Inquebrantable (2016), de Stephen Shin

Una película que podría verse como una secuela tardía de Carros de fuego, pues sigue la trayectoria del escocés Eric Liddell, atleta campeón olímpico en 1924, que se negó a correr en domingo por motivos de conciencia, una vez retirado de la competición y convertido en misionero cristiano en China. La cinta que codirigen Stephen Shin y Michael Parker muestra su labor misionera en ese país, dedicado de modo especial a los niños y huérfanos, y cómo conoce a su esposa con la que tiene tres hijas. La invasión japonesa y el estallido de la Segunda Guerra Mundial aconseja el traslado de mujer e hijas al Reino Unidos, mientras Eric sigue con su labor benemérita, aunque acaba encerrado en un campo de prisioneros.

No era mala la idea del film, y cuenta con el protagonismo de un actor de renombre, Joseph Fiennes, quien ya encarnó antes a otro personaje religioso real en Lutero. La pena es que la narración resulta un tanto cansina, todo avanza como a trompicones, con el recurso no muy habilidosos a la voz en off de un ayudante y chófer chino, y los momentos más emotivos no lo son tanto como debieran.

De todos modos hay algún momento vibrante, sobre todo las dos carreras con uno de los oficiales japoneses al frente del campo, que permiten evocar Carros de fuego y el espíritu olímpico.