Los casos de infecciones de garganta por estreptococo se recuperaron en los EE. UU. luego de una tendencia a la baja durante la pandemia de COVID-19.
La faringitis estreptocócica es altamente contagiosa infección bacteriana causada por Streptococcus pyogenes, que puede causar dolor de garganta, fiebre, dolor de cabeza e inflamación de los ganglios. Si no se trata, la infección puede causar más complicaciones, como inflamación renal o fiebre reumática, según la Clínica Mayo.
Usar datos compilado durante los últimos años por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, investigadores de Epic Research encontrado que las infecciones de garganta por estreptococo, al igual que otras enfermedades infecciosas, cayeron significativamente (alrededor del 25 %) en 2020 y se mantuvieron bajas durante 2021.
Los investigadores notaron que esta caída coincidió con las precauciones pandémicas de COVID-19.
Las infecciones de garganta por estreptococo suelen seguir un patrón estacional, aumentando en septiembre y alcanzando su punto máximo alrededor de febrero antes de que los casos comiencen a disminuir nuevamente. En septiembre de 2022, cuando se levantaron la mayoría de las restricciones pandémicas, las infecciones por estreptococos comenzaron a aumentar y, para febrero de 2023, se encontraban en los niveles más altos vistos desde febrero de 2017.
De hecho, los encuentros de faringitis estreptocócica en febrero de 2023 fueron casi un 30 % más altos que el pico anterior en 2017.
Si bien la faringitis estreptocócica se diagnosticó con mayor frecuencia en niños de 4 a 13 años, todos los grupos de edad vieron un aumento en los casos de estreptococo.
El Dr. Marc Siegel, profesor de medicina en el Centro Médico Langone de la NYU, les dijo a Fox News que este aumento de casos podría atribuirse a otras enfermedades respiratorias que circulan entre la población.
“El reciente ataque de virus, incluido el COVID-19, ha debilitado el sistema inmunológico de las personas”, dijo Siegel, según Fox News.
Los investigadores observaron un patrón similar con otras enfermedades respiratorias, como la influenza y el RSV. Los casos de estas enfermedades relacionadas con el virus se redujeron significativamente durante las precauciones pandémicas y comenzaron a aumentar el otoño pasado.
Los funcionarios de salud del estado de Maryland advirtieron sobre el aumento de los casos de faringitis estreptocócica y aconsejaron a los padres que estén atentos a los síntomas que muestran sus hijos.
“Para todos los padres, conocen a su hijo mejor que nadie. Si algo anda mal con el niño, especialmente si no está comiendo bien porque tiene mucho dolor de garganta o no tiene tanta energía, llame al pediatra”, Panagis Galiatsatos, profesor asociado de medicina en John Hopkins Medicine, les dijo a WMAR 2 Noticias.
Dado que la faringitis estreptocócica es causada por una infección bacteriana, generalmente se puede tratar de manera efectiva con antibióticos.
“Los antibióticos para la faringitis estreptocócica reducen la duración de la enfermedad y evitan que la infección se vuelva más grave y se propague a otras partes del cuerpo”, dijo la Dra. Shana Johnson, médica de medicina física y rehabilitación en Scottsdale, Arizona, les dijo a Fox News.
“Si tiene faringitis estreptocócica, quédese en casa hasta que ya no tenga fiebre y haya tomado antibióticos durante al menos 24 horas”, advirtió Johnson.
Además, los médicos recomiendan que las personas con infecciones estreptocócicas se laven las manos con frecuencia con agua y jabón, eviten compartir utensilios para comer y se cubran la boca y la nariz al estornudar o toser, para no contagiar la infección a otras personas.
Las personas con sobrepeso y obesas, en particular, deben tener cuidado con las personas infectadas con enfermedades respiratorias. Como anteriormente reportaron por The Dallas Express, la obesidad contribuye a un sistema inmunológico debilitado, lo que hace que las personas obesas sean más susceptibles a enfermedades como influir y faringitis estreptocócica.
Un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina revela que “existe un bucle de retroalimentación positiva entre la inflamación local en el tejido adiposo y la respuesta inmunitaria alterada en la obesidad, y ambas contribuyen al desarrollo de complicaciones metabólicas relacionadas”.
