DEPENDENCIA EMOCIONAL: el amor es mi droga.
La dependencia y la adicción no solo son patrimonio del tabaco, el alcohol, las drogas o el juego…Existe la llamada Dependencia Emocional.
Resulta que los cuadros de dependencia no solo pueden establecerse hacia sustancias o cuestiones materiales como el juego o incluso las nuevas tecnologías. Desde hace tiempo se investiga cada vez más la dependencia emocional, que tal y como plantea el término, se relaciona con los cuadros de adicción dentro de los vínculos sentimentales y que pueden establecerse en el entorno social y familiar pero sobre todo y de forma más frecuente y peligrosa en pareja.
Las personas que padecen dependencia emocional, sufren como rasgo principal y determinante, un profundo pavor a la soledad, a la ruptura de la relación en cuestión y sobre todo a la sensación de no ser queridos o de ser rechazados.
Esto se establece en relación a las carencias en el autoconcepto del propio dependiente emocional, que pasa a definir su identidad en función del amor que recibe o no.
En este tipo de patrones relacionales tan complejos, se incorporan a la ecuación elementos de carácter tanto interno, como los planteados y desde el punto de vista de la debilidad interna, y falta de autoestima, como externos, pues el carácter problemático de la relación puede ascender en tanto la persona dependiente le otorga pleno control de la situación al otro, pleno derecho a realizar lo que quiera, exponiéndose al peligro de la sumisión absoluta y soportando cualquier cosa que le permita estar al lado de esa persona.
Los cuadros de profundo dolor emocional suelen darse de forma muy intensa en estas personas cuando las situaciones llegan a ser extremas y en las que el deterioro invade el vínculo sentimental y sobre todo la identidad del dependiente.
Además los cuadros psicopatológicos ansiosos y depresivos se incorporan como males protagonistas del deterioro y el autoengaño y la negación como herramientas más utilizadas y en último término sostenedoras del problema.
El dependiente establece un tipo de vínculo afectivo que reproduce en sus relaciones de pareja y que es llamado apego ansioso ambivalente. Este tipo de patrón de unión se caracteriza por una señalada inseguridad y ansiedad de separación. En las relaciones, esto puede verse como una continua necesidad de saberse amado por la otra persona, una inmediatez precipitada de entrega en las relaciones que se establece desde el principio de las mismas y sin mucho tiempo entre ellas y miedo al rechazo o a no ser querido.
No resulta extraño identificar en las personas con tendencia a la dependencia emocional el uso de un patrón repetitivo en todas sus relaciones, sobre todo de pareja. La reiteración de estas dinámicas en varias ocasionas y de manera sostenida en el tiempo no hace sino acrecentar los problemas de autoestima que padecen desde el principio.
LA NECESIDAD DE LA INTERVENCIÓN PSICOLOGICA:
Diríamos pues que las personas que padecen este tipo de problemas, deben trabajar en ellos de forma guiada, siempre desde un espacio que le garantice la legitimidad profesional necesaria y más efectiva.
Pues, si se logra hacer un buen trabajo, la persona puede recuperarse de sus heridas, resolver sus conflictos internos, dotarse de herramientas más funcionales a las utilizadas hasta el momento, y proyectar su futuro relacional desde una perspectiva más saludable.
Alba Calleja. Psicóloga.
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