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San Salvador de Oña. Historias y leyendas de su fundación (12-2-1011)

Oña
 Cuenta la leyenda de la fundación del monasterio de Oña, que el conde Garci Fernández, el de las manos blancas, quedó prendado de la belleza de la hija de unos condes franceses, llamada doña Argentina, casándose con ella previo consentimiento de sus padres.


 Vivieron juntos seis años sin tener sucesión.

Conde Garci Fernández

Estando el conde castellano enfermo, doña Argentina recibió la visita de un conde francés, viudo, el cuál consiguió seducirla y llevársela a Francia sin que se enterase el marido agraviado.

Repuesto de su enfermedad, determinó Garci Fernández simular una romería al santuario de San Pedro de Rocamador dejando el gobierno de Castilla a Gil Pérez de Barbadillo y de Ferrant Pérez, dos caballeros dos caballeros fijosdalgos de su linaje hombres de gran confianza.

Emprendió el viaje a pie con su fiel escudero,como un pobre desconocido, prometiendo no regresar a su tierra hasta no haber vengado la afrenta.

 
Llegado al país donde vivía el conde con su infiel esposa, se informó que este tenía, de su difunta mujer, una hermosa hija de nombre Sancha, a la que daba una vida insoportable.


Esta deseosa de librarse de su padre, mediante una confidencia de la sirviente, logró conocer al conde castellano, el cual se ofreció por esposo, para llevarla a Castilla y hacerla dama y condesa de de su tierra.

Con la ayuda de doña Sancha, logró Garci Fernández saciar los deseos de venganza, degollando a los adúlteros cuando se hallaban dormidos.

Regresó a castilla, con las dos cabezas cortadas, acompañado de su nueva mujer y expuso en Burgos los sangrientos despojos de sus ofensores y contando lo sucedido para salvar su honor dijo;

Agora so yo pora seer vuestro sennor que so vengado, ca non mientras estva desonrrado”

Poco tiempo duró la felicidad del conde Garci Fernández, pues tras el nacimiento de su hijo Sancho volvió a repetirse la desgracia conyugal.
 
Sepulcro rey Sancho

Doña Sancha empezó a malquerer vehementemente a su marido, pero no atreviéndose a serle infiel, planeó su muerte por medio de la guerra para casarse con un rey de los moros.

Cuidaba doña Sancha el caballo de su marido, y lo mantenía gordo y hermoso con salvado, pero con malvada intención no le daba cebada.


Por ello cuando Garci Fernández tuvo que salir a campaña contra los moros desfalleció su caballo y cayó en tierra, siendo herido y hecho prisionero muriendo a los pocos días en Medinaceli.

Pero aún no había acabado doña Sancha de conseguir su objetivo.
 
Deseaba también desprenderse de su hijo don Sancho para ofrecer al príncipe sarraceno el señorío de Castilla y así lograr su anhelado matrimonio.

Preparó entonces un brebaje, pero enterándose del propósito una sirvienta, lo contó a su escudero, el cuál comunicó a su señor el conde el peligro que le amenazaba.

Conde Sancho Gracia
Cuando la condesa alargó a don Sancho la copa envenenada, rogó este a su madre que bebiera primero. Negándose reiteradamente esta, el conde sacando su espada la amenazó con cortarla al cabeza si rehusaba beber.
Ante tan certera amenaza, cuenta la leyenda, que bebió ella cayendo muerta en el acto,

Pesaroso don Sancho de aquei enorme magnicidio, fundó un noble monasterio con el nombre de Oña según llamaban sus vasallos a la condensa..

 
Aunque  el libro histórico “la estoria de España” realizado por encargo del rey Alfonso X el sabio, y  la primera edición de Menendez Pidal conocida como “primera crónica general” recogen esta historia sobre la fundación del monasterio de San Salvador de Oña, parece lógico pensar que solo es una leyenda algo truculenta, creada por la mente poética de los juglares medievales.


En realidad  el conde Garci Fernando solo tuvo una mujer, llamada Ava, hija del conde de Ribagorza don Bernando, y con ese nombre aparece en todos los diplomas de la época.

Por otra parte el origen del nombre Oña viene definido por el toponímico de la villa  en que fue fundado el monasterio y que da nombre a la abadía..

Monasterio Oña
La etimología relaciona el término Oña con la voz vasca "oni" que signitica pie en la lengua vascongada, siendo común en todos los dialectos el sentido de pie de monte.

El emplazamiento de la villa de Oña, induce a pensar que esta es la verdadera etimología, ya que se halla en las estribaciones de una montaña, denominada “Mesa del abad”.
    

En realidad la creación del monasterio de Oña representa un acto de acción de gracias, una ofrenda a Dios por las victorias conseguidas,contra los moros por el conde de Castilla.

Este reconocimiento al Dios Todopoderoso, estuvo latente al fundar y dotar la gran abadía castellana y aunque este quizás, no fue el único motivo que le motivó a llevarla a cabo al conde castelano, si contribuyó a las mayor importancia del acto.
En el fondo influidos por las corrientes migratorias de mas allá del pirineo, caballeros, clérigos, burgueses y colonos refuerzan la población, trayendo las ideas y deseos de las reformas irradiadas desde la gran abadía borgoñesa de Clury.

 


Es en este entorno de prosecución  de la guerra contra el islam y mantenimiento de la paz pública, donde hemos de situar la fundación del monasterio de San Salvador de Oña el 12 de febrero de 1011, obra del tercer conde soberano de Castilla, Sancho Gracia (995–1017) hijo del conde Garci Fernández y nieto de Ferrán Gonzalez.



Desde el principio de su reinado , Sancho Gracia consideró la idea de consagrar a Dios a una de sus hijas, como su padre Garci Fernández hizo con su hija Doña Urraca en Covarrubias.
Al frente de la institución familiar se situaría la infanta Trigidia que con el titulo de abadesa regiría una comunidad dúplice , compuesto de hombres y mujeres “Dei cultores et deo deuota" bajo un mismo mando pero en dos edificios diferentes, según la usanza visigótica,
Así lo expresa el documento fundacional:

A pesar de ser creado Oña para que ejerciese de abadesa la infanta Trigidia, esta  no fue la primera abadesa de Oña.

Un monje de Oña hablará siglos después del encargo confiado a doña Oñeca Garcés, tia de Trigidia para ser la primera abadesa de Oña.

<< Esta señora, habiendo edificado su hermano el monasterio de Oña para que allí fuera monja su hija Tigridia, fue sacada de Cillaperlata, por su hermano, con otras monjas y la hizo primera abadesa y maestra de de su hija y de otras nobles doncellas que iban vistiendo la cogulla.>>


Aunque esta mujer no aparece en la documentación oficial como abadesa de Oña, según esta información, la infanta Oñeca regiría la comunidad femenina en nombre de su sobrina, desde su fundación hasta el 1.014,. año en que regresaría al monasterio de San Juan de Cillaperlata.


El abad Juan seguiría detentando el abadiato de la comunidad de hombres pero desde 1.014 bajo la autoridad suprema de la abadesa Trigidia.
                                                                           


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