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CADIZ: 1905. - DSpace CEU

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<strong>CADIZ</strong>: <strong>1905.</strong>8 3 T A B L B C 1M1B M T O T I P O Ö R ^ t O O D S A D O L F O M A C ÍA 8 B B f ilT S Z .9, W A m q u i« OBL s c & r . T N o t o , 8.


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ANALESI O SN V E N T íe iO DE LOS SUCESOS DEMAVOR TRASCENDENCIAA C A E C ID O S KKT CAOliSDESDE LOS TIEMPOS MÁS REMOTOS A I905POR^ a iitia riii t k l n |} i t l í á i t .A . C . D R L A R IÍA L S E V IL L A N A D U H D E N A S L E T R A SY C R O N IS T A O F IC IA L D E L A P R O V IN C IA<strong>CADIZ</strong>: 11>05.ICSTAULKCIM U CNTO T IP O G R Á F IC O D IÍ A D O L F O M A C ÍA S H E N ÍT E Z .8 , MARQUV'S D B I. R R A f. T E S O R O , 8.


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p N JVIa r c h e n a .


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■ S n a l e s ©a d i t a n o sTo'la novela tiene nfgo de hintoria.Toda hítloTía llene algo de novela.FABKACjI'K K .Cádiz aparece en la H istoria l'n iv ersal, en los anales de la civilizaciíiny del pro;;reso, citada con elogio i>or todos los autores dem ás crédito, antiguos y modernos.Sus liechos gloriosos, su riqueza im ponderable, las maor ser invulnerable á


los ácidos en los m etales que se em plean i>ai*a ol relieve el b u riladode fondo.A esto quedan reducidas, á veces, las rantasmaf'ói'io'.as deseri]]-


nias: la prim era y principal en Cádiz, que se convirtió on república,centro de contratación de m ercancías.Kra esta recida {)orun nauta v hom bre de arm as llam ado Oronibio,el cual, cercanas las naves á las playas de Santi P etri, ordentiel desem barco de los hombres que traían y que se instalasen entrelas penas á m anera de cam pam ento hasta conocer el carácter de losindífrenas.Los gaditanos recibiéronles con visibles m uestras de contento ym uy pronto efeclutíse_ el consorcio de colonos y aborígenes, medianteel cambio de púrpuras, j)ieles y cristales, las m inas vírgenesde su suelo, el oro y la i)lata y el a rte de la alm adraba conquelos andaluces hacían in d u stria singular y extensa.El culto al sol, la adoracirogreso hum ano.El citado Hércules Libio, hieíjo de su y a seguro y excelente fundamento, salió p ara Sidon y T iro á com unicar la nueva del paísconquistado, y muchos años después, cubierto de gloria por docehazañas que disfrazaron los niitos, retornó á Cádiz, donde m urióy lué enterrado con cerem onias dignas de un dios, on el tem plo deS anti P e tn .A su m uerte, se constituyó un gobierno aristocrático que componíanlos varones m as ricos de la colonia y se les llam aban sxipetes^un Senado y república: y en cuanto á cerem oniales, liturgiasy costum bres paganas, era de v er cómo adoraban la Vejez, laM uerte y el A rte, según escribe Pom ponio Mela.De las obras adm irables de aquel tiem po, ninguna tan universalmente alabada como el tem plo de Hércules, m aravilla del mundo.Ocupa toda la tie rra de Santi P etri, excepto un lugar cam biadoen lortaleza y era á la traza egipcia, sustentándose sobre cuatrograndes colum nas, estando en lo principal el santuario y en ésteel sepulcro de Hércules en tre otras colum nas de oro y de plata vcircuidas de lá[iidas con la historia de sus hechos: había, además^o tras aras ó altares y una oliva de oro y aceitunas, que eran esm e­raldas donadas por el lenice Pigm alión, que trajo éste en señal dei>az al asentarse en Cádiz.Todas las riquezas de T iro y de Sidon eran representadas en eltem plo, que llegó á ser el atractivo para el auge de los gaditanos.


doci(Jiéiidose ¿ d(M’rib ar o tro que liubo en Medina y traerse delmism o sus tesoros al im ponderable de Santi Petri.[clamaron á Cádiz Gader o Gádiz. que quiere decir vallado ù barrera,y esculpieron el «on plus uHra en las colum nas y mojoneslie Hércules, las cuales colum nas no eran o tra cosa que señales álos nautas y las tbrtal¡=*zas talayot y dólmenes m aíiniñcos y una estatu a en donde hoy se encuentra Torre-Gorda.El haber eh'írido á Cádiz como prim era colonia, dem uestra la situacióntoporimer m uestra del indom able pueblo por laindependencia del territo rio hispano.E ncerrados en Cádiz los lenices, su situaciíín era en extrem ocom prom etida: m ás com erciantes que guerreros, no se decidían ála lucha á campo abierto: buscaron, pues, auxilio en los paisesam igos de la m ism a Fenicia, donde hubo de nacer la soberbia Cartago,rival de Roma: á C artago iban los em isarios de Cádiz, queretornaron en una poderosa ilota carta^nnesa, desem barcando genteen las costas y rom piendo las hostilidades con los indígenas.Pero nuestros aborígenes, m ás fieros y m ás valientes que loscartagineses, en todos los encuentros triunfaron, arrollándolos. Lafuerza de las arm as no valia contra tartesios y turdetos; entonces,el m alellcio de siem pre, lo que en todos los tiem pos conquistara ánuestro pupblo, al alm a nacional sinceram ente noble, crédula y romántica. alcanzo lo que no pudieron los dardos y arietes y m áquinasde guerra. La política, la fem entida política, fué em pleada porlos hijos de Cartago: flngiéronsp am igos, partid ario s de los turdetanos,y éstos, creyéndoles, hicieron paces de m anera c ue poco ápoco toda España fué trib u ta ria de Dido y SalambO, ine uso ios fenicesde esta isla; dándose, pues, por term inada la dom inación deéstos en España.


( )Señores de Cádiz los cartagineses, dieron á nuestra ciudad susleyes y costum bres y desde ella alcanzaron tal predom inio, que reclutiiban¿rentes de todo el in terior, haciéndoles venir al puerto yembarcánilolos para la Italia.Aniiloar líarc-a, Asdrúbal, el indomable A níbal, llegaban á Cádizú ren d ir culto en el tem plo do Hércules (donde depositaron lasjo y as de Sagunto} antQs de proseguir en sus fam osísim as em presas.K1 citado A sdrúbal tra ía consigo once m il africanos, y de nohaberle cortado ol paso los S c ip io n e sá la orilla del Ebro, quiénsabe si el éxito de Koma hubiera sido contrario del que obtuvo ensu descomunal cam paña con Cartago.Aníbal form() en Cádiz un poderoso ejército que llegO á las puertasde Roma, y según Silio Itálico, dos soldados gaditanos, hésperoy Taricso, se distinguieron por su valor entre'todas las huestesd u ran te las iiúnicas batallas.Tres siglos perm anecieron en líspaña los hijos de Cartago y. porlo tanto en Cádiz, y cuando los rom anos asediaban esta ciudad unainsurrección in terio r contra el Sute Magon, que había entrado ásaco en el erario jiúblico, hizo que ésta, protestando del despojo desus haciendas, se entregase á Publio Cornelio Scipidn en el año 205antes de Jesucristo.No dejaron los cartagineses recuerdo alguno de progreso, ni enartes, ciencias, letras ü leyes político-sociales. Solo supieron robardo nuestro suelo la riqueza m inera, y de los nautas gaditanos lasm ercancías de m ás precio.Inventaron el ariete y tenían en los bajeles á la prora figuras decaballos y de leones. El reinado de A rgantonio y o tras fábulas,quedan aqui suprim idas por carecer de im portancia en este estudio.D urante la dominaci(>n de Roma en España, la ciudad de Cádizperm aneció en pacifica espectativa ante la inacabable serie de contiendasy tiránicos procederes de los cónsules, pretores y capitanes,desde Publio Cornelio Scipión hasta Teodoro el Grande.C ierto es que los g rito s de independencia evocados por Indibil yMandosino. m ás tarde por V iriato, y solapadam ente j)or Sertorio,i’o llegaron á nosotros 6 no fueron oidos, pero tam bién es ciertoque Cádiz no lué rom ana, sino aliada de la república y de los Césares,y república independiente durante una década; la fam a vareconocida en todo el orbe, de com ercial y pasiva que se cantabade Cádiz, sus cuantiosos tesoros y la magnifica situación de su¡m erlo, hicieron at Senado declararla am iga y aliada y exenta dedaños y perjuicios durante la conquista y lué (según ¿1 Conde deMaulé) la que ilustró á los rom anos en el tráfico m ercantil y enm uchas artes de navegación y construcción de bajeles para sus flotasde guerra.A sí, en Oüó obtuvo del Senado de Rom a el títu lo de lieptíblica libre,y en efecto lo fué, enriqueciéndose dui ante muchos años, enun buen gobierno y en tan ta tranquilidad, que su historia no escitada en largo osi»acio de tiemjio por su vida burguesa, m onótonay sibaríptica, dedicándose todas las fuerzas á la instrucción y alprogreso de las ciencias, artes v bellas letras.


V isitábanla los i)riniates rom anos: las Ilotas m ás im portantesrecalaban en el puerto y traían para el tem plo de Hércules estátuas y alhajas de gran m érito, que ahora resucitan.P o r el año ()S2 Cayo Julio C ésar, acom pasado de numeroso séquito,lloró de em ulación—dice un autor—ante la estátua de Alejand ro , en el tem plo de S antl P etri, por no haber hecho cosa memorableen la edad en que aquel héroe había adquirido p o r sus hasañasel renombre de Grande.solo un gobernador rom ano, Marco V arnín, se atrevió contraCádiz, y si bien desposeyó el tem plo de algunas de sus alhajas,volvió á restitu irlas y á'satisfacer el honor de la ciudad en públicasflestas.En las luchas de César y Pom peyo, Cádiz tom ó el i)artido delprim ero, por lo cual concedió á los gaditanos el titu lo de tiudadanosde Roma y una Orden ecuestre de quinientos caballeros: hidalguíagaditana.En la bahía de Cádiz fué el combate naval en tre los buques deambos enem igos, y venciendo César, em barcó en la nao capitanaapresada y en ella retornó á Italia coronado de laureles, cuandoMarco Lepido le había nom brado dictador del imperi.^, año TUo dela fundación de Koma.E ntram os, pues, en una de las páginas rr.ás brillantes, de m ás in ­terés y m ás excelsas de la h isto ria de Cádiz parangonada con Komaen el adelanto de toda suerte de ingenio, m adre de los Balbos ylos Columcla, de Domicia P aulina y de Casslo Rufo: consejera dela g ran i-epública, sacerdotisa d e sú s dioses venerados eií SantiP etri, fam osa por sus bailes, danzas y m úsicas, célebre por la naumaquia y flestas navales, elogi'/ida por su teatro , cantada por lospoetas en poemas heróicos, descrita por Plinio, Strabon y Silio Itálico.N ingunaotra ciudad la aventaja en grandeza y poderío; emporiofué en la época de fenicios y cartagineses, aún m ás, muchom ás, durante el im perio de los Césares rom anos.Es difícil, casi im posible, resistir d describirla tal como era enaquel entonces, y nos disponem os á hacerlo, siquier sea de pasada.í'ig u ráo s la m ism a grállca situación de la ciudad de ahora, porqueen sus lim ites y distancias era igual á la antigua y pongamoslas cuatro ciudades que constituían la isla de Cádiz, en la form asiguiente:La fundada por Balbo, Neapolis, en la llam ada plaza de San Juande Dios, tom ándole terreno al m ar del N. y todo el barrio de SantaM aría: la o tra ciudail en la Caleta y P;irque, hasta la calle Ancha,etcétera, con anliteatro, naum aquía y depósitos de aguas potables:la tercera ciudad, ó sea la Didíma, cerca de San Fernando, llam adaisla de Juno, y la p rim itiv a , ó por decirlo asi, prehistórica, en laisleta de Santl Petri.La Didima como p arte de la Neapolis, 1:0 subsistió, pues el m arse llevó parte de la ciudad por el lado del S., y en esta citada sereuni(> la p arte S. (>., form ando una población de belleza y m agnitudextrem a, que llam aron Gades, G adir, Tartcso, Cotinusa, E rittea,Áf'rodisia y A ugusta JuHa fenicios, cartagineses y rom anos,todo esto e n tre d ó s m ontoso i>romonlorios, el Heracleum, ó sea


S anti P etri, y el Croniimi corno señalando ol final dp la tie rra vdel m ar: este prom ontorio es ahora el castillo de San S eb astián .’A la rudeza fenicia, á los tem plos y bloques de piedra sin argamasa, sin íorm a estética, sin detalles que llegan al alm a (>á lapractica, lian sucedido los puentes colosales, obras formldableá: elcam ino ó liipudromo de Cádiz á Roma, la ría que se dirige á SantiP etri, el acueducto magnifico de Tempul de Jerez á Cádiz, travendoaguas cristalinas, puras. Al régim en absoluto, la república" democrática, y sobre todo á los falsos ídolos, á las utópicas leyendas,á las religiones sin verbo positivo, ha sucedido la religión de Jesúsde Nazareth, el redentor del mundo.Ya es Santiago el Apóstol, San H isclo, Santa n en lta, Servandoy Germán quienes inculcan el Evangelio en nuestros prim itivosm oradores, y como ]ior ensalm o, á una degeneración una regeneraciónsucede, parto do progreso, gíh'men óe nueva vida, lum inardo horizontes claros y diáfanos de la, verdad, la hum anidad, la Cand ad y el bien sumo.Cádiz en este lapsus de tiem po, república libre, repelim os, aliadade Roma, surge preponderante con la m agia del a rte y las bellezasde las letras y las ciencias. Cayo Canio es un poeta deleitoso,pulcro, enam orado de la N aturaleza; D ionisia Paulina y Plotinai om peya, m ujeres que sobresalen unas por intelectas y otras porser niadres de em peradores. P or conocerá Tácito, un gaditano em ­prende el viaje á pié á Roma y regresa orgulloso de haberlo consepn d o ; Cohimela, gaditano, escribe los doce libros de A gricultura:los Balbos alcanzan la m ayor distinción en la M etrópoli, v en tretiestas de la naum a^uia, torneos de letras, cam pañas de cultura yprincipios del cristianism o, Cádiz rom ana es ya la A ugusta Julia.No se lamó Afrodisia, ni es cierto que fueran las gaditanas tanbailarinas y danzantes.A Balbo debemos el prim itivo puerto de Cádiz y suya fué la fundaciónde un arsenal y astillero en lo que hoy es Puerto Real, quese llam aba entonces P ortus B albus, y Portus* G aditanus m ás adelante,como adherente al de Cádiz, y como ahora lo es el muelle delii'ocadero y astilleros de la T rasatlántica, y á los prim eros cristianosdo Cádiz ocultas fundaciones religiosas, de las que hubovestigios descubiertos por el M agistral Cabrera en la calle del Sacramento; en tre otras curiosidades, un mosàico que decía: Christustivit, Christus regnaty Christus ador at.ACádiz por sus riquezas, su cultura y el apoyodecidido de los Césares: las concesiones de éstos llegaron á determinarla como convento jurídico, y durante m ucho’tiem po Cádizlue dom inadora del Africa: desde T ánger á nuestra ciudad se nominaronprovincia 2Vrtn.?/


De este suceso á la irrupción de los árabes, á la Cádiz sarracenay la norm anda y de estas fases históricas á la conquista de la ciudadpor el sabio rey Alonso X. hay un abism o insondable, salvo legendariasanécdotas, que desechamos por fantásticas y exageradasen todo orden de ideas. Nada se sabe de moros ni de godos: todo esinexacto y producto de la novela más ó menos am ena; lleguemos,pues, al H de Septiem bre de 12(32, día en que el mism o rey, el almirante M artínez y el general Don G arcía, conquistaron laciudad,rindiendo ante la Cruz la m edia luna.P o r el año 12(>3 fué erigida la Catedral, concedidos los privilegiosdo los m oradores de la villa que vinieron del N orte de lispaiia, ensu m ayoría m ontañeses, y que el Concejo de Sanlúcar, R ota, Sidonia y Lafuente fuesen térm ino de Cádisí, racioneros de su Catedrallos hijos de esta isla, una feria cada m es, excej>ción de un terciomenos de trib u to á las m ercancías.Entonces fué Cádiz de esta forma: el arco del Pópulo, p u erta delm ar; los Blancos, de tierra; y la Rosa y la Caleta, em barcaderosdel Sur, y en el centro de este círculo estaba la villa con la Catedral,pi’esidio y casa del justicia. De ese tiem po resta algo y curioso:en las casas de la plaza de la Catedral V ieja (esto lo ignoranm uchos gaditanos) hay una calle árabe tapiada: las que alluyon ála C atedral por la jilaza de San M artin son com pletam ente m uzárabes,con arcos y vericuetos; un cáliz gótico brillante tiene el Cabildoeclesiástico desde la época referida.Quedaron de ese tiem po algunos vestigios, tales como un cam inocubierto, que em pieza en la Posada de la Academia y term ina enel M onturrio: unas cavernas en la que fué Plaza de Escribanos y losinm ensos algibes que hay bajo la plaza de San Antonio. Kn el'arcode Garaicoechea se estableció una capilla s(ílo jtara hom bres, y enla jilaza d3 Cabildo una cruz de piedra blanca sustituyendo á la estátu a del dios Baco.C ita un auto r, y á titu lo de curiosidad lo damos á sabor, quehabla tam bién otras estátuas en el Campo del S ur y los famososm ojones de Hércules: la efigie de éste en Torre-dorUa.Lo. Catedral fundada por el rey sabio dentro de la antigua villaque hemos de.scrito, era de 200 piés do largo y 0 de ancho, de tresnaves y contaba con grandes riquezas, que se llevaron los inglesesen 15%. Tam bién fundó Alfonso X la erm ita de Santi P otri sobreel tem plo de Hércules, y como fin de bondades concedió á la villael titu lo de ciudad, que usó desde 12(58.Pero las iniciativas del conquistador m onarca pronto j'ueron defraudadaspor sus sucesores: A líbnsoX l, que ganó á Algeciras,pretende y consigue del Pa >a Clemente VI la tra>lación di'l obispadode Cádiz á dicha ciudac; m ientras Don Podro el Cruel pasa áM edina y acontece la m uerte de Doña B lanca, una arm ada portuguesaen tra en Cádiz á saco en 1370, desm antelando la ciudad hastael punto que luego de la retirada, hubo grandísim a m iseria, quesocorrió e Cabildo de Sevilla con trigos y dinero; y á esto siguióen tiem pos de 1). Enrique IV, que D. Rodrigo ponce de León, Condede Arcos y Señor do Marchoiia, se a|)oderó de Cádiz y solicitandosu proi)iedad al rey, de quien la obtuvo p or niarque.sado en 117U,


terrible del 15 de Marzo de 1671: llevOse nada m enos que (íOO personas,y los destrozos fueron de HO.OÜO ducados en tie rra y 40.000pesos en la m ar.De los fines del siglo XVII y durante el XVIII, aparece la épocaque pudiéram os llam ar de renacim iento ó siglos de oro para Cádiz.Kn efecto, sobre la riqueza com ercial, el tráfico, T ribunal de Contratación.Lonja y Consulado, liabíase introducido una vasta cultura intelectual, en la que avent;i.Íábam osá todas las capitales.P orefecto de una catástrofe quedó reducido á la nada el gran teatro dela Opera, de Lisboa, v el teatro de las Comedias, de Cádiz, propiedadde los H erm anos'de San Juan de Dios, ociipc) el p rim er lugarentre todos los de la Europa en m úsica y e n letras: los mism osfrailes defendían por medio de libros y serm ones las comedias, ypor si estos divertim ientos no eran bastantes, cuarenta corridas detoros concedió el Rey Felipe V p a ra recursos con que levantar m u­rallas y castillos, y m ientras las artes y la taurom aquia entusiasmaban á los gaditanos, en o tro orden de cosas, en otras artes y enotras ciencias, no alcanzaban rivales.E nsenada. Jorge Juan y nxiestro paisano Tofiño. fundaron aquíla p rim era Escuela Naval y el notable O bservatorio Astrontím ico,gloria de la patria: Pablo de Legóte y Clemente de T orres, no desmerecían en nada délos M urillos y Velázquez; otros artistas pintabanlas banderas para la A rm ada, y el m ism a M urillo, con susdiscípulos, residió en esta ciudad durante largo tiem po: Lope deVega inventaba sus célebres B arquillas: C ervantes aludía á Cádizen un soneto del Quijote', la Escuela de Medicina daba sus prim erossazonados frutos; tam bién había una .-1 snm ftíea.4 mísíosa i í íí’ra n a ;com enzaron á aparecer los periódicos com erciales y políticos, y enla religión surgía proceloso el gran F ray Pablo de Cádiz, y m ástarde el Beato Diego, que hoy veneram os en las aras de nuestrostem plos, obra de arquitectos" hijos de la ciudad, como TorcuatoCayOn, P av ía y Pedeuna, Albisú, Acero, Velázquez y el M arquésd e ’U reña. , ^Florecían historiadores como Suárez de Salazar, el M arqués deM érito y el sainetero Castillo; sociedades tan cultas como la Económica'de Amigos del P ais; m ilitares como Ceballos y Dañero,en tre otros: ingenieros como Roncali; y si en los hom bres los hablatan em inentes, asim ism o, y como pura d esvirtuar la legendaria yexclusiva suposición dada á las gaditanas de bailarinas y danzantes,aparece D.“ M aría del R osario Cepeda, poetisa y políglota, quemei-eciO ser hasta regidora del Cabildo, y tra s de tan elevada in teligencia,o tra no menos preclara y no menos poética, D.* G ertrudisde H ore, la hija del 6’o/, con fam a suflciente p ara la universal estimación y nom bradla.;Quó herm osa escena! ¡qué adm irable plantel de genios y talentosuniversales congregados y nacidos en aquende los m urosi El


suelo de Cádiz no es fértil. Cádiz no es fabril, carece de la facultadnatural del campo ó de la industria; en una palabra, de la producción:pero como en Sevilla las naranjas y en Jerez los vinos, la inteligencia,las artes y las letras eran los pastos de esta tie rra sinsem brados. ¡Leed, leed, gaditanos, estas páginas de Cádiz comogloria del pasado, ejem plo p ara el presente y cauce del porvenir..!Aún hay m ás: con los varones insignes por su saber y sus obrasde ciencia, surgen á la p ar otros liom bres de generoso y levantadoesp íritu de caridad: y a es Fragela, el fundador de la Casa de Viudas:y a Risso, el benefactor del Hospicio; l.’liberri, A ntonio de laJ u s t,'la M arquesa de Campo A legre, el Obispo Arm engual de laMota, fundadores del H ospital de Mugeres; Mateo de Soto, émulode Miguel de M anara (I). Juan Tenorio); B arrio y Soto, de! m ayorazgode Tavares, l'undando un asilo de señoras; la Sra. de A rteaga,iniciadora de unas Escuelas Pías; la Santa H erm andad de la Caridady M isericordia con su hospital, albergue de peregrinos y dispensariopúblico de todas las dolencias, dicen, como cita la inolvidableD.® Concepción A renal, que en Cádiz se cum plía con el pobrela benellcencia, la lilantropía y la caridad.A m ayor abundam iento, las artes suntu arias y ornam entales reclamaban tam bién la opulencia de Cádiz: el edificio del Banco deE spaña (casa de GargoUo,) del arquitecto Gabarrtín: la m agníllca yelegante Casa de los Grem ios, iioy Círculo M ercantil; la Casa delas Cadenas, en la calle de Juan el de las Andas, donde se guarecióla Custodia en un dia de Corpus y durante ¡lertinaz aguacero; lasC uatro Torres, donde se hospedó í'elipe V: la célebre Casa de laC am orra, hoy Circulo M odernista; la no m enos excelente y ricaque ocupa el Circulo de la T rasatlántica; la casa de Lavalle, en laplaza de San A ntonio; la de los Enrile y luego de Casanova, en laplaza de San M artín; la solariega de Casanova, en la calle M ontañés;la conocida p o r de la P ortilla, que lué del conde de Maulé; lasdel barrio de Santa M aría, donde residió toda la hidalguía gaditana:las antiguas y form idables casas de Recaño, ó sea la torre deT avira; la casa de los Flam encos (San Francisco y Columela); la deVallejo, en el barrio de San Cárlos, y las Casas Consistoriales,Aduana y Albóndiga (hoy fábrica de tabacos), dem uestran hastaqué puntó se fabricaba por Corporaciones y particulares, sin contarel Hospicio y la Casa de Expósitos, y agregando como miel sobrehojuelas, que h asta la cárcel pública es un ediücio suntuoso y decorrecta y estética arquitectura.Si nos refiriésemos á los tem plos El Pópulo, la Merced y SantaM aría, acusan el buen gusto y la riqueza de aquellos tiem pos, ysiguiéndoles á los m ás recientes, no desmerecen las iglesias modernasde las antiguas gadicenses; y si á las joyas, bordados, cerámica é im aginería, nada tan bueno como la Custodia del Corpus,la del millón; el cogollo, la cruz gótica catedralicia, un cáliz bizantino,los tem os de San Francisco y la C atedral, el m anto de laV irgen de Toledo, en tre otras no menos valiosísim as alhajas.S astres y m odistas ganaban en Cádiz con la venta de ricas telasy el corte de las m ism as, lo que no es decible, hasta tal punto, queel lujo de vestir de Cádiz lué censurado p or extraordinario y en


( H-. )extrem o fastuoso. No asi aconteciíj en las industrias de m olinos,lúbricas de jabón, telares y muebles: era lo único que se producíaque m erezca la pena de citarse y las sillas de m ano y carrozaseran de un corte y de una estética del m ejor dibujo y efecto, enconsonancia con sus dueños y señores y de éstos, pudiéndose contar como gaditanos, debemos m encionar á los genoveses que tuvieronsu capilla propia en la Catedral, y luego laopulentaH erm andadde la M isericordia en Santo Domingo, y de quienes quedan fam iliasm odernas que continúan su renom bre: Soi)ranis, B arascliieri,M endaro, M arrufo, Güelfo y tan tas otras. D urante los tiem pos áque nos referim os, contaba Cádiz, en 178G, 71.4‘.)y habitantes.Kn esta fecha aparecía en Cádiz el Memorial Literario, notabilísimo y i)riniitivo periódico, algo así como el germ en de la [irensaque luego le siguiera tan gloriosa; poco m ás tarde la Gaceta deMéxico, E l Correo de las ham os, el Ijiario de Cádiz, que nació el28 de A bril de 17ÍH5; E l Postillón de Cádi:, E l Con eo, el I'arte Oficialde Vú/iíi, E l Procurador General y los diarios Mercantil Gaditano,Avisos, E l Noticiei’o, E l Xoticioso, E l Compilador y m uchosm ás que llguran en n u estra inédita Historia de la prensa, iniciadoresdel progreso y adelantos de los m odernos rotativos.No láltaban cafés; los prim itivos donde se llegó á conspirar y seform aba el mentidero, el Cafe de Cádiz, L a Estrella, La P erla Gaditana,fueron los m ás antiguos: 1780.El liosario de la auro ra saíia á diario, las rogativas y las procesionesse sucedían de continuo; y en el siglo X VIll, en la nochedel Jueves Santo, en la j>laza de San Juan üe Dios, se colocaba unm onum ento al aire libre velado por el público piadoso y con guardiasde señores y criados.En las iglesias se p erm itía la venta de agua y de dulces; en lasprocesiones salían com parsas de gitanos y gigantones y cabezudos;los autos sacram entales no cesaban en todo iiem po, y los Cabildoseclesiástico y seglar presenciaban unidos las üesias de toros. Conestos detalles y &in olvidar la suntuosidad de las lum inarias, creemos haber dauo una ligera idea de las cosas de aquel tiem po.Sigam os, pues, con los sucesos culm inantes.lin 1.” de Noviem bre de 1755 aconteció el terrem oto y m arem oto,que aún se recuerdan por efecto de votos, procesiones y o tras ceremonias religiosas. Retem bló la ciudad durante algunos segundos,al m ism o tiem po que el m ar, en furiosos ím petus, saltaba las m u­rallas por el S ur y el S. K., anegando las calles y arrebatando cosasy personas.Ante el estandarte de la V irgen de la Palm a, y ante el paso queconducía á la V irgen del R osario, contúvose el fragoroso A tlánticoy fué prodigioso é innegable m ilagro que debemos al Altísim o.Pero si la N aturaleza hubo de causar perjuicios y perdidas decuantía, los gaditanos perm anecian dispuestos á nuevas em presasde adelanto: lodo un nuevo caserío m agníüco y espléndido se levantóen la ciudad, nom brándosele, por ser en tiem pos de Cárlos111, barrio de San C árlos, á iniciativa y on p arte á su coste por elgobernador Sr. Conde de ü ’R eylli, de feliz m em oria. El Hospicioprovincial levantaba sus m uros en el Sur, y por el Conde de Cam-


Itomanos se pstablpcioner enarm as loda la gente disponible y pedir socorro á Sevilla y Jerez,dirigió á Nelson una cari a ó parlam ento, viril, enérgico, en que maiiiltíslabaque nos diezm aba la peste y no era digno de un generalde sus bríos com batir á una ciudad desolada, m as si tra ta b a de intentarlo,los gaditanos sabrían su sten tar el honor y decoro de lanacu7n española.Nelson orden llegan á la casa del M arqués del Socorro; la guardia de éste seune al pueblo, y el desdichado gobernador, preso entre la m ultitud,es arrastrad o por las calles y lo llevan á un patíbulo, como traid o rá la patria.No llega con vida al patíbulo infam ante: una generosa m ano deam igo atraviesa con su daga el corazón, y el M agistral C abrera,tan jtopular y querido, vela el cadáver en una nave de la Catedralnueva, á donde consiguió que lo llevasen los am otinados, y despuésse les dá suelta por éstos á los presos de la cárcel v continúanlos desm anes y atropellos.puede el general íh n ia , sucesor de Solano, contener á las


tu rb as, y sólo es conseguido esteefocto por los frailes capucliinos,m u y e n p articu lar por F ray M ariano de Sevilla.Consecuencia de estos desm anes fué la rendición de la EIscuadrafrancesa al General M oría, no sin haberla batido con pólvora inglesa,pues Solano ocultaba que no había m uniciones en la ciudad.3.076 prisioneros, 442 cañones, 1.4:Í9 fusiles, balas, pólvora ybatítim entos, es recogido como botín de guerra, y el A lm irante Collingwood escribe á M oría su enhorabuena y en elogio de Cádiz.¡Cuán presto cam bian las lases am istosas de las naciones! En unin stan te conviértense los ingleses de enemigos en aliados, y los deFrancia, de am igos en contrarios: con los auxilios de Collingwoodse apresta la ciudad en pié de guerra, alístanse los gaditanos en lastropas contra Napoleón, y de Cádiz se le envía para castigo de susoberbia, al p rim er general rendido á las arm as españolas, en lasque Cádiz tiene á sus hijos sosteniéndolas en Bailén, de donde estraido al castillo de San Sebastián el general Dupont.Fórm ase una Ju n ta de Defensa, un batallón de voluntarios distinguidos,y contra el M arqués de Villol, nuevo gobernador de Cádiz,se levanta el pueblo, que á no ser por los frailes, repite lossucesos de Solano.Llega á Cádiz W ellesley, como m ás tarde W ellington, y es recibidocomo amigo, y se le trib u tan honores de general español:pretende que guarnezcan á Cádiz sus soldados y la ciudad se opone:en San Fernando se in stala una Ju n ta C entral, á la que Cádizno reconoce autoridad, y aquí se form a o tra, acogida con entusiasmo:llegan noticias de que se aproxim a el ejército de A lburquerque,y lodo jiibilo fué la culta Gades.En la Cortadura se levanta un baluarte por m anos aristocráticasy plebeyas, y la entrada de A lburquerque y sus tropas, dem acraias y ham brientas, es triu n fal é im ponderable.El ejército francés ya está en la costa del Puerto de Santa M aría:el general y los afrancesados españoles piden la rendiciíin de Cádizy la ciudad resp o n d e’’que fiel á los princí[iios que ha jurado, noreconoce otro rey m ás que á I). Fernando V il.”El ¿y de Mayo—fecha m em orable—la Regencia del Reino se tra s ­lada á Cádiz: es entonces nuestra ciudad toda la nación española, elgloi'ioso baluarte de su independencia.Cádiz E spaña fué ¡pasmosa hazaña!¿Existe Cádiz? Se restaura España.O tras fechas aún m ás trascendentales en la historia p atria, sonlas de la instalación de las Cortes en Cádiz, 1811 á 24 de Febrero,y el 19 de Marzo de 1812, en que fué prom ulgada la C onstituciónpolítica de la M onanjuia española.Pasem os por alto la historia de cuanto dipre sentaba.


( lí> )Cuando el vecindario se congregó en la plaza de San A ntoniopara presenciar la ju ra , los batallones de La Lealtad y Guías penetraron en la plaza, dispersando al desprevenido concurso v causandonum erosísim as victim as y desm anes.No es de la índole de este libró, de reducidas páginas, detallar lossucesos, sino apuntarlos, sin com entarios ni descripciones: pasemos, jiues, del 27 de A bril, en que se ju ró al fln el Código liberalcon presencia de Riego, López Baños y Arco Agüero, á la visita deFernando VII el Deseado, que fué en Í5 de Junio, hospedándose enla casa de Gargollo (hoy Banco de España) y recibido sin entusiasmo,p or saberse y a su absolutism o y enem iga, y á fuer de gaditanoshistoriadores, trazam os un paréntesis con la p artid a dél Reyp ara el Puerto de Santa M aria, la tom a del Trocadero y la entregade Cádiz á las tropas de Angulema.¡Cuánta sangre derram ada por la libertad! ¡Cuántos sacrificiosestériles, ante la perfidia de un hom bre inepto que nunca pudoasen tir á aquel punto constitucional, quedice: ”L anación españolano es ni puede ser, jam ás, patrim onio de ninguna fam ilia ni p e r­sona......”Olvidemos.A 12 de Febrero de 1829, concedió él m ism o á Cádiz el puertofranco, que después el comercio Juzgaba pernicioso, por lo que fuéabolido; el 3 de Marzo de 1H31 fué m uerto en la calle de la Verónicael gobernador H ierro y Oliver, contrario á las libertades, y el intentode revolución fué un fracaso lam entable: de esa feclia partelo m odernísim o ó sabido de nuestros abuelos y nuestros padres.A gitaciones políticas, continuación de las contiendas en tre liberalesy retrógrados; la ley sálica; la g u erra civil tras del sacrificiode T orrijos, M ariana de Pineda y otros héroes; la am nistía por ¡arein a C ristina; los comienzos del reinado de D.*‘ Isabel II; la disgregacióné independencia de los paises am ericanos españoles hasta labatalla de Ayacucho; los m inisterios de M endizábal y C alatrava; lam ism a cam paña de carlistas é isabelinos hasta el convenio de Vergara, la regencia de E spartero, los Narváez, B ravo M orillo, la Uniónliberal, y p or últim o la g u erra de A frica, son sucesos dignos dem encionarse siquier ligeram ente, p or tan to y cuanto se refleren álos Anales gaditanos, como ahora direm os.♦• »La política, el esp íritu de partido, la lu chaentre la libertad y eloscurantism o, era descrita y era provocada por una prensa localdonde se destacaban por su im portancia y sus entusiasm os desde1830 E l Tienifjo, que d irig ía C aruana; E l {institucional, E l Globo,E l Comercio, del exim io Arboleya, y m ás adelante aquellos otrosdonde Pongilioni. Estéban Picardo, Cancelada, B arleta, B ustam ante,Caballero, Sola, G rim aldi, C astro, Elscobar, Pedrueca, FloresA renas, los Sánchez del Arco, G inín Severini, M artin de Mora,G autier, R osetty, Luque, R odruejo, Alvarez Jim énez, Paco Ramírez(Juan Palom o), Alvarez Rspino, Mainez, Encinillas, de la Peña,P e re ira y Portillo, explanaban sus ideas por ende sus plum as.


ICn Cádiz nació L a Moda Elegante Ilustrada de D. Abelardo doCárlos: de la R evista Médica, donde se publica el discreto, correctoy apreciadisinio Diario Cdcíú*, suscrito por la prim eraplum a gaditana de nuestros dias, 1). Federico Joly y Diégura, paladínde los intereses locales, sostenedor de las artes y las letras ensu redacción de la calle de la Bomba. El Diario, que circula por elm undo entero, proclam a que aún no se extiníruen nuestros bríosde siem pre, que aún quedan por escribir m uchas brillantes iiájrinasgaditanas que levanten, perfeccionen y engrandezcan nuestrapreclara historia.H asta aquí som eram ente apuntada la inlluencia intelectual: encuanto á la que Cádiz pudo agregar en aras de la libertad, constaun detalle de que debiéram os estar orgullosos: el vencedor de Luchana,el p rim er liberal de la Nación, el general E spartero, estudióen Cádiz las artos m ilitares en una Academia que tiabia por aquelentonces, y las ideas políticas progresistas y avanzadas en presenciade las Cortes del año 12 en las gradas de San Felipe y el Iragorde un com bate, asistiendo á T rafalgar desde las m urallas en las últimas escaram uzas de la escuadra de G ravina.Si en M adrid el general Pavía efectuó aquel famoso golpe de Estadoentrando con sus tro p as en el Congreso, disolviendo las Cortes,ántes en Cádiz se había hecho lo propio en el tem plo de SanFelipe por fuerza de m ilicianos, y m ás cerca de ahora el g rito doAbajo los líorbones p artió de una escuadra su rta en nuestro puertoy secundado por la ciudad. . ^ ^ ,E n tre ta n to , en 1838 se consagraba la nueva Iglesia Catedral;poco tiem po después se construye una plaza de toros á la venida áCádiz de 1).*^ Isabel II: siguen á estos hechos la adm inistración pulquérrima del inolvidable 1). Juan Valverde: los planes del nuevoteatro, pescadería v paseos: el alum brado do gas en 18-15; las aguasde la Piedad y esliidios de obras del puerto; el ferrocarril: las despedidasy recibim ientos del ejército de Africa: la visita de Sus Majestadesy Altezas Doña Isabel II y Don Francisco do Asís con sushijos, ofreciendo la Reina el Tabernáculo de la C atedral, jurandobandera en el cuartel de Santa Elena el luego inolvidable m onarcaD. Alfonso X ll (Q. E. P. D.), y concediendo gracias y prerro g ativas.Llega la fecha gloriosa del com bate del Calino. Topete y Lobo,los invictos Compañeros de Méndez Núñez, son gaditanos, y_Cádizles obsequia, les ovaciona y los ensalza, llegando al delirio y Irenesldel entusiasm o, cuando m ajestuosa, vencedora y bolla, aparece ala vista de puerto la Villa de Madrid, que com anda Alvargonzález,V á la que sube un gaditano supt'rviviente de T rafalgar, el alm i­ran te D. C asim iro Vigodet. Paso triunfal, recepciones, bailes, corridas de toros, función de gala en el teatro, regalos en m etálico,todo esto se explende v se reitera en unos días de goces y acendradopatriotism o, que hacen olvidar la epidem ia que se padecía deldengue y el írancaso.En el año (K) se repiten estas pruebas de am or patrio con la llegadade los restos m ortales de A gustina de Aragón, la heróica defensorade Zaragoza, que desde el C em enterio de Ceuta pasan al desu ciudad exim ia, con breve estada en Cádiz, á donde vienen eni-


arcados. Exequias en la Catedral, procesión cívico-m ilitar con losrestos, se efectúan de m anera solemne, y cuando han partido de laciudad, las prim eras m anifestaciones de una revolución próxim aapagan los recuerdos de aquellas escenas tan grandiosas.La revolución llevada i'icabo en Septiem bre de 1808 l'ué iniciadaen esta bahía en la m añana del 18 por la escuadra su rta en ella, ácuyo frente se puso ol B rigadier de la A rm ada nacional Excelentísimo Señor Don Juan B autista Topete; habiendo secundado el m o­vim iento en la ciudad el regim iento infantería de C antabria, lafuerza de Carabineros del resguardo de m ar y tierra , y una ]>artedel pueblo en la m adrugada del siguiente dia; desem barcando á lostocos instantes el relevído B rigadier con ol Teniente General Exceentísimo Señor Don Juan Prinfi y P rats, M arqués de los Castillejos.En la noche del mism o llegaron á esta plaza procedentes de Canariaslos líxcmos. Sres. Capitán General 1). Francisco Serrano y Domínguez,Duque de la T orre, y M ariscales de Campo D. FranciscoSerrano Bedoya, D. llam ón S'onvilas y 1). Antonio Caballero deKodas, los cuales en unión con los anteriores y el M ariscal deCampo D. liafael Prim o de R ivera, nom brado gobernador m ilitarde la plaza, dieron p or si y en nom bre del Teniente General DonDoniingo Dulce, M arqués de Castell-ílorit, aún ausente, un m ani-Jíesto á la nación expresando en él los m óviles que les im pulsabaná tom ar aquella actitud contra el gobierno que entonces la regia.En los días 5, , 7 y 8 de Diciembre del propio año, dias de angustias,sobresaltos y tribulaciones que no se borrarán jam i\s de lam em oria, tuvieron íugar á consecuencia de una fatal reuni(>n decircunstancias, los lam entables acontecim ientos que ensangrentaronlas calles; batiéndose con las fuerzas del ejército los batallonesde voluntarios que se habían creado á raiz del citado m ovimiento, hasta que por la generosa y hum anitaria mediación delCuerpo Consular extranjero se-obtuvo un arm isticio á favor delcual se suspendieron en la m añana del 8, llesta do la gloriosísim aP atrona de las Espartas en el adorable m isterio de su ConcepciónInm aculada, los horrores de la lucha que em pezara en la tard e del5; lucha fratricida y terrible sostenida con inaudito tesón, espantosohuracán de fuego y sangre que por espacio de (>7 horas consecutivasestuvo enseñoreado de esta capital, causando en ella inmensos desastres. Intim ada después la rendición en la m añana del12 por el General en jefe del ejército de operaciones do A ndalucíael Kxcmo. Sr. Teniente General D. A ntonio Caballero y Fernándezde Rodas y depuestas las arm as por los insurrectos, verificó en ladel 13 su entrada tranquilam ente en la ciudad al fronte de las tro ­pas de su m ando, con lo cual tuvo térm ino la dificilísim a situacióncroada para este pacífico \ecindario, ageno en su m ayoría á lostristes sucesos acaecidos en aquellos tan funestos comò m em orablesdias.No será tam poco fácil olviden los gaditanos la terrible dictadurarnunicipul que sufrieron desde Marzo á Agosto de 1873, prólogo deltiránico yugo que les fué inipuesto por el titulado Comité de Salud[»ública, calam idad que tuvo de duración desde ol día l'J de Julio,en que por propia autoridad se instaló constituyendo hi provincia


en Cantón federal libre é independiente á su m anera, luista la madrufíadadel 4 de Agosto, en la cual un m ovim iento operado en favordel orden por la fuerza del 2.® reírim iento de A rtillería ft pie yacorrido con júbilo inm enso en la población, facilitó la cn traáa enella en la propia m añana á la benem érita fuerza de Infantería deM arina que tan enérgica como valerosam ente había deléndido elA rsenal de la C arraca de los continuados y furiosos ataques de losinsurrectos, las que por disposición del diírno C apitán General delD epartam ento el Excmo. Sr. I). José Ignacio Hodrí^ruez de A riascondujo desde San Fernando el bizarro Mariscal de Campo de A rtilleríade la A rm ada Excmo. Sr. D. José R ivera, y en la tarde delpropio día á una colum na del ejército de operaciones de Andalucíaá las órdenes de su denodado G eneral en jefe el Excmo. Sr. D. ManuelP avía y Rodríguez de A lburquerque: con lo cual se libertó áCádiz de la inm inencia de un ataque combinado por m a r y tie rra ,quedó en lo posible restablecido en su recinto el im perio de la leyy term inada una in ten to n a que tal cúmulo de daños y perjuiciosirrogó á toda la ciudad, en aquellos días llam ados del Cantón, porhaber sido una intentona de República Federal.P or estas algaradas en que fué idealizado Ferm ín Salvochea, enlas que no hubo robos y en las que aquellos hom bres procedían debuena fé en equivocadas opiniones, cayeron p ara siem pre los conventosde C andelaria y Descalzos, de ías hoy plazas de C astelar yP arque de Salud. Las joyas y cuadros de las iglesias pasaron alMuseo Provincial, y los nom bres de las calles sé cam biaron porotros alegóricos del libre pensam iento. Cayeron tam bién las estátuas de la V irgen, San Francisco Javier y los Patronos; comenzó elderribo del convento de San Francisco y se ocultaron los retablosreligiosos de los barrios populares, cuyos vecinos se dividieron endos bandos ]>olíticos, uno capitaneado por la famosa G uillerm ina yo tra m ujer que se titu lab a Consuelo de Aragón.E xistía una m ilicia v o luntaria provista de los K em ington, entusiastadel general Eguía, y no fué desarm ada h asta que llegó consus tropas C aballero'de Rodas.U na pléyade ilu stre de gaditanos virtuosos, sabios, hom bres deciencia, ilorecían en aquel entonces p ara bonra nuestra. F ra y FélixM aría de A rríete y Llanos, Obispo de la Diócesis, el que nunca tuvomedios ni aun para su m anutención propia, porque todo se lo dabaá los pobres: D. Javier de U rrutia, alcalde ejem plar, a rtista pintor,varón de relevantes virtudes cívicas; el nunca bien alabado médicoDoctor lim o. Sr. I). José B enjum eda y Gens, de feliz m em oria; elprohom bre liberal Sr. González de la Vega, ém ulos de aquellos gaditanosque flguran en la galería de retra to s de la Casa Consistorial, hicieron por Cádiz valiosos é im portantísim os beneficios.Al mism o tiem po, las costum bres conservaban lo típico del paísandaluz: celebrábase el C arnaval en el centro y en los barrios populares;en éstos se instalaban colum pios para las m uchachas de la


V iña y de Santa M aría y era de ver la fiesta y el regocijo que seform aba en ellos.La Velada de los Angeles nació en esa época; fué su origen la Veladadel Corpus, que se trasladó al paseo de las Delicias, y viéndoseel éxito y el efecto, se pensó en organizaría por Agosto.Tam ayo, la Boldúm, M atilde Diez, escuchaban las ovaciones delpúblico gaditano en los teatros; El Gordito en la plaza de toros; losacróbatas Onzalo (uno de ellos se m ató en un ejercicio) en la Veladade los Angeles, y la m úsica sostenida por el inolvidable señorD. Bernardo D arhán tenía su tem plo en el Colegio de San Felipedesde el año 1K.38 y adquiría toda la grandeza y protección que m e­rece en las cultas capitales.H abla m ás que hay ahora: existió una Facultad de Farm acia,elem ento de vida local, y se gestionaba o tra Facultad de Derecho,y como si para el resplandor de ta n ta vida la N aturaleza quisieracoadyuvar al efecto, dos fenómenos grandiosos se presentaron enCádiz. En Febrero del 72, la aurora boreal que describió A rcim is,como en Marzo una nevada tan copiosa, que coronó la ciudad deblanquísim os copos en las to rres y azoteas.En el año 75 se inauguró la m agnílica y expléndida capilla decoradapor Jover y que hoy es Sagrario de la iglesia de San Antonio,costeada la obra por la respetable Sra. D.* Ju sta López M artínez.Hubo un incendio de im portancia en el ediücio Aduana y GobiernoCivil: otro fuego en la cerería de P astrana, otro m ás en una fábricade aguardientes, evocando el ocurrido dos años antes en la fábricade muebles de los Sres. G arcía Ilubet, en la calle Abreu.La j)rim era Junta de Puerto se organizó entonces con el titu lo deSociedad del Puerto M ercantil de Cddis, form ada por los Sres. LaCalle. Viesca, Kroff, Joly y Velasco, A ram buru, liudolph, Pinillos,Cerero, Sobrino, Salazar, Conde de T orres U rm eneta, Don AngelUrzáiz (exm inistro á quien debiera recordársele ahora), Quirell,Gazzoio, Haynes, Abenoja, Fernández (I). Cárlos), l^kshave, M ier yTerún, Zulueta y Franco de T erán, encargándose de la concesión delas obras.En ^9 de Diciem bre, la noticia de la R estauración y el g rito deS h u n to fué acogida en Cádiz con verdadero entusiasm o, lum inariasy grandes fiestas de júbilo general. Foco después, cam biada lafaz política del país, fué nom brado alcalde de Cádiz I). José de laViesca.La iglesia gaditana tuvo tam bién otro día de júbilo con las eleccionespara Obis]K) de S antander del virtuoso I). Vicente Calvo yValero, y de Cuenca el luego Cardenal 1). Sebastián H errero, ambosfallecidos recientem ente; la caridad cristiana vió levantarse el Asilode la Infóncia; las letras y gay saí>er, la Asociación de C ervantistas;la m úsica, el m aestro V entura Sánchez de M adrid; las artes delpincel, los comienzos de la Academia, los sports, regatas y carrerasde caballos.Kn 1877 se celebraron por Real Orden conferencias agrícolas dominicales, en el A yuntam iento, por los Sres. Lizaur, La Orden,Moreno Espinosa y otros com petentes hom bres de estudios. LaAcademia de Ciencias y L etras proseguía sus sesiones, y en este


mismo año visitó la ciudad S. M. el Rey I). Alfonso XII entro loshonores de la escuadra inglesa, á la sazón en bahía, y entre liostasexpléndidas costeadas por las Corporaciones y particulares. T am ­bién p or esas lechas salió en Cádiz una procesifín que no se ha repelido:la V irgen de los D esamparados y el Angel de la G uarda, dola C astrense. , , .Hubo un incendio en las bodegas de Lacave y el bizarro m arinoI). Guillerm o Oaniargo, con fuerza á sus órdenes, salió de C apitaníaá sofocarlo, consiguiéndolo con valor é inteligencia sum a; otroincendio en la calle Golumela 11; las sesiones de la Sociedad Protectorade Animales; la visita de ía princesa Ratazzi; m ás adelante,el 78, la m uerte del em inente poeta Flores A renas; el siniestro delvapor ^ u e c o Barrera, incendiado en balita, y que hubo_que-cañonear p ara destruirlo, evitando así explosiones y comunicación dolfuego; la visita de una em bajada m arroquí; la noticia del fallecimieiao de S. S. Pío IX; la bendición y ap ertu ra de una Casa de Socorros;la estada de T am berlik en la escena gaditana; el incendioen bahía del Liberta-, el hospedar la ciudad tuerzas de ejército...................... . (con .al ventorrillo del i'ha(o\ la llegada del Obispo Catalá y Albosai te r­m inando esta época gaditana contem poránea con dos acontecimientos de adelanto: la E.i--posicioi\ Jíeyiünal celebrada en ol Hospicioy el Congreso G eneral de Ciencias Médicas.Y* vamos, pues, i\ otros diez años m ás desde el 1880.P o r el año 1880 vino de nuevo á Cádiz ol malogrado m onarcaD Alfonso XII en la E scuadra de instrucción, y luego de v isitar aM urcia y A licante, localidades donde acontecieron inundaciones yterrem otos. • •. jCádiz ofrecía entonces risueño aspecto: una Lxposición de i lan-. . 1 - ______ 1 1 f ^ .-V. . 1 .y v vv s /» í\n *\rk o lta ro n brillantísim as, y al conjunto de esas tiestas hablaque agregar la excelencia difícil de conseguir o tra vez, de dos bandas dom úsica m ilitares, las dirigidas por los em inentes m aestros Juarranzy R ovira. , . • - jE n tre ios sports, descollaba el año 80 á 81 la m ensajería de palomas y concursos de éstas, en que luoron prem iados 1). te m a n d oA rboleya y D. B enjam ín López A ldazábal. iintro los periódicos, h íLevante, que redactaron Abarzuza, Luciano Alcón, M adariaga,Campillo, v Fernández Saw a, (plagiado por el Ateneo de Cádiz dehace tres ó cuatro años), brillaüa como planeta de luz propia en lalite ra tu ra m oderna, y en los anales de la prensa gaditana ligurarasiem pre como de lo m ás bueno y m ejor escrito.P ero el año 1881, tan pródigo en adelantos, pues contaba Cádiz


con una caseta do auxilios y salvam ento df' biiqups, festivales tanexpléndidos como los celebrados en honor do Ca dorón de la Barca:costum bres tan típicas, andaluzas, cual la rom ería al C erro de losM ártires; hom enajes tan sentidos y gloriosos como los tributadosal m isionero y sabio íraditano M onseñor Cárlos C uarteroni, tuvouna nota, una páf^ina triste, un funesto acontecim iento. K1 GranT eatro, el herm oso coliseo de la Plaza de Alfonso X ll fué pasto delas llam as: un incendio, no sabemos si casual ó intencionado, consumid el teatro gala de Cádiz, en la noche del 5 de Agosto.Y aquí, con singular satisfacción, consignamos que al calor delas llam as, en tre aquel am biente de faego, surgid inm ediata unaidea de resucitar enseguida lo que aún estaba en la hoguera.El Excmo. Sr. M arqués de Santo Domingo de Guzmán y 1). EnriqueMac-Pherson iniciaron alli el proyecto de levantar o tro G ranTeatro: secundáronlos convecinos tan respetables cx>mo los señoresA ram buru, Lacaüe, E izaguirre y otros, y_el Gran T eatro, comonueva ave fénix, resurgía do sus propias cenizas....l-:n el año 1882 llegó á Cádiz el p rim er cañón A rm strong, de 25toneladas y 7 m etros de largo para las baterías de la Soledad, yentró en bahía el p rim er buque de acero de la Com pañía T rasatlántica,el Atilonio Lopes.Su M ajestad el Rey D. Alfonso XII, con su augusta esposa y lasinfantas, visitaron por cuarta vez la ciudad, y m ás tarde las infantas solas, entre el m ayor entusiasm o, obsequio y festivales. _lnici()se en este año’la fiesta del T iro de Pichón, y las m ensajeríasde palom as seguían en moda cada vez m ás, y en los anales religii)-sos figura con especial m ención el 1882 por el Sinfído Diocesano yla ap ertu ra de las Escuelas Católicas de San José, por m andas delSr. Iriarte.El 2 de Enero de 1883 se inauguró el edificio Audiencia provincialen la ))laza de la R eina, y debemos decir á fuer de gaditanos,que por ley lo que debe haber en aquel lugar, según acuerdo de 28de Noviembre de 1875, es otro Asilo de la Infancia como el delM onturrio.P or ese año fueron trasladados de la iglesia del C arm en, á Madrid,los restos del insigne G ravina; falleció el obispo, hijo de Cádiz,U rquinaona; se inauguraron los coches R ipert; se declaró elestado de sitio por los sucesos de la Seo de Urgel, y se estableció elcable á Canarias.En 1884 se verificó la ap ertu ra del Monte de Piedad y Caja deAhorros,^ o re selm illón ^ _____ __ , ......... ...lado de Santander linio. Sr.’l). Vicente Calvo y Valero.El 1885 fué año de bienandanza, no parco en novedades. D uranteél se organizó por I). Luis Abarzuza un Liceo dram ático escuela dedeclamación. Hubo un banquete en honor del general Cassola; llegadade nuevos A rm strom g a las b aterías de la plaza.Se sintió un ligero tem blor de tie rra el jueves 25 de Diciembreá las nueve de la noche y sem ejante al de los años 7‘.> y 83, en otraa


páginas citados. Alliama, G ranada, A lm ería, fueron las localidadesque m ás sufrieron. Aqui se arb itraro n p ara ellas cuantiososauxilios.Las Juntas de lie form as Sociales se establecieron por entonces,cuando el incendio de I m N uena Italiana de García Lynch y el fallecimiento del insigne periodista limo. Sr. D. Fernando_García deA rboleyay Duval; las inauguraciones de la nueva Fábrica de Tabacos,el Asilo de San José y la Escuela nocturna de m ujeres, fundaciónde 1). Alfonso Iñigo.]>;n ese m ism o año, el viernes 20 de Marzo, durante fuerte tu r­bonada, cayO una chispa eléctrica en una de las to rres de la Catedral,destrozando la base de la veleta y cruz en que term inan.A los sucesos del cOlera del año 85, poco hay que añadir fuera delo referente á estu epidem ia igual á la de 1855. En el 86 procedióla poetisa Sra. de Hiedma á la fundación de un Asilo de niños conel titu lo de 7i7 ¡latrocinio, que ya no existe, aunque vive su literatafundadora: en el siguiente año vino á Cádiz I). José Canalejas yMéndez, hospedándose en casa del lim o. Sr. 1). M ariano B aylleresy del V illar; el general Sánchez M ira; I). E nriqueC apriles, que regresabacomo un héroe de Las Carolinas', en nuestra B asílica sel>reconizaba Obispo de Dora el que lo es hoy de Cádiz, virtuosolimo. Sr. D. José Uancés y V illanueva, y term inaba el año con lainauguración de la Cooperativa G aditana de A lum brado, que datatoda una h isto ria de la virilidad de Cádiz, que derriba m inistroscomo los troncos de la fronda el huracán violento.En 1H85 contaba el Hospicio Provincial con una Escuela de Artesy Oñcios, y de nueva planta se inauguraba o tra que fué dirigidapor el entendido general de Ingenieros de la A rm ada, Excelentísimo S r. 1). Ant-onio Blanco.La Biblioteca Provincial, muchos año.s clausurada, abriO suspuertas en la calle del Correo, al m ism o tiem po que en un barrioextrem o se instalaba un reñidero de gallos y el celoso y sabio gaditanoExcm o. é limo. Sr. I). Cayetano del Toro, solicitaba delGobierno la ley pertinente al libre cultivo del tabaco. ContO el Municipiodesde entonces un L aboratorio quím ico de análisis; las comunicaciones, el nuevo cable de G ibraltar y Tánger y la arqueología con los interesantísim os descubrim ientos de lápidas y sepulcrosen P u erta de T ierra, incluso el augustal sarcófago fenicio,único en su género que ostentarse puede en los Museos nacionales.La sociedad aristocrática tenía sus salones concurridos en tre lam ás exquisita elegancia y cortesía, recordando los tiem pos de lainolvidable Carm en Berg'es en su palacio de la plaza de S. Antonio.'■ El general Rodríguez A rias en el Gobierno M ilitar; la M arquesade Angulo en su hotel ta n elogiado; la miisica di camera en casadel diietianti D. Salvador V iniegra y en la de los Sres. de Loventhal, no m enos constituían el m ayor atractivo del buen tono quem ás tard e sostuvieran otras fam ilias, tan to en la ciudad como enla inm ediata villa de P uerto Real, con m adnees, baijes y reunionesdonde sobresalía el m ás delicado suxoir ¡aire, que dicen los cronistasde salón.El 15 de Agosto de 18B7 fué día de gloria p ara los A nales gadita­


nos. ¡So inau^erto, de la ciudad rasa, logró, áim pulsos de su genio, la grandiosidad de una Exposición que trajonutrid as escuadras acorazadas ex tra n je ra s y de m uchas naciones,las ^irimeras figuras del Parlam ento y del Estado, lo m ás láinosode las A rtes y la industria, y como consecuencia de toda esa riquísima revolución de vidas, los terrenos y los edificios que form abanel certam en, vinieron á ser el A stillero naval gaditano, del que salióel Carlos V v otros buques de guerra.• tLas fechas de 188!) no acusan cosa de gran m onta, aparte de lanotable m ejora que debe Cádiz á I). Francisco G uerra Jiménez, queensanchó la plaza de Isabel II, demoliendo los casuchos y puestosque había en ella.Las pruebas del subm arino Pe¡-al con los torpedos, fué otra notadigna de consignarse, y con c ita r la llegada de \m-d plenipotencia deM arruecos y las nuevas pruebas del ya citado subm arino, se sabelo m ás culm inante de ese tiem po.Se inició, llevándose á efecto, la form ación de una C ám ara Agrícolaque aún existe, y el año que sigue al detallado comenzó con elsuceso de la caida de una cam pana de la C atedral, verdadera campanadaque por fortuna no ocasionó desgracias.En el dique de la T rasatlántica se descubrió la estátu a do su fundadorD. A ntonio López: en este año visitaron á Cádiz_ buípies deg u erra argentinos y se celebraron en la Catedral exequias p o r losnáufragos del Rosales, cantando en ellos B attistin i y asistiendo latripulación arm ada de los buques de la Plata. En Octubre tuvim osla v isita de SS. MM. la Reina y el Rey D. Alfonso X lll (Q. D. G.),entre vítores y entusiasm o de iodo el vecindario: era alcalde el señorMeléndez. La instalación d élo s M aristas en San Felipe y lareform a do la plaza de la C atedral, son las m ás salientes notas conque term inó aquel año.En Enero de I8ÍK) se colocó la p rim era piedra de la hoy iglesia deR li. MM. R eparadoras, por su jtropielaria la Sra. Ju lie ta García.En A bril de este año comenzó á circular el p rim er tren exprés. VAilu stre Doctor del Toro daba sus elocuentes conferencias La lu : y


los colores. Se efectuó en el Hospicio una Exposición de labores defíía la D iputación Provincial; las RH. M.M. Esclavas se instalabanen la ciudad, con capilla en la calle Juan de Andas en la casa delíscribano.P o r el m es do Marzo de 1891 visitaron la ciudad los Serenísim osSeñores Infantes 1). Antonio y D * Eulalia, hospedándose en la Delegraciónde la Compañía T rasatlántica. El 23 de Julio se inan-ruróel magnífico ASTII.LERO VKA-MURGUÍA, asi lo ponemos en letrasgi’andes, y a que no nos es posible hacerlo en letras de oro ysobre una placa de preciosas piedras.Pasem os por alto lechas y sucesos que no m erecen la pena deldetalle, y llegarem os al Iln del siglo XIX con toda felicidad ennuestro viaje expreso rápido por los acontecim ientos gaditanos.Cádiz ha variado, ha adelantado m ucho. M irad el Parque de Genovés,debido al Excmo. Sr. D. Eduardo Genovés y Rozzo, de perpétuam em oria, paseo elegante, bello, pintoresco, que sustituye alPeregil. Veamos la plaza de los Descalzos, hoy parque de G uerraJiménez, digno paseo y jard ín de la m ejor ciudad m oderna y opulenta.Cambiemos el casucho que era C apitanía de P uerto, por eledifìcio construido de nueva planta. V eréis la estátua del exim ioC astelar, en la plaza de su nombre: la plaza de M ina, reform adapor D. B enito A rroyo; la restaurada Facultad de M edicina: el her-Superior . . .de ser algo y de concluirse de aquí á unos años....; pero sobre todoesto hay algo m ás grande, m ás elevado, m ás sublim e, este sublim ees la C aridad do los benefactores de Cádiz Excmos. Sres. de Morenode M ora, en form a de edificio, y costeam iento de unas EscuelasC ristianas, un Sanatorio de la infancia, en E xtram uros, y .... elcolosal, el poderoso, el terrib le i)aladín contra la m uerte, el enemigode la Parca, ¡el sin igual H ospital Mora!¡Loor á ta n ilustres, m agnánim os y generosos gaditanos, quecon sus riquezas supieron, destinándolas á ejercer el bien, elevarsesobre el nivel m oral de todas las criaturas!¿Qué m ás? Sí; después de estas notas quedan algunas curiosas,que debemos agregarlas. Un Sr. D. Ramón Infesta, que falleció en1UÜ3, legó una fuerte sum a para que se repartiera (como se hizo)entre todas las personas que asistiesen á su entierro,En política hubo una reacción que levantó bandera de legalidad yadm iiíistraci 3n á conciencia, formándose el partido llamado neutro,por ser ageno á la política en general: M ac-Pherson, Segerdhal,I). Luis J. Gómez, I). Miguel de A guirre y otros dignos gaditanos,capitanearon el partido hasta hace poco, l'n a Exposicicín.de Postalesde todo el mundo, inicia el Sr. García de A rboleya (i). F ernando),y logra un colosal éxito y la vende, destinando la cuantiosasum a á la Asociación G aditana de Caridad.í.a estación nueva dol ferrocarril comienza á levantarse: Su Ma-


( )jestad el Rey 1). Alfonso XIII visita la ciudad en el año lüOí, y ....nada m ás: cuanto sigue á esto, pertenece á los Cronistas que nossucedan y ú los que adivinam os niAs dotes y relevantes condicionesque las nuestras.** *Hoy ocupa la A lcaldía el eximio ítaditano Excmo. Sr. D. C ayetanodel Toro. Son Diputados los Señores M oret, Viesca y Marenco.Parece resurgir nueva era de explendores, un renacim iento poderosoy enérgico.¡Dios salveá Cádiz!Decía el exim io poeta I). Gaspar Núñez de Arce p ara dem o strarla inm ortalidad do Grecia, aquellos m agníficos versos deB astarán una estrofa, el dorso rotode una estátua, un frontón, ceniz:is friasde tu pasado, para no olvidarte;ol), cuna de los dioses y del Arte!Y nosotros asentim os de ese modo respecto á Cádiz d u ran te suvida en los siglos XVllI y XIX. B astarán los nombres de tantoshijos ilustres como brillaron en ese espacio de tiem po para quepase á la tradición y á la historia ta n gloriosa de otras m ás alongadasépocas.En efecto (y seguim os el deber im puesto de apuntar, nada m ás),aparte de la prensa gaditana, m adre de la española en general,desde las Curies del año lií; aparte tam bién de a Constitución políticay de la defensa contra el francés; pasados los Alcalá Galiano,Argüelles y Mendizábal, vengamos acá y veremos un historiadortan profundo como el insigne C astro y Rossi; un Ct-onista oficialcomo Rosetty y Pranz; unos poetas y escritores em inentes, 1). PedroIbáñez Pacheco y el sucesor del saineteroC astillo, Javier de B u r­gos; otros no menos notables, Jackson V eyan, Flores A renas, Sánchezdel Arco, V icente Jiménez, P atrocinio de Biedma, P ilar Díaz,Zulem a, Miguel Guilloto Demouche, Alvarez Espino, Moreno Espinosa,Juan de V. Portela, Pineda, el nunca bien alabado 1). A r­turo Arboleya (hijo del ilustre D irector del Comercio A rboleya yDuval), Abarzuza,'el elocuente M oret, el magniflco E m ilioC astelar;escritores como el diplom ático Conte, Federico Rubio y Pepe Toro;periodistas como G irón Sffverini y Franco de Terán, los M arquesesde Casa Laiglesia (padre é liijo). llom bres de ciencia ox)mo D. VicenteRubio y Díaz, Fernández Fontecha, B arrocal, D C ayetano del Toro,el Dr. D acarrete, el m aestro Benot, Mac-Pherson (naturalista),Ceballos, Benjum eda, Z urita, Le Clerc, Vadillo, U reña y otros m u­chos. A rtistas de la escena como A lbarrán y Sánchez C astilla; autorescomo Novo y Colson, el mismo Jav ier de Barbos. Abarzuza ym uchos m ás; pintores cual Andrés P astorino, U trera, l'^quivel.R odríguez Barcaza, Rodríguez el Panadero, Hernández, G arcía,


IJrm eneta, Gayón, Pavía, Benjum eda, Vicente Acero, U rn itia, HoracioLengo, Salvador Clem ente, V iniegra, Ruiz Luna, Morillo,Godoy, A barzuza....Oradores como el P. L ara, Moreno Labrador, el Padre D. ServandoArboll y Farando. Elejalde, V entin, Rioseco, Viesca y Méndez,etc., etc. Músicos como Zabala, V entura de M adrid y Maqueda.el colosal Maqueda...Con tan brillante plévade de hom bres distinguidos en las írayasciencias y en las exactaü y en la historia y en la religión, en el foroy en la escena, Cádiz contem poránea continuará en los anales de lap atria como en los tiem pos m ás rem otos, y como en el siglo XIX ensus comienzos, cuando se hizodigna de un m onum ento que debieraexistir en la plaza de San Antonio, en el cual m onum ento se ostentaseel apotegm a que ol entusiasm ado, há poco, do labios del inteligente,culto y perspicaz director de nuestro Diario:;Cádiz, cuna de la libertad española!¡Cádiz, baluarte de la independencia nacional!Como baluarte de la Independencia aparece Cádiz en los tastosnacionales; asi fué, no menos, de las artes y las letras, y no puede,no debe quedarse en el tin tero esta particularidad, en la cualnos viene m ucho honor y m ucha gloria: el teatro en España hubieradesaparecido por com pleto, si Cádiz no sostuviera, en diversasépocas, su poder, su desarrollo v su elem ento.En el siglo XVII habíase desatado toda la inquina de exageradosteólogos y de escrupulosos frailes y seglares, h asta el punto deev itar las representaciones, vituperando autores y actores, y ejerciendotal predom inio sobre el público, que éste abandonaba loscorrales, por considerarlos perniciosos á las buenas doctrinas ycostum bres de la sociedad española.Entonces el P rincipal de Cádiz. C otral de las Comedias., que pertenecíaal Cabildo civil, pasó á m anos de un médico llam ado DonG aspar Toquero, el cual lo restauró, cediendo p arte de las rentasá los H erm anos de San Juan de Dios y H erm andad de la C aridad yM isericordia, que al fin llegó á ser única propietaria, del teatro , ypor esta causa los frailes m ism os, sus poseedores, diéronse p risa ápredicar las excelencias de la comedia, á ensalzar la im portanciadel teatro para la cultura, como honesto deleite y centro de ilustracióny de progreso. Nosotros tenem os en nuestro archivo, serm onesy folletos en'defensa del teatro, escritos por los frailes de San Juande Dios, de Cádiz, y es de apreciar que consiguieron que se desvirtuase cuanto se dijo y se publicó en contra de la escena.La o tra circunstancia fué cuando la gloriosa guerra de la Independencia:en el teatro citado y en el Balón, vivía el arte escénicoespañol m uerto en todos los ám bitos del país en guerra. El Sancho(iarcia, de Cadhalso; los sainetes do Juan del Castillo; M artínez dola Rosa con sus obras, Lo que puede un empleo-, el Marqués de Cagigaly I). Javier de Burgos (1816) y otros autores, no son (y están' m u y elogiados en todas las histo rias del teatro) quienes con m ás


tesón y genio sostuvieron la escena. Kn 1791 Üorecia en Cádiz,aplaudidísim o, el sainetero au to r del Paye pedigüeño: 1). FranciscoFernández, au to r de inlinidad de preciosos juguetes cómicos. Veintesainetes im presos en 18Ui en la im prenta gaditana de la M arina..Siguieron á los de este autor el y a dicho Castillo, al p ar que DonFrancisco C astrilión, con dram as y comedias que dedicaba al Deseado.E i sordo de la posada (1811), por D. F. K. C.; E l silio delemporio gaditano^ del m ism o, en 1812, precedieron al Hulitario delmonte salvage, ópera de 1). H ilarión Eslava, estrenada en el T eatroPrincipal, como otras m uchas: pero ciñéndonos á los autores gaditanos,dejemos de m om ento el teatro lírico para su m ariar iosnom bres de éstos y citando una de sus respectivas producciones.1). Fernando G. de A rboleya se acreditó en extrem o con su comedia ¡iodo la buñolera; D. Juan de A renas con su Para un apuro,un amigo; el chistosísim o Sanz Pérez con E l tío Caniyicas y La florde la canela; el correcto y perspicaz I). Francisco Sánchez del Arcoen sus obras Abenahí y Urganda la desconocida; I). José ArcosPérez con Cosa.? »iiui/er; Don I.,ui» B urín y P árrag a con Elsombrero de copa ha fallecido] el ilustre Flores A renas con sus excelentesy num erosas comedias Coquetismo y presunción, etc.; donA ntonio Redondo escribió y obtuvo un éxito colosal, el Don Tomásde Moría, Cádiz en i8 0 8 ; I). Francisco Villalobos De todas y deninguna; 1). José Moreno Fuentes Por no quedarse solteros; DonFrancisco Cabrerizo E l casamiento nulo, y I). Ferm ín SalvocheaCada mochuelo á su olivo.1). José Carrasco les siguió con Soltera ó muerta-, Don FernandoGargollo con Juan el tornero', I). A ntonio Novo con su a lta comediaLos huérfanos de N uestra üeñora; D. A ntonio Rodríguez y Núñez,con Un riyodon de gitanos; 1). Juan C hazarrí Un comico comohay muchos; el luego académ ico D. Angel M aría D acarrete dió enCádiz su dram a en verso B ien vienes m al, si vienes solo; Don JoséN avarrete Cuantas veo, tantas quiero: D. Joaquín M artínez de l’iníllosUna pasión al vapor; el sacerdote 1). Enrique Romero Jim é­nez el dram a M aximiliano, dedicado á Zorrilla; el lim o. Sr. DonAdolfo de C astro Los empeíios de un agravio, en tre o tras; el actorA lbarrán, que era autor tam bién, Las cigarreras de Cádiz; 1). Víctor Caballero y Valero E laquetas del corazón; O rtega y M onteroj/am or; 1). Eduardo Jackson Cortés sus Comedias caseras;D. Aurelio Llam as El desengaño; 1). Aurelio Alcón caza de aventurasy con D. José de Fuentes Una aventura del Czar; D. TomásFernández de C astro el precioso proverbio Quien mucho abarca...,;Sánchez Castilla Los manguitos; Alvarez Espino su Ramilleie denovias: Larraliondo Oro dejo; Clavero Hoy se casa m i sobrina; Javierde Burgos Cádiz, E n el P ereyil, etc.Los estrenos de obras que siguen á estas apuntadas son ya tanconocidas del día, que pertenece su crónica á quienes nos sucedanen este oficio. Sin em bargo, citarem os por excelente au to r dignode loa, al notable poeta Alfredo García Salgado, cuyo monólogoEli vísperas de estreno, es una composición de las m ás acabadas,m agniílca en el fondo y en la form a y artística en grado sumo.


Ahora bien. No hemos dicho n aáa del teatro lírico ^raditano, elcual merece su ])árrafo aparte, por m ás de un concepto.A principios del siglo XVIII, (l) un accidente privó á Lisboa de suT eatro de la Opera, v por ende &Cádiz vinieron escritores, m úsicosy a rtista s escenógrafos y com pañias que continuaron sus interrumpidas tareas. . .M ercadante (nada menos) estrenaba y dirigía su ópera Las bodasde Camacho; Eslava sus p a rtitu ra s m agistrales; GOmez ja Herrán otras suyas, v así los m aestros Zabala, V entura de M adrid yotros. V en el T eatro Principal, en el del Balón, en el de San Fernando,en el Circo Olímpico, coliseos que eran preferidos á otros quehabía en la ciudad, se estrenaban después ¿V muerto vivo, del insigneDon Eduardo Benot, m úsica de Don Francisco de Asís Gil;M alek-Adel, letra del conde [»epolí, m úsica de D. V entura Sánchezde M adrid; Fiorindit, de 1). F . de P. Hidalgo, el verso y la p a rtitu ­ra de D. liUis Oderò; L a vuelta de los toros, letra de D. Manuel Lu-"ar. m úsica de D. Isidoro H ernández, y los Autos de N avidad, delPadre Cayetano Fernández, m úsica de D. E varisto G arcía Torres,en el Colegio de seises, y o tro s trabajos para la escena en el mismolocal, por el P. León y Domínguez, hoy Académico de la I^pañola.A com pañaba á estas obras un decorado excelente y se distinguióc o m o p in to r escenógrafo el Sr. 1). Diego Gómez del Valle, en muchasobras de gran apariencia. Más tarde, F aletti, F erri, Bussatoy B onardi, vinieron á p in ta r á Cádiz, y aún se adm iran m uchasobras de sus pinceles afortunados. , , , ^ - ,No acontece así con el telón de boca, alegoría del A rte, Apolo ylas m usas, obra exim ia de Juan Rodríguez ¿Y Panadero (1830):desapareció del Teatro Principal, sin saber cómo ni cuando.Desde los bufas de A rderíus hasta la com pañía de M aría G uerrero,han desfilado por n u estra escena, todas las notabilidades dela rte en d istin tas épocas; y tal ha sido y es la afición al teatro casero,que tenían las fam ilias gaditanas p ara su recreo el te a tn to delcolegio de S anta Cruz, el aristocrático Teatro Pepe, de La Orden,V recientem ente el elegante teatro Loló, de los Sres. Lavalle, galaele Cádiz y de la cultura de su buena sociedad.Otro género del a rte en que no abundan por cierto los españoles,la escultura, contíJ en nuestra ciudad con excelentes profesores.Estos eran D. Cosme Velázquez (1810), Gandulfo, González, Urmeneta,V icente Hernández, Pedro B arrientos, Mur, Roca, y en laactualidad Aguado y Repeto.C o m o sobresalientes en tre m uchas más jo y as artísticas dignasde adm iración y estudio que se conservan en Cádiz, m encionarefl)K n 16 oscribió el capitón R odrigo de Herrera RU com edia L a fe no hanieneyti'r armas y venida del inglés « Cúdi:.


mos el Cristo de Montañez, en San Aírustin, con un San Antoniodel mism o autor y una im ágen de la H um ildad y Paciencia, obradel siglo XVI.]il kSou B runo, del citado a rtista , y L as Anr¡ustias, de Arco; unF.cce-Homo y los Patronos, de la Roldana, en la Catedral; la Magdalena,de ik Casa Cuna; el N azareno de Santa M aría, y un Ecce-Jlonio de la m ism a iglesia y otro en la de San Pablo; el paso delÜeñor de los A/íigidos, en San Lorenzo: un herm osísim o ¿^an Cristóbal,en la capilla de la P astora; una im ágen de la V irgen, bizantina, sobre la P u erta del Mar; o tra gótica, que posee el Sr. Arboleya;los retablos de la capilla del Pópulo, la ¡Merced, Santiago y Sagrario,del m ejor gusto y talla; los cuadros de M urillo, de Capuchinos;la Concepción dfil mism o autor, en San Felipe y o tro en laC atedral; la que se venera en la iglesia C astrense. Los medios puntos,do Goya, en la Cueva; el San Francisco, del Greco, y una V irgen,de Wiirillo, en el H ospital de M ujeres....Los tem plos m ás antiguos de Cádiz, datan de las siguientes fechas:K1 Rosario, 1567, para oratorio de m ujeres devotas. San Antonio,109(), era una erm ita. San Lorenzo, 1722. San José, 1784.Pópulo, 158!). Ix)s Remedios, 1635. San Pablo, 168Ü. I.as Angustias,1701. La Pastora, 1731, y la S anta Cueva, 1756 y 179(5.El jubileo de las cuarenta horas se estableció en 1780 por el ObispoD. F ray Juan 15. C ervera, y la m ás alta gloria de Cádiz es elBeato Diego, que veneram os en los altares, y Fray_Pablo de Cádiz,otro religioso digno de culto por sus virtudes y m ilagros. La devociónentusiasta á N uestra Señora del R osario, á la V irgen del C armen,y el lujo, ostentación y continuidad de las fiestas m ísticas,incluso Sem ana S anta y Corpus C hristi, revelan el esp íritu m oraldo nuestro pueblo y su acendrada te en las creencias sacrosantasdel catolicism o.«*Cádiz, en todos los tiem pos ha tenido un plantel de noble alcurnia en m uchas distinguidas fam ilias do su vecindario.D ata la nobleza gaditana de los tiem pos de César Augusto, quein stitu y ó una Orden de 500 caballeros.En los siglos X VllI y XIX residían en Cádiz los M arqueses delPedroso y Casa Rábago; Conde de los Andes; Marqués de Casa Enrile:C ondesde Cinco T orres, de V illam ar, de Rio Molino: M arquesesdel Socorro, de la Solana, de Casa Laiglesia, de San Juan deCarballo; ol Conde de Torres; M arqueses de V illa Real de Perullona,de M érito, de U reña, de Angulo, de Casa M endaro, de la Garan tía , de Santo Domingo deG uzm án, del Buen Suceso, de Arella-


no, deC asa-liecaño, de Torresoto, de Torre-Vélez: Condes de Casa-B runet; Vizconde de fíotortillo; M arqueses de Piedra B uena, dePrem io Real, de Fiel Pérez Calixto, de La Calle, de Franco, deGuevara.Y ya que de todo (aunque de m anera rápida,, á fin de ocupar olm enor espacio posible describiendo el índice de la H istoria de Cádiz),hago aquí mención, recuerdo y referencia, séam e perm itidodecir alfro de m i casa, de m i fam ilia: uno de los preceptos m ás hermososde los M andam ientos, es honrar padre y m adre. Asi, no severá en esto que diga orgullo ni vanidad, sino la satisfacción n atu ­ral del que puede ostentar ]>or las virtudes de sus m ayores y p orlos m erecim ientos de su estirpe, la honra de preciarse como servidorde su Dios, de su p atria, de su R ey, m ás de la ciudad donde viola luz y recibió las aguas del bautism o.Y para despejar aun m ás la suposición de que pretendo vanagloriay ostentaciones que á nada conducen, me lim ito ¿i escrib ir dem i fam ilia en Cádiz, sin pasar á su abolengo de los M essia de laCerda, ni á aquel otro de Genova y I’alerm o.Kn 15%, cuando el saqueo por los ingleses, aparece ya un Casanovaen los Anales itán Agustín Casanova, genovés.Fué sindico de San Francisco y otorgíí la escritu ra de venta á laOrden T ercera por Cabildo on 4Ó0 ducados y residía on la calle deAlbenda esquina á la dol Rosario.Sus sucesores pertenecían á la H erm andad de la M isericordia deSanto Domingo, donde hicieron grandes m ercedes: estableciéronsecon com ercios de víveres y exportación, enlazando con la fam iliaPevidal, distinguiéndose .por sus m anifestaciones i*eligiosas y expléndidosdonativos.Mis ilu stres antepasados D.“ Ana Pevidal y su esposo D. MiguelCalderón de la Barca, donaron á la Catedral la m agnílica Custodiadel m illón, y ¿ la p atria la m ism a fam ilia m ía el venerable Tom ásCasanova, que falleció en opinión de santo en Oriliuela, según suh isto ria im presa, que aparece en m i archivo.Constan (‘n el mism o las suscripciones á los em préstitos que sehicieron en Cádiz en el siglo X V lll y se cuenta mi apellido en lacasa aún propiedad de la fam ilia, en la plaza de San M artín, la casade las Columnas: m ás tarde en la calle de Comedias y Pozo do lasNieves y p o r últim o en la calle de las Descalzas.Cuando la enagenación de tem plos, en la época revolucionaria,adquirieron m is abuelos la riquísim a escultura el Señor de la B u e­na Muerte, de M ontañez, de la iglesia de San A gustín.O tras im ágenes no volvieron á ser reintegradas á sus altares,


( 3r, )pero m is antepasados, "enerosamentfì, líicieron entrega de estainapreciable joya, cumpliendo ántes con el deber religioso que consus particulares intereses.La biblioteca del Sr. Conde de Maulé (3.000 volúraenes) tam biénfué adquirida por ellos (hoy la poseo, por habérm ela cedido m i tíoSantiago) y la colección de pinturas que tan celebrada es por todoslos autores de Viajes t/e.vcí'í/jíí(;os, galería artística en que aparecenVelázquez, M uril'os, Z urbaranes, Van Dik y cuadros de todaslas épocas y escuelas aún se conserva en Marchena.Al desaparecer el retablo de N tra. Sra. de la Palm a, en la callede San Leandro, cuando la revolución, el Sr. I). Juan Casanovay M alarín costeó de su bolsillo particular otro retablo nuevo, quees el que se vé en dicha calle, pintado por el excelente artistaPresbítero Sr. Siivera.Mi tío 1). José Casanova y m i padre (Q. E. P. D.) figuraron enlos A yuntam ientos que siguieron al de la República, y en honor deam bos direm os, que tan to allí como en todos los asuntos de interéspara Cádiz, infiuyeron personalm ente de singular m anera....Hoy la fam ilia Casanova, tan num erosa, lia quedado en extrem oreducida: su jefe es m i señor tio 1). Santiago Casanova y Pevidal,residente en M archena; el m ás joven de todos, el que Dios m ediantecontinuará el apellido en línea recta, m i hijo Santiago Casanovay Ruiz.Asim ism o la fam ilia de P atrón es genovesa y de las m ás an tiguasde Cádiz. Com erciantes y navieros que tuvieron un dique ycarena en Puntales con los Corvetto. En esta fam ilia sobresalióF ray Pablo de Cádiz (1,702), de cuya beatificación se han hecho lasoportunas gestiones. El fué fundador de la iglesia de la Palm a ycapilla de la Bendición de Dios y del Triunfo de N uestra Señora,que había en el Campo del Sur. Llam ábase en el mundo Juan P a­trón y Judice.De esta fam ilia continúan la línea recta los hijos de D. Jacobo(en la Habana) y los de D. Juan, en esta ciudad.IN VMITAT*lltlEKT


Obras que se han exam inado de en tre las gaditanas, de nuestroarchivo p articu lar, p ara los presentes Anales.Suárez deS alazar, Grandevas y Antigüedades de Cádiz.M arqués de M ondéjar. Vddis Fenicia.F ray G erónim o de la Concepción, Emporio del Orbe Cádiz ilustrada.V argas Ponce, Serúciosde Cádiz.H istoria de Cádiz, por E. E. M. J. D., 1842.Guias de Cádiz desde 1807.Colección de Papeles varios, J. C. y P.Idem Ídem.Maulé, yiaje p o r España, Francia é Italia.Ponz, Yiaje por España.Céan Berm údez, Diccionario.G uevara, L a pintura.M adrazo, Yiajes.Obras de R osetty y Pranz.P ita P izarro, Puerto franco.Iluiz de Padrón, Homenaje á Cádis.Colección de periódicos gaditanos.Actas capitulares.O bras de C astro y Rossi.Sánchez de B uitrago, Defensa de Cádiz.Serm ones históricos gaditanos.Paseo p o r Cádiz, N. G. deE .L a Catedral de Cádiz, U rru tia.N om enclátor, de Escalera.Saqueo de Cádiz, F ray Pedro Abreu.Historia de Cádiz, A gustín de Horozco.Obras de lyartuburu.Crónica de Cádiz, Brisso.La Posmodia, U reña, M adrid 1807.A ntoine de Latour, La lia ie de Cádix.R ich arT iv iss, Travcls Thorough P ortugal and Spain.Descripción de los sucesos de Cádiz, (anónimo).Causa del iO de M arso de i8 2 0 .Colección de hnpresos históricos gaditanos (folio), J. C. y P.Cadhalso.Colección de edictos, pasquines y coplas callejeras, J. C. y l ’.Nuynim ástica, de Clemente.Colección de Folletos gaditanos (1075 á 1840).Idem de Actas impresas, de Sociedades y Corporaciones gaditanas.Idem de Obras teatrales de autores gaditanos.A nales de la D iputación Provincial.M anuscritos inéditos, J. C. y P. • ,Discursos históricos de Cddi:, por F ray Isidoro de Sevilla. Cadtz,en la im p ren ta de C ristóbal Requena, 1702.


HOY MÜRTES 4 BE FEBREBO DE 18Q6 .^ 'áhDE ESTA MUY NOBLE Y LEAL CIUDAD DE <strong>CADIZ</strong>se ejecutará la función siguiente:DAíiíi PRINCIPIO LA ORQUESTA CON UNA ARMONIOSAOBERTURA , ii LA QUE SEGUIRÍi UN DIVERTIDO/A HS A J l l f lA este la acreditada OPERITA en un acto intituladaCüLIFJi DE BMiDinadornada con todo decoro y visualidad y por introducción laGran Sinfonía O rie n ta l.y por fln de fiesta se dará el gracioso Sainete deLOS MUSICOS Y DANZANTESC O N TO D A S SU S C A N T I N E L A S ,V IL L A N C IC O S Y C A M P A N IL L A S Y E LB A IL E T E D E L C A L O T E A D O DE LO SF A L E ^ C I A K . O SA las seis y mediaPRECIOS, Palcos de Platea y principales 40 realessegundo y terceros 20. Asientos de galeria 5.Lunetas 3 los demas 2 y el Boletín de entrada24 qunrtos


DOn Carlos Lorenzo , I). FranciscoXavier , Don Raiiiel , Don JosefManuel Jennett, D. Guillermo Leonardo, D Joaquin Venel , D. Gii Noeli,Don Lucas Seret, Don Roman Larue ,Don Nicolas Josef Jennett, Don LuisSeret ; Tios , Primos , y Albacea de D.Manuel Josef Venei ( que en ]ìaz descanse) Colegial Tlieologo en ol Sacro-Monte de Granada : B. L. M. de V.y le suplican se sirvan acompañar á elEntierro de su Cadaver, que será el 3del corriente à las 9 | eii el Conventode los RR. PP. Mercenarios ;A cuyo favor quedarán reconocidos.Vivía en Ja Calle de el Sacramento numero2 } 2.


A V I S O A L P U B L I C O .CON LICKN’ClA DEL EX."’^^Sr._GO\^KIÌ£.\UOR DE ESTMT.ÄZAD On Estevan Carratalà , naturai de la Ciudad de Alicante ,Maestro que t'uè en la de Cartagena de Levante, de las Cienciasde Arismethica , y Algebra; y actualmente l\esidenle en estàCiudad de Cadiz, abre en su Casa Escuela Publica el dia iò , deeste mes, para la Instrucción de las dos dichas Ciencias, en dondeenseñará, las quatro Reglas comunes de Quentas: Las quatro deQuebrados, cou todas las reducciones, y preparaciones de estos :Las quatro de Denominados: El tanto por ciento: Las reduccionesde las Monedas Provinciales por reglas breves: Los Cambios particulares,arbitrarios, y circulares de la Europa, por la Regla llamadaConjunta; con las Noticias de las Monedas corrientes, é imaginariasde sus P.eynos: El dia lijo de las Pagas : Las R-glas deMercader, ó Facturas; Los Divisores exactos de qualquiera especie:La Razón, y Proporcton: Las Progresiones: Las Reglas de tres,Simples, Compuestas, Directas, Reciprocas, y Mixtas, toda poruna misma regla general : Las Compañias simples con tiempo ,Eclesiásticas, y de qualquiera Naturaleza; Las Aligaciones, ó Mezclasde los Metales, Polvora, y otros Generös: El Valiiainiento delas IMedras Preciosas: Las dos i’alsas Posiciones: El Methodo Generalde elevar, y Kxtraher las raizesen las potestades níimericas:La Dimension, y Mensuracion de las Lineas,Superlicies, y Sólidos:La Regla de el í'ahneo, su Origen, y Causa de su Operación: ElArqueo de las Embarcacioríes de todos líuques; El Arte Mayor, óAlgebra asi la Linear, como la Compuesta, ò Inconmensurable,para aplicarla à las soluciones de las questiones numéricas, à lasLineas Planas, curbas, y á los Sólidos: Los Cálculos, Radical Diferencial,è Integral, con la aplicación de ellos; y en íin quanto sehalla sujeto à este Prestantisimo Arte, y todo enseñado, con brevedad,claridad, y difusa Esplicacioii.a.- II ji. ^ i,- . ¿pi-Hii— ^Y PARA HACER MAS INTELI-IGIBLK ESTE ESTUDIO, RE DIVIDIHÍiEN QUATRO CLASES DISTINTAS: Es « saber.La P rim era, Perteneciente à el gyro del Comercio.La Se


%Grimaldi no marcha, %^ Oeballos no va^ y Aranda no vienei^ España se pierde.r jlg Mi Rey, y Señor;^ todos los acabados en y |^ que salgan de aquí,^ y los acabados en á %I que vuelvan acá. éi^


, Cádiz , ¿donde está tu patriotismo? ¿Dondeestán las virtudes civiles que te distinguían? ¿P]res túel glorioso asilo , donde refugiada la Nación hace años,prom ulgó leyes que debian hacerla dichosa para siempre?¿Esta memoria tan grande no te inflama? ¿Ves conindiferencia la ocasión de llenar los gloriosos destinosque te aguardan?¿Qué esperas? La libertad está á tus puertas , ¿yvacilas? ¿Oyes sus gritos generosos , y estás muda? LaConstitución se ha publicado en la Ciudad de San Fernando, ¿y no te enciendes?¿Qué fruto aguardas de tu apatía , tan funesta comoincomprensible? ¿Qué disculpa das al mundo deverte en ese letargo de indolencia? ¿Qué fuerzas teoprimen? ¿Qué bayonetas atajan tus gritos generosos?¡Ay! T ú misma te forjas tus cadenas , y repeles losbrazos que te tienden los hijos de la P atriaCádiz , despierta ; ve el abismo donde te conducetu funesto sueño. A lzate y atrevete á ser libre Cádizesclava , es el dechado de la hum illación y la m iseria;Cádiz libre , será el prim ero de los pueblos opulentos.A lzate y rompe esas débiles barreras que te cercanÚ nete á nosotros ; abre tu s puertas á los que juraronm orir por la libertad civil de su pais , y respirarás alcabo de siete años su ayrc tan puro y delicioso.Q uartel general de San Fernando á 11 de Enerode 1820.El Primer Ciudadano de Ja Nación,A n t o n i o Q iu 'r o g ¿ i.


C O P L A S N U E V A Ssacadas á la Ballena que arrojó el mar en lacosta de Cádiz, el dia 17 de Enero de 1846.Que vivan las gaditanasque vivan las caras buenas:Don Clemente,con la tirilla y el lente,cuidadito con Elena,no se vaya á resbalary la trague la Ballena.El pueblo con ansias vádisputando.se el terreno:Señor Paco,no se fle de ese jaco,que una rienda no está, buenano se vaya á lastim arpor querer ver la Ballena.Anda Paca, corre A ntonia,vamos pronto, que y a es tarde:Calecero,no repare V. en dinero,anda pronto Magdalena,irém os las tres unidas ’y berem os la Ballena.Ya diviso á T orre Gorda,y el ventorrillo caido:tio Perico,apriete V. esos borricosque esta es una feria buena;ya distingo un bulto grandeque sin duda es la Ballena.Que de gente! qué nublado!se vén al redor del vicho:Tío Palacio,con la cara de un rascado¿ha visto V. la Ballena?si señora, pero piensoque la han puesto cuarentena.D. Liquido, ¿ha visto V.ta n concurrido este sitio?alza y ala,que la playa no resvala,que está rñojada la arena,y a llegamos, Paca m ia,al sitio de la Ballena.Ay que vicho tan diforme!qué g ed o rtan pestilento!P aca vente,S iuu£unno sea que el vicho reviente,que de vieja está pelada,que si estam os mucho tiem posaldrem os de aqui apestadas.Paca que cansada voy,como me duelen los pies:anda A ntonia,v aya el vicho á los demoniosi estas son las fiestas buenasbien lo ha pagado m i cuerpo,por querer ver la Ballena.¿Vistos h ija la Ballena,que tanto lo deseabas?si señora,no pensé verla á V. ahora,pues qué es lo que ha sucedido?ios diablos se la lleben,que la peste me ha aturdido¿Iras sí se proporcionaá ver otro Ballenato/’qué salero!eso es p ara los venterosque es una feria m uy buena,que esos se pondrían ricos,si hubiera m uchas ballenas.Pero yo que estoy rendidasin poderm e m enear:aseguro,aunque me dieran m il durosno llevará o tra carena,que ni calesas ni ventasme cojerá o tra Ballena.DECIMA.Paca y a está arrepentida,A ntonia, Juana y Tom asay cansada Nicolasa,' y liam ona está tullida,! P etronila salid heridaI de los dientes de un pollino,¡ achocado Celestino,I y cojeando Clemente\ porque no le alcanzó el lenteá m ira r bien el cam ino.


©NOTA de los Caudales , y Efectos , que conduco del Callaode Lima el Navio M archante nombrado E l Principe San’ Loren:^o, su Maeffcre T)on Nicolás Miguél Geraldino: Dedonde salió el VS. de Marzo ultimo , y entró en efteP uerto el 19 . del presente : A saber.T>e Cuenta de S. V\C.40y000. Pesos on P la ta doble.T)e la del Comercio.1..740^007, Pesos en P la ta A cuñada, Labi'ada . y B arras.419y043. Pesos en Oro Acuñado , y Labrado.2.. 109^050. Tiesos total en Plata , y Oro.Illj219. C argas de Cacao.4?y965. Libras de Cnscarilla.1^920. Quintales de Cobre.Cadi:^ 20. de KÀgofto 1773.NOTA de la C arga , que ha conducido el ^Njivio nom bradoLa Turisima Concepcion , su Miieftre T)on ¡Miguel de »Acevedo ,que salió del Puerto de Vera-Crux el 17. de Juiiio , y arribóá la ^abía de Cádii en 19. de dicho m e s , y año.49y785. Pesos de Caxa de Soldadas , y A rribadas.lyG12. A rrobas , y O. libras de P u rg a de Jalapa.117. Dichas de (Iraniila.31(3. Dichas de Cevadilla.268. Dichas , y 18. y media libras de Vaynillas.7y946. Cueros Curtidos.6. Tercios de Cordovanes.1. Caxon de Carey.4. Dichos do Búcaros de ii media Carga2. Dichos do Chocolate.


D o M l N C i O 2 0 D I-: S K T I I Í M H R I 2 D i i 1 8 i ) S .BOLETIN OFICIALBE LA PROVINCIAGADITANOS:;Viva la libertadi ;Viva la SoberaníaNacional!A yer gem íais bajo la presión de un gobiernodespótico. Hoy ondea sobre vuestros m uros el pendón de la Libertad.La Kscuadra Nacional, prim ero, conducidapor el bravo B rigadier Topete: laguarnición y el pueblo fraternizando después,han proclam ado la revolución, vCádiz está en arm as. El pueblo que fuécuna de nuestras Libertades, el alberguede los defensores de nuf>stra Independencia,y el últim o asilo de los que protestarnñcontra la invasión extranjera, hadado el ejem plo que ya ha im itado laprovincia, y que see.uhdarán m a ñ a n a dresto de los buenos Españoles.;Pueblo del año 1¿, del 20 y del 23!¡Pueblo de Muñoz T orrero, de R iegoy deArguelles! Yo te felicito por tu iniciativay por tu resolución.La escuadra, la guarnición y el pueblode Cádiz resuelven el problem a revolucionario.Cada hora sabrem os la sublevaciónde un pueblo; cada dia el alzamiento de una guarnición..Mientras llega el m om ento de que laEspaña, librem ente convocada, decida desus destinos, es necesario organizarse)>ara continuar la lucha y no dejar lasl)oblacioneshuérfanasde toda Autoridad.E sta es la razón que me ha obligado áelegir una Ju n ta Provisional que atienilaá los servicios m ás urgentes; que administre la localidad: que organice, deacuerdo con las Juntas del d istrito, la{)rovincia. Hombres encanecidos en elservicio de la libertad: jóvenes llenos defé y de entusiasm o por las ideas queconstituyen la civilización m oderna; ciudadanosindependientesquehan jirestadotoda clase de servicios á la revolución enlos m om entos críticos: repiY>sentantes,en íln, de todos los m atices de laopinionliberal y de todas las afecciones localesform an’ la Junta que ha de gobernaros.EXTRAORDINARIODE CÁDIZ,El B rigadier 1). Juan Tojtete la preside:su solo nom bre, á ])arte de larespetabilidady m erecim ientos de los individuosque ía form an, es una g aran tía delacierto.Si hubiera algún pequeño reseni imientocontra alguno de sus m iem bros, yo osruego que le olvidéis: si hubiera algunajirevencion, yo os suplico cjue desaparezca:acabemos el m ovim iento revolucionario:despertem os el enlusiasnio yconservemos el (írden en las poblaciones,y reservemos al sufragio universal, p rimero, y á las C


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NOTAS adicionales con una fé de erratasA fln de que contenga el corto núm ero de líneas de estos Analesel índice general de todo lo acaecido en Cádiz, nos vemos precisadosá sacrillcar la form a al fondo de nuestro pensam iento. A sí, se verám uchas veces cc5mo las cosas van dichas unas sobre otras sin dartiem po para re sp ira r y sin estilo ni medida.En la página 5. linea 29, dice geriones: léase Geriones. En la te r­cera linea de la página 7, dice Oronibio: léase Orón Libio. En la 9,línea 35, dice Mandosino y debe decir Mandonio; y en la m ism apágina, linea 38, dice década; debe leerse: en efecto, la repúblicagaditana no duró m ás de dies años independiente, continuando pormás tiempo, pero tributaria de liorna, aunque titulándose Repúblicalibre.En la página 11, línea 18, dice lapsus: léase lapso.En la página 14, línea 4, dice: de los fines del siglo X V I I y duranteel X V III, y debe leerse del siglo X V I y durante los X V II yX V I II.Lo concerniente á la revolución de 1868 lo extractam os de lasGuias R osetty de aquel tiem po.


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