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Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe

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<strong>edUTecNe</strong><br />

1- ACERCA DEL LENGUAJE<br />

I -LENGUAJE VULGAR:<br />

PRESUPUESTO DE LA INTERPRETACIÓN<br />

DEL DERECHO POSITIVO<br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

A la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo<br />

Al Círculo de Poetas Lunfardos de Buenos Aires<br />

A la Academia Nacional <strong>del</strong> Tango<br />

A la Universidad <strong>del</strong> Tango de Buenos Aires<br />

Para contribuir -aunque sea desde un punto de vista parcial- a refutar los argumentos sostenidos<br />

por quienes repudian al lenguaje popular -como aquel escritor que se dirigió al señor Alcalde Mayor<br />

de la ciudad de Buenos Aires, no al Intendente, para solicitarle la destrucción de los carteles<br />

comerciales cuyos textos no estaban redactados en perfecto castellano, y a quien Hipólito Yrigoyen<br />

no contestó sus peticiones aunque Saenz Peña casi firma un decreto al respecto, en base<br />

a las razones que el hombre <strong>del</strong> caso expusiera-, he anotado algunas referencias que tienden<br />

a demostrar que mucho importa el lenguaje vulgar para los ámbitos jurisdiccionales, puesto que<br />

constituye en algunos casos un presupuesto de la interpretación judicial. Solamente haré algunas<br />

referencias doctrinarias y mencionaré algunos antecedentes básicos desde el punto de vista de<br />

nuestro derecho positivo, a saber:<br />

a) JURISPRUDENCIA<br />

1) La Corte Suprema ha decidido que ¨la primera fuente de interpretación de la ley es su letra y<br />

las palabras deben entenderse empleadas en su verdadero sentido, en el que tiene en la vida<br />

corriente¨ (Enrique J. Piccardo v. Caja de Jubilaciones de la Marina Mercante Nacional, 1944,<br />

Fallos, t.CC,p.176);<br />

b) DOCTRINA<br />

2) José Silva Santisteban escribió sobre la popularidad que es necesario darle a una Constitución,<br />

por lo que las palabras deben ser interpretadas en sentido común (¨Curso de Derecho Constitucional¨,<br />

París, 1874,p.28);<br />

3) Segundo V. Linares Quintana ha sistematizado en varias reglas de interpretación, las conclusiones<br />

de la jurisprudencia y la doctrina; una de estas reglas establece que ¨las palabras que<br />

emplea la Constitución deben ser entendidas en su sentido general y común¨ (¨Teoría e Historia<br />

Constitucional¨, Ed. Alfa, Bs. As., 1958, t.II, p. 115);<br />

4) Nicolás Pérez Serrano destaca -con referencia a la Constitución Española de 1931- que es de<br />

mucha más importancia el vigor y nitidez <strong>del</strong> precepto que el academicismo de su frase, aunque<br />

algún estilista haga una calificación agria respecto a una Constitución que responda a tal aseveración;<br />

5) Otros autores han afirmado que las palabras deben entenderse en su sentido vulgar;<br />

c) DERECHO POSITIVO


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6) El código de Comercio de la República Argentina establece, en el art. 217: ¨Las palabras en los<br />

contratos y convenciones deben entenderse en el sentido que les da el uso general, aunque el<br />

obligado pretenda que las ha entendido de otro modo¨;<br />

7) Otras normas se refieren a la costumbre, los usos y la práctica, como regla para determinar el<br />

sentido de las palabras y frases;<br />

8)V., además, los arts. 999, 1020 y 3641 <strong>del</strong> Código Civil y<br />

9) el Dec.11.609/43, en cuyos considerandos se establece: ¨Que los principios de nuestra nacionalidad<br />

deben ser afirmados en todas las manifestaciones sociales. Que el nombre de las personas<br />

nacidas en el suelo argentino debe expresarse en idioma nacional respetando nuestra cultura<br />

y tradición¨; el art.2 admite las voces o palabras indígenas incorporadas al idioma nacional y las<br />

que el uso haya castellanizado.<br />

II<br />

APUNTES DE LECTURAS<br />

He tomado de varias obras las siguientes citas y referencias, interesantes desde el punto de vista<br />

de los propósitos de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo.<br />

1) ¨La literatura en América Latina estalla con la subitaneidad de una tormenta ...¨(Mac Daireaux,<br />

¨Panorama¨, cit. por Guillermo de Torre, en ¨Claves de la Literatura Hispanoamericana¨, Taurus<br />

Ediciones, Madrid, 1959, p. 15);<br />

2) ¨El hombre americano deja de ser sin más el hombre español ...¨ (Ortega y Gasset, id., id., p.<br />

18);<br />

3) ¨Pero el problema de las diferencias subsiste. Y una prueba de ello es la plurivalencia de rasgos<br />

antes apuntada (de las literaturas ´hispanoamericanas´) ... Cada una de ellas tiene sus clásicos<br />

y sus modernos; cada una de ellas pretende asumir rasgos peculiares; todas muestran un<br />

frondoso rimero de títulos y autores memorables¨ (op.cit.,p.42);<br />

4) ¨... generalizado e impuesto acá por la conquista (el castellano en América), durante los siglos<br />

XVI y XVII, como habla popular, al ser los conquistadores gente <strong>del</strong> pueblo casi todos, conservóse<br />

más genuino en su separación <strong>del</strong> culteranismo humanista que imperó allí entonces¨ (Leopoldo<br />

Lugones, id.,id.,p.63);<br />

5) ¨Además, según escribió Unamuno hace años, a propósito <strong>del</strong> idioma, pero extensivo a lo<br />

expresado en él: no hemos de ser sólo nosotros quienes les demos lo nuestro; también hemos de<br />

estar prestos a recibir lo que nos den.¨ (op. cit.,p.73); y<br />

6) ¨Según el ´Vocabulario de Cervantes´ de Carlos Fernández González, Madrid, 1962, podemos<br />

leer hoy 1.057.114 palabras escritas por Cervantes. La Señora Cornelia tiene 14.343 palabras. El<br />

español escrito por Cervantes tiene 12.372 palabras distintas...¨ (Nota curiosa, en la ¨Introducción<br />

a La Señora Cornelia¨, Anaya, Salamanca-Madrid-Barcelona,1965, p. 12).<br />

III<br />

AMADO NERVO Y LA LENGUA<br />

Constantemente, fuentes de distinta naturaleza, nos transmiten elementos de juicio a los efectos<br />

de entender y admitir que el pueblo agranda el idioma. En esta oportunidad estimé imprescindible<br />

glosar el pensamiento de Amado Nervo, contenido en los informes sobre la enseñanza de la lengua<br />

y literatura que remitía desde Europa a la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, de<br />

México (conf. Amado Nervo: ¨La Lengua y la Literatura¨, Editorial Calomino, La Plata, 1946).<br />

1) El pueblo crea, de hecho, muchas palabras (pág. 19).<br />

2) El autor dramático muchas veces se apodera de las locuciones populares (id.).<br />

3) A medida que los idiomas evolucionaban, la ortografía, igualmente, se modificaba, hasta el


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

día que llegaron las gramáticas, ignorantes en su mayoría de las verdaderas leyes filológicas: la<br />

evolución continuó porque las leyes <strong>del</strong> lenguaje no obedecen a la férula de los pedagogos (pág.<br />

369).<br />

4) ¨Nuestra enseñanza debe estar organizada de manera que, a su salida de la escuela, los niños<br />

sepan hablar de una manera conveniente la segunda lengua, tener una correspondencia fácil,<br />

leer los periódicos y las obras de escritores populares¨ (págs. 88 y 89).<br />

5) Cualquier nación de la América española tiene derecho a usar sus especiales regionalistas<br />

(págs. 112 y sgtes.).<br />

6) La evolución <strong>del</strong> idioma en América es un hecho, evolución buena o mala, ¨no la discuto¨<br />

(págs.114).<br />

7) El castellano se habla bien y mal en todas partes (págs. 117 y sgtes.).<br />

8) Los idiomas no se reforman por decreto. El solo papel legítimo de las academias o de las<br />

comisiones oficiales consiste en ratificar con prudencia las modificaciones que impone el uso. El<br />

idioma es un organismo viviente. La gente no ha esperado nunca los decretos académicos para<br />

hablar y escribir. ¨Con su sentido profundamente práctico, que es el verdadero creador de idiomas,<br />

la multitud va suprimiendo en éstos lo innecesario, y acaba por imponer al mundo su modo<br />

de expresarse¨ (págs. 246 y sgtes.).<br />

IV<br />

DON GABRIEL Y LA PARLA<br />

No he leído a García Márquez y no tengo vergüenza en confesarlo públicamente porque Borges<br />

y Martínez Estrada, reiteradamente, respondían que no habían leído a tal o cual autor, aunque<br />

fuere de prestigio mundial.<br />

Más todavía, tengo mucho recelo con autores financiados. No digo que García Márquez lo sea.<br />

De no pocos hay ejemplos <strong>del</strong> financiamiento y difusión de obras por transnacionales económicas<br />

o transnacionales religiosas como el islamismo.<br />

Asimismo, existe una franja de escritores, que conscientemente o no, favorecen a los intereses<br />

crematísticos de actualidad, en el mundo. Recelo de Julián Marías, de García Márquez y otros:<br />

tienen prensa porque favorecen, directa o indirectamente, a determinados intereses. Pero todo<br />

esto debería ser motivo de un extenso trabajo. Vale aquí solamente como digresión.<br />

Veamos un poco este asunto <strong>del</strong> lenguaje, de la gramática y la ortografía, que tanto le preocupó a<br />

don Gabriel. Yo creo, yendo un poco más allá de lo que piensa la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo:<br />

que el pueblo hace el idioma. Es decir, el idioma, como la gramática y la ortografía cambian con el<br />

constante fluir de la vida misma y nunca por decisión de los académicos, menos por decreto.<br />

Nótese que ninguna dictadura pudo imponer un idioma. Todo menos el idioma. Existe una historia<br />

larga de censura. España había prohibido el uso de las lenguas aborígenes durante la conquista y<br />

colonización. Después se censuraron diversas manifestaciones <strong>del</strong> espíritu <strong>del</strong> pueblo y, en cuanto<br />

al idioma, entre los años 1916 y 1946 y después, durante los gobiernos militares, hubo intentos<br />

y normas. Tanto Yrigoyen como Perón se opusieron.<br />

Casualmente, Rosas había sido -además de todo lo conocido- autor de un diccionario de la lengua<br />

pampa. Pero hubo tiempos: se prohibieron hasta las letras de <strong>tango</strong>. Y esto es, también, otra<br />

historia.<br />

Planteado el tema <strong>del</strong> uso de extranjerismos llegué a una conclusión: los extranjerismos difundidos<br />

y afincados por obra de los inmigrantes que vinieron a trabajar, que fundaron familia, y que<br />

se identificaron con el país, valen, absolutamente, porque tienen alma, tienen afectividad y sentimentalidad.<br />

Expresan muchas otras cosas y los locales los aceptaron porque formaron parte de<br />

su vida. Hoy circulan más de dos mil italianismos en la Argentina; la literatura popular ha recogido


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esos extranjerismos y también los indigenismos.<br />

Pero los extranjerismos que se imponen como consecuencia <strong>del</strong> intercambio, de la lucha de los<br />

megabloques en la ¨tercera guerra mundial <strong>del</strong> intercambio¨, que conllevan la intención de favorecer<br />

el consumo privilegiado, no tienen legitimación.<br />

¿Y qué tiene que ver todo esto con las recientes opiniones de García Márquez? En mi opinión,<br />

ellas no hacen sino manifestar el autoritarismo de imponer un cambio, cuando el cambio lo produce<br />

el espíritu <strong>del</strong> pueblo, en su libertad y responsabilidad, en sus querencias y conciencia, que<br />

Dios puso en él para fortalecer su dignidad. Además, hay que destruir estas bases, en la conciencia<br />

o la inconsciencia de ciertos escritores, para que los extranjerismos productos de la publicidad<br />

comercial se impongan, ya que interesa a la rentabilidad y a la dependencia ideológica, legal y<br />

fáctica.<br />

Recuérdese que Juan María Gutiérrez no aceptó incorporarse a la Real Academia de la Lengua<br />

Española al comprobar que al no poder España dominar las colonias por las armas resolvió hacerlo<br />

por las ideas; y para ello creó la Academia, donde se produce el ¨Diccionario de la Lengua<br />

Española¨, actualizado cada diez años. Este antecedente lo hizo conocer Alvaro Yunque y además<br />

publicando la carta que Gutiérrez envió a la Real Academia, respetuosamente.<br />

A lo que ayuda, conscientemente o no, don Gabriel, es a que la gente asimile el nuevo lenguaje,<br />

que como se sabe no tiene cimiento latino; responde al megabloque con cabeza en los EE.UU.; y<br />

el lenguaje latino, a la Comunidad europea.<br />

EPILOGO<br />

El mecanismo podría ser así: destruidas las bases de la ortografía y de la gramática, las palabras<br />

de la publicidad comercial, de la bibliohemerografía y de otras fuentes, serían asimiladas fácil y<br />

rápidamente, pronunciadas y escritas sin respetar norma alguna, en forma masiva, por los consumidores<br />

(el 65 % de los bienes que circulan y se venden en la Argentina pertenecen a empresas<br />

extranjeras de uno y otros megabloques, incluyendo y agregando al citado dueto -EE.UU. y CE- a<br />

Japón y el grupo asiático).<br />

Cabe preguntar: ¿Acaso necesariamente los escritores que consciente o inconscientemente<br />

apoyan tales objetivos utilizan vocablos <strong>del</strong> inglés de manera significativa? No, no se trata de<br />

esto, pues se trata de abrir canales para cualquiera de los centros de poder, porque los libros se<br />

venden en todo el mundo, o casi todo el mundo hispanohablante y hay que quedar bien con Dios<br />

y con el diablo, de acuerdo con una actitud propia de la ética utilitaria, de la que hablaba Erich<br />

Fromm.<br />

V<br />

LOS ITALIANOS Y EL LUNFARDO<br />

1. Prelusión<br />

Los idiomas, las sublenguas o los dialectos son, en cierto escorzo, un producto histórico. Se fueron<br />

formando y transformado con el desarrollo <strong>del</strong> tiempo y de la sociedad humana. Todo habría<br />

empezado, como lo señala Simeon Potter, en ¨El Lenguaje en el Mundo Moderno¨, con la emisión<br />

de los primeros sonidos guturales.<br />

Luis Rebuffo, un piamontés radicado en Rosario, publicaba en esta ciudad de la Argentina, un boletín<br />

de prensa subterránea titulado ¨La Fiama¨, es decir ´la llama´, en español y en el dialecto de<br />

los naturales <strong>del</strong> Piamonte. En uno de los editoriales se refirió al andar de las lenguas y decía que<br />

desde los remotos tiempos, en que el hombre se dio en hablar, fue dándole nombre a las cosas y<br />

a los lugares.<br />

Recordaba que de una u otra manera esos nombres subsisten en las lenguas <strong>del</strong> humano de hoy,


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

que de las palabras de aquellos parientes que nos llegaron a nosotros hay que recordar muchas,<br />

generadas en remotos tiempos y transmitidas con algunos cambios, pero no los suficientes como<br />

para que se hayan tornado irreconocibles. En casos, son restos de viejas lenguas desaparecidas,<br />

como medio general de expresión, pero que en cierta medida subsisten e influyen en la formación<br />

y unidad fonética de las hablas modernas. Y, finalmente:<br />

¨Aparte de esos substratos existe lo que los lingüistas llaman ´adstratos´, que es el influjo que<br />

ejercen dos lenguas viviendo en vecindad, sin triunfar una sobre la otra, en tanto se ayudan con<br />

préstamos, enriqueciéndose mutuamente. Este es un fenómeno bien conocido, y actúa con lenguas<br />

vivas y contemporáneas en forma horizontal...¨.<br />

Actualmente, el escenario ecuménico presenta un plexo de relaciones internacionales frecuentes,<br />

fluidas y diversificadas, con intenso intercambio, migraciones de ritmo rápido y fuertes influjos de<br />

los medios de comunicación social, lo que produce rápidas transformaciones en el idioma, particularmente<br />

en los países de habla española.<br />

2. La inmigración italiana<br />

Al amparo de la Constitución de la Nación Argentina llegaban los hombres <strong>del</strong> mundo, los inmigrantes,<br />

en vigorosas oleadas de españoles e italianos. Se había dictado la Constitución para<br />

constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa<br />

común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros,<br />

para nuestra posteridad, y para todos los hombres <strong>del</strong> mundo que quisieran habitar en el suelo<br />

argentino.<br />

Más, el suelo argentino -no es superfluo señalarlo- se había ido habitando con la conquista y la<br />

colonización y, después de la fundación de la nacionalidad, con inmigrantes, colonos, venidos<br />

de muchos sitios <strong>del</strong> mundo. Pero a pocos años de sancionarse la Constitución, el 15 de abril de<br />

1857, se suscribe una ¨Convención sobre Inmigración con su Majestad el Rey <strong>del</strong> Reino de las<br />

Dos Sicilias¨, en la que el Presidente de la Confederación Argentina ofrecía recibir, y el Rey aceptaba,<br />

a súbditos detenidos o condenados por <strong>del</strong>itos políticos, proveyéndoles el Reino los medios<br />

para su instalación en la Argentina, con el compromiso de que durante los primeros cinco años se<br />

les aplicara en nuestro territorio la legislación de Nápoles.<br />

Por ese tiempo se inició una vigorosa política de inmigración de italianos, se crearon organismos,<br />

se sancionaron normas como la ¨Ley Avellaneda¨, porque, en mi opinión, la oligarquía rural necesitaba<br />

mano de obra barata. El historiador siciliano Gaetano Falzone recuerda que solamente en<br />

1905 emigraron desde Sicilia hacia América 120.000 sicilianos, dato con el cual destaco la relevancia<br />

de este aporte humano. Probablemente, esto nos induce a pensar que este fuerte influjo<br />

histórico ha puesto una impronta en el modo de ser <strong>del</strong> argentino y, con mayor razón, en quienes<br />

somos descendientes directos <strong>del</strong> las gentes <strong>del</strong> mediodía italiano:<br />

Hábitos, costumbres, gestos, idioma, vida afectiva, estilos y modalidades, todo lo cual reflejé en<br />

un artículo que intitulé ¨<strong>Cosas</strong> de Argentinos y Sicilianos¨. Se extendió el flujo a la literatura, a la<br />

poesía popular, cuando no a la gauchesca, al sainete, a la letrística tanguera. De tal modo que el<br />

personaje de uno de los cuentos de Verga se asemeja a otro de una milonga argentina, alrededor<br />

de la muerte, <strong>del</strong> homicidio por infi<strong>del</strong>idad conyugal.<br />

Estos inmigrantes trajeron su tristeza, sus corazones rotos y sus miedos. Casi todos fueron laboriosos<br />

y abnegados, pero el impacto habrían de recibirlo, inconscientemente, sus propios hijos,<br />

algunos de los que no siguieron el derrotero <strong>del</strong> trabajo. Como se describe en el poema de Carlos<br />

de la Púa, ¨Los Bueyes¨:<br />

¨Vinieron de Italia, tenían veinte años,<br />

con un bagayito por toda fortuna...¨<br />

(De paso, señalo que en este poema el autor utiliza el diminutivo de la voz bagayo, que significa<br />

´bulto´, ´envoltorio´; <strong>del</strong> genovés bagaggio, o <strong>del</strong> italiano bagaggio, o <strong>del</strong> italiano bagaglio, que,


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según José Gobello, expresan lo mismo).<br />

Y siguen los versos:<br />

¨Vinieron los hijos. ¡Todos malandrinos!<br />

Vinieron las hijas. ¡Todas engrupidas!<br />

Ellos son borrachos, chorros, asesinos,<br />

y ellas, las mujeres, están en la vida.¨<br />

En contados casos, fue así. En general, los italianos le dieron al país hijos trabajadores, empresarios,<br />

científicos, profesionales. De algún modo, lo había reflejado una letra de <strong>tango</strong>:<br />

E tique, taque, tuque,<br />

Giuseppe, el zapatero...<br />

masticando un toscano,<br />

per far la economía,<br />

pues quiere que su hijo,<br />

estudie de dotor<br />

(Los versos pertenecen al <strong>tango</strong> ¨Giuseppe, el Zapatero¨, de Guillermo <strong>del</strong> Ciancio).<br />

Los inmigrantes transmitieron al <strong>tango</strong> su nostalgia. Muchos de los poetas populares fueron hijos<br />

de inmigrantes italianos. Las poesías fueron enriquecidas con su idioma, su melancolía y sus<br />

añoranzas. No es posible transmitir esto en un instante, recordar títulos y versos, ejemplificar y<br />

explicar los ejemplos. Asimismo, transmitieron su dulzura, <strong>del</strong> modo que José González Castillo lo<br />

escribió en el <strong>tango</strong> ¨Silbando¨:<br />

¨... cuando el cielo es más azul<br />

y más dulzón el canto<br />

<strong>del</strong> barco italiano...¨<br />

3. Alcance <strong>del</strong> influjo idiomático<br />

El Italiano ejerció una notable influencia en la formación <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, en la Argentina, y muchos<br />

italianismos <strong>lunfardo</strong>s se han difundido en otros países de América, dice M.L.Wagner, citado por<br />

Enrique Ricardo <strong>del</strong> Valle, en su ¨Lunfardología¨.<br />

El mismo <strong>del</strong> Valle, al referirse al préstamo cultural y al préstamo lingüístico, recuerda que la<br />

integración socio-cultural de los habitantes de esta parte de América se realiza con el aporte de<br />

gran cantidad de población de Europa Meridional, arribando a nuestras playas las colonias de<br />

inmigrantes que partiendo de Piamonte, Lombardía, Liguria, Emilia, Campania, Basilicata, Apulia,<br />

Calabria, Cerdeña, Nápoles, Génova, Milán, Venecia, Bologna, Reggio, Catanzaro, etc., trajeron<br />

consigo una cultura y un status social. Uno de los aspectos que analiza <strong>del</strong> Valle es el de la gastronomía<br />

y cita algunos ejemplos:<br />

Antipasto, aceituna scaciatta, longaniza calabresa, mozzarela, sopressatta, berengenas al funghetti,<br />

morta<strong>del</strong>a, minestra, minestrina, busecca, ministrón, cappelletti in caldo; pastasciutta,<br />

spaghetti, maccheroni, fusilli, raviole (Piamonte ravioli), canneloni, cappelletti, mostachole (rigatoni),<br />

vermicelli, tagliarini, agnellotti, (Piamonte agnulot), lazagna, pasta a la cafone, pesto, tuco,<br />

gnocchi; pesciolini fritti, longaniza rostuto, bife a la pizzaiola, milanesa a la Nápole, chivito a la<br />

calabresa, mozzarella in carrozza, filoscio de mozzarella, ricotta a la romana, risotto, ministrone,<br />

polenta, osso bucco, polli allo spiedo, pomodoro (pummarolla), ciuppin, cima, torta de Pasqua o<br />

pasqualina, pizza, fainá, fugazza; quesos cuartirolo, provolone, fontina, gorgonzola, Bel Paese,<br />

mascarpone, parmesano, reggiano, cacioccavallo. Podríamos agregar muchisimo más a la lista y<br />

también bebidas y plantas y cultivos, productos <strong>del</strong> mar y de la tierra en general.<br />

4. El furbesco y el gergo<br />

Más, también se hizo notar la influencia <strong>del</strong> furbesco o el gergo: ¨En las grandes capitales <strong>del</strong><br />

mundo donde existen los bajos fondos y moran en ellos gentes <strong>del</strong> mal vivir, es decir inculta, no


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

urbanizada, se produce la descomposición de la lengua oficial, que recibe según los distintos países<br />

a que pertenecen, diversos nombres, a saber: ... furbesco y gergo, en Italia ...¨ (<strong>del</strong> Valle, op.<br />

cit.).<br />

De acuerdo con Lucio Ambruzzi, furbesco significa ´jerga´, ´germanía´, ´jerigonza´,; y gergo quiere<br />

decir ´jerga´, ´jerigonza´. Seguidamente aclara que gergo <strong>del</strong>la malavita es ´germanía´, lo que<br />

equivale al <strong>lunfardo</strong> argentino, en sentido histórico pues hoy día el <strong>lunfardo</strong> no es el vocabulario<br />

de los presos o <strong>del</strong>incuentes sino un sublengua, la más rica <strong>del</strong> mundo.<br />

Creo que erróneamente los diccionaristas, como los criminólogos, radicaron el gergo en la mala<br />

vida: ¨La crimonología científica <strong>del</strong> siglo pasado, la ´Nuova Scuola´, representada a la cabeza<br />

con Lombroso, Ferri, Garófolo y muchos otros, al estudiar las jergas <strong>del</strong>ictuales lo hicieron sin<br />

ningún método y sin los conocimientos actuales de la lingüística¨ (<strong>del</strong> Valle, op.cit.). ¨Por la misma<br />

época que la ´Nuova Scuola´ estaba en su apogeo, el sociólogo-criminalista y filósofo francés<br />

Gabriel Tarde, refutó las relaciones que dicha escuela creía ver entre el argot y el habla <strong>del</strong> salvaje<br />

y <strong>del</strong> niño... Luis María Drago había rechazado, en 1880, las conclusiones de Lombroso sobre<br />

el argot criminal¨ (op. cit.). Ha de aclararse que la jerga es la lengua especial de un grupo social<br />

determinado, como por ejemplo jerga de los gitanos, jerga de los médicos, de los estudiantes, etc.<br />

Con el mismo criterio se refirieron al dialecto: ¨Nuestro concepto dialectal de la lengua, no corresponde<br />

a la definición geográfica de pueblo, que determina una ciudad, villa o lugar, región o país,<br />

sino al concepto de gente común y humilde de una población. Equivale al ... popolino italiano...<br />

Otra de las características es el arcaísmo de las formas y construcciones...¨(ib.). Popolino, según<br />

Ambruzzi, es ´Pueblo bajo, vulgo, gentusa (¨Nuovo Dizionario...¨).<br />

¿Cómo es posible que el dialecto sea el vocabulario <strong>del</strong> pueblo bajo? ¿Pueden ser voces <strong>del</strong> pueblo<br />

bajo los siguientes versos?<br />

¨Son tornate a fiorire le rose<br />

a le dolce carezze <strong>del</strong> sol,<br />

le farfalle s´inseguon festose<br />

nell´azzurro con trepido vol ...¨, difundidos por el piamontés Rebuffo en ¨La Fiama¨. O los<br />

otros, titulados ¨Y Siciliani¨, de Michele Sarrica, publicados en ¨Malgrado Tutto¨, periódico cittadino<br />

di commento e cultura, de Racalmuto, Sicilia:<br />

¨A nostra storia, lamentu di canzuna,<br />

nun é chidda ca parra de cuteddi;<br />

di chiummu ca spiccica la vita<br />

sparatu ´ntra la macchia d´un cannitu;<br />

d´onuri arripizzatu cu lu sangu¨.<br />

5. El <strong>lunfardo</strong> y etimología de la voz<br />

El <strong>lunfardo</strong> era sindicado como ¨idioma de los malvivientes¨, o ¨idioma <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito¨ o ¨vocabulario<br />

carcelario¨. Era considerado ¨lenguaje de ocultación¨. Más, hoy ha cambiado el concepto. Dijimos<br />

que es una sub-lengua, el presupuesto de un futuro idioma argentino. La forma en que se expresan<br />

los argentinos, con el cimiento <strong>del</strong> español y el italiano, como así otros aportes, muy diversos<br />

y valiosos, incluyendo los indigenismos y el lenguaje campal. En otros trabajos nos hemos ocupado<br />

de precisarlo con más detenimiento y hemos, asimismo <strong>del</strong>imitado los diversos campos: el<br />

arrabalero, el porteño, los regionalismos y provincialismos, el malandraco, etc., además de los ya<br />

citados. Igualmente, hemos citado las opiniones de autores reconocidos, como <strong>del</strong> Valle y Gobello.<br />

Ahora nos toca recordar un estudio hecho por Amaro Villanueva, con relación a la palabra <strong>lunfardo</strong>,<br />

su etimología y semántica, durante la génesis y formación <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>.<br />

La palabra <strong>lunfardo</strong> no aparece registrada como italianismo, pero aparece en un libro anónimo,<br />

¨Los Amores de Giacumina¨, cuya tercera edición se publicó en 1886 y dice: ¨Escrita per il hicos


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<strong>del</strong> duoños de la Fundita dil Pacaritos¨, porque está escrita totalmente en cocoliche. Después, en<br />

1906, aparece con autoría de Agustín Fontanella, pero como sainete, donde en la nómina liminar<br />

de ¨Personajes¨ comprende en noveno término un<br />

¨ITALIANO 1º - lumbardo, marinero¨ .<br />

Y luego, asimismo, la expresión lunfarda:<br />

¨TATAS - Altu ahí! Me hicas nu es lunfarda ni trueno para que retumbe, ¿comprende osté, señor<br />

barbero sacamuelas?¨.<br />

Esa palabra, lumbardo, era una transformación de lombardo, y vuelve a aparecer en el texto <strong>del</strong><br />

libro: ¨Entre los novio que teñiba Giacumina había un lumbardo, in hico dil paise, in callego, in<br />

napulitano, in calabresi¨. Y dice Giacumina: ¨Cuando livantaron el trapos, salió in lumbardo vestigo<br />

de terciopelos, que gridaba tanto, que yo e mamas nos tuvimo que tapar las orecas per que<br />

aquellu cantore nos atordia¨.<br />

Los lumbardos que aparecen en los textos citados no son al parecer otra cosa que nativos de<br />

Lombardia: una corrupción fonética <strong>del</strong> gentilicio lombardo.<br />

Quiere decir que lombardo se convirtió en lumbardo y este en lunvardo (con v corta) y finalmente<br />

<strong>lunfardo</strong>.<br />

¿Qué relación podía tener, entonces, con la mala vida?<br />

Recuerda Villanueva que en el ¨Vocabolario Romanesco¨, de Chiappini, se anota: ¨Lombardá,<br />

lombardare, verbo attivo, Rubare¨. ¨Lombardo, Ladro¨.<br />

Según algunas fuentes, en el medioevo, en Francia se llamaba lombardos a ciertas personas y<br />

a algunos prestamistas usureros, a personas rapaces, de comportamiento inhumano, lado por el<br />

cual se llega al epíteto ladrón, y, en la Argentina, luego, <strong>lunfardo</strong>s son los chulos, ladrones, <strong>del</strong>incuentes.<br />

En la obra de Enrique De María, ¨Ensalada Criolla¨, estrenada en enero de 1898 por la<br />

Compañía Podestá, se refiere a los pibes que roban al bizcochero:<br />

¨¡Vigilante! ¡San Jenaro!<br />

¡Que me ruban la masita,<br />

cuesta manga de <strong>lunfardo</strong>s!¨.<br />

6. Referencias sobre algunas palabras<br />

A propósito de los italianos y <strong>del</strong> idioma, me parece oportuno repetir las referencias que <strong>del</strong> Valle<br />

trae al respecto, cuando se ocupa de nación, estranji y gringo.<br />

NACIÓN<br />

En el texto de Lussich, ¨Tres Gauchos¨, leemos:<br />

¨Si me hace acordar a un pión<br />

estranjis, que yo tenía;<br />

era labia tuito el día<br />

en su idioma aquel nación¨.<br />

La palabra ¨nación¨, de igual significado que gringo, aparece en el Martín Fierro:<br />

¨Por de contao con el tiro<br />

se alborotó el avispero<br />

los oficiales salieron<br />

y se empezó la junción;<br />

quedó en su puesto el nación<br />

y yo fui al estaquiadero¨.<br />

Aclaro que naciones eran los italianos recién llegados.<br />

ESTRANJI<br />

El extranjero, especialmente el italiano, era designado estranji, estrangi, extranje, extranji, extran-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

ja. Martín Fierro hace una descripción enfática <strong>del</strong> modo de hablar de un italiano y se burla de él<br />

remedando sus palabras deformadas: ¿Quen vivore? ¡Hagarto! Los gritos <strong>del</strong> centinela napolitano<br />

corresponden a ¿Quién vive? y ¡Haga alto!.<br />

A esta última orden Fierro le replica: ¨Más lagarto serás vos¨ (<strong>del</strong> Valle, op.cit.).<br />

GRINGO<br />

En tiempos de Rivadavia, en una colonia de ingleses, los colonos cantaban una canción donde<br />

repetían una palabra que los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires entendían como ¨gringo¨.<br />

Gringos eran, entonces, los ingleses. Y poco después Calzadilla, en ¨Las Beldades ...¨ escribe:<br />

¨Yo soy uno de esos ingleses a quienes allá por el año 40 se les llamaba gringo, nombre impuesto<br />

por el señor J. Manuel de Rozas ...¨. Aparece despectivamente o con sentido humorístico. Dice<br />

el gaucho Martín Fierro:<br />

¨Era un gringo tan bozal<br />

que nada se le entendía ...¨.<br />

Otras palabras, de las que me he ocupado intensamente, son mufa y mafia.<br />

MUFA<br />

Cuando el argentino dice ¨mufa¨ lo hace generalmente con el significado que consigna César<br />

Tiempo en la letra <strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨Nadie Puede¨:<br />

¨Siempre andás ´mufado´,<br />

todo lo ves mal,<br />

el amor es ´mufa´,<br />

´mufa´ la amistad¨.<br />

La filiación puede ubicarse ubicarse en el italiano ¨muffa¨, f., moho//soberbia. Viene <strong>del</strong> latín ¨mucor¨,<br />

que en una segunda acepción es ¨lágrima que destilan las vides¨, según Plinius. La relación<br />

aparece más o menos clara, en la cronología de la voz ¨mohina¨, que se la supone derivada de<br />

¨moho¨: más tarde lo es también ´enojo´, ´malhumor´.<br />

Pietro Fanfani, en el ¨Vocabulario de la Lengua Italiana¨, anota: ¨Muffa ... Venire o crescere, o simili,<br />

la muffa al naso, e venir la muffa assolutamente, si dice <strong>del</strong> venire in cóllera per l´altrui impertinenza.<br />

Muffetino... Persona a cui por la mínima cosa viene la muffa al naso, e si adira¨. ¨Venire<br />

la muffa al naso¨ es ´irritarse´. Finalmente, ¨muffa¨ quiere decir, también, ¨mala suerte¨.<br />

MAFIA<br />

Lógicamente, la palabra es universal, pero tiene origen siciliano. ¨Mafia¨, ha tenido muchas interpretaciones.<br />

Lo que importa puntualizar aquí es que el fenómeno mafioso generó un vocabulario<br />

muy rico, que yo he tratado de construir en mi ¨Diccionario Mafioso¨, en el que pueden hallarse<br />

palabras incorporadas a nuestro <strong>lunfardo</strong>, como ambiente, ´conjunto de personas de mala vida,<br />

que actúan según ciertas normas´; callejera, ´prostituta que se ofrece en la calle´; camello, ´el que<br />

entrega la droga´; capo, ´jefe´; carne fresca, ´prostituta joven´; casa, ´bur<strong>del</strong>´; espichar, ´morir´;<br />

faccia brutta, ´feo´, ´cara de bruto´; fiambre, ´muerto´; jettatore, ´portador <strong>del</strong> mal de ojo´; cana,<br />

´policía´, como derivado de lucana; untar, ´sobornar´.<br />

Y, para terminar esta primera parte <strong>del</strong> muestreo, he de referirme a la palabra tano y al cocoliche.<br />

TANO<br />

Es aféresis de ¨napolitano¨. Se dice <strong>del</strong> inmigrante italiano y particularmente <strong>del</strong> napolitano, al que<br />

Hernández, en el ¨El Gaucho Martín Fierro¨ denomina ¨nápoles¨:<br />

¨Un nápoles mercachifle<br />

que andaba con un arpista<br />

cayó también en la lista<br />

sin dificultá ninguna;<br />

lo agarré a la treinta y una<br />

y le daba bola vista¨.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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COCOLICHE<br />

¨Cocoliche¨ es el italiano emigrado que imita a los nativos, en la Argentina, y es la lengua torpe<br />

<strong>del</strong> italiano inmigrado, mezcla de italiano y argentino; la voz puede deberse al apellido de un peón<br />

oriundo de Italia, de la compañía teatral de José J. Podestá, que se llamaba Antonio Cocoliche o<br />

a lo mejor Cocoliccío.<br />

Se manifiesta ostensiblemente en el sainete, <strong>del</strong> que es ejemplo representativo ¨El Conventillo de<br />

la Paloma¨, de Alberto Vacarezza. Véase cómo el personaje que tiene el mote de Conejo y hace<br />

una mezcla entre el italiano y el porteño:<br />

-CONEJO.- ¡Vení, pasá, hombre! Adiós, Tanolai, ¿cómo Vázquez?<br />

-MIGUEL.- ¡Hola, mi simpático Conejo, por fine te veo lo diente!... ¿Qué decise de bueno?<br />

-CONEJO.- Aquí me tenés completamente a tus Ordoñez, Un Amiguelli, che: don Miguel, el encargado<br />

y el famoso Paseo de Julio ¡punto muy Altamirano!<br />

-MIGUEL.- ¡Que amigo me trajiste! ¿Má de dónde me lo hai sacado? ¿De la Ponontenciaría?<br />

-CONEJO.- Despacelli, hombre, y no lo toriés. Está así ... medio Chivanosky desde que se le fue<br />

la Mujica.<br />

-MIGUEL.- ¿Qué mojica?<br />

-CONEJO.-La mujer, hombre.<br />

-MIGUEL.- Ah, descolpame. No me acordaba que Mojica es otro arpollido. ¡Qué Otarielli soy yo!<br />

... ¿Y qué se le ha hecho la Mojica?<br />

-CONEJO.- ¡Qué sé Llorca! ... Hace como tres Mezzadri que la anda Buscandioti y no la puede<br />

Trovezky.<br />

-MIGUEL.- Antonces es Segura que se Ascondosky.<br />

-CONEJO.- ¡Vaya a Saavedra!<br />

-MIGUEL.- ¿Qué vaya a Saavedra yo? ¿Qué voy a hacer a Saavedra?<br />

-CONEJO.- Digo que andá vos a Saavedra dónde estará. Pero el Bancalari es bastante Roncoroni<br />

y donde quiera que la Chiapori se la va a dar de Ferreyra para que corra Sanguinetti.<br />

-MIGUEL.- Sanguineto, Ferreyra, Chiapori... Pero éste es un hombre o es la guía <strong>del</strong> taléfano.<br />

Antonces vamos a pasare a mi Cuartucci per arreglare esto asunto de la Orquestoni...<br />

7. Italianismos en las letras populares<br />

En ocasiones, se discute, con estadísticas inclusive, qué porcentaje de palabras o cuál es el<br />

influjo <strong>del</strong> español o <strong>del</strong> italiano afincados en el orbe <strong>del</strong> idioma nacional argentino; y también en<br />

el <strong>lunfardo</strong>, en el habla viva, en el lenguaje <strong>del</strong> pueblo. Pero se olvidan -excepto el recuerdo que<br />

hace Gobello- que muchos vocablos llegaron al español directamente <strong>del</strong> italiano, en un intercambio<br />

remoto, de cuyo saldo -dice- nos aprovechamos todavía. Juan de Valdés, por él citado, en<br />

¨Diálogo de las Lenguas¨ escribió: ¨Pienso yo que jornal, jornalero y jornada han tombado principio<br />

<strong>del</strong> giorno, que decís acá en Italia...¨. Y es un ejemplo solamente.<br />

Sigue Gobello: ¨El lenguaje porteño también tiene ya por dueñas a todas las naciones, pues todas<br />

contribuyeron a formarlo. Quizá, contra lo que se supone, no sea la de Italia y sus encantadores<br />

dialectos una contribución desproporcionada, pero muchas voces nos dió la península, de cualquier<br />

manera. Para encontrarlas no hace falta descender al bajo fondo, ni arriesgarse a la vendetta<br />

de ninguna maffia, ni ponerse a hurgar en jergas carcelarias. Muchas llegaron al lenguaje<br />

corriente por el camino resbaladizo <strong>del</strong> <strong>tango</strong> canción y <strong>del</strong> sainete y, hasta ahora, los esfuerzos<br />

por desarraigarlas han fracasado provechosamente¨. Los italianismos los encontramos en generosas<br />

proporciones en la poesía popular y en las letras de <strong>tango</strong>.<br />

Además de algunos ejemplos ya citados, podrían señalarse tantos como para tener cabida en una<br />

voluminosa obra. Recorriendo solamente parte <strong>del</strong> repertorio de Edmundo Rivero, encontraremos<br />

muchos, de modo muy frecuente, pues son pocas las letras de <strong>tango</strong> en las que no aparecen ita-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

lianismos o la influencia <strong>del</strong> italiano.<br />

Así, en ¨Flor de Fango¨ leemos:<br />

¨Mina que te manyo de hace rato<br />

perdoname si te bato<br />

de que yo te vi nacer¨.<br />

En otro poema tanguero, ¨Te lo Digo por tu Bien¨:<br />

¨Sangre de pato, avivate fratte mío<br />

te vas a morir de frío si nunca vas a escabiar ...¨<br />

En el <strong>tango</strong> ¨Audacia¨:<br />

¨te han cambiado, ¡pobre piba! Te engrupieron tontamente<br />

bullanguera mascarita, de un mistongo carnaval¨.<br />

Asimismo, en la letra de ¨Lloró como una Mujer¨:<br />

¨Te dio por hacerte el loco<br />

y le pegaste al alpiste;<br />

te espiantaron <strong>del</strong> laburo<br />

por marmota y por sobón¨.<br />

Los primeros versos de ¨Pituca¨, expresan:<br />

¨Niña bien de apellido con ´ritornello´<br />

que tenés, senza grupo, figuración,<br />

que pareces por todo tu ´ventichelo´<br />

la sucursal <strong>del</strong> Banco de la Nación...¨<br />

En ¨Araca la Cana¨:<br />

¨Araca la cana<br />

Ya estoy engriyao.<br />

Un par de ojos negros, me han engayolao,¨<br />

Y, para terminar esta muestra brevísima una palabra que se relaciona con el bandolero italiano<br />

Giuseppe Musolino, cuyos crímenes lo hicieron famoso antes de la primera guerra mundial, incluida<br />

en la milonga ¨La Señora <strong>del</strong> Chalet¨:<br />

¨Que tu viejo el musolino,<br />

tu vieja la lavandera<br />

queden en la ratonera<br />

de ese mishio corralón¨.<br />

8. Consideraciones finales<br />

No pocos autores importantes en la Argentina no apreciaron en su justa dimensión el papel <strong>del</strong><br />

italiano en el idioma nacional y en el <strong>lunfardo</strong>. Manuel Gálvez sostuvo que el <strong>lunfardo</strong> es una<br />

germanía no española sino italiana, que no cuenta ni con trescientas voces y es el vocabulario <strong>del</strong><br />

<strong>del</strong>incuente, no <strong>del</strong> argentino que trabaja. Esto lo escribió en su artículo publicado en 1958, ¨Lo<br />

Español en Nosotros¨.<br />

Raúl Scalabrini Ortiz, en ¨El Hombre que Está Solo y Espera¨ reconoce la importancia de la inmigración<br />

italiana pero dice que el hijo porteño de padre europeo no es un descendiente de su progenitor,<br />

sino en la fisiología que le supone engendrado por él. No es hijo de su padre, es hijo de<br />

su tierra. Afirma que solamente dejaron, los italianos, unos veinte italianismos, porque exacerba<br />

su espíritu nacionalista. Otros estudiosos <strong>del</strong> idioma, como Martín Alonso, en ¨Ciencia <strong>del</strong> Lenguaje<br />

y <strong>del</strong> Estilo¨ llegaron a afirmar que son solamente unos pocos lunfardismos los que ostenta<br />

la Argentina. Pero el profesor Giovanni Meo Zilio, docente en Florencia, miembro de la Academia<br />

Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, autor de 17 libros sobre el lenguaje por señas y otros temas, sostiene la<br />

existencia de unos dos mil italianismos. Y, seguramente, esta estadística no corresponde a la<br />

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realidad, porque los investigadores podrán demostrar fácilmente que son mucho más, recorriendo<br />

la literatura popular.<br />

Existe una gran riqueza idiomática en el orbe de la gastronomía.<br />

Si hacia fines de siglo la mitad de la población de la ciudad de Buenos Aires era italiana es fácil<br />

suponer por qué hemos asimilado palabras de los italianos tal cual la escuchamos, sin traducción<br />

al castellano, como morsa, el tornillo de herrero o carpintero, que en español es el mamífero<br />

marino, como lo recuerda Mario E. Teruggi, cuyas referencias seguimos en estas consideraciones<br />

finales. Y no solamente morsa, pues se trata de un contingente amplio, donde ingresan lungo.<br />

coso, corso; muchísimas otras, con alguna transformación, como banchina, que se hizo banquina<br />

y que, como lo anota Teruggi, el nombre correcto castellano de banquina es arcén, según los<br />

ingenieros viales, y que, además de este vocablo técnico, en España se emplean paseo, margen<br />

y orilla, para designar lo que nosotros, por influencia de los italianos, hemos llamado banquina.<br />

Apunta el mismo autor: ¨Apoliyar, dormir, que a veces también se escribe polizar, es adaptación<br />

fonética de appollaiare, derivado de pollo, que en italiano vale por subirse las aves a los palos<br />

para dormir¨.<br />

VI<br />

EL PERIODISMO Y EL LUNFARDO<br />

1. Lunfardo, idioma nacional<br />

No es mi intención iniciar un debate acerca de si el <strong>lunfardo</strong> es el idioma nacional de los argentinos,<br />

pero sí señalar algunos conceptos propios sobre el tema, con algunas limitaciones, con el<br />

objeto de no perder de vista el núcleo de interés selectivo de este estudio particular, relacionado<br />

con el periodismo y el <strong>lunfardo</strong>.<br />

Una de las puntualizaciones que deseo hacer se refiere al hecho que en numerosas fuentes literarias,<br />

bibliográficas, hemerográficas y legislativas mencionan la expresión ¨idioma nacional¨. En<br />

numerosos textos jurídicos y en la dogmática jurídica en general se asume que la interpretación<br />

y aplicación de las normas debe hacerse de acuerdo al sentido espiritual que a las palabras le es<br />

asignado por el pueblo * .<br />

Otra noción estriba en que el <strong>lunfardo</strong> no es el idioma nacional, todavía, pero sí es el presupuesto<br />

idiomático de un futuro idioma propio, nacional, argentino. De este modo expreso mi concepto<br />

sobre el <strong>lunfardo</strong>, sin ahondar en sus fundamentos, alcances y sectores y afluentes lingüísticos.<br />

2. El periodismo y el idioma nacional<br />

Lo indudable es que el periodismo tiene mucho que ver con uno y con otro, con el idioma nacional<br />

y con el <strong>lunfardo</strong>, porque ha sido el difusor o transmisor y a la vez ha receptado el idioma vivo, el<br />

lenguaje popular. Importa bastante porque el tema se liga a nuestra idiosincracia, a nuestra nacionalidad,<br />

a la personería de la Nación Argentina.<br />

Con la misma Revolución de Mayo nace al idea de la formación de un idioma nacional y se trató<br />

de un asunto de orden político, de romper otra atadura generada por España, donde la Real Academia<br />

Española -como se reconociera tiempo después- se crea con el fin de seguir manteniendo<br />

la subordinación idiomática de nuestros pueblos, una suerte de dependencia cultural e ideológica,<br />

además de la jurídica, subsistente durante muchos años, después de 1810, hasta la formación <strong>del</strong><br />

denominado ¨derecho patrio¨ o ¨derecho argentino¨.<br />

Una suerte de periodismo es la difusión de la poesía patria, gauchesca y popular, de carácter<br />

político, que, lógicamente no se escribe en <strong>lunfardo</strong>, pero tiene ingredientes españoles, campales<br />

e indígenas, y elementos que son el producto <strong>del</strong> amasamiento y transformación, de acuerdo a la


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

idea que informa que las palabras son hijas de la tierra.<br />

Lógicamente, el <strong>lunfardo</strong> aparece después, precedido de una profusa literatura y, en especial, por<br />

la obra de José Hernández, ¨Martín Fierro¨.<br />

En 1838, se funda la Asociación de Mayo y sus fundadores, Echeverría, Gutiérrez, Alberdi y otros<br />

inician, entre otros menesteres, la defensa <strong>del</strong> idioma nacional. La mayoría de ellos, como otros<br />

antes, como Moreno y Belgrano, fueron periodistas o hicieron periodismo, además de políticos.<br />

También en esa línea Sarmiento y Mitre, quien habría de fundar el diario ¨La Nación¨ y escribir la<br />

letra <strong>del</strong> <strong>tango</strong>-milonga ¨El Torito¨, cuyo disco se realizó en Alemania, con el sello ¨Chantecler¨.<br />

Juan María Gutiérrez llegó a sostener que el idioma nacional debía abrirse al neologismo (vocablo<br />

nuevo) y aun al barbarismo (mal empleo de palabras), y que no debía acatarse a la lengua española,<br />

pues quien legisla nuestro idioma acaba legislando nuestro pensamiento. Mitre, además,<br />

publicó el ¨Catálogo Razonado de las Lenguas Americanas¨.<br />

3. El periodismo y el <strong>lunfardo</strong><br />

El término ¨<strong>lunfardo</strong>¨ aparece en la década <strong>del</strong> ´60 (me refiero al siglo XIX). En la Argentina finisecular<br />

es un periodista de ¨La Nación¨, Benigno Baldomero Lugones, quien funda los estudios <strong>del</strong><br />

<strong>lunfardo</strong>, además de la sociología criminal. Escribe relevantes artículos en el diario al que pertenecía,<br />

donde cuenta las formas <strong>del</strong> robo, las características de los <strong>del</strong>incuentes y su terminología.<br />

Los más importantes artículos son ¨Los Beduinos Urbanos¨ y ¨Los Caballeros de Industria¨. Su<br />

vida es realmente interesante, llena de matices singulares, que tienen la impronta de una especial<br />

inteligencia y un talento también excepcional * .<br />

Es necesario mencionar a los principales periodistas que estudiaron y difundieron los estudios<br />

de <strong>lunfardo</strong> o bien lo utilizaron en sus obras, notas, comentarios y artículos. En la edad antigua,<br />

además de Benigno Baldomero Lugones, José S. Alvarez (Fray Mocho); en la edad media, Juan<br />

Francisco Palermo, Last Reason, Raúl Muñoz <strong>del</strong> Solar (Carlos de la Púa), Celedonio Esteban<br />

Flores (El Negro Flores) y Dante Linyera, Francisco Bautista Rímoli, que, además, escribieron<br />

poemas <strong>lunfardo</strong>s inolvidables; en la edad moderna, debemos citar a José Barcia, José Gobello,<br />

Luis Soler Cañas y Diego Lucero.<br />

Una verdadera y breve conceptuación, sobre Fray Mocho, hizo Alvaro Yunque, al decir que: ¨...<br />

es abigarrado, cosmopolita como el suburbio porteño ...¨, porque la definición se aneja al <strong>lunfardo</strong><br />

íntimamente. Enrique Dizeo lo hizo sobre Dante A. Linyera en su ¨Retrato¨, un ¨Bosquejo biográfico<br />

<strong>del</strong> ‘Taepo’ Dante A. Linyera ( Mi viejo compinche)¨:<br />

¨Ciudadano al ‘uso nostro’<br />

¡Linda estampa de susheta!<br />

un portento donde raye<br />

pero de esos de verdad.<br />

Ladino catalogado<br />

sin dársela de careta<br />

de mirada inteligente<br />

y un corazón de poeta,<br />

escribe en ‘ Canción Moderna’<br />

motivos de mi ciudad¨.<br />

Seguramente, por la especificidad de mis conceptos, estarán desbrozados de mis comentarios<br />

datos y referencias de muchos otros periodistas, mencionados aquí y omitidos <strong>del</strong>iberadamente,<br />

con la esperanza de recordarlos en otra ocasión con el tiempo y el espacio que merecen. Algunos<br />

descollaron en el cuento, el sainete y la novela, otros en la poesía y en la letrística tanguera;<br />

algunos en la historia <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y el <strong>lunfardo</strong> y más en el periodismo en general y en el periodismo<br />

deportivo, particularmente <strong>del</strong> turf y <strong>del</strong> fútbol, mejor dicho las carreras de caballos y el fobal o el<br />

fulbo; como decíamos antiguamente.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

4. Aproximación al <strong>lunfardo</strong><br />

Al margen de toda esa obra, que es lo cardinal y destacable, mediante el uso periodístico de<br />

voces extraacadémicas se fue formando una jerga periodística, en la Argentina como en todo el<br />

mundo, que, como toda jerga ( vocabulario de oficio, profesión, arte, artesanía u otras actividades)<br />

es un aporte a la formación y enriquecimiento <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>* * y por este conducto se convierte el<br />

<strong>lunfardo</strong> en instrumento idiomático <strong>del</strong> periodismo que, además, va absorbiendo extranjerismos,<br />

regionalismos, vocablos de otras jergas, nomenclaturas técnicas y científicas influenciadas también<br />

por la parla popular, transformaciones que los cultistas o puristas denominan deformación<br />

<strong>del</strong> idioma.<br />

Cuando se indaga de dónde se extraen las palabras que pasan a formar parte <strong>del</strong> léxico periodístico<br />

se mencionan todas las fuentes posibles: diccionarios, enciclopedias, glosarios, tratados<br />

de periodismo, léxico empleado en las cátedras y finalmente y, esto es lo importante indicar aquí,<br />

los términos usados en los periódicos, agencias, radios, televisión y el argot, o caló, gergo, giria,<br />

slang, o <strong>lunfardo</strong>.<br />

Como comprobación de la aproximación que el léxico periodístico tiene con el <strong>lunfardo</strong>, haré una<br />

breve muestra representativa, a saber:<br />

ARRANQUE. Primer párrafo de una información periodística, que resume los más importante.<br />

También se lo denomina ¨copete¨.<br />

BAILAR. Estar mal alineadas las letras de una línea.<br />

BIGOTE. Raya horizontal simétrica, más gruesa en el centro y fina en los laterales. Se utiliza<br />

para separar títulos o párrafos.<br />

BOMBO. Alabanza en una información o nota. ¨Dar bombo¨ es elogiar.<br />

CULO. Es el final de una bobina de papel. // Disposición de varias líneas de un titular o texto, de<br />

manera que vayan disminuyendo progresivamente de tamaño, aunque sigan centradas.<br />

CHUPADO. Tipo de letra alta y estrecha.<br />

DIARERO. Vendedor callejero de periódicos y diarios.<br />

FUMETTI. Del italiano, ¨humitos¨, por analogía con el humo <strong>del</strong> cigarrillo que sale de la boca,<br />

empleada para designar las palabras que salen de la boca de los personajes de las tiras cómicas,<br />

chistes e historietas.<br />

JIRAFA. En televisión, alargadera o brazo articulado que sirve para colocar el micrófono muy cerca<br />

de los actores, pero fuera de la imagen, en una grabación.<br />

NEGRO. Escritor que se gana la vida redactando trabajos que luego firma otra persona.<br />

PISTON. Publicación de una noticia importante por parte de un solo medio informativo.<br />

REFRITO. Nueva redacción, abreviada, de varias informaciones inéditas o ya publicadas. // condensado,<br />

digesto, resumen.<br />

SABANA. Formato grande de un diario.<br />

SAPO. Término despectivo para designar a un periódico que, subvencionado por el gobierno<br />

aprovechaba gran parte de la composición de otro periódico más importante.<br />

TAPAGUJEROS. Noticia de poca importancia que sirve para completar un espacio.<br />

TIJERETAZO. Recorte que se da a otra publicación para incluir una información en una revista de<br />

prensa. Algunos diarios, en España, incluyen una página completa de estos recortes, para hacer<br />

conocer la opinión de los demás.<br />

No he incluido <strong>del</strong>iberadamente el vocablo caniyita, ‘vendedor callejero de periódicos o diarios’,<br />

para destacar el vocablo, que se refiere a una creatura de nuestra vida ciudadana, muy estimada<br />

por los observadores de la dinámica de la ciudad. En muchos casos menores de edad, que no<br />

tienen capacidad jurídica para ese trabajo y, por lo tanto, se trata de un trabajo prohibido por ley.


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Empero, en los mismos diarios que venden aparecen editoriales en los que se condena el trabajo<br />

de menores prohibido por ley y, en determinados aniversarios, fotografías y comentarios relacionado<br />

con la conmemoración que hacen los caniyitas.<br />

José Gobello situa la voz en el orbe <strong>del</strong> lenguaje general y sostiene que caniyita es la denominación<br />

difundida a partir <strong>del</strong> estreno de ¨Canillita¨, sainete de Florencio Sánchez (Rosario, 1º de<br />

octubre de 1902; Buenos Aires, 4 de enero de 1904), cuyo protagonista, un niño vendedor de<br />

diarios, es apodado canillita, sin duda porque lleva las piernas desnudas: llamar canillas a las<br />

piernas y aludir a su desnudez como señal de pobreza era entonces frecuente. Yo agrego que en<br />

los días de invierno, en las madrugadas y mañanas frías, a estos chicos les mana el agua de la<br />

nariz, con lo que parece completarse el por qué <strong>del</strong> vocablo caniya.<br />

Este personaje de nuestras ciudades tuvo tres amigos ilustres que inmortalizaron su nombre genérico.<br />

El primero, fue, como lo he mencionado, Florencio Sánchez. El segundo, Carlos Gar<strong>del</strong>,<br />

de quien se pueden narrar muchas anécdotas con los canillitas.<br />

Una de ellas es la siguiente:<br />

En la edición extraordinaria de ¨Cancionero Inmortal¨, dedicado a Gar<strong>del</strong>, se relata:<br />

¨En oportunidad de realizar una gira por el interior <strong>del</strong> país, Gar<strong>del</strong> tenía que actuar en un cineteatro<br />

de Rosario.<br />

Cuando llegó a la puerta, se encontró con que un numeroso grupo de muchachos canillitas se<br />

hallaba esperándolo.<br />

Saludos afectuosos de ambas partes, y la siguiente pregunta de Gar<strong>del</strong>:<br />

- No van a entrar a verme?<br />

- Y... -contestó uno de los canillitas-, ganas no nos faltan... Pero no tenemos plata...<br />

-No se preocupen por eso, muchachos. En seguida lo arreglo.<br />

Gar<strong>del</strong> se dirigió a la boletería <strong>del</strong> cine y habló con el empresario:<br />

-Necesito que me hagas entrar gratis a todos esos muchachos que están ahí en la puerta...<br />

-Pero, Carlitos... ¡Son como veinte!<br />

-No me interesa...O los hacés entrar sin pagar, o yo no canto...!<br />

El empresario no tuvo más remedio que aceptar. Los muchachos canillitas entraron sin pagar...¨.<br />

La otra anécdota sucedió en Bahía Blanca. La he relatado en una comunicación académica, en la<br />

Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo:<br />

¨En la calle Soler, de la ciudad de Bahía Blanca, en zona de cafetines, lugares nocturnos y peringundines<br />

-con el sentido aportado por el erudito académico que preside nuestra Corporación-,<br />

dos fiolos conocidos se tirotearon mortalmente. Instantes después aparece por el lugar <strong>del</strong> hecho<br />

alguien que preguntó a un canillita: ¨-¿Qué pasó, pibe? ¿Le dieron juego al escupemelones?¨. La<br />

palabra fue muy difundida y aun hoy es escuchada. Según el relato que me hiciera mi amigo y coterráneo<br />

Armando Lacava, el canillita, que vive, recuerda reiteradamente y con orgullo el episodio,<br />

porque su interlocutor era Carlos Gar<strong>del</strong>.¨.<br />

El tercer insigne amigo de los caniyas, que coadyuvó a consolidar el mote, fue Dante A.Linyera,<br />

que, en ¨El Alma de la Calle¨, un poema sobre el canillita, escribe estos versos:<br />

¨Caniyita,<br />

clarín que pregona la ruda batalla<br />

...altoparlante de todas las buenas y malas.<br />

...canario cantor<br />

que vuela cantando por toda la jaula<br />

que es la ancha y maldita ciudad de los ricos<br />

¡sus propias miserias él canta!<br />

...Yo pienso, hermanito, cuando oigo el pregón<br />

cuando oigo el sarcasmo<br />

de tu vocerío que anuncia<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

papeles y diarios<br />

yo pienso que sos un cantor.¨.<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

5. Órganos de prensa escrita que difundieron el <strong>lunfardo</strong><br />

Con respecto a los diarios importantes debo mencionar ¨Crítica¨, donde escribieron numerosos<br />

periodistas y poetas <strong>lunfardo</strong>s; ¨La Nación¨, que inició la publicación de los primeros estudios sobre<br />

<strong>lunfardo</strong> y la vida lunfarda de fin de siglo; ¨La Razón¨, ¨Noticias Gráficas¨, ¨Clarín¨ y , en nuestro<br />

medio ¨La Nueva Provincia¨.<br />

En cuanto a revistas, ¨PBT¨, ¨Caras y Caretas¨, donde también se comentaron los procedimientos<br />

<strong>del</strong> <strong>del</strong>ito, instrumentos y vocabulario <strong>del</strong>incuencial; y, con relación al deporte, ¨El Gráfico¨ y otras<br />

de los clubes profesionales, además de otras relacionadas con el turf.<br />

Publicaciones específicas fueron los tradicionales álbumes, repertorios y recopilaciones; la ¨Canción<br />

Moderna¨, ¨El Alma que Canta¨ y ¨El Cantaclaro¨; ¨El Lunfa¨, ¨Publicación Porteña <strong>del</strong> Círculo<br />

de Poetas Lunfardos¨; el ¨Suplemento de Tango y Lunfardo¨, <strong>del</strong> diario ¨La Campaña¨, de Chivilcoy,<br />

dirigido por Gaspar Astarita, célebre autor de ¨Pascual Contursi¨, un libro sobre este famoso<br />

hombre de <strong>tango</strong>; luego, el periódico ¨Tango y Lunfardo¨, dirigido por Astarita.<br />

Pero, con respecto a ¨La Nueva Provincia¨, quiero echar un párrafo aparte.<br />

Hubo tiempo en que el diario esgrimió un idioma despojado de lunfardismos; probablemente una<br />

actitud razonada y <strong>del</strong>iberada sobre el desideratum de mantener la pureza idiomática.<br />

Sin embargo, la realidad no puede reflejarse exactamente si no se utilizan los términos de esa<br />

misma realidad; el periodista recoge el lenguaje <strong>del</strong> pueblo, de la realidad humana, se trate <strong>del</strong><br />

campo <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito, <strong>del</strong> deporte o los lugares de trabajo. Más, cuando no se trata de ¨dar bombo¨<br />

sino de ¨escrachar¨ entonces recurre más todavía al <strong>lunfardo</strong>.<br />

Así parecen haberlo comprendido algunos y, en otros, opera de modo inconsciente, como mecanismo<br />

<strong>del</strong> subconsciente o <strong>del</strong> inconsciente humano, donde se embolsa todo lo que reprime la<br />

conciencia.<br />

Creo que el diario comprendió la inevitabilidad <strong>del</strong> uso <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> alrededor de 1970, pues por<br />

primera vez me hizo un extenso reportaje sobre el tema, el periodista de ¨La Nueva Provincia¨,<br />

Silvio Gómez, a quien cariñosamente le apodaban ¨El Negro¨, igual que Celedonio Esteban Flores.<br />

Hasta ese año, 1970 más o menos, a Miguel Ángel Cavallo le habían sustituido algunas palabras<br />

en comentarios que enviaba desde Buenos Aires y, así, ¨rajá pibe¨ - según lo que me contó<br />

Cavallo- era reemplazado por ¨andate muchacho¨.<br />

Luego, en la columna ¨Aquí Buenos Aires¨ fueron introduciéndose numerosos lunfardismos y<br />

porteñismos. En ocasiones colaboré con él, en las oficinas de calle Tucumán, acercándole comentarios<br />

de interés que yo ¨pescaba¨ en la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, que funcionaba en<br />

las dependencias <strong>del</strong> Círculo de Periodistas, en calle Rodríguez Peña, casi Rivadavia, donde<br />

también funcionaba la Escuela de Periodismo, donde era profesor el Decano de los periodistas de<br />

la Reina <strong>del</strong> Plata - hoy ¨La Reina sin Plata¨-, don José Barcia, a la sazón presidente de la Academia<br />

Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, maestro de algunos periodistas que con el tiempo también recalaron en<br />

Bahía Blanca.<br />

Lo cierto es que después de 1970 no hubo limitaciones o recelos y las páginas se fueron poblando<br />

de vocablos populares, <strong>del</strong> idioma vivo. El ciclo alcanza a épocas recientes, en que ¨Ideas/<br />

Imágenes¨, suplemento de ¨La Nueva Provincia¨ publica mi extenso artículo sobre Benigno Baldomero<br />

Lugones, periodista y fundador de los estudios de lunfardía, hacia fines <strong>del</strong> siglo pasado.<br />

Quiero recordar como anécdota que, gracias a un equívoco de un grupo de periodistas jóvenes<br />

que fueron a Buenos Aires de vacaciones hace ya varias décadas, todos de ¨La Nueva Provincia¨,<br />

se difundió una nueva palabra. Según mi interpretación, habrían escuchado el lunfardismo ¨tanolai¨<br />

y divulgaron una parecida, ¨tananai¨, con el significado de individuo lelo, tonto; yo la registré y<br />

ahora está documentada en la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, con ese significado, a través de


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

un trabajo mío. ¨Tanolai¨, quiere decir ´italiano´; específicamente, ´napolitano´; se trata de ¨napolitano¨<br />

apocopado y luego aumentada con la sílaba ¨lai¨, según una de las leyes <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>,<br />

que tan bien son explicadas por Enrique Ricardo <strong>del</strong> Valle. Empero, Roque Aldabe, seudónimo<br />

de Roque Guarnaccia, que comenzó a desempeñarse como locutor y luego periodista, en L.u.2 y<br />

después el diario, el vocablo tananai, igual que bilila fueron creados y difundidos por él, muchos<br />

años después de su ingreso en 1938.<br />

6. Deporte y <strong>lunfardo</strong><br />

En materia de vocabulario periodístico no debe ignorarse la importancia <strong>del</strong> vocabulario deportivo.<br />

Entre este y el <strong>lunfardo</strong> existe préstamos e intercambio idiomáticos. Yo insisto en que las jergas,<br />

como la periodística, prevalentemente, forman parte de lo que denomino ¨<strong>lunfardo</strong>¨, ´presupuesto<br />

idiomático de un futuro idioma nacional´.<br />

En cierto escorzo, entonces, el <strong>lunfardo</strong>, en sentido amplio, es contenido <strong>del</strong> vocabulario deportivo<br />

y este, a la vez, puede analizarse por sectores o por deporte, individualmente. Muchas de las<br />

palabras pertenecen también al <strong>lunfardo</strong>, pero aquí tienen otro sentido en muchas hipótesis, en<br />

otras es igual y en otras más es bastante parecido.<br />

Fútbol *<br />

Las áreas que cubre esta especie de <strong>lunfardo</strong> se refieren a la actividad en general, a las funciones<br />

de cada sujeto, a las jugadas, a los motes, a los estribillos, a los contenidos de los reglamentos<br />

y a las tácticas, cuando no a las fuentes jurídicas, que absorben la parla real. Desde el punto<br />

de vista psicológico y sociológico aparece la figura <strong>del</strong> hincha, que colma toda la realidad social,<br />

la bibliografía, el cine, el periodismo, la hemerografía y la vida cotidiana. Veamos una muestra y<br />

hagamos lingüística comparada, a lo mejor sobrestimando al <strong>lunfardo</strong>, porque en este caso, la<br />

lingüística comparada se trata <strong>del</strong> estudio de las relaciones genéticas que pueden establecerse<br />

entre dos o más lenguas.<br />

ABANICO. Cierre <strong>del</strong> zaguero, con desplazamiento generalmente hacia el centro cuando el avance<br />

rival progresa por el otro flanco. En <strong>lunfardo</strong>: desplazamiento <strong>del</strong> milico cuando hacía vigilancia<br />

antiguamente, de esquina a esquina; desplazamiento o raje <strong>del</strong> escrushante cuando es avisado<br />

por el correo o campana.<br />

ACADEMIA. Aplicado a Rácing Club, desde sus tiempos de campeón ininterrumpido, durante siete<br />

temporadas (1913 a 1919). En <strong>lunfardo</strong>: es una condición <strong>del</strong> canchero; fue, asimismo, el salón<br />

atendido por camareras, donde se bebía y se bailaba; era un café en que servían mujeres y se<br />

tocaba música, generalmente el organillo; allí se bebía acompañado por dulces estimulantes, y se<br />

bailaba entre copa y copa, con la misma camarera.<br />

AMASAR. Se usa como apoyar el pie sobre la pelota, moviéndola sin desprenderse para desubicar<br />

al marcador y fue un proverbial recurso de Ernesto Grillo.<br />

BAILE. Supremacía establecida con todo el repertorio de esquisiteces futbolísticas, incluso con<br />

goleada. Gran fiesta, una ¨milonga¨, en acepción más vulgar aun, con un gran placer de quien<br />

domina, controla, escamotea, hace correr la pelota y desaira a oponentes. En <strong>lunfardo</strong>: con el<br />

mismo sentido, en otras actividades.<br />

BOMBAZO. Centro sin imaginación ni dirección inteligente. Puede ser un centro a la olla, un<br />

rechazo expeditivo angustiante o el remate desde lejos que puede caer con buenas posibilidades<br />

en cualquier ángulo <strong>del</strong> arco, siempre un envío aéreo con cierta ilógica.<br />

BOMBERO. Calificación popular para con un árbitro cuando se considera que actuó <strong>del</strong>iberadamente<br />

en perjuicio de un equipo. En <strong>lunfardo</strong>: traidor, infiel, desleal.<br />

BOLETA. (HACER LA). Vencer inapelablemente, con una mayor efectividad, gran clase y viveza.<br />

Una demostración incontrovertible de superioridad. Derivación análoga con el castigo al infractor<br />

de tránsito por parte de algún policía, inspector o ¨zorro gris¨. En <strong>lunfardo</strong>: muerte o asesinato; en<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

general, vencer.<br />

CANCHA. Campo de juego. En <strong>lunfardo</strong>: espacio, lugar; habilidad, destreza.<br />

CAÑONAZO. Disparo extremado en potencia, a quemarropa.<br />

Sinónimos: taponazo, balazo, sifonazo; ejemplos fueron Bernabé Ferreyra, Boyé, Borello, Peloso,<br />

Rivelinho, Rongo, Barrera, Cosso, Tarasconi.<br />

En <strong>lunfardo</strong>: medida doble de aguardiente o caña que se bebe de un trago: ‘tomar un cañonazo’.<br />

COLGADO (ESTAR). Futbolista no utilizado por su club, como castigo. En <strong>lunfardo</strong>: igual, pero en<br />

otras actividades; fracasado, privado de ciertos beneficios, abandonado, etc.<br />

ESTAMPILLA. Mote adosado a Yácomo, porque se le pegaba al puntero de su costado, en disciplinada<br />

marcación personal. En <strong>lunfardo</strong>: con similar sentido y también pegajoso, pesado.<br />

FANA. Fanático. En <strong>lunfardo</strong>: igual significado.<br />

LAZZATI, ERNESTO. El Pibe de Oro. En <strong>lunfardo</strong>: la palabra oro se aplica a todo lo que es de<br />

valor, cosa o persona.<br />

MATADORES (LOS). Identificación popular de San Lorenzo, 1968, campeón metropolitano.<br />

NERY, ARMANDO. Zaguero de Estudiantes, ¨el nene¨, por su reciedumbre. En <strong>lunfardo</strong>: igualmente,<br />

se denomina ¨nene¨ al individuo recio.<br />

PEINADA. Cabezazo suave. En <strong>lunfardo</strong>: es rasgo distintivo <strong>del</strong> cantor, <strong>del</strong> hombre de <strong>tango</strong>, <strong>del</strong><br />

bailarín, al fin, <strong>del</strong> argentino de la gran ciudad.<br />

PIFIADA. Chingada. Remate imperfecto o en falso, sin poder realizar el impacto. En <strong>lunfardo</strong>:<br />

error; en el billar, golpe en falso con el taco en la bola.<br />

PINCHARRATAS. Apelativo aplicado a los simpatizantes integrantes de Estudiantes.<br />

QUINIELEROS. Goles convertidos por casualidad. En <strong>lunfardo</strong>: el que juega quiniela, el banquero<br />

de la quiniela y el que toma el juego y lo pasa a la banca.<br />

ROMPE (LA). El que domina ampliamente. En <strong>lunfardo</strong>: con igual sentido.<br />

ROMPE REDES. Cañonero.<br />

TRIPERO. Perteneciente a Gimnasia y Esgrima de La Plata. Alude a un hecho sucedido en 1914,<br />

en que un grupo de Estudiantes se pasa al Club Independencia y de aquí a Gimnasia, encabezados<br />

por Emilio Fernández, que trabajaba de tripero en un frigorífico de Berisso.<br />

VOLEO. Remate con la pelota en el aire, impulsada con el empeine generalmente, aunque también<br />

con las caras interna y externa <strong>del</strong> pie. Es un shot violento y que por eso puede ser inatajable.<br />

En <strong>lunfardo</strong>: el ¨trabajo de voleo¨ es el robo que se hace corriendo de una cartera u objeto,<br />

que es arrebatado a la víctima.<br />

Mediante estos pocos ejemplos, en conclusión, puede comprobarse el juicio sentado líneas arriba,<br />

esto es: la común semántica, de modo parcial pero muy estimable, entre el <strong>lunfardo</strong> y el vocabulario<br />

periodístico y deportivo, en este aspecto, acerca <strong>del</strong> fútbol.<br />

Quiero destacar que Roberto Cortina Bazán, a cargo <strong>del</strong> programa ¨Tango , Fútbol y Amigos¨, en<br />

L.U.2, publicó el libro ¨Del Potrero al Estado¨, en Bahía Blanca, en 1985. Es un libro escrito con<br />

calor humano y lugareño. Allí están presentes también el barrio, el <strong>tango</strong> y el <strong>lunfardo</strong>, al que no<br />

desdeña y usa junto a voces populares, cuando no tomadas <strong>del</strong> cocoliche.<br />

También, el libro de Diego Lucero, seudónimo de Luis Sciuto, periodista de ¨Clarín¨, ¨Siento Ruido<br />

de Pelota...¨, de Editorial Freenland, Buenos Aires, 1975. En esta obra escribe de este modo:<br />

¨HOY COMIENZA EL CAMPEONATO Y HABRÁ FIESTA PARA RATO¨.<br />

¨...Que vayan otros giles a dejarse chacar por los de la AFA, a garpar espeso, a sufrirla de padecimiento<br />

físico y grandes dolores morale, a broncarla con los refles bombero, con los línema vendido<br />

al oro de Moscú y con los canas de la Montada que cuidan la boletería y te tiran el yobaca<br />

arriba los níscpero...¨.<br />

Innegablemente, sobre el fútbol existe poca bibliograífa, mucha hemerografía; escasamente se<br />

ocuparon los lexicógrafos y diccionaristas y no hay recopilaciones sectoriales sobre palabras que<br />

pertenecen a distintos aspectos, como es el caso de los estribillos, registrados en las canchas.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

¿Qué es un estribillo? Se trata de un verso o conjunto de versos que sirven de introducción a<br />

una composición o que se repiten total o parcialmente después de cada estrofa. Así es en algunos<br />

poemas tangueros. Con el mismo fin musical se lo conoció como copla o cuplé, <strong>del</strong> francés<br />

¨couplet¨, una antigua forma de la canción popular española desde el siglo XVII. Sirvió a la jota,<br />

la mazurca, la habanera y el vals. También se lo conoció como ¨refrán¨, distinto al refrán de la<br />

literatura, pero, en ocasiones con los mismos contenidos eróticos, obsenos o agresivos, según lo<br />

fundamenta Robert Lehmann Nitsche (Víctor Borde) autor <strong>del</strong> libro ¨Textos Eróticos <strong>del</strong> Río de La<br />

Plata¨.<br />

Empero, no siempre es así y muchas veces son acompañados por melodías conocidas, particularmente<br />

marchas, que más se prestan para estos casos:<br />

-¨Ahí están,<br />

ahí los ven,<br />

los que mandamos a la ´B´...¨<br />

-¨No te borrés,<br />

quedate en Caballito,<br />

si te quedás<br />

verás el show de los bichitos...¨<br />

-¨Boedo no se va...<br />

Boedo no se va...¨<br />

Por ejemplo, en el <strong>tango</strong> de Celedonio E.Flores (letra) y Francisco Pracánico (música), ¨Te Odio¨,<br />

luego de la primer estrofa, que tiene 8 versos, viene el estribillo; el mismo estribillo después de<br />

la segunda estrofa. Más, el estribillo es distinto de la coda, en el <strong>tango</strong>; ¨coda¨ deriva <strong>del</strong> italiano<br />

¨cola¨, es el período musical con letra o sin ella -generalmente de cuatro compases de extensión-<br />

incluido en la composición original o añadido para la interpretación, tomado de una de las partes<br />

<strong>del</strong> <strong>tango</strong> que se añade al final de la ejecución como broche brillante (Horacio Ferrer, ¨El Libro <strong>del</strong><br />

Tango¨).<br />

Pues bien, el periodismo deportivo recoge realidades específicas. Transmite al lector, al oyente o<br />

televidente, circunstancias, hechos y palabras. Hasta aquí he tratado de componer el espectro <strong>del</strong><br />

fútbol, de manera breve y, a continuación, lo haré con el turf.<br />

Turf<br />

Sobre el turf hay dos obras importantes: una es de Enrique Ricardo <strong>del</strong> Valle, titulada ¨Diccionario<br />

<strong>del</strong> Turf y las Carreras Cuadreras¨, editado por Prolam S.R.L., Buenos Aires, 1971; la otra, es<br />

<strong>del</strong> periodista José Barcia, ¨Diccionario Hípico¨, editado por Plus Ultra, Buenos Aires, 1978, que<br />

contiene voces y expresiones rioplatenses, con temas argentinos.<br />

En este campo, inevitablemente el periodismo debe recoger también el vocabulario propio; en<br />

realidad no se trata de una propiedad exclusiva, porque los vocablos son de distintos idiomas y<br />

también <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>.<br />

En esta materia pondré de relieve la labor de un periodista, muy antiguo, ¨Pancho Talero¨, que<br />

por su condición de intelectual, profesional <strong>del</strong> arte de curar, bohemio, político y legislador (que<br />

siguiendo las ideas de Hipólito Yrigoyen se opuso, como tal, al desarrollo <strong>del</strong> juego en todas sus<br />

manifestaciones en la Argentina), realizó curiosos estudios publicados por la prensa escrita, como<br />

por ejemplo el relacionado con los movimientos <strong>del</strong> caballo al correr. Se llamó Emir Mercader, que<br />

nación en 1900 y murió en 1964, también conocido como ¨El Negro¨, entre sus amigos, y sobre<br />

quien escribió Carlos Giacobone: ¨Desde muy joven ejerció también el periodismo, comenzando<br />

a escribir en el diario ´El Día´ de la ciudad de La Plata. pero donde se lució con donaire su pluma<br />

fue en la crónica <strong>del</strong> ´turf´ bajo el seudónimo de ´Pancho Talero´, donde lo deportivo estaba<br />

preñado de actualidad, de calle, de política, de su forma de pensar y ver las cosas. Sus notas en<br />

´Crítica´ y en la revista ´Esto Es´ marcaron toda una época¨.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

Pues bien, toda la prensa informa sobre el turf; también la especializada debe ser mencionada<br />

antes ¨El Disco¨, ¨La Fija¨ y ¨La Verde¨. Hoy, ¨Palermo Azul¨, para las carreras de La Plata; ¨Palermo<br />

Blanca¨, para las de toda la semana; y ¨Palermo Rosa¨, para las carreras de San Isidro y<br />

Palermo -hoy Hipódromo Argentino-.<br />

7. La prensa y la poesía lunfa<br />

Existe en el <strong>lunfardo</strong> una serie de voces y expresiones, registradas en fuentes de literatura popular,<br />

sobre la prensa escrita. Ahora comunicaré algunas, incluidas en poesías y letras de <strong>tango</strong>.<br />

Hace mucho tiempo circulaba la expresión ¨salir sobre los diarios¨, ´salir en noticias de policía´;<br />

con la inmigración, los italianos la adoptaron y en la versión italiana se transformó en ¨sul giornale¨,<br />

con el mismo significado. En el poema ¨Rocho Jovie¨, de ¨Runfla Lunfarda¨, leemos estos<br />

versos:<br />

¨Agunatiña mufoso el nuevo tiempo<br />

de laburos de grenas y pesadas;<br />

juna ´sul giornale´ que hoy los chorros<br />

albardean de a cocín en Valiant¨.<br />

Escrachado es, ´fotografiado´, también en página policial, siendo escrachador, ´fotografo´, por lo<br />

que José Pagano, en ¨La Señora <strong>del</strong> Chalet¨ escribió:<br />

¨Tendrás piano en vez de radio<br />

y ni se que mobiliarios,<br />

figurarás en los diarios<br />

en galería social<br />

aunque yo pa´ mantenerte<br />

esté siempre engayolado<br />

y eternamente escrachado<br />

en crónica policial¨.<br />

Diego Lucero recuerda algunos de los tantos versos que vinculan al periodismo, al deporte y al<br />

<strong>lunfardo</strong>:<br />

¨No venda la piel <strong>del</strong> gato antes de que esté en la olla<br />

y la olla en el brasero<br />

que el que nació para varas nunca llega a cadenero y a Valentím<br />

se le acabó el pimentón<br />

y en Boca no está Callá<br />

y por eso faltará<br />

quien haga el gol <strong>del</strong> campeón<br />

y para entrar en el área<br />

que cuida Ramo<strong>del</strong>gado<br />

ya te lo dije, pelado,<br />

va a haber que hacer la cesárea<br />

y este verso ha terminado¨.<br />

Con letra de Marambio Catán y música de Horacio Pettorosi, en el <strong>tango</strong> ¨Acquaforte¨ leemos<br />

estos versos:<br />

¨Y pienso en la vida...<br />

las madres que sufren,<br />

los hijos que vagan<br />

sin techo, sin pan ...<br />

vendiendo ´La Prensa´,<br />

ganando dos ´guitas´<br />

¡Qué triste es todo esto,


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

quisiera llorar!...¨.<br />

En el <strong>tango</strong> ¨Vencido¨:<br />

¨La negra melena enluta la almohada<br />

de un pobre muchacho que está en el final;<br />

pasea en la pieza su triste mirada,<br />

clavando el olvido su fiero puñal.<br />

La vista se entrega quedándose<br />

dejándole un velo de llanto amargao.<br />

El suelo que alfombra una Crítica sexta<br />

recibe un suspiro y un pucho o apagao¨.<br />

De Enrique Delfino y Alberto Vacarezza, ¨Talán ... Talán¨ (¨el mayor éxito <strong>del</strong> año¨ 1924):<br />

¨Talán, talán, talán...<br />

Pasa el tranvía por Tucumán.<br />

´Prensa´, ´Nación´ y ´Argentina´<br />

Gritan los pibes de esquina a esquina.<br />

´ranca e manana, torano e pera´<br />

Ya viene el tano por la vereda¨.<br />

¨Queja Gaucha¨ es un poema de Alberto Arana (Garbino), dedicado en 1924, y publicado por ¨El<br />

Alma que Canta¨, al director de ¨Crítica¨, Atilio Botana:<br />

¨Te has orquetao en el flete<br />

de las verdades sentidas<br />

demostrando en tus partidas<br />

tu caracú de jinete.<br />

Tus rodillas como ariete<br />

se han clavao en el bagual<br />

y en el páramo fiscal<br />

-dijo Huergo Avellanedaeres<br />

centauro que queda<br />

marcando un arco triunfal¨.<br />

8. Epílogo sobre la génesis <strong>del</strong> lenguaje<br />

Son muy conocidas las teorías acerca <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> lenguaje y es superfluo insistir demasiado al<br />

respecto, lo cual, además, escaparía en cierta medida a los propósitos de este trabajo.<br />

Empero, solamente he de recordar el concepto que el lenguaje se derivó de la imitación de los<br />

sonidos comunes que fueron escuchados. Los hombres imitaron sus propias exclamaciones e<br />

impresiones emocionales; los mismos sentimientos humanos habrían originado las interjecciones,<br />

verbi gratia ¡oh!, ¡uf!, ´mmm´ y ¡chist!.<br />

Se han citado los ejemplos de E.P. Tyler, de su libro ¨La Cultura Primitiva¨. Un dolor súbito, en<br />

casos, hace contener la respiración, produciendo el sonido de Aah. A veces la reacción emocional<br />

provoca un soplo, produciendo el sonido de Fuu.<br />

El siseo es una interjección emocional y primitiva. La cólera nos hace expeler violentamente el<br />

aire, causando una especie de rugido. La sorpresa y el asombro nos hace abrir la boca y producir<br />

una corta y rápida aspiración de aire, causando el sonido común de Ah. Los arrebatos emocionales<br />

de entusiasmo de los primitivos produjeron el sonido RA. Esto denota la vitalidad responsiva<br />

-es decir de respuesta- de la persona.<br />

Muchos idiomas incorporaron estas combinaciones, tal como nuestra palabra hurra.<br />

VII<br />

EL PERIODISMO Y EL LUNFARDO:<br />

INTERROGANTES Y RESPUESTAS<br />

2


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

2<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

Son innumerables los antecedentes con los cuales es posible dar respuesta a varios interrogantes,<br />

relacionados con el <strong>lunfardo</strong>, con la actitud asumida por el periodismo, con el desarrollo de<br />

esa franja idiomática y el papel que desempeñó el periodismo ante el mismo.<br />

Indudablemente, es imposible separar tal consideración <strong>del</strong> conjunto social y cultural, donde,<br />

además de nuestra realidad, nos encontramos ante varios tipos de hechos: sociales, literarios y<br />

periodísticos, entre otros; particularmente, se vinculan íntimamente y se ponen de manifiesto con<br />

respecto a expresiones criollistas (circo, sainete, <strong>tango</strong>, folclore, poesía popular, <strong>del</strong> campo y de<br />

la ciudad, novela, cuento, etcétera).<br />

¿Es el <strong>lunfardo</strong> un hecho lingüístico o literario? Jorge Luis Borges creyó en el hecho literario, de<br />

modo que ¨el arrabal se surte de arrabalero en la calle Corrientes¨; en apoyo de su creencia citó a<br />

Roberto Arlt, cuando dijo que se había criado en Villa Luro, entre gente pobre y malevos y realmente<br />

no tuvo tiempo de estudiar el <strong>lunfardo</strong>. Finalmente, afirmó Borges: ¨Yo tengo la impresión<br />

de que el <strong>lunfardo</strong> es artificial. Que es una invención de Gobello... y de Vacarezza¨. Me remito a<br />

sus obras ¨El Informe de Brodie¨, ¨Evaristo Carriego¨ y ¨Borges, el Memorioso¨ (esta última, conversaciones<br />

con Antonio Carrizo).<br />

Más allá <strong>del</strong> sainete, de las letras de <strong>tango</strong> y los discos, no mencionó al periodismo, que significó<br />

el factor más importante de difusión al comunicar socialmente las circunstancias de nuestra vida<br />

como comunidad nacional, cuando no promover las expresiones <strong>del</strong> pueblo, en materia de usos,<br />

costumbres y arte popular.<br />

1.Un error original<br />

Las palabras son hijas de la tierra: de otro modo, de las circunstancias. Dios dio al ser humano el<br />

don de la palabra, la libertad y la responsabilidad. El espíritu <strong>del</strong> pueblo transforma el idioma, en<br />

un proceso muy lento. Una cosa es la formación de una lengua o un sector <strong>del</strong> idioma (dialecto,<br />

sublengua, jerga, etcétera) y otra el nombre con el que se designa al fenómeno de formación o<br />

transformación.<br />

Tan sólo por dar un ejemplo: con la Revolución de Mayo aparecen algunos vocablos, de creación<br />

popular, que hoy día podrían ser considerados lunfardismos, con la escritura y el significado <strong>del</strong><br />

caso (maceta era el que estaba con la Revolución, pero no hacía nada por ella; y reyuno, porque<br />

alguien se sentía más cerca <strong>del</strong> rey que de los patriotas).<br />

Pero en la segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX comienza a utilizarse la denominación de <strong>lunfardo</strong> al<br />

idioma <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito (más propiamente jerga, argot, vocabulario, etcétera). Se trató de un error inicial,<br />

dado que el inmenso mundo de la expresión oral, en nuestra comunidad, con comunes denominadores,<br />

estaba compuesto con palabras de las lenguas aborígenes; de extranjerismos -lenguas,<br />

dialectos y vocabularios marginales-, vocablos <strong>del</strong> español, con grafía y significación distinta; de<br />

jergas de oficios y también <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito; de voces campales y regionalismos.<br />

Recién hoy podemos arribar a una conclusión distinta, esto es que el <strong>lunfardo</strong> es mucho más que<br />

el idioma <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito y que éste es solamente una pequeña parte <strong>del</strong> conjunto. El error consistió en<br />

algunas notas periodísticas y en los primeros libros relacionados con el tema. Sin embargo, el periodismo<br />

divulgaba y publicaba obras de literatura popular, campera y urbana, entre 1810 y varias<br />

décadas después, cuando tiene lugar el ¨fenómeno criollista¨, desde ¨El Gaucho Martín Fierro¨,<br />

hasta Carlos Gar<strong>del</strong>, que inaugura el <strong>tango</strong>-canción (con letra y argumento que encaja perfectamente<br />

en la estructura musical).<br />

Quiero decir: todo ello, incluyendo la obra de José Hernández, además de la versería y la obra<br />

gauchesca anterior, enriqueció al <strong>lunfardo</strong>. Pero, decía, el periodismo escrito comunicó las manifestaciones<br />

<strong>del</strong> fenómeno. Veamos cómo fue, seguidamente.<br />

2.Prehistoria de la información


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

El primer artículo conocido se publicó en ¨La Prensa¨, el 6 de julio de 1878; luego, los artículos<br />

de Benigno Baldomero Lugones, un año después, en ¨La Nación¨. Simultáneamente se difundían<br />

poesías, como una de José J. Podestá (el famoso payaso criollo ¨Pepino el 88¨), con contenidos<br />

relacionados con el compadraje y las circunstancias <strong>del</strong> momento (¨Recordarán que Pepino/hizo<br />

un canto al compadraje,/con maneras y lenguajes/que usa el carrero argentino;¨).<br />

El periodista Juan A. Piaggio había publicado, también en ¨La Nación¨ (11 de febrero de 1887) un<br />

texto que muestra el costumbrismo lunfardesco, titulado Caló porteño (verbi gratia: ¨-Me lo dio la<br />

paica. ¿Vamos a atorrar? Son las once./-¿Estás soñando? ¡hay farra!/¿De veras, ché?¨). Cuando<br />

los payadores urbanos comenzaron a convertirse en cantores, publicaban sus ¨payadas¨ (el mayor<br />

coleccionista de estas revistas y de los folletos donó su hemeroteca a Alemania).<br />

Una revista antecesora de ¨Caras y Caretas¨, hacia 1892, publicaba poesías lunfardas o lunfardescas;<br />

a partir de allí, los cuentos de Fray Mocho, las poesías de Andrés Cepeda y, en ¨Caras y<br />

Caretas¨ las de Evaristo Carriego, las letras de Gregorio Angel Villoldo (¨Yo tengo una percantina/<br />

que se llama Nicanora/ y da las doce antes de hora / cuando se pone a bailar,¨).<br />

Aquí, entre nosotros, ¨La Nueva Provincia¨, no desdeñó en sus comunicaciones, el vocabulario<br />

<strong>lunfardo</strong> que la realidad social transmitía: en su sucesivas notas, desde su fundación aparecieron<br />

raspa, ´ladrón´; <strong>tango</strong> con corte, ´danza <strong>del</strong> <strong>tango</strong> con esa figura´; botón, ´vigilante´; calote,<br />

´hurto´; y muchas otras palabras difundidas en la ciudad de Buenos Aires hacia fines de siglo, al<br />

tiempo de la fundación <strong>del</strong> diario, por don Enrique Julio.<br />

3.Después <strong>del</strong> <strong>tango</strong> canción<br />

El <strong>tango</strong> canción no habría tenido tanta expansión de no haber sido por el periodismo; cabe<br />

afirmar lo mismo con respecto al <strong>lunfardo</strong>, presente en las letras, particularmente a partir de ¨Mi<br />

Noche Triste¨, de Pascual Contursi, además de haber estado presente en el sainete criollo -o<br />

porteño o nacional- en varias décadas en que hasta los más humildes podían concurrir al teatro,<br />

donde criollos y extranjeros entendían el <strong>lunfardo</strong> y el cocoliche, producto de la inmigración.<br />

A partir de entonces (año 1917) la prensa escrita realizó concursos de letras, con premios (¨Por<br />

la Pinta¨ -Gar<strong>del</strong> le puso ¨Margot¨ como título- $5; el diario fue ¨Ultima Hora¨), y, más, absorbió<br />

en plenitud al <strong>tango</strong>, <strong>lunfardo</strong> incluido, y una pléyade de periodistas lúcidos y talentosos se convirtieron<br />

en letristas de <strong>tango</strong>s: Celedonio Esteban Flores, Carlos Raúl Muñoz (Carlos de la Púa),<br />

Alfredo Le Pera, Francisco Bautista Rímoli (Dante Lineyra, fundador de la revista ¨La Canción<br />

Moderna¨, antecesora de ¨Radiolandia¨).<br />

La radiodifusión hizo los suyo, concidentemente, hasta que se efectivizan los intentos de excluir y<br />

censurar al <strong>lunfardo</strong> por decisión oficial (lapso 1943-1946), con lo cual las tareas debían ser cantadas<br />

sin lunfardismos, generando la ridiculez y numerosos chistes, entre éstos, el que informaba<br />

que el <strong>tango</strong> ¨Guardia Vieja¨ pasó a intitularse ¨Cuidado Mamá¨.<br />

VIII<br />

NOTAS PARA UNA CONCEPTUACIÓN DEL LUNFARDO<br />

1.Glosa a propósito <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong><br />

Ese fenómeno idiomático que hoy se denomina ¨<strong>lunfardo</strong>¨, existió desde siempre, en todo el mundo,<br />

en toda la historia.<br />

Potter enseña que desde los primeros sonidos guturales <strong>del</strong> ser humano, comenzó a formarse el<br />

lenguaje oral, con su ilimitada diversificación en los tiempos actuales.<br />

En la década <strong>del</strong> 1880 en la Argentina comienza a difundirse el vocablo ¨<strong>lunfardo</strong>¨, derivado de la<br />

palabra ¨lombardo¨. Los lombardos fueron en la edad media guerreros, invasores, imperialistas,<br />

amigos de lo ajeno; y después, adquieren fama como usureros.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

2<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

Cuando llegaban los inmigrantes lombardos a la Argentina subsistía ese demérito; y ser lombardo<br />

equivalía a ser mala persona. La transformación <strong>del</strong> vocablo cumplió una de las leyes idiomáticas<br />

y <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>: la ¨o¨ se transforma en ¨u¨; la ¨b¨ en ¨v¨ y esta en ¨f¨fricativa.<br />

Aparece por primera vez en una obra escrita en cocoliche, de autor anónimo, titulada ¨Los Amores<br />

de Giacumina¨. Allí, un personaje italiano le dice a otro: ¨-Altu ahí! Me hicas nu es lunfarda¨.<br />

Tenía aplicación con relación a los chicos que robaban en los almacenes, los rateritos; después<br />

se aplicó al ruflán, al chulo, al ladrón, a la gente de mal vivir.<br />

Hacia 1879 se iniciaron los estudios de este vocabulario, con los artículos de Benigno Baldomero<br />

Lugones, publicados en ¨La Nación¨, donde contaba las formas de robar y la terminología utilizada.<br />

Estos artículos se titularon ¨Los Beduinos Urbanos¨ y ¨Los Caballeros de Industria¨.<br />

Luego se publicó el ¨Idioma <strong>del</strong> Delito¨, diccionario de Antonio Dellepiane, que fuera profesor de<br />

Historia General <strong>del</strong> Derecho en la Universidad Nacional de Buenos Aires. A Lugones se lo consideró<br />

fundador de los estudios y además, fundador de la antropología criminal en la Argentina.<br />

Más a<strong>del</strong>ante se publicaron el diccionario de Luis Contreras Villamayor y otras obras. Pero fueron<br />

el sainete, el <strong>tango</strong> y el periodismo, los principales difusores <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>.<br />

En la década <strong>del</strong> 30 comenzaron los inventos para la prohibición de este vocabulario. Pero no<br />

tuvieron éxito. Hasta que la Real Academia de la Lengua, acepta un trabajo de la Academia Porteña<br />

<strong>del</strong> Lunfardo, en el que se demuestra que el <strong>lunfardo</strong>, en realidad, no es lenguaje <strong>del</strong>incuencial,<br />

o carcelario, sino que es idioma vivo; una sublengua. Como dice Teruggi, una de las más<br />

ricas <strong>del</strong> mundo.<br />

No tiene origen carcelario y no es el idioma de los <strong>del</strong>incuentes como generalmente se repite sin<br />

fundamento. Ahora es patrimonio común.<br />

Como toda sublengua, el <strong>lunfardo</strong> absorbe voces de otras lenguas, sean extranjeras o aborígenes;<br />

el pueblo modifica el idioma y el pueblo hace el idioma, en el constante fluir de la vida humana.<br />

Las palabras son hijas de la tierra, de las circunstancias, <strong>del</strong> medio, de la realidad en todo sentido;<br />

inclusive la realidad social y cultural de una comunidad.<br />

2.¿El <strong>lunfardo</strong> en la picota?<br />

Todavía hay quiene quieren exponer al <strong>lunfardo</strong>, atándolo a un poste, como a los reos de la antigüedad;<br />

más todavía algunos quieren enjuiciarlo y exhibir su cabeza a la vergüenza.<br />

Ello sucede en algunos ámbitos pseudo-científicos. En ocasiones, los mismos que lo condenan<br />

utilizan lunfardismos sin saberlo; pretenden un idioma de laboratorio, estructurado científicamente,<br />

y no advierten que, a la larga y a la corta, todo el mundo termina aceptando incondicionalmente<br />

el idioma que transforma el pueblo.<br />

Sobre este cimiento, ya no cabe hablar de corrupción o deformación <strong>del</strong> lenguaje, sino de transformación,<br />

en casi todos los casos. ¿Por qué en una generalidad de casos y no en todos? Porque<br />

una palabra, venga de donde venga, necesita tiempo y cierta frecuencia de uso y difusión para su<br />

consolidación.<br />

Por falta de información y de investigación adecuada se repiten conceptos irreflexivamente, como<br />

si fueran ¨verdades¨ que no necesitan demostración o que no merezcan ser fundadas. Incluso,<br />

existe una idea bastante extendida en el sentido de que los grandes escritores utilizaron una lengua<br />

pura. Esto está desmentido por la obra de Cervantes, de Alighieri, de José Hernández y de<br />

una serie infinita de autores. Igualmente respecto a los más ilustres periodistas. Y, asimismo, de<br />

los más notorios legisladores.<br />

Cuando inicié, hace muchos años, entre otras, la tarea de recopilar citas y conceptos, tendientes<br />

a justificar o legitimar el uso <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, no imaginé la riqueza de referencias literarias y lexicográficas<br />

que, cualquiera que practique esta ciencia práctica, que es la lexicografía, tiene a su


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

alcance. Lo suficiente como para abandonar la tarea, a pesar de lo cual la Academia Porteña <strong>del</strong><br />

Lunfardo sigue publicando estos trabajos, además de otros de mayor envergadura.<br />

Esto que se denomina ¨<strong>lunfardo</strong>¨ hunde sus raíces en el tiempo, en la historia y, más cerca nuestro,<br />

en la propia nacionalidad. Sin embargo, se lo pone en el poste como a un reo y se repite que<br />

es el lenguaje de los <strong>del</strong>incuentes, o que nació en las cárceles o que se trata de un lenguaje de<br />

ocultación en absoluto. Como si un día los <strong>del</strong>incuentes, o los presos, o el lumpenproletariado<br />

se hubieran juntado para decir crear un vocabulario; como si fuera posible decir que a esto se le<br />

asigne una partida de nacimiento. Siempre reitero lo <strong>del</strong> filólogo Potter: el idioma comienza con<br />

los primeros sonidos guturales <strong>del</strong> hombre primitivo. Hoy tenemos cuatro mil lenguas y dialectos.<br />

Y a pesar de todo ello quieren encarcelar a esta facultad humana, la que debe ejercitarse y desenvolverse<br />

en libertad, aunque también con dignidad.<br />

3.Lunfardo en flor<br />

Como una vez dijo José Gobello que, quienes cultivamos los estudios sobre <strong>lunfardo</strong>, no somos<br />

las flores sino los jardineros, valga la expresión <strong>lunfardo</strong> en flor para señalar el momento previo a<br />

la madurez, sino de plenitud, de este tipo de quehacer técnico o práctico -o, por qué no, científico-<br />

y también de sus manifestaciones artísticas y literarias, inescindibles de la etimología, la semántica<br />

y las referencias lexicográficas.<br />

El desarrollo adquirido en los últimos tiempos nos determinan a un análisis de su estado actual,<br />

en forma objetiva, es decir sin ánimo de brindar un espectáculo, sin perjuicio de las interpretaciones<br />

erróneas de desconocedores o asombradizos. Ese desenvolvimiento lo merece: reconocido<br />

como una de las sublenguas más ricas <strong>del</strong> mundo, sostenemos su carácter de presupuesto idiomático.<br />

Prevalece su estudio dentro <strong>del</strong> ámbito de una institución reconocida: La Academia Porteña <strong>del</strong><br />

Lunfardo. Trasciende su marco e interesa a todos: los escritores, estudiosos y estudiantes; escuelas<br />

y universidades; instituciones e institutos, tanto nacionales como extranjeros; en fin, al pueblo<br />

todo. Sus trabajos son conocidos en muchos países y, en casos, traducidos. Mantiene relaciones<br />

con corporaciones similares y hasta convence a la Real Academia Española acerca <strong>del</strong> significado<br />

de la voz <strong>lunfardo</strong> (véase las últimas ediciones <strong>del</strong> ¨Diccionario de la Lengua Española¨, de<br />

esa academia). No ha de extrañar entonces que los textos <strong>lunfardo</strong>s sean leídos, de acuerdo a un<br />

programa de estudios, en las clases que en materia vinculada al tema se dictan en una universidad<br />

estadounidense.<br />

Que no resulte peregrino hablar, por lo tanto, de quienes investigan acerca este asunto, tan importante<br />

para la vida de una nación. (El lector que no lo crea tiene una rica y preciosa bibliografía<br />

que consultar, además <strong>del</strong> acervo hemerográfico, pues mucho se debe al periodismo, no solamente<br />

en este aspecto sino en otras disciplinas, afines o no, principales o auxiliares). Pensadores,<br />

periodistas, profesionales, magistrados, escritores, profesores, historiadores, sociólogos y<br />

artistas, se encuentran comprometidos en la tarea; casi todos ellos han descollado dentro y fuera<br />

<strong>del</strong> país, en la realización de las diversas labores intelectuales emprendidas.<br />

Esa flor llamada <strong>lunfardo</strong>, no por parecer exótica, ha despertado la atención de científicos de muchas<br />

partes <strong>del</strong> mundo. La última manifestación fue reflejada en una noticia periodística sobre los<br />

trabajos de un grupo de filólogos, en California, destinados a ¨dilucidar diversos aspectos relacionados<br />

con el <strong>lunfardo</strong>, lenguaje familiar a los habitantes de Buenos Aires¨, con la ayuda de una<br />

computadora. Y a propósito de la preocupación de la profesora de lingüística castellana en la Universidad<br />

estatal de San José, Delia Hufton, no es la primera vez que se realizan encuestas ¨entre<br />

vendedores de diarios, empleados, mozos de bares y restaurantes, militares y profesionales¨.<br />

Algo más debemos expresar para configurar el estado actual <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>. Hablar de su plenitud<br />

haría imperdonable descuidar los resultados de su proceso formativo, por un lado, y de los productos<br />

de la investigación, por otro. Respecto al primer aspecto, haremos una pregunta previa:<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

hay dentro <strong>del</strong> país un vocabulario, o dialecto o jerga que se haya desarrollado tanto como esta<br />

masa idiomática denominada <strong>lunfardo</strong>? Evidentemente no. Y valga la aclaración que no existen<br />

dialectos en la Argentina. Puede observarse su extensión no en una sino en varias manifestaciones<br />

de la vida humana y la cultura, de tal modo que hoy ya cabe hablar de transición, con el<br />

mismo sentido <strong>del</strong> paso <strong>del</strong> castellano al español, aunque todavía se discuta la terminología a<br />

utilizar correctamente. Aquí, si nos sacamos la idea con que se limita el <strong>lunfardo</strong> al lenguaje de<br />

chulos y rufianes, al marco de lo procaz y soez, comprenderemos los conceptos expuestos por<br />

Gian Giorgio Trissino, ¨Il Castellano¨: ¨Las lenguas toman su nombre de los lugares donde se<br />

habla naturalmente... Hablar naturalmente no debe entenderse en el sentido de origen, sino en el<br />

de uso corriente y natural. Por ejemplo, el florentino Barchi puntualiza que no dejan de ser naturales<br />

en Florencia las palabras de origen griego, provenzal o hebreo que allí son empleadas por el<br />

pueblo¨.<br />

Con relación a los frutos de la labor investigativa, en los últimos años han aparecido obras de<br />

singular relevancia; se realizaron cursos y seminarios; conferencias y artículos y -he allí lo superlativo-<br />

más de mil trescientos trabajos en la corporación lunfarda ya citada, la APL (Academia<br />

Porteña <strong>del</strong> Lunfardo).<br />

Importa mucho que no se vea en este panorama intención aviesa ni un espíritu aversus o una<br />

vocación maleva. Solamente una actitud científica y, coinciden-temente, un sentido nacional, igual<br />

que el descripto por el doctor Huarte de San Juan, en ¨Examen de Ingenios¨: ¨Y así ninguno de<br />

los graves autores fue a buscar lengua extranjera para dar a entender sus conceptos; antes los<br />

griegos escribieron en griego, los romanos en latín, los hebreos en hebreo, y los moros en arábigo<br />

y así hago yo en mi español, por saber mejor esta lengua que ninguna otra¨.<br />

4.¿Qué es el <strong>lunfardo</strong>?<br />

Invariablemente resguardé el propósito de expresar con objetividad lo que es producto de una<br />

labor investigativa, a la cual no cabe desvincular -en cierta dimensión- los sentimientos y las<br />

valoraciones. Sobre este cimiento, entonces, edifiqué un concepto de <strong>lunfardo</strong> distinto a los ya<br />

conocidas. Digo que es diferente, pero no que es mejor. Con el andar <strong>del</strong> tiempo descubrí que en<br />

cierto modo coincidía con los estudios de otro investigador en el tema. Veamos, por lo tanto, en<br />

qué consiste.<br />

Antiguamente -y hoy, en muchas fuentes- se lo vinculaba al chulo, al rufián, el modo de hablar <strong>del</strong><br />

<strong>del</strong>incuente, al <strong>del</strong>incuente mismo, especializado en algunos tipos de <strong>del</strong>itos, particularmente contra<br />

la propiedad, o al sujeto de mala vida y, en especial, en el ámbito <strong>del</strong> proxenetismo. Algunos<br />

trabajos nos ilustraron sobre la etimología y la semántica, el origen de la voz y sus significados.<br />

Es por ello que además de ser aplicado al ladrón, se lo anejaba al chico ratero.<br />

De tal modo, enclavada la palabra en un ámbito <strong>del</strong>incuencial y también en el orbe carcelario, se<br />

afirmó que se trataba (o se trata) de un lenguaje de ocultación. Durante muchos años se mantuvo<br />

este criterio, hasta que la Real Academia Española, a instancias de Enrique Ricardo Del Valle,<br />

miembro de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo y estudioso de primera línea, modifica su posición<br />

al respecto y admite, en una tercera acepción, que se trata <strong>del</strong> lenguaje de la gente de mal vivir,<br />

propio de Buenos Aires y sus alrededores y que posteriormente se ha extendido entre algunas<br />

gentes <strong>del</strong> pueblo.<br />

En realidad, lenguajes de ocultación fueron el utilizado por los cristianos perseguidos, el de los<br />

presos para que no los escuchen o comprendan los carceleros, ya sea mediante palabras o por<br />

señas. Finalmente, podrían equipararse la nomenclatura utilizada por los alquimistas y por las<br />

escuelas secretas a las que pertenecieron muchos personajes históricos como Pitágoras o Paracelso.<br />

Cualquiera sea la génesis de las formas idiomáticas ocultas, en cualquier de sus vertientes, una<br />

cosa es considerarlas en determinado ámbito personal, temporal o espacial, y otra es estimar-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

las en el desenvolvimiento histórico, en su evolución, transformación y recepción por los grupos<br />

humanos. La aceptación es prueba de la utilidad, consolidación y legitimación, en el tiempo; ella<br />

no está dada en méritos a una verdad científica, sino contingente y fácticamente. Por eso cada<br />

pueblo tiene su ¨<strong>lunfardo</strong>¨, así se le representa con diversas voces: slang, giria, jergo, argot, etc.<br />

Tal desarrollo va ampliando su cuadro, lo va ¨enriqueciendo¨, de tal guisa que el <strong>lunfardo</strong>, en la<br />

Argentina, es una de las sublenguas más ricas <strong>del</strong> mundo; forman parte de él los vocabularios<br />

de la cárcel, <strong>del</strong> mundo <strong>del</strong>incuente, <strong>del</strong> arrabal, de las zonas rurales, las jergas, los localismos,<br />

provincialismos y regionalismos. Porque de alguna manera es necesario designar a esa balumba<br />

de palabras y modismos que generalmente no tuvieron acogida en el ¨Diccionario de la Lengua<br />

Española¨, porque son propias, lugareñas. Las conocemos registradas en el periodismo, en la<br />

literatura (comenzando por el ¨Martín Fierro¨, en la gauchesca aparecen gran cantidad de términos<br />

comunes al campo y la ciudad), en los actos de gobierno (las fichadas por la Municipalidad<br />

de Buenos Aires y la Escuela de Capacitación Administrativa de la Provincia de Buenos Aires son<br />

varios miles; aparecen en las leyes, los decretos, las resoluciones administrativas, los convenios<br />

colectivos de trabajo).<br />

Se trata, en consecuencia, de un lenguaje extra-académico, pero propio, lugareño, pues las palabras<br />

son hijas de la tierra y <strong>del</strong> medio humano. Por lo mismo, los catedráticos madrileños incorporaron<br />

al Diccionario aproximadamente cuatrocientas palabras hamponiles de Madrid, no así<br />

aquellas originadas en los países de habla castellana. Sin embargo, España no puede exhibir un<br />

idioma puro, por los dialectos existentes. Por lo visto, entonces, la aprobación no es un problema<br />

científico. De este modo la deformación idiomática cede paso a la transformación. Distinto es el<br />

caso de una palabra que hoy es innoble a aquella que lo fue, pero cambió. ¨dotor¨, como muchas,<br />

podrían ser considerada lunfardismo, pero Amado Nervo recordó que antiguamente era correcta.<br />

Lo que queremos significar es que la palabra es un don que Dios puso en el hombre y que el<br />

pueblo hace el idioma, o la modifica o lo agranda. Empero, no quiere decir que el lenguaje, en<br />

cualquiera de sus manifestaciones, siempre está justificado. No, pues el hombre merece respecto<br />

y la dignidad humana es un presupuesto insoslayable; mientras el grupo humano considere a<br />

una palabra innoble o soez, no debe ser utilizada. Esto está marcado por las circunstancias y los<br />

entornos, distintos, de acuerdo a las distintas actividades y vida social de la criatura humana.<br />

Hemos sostenido, fundadamente, que el <strong>lunfardo</strong> es un presupuesto idiomático. No podríamos<br />

asegurar cuál será su destino. Lo cierto y concreto es que no debe desdeñarse. No solamente<br />

por su uso, sino porque es objeto de estudio e investigación, tema de monografías en las universidades,<br />

objeto que se observa con atención en casi todos lados y en muchos centros externos al<br />

país. Lectura obligatoria en la asignatura castellano, en una universidad estadounidense, motivo<br />

de la existencia de proficua literatura y bibliografía. Su equivalente, en los EE.UU., el slang, motiva<br />

la presentación de un proyecto en el Senado para su adopción y allí, un profesor dijo que se<br />

enseñaba el inglés por enseñar un idioma distinto al que habla el pueblo, el slang.<br />

Solamente quienes desconocen el medio pueden afirmar, como se hizo fuera <strong>del</strong> país, que está<br />

compuesto el <strong>lunfardo</strong> por una veintena de palabras; sólo las sinonimia de cabeza ilustra más de<br />

cuarenta. Como la gente cuando se expresa no repara en la justificación o injustificación de los<br />

vocablos, no exageramos si decimos que es utilizado hasta por quienes lo condenan.<br />

Así y todo debemos asumir que muchas palabras tienen siglos de antigüedad, como mufa, chiripa<br />

o gil. Desde que el hombre comenzó a emitir sonidos guturales se expandieron las formas y la<br />

humanidad reconoce en nuestro tiempo varios miles de idiomas, sublenguas, dialectos y vocabularios.<br />

Por otro lado, se desenvuelven las nomenclaturas de la filosofía, la ciencia, la técnica,<br />

el arte y la tecnotrónica, fenómeno inevitable a pesar de los puristas <strong>del</strong> idioma, en virtud de que<br />

la realidad <strong>del</strong> hombre impone la necesidad de la adopción, lo cual no quita que, en cierta dimensión,<br />

se ofrezcan, como es lógico, las resistencias <strong>del</strong> caso, con el objeto de no caer en una<br />

excesiva dispersión. Hemos dicho antes de ahora que los desenten-dimientos de los seres huma-<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

nos son promovidos por otros factores, muy variados ciertamente y, como es justo reconocer, en<br />

casos, por las palabras que expresan. Lo relevante es admitir que las palabras son derivadas de<br />

las realidades físicas y materiales, y producidas por el espíritu <strong>del</strong> pueblo.<br />

En fin, esto que crean o modifican los grupos humanos, primarios (la familia, un vocabulario<br />

familiar), secundarios (jergas, dialectos), o superiores (el Estado, cuando declara la adopción de<br />

un idioma en base a regionalismos o dialectos), no es el resultado de una actividad o un comportamiento<br />

racional, prevalentemente; asimismo, lo que señalamos como <strong>lunfardo</strong> podría tener otra<br />

designación, no importa cuál es ésta, ya que al fin de cuentas históricamente probado está que<br />

toda palabra es provisional. Se la acepta porque se la necesita para definir. Por eso se ha dicho<br />

que, en verdad, no existen los lunfardismos. Son palabras, ni más ni menos, como dirían los académicos,<br />

sonidos articulados que expresan ideas. Y, para que no se interprete mal mi punto de<br />

vista, con una dosis de dignidad y el basamento de la moral.<br />

IX<br />

RELACIONES<br />

1.Tango<br />

Transcribo parcialmente un reportaje que me hicieran en Bahía Blanca:<br />

¨-¿Qué es el <strong>lunfardo</strong>?<br />

-Es una sublengua, presupuesto <strong>del</strong> futuro idioma nacional. Se originó en nuestro país como lenguaje<br />

de ocultación y después fue extendiéndose y enrique-ciéndose, según un concepto para mí<br />

erróneo...<br />

-¿Qué vocablos serían los más antiguos?<br />

-Todos tienen su larga historia, pero hay algunos que han podido ubicarse en el tiempo, por caso<br />

mufa, registrado desde la edad antigua; y gil, que ya tiene cuatro siglos de existencia.<br />

-¿Cuándo se incorporó al <strong>tango</strong>?<br />

-Coincidió con el nacimiento <strong>del</strong> <strong>tango</strong> milonga, pero en esa época no había muchas letras y sí<br />

existían cuartetas cantadas por el público, que generalmente eran de fuerte contenido soez. Pasados<br />

muchos años, el <strong>tango</strong> <strong>lunfardo</strong> más repre-sentativo era ¨El Ciruja¨.<br />

-¿Sus <strong>tango</strong>s preferidos?<br />

-¨La Casita de mis Viejos¨, ¨Giuseppe, el Zapatero¨ y ¨A la Gran Muñeca¨.<br />

2.Cocoliche y bachicha<br />

Antiguamente, el <strong>lunfardo</strong> era equiparado al idioma <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito. Lunfardo significaba ladrón, rufián<br />

y, en fin, <strong>del</strong>incuente o persona de mala vida. Luego, el vocabulario de estas personas era denominado<br />

<strong>del</strong> mismo modo.<br />

Con el tiempo fue cambiando el concepto. Se lo identificó con el lenguaje arrabalero, o con el<br />

porteño, es decir el habla de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires. No pocas definiciones<br />

se hicieron, desde diversos puntos de vista.<br />

La misma Real Academia de la Lengua Española -como ya lo señalé- modificó su criterio y admitió<br />

que la ¨jerga¨ se utilizaba en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores entre las gentes de<br />

mal vivir y que posteriormente, en parte, se extendió a las demás clases sociales y por el resto <strong>del</strong><br />

país.<br />

Pero lo que hoy se denomina ¨<strong>lunfardo</strong>¨ existe desde mucho antes. Tomando por caso la fecha de<br />

fundación de la República, en 1810 existían palabras que hoy pueden ubicarse en dicho marco<br />

idiomático.<br />

Ahora el <strong>lunfardo</strong> es una sublengua, la más rica <strong>del</strong> mundo, con aptitud para constituir no sé<br />

cuándo un idioma nacional argentino.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

El cocoliche aportó lo suyo al <strong>lunfardo</strong>. Nació como consecuencia de la inmigración italiana. Antes<br />

de la Revolución de Mayo ya había italianos en estas tierras; después llegaron más, con el apoyo<br />

de los gobiernos patrios en la búsqueda de artistas -especialmente músicos-, maestros y literatos.<br />

Luego se producen los tratados de inmigración con el Reino de las Dos Sicilias y más tarde el<br />

significativo flujo migratorio después de la Ley Avellaneda, en 1880.<br />

En algunas fuentes se afirma que se llamó ¨cocoliche¨ a la mezcla <strong>del</strong> idioma local con el napolitano,<br />

mientras que la mezcla con el dialecto genovés se habría llamado bachicha. Finalmente, lo<br />

que se repite hoy es que el cocoliche es una mixtura entre el lenguaje propio (o el español, como<br />

otros sostienen) y el italiano.<br />

Cocoliche significa mucho más. Tal como lo estableció José Gobello, en su ¨Nuevo Diccionario<br />

Lunfardo¨ (Editorial Corregidor, Buenos Aires, 1991), interpretando sus referencias, es el italiano<br />

acriollado, o emigrado que imita a los criollos o nativos. Se debe al apellido de un peón, oriundo<br />

de Italia, de la compañía teatral de José J. Podestá, cuyo lenguaje dio en intimar el actor Celestino<br />

Petray. El nombre de ese italiano era Antonio. Pero, como lo puntualiza Gobello, Cocoliche no<br />

es un apellido italiano y, entonces, se trató en realidad de Cuccoliccio, que sí es apellido italiano.<br />

3.Sanata y lenguaje jitanjafórico<br />

La jitanjáfora, al igual que las voces <strong>del</strong> ¨lenguaje sanatero¨, carecen de sentido. Es este el común<br />

denominador. Al ser incorporado como miembro de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, en 1967,<br />

precisé el alcance. La diferencia consiste en que la palabra jitanjáfora fue tomada de una poesía<br />

<strong>del</strong> poeta mexicano Brull, quien utilizaba palabras sin sentido para construir poemas, en los que<br />

se destacaba el sonido, el ritmo y la musicalidad de las palabras; en uno de ellos usó varias veces<br />

esa palabra, jitanjáfora.<br />

Comenté también que luego la psiquiatría la usó para significar las palabras que inventan los niños<br />

y los locos, como por ejemplo la que registra Emilio Mira y López, ¨señorita periodicastenica¨.<br />

Anzoátegui publicó en la Argentina el libro ¨Romances y Jitanjáforas¨.<br />

4.Sainete<br />

Con el objeto de bosquejar con la mayor claridad posible la presencia <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> en el sainete<br />

es conveniente puntualizar algunas referencias previas.<br />

En primer lugar, que hemos de considerar al <strong>lunfardo</strong> con la extensión que le asignamos actualmente,<br />

al margen <strong>del</strong> tiempo en que no tuvo esa designación -<strong>lunfardo</strong>- y de una segunda etapa,<br />

anterior a la contemporánea, en la que se lo consideró como lenguaje carcelario y <strong>del</strong>incuencial,<br />

extendido más tarde a otros campos de la vida humana.<br />

Lo ubicamos en el sainete primitivo, español, y después en el sainete criollo, o porteño o nacional,<br />

según los diversos conceptos y nombres referenciados en la bibliohemerografía argentina.<br />

Con el nacimiento de la nueva nación<br />

En 1811 aparecen las primeras figuras de nuestro incipiente teatro. Intervenían tanto en la interpretación<br />

de danzas como de tonadillas y entremeses. El fandango era uno de los bailes predilectos.<br />

Ana Campoamor, la primera cantante arrabalera de nuestra escena, y, sin duda, mulata, no<br />

sólo era buena actriz sino que bailaba y cantaba alborotando a los espectadores. Las letras tenían,<br />

idiomáticamente, el signo lunfa -aunque todavía no se usaba la palabra ¨<strong>lunfardo</strong>¨ porque no<br />

existía con la significación que habría de tener más a<strong>del</strong>ante- (ver colección de fascículos ¨Tango.<br />

Un siglo de Historia¨, de Editorial Perfil S.A.).<br />

Cuatro años después, el periódico ¨El Independiente¨ se refiere a los personajes y al vocabulario<br />

teatrales, en obras en las que se baila y canta, presentando características que, en mi opinión,<br />

son similares a las que ostentaban los <strong>tango</strong>s de fin <strong>del</strong> siglo (ib.).<br />

Como se ve, desde entonces la canción (música y letra cantada) tuve inserción en el teatro y en<br />

1


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

2<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

el sainete, el que todavía no tenía sabor nacional, porteño o criollo, a pesar de que se admite que<br />

el origen criollo <strong>del</strong> sainete es de 1792, pues si bien el sainete es español, en ese caso se insertó<br />

un baile nativo en el sainete ¨El Amor de la Estanciera¨; en su letra aparecen los versos:<br />

¨Traiga su guitarra Marcos<br />

que un fandango hemos de hacer¨.<br />

De las tonadillas se habría derivado el sainete lírico.<br />

Barracas al sur y el resto<br />

Después de 1820 el cantor que se acompaña de guitarra es un personaje popular, entre otros.<br />

Sus ámbitos son variados, entre ellos el teatro. Invariable-mente el canto popular tiene inserción<br />

en el sainete y con el canto el lenguaje <strong>del</strong> pueblo. Al promediar el siglo XIX, en el sainete (español)<br />

se registra la palabra ¨<strong>tango</strong>¨ y hacia 1852 el ¨Diccionario de la Real Academia¨ lo define<br />

como ¨baile de gitanos¨. El dato más lejano es ubicado en el barrio de Barracas.<br />

Veinticinco años más y, según Vicente Rossi, es el teatro rioplatense que convierte la milonga en<br />

<strong>tango</strong> y dio a éste perduración y fama. Quienes bailaban <strong>tango</strong> en las piezas teatrales eran generalmente<br />

negros. En 1876 se denominó ¨<strong>tango</strong>¨ a un tema con letra titulado ¨El Menguengue¨,<br />

es decir ´el pequeño´. Nótese que el vocabulario africano es muy fuerte en la poesía tanguera y<br />

lunfarda (<strong>tango</strong> y milonga son palabras de origen afro).<br />

En 1890, tiene lugar ¨La Verbena de la Paloma¨, de Tomás Bretón. La habanera de ¨La Verbena<br />

de la Paloma¨ empieza con las célebres frases <strong>del</strong> barítono:<br />

¨¿Dónde vas con Mantón de Manila?¨ (ver Blas Matamoro, ¨Orígenes Musicales¨, en ¨La Historia<br />

<strong>del</strong> Tango¨ de Ediciones Corregidor).<br />

Habría de ser el sainete criollo, con temas criollos, el que incorpora el vocabulario criollo y <strong>lunfardo</strong>,<br />

porque justo es decir: el <strong>lunfardo</strong> se ha nutrido significativamente en el lenguaje <strong>del</strong> campo,<br />

entre otras franjas idiomáticas. Empero, ejerció su fuerte influjo en el sainete, más todavía cuando<br />

éste -por decir algo en forma provisional- se aporteña, con influjo inmigratorio incluido.<br />

En mi opinión el sainete fue un vehículo importante para la difusión <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> y el que menos<br />

experimentó la censura; por eso lo fue más que el lupanar, el peringundín o los lugares que estaban<br />

en la mira de las autoridades, que históricamente miraron recelosos a toda expresión artística<br />

popular.<br />

5.Ámbito carcelario<br />

Es indudable que el <strong>lunfardo</strong> acompañó al <strong>tango</strong> y que éste fue el vehículo que lo transportó al<br />

seno <strong>del</strong> pueblo, además de otros como el sainete, la poesía popular en general y un poco el<br />

cuento, la novela y, en mayor medida el periodismo escrito. El hecho que en sus orígenes el<br />

<strong>tango</strong>, por causa de su proscripción, se difundiera en determinados ámbitos, al incorporarse las<br />

letras, estas también tuvieron expresiones idiomáticas más utilizadas en esos lugares.<br />

Sin embargo el <strong>tango</strong> -letra y música- fue muy bien recibido por el pueblo y esta extensión hizo<br />

que se diversificara el contenido de su letrística, de tal manera que la temática cubrió toda la vida<br />

cotidiana: el trabajo, los deportes, los usos y costumbres, el barrio, el centro, el boliche, el café,<br />

los suntuosos recintos de diversión y el mismo hogar.<br />

No fue ajeno el campo y el suburbio, así como el habitante, cualquiera haya sido su condición<br />

social y económica.<br />

Un punto de partida histórico, generó un erróneo concepto: que el <strong>lunfardo</strong> es carcelario. Fue<br />

repetido por historiadores y docentes, que bucearon en las fuentes de nuestro idioma vivo. En casos<br />

se olvidaron de la inmigración y descuidaron la consideración, por ejemplo, de los italianismos<br />

que, hoy día suman dos mil aproxi-madamente.<br />

Numerosas palabras propias <strong>del</strong> campo, <strong>del</strong> lenguaje campero, fueron absorbidas por las letras<br />

de <strong>tango</strong> y la poesía lunfarda. En el ¨Martín Fierro¨ encontramos muchos vocablos que usual-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

mente los tenemos ubicados como lunfardismos. En ocasiones aparecen en la llamada ¨literatura<br />

culta¨. Innúmeras son, asimismo, las obras gauchescas en las que es posible encontrar las voces<br />

que, en un concepto amplio <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, deben ser conceptuadas como lunfardismos. En realidad<br />

se trata de un cimiento idiomático más rico de lo que un simple observador puede imaginar. Sí es<br />

justo reconocer que el lenguaje <strong>del</strong>incuencial y el carcelario hizo su aporte <strong>del</strong> mismo modo como<br />

lo hizo respecto al español y a otros idiomas.<br />

Lunfardo es la palabra hoy reconocida para representar al idioma popular, al idioma vivo de los<br />

argentinos, como el slang lo es de los ingleses y norteame-ricanos, o el argot de los franceses o<br />

la giria de los brasileros.<br />

6.Glosa periodística sobre un trabajo <strong>del</strong> autor<br />

En Bahía Blanca los reclusos tienen el <strong>lunfardo</strong> prohibido<br />

Una expresa disposición <strong>del</strong> reglamento de la unidad penitenciaria de Bahía Blanca prohibe a los<br />

reclusos comunicarse en <strong>lunfardo</strong> o con el idioma de la jerga carecelaria, que en ocasiones resulta<br />

ininteligible para el personal de guardiacárceles.<br />

Según el abogado Eduardo Giorlandini, miembro de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, ¨la norma<br />

surgió para evitar que sea utilizado un lenguaje de ocultación¨.<br />

Sin embargo en la cárcel bahiense circulan términos <strong>lunfardo</strong>s como abanicar, por abrir una<br />

puerta; burra: repisa que tienen las celdas de los reclusos trabajadores; casa: celda; lujos: yerba,<br />

azúcar, cigarrillos; mono: cama armada con colchón, sábanas y almohadas; paria: aquel que no<br />

tiene quien le traiga lujos; yuta: carcelero; leonera: cárcel; bufoso: revólver; pelar el bufoso: desenfundar<br />

un revólver; cohetazo: tiro. Hay además un idioma por señas: pasarse las manos por las<br />

solapas -por ejemplo- significa que no se debe hablar porque entre ellos hay un <strong>del</strong>ator.<br />

Esas voces se suman a ¨pasto¨ (yerba) y ¨brillo¨ (azúcar), que se conocen en todas las cárceles<br />

argentinas.<br />

Muy pocos bahienses, sin duda, conocen esa disposición y su origen. Giorlan-dini presume que<br />

en otros penales deben regir normas similares.<br />

El tema, interesante por cierto, llevó al lunfardista a suscribir una comunicación (¨Voces Carcelarias<br />

y una Prohibición <strong>del</strong> Lenguaje de Ocultación¨), que integra el acervo de la Academia Porteña<br />

<strong>del</strong> Lunfardo, en su sede de Lavalle al 1500, en la Capital Federal (hoy en Estados Unidos 1379).<br />

7.Prohibición ¨legal¨<br />

Durante casi cincuenta años se habló de un decreto <strong>del</strong> Poder Ejecutivo Nacional en el que se<br />

estableció la prohibición <strong>del</strong> uso de lunfardismos en las letras de <strong>tango</strong>, expresadas en los medios<br />

de comunicación masiva, particularmente la radiodifusión.<br />

Similar comportamiento sucedió con la expresión oral en otras manifesta-ciones <strong>del</strong> arte popular,<br />

como el teatro, con lo cual queda dicho que la prohibición alcanzaba a los ámbitos de la comunicación<br />

social, no masiva.<br />

Las referencias bibliohemerográficas en las que se advierte el concepto (prohibición por decreto)<br />

son innumerables, reiterativas y coincidentes, excepto una perteneciente a José Gobello, que<br />

incluso invitó a la investigación <strong>del</strong> asunto y así lo hice, ayudando a una respuesta, motivado por<br />

nuestro mentor y Maestro.<br />

A tal objeto, recorrí todas las publicaciones a partir <strong>del</strong> año 1939 (para no dejar vacío alguno),<br />

vinculadas a los diversos cuerpos normativos jurídico-legales (leyes, decretos, resoluciones y,<br />

especialmente, decretos-leyes, dado que esta era la denominación durante gobiernos de facto,<br />

en aquel tiempo) y realicé consultas en las Cámaras legislativas <strong>del</strong> Congreso de la Nación; la<br />

información que recibí de la Secretaría Parlamentaria de la Honorable Cámara de Diputados de la<br />

Nación consiste en que nunca existió la prohibición en forma expresa.<br />

Se habló también de circulares (una había sido firmada por José Ramón Mayo, prohibiendo per-


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

sonajes de Niní Marshall, Catita y Cándida; Niní Marshall se quejó de que los altos funcionarios<br />

decían ¨tiatro¨, en vez de ¨teatro¨, y ¨atores¨, en vez de actores; esos mismos funcionarios habrían<br />

sido los responsables de la prohibición <strong>del</strong> uso de lunfardismos en el <strong>tango</strong> -canción y hasta en<br />

los títulos de los <strong>tango</strong>s -ver Marta Merkin, Juan José Panno, Gabriela Tijman y Carlos Ulanovscky,<br />

¨Días de Radio -Historia de la Radio Argentina-¨; Espasa Calpe, Buenos Aires, 1997, página<br />

142.<br />

Se trataba de una serie de actos interpretativos de normas superiores, que aplicaron mediante<br />

memorándumes u oralmente, precedidos por antiguos antece-dentes, a partir de la petitoria que<br />

Ricardo Monner Sans, dirigida al Ministro de Instrucción Pública el 22 de septiembre de 1915,<br />

reiterada el 4 de febrero de 1918 al Ministerio José S. Salinas y más tarde la petitoria enviada al<br />

¨Alcalde¨ -decía que ésta debía ser la denominación <strong>del</strong> Intendente- de Buenos Aires (con más<br />

precisión ¨alcalde mayor¨) [ver Ricardo Monner Sans, ¨Disparates Usuales en la Conversación<br />

Diaria¨; Agencia General de Librería y Publicaciones, Buenos Aires, 1924, páginas 95 y siguientes].<br />

Los posteriores antecedentes son los suministrativos por don José Gobello, que se remiten a<br />

1935, según ¨Semanario¨, Buenos Aires, 4 de junio de 1981.<br />

Y he aquí lo más importante, a saber:<br />

Existen varios decretos que tienen que ver con el tema, en los que implícitamente está la cuestión,<br />

esto es, no en forma expresa y específica: a).Decreto 2473, <strong>del</strong> 5 de febrero de 1945 (comprende<br />

la regulación <strong>del</strong> servicio de radiodifusión, que es encomendado a la Subsecretaría de<br />

Informaciones <strong>del</strong> Ministerio <strong>del</strong> Interior, siendo el organismo competente la Dirección General de<br />

Radiodifusión; Boletín Oficial, 17 de febrero de 1945. b).Decreto 13474, <strong>del</strong> 14 de mayo de 1946,<br />

que aprueba el ¨Manual de Instrucciones para las Estaciones de Radiodifusión¨; Boletín Oficial, 28<br />

de mayo de 1946. c).Decreto 15633, <strong>del</strong> 23 de octubre de 1946, que reforma dicho ¨Manual ...¨.<br />

Quiere decir que de estos cuerpos normativos se derivarían los actos prohibitivos, pero por lo que<br />

acabo de anotar los decretos existieron desde principios de 1945 y de un modo relativo eran similares<br />

a los anteriores, con igual hermenéutica por los funcionarios; como muy bien y precisamente<br />

lo expuso Gobello -según ¨Semanario¨: ver líneas arriba -la cosa venía desde 1935 empujada por<br />

el titular <strong>del</strong> órgano competente (Correos y Telégrafos) Risso Dominguez.<br />

Ahora bien, transcribiré las normas que informan de los conceptos normativos a partir de los que<br />

surgió la prohibición:<br />

a).En el citado decreto 13.474/46 se hace referencia al ¨cúmulo de disposiciones adoptadas desde<br />

1933 a la fecha¨, que crean ¨confusiones y dificultades de interpretación¨. En el ¨Manual...¨se<br />

determina, en el artículo 5º que el contenido oral de los programas observará ¨las prescripciones<br />

impuestas por la moral, las buenas costumbres, el buen gusto, la preceptiva peculiar <strong>del</strong> micrófono<br />

y cualquiera otra razón de interés público que pueda o deba tenerse en cuenta¨. Por el artículo<br />

6º quedan comprendidas las canciones y letras cantables. Por el artículo 24º: ¨Deberá excluirse<br />

<strong>del</strong> micrófono todo diálogo, coloquio o parlamento, en que se provoque la hilaridad de los oyentes<br />

mediante recursos de baja comicidad, como los remedos de otros idiomas, la desfiguración<br />

sistemática <strong>del</strong> idioma nacional, so pretexto de pintar ambientes suburbanos o rurales <strong>del</strong> país o<br />

<strong>del</strong> extranjero, equívocos, exclamaciones y ruidos. Asimismo, todo diálogo, coloquio o parlamento<br />

de carácter efectista, lacrimoso, etcétera.¨. En el artículo 29º se prescribe que ¨la influencia<br />

popular no facilitará la explotación de vulgarismos temáticos o lingüísticos¨ (se relaciona esto, en<br />

el ¨Manual ...¨ con las letras cantables) y que ¨las canciones o letras cantables de carácter popular<br />

evitarán, en términos generales, las licencias de lenguaje, los modismos y jergas que privan en<br />

los bajo fondos, los remedos o imitaciones de idiomas extranjeros, los dichos groseros, las expresiones<br />

de mal gusto o de sentido equívoco o dudoso, etcétera (lo referido a canciones está contenido<br />

en los artículos 30 y 31).<br />

Los dos decretos mencionados arriba (a y b) fueron firmados por Farrel y el restante (c) por Perón,<br />

sin perjuicio de la anécdota conocida relacionada con el levantamiento fáctico de la prohi-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

bición por el entonces presidente Perón, en el tiempo contemporáneo en el que suscribe dicho<br />

decreto.<br />

A mayor ilustración agrego texto de la nota firmada por Samuel Yankelevich (Secretario General<br />

de Radio Belgrano, ¨Primera Cadena Argentina de Broadcastings S.A.¨), fechada en Buenos Aires<br />

el 1º de diciembre de 1943, de la que resulta el apercibimiento a Libertad Lamarque, por decisión<br />

de la Dirección de Radiocomunicaciones, por causa de ¨las modificaciones introducidas ... en las<br />

canciones propaladas durante su actuación <strong>del</strong> día 13 <strong>del</strong> mes de noviembre¨.<br />

RADIO BELGRANO<br />

PRIMERA CADENA ARGENTINA DE BROADCASTINGS S.A.<br />

Correspondencia Interna<br />

Buenos Aires, Diciembre 1º/43<br />

Para Sra. Libertad Lamarque<br />

Con verdadero desagrado nos dirigimos a Vd. para manifestarle que la Dirección de Radiocomunicaciones<br />

nos ha llamado seriamente la atención con motivo de las modificaciones introducidas<br />

por Vd. en las canciones propaladas durante su actuación <strong>del</strong> día 13 <strong>del</strong> mes de Noviembre.<br />

La nota de referencia destaca que debemos apercibir severamente a Vd. por la infracción cometida<br />

contra las disposiciones emanadas de esa Repartición, haciéndole saber que en caso de<br />

reincidir, le serán aplicadas sanciones más severas.<br />

Rogando a Vd. preste la mayor atención, a fin de no contravenir esas disposiciones, aprovecho la<br />

oportunidad para saludarle muy atte¨.<br />

Firmado: Samuel Yankelevich<br />

Secretario General<br />

8.Investigación y enseñanza<br />

40 años de Lunfardía<br />

Numerosas instituciones porteñas, vinculadas al <strong>tango</strong>, al <strong>lunfardo</strong>, a la poesía popular, al teatro y<br />

a las investigaciones relacionadas con nuestra Historia, con el idioma nacional y con nuestra música<br />

ciudadana, se han convocado en el Centro Cultural ¨General San Martín¨ de Buenos Aires,<br />

para conmemorar el viernes 3 de septiembre la aparición de ¨Lunfardía¨, libro de José Gobello,<br />

secretario de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo.<br />

¿Qué importancia puede tener la historia de la investigación idiomática en nuestro país, desde<br />

ese escorzo?<br />

Los primeros estudios nacieron con los artículos de un joven y talentoso periodista, Benigno Baldomero<br />

Lugones, en el pasado siglo. Otro joven, expulsado de su casa por dedicarse a ese tipo<br />

de estudios, fue Antonio Dellepiane. Reco-rriendo el itinerario de las investigaciones podríamos<br />

citar a numerosos autores.<br />

Pero, con toda objetividad y certeza, el fundador de esta ciencia singular (¨Lunfardología¨, en el<br />

concepto de Enrique Ricardo <strong>del</strong> Valle, vocablo con el que tituló su trascendente libro), fue José


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

Gobello. No solamente por la publicación de ¨Lunfardía¨ sino por su obra anterior y posterior,<br />

especialmente esta última, improntada en numerosos libros, monografías, opúsculos, artículos,<br />

recopilaciones, cursos, seminarios, conferencias y, por sobre todo, la creación de una institución,<br />

la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo.<br />

Esta Corporación es de carácter científico y además cumple una labor de difusión de nuestro arte<br />

popular, realiza importantes reuniones y publicaciones y está relacionada con centros y estudiosos<br />

de numerosos países, algunos de los que tienen su representación en la Academia Porteña<br />

<strong>del</strong> Lunfardo, que además de haberse fundado por José Gobello, se desarrolló como producto de<br />

su férrea voluntad, su laboriosidad y de la colaboración que supo despertar en escritores, estudiosos,<br />

periodistas, docentes, científicos y apasionados por el <strong>tango</strong>, particu-larmente, y por nuestras<br />

tradiciones, costumbres y cultura nacional, en todas sus manifestaciones.<br />

Creo que ¨Lunfardía¨ fue el comienzo de este fenómeno que expongo aquí. Tengo a la vista<br />

un ejemplar de la primera edición y leo: ¨Este libro se terminó de imprimir el 5 de septiembre<br />

de 1953. Gobello anunciaba, allí: ¨Con esta somera monografía no intento agotar el estudio <strong>del</strong><br />

lenguaje porteño, ni tampoco quiero dogmatizar¨. Y siguió. Y sigue hoy. En esa preciosa obra<br />

consideró las voces germanescas, <strong>del</strong> caló; italianismos y dialectismos; galicismos, brasileñismos<br />

e indigenismos. Impuso, con ¨Lunfardía¨ el mayor rigor científico a este campo de la lexicografía,<br />

tan estimado por los habitantes de nuestro país, en toda la vastedad de su geografía.<br />

La Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo<br />

Los estudios <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> -como fenómeno idiomático- no tuvieron un ámbito institucional sino<br />

hasta el momento de la fundación de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, lo que sucedió el 21 de<br />

diciembre de 1962. pero la actividad individual y personal, al menos con registro hemerográfico o<br />

periodístico, comenzó en la ¨prensa diaria¨, antes de 1878.<br />

En ese año, por primera vez -reitero, conocida- se publica un artículo en el diario ¨La Prensa¨, el<br />

6 de julio. Pero el ¨hecho lingüístico, denominado ¨<strong>lunfardo</strong>¨, existía desde antes todavía, aunque<br />

sin esta denominación. Luego, aproximadamente un año después, aparecen publicados en ¨La<br />

Nación¨ los artículos de Benigno Baldomero Lugones (18 de marzo y 6 de abril de 1979). Más<br />

tarde aparecería el diccionario de Antonio Dellepiane. Tal la situación, en los orígenes de los estudios<br />

<strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>.<br />

No pocas obras se escribieron en el transcurso <strong>del</strong> tiempo, hasta la fundación de la Academia<br />

Porteña <strong>del</strong> Lunfardo y de la obra de su principal fundador y nervio motor, don José Gobello,<br />

acompañado por un grupo de escritores, artistas e investigadores de la temática. Más, la relevancia,<br />

la responsabilidad y riqueza de tareas y obras, ha correspondido al nombrado, que hoy<br />

preside la institución. A él se debe la consideración y el respeto que se reconoce en centros<br />

importantes de investigación, dentro y fuera <strong>del</strong> país; igualmente, en el exterior residen literatos o<br />

científicos que pertenecen a la Academia como miembros correspondientes.<br />

No sólo el <strong>lunfardo</strong> y un farol<br />

El objeto de la Corporación es más amplio que el estudio <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, pues alcanza al arte popular,<br />

a la literatura popular, la gramática, la filología y todas cuantas fuentes se relacionan con<br />

el objeto específico. En efecto, en el acta fundacional de la Academia se puntualiza el ¨propósito<br />

de propender al estudio <strong>del</strong> lenguaje y la literatura populares porteños¨, lo que inevitablemente<br />

habría de extenderse a toda nuestra comunidad nacional, a actividades, obras y artes con las que<br />

se componen nuestras tradiciones y nuestra historia popular argentinas, que también la Academia<br />

se ocupa de difundir, libre de sectarismos y empujada por la afectividad y el sentimiento propios<br />

de una cultura nacional.<br />

Creo que el <strong>lunfardo</strong> no es un idioma culto, como el español, pero es una sublengua culta, propia<br />

de una cultura nacional Pues, como reza en el emblema de la entidad, un farol, ¨El pueblo agran-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

da el idioma¨.<br />

Al presentarse el primer libro-boletín de la APL se menciona el objetivo de examinar y esclarecer<br />

¨las peculiaridades <strong>del</strong> habla de la ciudad de Buenos Aires y de otras ciudades argentinas y<br />

rioplatenses, en particular en cuanto a los porteñismos y lunfardismos¨; se anunció que, en sus<br />

páginas, se registrará no sólo todo el trabajo que cumple la corporación sino, además, ¨la incesante<br />

corriente renovadora <strong>del</strong> genio creador <strong>del</strong> pueblo que nutre de continuo, con palabras,<br />

expresiones y modismos, ese cuerpo vivo que es el idioma de un país¨.<br />

Como lo recordara Gobello, recientemente, aparte de la tarea específica, la investigación lingüística,<br />

la Academia ofrece reuniones de extensión cultural, tales como muestras plásticas, conciertos,<br />

conferencias, cursillos, mesas de debates, etcétera.<br />

Un poco de historia<br />

La institución comenzó funcionando en una pequeña dependencia <strong>del</strong> Círculo de la Prensa, en<br />

Rodríguez Peña 60, de la ciudad de Buenos Aires. Años después tuvo su sede en Lavalle 1537,<br />

9º, A., de la misma ciudad y, finalmente, en Estados Unidos 1379, también en este lugar un edificio<br />

de su propiedad.<br />

Desde 1970 tiene personería jurídica, siendo una asociación civil sin fines de lucro, esto es, producto<br />

de la iniciativa privada, no recibe beneficio o privilegio alguno estatal.<br />

Tiene veintiocho miembros de número y otros tantos académico correspondientes, estos últimos<br />

radicados en las provincias y en el exterior <strong>del</strong> país. Antes de José Gobello fue presidida, sucesivamente,<br />

por don José Barcia, periodista; Marcos A. Morínigo, filólogo y el Maestro músico don<br />

Sebastián Piana. Su actual presidente ha señalado la ubicación de la Academia con respecto a<br />

otras entidades, a saber:<br />

¨La Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo mantiene buenas relaciones con la Real Academia Española<br />

y con la Academia Argentina de Letras. Algunos de sus miembros lo son también de estas otras<br />

instituciones. El premio Nobel Camilo José Cela es miembro de número de la Real Academia<br />

Española y correspondiente de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo. El doctor Tomás Buesa Oliver<br />

es correspondiente de la una y de la otra. Marcos A. Morínigo, siendo presidente de la Academia<br />

Porteña <strong>del</strong> Lunfardo fue designado correspondiente de la Real Academia Española¨.<br />

Cada académico de número ocupa un sillón cuyo nombre recuerda a un grande de la literatura o<br />

el arte popular, se trate de poeta o letrista, cantor o escritor. Asimismo, son varios los académicos<br />

eméritos. Cuenta con socios protectores, suscriptores y contribuciones privadas. Auspicia la publicación<br />

de libros, monografías y opúsculos, así como difunde sus comunicaciones académicas,<br />

trabajos de investigación que comprenden referencias etimológicas, lexicográficas, semánticas y<br />

literarias, además de documentación histórica y el pensamiento crítico en la interpretación de las<br />

fuentes, en determinados casos.<br />

Balance y prospectiva<br />

Al cabo de treinta y ocho años de labor la institución ha cumplido acabadamente sus objetivos<br />

propuestos; incluso fue mucho más allá, por lo que su labor es reconocida en no pocos países.<br />

La obra producida refleja la actividad específica y no tan sólo en el orbe <strong>del</strong> lenguaje y en el de la<br />

ciudad de Buenos Aires, donde se inicia el desarrollo <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, el <strong>lunfardo</strong>, la poesía lunfarda, la<br />

letrística <strong>del</strong> <strong>tango</strong> (canción) y el sainete criollo -o porteño o nacional, según diversas denominaciones-.<br />

Toda la producción tiende a exaltar el arte popular argentino, pero además a legitimar al <strong>lunfardo</strong>,<br />

y no es solamente apta para especialistas sino para todo habitante, preocupado, interesado o<br />

motivado en el conocimiento o estudio de la problemática popular y, en especial, <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, no<br />

como franja idiomática jergal propia de los <strong>del</strong>incuentes, según se creyó antiguamente, por el solo<br />

hecho de que los primeros estudios estuvieron dirigidos a determinado sector social.


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

Ya se asume cómo el <strong>lunfardo</strong> se nutre de la vida misma, de toda suerte de expresión oral o escrita;<br />

se conformó con voces venidas de países distantes, de otras lenguas nacionales, dialectos,<br />

jergas, indigenismos, provincialismos o regionalismos, o productos que resultaron ser la transformación<br />

de encuentros de culturas; fundamentalmente, el <strong>lunfardo</strong> tiene mucho que ver con la<br />

inmigración.<br />

El futuro puede responder o no a las leyes <strong>del</strong> idioma, de la formación de las lenguas nacionales.<br />

A pesar de influjos patológicos, existen cimientos sólidos para enriquecer y desarrollar un ¨idioma<br />

nacional¨ -en mi opinión-, sin que esta aseveración implique desdeñar o desbrozar al español. Lo<br />

cierto y real es que comienza a desaparecer el recelo existente históricamente con respecto al<br />

<strong>lunfardo</strong>; todavía no se advierte en algunos círculos su razón de ser, su naturaleza, su inevitabilidad,<br />

pues las palabras son hijas de la tierra y la expresión oral un don que Dios puso en la persona<br />

humana para que lo use con libertad y responsabilidad.<br />

Seminario de <strong>lunfardo</strong> y <strong>tango</strong><br />

Iniciación: conferencia de José Gobello. Salón de Actos Colón 80, de la Universidad Nacional <strong>del</strong><br />

Sur.<br />

Clases: dos horas semanales, durante dos meses (el primer mes a cargo de Eduardo Giorlandini,<br />

sobre <strong>lunfardo</strong>; el segundo, a cargo de José Alberto Rodríguez Masagué, sobre <strong>tango</strong>)<br />

Días y horas: a convenir<br />

Lugar: Sala de Situación<br />

Condiciones: entrega de certificados y otras condiciones a establecer.<br />

Oportunidad: últimos dos meses <strong>del</strong> primer cuatrimestre, de acuerdo al programa que separadamente<br />

entregarán los expositores:<br />

PROGRAMA DE LUNFARDO<br />

1. La expresión oral. Origen y evolución.<br />

2. Libertad y prohibición.<br />

3. Política <strong>del</strong> idioma.<br />

4. Lunfardo: palabras y hecho o fenómeno idiomático.<br />

5. Producto sociológico y/o literario.<br />

6. Orígenes y evolución. Aspectos culturales internos y externos.<br />

7. Fuentes <strong>del</strong> Lunfardo (sociales, políticas, económicas; inmigración). Investigación. La Academia<br />

Porteña <strong>del</strong> Lunfardo.<br />

8. La comunicación social: sainete, poesía, letras de canciones populares, novela, cuento; literatura<br />

gauchesca; periodismo escrito y otros medios (cine, radio, etcétera). Obra de J. Gobello.<br />

9. Diversidad de áreas internas y externas. Ubicación y deslinde.<br />

10. Legitimación o rechazo.<br />

11. Origen carcelario (?).<br />

12. Concepto y estado actual. Crítica y conceptuaciones.<br />

13. Praxis: análisis de vocablos y de fuentes varias; etimología, semántica y referencias literarias<br />

y lexicográficas.<br />

14. Conclusiones.<br />

Nota. en el desarrollo se intentará la mayor participación posible de los asistentes; se permitirán<br />

las preguntas y el debate, para favorecer el pensamiento crítico.<br />

Bahía Blanca, 10 de enero de 1998<br />

Profesor Eduardo Giorlandini


<strong>edUTecNe</strong><br />

Enrique Ricardo <strong>del</strong> Valle<br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Palabras de homenaje, pronunciadas por el académico correspondiente en Bahía Blanca, don<br />

Eduardo Giorlandini, en la sesión de la ACADEMIA PORTEÑA DEL LUNFARDO, en la Ciudad<br />

Autónoma de Buenos Aires, el 5 de septiembre de 1998.<br />

Es para mí muy triste y doloroso este tiempo, a partir de la muerte <strong>del</strong> amigo, hermano y compañero<br />

de la vida y sus motivaciones; esas que fueron generadas por nuestra propia historia, nuestra<br />

propia y humilde leyenda personal, nuestros sentimientos porteños, nuestro cariño profundo al<br />

<strong>tango</strong> y a la voz <strong>del</strong> pueblo: la de la calle, el café, la vereda, los santuarios sencillos <strong>del</strong> suburbio<br />

y el barrio, o los caminos encendidos de Callao y Corrientes, que recorrimos a veces con Enrique<br />

Ricardo <strong>del</strong> Valle, Amaro Villanueva, Juan Bautista Devoto, Joaquín Gómez Bas y Daniel Giribaldi.<br />

Junta y unción en esos ámbitos y donde se cuadrara, a cualquier hora <strong>del</strong> día o de la noche, con<br />

José Gobello, Miguel Angel Lafuente y Roberto Selles, unidos por una voz común, que es la de<br />

Dios, que se hizo habla popular, prosa, letra, versería y ciencia, en el quehacer fervoroso de tantos<br />

queridos amigos.<br />

En Enrique, cariñosamente Del Yeva, para los íntimos, se trató <strong>del</strong> producto de una labor científica,<br />

improntada en obras: ¨Lunfardología¨, ¨Diccionario <strong>del</strong> Turf y de las Carreras Cuadreras¨, la<br />

¨Bibliografía Fundamental <strong>del</strong> Lunfardo¨; las comunicaciones académicas, lexicografías y glosas<br />

con respecto a obras como las de Víctor Borde o Yacaré. Fue también su labor como bibliotecario<br />

en la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo y autor <strong>del</strong> índice analítico de los trabajos de los miembros<br />

de la Corporación y el organizador de las papeletas. Ello es tan sólo una muestra.<br />

Lo importante ha sido la pasión que lo envolvía, no cualquier pasión, sino esa que permite sentir<br />

con alma y vida, para que la voz sea <strong>del</strong> alma que canta con cariño, con pureza y con vigor, un<br />

sentimiento transportador de alegría; lo que no se hacía solamente en actitud científica y sí legitimando<br />

al <strong>lunfardo</strong>, como en el vocabulario de ¨Arrabal Salvaje¨, la obra de Bartolomé Rodolfo<br />

Aprile, chantándole a araca el tecnicismo de ¨interjección para llamar la atención:<br />

¨- Araca, hermano, mirá,¨<br />

O bien, a gilinursi, el de ¨paragoge de gil¨, que a un purista <strong>del</strong> idioma le hizo creer que el <strong>lunfardo</strong><br />

es incompatible con este tipo de consideración porque está fuera de la gramática, de la historia,<br />

de la filología, de las leyes que rigen la formación <strong>del</strong> lenguaje nacional, más que el habla todavía.<br />

Quiero decir, asimismo, en este día, por las mías, por mis vivencias, por los acompañamientos de<br />

derroteros porteños en la solidaridad sin fronteras y con el corazón que late fuerte y chamuya su<br />

mensaje, que ha muerto el amigo que me alentó en horas difíciles, que me ocultó sus dolencias e<br />

infortunios para que los míos no fueran tan fuleros; que dejó su porteñidad un tiempo, en el nombre<br />

de la amistad, al no deschavar semejantes confidencias <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> vino o <strong>del</strong> café, y así no<br />

tuvo que expresar, mirando hacia la calle, ¨no hay nada que hacerle¨ o ¨qué vachaché¨.<br />

Y abrió cancha a los recuerdos de amigos y a los frutos de su labor, con etimologías y semántica,<br />

con graficismo y colorido y con la sonrisa cuarteada en el disfrute de la gracia y a la afectividad<br />

<strong>del</strong> vocablo lunfa, como alejando tristezas.<br />

Y así era, treinta y dos años atrás, a la salida de Rodríguez Peña 60, donde estaba el ¨cuartito¨<br />

inicial de la Academia recién fundada, y a la vuelta, en el Café <strong>del</strong> Congreso, sobre Rivadavia, y<br />

después, cumpliendo con Amaro un periplo, haciendo estaciones, café y ginebra mediante, para<br />

recalar en Callao y Rivadavia, doce horas después.<br />

Pero no hay que hacerle: la muerte es malévola, una cabrera y silenciosa inquilina <strong>del</strong> cuerpo<br />

con el puñal escondido que, a veces, lo clava por sorpresa, pero que es vencida cuando el alma<br />

se despierta, se levanta y se libera cumpliendo con el sueño hacia arriba. Ese momento, el de su<br />

muerte, me fue anunciado por Miguel Ángel Lafuente y recibido como en el verso de Discepolín:<br />

¨Los ojos casi ciegos de mi asombro¨ (¨Sin Palabras¨).


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

Hacía muy poco que, motivado por un impulso nacido en el misterio <strong>del</strong> ser, fui a buscarlo; compartí<br />

con Enrique las pocas horas que estuve en Buenos Aires. Me esperó en la puerta <strong>del</strong> edificio<br />

donde vivía, me guió tramo por tramo, cambiando de vereda para no tropezar en la vereda rota,<br />

y recalamos en la esquina de ¨La Perla¨: ¨Entrá vos primero y tené cuidado con el escalón¨ -me<br />

dijo-. La infrahistoria merece atención, porque el pequeño gesto exhibe al espíritu en su pureza.<br />

Si se ha vivido con fuerza espiritual, con lealtad a los amigos, con agradecimiento, fraternalmente,<br />

no hay forma de separar lo que la Providencia une. Yo estaré al lado de Enrique caminando en el<br />

derrotero, de aquí y de allá; yo sentiré su compañía y las vibraciones de su espíritu, con comunes<br />

querencias. No ha de fallarme la memoria ni el cariño. Que la evocación nos empuje siempre,<br />

para que la presencia sea constante y no exista el adiós.<br />

Junto a él, como en la letra y la voz <strong>del</strong> otro gran amigo, Leonel:<br />

¨yo seguiré scrushando en tu <strong>lunfardo</strong>,<br />

sin monseñor, jirafa ni bandera,<br />

y mi voz altillera será el bardo<br />

que te cante la rima más canera¨.<br />

Quienes lo conocieron en la intimidad y supieron, por lo tanto, cómo era su mundo interior; no lo<br />

recordarán tristeado y sin ritmo. A todos y a cada uno de quienes fueron sus amigos me gustaría<br />

decirles: ¨Si alguna vez, en la derrota cotidiana te acordás de él, imaginá que camina junto a<br />

vos. Seguilo atento con tu afecto. Abrí el oído como un abanico. Recordá su voz y sus silencios al<br />

despedirte. Encontralo siempre entero, como compadre recto. Acordate que el espiante, cuando<br />

cambiás de barrio, nada tiene que ver con el adiós. Y no le reprochés al fueye:<br />

¨Lástima, bandoneón,<br />

mi corazón,<br />

tu ronca maldición maleva¨.<br />

9.Lunfardo y nomenclatura jurídica<br />

Introducción<br />

Como prelusión, puntualizaré cuál es la relación entre el <strong>lunfardo</strong> y el vocabulario propio de la<br />

ciencia jurídica.<br />

Si consideráramos al <strong>lunfardo</strong> como vocabulario carcelario cometeríamos un error muy ostensible.<br />

Empero, se repite insistentemente en ámbitos científicos y universitarios que el <strong>lunfardo</strong> nació en<br />

las cárceles. Ni siquiera deberíamos hacer una concesión admitiendo que tal es el <strong>lunfardo</strong> histórico;<br />

más, no es así. El <strong>lunfardo</strong> se ha nutrido con palabras de otras lenguas como el italiano y el<br />

español, de indigenismos, ruralismos, galicismos, afro-negrismos, etcétera; además, hay vocablos<br />

que tienen varios siglos de vida.<br />

No es superfluo señalar, al respecto, que la Real Academia Española cambió el criterio que tenía<br />

acerca <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>; hoy día debemos considerarlo como sub-lengua, el presupuesto idiomático<br />

de lo que, con el tiempo, podría ser un idioma.<br />

El vocabulario jurídico se ha alimentado de un modo similar, porque es imposible que la vida misma,<br />

completa, no penetre en una nomenclatura técnica; <strong>del</strong> análisis de los vocabularios científicos<br />

surge el origen de muchas palabras. Si se trata de hacer un poco de historia debemos anotar que<br />

el latín jurídico deriva <strong>del</strong> latín popular, no <strong>del</strong> ¨culto¨.<br />

En materia de palabras no interesa el origen. El problema reside en precisar si la palabra sirve o<br />

no, si es de uso generalizado o no, así como si guarda alguna correspondencia con realidades insoslayables.<br />

Hasta deberíamos admitir el lenguaje por señas o gestos, lo que tuvo realidad, siglos<br />

atrás, en Francia. Relata Fernando Nicolay, en ¨Historia de las Creencias¨ que un contrato privado<br />

se formalizaba dándose la mano y escupiendo a un costado.<br />

Ahora podemos observar cómo las palabras de los ambientes laborales son llevadas al convenio


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

colectivo de trabajo, o la ley; cómo las costumbres y los usos son fuente de derecho también en<br />

materia idiomática; cómo las palabras usadas por los <strong>del</strong>incuentes y presos no son desdeñadas<br />

por los penalistas (últimamente se ha intensificado esto en el tema ¨drogas¨).<br />

Si estimamos al <strong>lunfardo</strong> con la amplitud con que dejamos expuesto nuestro punto de vista, veremos<br />

cómo el mundo jurídico le abrió sus puertas: entre la ciudad de Buenos Aires y la provincia<br />

de Buenos Aires, en oficinas especializadas, se recopilaron varios miles de palabras utilizadas en<br />

leyes, decretos, resoluciones administrativas y otras fuentes. El significado de la mayoría de ellas<br />

no coincide exactamente con el de los académicos de Madrid. De modo que probablemente sea<br />

un error, por parte de abogados, jueces y publicistas, el remitirse al Diccionario de la Real Academia<br />

Española, en vez de reflejar la semántica <strong>del</strong> fontanar propio.<br />

La libertad de expresión<br />

Sin perjuicio de lo que pueda decirse acerca de la liberación de la lingüística, la palabra es un don<br />

que Dios puso en la persona humana y no puede estar sujeta a decisiones autoritarias. En otro<br />

sentido, las palabras son hijas de la tierra, un producto de la vida y la libertad, que, como lo enseñara<br />

Ángel Ossorio y Gallardo, son las columnas que sostienen al orden jurídico.<br />

Las dictaduras que quisieron imponer un idioma o impedirlo, así como prohibir un dialecto, fracasaron.<br />

También, en la Argentina, las normas dictadas a partir de 1935 aproximadamente, resultaron<br />

vencidas por la ley social.<br />

Lo procaz, lo soez o lo innoble no se legitima moralmente. Tampoco se legitima cualquier alteración<br />

de los derechos subjetivos. La ¨Constitución de la Nación Argentina¨ ha establecido una serie<br />

de cláusulas por las que la persona humana está tuteladas en su integridad, tanto en el Preámbulo<br />

como en el capítulo de ¨Declaraciones, derechos y garantías¨.<br />

Con el tiempo se fue enriqueciendo y diversificando la terminología vinculada al pensamiento y la<br />

comunicación (social y masiva), con nexo a los arts. 14 y 19. En mi ¨Introducción al Derecho Periodístico¨,<br />

como en mis clases, expreso que el derecho a la comunicación es un derecho humano,<br />

y que se garantiza con la libertad de expresión. El habla viva <strong>del</strong> pueblo está comprendida en<br />

este orbe (Confer Zaffore, ¨La Comunicación Masiva¨).<br />

Con más especificidad, el <strong>lunfardo</strong> en sentido amplio y, de modo especial el lenguaje campal, los<br />

regionalismos, indigenismos, etcétera, pertenecen a esa esfera de libertad legítima. Del mismo<br />

modo que, en otros sitios, el twareg, hablado por los beduinos <strong>del</strong> desierto de Sahara; el demotiké,<br />

que es la forma familiar griega, o el romany, que es la lengua gitana. Al fin, ni siquiera es<br />

necesario que lo autorice la norma básica.<br />

Sin embargo, ciertos actos jurídicos imponen, por imperio de la ley, al ¨idioma nacional¨, expresión<br />

que ya figura en numerosas normas jurídico-positivas; y hablando también de los derechos,<br />

las palabras no deben generar injurias o calumnias. La libertad de expresión no tutela el agravio,<br />

pues, para decirlo como un personaje de Giovanni Arpino, en ¨El Hermano Italiano¨, todo agravio<br />

es una injusticia.<br />

El derecho penal<br />

Aunque hemos sostenido que <strong>lunfardo</strong> no equivale a vocabulario carcelario, en virtud <strong>del</strong> concepto<br />

actual existente sobre <strong>lunfardo</strong> (ver Introducción), la actividad <strong>del</strong>incuencial y el vocabulario<br />

carcelario contribuyeron al desarrollo <strong>del</strong> idioma vivo; sin embargo, ha sucedido históricamente<br />

que las palabras utilizadas por <strong>del</strong>incuentes y encartados o encarcelados, tienen origen conocido,<br />

demostrado por los estudios de carácter etimológico.<br />

No tanto el derecho penal como la doctrina, han considerado el fenómeno o receptado las palabras;<br />

en realidad, en el primer caso, en un sentido amplio en cuanto al derecho penal y, en el<br />

segundo, específicamente algunos autores. De otro modo, debo anotar: la norma jurídica no ha<br />

recibido ese aporte idiomático, pero el Derecho, aprehendido como norma, conducta y valoración<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

de ambas, sí; particularmente la doctrina, en parte, se ha ocupado de considerar algunas palabras.<br />

Tal es el caso en especial de Eusebio Gómez y de los autores que han estudiado el tema<br />

¨drogas¨ trascendiendo el orbe de la dogmática y penetrando en otros campos.<br />

Igual concepto puede expresarse con relación al Derecho Procesal. Probablemente aquí es<br />

donde más se note la inserción, a través de la jerga de abogados o la jerga forense, en forma<br />

más extensa. Algunas de las voces de esta jerga (vocabulario de una profesión, oficio o actividad<br />

laboral) han sido registradas en diccionarios y en obras literarias.<br />

A partir de 1935 comenzó un proceso de prohibición de palabras lunfardas y carcelarias o <strong>del</strong>incuenciales,<br />

según el criterio de diversas autoridades administrativas; las normas respectivas<br />

establecían sanciones para casos de violación. Este proceso finalizó en 1946 pero aún subsisten<br />

prohibiciones en materia de comunicaciones, en líneas generales, así como en relaciones laborales<br />

<strong>del</strong> sector público, caso en el que las sanciones son disciplinarias.<br />

El tema <strong>del</strong> uso <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> ha motivado normas en reglamentos carcelarios, existiendo en algunos<br />

casos sendas normas expresas que prohiben el uso <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> dentro de las unidades<br />

carcelarias.<br />

Puntualizaré aquí algunas referencias que si bien se relacionan con el orbe penal -por la naturaleza<br />

sancionatoria de las normas concernidas- están íntimamente ligadas al derecho administrativo<br />

y al asunto que nos ocupa, que es el <strong>lunfardo</strong>.<br />

En el escorzo de la permisión <strong>del</strong> uso de lunfardismos, ya me he referido a su justificación desde<br />

el punto de vista de la libertad de expresión derivada de la normatividad constitucional. Es a los<br />

intentos de prohibición y a la prohibición normativa -sin juridicidad- producida en nuestra historia,<br />

que hago referencia aquí.<br />

El primer antecedente autoritario lo protagonizó el escritor don Ricardo Monner Sans, que había<br />

sido profesor de idioma y literatura y publicó el libro ¨Disparates Usuales en la Conversación Diaria¨,<br />

en el 1924, donde incluyó un artículo que había publicado en el diario popular ¨La Razón¨, el<br />

día 6 de noviembre de 1922.<br />

Aboga por el uso <strong>del</strong> español en toda su pureza en una nota dirigida al ¨Señor Alcalde de Buenos-<br />

Aires¨ (recomienda el uso <strong>del</strong> vocablo ¨alcalde¨ y no ¨intendente¨) y recuerda a Porfirio Díaz, que<br />

ejerciendo la presidencia de Méjico prohibió la ostentación de letreros en cualquier idioma extranjero,<br />

si al lado no llevaban su correcta traducción castellana.<br />

Asimismo, don Monner Sans dio el ejemplo <strong>del</strong> gobierno de Panamá, que, debidamente autorizado<br />

por las Cámaras, dispuso que los nombres de los nuevos pueblos estén en castellano, y que<br />

incurrirían en multa los dueños de las tiendas en cuyos rótulos se emplee un idioma que no sea<br />

el nacional, y que se pene igualmente a los que, en cualquier forma, publiquen anuncios en que<br />

aparezcan dislates de lenguaje o faltas de ortografía.<br />

No sé cómo a pesar de la buena fe y las buenas intenciones <strong>del</strong> escritor incurría en cierta incongruencia,<br />

y que una cosa es el castellano y otra el idioma nacional (muy alimentado por cierto por<br />

el castellano).<br />

Lo notable es que, por causa de su petición -que consistía en la sanción de una ordenanza municipal-<br />

en 1923 tres concejales presentaron al cuerpo <strong>del</strong> que formaban parte un proyecto de ordenanza<br />

tendiente (Monner Sans escribía ¨tendente¨; según el Diccionario de la Lengua Española<br />

está bien de las dos maneras) a análogo fin.<br />

Según el proyecto había que revisar todos los letreros de la Capital y retirarlos de la vista <strong>del</strong><br />

público si no estaban bien redactados; se prohibían anuncios y prospectos que no se aprobaran<br />

previamente por la municipalidad y se ordenaba borrar de la pantalla de los cinematógrafos, leyendas<br />

¨que, por lo bárbaras, atentan contra el sistema nervioso de las personas cultas¨.<br />

Sobre el cimiento de lo ya anotado en sucesivos comentarios creo que es el momento oportuno<br />

para hacer algunas especificaciones y ejemplos acerca de la presencia <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> en las fuentes<br />

<strong>del</strong> derecho penal y en la jerga forense, lo que no puede desvincularse en modo alguno <strong>del</strong> deno-


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

minado lenguaje <strong>del</strong>incuencial, o canero, o malandraco.<br />

El primero es mucho más amplio y comprende todo el mundo <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito; el segundo está limitado<br />

a lo carcelario y, finalmente, el tercero fue motivo para consignarlo en una comunicación académica<br />

de mi autoría, con el fin de deslindar aquellas actividades en algunas épocas permitidas<br />

y reglamentadas legalmente pero rechazadas por la gente que es consecuente con las buenas<br />

costumbres, la religión y la moral. Tal es el caso de los vocablos originados y difundidos en los<br />

quecos, firulos, tambos, prostíbulos o quilombos -incluyendo su versión vésrrica-.<br />

Pero lo cierto es que tales áreas idiomáticas llegaron a los ámbitos <strong>del</strong> derecho penal porque después<br />

de existir en la realidad social se incorporaron a los expedientes. Vicente Capparelli, en los<br />

tiempos en que la policía instruía los sumarios en la provincia de Buenos Aires y siendo jefe de<br />

la Unidad Regional de Lanús, me contó allí acerca de la cantidad de palabras que ¨el loco¨ Prieto<br />

utilizaba y se reflejaban en sus declaraciones; algunas inventadas, pero luego difundidas y de<br />

conocimiento de los jueces penales.<br />

Además <strong>del</strong> lenguaje por señas desarrollado en las cárceles, antiguamente corrían en algunos<br />

tribunales -en los juzgados penales, con más especificidad- las abreviaturas. Y estas creaciones<br />

idiomáticas tampoco fueron excluídas <strong>del</strong> derecho canónico, como el caso de A. ´absolución´. En<br />

los textos <strong>lunfardo</strong>s se registra SD, ´sobreseimiento definitivo´ y SP, ¨sobreseimiento provisorio´.<br />

Un LC era antiguamente un ´ladrón conocido´, siendo RH la sección ´robos y hurtos´ de la Policía<br />

Federal.<br />

Existían y todavía existen voces jergales como ambulancia, ´camión celular en que se traslada<br />

al preso´; frescolai, ´sentenciado´; enchufado, ´preso´; encanado, ´preso´; lavandero, ´abogado<br />

penalista´; paseo, ´procedimiento policial por el que un detenido es llevado de un lugar a otro´ y<br />

otras voces que, como ómnibus (´ley que regula diversas materias´) ha pasado a formar parte de<br />

la nomenclatura jurídica y <strong>del</strong> lenguaje general. Más, reitero, una cosa es la nomenclatura jurídico-penal<br />

y otra la jerga forense penal que, en casos, se identifica con el <strong>lunfardo</strong> histórico (antigua<br />

jerga de la mala vida -<strong>del</strong>incuencial, carcelaria y malandraca- constituída en fuente <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>,<br />

hoy sublengua).<br />

Reitero un concepto: una cosa es la nomenclatura jurídico-penal y otra la jerga forense penal. En<br />

ocasiones es difícil distinguir el orbe al que pertenecen los vocablos, porque no pocas veces la<br />

palabra pasa de la jerga a la nomenclatura científica o al uso común en determinada disciplina.<br />

Así como en el derecho laboral muchas palabras de los ambientes de trabajo pasaron al convenio<br />

colectivo de trabajo, o al estatuto profesional (que es una ley), en materia de jergas caneras<br />

(propias de la cárcel), o <strong>del</strong>incuenciales, o malandracas (relacionadas con actividades permitidas<br />

bajo ciertas condiciones pero repudiadas moralmente) sus vocablos penetraron en el mundo de la<br />

antropología, la psiquiatría, la sociología y la psicología criminales.<br />

No es exagerado afirmar que Benigno Baldomero Lugones fue el fundador de la antropología<br />

criminal en la Argentina, al estudiar el vocabulario y las técnicas de los <strong>del</strong>incuentes hacia fines<br />

<strong>del</strong> siglo pasado. Después, con respecto al lenguaje, hicieron algo similar Antonio Dellepiane y<br />

Eusebio Gómez. El primero, publicó ¨El Idioma <strong>del</strong> Delito y Diccionario Lunfardo¨ y el segundo fue<br />

un destacado penalista. Dellepiane fue profesor de Historia General <strong>del</strong> Derecho en la Universidad<br />

Nacional de Buenos Aires.<br />

El conocimiento de la jerga, como <strong>del</strong> idioma en general, es necesario para interpretar los comportamientos.<br />

He observado cómo algunos jueces penales se interesan por el conocimiento de<br />

esta vertiente <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> histórico (hoy día el ámbito <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> es mucho más amplio, casi<br />

general como sublengua).<br />

¿Quién desconocía antiguamente qué era el manyamiento? Dellepiane explicaba que se trataba<br />

<strong>del</strong> reconocimiento que hacía la policía (de manyar, ´mirar´): ¨Llaman, los <strong>lunfardo</strong>s, manyamiento,<br />

a la revista que hace de ellos la Policía de la Capital, en ciertos días determinados de la semana,<br />

a fin de que todos los agentes los conozcan, para poder aprehenderlos cuando los encuentran


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

en la calle o en cualquier sitio público. El acto de manyamiento se practica en el Depósito de<br />

Contraventores que tiene la Policía en la calle 24 de Noviembre, y que los <strong>lunfardo</strong>s han bautizado<br />

con el nombre de estaro o estaribel de manya-miento...¨.<br />

En ocasiones y hasta no hace muchos años se podía hacer en la calle o en otro lugar, pasándose<br />

los policías la información, pero específicamente era el que describe Dellepiane: los demorados,<br />

en una sala eran observados desde una mirilla.<br />

Este tipo de vocablos pertenece prevalentemente a la jerga, pero no por ello es desdeñado por<br />

las disciplinas científicas, ya citadas.<br />

Para una mejor interpretación de este asunto debo recordar que no limito el contenido de mis<br />

estudios a la dogmática jurídica. La norma jurídico-positiva no excluye las áreas que cubren la<br />

totalidad de la vida humana; en materia penal se nutre con temas propios de la criminología o la<br />

sicología, ejemplificando.<br />

En materia carcelaria, hay normas que regulan las relaciones en el ámbito carcelario; una de<br />

ellas, conocida hace muchos años, prohibía el uso <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> en la cárcel.<br />

A la sociología criminal y al <strong>lunfardo</strong> les interesa el conocimiento de las voces carcelarias. Aquí<br />

consignaré algunas recopiladas hace veinticinco años, de uso en el Establecimiento de Encausados<br />

de la ciudad de Bahía Blanca (Unidad 4). La utilización de muchas de esas palabras me fue<br />

confirmada por el entonces director de la mencionada Cárcel Departamental, señor Guillermo R.<br />

Durán. Otras las he conocido por la frecuentación que tuve con encausados por razones profesionales<br />

en la especialidad, entre 1970 y 1973.<br />

He aquí el muestreo:<br />

ALAMBRE (HACER EL). Matar con un alambre, con forma de lazo, apretando en la garganta de<br />

la víctima.<br />

Nota: la expresión fue difundida por el motejado ¨loco Prieto¨.<br />

BOBO. Reloj.<br />

Nota: porque trabaja todo el día y no cobra, igual que el corazón.<br />

BRIYO. Azúcar.<br />

Nota: en el <strong>lunfardo</strong> general es ´diamante´.<br />

BULÍN. Celda.<br />

Nota: en el <strong>lunfardo</strong> general es ´habitación´.<br />

CATRERA. Tarima.<br />

Nota: id., ´cama´.<br />

CONCHERA. Calentador<br />

Notas: a) tiene relación con ´calentar´ sexualmente; b)la mecha está colocada en una ranura que<br />

tiene la forma de órgano sexual femenino (se trata de cierto tipo de calentador usado antiguamente).<br />

CROTO. Mono<br />

Nota: se refiere al atado de ropa y/u otros objetos.<br />

CUATRO-CINCO: cuarenta y cinco.<br />

Nota: pistola 45 m.<br />

CHELE. Leche.<br />

Nota: es un vesrreísmo.<br />

CHOSÚN. Zuncho.<br />

Nota: vesrreísmo; cuchillo pequeño hecho por el preso con un trozo de zuncho.<br />

EJECUTAR. Homicidio//Matar.<br />

Nota: un vocablo legal, en materia procesal; relacionado con la pena de muerte, asimismo, en las<br />

legislaciones que contienen este tipo de sanción.<br />

FATE. Correspondencia.<br />

Nota: desconozco el origen.


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

FEDE. Jabón.<br />

Nota: seguramente, se refiere a la marca ¨Federal¨.<br />

I.L. Soga.<br />

Nota: sólo puede tener relación con la evasión.<br />

MALANFIO. Complicación.<br />

Nota: difiere, en la grafía, con respecto a maranfio, ´comilona entre amigos, contribuyendo cada<br />

uno con una parte de gastos´, lo que no sucede en las cárceles.<br />

MÁQUINA. Gasolera//Calentador//Revólver.<br />

PANTA. Pelea.<br />

PASTO. Yerba.<br />

PERDERSE. Delinquir ineficazmente y con graves consecuencias.<br />

PETRÓLEO. Kerosene.<br />

Nota: queresén o queroseno, según los académicos madrileños.<br />

PÚA. Cuchillo pequeño // Zuncho.<br />

Nota: denominación vésrrica: ¨chosún¨. Se trata de un trozo de zuncho adaptado para ser usado<br />

como pequeño cuchillo.<br />

RASO. Empleado.<br />

RAYADO. Loco<br />

SAMICA. Vesrre de camisa.<br />

TAPÓN. Manta.<br />

TEMA. Mate.<br />

TEMELA. Ametralladora.<br />

TEMPA. Faca o cuchillo.<br />

TRAFÚL. Fruta.<br />

ZARZO. Anillo.<br />

ZUNCHO. Cuchillo pequeño // ver PÚA.<br />

Las voces que he incluído en esta nota constituyen solamente una muestra, realizada en la fecha<br />

en que me referí en la nota anterior. En años posteriores amplié esta muestra representativa, con<br />

algunas otras voces, en relación con la Unidad IV local. A ellas me referiré en la nota siguiente.<br />

Para una información bastante completa sobre el vocabulario carcelario, <strong>del</strong>incuencial y malandraco,<br />

ver la obra de Juan Carlos Andrade y Horacio San Martín, ¨Del Debute Chamuyar Canero¨<br />

(Ed. A. Peña Lillo, Buenos Aires).<br />

10. Indigenismos<br />

Generalidades<br />

Para explicar mis puntos de vista -equivocados o no- es necesario aclarar que mi concepto de<br />

<strong>lunfardo</strong>, como sublengua, tiene gran alcance y no está limitado sólo a cierto sector <strong>del</strong> idioma.<br />

De este modo, pertenecen a él los italianismos, galicismos, brasileñismos e indigenismos; igualmente<br />

palabras de las jergas, dialectos, idiomas en general y los parientes <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> de otras<br />

latitudes.<br />

La segunda puntualización se refiere a la voz indigenismo. Simple y brevemente es la voz de<br />

origen indígena. Aunque resulte curioso -¿por qué no alarmante?- el vocablo no figura en numerosos<br />

diccionarios, inclusive de americanismos; como seguramente debe interpretarse, una suerte<br />

de proscripción, consciente o inconsciente, producto <strong>del</strong> coloniaje pedagógico. En casos aparece<br />

en tercera, cuarta o quinta acepción; y, en otros, en primera, como cuando se lo define como palabra<br />

o expresión indígena incorporada al idioma ¨importado por un pueblo invasor; particularmente,<br />

los vocablos de lenguas indígenas de América que se incorporaron al español (como maíz,<br />

canoa, etcétera)¨.<br />

Lo cierto es que en la Argentina, los indigenismos se utilizan sin que haya conciencia de su proce-


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

dencia, en general. La literatura popular y particularmente la poesía popular -gauchesca y lunfarda-<br />

los sainetes y las letras de <strong>tango</strong>s, coadyuvaron a su perduración y difusión. Según cómo se<br />

mire se los podría considerar lunfardismos o argentinismos, sin desconocer su génesis, de acuerdo<br />

con cada hipótesis.<br />

Entre los autores que no desdeñaron el uso de indigenismos debemos citar a José Hernández,<br />

Fray Mocho, Evaristo Carriego, Antonio Dellepiane, Ricardo Rojas y, otros, que no utilizan pero sí<br />

reproducen o citan frases o poemas. No los despreciaron los payadores ni los letristas tangueros<br />

como Enrique Cadícamo o poetas como Carlos de la Púa.<br />

Gracias a los antecedentes mencionados y a la gente que ha reparado en los idiomas originales<br />

de nuestros primeros pobladores en nuestros países, como substractum de nuestra cultura -no<br />

desdeñable e insoslayable-, los estudios e investigaciones son intensos y tienen plena vigencia,<br />

cuando no el reconocimiento público y oficial de una lengua en determinadas provincias argentinas.<br />

Pues se trata de idioma ricos y milenarios; en casos, se esbozan planes para la enseñanza,<br />

como el mataco por ejemplo.<br />

Más todavía, es necesario difundir los indigenismos e incorporarlos a nuestro idioma vivo, porque<br />

se notan influencias en favor <strong>del</strong> inglés, en comunidades como las mataca (Formosa) y mapuche<br />

(Patagonia).<br />

Además de lo expresado con relación a la inserción de los indigenismos en la literatura popular,<br />

de modo muy especial deberíamos mencionar su presencia en nuestro folclore y en las letras de<br />

las canciones de todo el país, entreverados con la letrística urbana y popular. Se lo ha recordado<br />

al Santiagueño Sixto Palavecino, como ¨cultor de la música de su provincia y luchador inclaudicable<br />

por la supervivencia de la quechua¨ y además como traductor <strong>del</strong> Martín Fierro a la lengua<br />

ancestral de los santiagueños.<br />

Precisamente, en Santiago <strong>del</strong> Estero, se ha hablado bastante de las ¨espléndidas morochas de<br />

ojazos negros¨, utilizándose un vocablo de origen quechua, acerca de lo cual escribí: ¨La palabra<br />

al parecer deriva <strong>del</strong> quechua, muruchu. Así que es una palabra nuestra, pero de origen quechua¨.<br />

Con relación a esta misma lengua, ¿cómo podríamos prescindir de las palabras alpaca,<br />

cóndor, guano, mate, pampa, papa o vicuña? Algunas de éstas -como mate y pampa- fueron<br />

trasladadas al <strong>lunfardo</strong> con otros significados.<br />

Don José Gobello incorporó a su ¨Diccionario Lunfardo¨ la palabra locro, como perteneciente al<br />

lenguaje general: ¨Comida compuesta de maíz pisado cocinado en agua, carne, porotos y otros<br />

ingredientes. Del quechua rokkro: cierto guisado¨. Como se ve, se trata de un vocablo con una<br />

leve transformación. Otros diccionaristas no lo han tenido presente, en el campo <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>. Sí,<br />

en cambio, Felix Coluccio, en su ¨Diccionario Folklórico Argentino¨, con algunas otras especificaciones<br />

y con la grafía ¨rokro¨, citando, asimismo la copla:<br />

¨Para comer un locro<br />

Yo necesito:<br />

Maíz, porotos y carne<br />

Y el ají frito¨.<br />

La aceptación y uso de los indigenismos en el <strong>lunfardo</strong>, según los distintos conceptos que se<br />

tengan de ellos, se ha debido más a la buena disposición y a la actitud fraterna de nuestra gente<br />

humilde, de nuestros letristas y poetas, de nuestros literatos y, en fin, artistas.<br />

En la historia, por el contrario, por parte de las autoridades no sólo que no existió una actitud<br />

razonable sino que desde la conquista comenzó el proceso de destrucción cultural y también <strong>del</strong><br />

idioma o, mejor dicho, de las lenguas aborígenes.<br />

A la vez, nuestras razas incorporaron voces <strong>del</strong> español, <strong>del</strong> idioma nacional u otras lenguas. En<br />

algunos lugares, por ejemplo en el sur, se escuchaba y se escucha en los descendientes onas,<br />

algunos vocablos comunes al argentino rural o parecido al italiano, como cuando se habla de los<br />

¨paisanos¨, es decir los hermanos, los miembros de la misma raza.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

No es superfluo recordar, como se ha hecho reiteradamente con razón, que el cambio cultural sufrido<br />

por la agresión injusta y la barbarie con ropaje de ¨civilización¨, alteró profundamente usos,<br />

costumbres y lenguaje, sin perjuicio de otros cambios importantes. Pero las gentes de las ciudades<br />

fueron formando su idioma con la inmigración y otras fuentes, como la aborigen. Y, en determinado<br />

momento de nuestra historia, el <strong>lunfardo</strong> fue también motivo de agresión, con los intentos<br />

de prohibición de palabras a partir de 1935 y hasta 1945 aproximadamente.<br />

Con el advenimiento de los gobiernos constitucionales tuvo mayor desarrollo el estudio y la difusión<br />

de la presencia aborigen en las culturas <strong>del</strong> pueblo argentino y a la inversa, inclusive, algunas<br />

provincias instrumentaron programas de educación bilingüe. ¨Esto se hizo con falencias, sin<br />

el debido apoyo oficial ni el acompaña-miento técnico necesario, pero al menos comenzó a sentar<br />

precedentes innovado-res en un terreno muchas veces adverso a la tolerancia de las diversidades<br />

cultura-les, como es el campo educativo¨ (Isabel Hernández, ¨Segunda Carta Abierta a la<br />

Argentina no Indígena¨).<br />

Empero, todavía hay mucho que reparar, pues, como lo señala Juan Carlos Depetris, en ¨Confinamiento<br />

de Pampas y Ranqueles en los Ingenios de Tucumán¨: ¨La crueldad con los indios no<br />

fue monopolio de españoles. Los gobernantes criollos intensificaron el despojo de tierras, familias,<br />

lengua y costumbres. El destierro forzado se utilizó para desarticular las últimas comunidades<br />

indígenas <strong>del</strong> sur¨. Aquí, en nuestro país, tenemos suficientes comprobaciones.<br />

A partir de estas generalidades me referiré específicamente a los indigenis-mos incorporados a<br />

nuestro lenguaje popular.<br />

Pucho<br />

Ya me he referido a algunas generalidades acerca de este asunto y a<strong>del</strong>anté que puntualizaría algunos<br />

casos particulares, de indigenismos incorporados al <strong>lunfardo</strong>, como substrato de un futuro<br />

idioma.<br />

Había mencionado algunas voces. Ahora me referiré a una de las más populares: la palabra pucho.<br />

José Gobello, en su ¨Nuevo Diccionario Lunfardo¨(1991) anota varias acepciones: residuo, resto;<br />

colilla, punta; cigarrillo. Así mismo anota dos expresio-nes: ¨de a puchos¨, ´poco a poco´ y ´con<br />

los restos de las cosas´; y ¨sobre el pucho¨, ´al instante´. Entre las fuentes menciona a Gutiérrez,<br />

¨El Chacho¨ y a Sicardi, ¨Libro Extraño¨. En su ¨Nueva y Vieja Lunfardía¨ se basa en Fray Mocho.<br />

El mismo Gobello, en la obra citada en primer término, deriva el vocablo de la palabra quechua<br />

puchú, ´residuo´.<br />

Guillermo Alfredo Terrera, en ¨Sociología y Vocabulario <strong>del</strong> Habla Popular Argentina¨, escribe lo<br />

siguiente: ¨Pucho: proviene de la voz puchu que equivale a sobra o resto de algo. De allí que a los<br />

cigarrillos que han sido fumados se les diga puchos, pues son restos o sobras de un cigarrillo. La<br />

palabra puchito es, precisamente, un poquito, un pedacito de algo¨.<br />

Casi todos los diccionaristas y estudiosos publicistas han registrado la palabra: Emilio Dis, Federico<br />

Cammarota (que cita a José Vicente Solá), Juan Carlos Guarnieri, Tino Rodríguez, etcétera,<br />

en el área de la lunfardía. Figura asimismo en diccionarios de americanismos, pero extrañamente<br />

no lo registra Fernando Hugo Casullo, al menos en dos de las ediciones de ¨Diccionario de Voces<br />

y Lunfardas y Vulgares¨.<br />

Felix Coluccio lo incluye en su ¨Diccionario de Voces y Expresiones Argenti-nas¨, obra en la que,<br />

como referencia literaria consigna los versos <strong>del</strong> <strong>tango</strong> de Juan de Dios Filiberto, ¨Malevaje¨:<br />

¨No me has dejado (sic)<br />

ni el pucho en la oreja,<br />

de aquel pasao malevo y feroz;<br />

ya no me falta pa completar<br />

más que ir a misa


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e hincarme a rezar¨.<br />

Y a la vez, el mismo autor, no desdeña esta palabra como parte <strong>del</strong> folclore, al incluirla en el ¨Diccionario<br />

Folclórico Argentino¨.<br />

Recuerdo, por mi parte, que en otro <strong>tango</strong>, ¨Las Cuarenta¨, con letra de Francisco Gorrindo y música<br />

de Roberto Grela, expresan los primeros versos:<br />

¨Con el pucho de la vida apretado entre los labios,<br />

la mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar,<br />

dobló la esquina <strong>del</strong> barrio y curda ya de recuerdos,<br />

como volcando un veneno, esto se le oyó acusar:¨<br />

Se trata sólo de un muestreo, pues hay otras letras en las que se menciona esta voz de origen<br />

quechua y también innumerables poemas <strong>lunfardo</strong>s o lunfardes-cos. El sainete, el cuento y la novela<br />

no han sido ajenos al uso de la palabra. Tampoco en los trabajos críticos y de investigación,<br />

entre los que debo citar ¨La Poesía Dialectal Porteña¨, de Alvaro Yunque.<br />

Pampa<br />

Aparentemente, la voz pampa no tiene ningún vaso comunicante con el <strong>lunfardo</strong>, pero, realmente,<br />

sí lo tiene en una de las acepciones, tal como se la ha utilizado en la Argentina, y hasta debemos<br />

afirmar que son varias acepciones. Veamos, entonces el tema, tal como lo planteo.<br />

Pampa es una voz quichua, que significa ¨gran llanura¨. En todo América designa la llanura extensa<br />

(¿y sin arboleda?). Excepto el ombú. Pampa se denomina al caballar que tiene manchada de<br />

blanco la superficie anterior de la cabeza, inclusive una o las dos partes laterales de la cabeza.<br />

El nombre pampa, escuché una vez, obedecería al hecho de que los indios también llamados<br />

pampas tenían cierta predilección por este caballo, pero además por su apego a la tierra, que era<br />

la pampa.<br />

La pampa tiene connotaciones históricas, sociales y económicas; tal es el caso de la ¨pampa húmeda¨.<br />

Pero la palabra tiene muchos más significados que los expuestos, porque pampa designa:<br />

1. Algo primitivo, algo simple o vigoroso.<br />

2. La expresión ¨lo pampa¨ quiere decir ´un tanto violento, directo, en ocasiones torpe´.<br />

3. ¨Pampa y la vía¨ alude a una situación de carencia total (es interesante el origen de esta expresión,<br />

al que me he referido ya en un comentario radial).<br />

4. Pampa identifica también a toda persona con antepasados indígenas y está incluída así, la<br />

palabra, en algunos textos y considerada, en cierto sentido, lunfardismo (por ejemplo, Juan Francisco<br />

Palermo, en ¨El Corazón <strong>del</strong> Arrabal¨, publicado en 1920, utilizó este vocablo con ese significado<br />

; Gobello la incluye también con el mismo sentido, pero Emilio Dis, afirma que ¨pampa¨ se<br />

denomina a:<br />

-el extracto de las jugadas y los números mejor premiados, que aparecen en los diarios.<br />

-la persona que tiene oscura la tez y el pelo negro; el mulato, aindiado o zambo (hijo de negro e<br />

india o de indio y negra); y<br />

-a la pobreza, o la miseria, la indigencia, la falta de recursos, tal como lo mencioné más arriba.<br />

Pero, más todavía y como conclusión, ya se advierte cómo siendo una palabra de origen quichua<br />

se ha extendido su uso, se ha difundido y enriquecido su semántica con el correr <strong>del</strong> tiempo de tal<br />

manera, que tanto con el sentido específico y como primera acepción o tanto en sentido genérico<br />

y en su diversidad de acepciones, es una palabra que forma parte <strong>del</strong> idioma argentino y legitimada<br />

en tal carácter.<br />

Líneas arriba, dejé como interrogante la cuestión acerca de que la pampa no tiene arboleda y<br />

mencioné al ombú, que en realidad no se lo considera árbol, científicamente. No creo que haya<br />

que llevar este asunto al extremo y exigir que para que exista la pampa no haya arboleda, pero<br />

es un concepto muy extendido y no son pocas las fuentes que nos llevan a pensar que los grupos<br />

aborígenes tenían ese concepto, por lo menos el de que en la pampa no hay muchos árboles.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Me relató un amigo, el señor Osvaldo J. Ochoa, que una vez escuchó de un aborigen, en el sur<br />

argentino, una conversación en la que aludía a una pampita, un pedazo pequeño de campo en el<br />

que no había plantas o árboles.<br />

Tape-tapera<br />

Sobre la base de un concepto amplio de ¨<strong>lunfardo</strong>¨, como sublengua no es extraño que sean objeto<br />

de consideración algunos términos como tape y tapera. Ahora me referiré a la primera.<br />

Es muy común en las fuentes españolas, sudamericanas y argentinas la referencia que se hace<br />

acerca <strong>del</strong> origen guaraní.<br />

Tape deriva <strong>del</strong> guaraní tapé, ´indio guaraní originario de las misiones jesuíticas en las vertientes<br />

de los ríos Paraná y Uruguay. En la Argentina, tape, por extensión, es el indio y aún cualquier<br />

persona de tipo aindiado. Desde el punto de vista etnográfico fue la tribu de indios que habitaban<br />

en el Uruguay, en las orillas <strong>del</strong> arroyo de su nombre, afluente <strong>del</strong> Cebollatí, y en las márgenes de<br />

otros arroyos próximos, y que cuando se fundó la ciudad de Montevideo, trabajaron en las obras<br />

de fortificación de esta población.<br />

Como estos indios estuvieron sometidos a sistemas de esclavitud o de explotación injusta, en el<br />

Río de la Plata, con la expresión ¨el jornal <strong>del</strong> tape¨ se aludía a la ¨recompensa¨ o ¨pago¨, exiguo<br />

por cierto, por algún trabajo o servicio que prestaban como peones.<br />

Según Antonio Ortiz Mayans (¨Diccionario Español-Guaraní¨), tapé significa ´camino´ o ´vía´;<br />

tapé curusú, ´caminos cruzados´; tapé guasú, ´avenida´, ´camino real´, ´carretera´; y tapé yuasú,<br />

´cruce de caminos´. Gaspar L. Benavente, autor de ¨El Guaraní en Entre Ríos¨ registró también<br />

esta palabra, tape, con el significado de ´indio´ y también de ´camino´ (pero en este último caso lo<br />

consigna como tape mbiaza).<br />

En cierto sentido, la palabra penetra en el <strong>lunfardo</strong>, siempre que asumamos a éste como presupuesto<br />

de un posible futuro idioma nacional y por vía <strong>del</strong> vocabulario campal, con que se nutre.<br />

No es extraño entonces tampoco que Ricardo Güiraldes, en ¨Don Segundo Sombra¨, utilice la<br />

palabra al escribir:¨El tape volvió a reírse en falso, como contento con su comparación¨. Felix Coluccio<br />

lo incluye como voz argentina y nos recuerda el Martín Fierro:<br />

¨Se debe ser precabido<br />

cuando el indio se agasape:<br />

en esa postura el tape<br />

vale por cuatro o por cinco:<br />

como el tigre es para el brinco<br />

y fácil que a uno lo atrape¨.<br />

En las explicaciones que Francisco I. Castro hace de la obra de José Hernández, el significado<br />

con que se usó esta voz consiste en: ¨Raza de indios de la zona de Misiones, pero se acostumbra<br />

llamar ´tape´, indistintamente, al indio de cualquier raza y aún a los hombres de tipo aindiado¨.<br />

Es importante señalar que José Gobello incluyó la palabra en su ¨Nuevo Diccionario Lunfardo¨ y<br />

consigna el uso que hizo de ella Last Reason, en su ¨A Rienda Suelta¨.<br />

Tapera<br />

Ahora escribiré acerca de la palabra tapera, luego de habernos ocupado aquí mismo de la voz<br />

tape, no sin antes reiterar el concepto de <strong>lunfardo</strong> en un sentido amplio, el que viene a legitimar la<br />

idea de que existen numerosos indigenismos en este sector <strong>del</strong> idioma nacional argentino.<br />

Me llama la atención que el vocablo tapera figura en algunos diccionarios y en otros no aparece<br />

registrado, porque es una palabra muy conocida, difundida y de uso muy frecuente en nuestro<br />

país, principalmente en las zonas rurales, no sin descartar su utilización en las ciudades y poblados.<br />

El Diccionario de la Lengua Española interpreta que la ruina de un pueblo o una habitación rui-


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

nosa y abandonada, es la tapera. Más, nada dice de la tapera nuestra, la de América <strong>del</strong> Sud,<br />

la Argentina, en especial, donde sabemos todos que tapera es la casa abandonada y es éste el<br />

sentido prevalente <strong>del</strong> término.<br />

En algunas obras de argentinismos y americanismos también está incluida, como derivada <strong>del</strong><br />

guaraní taperé. En la Argentina y en Uruguay se trata <strong>del</strong> rancho ruinoso y deshabitado. Se usa<br />

mucho en el gauraní viviente de la Argentina y <strong>del</strong> Paraguay. Asimismo, en las ciudades y en las<br />

zonas rurales de la Argentina y especialmente -merece mencionarse- en ámbitos territoriales cercanos<br />

a Bahía Blanca y dentro de esta misma ciudad.<br />

Francisco I. Castro, estudioso de ¨Martín Fierro¨, de José Hernández, entiende que tapera es el<br />

rancho o la casa abandonada, en ruinas, invadida por yuyales, y trae el recuerdo de los versos<br />

pertenecientes a esta obra nacional:<br />

¨Me echaron a la frontera-<br />

¡Y qué iba a hallar al volver!<br />

Tan sólo hallé la tapera¨.<br />

Ofelia Secchia, en su libro ¨Antología de la Poesía Gauchesca¨, limita el significado al rancho en<br />

ruinas y abandonado, por lo que, entonces, lo afinca sólo en la campaña argentina. José Gobello,<br />

en ¨Las Letras <strong>del</strong> Tango de Villoldo a Borges¨, en la ¨Guía Lexicológica¨ nos habla no ya <strong>del</strong><br />

rancho sino de la casa abandonada, que en cierta circunstancia idiomática es lo mismo, rancho o<br />

casa. Es rancho abandonado en ¨Cielitos y Diálogos Patrióticos¨, de Bartolomé Hidalgo. ¿Y en los<br />

<strong>tango</strong>s?<br />

De Enrique Cadícamo (letra) y Aníbal Troilo (música), ¨Garúa¨:<br />

¨Garúa ...<br />

Sólo y triste por la acera<br />

va este corazón transido<br />

con tristeza de tapera¨.<br />

De Yaraví (letra) y A. Gallucci (música), ¨Guitarra de Ausencia¨, <strong>tango</strong> campero:<br />

¨Yo sé que de mi cariño,<br />

ni te acordás ya siquiera,<br />

pero desde que te has ido<br />

mi amor se volvió tapera¨.<br />

Y, para completar una breve muestra representativa, en el <strong>tango</strong> ¨Adiós, Pampa Mía¨, con letra de<br />

Ivo Pelay y música de Francisco Canaro y Mariano Mores, leemos y escuchamos:<br />

¨¡Adiós pampa mía!...<br />

Me voy ... Me voy a tierra extrañas.<br />

Adiós, caminos que he recorrido,<br />

ríos, montes y cañadas,<br />

tapera donde he nacido¨.<br />

Changüi<br />

Una inquietud de Néstor Barbieri me motivó para investigar el origen de este vocablo, lo que<br />

significó una fuerte estimulación para rastrear -un poco como el baquiano y sin tanta sabiduría y<br />

experiencia como la de este personaje de nuestra historia y nuestra sociología campera- en las<br />

fuentes de nuestro pasado, en el que se advierten las tradiciones argentinistas.<br />

El convite significó un retorno a las fuentes y a los recuerdos de la infancia, medio siglo atrás,<br />

cuando, de pibes, dábamos o pedíamos changüín o changüí, porque usabamos la palabra de las<br />

dos maneras, especialmente en el juego de las bolitas.<br />

No todos los autores y diccionaristas en particular se ocuparon <strong>del</strong> tema. Al contrario, unos pocos<br />

lo hicieron. Uno de ellos, Alfredo N. Neves, quien le asigna a esa palabra diversos significados,<br />

en sendos países y regiones. Cuando se refiere al Río de la Plata, la ubica como voz guaraní, de


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

dos modos. Uno, como ventaja engañosa que se da al adversario; y, otro, como dejarse aventajar<br />

maliciosamente por el adversario, para luego ganarle o vencerlo.<br />

Sin embargo, aquí, nosotros creíamos que el changüín era una ventaja que se concedía realmente<br />

de buena fe, por alguien que era superior en el juego.<br />

El concepto de Antonio Ortiz Mayans ratifica lo que escribe Neves. Mayans, un estudioso <strong>del</strong><br />

guaraní, agrega que la palabra se incorporó al español. Leo en el último Diccionario de la Lengua<br />

Española esto mismo, pero es interesante señalar que califica a esta palabra como voz familiar de<br />

la Argentina, con el significado acotado de ventaja u oportunidad, en especial la que se da en el<br />

juego, excluyendo el contenido malicioso, tal como lo conocíamos de pibes.<br />

Don José Gobello, el más serio y laborioso científico en el tema y quien como fundador le diera<br />

organicidad, permanencia y hondura, a la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, vincula la palabra al<br />

caló (lengua de los ladrones y lenguaje o dialecto de los gitanos) y la considera lunfardismo al<br />

incorporarla a su ¨Nuevo Diccionario Lunfardo¨. Asimismo, cita la obra de Vacarezza, ¨Los Escrushantes¨:<br />

¨Con el changüí lo mareo<br />

Y ... lo bocho en lo mejor¨.<br />

Empero, Mario E. Teruggi afirma que viene de España, porque está registrado en el argot español.<br />

Jorge Montes lo utiliza en una de las pocas novelas con bastante contenido <strong>lunfardo</strong>, en<br />

cierto sentido. Y, como todos está en todo, según Paulo Coelho, don Leopoldo Lugones en ¨La<br />

Guerra Gaucha¨ se acordó de escribir la palabra:¨El Viejo daba changüí de buen grado¨.<br />

Pupo<br />

Un vocablo familiar y muy popular -en la Argentina al menos- es pupo, que significa ´ombligo´.<br />

Asimismo, según José Gobello, quiere decir ´sobrante de la masa de pan o tortilla´. La palabra<br />

proviene <strong>del</strong> quechua púpu, ´ombligo´.<br />

Otros diccionaristas <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, no lo omiten con tal significación. Entre ellos, Emilio Dis, pero la<br />

mayoría omiten este vocablo, también registrado en algunas obras de recopilación de americanismos<br />

como la de Alfredo N. Neves, que radica su uso a América Meridional y además extiende el<br />

significado a ´protuberancia´, en una segunda acepción (la primera es ´ombligo´).<br />

Fernando Hugo Casullo, que profundizó en el estudio de los indigenismos, anota que pupo es<br />

¨voz quichua¨. Asimismo:<br />

¨En Argentina, Chile, Ecuador y Arequipa (Perú), ombligo. ´Me hallé con un chango de unos<br />

pocos meses, vestido con una camisita que no le tapaba el pupo... envuelto en unos trapos que<br />

apestaban a orines´ (Juan Carlos Dávalos, ´Cuentos y relatos <strong>del</strong> norte argentino; 1946, pág.<br />

104). También en el norte (argentino) dáse este nombre a la masa que sobra cuando se hace<br />

pan, tortilla o bizcocho. ´Ponían al horno algunas piezas dulces en forma de palomas, roscas,<br />

caballos, golosina que también sabían gustar con <strong>del</strong>eite los mayores aficionados al pupo´ (Lirio<br />

Fernández, ´Puma Ciego´, 1951, pág. 118)¨.<br />

Predomina el significado de ´ombligo´, en las obras y en el uso real. Tal parece en el libro de Julio<br />

Aramburu, ¨Voces de Supervivencia Indígena¨. En las fuentes <strong>del</strong> guaraní figura pupú, es decir<br />

con grafía parecida pero con distinta semántica.<br />

La palabra tuvo históricamente tanta difusión y uso frecuente que hasta se la ha considerado<br />

salteñismo y regionalismo, lo que podemos observar en la obra de José Vicente Solá. Y es muy<br />

curioso que también se la omita en los lexicones de literatura infantil y juvenil, siendo que hoy día<br />

se haya exhumado la palabra para su uso en los libretos de radio y televisión.<br />

Gualicho<br />

Si todavía en América suceden genocidios de los que son víctimas las comunidades aborígenes,<br />

es posible imaginar qué respeto puede existir con relación a su cultura y su idioma.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

2<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

Sin embargo, en el caso de la lengua, subsiste en el tiempo y numerosos vocablos son incorporados<br />

al habla viva de los argentinos. Tal lo que sucede con la voz gualicho, muy usada en la campaña<br />

y también aún en las ciudades, especialmente entre las gentes más humildes.<br />

Se trata de una palabra araucana, que significa ´diablo´ o ´genio <strong>del</strong> mal´. Es decir, en un sentido<br />

se vincula a cierto tipo de daño, que los pampas para auyentarlo realizaban distintos tipos de<br />

comportamientos (gritos, dar tajos en el aire, etcétera).<br />

Es asimismo un embrujamiento, que puede realizarse para provocar daño y para despertar el<br />

amor, mediante una infusión de hierbas que se da a beber a la persona indicada.<br />

El medio físico en el que es ubicada la palabra es el centro y sur <strong>del</strong> país; en las diversas tribus<br />

que poblaron esta zona se utilizaba la palabra. No se descarta la posibilidad de que fuera común<br />

a otras comunidades porque existían creencias y mitos comunes. Incluso no existen dudas acerca<br />

<strong>del</strong> uso en otros países, como Chile y Uruguay. Hasta se la considera americanismo.<br />

Fuera de los grupos aborígenes, por proximidad humana y territorial, seguramente el gaucho fue<br />

el primero en conocer el término y en usarlo; después, en el proceso histórico de traslación de<br />

población <strong>del</strong> orbe rural al urbano, también acompañó el lenguaje y la palabra gualicho, también<br />

conocida como gualichu.<br />

Más todavía, don José Gobello incorporó la palabra a su Diccionario Lunfardo, anotando que deriva<br />

de walleechu, nombre tehuelche <strong>del</strong> genio <strong>del</strong> mal, puntualizando el verbo engualichar, ´hechizar´.<br />

Al incorporarse al Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia, no se desconocen<br />

tales antecedentes y agrega que además se denomina gualicho al objeto que produce el mal.<br />

Pero lo que importa, realmente, es que la palabra sigue teniendo vigencia y se ha perpetuado en<br />

la literatura popular, en la poesía y las letras de nuestro folclore y, más, en el idioma popular de<br />

los argentinos.<br />

Maíz<br />

Maíz es una palabra muy difundida y de uso frecuente e intenso, en nuestro vocabulario. Cubre<br />

un amplio espectro y ha penetrado en innumerables aspectos de la vida de nuestros países, en<br />

América. Generó dichos, expresiones, palabras compuestas, nombres de comidas y lugares. En<br />

nuestro lenguaje popular es muy común escuchar: ¨Le gusta más que el maíz frito¨, señalándose<br />

así las bondades <strong>del</strong> maíz tostado.<br />

Se trata <strong>del</strong> pochoclo. De acuerdo con José Gobello (Nuevo Diccionario Lunfardo), chókkllo es<br />

maíz verde y por cruce con el guaraní pororó, arribamos al pochoclo, ´maíz tostado´. Igualmente<br />

pororó se refiere al ruido semejante al <strong>del</strong> maíz tostado, en el guaraní. Se lo llama asimismo maíz<br />

chulpi en el Nordeste argentino.<br />

La planta es indígena y, por lo tanto, también la palabra. Era propia <strong>del</strong> Caribe. Huá, en lengua<br />

pampa. Avatí, en el guaraní, sin perjuicio de lo ya apuntado por Gobello. Aparece escrita también<br />

de otro modo: abatí, que al parecer proviene de aba (cabello) y tí (apócope de morotí, que quiere<br />

decir ¨blanco¨), con lo cual se alude a la barba de choclo.<br />

La palabra maíz está presente en los vocabularios de las diversas regiones argentinas; es señalada<br />

como voz antillana, con variantes dialectales en el continente y en el mundo. Presente en la<br />

gastronomía de todo el planeta, especialmente en la Argentina, como por ejemplo la denominada<br />

comida maíz lonjiao, en Salta; o la humita en chala, en Tucumán; el locro o la polenta de nuestras<br />

ciudades. Fuente de creencias y supersticiones, adorno en ceremonias y motivo de leyendas. Su<br />

popularidad y vigencia se deben también a los usos medicinales y significación religiosa.<br />

Con tales antecedentes -y además seculares- no podía estar ausente de las canciones, <strong>del</strong> folclore,<br />

de la poesía y de la literatura populares. Entonces, no pudo ser ignorado por José Hernández,<br />

en su Martín Fierro:<br />

¨Salieron como maíz frito


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

En cuanto sonó un cencerro¨<br />

Destaco que a los gauchos les gustaba de un modo especial el maíz frito, que se hacía con grasa<br />

de vaca y que, al freírse el maíz saltaba abierto como rosa o roseta y de allí la expresión <strong>del</strong><br />

gaucho.<br />

En obras (recopilaciones) de americanismos se mencionan innumerables especies de maíz, pero<br />

en algunos lugares de la Argentina se consideraba que el maíz dulzón era el apropiado para hacer<br />

el maíz frito.<br />

Quichua, <strong>lunfardo</strong> y español<br />

El quichua, como hemos señalado y ejemplificado en parágrafos anteriores, está presente en e<br />

idioma general de los argentinos (o <strong>del</strong> idioma vivo, en el que el <strong>lunfardo</strong> ocupa un área extensísima,<br />

rica y prevalente, que lo ubica como substractum de un futuro idioma nacional).<br />

Nuestro idioma general o popular está considerado por mí como un sector no absolutamente<br />

distinto al español y se nutre con indigenismos, particularmente quichuismos; en casos, los españolismos<br />

deberían ser considerados como extranjerismos, y no son pocos los ejemplos.<br />

Existen numerosas traducciones recíprocas, entre el quichua y nuestro idioma, en especial en<br />

lo que toca a la literatura popular argentina, libros y canciones. Don Sixto Palavecino ha sido un<br />

traductor fiel.<br />

Ya es sabido que el castellano y el quichua son coetáneos, en Santiago <strong>del</strong> Estero, en su origen<br />

o llegada a este ámbito. Los españoles intentaron la extinción <strong>del</strong> quichua y no lo lograron; la ley,<br />

entonces, prohibió su uso. Actualmente, aproximadamente ocho millones de personas hablan el<br />

quichua (quichuaparlantes). De cómo están presentes en nuestro idioma popular los quichuismos<br />

he dado y desarrollado numerosos casos, como los que son citados en una nota periodística que<br />

referenciaré seguidamente: cancha, chacra, guanaco, guacho, mate, morocho, pilcha, poroto,<br />

pucho (confer: Roberto Cinti, ¨La Parla de los Incas¨, en ¨Nueva¨, 23 de enero de 1994, págs. 10<br />

y siguientes). Dice este autor: ...¨sin sospecharlo, se emplean a diario en ciudades y campos de la<br />

Argentina¨.<br />

Agrego yo por mi parte: generalmente no aparecen en diccionarios que se editan en España. Es<br />

muy rica la toponimia, en la Argentina, por lo demás.<br />

Don José Gobello, en su trabajo ¨No Hablamos Muy Bien Pero Nos Entendemos¨ (Ed.Las Orillas,<br />

Buenos Aires, 1993), menciona otras voces: tongorí (esófago de los vacunos), usada por Esteban<br />

Echeverría en ¨El Matadero¨; china (utilizada en el Martín Fierro, en la literatura, gauchesca y lunfarda),<br />

pucho (id), yapa o ñapa (id) y muchas más en sus diccionarios y obras sobre etimología.<br />

Choclo<br />

Este vocablo ha sido considerado como ¨voz de supervivencia indígena¨, con el sentido de ¨mazorca<br />

verde <strong>del</strong> maíz¨, por Julio Aramburu, en su libro ¨Voces de Supervivencia Indígena¨.<br />

En otras fuentes, la estimada voz guaraní, es ¨maíz fresco¨. Cuando pasa al lenguaje campesino<br />

rioplatense, además de seguir siendo la ¨mazorca <strong>del</strong> maíz¨ adquiere una nueva acepción: ¨deuda<br />

de valor apreciable¨, lo es aceptado por el <strong>lunfardo</strong> en las grandes ciudades argentinas. Es decir,<br />

se fue afianzando su uso y ampliando el sentido de la palabra.<br />

Asimismo, en el <strong>lunfardo</strong> pasó a ser ¨merengue¨, ¨desorden¨, ¨lío¨. Juan Mondiola, el personaje<br />

creado por Miguel Ángel Bavio Esquiú, se expresa así: ¨Todo este choclo vino a raíz de una reunión<br />

de parientes¨. En el <strong>lunfardo</strong> sexual es ¨pene¨ y tal figura en textos de literatura lunfarda, en<br />

prosa y en verso.<br />

Tales son la intensidad y la frecuencia de su uso que se convirtió en expresión argentina, con<br />

numerosas aplicaciones. Más todavía, pasó al idioma español, como voz de origen quichua,<br />

admitiéndose la difusión en toda la América Meridional, inclusive en la gastronomía -acerca de lo<br />

cual ya hemos hecho algunas puntualizaciones en notas anteriores-, invariablemente con registro


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

y referencias literarias. Hugo Wast, en ¨El Camino de las Llamas¨, escribe: ¨Tancredo se le acercó<br />

con un choclo asado y se lo ofreció a la patrona por ser de los últimos choclos <strong>del</strong> año¨, según la<br />

cita que hace Fernando Hugo Casullo (ver ¨Voces Indígenas en el Idioma Español¨).<br />

El mismo autor asevera que en nuestro país se usa esta palabra en el sentido de percance o dificultad,<br />

lo cual es muy conocido.<br />

Con el significado de ¨mazorca tierna <strong>del</strong> maíz¨ la registra igualmente Félix Coluccio, aunque en<br />

Chile ¨llaman así también a la espiga de trigo¨; agrega que cargar con el choclo es una frase con<br />

la que se quiere expresar ´cargar con las consecuencias´; dejarle el choclo, meterle el choclo,<br />

es dar algo que no sirve; también cargar con culpas ajenas o bien encargarle a uno algo pesado<br />

o difícil o que no se tiene la voluntad de hacer¨ (¨Diccionario Folklórico Argentino¨). Asimismo:<br />

armarse un choclo... significa ´armarse un lío muy grande´ y qué choclo: quiere decir ¨qué asunto<br />

tan gravoso¨. Existen numerosas expresiones y sin ninguna duda el vocablo es un americanismo.<br />

En la Argentina, uno de los cinco <strong>tango</strong>s más difundidos en el mundo, lleva por título ¨El Choclo¨,<br />

con música de Ángel Villoldo y letra <strong>del</strong> bahiense Juan Carlos Marambio Catán y de Enrique Santos<br />

Discépolo.<br />

Tambo<br />

Tambo ha sido identificado, en numerosos textos, como vocablo quichua. Estimo que se trata de<br />

una palabra muy difundida en gran cantidad de países. En una de sus acepciones es el lugar o<br />

establecimiento donde se crían o tienen vacas lecheras y se produce leche destinada a su comercialización.<br />

En otra acepción se trata de un poste grueso, recto y alto, en el cual se atan los potros<br />

para curarlos, ensillarlos y hasta domarlos (una costumbre indígena muy respetuosa de la vida<br />

animal, que los ¨civilizados¨ no tuvimos en cuenta).<br />

Pero lo interesante es la traslación de esa palabra al orbe <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, donde significa ´lupanar´<br />

o ´prostíbulo´. Con tal significado la usaron varios escritores, como por ejemplo Bernardo Kordon,<br />

en ¨Vagabundo en Tomboctú¨, y registrada en no pocos textos. Por extensión se denominó ¨mina<br />

de tambo¨ a la prostituta. Es fácil deducir la explicación de tal traslación.<br />

Nótese que la palabra, en nuestra región, en el siglo XVIII y en a<strong>del</strong>ante, era propia de los negros,<br />

que tenían sus casas de tambo y denominadas más frecuentemente ¨casas de <strong>tango</strong>¨. Este otro<br />

vocablo, <strong>tango</strong>, es de origen africano. En algunas fuentes se afirma que ¨casa de tambo¨, o ¨casa<br />

de <strong>tango</strong>¨ o ¨sitio de <strong>tango</strong>¨ eran la misma cosa. Otros distinguen.<br />

Se trataba <strong>del</strong> lugar donde los esclavos hacían sus fiestas, en determinados límites, por no habérseles<br />

permitido hacerlas libremente (en la calle o en espacios abiertos, donde sí estuvo permitido<br />

en determinados momentos de nuestra historia). En tales ocasiones bailaban una suerte o especie<br />

de candombe denominado ¨<strong>tango</strong>¨, que bien pudo haber contribuido a la formación de nuestro<br />

<strong>tango</strong> tal como aparece a fines <strong>del</strong> siglo XIX y tal como se transforma en el siglo XX.<br />

Podría sostenerse que la palabra ¨tambo¨, con relación a los esclavos <strong>del</strong> Río de la Plata, aparecida<br />

en un documento oficial, se trata de un error, ya que en numerosos textos oficiales se alude a<br />

casas y sitios de <strong>tango</strong> y no de tambo. De otro modo, habría que demostrar con adecuados antecedentes<br />

cómo el quichismo tambo pasó al vocabulario de los esclavos. Bien es cierto que, en<br />

materia de palabras, nada es imposible.<br />

El diminutivo de la palabra tambo pasó a la letrística tanguera. En una de las versiones de ¨El<br />

Porteñito¨:<br />

¨Soy porteño <strong>del</strong> 90,<br />

tiempos bravos <strong>del</strong> Tambito¨.<br />

¨El Tambito¨ era un lugar nocturno, de diversión, donde se bailaba y bebía, no leche precisamente.<br />

Más sobre la voz tambo


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

En el número 23, de ¨Savia Latinoamericana¨ (página 11), el investigador Julio Rodríguez Ledesma<br />

realiza un muy valioso aporte, que acepto y que no discuto en absoluto, para esclarecer la<br />

verdadera grafía de la palabra, anotando que la verdadera grafía es tampu.<br />

Empero, puede ser que la grafía, con el tiempo, haya cambiado en determinado lugar, y haber<br />

pasado de tampu (o tánpu, como lo anota José Gobello en su ¨Nuevo Diccionario Lunfardo¨) a<br />

tambo, dado que Guillermo Alfredo Terrera, en su ¨Vocabulario Quichua¨, contenido en su libro<br />

¨Sociología y Vocabulario <strong>del</strong> Habla Popular Argentina¨ (páginas 58 y siguientes, bajo el subtítulo<br />

¨Voces <strong>del</strong> Quichua¨) incluye la voz tambo y agrega que proviene de la voz tampu o tampo. Es<br />

decir pertenecen todas al orbe de las voces quichuas y al desarrollar el artículo relacionado con<br />

¨tambo¨ consigna que se usaba antiguamente en las provincias <strong>del</strong> Río de la Plata para designar<br />

una posada, un sitio de venta o simplemente un parador; dice también que el significado fue cambiando.<br />

Así que pudo haber cambiado la grafía, en cierto lugar, y también el significado, hecho común en<br />

materia de lenguaje; igualmente se fueron sumando acepciones. Nótese que en la citada obra,<br />

Gobello, que probablemente sea quien más palabras de origen quichua ha ubicado dentro <strong>del</strong><br />

<strong>lunfardo</strong>, la escribe como lo hice líneas arriba: tánpu, para señalar la etimología de la voz lunfarda<br />

¨tambo¨.<br />

Nótese a tales antecedentes -y confirmando lo que escribe Julio Rodríguez Ledesma- que Martín<br />

Alonso cita antecedentes de tambo a partir <strong>del</strong> siglo XVI y que a lo mejor Terrera está basándose<br />

en un tiempo muy posterior y a un lugar preciso; adviértase además cómo, en las referencias<br />

literarias que Alonso incluye en su ¨Enciclopedia <strong>del</strong> Idioma¨ da distintas interpretaciones según<br />

países, lo cual tiene valor relativo porque el idioma -y muchas cosas más de la cultura- no está<br />

sujeto a la cárcel de los límites político-administrativos.<br />

Respetuosamente, con relación a tan importante observación, aparecida en el citado número de<br />

la revista, consecuentemente con puntos de vista sustentados desde hace más de treinta años,<br />

creo que el idioma se transforma. Como pasa con las revoluciones, si una palabra fracasa es denominada<br />

¨voz deformada¨, pero si triunfa entonces se legitima y se habla de transformación. Yo<br />

siempre hablo de transformación, aunque la palabra tenga poca vida.<br />

Pichicho<br />

En la República Argentina no existe una educación multilingüe que incluya a las lenguas aborígenes,<br />

aunque ya se haya reconocido ese derecho de un modo muy limitado y no con relación a<br />

todas las lenguas. Empero, gracias al espíritu y al lenguaje populares, los indigenismos trascendieron<br />

y se insertaron en aquellos.<br />

Para señalar la importancia <strong>del</strong> idioma basta anotar aquí que en algunas comunidades -como la<br />

de los huaoranis, en Ecuador- los bebés aprenden a hablar y a cantar antes que a caminar.<br />

Luego de esta digresión, continuaré ejemplificando la presencia de los indigenismos en las fuentes<br />

<strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>. Ahora me ocuparé de la palabra pichicho, que José Gobello, en su ¨Nuevo Diccionario<br />

Lunfardo¨, considera voz popular y con el significado de ´perro pequeño´, afirmando además<br />

que corre la aféresis chicho. Quiero agregar que he escuchado igualmente pichi y pichicho<br />

aludiendo a cualquier perro; se trata, en casos, de una actitud afectiva y por eso el perro puede<br />

ser viejo y ser llamado pichicho, porque genera simpatía o afectividad y es manso. En el norte<br />

argentino se denomina picha a la perra.<br />

En numerosas fuentes aparece como americanismo, pero como voz de origen araucano se lo limita<br />

a la Argentina y a Chile. Fernando Hugo Casullo, en ¨Voces Indígenas en el Idioma Español¨,<br />

ratifica que es un nombre cariñoso que suele darse a los perros chicos y mansos, citando como<br />

referencia literaria a Juan Goyanarte, en ¨Lago Argentino¨, donde escribió: ¨Lo obligó a obedecer<br />

como a un pichicho¨.<br />

No es incorrecto considerar a esta palabra lunfardismo, si es que asumimos un concepto amplio


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

<strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> y si comprendemos que históricamente una palabra es a la vez y en distintos tiempos<br />

y ámbitos, indigenismo, ruralismo, regionalismo, argentinismo, americanismo, lunfardismo, etcétera,<br />

por el uso que se le da bajo distintas circunstancias y por la evolución o transformación de los<br />

orbes idiomáticos.<br />

Tino Rodríguez, en ¨Primer Diccionario de Sinónimos <strong>del</strong> Lunfardo¨, anota que pichicho es sinónimo<br />

de perro y cita su inclusión en ¨Carta a la Rea¨, de Last Reason.<br />

¨La más mayor¨<br />

¨La más mayor¨ -se refiere a la edad- es una expresión que corre en no pocos lugares de la Argentina.<br />

Y es probable que tal modismo haya nacido en grupos indígenas. Es escuchada, asimismo,<br />

en comunidades humildes de ciudades, poblados, campaña, rancheríos o villas muy pobres.<br />

Empero, vale como modismo que algunos gauchos expresan naturalmente; en particular, además,<br />

debo mencionar a los onas, en el sur de la Argentina, pues, al fin, el lenguaje es un don que<br />

Dios ha puesto en el espíritu de la persona humana y le dio libertad, responsabilidad y capacidad<br />

para crear.<br />

Las palabras son hijas de la tierra. Son creadas por el espíritu humano dentro de su circunstancia,<br />

donde es dable objetar toda actitud de rechazo a todo lo que el ser humano compone, en materia<br />

de palabras, en alguna dimensión generadas por diversidad de elementos, físicos, sociales, culturales<br />

y antropológicos.<br />

A pesar de ello, los técnicos -en numerosos casos- esgrimen motivos para establecer deformaciones,<br />

barbarismos y disparates idiomáticos, según su propia nomenclatura, desde un escorzo que<br />

pretende reglamentar el idioma.<br />

La necesidad de obtener calor en el rincón austral de la Argentina generó la costumbre de encender<br />

hogueras. Vistas éstas por los exploradores españoles, se creó espontáneamente el nombre<br />

<strong>del</strong> lugar: Tierra <strong>del</strong> Fuego. La riqueza idiomática en esa región ha sido de vastas dimensiones,<br />

pero se fue perdiendo y enervando; sin embargo, muchos dichos, modismos, pero siempre que es<br />

posible los rechazan. El pueblo los asume como propios.<br />

¨La más mayor¨ es la persona más vieja de la comunidad, entre los onas. Hoy comparte este ¨título¨<br />

relevante Enriqueta Varela y Segundo Arteaga; según anota Alejandro Margulis, en un artículo<br />

periodístico; si es que realmente se proyecta el rescate y la divulgación de la lengua y de la cultura<br />

selk´man (ona), la ejecución <strong>del</strong> proyecto sería la más mayor tarea.<br />

Patagón<br />

Una consulta que me fuera hecha sobre el origen de la voz patagón provocó una intensa búsqueda<br />

en algunas fuentes bibliográficas existentes en distintos ámbitos de la ciudad de Bahía Blanca.<br />

Consideré que en mérito a la cantidad y amplitud de las mismas debía desbrozar aquellas referencias<br />

que aparecen en todas las obras, o en casi todas, como así también esos elementos no<br />

relacionados con la génesis o el significado <strong>del</strong> vocablo.<br />

Ubicado el sujeto como natural de la Patagonia; o indios tehuelches de esta región, llamados patagones<br />

por lo europeos <strong>del</strong> siglo XVI, agrupados con los onas, lingüísticamente y también desde<br />

el punto de vista cultural y racial; o chénecas, de tzóneka, ´hombre´, en su lengua y de acuerdo<br />

a la bibliografía científica, debemos admitir y dar por cierto que los miembros de la expedición de<br />

Magallanes, y Pigafetta, uno de ellos, al describirlos, los consideró gigantescos, y por sus grandes<br />

pies derivaron el nombre que, como queda expresado, no es el científico. Sin embargo, la costumbre<br />

de envolver sus pies con pieles hace presumir que a lo mejor hubo una exageración en la<br />

estimación de su tamaño.<br />

Bien se ve, entonces, que lo científico tiene menos divulgación que lo vulgar, aserto que, en materia<br />

de palabras, es corroborado por innúmeros antecedentes y fundamentos. Tehuelche, ona y<br />

chéneca, pueden citarse en orden de difusión mayor e importancia, pero decir patagón individua-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

liza mejor al natural de esa región cuyo nombre se generó en aquella voz. No es superfluo repetir<br />

que tehuelche es ´gente <strong>del</strong> sur´ (tehuel, ´sur´, y che, ´gente´). Para terminar, y a título ilustrativo,<br />

de acuerdo a una información lexicográfica, estos hombres adoraban a un demonio de nombre<br />

Setebos, que Shakespeare mencionó en su drama Calibán.<br />

Chaco, carancho y poncho<br />

Por los yacimientos arqueológicos <strong>del</strong> sur argentino -descubiertos última-mente-, se conocen<br />

otros aspectos de las migraciones de las primeras personas en Sudamérica. Ello nos induce a<br />

pensar en los intercambios e influjos idiomáticos; cada circunstancia generó vocablos diversos.<br />

En cierta instancia temporal se produce el encuentro con los gauchos fortineros, soldados y<br />

miembros de la comunidad ¨civilizada¨; el vocabulario gaucho y luego el <strong>lunfardo</strong> recibieron las influencias<br />

de los indigenismos y algunas voces <strong>del</strong> español se entreveraron con el vocabulario local<br />

(en este caso me refiero a las comunidades indígenas). En la cultura actual, <strong>lunfardo</strong> incluido,<br />

existen, entonces, raíces indigenistas. Y, más mucho: tuvieron lugar múltiples familias lingüísticas.<br />

El acercamiento y la relación afectivo-sexual, como la inserción laboral <strong>del</strong> indígena en el sistema<br />

económico derivado <strong>del</strong> poder político de la comunidad nacional argentina, merecen considerarse<br />

para entender las aproximaciones idio-máticas, tanto que en determinado momento comenzaron<br />

los propósitos de crear una educación bilingüe, lo que en pequeña medida se llevó a cabo por<br />

algunos gobiernos provinciales. Algunas lenguas ancestrales sobrevivieron. Particularmente, en el<br />

tema de la religión, cabe decir que no pocos grupos incorporaron los cultos evangélicos.<br />

Un conjunto de palabras comprueban parte de lo afirmado precedentemente. He aquí algunos<br />

ejemplos: chacu, ´chaco´, quiero decir ¨territorio de caza¨; como algunas prendas se identificaron,<br />

el poncho fue muy difundido, usado por indios, gauchos y compadritos suburbanos de un pasado<br />

no muy lejano: punchu, en quechua y ´vayirú´ en guaraní; carancho, héroe cultural, pertenece a la<br />

mitología y significa ´dador de fuego´.<br />

Más, carancho se convirtió en argentinismo. Como tal es un ave de rapiña y pasó a la literatura<br />

gauchesca; en ¨El Gaucho Martín Fierro¨:<br />

¨más, lo mesmo que el carancho,<br />

siempre estaba sobre el rancho¨.<br />

Fue usado en el ¨código <strong>lunfardo</strong>¨ con una leve modificación de su grafía, caracho, para ocultar<br />

´carajo´; y también caray, ´caramba´. Como es sabido esto aparece en numerosas fuentes lexicográficas<br />

y literarias, y un poco menos el vocablo carajada, ´tontería, cosa mal hecho o mal dicha´,<br />

en la novela ¨Jeringa¨, de Jorge Montes.<br />

Che<br />

Es escasa la existencia de voces de la lengua pampa en el habla popular argentina, comparando<br />

con otras lenguas aborígenes; al menos, es lo que resulta de las humildes investigaciones que<br />

realicé al respecto.<br />

En algunos textos aparecen palabras de discutido origen, como alazán, que la mayoría de autores<br />

la presentan como de origen árabe y que habría llegado aquí con los españoles.<br />

Lo afirmado, entonces, no se compadece con la importancia de la lengua pampa, dado que al<br />

promediar el siglo XIX comienza el contacto directo con las tribus y la zona de esa nación indígena<br />

cubrió un ámbito significativo en nuestro territorio nacional (tercera parte aproximadamente).<br />

Asimismo, los contactos fueron fluidos y los pampas demostraron actitud de adaptación y buena<br />

relación, a pesar <strong>del</strong> agravio histórico, ya conocido.<br />

En ocasiones, quienes recopilaron las palabras de la lengua pampa o querandí, incluyeron vocablos<br />

<strong>del</strong> idioma ¨nacional¨, en su forma anticuada.<br />

A pesar de lo expresado, cuenta con una voz muy popular entre nosotros, che, ´gente´. Che<br />

significa ´gente´ y también ´hombre´, en general se refiere a ¨los oriundos, indígenas sin mezcla


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

de otra sangre; huincache, es la mezcla de español e indio; mapuche, estranjeros (sic), pero no<br />

españoles; curiche ó (sic) curuche, los negros¨, según Federico Barbará.<br />

El uso <strong>del</strong> vocablo che ha sido -y lo es aún- frecuente e intenso en la Argentina y pasó a la literatura<br />

y a la canción populares, trascendiendo sus fronteras. Merece señalarse que algunos<br />

investigadores le dan otra pertenencia a la palabra che, es decir, la atribuyen a lenguas de otros<br />

grupos aborígenes.<br />

Aparece en las fuentes lunfardas, en las letras de <strong>tango</strong> y de canciones folclóricas. Es posible que<br />

la hayan llevado los españoles a España, siglos atrás y por tal motivo está registrada en fuentes<br />

españolas con la misma grafía o distinta (tse y ce: ver José Gobello, ¨Nuevo Diccionario Lunfardo¨).<br />

La palabra es utilizada en países limítrofes, aunque en varios diccionarios de americanismos no<br />

se la incluye. Por el uso que hizo Ernesto Guevara, en Cuba, se universalizó como sobrenombre.<br />

Además de lo expuesto más arriba aparecieron otras acepciones, a saber: che es ¨tú¨, implica<br />

tuteo; sirve para llamar a otro, al que se tutea; equivale a ¨vos¨, pero en Nicaragua era exclamación<br />

de desprecio o se usaba despecti-vamente. Equivale a ¨hombre¨, que acostumbran a incluir<br />

en la conversación los españoles, así se dirigían a una mujer. Su uso puede ser afectivo y cordial<br />

o despectivo.<br />

X<br />

LUNFARDO: NOTAS LEGITIMANTES<br />

Una vez más comunico referencias bibliográficas, que invariablemente estimé útiles e importantes<br />

para justificar al <strong>lunfardo</strong> como sublengua y probable presu-puesto de un futuro idioma, a saber:<br />

1.Juan María Gutiérrez, el redactor de nuestra Constitución, mantuvo un criterio amplio y evolucionista,<br />

en materia de idioma.<br />

Polemizó con el español, purista, Juan Martínez Villergas. Sostuvo que el escritor americano no<br />

debe acatar la legislación española en su lenguaje, porque quien legisla nuestro idioma acaba<br />

legislando nuestro pensamiento.<br />

La Real Academia fue fundada con fines políticos, para servir al trono.<br />

Pregona abrirse al neologismo y aun al barbarismo, siempre que la modalidad de nuestra vida y<br />

las renovaciones de la civilización así lo exijan (Alvaro Yunque, ¨Síntesis Histórica de la Literatura<br />

Argentina¨; Ed.Claridad, Buenos Aires, 1957, págs. 78/79).<br />

2.Mitre publicó el ¨Catálogo Razonado de las Lenguas Americanas¨ (ib., ib., pág. 80).<br />

3.Calixto Oyuela ... es antiamericanista estéticamente, brega por la pureza <strong>del</strong> español ... (ib., ib.,<br />

pág. 103).<br />

4.El gaucho -llamado ¨gauderio¨ en las vaquerías coloniales- descendiente <strong>del</strong> indio y español o<br />

de español sólo en las provinciales <strong>del</strong> litoral, pero modificado por el ambiente, hereda el idioma<br />

y la guitarra. Es un idioma plagado de arcaísmos, de neologismos, de barbarismos indígenas (ib.,<br />

ib., pág. 109).<br />

5.Hombres que se han perdido en el anónimo, cantores de fogón de estancia o de vivac, payadores<br />

de pulpería; dejaron coplas para gato y pericón, romances manando hazañas históricas,<br />

vidalas o huellas animando a sus compañeros de lucha o denostando al enemigo. Pero también<br />

han existido hombres cultos, hombres de ciudad que dejaron, escritos en lenguaje gauchesco,<br />

poemas destinados a reflejar la vida de esa raza, que va desapareciendo por evolución, asimilada<br />

a distintas exigencias vitales. Son ¨Bartolomé Hidalgo, Juan Gualberto Godoy, Hilario Ascasubi,<br />

Estanislao <strong>del</strong> Campo, José Hernández, que hicieron hablar, a veces en su misma forma rústica,<br />

a sus protagonistas. Otros, Echeverría, Mitre, Juan María Gutiérrez, Domínguez, Obligado ... ¨


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

(ib., ib., pág. 109).<br />

6.Bartolomé Hidalgo, Hilario Ascasubi, Estanislao <strong>del</strong> Campo y José Hernández, compusieron<br />

sus poemas en el español semidialectal, entre arcaico y barbarizado, que utilizaban los gauchos<br />

mismos (ib., ib., pág. 116).<br />

7.Hidalgo, Ascasubi, Del Campo y Hernández usaban una y otra expresión, la culta y la popular<br />

(ib., ib., pág. 116).<br />

8.El modernismo no fue un movimiento de ideas, no renovó sentimientos; fue un movimiento<br />

idiomático, renovó imágenes. Halló formas, innovó palabras. Libertó a la poesía de las mohosas<br />

cadenas de los preceptistas. Fue un soplo de juventud, un viento de audacia que aventó falsas<br />

reputaciones y quitó el polvo al dogma purista (ib., ib., pág. 137).<br />

9.Sobre Rubén Darío: ¨...pudo, como él dice: ´<strong>del</strong>iberadamente, con el deseo de rejuvenecer y<br />

flexibilizar el idioma´, emplear ´maneras y construcciones de otras lenguas, giros y vocablos exóticos<br />

y no puramente españoles´...¨ (¨La Vida de Rubén Darío¨, escrita por él mismo, 1915; ib., ib.,<br />

pág. 142).<br />

10.¨Yo hacía todo el daño que me era posible al dogmatismo hispano, al anquilosamiento académico<br />

...¨, ha escrito Rubén Darío en su ¨Vida...¨. ¨Esparcí entre la juventud los principios de libertad<br />

intelectual ... y el arte de escribir hispanoamericanismos...¨ -dijo también- (ib., ib., pág. 143).<br />

11.Fray Mocho es abigarrado, cosmopolita como el suburbio porteño... Muy imitado, entre sus<br />

contemporáneos, se puede citar a Felix Lima, autor de ¨Brochazos¨ y otros libros donde criollos e<br />

inmigrantes hablan, poliglotos, en un idioma que Babel envidiaría, pero laboratorio de un idioma<br />

futuro (ib., ib., pág. 154).<br />

12.Hablando de escritores argentinos: ¨Aparecen en los cuatro puntos cardinales de la República...<br />

Algunos hablan español; otros, dialectos¨ (ib., ib., pág. 174).<br />

13.Con respecto al ¨purismo¨ es necesario no olvidar que España misma no constituye una unidad<br />

racial. ¿Qué idioma puede ser ¨puro¨, no contaminado de entranjerismo; ¨castellano¨, en un<br />

país de gallegos, vascos, andaluces, aragoneses, catalanes?... (ib., ib., pág. 186).<br />

14.Por aquella época, Rafael Obligado y Nicolás Coronado fundaban una ¨Academia Argentina¨<br />

donde luchaban ¨nativistas¨, partidarios de inspiración y expresión criollas y ¨españolizantes¨ -su<br />

líder era Calixto Oyuela-, aferrados al purismo idiomático... En 1878, al terminar su período presidencial,<br />

Coronado escribe: ¨La obra fundamental de la Academia, el ¨Diccionario de Argentinismos¨<br />

tiene ya cuatro mil voces definidas y más de dos mil en estudio ... (ib., ib., pág. 186).<br />

15.Miguel de Unamuno pone en boca de Don Quijote: ¨Estoy avergonzado de haber alguna vez<br />

fingido entes de ficción, personajes novelescos, para poner en sus labios lo que no me atrevería a<br />

poner en los míos y hacerles decir como en broma lo que yo siento muy en serio¨(Miguel de Unamuno,<br />

¨Vida de Don Quijote y Sancho¨; Espasa-Calpe, Madrid, 1975, pág. 13).<br />

16.¨... esa cochina literatura, aliada natural de todas las esclavitudes y de todas las miserias. Los<br />

esclavizadores saben bien que mientras está el esclavo cantando a la libertad se consuela de su<br />

esclavitud y no piensa en romper sus cadenas.¨(ib., ib., pág. 17).<br />

17.¨Yo mismo, en estas páginas, confieso que a las veces he zuñido y bruñido mi discurso; mas<br />

en lo que sobre todo he puesto ahínco es en sacar a ras de lengua escrita voces de la lengua<br />

corrientemente hablada, en desentoñar y desentrañar palabras que chorrean vida según corren<br />

frescas y rozagantes de boca en boca y de oído en boca de los buenos lugareños ... no es menester<br />

acudir fuera y tomar de prestado voces y giros de otros idiomas...Cada uno ha de engordar<br />

de sí mismo¨(ib., ib., págs. 193/194).<br />

18.¨Art. 6º. El mínimun de instrucción obligatoria comprende las siguientes materias: ... Idioma<br />

nacional...¨ (ley 1.420).<br />

19.¨... Los maestros... procurarán que las ideas sean expresadas en el lenguaje propio de los<br />

alumnos...¨ (art. 19, ¨Digesto Escolar¨).<br />

20.¨...Dante, Petrarca y Boccaccio, mediante la creación de un estilo literario típicamente italia-


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no, establecieron el dialecto toscano (una de las muchas descomposiciones que sufrió el antiguo<br />

latín) como la norma de la cultura y las costumbres para todo el país¨. (Herbert Kubly, ¨Italia¨;<br />

Ed.Offset Multicolor S.A., México, 1961, pág. 31).<br />

21.Dante ¨cambió el seco lenguaje de los teólogos por la lengua toscana, transformando la ´lengua<br />

vulgar´ en bello molde literario y el dialecto toscano en lengua culta de los italianos¨ (ib., ib.,<br />

pág.118).<br />

22.El nieto de Cosímo, llamado Lorenzo el Magnífico, componía poemas amorosos en lengua<br />

vulgar, al estilo de Petrarca (ib., ib., pág. 120).<br />

23.Entonar loas a una beldad o a un ideal, con un propósito definido y en el idioma <strong>del</strong> pueblo,<br />

era un concepto revolucionario (ib., ib., pág. 118).<br />

24.¨El joven que lee a Poe o a Lowell quiere ser intelectual, ingenioso, poeta, escritor; el joven<br />

que lee a Whitman quiere ser un hombre, y percibir el sentido de la vida real. Burroughs¨. ...¨Fue<br />

su ambición ser el poeta <strong>del</strong> pueblo -de los seres comunes, <strong>del</strong> mecánico, el campesino y el<br />

leñador, el pescador, el conductor de ómnibus, el soldado, el gran mundo de los que trabajan- y<br />

en beneficio de ellos, en sus esfuerzos por no parecer altivo y educado, desechó todas las formas<br />

<strong>del</strong> estilo y de la convención...¨. ¨No fue un poeta de adornos y refinamientos¨, dice otro comentarista,<br />

´sino de la tierra y el orbe´¨(Sara K. Bolton, ¨Famosos Autores Americanos¨; Plaza y Janes,<br />

S.A.; Buenos Aires, 1966, págs. 143 y 144).<br />

25.¨Carl Sandburg definió el slang, ese vívido lenguaje <strong>del</strong> pueblo, tan a menudo condenado por<br />

los maestros de escuela y por las madres, como ´el idioma que se quita la chaqueta, se escupe<br />

las manos y se pone a trabajar´. Es precisamente el tipo de lenguaje que utiliza en sus poemas<br />

... utiliza muchas de las frases <strong>del</strong> pueblo común... parece contener ´el estrépito y el torbellino de<br />

las turbas callejeras, de las cuadrillas de trabajadores, <strong>del</strong> clamor de las veredas...¨. ¨Ciertamente,<br />

alguien ha dicho de Sandburg que encarna la respuesta de un hombre fuerte al interrogante de<br />

Whitman: ´¿suponéis acaso que la libertad y la sustancia de estos Estados sólo tiene que ver con<br />

las <strong>del</strong>icadas palabras de las damas? ¿Con los vocablos de los caballeros enguantados?´. Como<br />

tiene poco que ver con las palabras o las actividades de las damas o de los caballeros, Sandburg<br />

representa la belleza, la fuerza, el poder y algunos de los defectos <strong>del</strong> pueblo o al, que describe ...<br />

lo identifica con la multitud anónima...¨(ib., ib., págs. 201/202).<br />

26.¨El propio Sandburg tenía los pies sólidamente afirmados en el suelo norteamericano, y pronto<br />

comprendió que la mayoría de los cuentos infantiles que conocía eran pálidas y artificiales imitaciones<br />

de los mo<strong>del</strong>os europeos, ´Quería algo que se adaptara más a la jerga norteamericana,´<br />

...¨(ib., ib., págs. 214/215).<br />

27.¨Sinclair Lewis ... fue el primer autor norteamericano a quien se concedió el Premio Nobel de<br />

Literatura...¨ (ib., ib., pág. 219).<br />

Se lo debe considerar escritor popular: ¨... la franca descripción que hizo Lewis de Estados Unidos<br />

en pantuflas y tirantes fue un tremendo éxito¨. (ib., ib., pág.226).<br />

Investigó los suburbios. Aceptó el Premio Nobel ¨como representante de una nueva generación<br />

de autores norteamericanos... que habían roto con la tradición elegante ...¨(ib., ib., págs. 226/227).<br />

28.¨Un ejemplo extranjero debió hacer que se recurriera al latín vulgar como medio de expresión<br />

literaria: los trovadores provenzales, sobre todo en la Italia <strong>del</strong> Norte, demostraron que la lengua<br />

hablada por el pueblo era adecuada para expresar los más sutiles matices de los más <strong>del</strong>icados<br />

sentimientos, como el amor caballeresco¨ (Paul Arrighi, ¨La Literatura Italiana¨; Eudeba, Buenos<br />

Aires, 1962, pág.5).<br />

29.Dante, afinando a la vez su dialecto e ilustrándolo con sus obras maestras, conferirá la primacía<br />

al toscano y lo convertirá en el idioma literario de Italia (ib., ib., pág. 5).<br />

30.Italia muestra ricas fuentes de poemas populares caballerescos; de latín vulgar y jergas difundidas<br />

por juglares y cantastorie y laudi - anónimos en su mayoría- cantados en lugares públicos<br />

por los ¨juglares de Dios¨, propagandístas místicos (ib., ib., pág. 6).


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31.Bonvesin <strong>del</strong>la Riva (¿+1313?), de Milán, es autor de ¨Libro <strong>del</strong>le Tre Escritture¨, que por su<br />

descripción <strong>del</strong> Infierno y <strong>del</strong> Paraíso, es precursor <strong>del</strong> de Dante. Escribió en latín culto y en latín<br />

vulgar (ib., ib., pág. 6).<br />

32.Florencia conoció entonces (siglo XIV) poetas populares satíricos y humorísticos como Antonio<br />

Pucci (+1338), cuyos cantari ofrecen reflejos interesantes de la vida de la época. Sus sonetos son<br />

a menudo espirituales (ib., ib., pág. 12/13).<br />

33.¨La literatura popular se halla también representada por adaptaciones de obras latinas o francesas<br />

y por cantos de actualidad (cantari, serventecios, etcétera) que evocan los acontecimientos<br />

políticos con cierta grandeza épica¨(ib., ib., pág. 13).<br />

34.El afán de mantener el latín como única lengua literaria digna de tal nombre llegó, en el caso<br />

de algunos extremistas, hasta el desprecio por la lengua ¨vulgar¨, aún cuando se trate de Dante,<br />

tratado de ¨poeta para remendones y panaderos¨ (ib., ib., pág. 15).<br />

35.¨... Lorenzo (de Médicis) ... por sus ´canzoni a ballo´ y sus ´canti carnascialeschi´ destinados a<br />

acompañar los desfiles de carrozas alegóricas <strong>del</strong> Carnaval , cantos sensuales, a menudo llenos<br />

de sobreentendidos licenciosos, se conservan fiel a la tradición popular...¨(ib., ib., pág. 16).<br />

36. Matteo María Boiardo (1434-1494) es autor ¨de poemas latinos e italianos, en particular de un<br />

apreciable ´Canzoniere´, quizás el mejor <strong>del</strong> siglo en la corriente petrarquista... La lengua es rica<br />

en dialectismos, que la hicieron muy apreciada en el siglo XVI¨. (ib., ib., pág. 19).<br />

37.¨La parodia más celebrada es el ´Baldus´ di Folengo (1496-1544), epopeya burlesca de 25<br />

cantos y en un ´latín macarrónico´, contaminación divertida de la lengua, de la sintaxis y de la<br />

versificación clásica con préstamos de la lengua y dialectos italianos¨ (ib., ib., pág. 23).<br />

38.¨Una primera rebeldía contra la tradición se manifiesta con el idioma. El ejemplo <strong>del</strong> francés,<br />

racional, claro, abierto a los neologismos necesarios, bien hecho para satisfacer las exigencias<br />

<strong>del</strong> siglo, inspira el deseo de dar al italiano ... estorbado por los escrúpulos de los puristas, algo<br />

más de flexibilidad, de elegancia de buena ley y también de riqueza¨(ib., ib., pág. 30). ¨Testimonio<br />

de la persistencia, en un país cuya unificación fue tardía, de las hablas regionales, la literatura<br />

dialectal tiene antecedentes numerosos e ilustres¨ (ib., ib., pág. 51).<br />

XI<br />

VOCABLOS, EXPRESIONES, USOS Y COSTUMBRES<br />

1. Acoso<br />

La moda <strong>del</strong> acoso sexual<br />

El acoso es una forma de persecución, en la que no hay reposo ni tregua. En forma genérica se<br />

puede manifestar de manera diversa. Acorralar a alguien, arrinconar, hostigar, incomodar, molestar,<br />

pretender con insistencia inoportuna. Una persona puede ser calificada como acosadora<br />

cuando manifiesta porfía.<br />

El acosamiento adquiere características especiales cuando se trata de insistencias que causan<br />

fatiga en el trabajo o molestias irrazonables; en las prácticas políticas propias de un comportamiento<br />

autoritario o despótico; en la investigación policial o en los procesos litigiosos.<br />

Ha tenido bastante difusión actualmente el tema <strong>del</strong> acoso sexual, que presenta equívocos porque<br />

en una franja de situaciones puede ser confundido con el acoso amoroso. Deberían ser diferenciados<br />

ambos comportamientos y hasta podría sustituirse la palabra ¨acoso¨ para las hipótesis<br />

que no son nada más que propósitos de flirteo, estableciendo una relación o trato de un modo<br />

informal y que, aunque superficial, en cierta medida fue el motivo fundacional de la familia y la<br />

sociedad humanas.<br />

En este marco quedan inferidos diversos comportamientos, como las declaraciones de amor, las<br />

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poesías amorosas, las dedicatorias, las invitaciones para compartir momentos -como la danza, el<br />

cine o el paseo- y, finalmente, entre otras cosas, el piropo.<br />

A este respecto, como muchas cosas humanas, las mismas realidades se convierten en anécdotas,<br />

como sucedió en el caso <strong>del</strong> piropo en la Argentina. Como consecuencia de la inmigración,<br />

un tanto descontrolada, se produjo una desproporción en el porcentaje de hombres y mujeres, en<br />

nuestra población. La menor cantidad de mujeres desarrolló la heurística de los hombres, en las<br />

grandes ciudades y, en consecuencia, el arte de inventar piropos.<br />

Generalmente los piropos no fueron molestos u ofensivos. Además, por aquel tiempo, podríamos<br />

decir, remedando al <strong>tango</strong> ¨Tiempos Viejos¨, que eran otras mujeres, más mujeres, las nuestras,<br />

pues entonces, a principios <strong>del</strong> siglo, tuvieron bastante inserción laboral en las fábricas y fueron<br />

capaces de salir con ollas, cacerolas y otros utensilios, durante la famosa ¨huelga¨ de inquilinos<br />

de la primera década. Había que andar con cuidado. De todos modos, quiero decir que en general<br />

se trataba de galanterías, formuladas decorosamente ante la belleza de las mujeres. Así, no<br />

podía tener una valoración legal ofensiva.<br />

Pero en los supuestos de injurias, de propacidad o grosería, el piropo era punible. Una ordenanza<br />

municipal -en la ciudad de Buenos Aires- había establecido una multa de 50 pesos. De tal modo,<br />

con alusión a este hecho, surgió el <strong>tango</strong> ¨Cuidado con los 50¨: ¨Tenga cuidado con los 50, señor<br />

/ que no hay perdón si usted pretende caer / en la ordenanza que es de tanto rigor¨.<br />

El Código Penal español establecía una sanción para el piropo grosero o agraviante, siempre<br />

que reclamara la persona ofendida, pero también penaba a la mujer que por su vestimenta pudiera<br />

causar turbación o perturbación <strong>del</strong> orden público. Un jurisconsulto escribió: ¨... cuando el<br />

vestir descocado de la mujer, por sus movimientos ondulatorios u otras circunstancias obren de<br />

evidente provocación, y casi de solicitud tácita de un ajeno desahogo audaz y ardoroso, hay que<br />

inclinarse por la impunidad <strong>del</strong> piropeador, más bien víctima que infractor¨. En tal caso, en nuestro<br />

país, el porteño inventó: ¨No te hagás la lechuguita que soy canario goloso¨. Y el sevillano, más<br />

poeta y respetuoso cantó: ¡Qué contentita estará / la madre de esta doncella! Estando el cielo tan<br />

alto, / tiene en su casa una estrella¨. Y de Francisco Rodríguez Marín, extraemos <strong>del</strong> portugués:<br />

¨Uma só palavra tua, decide da minha sorte¨.<br />

excursionar en el idioma vivo, la mención de las fuentes citadas es una necesidad científica y, en<br />

algún sentido, es un humilde recuerdo al autor de ¨Mi Buenos Aires Querido¨, con quien durante<br />

algunos meses compartí la mesa <strong>del</strong> Café <strong>del</strong> Congreso, que ya no existe, en Rivadavia casi<br />

Rodríguez Peña, a la vuelta de la ex sede de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, sobre Rodríguez<br />

Peña, en el edificio <strong>del</strong> Círculo de la Prensa.<br />

3.Bizcochitos<br />

¿Siempre llevo bizcochitos ... ?<br />

¨Siempre llevo bizcochitos pa´tomar con matecitos como cuando estabas vos...¨ (<strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨Mi<br />

Noche Triste¨)<br />

Cuando me preguntan cómo se podría describir ¨crisis económica¨, en <strong>lunfardo</strong>, me acuerdo de<br />

los versos de G. Gradito: ¨El ragú faja a la mersa / y el mondongo está de araca¨. Y también, de<br />

aquellos de Discépolo, quien, en ¨Yira, Yira¨, escribió: ¨Cuando rajés los tamangos / buscando<br />

ese mango / que te haga morfar...¨.<br />

En realidad, la letra de ¨Cambalache¨, <strong>del</strong> mismo autor, ¨El Filósofo de Buenos Aires¨, tiene contenido<br />

moral y nada que se relacione con la crematística, que se refiere a la economía política y, en<br />

particular, a la riqueza y el dinero.<br />

Muchas son las letras que nos expresan las carencias materiales. Y los hábitos derivados de la<br />

mishiadura, tan difundida en la historia, como exteriorización de la crisis y también, en cuanto<br />

palabras, como manifestación de las leyes <strong>del</strong> idioma y la gramática. Hábitos y realidades que


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generan vocablos con gran fuerza, colorido y graficismo.<br />

¨Con el mate y un bizcocho / hasta mañana a las ocho¨, escribía el sainetero. Y es cierto, comprobado<br />

está, que el mate apacigua el hambre y la sed. En el tiempo en que se escribió ¨La<br />

Morocha¨ se aludió, en la letra de este <strong>tango</strong>, al cimarrón, cebado al paisano pródigamente, en el<br />

denominado ¨mate galleta¨, que era un mate grande, aunque no tanto como en el sur de Brasil,<br />

en la región de los gauchos. Luego -siguiendo cronológicamente la poemática tanguera- fue el<br />

matecito, más chico. Después hubo que ponerle yerba usada y, por eso, Discepolín -ahora sí, con<br />

contenido moral- apostrofó: ¨Cuando no tengas mi fe, / ni yerba de ayer / secándose al sol¨.<br />

¿Por qué? En aquel tiempo se secaba la yerba al sol para volver a usarse, y en ciertos ambientes<br />

de la Argentina, se difundía que el azúcar (briyo, en <strong>lunfardo</strong>), para el mate dulce de la amistad,<br />

la yerba (pasto), el tabaco (fasos) y el alcohol (tragos) constituían los llamados ¨lujos¨. Un tanguero<br />

que vivió en Europa trajo, desde París, la voz francesa biscuit, con la que se reemplazaba las<br />

palabras bizcocho y galleta.<br />

La frase ¨no tener ni pa´yerba¨ reflejaba la máxima indigencia <strong>del</strong> gaucho, que si alzaba en ancas<br />

el cuero, como escribió Hernández en su ¨Martín Fierro¨, ¨se lo vendía a un pulpero / por yerba,<br />

tabaco y trago¨.<br />

¿Nos obligará la crisis a variar nuestras costumbres? ¿Tendremos que usar la yerba secada al sol<br />

o quedarán los mates como piezas de museo y recuerdo de una tradición argentina y folklórica?.<br />

4.Buchón<br />

El vocablo aparece registrado en el ¨Diccionario de la Lengua Española¨ (Real Academia Española,<br />

Madrid, 1992 -vigésima primera edición-):<br />

¨buchón, na. (De buche) (1). adj. Dícese <strong>del</strong><br />

palomo o paloma domésticos que se distinguen<br />

por la propiedad de inflar el buche<br />

desmesuradamente¨.<br />

Buche es la bolsa membranosa que comunica con el esófago de las aves, en la cual se reblandece<br />

el alimento (en una primera acepción), pero en una segunda acepción es el estómago de<br />

algunos animales cuadrúpedos (ib., ib.).<br />

Es por causa de tal precedente que en la Argentina tal palabra tuvo una transformación: buyón,<br />

que, en el <strong>lunfardo</strong> es tanto la comida como el estómago. Resultado explicable tanto por la inmigración<br />

española como por la italiana, ya que en el genovés el lunfardismo buyón derívase <strong>del</strong><br />

genovés buggio, ´hervido´, y buyonear es comer (Ver José Gobello, ¨Nuevo Diccionario Lunfardo¨,<br />

Corregidor, 1991).<br />

En las fuentes semánticas y etimológicas españolas tiene numerosos significados, más diversificados<br />

todavía en la totalidad de países de habla hispana, particularmente en Cuba, Venezuela y<br />

la Argentina; en la jerga médica se dice (buchona) de la mujer que padece de bocio, pues parece<br />

que tiene buche. Estimo que la brevedad de la palabra, así como por su graficismo y facilidad de<br />

pronunciación y recordación, han favorecido su múltiple aplicación. Martín Alonso ubica su registro<br />

en el siglo XIX.<br />

Siendo la palabra un don que Dios puso en el espíritu de la persona humana y siendo la naturaleza<br />

humana un mundo aún no <strong>del</strong> todo conocida, el orbe de la ignorancia nos acerca al misterio<br />

o a las causas desconocidas por las que las palabras son creadas y recreadas, o transformadas<br />

por el espíritu popular. También aquí, como en un buche, se incorporan voces o ingredientes<br />

distintos. Por tal, me pregunto: bugía (italianismo, ´mentira´, ´falsedad´, ´embuste´, ´paparrucha´,<br />

´patraña´ -ver Lucio Abruzzi, ¨Nuevo Dizionario Spagnolo - Italiano e Italiano - Spagnolo¨, Paravia,<br />

II-), ¿se incorpora a nuestra circunstancia para darle sustento al buchón de marras? ¿Se desconoce<br />

en la Argentina que el buchón es un <strong>del</strong>ator, o alguien que habla demasiado, o un ¨estómago<br />

resfriado¨, ¨lengua larga¨, batidor, alcahuete o informante? Seguramente, no; igualmente, sin


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

duda, no se desconoce estas acepciones en otros países o comunidades.<br />

Ciertamente, el ¨buchoneo¨ de las personas no es un arrullo ni siquiera un chamuyo criollo como<br />

para enamorar, ni el buchón argentino no tiene nada de palomo o de tórtolo. El buchón, en la Argentina<br />

está comprendido en cualquiera de las categorías citadas en el párrafo anterior.<br />

Según Raúl Tomás Escobar (¨Diccionario <strong>del</strong> Hampa y <strong>del</strong> Delito¨, Ed. Universidad, Buenos Aires,<br />

1966), al informante de la policía se lo denomina buche o buchón. Para Marcos A. Morínigo (¨Diccionario<br />

Manual de Americanismos¨, Muchnik Editores, Buenos Aires, 1966) es un sujeto despreciable.<br />

Vicente Capparelli (¨Recopilación de Voces <strong>del</strong> Lunfardo, de lo Sórdido, de lo Popular y <strong>del</strong> Reo¨,<br />

Ed. Corregidor, Buenos Aires, 1980), agrega que buchón es ´<strong>del</strong>ator´ (anotando por mi parte, aunque<br />

sea superfluo, que el <strong>del</strong>ator puede mentir o decir la verdad).<br />

Del buchón, en nuestro país, se dice de todo, menos bonito, como estamos viendo. Y es Emilio<br />

Dis (¨Código Lunfardo¨, Ed. Caburé, Buenos Aires, 1975), quien explicita:<br />

¨BUCHÓN, ONA: Delator, confidente, acusador<br />

servil. Aplícase al <strong>del</strong>incuente venido a menos, o<br />

al ladrón que para actuar sin temores vive protegido<br />

de ciertos funcionarios policiales a cambio de indicar<br />

señas, características, objetivos y modalidad de sus<br />

iguales o ex compañeros¨.<br />

Siendo yo descendiente de sicilianos y habiendo aprendido esta ¨cultura <strong>del</strong> silencio¨ propia de<br />

una región históricamente invadida, sometida y sujeta a las más crueles torturas (no es prudente<br />

desarrollar aquí este asunto), puedo asegurar que el buchone <strong>del</strong> cocoliche es un sujeto despreciable<br />

por ser un infidente, <strong>del</strong>ator y otras ¨preciosidades¨ de su personalidad. Escuché este<br />

término muy frecuente-mente, desde niño. Nótese que en ciertas hipótesis, el lunfardismo cantar<br />

equivale a accusare, ´svelare un segreto, confessare una colpa´ y que accusare en el tormento,<br />

es ´cantare sotto la tortura´.<br />

Tanto entre sicilianos como entre argentinos, el pájaro (cantor) que más se acerca al buchón es<br />

el canario. Quiero decir: canario equivale a buchón, forma parte de su sinonimia. Debo aclarar,<br />

como digresión, que estoy limitando el desarrollo de numerosas facetas con respecto a estas<br />

palabras, porque, -verbi gratia-, ¨canario (cantor)¨ no siempre se utiliza para descalificar. La <strong>del</strong>ación<br />

es la denuncia <strong>del</strong> <strong>del</strong>ito y <strong>del</strong> autor, considerada por la mafia como transgresión a la omertá<br />

siciliana, que ha gobernado la conciencia pública y sostenida muy a menudo con la muerte (confer<br />

mi ¨Diccionario Mafioso¨, Corregidor, Buenos Aires, 1990). La ¨ejecución¨ implicaba que debía<br />

colocarse un canario muerto en la boca <strong>del</strong> muerto. He citado en dicha obra numerosas obras, en<br />

apoyo de este concepto (ver en particular la referenciada en la voz ¨cantar¨).<br />

Estimo que buchón debe considerarse lunfardismo, con un aclaración, a saber: los lunfardismos<br />

no son patrimonio exclusivo de los argentinos ni tampoco deben equipararse a voces <strong>del</strong>incuenciales<br />

absolutamente; el concepto de ¨<strong>lunfardo</strong>¨, como presupuesto idiomático de nuestro idioma<br />

nacional, tiene suficiente amplitud, porque es el pueblo (en su totalidad) que transforma el idioma.<br />

Creo que hoy día buchón se usa poco, pero se usa, y estoy convencido que, en la Argentina,<br />

cuando alguien menciona esa palabra, casi todos, incluso los chicos, entienden su significado.<br />

Me parece que es posible enriquecer este concepto con otras reflexiones. Buchón aparece en<br />

obras literarias y en películas, en boca de ciertos personajes; en algunos diccionarios <strong>lunfardo</strong>s,<br />

aunque no en otros <strong>del</strong> mismo sector idiomático, y si el Maestro José Gobello, que es nuestro<br />

referente, invariablemente, no lo incluye en su obra, seguramente porque su rigor científico lo<br />

determina siempre a profundizar, para brindar un producto acabado de su labor investigativa, lo<br />

suficiente como para que muy frecuentemente escuchemos: ¨Lo dice Gobello¨. Y, a pesar de que<br />

el vocablo parece tener un fuerte tinte <strong>del</strong>ictual, tampoco lo vemos incluído en la obra de Juan<br />

Carlos Andrade y Horacio San Martín, ¨Del Debute Chamuyar Canero¨ (A. Peña Lillo, Editor,


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

1967), pues seguramente es bastante popular o general en la Argentina, aunque no sea una palabra<br />

tierna o amistosa.<br />

5.Cachafaz<br />

Cachafaz y bailarín<br />

Es importante que haga una aclaración previa: aunque una palabra española se escriba igual<br />

en la Argentina dejará de tener el sabor español para adquirir el gusto propio, local o argentino,<br />

siempre que cambie su significado. De algún modo se convierte en argentinismo, en palabra <strong>del</strong><br />

gaucho, el pueblero, el arrabalero o el ciudadano. Y esto último puede suceder en mayor o menor<br />

medida o vigor. Tal es el caso de los vocablos cachafaz y bailarín.<br />

El fontanar académico<br />

Una vez más, la Comisión de Gramática de la Real Academia Española se olvidó de nosotros. En<br />

efecto, se ocupó de la voz cachafaz, omitiendo sus uso en la Argentina. Sí, en cambio, hoy día, el<br />

Diccionario de los académicos de Madrid, ubican la palabra en América Meridional, con el significado<br />

de ¨pícaro¨ y ¨desvergonzado¨.<br />

Pero Martín Alonso profundizó un poco más y lo atribuyó a la Argentina, con similar semántica a<br />

la anotada líneas arriba, pero creo que se pasó al patio al señalar que también se usa cachafaz,<br />

aplicado a la mujer. Casi en el ¨debe¨ de la vida, como expresa la milonga, yo nunca escuché cachafaza<br />

y lo leí por primera vez en la obra <strong>del</strong> citado autor. Generalmente, en el <strong>lunfardo</strong>, todo lo<br />

que descalifica o es despectivo no se atribuye a la mujer, porque en las fuentes de esta sublengua<br />

(poesía, sainete, cuento, novela, etcétera) la mujer es admirada, amada y respetada (salvo<br />

excepciones, por cierto). Así que no hay machismo en la literatura popular argentina.<br />

La palabra es argentina<br />

Es un vocablo propio de nuestro idioma vivo. José Gobello lo identifica como voz popular y agrega<br />

el sentido: ¨Descarado, que habla y obra sin miramiento ni respeto¨ y encuentra la referencia<br />

literaria en ¨Cuentos de Fray Mocho¨, de José Sixto Alvarez.<br />

Invariablemente y desde niño, bien o mal, escuché otras acepciones, con las que el concepto se<br />

nutre con componentes de otros términos, poco o mucho: por ejemplo farabute, chanta y tarambana;<br />

alegre, algo cachador, pícaro o irresponsable. Todo depende de las circunstancias en la<br />

que se usa el término. De cualquier modo, se trata de un argentinismo.<br />

Testimonios <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y de su danza<br />

Ovidio José Bianquet, que tenía 18 años cuando murió José Sixto Alvarez, recibió un apodo que<br />

lo hizo famoso como bailarín: ¨El Cachafaz¨, precisamente por algunas de aquellas características<br />

personales, especialmente su proclividad a las travesuras, alegres y amistosas.<br />

En una antigua partitura, el personaje dibujado en la portada parece ser un dandy, en actitud de<br />

acoso sexual: traje, corbata, zapatos, bastón y rancho (sombrero de paja), además de llevar un<br />

clavel rojo en el ojal <strong>del</strong> saco. El montevideano Aróstegui (Manuel Gregorio) dedicó ese <strong>tango</strong> a<br />

Florencio Parravicini y lo tituló ¨El Cachafaz¨.<br />

Otros <strong>tango</strong>s testimoniaron diversas versiones <strong>del</strong> personaje. ¨Incurable¨, de R.A. Barboza y G.D.<br />

Barbieri, informa:<br />

¨Pues la venda que mis ojos de enamorada llevaba<br />

rompió el velo que ocultaba tu vida de cachafaz¨.<br />

En este caso el personaje es de mala vida.<br />

En la milonga de Francisco Canaro ¨El Chino Pantaleón¨, es el típico bailarín de la letrística tanguera:<br />

¨Era el Chino Pantaleón


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milonguero y cachafaz,<br />

que al sonar de un bandoneón<br />

vivoreaba en su compás¨.<br />

Y, más todavía, en la letrística, <strong>del</strong> campo y la ciudad, campean los milongueros y bailarines. Porque<br />

la milonga es un canto bailable, histórico en todo el país y si es cierto lo que informan algunos<br />

historiadores los compadritos de Buenos Aires fueron todos cachafaces, cuando comenzaron a<br />

bailar el <strong>tango</strong>-milonga -y, por qué no, antes la milonga- imitando graciosamente el baile de los<br />

negros.<br />

6.Cachivache<br />

El vocablo cachivache no aparece, en general, en la bibliografía argentina, como lunfardismo o<br />

como voz familiar. Sin embargo, ha sido incorporada al habla popular y familiar y hasta se la podría<br />

considerar lunfardismo o argentinismo por adopción.<br />

En realidad es una palabra española bastante antigua. En el siglo XVII -época más antigua según<br />

los registros lexicográficos y literarios- se usaba despectivamente para significar ´vasija´, ´utensillo´<br />

y ´trebejo´. En plural la usó Quevedo. A partir <strong>del</strong> siglo XVIII amplió su significado y pasó a<br />

ser también ´cosa rota o arrinconada por inútil´, siendo utilizada también por autores españoles.<br />

Finalmente, comenzó a llamarse cachivache al ´hombre ridículo, embustero e inútil´.<br />

El vocablo cachivache se propagó en América. En Perú se impuso con derivados, como cachivachería,<br />

´conjunto de cachivaches y tienda en que se venden´ y también cachivachero y cachivachera,<br />

´persona que vende cachivaches´. Asimismo tuvo difusión en Colombia y en la Argentina,<br />

por lo cual el término está incluido en varios diccionarios de americanismos, en los que podemos<br />

encontrar como sinónimo el vocablo buhonero.<br />

En nuestro país se hizo más popular, la palabra, en la ciudad que en el campo. Tal es así que<br />

en los textos de folclore no aparece y sí en cambio en la bibliografía, en la hemerografía y en la<br />

literatura lunfarda (novela, cuento y poesía). El ejemplo más representativo es la letra tanguera de<br />

Enrique Santos Discépolo ¨Esta Noche me Emborracho¨:<br />

¨Nunca soñé que la vería<br />

en un ´requiescat in pace´<br />

tan cruel como el de hoy;<br />

¡Mire, si no es pa´ suicidarse,<br />

que por ese cachivache<br />

sea lo que soy! ...¨.<br />

Lo que significa que se extendió la semántica, porque en este caso se aplica la palabra también a<br />

la mujer.<br />

7.Camello<br />

¡Cuidado con el camello!<br />

Últimamente, parte <strong>del</strong> periodismo español - que transforma y enriquece el idioma, como todo el<br />

periodismo- ha difundido la palabra camello, para designar, en una nueva acepción, a la persona<br />

que lleva el dinero de origen <strong>del</strong>ictivo (narcotráfico), para su lavado.<br />

¿Qué es el lavado <strong>del</strong> dinero? Se trata de la salida clandestina <strong>del</strong> dinero de un país obtenido por<br />

organizaciones <strong>del</strong>incuenciales y su posterior ingreso en forma de préstamos de entidades financieras<br />

u otros modos aparentemente legales.<br />

En verdad y específicamente, camello es el que entrega la droga y, por ello, en el libro ¨La Noche<br />

<strong>del</strong> Gran Mafioso¨, de Fruttero y Lucentini, he leído el significado correcto, en el siguiente párrafo:<br />

¨... un camello sorprendido mientras entregaba un importante cargamento¨.<br />

Todo el mundo sabe que camello es el animal -de origen árabe- y es, asimismo, muchas otras<br />

cosas, pero pocos saben que el camello <strong>del</strong> Evangelio no es el animal sino una soga usada por


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

los pescadores, cuya jerga había utilizado Jesucristo, quien dijo:¨Os digo que es más fácil que un<br />

camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos¨(Mateo, 19-24).<br />

La aguja, mencionada por Jesús, es la que usaban los pescadores para coser sus redes. Y podríamos<br />

decir que Jesucristo hablaba -en ese caso- más que el griego o el hebreo, el <strong>lunfardo</strong> de<br />

ese tiempo y esos lugares donde transitó, que era el arameo. En nuestro <strong>lunfardo</strong> actual, camelo<br />

-derivado de camello- quiere decir ´vestirse con la piel <strong>del</strong> animal´, ´aparentar más de lo que se es<br />

o lo que no se es´.<br />

Más, volviendo al camello <strong>del</strong> narcotráfico, que es cosa distinta, habrá que indagar sus relaciones<br />

con la economía. En los E.U. se toleró el lavado para favorecer el crecimiento económico, con<br />

la fundación de empresas. Habrá que separar las cuestiones, porque aquí, entre nosotros, el ex<br />

ministro de economía González, con su plan Erman VII, nos habló <strong>del</strong> blanqueo parcial para los<br />

capitales que se traigan para invertir¨ y agregó: ¨no se les preguntará su procedencia ni cómo se<br />

multiplicaron¨. Luego, el presidente de la Nación declaró que el actual ministro profundizará los<br />

planes Erman.<br />

Así que quien sabe hasta dónde los camellos podrían tener implicancia en la economía de cualquier<br />

país, además <strong>del</strong> comportamiento <strong>del</strong>ictivo. Por el momento actúa la ley. Las anotaciones<br />

en libros y libretas condenaron a Al Capone y, según parece, ahora condenarían a presuntos<br />

camellos, aunque las cometas se escriban en un <strong>lunfardo</strong> que nada tiene de evangélico.<br />

8.Capanga<br />

El capanga es capataz<br />

Un acontecimiento cualquiera o un comportamiento humano, en ocasiones, promueve la curiosidad,<br />

la consulta y aun la investigación. Los hombres notables, en la historia, han difundido ideas,<br />

costumbres, modas y palabras. Podemos comprobarlo observando nuestra propia circunstancia,<br />

en nuestro país.<br />

Pocos sabían qué significaba capanga, de poco uso en nuestro medio. quienes pesquisaron,<br />

recientemente, al respecto, fueron bastante lejos, en el tiempo y en los lugares <strong>del</strong> planeta, en<br />

diversas culturas.<br />

Empero, entre nosotros, debemos encontrar el significado en nuestra propia realidad, ya que las<br />

palabras son hijas de la tierra. En otro aspecto, más amplio, debemos decir que están generadas<br />

por la circunstancia, a la que pertenece el mismo pueblo, la economía y, en fin, la naturaleza y la<br />

cultura.<br />

Sobre este cimiento conceptual, no debe quedar duda alguna de que capanga es el capataz de<br />

los yerbatales o yerbales, en Corrientes y Misiones. Es una palabra más criolla que el mate. En<br />

cambio, capataz se ha usado más en los establecimientos de campo, en el arreo de tropa y en<br />

algunos ámbitos de trabajos manuales. Estas palabras tienen ya registro en algunas fuentes legales,<br />

en un sentido extenso. Más todavía, se trata de figuras propias de nuestra literatura gauchesca.<br />

Tanto una como otra palabra han tenido un sentido espiritual despectivo, derivando sinónimos<br />

con cargas de agresividad en determinadas instancias sociales y laborales, en la Argentina. El<br />

personaje que es designado así no gozaba de afecto o simpatía, sino lo contrario, porque ejercía<br />

lo que las relaciones humanas en el trabajo denominan ¨dirección por empujones¨.<br />

Capataz es vocablo más difundido y aparece en fuentes españolas y americanas, pero capanga<br />

no, y es más argentino, al menos con el significado que nos interesa, impuesto por cierta cultura<br />

regional. En fuentes rioplatenses, por influencia uruguaya, es otro el sentido y registra varias<br />

acepciones, como ¨guardaespaldas¨, y ¨el que recibe las órdenes de otro¨.<br />

Si es cierto que deriva de un afronegrismo, capanga significaría, en efecto, ¨guardaespaldas¨. Así<br />

y todo, el uso en nuestro país fue distinto; equivale a capataz, que tiene mando y lo ejerce arbitrariamente.<br />

En varias fuentes, la palabras es considerada argentinismo, provincialismo o lunfardismo.


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9. Carancanfún*<br />

Al inaugurar el local de ¨Carancanfún¨, en Arribeños 168, el cantante Reynaldo Martín, quien sugirió<br />

el nombre a los propietarios, confesó que desconocía el origen y el significado de esa palabra,<br />

aunque se inclinó por su sentido onomatopéyico. Tania, esposa de Enrique Santos Discépolo,<br />

quien la utilizó en uno de sus <strong>tango</strong>s, tampoco lo sabía. Pero el doctor Eduardo Giorlandini, miembro<br />

de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, aportó, a nuestro requerimiento, algunas precisiones.<br />

Veamos:<br />

En el <strong>tango</strong>, ¨La Calesita¨, letra de Cátulo Castillo y música de Mariano Mores, en la versión de<br />

la editorial Edami, puede leerse: ¨Carancanfú ... vuelvo a bailar / y al recordar una sentada de tu<br />

enagua almidonada / te grito: ¡Carancanfú!...¨<br />

En cambio, en la versión de Torres Agüero Editor, se lee: ¨Carancanfún ... vuelvo a bailar / y al<br />

recordar una sentada / soy el ranún que en la parada / de tu enagua almidonada / te gritó: ¡Carancanfún!.<br />

¨Sin interesar las omisiones o error -señala Giorlandini-, en la producción bibliográfica y hemerográfica,<br />

lo que importa es que la palabra se escribe de dos maneras: carancanfú y carancanfún¨.<br />

¨En este caso, según las posibles teorías, se trata de una interjección porque expresa una impresión<br />

súbita, como asombro o amor: o bien, es una onomatopeya porque imita un sonido, emitido<br />

por una bocina o un instrumento musical. Esto último era usado para llamar la atención de la gente,<br />

para advertir que, en algunos sitios, había música y baile, como cuando se imitaba el silbido o<br />

la chiflada¨.<br />

¨Pero en el <strong>tango</strong> ´El Choclo´, música de Ángel Villoldo y letra de Enrique Santos Discépolo y Carlos<br />

Marambio Catán, aparece la palabra ¨Caracantunga¨, en la versión que da Meri Franco-Lao¨.<br />

¨Empero, la conocida por la mayoría de los tangueros es ¨carancanfún¨ o, con más propiedad,<br />

¨Carancanfunfa¨ porque se habría tratado de un barco, conjetura a la que ayudan los mismos<br />

versos:<br />

¨Carancanfunfa / se hizo a la mar con tu bandera / y en un pernó / mezcló a París con Puente<br />

Alsina¨.<br />

¨Tania, la esposa de Discépolo, debió haber sabido qué quería decir ¨Carancanfunfa¨ y, sin embargo,<br />

comentó una vez: ¨... y no me pregunten qué significa carancanfunfa porque no sabría<br />

contestar, pero me maravillo <strong>del</strong> misterio y <strong>del</strong> ritmo de esa palabra inventada¨.<br />

10.Carancanfunfa * *<br />

En tiempo de <strong>tango</strong><br />

Comunicación académica<br />

Eduardo Giorlandini, abogado bahiense, miembro de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, se refirió<br />

a las comunicaciones que suele cursar a esa particular institución de nuestro ámbito tanguístico.<br />

-Trato de escribir con sencillez y claridad porque hace a la buena fe <strong>del</strong> escritor. Es claro que<br />

las comunicaciones académicas responden a ciertos recaudos y cuando escribí mi primera nota<br />

sobre carancanfunfa no elaboré una comunicación académica propiamente dicha, en la que las<br />

referencias literarias, hemerográficas y lexicográficas se vuelcan cronológicamente.<br />

-¿Ud. reconoció que su comunicación sobre el tema adoleció de algún olvido involuntario?<br />

-Es claro. En mi nota, titulada ¨Un Misterio <strong>del</strong> Lunfardo¨, no recordé el libro de Francisco García<br />

Jiménez ¨El Tango, Historia de Medio Siglo¨, que leí hace más de veinte años, porque de haber<br />

tenido presente el dato lo hubiera agregado a ese trabajo que simplemente es producto de una<br />

labor científica y, como tal, meramente descriptiva, en el ámbito lexicográfico.<br />

-Concretamente, ¿a qué se refiere García Jiménez?<br />

-A eso iba. Pero antes quiero decir que queda sobreentendido que la humilde labor que realicé<br />

es lexicografica, no histórica, y por tal, descriptiva, con relación a las aplicaciones que ha tenido<br />

la palabra carancanfunfa y las posibles teorías. Una de éstas se reflejaba en la frase: ¨... o es una


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

onomatopeya, porque imita un sonido, emitido por una bocina o un instrumento musical¨. Así que<br />

aquí también está contenido el antecedente de García Jiménez, en el mismo marco de ni nota<br />

¨Un Misterio <strong>del</strong> Lunfardo¨...<br />

-¿Y entonces?<br />

-Entonces, a pesar <strong>del</strong> dato extraído de García Jiménez sigue siendo un misterio, porque el carancanfunfa<br />

es una onomatopeya más, de las tantas conocidas en la historia <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, generalmente<br />

utilizadas para llamar la atención, o como juego divertido, y en la obra <strong>del</strong> nombrado no se<br />

ha establecido con cierta precisión el origen que, a la larga, como lo recordara el filólogo Potter,<br />

habría que situarlo en los primeros sonidos guturales <strong>del</strong> ser humano.<br />

-¿Habría que ubicar el término como un ingrediente musical?<br />

-No, porque así como el <strong>tango</strong> no tiene fecha de nacimiento, ni es un resultado puro, sino un producto<br />

de los tiempos y las mezclas de las cosas humanas de un pasado lejano, carancanfunfa se<br />

percibe más como curiosidad idiomática que como ingrediente musical.<br />

11.Esplín<br />

Aclarando un enredo<br />

El asunto apareció con una de las preguntas cotidianas de la gente que me obligan a la gimnasia<br />

de las humildes investigaciones lexicográficas.<br />

Se trata de varias palabras registradas en literatura popular argentina y, particularmente, en letras<br />

de <strong>tango</strong>: sprit, pris, splin o esplín.<br />

La primera de las palabras citadas, sprit, fue registrada por José Gobello, en su ¨Diccionario de<br />

Voces Extranjeras Usadas en la Argentina¨ donde la traduce como ingenio, agudeza e inteligencia,<br />

en base a varias fuentes, entre las que menciona dos obras: una es de autoría de Ignacio B.<br />

Anzoátegui, ¨De Tumbo en Tumba¨; y la otra pertenece a Ernesto Sábato, ¨Apologías y Rechazos¨,<br />

y en este caso existe gran propensión a defender el origen de la palabra, al margen de toda<br />

otra cuestión, para mantenerla intacta¨.<br />

¨Así, folklore queda congelada en el marco de la génesis etimológica y se desconoce el tiempo, la<br />

evolución, los cambios, la literatura y la lexicografía. El razonamiento científico no puede imponer<br />

la palabra. Quiero decir mi punto de vista, expuesto ya en muchas ocasiones: el pueblo hace el<br />

idioma¨.<br />

Castellanizar voces<br />

El doctor Giorlandini, que es profesor asociado a cargo de cátedra y <strong>del</strong> Centro de Estudios, en<br />

la Universidad Nacional <strong>del</strong> Sur, y miembro, asimismo, de academias e instituciones dedicadas<br />

al estudio de la lingüística y el idioma nacional, afirma que ¨hasta los académicos de Madrid se<br />

dieron cuenta de que había que abrir la Real Academia, permitiendo el acceso a representantes<br />

de los países de habla hispana, para flexionar un poco el idioma. Así y todo sigue ¨congelado¨.<br />

Abundando sobre el particular, afirma que ¨es relativamente reciente la aceptación de whisky o<br />

güisqui por la Real Academia. Digo más, en la mayoría de los diccionarios que se editaron en España,<br />

hasta hace poco no aparecía esa palabra. ¿Por qué tanto rigor si ella ha aceptado o incorporado<br />

más de quinientas palabras de origen hamponil madrileño?¨.<br />

Un cambio en la Academia<br />

Por último, dice Giorlandini:¨Al fin, esa antigua institución, creada para intentar la dominación de<br />

los pueblos por el idioma (cosa que Echeverría, Gutiérrez y Sarmiento sabían perfectamente) termina<br />

castellanizando muchas voces: verbi gratia, carnet se hace carné y garage se transforma en<br />

garaje. Pero, en realidad, el cambio lo hace el pueblo, no el científico. Amado Nervo recuerda que<br />

antiguamente se decía, correctamente dotor y no doctor. Ahora, para algunos puristas, los que<br />

dicen dotor (sin c) son brutos o ignorantes¨.


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

Volviendo al tema, agrega que ¨en la Real Academia sucedió un cambio. Cautela mediante, se<br />

reconoció a la voz folclore pero se mantuvo folklore. Al consultar la primera, se remitía a la segunda.<br />

Luego, en 1984, después de haber quedado bien con Dios y con el diablo, se mantiene folclore<br />

solamente. También aparecen folclor (castellanización de la voz inglesa folklore), folclórico y<br />

folclorista.<br />

¨Para los creyentes, entonces, se puso junto a Dios, que improntó en el hombre el don de la palabra.<br />

El hombre hizo folclore. El pueblo transforma, pero también forma, el idioma¨.<br />

13.Gambrinus<br />

El Gambrinus pertenece a la historia de la ciudad de Bahía Blanca. Su importancia, como el significado<br />

activo que tiene para los bahienses y la impronta que generó en esta comunidad, determinaron,<br />

en no pocas ocasiones, a indagar acerca <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> nombre.<br />

El señor Javier Ortega, en un reportaje periodístico, dijo que la palabra Gambrinus alude al apellido<br />

de un gran tomador de cerveza que, por tal, le pusieron el epíteto de ¨Rey de la Cerveza¨<br />

-el Rey Gambrinus- y que en la entrada <strong>del</strong> Museo <strong>del</strong> Louvre, en Francia, hay una escultura de<br />

Gambrinus.<br />

Empero y sin perjuicio de tal aserto y <strong>del</strong> hecho narrado por el señor Ortega, propietario <strong>del</strong> típico<br />

y centenario negocio, corresponde rastrear si hay otras referencias acerca <strong>del</strong> vocablo.<br />

Dice el historiador Oscar Rimondi: ¨Gambrinus¨ proviene de Ian Primus -Juan Primero-, mitológico<br />

rey germánico; y Homero Lezama, estudioso de la mitología, lo definió como ¨Dios báquico de los<br />

pueblos sajones¨. Según este último concepto, se relaciona entonces con Baco, nombre romano<br />

de Dionisio, que, a la larga deriva <strong>del</strong> griego. Fue el Dios <strong>del</strong> vino, de los romanos, equivalente<br />

al griego Dionisio (nótese la diversidad de grafías). Enseñó el cultivo de la vid y otros frutos de la<br />

tierra, por lo que se toma con frecuencia su nombre como personificación <strong>del</strong> vino.<br />

De manera que, según las comunidades y los tiempos (sajones y romanos, en distintas épocas)<br />

cambia la significación idiomática.<br />

¿Por qué no decir aquí, en Bahía Blanca, que para los bahienses Gambrinus significó ambas<br />

cosas ... y mucho más? ¿No expresa, además de su identificación como ¨cervecería¨, el ámbito<br />

cálido donde se disfruta con buenas comidas y buenos vinos? Personalmente, guardo muchos<br />

recuerdos que van más allá de la etimología y la semántica. Uno de ellos se vincula a la grapa,<br />

bebida de origen siciliano, pueblo al que pertenecen todos mis ascendientes, pero la anécdota,<br />

que tuvo lugar en el Gambrinus es inenarrable en este comentario.<br />

A esta altura de la historia <strong>del</strong> Gambrinus habría que hacer una nueva definición más cercana a<br />

su universo como un recuerdo querido y un impulso vital, de esos que ayudan a vivir con motivos<br />

querendones, con la seguridad que Gambrinus o Baco o Dioniso, no constituyen una deidad<br />

inventada por los antiguos para emborracharse, como lo escribió Ambrose Bierce.<br />

14.Goyete<br />

Cuando una cosa lo tiene y cuando no<br />

La Lengua española<br />

Si bien no ha preocupado mayormente a la Real Academia Española el estudio de la inserción de<br />

este vocablo en el idioma vivo de los argentinos, sí lo considera con relación al de los uruguayos.<br />

Derivado de un término francés, goulet, que significa ´paso estrecho´, en las varias acepciones,<br />

informa que gollete es la parte superior de la garganta, el cuello estrecho de algunos recipientes.<br />

Estar uno hasta el gollete es estar cansado y harto de sufrir o haber comido mucho.<br />

Cuando los académicos españoles salen <strong>del</strong> orbe de España sólo se ocupan de mencionar que<br />

no tener gollete es una frase figurada y familiar que, en Uruguay, quiere decir ´carecer de sensatez<br />

o de buen sentido´.<br />

De muy antigua data, en ese país (siglo XVI), fue utilizado por Góngora y estudiado por muchos


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

diccionaristas y enciclopedistas <strong>del</strong> idioma. Martín Alonso se remite a César Oudin y a Francisco<br />

Sobrino.<br />

¿Y en el idioma nacional argentino?<br />

Gran cantidad de diccionarios editados dentro y fuera <strong>del</strong> país, particularmente en Europa Latina,<br />

consideran que la palabra es de uso en la Argentina, con la misma significación que en Uruguay.<br />

Debemos decir, más todavía, que con gran diversidad de significados. Algo no tiene gollete cuando<br />

no es explicable, o no es justo o razonable, o no es criterioso. Esto se encuentra avalado por<br />

el profesor Mario E. Teruggi, en su libro ¨Panorama <strong>del</strong> Lunfardo¨ y por quien fuera decano <strong>del</strong><br />

periodismo escrito, el profesor José Barcia, en su ¨Florilegio de la Poesía Lunfarda¨. Barcia presidió<br />

la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo.<br />

Antes de esto, que continúa vigente, en la campaña, en los tiempos de José Hernández, circulaba<br />

la palabra con la forma goyete, aludiendo al cuello de la botella o damajuana, a saber, en los<br />

versos de nuestro libro nacional:<br />

¨En cuanto el goyete vía<br />

Sin miedo se le prendía¨.<br />

En este ámbito no había desaparecido todavía una buena parte de la influencia que el español<br />

ejerció en el lenguaje campal argentino. No tiene goyete asumir que el idioma no se transforma,<br />

pues ¨el pueblo agranda el idioma¨.<br />

15.Hombre<br />

Hombre y sinónimos <strong>lunfardo</strong>s<br />

Observando las ricas fuentes <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, vemos una sinonimia enorme de la palabra mina. En el<br />

largo desenvolvimiento de la literatura popular, encontramos gran cantidad de palabras o lunfardismos<br />

para designar a la mujer. Probablemente este fenómeno se deba al hecho de que los autores<br />

han sido, generalmente, hombres, y a que la mujer ha ocupado siempre un lugar importante<br />

en la vida humana, para el hombre, igualdad o desigualdad mediante. Particularmente, ha tenido,<br />

para el argentino, un sitio de singular estimación, pero este aserto tiene exclusivamente relación<br />

con cierto lado de la mujer y no con el aspecto total de la persona humana. Las letras de <strong>tango</strong><br />

informan de la reacción <strong>del</strong> hombre abandonado por la mujer, <strong>del</strong> trato hacia ella, de cierta actitud<br />

piadosa en algunos casos, de la veneración en otros, especialmente cuando se trata de la madre.<br />

Sin embargo, en los registros literarios, lexicográficos, etimológicos y semánticos, también el<br />

hombre mereció nombres o palabras no académicas. Concubino, marido, amigo o desconocido,<br />

hombre es el macho o machimbre, que Carlos de la Púa, en ¨La Canción de la Mugre¨ endilgaba<br />

a un concubino:<br />

¨¡Mejor! De ellos me tira su bolsillo y<br />

de mi macho todo lo que sea¨.<br />

Machimbre es indistintamente bacan o macho, por lo que Mario E. Teruggi, en ¨Panorama <strong>del</strong><br />

Lunfardo¨, explica:<br />

¨... en tanto que macho se alarga en machimbre<br />

cuando se emplea la voz para denotar el amante<br />

de una mujer¨.<br />

Bacanazo y machazo, en forma aumentada, son utilizados cuando se quiere destacar más la condición<br />

de bacán y de macho.<br />

Señó es, podríamos decir, un ultralunfardismo, que Juan Carlos Altavista tanto lo mencionó, y que<br />

en su diccionario, titulado ¨Pá Entenderme Mejor¨, lo omitió, pero en cambio incorporó ñorse y<br />

coso. Cuando Minguito se refiere al ñorse, define:<br />

¨Vesre de señó. Como Ñorsi. Se dice má bien cuando<br />

al coso no se lo considera muy señó¨.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

Y, cuando define la palabra coso, escribe:<br />

¨Fulano, punto¨.<br />

Numerosos poemas <strong>lunfardo</strong>s y, dentro de ellos, letras de <strong>tango</strong>, nos hablan <strong>del</strong> gavión, el gavilán,<br />

el negro, el garabo, el gallo; asimismo, toro, dueño. Muchas de estas voces presentan un aspecto<br />

parcial y el hombre es relacionado como contrapartida de la mujer. En ocasiones, se alude<br />

a cierta situación, condición o característica, como determinada edad cuando se usa la voz, pibe,<br />

purrete, viejo o jovie.<br />

En la misma línea, la que describe sólo algún aspecto de hombre, se inscriben aquellas voces<br />

con que se califica al hombre, como homo, alcaucil, vago, atorrante, loco, etcétera. Se trata de un<br />

haz de decenas de palabras, que por razones obvias no incluimos aquí y menos todavía dar el<br />

significado. Habría que agregar los vesres, como breón o choma.<br />

Para representar la relatividad de los conceptos, en materia de lunfardismos, debo decir que a<br />

veces, como sucede con la palabra toro, se apela al nombre de un animal, tanto para significar la<br />

condición de hombre o para querer decir algo contrario, como por ejemplo gallina. Además, para<br />

mostrar que el hombre puede ser macho o no. En la letra de Romero, con música e interpretación<br />

de Gar<strong>del</strong>, ¨Tomo y Obligo¨, en los versos finales se expresa:<br />

¨Siga un consejo, no se enamore<br />

y si una vuelta le toca hocicar,<br />

fuerza, canejo, sufra y no llore<br />

que un hombre macho no debe llorar¨.<br />

Celedonio Esteban Flores, en ¨Atenti Pebeta¨, escribió:<br />

¨Cuando estés en la vereda<br />

y te fiche un bacanazo<br />

vos hacete la chitrula<br />

y no te le deschavés,¨<br />

En ¨La Historia de Siempre¨, el Negro Cele nos transmite esto:<br />

¨Llegó el coso cansado <strong>del</strong> laburo y haciendo<br />

un esfuerzo inaudito en un papel leyó:<br />

Porque estoy hasta el tope de vivir padeciendo<br />

me decido dejarte. Perdoname. Margó.¨<br />

Muy conocidas también las palabras garabo y garabito, esta última cuando se trata de un muchacho.<br />

En el <strong>tango</strong> ¨Era una Paica Papusa¨ cantan los versos:<br />

¨Era un garabo discreto<br />

verseador y analfabeto<br />

que trataba con respeto<br />

a la dueña <strong>del</strong> bulín¨.<br />

¡Que todo ello sea de modo ejemplificativo! Seguramente, estas referencias pueden ser el inicio<br />

de un libro, donde se recopile toda la sinonimia de la palabra hombre, en <strong>lunfardo</strong>, con transcripción<br />

de letras y poemas. Con esto queremos poner de manifiesto que es mucho todo lo que es<br />

posible recopilar. De algún modo, esta nota refleja algunos sinónimos y también ideas afines y<br />

algunos datos para probar la riqueza idiomática en el <strong>lunfardo</strong>, por un lado, pero asimismo, por<br />

otro lado, las imprecisiones derivadas <strong>del</strong> escaso desarrollo de un vocabulario específico. ¿Qué<br />

son más o menos cien años de lunfardía para la formación de un idioma nacional?.<br />

16.¡Listo el pollo!<br />

La frase ¨listo el pollo¨ debe ser considerada lunfarda, en un sentido amplio <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>. Y, más<br />

todavía, se trata de una expresión argentina.<br />

La naturaleza lunfarda y la esencia argentina pueden coexistir sin conflicto.<br />

La gente, de la campaña como de la ciudad, la utilizó y la utiliza hoy para significar que una cosa


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

o tarea ha sido concluída o que se hará rápidamente y bien; implica una actitud de esfuerzo y de<br />

buena voluntad. La forma completa es ¨listo el pollo y pelada la gallina¨.<br />

La palabra pollo -o poyo- tuvo gran aplicación en la literatura gauchesca y urbana, de carácter<br />

popular; particularmente, en el ¨Martín Fierro¨, en los vocabularios <strong>del</strong> deporte, de las carreras de<br />

caballos y de la riña de gallos.<br />

La tuvo igualmente en la poesía lunfarda y en las letras de <strong>tango</strong>s y milongas. En las últimas décadas<br />

se ha popularizado más todavía en la gastronomía argentina y sirvió para designar empresas<br />

<strong>del</strong> ramo; Bahía Blanca tiene la suya, en la esquina de las calles Alvarado y Rodríguez.<br />

17.Luisilla<br />

La historia universal nos permite conocer la diversidad tan extensa, rica y compleja, de nombres,<br />

sobrenombres y apellidos; responden a diferentes y numerosas causas y motivaciones: características<br />

<strong>del</strong> medio físico, personales, grupales, familiares, etcétera. Como resultado <strong>del</strong> espíritu<br />

<strong>del</strong> pueblo no han respetado fronteras y absorbieron hechos de todo tipo, que incluye lo soez, lo<br />

escatológico, lo <strong>del</strong>icado o noble, lo que mancilla o pondera.<br />

Pero la sociedad organizada jurídicamente, aún con sus fuertes ingredientes de corrupción, preserva<br />

valores y trata de mantener el decoro, las buenas costumbres y el respeto a la comunidad<br />

nacional. Tal es el caso de algunas normas legales; en materia de nombres de personas se<br />

entendió, en la Argentina, que era necesario establecer prohibiciones y condiciones de admisibilidad.<br />

El nombre tiene que legitimarse de acuerdo a ellas y se exigen ciertos antecedentes, razonablemente.<br />

Luisilla tiene antecedentes en testimonios orales; es probable que rastreando en las diferentes<br />

fuentes bibliohemerográficas se encuentren referencias al respecto, en la botánica, o en la historia.<br />

Su prohibición no está comprendida, en mi opinión, en la legislación vigente en la Argentina<br />

(ley 18.248, con las reformas de las leyes 23.162, 23.264 y 23.515).<br />

Por un lado podría considerarse como diminutivo. Hay nombres que están reconocidos y con<br />

etimológicamente diminutivos, como Lionel o Leonel -como es el caso <strong>del</strong> cantor Edmundo Leonel<br />

Rivero-, que tienen un origen griego y su significado es ´leoncito´.<br />

Los diminutivos se han legitimado en el idioma español y en nuestro idioma nacional, y hasta<br />

adquirieron en casos cierta autonomía semántica, como trencilla, ¨galoncillo trenzado de seda,<br />

algodón o lana, que sirve para adornos de pasamanería, bordados y otras muchas cosas¨; entre<br />

éstas, las que usaron algunos compadritos en sus pantalones para compadrear; además de la<br />

que se hacía la mujer de campo en sus cabellos.<br />

Luisa, con supresión de la última vocal y con una adición permitida en la gramática española<br />

(apócope y paragoge) generan, como creación o transformación popular, una voz con contenidos<br />

de dignidad y afectividad: Luisilla es un compuesto de Luisa, con supresión de la letra a, y apócope<br />

de Illana, Illano o Illar, nombres con que se designan respectivamente, a villas españolas, de<br />

Guadalajara, Oviedo y Almería.<br />

El sufijo illa tiene, en el español, valor diminutivo o afectivo, como mariposilla. Con illa se forman<br />

numerosos vocablos: Illanco, ´cerro de Antofagasta´; Illani, ´dios de los hebreos´. Como prefijo,<br />

una diversidad de vocablos en el mapuche; illanco es ´corriente de agua mansa, en Perú. Illa, en<br />

quechua significa ´provisiones´; en los diccionarios de americanismos, se la vincula a cosas de<br />

calidad. Nada innoble o indigno se halla presente en Luisilla, por el contrario.<br />

Desde otro punto de vista, puede tratarse de un hipocorístico: nombre en forma diminutiva, que<br />

se usa como designación cariñosa. Es decir, una resultante cultural en el ámbito <strong>del</strong> habla, con<br />

su carga significativa de afectividad y congruente con el idioma español y el subitaliano y otras:<br />

verbi gratia, Luisilla se vincula al español; mientras que Luisina (como la actriz Luisina Brando) se<br />

vincula al italiano (¿influencia de bambina, ´muchacha´); id. Santino, hijo de Corleone, que a la<br />

vez quiere decir ´santito´.


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

18.Mafia y gastronomía<br />

Mataburros de la cocina mafiosa<br />

En el prólogo de mi ¨Diccionario Mafioso¨ señalé, entre otros conceptos, que el lenguaje colma<br />

todos los aspectos de la vida humana y, por lo tanto, tratamos de no desechar ninguno de ellos.<br />

Escribí también: ¨En materia gastronómica, puntualizamos particularmente la existencia de una<br />

riqueza idiomática de magnitud, así como también el significado especial en la vida mafiosa, por<br />

el hecho de que no pocas ´ejecuciones´ se realizaron en un restaurante y de acuerdo con cierto<br />

rito o metodología¨.<br />

Ciertas ¨ceremonias¨ -como comer pan con ajo, sal y vino, que significaba el compromiso de<br />

matar a alguien de la misma organización-, el papel que algunos alimentos jugaron en el hecho<br />

mafioso, los gustos de los mafiosos, etcétera, nos legitiman para elaborar un vocabulario, glosado<br />

<strong>del</strong> citado diccionario, con relación al tema:<br />

A<br />

Alcohol (Ruta <strong>del</strong>). La que pasaba los límites territoriales de las tres o doce millas, donde se descargaba<br />

el whisky proveniente de Europa o <strong>del</strong> Caribe en la época <strong>del</strong> prohibicionismo.<br />

Amaro. Bebida siciliana, parte <strong>del</strong> ritualismo mafioso.<br />

Amaro Giuliano. Aperitivo que beben preferentemente en Montelepre, cuna de Salvatore Giuliano,<br />

los turistas admiradores de su gesta.<br />

Anelletti. Una de las comidas preferidas por los sicilianos y los mafiosos, tanto en la isla como en<br />

los Estados Unidos, como resultado de la emigración. No pocas veces sirvió de elemento ritual<br />

previo a una ejecución.<br />

Azúcar (Pago en). Pago disimulado.<br />

B<br />

Babaluci a picchi pacciu. Caracolitos en salsa.<br />

C<br />

Caciocavallo. Queso <strong>del</strong> Sur de Italia, de forma alargada, preferido para el transporte de estupefacientes.<br />

Cacocciola. Alcachofa, jefe de grupo.<br />

Cicciero. Palabra que para reconocer a los franceses les hacían decir los sicilianos, por su difícil<br />

pronunciación para los extranjeros. ¨Cicciero¨ o ¨ciceri¨ se refieren al garbanzo; igualmente, ¨ciciri¨.<br />

Cocido. Torturado por el fuego.<br />

Cocina (La mujer y la sardina a la). Dicho mafioso-siciliano para significar que la mujer debe estar<br />

en la casa cocinando.<br />

Cacomeri: Melón de agua. Acerca de él se dice: ¨C´ un soldo, mangi, vivi e ti lavi de faccia¨ (Por<br />

un centavo comés, bebés y te lavás la cara).<br />

Cosche. Alcaucil. Con esta palabra se designa a las células locales o clanes de la mafia, cuyos<br />

elementos presentan la misma unidad que las hojas <strong>del</strong> alcaucil.<br />

Caracolitos, besos y Sinatra<br />

¨Babaluci a picchi pacciu¨ son los caracolitos en salsa. En ocasiones, esta expresión ha sido relacionada<br />

con el ritual de besar las manos al jefe mafioso.<br />

En la obra de Edmonde Charlos - Roux, ¨Fulco di Verdura, una Historia Siciliana¨ leemos: ¨... y las<br />

exclamaciones de las mujeres, sentadas frente a un calentador donde cocían a fuego lento los<br />

´babaluci a picchi pacciu´ (caracolitos en salsa), todo eso resuena todavía en mi memoria. Y la<br />

succión... Porque a aquellos caracoles, para lograr comerlos con toda su salsa, había que aspirarlos<br />

ruidosa-mente, de donde surgía el pretexto de la vendedora para extasiarse: ´¿Ma chi sunnu?<br />

¿Baci? (¿Pero qué son? ¿Besos?)¨.


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

En el ritual mafioso, además <strong>del</strong> beso en la mano se da al jefe mafioso (a Frank Sinatra se le<br />

atribuye formar parte de la Mafia porque se lo vio varias veces besar las manos de jefes mafiosos,<br />

uno de ellos, en Sicilia, Calogero Vizzini), el beso que se da en la mejilla significa que el besado<br />

está condenado a muerte. Otro beso mafioso es el que se dan como signo de hermandad y paz.<br />

Fruttero Lucentini, en ¨La Noche <strong>del</strong> Gran Mafioso¨, registra este diálogo:<br />

-No, no, ¿qué te imaginas’ Era el signo de paz, ¿comprendes? Lo abrazó y lo besó, diciendo:<br />

Intercambiemos el signo de paz...<br />

-Mamá, por favor, ¿no entiendes? Es muy importante; ¿no entiendes que es exactamente igual al<br />

abrazo de los ... al beso típico de la ...?<br />

-De la mafia -dijo Cottino.<br />

Finalmente, la expresión ¨besos mafiosos¨ alude a los cinco besos rituales entre jefes mafiosos.<br />

En el libro de Jacques Kermol, ¨La Onorata Societa¨ se puntualiza en concepto: ¨Don Calo le<br />

levantó y ambos se besaron en las mejillas cinco veces. Un beso por la estimación, otro por la<br />

justicia, uno por el respeto, otro por la Cosa y el último por la organización¨.<br />

Higos y chumbos<br />

Nadie podría asegurar que -excepto los casos de ritualismo- los mafiosi, ¨mafiosos¨, aceptaran<br />

solamente determinadas comidas. Sin embargo, éstas formaban parte de un modo de ser, de un<br />

estilo de vida cotidiano. Los sicilianos, lejos de su ¨nación¨, la regione, ¨región¨, las consumían<br />

con agrado y nostalgia. Era una de las tantas maneras de expresar la terra dinessuno, ¨tierra de<br />

nadie¨, la terra nata, ¨tierra natal¨ o la terra tragica, ¨tierra trágica¨, que era Sicilia.<br />

Así lo vemos al padrino de la obra de Puzo desayunarse con salami, ¨salame¨, panino, ¨panecillo¨,<br />

café con anís y luego grappa; o a cualquier terrone (siciliano, hombre <strong>del</strong> sur) saborear la zuppa<br />

papale, ¨sopa papal¨, una espesa crema de huevo perfumada con canela y mandarina (esta<br />

última, la mandarina, de creación siciliana, que en muchos textos se traduce como ¨naranja¨, pero<br />

que como todos saben no es lo mismo).<br />

También es posible hablar sobre los higos, una fruta común a muchos pueblos, particularmente<br />

españoles e italianos. Pero el higo de Barbaria, el higo chumbo, proliferaba en Sicilia y de chicos<br />

los tomábamos en los potreros o baldíos, donde las plantas crecían sin obstáculos, en la Argentina.<br />

De mis notas se me escapó la autoría y la obra donde se los describía así: ¨Bajo sus hojas, anchas<br />

como raquetas y terriblemente espinosas, los higos de Barbaria, color capuchino, son bellos<br />

como joyas, tanto que uno olvida que su fina piel rosada está llena de espinillas, tan bellos que<br />

se los corta con gran trabajo y que una vez en casa, se los pela, se los raspa, se los presenta en<br />

una compotera llena de agua¨.<br />

El higo chumbo se llama, también, de pala o de tuna.<br />

No sé todavía, ni creo poder descubrir el secreto, de los nexos entre la mafia y la gastronomía,<br />

como no sean las explicaciones de quienes exploran en el inconsciente. Empero, alrededor <strong>del</strong><br />

fico, ¨higo¨, se cruzan la vida y la muerte, con lo que mucho estaban familiarizados los mafiosi, en<br />

cuyo dicho ¨serbar la pancia ai fichi¨, se significaba la salvación <strong>del</strong> pellejo.<br />

El ajo y el rito de ejecución<br />

Para que el lector no se sorprenda tanto y con el fin de justificar el tema de mis comentarios, debo<br />

aclarar previamente que la insistencia de Roberto Selles -como quien busca desentrañar el sentido<br />

de algo misterioso- generó mi decisión de escribirlos.<br />

Todo surgió en una noche de insomnio fecundo, por el encuentro de honda amistad con Selles<br />

y Miguel Ángel Lafuente, a quienes me une, además de una amistad, el hecho de que los tres<br />

seamos miembros de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo. Parte de la charla que mantuvimos en<br />

aquella oportunidad fue publicada en el Nº 75 de ¡ESTO! y allí se habló, al pasar, de la gastrono-


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

mía mafiosa. En esta sección habré de referirme al tema con mayor amplitud.<br />

Para empezar, he escogido el ajo.<br />

La presencia <strong>del</strong> ajo en el homicidio mafioso no se limitaba solamente al hecho de frotar la bala<br />

de la lupara (escopeta de caño recortado, utilizada antiguamente para cazar lobos en Sicilia,<br />

asiento histórico de la vecchia mafia, ¨vieja mafia¨, y usada después para ejecutar al condenado).<br />

Aclaro que ese frotamiento se hacía por la creencia de que el proyectil, así frotado, causaba envenenamiento<br />

una vez que se alojaba en el cuerpo de la víctima.<br />

Aparte de eso, el spicchio d´aglio, ¨diente de ajo¨; tenía que ver, como parte de cierta comida, con<br />

un ritual relacionado con la ejecución de un condenado.<br />

Reunido el Don, ¨jefe mafioso coordinador de zona¨, con los mafiosos ejecutores de la decisión,<br />

comían pan -que untaban en un plato con sal, ajo y vino-. La comida se interrumpía en determinado<br />

momento -cuando regresaba el ejecutor- y luego se sentaban a la misma mesa, para continuarla,<br />

todos los intervinientes. Era la señal de que la orden había sido cumplida. Para ello no era<br />

necesario expresar palabra alguna. Era un rito. El comportamiento silencioso significaba suficiente<br />

expresión.<br />

Volviendo al tema <strong>del</strong> frotamiento de las balas, leemos en el libro de John Kobler, ¨Capone¨:<br />

¨Elemento importante de la actividad de los mafiosos que participan de la curiosa creencia, común<br />

entre los asesinos sicilianos, de que las balas frotadas con ajo producían la gangrena, caso de<br />

que no matara a la víctima al instante. El ajo no tiene semejante toxicidad, pero Scalice y Anselmi<br />

daban ese tratamiento a sus proyectiles, y la práctica se extendió entre los gansters¨.<br />

¿Tendrían algo que ver con esto los dichos: Questo ti sapra d´aglio, Sonntare cara una macanaza<br />

o Pagarla Salata, cuyo significado es ¨pagar caro una culpa¨?.<br />

19.Mateo<br />

Tiempos de bebederos<br />

La realidad económica y social y los modos de nuestra convivencia, tanto en la Argentina como<br />

en particular en nuestra Bahía Blanca, durante nuestra niñez, nos regalaban expresiones diversas<br />

de cultura que hoy son recuerdos imborrables a-compañados por la nostalgia.<br />

Carruajes variados, en el transporte de personas y cosas, materiales y mercaderías, no debe ser<br />

una referencia vacía de sentimientos y afectividad, pues fueron parte de un escenario vital y pleno<br />

de querencias. El necesario uso de caballos en la ciudad impuso los bebederos en lugares urbanos<br />

o suburbanos. Uno de ellos es reinstalado hoy para reafirmar el cariño a costumbres, usos y<br />

tradiciones, con sabor a folclore y también a <strong>tango</strong>. Como en la letra de Homero Manzi, ¨El Pescante¨:<br />

¨¡Vamos!...<br />

cargao con sombra y recuerdo.<br />

¡Vamos!...<br />

atravesando el pasado¨.<br />

Frente a la entonces Estación Sud (hoy todavía recordada así) se hallaba uno de los dos bebederos,<br />

en los que abrevaban los caballos de lecheros, panaderos, mateos y otros.<br />

El origen de una voz popular<br />

La palabra mateo es creación <strong>del</strong> espíritu popular, producto de la libertad y <strong>del</strong> don que Dios puso<br />

en la creatura humana; y es un hecho social, pero también literario.<br />

Comienza a difundirse con una obra teatral, un grotesco, de Armando Discépolo, en tres cuadros,<br />

estrenada en el Teatro Nacional de Buenos Aires, por la Compañía Nacional de Pascual E. Carcavallo,<br />

el 14 de marzo de 1923. La obra se intitulaba Mateo, el nombre de un caballo viejo, vencido,<br />

con la cabeza gacha, de don Miguel, uno de los personajes, que es cochero (como se decía<br />

entonces ¨cochero de plaza¨, aunque no siempre fuera de plaza). Luego vino la película y también


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

vinieron las obras radioteatrales, por lo que la palabra ganó enorme popularidad.<br />

Con el tiempo habría de trasladarse el vocablo al conductor y al coche. Además, representaba<br />

ese trío de coche, caballo y conductor. El significado espiritual enriquecido por la sensibilidad <strong>del</strong><br />

ser humano, empuja a la evocación y al respeto hacia estas pequeñas cosas de nuestra existencia;<br />

de ello han dado testimonio escritores, periodistas y poetas:<br />

¨Como vos, viejo cochero<br />

resignado solo espero<br />

lo que la vida dirá¨.<br />

Se trata de uno de los tantos recuerdos para el popular mateo, en estos versos, los <strong>del</strong> ¨payador<br />

<strong>del</strong> asfalto¨ Celedonio E. Flores. El término no es despectivo, pues don Miguel, como Mateo,<br />

estaban cansados de trabajar. Don Miguel, traspié mediante, jefe de familia y habitante de un<br />

conventillo de origen italiano, amó a su mujer y a sus hijos y trabajó para ellos en la edad en que<br />

el automóvil empieza a generar el recelo de los antiguos ¨cocheros¨.<br />

20.Mastro<br />

Nota acerca de ¨mastro¨<br />

Bahía Blanca, 21 de septiembre de 1991.<br />

Señora<br />

Berta E. Zubiri de Sillero<br />

9 de julio 612<br />

8150 - Coronel Dorrego<br />

De mi mayor consideración:<br />

He recibido ayer su carta, que contesto de inmediato, en la que se interesa por la palabra mastro,<br />

¨referida al palo mayor de la carpa¨ (anota usted) <strong>del</strong> circo. Usted pregunta ¨si se llega a ella por<br />

deformación de maestro como supongo y cuándo se usó¨.<br />

Presumo que no es producto de deformación (en todo caso lo sería por transformación, que<br />

tampoco se da aquí) pues no es una palabra que merezca apocopamiento, si seguimos las reglas<br />

por las que las palabras se transforman apocopándose: es muy corta la distancia entre ¨maestro¨<br />

y ¨mastro¨ y ella no justifica el proceso inconsciente que genera ese fenómeno (el de acortar las<br />

palabras), motivado por comodidad o, como digo a veces, por ¨haraganería¨ en la comunicación<br />

oral.<br />

La explicación se encuentra en la lengua italiana, a saber:<br />

1. José Ortiz de Burgos, en ¨Diccionario italiano-español¨ (Ediciones Hymsa, Barcelona,<br />

1965), mastro, en una primera acepción es ´mayor´, ´principal´ y, en cuarta acepción ´maestro´.<br />

2. Lucio Ambruzzi, en ¨Nuovo Dizionario Spagnuolo-italiano¨ (Baravia, Torino, 1949), mastro<br />

es ´maestro´ y en el comercio se utiliza la palabra para designar al libro mayor.<br />

3. Nota: particularmente, cuando se da el significado de ¨maestro¨ se alude al ´maestro artesano´.<br />

Y al respecto le recuerdo que el Piero de Les Luthier es ¨maestro¨, Mastro Piero.<br />

No pertenece al <strong>lunfardo</strong>, ni a ningún sector <strong>del</strong> mismo -como el cocoliche-; no es regionalismo, ni<br />

argentinismo ni americanismo. No está registrado en ninguna fuente (diccionarios, enciclopedias,<br />

obras con vocabulario; obras de literatura popular, sobre teatro y circo -tampoco la ha visto en mis<br />

antecedentes y artículos recopilados sobre el circo-), de las que tengo en mi biblioteca y archivo.<br />

A pesar de ello, la comprometo para que, a vuelta de correo, me haga saber la frase en que aparece,<br />

citando la obra, autor y fecha de edición; y de ser posible, también, si la tuviere, referencia<br />

respecto al tiempo en que se sitúa el personaje o el hecho o circunstancia a que se refiere, con el<br />

fin de ampliar la información si es que está a mi alcance hacerlo.


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

Saludo a usted muy cordialmente y le ruego haga extensivo el saludo a ese gran hombre e investigador<br />

admirable que es mi querido amigo Carlos Funes Derieul.<br />

21. Mongo y pelota: pedido de informes oficial<br />

Prefectura Naval Argentina Nº 210050/78<br />

letra: G-c-b<br />

Buenos Aires, 14 de diciembre de 1979<br />

Señor<br />

Doctor Eduardo Giorlandini<br />

Drago 23, piso 4º of. 8<br />

Bahía Blanca, Buenos Aires<br />

De mi mayor consideración:<br />

Me dirijo a usted en el expediente de la referencia con el fin de solicitarle haga llegar por escrito,<br />

en su carácter de académico de número de la Academia <strong>del</strong> Lunfardo, el sentido literal de la expresión<br />

¨mongo pelota¨ y las connotaciones que registre. Mucho lo agradeceré otorgue su preferente<br />

atención al dictamen solicitado, que deberá hacer llegar a Registro Nacional de Buques,<br />

Eduardo Madero 235, Buenos Aires.<br />

Saludo a Ud. muy atentamente.<br />

Mario Héctor Resnik<br />

Jefe<br />

Bahía Blanca, 29 de enero de 1980<br />

Señor Oficial Principal Escribano<br />

Jefe de División y Contralor y Verificación Registral,<br />

Don Mario Héctor Resnik<br />

De mi mayor consideración:<br />

Tengo el honor de elevar a usted la presente con relación a su nota <strong>del</strong> 14 de diciembre de 1979<br />

(Nº 21050/78, Letra C-o-b), en la cual me solicita referencias sobre el sentido literal de la expresión<br />

¨mongo pelota¨ y las connotaciones que registra.<br />

Debo hacer una aclaración previa: dicha solicitud fue recibida por mi Estudio, pues se dirigió al<br />

domicilio profesional, el día 14 de enero <strong>del</strong> corriente año, y por mí, en el de la fecha, contestándola<br />

de inmediato porque hoy me reincorporé al Estudio, a mi regreso de las vacaciones. Por lo<br />

tanto, lamento mucho la demora.<br />

Paso, en consecuencia, a informar acerca de lo requerido por usted.<br />

1. Como resultado de la consulta en más de cien obras especializadas (diccionarios, obras con<br />

vocabulario y compilaciones de voces, además de mis ficheros particulares) no aparece registrada<br />

la expresión ¨mongo pelota¨; sí en cambio, ambas palabras separadamente.<br />

2. Con respecto a mongo anoto las siguientes referencias:<br />

a) Mongo. No; de ninguna manera (María R. Vaccaro: ¨Mataburro lunfa¨, Ed.Torres Agüero, Bs.<br />

As., 1976).<br />

b) Mongo. Negativa enérgica y grosera; individuo imaginario al que se atribuyen actos ridículos o<br />

absurdos, verdaderos o falsos (Emilio Dis: ¨Código Lunfardo¨, Ed.Caburé, Bs. As., 1976).<br />

c) Mongo. En Puerto Rico, flojo, aturdido (Alfredo N. Nieves: ¨Diccionario de Americanismos¨,<br />

Ed.Sopena, Bs. As., 1975).


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

d) Mongo. Personaje imaginario que se sitúa siempre lejos y en un lugar imposible de encontrar<br />

(Juan C. Guarnieri; ¨Diccionario <strong>del</strong> Lenguaje Rioplatense¨, Montevideo, 1970).<br />

e) Mongo. Interjección usada con valor de ¡jamás: (Fernando H. Casullo; ¨Diccionario de Voces<br />

Lunfardas y Vulgares¨, Ed. Freenland, Bs.As., 1964.<br />

f) Mongo. Embarcación pequeña hecha con cuero de buey, cosida convenientemente, que sirvió<br />

para atravesar los ríos y arroyos. En el improvisado bote de cuero iba sólo una persona o sus<br />

petates, y lo remolcaba un nadador o un caballo a nado (Juan C. Guarnieri: ¨Diccionario <strong>del</strong> Lenguaje<br />

Campesino Rioplatense¨, Ed.Florensa y Lafón, Montevideo, 1968).<br />

g) Pelota. Atención; noticia que requiere confirmación; rumor (Federico Cammarota: ¨Vocabulario<br />

Familiar y <strong>del</strong> Lunfardo¨, Ed.A. Peña Lillo, Bs. As., 1970).<br />

h) Pelota. Nombre que tuvo en el siglo XV y a partir <strong>del</strong> XVI la bala, el proyectil en general de<br />

toda arma de fuego manual (Oscar Kaplan: ¨Diccionario Militar¨, Biblioteca <strong>del</strong> Suboficial, Bs. As.,<br />

1944).<br />

I) Pelota. En lenguaje vulgar, dar pelota significa dar importancia; si de amores se trata, corresponde<br />

a un requerimiento amoroso. Pasar la pelota a otro equivale a hacer recaer sobre un tercero<br />

la responsabilidad de algo (Felix Coluccio: ¨Diccionario Folklórico Argentino¨, L.Lasserre y Cia.<br />

S.A., Bs. As., 1964).<br />

2) Dejo constancia: que he consignado solamente una muestra, ya que agregar otras referencias<br />

lexicográficas implicaría una repetición superflua.<br />

Agrego, asimismo, que sin perjuicio de lo anotado, en mi opinión, la expresión ¨mongo pelota¨<br />

podría significar ´no hacer´, ´ninguna importancia´, ´don nadie´, en sentido amistoso o despectivo,<br />

indistintamente; en el mismo sentido, ´nada de corte´, ´nada de atención´, ´ninguna noticia´,<br />

´jamás atención´, ´jamás rumor´. Finalmente, podría usarse como ´pelotudo´ o para afirmar o<br />

negar el juicio o afirmación de otra persona. Dejando en claro que ¨mongo pelota¨, en tal caso,<br />

importaría una expresión redundante, o podría implicar la utilización de dos sinónimos en algún<br />

caso, y además cambiaría la semántica si entre ambas palabras se intercalara una coma o puntos<br />

suspensivos, como ser ´nada ... pelotudo´, ´nunca ...´, etcétera.<br />

Saludo a usted muy atentamente.<br />

Eduardo Giorlandini<br />

22.Mufa *<br />

Un peculiar estado de ánimo <strong>del</strong> argentino que exterioriza muchas cosas.<br />

Sepa qué quiere decir ¨mufa¨ y de dónde viene<br />

Nuestra popular ¨mufa¨, ya definitivamente incorporada en el lenguaje cotidiano de los argentinos,<br />

y que significa enojo o fastidio por una parte, y de ¨yeta¨ o mala suerte por la otra, también ostenta<br />

posibles y contradictorios orígenes que emanan de diferentes fuentes lingüísticas.<br />

¨Tener mufa¨, sentirse ¨mufado¨, es un estado de ánimo frecuente <strong>del</strong> argentino medio urbano. No<br />

de todos y tampoco de la mayoría porque al parecer la proclividad ¨mufosa¨ depende mucho <strong>del</strong><br />

carácter, la actividad y la densidad ocupacional <strong>del</strong> individuo. Todo el mundo entiende cuando se<br />

dice de una persona que ¨tiene mufa¨ o alguien admite que anda ¨mufado¨. Diego Abad de Santillán<br />

y Pietro Fanfani, y también César Tiempo en su <strong>tango</strong> ¨Nadie Puede¨, con diversos matices,<br />

consignan el vocablo asignándole sentido de enojo, malhumor, fastidio. Pero también equivale a<br />

mala suerte según lo indica Federico Cammarota en su ¨Vocabulario Familiar y <strong>del</strong> Lunfardo¨.<br />

Habría que distinguir, según surge <strong>del</strong> <strong>tango</strong> citado de César Tiempo, el ¨mufado¨ ocasional -cualquiera<br />

puede serlo-, y el ¨mufado¨ consuetudinario. A este último lo pinta así:<br />

¨Ves con tus cristales de ´toyufa´<br />

todo el mundo envuelto en ´mufa´<br />

y de ´mufa´ te llenás ...


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

Siempre andás ´mufado´,<br />

todo lo ves mal;<br />

el amor es ´mufa´,<br />

´mufa´ es la amistad¨.<br />

La vertiente que identifica ¨mufa¨ con mala suerte es ubicada por Fernando Hugo Casullo en su<br />

¨Diccionario de Voces Lunfardas y Vulgares¨ como ¨jetta¨ y ¨jettatura¨, incorporadas <strong>del</strong> italiano<br />

a nuestra fonética como ¨yeta¨. Casullo ejemplifica en su obra: ¨Es un mufoso ese tipo. ¡Hay que<br />

rajarle! ¡Créame, lleva la mala suerte!¨.<br />

Esta segunda acepción de ¨mufa¨ y ¨mufoso¨ reproduce a la distancia el tipo clásico de Laferrere,<br />

¨Jettatore¨, que aún sigue representándose con frescura en nuestros escenarios. La otra acepción,<br />

en cambio, que algunos autores asimilan a ¨splín¨ es mucho más amplia. ¨Splín¨ viene de<br />

la misma época de ¨Jettatore¨, principios de siglo, era un término selectivo y no pretendía demasiado,<br />

apenas simbolizar aburrimiento y abulia. ¨Mufa¨, como expresión de enojo, malhumor y<br />

fastidio (también desgano y cansancio ¨moral¨), refleja un espectro tan amplio que explica por qué<br />

tantos argentinos pueden ¨tener mufa¨ o creer que la sienten.<br />

Quienes han estudiado el término, como el doctor Eduardo Giorlandini, un abogado de Bahía<br />

Blanca que es miembro de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, afirman que no deben aceptarse<br />

antecedentes inmediatos de ¨mufa¨ en el alemán ¨muff¨ (gruñón), el bávaro ¨muffen¨ (estar de mal<br />

humor), el alemán dialectal ¨gemüffe¨ (rezongo, refunfuño), el frisón oriental ¨muffig¨(enojadizo), ni<br />

tampoco en el portugués ¨mofo¨ y el árabe ¨mufa¨. Este último vocablo significa ¨reconcentrar el<br />

calor¨ por lo que algunos autores -consigna Giorlandini-, sostienen que ¨mufla¨ viene de esa voz<br />

árabe ¨mufa¨ y, por aludir a la ¨forma abultada¨ que produce el calor, equivale a ¨hinchado¨, otra<br />

expresión incorporada al habla popular argentina que algunos intérpretes consideran sinónimo de<br />

¨mufado¨.<br />

La filiación de nuestra ¨mufa¨ y, por aludir a la ¨forma abultada¨ que produce el calor, equivale a<br />

¨hinchado¨, otra expresión incorporada al habla popular argentina que algunos intérpretes consideran<br />

sinónimo de ¨mufado¨.<br />

La filiación de nuestra ¨mufa¨ hay que buscarla en el italiano ¨muffa¨ (dos acepciones, moho y<br />

soberbia), que viene <strong>del</strong> latín ¨mucor¨, que quiere decir ¨lágrima que destilan las vides¨. ¨Mucor¨<br />

deriva de mucco, que significa ¨echarse a perder el vino¨.<br />

Explica Giorlandini que rastreando estas palabras de la misma familia, nuestra ¨mufa¨ adquiere<br />

otra trascendencia. Así ¨se echa a perder¨ o se pierde quien en un momento de arrebato, enojo o<br />

mufa -frecuente causal-, hace ¨una macana¨ como pelear y herir o matar.<br />

Y posiblemente -añade-, el derivado de moho, amohosado, se trasladó de la persona mohosa<br />

(¨mufada¨) al arma con que se exterioriza la ¨mufa¨. Estanislao <strong>del</strong> Campo, en su famoso ¨Fausto¨,<br />

incluye estos versos: ¨El capitán, retobao, / peló la lata, y Luzbel, / no quiso ser menos que él<br />

/ y peló un mojosao¨. Por lo demás darle el nombre de ¨mohosa¨ a un arma, principalmente la espada,<br />

es muy antiguo. Ya en una obra de mitad <strong>del</strong> siglo XVII, ¨Estebanillo González¨, se la llama<br />

¨mohosa¨.<br />

Con lo que resulta que nuestra popular mufa, aparentemente una simple exteriorización de malhumor,<br />

fastidio o enojo, por una parte, y de ¨yeta¨, por otra, no es tan inocente como se cree.<br />

23.No quiero más lola<br />

¨No querer más lola¨ es una expresión antigua y popular con la que se manifiesta que no se<br />

quiere saber más nada con tal o cual cosa, persona o situación. Como sucede frecuentemente<br />

el significado actual se aleja <strong>del</strong> origen, esto es, una cosa es la semántica y otra la etimología.<br />

Hablemos <strong>del</strong> origen de la expresión citada.<br />

Hacia fines <strong>del</strong> siglo pasado se vendían unas galletitas ¨Lola¨, que eran redonditas y, aunque secas,<br />

de fácil consumo y digestión. Se hicieron muy populares, tanto en la ciudad de Buenos Aires,


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

como en la campaña.<br />

Los fabricantes de las galletitas ¨Lola¨ enviaban gratis a hospitales cantidades de esas galletitas.<br />

Ya se sabe que hay casos en que los enfermos o ancianos se niegan a recibir alimento. En tal<br />

caso, ni siquiera las galletitas. Cuando esto sucedía se comenzó a decir que ¨el fulano -o la fulana-<br />

no quiere más lola¨.<br />

Gracias a mi amigo, investigador y escritor Miguel Ángel Lafuente, pude conocer la publicidad que<br />

apareció en julio de 1896 en la guía ¨La Argentina¨, editada por Argos: ¨Cuidado con el engaño. Al<br />

pedir la rica galletita LOLA exigir que cada galletita debe tener estampada la palabra LOLA¨.<br />

24.Pichín<br />

La palabra pichín tiene, en el Diccionario de la Lengua Española, un significado -como argentinismo-<br />

que no he de mencionar porque la limita a una sola acepción propia <strong>del</strong> lenguaje infantil que,<br />

aunque correcta, excluye otras que son y pertenecen al ámbito de nuestro país.<br />

La referencia escatológica de la Academia desbroza la acepción erótica <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> y no tiene en<br />

cuenta el carácter de sobrenombre que se ha utilizado para designar familiar y popularmente al<br />

hombre, cuando es niño, y que permanece incólume durante toda su vida.<br />

Tampoco ha considerado el influjo idiomático de la inmigración italiana, gracias al que se conoció<br />

el sobrenombre cariñoso que se dio, en casos, a los hijos de italianos en general y, en particular,<br />

a los pibes dependientes de pulperías, en zonas de campaña y asimismo suburbanas, en la franja<br />

territorial de campo y ciudad, en la que Jorge Luis Borges y Fernán Silva Valdéz ubicaron a parte<br />

de nuestros antiguos personajes <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, en la circunstancia rioplatense.<br />

Pichín deriva <strong>del</strong> italiano piccino, ´pequeño´. Por lo expuesto, cabe agregar que, además <strong>del</strong> vocabulario<br />

urbano de la Argentina, es propio de los arrabales y <strong>del</strong> campo argentino.<br />

Florencio Iriarte, nacido en Magdalena, provincia de Buenos Aires, el 21 de mayo de 1879, se<br />

dedicó al teatro y a la versería lunfa y se lo podría mencionar como el primer poeta lunfardesco, y<br />

en su cuadrito orillero ¨Entre Camaradas¨, escribió:<br />

¨Contame si es de tu gusto<br />

y la querés conversar.<br />

-Güeno, sí, te vi´a contar,<br />

de cómo le batí el justo.<br />

¿Vos te acordás <strong>del</strong> ´Pichín´...<br />

-¡Cómo no! si muchas veces<br />

jugué al monte en su bullín* ¨<br />

25.Soledad<br />

Cambiando palabras con figuritas<br />

¨Tan solo¨ y ¨persuadido¨<br />

¨La frente, los ojos, el rostro engañan<br />

muchas veces, pero la palabra mucho más¨. (Cicerón, en ¨De Oratore¨)<br />

Frecuentemente, escuchamos vocablos o expresiones que se repiten casi irreflexivamente. Sin<br />

saberlo, la mayoría de hablantes se convierten en una suerte de propietarios de tales categorías<br />

idiomáticas y su vocabulario cotidiano se manifiesta con el uso reiterado de uno o dos vocablos,<br />

que son muletillas con las que se advierte, en cierto sentido, la representatividad de la expresión.<br />

En realidad, no es necesario tener una rica sinonimia, pues se puede constituir un idioma con tan<br />

solo cuatrocientas palabras. Estoy persuadido que es así, porque lo enseñan los filólogos reconocidos.<br />

Tan solo pocos se salvan<br />

Generalmente, los hablantes están comprendidos en la repetición sin distinción de cultura, título,<br />

1


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2<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

oficio o estado; no quedan exceptuados ni el presidente de la Nación que divulgó la expresión<br />

¨tan solo¨ ni el ex de la misma profesión que dos por tres dice: ¨Estoy persuadido ...¨.<br />

Abrevando en varias fuentes oficiales y académicas no se obtienen aplicaciones posibles de la<br />

primera expresión: ¨tan sólo¨ o ¨tan solo¨ (puede escribirse de estas dos maneras) se traducen<br />

como ¨nada más que...¨ o ¨tan únicamente¨. Ella rellena el vocabulario - más diversificado, ingrávido<br />

y sencillo que rico y profundo- <strong>del</strong> presidente Menem. Y es un relleno menos consistente que<br />

el de una empanada riojana.<br />

El restante vocablo, parhelia mediante, le permite al ex presidente Alfonsín a expresar juicios con<br />

fundamento -como diría Karlos Arguiñano-. Esto es lo que se pretende aparentar con la expresión:<br />

¨Estoy persuadido ...¨. Aunque Homero, en ¨La Ilíada¨, hablaba de la persuasión con espléndidas<br />

dádivas y dulces palabras, sin importar la razón. Porque a lo mejor importan más el estómago<br />

y el mango de la sartén o la manija de la tartera.<br />

Solo a solo<br />

¨Solo a solo¨, según la expresión española, es un asunto entre dos. Se trata de un dueto, o un<br />

dúo, no un duelo. En términos de letras tangueras, podría tratarse de una ¨mala junta¨ o de ¨los<br />

dos para los dos¨.<br />

Más, analizando las circunstancias, las características personales y los precedentes, en cada<br />

caso, las expresiones citadas deberían cambiarse como figuritas (en ambos casos su uso se intensificó<br />

en el ejercicio de la primera magistratura), porque lo importante es como le queda a cada<br />

uno. Al ex presidente le vendría mejor ¨tan solo¨ y al actual ¨estoy persuadido¨, a pesar de la síntesis<br />

lograda: sólo los dos, pero persuadidos, acordaron la necesidad de la reforma de la Constitución,<br />

que está sola y espera, pero duerme, no ya en Corrientes y Esmeralda sino en ¨Retiro¨ y<br />

sólo se despierta, sin levantarse, cuando se persuade de una violación.<br />

El tiempo dirá. La base prospectiva le pertenece al Martín Fierro:<br />

¨Y dijo ´vas a saber´<br />

si es solo o acompañado¨.<br />

Tal vez la respuesta ya está escrita en los versos de ¨Yuyo Verde¨, de Homero Espósito:<br />

¨Ibamos perdidos de la mano<br />

bajo un cielo de verano<br />

que partió ...¨<br />

26.Trenzas<br />

Las trenzas de la china<br />

En el lenguaje <strong>del</strong> campo argentino nos damos cuenta de que la gente -enlazada en su circunstancia-<br />

ha tomado las cosas <strong>del</strong> paisaje y de la vida cotidiana para extender el sentido de sus<br />

nombres o denominaciones a otras entidades, relaciones o fenómenos afincados en el ámbito<br />

rural.<br />

Así, por ejemplo el entrelazamiento de los tientos de cuero, por analogía, habría servido para<br />

designar las trenzas que la china, ´mujer de campo´ hacía con sus cabellos. El tiempo hizo que<br />

se enriqueciera el idioma campero y abrió su tranquera a la expresión apretaos como trenza, que<br />

alude a la junta de los enamorados. A más, el gaucho podía trenzarse en una pelea. Tales vocablos<br />

se difundieron y consolidaron en el lenguaje general, invadieron nuestras ciudades y se<br />

incorporaron a la literatura nacional.<br />

Siguiendo la huella<br />

José Hernández, en su ¨Martín Fierro¨ escribió:<br />

¨Mientras su china dormía<br />

Tapadita con el poncho¨.


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Francisco I. Castro, el principal exégeta de San Fierro, explica que china se le decía a la india de<br />

piel oscura y por extensión a la mujer morena <strong>del</strong> campo; siguió siendo china cuando llegó a la<br />

ciudad y, de un modo afectivo, chinita. Pero en su origen fue la compañera <strong>del</strong> gaucho, su concubina,<br />

porque en aquel tiempo no existía, prácticamente, el matrimonio legalizado.<br />

Más aún, ni documentos tenían. No puedo dejar de anotar aquí que, trabajando como transcriptor<br />

de documentos en el Archivo Histórico de la provincia de Buenos Aires, llegó a mis manos un<br />

expediente antiguo en el cual un gaucho había denunciado a la polecía la ¨desaparición¨ de su<br />

china, acompañando un trozo de una trenza, para su identificación.<br />

En cuanto a trenzarse en la pelea, escribió también Hernández:<br />

¨Y ya salimos trenzaos<br />

Porque el hombre no era lerdo¨.<br />

Por ahí, asimismo, existen demasiadas fuentes para afirmar que, en cierto momento, china, vocablo<br />

de la lengua quichua, significaba ´criada´ o ´sierva´, y con diversos sentidos en muchos de los<br />

países de América <strong>del</strong> Sud.<br />

En el entrevero con el <strong>tango</strong> y el <strong>lunfardo</strong><br />

Las migraciones sucesivas cambiaron significativamente las estadísticas demográficas y una mayoría<br />

de población se arraigó en la ciudad, donde el vocabulario, trasladado a la literatura popular<br />

y particularmente al <strong>tango</strong>, se hizo más extenso y ostensible, por obra <strong>del</strong> periodismo escrito, <strong>del</strong><br />

folletín, <strong>del</strong> sainete, la poesía y la letrística.<br />

La vida total de la ciudad y especialmente de su periferia se proyectó en las letras de los <strong>tango</strong>s<br />

que, como singulares comunicadores sociales, informaban acerca de los guapos que se trenzaban<br />

en el bajo, el ciruja y el cafiolo; o <strong>del</strong> Chino Pantaleón, templando su guitarra para una trenzada<br />

payadoril o milonguera; de las trenzas de la china como prueba de la infamia o de aquellas<br />

otras que anudan a un portón de un país <strong>del</strong> que no se vuelve ni con el yuyo verde <strong>del</strong> perdón.<br />

Y hasta chinonga, palabra formada con china y el sufijo onga, que luce en los versos de ¨Arrabal<br />

Salvaje¨, de Bartolomé Rodolfo Aprile:<br />

¨Ya ves, chinonga de mi alma,<br />

que, cuando te hayás ausente,<br />

no soy el mesmo de siempre<br />

porque me falta la calma¨.<br />

27.Trucho<br />

La moda actual de todo lo ¨trucho¨<br />

La palabra trucho es un neologismo, en términos relativos; es decir, no se trata absolutamente de<br />

un vocablo nuevo en nuestro idioma, porque tiene antecedentes en diversas fuentes, en nuestro<br />

país. Fue usada por Eduardo Mansilla, en 1860; en un cantar popular de las tropas jordanistas, en<br />

1870; y por Antonio Lusich, en 1873, según referencias de José Gobello.<br />

Debo agregar que sí cabe afirmar que se ha impuesto su uso, de manera muy frecuente, porque<br />

la realidad argentina lo ha generado. Alario Di Filippo, en Colombia, registró esta voz en 1964.<br />

Señaló también que, próximos a truchimán, ¨persona sagaz y astuta, poco escrupulosa en su proceder¨,<br />

derivado <strong>del</strong> vocablo árabe turgumán, linda asimismo con el popular o <strong>lunfardo</strong> trucha, con<br />

el mismo significado y además con el de ¨listo y hábil¨, para lo cual no pocas veces se impone la<br />

falsedad, el engaño o lo que es contrario a lo verdadero, como la falsa moneda, que de mano en<br />

mano va y ninguno se la queda (siempre que se advierta que es tal ¨condición¨).<br />

Según Martín Alonso es una voz muy antigua, agregando otras acepciones, como tunante y pícaro.<br />

Me llama la atención que truchi, ¨buscavida¨, sea incluida como salteñismo por José V. Solá. Será<br />

por eso que hay quienes se ganan la vida como truchos o con objetos truchos.


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

De tal guisa que esas especies de individuos pueden ser profesionales, técnicos o diputados; va<br />

de suyo que, igualmente, se emplea con relación a las cosas, más el masculino que el femenino.<br />

En cuanto a los objetos, el asunto ha ganado tal magnitud que en algunos países se proyecta<br />

cierta legislación para combatir la fabricación y venta de objetos truchos.<br />

Hace poco estuve en Alemania y comprobé que, con más tecnicismo idiomático o con eufemismo,<br />

a esos objetos se los denomina ¨copias¨ y la actividad respectiva es conceptuada como ¨plagio<br />

industrial¨.<br />

Por un lado se estima allí que se trata de algo ilegal la acción plagiaria y se reconoce la existencia<br />

de una piratería moderna, además de la falsificación de productos que llegan desde todo el mundo.<br />

Se identificaron medicamentos, insecticidas, productos de consumo, cuadros (20 copias de<br />

¨Mona Lisa¨) y hasta un helicóptero.<br />

Hay casos <strong>del</strong>ictivos y otros que no lo son, que obligan a una reforma legal. Curiosamente, se<br />

anunció que se realizaría en Villa Stuck de Munich la exposición ¨Falsificaciones Auténticas¨, y<br />

años atrás se había instituido el premio ¨Plagiarius¨, a todo lo que sirve al propósito de combatir a<br />

los truchimanes, a la espera de una ley adecuada.<br />

Pero aquí, en la Argentina, trucho significa ¨falso¨ o ¨ilícito¨. Nuestra singular picardía -y algo más<br />

que yapa- generó en el campo científico una ¨Psicología de la Viveza Criolla¨, obra de Julio Mafud.<br />

La manifestación patológica de una ¨tesis nacionalista¨ informa que proxenetas hay en todo el<br />

mundo, pero los nuestros son mejores, y que no hay truchos como los nuestros, tanto en calidad<br />

como en diversificación, de modo que así no se ilumina la conciencia pero se enriquece el idioma,<br />

aunque el tema no sea ajeno tampoco al español, al portugués, al francés y al italiano.<br />

Pero como nuestra realidad es distinta, si de uso de palabras se trata, no tenemos más remedio<br />

que decir, remedando un concepto de Gobello: ¨Trucho por trucho me quedo con el de casa¨.<br />

28.¿Yugoslavo?<br />

En desacuerdo con una normativa idiomática<br />

¨En la edición <strong>del</strong> 30 de septiembre de 1986, de ¨La Nueva Provincia¨ (página 20), Iván el Terrible,<br />

afirma que el presidente Alfonsín desconoce que se dice yugoslavo y no ¨yugoeslavo¨, como<br />

lo expresara en Arrecifes, el 19 de septiembre de 1986.<br />

¨Si bien en la decimonovena edición <strong>del</strong> Diccionario de la Lengua Española, editado en 1970 por<br />

la Real Academia Española, yugoeslavo no figura en el cuerpo principal, sí figura en el suplemento<br />

de la misma edición. También figura, ya incorporada la palabra en el cuerpo principal <strong>del</strong> diccionario<br />

citado, en la edición última, de 1984.<br />

¨Fue reconocida, la palabra usada por el presidente, en numerosos diccionarios, como por ejemplo<br />

Espasa-Calpe; el de Historia Universal, de J. L. Romero; el de Editorial Kapelusz, etcétera.<br />

¨Además de los resultados científicos, merece tenerse presente: 1)Que las palabras son hijas de<br />

la tierra; 2)que el pueblo hace el idioma; 3)que el idioma se transforma permanentemente.<br />

29.Yumba<br />

No es poca la gente que me pregunta que quiere decir esta palabra que compone el título <strong>del</strong> <strong>tango</strong><br />

¨La Yumba¨, de Osvaldo Pugliese, interpretado magistralmente por la orquesta dirigida por él.<br />

Yumba es un vocablo elaborado por el mismo Pugliese, para señalar la manera de marcación<br />

<strong>del</strong> ritmo de su orquesta; es una onomatopeya, es decir, es el sonido hecho palabra para sugerir<br />

acústicamente lo que ésta significa.<br />

Tratándose de una palabra creada por alguien -con suficiente éxito y trascendencia, por causa <strong>del</strong><br />

<strong>tango</strong>- se trata de un neologismo, una expresión recién introducida en el idioma. Yumba tiene casi<br />

medio siglo pero cincuenta años no significan gran cosa en la vida de un idioma.


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De tal modo, el sentido de esa voz transmite la substancia de un sentimiento; de otro modo, de la<br />

esencia sentimental, <strong>del</strong> modo en que se interpreta el <strong>tango</strong>, de la manera en que lo siente Osvaldo<br />

Pugliese.<br />

El lector podría preguntarme: ¨Aunque la explicación es clara, ¿cómo podría darme cuenta de ella<br />

escuchando el <strong>tango</strong>?¨. Entonces, contestaría: ¨Pienso en un sonido que se repite, más o menos<br />

así: yum-ba, yum-ba, yum-ba...¨.<br />

30.Milonga<br />

Voy a referirme a la palabra milonga.<br />

El vocablo milonga tiene larga historia, como casi todas las palabras; se ubica su origen conocido<br />

en el momento en que los negros comienzan a usarla en África.<br />

Quiero decir, entonces, que tiene origen conocido africano; puede ser que haya sido común su<br />

utilización en alguna lengua ignota, en la Edad Antigua, pero es un afronegrismo y quiere decir,<br />

como tal, ¨palabras¨.<br />

Recaló en el Virreynato <strong>del</strong> Río de la Plata por causa de la esclavitud negra, por la venta de<br />

esclavos negros que hacían las compañías esclavistas hacia América; en la ciudad de Buenos<br />

Aires llegó a existir mayoría de población negra (el conocimiento de la cultura negra nos permitiría<br />

comprender mejor al ser argentino).<br />

Con el correr <strong>del</strong> tiempo, la palabra milonga significó muchas cosas. El payador rural argentino<br />

cantó palabras, ideas, conceptos; no se valora su condición de músico porque apenas ¨rascaba¨<br />

la guitarra. El payador urbano se hizo milonguero, no bailarín sino tocador de milonga; se convirtió<br />

también en cantor de milongas. Payaba y cantaba; improvisaba y cantaba letras; su temática<br />

pasó a abarcar lo campero y lo urbano, el campo y la ciudad; por eso, una vez, Gar<strong>del</strong> y Razzano<br />

fueron erróneamente presentados como payadores.<br />

La palabra milonga, como género musical era conocida desde la fundación de la Patria; años<br />

después habría de verse a Esteban Echeverría, el pensador e ideólogo, en algún boliche, tocando<br />

(¿milonga?) con su guitarra. Años después, en el siglo pasado, José Hernández la incorpora a la<br />

gran obra nacional ¨El Gaucho Martín Fierro¨:<br />

¨Supe una vez por desgracia<br />

que había un baile por allí-<br />

Y medio desesperao<br />

a ver la milonga fui¨.<br />

Y hacia fin <strong>del</strong> siglo se llama milonga no solamente a la milonga sino también al <strong>tango</strong>, indistintamente,<br />

al par que se conoce el <strong>tango</strong>-milonga, el <strong>tango</strong>-milongón, la milonga tangueada. El compadrito<br />

comienza a referirse a la milonga, igual que en el ¨Martín Fierro¨, como al lugar <strong>del</strong> baile y<br />

como la música que se bailaba: <strong>tango</strong>, milonga, mazurca o polca. Esta última fue tan popular que<br />

para indicar que terminaba el baile se tocaba un polca, a la que se denominó ¨polca <strong>del</strong> espiante¨,<br />

es decir, la milonga ha terminado.<br />

Pero no esta milonga, ¨La Milonga de Bahía¨ que continúa. Y cabe una exhortación, como en la<br />

letra de la milonga ¨El Chino Pantaleón¨, de Francisco Canaro:<br />

¨Caballeros milongueros<br />

la milonga está formada<br />

y el que cope la parada<br />

que se juegue todo entero¨.<br />

Acepciones<br />

Baile.<br />

Batifondo.


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Billete antiguo <strong>del</strong> mil pesos.<br />

Embrollo.<br />

Enredo.<br />

Género musical.<br />

Lío.<br />

Lugar donde se baila, particularmente <strong>tango</strong>s y para<strong>tango</strong>s (vals, <strong>tango</strong>, milonga; antiguamente<br />

otras especies).<br />

Lugar donde tenían lugar las payadas.<br />

Mujer de cabaret u otros lugares de diversión; su actividad en estos sitios se vinculaba además<br />

con la prostitución. En las letras de <strong>tango</strong> es la joven hermosa sacaba <strong>del</strong> barrio por un bacán, o<br />

rufián, con engaños.<br />

Palabras, en su versión africana.<br />

Palabrerió vano.<br />

Payada pueblera.<br />

Tango, antiguamente.<br />

XII<br />

VOCABULARIOS<br />

1.¿Existe la ¨Jerga de los Jóvenes¨?<br />

¿Cómo se hace un idioma?<br />

La vida cotidiana <strong>del</strong> pueblo va conformando el idioma. Lo enriquece, lo transforma y lo proyecta.<br />

Otros son, también, los factores que coadyuvan en tal sentido, como los medios de comunicación,<br />

especialmente.<br />

Lo mismo sucede con el <strong>lunfardo</strong>, que es ya una sublengua. Ocurre, asimismo, con los dialectos,<br />

los regionalismos, etcétera, sin importar qué razón científica tiene la palabra, qué palabra es<br />

la que se incorpora, de dónde viene; qué vocablo le sirve de cimiento o el sector humano que la<br />

genera. Este mismo fenómeno se presenta con las voces jergales.<br />

¿Qué es una jerga?<br />

Una jerga es el vocabulario de un determinado grupo laboral, profesional <strong>del</strong>ictivo o correspondiente<br />

a un especial sector humano, ya se trate de la juventud, de la niñez, de la mujer o los ancianos.<br />

En algunos casos se trata, en efecto, de una jerga, en otros es, simplemente, un conjunto<br />

de palabras que no alcanzan a constituir un verdadero ¨lenguaje¨ especial.<br />

La ¨Jerga de los Jóvenes¨<br />

Se habla <strong>del</strong> lenguaje de los jóvenes, pero es un error; los jóvenes no tienen un vocabulario<br />

propio. Sólo usan ciertas palabras, <strong>del</strong> mismo modo que los adultos o los ancianos, bajo algunas<br />

circunstancias particulares.<br />

Los jóvenes, en general, hablan igual que todo el mundo. A veces, ellos son presentados como<br />

tribu, secta o banda. Lo que sucede es que la juventud tiene en la amistad un valor superior. Y<br />

esto lo demostró un científico francés, que publicó un libro relacionado con el tema.<br />

En algunos grupos -musicales por ejemplo, o estudiantiles- las palabras que usan pueden ser<br />

útiles para enriquecer nuestro idioma.<br />

Avalancha de neologismos.<br />

Se ha dicho que los jóvenes provocan una avalancha de neologismos, esto es, la introducción


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

de nuevas palabras o expresiones en nuestra lengua, y ello no es cierto. Más todavía, los ejemplos<br />

que ponen no corresponden a neologismos , pues son palabras antiguas, o familiares, como<br />

banda y bandido; grasa y grasita (que manifiestan desprecio o cariño, según su uso); chabón, o<br />

boncha (derivados <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> y más deriva de chamba, ´acertar por chamba´, <strong>del</strong> juego de billar<br />

inventado hace bastante. Loco comenzó a usarse hace muchos años entre adultos y no entre<br />

jóvenes; faaa! es una expresión de gente de campo, o de los pueblos de campaña; polenta es un<br />

lunfardismo que, entre otros significados tiene el de ´excelente´; paranoico es vocablo científico y<br />

zafar está reconocido académica-mente con el mismo significado de ´librarse´, ´salvarse de algo´,<br />

según se menciona en algunas fuentes periodísticas.<br />

Finalmente, lo mismo que se afirma acerca de las letras <strong>del</strong> rock puede decirse de las letras <strong>del</strong><br />

<strong>tango</strong>, ya que en ambos casos se les debe atribuir una importante capacidad de difusión de ciertas<br />

palabras.<br />

Vocabulario<br />

Se habla <strong>del</strong> lenguaje de los jóvenes y, en realidad, éstos sólo usan con exclusividad unas pocas<br />

palabras y de acuerdo a los grupos o ambientes, igual que las demás personas. A veces, lo hacen<br />

con distinto significado.<br />

La recopilación que sigue es una muestra. Podrían agregarse más palabras, inclusive las derivadas.<br />

En definitiva, el vocabulario de los jóvenes es el lenguaje vivo de los habitantes, pero los<br />

jóvenes hablan con menos cantidad de acepciones que los adultos, y van absorbiendo el <strong>lunfardo</strong><br />

gradualmente.<br />

A<br />

ADOQUÍN. Bruto.<br />

APARATO. Individuo pintoresco.<br />

APIOLAR. Dar cuenta.<br />

APOLIYO. Dormir.<br />

ARGENTO. Argentino.<br />

ATORRANTE. Atrevido.<br />

AVIVAR. Despabilar.<br />

B<br />

BARANDA. Mal olor.<br />

BERRETA. Ordinario. // Adulterado.<br />

BODRIO. Confusión.<br />

BOLICHE. Local comercial destinado al baile.<br />

BRONCA. Enojo.<br />

C<br />

CALENTAR. Enojar.<br />

CANA. Policía.<br />

CARETA. Atrevido.<br />

COPAR. Satisfacer. // Apasionar.<br />

COLAR. Entrar gratis.<br />

COLIMBA. Soldado. // Servicio militar.<br />

CORTAR. Terminar.<br />

CH<br />

CHABÓN. Torpe. // Tipo.


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

D<br />

DAR. Aplicar.<br />

DESPELOTAR. Enredar.<br />

DRAMA. Problema.<br />

E<br />

EMPAQUETAR. Engañar.<br />

ENCARAR. Atrever.<br />

ESTUFAR. Incomodar.<br />

F<br />

FANGOTE. Mucho dinero.<br />

FASO. Cigarrillo.<br />

FLACO. Muchacho.<br />

G<br />

GASTAR. Rendir el máximo.<br />

GRASA. Ordinario.<br />

GRASÚN. Hombre grosero, de<br />

poca cultura.<br />

GUITA. Dinero.<br />

H<br />

HINCHAR. Fastidiar.<br />

I<br />

IMBANCABLE. Insoportable.<br />

J<br />

JOVATA,O. Vieja, viejo.<br />

JOVIE. Revés de viejo.<br />

JODA. Broma. // Engaño.<br />

JUNAR. Mirar. // Vigilar.<br />

K<br />

KILOMBO. Confusión. // Desorden.<br />

L<br />

LABURAR. Trabajar.<br />

LANA. Cabello.<br />

LECHE. Suerte.<br />

LOCO. Calificativo con que se<br />

reemplaza al nombre.<br />

LUCA. Billete de mil (antes <strong>del</strong> cambio de la denominación monetaria).<br />

M<br />

MAGOYA. Personaje imaginario.<br />

MALETA. Cambiante.


<strong>edUTecNe</strong><br />

MAMBO. Embrollo. // Locura.<br />

MILICO. Policía. // Militar.<br />

MINA. Mujer.<br />

MORFAR. Comer.<br />

MATE. Cabeza.<br />

MERSA. Ordinario.<br />

MOSCA. Dinero.<br />

MUFA. Individuo que da mala suerte.<br />

N<br />

NABO. Individuo tonto.<br />

NARANJA. Nada.<br />

NASO. Nariz.<br />

O<br />

OJITO (DE). Gratis.<br />

OLFA. Adulador.<br />

ONDA (DE). De moda.<br />

P<br />

PACO. Paquete con mucho dinero.<br />

PÁLIDA. Mala onda.<br />

PALMADO. Enfermo. // Decaído.<br />

PARAR. Terminar de hablar.<br />

PATA (HACER). Acompañar.<br />

PENDEJO. Pibe. // Joven molesto.<br />

PILCHA. Ropa.<br />

PIOLA. Prudente. // Buena persona.<br />

PIRO. Huida.<br />

PLOMO. Joven que ayuda a los músicos con los instrumentos.<br />

POMADA (HACER). Destruir.<br />

PUCHO. Cigarrillo.<br />

Q<br />

QUEMAR. Afrentar. // Manchar.<br />

QUESO. Individuo tonto.<br />

R<br />

RAJAR. Ir. // Correr. // Disparar.<br />

RATA. Despreciable.<br />

S<br />

SALAME. Tonto.<br />

SANATA. Conversación confusa, molesta o fastidiosa. // Confusión.<br />

SUDACA. Sudamericano.<br />

T<br />

TECNO. Grupo musical que trabaja con computadoras.<br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

TOP. Máximo.<br />

TOSCA. Torpe.<br />

TRANSA. Negocio. // Arreglo.<br />

TRUCHO. Falso.<br />

U<br />

UPA (DE). Gratuitamente.<br />

URSO. Individuo corpulento.<br />

V<br />

VIEJA, O. Madre, padre.<br />

VERSO. Palabrerío.<br />

Y<br />

YECA. Calle.<br />

YETA. Mala suerte.<br />

0<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

2. Curiosidades <strong>del</strong> libro de Eduardo Giorlandini ¨Diccionario de La Droga¨:<br />

Abejas Drogadictas. Abejas adiestradas por narcotraficantes de la costa norte <strong>del</strong> Perú, para hacerlas<br />

producir miel con coca, que venden a algunos sofisticados narcoadictos. En Comtin, a 80<br />

kilómetros de Trujillo, algunos agricultores entrenan abejas para que succionen las flores de coca.<br />

Las abejas alimentadas con el néctar producen una miel que provoca adicción inmediata.<br />

Acto Sexual. El uso de ciertas drogas produce una suerte de ¨orgasmo¨. en el caso de las anfetaminas,<br />

influyen en la duración y prolongación <strong>del</strong> acto sexual (diez horas, en un caso declarado,<br />

especialísimo).<br />

Arma Secreta. La droga, en el concepto de Mao Tse-Tung; éste, en circunstancias en que China<br />

estaba a la vanguardia como productora de estupefacientes, estableció la pena de muerte en el<br />

orden interno, y en el externo intentaba minar por dentro a Occidente utilizando la droga como<br />

¨arma secreta¨.<br />

Bencedrina. Anfetamina que se usó por primera vez para el tratamiento de la narcolepsia. La<br />

primera aplicación de anfetamina no médica se produjo en los barcos de avituallamiento durante<br />

la guerra civil española; luego, con las tropas paracaidistas alemanas para ejercicios operativos<br />

rutinarios y más tarde ambos bandos en la Segunda Guerra Mundial.<br />

3. Alrededor de la palabra peso<br />

El vocabulario es rico en lo que a dinero se refiere. Billetes y moneda son las palabras de la Constitución.<br />

Más, cuando ésta se refiere a los pesos, el vocablo se vincula a la balanza y no al dinero.<br />

La ley fue cambiando la denominación y suprimiendo ceros, pero en la conciencia y en la boca de<br />

los habitantes siempre estuvo presente la palabra peso, además de la sinonimia difundida por la<br />

literatura popular.<br />

Con los cambios operados en la sociedad, fueron sepultadas algunas palabras, como patacón, la<br />

antigua moneda de plata difundida por la historia de Patoruzú y no como consecuencia <strong>del</strong> uso;<br />

cobre, registrada en el Martín Fierro, cuando se señala el estado de pobreza: ¨Si no le quedó ni<br />

un cobre¨, escribió Hernández, lo que equivale quedarse ¨pato¨ o ¨desplumado¨.<br />

Más, hablando <strong>del</strong> plumaje, nos viene a la memoria el canario, que era el billete de cien pesos; el<br />

pecho colorado, el billete de banco de valor de mil pesos; y, alrededor de 1947, el pichón, pequeño<br />

billete de 50 centavos.<br />

En la letrística tanguera abundan las mujeres que tiran los morlacos <strong>del</strong> otario; o se hacen las


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

rastacueros desparramando la guita; los personajes que aconsejan empacar mucha moneda, de<br />

manera inmoral, o, con dignidad, como don Giuseppe, el zapatero, ¨masticando un toscano / per<br />

far la economía / pues quiere que su hijo / estudie de doctor¨.<br />

Invariablemente, con relación al dinero, aparecen <strong>del</strong>itos y <strong>del</strong>incuentes, grandezas y miserias,<br />

así como personajes permanentes de la zoología y la literatura: pícaros, cuentistas, vividores o<br />

pechadores. Como escribió Discépolo: ¨Le quité el pan a la vieja / me hice ruin y pechador¨. (En la<br />

Edad Media, pechador era en Francia el que recaudaba impuestos; pechero, el que lo pagaba; y<br />

pecho, el impuesto).<br />

De la filosofía tanguera es posible extraer conceptos, situaciones y vocablos, vinculados al dinero.<br />

La prevalencia <strong>del</strong> tener se hace presente cuando escuchamos: ¨Y sé que con mucha plata / uno<br />

vale mucho más¨. La exacerbación <strong>del</strong> vestir femenino: ¨Me encontraba yo sin vento / vos amabas<br />

el armiño¨. Y hasta la identificación de la razón con la moneda: ¨¿Pero no ves, gilito embanderado,<br />

/ que la razón tiene el de más guita?¨.<br />

En fin, es la consecuencia de haber abandonado el trueque.<br />

Vocabulario <strong>del</strong> peso<br />

Las palabras que componen este vocabulario tienen etimología conocida o se encuentran registradas<br />

literaria o lexicográficamente.<br />

A<br />

ACEITE. Dinero con que se soborna, para que funcione la máquina.<br />

ASTIYA. Dinero con que se ayuda a otro.<br />

B<br />

BATARAZ. Antiguo billete de cincuenta pesos.<br />

BILLETES. Dinero, según la Constitución Nacional.<br />

BIYUYA. Plata.<br />

C<br />

CANARIO. Billete de cien pesos.<br />

COBRE. Dinero o moneda de poco valor.<br />

COCÍN. Billete de cinco pesos.<br />

COCINERO. Billete de cinco pesos.<br />

CH<br />

CHALA. Dinero.<br />

CHAUCHA. Moneda o dinero de poco valor.<br />

CHIROLA. Billete o moneda de poco valor.<br />

D<br />

DURAÑONA. Peso moneda nacional; antiguamente, moneda de plata.<br />

DURAZNO. Antigua moneda de plata.<br />

DURO. El peso o la moneda antigua.<br />

E<br />

EFECTIVO. Dinero contante y sonante.<br />

F<br />

FASUL. Billete de banco.<br />

FERRO. Peso.<br />

1


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

FRAGATA. Billete de mil pesos.<br />

2<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

G<br />

GAMBA. Billete de cien pesos.<br />

GRUYO. Peso, unidad monetaria.<br />

GUITA. Dinero; en la época <strong>del</strong> trueque era un fruto que se tomaba como unidad ¨monetaria¨, o<br />

de intercambio, según una teoría.<br />

GUITARRA. Guita.<br />

L<br />

LUCA. Billete de mil pesos.<br />

LUCARDA. Billete de mil pesos.<br />

LUCRECIA. Billete de mil pesos.<br />

M<br />

MANGANGÁ. Un peso.<br />

MANGO. Peso.<br />

MANGRUYO. Mango.<br />

MARENGO. Moneda de valor.<br />

MEDIAGAMBA. Billete de cincuenta pesos.<br />

MENEGA. Dinero, en general.<br />

MENEGUINA. Menega.<br />

MILOJA. Billete de mil pesos.<br />

MILONGA. Billete de mil pesos.<br />

MONEDA. Dinero o metálico según la Constitución Nacional.<br />

MORLACO. Peso.<br />

MOSCA. Plata, dinero.<br />

MOSCA LOCA. Gran cantidad de dinero.<br />

MOSCARDA. Igual que mosca.<br />

MOSQUETA. Igualmente, plata o dinero.<br />

MÚSICA. Dinero, cartera (por alusión a la guitarra, instrumento musical).<br />

N<br />

NACIONAL. Peso, unidad monetaria.<br />

P<br />

PACO. Mucho dinero, paquete de dinero de valor.<br />

PACOI. Aumentativo de paco.<br />

PACOY. Pacoi.<br />

PALO. Un millón de pesos.<br />

PASTA. Dinero.<br />

PATACÓN. Dinero, moneda antigua de plata, peso, unidad monetaria.<br />

PECHO COLORADO. Billete de mil pesos.<br />

PICHÓN. Billete de cincuenta centavos.<br />

PLATA. Dinero, por referencia a la moneda de plata usada antiguamente.<br />

PLATA CHICA. Dinero de poco valor.<br />

PLATA GRANDE. Dinero con mucho valor adquisitivo.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

R<br />

RAYA. Peso, representado por una raya por el analfabeto de la campaña, en el libro <strong>del</strong> pulpero,<br />

según el Martín Fierro.<br />

ROYO. Fajo de billetes.<br />

S<br />

SENCILLO. Plata chica, divisionaria.<br />

SHOSHA. Guita.<br />

SOPARDO. Peso, como unión <strong>del</strong> vesre sope con el apellido Azzopardo (juego paronomástico).<br />

SOPE. Vesreísmo de peso.<br />

SUELTO. Dinero de poco valor.<br />

T<br />

TACA-TACA. Dinero contante.<br />

TELA. Dinero.<br />

TEYEBI. Vesre de billete.<br />

TOCO. Gran cantidad de billetes.<br />

TORVELLO. Dinero.<br />

V<br />

VACA. Dinero que se pone en común para jugar.<br />

VENTICHELO. Igual que vento.<br />

VENTO. Dinero.<br />

VENTOLÍN. Igual que vento (ver esta voz)<br />

VENTOLINA. Aumentativo de vento.<br />

VERDE. Billete de diez pesos que circuló hasta 1947.<br />

VERDOLAGA. Verde.<br />

VIYUYA. Plata.<br />

* A la denominación actual corresponden históricamente las establecidas por ley: pesos moneda<br />

nacional, argentinos, ley, australes y pesos.<br />

XIII<br />

PAPELETAS<br />

ALIENTO (LARGO)<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Título de la nota o artículo: ¨Duelo con Prolongado Suspenso¨.<br />

Título <strong>del</strong> diario: ¨La Razón¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Año: 1969.<br />

Página <strong>del</strong> artículo: 14.<br />

Columna: 5. Fecha: 27-8-69.<br />

Informe: ¨Veteranos embajadores <strong>del</strong> bello sexo, cuyo fuerte es el largo aliento, serán protagonistas<br />

el sábado venidero (...)¨.


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

APARCERO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Título de la obra: ¨Diccionario Enciclopédico Abreviado¨.<br />

Lugar de edición: Madrid.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Espasa-Calpe, S.A.<br />

Año de edición: 1957. Tomo: 1.<br />

Página: 642.<br />

Informe: ¨Aparcero, ra. (Del latín ad, a, y partiarius; de pars, parti, parte) m. y f. Persona que tiene<br />

aparcería con otra u otras. // Comunero en una heredad o hacienda. // fam. En algunas comarcas,<br />

mutua denominación de tratamiento entre personas ligadas por contrato de aparcería. // frg. Compañero,<br />

amigo entre paisanos¨.<br />

APARCERO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: Alfredo M. Barry.<br />

Título de la obra: ¨Leyes Agrarias¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Plus Ultra.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: I.<br />

Páginas: 507-508.<br />

Informe: ¨Ley Nº 13.897 - Año 1950. Conciliación y arbitraje. Artículo 1º-(...) tendrán competencia<br />

exclusiva en la decisión de todas las cuestiones que se susciten entre arrendadores y arrendatarios<br />

y/o aparceros (...). Artículo 3º- Establécese un derecho anual por cada contrato de arrendamiento<br />

o aparcería (...) En los casos de aparcerías (...)¨.<br />

APARCERO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: A. M. Barry.<br />

Título de la obra: ¨Leyes Agrarias¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Plus Ultra.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: I.<br />

Páginas: 505-506.<br />

Informe: ¨Artículo 47º (...) La decisión de todas las causas que se susciten entre arrendadores,<br />

arrendatarios y aparceros (...) La determinación <strong>del</strong> derecho <strong>del</strong> arrendatario o aparcero (...)<br />

Resolver sobre la procedencia o improcedencia de las consignaciones en pago <strong>del</strong> precio de los<br />

arrendamientos o aparcerías (...)¨.(Ley Nº 13.246 - 8/9/1948).<br />

APARCERO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: Alfredo M. Barry.<br />

Título de la obra: ¨Leyes Agrarias¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Plus Ultra.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Año de edición: 1968. Tomo: I.<br />

Páginas: 514-515.<br />

Informe: ¨Decreto Nº 7786/49 - 31/3/1949 (...) Artículo 67. La designación de los vocales por los<br />

arrendadores, arrendatarios y aparceros se efectuará mediante decreto (...) Artículo 68. Los vocales<br />

que se nombren en representación de los arrendadores y de los arrendatarios y aparceros<br />

deberán reunir las siguientes condiciones (...) Artículo 69. Los vocales nombrados en representación<br />

de los arrendadores y de los arrendatarios y aparceros durarán tres (3) años (...)<br />

APARCERO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: Alfredo M. Barry.<br />

Título de la obra: ¨Leyes Agrarias¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Plus Ultra.<br />

Año de edición: 1968 . Tomo: I.<br />

Páginas: 528-535.<br />

Informe: ¨Decreto Nº 12.379/49 (...) Artículo 124- (...) primero votarán el vocal o los vocales nombrados<br />

en representación de los arrendadores o de los arrendatarios y aparceros (...) el orden de<br />

la votación de los vocales arrendadores y arrendatarios y aparceros, se decidirá por sorteo¨(...)<br />

ante los funcionarios de la Dirección de Arrendamientos y Aparcerías Rurales¨.<br />

BANDERA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Capital Federal, 1966.<br />

Sentido exacto de la voz: Llave antigua. // Llave.<br />

Informe: Edmundo Rivero me relató un interesante diálogo que mantuvo con un ladriyo veterano<br />

en el ejercicio de la ¨profesión¨ que, identificado con el <strong>tango</strong> y con el cantor, sincerándose, le<br />

confió algunos secretos de su arte, como v.g.: ¨Yo tengo cualquier cantidad de banderas y varias<br />

escarapelas ... Laburo sin jirafa¨.<br />

Las llaves antiguas, que aún se usan en muchos sitios, tienen la forma de una bandera y Felix<br />

Coluccio registra el diminutivo ¨banderita¨. ¨Escarapela¨, está referida a un llavero grande, anillo<br />

de alambre o acero donde se guardan las banderas. Jirafa es la linterna.<br />

BUZÓN<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Título de la nota o artículo: ¨Querellan al Dr. Borda y al Gral. Fonseca¨.<br />

Título <strong>del</strong> diario: ¨La Nación¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Página: 13.<br />

Columna: 4. Fecha: 24/5/1969.<br />

Informe: en la querella ut-supra promovida por el Dr. Ricardo Rojo se expresa: ¨Recuerda luego<br />

un estado durante diez días, en rigurosa incomunicación, en una celda conocida como tubo o<br />

buzón de Coordinación Federal...¨.


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

CAGAR<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: Defecar. // Morir. // Embromar. // Ganar. // Repudiar.<br />

CARESTÍA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: La Plata, septiembre de 1966.<br />

Sentido exacto de la voz: cara.<br />

Informe: en el zoológico de la ciudad de La Plata escuché a un reo decirle a otro, respecto a los<br />

movimientos y a las características <strong>del</strong> ¨lobito de río¨: ¨Mirá como domina el espinazo. ¡Es engranador<br />

el flaco! Y feo, ¿no?. ¡Qué carestía! ¡Oidió!...¨.<br />

CARTA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: defecar .<br />

CASCAJO<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Nombre y apellido <strong>del</strong> testigo: Eduardo Giorlandini.<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Buenos Aires, 24 de julio de 1969.<br />

Sentido exacto de la voz: ómnibus viejo.<br />

Informe: ¨Ahora van a la luna y aquí nosotros andamos en cascajos¨, expresó un pasajero a otro<br />

haciendo alusión al ómnibus que nos transportaba.<br />

N.B.: la voz también se refiere a toda cosa vieja, por la facilidad con que ella se rompe. Presumo<br />

que el concepto es tomado de la minería, pues cascajo es un mineral que se quiebra.<br />

CATRE<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Título de la nota o artículo: ¨Problemas Podales en Lanares de la Zona Mesopotámica¨.<br />

Título <strong>del</strong> diario: ¨La Nación¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Año: 1969.<br />

1a sección, 3º.<br />

Fecha: 7/6/69.<br />

Informe: ¨La oveja queda inmovilizada en el ´catre´ mientras los operarios realizan el despezuñado<br />

y el tratamiento local. Cuelgan <strong>del</strong> aparato un frasco con el remedio y un pequeño recipiente<br />

para desinfectar los instrumentos¨.<br />

CERDO<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Título de la nota o artículo: ¨Sin Indicios en el Crimen de Hollywood¨.<br />

Título <strong>del</strong> diario: ¨La Nación¨.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Año: 1969.<br />

Página: 5.<br />

Columna: 5-6. Fecha: 22 de agosto.<br />

Informe: ¨Se trata de la palabra ¨pig¨ (cerdo, mote dado a los agentes de policía) (...)¨.<br />

COBRAR<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: recibir castigo físico.<br />

CÓDIGO (HACER LAS COSAS COMO MANDA EL)<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: hacer las cosas correctamente.<br />

COLA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: asentaderas. // Fila. (TRAER) Que acarrea conse-cuencias.<br />

CONSERVA (EN)<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Nombre y apellido <strong>del</strong> testigo: Eduardo Giorlandini.<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Buenos Aires, mayo de 1969.<br />

Sentido exacto de la voz: en grupo.<br />

Informe: un capitán de la marina relató que ¨en la época que era pibe salíamos <strong>del</strong> colegio en<br />

conserva y potrereábamos hasta la nochecita. Ahora se terminaron los potreros¨.<br />

N.B.: v. dicha voz en los diccionarios comunes, con relación a las fuerzas cuando navegan formando<br />

un conjunto.<br />

CUENTEAR<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Nombre y apellido <strong>del</strong> testigo: Eduardo Giorlandini.<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Buenos Aires, mayo de 1969.<br />

Sentido exacto de la voz: engañar.<br />

Informe: refería un funcionario que en materia de faltas e incumplimiento de los horarios, era difícil<br />

que los empleados lo cuentearan.<br />

CHANCHITA<br />

Lugar: sur de la provincia de Buenos Aires, años 1940-1946.<br />

Significado: coche ferroviario a motor afectado al servicio de transporte de pasajeros.<br />

Informe: entre los años 1940 y 1946 aproximadamente, fue restringido el servicio ferroviario de<br />

transporte de pasajeros, en la línea Bahía Blanca-Capital Federal: un solo tren estaba afectado a<br />

ese servicio, de manera que el mismo tren hacía los viajes de ida y vuelta. Para satisfacer las ne-


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini <strong>edUTecNe</strong><br />

cesidades zonales de contar con un medio de transporte ferroviario de pasajeros, comenzó a funcionar<br />

un coche a motor, entre Coronel Suárez y Bahía Blanca. Se trataba de un solo coche con<br />

cabina de conducción, impulsado con motor Lincoln de doce cilindros; coche y cabina constituían<br />

una pieza, una unidad, de escasa altura, ancha como un coche de tren común, corta y pintada de<br />

anaranjado en las partes exteriores. A poco tiempo de su puesta en marcha comenzó a llamársele<br />

¨la chanchita¨, nombre popular que aún hoy se recuerda.<br />

CHARLATANISMO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: Bartolomé A. Fiorini.<br />

Título de la obra: ¨Manual de Derecho Administrativo¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: La Ley.<br />

Año de edición: 1968 . Tomo: II.<br />

Página: 717.<br />

Informe: ¨Estas son normas de carácter local que jerarquizan las funciones de los profesionales,<br />

persiguen el charlatanismo (...)¨.<br />

DATERO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Título de la obra: ¨Diccionario Enciclopédico Abreviado¨.<br />

Lugar de edición: Madrid.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Espasa - Calpe, S.A.<br />

Año de edición: 1957 . Tomo: III.<br />

Página: 277.<br />

Informe: ¨Datero.m.Amér.m. En las carreras de caballos, persona que se dice poseedora de datos<br />

acerca de los caballos que van a correr y los suministra a los jugadores¨.<br />

DEBOCAR<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Título de la obra: ¨Diccionario Enciclopédico Abreviado¨.<br />

Lugar de edición: Madrid.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Espasa-Calpe, S.A.<br />

Año de edición: 1957. Tomo: III.<br />

Página: 283.<br />

Informe: ¨Debocar. (De de y boca) intr. Arg. Vomitar¨.<br />

DERECHO<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: Individuo correcto. // Derecho viejo. Directamente.<br />

ESCARAPELA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Buenos Aires, 1966.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Sentido aproximado de la voz: anillo de alambre o acero donde se guardan las llaves.<br />

Informe: ver papeleta con testimonio oral, sobre ¨Bandera¨.<br />

FISCO (CAGAR P´AL)<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: morir. // Perder.<br />

GALERA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: sur de la provincia de Buenos Aires. Hasta el año 1934, aproximadamente.<br />

Sentido exacto de la voz: automóvil para transportar, colectivamente, personas, cosas y correspondencia.<br />

Informe: la galera de referencia -cuyo conductor fue llamado ¨galerista¨, remplazó a un tipo de<br />

vehículo antiguo <strong>del</strong> mismo nombre, tirado por caballos, de mayor tamaño que la diligencia, que<br />

comenzó a circular aproximadamente en 1856, en la provincia de Buenos Aires, y que era conducido<br />

por un mayoral y uno o dos postillones. El nombre quedó -en el sur de la provincia-, según<br />

relatos de innúmeras personas, para el automóvil cuyo propietario -el galerista- prestaba el servicio<br />

de trasladar personas, cosas y correspondencia de un pueblo a otro, o bien (en el caso de la<br />

correspondencia) de un pueblo a los buzones respectivos colocados en las tranqueras.<br />

GANLLENGUE<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Autor: Juan F. Davantes.<br />

Título de la poesía: ¨Por Golosa¨.<br />

Título de la revista: ¨El Alma que Canta¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Tomo: III.<br />

Número de la revista: 59.<br />

Fecha de la revista: febrero de 1924.<br />

Informe: transcribo los cuatro primeros versos <strong>del</strong> poema citado, publicado en dicha revista, como<br />

se desprende de los datos consignados, en la época en que era jefe de redacción Dante Linyera:<br />

¨Era una paica canchera<br />

de los barrios de Barraca<br />

con coqueteos de urraca<br />

y ganllengue de tanguera¨.<br />

HERMANO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Título de la obra: ¨Código Civil de la República Argentina¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Héctor P. de Zavalía.<br />

Año de edición: 1967.<br />

Páginas: 757-758.<br />

Informe: 1)¨El hermano de padre y madre excluye en la sucesión <strong>del</strong> hermano difunto, al medio


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

100<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

hermano o que sólo lo es de padre o de madre¨ (art. 3586, derogado por la ley 17.711).<br />

2)¨(...) El de Prusia lo reconoce en los hermanos y sus descendientes para excluir a los medios<br />

hermanos (...). Resulta entonces necesariamente que el hermano entero toma por lo menos,<br />

doble porción que el medio hermano, (...). Goyena (...) dice: ¨que hay el mismo amor entre hermanos<br />

enteros y los medio hermanos, y propone que estos últimos tomen de la sucesión la mitad de<br />

lo que toman los hermanos de ambos lados. (...)¨(Nota el art. 3586).<br />

3)¨El medio hermano en concurrencia con hermanos de padre y madre, hereda la mitad de lo que<br />

corresponde a éstos¨. (art. 3586, según L. 17.711).<br />

4) N.B.: a)Hermano bilateral: de padre y madre.<br />

b)Hermano unilateral: de padre o madre.<br />

c)¨Hermano¨ es una expresión para dirigir al amigo o al compa-ñero, en Argentina.<br />

Se usa también el diminutivo hermanito.<br />

IDIOMA<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: Bartolomé A. Fiorini.<br />

Título de la obra: ¨Manual de Derecho Administrativo¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: La Ley.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: II.<br />

Página: 658.<br />

Informe: ¨(...) el idioma es un bien común(...)¨.<br />

IDIOMA NACIONAL<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: Bartolomé A. Fiorini.<br />

Título de la obra: ¨Manual de Derecho Administrativo¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: La Ley.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: II.<br />

Página: 753.<br />

Informe: ¨Identificación de las mercaderías: las leyes 11.271 y 13.256 (...) obligan al productor,<br />

industrial, gran distribuidor, la (...) redacción en idioma nacional (...)¨.<br />

JIRAFA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Buenos Aires, 1966.<br />

Sentido exacto de la voz: linterna.<br />

Informe: ver papeleta para testimonios orales, sobre ¨Bandera¨.<br />

JUNTA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: La Plata, 1966.<br />

Sentido exacto de la voz: reunión de varias personas que molestan con ruidos.<br />

Informe: relató risueñamente un estudiante que, con motivo de un aviso periodístico y de necesi-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

tar alojamiento, se presentó a alquilar una habitación, de las tantas que se ofrecen en la ciudad<br />

de La Plata; el propietario <strong>del</strong> edificio le impuso de las condiciones, entre las cuales destacó<br />

reiteradamente, en la conversación, ¨no hacer junta¨. Indagado al respecto dijo que se refería a<br />

la prohibición de reunirse varias personas en la habitación. El estudiante le expresó, entonces,<br />

que en ocasiones debía reunirse con algún compañero por razones de estudio. El locador aclaró<br />

a continuación: ¨Sobre eso no hay problema. Pero yo no quiero que haga junta, que venga aquí<br />

a gritar o a guitarrear porque hay muchos inquilinos¨. Es decir, se trata de una palabra cuya nota<br />

distintiva está dada por los ruidos molestos y, por ende, propia <strong>del</strong> campo de la falta y no <strong>del</strong> de la<br />

peligrosidad <strong>del</strong>ictual como, a veces, es el caso de la ¨mala junta¨.<br />

KIOSKO<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Bahía Blanca y La Plata. 1958-1966.<br />

Sentido exacto de la voz: puesto o contrato, en la administración pública; ocupación; prestación<br />

de servicios por un sueldo.<br />

Informe: las Comunicaciones de los académicos Soler Cañas y <strong>del</strong> Valle, respecto a la palabra<br />

¨kioskería¨, me sugirieron la presentación de esta papeleta sobre la voz ¨kiosko¨. En un ámbito limitado<br />

que brinda la intimidad y la confianza, en la ciudad de La Plata, referido al quehacer periodístico<br />

vinculado a las funciones de gobierno, he escuchado esta palabra, conocida por algunos<br />

funcionarios. Es común -sin especificar épocas ni gobiernos, ya que no siempre fue de la manera<br />

que explicaré- que titulares de dichas funciones recurran a ciertos periodistas o a la inversa, con<br />

el objeto de obtener la difusión de la obra, las actividades y los actos oficiales en los que el gobernante<br />

o el funcionario interviene. Por este servicio el periodista obtiene un empleo en presupuesto<br />

o un contrato. Es así como la misma persona puede tener, v.gr., cuatro medios de ingresos en<br />

distintas dependencias, de decir cuatro contratos o un empleo y tres contratos, lógicamente sin<br />

cumplir horarios. Cuando esto ocurre el periodista le dice al amigo: ¨Tengo cuatro kioskos¨. Asimismo,<br />

por último, consigno que escuché esta palabra en La Plata y Bahía Blanca, en boca de<br />

una persona que tenía varios empleos y de otra que tenía distintas ocupaciones.<br />

LENGUA (TIRAR LA)<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: hacer hablar.<br />

LETRINA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: baño (cargoso como mosca de). //Individuo molesto.<br />

MAROMA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Bahía Blanca. Hasta 1966.<br />

Sentido exacto de la voz: conjunto de situaciones embarazosas y difíciles de evitar. // Conjunto de<br />

cosas de la misma especie destinadas a un objeto común, desarregladas y difíciles de ordenar.<br />

Informe: esta palabra, conocida en varios países, tiene varios significados, a veces opuestos.<br />

Sólo he de mencionar aquellos que se relacionen con los consignados en la presente papeleta.<br />

101


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

102<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

Cuando los acreedores de una misma persona amenazan con la ejecución de sus créditos; o<br />

cuando, dando otro ejemplo, esa persona ha cometido reiteradas transgresiones a los deberes<br />

matrimoniales y el otro cónyuge se dispone a conminarla; o cuando no aporta lo que debe aportar<br />

en la sociedad, entonces el transgresor dice: ¨Se me viene la maroma encima¨. Y si el hecho<br />

ocurrió: ¨Se me vino la maroma encima¨. De manera que es en estos casos en que debe poner a<br />

prueba su baquía y destreza en el manejo de la cosa, al igual que en la ¨largada de la maroma¨,<br />

<strong>del</strong> campo argentino. En cuanto al segundo significado debo mencionar el siguiente hecho. Encontrándose<br />

un electricista reparando deterioros en la instalación de un departamento ubicado en<br />

un edificio en propiedad horizontal, dijo: ¨Aquí no está el desperfecto. De seguro que está en la<br />

maroma de la piecita de a<strong>del</strong>ante¨. Es decir, se refería a un conjunto de cables desordenados y<br />

retorcidos de la pieza de los medidores y llaves. No está demás destacar, a propósito, que ¨maroma¨<br />

viene <strong>del</strong> ár. mabroma, ¨cosa retorcida como cuerda¨.<br />

En otras oportunidades escuché referirla a balumba y a ¨gayeta¨.<br />

MORLACO<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Fuente: álbum.<br />

Cadícamo-Goyeneche.<br />

Pompas (<strong>tango</strong>).<br />

Homenaje a Carlos Gar<strong>del</strong>, Buenos Aires, S.A., Edición Extraordinaria.<br />

¨El mishé que te mima con sus morlacos, el día menos pensado se aburrirá¨<br />

¨Morlaco¨ (<strong>del</strong> libro <strong>del</strong> autor ¨Runfla Lunfarda¨):<br />

¨Desde el batuque quedó sin un morlaco, /no tiene pa´l amure ni pa´l atorro./<br />

Recuerda el potién que andaba bien forrado / y su cuero encanutaba un lindo toco¨.<br />

Significado: peso.<br />

Informe: respondo al requerimiento formulado por el Señor Académico Bibliotecario D. Enrique<br />

R. <strong>del</strong> Valle, consignando que es innecesario referenciar un testimonio en particular desde que la<br />

voz es pronunciada con frecuencia, en distintos medios, para hacer alusión al peso argentino, por<br />

lo cual puede afirmarse que acá, en 1969, la palabra tiene uso y es poco probable que un argentino<br />

y menos aún un porteño desconozca el significado anotado.<br />

MUERTA (MOSCA O MOSQUITA)<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: persona aparentemente inocente.<br />

ORO (REGLA DE)<br />

Papeleta para testimonios biblliográficos<br />

Autor: Bartolomé A. Fiorini.<br />

Título de la obra: ¨Manual de Derecho Administrativo¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: La Ley.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: I.<br />

Página: 451.<br />

Informe: ¨El principio interpretativo de la buena fe en los contratos administrativos alcanza la jerarquía<br />

de regla de oro¨.


<strong>edUTecNe</strong><br />

PELOTUDO<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Sentido exacto de la voz: lelo.<br />

Informe: ¨El día que a los pelotudos les corten las bolas habrá en el cielo 20 millones de mariscales¨.<br />

PEPINO<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Bahía Blanca. Año: 1964.<br />

Sentido exacto de la voz: nariz grande.<br />

Informe: encontrándose en la ciudad cabecera <strong>del</strong> Partido de Bahía Blanca, un conocido artista<br />

requirió, de un amigo residente en la misma, ser acompañado a conocer el Puerto de Ingeniero<br />

White; el paseo se concretó una mañana de intenso frío. Se produjo entre ambos, con motivo <strong>del</strong><br />

clima, el siguiente diálogo:<br />

-Ahora conoce usted el frío sureño.<br />

-Así es. Y usted puede conocer, ahora, mi pepino colorado. ¿No es cierto? ¡Me imagino cómo se<br />

ha puesto la semejante nariz que tengo!<br />

Es posible escuchar esta palabra con el mencionado sentido. Corroborando ello, el poeta y periodista<br />

rosarino, Carlos A. Costa (¨Crespularidades¨, s.e., 1949, ps. 177/8, consignó en su ¨Epigrama¨:<br />

¨Erase un hombre a una nariz pegado¨.<br />

Dijo Quevedo, y, referirse quiso,<br />

a un apuesto galán que, como hechizo,<br />

ostentaba un pepino sonrosado.<br />

Aquel recio y magnífico aparato,<br />

que, adornado de vellos especiales,<br />

terminaba en dos amplios ventanales;<br />

era todo un poema <strong>del</strong> olfato.<br />

Sus amigos, creyeron muy sensato,<br />

precaviendo cualquier inconveniente,<br />

distinguirlo de modo permanente,<br />

con el nombre simpática de ´el ñato´...<br />

Como el joven galán lo consentía,<br />

sus ´colegas´, frunciendo el entrecejo,<br />

desde atrás <strong>del</strong> tubérculo bermejo<br />

condenaban furiosos la osadía.<br />

...........................................................<br />

Cuando viérais, pasar un rostro ameno,<br />

exornado de tal protuberancia,<br />

no temais; la hiperbólica abundancia<br />

no reviste peligro, ni es obsceno...<br />

Más, tampoco os burléis <strong>del</strong> naso ajeno,<br />

10


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

suponiéndolo inútil por su forma,<br />

ya que al fin, aunque exceda de la norma,<br />

sirviendo para oler, cualquiera es bueno¨.<br />

PLANIYA<br />

Papeleta para testimonios documentales<br />

10<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

Bahía Blanca. Hasta 1966.<br />

Significado: prontuario.<br />

Informe: en todo proceso penal, por expresa disposición de la ley, debe agregarse al expediente<br />

el prontuario <strong>del</strong> procesado; en cumplimiento de la norma pertinente <strong>del</strong> derecho positivo, el<br />

funcionario policial -en la Provincia de Buenos Aires- remite una nota al juez que entiende en la<br />

causa, en la cual adjunta la ¨planilla de antecedentes¨, donde consta, en el caso, los procesos<br />

anteriores y las decisiones jurisdiccionales recaídas en los mismos. He escuchado y leído en<br />

cartas, haciéndose referencias a dicho instrumento, las palabras ¨planiya¨ o ¨foja¨ -y, aún más,<br />

jocosamente, ¨foja de servicios¨. En la administración de los poderes estaduales existen muchas<br />

clases de planillas. ¨Planiya¨, ¨foja¨ o ¨foja de servicios¨, en el ámbito <strong>del</strong>incuencial, se refieren<br />

al prontuario y, además, la palabra está ligada -como es público y notorio- a las actividades <strong>del</strong><br />

capitalista de juego y de sus ¨empleados¨ (el númerero, pasador, faberista, biromista, grúa o lapicero,<br />

entre otros). En unos versos que dediqué a D. José Gobello consigné: ¨Troesma de la parla<br />

lunfa;/ que manya debute, sin bandera,/ el prontuario fatoso de los truchas/ y la planiya de rochos<br />

y mecheras¨.<br />

PLOMO (CUOTA DE)<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Título de la nota o artículo: ¨Duelo con Prolongado Suspenso¨.<br />

Título <strong>del</strong> diario: ¨La Razón¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Año: 1969.<br />

Página: 14.<br />

Columna: 5. Fecha: 27/8/69.<br />

Informe: ¨Ello hace que a mayor calidad responda una acentuada cuota de plomo(...)¨.<br />

POLI<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Título de la obra: ¨Diccionario Enciclopédico Abreviado¨.<br />

Lugar de edición: Madrid.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: Espasa - Calpe, S.A.<br />

Año de edición: 1957. Tomo: VI.<br />

Página: 662.<br />

Informe: ¨Poli (...) m. Germ. Policía¨.<br />

PORRA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: cabello largo, en el hombre.


<strong>edUTecNe</strong><br />

PORRAZO<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: caída. // Cabello largo en el hombre.<br />

PRÍNCIPE (HECHO DEL)<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Autor: Bartolomé A. Fiorini.<br />

Título de la obra: ¨Manual de Derecho Administrativo¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: La Ley.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: I.<br />

Página: 458.<br />

Informe: ¨Hecho <strong>del</strong> poder público: la doctrina extranjera califica esta excepcionalidad como ´hecho<br />

<strong>del</strong> príncipe´ ¨.<br />

QUIYÁ<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Nombre y apellido <strong>del</strong> testigo: Eduardo Giorlandini.<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Buenos Aires, 1968.<br />

Sentido exacto de la voz: nutria.<br />

Informe:<br />

Según me manifestó un amigo vinculado a la crianza de nutrias, en algunos sitios, este animal<br />

es conocido como quiyá y en países limítrofes a la Argentina tiene otros nombres con que se la<br />

conoce vulgarmente: Según algunos textos consultados, ababari en Bolivia y quillá en Chile.<br />

SALAME<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Título de la nota o artículo: ¨El Salame¨, film de Fernando Siro¨.<br />

Título <strong>del</strong> diario: ¨La Nación¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Sección 2º, página 2.<br />

Columna: 5. Fecha: 29/5/1969.<br />

Informe: ¨El título responde al apodo que en el habla ´lunfarda´ se da al muchachote ingenuo y sin<br />

muchas luces¨.<br />

SAMPORLINA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Nombre y apellido <strong>del</strong> testigo: Eduardo Giorlandini.<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Buenos Aires, julio de 1969.<br />

Sentido exacto de la voz: mujer lela.<br />

Informe: aludiendo a las estudiantes que rinden examen mediante esquemas memorizados, expresó<br />

un estudiante:<br />

¨Son más samporlinas que ...¨<br />

10


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

Entiendo que el sentido es el mismo que el usado por de la Púa.<br />

TESTAMENTO<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: cabeza.<br />

TORCIDO<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

10<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

Sentido exacto-aproximado de la voz: incorrecto.// Que interpreta mal.// Retorcido, que desenvuelve<br />

los conceptos para sacar conclusiones malsanas.<br />

TRAMPERA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Nombre y apellido <strong>del</strong> testigo: Eduardo Giorlandini.<br />

Lugar y fecha <strong>del</strong> caso: Buenos Aires, 21 de agosto de 1969.<br />

Sentido aproximado de la voz: oficina <strong>del</strong> intermediario.<br />

TREMOLINA<br />

Papeleta para testimonios orales<br />

Sentido exacto de la voz: riña.// Desorden colectivo.<br />

TRENZA<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: Bartolomé A. Fiorini.<br />

Título de la obra: ¨Manual de Derecho Administrativo¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: La Ley.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: I.<br />

Página: 432.<br />

Informe: ¨El sistema concursario (...) provocaba la coalición inevitable y el alejamiento de oferentes<br />

correctos derrotados ante trenzas <strong>del</strong>ictuosas¨.<br />

TUBO<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Título de la nota o artículo: ¨Querellan al Dr. Borda y al Gral. Fonseca¨.<br />

Título <strong>del</strong> diario: ¨La Nación¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Página: 13.<br />

Columna: 4. Fecha: 24/5/1969.<br />

Informe: en la querella iniciada por el doctor Ricardo Rojo, de que da cuenta la nota, expresa:<br />

¨Recuerda luego su estada durante diez días, en rigurosa incomunicación, en una celda conocida<br />

como ¨tubo¨ o ¨buzón¨ de Coordinación Federal...¨


<strong>edUTecNe</strong><br />

VAGO<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Autor: Bartolomé A. Fiorini.<br />

Título de la obra: ¨Manual de Derecho Administrativo¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: La Ley.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: II.<br />

Página: 653.<br />

Informe: ¨Comienza a intervenir en la persecución a las mujeres de la mala vida, a los vagos (...)¨<br />

VIDA (MALA)<br />

Papeleta para testimonios bibliográficos<br />

Autor: Bartolomé A. Fiorini.<br />

Título de la obra: ¨Manual de Derecho Administrativo¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Nombre <strong>del</strong> editor: La Ley.<br />

Año de edición: 1968. Tomo: II.<br />

Página: 653.<br />

Informe: ¨Comienza a intervenir en la persecución a las mujeres de mala vida (...)¨.<br />

ZUECO<br />

Papeleta para testimonios hemerográficos<br />

Título de la nota o artículo: ¨Problemas Podales en Lanares de la Zona Mesopotámica¨.<br />

Título <strong>del</strong> diario: ¨La Nación¨.<br />

Lugar de edición: Buenos Aires.<br />

Año: 1969.<br />

Sección, 3º, página 1.<br />

Columna: 8. Fecha: 7/6/1969.<br />

Informe: ¨Dichas dolencias tienen como condición predisponente la deforma-ción de las pezuñas,<br />

cansada por el crecimiento excesivo de la córnea dura (pinza o pared externa), lo que produce<br />

una cobertura falsa sobre la planta <strong>del</strong> pie. Esos ´zuecos´ de por sí dificultan el andar normal (...).<br />

10


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

2<br />

COSAS DEL TANGO<br />

XIV<br />

EL TANGO<br />

1.Prosa poesía<br />

Dentro de mucho tiempo, inexorablemente, cuando las<br />

cosas y los hechos, que cantan las letras de los <strong>tango</strong>s,<br />

también estén presentes en los anaqueles polvorientos y<br />

en las vidrieras de los museos, para ilustrar la edad<br />

antigua sin arrugas, se hablará de ellos y se sentirá<br />

con ellos, porque son veraz historia de vida y sentimiento.<br />

Más, florecerá el <strong>tango</strong> en el corazón <strong>del</strong> pueblo, una<br />

y otra vez, remozando su alma sensible, y llevará el<br />

signo y el latido de Arolas y Gar<strong>del</strong>, en sus entrañas,<br />

abriendo caminos -caminante <strong>del</strong> mundo- y sembrando<br />

emociones -sembrador de querencias y ternuras-.<br />

Los modos <strong>del</strong> compadre recto y de la recta queja, la<br />

imagen de una esquina arrabalera y de un clavel cualquiera<br />

en la maceta de un balcón -cualquiera sea la infra<br />

historia- será mucho más que papel emprolijado.<br />

Estarán encerrados, en los cantos, los recuerdos de<br />

potreros y gorriones, el olor a yuyo y tamarisco, las<br />

ilusiones de criollos transversales y de gringos, laburantes<br />

como mis viejos, un cacho tristes, un cacho esperanzados.<br />

Y el <strong>lunfardo</strong> y su voz, restallando como un eco -tan<br />

lejano como profundo- en las calles de empedrado y en<br />

las glicinas cósmicas asomándose sobre las rejas y los<br />

muros.<br />

Y, al fin, los pibes, mis hijos y los hijos de mis hijos,<br />

no lo sabrán, pero en su estilo, tal vez informal y<br />

desprolijo, vibrará el espíritu de ese tiempo arcano, no<br />

lineal y embarullado, que se llamó gotán.<br />

10<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

2.El <strong>tango</strong> es tradición<br />

Académicamente, tradición es la transmisión de noticias, obras, doctrinas, usos, ritos y costumbres,<br />

hecha de generación en generación; y es algo más todavía, en diversos campos de la realidad<br />

y <strong>del</strong> conocimiento, incluso el científico.<br />

En la Argentina se vincula prevalentemente al orbe rural, tanto que el día de la tradición fue instituido<br />

el 10 de noviembre, en homenaje a José Hernández, que nació ese día, <strong>del</strong> año 1834, autor


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

de la obra culminante de la literatura de nuestro país y libro nacional ¨El Gaucho Martín Fierro¨.<br />

De allí la costumbre, que ya es tradición, de actos, ceremonias y recordaciones, en todo el país,<br />

para recordar todas las manifestaciones culturales vinculadas al campo, al gaucho y al gauchaje,<br />

al payador y al cantor rurales, aunque con el correr <strong>del</strong> tiempo éstos -en parte- se hayan radicado<br />

en la ciudad y convertido en artistas de la ciudad y profesionales de circo, teatro, radio, cine y<br />

televisión, recalando en los ámbitos impositivos <strong>del</strong> CUIL y el CUIT.<br />

Pero, gracias a Dios, la tradición continúa y forma parte de nuestros sentimientos argentinistas,<br />

maguer haya sido instaurado en 1934, en la provincia de Buenos Aires, por el gobernador Manuel<br />

Fresco, es decir, en tiempos en que el ¨fraude patriótico¨ y las ¨trenzas electorales¨ denominadas<br />

¨benéficas¨ eran parte de la tradición electoral patológica. Luego fueron otros gobiernos provinciales<br />

los que instituyeron el día, que se identifica con el ¨día <strong>del</strong> folklore¨, que yo escribo ¨folclore¨,<br />

lo que no es nada tradicional.<br />

Y cabe preguntarse si el <strong>tango</strong> no entra en la lista, como diría San Fierro. Doy mi opinión: sí.<br />

Reléase el concepto, líneas arriba. Y si no existe el <strong>tango</strong> tradicional tampoco existía el vanguardista.<br />

¿Dónde ponemos al músico más grande <strong>del</strong> siglo, junto a otros, en el mundo, que fue Astor<br />

Piazzolla? ¿Dónde al gran Eduardo Rovira? ¡Aunque yo valore mucho al <strong>tango</strong> canción!.<br />

El <strong>tango</strong>, como tantas otras expresiones culturales, artístico-musicales, junto a otros objetos de<br />

la cultura, forma parte de la tradición y también <strong>del</strong> folclore. Se me podría contestar y está bien;<br />

hay que respetar las opiniones y expresiones y también las mías. Puede afirmarse que el <strong>tango</strong><br />

es folclore, aunque no sea anónimo. No todo lo folclórico es anónimo y además quiero anotar que<br />

parte <strong>del</strong> <strong>tango</strong> en los orígenes fue anónimo y lentamente o no aparecieron las autorías. Pero<br />

adviértase que hay canciones populares que llegaron no se sabe de donde; en casos sí. Luego,<br />

modificadas o no, adaptadas o no, remedadas o no, figuraron con autoría. Algunas famosas sorprenderían,<br />

porque involucran a famosos, cuando el plagio no existía y no era agravio.<br />

El <strong>tango</strong> tuvo un proceso de folclorización y propio de la tradición. Gar<strong>del</strong> fue tan grandioso que<br />

al sintetizar el criollismo y el <strong>tango</strong> canción, al vestirse de arrabalero y de gaucho, al expresar a<br />

todos los ámbitos, paisajes, personajes y sentimientos de la Argentina lo convirtió en el símbolo<br />

de la cultura nacional y popular, y la Argentina fue más conocida en el mundo por el <strong>tango</strong> y el<br />

folclore, además de los burros, el boxeo y el fútbol. Pues como lo escribió Don Ata, en una carta<br />

enviada a mi amigo Eduardo Baizán Ramírez, a propósito de las giras de cierto embajador de la<br />

historia argentina, nos conocían más por la música que por las representaciones diplomáticas, ya<br />

que según Yupanqui: ¨Otra cosa es con guitarra¨. Y si así no fuere: ¨¡Andá a cantarle a Gar<strong>del</strong>!¨.<br />

Convengamos que hace tanto a la tradición la pulpería de la campaña como el boliche de la ciudad;<br />

que ¨Mi Noche Triste¨ es tan tradicional como lo es -con vigorosos sentimientos- el ¨Himno<br />

Nacional Argentino¨. Más: recuerdo un artículo de Miguel E. Espeche, ¨Psicología y Tradición¨,<br />

donde explicaba que la palabra tradición no es de las que mejor han sido tratadas en estos tiempos<br />

de modernidad y posmodernidad; también los orígenes vienen por el lado de la inmigración;<br />

tradición será la palabra -escribió- que hará recordar danzas y formas de vida de una lejana patria.<br />

Es claro que hay demasiados motivos para querer hondamente lo nuestro, digo yo, destacando<br />

la presencia <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y <strong>del</strong> folclore musical, coreográfico y literario.<br />

¿Acaso podríamos rechazar la versión folclórica (en la que se cantan tradiciones argentinas de<br />

Francisco H. Orellano) <strong>del</strong> libro ¨Evangelio según San Fierro¨:<br />

¨Usaré las comparanzas,<br />

que Jesús hubiera usao,<br />

si él hubiera predicado,<br />

compadres, sin duda alguna,<br />

en la Pampa o en la Puna,<br />

con los criollos mesturao¨.<br />

10


COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

110<br />

<strong>edUTecNe</strong><br />

Salvador Ferrando Lamberty, en ¨ABC do Tradicionalismo Gaúcho¨ -con cuya cita mercosureamos<br />

disgustados la cuestión- incluye en la tradición a los valores espirituales, los hechos históricos,<br />

los hábitos, las ideas, el artesanado, etcétera. En los sellos postales contemporáneos, lo<br />

vemos a Atahualpa, a Pichuco, al Gato Piazzolla, a Inodoro Pereyra y Patoruzú, entre otros. ¡Está<br />

bien caracho! Hay que recordar la tradición argentina y festejar. De otro modo será como los versos<br />

de Julián de Charras, que Ignacio Corsini fragmentó e hizo el vals ¨Tristeza Criolla¨:<br />

¨Se han borrado <strong>del</strong> pasado<br />

Los recuerdos de esta tierra,<br />

Ya en el llano y en la sierra<br />

El silencio es general.<br />

Ya el paisano con su flete<br />

No atraviese la laguna<br />

Ni se oye en noches de luna<br />

El pericón nacional¨.<br />

3.Cincelando <strong>tango</strong>s<br />

El <strong>tango</strong> es -en las reflexiones fecundas de Daniel López y Baby Giménez Bengal, expresadas<br />

en la mesa <strong>del</strong> café compartido- en sentido figurado, un diamante, es decir una piedra preciosa<br />

cuyos componentes inmarcesibles son la música, la letra y la danza.<br />

Podríamos agregar la interpretación: el sentido espiritual que, en este caso el grupo músico-vocal<br />

Bahía Bengal y el grupo Proyecto Tango, en danza, le asignan con definido estilo con que se<br />

cincela o labra a las diversas obras que permanecen vigentes en la cultura y en el arte musical<br />

argentino.<br />

Chamuyo popular, nacido en la creación de nuestra comunidad nacional, libre de malevaje bravío<br />

y de canyenguerías, de santuarios arrabaleros hoy inexistentes, tanto como fantásticos aparecen<br />

ante las gentes de nuestro tiempo, los símbolos representativos de un distante pasado: el cuchillo<br />

o el talero <strong>del</strong> taita, el lengue, el funyi a lo maxera y el clavel o el pucho en la oreja.<br />

El <strong>tango</strong>, música de fusión, recibió aportes sentimentales y querendones de innumerables géneros;<br />

no son tan sólo los que tradicionalmente se mencionan. Por eso convivieron en el tiempo el<br />

<strong>tango</strong> macho y feroz con otra suerte de <strong>tango</strong>, abolerado por música o por letra, en el que está<br />

presente -en la poesía- el mensaje o la carta de amor, la queja o la frustración por abandono afectivo.<br />

¨Cincelando Tangos¨ es un encuentro conjuncional que remoza al <strong>tango</strong>, que en vez de ser canyenguería<br />

de peringundín, genera ritmo, melodías y armonías y querencias <strong>del</strong> bolero popularizadas<br />

un siglo antes de la conformación <strong>del</strong> <strong>tango</strong>-milonga; respectivamente, en Europa y en la gran<br />

aldea casi finisecular que pintara la prosa de Lucio Vicente López.<br />

Como resultante histórico-cultural han engarzado en este recital el eterno tema <strong>del</strong> amor, de la<br />

pasión, de la queja <strong>del</strong> bandoneón, <strong>del</strong> pecado, <strong>del</strong> baile enlazado, <strong>del</strong> sueño <strong>del</strong> barrilete, de la<br />

expresión musical propia <strong>del</strong> tiempo <strong>del</strong> cuarteador y los tránguays de caballos, o de los años de<br />

1961 en más, con ¨Adiós Nonino¨; y han vuelto a transmitir el repiqueteo de los tacos y el ritmo<br />

<strong>del</strong> tambor en la milonga que se nutrió ¨de un candombe de mi flor y de mi amor¨ y, en todo caso,<br />

con un cincel que ayuda a levantar el espíritu despertando nuevas emociones y ensoñaciones,<br />

<strong>tango</strong> mediante, a la manera singular y primorosa de Bahía Bengal y Proyecto Tango.<br />

4.Tango y ¨rock¨ nacional<br />

A raíz de mis conferencias dictadas en la Fiesta Nacional de las Letras, realizada en Necochea,<br />

en 1995, de las preguntas que me fueron formuladas públicamente y de las entrevistas de varios<br />

estudiantes, emergió el tema de los aspectos comunes entre el ¨rock¨ nacional y el <strong>tango</strong>.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Encomillé, en el párrafo precedente, la palabra ¨rock¨ porque existe una fuerte y fundada corriente<br />

de opinión en la Argentina, según la cual no existe el rock nacional y que lo que es así denominado<br />

poco tiene que ver con el rock, por su génesis y otras características, como el idioma (en cierto<br />

sector de la música), los temas y las circunstancias locales incorporadas a su significación artística<br />

y espiritual.<br />

No se trata, entonces, aquí, de establecer las diferencias entre el rock y el llamado ¨rock¨ nacional,<br />

sino de fijar el ámbito común entre este último y el <strong>tango</strong> argentino. El ámbito común no<br />

debe precisarse, en mi opinión, en cuestiones técnicas o instrumentales, por ejemplo, sino en la<br />

circunstancia de su formación, en las particularidades de las personas o actores, en el mensaje<br />

y en las motivaciones, en la trascendencia, en las consecuencias que su desarrollo generó en el<br />

seno de la sociedad, de los propios generadores <strong>del</strong> fenómeno y en la respuesta de los grupos de<br />

poder dominantes.<br />

Un cacho de historia<br />

Muchos siglos atrás, en el titulado ¨viejo mundo¨ (¿es el más viejo?), los artistas -especialmente<br />

músicos y poetas- aceptados por el príncipe o el emperador, podían enriquecerse con su arte,<br />

máxime si estaba destinado a la alabanza <strong>del</strong> poderoso. Eran los que trascendían, por su proximidad<br />

con el poder, pero otra cosa fue la música en la entraña <strong>del</strong> pueblo, la música popular, no<br />

siempre aceptada o tolerada por las leyes, la sociedad, las clases altas, aristocracias, oligarquías<br />

o elites intelectuales o <strong>del</strong> poder político, no pocas veces enlazado al económico.<br />

En cierto sentido y de un modo relativo por cierto, esto fue casi una constante, con variaciones y<br />

todo.<br />

¿Qué pasó en la Argentina?<br />

Poco antes <strong>del</strong> nacimiento de nuestra Patria se prohibieron las ¨casas de<br />

<strong>tango</strong>¨(comprobadamente, en un documento figura por error el vocablo ¨tambo¨), donde los negros<br />

concurrían para bailar, la compás de su música.<br />

Desde aquel entonces se sucedieron normas legales que permitían o prohibían, con limitaciones<br />

o restricciones de tiempo y lugar (por ejemplo, permiso para bailar en lugares cerrados solamente).<br />

El candombe está íntimamente ligado a esta historia, al <strong>tango</strong> milonga y antes a la milonga. Una<br />

nueva música se fue conformando hasta la aparición -no intempestiva- <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, víctima de<br />

hostigamientos e intentos de prohibición o descalificación en los ámbitos a los que hice referencia<br />

líneas arriba. Esas especies musicales eran expresión popular, <strong>del</strong> pueblo humilde, <strong>del</strong> arrabal<br />

(que no es mala palabra y que designa a la periferia de la gran ciudad, en el mismo Código Civil<br />

de la República Argentina).<br />

Esto último fue representado con versos tangueros:<br />

¨Tango argentino,<br />

sos el hijo <strong>del</strong> suburbio<br />

y en jaranas o disturbios<br />

siempre supiste tallar¨.<br />

Algo nuevo había aparecido con la música de los negros, después con el <strong>tango</strong>, en nuestro escenario;<br />

se trató de una música nueva, joven, con autores jóvenes; una música rebelde, insolente<br />

y ruidosa, no solamente para los no acostumbrados a ella sino para los propios intérpretes, algunos<br />

de los que anunciaron en sus afiches: ¨El <strong>tango</strong>, con sus ruidos característicos¨ (documentos<br />

en archivos de Bahía Blanca, relacionados con actuaciones de grupos musicales porteños). Los<br />

oídos no estaban acostumbrados a los ¨ruidos¨ <strong>del</strong> <strong>tango</strong>. Destaco aquí que en la miniserie televisiva<br />

¨Tango¨, un personaje (interpretado por Luis Brandoni) le dice a los músicos españoles de<br />

<strong>tango</strong>, más o menos: ¨Toquen fuerte... el <strong>tango</strong> es macho¨. En realidad, en sus inicios, se tocaba<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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fuerte, luego se fue suavizando y diversificando.<br />

Después, en la década <strong>del</strong> 20 hubo pruebas de acoso contra el jazz, también originado en los<br />

cantos y melodías de los negros norteamericanos; de ello informan los periódicos de esa época.<br />

También disparos contra el idioma<br />

En 1915 el escritor Ricardo Monner Sans envió una nota al Presidente de la Nación, por intermedio<br />

<strong>del</strong> Ministro <strong>del</strong> ramo, reiterada tiempo después y publicó un artículo, abogando por la pureza<br />

<strong>del</strong> idioma, la censura y la consiguiente proscripción de palabras.<br />

Entre 1935 y 1943 se puso de manifiesto también el ensayo oficial (en distintas áreas de la administración<br />

pública) para borrar de las canciones y de los medios de expresión, las palabras populares,<br />

particularmente lunfardismos y argentinismos, no pocas veces reconocidos en nuestras<br />

fuentes literarias como la literatura gauchesca, así como -en especial- en la obra nacional que es<br />

el ¨Martín Fierro¨; asimismo en la literatura lunfarda, en las letras de <strong>tango</strong>, en el sainete, el cuento<br />

y la novela en menor medida.<br />

Hasta hoy, desde algunas manifestaciones de pseudo intelectualidad se quiere presentar el vocabulario<br />

de los jóvenes -que no es distinto al <strong>del</strong> pueblo en general- como una herramienta idiomática<br />

de sectas o de grupos de inadaptados, sin entender el fluir de la vida, en el que la juventud<br />

tiene mucho que ver. El vocabulario de los tangueros o de los rockeros jóvenes.<br />

Es verdad que existen vocablos exclusivos de la juventud pero también que los hay de los adultos<br />

y de los futboleros, los trabajadores de la industria de la carne y hasta de los educadores, verbi<br />

gratia. Además, las letras de las canciones de hoy recogen palabras de las de antes, porque de<br />

algún modo es el pasado que vuelve a enfrentarse con la vida, remedando al joven Alfredo Le<br />

Pera.<br />

No son pocas las letras <strong>del</strong> ¨rock¨ argentino que podrían serlo <strong>del</strong> <strong>tango</strong>. También el melodrama,<br />

o el tema, o el vocabulario:<br />

¨Luz que muere, la fábrica parece un duende de hormigón<br />

y la grúa, su lágrima de carga inclina sobre el rock.<br />

Un amigo duerme cerca de un barco español¨.<br />

(¨Avellaneda Blues¨, de Javier Martínez y Claudio Gabis).<br />

Finalmente, el rock<br />

Treinta años atrás, al unísono, comienzan los ensayos autoritarios para frustrar la libertad de<br />

expresión musical y también en cuanto a usos y costumbres, aunque se tratare de derivados<br />

<strong>del</strong> ejercicio de una sana libertad. Todo en la bolsa; música, vocabulario, ropas, cabello, gestos,<br />

valores...<br />

Algo similar ocurrió con los jóvenes <strong>del</strong> <strong>tango</strong> primitivo a los entonces seguidores, además de la<br />

desaprobación operada en cierta franja ¨adulta¨ de la población.<br />

La película ¨Tango Feroz¨ -sin hacer aquí un análisis crítico y que no tiene nada que ver con la<br />

realidad de la infrahistoria, y por qué no de la Historia- ha dejado cierto testimonio, en cuanto al<br />

rock. Deja la sensación que se reprimía a los jóvenes por su música y todo lo demás, que ya he<br />

mencionado. Pero esto no fue ¨amor de primavera¨, como en la canción de Tanguito:<br />

¨Aquí, allá y en todas partes;<br />

aquí, allá y en todas partes¨.<br />

Tanguito reivindicó la ropa negra. Reapareció el pelo largo. No hay nada nuevo bajo el sol. Los<br />

jóvenes que impulsaron el <strong>tango</strong> en sus orígenes vestían de negro y tenían el cabello largo. Tal el<br />

caso de Eduardo Lorenzo Arolas, que para poder tocar en un teatro céntrico tuvo que cortarse el<br />

pelo. Cuando Carlos Gar<strong>del</strong> desaparece de su casa sin aviso a su madre, ésta denuncia el hecho<br />

y da sus señas, entre ellas expresa y así lo refleja el acta policial: ...viste todo de negro.


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Alrededor de Tanguito<br />

En su adolescencia le gustaba bailar y cantar el <strong>tango</strong>. Su padre era tanguero. También fue contestario,<br />

a su manera, como tantos, como lo fueron algunos tangueros, sabiéndolo o no, consciente<br />

o inconscientemente.<br />

En su tiempo, los llamados ¨náufragos¨ porteños y bonaerenses, más radicalizados en sus propuestas<br />

que los hippies norteamericanos, se juntaban en las plazas y en lugares cerrados para<br />

tocar. Y expresaron un sentido nacional: un ¨rock¨ que, dicen poco tuvo de rock (sí, en cambio,<br />

influencia <strong>del</strong> blues); letras cantadas en idioma nacional, con temática propia, lírica, sencillista,<br />

costumbrista o de protesta social en casos, además de constituir generalmente historias individuales,<br />

con contenidos variados, sobre la vida, la muerte, el amor, la bronca, la alegría, la paz y<br />

-entre muchos otros, para decirlo con verdad- la droga. En este último también como en algunas<br />

letras de <strong>tango</strong>, donde están las referencias <strong>del</strong> caso.<br />

En los tiempos de Tanguito, José Alberto Iglesias, no estaba prohibida la tenencia y había venta<br />

libre de drogas legales, como en los tiempos antiguos <strong>del</strong> <strong>tango</strong>. Pero esto no era motivo de sanción<br />

o de represión. Otros eran los motivos, absurdamente.<br />

5.¿Un sólo folclore?<br />

Creo que hay puntos de contacto entre el folclore de ciudad, como así que existe bastante en<br />

común entre el lenguaje rural y el de la zona urbana -incluyendo las megalópolis-, históricamente,<br />

lo que se manifiesta en la música y en la letrística, especialmente <strong>tango</strong> y música folclórica en el<br />

sentido tradicional.<br />

Más, todavía, hay un denominador común en la vida humana, en nuestro país, que es nuestro<br />

país real.<br />

Exclusivamente con el fin de ejemplificar el aserto, menciono a Tita Merello, que absorbió, en sus<br />

personajes actorales y cinematográficos y en sus interpretaciones musicales, esos dos mundos,<br />

el rural y el ciudadano. Criolla y arrabalera. Con componentes <strong>del</strong> folclore total, como sintetizando<br />

un tiempo que pasó, conjuncional; una junción entre el paisanaje y el sabalaje. No pudo desprenderse<br />

en algunos de los personajes: siendo muy joven interpretó una linda y joven chinita con<br />

trenzas, trascendiendo la cintura.<br />

En la ranchera ¨Me Enamoraré Una Vez¨ se entreveraron, además de Tita, Francisco Canaro, autor<br />

de la música con aire gauchesco que también trasladó al <strong>tango</strong> en ocasiones; y, completando<br />

la triada, el autor de la letra, Ivo Pelay, que no despreció las palabras <strong>del</strong> campo y de la ciudad,<br />

para construir las letras y canciones. Al fin de cuentas todos ellos fueron de origen provinciano o<br />

<strong>del</strong> interior, aunque el caso de Canaro sea uruguayo.<br />

Palabras de las distintas fuentes -y en especial de esa ranchera- fueron utilizadas en la letrística<br />

ciudadana. La palabra aura, por ejemplo, está registrada en el ¨Martín Fierro¨, en la canción<br />

¨Pobre Gallo Bataraz¨, en el <strong>tango</strong> ¨El Taita <strong>del</strong> Arrabal¨ y en autores de obra que fueron mezcla<br />

de espíritu rural y ciudadano, por la época en que escribieron y el escenario social, como Fray<br />

Mocho.<br />

6.Levántate y baila<br />

No recuerdo dónde escuché o leí esta expresión; sinceramente, no sí si realmente la escuché o<br />

leí o si es una reminiscencia evangélica influenciada por la pasión tanguera. Reflexionando, deberíamos<br />

ampliar el enunciado y decir: ¨Levántate y baila <strong>tango</strong>¨.<br />

¿Por qué debe ser <strong>tango</strong>? La persona que danza, en general, lo hace para divertirse, relacionarse<br />

socialmente, elevar su ánimo, sacudir la modorra y otros motivos, conscientes o no.<br />

Pero la danza <strong>del</strong> <strong>tango</strong> tiene otras motivaciones, muy específicas y a la vez complejas. Muchos<br />

las comprenden y asumen, otros no y caen en el entreteni-miento o el parrandeo, que tiene valor<br />

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humano pero no es profundo, raigal y arcano.<br />

Bailar el <strong>tango</strong>, para los espíritus genuinos, es un compromiso que al momento de la decisión<br />

enriquece nuestra responsabilidad, la de hacerlo bien, creando, penetrando en los laberintos <strong>del</strong><br />

ritmo con que se distingue, experimen-tando las distintas sensaciones: ¨sintiendo en la cara / la<br />

sangre que sube / a cada compás¨ y ¨mezclando el aliento / cerrando los ojos / pa´escuchar mejor¨.<br />

El hombre y la mujer ponen en juego la elegancia, la pinta, el porte, la clase, como canta la letra,<br />

y por qué no el arte, el orgullo y la satisfacción y la alegría honda de sentir que al compás <strong>del</strong> gotán<br />

se logró la armonía, el entonamiento sentimental y el clima que trasciende lo meramente físico<br />

y se hace propio de un mundo de ensoñaciones que se agitan en el alma, el alma que baila.<br />

Más todavía: el goce de dibujar figuras o de hacer filigranas y firuletes canyengues en el arte de la<br />

danza tanguera, crean emociones distintas a otras, comunes o cotidianas. Y el asunto no termina<br />

ahí, porque la pareja que baila enlazada busca armonía y diversidad en la unidad y en una universalidad<br />

en la que existen la música y el canto, la historia y la cultura, las querencias y ternuras,<br />

algo que purifica y nutre al espíritu con esencias inmarcesibles.<br />

Y asimismo nos deja espacios para el amor, o para la compadrada o como le llamen, de esas que<br />

bien o mal forman parte <strong>del</strong> ser argentino, para florearse con razón o para lucirse con una mina<br />

flor, en una corrida, un ocho o una sentada.<br />

7.¨El alma que Canta¨<br />

La significación histórica de la publicación ¨El Alma que Canta¨ bien merece un modesto recuerdo.<br />

Más que una revista exclusivamente tanguera, constituyó un importante medio de comunicación<br />

masiva de letras, poesías, cuentos, comentarios y glosas; en otro aspecto, generalizando, fue cultura<br />

popular y -por tiempos y con moderación y respeto al prójimo- transpiró cierta dosis de ideas,<br />

quejas y esperanzas.<br />

Fundada en 1916 por Vicente Buccheri, hacia 1924 la dirigía Emilio Florencio Quiroga. La empresa<br />

tenía como nombre comercial ¨Editorial El Alma que Canta¨, con sede en San Martín 746, de<br />

Buenos Aires; tenía dos importantes concesio-narios, uno en la Capital Federal y el otro en Montevideo.<br />

Otro de sus directores fue Blas Buccheri.<br />

Poesías románticas populares, lunfardas o lunfardescas, nutrían el contenido. Tuvo muchos años<br />

de vigencia. Recuerdo que siendo niño, como tantos, cantábamos las canciones con las letras de<br />

la publicación y la música de la radio, hacia 1940, pues en las casas se guardaban apilados los<br />

números que compraban los jóvenes y los mayores.<br />

Pero, reitero, no solamente <strong>tango</strong> sino también milongas, valses, aires nacio-nales, ¨chamuyo<br />

mistongo¨, monólogos cómicos, letras de la reina <strong>del</strong> ¨cuplet¨, Raquel Meller, frases célebres y<br />

encuestas informales.<br />

Muchas de las letras de <strong>tango</strong> de aquel entonces cayeron en el olvido. Recueros estos versos iniciales<br />

de ¨Batí el Justo¨: hace rato que te juno / muy cabrera y muy estufa / ya no tenés mi cariño /<br />

la milonga y la garufa...¨.<br />

O la letra de ¨Los Vencedores¨ ¨Oh, foot-ball uruguayo, que triunfó / tu hazaña es tan inmensa<br />

que asombró / Los pueblos al pasar / te aclaman sin cesar / por tu destreza y fama singular¨.<br />

Justo son los recuerdos.<br />

8.Las poseídas<br />

Artículos de SEM (año 1912), en París<br />

Hasta hoy -y desde hace poco- tengo el convencimiento que Les possédées es una de las fuentes<br />

bibliohemerográficas más ilustrativas acerca de los territorios arcanos o escondidos <strong>del</strong> <strong>tango</strong>.<br />

Sobre el <strong>tango</strong> en París se ha escrito mucho, en general referencias, datos, acontecimientos y


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anécdotas, pero no se trata de documentos que informen cabalmente y con sentido de análisis<br />

crítico y profundo.<br />

Gracias a José Gobello -principalmente, por ser el descubridor-, Roberto Selles, Aníbal José<br />

Claisse -traductores-, J.A. de Diego, José Rodríguez Bocanegra -que brindaron antecedentes-,<br />

Miguel Angel Lafuente -prolijo y cuidadoso editor- y Nardo Zalko, que Internet mediante aclaró<br />

que ¨Las Poseídas¨ pertenecían a SEM (seudónimo de Georges Goursat), hoy podemos conocer<br />

semejante fontana histórico-literaria.<br />

SEM fue caricaturista, ¨cronista implacable de cierta sociedad francesa¨ y humorista. Nació en<br />

Périgueux, en 1863. Sus relatos, en el tema de marras, están compuestos por cuatro artículos,<br />

escritos a partir <strong>del</strong> 15 de abril de 1912 y se relacionan con las andanzas primeras <strong>del</strong> <strong>tango</strong><br />

argentino en París. Asimismo, realizó posteriormente una serie de láminas de dibujos con el título<br />

¨Tangomanía¨ y una caricatura, ¨Tangoville¨, publicada en 1913.<br />

El autor de los artículos, que escribió en esos años para ¨Le Journal¨, los hizo con bastante fi<strong>del</strong>idad<br />

sobre el arribo de nuestro <strong>tango</strong> a París y sobre la pasión -y mucho más- que la danza arraigó<br />

en el espíritu de los parisinos. Más, como lo apunta Gobello, ¨no se trata de un frío documento<br />

ni de un testimonio bajo juramento de decir toda la verdad y sólo ella¨. Comparto el juicio.<br />

El ámbito <strong>del</strong> baile, ¨un edificio de hermosa apariencia¨, de fachada muda y ventanas cerradas<br />

-que ha de considerarse representativo de la inserción inicial-, fue el destino de impecables automóviles<br />

que depositaron en aquél damas y caballeros vestidos a la última moda. La circunstancia<br />

fue dibujada con entradas furtivas, prisa febril, sin una palabra, ganando el patio, donde todo era<br />

sombrío. Las ventanas transparentaban sombras enlazadas, ¨que ondulan al ritmo de una música<br />

obsesiva¨.<br />

El escenario puede dibujarse con unas cuantas palabras sueltas: balanceo, rito sacro, cadencia,<br />

contoneo, frenesí, ritmo, obsesión, exaltación mística y éxtasis; y también con unas pocas expresiones<br />

como ¨atmósfera febril y vibrante¨, hombres y mujeres ¨estrechamente el uno contra el<br />

otro, semejantes a las sombras proyectadas sobre una cortina que se riza o replegadas sobre el<br />

agua en movimiento¨. Y, también, ¨personas que se frotan¨, que se abrazan en una danza singular.<br />

¨Nunca una risa, nunca un grito¨, excepto los gritos guturales y los golpes de talón de los<br />

músicos.<br />

SEM, con simpatía y oculta adoración, describe una neurosis cuya marcha fulminante se extendió<br />

por todo París, donde todo es <strong>tango</strong> y donde una mitad de la ciudad ¨frota a la otra¨. Ella, señala,<br />

tiene el <strong>tango</strong> en la piel y ha inaugurado catedrales y santuarios, en todos lados, en cualquier<br />

parte, y se oye sonar los caireles de las arañas, se ve oscilar los cuadros sobre los muros y vibrar<br />

el té dentro de las tazas¨.<br />

Agudo observador, distinguió nuestro <strong>tango</strong> de otras especies, algunas con el mismo nombre,<br />

pero limitó el origen <strong>del</strong> <strong>tango</strong>: parece ser, en su apreciación, ¨nacido¨ prevalentemente entre el<br />

gauchaje de la pampa, pero dice de él que ¨recuerda un poco a la habanera, y, asimismo, los<br />

cantos tristes y salvajes de los indios aborígenes¨. Agrega: ¨Los campesinos locales llaman a ese<br />

ritmo milonga¨, de la que deriva el <strong>tango</strong>. ¨El <strong>tango</strong>, desde el fondo <strong>del</strong> campo, llegó a Buenos<br />

Aires con las manadas de vacunos que esos bardos de las pampas escoltaban hasta la Capital¨.<br />

Después de ensalzar a Buenos Aires muestra un ¨arrabal inmundo¨ y destaca los restos de un<br />

pintoresquismo acre y violento, el Barrio de las Ranas, faubourg des grenouilles; y la presencia de<br />

los compatridos (compadritos), los apaches argentinos, ¨que recuerdan con rasgos exagerados a<br />

los rufianes de Nápoles y a los estibadores de Marsella¨. ¨Muy morochos, con un tinte aceitunado,<br />

llevan la cara afeitada al ras ...¨. Cubiertas sus cabezas con un sombrero de fieltro requintado<br />

sobre sus ojos sombríos, llevan los cabellos muy aceitados, bastante largos y abruptamente cortados<br />

sobre la nuca, cuidadosamente rapada ... Vestidos con un saco corto y un ancho pantalón<br />

que se quiebra sobre los botines de altos tacos...¨. Es decir, en este caso, se trata tan sólo una<br />

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descripción de un tipo de componente de nuestra sociedad arrabalera.<br />

Si SEM hubiera vivido un tiempo en Buenos Aires, a lo mejor hubiera descripto cómo fue realmente<br />

entonces nuestro <strong>tango</strong> y su circunstancia local. Algo de esto nos legó ¨Viejo Tanguero¨ -cuyo<br />

nombre real no es conocido-, hacia 1913, con su artículo ¨El Tango, su Evolución y su Historia¨.<br />

Historia de tiempos pasados. Quiénes lo implantaron¨, publicado en ¨Crítica¨ el 22 de setiembre<br />

(otro hallazgo de José Gobello, el más científico, riguroso y confiable en asuntos de <strong>tango</strong> y lunfardía);<br />

y también, completando la tríada, el sainete ¨El Bandoneón¨, estrenado en el Teatro Nacional<br />

de Buenos Aires, el 6 de agosto de 1926, de autoría de José Antonio Saldías, quien pone<br />

en boca <strong>del</strong> italiano Crispín conceptos pintorescos sobre facetas que bien pueden ser congruentes<br />

con la realidad, esto es la historia <strong>del</strong> <strong>tango</strong>.<br />

9.¡Tango hay uno solo!<br />

Históricamente, el <strong>tango</strong> se fue diversificando en varias direcciones. Una de éstas reside en los<br />

calificativos o en los nombres o en la indicación de la especie, lo que algunas veces ha quedado<br />

librado al criterio o a la discrecionalidad <strong>del</strong> autor.<br />

Todos esos términos pueden observarse en las partituras y en los álbumes, principalmente, así<br />

como en otras fuentes bibliográficas y hemerográficas.<br />

Tal es así que, recorriendo el espinel de la música ciudadana, recordamos varios de esos aditamentos:<br />

<strong>tango</strong> milonga, canción, criollo, malambo, romanza y, profundizando un poco más -con<br />

prevalencia de los aspectos literarios-: el <strong>tango</strong> campero, cómico, humorístico, turfístico, festivo,<br />

etcétera.<br />

La expresión ¨<strong>tango</strong> argentino¨ pudo servir a la distinción con el español o el andaluz. Francisco<br />

Canaro quiso crear varios tipos, como el <strong>tango</strong> fantasía, el tangón y el tanguano. Astor Piazzola<br />

construyó el tanguango (nótese que ambas palabras no se escriben igual), que es una síntesis de<br />

<strong>tango</strong>, milonga y candombe. La palabra ¨tanguano¨ ya pertenece al habla popular de los argentinos<br />

y con esta voz se designa cariñosamente al <strong>tango</strong>.<br />

Últimamente se han registrado denominaciones como <strong>tango</strong> pesado, <strong>tango</strong> rock y <strong>tango</strong> insolente<br />

(el cantado por Pipo Pescador en La Revuelta, en Punta <strong>del</strong> Este, lo que no afecta el aserto<br />

según el que, en cierto sentido, el <strong>tango</strong> es ¨el libro de quejas <strong>del</strong> arrabal¨).<br />

Pero hace ya mucho tiempo que Francisco Demarco, más conocido como José, escribió ¨Bicloruro¨,<br />

designado como ¨<strong>tango</strong> venenoso¨, según se expresa en la partitura, que fuera dedicado a<br />

uno de sus amigos, entonces subcomisario de policía, Américo La Rosa. Aclaro que hubo otros<br />

Demarco, en el derrotero <strong>del</strong> <strong>tango</strong>: Mario (cuyo nombre de familia es Mario Domingo Lapuncina)<br />

y Vicente. ¨Bicloruro¨ le viene como el tuco a los cappelletti al verso famoso: ¨Tango que me hiciste<br />

mal...¨.<br />

Al fin de cuentas, como dice un amigo mío y como lo explicó Discepolín: ¨¡Tango hay uno sólo!¨.<br />

10.¨¿El <strong>tango</strong> es el libro de quejas <strong>del</strong> arrabal?¨<br />

Entrevista al Dr. Eduardo Giorlandini<br />

La música es el alma de los pueblos, es un radiografía a través de la cual se aprecia lo que a<br />

simple vista pasa desapercibido: las broncas, alegrías, impoten-cias, amores, simpatías, etcétera,<br />

que vive nuestra gente.<br />

El <strong>tango</strong> no es ajeno a esto. A través de él podemos conocer la vida de nuestro pueblo ciudadano,<br />

conocer lo que la historia no muestra, porque son hechos aparentemente irrelevantes pero<br />

con los que se va construyendo día a día nuestro ser nacional. Por eso quisimos dedicar este<br />

espacio a esta música que es expresión fiel de nuestra realidad argentina. De ahí que su popularidad<br />

no decline en el tiempo.<br />

El Doctor Eduardo Giorlandini, tiene un extensísimo curriculum que muestra su idoneidad en


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

temas que van desde la música hasta la realidad jurídico-laboral. Es abogado, docente, político,<br />

miembro titular de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo. Pero más allá de todos esos aspectos de su<br />

vida, lo que más llama la atención es su humildad, su sencillez, su permanente sentido docente,<br />

su desinterés; pero preocupado por la realidad <strong>del</strong> país, de los tantos hermanos sumidos en la<br />

miseria. Y el <strong>tango</strong> expresa, entre otras cosas esa desgarrante realidad, de allí que proviene en<br />

parte su admiración por este movimiento musical.<br />

-¿Cómo surgió en Ud. esta pasión, su gran interés por este importante movimiento musical, qué<br />

es el <strong>tango</strong>?<br />

Yo no sé si es producto de un acto reflexivo, me parece que no porque cuando nací en 1934 -yo<br />

tengo 58 años- ya había un gran afincamiento <strong>del</strong> <strong>tango</strong> en el espíritu de la gente. Precisamente<br />

fue en la década <strong>del</strong> ´40 donde tanto impulso tuvo el <strong>tango</strong>. En aquel entonces uno escuchaba la<br />

radio, que en ese momento era un gran revolución, como después lo fue la televisión, y casi todo<br />

el día la música era <strong>tango</strong> y folklore. Después apareció alguna que otra música con el tiempo.<br />

-¿En qué época y contexto surgió el <strong>tango</strong>?<br />

Nadie puede decir que, tratándose de una creación artística, tenga partida de nacimiento. Yo creo<br />

que a través de los siglos todo se va transformándose lentamente. No querría exagerar y no voy a<br />

decir que el <strong>tango</strong> tiene siglos, pero sí hay antecedentes de la palabra <strong>tango</strong> a partir de 1806, en<br />

el virreinato y después aparece en numerosos documentos oficiales donde se prohibía o se lo limitaba<br />

a esas fiestas en las casas de <strong>tango</strong> o en las calles, a veces por motivo que no están muy<br />

claros, presumiblemente porque había alguna pelea o problema con los fondos que recaudaban<br />

los organizadores.<br />

Al comenzar la segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX es cuando hay gran libertad porque eran los negros<br />

los que organizaban estas fiestas, y qué casual que fueron los primeros bandoneonistas. Los<br />

primeros bandoneonistas eran negros aunque tuvieran apellidos españoles (porque tomaban los<br />

apellidos de los antiguos dueños). Y también algo que ver con el candombe porque tiene ritmo<br />

sincopado, igual que la milonga, por eso se dice que la milonga es hija <strong>del</strong> candombe, y de la<br />

milonga nació el <strong>tango</strong> milonga y después aparece recién el <strong>tango</strong> y el <strong>tango</strong> canción en distintas<br />

especies que se van diversificando en el tiempo. Esa es una teoría sobre el origen. Hay otra que<br />

dice que se origina en la payada porque antiguamente en la Argentina, el grueso de la población<br />

estaba en la zona rural y cuando comienza el éxodo -la traslación de la población de campo a<br />

la ciudad- se acerca el hombre de campo y con ello vienen también los payadores, guitarristas,<br />

cantores, verseadores y sucede que era mucha la gente que tocaba la guitarra y cantaba, pero,<br />

como dijo alguien, llegó el hombre de a caballo con una china en ancas y la guitarra atada en los<br />

tientos y se introduce en la ciudad. Por ahí deja el caballo pero sigue con el facón, porque es su<br />

herramienta de trabajo, y se afinca en el suburbio, en el arrabal y va cambiando su personalidad,<br />

sus ropas se van transformando, también su comportamiento, su trabajo. El payador se hace<br />

milonguero, pero no milonguero porque baila, sino porque es tocador de milonga. Hay otra teoría<br />

que dice que todas las músicas que se difundieron acá conformaron una respuesta que se llamó<br />

<strong>tango</strong>, influencia de la payada, de la habanera cubana, de la milonga, de la polka, <strong>del</strong> <strong>tango</strong> español<br />

y de la canzoneta gringa.<br />

-¿Cómo se introduce el bandoneón en el <strong>tango</strong>?<br />

Nadie puede decir a ciencia cierta de donde viene, pero sí está bastante admitido que tiene origen<br />

alemán. Este instrumento digamos que se inventó para la gente pobre porque había que reemplazar<br />

el órgano de algún modo, que se utilizaba en las iglesias y en los funerales y el bandoneón<br />

aparece como un sucedáneo, un instrumento de reemplazo que se utilizaba en Alemania y Baviera<br />

en las fiestas campestres y en los funerales particularmente. Será por eso que un letrista como<br />

Manzi en ¨Che Bandoneón¨ dice ¨... al eco funeral de su canción¨. A poco tiempo de ingresar a la<br />

Argentina, se comenzó a tocar en la campaña. Después comienza a aparecer más en los ambien-<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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<strong>edUTecNe</strong><br />

tes urbanos, en los peringundines, que eran como boliches, tabernas, lugares en donde la gente<br />

iba con su guitarra, con su bandoneón y tocaban <strong>del</strong>ante de los parroquianos que consumían.<br />

Pero esto de los peringundines viene porque había un lugar muy popular en Buenos Aires que<br />

eran dos negros que se llamaban Perez y Gundín y en esa transformación <strong>del</strong> lenguaje que hace<br />

el pueblo cuando se encontraban y preguntaban ¿a dónde vas? se respondía ¡voy para los peringundines!¨<br />

y se va difundiendo ... Hay otras versiones sobre qué era el peringundín y el origen de<br />

la palabra.<br />

Hay ciertas palabras que el pueblo las ha ido tomando, las fue transformando, las ha hecho propias<br />

y el <strong>tango</strong> lo manifestado muy bien este hecho ¿a qué se debe este fenómeno?<br />

La palabra es un don que Dios puso en el alma humana. Actualmente existen más de 4.000<br />

lenguas y dialectos en el mundo, producto de la libertad que la humanidad ha tenido y ha podido<br />

crear, precisamente en el tema <strong>del</strong> idioma es en donde menos se ha hecho sentir los sistemas<br />

represivos y las dictaduras, por más fuertes que hayan podido penetrar en esa intimidad <strong>del</strong> ser<br />

humano donde él crea y transmite.<br />

El idioma ha escapado a las represiones, aunque también las hubo.<br />

¿Cómo surgió el <strong>lunfardo</strong>?<br />

No es producto de las cárceles, como dicen muchos historiadores. Gran cantidad de palabras<br />

vienen de siglos atrás. Es el idioma que crea el pueblo, o que transforma el pueblo, es una creación<br />

espontánea de acuerdo a su medio, a su circunstancia, a su cultura. Estas palabras fueron<br />

asumidas por la poesía popular en sus dos vertientes: el folklore rural y urbano. El <strong>lunfardo</strong> es una<br />

conjunción de culturas, tal vez una resultante histórica.<br />

Nuestros inmigrantes cuando llegaron al país, trajeron consigo sus culturas. El <strong>tango</strong>, ¿terminó<br />

siendo la resultante de todas esas culturas? ¿contribuyó a la unión <strong>del</strong> pueblo?.<br />

Con respecto a los llegados al país, hubo una franja de población que tuvo una actitud generosa<br />

para con la tierra nueva y sus pobladores, hubo una actitud de asimilación, a pesar de todos los<br />

problemas que hubo. También es cierto que hubo como contrapartida hasta genocidio en contra<br />

de los aborígenes, esto está documentado, forma parte de una historia que no se cuenta, que<br />

no la enseñan en los manuales, tiene tanta magnitud que no debió haberse ocultado todo eso, y<br />

se sigue ocultando. Pero yo me refiero a la otra parte de esa franja humana, de la gente sencilla<br />

de nuestro pueblo que fue fraterna, que no le importó, no creó distancias sociales con uno y con<br />

otros. A lo mejor el <strong>tango</strong> expresa esa actitud fraterna, ese cimiento de la unidad de la gente, más<br />

dividida por los grupos de poder que por la actitud espiritual <strong>del</strong> ser humano humilde.<br />

¿Qué es lo que más le atrae <strong>del</strong> <strong>tango</strong>?<br />

Porque son, como decía Unamuno, hechos de infrahistoria, son historia individuales de la gente,<br />

que hay que entender para conocer el ser nacional, para entender también como fue el hombre<br />

que habitó estas tierras. Esto genera la posibilidad de estudios históricos, sociológicos, para trabajar<br />

para ser mejores. Con respecto a los contenidos que tiene, me gusta porque generalmente<br />

hace referencia a cierto sector de la población que no tuvo la ayuda que debía haber tenido para<br />

ser mejores hombres, que no tuvieron medios para trabajar dignamente, no importa si fueron <strong>del</strong>incuentes<br />

algunos, o si pertenecieron al lumpen proletariado, porque creo que el ser humano es<br />

bueno, pero no se les brinda condiciones para que sean mejores. Esto en las letras de <strong>tango</strong> está,<br />

hay para todos los gustos, de modo que sirve para entender cómo ha sido nuestra gente.<br />

¿Cómo era la realidad social, económica, política, en la época que el <strong>tango</strong> llegó a su apogeo?<br />

Era una realidad en lo político de una profunda dependencia de nuestros países latinoamericanos<br />

hacia los imperialismos, en nuestro caso inglés, apoyado por nuestra aristocracia y por la<br />

oligarquía vacuna y terrateniente que era la que fomentó la inmigración para tener mano de obra<br />

barata, que además de esto generó una gran dependencia cultural y pedagógica. Este sistema<br />

de relaciones políticas, económicos, culturales, sociales, genera hondas injusticias y una conse-


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

cuencia de esto son los movimientos populares. Manifestación de esto son las huelgas, movimientos<br />

de inquilinos, con hechos trágicos y violentos en las calles, con represiones en las zonas<br />

rurales. Todas estas series de eclosiones sociales fueron legítimas en mi opinión. En un aspecto<br />

económico ¿qué sucede?: los ferrocarriles que se hacen todos apuntando hacia el puerto de<br />

Buenos Aires para mantener la estructura agroexportadora Argentina, para que Latino América<br />

sea la granja y Europa la industria. Hay un desarrollo incipiente de la industria. Hay un desarrollo<br />

incipiente de la industria de esa época con frigoríficos creados por los capitales extranjeros,<br />

bancos, etcétera, que fue creando una oligarquía industrial, también. Todo esto respondía a un<br />

interés puramente materialista sin atender al hombre. Es el mismo problema de hoy en día: una<br />

economía que somete al hombre, un hombre que sirve a la economía y no la economía al servicio<br />

<strong>del</strong> hombre. Ese es el contexto. Y por eso se dice que el <strong>tango</strong> tiene una actitud contestaria, una<br />

especie de rebeldía que, a lo mejor, no es consciente, no es reflexiva pero está, como una queja;<br />

de allí que alguien haya dicho que ¨el <strong>tango</strong> es el libro de quejas <strong>del</strong> arrabal¨. De modo que el<br />

<strong>tango</strong> responde también a una actitud de rescatar algo que tiene que servir para el futuro como<br />

experiencia.<br />

Cuando uno es joven quizás no guste <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, no entienda su letra, en parte porque uno ya tiene<br />

un referente musical (generalmente el rock). Pero a medida que pasan los años comenzamos<br />

a ver con mejores ojos la música de nuestros mayores ¿por qué será?.<br />

¨El <strong>tango</strong> es la única música que silbo cuando viajo. Viene en los momentos más inesperados,<br />

cuando no se piensa, cuando la mente es un campo blando. Entonces es cuando silbo la música<br />

que odiaba, la que escuchaba mi viejo...¨ (Gerardo Gandini).<br />

Teología <strong>del</strong> <strong>tango</strong><br />

Quien crea, baila o canta el <strong>tango</strong> es, por lo general un hombre creyente. Dios está muy a menudo<br />

presente en la letra <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, no solamente de modo retórico o decorativo (cosa que también<br />

se da), sino como el único que puede librar al hombre de su impotencia y debilidad o rescatarlo<br />

de la caducidad de la vida. Es ese el tema central <strong>del</strong> <strong>tango</strong>: el mundo anda mal, el amor no<br />

perdura, el hombre se siente muchas veces triste, cansado y vacío. Se trata de la protesta <strong>del</strong><br />

arrabal, que se siente marginado por la sociedad <strong>del</strong> asfalto. Aún en forma indirecta, se trata de la<br />

injusticia que siempre acecha a los hombres y que es fruto de múltiples circunstancias, incluida la<br />

maldad humana. Pero es también más que eso: es la situación natural <strong>del</strong> hombre sometido a la<br />

tentación y a los vaivenes de la historia que parece surcada irremediablemente por el destino. En<br />

este sentido, el <strong>tango</strong> debe superar una concepción fatalista de la vida para llegar a la afirmación<br />

plena de la libertad humana y <strong>del</strong> Dios vivo y verdadero que quiere salvar al hombre.<br />

Diego Ernesto Fonseca<br />

XV<br />

INSTRUMENTOS<br />

1. El piano en el <strong>tango</strong> y <strong>lunfardo</strong><br />

Génesis y misterio<br />

Existe un misterio sobre el origen <strong>del</strong> <strong>tango</strong> argentino, porque no puede precisarse su nacimiento<br />

en la historia; de otro modo, debemos puntualizar, no tiene partida de nacimiento. Así es y así<br />

debe ser, ya que como resultado cultural -nunca acabado, por otra parte, en interminable proceso-,<br />

se fue formando y decantando como las piedras en el lecho y la ribera de los ríos, o en la<br />

geografía terrestre, irregular y despareja.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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En su misma entraña se entrevera el alma <strong>del</strong> mundo y <strong>del</strong> universo, con las vibraciones cósmicas<br />

que le fueron dando una singularidad y un rostro humano y a la vez mítico, místico y casi divino.<br />

Es, éste, el arcano <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, y también el misterio <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, amasado con el fluir cotidiano<br />

<strong>del</strong> lenguaje oral de toda la historia humana.<br />

Es, el <strong>tango</strong> argentino, hijo <strong>del</strong> suburbio, pero descendiente de la habanera cubana, o <strong>del</strong> español,<br />

o la payada o el candombe, ya que <strong>tango</strong> era, a principios <strong>del</strong> siglo XIX, la reunión de los<br />

negros bozales, para bailar al son de sus tambores o atabales. Bozales eran los negros recién sacados<br />

de su país, y atabal, una especie de tambor o timbal. Tango, en la ciudad de Buenos Aires<br />

<strong>del</strong> siglo pasado, en las primeras décadas, las casas donde los negros realizaban sus bailes.<br />

Inserción <strong>del</strong> piano<br />

Junto al <strong>tango</strong> estuvo el piano, pero no apareció en su embrión. Y, hasta ese entonces, en ese<br />

primer tramo, como lo afirma Ezequiel Martínez Estrada: ¨En los bailes familiares, el arpa, el piano<br />

y la flauta, llevaban en sus alas de paloma de tarjeta postal, valses, schotis, polkas y lanceros¨.<br />

Lancero era un vocablo para representar un baile parecido a la contradanza, danza inglesa de<br />

origen campesino, que generó la contradanza cubana, con influencias africanas.<br />

El piano comenzó a ser instrumento de <strong>tango</strong> recién cuando éste consolida su personería. Como<br />

no entonaba su presencia en la calle, donde se bailaba, o en el peringundín, en el escenario<br />

suburbano, se hace presente en las casas de familia según el recuerdo de Martínez Estrada, sumándose<br />

a las otras especies musicales, y además campea en cierto tipo de casas públicas. No<br />

debemos olvidar que, en la segunda mitad <strong>del</strong> siglo pasado tener piano era signo de fortuna, y el<br />

<strong>tango</strong>, en su génesis, talló en el suburbio, se enancó en la jarana y se ató a la coyunda <strong>del</strong> disturbio:<br />

¨Tango argentino,<br />

sos el hijo <strong>del</strong> suburbio<br />

y en jaranas o disturbios<br />

siempre supiste tallar¨.<br />

Y, asimismo:<br />

¨Es hijo malevo,<br />

tristón y canyengue,<br />

nació en la miseria<br />

<strong>del</strong> viejo arrabal;<br />

su primer amigo<br />

fue un taita de lengue<br />

su novia primera<br />

vestía percal...¨.<br />

No era, entonces, el suburbio, el ambiente y la circunstancia <strong>del</strong> piano, pero sí pudieron serlo primero<br />

las casas de familia; luego los conjuntos instrumentales; después los cafés y algunas casas<br />

importantes administradas por mujeres famosas, en la historia <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, donde se escuchaba<br />

música interpretada por un pianista y se bailaba <strong>tango</strong>.<br />

Laura, La Vasca y otras<br />

¿Quiénes fueron estas mujeres, mencionadas en las letras tangueras? Ellas contrataron pianistas<br />

que actuaron como solistas, a saber: Madame Blanche o Blanc, cuyo lugar de diversión era<br />

frecuentado por escritores, políticos, periodistas y noctámbulos, entre otros, evocada por Enrique<br />

Cadícamo en un poema:<br />

¨Cuando no existía la buat ni el cabaret<br />

y cuando el automóvil era una extravagancia,


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Madame Blanche oficiaba animadas suarés,<br />

en su casa arreglada con lujo y elegancia¨.<br />

Laura Monserrat, ¨La Morocha Laura¨, o simplemente ¨Laura¨, que tenía un local más popular,<br />

menos distinguido o aristocrático que el de Madame Blanche, donde Rosendo Mendizábal se<br />

lucía en salas de piano y donde estrenó el <strong>tango</strong> ¨El Entrerriano¨.<br />

Uno de los <strong>tango</strong>s que la recuerda -¨Tiempos Viejos¨- es de Manuel Romero, la letra, y Francisco<br />

Canaro, la música:<br />

¨¿Te acordás las mujeres aquellas?<br />

Minas fieles, de gran corazón,<br />

que en los bailes de Laura peleaban,<br />

cada cual defendiendo su amor¨.<br />

Pues, en verdad, se trataba de mujeres capaces de pelear y pelear con cuchillo; podía ser el pequeño<br />

cuchillo, el más conocido, como ¨el de la marca <strong>del</strong> perrito¨ -porque en la hoja tenía grabado<br />

un perrito-, que las mujeres calzaban en la liga, y fue el mismo que usó el personaje de Borges<br />

para matar al hombre de la esquina rosada.<br />

¨En lo de Laura¨, es el título de una milonga con letra de Enrique Cadícamo, y en esta letra evoca<br />

el poeta:<br />

¨Milonga que en lo de Laura<br />

bailé con la parda Flora...<br />

Milonga provocadora<br />

que me dio cartel de taura ...¨.<br />

María Rangolla, ¨La Vasca¨ o ¨María La Vasca¨, una mujer de belleza excepcional, nacida en la<br />

vasconia francesa, en cuya casa se bailaba el <strong>tango</strong> al compás <strong>del</strong> piano, a tres pesos la hora,<br />

con mujeres alquiladas para el baile. María La Vasca no dejó nada, salvo los recuerdos en la historia<br />

tanguera y sus cenizas, conservadas en la Chacarita, recordó un autor.<br />

Francisco Canaro destacó las casas de Juanita Ramírez, que era también de esos tiempos, como<br />

las de ¨La China Joaquina¨ y ¨La China Rosa¨. Pudo ser también la de ¨La Morocha¨, la <strong>del</strong> patio<br />

de la letra de Cátulo Castillo:<br />

¨Patio de la morocha,<br />

que allá en el tiempo,<br />

tuvo frescor de sombras,<br />

como el alero...¨.<br />

La presencia <strong>del</strong> piano, dice Horacio Ferrer, significó que en el plano de la composición, puede<br />

hablarse de una línea de <strong>tango</strong>s pianísticos, que arrancó de los primitivos <strong>tango</strong>s para piano <strong>del</strong><br />

novecientos y evolucionó hasta ejemplarizarse en obras como ¨Mañanitas de Monmarte¨, de Lucio<br />

Demare, y ¨La Casita de Mis Viejos¨, de Juan Carlos Cobián, que había sido motivada por una<br />

casa ubicada en Bahía Blanca.<br />

La guardia nueva<br />

El piano es el instrumento conductor de la ¨Guardia Nueva¨ y a ella pertenecen algunos grandes<br />

pianistas como Osvaldo Pugliese, Lucio Demare, Orlando Goñi, Carlos Di Sarli, con su <strong>tango</strong><br />

¨Milonguero Viejo¨ y su estilo ¨milon-guero¨. Gana espacio en la letrística y es mencionado en el<br />

<strong>tango</strong> ¨El Tranvía Embrujado¨, de Berta de Tabbusch:<br />

¨Sollozos <strong>del</strong> bandoneón en cada nota;<br />

carcajadas de armonía, ríe el piano...¨.<br />

Y en el poema ¨Ocho Pasado Meridiano¨, de Gandolfi Herrero:<br />

¨El piano entre sus dientes tritura sus gemidos,<br />

el violonchelo reza tu llanto a la sordina,<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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el violín -ese ingenuo- canta medio dopado<br />

y el bandoneón rezonga con su voz de alcoholista¨.<br />

El piano adquiere un signo propio, especial como el pianista de <strong>tango</strong>, pues se ha dicho que el<br />

pianista de <strong>tango</strong>s es dormilón y robador: tiene la particularidad de quedarse respecto al conjunto<br />

orquestal; parece que no llega nunca.<br />

La orquesta típica habría nacido hacia 1910, en el Centenario, en la famosa esquina de Suárez y<br />

Necochea y se desarrolla, dice Tallón, hasta el final de la primera guerra, mediante el desenvolvimiento<br />

<strong>del</strong> trío orquestal primitivo: bandoneón, piano y violín. Con Yrigoyen se agranda el país y<br />

todo se agranda, y también la orquesta y, como un fatalismo de la economía, se va achicando al<br />

ritmo de ella.<br />

El espacio ganado por el piano en la letrística y la poesía se ensancha asimismo con un poema<br />

de Julio César Ibañez, ¨Malena se ha Quedado sin Poeta¨, dedicado a Homero Manzi:<br />

¨Suena un piano, la luz está sobrando...<br />

Tiembla el alma de Homero en la canción.<br />

Los ojos de Malena están llorando<br />

donde acaba la pena de su voz...¨.<br />

Puede sospecharse que las primeras escrituras o partituras de <strong>tango</strong>s fueron hechas por pianistas,<br />

que sabían música. Había pasado la época en que enseñoreaba la improvisación, la intuición<br />

y la creación espontánea y, más todavía, la escena -tal vez tomada de la misma realidad- <strong>del</strong><br />

italiano músico que reproduce Tomás de Lara, tomada de José Antonio Saldías, en la que el<br />

italiano Crispín da, en cocoliche, cátedra de música tanguística a su hijo apodado Batería: ¨Osté<br />

siga a<strong>del</strong>ante ... osté tiene gran porvenir. Qué te importa que no sabese música. ¿Tiene oído? ¡E<br />

boeno! Come yo ... Te sílbano na cosa, te queda a ´loreja, la tocase, le hacese la compadrada e<br />

ya está. Cuando quiere hacerse un <strong>tango</strong>... me dice a me. Yo te toca, el acordeone, una canzoneta<br />

napolitana, vieca, vieca, que nadie la recuerda. Osté la hace más despacito tre o cuatro ferulete<br />

é es una cosa cregoya. La música de este paese está hecha de requecho, come la raza; la hacemo<br />

todos: lo tano, lo francese e le gallegue...¨.<br />

Aunque es fácil entender el cocoliche, síntesis de italiano, español y lunfar-do, es destacable que<br />

la palabra requecho fue una voz popular, usada con el significado de ´desecho´ o ´sobra´. Lo que<br />

dice Crispín, entonces, es que la música, como la raza en este país, está hecha con desechos.<br />

Gobello recopila el uso que hizo <strong>del</strong> vocablo Felipe Fernández, Yacaré, en ¨Versos Rantifusos¨:<br />

¨Y ni un requecho allí se desperdicia...¨, escribió;<br />

y también Roberto L. Cayol, en ¨La Mala Estrella¨, con la voz requechar: ¨Desde que esos amarretes<br />

vieron que iban al café a requechar los manices, han suprimido el vermouth¨.<br />

¨Piano¨, en el <strong>lunfardo</strong><br />

Insensiblemente, penetramos en el mundo <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, que parece incompatibe con un instrumento<br />

como el piano, que no fue inicialmente un instrumento <strong>del</strong> <strong>tango</strong> argentino, hijo <strong>del</strong> suburbio.<br />

Sin embargo, el <strong>tango</strong> juntó algo distinguido con algún <strong>lunfardo</strong>, el de la mala vida, en la edad<br />

primitiva <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, y trasladó al vocabulario varias expresiones:<br />

Una, tocar el piano, ´robar´. Más, esto mismo, ´robar´, se representaba en España, según Martín<br />

Alonso, con la expresión tocar el piano al revés, que, entre nosotros tenía otra significación.<br />

La otra, era tocar el pianito, y significaba –significa aún ´registrar las impresiones digitales en la<br />

policía o en cualquier otra dependencia pública´. En uno y otro caso, por alusión al movimiento<br />

de los dedos, denominados ganchos o grisines, en la jerga de los punguistas y lanceros, siendo<br />

estos últimos, los lanceros una especie de pungas que utilizaban la lanza, consistente en una<br />

pinza de cirugía, en una tijera o en un trozo de alambre, previamente adaptado para robar en los<br />

bolsillos de las víctimas, explica Gobello.


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Debo agregar que en <strong>lunfardo</strong>, piano es asimismo la máquina de escribir; pianito se denomina a<br />

la pequeña lámina de metal u otro material donde se extiende la tinta para sacar las impresiones<br />

digitales; y pianola es la acción de entintar los dedos y obtener las impresiones; tocar la pianola<br />

implica haber estado sujeto a proceso penal o cumplir con trámite necesario para obtener el<br />

documento de identidad o el pasaporte. Por último, en la jerga porteña de los músicos <strong>del</strong> <strong>tango</strong>,<br />

se llama pianero al pianista, cuando teclea a mano levantada. Y el italianismo andar piano-piano<br />

-piano, piano, si va lontano- tuvo fácil incorporación en nuestro vocabulario, por la inmigración<br />

italiana y por la difusión y popularidad <strong>del</strong> instrumento; y además fácil inserción en la poesía tanguística,<br />

como en la letra <strong>del</strong> <strong>tango</strong> de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo:<br />

¨La cantina<br />

llora siempre que te evoca<br />

cuando toca piano, piano,<br />

su acordeón el italiano¨,<br />

pues la incorporación de extranjerismos se da entre todas las lenguas y forma un vocabulario<br />

cosmopolita; algunos, como piano, piano, constituyen internaciona-lismos.<br />

Epílogo<br />

Tango, <strong>lunfardo</strong> y piano, en el escenario de la vida ciudadana; hábitos, costumbres, usos sociales;<br />

sentimientos y afectos, alegrías y tristezas, en fin, toda la balumba de la vida humana propia,<br />

definen y pergeñan un alma colectiva, una idiosincrasia, una manera de ser, un estilo, una correspondencia<br />

entre las cosas viejas y las cosas nuevas; en ese misterio de la vida que tiene sentido<br />

<strong>del</strong> mal y <strong>del</strong> bien, con libertad, con dignidad y dones puestos por Dios en las gentes de todos los<br />

tiempos. El <strong>tango</strong> absorbió el espíritu <strong>del</strong> pueblo y éste, a la vez, se improntó en el <strong>tango</strong>; el piano<br />

fue, entre otros instrumentos y la voz humana, el hilo conductor de una grandiosa historia, en la<br />

que restallan evocaciones <strong>del</strong> impulso vital de nuestro pueblo.<br />

2. a) El bandoneón<br />

Como todas las cosas humanas, que provienen de lejanías y distancias, el bandoneón encontró<br />

su regazo donde existía un alma popular que quería expresar sus sentimientos y ternuras, su alegría,<br />

su tristeza y también su queja.<br />

Llegó a incorporarse al <strong>tango</strong> cuando éste ya había iniciado un itinerario, dejando antecesores<br />

escondidos u olvidados en varios sitios <strong>del</strong> mundo. Se prendió al arrabal como abrojo y copó la<br />

parada.<br />

Hizo una amasijo con instrumentos hermanos, acompañó al bailarín y al cantor y su presencia se<br />

manifestó en el queco, la barraca, el matadero, el boliche, el café, el fondín, el bareca o los patios<br />

mistongos pero afectivos y amparados por estrellas y parrales.<br />

El son <strong>del</strong> fueye se afincó en el espíritu de la gente y recorrió caminos, afianzando sentimientos y<br />

querencias e integrando un complejo social embarullado por los componentes que aparentaban<br />

distancias sociales insalvables, pero que, al fin, conformaron una comunidad nacional, con un<br />

alma que cantaba y una música criolla y ciudadana que la expresaba y la integraba culturalmente.<br />

b) El día <strong>del</strong> bandoneón<br />

El Día <strong>del</strong> bandoneón fue instituido por la Asociación Gar<strong>del</strong>iana de la República Argentina, en el<br />

aniversario <strong>del</strong> nacimiento de Aníbal Troilo, ocurrido en el barrio <strong>del</strong> Abasto el 11 de julio de 1914.<br />

Al celebrarse por primera vez el Día <strong>del</strong> bandoneón, el señor José Gobello pronunció un discurso<br />

durante el acto, realizando el 11 de julio de 1990, en los Salones de la Fundación <strong>del</strong> Banco<br />

Patricios.<br />

La Asociación Gar<strong>del</strong>iana de la República Argentina fue fundada en 1969 por Cátulo Castillo. Ha<br />

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establecido, asimismo, la Orden <strong>del</strong> porteño, auspicia recitales y contribuye, con su objetivo específico,<br />

a difundir y enriquecer los aspectos de nuestra cultura representada por Carlos Gar<strong>del</strong> y el<br />

<strong>tango</strong>, de diversas manera.<br />

c) Fragmento <strong>del</strong> sainete ¨El Bandoneón¨<br />

José Antonio Saldías es el autor de este sainete, estrenado en el Teatro Nacional de Buenos Aires,<br />

el 6 de agosto de 1926. Tal como ha sido citado y recordado por varios autores, informa acerca<br />

de la identificación de los inmigrantes italianos con nuestra música, el <strong>tango</strong>. Igualmente, da<br />

cuenta de la asimilación social y de la posible sustitución <strong>del</strong> acordeón gringo por el bandoneón.<br />

¨Crispín. –Con Luigín Daverio se íbamo lo do por la ribera con l´acordeone... Tucábamo e cantábamo.<br />

Luigín me acompañaba, con mandolina. Ma solamente a la cantina o a lo bodegone. Entonce<br />

había mochachos argentinos que tocábano la guitarra o cantábano la payada. ¿Sabe? Los<br />

argentinos no me llevábano lo apunte. Un día yo l´ho dicho a Luigín: ¡Eh, Luigín! ¿Qué te parece<br />

que tocamo también la melonga, Ma la melonga no es italiana, me ha dicho Luigín. E, qué importa.<br />

Tampoco nosotro estamos en Italia, caro fratello, ¡eh! Lo era un folósafo, ¿sabe? En dié día<br />

nosotro a todo ne lo acordeone. Fuimo a la rebera. La melonga lo gustaba a todo ne lo acordeone.<br />

Lloraba, ¿sabe? Parece que dolía, ¿sabe? Cantaba tresteza... acareciaba...<br />

Batería.- Parece que dice un verso el viejo.<br />

Crispín.- Entonce, ya he pensado que l´acordeone era l´instrumento popolare de la melonga.<br />

Cuando ha salido el <strong>tango</strong> El choclo. Lo indreriane, La catrera, ío seguía tocando l´acordeone. Un<br />

día vino un petiso chinite, colo pelo duro, la cara hecha a trompicone. Traía n´acordeone cuadrado,<br />

per la madona. Hacía lo baho como si foese Dío mesmo. Era lindo, ¿sabe? Le sey dejado<br />

mi poesto. Siga osté, amigo. Ho arrinconado l´acordeone, me soy comprado la lancha e ya está.<br />

Por eso, figlio mío, yo sé aquello que te digo. Osté siga a<strong>del</strong>ante. No se pare. Osté tiene un gran<br />

porvenir. Qué te importa que no sabese música. ¿Tiene oído? ¡E boeno! Come yo... Te sílbano<br />

na cosa, te queda a l´oreja, la tocase, la hacese la compadrada e ya está. Cuando quiere hacerse<br />

un <strong>tango</strong> lindo, de éxito, me dice a me. Yo te toca al acordeone na canzoneta napoletana, vieca,<br />

vieca, que nadie la recuerda. Osté la hace más despacito tre o cuatro ferulete é es una cosa cregoya.<br />

Claro, amigo. E la música a este paese está hecha de requecho, como la raza; la hacemo<br />

todo, lo tano, lo francese e lo gallegue. Aquí nadie sabe nada, pero todo se hacemo rico. Aquelle<br />

que sabe algo protesta, porque todo se hace male. Mientras protesta, pierde el tiempo e lo otro<br />

atropéllano¨.<br />

Además de lo expuesto líneas arriba, en el primer párrafo mío, la lectura lenta y tranquila de este<br />

fragmento transcripto precedentemente, informa, además de los aspectos sociológicos e histórico-musicales,<br />

sobre la influencia de la música <strong>del</strong> sur de Italia sobre cierto tipo de <strong>tango</strong>, además<br />

<strong>del</strong> <strong>tango</strong> romanza.<br />

d) Bandoneón:<br />

Nomenclatura y parla lunfa<br />

AERÓFONO. Instrumento que tuvo como precursor a la fisarmónica (ver esta voz).<br />

ARRUGADO. Característica de su estructura, forma exterior y pliegues.<br />

BANDOLEÓN. Transformación de la voz ¨bandoneón¨.<br />

BANDOLIÓN. Igual que la anterior palabra citada.<br />

BANDOLA. Apócope de ¨bandoleón¨ y ¨bandolión¨.<br />

CUSIFAI. Voz genérica para designar cualquier objeto, utilizada antiguamente para designar al<br />

instrumento.<br />

FISARMÓNICA. Nombre dado por A. Hackel hacia 1820 a diferentes instrumentos, cuyas lengüetas<br />

vibran libremente por fuelle y que fueron precursores <strong>del</strong> acordeón, el aerófono, el bandoneón<br />

y otros.


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

FUEYE. Fuelle, ´instrumento para recoger aire y lanzarlos´, parte importante <strong>del</strong> bandoneón que<br />

terminó identificado y designado al mismo instrumento.<br />

FUNEBRERO. Alude al color negro que, generalmente ha caracterizado al bandoneón.<br />

JAULA. Término debido a las varillas metálicas similares a los alambres de las jaulas de pájaros.<br />

JAULITA. Diminutivo de ¨jaula¨.<br />

MANDOLA. Transformación y apócope de ¨mandolión¨ (ver esta voz).<br />

MANDOLIÓN. Transformación de las voces ¨bandoneón¨ y ¨bandoleón¨.<br />

VERDULERA. En ocasiones se ha usado para designar al bandoneón, pero, específicamente,<br />

designa a un instrumento de la familia, más pequeño y simple.<br />

e) Talompete<br />

He de referirme a la tela que los bandoneonistas –para tocar sentados- colocan sobre los muslos,<br />

apoyando el bandoneón en éstos.<br />

Ha pasado mucho más de un siglo de fueye en la Argentina y, empero, aquella no tenía nombre,<br />

hasta hoy, bien o mal.<br />

Relegada de la jerga tanguera, al no poseer un vocablo específico que la designara, sí tuvo una<br />

voz genérica que idiomáticamente podía confundirla con otro género, paño o terciopelo, de distinto<br />

uso o destino.<br />

Sin embargo, todo hombre de bandoneón la tenía bien prontuariada y cuidada al extremo, tratando<br />

que su color sea negro, o azul, o hiciera juego con el color <strong>del</strong> cusifai, más conocido como<br />

fueye. A veces, un bordado.<br />

Más todavía: le chantó tafetán (en lunfa, tafeta) abajo, en la contracara que va sobre el talompa<br />

(pantalón), en un gesto de pituquería y compadrada, con la seguridad que era lo de menos, porque<br />

lo más residía en la interpretación <strong>del</strong> gotán, el vals, la milonga, la ranchera o el chamamé.<br />

Los acostumbrados a colocar el instrumento sobre las paralelas lo prefirieron, más o menos, de<br />

sesenta por noventa centímetros, pero, por excepción, el que toca el fueye sobre una pierna, lo<br />

quiso pequeño, casi un pañuelo grande, como los <strong>del</strong> cabalete, en la sotana.<br />

Puesto sobre las gambas <strong>del</strong> fueyista, en la posición más común, sentado, no gasta o rompe el<br />

pantalón, ni presenta el riesgo de un enganche en él, como para entorpecer la expresión.<br />

Después de todo esto y como epílogo quiero decir: el trapo debería ser ¨bautizado¨ de algún<br />

modo, con un nombre o una palabra, que venga como el tuco a los taglierini fatti in casa.<br />

Entonces, propuse, en un ambiente de amigos de Tango en la bahía, el vocablo talompete, unión,<br />

apocopamiento y vesre, a la vez: talompa (pantalón) y tapete (cubierta para resguardo).<br />

Los bandoneonistas ya se están habituando al neologismo lunfardesco, en mi ciudad.<br />

Y, como sucede en ocasiones, hay problema con la mina, si no lleva pantalón. En esos casos se<br />

podría usar el femenino, ya que la gramática <strong>del</strong> chamuyo rantifuso da para todo y sin responder<br />

a la lógica.<br />

XVI<br />

TEMAS Y CONTENIDOS<br />

1.Los niños <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y el <strong>lunfardo</strong><br />

La literatura popular argentina expresa diversidad de temáticas que cubren toda nuestra realidad;<br />

particularmente, en las letras de <strong>tango</strong> y en la poesía lunfarda, se trata de historias individuales y<br />

de melodramas que descubren injusticias que fueron más hondas al afectar a la niñez.<br />

La ¨sociedad organizada jurídicamente¨, con más especificidad los gobiernos, no advirtieron que<br />

se legislaba sobre un cimiento de crueldad: el niño quedaba sometido a una suerte de esclavitud,<br />

incapacidad y desprotección, a pesar de las declamaciones legislativas.<br />

Cuando, por ley, se deportó extranjeros, por causa de sus actividades gremiales, no se consideró<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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si el agraviado dejaba mujer e hijos en nuestro suelo argentino. El dramón se improntó en la letra<br />

de Mario Battistella, en el <strong>tango</strong> ¨Al pie de la Santa Cruz¨:<br />

¨Los pies engrillados,<br />

cruzó la planchada...<br />

La esposa lo mira,<br />

quisiera gritar.<br />

Y el pibe inocente<br />

que lleva en los brazos<br />

le dice llorando<br />

´Yo quiero a papá´ ¨.<br />

Toda forma de agravio a la niñez fue asumida por el poeta popular.<br />

Otra de ellas fue la condición subhumana de trabajo, que el bahiense Juan Carlos Marambio Catán<br />

llevó a la versería tanguera: ¨Acquaforte¨:<br />

¨Y pienso en la vida...<br />

las madres que sufren,<br />

los hijos que vagan<br />

sin techo, sin pan...¨.<br />

El Negro, Celedonio Esteban Flores, tampoco fue insensible ante el dolor de la niñez, en sus versos.<br />

El <strong>tango</strong> es ¨Pan¨:<br />

¨Sus pibes no lloran por llorar<br />

ni piden masitas,<br />

ni dulces, ni chiches, ¡Señor!<br />

Sus pibes se mueren de frío<br />

y lloran hambrientos de pan¨.<br />

La ¨bondad¨ <strong>del</strong> Código Penal, al considerar el hurto famélico y la eximición de pena por tal comportamiento,<br />

ni tuvo aplicabilidad ni solucionó el problema de la injusticia social, generadora de<br />

diversidad de <strong>del</strong>itos contra la propiedad. El mismo poeta, Celedonio, escribió:<br />

¨Se durmieron todos. Cachó la barreta,<br />

se puso la gorra resuelto a robar.<br />

Un vidrio, unos gritos, auxilio, carreras,<br />

un hombre que llora y un cacho de pan¨.<br />

Recorriendo el espectro de la literatura popular argentina, nos encontramos con el chiquillín de<br />

Bachín, con los caniyitas que cubren espacios y tiempos, los menores que trabajan sin educación<br />

ni instrucción, los chicos de la calle, los vendedores ambulantes y los que mendigan. Del mismo<br />

Flores, Julio Sosa dio testimonio de ¨Por qué Canto Así¨:<br />

¨Porque cuando pibe,<br />

porque cuando pibe me acunaba en <strong>tango</strong>s<br />

la canción materna pa´ llamar el sueño,...<br />

Y yo me hice en <strong>tango</strong>s,<br />

me fui mo<strong>del</strong>ando en barro, en miseria ...<br />

en las amarguras que da la pobreza...¨<br />

En la creación poética lunfarda o lunfardesca la queja se hace más ostensible y fuerte. Se advierte<br />

la dosis de rencor, empujado por la violencia que los desvalores de la sociedad incorporaron en<br />

el espíritu <strong>del</strong> ser humano que, empero, siguió con su esperanza, con su Fe y con el acompañamiento<br />

de la Providencia. Pero la creatura humana, débil ante el poder superlativo, vivió la felicidad<br />

<strong>del</strong> amor, de los humildes juegos infantiles en los patios emparrados, de la pelota de trapo en<br />

los potreros, de la flor silvestre en el caminito a la escuelita en el barrio suburbano, de los gorrio-


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

nes como símbolos de humildad, de reuniones esquineras y de cielos abiertos para mirar para<br />

arriba, para recibir con mayor alegría el hálito de Dios.<br />

2.Comme il faut<br />

Recorriendo la literatura tanguera para indagar acerca de esta expresión, que es el título de un<br />

<strong>tango</strong> instrumental de Eduardo Arolas y grabado para la empresa Víctor en el año 1918, advertí<br />

que en la obra de Tomás de Lara y de Inés Leonilda Roncetti de Panti, ¨El Tema <strong>del</strong> Tango en<br />

la Literatura Argentina¨, es citado, en el ¨Indice Onomástico de Toda la Obra¨, con otra grafía y<br />

esta es ¨Comm´il Faut¨; en la ¨Antología Documental¨, de la misma obra, se incluye en un párrafo<br />

(Tulio Carella, ¨El Tango, Mito y Esencia¨, 1956) en el que se lo cita con la expresión ¨Comme il<br />

Faut¨, como <strong>tango</strong> con influencia parisina.<br />

Va de suyo que la expresión es francesa y no aparece como tal en los textos de francés a mi alcance,<br />

aunque sí los vocablos comme e il y no faut * . No hay duda que la expresión corresponde<br />

al francés y que significa ¨como debe ser¨, tal como lo documentó José Gobello en su ¨Diccionario<br />

de Voces Extranjeras Usadas en la Argentina¨. El mismo diccionarista –y más todavía escritor,<br />

poeta, letrista de <strong>tango</strong>s y milongas, intelectual crítico y uno de los investigadores más responsables<br />

de nuestro país- da referencias al uso en Enrique Loncan (¨Aldea Millonaria¨ y ¨Mirador Porteño¨;<br />

en esta última consigna: ¨en Buenos Aires no hay un restaurant ´comme il faut´ ¨) y Enrique<br />

Cadícamo (¨Los Inquilinos de la Noche¨: ¨y sabe hacer negocios comme-il-faut¨).<br />

Por mi parte debo agregar que este <strong>tango</strong> de Arolas fue uno de los más famosos, que yo conocía<br />

pero no el significado de la expresión, cuya pesquisa fue empujada por la preocupación <strong>del</strong> señor<br />

Jorge Tirabasso, sub-director de L.u.2 Radio Bahía Blanca, muy conocedor en estos temas y<br />

otros más.<br />

Así mismo, anoto que la expresión tuvo cierta difusión, como se ha visto, en la literatura, pero no<br />

a nivel popular; en este sentido nuestra expresión ¨como manda el código¨ ha sido insustituible.<br />

Ambas expresiones, la francesa y la criolla, tienen significación muy similar. Juan Bautista Devoto,<br />

en su libro de poesías ¨Barajas de la Noche¨, aclara en el vocabulario, que los ¨caferatas¨<br />

franceses definían así: ¨Comme il Faut¨ o de esta otra forma: ¨Cachet de Paname¨, por aquello<br />

de: ¨tiene el sello de París¨.<br />

3.¨Palermo¨<br />

a) Entre nombres y nombradía<br />

En el <strong>tango</strong> Palermo, con letra de Villalba y Bragna y música de Enrique Delfino, los poetas hablan<br />

<strong>del</strong> hipódromo antiguo; el personaje de este tema se expresa con sentimientos ambivalentes,<br />

manifiesta un reproche pero también su pasión por los ¨burros¨.<br />

Otro <strong>tango</strong>, que tiene música de Enrique Maciel, alude también al hipódromo; en la letra, de Celedonio<br />

E. Flores, de ¨Mala Entraña¨, escuchamos estos versos:<br />

¨en las noches de escolazo<br />

o en el circo de Palermo<br />

cuando a tacos y lonjazos<br />

ves perder por un pesquezo<br />

la moneda que tenés¨.<br />

(Obviamente, circo es sinónimo de hipódromo)<br />

Igualmente, en otro tema de Flores, ¨Pa lo que te va a Durar¨, con música de Guillermo Barbieri:<br />

¨Como tembló Palermo, cuando sacando vales<br />

pelaste la de cuero repleta de ´tovén´ ¨.<br />

Con relación al barrio, no debemos olvidar a Jorge Luis Borges, autor de ¨El Hombre de la Esquina<br />

Rosada¨, por su presencia en él. Y también ¨A Don Nicanor Paredes¨ (milonga, con música de<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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Astor Piazzola):<br />

¨No lo vi rígido y muerto.<br />

Ni siquiera lo vi enfermo.<br />

Lo veo con paso firme<br />

pisar su feudo, Palermo¨.<br />

El vocablo Palermo nos acerca no solamente al <strong>tango</strong> sino también al <strong>lunfardo</strong>. Con respecto a<br />

esto último, por la herencia lexicográfica y literaria de Juan Francisco Palermo, autor <strong>del</strong> ¨Diccionario<br />

Lunfardo¨(¿1921?) y de otra obra importante, de su autoría: ¨El Corazón <strong>del</strong> Arrabal¨ (1920).<br />

Asimismo, Palermo (Bartolomé) fue el seudónimo <strong>del</strong> guitarrista Bartolomé Basimiani, fundador<br />

de ¨Palermo Trio¨, que actuó en ¨El Viejo Almacén¨.<br />

Otro Palermo, como nombre comercial, nos trae a la memoria el <strong>del</strong> restaurante histórico, que fue<br />

muy famoso ámbito de diversión nocturna entre 1895 y 1910, con orquestas y bailarines de <strong>tango</strong>,<br />

ubicado en el Parque Tres de Febrero y que como era propiedad municipal se arrendaba. Uno<br />

de los arrendatarios fue Federico Hansen, que perpetuó el famoso nombre ¨Lo de Hansen¨, por<br />

alusión al restaurante Palermo, que dicho sea de paso y con verdad, además de lo expuesto fue<br />

cabaret y prostíbulo, frecuentado por ¨niños bien¨ y por gente de avería y de diversa laya. A Hansen<br />

lo reemplazó Anselmo R. Tarana, que disponía automóviles que en forma gratuita trasladaba<br />

a los clientes; este servicio debía solicitarse al teléfono 135, Palermo, U.T..<br />

Otro de los lugares fue el Palermo Palace, que era un salón de baile de <strong>tango</strong>, y que se mantuvo<br />

incólume durante más de tres décadas.<br />

Seguramente, hay muchísimo más para contar.<br />

b) Orígenes <strong>del</strong> barrio<br />

Se ha considerado que uno de los primeros ocupantes –sino el primero- de parte de las tierras <strong>del</strong><br />

hoy Palermo, fue un siciliano, Juan Domínguez, apellido español al que se agregó el nombre ¨Palermo¨<br />

(no se descarta que el propio Domínguez haya agregado el nombre, de la ciudad capital<br />

de la región de Sicilia, a su apellido).<br />

Al iniciarse el siglo XVII y durante diez años aproximadamente, Juan Domín-guez vendía carne en<br />

la ciudad, que traía de sus tierras, que, con el tiempo, habrían de ser parte <strong>del</strong> territorio <strong>del</strong> barrio.<br />

Estas tierras, las de Domínguez, eran llamadas ¨Campos de Palermo¨ (¿campos de Domínguez<br />

Palermo?) y habían sido ocupadas por él en 1590 y cultivadas con vides, frutales y trigo. Antes<br />

habían sido conocidas como ¨los bañados¨ y después, el lugar, como San Benito de Palermo.<br />

Jorge Luis Borges reconoce a Juan Manuel de Rosas como el fundador, al haber habilitado los<br />

terrenos de esa zona y otros que anexó. Allí Rosas instaló su casa, en el hoy cruce de la Avenida<br />

<strong>del</strong> Libertador con la Avenida Sarmiento (justamente dos nombres con sentimientos contrapuestos,<br />

con relación a Rosas: San Martín, amigo, y, Sarmiento, adversario).*<br />

Todo empezó entonces con la casa de Rosas, quien compró las tierras en las primeras décadas<br />

<strong>del</strong> siglo XIX, en sucesivas compras, en total 541 hectáreas; construyó allí su casona y rellenó los<br />

terrenos con tierra y mejoró los caminos.<br />

Ello nos hace pensar que los barrios reales son hechos por la gente y no emergen de proyectos<br />

preestablecidos. Surgen de las necesidades, de los impulsos vitales, de la fe y la solidaridad. El<br />

desarrollo de una comunidad está sujeto a numerosas circunstancias, además <strong>del</strong> planeamiento,<br />

en las que las motivaciones humanas operan como motor y empujan afectivamente a la creación.<br />

El sentimiento religioso de Rosas motivó la construcción de una capilla, a la que los negros que<br />

trabajaban en la casona la llamaron ¨San Benito de Palermo¨**.<br />

Rosas enviaba su correspondencia con ese nombre, Palermo. Después vino todo lo demás. El<br />

¨inmigrante¨ siciliano, Juan Domínguez, no se lo hubiera imaginado jamás.


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4.¿Existió ¨Milonguita¨?<br />

En la primavera de 1975, León Benarós publicó una nota titulada ¨Mito de Milonguita¨, en la cual<br />

lo hace aparecer a Ricardo M. Llanés –según las referidas palabras de éste- como creador de<br />

una fábula, al haberse referido tiempo antes a la existencia real de ¨Milonguita¨, la <strong>del</strong> <strong>tango</strong> famoso:<br />

¨la pebeta más linda ´e Chiclana¨.<br />

Destacó luego Llanes, que no hay que confundir el <strong>tango</strong> con el sainete ¨Milonguita¨, o con otro<br />

<strong>tango</strong>, ¨Melenita de Oro¨, dados a conocer en 1922, cuando ya había desaparecido físicamente la<br />

protagonista de la popularísima pieza de Linning y Delfino.<br />

Pero ¨Milonguita¨, la <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, tuvo vida realmente; y cuando tenía tan sólo 14 años aparentaba<br />

mucho más; y ya a los 15 parecía toda una mujer. Se llamó María Esther Dalto.<br />

Otros motivos de confusión consistieron en algunas versiones no verificadas, disímiles pero no<br />

contradictorias, porque todos apuntaban hacia calle Chiclana al 3000 y pico y hacia una joven<br />

muerta a los 15 años hacia 1919 o 1920, de nombre Esther, de apellido Dalto o también Torres.<br />

Hacia el año 1922 Llanés trabajaba en la Dirección de Arsenal de Guerra y allí se desempeñaba<br />

también un obrero de apellido Pereyra, que vivía en el barrio de Estercita (también Esthercita).<br />

Después de muchos años, Estercita fue recordada por Julián Centeya como de carne y hueso<br />

viviendo en una casita de ese barrio de Chiclana y 24 de noviembre.<br />

Entonces, don Ricardo se propuso verificar esa existencia; en compañía <strong>del</strong> poeta Antonio Magallanes<br />

y en el domicilio de una vecina, en el número 3150 de Chiclana, verificó con el testimonio<br />

de ella, la existencia de la pebeta, fallecida en la casa que tenía el número 3148. La historia se<br />

verificó con familiares, en varios domicilios de Buenos Aires.<br />

Después, en 1966, Juan Carlos Etcheverrigaray ubicó la partida de defunción cuya acta es <strong>del</strong><br />

11 de diciembre de 1920, donde se consigna que María Esther Dalto murió en ese domicilio, de<br />

meningitis, según el certificado <strong>del</strong> médico Genaro Giacobini, el fundador y líder <strong>del</strong> partido político<br />

Salud Pública.<br />

A mayor abundamiento, Francisco García Giménez escribió un recuerdo relacionado con el <strong>tango</strong><br />

¨Milonguita¨: sus autores, caminando por la calle donde vivió Estercita, la vieron y el poeta Linning<br />

enseguida escribió versos:<br />

¨Te acordás, ¨Milonguita¨, vos eras<br />

la pebeta más linda ´e Chiclana;<br />

la pollera cortona y las trenzas<br />

y en las trenzas un beso de sol...¨<br />

Y después, siguen los versos:<br />

¨Estercita...<br />

hoy te llaman ¨Milonguita¨.<br />

Flor de lujo y de placer,<br />

flor de noche y cabaret...¨<br />

5. Aquel calefón <strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨Cambalache¨<br />

La propensión a la rutina consuetudinaria, no pocas veces, impide la reflexión sobre las palabras<br />

que usamos frecuentemente. Así, entonces, ¨calefón¨ no generó análisis, hasta que el vecino formuló<br />

la indagación acordándose <strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨Cambalache¨, que –aunque sea superfluo el recuerdo-<br />

tiene letra y música de Enrique Santos Discépolo:<br />

¨Igual que en la vidriera irrespetuosa<br />

de los cambalaches<br />

se ha mezclao la vida,<br />

y herida por un sable sin remaches<br />

ves llorar la Biblia<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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contra un calefón...¨<br />

Discepolín lo escribió en 1935 y Sofía Bozán lo estrenó en la revista <strong>del</strong> Teatro Maipo. La palabra<br />

calefón circulaba en la Argentina desde hacía más de 15 años y sobre ella escribió José Gobello:<br />

¨Es lexicalización de Califont, marca de fábrica de un calentador de agua difundido en Buenos<br />

Aires durante la segunda década de este siglo¨. En el idioma español se lo había denominado,<br />

hasta ese momento, calentador de agua, pero el calentador, entre nosotros, tenía uso, difusión y<br />

presencia en la letrística gotanera, principalmente relacionado con el pucherete en la ¨morocha¨<br />

(olla) y en la pava para el matecito con bizcochitos. Como en la letra de Pascual Contursi:<br />

¨Siempre llevo bizcochitos<br />

pa´ tomar con matecitos¨.<br />

Hoy día no falta el calefón, como antiguamente no estaba ausente el calentador que, aunque con<br />

distinta función, en su más célebre especie tanguera quedó documentado para la eternidad en el<br />

poema ¨El Bulín de la Calle Ayacucho¨ <strong>del</strong> Negro Cele:<br />

¨El ¨primus¨ no me faltaba<br />

con su carga de aguardiente<br />

y habiendo agua caliente<br />

el mate era allí señor...¨.<br />

El tiempo pasa. El idioma se extiende y enriquece, con o sin la tecnología. La nostalgia, motivada<br />

por las cosas pequeñas y sencillas, empuja a los recuerdos de algo que fue y es aún, porque de<br />

algún modo sigue estando y no murió. Al menos para quien, remedando al <strong>tango</strong>, de noche cuando<br />

se acuesta no puede cerrar la puerta a la evocación.<br />

6. No te metás con Batata<br />

Seguramente, los nombres se originaron en determinadas características de las personas, vinculadas<br />

a su aspecto físico, a su comportamiento, trabajo, lugar que habitaba o a algún otro rasgo<br />

con el cual se lo identificaba, o grupo humano al que pertenecía.<br />

En algunas comunidades y en épocas no tan lejanas, a algunas personas le colocaron motes o<br />

epítetos, granjero o rey, siervo o señor, ya que no importaba su condición social.<br />

Siempre creí que esa costumbre argentina derivaba de los italianos, que han sido muchos en<br />

nuestro país, y, con más propiedad, de los sicilianos, mis coterráneos y paisanos.<br />

Pero...¿Por qué Batata? Aquí, entre nosotros, fue el nombre de un perrito publicitario. Décadas<br />

atrás no era difícil encontrar el vocablo, asignado a una persona de carne y hueso, por algún rasgo<br />

de su personalidad o por su oficio.<br />

El mote quedó improntado en una canción que interpretaba un dúo humorístico, cuyos versos<br />

decían:<br />

¨No te metás con Batata,<br />

porque Batata es mi amigo.<br />

No te metás con Batata.<br />

Yo sé por qué te lo digo¨.<br />

Tal canción era un <strong>tango</strong>, ¨El Irresistible¨, de Lorenzo Logatti. No tenía letra originariamente, pero,<br />

como se sabe, Carlos Pesce se dedicó a versificar composiciones de viejos músicos. Además,<br />

la letra fue adaptada por los cómicos, que eran Salvador Striano y Rafael Buono, que integrando<br />

el dúo eran más conocidos como Buono-Striano, que por ese tiempo ya habían abandonado su<br />

vocación de guitarristas.<br />

Nota: Otros versos decían así:<br />

¨No te metás con Batata,<br />

porque Batata es mi amigo.<br />

Si te metés con Batata,


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te las vas a ver conmigo¨.<br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

7. La cultura <strong>del</strong> ¨deber¨<br />

A más de un siglo <strong>del</strong> nacimiento de las letras de <strong>tango</strong>, su riqueza informa acerca de nuestra<br />

historia. En ellas están contenidas la vida argentina y la naturaleza <strong>del</strong> ser nacional, con sus múltiples<br />

facetas.<br />

Es posible penetrar en su intimidad, con sus grandezas y miserias.<br />

El análisis discepoliano, más científico que filosófico, pergeñó prospecti-vamente el itinerario de la<br />

decadencia y la corrupción, en uno de los lados <strong>del</strong> comportamiento humano.<br />

Hoy, no salimos <strong>del</strong> asombro y debemos recordar que ¨la razón la tiene el de más guita¨; que ¨la<br />

honradez la venden al contado y a la moral la dan por moneditas¨; que ¨no hay ninguna verdad<br />

que se resista frente a dos pesos moneda nacional¨; y que hace falta ¨empacar mucha moneda¨,<br />

¨vender el alma, rifar el corazón, tirar la poca decencia que te queda, plata, plata, y plata... plata<br />

otra vez¨.<br />

Entonces decimos todo esto como en la letra de ¨Que Vachaché¨, porque después, al fin de cuentas,<br />

queda la posibilidad <strong>del</strong> mangazo, y, total, la realidad y la experiencia ilustran sobre la actitud<br />

de ¨Mano a Mano¨, <strong>del</strong> Negro Cele:<br />

¨Y si alguna deuda chica<br />

sin querer se me ha olvidado<br />

¡en la cuenta <strong>del</strong> otario<br />

que tenés se la cargás!¨<br />

Pero volviendo a Discepolín, el buen ciudadano podría cantar como en ¨Chorra¨: ¨Entre todos me<br />

pelaron con la cero¨. Buscamos la explicación de la conducta <strong>del</strong> autoprovecho y la miopía y he<br />

aquí la pregunta y la respuesta: ¨¿Qué sapa Señor?¨; ¨que todo es demencia¨. Y hasta resulta<br />

superfluo el recuerdo de ¨Cambalache¨.<br />

Empero, generalizando, de la indagación de la mismísima entraña emergen algunos signos y<br />

señales: primero, la exaltación <strong>del</strong> tener y no <strong>del</strong> ser; segundo, la tendencia a la absolutización <strong>del</strong><br />

dinero; tercero, la actitud <strong>del</strong> pordiosero que ¨tira la manga¨ -pues éste es el origen de la expresión-;<br />

y, cuarto, como una falsa manifestación de nuestro crecimiento y de la ¨cultura <strong>del</strong> deber¨,<br />

el mangazo superlativo con la esperanza <strong>del</strong> olvido, porque así son, un tanto esperanzados, desprolijos<br />

y olvidadizos. Pero, eso sí, con buenos sentimientos, porque, al fin, está la Patria de por<br />

medio y el civismo se levanta majestuoso como enseñanza imperecedera.<br />

8.¨Telefoneá sin temor¨<br />

¨Un telefón que contesta... Juncal 12-24, telefoneá sin temor...¨ (<strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨A Media Luz¨)<br />

Los argentinos podríamos preguntarnos si, con las nuevas tarifas telefónicas, contestarán todos<br />

los teléfonos, como en el citado poema de Lenzi, porque, con mayores recursos desaparecerán a<br />

lo mejor los inconvenientes en el servicio y se incorporará tal vez tecnología de avanzada.<br />

En cambio, sabemos inequívocamente que nació el temor a las llamadas y las pulsaciones, por<br />

causa <strong>del</strong> aumento de lo que, en el campo <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> se denomina piolín con parlamento, telefunken,<br />

tubo, tele y morocho (esta última voz se originó cuando sólo había aparatos negros).<br />

Antes –como lo recordó un decano <strong>del</strong> periodismo, don José Barcia- se tiraba el dinero con el<br />

morocho en dirección a la bolsa <strong>del</strong> biromista (que es el que levanta juego); ahora, simplemente,<br />

se tira utilizando el aparato, cualquiera sea el motivo.<br />

También, por las mismas causas que las ya apuntadas, se irán terminando los ¨parlamentos¨ y<br />

nos queda el consuelo de volcarnos en un <strong>tango</strong> que a lo mejor escribimos con un solo dedo,<br />

para responder a la reflexión <strong>del</strong> letrista:¨Lindo parlamento el tuyo / pa´volcarlo en un gotán¨ (gotán<br />

es un vesrreísmo, que significa <strong>tango</strong>).<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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Son tarifas como ¨pa´que bailen los muchachos¨, no solamente los novios sino todo el mundo; son<br />

tarifas como para desechar el llamado de aquellos versos que dicen: ¨háblame, rompé el silencio¨.<br />

Y, así, por motivación de los ¨tarifazos¨, aprenderemos a respetar el silencio y a silenciar en todos<br />

los idiomas. Silencio en la noche, silencio en el día, silencio en las almas. Como para crear una<br />

vida mejor, porque, como dicen los adagios, para vivir en paz hay que ver y callar; o bienaventurados<br />

son los que no hablan; o, por último, es una virtud refrenar la lengua.<br />

Cuando se ahondan las crisis, al fin, caemos siempre en Discépolo. Se trate de ¨Cambalache¨, de<br />

¨Yira-Yira¨ o ¨Sin Palabras¨, donde escribió: ¨Sin palabras esta música va a herirte¨. Ahora se trata<br />

de una nueva música, la estanflación, que hace bailar a todos, incompatible con la imprecación<br />

<strong>del</strong> Nego Celedonio, cuando llegue la factura: ¨En la cuenta <strong>del</strong> otario que tenés, se la cargás¨.<br />

A los tangueros nos queda la esperanza de que, con la tecnología de avanzada, un día tengamos<br />

aparatos telefónicos con forma de bandoneón, con botonera en los costados para discar tecleando<br />

con un fuerte espíritu ciudadano las notas que corresponden a ¨uno busca lleno de esperanzas¨<br />

o ¨amargado, pobre y flaco, como perro de botón¨, o ¨con el pucho de la vida apretao entre<br />

los labios¨, en vez de números. De otro modo, nos conformaremos con cierta tecnología alternativa,<br />

volviendo a las señales de humo, como en los tiempos de Julián (no el <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, sino el<br />

cacique de la Bahía). ¡Total... todo queda en el folclore!<br />

9.<strong>Cosas</strong> de guapos y grafiteros<br />

¨Pasaron los años / y mis desengaños, / ya vengo a contarte / mi vieja pared...¨ (¨Madreselvas¨,<br />

<strong>tango</strong> de L.C. Amadori y F. Canaro)<br />

Antiguamente, con el punzón o estilo –que nuestros italianos inmigrantes usaron como arma<br />

blanca- escribían en tablas enceradas; también, se hacían inscripciones en los monumentos. Hoy,<br />

se hacen en las paredes y son distintas, en el contenido y por los medios empleados. Recorriendo<br />

los <strong>tango</strong>s, asumimos que los guapos fueron precursores <strong>del</strong> graffito o, en plural, graffiti, y a pesar<br />

de que usaron el cuchillo fueron muy poco dañinos con las paredes y, además, lo hicieron para<br />

grabar sentimientos amorosos, como en la letra de ¨Melodía de Arrabal¨, de Batistella, Le Pera y<br />

Gar<strong>del</strong>:<br />

¨en tus muros con mi acero<br />

yo grabé nombres que quiero¨.<br />

Es obvio que, en estos versos, acero es sinónimo de cuchillo. Se refiere a los muros de las esquinas,<br />

no a las paredes <strong>del</strong> frente de las casas; una vieja costumbre era reunirse en la esquina, y<br />

no utilizo esta palabra como sinónimo de pulpería o boliche o despacho de bebidas, como se usó<br />

en otra época; recuérdense los versos de ¨Corrientes y Esmeralda¨, <strong>del</strong> negro Flores y Pracánico:<br />

¨Amainaron guapos junto a tus ochavas<br />

cuando un cajetilla los calzó de cross¨.<br />

Hablamos de paredes sin madreselvas en flor, la de la sombra compañera de la niñez, las que<br />

sorprendieron el amor y la de la humilde caricia, y de las paredes de los picados que dieron nombre<br />

a la figura futbolística. Hablamos <strong>del</strong> paredón de ¨Sur¨ (de Manzi y Troilo) y de ¨Tinta Roja¨<br />

(Castillo y Piana):<br />

¨Paredón, tinta roja en el gris <strong>del</strong> ayer...<br />

tu emoción de ladrillo, feliz¨.<br />

De las inscripciones de hace 2500 años a las de ahora, ¨pasaron los años¨, como en el <strong>tango</strong>. No<br />

sólo se mantuvo la costumbre sino que creció y se deformó; sobrevivió en las tumbas, en ciertos<br />

edificios y cementerios y casi no queda pared libre de inscripciones. También, este tema podrá<br />

ser objeto de una monografía o una obra antropológica o recopilación (ya algo hizo el periodista<br />

Osvaldo Marzullo, con su libro ¨¡Viva el Graffiti!¨).<br />

Como muestra representativa quiero decir que las inscripciones oficiales tenían justificación. En<br />

el cementerio de Montelepre, en Sicilia, donde están los restos de Salvatore Giuliano, puede


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

leerse, más o menos: ¨Fuimos como ustedes, ustedes serán como nosotros¨. O si no, también<br />

como muestra, recorriendo las preguntas de Sócrates a Eutidemo: ¨Dime, Eutidemo, ¿has estado<br />

alguna vez en Delfos?¨ ¨Sí, en dos ocasiones¨. ¨¿Y no has visto lo que está escrito en la pared<br />

<strong>del</strong> templo: Conócete a ti mismo?¨ ¨Sí¨ ¨¿Y no has pensado sobre lo que quiere decir esa inscripción<br />

ni buscado obedecerla tratando de examinarte a ti mismo, averiguando qué clase de sujeto<br />

eres?¨.<br />

A más de 400 años a.C., el filósofo siciliano Empédocles dijo que la evolución mental implicaba<br />

ir <strong>del</strong> salvajismo a la civilización. Pero cuando uno ve las paredes <strong>del</strong> ¨Siglo XX, cambalache /<br />

problemático y febril¨, no puede sostener el evolucionismo empedocliano. Antes, había paredes y<br />

pintura, no aerosol, pero la gente estaba ocupada en otros menesteres. Ahora hay graffiti, algunos<br />

aceptables, pero hay muchos que atropellan sin permiso, porque el grafitero hace como el<br />

guapo de ¨Milonga <strong>del</strong> 900¨, de Manzi y Piana:<br />

¨donde me invitan me quedo<br />

y donde sobro también¨<br />

¡De puro guapo, no más!<br />

10. De qué vereda hablamos<br />

¨Hoy ya triste en la gayola y sin la mina, campaneando un cacho e´sol en la ¨vedera¨.<br />

(¨El Ciruja¨, <strong>tango</strong> de Marino y De la Cruz)<br />

Todo el mundo escribe y habla, hoy, de la vereda, de esa misma que antaño era el escenario de<br />

la gente que salía a ¨puertear¨, a sentarse allí en las tardes y en las noches de verano, aunque no<br />

había veranos como los de ahora. Entonces veíamos, también, el mate ¨chancleteado¨, que era el<br />

que la ¨patrona¨ llevaba, en chancletas, desde la cocina de la casa a la puerta de la calle, donde<br />

estaba el hombre, lo que fue una de las manifestaciones <strong>del</strong> machismo argentino. Hoy día, de vez<br />

en cuando y en algún barrio, se repite la escena, con distinto estado de ánimo y como en el citado<br />

<strong>tango</strong>: ¨Como con bronca y junando / de rabo de ojo a un costado¨.<br />

Saliendo de la veredita <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, he de citar otros versos, los de la canción: ¨De vereda a vereda<br />

/ de balcón a balcón¨. Porque la cosa está, para unos, como para ¨balconeo¨. Algunos podrán<br />

cantar aquello de que: ¨Voy... por la vereda tropical¨. Y los chicos podrán recordar otro poemita<br />

antiguo como popular:<br />

¨Los zapatitos me aprietan,<br />

las medias me dan calor;<br />

la muchachita de enfrente<br />

me tiene loco de amor¨.<br />

Ahora, es claro, hay otros que no saben qué quieren, o por dónde andan:<br />

¨¡Decí por Dios, qué me has dao<br />

que estoy tan cambiao<br />

no sé más quién soy!...¨.<br />

Corresponden a la letra <strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨Malevaje¨, de Filiberto y Discépolo, y representan la pérdida de<br />

identidad y la anomia, o la confusión. Perón había dicho de Gar<strong>del</strong> que estaba confundido, como<br />

tantos, en su tiempo, en la faz política, cuando creyó que cierta letra no debía cantarla para no<br />

ofender a Barceló. Se trataba de ¨Dónde Hay Un Mango...¨<br />

En cambio, la queja se ubica en ¨Milonga <strong>del</strong> 900¨, de Piana y Manzi:<br />

¨Me gusta lo desparejo<br />

y no voy por la ¨vereda¨.<br />

Y asimismo:<br />

¨No me gusta el empedrao<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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ni me doy con lo moderno¨.<br />

Al fin de cuentas el <strong>tango</strong>, según se ha dicho, además de ser un sentimiento triste que se baila es,<br />

igualmente, el libro de quejas <strong>del</strong> arrabal. Y lo será, pues la crisis económica y la mufa social seguirán<br />

dándole vigencia. Esto forma parte de una realidad innegable, la misma que describió con<br />

algunos cuentos la periodista Mary Ablin, en su libro prologado por César Tiempo, ¨Entre la Mufa<br />

y el Miedo¨. Realidad de veredas rotas y raíces que pugnan por crear veredas debajo de la tierra.<br />

A propósito de Tiempo (se llamaba Israel Zeitlin), la última vez que hablé con él, después de una<br />

reunión de la Academia Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, me habló de las veredas <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y de la historia.<br />

Para terminar, quiero recordar que la vereda es, siempre, un camino angosto, como angostas son<br />

ciertas calles. La palabra es tan antigua como el latín: veredus, tiene registro en el siglo VIII. Sujeta<br />

a la ordenanza municipal, que tendrá que modificarse de acuerdo a los tiempos que corren,<br />

como para hacer a uno entrar en vereda, que es decir imponer el cumplimiento <strong>del</strong> deber cívico,<br />

que, como diría V. Massuh, es el llamado de la patria grande. Generalmente, las veredas corren<br />

como líneas paralelas. Sin embargo, en la tierra mercedina, la cueca de J. A. Zabala, ¨La Calle<br />

Angosta¨, un clásico <strong>del</strong> repertorio folclórico, nos habla de una calle angosta que tiene solamente<br />

una vereda, la que ¨en los Alamos comienza / y en el Molino termina:<br />

¨Calle angosta, calle angosta,<br />

la de una vereda sola¨.<br />

11.Cartas y <strong>tango</strong>s<br />

Ya, pocos desconocen el valor de las cartas en las cosas humanas. Más, todavía, en estos días,<br />

en nuestra ciudad, a raíz <strong>del</strong> hallazgo en el galpón de una vivienda de nuestro medio.<br />

Las misivas o epístolas –por puntualizar los sinónimos más conocidos- han sido de singular<br />

atención para el estudio de la historia, sin desconocer las razones prácticas. Más, Alexis Carrel,<br />

Premio Nobel de Medicina, publicó una carta que se conoció en todo el mundo –y hoy continúa<br />

reproduciéndose-, relacionada con la curación de las enfermedades por medio de la oración.<br />

El valor literario fue analizado por Antoine Albalat, en su libro ¨El Arte de Escribir¨, pero en la Argentina<br />

se destacó en las letras de los <strong>tango</strong>s y milongas, canales de las historias, sentimientos y<br />

situaciones de la vida humana propia, local.<br />

Una de ellas, ¨Te Aconsejo que me Olvides¨ (<strong>tango</strong> de Jorge Curi, el poema, y de Pedro M. Maffia,<br />

la música) pone fin a una relación amorosa:<br />

¨Recibí tu última carta, en la cual tú me decías:<br />

´Te aconsejo que me olvides´; todo ha muerto entre los dos;¨.<br />

Cátulo Castillo y Enrique S. Discépolo escribieron ¨Mensaje¨, también <strong>tango</strong>. Juan B. Fulginitti, en<br />

¨Llorando la Carta¨, trae el recuerdo <strong>del</strong> origen de esa expresión distinta y esta es ¨llorando sobre<br />

la carta¨, porque se utilizaba una misiva, u otros papeles, con contenido patético, para sacarle<br />

dinero a la gente.<br />

¨Por un Papel¨ es el título de otro <strong>tango</strong>, con letra de Silvio Soldán y música de José Basso:<br />

¨Un papel<br />

testigo ocasional<br />

clavó bajo mi piel<br />

mensaje final¨.<br />

Otra historia transmite la angustia <strong>del</strong> preso que escribe a su madre indagando sobre la traición<br />

de una ingrata mujer. La letra es de Miguel Bucino, ¨Una Carta¨, que comienza con el recitado:<br />

¨Lloró el malevo esa noche sobre el piso de cemento<br />

y un gesto imponente y fiero en su cara se pintó,<br />

tomó la pluma con rabia y mientras ahogaba un lamento<br />

a su madre inolvidable esta carta le escribió...¨.<br />

¿Qué no se ha registrado, en cuanto a cartas, en las letras? Cartas viejas; misivas enviadas


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

desde el Cielo por ¨los muchachos de allá arriba¨, los muchachos <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, se entiende, que se<br />

fueron dejando la estela de obras y emociones; y cartas también con el mensaje conmovedor <strong>del</strong><br />

penado 14 o el sueño <strong>del</strong> pibe, que, en nuestro país, es un sueño especial de éxito vinculado al<br />

fútbol. En fin, en las cartas de las letras de <strong>tango</strong>s, milongas y valses, todo se entrevera, como en<br />

¨Cambalache¨, de Discepolín:<br />

¨Mezclao con Stavisky va Don Bosco<br />

y ´La Mignón´,<br />

Don Chicho y Napoleón,<br />

Carnera y San Martín...¨.<br />

12.El negro Shicoba<br />

Se trata de un <strong>tango</strong> que aparecen diversas fuentes con diversidad de títulos, además <strong>del</strong> elegido<br />

por mí: ¨El Negro Chicoba¨, ¨El Chicoba¨, ¨El Negro Shicoba¨ y ¨Yo Soy un Negrito Fino¨.<br />

Schicoba o schicoba significa (en la jerga bozal, es decir el ¨vocabulario¨ de los negros ¨afincados¨<br />

en nuestro país y que incorporaron el lenguaje local), ´escobero´ ´bastonero´; el primero era<br />

vendedor de escobas y el segundo era el encargado de marcar el orden de las parejas durante el<br />

baile <strong>del</strong> candombe. Por una caricatura que data de 1867 me inclino a pensar que vendía escobas<br />

y plumeros.<br />

La letra se basó en este personaje, pero no pocos investigadores rumbearon por otro lado para<br />

encontrar significado a la palabra schicoba. Así, por ejemplo, se afirmó que debía traducirse como<br />

´el chico va´, por alusión al chico que hacía los mandados en los prostíbulos o al chico ¨mandado<br />

al fondo¨ (¿al baño? ¿al fondo <strong>del</strong> patio?) cuando se lo quería excluir de alguna escena (¿familiar?<br />

¿sexual? ¿propia <strong>del</strong> prostíbulo?).<br />

La pieza (¿<strong>tango</strong>?) es atribuible –y hasta podría decirse sin controversia- a José María Palazuelos,<br />

en cuanto a la música, y la letra al actor y cantante panameño Germán McKay, porque forma<br />

parte <strong>del</strong> texto de una obra teatral. El <strong>tango</strong> está hecho a la manera andaluza sobre el tema<br />

negro, ¨como muchos de los que nos trajo el teatro hispano¨, en la opinión de Roberto Selles, que<br />

es producto de una muy buena labor investigativa.<br />

José María Palazuelos es ubicado como violinista en 1891 (su <strong>tango</strong> data de mucho tiempo atrás,<br />

como veremos) y también como organista de la Catedral de Buenos Aires. El cuadro teatral de ¨El<br />

Negro Schicoba¨, ¨tenía, evidentemente, una intención cómica, como la tuvo la mayor parte <strong>del</strong><br />

<strong>tango</strong> primitivo¨, afirma Jorge Palacio, en su libro ¨El Humor en el Tango¨.<br />

Pero Andrés Chinarro, en su libro ¨El Tango y su Rebeldía¨ sostiene que el <strong>tango</strong> se ejecutó como<br />

¨El Chicoba¨, en 1865, como de autor anónimo. La edición correspondería a 1867 (confer Vicente<br />

Gesualdo), y Pedro Orgambide en su artículo incluido en la obra ¨Tangueando¨ agrega que se<br />

bailó por primera vez en Montevideo, en 1866. Observo que en no pocas ocasiones se puntualizan<br />

referencias sin indicación de la fuente precisa, lo que en casos podría justificarse, dado que si<br />

hay diferencias en las distintas ediciones de la biblia como mayor razón pueden existir imprecisiones<br />

o diferencias en temas de infrahistoria.<br />

La letra obtenida por Roberto Selles es la siguiente:<br />

¨Yo soy un neglito, niñas,<br />

que pasa siemple po´acá;<br />

vendo plumelos, schicobas,<br />

y nadie quiele complá.<br />

Selá polque soy tan neglo<br />

que pasa de rigulá,<br />

y todas las niñas juyen<br />

que palecen asustás.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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Yo soy neglito, niñas,<br />

que le guta fandangueá<br />

y, a la que le hago un pilopo,<br />

bien plonto está cololá¨.<br />

Supone el citado escritor, poeta e investigador Selles que se habrían agrega-do cuartetas espúreas,<br />

a saber:<br />

1)<br />

¨Las niñas me estlañan cuando<br />

no se me oye ni me ven,<br />

eso es polque llueve tanto<br />

que el balo ensucia lo pié.<br />

Un <strong>tango</strong>, carán cun <strong>tango</strong>;<br />

un <strong>tango</strong> carán cun té,<br />

te doy un beso en la frente, *<br />

ahora que nadie nos ve¨.<br />

Interpretando estos versos no parecen ser congruentes con los anteriores; estos últimos expresan<br />

una relación preexistente entre el negro y la niña, y en los anteriores es al revés. Nótese que<br />

Homero Manzi hizo un remedo de los dos primeros versos de la segunda cuarteta e incorporados<br />

a la milonga ¨Juan Manuel¨.<br />

2) Otra variante, señalada por Selles, incluida en su trabajo acerca de ¨Las Primeras Letras de<br />

Tango¨:<br />

¨Un <strong>tango</strong>, carán cum <strong>tango</strong>:<br />

un <strong>tango</strong>, carán cum té,<br />

dame un besito morena,<br />

ahora que nadie nos ve¨.<br />

Adviértese aquí la voz ¨ahora¨ y no ¨ahola¨, como correspondería a la jerga bozal.<br />

Dice, finalmente, Selles que al folclorizarse se conocieron diferentes versio-nes.<br />

Indudablemente existen resistencias para admitir <strong>tango</strong>s en épocas remotas. Generalmente se<br />

parte de la segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX. Si comparamos los <strong>tango</strong>s, a partir de ¨El Negro Shicoba¨<br />

podríamos notar que se trata de especies muy distintas. Entre éste y el <strong>tango</strong> romanza o entre<br />

éste y el <strong>tango</strong> vanguardista hay muchas distancias.<br />

Sostengo que el <strong>tango</strong> es una resultante cultural, artístico-musical-literaria, y es tal que cambia<br />

permanentemente porque la vida total es cambiadiza. En mi libro inédito, ¨Orígenes Remotos <strong>del</strong><br />

Tango¨, trato de demostrar orígenes más antiguos todavía, señalando posibles ingredientes que<br />

por diversas circunstancias se habrían de incorporar con el tiempo al ¨fenómeno <strong>tango</strong>¨.<br />

Así que no cabe sostener que el <strong>tango</strong> nació en tal lugar y en precisa fecha. Tampoco con respecto<br />

al <strong>tango</strong> canción, cuando se lo ubica en 1917, por el solo hecho de que la letra se ajusta<br />

a la estructura musical de modo perfecto u otros motivos, pues como vemos, lo substancial está<br />

en que tiempo atrás existieron <strong>tango</strong>s con letra, y aunque a algunos se los califique de otro modo<br />

(cuplé, etcétera).<br />

13.El <strong>tango</strong>, el <strong>lunfardo</strong> y la electricidad<br />

El <strong>tango</strong> y el <strong>lunfardo</strong> informan acerca de nuestra historia, nuestra vida, en cuya cultura aparecen<br />

todas las cosas <strong>del</strong> progreso argentino, es decir de nuestro desenvolvimiento como comunidad<br />

nacional, desde el bailongo –provocador, en su origen-, hasta la electricidad transformadora.<br />

¡Todo está en todo y todo está en paz! Ningún compadrito se molestó por la invención de la botella<br />

de Leyden, primera forma <strong>del</strong> condensador eléctrico, ni por la luz que sustituyó al farol que<br />

alumbraba a sebo o a querosén. Igual, el compadrito, siguió milongueando y chupando ginebra de


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

las botellas de Bols.<br />

Los tranvías tirados por caballos recibían los servicios de Angel Villoldo, que también fue cuarteador<br />

de tránguays, así como de otros personajes <strong>del</strong> <strong>tango</strong> de la prehistoria; esos tranvías fueron<br />

sustituídos por los eléctricos (en San Pablo, designados ¨bondis¨ porque la empresa que los estableció<br />

abrió una suscripción popular, con lo cual la gente adquiría bonds, acciones). Unos y otros<br />

fueron evocados por numerosas letras tangueras; una de ellas expresaba:<br />

¨Talán, talán, talán...<br />

pasa el tranvía por Tucumán...¨.<br />

Es el <strong>tango</strong> cuya música pertenece a Enrique Delfino; su letra es de Alberto Vacarezza.<br />

La poesía lunfa habló <strong>del</strong> final <strong>del</strong> tranvía:<br />

¨Pero al fin tu destino fue muy cierto:<br />

te obligaron a un piro y a un adiós.<br />

Che, tranguai, yo lo siento como vos<br />

(Menos mal que Gar<strong>del</strong> ya estaba muerto).<br />

Estos versos pertenecen a Yelma Baldi.<br />

Después aparecieron los troley y el personaje <strong>del</strong> <strong>tango</strong> que salió a la calle desconcertado no<br />

supo qué trole hay que tomar.<br />

La electricidad generó versos y lunfardismos. Por ejemplo, Minguito Tinguitella definió que ¨prendérsele<br />

la lamparita¨ es ¨avivarse de un golpe o ispirarse pa´cer una cosa¨, igual que el que escribe<br />

la presente. Del mismo Mingo nacieron otros conceptos, a saber: faroles son los ojos brujos<br />

de nami pulenta, que te estruja el de la zurda; también, son los sovas grandes p´al vino, o chopes<br />

grandes pa´la cerveza; y farolero es el escombrero, espamentoso, tipo que se hace ver de puro<br />

fanfa.<br />

En el <strong>tango</strong> cuya música es de Enrique Delfino y letra de Alberto Vacarezza, se mezcló –la electricidad-<br />

con los burros y el doping turfístico: el <strong>tango</strong> es ¨Tirate un Lance¨:<br />

¨Tirate un lance hoy corre la gringa,<br />

ponele el paco, no va´perder...<br />

la avena eléctrica y la jeringa<br />

son las virtudes de su entrenier...¨.<br />

Pero la electricidad tuvo, asimismo, su derrota, vencida por el amor, la frustración y la ausencia<br />

de la mina:<br />

¨Y la lámpara <strong>del</strong> cuarto<br />

también tu ausencia ha sentido<br />

porque su luz no ha querido<br />

mi noche triste alumbrar¨.<br />

Como es sabido, esta letra pertenece a Pascual Contursi, y la música a Samuel Castriota. Con<br />

este <strong>tango</strong>, ¨Mi Noche Triste¨, según algunos, se fundó el <strong>tango</strong> canción. A pocos años la grabación<br />

eléctrica sustituyó al sistema de grabación acústico. Gracias a la radio y al espectro radioeléctrico,<br />

el <strong>tango</strong> se difundió en todo el país y en los países limítrofes. Con el correr <strong>del</strong> tiempo,<br />

algunos directores incorporaron a sus orquestas instrumentos eléctricos. Pero subsistieron los<br />

otros: la viola (guitarra criolla), el dientudo (piano y el actual sintetizador), el ropero (contrabajo)<br />

y el cusifai, bandola, bandoleón, mandola, mandolión, fueye, jaula, jaulita, funebrero, arrugado<br />

(bandoneón).<br />

El <strong>tango</strong> tiene una deuda chica, que sin querer se le ha escapado, con el combinado, el winco y<br />

todo lo que vino más tarde, apurado, como un pingo corrido por Legui.<br />

Por lo demás, en el <strong>lunfardo</strong>, ¨estar sin luz¨ es estar seco, pato, ciego; es andar como de la cuarta<br />

al pértigo, mishio, mistongo, mistonguero, águila, aguilera, aguilucho, banda, bandeado, cortado,<br />

desplumado, Escasany, forfai, fundido, gato, lánguido, limpio, palmado, regalado, sequeiro, shome,<br />

tronado, en yanta y muchas otras lindezas de la parla lunfardiola.<br />

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La falta de electricidad, además de ayudar a la explosión demográfica –por causa de paredones,<br />

zaguanes y portones, evocados por los <strong>tango</strong>s- inspiró a Cátulo Castillo, poeta, y a Mariano Mores,<br />

en el <strong>tango</strong> ¨La Calesita¨:<br />

¨Llora la calesita<br />

de la esquinita<br />

sombría...¨.<br />

Y, entre corte y corte, el pobre Carlitos tuvo que adivinar el parpadeo de las luces que a lo lejos<br />

marcaron su retorno. Bajo la luz de los faroles <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, esperó coqueta la pebeta, linda como<br />

una flor; los compadres se trenzaron en duelo criollo; los chorizos hacían sus laburos de blanca<br />

–que era robar de noche, con luz artificial- y escrusharon, con ganzúa y yira –que era la linterna-,<br />

en las viudas –que eran las casas cuyos moradores estaban ausentes momentáneamente y que<br />

para que nos los afanen dejaban la luz de lamparita, prendida, en el patio.<br />

XVII<br />

EN EL SUR ARGENTINO<br />

1. El <strong>tango</strong> y el <strong>lunfardo</strong> en Bahía Blanca<br />

a)Es muy grato y alentador que en Buenos Aires se manifieste el interés –como lo han reflejado<br />

Don José Gobello y algunas publicaciones- por conocer el estado actual <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong><br />

en la ciudad de Bahía Blanca, donde ostensiblemente existe un vigoroso movimiento tanguero y<br />

una extraordinaria difusión de los estudios de lunfardía.<br />

Desde más de dos décadas existen varias instituciones, que trabajan activa y cotidianamente:<br />

¨Juan Carlos Cobián¨, ¨Carlos Di Sarli¨, ¨Asociación Gar<strong>del</strong>iana¨ y muchas otras pertenecientes a<br />

localidades cercanas, con algunas de las que existe contacto de modo intermitente.<br />

La ciudad tiene grupos musicales permanentes y no pocos que actúan transitoriamente, sin componentes<br />

fijos.<br />

Los aniversarios que motivan mayor actividad se relacionan con nuestra gente, con Gar<strong>del</strong>, con el<br />

Día <strong>del</strong> Bandoneón, en el que son invitados más de cien fueyistas de Bahía Blanca y la zona.<br />

El <strong>tango</strong> y el <strong>lunfardo</strong> tienen cabida amplia en los medios de comunicación masiva, con columnas<br />

permanentes en la prensa escrita (diarios y revistas que totalizan más de 40.000 ejemplares); con<br />

programas en emisoras AM (tres) y FM (treinta y dos); un programa en televisión sobre <strong>tango</strong> y<br />

otro de la Universidad Nacional <strong>del</strong> Sur que incluye el micro ¨Lunfardeando¨.<br />

Tango y <strong>lunfardo</strong> gozan de amplio apoyo de las autoridades municipales e instituciones, aunque<br />

no económico, lo que favorece la realización de recitales y conferencias; reuniones en grupos de<br />

trabajo y una singular actividad en colegios secundarios, institutos terciarios y la Universidad Nacional<br />

<strong>del</strong> Sur, donde se está considerando la posibilidad de incluir un suplemento permanente en<br />

su revista sobre ¨<strong>tango</strong> y <strong>lunfardo</strong>¨.<br />

En los últimos años han nacido varias editoriales y grabadoras, con intensa labor y significativa<br />

producción; se han editado libros y partituras. Por razones que no pueden ser analizados aquí, en<br />

las casas comerciales no se ofrecen partituras y sólo llegan obras en un ínfimo porcentaje de las<br />

que se publican en Buenos Aires. Los autores requeridos y sin duda alguna más citados y recordados<br />

son, en primer lugar, José Gobello y, en otros aspectos más específicos, Luis A. Sierra.<br />

El <strong>tango</strong> tiene su lugar en los coros de la ciudad, en el reconocimiento que ésta le da a sus cultores,<br />

memorándolos al designar con sus nombres a plazas, paseos, calles y, por sobre todo, lo que


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

se ha difundido mucho últimamente, la colocación de visibles y grandes referencias históricas en<br />

las veredas de las casas donde vivieron u otros sitios.<br />

Merecen citarse la labor de la artesana <strong>del</strong> bandoneón, Olga Bruñini, sucesora de Humberto<br />

Bruñini, su padre, a quien recurriera en una oportunidad Astor Piazzolla, y que atiende las necesidades<br />

de una vasta zona. Algunas manifestaciones <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong> locales han sido<br />

declaradas de interés provincial y municipal. Asimismo, es muy fuerte la enseñanza <strong>del</strong> baile en<br />

instituciones y dentro <strong>del</strong> sistema educativo, desde los jardines de infantes. Por último, la ciudad<br />

ha reivindicado el café, como ámbito propio, esto es, en este caso, ¨Avenida Esquina Tango¨.<br />

b)El <strong>tango</strong> está presente permanentemente en Bahía Blanca. Se trata de su contemporaneidad,<br />

además de su realidad, que es la historia que constituye su personería, diversa en un extenso<br />

itinerario, con sus cambios, tanto en el aspecto musical como literario.<br />

Son varias las peñas que constantemente le dan vigencia activa y relevante. La prensa escrita<br />

destina espacios que la comunidad local frecuenta con satisfacción y la radiodifusión transmite<br />

programas y grabaciones gratas al oído y al espíritu de quienes tuvieron sus vivencias propias, en<br />

los tiempos en que sus vidas fueron separando hojas de los almanaques y asistiendo a las transfor-maciones<br />

de nuestra cultura nacional, en este lado que tiene el signo de un popularidad ganada<br />

porque expresa esencias que son de nuestro ser.<br />

Las autoridades públicas han sido sensibles al responder a los requerimientos de sus cultores y<br />

de las instituciones dedicadas a su difusión y enseñanza, se trate de la evocación o de agradecer<br />

el tránsito de los Maestros e intérpretes que dejaron su huella y que prestigiaron a la ciudad,<br />

como hijos de ella o aquerenciados a ella, física o espiritualmente.<br />

En el orbe educativo hemos comprobado el estudio <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, el análisis de las letras populares,<br />

la enseñanza <strong>del</strong> baile y <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, las tareas de investigación y los trabajos –breves o monográficos-,<br />

las clases dictadas en colegios secundarios, el interés de algunas docentes de la escuela<br />

primaria y hasta un taller de <strong>tango</strong> en los jardines de infantes, tarea que se lleva a cabo con<br />

el apoyo de la subsecretaría de Cultura Municipal.<br />

El conocimiento <strong>del</strong> vocabulario <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, que ya es ingrediente importante <strong>del</strong> idioma nacional,<br />

reconoce muchas horas de diálogo con alumnos secundarios y hasta un seminario; un motivo<br />

para pesquisar sobre las relaciones <strong>del</strong> <strong>lunfardo</strong>, con el italiano, con el francés, con el español,<br />

con el latín, y con autores clásicos con que se nutrió nuestra cultura, particularmente Cervantes y<br />

Alighieri, pues el español y el italiano sin el cimiento <strong>del</strong> habla de los argentinos.<br />

Algunas obras, como las de José Gobello, han pasado a ser fuentes de consultas permanentes.<br />

En el orbe hemerográfico, ¨La Nueva Provincia¨ incita al conocimiento de letras y personajes,<br />

músicos y conjuntos, pasado y presente <strong>del</strong> <strong>tango</strong>; la etimología, la semántica y las referencias<br />

lexicográficas o literarias de su letrística.<br />

La ciudad cuenta ya con numerosos autores, de letra y música; en casos asociados con otros de<br />

renombre nacional, con interpretaciones y grabaciones conocidas en todo el país. Tiene, asimismo,<br />

comentaristas e historiadores, por lo que son varias las obras que se están elaborando en el<br />

campo de la cultura popular. Más como los bahienses son muy conocedores <strong>del</strong> tema, plantean<br />

exigencias que obligan a una mayor responsabilidad en un quehacer empujado por una de las<br />

pasiones argentinas.<br />

c)Históricamente, Bahía Blanca fue un ámbito propicio para la música, el baile y la canción, en<br />

todas sus expresiones criollistas, <strong>del</strong> campo y de la ciudad.<br />

Su gente no permaneció ajena a los fandangos, las antiguas milongas documentadas por los<br />

historiadores y comunes a las que José Hernández registró en la gran obra nacional, ¨El Gaucho<br />

Martín Fierro¨, en 1872.<br />

En instancias posteriores asistió al influjo <strong>del</strong> fenómeno <strong>tango</strong> y absorbió el desarrollo producido<br />

desde la megalópolis, Buenos Aires, la Reina <strong>del</strong> Plata. Y le aportó creadores y cultores, con<br />

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esencias que sintetizaban las culturas rural y ciudadana, en lo que se refiere a música, letras y<br />

querencias argentinistas, folclóricas y lugareñas, conformando tradiciones con supervivencias y<br />

vibraciones constantes.<br />

De ello son paradigmas Augusto P. Berto, autor <strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨La Payanca¨; Juan Carlos Cobián,<br />

bahiense por adopción, autor de ¨La Casita de mis Viejos¨ (por alusión al hogar paterno, ubicado<br />

en Moreno 310, de Bahía Blanca); Carlos Di Sarli, cuya vigorosa inspiración se hace ostensible<br />

en el <strong>tango</strong> ¨Bahía Blanca¨.<br />

La ciudad recuerda con orgullo a sus hijos Francisco Amor, Armando Lacava, Roberto Achával,<br />

Héctor Silva, Raúl Girou, Nicolás Tauro, Luis Bonnat, Juan Carlos Marambio Catán (coautor de la<br />

letra de ¨El Choclo¨). Igualmente, entre los fallecidos, al luthier Humberto Bruñini, al poeta Mario<br />

Iaquinandi y a muchos otros reconocidos por el espíritu popular.<br />

El ¨movimiento¨ tanguista bahiense se destaca por su vigor y trascendencia, en la composición, la<br />

letrística, la danza; sus manifestaciones diversas, que tienen lugar en el teatro, el club, las instituciones<br />

sociales y los lugares públicos.<br />

Bahía Blanca reivindicó el café como santuario de la tanguidad y la típica milonga donde se advierte<br />

la pasión de gentes de distintas edades y condiciones, que mejoran el arte por la enseñanza<br />

difundida a nivel privado y estatal. El <strong>tango</strong> ha sido objeto de investigaciones, publicaciones,<br />

seminarios, cursos y conferencias, en forma constante; peñas e instituciones diversas concurren<br />

a su enriquecimiento, contando con el apoyo fervoroso de los medios de comunicación masiva,<br />

que brindan sus columnas y espacios para programas de radio y televisión, lo que es notable y<br />

comprueba el significado vigente de una cultura que crea motivaciones a jóvenes y adultos, que,<br />

además han reparado con inusitado fervor en el conocimiento y difusión <strong>del</strong> lenguaje popular <strong>del</strong><br />

<strong>tango</strong>, particularmente el <strong>lunfardo</strong>, y en los aportes de las artes plásticas, <strong>del</strong> teatro y la historia<br />

popular.<br />

El <strong>tango</strong> bahiense ¨Hermano Sur¨ identifica a la ciudad de Bahía Blanca con la geografía <strong>del</strong> sur<br />

argentino y con el pueblo de la región, que acogió a distintos contingentes humanos inmigrados;<br />

muestra el signo de su gente, el escenario ciudadano, sus valores, sueños y sentimientos, en la<br />

sencillez de una vida de trabajo, solidaridad y esperanza.<br />

2.Tango: La Epopeya <strong>del</strong> Sur<br />

En la región austral, Bahía Blanca se distingue por su circunstancia cultural, singularmente el arte<br />

popular, en este caso el <strong>tango</strong>, como un clavel ¨reventón¨, que muestra lindezas y romances: una<br />

flor querendona cultivada por Osvaldo Catini.<br />

Ningún quehacer grandioso es posible sin la presencia de uno de los gigantes <strong>del</strong> alma: la pasión.<br />

En él, se trata de la música ciudadana, con ¨Tango en la Bahía¨, iniciado el 15 de junio de 1994,<br />

un día de luminarias, en el que ingresó en las efemérides populares que evocan querencias y<br />

ternuras.<br />

Osvaldo Catini –acompañado por Susana Simonetti, Gustavo Gabí y colaboradores calificados-,<br />

productor <strong>del</strong> programa televisivo, suceso notable en la vasta comarca, actualmente difundido por<br />

Telenueva Canal 9, emprendió y consolidó la gesta, que tiene tras de sí a un sentimiento enraizado<br />

en la canción argentina. En la esquina conjuncional de tiempo y sitio, convocó y reunió multitudes.<br />

Se trató de una suerte de apoteosis en los hogares, distinta de las que se conjugaron en el pasado,<br />

en los santuarios <strong>del</strong> arrabal, en las plazas y parcelas abiertas, en los patios emparrados o en<br />

el corazón donde se agitó la noche porteña, calle Corrientes, capital <strong>del</strong> <strong>tango</strong>. Una creación que<br />

la gente no la vive y siente como canyenguería maleva, baileteada y milonguera.<br />

De este modo el <strong>tango</strong> volvió al barrio. Una nueva manera de volver. Quiero decir: ¨Tango en la<br />

Bahía¨ renovó sustancias, de acuerdo con el presente, para un territorio, al sur, con proyección<br />

en lejanías; un ámbito que las había acogido en su regazo, venidas de lejos, de la cuna espiritual


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

donde forjaron, para el gotán, itinerario y destino.<br />

No extrañan, entonces, premios y distinciones: <strong>del</strong> Consejo Profesional de Ciencias Económicas<br />

de la provincia de Buenos Aires, al Mejor Programa de Tango de 1997; declarado de interés<br />

provincial y municipal; nominado por la Asociación Argentina de Televisión por Cable y merecedor<br />

<strong>del</strong> Martín Fierro, recibido dos veces 1994 y 1995, otorgado por APTRA. Tampoco sorprende su<br />

labor decisiva en la organización <strong>del</strong> Primer Festival Nacional <strong>del</strong> Tango en la Bahía, en 1996.<br />

¡Así se fue haciendo el nuevo derrotero <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, desde el corazón <strong>del</strong> sur!<br />

3.Tango en la Bahía<br />

En esta obra intitulada ¨Tango en la Bahía¨, tienen participación grandes exponentes <strong>del</strong> <strong>tango</strong><br />

canción, locales y porteños, vinculados a mentores de renombre y linaje artístico-popular. Se<br />

integraron a ella compositores, letristas y músicos con comunes denominadores: estilo propio,<br />

sencillismo, tradición con signo renovador, adecuación al <strong>tango</strong> que se canta con la impronta de<br />

matices vocales y literarios llegadores. Su universalidad instrumental es el cuarteto (bandoneón,<br />

violín, contrabajo y piano).<br />

Se incorporaron al disco voces acreditadas, que tienen diferentes signos: expresividad, sentimentalidad,<br />

tonalidades cálidas y emocionales, y carácter interpretativo, en una temática distante <strong>del</strong><br />

malevaje añoso y <strong>del</strong> entorno bravío <strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨feroz¨. Con ello, el pueblo abraza a la música que<br />

cala hondo en su espíritu y que expresa el melodrama o la infrahistoria <strong>del</strong> ser nacional.<br />

El mensaje de las letras contiene, con prevalencia, las esencias propias <strong>del</strong> amor y la misiva –que<br />

es el signo <strong>del</strong> bolero, hermanado al <strong>tango</strong>-. Trae múltiples datos: romanticismo, lirismo, perdón,<br />

piedad, nostalgia, sentimiento filial, silencios profundos, valores <strong>del</strong> alma, tristeza, olvidos y soledad<br />

en el tumulto.<br />

Recorriendo el espectro de voces y canciones, advertimos la traza de variedad de técnicas, recursos<br />

y huellas singulares. Se trata de voces ¨redondas¨, de buen caudal, que respetan las<br />

melodías originales, excepto las breves variaciones sobre ellas; el glisando, que generalmente es<br />

expresión común <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y otros géneros como el blues; vibratos conmovedores, espontáneos<br />

al colocar la voz con excelencia; emocionalidad que vence a la tentación de lucimiento con la voz;<br />

sones que bajan y suben con naturalidad, susurros y chamuyos que arrullan. Un <strong>tango</strong> que se<br />

canta hablando, no estridente ni gritado; nunca un <strong>tango</strong> ¨golpeado¨, ¨cuadrado¨ o ¨chacachaca¨,<br />

saliendo como un grito ¨<strong>del</strong> sórdido barrial buscando el cielo¨; y el cromatismo y la sentimentalidad<br />

que arrastran a emociones fuertes.<br />

Así, el <strong>tango</strong> sigue cumpliendo la elevada misión de comunicar cultura socialmente, como en la<br />

guardia vieja, sin quererlo tal vez, porque es su naturaleza, y ¨Tango en la Bahía¨ lo hace con un<br />

alma que canta cultivando la simiente de la Providencia.<br />

4.El Comité Ejecutivo para el <strong>tango</strong>, de Bahía Blanca<br />

Hace diez años, se creó en la ciudad de Bahía Blanca el Comité Ejecutivo para el Tango, cuyo<br />

desenvolvimiento constante generó una singular repercusión en una vasta región en la que dicha<br />

ciudad ejerce ostensible influencia.<br />

La iniciativa fundacional se debió al bandoneonista, músico, compositor y director Maestro Hugo<br />

Alberto Marozzi; al músico bandoneonista y luthier de varios instrumentos y, en especial, el bandoneón,<br />

Humberto Rosario Bruñini; y a don Pedro Valverde, hombre de gran cultura, fundador de<br />

la Peña Amigos <strong>del</strong> 2 x 4 ¨Juan Carlos Cobián¨.<br />

De acuerdo a la información suministrada por la citada institución, a las noticias de los medios de<br />

comunicación y a las propias vivencias, con su acción permanente surgieron resultados dignos de<br />

destacarse y productos de la pasión tanguera, la responsabilidad y la perseverencia generosa y<br />

abnegada.<br />

Así, por ejemplo, nació ¨La Noche de las Liras¨, con otorgamiento de premios que, en principio se<br />

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concedían a cantores, cancionistas, directores de orquestas y otros cultores y difusores <strong>del</strong> <strong>tango</strong>,<br />

y más tarde extendidos a otras personalidades <strong>del</strong> quehacer bahiense. El premio consistió en una<br />

réplica de las liras que los bandoneones doble ¨A¨ suelen tener en los ángulos recortados de la<br />

caja.<br />

Al fallecer los señores Bruñini y Valverde, por aprobación unánime de la Peña, se integró una<br />

nueva comisión, con la presidencia <strong>del</strong> señor Felipe Baldi, quien continúa en el cargo, acompañado<br />

por la señora Ida D.L. de Andueza (secretaria), Héctor Musotto y los maestros Carlos Amado,<br />

Mario Sandoval y Osvaldo Farinella (vocales). Felipe Baldi imprimió a la entidad nuevos bríos,<br />

con inusual fervor y con la capacidad propia de un actor permanente <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, conocedor de los<br />

aspectos musicales e investigador de su historia.<br />

Bajo sus frecuentes iniciativas y generando siempre diversas expectativas, se extendieron las<br />

distinciones a orquestas, arregladores, locutores, presentadores, periodistas y poetas. La lira fue<br />

reemplazada por un trabajo de marquetería con motivos de <strong>tango</strong>s, labor desarrollada por una<br />

eximia artista bahiense, señora Susana Cirile, que ha expuesto sus obras en la ciudad de Nueva<br />

York.<br />

El Comité Ejecutivo para el Tango actúa consencuentemente los objetivos propuestos, que se relacionan<br />

con la formación plena de los artistas, con la participación de profesionales destacados;<br />

aboga para que la municipalidad local asuma de modo regular y permanente la enseñanza de la<br />

danza así como <strong>del</strong> bandoneón.<br />

La tesonera labor <strong>del</strong> señor Felipe Baldi ha motivado que la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia<br />

y el Comité comenzaran a recopilar viejas páginas musicales grabadas en discos y regrabadas<br />

con moderna tecnología, para su incorporación a ¨La Sala <strong>del</strong> Tango¨ y/o ¨El Museo <strong>del</strong><br />

Tango¨, que funcionará en dicha Biblioteca, la más antigua y rica institución de la ciudad, a la que<br />

se incorporan bibliografía y hemerografía especializadas.<br />

De tal modo, el Comité Ejecutivo para el Tango se ha convertido en una piedra angular <strong>del</strong> desarrollo<br />

tanguero, en su plenitud de música, danza, letrística y demás aspectos a los que me he<br />

referido precedentemente; más todavía, abrió nuevas brechas, creó motivaciones espirituales y<br />

relacionadas con la tradición y la cultura popular, superando metas preestablecidas en su instancia<br />

fundacional.<br />

5.La lira, construcción y emblema de un cuño bahiense<br />

No es la lira, hoy día, un instrumento musical de uso difundido. Sin embargo, es de conocimiento<br />

público y, por lo tanto, popular, pues todos saben de él, por su historia, por su aplicación y por su<br />

trascendencia.<br />

Una noticia elemental informa que se trata de un antiguo instrumento musical de cuerdas, de<br />

formas variadas; consistía en un marco atravesado por cuerdas tensas, las que se pulsaban con<br />

los dedos o con el plectro que expresado en criollo, en nuestro idioma nacional y en la jerga de<br />

los músicos es la púa, una laminilla de carey, hueso u otro material, con la que se pulsaban y se<br />

pulsan las cuerdas de la lira, la guitarra o la mandolina.<br />

La antigua lira tenía una caja de resonancia, montantes y travesaño, así como un número variable<br />

de cuerdas. En el mundo antiguo conocido, en Grecia y en Roma fue muy usado. Se pulsaba con<br />

ambas manos. Los textos, a través <strong>del</strong> tiempo, comunicaron reiteradamente su presencia en la<br />

cultura y particularmente en el arte de los pueblos.<br />

La lira tenía diversas formas y estructuras, según el tiempo y el lugar. Se diferenciaban a simple<br />

vista la griega, la egipcia y la asiria. Lira es palabra italiana, porque el idioma italiano se enriqueció<br />

con ella y la impuso universalmente, pero deriva <strong>del</strong> latín lýra. Por ficción poética se suponía<br />

que el poeta lírico hacía sonar el instrumento al entonar sus cantos.<br />

También, en el mundo contemporáneo se distinguió según el país, de modo que el instrumento es<br />

mencionado como lira italiana o lira española, ejemplificando. En realidad son especies diversas,


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

pero la palabra, lira, es un término genérico que designa una familia de instrumentos; la llamada<br />

lira de braccio es una variante de la familia de la viola.<br />

En las antiguas civilizaciones la lira salvaba la vida a quienes la tocaban; en esos tiempos, los<br />

músicos eran los más respetados, después de los reyes y los sacerdotes, especialmente en Asiria,<br />

y se ha escrito que cuando las tropas capturaban una ciudad siempre perdonaban la vida a<br />

los músicos.<br />

Los griegos tomaron sus conocimientos musicales de Mesopotamia y Egipto, según un historiador<br />

de la música, que afirma también que uno de los instrumentos más destacados era la lira, a la<br />

que llamaban kithara, palabra que, según se advierte, es muy parecida a guitarra. Entre los africanos<br />

un instrumento similar se denominó kissar o kerar.<br />

Es decir, la historia enseña el carácter universal <strong>del</strong> instrumento y su presencia en el tiempo justifica<br />

su condición de emblema representativos de la música.<br />

6.Avenida Esquina Tango *<br />

Las noches son distintas. Empero, algunas se parecen como sombras.<br />

En esta noche se hizo una nueva esquina, conjuncional <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, la canción y la gratitud. Y aquí<br />

acallamos el barullo callejero, el batifondo <strong>del</strong> mundo. Mientras los astros nos acompañan callan<br />

las voces y los oídos se abren como abanicos para el gotán.<br />

Así se hacen los silencios que enriquecen el alma humana, pero se agitan las ansias que nos<br />

llegan empujadas por algún misterio, o un hado arcano, o algún destino, de los que no se empardan.<br />

Porque las melodías llegarán desde los cielos. Es la canción de las estrellas, que bajan dulcemente<br />

para confundir sus voces con el silencio y expresarse en los instrumentos para recordar un<br />

tiempo magistral, que es el tiempo de un gran maestro.<br />

Sigamos el itinerario de las fuentes, para decir que es la virtud la que hace la bondad <strong>del</strong> arte, en<br />

la humildad de una noche como ésta, en la confluencia <strong>del</strong> pasado y <strong>del</strong> futuro que siempre está<br />

empezando. Siempre... siempre...<br />

Muchos, muchos años han pasado y no está rota la ilusión en este día. Y los años se juntan y<br />

vienen en patota. Y siguen... siguen.<br />

Y el <strong>tango</strong> sigue, en la huella. Se transforma. Se enriquece. El artista absorbe su circunstancia y<br />

hace su amasijo, entreverando el drama y el romance, juntando las antiguas querencias con las<br />

nuevas, expresando las viejas canyenguerías de la esquina, <strong>del</strong> boliche y de los santuarios <strong>del</strong><br />

suburbio con las que se agitan en el ser argentino de nuestro tiempo.<br />

Así es. Y así lo canto. Con este naipe nochero, en la travesía vital, con un fuerte abrazó querendón,<br />

con el corazón en Bahía y por derecha.<br />

El <strong>tango</strong> es una resultante cultural artístico-musical y literaria, que se va transformando constantemente;<br />

la orquesta que lo expresa, en el transcurso <strong>del</strong> tiempo, igualmente fue renaciendo en<br />

cada instancia. Por eso el <strong>tango</strong> es eternamente llegador.<br />

Cada grupo tiene su estilo, su signo individual y su mensaje. El Maestro Mario Grossi se presenta<br />

con personería propia. Se distingue tanto por su cimiento instrumental como por sus solistas de<br />

canto y sus arreglos. Se hacen ostensibles dos expresiones: cuarteto y orquesta típica, identificable<br />

en la interpretación <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, con los instrumentos tradicionales, en los temas instrumentales<br />

o cantables.<br />

La temática cultivada comprende un amplio espectro y la diversidad de especies y señales de sus<br />

interpretaciones son el academicismo de la experiencia, el buen gusto, el clasicismo tanguero, el<br />

equilibrio, la justa y relativa independencia de los instrumentos en el conjunto, los toques de color<br />

propios de una orquesta moderna –creados <strong>del</strong> mismo modo que crea el pincel que pinta o las<br />

manos que dan forma a la arcilla.<br />

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Asimismo: la innovación propia, el estilo particular, el enriquecimiento de recursos, la condensación<br />

<strong>del</strong> espíritu romántico o evocador, las resonancias y voces nuevas.<br />

Es refinado y sencillista, sin espectacularidad efectiva, pero tiene un ideal estético, sin arrebatos,<br />

con lindeza y ajustando el <strong>tango</strong> a sus elementos substanciales, alimentados por las parcelas <strong>del</strong><br />

derrotero fundamental <strong>tango</strong>: el arrabal y su franja subrural desde donde se divisa el horizonte y,<br />

hacia adentro, el peringundín, el café con su palco tanguero, el cabaret y la milonga <strong>del</strong> barrio, el<br />

teatro, la calle o los antiguos patios con pisos de ladrillo.<br />

En la ciudad de Buenos Aires finisecular, el <strong>tango</strong> comenzó a trascender los arrabales. Y fue<br />

avanzando hacia el corazón de la ciudad. Hacia 1909 un comentarista escribió: ¨El <strong>tango</strong> se muere¨.<br />

Después de varias décadas, entre otros ámbitos distantes, en el pleno centro de la Reina <strong>del</strong><br />

Plata, su rasgo trascendental fue el palco tanguero en el café y la orquesta convocante que colmaba<br />

con gente en la calle y las veredas y paraba el tránsito.<br />

Cuando todo hacía pensar que esta historia estaba sepultada, aquí, en nuestra Bahía Blanca, por<br />

obra de una ensoñación y un sentimiento raigal, se exhumó la historia y la Pizzería Avenida, en<br />

Chiclana 83, todos los jueves, se transformó en café tanguero, en Avenida Esquina Tango, con<br />

una suerte de palco tanguero y con la presencia cotidiana y la actuación frecuente <strong>del</strong> Maestro<br />

Mario Grossi.<br />

Vaya, pues, mi homenaje sentido a los hermanos Rodolfo y Carlos de Arriba, Chiche para los<br />

amigos. En nombre <strong>del</strong> Maestro Grossi y en el mío propio. Y a todos ellos les digo, y asimismo a<br />

ustedes, quienes nos han acompañado y lo agradezco de corazón, como en los versos que hice<br />

para Avenida Esquina Tango:<br />

¨Y no es por chamuyar al bardo<br />

que escracho la querencia de gomía;<br />

me aceitan los patines viejos <strong>tango</strong>s<br />

que encautan nostalgias y alegrías¨.<br />

Como una invocación sin compadraje. Que valga para Avenida Esquina Tango y para este Teatro,<br />

hoy y siempre: <strong>tango</strong>, a puro <strong>tango</strong> y meta <strong>tango</strong>, desde la calle hacia adentro.<br />

7.Ginés García. Aniversario de su muerte<br />

El 31 de diciembre se cumple el aniversario <strong>del</strong> fallecimiento de don Ginés García, persona cabal<br />

y ejemplar, de modo que su vida y su lucha constituyeron una personalidad mentora, en ideas, en<br />

afectos y buenos sentimientos, así como paradigmática en cuanto al sentido espiritual con relación<br />

a la familia, los convecinos, los protagonistas humildes <strong>del</strong> mundo <strong>del</strong> trabajo y la comunidad.<br />

Cuando se reconstruye su itinerario aparecen en la memoria los signos ostensibles de su abnegación,<br />

su sacrificio y su entrega, desde el trabajo constante en la defensa de los trabajadores<br />

hasta la pérdida de su libertad de manera irrazonable en circunstancias conflictivas en la sociedad<br />

argentina.<br />

En medio de una tormenta desatada en ese tiempo, en una de las tantas etapas de nuestra historia<br />

en que parecía perderse la mínima armonía en las relaciones político-sociales, ejerció su<br />

magisterio con bondad, fraternidad y altura moral, dando pruebas de que es posible actuar principios<br />

y normas éticas sin caer en el agravio, la calumnia o la injuria ante el abuso <strong>del</strong> poder o la<br />

injusticia.<br />

La vida de don Gines es conmovedora. Una síntesis no reflejaría, aquí, con exactitud, su alcance<br />

y significación. Bastaría tan sólo una muestra de anteceden-tes dispersos, en un espectro que<br />

presenta calidad humana, grandezas y virtudes. Entre estas referencias pueden exhibirse las cartas<br />

enviadas por compañeros de lejanos tiempos, con motivo <strong>del</strong> libro con su biografía, publicado<br />

por su hijo, autor de la obra, Oscar Dante García.<br />

Deberíamos destacar, asimismo, sus notas periodísticas, sus reseñas culturales, cartas y artículos<br />

aparecidos en ¨La Nueva Provincia¨, comentarios de discursos, así como correspondencia


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enviada desde la cárcel, los dibujos y caricaturas hechas a lápiz en la cárcel de Villa Devoto en<br />

1951 por compañeros reclusión y entre ellos ¨Tristán¨ o el documento con gran cantidad de firmas<br />

donde leemos: ¨A Ginés García, los compañeros detenidos por su lucha pro recuperación de ´La<br />

Fraternidad´¨.<br />

He recibido copia de recortes literarios que don Ginés guardaba al momento de su muerte y que<br />

representan su mundo afectivo, el amor a su tierra y a la cultura popular y además la exaltación<br />

de los valores humanos, en Kipling o en Manzi:<br />

¨Prescribes lo moral y abres caminos<br />

y ponderas valores y destinos¨.<br />

8.Música, bailes y poesía<br />

Hace muchos años me desempeñé como transcriptor de documentos antiguos en el Archivo Histórico<br />

de la Provincia de Buenos Aires. En él rescaté aproximadamente 123 cartas de Juan Manuel<br />

de Rosas, que no se encontraban ni en legajos ni en anaqueles, y menos todavía fichadas,<br />

con las que se prueba la fundación real de la ciudad.<br />

Desde las llegadas de las carretas a las que esos documentos se refieren, han quedado registrados<br />

ricos antecedentes acerca de los bailes o fandangos que se realizaban aquí, en esta ciudad,<br />

que por entonces no era más que el embrión de un poblado.<br />

Entre los primeros pobladores había también mujeres, que eran traídas <strong>del</strong>iberadamente, con lo<br />

que había motivos para las reuniones festivas.<br />

Era muy común que entre los soldados vinieran payadores. Por lo demás, cualquier soldado verseaba,<br />

cantaba o tocaba la guitarra.<br />

Alvaro Yunque glosó la poesía popular de nuestra historia y dice que ella tiene raíz española,<br />

pero modificada por nuestro ambiente. Coplas y romances circularon por nuestras pampas, selvas<br />

y serranías, cantadas con música de vihuelas.<br />

Destaca que hay lejanos antecedentes españoles en payadas, en vidales, cielos, huellas, triunfos,<br />

firmezas, gatos, chacareras o relaciones de pericón, con sabor criollo, según la adaptación hecha<br />

por nuestra gente.<br />

El genio de cada raza va imprimiendo sus características y la nuestra fue una raza gestada durante<br />

varios siglos.<br />

En Bahía Blanca se cantó y se payó. Se bailó y se guitarreó. Fue una característica constante.<br />

A veces el canto se entreveraba con los facones y las chuzas. Y más se le cantó a Rosas porque<br />

era su gente la que llegó a este pago, o a lo que después iba a ser el pago chico.<br />

La ciudad creció y sus gentes siguieron el ritmo de los demás pueblos <strong>del</strong> interior. Sobrevivió la<br />

música, el baile y la poesía. La ciudad produjo músicos importantes, como Augusto P. Berto, Carlos<br />

Di Sarli, Juan Carlos Cobián, Juan Carlos Marambio Catán, Luis Bonnat, Gloria Díaz, Armando<br />

Lacava, Francisco Amor, Roberto Achaval y muchos otros.<br />

Asimismo, payadores y bailarines, poetas cultos y populares, fundadores de escuelas y conservatorios,<br />

ejecutantes y creadores, intuitivos o no, se contaron entre ellos.<br />

La población de Bahía Blanca, invariablemente, abrió su corazón a los artistas populares, a los<br />

músicos y cantores <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y el folclore. Y hoy sigue siendo así. Gran cantidad de peñas, conjuntos<br />

musicales y poetas, todos los años, cada 11 de Abril, se reúnen para rendirle su homenaje<br />

a la ciudad, en su cumpleaños.<br />

9.¨100 años de <strong>tango</strong>¨<br />

Al compás <strong>del</strong> crecimiento de Punta Alta<br />

La obra de Olga H. Gil es producto de un gran esfuerzo, de la capacidad investigativa, la dedicación<br />

prolongada y la motivación vigorosa que es pasión, una de las grandes pasiones argentinas<br />

llamada ¨<strong>tango</strong>¨.<br />

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Las innumerables búsquedas de la profesora Olga H. Gil y la actitud propia –la de asumir una<br />

investigación prolija y minuciosa- acercan esta historia a una realidad cultural secular -¨100 Años<br />

de Tango¨¨-, con una metodología que asegura correspondencia con los hechos y precisiones<br />

conceptuales y de infrahistoria positivamente valiosa –si consideramos el libro por partes y referencias-,<br />

superando ampliamente a la mínima producción científica que sólo se asienta en fuentes<br />

bibliográficas y hemerográficas. Aquí hay proyección directa y bastante más que proyección, a<br />

partir directamente de lo fáctico y vivencial.<br />

La producción de la autora es, entonces, rica y meritoria, además, porque trasciende el orbe específico<br />

<strong>del</strong> ¨fenómeno <strong>tango</strong>¨, por lo cual al expresión ¨al compás <strong>del</strong> crecimiento de Punta Alta¨<br />

más que un subtítulo es una suerte de definición acerca <strong>del</strong> contenido y alcance <strong>del</strong> libro.<br />

¿Qué significa ello? El <strong>tango</strong> y sus cultores lugareños –en plenitud de expresiones, se trata de la<br />

composición, la interpretación, la danza, la letrística, tanguistas o paratanguistas– son engarzados<br />

en el contexto político -en sentido genérico-, económico, social y cultural <strong>del</strong> medio que es su<br />

enclave y así, arte musical mediante, la obra adquiere carácter relevante y singular; se convierte<br />

en una historia de arte popular, en la que no están ausentes las ¨instituciones sociales¨ de la ciudad,<br />

<strong>del</strong> barrio, con sus personajes –testigos y protagonistas entre otros- y sus objetos culturales.<br />

La ciudad, que es el escenario <strong>del</strong> <strong>tango</strong> con prevalencia, puede transmitir en la realidad –que es<br />

la historia- y en la actualidad –que es el movimiento tanguista en evolución-, hechos y verdades<br />

objetivas, con las que cabe una hermenéutica <strong>del</strong> ciclo temporal cumplido, para instrumentar conclusiones<br />

veraces.<br />

Una de éstas es el acompañamiento de otros géneros, como el jazz, tan ligado a la historia <strong>del</strong><br />

<strong>tango</strong> y difundido con vigor casi simultáneamente al ¨nacimiento¨ <strong>del</strong> <strong>tango</strong>-canción y que cautivó<br />

a no pocos tanguistas. Otra, se refiere a las especies ¨hermanas¨, infaltables en las interpretaciones<br />

instrumentales y cantables: el vals y la ranchera e incluso –tiempo atrás- la polca, que denominada<br />

¨<strong>del</strong> espiante¨ indicaba el fin <strong>del</strong> baile.<br />

Y, lo más importante, a saber: que el <strong>tango</strong>, en sus orígenes, pudo tener un determinado medio<br />

geográfico, la ciudad que dejaba de ser gran aldea, Buenos Aires. Desde la incipiente megalópolis<br />

se difunde, pero luego de recibir el influjo de la inmigración y de las migraciones internas, sea<br />

la <strong>del</strong> gauchaje de a caballo de la pampa, o la de los criollos que llegaron en barcazas desde el<br />

litoral argentino. Manifestada la expansión se inicia el cultivo desde las provincias y las influencias<br />

derivadas de este entorno cultural, lo que permite afirmar la existencia de un <strong>tango</strong> argentino y no<br />

puramente porteño, de Buenos Aires.<br />

Recorriendo la obra de Olga H. Gil puede advertirse este aserto, pues comprueba el aporte provinciano<br />

sin el cual no se hubiera desarrollado y afincado la significación espiritual de la ¨música<br />

ciudadana¨.<br />

A través de una historia local, la autora entrega un fontanar de datos y testimonios y un contenido<br />

que penetra en el ámbito de la antropología cultural. No es el momento de explicar ciertas facetas<br />

<strong>del</strong> fenómeno, pero el <strong>tango</strong> es una de las fuentes para el estudio de nuestra historia o para<br />

la consideración antropológica, sociológica, ontológica o, en fin, cultural, propia de una cultura<br />

nacional y popular, lo que se hace notar en la presencia <strong>del</strong> bar, <strong>del</strong> café, de los instrumentos <strong>del</strong><br />

<strong>tango</strong>, sus cantores, intérpretes, compositores y orquestas, de sus poetas, de las victroleras, las<br />

kermeses, o las cosas propias <strong>del</strong> arrabal, que inspiraron a literatos y creadores musicales de<br />

todo tiempo y lugar.<br />

Y, a más, con otras puntualizaciones, historia popular argentina, arte popular y usos y costumbres,<br />

que deberían mover a intelectuales, estudiosos, investiga-dores y docentes, a reparar con<br />

más atención e interés en este tipo de obras que tienen la apariencia de servir a una pequeña<br />

comunidad; por causa de las dependencias culturales y pedagógicas, externas e internas.<br />

Recién en los últimos años se han manifestado reacciones en varias ciudades de la Argentina,<br />

con relación a algunas posturas asumidas en la ¨Reina <strong>del</strong> Plata¨, en tanto y en cuanto tienden a


<strong>edUTecNe</strong><br />

COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

sostener la condición porteña <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, de modo exclusivo o exclusivista. Esto es, lo que se hace<br />

desde las provincias, es tratar de comunicar la cuantía y el significado <strong>del</strong> <strong>tango</strong> a partir de las<br />

regiones, o provincias argentinas.<br />

Creo que no ha sido ésta la finalidad de la profesora Gil, con respecto a lo anotado precedentemente,<br />

de modo que su obra está libre de actitud polémica o predispuesta a la controversia. Su<br />

obra es única y expresa la relevancia <strong>del</strong> quehacer tanguístico en su ciudad bonaerense, Punta<br />

Alta, y, como quien escribe sobre el ¨pago chico¨ o pinta su ¨aldea¨ es merecedora <strong>del</strong> reconocimiento<br />

nacional, pues el libro creado exhibe los componentes de un acontecer integrador <strong>del</strong> ser<br />

nacional.<br />

10.Tango bonaerense y surero<br />

Desempeñándome en el Archivo Histórico de la provincia de Buenos Aires –como transcriptor de<br />

documentos antiguos y bajo la dirección de don Enrique Barba- había iniciado la tarea de historiar<br />

Bahía Blanca y su zona de influencia. Durante ella conocí varias referencias documentales y bibliográficas<br />

con respecto a los ¨fandangos¨ que se realizaban en el siglo pasado. Se denominaba<br />

¨fandango¨ al baile, así como a fiestas y reuniones con baile.<br />

Nuestro sur bonaerense ha sido, históricamente, ámbito propicio para la música, la danza y el<br />

canto; su itinerario temporal está signado por la cifra, el estilo, la payada, la milonga, el <strong>tango</strong> y<br />

otras músicas que coexistieron y cultivadas por unos y por otros. Presenta un gran desarrollo <strong>del</strong><br />

folclore y <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, hoy acompañados por diversas especies que, en casos, igualmente tienen<br />

algún sabor nacional.<br />

No podríamos describir con cierta exactitud esta característica si no mencionáramos a la literatura<br />

popular y, particularmente, a la poesía popular, gauchesca y lunfarda. En tal sentido y ya en<br />

el presente siglo, probablemente sea representativo antiguo de esa poesía, rescatado por Luis<br />

Ricardo Furlan, nuestro Julio S. Canata, que, en mi opinión, su lenguaje era una síntesis de ese<br />

vocabulario lunfa-gaucho propio de un pueblo o ciudad de campaña, que parecen ser un franja<br />

territorial y social común al campo y a la gran ciudad.<br />

Pero hablemos <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y de sus letras. Nunca faltó en nuestro sur la presencia <strong>del</strong> milonguero,<br />

<strong>del</strong> guitarrero cantor, <strong>del</strong> fueyista y, en fin, de todos aquellos que desde 1900 –tomemos por caso<br />

el inicio <strong>del</strong> siglo- cultivaron el <strong>tango</strong> como músicos, cantantes, letristas, compositores y enseñantes.<br />

Como una resultante propia <strong>del</strong> medio físico y humano y, en fin, cultural, el <strong>tango</strong> –en todas sus<br />

facetas- tenía sabor a gauchaje; a lo mejor no es incorrecto afirmar que identificaba a aquello<br />

que, en cierto modo, reflejaron Fernan Silva Valdéz, Juan de Dios Filiberto o Jorge Luis Borges<br />

(muchísimos más deberían ser mencionados; la cultura <strong>del</strong> <strong>tango</strong> en las provincias ha sido mucho<br />

mayor de lo que se cree en la megalópolis).<br />

Bahienses pioneros y rumbeadores<br />

Debemos mencionar, en primer término, a Augusto Pedro Berto, que cuando tenía 17 años compuso<br />

¨La Payanca¨, <strong>tango</strong> con gusto a campo, comenzando por el título no más: pial de payanca<br />

es el tiro de lazo –chico, de pocas vueltas o una sola vuelta- que se hace a poca distancia <strong>del</strong><br />

animal y dirigido a las manos.<br />

Después Juan Carlos Cobián, Juan Carlos Marambio Catán, Francisco Amor, Carlos Di Sarli, Armando<br />

Lacava, Gloria Díaz, Roberto Achaval, Luis Bonat y otros, sin contar a quienes estuvieron<br />

radicados –aunque no mucho tiempo- y otros que no trascendieron como los mencionados líneas<br />

arriba, pero dejaron sentada su condición de buenos músicos, compositores e intérpretes.<br />

La ciudad de Bahía Blanca tiene sobrados testimonios de ello y mucho más todavía: se ha caracterizado<br />

por la diversidad de grupos musicales, músicos, compositores, letristas, cantantes y bailarines<br />

que no han sido conocidos pública y notoriamente en el resto <strong>del</strong> país pero sí en la zona<br />

de influencia y reconocidos, en casos, en la Reina <strong>del</strong> Plata.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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El movimiento tanguero<br />

Una extendida, continuada y dinámica actividad se ha desenvuelto invariablemente, en los medios<br />

de comunicación masiva; particularmente, la prensa escrita ha destinado espacios estimables<br />

que informa acerca de un fuerte movimiento tanguero en la ciudad y zona, en la que se destaca<br />

también la ciudad de Punta Alta, en el Partido Coronel Rosales, hace mucho tiempo escindido <strong>del</strong><br />

Partido de Bahía Blanca.<br />

Nunca faltaron los investigadores, comentaristas, articulistas, presentadores y glosistas; ni las<br />

peñas y los cafés –aún actualmente- donde se manifiesta e <strong>tango</strong> y en los que desfilan todos los<br />

protagonistas locales. Permanentemente se realizan recitales, espectáculos y programas. ¨La Noche<br />

<strong>del</strong> Bandoneón¨, entre otros, convoca a numerosos bandoneonistas, de los que se han registrado<br />

aproximadamente doscientos. El estudio <strong>del</strong> fueye ha sido una tradición que se mantiene.<br />

Seguramente, todas y cada una de estas referencias son merecedoras de un desarrollo particular,<br />

por lo cual no es superfluo señalar aquí los presentes recuerdos de la historia tanguera local.<br />

Bahía Blanca puede exhibir y mostrar con orgullo la buena disposición con relación a todos los<br />

cultores de la música ciudadana, desde la primer presencia de Carlos Gar<strong>del</strong> hasta la acogida de<br />

cantantes que comienzan a sobresalir hoy en la ciudad de Buenos Aires. Algunos vinieron antiguamente<br />

en busca de trabajo y se quedaron cierto tiempo, como Juan Andrés Caruso y Roberto<br />

Firpo; otros se radicaron definitivamente, como María de la Fuente y Tito Drames y otros cantantes<br />

de famosas orquestas y músicos que enriquecieron nuestro acerbo venidos de diversas ciudades<br />

de la provincia de Buenos Aires y de la Capital Federal.<br />

En muchos de estos aspectos, no pocas ciudades <strong>del</strong> sur bonaerense presentan similares características.<br />

Fuera de la provincia pero muy cerca de Bahía Blanca, en Guatraché, nació Charlo y<br />

desde pequeño vivió en Puán, en la provincia de Buenos Aires (también sur).<br />

El teatro bahiense, de cierto modo acompañó y enriqueció al <strong>tango</strong>, con obras de autores que<br />

también fueron letristas, respondiendo en casos a la temática tanguera y propia <strong>del</strong> sainete, con<br />

atmósfera de <strong>tango</strong>, <strong>lunfardo</strong>, cocoliche y compadraje.<br />

La ciudad ha memorado con cariño a sus hijos, nacidos aquí o por adopción, destacados en el<br />

<strong>tango</strong>, que tomó sus nombres para inmortalizarlos en monolitos, calles, plazas, paseos públicos y<br />

referencias históricas.<br />

Referencias de antiguas partituras<br />

De una somera investigación que realicé en más de mil partituras ejecutadas en la ciudad entre<br />

los años 1920 y 1950 pude extraer interesantes referencias útiles para el conocimiento de nuestra<br />

historia relacionada con algunas aristas <strong>del</strong> <strong>tango</strong>.<br />

En primer lugar, los grupos musicales, respondiendo al gusto de la gente, incluían en sus repertorios<br />

los más variados temas, además <strong>del</strong> <strong>tango</strong>, la milonga y el vals; ¨habanera tangueada¨,<br />

¨<strong>tango</strong> habanerado¨, ranchera, paso doble, shimmy, fox –trot, maxixa o maxixe, polca, jazz y otras<br />

especies. En algún grupo de jazz aparece el bandoneón, también utilizado en el folclore.<br />

Las partituras no solamente se vendían en las casas de música sino también en kioskos y cigarrerías;<br />

muchas se entregaban gratuitamente, como propaganda. Algunas eras auspiciadas por firmas<br />

comerciales. En casos eran de propiedad de los dueños de cafés y confiterías, que las compraban<br />

para los músicos que se desempeñaban en los mismos. De esas partituras –la totalidad<br />

impresas en Buenos Aires- surge que no pocos cultores <strong>del</strong> <strong>tango</strong> incursionaron en las citadas<br />

especies musicales, a las que debo agregar el cuplé. En tal sentido, como compositor representativo<br />

de variados temas aparece frecuentemente José Bohr.<br />

Innovación y ficción<br />

Con el Maestro Mario Grossi inauguramos espectáculos con cierta innovación en su estructura:<br />

música y charla. No se trata de <strong>tango</strong>s comentados, ni de presentaciones de temas, sino de historias<br />

o cronicones gotaneros, como la historia <strong>del</strong> bandoneón, o de Pichuco o ¨estampas tangueras¨<br />

con música y chamuyo.


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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />

Y, asimismo, un poco de ficción, como el nacimiento de Gar<strong>del</strong> en Bahía Blanca o el día que vino<br />

Troilo y se quedó para siempre. En otro modo, espiritual por cierto, hay en ello algo de verdad. De<br />

otro modo debería excluirse de los diccionarios la palabra renacer.<br />

11.Viedma / Patagones. Perfume de <strong>tango</strong><br />

Llegaba yo a Viedma, en el bondi, y al cruzar el río sentí el perfume gaucho, con el recuerdo de<br />

ese ¨para<strong>tango</strong>¨ -como diría Gobello- que fue la ranchera, compañera <strong>del</strong> gotán en gran parte de<br />

su itinerario:<br />

¨En el pago se comenta ya<br />

nuestro cariño de perfume gaucho<br />

con estilo y vidalas,<br />

brotan en las lomas blancas margaritas<br />

lo mismo que luz de amor¨<br />

(Los versos pertenecen a la letra de ¨Perfume Gaucho¨, de Alfredo A. Pelaia, tema que tiene música<br />

de Domingo Pelle).<br />

Porque, al fin, el <strong>tango</strong> es gaucho, de modo espiritual y prevalente, tan criollo como el mate. Y lo<br />

es más en las provincias.<br />

El clima tanguero lugareño<br />

La atmósfera que se percibe en Viedma y Patagones informa de un sentimiento tanguero con signos<br />

particulares; algo así como una circunstancia que pone la impronta a una dinámica afectiva y<br />

sentimental que habla de querencias hondas e infinitas con respecto a cierta forma de arte popular<br />

que es el <strong>tango</strong>: danza, música y canción.<br />

Puede sentirse y palparse en el medio expresiones propias de la pasión, no ajena al sentido de<br />

las cosas culturales, al afán de conocer la intimidad <strong>del</strong> género, para amarlo más y no para extinguir<br />

su encanto.<br />

Así las cosas... y los poetas<br />

Entreverándome con las gentes <strong>del</strong> ámbito común, Viedma-Patagones, es dable presentir la<br />

vocación versificadora, que si no es creativa es expresión de los preexistente, cuando genera la<br />

evocación de la letrística, en sus diversas manifestaciones. Además, la creación propia.<br />

No deben ser pocos los poetas y letristas de <strong>tango</strong> cuando, en pocas horas de estancia, uno escucha<br />

los versos llegadores como si fuera una confidencia cuando en verdad son letras, hechas<br />

y derechas, para que la gente escuche. Una forma de comunicación masiva, como en el lejano<br />

tiempo y en el presunto viejo mundo se comunicaba cantando la ¨infrahistoria¨ de que hablaba<br />

Unamuno, es decir los hechos individuales de la gente, o las pequeñas historias <strong>del</strong> barrio, de<br />

la calles, de la esquina, <strong>del</strong> boliche o, en fin, <strong>del</strong> trabajo, la fiesta, los patios o cualquiera de los<br />

santuarios <strong>del</strong> suburbio de cualquier ciudad, que no tiene que ser necesariamente la de la génesis<br />

<strong>del</strong> <strong>tango</strong>.<br />

Y aquello fue cuando me emocionaron con el recuerdo de Joaquín Gómez Bas, con quien yo solía<br />

caminar por las calles <strong>del</strong> centro de la megalópolis, y algunos versos de su ¨Tango¨:<br />

¨Claro que fui cuchillo y casa baja;<br />

lengue de taura y percantina en fuga;<br />

caralisa, matón que no se arruga;<br />

sangre, mina, farol, trago y baraja¨.<br />

O la verseada en el Museo Carlos Gar<strong>del</strong>, en la esquina de Carlos Gar<strong>del</strong> y Ceferino Namuncurá,<br />

a que fui empujado por el querido, sentimental, canyengue gar<strong>del</strong>iano y escondido poeta, que es<br />

Lisandro Segovia, con el poema de Punzi:<br />

¨Y la bola saltó como chijete<br />

porque Dios –que es el trompa <strong>del</strong> Casinocantó:<br />

¨Señores, gris el treinta y siete¨.<br />

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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />

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Después, en el Cine Teatro España, el convecino que se acercó para darme el poema dedicado<br />

a Carlos Di Sarli, y en la mesa amiga, el recuerdo de Julio César Onetti: con música de Aníbal<br />

Appiolazza, su letra <strong>del</strong> <strong>tango</strong> ¨Pelusa, el Penúltimo Bohemio¨:<br />

¨Ya cae la noche sobre Viedma y Patagones,<br />

ya los lanchones adormecen la rivera...¨.<br />

El arcano <strong>del</strong> tiempo<br />

A pesar de los misterios y de lo que no es ostensible, hay en Viedma y Patagones reflejos de la<br />

historia lunga, evocaciones <strong>del</strong> <strong>tango</strong> y de los ¨multimilenos procesos¨ que le dieron diversidad<br />

de formas y caracteres que, en música, letra e historia son exteriorizados por los comentaristas<br />

radiales –tan conocedores como entusiastas y responsables- Claudio Calleja, Julio César Onetti,<br />

Omar Alfredo Pizzio, Daniel Rolle y Miguel Romano, en un amasijo de pureza, encuentro, chamuyo<br />

y dimensión de tiempo y noche, para el gotán.<br />

No he de exponerme a ninguna ligereza o exageración si busco una explicación para este ¨fenómeno<br />

tanguero¨ en Viedma y Patagones. Ella se refiere –lo anoto de manera provisional- a que<br />

recibió en la realidad, que es la historia, similares influjos con respecto a los recibidos por la Reina<br />

<strong>del</strong> Plata: el andaluz, que aportó el <strong>tango</strong> o tanguillo; el candombe –y por qué no decirlo: el antiguo<br />

<strong>tango</strong> negroide-, que los esclavos negros dejaron en el alma colectiva; y, finalmente, la milonga<br />

criolla, propia de la región.<br />

Y, para que no se piense que esto es casi un <strong>del</strong>irio, debo señalar que Juancito Díaz también se<br />

había dado cuenta de algo que flotaba en el aire <strong>del</strong> lugar. Acaso un perfume de <strong>tango</strong>.

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