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viernes, 12 de diciembre de 2014

Ditirambo.

Aquel espectáculo era el más sagrado y concurrido ritual religioso de la época. Se cree que el coro estaba formado por unos cincuenta (50) hombres o niños. Con un contenido más lírico que dramático. Donde se sacrificaba un carnero sobre un altar ("timbele") cuya sangre, según sus creencias, fecundaba los campos. Se danzaba y salmodiaban algunos textos. La estatua del dios Dionisos, en cuyo honor se realizaban dichas celebraciones, también era puesta en el altar  y luego la colocaban en un carruaje que recorría las calles, mientras alrededor danzaban los trasgos que representaban a los sátiros y eran compañeros del Dios Dionisos que giraban en torno del carnero. Se daban hechos de trance o histeria colectiva cuyo fin era la liberación del mal por medio del furor producido, origen de la "purificación catártica" del teatro griego. Platón llama al ditirambo, el nacimiento de Dionisos.
Los griegos personificaban en este dios, todas las fuerzas misteriosas, bienhechoras y aterradoras de la Naturaleza. Un ritornello (estribillo), lanzado como un grito por el Coro, solía ser el elemento característico del ditirambo. Con estos gritos se alternaba el canto del guía del coro llamado exarconte o corifeo. En ellos se solía implorar ansiosamente la llegada de Dionisos, Dios de la fecundidad animal y agraria (ganadería y agricultura).
En los ditirambos también se invitaba generalmente a los dioses a que descendieran a la tierra y asistieran al canto del Coro para venerar a Dionisos. Tal vez la monotonía de las danzas y salmodias llevaron a los trasgos a introducir nuevos elementos; uno de ellos se separó del grupo dando nacimiento a la figura del primer actor o Corifeo. Fue la primera vez que un actor ocupó el papel principal con una participación distinta al coro. Con la aparición de la estructura Coro-Corifeo encontramos lo fundamental del teatro; gente que mira y gente que actúa. Se dice que el primero en separarse fue Tespis, un cuenta cuentos, actor y trágico, a quien algunos historiadores consideran el creador de la tragedia, que a finales del siglo VI alcanzó extraordinaria notoriedad hasta convertirse en una celebridad. Sin embargo le faltaba algo fundamental para complementar el teatro: diálogo.
Estos ritos realizados en honor al dios Dionisos, se ejecutaban en las fiestas que los griegos celebraban al principio y al final de la siega, en la cual pedían que el campo sea fecundo. Los ditirambos introducidos por Tespis en el Ática eran escritos, dirigidos y protagonizados por él mismo. Se trataban de representaciones orgánicas de textos literarios para bailar y cantar, con acompañamiento de flauta.
Las dionisiacas o fiestas dionisiacas, como se llamaba a estas celebraciones, tenían lugar tres veces al año:
1ª- En primavera -a finales de marzo- estaban las grandes dionisiacas celebradas en la ciudad de Atenas, aunque la hegemonía de esta ciudad les dio pronto un carácter panhelénico (que buscaba la unidad del pueblo griego). Estas fiestas duraban seis días, y en ellas, tras el surgimiento del teatro, se celebraban tres concursos dramáticos a los que se presentaban los grandes autores. Es presumible que en toda la historia no haya habido unos premios de tanta repercusión como estos.
2ª- En enero nos encontramos con las dionisiacas leneas, fiestas exclusivamente atenienses: duraban cuatro días y no contaban con concursos ditirámbicos.
Y 3ªEn último lugar, a finales de diciembre, existían las dionisiacas rurales, en los demos o poblados griegos. En las grandes dionisiacas se cantaba el ditirambo. Comenzaban con una procesión en la que se traía la estatua de Dionisos desde Eleuteras.
En las dionisiacas rurales el dios era transportado en un carro naval y la procesión iba precedida por un sacerdote. El carro de Tespis tenía igualmente la forma de carro naval (carnaval). En los ditirambos de los pequeños poblados, sus intérpretes vestían pieles de macho cabríos e imitaban a las cabriolas de dichos animales.
Siguiendo a Aristóteles, la mayoría de los manuales de historia del teatro coinciden en señalar el nacimiento de la tragedia a partir del ditirambo o de los solistas del ditirambo. Es por ello que decimos que este rito da origen al nacimiento del teatro.

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