Montnegre. Un río, un territorio, un paisaje un libro que pone en valor este paraje jijonenco

El jueves 15 de diciembre a las 19.00h  en el Teatret, se presentó el libro Montnegre. Un río, un territorio, un paisaje coordinado por Jorge Payá y Assumpció Brotons y editado por la Universidad de Alicante en su colección divulgativa L’Ordit. En este acto iban a participar los escritores jijonencos Víctor Blay, Bernat Sirvent y Bernardo Garrigós,  quienes habían colaborado en la publicación.

Al entrar en el Teatret descubrí a un buen número de personas que se miraban, se saludaban como amigos y convecinos. Daba la sensación de que había un lazo intangible que los unía y les permitía reconocerse, era como si en su ADN tuvieran grabado a fuego un río, un territorio, un paisaje, Montnegre. Pero aunque los contertulios Bernat Sirvent (madeinjijona.com) y Bernardo Garrigós (cronistaxixona) indicaron que a pesar de que Montnegre se encuentra alejado del núcleo urbano de Xixona (a 7 kilómetros en línea recta, pero a 70 en línea curva, como se decía en 1879) y las comunicaciones no favorecen su aproximación , Montnegre se lleve en el corazón, es un rasgo distintivo y unificador de todos aquellos jijonencos que tienen o han tenido antepasados en esta partida rural de Xixona.

Huerta de Montnegre

Su verdadero peso en la historia de Xixona se encontraba en siglos pretéritos cuando la base económica que mantenía a la ciudad era la riqueza del campo. Época en la que los residentes en las partidas rurales eran mayoría frente a los habitantes del núcleo urbano, y solían ir a la metrópoli los días de mercado y festivos. La abundancia de Montnegre se basó en la riqueza mineral de sus suelos y en el sabio aprovechamiento de las escasas gotas de agua que el clima mediterráneo casi desértico descargaba en aquel paraje. Aprovechamiento que arranca de la época romana y ahí se hallan los restos del acueducto de los Enamorados, que están viendo la luz gracias al Marq y que en esta publicación descubren a los ojos del gran público los arqueólogos Anna García Barrachina y Julio J. Ramón Sánchez en su artículo «El acueducto de Els Enamorats».

Acequia de los Enamorados en Montnegre de Dalt.

La necesidad de irrigar los campos próximos a la ciudad islámica de Alicante propició que los árabes potenciaran la recogida y canalización de hasta la última gota de agua. Es en esta época donde el amor entre Ali y Cántara, frustrado por una acequia inacabada, dio nombre a una importante ciudad de nuestras tierras. La construcción de pantano de Tibi en 1594 , para regar a l’Horta d’Alacant, dio carácter a sus habitantes que vieron disminuidos sus derechos al uso del agua provocando casi dos siglos de enfrentamientos y pleitos entre los habitantes de Montnegre, apoyados por las autoridades jijonencas (formando una verdadera piña) y los capitalinos de Alicante. Se llegó a una especie de acuerdo y a una momentánea paz cuando en 1769 el Consejo de Castilla reconoció este derecho a las quince «antiquísimas presas» de Montnegre.(Leer el artículo de Jorge Payá Selles «Los molinos harineros y las quince «antiquísimas presas» ).

Pared del pantano de Tibi

A finales del siglo XIX la paz entre alicantinos y montnegreros se rompió cuando pusieron sus ojos en estas tierras tanto el Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante (Leed el artículo de Belén Motera Caturla «Montnegre en el archivo del Sindicato de Riegos de la huerta de Alicante») como los terratenientes jijonencos encabezados por Francisco Soler Cortés y lucharon por conseguir unas mayores cuotas en el reparto del agua utilizando como tablero de juego la prensa. Como muestra un botón en 1878 Francisco Soler Cortés seguramente puso el dinero para instalar una imprenta en la calle La Vila y crear el periódico La Voz de Jijona, cuyas intenciones quedaron claras y manifiestas en el primer número titulado «La cuestión del Pantano». En aquel tiempo las frutas, verduras, hortalizas y en especial las patatas (utilizadas en placer gastronómicos como el giraboix, borreta, creilles bollites, llegum o arrós al forn) eran sumamente apreciadas tanto por los jijonencos como por los alicantinos. Tenían gran fama y salida en el mercado central de Alicante. (Leed los artículos de Assumpció Brotons «Vida cotidiana durante el siglo XX» y de Víctor D. Blay «La agricultura en la huerta de Montnegre»).

Montnegre de Dalt.

Es decir el río Verde, Montnegre o río Seco cómo es conocido a lo largo de su caminar desde la marjal de Onil hasta su desembocadura en el Campello es quien vertebra y da vida a este territorio de amplia fauna y flora (Leed el artículo de Daniel Ferrández y Germán M. López «La fauna vertebrada»). Hay que indicar que aunque el río y especialmente el pantano de Tibi son elementos indisolubles de esta zona, Montnegre va mucho más allá de su pantano.

Otra de las características definitorias de este territorio es su situación geográfica, como hemos dicho alejada de la urbe de Xixona y situada en la línea fronteriza entre dos reinos, Castilla y Aragón. En el tratado de Almizra firmado en 1244 que repartía las zonas de conquista entre el futuro rey de Castilla Alfons XII el Sabio y su suegro Jaume I rey de la Corona de Aragón se delimitó la zona de conquista de ambos reinos. La línea fronteriza tenía un mojón singular en el Cabés de Montnegre, una elevación de unos 500 situada en la zona actual de caserío de Montnegre de Baix y la ermita del Salvador. Así el territorio quedó dividido entre dos reinos y con fueros y leyes distintas. (Leed el artículo de Jorge Payá Sellés «Un espacio fronterizo: Del Tratado de Almizra al siglo XXI). Un territorio que en la actualidad está constituido por tres unidades: Montnegre de Dalt, Montnegre de Baix y la Pólvora y la Culata y repartido entre dos términos municipales: Xixona y Alicante.

Rebaño en Montnegre.

Era una zona de paso, por ella discurría el camí major d’Alacant, que en la edad media y moderna unía Alicante con Xátiva. Era el camino que los agricultores jijonencos utilizaban para llegar en unas cuatro horas al Mercado Central de Alicante. Era un eje comunicador y vertebrador del territorio, función que comenzó a menguar cuando a partir de 1890 entró en funcionamiento la nueva carretera que discurre por el puerto de la Carrasqueta y que sigue el trazado actual. Poco a poco Montnegre comenzó a estar aislada. Poco a poco, la pérdida de peso en la economía xixonenca de la agricultura en favor de la industria del turrón, los extraordinarios beneficios para los trabajadores que ofrecía hicieron que la extensión de terreno agrícola menguara y los habitantes emigraran a la ciudad de Xixona. Curiosamente la llegada de la electricidad se produjo muy tardíamente y los servicios sanitarios, y educativos no pudieron ser atendidos (Leed el artículo de Assumpció Brotons «Comunicaciones y servicios esenciales en el siglo XX) provocando una despoblación y la pérdida de importancia de Montnegre en la historia de Xixona al mismo tiempo que los lazos de unión y amistad entre los inmigrantes de Montnegre en Xixona se reforzaron y afianzaron. El lazo de unión entre Montnegre y su metrópoli Xixona fue poco a poco languideciendo cayendo esta partida rural en una especie de olvido. Situación esta que el libro va a ayudar a revertir porque recobrará la memoria y hará que los jijonencos vuelvan sus ojos hacia esa zona fronteriza y ribereña.

Ermita de Montnegre de Dalt

Montnegre goza de un extraordinario patrimonio natural muestra de ellos puede ser la extraordinaria belleza del barranc de Salines (Leed el artículo de Sergio González «Algunos rincones naturales») un monumento nacional como el pantano de Tibi, los restos de los antiguos molinos harineros, o las ermitas de Nuestra Señora de los Ángeles, del Salvador , el Capella (Leed el artículo de Carlos Ramos «Las ermitas de Montnegre) que constituyen elementos suficientes para atraer a un turismo sostenible que ayude a promocionar y hacer crecer esa zona.

En el libro recuerda muy acertadamente a los visitantes que muchas de las casas de campo se hallan habitadas. «Si se visita la zona, debe hacerse siempre con respeto, sin entrar en ningún bancal, huerto o propiedad privada ni molestar a los animales. Recomendamos vivamente al visitante saludar y entablar conversación con los vecinos y ser amable con ellos. De este modo conseguirá disfrutar de una zona única«.

Assumpció Brotons, Jorge Payà y Ainhoa López. Fotografía de Josep de Sílim.

La primera en intervenir en la presentación del libro Montnegre. Un río, un territorio, un paisaje fue Ainhoa López Narbón, concejala de cultura quien manifestó su extraordinaria alegría porque los coordinadores de esta obra coral Jorge Payá y Assumpció Brotons eligieran a Xixona para presentar al público el libro. Montnegre es un paraje muy querido por los jijonencos, pues muchos de ellos han nacido allí o tienen antepasados de esta tierra. Seguidamente agradeció el esfuerzo realizado por los coordinadores de la obra y por todos los articulistas y en especial por Víctor Blay, Bernat Sirvent y Bernardo Garrigós y felicitó a la Universidad de Alicante por apoyar la publicación de este libro.

Representante de la Universidad de Alicante y Assumpció Brotons. Fotografía de Guerau Garrigós.

Seguidamente fue Xavier Casero, representante de la Universidad de Alicante quien agradeció la deferencia de los organizadores del acto de invitarle a esta presentación. Seguidamente expresó que el libro forma parte de la colección L’Ordit dedicada a dar a conocer el saber científico universitario y acercarlo a la ciudadanía. Los temas elegidos son muy cercanos a los alicantinos (como el Misteri d’Elx, La Canal d’Alcoi). Se trata de trabajos corales en los que los coordinadores buscan a una serie de especialistas en las distintas ramas del saber para ofrecer una visión lo más amplia posible. Los artículos suelen ser didácticos, sintéticos, puesto que hay que resumir todo el saber en unas 6 páginas. El libro tiene un formato pequeño de 14 x 20 cm , que puede ser transportado fácilmente y una gran cantidad de fotografías en sus 147 páginas. Su precio es muy asequible, 12 euros.

Assumpció Brotons, cronista de Mutxamel. Fotografía Ajuntament de Xixona

A continuación fue Assumpció Brotons, archivera, bibliotecaria y cronista oficial de Mutxamel, coordinadora de la publicación quien explicó la génesis del proyecto. En Muchamiel viven un buen número de habitantes de las tierras del río Montnegre, conocidos popularmente como «els del Riuet». Junto con Jorge pensaron que había que dar a conocer esta zona de la huerta tan desconocida para los habitantes de la capital como para un buen número de los vecinos de las poblaciones aledañas. Dada la buena acogida el proyecto por parte de la Universidad comenzaron a buscar un grupo de personas multidisciplinares que pudieran llevar a cabo esta labor y a quienes su colaboración gratuita.

Presentación del libro. Fotografía de Josep de Sílim.

Después fue el turno de Jorge Paya, quien suscribió todo lo dicho por los anteriores intervinientes. Jorge indicó que al libro hay mucha generosidad, porque han colaborado en este proyecto personas que todavía no se conocen personalmente, pero que al recibir la invitación no dudaron un momento en colaborar. También destacó que ha sido un libro complicado de realizar ya que arrancó antes de la pandemia y ha sufrido algunos altibajos, pero que a algunos colaboradores redactar su colaboración les dio vida.

A continuación el protagonismo pasó a manos de los escritores jijonencos Bernat Sirvent y Bernardo Garrigós. Víctor Blay agricultor y escritor de Montnegre de Dalt no pudo asistir al acto.

Bernat Sirvent y Bernardo Garrigós. Fotografía de Guerau Garrigós.

Bernat Sirvent comentó que por edad le ha tocado intervenir en primer lugar, ya que aunque él y Bernardo Garrigós son quintos,  había nacido unos meses antes. Bernat manifestó su alegría por compartir espacio con su quinto, tocayo y compañero de estudios en educación infantil, primaria y secundaria.

Bernat indicó que la redacción de este artículo le ha dado vida porque le ayudó a sobrepasar dos momentos delicados que le ha tocado sortear en los últimos años.

Pep Candela Miquel, Cremalló. Fotografía de Bernat Sirvent. madeinjijona.com

Bernat comentó que su artículo se titula «Pastores, agricultores y amor a la tierra» y habla sobre dos actividades económicas en peligro de extinción: la ganadería y la agricultura. Este artículo se fundamenta en entrevistas y horas de caminar junto a Pep Candela Miquel, Cremalló y los hermanos Blay Sirvent. Pep Candela Miquel, apodado muy acertadamente por el periodista Bernat Sirvent, como el último mohicano del pasturaje es pastor y cada solsticio de verano se dedica a la trashumancia trasladando su ganado de ovejas desde las eras de l’Almarx hasta Montnegre de Dalt en búsqueda de pastos y agua. Víctor Blay es junto con sus hermanos uno de los últimos agricultores que se gana la vida vendiendo hortalizas, verduras y patatas consideradas un auténtico manjar en la capital. Ambos reclaman una mayor limpieza del cauce del río Montnegre y una mayor atención de las administraciones públicas a esta zona apenas conocida, pero rebosante de vida.

Bernat dedicó su trabajo y esta presentación a su hermano Juan Enrique, agricultor y amante de la naturaleza fallecido este año.

Bernat Sirvent y Bernardo Garrigós. Fotografía de Guerau Garrigós.

El último en intervenir fue Bernardo Garrigós, cronista oficial de Xixona quien comentó que este trabajo también le dio vida y que ha sido un placer compartir tribuna con su amigo, quinto, tocayo y con quien comparte dos pasiones: la escritura y la música.

En esta publicación  Bernardo ha redactado el artículo titulado «Ruta patrimonial de Xixona a Montnegre de Dalt» en el que analiza el sendero SL-V-151 que comunica la ciudad más dulce del mundo con la partida casi desconocida para los jijonencos de Montnegre de Dalt. Este camino discurre por un antiguo azagador que ya estaba en uso en la Edad Media y posiblemente fue la vía de comunicación empleada por Sant Vicent Ferrer para trasladarse desde Xixona a la partida de Raspeig de Alicante en 1411.

Barranc de Salines

Junto con la descripción del trazado se analizan los principales monumentos históricos (ermita de San Sebastián), hitos patrimoniales (acequia del Barranc) y geográficos (el barranc de Salines) que el caminante puede descubrir en la ruta. Descripciones que en ocasiones están ampliadas con textos y crónicas de visitantes ilustres que han deambulado por esta vía en tiempos pretéritos, como podrían ser el cronista Martín de Viciana en 1564 quien describe la fuente del barranc de Salines, Jan y Cora Gordon pintores bohemios ingleses huidos de la Primera Guerra Mundial, residentes en el verano de 1920 en Xixona y enamorados de la partida del Barranc y del propio Barranc de Salines o Wenceslao Fernández periodista del ABC impresionado por la mole del Cabés del Corb. Una ruta que nace en el barranc de la Font con una distancia de unos 8 km y unas dos horas y media de duración. Como curiosidad Bernardo comentó que en 1879 cuando existía un fuerte enfrentamiento entre los regantes de Montnegre de Dalt apoyados por el terrateniente jijonenco Francisco Soler y el Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante se publicó en el periódico La Voz de Jijona una forma al menos curiosa de regresar a Xixona, dato que puede ser importante porque en el artículo sólo describía una ruta de llegada; pero no de regreso. Se trata de una conversación en clase entre el maestro y su discípulo sobre la distancia que separa Xixona y Montnegre.

MAESTRO-¿A qué distancia?

DISCÍPULO-En línea recta a 7 kilómetros; en línea curva a 70. Más claro: los de Jijona van a Montnegre en menos de dos horas; y los de Montnegre para venir a Jijona necesitan cuatro días.

M-Explíquese usted más, niño.

D-Mi tío con dos compañeros más acompañados y guiados por la Guardia Civil han gastado cuatro días por el nuevo camino.

M-¿Y qué camino es ese?

D- De Montnegre a Tibi, de Tibi a Ibi, descansando en la cárcel, y de Ibi por el Regall y Carrasqueta, derecho a Jijona.

M-Basta, niño basta.

Asistentes a la presentación de libro. Fotografía del Ajuntament de Xixona

Bernat y Bernardo coincidieron en defender la creación de algún tipo de distinción que pudiera diferenciar y garantizar la calidad excelsa de las frutas y hortalizas, en especial de las patatas de Montnegre. También pidieron a las autoridades presentes, entre las que se encontraban dos concejales de ascendencia de Montnegre, María Teresa Carbonell y Cristian Sirvent, una mejora de las comunicaciones con Montnegre, porque la carretera debe ser quien nos una y no lo que nos distancie en pleno siglo XXI.

Montnegre. Un río, un territorio, un paisaje, es un libro que ayudará a conocer mejor este paraje de Xixona y un excelente regalo navideño.

Bernardo Garrigós Sirvent, cronista oficial de Xixona.

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