Enrique de Diego.
En 2019. Ignacio PaniAguado, en el cénit de su gloria con el Ciudadanos de los 57 diputados y vicepresidente de la Comunidad de Madrid, me presentó una querella por injurias y calumnias por haber escrito: «Escándalo: Ignacio Aguado estableció una trama generalizada de financiación ilegal de Ciudadanos en las elecciones de 2015», lo cual es la purita verdad. La querella chapucera fue presentada por el mediocre despacho de abogados Fúster y Fabra e incide en que escribí que «Ignacio Aguado fue, por tanto, el ideador y el impulsor de la trama de financiación ilegal con la que concurrió a las elecciones de 2015», lo cual es la purita verdad. La querella por injurias y calumnias se basa en la adjudicación de un delito, pero lo grave no es que yo lo dijera, sino que Ignacio PaniAguado es un delincuente con todas las letras y la Fiscalía esta obligada a actuar de oficio, en vez de inhibirse, y la jueza Mrta Alba Tenza, titular todavía del Juzgado de Instrucción número 3 de Elche, a exigir responsabilidades a ese mequetrefe corrupto.
El escrito de acusación del mediocre despacho de abogados Fúster y Fabra, que se ha cubierto de mierda, insertaba un párrafo que hoy parece un ejercicio de humor: «Dadas las circunstancias, estamos en la obligación de destacar la importancia que tiene para mi representado. D. Ignacio Aguado su prestigio e imagen, debido a su carácter de personaje público dada su profesión, cualquier tipo de rumor o invención puede destrozar años de trabajo». Los inútiles de Fúster y Fabra, desaconsejo sus servicios, cambian el sentido de personaje público, obligado a un plus de transparencia y sometido a la crítica. Además, me rio del prestigio e imagen del taimado Ignacio PaniAguado, vulgarmente odiado en Madrid por traidorzuelo, enredador y no pegar un palo al agua.
Era la primera vez en 40 años largos de profesión, en que me pedían 2 años de cárcel y 60.000 euros. «El proceso» de Frank Kafka tuvo más garantías y sensatez. Recuerdo a la jueza Marta Alba Tenza como se le reían las carnes hablando con el abogado del mediocre despacho de abogados Fúster y Fabra. Mi primer abogado, Benedicto López, una vergüenza para la profesión, se negó a presentar mis escritos con testimonio indubitables de concejales de Ciudadanos, publicados en dos medios prestigiosos como Rambla Libre y El Mundo, confirmando que Ignacio PaniAguado es un chorizo que obligó a que los candidatos de Ciudadanos se sufragaran la campaña de su bolsillo y se puso precio al puesto en la lista.
El 9 de julio de 2019, la torpe jueza Marta Alba Tenza emitió un auto de apertura de juicio oral, sin haber llamado a ninguno de los testigos que yo proponía, sin hacer caso a la exceptio veritatis, y sin instruir nada de nada. En el auto, tócate los huevos, «se mantiene la situación de libertad provisional del acusado Enrique de Diego» y se me impone una fianza de 20.000 euros. Un oportuno cambio de abogado, Harold Salas Ortega, a través de Javier Marzal, de la benemérita Asociación ANVIPED, recuso a la jueza por inútil, por no haber instruido y por ser represaliado por denunciar la corrupción, lo cual está muy mal visto en la Unión Europea. Y se le pedía dinero, como mandan en Bruselas, para ir contra ella, contra Benedicto López, por negligente, y contra Ignacio PaniAguado. La jueza se hizo el longis hasta que el Tribunal de lo Penal le devolvió el caso para que resolviera la recusación. La letrada de la Administración de Justicia sí que ha cursado la suya, pero la jueza, no, por lo que vamos a elevar queda a la Audiencia Provincial.
Ignacio PaniAguado ya no es nadie y menos que nadie en la vida pública, aunque ha tenido que dejar el puesto en la lista porque olía fétido y jugaba en contra, en una mentira más del personaje ha sido colocado por Ciudadanos con un sueldo a cambio de no hacer nada y no molestar. Testigos que esperan, como yo, con ansiedad el juicio declaran que «todo lo que hicieron lo pagaron ellos», que Ciudadanos se llevaba una parte, como franquicia, como dueños de la marca, y que todo «se hacía con el conocimiento y supervisión de Aguado y Zafra». Si eso es delito, que parece que lo es, PaniAguado es un delincuente, que va a tener que pagar por todo el daño causado, que es mucho.
Lo que me pregunto a estas alturas es como se atrevió a acudir a los tribunales para denunciar la verdad. PaniAguado no es Kafka, pero lo ha pretendido; es simplemente un mediocre dentro de un partido que es una cochambre y un estercolero, que levantó esperanzas de regeneración que se llevó el viento porque eran mentira. No logro entender a PaniAguado, poniéndose en berlina, ni a la jueza Marta Alba Tenza, que ha actuado de un modo tan antijurídico.