Comparta… comparti… compartamentizar… ¡compartimentar!

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Varias veces en libros y artículos de negocios, liderazgo e inteligencia emocional en inglés, me he topado con la palabra compartmentalize. Nunca la había escuchado en español, mentalmente nunca pude dar con el término correcto hasta que Google Translate resolvió mi duda. El equivalente es compartimentar. (No sé por qué, pero todavía me cuesta pronunciarlo).

Compartimentar es una habilidad que muchos de nosotros tenemos que usar en distintos momentos de la vida, para que nuestras emociones no tomen el timón y nos lleven a un despeñadero. Pero resulta que no es algo que ocurre y ya, sino que volviéndolo intencional puede ser una herramienta para tener mayor éxito en lo que hagamos.

Un ejemplo claro es la introducción del libro Ride of a Lifetime, de Bob Iger, el ex CEO de The Walt Disney Company. En él, Bob cuenta cómo en el momento cumbre su carrera — la inauguración de Shanghai Disneyland, después de 16 años de negociaciones — recibió una de las peores noticias en sus años como director de la empresa: un niño de 4 años fue asesinado por un caimán en uno de los hoteles de Disney en Orlando.

¿Qué podía hacer? La prensa estaba ahí, todos los directivos de la empresa estaban ahí, los oficiales del gobierno Chino estaban ahí. Son esos momentos en que sientes que el estómago se te hunde en un vacío infinito y de pronto te sientes ausente, derrotado, triste. Primero que nada, Bob se aseguró que la empresa estuviera haciendo todo lo posible para atender y ayudar a la familia. Después, pidió que lo comunicaran con ellos, no le importaron las restricciones legales o las recomendaciones que lo hicieron. Él estaba seguro de que estaba haciendo lo correcto

Después de la llamada, tuvo que salir del cuarto para continuar con sus actividades de relaciones públicas, no sin antes sentarse, tomar un respiro, tranquilizarse y sentir el dolor por la muerte de un niño y escuchar las voces de sus papás. Ese día en la noche, el concierto de inauguración del nuevo parque se llevó a cabo y un sonriente CEO dio el discurso de bienvenida.

Hablando al respecto, Iger confesó que la habilidad de compartimentar, lo ha ayudado durante su carrera. Esto es porque al hacer esto, los problemas de la oficina no llegan a la casa, los problemas con una persona no se desquitan con otra y la concentración necesaria para un negocio como el cine, no le quita atención a otro como lo parques temáticos.

Compartimentar

Originalmente, este término lo define la psicología como un mecanismo de afrontamiento, sobre todo para momentos de trauma o estrés. Es el fenómeno que viven los soldados en medio de una guerra. Pero esta capacidad que tiene nuestra mente puede servir para muchas cosas más que solo sobrevivir o defendernos.

La imagen mental que nos puede servir es la de un escritorio con múltiples cajones. Imagina que en cada cajón, hay uno de los asuntos de tu vida, personales o profesionales. Abres un cajón, sacas ese asunto y en el momento en que está sobre tu escritorio, lo resuelves dedicándole toda tu atención ininterrumpida. Además, sientes y experimentas los sentimientos y emociones que ese asunto te provoca. Una vez que está listo o que el tiempo para tratar ese asunto terminó, pasas al siguiente, dedicándole toda la atención que merece.

Suena más fácil de lo que es. Hoy en día es complicado no dejarnos llevar por distracciones, sean notificaciones de nuestro celular, pestañas del navegador o personas que requieren una respuesta de parte de nosotros. Pero en la medida en que aprendemos a tomar el control de lo que hacemos, nos volvemos más libres y más dueños de nuestra propia vida.

Esta estrategia también se puede usar para conseguir un work/life balance. Cuando se trata de trabajar, podemos sumergirnos en todos los proyectos de nuestra empresa, organización o freelance. Pero en cuanto llegamos a la casa, el trabajo queda lejos y podemos dedicarle tiempo a nuestra familia. Lo mismo sucede con momentos de autocuidado y crecimiento personal.

Herramientas para compartimentar

Estas son algunas cosas que ayudan a que podamos compartimentar y que realmente nos sirva para alcanzar nuestras metas y cumplir con nuestro proposito:

  • Agendar todo. En la medida en que confiamos que tenemos tiempo para atender todos los asuntos personales, familiares, sociales y de trabajo, nos quedamos más tranquilos de que estamos donde debemos estar, haciendo lo que debemos hacer. Así la ansiedad se va.
  • Evita el multitasking. Por momentos, el mundo creyó que realmente el multistasking funcionaba. Con el tiempo hemos visto que es todo lo contrario, entre más atención podamos poner a cada asunto, es mejor y es más probable que salga bien.
  • Remueve distracciones. Pon tu celular en «no molestar», cierra los programas que no uses, cierra la puerta de tu oficina, ten una lista de pendientes para que si te llegan ideas o pendientes, puedas apuntarlas para resolverlos posteriormente.
  • Deja el trabajo en el trabajo. Para los emprendedores, a veces es difícil olvidar las cosas del trabajo, aparentemente es bueno y es natural que estén apasionados y absorbidos por su proyecto, pero si algo nos demuestra la historia de los negocios, es que haciendo esto, puede ocasionar un colapso, una crisis y un fracaso. Es necesario dar espacio para todos los ámbitos de la vida.

Compartimentar es una habilidad que me gustaría aprender y practicar más. Si bien, muchas veces lo logro, otras no tanto. Pregúntame cuántas veces revisé mi celular escribiendo este artículo. Justamente, compartimentando lo hubiera terminado más rápido. Y no solo eso, compartimentar también se trata de dejar que las emociones lleguen a nosotros en los momentos correctos, sintiéndolas, entendiéndolas, aprendiendo de ellas, pero también sabiendo dejarlas cuando todo acaba.

¿Y tú? Comparte tus experiencias y estrategias en los comentarios. 👇

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