Idea 1: la clave está en contagiar

Hay una verdad contra la que luchamos desesperadamente todos los que enseñamos algo.

Intentamos negarla.

Otras veces la disfrazamos de otras cuestiones (cansancio, apatía, desinterés…).

Pero está ahí, acechando, nos guste o no nos guste.

Y esa verdad es: no podemos obligar a nadie a aprender si no quiere.

Así de simple. NO – SE - PUEDE.

Lo que pasa es que históricamente encaramos mal este tema. Queremos CONVENCER a las personas de lo importante/necesario/maravilloso/único/increíble que es lo que estamos enseñando.

Pero no tenemos que convencer ni podemos convencer a nadie.

Lo que tenemos que hacer es CONTAGIAR.

Entusiasmar, apasionar, hacer que el otro se muera de ganas de aprender!

Y cómo hacemos eso? Acá van unas ideas muy sencillas.

1)     ENTUSIASMATE!

Recordá que NADIE DA LO QUE NO TIENE.

Si lo que enseñás no te apasiona ni te parece importante/necesario/maravilloso/único/increíble… bueno, no hay manera.

Buscá reconectar con esa pasión, recordar qué te gusta, por qué estudiaste eso, entusiasmarte!

2)      DISEÑA EXPERIENCIAS Y NO CLASES.

¿Qué tienen que VIVIR los alumnos para aprender? (no qué tengo que decir ni hacer yo como docente).

Es necesario cambiar el enfoque con el que nos enseñaron a diseñar clases: objetivo general, objetivo específico, momentos de exposición, actividad de aplicación..

Nuevos tiempos demandan una NUEVA DIDÁCTICA.

Una didáctica que contagie pasión, que involucre al otro en la construcción, que tenga menos estructura fija y un poco más de alegría.

Una didáctica que rescate los emergentes y transforme la clase en una conversión.

Y, sobre todo, una didáctica que nos invite a salir de la conocida zona de confort, a probar algo nuevo para ver cómo funciona y a hacer una "didáctica en vivo" como enseña la gran Mariana Maggio.

3)     ENSEÑA CON TODO TU CUERPO.

Enseñar con pasión requiere cuerpo, no sólo cabeza. Sobre todo, en entornos virtuales.

La enseñanza no es una transferencia de conocimiento de cabeza a cabeza!

La enseñanza es la puesta en juego de cuerpo, mente y emociones para que el otro quiera poner su humanidad entera a disposición del aprendizaje!

Estarán pensando que ya enloquecí… cómo vamos a poner el cuerpo cuando no enseñamos de manera presencial?

Se puede!

Movete, rompé con la quietud del “estar sentado frente a la computadora”, parate, mové los brazos y las manos. Hablá un poco más fuerte de lo habitual. Hacé cambios en el tono de voz, pausas, resaltá lo importante (sin decir “esto es importante o entra en el examen!!”).

Y sobre todo DIVERTITE! Y permití que el otro vea y sienta tu diversión.

Puede ser que la primera vez que lo hagas te sientas bastante incómodo/a (por no decir estúpido/a) pero confiá en que es por ahí!

Y para cerrar este tema, les sugiero ver “El espejo tiene dos caras”. Es una peli viejita y llena de algunos lugares comunes con respecto al romance, pero que muestra claramente la pasión y el humor en la enseñanza.

¿Qué opinan de esta idea de contagiar? ¿Alguno probó estas ideas y quiere contarnos su experiencia?