Descripción
Se dice que el origen de estos deliciosos panecillos típicos de un clásico desayuno francés tiene sus orígenes al finalizar el sitio a laicidad de Vine por los ejércitos otomanos a finales del siglo XVII.
Una leyenda sitúa a Franz Georg Kolschitzky, un hombre de negocios polaco instalado en Viena, que en un momento en el que los vieneses sitiados estaban a punto de rendirse, consiguió traspasar el cerco del ejército otomano para reunirse con el rey de Polonia e informarle de la circunstancia militar. De vuelta al interior de la ciudad, convenció a las autoridades de que persistieran en su resistencia informándoles que se esperaba la llegada de las tropas del Rey de Polonia.
Franz Georg Kolschitzky es hoy un héroe en Viena. Es conocido también por haber introducido el café en Europa justo después de esa victoria sobre los otomanos, café que recuperó de las mercancías abandonadas por el ejército otomano en su huida. Para celebrar la victoria, lo sirvió por primera vez acompañado de pastelitos en forma de medialuna, los llamados Kipferl, que con el tiempo… se modificarían y llegarían a ser lo que hoy conocemos como “Cuernitos”.
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