El fitoplancton comprende un conjunto muy diverso de microorganismos fotosintéticos, mayoritariamente unicelulares, que viven en la columna de agua. Podemos encontrarlo en mares y océanos, pero a pesar de que se hable menos es también muy abundante en masas de agua dulce como ríos, lagos y estanques.

Tratándose de organismos que obtienen su alimento a través de la fotosíntesis, están limitados a vivir desde la superficie hasta profundidades donde pueda llegar la luz solar en suficiente cantidad.

El fitoplancton es de vital importancia tanto para los ecosistemas acuáticos (especialmente marinos) como para la salud ambiental de nuestro planeta a nivel global.
Es la base de la cadena trófica en los océanos. Son los productores primarios, es decir, convierten la energía solar y los nutrientes en carbohidratos. Organismos filtradores y larvas lo consumen, convirtiéndose al mismo tiempo en alimento para organismos depredadores de mayor tamaño. Por lo tanto, sin esta base, la mayor parte de vida en el mar no sería posible.

Su importancia no se limita a ser alimento. Su abundancia, su crecimiento rápido y la gran superficie de agua que hay en nuestro planeta, hacen que sea un sumidero de carbono. Esto significa que absorben grandes cantidades de CO₂ (contribuyendo a frenar el cambio climático) y liberan una cantidad de oxígeno muy superior. Y, a pesar de ser organismos microscópicos, su contribución a la oxigenación del planeta no es pequeña. Liberan el 50% del total.

Al tratarse el fitoplancton de un recurso crítico para nuestro planeta, conviene dedicarle recursos en investigación para ampliar su conocimiento y trabajar en pro de su conservación. En los últimos años, los científicos calculan que se ha reducido su abundancia en un 40% debido al calentamiento global, entre otros factores. Si esta tendencia continua, puede comportar efectos dramáticos.

 

Bibliografia