de_la_lengua_castellana

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ñistema 

MÜSDQAE 

iïmgua 

CASTELLANA.

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Eíistema musiml 

DE LA 

* LENGUA CASTELLANA.

ñisatema musiral 

DE LA 

EEÏEÏQÍMX (BASZÏEEEÁLEÏA 

ESCRITO 

Pon D. S. m: M. Y nz S. 

(¿Dm firrnría. 

BARCELONA. 

IMPI. D! A. BERGNES Y 0'. , CALLE DE ISCUDELLIRS. 

1832.

' 7.2: s: 

MATERIAS CONTENIDAS 

En x51-E TRATADO. 

Existencia de una perfecta prosodia 

en el idioma castellano.-—-Reglas para 

medir la cantidad de todas las sílabas. 

-——N0ticia de los metros mas usados 

por los antiguos griegos y romanos.

filntmlïurriun. 

¿‘none 

Mucnos se habrán reido al leer el 

título de esta obra acordándose de la 

fábula de la montaña. En efecto , pare 

ce temeridad ‘en un jóven’ principiante 

emprender la esplicacion de un secreto 

que hasta ahora se ha negado á las in 

vestigaciones de tantos sabios escolás 

ticos y clásicos poetas.Confieso que voy 

á engolfarme en un inmenso piélago 

de dificultades, sin guia alguna que me 

conduzca; y me veré precisado á cami 

nar á tientas por entre escollos que p0 

drán con la mayor facilidad estraviarme 

o 

zw 

l Í

(wn) 

y perderme. Sin embargo, estos obstá 

culos no me arredran. Yo veo en ellos á 

un tiempo mis contrarios y mi escusa. 

Ilablaré breve en cuanto me sea posi 

ble, porque en el trabajo que me pro 

meto desempeñar, la sencillez debe ser, 

á mi entender, 1o mas apreciable. De 

lnostraré la existencia de una perfecta 

pmsodia en el idioma castellano : daré 

reglas para medir la cantidad de todas 

sus sílabas; Las sostendré con razones; 

y una sola de ellas que pueda llamarse 

acertada, justificará mi atrevimiento y 

calificará die útiles, mis tareas.

DHÉIF>DIQD>B-De-fi-fl-fi-d-d-dd-flfiñfl-d 

CAPITULO PRIMERO. 

EXISTENCIA DE UNA PERFECTA PROSODIA 

EN EL IDIOMA CASTELLANO. 

Unos han dicho que podíamos hacer 

uso de la versificacion antigua, pero 

no han dado pruebas; otros han que 

rido imitarla en algunos metros , y nada 

han conseguido de satisfactorio ; otros 

en fin , por no confesar su ignorancia, 

¡Lan sostenida que no tenia lugar entre 

nosotros, y que todas las tentativas que 

se hiciesen sobre este punto imaginario 

serian inútiles é infructuosas. La causa 

principal de tan desgraciados ensayos y

( 2 ) 

erradas máximas ha sido, á mi enten 

der, el haber todos confundido el acento 

con la cantidad, siendo en realidad dos 

cosas enteramente distintas. El que lo 

dudara un momento , puede pronto 

convencerse haciendo una prueba muy 

sencilla. Tome voces latinas, y sin aten 

der á otra cosa que á los acentos y si 

guiendo nuestras reglas , formará al 

momento versos endecasílabos y los 

decasílabos llamados de himno ó que 

tienen cada tercera sílaba acentuada. 

(He aqui un buen cuarteto de esta clase: 

t 

Tum. agrïcola. cïtus. imperio. 

Mortis. cáve. vel. décens. te. dïes. 

Decem. vïri, sed. rápidus. hïems. 

Altas. füeris. glóbus. me. bïs. 

Y sin embargo cada tercera sílaba tiene 

la cantidad breveá pesar de ser acentua 

da.) Tome despues otras voces yponga 

sílabas largas en lugar de acentuadas, y 

le saldrán renglones queá todo se pa

( 3 J 

recerán menos á los tales metros , sino 

es por una casualidad. Y no se pretenda 

oponer como objecion que los latinos 

no leian tal vez díes, bie/ns, sino diría‘, 

Izzïíms ,- (aunque sobre esto no puede 

haber duda alguna), porque hay un sin 

número de voces en que todas las síla 

bas son breves, como acus, calor, ni 

tidus , rapidus , miren}; , marítimus, y 

en las cuales, léanse como se quieran, 

siempre debe resultar una acentuada 

breve. Asi esta voz mdrïtï/ïzür; por ejem 

plo, se ha de decir indispensablemente 

ó cargando el acento en la primera má 

ritimus, ó en la segunda marítimus; ó 

en la tercera maritírnus, ó e-n la cuarta 

nzaritinuís, en cuyos cuatro casos la acen 

tuada, como digimos, es breve, y esta 

observacion no tiene réplica. De todo lo 

cual resulta que los antiguos, á mas de 

sus ritmos fundados en la cantidad, pu 

dieran tarnbien haber hecho uso de los 

modernos que solo atienden al acento,

( 4 ) 

si los hubiesen conocido. Y ¿porqué no 

hemos de disfrutar nosotros de esa do 

ble ventaja? Prescindamos ahora de co 

mo pronunciaron los antiguos su idio 

ma, y concretémonos á lo que nos ha 

¡‘estado de él. ¿No suenan suaves y nu 

merosas á nuestros oídos las cadencias 

de la Enéida? ¿No formamos nosotros 

con las mismas palabras otros versos 

iguales á aquellos, y que tambien nos 

parecen bien? Y ¿tiene acaso el idioma 

latino alguna cosa mas que el castella 

no? Sí; la s líquida y la doble conso 

nante al fin de diccion. ¿Son necesarios 

estos requisitos para la formacion de 

su metro? De ningun modo. 

Passibus ambiguis fortuna volubilis errat. 

Aqui no.hay nada de eso, y no obstante 

vemos un perfecto exámetro. Probemos 

pues á traducir un trozo cualquiera de 

exámetros, verso por verso:

(5) 

LIBRO 1°. DE LA ILIADA. 

Canta del Pélida Aquiles, ó Musa, la ira funestn 

Que al campo Aeheo causó daños tan grandes y tantos 

Y adalides muchos al fondo mandó del Averno, 

Dc aves Carnívoras y de perros haciendo su cuerpo 

Pasto (voluntad era del Omnipotente Tunante) 

De el dia que rcñidos quedaron el rey de los hombres 

Atrida y el divino Aquiles en contienda furiosa. 

¿Cual dios entre ambos lanzó tan hórrido fuego? 

Fue el bijo de Luana irritado que al rey una peste 

Envió por su ejército, porque «le él vil afrenta 

sufriera el anciano Grises su Arúspice santo. 

Este á la escuadra Aquiva se acercó ricamente 

Cargado de ofrendas: de Cintia el cetro llevando 

De oro luciente en las manos, y del dios la corona. 

Y ani a los Griegos juntos dirigiéndose luego ‘ 

Y mas á los Atridas grandes suplicó sollozando: 

«¡O Atridas y Griegos todos, hunda el rey del Olimpo 

A vuestros esfuerzos la ciudad prepotente 

De Priamo y salvos luego torneis á la Grecia. 

Mas dadme ora mi bija y aceptad las ofrendas 

Que o5 traigo ; reverenciandn al esmlso Ternpnion-ete. 

Defectos se hallarán tal vez algun dia 

en estos versos , y no será estraño pues 

to que ninguna cosa humana empieza 

‘ 2

‘Í 5 ‘J 

por la perfeccion. Sin embargo; ¡que 

magnificencia! Veamos un exámetro 

cualquieraí ' ' ‘ 

Los suaves aromas tornan del abril floreciente. 

Compárese con un endecasílabo, que es 

el metro mas heróico que conocemos: 

Los aromas de abril tornan suaves. 

¡Que pobre aparece en el parangon! 

¿Donde pues se hallaria una versifica 

cion capaz de ostentar mayor melodía 

y riqueza que la española, una vez ha 

llada esa tan apetecida prosodia ; pu 

diendo hacer gala, no solo de todos los 

ritmos griegos distinguidos por la can 

tidad silábica, sino tambien los funda 

dos en el acento, en la rima y en la aso 

nancia que le es peculiar? Y pudiendo 

formar los versos medidos por la canti 

dad de las sílabas los que estriban en 

el acento, ¿no serémos capaces de in 

ventar otra ú otras clases que, reunien

( 7 s) 

do las’ dos cosas, aventajen en suavidad 

y armonía á‘ cuanto hicieron los anti 

guos? La advertencia de que el verso 

exámetro no concluya en inonosílabo; 

agudo, etc. , ¿es otra cosa que imponer 

reglas de acento unidas á las de canti 

dad? Algunos marcan como elegancia 

en el endecasílabo español una sinalefa 

en la cuarta sílaba. Y ¿qué es esto mas 

que unaley de (rantidad junto con las 

de acento, aunque quizá ellos no lo sa 

ben? ¡Que perspectiva tan lisonjera se 

presenta á nuestra aplicacionl Trabaje 

mos pues sin descanso; demos el pri 

mer paso: imitemos la versificacion an 

tigua ; una vez que su idioma nada tie 

ne de estraordinario para nosotros , no 

debe ser imposible descubrir el secreto, 

y entonces poco tendrémos que envi 

diar á Virgilio. Al contrario, yo casi me 

atrevo á decir que nuestra versifica 

cion será mas hermosa que la latina. 

La alternada diferencia de los acentos

( 3 ) 

es una de las cosas que mas contribu 

yen al canto y elegancia de las palabras. 

Este es el motivo porque son tan duros 

los versos franceses. Su lenguage se 

compone todo deagudos ; pues aunque 

tienen dicciones acentuadas como ¿mú 

le , tampórte, siendo muda la e equiva 

len á émúll , empórtt. 

De aqui resulta que hagan consistir 

su cadencia en las pausas , único arbi 

trio que les queda, lo cual acaba de ha 

cerlos mas monótonos. No sucede asi 

con los ingleses. Estos, con la multitud 

de sus consonantes , con sus cuatro 

acentos y diez y ocho vocales, poseen 

mas grandes recursos; y podrian com 

poner versos que, si bien inferiores á 

los nuestros en magestad y lisura, les 

igualarian quizás en armonía; y Lord 

Byron, en estos últimos años, ha empe 

zado á demostrarlo. De dos maneras 

modulan los latinos sus dicciones : car 

gando el acento en la penúltima síla

( 9 ) 

ba, ó en la antepenúltima. Y así dicen 

Velífcra. 

Numerósa. 

Nosotros tenemos dos mas. 

Rómpasenos. 

Velífera. 

Numerósa. 

Aterradór. 

Esta riqueza del idioma debe ser una 

ventaja para su poesía, y efectivamente 

lo es. Veamos este verso: 

Las suaves aromas tornan del abril floreciente. 

Si hemos de seguir la regla latina, tie 

ne un defecto , pues del debía alargarse 

por ser sílaba formada por contraccion 

y aquí se pone como breve: á mas de 

eso, concluye con una diccion de cua 

tro sílabas, lo cual es considerado co 

mo vicioso. Sin embargo, quitémosle 

el agudo abril y digamos. 

Las suaves aromas tornan á la tierra 

florida. 

Los defectos han desaparecido: el pe 

2*

10 > 

núltimo pie es un perfecto dáctilo : su. 

primera sílaba es un diptongo seguido 

(le dos consonantes en lugar de la bril 

que antes tenia; y no obstante, si yo no 

estoy muy preocupado, este verso ha 

perdido infinito de su canto. 

He intercalado de propósito en los 

demas exámetros y pentámetros varios 

agudos para hacer prueba de ellos, y 

me parece que producen un efecto ad 

mirable. Debo decir de paso que será 

bueno usar dichos agudos por largos. 

Sin embargo, la prosodia los marcará 

muchas Veces como indiferentes y aun 

breves, y esto caerá muy bien en ver 

sos melancólicos : tal es el siguiente, 

donde hay uno por tercera sílaba de 

dáctilo: 

El dolor infando, reina, renovar ora mandas... 

He dicho verso melancólico, y no es 

sin fundamento. Las personas que ha

n > 

blansollozando forman todas las pala 

bras agudas; y esta es otra razon para 

sostener que el idioma español puede 

producirlos mejores que el latino. 

Sin embargo, hay entre nosotros quien 

afirma ser imposible hacer un exámetro 

español. Yo quisiera pasar este punto 

en silencio, pues mi intencion al em 

pezar el Sistema musical no ha sido 

zaherir á nadie. No obstante, antes 

de prescribir las reglas para medir las 

sílabas, me es indispensable impug 

nar y deshacer las razones de los que 

niegan su existencia. Nombraré pues 

á uno solo, al Sr. D. José Gomez Her 

mosilla, por varias razones: por haber 

sido el último que ha hablado sobre 

este particular , y por consiguiente 

verse en su escrito el atraso en que 

se ha hallado sumida tanto tiempo 

nuestra prosodia; por recaer justa 

mente en el único que ha intentado 

medir nuestros versos por los pies la

( 12 ) 

tinos; por ser el literato mas célebre 

de España, y mas capaz de dar con 

trapeso con su opinion á una contro 

versia; y por haberlo dicho con so 

lemnidad tan magistral, que bastaba 

ella sola para retraer á cualquiera de 

este estudio importante. Yo mismo, 

que desde que empecé á entender algo 

del Virgilio tuve la manía de que aquel 

sistema se podia aplicar al lenguaje 

español, me quedé dudoso al leerlo; 

porque en efecto, ¿á quien no intimi 

dan estos asertos terminantes? ct Aun 

que los griegos y romanos distinguian 

el acento prosódico de la cantidad de 

las sílabas, nosotros hemos unido y 

confundido ambas cosas; y asi para 

nosotros toda sílaba acentuada es larga 

POP (¿S0 ))...... ‘ 

Téngase tambien por principio gene 

ral, verdadero é inconcuso que nues 

tros versos estan distribuidos en pies 

de dos sílabas, ya las dos sean bre

( 13 > 

ves (pirriquios ), ya largas ( espon 

deos ), ya ‘breve y larga (yambos ), 

ya larga y breve (coreos ), con alguna 

cesura al fin si el número de sílabas 

es impar; y que no los medimos por 

pies de tres, cuatro ó mas sílabas. Y 

aunque Luzan se empeñó en hallar 

dáctilos en nuestros versos, sus inú 

tiles tentativas demostraron que no 

los tienen; Aun en el verso adónico, 

en que parece que admitimos el dác 

tilo, no le hay en realidad. Nuestro 

adónico es un verso de cinco sílabas, 

que por lo comun consta de un co 

reo, un yambo y una cesura breve, 

y no de un dáctilo y un espondeo 

como el latino. La prueba es demos 

trativa. En, este de Villegas 

Céfiro blando :‘ 

aun concediendo que constase de dos 

pies y el primero fuese dáctilo, el

( 14 ) 

segundo no puede ser espondeo, pues 

la o de blando es breve. Asi la verdad 

es que el adónico español (ya que 

se le quiere dar este nombre) consta 

de dos pies disílabos (coreos , yam 

bos ó mixtos) y una cesura breve’. 

Para que se vea comprobada la ver 

dad de estos principios daré algunos 

ejemplos. 

El verso de Garcilaso, que dice: 

El dulce lamentar de dos pastores. 

debe medirse asi: 

él dül-ce lïí-méntár-de dós-pástó-res: 

y consta, como se ve, de un espon 

deo, un pirriquio, otro espondeo, un 

yambo, tercer espondeo v una cesura 

u 

breve: sus tiempos diez y OClIO. 

Este de Rioja: 

ál ñl-tïmo-süspi-ró de-mï vï-dïí. 

se mide como está indicado; consta

c Is > 

de un espondeo, un pirriquio, otro 

espondeo, otro pirriquio, un yambo, 

y la cesura; y sus tiempos son diez 

y seis. » 

Aqui á mi entender hay equivoca 

ciones de mucha consideracion. Aun 

continuan otras, pero solo nos deten 

drémos en deshacer estas, pues son 

origen de cuantas les siguen. 

« Nosotros hemos unido y confun 

dido ambas cosas: y asi para nosotros 

toda sílaba acentuada es larga por 

uso. » Esto es falso. El acento de una 

palabra no es otra cosa que la sílaba 

en que se levanta mas la voz al tiem 

po de pronunciarla, y la cantidad el 

espacio de duracion que en ello se 

emplea; por consiguiente, nosotros 

no confundimos ni podemos confun 

dir ambas cosas, y ciertamente me 

maravillo de que no se acordase el 

Sr. de Hermosilla al escribir sobre el 

acento de nuestro lenguaje sino de

( ¡G ) 

aquellas palabras de D. José Luis Mu 

narriz en su traduccion del ingles Hu 

go Blair (l): « La tinica diferencia per 

RQRERAQRQRRR ceptible proviene entre nosotros de 

pronunciar las sílabas con aquella 

presion mas fuerte de voz que lla 

mamos acento. Este, sin hacer mas 

larga la sílaba, la da un sonido mas 

fuerte: y la melodia de nuestro verso 

depende mas de cierta sucesion de 

sílabas acentuadas, que de ser estas 

breves ó largas.... El verso beróico 

castellano es de una estructura, por 

decirlo así, yámbica; esto es, com 

R puesta de una sucesion alternativa 

« de sílabas, no breves y largas, sino 

a acentuadas y no acentuadas; » ni de 

las del sapientísimo Mattei (2): « Nues 

« tras sílabas largas y breves (3) no 

(l) Compendio de las leceiones sobre la Retórica y Bellas 

letras de Hugo Blair, pag. 3l6. 

(a) Dissert. IX , Della poesía degli Ebrei, e de’ Greci, pag. 

l95. 

(3) Es decir, que llamamos largas y breves.

17) 

« se fundan en el tiempo, sino en el 

« ascenso ó descenso de la voz. La 

« palabra amo en los poetas latinos 

a del buen siglo tiene la primera sí 

« laba breve y la segunda larga; si 

« nosotros queremos pronunciarla lar 

(r. ga debemos decir amó: he aqui que 

a la longitud de la sílaba consiste en 

a la elevacion del tono y no en la 

u duracion del tiempo. » á lo menos 

de las de nuestro P. Alvarez a La 

a cantidad de la sílaba es la longi 

« tud ó brevedad con que se pro 

« nuncia.... El acento es el tono con 

u. que se levanta ó baja la voz en la 

« pronunciacion de las sílabas.... La 

« cantidad solo mide aquel espacio ó 

a intervalo con que la sílaba se pro 

—« nuncia; pero el acento regula el 

modo de elevar ó bajar la sílaba en 

« la pronunciacion. Para mas clara in 

(l) Prosodia del P. Alvarez. Cervera: l785, pag. 3 y 124. 

3

( 13 ) 

« teligencia de lo sobredicho pueden 

a 

RS ¡‘fl 

servir de ejemplo estas palabras cas 

tellanas: dícenme, dícente, dícenle, 

y otras semejantes, en la pronun 

ciacion de las cuales elevamos la 

voz en la primera sílaba: de suerte 

« que la diccion proferida casi parece 

« un pie dáctilo ó crético, en que la 

« segunda sílaba es breve, siendo así 

a que segun la cantidad es larga por 

« la regla de la posicion, que tam 

« bien se observa en dicho idioma. 

« De que se puede inferir cuan dis 

« tinto es el acento de la cantidad; 

« pues si habiamos de pronunciar di 

(( chos vocablos segun su cantidad y 

(( no con el tono que corresponde á 

(( su acento, elevariamos dicho tono 

(( en la segunda sílaba para denotar 

(( su cantidad larga, y no en la pri 

(( mera, deprimiéndolo en la segun 

(( da. » Estas autoridades deberian bas 

tar para hacer ver cuan distinto e: el

19) 

ácento de la cantidad: con todo, no 

será fuera del caso hacer aqui una 

observacion. Todos los poetas espa 

ñoles han pretendido hacer sáficos , 

y un oido fino encuentra muy pocos 

entre miles de ellos. ¿De qué pro 

viene falta tan general? El endecasía 

labo español puede tener todas estas 

combinaciones sin perder su caden 

cla : 

ó la 

o la 

O la 

cuarta sílaba acentuada: 

Los ojos tristes de llorar cansados. 

cuarta y quinta: 

Como deidad ante los ojos mios. 

sexta en vOZ aguda: 

Por vos he de morir y por vos muero. 

o la sexta en voz llana : 

Por estas asperezas se camina. 

o la sexta en voz esdrújula : 

El dulce Vario, el émulo de Homero. 

No es pues estraño que debiéndose 

componer precisamente el sáfico de

20) 

once sílabas (un coreo, un espondeo, 

un dáctilo y dos coreos ), venga á 

parar en una de estas combinaciones; 

á escepcion de la segunda y tercera 

por no conocer el latin los agudos, 

lo que hizo creer sin duda á nuestros 

poetas que un endecasílabo podia ser 

sáfico, y le destinaron la primera y 

segunda, en atencion seguramente á 

que la sexta sílaba debe ser de ne 

cesidad breve por segunda de dáctilo, 

equivocando siempre el acento con la 

cantidad, Con todo, se observa á pri 

mera vista su yerro, pues aunque efec 

tivamente hay muchos de dicha pri 

mera clase, como 

Integer vita: scelerisque purus. 

tambien se encuentran á cada 

de la cuarta: 

Jam satis tcrris, nivis atque dirae. 

y de la quinta : 

Vile potabis modicis sabinum: 

paso

( 91 i 

y aun otros como este: 

Mercuri flícunde nepos Atlantis. 

que no pertenecen á ninguna; y por 

consiguiente, no podría emplearse co 

mo endecasílabo español, á pesar de 

ser un hermoso sáfico. De lo cual se 

deduce , no solo que las reglas que 

hasta ahora se han dado para hacer 

sáiícos españoles son falsas, y que si 

alguno ha salido bueno ha sido tan 

solo por el delicado gusto del poeta 

ó por una mera casualidad, sino tam 

bíen que el acento y la cantidad son 

dos cosas muy distintas. 

Y por último, deseoso de cercio 

rarme prácticamente de su diferencia, 

hice yo la siguiente esperiencia. Tome’ 

dos voces, esdrújula y llana : Zábaro, 

leve , que yo tenía por cinco breves, y 

repitiéndolas con la mayor celeridad 

posible, vi que veinte y dos veces_de 

pronunciarlas me empleaban diez y 

nueve oscilaciones de un perfecto me 

3‘

( 99 ) 

trónomo puesto en el grado 100. Ve 

rifiqué en seguida lo mismo con es 

tas otras, tambien esdrújula y llana: 

nómpannos, nuestras, cinco largas, mar 

cando todas las consonantes, y en 

igual número de oscilaciones solo pude 

repetirlas de diez y media á once veces. 

La operacion renovada dió siempre los 

mismos resultados. Esta prueba es bien 

sencilla, y cualquiera puede hacerla. 

a Y aunque Luzan se empeñó en 

hallar dáctilos, etc.» todo este pasaje 

reasumido dice lo siguiente: céfiro no 

es dáctilo, porque blando no es es 

pondeo; luego en los versos españoles, 

ó lo que es lo mismo en el idioma es 

pañol, no hay dáctilos. A la verdad 

que yo quisiera preguntar al Sr. Her 

mosilla si se chancea; porque ¿ de 

cual lógica ha sacado tales argumen 

tos? ¿Quien podrá convencerse de que 

céfiro no es dáctilo, porque blando 

no es espondeo? ¿Y rqïiro blando es por

( 93 ) 

ventura el único verso que ha hecho 

Villegas, y Villegas el único poeta que 

ha escrito versos en España? Mas, aun 

concediendo que fuera razon, ¿no sabe 

el Sr. Hermosilla que blando es aquí 

un buen espondeo, puesto que la o 

puede alargarse por aquella tan cono 

cida regla de 

Sillaba cujusvis erit ultima carmínis anceps? 

Ahora pues ya podemos nosotros sen 

tar como principio general, verdadero 

é inconcuso,que en el idioma latino no 

hay dáctilos. La prueba es demostrati 

va en el siguiente verso de Horacio : 

Fulmina lucis: 

aun concediendo que constase de dos 

pies y el primero fuese dáctilo, el 

segundo no puede ser espondeo, por 

que la is de lucia es breve: luegoful 

ruina lucia‘ no es adónico; luego en 

latin no hay dáctilos. Esto no puede 

ser mas concluyente.

í '24 3 

Pero ¿quien creyera que despues de 

sostener, con razones buenas ó malas, 

que en el idioma español no hay dác 

tilos, él mismo mida dul-ce la, uZ-tímo, 

¡Ji-ro de? ¿No es esto contradecirse cla 

ramente? ¿Qué podrá contestar á las 

objeciones que se le hagan? Mas, su 

pongamos que halle medio para ello, 

y para demostrar que mis teorías son 

erróneas; que entre mis versos se en 

cuentran algunos malos; que todos lo 

son; que no hay un solo pie bueno: 

todo se lo concedo. ¡Qué importa! 

¿Cree que he de ceder? No, no ce 

deré, porque aun puedo combatirle y 

estrecharle con mas fuerza que nunca. 

Hagamos otra prueba. Juntemos las 

primeras palabras que nos vengan á 

la mano, y formemos un dístico. Aquí 

están : 

Casta. maligna. casas. montes. pia. docta. repente. 

Láctea. sol. alto. cándida. dura. minas. 

¿t Negará el Sr. Hermosilla que lo sea?

25 > 

Y ¿como lo ha de negar si todas sus 

palabras escritas con las mismas le 

tras y pronunciadas del mismo modo 

son latinas , y prescindiendo del sen 

tido gramatical, que para el caso nada 

nos importa, este dístico es tan bueno 

como los mejores de Ovidio? ¿Y cuan 

tos cuadernos no podriamos llenar de 

otras igualmente hispano-latinas? Ycas 

ta, maligna, casas, montes, ¿son por 

ventura voces distintas en alguna cosa 

de cadena, pluma, gotas, hombre, elc., 

para que no se puedan combinar con 

ellas otros metros como el primero? 

Estas pruebas son á mi ver tan in 

concusas , que paso á prescribir las 

reglas para medir la cantidad de todas 

las sílabas de la lengua castellana; en 

el concepto de que si me equivoco, al 

gun otro tal vez con mas conocimien 

tos las impugnará con razones y dará 

las verdaderas. De todos modos yo 

quedaré satisfecho si puedo figurarme

(. 95 3 

que he demostrado plenamente, como 

me propuse en este primer capítulo, la 

existencia de una perfecta prosodia en 

el idioma castellano.

\ 

>>>>->bv>-D->'>'>ü-v>'4< G

¡nc uniéndose á otra vocal , ó de las consonan 

tes que se interpongan en medio del camino ; lo 

cual es tan evidente que no necesita (le ejemplo 

ni de mas demostracion. ‘ 

2°. Las consonantes ejercen su in 

fluencia sobre la vocal que las antece 

de y no sobre la que les sigue. 

Siendo, como ya se ha dicho, la cantidad de 

una sílaba el espacio de tiempo que esta tarda 

hasta empezarse el sonido de la otra siguiente, 

se deja fácilmente de ver que las consonantes 

que se hallan en medio deben entorpecerel 

curso de la que ya se ha pronunciado, y no de 

la que aun se ha de principiar; y asi en instruir, 

por ejemplo, las cuatro consonantes nstr ne 

cesitan algun intervalo para articularse, y este 

retardo recaerá sobre la i á la que no dejan 

andar con rapidez, y no sobre la u que inme 

diatamente encuentra la otra vocal i segunda. 

3°. Un diptongo es doble de una 

sola vocal. 

Diptongo es tmapalabra. griega que significa 

dos sonidos, y en realidad no es otra cosa que 

la reunion de dos vocales que lbrman una sola

t 29 > 

' sílaba: es decir , que asi como en día, por ejem 

plo, se carga el acento en la i, y en díá se carga 

en la a’, en día diptongo se carga en el centro 

ó en las dos á un tiempo; de lo cual resulta que 

aunque 

dos mismos 

constituyen 

sonidosuque 

una sola 

antesydos 

sílaba , marcan 

sonidos 

los 

ó 

dos vocales es el doble de una sola : luego un 

diptongo es el doble de una vocal. 

4°. La cantidad de cualquier sílaba 

es medida proporcionalmente ó con 

relación á las otras sílabas del lenguaje. 

Todas las cantidades son proporcionales. Una 

libra esmayor con respecto a’ un adarme, y me 

nor respecto á un quintal. Veinte es la mitad en 

proporcion de cuarenta, y el doble en razon de 

diez. Así nosotros dirémos que tal sílaba es bre 

ve porque es la mitad menor que la ¡nas lar 

ga; y dialecto pudiera haber que mídiera por 

mas corta la que nosotros establezcamos como 

mas dilatada , ó al contrario. 

Estas clarísimas proposiciones espli 

cadas y concedidas , pasemos á discep 

tar del modo siguiente : 

Nuestro idioma se compone de le 

4 

\

. ( 3° ) 

tras vocales y consonantes: vocal es la 

que se pronuncia por sí sola; luego 

será mas breve que la consonante, la 

cual necesita del auxilio de otra: una 

vocal forma sílaba sin necesidad de 

mas letras; luego una sílaba formada 

por una sola vocal será mas breve que 

la compuesta de vocal con una ó mas 

consonantes. Por consiguiente, pode 

mos sentar como principio que a, por 

ejemplo, es la sílaba mas corta posible. 

Si á esta letra a le añadimos una con 

sonante b, y decimos ab ó aba, ya será 

mas larga; si le añadimos otra b, abb, ó 

abba, ya lo será mas : si en lugar de la 

segunda b le ponemos otra consonante, 

será igual el caso, como en absoluto : 

si le añadimos otra consonante, aun lo 

será mas, como en abstengo : si le aña 

dimos otra, aun lo será mas, como en 

abstracto: si la a fuere por casualidad 

un diptongo en lugar de simple vocal, 

y dijere zabshncto, aun lo sería mas,

( 31 ) 

porque ya hemos demostrado que dip 

tongo es el doble de una vocal. He 

aquí puesque tenemos seis sílabas, 

todas con una diferente cantidad, y 

aun se podria hacer llegar su número á 

ocho. Mas , como nosotros solo busca 

mos un sistema musical igual al de los 

griegos y romanos, sin pretender ha 

cer mas distinciones, sentarémos por 

base única que una sílaba es larga ó 

breve; y dirémos que la breve tiene un 

tiempo, y la larga dos. Pero como ya 

hemos visto, á no poderlo dudar, que 

una sílaba admite mas divisiones , he 

mos de conceder como cierto que hay 

largas mas largas , y breves mas breves 

que otras. Partirémos pues, para cla 

sifícarlas mejor, el tiempo en dos pun- ' 

tos , y el punto en dos cromas; y cal 

culando que una consonante unida á 

una ó mas vocales vale lo amismo que 

una de ellas, dirémos que C’) 

r 

f") Por este cálculo se puede ver (‘uan posible ru que tuvie

32 > 

¡“Evxs la de díauutíene. 2 cromas. Brevísima. 

la ‘ de dllfl...“ n . . . . . .. Á Ct". Breve. 

l. r . . . . . . . . .. 

el Zuddeai‘ltilíto l. i 6 Cr.’ larga‘ 

¡‘Maui . . . . . . . . 

la ade constar.n..... J .. 

el ue de nuestro .... .. 5 8 cr.’ urgummm 

\ 

Algunos preguntarán ¿como pu 

diendo haber sílabas mas largas de dos 

tiempos, puesto que una formada por 

sinalefa de dos diptougos seguida de 

cuatro consonantes tendrá cuatro tiem 

pos, no he hecho la clasíficacion dan 

do mas de un tiempo á la breve? A esto 

contesto que, aunque efectivamente se 

encuentran sílabas de tres tiempos y 

aun de cuatro, estas son muy raras; y 

era preciso tomar el término medio por 

las comunes. Así se verá que del modo 

que las hemos dividido resultan poco 

mas ó menos en un escrito tantas lar 

gas como breves ; y dando una sola 

sen los hebreos la vocal brevisima que muchos pretenden; y que 

nada hay tan fácil como dividir en larguísimas , largas, breves y 

brevísimas las sílabas de nuestro lenguaje, aun sin contar aque 

llas que pasando de las 8 cromas llegan á los 9, 1o, n y t2.

( 33 ) 

croma mas de valor á la breve, ‘resulta 

rian cuatro ó cinco breves por una la'r 

ga; pues todas las indiferentesJqUeda 

rian breves y aun muchas largas. Por 

consiguiente , la esperiencia nos de 

muestra que dando un tiempo á la breve 

y dos á la larga, las cantidades se man 

tienen en un perfecto equilibrio. / 

Vamos ahora á otro punto. De una 

diccion á otra hay un intervalo en 

que no se percibe sonido alguno, y 

el tal intervalo es absolutamente nece 

sario é indispensable no solo para aspi 

rar, sino tambien para distinguir cada 

palabra de por e sí. Esta es una verdad 

que nadie podría negar, pues la razon 

natural ya dicta que si fuera posible 

que un hombre leyera un escrito sin 

intermision ni aspiracion alguna, no 

se hallaria una persona en el mundo 

por delicado que tuviese el oído , capaz 

de entenderle. Y si este raciocinio no 

convence, puede hacerse una esperien 

4*

34 > 

cia práctica, y se verá que suena muy 

distinto al oido lléueselo unido todo en 

una diccion, de lléve, ¿‘elo separado en 

dos. Pero como este espacio de tiempo 

es mucho menor que una sílaba, le da 

rémos por cantidad la mitad de la mas 

breve, y asi dirémos que enla muger, 

por ejemplo, de la á muger va una 

croma. 

Muchos se han confundido al ver 

que la prosodia latina marca la dife 

rencia de breve á larga entre vocales 

que al parecer no pueden tener ningu 

na. Y en realidad ¿como esplicar el que 

la a de contra sea larga, y la a de regi 

na breve; que la e primera en penes 

sea breve , y en pene larga , siendo asi 

que se hallan en igual caso? Para solven 

tar esta dificultad es menester recurrir 

á la fuente de donde dimana. Los es 

pañoles tenemos cinco vocales, y estas 

vocales conservan su propio sonido en 

todas las posiciones. Los latinos tam

35 > 

bien conocian las cinco mismas, pero 

variaban su pronunciacion segun la 

díccion en que se hallaban. Esto no 

nos es enteramente nuevo, pues aun 

que no esté en uso entre nosotros, lo 

vemos en la lengua inglesa, francesa y 

la mayor parte de los dialectos moder 

nos; y aun en nuestra nacion lo prac 

tican tambien los catalanes , mallorqui 

nes, etc. ¿Quien duda pues que la pro 

nunciacion podia hacer esencialmen 

te larga alguna de estas vocales? Supon 

gamos ahora quela i larga latina fuese 

una i primera inglesa, y entonces ten 

driamos amaicos en lugar de amicos. 

Supongamos que la u primera de asus 

es u primera inglesa, y dirémos iusus. 

Ai ¡u valen lo mismo que un diptongo; 

luego seria el doble larga que i u. Los 

mallorqttines tienen unai larga que pro 

nuncian ei; y asi en lugar de portarlí, 

por ejemplo, ellos dicen portarlei. Los 

latinos usaban seguramente esta’ mís

( 35 ) 

tua i, pues se sabe que escribian los 

nominativos plurales de la segunda 

conjugacion con ei; y asi ponían clo 

minei, anzicei por domini, amici. Tam 

bien acostumbraban escribir la e lar 

ga con ei, como onmeis por omnes, y 

esto tal vez dependia de confundirse 

el sonido á causa de ser igual ó muy 

parecido : asi entre los ingleses lo mis 

mo suena la vocal en cut que en sir, lo 

mismo en ¡ring que enfeet; y entre los 

franceses lo mismo la a de ambrosie 

que la e de embellir : pero sea de esto 

lo que fuese, podemos calcular con 

mucho fundamento que daban en cier 

tos casos un sonido particular á cada 

vocal que la constituia larga ó breve, 

cuya cantidad se llamaba á natura. Otra 

cosa hacían tambien, y era dar un va 

lor mayor‘á la ¿vocal sin variarle el so 

nido, prolongando tan solamente la 

respiracion; y esto se puede creer con 

tanto v mas fundamento que lo otro,

( 37 ) 

pues sabemos que escribian algunas 

largas ó todas ellas con doble vocal, 

como veenit por venit para distinguir 

las de las breves. Nosotros oímos prac 

ticar muchas veces la prolongacion de la 

voml en boca de los italianos particu 

larmente los habitantes de. Roma, en 

especial cuando quieren dar á la pala 

bra una espresion de energía ó de ter 

nura. Los andaluces tambien lo acos 

tumbran con frecuencia, y asi dicen : 

Cabayeeerol Pueees ya, etc. Los mismos 

castellanos lo practican sin distincion 

en ciertas ocasiones , como cuando 

acusado un inocente espresa así su ad 

miracion: Yoo? Tambien en una es 

clamacion, como: aah! etc. Pero noso 

tros no hemos de tomar por norma á 

los andaluces , ni esos casos raros hacen 

ley. El lenguaje español es grave y ma 

gestnoso, y va caminando sin hacer 

detenciones ni cantinelas hácia su fin. 

De todo lo cual podemos deducir que

38 > 

nuestras vocales, á diferencia de las 

latinas, conservan siempre su propio 

sonido; que, por consiguiente, todas 

las reglas de supinos, incrementos, de 

rivados, compuestos, etc. son para no 

sotros inútiles, bastando saber la can 

tidad que tiene una sílaba, y no la que 

tenia ó ha podido tener. En vista pues 

de cuanto hasta aquí se ha espuesto, 

pasarémos á fijar la medida universal 

de todas las vocales. 

Dalor ínttínsern De las sílabas. 

I.“ Vocal sola ó seguida de consonante, breve, 

u u 

como — a,-al. 

a.“ Vocal antecedida _ Por una Y ríe a es consi 

derada d‘ptongo , como en - hayas. 

3.° Vocal seguida de dos consonantes, larga, co 

mo — álm. 

_ A.° Diptongo solo , breve, como — pie’. 

5.° Diptongo ante-cedido por una y griega, es 

considerado tríptongo, como en-énsïiyais. 

6.° Diptongo seguido de una ó mas consonantes, 

largo, como-pies.

39 > 

7.° Triptongo solo ó seguido de consonante, lar 

go, como — guai, - buey. 

Üalur hr las sílabas. 

CONSIDERADAS EN EL} LENGUAJE. 

DEI MONOSILAHO. 

8.° Monosílabo vocal, ó empezado con vocal ó 

diptongo, y con el cual se comete sina 

lefa , como en — corre á, - llega el, —t1í; 

ay!, sigue las reglas generales de esta 

figura. 

9.° Monosílabo con el cual no se cometa sina 

lefa es considerado sílaba en final de dic 

cion, como en -1o, cuya o se debe me 

dir en todo igual á la de - palo. 

DE LA. VOCAL EN PBINUIPIO DE 

DICCION. 

¡o. Vocal en principio de diccion con la cual se 

cometa sinalela , sigue las reglas generales 

de esta figura.

_ 

c 40 > 

1 ¡. Vocal en principio de diccion no cometien 

do sinaleta debe medirse como si estuviera 

enmedio de ella. 

DE LA VOCAL EN MEDIO DE DICCIOH. 

m. Vocal en medio de diccion seguida de una 

consonante , breve , como - sombrero, — 

médico. 

13. Vocal en medio de diccion seguida de doble 

consonante , larga , como en-amárrar ,-re 

surréccion ,-sígánnos etc; 

11,. Vocal en medio de diccion seguida de dos 

consonantes de las cuales ninguna sea lí 

quida , larga , como en — amántes , - en 

salmo. 

l5. Vocal enmedio de diccion seguida de otra 

vocal, breve, como en — repreender, -síen 

doos. 

16. Vocal enmedio de diccion seguida de dip 

tongo, breve, como en — apaléais. 

l7. Vocal enmedio de diccion seguida de dos 

consonantes de las cuales la segunda sea 

líquida, breve, como en - descalabro. 

18. Vocal enmedio de diccion seguida de pl, pr, 

elí, z, y L‘ con fuerza de z, indiferente, co

( 41 3 

mo en - cuádruple,-desiíprobarrabií 

chornar ¡abrazo ,-desïciert0. 

19. Vocal enmedio de diccion seguida de x , 

larga, como en-apvóximar. 

.014"? 

DE LA VOCAL II’ PIN DE ÏDICCION. 

zo. Vocal en fin de diccion, indiferente, sino 

es breve ó larga por posicion , como en — 

hombre’ bueno ¡casas altas. 

21. Vocat en fin de diccion‘ en consonante se 

guida de diccion émpezada ‘con otra con 

sonante , larga, como en '- hombres bue 

nos, — casas grandes. 

22. Vocal en tin de diccion seguida de otra voz 

empezada con vocal, sino se comete si-— 

nalefa, breve, como en - hombre humano, 

- casií hündida. 

23. Vocal en fin de diccion seguida de otra voz 

empezada con r, pl, pr, ch, x, c, ó z, larga, 

como — lá plata, - lá pradera, -1á choza, 

-el rió xanto ,-altá reja -, rojá cereza, -es— 

posa zelosa. 

24. Vocal en fin de diccion en x ó z , larga, c0 

mo en - lüz,—Felix. 

25. Vocal en fin de diccion seguida de voz que 

5

42 > 

empiece con dos consonantes de las cua 

les ninguna de las dos sea l ó r, larga, co 

mo - los poetas usan la figura—: tmesis. Cu 

pido se enamoró dé Psiquis. El sistemá 

Ptolemaico ha tenido sus defensores, etc. 

26. Vocal en fin de diccion indiferente, seguida 

de un punto y coma, dos puntos, punto 

final, interrogacion y admiracíon, queda 

larga , como en - el hombré; mas — la 

casá : sucedíó- la concordia P ün hom 

bre, etc. 

2-. Vocal en fin de diccion breve seguida de 

dos puntos queda indiferente, como en — 

bueno: yermando, etc. 

28. Vocal en’ fin de diccion breve seguida de 

interrogacion ó admiracion, queda indife 

rente como: — ¿en donde? ya - ¡ó cielo’! 

üyúdame. 

2g. Vocal en fin de diccion breve seguida de 

punto final , queda larga, como en — bue 

nó. Yo , etc. 

DEI; DIPTONGO . 

3o., Diptongo en principio de diccion no come 

tiendo con él sinalefa, debe medirse como 

si estuviera en medio de ella.

( 43 ) 

31. Díptongo enmedio de diccion seguido de 

una vocal, breve, como en el aumentativo 

— piéazó. 

32. Diptongo ante diptongo, breve, como en — 

yüyübï. 

33. Diptongo enmedio de diccion seguido de 

una ó mas consonantes, largo, como en - 

aciágo. 

34. Diptongo seguido de una voz que empiece 

con vocal ó diptongo no cometiendo si 

nalefa, indiferente, como en — concordia. 

humana. 

35. Diptongo seguido de una voz que empiece 

con una ó mas consonantes, largo, como 

en - concordia feliz. 

36. Diptongo que tenga un sonido líquido , si 

gue las reglas de la vocal sencilla , como. 

en - queso, -quïlo,-águéda,-giíïsante , etc. 

DEL TRIPTONGO. 

37. Todo triptongo no teniendo líquida alguna. 

vocal, largo, como en — guai,- hayais.

44 > 

¡De las sílabas 

cossrxrumss ron LAS rnmcummss normas 

POÉTICAS. 

SWALEPA. 

38. Sinalefa seguida de vocal , breve, como en — 

és muy fino mi óïdó. - 

39. Sinalefa seguida de diptongo ó triptongo, 

Ao. 

breve , como 4 la ¿-iyarno hïiyaïs. 

Sinalefa seguida de una ó mas consonantes, 

larga, como en — la ámñ. 

41. Sinaleía doble, larga , como la que hace 

Gallegos en este verso 

Como el antiguo Encelado á una roca 

donde do d u forman una sola sílaba. 

1.2.. Sinalefa de una vocal con un diptongo, lar 

ga, como la que hace Melendez en este 

verso: 

Del manto de inoceneiaéu nieve pura 

donde cia en forman una sola sílaba. 

43. Sinalefa de un diptongo con otro diptongo, 

larga, como hace Garcilaso en este verso: 

Señora mía, si de vos yo ausente 

donde ya au forman una sola sílaba.

. ( 45 > 

nzfinnszs. 

1.4. Cuando en un diptongo se comete la díere 

sis , su primera vocal es breve por la re 

gla 15 , y la segunda guarda su cantidad 

de posicion, como en — radï-ántes. 

1.5. Cuando en un triptongo se comete la diére 

sís dividiéndole en diptongo y vocal, el 

diptongo queda breve por la regla 31 , y 

la vocal guarda su cantidad de posicion 

como en - desprecie-ïs. 

1,6. Cuando en un triptongo se comete la dié 

resis dividiéndole en vocal y diptongo, la 

vocal queda breve por la regla 16, y el 

diptongo guarda su cantidad natural, como 

. en — desprecï-eïs. 

1.7. Cuando en un triptongo se comete la diére 

sis dívidiéndole en tres sílabas, las dos 

primeras son breves por la regla 15, y la 

tercera guarda su cantidad, como en — des 

precï-É-ïs. 

GBASIS . 

1,8. Silaba formada de dos vocales por la crasis , 

es considerada diptongo, como en — maés 

tró — veamos. 

n» 

i)

46 > 

1.9. Sílaba formada por la crasis de un diptongo 

y una vocal, es considerada triptongo, co 

mo en — balánceeis, —meneeïs. Así — veais 

en este verso decasílabo 

No mas veaís de las cárceles negras 

forma una sola sílaba y un verdadero trip 

tongo. 

REGLA GENERAL. 

5o. Toda sílaba final de verso , indiferente. 

üsplírariun 

Y PRUEBAS DE LAS REGLAS ANTECEDENTES. 

l." REGLA. Valíendo segun nuestro 

cálculo una vocal dos cromas, y una 

consonante otras dos, y habiendo es 

tablecido cuatro cromas como el máxi 

mum de una sílaba breve, tendrémos 

que una vocal sola consta de dos, y 

seguida de consonante de cuatro, en cn 

yos dos casos es breve.

( 47 ) 

2.‘ La y griega tiene para nosotros 

el mismo sonido que la latina, y al 

unirse á la vocal forma por consi 

guiente un diptongo. La Real Academia 

española dice que á veces hace oficio 

de consonante, y tiene razon; pues en 

abfecto, por ejemplo, se separa ente 

ramente de la b, constituyendo sílaba 

nueva con la e, lo que no sucederia 

con la i latina, pues que entonces se 

diria a-biecto; mas esto no impide 

que se distinga su verdadero sonido, 

y asi en el sistema musical es perfec 

tamente igual decirab-jecto ó ab-iecto. 

3.“ La vocal vale dos cromas, las 

dos consonantes cuatro: luego esta sí 

laba contiene seis cromas, y es por con 

siguiente. larga. 

4.’ Una vocal vale dos cromas, dos 

vocales cuatro; diptongo es la reunion 

de dos vocales: luego tiene esta can 

tidad y es breve. 

5.“ Admitido por la segunda regla

( 43 3 

‘ 

que la vocal precedida de y_ griega se 

hace diptongo, este en igual caso será 

un triptongo. 

6.“ El diptongo vale cuatro cromas, 

la consonante dos: luego son seis, que 

hacen sílaba larga. 

73 El triptongo contiene tres voca 

les : luego seis cromas, y es largo. 

8.“ Esta regla es tan evidente, que 

no necesita demostracion. 

9.“ Midiéndose siempre una vocal con 

relacion. á las vocales ó consonantes 

quele siguen, (teor. 2°) y no pudiendo 

existir un monosílabo sin que medie 

una distancia entre él y la próxima 

voz, resultará precisamente de aquí 

que la vocal se hallará en todas las 

circunstancias de la última sílaba de 

diccion, y por consiguiente le abra 

zarán las mismas reglas. 

10. Esta regla es como la 8.“ 

ll. Midiéndose, como se acaba de 

decir, la vocal con relacion á las vo

C 49 ) 

cales y consonantes que le siguen y 

no las que le anteceden, es claro que 

será lo mismo estar al principio que 

en medio de la diccion. 

12. La vocal vale dos cromas, la 

consonante otras dos: son cuatro y 

la hacen breve. 

13. La vocal vale dos cromas , la 

doble consonante cuatro: son seis, 

cantidad larga. 

_ 

14. Esta vocal se halla en el mismo 

Caso que la. anterior. 

15. Esta vocal solo tiene su propia 

cantidad que es dos cromas, la mitad 

de una breve. ' 

1.6. Esta vocal se halla en el pro 

pio caso que la anterior. 

r 17v La consonante líquida es aque 

lla que pierde su sonido, y por con 

Siguiente estas dos consonantes solo 

tienen el valor de una ó muy poco 

mas, como verémos ahora, y la vo 

Cal antecedente queda como la de la 

regla 12.

( 50 J 

18. La l ó r antecedida de p pierde 

en efecto su valor, pero entre las dos 

se escapa una especie de vocal muda,. 

como puede notar cualquiera, y asi de 

cimos: pálato, pélectro, por plato, plac 

tro; parado, péresa, por prado, presa. 

A este sonido pues, brevísimo sí, pero 

perceptible, le doy yo por valor la mi 

tad, de la sílaba mas breve, una croma; 

y en su consecuencia calculo: la vocal 

vale dos cromas, la consonante otras 

dos, son cuatro; la vocal muda una, 

son cinco; cinco cromas es la mitad 

entre cuatro y seis: luego estando tan 

distante de la breve mas larga, como 

de la larga mas breve, no hay mas mo 

tivo para inclinarla á un lado que á 

otro, y así el poeta hará de ella lo que 

quiera ó le convenga, y la regla la mar 

cará indiferente. Se dirá que en el 

(I) Yo ereo que el P. Alvarez no entendió en materia de can 

tidades de sílabas el verdadero significado de la palabra indife 

rente cunndn dijo. n Dog especies hay de cantidad: breve y lara

s1 > 

mismo caso se hallan todas las ló r ante 

cedidas de consonante: es cierto, pero 

se ha de observar que para pronunciar 

la p se deben cerrar los labios entera 

mente y despues abrirlos con fuerza; 

la r nace mas adentro de los dientes; 

por consiguiente entre la p y la r debe 

mediar indispensablemente una aber 

tura, aunque instantánea de la boca, y 

esta abertura es la que deja sentir la 

vocal muda. No sucede así con las de 

mas consonantes que liquidan la l y r, 

pues algunas como la g y c nacen mas 

arriba que ellas, y las demas muy ve 

cinas: aun la b, que es la que mas se 

aleja y se articula en los labios como 

lap, se hace muy suave, no consistiendo 

mas que en tocarse el superior con el 

inferior, cuando en la p deben dete 

nerse para poderla despues abrir con 

estrépíto. Y así, aunque en realidad no 

ga; porque la indiferente rw es distinta de estas dos, sino que 

unas veces se pronuncia breve, J otms larga.

( 59 ) 

es posible pronunciar dos consonantes 

sin que se oiga absolutamente entre 

ellas una vocal muda, yo calculo que á 

escepcion de la p, es tan poca la canti 

dad de esa detencion entre las demas 

consonantes con la l y r, que vale lo 

mas media croma; ysíendo medía cro 

ma un octavo de tiempo, resultaÍque 

no llega á equilibrarla, y por consi 

guiente queda breve: sin embargo, los 

antiguos la han usado larga cuando ha 

convenido, y nosotros tambien podré 

mos hacer lo mismo. He hecho toda 

esta esplicacíon para que no se crea 

que yo doy valor á la consonante li 

quidada; muy al contrario, la comparo 

en un todo, y no le juzgo mas oficio en 

el lenguaje, que el que ejerce la apo 

yatura en la música. 

La c/z y la z son de unapronuncia 

cion particular, dificultosa la Ïuna y 

prolongada la otra, y por eso les doy 

el valor de una consonante y medía.

t 53 ) 

Los latinos marcaban la z absoluta 

mente larga , pero para nosotros no 

lo es. La c cuando no tiene fuerza de 

k es lo mismo que la z. 

19. La a: equivale á gs: luego por 

la regla 14 larga. 

20. No siendo breve ó larga por po 

sicion, ó acabará en vocal y la otra em 

pezará con consonante, ó acabará en 

consonante y la otra empezará con vo 

cal. En ambos casos se medirá así: la 

vocal vale‘ dos cromas, la consonante 

dos, la distancia una , son cinco: luego 

indiferente, porque está en equilibrio. 

Los latinos llamaban á esta sílaba bre 

ve, pudiéndose alargar cuando convi 

niese. El P. Alvarez pone ejemplos de 

todas las cesuras alargadas cuando di 

ce: « Cuatro especies de cesura hay en 

el verso exámetro. Si la cesura está 

despues del primer pie, se llama triem 

merís, latine senzitertizzricz, esto es, mié 

tad de tres pies. Si despues del segundo, 

6

( 54 l 

pentimetemimeris , latine semiquina 

ria, esto es, mitad de cinco pies. Si des 

pues del tercero, se llama hephtemi 

meris , latine semiseptenaria, esto es, 

mitad de siete pies. Si estuviese des 

pues del cuarto, se llama eneamimeris, 

latine seminovenaria, esto es, mitad de 

nueve pies. Y cualquiera de ellas tiene 

virtud de alargar la sílaba de suyo bre 

ve. De todo lo dicho sirvan de ejemplo 

estos cuatro versos de Virgilio, Eneid. 

4. 64. 5. 337. 10. 487. et 720. 

Pastori-bus inbians spirantia cousulit exta. 

Emicat Eurya-lus, ct munerc víctor amici. 

Una eademque via san-guisque animusque sequuntur. 

Grajus homo infectas linqueus Profu-gus hymenmos. n 

Mas yo entiendo que el decir que una 

sílaba es breve, pero que puede alar 

garse si acomoda, es lo mismo que lla 

marla indiferente. Así, para simplificar 

el sistema y hacer mas general la regla, 

digo que la vocal en fin de diccion es, 

indiferente sino es larga ó breve por 

POSICIOÜ.

( 55 ) 

21. La vocal con dos consonantes 

vale seis cromas, con la distancia sie 

te: luego es larga. 

22. La vocal vale dos cromas, la 

distancia una, que son tres, y queda 

breve. 

23. La r en principio de diccion se 

hace doble, la x vale cuatro cromas: 

la pl, pr, c/z, z ó c tres:por consiguien 

te, tres y dos de la vocal cinco, y una 

de la distancia, seis: larga. 

24. La x vale por dos consonantes , 

la z por tres cromas, que con dos de 

la vocal son cinco, y una de la distan 

cia , seis: larga. 

25. Las dos consonantes valen cua 

tro. cromas, y dos de la vocal seis, y 

una de la distancia, siete: luego larga. 

26. No se puede dudar que los pe 

ríodos de un escrito se distinguen,unos 

‘(le otros por la puntuacion, y el que 

oye leer conoce esta puntuacion tan 

necesaria para la inteligencia del dis

( 56 ) 

curso por medio de las pausas. Cada 

pausa debe tener una cantidad, y esta 

cantidad recaerá, segun el teorema 2° 

pag 28 , sobre la vocal que la antecede. 

La coma no tiene, á_ mi entender, va 

lor alguno la mayor parte de las veces; 

pues si observamos en este mismo pe 

ríodo ct La coma no tiene, á mi enten 

der, valor,” eta; verémos que la pun 

tuacion solo sirve aquí para denotar 

que á mi entender no es caso regido de 

tiene, sino que este verbo debe unirse 

á valor, y que analizando y colocando 

como corresponde la oracion , debe de 

cirse « A mi entender la coma no tiene 

valor» etc.: mas al tiempo de leer no 

se hace detencion sensible en estas co 

mas, y si alguna vez se verifica, es tan 

corta que no merece una regla parti 

cular. En el punto y coma, dos pun 

tos, etc. ya se observa una pausa bas 

tante marcada; y yo calculo , segun 

esperiencias hechas en el metrónomo,

i 

57 i 

que el punto y coma vale una croma, 

los dos puntos dos, lo mismo la ad 

mlracion é interrogacion, y tres ó cuatro 

el punto final. La interrogacion y ad 

míracion parece que debían valer mas; 

pero he notado siempre que en el ver 

so, base y objeto principal de nuestras 

investigaciones, se marcan con mucha 

velocidad, porque aunque no se eo 

meta sinalefa hay un secreto encanto 

que hace desear se llegue á su conclu 

sion. Con todo, el que quieraedetener 

las puede valerse del signo indicado en 

la nota cuarta puesta al fin de esta se 

gunda‘ parte; ‘y el que prescinda de las 

puntuaciones, abreviando la sílaba an 

tecedente, se tomará la licencia mas 

disimulable posible, pues esta falta se 

puede equilibrar pasando con mas ra 

pidez sobre ellas al tiempo de la lec 

tura. . 

27. Admitido ya que los dos puntos 

Valen dos cromas, dirémos: do.‘ cromas 

61'

. í 53 ‘) 

de la vocal y una de la distancia, tres; 

y dos de la puntuacion cinco: luego 

indiferente. 

28. Dos cromas la vocal y una la dis 

tancia, tres; y dos la admiracion ó in 

terrogacion, cinco: luego indiferente. 

29. Dos cromas la vocal y una la 

distancia, tres; tres ó cuatro el punto, 

son seis ó siete: luego larga. _ 

30. La razon de esta regla es la mis 

ma queladeladell. . 

31. El diptongo vale cuatro cromas 

segun la regla cuarta, y por consiguien 

te es breve. Sobre esta regla hay algo 

que decir. Los antiguos miden el dip 

tongo antevocal ó seguido de una voz 

empezada con vocal, no cometiendo sí 

nalefa, indiferente. (Véanse Rícciolo, 

Alvarez, etc. ) A mí me da el cálculo 

que efectivamente el diptongo en el se» 

gundo caso es indiferente, pero que en 

el primero es breve; v esta es la única 

u 

contradiccion que hay entre mi proso

( 59 ) 

dia y la suya. ¿Cual es pues la razon 

de esta diferencia? ¿Harian ellos el 

diptongo con una vocal breve y otra 

larga á natura? Mas ¿como despues en 

fin de diccion tambien conserva el mis 

mo valor? Ellos daban á la distancia 

una cantidad: la regla de la cesura lo 

demuestra evidentemente, pues pres 

cribe que una breve puede alargarse, y 

nunca que una larga pueda abreviarse. 

Entonces si el diptongo fuera compues 

to de una vocal breve y otra larga, ó 

semilarga si se quiere, debía ser largo 

por precision y no indiferente. Era 

pues necesario que constara de dos 

vocales breves. Mas, en ese caso es 

tando antevocal ¿como puede nunca 

ser largo? Quizá ellos no habían he 

cho jamas un cálculo matemático como 

el nuestro y habían dicho naturalmen 

te: un diptongo tiene dos sonidos, por 

consiguiente es largo; solo que el oido 

despues les enseñó que sonaba bien al

60 > 

gunas veces como breve, y le llamaron 

indiferente. Mas siendo así ¿porque el 

diptongo prce, antevocal se mide breve 

esceptuándole de los demas? Este óbice 

se puede esplicar figurándonos que ese 

diptongo tuviese una vocal muda co 

mo los nuestros en que qui, gue gui, 

ó los franceses en ai ou etc., que es á 

mi entender la opinion mas acertada. 

De todos modos resulta que la proso 

dia griega y latina en ese punto se con 

tradicen, cosa que nunca sucede en la 

mia: que esta y aquellas convienen en 

todos los demas puntos en que tienen. 

algo de comun nuestro idioma y el su 

yo; que por consiguiente parece que 

la razon debe estar de mi parte. Con 

todo, el poeta que quiera seguir á los 

griegos puede hacerlo sin temor de 

equivocarse mucho; lo primero, por 

que nunca ó rarísimas veces necesi 

tará practicar en español esta regla; y 

lo segundo, porque de medir el dip

( 51 l 

longo antevocal breve á indiferente 

solo va una croma, es decir, í de 

tiempo, que en un verso exámetro, 

por ejemplo, será 37,: cantidad tan pe 

queña, que el oido mas delicado no es 

capaz de percibirla. 

32. Tampoco vale aquí el diptongo 

mas que cuatro cromas, y conserva la 

misma cantidad de breve. 

33. El diptongo vale cuatro cromas, 

la consonante dos, que son seis: can 

tidad larga. 


la distancia una, son cinco: luego in 

diferente. 


la consonante dos, son seis: cantidad 

larga. 

36. La Real Academia dice que un 

diptongo es la reunion de dos vocales 

que se pronuncian de un solo golpe y 

,forman una sola sílaba: es pues pre 

ciso admitir el que qui como tal, pero

C 53 ) 

verdaderamente no lo es; porque dip 

tongo significa dos sonidos, y como 

aquí solo tiene uno, queda con el valor 

de una sola vocal; y sigue sus reglas. 

37. Tres sonidos son seis cromas, 

cantidad larga, y teniendo una vocal 

muda, como en quieto, solo constará 

de dos sonidos y será un verdadero 

diptongo y seguirá sus reglas. 

38. Algunos idiomas modernos co 

meten la sinalefa tan materialmente, 

que hasta la marcan en el escrito ha 

ciendo desaparecer una de las vocales, 

como lo practican ingleses, franceses, 

italianos, etc. Entre nosotros no sucede 

esto; muy al contrario, en la prosa 

pronunciamos las dos vocales; y aun 

en el verso, cuando la una queda 

muda tampoco se estingue enteramente, 

y sino ohsérvese como no decimos m’a 

mi-go, fa-mi-go, sino mia-mi-go, tua 

¡ni-go : lo cual no se puede dudar, pues 

que un verso que contenga mas de una

63 > 

ó dos sinalefas se hace muy duro, y es 

tando despues de la sexta sílaba, inso 

portable; lo cual no puede depender 

mas que de la detencion que causan: 

detencion mucho mas necesaria de 

equilibrar en un metro griego, fun 

dado únicamente en la cantidad. Por 

consiguiente dirémos; la vocal muda 

en la sinalefa conserva algo de su so 

nido; le darémos por valor la mitad de 

la sílaba mas breve, una croma; y ten 

drémos: una croma la vocal muda, y 

otra la distancia, dos; dos la vocal si 

guiente cuatro: luego es breve. 

39. Si es breve ante una vocal, lo 

mismo lo será ante un diptongo ó trip 

tongo. 

40. Cuatro cromas vale la sinalefa, 

dos la consonante, son seis: cantidad 

larga. 

41. Las dos vocales mudas valen dos 

cromas, las dos distancias dos , son 

cuatro; la última vocal otras dos, son 

seis: por consiguiente larga.

( 54 D 

42. La vocal muda una croma, la 

distancia otra, dos; el diptongo cuatro, 

son seis: cantidad larga. 

- 

43. Los dos diptongos valen ocho 

cromas; la distancia una, son nueve 

sin contar la consonante: cantidad mas 

que larga. 

44.. Una vez dividido en dos voca 

les, el Ïliptongo pierde todas las cir 

cunstancias de tal. ‘ 

45_ Estas. tres reglas son tan evi 

46. dentes, que es p0r- demas toda 

47. demostracíozt. 

48. Haciendo una sílaba de dos vo 

cales, es claro que tendrá dos sonidos 

10 mismo que el, diptongo, y se con 

tará como tal. 

49. Esta? regla es tan obvia como la 

antecedente. 

50. Una sílaba larga ó breve en me 

dio de un verso es capaz de alterar su 

armonía, pero no estando al fin, pues 

entonces ya no tiene el oido con que

( 65 ) ‘ 

compararla. Esto se puede demostrar 

muy claramente. Supongamos que el 

verso es una música (y en realidad no 

es otra cosa) en que tomemos los acen 

tos por las notas , las cantidades por el 

valor de ellas, y los pies por los compá 

ses. Consideremos ahora un canto re 

ducido á largas y breves como en el 

verso; en este , por ejemplo : 

Mudémosle el valor, no digo de to 

das, sino de algunas notas solamente, y 

véase que motivos nos da tan distintos:

( 65 ) 

Dejemos ahora iguales todos los com 

páses, y doblemos y aun tripliquemos 

el valor de la última nota, y véase co 

mo el motivo queda siempre igual: 

. D. 

¿EEETÉTSIEEI 

lo cual no sucedería siguiendo mas 

adelante, pues entonces no seria nota 

final, como por ejemplo : 

en donde si quisiéramos doblar ó 

triplicar el valor del do , que antes no 

tenia influencia alguna, destruiriamos 

juntamente el compás y el canto. 

Queda pues probado que’ la última

67 > 

sílaba no es capaz nunca de alterar la 

melodía de un verso; y aunque los anti 

guos, que tambien admítian esta regla 

sin escepcion, no nos hayan dejado la 

demostracion de su fundamento como 

de ninguna de las suyas, es claro que 

no podian estribarla en otra cosa, ma 

yormente cuando todos los primeros 

legisladores de la poesía fueron á un 

tiempo músicos y poetas, y las canti 

dades de las sílabas eran-los únicos sig 

nos que servían para regular los tiem 

pos del canto. 

notas y nhsernariuncs. 

l . No doy esplicziciones de lo que es 

sinalefa, diéresis, etc. porque supongo 

que se sabe: yo no he pretendido es 

cribir una prosodia completa castella 

na, pues dije que seria breve en cuanto 

me fuese posible; sino lo que faltaba 

en ella, es decir, el sistema musical. 

2. No he hablado de todas las figuras

68 > 

poéticas, porque considero que ya el 

lector tiene noticia de ellas: al que las 

ignore nada le importe; vale mas que 

nunca las conozca: las únicas que en 

mi concepto deberían admitirse y aun 

fomentarse con aliinco, son la Paragoge 

y la Apocope, diciendo: imágene, luce, 

amore, clavele, de los plurales ¿maig - 

Izes, luces, amores, claveles; así como 

ponemosfelíce, znfelice , pece, fugace, 

porfelíz, infeliz, pez, fugaz: y la man, 

el del, Izablarem , en lugar de la mano, 

el cielo, hablaremos; así como no tene 

mos dificultad en usar de entonce, ¡nien 

tm, etc. por entonces‘, nzientnzs; pues 

en esto es en lo único que lleva venta 

_ja á nuestro dialecto el libre ' y desem 

barazado italiano. Si se introdujese la 

práctica familiar de dichas figuras , la 

lengua castellana adquiriria una gran 

flexibilidad y seria mas á propósito que 

ahora para el canto. No faltará tal vez 

quien observe que la Apocope en lugar

69 > 

de embellecer el idioma le afea, con 

virtiendo en llanos los esdrújulos, y 

en agudos los llanos, y privándole de 

infinitas vocales; y á ‘decir la verdad , 

yo no sabría que razones oponer al que 

tal dijere: pero estas mismas impugna 

ciones hacen la apología de la Paragoge. 

3. Aunque es muy esencial observar 

todas las reglas prescritas para hacer 

buenos versos, con todo los antiguos 

han cambiado enteramente la cantidad 

de una vocal cuando la necesidad les 

ha obligado á ello; pero esto se puede 

tolerar muy raras veces, pues ya he 

mos visto en la música el daño que 

causa la variacion de una larga en bre 

ve ó al contrario. 

4. Con motivo de haber perdido la 

antigua pronunciacion de las vocales á 

natura, sucede que ahora nosotros lee 

mos breves muchas sílabas que ocupan 

el puesto de largas; y esto, sin necesi 

dad de medirlas por nuestra teoría, lo 

7ñ

( 70 > 

verémos prácticamente. He aquí un 

verso que todos tienen por uno delos 

mas cadentes de Ovidio : 

donec eris felix multos numerabis amicos; 

tempora si fuei-int nubila solus eris. 

Imitémosle en español : 

mientras eres rico cuentas numerosos anligos; 

el tiempo amíblese, pronto veráste solo. 

El exámetro español es muy parecido 

al latino, especialmente en los últimos 

pies, que es donde conviene que lo sea; 

pues numerabzlr (¿micros y numerosos‘ 

arrugas es casi lo mismo. 

Ahora bien, este exámetro tiene para 

nosotros tres faltas: la 0 de numero 

sos, la i de rico, y la i de amigos de 

bieran ser largas y aquí resultan bre 

ves : probemos á corregirle, y se verá 

como aumenta de cadencia : 

mientra seas rico, á millares tendrás los amigos. 

Ya la o está enmendada, y el oido lo 

conoce muy bien.

7» > 

mientra seas rico, á millares tendrás los amantes. 

Aun mejor, pues la i penúltima ya 

no es breve. Acabémosle de componer: 

mientra seas fuerte á millares tendrás los amantes. 

¿Quien no percibirá la diferencia de 

este verso al primero 

mientras eres rico, cuentas nlunerosos amigos? 

Y por consiguiente, ¿quien dudará 

que es mejor que el latino? 

De aquí se deducen dos cosas bien 

obvias : que aun dejando á un lado las 

razones que dimos en el capítulo 1°. 

de este escrito, podemos hacer mejores 

versos que los antiguos que nosotros 

leemos; y lo segundo, que no que 

riendo aventajarlos ,nos será permitido 

tomarnos muchas licencias poéticas sin 

que decaigan en el paralelo. Yo soy em 

pero de opinion que es fácil conseguir 

ambas cosas por un medio muy sen 

cillo.

72 > 

Los latinos acostumbraban escribir 

la vocal larga con doble vocal; noso 

tros debiéramos admitir el mismo uso 

para alargar una sílaba cuando nos 

conviniese; de este modo, por ejemplo: 

. f.“ xx rx .. 

tmentras CYES FHCO, cuentas DIIIIICPOOSOS amugos. 

Y he señalado la doble vocal con este 

signonpara distinguir la vocal prolon 

gada de la doble que constituye dos 

sílabas : como azahar, leer, loor, etc. 

y con esto se consiguen dos cosas: la 

primera, que no se confundan y equi 

voquen las palabras; y la segunda, dar 

á conocer que no se debe pronunciar 

dos veces la a por ejemplo, sino una a 

prolongada , y por eso las he unido con 

un ligado, como se practica en igual 

Así casonocon se las deberá notasleer 

de la música 

mientras eres ri-ico, cuentas numero-osos ami-igos. 

(i) Sin embargo, este ligado un es absolntamente necesario. 

No se sabe que lus latinos usasen de este signo ui de otro alguno.

Sino ‘ 

< 73 > 

mientras eres ri...co, cuentas nmeromws amimgos. (‘) 

Esta costumbre facilitaria de un mo 

do incalculable la versificacion, pudién 

dose además señalar con ella las admi 

raciones, esclamaciones, etc.; lo cual 

haría muchas veces un efecto admira 

ble, ‘y convendría exactamente con el ' 

uso latino, pues si tuviésemos á la 

mano el manuscrito original de Ovidio, 

leeriamos sin duda 

doonec eris fcelix multas numeraabis amiicos, ó ameicos ; 

y este pasaje hace nacer una triste re 

flexion sobre el modo inepto con que 

leemos el latin , tergiversando la canti 

dad de infinitas sílabas sin mas auto 

ridad que un uso bárbaro é infundado, 

diciendo por ejemplo: malus por maa— 

las, amici por amicei, omnes por 0m 

(‘) Téngase muy presente esta obscrvacion, porque si díjésc 

¡‘"08 aIni-igos, el espondeo quedaría convertirlo en anapesto, y 

P“? consiguiente la estructura de verso exámetro destruida.

74 > 

nella‘, qüe por qe, Muse por Illusae, Fe 

bus por Foebus, etc., como si aun no es 

tuviéramos contentos con la pérdida de 

los sonidos que por falta de datos ya no 

es posible adivinar : y esto se puede es 

tender tambien á aquellos que leen 

muchos diptongos griegos con un solo 

sonido , diciendo por ejemplo en la 

palabra Aiveíac, Enias en lugar de .41’ 

nezhs, aunque en esto sigan á los mo- . 

dernos: pues ¿á qué hubiera venido 

llamar á Ai diptongo (dos sonidos) y 

asignarle cantidad larga? Soy pues de 

parecer que la antedicha licencia usada 

con discrecion puede muy bien admi 

tirse, y la practicare’ sin ningun reparo 

cuando la necesidad me obligue á ello. 

Debe aquí advertirse que será siempre 

preferible alargar la sílaba acentuada 

de una diccion; pues, aunque en reali 

dad nada tienen de comun el acento y 

la cantidad, parece que uno se inclina 

mas naturalmente á prolongar el so

75 > 

nido en el cual se levanta la voz. Así se 

observa en la música cuando, para dar 

espresion al canto, al hallar una nota 

corta y otra larga se deprime el aliento 

en la corta y se esfuerza en la larga. Así 

se observa tambien en las verduleras, 

que deseando hacer durar mas la pala 

bra que pronuncian para ser oidas mas 

largo rato, prolongan siempre la sílaba 

acentuada, y así dicen rcíaaaaabanos, 

alméeeeeeend/ns ; y aunque en realidad 

- tambien pudieran decir rábanoooooos, 

aaaaaalménzlzns, como efectivamente 

hay algunas que lo acostumbran, es 

mas general el prolongar la acentuada. 

Ellas no tienen otro maestro ni motivo 

que el serles mas natural y fácil; por 

consiguiente lo mismo nos deberá su 

ceder á nosotros. En esta razon me fun 

daba yo cuando dije en el cap. primero 

que era conveniente usar siempre los 

agudos para sílabas largas. 

5. Cuando se desee que una sílaba,

76 > 

por su naturaleza breve, y con la cual 

se cometa sinalefa, guarde su canti 

dad, se puede suprimir la primera vo 

cal, como ya antiguamente se ha usa 

do entre nosotros, de esta manera :— 

L’ humildad ser’ eternament’ una 

prend’ apreciada. 

6. Los esdrújulos son la mayor gala 

de un verso. Véase prácticamente: 

limpida ya mirase, Lícidas , del fúlgido yelmo 

la hruñida cimera : refleja relueiente la lanza 

del sol la lumbre..... 

Este magnífico exámetro 

limpida ya mírase, Lícidas, del fúlgído yelmo 

que gana de mucho al otro 

la bruñida cimera : refleja reluciente la lanza 

sin embargo de estar hecho por las 

mismas reglas, no debe su pompa á 

otra cosa que á los esdrújulos. Fuera 

Pues muY 

útil aumentarlos en nuestro 

idioma , y creo que seria bastante fácil 

por los medios siguientes : 1°. hacien 

do esdrújulas todas aquellas palabras en

( 77 ) 

que por un abuso cometemos la crasis, 

como Antá-nio, á-sia, nuIré-rzá que de 

bieran ser Antó-ni-o, á-szla, nziseïnla, 

del latin Antó-nzlus, á-szla mzIré-ri-a. 

2°. Todas aquellas que indebidamente 

pronunciamos llanas, como impío, Bar 

cíno, Parnáso, debiendo ser ímpio, Bár 

cino, Párnaso, del latin ímpius, Bár 

cino, Párnasus. 3°. Todas las que hace 

mos agudas no siéndolo su etimología, 

como caridácl, aquilán, que debieran 

ser cáridad, áquilon , de Cáritas, águi 

lo; así como se dice nítida, Bóreas, de 

nítidus, Bóreas, á menos que degenere 

la 2“ en larga como humilde de húmi 

lclr. Y por último, seria necesario tirar á 

convertir en esdrújulos aquellas voces 

que aunque no se deriven del latin ten 

gan larga la l“ y breves la 2“ y 3' , 

por ser mas propio unir el acento con 

la cantidad como ya se ha demostrado, 

pronunciátidose désquite , cántem , en 

lugar de dcsquíte, cantéra, así como se 

8

78 > 

dice púrpura, cántaro, mejor quepur 

púra, cantáro. Se objetará que esto es 

querer hacer innovaciones; pero pre 

gunto yo: ¿hablamos en el presente 

siglo como en el x ó x11? ¿Y se podrá 

culpar al Arcipreste de Hita, á Lope de 

Rueda, á Garcilaso, á Cervantes, por 

haber hecho sucesivamente progresos 

en nuestro idioma? ¿Y este idioma no 

puede aun ser susceptible de adelan 

tos? Y si nosotros conocemos estos 

adelantos ¿porque los hemos de con 

denar al desprecio? 

7. Y por último, será bueno para 

aprender de memoria las reglas que 

hemos prescrito practicarse sobre un 

escrito medido, y con este objeto po 

nemos á continuacion algunas páginas 

en prosa y verso, y el discípulo podrá 

decir de este modo: En indiferente por 

’ la regla 20; un larga por la regla 21 ; lu 

breve por la 12; gar larga por la 21, etc. 

y al momento se hallará dispuesto para

79 ) 

componer cualquiera delos metros que 

en beneficio de los que no conocen la 

poesía griega’ ó latina se insertan y es 

pecifican en el capítulo 3°.

6>'>>—b-b-b-h->>bb-

81 > 

diíderá. Frïsühií la”: Edad dé nuestro hidalgo con 

los cïncuéntá años: érií do complexión rociá , 

séco de’ carnés, énjüto dé rostro, grán miídrü 

giídor ï ¡‘ímïgo do 1ï ciízá. Quiérén décïr , que’ té 

nïíí él sobrénómbrodé’ Quïxádï, o Quésiídá; 

(qué En ésto hoy álgünií díférénciá én lós aüto 

rés quo désto caso éscrïbiín) aünqué’ por conje 

türás vérosïmïlés so déja énténdér, quo se’ 115 

miibií Quïjaná. Pero ésto importo poco 5 nuestro 

cuento rbástá quo En lií nárroción del no so sal 

gá I'm pünto do lií vérdád. és pués de’ sábér, 

qué Esto sobredïcho hidalgo, lós ratós qué Esti": 

bii ocioso ( qué erán los más diíl año) se’ dába ¡‘í 

léér libros de’ cábiíllérïás con tánto ïtfïcion ï 

güsto, quo olvido ciísï do todo pünto n éjércï 

cio do lo. ciízií, ï áün 1ii ádmïnistriícion de’ sii 

híciéndiá: ï [logo ií tanto sü cüriósïdiíd i’ désá 

fíno on Esto, que’ véndio míichiís honégás dé 

tiérrïá etc. 

—_ooo___. 

NoTA. Debíendo presentar verso: medidos, he preferido po 

ner algunos de aquellas en que nuestms poetas han intentada 

imitar los metros griegos para que se vea cuan. distintas re 

glas seguian de las que en este sistema se han p‘vscrita. 

8Q

( 82 ) 

¡andes m: nxsnnwnos 

1D: El. fllanurl Gsteban hr Díllegtxs. 

LICIDAS. CORIDON. POETA. 

POETA. 

lïcidás Córidün, i Córidon El amánte’ dïí Filis, 

pásta: ¡‘l ¡"mü dé cábrlis, ¡T1 ¿ua dé bláncas óvéjás. 

ambñs 5 dos tiérnós, míózfis ámbos, árcades ámbos, 

viéndo que’ los rayos dél sol fatigabïín 5| órbé 

ï que vibrandü fuégü féróz ia canicüliï ladrá, 

ál püró eristal, que’ ería Li fuénte’ sonorá, 

llevadós dél son alegre’ dïi sii blándo süsürró, 

las plántás vélücés muévén, los pasos animan , 

y ál tronco de ün vérde énébrií se siéntiín amigos. 

tii, que los érguidós sobrépüjas dél hóndií Tímavó 

peñónés , générósó Düqué, cón tii inelitií frénté, 

si ácaso tócáre él ecü de mi rústica ávéná 

tñs siénés, si ácásiï llega á tii fértïl ábónó, 

fráncisco, del acénto miií lÍí sónóra Tiíliá , 

óyé pió, responde’ gráto, cénsürá sévéró. 

no méniïs ál cáro hérmano générósó rétratiís, 

que ál tronco prüdénti-Ï sigues, generoso naciste 

héroe, que guárde él ciéld dilátándo tüs años: 

licidas, i Córidón, Córidïin Él amánto de Filis, 

pástores. lás Mñsas ámán, récréárté’ déséán: 

tii , cuérdü, pérdona éntrétántií la bárbárïi Müsá. 

qué presto, inspirándii Péán con amigo Cótürnó , 

í-n trómpïí, que á1 ólimpü llegue piír Él abrégií suelta, 

tii famïí llevarán los écós dél Gánges 5| ístrü, 

"í ini-gt"), tórciéndo él vuélií, del áquilo á] Aüstró.

83 > 

fébü Ia cumbre 5503i , que’ sii lñz 31' lïí uómbrá recoge. 

prógné’ láménfi grave, Vénüs árdé, E fuente’ súsúrrá , 

él fresco árróyuéló rié, y él aire’ se’ eréspá. 

lïcidiïs éntóncés, Córidón diseréü , le dïcé, 

én tántü que él viéntií fresco sé muévo ligéró, 

bülléndfí lás blánciïs aguás, régálándü 15s hójás, 

suéná zágáléjó, y ál son dé tú citan-H cánü. 

¡ü cuán agrádable, ó cuán dülce ál árcádé’ suéló , 

cuán pio, responde Córïdün, ál céfirü blándó 

él tüyó será’ sin düd5 , si’ Ucidás cántásl 

BEBIDAS. 

n35 bürlés, Córïdón: Córidón, nü bürlïs, amigo: 

üsïí de’ lénguájés piña, y él irónico deja. 

COBIDON. 

nií búrlü, vérdades háhlü, vérdades áhónó, 

lïcïdiïs ingrátií pág5s ¿il ámór que’ te’ muestro , 

víéndií, que si’ pagü , débil más 5 tü dülcé’ lisónjá: 

¡n58 yá que él Séñór de Délü nü5 iguálíí sü cursó, 

médiándü con lüz hérmosa’ lZï cuártiï móráda , 

es, dále ál viento, dale yá liï bücólícïí Müsa 

y én premió dél cánta pio, de’ mi’ párdií mánádá, 

¿seüge ún cábritü luego dé presta viveza, 

yá tiérno, yá gránde séii, y á tii blánca’ le jüntá. 

IIGIDAS. 

no él premió, Cófidón, 361ü ¡ü consejo recibo‘: 

por lántó, prévénte agórá, y á mi cïtárá sigue.

(84) 

COBIDON. 

sueno lií dúlcé Chélis, dámo pié, quo tú cïtára sigo. 

LICIDAS. 

muevo. sonoro Clio, data voz á mi rüstïcïí Müsá , 

paramos dé Arcadia, quo miraïs dé mi dülcé Licoris 

los ojos, Iá bláncïí mano, la ¡rento soréná, 

con ramas, con verda; hojas, con ámáhlé súsúrro, 

¡il viénto, que o: brindo pié, célébrádlií süávés. 

00111130N. 

muévo, sonoro Clio, dido voz á mi rústico Müsá. 

lmrádéirás dél vérdé suelo, que él Ménálo criá, 

hlïs os hïí pisado: mirad, que" mi F‘lis áméná 

ál mayo prodüco flores: si ¿s ¿miga sü planta, 

fil viento , que Ós brindo pio, célébrádlï süávos. 

LICIDAS. 

muévi‘, sonoro Clio, ¿me voz a mi rústico Musa. 

si Mopso témplo las irás dÉ sii dürá Fénisá, 

i’ monos t‘bio lléno dé réquiébros Él airé 

¿que , ingrat5 pástorií , temes? qué rocélïís ámánté, 

én tauto que á Mopso mirïís, y á Fénïszï casados? 

00312130N. 

muevo, sonora Clio, dálo voz á mi rústicii Müsá. 

ya lïxs avocillás tímida-Is lograrán sii mánidái

sin riésgü dél griívÉ dáñü dél sücrÉ Pïrátïí, 

nü sé prómétÉ ménos dé tü bódá, rébéldií Fénïsá . 

güzálïí ínï] áñüs, i’ tii, Mopso, otrü tantü li gózá. 

00312130N. 

muéví, sónórï C5ü, dáIÉ voz 5 mi rúatïcïí Müsi. 

mi’! áños , pzïstórï, vïvás: mïl áññs 5 Mopsó 

gücïs, ámándü píá, yá quÉ Mopso és ámánté’ süávé ¡ 

i’ tii, dïchósü Báquéro, á 16s hádüs ámigó, 

librï: dé sospéchás güoüs í tii dülcÉ Féuisá. 

Ü 

51011318. 

muévé, sónórï Clïü, dálÉ voz ‘á mi rüstïcá Müsá. 

seis viícïs él vérdé sóñ córñnü sii cábiïzá 

dÉ nárdü , de ámürïllü trébol, dé’ móráfi vïólá, 

é‘! tantü que él pííchü frïü dÉ mi’ cáskïí Lícórís 

á! ráyo dél rúégü ¡hi5 dïshïzü sü biéló. 

GORIDON. 

InuévÉ , sónórï Clíü , dálé voz á’ mi rústïcïí Müsá. 

Seïs vïués 15 flórïdïí Vénüs, cün áfeíté ¿É nácár, 

dïscréfi 55150ü lá rósa , í discrétï mï Fïlis 

scïs vïcés óyo mi Chélís, seis vÉcÉs, ï díjó: 

véncístÉ , Córïdon: tii voz dé síréná m5 véncé. 

LIGIDAS. 

muévé, sónórzï Clïü , dálé voz 5 mi rústícá Müoü. 

más césÉ 15 dúlcé Chélís: los bráfós zïpréstá, 

‘¿la brïzos tÉ pïdü, Córïdón, los brïziís, ámïgó: 

5505 dÉ tús brïzos, pués yo dé tii müsïcïí güzó, 

y én tántó pïcéd vóaótrás , pïícéd mïs üvéjás.

(86) 

versos súfíroz bel mismo autor. 

dülce vecina de’ la verde’ selva , 

huésped eterna del abril flarïda, 

vïtïíl alienta de’ 1o madre’ Venas, 

cetïra blanda. 

. 

si’ de’ mïs ánsias el amar süpïste, ‘ 

tii, que’ las quejas de mi’ vez llevaste, 

óye, na témas , y a mi’ ninfa dílé, 

dïle que muera. 

Filis l'm tiempa mï dalór sabïa, 

fïlïs ün tiempo’ mï dólar llaraba, 

qnïsame i'm tiempó; mas ahara tema, 

tema sïís ‘iras. 

asi’ les dieses , can amar paterna, 

asi’ lós ciélós, can amór benigna, 

niéguen al tiempa que feliz valares, 

nieve a la tierra. 

jamas el peso’ de la nübe’ pa¡-da, 

cuando amanace’ la elevada cümhre, 

tóqlte’ tas hómbrós, ni’ sii mal granïzó 

hiéra tüs alas.

( 87) 

mismos hel mismo autor. 

¿como él montÉ signos 5 Dïaná, dijo Citéréa , 

dictiua hermoso, siéndo la’ c525 féá? 

no mo lií désprociés, Cïpridá, respondo Diáná. 

tii también fuistiï c525, 1a réd lo diga. 

no él fuerte áyácés, no los Troyánosiácüsá, 

mis propios Griégos cülpo, müriéndo dïcé. 

Ueraca jalmrins, rnhtrasílabos 

DE I‘. 

G. BERMUDEZ. 

o tiérrií do Coimbrií que’ solïas 

él firmé centro sér de’ mi’ déscánso , 

¿como sabré’ pïsárté’ con lós piés 

qué ya no corron ií tocar 1a mano 

que él poso de’ mi’ vïdo sostenía? 

¿como sobre’ mïrárto cón los ojos 

qué ya no sé remïrín on iíquollos 

quo más que’ 16s dél ciélo te álégriibán i’ 

vuu 

o cludiíd én cüyó lédo ásiénto 

\

( 33 ) 

plantado habï5 Dios mi piíriíïso, 

¿que éntrada hare én ti’ m5s yérma i soca , 

mas vïolad5 con ïlüstro sangro 

que él Gélboo de’ maldïciones llono i’ 

i’ to famoso alc5zar que ameniízas 

cual Babilonia él ciélo ï to süblïmiís 

con las coronas , cotros i’ troíoos 

de aquellos altos royés , mas cümplïdos 

de’ béndïcionés de aquél Réy otérno 

que’ de éstroll5s él ciélo, él mar de aronas; 

¿ quo glorias , que’ momorias , qué rolïquias , 

que éstronas colgarií de’ tüs pïírodos 

15 mano de— Absalon él désdïchado? etc. 

ïlhóniros B21 ntísmn autor. 

¡o cor5zonos 

mas quo dé’ tïgros! 

¡ o manos crüdas 

mas que’ do fieras! 

¡como püdistos 

t5n ïnocénte 

t5n apürada

( 39 ) 

sangre verter! 

¡ai que sii grïto, 

o Lüsïtanie 

patrïo mïïí , 

áy que sii grïto 

desde 15 tierre 

rompe los cielos , 

rompe’ 15s nübes, 

rompe los aires , 

treo lás llamñs 

del zelo vïvo, 

tree los riíyos 

del vïvo fuego 

que pürïfïcñ 

todo Iii tierra 

contïimïnñdü 

de 15 crüezü 

que cometiste! 

tree 15 vera , 

tree el -azote , 

tree 15 peste , 

tree lïí fúriá 

que te cástïgü 

sin pïedfid. 

¡ o Lïisïtaniïí , 

pñtrïo mïe l 

en 15 fortünïí

( 9° ) 

de éstos “énojós , 

én 15 torméntii 

de éstos posar-Es 

qué’ té’ combaten , 

vote ál ¿‘íbrïgo 

dél que’ te ábrïgá , 

véte ál ámpáró 

dél que’ te ámpï‘ra. _ 

abro lós sénos 

de ésiís éntráñás, 

abro liïs áreas 

de ésos tésoros, 

siícií las prendas 

‘ínéstïmáblés , 

ï las relïquiás 

más quo sï‘grádas, 

én que’ cónfías. 

muéstrií las quïnás, 

rïcos trofeos 

de’ tïís hiízáñás: 

muéstrií lás quïnás , 

ciértás vonérás 

dé romorfis 

tán procïosás: 

muéstrií las quïnás , 

claros insignias 

de 15 cléménciií

91 > 

dél ámór püró, 

dél qué’ p6r_ préndás , 

dél qué’ piír ármás 

dártélás quïsó. 

válgáte él préciü 

ïválür de 61155 

párï lïbrárté 

dé’ IE cóngójá , 

dé’ 1o fátïgá 

En que’ té tiénen 

puéstït tüs cülpiís. 

59'44

P-BHBI-D-DDDP->>b'>‘>'

(94) 

Pies dísílabos. 

Espondeo . . . . . . . L. L. . . . . - . ciéncias. 

Pirriquio . . . . . . . B. B . . . . . . . día. 

Coréo . . . . . . . . . L. B . . . . . . . canto. 

Yambo . . . . . . . . B. L . . . . . . . soriés. 

Pies trídlabos. 

Moloso.. . . . . . L. L L . . . . péndéncias. 

'l-ribaquio. . . . . B. B B. . . . . süavo. 

Dáctilo . . . . . . . L. B B.. . . . fïílgïdó. 

Anapesto . . . . . . B. B. L.. . . . desagües. 

Baquio . . . . . . . B. L. L. . . . . fragancias. 

Antibaqttiou . . . L. L B. . . . . candénte’. 

Crótico . . . . . . . L. B L . . antïguos. 

Auíibraquio. . . . B. L B . amante. 

Pies cuatrisflabos. 

Dispondeo. . . . . L. L. L. L. cïrcünstáncias. 

Dipirriquím. . . . B. B. B. B. 5era). 

Dicoreo.. . . . . . L. B. L. B. móndadiénto. 

Diyambo . . . . . . B. L. B. L. amortïguar. 

Coriynmbo. . . . . L. B. B. L. parsïínonias. 

Yambicoreo. . . . B. L. L. B. comandante. 

Espondípirriquia. L. L. B. B. enterrada. 

Pirrispondeo. . ' ' B. B. L. L. vïlïpéndiós.

( 95 .3 

Coripirriqtíio. . . . L. B. B. B. ündísono. 

Yambipirriquia. . B. L. B. B. ïlüstredo. 

Pirricoreo. . . . . B. B. L. B. elegánte. 

Pirriyambm. . . . B. B. B. L. evñlorios. 

Yambispondeo. . . B. L. L. L. enüncíácion. 

Corispondeo. . . . L. B. L. L. indïgenciás. 

Espondiyambo. . . L. L. B. L. circümloquios. 

Espondicoreo. . . . L. L. L. B. descendiente. 

33v los versos. 

VERSO EXAMITRO . 

Consta de seis pies: los cuatro pri 

meros pueden ser todos dáctilos ó to 

dos espondeos, ó bien interpolados; el 

quinto necesariamente dáctilo, y el sex 

to espondeo, como: 

(') préstame, blánda Müsa, él éncánto aquel melodiosó, 

a‘cíieïtin-Edtïxánto celebre , del sesgo-E: 

diéra á n; riberás grándé fámá, postñmo nombre, etc. 

e 

Hay tambien otro exámetro llamado 

(’) En estos cxámctros, así como en todos los demas versos

( 95 ) 

espondáico, y consiste en que el cuar 

to pie sea necesariamente dáctilo y el 

quinto espondeo, conviniendo en lo 

demas con el 1°., como : 

honda ._í__n_______íg cávérna ánwostñ, müros lobré os sin 5 éntéu. 

. 

Usase de este verso para ponderar la 

grandeza de algun asunto, ó para dc 

notar un afecto de tristeza. 

Adornan mucho al verso exámetro la 

concurrencia de cesuras, la mezcla de 

dáctilos y espondeos en los cuatro pri 

meros pies, á menos que la materia 

exija que los cuatro sean dáctilos para 

esplicar un movimiento de rapidez, ó 

espondeos para denotar entorpecimien 

to: y al contrario, le desgracian los 

muchos monosílabos, la multitud de 

puestos para ejemplo de algun metro , las sílabas indiferentes 

están marcadas segun el valor que representan: es decir, que la 

e, por ejemplo, de préstamo: lleva el señal de breve, porque aquí 

figura tercera sílaba de dáctilo : si en lugar de dáctilo fuese cré 

‘tico, se pondría así:-préstámé. L0 mismo se debe entender dela 

segunda a de blanda y dc todas las demas quese hallan en su caso.

97 > 

voces iguales y de las que forman pie 

por sí solas, y el que su última voz sea 

esdrújula, monosílaba ó aguda; el que 

concluya con una voz de cuatro síla 

bas, ó un monosílabo y un trisílabo, ó 

dos monosílabos y un disílalao, ó dos 

disílabos, á menos de ir antecedidos de 

un agudo ó monosílabo; el que con 

cluya con dos dicciones trisílahasyó 

bien disílaba y trisílaba, á menos que 

las dos sean llanas; el que concluya 

con un trisílabo y un disílabo, á me 

nos que el trisílabo sea esdrújulo: y 

por último, el oido, mejor que las re 

glas, podrá enseñar estos y otros por 

menores esenciales en el arte de ver 

sificar. 

._. 

VERSO PINTAMITRO. 

Consta de cinco pies: los dos prime 

ros dáctilos ó espondeos, ó uno dáctilo 

y. otro espondeo, ó al contrario, una

( 93 ) 

cesura larga y los dos últimos precisa 

mente dáctilos con otra cesura al fin; 

de la cual y de la antecedente se com 

pone un pié espondeo, que con los 

otros cuatro forma los cinco pies. El 

mejor pentámetro es el acabado en una 

diccion disílabá llana; ó bien trísílaba 

ó monosílaba y disílaba, si van prece 

d_idas de un agudo. 

los fréscos ciífiros , ámbárés, aíré tráén. 

Este verso sigue regularmente á un 

exámetro y entonces forma el llamado 

DISTICO. 

Este verso no es mas que la union 

de un exámetro con un pentámetro: 

se usa regularmente en las elegías y en 

otras composiciones. Ovidio ha escrito 

casi todas sus obras en dísticos , y nos 

los ha dejado bellísimos.

(99) 

fl la instahilihab ¡te las tflfiañf humanas. 

lás süávés áromás tornán dél abril floréciénté 

él ázahñr i hrio, lá ros?i y aúrá lové. 

mas huirán súbitas, y solo quedaránnos á cambio 

de enero los vientos, la cruda nieve fría. 

magníficas lumbres pueblan radifintes el orbe 

si el Sol la bóveda fúlgida blando pisa: 

mas ay! pronto el disco claro se nos hunde sepulto 

entre la noche negra que bórrida sombra trae. 

mil frágiles barras bienden con cándido lienzo 

las plácidas linfas del lcdo ponto blau; 

híncbanse las olas; rompen rebramando; los altas 

truenos rimbomban; vuelcan, al hondo caen. 

y ¡ ó ceguedad triste! Ligero mortal, á la tumba 

tras láuros corres, tú, con abinco vano, 

sin pensar que la muerte filos te‘ ¡presta cruéntos. 

que el oro, los timbres, son humo, polvo, nadal 

VERSO ADONICO. 

Consta de dos pies: el primero dác 

tilo, el segundo espondeo. Este verso

100 > 

es el mas á propósito para que se ejer 

citen los principiantes, por ser el mas 

fácil y por acabar en él generalmente 

todos los exámetros: 

turn:‘dás ondas 

dél brávó ponto , ete. 

VERSO ASOIIPIADIO. 

Primero espondeo y rara vez dáctilo; 

segundo dáctilo, sílaba larga y dos dác 

tilos: 

árdiéntés lIóguérás se éléván horridás. 

V3180 ILPIGO. 

Consta de cinco pies : coreo, espon 

deo, dáctilo y dos coreos: este verso 

se acostumbra usar dividido en estan 

cias de tres en tres seguidos de un adó 

nico: 

cánticos dúlcél süïívés 5| álmá , 

íh-a-ï.

t; 101 ) 

süspiroitítilios «le lá ninfa griéflvá ,V 

dádmé gue éstíéndá mi acéntó blándó 

vuestrá cádénciá. 

VERSO ENAPISTICO ARQUILOQUIO. 

Consta de cuatro pies, bien sean ana 

pestos ó sus equivalentes. Este verso e: 

una escepcion de la regla de las cesu 

ras, pues su mayor elegancia consiste 

en que cada diccion forme pie entero 

por si sola: 

sñáves pláticás, tiémás memorias. 

m 

VERSO ESCAZONTE. 

Consta de seis pies : el quinto es 

siempre yambo; el sexto espondeo; los 

cuatro primeros son yambos, pero al 

guna vez admite el tercero dáctilo, es 

pondeo ó anapesto: 

cogiéron el león todos párti vérle.

¡lotus p nbsrrvacinnrs. 

l.“ Téngase cuidado de no poner mu 

chas indiferentes seguidas, pues como 

el mecanismo y belleza del verso con 

siste en la mezcla artificiosa de largas y 

breves, siendo todas iguales desapa 

rece el contraste, y en su consecuen 

cia la melodía. 

2.“ Todo verso cuya penúltima sílaba 

sea larga aparecerá vicioso si se con 

cluye en esdrújulo. 

3.“ Tambieu será vicioso el verso 

terminado en agudoó monosílabo, au n 

que quizá 10 permitiría alguna vez la 

licencia poética enmendáildole al tiem 

po de la lectura por medio del acento; 

pues en el verso, por ejemplo, de Ovidio 

ln quo me somnusque mens male prodidit, et m, 

yo creo que ellos no leian et tu, sino 

' 

/ 

ettu. . _ 

4.“ Todas las reglas que se han pres¿ 

crito para que el verso exámetro no 

acabe en un cualrisílabo, ó dos disíla—

( 103 ) 

bos, etc. se reducen, si bien se obser 

van, á decir que el exámetro debe te 

ner la 2“ y 5“ sílaba, empezando por su 

final, acentuada; y el pentámetro, la 2‘ 

y 4*. Para los latinos bastaba que el 

exámetro no acabase en cuatrisílalío, 

ó monosílabo y trisílabo, ó dos disila 

bos; porque no tenian agudos, ni po 

lisílabos cuya penúltima sílaba fuese 

acentuada y breve; y todos estos fina 

les son para. nosotros buenos si van 

precedidos de un agudo. Véase este: 

Las suaves aromas tornan del abril floreciente. 

La 2“ y 5“ son acentuadas: si no tu 

viésemos agudos, como sucede entre 

los latinos, y dijesemos por ejemplo: 

Las suaves aromas tornan del mayo floreciente. 

ya no habria 2“ y 5“, sino 2" y 6“ acen 

tuadas, lo cual causaria una disonan 

cia; y esta conformidad en parecemos 

bueno todo lo que á ellos parecía hue 

no, y malo lo que malo, debiera haber

( 104 ) 

bastado para hacernos conocer que el 

acento de los antiguos no era otra cosa 

que nuestro mismo acento. (l) Alguno 

me objetará que Homero no siguió esta 

regla: es verdad, y por eso infinitos de 

sus versos nos parecen malos, y esto es 

lo que ha ocasionado que muchos los 

lean segun la cantidad, aunque para 

ello no haya motivo alguno fundado. 

Mas, tambien diré que lo mismo nos 

sucedería seguramente si pudiese él le 

vantarse á recitarlos : y esto no es de 

estrañar. Todas las versificaciones han 

demostrado alguna rudeza en sus prin 

cipios : díganlo los endecasílabos de 

(‘) Cuando pronunciamos las siguientes palabras, que pueden 

ser tanto dela lengua latina como de la castellana, amo, máxi 

ma, torre etc., ya sc lean en versos latinos, ya en versos espa 

ñoles, no hacemos diferencia alguna. Con que es preciso inferir 

que si se ha perdido enteramente la prnnuneiaeion antigua, se 

habrá perdido , no solo cuanto al romunce,_ sinu tambien enantn 

al latín. Pues si esto es así, ¿como los versos latinos, leidos 

por nosotros con la pronunciacion que ahora tenemos, se dis 

tinguen tan elaramente de la prosa , y tienen tan sensible armo 

Iía? u Inzan. Poética. l. u.

( 105 ) 

Petrarca en Italia; díganlo los de Bos 

can en España. Pero hay aun otra ra 

zon mas poderosa: Homero y todos sus 

contemporáneos y sucesores jamás hi 

cieron un verso que no fuese acompa 

ñado del canto, pues estas dos cosas 

nunca estuvieron desunidas entre ellos; 

yasí es que no tenían signo alguno para 

marcar el valor de las notas, sino que 

eran largas ó breves segun la sílaba á 

que iban anexas, sirviéndoles de com 

páses los pies métricos. Por consi 

guiente, es natural que Homero solo 

cuidase de que el exámetro tuviese seis 

pies, de los cuales el 5° y 6° fuesen cons 

tantemente dáctilo y espondeo, para 

que se adaptase sin discrepancia á la 

música que se le tenia destinada; y no 

atendia á la mayor belleza que podía 

resultar de la combinacion de acentos, 

que quedaban ofuscados por el encanto 

de las notas músicas. Y esto debe apli 

carse tambien á muchas odas de Hora 

10’ .

106 ) 

cio que ahora no ofrecen para nosotros 

melodía alguna, pues cada verso tenia 

su música peculiar que le era tan nece 

saria como las mismas palabras. Cual 

quiera puede probar á cantar el primer 

trozo de prosa que le ocurra, aunque 

sea muy disonan te, con un tema agra 

dable; y verá como su oido no queda 

menos halagado que si hubiese sido un 

elegantísimo verso. Así yo no pienso 

con el insigne Mattei, que el erudito 

P. Calmet desatine tanto diciendo en 

su disertacion de Poesi veteranz He 

Iawrorunz que los Hebreos adaptaban 

sus composiciones á la música, como 

en nuestros dias se hace en las iglesias 

_con los Salmos , el Gloria ¡n e.r('e/.s'¡.s' 

D00, y el Kfrie 010116011, mayormente 

cuando Plutarco asegura, segun con 

fiesa el mismo (l), que los antiguos 

distinguian en la música el verso de 

(I) DLntrt. I L‘ IX della ¡maria degli ebrei, n dígreri. 

pág. 1o y 13o.

( ‘107 ) 

la prosa. Los Latinos, estudiando y reci 

tando luego en Roma los metros que 

se cantaban en Aténas, tuvieron lugar 

de advertir estos primeres, cuya razon 

física quizás nunca supieron; así como 

de algunas felices combinaciones de 

acentos en el endecasílabo provenzal o 

lemosin, sacaron los Italianos el suyo 

que por tantos años ha reinado. Mas 

si esto no convence, si no se quiere ab 

solutamente conceder que los versos de 

Virgilio fuesen mejores que los de sus 

maestros, téngase siempre presente la 

limitada proposicion que senté al prin 

cipio de mi obra, es decir, que noso 

tros podiamos hacer versos iguales á 

los latinos que ahora leemos; y nunca 

se me tache si mis exámetros no sa 

len lo mismo que los de los Griegos en 

tiempo de Homero, suponiendo, lo que 

yo no creo, que separadamente del can 

to, fuesen una cosa muy dislintade lo 

que á nosotros nos parecen.

( 108 ) 

5.’ Perderá mucho de su cadencia el 

verso en que concurran muchas voces 

iguales en número de sílabas, y de las 

que forman pie por sí solas; pues en las 

cesuras consiste gran parte de la me 

lodía. 

6.‘ El P. Ricciolo en su prosodia 

Bononiense dice que algunos metros 

de los Latinos apenas tienen sabor de 

verso. Efectivamente, se nota bastante 

diferencia entre ellos, y así se ve que 

los antiguos usaron con predileccion 

de los mas hermosos, como son el exá 

metro, el dístico, el sáfico, etc., ha 

ciendo poco caso de los demas: y aun 

para nosotros son peores, porque no-los 

acompañamos con el canto. He pen 

sado pues que debia omitirlos, porque 

no creo que nadie quiera hacer uso de 

ellos: y solo referirémos aquí breve 

mente sus títulos y circunstancias para 

satisfaccion de los curiosos.

( 109 ) 

vzznso ¡merma Huanuco. 

Consta de dos dáctilos. 

VERSO DACTII-O ABQUII-OQUIO. 

Consta de dos dáctilos y una sílaba 

al fin. 

VERSO DACTII-O ARQUILOQUIO 

HEPTAMETRO. 

Consta de siete pies: los cuatro pri 

meros dáctilos ó espondeos, como en el 

verso heróico; los tres últimos coreos. 

VERSO GLICONICO. 

Consta de tres pies: primero espon 

deo, los demas dáctilos. 

VERSO FERECBACIO. 

Consta de tres pies: primero espon 

deo, segundo dáctilo, y tercero esponá 

deo.

‘( 110 ) 

vnnso ALCHANICO carguen-mo. 

Consta de una sílaba larga, dos dác 

tilos y un espondeo. 

VERSO AICMANIGO ACATAI-IOTIOO. 

Consta de cuatro pies: los dos pri 

meros dáctilos ó espondeos, el tercero 

perpetuamente dáctilo, y el cuarto es 

pondeo. 

VERSO AICMANICO TRIMITRO 

EIPERCATALECTICO. 

Consta de tres dáctilos y una sílaba 

al fin. 

VERSO DAGTILICO PAIJSCO. 

Consta de tres dáctilos y un yamlio. 

vnnso ALCAIGO ¡Monaco 

Consta de cuatro pies y medio; pri

( 1 l l ) 

mero espondeo ó yambo, segundo yam 

bo, sílaba larga, los dos últimos dác 

tilos. 

VERSO AI-CAIGC AGATALECTICO 

DACTII-CTROOAICO. 

Consta de dos dáctilos y dos coreos. 

VERSO ASCLEPILDEO GATALICTO. 

Primero espondeo ‘y rara vez dáctilo; 

segundo dáctilo, sílaba larga, un dác 

tilo y un coreo. 

VERSO ¡‘AIRUBIO . 

Consta de cinco pies: espondeo, dác 

tilo y tres coreos. 

vnnso anciano-uo. 

Consta de seis pies : los pares yam 

bos, los impares espondeos. Tambien

pueden ser todos ( 112 yambos, pero enton 

ces se confunde con el senario yambo. 

VERSO I-IYPONACTEO ENDECASIIABO. 

Hay otro verso byponácteo, llamado 

endecasílabo, el cual solo se diferencia 

del primero en tener una sílaba de me 

nos al fin. 

VERSO ANAPESTICO PABTENLACO. 

Este verso no difiere del anapéstico 

arquiloquio, mas que en tener una sí 

laba de menos al fin. 

vnnso ANAPESTICO anacnnowrzco. 

Consta de un anapesto y un baquio. 

vnnso MONOMETRO ACATALICTO. 

Consta de dos yambos

( 1.13 3 

VERSO YAKBICO ARISTOÏLNIGO. 

Consta de dos yambos y una sílab 

al fin. 

' 

VERSO YAMBICO IURIPIDIO. 

Consta de tres yambos : algunas ve 

ces los impares son espondeos. 

VERSO YAMBICO ANACREONTICO. 

Consta de tres yambos y una sílaba 

al fin : el primero puede ser espondeo. 

VERSO YAMBICO BOECIANO. 

Consta de un anapesto, dos yambos 

y una sílaba al fin. 

vnnso ranrmzco ARQUII-OQUIO 

nmznxo ACATALECTIGO. 

Consta de cuatro pies : los pares yam 

bos ó tribaquios; los impares yambos ó 

espondeos , y muy raras veces anapestos. 

ll

( 114 ) 

vnnso Yuuuco anqvmoquro 

¡»mn-mo nunca-numero. 

Consta de cuatro pies y una sílaba 

al fin : los pares yambos, los impares 

yambos ó espondeos. 

VERSO YAMBICO TRIHETRO 

RRAQUICAIALICTO. 

Consta de cinco pies: segundo, cuar 

to y quinto yambos; los demas yambos 

ó espondeos. 

VERSO YAEICO ARQUILOQUIO 

TRIMETRO CATAIEGTIGO. s 

Consta de cinco pies y una cesura 

al fin: los pares yambos; los impares 

yambos ó espondeos. 

VERSO YAHBIGO SINARIO DURO. 

Consta de seis pies, todos yambos. 

Algunos poetas se han tomado muchas

( 115 ) 

libertades en este verso, usando en los 

cinco primeros pies, espondeos, dác 

tilos, anapestos, tribaquios, créticos, 

amfibraquios, y aun dipirriquios en lu 

gar de yambos. 

vtnso rammco TETBAMETBO 

BBAQUI-GATAIEGTO. 

Consta de siete pies : los pares yam 

bos y tribaquios; los impares yambos 

0 espondeos, ó equivalentes del espon 

deo, á escepcion del séptimo que es 

slempre yambo. 

vnnso Yumxco TITRAIITBO 

caruncro. 

Este yámbico no se diferencia del 

braqui-catalecto mas que en tener una 

sílaba de mas al fin.

(116) 

VERSO YAHIICO TBTRAHITRO 

ACATALICTIGO. 

Consta de ocho pies : los pares yam 

bos ó tribaquios , á escepcion del octavo 

que siempre debe ser yambo; los im 

pares yambos ó espondeos, ó equiva 

lentes al espondeo. 

VERSO GALIAMBICO. 

Consta de seis pies: anapesto, dos 

yambos , dos dáctilos, y anapesto, En 

lugar del primer pie admite espondeo, 

crético ó dipirriquio; en lugar del se 

gundo, anapesto, yambo, tribaquio y 

dáctilo; en lugar del cuarto, yambo. 

vznso angunoquxo nxanzrno. 

Consta de seis pies y una cesura : el 

primero y tercero yambos ó espondeos; 

el se undo cuarto ambos' el uinto 

g ¡ -. ’ 

. 

y sexto dactilos, y clerra la cesura.

( 117 ) 

Pedro Gualterio dice que este verso 

no es mas que la union de un yámbico 

arquiloquio dimetro acataléctico y un 

dáctilo arquiloquio; y que debe escri 

birse en dos renglones como el dístico. 

ARQUILOQUIO PENTAETRO. 

Consta de cinco pies yuna cesura : el 

primero yambo ó espondeo; el segundo 

yambo; cesura larga; los tres últimos 

coreos. 

vnnso rnocuco MONOMITRO 

¿camarero 1°. 

Consta de dos coreos. 

al 

vnnso rnocnco nouomzwno 

ACATALBGTO 2°. 

Consta de dos coreos y una sílaba 

fin. 

11*

( 11s ) 

VERSO TROCAICO ITYEKALIOO. 

Consta de tres coreos : el segundo 

puede ser espondeo. 

VERSO TBOCAICO EURIPIDIO. 

Consta de tres coreos y una sílaba al 

fin : el segundo puede ser espondeo. 

VERSO TROCLICO ALCMLNIGO. 

Consta de cuatro coreos :los pares 

pueden ser espondeos. 

VERSO TBOCAICO BAQUIIIDIO. 

Consta de cuatro coreos y una sílaba 

al fin : los pares pueden ser espondeos. 

VERSO TROCAICO TRIÜETRO 

ERAQUICATALECTO. 

Consta de cinco pies : los impares co 

reos; los pares coreos ó espondeos.

( 119 ¡ 

vnnso rnocnco ¡‘nuera-no 

GATALICTO. 

Consta de cinco pies y una sílaba al 

fin :los impares coreos; los pares co 

reos ó espondeos. 

VERSO TROCAICO TRIMETRO 

ACATALECTICO. 

Consta de seis pies : los impares co 

reos; los pares coreos ó espondeos. 

VERSO TROCAICO TRIMETRO 

HIPERCATALECTO. 

Consta de seis pies y una sílaba al 

fin : los impares coreos;’los pares co 

reos ó espondeos. 

VERSO TROCAICO TETRAMETRO 

BRLQUIOAÏAÏ-EOTO. 

Consta de siete pies : los impares co 

reos; los pares coreos ó espondeos.

( 190 ) 

VERSO ‘TROCAICO ARQUIIOQUIO. 

Se compone del trocáico alcmánico, 

y del trocáico euripidio. Tambien se 

puede hacer de el todo un solo verso. 

VERSO TROCAICO HIPONACTEO. 

Consta de ocho pies : los impares co 

reos; los pares coreos ó espondeos. 

VERSO ARISTOPANICO. 

Consta de un coriambo y un baquio. 

VERSO IPIRRISPONDAICO. 

Consta de tres pies pirrispondeos. 

VERSO PIRRISPONDAICO 

TETRAMETRO. 

Consta de cuatro pies pirrispondeos.

( 121 ) 

VERSO CORIAKBO CALIMAQIÏIO. 

‘ Consta de un espondeo, tres coríam 

bos y un pirriquio. 

‘VERSO CORIAÜICO TETRAMETRO. 

Un corispondeo, dos coriambos y un 

baquio. 

vrmso rnocuco nsuszconro. 

Consta de seis pies: el primero co 

reo ó espondeo, el segundo dáctilo, 

el tercero crético, el cuarto coreo, el 

quinto dáctilo y el sexto coreo. 

VERSO DACTILO BOECIANO. 

Consta de tres pies y una sílaba al 

fin : el primero dáctilo, y los dos se 

gundos dáctilos ó espondeos. 

VERSO GORIAMBICO ¡‘ALECIO 

Consta de tres coriambos y un am 

fibraquio.

( 122 ) 

7.‘ Los pies pares de un verso son 

los que pueden dividirse por’ dos, é im 

pares los que no tienen mitad entera: 

así en un trocáico hyponácteo , por 

ejemplo, el segundo, cuarto, sexto y 

octavo pie se llamarán pares; y el prime 

ro, tercero, quinto y séptimo, impares. 

8.‘ Dos pies equivalentes son aque 

llos que tienen coman el número de 

tiempos : así un espondeo, un dáctilo, 

un anapesto , un anfibraquio yun dipir 

riquio serán equivalentes; porque lo 

mismo vale cuatro tiempos el uno que 

el otro. 

9.“ De todos los versos mencionados 

el exámetro ha sido casi siempre preferi 

do para cantos heroicos , sin la mezcla de 

otro metro; el pentámetro rara vez se ha 

practicado sino para formar el llamado 

dístico juntándose al exámetro; el sá 

fico en estancias de tres en tres segui 

dos de un adónico: los demas se han 

usado, ó bien solos como en epigramas,

( 123 ) 

fábulas, sátiras, etc., ó bien mezcla 

dos simétricamente, constituyendo es 

trofas de una oda. La oda que consta 

de una especie de versos, se llama oda 

monócolos , ó unímembris; la que cons 

‘ta de dos especies se llama dícolos ó 

bimembris; la que de tres, trícolos ó 

trimembris , etc. La oda en que des 

pues del segundo verso se repite el pri 

mero, se llama dístrofos; aquella en 

que se repite despues del tercero, se lla 

ma trístrofos : aquella en que se repite 

despues del cuarto, tetrástrofos, etc. : y 

cada agregado de estas dos ó tres espe 

cies de versos se llama estrofa ó estan 

cia. Para que se entienda mejor, haré 

mos la en umeracion de las odas que se 

hallan en Horacio, de las cuales las 

cuatro primeras son las mas usadas y 

frecuentes en este autor. 

La primera es sáfica dícolos tetrástro 

fos: consta de tres sáficos y un adóníco: 

Jam satis terrís nívis, atque dírac

Grandinis misit( Pater, 124 et rubente 

Dextera sacras jaculatus arces 

Terruit urbem. 

La segunda es dactilica trícolos te 

trástrofos. Los dos primeros versos son 

alcáicos dactílicos; el tercero es yám 

bico arquilóquio dímetro hypercatalec 

to; y el cuarto alcáico acatalecto dáctilo 

trocáico: ‘ 

Vides ut alta stet nive candidum 

Soracte : nec jam sustineant onus 

Sylva: laborantes , geluque 

Flumina constiterint acuto. 

La tercera es dícolos tetrástrofos : 

los primeros son asclepiadeos; el cuar 

to glycónico : 

S‘criberis Vario fortís et hostium 

Víctor Maaonii carminis aliti 

Quam rem cumque ferox navibus aut equis 

Miles te ducc gesserit. 

La cuarta es trícolos tetrástrofos: 

los dos primeros son asclepiadeos, el 

tercero ferecracio, y el cuarto glicónico:

(125) 

0 navis, referent in mare te novi 

Fluctus. 0 quid agis? fortiter occupa 

Portum : nonne vides ut 

Nudum remigio latus? 

La quinta es monócolos : son todos 

sus versos asclepiadeos: 

Moecenas atavís edite Regibus, 

O et praesidium , etc. 

La sexta es dícolos, dístrofos: el pri 

mero es glycónico; el segundo ascle 

piadeo : 

Sic te Diva potens Cypri 

Sic fratres Helena: lucida sidera. 

La séptima es dícolos, dístrofos: el 

primero es dáctilo arquiloquio heptá 

metro; el segundo arquiloquio pentá 

metro : 

Solvitur acris hyems grata vice veris, et Favoni , 

Trahuntqtle siccas machine carinas. 

La octava es dícolos dístrofos: el pri 

mero es heróico; el segundo alcmánico, 

acataléctico : 

l‘)

(126) 

Laudabunt alii claram Rhodon aut Mytílenem , 

Aut Ephesum bimarisve Corinthi. 

La nona es dícolos, dístrofos : el pri 

mero es aristofánico; el segundo coriám 

bico tetrámetro : 

Lydia dic per omnes 

Te Deos oro, Sipharim cur properes amando. 

La décima es monócolos: son todos 

sus versos coriámbicos calimaquios : 

Tu ne quaesieris ( scire nefas) quem mihi , quem 

Finem Dii dederint, etc. 

( tibi 

La undécima es dícolos dístrofos: el 

primero es trocáico euripidio; el se 

gundo arquiloquio exámetro : 

Non ebur, neque aureum 

Mea renidet in domo lacunar. 

La duodécima es dícolos distrofos: 

los primeros son pirrispondaicos trí 

metros; el tercero pirrispondaico tetá 

metro : 

Equis ¡pso melior Bellerophonte

( 127 ) 

Neque pugno, neque sequi pede victns 

Simul unctos tiberinis humeros lavit in undis. 

La decimateroia es dícolos distro 

fos: el primero es heróico; el segundo 

asclepiadeo catalecto: 

Dilïugere nives, redeunt jam gramina campis 

Arboribusve comas. 

La décimacuarta es dícolos distro 

fos: el primero es hyponácteo; el se 

gundo yámbico arquiloquio dímetro 

acataléctico : 

Ibis llburnis inter alta navium 

Amice, propugnacula. 

La décimaquinta es dícolos dístro- " 


arquiloquio exámetro : 

Horrída tempestas ‘Coelum contraxit et imbres 

Nivesque_ deducunt Jovem : nunc mare , nunc’ 

(silvae. 

O bien es dícolos trístrofos: asi, 

Horn-ida tempestas Ccelum contraxit, et imbres 

Nivcsque deducunt Jovem:

( 12s y 

Nunc mare num: silvaa. 

La décimasexta es dícolos dístrofos: 

el primero es heróico; el segundo yám 

bico arquiloquio dímetro hipercata 

lecto : 

Mollis inertia cur tantam difluderit imis 

Oblivionem sensibus. 

La décimaséptima es dícolos, distro 


hiponácteo: 

Altera jam teritur bellis civilihus zetas 

Suis et ipsa Roma viribus ruit. 

La décimaoctava es monócolos , y to 

dos sus versos son hyponácteos : 

Jam jam eflicaci do manus scientiae, 

Snpplex et oro, etc. 

Pero no es una ley el que se deban 

siempre seguir estas combinaciones al 

formar la oda. Séneca usa una muy 

bella dícolos tetrástrofos com uesta 

7 7 

de tres anapésticos y un adónico; V l

( 129 j 

por último, cada uno puede inventar 

estancias á su gusto, mezclando los 

versos segun mejor le parezca: basta 

que las estrofas sean iguales.

( 131 ) 

Qbhservarinn. 

Halláxidome yo un dia disputando 

sobre mi sistema musical con un eru 

dito á quien ninguna teoría ni razon 

podia persuadir, asegurándome con la 

mayor tenacidad que todas mis buenas 

palabras no le harian jamás creer que 

nosotros distinguimos en la pronuncia 

cion las sílabas largas de las breves, se 

me ocurrió hacer la siguiente prueba. 

Llené-una página de breves : contélas 

despues , y puse un número igual de 

largas en otro papel, lo cual ocupó dos 

páginas y aun mas. Preguntéle en se 

guida si creia que aquellas dos páginas 

tardarian en leerse doble tiempo que 

la una sola; lo que no solo concedió, 

sino que aun lo aseguró y creyó ne 

cedad dudarlo. Pues amigo, le dije, 

¡sepa V. que lo mismo hay 200 sílabas

( 132 ) 

en la una que en las dos; con la dife 

rencia de que las unas son largas y las 

otras breves : y si un número .2: de sí 

labas largas dura el doble que otro nú 

mero x de breves, es porque una sola 

larga dura tambien el doble de una so 

la breve : á cuyo argumento se rindió á 

discrecion , volviendo entonces á consi 

derar la teoría, que halló verdadera. Y 

como lo mismo pudiera acontecer con 

algun otro, es decir, que despues de 

haber leido todo mi sistema, ó sea por 

efecto de prevencion ó por otro cual 

quier motivo, dudase de su resultado en 

la práctica, inserto á continuacion las 

mismas sílabas largas y breves para 

que el que guste pueda hacer la prueba 

llamando al primero que pase por la 

‘calle y haciéndoselas leer á vista de un 

exacto reloj si no tuviese metrónomo. 

Se observará que el lugar que ocu 

pan las largas no es precisamente el 

doble de las breves. La razon de esto ‘se 

\

( 133 ) 

hallará en las teorías del cap. 11°. Ha 

biendo breves de l tiempo, de:- y de á ; 

ylargasdelí, 13,2, 2%, 'ï,“2í‘,3, 

í , ‘ i, i, y 4 : se deduce fácilmente 

que una serie x de breves de itiempo 

y otra x de largas de 4, guardarían en 

tre sí la proporcion de 1 á 8 : si al con 

trario fuesen breves de l tiempo, y lar 

gas de I í ; la razon sería solo como de 2 

_á 3: pero el lenguaje nunca presenta 

' naturalmente estas reuniones : su pro 

porcion general es la de l á ‘2. 

_—«—ooo>_

DOSCIENTAS SILABAS BREVES 

Dll. 

fiistema musiral 

DE LA 

Lengua Castellana 

ñóréo diá réiáis ¿á lió Iéó tió áérólitó ¿’iléli léiáis élé énl 

üvá ása sus óla ¿s5 véá véiá léá Óleo al‘só éfé iïjé ¿ja ¿ti 

ara ira ïíjó fió f‘á fié fiélé énéa vía tía caiáïs atinó üléé 

ñléïbá Óléabáis óléá Óléó ávisíibáis 21m“) ánó ójó ¿ita ilii‘ 

'ina iriáïs irïán üé átáré áviváré amaré avisará lééré Iéériá 

léér" leér‘a léérián ïtsíiré asáriá ï‘síiriáis ávisáriain íi é i 51'! 

N OTA. Para que se vea que estas 200 sílabas ¿raw II! 

nrcsentan aun todo el cnntmste de que es susceptible el sis!! 

ma , obxjrvese cuantas hay entre ellas na_.mIo de las mus ¡ar 

gas, sino tambien indiferentes.

DOSCIENTAS SILABAS LAltG AS 

DEL 

fiistema musiral 

DE LA 

Lengua Castellana. 

circúnstancias péndéncias ciéncias fuerza hombres nuestra 

aguas miéntras plánclm binchánse ün diénte {‘rrï‘ncán vuelca 

{mtés diézmán luégo almas cáncion quíéto ártés trompa ancha 

huelga bierros dié‘ Dios putïs eién tren plan bién quién cuál 

qIíiér chfinza anúncios venganza horrénda líúndfn nünca 

éntre esto ánünciácion ciénto nostros ciélos daústro hueco 

informe énférmo árias pléctro obstrüceion truéno éspliégo in 

ciénso fntro inviérno álro huélgán friéga honda horda áliás 

planta bierbas muérte amárga ancho álguién luéngo árdiénte 

í-nciénda hoy raüdo ¿dios viéntn álbion cuál diéstro áscuás 

grf-y buey guay viéntre líerniás cuando aúménta nürn Hernán 

Cortés Cintio árdiénte eúro ocios ciérzo obsta hostias piés 

vuestro odio odias cuatro aúto airon túrbion diézmos fiérro 

horno aúdiéncia incéndios consta tréiuta obstrüccion instrüc 

«¡su pleito émplásto instancias pliéwo indios lfiégu huévo in 

diíu miél trasporto iufiérno indüstr‘as.

SEGUNDA PARTE 

DEL 

Sïtüïlïüïtflfl 

RHÏEQHQQE 

DE LA 

LENGUA 

CASTELLANA .

-—-—

pa»=--:>".>“='.:!>-b'—>—:>-Bo-nr-bi-d-rzvdd-d-dvdafivd-ddwfld 

Bntrobucrïnn. 

VoY á hablar sobre la melodía del 

acento prosódico castellano. Esta mate 

ria es de la mas alta importancia; ha ocu 

pado la atencion de infinitos esclareci 

dos ingenios, y ha dado lugar á muchos y 

distintos sistemas. Fácil cosa fuera enu 

merarlos todos y comhatirlos; pero al 

empezar esta disertacion no me mueve 

el anhelo de manifestar erudicion ni de 

aumentar páginas. Sentaré solamente 

una teoría nueva. Si es buena, ella sola 

bastará para demostrar la falsedad de 

las anteriores; si es mala, ¿qué ganaria 

yo en derribarlas? Esta teoría mia no 

se limila como las otras á esplicar lo

C 4 5 

que por práctica sabemos hacer : va 

mas adelante: descubre un inagotable 

caudal de metros, de los cuales los ya 

conocidos forman la mas mínima parte. 

Engolfado en empresa tan vasta, ¿estra 

ñará alguno que deje sin concluir un 

trabajo que quizás exige la vida de mu 

chos líombres? Si mis principios son 

erróneos, no faltarán eruditos que me 

lo demuestren, ahorrándome grandes 

é inútiles fatigas: si son verdaderos, me 

ayudarán con sus observaciones y con 

sejos.

DESPUES del placer de amar y hacer 

bien, la música es sin duda alguna el mas 

dulce presente que haya hecho Dios á 

los mortales. Si atendemos á la pro 

pension natural de todas las aves al 

canto, al gusto que por él tienen has 

ta las sierpes mas fieras, si observamos 

la exactitud con que una campana , un 

sonido cualquiera nos da por sí solo 

un perfecto acorde, no podrémos me 

nos de convenir en que la música ha 

nacido con toda_s las cosas creadas , y 

está íntimamente unidagi la misma esen 

cía de la naturaleza. Los hombres pues 

de la primera socie ad la conocieron 

sin duda, puesto que si á ellos no se les 

hubiese ocurrido, los pájaros desde las 

copas de los árboles se la hubieran en 

señado. Su primer uso seria para acom 

1 ü

( 6 3 

pañar el baile, tan innato en el hombre 

como ella misma : dividido el baile en 

un número igual de gestos y figuras, 

debieron arreglar la música á estas 

mismas partes, y compusleron unos 

motivos á manera, como si dijéramos, 

de contradanzas. Alguno despues repi 

tiendo fuera del baile las mismas can 

tinelas , ó sea por efecto de casualidad 

ó de invencion, quiso emitir con ellas 

palabras y conceptos. Para este efecto 

tuvo necesariamente que componer pe 

queños discursos dispuestos con igual 

número de sílabas; y he aquí el pri 

mer ensayo de la versificacion. Los Egip 

cios despues , ó los primitivos Hele 

nos , conocieron que esta práctica no 

era exacta , puesp que hay sílabas mas 

largas que otras. Las dividieron pues en 

breves y largas, quedando formado el 

sistema musical de la lengua griega, 

que despues en sus poesías ¡miraron 

los Latinos. En el que yo he escrito ¿Pl

( 7 > 

idioma castellano he demostrado la 

posibilidad de componer nosotros cn 

todos los metros griegos , y dado re 

glas para medir la cantidad de las síla 

bas. Sin embargo, supuestas halladas 

dichas reglas por mi ú otro alguno, 

aun queda que tratar de otro asunto 

quizá mas interesante y que fue ca 

si enteramente desconocido por los 

antiguos. Hablo del acento. En la se 

gunda época de la poesía , despues de 

nacidos los idiomas modernos , los 

Italianos inventaron los versos decasí 

labo y endecasílabo, que hemos imi 

tado nosotros , fundados únicamente 

en el acento. El acento, no obstante, 

prometia mas opimos frutos que dos 

versos. Se descubrió la rica mina, y 

nadie ha cuidado despues de benefi 

ciarla. Si observamos que estas palabras: 

¿A qué, Qujteria, suspender‘ mas (¡cm 

po? hacen m-elodía , y que si inverti 

mos una sola de ellas, como por ejem

( 3 ) 

plo: ¿ A qué suspender, Quitaia, mas 

. tiempo? ya disuenan; si vemos que es 

to no consiste en que estén los acentos 

precisamente en el mismo sitio , pues 

en el verso: Por esta: asperezas se ca 

mina , están en muy ‘distinto lugar y 

sin embargo es melodioso; si atende 

mos tambien á que esto no se funda 

exactamente en que la sexta sílaba sea 

acentuada , y en caso de que no , tam 

poco lo sea ni la quinta ni la séptima, 

como muchos falsamente dicen , pues 

estos versos 

«Como deidad ante los ojos mios, 

«Tú gozarás una sin par ventura. » 

tienen la quinta acentuada, y sin em 

bargo son cadentes : no podrémos ne‘ 

gar que hay en el lenguaje unas reglas 

de melodía , lo mismo que en la mú 

sica, y que estos renglones de palabras 

son versos ó dejan de serlo, confor 

me las observan ó infringen; y no s0

í 9 ) 

lamente hacen parte de la versificacion, 

sino que tambien deben necesariamen 

te existir en la prosa, y así es que lee 

mos todos los dias escritos deliciosos 

alvoido, y otros ásperos y desabridos; 

y es en razon á que los primeros ob 

servan las leyes de la melodía, y los 

otros quizá con diccion mas pura y 

juicio mas profundo desentonan. No 

solamente nadie ha encontrado hasta 

ahora dichas leyes, sino que ni de la 

misma estructura del verso endecasí 

labo se ha dado una exacta esplicacion; 

y cuando digo esto no entiendo por tal 

el sistema del señor abate Francisco 

Venini, ni menos los de Luzan (l), To 

lemmei, etc. , mayormente cuando na 

die los ha aprobado. El señor don 

José Gomez Hermosilla, que es el que 

(I) Su teoría bizo decir á este autor, dotado por otra parte 

de superior talento y oido delieado, que es duro el siguiente 

verso : 

En sus cándidos pechos lc adormece.

( ¡O > 

mas estensa y últimamente ha hablado 

sobre este particular, tampoco los ha 

admitido; pues adelanta por toda pro 

posicion que El dulce lamentar de dos 

pastores es verso, y que ya no lo es 

El lamentar dulce de dos pastores, 

sin que sea fácil decir por que razon. 

Sin embargo, persuadido yo de su 

existencia , dediqué profundamente mi 

atencion á esta parte del metro. Minu 

cioso seria el enumerar las distintas y 

tort-uosas revueltas que me han con 

ducido á tal punto: baste decir que 

por resultado de mis investigaciones he 

hallado estas, á mi entender, reglas 

de melodía del acento: 

l.“ Una 2.“ 3.“ ó 4.“ progresiva , siem 

pre hace melodía. 

2.“ Una 3.” puede estar despues de 

una 4.“ si es en fin de verso. 

e 

3.“ Una 4.“ puede estar despues (le 

una 3.“ si es cn fin de verso.

( l‘ ) 

4.“ Una 2.“ puede estar antes ó des 

pues ó en medio de 4.85 

5.“ Una 4.“ puede estar antes ó des 

pues ó en medio de 2.“5 

6.“ Una 2.“ ó 4.“ puede estar despues 

de una 3.“ si á el-la misma se le sigue 

otra 2.“ ó 4.“ 

7.“ Dos 3.“5 pueden seguir á una 2." 

ó 4.“ 

8.“ Una 2.“ no puede estar entre dos 

solas 3.39 

9.“ Una 3.“ no puede estar entre dos 

solas 2.35 ó 4.“ 

IO.“ Una 4.“ no puede estar entre dos 

solas 3.“ 

‘ ll.“ Un monosílabo en medio de un 

verso puede hacer oficio de acentuado: 

en el final de él debe contarse precisa 

mente como agudo. 

12“. El verso acabado en voz aguda 

debe tener una sílaba de menos : Sl 

fuere esdrújula, una de mas. 

Antes de pasar adelante esplicarémos

( 19 ) 

lo que se debe entender por 2“. 3’. 4‘. 

etc. Estos nombres en la música signi 

fican la percusion de dos sonidos : así 

en un acordo de do mi s01, llamamos 

3“. al mi y 5“. al sol, porque lo son res 

pectivamente de la tónica do que entra 

como unidad en esa misma 3“. ó 5“. En 

el lenguaje sucede diversamente, por 

que no hay tónicas á que referirse. Ca 

da cadencia solo comprende un acento; 

y por eso entendemos por 2“. ó 3“. la 

segunda ó tercera sílaba despues del 

último siendo acentuada. Si queremos 

saber que cadencias hay en estas pala 

bras : 

Los jóvenes amántes del estú 

1-....2“.4-.2-. 3-..4“. 1-....2-..5-..4“ 

dio jamás encuéntran lárgas las hó 

4-...2-...3“. 0...2“. 1-.....2“.2-.....3*‘ 

ras del día , 

1-......2-.. 3.1-. 

dirémos : primera sílaba los; segunda

(13) 

jó; es acentuada, luego ya tenemos una 

2“. Empecemos otra vez : primera ve; 

segunda nes; tercera a; cuarta mán, 

acentuada : ya tenemos 2“. y 4a., y así 

seguirémos hasta encontrar que las pa 

labras contienen 2a., 4“, 4a., 3a., 2“, 

2.“, 3.“, 3.“ En estas otras: 

El dúlce lamentar de dos pastóres 

42m2“. r. 2-..3-...4“. 3-..4"‘.4-. 

hallarémos 2“, 4a., 4“. En estas : 

De sus hijos la tórpe avutárda, 

4-...2-...3"1-.. 2-.m3“. 422-3“. 4-. 

tres 3.“S;y de esta manera se medirá 

siempre , advirtiendo que aunque la pri 

mera sílaba de un período sea acentua 

da , no se cuenta como á tal sino como 

acento supérfluo, y que un monosílabo 

puede considerarse ó dejarse de con 

siderar acento, segun se ha prevenido_ 

y demostrarémos mas adelante. 

Por las reglas aquí prescritas se ve 

que la melodía está en las combinacio 

2

( ¡4 ) 

nes de 2.", 3.“ y 4."; y que las 5.", 

6.", 7." y S.“ no la forman jamás en 

la versificacion, aunque estas dos últi 

mas se ballarán muy raras veces. Para 

poder dar de ellas una esplicacion con 

veniente tomarémos el asunto desde su 

origen. La voz humana no es otra cosa 

que el aire lanzadd con fuerza desde 

los pulmones ; y por medio de las vi 

braciones que este causa en la atmós 

fera llega hasta nuestros oidos. En el 

sonido de la voz pueden considerarse 

l.° la calidad, 2° el metal , 3.° la en 

tonacion, 4.° la fuerza, 5.° la duracion, 

6.° la articulacion, y 7.° el acento. El 

acento puede dividirse l.° en acento 

nacional, que es aquel resabio ó mane 

ra vulgarmente llamada dejo por me 

dio de la cual se distingue un inglés de 

un español, un andaluz de un madri 

leño; 2° acento espresivo, por el que 

un hombre demuestra con la sola infle 

xion de la voz , tristeza , alegría, deses

( 15 ) 

peracion, etc.; 3.° acento oratorio, que 

sirve para distinguir en el discurso la 

admiracion , interrogacion , etc. ; 4.° 

acento oral, que no tiene uso entre los 

castellanos, pero que se puede oir á 

muchos estranjeros, y consiste en emi 

tir una vocal con la boca mas ó menos 

cerrada , lo cual tambien se puede ob 

servar en algunas provincias de Espa 

ña. Los catalanes, por ejemplo, segun la 

pronunciacion que damos á la e en la 

palabra Deu, queremos decir Dios, diez 

ó debe; y 5.° acento prosódico, que es 

aquel por medio del cual se distinguen 

las voces llamadas esclrújulas , llanasj 

agudas. De este acento tratarémos es 

clusivamente por ser el que conviene á 

nuestro intento, investigando si es po 

sible por principios físicos su natura 

leza y la influencia que ejerce sobre la 

melodía del lenguaje. Despauterio, Ve 

repeo, Gretsero, Vosio, Trissino, Oli 

vet, Sachi, Freret , Nebrija, Marmon

( ¡5 ) 

tel , Duelos, Thiebaud, Mazzoni , Qua 

drio, Zuccolo, Buommatei , du Marsais, 

Beauzé, Venini,Rousseau, Blair, Al 

varez, Ricciolo , Mattei y otros mu 

chos sabios antiguos y modernos han 

hablado sobre el acento; y, lo que es— 

muy admirable, una cosa practicada sin 

trabajo ni dificultad por la gente mas rús 

tica é ignorante ha suscitado entre ellos 

cuestiones infinitas, sin que ninguno 

que yo sepa haya hasta ahora esplicado 

claramente lo que venga á ser. Los 

unos , aunque pocos, le han tomado por 

la cantidad; otros han confundido el 

acento oral con el prosódico; y otros en 

fin, fundándose en las palabras de Dio 

nisio de Alicarnaso cuando dice que 

los Griegos subían el tono de la voz de 

una 5." y que las sílabas de las pala 

bras unas veces se pronunciaban con 

tono agudo , otras con grave y otras 

con ambas , han sostenido que el acen 

to es la gravedad ó agudeza de la voz.

l 

17 l 

Pero á esto objetan los primeros: si la 

sílaba acentuada de una palabra fuese 

mas aguda que las demas, el músico al 

escribir el canto para unlverso tendria 

que sujetarse á estas subidas y baja 

das; es así que sucede todo lo contra 

rio , pues muchas veces destinan pun 

tos graves á las sílabas acentuadas y 

agudos á las que no lo son , sin que la 

palabra deba destruirse; luego en una 

sílaba acentuada no se sube ni se baja 

la voz. ¿Como esplicar pues tal contra 

diccion 9 El abate Venini, en su esten 

so tratado sobre los principios de la ar 

monía musical y poética, ha sido á mi 

entender tan feliz en este punto , que 

copiaré aquí sus palabras porque yo 

no sabria decir cosa mejor: 

. 

«Io non ne 

g 

heró 

v 

che la mav 

og 

iore o 

minor armonía del versi non dipenda 

in gran parte anche da quest’ ultima 

specie di accento; poiché se general 

2*

( 13 ) 

mente la lingua italiana é assai più ar 

moniosa e sonora in bocca di un Tos 

cano, che in quella di un Lombardo; 

chi non vede, che lo stesso dovrá ve 

rificarsi nei versi, l’ armonia dei quali 

sará assai piú sensibile nella bella pro 

nuncia Toscana, che nella cattiva Lom 

barda? Ma quest’ armonia non é piú pro 

pria della poesia, che della prosa, e deve 

considerarsi come inerente alla lingua 

medesima, e alla sua retta pronuncia, 

e non giá come una parte dell’ armonia 

poetica. E lo stesso é da dirse dell’ ac 

cento patetico, tolto il quale si perde 

una delle più belle parti della Poesia, 

cioé la naturale e viva espressione del 

sentimento; ma che appartiene all’ arte 

di ben recitare o della declamazione, 

non a quella del verseggiare. 

Resta dunque da esaminarsi se l’ ac 

cento pmsodico contribuisca pini degli 

altri due all’ armonia poetica propria 

mente detta, á quella cioé che dipende

( 19 ) 

dal Poeta medesimo, che risulta dalla 

meccanica costruzione del verso, e che 

giá preesiste per conseguenza nei ver 

si medesimi , per modo, ch’ essi devon 

riuscire armoniosi ogni volta, che non 

faranno mal recitati. Ma come farlo se 

prima non si stabilisce con esattezza in 

cosa precisamente consista questa sorta 

di accento? Se noi prestassimo intera 

fede a ció , che il Signor Duclos asseris 

ce dell’ accento dei Greci, e che dopo 

lui é stato ciecamente ripetuto dal Fre 

ret, dal Beauzé, da Giangiacomo Rous 

seau , e non so da quanti altri, noi po 

tremmo per avventura immaginare, che 

non solo la poesia greca, ma anche il 

lor linguaggio piú familiare fosse una 

continua serie di cadenze musicali, e 

che i Greci in ogni parola facessero un 

perfetto salto di quinta. Ecco ció ch’ 

egli dice nella sua dissertazione sulla 

declamazion degli antichi (l), c nelle 

(‘) Mémnires de ÜÁcadémic des Inscriptions, tom. 21 , 

Mg- lgl.

20 > 

note alla Grammatica generale e ragio 

nata di Porto reale « Arislosseno 

«parla del canto del discorso, e ])ioni 

«gi d’ Alicarnasso dice, che l’ alzamen 

cc to del tuono nell’ accento acuto , e l’ 

«abbassamento nel grave erano d’ una 

«quinta, e che per conseguente l’ ac 

« cento prosodico era nello stesso tempo 

«anche musicale , e sopra tutto il cir 

« conflesso , in cui la voce, dopo essersi 

« alzata d’ una quinta, discendeva d’ un’ 

« altra quinta sulla stessa sillaba, la qua 

«le veniva cosi a pronunciarsi due voi 

« te ». Il Signor Freret poco contento d’ 

una quinta dice, « che Dionigi d’ Alicar 

u nasso c’ insegna, che la variazion dell’ 

« intonazione si estendeva preso ai Gre 

«ci ad una intiera ottava, poiche la vo 

«ce , che nell’ accento acuto s’ alzava di 

a tre toni e mezzo o d’ una quinta sopra 

u al tono medio, si abbassava d’ un’egual 

(I) Gmmmaire générale ct rain-anne’: : París, 1763. ;-- 34

21 > 

(«quantità nell’ accento grave, e discen 

«deva alla quinta inferiore dello stesso 

«tono medio Ü)». Io non so concepire 

come un’ uom tanto dotto, quanto lo 

era certamente il Signor Freret, abbia 

potuto in cosí poche parole accumular 

tanti errori. E primieramente se la dis 

tanza dell’ accento grave all’ acuto fos 

se stata di due quinte , com’egli fa dire, 

non so per qual ragione, a Dionigi d’ 

Alicarnasso, che come vedrem fra poco 

non ci ha mai pensato , la variazion 

dell’ intonazione sarebbe stata di una 

nona, e non di un’ ottava. In secondo 

luogo chi ha mai insegnato al Signor 

Freret , che l’ accento grave degli anti 

chi fosse diverso da quel eh‘ egli chia 

ma tono medio? Lo stesso Dionigi d’Ali 

carnasso gli avrebbe anzi insegnato tut 

to il contrario , se egli prima di citarlo 

ÌO avesse letto con qualche attenzione. ' 

(‘) Vedi l’Elogio di M. Barrette, Histoiredelfl/icadénsie del 

Irucriptiau, tom. 2! . pag. 228.

( 99 ) 

Ma vediamo il luogo intiero di quest’ 

autore, affine di peter giudicarne con 

fondamento. Ecco adunque ció, ch’ egli 

dice secondo la traduzione di Upton 

alla sezione undecima del trattato de 

structural orationis , pag. 75 e seguenti 

dell’ edizione di Londra del 1747: «Est 

«enim musica quaedam et civilium 0ra 

«tionum scientia : differt autem ab ea 

a quae ad camum instrumentaque perti 

«net quantitate solúmmodo, non qua 

« litate. Nam in hac admittunt dictiones 

«modulationem , numerum , mutatio 

«nem, et decorum : ita ut ¡bi etiam 

«concentu delectentur aures nostres, ra 

«piantur numeris, varietatem amplec 

«tentur, atque id adeo praealiis deside 

«rent, quod propriuln est et naturale. 

a Fit autem diffefentia ratione quantí 

« tatis intensae remissmve habita. 

c: In communi sermone vocis modu 

« latio uno ut plurímum mensuratur in 

«tervallo, dicto diapente : ita ut neque

23 > 

« plus tribus tonis cum dimidio inten 

«datur ad acutum, neque majori dis 

«tantia ad gravem accentum deprima 

«tur. Nec vero omnis dictio quee una 

«scilicet orationis particula efïertur , 

«una eademque pronuntiatur intensio 

«ne; sed alia act-Ita , alia gravi , alia de 

«níque utraque. Qua: vero utramque 

«intensionem admilturrt, earum non 

«nullae in una syllaba commistum ha 

«bent cum acuto gravem, qui vocantur 

«accentus circumflexi; quaedam alio , 

«zatque alio loco seorsim utrumque ha 

«bent , qui propriam per se potestatem 

«conservant. Et quidem in disyllabis 

«nullus in medio Iocus est aut gravi aut 

«acuto accentui, sed in polysyllabis, 

«qualescumque tandem fuerint , una 

«est inter mu-ltos graves, quae acutum 

«habet accentum. Quae vero fidibus et 

«lyricorunx instrumentis aptatur musa, 

«intervallis utilur pluribus, nec intra‘ 

« Dúzpcnte subsistit ; sed sumplo á Dia

( 24 ) 

«¡Jason initio per Dzkzpente concinit, et 

«Diatessamn, et extentum illud genus 

a Diatonon dictum cum semitono , ac 

«ipsam sensili etiam, ut quidam pu 

«tan, Diesin discrimine. Dictiones prae 

«terea concentui submittendas postu 

« lat, non autem dictionibus concentum; 

«quod cum ex multis aliis apparet, tum 

«prmcipué ex hoc Euripidis cantico , 

«quo fecit in Oreste, ut ad chorum ute 

«retur Electra : 

Tacite, tacite candidum soleae vestigíum 

Ponite , strepitum ne edite. 

Procul abite hinc, procul á lecto. 

«Nam in his 211m cïyz ¡sum uno vocis sono 

«proferuntur; tres illae licet dictiones 

« suas unaquaeque tam a_cutas, quam gra 

«ves habeant intensiones. Et vox Áp€óxm 

«praeterea eundem et in media et tertia 

«syllaba tonum habeat : etsi fieri mini 

«mé potest ut una dictio duos habeat 

«acutos. Quin et vocabuli Tuenti pri -

25 > 

uma gravior est syllaba, duae autem 

«qua: sequuntur acutum habent accen 

«tum , eundemque sonum : hujqs deni 

«que Krtmeï-re circumflexus obscuratur; 

«una etenim syllabae duae extensione 

«proferunlur; atque adeo vox Áflo-¡rpáÉau 

«mediae syllabae acutum accentum non 

«recipit, sed in quartam usque sylla 

«bam tertiae rejicitur intensio. 

«Quod ídem solet etiam numeris ac 

«cidere. Nam oratio soluta neque no 

«minis , neque verbi ullius tempora vi 

«illata perturbar , vel loco movet , sed 

«et longas , et breves syllabas , sicuti á 

«natura acceperit , easdem conservar. 

«Has vero rythmicorum et musicorum 

«scientia minuendo, augendoque im 

«mutat , ita ut smpissime in contraria 

« deventum sit: etenim syllabis non exi 

«git tempora , sed temporibus sylla— 

«has.» 

lfpassaggio a dir vero é un po’ lun 

go; ma io ho creduto necessario di d0— 

3

( 95 ) 

verlo rapportar per esteso, affinché og 

nuno de’ miei leggitori possa giudicar 

con fondamento del vero senso dell’ 

autore. [E in primo luogo direm noi 

dunque, che quando Dionigi d’ Alicar 

nasso asserisce, che nel parlar comune 

la modulazion della voce é per l’ ordi 

nario misurata dall’ intervallo di una 

quinta, egli intenda parlare dell’ ac 

cento prosodico, come suppone il Sig 

nor Duclos ,. e tutti i suoi seguaci? Ma 

se questo fosse, a che avrebbe dunque 

servito di soggiungere immediatamen 

te: «Nec veró omnis dictio , qua: una 

«scilicet orationis particula effertur , 

« una eademque pronuntiatur intensio 

« ne; sed alia acuta , alia gravi , alia de 

«nique utraque?» Non é egli manifesto, 

che colla disgiunzione nec vero l" autore 

ha voluto esprimere, che oltre a quella 

specie d’ accento, di cui giá aveva par 

lato , che ha luogo nel discorso comu 

ne , e nel passai-, che si fa da un sen

( 97 ) 

timento e da un’ alfetto ad un’ altro ora 

alzando ora abbassando la voce , ma o 

rare volte o non mai oltre l’ intervallo 

di quinta; un’ altro accento si deve 

considerare in ciascuna parola, delle 

quali alcune si pronunciano con suono 

grave , alcune con acuto, ed alcune fi 

nalmente con amendue questi suoni? 

Si esamini con attenzione tutto il pas 

saggio, e si vedrá, s’ io non m’ ingan 

no, esser questa la sola interpretazion 

ragionevole, che possa darsi alle sue 

parole. Ecco adunque in qual maniera 

io 1’ intendo. L’ orazione e il discorso 

medesimo sono una specie di Musica, 

o almeno da essa non differiscono, che 

dal piú al meno. E in vero nel semplice 

discorso rare volte la varia intonazion 

della voce, anche nei maggiori cambia 

menti del sentimento, oltrepassauna 

quinta; ma nella Musica all’ incontro 

scorre la voce per assai maggiori inter 

valli, or fa salti di quinta, or di quar

( 93 ) 

ta, or di ottava, or si move nel genere 

diatonico per toni e semitoni , e talora 

intuona , come alcuni credono con una 

differenza sensibile, anche le diesi enar 

moniche. Ma oltre a questo accento va 

riabile del discorso (il quale per ció, che 

altrove abbiam detto, deve chiamarsi 

accento oratorio o patetico) un’ altro se 

ne trova particolare ad ogni parola e 

costante, per cui ogni sillaba si pro 

nuncia con quel suono o grave , o acu 

to, o composto di ambedue (cioé cir 

conflesso) che é stabilito dall’ uso. La 

musica per lo contrario fa obbedir le 

parole al concento, e non il concento 

alle parole; vale a dire, che negligen 

tando l’ accento prosodico or canta sul 

medesimo tono le sillabe di accento di 

verso; or lo varia nelle sillabe del me 

desimo accento ; ora ascende all’ acuto 

in piú sillabe della stessa parola contro 

alla regola generale, che niuna parola 

abbia mai piú d’ un’ accento acuto; Or

( 29 > 

non fa sentire il doppio suono dell’ ac 

cento circonflesso; or canta finalmente 

con voce acuta le sillabe d’ accento 

grave, e con voce grave quelle di ac 

cento acuto. Né la cosa va diversamen 

te nel numero, cioé nella misura del 

tempo , o nel ritmo; poiché nella prosa 

mai non si altera la lunghezza e la bre 

vitá delle sillabe, ma tali si pronuncian 

sempre quali sono per lor natura; lad 

dove l’ arte dei Ritmici , e dei Musici 

ora allunga ora accorcia la lunghezza e 

la brevitá delle sillabe, talmente che 

spesso le pronuncia al contrario; pe 

rocché non assoggetta i tempi alle silla 

be, ma le sillabe ai tempi. 

A cosa si riduce dunque tutto il ma 

raviglioso, che i citati autori han tro 

vato in questo passaggio di Dionigi d’ 

Àlicarnasso, e la supposta uniforme e 

Continua cantinela, che doveva con una 

insopportabil monotonia trovarsi in 

tutte le parole d’ ogni discorso de’ Gre 

si

( 30 ì 

ci? All’ aver confuso l’ accento oratorio 

o patetico col prosodico o grammatica 

le, e all’ aver’ applicato al secondo ció, 

che l’ autor Greco ha detto del primo. 

E che direm noi della differenza, che 

il Signor Freret suppone fra il tuo 

no medio, e l’ accento grave? Se oltre 

alle tre intonazioni grave, acuta, e cir 

conflessa sene fosse trovata un’ altra 

di un’ uso più generale e piú comune, 

perché avrebbe Dionigi tralasciato di 

nominarla? Perché avrebbe detto espres 

samente , che nelle parole polisillabe fra 

molte sillabe di grave accento una sola 

riceve l’ acuto? E chi non vede , che il 

preteso tuono medio era quello appun 

to delle molte sillabe d’ accento grave, 

che abbondano spesso in una sola pa 

rola P 

Ma che direm noi della frequente op 

posizione, che Dionigi asserisce esser 

si trovata fra la prosodia e la musica, 

intorno alla lunghezza e brevitá delle

31 > 

sillabe? Se ella fosse stata cosí comune, 

come sembra indicare la voce svzepzlrxi 

me della traduzion di Upton, ita ut 

saepzlrsime in contraria deventum sit, 

tutte le idee, che noi abbiamo del rit 

mo degli antichi sarebbero assoluta 

mente false, tutto ció che ne dice Aris 

tide Quintiliano non avrebbe alcun 

senso , e la maniera con cui i Greci; 

che non avevano nella lor musica alcun 

segno relativo alla durata delle note, 

avrebbe!‘ potuto intendere il ritmo dei 

loro canti, ed eseguirli in misura, sa 

rebbe un’ enigma assolutamente ines 

plicabile. Ma perché ci lasceremo noi 

ingannare da una semplice inavverten 

za del traduttore? Il greco wonám: non 

é superlativo, e significa sovente, spes 

50 , assai volte, e per una specie d’ esa 

gerazion familiare al discorso si suole 

adoperare in vece di qualche ‘volta. lo 

Credo adunque, che Dionigi d’ Alicar 

nasso abbia parlato in questo luogo

( 32 ) 

dell’ arte dei Ritmici e dei Musici nello 

stesso senso in cui Fabio Quintiliano 

parló dei Poeti allor, che disse : « Eve 

«nit, ut metri quoque conditio mutet 

«accentum : ut 

Pecudes, pictaque volucres ; 

c: nam volucres media acuta legam; quía 

«etsi natura brevis , tamen positione 

«longa est, ne faciat iambum , quem 

« non recipit versus heroicus.» Conchiu 

dìam dunque, che siccome i Poeti per 

servire al metro del verso cambiavan 

talvolta la natural misura delle sillabe, 

lo stesso erano in uso di fare anchei 

Musici in grazia dellamelodia , dal sen 

timento ed uniformitá della quale i can 

tori dovevano essere naturalmente por 

tati ad alterare in alcuni luoghi la con 

sueta quantitá delle sillabe. 

Finalmente, prima di passare ad a1 

tro io pregheró il Leggitore di prestarle‘ 

dovuta attenzione alle bellissime osser

C 

33 ì 

vazioni di Dionigi d’ Alicarnasso intor 

no al cantico d’ Elettra , le quali senon 

provano, che tutte le 'l‘ragedie greche 

erano in musica, e si cantavano dal 

principio alla fine, dimostrano almen 

chiaramente, che nei luoghi, in cui piú 

dominava l’ affetto, gli attori non de 

clamavano semplicemente e a lor pia 

cimento; ma erano obbligati ad un can 

to regolare e costante, e composto pro 

babilmente dal Poeta medesimo autore 

della Tragedia, e dei versi. E da ció che 

l’ autor dice del canto delle tre paro 

le 2:7; cï-¡u Zaüxov, le quali non ostanti i 

lor diversi accenti si pronunciavan tut 

te sul medesimo tuono, non abbiam 

noi ragion di conchiudere, che i Mu 

sici greci cercavan con grande studio 

nei loro canti la naturale espressione 

del sentimento? 

Da tutto ció che Dionigi c’ insegna 

intorno alle varie inlonazioni, che nel 

la grecalingua avevan luogo , io inchi

( 34 3 

no dunque naturalmente a conchiude 

re non esser tanta la diversitá, che 

passa fra quella lingua e la nostra, 

quanta alcuni moderni autori se la son 

figurata. Imperocché se nell’ accento 

patetico solevano i Greci variare il tuo 

no della voce fino all’ intervallo di una 

quinta, io non ho difficoltá alcuna ad 

affermare, che lo stesso facciam noi 

pure in moltissime occasioni, e allora 

principalmente, che siam vivamente 

agitati da qualche passione, e parlando 

con un linguaggio animato facciam pas 

sare, anche nostro malgrado, alla voce 

il calore, la forza, e la varietá degli af 

fetti, di cui siam pieni. E per le ragio 

ni, delle quali sopra abbiam parlato, 

queste diversitá delle intonazioni so 

gliono essere assai più grandi e sensi 

bili ne’ fanciulli, nelle donne, e nel 

volgo; osservazione che ciascheduno 

può fare agevolmente in ogni paese, 6 

che io mi ricordo d’ aver fatta piú volte

( 35 ) 

a Napoli principalmente, ove non‘son 

rari ad udirsi nelle bocche del popolo 

dei salti anche maggiori della quinta , 

henché si tratti di cose indifferenti, che 

a noi appena farebbero alterare la voce. 

Y en realidad, aunque nuestros idio 

mas carecen de dos cosas que serian 

una de las mayores bellezas de los an 

tiguos , es decir, la aspiracion y el cir 

cunflejo; nosotros cuando hablamos 

hacemos ascensos y descensos que tal 

Vez pasan de una 5.“ : y no encuentro 

razon para negar que una flauta po 

dria dar el tono al orador , como suce 

día entre los antiguos , es decir , in 

dicarle el punto mas grave por donde 

debería empezar á hacer uso de esa 5.“ 

Si tuviésemos nosotros el aprecio ó si 

Se quiere fanatismo que ellos por la 

música; así como nadie puede dudar’ 

que nos seria fácil educar á los jóve— 

nes con su avuda , haciendo distincion

36 > 

de los instrumentos segun la carrera 

ó profesion de cada uno, del mismo 

modo que tanto tiempo lo practicaron 

los Griegos, mayormente cuando no 

sotros conocemos seguramente otros 

muchos mas bellos y espresivos; pues 

aun concretándonos á los lnas usua 

les ¿podria acaso compararse la flauta 

antigua á la nuestra de trece llaves y 

tres octavas y media, ni la lira de 

siete cuerdas á la moderna arpa con 

pedales? Mas volviendo á nuestro asun 

to , ¿ no parece admirable que despues 

de haber el señor Venini entendido 

y demostrado ya en este pasaje como 

en otros anteriores que el acento .110 

es cantidad ni entonacion, diga el 

mismo 

« Stabilita cosí e chiaramente provala 

la reale esistenza degli accenti prosodi 

ci, passiamo a determinar se e’ possi 

bile anche la loro natura, e cerchiamo

37 > 

in cosa possa consistere quella partico 

lare modificazion della voce, per cui 

abbiam detto, che in ogni parola una 

vocale domina , per cosí dir , sopra 

le altre, e viene a ferir l’ orecchio in 

una maniera distinta. Ardua impresa 

ella é questa a dir vero, e in cui pro 

babilmente non saró più felice degli 

altri, niente essendo forse piú difficile 

in tutta la filosofia, che Passegnarei 

principi della discernibilitzî delle cose, 

anche nei fenomeni e nei casi piú fami 

liari. Chi saprebbe, non dico minuta 

mente enumerare, ma generalmente in 

dicare in cosa consista la struttura e la 

coordinazione, diró cosí, dei lineamen 

ti del volto , per cui dopo aver vista al 

cune volte una persona ,_ la distingue 

senza ingannarsi fra mille altre? E per 

non allontanarmi dagli esempi, che ri 

guardano il suono, chi é di noi, che 

non sappia alla sola voce distinguer gli 

amici anche senza vederli, o che uden 

4

38 > 

(loli venire non li conosca sovente al 

romore, che fanno o nell’ andare o nel 

tossire o somiglianti? Il fatto, come og 

nun vede, é universale, familiare, e 

costante; ma se se ne cercherá la spie 

gazione , io non credo, che sia per tro 

varsi un filosofo cosí profondo, che sia 

capace di darla. Lo stesso adunque po 

trebbe facilmente avvenir negli accen 

ti , vale a dire, ‘che mentre il più rozzo 

contadino con somma facilitá li distin 

gue , anche i piú dotti letterati non 

sapesser poi dire in cosa consistano. Io 

faró dunque come gli altri, ed esporró 

la mia opinione, ma per servirmi delle 

parole di Cicerone, «spiegherò la cosa 

«come potrò; né parlerò come l’ ora 

(z col di Delfo in maniera, che ció ch’ io 

«diró debba aversi per cosa certa e sta 

«bilita; ma come un buon uomicciuo 

« lo, che si contenta di congetture.» 

¿ Y á qué se reducen las conjetu 

ms del señor Venini? A decir que el

( 39 ) 

acento es unpoco de cantidad y otro 

poco de entonacion mezclados. Y des 

pues de haber visto el embarazo en que 

la esplicacion del acento ha puesto á 

tantos hombres célebres, ¿me atreveré 

-yo á decir que para mi es una cosa 

muy sencilla? 

Cada sílaba es un golpe de voz: así 

en estos monosílabos el que no te lo dé 

hay seis todos iguales. Si quisiéremos 

pronunciar una diccion disílaba, por 

ejemplo ¡»ido , para no decir pi ¿lo le 

vantamos la voz en el pi y la bajamos 

en el do; si un trisílabo esdrúj ulo, por 

ejemplo rápido , esforzamos el ra y ha 

cemos suaves el pa’ y el do, y sino prue 

be cualquiera á pronunciar el ra na 

turalmente y dar despues un grito en 

el pi y verá como ya no dice rápido, 

sino rapído. El que desee convencerse 

de esto mas claramente, haga la siguien 

te prueba : dé un fuerte grito sin ar 

tículacion alguna, v observará que el 

u

40 > 

vientre se le encoge al mismo tiempo y 

este movimiento le será indispensable, 

ó por decir mejor, él es el que obligan 

do á salir con violencia la respiracion 

causa la que llamamos grito. Ahora 

bien, pronuncie despues con igual fuer 

za de voz. la palabra camino por ejem 

plo, y notará el mismo encogimiento 

de vientre en la segunda sílaba mi: re 

pítalo en seguida con esta rápido, y ob 

servará tambien el movimiento , pero 

no será en la segunda sino en la pri 

mera sílaba rá porque es la acentuada. 

El acento pues de una palabra es la sí 

laba en que se levantajmas la voz. Pero 

se ha de entender que, aunque se le 

vanta la voz no por eso se eleva el tono 

como todos han creido ; lo cual puede 

comprobarse articulando una voz cual 

quiera , por ejemplo camino , en un 

fuerte piano uniéndose á las tres teclas 

do re mi, mire do, do mire, re mi 

«lo, re do mi, mi do re, do do do, re

( 41 3 

re re, mí mi mi etc. y se verá como 

estas diferentes emonaciones no im-. 

piden que se diga siempre camino, lo 

‘cual fuera un absurdo impracticable 

si el acento fuese agudeza de voz , pues 

entonces solo se podría unir á do re 

do, do mi do. La entonacion se hace 

con la garganta, y sino obsérvese á una 

muger cantando, y se notará como la 

estrecha en los puntos agudos y la en— 

sancha en los graves. 

No faltará tal vez quien observe que 

los sonidos de la música alteran mu 

chas veces los acentos de las palabras, 

como sucede por ejemplo en estas trai 

dór, amór, porqué , tenáz, que can 

tadas con las siguientes notas quedan 

convertidas en traidor, ámor, pórque, 

ténaz:

trai - dor á-mor por-que té - naz. 

F. D. F. D. F. D. F. I). 

y creerá tal vez sacar de aquí una conse 

cuencia de mucho peso, porque ahora 

los puntos graves se combinan con los 

acentos, cosa que no sucederia dicien 

do amór, tmidór, porqué, tenáz. Pero 

véase cuanto se equivoca, y como sin 

pensarlo defiende mi partido. Cada 

tiempo de compás tiene su parte fuerte 

f ‘ I 

y deba! (así las 

I ' 

llaman los musicos); 

y , como las mismas palabras lo espre 

san , en elfuerte se esfuerza mas la voz 

que en el débil. Así en el antecedente 

ejemplo la primera nota do es el,fuerte 

que corresponde á la sílaba traí, y la 

segunda mi el débil que se une á la otra 

dor; por consiguiente, si hacemos mas 

fuerte la primera sílaba que la segunda, 

es claro que ya no diremos trczúlór- sino

43 l 

traidor: y he aquí. la razon (aunque 

de muchos ignorada) porque los mú 

sicos destruyen con frecuencia las pa 

labras hasta el punto de ser inínteligí 

bles, lo que nunca debieran hacer ni 

harian si colocasen los acentos en los 

fitertes. Dirán que algunas veces no 

se presta el verso á esa bella y exacta 

distribucion. Es cierto, y esto prueba 

que la música y la poesía jamás debie 

ron desunirse, porque muy ánienudo 

se necesitan la una á la otra, como la 

cirugía y la medicina: Pero volviendo , 

á nuestro asunto y pa ra que el ejemplo 

se vea mas patente, mudemos las vo 

ces‘ traidór, amór, porqué , trrnáz en 

estas otras óélla, nirgflz, dime, tiérna, 

que son adecuadas á la música : 

bé - lla nin-fa di-me tiór-na. 

r. n. r. n. r. n. v. n.

( 44 l 

Ahora los puntos graves corresponder-: 

á los acentos, y los agudos á las sílabas 

no acentuadas. Hagámoslo al revés : de 

mos las notas agudas á las acentuadas, 

y las graves á las que no lo son; y véa 

se como no solo se puede decir bella, 

ninfa, dime, tiérnrz, en lugar de bella’, 

ninfa’, dímé, tierná sino que precisa 

mente debe ser así, porque los acentos 

corresponden como antes á las notas 

fuertes de cada tiempo; 

3...3. _======= 

em======%=== 

hé - ¡la nin -fa, dí-me tíér - na. 

I’, D, F, I) F, l). F. I). 

He aquí la gran objecion destruida y 

vuelta á mi provecho. ¿Hay alguno que 

quiera replicar todavía , que pues no es 

entonacion el acento, tal vez sea can 

tidad? Tambíen le demostraré que no,

ó be-llá nin-fa di-mé tier-ná que 

F. D. F. I). F. l). l’. D. F. D. 

Las sílabas be lla ninfa, etc. valian 

“vflfi 

antes lo mismo que ahora, ¿oscorcheaf 

cada una. Su cantidad no ha variado 

de un ápice. Sin embargo, antes de 

cíamos bella, nírgfa, dime, tierna, y 

ahora bellá, nzfifá, dimé, tierná. ¿Que 

prueba mas evidente se quiere de que 

el acento prosódico de una palabra no 

es otra cosa que aquella sílaba en que 

se da mas intension, mas fuerza á la 

voz? De todo lo cual debemos infe 

rir que hacemos muy impropiamen 

te cuando llamamos al acento prosódi-. 

co acento agudo : en todo caso deberia 

ser acentofuerte, puesto que no damos 

mas agudeza á la voz , sino mas pre 

sion sin salir de un mismo punto. Mas 

como esta denominacion ha sido gene 

ralmente admitida, y con ella á mas

í 45 3 

distinguimos las voces que le tienen en 

su última sílaba, diciendo palabra agu 

da a diferencia de la llana ó esdrújulq, 

dejarémos subsistir este error trivial; 

pues una vez que conozcamos bien su 

‘naturaleiá“ ,' el título que se le deba dar 

es cuestion de nombre (l). Mas si el 

acento no es otra cosa, dirán algunos, 

que el levantar la voz en una sílaba mas 

que en otra , ¿no se podrá pronunciar 

u na palabra levantándola en todas igual 

mente ? Sí se puede; y entonces resul 

tará un agudo. En estos monosílabos, 

el que no te lo dé hagamos una pausa 

en cualquier punto, y figurémonos que 

es una diccion : elqueno, elquenote , el 

(i) Algunos pensarán que los gramáticos modernos no han 

desconocido la naturaleza del acento prosódico, sino que le han 

mal aplicado el nombre: pero puede asegurar que la preocupa 

cion ha sido completa. Generalmente se ha ereido entre noso 

tros que toda sílaba acentuada es larga; y si la delicadeza y el 

respeto me permitiesen producir documentos amistosos, haria 

ver como sugctns de los mas célebres de España se han reído 

de mi como de un visionario maniático por opinar de otra ma 

nera.

í 47 l 

quenotelo, elquenotelode’; siempre la voz 

es aguda, y así aunque nosotros damos 

mas fuerza á la última sílaba de las 

dicciones agudas por el hábito que te 

nemos de hacerlo en las llanas y es 

drújulas , no hay duda que podríamos. 

pronuncinrlas todas de un modo igual, 

y esto es lo que sucede entre los Fran 

ceses, cuyo lenguaje se puede todo di 

vidir en monosílabos sin destruir las 

palabras , como por ejemplo: 

«Ce-pen-dant á Rome ( l ) tout é-tait 

dans la con s-ter-na-tion et dans le trou 

ble. Les Sa-bins, au dé-ses-poir d’a-voir 

per-du Ta-tius, d” a-voir vu e-xi-ler Nu 

ma, n’ o-bé-i-ssaient qu’a-vec hor-reur 

á Ta-ssa-ssin de leur roi. » etc. ; 

y así es que ellos citan muchas veces 

este verso como uno de los suyos mas 

bellos: 

Lc jour nï-st pas plus pur que le font! de mon cuaur. 

lht:nu. P/zédre, acto xv, escena n. 

(t) Ya dije en otra ocasion y ahora repito que esta diccion

( 43 ) 

y sin embargo está compuesto de doce 

monosílabos, cosa que seria insoporta 

ble para nosotros acostumbrados á un 

lenguaje mas músico y variado: y aquí 

se puede ver que el hastío que nos 

causan generalmente sus metros , atri 

buido por muchos al orgullo nacional, 

no es sino la consecuencia natural 

y precisa de su estructura; pues en 

verdad un idioma en el que no choca , 

muy al contrario parece bello un verso 

compuesto de doce monosílabos, debe 

ría ciertamente renunciar á hacer ver 

sos. Pero esto poco nos importa á no 

sotros : bástenos saber que el acento 

prosódico no es cantidad ni entona 

cion, es decir, agudeza ó gravedad , si 

no intension , fuerza de voz. De lo cual 

resulta que tienen razon los que dicen 

que el acento es la sílaba de una pala 

bra en que se levanta la voz, y Dionisio 

Roms, siendo muda su e, equivale á Ilnmm ; y empleando solo 

nn golpe de voz, es un verdadrro monosílaho.

49 > 

de Alicarnaso tambien cuando especi 

fica que el tono de la voz no pasa de 

una 5.a, pero sin que en nada se con 

fundan estas dos cosas , porque la una 

es enteramente independiente de la 

otra; y así es que el acento de una mis 

ma palabra , una vez le harémos en do 

por ejemplo, otras en mi y otras en 

.901; sobre cuyo punto no insistiré 

mos mas, porque seria ya supérfluo 

trabajo. 

Conocida ya la verdadera naturaleza 

del acento , pasarémos á investigar el 

fundamento de sus melodías y diso 

nancias. Cada sílaba ó golpe de voz 

causa en el aire cierto número de vi 

braciones. Representarémos este núme 

ro por 2: cada acento ó golpe mas fuerte 

de voz, no solo dará las suyas? cor 

respondientes y otras tantas , sino 

que hará doblar con su violencia ó 

empuje las otras anteriores. Así pode 

mos decir que 

5

( 5° > 

Una 2.“ da 8 vibraciones. 

Una 3.“ » 12 ide/n. 

Una 4.“ » 16 idem. 



Una 7.a >> 28 idem. 


Si despues de haber pronunciado 

una 2.“ y mientras que sus 8 vibra 

ciones juegan ó dan sus revueltas en 

nuestro oido, se sigue una 4.“ , sus 16 

vibraciones siendo pares vienen á com- , 

binarse perfectamente y jugar con las 

primeras formando la melodía; mas 

si se les sigue una 3.“, sus 12 vibra 

ciones siendo impares con las 8 de 

la 2.“ se chocarán unas contra otras, 

y he aquí la disonancia. Una 3.’ dará 

12 vibraciones y estas se unirán á las 

de otra ú otras 3.“, por lo cual la ter 

cera progresiva hará siempre melodía, 

así como la 2." ó 4.“ Mas como una 4.‘ 

se combina con otra 4." lo mismo que

( 51 ) 

con una 2.“, podemos dividir la melodía 

en tonopar é impar. ¿Como harémos para 

pasar de uno á otro tono? Si despues 

de 2.a 4.a , por ejemplo, ponemos 3.‘ , 

las vibraciones de esta chocarán con 

las de la 4.“, mas si en seguida le aña 

dimos otra 3.“ ; las vibraciones de esta 

última estarán en armonía con las de 

la primera, y así la disonancia quedará 

inmediatamente disimulada por una 

melodía; por cuyo motivo tomando el 

nombre de la música en semejante ca 

so, llamaremos á esa cadencia que sirve 

para mudar de tono unafalsa. Pero se 

debe siempre entender que á esta falsa 

debe seguir una cadencia de su tono, 

pues si se pusiera por ejemplo 2“. 4“. 

3“. y al momento volviendo al tono par 

otra 2a., las vibraciones de la 3“. choca 

rian antes con las de la 4“. y despues con 

las de la 2“. resultando una disonancia. 

El verso de tono par podrá concluir 

en 3“. y al contrario, porque aunque no

( 59 ) 

es entera melodía tampoco llega á ser 

disonancia, mayormente cuando la fal 

sa es una y las melodías muchasISi en 

un verso hubiese dos falsas, ya se halla 

rá en él muy poca fluidez, aunque en 

rigor no se le deba condenar como ente 

ramente malo. Y esto puede observarse 

en los tredecasílabos 13 y 16 de la com 

posicion que se hallará mas adelante 

intitulada El Campo, donde hay una 

melodía y dos disonancias. Así un octo 

sílabo compuesto de 3“. y 4“. será un 

medio entre la melodía y la disonancia; 

y aplicando al lenguaje las denomina 

ciones de la música, podríamos decir 

que hay períodos de palabras consonan 

tes, asaltantes y dzimnantes. Aunque un?! 

3“. puede estar en fin de verso des 

pues de 4“. , haría una completa diso 

nancia si la 4“. fuese 2a.; pues mediafl‘ 

do tan poca distancia , la vibraciones de 

la 3“. no solo chocarian con las de la 

2“. sino tambien con las de la otra C3‘

( 53 ) 

dencia que la antecediere, y lo mismo y 

aun peor sucedería si un verso de tono 

impar acabase en 2“. Por este motivo se 

debe evitar cuando se pase de un tono 

á otro, que se junten 3“. 2“. ó 2a. 3a., 

sino siempre 4“. 3“. ó 3a. 4“. Esto sin 

embargo no impide que se unan 2“. y 

3‘. toda vez que se hallen aisladas. Un 

senario, por ejemplo, compuesto de 

2*’. 3“. será un verso aronante, y esta 

rá en el mismo grado de melodía que 

un octosílabo de 3“. y 4“. Una l“., es 

decir, dos acentos seguidos, será una 

disonancia, porque sus vibraciones se 

chocarán antes de poder hacer juego 

alguno á causa de la proximidad en 

que se hallan. Por la razon contraria 

parecería muy mal en un metro la 5“ 

6“. 7“. y 8“., pues el oido se recrea en 

oír á menudo los acentos que se sos 

tengan y combinen mutuamente; y esto 

puede observarse en las siguientes áspe 

ras palabras : inmortalízarnor, insustan 

5 i

(54) 

cialidad, úgfelícísimarlzente , anticonsm 

tituczbnalmente, donde no es posible. 

atribuir la dureza á las cadencias ante 

riores ó posteriores por hallarse aisla 

das, y sí solo al disgusto que esperi 

menta el oido en escuchar tantas síla 

bas seguidas sin un acento ó elevacion 

de voz. Sin embargo, dos 5.“5 ó 6.“5 se 

guidas y una 6“. entre 2.“5 ó 3.“5 entra 

rán sin dificultad en la prosa mas suave. 

Aunque los monosílabos son golpes 

de voz separados unos de otros por 

una pausa, sin embargo es esta tan im 

perceptible que parecen unirse á la pa 

labra próxima para formar un todo con 

ella. Así estas voces : El temor (le la 

muerte , suenan al oido casi lo mismo 

que si fueran : Eltemor delamuerte. Sin 

embargo, cuando el acento oratorio 

marque pausa despues de un mono 

sílabo, este como ya hemos visto que 

da convertido en agudo. Así en el si 

guiente decasílabo italiano de 3“. 3“. 3’.

( 55 ) 

De Israel es el Dios sacrosanto... 

3.‘ 3.‘ 3.‘ 

el monosílabo Dios ocu a mu bien el - 

Y 

lugar de un acento; mas si dijéramos : 

De Israel el Dios es saerosanto. 

ya el metro quedaría variado, á no ser 

que forzásemos dicho acento oratorio 

diciendo : 

De Israel el Dios és——sacrosanto. 

a,- 3.- a. 

por lo cual prevenimos que el monosí 

labo en medio de oracion puede hacer 

oficio de acento, y que en fin de verso 

lo es precisamente , porque entonces 

no siguiéndole palabra alguna , la pausa 

es indispensable. 

En un verso compuesto de cierto 

número de melodías se interpolarán 

á veces acentos que no son de ley , pero 

estos no estorbarán; pues el que lea el 

verso hará naturalmente mas elevacion 

de voz‘ en los que constituyen el rit-.

( 55 ) 

mo, que en los otros, y bajo este con 

cepto tambien puede entrar en el me 

tro una 1a.; mas se ha de tener cuidado 

que estos acentos inútiles ó de tránsito 

tengan siempre la cantidad breve y 

que el acento oratorio no deba detenerse 

en ellos, sin cuyos requisitos la com 

posicion resultaría muy dura. 

La 5“. y 6“. han sido escluidas de la 

melodía, y algunos lo habrán estrañado, 

siendo así que se impone como ley del 

endecasílabo la acentuacion en la 6“. y 

sin embargo este verso es bello. A esto 

contesto que aunque la 6“. sílaba se 

halla acentuada, no por eso hay en el ' 

verso una 5“. ó 6“.; sino 2“. y 4a., 4“, 

y 2“. ó dos 3.“8 , como mas adelante ob 

servarémoy7 

si al una vez se halla en 

realldad, dísuena precisamente. Véase 

a Garcilaso, cuando dlce : 

De la esterilidad es oprimido. 

6." la.‘ 

Si este pesado verso tiene alguna

57 > 

cadencia, es solo de la 6“. en adelante; 

y la dureza que se ha observado siem 

pre en los eqdecasílabos de esta clase 

ha hecho decir á todos los maestros 

que un verso es tanto mas armonioso 

cuantos mas acentos tiene. Así en este 

OIFO ,5 

El dulce lamentar de dos pastores 

2.’ ll.‘ lt.’ 

hay una 2“. y dos 4.35. Diciendo El la 

mentar dulce de dos -pastores, hay dos 

5.35 ó 4’. y 6‘. , ó si se quiere mas exac 

tamente, 4“. l“. y 5a., infringiendo de 

todos modos las reglas de la melodía; 

lo cual no sucederia si dijésemos ; 

Lamentar dulce dc pastores tiernos 

14.-‘ la.’ 2.‘ 

donde tendríamos dos 4.35 y una 2“. 

Otros estrañarán tambien como ha 

biendo yo sostenido que una sílaba 

aguda puede ser breve , digo ahora que 

el verso acabado en agudo debe tener 

una menos. A esto respondo que gene

(_ 53 ) 

.ralmente se ha creido que un verso en 

final agudo tenia una sílaba menos, 

porque dicho agudo es largo y vale por 

dos; pero esto es un error muy grave: 

de otra manera en este endecasílabo 

Venir, mirar, vencer, todo fue un punto. 

sobrarían tres sílabas. La verdad es 

que el oido mide el verso por el último 

acento, y no por la última sílaba. Veá 

moslo prácticamente. Un decasílabo ita 

liano debe tener todas las 3.“ acentua 

das : 

Mil placeres nos diéron los Díóses. 

3.- 3.- s. 

Si queremos que este verso acabe en 

agudo, para que conserve las tres 3.“ ha 

ha de acortarse de una sílaba : 

Mil placeres nos viénen de Diós. 

3.- 3.- s. 

lo cual no sucedería si deseáramos man 

tener las mismas diez sílabas, pues en 

tonces el acento correria un puesto y

( 59 ) 

ya no habria tres 3.“ sino dos 3.“)! una 

4“. quedando por consiguiente destrui 

da su estructura y cadencia : 

Mil placeres nos vienen del buen Diós. 

3.- 3.- a. 

Un verso acabado en esdrújulo al 

canzará una mas, y así este : 

Mil 

laceres nos dieron los Ntímenes. 

P 

3.- 3.- a. 

aunque tiene once sílabas , es un decasí 

labo que consta ‘de tres 3.“ lo mismo 

que aquel otro : 

Mil placeres nos dieron los Dioses. 

‘ 3.- 3.- a. 

Esto pues nada tiene que ver con la 

cantidad, y es una verdadera regla de 

acento. No comprendo como Moratin 

autoriza al parecer semejante opinion, 

cuando en aquellos versos á Jovino : 

Id en las alas del raudo céfiro, 

Humildes versos , de las floridas 

Vegas que diáfano fecunda el Arlas 

A donde lento mi patrio río, etc. ‘

( 50 ) 

alarga los versos que contienen algun 

esdrújulo, como si este no valiera mas 

que dos sílabas, habiendo logrado sola 

mente sacar una composicion desigual 

y falta en la mayor parte de toda melo 

día. Esta desigualdad hizo sin duda al 

guna creer al Sr. D. José Gomez Her 

mosilla que eran imitacion de algun 

metro griego, y los llamó asclepiadeos. 

Sin embargo, el asclepiadeo mas corto 

consta de doce sílabas; el mas largo 

que tiene Moratin es de once; por con 

siguiente, discordando ya en el número 

de estas, ¿como puede jamás ser ascle 

piadeo? Yo creo que él sabría muy bien 

la prosodia latina; y sino, queriéndola 

imitar, la hubiera estudiado: y es muy 

probable, á pesar de la nota de la edi 

cion de París, que no tuvo aquí otra in 

tencion que alargar los versos que con 

tenían algun esdrújulo, ó bien hacer 

unos decasílabos partidos, así : 

Id en las alas—del raudo céfiro,

( 51 ) 

Humildes versos,——de las floridas 

Vegas que díáfano—fecunda el Arias, 

A donde lento-«mi patrio río, etc. 

Esplicadas las reglas de la melodía, 

pasemos á ponerlas en práctica compo 

niendo versos con ellas, advirtiendo 

que al designar un metro por el núme 

ro de sus sílabas , tomarémos el térmi 

no medio, que es el llano; quiero decir, 

que un decasílabo que conste de tres 

3.” tendrá nueve sílabas si acaba en 

agudo, y once si en esdrújulo. Empe 

zarémos por uno de siete sílabas. Le di 

vidirémos en dos 3." : 

Deliciosa ribera 

3.‘ 3.‘ 

De tan rápido río 

131110. 

Inundada de conchas 

Y de rojo coral, 

Estas ondas ligeras

( 59 ) 

Que tus bordes carcomen 

Y corriendo se alejan 

Dí, no vuelven jamas? etc. 

De ocho sílabas : 3“. y 4“. 

LUNAFUINTI. 

Bella fuente, que sonóra 

3.‘ lt.‘ 

Vas los prados argentando, 

Ten mis lágrimas y aumenta 

Esos límpidos cristales. 

Hácía. el lado donde el alba 

Se levanta, lleva el paso; 

Y ballarás entre naranjos 

La cabaña de mi amante. 

Sus pies besa y tus murmurios 

Mis suspiros le recuerden, etc.

( 53 ) 

De nueve sílabas : 2“. 4’. y 2‘. 

IIIIIÍCI. 

\ 

Al arma, hijos del Cid, al arma! 

2.‘ li.‘ 2.‘ 

Se empuñe el formidable fierro: 

Cerramos al combate pronto 

Y sea la venganza cruel. 

Corazas , carruajes , cascos , 

Caballos , refulgentes lanzas , 

Millares de guerreros bravos 

Oculten á la tierra el sol. 

í 

r 

Tremole la bandera hispana; 

Y tiembla el Sarraceno, tiembla; 

Que Dios nunca abandona al suyo;

( 64 ) 

El triunfo de la cruz será. 

De diez sílabas : 3“. 3“. 3“. 

n‘: I-I-AIITO. 

Por los cóncavos antros del monte 

3.‘ 3.’ 3.‘ 

Una voz dolorida resuena... 

Este es el verdadero decasílabo italia— 

no: cambiemos las tres 3.“ en 2“. 4“.3". 

A UNA SEI-IA. 

Destruye una tormenta la calma, 

2.‘ 11.‘ 3,‘ 

Al sol roba la noche su brillo; 

Y pierde con cl fuego de Julio 

Sus rosas rubicundas Abril. 

¡—¿— 

Tu imá ven solamente 

Corinda 

b 7 J 

Ni sufre alteracion , ni se seca;

( 65 ) 

Del pueblo llevas siempre la palma; 

Tu lumbre no se eclips-a jamás. 

De once sílabas : 2', 4“. 4“. 

u: ruina. 

Mil flores olorosas la mañana... 

2.‘ li.‘ á.‘ 

Este es el endecasílabo que han usa 

do todos nuestros poetas. Pasemos á 

otro. 

De doce sílabas: una 3“. y dos 4.“ 

EPIGBAMA. 

Voy, señores, á contarles un suceso 

3.‘ la.‘ 11.‘ 

El mas grande, mas estraño, mas curioso; 

Que hará fasto en las historias de los siglos; 

Que no ha visto‘ otro jamás el mismo sol. 

Es el caso que una reina encantadora 

6i

( 55 ) 

Por sus gracias, su hermosura, sus riquezas" 

Mas es tarde; ya no habría tiempo ahora; 

Otro día, si quereis , lo contaré. 

De trece sílabas : dos 3.“ una 4’. y 

una 2*‘. 

TRADUCCIÓN LIBRE DE OVIDIO. 

Las modestas víolas rapazuelos tiernos 

3.‘ 3.‘ lt.‘ 2.‘ 

Y doncellas festivas van cogiendo sueltas. 

La semilla brotando de la inculta tierra 

De matices hermosos todo el campo cubre. 

El locuaz pajarillo con parleros cantos 

Embelesa 10s bosques de verdor cubiertos. 

Despuntando la yerba por los corvos sulcos 

Levantó de la tierra su. mullida frente. 

Por los campos va dando libremente vueltas 

Retozon cabritillo de pacer cansado;

x ( 07 wI 

Y los coros alegres con suaves himnos 

De las vírgenes lindas por los cam pos suenan. etc. 

De catorce sílabas : tres 3.“ y una 4“. 

IAMENTOS DE UNA PASTOBA. 

Ni los árboles verdes cubiertos de azahares, 

3.‘ 3.‘ 3.‘ li.‘ 

Ni las limpidas perlas que inundan las praderas, 

Ni estas llores risueñas y cielo despejado 

Aliviar de mi pecho han podido las dolencias. 

Ya remedio no espero del hado desastroso , 

Que en el alma es do tengo la bárbara pelea ; 

Le aborrezco, le adoro; yo misma no me entiendo : 

Pues ¿ qué nguiardo, infelice? preciso es que yo muera. 

Estos ejemplos bastarán , me figuro, 

para hacer ver que con cualquier nú 

mero de sílabas dado se puede hacer 

un verso C‘); y no solamente uno, sino 

(') Ya hace muchos años que Luzan decia:qbe donde se ar 

guyc que el número dc once , de siete, ú de ocho sílabas , haga

( 53 ) 

dos, tres ó mas diferentes. Así este tres 

decasílabo : 

De las vírgenes lindas , por los campos suenan 

a.’ 3.- 11.- 2. 

compuesto de dos 3334“. 

tambien estar dividido en: 

2.a 2.a 4.a 4.a 

3.a 3.a 4.a 2.a 

QD®\_C5U‘_-'—D‘— 2.a 2.a 2.a 4.a 2.a 

2.a 4.a 2.a 45* 

2.a 4.a 2.a 2.a 2.a 

2.“ 2.“ 2.“ 2.“ 4.“ 

4.“ 4.“ 4.“ 

4:‘ 2.“ 2.“ 2.“ 2:‘ 

2.“ 4.’ 4.“ 2.“ 

10 2.“ 2.“ 2.“ 2.“ 2.“ 2.“ 

ll 2.“ 2.“ 4.“ 2.a 2.“ 

12 3.“ 3.“ 2.“ 2.“ 2.“ 

13 2.a 3.a 3.a 4.a Asonnnte. 

y 2“. podía 

armonía , y no pueda igualmente hacerla el número de doce, do 

trece , dc quince, de diez y siete? n Po51101», l. u.

( 69 ) 

14 3.‘ 3:“ 23* 4.’ 

15 4.’ 2.’ 2.“ 4.‘ o 

16 2.a 3.a 3.a 2.a 2.a Amnante. 

17 4.‘ 4.“ 2.“ 2.‘ 

18 4.’ 2.‘ 4.“ 2.‘ 

19 2.‘ 2.“ 2.“ 3.“ 3.’ 

20 2.“ 4.“ 3.“ 3.“ 

21 4.“ 2.“ 3.“ 3.‘ 

‘22 3.‘ 3.’ 3.“ 3.’ 

23 3.“ 2.‘ 4.‘ 3.'Amme. 

sin que careciese de melodía; y esta 

multitud de combinaciones no causará 

admiracion si observamos por un mo 

mento las siguientes que comprende el 

verso endecasílabo : 

4.“ 2.“ 4.“ 

Y crueldad jamás fue mi delito ‘ ‘ 

3 it 3 It 4 ¡I 

(lontemplábalo yo; mas no insensible 

2.“ 2"" 4.a 2.“ 

En llanto , en sangre, y en sudor de esclavos

70 > 

2.’ 4.“ 4.“ 

for estas asperezas se camina 

3.“ 3.“ 2.“ 2.’ 

El acero fatal su ceño umbrio 

2 a 4.“ 2 “ 2.a 

Sabemos ya que sobre todos vaya 

4.“ 2.“ 2.“ 2.“ 

Mas íníicion del año un solo día 

2." 2a 2a 2a 2.“ 

Por otra parte el breve tiempo mio 

2.“ 2.“ 2.“ 4.a 

Al fausto Cielo en júbilo incesante 

Y aun podria tener otras, aunque algu 

nas le variarian enteramente la caden- , 

cia, como por ejemplo, dos 2." ó una 

4“. y dos 3.” 

¡A AURORA. 

Ya de la aurora las tintas risueñas 

11.- 3.- 3. 

Por las campiñas que aljófares bañan , 

, Van alegrando las flores nacientes 

Con la esperanza del próximo sol.

71 > 

Mil avecillas de esmaltes bordadas 

Voleteando por copas frondosas 

A la venida del fiílgido disco. 

Entonan himnos de amor y placer. 

Los pastorcillos con mirtos orlados 

' 

De sus zagalas al cándido cuello 

Van enlazados con nudos de rosas 

Su esclavitud bendiciendo feliz. 

Y yo tambien tal ventura envidiando, 

Embebecido sus danzas contemple , 

A los cantares que esprimen la dicha 

Acompañando mi blando land. 

Así el duodecasílabo compuesto de 

, una 3“. y dos 4.”

72 > 

Voy , señores, á contarles un suceso 

3.‘ It.‘ 11.‘ 

El mas grande , mas estraíïo , mas curioso; 

Que hará fasto en las hístwias de los siglos; 

Que no ha visto otro jamás el mismo sol. 

podria tambien estar dividido en dos 

4.“ y una 3“. 

Blanco al nacer es el jazmín como nieve; 

lt.‘ la.‘ 3.‘ 

De mil esencias los jardines inunda: 

Mas con la noche se aproxima su muerte; 

Dime, Lisandro, ¿no es así la beldad? 

O bien una 2“. y tres 3.“ 

Me muestras á veces elrostro enojado, 

2 .' 3.‘ 5.‘ 3. ‘ 

Mas nunca por eso yo menos te adoro ; 

Que en tí todo encántame y siempre en el cielo 

Las nubes sañudas magníficas son. 

Y se advertirá que unaseombinaciones

73) 

salen mas bellas que otras, y esto no es 

estraño. Con las mismas reglas de ar 

monía y sin que haya nada disonante, 

un músico nos da sueño y otro hace 

erizar sobre la frente los cabellos, nos 

inunda los ojos de lágrimas, ó llena 

nuestra alma de una deliciosa exalla 

cion. 

Si pareciese muy monótona la con 

tinuada serie de una misma cadencia, 

pueden unirse muchos versos que aun 

que iguales en número de sílabas , sean 

diferentes en sus melodías con tal que 

no discuerden enteramente. Así, to 

mando por ejemplo todas las combina 

ciones del tredecasílabo que acaben en 

tono par , arreglarémos la siguiente 

COmPOSICIOH.

(74) 

El’: 

CAMPO. 

(1):. 

9°-! 99"??? 

9. 

IO 

It. 

X2. 

as.13. 

14. 

15. 

as. x6. 

17. 

'18. 

18. 

18. 

A. 

18. 

13. 

7. 

g. 

13. 

Codicicn otros la ciudad, que su bullicio 

Ya por siempre abandono con ligera plants 

Y nunca en ella a’ verme volverán los hombres. 

Del aire jugueton la plácida frescura , 

L1 vista deliciosa de estos campos bellos 

Quiero otra vez gozar; ¿y cuando yo trncara 

Necio jamás la sociedad tempestuósa 

Con los deleites puros de esta vida quieta? 

Aquí la primavera de esmeraldas cubre 

lil suelo en otro tiempo solo rico en nieve; 

La rosa ardiente, el alelí y el casto lirio, 

Y el jazmín odoroso y otras lindas flores 

Despuntan á miles, y llenan los ambientes 

De fragantes aromas dulces y suaves. 

Abrasador estic luego las campiñas 

Dorando entrará : los naranjos junto el rojo 

Ostentarán de su sabroso y hello frnto 

Con el brillante slbor del azahar naciente. 

Luego vendrá el otoño, y los racimus blandos 

Cnronarán las cepas , á las anras dando 

De pámpanos flotantes lánguidos festones. 

El viñador alegre su licor divino 

Estraerá cantando, y los festivos coros 

De pastorcillas y zagalas purpuradas 

Entorno bailarán con algazara y risa. 

En pos el cano invierno inundará de escarcha: 

(4) Estos números se refieren á la pág. 68 donde 

se u-rá que el uno significa 2.‘ 2.‘ á.‘ 11.‘; cl dos 3.‘ 

3.‘ ii.‘ 2.‘ etc.

e 9°?‘ 

uu 

HPI 

Iuay 

799°???‘ “”“".° 

(753 

Mas blancas que ul armiño campos y colina, 

Y los suaves céfiros tan mansos ora 

En cierzos frios tornaránse y aquilones. 

Entonces de la lumbre corrcré al abrigo, 

Y de sus llamas atizando el vario juego, 

Veré contento cabe mí la turba inquieta 

De labradores y de ninfas glanzadoras, 

Y escuchará sus cuentos é inocentes burlas. 

Y cuando el manto estienda la callada noche 

Por los brillantes reinos de la blanca luna, 

A vosotras, ó Musas, entregando el alma , 

En dulces versos la pintura placentera 

Haré de la bonanza que aquí gozo pura; 

E invocaré vuestro favor para que nunca 

De mandar venga el ansia á perturbar mi mente 

Ni á cagar mi razon la sed fatal del oro. 

\ 

Tambien se pueden juntar versos de 

siguales en melodías y en número de sí 

labas: sirva de ejemplo la siguiente oda, 

en la que hay unos de diez y siete síla 

bas de 3“. 3“. 4“. 3°. 3a., tredecasílabos 

de 3“. 3“. 4“. 23., y duodecasílabos de 

3“. 4a. 4a., que con motivo del‘ feliz na 

cimiento de la Sma. infanta l)“. María 

Luisa Fernanda, dediqué yo 

'

( 75 ) 

A LA REINA NTRA. SRA. 

D“ illaria Qïristina h: ¿Borbon (01).. E. fi) 

ona. 

Pur do quiera el aplauso del eañon retumba : 

3.‘ 3.‘ 14.‘ :2.‘ 

Gayas flámulas rizas con el aura juegan : 

Solo gritos de salva se rctornau riendo los ecos : 

S.‘ 3.‘ Ii.‘ 3.‘ 3.‘ 

Ya nació, va proelamaudo todo el pueblo. 

3. ' 11. ' l! . ‘ 

. Dadme el plectro , que el alma de placer fenece; 

Y no puedo resistir dicha tan alta, 

S-ino al rápido viento, con mi gozo, mi cántiro dando. 

Yo tc vi, elara Reina , cuando virgen alma 

En mi patria pusiste la divina luuella, 

Luminosa y esbclta, difundiendo mas lúcido Iampo 

Que el lucero de la Diosa de Amatonte. 

¡"loros rubras la tierra á tu pasar brotaba;

( 77 ) 

Saludábante los bimnos de mil ninfas: 

Y yo un ángel creía sacrosanto mirar del Olimpo. 

¡O cuan casta en el baile se ostentó tu frente 

Apaciblc y hermosa mas que el mismo cielo! 

Recamadas de plata, de coral, de luciente topacin 

llodcábante beldacles sedan-turas; 

Mas Tú perla entre arenas relumbrantes eras, 

0 alba luna , que por cbispas de diamante 

A reinar se presenta derramando su Iimpida lumbre. 

Vese , orladas las sienes de flagrante rosa, 

Por los montes de oriente desoollar la aurora , 

De esmeraldas, aljófarcs, dc jnzmiues y púrpura rica 

Esparciendo sobre el mundo inmensa copia : 

Aves, hombres y plantas su contento muestran; 

Y aun mas cuando de Sirio fulguranw 

Nace ardiente tras ella t‘un mil rayos el fúlgido disco. 

7"

(78) 

Esa aurora eres Tú , y esa naciente estrella 

Astro de oro que al cenit subirán los dioses , 

Creciendo como el dia coronado de rúbico fuego 

Para gloria y esperanza de la España. 

Diera Jove á sus ninfas de Amaltca el lauro ; 

Y á nosotros mas benéfico una Reina, 

Do cien príncipes nazcan que adoremos con férvído pecho. 

¡0 bijas saeras del Sol, vuestro favor me ayude. 

Celebrad desde el Píndo una‘tan fausta nueva ; 

Repitan del Empíreo tal ventura las bóvedas altas. 

Y Tú , augusto soberana , mis deseos, 

Estos metros tan solo para tí ereados 

Y jamás oídos antes en la tierra, 

De perdon á lo menos ruego sirvan al rustico canto. 

Igualmente puede sacar partido el 

versificador de los llanos , esdrújulos y 

a Sa’ udos. Véanselas siS 

uí-entcs estancias,

( 79 ) _ 

donde hay tredecasílabos llanos de 2’. 

4“. 3“. 3a., eptasílabos esdrújulos de 2". 

2“. 2a., y agudos de 2“. 2“. 2*‘. ó 2“. 4“. 

AI MAIL 

Ligero y tumultuoso tus ondas agitas , 

2.‘ 11.‘ 3.‘ 3.‘ 

0 mar, cuando bonanza mas firme prometen: 

Así en sus vueltas rápida 

2.‘ 2.‘ 2.‘ 

Fortuna siempre fue. 

2.‘ 2.‘ 2.’ 

Una ola se apacigua , y ya la otra mas alh 

Cual monte se levanta hramamlo furiosa : 

Así en la vida túrbida 

Los días siempre son. 

¡Ay cuantos impelidos de una ansia funesta 

Su tumba han encontrado en tu mans: corriente! 

Tambien engañas pérfido 

Así , mundo fulaz. 

Cual plata sosegadu brillante lucieru ,

Mas la ira de los vientos perturba tu frente : 

Así pasiones bárbaras 

Mc baten siempre a Iuí. 

Y aquí se ha de repetir para las odas 

lo que se advirtió acerca de la melodía 

particular de cada metro, es decir, que 

la belleza de estas combinaciones de 

ritmos distintos estará en razon del 

níayor ó menor gusto del versificador. 

La melodía ó disonancia del acento, 

reduciendo la cuestion á una proposi 

cion general, consiste en que las vibra— 

ciones que estos causan en el aire y por 

las cuales se trasmite hasta nosotros 

el sonido, estén ó dejen de estar en ar 

monía. lnsiguiendo los mismos princi 

pios, una disonancia puede entrar en 

un verso, cortándola ¡por una pausa. 

Esto se funda en que durante la espera , 

el oido queda libre de toda vibracion,

C 3‘ ) 

y por consiguiente, la parte restante 

que hiere nuevamente el oido puede 

hacer melodía uniéndose á otro acento 

acorde con ella. Una reunion , por ejem 

plo, de 4“. 2“. 5a. 2“. puede formar ver 

so , cortando la 5“. por su primera sí 

laba, de lo cual resultará 4“. 2“. pausa, 

4“. 2*‘. Tambien pudiera cortarse por la 

segunda sílaba, reemplazando la 2“. in 

mediata por 3*‘. y tendríamos 4". 2“. 

pausa, 3“. . a. La verdad de esta teoría 

puede verse comprobada en la oda si 

guiente, en la cual los tres primeros 

versos de cada estancia contienen 2“. 

2“. 5“. 2“, aunque en realidad solo 

suenan 2“. 2“. 4“. 2“.

(39) 

31 En’. D. félit ïorrts Simat, 

TRADUCTOR m: LA SANTA 311mm, 

SOCIO DE LA llAl. ACADÏA BSPAÏOLL, ETC. 

Oba. 

¡O suerte triste—-la del mortal inerte 

2.‘ 2.‘ 5.’ 2.‘ 

Que sl mundo llega ——-de desventuras lleno 

Sin alta guia—que le conduzca y sirva 

De benéfico amigo en tau oscuro val! 

3.‘ 3.‘ 1.‘ 2.‘ 

La piedra , el viento-«le la temprana frun 

Mil veces deja—las esperanzas muertas; 

El hombre es planta—que débilmente sube: 

La horfandad y desdielms sus borrascas son. 

‘Y ué si el venio—la fantasía enciende , 

f. ‘l , l: 

Y error funesto—su corazon abriga?

( 33 > 

Quizás la cbispa—que como sol brillara , 

Un incendio ocasiona desastroso en vez. 

¿Pudiera acaso—del horizonte alguno 

Tocar la raya P-En su lugar el trueno, 

El rayo ardiente,—la tempestad soberbio 

Y la muerte encontrara en el profundo mar. 

Así nosotros-felicidad buscando 

Seguimos nceios—una ilusion lalacc 

Por entre niebla-q precipicios hondo! 

Hasta hundir en la tumba la ambicion y error. 

Delicia blanda-Ja religiou procura 

Y amor al hombre-y caridad fraterna: 

La dicha solo —-con la virtud se alcanza -. 

Basta un pecho tranquilo para ser feliz.

í 

84 l 

Escucho á veces-qm de tu labio bibleo , 

0 sabio prócer ,—una verdad tan dulce; 

En ti contemplo—mi paraninfo santo: 

En ti llueva sin fin sus bendiciones Dios. 

Tambien puede la pausa cortar la 

disonancia de 6a., como sucede en las 

siguientes estrofas , el 3.“ verso de las 

cuales se compone de 2“. 2*‘. 6“. y 2“. 

. A CITIREA. 

0 diva madre, que cu el Guido imperas, 

11.‘ li.’ 2.‘ 

Potente Diosa, —que mil amores cercan , 

2.‘ 2. ' 5.‘ 2.‘ 

Exaude pIa'cida—-mi fervoroso ruego, 

2.‘ 2.‘ 6.‘ 2.’ 

Cándida Cíprís. 

lt. ' 

No de una ingrata el vano amor reelamo, 

Que ya no anhele—-para mi sien el mirto. 

Ay! otros búsquenlo—que, como yo, no sufran 

Tanta desdicha.

ss > 

La aguda flecha , que elavada tengo 

Aquí en el pecho , —-con el dolor mas erudo 

Tan solo arráncamc: —-consoladora Reina , 

Déjame libre. 

De miel y leche tus altares luego 

Y frescas rosns—inundará mi mano; 

Y en gratos cánticos — ensalzará mi lira, 

Diosa , tu nombre. 

Igualmente puede cortar la disonan 

cia de 4“. 62“. entre 3.“ ,ó de 3“. entre 

4.35 y 2.‘“ de esta manera : 

¿Qué haré corazon?——la bárbara mc huye. 

2. ' 3. ' 2. ‘ 3. ‘ 

¿ Correr á sus píesïh-riérase luego. 

¿ vengar mi baldoni’—al pérfido estimo. 

Morir si, morir : —hoy véame el Cielo. 

Antes de pasar adelante dirémos una 

palabra sobre las pausas. Un verso mas 

8

( 36 ) 

largo de trece ó catorce sílabas exige 

por si mismo una detencion. En el exá 

metro se observa despues de la 6“. ó 7“. 

de esta manera : 

Titire tu patule-recubans sub tegmine fagi. 

Así estos tienen mas cadencia del 

modo siguiente : 

Qualis apes aestate ——nova per florea rura 

Exercet sub-sole -labor cum gentis adultos , 

que si se leyeran haciendo la pausa en 

donde ‘la marca el acento oratorio : 

Qualis apes,—aestate nova per florea rura 

Exercet sub sole labor,—cum gentis adultos: 

y sobre esto véase á F. Quintiliano. C’) 

Vamos á otro punto. Hay versos que se 

fundan en una pausa, y esto no se de 

be condenar, porque las pausas pue 

den dar mucha belleza y variedad á la 

(“) lnstitutiones lll]. xl , De pronuntiationc.

87 > 

versificacion, del mismo modo que su 

cede en la músicaMas estas pausas, que 

podemos llamar forzadas, deben mar 

carse en el escrito porque de otra ma 

nera uno que no sepa hacer versos ó 

que no esté muy versado en ellos pasa 

rá adelante sin advertirla , el metro pa 

recerá cuando mas un trozo de prosa, y 

la idea del autor quedará frustrada. Sir 

van de ejemplo estos escelentes deca 

sílabos que hace poco aparecieron en 

nuestro Parnaso: 

De conglobadas nicblas circúndase 

11.- 2.- 5. 

Y cual guerrero en tienda bélica 

0.- 3.- 2. 

En golfos de agua túrbida escóndense... 

2.- 2.- 2.- 3. 

Esto leido sin detencion parece muy’ 

disonante-7 sin embar o 

7 

su sabio autor 

destinaba seguramente una pausa des 

pues de la 5“. sílaba, dividiendo el ver 

so en dos hemistiquios: sino fuera así, 

hubiera combinado otras cadencias, 

por ejemplo la de tres 33'

De espesísimas nieblas circúndase 

3.‘ 3.‘ 3.‘ 

Y cual fuerte en su tienda recóndito. 

3.’ 3.‘ S.‘ 

De agua túrbida en gtIlfus escóndense 

3.‘ 3.‘ 3.‘ 

El y su luz. 

¡L ' 

Pero teniendo tal intencion hubiera 

sido mejor que hubiese marcado las 

pausas así : 

De conglobadas—níehlas circiindase 

Y cual guerrero —en tienda bélica 

En golfos de agua-túrbida escóndense 

El y su luz. 

Igual observacion hizo Luzan y tam 

bien Venini diciendo que estos versos 

solo tienen un sonido no desagradable 

divididos en dos pentasílabos, de este 

modo: 

Eceo che 'l cielo/ la terra impregna 

Che liori , e frondi l concepe e figlia, cte. 

(') Disscrtazione su Varmonia musicale e poctica, pag. l54.

89,) 

Así esto no es invencion mia. Los 

Arabes lo practicaron, como se puede 

advertir en los siguientes versos tradu 

cidos por D. José Antonio Conde : 

Cuando yo de mi jardin—-te envio las rosas bellas, 

Lo estraña la gente y dice—con admiracion de verlas: 

Feliz se apresura el año ,—llor temprana el año lleva; 

O es que el tiempo de Almanzor——«zs perpetua primavera. 

y tambien los poetas provenzales ó le 

mosines en el endecasílabo que usaron 

(padre, si se le puede dar este nombre, 

del italiano), y que consistia en unapau 

sa despues de la 4“. sílaba que siempre 

era aguda. Véase esta octava de mi có 

lcbre compatriota Ausias March : 

Sens lo desig / de cosa deshonesta 

DI. hon ue dolor Iatot enamorat 

Visch dolorit / desijant ser amat 

E par ho bc [que no us vul deshoncsta. 

(jo que pus am I de vos , es vcstrc sony 

8A-

( 9° ) 

É los estatsj de vostra vida casta , 

Molt no demant [car mon desig no hasta 

Sinó en (¡.o / que hunestctat ateny. 

Dc amor Canto xrux 

lmpresion de Valladolid, año 1555. 

Y en esto pensaban muy bien , porque 

¿quien hubiera ya hecho en la 4“. síla 

ba una pausa á no estar señalada, ma 

yormente cuando se opone al acento 

oratorio como en el quinto : 

Qo que pus am [de vos, es vostra sony 

Lo que amo [de vos, es vuestro entendimiento. 

en cuyo caso si resultaba alguna melo 

día no seria ciertamente la que queria 

el autor. Tambien he visto el uso de esa 

misma línea de division en algunas 

poesías italianas de nuestros dias; y fi 

nalmente, creo que es preciso irían-car 

en el escrito todas aquellas pausas forza 

das, quiero decir, que no salgan natu 

ralmente , que no las exija el acento

( 91 ) 

oratorio ó el oido, que no las advierta 

y practique cualquiera que nunca haya 

leido versos la primera vez de hacerlo, 

como sucede en el exámetro. 

Las leyes de la melodía lo mismo se, 

observan en el verso que en la prosa. 

Estas palabras: Los teatros, francés, 

inglés, italiano, suenan bien al oido , 

porque encierran dos 3“ una 2“ y una 

4“. (reglas l“. y 6“.). Si dijésemos: Los 

teatros, italiano, _fi'ancre’s, inglés, diso 

narian , porque á mas de contener una 

5“. acabarian en 3“. 2“. (regla 61.). Ita 

liano, finncés, inglés, es áspero por 

que se compone de 4“. 3“. y (reglas 

7“. y 6a.). Italiano, fiïmcés, alemán, 

es suave porque hay en su lugar 4“. 3“. 

3“. (regla 7) : y italiano, francésy el 

aleman, se vuelve otra vez disonanle 

por comprender 4“. 3“. 4“. (regla 9“). 

Sin embargo, ya dijimos anteriormente 

que fuera del ritmo se podia usar de 

dosá.” ó 6*“ seguidas, ó bien de una

( 93 ) 

6“. entre 2.“ ó 3.“, y en la prosa lo mis 

mo que en el verso debe atenderse á las 

pausas; es decir, que estas nunca des 

truyan una melodía, porque de ello se 

originaria una disonancia, sino que al 

contrario siempre corten disonancias 

para crear melodías. 

En mi tratado sobre la cantidad com 

paré el verso á una música en que los 

acentos se tomasen por las notas, la 

cantidad por el valor de ellas, ylos pies 

por los compases. Hay música que solo 

tiene valoró cantidad, como es la de las 

castañuelas, pandero, campana, ó tam 

bor; la hay que solo tiene acento ó no 

tas, como es la que naturalmente hace el 

hombre, el ruiseñoró mii-lo; la hay que 

reune ambas cosas, como la de una 

Cantata cualquiera compuesta para la 

flauta ó la voz; y últimamente, la hay 

que sobre la melodía y cantidad, reu 

ne laarmonía propiamente dicha , como 

es la del fuerte piano, arpa, ó la de la

93 > 

union cualquiera de dos voces ó instru 

mentos. De esta última clase no puede 

haber versos, porque es imposible pro 

nunciar ni percibir á un tiempo dos 

palabras; pero si se encuentran de sola 

cantidad, como son casi todos los de la 

poesía griega; de solo acento , como son 

el decasílabo y el endecasílabo italiano 

etc.; no cabiendo ninguna duda en 

que pueden arreglarse otros que abra 

cen ambas cosas; y aventajando tanto 

la música de una flauta ó de una ária á 

la de un tambor ó un canario: ¿cuanto 

mas bello no será un metro fundado en 

la cantidad y el acento, que otro cuya 

base sea únicamente una de estas co 

sas? Vamos pues á arreglar uno de esta 

clase. Harémos que conste de 17 síla 

bas. Con este número de sílabas debe 

rá tener una pausa, La colocarémos 

despues de la 7“. poniendo allí una di 

sonancia á fin de que no destruya una 

melodía, y así le dividirémos en 3“. 3“.

94 > 

4“. 3“. 3“. Las dos primeras 3." se po 

drán reemplazar por 2“. 2“. 2a., 2“. 4“, 

ó 4“. 2“.; las otras tres por 2“. 4“. 3“. , 

de este modo : 

' 

3a 3a 43 3a 3?! 

Galopandn pasaba con el casco de fierro lucientu 

33 3a 33. 4B. 33 

Galopando pasaba de fierro con el casco luciente 

2*‘. 2“. 2“. 3“. 4“. 3'“. 

Pase veloz cual rayo de fierro con el casco lucientc 

2*‘. 2“. 2“. 4“. 3“. 3“. 

Pasé veloz cual rayo con el casco de fierro luciente 

2“. 4“. 3“. 4“. 3“. 

Pasaba galopando de fierro con el casco lucientc 

2a 4K! 4a 3a 3a 

Pasaba galopando con el casco de fierro lucientc 

¡‘a 23 321 4a 3a 

llesplaudeciente vine de fierro con el casco luciente 

4“. 2“. 4“. 3“. 3“. 

Resplandeciente vine con el casco de fierro luciento 

Si la pausa cayere despues de un 

agudo debe tener una sílaba menos

(95) 

antes de ella; si esdrújulo una mas; 

así este : 

Galopando pasaba con el casco de fierro luciente 

compuesto de 3“. 3“. 4“. 3*‘. 3“. , podia 

estar dividido en 

3". 3“. 3“. 3“. 3“. 

Galopando pase’ con el casco de fierro luniente. 

ó en 3“. 3“. 5a. 3“. 3a. 

Galopando pasábamos con el casco de fierro lnciente. 

La libertad que hay en el verso exá 

metro hasta el 5°. pie de poner dáctilos 

ó espondeos demuestra que estas me 

didas solo sirven para equilibrar su 

cantidad total y no para el contraste 

particular, pues ¿cual es el que puede 

resultar de ocho largas seguidas? Así 

nosotros con el mismo fin dividirá 

mos el heróico de este modo : seis co 

reos ó sus equivalentes, es decir, que 

entre todos formen diez y ocho tiem 

pos; dáctilo y espondeo. De esta mane

( 96 ) 

ra cada verso tendrá constantemente 

veinte y seis tiempos, dos mas que el 

exámetro, al que ganará sin duda algu 

na por las muchas melodías que contie 

ne, suficientes ellas solas para consti 

tuirle un bellísimo metro. Pero otra es 

aun la ventaja que le lleva. El exá 

metro no tiene mas recurso para de 

mostrar un movimiento de velocidad 

ó pesadez que cargar de dáctilos ó es 

pondeos ó acabar en dos de estos últi 

mos : lo cual no deja por eso de formar 

mas ni menos de veinte y cuatro tiem 

pos. Nosotros tenemos un medio mas 

cierto y real de hacer ligero ó pesa 

do un heróico abreviando ó alargando 

parte de sus sílabas ó todas ellas si ue 

cesario fuese. Así este : 

ó amigo querido. comcremos unidos alegres. 

3.‘ 3.‘ Ji.‘ 3.‘ 3.“ 

consta de diez y siete tiempos; y este 

otro :

97 > 

Hoscas sombras se estienden por los campos que escuchan mis ansias 

3.- 3.- 11.- 3.- a. 

de treinta y cuatro, sin que por eso de, 

jen de tener los dos 3“. 3a. 4°,‘. 3“. 3“. ; y 

sea por consiguiente el mismo metro 

que antes. El heróico español, reunien 

do de esta manera la pausa, la cantidad 

y el acento, no presenta gran dificultad; 

y menos si se compara con la continua 

cadena del consonante á que siempre 

se han snjetado todos nuestros poe 

tas. La pausa queda formada por si 

sola: el acento contando con las pausas 

esdrújulas y agudas , puede estar com 

binado de todos estos modos : 

l . . . . . . . . 2“. 2“. 2“. 3“. 4“. 3". 

2. . . . . . . . 2“. 2“. 2“. 2“. 4“. 3“. 

3. . . . . . . . 2“. 2“. 2“. 4“. 4“. 3“. 

4. . . . . . . . 2“. 2“. 2“. 4“. 3“. 3“. 

5 . . . . . . . . 2“. 2“. 2“. 3“. 3“. 3“. 

6. . . . . . . . 2“. 2“. 2*‘. 5“. 3“. 3". 

9

7 . . . . . . . . 2“. 4“. 3“. 4". 3“. 

8 . 

9 . 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

. 

2“. 

2“. 

4“. 

4a. 

2“. 

4“. 

4“. 

4*‘. 

3*‘. 

3“. 

10 . . . . . . . . 2“. 4-“. 4“. 3“. 3“. 

11 . . . . . . . . 2*‘. 4“. 3“. 3“. 3“. 

12 . . . . . . . . 2“. 4“. 5*’. 3“. 3“. 

13... . 

14 . . . . 

.». 

. . 

. 

.a 

. 

. 

3“. 

3“. 

3“. 

3*‘. 

3“. 

2“. 

4“. 3*‘. 

3’. 

15 . . . . . . . . 3“. 3“. 4*‘. 4“. 3“. 

16 . . . . . . . . 3a. 3*‘. 4“. 3“. 3“. 

17 . . . . . . . . 3“. 3“. 3“. 3“. 3“. 

18 . . . . . . . . 3“. 3“. 5“. 3“. 3“. 

19 . . . . . . . . 4". 2“. 3*‘. 4“. 3’. 

20 . . . . . . . . 4“. 2“. 2“. 4“. 3’. 

21 . . . . . . . . 4“. 2‘. 4“. 4“. 3“. 

22 . . . . . . . . 4“. 2“. 4*‘. 3“. 3*‘. 

23 . . . . . . . . 4“. 2*‘. 3*‘. 3“. 3“. 

24 . . . . . . . . 4". 2“. 5“. 3“. 3“. 

y la cantidad en las doce primeras síla 

bas puede componerse de

( 99 ) 

Como, Con-o , Coreo , Coreo , Corea , Cowco. 

Yamho, Yambo , Yambo , Yambo , Yamho , Yambo. 

Espond. Espond. Eipond. Pin-iq. Pirriq. Pirriq. 

EEERRGYeCC 

EREERGvLvhQ 

ERREEQXXX 

RRREEVLQYV... 

RERREYCQVL 

REERRYCGG 

mrvunnannna 

aycyannmnan 

cayonnnmnna 

aaamnannana 

VLCJLGRERRREE 

YICYEREEERR

nmrïiyay 

EVÏLYXCVLY. 

\/RY._ rrorrr. 

m 

al. 

(nrrcrrrr 

nrcvrrro 

RQYYIVLIG 

rrïccroorrnn 

VLYCCÏYÏCVMYRE 

YGQVLvLCCCVLCC 

CGYHVLVLVLCCVLCVLC 

QvLvLvLvLvLvhRRRRE 

IYIYQQQEEEER 

l. 

e 

y á esta multitud de combinaciones 

puede aun añadirse la proporcion de- 

m 

e 

0 .

( 101 ) 

hacer largas ó breves las sílabas indife 

rentes. Si la pausa cayere despues de 

un agudo, los pies anteriores al dáctilo 

deberán ser cuatro coreos y un moloso; 

ysi despues de un BSdPÚjLIlO, cinco co 

reos y un tribráquio ó sus equivalen 

tes; es decir, que el heróico puede 

constar de diez y seis, diez y siete ó diez , 

y ocho sílabas, sin que sus melodías 

dejen de ser las mismas y sus tiempos 

precisamente veinte y seis. 

Vo ues á oner un e'em J lo de es 

te metro 

7 

revmiendo a cuantos d: an 

que tales versos son demasiado largos, 

, que son contrarios al genio. de la len 

gua, y otras cosas semejantes , que 

estas objeciones bien analizadas son 

alabras vacías de sentido' 

7 

or ue es 

bien difícil demostrar c ue no , es del {vs Tc 

n1o de una lengua una cosa que real y 

prácticamente se hace con ella. Lo que 

sí demostrarán, que es nuevo, y tal vez 

que para su oido no suenan al pronto

( 102 ) 

del mejor modo del mundo. Pero con 

esto no Probarán que sean malos, pues 

todos los días nos sucede oir con poco 

agrado y quizás con impaciencia trozos 

de música y aun operas enteras que 

despues de algunas veces repetidas ha 

cen nuestras delicias; y sobre todo 

les suplico recuerden las sátiras y de 

nuestos de que se vieron abrumados 

por sus contemporáneos Boscan y Gar 

cilaso cuando quisieron introducir el 

bellísimo verso endecasílabo, que tan 

completamente ha triunfado despues 

de sus necias críticas. No se entienda 

por esto que yo tenga la ridícula pre , 

‘suncion de creer mis teorías ciertas e 

infalibles : quiero decir tan solo que 

para desecharlas es preciso destruir sus 

principios y dar las razones.

(103) 

- fragmento épico. 

Lléno ésta dé zárzalés i péñáscós él tetricó suelo; 

3'. 3’. A‘. 3' 3'. 

im hóndó precipïció por ün lado ámédréntïi la vistá; 

2 '. l: '. A‘. 3 '. 3 '. 

por ótro hásta lás nühés sñbérbió sühe ún horridó mónté; 

2 '. ú '. 3 '. 11‘. 3 '. 

délánte, él océano sa grave majestád representá; 

2'. A‘. 3‘. lt‘. 3'. 

i por detrás, muy cérca , dél castillo de áinza desiérto 

11‘. 2 ". 1L‘. 3'. 3'. 

éntré negrás rüínás los miirós sé levántan ágéstés. 

3'. g 3‘. 3'. 11'. 3‘. 

en este sitio horrible espera el impaciente Lisandro 

a su altivo rival. Presenta fieramente la noche 

la tempestad mas negra : ni la luna fulgente su carro 

pasea por los aires , ni hay estrella que esplenda hrillantc : 

solo con hoscas sombras sc rc orlada del cielo la frente. 

los notos mugidores embisten por los antros y silvan. 

y en los lóbregxis nidos á las tigres despiertan atroces,‘ 

que el fragor de sus choques rcdoblau rehramandn furionau. 

una serie espantosa retumba por el cielo de truenos, 

y cl mar hondisonantc como montes levanta las ondas.

(104) 

run! rápida: hogueras sin cesar mil relámpagos arden 

' 

y á los ojos ofrecen del humano y valiente Lisandro 

una escena imprevista que moviera al Inasbarharo pecho. 

vc un mísero navío do en vano por huir de la muerte 

unos hombres reluehan z se resiste ya el lánguido brazo 

al trabajo penoso : del todo se inundó la cubierta: 

rotas velas y palos, débil tabla, del piélago juego , 

á tantas ya tragadas vas á unir otra víctima triste. 

ah! ¿porquc, elama el héroe, desdichados, al mar tremebundo 

fiastcis vuestra vida? ¿No os brindaba fecunda lu tierra 

alguna dulce frnta, decid, alguna [impida fuenteL“. 

mas ay! que un caballero cubierto todo el cuerpo con armas 

mas negras que la noche, con audaz ademan sc prrsenta 

las tétricas ideas viniendo á distraer de Lisandro. 

«ya por fin , loco jóven, grita el rústico Conde del Hellín, 

«lograste tus deseos; á medir con mi lanza tu lanza 

n vas en este momento; mas no creas despues que te puedan 

«ni rut-gos, ni gemidos, ni Izígrimns librar dela muerte. n

(105) 

cae un rayo encendido dentro uu hondo volcnn , y de luego 

amagando á los dioses rauda nube voraz se levanta : 

tal fue la voz del Conde para el pecho del almo Lisandro. 

aio’ ltlatilde, ltlatilde,......» la rabia del baldon el aliento 

le embarga : llora de ira : furioso al insolente se lanza 

y de modo le embiste que un Goliat en el suelo pusiera. 

mas así como suele tal vez acometer furibuuda 

una ola embravrrida contra el muro de torre potente 

que con fragor se estrella nubes altas saltando de cbispas; 

así contra el escudo viene á dar el amarme furioso 

del Conde inalterable. Llena el aire su cuerpo de lumbre 

con el choque tremendo de las armas de fierro luciente , 

y vuelan esparcidas las plumas de su fúlgido casco. 

el Conde se sonríe : le dispara con fuerza su lanza 

de modo que Matilde parece va á quedar sin amante. 

mas del escudo elávasc en el cuádruplo ¡cuero la punta 

y las planchas de acero le impiden penetrar adelante. 

forcejca el guerrero; mus en vano : cual viento que corre

(106) 

y encuentra una montaña y henderla no pudiendo se parte 

y pasa por los lados; así dos trozos hecho su fierro 

salta lejos del héroe; ventaja este no quiere; la lanza 

arroja generoso ; la espada solo [impida presto 

centellea en sus manos; con ella á su rival amenaza ; 

con ella a nueva pugna vnleroso se apresta Lisandro. 

no cmperu la soberbia émpuñar deja nl bárbaro Conde 

su terrílico acero : los labios de despecho sc muerde; 

sobre el se precipita , y le ase por el cuerpo furioso. 

opreso el blonda jóven , con fuerza revolviendo su brazo, 

quiere herirle; es inútil; solo logra dar golpes al aire. 

él entanto le bruma, le rompe contra el pecho las armas , 

y alcanza sin remedio casi, casi por fin ahogar-le. 

I 

mas ¡oh Cielos! un rayo estallantlo con un hórrido trueno 

cae á kus piel : abrasa, inunda un mar inmenso de lumbre 

las pupilas de entrambos : asidus ficramenle se tienen 

yuoscveounoiotro.....................

( 107 ) 

En un período de diez y siete sílabas 

como el verso antecedente , aun hacien 

do la pausa despues de la séptima, pue 

den estar distribuidos los acentos de 

un mododi sonante : 

¿ Porqué , erueles memorias , perseguirmc tan sin piedad siempre? 

2.- 4.- 3.- 11.- 5.- 4. 

¿Quien puede sufrir tan ríspidas pa 

labras? Y obsérvese cuanto esmero he 

puesto en embellecer-las, pues ni hay re 

peticiones de una misma letra, ni con 

currencia de voces iguales en número 

de sílabas, ni de monosílabos, ni de es 

drújulos, llanos ó agudos, ni de aso 

nantes ó consonantes, ni contienen una 

sola sinalefa, ni una sola cacofonía, ni 

una diccion que pase de tres sílabas, ni 

nada en fin que pueda comunicarles as 

pereza, como no sea la desentonacion 

de los acentos. Véase cuanto mas duro 

resulta el período por solo la concur 

rencia de la s en las últimas voces :

( 108 ) 

¿ l’urgué , crueles memorias , seguirmc tan sin compasion siempre? 

¡Qué seria si le añadiésemos sinale 

lits, asonancias, cacofonías y todo lo 

demas que puede contribuir á hacerlas 

mas insufribles, las cuales cosas han 

entrado muchas veces en nuestro fran‘ 

¡nento ("pico y no han lastimado el oido 

porque sus acentos observan constan 

temente las reglas musicales de la me— 

lodíal 

Pero, ¿qué hemos adelantado con este 

metro mientras que no se establezcan 

unas reglas generales que marquen la 

relacion de la cantidad con el acento? 

¿De que medios nos valdrémos para 

reunir las dos partes en este tredecasí 

labo por ejemplo : 

¡O bijas sacras del Sol! vuestro favor me ayude. 

La primera idea (¡ue ocurre, es ha 

cer largos todos los acentos y breves 

las demas sílabas : lo uno, porque 

consistiendo la cadencia de este verso 

en los acentos , estos tanto mas se

( 109 ) 

marcarán cuanto mas largos sean; lo 

segundo porque habrá contraste de 

largas y breves, única base del metro 

griego; y tercero porque estando la 

melodía del acento en razon á las síla 

bas intermedias, siendo estos todos 

iguales la distancia será muy exacta, y 

por consiguiente la melodía mas per 

ceptible y verdadera. Sin embargo, yo 

no me atrevería á sentar estas conjetu 

ras como principios. Tal vez seria mas 

conveniente cargar las priineras síla 

bas de largas, como sucede en el sáfico 

griego, para caer despues con mas ra 

pidez sobre las últimas. Este conoci 

miento debe ser el fruto de reiterados 

ensayos, profundas investigaciones , y 

de consultas hechas á sabios músicos y 

poetas , tanto nacionales como estranje 

ros. Tales diligencias, no obstante, son 

muy posibles de practicar, y despues 

«le ellas se dcberia escribir una preso 

10

( 110 ) 

dia castellana cuyo plan en compen 

dio fuese el siguiente: 

¡protege 

Utilidad de la prosodia, su aplica 

cion á todos los ramos de la literatu 

ra, etc. 

Su uso, etc. 

n: LA rausa. 

nn ¡A CANTIDAD. 

Reglas para medir todas las síla 

bas, etc. 

DEI. ACENTO. 

Reglas para acentuar las palabras 

castellanas , reglas de la melodía, etc.

g 111 ) 

DE ¡A VIBSIPIOACION. 

Origen del Verso‘, su historia hasta 

nuestros días, etc. 

731180 ¡‘UNDLDO ¡N LA CANTIDAD. 

Pies métricos, exámetro, pentáme 

tro, sáfico, etc. 

VERSO ¡‘UNDAIDO EN El’. 

Octosílabo, decasílabo, 

bo, etc. 

ACENTO. 

endecasíla 

IIELACION DE LA PAUSA, CANTIDAD 

Y ¿CIENTO ENTRE SI. 

Medio de embellecer lo uno con lo 

otro, etc. 

DE LAS COMPOSICIONES POETICAS , 

CONSONANTE Y ASONANTE. 

DEI: 

Elegias, sonetos, (lécimas, odas , 

epigramas, etc.

( 112 ) 

Yo creo que cuando la obra cuyo es 

bozo acabo de trazar se haya escrito 

con toda la exactitud de que es suscep 

tible, creo repito, que entonces habré 

mos dado pasos de gigante hácia la ci 

ma del Parnaso: cada autor inveutará 

el metro que mas acomode al genio de 

sus composiciones, y la poesía caste 

llana se verá elevada á un sublime 

grado de belleza y perfeccion, que 

nunca conocieron los pueblos mas sa 

bios v esclarecidos de la tierra. 

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B‘b‘io‘en-u 

de Cata‘unya 

Generalitat de Catalunya 

Depar‘amam de Cu‘tura

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