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Autora: Shatzy Sullka Padilla

 

En menos de una década, la nueva variedad de achachairú, denominada selecto, le cambió la vida a los fruticultores, al permitirles aumentar su producción. De las 2.000 hectáreas de plantaciones existentes en el departamento de Santa Cruz, 1.950 están sembradas con la variedad selecto, que fue desarrollada y liberada por investigadores del Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT).

El achachairú (Garcinia humilis) que, en guaraní significa besito de miel, es una fruta nativa de Bolivia. Tiene una piel gruesa de color dorado-anaranjado que, al madurar, se torna anaranjado-rojizo. Cuando se abre el fruto, ofrece una deliciosa pulpa blanca y blanda que cubre sus semillas y tiene un sabor agridulce.

Lo que hace especial a esta variedad de achachairú llamada selecto es que tiene menos semillas, más pulpa, y esta es más dulce que otras variedades. Así, se ha convertido en un fruto sobresaliente con un gran potencial para uso comercial.

En todos los frutos de cualquier especie, sea este de clima templado, como lo es el achachairú, lo más importante es la calidad del fruto en sabor, textura y aroma que, en gran parte, resultan de la relación de los grados brix o azúcares con el porcentaje de acidez: mientras más alto es el valor de esta relación, mejor es el sabor.

El achachairú selecto presenta un balance favorable de sabor, suave pero intenso al mismo tiempo, además de tener un aroma y fragancia agradables que atraen al consumidor para comerlo en grandes cantidades.

El CIAT inició el estudio del rubro del achachairú en el año 1.989, en cooperación con la Misión Británica en Agricultura Tropical (MBAT), realizando una investigación denominada “Estudio preliminar de la diversidad morfológica, distribución, producción y comercialización del achachairú (Rheedia spp) en el departamento de Santa Cruz“. Este documento fue publicado como tesis de grado en el año 1990 y ayudó a establecer la potencialidad y la importancia económica como también social de esta fruta nativa.

Otra investigación fue la de un tesista de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, la cual, en 1992, caracterizó 12 ecotipos, es decir, 12 variedades de achachairú de las distintas macroregiones de Santa Cruz, siendo esto algo importante para el avance de la producción de esta fruta. Con el tiempo, esa tesis se convirtió en el libro “El cultivo de achachairú. Manual de recomendaciones“, publicado en el año 2006.

En la década de los años 1980, la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA) junto al ingeniero experto en fruticultura tropical Ichiro Kundera y el ingeniero técnico del Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT) Daniel Ardaya, habían tomado la iniciativa de darle mayor importancia comercial como alimenticia a los rubros nativos en Bolivia, entre ellos, al achachairú. Desde ese año en adelante se fueron realizando diferentes investigaciones en el rubro.

 

El Ing. Juan Ramón Huayhua, gerente del Proyecto de Frutales y Perennes, muestra una investigación sobre el cultivo de achachairú.

El investigador Daniel Ardaya, anterior responsable del Proyecto de Frutales y Perennes del CIAT, señala en su libro “El cultivo de achachairú. Manual de recomendaciones“: “Tenemos la seguridad de que el achachairú (Garcinia sp), en un plazo no muy lejano, se constituirá en un preciado legado de la naturaleza para ser compartido con todo el mundo. Hasta ahora, los productos de este frutal tienen un buen comportamiento en el comercio de frutas frescas del mercado local y nacional, y existen pequeñas experiencias en el mercado externo que lo convierten de alguna forma en un producto promisorio. Bajo estos conceptos, el libro encierra todos los aspectos técnicos hasta ahora desarrollados por las investigaciones realizadas en las Estaciones Experimentales del CIAT y las experiencias de investigación participativa en las fincas de los productores”.

Durante los estudios de caracterización de los 12 ecotipos de variedades, se seleccionó al achachairú selecto como variedad de uso comercial, por sus características sobresalientes entre los otros tipos de esta fruta nativa.

El CIAT, paralelamente a la investigación y la publicación del manual de achachairú, decidió patentar la variedad selecto para tener los derechos exclusivos de la producción y el consumo. Es así que en el año 2007 inscribió esta variedad ante el Consejo Regional de Semillas, actualmente conocido como el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria Forestal (INIAF) .

En el periodo 2004- 2006, el CIAT había participado en varios proyectos impulsados por el gobierno nacional. Uno de ellos fue el Proyecto de Innovación Tecnológica Aplicada (PITA) en el municipio de Porongo, en el cual el del achachairú fue galardonado con el primer premio. Este proyecto consistió en la producción de achachairú tipo selecto para 50 familias durante dos años de ejecución, con una inversión de 99.000 dólares. Así, se empezó a industrializar la extracción de la semilla y la pulpa para congelarlas y posteriormente producir mermeladas, helados, jugos, licores, entre otros. Y también se empezó a comercializar el achachairú como fruta fresca.

El Ing. Juan Ramón Huayhua explica en este audio cómo fue el proceso para obtener la variedad del achaicharú selecto.

«La Estación Experimental en Saavedra del CIAT cuenta con un vivero donde se realiza el manejo de propagación del cultivo de diferentes frutales, entre ellos, el achachairú. Se trata de un vivero de dos hectáreas, actualmente solo con plantines del achachairú selecto. Estos tienen entre 1 y 3 años de edad y se los vende, de acuerdo a su tamaño, a los diferentes fruticultores de Santa Cruz. El más pequeño (1 año) cuesta 12 Bs, mientras que el de mediana edad (2 años) vale 15 Bs, y el más grande (3 años), 18 Bs», informa la ingeniera Aidé Balderrama, técnica del Proyecto de Frutales y Perennes.

Escucha este audio y conoce los centros de Investigación del CIAT para el cultivo del achachairú.

Los beneficiarios directos de los proyectos de investigación de achachairú en el CIAT son los medianos y pequeños fruticultores de las diferentes macroregiones y municipios del departamento de Santa Cruz. Entre ellos están los municipios de Porongo, La Guardia, Montero, Portachuelo, Buena Vista, Okinawa, San Carlos, Yapacaní y San Juan, todos ellos del Norte Integrado. En la Chiquitania, se produce achachairú en los municipios de San Javier, San Ignacio de Velasco, Concepción, Roboré y Santiago de Chiquitos.

Dependiendo de las condiciones del clima, se puede cosechar anualmente entre 15 y 20 toneladas de achachairú por hectárea. El investigador Juan Ramón Huayhua cita que, en Porongo, de un solo árbol se puede sacar hasta 4 mil frutos o más, y cada una de las frutas puede alcanzar un peso de 50 gramos. La cantidad de frutos cosechados por cada árbol con la variedad selecto está en función al manejo agronómico que le dé cada fruticultor.

En total, se cosecha entre 7.000 y 15.000 toneladas de achachairú por año en Santa Cruz. El ingeniero Juan Ramón Huayhua estima que el rubro del cultivo del achachairú genera entre 10 y 20 millones de bolivianos anuales y dice que tiene un potencial mucho más grande. «A esta actividad productiva se la debe acompañar con investigación, transferencia de tecnología y manejo integrado, como lo está haciendo el CIAT», afirma el investigador.

El Proyecto de Frutales y Perennes del CIAT ha contribuido a mejorar e incrementar la producción a nivel comercial del achachairú con la producción de la variedad selecto y aportando con investigaciones, ponencias, talleres y recomendaciones de un buen manejo integrado para el cultivo del mismo. Se ha evidenciado que la fruta es consumida con mucho agrado por gente que vive en Santa Cruz y viajeros que visitan la región, por lo que se puede deducir que existe un mercado potencial en los demás departamentos y países.

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