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Las Comunidades de Castilla fue una rebelión que se prolongó desde 1520 hasta 1522 prácticamente por todos los territo­rios que formaban entonces la Corona de Castilla, desde Galicia hasta Andalucía.

Los grupos de castellanos sublevados se constituyeron en Juntas comuneras para esgrimir su oposición política a las formas de gobierno de Carlos I. Reclamaban que el monarca residiese en Castilla y que no se diesen más cargos a los flamencos que le acompañaban. También hubo reivindicaciones sociales, para no perder algunos de sus privilegios, y movimiento anti señorial. 
Y en todo este conflicto hubo un importante trasfondo económico, al reclamar que Carlos I no utilizase los impuestos de Cas­tilla en empresas internacionales, al mismo tiempo que algunas localidades como Tole­do y Segovia reclamaban una mayor participación en el comercio de la lana. 
Este conjunto de reivindicaciones y motivos han suscitado desde el siglo XIX diferentes y controvertidas interpretaciones sobre el verdadero y último sentido que tuvo la Guerra de las Comunidades de Castilla.