¿A veces te da pereza tomarte la píldora anticonceptiva diaria o detestas el siempre incómodo momento en el que hay que ponerse el condón?
Pues tras darte este corto tour por algunos de los métodos anticonceptivos más oscuros, chiflados y hasta peligrosos de la historia, te alegrarán las opciones que tienes en el siglo XXI.
1. Acuclillarse y estornudar
En la Grecia antigua estaban convencidos de que brincar y acuclillarse inmediatamente después de una sesión amorosa evitaba que el esperma entrara en el útero de las damas.
Y un estornudo consolidaba la misión.
2. Testículos de comadreja
(Foto:Shutterstock)En el Oscurantismo europeo pensaban que si una mujer se amarraba testículos de comadreja a la pierna se protegería de embarazos indeseados.
Para ser justos, pocas cosas inspiran menos pasión que ver que la dama de tus sueños tiene los testículos de un animal colgando de una pierna.
3. Agua de herrero
No conformes con la técnica de brincar y acuclillarse, los antiguos griegos también aconsejaban tomarse los residuos tóxicos de los herreros, es decir, el agua que usaban para enfriar sus herramientas.
De alguna manera se puede decir que era efectivo pues contenía mucho plomo.
Así que era anticonceptiva, pero sus efectos secundarios eran náusea, insuficiencia renal, convulsiones, coma y muerte.
Lo más asombroso es que una versión de esa técnica seguía usándose hasta la Primera Guerra Mundial, cuando las mujeres se iban a trabajar como voluntarias en fábricas con plomo, sólo para que las mantuviera estériles.
4. Caca de cocodrilo
Los antiguos egipcios empezaron por buen camino.
Se dieron cuenta de que nadie iba a quedar preñado si podían crear algún tipo de barrera allá abajo.
Fue uno de esos momentos en los que se le prendió el bombillo a la humanidad, y casi inmediatamente se fundió cuando surgió la idea de que la barrera ideal sería miel con caca de cocodrilo.
Por suerte, lo que sobrevivió fue el concepto, en la forma de diafragma, no la manera de realizarlo.
5. Té de testículos
Sí, testículos una vez más.
En este caso, fueron los canadienses del siglo XVI los que molían los de los castores hasta reducirlos a un polvo fino que le añadían a una potente mezcla de bebidas alcohólicas.
Presuntamente era tan efectivo como colgarse testículos de comadreja, pero tenía la (des)ventaja de que terminabas completamente borracho.
6. Intestinos animales
En otras palabras, el condón original.
Antes de los preservativos con sabor a frambuesa (entre gustos no hay disgustos), te tenías que conformar con intestinos de animales.
Uno de los registros históricos más antiguos de condones hechos con intestino de cerdo viene acompañado incluso de un útil manual, que sugiere remojarlos en leche caliente antes de usarlos.
7. El limón de Casanova
(Foto:Shutterstock)