos so-
les.
d. Un sistema de salud basado en la enfermedad. Como la lgica es de mercantilismo,
la fuente de recursos se encuentra en la mayor cantidad de oportunidades de nego-
cio, es decir en el consumo de medicamentos, el uso de servicios de recuperacin
de las dolencias, etc. A ello responde la masificacin de las boticas y farmacias
como fuente principal de expendio de estos recursos.
e. Reconociendo que hay un incremento en cifras absolutas de soles en la asignacin
de recursos del sector pblico, esto no ha significado una elevacin significativa del
gasto en relacin al PBI. La asignacin actual es de 1.7%, cifra que no se ha incre-
mentado en los ltimos aos y est por debajo del promedio de Amrica Latina que
asigna hasta 4% como promedio. Sumado el sector pblico con el gasto de bolsillo
y las otras fuentes de financiamiento llegamos a 2012 a 5.1% del PBI. Es decir el
incremento efectivo del gasto en salud est muy por debajo de lo deseable para el
sistema de salud peruano, que debera cuando menos alcanzar el 8% del PBI que
es el promedio latinoamericano.
La profundizacin de una reforma regresiva y mercantilista consolidar la vulneracin cr-
nica y estructural del derecho humano a la salud, adems impedir que los ciudadanos
veamos garantizado el acceso a los bienes y servicios de salud, afianzando de esta mane-
ra un Estado no respetuoso de sus obligaciones y que basa su organizacin en la atencin
de la enfermedad. Todo esto contrario a los compromisos internacionales en derechos
humanos.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 85
EL RETO DE LA REFORMA ES ORGANIZAR UN SISTEMA UNIVERSAL DE
SALUD EN BASE AL DERECHO HUMANO A LA SALUD
La Reforma de la Salud ha sido una demanda de los ciudadanos debido a que el actual
sistema de salud ha colapsado. Tal como est organizado, no responde a las necesidades
de los ciudadanos y por lo tanto vulnera sus derechos, el reto del proceso de reforma es
lograr hacer que el sistema de salud se organice sobre la base de los derechos humanos,
cumpliendo los compromisos nacionales e internacionales. Por ello, en este proceso de
debate de la reforma de la salud, creemos importante incorporar las siguientes medidas:
a. Fortalecimiento del Estado en sus roles de: Gobierno (rectora, regulacin, modu-
lacin), financiamiento (incremento de la participacin del Estado en la proteccin
financiera, incremento del gasto pblico hasta el promedio latinoamericano), pres-
tacin (organizacin de las redes de servicio, fortalecimiento del primer nivel, po-
tenciamiento de los hospitales en su capacidad de respuesta del segundo y tercer
nivel, reduccin de brechas de infraestructura, equipamiento, recursos humanos), y
garantas de calidad (seguridad en los servicios para trabajadores y personas usua-
rias, sistemas de proteccin de derechos y reparacin de los daos, supervisin de
los servicios de salud y desarrollo de la capacidad sancionadora de los organismos
responsables).
b. Participacin ciudadana con carcter vinculante que permita a los ciudadanos in-
volucrarse en las decisiones polticas en los distintos niveles de gobierno (nacional,
regional y local). La participacin debe involucrar la vigilancia y el monitoreo, com-
prometiendo al 50% + 1 de representantes de los ciudadanos en estos espacios de
decisin. Esto se basa, en el art. 9 de la Constitucin Poltica que plantea al Estado
como ente que determina la poltica nacional de salud. Los ciudadanos somos parte
del Estado.
c. Iniciar el proceso de articulacin (camino a la unificacin) de los distintos subsis-
temas de financiamiento y prestacin de servicios y fortalecimiento de las capaci-
dades desarrolladas por cada uno de los subsistemas a fin que se complementen.
Por ejemplo: Potenciar en ESSALUD su capacidad de respuesta a los problemas de
salud de ms alta complejidad y fortalecer las redes de primer nivel a partir de las
acumulaciones logradas por las redes MINSA y los gobiernos regionales.
d. Garantizar el financiamiento para el acceso universal a los servicios de salud a todos
los ciudadanos. Los que tienen seguros privados o seguro social se incorporarn
con sus aportes y el tesoro pblico financiar a la poblacin no asegurada. Aquellos
cuyo aporte contributivo no alcance la universalidad de las prestaciones, stas se
harn bajo la asignacin del sector pblico. Una medida complementaria ser revi-
sar todas aquellas condiciones que impiden o debilitan la capacidad de respuesta
del Estado, ejemplo: corrupcin, cajas en los servicios pblicos, altos precios de los
medicamentos, consumo de productos que hacen dao a la salud de las personas,
limitaciones para la actividad fsica, pobreza, etc.
e. Fortalecer la seguridad social en el pas, esto implica incrementar los aportes hasta
un 12% tal como lo establece el estudio actuarial de la OIT. Recuperar los aportes de
las gratificaciones y democratizar su gestin bajo el sistema de eleccin democrti-
ca de los representantes de los trabajadores, representantes del gobierno (nacional,
regional y local), de los empresarios y que sea el directorio el que elija al Presidente
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Informe ANUAL 2012-2013 86
de ESSALUD, quin debe ser de confianza de los asegurados, empleadores y el
Estado, no solo del Presidente.
f. Las remuneraciones de los trabajadores y profesionales de la salud del sector p-
blico debern estar sostenidos sobre la asignacin del tesoro pblico. Eliminar cual-
quier bonificacin sobre la base del pago del bolsillo de las personas usuarias de los
servicios de salud.
g. Eliminar cualquier barrera de acceso a los servicios de salud basados en cualquier
condicionamiento administrativo y burocrtico, como: DNI, adscripcin, SISFOH y
otras que impidan el ejercicio de un derecho fundamental.
Estas medidas entre otras, deben apuntar a la construccin de un sistema universal de sa-
lud que tenga como centro el derecho humano a la salud, se trata que el sistema de salud
ponga por delante las necesidades de los ciudadanos y el pleno respeto a sus derechos.
Ningn peruano debe morir o ver agravada su situacin de salud y econmica por una
enfermedad que es perfectamente tratable.
Los movimientos de derechos humanos, debemos estar vigilantes frente al riesgo que im-
plica las actuales decisiones del Ministerio de Salud y del Gobierno que ponen en riesgo
la realizacin del derecho a la salud, colocndonos frente a una reforma regresiva y mer-
cantilista, lejos de la aspiracin de una Reforma por el derecho humano a la salud
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 87
La poltica de vivienda en el actual periodo mantiene las caractersticas generales que han
predominado en la ltima dcada: la lgica del mercado decide qu se hace y qu no.
Se prioriza la dinmica empresarial inmobiliaria en desmedro de necesidades sociales. Es
en los municipios donde se observa iniciativas diferentes, tal es el caso de la poltica mu-
nicipal de vivienda en Lima Metropolitana que, de consolidarse, puede ser favorable para
el derecho a la vivienda de poblaciones de escasos recursos. Asimismo se han creado
varios programas y se han anunciado proyectos en los mbitos urbano y rural.
En los siguientes prrafos analizamos los aspectos que consideramos ms relevantes
para medir el grado de atencin del gobierno en relacin al derecho universal a una vivien-
da digna y adecuada y observar sus posibilidades de concrecin, entre ellos, el acceso al
suelo y la seguridad jurdica de la tenencia, la habitabilidad y disponibilidad de servicios e
infraestructura, los gastos soportables y accesibilidad, mejoramiento del hbitat rural y el
movimiento social.
59 Elaborado por el Instituto de Desarrollo Urbano CENCA.
7. INFORME
DERECHO A LA VIVIENDA
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Informe ANUAL 2012-2013 88
ACCESO AL SUELO Y LA SEGURIDAD JURDICA DE LA TENENCIA
Si bien el 6 de enero de 2012 se cre el Programa Gestin de Suelo Urbano, mediante D.S.
N 003-2012; el Manual de Operaciones del mismo tard un ao y medio en su elabora-
cin, y se aprob finalmente el 21 de agosto de 2013, mediante Resolucin Ministerial N
207-2013-vivienda. Segn el decreto supremo antes mencionado el objetivo del progra-
ma, adems de urbanizar terrenos de propiedad de Estado y recuperar espacios y predios
deteriorados y/o sub utilizados, es promover el desarrollo de inversiones encaminadas a
dar un mayor y mejor uso del suelo, mediante la modalidad de asociaciones pblica - pri-
vada u otras permitidas por la legislacin vigente, as como por mecanismos de facilitacin
urbana para el desarrollo de proyectos de vivienda social y sus servicios complementarios.
Este programa gubernamental proyecta subastar 2000 hectreas en 20 ciudades del pas,
para la ejecucin de proyectos inmobiliarios de los programas de Adquisicin de Vivienda
Nueva (Techo Propio) y Nuevo Crdito Mivivienda, aunque cabe manifestar que se con-
tinua con la poltica de subastar los terrenos del estado a la empresa privada para que
se encarguen de desarrollar los programas de vivienda social. El gerente del Fondo Mi-
vivienda anunci que la primera etapa a ejecutarse dentro del ao 2013 comprendera el
concurso pblico de siete terrenos estatales, tres en Lima y cuatro en Provincias.
COFOPRI, encargada de la formalizacin, seala que el presupuesto asignado ha sido in-
suficiente para atender la demanda de formalizacin existente. Sin embargo, segn fuen-
tes del Ministerio de Vivienda entre agosto de 2011 y septiembre de 2013 habra otorgado
160108 ttulos de propiedad.
En lo referente a la prescripcin adquisitiva administrativa de dominio, a pesar de ser esta
una competencia municipal, el gobierno municipal de Lima Metropolitana, en la gestin
de Castaeda, suscribi un convenio con COFOPRI a fin de que sta asuma las compe-
tencias por delegacin de funciones, esto no ha variado en el actual gobierno municipal.
A la fecha existen expedientes de asentamientos humanos sin resolver en algunos casos
desde hace trece aos.
Por otro lado, en el caso de Lima Metropolitana, entre agosto de 2012 y septiembre de
2013, se han realizado, en el centro de la ciudad, demandas de desalojos por ocupacin
precaria, pese a existir una ley de saneamiento fsico legal de predios tugurizados, cabe
sealar que esta norma no ha sido recogida en la Ordenanza Municipal de Lima Metropo-
litana. Asimismo, por la especulacin del suelo urbano en el sector Lomo de Corvina de
Villa El Salvador donde existe una poblacin asentada sobre zonas declaradas de riesgo,
existen demandas de desalojo por ocupacin precaria lo que afecta a familias de extrema
pobreza.
Frente a la ausencia de mecanismos que posibilitan a los sectores empobrecidos de la
ciudad el acceso a la vivienda, estos invaden, en las laderas de los cerros, tierras inade-
cuadas para la construccin, terrenos clasificados como zonas de riesgo. Sin embargo, la
existencia de traficantes confundidos con funcionarios que hacen visar planos, engaan a
familias necesitadas de vivienda, lo que agudiza el trfico de tierras.
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Frente al trfico de tierras, la respuesta del Estado ha sido promulgar la Ley N 30076 que
sanciona la usurpacin simple con penas de 2 a 5 aos y la usurpacin agravada con
penas de 4 a 8 aos.
Las poblaciones de menores ingresos han continuado con sus dificultades para acceder a
suelo seguro, a ello ha contribuido la aplicacin de polticas inadecuadas. Consideramos
que es necesario enfrentar con fuerza el trfico de tierras, pero es necesario establecer
polticas preventivas de acceso al suelo y la vivienda, para los ms empobrecidos de la
ciudad. En este tema el Estado an carece de un compromiso, una voluntad poltica clara
que posibilite establecer mecanismos de acceso al suelo y vivienda popular.
GASTOS SOPORTABLES Y ACCESIBILIDAD
El desempeo del Estado en relacin a la garanta en el acceso de la poblacin a viviendas
adecuadas, con gastos posibles de asumir por las familias de bajos ingresos, se ha cen-
trado en la implementacin del programa Techo Propio y la creacin de nuevos programas
como Mi Construccin y Mis Materiales. Cabe resaltar sin embargo que estos programas
resultan insuficientes e inadecuados para abordar la demanda de esta poblacin, la que
debe seguir recurriendo a la autoconstruccin para resolver sus necesidades de aloja-
miento.
En el mbito normativo el gobierno aprob, mediante la Resolucin Ministerial 208-2013
Vivienda
60
, la modificacin de postulantes al Bono Familiar Habitacional, flexibilizando el
requisito de ingreso familiar de 1650 nuevos soles.
TECHO PROPIO
Entre los aos 2012 y junio de 2013, Techo Propio entreg un total de 27891 Bonos Fami-
liares Habitacionales (BFH). Como puede observarse en el siguiente cuadro, un 65% de
BHF (18191), fueron destinados a tres regiones: Ica, Lima y Piura. Los BHF se concen-
traron sobre todo en Ica, a favor de los afectados por el terremoto de 2007. Estas cifras
demuestran que los BFH entregados son insuficientes, toda vez que constituyen slo un
15% de las 90 mil soluciones habitacionales anuales que se requiere para sectores de
bajos recursos, cifra fijada como meta en el Plan Nacional de Vivienda 2007-2015.
Esta situacin es consecuencia, entre otros factores, del alto valor del suelo, que encare-
ce la vivienda y empuja a construir en zonas inadecuadas. A todo esto se suma que las
soluciones habitacionales no forman parte de planes locales de vivienda, las potenciales
familias beneficiadas con este programa, corren el riesgo de ser desarraigadas y de per-
der su entorno social. Si a ello se agregan factores tales como dimensiones y calidad de
las soluciones ofrecidas, se puede entender mejor por qu la demanda contina sin ser
atendida de manera significativa. Los habitantes de menores recursos prefieren seguir
60 Resolucin Ministerial 208-2013Vivienda el 27 de agosto de 2013.
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optando por la ocupacin de terrenos, monitoreada cada vez de manera ms explcita por
los traficantes de terrenos.
Techo propio al 15 de Junio 2013
BONOS FAMILIARES HABITACIONALES DESEMBOLSADOS
Enero 2012 - Junio 2013
Departamentos
2012 2013
Nro.
Inversin
S/.
Nro.
Inversi n
S/.
Ica 9,070 157,438,056 3,267 61,944,119
Lima 2,006 30,910,760 1,280 25,023,356
Piura 1,200 20,453,360 1,368 27,059,865
Otros 12,276 208,802,176 5,915 114,027,340
Total 17,500 298,985,481 10,391 200,550,643
Fuente: Oficina General de Estadstica e Informtica - Unidad Estadstica, Fondo Mivivienda
Elaboracin: CENCA
Desde otro ngulo, la informacin del Ministerio de Vivienda mediante el Fondo Mivivien-
da permite observar que, si bien es cierto que la gran mayora de estos bonos contina
siendo otorgada el mejoramiento de vivienda, bajo la modalidad de Construccin en Sitio
Propio, esta tiene algunas limitaciones:
Techo propio
N DE BONOS AL 15 DE JUNIO 2013 POR MODALIDAD
Ao
MODALIDAD
Total
Vivienda
Nueva
Construccin en
Sitio Propio
Mejoramiento
de Vivienda
Construccin en
Sitio Propio Rural
2013 1,842 8,547 2 10,391
2012 4,498 12,597 405 17,500
2011 5,991 5,947 432 124 12,494
2010 5,353 12,833 549 18,735
2009 4,078 22,902 1,744 28,724
2008 2,396 6,113 772 9,281
2007 1,887 398 109 2,394
2006 1,991 26 8 2,025
Total 28,036 69,363 4,019 124 101,542
Fuente: Oficina General de Estadstica e Informtica - Unidad Estadstica, Fondo Mivivienda
Elaboracin: CENCA
Si bien se ha mencionado que el 80% del problema de la vivienda para sectores de bajos
ingresos se condensa en el rubro de malas condiciones de habitabilidad, lo que debera
llevar a incentivar el mejoramiento de las viviendas, dotando a los ciudadanos de mayores
recursos, esta modalidad alcanz el mayor nmero de BFH en el ao 2009, desde enton-
ces se ha ido reduciendo hasta alcanzar 5947 BFH en el ao 2011. Se calcula que el ao
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2013 podra llegar a 17000, lo que representara solamente el 19% de las necesidades ha-
bitacionales del sector social de menores recursos. Por otra parte la modalidad especfica
de Mejoramiento de Vivienda es prcticamente inexistente, en el ao 2012 solo tuvo 405
BFH y a junio 2013 solo 2 BFH.
Pero no solo los programas gubernamentales no se enfocan adecuadamente en el sector
ms necesitado, sino que la oferta inmobiliaria en general se concentra en viviendas cuyo
valor oscila entre 40000 y 100000 dlares. El BBVA Research en su reporte Per Situacin
Inmobiliaria 2012 citado por el Diario Gestin
61
indica que solo el 4% de la oferta se dirige
al segmento que prefiere unidades de un precio inferior a US$ 40000, a pesar de que sta
constituye ms de la mitad de la demanda efectiva.
En ese contexto no llama la atencin que muchas familias sigan recurriendo a la auto-
construccin de sus viviendas. Tal como lo corrobora el mismo gerente general del Fondo
Mivivienda quien manifiesta que el 60% (100000) de las 167000 mil viviendas que se cons-
truyen al ao son autoconstruidas, 47000 financiadas y 20000 subsidiadas.
62
Por su parte
un estudio de Arellano Marketing
63
encontr que el 55% de toda la venta de materiales de
construccin y acabados se destina a obras de autoconstruccin, lo que equivale al 3.6%
del Producto Bruto Interno (PBI).
En el periodo de julio 2012 a septiembre 2013, el Estado ha visto que la solucin al acceso
a la vivienda debe pasar por el mercado o por la iniciativa del propio ciudadano, mediante
la autoconstruccin. Al programa Fondo Mivivienda se ha aadido Mi Construccin y Mis
Materiales, ambos programas son manejados u operados por el Fondo Mivivienda bajo
un esquema burocrtico y se los difunde a travs de los medios masivos; ya no existen
promotores en los barrios populares que impulsen su implementacin, como ocurra con
el desaparecido programa Banco de Materiales.
PROGRAMA METROPOLITANO DE VIVIENDA POPULAR
Luego de un proceso de luchas, reivindicaciones y propuestas del Movimiento Sin Techo
y la sociedad civil, la Municipalidad de Lima Metropolitana ha iniciado el proceso de insti-
tucionalizacin de la poltica municipal de vivienda, ha aprobado en diciembre de 2012 la
Ordenanza 1643 que crea el Programa de Vivienda Popular.
El Programa de Vivienda Popular tiene como objetivo general promover el acceso de la
poblacin de los sectores populares de Lima Metropolitana, a una vivienda adecuada para
una vida digna en la ciudad, teniendo como objetivos especficos el mejoramiento de las
condiciones habitacionales de los sectores populares en zonas centrales de la ciudad,
promover la densificacin en zonas urbano-populares de consolidacin media y promover
el acceso a la vivienda a travs de la generacin de nuevas urbanizaciones para sectores
populares.
61 Diario Gestin, edicin del 07 de Enero de 2013.
62 Fuente: RPP 08/01/2013.
63 Estudio: Multiclientes: Autonstruccin, encuesta realizada a 550 personas del segmento C y D.
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Esta decisin constituye el hecho ms resaltante y positivo del presente perodo en favor
al derecho a la vivienda. En febrero de 2013 se aprob el manual de organizacin y fun-
ciones, restando definir el modelo de gestin. Desde la sociedad civil, el movimiento de
los Sin Techo Metropolitano y del Per y el Movimiento de Renovacin Urbana CPRU estn
concertando en la Comisin de Vivienda de la Mesa para la Lucha Contra La Pobreza de
Lima un planteamiento para el modelo de gestin y su presupuesto de implementacin.
Otros hechos de importancia en el mbito municipal han sido la aprobacin del Plan Re-
gional de Desarrollo Concertado de Lima Metropolitana, mediante Ordenanza 1659 con
fecha 19/02/2013, que contempla como meta al 2025 la promocin e implementacin de
100000 viviendas. A la fecha est en proceso de elaboracin el Plan de Vivienda de Lima
Metropolitana en el marco del desarrollo del Plan de Desarrollo Urbano de Lima. De igual
importancia ha sido el fortalecimiento de la Asamblea Metropolitana, que en la anterior
gestin solo cumpli un rol decorativo, pero que en esta gestin aprob el Acuerdo por
Lima (junio de 2012); al finalizar el ao 2012 contribuy en la aprobacin de la Ordenanza
del Plan Regional de Desarrollo Concertado; la aprobacin del Reglamento del presu-
puesto participativo y la conformacin de la Comisin de seguimiento del Plan Regional
de Desarrollo Concertado.
HABITABILIDAD, DISPONIBILIDAD DE SERVICIOS MATERIALES E IN-
FRAESTRUCTURA
El mejoramiento de las condiciones de habitabilidad de las viviendas y los barrios, inclu-
yendo la disponibilidad de servicios e infraestructura de los sectores de menores ingresos
no ha recibido atencin preferente y efectiva. En este campo lo ms importante ha sido el
desempeo del programa Barrio Mo, conducido por la Municipalidad de Lima Metropoli-
tana, aunque su nivel de concrecin es an inicial. De acuerdo a informacin de su pgina
web Barrio Mo est invirtiendo alrededor de S/. 300 millones.
El Ministerio de Vivienda, que en enero del 2012 haba creado el programa de Mejoramien-
to Integral de Barrios, en julio de 2012 anunci que invertir 1500 millones de soles en la
construccin de pistas, veredas y sardineles en asentamientos humanos y centros pobla-
dos con ndices de pobreza. Sin embargo, por la informacin proporcionada por la pgina
web del Ministerio, no se habra alcanzado la meta establecida, ya que considerando un
periodo mayor (de agosto 2011 a septiembre 2013) e incluyendo en un mismo dato el
monto ejecutado y transferido, ambos suman 1310 millones.
Los medios de prensa priorizaron su atencin en las inversiones inmobiliarias y la burbuja
inmobiliaria, reclamando mayores terrenos para poder ofrecer viviendas, sin especificar
cuantos iran a los sectores de menores ingresos, pero lo ms grave es que con ese ar-
gumento se busca expandir la ciudad a distritos de Lurn y Chilca, sumado a la intensa
actividad inmobiliaria en el distrito de Carabayllo, afectando de esta manera el remanente
agrcola de la aglomeracin limea. Mientras la rentabilidad econmica funcione sin res-
tricciones basadas en el desarrollo sustentable, el destino de las reas agrcolas ser con-
vertirse en terrenos urbanos y las condiciones de habitabilidad de la ciudad en su conjunto
se resentirn notablemente.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 93
El Ministerio de Vivienda anunci la creacin de cinco nuevos proyectos inmobiliarios con
ms de 16 mil viviendas en Lima, Ica, Tacna e Iquitos. Entre ellos el Proyecto Habitacional
de Inters Social en Laderas de Cerro El Agustino; Ciudad Alameda de Ancn; Ciudad de
la Concordia en Tacna; Parque Conmemorativo de la Independencia en Pisco (Ica); Alame-
da del Litoral en Pisco; as como un proyecto telefrico en Lima, un hipermercado en Beln
(Iquitos) y Mdulos Multideportivos a nivel nacional.
MEJORAMIENTO DEL HBITAT RURAL, SANEAMIENTO Y VIVIENDA
El mbito rural se refiere principalmente a poblaciones que habitan en centros poblados
de menos de 400 viviendas y que por lo general se ubica en el quintil ms bajo de pobreza,
habla lengua nativa y tiene bajo nivel educativo. A ello deben sumarse sus precarias con-
diciones de alojamiento y saneamiento que requieren una atencin urgente del Estado,
sobre todo las poblaciones que se ubican en los pisos ms altos y sufren el embate de
las heladas.
EL SANEAMIENTO RURAL
El problema en el Per radica en que no ms del 30% de aproximadamente 8 millones de
personas de los hogares del medio rural tiene saneamiento mejorado. En este contexto
resulta de gran importancia la resolucin del 28 de julio de 2010 de la Asamblea General
de las Naciones Unidas, que declar al acceso seguro al agua potable salubre y al sanea-
miento como un derecho humano fundamental, para el completo disfrute de la vida y de
todos los dems derechos humanos. En este sentido el Gobierno ha realizado un paso
importante al establecer en la Resolucin Ministerial 065-2013-Vivienda que la inversin en
saneamiento rural, en zonas dispersas en adelante, ser de un bao apropiado para una
vida digna, es decir no ms letrinas. El bao se constituye en una unidad bsica de sa-
neamiento que contiene: una caseta con material de la zona, un lavatorio, inodoro, ducha,
as como urinario y tanque de almacenamiento de agua de ser necesario. Asimismo se
ha presentado una Gua de Opciones Tcnicas para Abastecimiento de Agua Potable y
Saneamiento para Centros Poblados del mbito Rural, se han precisado dos tecnologas
apropiadas como es el UBS con arrastre hidrulico con biodigestores y la UBS Ecolgico
y Compostero de doble cmara.
Para este ao el Gobierno se ha propuesto atender, con servicios de agua y saneamiento
de calidad, a un milln de pobladores rurales de 3000 centros poblados, con una inversin
de 3600 millones de nuevos soles. Para el ao 2016, la meta es atender con servicios de
agua y saneamiento al 58% de las 11640 localidades rurales que concentran el 39% de la
poblacin rural.
LA VIVIENDA RURAL
La vivienda rural es uno de los aspectos ms olvidados en el pas; el primer Informe Na-
cional de Vivienda en el Per, realizado por el Arq. Crdova en el ao 1959, indicaba un
problema cualitativo de la vivienda rural tan igual como lo que sucede ms de medio siglo
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Informe ANUAL 2012-2013 94
despus: casas de adobe rajadas o de madera en deterioro, techos de paja que no prote-
gen de la humedad ni del frio, dficit de agua y saneamiento, es decir, alta vulnerabilidad
fsica. Ello nos indica que ha existido un abandono total de esta parte del pas por parte
del Estado.
El actual gobierno ha anunciado una poltica de inclusin social de la poblacin rural,
con una inversin de 2500 millones de soles en el mejoramiento de las viviendas rurales,
a travs del Programa de Apoyo al Hbitat Rural (PAHR). La estrategia para implementar
este proceso se basa en la implementacin de los Centros de Servicio de Apoyo al Hbitat
Rural, denominados Tambos que operarn como centros de apoyo del gobierno nacional,
para lo cual contarn con una cuadrilla tcnica o de proyectos que desarrollar acciones
orientadas al mejoramiento de viviendas (a travs de Sencico), ya sea para el mejoramien-
to de pisos de cemento, mejoramiento de techos, solucin sanitaria, solucin de dotacin
de energa elctrica alternativa y renovable, etc. Sin embargo, hasta la fecha se han cons-
truido aproximadamente 200 en quince regiones del pas, de los cuales estn funcionando
la mitad, pero no hay una iniciativa masiva de accin de mejoramiento de las viviendas
rurales. El programa se limita a acciones piloto en reaccin a situaciones de riesgo, como
es el caso del proyecto emblemtico Beln Sostenible donde se beneficiarn a ms de 14
mil pobladores de Beln, construyendo 2051 viviendas en madera, as tambin en Puno y
Arequipa por el friaje.
Asimismo, el Gobierno ha ofrecido 11204 intervenciones de mejoramiento de vivienda
rural, se ha previsto 700 en Piura, 1200 en Cajamarca, 300 en Hunuco, 500 en Pasco,
700 en Junn, 2500 en Ayacucho, 800 en Huancavelica, 400 en Arequipa, 1254 en Loreto,
900 en Apurmac, 700 en Cusco y 1250 en Puno. Para ello se han realizado diagnsticos,
inventarios y prototipos de vivienda rural para la intervencin en los mbitos de jurisdiccin
de los Tambos.
MOVILIZACIN SOCIAL
El surgimiento del Movimiento Sin Techo en la escena social nacional modifica la tendencia
de las organizaciones vecinales de organizarse y movilizarse en reivindicacin de su dere-
cho a acceder al suelo y servicios bsicos. En este caso contamos con una organizacin
que reivindica su derecho a la vivienda digna y reclama a diversas instancias del Estado
el establecimiento de polticas acordes con este derecho. El proceso de constitucin de
este movimiento ha tenido dificultades internas, pero se ha mantenido fortalecido a nivel
nacional y en Lima Metropolitana. El 5 de junio de 2013 realiz movilizaciones solicitando
al Congreso de la Repblica agendar el debate sobre el proyecto de Ley N 1000 Vivien-
da orientada a los sectores de menores recursos econmicos, que cuenta con dictamen
aprobatorio; a la Municipalidad de Lima para que asigne presupuesto e implemente el
Programa Municipal de Vivienda Popular y a la Presidencia del Consejo de Ministros se
transfieran tierras a la Municipalidad de Lima para la implementacin del Programa Muni-
cipal de Vivienda Popular.
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A dos aos de iniciada la gestin del presidente Ollanta Humala Tasso, nuestra aprecia-
cin es que el Estado peruano borra con una mano lo que hace con la otra. Desde la
nueva transformacin a la Hoja de Ruta han pasado dos aos y la situacin del derecho a
un ambiente sano y equilibrado en el Per no ha mejorado sustancialmente. En los ltimos
doce meses, se han dado avances en materia de gestin ambiental, pero tambin se han
presentado importantes retrocesos que dan como saldo un balance negativo ya que el Es-
tado no garantiza los derechos ambientales de la poblacin. Es ms, en los ltimos meses
del perodo que evaluamos, los cambios en el marco normativo que favorece la inversin
privada, afectaban la precaria institucionalidad ambiental de nuestro pas.
La tendencia de los conflictos sociales se ha mantenido. El 50% de los conflictos conti-
nan siendo de carcter socioambiental
65
y tambin se mantiene la tendencia a que un
70% de los mismos se produzcan por la presencia de actividades mineras.
Los temas crticos, respecto al derecho que tenemos los peruanos y peruanas a un medio
ambiente equilibrado y adecuado para la vida, estn referidos a un conjunto de polticas
pblicas, marcos normativos y prcticas gubernamentales y privadas que lejos de garan-
tizar este derecho, lo vulneran por accin o por omisin.
Temas clave como el ordenamiento territorial (OT), la calidad de aire, la calidad de agua,
la calidad de los suelos, la proteccin de zonas productoras de agua y ecosistemas fr-
giles, la certificacin ambiental, los lmites mximos permisibles, el tratamiento de aguas
residuales, la remediacin de pasivos ambientales, la gestin de los recursos hdricos en
un contexto de cambio climtico, la participacin ciudadana, entre otros, son los temas de
una agenda ambiental pendiente que tiene el Estado peruano con la poblacin.
En mayo de 2013, en el marco de una fuerte presin de grupos econmicos y medios de
comunicacin, fueron publicadas una serie normas que modifican los controles ambien-
tales, flexibilizndolos. En rueda de prensa con los medios especializados el presidente
Humala anunci siete medidas, que segn el Ministro de Economa Luis Castilla, junto
con otras medidas, destrabaran inversiones por ms de 15 mil millones de dlares. Entre
las medidas anunciadas, se seal la creacin de un equipo de especialistas del sector
privado, que hara seguimiento a las principales inversiones, vera el aspecto normativo
y propondra mejoras en la eficiencia de procesos, con la finalidad de reducir y mejorar
64 Elaborado por Julia Cuadros Falla, CooperAccin
65 Reportes de Conflictos de la Defensora del Pueblo.
8. INFORME SOBRE
EL DERECHO A UN MEDIO
AMBIENTE SANO Y ADECUADO
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los trmites. La Ley N 30025, tambin denominada Ley de Expropiaciones fue otra de
las medidas anunciadas; esta norma busca agilizar el uso de los terrenos para obras de
infraestructura, en particular para el sector de transportes y comunicaciones.
En este marco se inscriben los decretos supremos 054 y 060 que establecen disposicio-
nes para facilitar la inversin tanto pblica como privada y que en nuestra opinin reducen
los filtros ambientales y sociales necesarios para una gestin ambiental responsable y
respetuosa de los derechos ambientales.
El DS 060-2013-PCM del 25 de mayo, agiliza la aprobacin de los Estudios de Impacto
Ambiental (EIA) detallados y semi detallados, estableciendo un plazo mximo de 81 das,
con el agravante que la institucionalidad ambiental que est en los sectores no est pre-
parada para realizar evaluaciones ambientales rigurosas.
La norma establece un plazo de 30 das para opiniones tcnicas de otras entidades pbli-
cas como el ANA, SERNANP, Ministerio de Cultura, distintas al evaluador. Pero, pueden
los sectores en 30 das evaluar seriamente un EIA y dar una opinin tcnica rigurosa y
confiable? Igualmente son insuficientes los diez das que se establecen para pronunciarse
sobre el levantamiento de las observaciones, por parte del titular del proyecto (quien no
tiene un plazo lmite para levantar las observaciones). Finalmente, para ponerle la cereza
al pastel de la flexibilizacin, la autoridad evaluadora slo contar con 20 das para tomar
una decisin final; todo ello sin contar con mecanismos de participacin ciudadana, que
ahora s han sido obviados por la norma.
Como hemos venido sealando, la poltica para la aprobacin de los EIA estaba marcada
por el principio de aprobarlos s o s; es ms, uno de los indicadores de eficiencia, por
ejemplo, del Ministerio de Energa y Minas (MINEM) era el nmero de EIA aprobados por
ao, como difunda la oficina de prensa de esa entidad. Ahora con esta norma queda con-
firmado que la aprobacin de EIA es solo un mero trmite administrativo mas no, como
debera ser, un instrumento tcnico y riguroso que garantice un ambiente sano y adecuado
para las poblaciones y ecosistemas donde se van a desarrollar actividades extractivas.
Acompaa a esta medida una sancin a la que pueden hacerse acreedores los funciona-
rios que la incumplan.
Lo mismo ha sucedido con el DS 054-2013-PCM, que establece la aplicacin del silencio
administrativo positivo para la aprobacin del Certificado de Inexistencia de Restos Ar-
queolgicos (CIRA), quitndole la competencia al sector correspondiente y nuevamente
configurndose el sector energa y minas en juez y parte, en lo que se refiere a patrimonio
cultural. Esta norma, adicionalmente, vulnera las obligaciones que el Estado peruano tiene
a nivel internacional.
Pero un tema que preocupa aun ms que la reduccin de plazos para la aprobacin de
EIA, son los cambios que se establecen respecto a los trminos de referencia comunes
(TDR-C) para su elaboracin. Los TDR-C, tienen un plazo de 20 das contados a partir de
la vigencia de la norma y deberan haber sido elaborados por las autoridades que partici-
pan en la evaluacin de los EIA (ministerios sectoriales); sobre esta propuesta inicial, las
entidades que emiten opinin en procedimientos de aprobacin de EIA tienen cinco das
dentro de los 20 das sealados para alcanzar sus observaciones y/u opiniones. El Mi-
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nisterio del Ambiente (MINAM) slo tomara conocimiento del documento consensuado
entre los sectores, limitndose de esta manera su rol regulador, ya que no podr emitir opi-
nin al respecto de lo consensuado entre los sectores. Asimismo, la norma no establece
la necesidad de contar con trminos de referencia especficos, toda vez que nuestro pas
cuenta con una gran diversidad de ecosistemas y donde no es lo mismo evaluar el impacto
ambiental en una zona de costa que en una zona altiplnica, amaznica, de pramo, etc.
A ello se aade el agravante que las entidades que emiten opinin sobre EIA no podrn
pronunciarse o pedir informacin sobre aspectos no claros o tcnicamente incorrectos en
los que incurra el EIA. Con esta medida se curan en salud para que no vuelva a suceder
lo que pas en el Caso Conga, donde el MINEM identific una serie de irregularidades en
un EIA que ya haba sido aprobado.
Estos cambios debilitan an ms la frgil institucionalidad ambiental que tiene nuestro
pas.
Por otro lado, la aprobacin del Servicio Nacional de Certificacin para las Inversiones
Sostenibles (SENACE), creado y aprobado a fines de 2012 y que forma parte del Sistema
Nacional de Evaluacin de Impacto Ambiental (SEIA), recin comenzar a operar en abril
de 2014. A inicios de junio pasado, el titular del MINAM seal que en esa quincena se iba
a elegir al Jefe del SENACE; antes, en febrero se haba anunciado que en dos meses se le
elegira. Sin embargo, a la fecha no ha sido nombrado.
Si bien se ha dado un paso importante con la creacin de este organismo, el mismo ha
nacido con graves deficiencias porque deja abierta la posibilidad de que si un proyecto
extractivo es considerado como estratgico, la revisin y aprobacin del EIA est a car-
go del propio MINEM; de este modo, nuevamente el MINEM es juez y parte en un proceso
que debe ser eminentemente tcnico y dejar de ser un proceso administrativo.
A pesar de los esfuerzos que parecen desplegarse desde el MINAM, lamentablemente, a
estas deficiencias de carcter estructural, se agrega el recorte de competencias y el dbil
rol de evaluacin y fiscalizacin ambiental por parte del Estado. La Oficina de Evaluacin
y Fiscalizacin Ambiental (OEFA), creada en 2008 junto con el MINAM, naci con una falla
de origen, ya que la funcin de evaluacin ambiental se qued en los sectores, particular-
mente energa y minas. Respecto a las funciones fiscalizadora y sancionadora, a pesar de
los esfuerzos realizados por fortalecerlas, lo real es que con la creacin del SENACE se
pone en tela de juicio el rol que la OEFA puede cumplir. Segn el Viceministro de Gestin
Ambiental, la OEFA se encargara de fiscalizar operaciones activas y verificar se cumplan
las obligaciones de cierre de las industrias extractivas, extendiendo su rol fiscalizador a
otras actividades industriales en las que no se exige la aprobacin de un EIA. Sin embar-
go, nos preguntamos si se est complejizando la institucionalidad ambiental, sin forta-
lecer realmente las instituciones que se requiere para garantizar la proteccin ambiental.
En este escenario, se present una controversia respecto a la vigencia del Estndar de
Calidad de Aire ECA para dixido de azufre, aprobado en el ao 2009, al ser cuestionado
por la Sociedad Nacional de Minera, Petrleo y Energa y por un funcionario de la empresa
Southern Per. El ECA establece que el lmite mximo de emisiones de SO2 es de 80 mi-
crogramos por metro cbico (80 ug/m3), cifra que deber reducirse a partir del 1 de enero
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de 2014 a 20 g/m3, lmite que deber ser acatado por todas las fuentes generadoras de
SO2 en las zonas urbanas.
Lamentablemente, frente a la presin de los poderes econmicos, se emiti el DS
006-2013-MINAM, del 19 de junio pasado, el propio viceministro de Gestin Ambiental,
Mariano Castro, seal que las empresas podan aplicar el numeral 2.2 del Anexo Dis-
posiciones Complementarias del citado DS. El viceministro declar que Se ratifica la
vigencia de los 20 g/m3 a partir del 2014. Pero si hay informacin de que, por la naturale-
za misma, existen cuencas atmosfricas que superan el nivel de 20g/m3, los titulares de
actividades econmicas (empresas) que estn en esas cuencas deben dar cuenta de ello,
y presentar un informe donde se acredite que no hay tecnologa disponible (para cumplir
el estndar); se abre, de este modo, la posibilidad de que empresas como Southern
Peren Ilo -que opera con niveles cercanos a 365 g/m3- o DoeRun Per -en el Complejo
Metalrgico de La Oroya, que trabaja con un circuito de zinc y otro de plomo, que opera
con un estndar de 80 g/m3- continen afectando el derecho a un ambiente sano y ade-
cuado, y afectando el derecho a la salud de las personas.
El impacto de la industria, principalmente extractiva, en las fuentes hdricas en un contexto
de cambio climtico, agrava nuestra vulnerabilidad como pas frente a eventos extremos.
El impacto con efluentes que superan los LMP en los cursos de las aguas superficiales y
subterrneas, afecta el medio ambiente y la salud de las personas. Contina la afectacin
en la cantidad, disponibilidad y calidad del agua en aquellas zonas donde se desarrollan
actividades extractivas mineras e hidrocarburferas, agroindustriales, o de agricultura in-
tensiva.
Los contratos internacionales para proveer de energa hidroelctrica a una industria alta-
mente consumidora de agua y energa, como la actividad minera, producen un alto impac-
to en la vida de las personas, en su mayora pueblos indgenas y en el medio propiamente
dicho. Ac debemos destacar el impacto en el medio ambiente y, por tanto, en la calidad
de vida de la poblacin, del proyecto de realizar 22 hidroelctricas sobre el ro Maran.
Pensar que una intervencin de esa magnitud y naturaleza no va a tener graves impactos
negativos es no considerar el grave riesgo actual y futuro en cuanto a deterioro ambiental
y social se refiere.
Segn el MINEM, en nuestro pas a diciembre de 2012, existan aproximadamente 7000
pasivos ambientales mineros, de los cuales el 10% eran considerados de alto riesgo. Se-
gn el informe de la Direccin General de Minera, Ancash es la regin con el mayor nme-
ro de pasivos ambientales cuenta con 1115, le sigue Cajamarca con 1019, Huancavelica
con 830 y Puno con 522.
Segn la Autoridad Nacional del Agua (ANA), todos los ros de nuestro pas se encuentran
contaminados por diferentes tipos de pasivos ambientales, destacndose la contamina-
cin por pasivos ambientales mineros y por aguas residuales. Las cuencas ms afectadas
son la cuenca del Santa (Ancash), la cuenca del Vilcanota (Cusco) y los ros Rmac y el
Mantaro.
Un caso emblemtico es el referido al Lote 192, los pueblos indgenas Kichwas del Pas-
taza, han sealado que la reparacin de los pasivos ambientales dejados por la empresa
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Oxy en 40 aos de explotacin, es una condicin para el proceso de consulta previa que
debe realizarse en ese lote.
Hace un ao el MINEM anunci que estaba invirtiendo recursos propios en la remediacin
de pasivos ambientales, con la esperanza de que luego pudieran cobrar a las empresas
concesionarias. Seal que en Cajamarca el Estado asumira la remediacin de 119 pa-
sivos ambientales, por un valor de 8 millones de soles. Respecto a los pasivos ambien-
tales del sector hidrocarburos la Direccin General de Asuntos Ambientales Energticos,
seal que no se contaba con un inventario de estos pasivos; y que se habra producido
una controversia entre los sectores energa y minas y medio ambiente, respecto a qu
organismo es el que tiene que realizar este conteo. El 18 de marzo pasado, el MINEM,
mediante Resolucin Ministerial N 094-2013-MEM/DM, dispuso que la empresa Activos
Mineros ejecute la remediacin de pasivos ambientales calificados de muy alto riesgo en
las regiones Ancash, Lima, Cajamarca, Huancavelica, Pasco, Junn e Ica
66
; que identifique
a los responsables de estos pasivos e inicie las acciones legales correspondientes, a fin
de exigir la devolucin del monto invertido ms los intereses respectivos. Sin embargo,
remediar slo diez pasivos mineros de 7000 inventariados es un saludo a la bandera, no
aborda con seriedad la solucin de este grave problema.
Otro tema de gran relevancia por la afectacin directa a los derechos de la poblacin a un
medio ambiente sano y adecuado, son los impactos producidos por la pequea minera
y minera artesanal, principalmente ilegal, en costa, sierra y selva. Esta actividad afecta
fuentes de agua superficial y subterrnea, ecosistemas frgiles como el bosque seco y los
bosques primarios amaznicos. Madre de Dios es vctima de una visin de corto plazo de
parte del Estado que consider durante dcadas a la Amazona como un territorio vaco;
que privilegi las grandes operaciones mineras; que subvalor la necesidad de la gente
de agenciarse medios de vida para enfrentar el ajuste estructural, la crisis econmica y la
violencia poltica, mezcla mortal que se vio aderezada con el alza del precio internacional
del oro. La situacin se ha agravado por la ausencia del Estado, justamente en aquellas
zonas donde los megaproyectos y las actividades extractivas mineras, petroleras, foresta-
les, gasferas se desarrollan.
Constatamos la existencia de una alianza perversa entre Estado y empresa privada o titu-
lares de concesiones, que permite actividades ilegales en concesiones legalmente otorga-
das, que promueven la ilegalidad a travs de la venta de maquinaria pesada utilizada en la
minera aluvial, la venta de combustibles e insumos qumicos como cianuro y mercurio. En
resumen, acciones ilegales ejecutadas por parte de empresas formalmente constituidas y
de renombre nacional e internacional.
De otro lado, el mar peruano afronta una grave situacin de depredacin y contaminacin
altamente peligrosa para la subsistencia de las especies, lo que tiene un impacto directo
en la seguridad alimentaria de la poblacin y en la calidad de su medio ambiente. Existe
una situacin de sobrepesca de especies como la anchoveta y la merluza. Asimismo, la
zona marina costera se ve impactada por la contaminacin proveniente de relaves mine-
66 Los proyectos de remediacin son RelaveraTicapampa, Acombamba, Lichicocha, Pacococha, Chugur, Santa Rosa 2, Azulmina, Delta
Upamayo y Ro San Juan, y Saramarca.
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ros y del vertimiento de desechos con altas dosis de elementos txicos, adems de las
aguas servidas.
En esta situacin, los impactos y la vulneracin del derecho a un medio ambiente sano y
equilibrado, afecta en forma diferenciada a varones y mujeres; la afectacin se agrava en
zonas de mayor pobreza y en zonas rurales. La contaminacin ambiental y la depreda-
cin de los recursos naturales afecta directamente a las mujeres, que aprovechan estos
recursos existentes en sus territorios, en los bosques y otros ecosistemas, para obte-
ner alimentos, plantas medicinales y combustible, generando ingresos que se destinan
a complementar la economa familiar. De all que las mujeres estn alcanzando un nivel
de liderazgo importante en la defensa del medio ambiente, como lo han demostrado las
mujeres organizadas en Conga o Ro Blanco.
Nuestro pas ser sede de la Conferencia de las Partes (COP20) sobre cambio climtico
en diciembre de 2014; sin embargo, somos un pas que an no cuenta con una poltica
pblica sobre este tema. Las polticas pblicas de promocin de la inversin privada con-
tradicen en su esencia principios elementales de proteccin ambiental y de reduccin de
emisiones de gases de efecto invernadero.
Lamentablemente, los diversos gobiernos que vienen administrando nuestro pas, estn
demostrando que el Estado peruano est atravesado por la corrupcin y la existencia de
malos funcionarios. Existe una falta de voluntad poltica para abordar los temas de fondo,
de carcter estructural que permitiran avanzar hacia un real desarrollo de nuestro pas.
Tenemos un Estado y un gobierno que presionados por grandes intereses econmicos
son incapaces de cumplir sus propios ofrecimientos, que buscan la salida fcil, rpida.
La violacin al derecho a un medio ambiente sano y adecuado siempre estar acompaa-
da de la violacin de otros derechos, a la salud, al trabajo digno, a servicios adecuados, a
la participacin ciudadana y a la decisin sobre nuestros propios destinos; confirmndose
as la esencia de los derechos humanos interrelacionados, interdependientes e indivisi-
bles.
La promocin desde el gobierno de un modelo econmico primario exportador, depen-
diente de las industrias extractivas, que lejos de diversificar la economa promueve la ex-
plotacin intensiva de recursos naturales con grave afectacin ambiental, atenta contra el
derecho que tenemos los peruanos y peruanas a un ambiente sano y equilibrado, segn lo
sancionan la Constitucin Poltica del Per, la Ley General del Ambiente y los instrumentos
internacionales.
RECOMENDACIONES
Producir cambios en las polticas pblicas relacionadas al medio ambiente, requiere un
Estado con una mirada de largo aliento e integral, respecto a la concordancia que debe
existir entre diferentes aspectos y diferentes sectores.
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Informe ANUAL 2012-2013 102
Requerimos dotarnos de una Ley de Ordenamiento Territorial, que permita el crecimiento
ordenado de las diferentes actividades productivas. Una ley que indique dnde s y dnde
no se pueden realizar actividades extractivas y de qu naturaleza y dimensin.
Se requiere fortalecer la institucionalidad ambiental, lo que no debe significar dotarnos de
un sinfn de organismos, sino de una poltica integral de carcter estratgico y transversal
a todos los sectores, con una autoridad ambiental autnoma con competencias y funcio-
nes definidas. No se puede seguir flexibilizando los controles ambientales, cediendo a las
presiones. Se requiere continuar ponindole fuerza al proceso de formalizacin de la mi-
nera en pequea escala, continuar con la interdiccin de la minera ilegal, desarrollar pro-
gramas integrales para los mineros que s podrn formalizarse, y alternativas econmicas
viables para aquellos que no podrn hacerlo, en estrecha coordinacin con los gobiernos
regionales, fortaleciendo sus capacidades y dotndolos de los recursos necesarios.
Se requiere una inteligencia entre los tres niveles de gobierno, desechando la prctica
centralista de continuar tomando las decisiones en la Capital de la Repblica.
Requerimos un Estado y una administracin pblica que no ceda a las presiones de los
grupos de poder, que aplique una poltica de transparencia y rendicin de cuentas, para
que sea menos vulnerable a la corrupcin; que ponga el inters de la mayora de peruanos
y peruanos, por encima de los intereses de los grupos econmicos de todo tipo.
Requerimos que se tomen medidas urgentes, adecuadas, oportunas para remediar los
pasivos ambientales producidos por las diferentes actividades productivas, que se repare
a las vctimas de la contaminacin y se sancione a los responsables.
Requerimos un Estado que consulte a la poblacin, que facilite e institucionalice los es-
pacios de participacin ciudadana, que tome en cuenta la opinin de la gente, que la
escuche y que no piense que los conflictos son el resultado de un grupo de agitadores.
Ello implicar modificar una serie de normas que estn obviando la participacin como un
principio de la democracia.
Requerimos un Estado que no sacrifique la calidad ambiental por la inversin a cualquier
costo.Un Estado con voluntad poltica para abordar las causas estructurales del deterioro
ambiental y de la violacin del derecho a un medio ambiente sano y equilibrado; que no
borre con una mano lo que hace con la otra.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 103
En respuesta a sucesivos informes del Estado peruano al Comit de Derechos Econmi-
cos, Sociales y Culturales, este organismo emiti un conjunto de recomendaciones el 30
de mayo de 2012.
El Comit recomend adoptar medidas para velar por la igualdad de la remuneracin
entre hombres y mujeres por el trabajo de igual valor. Asimismo, mostr su preocupacin
porque el 30% de los asalariados cobre un sueldo inferior al mnimo vital, el volumen de
empleo no registrado y la escasa capacidad de las unidades de inspeccin del trabajo
68
.
Con ello, recomend al Estado peruano tomar medidas para promover el empleo de las
personas con discapacidad, protegerlas contra la discriminacin en el trabajo y asegurar
el cumplimiento de la asignacin de la cuota de 3% a las personas con discapacidad en
las instituciones pblicas
69
.
Asimismo, recomend adoptar medidas efectivas para aumentar la tasa de empleo, espe-
cialmente en zonas rurales, y superar las dificultades para elaborar y aplicar las polticas
de empleo
70
. De otro lado, inst al Estado a adoptar medidas contra el trabajo forzoso
mediante la aplicacin efectiva y evaluacin del Plan Nacional para la Lucha contra el Tra-
bajo Forzoso, asignndole los recursos necesarios
71
, as como la lucha contra el trabajo
infantil, garantizando que la proteccin de los nios contra la explotacin econmica y la
exposicin al trabajo peligroso o abusivo
72
.
Entre otros puntos, destac: i) la necesidad de modificar las normas de promocin del
sector agrario (para que no se les pague un sueldo inferior al salario mnimo, que no se le
exija hacer horario especial y que se les indemnice por despido improcedente); ii) garanti-
zar los derechos de los trabajadores, incluidos los migrantes y extranjeros, especialmente
para la formacin de sindicatos; iii) garantizar la cobertura universal de la seguridad social,
sobretodo de las personas con discapacidad y del sector privado, etc.
73
67 Documento preparado por el Equipo Laboral de CEDAL.
68 COMIT DE DERECHOS ECONMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. Observaciones Finales del Comit a los informes peridicos com-
binados segundo al cuarto del Per. E/C.12/PER/CO/2-4. 30 de mayo de 2012. Prrafos 9 y 10.
69 Ibid. Prrafo 6.
70 Ibd. Prrafo 7.
71 Ibid. Prrafo 8.
72 Ibid. Prrafo 15.
73 Ibid. Prrafo 12, 13 y 14 respectivamente.
9. INFORME SOBRE LA SITUACIN
DE LOS DERECHOS LABORALES
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Informe ANUAL 2012-2013 104
Estas recomendaciones derivan de las obligaciones que el Estado Peruano ha adquirido
en materia de derechos laborales a travs de los convenios de la OIT. De manera suscinta
estos incluyen:
Jornada de trabajo
Convenio N 1 OIT sobre las horas de trabajo en la industria (1919)
Convenio N 30 OIT sobre las horas de trabajo en el comercio y oficinas (1930)
Convenio N 47 OIT sobre las cuarenta horas (1935)
Descanso semanal remunerado
Convenio N 14 OIT sobre el descanso semanal en la industria (1921)
Convenio N 106 OIT sobre el descanso semanal en el comercio y la oficina (1957)
Vacaciones
Convenio N 52 OIT sobre las vacaciones pagadas (1936)
Convenio N 132 OIT sobre las vacaciones pagadas revisado (1970)
Estabilidad laboral
Convenio N 158 - OIT (1982)
Seguridad e higiene en el trabajo
Convenio N 155 - OIT (1981)
Salario justo
Convenio N 95 OIT sobre la proteccin del salario (1949)
Convenio N 131 OIT sobre las fijacin de salarios mnimos (1970)
Igualdad y no discriminacin
Convenio N 100 OIT sobre igualdad de remuneracin (1951)
Convenio N 111 OIT sobre la discriminacin en el empleo y la ocupacin (1958)
Convenio N 156 OIT sobre los trabajadores con responsabilidades familiares
(1981)
Trabajo forzoso
Convenio N 29-OIT sobre el trabajo forzoso (1930)
Convenio N 105-OIT sobre la abolicin del trabajo forzoso (1957)
En el mbito nacional, hasta el momento el Tribunal Constitucional se ha pronunciado so-
bre cuatro casos de especial relevancia en el mbito laboral. El primero de ellos alude a la
adecuada proteccin contra el despido arbitrario. El segundo al igual que el tercero, trata
el tema de la reduccin de las remuneraciones, y como se podr apreciar ms adelante,
en ambos casos, el Tribunal emiti dos sentencias contradictorias. Finalmente, en el cuar-
to caso se analiza la reserva de las comunicaciones y la revisin de correos electrnicos
de los trabajadores por sus empleadores.
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DIAGNSTICO NORMATIVO
Los derechos laborales cuentan con proteccin constitucional. En este sentido, el artculo
2 numeral 15 de la Constitucin del Per seala que toda persona tiene derecho a (...)
trabajar libremente, con sujecin a la ley. De igual manera, el artculo 22 establece que el
trabajo es un deber y un derecho; y agrega que el trabajo, en sus diversas modalidades,
es objeto de atencin prioritaria del Estado, el cual protege especialmente a la madre, al
menor de edad y al impedido que trabajan, respectivamente.
Desde el artculo 23 al artculo 29, la Constitucin establece las siguientes garantas:
Proteccin especial para los nios, mujeres que son madres y personas con disca-
pacidad que estn trabajando.
El Estado promueve condiciones para el progreso social y econmico, en especial
mediante polticas de fomento del empleo productivo y de educacin para el trabajo.
Derecho a una remuneracin equitativa.
Los Estados deben regular las remuneraciones mnimas, con participacin de los
trabajadores y de los empleadores.
Jornada ordinaria de trabajo es de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas se-
manales, como mximo. En caso de jornadas acumulativas o atpicas, el promedio
de horas trabajadas en el perodo correspondiente no puede superar dicho mximo.
Derecho a descanso semanal y anual remunerados. Su disfrute y su compensacin
se regulan por ley o por convenio.
Respeto a los principios de igualdad de oportunidades sin discriminacin, carcter
irrenunciable de los derechos establecidos por la Constitucin y la Ley.
Interpretacin favorable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el sentido de
una norma.
Proteccin adecuada al trabajador ante el caso de despido arbitrario
Reconocimiento al derecho de sindicacin, negociacin colectiva y huelga.
El Estado reconoce el derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de
la empresa y promueve otras formas de participacin.
Bajo este contexto, se ha establecido una legislacin que trata de ser acorde con las dis-
posiciones constitucionales.
En este sentido, el Decreto Legislativo N 72874, Ley de Fomento al Empleo, regula los
siguientes temas:
Una proteccin preventiva frente al despido.
Presuncin de la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado.
Modalidades de celebracin de los contratos de trabajo.
Proteccin frente al despido arbitrario.
Formas de concluir una relacin laboral.
74 Publicada el 12 de noviembre de 1991.
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Al amparo de facultades legislativas otorgadas por el Congreso, se dict el Decreto Le-
gislativo N 854, para regular las facultades de direccin de los empleadores. Su artculo
8 aprueba los turnos de trabajo de acuerdo a las necesidades del empleador. La jornada
de trabajo de 48 horas semanales y ocho horas diarias es establecida por el artculo 1.
El sobre tiempo es regulado por el artculo 10 que requiere el pago de una sobre tasa
de 25% adicional al valor de la hora ordinaria de trabajo por las dos primeras horas en
sobre tiempo y de 35% por las dems, hasta un mximo de cuatro. En caso de jornadas
acumulativas el sobre tiempo se paga con descanso. Mediante el Decreto Legislativo N
713 (1991) se consolid la legislacin sobre descansos remunerados de los trabajadores
sujetos al rgimen laboral de la actividad privada.
Los derechos laborales de los trabajadores sujetos al rgimen laboral de la actividad pri-
vada son tambin regulados por el Decreto Supremo N 001-96-TR, Reglamento de la Ley
de Fomento del Empleo, publicado el 26 de enero de 1996.
En cuanto concierne a los trabajadores del sector pblico, estos estn sujetos al Decreto
Legislativo N 276
75
, Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones del
Sector Pblico, publicada el 24 de marzo de 1984 y al Decreto Supremo N 005-90-PCM,
Reglamento de la Ley de Bases de la Carrera Administrativa, publicado el 18 de enero de
1990. Por otro lado, mediante la Ley N 2404
76
1 se dispuso que los servidores pblicos
contratados para labores de naturaleza permanente, que tuvieran ms de un ao ininte-
rrumpido de servicios, no pueden ser cesados ni destituidos sino por las causas previstas
en el captulo V del Decreto Legislativo N 276 y con sujecin al procedimiento establecido
en l.
En este punto, cabe sealar que mediante Ley N 29157
77
el Congreso de la Repblica
deleg al Poder Ejecutivo facultades para legislar sobre diversas materias relacionadas
con la implementacin del Acuerdo de Promocin Comercial Per - Estados Unidos y
su Protocolo de Enmienda, y el apoyo a la competitividad econmica para su aprove-
chamiento, entre las que se encuentran las destinadas al fortalecimiento institucional y
a la modernizacin del Estado. Frente a ello, se public el Decreto Legislativo N 1057
que regula el Rgimen Especial de Contratacin Administrativa de Servicios (CAS), cuyo
artculo 1 sentaba como finalidad de la norma la de garantizar los principios de mritos y
capacidad, igualdad de oportunidades y profesionalismo de la administracin pblica. El
rgimen CAS fue creado para aplicarse a toda entidad pblica sujeta al Decreto Legisla-
tivo N 276, Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones del Sector
Pblico, y a otras normas que regulan carreras administrativas especiales; asimismo, a las
entidades pblicas sujetas al rgimen laboral de la actividad privada, con excepcin de
las empresas del Estado.
Mediante demanda contenida en el Expediente N 00002-2010-PI-TC se cuestion la cons-
titucionalidad del rgimen CAS. En efecto, los demandantes (ms de 5000 ciudadanos)
fundamentaron su petitorio en que la citada norma y su reglamento, Decreto Supremo
N 075-2008-PMC, introducen un rgimen administrativo carentes de derechos laborales
75 Publicada el 24 de marzo de 1984.
76 Publicada el 28 de diciembre de 2012.
77 Publicada el 20 de diciembre de 2007.
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por encima incluso de los regmenes existentes, lo que vulnera el artculo 22 de la Cons-
titucin Poltica del Per, rgimen que convivira con otro que provee derechos mnimos,
generando una situacin de desigualdad en el mismo centro de laborales. Sealando
asimismo que su articulado se contradeca al buscar garantizar los principios de mritos
y capacidades, igualdad de oportunidades y profesionalismo, pero a la vez sealando
que no se le confunda con los otros dos regmenes laborales, siendo a la vez de carc-
ter temporal y determinado pero renovable ilimitadamente, recibiendo una contribucin
econmica. Asimismo, basaron su inconstitucionalidad en que el rgimen no otorgaba
beneficios laborales ms all de quince das de vacaciones, as como impeda el ejercicio
de la sindicalizacin y la negociacin colectiva violando lo establecido en la Constitucin,
entre otros argumentos.
Mediante sentencia del Tribunal Constitucional
78
, se declar infundada la demanda sea-
lando que toda actividad interpretativa hecha sobre el rgimen deba entenderse que dicho
contrato es propiamente un rgimen especial de contratacin de servicios para el sector
pblico, el que resulta compatible con la Constitucin (FJ 47). Asimismo, sobre los bene-
ficios laborales seala que su acceso y goce estn determinados por la ley ordinaria por
lo que no emite pronunciamiento (FJ 41). Finalmente, advierte una omisin constitucional
en la regulacin de los derechos de sindicacin y huelga
79
, ordenndole al Ministerio de
Trabajo y Promocin del Empleo su reglamentacin
80
.
Posteriormente, mediante Ley N 29849
81
se dispuso la eliminacin gradual del Rgimen
CAS a partir de 2013, con la implementacin del nuevo Rgimen del Servicio Civil, mo-
dificndose el Decreto Legislativo en el sentido de sealar que el CAS constituye una
modalidad especial de contratacin laboral, privativa del Estado. En ese sentido, esta ley
reconoce derechos laborales a las personas bajo el rgimen, insertndose adems un
beneficio importante a las trabajadoras otorgndoseles el ntegro de su remuneracin por
maternidad.
Por otro lado, el Congreso ha aprobado en setiembre de 2009 la Ley N 29049 que conce-
de licencia por paternidad a los trabajadores de la actividad pblica y privada.
Asimismo, el Ministerio de Trabajo aprob los Lineamientos de Poltica Socio Laboral
2009-2011, mediante R.M. N 160-2009-TR del 2 de julio de 2009 (modificada por R.M.
348-2009-MINTRA del 25.11.09), el cual dispone que el Ministerio de Trabajo y Promocin
del Empleo fomentar, dirigir, supervisar y evaluar la poltica socio laboral orientada al
empleo con proteccin social, particularmente por los sectores con mayores dificultades
de acceso al mercado de trabajo, como los jvenes, las personas con discapacidad, las
mujeres con escasos recursos y el adulto mayor.
Respecto a la pequea y micro empresa en agosto de 2008, se aprob el Decreto Su-
premo N 007-2008-TR, Texto nico Ordenado (TUO) de la Ley de la Promocin de la
Competitividad, Formalizacin y Desarrollo de la Micro y Pequea empresa y del Acceso
78 Cuya sentencia fue publicada el 20 septiembre de 2010.
79 Fundamento Jurdico 42.
80 Puntos resolutivos 2 y 3.
81 Publicada el 6 de abril de 2012
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al Trabajo Decente. Dicha norma establece en el Ttulo VII el aseguramiento en salud y el
sistema de pensiones sociales. Asimismo, en setiembre de 2008 se adopt el Decreto
Supremo N 008-2007-TR, Reglamento del TUO, el cual en el Ttulo V establece que los
trabajadores y conductores de la microempresa sern afiliados al Componente Semisub-
sidiado del SIS, con acceso al listado priorizado de intervenciones sanitarias establecido
en el Decreto Supremo N 004- 2007-SA y que los trabajadores de la pequea empresa
son afiliados regulares del Rgimen Contributivo de ESSALUD.
En el contexto de estas normas, resulta positiva la aprobacin de un Rgimen Especial
Semicontributivo de Salud y un Sistema Subsidiado de Pensiones Sociales para los tra-
bajadores de dichas empresas. No obstante, la Nueva Ley PYME fue dada en el marco
de las facultades otorgadas al Ejecutivo con el fin de adecuar el derecho interno para la
implementacin del TLC y se utiliz el argumento de la formalizacin de las MYPES para
disminuir sustancialmente el goce de los derechos y beneficios laborales de los trabaja-
dores, es decir, para producir un resultado contrario al propsito de la medida consignada
en el Plan Nacional de Derechos Humanos. La discriminacin (trabajadores de PYMES
con menores derechos que los del rgimen comn) es contraria a los compromisos inter-
nacionales asumidos por el Per en materia laboral.
No se han adoptado medidas especficas respecto a la normativa que se aplica en la
agroindustria. La Ley establece en el Art. 29 que la microempresa sujeta al Rgimen
Especial Agrario de la Ley N 27360, Ley de Promocin del Sector Agrario, puede optar
por acogerse al rgimen laboral especial de salud y pensiones si se trata de trabajadores
contratados con posterioridad a la vigencia del Decreto Legislativo N 1086, publicado el
28 de junio del 2008.
De otro lado, cabe recalcar la importancia de la Nueva Ley Procesal del Trabajo- Ley N
2749782, la que busca convertirse en un instrumento para la resolucin de conflictos jur-
dicos que se originan por las prestaciones de servicios de carcter personal, de naturaleza
laboral, formativa, cooperativista o administrativa, estando excluidas las prestaciones de
carcter civil, entrando en vigencia de forma progresiva en diferentes distritos judiciales
del Per.
LA CUESTIN DE LOS REGMENES ESPECIALES EN LAS RELACIONES
LABORALES
La expedicin de regulaciones especficas en las que las relaciones con el rgimen ge-
neral no son nada claras es una fuente de confusin que amenaza la efectividad de los
derechos en el trabajo. Hemos visto como:
Algunas de las regulaciones especiales declaran la supletoriedad del rgimen labo-
ral de la actividad privada.
Otras declaran la aplicacin conjunta de la regulacin especial y del rgimen laboral
de la actividad privada, y dentro de este grupo incluso encontramos normas que no
82 Publicada el 15 de enero de 2010.
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siempre solucionan la concurrencia normativa con el principio de norma especial,
sino que se establece la aplicacin del principio de norma ms favorable.
Existen regulaciones que no declaran nada. En estos casos, a veces la regulacin
especial en insuficiente y plantea la necesidad de recurrir a los mtodos de integra-
cin.
Los problemas no siempre se resuelven de la mejor forma. Pongamos otro caso. La regu-
lacin del trabajo del hogar establece la aplicacin concurrente de las reglas especiales
y las que regulan el rgimen laboral de la actividad privada. Adems, seala que en caso
de regulaciones concurrentes se aplicar la ms favorable al trabajador. Esto significa que:
Se aplican las reglas especiales.
Se aplican las reglas generales, que son las aplicables al rgimen laboral de la acti-
vidad privada.
En caso concurrencia de ambas regulaciones se aplica la ms favorable.
Bajo este marco, es difcil encontrar la razn de derecho que sustente la no aplicacin de
la remuneracin mnima a los trabajadores del hogar. De conformidad con la Constitucin
este derecho es de todos los trabajadores e incluso las normas que la reajusta peri-
dicamente sealan que alcanza a los trabajadores bajo rgimen laboral de la actividad
privada (limitacin que es cuestionable). En la regulacin especial no hay exclusin alguna
de este derecho (que tambin resultara cuestionable bajo perspectiva constitucional).
REGMENES PROMOCIONALES
El establecimiento de diferencias de trato con objetivos promocionales o el derecho des-
igual igualatorio es un hecho aceptado y forma parte de la tutela antidiscriminatoria que
establece condiciones a cumplir: orientarse a garantizar la igualdad en el goce de los
derechos y libertades o acelerar la igualdad real; deben ser de carcter temporal y cesar
cuando se hayan alcanzado los objetivos propuestos, lo que implica un monitoreo de su
impacto.
El surgimiento de diferencias de trato legislativo con objetivos promocionales no es un dato
reciente. Ya en 1978 el contrato de exportacin no tradicional plante que la inobservancia
del principio de causalidad permitira lograr el objetivo econmico de promover las expor-
taciones no tradicionales. Lo que preocupa ahora es la proliferacin de esta idea (Regme-
nes Agrario, MYPE y CAS) cuya justificacin u objetivo se asocia ahora a la lucha contra
el empleo informal. Ciertamente, parece enteramente legtimo y acorde con el objetivo de
lograr la igualdad sustancial, implementar polticas activas que procuren progresivamente
el goce de condiciones de empleo dignas. Es ms, tambin es de aceptacin unnime
que el impulso y desarrollo de, por ejemplo, las MYPE, requiere de medidas que reviertan
el empleo informal. Pero, cuestin distinta y carente de fundamento, es sealar, como lo
hace el TC del rgimen laboral agrario, que el combate contra el trabajo no declarado
justifica la aplicacin de medidas legislativas de contenido laboral, o que las cuestiones
de promocin del empleo puedan recurrir a la rebaja del estndar de proteccin laboral.
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El argumento es el siguiente: dado que el empleo informal (causa) determina la inaplica-
cin del estndar de proteccin laboral (consecuencias), rebajar dicho estndar de pro-
teccin a travs de una ley especial (causa) revertir el empleo informal y proveer la
efectividad del estndar en su plenitud si la reduccin fuese transitoria (consecuencia).
Analicemos ms a detalle este enunciado: El enunciado supone que el empleo informal es
un gran problema en tanto motiva la inaplicacin del estndar de proteccin laboral. Cree-
mos que aqu se acierta. Segn el segundo enunciado, rebajar el estndar de proteccin
(solamente o en conjunto con otras medidas) reducir el empleo informal. Este enunciado
s es discutible en tanto supone que existe un vnculo causal entre el costo de la proteccin
laboral y la decisin de los empleadores de regularizar el empleo. Aqu las objeciones son
de distinto calibre:
Se garantiza el efecto de la regularizacin del empleo en base a una eleccin del
empleador (de raigambre en la teora de la eleccin racional) sin considerar que el
empleo informal tiene tambin causas estructurales y obedece tambin a la falta de
informacin.
No existe evidencia emprica que permita sostener que una poltica con componen-
tes legislativos basada en la rebaja del estndar de proteccin laboral haya logrado
algn resultado positivo en el objetivo de la formalizacin del empleo, de la lucha
contra el desempleo o del fomento de la competitividad. Es pertinente mencionar
una sentencia de la Corte Constitucional de Colombia. El artculo 252 del Cdigo
Sustantivo del Trabajo de Colombia fue declarado INEXEQUIBLE por la Corte Cons-
titucional mediante Sentencia del 16 de febrero de 1995, justamente por afectar el
principio de igualdad, esto es porque los ingresos del empresario no son causa para
alterar la aplicacin igualitaria de un derecho. Tambin recordar que la Ley Argentina
24467 incluye como factor sustancial de despegue de la MYPE (de hasta 40 traba-
jadores) el bono de acceso al crdito bsicamente para acceso a bienes de capital
e innovacin tecnolgica, servicios de asesoramiento e informacin y cuando recae
en materia laboral no rebaja ningn derecho laboral y se limita nicamente a simpli-
ficar la gestin administrativa del personal.
De hecho, en nuestro medio, las leyes MYPE y Rgimen Agrario son una muestra
de inidoneidad con el objetivo propuesto de lucha contra la informalidad. A octubre
de 2007, a cuatro aos de su vigencia, el nmero de empresas registradas era de
30 mil, lo que representaba al 4% de las MYPE con asalariados. Sin duda la inscrip-
cin aument desde la reforma del rgimen MYPE (la publicidad se ha incremen-
tado considerablemente) y si consideramos la ampliacin del rgimen a empresas
de hasta 100 trabajadores y confiamos en el dato del Viceministro de Empleo que
seala que a marzo estaban registradas 59 mil empresas, tenemos que esto repre-
sentara ahora menos de 4% de las MYPE con asalariados en el Per. Pero incluso
a pesar de la reforma ha aumentado el nmero de trabajadores sin contrato. Segn
la Encuesta de Hogares del INEI para el ao 2009 el nmero de trabajadores sin
contrato en las empresas de entre 1 a 100 trabajadores se sigue incrementando (en
un 2,5% con relacin al ao 2008, llegando a 5 millones 200 mil), lo que hace que el
porcentaje de trabajadores inscritos en el REMYPE disminuya. Si el nmero de tra-
bajadores inscritos desde octubre del ao 2008 llega a los 150 mil, esto representa
poco ms de 3% de los trabajadores sin contrato.
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En el rgimen agrario, en cambio, los resultados evidencian objetivos escondidos, muy
distintos a la lucha contra el desempleo y que pueden ser objeto de un nuevo cuestio-
namiento en va de inconstitucionalidad. En el ao 2005 el propio Presidente de Essalud
sealaba que el 80% de los trabajadores bajo este rgimen laboran en empresas formales
de la actividad agroexportadora, el 50% de lo recaudado proviene de diecisiete grandes
empresas, sin problemas de informalidad (o que si los tiene no es porque no pueden pa-
gar) que gracias a esta ley gozan de un subsidio, que desfinancia el sistema de seguridad
social. Un reciente estudio sobre este tema seala que el 26% de las empresas inscritas
declaran un solo trabajador, que solo puede ser el propietario de la empresa, lo que con-
firma que el rgimen no solo funciona como subsidio sino que adems otorga cobertura
a quin no corresponde, manteniendo en situacin de informalidad a los restantes traba-
jadores. Adicionalmente a ello, el estudio reporta que aun cuando las grandes empresas
slo representan el 6% de empleadores del sector, concentran el 82% de los trabajadores
asegurados.
Pero, asumamos por un momento que la relacin es correcta y la medida es idnea y razo-
nable. Son proporcionales estos regmenes especiales? O, siguiendo con el tema MYPE
la pregunta ms especfica sera: es el empleo informal un problema en las empresas
de 11 a 100 trabajadores? La respuesta es negativa. Los niveles de trabajo no registrado
trabajadores sin contrato alguno- son extremadamente alarmantes slo en empresas
con menos de 10 trabajadores, pero las empresas con ms de 10 trabajadores presentan
niveles similares y menores de trabajo no registrado. Ello indica que, aunque se piense
necesario adoptar medidas como la rebaja del estndar de proteccin para fomentar la
formalizacin del empleo, estas medidas deberan circunscribirse al segmento en el que
esta situacin es problema. En una empresa de 10, 50, 100 o 200 trabajadores el impacto
del trabajo no registrado es similar. Cosa muy similar ocurrira con la proteccin social.
Esto quiere decir que la extensin del RLE resultara excesiva en comparacin con el pro-
blema que se pretende afrontar, esto es, desproporcionada.
Igual de serias son las implicancias de este rgimen en el ejercicio de los derechos sindi-
cales. Estos estn ausentes en la regulacin CAS (y ahora con la sentencia del TC dejados
a la regulacin por el Poder Ejecutivo, el empleador) y son inefectivos en el rgimen agrario
por la alta tasa de temporalidad en la contratacin y en las empresas de menos de dieci-
nueve trabajadores en el rgimen MYPE por la imposibilidad de conformar sindicatos de
empresa y de negociar a nivel de rama.
En balance sobre la cuestin laboral en el Per al cabo de dos aos de administracin
del gobierno del Presidente Ollanta Humala, es crtico, pues no logra an implementar las
reformas prometidas durante la campaa electoral del ao 2011 en materia laboral en la
bsqueda de la consolidacin del empleo decente y de polticas pblicas tendientes a su
afirmacin progresiva.
El prximo ao, el gobierno se somete a un nuevo examen peridico universal del Comit
del Pacto Internacional de los derechos econmicos, sociales y culturales (Comit del
Pidesc), donde no tendr avances significativos que mostrar.
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Tomando en cuenta los derechos garantizados por la Convencin sobre los Derechos del
Nio (CDN) podemos analizar la situacin de los derechos de los nios y nias en el Per,
desde los siguientes ejes:
DERECHO A EXPRESAR SU OPININ (ART. 12 DE LA CDN)
En el pas faltan espacios dnde se pueda escuchar y tomar en cuenta las opiniones de
los nios, nias y adolescentes. Esta problemtica deriva en gran parte de la ausencia de
83 Elaborado por Grupo de Iniciativa Nacional por los Derechos del Nio (GIN).
10. INFORME SOBRE
LOS DERECHOS
DE LOS NIOS Y NIAS
84
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un marco conceptual claro sobre la participacin de los nios, nias y adolescentes con
voz propia. Documentos como el Plan Nacional de Accin por la Infancia y Adolescencia
y el Cdigo del Nio y del Adolescente no definen claramente los lineamientos para cons-
truir programas y proyectos a travs de los cuales las autoridades puedan promover la
participacin de nias, nios y adolescentes en las familias, las escuelas y los espacios
pblicos.
DERECHO A LA IDENTIDAD (ART. 8 DE LA CDN)
La situacin de indocumentacin que concierne al 6% de los nios, nias y adolescentes
84

representa una limitacin severa al ejercicio de sus derechos, dificultando su acceso a los
servicios pblicos de salud y educacin, as como a los programas sociales orientados a
la primera infancia. Asimismo, aumenta el grado de exposicin al riesgo de ser vctimas de
delitos como trata, trfico de menores, trfico de rganos, entre otros.
A lo largo del ciclo de documentacin, que se inicia con el Certificado de Nacido Vivo y
que concluye con la obtencin del Documento Nacional de Identidad, se encuentran va-
rias barreras que impiden que las poblaciones ms vulnerables accedan a este importante
derecho. Entre otros podemos mencionar la falta de capacitacin de los registradores, los
cobros indebidos, la inadecuada coordinacin e interconexin entre el Registro Nacional
de Identificacin y Estado Civil (RENIEC) y las municipalidades. Las barreras son an ms
difciles de superar para las familias que tienen una lengua materna distinta al espaol,
que viven en zonas ms aisladas o agrestes o que estn en situacin de pobreza extrema.
DERECHO A LA PROTECCIN DE LOS NIOS, NIAS Y ADOLESCEN-
TES PRIVADOS DEL MEDIO FAMILIAR (ART. 20 DE LA CDN)
En el Per existen ms de 16 mil nios, nias y adolescentes
85
que han perdido el cuida-
do de sus padres y se encuentran institucionalizados en Centros de Atencin Residen-
cial (CAR) a cargo del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (INABIF), los
gobiernos regionales y las sociedades de beneficencia pblica. Este tipo de casos son
catalogados como nios, nias y adolescentes que han sufrido abandono por parte de
la familia, ocultando de esta manera la obligacin que tiene el Estado de restituir sus de-
rechos vulnerados.
A pesar de una abundante normatividad en materia de proteccin a los nios, nias y ado-
lescentes en situacin o riesgo de abandono, existen varios retos pendientes: la ausencia
de una poltica pblica de prevencin con programas contra el descuido y abandono de
este grupo etreo por parte de las familias; la falta de articulacin entre los diferentes nive-
les del Estado que impide la ejecucin de programas que aseguren el cuidado de nios y
nias que necesitan proteccin especial; la debilidad del sistema de recopilacin de datos
que no permite conocer de manera integral la problemtica de los nios, nias y adoles-
84 http://reniecdigital.tumblr.com/post/54027539378/onu-otorga-premio-al-reniec-por-documentar-a-ninos-y
85 Estimaciones del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en el Per a nivel nacional. Informe Defensorialn.153 de la Defensora
del Pueblo titulado Nios, nias y adolescentes en abandono: aportes para un nuevo modelo de atencin.
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centes sin cuidados parentales y de los CAR; y para terminar, la ejecucin casi automtica
y facilista de medidas de institucionalizacin (centro que sustituye al ncleo familiar) sin
buscar medidas alternativas cuando los nios, nias y adolescentes estn en situacin de
riesgo, lo que dificulta una adecuada reinsercin familiar y social de los chicos y chicas
que pasan por esta situacin.
DERECHO A SER PROTEGIDO FRENTE AL ABUSO SEXUAL (ART. 3, 19
Y 39 DE LA CDN)
Los recursos tcnicos, materiales y econmicos destinados a la atencin y proteccin
de vctimas de abuso sexual son insuficientes. A diciembre de 2011 solo quince distritos
judiciales contaban con cmara Gessell y, en todo el pas, solo existe un total de 24 de
estas cmaras. Los servicios de medicina legal se concentran en algunas ciudades y el
personal no est especializado en atencin de nias, nios y adolescentes vctimas de
abuso sexual. Asimismo existen pocas casas de acogida o CAR especializadas para es-
tas vctimas. Las comisaras son las nicas instituciones del Estado que estn presentes
en casi todo el territorio nacional. Sin embargo, el 86% de comisaras no tiene un horario
especial para informar a la poblacin sobre el estado de sus denuncias y el 48% no cuenta
con ambientes que garanticen la privacidad. La mayora no tiene movilidad o combustible
para trasladarse hasta el lugar de la agresin, por ello los gastos de traslado, en muchos
casos, deben ser cubiertos por la familia de la vctima
86
.
Esta problemtica se agrava por la inexistencia de un protocolo y sistema de registro nico
de atencin y proteccin de los nios, nias y adolescentes vctimas de violencia y por la
falta de coordinacin entre los diversos servicios de proteccin. Por tanto, cada institucin
que presta servicios en alguno de los campos registra casos sin cruzar informacin con
los otros; de ese modo, se tiene informacin dispersa del Ministerio Pblico, de la Polica
Nacional del Per y del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables a travs de sus
Centros de Emergencia Mujer.
DERECHO A SER PROTEGIDO CONTRA TODA FORMA DE MALOS TRA-
TOS (ART. 19 Y 28 DE LA CDN)
En el Per se sigue practicando el castigo fsico en las familias y, en muchos de los casos,
tambin en los colegios, debido a que este mecanismo se mantiene arraigado y legitima-
do como una forma de disciplinar a los nios, nias y adolescentes. La forma de castigo
ms frecuente que el padre utiliza para reprender o castigar a sus hijos e hijas es la re-
primenda verbal (78.5%) y el castigo fsico (31.7%). Segn la Encuesta Demogrfica y de
Salud Familiar
87
24% de las mujeres entrevistadas considera que para educar a sus hijos
es necesario el castigo fsico.
Una de las principales preocupaciones que ha generado la propuesta de modificacin
del Cdigo del Nio y Adolescente de la Comisin de Justicia del Congreso en 2012 es
86 Reporte de la segunda supervisin nacional de comisaras realizado por la Defensora del Pueblo, 2010.
87 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2011.
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que no se incluye la prohibicin expresa del castigo fsico y humillante como mecanismo
de correccin o disciplina. Tampoco elimina el trmino correccin moderada que figura
en el artculo 74 del actual Cdigo de Nios, Nias y Adolescentes. Esta forma jurdica
indeterminada legitima el uso de mtodos violentos por parte de los padres, hermanos,
familiares, entre otros.
Adems no existen estrategias pblicas para prevenir, detectar y derivar los casos de
maltrato infantil a los servicios de proteccin; tampoco se ha adecuado la ruta de las de-
nuncias para los nios, nias y adolescentes (fortalecer las defensoras escolares y muni-
cipales en las ciudades y las defensoras comunitarias a nivel rural).
DERECHO A UNA VIDA PLENA DE LOS NIOS, NIAS Y ADOLESCEN-
TES CON DISCAPACIDAD (ART. 23 DE LA CDN)
Los recursos para la prevencin, deteccin oportuna y atencin integral a los nios, nias
y adolescentes con discapacidad son notoriamente insuficientes. El Ministerio de Salud
no cuenta con personal capacitado en los niveles de atencin primaria para la deteccin
de discapacidades. En todo el pas, solo hay 350 mdicos facultados para certificar la
discapacidad, requisito para la inscripcin en el Registro Nacional de la Persona con Dis-
capacidad (RNPC).
El Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades para Personas con Discapacidad 2009-
2018
88
no incluye el paquete de medidas de prevencin de la violencia hacia nios, nias
y adolescentes con discapacidad recomendado por el Comit en la Observacin General
n9 (recomendacin 43). Los servicios pblicos que atienden casos de violencia no reci-
ben orientacin ni cuentan con personal capacitado para atender a vctimas de violencia
con discapacidad.
La cobertura y calidad de los servicios educativos para nios, nias y adolescentes con
discapacidad es dbil. Segn el Informe Defensorial
89
52% de las instituciones educativas
de nivel primaria no se encuentran preparadas para recibir a estudiantes con discapaci-
dad, por no contar con la infraestructura adecuada. Existen nicamente 381 Centros de
Educacin Bsica Especial de gestin pblica que tienen capacidad para la atencin edu-
cativa de nios, nias y adolescentes con discapacidades severas o multidiscapacidades;
de estos, solo seis (1.3%)
90
se encuentran en zonas rurales.
88 Aprobado por el Decreto Supremo n. 007-2008-MIMDES (23/12/2008).
89 Informe Defensorial n. 155 Los nios y las nias con discapacidad: Alcances y limitaciones en la implementacin de la poltica de edu-
cacin inclusiva en instituciones educativas del nivel primaria, 2011.
90 Idem.
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DERECHO AL DISFRUTE DE LA BUENA SALUD (ART. 24 Y 27 DE LA
CDN)
Entre 2007 y 2011, la desnutricin crnica infantil en el Per disminuy de 28.5% a 19.5%
91
.
Sin embargo, este avance no se ha dado de manera homognea; hay lugares como Huan-
cavelica con ndices altos de desnutricin, uno de cada dos nios est desnutrido (54%) y
dnde la desnutricin es uno de los problemas ms serios de la regin.
Otro problema asociado a la desnutricin infantil es la anemia. Tambin es verdad que
existen logros en la disminucin de la anemia y que las cifras indican que, entre 2007 y
2011, esta disminuy de 56.8% a un 41.6%
92
en nios y nias de 6 a 36 meses de edad.
Actualmente, sin embargo, la anemia an afecta al 62% de los nios y nias entre los 6 y
11 meses de edad que vive en las zonas rurales. En Puno, el porcentaje llega a 74,3%, en
Huancavelica 64.3%, en Madre de Dios 59.5 %, en Loreto 57.3% y en Ayacucho 56.2%
93
.
Finalmente, se estima que en todo el pas existen 668 mil nios y nias menores de cinco
aos que sufren de desnutricin crnica y 743 mil entre los 6 y 36 meses de vida que pa-
decen de anemia.
Por otro lado, se observan avances en la reduccin de la mortalidad infantil. En 2011 los
registros indicaban que el ndice haba cado a 18 por cada mil. Pero, al igual que la des-
nutricin y la anemia, la tendencia general a la baja, oculta que se trata de una disminucin
no equitativa, porque en los estratos de mayor pobreza, en las zonas rurales y en las po-
blaciones nativas continan producindose muchas muertes tempranas por causas que
podran evitarse.
DERECHO A LA PROTECCIN Y REPARACIN DE LOS NIOS, NIAS Y
ADOLESCENTES CONTAMINADOS POR DAOS AL MEDIOAMBIENTE
(ART. 24 DE LA CDN)
Por lo menos en diez regiones
94
del Per existen nios, nias y adolescentes que presentan
metales pesados en la sangre. Segn un informe de 2013 de la Federacin Internacional
de Derechos Humanos, La Oroya es una de las zonas ms afectadas por la intoxicacin
con Plomo. En esta regin el 97% de los nios y nias entre los seis meses y los seis aos
y el 98% entre los siete y doce aos presentan altos niveles de plomo en la sangre. Por su
parte, Cerro de Pasco realiza denuncias desde 1996 sobre la contaminacin por plomo y
el perjucio en la salud de los nios, nias y adolescentes de la regin.
En el marco de la Declaratoria de Emergencia Ambiental de las poblaciones impactadas
por la actividad minera en 2012 se desarroll el dosaje de plomo en el distrito de Simn
Bolvar, donde se encuentra el centro poblado de Paragsha. En marzo se evalu a 181
personas (169 nios y nias menores de doce aos y doce mujeres gestantes) y en mayo
91 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2011.
92 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2011.
93 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar (ENDES), 2012.
94 Decisin N 1268 del Parlamento Andino Desintoxicacin de Plomo en la Sangre en la Poblacin Infantil, 21 de junio del 2010.
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a otras 940 personas (917 nios y nias menores de doce aos y 23 mujeres gestantes).
Los resultados se encuentran en las categoras I, II, III y IV.
En el Per, un total de 30000 familias se dedican a la minera artesanal. En dos de cada
tres familias los nios trabajan de forma ilegal. Su distribucin aproximadamente es como
sigue: 14000 familias en Rinconada (Puno), 6000 en Ocoa-Nazca (Ica), 830 en Pataz (La
Libertad) y 9500 en Madre de Dios. Del total de las familias detectadas existen 61000 nios
y adolescentes que se dedican a la extraccin minera
95
. Segn el estudio Minera aurfera
en Madre de Dios y contaminacin con mercurio realizado en 2011 por el Ministerio del
Ambiente y el Instituto de Investigaciones de la Amazona Peruana, se estima que la pro-
duccin de oro es de18000 kilogramos al ao. El estudio, adems, concluy que por cada
kilogramo de oro se utilizaron 2.8 kilogramos de mercurio.
DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS (ART. 24 DE LA CDN)
Existe un porcentaje cada vez mayor de embarazo adolescente: el 13.2% de las mujeres
entre 15 y 19 aos de edad ya son madres o estn gestando por primera vez. Los mayores
porcentajes de madres adolescentes o de adolescentes embarazadas se presentan en
mujeres sin ningn grado de educacin (56.7%), en las residentes de la selva (27.5%), en
aquellas que se encuentran en el quintil inferior de riqueza (26.1%) y en las que viven en
las zonas rurales (21.5%)
96
.
Segn informacin reportada por la Mesa para la Lucha contra la Pobreza, a partir de la
informacin del Ministerio de Salud, se observa una tendencia al incremento en el por-
centaje de muertes maternas en adolescentes entre los 12 y 17 aos de edad (de 4.6% a
9.6%)
97
entre los aos 2010 y 2012. Las principales causas directas de muertes maternas
en adolescentes son la hipertensin inducida por el embarazo (41%) y el aborto (29%).
Asimismo, la principal causa indirecta de muerte materna en adolescentes es el suicidio
(56%)
98
.
Por otra parte, existe un acceso limitado de los adolescentes a los servicios de salud se-
xual y reproductiva. El artculo 4 de la Ley General de Salud dispone que, para cualquier
tratamiento, los y las adolescentes deben ir acompaados por sus padres, madres o tuto-
res, lo que vulnera el derecho a la privacidad y confidencialidad.
Derechos de los nios, nias y adolescentes con VIH/SIDA (art.23, 24, 25, 26 de la CDN)
En el Per existen 1461 nios, nias y adolescentes que viven con SIDA; de este total, el
50% tiene menos de 15 aos
99
.
Mediante el Decreto Supremo 003-2002-SA, referente a las prestaciones del Seguro Inte-
gral de Salud (SIS), el Estado asumi la responsabilidad de dar tratamiento antirretroviral
95 El Peruano 10/10/13
96 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2013. Pginas (105-107).
97 Para el ao 2012. el Ministerio de Salud report 41 casos de muertes maternas en adolescentes entre 12 y 17 aos.
98 Mesa de Lucha contra la Pobreza. Programa Presupuestal Salud Materna Neonatal (SMN). Reporte de Seguimiento Concertado: Ba-
lance de ejecucin mayo, 2012 (p. 4).
99 Situacin epidemiolgica mensual. Noviembre, 2012. Direccin General de Epidemiologa del Ministerio de Salud. http:www.dge.gob.pe/
vigilancia/vih/Boletin_2012/noviembre.pdf
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de gran actividad (TARGA) a las personas infectadas con VIH/SIDA, entre las cuales se
incluyen a nios y nias de 0 a 17 aos. La norma tcnica MINSA/DGSP V.01 del ao 2009
seala que los establecimientos de salud son los responsables de la adquisicin y provi-
sin de este tratamiento; sin embargo, se enfrenta el problema del constante desabasteci-
miento de medicinas para el TARGA. La interrupcin del TARGA aumenta el riesgo de que
los nios, nias y adolescentes padezcan infecciones oportunistas y mueran.
DERECHOS DE LOS NIOS, NIAS Y ADOLESCENTES CON TUBER-
CULOSIS (ART. 6 Y 24 DE LA CDN)
Segn la OMS, en el 2010 se notificaron 33 mil casos de tuberculosis (TB) en el Per,
concentrndose el 60% en Lima Metropolitana y en el Callao. En estas mismas regiones
se presenta, adems, el 83% de casos de tuberculosis multidrogorresistente (TBMDR) y el
90% en la forma de TB extremadamente resistente
100
. En cuanto al primer tipo, el nmero
de casos en el Per se considera sumamente alto (2190)
101
.
Los nios, nias y adolescentes representan el 10% de las personas que siguen tratamien-
to por esta afeccin; el 80% se encuentra entre los diez y los diecinueve aos. El efecto
sobre el desarrollo social y psicolgico por sufrir TB a esta edad es sumamente doloroso y
genera exclusin social. Adems, el problema es ms complejo debido a la comorbilidad
entre la TB, el VIH/SIDA y la TBMDR.
La cadena de atencin es problemtica. Se puede destacar, sobre todo, la demora en la
entrega de los resultados de los anlisis y en la provisin del tratamiento, la inexistencia
de medicamentos dosificados para nios, nias y adolescentes y la falta de especialistas
en tuberculosis infantil.
DERECHOS DE LOS NIOS, NIAS Y ADOLESCENTES CON POLIO
POST-VACUNAL (ART. 6 Y 24 DE LA CDN)
A septiembre de 2013 suman ocho los casos de nios y nias afectados como conse-
cuencia de la aplicacin de la vacuna oral contra la polio en centros de salud pblicos. El
ltimo caso, pese a todas las evidencias diagnsticas, todava no ha sido reconocido por
el Ministerio de Salud, an no recibe rehabilitacin y no fue incluido con el grupo de los
siete nios afectados con polio post-vacunal para recibir su plan de atencin integral en
salud y la reparacin econmica entregada a los padres de estos menores.
100 Reporte de Supervisin a la Estrategia Sanitaria de Prevencin y Control de la Tuberculosis en 43 Establecimientos del Ministerio de Salud
en Lima, Callao e lca. Agosto, 2012. Defensora del Pueblo.
101 Tuberculosis. Organizacin Panamericana de la Salud, Per.
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DERECHO A LA EDUCACIN (ART. 28, 29, 30 Y 31 DE LA CDN)
En el nivel primario se alcanzan altos niveles de cobertura (94%)
102
pero se observa una
brecha de acceso en las reas rurales en el nivel inicial y secundario. En el rea rural, la
tasa de matrcula para el nivel inicial es de 61.2% y en el rea urbana es de 77.0%; en se-
cundaria, los porcentajes son del 70.5% y 84.8% respectivamente
103
.
Por otra parte, en cuanto a la desercin escolar se mantiene la brecha urbano-rural. Mien-
tras en el rea rural la tasa de desercin escolar en el nivel primario es de 1.7%, en el rea
urbana esta alcanz 1.1%. En secundaria, la desercin escolar en el medio rural es de
9.5% y en el espacio urbano de 8.4%
104
.
Existen tambin brechas en el acceso a la educacin de la poblacin con lengua materna
indgena. La mayora de los nios, nias y adolescentes indgenas no recibe una educa-
cin intercultural bilinge a pesar de las polticas educativas establecidas en el marco jur-
dico del Per. En el 2011 la cobertura de la Educacin Intercultural Bilinge (EIB), que solo
atiende el nivel Primario, era de apenas 12% y no ha tenido mayor incremento en el 2012.
Asimismo, en dicho ao se hizo un registro de escuelas que deberan ser EIB en el pas y
el nmero fue de 18217; sin embargo, no se tiene informacin actualizada sobre cuntas
realmente ofrecen EIB ni cuntos docentes se requieren para hacerlo
105
. Lo ms preocu-
pante es la baja calidad de la educacin de los nios y nias indgenas. En el 2011, poco
ms del 75% de los nios y nias quechuas y aimaras y ms del 98% de los nios y nias
indgenas amaznicos, como los aguaruna y shipibo no logra el nivel 2 de comprensin
lectora en castellano como segunda lengua
106
.
DERECHO A LA PROTECCIN CONTRA EL TRABAJO INFANTIL (ART.
32 A 36 DE LA CDN)
La Poblacin Econmicamente Activa incluye a 1 952 000 menores de edad
107
. Esto equi-
vale al 26.7% del total de nios, nias y adolescentes del Per. El 47.7% de todos estos
menores tiene entre seis y trece aos, es decir, trabaja por debajo de la edad mnima de
admisin al empleo y, en muchos casos, en condiciones de riesgo y maltrato. A pesar de
que la legislacin nacional prev la figura del Registro Nacional (adolescentes que traba-
jan independientemente en los gobiernos locales y trabajo adolescente dependiente en
el Ministerio de Trabajo) an no se ha logrado que los adolescentes trabajadores sean
inscritos. Esto se debe a que los registros son incipientes y, prcticamente, recin se
estn institucionalizando en cinco gobiernos locales, lo que aumenta su desproteccin y
desconocimiento. En el caso del registro del Ministerio de Trabajo que tiene varios aos
de gestin, el registro de adolescentes es mnimo. Si bien se ha establecido la lista de
trabajos peligrosos para adolescentes, no se cuenta con un mecanismo para implementar
esta disposicin.
102 Escale 2005-2011, MINEDU.
103 Escale 2005- 2011, MINEDU.
104 Encuesta Nacional de Hogares 2011.
105 Fuente: http://www.digeibir.gob.pe/registro-nacional-eib.
106 Fuente: MINEDU, UMC, ECE 2010, 2011.
107 Encuesta Nacional de Hogares 2011.
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Informe ANUAL 2012-2013 120
DERECHO A LA PROTECCIN CONTRA LA EXPLOTACIN SEXUAL IN-
FANTIL Y LA TRATA DE PERSONAS (ART. 34, 35 Y 39 DE LA CDN)
El Sistema de Registro y Estadsticas del Delito de Trata de Personas de la Polica Nacio-
nal del Per (RETA-PNP) registr entre 2010 y 2012 un total de 1808 vctimas; 25% de los
casos eran menores de edad y el 94% eran mujeres. La mayora de casos tuvieron fines
de explotacin sexual seguida de explotacin laboral. Se enfrentan varias dificultades con
relacin a la trata de personas: la inadecuada implementacin de la Ley n 28950 contra
la trata de personas
108
y su reglamento (DS 007-2008-IN); la falta de recursos financieros
y tcnicos de los sectores para la implementacin del Plan Nacional de Accin contra la
Trata 2011-2016 y la ineficacia para combatir la corrupcin que envuelve el desarrollo de
este delito
109
.
En cuanto a la explotacin sexual infantil, el Estado no ha asumido su rol protector, lo
cual se expresa en los escasos y limitados servicios de prevencin, atencin, proteccin
y reinsercin de las vctimas. La normativa, si bien ha evolucionado, no permite una ade-
cuada implementacin de la asistencia y proteccin de las vctimas de explotacin sexual
(menores de edad) y de la penalizacin de la demanda. Asimismo, no se puede estimar
la magnitud de esta problemtica porque no existe un sistema de registro nico en manos
de un solo rgano pblico.
DERECHOS DE LOS ADOLESCENTES EN CONFLICTO CON LA LEY
(ART. 37 Y 40 DE LA CDN)
La principal preocupacin en el tema de administracin de justicia para adolescentes en
conflicto con la ley penal se refiere a la eficacia en la utilizacin de medidas privativas de
libertad para casos que podran manejarse de otra manera
110
, tal como lo establecen las
observaciones finales del Comit de los Derechos del Nio al Estado Peruano en el ao
2006, especficamente en la observacin n. 72, a, b y c relativas a la creacin de tribunales
especializados para adolescentes en conflicto con la ley penal en todo el pas, la creacin
de un sistema funcional de medidas socioeducativas y de remisiones fiscales que permi-
tan recurrir a la privacin de libertad solo como ltimo recurso y por el perodo ms breve
que se estime adecuado, as como el mejoramiento de las condiciones de detencin de
los menores de dieciocho aos.
As tambin se manifiesta una importante preocupacin por la inadecuada intervencin
policial con adolescentes en conflicto con la ley penal y la carencia de una defensa pblica
efectiva que garantice el respeto a sus derechos en las distintas etapas del proceso fiscal
y judicial, lo cual genera altos riesgos de maltrato, abuso y corrupcin. Del mismo modo,
preocupa la persistencia de iniciativas de ley para rebajar la edad penal genrica y dar
tratamiento penal de adultos en casos de infracciones graves.
108 Informe Defensorial n 158 La trata de personas en agravio de nios, nias y adolescentes. Defensora del Pueblo, 2012.
109 Capital humano y social alternativo. Informe Per, 2012.
110 La proporcin de adolescentes en conflicto con la ley penal en medio cerrado en el ao 2010 era de 63.06%, contra 36.94% en medio
abierto, agravando las condiciones de los centros de detencin, y a la vez representando un costo alto para la sociedad y el Estado.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 121
DERECHOS DE LOS NIOS, NIAS Y ADOLESCENTES AFECTADOS
POR EL NARCOTRFICO (ART. 39 DE LA CDN)
El 90% de los nios, nias y adolescentes que viven en las zonas cocaleras estn dedica-
dos al cultivo de la coca, ya que sus familias, en su mayora, desplazadas por la violencia
poltica o la pobreza, y/o pobreza extrema, viven de este cultivo por ser el ms rentable.
El trabajo en los campos de coca se hace en condiciones deplorables que vulneran su de-
recho a la salud (manipulacin de objetos punzocortantes, exposicin a productos agro-
qumicos altamente txicos etc.) y su derecho a la educacin (los nios, nias y adoles-
centes tienen bajo rendimiento en la escuela y comnmente la abandonan por dedicarse
al trabajo en los cocales).
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Informe ANUAL 2012-2013 122
El balance que hacen los pueblos indgenas sobre el desempeo del gobierno de Ollanta
Humala Tasso respecto a sus obligaciones con los derechos de los pueblos indgenas
es de preocupacin y desilusin ante las expectativas que el Presidente de la Repblica
haba despertado con sus promesas de una gran transformacin. Sin embargo, Humala
mantiene la poltica econmica de su antecesor Alan Garca, ha priorizado la inversin
en industrias extractivas como principal actividad econmica, lo que conlleva atropellos
a los derechos individuales y colectivos de los pueblos originarios y la criminalizacin de
sus protestas bajo el supuesto de priorizar un inters nacional que excluye a las comu-
nidades indgenas. De este modo, la conflictividad social en el pas se mantiene elevada
y coincidentemente sucede en las regiones que tienen mayor nmero de concesiones y
actividades econmicas extractivas.
111 El presente informe se basa en gran parte en el Informe Alternativo 2013 sobre el cumplimiento del Convenio 169 de la Organizacin In-
ternacional del Trabajo (OIT) que elaboran cada ao las organizaciones indgenas del Pacto de Unidad con el apoyo del Grupo de Trabajo
sobre Pueblos Indgenas de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
Ver: http://www.dar.org.pe/archivos/publicacion/115_Informe_Alternativo_2013.pdf
11. SITUACIN DE LOS
PUEBLOS INDGENAS
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TERRITORIOS Y RECURSOS NATURALES
El incremento de las concesiones mineras ha venido aumentando en todo el territorio na-
cional, causando una fuerte presin sobre el uso de los territorios que usufructan y com-
pitiendo con las comunidades campesinas y nativas por el uso de los recursos naturales
como el agua. Las concesiones alcanzan 26 millones 752220 hectreas de terrenos lo que
representa un 21.02% del territorio nacional. En el Per las concesiones son otorgadas
sin que medie consulta previa a las poblaciones afectadas por su dacin y sin ninguna
evaluacin previa respecto al territorio. Tampoco se informa previamente a la poblacin
asentada en el territorio entregado en concesin ni a las autoridades locales encargadas
de la gestin del territorio de dicha concesin.
La superposicin de las concesiones sobre tierras de comunidades campesinas y comu-
nidades amaznicas evidencia que el 48.6% de los territorios de las comunidades campe-
sinas estn dentro de las concesiones mineras siendo esta la raz de la conflictividad entre
empresas y comunidades.
La presin sobre el territorio comunal se expresa en los procesos de compra de tierras,
muchas veces en condiciones de asimetra en la informacin que reciben los pueblos
afectados, lo que originan acuerdos injustos e inequitativos entre las partes dejando una
sensacin de insatisfaccin y confrontacin.
Esto ocurre mientras que no existe un avance efectivo en la titulacin de tierras comuna-
les, vulnerndose el derecho al territorio. Peor an, se debilita el rgimen de proteccin
de la propiedad de las tierras de las comunidades, debido a la ausencia de un ente rector
o autoridad especializada en materia de titulacin de tierras, tal como lo ha observado la
Defensora del Pueblo
112
.
Sobre las 6069 comunidades campesinas y 1469 comunidades nativas reconocidas por el
Organismo de Formalizacin de la Propiedad Informal (COFOPRI) un 16% an no cuenta
con ttulo de propiedad. Entre 2006 y 2010 solo se otorgaron diecinueve nuevos ttulos a
comunidades nativas y 23 ampliaciones territoriales. Desde el 2010, cuando se transfirie-
ron las competencias de COFOPRI a los gobiernos regionales no se ha entregado ni un
solo ttulo a las comunidades amaznicas y solo cuatro a comunidades campesinas.
La falta de proteccin a los derechos territoriales indgenas se agrava cuando el Estado,
de forma agresiva, contina otorgando derechos de aprovechamiento a terceros sobre los
recursos naturales ubicados en territorios indgenas titulados y no titulados. Entre estos
derechos se encuentran las servidumbres de ocupacin gratuita, como las entregadas a
la empresa Pluspetrol en predios ubicados en la regin Loreto
113
.
112 Defensora del Pueblo, nota de prensa N 19/OCII/DP/2013.
113 Ver resoluciones supremas 060-2006-EM y 061-2006-EM emitidas por la Direccin General de Hidrocarburos del Ministerio de Energa y
Minas.
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INSTITUCIONALIDAD
La inestabilidad de una institucionalidad pblica para pueblos indgenas es una caracte-
rstica del Estado peruano que ha visto surgir numerosas entidades que luego han sido
desmanteladas. Con el nuevo gobierno de Ollanta Humala las funciones del Instituto Na-
cional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amaznicos y Afroperuano (INDEPA) fueron ab-
sorbidas parcialmente por el Viceministerio de Interculturalidad, adscrito al Ministerio de
Cultura. Este viceministerio es la autoridad estatal en materia de pueblos indgenas pero
una de las debilidades de este modelo institucional es que carece de espacios formales
de dilogo y participacin para los pueblos indgenas.
Un Grupo de Trabajo sobre Institucionalidad Pblica en materia de Pueblos Indgenas con-
cluy en abril de 2013 con el consenso de una institucionalidad estatal con las siguientes
caractersticas:
a. Esta autoridad deben ejercer la rectora intra e intergubernamental de las polticas
indgenas.
b. En esta se debe incluir la participacin efectiva de representantes de los pueblos a
travs de un mecanismo permanente de evaluacin y propuesta.
c. Debe contar con rganos desconcentrados a nivel nacional.
d. Deber tener acceso al ms alto nivel dentro de la jerarqua del Poder Ejecutivo, a fin
de incluir eficazmente en las decisiones gubernamentales.
Segn la nota de prensa del Viceministerio de Interculturalidad el informe final fue entre-
gado al ministro de Cultura el 18 de julio en una ceremonia interna, pero el documento no
ha sido publicado en el portal de la entidad, tal como las actas de las reuniones del grupo
de trabajo.
Cabe mencionar que mientras el grupo de trabajo sostuvo ocho reuniones en un lapso
de 120 das, a espaldas de este grupo se efectuaba el rediseo del sector Cultura, el cual
se aprueba mediante el DS 005-2013-MC, publicado el 20 de junio de 2013, en el cual
se reforma el Viceministerio de Interculturalidad cambiando a sus direcciones generales
y creando nuevas direcciones en cada una de ellas. Por su parte, las organizaciones in-
dgenas concluyeron en proponer la creacin de un Ministerio de Pueblos Indgenas u
Originarios como institucin del Poder Ejecutivo del ms alto nivel.
DERECHO A LA CONSULTA PREVIA
La principal crtica y cuestionamiento es la falta de voluntad poltica para impulsar los
procesos de consulta previa, con diversos pretextos. Por un lado, la consulta de manera
desconcentrada est a cargo de los mismos sectores pblicos encargados de promover
las medidas a ser consultadas, lo cual es un contrasentido. Esto es mucho ms obvio tra-
tndose del sector de Energa y Minas, ms interesado en destrabar los obstculos para
la inversin privada que en tutelar el cumplimiento efectivo de este derecho.
Uno de los temas crticos es la Directiva 03-2012/MC que regula el funcionamiento de la
Base de Datos Oficial de pueblos indgenas y originarios, que impone un criterio restrictivo
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para la identificacin de los pueblos y comunidades como sujetos del derecho de con-
sulta, y que ha venido cobrando mayor importancia en el discurso oficial. Se trata de dos
elementos objetivos: lengua indgena y tierras comunales, los que deben concurrir para
evidenciar la continuidad histrica de un pueblo indgena.
A esto se suma el afn por desconocer a las comunidades campesinas de la costa y los
andes como pueblos indgenas. As se han expresado diversos voceros del gobierno.
Incluso el primer ministro Juan Jimnez Mayor, quien el 19 de abril mencion que catorce
proyectos mineros no estarn sujetos a consulta previa y que se pensaba destrabarlos
de este proceso.
Ollanta Humala, Presidente de la Repblica declar en una entrevista televisada el 28 de
abril de 2013 que la consulta previa se dirigir fundamentalmente a poblaciones amazni-
cas y no contactadas, evidenciando un grave desconocimiento de la situacin de dichas
poblaciones. Peor an, desconoci pblicamente la identidad indgena de las comunida-
des campesinas andinas y costeas al sealar, errneamente, que fueron creadas por la
Reforma Agraria.
Otra limitacin es la visin restrictiva acerca de los sujetos de consulta contenida en la
Gua Metodolgica publicada el 2 de abril de 2013. Adems de no haber sido consultada a
los pueblos indgenas, la mencionada gua no precisa la nocin de afectacin directa, no
define con claridad todos los casos en los que el consentimiento es obligatorio, tampoco
los momentos en que debe aplicarse la consulta, dejando que sean los sectores los que
lo determinen. De otro lado, las organizaciones indgenas mantienen su exigencia de mo-
dificar siete artculos de la Ley 29785 y su Reglamento para establecer un estndar inferior
al contenido en el Convenio 169 de la OIT.
CRIMINALIZACIN
La poltica de criminalizacin de la protesta social emprendida por el pasado gobierno
aprista se ha venido acentuando con el gobierno de Ollanta Humala, que agrede de forma
constante y sistemtica a lderes y lideresas indgenas defensores de sus derechos co-
lectivos a la vida y al territorio. El Estado y los grupos de poder siguen presentando a los
dirigentes comunales como violentos, irracionales y opositores al desarrollo, para intentar
legitimar una poltica de criminalizacin mediante el uso extremo de la fuerza pblica, la
persecucin penal de dirigentes y la militarizacin de territorios indgenas.
De otro lado, prosigue la coercin mediante el uso abusivo de la fuerza con empleo de
armas letales, incluso armas de guerra como prctica recurrente. Esto ha derivado en 29
civiles fallecidos como resultado de la intervencin de las fuerzas del orden en situaciones
de protesta social o en protestas relacionadas con la vulneracin de los derechos de los
pueblos indgenas. El 86% de las muertes fueron por proyectil de arma de fuego, el 10%
fueron menores de edad y el 45% indgenas.
Un fenmeno preocupante es la creciente intervencin de las Fuerzas Armadas (FFAA) en
operaciones de control interno. Hasta el mes de julio fueron aprobadas ocho habilitacio-
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nes para que las FFAA interviniesen en situaciones de conflictividad social y cinco de estas
habilitaciones se dieron en situaciones que fueron declaradas de emergencia.
La poltica de criminalizacin del actual gobierno se expresa al convertir el derecho de
libre expresin y protesta en delito mediante denuncias preventivas; al interpretar de ma-
nera extensiva e ilegal las normas penales para encarcelar dirigentes mediante procesos
infundados; al determinar la amenaza de imponer penas de 25 aos a cadena perpetua;
al aplicar la figura de presunta instigacin o autora mediata a los dirigentes, convirtiendo
as el ejercicio de un derecho en un delito y permitiendo la grosera vulneracin del debido
proceso de parte de la polica durante su intervencin en materia penal, como son los
traslados arbitrarios de jurisdiccin y los mltiples procesos por los mismos hechos. Por
ejemplo, en el contexto de las protestas contra el proyecto Conga existen actualmente 73
procesos en curso contra 303 defensores.
Mencin aparte merece el caso injusto, inhumano e ilegal de tres personas indgenas pri-
vadas de libertad desde el ao 2009 por los sucesos de Bagua: Feliciano Cahuasa, Asterio
Pujupat y Danny Lpez, para los cuales se ha solicitado libertad inmediata o arresto en su
propia comunidad.
PUEBLOS EN AISLAMIENTO Y EN CONTACTO INICIAL (PIACI)
Los pueblos indgenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI) estn considerados entre
los grupos poblacionales en estado de mayor vulnerabilidad debido a su carencia de de-
fensas para combatir enfermedades virales e infecciosas, comunes y curables en nuestro
medio. En la dcada de 1980 se registr la muerte de casi la mitad de la poblacin Nahua
debido al contacto con trabajadores de la empresa Shell que exploraban la zona de Cami-
sea. Ello llev a que el Estado creara en 1990 la Reserva Territorial Kugapakori Nahua Nanti
y otros (RTKNN) como reserva del Estado. Sin embargo, el nuevo marco legal sobre PIACI
expresado en la Ley 28736 del ao 2006 y su reglamento aprobado en 2007 establecen
adecuar las reservas territoriales existentes a las reservas indgenas, lo que determina un
rgimen ms dbil de proteccin porque permite actividades extractivas en su interior, si
estas son declaradas de inters nacional y se aprueba el estudio de impacto ambiental
(EIA).
Luego que se afectara un rea de la RTKNN para el proyecto Camisea en el ao 2003,
se promulg el DS 028-2003-AG que prohibi el otorgamiento de nuevos derechos que
impliquen el aprovechamiento de recursos naturales. Una preocupacin de las organi-
zaciones indgenas es que se debilite esta prohibicin cuando se realice la adecuacin,
ms an si existen grandes presiones del Estado por ampliar las actividades del proyecto
Camisea en el Lote 88 y que se superpone a otra rea de la reserva, actividad que est a
cargo de un consorcio liderado por la empresa Pluspetrol. La peticin es que el estndar
de proteccin alcanzado por la RTKNN debe ampliarse a las dems reservas existentes y
a las pendientes de creacin.
Lo cierto es que el Estado peruano no ha brindado una proteccin efectiva a las poblacio-
nes vulnerables que habitan en la reserva, habindose denunciado casos de infecciones
diarreicas agudas en la poblacin Nanti que habita en el rea de expansin del proyecto
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Camisea. El Plan de proteccin de la RTKNN fue abandonado hace aos y existen infor-
mes del propio Estado que advierten del grave dao y riesgo que conllevan dichas activi-
dades.
Un comunicado suscrito por organizaciones indgenas y de la sociedad civil, tanto del
Per como el extranjero suscrito en octubre de 2013
114
, exige que el Estado priorice las
polticas transectoriales, especiales para los Pueblos Indgenas en Aislamiento Voluntario y
en Contacto Inicial, garantizando la vida y la salud como bienes supremos; estas polticas
deben materializarse urgentemente con la implementacin de mecanismos e instrumentos
concretos y diferenciados para los Pueblos Indgenas en Aislamiento Voluntario y para
los Pueblos Indgenas en Contacto Inicial, considerando que estos ltimos han decidido
relacionarse con la sociedad occidental. Asimismo, emplazaron al Estado a implementar
protocolos de proteccin estricta para los Pueblos Indgenas en Aislamiento Voluntario,
implementar protocolos de proteccin y relacionamiento con los Pueblos Indgenas en
Contacto Inicial, analizando a profundidad las consecuencias culturales de este proceso,
y garantizando un adecuado relacionamiento e interaccin con la sociedad occidental.
SOBERANA ALIMENTARIA
Un tema de preocupacin de los pueblos y comunidades indgenas del Per concierne a
la ausencia de polticas pblicas que impulsen o mejoren la agricultura familiar. Ms del
70% de los alimentos de los que dispone el pas es producido por los pequeos agricul-
tores y no menos de 6.7 millones de mujeres trabajan en labores de cultivo y cosecha. Sin
embargo, es poco lo que se hace a favor de este sector poblacional, estando pendiente
de agenda en el Congreso de la Repblica la aprobacin del dictamen de la dictamen de
la Ley de Soberana y Seguridad Alimentaria y Nutricional, una exigencia de la Alianza de
Organizaciones Agrarias (AOA).
EDUCACIN INTERCULTURAL BILINGE Y SALUD INTERCULTURAL
A pesar de los esfuerzos desplegados por la actual gestin de la Direccin General de
Educacin Bilinge y Rural (DIGEIBIR) an subsisten carencias estructurales en la apli-
cacin de las polticas priorizadas para atender a la niez indgena: la falta de maestros
nombrados y contratados con formacin en Educacin Intercultural Bilinge (EIB) que
hablen y utilicen en el aula la lengua de los alumnos; la incorporacin, en el currculo, de
los saberes y aspiraciones de los pueblos y comunidades; aadido a una incapacidad
del sistema educativo para garantizar el derecho al acceso, permanencia y el logro de los
aprendizajes de los estudiantes indgenas; as como la vigilancia y fiscalizacin del sector.
En el Informe Anual de la Defensora del Pueblo
115
se resaltan algunos avances del sector
en la implementacin de la poltica EIB, aun cuando estas acciones todava no se ex-
presen en una educacin de calidad para los pueblos indgenas. Se requiere que estos
114 Ver: http://servindi.org/actualidad/95136
115 Dcimo sexto Informe Anual de la Defensora del Pueblo, enero-diciembre 2012. En: http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/
informes/anuales/Decimosexto-Informe-Anual.pdf
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esfuerzos sean permanentes y sistemticos, en particular para garantizar la incorporacin
de cerca de un tercio de nios y nias de zonas rurales, entre tres y cinco aos de edad
que se encuentran fuera del sistema educativo, y de ms del 10% de adolescentes que
deberan cursar la secundaria.
Una seria y grave amenaza al proceso de mejora fue la intencin del Ministerio de Educa-
cin de disolver la DIGEIBIR, a finales del ao 2013, la que -segn el nuevo organigrama
del sector Educacin- pasara a formar parte de una divisin menor adscrita a la Direccin
General de Equidad que acogera a las reas de Educacin Especial, Alternativa, Tutora
y, a partir de ahora, la Educacin Intercultural Bilinge, la cual en adelante solo trabajara
las lenguas pendientes de normalizacin y aquellas que no cuentan con materiales edu-
cativos.
SALUD
A la ausencia de avances para garantizar el acceso a los servicios de salud de la poblacin
indgena, se agrega la escasa informacin actualizada y disponible que permita identificar
las necesidades de salud de cada pueblo. Una deficiencia importante es la falta de ac-
tualizacin de los Anlisis de la Situacin de Salud (ASIS) por el personal de cada regin,
lo que impide contar con diagnsticos actuales sobre la salud de los diferentes pueblos.
Por otro lado, el Estado no cumple con atender adecuadamente a las comunidades en
materia de salud y es evidente la ausencia de polticas pblicas que incorporen el conoci-
miento de los pueblos indgenas, como la medicina ancestral o la falta de establecimientos
de salud, equipos, medicamentos, insumos y personal tcnico en zonas alejadas, y la falta
de un seguro integral que cubra a los pobladores indgenas.
La desnutricin infantil es una de las principales afecciones que aquejan a los pueblos
indgenas y la mortalidad materna se mantiene en niveles altos, por encima del promedio
nacional. La carencia de establecimientos de salud es una situacin recurrente. En 2007
el II Censo de Comunidades Indgenas de la Amazona Peruana report que en solo el
40,99% de las comunidades amaznicas dispona de establecimientos de salud. Un in-
forme de la Defensora del Pueblo de junio de 2013 corrobora que el sistema de atencin
sanitaria no cuenta con los recursos humanos suficientes para afrontar con efectividad,
calidad y equidad los principales desafos de salud del pas116.
La Estrategia Sanitaria Nacional Salud de los Pueblos Indgenas (ESNSPI) creada en el ao
2004 y cuya coordinacin est a cargo del Centro Nacional de Salud Intercultural (CENSI)
se vio afectada a raz de una resolucin ministerial del 2012, que dispuso la creacin de
mecanismos para darle estructura a la ESNSPI y en la prctica elimin a su Comit Tcni-
co Permanente y a su Comit Consultivo, lo que ha resultado un obstculo para que estos
se vuelvan a reunir y coordinar. Actualmente, el CENSI lleva en consulta una propuesta de
Poltica Nacional de Salud Intercultural que debi realizarse en 2011.
116 Defensora del Pueblo (2013). Camino al aseguramiento universal en salud, resultados de la supervisin nacional a hospitales. Lima:
Defensora del Pueblo. En: http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/informes/defensoriales/informe-161-pdf
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El ao 2013 transcurri sin cambios trascendentales positivos para las mujeres en materia
del reconocimiento de sus derechos humanos. Salvo la sentencia emitida por el Tribunal
Constitucional que despenaliza las relaciones sexuales voluntarias con y entre adoles-
centes, as como la creacin de un tipo penal de feminicidio autnomo, no se avanz en
el reconocimiento de sus derechos o la implementacin de polticas pblicas a su favor.
Por el contrario, vivimos un escenario de posibles retrocesos en materia de derechos se-
xuales y reproductivos liderados por congresistas conservadores, los que desconociendo
el marco nacional e internacional de derechos humanos pretenden eliminar la obligacin
117 Elaborado por Jeannette Llaja, directora de DEMUS, Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer. El informe se hizo con la asis-
tencia de Sara Ramrez Subillaga.
12. BALANCE DE LOS
DERECHOS HUMANOS
DE LAS MUJERES
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estatal de brindar educacin sexual a adolescentes
118
o incluso poner en riesgo la vigencia
del aborto teraputico, legal en el Per desde el ao 1924.
En ese marco es importante evidenciar que frente al discurso comprometido por los de-
rechos de las mujeres que lidera el gobierno, el que adems ha designado un gabinete
casi paritario, lo cierto es que no se han iniciado cambios estructurales que podran hacer
previsible un cambio en el futuro cercano
119
. Muestra de ello es la pobre asignacin presu-
puestal del Estado a la lucha contra la violencia hacia la mujer por parte del Poder Ejecuti-
vo
120
, la demorada aprobacin del Plan Multisectorial para la Prevencin del Embarazo en
Adolescentes
121
o la resistencia a aprobar el Protocolo de Aborto Teraputico.
A continuacin abordaremos algunos temas especficos de especial preocupacin, los
que adems fueron recogidos por el Comit de Derechos Humanos de las Naciones Uni-
das en sus Observaciones finales sobre el quinto informe peridico del Per, en marzo de
este ao
122
.
VIOLENCIA SEXUAL EN EL CONFLICTO ARMADO INTERNO
El Estado parte debera redoblar sus esfuerzos para garantizar que las violaciones
graves de los derechos humanos, perpetradas durante el conflicto armado entre 1980
y 2000, incluidos los relativos a la violencia sexual, no queden impunes. Comit de
Derechos Humanos al Estado peruano, marzo 2013.
"El Estado parte debera redoblar sus esfuerzos para garantizar que todas las vctimas
del conflicto armado entre 1980 y 2000, incluyendo todas las vctimas de la tortura y
de abuso sexual, reciban una reparacin". Comit de Derechos Humanos al Estado
peruano, marzo 2013.
Las mujeres que han sido violentadas sexualmente durante el conflicto armado interno
vivido por el Per siguen esperando justicia y reparacin. Hasta el momento nadie ha sido
sancionado y existen aproximadamente diecinueve casos tramitndose en el sistema de
justicia, la mayora en el Ministerio Pblico
123
.
Asimismo, hasta el mes de octubre de este ao, el Consejo de Reparaciones ya haba
acreditado a 3282 vctimas de violacin sexual y 1274 vctimas de otras formas de violen-
118 El Congreso, a travs de la Comisin de Justicia y Derechos Humanos as como en la Comisin de la Mujer y la Familia, abord el Pro-
yecto de Ley del Nuevo Cdigo de los nios, nias y adolescentes (Proyecto de Ley 495/2011-CR) y en ese marco propone que los
padres o tutores sean los responsables de orientar la educacin sexual de sus hijos o adolescentes, dejando al Estado en una funcin
supletoria. La propuesta que inicialmente adoptada por la Comisin de la Mujer y la Familia seala que la funcin del Estado se restringe
a brindar asistencia a los padres o tutores para que cumplan esta funcin.
119 Algunos ejemplos del discurso de compromiso del gobierno con los derechos de las mujeres son la organizacin de la visita de Michele
Bachelet como Directora de ONU Mujeres y Hillary Clinton en el mes de octubre del ao 2012, o el evento organizado por el Ministerio de
la Mujer para conmemorar el 25 de noviembre en este ao, donde se congregaron ministras, congresistas e incluso la primera dama.
120 Un anlisis realizado por DEMUS evidenci que el Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual, a cargo de los Centros de
Emergencia Mujer (CEMs), solo accede al 0.07% del presupuesto del Poder Ejecutivo.
121 Si bien el Plan se construy en el ao 2011, recin el 7 de noviembre del 2013 fue publicado el D.S. 012-2013-SA.
122 Observaciones Finales sobre el Quinto Informe Peridico del Per aprobado por el Comit en su 107 reunin (11 a 28 marzo 2013).
123 IDL, en un estudio realizado en el ao 2010 dio cuenta de diecisis casos (Instituto de Defensa Legal. Protocolo para la investigacin
de casos de violacin sexual en el conflicto armado interno. Lima: IDL, 2010. P. 57) y otro de DEMUS mencion tres casos adicionales.
(Portal, Diana. Acceso a justicia de mujeres vctimas de violencia sexual en el Per en tiempos de paz y guerra, la historia se repite. En:
DEMUS. Para una justicia diferente III. Violencia sexual en conflictos armados. Lima: Demus, 2009.P. 87.).
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cia sexual
124
como: intento o amenaza de violacin, desnudos forzados, tortura a rganos
sexuales o tortura a mujeres embarazadas. Es preciso sealar que en el Per, las vctimas
de formas de violencia sexual, diferentes a la violacin sexual, no tienen derecho a repa-
raciones integrales; el Congreso tiene pendiente pronunciarse sobre el Proyecto de Ley
719-2011-CR que fue observado por el Poder Ejecutivo en junio de 2012 y que les reco-
noca este derecho. Este proyecto se encuentra nuevamente en la Comisin de Justicia
y Derechos Humanos esperando que se apruebe su insistencia (en la medida que fue
aprobada por el Pleno) o se archive.
Por otro lado, si bien la Ley N 28592, que crea el Plan Integral de Reparaciones (PIR),
plantea siete programas de reparacin para las vctimas del conflicto armado interno, a la
fecha no existen lineamientos de reparacin integral especficos para quienes han sufrido
diversas formas de violencia sexual. Este hecho impacta negativamente en el ejercicio de
derechos de esta poblacin, que tiende a ser estigmatizada y requiere de una atencin
especial.
Un informe realizado por DEMUS sobre reparaciones para las vctimas de violencia sexual
en Huancavelica da cuenta que las y los beneficiaros al Programa Integral de Reparacio-
nes y puntualmente a las reparaciones en salud, es an limitado. Por un lado, las afecta-
das por el conflicto armado interno desconocen de la existencia de las reparaciones en
salud y, por otro, los y las operadoras de salud tienen conocimientos dispares sobre cmo
abordar este tipo de casos. Asimismo, se detect que los y las potenciales beneficiarias
del PIR hacen uso del Sistema Integral de Salud por su condicin de pobreza y no por su
acreditacin como vctima del conflicto armado interno, por la estigmatizacin que eso
significa, situacin que lleva a que no accedan a la atencin prioritaria y especializada que
necesitan
125
.
ESTERILIZACIONES FORZADAS
El Comit insta al Estado Parte a que acelere la investigacin; asignar suficientes
recursos econmicos, humanos y tcnicos a los rganos encargados de la investi-
gacin, garantizar que los responsables sean llevados ante la justicia y sancionados
adecuadamente, y que todas las vctimas reciban formas adecuadas de reparacin
sin ms retrasos Comit de Derechos Humanos al Estado peruano, marzo 2013.
Las mujeres que han sido esterilizadas contra su voluntad durante el segundo gobierno de
Alberto Fujimori siguen esperando justicia y reparacin.
La investigacin por las esterilizaciones forzadas de Mamrita Mestanza y otras 2073 mu-
jeres afectadas por la poltica de salud reproductiva y planificacin familiar, implementada
en el gobierno de Alberto Fujimori, fue archivada en el ao 2009
126
y reabierta en el ao
124 Carta remitida por el Consejo de Reparaciones a DEMUS, en el marco de la Ley de Transparencia, de fecha 31 de octubre de 2013.
125 Crisstomo, Mercedes. La violencia se ha inscrito en el cuerpo. Acceso, percepciones y necesidades de la reparacin en salud para
mujeres vctimas de violencia sexual durante el conflicto armado interno. Lima, DEMUS, 2012. Documento Indito. P. 29.
126 El Ministerio Pblico en el ao 2002 inici un proceso de investigacin fiscal por los casos de esterilizacin forzada y el ao 2009 declar
su archivamiento definitivo argumentando que los casos no configuraban delito de genocidio ni de tortura y habran prescrito enmarca-
dos en el Cdigo Penal nacional, desconociendo as las formas de coaccin, cuotas y directivas al personal mdico a nivel nacional como
parte de la poltica estatal.
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2011127. Sin embargo, no ha sido hasta el mes de junio 2013 que el Ministerio Pblico,
mediante Resolucin 1676-2013-MP-FN, design a la Segunda Fiscala Penal Suprapro-
vincial como ad hoc para la investigacin de este caso. Es preciso sealar que de acuerdo
a la informacin vertida por el Ministerio Pblico, la investigacin comprende actualmente
por lo menos 10000 denuncias de mujeres afectadas128.
En este caso los investigados son los ex ministros de salud fujimoristas Alejandro Aguina-
ga, Eduardo Yong Motta y Marino Costa Bauer, entre otros; y segn el Fiscal a cargo, la
formalizacin de la denuncia penal se iba a dar en noviembre de 2013129.
Por otro lado, este gobierno no ha impulsado ningn proceso para garantizar las repara-
ciones integrales a las afectadas por este crimen de lesa humanidad, pese a que el abor-
daje de esta problemtica fue trascendental en el proceso de su eleccin en el ao 2011.
Es preciso sealar que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) si bien
cuenta con el documento tcnico Elaboracin de propuestas de lineamientos y mecanis-
mos de atencin frente a delitos de lesa humanidad o violaciones de derechos humanos:
Esterilizacin Forzada, no ha iniciado proceso alguno para reparar a las mujeres esterili-
zadas. Asimismo, se debe recordar que desde el ao 2006 el Ministerio de Salud cuenta
con el Decreto Supremo 006-2006-SA y la Resolucin Ministerial 591-2006-MINSA que
prev el aseguramiento en el Sistema Integral de Salud a las mujeres esterilizadas en con-
tra de su voluntad; sin embargo estas normas no fueron difundidas y actualmente se en-
cuentran suspendidas debido al nuevo sistema de Aseguramiento Universal de Salud130.
ABORTO TERAPUTICO, ABORTO POR VIOLACIN SEXUAL Y AOE
El Comit recomienda al Estado parte que:
(A) Revise su legislacin sobre el aborto y prever excepciones adicionales en los
casos de embarazo por violacin o incesto;
(B) adoptar rpidamente un protocolo nacional que regula la prctica del aborto tera-
putico;
(C) Redoble sus esfuerzos para reducir el embarazo adolescente y la mortalidad ma-
terna, en particular en las zonas rurales, y garantizar la disponibilidad de servi-
cios de salud sexual y reproductiva, que incluyen los anticonceptivos orales de
emergencia, son accesibles en todas las regiones del pas Comit de Derechos
Humanos al Estado peruano, marzo 2013.
127 En el ao 2011 la Fiscala de la Nacin emiti una resolucin disponiendo la reapertura de las investigaciones de esterilizaciones forzadas
de Mamrita Mestanza y otras 2073 personas afectadas. Al ao siguiente, mediante Informe N 10-2011-FSPNC-MP-FN la Primera Fisca-
la Penal Supraprovincial de Lima formaliz la reapertura considerando lo ocurrido como violaciones por lo que se deban aplicar normas
como las referidas a los delitos de lesa humanidad.
128 Informacin brindada por el Viceministro de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia ante el Comit de Derechos Humanos en su 107
reunin del Comit de Derechos Humanos el 19 y 20 de marzo de 2013.
129 En: http://www.larepublica.pe/14-11-2013/a-fin-de-mes-fiscalia-formalizara-denuncia-por-esterilizaciones-forzadas (visitado el 15 de di-
ciembre de 2013).
130 DEMUS. Tribunal de Conciencia por Justicia para las Mujeres Vctimas de Esterilizacin Forzada y de Violencia Sexual en Conflicto Arma-
do Interno. Cartilla.
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En el Per slo est despenalizado el aborto teraputico, definido como el nico medio
para salvar la vida de la mujer gestante o para evitar en su salud fsica y mental un mal
grave y permanente.
El Estado peruano est en la obligacin de establecer un mecanismo para el acceso
efectivo al aborto teraputico y en ese marco aprobar un Protocolo o Gua Nacional de
Atencin al Aborto Teraputico, que garantice la disponibilidad de este servicio en los es-
tablecimientos pblicos y privados del pas. El pasado 4 de octubre, la Ministra de Salud
Midori De Habich, en el proceso de interpelacin impulsado por el Congreso, seal:
el Comit de Derechos Humanos de las Naciones Unidas recomienda al Estado
peruano elaborar una sola gua de protocolo de aborto teraputico, es decir, estan-
darizar los diferentes protocolos que hoy se estn aplicando. El Minsa ha elaborado
un proyecto de protocolo, de una gua de aborto teraputico, el mismo que ha sido
sometido a consideracin de los sectores, diferentes sectores que corresponden
opinar en ese sentido; y muy recientemente ya hemos recibido las opiniones de to-
dos esos sectores, que formulaban los diferentes sectores una serie de precisiones
y recomendaciones, la misma que se encuentra en fase de consolidacin. No esta-
mos pues lejos, entonces, de una gua ya consensuada por los diferentes ministerios
y entidades, que era un paso absolutamente necesario en este tema que reviste la
sensibilidad que ustedes han anotado
131
.
No es la primera vez que un ministro o ministra de Salud ofrece la aprobacin del Protoco-
lo Nacional de Aborto Teraputico. De hecho, desde el ao 2005 y a propsito de la deci-
sin del Comit de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el caso KL v. Per
132
, se
prepararon por lo menos cuatro propuestas de Guas Nacionales de Atencin del Aborto
Teraputico, sin que ninguna haya sido aprobada. De ah que el ofrecimiento de la actual
ministra no necesariamente signifique un compromiso para cumplir con lo establecido por
el Comit de Derechos Humanos en el caso KL o por el Comit CEDAW en el caso LC
133
,
ambos casos se refieren a adolescentes a las que se les neg el aborto teraputico. No
se debe olvidar que en el mes de mayo de 2013, la ex ministra de Justicia, Sra. Eda Rivas,
seal que el aborto teraputico haba sido excluido del Plan Nacional de Derechos Hu-
manos por ser un tema lgido
134
, como si no se tratara de un derecho ya reconocido a
nivel nacional e internacional.
Es preciso indicar que segn informacin del MIMP solo el Instituto Nacional Materno
Perinatal y trece hospitales pblicos cuentan con protocolo de atencin al aborto tera-
131 Congreso. Diario de Debates del 10 de octubre del ao 2013. Pg. 137. En http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/DiarioDebates/Publicad.nsf/
SesionesPleno/05256D6E0073DFE905257BFA00538649/$FILE/PLO-2013-11.pdf (visitado el 4 de diciembre de 2013)
132 Comit de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Dictamen en el caso KL v. Per. Comunicacin No. 1153/2003. 24 de octubre de
2005.
133 Comit CEDAW de las Naciones Unidas. Dictamen en el caso LC. V. Per. Comunicacin N 22/2009. 25 de noviembre de 2011
134 En: http://www.spaciolibre.net/eda-rivas-en-30-dias-sera-aprobado-plan-nacional-de-derechos-humanos/ (visitado el 5 de diciembre de
2013)
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putico135; nmero de servicios insuficiente si se considera que en el Per existen por lo
menos 469 hospitales del sector salud y 155 del Ministerio de Salud
136
.
Por otro lado, en el Per continua penalizado en el Cdigo Penal vigente el aborto por
violacin sexual, mal llamado sentimental, con una pena privativa de la libertad de tres
meses.
El 28 de septiembre de 2012 se inici un proceso de iniciativa legislativa ciudadana para
despenalizar el aborto, en los casos de embarazo a consecuencia de una violacin se-
xual, inseminacin artificial o transferencia de vulos no consentidas. A este proceso se
sumaron personalidades y ms de 30 organizaciones de derechos humanos, LGTBI, de
mujeres de base. Hasta agosto del 2013 ya se haban recogido aproximadamente 100000
firmas
137
. El objetivo de la iniciativa legislativa, enmarcada en la Campaa Djala Decidir,
es que el Congreso debata y despenalice el aborto por violacin, tal como lo han recomen-
dado diferentes rganos supranacionales entre los que se encuentran el Comit contra
la Tortura, el Comit de Derechos Humanos, el Comit CEDAW y el Comit de Derechos
Econmicos, Sociales y Culturales.
Finalmente, de cara al Anticonceptivo Oral de Emergencia (AOE) debe recordarse que
ste continua fuera del alcance de las mujeres que no tienen la capacidad econmica
para adquirirlo en las farmacias, nico lugar de venta debido a la sentencia del Tribunal
Constitucional que orden al Ministerio de Salud abstenerse de desarrollar como poltica
pblica la distribucin gratuita de la pldora del da siguiente
138
. Es preciso indicar que la
sentencia no prohbe la informacin ni el uso del mtodo Yuzpe, que basado en pastillas
anticonceptivas de uso regular tiene los mismos efectos que la AOE en su versin dedi-
cada.
Este difcil panorama se agrava si se considera el debate promovido desde el Congreso
para restringir aun ms los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. En el marco
de la elaboracin de un Nuevo Cdigo del Nio, Nia y Adolescente
139
, se ha llegado a
proponer que se reconozca que El concebido es sujeto de derecho para todo cuando le
favorece y goza de proteccin especial y privilegiada
140
, colocando en riesgo la vigencia
del aborto teraputico, as como la posibilidad de debatir en el futuro cualquier tipo de
despenalizacin del aborto. Esta propuesta fue apoyada por legisladoras fujimoristas de
la Comisin de la Mujer y Familia, bajo el liderazgo poltico del congresista Julio Rosas.
135 Los hospitales son (Hospital San Bartolom - Lima, Hospital Nacional Hiplito Unanue Lima, Hospital Mara Auxiliadora - Lima, Hospital
Daniel Alcides Carrin Callao, Hospital Nacional Cayetano Heredia Lima, Hospital Beln Trujillo, Hospital Regional Docente Las
Mercedes Chiclayo, Hospital Daniel Alcides Carrin Huancayo, Hospital La Merced - Huancayo, Hospital Apoyo II - Sullana, Hospital
Regional de Pucallpa, Hospital II - Tarapoto, Hospital Antonio Lorena Cusco), cuentan con un protocolo de atencin para casos de
aborto teraputico. En: MIMP. VI Informe de Cumplimiento de la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres. http://www.
mimp.gob.pe/images/stories/novedades/vi_informe_del_cumplimiento_LIO.pdf (visitado el 1 de diciembre de 2013)
136 Ver: http://www.minsa.gob.pe/estadisticas/estadisticas/indicadoresSalud/recursos/establecimientos/ESTABMacros.asp?00 (visitado el 8
de diciembre de 2013)
137 Ver pronunciamiento del 28 de mayo de 2013 por el Da de la Salud de las Mujeres. http://redaccion.lamula.pe/2013/05/27/pronuncia-
miento-final-sobre-la-campana-dejala-decidir/danielavila/ (visitado el 12 de diciembre de 2013)
138 Ver sentencia en: http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02005-2009-AA.html
139 Basado en el Proyecto de Ley 495/2011-CR, el que tiene Dictamen de la Comisin de Justicia y Derechos Humanos, y fue debatido en la
Comisin de Mujer y Familia.
140 Propuesta aprobada para el Artculo II del Ttulo Preliminar por la Comisin de Justicia y Derechos Humanos, as como el Dictamen en
mayora de la Comisin de la Mujer y la Familia.
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IGUALDAD EFECTIVA ENTRE HOMBRES Y MUJERES
El Estado parte debera redoblar sus esfuerzos para garantizar la igualdad efectiva
entre mujeres y hombres en todas las regiones del pas, si es necesario por conducto
de las medidas especiales de carcter temporal. En particular, se deben tomar me-
didas concretas para aumentar la representacin de las mujeres en posiciones de
toma de decisiones en el sector pblico. Comit de Derechos Humanos al Estado
peruano, marzo de 2013.
En el Per, el 21.53% de congresistas son mujeres, no hay ninguna presidenta regional y
solo el 5% de gobiernos locales provinciales y el 4% de gobiernos locales distritales tiene
alcaldesas. Asimismo, el 28% de consejeros regionales, el 24% de regidores provinciales
y el 28% de regidoress distritales son mujeres
141
. Esta situacin se da pese a la vigencia
de normas que obligan a los partidos polticos a integrar por lo menos el 30% de mujeres
en sus listas electorales para el Congreso, gobiernos regionales o gobiernos locales
142
.
Para enfrentar la reducida presencia de mujeres en cargos de eleccin popular se ela-
boraron diferentes proyectos de ley que buscan modificar la Ley de Partidos Polticos e
integrar la alternancia entre mujeres y hombres en las listas electorales
143
. El objetivo de la
propuesta es garantizar que las mujeres sean ubicadas en lugares con reales posibilida-
des de alcanzar cargos de eleccin. Pese a su importancia y al apoyo poltico que el MIMP
y el Jurado Nacional de Elecciones han hecho a la propuesta, la Comisin de Constitucin
y Reglamento archiv la propuesta en mayo de 2013, y hasta el momento la Comisin de
la Mujer no la ha dictaminado.
Sin embargo, la necesidad de aprobar una medida de accin afirmativa como la Alter-
nancia se ha hecho evidente en el marco de las Nuevas Elecciones Municipales de Lima
Metropolitana, comisin en la que se eligi a los que reemplazaran a regidores y regidoras
revocados en marzo de 2013. Segn lo sealado por Transparencia, en este proceso, nin-
guna de las organizaciones polticas que se presentaron aplic la alternancia de gnero
en su lista de candidatos y en todas ellas, ms del 50% de mujeres candidatas estaban
colocadas en la mitad inferior, eso quiere decir en posiciones no elegibles
144
.
Por otro lado, se present el Proyecto de Ley 01903/2012-CR sobre Acoso Poltico, el que
fue construido en coordinacin con la Red Nacional de Mujeres Autoridades (RENAMA),
quienes evidenciaron que de una muestra de 187 mujeres autoridades se identificaron 73
casos de acoso poltico (57% maltrato psicolgico, 48% coaccin con mecanismos admi-
nistrativos, 14% control econmico, 14% difamacin de ndole sexual y 10% hostigamiento
sexual)
145
.
141 Transparencia. Datos para el Debate: Participacin Poltica de la Mujer. En: http://www.transparencia.org.pe/www/sites/default/files/Da-
tos_Participacin_Poltica_Mujer_Per.pdf (visitado el 12 de diciembre de 2013).
142 La Ley 26859 modificada por la Ley 27387 para las elecciones del Congreso; la Ley 26864 modificada por la Ley 28869 para las eleccio-
nes municipales; y la Ley N 27683 modificada por la Ley 29470 para las elecciones regionales.
143 Proyecto de Ley 00760/2011-PE presentado por el Poder Ejecutivo, el Proyecto de Ley 01332/2011-CR, Proyecto de Ley 0219172012-CR,
entre otros.
144 Carta de la Asociacin Civil Transparencia al Jurado Nacional de Elecciones, de fecha 12 de noviembre de 2013.
145 El estudio fue realizado por Tammy Quintanilla por encargo del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristn, DIAKONIA y Calandria y se hizo
en base a la experiencia de 187 autoridades mujeres de gobiernos regionales o locales. En: http://www.popularesydiversas.org/media/
uploads/documentos/boletin_6_mujeres_diversas.pdf (visitado el 13 de diciembre de 2013).
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Este proyecto de ley, promovido por la congresista Veronika Mendoza, fue remitido a la
Comisin de Constitucin y Reglamento, as como de la Mujer y la Familia, ninguno de los
cuales lo ha abordado ni dictaminado.
Al igual que en el caso de la Alternancia, la realidad vivida da cuenta de la necesidad de
aprobar una norma que sancione el acoso poltico contra las mujeres, situacin que les
impide ejercer sus derechos polticos. Durante este ao la Mesa de Mujeres Parlamenta-
rias report que la regidora Martha Hanco de la Municipalidad de Cojata (Huancan-Puno)
denunci haber sido agredida fsica y psicolgicamente por el alcalde Celestino Miguel Hi-
quise Tito, quien le tir una bofetada, la amenaz con patearla y le ha iniciado un proceso
de vacancia en su contra. Asimismo, se report el caso de la regidora Isabel Ramos de La
Victoria, quien fue agredida por otros regidores ante su pedido de informacin sobre un
proyecto de estacionamiento cerca a Gamarra; el caso de Miriam Luna, teniente alcaldesa
de la Municipalidad del distrito de Wanchac (Cuzco), vctima del alcalde Clodomiro Capa-
r Jara, quien contrat a matones para amedrentarla por su labor fiscalizadora; y el caso
de las regidoras Ana Mara Cabrera Hernndez y Mayra Ramrez Bautista del distrito de
Subtanjalla (Ica), quienes por denunciar actos de corrupcin estn afrontando una posible
vacancia
146
.
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
El Estado parte debera redoblar sus esfuerzos para prevenir y combatir todas las for-
mas de violencia contra la mujer, incluida la de velar por la aplicacin efectiva de los
actuales marcos jurdicos pertinentes y las polticas. El Estado parte debera adoptar
una legislacin que penalice todas las formas de violencia domstica. El Estado Parte
debera tambin facilitar las denuncias presentadas por las vctimas, y garantizar que
todas las denuncias de violencia sean investigados y los responsables llevados ante
la justicia, y garantizar que las vctimas tengan acceso a medios eficaces de protec-
cin, incluyendo un nmero suficiente de centros de acogida en todas partes del
pas. Comit de Derechos Humanos al Estado peruano, marzo 2013.
En el Per an no se adopta un tipo penal especfico para sancionar la violencia familiar,
sin embargo, en julio de este ao se public la Ley 30068 que crea un tipo penal especfico
para el delito de feminicidio (Art. 108-B) independiente al de parricidio. En l se establece
que mediante este delito se sanciona al que mata a una mujer por su condicin de tal
en contextos como violencia familiar, coaccin, hostigamiento o acoso sexual, abuso de
poder, y se considera como algunos de sus agravantes la violacin sexual previa o el so-
metimiento a trata de personas
147
. Si bien esta decisin es importante, lo cierto es que uno
146 Mesa de Mujeres Parlamentarias. Basta de Acoso Poltico contra las Mujeres Autoridades. Pronunciamiento Nro. 3. En http://www.congre-
so.gob.pe/I_organos/Mesa_Mujeres_parlamentarias/NotasPrensa/Pronunciamiento_MMPP-03.pdf (visitado el 13 de diciembre de 2013)
147 Ser reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince aos el que mata a una mujer por su condicin de tal, en cualquiera
de los siguientes contextos: 1. Violencia familiar; 2. Coaccin, hostigamiento o acoso sexual; 3. Abuso de poder, confianza o de cualquier
otra posicin o relacin que le confiera autoridad al agente; 4. Cualquier forma de discriminacin contra la mujer, independientemente de
que exista o haya existido una relacin conyugal o de convivencia con el agente. La pena privativa de libertad ser no menor de veinti-
cinco aos, cuando concurra cualquiera de las siguientes circunstancias agravantes: 1. Si la vctima era menor de edad; 2. Si la vctima
se encontraba en estado de gestacin; 3. Si la vctima se encontraba bajo cuidado o responsabilidad del agente; 4. Si la vctima fue
sometida previamente a violacin sexual o actos de mutilacin; 5. Si al momento de cometerse el delito, la vctima padeciera cualquier
tipo de discapacidad; 6. Si la vctima fue sometida para fines de trata de personas; 7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las cir-
cunstancias agravantes establecidas en el artculo 108. La pena ser de cadena perpetua cuando concurran dos o ms circunstancias
agravantes.
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de los principales problemas que enfrentan las mujeres es la falta de eficacia de la Ley de
Proteccin frente a la Violencia Familiar, la que fue creada hace 20 aos para proteger a
las vctimas de violencia familiar. Informacin del Ministerio Pblico revela que muchas de
las mujeres que haban denunciado feminicidio ntimo realizaron denuncias por violencia
familiar, es decir, el sistema de justicia estaba alertado del peligro que ellas corran
148
, por
lo que sus muertes eran evitables.
Esta realidad muestra que la creacin de tipos penales es importante, sin embargo, insu-
ficiente para enfrentar la alta tasa de violencia de gnero. Es necesario adoptar medidas
especficas para evitar la impunidad as como la implementacin de una poltica clara
contra esta violacin de derechos humanos.
Una forma de evaluar los esfuerzos realizados por el Estado peruano para enfrentar la vio-
lencia contra la mujer es revisar el presupuesto que invierte. Segn un estudio elaborado
por DEMUS el presupuesto pblico es la expresin ms concreta de la voluntad poltica
y de los compromisos de un gobierno para abordar un problema
149
. En ese contexto,
DEMUS mostr que el MIMP solo accede al 0.4% del presupuesto del Poder Ejecutivo y
que el Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual, a cargo de los Centros de
Emergencia Mujer (CEM), solo accede al 0.07%. A ello se suma que en muchas ocasiones
el personal destinado a los CEM es utilizado para otros fines
150
. Esta situacin es grave si
se toma en cuenta que para este gobierno la atencin en estos servicios es su mejor carta
para mostrar la lucha contra la violencia hacia las mujeres
151
.
Esta situacin coexiste con un discurso del gobierno en contra de la violencia de gnero,
pero que no se articula a los temas importantes del debate nacional. Por ejemplo, en el
abordaje sobre seguridad ciudadana, que el Estado viene dando a travs del Congreso
y el Poder Ejecutivo, no han propuesto ni adoptado medidas sostenidas para enfrentar la
violencia de gnero contra las mujeres, y menos la violencia sexual
152
. No se debe olvidar
que las denuncias de violacin sexual solo son superadas por las de hurto y robo a nivel
de Lima Metropolitana y el Callao, segn el Observatorio de Criminalidad del Ministerio
Pblico, evidenciando que la violencia sexual contra las mujeres es ms cotidiana de lo
que se piensa.
148 Un Informe del Ministerio Pblico da cuenta de que sobre los 79 feminicidios ntimos ocurridos entre setiembre de 2008 a junio de 2009,
el 12,7% tena una denuncia previa por violencia familiar contra el presunto victimario. El 40% denunci violencia psicolgica, el 30%
violencia fsica y el 30% violencia fsica y psicolgica. En: Villanueva, Roco. Homicidio y feminicidio en el Per. Ministerio Publico, Lima,
2009. P. 68.
149 Cedano, Dina. Seguimiento a los presupuestos asignados al Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual (PNCVFS) y al Plan
Nacional Contra la Violencia Hacia la Mujer (PNCVHM) por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y los otros sectores
involucrados. Lima, DEMUS, 2013. Documento Indito. P. 11.
150 Por ejemplo, se dispuso que socilogos y psiclogos de los CEM atendieran a las vctimas y familiares de un accidente en las carreteras
de Cuzco (ver: http://diariocorreo.pe/ultimas/noticias/6632532/ana-jara-lamenta-la-muerte-de-ninos-en-cusco) o a los familiares de mine-
ros que quedaron atrapados luego de un derrumbe (ver: http://trome.pe/actualidad/1399630/noticia-continua-rescate-mineros) . Sin duda
es importante la atencin de estas personas, la pregunta es si los Centros de Emergencia Mujer tienen esa funcin.
151 Igualmente respecto de sus presupuestos sectoriales, los Ministerios del interior y salud invierten apenas el 0.004% y 0,01% en la imple-
mentacin del Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer. En el caso de los Ministerios de Educacin y Justicia no colocan informa-
cin precisa en sus portales.
152 El Ministro del Interior Walter Albn se pronunci sealando que entre enero y octubre la Polica Nacional del Per haba recibido 5123
casos de violaciones sexuales contra nios y mujeres en el pas, dando cuenta de la creacin de dos comisaras ms. Sin embargo esta
informacin est desarticulada a su estrategia para enfrentar la inseguridad ciudadana.
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A MODO DE REFLEXIN
Sin duda el discurso a favor de los derechos de las mujeres, en especial los relacionados
a la lucha contra la violencia hacia la mujer, est vigente. Un ejemplo de ello es la cantidad
de personas y autoridades (entre ministros/as, congresistas y alcaldes/as) que se suma-
ron a la iniciativa de Un Billn de Pie contra la violencia hacia la mujer el 14 de febrero o
la accin conmemorativa convocada por el MIMP alrededor del Da contra la Violencia
hacia las Mujeres, el 30 de noviembre. Si bien este discurso se traduce en acciones con-
cretas contra la violencia hacia la mujer, como la atencin en los Centros de Emergencia
Mujer, stas son absolutamente insuficientes en trminos de articulacin intersectorial,
intergubernamental y con el sistema de justicia, lo que permitira menor impunidad y ms
prevencin153.
Asimismo, existe inercia frente a la demanda de justicia y reparacin de las vctimas del
conflicto armado interno, incluyendo las que sufrieron diferentes formas de violencia se-
xual; y lo que es peor, existe un riesgo real de retroceder en el reconocimiento de los dere-
chos sexuales y los derechos reproductivos de las mujeres. Esta situacin es sumamente
grave, pues mucha de la violencia que se dice combatir est basada en el desprecio por
la autonoma de las mujeres (feminicidio, violencia sexual, entre otras). En ese marco, es
evidente que el discurso de defensa de los derechos de las mujeres tiene un techo, en el
que est marcado la falta de laicidad del Estado y su permeabilidad a responder a intere-
ses de grupos conservadores. De ah que no sea extrao que pese al discurso, el balance
del cumplimiento de las recomendaciones que hace el Comit de Derechos Humanos al
Estado peruano sea fundamentalmente negativo.
153 Ello sin mencionar que el proceso de descentralizacin de los Centros de Emergencia Mujer est suspendido.
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El contexto actual que atraviesa nuestro pas exige una mayor vigilancia sobre los dere-
chos sexuales y reproductivos. Si bien es cierto, han existido avances en su proteccin e
incluso, han sido parte importante del Plan de Gobierno [2012 2013], an se espera una
clara muestra de voluntad poltica para abordar los temas crticos que mantiene el Esta-
do sobre los derechos sexuales y reproductivos, tales como la aprobacin del Protocolo
Nacional para la atencin del aborto teraputico o las amenazas de retroceso que se han
presentado en la actual Legislatura del Congreso, al someter a debate la propuesta de
Nuevo Cdigo de Nios, Nias y Adolescentes
155
. En estos como en otros casos, subyace
la urgente necesidad de contar con un Estado laico que acte y decida de manera objeti-
va, libre de las injerencias planteadas por posiciones conservadoras y fundamentalistas y
en un marco de derechos humanos.
La posibilidad de que se apruebe un Nuevo Cdigo de Nios, Nias y Adolescentes pro-
pone dotar de privilegios especiales al concebido por sobre los derechos de la madre, en
consecuencia, los derechos de ambos se encuentran en conflicto; y, adems, desplaza la
obligacin del Estado de educar en salud sexual y reproductiva a los jvenes y adolescen-
tes, los potenciales padres. Todo esto podra significar un gran retroceso para el goce
de los derechos sexuales y reproductivos para la poblacin femenina. De aprobarse, tal
como se encuentra el Dictamen de la Comisin de Justicia y Comisin de la Mujer, habra
el riesgo de que en nuestro pas el aborto sea prohibido en todas sus formas, incluso el
aborto teraputico, que es legal desde 1924.
Ello, sumado a la Reforma de Salud
156
que actualmente viene realizando el Ministerio de
Salud (MINSA), suscitara mayores problemas que los actuales en el acceso universal a la
salud, ya que la reforma se encuentra centrada en la lgica de mercado y no en la lgica
de los derechos, interesada en promover el aseguramiento de la paciente por paquetes
de atencin; esto impedira el logro del acceso universal a la salud sexual y, por ende, no
garantiza los derechos sexuales y reproductivos. Esto produce mayores preocupaciones,
si se tiene en cuenta que an no se ha atendido necesidades como: la aprobacin del Pro-
tocolo de Aborto Teraputico; la despenalizacin del aborto en casos de violacin sexual;
154 Informe elaborado por el Movimiento Manuela Ramos.
155 El Dictamen del Nuevo Cdigo de Nios, Nias y Adolescentes de la Comisin de Justicia y Derechos Humanos y de la Comisin de la
Mujer y Familia que contiene graves retrocesos sobre los derechos de las mujeres y adolescentes- ha sido puesto en la agenda del Ple-
no del Congreso en todas las sesiones realizadas desde el inicio de la Legislatura 2013-2014, no habiendo sido abordado por cuestiones
de tiempo, sin embargo, puede ser discutido en cualquier momento.
156 La Reforma tiene serios cuestionamientos dado que no ha sido elaborada en conjunto con la sociedad civil. Asimismo, sus cambios no
sientan las bases para fortalecer el sistema de salud nico, promoviendo, contrariamente, la celebracin de contratos ley, cuya lgica
tiende a la privatizacin que no slo llevara a la segregacin de las y los posibles beneficiaros, sino que adems, no llega a identificar
ni a sancionar a los responsables de los casos de negligencia. Por medio de la Ley N 30073, publicada el 09 de agosto de 2013 en el
Diario Oficial El Peruano, se otorg las facultades al Poder Ejecutivo para legislar en materia de fortalecimiento del Sistema Nacional de
Salud en 120 das. De acuerdo al plazo, antes del 17 de noviembre de 2013, estara realizada la Reforma.
13. SITUACIN DE LOS DERECHOS
SEXUALES Y LOS DERECHOS
REPRODUCTIVOS
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la distribucin de la Anticoncepcin Oral de Emergencia en servicios de salud pblicos; la
aprobacin de protocolos para atencin ginecolgica para mujeres lesbianas; el acceso a
servicios de salud sexual y reproductiva integral para adolescentes; entre otros.
No obstante que a inicios del ao 2013 se emiti la Sentencia del Tribunal Constitucional
N 08-2012-PI/TC, que declara fundada la inconstitucionalidad del artculo 173 del Cdigo
Penal, inciso 3, y que penalizaba las relaciones sexuales consentidas entre y con adoles-
centes del rango de catorce y dieciocho aos de edad, an se encuentra pendiente su
modificacin dentro del Cdigo Penal.
Asimismo, es discordante que, pese a que la Sentencia reconoce que las y los adoles-
centes son titulares del derecho al libre desarrollo de la personalidad (en el mbito de la
libertad sexual), y que la atencin en salud sexual y reproductiva es responsabilidad del
Estado y debe ser confidencial, gratuita y accesible, an existen barreras de hecho como
el artculo 4 de la Ley General de Salud que imposibilitan y condicionan el acceso de
estos servicios a las y los adolescentes, condicionando su atencin a la autorizacin de
los tutores, lo que implica una intromisin en el mbito de su privacidad y libertad sexual.
Pese a ello, el panorama es desafiante y esperanzador al mismo tiempo, pues ya conta-
mos con planes nacionales que reconocen y contemplan en sus metas y ejes temticos
los derechos sexuales y reproductivos. Entre las principales polticas pblicas aprobadas
en el 2012 tenemos, el Plan Nacional de Accin por la Infancia y la Adolescencia 2012-
2021 - PNAIA (2012) que plantea abordar la reduccin del embarazo adolescente; el Plan
Nacional de Igualdad de Gnero 2012-2016 (2012) que seala como metas incrementar
la oferta pblica de servicios de atencin diferenciada para los y las adolescentes sobre
salud sexual y reproductiva, reducir en un porcentaje el embarazo adolescente, mortali-
dad materna y aprobar e implementar un protocolo nacional de aborto teraputico; el Plan
Nacional Contra la Violencia hacia las Mujeres 2009-2015, que refiere la relacin de la vio-
lencia contra las mujeres como factor de riesgo de vivir con VIH/SIDA, entre otros
157
. Asi-
mismo, el Plan Multisectorial de Prevencin de Embarazos entre Adolescentes que busca
hacia el ao 2021 reducir a un 20% la tasa de embarazos entre los jvenes. La eficacia de
estos planes depende de su implementacin y materializacin en polticas concretas con
presupuesto suficiente, compromiso y sensibilidad asegur entre las y los funcionarios de
los sectores correspondientes.
Es importante sealar que adems de la legislacin nacional y supranacional, contamos
con instrumentos de poltica provenientes de los acuerdos suscritos por los Estados en
las conferencias especializadas promovidas por la ONU como la CEPAL. En agosto de
2013, la CEPAL realiz la Primera Conferencia Internacional sobre Poblacin y Desarrollo,
a un ao de cumplirse el vigsimo aniversario del Programa de Accin de Cairo (1994),
que tuvo como resultado el Consenso de Montevideo
158
, firmado por el Estado peruano,
documento mediante el cual los pases suscritos reafirman su compromiso en favor de los
derechos sexuales y reproductivos. Asimismo, en octubre de 2013 la Conferencia Regio-
157 Informe Alternativo de la Sociedad Civil: Hacia una lectura de la plataforma para la Accin de Cairo, a 20 aos en el Per (1994-2014).
Mesa de Vigilancia Ciudadana en Derechos Sexuales y Reproductivos. Lima, 2013, p. 10
158 Ver: http://www.cepal.org/celade/noticias/documentosdetrabajo/8/50708/2013-595Consenso_Montevideo_PyD.pdf
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nal sobre la Mujer en el Consenso de Santo Domingo precis todo un captulo sobre la
igualdad de gnero y los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres
159
.
A continuacin una seleccin de temas crticos en materia de promocin, proteccin y
garanta de los derechos sexuales y reproductivos.
ACCESO A MTODOS ANTICONCEPTIVOS
Segn la Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar (ENDES) 2012 del INEI, el porcentaje
del uso actual de anticonceptivos modernos entre mujeres sexualmente activas es de
50.8%. De acuerdo a los diferentes niveles econmicos, el 58.1% de mujeres del quintil de
riqueza superior actualmente unidas utiliza mtodos modernos de anticoncepcin, frente
al 40.5% de las mujeres del quintil ms pobre
160
. Esto evidencia una diferencia alta de
17.6% entre clases sociales, revelando que las mujeres de nivel socioeconmico ms bajo
no acceden a mtodos anticonceptivos, encontrndose ms expuestas a embarazos no
deseados.
Es lamentable, adems, constatar que en nuestro pas, las mujeres ms pobres, con me-
nos educacin y de sectores rurales tienen menor acceso a la planificacin familiar, lo cual
se observa cuando declaran el nmero deseado de hijos y el nmero de hijos que tienen.
De acuerdo a la ENDES 2012 en las reas rurales una mujer tiene un promedio de 3.5 hi-
jos, aunque solo quiere tener un promedio de 2.1, es decir, que tienen uno o dos ms hijos
de lo que ella desea. Si lo observamos de acuerdo al nivel educativo, tenemos que las
mujeres que no culminaron los estudios escolares desean tener un promedio de 2.5 hijos,
sin embargo llegan a tener un promedio de 4.7 es decir, 2.2 hijos ms de lo preferido
161
.
Diferencias, que adems de ocasionar problemas colaterales a las mujeres con menos
recursos, evidencian una injusta e ineficiente distribucin de informacin que redunda en
el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.
Con respecto al conocimiento sobre mtodos anticonceptivos, la ENDES 2012 report
que el 99.6% de mujeres en edad frtil conoce o ha odo hablar de algn mtodo de pla-
nificacin familiar, siendo los mtodos modernos los ms conocidos
162
. Sin embargo, esto
no significa un real acceso y uso de alguno de estos mtodos, por el contrario, sino el
incremento, en los ltimos aos, del uso de mtodos tradicionales, esto debido a la falta
de disponibilidad de anticonceptivos modernos
163
.
Puede observarse que en la ENDES 2011, el porcentaje de mujeres en edad frtil que us
el mtodo de abstinencia fue el de 91.6% y retiro 72.7%
164
, mientras que en 2012 la ENDES
registr entre las mujeres en edad frtil que usan mtodos tradicionales que el 93% usa la
abstinencia peridica y el 73.5% el retiro
165
.
159 Ver: http://www.eclac.cl/cgibin/getprod.asp?xml=/12conferenciamujer/noticias/paginas/6/49916/P49916.xml&xsl=/12conferenciamujer/
tpl/p18f-st.xsl&base=/12conferenciamujer/tpl/top-bottom.xsl
160 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2012. INEI. Per, 2013, p. 116.
161 Ibd., p. 172.
162 Ibd., p. 109.
163 Informe Alternativo de Organizaciones de la Sociedad Civil al Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales. Sobre la situacin
de la Salud Sexual y Reproductiva en el Per. Lima, 2011, p. 33.
164 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2011. INEI. Per, 2012,p. 98.
165 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2012, op. cit., p. 110.
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De otro lado, el 75.5% de las mujeres en unin conyugal usaba algn mtodo anticoncepti-
vo, frente al 24.5% de las mujeres en unin conyugal que no usaba ningn mtodo. Segn
el mtodo anticonceptivo adoptado, el 51.8% usaba mtodos modernos y el 23.7% algn
mtodo tradicional
166
. La proporcin de usuarias de un mtodo moderno fue mayor en el
rea urbana (54.8%) que en el rea rural (44.7%), en cambio, la proporcin de usuarias de
un mtodo tradicional fue mayor en el rea rural (30.2%) que en el rea urbana (20.9%)
167
.
Anticoncepcin Oral de Emergencia (AOE): La AOE es el mtodo de prevencin del
embarazo no deseado como consecuencia de relaciones sexuales sin proteccin o porque
la mujer ha sido vctima de una violacin sexual y contina fuera de distribucin gratuita en
los servicios de salud pblica; esto debido a la prohibicin de su distribucin por medio
de la Sentencia del Exp. N 02005-2009-PA-TC del Tribunal Constitucional. Sin embargo,
su venta s es permitida en farmacias, lo cual mantiene la situacin de discriminacin en
funcin de quines pueden acceder a la AOE que cuentan con los recursos econmicos y
quines se ven privadas de la AOE, por disposicin directa del Tribunal Constitucional, por
carecer de los recursos necesarios. Se ha establecido as una brecha innecesaria e injusta
entre las mujeres peruanas, gracias a la presin de los sectores conservadores religiosos
fundamentalistas ejercida sobre el accionar del rgano constitucional.
Anticoncepcin Quirrgica Voluntaria - Esterilizacin Forzada: En la dcada de 1990
las esterilizaciones forzadas fueron parte de una poltica de Estado del Gobierno fujimoris-
ta realizada en el marco del Programa Nacional de Salud Reproductiva y Planificacin Fa-
miliar 1996-2000, de la que fueron vctimas alrededor de 280 mil mujeres, la gran mayora
de zonas rurales andinas y de la periferia urbana, en estado de pobreza.
Luego de que la primera investigacin ante el Ministerio Pblico fuera archivada, a finales
del ao 2011, los representantes del Estado peruano ante la Comisin Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) dieron a conocer que la Fiscala de la Nacin dispuso la rea-
pertura de las investigaciones sobre el caso de esterilizacin forzada de Mara Mamrita
Mestanza y de otras mujeres afectadas. Durante el ao 2012, la Primera Fiscala Suprapro-
vincial tom la decisin de reabrir el caso como crimen de lesa humanidad. A mediados
de 2013, muy acertadamente, el Ministerio Pblico tom la decisin de implementar una
Fiscala Ad Hoc y designar al Fiscal Marco Guzmn Baca, titular de la Segunda Fiscala
Penal Supraprovincial, como responsable exclusivo del caso de esterilizaciones forzadas.
Esta situacin, dado el largo tiempo transcurrido, genera una enorme expectativa sobre
las posibilidades de obtencin de justicia para las mujeres vctimas luego de casi quince
aos de impunidad. Para alcanzar la justicia y reparacin, es necesario adems, que el
Poder Ejecutivo adopte reparaciones integrales para las 2074 mujeres vctimas, entre las
que se encuentra el caso de Mara Mamrita Mestanza, denunciado ante la CIDH y por el
cual se logr un acuerdo de solucin amistosa, en el cual el Estado peruano admiti su
responsabilidad en esta poltica violatoria de derechos humanos de las mujeres.
166 Ibd., p. 113.
167 Ibd., p. 116.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 143
EMBARAZO ADOLESCENTE Y SERVICIOS DE SALUD SEXUAL Y REPRO-
DUCTIVA EN ADOLESCENTES
El Plan Multisectorial de Prevencin de Embarazos entre Adolescentes -aprobado en no-
viembre de 2013- tiene como meta hacia el ao 2021 reducir en un 20% la tasa de embara-
zos entre las adolescentes; sin embargo tendr que enfrentar una dura realidad posterga-
da por dcadas. Segn los Lineamientos Educativos y Orientaciones Pedaggicas para la
Educacin Sexual Integral, el 60% de tutores escolares sienten que no estn capacitados
para abordar la educacin sexual
168
. En cuanto a los Lineamientos en s solo se menciona
la orientacin sexual en una oportunidad y no hay referencias a la diversidad sexual
169
.
En el Per, el comportamiento sexual y la edad de inicio de las relaciones sexuales de las
adolescentes, as como la incidencia del embarazo entre adolescentes, varan segn la
identidad tnica, la regin de procedencia, el nivel educativo y el estrato socioeconmico
al que pertenecen
170
.
En el 2012, la tasa de fecundidad adolescente fue de 13.2%. A nivel nacional, las ENDES
muestran que el porcentaje aument en 1.8%, entre el periodo de 1991-1992 hasta el ao
2012. El porcentaje de madres adolescentes en las reas rurales es de un promedio de
21.5% y en las reas urbanas de 10.2%, una diferencia de ms del doble de embarazos
adolescentes en las reas rurales
171
.
La maternidad adolescente se diferencia notablemente segn el nivel educativo, el rea
geogrfica, el nivel socioeconmico, y el departamento de residencia. As, por ejemplo,
se observa que los porcentajes ms crticos se presentan en las mujeres sin educacin
(56.7%) y en las residentes de la selva (27.5%), las cuales se encuentran en el quintil in-
ferior de riqueza (26.1%) y en las reas rurales (21.5%). Por ejemplo, observamos que en
ciudades como Arequipa slo el 5.2% de mujeres adolescentes eran madres o estaban
embarazadas, mientras que en el departamento de Loreto 32.2% de las adolescentes se
encontraban en la misma situacin.
En Lima Metropolitana, el porcentaje de adolescentes madres o embarazadas fue de 7.7%,
con educacin superior 4.5%, y 2.6 % se hallan en el quintil superior de riqueza 2.6%
172
. El
embarazo adolescente tiene consecuencias en el desarrollo personal y educativo de las
adolescentes, pues el 56.7% de estas no tiene educacin y slo el 4.4% de las adolescen-
tes embarazadas tiene educacin superior
173
.
El embarazo adolescente tiene una mayor incidencia de muertes maternas y perinatales
debido a complicaciones obsttricas vinculadas con la inmadurez biolgica de la adoles-
cente, adems la mayora de estos embarazos no han sido planificados, los que pueden
terminar en abortos realizados en condiciones inseguras, por insalubres y por la improvi-
sacin de la atencin de la partera u obstetra
174
.
168 Informe Alternativo de la Sociedad Civil, p.cit, p. 56. Citando a Apprende 2012: 5.
169 Ibd., p. 57.
170 Grupo de trabajo para la prevencin del embarazo adolescente seguimiento concertado. Alerta N 01-2012. Junio 2012,p. 1.
171 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2012, op. cit., p. 374-375.
172 Ibd., p. 104-105.
173 Informe Alternativo de la Sociedad Civil, op. cit., p. 15. Citando INEI 2013-7.
174 Grupo de trabajo para la prevencin del embarazo adolescente seguimiento concertado, op. cit., p. 2.
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Informe ANUAL 2012-2013 144
MORTALIDAD MATERNA
Segn la ENDES 2012, la tasa de mortalidad materna en el Per es de 93 casos por cada
100 mil nacidos vivos, cifra que dista mucho de la meta para el ao 2015, esto es 66.3
defunciones por cada 100 mil nacidos vivos
175
.
Un estudio publicado a inicios de 2013 revela que entre el periodo 2002-2011, ocurrieron
6691 muertes maternas, con un promedio de 669 muertes al ao
176
. Este estudio de la
Direccin General de Epidemiologa del Ministerio de Salud (MINSA) tambin revela que
entre el 70 y el 90% de estas muertes relacionadas al embarazo seran evitables si todas
las mujeres tuvieran acceso a servicios efectivos de salud reproductiva
177
.
Del total de muertes maternas entre el periodo 2002-2011, se deduce que el perfil de la
mortalidad materna en el Per est representado por una mujer adulta de 30 aos a ms
(50%), con mayor riesgo entre los 35 a 39 aos de edad, cuya ocupacin es ama de casa
(84.9%), que alcanz el nivel educativo primaria (46.7%), y cuyo parto o aborto fue atendi-
do en el domicilio (34.9%), que falleci principalmente por hemorragia obsttrica (48.8%)
en un establecimiento de salud sea hospital o clnica (45.8%). Es preocupante adems
que el 62.7% de las mujeres que fallecieron durante su gestacin no recibieron visitas do-
miciliarias por parte del personal de salud
178
.
Se constata que las mujeres que viven en zonas rurales y de exclusin social, corren ms
riesgo de muerte durante su embarazo, parto o puerperio. Durante 2012, los departamen-
tos con mayor nmero de muertes maternas por causas directas o indirectas fueron: Lima
(69), Cajamarca (43), Piura (34), Libertad (32), Loreto (30), Puno (29), Ancash (22), Cusco
(21), Arequipa (16), Amazonas (14), San Martn (14) y Apurmac (13). Un dato adicional es
que los hospitales siguen siendo el lugar principal donde fallecen las gestantes (56%)
179
.
Entre los aos 2010 y 2012, las causas directas de muerte materna, con mayor alcance
fueron, 40.2% por hemorragias, 32% por hipertensin inducida por el embarazo, 17.5 %
por aborto y 4.1 % por infeccin relacionada con el embarazo
180
. Finalmente, cabe afirmar
que las muertes maternas relacionadas con el aborto, han incrementado notablemente en
los ltimos aos.
ABORTO
El aborto teraputico es legal en el Per desde 1924 pero no existen las normas para su
aplicacin. El artculo 119 del Cdigo Penal lo presenta como nica excepcin con la que
se permite la interrupcin del embarazo. Este tiene por finalidad salvaguardar la salud de
la madre gestante y debe existir una intervencin externa que ponga fin a la vida que se
175 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2012, op. cit., p. 371.
176 Ministerio de Salud. Mortalidad Materna en el Per 2002-2011. Direccin General de Epidemiologa. Lima, junio 2013, p. 12.
177 Ibd., p. 17.
178 Ibd., pp. 329 -330.
179 Mesa de Lucha Contra la Pobreza. Programa Presupuestal Salud Materna Neonatal (SMN). Reporte de Seguimiento Concertado: Ba-
lance de ejecucin 2012. Lima, 2013, p. 9.
180 Ibd., p.10.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 145
encuentra en gestacin, solo puede ser realizado por un mdico profesional. Sin embargo,
la aplicacin de la norma no est garantizada ya que desde hace 89 aos est pendiente
de aprobacin el protocolo nacional de atencin mdica en caso de aborto.
Todas las dems formas de aborto son ilegales en nuestro pas. Es sabido que las legis-
laciones prohibitivas o restrictivas del aborto no tienen como como resultado la reduccin
de su prctica, pero s incrementan el nmero de mortalidad materna y problemas sociales
que este ocasiona debido a las condiciones inseguras que presenta el aborto en la clan-
destinidad, y las barreras legales que impiden a las mujeres acceder a servicios pblicos
de salud cuando sufren complicaciones a causa de la interrupcin de sus embarazos.
Durante 2012, Uruguay se sum a la lista de pases que ya han despenalizado totalmen-
te el aborto en Amrica Latina, mientras en nuestro pas, la aprobacin del Protocolo de
Aborto Teraputico ha sido considerada por el Plan Nacional de Igualdad de Gnero 2012-
2017 como meta para el ao 2017
181
. Se espera que en el Plan Nacional de Derechos
Humanos 2012-2016, que ha sido presentado como propuesta ms no publicado, se con-
sidere y atienda esta urgencia como una prioridad.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en noviembre de 2012, emiti la
Sentencia del Caso Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, en la cual se pronuncia sobre los
alcances de la proteccin del derecho a la vida del concebido, concluyendo que el em-
brin no puede ser entendido como persona () que la proteccin del derecho a la vida
con arreglo a dicha disposicin no es absoluta, sino es gradual e incremental segn su
desarrollo ().
A pesar que nuestro pas ha ratificado la Convencin y que todo poder pblico debe tomar
en cuenta las recomendaciones, interpretaciones, y jurisprudencia de la CIDH al ser vincu-
lantes, la Comisin de Justicia y la Comisin de la Mujer del periodo legislativo 2012-2013
del Congreso de la Repblica, aprobaron el Dictamen del Nuevo Cdigo de Nios, Nias
y Adolescentes, el cual contiene riesgosas disposiciones, como el artculo IV del Ttulo
Preliminar
182
y artculo 27 del cuerpo del Cdigo
183
, que atentan directamente contra los
derechos de las mujeres y adolescentes, y que, de aprobarse por el pleno del Congreso,
podran ubicarnos en la misma situacin de los nicos seis pases en el mundo donde se
prohbe el aborto en todas sus formas.
La ENDES 2012 en lo referente al embarazo no deseado en adolescentes sostiene que
muchos de estos embarazos terminan en abortos practicados por personas sin la debida
formacin profesional y en condiciones sanitarias inadecuadas porque los servicios m-
dicos especializados son escasos y costosos y adems porque el aborto es ilegal en el
Per
184
.
181 Plan Nacional de Igualdad de Gnero 2012-2017. Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Objetivo estratgico 4: Mejorar la
salud de las mujeres y garantizar los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y hombres 4.2. Vase aqu: http://www.mimp.gob.
pe/files/planes/planig_2012_2017.pdf
182 Artculo IV de Ttulo Preliminar del Dictamen del NCNNA: El concebido es sujeto de derecho para todo cuanto le favorece y goza de
proteccin especial y privilegiada.
183 Artculo 27 del Dictamen del NCNNA Educacin sexual integral: Es deber de los padres o tutores () orientar la educacin sexual
integral de sus hijos o adolescentes bajo su cuidado. El Estado brinda asistencia a los padres o tutores para asumir este deber ().
184 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2012, op. cit., p. 104.
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Informe ANUAL 2012-2013 146
Evidentemente, la falta de acceso al aborto legal en el Per, contina siendo una de las
principales causas de la alta tasa de mortalidad materna. Segn un informe de Delicia
Ferrando, 371420 abortos inseguros se realizan cada ao
185
, mil por da; una de cada siete
mujeres que se someten a un aborto es hospitalizada por complicaciones derivadas
186
. El
Estudio Mortalidad Materna en el Per 2002-2011 publicado a inicios del ao 2013, por
la Direccin General de Epidemiologa del Ministerio de Salud - MINSA, confirma que el
aborto inducido complicado es ms frecuente en las mujeres de condicin socioeconmi-
ca modesta, con muchos hijos
187
.
El aborto es una de las cuatro causas principales de muerte materna en el Per, razn por
la que fallecieron 650 mujeres en edad frtil entre los aos 2002 a 2011, y que en trminos
de Razn de Muerte Materna se estima suceden 10.7 muertes maternas por cada cien mil
nacidos vivos
188
. El departamento de Lima ocupa el primer lugar en el nmero de muertes
maternas a causa de aborto inseguro, acumulando el 13% del total de muertes por esta
causa. Sin embargo, Tacna es el departamento con mayor riesgo, con una Razn de Muer-
te Materna de 72.8 por cada cien mil nacidos vivos
189
. Esto, sin tener en cuenta los casos
que no son reportados, ya que no existen estadsticas oficiales que den cuenta del nmero
de abortos practicados en el pas, pues se trata de una prctica ilegal.
El Balance de ejecucin 2012 de la Mesa de Lucha Contra la Pobreza revela que el aborto
se encuentra como la segunda causa ms importante de muerte entre las causas directas
de muerte materna entre adolescentes, el suicidio figura como la principal causa indirecta
de muerte materna entre adolescentes, lo que representa un 56.0% de los casos
190
. El
anlisis se hace ms crtico al tener en cuenta que aproximadamente 35 mil embarazos
anuales son como producto de agresiones sexuales en el Per
191
.
Ante este alarmante contexto, la Articulacin Feminista del Per
192
, el 28 de setiembre de
2012 en el marco del Da por la Despenalizacin del Aborto en Amrica Latina y el Caribe
inici la Campaa Nacional Djala Decidir para la recoleccin de firmas con el propsito
de presentar una iniciativa legislativa ciudadana para despenalizar el aborto en casos de
violacin. Entre setiembre de 2012 y setiembre de 2013 se han recogido firmas en todo el
pas, logrando alcanzar ms de 100 mil, duplicando el mnimo de ley para que el antepro-
yecto pueda ser presentado ante el Jurado Nacional de Elecciones y posteriormente ante
el Congreso de la Repblica para su debate.
El Per es el pas con ms denuncias por violacin sexual de Sudamrica, y ocupa el pues-
to dcimosexto en el mundo
193
de pases con alto ndice de denuncias por violacin sexual
de mujeres. Del total de denuncias por violacin sexual el 78% de vctimas son menores
de edad, y el 5% de ellas, como consecuencia de la violacin, salieron embarazadas. El
patrn del agresor es que este procede del ambiente cercano de la vctima, es familiar
185 Ferrando, Delicia. El aborto clandestino en el Per. Revisin. Centro de la Mujer Peruana Flora Tristn. Lima, diciembre 2006, p. 20.
186 Amnista Internacional. Deficiencias fatales: Las Barreras a la Salud Materna en Per. Espaa, 2009, p. 14.
187 Ministerio de Salud. Mortalidad Materna en el Per 2002-2011, op. cit., p. 24.
188 Ibd., p.58.
189 Ibd., p. 59.
190 Mesa de Lucha Contra la Pobreza, op. cit., p. 13.
191 Informe Alternativo de la Sociedad Civil, op. cit., p. 33.
192 Integrada por Manuela Ramos, Demus, Promsex, Flora Tristn, Catlicas por el Derechos a Decidir, y CLADEM Per.
193 Mujica, Jaris Violaciones sexuales en el Per 2000-2009. Un informe sobre el estado de la situacin PROMSEX Centro de Promocin y
Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos. Lima. 2011.
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cercano y frecuenta el hogar de sta. Se debe tener en cuenta que la mayora de casos de
violacin sexual queda impune. Es una cuestin de justicia y derechos humanos que una
mujer que ha sido violada sexualmente y resulta embarazada producto de esa violacin
que evidentemente no dese, pueda decidir sobre continuar o no su embarazo
194
.
VIH SIDA
En el Per, el VIH/SIDA tiene presencia desde hace 25 aos. Desde el diagnstico del
primer caso de VIH en 1983 hasta junio de 2012 se han notificado 47186 casos de VIH y
29197 casos de SIDA (62% del total de casos), lo que muestra que la mayora de diagns-
ticos se realizan tardamente, impidiendo conocer el nmero de personas infectadas por el
virus y dar cuenta de manera precisa, la real evolucin de la enfermedad
195
.
El porcentaje de las mujeres unidas en edad frtil que sabe cmo evitar la transmisin de
VIH es de 89.6%. Las brechas sociales resaltan al observar que el porcentaje en mujeres
sin educacin es de 50.6%, y el de mujeres con educacin superior 96.9%, existiendo una
diferencia de 46.3%
196
. Respecto al conocimiento de aspectos relacionados con el VIH/
SIDA, se observa que mientras el 0.1% de mujeres con educacin superior, y el 0.2% de
mujeres que pertenecen al quintil superior de riqueza tiene conocimientos de aspectos
relacionados con el VIH/SIDA, el 27.1% de mujeres que no tienen educacin, y el 15.7%
de las que pertenecen al quintil inferior de riqueza desconocen sobre el VIH/SIDA y sus
formas de prevencin
197
.
ORIENTACIN SEXUAL
El Plan Nacional Contra la Violencia Hacia las Mujeres 2012-2015, reconoce como una de
las formas de violencia contra las mujeres, la que se comete contra las mujeres lesbianas,
sin embargo la denomina homofobia en lugar de lesbofobia, lo cual invisibiliza a las
lesbianas y los problemas particulares que las afectan en la sociedad que las rechaza por
su modo de vivir las relaciones de gnero y su propia identidad sexual. Si bien es un avan-
ce visibilizar la homofobia y las varias formas de violencia (verbal, fsica, discriminacin
en lugares pblicos o privados) contra la poblacin LGTBI, y las lesbianas en particular,
no existen acciones concretas para enfrentarla y educar a la sociedad al respecto; no se
cuenta con informacin estadstica a nivel nacional sobre poblacin lsbica peruana vc-
tima de violencia homofbica; tampoco se ha elaborado un solo indicador en el Plan de
Accin que permita el seguimiento y monitoreo de este tipo de violencia contra las lesbia-
nas en el pas
198
.
194 Marco legal para la despenalizacin: El aborto es considerado delito por el Cdigo Penal en sus artculos 114 y 120, a excepcin del
artculo 119 - Aborto Teraputico. Producto de esta penalizacin, slo en el departamento de Lima durante el 2012, las Fiscalas Penales
y Mixtas del Ministerio Pblico, han registrado 112 casos de delitos comprendidos en el Captulo II Aborto de los delitos contra la Vida,
el Cuerpo y la Salud. Es decir, 112 procesos penales por la criminalizacin del derecho a decidir de las mujeres. No obstante, no es slo
en el Cdigo Penal donde se enmarca la legislacin restrictiva, sino que tambin existen normas paralelas que refuerzan la penalizacin,
y obligan a los operadores de la salud a denunciar a las pacientes que buscan atencin pos aborto, como es el caso del artculo 30 de
la Ley N 26842, Ley General de Salud.
195 Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2012, op. cit., p. 287.
196 Ibd., pp. 377-379.
197 Ibd., p. 295.
198 Garca Orbegoso, Romy. Mapeo del estado de la implementacin del Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer 20092015, un
acercamiento desde el CLADEM Per. CLADEM, Lima, mayo 2013, p. 12.
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Para garantizar los derechos sexuales de las mujeres de la comunidad LGTBI es necesa-
rio que desde el Ministerio de Salud se implementen mayores polticas pblicas de salud,
como un protocolo especfico para la atencin ginecolgica de lesbianas, desde el Minis-
terio de Salud. Asimismo, es necesario que desde el Ministerio de la Mujer y Ministerio de
Justicia, se incluya a las personas LGTBI dentro del Plan Nacional de Igualdad de Gnero
2012-2017, y el Plan Nacional de Derechos Humanos 2012-2016.
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INTRODUCCIN
Por primera vez en la historia del Per se comienzan a desarrollar desde el Estado polticas
contra el racismo y la discriminacin. Se trata muchas veces de medidas incipientes, que
muchos funcionarios desconocen o son reticentes en aplicarlas, pero se aprecia una cre-
ciente voluntad poltica por enfrentar un tema que tradicionalmente era un tab.
Al mismo tiempo, se han realizado sostenidos avances por enfrentar la discriminacin
estructural que sufren los ms pobres y especialmente los habitantes de las zonas rurales,
a travs de los programas sociales. Tenemos as el notable incremento de beneficiarios
de los Programa Nacional de Apoyo Directo a los ms Pobres Juntos y el Programa Na-
cional Cunams, y a centenares de miles de adultos mayores que reciben los beneficios
del programa Pensin 65. Se han entregado bicicletas a miles de estudiantes para que
puedan llegar a tiempo al colegio, adems los uniformes escolares son entregados gratui-
tamente. Tambin, el Programa Nacional Beca 18 viene permitiendo a miles de jvenes de
las zonas ms empobrecidas del pas el acceso a la educacin universitaria. De otro lado,
en el mbito de la salud, se ha dispuesto prestar atencin fluvial itinerante a los pobladores
aledaos de los ros amaznicos. Otro ejemplo de cmo se busca atender a la poblacin
rural son los 330 llamados Tambos -o Centros de Servicios de Apoyo al Hbitat Rural- in-
augurados el ao 2013, que permiten ayudar a mejorar las viviendas rurales y enfrentar
problemas como la indocumentacin.
Este proceso no est exento de contradicciones, como los escandalosos sueldos de los
funcionarios que dirigen los programas de gobierno Cunams, Juntos o de Qali War-
ma (Programa Nacional de Alimentacin Escolar) que sobrepasan los 20000 soles. Es
decir que un solo funcionario recibe el costo equivalente de doscientas (200) familias be-
neficiarias.
Debemos reconocer que, gracias a estas acciones -que en algunos casos mejoran sus-
tantivamente las que iniciaron gobiernos anteriores- en varias regiones del pas se estn
revirtiendo las cifras de analfabetismo, desnutricin y mortalidad materna, habindose
producido en este ltimo tpico los resultados ms alentadores. Tambin debe precisarse
que, conforme pasan los aos, los indicadores ms graves son los relativos al embarazo
adolescente y la mortalidad materno-infantil, que van desplazndose desde la sierra hasta
la selva, y ha crecido especialmente en los departamentos de Loreto y Amazonas.
199 Elaborado por Wilfredo Ardito Vega.
14. DERECHO A LA IGUALDAD Y
A LA NO DISCRIMINACIN
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Paradjicamente, conforme se ver en el presente artculo, los mismos pobres a los cuales
el Estado beneficia en los programas sociales estn en riesgo de sufrir maltratos de parte
de las instituciones que estn a cargo de dichos programas, a tal punto que estos deben
arriesgar sus vidas por la necesidad de recibir la ayuda social.
LA DEFENSORA DEL PUEBLO Y EL MINISTERIO DE CULTURA
En el ao 2013 se ha manifestado nuevamente el compromiso decidido de la Defensora
del Pueblo contra la discriminacin, pero se ha incorporado como nuevo actor el Ministerio
de Cultura, articulado desde el Vice-Ministerio de Interculturalidad.
La Defensora del Pueblo enfrenta todas las formas de discriminacin que subsisten en las
instituciones estatales, este ao se han recibido especialmente denuncias sobre discrimi-
nacin por discapacidad, orientacin sexual, estado civil, embarazo. La Defensora ha in-
tervenido activamente para lograr corregir las situaciones de discriminacin y presentado
acciones legales en los pocos casos en que no fue suficiente su labor de persuasin con
los funcionarios involucrados.
Llama especialmente la atencin la discriminacin por religin, un problema del cual la
mayora de peruanos no es muy consciente. La Defensora ha mostrado cmo en varios
colegios del Per las autoridades obligan a que las nias que asisten a sus planteles que
son miembros de la iglesia evanglica Misin Israelita del Nuevo Pacto Universal, se qui-
ten el velo que les cubre el cabello. De igual forma, algunos profesores pretenden obligar
a los nios a cortarse el pelo que suelen usarlo largo. En este caso, encontramos que la
discriminacin se aplica por una percepcin errada de lo que es una religin que no es
la catlica, se vincula al racismo y a la discriminacin por la condicin social, dado que
esta iglesia evanglica tiene acogida entre las personas ms pobres, de marcados rasgos
andinos.
Durante el ao 2013, la Defensora del Pueblo busc especialmente supervisar la calidad
de los servicios que reciben los habitantes de las zonas rurales, durante esta encontr mu-
chas deficiencias en los programas de educacin rural y en el caso especfico de la mani-
pulacin de las raciones alimenticias de los nios beneficiados del Programa Nacional de
Alimentacin Escolar Qali Warma. Sin embargo, consideramos que su ms destacada
actuacin fue la medida cautelar presentada contra el sorteo por el cual el Ministerio de
Defensa buscaba restablecer el Servicio Militar Obligatorio.
La Defensora, junto a la opinin pblica y la opinin del ciudadano, sostuvo que el proce-
so de seleccin de 400 mil jvenes entre los dieciocho y los 25 aos para el Servicio Militar
Obligatorio era discriminatorio porque este propona la exoneracin para los estudiantes
universitarios, y una nica salida a quienes no queran ser soldados, pagar una multa de
1850 nuevo soles, as la poblacin joven y ms pobre del pas no tena otro camino que
servir a su pas en el Ejrcito. As se hizo evidente el menosprecio por la libertad o el pro-
yecto de vida de los jvenes ms pobres, de parte del Estado y de las Fuerzas Armadas
que demandaron proveer con ms reclutas que arriesgasen sus vida sin mayor formacin
o entrenamiento militar en la zona del VRAEM. Gracias a la intervencin de la Defensora
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del Pueblo, en las horas previas al anunciado sorteo, el Poder Judicial dispuso su suspen-
sin.
A nivel de acciones simblicas, la Defensora convoc a diversas instituciones estatales
para conmemorar el Da Mundial contra el Racismo y organiz por segundo ao la carrera
contra el racismo y la discriminacin. En esta ocasin, la carrera no solamente se realiz
en Lima, sino en ciudades como Hunuco y Huancayo.
MINISTERIO DE CULTURA
A lo largo del ao se modific el organigrama del Ministerio de Cultura existiendo actual-
mente direcciones especiales para la problemtica afroperuana, la problemtica indgena
y la lucha contra la discriminacin racial. A esta ltima corresponde la plataforma Alerta
contra el Racismo que desde el pasado febrero ha promovido la denuncia sobre los he-
chos discriminatorios por motivos tnico raciales. En su portal de internet el Ministerio ha
colocado un listado de casi todas las Ordenanzas aprobadas contra la discriminacin. De
igual forma, han sido elaborados materiales de difusin y se ests impulsando polticas
pblicas al respecto en los dems sectores del Estado. Desde Alerta contra el Racismo,
por ejemplo, se ha brindado tambin respuesta rpida a muchos hechos que tuvieron
impacto meditico, aunque debe sealarse que en aos anteriores se asumieron temas
que en el ao 2013 han sido omitidos, como la abrumadora presencia de muecas rubias
que se ofrecen a las nias peruanas , una oferta que tiene un sesgo discriminatorio ya que
presenta un ideal esttico irreal y confuso a las nias, que as crecen con una idea distor-
sionada de lo que las normas sociales exigen a las mujeres.
Debe sealarse que la mayora de peruanos todava desconoce que la plataforma Alerta
contra el Racismo existe y cree que el Estado no hace nada contra la discriminacin, como
seal una reciente encuesta publicada por el Ministerio de Justicia. Sera necesario tam-
bin un mejor seguimiento de las denuncias que presentan para posibilitar su sancin por
los entes responsables.
Por otro lado, a diferencia de la Defensora del Pueblo, los funcionarios a nivel de las
regiones- del Ministerio de Cultura no han asumido el rol de liderazgo contra la discrimi-
nacin. De hecho, muchos de ellos provienen de la poca en que se asociaba la gestin
cultural con la labor de proteccin del patrimonio artstico y arquitectnico y les cuesta
asumir la problemtica intercultural como parte de su desempeo como funcionarios.
A nivel programtico, Alerta contra el Racismo ha convocado a instituciones pblicas y
de la sociedad civil para promover un Plan Nacional contra el Racismo, como existe en
Brasil, Ecuador y varios pases europeos. Adems, se ha incidido para que el Ministerio
de Justicia creara la Comisin Nacional contra la Discriminacin que estar conformada
exclusivamente por organismos estatales.
Pese a todos estos esfuerzos, consideramos que est pendiente realizar una campaa
masiva contra todas las formas de discriminacin existentes en nuestra sociedad.
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REFORMAS LEGALES Y SANCIONES
A lo largo del ao 2013, existieron varias denuncias por discriminacin racial en un cono-
cido local del distrito de Barranco, pero estas no fueron formalizadas ante las instituciones
pertinentes, en consecuencia no se produjo ninguna investigacin ni sancin.
Como en aos anteriores, las denuncias ms insistentes han sido de las personas con dis-
capacidad que sufren atropellos regularmente; as se lograron dos importantes sanciones
por parte del INDECOPI: en primer lugar, se sancion a Peruvian Airlines por impedir que
un grupo de personas sordas aborde uno de sus aviones, y en segundo lugar, a los super-
mercados Metro por impedir el ingreso de un grupo de nios con habilidades diferentes
a uno de sus locales en la ciudad de Piura. Para muchas personas que acuden a Metro
en Lima les puede parecer incomprensible esta falta, pero debe sealarse que en algunas
ciudades de provincias, as como en algunos distritos de Lima, los supermercados son
percibidos como espacios de prestigio y por eso, equivocadamente, sus administradores
establecen restricciones para el ingreso de cualquier persona que no es considerada igual
al promedio de los clientes (aspecto fsico, gestos corporales, color de la piel, capaci-
dad de consumo, etc.). Por ello, la aplicacin de criterios de diferenciacin sobre quienes
deben o no deben ingresar al supermercado y ser considerados clientes es un acto de
discriminacin.
Debe destacarse que INDECOPI sancion tambin al Hotel Plaza de Tacna, el ms pres-
tigioso de dicha ciudad, por discriminar a una pareja de homosexuales al negarles una
habitacin matrimonial. INDECOPI tambin sancion la discoteca Gtica por discriminar a
Godfrey Arbul. De esta manera, INDECOPI est aplicando de manera extensiva el nuevo
Cdigo del Consumidor pues, aunque la norma no alude explcitamente a la discrimina-
cin por orientacin sexual, esta causal debe deducirse de la expresin de cualquier otra
ndole (artculo 38.1).
Por su parte, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones sancion a Frecuencia Latina
por el personaje racista Negro Mama, personificado por Jorge Benavides. Lamentable-
mente, continan las transmisiones de La Paisana Jacinta, igualmente racista y tambin
protagonizado por Benavides. Es importante sealar que un comercial protagonizado por
este actor puede generar en los prximos meses un importante precedente: el futbolis-
ta Jefferson Farfn ha anunciado que demandar a la empresa transnacional Frito Lay por
la publicidad racista en que Benavides pretendi personificarlo en el ao 2011. Tampoco
hubieron avances sustantivos en el proceso que se le sigue a la empleada de la empresa
estatal SEDAM por insultar de manera racista a la seora Azucena Algendones, en un in-
cidente producido en el ao 2012.
Por otro lado, el Cdigo Penal fue modificado en dos oportunidades durante el ao 2013:
en agosto la Ley 30076 dispuso que es constituye un agravante cuando un delito se co-
mete con motivacin discriminatoria por cualquier causa (artculo 46, 2 d); y en noviembre,
la Ley 30096 modifica el artculo 323 del Cdigo Penal sobre discriminacin, incluyendo
como agravante el empleo de medios informticos. Debe sealarse que el fenmeno del
racismo en internet sigue siendo muy violento, como el reciente caso de la actriz Magaly
Solier.
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A nivel de normas locales, tambin se produjeron avances: despus del vergonzoso mal-
trato que sufrieron varios grupos de baistas, impedidos de ingresar a un sector de la
playa de Ancn, que haba sido cerrado prohibiendo el ingreso libre a cualquier baista.
Por este motivo, la Municipalidad de Ancn decidi promulgar una ordenanza contra todas
las formas de discriminacin. El problema, sin embargo, an no se ha solucionado y las
playas exclusivas en Ancn continan existiendo, al igual que otras al sur de la Capital.
Otras municipalidades que aprobaron ordenanzas contra la discriminacin fueron Casti-
lla, que incluye zonas muy comerciales de la ciudad de Piura, y Characato (Arequipa). La
Municipalidad de Concepcin (Junn) tambin promulg una nueva Ordenanza contra la
discriminacin, incrementando los supuestos que existan en una norma anterior. De igual
forma, el Gobierno Regional de Ica aprob una ordenanza de alcance regional, lo cual es
muy importante porque en Ica no exista ninguna norma en este sentido, y por la fuerte
discriminacin que sufren en esta regin las personas provenientes de la zona andina y la
comunidad afroperuana.
Llam la atencin que en abril, la Municipalidad de San Borja aprobara una ordenanza
contra la discriminacin, omitiendo la causal de orientacin sexual y sealando que tam-
bin que se proteger a la familia. De hecho, se ha dispuesto que los establecimientos
comerciales coloquen carteles donde se seale tanto la prohibicin de discriminar como
la obligacin de respetar a la familia. Al parecer, se tratara de una forma de oponerse a la
discriminacin por orientacin sexual. Hasta la fecha, la ordenanza no ha sido difundida,
al parecer porque algunos funcionarios municipales se han dado cuenta que los aadidos
respecto a la familia podan ser malinterpretados.
Precisamente, el tema de la orientacin sexual impidi que la Municipalidad de Lima apro-
bara la ordenanza contra todas las formas de discriminacin. Un grupo de regidores con-
servadores se opone radicalmente a dicha ordenanza, que permitira desarrollar polticas
pblicas a nivel metropolitano para muchos sectores vulnerables de la poblacin.
Respecto a la Ley Nacional contra la Discriminacin no ha habido mayores avances en el
Congreso de la Repblica, pese a que el proyecto fue presentado a comienzos del ao
2012 y que, aparentemente, todas las bancadas lo respaldaran. Respecto al desempeo
del Congreso, un gran retroceso ha sido la clausura del Museo Afroperuano, un espacio
que permita a los ciudadanos conocer mejor la cultura y la problemtica de la comunidad
de los peruanos afrodescendientes.
LA VIDA DE LOS POBRES VALE POCO
Una de las peores demostraciones de la discriminacin en el Per es la forma como inter-
viene la Polica Nacional cuando se producen protestas fuera de la capital, especialmente
en las zonas rurales. As tenemos las muertes de los mineros informales Joel Mendoza y
Ojler Fernndez que murieron durante el brutal desalojo que lleva a cabo la Polica Nacio-
nal en unos terrenos que le perteneceran a la empresa Minera Horizonte en Pataz (La Li-
bertad); el caso de Kenllu Sifuentes, muerto en Barranca tambin debido a los disparos de
la polica y el soldado Javier Rengifo Mosombite fallecido en medio de los enfrentamientos
que se produjeron en la localidad de Nauta (Loreto), entre quienes protestaban contra el
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alcalde y la Polica Nacional en Nauta. Su familia asegura que no tena ninguna relacin
con la protesta y que los policas le dispararon a quemarropa.
Es verdad que el nmero de muertes se redujo sustancialmente desde que Wilfredo Pe-
draza asumi el Ministerio del Interior, pero creemos que no debera producirse ninguna.
Por su parte, el Ministerio de Defensa es tambin responsable de la absurda muerte del
campesino Paulino Huamn Vilcapoma, fallecido durante el bombardeo de la operacin
area disuasiva -segn un informe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas- a un
centro poblado del VRAEM que dej varias personas heridas. En este incidente varios ni-
os de un colegio cercano al lugar del bombardeo pudieron morir como resultado del ope-
rativo. Otro ejemplo de ataque indiscriminado a civiles durante los combates en el VRAEM
ocurri en la localidad cusquea de Kepashiato, donde una combi llena de pasajeros fue
ametrallada por una patrulla militar. Varios pasajeros quedaron gravemente heridos.
Sin embargo, existen otros casos de muertes que expresan discriminacin, son los acci-
dentes de carretera. El Estado peruano sigue invirtiendo ms recursos en asegurar la vida
de los pasajeros del transporte areo, vinculados al sector ms moderno de la economa
(sectores clase media y alta) que la vida de los pasajeros de transporte terrestre, que son
mucho ms numerosos y en su mayora ms pobres que los primeros.
Entre los peores casos tenemos las decenas de personas muertas en accidentes durante
la Semana Santa, los cuarenta pasajeros de un mnibus de la empresa Horna fallecidos
en abril 2013 en un accidente de carretera en Otuzco. A la imprudencia de conductores
y pasajeros, se suman la mala calidad de las pistas, las deficiencias de sealizacin y la
pasividad de la Polica de Carreteras.
En algunos casos, las propias instituciones estatales pueden tener responsabilidad en
las muertes. El hecho ms grave se produjo en octubre, cuando 51 campesinos obliga-
dos a viajar en un camin proporcionado por la Municipalidad de Santa Teresa (Cusco)
fallecieron al caer a un abismo. Resulta indignante que una municipalidad proporcione
un vehculo que no cumple con requisitos de seguridad y no est permitido para trasladar
personas. Das despus murieron varias ancianas en Ayacucho, que viajaban en otro
camin para cobrar la Pensin 65. En las mismas circunstancias fallecieron en abril diez
campesinas, que regresaban de cobrar los subsidios del programa Juntos en Ancash. La-
mentablemente, ni Juntos ni Pensin 65 han tomado medidas para garantizar la vida de
sus beneficiarios en casos de desplazamiento de pobladores de localidades distantes y
aisladas a los centros de los programas de subsidios para poder cobrar sus pensiones.
ENFRENTANDO EL RACISMO AMBIENTAL
Uno de los problemas a escala global que enfrentan los integrantes de grupos tnicos
menospreciados por polticas econmicas y actividades de explotacin extractiva es la
contaminacin ambiental. Es lo que suele ocurrir con los indgenas y los afrodescendien-
tes en muchos pases y lo que sucede en el Per. Una muestra ha sido la reticencia de
las autoridades peruanas de implementar la Ley de Consulta Previa en los proyectos am-
bientales. Es ms, el propio Presidente de la Repblica declar en entrevista televisiva (28
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de abril 2013) que la mayor parte de comunidades andinas eran comunidades agrarias
producto de la reforma agraria, negando as su carcter indgena; lo cual motivo la renun-
cia del Viceministro de Interculturalidad Ivn Lanegra y de otros destacados funcionarios.
Las consecuencias de la poltica gubernamental se vieron en muchos momentos, como
la violenta intervencin de la Polica Nacional contra los campesinos de Caaris (Lamba-
yeque), quienes protestaban por la presencia de la empresa canadiense Candente en sus
tierras. Varios campesinos quedaron gravemente heridos y otros fueron detenidos. Sin
embargo, la principal responsabilidad es del Ministerio de Energa y Minas (MEM) que ha-
ba avalado la usurpacin de las tierras de la comunidad y sostena que no haba consulta
previa posible porque los comuneros no eran indgenas, reproduciendo el argumento
del Presidente de la Repblica. En este contexto, la Defensora del Pueblo precis que
desde los aos cincuenta los campesinos haban sido reconocidos como indgenas y
meses despus, la empresa anunci la suspensin de sus actividades.
Al finalizar el ao, el Ministerio de Cultura public la Base de Datos de Pueblos Indgenas.
Se incluye a los aymaras y los quechua hablantes, sobre quienes el propio Presidente y
otros funcionarios haban sealado que no eran indgenas. Sin embargo, para la poblacin
que no se reconoce como indgena, pero que es discriminada por ser pobre y vivir en una
zona rural, los problemas pueden ser mayores, porque las autoridades menosprecian su
opinin. Un ejemplo sucedi en Cocachacra (Arequipa), donde el Ministerio de Energa
y Minas (MEM) viene apoyando las pretensiones de la empresa Southern de realizar el
proyecto minero Ta Mara Southern. A fines de diciembre se realiz una audiencia para
debatir el estudio de impacto ambiental con la presencia de 2000 policas fuertemente
armados para evitar cualquier expresin disidente. El prroco de la zona sostuvo que no
conoca a los asistentes a la audiencia, lo cual quiere decir que eran personas llevadas por
la empresa. Pese a estas irregularidades flagrantes, el MEM sostiene que el proyecto ha
sido aprobado por la poblacin.
Por su parte, en Tacna, miles de habitantes de Ciudad Nueva participaron en la consulta
vecinal organizada por la Municipalidad Distrital sobre el proyecto minero Pucamarca de
la empresa Minsur. Una abrumadora mayora de votantes expres su rechazo.
La desproteccin que sufren las personas que defienden el medio ambiente puede tener
resultados trgicos: en mayo Mauro Po Pea, histrico dirigente ashninka jefe de la co-
munidad Nuevo Amanecer Hawai, fue asesinado por dos sicarios en Satipo (Junn). Su
muerte se atribuye a un enfrentamiento de los ashaninka con un grupo de madereros, por
causa de las tierras que eran apropiadas por estos ltimos.
LA DISCRIMINACIN EN EL MBITO LABORAL
A mediados de marzo ocurri un hecho clave en la lucha contra la discriminacin laboral:
la Universidad Telesup public un aviso en el suplemento Aptitus del diario El Comercio
solicitando recepcionistas con tez clara. En realidad, desde haca varios aos, activistas
antirracistas le advertan a esta empresa que eran ilegales los requisitos de buena pre-
sencia y determinada estatura que sola publicar. En este caso, los activistas decidieron
difundir el aviso de Telesup en las redes sociales, logrando un fuerte impacto meditico.
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Informe ANUAL 2012-2013 156
Como consecuencia, la plataforma Alerta contra el Racismo y la Defensora del Pueblo
decidieron incidir para que el Ministerio de Trabajo aplicara las leyes que desde 1998
prohben este tipo de requisitos. La Ministra de Trabajo se pronunci de manera tajante
anunciando multas muy elevadas y finalmente, desde junio, el suplemento Aptitus y los
dems medios impresos han dejado de publicar requisitos discriminatorios.
Sin embargo, subsiste la discriminacin en la propia contratacin del personal, tomndose
en cuenta los rasgos fsicos, el apellido, la universidad de origen, la edad o el sexo. La
Universidad del Pacfico en recientes investigaciones ha demostrado que quienes poseen
apellidos andinos tienen mucho menos posibilidades de ser contratados por quienes po-
seen apellidos europeos.
Al respecto, es importante que el Ministerio de Trabajo haya publicado la Gua de Buenas
Prcticas en materia de igualdad y no discriminacin en el acceso al empleo y la ocupa-
cin.
EDUCACIN
La gestin de la Ministra de Educacin Patricia Salas, es la que ms ha enfrentado los pro-
blemas estructurales de discriminacin en la historia del Per. Su gestin puso un nfasis
sin precedentes en la educacin rural y la promocin de los derechos de los indgenas y
los afrodescendientes, pero tambin ha trabajado en el apoyo a otras minoras, como el
caso de la comunidad nikkei.
Igualmente en el mbito de la Educacin Bilinge Intercultural, se ha logrado revertir los
retrocesos que origin el gobierno del presidente Alan Garca: decenas de Institutos Pe-
daggicos Bilinges han vuelto a funcionar y el propio ministerio ha elaborado numerosos
materiales en quechua, aymara y diversos idiomas amaznicos. Lamentablemente, pa-
rece ser que dentro del ministerio algunos asesores estn planteando que se elimine la
Direccin de Educacin Bilinge, pero esperemos que no prospere esta medida.
Sin embargo, frente a las peores manifestaciones cotidianas de discriminacin, que cons-
tituyen el bullying, la intervencin de las autoridades educativas ha sido insuficiente. Han
continuado los suicidios de nios y adolescentes e inclusive casos de homicidio, como
ocurri con un caso trgico en el Cusco. Precisamente, la Corte Superior de dicha ciudad
impuso en agosto una multa al Colegio Salesiano porque el director y profesores haban
tolerado prcticas permanentes de bullying por parte de un grupo de escolares autodeno-
minado los fighters. Igualmente, se dispuso que el colegio pague una indemnizacin a
un estudiante que haba sido maltratado. Este puede ser un precedente importante para
que cesen los maltratos por racismo, lugar de origen, homofobia, contextura fsica, etc-
tera.
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IDIOMAS INDGENAS
Adems del mayor uso de los idiomas indgenas en la educacin, las Municipalidades de
Andahuaylas y Cusco vienen implementando polticas para fortalecer el uso del quechua
entre sus funcionarios. De otro lado, ms de 4000 policas de Apurmac, Cusco y Ayacu-
cho recibieron el Manual para el empleo del quechua en las comisaras, elaborado por
varios profesores de la Pontificia Universidad Catlica del Per. El Ministerio de Cultura ha
dispuesto la elaboracin de un manual para el manejo del quechua en la administracin
de justicia y se cree que durante el 2014 se elaborar un documento similar en awajn.
EL RIESGO MEDITICO
A lo largo del ao 2013 los medios de comunicacin han buscado identificar situaciones
de discriminacin protagonizadas por actrices o personajes pblicos, estas han sido mag-
nificadas al punto que pareciera que el resto de la sociedad no discrimina. En algunos
casos, se llega a linchamientos mediticos que parecieran ms bien cortinas de humo
convenientemente utilizadas por los medios.
Inclusive, se lleg a difundir una falsa denuncia contra la Universidad del Pacfico, una de
las universidades que ms ha trabajado la problemtica de discriminacin. La falta de
responsabilidad de varios medios llev a que muchas personas actualmente crean que en
dicha universidad efectivamente se impide el ingreso de los estudiantes que tienen rasgos
andinos o apellidos indgenas.
Es fundamental que las entidades que luchan contra la discriminacin enfaticen que ste
tiene carcter estructural y sistmico y que muchos casos graves no son denunciados.
De lo contrario, se corre el riesgo de banalizar uno de los problemas ms serios de nuestra
sociedad.
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Durante 2013, cada semana se produjo un crimen de odio contra lesbianas, trans, gais y
bisexuales (LTGB) en Per: 48 durante el ltimo ao. Estos crmenes constituyen formas
de violencia extrema motivadas en la orientacin sexual o identidad de gnero (real o per-
cibida) de sus vctimas, se caracterizan por el ensaamiento con el que son ejecutados e
implican la deshumanizacin tanto del receptor de violencia como de la comunidad a la
que pertenece, constituyndose en actos criminales contra el sujeto y en advertencias
contra aquellos que comparten caractersticas con la vctima. Y esta es solo la parte ms
visible del amplio y denso constructo que constituye la homofobia y su impacto en la vida
de millones de peruanas y peruanos.
200
VIOLENCIA EXTREMA Y CRMENES DE ODIO
Estos casos suelen permanecer silenciados e impunes. Las vctimas sobrevivientes o sus
familiares no los denuncian por vergenza a asumir pblicamente su orientacin sexual
o identidad de gnero, por desconfianza en las instituciones encargadas de administrar
justicia o porque los sistemas judiciales y la propia idea de justicia constituye lejana a su
cotidianidad. Los casos denunciados se enfrentan al desconocimiento y a los prejuicios
de los operadores de justicia: policas que hostilizan a las vctimas, se niegan a registrar
las denuncias o lo hacen incorrectamente, fiscales que no generan las acusaciones contra
los victimarios, y jueces que demoran la vista de las causas o no motivan sus sentencias
acordes a la Constitucin y los tratados internacionales de derechos humanos de los que
Per es parte. Y si ello no fuera suficiente, cuando estos procesos se hacen pblicos, se
enfrentan a la justificacin social de la violencia como justo castigo al escndalo, peca-
do; enfermedad o delito que an constituyen la homo/bisexualidad y la transgeneri-
dad para grandes sectores sociales.
Por ello, el MHOL -siguiendo la metodologa propuesta por la Comisin Ciudadana Contra
los Crmenes de Odio por Homofobia de Mxico- ha identificado los casos reportados
por la prensa y ha aplicado un factor de proyeccin: por cada caso aparecido en medios
de comunicacin escrita, habra otros dos que no seran reportados. As, de los 48 casos
proyectados por MHOL durante 2013, 42 corresponden a muertes por odio y seis a formas
extremas de violencia homicida. Las muertes, a su vez, se subdividen en 33 asesinatos
motivados en la orientacin sexual o identidad de gnero de las vctimas, seis suicidios de
200 Elaborado por Giovanny Romero Infante, Director Ejecutivo del Movimiento Homosexual de Lima (MHOL).
15. DERECHO
DE LA COMUNIDAD LGTBI
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Informe ANUAL 2012-2013 160
adolescentes y jvenes LTGB por el rechazo de sus familias y tres muertes por la desidia
e inaccin estatal.
Mes Vctima Regin Descripcin
Asesinatos
Enero Kerwin Lzaro
Morales (26)
Piura Enterrado con el crneo destrozado y un trapo sujetndole el cuello en
la zona industrial de Piura.
Abril Dulce (Jos Antonio)
Centeno Taipe (38)
Lima Estrangulada por un ciudadano argentino con el que viaj a Lima. Pre-
tenda realizarse operaciones estticas antes de visitar a su madre en
Huancavelica y migrar a Francia.
Mayo Rogelio Vilcamango
(24)
Lima Joven gay asesinado con cinco cortes en el cuerpo en un hostal de San
Martn de Porres.
Julio Alex Quiroga
(Germn Alexander
Huambachano
Quiroga) (46)
Lima Estilista golpeado, estrangulado, maniatado de pies y manos y dejado
desnudo en su cama en su saln de belleza. Habra bebido con sus
asesinos la madrugada previa al crimen.
Julio Martina (Martn)
Flores Garca (42)
Piura Estilista y dirigente vecinal asesinada con varios cortes en el cuerpo,
uno de ellos en la yugular. Fue encontrada en su domicilio. Fue vista por
ltima vez bebiendo con tres sujetos.
Julio Juanola (Juan)
Malacatos Gaona (30)
Tumbes Travesti acribillada a la salida de una discoteca en Zarumilla.
Julio Zulma (Walter)
Chorres Lama (27)
Tumbes Travesti acribillada a la salida de una discoteca en Zarumilla.
Noviembre Angie Saori (Mengster
Abraham) Prez
Rojas (32)
Lima Estilista hallada ahorcada en su saln de belleza cuatro das despus
de celebrar su cumpleaos. La Polica seal que se tratara de un
asesinato por los restos de sangre encontrados en la cuerda utilizada
para el crimen.
Noviembre Franzua (Julin)
Alcntara Inga (61)
Junn Estilista encontrado sin vida en su vivienda de Satipo. Fue visto por
ltima vez en un karaoke con un joven que visitaba su local.
Noviembre Joel Arqumedes
Molero Snchez (19)
Amazo-
nas
Joven gay asesinado en Chachapoyas: fue degollado, le cercenaron los
genitales y los dedos de los pies y de las manos, metieron su cuerpo
en un colchn de paja, lo abandonaron al pie de la carretera hacia la
provincia de Rodrguez de Mendoza y le prendieron fuego a su cadver.
Diciembre Rub (Segundo
Fernando) Bravo
Quiroz (24)
La Liber-
tad
Trans trabajadora en una esparraguera y activista de la Asociacin
TLGB por la Igualdad asesinada por un sujeto apodado El Gato luego
de negarse a invitarle ms cerveza en una fiesta en el AAHH Fujimori.
Suicidios
Mayo Jos Antonio Pacaya
Saboya (20)
Loreto Encontrado colgado de una viga de una casa abandonada en el casero
Cahuide. Su padre lo recrimin por su homosexualidad y expuls de la
casa familiar tres das antes.
Julio Luis Enrique R. O.
(15)
Lima El adolescente se ahorc luego de que su hermana le diera una paliza
y le tirara orines mientras lo insultaba de maricn. Durante su sepe-
lio, la madre declar que los homosexuales deben ser considerados
delincuentes.
Muertes por desidia e inaccin estatal
Diciembre Tyra Nycol (Carlos
Andrs) Rengifo del
guila (27)
Lima Muri por infeccin generalizada luego de inyectarse silicn industrial
para aumentar sus senos y glteos. Esta peligrosa prctica generali-
zada entre las personas trans constituye su nica forma accesible de
feminizar sus cuerpos ante la inexistencia de protocolos y programas
pblicos de adecuacin del cuerpo de las personas trans.
Violencia homicida
Abril Roger B. P. (22) Loreto Su padre lo roci con gasolina y le prendi fuego por las burlas que
reciba por su homosexualidad. Vive con VIH y tuberculosis. Se salv de
morir calcinado gracias a la intervencin de sus vecinos.
Mayo Elizabeth Medina
Vsquez (21)
Lima Escolar hostilizada por su compaera de aula por su orientacin sexual
y luego golpeada por el hermano y la pareja de esta a la salida del
centro educativo. Luego de hacer la denuncia en la comisara del sector,
fue amenazada por sus agresores con un arma de fuego. Uno de ellos
pertenece a las Fuerzas Armadas.
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Estos crmenes son reflejo de la deshumanizacin de la que son objeto las personas LTGB
y evidencian la urgencia de que el Estado reconozca explcitamente la condicin humana
y ciudadana de estas comunidades, sancionando explcitamente la violencia motivada en
la orientacin sexual e identidad de gnero, y considerndola una forma delictiva agrava-
da por erigirse sobre una situacin de vulnerabilidad social. Sin embargo, el accionar del
Estado no solo no ha adoptado este enfoque, sino que lo ha desechado.
En 2010 el proyecto de ley 3584/2009-CR que propona la incorporacin de los crmenes
de odio en el Cdigo Penal obtuvo un dictamen favorable de la Comisin de Justicia y De-
rechos Humanos del Congreso y debi ser debatido en noviembre, pero fue archivado lue-
go que el APRA retirara su apoyo por un acuerdo con sectores evanglicos anti-derechos.
En diciembre de 2011, en el nuevo Congreso, se present el proyecto de ley multiparti-
dario 609/2011-CR contra las acciones criminales originadas por motivos de discrimina-
cin que inclua, entre otros, la orientacin sexual e identidad de gnero como categoras
protegidas para aumentar hasta en un tercio la sancin a estos delitos. Sin embargo, el
dictamen emanado de la Comisin a mediados de 2013 exclua la proteccin explcita a
las personas LTGB y el Pleno vot una mocin del congresista Carlos Bruce para restaurar
estas causales en el proyecto, obteniendo 56 votos en contra, 27 a favor y dieciocho abs-
tenciones. Finalmente, se aprob la creacin del delito sin la inclusin explcita de ninguna
categora, lo que deja la proteccin a las personas y comunidades LTGB a entendimiento
de los operadores de justicia.
HOMOSIDIO: LA MUERTE DE TRANS Y GAIS CON VIH POR DESATEN-
CIN DEL ESTADO
Otra forma de violencia estructural contra estas comunidades es lo que acontece con la
epidemia del VIH que desde su origen se ha concentrado en las poblaciones de trans,
gais, hombres bisexuales y otros hombres sin identidad homo/bisexual que tienen sexo
con hombres o trans (TGB/HSH) donde alcanza prevalencias de hasta el 20.8% (Vigilancia
centinela 2011) en contraste con el 0.2% en el resto de la poblacin (Vigilancia centinela
2002). Sin embargo, a lo largo de sus tres dcadas de existencia, el Estado peruano ha
actuado como si se enfrentara a una epidemia generalizada, desatendiendo la evidencia
cientfica y las recomendaciones internacionales.
El programa nacional de prevencin del VIH del Ministerio de Salud para estas poblacio-
nes se reduce a la obligacin legal (segn una norma tcnica) de que las personas TGB/
HSH se sometan a exmenes peridicos de sangre. Adems, se ha subestimado el uni-
verso de personas a atender, pasando del 6% al 3% de hombres entre 15 y 49 aos, y ha
reducido sus niveles de alcance a estas poblaciones del 12.76% en 2009 a 8.4% en 2012,
desmantelando el sistema de promotores educadores de pares en el que se sostena la
intervencin, a pesar de que organismos especializados como ONUSIDA sealan que los
Estados deben garantizar diagnsticos oportunos y atencin a por lo menos el 80% de
estas poblaciones para controlar y empezar a revertir la epidemia.
A esto se suman los constantes desabastecimientos de condones, insumos para la aten-
cin y diagnstico, as como de tratamientos antirretrovirales para garantizar la calidad de
vida de las personas con VIH. Y no existe ningn programa que vincule la entrega de un
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resultado reactivo a VIH con el inicio oportuno del tratamiento. As, se estima que cada da
mueren tres personas por causas asociadas al VIH en Per (DGE 2013), de las cuales 2.37
seran TGB/HSH, 17 a la semana.
EL DERECHO COMO CAMPO DE LUCHA CONTRA LA DISCRIMINA-
CIN
La negacin de la condicin humana y ciudadana de las personas LTGB tiene su expre-
sin ms cotidiana en la discriminacin, y probablemente por ello tambin constituye el
campo en el que se concentran los mayores avances formales: ordenanzas regionales,
provinciales y distritales que sancionan la discriminacin e incluso algunas explicitan la
orientacin sexual e identidad de gnero como categoras protegidas, y las cada vez ms
frecuentes sanciones a las empresas que recortan los derechos de las personas por estas
causas.
En junio el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Proteccin de la Pro-
piedad Intelectual (INDECOPI) ratific en segunda instancia administrativa su resolucin
contra el Plaza Hotel de Tacna (Plaza Hotel EIRL) por haber discriminado en marzo de
2012 a Jos Enrique Snchez Canales y Patrick Michael Finn, pareja gay casada en los Es-
tados Unidos a la que neg hospedaje en una habitacin con una cama matrimonial por
respeto a las dems personas y le ofreci una con dos camas separadas. El hotel, en un
intento de eludir su responsabilidad, indic que todo se debi a un error de su recepcio-
nista quien actu sin conciencia ni voluntad de discriminar, sin embargo el INDECOPI ha
sealado en resoluciones anteriores que el sistema de proteccin al consumidor no hace
distincin dentro de la estructura organizativa de los establecimientos. As, concluy que
se afect la dignidad de la pareja gay y su derecho a la igualdad en toda transaccin co-
mercial, por lo que sancion al hotel con una multa de dos unidades impositivas tributarias
(UIT) y el pago de costas y costos.
Meses antes, en abril de 2013, la artista transexual Godfrey Arbul fue discriminada en la
discoteca Gtica (Gothic Entertainment SA): acudi a un evento al que fue invitada, pero
luego de pedirle su DNI, el personal de seguridad condicion su ingreso al pago de una
suma mayor a la cobrada al resto de asistentes. Luego de la denuncia pblica, la Munici-
palidad de Miraflores orden el cierre de la discoteca por siete das hbiles y el pago de
una multa de media UIT en virtud de su ordenanza antidiscriminatoria aprobada en 2008
que incluye la orientacin sexual y cualquier otra ndole como categoras protegidas. En
agosto, el INDECOPI tambin sancion a la empresa por haber violado el Cdigo de Pro-
teccin y Defensa del Consumidor, y le orden el pago de una multa de 100 UIT, costas
y costos, as como medidas correctivas: que la empresa remita una carta a la agraviada
ofrecindole disculpas, la publicacin durante 6 meses de un aviso en su pgina web y
de un letrero a la entrada del establecimiento sealando que se encuentra prohibida la
discriminacin por opcin sexual o cualquier otro motivo, as como la capacitacin de su
personal para evitar la repeticin de estos hechos.
Estas resoluciones son expresin de concreta del carcter progresivo del Derecho en el
reconocimiento y garanta de los derechos de las personas y comunidades LTGB. Algunas
aristas que debieran ser profundizadas en el futuro son que la discriminacin en el con-
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sumo viene siendo sancionada con multas a favor de las autoridades administrativas, sin
embargo estas no son invertidas en el desarrollo de campaas antidiscriminatorias ni en
supervisiones de oficio que permitan identificar y sancionar nuevos casos; las disculpas
por discriminacin debieran ser pblicas a fin de reparar la dignidad personal de la vctima
y la de la comunidad a la que esta pertenece; los avisos de no repeticin en los locales
sancionados debieran ser permanentes y estar redactados en una frmula que seale
que estos actos no se repetirn nunca ms, en lugar de los textos que anuncian que en
determinado local simplemente no se discrimina. Y debiera nombrarse adecuadamente
las categoras que motivan la discriminacin: la orientacin sexual en el caso de lesbianas,
gais y bisexuales, y la identidad de gnero en el caso de las personas trans.
No obstante estos avances, el primer caso de discriminacin por orientacin sexual en el
Per contina a la espera de justicia. En agosto de 2004, el ex director del MHOL Crissthian
Olivera Fuentes y su pareja fueron discriminados en Santa Isabel (Supermercados Pe-
ruanos SA) por darse un beso e iniciaron una queja que, a pesar de diversas pruebas
en vdeo, INDECOPI declar infundada. La resolucin emitida en mayo de 2006 dispuso
que la Comisin de Proteccin al consumidor organice y realice operativos destinados a
identificar posibles conductas discriminatorias por opciones sexuales en establecimientos
abiertos al pblico, sin embargo se han negado a informar su cumplimiento. La Corte
Suprema declar no tener competencias para determinar si haba o no habido discrimina-
cin, agotando la va nacional.
En noviembre de 2011, DEMUS present el caso de violacin de los derechos a la igual-
dad y no discriminacin, vida privada, libertad de pensamiento y de expresin, debido
proceso y proteccin judicial de Olivera como peticin ante la Comisin Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH), el mismo que contina en fase de admisibilidad. En mayo
de 2013 la CIDH notific al Estado peruano del caso y en septiembre este traslad su res-
puesta sealando, cmo no, que no se ha afectado los derechos de la vctima pues recibi
sendas respuestas en la va administrativa y judicial, y que el hecho de que no se hayan
satisfecho sus expectativas no es motivo para acusar al Estado de violacin de derechos.
Es decir, el Estado peruano resume la violacin a los derechos humanos a un asunto de
pareceres. Adems, deduce excepcin de falta de agotamiento de los recursos internos
pues sostiene que derechos como la dignidad y la libertad de pensamiento y expresin no
han sido alegados ni discutidos en sede interna. La argumentacin del Estado fue rebatida
mediante un escrito presentado en diciembre.
UNIN CIVIL: HACIA EL RECONOCIMIENTO DE LAS FAMILIAS HO-
MOPARENTALES
Si los asesinatos por homofobia constituyen la expresin ms brutal de la deshumaniza-
cin de las personas LTGB, la negativa a reconocer la existencia de las familias homo-
parentales constituye la expresin ms simblica de la desigualdad. En un contexto en
el que los matrimonios igualitarios dejan de ser un exotismo nrdico para convertirse en
realidad en pases de la regin (Mxico, Argentina, Brasil y Uruguay) o son parte de su
debate congresal (Colombia, Chile y Ecuador), en septiembre se present el proyecto de
ley 2647/2013-CR de unin civil no matrimonial para parejas del mismo sexo.
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La Constitucin de 1993 no menciona la heterosexualidad del matrimonio, pero define que
el concubinato o unin a manera del matrimonio es entre un hombre y una mujer, por lo
que los matrimonios entre parejas del mismo sexo no seran constitucionales. Sin embar-
go, el Tribunal Constitucional ha reconocido que el ius connubii (capacidad para contraer
matrimonio) es parte del derecho al libre desarrollo de la personalidad y es a travs de
este que se fundamenta el derecho de las personas a contraer matrimonio. Sin embargo,
este debate solo se zanjara con una pareja homosexual exigiendo casarse en una Muni-
cipalidad, una probable negativa que derivara en accin de amparo, una sentencia del
Tribunal Constitucional e incluso, quizs, un fallo de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. O una reforma constitucional que explicite que el matrimonio es entre dos per-
sonas libres de impedimento. O con una forma distinta de reconocimiento: la unin civil.
Esta no es una demanda nueva. Ya en 1993, durante el Congreso Democrtico Constitu-
yente, el legislador de izquierdas Julio Castro propuso sin xito que el Estado garantizar
la proteccin del derecho que tiene la persona a decidir su opcin sexual, as como la
posibilidad, sin exclusin, de formar pareja. Diez aos despus la congresista fujimorista
Martha Moyano present una propuesta de ley de unin civil para parejas homosexuales
y en 2010 el aprista Jos Vargas hizo lo propio, aunque se trat de una cortina de humo:
present el proyecto 24 horas antes del cambio de la mesa directiva del Congreso y ni l
ni ninguno de sus partidarios acudi a sustentar la iniciativa en Comisin, quedando ar-
chivada. Es decir, la actual iniciativa, presentada por Carlos Bruce, es la cuarta en su tipo
en nuestro pas.
El proyecto plantea el reconocimiento de la unin civil como la unin voluntaria confor-
mada por dos personas del mismo sexo con el fin de establecer y garantizar derechos y
deberes el uno para con el otro, se inscribira en el Registro Civil, modificara el estado
civil en el DNI de los contrayentes, les permitira recibir el mismo tratamiento y derechos
que un pariente de primer grado (visitas en hospitales, toma de decisiones quirrgicas
de emergencia, seguro social, entre otros) as como formar una sociedad de gananciales
(copropiedad y herencia). Es decir, reconocer a las parejas homosexuales como familia,
las legitimar, reducir su vulnerabilidad social, acabar con la absoluta desproteccin
actual y permitir generar mejores condiciones para luchar contra la violencia que viven
cotidianamente las personas LTGB.
Por eso ha recibido rpidamente un gran soporte social. En octubre las encuestas sea-
laron que el 31% de ciudadanos est a favor del reconocimiento de las uniones civiles de
parejas homosexuales y el apoyo crece a 43% cuando se informan sobre los derechos que
contiene. Los principales lderes de opinin explicitaron su apoyo en entrevistas, colum-
nas y artculos, e importantes iniciativas como un comunicado encabezado por el Premio
Nobel Mario Vargas Llosa y firmado por ms de 500 personalidades destacadas de todas
las reas respaldando el proyecto, la campaa Parejas Imaginarias que retrat a figuras
influyentes de la sociedad peruana apoyando a las parejas homosexuales, y la formacin
del colectivo Unin Civil Ya! que ha logrado vincular a nuevos activistas por los derechos
LTGB. Una movilizacin ciudadana sin precedentes rumbo al prximo debate de la inicia-
tiva en la Comisin de Justicia y Derechos Humanos del Congreso y contra el rechazo de
los sectores ms recalcitrantes del catolicismo y el evangelismo, expresados en lderes
religiosos como en sus operadores polticos (Juan Luis Cipriani, Martha Chvez y el
PPC, en el primer caso, y Julio Rosas en el segundo), una movilizacin ciudadana desde
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muy diversos frentes que hace pensar que nunca antes estuvimos tan cerca de nuestros
derechos.
A MODO DE CIERRE
La grave situacin de exclusin de las personas y comunidades LTGB constituye una de
las ms claras expresiones de la fragilidad de la democracia peruana y de la ausencia de
vnculo social en una sociedad de postguerra. El Per es un pas que, en lugar de abordar
madura y reflexivamente las causas e impactos del conflicto armado interno, ha preferido
ver a otro lado y pretender que el captulo ms doloroso y vergonzoso de su historia nunca
sucedi. As, por ejemplo, se prolongan hasta nuestros das muchas de las violaciones
a los derechos humanos propias del conflicto armado interno, como son las polticas de
limpieza social contra homosexuales: antes fueron Sendero Luminoso y el MRTA quienes
asesinaban a personas LTGB y dejaban sus cadveres abandonados con carteles que
decan as mueren los maricones, hoy son agentes civiles que torturan y matan impune-
mente sin que al Estado le importe realmente y, cuando hay un emplazamiento pblico al
respecto, las vctimas son tachadas por los agresores o por el propio Estado que seala
en instancias internacionales que el gran avance social es que la homosexualidad no es
(oficialmente) perseguida ni condenada. Un pas que se pretenda moderno, occidental y
democrtico tiene el reto de hacer de los derechos humanos su sentido de existencia, y de
no tolerar ninguna situacin que ponga en desventaja o humille a uno de sus miembros.
El camino ser largo, pero tenemos el deber de recorrerlo.
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La discapacidad es un trmino que, a lo largo de la historia, ha evolucionado a la par de
los avances cientficos y los aportes intelectuales que generan una nueva forma de pen-
samiento, que le dan al hombre una perspectiva distinta sobre el mismo mundo en el que
habita. Es importante tener en cuenta el enfoque actual que se tiene sobre el tema, ya que
es una visin ms completa, integral, que abarca a la misma sociedad y nos involucra a
todos, en tanto miembros de la sociedad.
201 Elaborado por Sonia Povis Medina y Enrique Lpez Ziga, del Programa de Personas con Discapacidad de la Asociacin Pro Derechos
Humanos (APRODEH).
16. DERECHOS DE LAS
PERSONAS CON DISCAPACIDAD
202
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Actualmente contamos con herramientas jurdicas internacionales y nacionales que nos
permiten acceder de manera ms eficaz a los derechos fundamentales que nuestra Cons-
titucin reconoce para todos; pero no hay que olvidar que esto no siempre ha ocurrido as.
Si miramos atrs, y revisamos la historia, nos encontraremos con que la forma de tratar a
las personas con discapacidad ha tenido todo un proceso de desarrollo, de acuerdo a la
cultura y las costumbres de cada poca, y que no ha sido favorable.
EL MODELO DE PRESCINDENCIA
La primera fase, puede ejemplificarse muy bien en los modelos adoptados por la sociedad
griega y la romana, que no tomaban en cuenta a la persona que naciera con alguna dis-
capacidad; de manera que, al nacer, se les privaba del derecho a la vida, o vivan siempre
bajo la marcada sombra de la discriminacin. Este modelo de tratamiento de las personas
con discapacidad se denomina Modelo de Prescindencia, y se caracteriza por la creencia
de que la discapacidad tiene un origen religioso, equiparando la discapacidad a lo que
sera un castigo divino y desvalorando a la persona en virtud a su condicin; asimismo, no
se les tomaba en cuenta, porque se adoptaba la idea de que no eran capaces de contri-
buir a la satisfaccin de las necesidades de la colectividad.
Podemos ver claramente cmo esta cosmovisin desfavorece histricamente a la persona
con discapacidad, porque se le priva de los derechos ms esenciales en los que creemos
hoy. Sin embargo, tambin hay que comprender que, tanto la misma realidad como los va-
lores que sobre ella se erigen, van modificndose constantemente, cambiando las formas
de pensar, la idiosincrasia de los pueblos y su forma de convivir; es decir, para compren-
der la visin que tenemos hoy sobre la discapacidad, es necesario tambin comprender
el pasado, y asimilar que tal modelo de tratamiento era un producto socio cultural que
corresponda inevitablemente al desarrollo de la poca.
EL MODELO MDICO REHABILITADOR - ASISTENCIAL
Como dijimos en un principio, los avances de la ciencia, la tecnologa y el pensamien-
to, van transformando el mundo, y, con ello, la forma de pensar de la humanidad. Con
el desarrollo de la ciencia y su impacto en las relaciones sociales se obtuvo una nueva
manera de comprender el concepto de discapacidad, dando nacimiento a la segunda
fase o segundo modelo de tratamiento, denominado Modelo Rehabilitador. Este modelo
tiene como fundamento la premisa de que las causas que originan la discapacidad co-
rresponden a razones cientficas, dejando en el pasado la antigua etiologa divina de la
discapacidad. Para la concepcin asistencial-rehabilitadora la persona con discapacidad
no es considerada como alguien intil o innecesario para la sociedad, siempre que sean
tratadas y rehabilitadas; es decir, se persigue como finalidad normalizar a la persona con
discapacidad y despojarlo en la medida de lo posible de sus deficiencias fsicas, sensoria-
les o mentales para que recin pueda ser apto a contribuir en el desarrollo de la sociedad
en la que vive.
Esta perspectiva que se forma del concepto de discapacidad, identifica como problema
a la misma persona con discapacidad, a quien se le debe curar y normalizar para inser-
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tarlo en la vida social. Las consecuencias prcticas de este enfoque se visibilizan en las
polticas legislativas con una orientacin de asistencia y seguridad social, beneficiando
con servicios sociales a las personas con discapacidad, ya que se les consideraba como
un problema individual, y que carecen de los medios para enfrentarse por s mismos a la
sociedad.
Otro aspecto importante de esta definicin es que, la necesaria insercin en la sociedad
de la persona con discapacidad tiene como contrapartida la desaparicin de la discapa-
cidad de la persona. Si bien este enfoque supera notablemente la fase anterior (el deno-
minado Modelo de Prescindencia), tiene muchos puntos dbiles que no son compatibles
con la actual perspectiva de derechos humanos, recogidos por la normativa internacional.
Para comenzar, el hecho de tratar de ocultar o desaparecer la discapacidad, significa
pasar por alto el derecho a ser reconocido como persona, y el respeto por la diferencia y
la diversidad del gnero humano. Estas caractersticas particulares de cada individuo son
un elemento ms, que conforma, junto con muchos otros, la identidad de una persona;
no podra concebirse en la actualidad que para que las personas puedan contribuir en el
desarrollo de la sociedad en la que viven, deban ser despojados de sus caractersticas
individuales. Una visin tal, constituira un atropello a los derechos fundamentales en lo
concerniente al respeto de su dignidad y de su identidad.
La Declaracin Universal de los Derechos Humanos, en su artculo primero seala que
todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos; de modo que, en
consonancia con esto, cmo podra aceptarse una poltica social con una tendencia a la
discriminacin, en tanto no se aceptan algunas de las caractersticas con las que nacen
las personas? Frente a esta interrogante, es que la sociedad progresivamente contesta
con un nuevo modelo de tratamiento de las personas con discapacidad: el llamado Mo-
delo Social.
EL MODELO SOCIAL INCLUSIVO
Este Modelo Social tiene un enfoque basado en el respeto de los derechos humanos y sus
principales preceptos: el reconocimiento de libertad e igualdad de las personas en digni-
dad y en derechos. Desde este planteamiento, la persona con discapacidad ya no es vista
como un problema frente a la sociedad, no se le atribuye a la discapacidad un origen de
corte religioso ni cientfico, sino social. La situacin cambia notablemente, y lo que otrora
anduvo de cabeza, hoy camina sobre los pies. Ya la persona con discapacidad no es tra-
tada con conmiseracin, ni con paternalismo o afn de buscar su rehabilitacin; es tratada
como lo que es: una persona con las mismas facultades y capacidades para contribuir
a satisfacer las necesidades de la sociedad en la que vive, una persona con derechos y
obligaciones como cualquier otra, a la que se debe respetar.
La sociedad, al no estar preparada para aceptar a las personas por su diversidad, cons-
tituye un problema que debe superarse. Frente a las personas con discapacidad, es la
misma colectividad la que constituye el problema, ya que muchas veces genera barreras
que impiden que stas puedan desenvolverse normalmente.
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Hoy, tenemos un cuerpo normativo de corte internacional: la Convencin Sobre los Dere-
chos de las Personas con Discapacidad. Esta Convencin recoge el contenido esencial
de los derechos humanos reconocidos en la mayora de tratados y constituciones, si no
en todas y desarrolla el concepto de discapacidad desde la idea de la sociedad inclu-
siva. Esto significa que la sociedad debe preocuparse por derribar esas barreras que no
permiten a las personas con discapacidad gozar efectivamente de esos derechos que
proclaman las normas internacionales y nuestra propia Carta Magna. Lo que genera la
discapacidad no son las personas que tienen alguna deficiencia fsica, mental o sensorial,
sino la nueva forma de violencia o agresin social cuando no se tiene en cuenta a las per-
sonas con discapacidad, y se las discrimina por razn de ello.
Por lo tanto, teniendo claro que el problema no radica en una persona, sino en el colectivo,
la solucin o el tratamiento deben apuntar hacia la misma sociedad para su propia reha-
bilitacin, y sta debe basarse en la bsqueda de la inclusin por medio de la igualdad de
oportunidades. Esto debe desarrollarse desde una perspectiva transversal a toda poltica
pblica para que se incluya el tema de discapacidad en su eje de desarrollo.
La Convencin seala como objetivo principal promover, proteger y asegurar el goce ple-
no, y en condiciones de igualdad, de los derechos humanos, para lo cual exhorta a los
pases parte a que implementen polticas legislativas y administrativas que permitan la
consolidacin del concepto de inclusin social como cultura de desarrollo. El punto ms
importante, que tiene que ver con la libertad de las personas, es el que se refiere al dere-
cho a vivir de forma independiente y a vivir en comunidad, que se puede leer en la redac-
cin del artculo 19 de la Convencin, y significa que toda persona con discapacidad tiene
el derecho a vivir de forma independiente dentro de su comunidad; no se les puede privar
de su autonoma en razn a su deficiencia, sea sta fsica, mental o sensorial, y que se
les reconozca como personas independientes, con la capacidad suficiente para satisfacer
sus necesidades ms elementales por s mismos y con derecho a ser tratadas en igualdad
de condiciones que las dems.
Pieza fundamental de este proceso de inclusin social es la denominada Accesibilidad,
que viene a ser las medidas que se adoptan para que las personas con discapacidad pue-
dan encontrar el goce efectivo de sus derechos, como lo son vivir de forma independiente,
y participar activamente en diferentes aspectos de la vida social, que implica la igualdad
de oportunidades antes mencionadas.
Como podemos apreciar, en la actualidad existe todo un trabajo y un proceso de adopcin
de polticas normativas que se decantan por el Modelo Social Inclusivo, en el que se res-
cata el valor de la persona y el reconocimiento de sus derechos fundamentales, aquellos
de los que no pueden ser despojados, menos an en razn a una discapacidad.
No son ya la religin ni la ciencia quienes estigmatizan y marcan a las personas con dis-
capacidad, sino la misma sociedad, en tanto sta no sea sensibilizada, o mientras no se
concientice sobre la igualdad de derechos que debe imperar sobre todo ser humano. La
vida de una persona con discapacidad tiene el mismo sentido que la vida de una persona
sin discapacidad. En esta lnea, las personas con discapacidad remarcan que ellas tienen
mucho que aportar a la sociedad, pero para ello deben ser aceptadas tal cual son, ya que
su contribucin se encuentra supeditada y asimismo muy relacionada con la inclusin y la
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aceptacin de la diferencia. El objetivo que se encuentra reflejado en este paradigma es
rescatar las capacidades en vez de acentuar las discapacidades.
Asimismo, se considera que las personas con discapacidad tienen mucho que aportar
a la sociedad, o que, al menos, la contribucin ser en la misma medida que el resto de
personas sin discapacidad.
LA SITUACIN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN NUESTRO
PAS
De nuestro pas podra decirse que se encuentra en un perodo de trnsito desde el mode-
lo anterior modelo mdico asistencial o rehabilitador, hacia el modelo social inclusivo
que acabamos de desarrollar. Si bien este cambio ha comenzado hace algn tiempo, es
determinante para poder visibilizar los avances y pormenores de este proceso la suscrip-
cin del Per a la Convencin sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su
Protocolo Facultativo, ambos ratificados por el Congreso de la Repblica el 1de noviembre
de 2007.
La Convencin es el instrumento normativo internacional sobre discapacidad que tiene
como fundamento el respeto absoluto de los derechos humanos, los reivindica y consa-
gra. Desde su aprobacin en el Per, se convierte en objeto de cumplimiento por parte
del Estado. Es a raz de esto que se vienen implementando, de forma paulatina, polticas
pblicas orientadas a promocionar el respeto de los derechos que tiene toda persona con
discapacidad, por medio de la inclusin social como cultura del progreso y desarrollo.
Es importante saber que existe una obligacin por parte del Per para hacer que se cum-
pla lo dispuesto en la Convencin, y ms importante todava es conocer que efectiva-
mente se vienen aplicando ciertas medidas y polticas pblicas para su implementacin.
Un primer paso, quiz el ms importante, fue la aprobacin de nuestra Ley General de la
Persona con Discapacidad (ley 29973), que es la adecuacin del contenido de la Con-
vencin a nuestra legislacin interna y que parte de la iniciativa de las organizaciones de
personas con discapacidad. Sin embargo, hay muchos aspectos que falta apuntalar, de
manera que todava queda mucho trabajo por hacer. Para graficar el panorama, basta con
mencionar el avance en educacin, en el que menos de la cuarta parte de la poblacin con
discapacidad hablamos de un 22.5% del total de personas con discapacidad tienen
instruccin a nivel secundaria (dato obtenido segn la Encuesta Nacional especializada
sobre Discapacidad del INEI), y donde solo el 11.4% logra acceder a la educacin supe-
rior. Estos ndices, como se puede observar, son bajos, y demuestran que las barreras
sociales para alcanzar la igualdad de derechos y de condiciones siguen apareciendo, lo
cual deviene en obstculo para afrontar y combatir la desigualdad social.
La educacin es un tema de primer orden en tanto se la considere como una herramienta
importante, de la cual no deben prescindir las personas con discapacidad para acceder al
trabajo. Siendo el conocimiento y la especializacin elementos importantes que debe re-
unir el trabajador de hoy, cmo podra pasarse por alto un tema como el de la educacin,
cuando es precisamente lo que permite que las personas estn mejor preparadas para
ofrecer su fuerza de trabajo. Esta realidad dificulta ms la lucha contra el desempleo de
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las personas con discapacidad. Mientras no se eduque correctamente, o mientras no se
proponga el Estado fomentar polticas educativas que permitan a las personas con disca-
pacidad el acceso a la educacin, en igualdad de condiciones que las dems personas,
ms difcil todava ser el esfuerzo por ofrecer igualdad de condiciones y de acceso a un
trabajo. De esta manera, no acceder a una educacin de calidad constituye un factor dis-
criminante para la poblacin de personas con discapacidad.
No es de extraar que en mbito laboral se halle que la gran parte de personas con dis-
capacidad son trabajadores independientes, sin una renta segura ni beneficios sociales.
Habr una cierta correspondencia entre el estado de la educacin de las personas con
discapacidad y sus posibilidades de conseguir mejores empleos. El trabajo es un derecho
social, una actividad que permite al hombre alcanzar su realizacin personal y le genera
los medios para poder llevar una vida digna; por ese motivo es tan importante fomentar el
empleo y mejorar las polticas pblicas del Estado con la finalidad de mejorar las condi-
ciones laborales para la persona con discapacidad, en igualdad de condiciones y con los
ajustes razonables que sean necesarios.
Existen otras necesidades para las personas con discapacidad, tales como acceder al
espacio fsico en iguales condiciones que los dems. Para lograr esto, se viene trabajan-
do en la accesibilidad, que viene a ser un medio por el que se alcanza el derecho antes
mencionado, de acceso al espacio fsico. Hay importantes avances, como por ejemplo la
implementacin de medios que permiten a las personas con discapacidad visual poder
desplazarse por terminales terrestres con mayor facilidad, de forma autnoma, sin depen-
der de alguien para lograr satisfacer una necesidad tan bsica, como lo es el acceso al
espacio fsico. Del mismo modo, se ha adecuado las edificaciones para que las personas
con discapacidad motriz puedan acceder a lugares pblicos por su propia cuenta.
Tambin hay todo un proceso orientado al respeto de la dignidad de las personas con
discapacidad intelectual y psicosocial, toda vez que se trata de que vivan en la medida
de lo posible en situacin de autonoma y ejerciendo los derechos que tienen, por cuenta
propia, como cualquier persona, y tomar sus propias decisiones. Esto tiene que ver muy
de cerca con la libertad de las personas, el derecho a vivir de forma independiente y a
vivir en comunidad que se puede apreciar en el contenido del precitado artculo 19 de la
Convencin.
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El Per, como el resto de Amrica Latina y el Caribe, vive un proceso acelerado de enve-
jecimiento demogrfico. En nuestro pas el sector poblacional de 60 a ms aos crece a
una tasa del 3.43%, mientras que a nivel nacional la poblacin crece a un ritmo de 1.44%.
Segn los registros de la RENIEC, en el Per la poblacin adulta mayor ahora sobrepasa
los 3 millones de personas, es decir alcanza el 10% de la poblacin nacional. De este total,
el 53% son mujeres y el 77% vive en el rea urbana. Por su parte, el INEI da cuenta de un
crecimiento constante y estima que para el bicentenario de la independencia nacional, las
personas mayores de 60 llegarn a ser el 11.2%.
202 Elaborado por Carlos Alarcn Aliaga, IPEMIN.
17. SITUACIN DE LOS DERECHOS
DE LAS PERSONAS ADULTAS
MAYORES DEL PER
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Sin embargo este acelerado crecimiento se da en condiciones muy desventajosas. Slo
un 30% de los adultos mayores del pas tiene una pensin de jubilacin, el 24% es anal-
fabeto, cifra que sube al 35% en las mujeres. Estas caractersticas dificultan el acceso de
las personas adultas mayores a un trabajo decente, por ello se ven obligados a realizar
trabajos inadecuados para su edad y salud; a esto se suma el paradigma de la sociedad
que valora la juventud sumada a cierto tipo de productividad, sin tomar en cuenta el aporte
que los adultos mayores continan brindando a la familia y a la sociedad.
Dada la creciente importancia de este grupo etareo, los gobiernos han dictado medidas
legislativas que buscan proteger a este sector de la poblacin como: los Lineamientos
de Poltica para el Adulto mayor en el 2000; el Plan Nacional del Adulto Mayor 2002-2010;
la creacin de la Direccin de Personas Adultas Mayores en el Ministerio de la Mujer; as
como la Ley del Adulto Mayor N 28803 de julio de 2006 que estipula la creacin, en cada
distrito, de los Centros Integrales del Adulto Mayor (CIAM), y en algunos gobiernos regio-
nales se han instalado Consejos Regionales de Personas Adultas Mayores (COREPAM).
El actual gobierno ha instalado el programa de Asistencia Solidaria Pensin 65 dirigido a
personas mayores de 65 que viven en extrema pobreza y el programa Vida Digna para
atender a las personas adultas mayores que viven en abandono. El ltimo ao ha aproba-
do el Plan del Adulto Mayor 2013-2017 y ha impulsado la inclusin de este grupo etareo
en el SIS. A nivel internacional, el Gobierno Peruano est comprometido en el impulso de
la Convencin Mundial Por los DDHH de las PAM.
No obstante, estas medidas son iniciales y la mayora quedan en meros dispositivos que
no se cumplen o se cumplen parcialmente, pero sobre todo son concebidos como medi-
das asistenciales y no como derechos humanos que le corresponde a cada adulto mayor.
LIBERTAD DE ASOCIACIN Y PARTICIPACIN CIUDADANA
Se introducirn mecanismos legales para fomentar las libertades de asociacin y
participacin ciudadana, simplificando los requisitos que la ley establece para la
constitucin, registro y funcionamiento de organizaciones y asociaciones. (Plan Na-
cional de Derechos Humanos 2006-2010)
Las Organizaciones de Personas Adultas Mayores (OPAM) se ven limitados en sus dere-
chos de asociacin.
1. Las asociaciones promovidas por municipalidades, EsSalud, MINSA tienen un ca-
rcter recreativo; si bien muchas veces se imparten talleres productivos, stos
cumplen slo carcter distractivo. Las organizaciones no tienen autonoma y de-
penden de la voluntad del funcionario respectivo. Las Personas Adultas Mayores no
reciben capacitacin en derechos, por ello la gran mayora se encuentra sin repre-
sentacin.
2. Los requisitos para la inscripcin de las OPAM en Registros pblicos, resultan muy
complicados y onerosos, en particular los de nivel superior (asociacin de asocia-
ciones), si alguna de las asociaciones de base no tiene al da su registro, las dis-
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tritales, regionales o nacionales quedan impedidas o no pueden inscribirse en los
prximos consejos directivos.
3. Se ha producido un retroceso en la participacin de las OPAM en las instancias de
decisin poltica. Las OPAM estaban representadas por ANAMPER y la CEPRATEC
en la Comisin Multisectorial de Vigilancia y Monitoreo del Plan Nacional de las PAM,
pero son excluidas de este proceso a partir de 2011. Las autoridades argumentan
por un lado que no existe una organizacin que abarque todo el pas y por otro que
la formacin de los lderes no es la adecuada. El MIMDES ahora MIMPV, a travs de
la DIPAM, viene impulsando su propia central o red nacional, la que tendra derecho,
en algn momento, a tener una representacin en dicha Comisin o su equivalente.
Esta frmula corporativa es incompatible con una organizacin de personas adultas
mayores autnoma, que pueda ejercer su propia representacin y que garantice el
cumplimiento de sus derechos.
4. En algunas regiones existen las coordinadoras de personas adultas mayores (CO-
REPAM) o Mesas de Trabajo en las que participan las OPAM, pero estas instancias
carecen de capacidad de decisin de polticas.
Por otra parte, las OPAM no son convocadas y reconocidas por los gobiernos locales, lo
que limitada su participacin en los Presupuestos Participativos.
DERECHO A LA IDENTIDAD
Se implementan las reformas normativas y medidas administrativas requeridas para
reforzar el ejercicio del derecho a la identidad. (Plan Nacional de Derechos Huma-
nos 2006-2010)
Segn los Censos Nacionales 2007 XI Poblacin y VI de Vivienda, un 6% de la poblacin
mayor de 60 aos no tiene Documento Nacional de Identidad (DNI), las mujeres llegan al8
%. Entre las razones que arguyen para esta ausencia estn: nunca lo adquiri; se deterio-
r; lo perdi y no lo remplaz. En muchos casos las personas adultas mayores perdieron
sus documentos durante el perodo de violencia poltica que vivi el pas. Los casos, muy
comunes, y ms difciles de resolver estn relacionados con la falta de partida de naci-
miento, ya sea porque nunca estuvo inscrito en los registros civiles o porque extraviaron el
documento por la violencia poltica.
La instalacin del programa Pensin 65 visibiliz est problemtica lo que hizo que la
RENIC genere un programa de orientacin y apoyo para que los adultos mayores puedan
adquirir el DNI de manera gratuita. En aquellos casos que no cuenten con partida de naci-
miento basta la declaracin jurada del padre, la madre o el hermano; a falta de ellos, basta
la declaracin jurada de dos personas mayores de edad que conozcan al solicitante.
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DERECHO A LA EDUCACIN
Se establecen e implementan, en coordinacin con el Consejo Nacional de Educa-
cin, medidas para promover el desarrollo de la educacin y combatir los obstculos
que la socaven. (Plan Nacional de Derechos Humanos 2006-2010)
Segn los Censos Nacionales de Poblacin y Vivienda de Octubre del 2007, un 24% de
personas mayores de 60 aos no saba leer y escribir, en el rea rural la cifra llegaba al
47% y en el caso de las mujeres al 35%. Los avances para reducir el analfabetismo son
sumamente lentos, las personas adultas mayores no son prioridad en el programa na-
cional de alfabetizacin, ni hay campaas de informacin y promocin para que alguna
persona de edad avanzada se anime a aprender a leer y a escribir. Por otra parte, los
alfabetizadores no son entrenados para atender a una poblacin que con los aos tiene
muchas dificultades para manejar un lpiz. Segn el INEI al 2012 todava exista, a nivel
nacional, un 21% de adultos mayores analfabetos. En el caso de las mujeres el porcentaje
disminuy tres puntos porcentuales y slo un punto en el rea rural, donde siete de cada
diez mujeres no sabe leer y escribir.
Tampoco hay programas para superar los niveles educativos de los adultos mayores. As,
segn los censos mencionados, el 40% tiene algn nivel de instruccin primaria, tan solo
el 9% tiene formacin universitaria y un 5% no universitaria. Esta situacin ha mejorado
un poco, el INEI en la Encuesta Nacional de Hogares 2012, seala que ha disminuido el
porcentaje de personas mayores sin ningn tipo de nivel educativo y existe un 45% de per-
sonas adultas mayores con nivel primario. No obstante, en cuanto a estudios superiores
universitarios y no universitarios el porcentaje se mantienen estacado.
Este es un factor que limita la vida digna de las personas adultas mayores, les impide
acceder a oportunidades para su bienestar y desenvolvimiento independiente. El enveje-
cimiento demogrfico de nuestro pas exige que, en la actualidad, las personas adultas
mayores continen aportando al pas y su comunidad; los persistentes bajos niveles edu-
cativos slo incrementan la vulnerabilidad en la poblacin, que tiene dificultades para salir
de la pobreza.
DERECHO A LA SALUD
Se fortalece la normativa e institucionalidad en vigor, en orden a promover y proteger
el derecho a la salud, implementando disposiciones precisas para desarrollar cada
una de las estrategias sanitarias actualmente en vigor. (Plan Nacional de Derechos
Humanos 2006-2010)
En el 2011 el 71% de varones y el 82% de mujeres del grupo de adultos mayores tenan un
problema de salud crnico
203
. Cifras concurrentes con las proporcionadas por el INEI para
octubre-diciembre del 2010 donde un 76.5% tena algn problema de salud y por tanto
la necesidad de atencin mdica. En la actualidad los servicios de salud an carecen de
203 Dra. Pilar Gamarra, Cmo se deben formar los geriatras en el Per?. Ponencia octubre 2012.
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protocolos especializados en atencin de enfermedades no trasmisibles, dolencias carac-
tersticas de las personas de edad avanzada.
Si bien las ltimas versiones de las encuestas desarrolladas por el INEI ya no incluyen la
consulta a los adultos mayores sobre donde concurren para solicitar ayuda para sus en-
fermedades; en los diferentes encuentros y reuniones de las personas mayores, mayorita-
riamente pobres, ellos manifiestan que no se encuentran motivados a buscar los servicios
mdicos y hospitalarios
204
. Concordante con ello, los datos del INEI 2010 sealan que un
47% de adultos mayores no busc atencin de ningn tipo y un 13% consult a la farmacia
o botica, al curandero o huesero; es decir el 60% no concurri a un centro mdico.
El otro 40% que busc atencin mdica, concurri mayoritariamente (un 31% del total) a
los servicios del sector pblico y en menor medida a los servicios mdicos privados.
Las razones que las personas mayores dieron para no concurrir a un centro de salud
son: el 55% prefiri auto medicarse, recurriendo a los remedios caseros, por lo que no
consideraron necesario concurrir en busca de atencin especializada; un 20% respondi
que el centro de salud queda lejos; otro porcentaje seal que no tienen confianza y que
la atencin demora demasiado. Respuestas que explicitan la mala calidad del servicio.
Estos problemas generan falta de confianza, problema que tambin ocurre en las zonas
urbanas, donde la deficiente atencin mdica ha generado la percepcin que en los hos-
pitales los matan, para ahorrar los gastos que ellos generan. Por ello los adultos mayores
del pas buscan atencin ms personal y ms directa en la farmacia o botica o, en el caso
del rea rural, con el curandero.
Otro argumento referido por los adultos mayores para no aproximarse a un centro de salud
es la distancia que los separa del centro de salud con atencin especializada para adultos
mayores. En el pas existen slo 131 geriatras registrados en el CMP, para una poblacin
de 3 millones de habitantes; esto es un geriatra por cada 22 mil adultos mayores, cifra que
contrasta con la recomendacin de la Organizacin Mundial de Salud (OMS) que sugiere
que debera existir un geriatra por cada 5000 adultos mayores. Este dato se agudiza si se
toma en cuenta que el 80% de los geriatras est concentrado en Lima, y tan solo un 20%
en el resto de las urbes del pas.
A todo lo antes mencionado se agrega el 19% que afirma carecer de dinero para acceder
a atencin mdica. Una referencia repetida en las reuniones de las personas adultas ma-
yores es que si bien la consulta es barata o gratis, los gastos en farmacia, anlisis, radio-
grafas, hospitalizacin quedan fuera de su alcance econmico.
Segn informes oficiales del gobierno el sistema de salud pblica
205
ha incrementado el
cuidado de la salud de este grupo etareo. El mismo informe afirma que el 87% de adultos
mayores fueron atendidos por un mdico en el ao 2013, lo cual es una mejora con res-
pecto a aos anteriores; sin embargo, el 95% de estas atenciones se realiz en los cen-
tros de salud urbanos, puesto que en el rea rural slo se lleg a un 58% de atenciones,
204 I y II Congresos de ANAMPER, febrero 2011 y noviembre 2013.
205 INEI: Informe Da Mundial de la Poblacin, 11-07-2013, pg. 22.
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donde ante la falta de un mdico los pacientes fueron atendidos por una enfermera u otro
personal tcnico.
Estos avances numricos de cobertura, no concuerdan con la calidad de la atencin en
salud. Los testimonios de las personas adultas mayores sealan que hay un cupo limita-
do de atenciones diarias y, pese a su edad y estado de salud, deben hacer cola desde
la madrugada; falta informacin sobre la atencin preferencial; los adultos mayores son
maltratados por el personal; no se comprende sus valores culturales; el personal no tiene
formacin gerontolgica
206
.
El insuficiente presupuesto del sistema de salud nacional no permite una atencin de ca-
lidad, faltan equipos mdicos, existe escasez de medicamentos y reactivos, el personal
est mal remunerado, etc. Por ello, en cada reunin o encuentro de personas mayores
realizadas en todos estos aos, la salud y la calidad de la atencin mdica y hospitalaria
siempre han sido una de sus principales preocupaciones y demandas.
DERECHO AL TRABAJO
Se implementan los aspectos pendientes del Programa Nacional para la Promocin
del Trabajo Decente 2004-2006 planteados por la Oficina Subregional de la Orga-
nizacin Internacional del Trabajo (OIT) para los pases de la regin andina. (Plan
Nacional de Derechos Humanos 2006-2010)
Segn los ltimos censos del 2007 la poblacin adulta mayor ocupada llega al 33% a nivel
nacional, 49% son hombres y 17% mujeres. En tanto que slo un 10% de personas de
edad avanzada no trabaja debido a su ancianidad o discapacidad.
La poblacin considerada desocupada es el 67%. Sin embargo, el 60% de ella desarrolla
actividades que no son consideradas como trabajo productivo, por el simple hecho de ser
gratuito, pero que demandan desgaste de energas y capacidades como cualquier otro
trabajo. Las tareas del hogar no slo son desarrolladas por mujeres adultas mayores, un
37% de varones se ocupa de estas actividades.
De la poblacin adulta mayor ocupada, el 70% se encuentra en condiciones labores muy
distantes de un trabajo digno o decente. El 60% est compuesto por trabajadores inde-
pendientes, 21 puntos ms del promedio nacional, 8% est dedicado al trabajo familiar
no remunerado y un 2% se dedica a trabajos domsticos. En el campo, la precariedad del
trabajo sube al 80%.
La mayora de las personas mayores ocupadas en el pas son agricultores, trabajador no
calificado, pen o vendedor ambulante o similares, trabajadores de servicios personales y
vendedores de comercios y mercados.
206 Talleres Red HelpAge International Per Octubre-Noviembre 2014 en Ayacucho, Huancayo, Cajamarca, Lamas.
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nicamente un 12% son trabajadores formales. No es nada extrao, porque el merca-
do laboral es restrictivo para los peruanos conforme avanza su edad. Son conocidas las
dificultades que una persona de 35 aos tiene para obtener un empleo, mucho ms las
personas de 50 o 60 aos. En este contexto las personas de edad avanzada se ven obli-
gadas a aceptar trabajos riesgosos, an a expensas de alguna dolencia o limitacin fsica
propia de la edad. A la fecha no se ha avanzado hacia la garanta de un empleo decente
para los adultos mayores.
DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL
Se promueve una armonizacin de los sistemas de seguridad social vigentes en el
Per con los estndares internacionales reconocidos en la materia. (Plan Nacional
de Derechos Humanos 2006-2010)
En el Per el 70% de la poblacin mayor de 65 aos no cuenta con una pensin de ju-
bilacin. La casi totalidad pertenecen a la ONP, que a diciembre del 2012 tena 501791
beneficiarios, en tanto que el Sistema privado de Pensiones (AFP) llegaba apenas a 62835
beneficiarios.
Los trmites para recibir la pensin de jubilacin son muy engorrosos, lo que hace que los
adultos mayores pierdan aos gestionndola, muchos mueren en ese intento. La Defenso-
ra del Pueblo hizo denuncia pblica contra la ONP por la gran cantidad de solicitudes, que
por cualquier pretexto, no eran resueltas; sus recomendaciones fueron aceptadas parcial-
mente, pero no hay una tramitacin satisfactoria hasta la fecha. El trabajador jubilado debe
demostrar que ha aportado 20 aos al sistema de jubilacin, de lo contrario no puede
acceder a una pensin. Tambin existen casos en los que las empresas han descontado
los aportes al trabajador pero se han quedado con el dinero.
De otro lado, hay que tomar en cuenta que el monto que los adultos mayores reciben
como pensin es insuficiente para el sustento bsico, lo que empuja a muchos a man-
tenerse trabajando. En octubre de 2007, solamente el 20% declar estar viviendo de su
pensin (Censos de Poblacin y Vivienda del 2007).
Frente a ello, se ha promovido la necesidad de establecer una Pensin No Contributiva
para las personas adultas mayores que no tienen pensin de Jubilacin. En octubre de
2011 se puso en funcionamiento el Programa de Asistencia Solidaria Pensin 65, que al
31 de diciembre de 2013 contaba con ms de 300 mil beneficiarios inscritos. Este es posi-
blemente el principal avance en el reconocimiento de los derechos de los adultos mayores
del pas. Sin embargo, presenta las siguientes limitaciones:
1. Est dirigido a los adultos mayores que viven en extrema pobreza de los distritos
cuyo ndice de pobreza est por encima del 40%. Si bien se baj el ndice del 50%
al 40%, siguen siendo excluidos aquellos adultos mayores en extrema pobreza, que
viven en un distrito calificado como no pobre. Con ello se excluye a ms del 55% de
distritos del Per, pero que concentran el mayor nmero de personas en extrema
pobreza.
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2. Los instrumentos de medicin de la pobreza del Sistema Focalizado de Hogares
(SIFHO) homogeinizan la pobreza, basan su calificacin, entre otros puntos, en la
propiedad. Lo que el Programa Pensin 65 ha demostrado es que los mecanismos
de medicin de la pobreza de las personas de edad avanzada no pueden ser los
mismos que se utilizan para medir la pobreza de un joven y/o adulto joven. Ellos al
estar empezando su vida laboral, an no han logrado adquirir propiedades indivi-
duales, esto pone en desventaja al adulto mayor, quien a travs del ahorro de toda
su vida, se hizo de algn bien, como una casita en la falda de un cerro. Lo que, en
cifras, lo hace menos pobre y menos vulnerable que otros grupos etareos. Sin em-
bargo, es justo en la vejez que necesita el trabajo que nadie le da, que carece de
recursos mnimos para sobrevivir y adems padece algunas enfermedades propias
de la edad. Una seora deca con toda razn, los ladrillos no compran comida ni
medicinas.
3. Cuando el Programa Pensin 65 dio inicio estableci la clusula que prohiba otorgar
la Pensin 65 a aquellos adultos mayores que ya eran beneficiarios del comedor
popular y del vaso de leche. Muchos adultos mayores se vieron en la necesidad
de elegir y decidieron retirarse del programa alimenticio. Sin embargo posteriormen-
te tampoco fueron incluidos en el Programa Pensin 65, esto que no fueron califi-
cados como personas que viven en extrema pobreza o porque el distrito en el que
viven no fue seleccionado para la distribucin de este beneficio. Si bien a la fecha
ya se ha retirado este requisito, los adultos mayores que renunciaron al programa
alimenticio ya no pueden ser reinscritos en el mismo.
4. El Programa focalizado tiene otro problema de fondo. El SISFHO debe verificar cada
una de las viviendas de los beneficiarios para garantizar que su calificacin haya
sido correcta. Este trabajo no se realiza debido a que no existen los recursos ni el
personal para verificar la totalidad de los hogares. Lo que trae como consecuencia
muchos errores de inclusin y exclusin. La prensa y los opositores al estableci-
miento de este tipo de programas sociales, aprovechan estos errores y los utilizan
de manera meditica para demostrar la ineficacia del mismo y por lo tanto promover
su desaparicin, lo que pone en riesgo el mantenimiento del programa.
En cuanto al seguro de salud, en la ltima dcada se ha logrado un avance significativo
en la afiliacin de las personas adultas mayores a algn sistema de seguro de salud. En
julio de 2013, se estableci que el 67.9% de PAM contaba con un seguro mdico, frente a
solo el 56% de 2007. Este salto se debe principalmente a su afiliacin al Seguro Integral de
Salud (SIS) que pas del 7% al 28% en el mismo periodo. En el rea rural las personas ma-
yores de 60 se han inscrito masivamente, gracias a la promocin que hicieron las OPAM
y a la gratuidad de la inscripcin para quienes son calificados como de extrema pobreza.
En la actualidad el Seguro Integral de Salud (SIS) cubre la atencin de alrededor de 1100
patologas, que corresponden al 65% de la carga de enfermedad de la poblacin peruana.
Sin embargo, el SIS no cuenta con las partidas presupuestales necesarias, ni con equipos
y personal adecuado, particularmente para brindar un servicio de calidad a las personas
mayores. Por la precariedad del servicio, muchas no lo utilizan pese a estar inscritos, es-
pecialmente en las zonas rurales, como hemos visto al tratar el derecho a la salud.
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DERECHO AL BUEN TRATO
Las PAM sufren maltrato, violencia y abuso en la familia, la sociedad y el Estado que muy
pocas veces es apreciado. Entre enero a julio de 2013, el programa nacional Contra la
Violencia Familiar y Sexual del MIMPV, atendi 1178 casos de violencia familiar contra las
PAM, de los cuales el 79% fueron a mujeres. La principal agresin es sicolgica con el
69% de casos, seguida de la agresin fsica con el 29%, registrndose adems un 2% de
agresin sexual. La mayora de los agresores estn en el entorno familiar, conocido, amigo
o vecino.
Pero tambin conocemos otras formas de agresin, como es la usurpacin de pensiones
y bienes, por ejemplo casas y terrenos, por parte del entorno familiar. En el campo es muy
comn que los padres en vida distribuyen su terreno entre los hijos, quienes los venden y
migran y de ese modo termina despojado y sin ningn amparo.
Es notorio el mejor sitial social que ocupan las personas mayores en el rea rural respecto
al rea urbana, en el campo an respetan sus aos, su conocimiento y sus aportes a la
comunidad. Los menores no tutean a los mayores, los jvenes campesinos, aun cuando
hayan ido a una escuela agropecuaria o tengan educacin superior, siempre los tratan
con respeto. La comunidad no acepta que alguna persona imbuida de modernidad, por
haber vivido en la ciudad, trate irrespetuosamente o peyorativamente a una persona ma-
yor. No son excluidos de las labores comunales, sus opiniones son valoradas en la toma
de decisiones, reconociendo la sabidura que le brinda sus aos. Los aos pueden liberar-
lo de obligaciones, pero no los excluye si tienen la voluntad de participar. Por ejemplo, los
adultos mayores ronderos de Cajamarca, que se denominan jubilados, no porque gocen
de seguridad social, sino porque ya no tienen la obligacin de participar en las rondas
nocturnas, participan con voz y voto en las asambleas.
La personas adultas mayores del rea urbana sienten mayor discriminacin y exclusin
de parte de la comunidad. Su desvalorizacin social es extrema, la que se expresa no por
un simple estado de nimo de los jvenes o adultos, sino porque forman parte de sus
concepciones y valores. Existen formas encubiertas de rechazo y discriminacin, muchas
veces las familias sealan que el adulto mayor est para descansar, como una forma
de expresar su cario y reconocimiento a sus aos de aporte al hogar y a la sociedad, lo
que lo condena a una vida inactiva, que arruina su salud y sus deseos de vivir. El conjunto
social los califica como hijo; abuelito y determina que su nica necesidad es la distrac-
cin. An hoy existen instancias pblicas de nivel local, regional y nacional que considera
a los adultos mayores como personas inservibles y como carga social y enfatizan
aquella tradicional expresin jvenes a la accin, viejos a la tumba.
Las personas mayores rurales se quejan que en la ciudad el trato que reciben es diferente
que en su comunidad. Los nios no los respetan. Hay personas universitarias o prepa-
radas que los tutean porque son campesinos y se sienten humillados, adems que son
vctimas de robos. Igualmente, en las oficinas los tratan sin respeto, cuando acuden a
hacer denuncias, los hacen esperar mucho, y si tienen alguna dificultad para expresarse,
les piden volver con un representante o amparados por el desconocimiento que tienen
de sus derechos, les piden coimas. Esto se agrava en las regiones donde el idioma del
adulto mayor es predominantemente el quechua o el aymara, en que la comunicacin es
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casi nula con un funcionario de habla castellana. Como consecuencia ocurre que muchos
dejan de realizar gestiones, incluso para gestionar las elementales partidas de nacimiento
o defuncin. Cuando hay denuncias de maltratos interviene el juez de paz, la familia o el te-
niente alcalde en forma inmediata, o la organizacin comunidad o de rondas campesinas,
resolviendo casos menores. Cuando tienen que incurrir en instancias superiores sienten
que las dificultades crecen.
Se han dado pasos iniciales para atender el maltrato y la violencia, contra las personas en
edad avanzada, como el de incluir su atencin en el Programa Nacional Contra la Violen-
cia Familiar y Sexual. En el Plan Nacional de las personas adultas mayores 2013-2017 hay
indicaciones importantes para que los gobiernos regionales y municipales realicen accio-
nes contra el abuso, maltrato y violencia que sufre este sector etareo. La Defensora, ha
incluido en su agenda la instalacin de una adjuntilla para el adulto mayor y en reuniones
que el Defensor del Pueblo tuvo con ANAMPER, en junio de 2013, se convino trabajar una
propuesta tcnica del funcionamiento de esta adjuntilla. Se espera, que pronto se haga
realidad.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 183
SISTEMA INTERAMERICANO
DE DERECHOS HUMANOS
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 185
El ltimo y largo proceso de reforma de la CIDH culmin casi dos aos despus de inicia-
do, por un lado, con la reforma reglamentaria aprobada por la propia Comisin el 18 de
marzo de 2013 mediante Resolucin 1/2013 y, por otro lado, con la Resolucin AG/RES.
1 (XLIV-E/13) aprobada por la Asamblea General Extraordinaria de la Organizacin de los
Estados Americanos (OEA), que tuvo lugar en Washington D.C. el 22 de marzo de 2013,
que respald la referida reforma reglamentaria.
En ese lapso hubo diversos informes, resoluciones y opiniones de todos los actores del
sistema interamericano, que alimentaron un intenso debate sobre la necesidad de refor-
mar la Comisin con miras a fortalecerla, pero que en el camino tambin revel la intencin
de algunos Estados los menos no necesariamente dirigida hacia tal fortalecimiento.
De esta manera, el presente balance pretende sacar algunas lecciones sobre el futuro del
sistema interamericano, a partir de este ltimo proceso de reforma de la CIDH y bajo el
supuesto de que, en efecto, tanto la Comisin como la Corte interamericanas requieren
seguir siendo fortalecidas y que eso pasa, entre otros aspectos, por no someterla a una
reforma eterna.
DEMAGOGIA PRESUPUESTAL DE LOS ESTADOS
Este ltimo proceso de reforma ha demostrado, una vez ms, que una parte importante de
las debilidades del sistema interamericano estn vinculadas con la escasez de recursos
financieros tanto de la Comisin como de la Corte, situacin que es de exclusiva respon-
sabilidad de los Estados miembros de la OEA y que ellos mismos son, los que a su vez
se han comprometido en reiteradas ocasiones a resolver.
207 El presente balance ha sido publicado como artculo de David Lovatn en la Revista Aportes de febrero del 2014, publicada por la
Fundacin para el Debido Proceso (DPLF, por sus siglas en ingls), Washington DC. Asimismo, una versin previa y mucho ms extensa
del presente artculo se puede hallar en: David Lovatn, ltimo proceso de reforma de la Comisin interamericana de derechos humanos
(2011-2013). Balance y perspectivas, Cuaderno de trabajo N 22, Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Catlica del Per
(PUCP), Lima, 2013. disponible en: http://departamento.pucp.edu.pe/derecho/images/documentos/versin%20digital-REFORMA%20
CIDH%20VERSION%20FINAL.pdf, consultado: 9 de enero de 2014.
18. BALANCE DEL LTIMO
PROCESO DE REFORMA
DE LA COMISIN
INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS:
LA REFORMA ETERNA?
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Informe ANUAL 2012-2013 186
De esta manera, en la actualidad existe un notorio contraste entre el discurso y los hechos
o gestos concretos de los Estados en cuanto al presupuesto que necesitan los rganos
del sistema interamericano, y se ha instalado una suerte de demagogia presupuestal cier-
tamente perjudicial, no solo para el funcionamiento sino para la legitimidad de todo el
sistema. En ese sentido, resulta paradjico que Estados que an no han ratificado la Con-
vencin Americana sobre Derechos Humanos como Estados Unidos y Canad sean los
que ms contribuyen al financiamiento del sistema y que, por el contrario, los que ya la han
ratificado y exigen que los otros lo hagan no contribuyen o lo hacen en forma exigua.
LA ESTRATEGIA DE LA REFORMA ETERNA DE ALGUNOS ESTADOS
Diversos indicios y hechos reflejan que el contexto en el que se desarroll el ltimo proce-
so de reforma mostr la intencin de algunos Estados de debilitar a la CIDH, que contrast
con la autntica voluntad de otros Estados y de organizaciones de la sociedad civil por
fortalecerla. En ese sentido, valoramos positivamente que este proceso haya culminado,
por un lado, con la resolucin aprobada por la Asamblea General Extraordinaria de la OEA
el 22 de marzo de 2013 que cerr este proceso iniciado en el ao 2011 y, por otro lado,
con la aprobacin en forma autnoma de la reforma reglamentaria por parte de la propia
CIDH.
Sin embargo, nos preocupa que un grupo reducido de Estados inicialmente liderados por
Venezuela y ahora encabezados por Ecuador an pretendan mantener abierto el proceso
de reforma, sustentados en el punto dos de la referida resolucin aprobada por la Asam-
blea General Extraordinaria de la OEA
208
y, en consecuencia, pretendan seguir debatiendo
ad eternum dicha reforma. Si bien la Comisin seguir requiriendo en el futuro de nuevas
mejoras y ajustes, estas tienen que ser excepcionales y no permanentes; de lo contrario,
el riesgo es distraer a la CIDH de su propsito principal: la promocin y defensa de los
derechos humanos.
En consecuencia, hay que estar atentos a la nueva estrategia que un grupo reducido de
Estados parecen haber puesto en marcha ante el fracaso de sus cuestionamientos en el
ltimo proceso de reforma. Esta estrategia consistira en seguir y seguir insistiendo con
planteamientos de reforma, con el objetivo de distraer y agotar a la Comisin y conseguir,
en forma indirecta, que no se concentre en su misin principal de defensa de los derechos
humanos en la regin, al verse obligada a destinar los siempre escasos recursos humanos
y econmicos de los que dispone, para reaccionar y contestar nuevos cuestionamientos
en defensa de su autonoma.
En ese sentido, bien haran la mayor parte de los Estados en dejar sentado que el momen-
to de reforma ya concluy al menos por un buen tiempo y que ahora toca implementar
dichos cambios.
208 [M]andatar [sic] al Consejo Permanente continuar el dilogo sobre los aspectos fundamentales para el fortalecimiento del SIDH, teniendo
en cuenta todos los aportes realizados por los Estados Miembros, los rganos del SIDH y la sociedad civil a lo largo del proceso de re-
flexin. En: Asamblea General de la OEA. Resultado del Proceso de Reflexin sobre el Funcionamiento de la Comisin Intermaericana
de Derechos Humanos para el Fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. OEA/Ser.P, AG/RES. 1 (XLIV-E/13) rev.
1, 23 de julio de 2013, prr: 2.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 187
LA EXCESIVA DEMORA EN LA TRAMITACIN DE LAS PETICIONES Y
LA POSIBILIDAD DE ACUMULAR ADMISIBILIDAD Y FONDO
Si bien en este ltimo proceso de reforma las organizaciones de la sociedad civil asumie-
ron una posicin de defensa de la CIDH ante los cuestionamientos por parte de algunos
Estados, a la vez dichas organizaciones y las vctimas tienen el derecho de seguir exigien-
do mayor celeridad en la tramitacin de las peticiones individuales, que es, sin duda, una
de las debilidades ms serias de las que an adolece el sistema interamericano.
Al respecto, la reforma reglamentaria aprobada en marzo de 2013 ha avanzado en ampliar
los supuestos an excepcionales en los que cabe acumular las decisiones de admisibi-
lidad y de fondo, con la finalidad de agilizar el trmite de determinadas peticiones. En esa
lnea y tomando en cuenta la creciente carga procesal que soporta la Comisin, debera
explorarse la posibilidad de convertir en regla lo que ahora sigue siendo excepcin: que la
CIDH resuelva la admisibilidad y el fondo en un nico informe.
En tal sentido, bastara que la Comisin d trmite a la peticin y notifique al Estado,
luego de un examen preliminar del cumplimiento o no de los requisitos formales de ad-
misibilidad de una peticin. De esta manera, consideramos que la CIDH podra agilizar la
tramitacin de las peticiones individuales.
EL ALTO NIVEL DE INCUMPLIMIENTO DE LAS DECISIONES DE LA CO-
MISIN Y LA CORTE
Otra de las debilidades del sistema interamericano es el alto nivel de incumplimiento total
o parcial de sus sentencias e informes por parte de los Estados. Al respecto, si bien la
Comisin podra reforzar su funcin de promocin de los derechos humanos conforme
han solicitado los Estados precisamente para reducir tal nivel de incumplimiento, ello
debera producirse sin sacrificar su funcin de proteccin plasmada en el sistema de pe-
ticiones individuales.
La solucin a esta debilidad est ms en la cancha de los propios Estados que volunta-
riamente ratificaron los instrumentos interamericanos. En todo caso, la Comisin puede
contribuir a reforzar su rol promotor, de asesora y acompaamiento a los Estados, sin que
ello signifique de ninguna manerasacrificar o debilitar su rol de proteccin.
LA NECESARIA UNIVERSALIZACIN DEL SISTEMA INTERAMERICANO
No estamos conformes con que Estados como Estados Unidos y Canad hasta la fecha
an no hayan suscrito luego de ms de cincuenta aos de vigencia del sistema intera-
mericano la Convencin Americana sobre Derechos Humanos ni se hayan sometido a la
competencia de la Corte Interamericana. Resulta inaceptable que el sistema siga teniendo
diferentes niveles de compromisos jurdicos por parte de los Estados miembro y, por esa
misma razn, ha sido lamentable que Venezuela haya cumplido con su amenaza de de-
nunciar la Convencin Americana, lo que ha sido, sin duda, un revs en la consolidacin
y universalizacin del sistema.
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En ese sentido, coincidimos plenamente con el punto octavo de la resolucin aprobada
por la Asamblea General Extraordinaria de la OEA el pasado 22 de marzo de 2013 en
Washington D.C., que resolvi [i]nstar a los Estados Miembros de la OEA a ratificar o ad-
herir, cuando proceda, a todos los instrumentos jurdicos interamericanos sobre derechos
humanos, en especial a la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, y aceptar,
segn corresponda, la jurisdiccin contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
Sin perjuicio de lo anterior, es indispensable precisar que esta situacin no niega la com-
petencia que la Comisin no la Corte ya tiene respecto de todos y cada uno de los Esta-
dos parte de la OEA, incluidos Estados Unidos y Canad. Prueba de ello son los informes,
audiencias pblicas y comunicados de prensa en relacin con violaciones de derechos
humanos cometidas en dichos pases.
A MAYOR PRECARIEDAD DE LA JUSTICIA NACIONAL MAYOR PROTA-
GONISMO DEL SISTEMA INTERAMERICANO
Todos los actores han ratificado el carcter subsidiario del sistema interamericano en re-
lacin con los sistemas nacionales de justicia, en el sentido que los rganos del sistema
solo intervienen en caso de que las vctimas no encuentren proteccin a sus derechos en
el mbito nacional. Sin embargo, esta afirmacin debe ser complementada con otro ele-
mento de juicio a ser incorporado como un dato de la realidad: la debilidad y precariedad
de nuestros sistemas de justicia nacionales, que en ocasiones ya no por voluntad poltica
sino por debilidades estructurales no logran investigar, juzgar y condenar graves viola-
ciones de derechos humanos dentro de un plazo razonable, lo que finalmente empuja a
que un sistema de justicia subsidiario como el interamericano se vea en la necesidad de
intervenir para proteger los derechos humanos consagrados convencionalmente.
En ese sentido, consideramos que existe la siguiente relacin proporcional entre los sis-
temas de justicia nacionales y el sistema interamericano: a mayor debilidad y precariedad
de los primeros mayor necesidad de intervencin por parte del SIDH. A la inversa, con-
forme los sistemas de justicia nacionales se vayan consolidando y legitimando en sus
respectivas sociedades eso esperamos todos, por cierto-, la intervencin del sistema
interamericano tender a reducirse y asumir su autntico rol subsidiario.
EL DISEO ORGNICO DE LA CIDH DEBE ADECUARSE A LOS RETOS
ACTUALES
Si bien el diseo orgnico de la Comisin no fue parte central del debate en el ltimo
proceso de reforma, queremos llamar la atencin que en la reforma reglamentaria aproba-
da la CIDH ha decidido incluir dentro de su Plan estratgico la Presidencia permanente
como prioridad institucional. Consideramos que esta medida responde al reparo por la
naturaleza no permanente y ad honorem de los comisionados y jueces de los rganos
del sistema interamericano, diseo institucional pensado para una realidad del continente
que no existe ms.
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En la actualidad hay ms conciencia de derechos, nuevos peticionarios que han irrumpido
en el escenario interamericano (como los pueblos indgenas, las personas con orientacio-
nes sexuales diversas, etc.) y nuevas violaciones de derechos humanos vinculadas con
problemas estructurales que persisten en nuestras imperfectas democracias: sistemas
penitenciarios colapsados, demagogia punitiva en seguridad, discriminacin o exclusin
de amplios sectores sociales como las mujeres que sufren violencia, conflictos sociales
vinculados al ambiente y al uso sostenible de los recursos naturales, entre otros.
En consecuencia, para responder ms eficientemente a estos nuevos retos que plantea
el continente en materia de democracia y derechos humanos, el SIDH requiere que, en
forma gradual pero sostenida, vaya migrando hasta contar con comisionados y jueces
permanentes y con dedicacin exclusiva. Ciertamente ello requerir un mayor esfuerzo
presupuestal, pero consideramos que es otro aspecto central para consolidar el sistema.
DIFCIL EQUILIBRIO ENTRE LOS ROLES DE PROMOCIN Y DE DEFEN-
SA
Finalmente, de cara al futuro del sistema interamericano cabe reflexionar sobre el equilibrio
entre los dos roles asignados por la Convencin Americana a la CIDH: el de promocin y
el de proteccin. Si bien hay algunos Estados como Ecuador en relacin con la Relatora
especial para la libertad de expresin que pretenden instrumentalizar este doble rol para
proponer una igualacin hacia abajo y, por esa va, tentar un debilitamiento de las relato-
ras incmodas en particular o del sistema de peticiones en general, ms all de ello es
cierto que son roles distintos aunque complementarios que le han sido conferidos a la
CIDH y cuya articulacin podra ser perfeccionada.
Por ejemplo, se podra mejorar el cumplimiento de los pronunciamientos del SIDH por
parte de un Estado, con la asesora o absolucin de consultas ex ante o ex post que la
Comisin podra brindar a los funcionarios pblicos encargados de tal implementacin,
aunque con una clara frontera entre equipos al interior de la Secretara Ejecutiva: aquellos
encargados del rol de promocin (posible acompaamiento de algunos Estados que as
lo soliciten) y aquellos a cargo de las peticiones individuales.
El ex comisionado Vctor Abramovich sostiene que en los tiempos actuales la CIDH, con
sus pronunciamientos sobre casos, no solo apunta a resolver una peticin individual sino
que busca incidir en las polticas pblicas de un pas en un tema determinado, lo que
exige, precisamente, una mejor articulacin entre los roles de promocin y proteccin209.
209 [] [E]s comn observar que las decisiones individuales adoptadas en un caso suelan imponer a los Estados obligaciones de formular
polticas para reparar la situacin que da origen a la peticin e incluso establezcan el deber de abordar los problemas estructurales que
estn a la raz del conflicto analizado. Vctor Abramovich, De las violaciones masivas a los patrones estructurales: nuevos enfoques y
clsicas tensiones en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, en Derecho PUCP, Lima, Revista de la Facultad de Derecho de
la Pontificia Universidad Catlica del Per, nmero 63, 2009, p. 100.
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 193
AMAZONAS
ANDES
Centro de Derechos Humanos Amazonas
Director: Segundo Herrera
Telf: (041) 474034
Jr, Andrs Avelino Cceres 671
Bagua Grande, Utcubamba, Amazonas
ANCASH
IPEP- CJS- CHIMBOTE
Instituto de Promocin y Educacin Popular
Comisin de Justicia Social de Chimbote
Director: Vctor Mendoza Barrantes
Telf.: (043) 321-392 Telefax.: 321-745
Direccin: Av. Enrique Meigg 570 - Chimbote
E-Mail: cjschimbote@derechoshumanos.pe
CODISPAS
Comisin Diocesana de Servicio Pastoral Social
Secretaria Ejecutiva: Zarela Trinidad Poma
Telf.: (043) 428519
Direccin: Jr. Simn Bolvar 704 - Huaraz
E-mail: codispas@hotmail.com
AREQUIPA
CEPRODEH (INVITADO PERMANENTE)
Centro de Promocin y Defensa de Derechos Humanos Arequipa
Director Ejecutivo: Eugenio Felix Tamayo Tamayo
Telfono.: (054) 337-400 / 959-944429
Direccin: Calle Melgar 410-A Oficina 201-C Arequipa
E-mail: ceprodeh@hotmail.com
ORGANIZACIONES
QUE INTEGRAN LA CNDDHH 2013
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Informe ANUAL 2012-2013 194
APURIMAC
CDH APURMAC
Centro para el Desarrollo Humano
Director Ejecutivo: Jos Coronado Cobeas
Telf.: (083) 322-220
Direccin: Urb. Los Chankas Jr. Los Jardines 432 Abancay
E-mail: coronadojose28@yahoo.es
AYACUCHO
ANFASEP
Asociacin Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos, Desaparecidos en Zo-
nas de Emergencia
Presidenta: Adelina Garca Mendoza
Telf.: (066) 317-170
Direccin: Prolongacin La Libertad 1229 Urb. La Maravillas Huamanga
E-mail: anfasepayacucho@gmail.com

CAJAMARCA
COMISION DIOCESANA DE PASTORAL SOCIAL CAJAMARCA
Comisin Diocesana de Pastoral Social - Cajamarca
Representante: Padre Efran Castillo Hervias
Telf.: (076) 367-600
Direccin: Jr. Juan Villanueva 519 - Cajamarca
E-mail: pastoralsocialcaj@yahoo.com
GRUFIDES
Grupo de Formacin e Intervencin para el Desarrollo Sostenible
Directora: Mirtha Vsquez
Telef.: (076) 342-082
Direccin: Jr. Dos de Mayo 1172 Cajamarca
E-mail: info@grufides.org
VICARIA DE LA SOLIDARIDAD DE JAEN
Vicara de la Solidaridad de Jan
Director: Francisco Muguiro Ibarra S.J
Telf.: (076) 432-454
Direccin: Orellana 313 - Jan (va Chiclayo)
E-mail: vicjaen@derechoshumanos.pe
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CUSCO
APORVIDHA
Asociacin por la Vida y la Dignidad Humana
Directora: Iscra Chvez
Telefax: (084) 241-209
Direccin: Av. Tupac Amaru N Q-15, 4to piso, Urb. Progreso
E-Mail: aporvidha@derechoshumanos.pe
CODEH- CANAS
Comit de Derechos Humanos de Canas
Representante: Cupertino Ramos Castro
Telfono: (084) 792012
Direccin: Av. Tpac Amaru 270 - Yanaoca
E-mail: cuper1160@hotmail.com
CODEH- CHUMBIVILCAS
Comit de Derechos Humanos de Chumbivilcas
Presidente: Mauro Caldern
Telfono: (084) 83-0423 Telf. Pblico
Direccin: Parroquia Santo Tomas - Chumbivilcas
CODEH- ESPINAR
Comit de Derechos Humanos de Espinar
Presidente: Yolanda Flores
Telfono: 084 30-1113
Direccin: Parroquia Santa Ana Calle Zela s/n - Espinar
E-mail: yflores_5@hotmail.com
MCPDHQ
Movimiento Cristiano Pro Derechos Humanos de Quillabamba
Responsable: Saulo Covarrubias Casaverde
Telf.: (084) 281-426 / 281-022
Direccin: Av. Ricardo Palma 442, La Convencin Quillabamba
E-mail: mcpdhq@derechoshumanos.pe, cristiano.movimiento@yahoo.com

VICARIA DE LA PRELATURA DE SICUANI
Directora: Concepcin Salazar Farfn
Telf.: (084) 351-356 Fax: 352-542
Direccin: Jr. Hiplito Unanue 236, 3er piso - Sicuani
E-mail: visopsic@derechoshumanos.pe
DERECHOS HUMANOS SIN FRONTERAS
Presidente: Jaime Borda Pari
Telf: 084 242115
Barrio Profesional A8 Cusco
E-mail: dhsf@derechoshumanos.pe
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Informe ANUAL 2012-2013 196
JUNIN
CEIDHU
Centro de Iniciativas para el Desarrollo Humanos
Directora Ejecutiva: Edith Goytenda
Telf.: (064) 224-747
Direccin: Jr. Arequipa 430 Of. 302 - Huancayo
E-mail: ceidhu@hotmail.com
PASDIH (INVITADO PERMANENTE)
Pastoral de Dignidad Humana Arzobispado de Huancayo
Coordinador: Nilton Velasco Lvano
Telefax: (064) 798542
Direccin: Jr. Lima 415 - Huancayo
E-mail: passdiharzohyo@hotmail.com pasdij_hyo@hotmail.com
HUANCAVELICA
CITAQ (INVITADO PERMANENTE)
Asociacin Civil Citaq
Representante: Alberto Garma Malpartida
Telfono: (067) 368-662
Direccin: Av Escalonada N 149, San Cristbal Huancavelica
E-mail: citaqperu@yahoo.com
HUANUCO
CODHAH
Comisin de Derechos Humanos Alto Huallaga
Director Ejecutivo: Rosalia Storck Salazar
Telf.: (062) 488-382
Direccin Jr. Grau 319 Aucayacu
E-mail: codhah@derechoshumanos.pe
CODEH- PACHITEA
Comit de Derechos Humanos de Pachitea
Presidente: Mauro Tulio Quispe Calla
Direccin: Mercado de Abastos de Panao Pachitea
E-mail: codehpachitea-peru@yahoo.com
IREPAZ
Instituto Regional para la Paz
Directora Ejecutiva: Nidia Alegra Herrera
Telfono: (062) 512-074
Direccin: Prolongacin Pedro Barroso Nro 208- Las Moras, Hunuco
E-mail: irepazperuano@yahoo.es
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JATARISHUN
Movimiento Jatarishun
Directora Ejecutiva: Mnica Mirabal Berrospi
Telfono: (062) 96254-2567
Direccin: Jr. Progreso 364 Hunuco
E-mail: movjatarishun@yahoo.es
ICA
CODEH- ICA
Comisin de Derechos Humanos de Ica
Presidente: Gustavo Echegaray Aguirre
Telefax: (056) 239-674
Direccin: Jr. Cutervo 124 - Ica
E-mail: codehica@terra.com.pe

LAMBAYEQUE
COSDEJ
Comisin de Solidaridad, Desarrollo y Justicia
Director: Norbel Mondragn
Telefax: (074) 229-624
Direccin: Av. Lora y Cordero 1120 - Chiclayo
E-mail: cosdejdh@hotmail.com
LA LIBERTAD
CODDEH- SNCHEZ CARRIN
Comit de Defensa de los Derechos Humanos de la provincia de Snchez Carrin
Presidente: Monseor Sebastian Ramis
Vicepresidenta: Genera Prado
Telfono: (044) 441-214 (obispado)
Direccin: Jos Balta 555 Huamachuco
CODEH- TAYABAMBA
Comit de Derechos Humanos de Tayabamba
Encargado: Carlos Federico Villarreal Gonzles
Direccin: Jr. Sucre 393, Tayabamba Pataz. La Libertad.
COPREPAS
Comisin Prelatural de Pastoral Social de Huamachuco
Director: Padre Wilder Henriquez Ledesma
Telfono: (044) 440-229 (oficina de ODEC)
Direccin: Pasaje Damin Nicolau 101, Humachuco
E-mail: prelaturahuamachuco@hotmail.com
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CODDHT
Comit de Defensa de Derechos Humanos de Taurija
Presidente: Rosario Torres
Telfono: (044) 797-831
Direccin: Esquina Sucre y Anselmo Hoyle 120 Taurija
SEDYS
Servicio Educativo para el Desarrollo y la Solidaridad
Director: Csar Mariano Figueroa Vergara
Telefax: (044) 446-322
Direccin: Calle San Martn N 3 Laredo, Trujillo
E-mail: sedys@derechoshumanos.pe, sedystrujillo@gmail.com
PROYECTO AMIGO
Proyecto Amigo Oficina de Derechos Humanos
Presidente: Mario Vidori
Directora: Nury Garca Crdova
Telfono: (044) 440-086
Direccin: Jr. Alfonso Ugarte 854 Huamachuco
E-mail: nurygac@terra.com.pe/ casamarcelino@terra.com.pe
Web: proyectoamigo.blogspot.com/
LIMA
APRODEH
Asociacin Pro Derechos Humanos
Director Ejecutivo: Gloria Cano Legua
Telf.: (01) 424-7057, 431-0482 / 431-4837 / 332-5995 Fax: 431-0477
Direccin: Jr. Pachactec 980 - Jess Mara
E-mail: postmast@aprodeh.org.pe Pgina Web.: www.aprodeh.org.pe
CAAAP
Centro Amaznico de Antropologa y Aplicacin Prctica
Directora: Ada Chuecas
Telf.: (01) 461-5223 / 460-0763 Fax: 463-8846
Direccin: Gonzles Prada 626 - Magdalena del Mar
E-mail: caaapdirec@amauta.rcp.net.pe
CAPS
Centro de Atencin Psicosocial
Directora: Jacquely Fontela Salinas
Telf.: (01) 462-1600 462-1700
Direccin: Jr. Caracas 2380 Jess Mara
E-mail: psico@caps.org.pe
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CEAPAZ
Centro de Estudios y Accin para la Paz
Director Ejecutivo: Ernesto Alayza
Telf.: (01) 463-5000
Direccin: Juan Roberto Acevedo 330 Pueblo Libre
E-mail: ceapaz@ceapaz.org
CEDAL
Centro Derechos y Desarrollo
Director Ejecutivo: Luis Miguel Sirumbal
Telf.: (01) 205-5730 Fax: 205-5736
Direccin: Jiron Huayna Cpac 1372 Jess Mara
E-mail: cedal@cedal.org.pe
CENIA
Centro Andino de Investigaciones Antropolgico Forenses
Directora: Mara Ins Barreto
Telfono: (01) 623-7057
Direccin: Av. Precursores 532 Maranga, Lima
E-mail: ceniaforense@yahoo.com
CEDET
Centro de Desarrollo tnico
Director: Oswaldo Bilbao
Telfono: (01) 330-2653
Direccin: Av. Bolivia 567 Brea, Lima
E-mail: cedetdir@gmail.com
CENCA
Instituto de Desarrollo Urbano
Director Ejecutivo: Jess Quispe Romero
Telfono: (01) 421-5866 Fax 266-0012 anexo 21
Direccin: Jr Coronel Zegarra 426, Jess Mara, Lima
E-mail: direccin@cenca.org.pe
CODEH- EL AGUSTINO
Comisin de Derechos Humanos del El Agustino
Responsable: Nely Carasa
Telfono: (01) 327-0483
Direccin: Renn Olivera 249 El Agustino
E-mail: parroquia@virgendenazareth.com, codeh_agustino@hotmail.com
CODEH- HUACHO
Comit de Defensa de los Derechos Humanos de la Dicesis de Huacho
Secretario Ejecutivo: Jorge Guerra
Telefax: (01) 232-3919
Av. Grau s/n. Obispado de Huacho - Huacho
E.mail: codehuacho@derechoshumanos.pe
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COFADER
Comit de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Refugiados
Presidenta: Margarita Pomajambo Fernndez
Telf.: (01) 636-9960
Direccin: Andamarca N 108 Urb. Tahuantinsuyo Independencia
E-mail: margaritapomajambo@hotmail.com
COMISEDH
Comisin de Derechos Humanos
Director Ejecutivo: Pablo Rojas Rojas
Telfono: (01) 330-5255
Telefax: (01) 423-3876
Direccin: Av. Horacio Urteaga 811 Jess Mara, Lima
E-Mail: oficina.lima@comisedh.org.pe
COOPERACCION
Accin Solidaria para el Desarrollo
Director: Julia Cuadros Falla
Telfono: (01) 444-0316 / 444-5385
Direccin: Jr. Berln 1353 Miraflores, Lima
E-mail: cooperaccion@cooperaccion.org.pe
Web: www.cooperaccion.org.pe
DEMUS
Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer
Directora: Mara Isabel Cedano
Telfono: (01) 463-1236 / 463-8515
Direccin: Jr. Caracas 2624 Jess Mara, Lima
E-mail: demus@demus.org.pe
Web: www.demus.org.pe
EPAF
Equipo Peruano de Antropologa Forense
Presidente: Jos Pablo Baraybar
Telefax: (01) 261-5471
Direccin Postal: Apartado 868 Lima 18
E-Mail: epaf_peru@yahoo.com
FSP
Forum Solidaridad Per
Director: Rmulo Torres Seoane
Telfono: (01) 207-6840 / 207-6843 / 207-6845 / 207-6847 / 207-6850
Fax: (01) 261-7619
Direccin: Jr. Daniel Olaechea 175 Jess Mara, Lima
E-mail: psf@psf.org.pe
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FEDEPAZ
Fundacin Ecumnica para el Desarrollo y la Paz
Directora Ejecutiva: David Velazco Rondn
Telefax. (01) 425-0209 / 425-0211
Direccin: Av. General Garzn N 1253 alt cdra 12 Av. Brasil
Jess Mara
E-mail: fedepaz@fedepaz.com.pe
IDL
Instituto de Defensa Legal
Director Ejecutivo: Glatzer Tuesta Altamirano
Telf. (01) 617-5700 Fax
Direccin: Av. Parque Norte 829 Urb. Corpac San Isidro
E-mail: idl@idl.org.pe
IPEDEHP
Instituto Peruano de Educacin en Derechos Humanos y la Paz
Director: William Lpez Prieto
Telf.: (01) 616-8200
Direccin: Comandante Jimnez 489 Magdalena del Mar
E-mail: ipedehp@ipedehp.org.pe
LUNDU
Centro de Estudios y Promocin Afroperuanos
Directora: Mnica Carrillo Prieto
Telfono: (01) 628-3764
Direccin: Av. Bolvar 138 A Pueblo Libre, Lima
E-mail: lundu@lundu.org.pe
MOVIMIENTO MANUELA RAMOS
Directora: Mara Elena Reyes Melndez
Telfono: (01) 423-8840
Fax: 431-4412
Direccin: Av. Juan Pablo Fernandini 1550 Pueblo Libre, Lima
E-mail: postmast@manuela.org.pe
Web: www.manuela.org.pe
MHOL
Movimiento Homosexual de Lima
Director Ejecutivo: Giovanny Manuel Romero Infante.
Telfono: (01) 433-5314
Direccin: Mariscal Miller 828 Jess Mara, Lima
E-mail: estafeta@mhol.org.pe
Web: www.mhol.org.pe
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Informe ANUAL 2012-2013 202
OFIP
Oficina de los Derechos Humanos del Periodista
Responsable: Roberto Mejia
Telf.: (01) 427-0687 Fax: 427-8493
Jr. Huancavelica 320 of. 501 5to. Piso - Lima
E-mail: anp@amauta.rcp.net.pe, ofip@hotmail.com / Pag. Web: www.cronicaviva.com.pe
PAZ Y ESPERANZA
Asociacin paz y Esperanza Ministerio Diaconal
Director: Germn Vargas
Telf.: (01) 463-3300
Direccin: Jr. Herminio Valdizn 681 Jess Mara
E-Mail: aspazes@pazyesperanza.org
REDINFA
Red para la Infancia y la Familia- Per
Presidenta: Rosalia Chauca Sabroso
Telefax: (01) 274-8012 477-4855
Direccin: Av. Brasil 1650 Of.101 Pueblo Libre
E-mail: redinfa2007@gmail.com.pe
RUNA
Instituto Runa de Desarrollo y Estudios sobre Gnero
Directora: Bellisa Anda Prez
Telefax: (01) 578-0068
Direccin: Calle Eugenio de la Torre 191, 1era etapa Maranga San Miguel
E-mail: runa@runa.org.pe
SER
Asociacin Servicios Educativos Rurales
Director: Roger Agero
Telfono: (01) 472-7950 / 472-7937 / 470-1734
Fax: (01) 471-6138
Direccin: Mayta Cpac 1329 Jess Mara, Lima
E-mail: postmast@ser.org.pe
ASOCIACIN GUARANGO CINE Y VIDEO
Presidente: Ernesto Cabellos
Telf: 460-1135
Jr. Cayetano Heredia 785, Int. 2
Jess Mara
DAR DERECHO, AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES
Director Ejecutivo: Csar Gamboa
Telf: 266- 2063
Jr. Coronel Zegarra N260
Jess Mara
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 203
LIMA - INVITADOS PERMANENTES
ASFADEL
Asociacin de Familias Desplazadas de Lima
Responsable: Tefilo Orozco
Direccin: Glvez Chipoco 340 Dpto. 9 - Lima
CONFENADIP
Confederacin Nacional de Discapacitados del Per
Presidente: Wilfredo Guzmn Jara
Telfono: (01) 460-6903 / 592-3559 Anx 104
Direccin: Calle San Marcos 124 Pueblo Libre, Lima
E-mail: proyectoconfenadip@yahoo.com
Web: www.confenadip.org
CEAS
Comisin Episcopal de Accin Social (INVITADO PERMANENTE)
Secretaria Ejecutiva: Humberto Ortiz
Telfs.: (01) 471-0790 / 472-3715 / 472-4712 / 471-2806 Fax: 471-7336
Direccin: Av. Salaverry No.1945 - Jess Mara
E-mail: ceas@ceas.org.pe
CONEP
Concilio Nacional Evanglico del Per
Director: Vctor Arroyo
Telefax.: (01) 431-4022
Direccin: Jr. Huaraz 2030 Pueblo Libre
E-mail: conep@speedy.com.pe, conepperu@gmail.com
GIN
Grupo de Iniciativa Nacional por los Derechos del Nio
Directora: Maria Watson
Telefax: (01) 461-0402
Direccin: Jr. Martn Prez 866 - Magdalena del Mar
E-mail: gin@terra.com.pe
SECCIN PERUANA DE AMNISTIA INTERNACIONAL
Director: Juan Carlos La Puente Tapia
Telf.: (01) 241-5625 Telefax: 447-1360
Direccin: Enrique Palacios 735 Int. A - Miraflores
E-Mail: direccion@amnistiaperu.org.pe
Web: amnistia.org.pe
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Informe ANUAL 2012-2013 204
LORETO
CODHP
Comit de Derechos Humanos del Distrito del Putumayo
Coordinador: Javier Retegui
Telfono: (065) 811-615 / 812-228 (comunitarios)
Direccin: Calle 28 de Julio s/n El Estrecho Putumayo, Maynas
E-mail: jreategui60@hotmail.com
COMISIN DE DERECHOS HUMANOS DEL VICARIATO APOSTLICO
DE SAN JOS DEL AMAZONAS
Coordinadora: Jorge Luis Gutirrez Martnez
Telfono: (065) 253-630
Telefax: (065) 251-922
Direccin: Calle Edilberto Valles 964 Punchana, Maynas
E-mail: cdhvsja@exploratelmex.com.pe
VICARIATO APOSTOLICO DE IQUITOS (INVITADO PERMANENTE)
Sub. Comisin de Justicia y Paz Derechos Humanos Vicariato de Iquitos
Coordinadora: Carmen Rosa Arvalo Salas
Telfono: (065) 600-042
Direccin: Putumayo 318 (Plaza de Armas) Iquitos
E-mail: cjpdhvai@derechoshumanos.pe
MOQUEGUA
CODEH- ILO
Comit de Derechos Humanos de Ilo
Presidente: Donald Zevallos Butron.
Telefax: 953 648094, 953-630698, 988-665598
Direccin: Jr. Dos de Mayo 618 Ilo
E-mail: maribel.retamoso@hotmail.com
PASCO
CODEH- PASCO
Comit de Derechos Humanos de Pasco
Presidente: Vctor Jess Vergara Espritu
Telefax: (063) 421-744
Direccin: Jr. Bolognesi 415 Cerro de Pasco
E-mail: codehpasco_2006@yahoo.com
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DIEZ aos del Informe Final de la CVR 205
PIURA
DICESIS DE CHULUCANAS AREA DE JUSTICIA Y PAZ
rea de Justicia y Paz del Centro Pastoral Diocesano la Sagrada Familia
Coordinador: Luis Martn Vidal Nez
Telfono: (073) 378-616
Direccin: Av. Ramn Castilla s/n (Frente al AH Vate Manrique) Chulucanas
E-mail: jpazchulucanas@gmail.com
PUNO
ADLPS
Asociacin de Defensa Legal y Promocin Social
Sub Director: Alberto Quintanilla
Telefax: (051) 326-965
Direccin: Jr. Jorge Chvez 253 Juliaca
E-mail: aquinta23@hotmail.com
ASOCIACIN DERECHOS HUMANOS Y MEDIO AMBIENTE
Presidente: Cristbal Yugra Villanueva
Telfono: (051) 36-9320
Direccin: Jirn Arequipa 345, 5to Piso, Puno
E-mail: derechoshumanospuno@yahoo.es
CEDEH
Centro de Desarrollo Humano
Presidente: Oscar Canales
Telf.: (051) 369-146
Direccin: Jr. Cajamarca 515, 4to piso - Puno
E-mail: cedehpuno@yahoo.es
FEDERH
Asociacin Fe y Derechos Humanos
Presidente: R.P. Luis Zambrano
Director: Edwin Poir Huanta
Telfono: (051) 366-940
Direccin Ofic. Principal: Jr. Puno 563 Puno.
Direccin Ofic. Descentralizada: Jr. Elas Aguirre 175 Juliaca
E-mail: federhpuno@hotmail.com
ISADH
Instituto Sur Andino de Derechos Humanos
Presidente: Csar Rodrguez Aguilar
Telfono: (051) 326-304
Direccin: Jr. Brasil B-15, Lote 2, Urbanizacin Taparachi Juliaca
E-mail: isadhpuno@hotmail.com
Web: www.isadh.org.pe
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Informe ANUAL 2012-2013 206
SAN MARTN
CODEH- MOYOBAMBA
Comit de Derechos Humanos de Moyobamba
Director: Gregorio Rafael Altamirano
Telf.: (042) 56-2217
Direccin: Jr. Apurmac 385 - Sector Ingainal-Kkuyllucucha Moyobamba
UCAYALI
CODEH- PUCALLPA
Comisin de Derechos Humanos de Pucallpa
Director: Padre Grald Veilleux
Telfono: (061) 572-639
Direccin: Jr. Aguaytia N 697- San Fernando, Distrito de Manantay, Pucallpa
E-mail: vicpucal@derechoshumanos.pe, codehpucallpa@gmail.com
OAS PUCALLPA
Organizacin de Accin Social de Ucayali
Director: Roberto Lee Apac
Telfono: (061) 601-181
Direccin: Av. Per s/n CP Nuevo San Juan, Manantay, Pucallpa
E-mail: asesorialegal_oas@hotmail.com
TACNA
ADEHSUR
Asociacin de Derechos Humanos del Sur
Director: David Pereira Flores
Telfono: 052-426174
Direccin: Calle Deustua 302 Tacna
E.mail: ADEHSUR@hotmail.com

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