01-06-1812. NÂº 579 - Academia PuertorriqueÃ±a de Jurisprudencia y ...

RtiMERo 679. 3239 

DTARIO DE SESIONES 

DE LAS 

LÓRTESGENERALES ~E~~RAORDINARIAS 

SESION DEL DIA 1.” DE JUNIO DI3 1812. 

Se mandó pasar á la comision de Hacienda un ofici( ) 

del Secretario del mismo ramo, dando cuenta de una eelicitud 

del consulado de Mallorca, dirigida á qoe se aprobase 

un impuesto establecido para mantener una fuerzr 1 

armada marítima que protegiese el comercio de aquellf 1 

isla. La Regencia estimaba conveniente que se aprobase 

el indicado arbitrio bajo la condicion de que de los fondo8 i 

que produjese, se socorriese B los buques de guerra qu- d 

fuesen y viniesen prestando convoy y escolta á aquello S 

puntos y á las costas dé Valencia y Cataluña, tanto pan a 

el surtido de víveres, como para remediar las averías qu’ e 

hubiesen sufrido. 

Se di6 cuenta de la sentencia pronunciada por el Con 

sejo de Indias en la causa formada contra el Marqués df 

las Hormazas, D. Estéban Fernandez de Leon y DOI 

Manuel de Albuerne , sobre calificar la órden de 17 dt 

Mayo de 1810, que trata del comercio libre de América; 

y habiéndosele admitido á D. Manuel de Albuerne el recurso 

do apelacion que interpuso por medio de una representacion 

que se leyó, se mandó pasar todo á la comision 

de Justicia, Q fin de que habiendo juzgado el Conseja 

de Indias en oalidad de comision , propusiese 10 que tuviese 

por conveniente respecto á indicar el tribunal que 

hubiese de entender en ia apeiacion , suspendiéndose BRtretanto 

los efectos de la actual sentencia. 

Se accedió a la solicitud del Sr. Ruiz de Padron, COXIcediéndole 

licencia para pasar por UI.I mes á la isla de Leon 

S reparar su salud. 

Se leyó el siguiente informe: 

«Señor, el tribunal especial creado por ISS UórtM ge- 

3 : 

nerales y extraordinarias del Reino en decreto de 17 de 

Octubre del año próximo anterior para juzgar al autor del 

impreso titulado «Manifiesto que presenta á la Nacion el 

consejero de Estado D. Miguel de Lardizábal y Uribe, uno 

de los cinco que compusieron el Supremo Consejo de Regencia 

de España é Indias, sobre su conducta política en 

la noche del 24 de Setiembre de 1810,~ para descubrir 

todas sus ramificaciones, para entender en 10 reIativo á 

cierta consulta del Consejo Real sobre varios artículos de 

la Constitucion que se estaban discutiendo, y para conocer 

de otros expedientes sobre coligacion contra la soberanía 

nacional y contra la autoridad y legitimidad de las 

Córtes, formó el que corresponde al particular de Ia citada 

consulta, lo ha sustanciado y concluido. 

Entonces se creyó amenazada la tranquilidad pública, 

y resonó en el santuario del Congreso la espantosa voz 

del peligro de la Pátria. Nada importaba más á todo ciudadano, 

y nada era más conforme á las obligaciones de 

V. M., que inquirir las causas que turbaban el sosiego, y 

escarmentar con el mayor rigor á los infames agrerores. 

No fué cierto por dicha nuestra aquel recelo; pero pndienio 

serlo, habria sido un descuido imperdonable el retardar 

2011 fórmulas y dilaciones judiciales la indagacion y el remedio. 

iTerrible cargo para los representantes de una 

Naoion grande y heróica, si sordos 6 incrédulos á tan ominoso 

aviso hubiesen permanecido indolentes y realizádose 

31 formidable mal que amagaba! 

Este es el único caso en que por de pronto deben calar 

todas las leyes comunes, y anteponerse la suprema, 

lue es la salvacion del Rstado, sin abandonar la justicia 

lue á su tiempo declara la indemnidad al inocente d ino- 

:entes delatados, pues el desprecio del riesgo ó la pereza 

le1 auxilio son nocivas en las ocurrencias apuradas. Tal 

sra el sistema del Senado romano en sus felices dias de 

ibertad, cuando se le revelaba alguna trama 6 conspira- 

:ion. Por un movimiento rápido, extraordinsrio y vigooso, 

recurria á disposiciones interinas para evitar 1s ea- 

&osion y precaver el estrago; pero como en semejantes 

sorpresasuelen complicrrrse hombres de fama y de prc-

._- 

8240 1.' Dm JUXUIO DB UU,. 

bidad, Ie reearoi8 despues loa daños padecidos, y de est8 sido impradencia prop8g8r en aquellaa ciraaustancias. 

suerte combinaba en lo posible la salad de la república con Los votoe particulares de los tres ministros del Conla 

seguridad individual, el lo patri&,ico yn Jo8 ódios lejo, fasdamonto 4 @s eospwhas y 6 los cargou, quedan 

dir&w.ados, y el suplicio ds Jos x&los &n la$i@ieacisn I$A tqao desrrn@dol, ,uo ‘solo eomo contradictorios entre 

de los buanos, por med& dQ1 dolppotsni& jnfèio que &i- Ji, y con la ~pon&&4 eoiioitud que hicieron 4 V. M. sn 

pab4 la oscuridad. 

IS de Octubre, conkeanào paladinamente que en 14 con- 

Muy poco aventurrban en su honor, en sas fortunas malt4 que el Consejo meditaba protestaba 4 cada paso su 

y en sus puestos los que por desgracia eran acnaados í41- reconocimiento 6 la soberanía de la Nacion y á la autori - 

s8mente; pues si el Sen8do en los primeros accwos nq i@.de laa Córtes, de tal manera, que V. Y. no la conatendis 

B que perdiesen sa repntrbcion y sosiego por la s& lmdi8, si extiiese, sino porque en los respectivos are08 

racion Je l8 pstria, luego los remanerabs con abundantes :on el Conde del Pinar, explicaron el concepto de suz vorsoompens4s. 

L4s resoluciones ersu momentáneas, aunque ;os, en términos que no dej4ron racional escrúpulo de su 

fuertes y eåcrcisimaa; ze dirigian 6 la inmediata y activa conformidad con los del Consejo, y porque so ve muy 

reppwion 48 la rtins~qap am aaurcabs segw su n-8 bien- q$er ur@ qairoesci#s 6 ‘imada :inQallgaaci4~ hrr$o 

6 sooãdsntos; y censa#uida este referible objebo, se des- waisnte ’ en’ 11% aaerpos aleglados, donde machos inprerklia 

del nsg&o, rempti6nd’ d 6 4l pretor, 6 nombraba Iiv&oB piens4u, hablan y delib4r8n d;B diverso Fodo, puvar4mes 

imt>uclJes y petitos en’d derecho pata qae, ario or@iq 14 disidendia. 

pqta .#e los pr0aem-h J4.ooEg4ion y rssisknoi4 que.,w cD. Jusn M8ausl Wrtinsr; sscrst4zk del tribu& ezles 

sapuso contta Ir*hmireícl ide Ir Nsclun y mm&4 Ia pecisl. wmdo por 14s cdrtes :gens&ss y srtnordin4rias 

r@or$sd J kgitiu+id@ de lss ~Cdrtss, rstss bisn spuw del Reino: 

qae.4xtit4ro.u sa eonvoo4oion ea todre ka provine& des- 14kbilbo qu6 en. Ir causa ,que ss ha s4gaido en dicho 

de el .&loroso ,w~to ,del.:. Sr. D. .Pernrndo VII3 sin. qw tri~rrnsl, ea motivo de sisrk sonzuelts qae tratrbr de 

constg .qa4,.~luy4n. omitido el eamplimisnto de .algano de 

los preeptos da V: MI ni: de los Gobiernos preoedsntes 

La,oonsultr iuooada Por si Corwjoj y’ uo efeotnsda, 

úqiag mot&o. .de sst4 e4as4, ssguu el tenor del decreto di 

ine+Wion ,del tribnw& fu6 4 consecuencia de 6rdea dr 

V! M. sobrereforma de lw,C6digos civil J eriminrl; y oo 

mo estuviese atrasada casndo se pabló el proye& dc 

Ooprtitaekq intentd 4&isrl4. ó v4rioe pantos de! ella, 

mb ániwo de aonearrlr á obrs tan gr4nde. Si no 14 oon- 

Cl& y reaiti6 4 V, Bd., faé perque velosmsnte se aptobuen. 

loa wkaipales ~tiq&s y debib ‘vensrat d quien lom 

avOaiOna~- ~que,wtw kabojos, que por margo del 

Consejo hizo el Conde del Pirw, no los habitw inntilis4d0, 

nW4, Padi4lrm sas Wivídugs someter exceso ni delito 

sn ?aWsJ4rsu opfion, caalqaifwa qae fusse, porque la 

leY Y Ql @WWW~ al humeo de sas plaaas los guarece, 

Y Porqae 4l %@alor. no eati ohligado á seguirls. Tam- 

PW del+e81; wxmvenido el deoano .por, asssrva? 9s ‘sj 

1a.LBpIkW@JiQPt del ?dO+ ol&a de Or(rm, que bubia. 

hacer el (kiacjo Real al 4ugwto C.ltmgr~~.~~i~~l, ha 

reeaido la ssnteneia rigaiente: 

tEoIasiudadds4%dici 6 29de Mayo d4 1812, Iss seI 

ííores ministres que eomp&en el tribunal espeeilrl are4do 

por hw Cbrtes generales y extraordinaricre del Reino prra 

Juegrr al 8utor del impmao intitulado: tManiíb&o que 

presentS.5 la l!&ion el eonsejen, de Estsdo D. Mignel de 

Lardiz&bal y Uribe, ,uss do los eindo que oompasieron el 

Supremo 0onsejo de Regencia de Eepaña é Indias, aohre 

su conducta polftica I en h noahe de 24 de Setiembre de 

1810;, para descubrir todas aas ramificaciones, y para 

entender en todo lo relativo á derta eousalta del, Consejo 

Rsal sobre .varios artfcaloa de la Constitadon que ae =sk 

trba discutiendo; habiendo visto la causa fornida; lux se-: 

parado, p susknoiada contra los señores decanos D. José 

aolon, y ministros del propio Uowejo Real D. Manuel de 

Lardizábal, D. Bernardo Riega, Conde del Pinar, D. Sebaatian 

de Torres, D. Domingo ~m8rIdes. de Oatppoiaanes, 

D:Ilndr& da Lunaca, D. IgnMie %Wiiaez Be Vüle-

lavIER0 570. 3241 

la, D. Fran&sco de Arjona, D. Vicente Daque de Estrada, teresados por el motivo de qae indulgencias faara de 

D. Juan Antonio Gonzalez Carrillo, D. Tomás Moyano, I tiempo son verdaderos castigos, y hubiera parecido in- 

D. Benito Arias y D. José Antonio de Larrnmbide, suspen- dulto lo que es ahora una eentencia: entonces vacilaba la 

sos del ejercicio de BUS funciones en virtud de resolucion del ) opinion sobre eete asuuto, ahora está fljada; y vea aquí 

augusto Congreso, su fecha 15 de Octubre del año próximo i V. M. cuinto conviene proceder muchas veces, no por 

pasado, teniendo presente lo expuesto y pedido por el i los trámites de la generosidad, sino siempre por los de la 

Sr. D. Manuel María de Arce, flaca1 del expresado tribu- 1 justicia; esta misma me obliga d apoyar la proposieion 

nal, con lo que manifiestan los mencionados señores deca- f del Sr. Conde de Toreno, y es la segunda de las dos cosas 

no y ministros en uso del traslado que de todo ee les con- s que dije al principio. EE necesario, puesto que B todo el 

flrib, dijeron:’ que conformándose con el dictimen del se- ! mundo ha llegado la noticia de esta causa, qae todo el 

Ííor fiscal, fólio 505, considerando igualmente que los re- f mundo se imponga de la decision y justicia de ella, y de 

feridos 14 ministros del Consejo Real no faltaron B su 1 la sentencia que ha recaido, justa al fin, como emanada 

ministerio por haber pensado dirigir al Congreso nacional i de jueces nombrados por el Congreso. Mirando por, su 

sas observaciones sobre algunos articuloe de la primera I honor, no puedo menos de insistir en cuanto mis fuersas 

parte del proyecto de Constitucion cuando auu no se ha- ’ alcancen á que se apruebe la proposicion del Sr. Conde; 

llabaa sancionados, ni en haber desistido de hacerlo por 1 aunque el proceso es largo, no es menos larga la respon - 

respeto al mismo Congreso cuando ya-lo estaban, y admi- f sabilidad de V. M., ni el derecho de los ciudadanos de 

nistrando justicia, los debian declarar y declararon libres 0 ver cómo se procede en los tribunales, y en especial en 

y exentos de toda culpa y cargo, y desvanecidas entera- I uno extraordinario como este. Sea cual fuere la detencion 

mente las sospechas que motivaron la suspension acorda- i que esto sufriere, es indispensable que V. M. empiece -tS 

da por las Cdrtee generales y extraordinarias en el ejerci- 1 poner en ejecucion lo que la Constitucion presaribe. Ya 

cio de suz empleos, en que debe& continuar, si existen j est& aprobado, y es necesario cumplir el qae las causas 

en dicho ejercicio los demás individuos del mismo Conae- j se puedan y deban imprimir, y que cualquiera tenga la 

jo Real, sin que la formacion de esta causa pueda perju- .! la libertad de Pedirlas para su impresion. La cuestion 

dicar jamás B su honor y reputach, ni le3 obste para f está reducida B quién ha de costear ésta: mnchoa hab6 

servir al~8oberano y d la Pátria en los destinos aue sean i que lo hagan;. y iquién m& interet&o que 1~ ,miamw 

de sU agrado, sin excepcion alguna, Tambien de&ran que que en ello fuadan su decoro é inooencia? Aei solo quien; 

el señor decano D. José Colon obró bien y prudentemente ro añadir una palabra, para que se imprima todo lo qne ’ 

en reservar eQ sí la rCprment8CioII del Rdo. Obispo de se ha actaado en la causa, pues por causa Bntiendo todo 

Orense, y no comunicarla al Consejo en aquellas circuns- lo que se ha actuado judicialmente. He oido una sxpretancias. 

Notifiquese esta sentencia, dándose de ella copia sion en la exposicion que sc ha leido, y es que la pluraliá 

10s interesados, si la pidieren, y p6ngase en noticia de dad decidib: de aquf infiero que habrá votos particulares, 

8. M. para 10s efectos convenientes. Así lo mandaron, y y que se hallarán &I el proceso: estos, pues, .de&n’ tam-’ 

firman los señores del m&rgen, de que certifico.=D. Toribio 

Sanchez de Monasterio.=D. Juan Pedro Morales.- 

D. Pascual Bolaños de Novoa.=D. Antonio 8aenz de Vizmanos.=D. 

Juan NicoMs de Undabeitia.=Juau Manuel 

Mar tinez .=Y para que conste, de mandato del referido 

tribunal especial, lo flrmo en CBdiz d 29 de Mayo de 

1812;=Juan Manuel Martinez. l 

El Sr. Conde de TORERO: En atencion B que el &ngreso 

tiene ya decidido que este tribunal juzgue, sentencie, 

y haga llevar á efecto SU fallo en esta causa, no puedo 

menos de venerar esta determinacion, y me abstengo 

de hablar sobre.una sentencia que no me seria dibcultoso 

demostrar que m&s que sentencia parece una decision legielativa; 

pero hago proposicion formal de’ que se imprima 

lo que se ha leido, con todos los antecedentes, esto es, 

los votos de los tres individuos del extinguido Consejo de 

castilla, que dieron fundamento B) la formacion de esta 

causa. Por lo que toca B la exposicion del tribunal, en 

que quiere abonar la conducta del Congreso, yo por mi 

parte se lo agradezco mucho, aunque 10 juzgo bien excusado, 

puea las Córtes no necesitan abono ni apología de 

ningun tribunal. 

Bl Sr. =áEJIA: Aqni hay dos cosas bien diferentee, y 

es necesario no confundirlas. V. Id.,’ en consecuencia de 

su primera resolucion, debe contestar al tribunal que queda 

enterado. Esto es lo primero y lo que apoyo; tanto máe, 

cuanto que tengo Is eatiefaccion de haber pronosticado el 

éxito de eata causa cuando se leyeron 10s tres voto8 ds 

los iudivfduos del extinguido (3onsejo de Castilla, que disintieron 

en la consulta proyectada, loe cuales dieron lugar 

4 la formacmu de este expediente. Despues pidieron 6 

V. M. que se’dignase mandar sobreseer en es? Causa: yo 

me opuae 4 ello, y ya ve V. M. qué bien bce, porque 

termi&dose entonces, resultaba en perjuicio 49 los in- 

bien imprimirse, porque de lo oontrarió se dari-lugar ii 

mil cavilaciones sobre la respetable autoridad del tribanal. 

El Sr. DOU: No me opondré d que se mande imprimir 

todo el proceso, como ha propuesto el Sr. Conde de 

Toreno; lo que me detiene es la coosideracion del garto: 

sobre esto deseo oir los pareceres de los demás, y resolver 

con mSs conocimiento; pero lo que me parees que 

luego puede y debe hacerse es que se imprima en el,Di+ 

rio de t%r@, 6 separadamente, si se quiere, de órden de 

V. M., la sentencia del tribunal y la expoeicion del mis.. 

mo B las Córtes. Esto seria muy conforme 6 la idea d;s Is 

publicidad que se ha propuesto, debido á la inocencia de 

los reos y B la juetiflcacion de V. M. 

Otra cosa me parece indispensable hacer, y es pear 

copia de la sentencia que se ha leido B la Regencia p&ra 

que ejecute y cumpla lo que prescribe el tribunal; el ateader 

y ejecutar lo que él previene toca 6 la Regencia : por 

otra parte, V. M. pas6 5 la Regencia las órdenes que qe 

dieron para la suspension de los consejeros y farmacion 

de la causa; d la misma Regencia corresponde, pues, paear 

la sentencia para que sepa qae queda levantada la 

suspeneion, con todo lo demás qae contiene dicha sentencia, 

B no ser que, mandándose imprimir el proceso 6. 

la sentencia y exposieion, se diga que ya queda la oow 

bien pública: con todo, el órden regular ex tgiria lo que yo 

digo, 

El Sr. VILL AGOXEZ: Entonces, ya se ve, habia motivos 

para proueder así coti una espkcie de as10 exaltado 

y con una especie de asalommiento... (Zr WWU+WWJ 

dicihdole pe de cowetare d Za cueetiom) y me alegtio haberme 

equivocado, porqae esta equivocacion ha dado,motivo 

para realaar el verdadero mérito de los consejeros,’ que 

han sido tratados con un rigor que hasta ahora, .DQ solo 

811

a &upaña, eino en ninguna nacian del mundo, se ha vie- 1 1 be wr de la satisfacaion J aonflanza del sugato 6 0orpo-c 

to. bíuchoe eeñogti ee rlarmerou;.pero yo dije 6 V. M. 1 -ion donde ha de denompei?;ar diaho encargo; y per más 

que no oreyeee que esta era otra oooepiraaion eomejante ( lue loa nombradoe por el Poder ejecutivo para el Conae- 

B la de Milina, y la sabiduría del Congreso ha sabido oa. j o de Estado reunan todas las cirounetanoias que exije la 

coger al mejor medío de acudir aI peligro que so temia, 1 naturaleza del empleo, y que merezoan la aonflanca de 

sin faltar 4 los trámitea de la justicia. Eetos se han des- ( ìicho Consejo, nunca podrán serlo de tanta oomo si el 

ompoñado por jueces de toda la sati&Wm de V:. PB. y 1 nismo Consejo los hubiese elegido. De aquí es qua la raàe 

la Naciun miama. Eetoz hau sido tomados saliendo de i con, Ia política y la experiencia de muchos siglos, aonti - 

tudas lae reglas y de Ia Conetitucion misma, que previe- 1 nuada sin interrupcion, nos enseíísn que loe partiouhuee 

ne que ninguno aea juzgado sino por los tribunales com- ! 

f corporaciones nombran sus reepea0ivoe searetarios, y 

petentw esñalados en la ley, y de ningun modo por eomi- botos ejemplarea podrán citarae oontrarios á esta doew 

aían delegada. 1 kina. 

Ei& &tGU@L&BS: Es indadable que el Congreso Aun ea las provisiones del Bey se ha seguido en el 

dakermti que este tribunal fallase Ir aauaa y llevase á 1 nodo posible, dejando d las corporaoionea Ir f’aaulbd de 

efecto su sentoncia, de manera que ya no tiene ni puede 1 woponer. Así es que loe Beyos Cdtóliooo, que se resartener 

la menor iubrvencion eu este negocio. Bsí que, \ mron la eloection de los escribanos de Cámara de las Aa.- 

solo reeta que tratar de .la proposicion del dr. Conde de i lienaias, mandaron en el año de 1489 que cuando vaca- 

Toreno. Para ella ha3 razonez de mucho poso, tanto con 1 -e alguna de dichas escribanías por muerte, renundr 6 

rwpecto al Congreso, auanto don respecte á loe intaresa- I Brivaaion del que lee tania, el presidente y oidores que 

dos. LI oxposicion que hace el tribunal ee reduce B ra- 8 Ie hallasen en las referidas Audiencias, eligieaeo dos perzones 

que quiere anticipar en prueba de BU legalidad. 1 las hábiles y auflaientes para dicho oklcio, con las cir- 

Esto está chro; pero por mueha que sea su autoridad, wn&u$as que individualiaaaen, y enviasen á 10s Reyes 

jambe puede tener la snflciente para dirigir la opipion : liaha propuesta dentro de treinta dias de la vacanto, 6 

pública, lo que solo se logra con la publiai$ad de loe he- f Ln de qae de ellas ee nombrara Ia que se tuviese por mBs 

chos, y seta se consigue por medio de ia imprenta. Nada c !oaveniente. Y por auto acordado del Concejo de $7 de 

importa que la aausa aea volnminoea, porque pudiendo 1 Lgoeto, y provieion circular de 5 de Setiembre de 1767, 

imprimirla cualquiera eepañol, quizá no faltar& quien lo f le previno que para lo sucesivo, siempre que vacase slhaga. 

Las razones que el tribunal expone no basten pera E pua de las plazas oflcislea de la escribanir de Cámara de 

que la Naaion forme un juicio meto de la conducta del E gobierno del Conseja Real, propusieee el escribano de (3á- 

Cwgrero, reloäva 6 la re@olnaipa que tw& en aquel in- 1 nara al Consejo tres sugetos de las ciraapstaneiaa que ee 

cid,eate. Es msneater que se dé al aeunto Wa .& publiai- f expresan en dicho auto awciado para la e+leccíon, eramidad 

poeible. Téngase presento lo que pasó con la causa ladsu préviamente squellas por los dos tribunales &eadel 

Obispo de Orense, pues aunque se decidid en secreto, .f es del Cheejo, y que eeto mismo 6e obrvas6 en iza 

se pidió que se le diese publicidad, pues de lo aontr&o ( Xmucilleríaa y Audieneiaa del Reino. 

no podia menos de resultar uno da dos malee, esto es, ó Este mismo raietema lo tiene V. ab. ‘taawiouado en la 

pedecer Ia opinion del Congwao, 6 la de aquel indivíduo, ( Ionstitacion política ds Ir Menarqufa española, suya obr 

que @mpre era respetable. Debo, pues, imprimirse esta E bervaueia tenemos jurada. Así que, tratándose de lar l 

causa para que el inaorruptible tribunal de la opinion ptí- j untae parroquiales que deben preceder al nombramiento 

blica~decida y ponga en su verdadero lugar al Congreso, ¿ le los Diputiados.de Górtee, se previene en el art. 48 que ’ 

al tribuna1 y á los intereeadoe.z 

1 aquellas nombren el secretsrio que haya de extender y 

P~r~~ali~ó el Sr. Conde de Toreno su propoeiaion, re- I tutorizar las diligencias de dicho aoto. Lo propio ee disdnei&dolr 

á ostos Grminos: 

1 pone en el art. 68 por lo respeativo á las jantre de par- 

“9.‘ cQue se imprima íntegrs toda Ia Causa en que ha en- 1 ido, y lo miemo ea menda en el aã. 82 por lo tocaate 

tendido el tribunal especial nombrado por las Córfes parr 

i 

Lc laa de provinoia. En al art. 820 se diae que haya. de 

averiguar la condaota de los suspensos individuos de: ; haber un secretario el todo ayuntamiento, elegido pbr 

extinguido Consejo de Castilla, eompraiuiiéndos en ella L este á pluralidad absoluta de votos, dotado de los fondos 

los votos partiaularee que pudiera haber habido de algn- . del aomun; J en el arO. 333 queda rancionado que la 

nw de los jnwea del referido tribunal que hubieran di- . Diputaoion provinejal nombre un searetario dotado de los 

sentido de la mayorfa., 

fondos públicos de la provinaia; de suerte, 6eñor, que 

Puesta i votaaion, fué aprobada, acordándme, 6 pre- V. M., oonforhdose con 1~ prinaipios que he sentado, 

pueata del IJr. Argüelhse, eque ee oonk~~tase al tdbana: ; ha adoptado en la L?aastiCuoioa el sistema de qas los sen 

wpeaial que las (36rtes quedaban enteradas.,>. cretarios se nombren por las corporaciones en que ha&, 

wrvir dicho deatino. 

Partiendo de estos principios, 4sobre qué razon adlidt 

puede apoyarse el atribuir al Poder ejecutivo el nombra- 

Zn virtud del diotgmen do La oomision de Poderer $ : miento absoluto de los secretarios del Consejo do Eatado? 

fttmn aprohadw loe del Sr. D. Mwiano Eirero, Dipat@- Todo secretario debe de ser de la satiefaccion y aonfisnza 

do per la oiudad y provínoia da Arequipa ea el paru”. , de las corporaciones á que pertenece; y si por eeta má-- I 

tima ~lítioa lo nombran todae por:10 geneml, 4por qué ’ 

no se ha de dar esta atribaaion al Consejo de Estado,: . 

rntorizándole para qua nombre por secretaries 6 lea Per-‘- 

3onas que tenga por &.mveaiento, y que merezoan su 

clonmjo de Ibtado, ae leyó al art. 2.’ que dioe: 

mdlen~a? Si V. M. tiene sancionado este mismo eidema - 

dl Bey 6 la Regemia nombre6 toe dos secretarios. e ?or punto general en la Conetituaion politiea de,la Mo& 

El gr. IJO~~.BIBL.AZ NQ puedo eonvonir en aue el P@ mrquía, ipor qu6 nos hemos de sepanrr da él en los rb- ; 

dar ejeoutivo haya de nombrar por af y abeo&amente wtarios del Consejo de Estado? Y si para autorizer má;s:- 

108 seaMari~ del concejo da Estado. Todo seuretnrio de- da encw, y darle tode la reuomendaoion que de- *

Mas e1 Consejo de Estado por su inetitntu g ea&tez 

‘de el t!u&po mácr te@p#tttble de 1k Necion, intimedio en- 

.SW%i PO& @cativo y el pueble, y por ello debe aef in- 

‘de$+Mictgte4e&@cl~ porque àe lo centnrriio no Podre 

l!M##deP con L imparaialidad Pl&d#, Ssz en Iae pro- 

~pue&as eom iba Itm dictimenw B tnf&rmea. De squí BI 

Xjtbe hstnc8 MtWiaRe que lo nombzo’ el 4%der ejecutivo 

@ti% B’ritär Ia d +endeliofa qae Zlaoa abth~~a rnbjr todo 

äcR8bramÍen#i parqae al cagoto, ek@do pars w empleo 

-Bë‘@ede dej8rae de cons$deraP subordimtda al que le 

nbmbrb, 6 por fo menos dcferenke 5 sua ideae y máxi+ 

tis. Por 880% V. M., procadíendo con la sabiduría ‘que 

aeoatumbra, ha sancionado en la Constitucion que el Rey 

hombre eY Cansejo de Bstsdo, pero á propuesta de les 

Cbrte8. IN c&sdgui8ate, ai por establecer la debida independencia 

del Consejo de Estado, con rospcubo al Poder 

ejecutivo, hacen las Córtes la firoprtesta pwa el nombmmieM 

dc sus indivíduos que efcotia el Rey, por la 

misma razon no debe dejarse al apbitr% ab‘beolubb del Fw 

6%~ ejectiivo ei mtibramieW ã6 ka ~~etaaioe del *nubje 

de Rstado, porque por :wís qtte ~MU tio teagan VO; 

to en las deliberaciones y consultas, nadie ignora el i& 

tiid ~uesuelen t8ncuc 8~5 sItaa, y 41) lar3 conue%uencÍas 

qU.43 ~J#uudeu rssultarr 6 iae rUmau. ) 

Acaso se dir6 que el Poder ejeoukivo nombra lon 13a; 

metideu del IltqX3Ch0, y qW el Rey e&tk lo33 &mgejercs 

de Estsdo; pero ni uno ni otro a~~~~~~deg inflalr 

pàm &wle iguul facultad Pa .. fo: reepe&ro .sP nu&bramW~tb 

cla && ~~YOIT&U~~~B .de-dicha&nsejo; m cl prfmro, 

porqué si. cl poder ejeehkívo ;elib les +3em&wbs del 

Despacho para que IB Wgs de ,los w~gekce qwe merece& 

su confianza; debe,por @al razon nombrar el~Ooasejo de 

Estado sus secretarios; de suerte que este argumento 

prueba todo 10 contrario. Tampoco cl segundo, porque el 

Rey nombra los consejeros de Eska& á. pro@ah de las 

Córtes; y si los secretarios de dicho Consejo s8 considcran 

iguales á los indivídnoe de que ae compone, debe 

preceder al nombramiento la propuesta de las Cdrtcs, J en 

el caso presente deberia nombrarles V. M., porque V. M 

nombrb los consejeros de Estado. 

El art. 171 de la Constitucion que se ha leido, en 

nada obsta 4 la opinion que deflendo. En él, tratándose 

de las facultadee del Rey, se dice que le pertenece la 

provieion de loa empleos civiles y militaree; pero de él no 

se infiere que queden exaluidas las propueatae. 

Pregunto: las plazas de coravejaron de Estado ison’d 

no empleo8 civiles? Y si lo son en efecto, 6 no los nom - 

bra el Rey á propuesta de las Córtea, segun 1s Constitucion? 

Lo8 magistrados y jueces ison 6 no empleos oiviles? 

p B pesar de dicha facultad concedida al Rey, jno 

debe preceder al nombramiento la propuesta del Consejo 

de Estad?, eegun lo ha sancionado V. M.? &Y podrá decirse 

que eeta propueeta es contrsria 4 la facultad del 

Rey, expresada en dicho artículo? Luego así como al Bey 

nombra los consejeroa de Estado 9 las plazas de judieatom, 

aquellos 6 propuesta de las Wrtee, y estas del Consejo 

d8 atado, no obstante de iver 8mphOa Chib, sin que 

8eto se halle en contradiccion COD el referido articulo, no 

debe haber tampoco inconveniente en que nombre tambien 

loa secretarios del Consejo de Estado h propuesta de 

dicho Consejo. 

ASí que, mi opson es que los secretarios del Consejo 

de Estado 10s nombre el Rey 6 la Regencia 6 ProPues- 

te del mirnw t&nt@o, fwfmhd@ &t;e kerna en f& IlbodD 

que está ~iumrdadu .pan las provisienes de las ph~~ de 

jadicatnra y deu& emplew que consulta elreferido(30naejo 

con arreglo d la Conskitueion. 

EI Sr. ~EI#~uBL~s: Jamás creí qW este arkfcaio 

ofreciese tanta discusion, y ya que ae he e~tendide tan 

largamente su impugndcion, es memwter daí al- idea 

de loa motivoe que la comision tuvo para ponerle. Ra prjmer 

ln@r, ton~ieme distingnir dBe, CMU, &~Mwrt otiándo 

gobiernr el Rey, y eu%nd!o ‘ruanda BR su Iugsr lib Begèaaia. 

:En el primer easo; 31 Rey no &be tener limikaoion alguaa 

dt lsa faanttades X@ cu~kád&@adas en Ia Ooñititdion, 

porque ds 10 contraS Tetis. dar J& fuerzr i 

tina lay positiva que i otra fundamental. Ad, ningomr da 

loe argumentos que Se hwn hecho puede tener fama BOB 

rcapecto al Rey. RI SrA Sembiela ha comprado 100 empleos 

de secretarios de1 Oonaejo cch lee conasj&os de I%- 

tado y los de magistratura; pem conviene reflexioaar que 

hay un8 dífertmoia muy grande de unos d otroa. ka ma- 

@ím&~ mí indivíduua:qud ej&cen nrra pkMat2, dual * 

la legislakioa, y-por lo qae teor 25 los 0oxísejerOg * ,9kakw 

deti ya la ~kikueion prekibe desdè lnogo qti deben aw 

pmpneatoa por ke Oórtti; rsí que debe aonsiderarse Geanpre 

doma unx li~cion de bm facultades del Ray, son* 

kda al ‘ti. .l’Yi de Ir Obnatittaoion , el ao &$arie al 

uomhramiento de loas secreirrios BeI Consejb de ~ Rskado, 

letiy puk ia mktralezr de au destinó, +ti,ëí eer em- 

@xr.du la tiyw considaraafon, y .iegnramante seria de& 

Praudts’r af .Rej au sus pwogativau privarIe de la prokí? 

ritm libre de ellas. Pn uw mglu gemral de dsreahw an 

.as materiae odiosas, las leyee no deben in4@iretarsa, siko:-~lWfs;m,a&.~so 

da qrte se trata. &Y no miraria el 

Ebpmans*aüolr~mk~8.~é, aquí. tma de laa po- 

Iama ratzmha pev I;fu& la neminkm oe doterminá ái+rw 

eán%r una eha qúe n6 podia rser reilrtnt al,BeJri- me 

sl tieue, 18gall31ënte. Pero rcspeeko de la Regewis, creó que 

wtmbi+ debe tenar esta fáeultad; parque iqué kiene qùe 

rer que no nombre los secretarios de 3asDipataeiod~~ pro-. 

rinciales para que no deba nombrar B&B? El memetarí~de 

rna Diputacion no tiene la misma conexion con el Gobierno 

que los del Comejo de Estado, por cuyas mano8 

:orre la propuesta de una gran prrte de empleoe de priner 

órden. Ya las Córtee le hsn designado las facultades ’ 

1ue1 ha de ejercer la Regencia* y yo no veo razon ‘alguna 

bara alterarlas. La comision no lo erey neceaario ni conveniente. 

Por su reglamento le está concedido que pueda 

proveer los empleos civiles y militares, y el quitarle estas 

facultad88 con respecto á estos, J d6rselas al Consejo de 

Eetado, seria manifestar en éste mayor confianza que en 

sqaella, cuando no puede menos de suponerae que á todos 

snimsn iguales deeeoe del bien, por lo cual soy de dictá.. 

men que el nombramiento de secretarios del Consejo de 

Eatado debe dejarse B la Regencia; porque si alRey no se 

le puede usurpar esta facultad por estarle concedidr en la 

Constitucion, á la Regencia no se le puede privar de ella 

por ser odioso y contrario Q la buena política el hacerlo, 

sspe:ialmente cuando BB me demuestre que la eleccion de 

sstos empleos de secretarios del Consejo de Estado ha de 

ser mejor haciéndola el mismo Consejo que el Rey 6 la 

Regencia. 

El Sr. CREUS: gi se tratase de una ley general habria 

los inconvenientes que se proponen, pues creo que no 

los haya tratándose de un reglamento partioular. iQuién 

quitaria al Rey si quisiera que al tiempo de formar el reglamento 

ppra el Consejo de Estado, conarreglo á la CYoae- 

titucion, dejara que los eecretarioa fueeen propueatoe por 

el mismo Consejo? Pues eu el mismo C(L~O SO halla el

. 

3244 1.O DE alma0 DE MMa. 

Congreso, pues habieudo de dar al Consejo .el reglan+= 

to por donde se ha de regir, puede exigir que los secretarios 

sean elegidos R propuesta del Consejo. Así que, me 

parece que no hay inconveniente en que se diga que por 

ahora elija la Regencia estos secretarios B propuesta del 

Consejo, con lo que ae conseguirb que estos individuos 

sean como deben ser á gueto del cuerpo en que han de 

servir. 

.’ El Sr. XU$IOZ TORRERO: En el reglamento que se 

di6 B la Regencia con rrreglo d la Constitucion, no se limitó 

la facultad que por uno de sus artícnlos se concede 

al Rey. Solo dos clases de empleos son los que están sujetos 

6 la propuesta del Consejo de Estado: los de judisatura 

J los eclesiWcos. Proveer& dice la Constitucion, 8 

consulta del aonsejo de Estado los beneficios eclesiásticos 

y empleos de judicatura: los primeros, porque es conforme 

al esp5ritu de los cáuones y al bien del Estado; y los 

segundos, porque constituyen un poder verdadero, que debe 

tener cierta independencia del ejecutivo. Estos son 

loe principios que han dirigido la oomision. Yo pregunto 

ahora: te&6 el Congreso .eu. el caso de poner mb limitacian 

al Poder ejecutivo que las que se señalan en la Coustitucion? 

Oreo que no. Ea menester que gnardemos cierta 

consecuencia, y me admira el ver que por un lado se 

quieren extender las facultades del Rey, y por otro se 

pretende restringirlas. Lo que aquí sedeflende es oontrario 

i las facultades del Rey, y este artícalo está copiado 

de la Gonstitucion. Respecto de la Regencia, que es de 

quien parece pudiera tratarse, tampoco há lugar 6 lo que 

se propone, porque en esta parte tiene las mismas facultades 

que el Rey. 

El Sr. GALLEGO: Solo me levanto para rectificar una 

idea del Sr. Torrero, que me parece no es muy exacta. 

Convengo en que no necesite la Regencia para nombrarlos 

el que vaya la propuesta del Consejo de Estado 

por las razones que ha dicho el Sr. Argüelles; pero de 

ningnu modo ss puede decir que el reglamento que Ias 

Chtea han dado 8 la Regencia es un óbice para que se 

pongan estas limitaciones. 

El Sr, OLI~ROS: Prescindo de esto; pero no qnisiera 

que lo que ha diaho el Sr. Torrero se pusiese como 

axioma, porque estoy lejos de creer que el Reglamento 

sea nn obstáculo para poner cuantas restricciones se contemplen 

necesarias. 

51 Sr. BAHbMOlsD1P: Yo tengo una dada, y SS si 

V. M. podrá d no señalar las cualidades 6 circunstancias 

que han de tener los secretarios que se nombren para el 

Consejo de Rstado. Yo creo que si; y á pesar de que el 

reglamento de la Regencia y la Constitucion digan que 

elegirán todos los empleos civiles, no se contraviene con 

determinar que los secretarios del Consejo de Estado vayan 

propuestos por el mismo, pues al íIn siempre los elige el 

Rey 6 la Regencia. Uno de los capítulos del reglamento del 

Consejo señala, como la circunstancia más recomendable, 

el secreto; y no teniendo los consejeros condanza de sus 

secretarios , icómo se les ha de exigir la reeponssbilidad? 

Yo soy, pues, de la opinion del Sr. Creus, reducida á 

que por ahora estos empleos se provean á consulta del 

Coasejo de Estado.. 

Se aprobó el art. 2.’ 

No se admitieron B discusion las dos adiciones aip.ientes 

que hizo el Br. Mejía: 

~0680. 3245 

DE LAS 

‘. 

.’ 

ti- --+c -- “‘,’ : - 

SESION QEL DIA 2 DDE JUNIO DE 1812. 

A solioitud de D. Fra~~iso~ .l$usqu& concedieron la 

Cbrtes permiso al Sr. Diputado D. Freno@ O1lvetLpan 

que pudiera informar aoeroa de los servicios eoutr&do 

por aquel en los tres sitios de la plaza de Gerona. 

Despues de haber prestado el juramento prwrito 

tomó asiento en el Congreeo el Sr. D. Msriano Rivero 

Diputado por la aiudad J provincia de Arequipa en o 

Perú. 

A propuesta de la comision de Haeienda se mand! 

pasar 6 la Begencir del Beino, para que diera su informe, 

una representaoion de Doña Josefa Bennal J Codony, 

Doña Inés Muñir y Doña Msrfa Josefs- Iturrigrray, vja: 

daa de militarea,~lsa cuales, manifestando la indsgeneia i 

que. se ven reducida8 por el atraso que ~exper@ntan ex 

el cobro de aua viudedadea, soliciten que loe fondos de 

Monte-pío militar se apliquen solamente al fln mgndo .i 

que ea& deetinadoa, ya sea reetableeiendo la Junta que 

habia para su gobierno y direacion, 6 bien acordando Si 

Idagestad la providenoia que tuviese por rnkz oonvgniente. 

w md6 igualmente pasar 6 la Begexieia del Beiao, 

6 propu&a de la oemision de Guerra, una Solicitud de 

DOña -nib l?mez CIaamziio, viuda del capikn D. Pedro 

mm, en la cual pedia que en ateaoion 6 los distingaidoe 

aediw & an difunto &do, de los 6t1&s ~eties 

el brjga&r D. patio Modio, 80 h3 Wweda OpiOn 6 la 

oind&cI ~diente al gr#lO de qd, nO O-te 

h&m de wb seguudo Carrnde collfnjp nutriIWnio 

wp-b hma 6h et añ0.d 179% 

. 

ticediendo las Cdrtee B 1s solicitud ,de D.. José.Vicente 

de Anca, auditor de guerra de Venezuela, asesor 

de BU. gobierno, J tauioate gobernador de Caraca, apogadapor.Ja43tawoa 

de htieia, roerdaron que .ae insertase 

en eete Dkw90,la repr4wer&a&0n *uiet&e de .& 

cho interesado: 

aSeñori sqgup .la inzercioaheehs en, el DCarto que 

comprende la a%ion. de V. > Mc de $,l.” de ; Setiembre do 

este año, el aapitpn gengral de Venezuela informaba que 

eu el acto de prestara! el reaonocirniento debidq 6 V. M., se 

habia retirado ajn, veriflearlo el gudjtor, de Qaerpp de elLa 

por no habérs@,stialadq el lagar.qne creyb correspond(rLe- 

en, el ayuntarnigntq .de AMarreaibo. Sii, esta ,relaaiún 

es arreglada al ‘infor+:’ el capito;lp generaL .no. Lo hizo cán 

la buena ff 4, @parcWiad ‘debid- J$L Zquditor no rehusd 

prestar el juramento en aquel acto, ni pr+enr+$.Lug+éa 

up syuutamiento de que no es fndivSduo.- Oqando ss.trataba, 

no de prestar, el reeouoeimiento, sino de Las precedencias 

y asientos,, no .adu$tib el. @t&o -qae, le seí@Ld un 

regidor, y ,ain pretender. otro, .por no diferir g-1. acto con 

bagatela tan .despreciable, manifestó que baria el jurw 

menta despues que el ayantsmiento y los detis. ~ El os,: 

piten general no Lo dispuse asf, ni 6 pesar de, Ipe iustsxrcias 

repetidss del auditor en, el +no -di,. en el siguiente 

y demis, quiro recibIrsele .hasta qus en 28 de ,de&ne- 

ro, se le remitió ,an un o$io, Todo. Lo &un&r es. faleo, y 

tiene eL objeto eusado menos de desairarle y, .desaoreditule,- 

que as ha propwsto,desde su presentaoion en esta. 

[Ojal& faeran estos no ti, Ios efectos dé la. reunion de 

he mandoa y empleos que debea ejpersa bajo ..La, direo: 

:ion 6 dictámen de otro que tanto chooq cpu lars& 

El auditor ue lisonjea de Líber, +ido el p@uue que 

u1 aquel dia 88 prea+tó 6. cumplir la, @&wion &t~ieCouo- 

)er 4 V. M. y jurar su obedilpncú;. tanto& ;Iísi f4oíl y gra: 

ka, suanta al Gobierno de V. I$. _ 7 gl ,.@s. wnfor&e á 

ms ideu, y de que nadiejha du+&.koaip de mar PI& 

aid de patriotiem~, flddidpd y r(ibc@p ST. ,la., .qw 

m fllia6m. 

812

3246 2 DE JUWIO bE 1812. 

Y para manifestarlos públicamente con la claridad 

y decision que le caracterizan, y destruir cualquiera duda 

que pueda producir la exposicion anterior, al tiempo que 

recurre al Consejo de Regencia, suplica 6 V. M. se digne 

mandar se inserte esta en el Diario, pues hay la misma 

razon, y recibir sus votos de amor, lealtad y respeto. 

Maracaibo 23 de Diciembre de 1811. - Señor.- 

José Vicente de Anca.» 

Conformindose las Cdrtes con el parecer de la misma 

comision de Justicia, declararon 6 D. Mateo Gutierrez de 

Villegas apto para obtener las gracias que el Gobierno tuviere 

á bien dispensarle, no obstante la sentencia que se 

le impuso por D. Francisco Perez de Lema en la causa 

contra el Conde de Cumbre-Hermosa (Sesion del dia 8 de 

Entro Mmo). 

Continuando la discusion del reglamento para el gobierno 

del Consejo de Estado, se ley6 la proposicion del 

Sr. Sombiela, admitida en la sesion del dia anterior; acerca 

de la cual dijo 

El Sr. CALATRAVA: Quisiera saber si la cláusula 

depor ahora quiere decir que es no10 para esta vez. Yorque, 

si no me equivoco, el autor de la proposicion, y otros 

que la apoyan, quisieran que el Rey en este particular no 

estuviera sujeto á la consulta del Consejo de Estado, y sí 

la Regencia. La ChhUla es OBcura, y aSí, qUiSiera que 

se aclarase. 

El Sr. CREUS: Por ahora quiere decir que la Regencia 

en estas circunstancias ha de consultar al Consejo de 

Estado. Si no se pusiese esa particula, pareceria que tiene 

innovacion esta parte de reglamento. Si cuando esté 

el Rey dice que esta condicion es contraria á la Conatitucion, 

no habrá dificultad en derogarla. 

El Sr. SOMBIELA: Señor, cuando ayer hablé sobre 

el art. 2.’ del capítulo V del Reglamento para el Consejo 

de Estado, que la comision de Constitucion ha presentado 

á V. M., me opuse expresamente Q. su contenido, porque 

tii opinion es que el Rey 6 la Regencia nombre los secretarios 

de dicho Consejo 6 propuesta del mismo. Como en 

la discusion de este punto observé que algunos señores, 

con el objeto de conailiar las opiniones, propusieron el 

medio de que la propuesta que yo exigia para el referido 

hombramiento de secretarios del Consejo de Estado fuese 

por ahora, J reflexioné que este medio en nada se oponia 

en la sustancia á mi idea, porque con esta cl&sula y sin 

ella podia en lo sucesivo revocarse por otra ley lo que 

ahora se disponga con respecto 6 esta materia, despues de 

aprobado dicho articulo, extendí la proposicion que V. M. 

se sirvió admitir á discusion, p de que ahora se trata. 

Digo ell ella que el Poder ejecutivo noabre por ahora los 

secretarios del Consejo de Estado, 6 propuesta del mismo 

Consejo, en el modo y forma que se explican en dicha 

proposiciotl; y con la citada cláusula que añadl por las razones 

expuestas, quiero significar que esta regla se observe 

misdtrda que por V. M. 6 por las Cbrtes sncesivas no 

se acuerde otra cosa. 

Ayer tuvo V. M. la bondad de oir loa fundamentos en 

que apoyo la ProPosicion; y cuanto más reflexiono sobre 

ella, tanto más me persuado de la necesidad que urge para 

que V. K se digne aprobarla, porque la política, la 

rmn 9 la experiencia de muchos siglos, continuada sin 

intempcioti, que 80x1 los medios que utilic6 para demostrarla, 

la convencen sumrmente útil y bp&iesa á 1~ 

causa pfiblica. Por ello, en obsequio de la brevedad, y con 

el fin de evitar repeticiones, solo me contraeré á dar catisfaccion 

á las objeciones que hicieron los señores que 

impugnaron la proposicion, finito medio, en mi concepto, 

que puede facilitar hasta la evidencia la solidez de los funjamentos 

en que aquella se apoya. 

Como otro de ellos lo deduje de los principios que 

V. M. tiene sancionados en la Constitucion, segun los cua- 

[es todas las juntas de parroquia, las de partido y las de 

provincia que deben preceder al nombramiento de los Diputados 

de Córtes, los ayuntamientos de los pueblos y las 

Diputaciones provinciales nombran sus respectivos secretarios, 

se dijo que estos debian reputarae por aosas muy 

Indiferentes para el Gobierno, y que siendo de mucha importancia 

los secretarios del Consejo de Estado, no pro- 

:edia el argumento; pero esto es desentenderse de la verladera 

y sólida razon en qne aquel se funda. El que las 

:orporaciones deban nombrar sus secretarios, no se deluce 

de la indiferencia é importancia con que puedan considerarse 

estos destinos, con respecto ó relacion al Gobierno. 

Consiste en que debiendo ser los secretarios de la con- 

Sanza y satisfaccion de los particulares y COrpOraCiOnW 

ionde deben desempeñar sus respectivcs destinss, no poìria 

conseguirse esto si aquellos 6 aquellas no los eligiesen; 

y como esta razon milita generalmente en todas sin 

:elacion alguna á la mayor 6 menor importancia de las 

nismas con respecto al Gobierno, nada puede influir esta 

lbjecion en la materia. Además, cuando quisiéramos Buponerla 

de tanto peso é influjo, pregunto: iqué será mtís 

.mportante al Gobierno: el empleo de consejero de Esta - 

io, 6 el de los secretarios de dicho Consejo? Con que si 

no obstante la mayor dignidad y la meyor influencia de 

.OB primeros, con respecto al Gobierno, los elige el Rey á 

propuesta de las Córtes, es visto que la mayor 6 menor 

mportancia de los destinos nada influye para el nombraniento 

de los mismos. Queda, pues, enteramente satisfe- 

:ha esta objecion. 

Apoyo tambien mi opinion en la independencia que 

iebe tener el Consejo de Estado del Poder ejecutivo para 

proceder con la imparcialidad que corresponde en los asun- 

Los de su instituto, y que reclama imperiosamente el bien 

público; fin que no se conseguiria si el Poder ejecutivo 

nombrase por sí los secretarios de dicho Consejo por la 

influencia que estos pueden tener en el despacho de los 

asuntos. Sobre esto se dijo que era oonfundir el Estado 

con el Consejo; pero esta reflexion tampoco obsta. Cuando 

hablé de esta independenaia, no quise decir que los 

consejeros de Estado debian considerarse como absolutamente 

independientes. Esto húbiera sido un absurdo, porque 

nadie hay que ignore que solo el Estado tiene semejante 

independencia, y que por ello únicamente los tres 

poderes de que aquel se oompone la tienen entre sí; de 

modo que cada uno obra sin dependencia del otro en las 

atribuciones que respectivamente le pertenecen. Entendí 

cuando dije que el aonsejo de Estado debia considerarse 

independiente del Poder ejecutivo, que ninguna influencia 

debia tener oon el mismo para que libremente pudiese 

ejercer sus fanaiones, y para que la Nacion consiguiese la 

felicidad y el bien que V. M. se propuso en el establecimiento 

de dicho Consejo. Este es el sentido natural de la 

proposicion; esto es lo que significa; lo contrario seria 

opuesto á la consecuencia que deduce de la misma. 

Se dijo igualmente que la proposicion restringe las 

faoultades concedidas al Rey en la Constitncion, porque 

tratándose de ellas en el art. 171, ae dice en la quinta 

que le pertenece proveer todos los empleos civiles y militares. 

iilobre este argumento expuse ayer á V. M. las re-

NtfruERO 680. 3247 

flexiones que me parecieron conducentes para satiefacerle; 

pero ahora por extension de las mismas, añado que 11 

proposicion no se opone á que el Poder ejecutivo nombrf 

los Secretarios del Consejo de Estado, porque solo trate 

del modo como deba hacerlo. Si el articulo de la Consti 

tucion es tan general como se supone, pregunto : jnombrará 

el Rey los escribanos de cámara de las Chancilleríar 

y Audiencias sin la propuesta que requieren las leyes? $9 

quita por esta razon á los presidentes y oidores de aquellas 

el nombramiento de los relatores, y en lo sucesivo leí 

elegirá el Rey? Porque á este pertenece proveer todos loi 

empleos militares, jcesarán las propuestas que, segun la 

ordenanza, hacen los jefes de los respectivos cuerpos parr 

los empleos que en elios vacan? iY será contrario al dicho 

artículo de la Constitucion el que se continúe tan útil y 

ventajoso sistema? Si en aquel se dijese que el Rey proveerá 

por aí y absolutamente todos los empleos civiles J 

militares, entonces podria tener cabida el argumento; pera 

dejándose la provision al Rey, y tratando la proposicion 

directamente del modo como debe efectuarse aquella, nc 

se halla de modo alguno en contradiccion con el referida 

artículo. Mas en el 231 SB ha sancionad0 que haya un 

Consejo de Estado, compuesto de 40 indivíduos, y nada 

se dice con respecto al que ha de ser su presidente. Pregunto: 

jserá contrario á la Constitucion el que V. M. 

haya mandado despues que el Rey sea el presidente de 

dicho Consejo, y establecido el tratamiento que ha de tener 

en cuerpo, el que corresponde á sus indivíduos, y las 

distinciones que deban disfrutar, porque de nada de esto 

se habla en la Constitucion? Luego así como V. M., procediendo 

con la sabiduría y crítica que acostumbra, acordó 

lo conveniente en órden á la presidencia del Consejo 

de Estado y demás puntos referidos, sin que en esta parte 

se haya opuesto á la Constitucion, tampoco se opondrá 

á ella si ahora establece que el Poder ejecutivo nombre 

los secretarios del Consejo de Estado á propuesta de este. 

En una palabra, la proposicion que he hecho no quita al 

Rey la provkon de dicho empleo: solo trata del modo 

como debe hacerse, y esto por sí solo el argumerrto referido. 

Se insinuó tambien que no se procedía con la debida 

consecuencia, porque de una parte se querian sostener los 

derechos del Rey, y de otra se contradecian y limitaban. 

Por de pronto tenemos que no hay tal oposicion, porque 

solo se tiata de fijar el modo de ejercer el Poder ejecutivo, 

las facuitades concedidas por la Constitucion, y de 

ningun modo impugnarlas, segun queda demostrado. 

Además, se han sostenido los derechos que pertenecen al 

Rey, y se han impugnado aqualios que se ha creido que 

n0 le correspondian. iY en esto hay inconsecuencia? Todo 

lo contrario: porque el que procede con la crítica debida, 

y con santa libertad, defiende lo que le parece justo, y se 

opone á lo que no tiene por arreglado. En dn , el argumento 

nada prueba; y si probase, produciria de suyo una 

retorsion naturalmente y sin violencia. 

de reasumo, Soñar, diciendo que nadie puede negar 

la influencia que 10s secretarios tienen en Sus respectivas 

corporaciones, y la dependencia con que todo elegido para 

un empleo se reconoce con respecto al que le nombró: de 

consiguiente, si el Poder ejecutivo ha de nombrar por sí 

y absolutamente los Secretarios del Consejo de Estado, 

teniendo de otra parte la facultad de condecorarles por 

otros medios aun subsistiendo en dicho destino, es indudable 

que siempre les tendrá adictos á SUS ideas y máximas. 

Y si para evittrr estos y otros inconvenientes ha sancionado 

eábiamente V. M. qua los consejeros de Estado 

se nombren por el Rey á propuesta de las Córtes, ppor qué 

no han de elegirse los secretarios de dicho Consejo por el 

Poder ejecutivo á propuesta del mismo Consejo, único medio 

de precaver toda independencia? Insisto, pues, en mi 

proposicion, y con arreglo á ella, opino y opinaré constantemente, 

mientras no se me convenza 10 contrario, que el 

Poder ejecutivo nombre los secretarios del Consejo de EStad0 

á propuesta de licho Consejo por ahora; es decir, 

mientras V. M. ó las Cortes sucesivas no acuerden otra 

cosa en el modo y forma que explico en aquella. 

El Sr. VILLANUEVA: Si el sentido de la proposicion 

se redujese al caso presente, tal vez podria haber 

motivos particulares para variar en esta parte el artículo 

de la comision; pero como el autor de la propoaicion dice 

que no se debe entender para este solo caso, sino para 10 

sucesivo, y mientras las Córtes presentes 6 futuras no resuelven 

otra cosa, esto es, aunque el Rey estuviera aqni, 

mientras las Córtes no lo alteren, entiendo yo que no puede 

admitirse esta adicion por ser una manifiesta limitacion 

del artículo constitucional en que se concede al Rey 

que provea todos los empleos civiles y militares, sin aujetarle 

á la propuesta del Consejo de Estado, como ae le 

sujeta á ella expresamente para otras provisiones; entendiéndose 

por dichos empleos todos aquellos destinos que 

no están bajo el sistema de consulta. Proveer todoa los 

empleos civiles y militares es la quinta de las facultades 

que tiene el Rey por la Constitucion. Si aquí ahora se le 

privasa de esta facultad, resultaria una grande contradicsion 

con lo sancionado en aquella. Por tanto, no siendo 

la secretaría del Consejo de Estado de aquella clase de 

3mpleos que la Conatitucion limita á consulta, no entienio 

que haya razon para decir que este empleo se dé á proouesta 

del Consejo de Estado. Ademris, Señor, observo que 

le hace mucho incapié en que los cuerpos colegiados teo- 

:an por secretarios á sugetos de toda su confianza, para 

o que hay ciertamente una razon filosófìca ; no obstante, 

yo veo qus en los tiempos en que rzgian nuestras leyes 

iábias, leyes que aun se conservan, hubo épocas en que 

IO se seguia este método. Por ejemplo, i las secretarías de 

os Consejos delas Ordenes y de Hacienda se han provisto en 

istos últimos tiempos á propuesta del Consejo respectivo? 

Qo, Señor; estos secretarios han salido constantemente de 

as Secretarías del Despacho. Lo mismo se entiende con 

,especto á las secretarías de la Cámara decastilla y de Inhas, 

que eran tambien una salida corriente de los oflciaes 

de aquellas. Por tanto, digo que no solo en tiempo an- 

#iguo habia reglamentos que eran contrarios á lo que 

rhora se reclama, sino que la misma razon dicta que sc 

lebe dejar cierto ensanche al Gobierno para la provision 

le los empleos en que no se ha exigido expresamente que 

e consulten: ni considero yo que sea éste de tal imparancia 

que merezca una excepcion del articulo. iPor venura 

impartaria más esta plaza de que se trata que la proision 

de las intendencias? Y á pesar de elIo se han dejaio 

estas plazas á la voluntad del Rey ein consulta. Por 

‘onsiguiente, no entiendo por qué en esta parte se ha de 

.ariar el artículo de laConstitucion, y mucho menos n0 

imitándose ella á esta sola vez. Por tanto, digo que no ae 

,ebe hacer alteracion alguna, sino dejarlo 6 la libre elecion 

del Rey, puesto que este empleo no es de los que 

xigen consulta. 

El Sr. VILLAGOMEZ: Yo me opongo á la pr0posiion 

del Sr. Sombiela, pues que de aprobarla resultaria 

,ue la Regencia no habria tenido intervcncion alguna en 

1 Consejo de Estado, porque V. IU., atemperándose á laa 

ircunstancias del dia, tuvo á bien por razones muy po- 

.eroms nombrar por sí, sin propuesta de nadie, á los canejeros 

de Estado, siendo así que wun la Constitncaon

debía’hab#&orí&hd~ 1s’ Agencia d i>ioPue& de V.k ds’i&& ‘él”keai&do de la acertada eleccion de.10, ciud 

Si alka; pu’&; se precisa á la Regencia 6 ‘nombrar he dadanos >quese’ ponen á la frente de los negocios públise&etititi 

ilél Consejo de Estado 6 propneets del mismc cos. Esta depende en gran parte de loe secretarios del 

Consejo,~ae séguirá lo qn&he dicho: qne no habrá tenidc aonsejo de Estado; por el grande influjo que suelen tener 

parte alguna i-m un cuerpo que ha de ser su consultor, J los secretarios en todos los cuerpos en que sirven,; y como 

que’ p& 10. mismo debe merecer toda su confianza. El ar - el Consejo ‘de Estado es quien debe hacer las propuestas 

ticalo de la~c0miaion eátaba más cotiforma y arreglado d para loa principales destinos de la Nacion, sua secretaloábudnos 

Pri~cipios~ pero’no la proposicion del Sr. Som- rios ser4r.r los que. examinen los documentos que se prebiela: 

por 10 Wrto, yo la repruebo, y apoyo el artículo dc senten al Consejo para la califlcacion de los sugetoa que 

Ir cotiieion. .’ . merekan d aapirsn á obtenerlos; y ya ve V. M. cxnínto 

El Sr. &AZLkO: No voy i hablar de la proposición puede influir esto en la buena 6 mala eleccion de lae parque 

ae: discute, sie ‘ile oiertas expresioues que ácaba de sonas que se propongan, y ZS quienes se confieran. A máa 

exponer 61 señor Preopinakrte. Dice que segun la Cons- de que, Señor, en la uiano de los secretarios suele estar’ 

titudon, los &nsejeros no debieron ser nombrados Por el posponer 10s negocios de la mayor importancia á otros 

laa U&ta, eírio por la Reg&cia, y que por razortss po- de mucho menor interés y oonsideracion, y no pocas vederosaa 

no se ha hecho así. Esto es’ falso, J da % entcin- ces les dan un giro totalmente diverso del que deberian 

dsr que hemos quebrantado la Cdxtstitneion en esta parte; llevar, sacrificando el buen servicio d su particular pro- 

En idngnn irrticulo- Ée dice que ‘la Regencia ha de nom- vecho, d bien al espiritu de parcialidad y de oposicion 

brar lóa ëdnsejeros de Estadti lo qae dice la Comttitncion que con frecuencia reina entre ellos, y lae corporaciones 

es ‘que el Rey es qnitin leá ha de no&war 4 propuesta de & que están destinados. Por estas razones, Señor, juego 

lae Cdrteil; este no &4 lo mismo, vamos claros. 

ser muy importante el que el Rey 6 la Regencia nombre 

‘. El Sr. AffGUELLELI: No puedo dispénsarme de COP- B los secretarios del Consejo de EstaJo B propuesta de las 

venir en;le reflexion’ que acabs de ,hacer el Sr. Gallego, y Córtes. Se dice que esta medida se opone 6 la Oonatitu- 

Inn de extenderla algrm tanto para contrarestar á los cion. Yo á la verdad no hallo asta oposicion. V. M. por 

principios qus ion el mejor celo sin duda, y con la m&s la Constituoion ha dado al Rey la facultad de elegir, es 

ama intenbion, ha sentado el Sr. ViHagomez,suponiendo cierto; pero jse le quita esta facultad con la propuesta de 

que, se habia contrariado d la Conetitucioq. A lo expuea- las CBrterj? No, ,Señot; las C6rtss proponcl&, pero el Rey 

to par’el Sr. Gallego debo añadir que las Córtee en la ser& quien elija. Ad, yo quisiera que me eXpliCaSen algo 

eleacioh de konaejeros sabian lo que hacian, y lo que de- más esta oposicion que han insinuado algunos señores 

bien hacer; y siguiendo la Constitncion, Bi-las Cbrtes hu- preqinantes. Concluyo, Señor, con aprobar la proposibiesen 

visto al Rey en Rspañs, hubieran obrado de otro cion del Sr. Sombiela; 

modo: El Congreso en este psrticnlar ha procedido con El Sr. VAZQUBZ CARGA: Yo queria proponer que 

arreglo d sus facultades, y atemper&doae 8 las circuns- se,‘pregnntaae ai h& lagar d votar 6 no, por eeta rsion; 

tanciae; de manera que si mañana viniese el Rey, no po- pOrque ‘esta proptiicion 6 adicion del Br. Sombiela, sedria 

deoir que estas elecfciorleáj Por no haber aido hechas gun lo ha explicado, ya no se limita precisamente al tiemsegun 

el sistsma que se eatableee en la Conatibncion, eran po que el Rey permanezca ausente, sino que debe entennnlas, 

Porque en ka ssnnto no se ha separado el Coa- derse por ahora, y hasta tanto que las Córtee preseutes 6 

grsso ‘de ,lo que aquella preserik toda reconvencíon suceaívaa dispongan otra cosa; de modo que aun estando 

amas de esto ser6 injusta.. . (MwrwnpirEo cl oMor por BI Rey,’ ‘si las Cbrtes no revocasen esta providencia, de- 

6t 8P. Qttta#omes, qrs d6M& cacttwar m@t 6l dcniido d8 beria quedar en pié, y esto es lo que directamente se oposus 

ea~pkt?&on6~, digo): ya he manifestado Que en mi bon- ne d la Gonstltucion. Se ha dicho que siempre’le queda 

cepto las expresionss del Sr. Villagomez son hijea ds su al Rey la fatiultad de ele@. Pero pregunto: debiendo el 

buen’ celo y sana intencion: nadie habrá que dude de esto; Rey aeiiiireje 6 la propuesta, jno se le restringe una fapero 

tienen siempre mucha trasaendencia las expreaiotles cultad que la-Constítucion ae la da absoluta? Si hubiera 

dichas aquí, aunque la intencion del que las profiere y tenido que limitarse 6 la propneeta, jno lo hubiera exla 

intelfgenofs que alea da sean las mejores. La Uonstita- presado la Constitucion, como lo expresa en otras faculcion 

do da B la Regenota la miemir autoridad @xe al Rey: tades que sele conceden? La cuarta de elllas ( Art. 171 

dioe ‘que la ejereerdi en los tkminos que estimen las C6r- de la %on&itucion) es a nombrar los magistrados de totea. 

Así, lo t’iaieo que debemos trstar aquf es si eonsul- dos los tribunalea civiles y criminales 6 propuesta del 

tundo 4 la politica y B la opinion públiaa, conviene que la Consejo de Estado. B La quints a proveer todos los em- 

Regencia (no el Rey) nombre Por sí, 6 son arreglo á pro- pleos civiles y militaree, (aquí no se habla de propuesta). I 

puesta, 6 los seoretsrios del Consejo de Estado. La sesta apresentar para todos los obispados, y para to- 

El Sr. /PRL%GRIBY: Estoy tan de aauerdo con la pro- das las dignidades y beneficios ecles%sticos de Real papoeialon 

del Sr. Sembida, que quisiera dilatarla algo más tronato, 6 propuesta del Consejo de Estad0.o Note V. M. 

segun mis prineipioe; es deair, ‘que asl como ha dicho esa diferencia, y verá cu&n claro ea que al Rey se le deja 

V. M. qse los .aonasjeros de 3atado sean nombrados por la absohta provision de todos Ios empleos criviles J miliel 

Rey d propw&a de lae Obrtes, debia de suceder de la tares ; luego el querer limitar ahora estas faaultsdes , es 

misma manera con respecto d los Secretarios. Inútiles restringirlas, y Por consiguiente, e6 contrario d 1s CJonsson 

las leyes y las disposiciones mejores si los que han titncion; y así, que se pregunte si hd lugar á deliberar. ’ 

de Ponerlas en ejecucion no son dignos de. la conflanaa El Sr. BOMBIBLA~: No necesitaba de explicarse uua 

que -wen de wrsesrse: aquf tiene V. IU. el único polo proposicion que por si misma manifiesta su verdadero _ 

qns ha de regirla Para llevar adelante la Coastitucion, y sentido, p¿wque bajo el nombre de Poder ejecntivo nO 

Para qus tengan el debido oumplimiento las leyes que ha hay ningnno que no entienda la Potestad de hamr ejecum~onado 

y maionaee BR 10 sucesivo. : La eleeaion de tar las leyes. Sin embargo, en obsequio de la claridad, Y 

sWto* sobre quienes han de recaer los nombramientoe con el objeto de satisfacer la duda del Mlor preoylnante, - - 

de los . * destinos es el Punto en que lae naciones deben po- ! dige que por el Poder ejecutivo entiendo el Rey y 18 Bener 

WO au ouidado, oomo que 8U felioidad suele ser-las gencia; de suerts que el sentido de la proposieion w que

Conformándose el Sr. Sombiela con la variacion indicada 

por el Sr. Muñoz Torrero, se preguntó si habia lugar 

6 votar SU proposicion; y habiendo declarado lae Cór- 

tes que la habia, tomó ia palabra, y dijo 

El Sr. LUJAR: LOS empleados civiles son los agentes 

inmediatos del Poder ejecutivo, y esta fué Ia razon por 

que en el artículo constitucional se di6 al Rey 18 facultad 

de nombrarloe á BU libre voluntad, sin circunscribirle á 

consulta. El Rey, jefe y c8beza del Estado, tiene á su 

cargo la 8dministr8cion pública ; y no pudiendo desempeñarla 

por eí solo, era preciso que para Ios empleos eligiese 

libremente aquellos que merezcan su confianza. 

Esta facultad se limitó, en beneficio público y con justa 

causa, respecto al nombramiento de los magi&ados, 

dignidades eCleEi&&288 y otros cargos, dej6ndole 18 eleccion 

en las ternas á propuesta del consejo de Estado. 

Ahora no tratamos de desenvolver los principios en que 

ae fundó el 8rtiCUlO constitucional, sino de aplicar su dispoeicion 

á lo que propone el Sr. Sombiela: mientras subsista 

el artículo, no pU8de aprobarse 18 proposicion que ue 

diecute. Los Secretario8 del Consejo de Estado son empleados 

civiles, y el artículo constitucional no los comprende 

entre squel~oe para cuyo nombramiento requiere 

la propuesta del Consejo de Estado; y una ley, y mucho 

meno8 una ley reglamentgria , no puede alterar una jota 

de 1s Constitucion. En 81 reglameut0 dado á 18 Regencia 

tampoco se han limitado sus facultades, previniéndole 

que haya de nombrar los eecretarios del Consejo de Estado 

6 propuesta del mismo Consejo; y Como la Regencia 

no ha hecho 0088 por que desmerezza esta confianza, hallo, 

por mi parte, 18 misma razon de decidir. Se ha confundido 

el empleo de secretarios del Consejo de Estado 

con los de escribanos de cámara de los tribunales: estos, 

6 nombraban 6 proponian para eemejantes encargos; pero 

los secretarios de los Consejos siempre fueron elegidos 

6 libre voluntad del Rey. Eu el siglo pasado hubo Euchos 

secretarios del Consejo, de la Cámara, del COn8ejO de 188 

Ordenes, Y uno solo del Consejo Real en la segundrsde- 

cena, que fu6 el abad de Vivanco, y todos fueron nOmbreaos 

por el Ray sin consulta ; ni podia ser otra Cosa, y 

no ee ha hecho ver si hay conveniencia pública en 

coartar esta facultad á la Regencia. La cldusula de Por 

shom, que se ha intercalado en la sdicion, es redundante 

y aun ridícula. Una ley ha de tener un lenguaje mages- 

tuoso J prt&o; y aunque se suprima 18 cláusu189 si se 

Quedaron aprobados sin discusion los artieülb~ 3.‘, 

4.0, 5.O, 6.‘~ 7.” del, wpítulo V del ei$resedo “&glaxtmto, 

twyp~ tenor es eilstgúients: 

~ÁI+. 3:’ lha i)ia lps iftis%cc~Wber C&ar%‘irwarga- 

60 de 1~3 qegocfoa relatioo~ B ~%&K&I, @wrra, Qarina y 

Hacienda, y ef otro -cb ~oos~tespectí~~b &YNIi8 J%&fkñ~, 

Propuestss y Gobernacion. Cada secretario despachar& 

con el Consejo los negocios que le pertenezcan, siendo 

siempre preferidos, sin distincion alguna, los más graves 

y Urgentes, de cualquier Clase 6 ramo que sean. Toda 18 

correspondencia del Consejo ser& dirigid8 por los dos secretarios 

respectivamente. 

Art. 4.’ En cada secretaría hab& un libro donde se 

3scribao las consultas y resoluciones del Consejo; y en la 

3ecretaría á que pertenezcan 18s propuestas , SB tendrá 

Btro, en el qne se tomari razon de todos los obispados y 

dignidades, y beneficioa eclesibticos, cuya presentacion 

pertenezcan al Rey. 

Art. 5.’ Las secretarias trabajsrán todos los diae, 

excepto el domingo. Sus horss serán las mismes que las 

d81 cOnS8j 0. 

Art. 6.’ Si las comisiones del Consejo necesitaren 

valerse del auxilio de algun oficial de 18 secretarfa para 

la extension 6 minuta de algun escríto, designarán por 

medio del secretario respectivo al que parezca m6s B propbsito, 

teniendo el mayor cuidado con la reserva en 10~~ 

negocios que la exijan. 

Art. ‘7.’ HabrB; dos secretarías, de que será jefe inmediato 

cada uno de los secretarios.~ 

El 8.’ decia: u En cada secretaría habrá un ofloial 

mayor y todos los demáe oficiales que a88n necesarios, 

ruyo número solo podrg fijarse en circunstancias más á 

propósito y cuando 88th completo el número de conseje- 

POS que determina la Conatitucion. Entonces que la experiencia 

habrá enseñpdo lo que m&e convenga sobre el 

wreglo y planta de las secretarfae, se formará por los sewtarios 

un plan, que con informe del Consejo pasar6 al 

Rey 6 á ia Regencia para au aprobacion, y 4 las Córtes 

38~1 sancionardeflnitiramente el número y sueldo de toios 

los SUb8kernOs. Entre tsnto , informando el Consejo 

lobr8 el número de individuos que crea por ahora abso- 

.utamente necesarios, los nombrar6 la Regencia, tománlolos 

de los empleados más B propósito que gozan de 

rueldo y tenian destinos análogos en los extinguidos (Jonlejos 

J Cámaras.> 

Quedó aprobado hasta el párrafo ( entre tanto, etc. R 

4 la primer8 p8rtC de éste , que termina : 4108 nombrsrg 

8 Regencia,, Se Sustituyó 10 siguiente: tentre t8nto in- 

‘armará el Consejo sobre el número de oflcialen que crea 

)or ahora absolutamente neceearios, y sueldos que conrenga 

asignarles, y au informe Con el dicthmen de la Re- 

813

geacia ae remitirá á las od*teS psra pu ss@*.* 

La segunda parte de &i+bo pkafo, que comienza 

~tomindoloe, B hasta sp conclwioo, quedó suprimida por 

haber observado alguws SRS. Diputados que 6ra contraria 

al derecho que tiene todo eiuda&no á los empleos 

del Estado. 

A ernta parte parte suprimid8 propuso el ti. Espiga 

que se sustituyese la siguients adicion: ateniendo preeentes 

los servicios y méritos de los empleados que hubieren 

servido en destinos equiPab3ntac , ‘para que sean preferidos 

eñ iguales circunstancias, B 

No quedó admitida. 

Se aprobd el 8rt. Q.‘, que dice: 

: : DIARIO DE Sl$SIONES 

DEI LAS 

SESION DEL DìA 3 DE JUNIO DE í812. 

Lfb W, y Yti amar 4 hie &ter , tití #oto partknbbr, 

iha& por los Sre&. Rojas, Garáz, Quintano, 

Aznarw f IkmIll , i?ontrarPu & ia xw~&~elon de ajer en 

virtud de la aual 86 8nprimió la bltima olá;asai& del ti?-. 

tímalo 8.’ del capíbulo V del reglamento para el Consefo 

de Estrde. 

Ob 6 los he. Sotobiela y Yarqaés de Vilafra~ca 

I mandb, tambien agregar 4 las Acta6, cdntrario 4 la 

resolucion por la cual en ia misma sesion de ayer se desaproad 

la propoeicion del referido Sr. Sombiela , relativa 

al nombramiento de 10s secretarios del Conmjo de Estado. 

providencia e%w se perf&ciuna doni& corresponde un establecimiento 

de tan absoluta necesidad , 6 en el entre 

tanto 86 dkclaren laa dudbs que ofrece su actual situácioa, 

sino que ni hemos merecido se noa hiciese mBs de una 

remesa de 161~ Diado8 ds Cdrte~ , al paso que se dirigen y 

lo rë0lbeh fodts 1Y dem% satorfdades oivilea y militares 

y las oficinas de cuenta y razon. 

No es tanta nuelitra inconeidsracion qae 16 impatsm6s 

6 loa jefes de 106 Gobiernos; pero no sabemos qué valla 

impenetrable aea la que impide que lleguen 4 sua oidos 

noeatras instancias y repetidoa clamores, pues no cabe en 

su iectitud que precfaamsnte 4 un tribunal, erigido por 

la autoridad soberana, y que no reclama inter6s personal 

de sua individuos, sino el de la causa comun , se le niegue 

el consuelo que no se ha negado jamba i la persona 

ni eorporaeíon del más inferior representado, y haata la 

l!&brb d EIr. Prtnfdente p&ra la comidioh d6 (tuerra luz de un periódico que tant6 ilumiga 6 16s fancionarior 

ttl Elt. Velasco cn lugar del Br. Yanglano , y para Ia de públicos, y V. M. tiene mandado no se perdona medio ni 

Ultramar 6; 1~ &JB. Za~ala&rregnf y Coato tm lugar de diligencia para que llegue y aircule por todas las provinlos 

Srea. Maniaa y Lopez de la Plata. 

cias libres y oaupadas. Pero nuestros ardientes deseos de 

instruirno de las nobleli tareas de 8. Id. y de sus decre- 

.r-iA _ 

tas y providencias, han obtcnfdo del favor de loa emplsados 

de la IBcienda pbblica pu6 nos franqueas8n algunas 

Oyeron lrrf Ciad foti esp6cfal agrrdd , f manbdton potcionea de las últimos biwto# para leerlor. 

hurtar en e&e~ D&r#o , laa dos etportciona rfgutentes: Por ellos hapbti viti lo que ~fo hr visto nacion algu- 

&iior, 106 &oa alcaldea del crfmen y Mal d¿ lo dii n& del finiveno; ea de&, la uingular, la memorable y la 

ti1 da la Audiencia de Aragon , que por la digna oeupa- nim?a bien celebrada Cowtftnciorl que V. M. acaba de 

cion de tau regente en ese augusto CoagrUo, ausencia do sancionar para la espeñola de ambos hbmisferios , obra, 

uno de sus ministros, promoeidn 9 renuncia de otros, por la rerdad, que no solo dari un notbbre inmortal 5 sus 

mmog 108 únicois que entre la8 alarma8 y pel@os m6s autores, eino que se& la admtracion de toda la Europa 

~n~~&ez sostenemos, en cuanto akanzan nueetras fs- culta y la confasion del tfrano, su opresor, que 5 deapemlt&a, 

la administracion de la justicia criminal en cho suyo hab+ de reconocer que los espaiiolea no necasíeste 

reíno y Provincias agregadas que por ahm carecen krban de sus auxllfos inuidiosos para regenerarire del m&do 

de tr&aa superior, no podemos dejar de manifestar con ln46 perfecto. 

&&,Y f v. íir. que OS tal eI oivido con qde hemos sido fQo6 satisfaccion prra los amgoneks, gas ven remmdos 

en el tiempo de los anterfores Gobietios, que no no~ada~~ y mejoradas mu antiguas facrtftacionem y ef 

S&J bu hcmm comguid6 resolncíon fsvorable ni adtmm partícular aprecio que han tierecido i la ilnstracion y 

4 lóa ~0ntibm08 rtmmos y achlqddionw sabiduría de V. XI I@I~ placer al wnsídenrse ventrque 

por cma 

da cib doa haBw$ e&tado biendo, P di~-~W-ta, J j-ente restituidos 5 aquellor felices y no remotos rf- 

~~ttwfbbl~odir’ollrtinr,pMq~6606 

una @m de uda Monarqoh hereditarf~, la m6 modonda del

mundo! Siglos en que dividido el ejercicio de la sobcranís ceros homenajes de nuestra lealtad, sumision y respeto, y 

entre el pueblo y el Monarca, no era perrnitid~:~ á éste dic- [a caust:tnte resJlucion de emplear toda la autoridad que 

tar leyes, sino en union y con h expresa voluntad de sd nos ha confiado para consolidar en est,a reino el grand: 

aquel, ni quebrantar ó traspasar las ea establecidas, siu vdificio de su futura felicidad. Dios guarde 6 V. X. en SU 

qus inmediatamente fuese contenido por una autoridad ma.yor esplendor y grandeza. 

intermedia en que se estrellaba el abu~û de su poder; en l~lcoocllel 3 de hlavo de 1812.=Seííor.= Francisco 

que los ciudadanos, puestos bajo el amparo dtt eks y de klonleon.- -Juan Dolz del Caste!!ar.=Ped:o de Salves. » 

sus magistrados, descansaban en la segwidad de que no «Seiíor, los infrascritos espaiio!es residentes en esta 

podian experimentar violencia en sus personas, ni ser gra- :iudad de Palermo, penetrados del más verdadero patriovados 

en sus bienes, porque ellos mismos eran los que re- ;ismo, vienen á presentar G V. M. por medio de esta hu - 

gulaban los impuestos y contribuciones necesarias para ailcie reprGsentacion los más cumplidos parabienes por el 

soBtener las cargas del Estado, y aun la fuerza arma- plausible motivo de haber dado concluida la grande obra 

da que era precisa para defenderlo de sus enemigos inte- le 19 Constitucion nacional. 

riores y exteriores; en que una IXputacion semejante á Hallábase casi sumergido el noble y animoso pueblo 

las que hoy ha mandado crear V. N. para todas las pro- :spañql en la consternacion m:lis profunda, cuando V. M. 

vincias cuidaba del Tesoro público, de precaver los frau- mtró R ocupar su espinoso y elevado encargo; y alzardo 

deB de su recaudacion é inversion J de promover la in- entonces su desfigurado semblante hácia tan augusto 

dustria, agricultura,, artes, comercio y todos los ramos =ongreso, clamaba cqn la mayor vehemencia p3r el estade 

la economía civil; en que los oficios municipales, CO- ,!ecirniento de una Constitucion, que aboliendo los sntimo 

puramente temporales, no hacian el patrimonio de 

ciertas familias poderosas, ni era dado el llegar á ellos por 

el favor ni por la intriga, con uitraje del mérito y de la 

virtud; en que ni los negocios más graves y cuantiosos salian 

de la provincia y se terminaban cuando más en tres 

instancias, sin permitir, bsjo ningun pretesto, recurso extraordinario 

que eternizase los litigios ni destruyese la 

resptitable autoridad de la cosa juzgada, que causaba la 

última de sus decisiones ; en que los jueces tenian siempre 

abierto un Tribunal Supremo á quien recurrir y consultar 

las dudas que se les ofreciesen sobre la inteligencia 

de las leyes, y otro especial, que al mismo tiempo enfrenaba 

de tal modo su arbitrariedad y aseguraba el más 

;uos desórdenes de nuestra Monarquía, restituyese al misno 

tiempo á todas las ciases del Estado un nuevo aliento 

?ara rechazar valerosaments los repetidss ataques del ti- 

*ano. La empresa, Seíior, era tan árdua, como las cir- 

:unstancias críticas; pero merced á la Divina Providen- 

Ga, sensible V. M. á los públicos clamores, le ha demos- 

;rado evidentemente que poseía los t,alentos y las virtu- 

Jes necesarias para la fábrica de tamaño edificio. Un amor 

muy acendrado por la Pátria, una reunion de sabiduría 

muy esquisita y de los más vastos conocimientos, y finalmente, 

un valor el más heróico, concurrieron juntamente 

á organizar el cuerpo más compieto de la poIítica. Aparece 

encendida esta antorcha en medio denuestro horizonexacto 

cumplimiento de sus deberes, que si por saborno, te, y al poderoso influjo de su ardiente resprandor, las 

tlcbilidad cí falta de firmeza para arrostrar con todos los tinieblas de la opresion y de !as rancias preocupaciones 

poderes humanos, sin exceptuar los del Trono mismo, y todas se disiparon: el grande carro de las naciones, que 

aun por impericia ú omision culpable se desviaban del ca- con su ordenado y magestuoso curso venia marchando, 

mino de Ia justicia y quebrantaban cualquiera de sus fueres, 

al momento eran denunciados, juzgados y castigados 

con la misma imparcialidad que pudiera serlo el menor de 

viéndola comparecer de improviso, con señales de admiracion 

y respeto párase á contemplarla. 

Libre é independiente el ciudadano español bajo t,an 

los ciudadanos. Todos estos admirables establecimientos felices auspicios; exenta su propiedad y persona del cahan 

sido restituidos y perfeccionsdos por V. M., y han pricho ilimitado de un déspota, ó del yugo severo de un 

suplido los que faltaban, para que su gobierno en todas tirano, encontrará en su amada Pátria, no ya una ma- 

RUS partes fuese cumplido y liberal; en una palabra, Vues- drastra ceíiuda, que le obliga con sus malos tratamientos 

tra Magcstad ha restablecido cuanto habia de bueno y sin- á vivir huérfano en extranjeras naciones, sino una magular 

en este Reino, ha enmendado lo defectuoso y le ha dre tierna, que para estrecharle íntimamente entre su 

dado todo lo demás que tenis que desear. 

seno le prepara los medios más probables de su prosperiiDudar&, 

pues, V. N. que un pueblo que no ha bor- dad venidera. 

rado la memoria del estado dichoso en que vivieron sus A la sombra del magestuoso é incorruptible árbol de 

abuelos, y siempre ha detestado el despotismo, que con la ley, descansará el ciudadano industrioso y pacífico, sin 

una fuerza irresistible le sujetó al abatimiento y humilla- que le asusten más la5 intrigas de un cortesano vil y rar.ion 

general en que en los últimos tiempos yacia con todo tero, ni la codicia ni el ódio del magistrado poderoso; y 

1:1 resto de la Nacion, deja& de hallarse el mBs bien dls- en la armadura impenetrable de los derechos sagrados é 

puesto para abrazar gustosamente la nueva Conatitucion, imprescriptibles con que le adorna la Constitucion naciotan 

análoga á la suya primitiva, para sellarla con su san- nal, se perderán las saetas de la envidia, de la hipocresía 

gre, si fuere menester, y sostenerla contra todos sus ene- y de la arbitrariedad. 

migos con el mismo valor heróico con que arremetió una Impertérrito el guerrero, olvidando la pestífera seada 

y otra vez las inmensas y feroces huestes de Napoleon de la adulacion que en dias fatales distribuia la corona de 

cuando intentaron allanar su capital? Los que observamos !os laureles 6 la cobardía, al vicio y á la ineptitud; conde 

cerca sus sentimkntos, y que no podemos ignorarlos, fiado en la justicia imparcial de una sábia Constitucion, 

Como sus paisanos y conciudadanas, creemos no vernos buscará en el campo de batalla la gloría, el honor y dedefraudados 

en constituirnos garantes de este lisonjerc bidas recompensas: su semblante airado y marcial infun. 

auunCi0 J’ de que todo Aragon bendecirá la mano bien- dirá terror en el pecho de aquel insensato, que seducido 

hechora del restaurador de su amada libertad, luego que por la infame esperanza del robo y del pillage, ha venido 

bajo In proteccion del cielo y de V. M. logre romper la2 á invadir su Pátria y sus derechos, á perturbar su sagracadenas 

que le oprimen en el dia, y poder manifestar la da religion y á destrozar á su amado Bey. Caeránse de 

efusion de su corazon agradecido. 

las manos las armas á estos viles esclavos, á Ia vista del 

entusiasmo con que se arrojarán desde hoy en los comba-

te8 ~68htW Vtiieatbs;g:patri&tii?sa l@oml~, y imta .Q: 

ávido tirano que los arrea y rige, dasde el usurpado sólic 

hd.A%rá: la existencia detantoa lérees que en defanss 

dela Pátria ejercitan%,uirtudes que 61 no conoce ni puede 

g?Máî, envenena. su corazon dellIlctiente

toa derechos rsr8n iguslea parr imbos hemiaf6rios, y se 

exigirán con arreglo 81 aranael que formará. el Consejo, 

y rtunitiri la Begencia con su informe B las Cdrt6s para 

BU aprobacion; los respectivos intere6adoa d sus apoderados 

los eatregar8;n en lrr tesorería general, y conatando su 

entrega, se deepachardn loa titulos por la eecretrría. * 

A continuaoion se aprobd el art. 19, que decia: 

6Art. 19. Ningun dependiente del C&nsejo tendr8 

derecho pur exigir gujee ni ptopinaa, bajo Q ningun 

pretexto. * 

(IAPITIILO 

Dd Ahtt-pCo. 

6Articulo único. Loe conwjeros, secretario6 y aubalterno6 

del Oonaejo quedarin iueerporadoe al Monte-pío 

del Minlsterfo, J se harL en BUI aueldor loe reepotivw 

descuentea. 

Cbdia 18 de Mayode 1812.-=&arirto Perw de Uastro, 

secretario de la comision. B 

Aprobado este artfeulo, aa acardb, 6 propuerta de loa 

Brea. Muñoz Tohero J Argkllee, qae rl aomuxiearse el 

reglrmenta ue previniese qhe el Gensajo de Estado &rraa 

inmediatament en 01 @ereieio de aue fu-r, dbn- 

VI. 

dsse parte á las Wtes eñ adato IM eattwieh ojeo 

eieado. 

Aprobóse tambien la miuuta de decreto presentada por 

la comision de Constitucion ( Wate la wion de 19 de Muyo 

dltiao) en orden á conceder B los Secretarios del DesA 

pacho en propiedad el tratamiento y loa honores de consejero 

de Estado. 

& aaoedió á le mliaitnd del &. ZQCRO,- aorwWa&le 

liemcair paa pum pw un m6a á la isla Be Leon á reatabhcer 

#ll 6aiud. 

- 

Becordb el Sr. Vdlafañe el expediente sobre conflscos 

y secuestros, y deepues de algunae reflexiones sobre ei 

ae preferiria la disaueion de este punto B la de las proposicionee 

de los Sres. Anér y Creue, relativas B suspender 

las sesiones del Congraeo ( Vdats k wion de 18 ti61 paoado), 

eeñald para eeta última el Sr, Presidente la aeaion 

del viernes próximo, por no haberla mañana, segan lo 

acordado. 

& Iarad le de ok dir.

nbuuco 888. 326s 

IMRIO DE SESIONES 

DE LAS 

CORTESCENERALESYEXTRAORDIN 

SEiSION DEL DIA 5DE JUNIO DE 18121 

Para Ir c~mkion de Guerra nantbrd sl &. p&denb 

al Sr. Mwglano, en lagar del Sr. Velamo. 

Pan6 i la cotion da Premioa UU odcio del &ere& 

rio de Haciendr, el cwl, de brdsn de Ir Begencia, roeom-daba 

una solicitud pus Doña Marir de 1a Yarcsd Soler, 

viuda J expatriada de Barcelona, dirigir de& Palma 

da MaUors, inrplomdo la genddad de Ir Nreion en 

virtud de haber sido condenula 6 muerte por loa frrneeeea, 

qniena MI habian apoderado de todon uls bienea 

como noarieta de complicidad en la que Ilsmuoa elloa 

conrpiraeion tramada contra la ceguridrd de la plaza de 

Bareelonr, #gun rpuncio de k &w&, que incluia, do 20 

de Abril de 1811. 

c

cen á un Cuerpo constituyente, suponiendo que solo debian 

limitarse á los asuntos que están señalados para las 

Córtes ordinarias. 

El Sr. VILLAFAÑE: Esta CUeStiOn es inoportuna 

é intempestiva en el din. El Congreso tipne facultades 

para suspender sus sesiones cuando lo tenga por conveniente; 

pero yo creo que solo deba verificarlo cuando haza 

concluido todos los asuutos para que fué convocado. Se 

sabe que hay muchos pendientes, muy graves y muy interesantes, 

cuyo término no es fácil seña!ar: luego sino se 

puede señalar el dia en que concluirk estos trabajos, 

icómo se ha de seña!ar el término de las sesiones, y menos 

la época de la reunion? Por tanto, repito que la proposicion 

es inoportuna é intempestiva 

El Sr. BKEJIA: La proposicion del Sr. Anér tiene dos 

partes. La una dice, que en caso de que las Córtes traten 

de suspender sus sesiones, señalen din en que deban reunirse; 

y la otra, que su reunion sea en calidad de Córtes 

extraordinarias. La razon del Sr. Martinez, eu cuanto 

á la segunda, es conforme á lo que V. N. tiene decre, 

tado: esto es, que aun cuando se cerrasen las seGanes y 

se volviesen á abrir, serian siempre estas Córte3 las mismas, 

porque resultaria lo mismo que ahora se ha acordado, 

que para que trabajen las comisiones no haya sesiones 

los jueves y domingos. Porque la última sesion de la semana 

sea la del sábado y la del Iúnes la primera en la 

eemana siguiente, no por eso se dirá que las Córtes de la 

semana pasada fueron distintas do las de la otra. Pues 

esto es lo mismo; y si se decretase la suspension, seria 

igual á la que pudiera verificarse en uno de aquellos largos 

dias del Polo. Por consiguiente, siendo estas Córtes 

extraordinarias, ni aun se debe decir que cuando se reunan 

hayan de tener esta cualidad de extraordinarias, 

porque aunque yo no dudo que así se aprobaria, seria dar 

márgen d cavilaciones, que aunque erradas, suelen introducir 

la discordia. Así que, la proposicion puede votarse 

por partes. En cuanto á la primera, no se trata de señalar 

dia para la ulterior reunion de Córtes, sino de que esta 

reunion no dependa de nadie, y que así como V. M. tie- 

ne seíialado el dia en que han de reunirse In3 ordinarias 

todos los años, del mismo modo la apertura de las sesiones 

de estas Córtes no ha de depender de nadie sino del 

señalamiento de dia que hagan las mismas antes de sus - 

pender sus sesiones, porque este es UU deber que V. M, 

se impone á sí mismo. Así que, repito que se vote por 

partes la proposicion. 

El Sr. RIBERA: Veo que sin haberse hablado de la 

proposicion, se avanza ya á pedir que se vote. La proposicion 

supone que ha de volver zi reunirse el Congreso; pero 

debemos, por lo mismo que la Nacion se halla en tan criticas 

circunstancias, oir las razones de conveniencia y 

necesidad que hay, porque contra ellas podrán ponerse 

otras que convencerán acaso á los que formen una opinion. 

Discursos elocuentes en que no esté envuelta la razon, 

ni á mí ni á nadie que tenga buen juicio pueden convencer: 

y por eso creo yo que es necesario apelar á la opiniou 

general mAs ilustrada para convencerse de la necesidad 

de cualquiera medida que haya de tomarse El autor de 

la proposicion no nos ha dicho los motivos que le movieron 

6 hacerla, aunque yo creo que serian fundados; pero 

Yo quisiera que se ilustrase la materis ya que su autîr no 

está aquí para hacerlo. Ninguno tuvo dificultad en aseutir 

6 que las Córtcs pwiiesS: El Sr. Ribera 11% deseado saber 

las razonw de utilidad que haga pera que nuevamente se 

abran las sesiones de estas Córtes si se determina que se 

cierren: son tan óbvips , que bastará indicarlas para que 

todos SJ, convenzan. Ea el caso que las Córtes determinen 

cerrar las sesiones, sin duda convendrá que se ejecute 

sn los mese3 del estío, tiempo el menos R propósito 

para discurrir y más expuest,o á la epidemia que se hs 

experimentado en este pueblo, pues hasta aquel tiempo 

no pueden evacuarse los asuntos pendientes. Es bien sabido 

que á la comision de Constitucion se ha remitido por 

las Córtes un asunto de la mayor gravedad; se han pedido 

al Gobierno los antecedentes necesarios para presentarlo 

con la exactitud debida, y seguu las noticias que 

tengo, no podr;in estos pasarse por el Gobierno á la comision 

antes de la época seiIalada. Además, por los artículos 

122, 127 y 128 debe formarse por estas Córtes un 

Reglamanto para el drden interior de las sucesivas, que 

debe comprender el ceremonial con que debe ser recibido 

el Rey en las Córtes, y las formalidades con que será reconocido 

el Príncipe de Astúrias. La Constitucion impone 

á estas Córtes el desempeño de este delicado encargo, 

y es bien constante que no podrá ser formado, discutido 

ni sancionado en tan breve tiempo. 

Entre un sinnúmero de negocios que tocan á las de - 

mRs comisiones, hay muchos que ya se hallan impresos, 

cual es el arreglo de tribunales de justicia y el arreglo de 

la Tesorería mayor y el Tribunal, ó sea Contaduría mayor 

de Cuentas, y es indispensable aprobar del modo que 

parezca á las Córtes estos proyectos antes de suspender 

sus sesiones. No solo estos asuntos reclamen la atencion 

del Congreso; por la Constitucion pertenece á las Córtes 

dar ordenanzas al ejército, armada y milicia en todos los 

ramos que los constituyen. Esta facultad es una verdadera 

obligacion, y ya pesa sobre las Córtes la formacion 

de la constitucion militar, que es tan necesaria, como que 

sin ella jamás tendrá la Nacion ejércitos disciplinados, y 

sin ejercitos disciplinados no puede salvarse la Pátria. 

LOS esfilerzos de nuestras partidas de guerrillas no alcanzan, 

Señor, psra llbsrtar á una sola provincia; sostienen 

en todas las ocupadas por el enemigo el fuego del patriotismo 

, qu3 acaso hubiera decaido sin la presencia y ejemplo 

de estos valientes, quienes, habiéndose ellos mismos 

creado una táctica particular, y organizádose de1 modo 

que la experiencia y los peligros los han enseñado, son 

eiempre vencedores en sus choques con las fuerzas encmigas; 

mas por desgracia en los ejércitos suceda lo contrario, 

siendo igual el patriotismo, el valor y esfuerzo de 

los soldados. Penetradas las f%ri%s de estas verdades, y

xstmmno 688. 3357 

PO pudiendo comprender cbmo nuestrae tropae non, cas: i : manoe est4n aonclaidos? Mas: &ay alguno que pueda @aIsiempre 

vencadaras en las aCciones en que influye prin- . , cular el tiempo que se necesita pura conoluirlos, siendo 

cipalmente el valor individual y casi siempre vencidae 1, 1 todos euB1 mgs, ca81 menoe intereeaptfsimon el bien de la 

BR las acciones en grande, preguntaron el Consejo de I : P&tria? No se alegue tampoco el temor de 1s epidemia, 

Begewia, que al intento habia formado ena junta de porque el bien general es preferible 6 la conveniencia de 

militares del mayor crédito, cu6les erIw las causae de : 1 los Diputados, que tienen obligaeioo de saclrfflcar su6 inun 

fendmeno militar que los pueblosno poeas aveces atri- 1 kwsee y su vida á, la honrosa condarieu qwe han heoho de 

buian 6 oculto manejo de la perfidia;, en la. reepoeeta ee t tilos sue eonciirdedanos. Que se ruependan las aesion’es si 

rdmird m6s de que ‘la Nacion hubieee podido re&ietir haa- I A tiene por conveniente pera dar algun deeahsgo 6 los 

ta edon~~, que no el que hubiese experinientade tantou 1 %putadow,‘enharabuenr; pero veairee con temores, es imrevww, 

y 86 hizo una larga: enumeracion de canara que I ?r~oplo de hombres L quienes Ia Necion ha aonflsdo sue 

motivaban les deegracias coontfnuee, dando eeperanzae de i nterases. Los que dan pero 4 este raeon, iqué dtian del 

remediarlas; pero las deegraciee’han continuado y conti- ddado que por temor de la muerte, de la intemperie y 

nuarán haate que ee forme par las Córtee la constitncion : le los riesgoe ee retirasé abandonando eu puesto y SUS 

militar, que uniforme t&es las divisionesdel ejercito, eus 1 banderae? Pues que, ies menas la obligaeion de los que 

movimientos y operaciones, que restablezca el órden en e etamas aquf? Ei Gobierno tomar& en cae0 nscesario, tola 

Haciende, y que no lloren y se quejen los pueblos de d las las.medidas oportunas para evitar este mal; pero si 

que contribuyen aun más de lo que podian consumir lae F wdeagracia sucediere, habremos oumplido muriendo en 

tropas, y estas se hallen desnudas y hambrientae. La Be- 11’pneet.o que ae nos ha señalado. Pero vamos 6 loe asungencia 

ha reconooido la necesidad de que se forme dioha t oa pendientee: que loe hay, nadie pnede negeala; pero es: 

eonetitucion militar; la ha reeonoaida la junta de gene- tl oy viendo que 6 loe que Mean que se cierren ãs sesloralee, 

y lee Córtea han: comeneado B tomar conocimiento ll wy pre6enden que no vuelvan d abrirse lesimporta muy 

de este asunto tan importante; y 10 ee tanto, señor, que P loco que ae eoneiuyan, es de&, que Iáe impertir muy 

esa IllrGion que intenta eeclavizarnos, eselava ya eIla de loeo que,18 Oonfa-tftaaion se plantee, que ae’ 6rganicI el 

un tireno, comenzó~la guerra por la fornweion de la cane* : Gobierno y’ @se se eojen loe ffutos’de los muchas desvelos 

tihacion militar: mole ee evidente que no puede ser forma- 9 y afwaeer dei Congreso. Sf, Señor, 6 cebos lee importa muy 

da haeta el vereno, y que ai se cierran laa seeionee ser& P KWO, y 8an eentitia qus ee hayan jnntado las Cditas. 

precieo abrirles de nuevo para esneionarh, sin la cual ns 1 )eelareee, puee, alma: que han de reuniree; y despues so 

habrá ejércitos disciplinados, y sin estoe no tendremoe t ratarkde si ee han de cerrar, lo cual peada de’noa pro- 

Ptîtris en donde plantear la OonstltueCon.del Estado, Y F losiolon del Sr. @ens. Pere aoncret6ndome 4 la del aeesta. 

ea la última razon que obliga 5 deeretrw que de nue- íj ior Anér, ureo que debe aprobaree’hipotetieamente oomo 

va abran eus sesionee:estre Córtea. Si se determina que e otá extendida. Se eupone que Iae protinaiae extrañarbu 

SB cierren, ide qué sirve haber formado la Conetitucion, 9 [ne psrmakeeaahoe’r8aàid~ tanW%empa; lo qae extrasi 

no se plantea? 6 Y cómo ha de plantearse, ei el mismo íj iarAn lae provincias es que no conolugamoa lo que h* 

arquitecto que ha hecho el edifloio no toma todae lae pro- m no8 empezado, y qas las dejemos sumergidas en los ‘abuvidencias 

convenientes para conservarlo? iQuién ha de a 08 que haeta ahora lee han abrumado. Eco dirian Iae 

resolver les dudas que se ofrewan en Ia ejecucion de lar E wovinoiae R ae consulteeen, preseindieudo de austro indiqoeicionee 

aonstitueionales? t Quién se ha de intereear t rigantw qae temen les reformes y prounrerk ~eitrrvier 1s 

más en que ee.lleven 6 efecto? 

a ,pinion. De mi provincia puedo decir que aeabau de lle- 

Señor, la historia de la Pecado enseña Qi loa legielado- e pr unol cuantos augetos que aseguran que aunque por 

res la conduote qae deben tener en la presente: ademis, 1 rlli entienden muy poco lo que son 06rtee, eonflao no 

el estado critico de la Nacion exige cari la permanencia C bbstente en ellae J eetan may oontentoe con lo qae van 

del Cuerpo legislativo ; sin 61 la Begencia no podrá pro- 1 rienda, pues esperan que han de eeger el fruto de nueuveer 

en loe caeoe que ocurran, 6 no ser que usurpe 6 ae le t ;roe trebajoe. Con esto, que ee muy cierto, &aGjee eecomunique 

todo el poder, lo que ewia quebrantm la ley t rrin lae provinoiee de extrañar qae si ahora ae derran 

constitucional, todo lo cual exige qae el ee ‘cierran por 1 ae eeeionou ee vuelvan 6 abrir? Tampoao lee puede inaoalgun 

tiempo las eesionee deben deepues abriree para 1 zwdac el gasto, porque acoetumbredae á ver qae en un 

plantear la Conetitueion, oonstitair loa ej&citos, evacuar c lia ee gaeteba más, y con muaha menor utilidad que lo 

los asuntoe pendientes y atender con lee facultades pro- ’ ( pe gastan en an silo las Córtes (que 5 la verdad 08 tHen 

pias de lae CMee 4 lae neoeeidadee de la Pátria. poco), darlln por bien empleado eee mezquino eoete por 

El Sr. QARCIA EERRBR09: SeRor, la impoI%eUtie Iae ventajas que han de resaltarles, lee aa&e, en todae 

de esta proposicion y la neceeidad de aproberla ee ,fundan ~ae partee donde no anden laa intriges de loe enemigoe de 

en la sorpecha que hay de que eprobada la primera per& Irs OMee, ee conocen bi8n 6 las olarae. En eete sapaeela 

segunda se reprobaria. Beta sospecha que hay en mn- to, gcómo M atreve nadie 4 indicar que lar provineiae ee 

choe (s yo uno de ellos) me hace insiotir en que 10 vok reseatirSn de que ee vuelvan á reunir les Córter? SI fuera 

sin eepararla,. y lo que me inspira eemejau-te reoelo es ha. posible pregantireelo, lo veríamos. Buena pruebe een de 

ber notado que los que manifiestan interés en que Se Cier. ello lae continuar, feficitacionee qae han vrnído y estAn 

ron las sesiones no manifiestan el mismo pare qae M viniendo de varias partes. Deeenga&nooos; 5 lau previavuelvan 

6 &ir. LM espreeiones del Sr. Ribera me bar cias no puede menoe de agradarles que haya Wrtees aanconfirmado 

en que lo que algunos quieren ee que a que lee coetaeen cien vetee II&, porque rl cra értae 

apr~e~~~ la primera parte J no ee trate de la segnnda lw han de indemnizar eobradamente con qnQe&e de enpee 

tia m diseas ha rodado sobre Ib necesidad d aime tmtwcugas como bu abraama. W lo qua lee 

que sin. expomr grand@ motivos no vuelves i abrirse Ia incomodar6 será el que loe: Mpatadoe Wgen deketewy 

seèioner. Pero, Jignora el señor preopiaan@ que au* fa1 DO campbn todoe con eaedoberee, porque al flnaea homta 

mueho pus concluir los grandes aeuntof~ pare que he bree y ee indiepeneable que tengan f&ae. Por, filtIme; mi 

-am,eido mod mido ahora ri BR 10 eQC&vQ Y~JII diotimen BI que ee apruebe:la propoeielea 4wera tin ved& 

otrwr:nr(r; perq :&td que hey en ia rokulidad en@ tarlqwr po(#, f dn ‘arbns ueti preteaw ni (109“Pt91 

SU

-- ----~- 

3258 5 DTP JUXIO DE 181% 

vineias; yo, á nombre de lo mia, pido que se vote inme& 

diatamente y no ee dé-motivo á sospechar que haya en el 

Congreso Diputados qse se opongan 6 que se plantee la 

collstituaiQn. 

El Sr. ZORRAQUXE: Señor, no puedo menos de 

aplaudir la exeitacion que ha hecho el Sr. Ribera con objeto 

á que le maniâesten todas las razones de convenoímiento 

que pueda haber para que en el cazo de que 

se cierren las seeionez se. hayan de abrir nuevamente en 

dia determinado que ee señale. Sin .la explieacion que se 

exige no quedaria bien ilustrada la materia; y aunque en 

mi opinioa no puede darse cosa más jueta y necesaria, sin 

embargo, creo conveniente que la Nacion toda sepa el 

fundamento de la resolueion que ha de tomarse. Este señor 

Diputado y todo el Congreso no pueden ignorar que 

est6n pendientes asuntos sumamente urgsutes, los cual86 

no se pueden conoluir en breves dias, ni tampoco dejar 

para las Córtes ordinarias; porque, como ha dicho el señor 

Oliveros, hasta determinarlos no tendris efecto la 

Constitucion, y para mí ee de 1~6s estrecha obligacion de 

las Cdrtes poner aquella en ejecucion, que el haberla sancionado; 

nada se habria hecho si nos aontentásemos con 

haber dado la ley, y luego descuidásemos de llevarla B 

efe&; ahora empieza el principal trabajo con que realmente 

se ha de llevar al cabo el sistsms establecido; J ei 

V. Y. no se afsns .y emplea todos BUS anidados en que se 

plantee la Constitueion, Ia Nacion podr4 reconvenirle de 

que no ha cumplido con zu mkion; seria, pues, muy ridículo 

que una Constitucion, que el el ancla de toda 1s 

Nacion, y que se .he hecho á eostta de tantoer aftiee y 

contradicoioaes, EB dejase de poner en ejecucion por temor 

de hablillas ridiculae. 

Si pues el Sr. Ribera sabe, y á toda Ir Nseion cossta, 

qae hay astmtos urgentísimos que tratar, cuales son, 

entre otros, el arreglo de la parte judicial, sin lo oual ea 

imposible que ae lleve á efecto lo sancionado aceres de la 

administracion de justicia; otro el del Tribnnal Supremo 

de 8str, el cual hs de principiar 6 ejercer eue funciones 

COn arr%10 d Ia Conetitueion; el de Teeorerfa general y 

deeignaoion de recureos para atender á las necesidades del 

dis y otroe, es imposible que el Sr. Ribera deje de persuadirse, 

y 00x1 razan, que en el caso de cerrar las Córtes 

SUS sesiones, eegun se eoliaita, será; indispensable y de 

precies obligacion el reunirse en tiempiJ determinado 6 continuar 

y conclair los trabajos que le son privativos. No ee 

wea que con de esta clase todos los asuntos que hay pendientes 

en el Congreso; hay muchos que pueden admitir 

dilacioo J dejarse ,ein grande riesgo para las próximas 

C6rt8s. Pero todos aquellos quetienen relacion inmediata 

con la Conetitneion, 6 por mejor decir, sin cuya determinacion 

no pueda esta realizarse, no es prudente dilatarlos; 

y por el contrario seria no llenar el encargo que ee ha 

puesto B nneetro euidado, porque B estas Cdrtes oorresponde 

el proaurer no qnede expuesta 18 Nacion á una 

anarquía, como habria de suceder indispensablemente Si 

Wte de las nuevas instituciones se realizase, y parte no. 

cuando se acordó que las Córtes pudieesn cerrar eu 

s8aionea, pero no dieolverse, no se tratd como indica el 

Sr. ubera, de que desde luego se hubiesen de cerrar lse 

sedones, que¿ken 6 no por concluir algunos negocios relativos 

6 1s ~oWituoion: se tratb de que al mismo tiempo 

.qu* se eontnreetaaen laa hablillas é imputaciones que se 

haeian 6 los Diputados por suponerles deesos de perpetuidad, 

se evfdeneiase que era imposible qua estas Cbrtes se 

dM~~n 6 conoluyesen en loe tirminoe quealgunoe habk 

deseado; @XI 8% quedando inhabilitados loe Diputadas 

Pu8 TO~VWMB i TM@ @uando lo erigieee laaw&jrd 

r el bien de la Naeion: entonces se demostrb que PO oon l . 

Tiene, ni la Constitucion permite, que la Naoion exista sin 

luerpo legislativo, sino reunido, al menos con fscilidad. 

le reunirse inmediatamente en los casos que ella misma 

leñala, y entonces se hizo ver igualmente qua adem& de 

jatas precauciones, sancionadas en la Constitucion, era 

leaesario tomar otras. en el dia, puez que las circunstsn- 

Gas variaban inff nito y exigian una particular atencion y 

nedidas eflcacíeimas. Este fué el objeto de aquella diecu- 

Iion, y aef se debe entender la resolucion coneiguiente d 

sIla, y contraria ti los deseos poco juatos de muchoe. 

Debe considerarse en apoyo de la propoeioion que se 

Gente, que la Constitucion dispone que de unas Córtes 

ordinarias á otras no hayan de intermediar cuando más 

3ino ocho meses: supone la Constitucion que ea imposiale 

subsista el sistema que ella describe sin la inmediata 

y anual reunion de las Córtes ordinarias, además de las 

extraordinarias que puedan ofrecerse: y cuando esto ee 

letermina para tiempos de tranquilidad, y para cuando la 

Pierna Constitucion haya tenido efecto en todas sue par- 

LS, ipodrá persuadirse nadie que al presente hayamos de 

~rmitir que pase mucho más de un año sin la erietenb 

Ga de Córtes, 6 abandonando á la suerte 6 á la mala vo- 

.nntad el complemente de todas nueetras fatigas? No, Se i 

Sor, no es dable que V. M. consienta en eetos dos pelic 

psosextremos, que habrin de resultar indudablemsnte 

ti se cerrasen como se pretende las sesiones, .y no se -determinase 

que hayan de continuarse en el dia que se aeáale 

desde luego. 

Se ha ponderado el disgusto que recibirán las provio - 

?ias de que se continúen las sesiones de estas Córtes, y 

lue reclamarán el gravámen que aelaer infiere con el pago 

ie las asignaciones de sus Diputadoe; pero en cuanto 6 lo 

@mero, ya ha manifestado el Sr. García Herreros los beseficios 

que reciben Ias provincias con la existencia de 

Ias Córtes; y es innegable que además de conocerlos y 

eonfeearlos todae las provincias, lo que estas desean es, 

que se realicen las disposiciones acordadas por el Congre- 

JO, y que no se omita medio que pueda contribuir á ello; 

ae suerte, que más parece un testimonio contra la intencion 

de las provinciae, que una manifestacion de sus deseos. 

En cuanto d lo segundo, ademáa de ser bien notorio 

que el cargo de Diputado no proporciona sino disgustos, 

privaciones y miserias, ea menester haber olvidado lo que 

acaba de sancionar V. M. acerca de las dietas de los Diputados 

que han de concurrir 5, las prdximas Córtes ordinarias, 

d los ouales 88 da derecho de percibir sus aeignaciones 

deade que se presenten á la Dipntacion permanente 

de Córtes hasta que hayan cumplido enteramente 

su diputaaion; de suerte, que aun en el intermedio de sus 

reuuionee habrán de diafrutarlae; conaiderándosa esto rn& 

ventajoso para la Nacion, que de otro modo habria de aatisfacer 

los gastos de viajes y extraordinarias ocurrencias, 

que importarian ac8so macho m& que las dietas. Fuera 

de que ni el Sr. Ribera ignora ni se oculta á nadie, el 

retraso son que todos los Diputados cobran en la actualidad, 

pues serin pocos los que no tengan un año de 

atraso. 

Por todo, soy de opinion de que se vote y apruebe toda 

la proposicion segun está. 

El Sr. ARGuELLE~: A peesr que el Sr. GarciaHetrero 

y el último señor preopinsnte han puesto tan clrrs 

ia cuestion que no dejan nada que desear, y que supongo 

al Congreso perfectamente ilustrado, todavía me quedan 

algunos escrúpulos, que manifestaré con toda libertad. Me 

ha 1Iamado mucho lo atencion el giro queuno de mis digaos 

oompañãwos ha dado al debate; y como yo wapeto ~sl

6ílhmRo 68a. 8262 

tnl j@o’Jau .opiiíiotieni dá-Woa lolr hombros, razon serd 

qw ye expf?~&a hv ~li8, y me hagacargo de la de este se. 

ño? Di@utado oon 3a misma fkanqneea que él lo ha hecho, 

hagande mí eljllici0 que BB quiára por 8qWh qUe 80 

tiei@n su decision. al exámen de las razones en que 8~ 

ftmd8P hdiot81Wnee, (38 ha insinuado por algunos señorea 

cuáles pueden f#er lasrazones @K?ip81I3S para snepen. 

der ias sesiones, y enependidas volver Iss Cbrtea á reunime. 

Loe señorea preopinantea eolo lae han indicado, y 

yo hubiera deserdo que descandiesen 6 pormenores, porque 

en materias de tante trascendencia nada SObr8; mu- 

chc nkÚa tusado el Sr. Ribera ha provocado Ir disCosion 

de ésa compañeroe, cuando hr dicho que de modo ninguno 

88 podia acstener esta propoeioion, ein que 89 manifeetasen 

laa muchae y grandea raEones que ere pwoiso hubiese 

psrs una reeolucien como ents, tanto mbs que no 

era solo BU objeto 81 que lae qese ei público que asiste d 

ias sesiones, sino que ‘deseaba que eestas miektaa razonem 

pnsna0P ls les provincias p&ra e0nYeec0rl88, pues si no, loa 

Diputado8 se llenarisn de oprobio por haber resuelto que 

lae %órtea no se disolviesen hasta Ir reunion de j lae pr& 

ximas. Notable 8s producfrae de eeta inanera y-notable dei 

bb ew tantbien el modo de eatiefaaer á reta manera de 

opinar. * .. ., ‘j ,. 

La Uoustitm?ien; &flor, :ha debido terminar y hs ter~ 

miuado 18 I!evOluCiOn e8paÍi~8 bsjo de uu wpwto. La nocesidad 

de repeler af enemigo, Ji reoobrar B-auestro inocente 

y cantiw Rky, le he dedo origen. Mía para consefvar 

el entusiasmo, interesar & ioor *pueblo8 en la lucha; de 

mmera que no destiyasCa dolt ks rcndm 6 fnevitr&les 

infortunioril de una guerra de esti espeCie, er&~ieoecnvenCerlo 

que Brta f4acriflaioe tendrian el mi3recido premio 

en la suspirada libertad, aflsnzbn&Ia de manera que jrmás 

volviera 6 perderse por los infam88 medios con que 

se 1~s habia csel&zado. La Uonstitncion ha tCrminado en 

da p&e b rev~hcimt, fijando 108 ifmit& de nuestra li- 

.3xwtad .pdíbiea i civil, y lekmtahdo~ una berrera impsmetmble 

contra lari extrrvíoe.deIr opiaion, t~~~peligrosos 

en tismpoe como4os’aattáalCu. Haber diferido eeta gran- 

‘de. obraprs más adelmte, hubieri; odmprometido irremi= 

siblemente naexitra libertad, dejándola pendieuta de loe capri&a~ 

Imf&s principios 6 8iuiestrae miraa&‘los enemi- 

-80s del bien púbhao, y ‘aebre Wo, de la suerte de husar- 

‘mas, +at3 aunha 3í triunfen, pueden tal ve4 soatener ir 

libertad sí Ia hnllen eetabkcida; pero es muy diffCi1, uino 

imposible, que Wpuesde haber proepkrado bajw el regimm 

arbitrario ds un .ffobierne puramente militar, ee 

de@sadsn de su influjo y poder pirrrr abrir Bampo 6 la 

&&tad;-Ibte feubmeno, BeSor, no quiero oree@ que ee- 

.~v~s twmado psrr ‘noeetroe. Terminada, psecí, Irr re- 

~olncion en Cu8ntu 6- que hemor ‘de ser librear; y Iri modo 

-0 ha de estw a&rnzada y protegiti Ir Uertad, parecia 

que, 91 Wtgrese hubiese. ~Cowhdd~ EM tarew; y IW 

&&o p.peaasnriaa 8118 dehber8áonCs fueire CUnVcnkmte 

qne RB d&oltiwe..2L~~raronBa -por‘91~4 no. ae dwMt6 

48 &&&&a& y&djk&f~ coti i& libertad-f 

pub&$dba quesas.h& heche.eiempre en eI Congreso Y 

enbnm hubiera sidarsporttrno qU8 81 seãOr PteopinsP- 

.k hati provocCd0~ OkCS M@ntw, Ef k6 ale@ 110 

le&i~mm; noahottt,~ NO ptiemdo piW lUmie1~t8- 

ceCr su impugnacion sobre un pULIto dsekbdo por 1~ 

4xte8, wptaceo c0n-J~ nla - 4.18 cw&ion 

que & d@cpj$ c?O!da &8 BP UU8 prOpoSidOU hboté- 

&‘8. !$ J+% @5- -ta8aelveP suspender eCs BBhnes, 8cñalen 

antepI &a ti que deban abrirlae. La SuspeliaiOu no 

,&& d&dj&, ni se pu& decidir Sin refJohICiOnes préviae. 

JJ~ da eltwe% in&nwi;dacjsion de pus ae han de val- 

vet á aontiuuar ratea de la tertpion de I~III prdximw cldrtea. 

He dicho ya ‘por que ésta resolucion debe ser Pr&%, 

y ahora añado que hay gran peligro en io contrario, pues 

Conseguida la suspension, seria muy fácil ee negase la 

apertura de las sesiones. Este recelo nace del modo Como 

se insiete y discute este punto por varios señores, y la 

coincidencia que yo advierto con la opinion de Vnrim 

personas, cuyo sistema me ee bien conocido. Y de tal 

modo ha influido en mi el todo de este debate, que he reformado 

mi opinion, y ahora me resisto absolutamente á 

que se resuelva la euspensíon sin examinar rntes con 

mucho deknimiento el estado de la Nacían con respecto á 

18 permanencia del Congreso. iPArá este mirar con indiferencik 

que BU obra 88 plantee 6 no por la autoridad 

encnrgada de ponerla en efecucion? Véamoelo, y de ciio 

sacar6 yo iasrrrzones que el Sr. Bibera.dases, y parcoe uo 

ha encontrado tod@vía entie 1~ alegadns por laa señoree 

preopinantea. No siendo materia de disputa para ningun 

español que desea 8er libre el que la autoridad ‘soberana 

no puede ejercerrae por uno ó pocos hombres eolamente, 

ciare está que es iodis&msable Ia cooperacion de loe~cásrpos 

entre quienea esti disttibnido su ejercicio. EL que 

quiera salvar & 18 Nwion de otra muiem~ querr6 abaurdos, 

y ye no-me deja alucínar por la doctrina de áquchos 

que @olo Ve& el buen elrifo de nue&ra Iuchti en emt&&er 

el poder 8bs&uto para que baga ~por $k soto! esa eurpCeie 

de ~I&@O, que tOdatf8 ‘no ?88 áwho e% niZt@uW: parti‘ 

hw C6rtes; 8nteer -de segiarhme, ne&iitan ver -plOateadS 

su obre; y deapues observar ckm mucho anidado et!&w- 

to que prodwe. Para lo $rimsro tienen @ICF coimurrir.~co~ 

su autoridad, sin que sea poeib dispensar eu ‘Cooperad 

cIon Tedwfa Bo eetd del todo establecido el Gobiétno; de 

BL solo hay narrrbrrdorilc# irwi~aor dei-la Regen*. Y 

11110 de ellos, d pesar de que van étides &wde-&&m 

mese8 despuwde la eleoeion, crbn no ha entrado ,ee’ ejbrtiaio 

i cauua de hrllarw nièr8 del Wno, probsbI8mentb 

por razone8 que &ia emburge de p las ignoro; d&o~a~poner 

‘qua eef&n ti gran pew. 8u v88ida $n16& influir 

grandemente en lo8 planes del Gobieruo, ya porqae compuesto 

eete h&ste rhon denúmeropu, taI ves en las ómriones 

en que’se dividan loe.parecereaj abserrará el mékdo 

de n6 tomar r&iok&nes definitivas, ya porqué sifunw 

de ehae, y actio he’ mdr importautm, pead& 

rbaolutameiW de 48 llega& dsl Ragwte. %a w-por 

ma ley ha dietribaido y Clsoibado en siete :-os 

ndos loa negocioir del Gobierno. Hasti el día W,os.eedw- 

+ban eolo por tres 8ecrCtarice del Deepacho, en los cua- 

.88 ne h8Um acumuladu lo8 rrantorr que laa odrtcw crepeton 

exiglen toda lart0noion,~diligewi8 y actihigd da 

bete índlvíduaa Y cB0 que @un observo qus,loa tres &- 

wetarioa del.Desprcho tienen 1r:ealidad de’inberinos, eir- 

:arrPrtrneia que por ri xíoh~ M opone 4 que. BZL ‘minMeri0 

pueda deaplegrr can’ aeegaridad~~~dsrembar~ tu& ei 

statema de energfa y itrmea’Qner~quíere & aituacien en 

que na hrllaínea, El ConEejo dc zedada, e9;yo dict$mcn &e 

BXi@ tJlt~V&FíOS Cl@08 m i8 t.bl@im-y8P $%& h ds 

tm8oandencia y grsvedad por Iw @Uca y la prudenaia, 

io tstá todavi 0%~ sjetciai0. &t. fhpremo Tribunal de Jw 

ticia, qw forma el nudo qus ha ‘QBstG Ir cromplisrdr 

ramí&u?ios de nuestro rirtsma jkdieial, w, arolollo ril há 

inetalado, eiso que ni aus 88 hsn t48gido *UI kdíitidaan, 

Ahora bieu, Se&r, si toda8 WWI. put*r-:&mib~ 6 h 

forma del ctobierno qna IUIS ba do~di&@-se hallan Wavi8porznon&r,~f%mo 

podrásepemmf el 4hkgrweein 

okwrvar u¡tea-sf rssaktado-de ãll $juego, fr UIDO& y 

progresoe de su accion? &Para W 18 Im@ddad de au 

permanenei8 se aecmik prir que wnthio~aOmun? ib

6 pllmnlto Dm 181% 

- : ‘ 

profin~iau titdn amo pobiadas de iwwnmtwt PUS que in que lmbia de oeupsree. Lo absurdo de eemejaxte plan 

dndhs que 88 convencerán tal vst mejor que uosetw en medio de una inamrecaion tan universal, ee segurade 

I@M verdades? planteado ya el Gcobierno, aogun Pm* mente el verdadero motivo de no habersedesplegado. Xdae 

viene la Conatitucion, veamo si todavía es necesaria la jamh se ha renunciado á él; prueba de ello son loa concooperacion 

de las Córtas ante8 de suspender sus asionee. tínuos ataques contra la autoridad del Congreso, dados y 

Ic ,Gobierno tendrá derecho & reclamar oontra una ae- repetidos por cuerpos y particulares bajo tantae formlp1 y 

paracion poco meditada, que atándole de piea I manos, disfraces, y en ocasiones tan diferentes. Desconcertados 

le deja a~puesto á todos loa inconvenientes de un verda- tantas vetea cuantaa intentaron realizarle, volvieron todm 

dero abandono. El arreglo de Tesorería y Contaduría ma- BU atencion hbia la disolucion del (3ongreeo, idea que 80 

yor de Cuentas; el ramo de Hacienda del ejército y la com- procuró promover y propagar por todas partee. Y BD. ella 

pbia organitacion de eate, L9on operacionw á que el COu- he visto reunidos, acaso sin haberse concertado de antegreso 

debe contribuir legislativamenta sin que pWda ax- mano, 6 cuantoa BO oponen á nuestra libertad. Las CMrtes 

cuaanie su aancion en ningun caso. 

son f3u enemigo comun, y montra ellas ae conjuran todos, 

La Regencia ha presentado al Congreso diferentes 8 pesar da que BUS I.&U son bien diferenh. Disuelto el 

proyectos da lamayor importancia, loe

nMER0 582. 32t31.- 

que se merece. Es una miserable y ridícula aupercherfa de 

los que hasta ahora no han dado á la Nacion otra prueba 

de desear su independencia y libertad, sino la escandalosa 

lucha que han promovido y fomentado por conservar 

sus empleos y su mando, á la manera que le hayan 

ejercido en tiempos para SUE intereses mbs felices. Y en 

todo caso, no son ellos los que tienen derecho B contender 

en punto de desprendimiento y rectas miras con los Diputados. 

Concluyo, Señor, llamando la atencion de los C6rtes 

con una observacion muy notable. Cudles puedan ser 

las consecuencias de la suspension de las sesiones, dígalo, 

entre otros indicios, la opinion de UD periódico que se 

imprime en país extranjero. Hablando de las Córtes, ha 

dicho, con la anticipacion que acostumbra en su estilo de 

precursor de sucesos adversos, que estas deben, no solo 

disolverse, sino que no debe quedar ni aun Diputacion 

permanente. Si el Congreso, al ver el funesto plan de los 

que pueden dirig’r aquel incendiario papel, y los horribles 

males que ha acarreado B todos los españoles, considera 

todavia poco significativa y digna de atencion esta reserva, 

á lo menos tendré el consuelo de no entrar en el nú- 

mero de aquellos que se obstinan en no desengañarse hasta 

que el daño viene á convencerlos de que ya no tiene 

remedio. Creo haber acumulado razones de bastante peso 

para fundar las opiniones de los que nos oponemos B que 

se deje á la Nacion sin representacion nacional mientras 

no se haya proveido convenientemente á sus necesidades, 

y por ellas me parece que las provin’cias, esto es, que la 

Nacion, hallar& justificada la conducta de sus Diputados 

para que no les cubra de oprobio la resolucion de no disolverse 

el Congreso hasta la reunion de les prbximas 

Cbrtes. Puntos que principalmente deseaba el Sr. Ribera 

se ilustrasen, no solo para el público que asiste á las 

sesiones, sino tambien para el que se halla en las provincias. 

D 

Declarbse 81 punto SUflCi8nt8m8nte discutido, y puesta 

6 votacion la proposicion fué aprobada, menos la cláusula 

(en calidad de extraordinariss,o sobre la cual se resolvió 

que no habia lugar Q votar. 

Se levantó la sesion. 

.

SESION DEL DIA 6 DE JUNIO DE .lili. - ‘. , 

Las Cbrbe tBaAd¿lroA insertar MereI y don todas 8ua 

fl?lAM, 0Il @Ste Dioria, la siguiente mpre#ent&on, que 

ogeru~~ 6011 particular agrado : 

aSeñor, el presidente y comunidad del commt~ do 

San Fmneko de la Real iala de Leon, que tuvo la dicha 

de preeencirr la augusta y deseada iustalaeiou de V. M., 

y de asistir á muchaa de eua primeras sesiones, tiene hoy 

la gloria de felicitarle por la conoiusion y publieacion de 

nna&ra Conatitucion política, de eeta obra en que al paso 

que 88 delinean con admirable sabiduría y prudencia loe 

dereahos y lata obligaciones de los iadioíduoa del Reino, ae 

da con iiuatrada piedad 6 nuestra santa Religion eatóhoa 

eI lugar que le ha correspondido siempre en España desde 

la Monarquía $ods, declarándola como la única del Estado, 

y oomprometiéndose V. Y. B oonservarla y protejerla 

por leyes sabias y justas. 

Señor, nosotcoa, cuyo instituto ea obedecer y enseñsr 

i obedecer de palabra y con el ejemplo, 8eremos loa 

primeros BA .cumpUr hasta los ápicea de esta ley funda- 

mental del Reino, aprovechándonoe de la doctrina de la 

Beligion para inspirar pública y privadamente el mayor 

reapeto y veneracion tS e&e apoyo de la libertad nacional, 

disipando las cavilaciones de loe que muestran intetéa en 

prolongar la pailada esclavitud. .; 

Entre tanto, rogamos’ á DiO6 Nu&PO señor por la 

prosperidad de V. M. y por 81 acierto ~II 8~ deliberaciones. 

Real idade Leon, 3 de Junio de 1812.==&ñ0~.~ 

pr, &&adop Morenv, Preaideate.==Fr, Franeieco Sanohez 

do la oampa, vicario.==Fr. José RO~BPO, diwreto.e. 

pr. Martin Morquecho, discreto.-Fr. 

dirrsto., 

.: 

bferno de haberse aumentado. & plrraa de bogadores en 

las cano- de las ribera8 de San Juan y Santa Uaria,. con 

ellaeldo de 10 peaos mensaalcs y raaion diaria, por .Ioa 

motivos que er) exprerw ea - ei~ enp&?iente promovido por 

el comandante y administradw del-puerto de &rnandina 

de la isla Amalia en dicha provincia, del cud womprPa 

copia, que igualmente incluia en su oficio ei referido eicargado. 

” 

Sc3 ley6 por tercera vez el diotimen de la eomiaion de 

JPeticia aoerca de que 88 aclare el sentido do la pragmátiea 

del año de 1803, sobre disenwa matrimoniales, et+ 

de que se di6 cuentu en Ias eeeianee de ll de Mayo últi - 

mo y 5 de este mee, y 88 acordó au discueion para luego 

deapuea de concluida la del asunto do oonfterroe y WU~Btras. 

Dicho dictámen es como sigue: 

*Señor, D. Eulogio del Boaal y D. Jos4 Maria de Lila, 

vecinoa de eata ciudad, han representado á V. M. para 

que ae declare el watido de la pragmátiaa-sanaion de 28 

de Abril de 1803 sobre la lieen+a de loe padrea, que por 

ella ae exige, para que los hijos menorea de 26 añoe pusdan 

contraer matrimonio, y el modo de suplirla para ka 

autoridad- que señala, ertendiéndw el primero ,á pedir 

que fnterin V. M. reeueive raobre este punto, quede en 

suspenso 18 habilitacion dada por el regsnte de eeta Audiencia 

en favor de su hija. 

_. Aspiran en .su solicitud i que V. M. euprima laa 

cláusulas de dicha pragm&ica que contienen el modo de 

suplir el dioenao de loa padrea, oomo opuestae d las ante- 

Franciscodel POZO, riores, en que se lea aatoriza tan ilimitadamente .+,qnw 

su tenor literal nadie lea puede rsquerir aobre ti. eausas 

que hayan tcrnido para ello, y por opuesta+s :;tunbien al 

buen drden de las familias, comprobknddo todo con el 

gravámes qw les ~rwulta on 8ua ca8os respectivea, no 

pudiendo el juez que habilita conocer los perjui&a que 

caaaa# ni entewre de laa motivos de la denogauioa, que 

i vow eón de td mtnrrlew, qw 44 w retorve wnmim

-. 

SM4 

6 DB J’UBHQ DB;lSl% 

el honor de las familias, 15 de aquellos que sin poderse damentos en que apoya la necesidad de que V. M. se sird 

probar son ciertos, y producirian la ruina de loa hijos. va reformarlos. 

La comision de Justicia conoce que mientras subsista 

dicha pragmática nada tiene V. Ik$ que hacer on, los, dos 

casos referidos; pero se he persuadido que las Clá.usulaa 

reclamadas J otras que oontiene, mez8cen reformare3 si 

han de corregirse los perjuicios que obligaron á los Consejos 

de Oastilla é Indiaa á consultarla. 

Tres puntos esenciales contiene la pragmbtica: 

Primero. Que loe hijos de familia menores de 25 tios, 

y las hijas menores de 23, 6 cualesquiera clase de estados 

que pertenezcan, no puedan contraer matrimonio sin 

licencia de sus padres, quienes en caso de resistir la que 

anahijos 6 hiias i-en, M o8taGián mbkadoa. á dar 

la nzar, nå expEic*F 14 bsn* .drsu rosiatUãjll0 Bisenso; 

legundp. Que kas hi)os qw hagsa &mplido la edad 

s@i&da puedan caswee á su arbitrio sin necesidad de 

psdfbni obkeekabneejo~ni oonsentimieato desus padres. 

TerCero. Que ninguu tribunal eclesiástico ni secular 

admita demandas de esponsales, sino que sean celebrados 

por personas habilitadas para contraer por sí mismas, segun 

los expreoadoe requisitos, J prometidos por escritura 

pública, procediendose en este caso, no como asuntos criminales 

d mistos, sino como puramente civiles. 

A continuacion del punto segundo señala la ley las 

personas de quienes deben losmenor& ..obte&8t ef ko& 

sentimiento, faltando los padres; pone eu primer lagar 

la madre, en eegundo 8 los abuelos paterno y materno, 

en tercero los tutores, y por falta de estos al juez 

del domisil& pero enI @oe oasoa adquieran las: metros 

h libertad de oasarse ,d su arbitrio un .año arxte~ del que 

gmdurlmante wlea eeñab; eate 8s) oon el consentimiento 

de lua madres 6 los 24 añoe.los varones, y las. hembras 

610s 22; ao el de los abuelou 5. loa 23 J 21,~; ooa.el de 

las hd~~~,y~el j-4 de¡-. domicilio B los 22~ p 20, sin que 

eatas pemonae, da su. caso tengan .&li.gacion de explicar 

la causa de negar su consentimiento. 

No obstante que en-los artíeulosreferidos se expresa 

del modo mis claro la necesidad del consentimiento pa- 

&-no hasta laa edades raÍIaIadas, y que en ca80 de no 

darlo por nadie se les pueda exigir el motivo .que pare 

ello tengan; con todo, 6 contisuaeion de dioa se ingirieron 

los.doe dguientes, que absolatamenta destrnyen toda 

lo resuelto, J dejan las oosas en oste panto musho 

peor de lo. qae.estabrn anter, siendo así que esta ley as 

consultb para preoavor loe perjuioios i qae no aloan- 

~6, 6 á que daba motivo la prrgmática do, 23 de Marzo 

de 1’770. 

Diahoa doi artklos diaen literalmente : aunque las 

padres, madres, abuelos y tutores no tengan que dar ra- 

~on 6h menorsa do las edadea sañaladas, de las okas 

que hayan tenido para negarse i aonsentir en los matrimo~ 

nioa que intentasen, si faeren dela clase que debeu solicitar 

mi real permiso, podrvKn loa interesados acudir 4 snf, así 

oomo i Ia. Mmara, gobernador del Consejo p jefesreapeotivos, 

los que tengan eeta obligaaion, para que por medio 

de los informea. que tuviere yo IS bien tomar, d la Urnam, 

gobernador del consejo 6 jefes si creyesen conveniente 

en sus cas01 sa conceda 6 niegue el permiso 6 habilihtion 

~rrerpoadiente para qaa eatoa matrimonio8 pusdan 

tener 6 no sfecto.~ ’ 

hn k dsmb CES del Estado ha de habar el mismo 

MWIJ@ 6 Ios Pesidatea, Chancillerias y Audienaiaa, y al 

mgen& de 14 de ~úrb, TOE OUBIW prwe& UI loe 

pmopioa térudnor. D 

Los Consejos de Castilla é Indias consultaron la ne- 

‘ens$dsd que hsb& de establecer una ley que cortase de 

r¿& los gravee perjuicios. que 88 seguian por los recursos 

que se introducian oon motivo de resistirse los padres 6 

dar su consentimiento á sus hijos para algunos matrimonios 

que intentaban contraer; se dirigian estos 6 que los 

padrea manifestasen los motivos que tenian para su disenso, 

y los jueces en su vista, si no los graduaban de 

racionales y justos, habilitaban á los hijos. Para esto protedia 

un juicio en que se oia á los padres de ambos contrayentes, 

y como el paso que fuesen justas 6 racionales 

la&csnaas&e& quenega&, dabinn sw or&msas b.inGusio- 

SfIb pU% CI OtPO, E@Ed&bh 10. que C#a p@@@#@& pla&+ 

obstinados y sostreaidos temo empe$bs de 4otiv, eh loa 

gpe í las veces se aacrifloaba I$ hot@s mismo, y siempre 

108 caudales y la quietud-da-las fam+has , 6 lo que se ss+ 

guian los odios irreconciliables, que eran trascendentales 

á todos los parientes y relacionados, de modo que un 

pleito de esta especie era suficiente para producir y mantener 

la disaordia sn un pueblo por grande que fuese ; y 

como la venganza ea el primer afecto del hombre, no habia 

medio por donde no se intentase; el honor, la hacienda, 

y mncbns Y+W la vids, eran las víctimas de estos encouok 

Da erparién&~ àu: muchos años habia manifeatado 

que la pragmática del año 76 no solo no proveyó d estos 

males, sino es que los fomentaba, así porque perpetuaba 

la condicion del consentimieuto paterno, ó el que hiciese 

BUS veces, somo por los mbdios queseñõlaba ~pkrssuplir- * 

la, y este convenokGen6o obligd á los doaConsejos á COPsultar 

la de que tratamos. Prepusieron loa tres medias 

que~qaedast~indicados, reompañandonna, minuta de dearete 

que los oomprendia. Bien conocieron los ministros 

de las Consejos que así los. padrea como .loti .hijos padian 

abusar de la ilimitsdu facultad que reapeotivamente se 

les conaedfe; pero tambien. sabian que no es dado al 

hombre remediaa todos los males , y si la ley se ha de 

graduar da mala porque abusando de la hbertsd se .puede 

quebrantar, ninguna hab& habido buena. El bien co-, 

tnun ‘erigir que se aortasen de. nir be msles que se experimentaban, 

y para ello convsnia fijar la edad en que 

el disenso paterno, 6 el que hioiese sus veces por aataralesa, 

pudiese eupliree, pero que este no fuewya necasario 

en llegando los hijos B la edad señalada. 

Para íIjar la edad de 25 añoa.por término de b autoridad 

de los padres, y por principio do la libertad de los 

hijos, se tuvo presente que por panto generales presume 

que en ella ya ha sdqnirido el hombre 81 oonocimiento, - 

juioio y madurez que ae neeeeitsa para que pnadan desempefiar 

loe sargoa públicos, aun Ios de mayor importancia 

é influencia QP la sociedad , y alevando 6 este grado 

loa matrimonios se est ablecib, que sei como ss juzga inhibil 

para los primeros haata dieha edad, lo asa igualmente 

para loa segundos, dejando su habilitacion al ccgo 

del padre, que como tan interesado en el bien de taua 

hijos se presume que no ae la negar& ai no es con justa 

causa; pero en cumpliendo osta edad, por 81 mero hecho, 

quede habilitado pars casarse, como lo e&S Psn loa oU l 

gas pfibliaos. 

Partiendo la comísion de este principio que XW?~W%I 

por justo, no puede menos de exbtiíar las rebajas en la 

edad que establece la pragmática, cuando señala lae personsa 

que gradnalments deben snosder en la autoridad de 

permitir 6 no el matrimonio de los menore% puea fandQ- 

does b roaolaeioa en L @XWI%I PP@~UIB~OU ds que hrstr 

hM 96 afkm no 60 adquiOTeB d juiotx,:J mrdW;‘$W 00 

.

-0 883. 3265 

exigen, no alcanza Ia cdmieion cámo 81 hijo adquiera di 

chas cualidades un año antes de los 25 si ha muerto s ,- u I 

padre, dos, si tambien hubiese fallecido su madre, y tre IS 

faltando además los abuelos; la razon y la experiencia dic 

tan lo contrario, porque la educacion y la racional suj8. 

cion al padre en que viven los hijos les facilitan adquiri 

dichaa prendas; por lo que opina la comisiom que este ar 

título de la pragmática debe reformarse, estableciendl 

que la edad hasta que deba obtenerse el Consentimientl 

de 1aS personas que sucedan al padre sea la señalada pan 

este, J atendiendo que para este negooio la edad de 2: 

años en los varones, 

favor la presuncion de la ley y de la experiencia, proponc 

la comision que esta sea la que se flje para todos por pun 

y la de 21 en las hembras tiene 6 SI 

to general. No obstante esto, cree la comision que COI 

respecto á los tutores convendrá establecer que aeí para 

oonceder como para negar el permiso, no procedan por SI 

solos, sino acompañados del alcalde del domicilio, y en 

caso de discordia la dirimirá el otro alcalde donde haya 

dos, y el regidor decano donde haya uno solamente; ob. 

servándose lo miSm0, si llegase el caso de suceder el juea 

en la autoridad de prestar 6 negar el Consentimiento, 

y en este caso dirimir& la discordia el regidor segundo. 

Obliga á esta providencia la idea de lo poco escrupulosos 

que serian 1OE tUtOreS y jUeC8s en dar 6 negar el consentimiento, 

cuando el patrimonio del menor pudiese excitar 

su codicia para agregarlo á su familia por un enlace que 

acaso 18 rtistlria el padre, 6 impidiéndole 81 que intenta. 

#Ie por la miama IazOll, 6 10 que 88 ocurre de aigun modo 

con la restriccion indicada, Oria alterar 811 lo más mínimo 

la resolucion general. 

No obstante que esta descansa en trn sólidos fundamentos, 

se ingirieron en la pragmática dos restricciones, 

que envuelven una contradiccion incomponible con los are 

títulos que les preceden. Se previene en ellas que sin obligar 

á los padres, madres, etc., á que manifiesten la causa 

del disenso, podrán los interesados, segun su clase, acudir 

5 las autoridades que se señalan, para que tomando loa 

informes que tengan á bien, suplan el disenso y habiliten 

6 los menores. Ha dioho ya la comision que por esta excepcion, 

no solo no se remediaban los males que motivaron 

la consults, sino qae Se aamentsban, pues por sa tenor 

los padres, madree, etc., pierden el derecho de ser 

oidoa si el juez no quisiere hacerlo, y d que se toman en 

oonsideracion las caasas de su disenso, pudiendo y debiendo 

dichas autoridades informarse de qaien les parezca 

menos de 10s padres, que son loa interesados, y por con- 

siguiente, el juez que habilite lo har6 sin conocimiento 

de CauBa, y sin más regla que su oapricho, puesto que la 

& que puede jus- 

ley no señala, ni aun como por ejemplo, 

tificsr su habilitacion 6 lo contrario. @obre qué puntos 

han de pedir dichas autoridades los iaformer? EI que pida 

Ir habihtacion dvá lo qus quiera, y voluntaria 6 in- 

vOh&arfamente ocultari la verdadera causa que 6a padre 

haya tenido para repugnar 81 enlace ; y Como el juez no 

Puede ped&ila de ofl~io, expresará para que 18 informen 

las qu8 18 ocurran, dejando así la puerta abierta 6 la arbitrariedad, 

al soborno y 6 lse injusticias. Por Ia pragmáy 

con 

tica anterior se debia oir 6 los padres 6 interesados, 

cou&&ento de causa se p8diaII loa informes para fak, 

J en esta qn8 se trazó una regia fija que evitase 10s perj&ioe 

que resultaban de dichos expedientas SUmariOs, s8 

ingirieron dichas dos escepcioruzs, que hacen ilusoria la 

resolucion 

que les precede, J anm8akrn h perjuicios hask 

lo hfbitth Eato 110 puede tener máa fundamento que 

la rprmsion ralgu de que 100 prdta; por pwo CaNgho, 

w opw 6 lar oomdoa- do mm bijm r 40 

nayor le suma de bienes que debe producir, 

En suma, Señor, la comision propone á V. M. que por 

1 es razones indicadas de reformen de la pragmática de 

II leñalada no pueda suplirse por autoridad alguua, sea 

e ual fuer8 la olas8 y condicion de lae personas que inten- 

t 

t z& en todo lo demi% que comprende para que produz- 

C 

8 ant8 6 la aaprenia de eate ramo ~rnecesidad de construir 

J 

1 narineros, para desempeñar las funciones propias de su 

nstituto, preponiendo para subvenir i eatos gastos qU8 

: 

t 

aquf se vaticinaban mil inconvenientes. No hay duda en 

que podrá suceder esto en algunos casos; pero tampoco 

la hay en que no es posible dar una regla general de que 

no se resientan algunos particulares, y que concretándose 

á uno d algunos casos se podria graduar de iojusta ; pero 

como la prudencia y mayor Sabiduría del hombre no puede 

aspirar á otra oosa que á disminuir la medida de los 

rutiles, la providencia que lo consiga será la más jueta y 

arreglada. Pondkense cuanto se quiera loe inconvenientes 

y perjuidos que podrán resultar de la ilimitada autoridad 

de los padree, qU8 por capricho d ideas equivocadas resistan 

los casamientos de Sus hijoa; que por mucha exteasion 

que se les dé, ni sOn tantos, ni de tanta traacendencia 

como los que producia 81 sistema anterior. La experiencia 

ha justificado este dictámen en los nueve años 

que han trascurrido d8sde la publicacion de la última 

prágmática por lo respectivo á la libertad que adquirian 

los hijos 6 la edad señalada: cuando 88 publicó, MI vaticinaban 

mil males; en cada casamiento $8 veia un exceso; 

68 creian rotos los vinculos naturales de dependencia d8’L 

hijo al padre, y no habia absurdo que no se 18 imputase 6 

la pragm&ira, siendo asf que esos males no existian m&3 

que en la imaginacion de los que los predecian por la aostumbre 

de oponer88 á todo aquello que no es conforme, d 

se separa de las prácticas con que noa educamos. Lo mis - 

mo ha sucedido con la parte que-comprende lae obligaciones 

esponsalicias; la impunidad de la seduccion era lo me- 

(10s que Se imputaba á la pragmática, y la experiencia ha 

demostrado lo contrario, pues por ella se gOb8rnaron los 

aábios magistrados 

que la consultaron. 

La comision, Señor, no se empeña en persuadir d 

V. M. que no h8bra padres que abusen de la autoridad 

que SO lee da; CO u&fa un delirio: se dírige 6 manifestar 

lue esos defectos, aunque los haya, no deben impedir laS 

reformas quegropone, porque sin comparacion eS mucho 

180 3 los artículos siguientes: 

Primero. El que trata de la rebaja progresiva de loa 

rííos en que los hijos adquieren 1s libertad de casars8 6 

IU arbitrio, señalando una fije para todos los casoS, que 

?odr& eer la indicada de loa 23 años en los varones y 21 

,n las hembras. 

&gundo. Que por laa razones indicadas no puedan 

oa tutores por sí Solos dar 6 negar el consentimiento i 

os menores, si no es que deban acompañarse y poner68 

le acuerdo Con los alcaldee y regidores en su caso, como 

ra dicho. 

‘Percero. QUÉ el dlseneo de les padres hssta la edad 

1 

#en contraer rkatrimonío, quedando 1s pragmatica subsis - 

ia los efectos aaladables qu8 motivrron sa sancion. s 

La Junta de Eknidad de Ayamonte habla hecho pro- 

r mantener an bote dotado del competente numero de 

oa falachoa de 200 quintalea, navegando OOD mga, p8- 

pen sada viage 4 ru. por visita de sanidad, 10r de 200 

uok 600 qainklea 6 re., lar de 800 6 1.000 qainklar 

10 n., lar wguttinom 16 me1 lar krw 

~$t@roa dg:

le en todos, exeeptasndo d3 todo pago 6 loe barcos Peaoadores 

y á loa embargados para el servicio publico, 6 

quienes UO BB abene SU flete (Sesion (tu1 dia 24 (Ee ~¿w 

altitn~). Aceres de esta solicitud, apoyada por la referida 

Junta suprema y por Ir Regencia del Reino, fueron de 

parecer las comisiones de Hacienda y Marina reunidas, 

que debia aprobarse la impoaicion arriba expresada con la 

misma excepcion de los barcos pescadorea 9 fletadoa Por 

el Gobierno, sin hacer empero distincion alguna entre 10s 

que peroiban, y entre los que no, el pago de sus fletes, Y 

debiendo entsnderee que le expresada imposicion de derechos 

de sanidad ha de ser por ahora, y estar sujeta 6 

las variaciones que en adelante pueden darse tanto 6 este 

como B los demás dsrechos que pagan los barcos en nuw 

tras puertos. Las Córtes aprobaron este dict6men. 

Se did cuenta de upa solicitud de Doña María Teresa 

Tobia, viuda del teniente general de los ejércítos uacionales 

D. Ramon de Castro, en 18 cual psdia que sn atenciou 

6 los m&itos de su difunto marido, y señaladamente 6 

los contraidos en el año de 1781 defendiendo el fuerte de 

Vilaohe en el desembarcadero del rio de la lKovila, y en 

1797 la plaza de Puerto-Rico, atacados uno y otro punto 

por lar ingleses, se dignaa $3, M. mandar que ae le hiaieran 

á aquel los honores militares BD ests córte el dia 7 

de este mes, en que debian celebrarse sua exequias. Con 

motivo de esta solicitud, hizo presenteel Sr. Pdo, d quien 

apoyaron varioe Sres. Diputadoe, que debia establecerse 

una regla general sobre las peticiones de semejante natnraleza, 

y d este fla hlso la siguiente proposicion: 

aLos que soliciten que 6 los militaree difuntos se hagan 

en la cdrte los honores que prescribe la ordenanza, 

se dirigirán 91 la R~encir, que la remitir& B las Córtes 

con sn informe, para que en su vista resuelvan lo queeatimen 

conveniente. I) 

Las Cbrtes no acaedieron á la solicitud de la expresada 

Tobia, y aprobaron la antewdente proposicion del señor 

Polo. 

Els leyd” un 03oio del enaargado del Ministerio de Graoia 

y Justicia, aon el cual, de drden de la Regencia, y en 

cumplimiento de lo mandado por las Cdrtes en la sesion 

de 39 de mayo último, remitia la delacion Original hecha 

d la Regenoia del Reino por el Sr. Diputado D. SimonLopez 

de diferentes imprssos, junto conka nota que la acompcrila 

de las varias proposiciones que delataba, contenidae 

(up huellos, en la cual esti tambien comprendidas dos 

woposiaiones dichas en Córtea por los Sres. Diputados 

D. GuUrmo Ilb~nguea y Conde de Toreno, é igualmente 

las cOnbMaCiOnes que sobre este asunto habian ocurrid0 

Snora 81 Globhno 3 la Junta de Cenaura de esta provineia* 

D@WW de algunas observaciones que hicieron varios 

Ikw- Diputados sobre la resoluaion que acerca del partiah 

debia kmrae, d 5n de que laa Chtas, dessnt,cndim- 

de todo lo que no era de su inspeccton, y da- 

@do exNb al Cfobierno para que obrase con arreglo 6 

k ley de la hktad de imprenta, se limitaran sdo 6 lo 

~eiV0 6 dUOa fhh MOngnes y Conde do Toreno 

# 

aprobb la siguiente P~pwioion del Sr. Zornquin. 

se 

@ue se forme por fbrekrír expediente comprehvo 

de todo 10 que diga rehion i laa doa proPosiciones de 

be Ch- MOnguw 9 Coh de Toreno, poniéndose lr~ 

*~UIlw ~fiWOhO8; qW 81 origi& 80 demelm & la 

-da dd R&t@ Pur ‘Po P- o@n arreglo 4 dere- 

cho por 10 correspondiente 6 las demis proposiciones; y 

que las Cortes tomen en consideracion cuanto resulte del 

primero, acordando que pase á una comision, 6 lo que eatimen. 

B 

Continuando la discusion que habia quedado psndisndiente 

acerca de las proposiciones del Sr. CTC~S, dijo su 

autor: 

crgeñor, hice mis proposiciones motivado ds las rep8 - 

tidas licencias que se pedian y concedian, notando que 

las razones que habian dado lugar 6 conoederlas podian 

oonourrir tambien en la mayor parte de 103 Diputados; 

que repitiéndose las licencias, que no seria justo denegar 

d los que las solicitasen por iguales motivos, se podria 

llegar al extremo de que poco Q poco cesasen las Córtes 

por esta sola razon, con notable perjuicio de la causa pública, 

PU88 pndiera llegar á disminuirse tanto el número 

de 10s Diputados, que no hubiese el su5ciente para sus 

sesiones, considerando ser necesario que V. M. 5jsse alguu 

dia par8 qU8 se cerrasen. Efectivsmente, ene1 decreto 

de convocatoria se ha dicho ya que el Congreso podria 

cerrar SUS sesiones, pero sin disolverse; y bajo este mis- 

010 principio entiendo aonvenir que las sesiones se cierren 

en realidad, no solo por aquellas razones, sino tamoien 

por las circunstancias del tiempo, y porque despues 

le veintiuno 6 veintidoe meses de continua asistencia al 

longreso, es muy justo que se dé algnn descanso á los 

Xputados, mayormente no habiendo tanta necesidad de 

lue oontinúen las sesiones, despues que señalado el térnino 

necesario concluyan lss Cortes los principales tra- 

Iajos que están pendientes, y los que más importan para 

la8 se ponga en pIanta 1s Conatitucion. Veria entonces 

la Naoion este principio de su felicidad puesto ya en eje- ’ 

cucion, y las ventajas que resultan de los principios adop- 

tados, aun sin continuar en sus sesiones las Cortes. Entre 

tanto, tambien podrian los Diputados ir á sus provincias 

y enterarse de su estado, y ver los saludables ofectos 

que produsia, y volviendo despaes 6 abrirse sus sesiones 

en un tiempo señalado, manifestarian 6 V. X. lo 

que creyesen conveniente para m&s y más consolidarla. 

Estos son los motivos que me movieron 6 decir que ae 

señalase un dia para que se cerrasen las seaiones. Por 

consiguiente, quisiera que se discutiese de modo que no 

se aonfundiera la primera proposicion con la s8gnnda, que 

fija dis determinado. El dia lo 5jé ya hace tiempo, y entonces 

creí que el que señalaba podia ser snficiente para 

despachar los asuntos de preferencia que se dirigen 6 

plantear la Constitucion ; pero ahora veo que no, J será, 

precie0 dilatarlo algo m&. Contrayéndonos, pues, B la 

primera proposicion, creo que es útil. 

El Sr. ARGURLLLES: &5íor, yo no puedo negar 

que el Sr. Creus tiene razonen suponer que por varios de 

los motivos que ha indiaado podrb ser útil, tanto para la 

causa pública, oomo para el interés particular de varios 

iudidduos del Congreso, dar una especie de aSUstO 6 sus 

trabsjos. Las ~~zouW, on general, presentan algnn fundamento, 

siempre que se consideren con la inexactitud 

que aparecen desde luego; pero he visto que todas forman 

un sistema, y asi, no pueden examinarse aisladamente. 

Eu la primera proposicion se pide s8 señale dia 

para la suspsnsion de las tienes, 10 qne **pone Ya Una 

resolucion de que se suspendan. Hasta shora solo ha determinado 

el congruo que puedan h Ch.88 Cerrar 8ua 

swioues. La diferencia w eseneid. La prOpC@CiOu aSti 

dividida en siete íi ocho, que 800,6i 86 @ere, otrOa titorrnisaPbroed.Irx&mr; 

y a uno do ellos,qwwbo~

-0 686. 3207 

es el temelo, ue dice una eosa en que yo con~8ng0, di EUI cidiesen con el mismo objeto. Todo el mundo ~8 queja de 

ber: que 88 MSUdVWl Bu este tiempo 6 intermedio los ne que el ejér&o no esti suficientemente organizado ; qns 

gocios mbe precisos y urgentes. Es indudable que ~OE el ramo de Hacfenda está enteramente desordenado. Bi 

otros no debemos separarnos siempre que los negocie creemos que el Gobierno puede hacer todos estos arremde 

urgentes RO estén resudtos, y que no hay necesida glor por si, entonces enhorabuena que ae cierren desde 

de subsistir reunidos cuando estos asuntos estén ya des ahora las sesiones; pero ei no, @mo hemos de acceder & 

pachados ; porque ni nosotros debemos abandonar á 1 esta proposicion? La naturaleza de las facultades del Go- 

Nacion, que nos ha encargado salvarla, ni la Naoion po bierno exige la oooperacion contínua de las Uártes; si 

dr& exigir de nosotros que existamos reunidos cuando 10 quebranta las leyes, se desautoriza, y no ser6 obed-cido 

negooios urgentes estén ya ooncluidos, Por consiguiente ni respetado, 6 no ser que se quieru que volvamos al réel 

celo J los deseos del Sr. Creus podrian satisfaoerse me gimen arbitrario; y entonoss bien pronto veremos, por 

jor variando el órden en que están estos miembros de k resultado de nuestra luoha, el triunb del enemigo. Por 

proposioion, es decir, puesto sn primer lugar el teraero, ;anto, pido que se determine eu&l ss si número 15 iaapory 

nombrando una comieion pan qne dasifique los nego. rancia de los negooios que erigen pronta msolucion, y 

cias agentes, y despues IS diese al Congreso término, uego se sonsidevarg oaánto *tiempo es newsario para su 

punto, asueto, d como quiera llamarse. Pero no habién- Iespaaho, para lo cual podrb nombrarse una aomision. 

dose determinado cuáles son estos wgo’ooioe, ni su núm8- El Sr. DOU: No se diferenaia mu&o lo que ha diro, 

ni su importanoia, ni su urgencia, 88 $rastornar el 6r. ’ c :ho el Sr. Argüelles de lo que ha propuesto el l3r. Creue. 

den que naturalmente debe tener esta euestioa ; porque I c Ionvienen los dos en que antes de uerrarse las resiones 

si efsotivamente se acordase que BB cierren las eesiouea 1 d leben determinarse los asuntor gravea que hay pendienel 

30 de Judo d cualquiera otro dia, y despaea se halla- t es, ya sea para plantear la Constitucion, ya para mates8n 

por resolver negocios gravss y de urgencia, resalta- r ias de otra naturaleza. Eetoy conforme, pero no en 10’ 

ria, 6 que era Prdso faltar á lo reaudto, 6 comprometer !ue ha dicho el señor preopinants; que determinemos ea. 

el ssrvioie públioo, cosas ambas muy agenas de la Oir- e l(3ongreso los asuntos sobre que antes ha de disoutirsa 

sunspeucion de un 0ongrsso. Por consíguisuts, pareas reeolverse. Sobre esto mismo se susoikrian dadas y 

que lo primero que so debe examinar es si oonviene seña- 9 isputas que retardarian lo mismo que queremos realisar. 

18r los negocios que merecen 8sta preferencia por sus sir- Yo seria ds pareeer que una junta, ya sea la dr CJonsuunstansias, 

grrAaindose despues cuál puede ser el tiem- ti ituaion, ya otra, separare los asuntos indieados de topo 

que prud8nttim8n6s se nsseaita para despacharlos, d os loa demks, y que de ellos solamente, pre@ado ya al f 

Presentado 81 asunto de ests modo, asaso no habria nin- d ia en que ss determine oerrar las sesiones, M tratare en 

gun Diput;sdo que 88 opusiese 6 ellas ; pero dissutidu ss L e 11 aongreso. Lo que resta de Junio me pareoe estreoho 

el órden que lo edn, yo soy el primero qae disisnt,s. 6 érmino para tede lo que hay que hacer: se puede proro- 

Para fundar mi opinion , me tomo el trabajo de indiaar :ar ha% m&a@ss de M&s d huta úitimor; pero esn prealgunos 

de los muohos negocios gravas que exigen ana 8 Ijar dia hallo uua utilidad, de que 86 ss hs bs& IILI)Dpronta 

resolueion. Tal es el arreglo de las Audiencias y :ion, y eonsiste~ en que tomindoss esta resoluoion, J fa 

demás tribunalscl de juatieia; el de la Tesororía general y d Le señalar los asuntos, noe veriamoa en Ir preeision de 

Oontadurfa Mayor de &mntrs, sin el cual ni los ínmen- d .ejar muehos que noa oauprn inútilments: de otro modo 

sos tssoros de Crsso podrian mr suficientes 6 atender i los n 10 es moralmente posible. 

impreseindiblss gaatus que exige nuestra situaeion ,5 no @u&rtas veces hemos dieho que dejemos todo lo quo 

ser que se haga al milagro da1 desierto. Es de igual im- ll 1o sea interesante en el modo indicado9 &Y quó se ha saportancia 

y urgencia 10 que la Bsgenoir tisnepropu8ste 43 rdo de esto? Nada. &No se ha leido hoy mismo el pro- 

S&VB dinwvion general de rentu, áuioo msdio de ssta - Y eoto de una nueva ley sobre SI as8nso 6 disenso de Ios 

blsaer sistema en el manejo de la Hacienda públioa. Las n aayorm en punto de matrimonio? @f ssri con una edad 

diferentes consultas de la mayor gravedad y trasosndsn- ri eapecto á los padres, mi sseri con otra rsspseto de tutmm 

cia, ya públicas, y8 wcretu, que ss nseesario resolver. ú . otror? tQu6 necesidad hay de hae8r sobre esto una nae- 

EII algmmo se trata de reusunos ordinarios y extrumiiaa- V a ley, dejando los ssuntos de Haofenda, msnatenoíon do 

nos para atender 5 la dsfensa de Ir Nacion, con auyo jéroitos, clddito pirblieo y otra? ~NO propuso pocos diu 

motivo re nos ha dicho sn una Memoria del Ministro de h .a el 6r. Llanos la necesidad do unas nuevss ordenan- 

Hacienda, que eran neessarior anualmsntr 1.200 millo- n as militares? Si nor metemos sn 88t0, &aabndo saldrsmss 

u~ para el gasta anual del Estado. Hemos dado resoln- l teadsromos d lo que urge y exige 01 bisn ds Ir Pdtria? 

&ones escreleutssobrs erts punto ; peso la E&genda ha A si ss que por asta rason, y otru qus ss han indisade, 

dicho que hay un d&ait enorme, que sta prwiso cubrir de $1 oy de pareser que, dhdors un tkmino bisnaompsknts, 

cuaiquier modo, 6 lo esntsuio, no poder eomplir asn mr si B aefials dia en que deben esrr~se las assbnw, eomo 

&@eionee. Si, puss, aasstros deseos da qus se tsrmf- P rape el Br, 0rsns. 

mn IMI sssiones del Oongr8su sen rinssros , demos nos- EI 8r. BoRRULL: 80 han leído J puests 1 dtsstulon 

otros mm un testimonio de qm m&ssnta dsmmnos u proPosiciones del Sr. Cmua, como sf se habi&ra de 

que sa &rewh, pero sin dismiauir 01 n&nsrs de 10s ne- ntar de tods~ ellas 6 un mismo tiempo, lo cual no cor., 

6~; y &O puede vuri%earse mal#plÍeando las sssio- ssponde que se hags, passk, que sontienen usuntos pouy 

na,roicomoeehreir on h irla deLeon,qaeeneatr 

mhm epa ten.f~s rlgono~l diaa ~HI SMOIW, aunque 

por 10 regcllu erg dw. AtendafmOs Mf 6 bs ns@W, 

J M veria qae no 01 otro ei objeto de estas proposieio- 

]oB~. Además hay otros dos puntos sssnoirlkimos que ee- 

& ptudiontea, males son el arreglo del ejército y 1s 

~tientia: he visto qpe rmboe IOP el toetimo cantar de 

lar M&XU qw 1~ era avmsidrrad soma los Iniess prfs 

ci@u,wmeaikde&utsrbrjosda~~~~ 

.iferentes entre si: no se puede por ello formar el dsbi& 

oneepto de tedos, ri no sa díiscute con sepamslsa 6$dr 

lno de 108 miarnos; 7 habiendo alganos sugsbsque m- 

qndran en uno8 y no 6P lOU Otros, se hn do tratar tam- 

bien separademente 

au aprobaclon6rsProbaeíon. Y así, 

bars evitar aquslla especie de co&fusisn que eausa el hadar 

á un tiempo de CMIII dis@@@, 6 impids enterarse 

*an correspónde de ellas, uve pusecr que el contenido 

le dicha8 p”po8idonM pa¿de redti 4 t-m pvw4lVs:~

I 

$248 6 D10 JUNIO DB l@lB. 

primero, sf se han de cerrar las sesiones de estas Córtes 

algnn tiempo antes de las ordinarias; segundo, cuándo ha 

de hacerse; y tercero, en qué dia se han de volver á abrir; 

y que decidido el uno se pase al ex&nen del otro. En 6rden 

al primero, entiendo que no puede ofrecerse diflcultad 

particular; porque la comision de Constitucion, siguiendo 

el dictámen de varios autores políticos, manifleata 

en el discurso prelimenar de la primera parte del 

proyecto de ella lo mucho que importa que no tengan 

larga duracion las Córtes, 8 fin de impedir los efectos que 

con el tiempo suele causar ael carácter impetuoso (son 

palabras suyas) que necessriamente domina en un cuerpo 

numeroso que delibera sobre materias, las mds veces muy 

prop!as para empeñar al mismo tiempo las virtudes y los 

defectos del ánimo;* y añade tambien: @Para no afligir 

demasiado (así lo dice) el Gobierno con una prolongada 

permanencia., En conseouencia de lo cual propuso, y 

V. M. se sirvi6acordar, que no fuesen permanentes las 

Cd;rtes, y redujo al período de tres ó cuatro meses la duracion 

de las ordinarias. La misma razon se verifica en 

las extraordinarias ; y contrayéndome B las presentes, 

acuerdo que ya en el dia 30 de Diciembre del año pasado 

hizo varias proposiciones el Sr. Argüelles; una de ellas 

fué que no se cerrasen las Cdrtes, 6 como él mismo decia, 

que el Congreso no se disuelva hasta que ee haya arreglado 

el Consejo de Estado y demáe cosas que expresa; 

y la otra que al disolverse el Congreso nombre de su seno 

una Diputacion compuesta de mucho mayor número 

de individuos que el prescrito en la Constitucion, lo que 

no tendrá lugar si se hubiesen de cerrar estas Córtes en 

la vispera de la apertura de las ordinarias. A todos estos 

motivos se junta otro gravíoimo, y 8s que las Córtes están 

reunidas más de veinte meses, y quedan aún*unos 

diez y seis meses de aquf al tiempo designado para empezar 

las ordfnerias; y onalquiera conocerá que no pueden 

ocuparse todos ellos en examinar continuamente asuntos 

de los que han obligado 8 la convocacion de estas Cdrtes 

extraordinarias, y por lo mismo corresponde que cierren 

sus sesiones. Resuelto, pues, este asunto, entonces es 

cuando debe pasarse 6 tratar del segundo, en que se designa 

el tiempo en que se haya de ejecUrar. Esto ofrece 

alguna disoueion con motivo de ser preeiso detenerse en 

el ex$men de los asuntos que hsn de quedar arreglados, 

y son los que se consideren necesarios para llevar á efeeto 

la Constitucion y proseguir la guerra, los cuales, aun 

en el caso de que no sea posible despacharlos de aquí al 

últfmo dia de este mes, podr$n tal vez terminarse á mediados 

6 fines del siguiente. Y con conocimiento del dia 

sn que se sierren las sesiones, se pasar& 6 señalar aquel 

en que deben volverse á abrir, teniendo presente que no 

es factible que muchos de los negooios que merecen la 

atencion de V. M. se pongan en estado de decidirse hasta 

de aquí B siete ú ocho meses, por necesitar de este 

tiempo los anerpos 6 sugetos encargados de su arreglo pa- 

ra formarlo; y que entonces ofrece& tal vez otros que 

exigirán tambien la deliberraion de V. M. Y aonsiderado 

todo, soy de dictámen que ae trate con separacion de 

dichos asuntos, y empezando Por el primero que he propuesto, 

se declare que estas Cbrtes deben cerrar sus sesiones 

algun tiempo antes de la rennion de 1s~ ordinarias. 

El Sr* GALLwO: El plan del Sr. Borrull no puede 

mguime, porque es oontrario B la~resolucion de ayer. Diae 

el Sr. Borrull que lo Primero que se debe tratar es si 

se eerrarán 6 no laa sesiones; y que despues setrstsrá del 

dmo Y dndo bayrn de abrime. Este concepto es equi- 

YOdO* Ayer Wd6 Ve bi- que antes de cerrarse Laa se- 

siones se determine eukdo se han de abrir. Ayer se ha 

resuelto que en easo que se suspendan las sesiones se haya 

de determinar cuándo se han de abrir, no fuese que se 

acordase la suapension, y luego se negase la reunion. Esto 

es lo resuelto ayer. Por consiguiente, es primero tratar 

del dia en que se han de abrir que el dia en que se 

han de cerrar. 

El Sr. Conde de TOREEO: Me parece que ha padecido 

alguna equivocacion el Sr. Gallego. Cuando la comision 

de Constitucion presentó la convocatoria de C6rtes, 

dijo en abstraato que se podrian cerrar las sesiones; 

y al otro dia se decidió igualmente eu abstracto que ca- 

BO que se cerrasen, se determinaria de antemano ~1 tiempo 

fijo en que se deberian volver á abrir. Rato es lo que 

se resolvió ayer, y de esto no podemos separarnos ahora. 

Por aquella resolucion se declaró lo bastante para que las 

Cdrtes no puedan separarse sin el requisito de haber teüalado 

dia para volver á reunirse, y así.. . 

El Sr. GALLEGO: Eso es lo que yo quería decir, que 

si por casualidad se hubiesen de suspender sus sesiones, 

antes de resolverlo se determinase el dia en que habian de 

volver á abrirse. Eso es lo que he querido decir, aunque 

no me haya explicado bien. 

El Sr. Conde de TORERO: En eso todos convenimos.. 

Ahors paso 8 contestar á las razones que han dado algunos 

señores en apoyo de las proposiciones del Sr. Creus, empezando 

por las del Sr. Borrull. 

El Sr: Borrull ha dividido en tres proposiciones distintas 

las del Sr. Creus, que yo las considero á lo más 

como dos, divididas en varios miembros. Esta divieion la 

ha explicado de este modo: Primero, si se han de suspender 

las sesiones: segundo, cuando se han de suspender: 

tercero si.se han de volver á abrir. Sobre esta última no 

ha lugar á hablar, pues ya el Congreso se decidib por la 

afirmativa. Tampoco se pueden discutir las otras dos como 

quiere el Sr. Borrull, pues son opuestasá 1ssdelSr. Creus, 

en las que no hay semejante distinciori. La primera del 

Sr. Creus, que está al frente de las demás, y sobre la cual 

únicamente debe rodar la cuestion, es sobre señalar un 

dia fljo en que suspendan estas Córtes sus sesiones. Así 

qae, no habiendo dividido el Sr. Creus la cuestion de suspender 

las sesiones de la de señalar un dia determinado, 

no tiene cabida la nueva division que nos presenta el señor 

Borrull, por ser contraria á la proposicion puesta é 

discusion. Todos 6 los mds convendremos en que las Córtes 

suspendan temporalmente sus sesiones, siempre que 

asuntos graves no pidan una asistencia contínua. iPero 

será fácil,determinar un dia fljo en que acaben de tratarse 

estos? Yo creo que no. Podrid sí alasiflearse los que sean 

m4s urgentes y proponerse, concluidos que sean, alzar las 

sesiones; pero de manera alguna prefijar un término. Uno 

de los motivos que el Sr. Creus ha manifestado tener para 

hacer su proposicion, es el dejar al Gobierno libre para 

que plantee la Constitucion, y lleve á efecto las saludables 

reformas que han de dimanar de ella. Mac pregunto yo: 

jel Gobierno tendrá arbitrio por más que lo desee para establecer 

la Constitucion, si las Cbrtes antes de separarse 

no dejan resueltos oieutos puntos? Claro que no. Ejemplos: 

potestad judicial: en esta parte la Constitucion ordena que 

todas las causas civiles y criminales hayan de concluirse 

en sus respectivos territorios, y al mismo tiempo concede 

Ia tercera instancia en los casos que naestrss leyes la permitan. 

Ahora bien, si no se aprueba el plan de Audiencias 

presentado y repartido para discutirse, 6 cualquiera otros, 

tquién entiende en la tercera instsncia? No las Audiencias, 

pues todavía no estbn arganizadas de manera que se concluyan 

las causa8 de su distrito; tampoco el Tribunal Su-

pomo de Justicia, de cuyas facultades oonstitucionalea el 

ageua esta, y qus solo se halla habilitado interinamente 

para sutender eu aquellas causas ya incoadas en los extinguidos 

Consejos; luego 6 las partes han de carecer del 

remedio de la tercera instancia que les concede la COUStitucion, 

6 el Tribunal Supremo de Justicia se ha de arrogar 

facultades que esta le niega. Parte de Hacienda: nc 

es necesariodetenerse para demostrar lo urgente, lo iu. 

dispensable que es discutir y aprobar el proyecto de Te - 

sorería uacioual, impreso y repartido ya, si queremos que 

tenga efecto esta parte tan importante de la Constitucion. 

Omito referir más casos por no ser molesto, y me contraigo 

6 preguntar si el Gobierno podria sin estos requisitos 

plantear Ia Constitucion. Si es evidente que uo, 

icómo podremos señalar un dia fijo para que se cierren? 

VendrB ese dia, y si no se han concluido eaas materias 

jse dejarán 5 medio acabar? Para ser conseauentes seria 

necesario que al paso que se hacen estas proposiciones 

para suspenderlas sesiones, se hiciesen otras correlativas, 

que fijasen el tiempo que seria permitido discutir un asuu. 

to, el tiempo que se habia de hablar, quiénes habian de te. 

ner la palabra; poner en tin un coto, un términode nuestra 

hablàr. tY no seria esta una determinacion risible? iNo serian 

los primeros 6 reclamar los mismos señores que ahora 

anhelan por la separacian? ~NO se quejarian, y con ra - 

zon, que se les coartaba la libertad de opinar? fNo seria 

por tanto un absurdo proponer esfo? Pues si esto seria un 

absurdo, y sin decretar este ahsurdo no se puede aprobar 

la proposicion del Sr. Creus, iqué vendrá Q ser esta? iC6- 

mo hemos de convenir en esto? Ooss diversa seria 6jar los 

asuntos graves que hagan relacion 6 la CIonstituoiou, y 

aquellos en que no menos está interesado el Estado para 

despacharlos con preferencia, y suspender las sesiones por 

algunOS mese8 luego que se concluyesen; pero siempre 

sin determinar el dia fijo de la cesacion; porque si en aquel 

dia no estuviesen finalizados los asuntos, necesariamente 

indispensables para plantear la Constituoion, 6 si la Regencia 

hubiese presentado un proyecto de contribuciones, 

y no eatuviese aun discutido, iqué se habia de hacer? Si 

las Córtes no coacluian sns sesiones el dia señalado, quebrantaban 

una providencia que por el miemo hecho se 

califlcaria de ligera: si las concluian y cerraban ino podria 

deoir la Regencia que al paso que se la encargaba de la 

ejecuciou de la Constitucion J la defensa del Estado, se 

la privaba de los medios de cumplir uno y otro? 

Ba dicho el Sr. Borrull, sin duda para hacer aparecer 

una wntradiecion entre la opinion de hoy del Sr. Argüelles 

y la que manifestó en 31 de Diciembre, que ya entonm 

habia este dicho que se cerrasen las sesiones cuando 

se hubiesen despachado los asuntos más urgentee; 

puss uo otra cosa ha dicho ahora. Eu aquella sesion opinb 

mmo eu ssta, y solo se infiere de aquí que aquellos asuntos 

W) fueron sglomerando, y que todavía no se han despachado; 

otra prueba aún mis en favor de cu&n difícil es 

señalar un dia para la suspension de las Córtes; porque 

eaby persuadido que los más de los uegoaios tratados 

desde el mes de Diciembre han sido importantea é indis - 

penaablea. 

por lo de& yo no alcanzo cuál sea el interés de que 

se cierren las sesiones; por más que eramino no encueutro 

otro que el interés particular de los Diputados pera 

atender d sus negocios propios; pero estos deben ser subordinados, 

JT callar ante el interés general. YO mismo 

nada gano, an- d pierdo mucho, en la continuarion de 

laa sesiones; pero hago gustoso cMtos sacriílcios por el bien 

de mi fitfis, como baria el de mi propia vida. Así, na 

vm 108 msles que se nos pintan, y los perjui~w que se 

nos dice ocasionar B la Nacion la -continuaaion de Ira 

Córtes. 

Si es por las diatas, ademis de ser casi nominales , y 

de cobrarse de ellas muy poco 6 nada, es un mezquino 

recurso para agarrarse de él y deducir de ahf lo gravosas 

que son las Córtes B la Nacion: icuántos establecimientos 

hay que sin acarrear ninguna utilidad al público, les son 

perjudicialísimos para su progreso y felicidad? Y loe que 

andan tan solícitos para quita+ B la Nacion el Bgurado 

gravámen de las Córtes, ipor qué no hacen proposiciones 

que la alivien de la pesada carga de estos establecimientos? 

Porque esto tal vez choca con otros intereses personales, 

intereses que hasta con esc&ndalo harian recibir 

semejantes proposiciones, verdaderamente útiles 8 la Pátria, 

si alguno de nosotros se arrojase á presentarlas. 

Tambien ha traido el Sr. Borrull , en apoyo de su 

opiuion, las ideas de la comision de Constitucion, y las 

vertidas en el discurso preliminar 6 esta ley fundamental; 

pero además de no ser este el texto, ni valer aquellas 

más que una opinion particular, que deber8 apreciarse 

segun la mayor 6 menor fuerza de sus razones, tampoco 

es exacta la oomparacion. El diacuno y la comiaion hablan 

de tiempos quietos y sosegados, de aquellos en que 

planteado el nuevo sistema, los asuntos de las Córtes serán 

ciertos y determinados, y los cuales podrlu coxmlnirse 

en pocos meses. Pero aun para semejantes aircunstan-’ 

cias, la comision ha prevenido las que pudieran impensadamente 

suscitare8 con motivo de una guerra 6 algun 

otro suceso inesperado, autorizando. para este oaso por la 

Constituaion el llamamiento de Córtes extraordlnariae , 

las que pudieran estar reunidas en clase de tales todo el 

año, si los asuntos á que hubieran sido convocadae no se 

hubieran flnaH&ddo. ‘De‘ menerif que se ve elaramsnte gas 

la continuacian de estas Oórtas no se opone ‘al tbnep de 

la misma Constituaion, aunque estuvieran obligadas 5 obeervarla 

en este punto riguroscìmente. 

Mas supongamos que las a6rtes ss separen , y qns 

ocurra de pronto la estipulaoion de un tratado; el levantamiento 

de nuevas tropas ; la imposicion de alguna 

contribucion , 6 cualquiera de aquellas otras cosas tau 

probables de suceder en el dia: i6 dónde aaude la Begencia? 

Convocar6 las Oórtss, se me dirá;. Pero tcu&ndo Ias 

reune? A lo menos han de paear dos meses. Unos estaremos 

en Galicia, otros en Mallorca, otros en Oanariae , y 

por pronto que noe juntemos, traecurrir8 un tiempo suciente 

para que se pierda la ocasion oportuna de ejecutar 

una operacion que intluird, tal vez en la salvacion de la 

pátria. Si la Regenaia se temiese esto &quú haria? 0 apoderarse 

de facultades que no tiene, 6 abandonar la eanss 

nacional. Y cualquiera de los dos cosas que resolviese su 

tal conflicto, iquién no considera que era expuesta y peligrosa? 

Si la primera, quebrantaria la Coustitaoion , ‘y 

con su infraccion se desacreditaria J labrarla probablemente 

su ruina: si la segunda, dejaria quizi perecer fa 

Pátria, que seria el mayor de los males. Reflexiónsse si 

wtos per#cios reales y efectivos no pesan mucho mis 

lus los imsglnarios que se flgurau algunoa señores ss 

rriginarian de la permauenoia de las Córtes. Yo, por tau- 

Lo, si no viera al Congreso inclinado B una suspo~bñ, 

Dpiuaris por la continuacion de las seeiones, J la &sten- 

:ia en CXdiz de los Diputados, aunque no hubiera mQ 

lne una 6 dos 6 la semaua en tiempo de oslor. Pero ya 

que se dessa la suspension, pido que esta se sefiale tonarreglo 

á los negocios, y no i los dias, para lo cual podr$ 

nombrarse una comision que determine aquellos que sssn 

urgentes y necss8rios para plantear la Constittion, y 

aquelha cm cuyo despseho M deje rl Gobierno en dUpo- 

818

-3270 6 DII JUXIO DB 1819. 

.sieion que no necesite del auxilio de las Córtes para llevar 

adelante la defensa de la Nacion sin abusar de sus 

facultades. Y para que ae vea que no el deseo de tener 

abiertas las sesiones, sino la necesidad nos obligó B ello, 

pido tambien que haya sesiones extraordinarias por las 

noches, y aun permanentes si se quiere, pues yo estoy 

pronto 6 ello, aunque lo padezca la salud. 

El Sr. POLO: V. M. tisne resuelto que estas Córtes 

no se disuelvan hasta l.‘de Octubre de 1813, pero que 

puedan cerrar sus sesiones. Esta resolucion se fundó en 

la utilidad y necesidad que tiene la Pátria de que permanezea 

este Cuerpo que la Naeion he nombrado pars su bien 

J felicidad. Deeretads la existencia, la eesacion de sus 

sesiones debe fundarse en que la Pátris no necesite de los 

trabajos de sus Diputados, 6 por mejor decir, en que estos 

hayan hecho ya cuanto exige y pide el bien de la Nacion 

en circunstancias .tan árdaas y difíciles; y sin que se 

demuestre este principio, es imposible adherir B la propoeion 

del Sr. Creus, reducida í que ee fije un dis en que 

el Congreso haya de cerrar y suspender sus sesiones; porque 

una resolacion de esta naturaleza sapondris que oon 

los trabajos hedos, y oonlos que puedan concluirse haeta 

una époea determinada, nada faltará para que se plan& 

dque J lleve ~4 debido efecto la Constitucion, si para que 

se consiga el fin principal de llevar & cabo y salir victoriosos 

Be uua guerra que la. Nscion ha emprendido con 

tanta justicia como decision. 

Rn la sesion de ayer se manifestó con oportunidad y 

eon la debids extension 1s ueeesidad de que estas Córtes 

w QB~ s~e 8eei0n~e sin que estnviera ~&&do el dia 

en que hubieran de abrirse de nuevo; y yo creo que no 

debe saSalsrse este dia sin que se determinen loe asuntos 

que per su importaacis deben tratarse sutes q.ue pu& 

veriflearse la eesaeion de las sesiones: este debe ser nue+ 

tro principal objeto, siu que puedan separarnos de él las 

razones alegadas por el Sr. Creas eu apoyo de su proposicion. 

Seguu he podido comprender, una de las eansas que 

lo hsn movido i haeerls, han sido las repetidas heeneiss 

que piden y se eoneeden B los Sres. Diputados, con 

lo eusl podrin quedar las Córtes sin 81 oorrespendieute 

.mímero. No creo puede ser esto un motivo su5oiente que 

&&i5qu8 18 actual proposicion; aunqae sí lo seria, 8n mi 

concepto, para que se propusiers, 6 que no se concediesen 

m48 liceueias, d que se limitssen á la tereers parte de 

los Diputados. El proporoionar á estos algun doseanso 

despues de veintiun meses de trabajo, es otra de las razones 

alegsdss; mas para que pueda apreciarse, es preciso 

reflexionar si el interés 6 descanso de los Sres. Dipatdos 

ss 6 no preferible al bien de la P¿tria. Otro de los 

fundamentos eon que se ha esforzado ls proposieion , se 

ha redueido 6 que eatmdo señalado un dia eo que se hagau 

de eerrar las sesiones, se trsbsjará y adelantará mtis. 

Sobre no ser decorosa al Congreso esta rszon , oreo que 

no eosseguiria su objeto, pues todos los Diputados trabajau 

y han trabajado con actividad y aonstancir cuanto les 

ha sido posible y permitid+ sus conocimientos. 

No siendo otras, segnn he podido comprender, las rau)nes 

en que se ha apoyado la proposiaion que se discute, 

8s imposible dejen de posponerse á las solidísimss que 

hnn expuesto los aeãoras que hau preopinado, porque no 

se apruebe. Se ha hecho una enumeracion de los trabajos 

principa~i=os que 8dfm pendientes en 81 Congreso, y 

siu cuya resoluamn es imposible poner término ni sun de 

dias á su diwsiou; y yo, como indivíduo de una de las 

’ @wkskmsa, 10 puedo menos de reclamar p&icularmeuh 

14 rteaaiop de ‘Ve híe a~bre 18 imporbeia de 1~ ag~h 

que tiene presentedos, J que penden en la misma: el señor 

Creus se ha hecho arrgo de ellos, pues dice en una de 

sus proposiciones, que se deben tratar aon preferencia los 

que se dirijan á que se realice la Constituaion, y los que 

proporcionen fondos para nuestras necesidades; esto segundo 

se consigue, 6 bien estableaiendo un método fljo 

que evite desórdenes y arbitrariedades, é introduzca eeonomías 

y asegure el crédito del Gobierno, 6 adoptando 

nuevos recursos. 

De loe aeuntos principales que con este objeto tiene 

presentados la comision especial de Hacienda, no se ha 

diseutido más que en uua pequeña parte la Memork del 

Crédito público, materia digna del Congreso, y en la que 

es indispensable que presente sus ideas pars que los psrticuhms 

esten plenamente convencidos de la buena fé con 

que procede en todas sus resoluciones. Se han reunido los 

indivíduos de la Junts del Crédito; pero sin que esté saucionsdo 

el arreglo de sus oficinas, sio brden fijo en sus 

procedimientos, y siu bases para obrar y formar su sistema, 

nada se habrá conseguido 6 por mejor decir, se habr& 

destruido lo que se observaba anteriormente, y no se 

sabrá el que le ha de reemplazar. 

El arreglo de Tesorería y Contaduría mayor está tambien 

pendieate y presentado, y nadie dudará de la ueeeaidad 

de que sobre este punto so resudra con urgencia 

Lo que se crea más oportuno. 

La Regencia está encargada de presentar, y creo que 

lo verificará eu breve, el sietema de Hacienda en los ejércitos, 

puuto del mayor interés, y que conviene sancionar 

autes de que se suspendan las sesiones. La misma Regeocia, 

conociendo la necesidad de que se introduzca el órden 

en nuestras rentas, de que las ya establecidas produzcan 

eusnte sea posible, y de que todos los empleados eumplrn 

con sus obligaciones, propuso que se formase una junta 

directiva de rentae, y V. Y. tuvo 6 bien aprobar el pensamiento, 

encargando ze extendiesen y presentasen para 

su ssneion sus reglas y atrfbueiones en lo que me consta 

se est& trabajando. Asuutos de la mayor importancia se 

estan instruyendo J tratando en sesiones saeretas, que se 

verán en público cuando ae hallen en estado de publieidad. 

Y prescindiendo de todos loe asuntos graves que he 

referido, y de los que en esta y eu la anterior diaeuaiou 

se han indicado por los Srss. Diputados, jno tendti la 

Regencia que proponer otros gravísimos y urgentíeimos, 

mucho más cuando esté en ejercicio de sus fuueiones el 

Conzejo de Estado, y cuando se haya verificado el arreglo 

de las Secretarías segun lo dispuesto por V. M.? 

Lo que interesa y exige nuestra obligaaion sz con - 

cluir con brevedad estos asuntos; pero no precipitarlos 

de tal modo que ses mas perjudicial el decidirlos que dejarlos 

sin resolver: es indispensable ademb hraer saber i 

la Regencia que las Oórtes creen deber cerrar sun sesiones 

luego que hsyan conaluido los trabajos mBs urgentes, y 

que en este concepto proponga con brevedad cuanto area 

pueda convenir al mejor desempeño de lau altas funeionea 

que le estan enaargadas. 

Fundado en estas reflexiones y eQ Iss que hicieron en 

la sesion de ayer los Sres. Argüelles y Gareía Herreros, 

no apruebo la primera de las proposiciones del Sr. Greus, 

y convengo en que se nombre una comision que exponga 

au dictámen sobre qué asanboa deben precisamente tratarse 

antee que se cierren las sesiones del Congreso, y 

que se dé aviso á la Regencia de esta determinscion pars 

los 5nes que quedan expresados. 

El Sr. CREOS: Cuando de una rszou 6 reflexion se 

toma uas sola parto dejando otra, es muy fácil impug--

n8rh% y aun desvanecerla. El Sr. Polo ha supuesto qu 

una de las razones que yo habia dadc era porque ae pe 

dian demasiadas licencias. Esta ea una parte de las ra 

zon, y añadí que entendiendo que habia muchos aeñore 

que estaban en igual caso que los que pedian licencias, s 

podria V. M. ver en la precision de tener que concede 

tantas que se viese el Congreso sin el suficiente númer 

para deliberar. Afigdase esta segunda B la primera part 

de mi reflexion, y entonces se ver& que no es tanta SI 

nulidad como ha dicho el Sr. Polo. He añadido que lo exi 

gis tambien el descanso de los Diputados; pero, jacas 

he dado esto como una razon muy principal? Señor, ten. 

go dados repetidos testimonios de saber sacrificar mi des. 

c(~nso, mis comodidades, mis haberes, mi tranquilidad, ; 

no seria tal vez el último que sabria sacrificar su VidI 

por la Pátria. Pero ideja por esto de ser una razon d, 

congruencia el descanso de los Diputados despnes de vein 

te y un meses de continuas sesiones? Mi principal rar.01 

88 porque entiendo ser útil á la prosperidad de la Pdtril 

@que se cierren las eesiones por algun tiempo, despues dl 

haber tomado las disposiciones precisas para que se pon 

ga en planta la Constitucion. Entonces por medio de est 

descanso intercalado se pudieran mejor ver los saludable1 

efectos que debe pmdueir aquella, y entonces estaria 

V. M. ilustrado para consolidarla cuanto fuese posible 

Cerrándose las sesiones, los Diputados, distribuidos po 

las provincias, no hay duda que volverian con mss cono. 

cimientos del modo con que se cumple, de los efectos que 

ha producido, y de los obsticulos que tal vez halle. Yc 

no hallo dificultad en que se mnltiplique~ los trabajo1 

cuando se haya fijado el dia: tampoco insisto en qae MII 

este 6 el otro. Aquí 88 citan muchos expedientes sobre 

que V. M. debe resolver, y muchos hubiera convenido que 

se hubieran resuelto desde el principio; pero demuestre 

la experiencia, que en cuatro ó cinco meses no estarán 

en disposicion de resolverse todos. 

Batiendo que si porque haya asuntos interesantes nc 

han de cesar las sesiones, no llegará jamAs este dia; y en. 

tiendo mL, que aunque continuemos sin Interrupcion 

hasta el dia 1.’ de Octubre de 1813, aún dejaremos algunas 

cosss interesantes que resolver. Siempre y cuanda 

se diga qae acabándose los asuntos interesantes ccsar6n 

las sesiones, nunca se cerrar&. Algnnos de ellos no importa 

que se difieran. Los que sean más interesantes, co. 

mo son aquellos de que habh mi tercera propoaicion, se 

poddn i fljado el dia, califf car, discutir con presteza y resolver, 

sin que por esto se crea que no se pudiera prorogar 

oeho d diez dias 6 mis, si se necesitasen para ooncluir 

&os asuntos. Si estas razones que se dan tuvieran 

Ma Ia fuerza que ae desea, icómo hemos prefijado en la 

Constitucion el tiempo que han de durar las Córtes ordinarias? 

~NO podrá suceder que dejen tambien asuntos gra= 

vss pendientes en el ttkmino que se les di de tres 6 matro 

meses? #ues cómo se hace esto? Aunque bien eonsidsro 

que .no son unas mismas las circunstancias, como ha 

dfeho d &. Conde de Toreno, muchas, no obstante, de 

las razones que 89 tuvieron presentes para fijar tiempo 6 

14s C6- ordinarias, obran en las presentes. Si V. M. 

determina que lae sesiones se cierren en tsl término, despues 

de ajado este dia será muy del caso que diga una 

comision los asuntos graves que proeissmente se han de 

tratar y resolver. Entonees podri deliberarse sobre multiplioer 

las oomisiones, y aumentar el trabajo de las sesiones 

para que queden conclaidos los asuntos el dia señalado. 

acaba de decir contra ellas: primera, que le pareció justo 

igualar á 10s Diputados que no han obtenido licencia con 

los que la han disfrutado; segunda, la indefinible duracion 

de los trabajos pendientes; tercera, las ventajas que resultarán 

de-que los Diputados observen en las provincias 

los efectos de la Constitucion; cuarta, porque limitándo - 

se la duracion de las sesiones de las Córtes ordinarios á 

tres 6 cuatro meses, este plazo debe ser tambien sufdciente 

para las actuales. Es cierto que en cuanto á la primera 

ha procurado manifestar que no era el descanso de los 

Diputados en lo que funda particularmente la justicia de 

su proposicion, y yo lo creo así, y que el iseñor preopinante 

pospondrá, todas sus comodidades, y sacrificar& su 

reposo y su misma vida por la salud de la PBtria. No 

obstante, confiesa que el deseo de que todos sus compaiberos 

gozaran de licencia, y de igualarlos di todos, fué uno 

de loe motivos que le movieron S hacer esta proposicion. 

A mí me parece que esto no debía haber influido en lo 

mis mínimo, y hubiera sido mejor, queriéndolos igualar 

8 todos, proponer que d ninguno se concediera licencia; 

porque era miis conforme con la obligacion de los Diputados, 

que todos abandonamn sus intereses, é igualarlos 

exigiendo 6 todos el cumplimiento de su deber, que interrumpiendo 

sus tareas para que todos atiendan d sus 

negocios prtrtieulares. Que un militar obtenga licencia por 

algun justo motivo, no ser& razon suficiente para ddraels 

B todos, disolriendo un ejército por igualarlos, y abandonando 

una provincja al enemigo. Mbs valdria para esto 

que todos perdiemn sus intereses, su salud y BU vida, que 

no que peligrara la Pátria; y no habrg uno que diga lo 

sontrario. Si esta razon de igualdad no debe valer para el’ 

mi-, tampoco deba valer pam que nosotros abandonemos 

el cargo que la Naeion nlrrr ha Eonilrdo. Conviene el 

mismo autor de la proposicion en que hay asuntos urgentes 

que tratar; y no obstante, suponiendo que se ha de 

krdar en la conclusion de estos asuntos, alega esto mismo 

como otra razon para que se acceda B lo que propone. 

Yo no sé que el que el tmbajo Bea largo sea un motivo 

?ara interrumpirle siendo urgente el concluirle; y ai el 

lutor de la proposicion conviene en que se concluyan, dá 

1~6 fin ocuparnos en señalar ahora un dia que no podenos 

prefijar porque depende de lo que dure la discusion 

le los asuntos pendientes? &os dejaremos en el estado. 

m que esten, llegando el dia señalado? Y si no se con- 

:lnyen antes, iqu6 es lo que se puede observar en fas pro-. 

rincias de los efectos de la Constitnoion, que es otro de 

os motivos que ha alegado? Nada puede notarse mientras 

10 estén planteados los tribunales y los demás establecinientos 

constitucionales, y que todos los negocios lleven’ 

,l giro que la Constitucion previene. Esto no pnede verilcarse 

ahora, porque precisamente uno de los puntos 

nndientes ea la ley que organiza los tribunales; con que 

H)r lo menos era menester terminar este 8sunt0, aun 

ruando fuera posible desentenderse de los demás que se 

kan citado, que son verdaderamente no menoa esenciales 

lara que la Conatitncion pueda plantearse y notarse aua 

ifectoe. En cuanto 6 la otra razon de que Por la Constiucion 

las Córtes no pueden durar máe que tres, 6 d lo. 

nás cuatro meses, es bien óbvio que esto se entiende de’ 

ss C%rtes constitucionales, no de las actuales, y W un 

nativo más para que estas no concluyan antes de resolverse 

os asuntos que tienen conexion con la Coalätaeion, pori 

que si nosotros no los concluimos, p&saña mnehas legfrsturas 

sin que se pueda concluir lo que ahora podemos : 

.ejar arreglado Brsbajando da interrupcion. Ds otra rnw 

m-a, loe Diputadou que noa suMan nos onlpwkn de ha* 

tilea dojade wgoeioll qub DO Ptssaaa taaplioar OR eltismr~

po de sus sesiones, nos culpar& de no haberlos concluida 

pudiendo, y de haberles diflcultado B ellos su conclusion, 

Confl8so que no sabria qué responder si se me preguntara 

por qué ya que nosotros quisimos descansar, no permitimos 

trabajar Q nuestros ‘sucesores todo el tiempo que 

exigiera el bien de la Nacion. En mi opinion la proposicion 

es intmpestiva, y hubiera’sido mejor emplear estos 

tres dias en adelantar los trabajos, que tratar de una suspension 

cuya época es imposible fijar; pero ya que se ha 

perdido este tiempo, quisiera que no ae hablara m&s de 

esto. Trabajemos todo cuanto las provincias, que han 

puesto au suerte en nuestras manos, tienen derecho 6 

exigir de nosotros, y cuando hayamos concluido la grande 

obra que nos encargaron, entonces iremos á observar 

sus efectos para corregir sus faItas y corresponder enteramente 

6 la confianza de nuestros comitentes. Entonces 

descansaremos; pero no hablemos de 8so mientras nos 

quede lo más mínimo que hacer en favor del pueblo heroico 

que nos ha autorizado. 

El Sr. GARCIA IiEIWtEROS: Señor, las razones que 

es han dado en favor y en contra de la proposicion, me 

confirman mbs y más en que es necesario concluir los trs- 

bajos que están pendientes, y 8011 abolutamente necesarios 

para la consumacion de la obra que hemos empezado. Razones 

para que se suspendan las sesiones no se han expuesto 

que tengan peso alguno, porque ni el descanso de 

los Diputados, ni las muchas licencias que se han concedido, 

BOLI motivos suficientes para hacer una proposiciou 

de esta naturaleza, y mucho menos habiendo confesado su 

autor que hay varios asuntos graves que están por resolver; 

pero 6 estos ae les ha hecho una cortesía; porque se 

dice: aseñálese un término en el cual se hayan de cerrar 

las sesiones, y luego veremos qué asuntos son estos; de 

nodo, que como quien extruja un limon, así se quiere se 

estrujen los asuntos para que se concluvan en un determinado 

número de sesiones. Y como ya prevea el autor la 

imposibilidad de concluir en tan poco tiempo, dice en otra 

de sus proposiciones que los asuntos que queden pendientes 

se seguirán deapues que vuelvan á reunirse las Cbrtes. He 

aquí, Señor, por qué me parece que todo esto es un sistema 

para lograr la tan deseada disolucion del Congreso, salva la 

intencion del señor autor de las proposiciones, pues todos 

sabemos su modo de pensar; pero parece que no se dirigen 

estas sino 6 que vuelva todo al sistema antiguo. @eñBlese 

un dia en que se cierren las sesiones, y luego se, califlcar6n 

los asuntos que son urgentes1 Se me antoja que esto 

es lo mismo que si ae ajustara á uno para que hiciese una 

jornada en un tiempo seiíalado, y preguntando este cubntas 

leguas tenis que andar, se le contestas8 que eso luego 

lo veria. (disrmwl20 de apobacim.) Esto mismo ea el decir: 

fijese dia para concluir la sesiones, y luego trataremos de 

los asuntos que hay pendientes. Se ha publicado la Constitucion; 

y hasta ahora iqué tiene hecho V. M. para que 

se observe? Nada, ciertamente, mas que el mero nombramiento 

del Consejo de Estado, y éste está todavía sin reglamento, 

pues creo que aún no se le habrá pasado. Puecl 

si no hay hecho nada máe que esto del edificio que V. El. 

ha trazado en la Constitucion, querer suspender las sesiones 

ino es querer sepultar al Congreso en los escombros 

del edifloio arruinado? iY qué sucederis en medio de 

la confueion que necesariamente debia originarse de esto 

de estas vacaciones hasta el mee de Enero? 

V. M. ha destruido el aiatema antiguo, y ha trazado 

otro en su lugar. Y así como los hombres no pueden vivir 

sin aomer diariamente, aaf el Estado RO puede subsis- 

en el intermedio 

tir sin un sMema, que ss el alma de los Estados. Pero 

)Wu BR &R? 481 Wgtro? Ya lo ha dwtmido V, M, @l 

nuevo? Todavía no está planteado. Luego la Nacion quedaria 

sumergida en un caos, del que tratan aIgunos de 

aprovecharse para que vuelva el sistema antiguo, pues no 

pudiendo el Estado subsistir estando en iuaccion, si no va 

adelante, por precision ha de volver atrás ; y esto ea lo 

que se desea. Todavía no hay Tribunal Supremo de Justicia; 

no hay Audiencias constituidas, como V. hl. qufere 

que lo estén; no hay tribunales inferiores; no hay nada, 

en una palabra; porque aunque se dice que está hecha 

la propuesta para el Tribunal Supremo de Justicia, 

V. M. todavía no sabe nada de esto. No me quejo de ello; 

pero lo cierto es que nada hay hecho en orden B la administracion 

de justicia. Y como en el caso de la proposi - 

cion que se discute las Audiencias no se habian de estar 

con las manos cruzadas hasta que V. M. se volviese á 

reunir para darles las reglas por donde se han de gobernar, 

era preciso que se gobernasen por el anterior sistema, 

porque cuando uno no tiene camino nuevo conocido, 

es preciso que siga el antiguo que conoce; por eso digo 

que este es el medio más seguro de que vuelva á restablecerae 

el sistema antiguo, y que estas proposiciones son 

nn nuevo medio para minar los cimientos del edificio que 

xe ha levantado. ~NO tendré yo derecho para persuadírmelo 

así, mucho más cuando veo que no se han dado razones 

que convenzan su utilidad? 

Se dice que SB volverán á abrir las sesiones; pero, Se= 

Dar, iquién vuelve B reunir los Diputados en la distancia 

í que se halla el Gobierno de casi todas las provincias? 

Y 81 Gobierno iqué se hace en el tiempo que dista desde 

1 .O de Julio hasta Enero del año que viene, cuando queiaria 

sumido bajo una multitud de escombros? Si ve V. M. 

lue hay Diputado á quien no s8 puede hacer venir de Ma- 

Ilorca, icomo puede creer que se reunirán tan fácilmente 

todos los que tanto desean la suspenaion de las sesiones? 

P no se nos venga ahora con el honor particular de cada 

uno, que acaso no falta quien 10 pusiera en no volver. No 

BS esto lo peor, eino que tal vez en lugar de ir los Diputados 

á las provincias á observar los efectos de la Constitucion, 

como se ha dicho, acaso irian algunos á desacreditarla 

y 6 aumentar los males de ellos, ocasionando la 

ruina de la Pátria. (dfw~~ul~~.) Señor, es preciso hablar 

claro; y si á alguno 18 pesa, que tenga paciencia. Yo represento 

aquí á mi provincia y á la Nacion: alguna vez 

habia de usar de la libertad que me compete como Diputado; 

y si acaso me extravío, yo tengo bastante deferencia 

6 la autoridad del Sr. Presidente, que se servirá, advertírmelo. 

Digo, pues, que veo perecer la Pátria, porque veo 

perecer Ias Cortes y la Constitucion. Yo no sé cómo se 

quiere fijar un plazo B los negocios graves, cuando los 

Diputados no sabemos los que se hallan pendientes; y no 

sabiéndolo, @no se quiere fijar un término para decidirlos? 

No trato de los asuntos útiles que pueden tener 

espera, sino de los absolutamente indispensables. Aquí, 

pues, tenemos una cosa semejante al ejemplo que he puesto 

antes: sin saber las leguas que has de andar, ajusta la 

jornada. Aqui se toman en boca las provincias; pero, Señor, 

iqué dirian de nosotros las provincias? &Qué habeia 

hecho? (nos dirian,) Aquí nos traeis un papel mojado, 

pues no ha&s planteado el sistema con que ha de ejecutarse. 

No hay tribunales, no hay ejércitos, no hay Hacienda; 

iqué habeis hecho? &Qué haremos con un ediffoio 

sin cubierta (que esto, en suma, es lo que habeis hecho), 

sis repartimiento de habitaciones ni distribucion alguna; 

eu fln, nada más que las paredes maestras? 1 Ah1 Lo que 

muchos quisieran es que vinieee el edificio 6 tierra; y esu 

tsndenoia tienen ssmsjashs propotioionea, por lo qUB ma 

owflrno rpBa 7 da en que eete 9s w &twoo dirigido 4

wmo 58s. 3273 

destruir todo lo hecho, Si se quiere descansar, jno pned’ 

determinar V. M. que haya sesion dos dias Q la semana 

Y el que no quiera pensar, estudiar y meditar para la sal 

vacion de la P&ria, que huelgue, que bastante tiempo 1, 

queda en la semana, pues en las dos sesiones apenas ven 

drán solo á emplearse como unas ocho horas. A no sc 

que el descansar consista en esparcirnos por ahí como UI 

nublado. Señor, que hay que cuidar de loa intereses domésticos. 

Es cierto que merecerán atencion cuando no s( 

interese el bien de la Pátris; pero itenemos todos casa? P 

aun cuando todos tuviéramos que cuidar de un gran pa. 

trimonio; cuando ae trata del bien de la Pátria, &ay cosa 

que se le pueda anteponer? El oflcial que va 6 campaña, 

gno tendrá que cuidar tambien de sus interesea? &Y seria 

conveniente que fueran pidiendo licencia para ir 6 cuidar 

de sus casas todos los oficiales, hallándose al frente del 

enemigo? Pues mayores y más temibles que aquellos son 

los enemigos con quienes tiene V. M. que combatir; porque 

aquellos al cabo se sabe que son enemigos, y hasta 

en el exterior se les conoce, porque traen su uniforme 

distinto del nuestro; pero estos otros están ocultos, y lo 

peor es que se cubren con la capa del patriotismo y con 

la piel de ovejas, siendo en la verdad lobos voraces. 

Descinsese enhorabuena; pero bastante descanso ser6 

el no tener sesion m6s que dos diae 6 la semana. Así se 

concilian bien los extremos, ai el descanso no ea m6s quun 

protesto para disolver el Congreso: descansarán loa 

que ae sientan fatigados, y los que verdaderamente podrian 

estarlo, los que incesantemente trabajan en las comisiones, 

que es el menor número, aprovecha& el tiempo 

en favor de la Pátria, que estos no apetecen el descanao, 

sino que desean trabajar má;e, y solo un8 imposibilidad 

fisica podrá hacerles abandonar el trabajo. De este 

modo no se dar& lugar 6 proposiciones de esta clase. Si 

se quiere despachar pronto lo que hay pendiente, muy 

ficilmente se puede hacer. Decrete V. M. qae no se ad- 

mita negocio algano, sea de la clase que fuere; pero este 

no puede ser, porque los hay de tal naturaleza que nadie 

puede resolverlos sino V. IK. Repito que todo esto me induce 

á creer que este ea un plan para dar lugar B que 

vuelva á renacer el sistema antiguo, á cuyo objeto no cesan 

los enemigos de las Cdrtee de minar en sua:cimientos 

todo lo establecido por V. M., singularmente la Constitucion, 

que es la que les da grima. Y esté V. M. persuadido 

que este es uno de loa muchos ataques que se han 

hecho 6 las Córtes, y que aunque este ae les frustre no cesaran, 

no desistirti de sa vil y pérddo intento; redoblarán 

sus esfuerzos, repetirán sus ataques, tramarán naevos 

ardides; en una palabra, ao deja& piedra por mover 

para salirse con la suya. No quieren que sigan las 

Córtes, porque temen que se hagan reformas que toquen 

6 sus intereses; porque el patriotismo de muchos es de 

palabra, y solo subsiste mientras no se les llega al bolsillo. 

Por esto es preciso que lae Córtes tengan siempre 

enemigos. Esta es la verdadera causa de reproducirse eatas 

cuestiones. Por tanto, desapruebo enteramente la parte 

de la proposicion que ae discate, poique es antipolítisa, 

inoportuna, y aun absurda; porque antepone el señalamiento 

del tiempo en que se hayan de cerrar las sesiones 

B la califlcacion del número y calidad de loa nego- 

?ios. Lo mis 6 que yo me extenderé ser6 & conceder que 

do haya dos sesiones en cada semana, dejando los denós 

para descanso de los Sres. Diputados. Señálense los 

negocios, y entonces enhorabuena que se trate lo demás; 

wro por mi voto nunca las Cdrtes cerrarrln sus sesi0nes.S 

Pidib el Sr. &jla que se pregnntaae si el asunto es- 

;aba sudcientemente discutido; pero el Sr. Presidente, 

rdvirtiendo que los habia muy graves que tratar en ae- 

lion seer*, por suya razon era preoiao ya levantar la 

kblica, lo veriflcb, mandando suspender ests discusion, 

f anunciando que el dia siguiente no habia sesion para 

lue las comisiones pudieran adelantar sus trabajos. 

819

DIARIO DEY SESIO~S 

/ 

DE LAS 

:CORTESGENERAIESYEXTRAORDIA 

/ ’ SESION I)EL ODIA 8 DE JUNIO DÉ, 1812. 

& IMIW agregar 6 las Actas el voto particdar &d 1 I más tsu nombre el +e&kd&o autor de aqnel impreco, Don 

8,. MtrqaBo.de ViU~frsncr, contrario ii la resolncion & l Jos6 Joaqnin Colo+ dwano del; suprimido Consejo de 

aybr, par Ia chal n0 ae z44wmdió B h aúp&a de la vinds L Castilla, el cual trató entonees de contwtar i fas rnzon&a 

del k-miente general II. Ramon &Ga&m; gara que oe le l que tuvo presentes Ir Júntr para condenar su esorito. 

hid&~~ á e~te 10s hunos fúnebres mili-; *.? - - Qne’en las trw~sesionse que aa celebraron despQe8 de haf,%_., 

‘. 

*: -0% Oxpiekz~ :ds D. José Colon, cada in- 

.; ..f 

divídao por Bepamdo, asiatM%&@ankments 1). ,Demiw 

,c_i’_ r 

go Muñoz, voeal de b Junta, quien decIar varias v~d68 

Habfendo loe Obispos de Cuenca, Plsee&a, Segovia que lo habian puwdido insufIcientea las razonaa que en 

-p Albtrrroin -isuplicado el Congreso ee dignaee acordar ella arpo+; y habi6ndose procedido:& BU nueva cafiflmsxnti 

qaisai habiw de jurar la Constitueion de la -Monrrqllri 

SspGíoia, como apet&ian J deseaban, se resolvió que 

io veriíkssao ~ln manoa del Emmo. Sr. Cardenál de Borben: 

Bn Uoasefxmn~ia-hizo ‘et Sr. Caneja, y ae aproM,,la 

proposicien t de que ttodoe los eclesiásticos, asl aeglur& 

eomo regulares emigrados, que se hallasen BR esta-plaza 

preataaen el mismo juramento en manos del vicario gecion, 

se hallaron empa%ados los votos por estar el referido 

D. Domingo Muñoz dnfbmio des gravadad. La neeesidti 

de despachar este asunto obligó B is Junta 6 enviar ã BU 

vocal secretario B-explorar el dnimo de D. Domingo Muñoz, 

quien bien instruido del asunto, manifest6 su opinion 

ìe que debia aonfirmase la ‘primera ealitkacion. Con esta 

ratifleacion se declaró de nuevo aquel escrito compre&- 

neral da eati dióoesis. 

loen el art. 4.’ de Ia liberkad de la i~prwts, Se di6 copia 

de esta confirmacion de la primera caäflcacion B D. Jes6 

* 

Colon, quien interpuso apelacion ¿ la 8uprem8, d quien 

t3e remítió el expediente. Al cabo de casi dos meses y 

&J niandaron archivar loa teetimonios remitidos por 

el &cretario del Despacho da Gracia y Jwticia de haber 

prestado el j-nramento presoricO á la Constitucion Pr, Salvador 

Moreno, presidente de la ca8a de religiosos obssryantas 

de San Pranaieco, de la isla de Leon, y Su comunidad, 

ela, Audiennoia de Sevilla y 811snbalternos; y el 

medio, Ia Janta suprema devolvió el expediente 6 la pro; 

rinoial para que calitlcase de nuevo el escrito de 1s &rpaGz 

aM&ucEa, 4 pretexto de que habia habido falta, de 

formalidad en el juicio. 

La Junta provineial extrañaba qne al cabo de tanto 

tiempo, y 5 muy pocoe diaa de fallecido el vocal uuyu 

eabilde de lu aatsdral de esta aiudad. 

sufragio decidió el jnieio, tratase de anularse y darle por 

inválido la Junta suprema, cuando en máe de dos m-8 

que corrieron desde que se le remitió el expediente Itea& 

la muerte del vocal, hubiera sido fácil exigir el voto por 

Bacrito, si es que este defecto de mera fórmula fuewr el 

verdadero motivo absolutamente digno de sabernarae. 

gontinuabd Ia’ JIZXW provincial quejándose d&;wta ooniucta 

de la suprema, fund6ndose en la almm de sus aixi; 

buciona, por”las oudeu, sfendo+comowbã jaeces de pu- 

?o hecho, no dabiaa estar atmidos 6 todaa Ia8 ewruptxlcr-: 

& lsyd-~~r representacion, en que h Jnntr aeasoria 

dr ;:Ma prodacia exponia 6 que habiktdoeels dirigido 

por ef Y&ibunal espeaial m6ado por&?3 Córt+N el impreS0 

titaMo BJH~F~ ~A&u& CB ti CZM, etg., 6 fin de 

que en dads forma lo examinase y califlcase, le habia 

declarado par pbrnlidad- de votos subvwaivo. Que habiéndose 

négsdo ~~dosf vwee al qu6.W deeia llu editor, 

D. Gregorio Vic&,e Gil, copia de los votos qne 88 habian 

desviado de .3g plwlidad; crqó uO deber Oouk 

gidades dé Mrmulas de be jaécee del dereo-ho; y con&& 

diciendo: @s-ta jnz&& pue& Se%,, en tal extremidad, * 

rb&t&5ndase de ventilar br rrosetion de Bi ia ralpioprr rol

3!Z?6 8 W’SU@O DB i810. 

halla autorizada por V. hl. para dar por nuLas sus actnacioues, 

6 solo para reformar sus ceusuras en aalidad de 

junta de apelacion, sin entrometerse á indagar Ira causan 

que han podido moverla B diferir por tanto tiempo al pronunciamiento 

de semejante anulacion, J de haber esperado 

B hacerla cuando no existir el que motivó esta pretendida 

nulidad, y pudo en tiempo deponer de ella; y po~ 

último, sin querer indagar las cansas Por que estando er 

el arbitrio de la suprema el reformar 6 confirmar las do1 

ealiílcaciones de esta Junta con una sola suya, ha preferido 

mancillar la opinion de esta provincial, tachando dc 

informal J nulo un segundo juicio, si bien ha arrostradc 

hasta nhora la odiosidad que lleva consigo el justo des- 

e9peiíq da sq eqpirp; rsulm#qqJ8pdqee 4 1M @iYv~s 4 invectív86 

son qnb se ha procuradn era’ varios escritos 8jal 

su repataeion, no puede en la ecasion presente dejar dc 

I;qaqiféstarse sensibLe á esta tan poco merecida mancillaI 

que refluyendo sobre el’ buen nombre de los individuoc 

que la componen, los reduce d la indispensable necesidad 

de mirar por su honor, demitiéodose ante V. M., coma 

respetuosa y nminimemente se demiten, todoe de La ti 

bien honorífica, amarga y desabrida comision que se lea 

ha confiado, suplicando á V. M., cuán encarecidamente 

pueden, se digne aceptar benignamente esta su dimision, 

en cuya sola merced creen baLLai sntleíente recompensa 

de los servicios que hasta ahora puedan haber hecho eu 

el desempeño de 811s tareas. 

Cádiz, elw=Rr~ Wguel UabaUe de ViLahes,JBra~o 

VaWrina.+=Bafiel Mark de Garaieee&ea.~c& aiB 

caorio.~oeé Mqmf31 de vadillo~o 

Propwieson. algronea 8r~~lDCpntadoaqae plsru, es&a 

exposic~ á una kmuldop, 4 lo qwa oe qww3- el Sr. Clande 

de Ips*cno pidiendo que se declarase que la Junta pro. 

vineiaL habia obrado LegaLmeate, en leque eonviw tambien 

el Sr. Ikrcnar, aiWi+Io qn.e4 la J’nuta suprema habia 

cometi& un ahawds, pues ‘no: %eniepdo jnrisdiceion 

alguna, se habir excedids de sus akribaciones: sin embargo, 

Ir expoaicien se saaad6 pasar 6 La catiion que hahia 

extendido el regkmento de-la libertad de imprenta. 

: - ,, 1. , 

Ee aprob6 el dietkm de la comisiea de Haeieadr, la 

cual, 0s vista de varioe l nteeadentw y reclamaciones, 

despu& deopoctunas reflexknes, o&aba que. oonfor- 

4ndose cen el parecer de la Regencia, se pãbiadeelarar 

que en la prohibicion deL goce de dos pessienes ea usa 

misma persona, estableoida por laa sesolueionee de 10 di 

Diciembre de 1809, 1,’ ti Euero p 2 de Diciembre dc 

1810, no edaba comprendida la del Monte-pío que eor - 

responda 4 laa viudas 6 hnérfanoe por falleeimienkm dc 

sus maridos 6 padres, y por consiguienke, que podiau di* 

fiu&r de dicho Monte-pfo,, aunque rl mismo tiempa gonasen 

de alguna ~W,U&XI que por la legftima autoridad, y 

pos justoa y se&Wos motivos, len estuviese ockedida; 

pw#$ndo&, en eI caso, Q wordarlo así, expedirse el cor - 

respendienbe decreto. 

&1Un6 la diseueion sobse las pregosioiopaa del señor 

Creua, y en su con%ecueacrLa dijo 

El SS. CIEU8: Señor,, me ha admirado el que esta 

pw9loaion heye tenido tanta eposieion, siendo toda ella 

PDUY confurme B las ideas manifestadas siempre por lar 

chdee+ 3. antes Qa hacerse la Constito~ioa, ya despues 

b -@-& Y mwh tE1Bs äo* he &U~TI&J da que 6 

mis proposiaiones se las haya dado un sentido muy ageno 

del que eu SI contienen. Y aunque es verdad que el 

Sr. García Herreros,mo biso, no el favor, sino la justicia 

de decir que no podtia ser ottaiui intencion que seguir 

les miras del Congr(eo; 80 obstante, como supone que 

contiene un sistema contrario d la plantidcrcion de la 

Constitucion, por si yo como hombre habia errado en rlguna 

cosa, las volví 4 repasar, por,ue pudiera muy bien 

haber incurrido en semejante defecto por ignorancia 6 

por filtr de explicacion. Efectivamente, examinándolas 

con detencion, no he podido hallar cosa que ae prrezaa d 

lo qne han dicho los señores que las han impugnado. Y 

cuando en las tres se dice que ae clasifiquen los asuntos 

udh fmscigbs pw establ;d4st f4 Oaagmllrdbs, yX@e de 

estos y no de okoa se trate, creo que no se pod& detir 

qoe yo he tenido otras miras que Las que han manifeetrdo 

la mayor parte de mkv eompaaeios. Además, casi 

todos loe argumentos que se han hecho no vienen al caso 

para esta propoeicion, correspondiendo máe bien B la segunda 

en que ae trata del señalamiento del dia. Yo mie- 

ILO manifesd antes de abrirse la diawrion, que habia formado 

segun mis cálculoe, tal vez errados, la idea de que 

las providencias necesarias para plantear la Constitucion 

podrian ya haberse resuelto para tal dia, y que se seña- 

lase .i581i 

para oervarse 18s seaiones; por lo que ni me 

opongo, ni me opuse á que una comision esamine el dia 

que sa puede fijar, teniendo presentes los asuntos que hay 

de preâareneta para el objeto indicado. ta primera pro- 

poeiolan no dice m4s que M señale un dia. Si ahora, por 

OQ tener eenecimiento de los asuntoe qar hay pendientes, 

no pudiera fijarse, dígase que se reñalerk En ti LOpueato, 

el grande l rgoawllta que haae eL Sr. Garcfa Herreros 

con el ejemplo del que tiene que andar tantas leguas, 

no tiene fuearr-aLgua+ porque es decir que se señalará, 

el tiempo del viaje cuando se tenga noticia de las 

legIma. I -.

- 564. tMr 

bíes da eda dhue. Más aupongcmoa an monte&3 que 106 ha;t WIMM ti-ti WI’ &e IU GMIBI deti 6-p: 

babiea& LIA puede -adir nadie que aea mayor el 11 l6- un611 qtle ya hrrn venido y be liti inenHssMda, f bt)oe 

BMW de ebtacr que el de 10s que procarrriatl eiftablecel tla quë ets de pr~~mir qao vengan, f B% meaclater cbtitar 

Y eonodhiarla? &Nu w la mayor prrte de los Diputad Ios Con Uäos p con otras; per tasto, el eeñal~~ito en abair 

qae la ha sancionade? El que algunos tengan BUFI os )i- ttacto de dia determinado äo pu& verificarae, EI señor 

YMMMJ pWibgIww no puede dnñar, porqaa al fln qned al Ureus ha Indicado comb nuevo argumento en epoye de su 

06 ~inhW6, Y fa constitnciotl ea una ley que obliga lá paweer (porque w lo que toea d 8~1 intencfobttb no lo 

te&% 6 W MliQIkieãk: todob los Dipntddos debem 10s necesfta, pues eati acerade en el eohtencimien#o d8 Co- 

CORooeT y @onobellhoa que fi mbcha difererlbia de cuan do dos loa que le conocen, que somoir todo@; ha indiëado, dicm 

trata de diwutir 0~1~ eoaa, 6 cubado BB halla yb d@c :i- ge, que por lod mishnoaprindipioa qne hdn dirigido el pzo~ 

dida. YO ha ddo uno de lon que ae han opuesto 6 oari ye& de ConstituCion no debian ser p¿imarl¿hteb Ibs PBatiículol 

(porque no hay ningñtlo que hay6 dejado d: : sionea de 15s Cbrtees. Acu&d&me qn¿ el Sr. CoMe d# To- 

OpoltOrW 4 URO 6 .i utro, y l~ingäno hay que loa h8: ya : reno entone& di6 la verdadera ieepue&a~ .3X t3~1stHasprobrdo 

todos); pero clra cuando SB de?iberabb sobre ello ‘S, l cion ha htiho abatraccion, coma debkk haceM, de las 

y ha?k libertbd para hacerlo; pero y~ sancionada, niI l- l áIrcuneta&cik+, que aunque de m$s 13 menoa’ duurlcion, 

gmo estiui mde obediehte que yo 6 Io que en ella I ee I WI passgeras. l!nfeIice;8 de notlottos ti tio ke fii&anl Ba 

-pteaaribe. YO telgcl tifmeneia ê la qae ee ha decretadc 0, ’ lecir, ~desgraciadiaimo pnebio ti sieukpíe efM&rae en 

y J weri&rr mi opinion; el que h6 sepa BLcerIo, no ( ea t 3sta eituacionf No ee Puede, plrea, srltar pr pruebe dd lo 

digno de @brepreeeatrn6e de lã Fladioh eapshóla, ni t le ( Iue deban hatef estas Cdrtes sxMAu?diHWí&s; Ie di@Maser 

español. Digo, pwe, que IM pwd6 ptianrtlir fo qt 16 1 !d@ía lad ordinarias. Digo más: que de lo aiithbio dta- 

In&% ri Sr, Qwefa Herrecoe; y digo raba, que siempn ql 18 1 w13t.o en la Constitucion ae&a de U6rtas extrM3l&aye 

Ifogase i saber de cierto que hdbia rlgun DiptW lo i ‘íaE, IM deduce un priìdcipia qae no debamti p&+d6r de 

que procwam destrtiit IS ConstitaCion, yo miamo IX td F rieta, DíCtie alIí que Ias C&W eW&otdinwiM han de 

c-ir en Ir obligaoi&n de delatarle, parque e&toy oMiga t- c remar das aoaíonea desde bl mome&ti cm que hayaã &n- 

W4aetUmi i todo el que maquin contra la Pdtria. c !luido el objeto para que ue reuuier& Aef Qns, -ía f#e- 

” Po+10 que i mf toes, pu& àbir qda si a&uno e le ti tids conetitucionnl dë Iaa Cbrtea exBlrabrdin#tiad da que 

pfeswta~ en mi p~õtiflóid, Coa iatanto de ffestruir 118 c itfrren las sesiones eaando hdp llena& el objeto cjas 

Uon&lt~eiw, sroia conMerado como un traídoi, porqa u n Wtivb su Wivocádion. Hasta aquí don priheipios; vrtrrioa 

lejos dff BBC rdmfkfda alli sendejante idea, quizá; ree6n, - 6 hechos. Con despachar s&, siete 6 ocho #&u&M grhvendrin 

B IUB Diputadola’p& lMw &%do corfda en pro es J urgentes, teaãärentee eeguroo (hablo d# aq&@Ilru +w 

euraz el restablecimientó de Iw ti&fg&&+rivfIegioa; suridad abra1 C&I que pliaden contíw lob BomWs) dd qtie 

~lgarr&m$3 ui alguno intentase opon&8 al es68bIeei~ B- hl ¿!omMdo el objetb de esta teunion? sepEo+; en pfitiento 

da la Cerrstitucion, seria víctima de eh deRo. Po idP’ItlgffF;%d~ OWtfM kntbe pezklieutw; euyá~tx+rc&inr- 

&imo, % V. Bl. no tiene S bien aprobar mia proposMo ion 8endt6 lo menoti uti pkzo. -de y&% &è. Bt$N@-. 

0861, y estima que las Iresionee lean permanentis, ven21 ester tio cMdarse 4aé le hablo cte dn brfantk (16 u¿eW 

todas lua diflcaltades que ae puedan ofreoer, y ciñénctosc [o&atqufa; la parta IIGS tejana de ella y que en iguald@i 

Ir uueutíon 5 mi primera proposicfon, nómbrese usa eo- 3 buaIidades y dexWiob 68 tctll kprecibblé &nw 1, otra 

mGUar que rrarimsndo loe asuntos mba urgentes y ne- rfte su iguáI. 

cwuioa, propaga dia para easpender 1~ skones. 

Yo aquf llame Ib at8lteiotl, Señer, de te&%- 1oJ Dipu - 

El Sr. QAEKZA BERRRROS: Patd dar oda Mitifac - t! [dos: este negocid deetd auj6to á t?BiIchIo dbl diti Btl Qtla 

eikn sl Epr. OWIE, dip que bdg macha diferehcid~ entre B h a de concluir? Este negu& es 66 los que ti pukleh 

la inWneion y el hecho. Hiere ua’o mortalme&te d 6tr6 ; d @we para miEs adelante, ~rorque ea ccjnetánt8 @e 88 

ei QirajrnO que va B curarle prescinde d@ la intsnbion P’ ne&n necesitar remedioa eonatitaaionalee (que solo puepwquu, 

efocthameiu6e, aea buea%, &a mal& el rddultado 8, ; dc B dar el Congreso) para eete gra+f&uo mb’t, y lse Cd+ 

et mhno. Esto el 1~ que hay Bn ib p?oposicion &l serSo r tr 38 ord$nariaa tienen atadas 1~ manoa p6ra dario$ f Er6 

aress. RWO~OWO m buana fé, y no le creo) eapaz de ~tyu - a( luf cómo aun los negocioe oxir&&tee, sin neesidad de 

du 5 aste 8irtents, dirigido 6 la d&rw%i&n de todo l( 01 ;roa, hay tido 6uya duiaditi Po 8e pu& MEWr, lcfue 

pw ae hai heoho; pero tee que es mortal la herida, y yo, , ‘3t endo de Wnta importreicis, debe entrar en la cuecLtU& de 

que en este caso me eonsiddro el cirojamo, trbto de @i- l lo s que debe& der ptef&íde$. He indicado co& ou&W Pa- 

CIW el *medio, sin Pararme YB Ia fhtanaion. 

za in el 3,. Oarcfa Herreros, aun contrayéddoae 6 la primera 

~1 gr, ISEJIA: Deapaer de b*W oidb bl Sr. Creua, 1 P* moposiciti, do le pare& debia sp?oobirrBe. Voy 6 la be@&- 

wec) qne la cueofíoa se ha acabado; y as!, dehemos aoa- . da L, toc&nt& á los asuatoíl que wtbn en la Na4!idn, d 10 que 

waerm 4 entendernos y 4 ~WCTR aua justa aplicacion de l ea lo misrilo, en las (Jbrtee que la representi. Cuatia los 

~8 idar, y entonees 88caremos ftiute de eeta diseWGod, I es prñ&a de ambos mundos elatiaroti por lae Odrtsa, 6o1W 

que )B ~argr por sí misma Todo está; oolítraido -. - Q si ge t , IO! 3 patriarcas por el Mesíes, fué para libraPsi del iWaLr 

ha de señalar B’n pera eerrar las seaioneu de las C&t’ee, y y ponei eil adelants un cote 6 16 arbitrariedad, 6~ígen de 

6 si w ha.de nombrar una comieion qw indique loe asun’ la erltics situ&?ion de la Península. Puaierola Ia #[eta- en 

tosr w sola átilea (porque loa inútiles no deben venir), &$no dos objetos, eu Ioe CIMI~I, como ed 6u rtipectivo no*, 

meaaria, no en ra~on de su grsvedad y urge&a, sino convedan todoe. El primelpo ere 8íW ConstiBuaioti, que? 

en ras de las cireuastandias; porque hsy asunte8 ur- fljdudo ka 18aìiW deI f)uder para qu& jdmás pudi~a&iBrlr 

pMtw J: gravi&noa, que eiu embargo en razon de kas cir- Q Pa Nacic?, desterrara @u% 1empre lw atbitrW&& ya 

conaW 101~ di&ribIss. Bata indicscion no tira4 ,$re- ebOá hecha, en auanto 15 la formacim dd &di@:’ el BSveair 

el aomeptb de Ia comkdon, porqud no ne#a&t* iW guado erl’ q&3 can&me B ‘eate miä&w $%W, su träaise 

dioaaiwde nadie, elne i ip%nife&r que no eB pdsiib 

de itiicar todoa loe medios ptifbles y $I’OE!KW qu@’ @clh.- 

s&ialw el d¿a que en sb&eotw pide la propobiciod. BI LW- carrìewn’ 4 la tesláacioa del otro objdfo, que ~t 86 eu&1 

ñor Gln6íct Herzerue Yzo- eI obro dta alg@nae!indica&neti es p&ero, 6 pep mejer’ de&‘, qti6 uno ti& btkd ntJdd- V+ 

qta ooúac3wen oun .m& aodw *i’ pekw. BI¡ prim3r Nn, leac, poqllff di R ~IEwU~lt eie t’wkiw tmw flmâtt; 

820

ni tierra 8in CoMitucion valdria tampoao, porque logrw 

riamos ser un dir libres para ser 81 dia. siguiente fran+33- 

sea; y de estos dos objetos capitales deduzco yo que no 

estando terminados, no hemos concluido nuestra mision: 

por consiguiente, arreglándome 6 los principios constitucionales, 

infiero que no 88 puede en abstracto fijar el de- 

Palsmiento de dia para que estas Cdrtes kerren sus sesiones. 

Ee un hecho (lo digo porque el Gobierno lo hadiclw, 

J no debo tener reparo en decir una .cosa que el Gobierno 

no tiene embarazo en rqpetir), MI un hecho que no 

hay un fondo suficiente para poder hacer frente ni aun 4 

los primeroe ga&os, sin lo cual es imposiblo salir de francezes. 

Pregunto ahora: ghan acabado -1aa Cdrtes los negocios 

importantes con relacion B este punto? jUree ningun 

Diputado que 88 ha provieto á ta Regencia de los 

medios que necesita para continuar la guerra? A mí jambe, 

me paed por la imaginacion. Nosotros contamoseiempre m8s 

con los deseos que con la realidad,que siempre ea menos. 

Eso en cuanto á loe proyectos de recursos; en cuanto á las 

cantidadw, sufra el Congreso que le haga una pequeña 

reflexion. Digo que las necesidades se anmentarkn. cada 

dia máz 6 proporcion de los esfuerw de loe enemigos y 

de los nuestros, y envirtud de las vicisitudes de la guerra, 

qua np deben hacer desmayar d nadie, pero qne agrap@rán 

las Oircnnstancias. Tenemos reveses propioe de la 

gnfma actual que nos ponen de peor wndicion y hawm 

aumentar los gsetoe, Téngaze prmte, que ~. en cuan& B 

@toa,. el. mismo efecto han.de prodnoir @ ventajas, porque 

habiendo m&s plazas hay II&& que guarnecer ; -de 

mado que tanto loa reveses comolae ventajas, -han de 

aumentar -0s gastos. Luego aunq cuando (lo que set& .age- 

no de aer~,tzmiémmo~ vn que acudir B los gastos actaales,‘.hey 

que-contar con. las necesidades venidera?; pero 

iqti m&s? &4 cel&aima Regenciadel Reino incr ha di- 

&o qna así. oomo ha presentado un arbitrio ir-á presentando 

otros? Luego ya se sabe que á propuesta de la tis- 

ma R&wia tiene el Congreso que iree ocupando sp la 

aprobacion de otros recursos, pues los que existen no con 

auíicientaa. V&ze, pne(f, cbmtt por este solo respeto ai la 

Regencia ha de limitarse 4 aus facultades, no podr& aendir 

á todw lae urgencias. Cuando la po&eridad, Q la cual 

Llegarán, sí Señor, llegar& nuestros trabajos, vea ouándo 

y &mo ze hizo la Constitucion, aea cual fuere el éxito 

BUJO, que s$.ain duda glorioso, no podr& menos de quedar 

atónita; .pero.en la hipótesis que no lo aea, el solo arrojo, 

esta grandeza. que sin perjuicio de las demk naciones 

oon quienes pueda compararse es peculiar de los españoles 

4 quienw ea dado en patrimonio el animaree mb 

mientras más sufren, solo eete caráater español, único en 

eJ,mundo, ea el que pudo haber sugerido la idea de hacer 

una Constitucian en la iala de Leon, 6 la vangunrdir del 

ejército qse la eitiaba. Puee ze hizo, y con una grandioeidad 

de que hay pocos ejemplos, porque fué precedida 

del deseo mrb sincero de hacer la felicidad de los pueblos, 

unido al rezpeto m$z profundo de todoe los Diputados 6 

BU augusto Monarca, d quien parece que la distancia na 

hace sino reeonoentrar 8~6s y m&z.en nuestros corazones. 

Dfgusmeaino: &ou&ndo naeion ninguna qoe adoptó eetas 

idaz mWu?o eate justo equilibrio entre los intereses del 

l@Wca J del paeblo? Pues aunque @pua de trescienhe 

Sñofi baY wa nacion que la ha conseguido, ne lo ha 

h&ho ogn la,facilidad y trenqailidad que nosotros. KS 

verdad que feriemos adelantada su ejemplo. 4~ qué quie - 

re decir, todo @t@ Que cuanto la obra que se ha hecho 

p0r.d congreso eS más difícil, tanto mayor debe. wr el 

inhfh pua ~fnarh 6 do. No quiero decir trmpoco que 

WJ le hW laa fJ6-s y qw m PFGW que e~aa i* 

! ‘L 

tsrvengau en laq OJJWI que p4rtewen al GebierpID,: IZn 

todo ío que 804 de la Regencia Beta cumplirá. Hay mil 

razones para creerlo. Lo han jurado; y cuando hombres 

como loa aduales Regente& juran, w con inteacion de 

cumplir, porque si no, no jurarian. Mas en osto mismo ve 

el Congz+qo’ que el Gobierno ha de encontrar mil .difieultides, 

‘qutx)w podria alianar~aino excediéndose de zus faoultadea. 

-Re&uo aqní ir atenaioq é ingenaidad de mia 

dignos cornparieros:Tres ó ouato artklosda la Constitucion 

han zusaitado una cueation reñida entre noaotroe. 

@uánto~ debates w. ha Bahido eubre su inteligencia? Nadie 

dirá qw el por &a oscturidad de la ley, ni de qnt, los Dipntadoe 

no son 10s :quS deben entenderla mejor que nadie; 

puea-&Tqué proviene eeta no inteligenoia? De la diferencia,que 

hay entre pensar y superar lw obstáculos que no 

ze previeron, @5uw hemos de presumir que aquí ae hrn 

prevenido. todoe loe csroe? &z..Córtea tienen lo mBis que 

pueden tener, que-es la soberanía., pero. no la infalibilidad. 

Solo -la tiene Dio@ en el cielo, y la Igletia universal 

en la tierra, y éatcr’oorna @ano de Dioa.~ 

Tratamos ahora!& otro, poder, el jadicial;. el p&r 

kn newario, que lo que él ha de hacer ee el objeto de 

toda Conatitueion y de.todá sociedad, porque por él hlcy 

seguridad y tranquilidad Mntra las aseehanzwr daeualquiera. 

Se neceaita, puef3, jueticia; que ne habiéadolr, 

como dijo bien San Aguztin, ‘no zeriartr las; oiudades una 

reunion de hombree, tino unas.euev+~ de ladzww %IJ, 

puq. la juzticia el alma de. la aoeieded, el objeto primero 

de.toda Constitnoion. Puna, Señor, ~~+cómo noe hemoede 

desentender de que si nos contentamos .eon b.-pronwlgacion’ 

de la Constituoion queda ,Ún obetáoulo terrible i,~qua 

sé verifique la buena administraeion de justicia? @ómo 

aea Qmoe & desentender .de la pugna horrible que ha de 

haber de resultas de no existir ciertos cuerpos que bao de 

poner eñ ejeeucion la, Constitucion .eu la parte judicial, 

Preveo son dolor que si .no ,se arreglan estos”cuerpos, va 

6 susoitaree 1xno. guerra warnizads entre una parte de 

las mde reepetablae que eomponen la wna de la autoridad, 

6 de lo que ae Jlamaa pod8F6$ ee deoir3 20s tribunalee, 

y otra respetabilísinìk, cual 88 1s suma de los- pueblos. 

Katoe han tomado la Conatituoion ea. la mano, y creerah 

que se ejeouta desde su publioadoa, porque noae ha dicho 

que empezar6 8 obrar de& tal aão, eoxuo ae nos dijo 

en la Conatitucion de Bayona, en donde Be deuia que .para 

el año 20 tendríamos libertad de imprenta, ea decir, para 

cuando no hubitwe #ya qui? la uffase. Sa erbe que algunos 

puebloe de Galioir qwrian poner en ‘ejecacion algunos artíeulw 

de la Constitwion luego .que lora vieron aprobados; 

por esta misma r-011 1~ pueblas querr&r wr juzgados (no 

hablemos de pleitw atrasados, pues estos irán S los tribunales,porque 

la Constitucion- no tiene fuerza rekroactiva), 

por el metodo que prewribe la ley fundamental. hoz 

tribunales dirán: no,’ Señor, põrque esta’ ley es bsee, y 5 

nozotroa no se nos ha dicho c&no hemoe de proceder. Ka . 

vardad.que hemos jurado &as bases, pero los pormenor : 

res noa los he de dar el Poder legislativo. IIB aquí-uaa ne- 

ceaidad inevitable de arreglar algunos puntos 8 relativo8 6~ 

la organizaeion de 1~ tribunales. A esto tiende el beIIísimo 

proyecto presentado d V. Y. por su eomiaion. Ye no 

sé si con solo este proyecto podrá alguno deoir: de&ro de 

tantoe diaa ee cerrar& lae seaiQawJ_ porque Ba menester, 

no olvidarw que haciende leyes, eg preoizo~proceder con 

pausa, como entre .otros Diputados lo ha manifestado 

enérgicamente el Sr. Gomez Fernandez. Kl Craso no. 

sabe cuánto tiempo le ocupará este~pyecto. Sabe‘ sí, por 

expoeicien que han hecho varioa Diputados de ‘Galicia, ~ 

oreo que el Sr.< Payan faé unö dtr‘ ellos, qrre con mo$ivo Bea

Congreeo sabe J ve-lo que +8 Ika heeho con respecto ( 

pam8 que ni aun BU abstra¿to se puede pt’beéd8?.b se& 

haberse, DO pUbk4d0,j fd!IO .SanOioPado algUuOB a&Oul 

de la Constitucion, y l@edos á Galicia y á sfrûs punt ;oeJ lar 81 dia en qu8 se han de cet’rlv las BetiOn0B.b. 

por medio de los peri&iioosj %B e~eyeron en el caBo de p O- Declarado 84 punto sutkienteukmte ‘di~~cUtido 

nsrlos ea ejelìacion, y di$eron:~ rltnos 6 nombrar á 10s il l- 

divtiuos da los ayuntamientoa aonform8 pteseribe Ia Con B- 

tifacion. Este laudable deedrden se debe evitar: llamo lar 

dable por la intencion, y desbrden por 10s resUltado& 1 r; 

, pidió 

el Sr. Odolaza que la votacioa fueee nomiaal; pro el+eñot 

Oáhdtma propuso qu8 se preguntame más bien ,si habia 

lugar á votar sobre la propozieion diseutidti,’ porque 

le gwcia que oí Congreso no podia aprebarla ni d&aprobarta; 

atendiendo 4 lí explicaaionee dades por BU miamo 

autor el Sr. CreuB, y 4 que habiendo twt+ eonvenido~en 

que antes de cerrarse las sesiones BB debian terminar los 

í8 

los ayuntiamientos pata que 88 lieve 6 8Fecto la.OOn&itu L- 

cion en esta parte, que aunque no trae Bino dos artículo *, 

ha sido necesario extender un reglamento dilatado, qx 10 : asuntos graves pendientes, era imposible señalar dia fijo 

parecerá minucioso y largo en la apariencia parB los qt 10 para lo primero, sin examinar y 5jar prévismente los asUu= 

no ~nocen la’ gravedad de laa cosa~. Con que (cuánto qUs I- tos que antes debian concluirse. 

da que hacer sobre este punto! Vamos ahora á la pari :e Opúsose el Sr. &w6$ 6 la mocion de1 IJr. Calatrava, 

legislativa. Ha indicado antes una’r~zon que ahora voy 6 t diciendo que no sabía la razon para que Be hiciese semeexplanar. 

Señor, solas las Cbrtes son las que han hecho 1 [a j jante pregunta. 

Constitucion, y solo ellas Bon las que pueden hacer la LB El Sr. CALATRAVA: La razon es bien clara, y exleyes 

concernientes d la misma Conatitncion. Esto no e 1s 1 Mío que la ignore el Beñor preopinante. La Constitucion 

de olvidar. Hay un decreto por el cual se manda que den L- l Freviene que se haga esta pregunta: continuamente se 8Bt6 

tra de tres dias de recibir cualquiera autoridad una &de n 1 latiendo en el Congreso, y esindispensable hacerla siempre 

de las Córtes, la ha de poner en ejecucion. Por esta ley a 16 í lue como ahora Be presentan proposicionee que no a8 pueha 

derogado una de Indias, que autorizaba B los tribuna - c len votar. El mismo Sr. Creas cuando ha querido explicar 

les para obedecer y no cumplir. LBB mirae que tuvo f 4 6 IU proposicion, ha expuaeto razones que son aoatraella, ha 

Congreso para esto fueron benéficaa, porque tal vezla de I- c confesado virtualmente que la Buepension de Iaa sesiones 

masisda obediencia es falta de respeto. Hablo de esto dj e d lepende de la conclnsion de los asuntos graves que hay penobececer 

y no cumplir. Va un decreto á C7ltramar; en. - d lientee, y ha manifestado que SUB intenciones al hacer la 

cuentra grandes di5cuMades; si faera en otro tiempo, s 0 P wopuesta no son conformee 6 lo que 8n ella se contiene.. . 

obed8wria, y no 88 cumpliria; pero ahora que 88 supon1 e ( Habido pwtido Qtcttwmpitle el Sr. Ctew, ptos@.dó) : 

que Iaa leyea ao?& hechas, no en la oscuridad de un gabi - b lien sé lo que me digo, y tengo las proposiciones B la 

nete, ni por inforÍues parihnlarer, en fla, que no las ha- - v ,ista. 

ceo malos faVOritoE, Sin0 DiputadoB rspreeentantes de Bu1 B Ha expuesto en la dieeusion el St. Creus que no eta 

puebloe, y enterados de sus circunstanciaa aetaalea, IU u inimo se dejsaen de concluir los asuntos de gravedad 

D 0 

debe haber eso. Pero puede ftuceder que desde que se san, urgencfa que hay pendientes, y aun me acuerdo que 

cionb hasta que llegó allí, hayan mudado las circunstan- : ; ijo que si no se hubiesen concluido al Ikgar el dia que 

CiaB qae la motivaron; y si el virey 6 capitan general dc 3 Bf 3 prefijsae para la Buspension de Ias BeBiones, se podrian 

allí reclama, tqué har& la Regencia? Pregunto: iqué ha- - P rorogar por algunos m8s que fuesen necesarios. Pero les 

cen un48 Begent8B que han jurado la Constitucion, pa- m 81 ato lo mismo que lo que se contiene en las proposlcioneñ 

biot,aB ueloeos y virtuosoe como los que tenemos? &Ic 3 N ‘0, Señor, todo lo contnrrio. (Lsy6 lar chco pdmftar. 

abrogan la facultad de Buepender su ejecueion? &Cbmo ha- * F ‘lante 68 k tttior dul I r3 &Z parado.) 88 pide en ellan que 

bia de pasarme esto por la imaginacion? iQuieren que sf 3 BI 3 flje un dia para cerrar 1aB geaiones; que este dia ~8a el 

u8V8 adelante la brden 6 pesar de los malee que causa? r íi ltimo de Junio, y que hasta entonces se traten con pte- 

&Y entonces? Aqui ve el Congreso la necesidad, á lo me- - fe zencia los aeuntos relativos 6 plantificar la Conetitucfon y 

no8 mientras no despache los asuntos p&oipalea, de que 3 lo 1 que Be dirijan 6 la formarion y mantenimiento de loa 

esté reunido para que siempre haya Q quien pueda con- . ej ércitoa. No dice el kk. Creue que ~6 WlchIyan t?Btorr 

s&,ar la Regencia. A lo menos debe ser así mientras pasa L af runtos graves y argenthimoa, sino que se traten con 

esta inandacion, que me la figuro como las del Nilo. En- P’ referencia; &y 88 lo mismo 10 Uno qu8 10 Otro? &Y Bf no 

tonces, alí como hay una parte de buena tierra que pro- 1 concluyen para aquel dla? Ahora no se opone el señor 

rBu8 á que se concluyan y d que pua 8110s Be proroguen 

dUc8 buenos frutos, hay tambien una eepecie de viciosa 

fertilidad, que prodaoe mil yerbas, que por m6B que se aI- ’ la 8 g&onee; pero 8n BuB propOBiciones quiere que 1aB seranquen, 

re’toñan siempre hasta que paB8 aquella Qpoca de I ail Dnes Be cierren el dia que BB d8~ign8, aunque queden 

la iuuUda&On. Olaro está; que hablo aquí de la inundacion PC budientes los aenntos de m6s importancfa; y solamente 

d8 108 franaesea. No digo mbs para no eamJar; porque si pe lrmite que si ertoa fuesen talee que no se pudiesen difedijera 

todo lo que 0cuwe 6 mi im@a8ion, icuándo aCa- rh r hseta lae ptóximae Córtes, Be vuelvan 6 abrir lar ae- 

Mia? A~ordémonoB de lo que el 8r. An6r ha dicho varias Bit 3nes en Enero de 1813 por trer xwwa~aando m8r. Vea, 

v8a8s con la mejor intencion y con la solidez 

. . 

que 

. . 

acos- 

. Pt tes, V. M. cuán distinto 8~ lo propossfo 

. 

de la 8splicatumbra. 

NOB0OtrOB, ha dicho, lo hemos r8Vuelto Mao, y 8B cion que ahora m ha dado, y que teniendo una mnexion 

menester que todo vuelva á tomar su eurso; porque Bi 88 tan intima todsa las propoeiaiones, qa6 m6e bien soa una 

derriba Un edificio y no Be 16 suBtituy8 OtrO, 88 Wtá BLI Bola, el 5jar dia eegun elIae para cernv IM seeionee ser& 

~8Or eBQsdo que antes. V. DI. ha echado abajo el edificio querer que 8e cierren, sunqus qaea8n pendientes loa 

que ex&B. HB dado loa cimientos para otro; J si RO 88 negocios rn& intewantw: y Bi estoa Be deben WI&& 

prmava loB males que pueden resultar de no concluirlo, ant%, eegun quiere ya el Sr. Cfeuu, (cómo ~8 puada ajar 

nos expon&emos B las reclamaciones del pueblo, que diria: dis desde ahora sin saber cnblt~ son, y que psm enfanceg 

ipor qué no apu&al&&ís 81 edificio que t8níamoet ipor pueden eatat uoncluidos? (Y de qué servir& ffjarlo, ri Uequé 

&&eis abajo el antiguo, aunque malo, si no ha- gado el dia, y habiendo asuntos graver pendientes 18 han 

bíais de anetituirle otro? Entonces noB hallábamoB mejor, de prorogar ka BeBíoneB haBta coxmluSrlo~? Por e& repiporque 

aunque 8st6bamos debajo de un tsch0 malo, 

no to que no se puede Vo& fa proporicion, J que ag i&s- 

&bamo~, ~0mO ahora, expuestos $ Ia intemperie. Me pewable que por el medio qao ha indieado el Sr. Polo, d

pgr otro equivele&e, ae designen loa asantop que debep noticiaa que man duoentae para Ir evammion de diterminarse 

g&~ de suspender loe sesiones.~ 

aho iaforme. * 

EQ@éndaae cw efecto hecho la pregunta indioada por 

l . . 

el Sr. Calatrwa, FM declrrb que no habia Inger d votar; 

en cuya oonsaenencia hizo el Sr. Del Monte, y fué aprabada, 

la aigaiente propoaician: 

Se ley6 d diet&wm de la oomiaion de Hsaiendr mbre 

conflscos y eeoue~tEoll, J una minata de decreto relativa 

á eat6 punta, para cuja diameion aeñ8ld el Sr. Presidei& 

4Jae la ooplisiog de Qowtituaioa informe de los nela eeaion de mahnr. 

gocios que deaeS cowlairee w~tes de que puedan eerrmm 

. 

he v@ows, tcmwio ti la Sìecretaría p coxniaioaee bs13 IJe lerantb la de eate dia.

DIARIO DE SESIONES 

DE LAS 

SESION DEL DIA 9 DE JUNIO DE 1812. 

Sobre lo resuelto en la sesion de ayer acerca de la proposicion 

del Sr. Del Monte, se leyó el voto particular del 

Sr. Marqués de Villafranca, que opinó por la continuacion 

no interrumpida de las sesiones, mientras hubiese asuntos 

de que tratar; y si llegase el 1.’ de Octubre de 1813 sin 

haberse concluido, se observe el art. 166 de la Constitucion. 

Se concedib licencia al Sr. Anér de Esteva para pasar 

d uno de los puntos de la costa vecina de Portugal á restablecer 

su quebrantada salud. 

El Sr. Guereña presentó la siguiente proposiciou: 

*Supuesto que por artículo constitucional toca á las 

Diputaciones provinciales promover la educacion de la juventud, 

y fomentar la agricultura, industria y comercio, 

pertenecerá á las .mismas formar reglamentos, que examinará 

y aprobará el jefe político, para establecer sociedades 

económiaas de sugetos respectivamente facultativos, 

que con sus conocitsientos cientítlcos y observaciones se 

interesen gratuitamente en el adelantamiento de dichos 

ramos. Y en Ultramar será igualmente del cargo de las 

diputaciones territoriales de minerfa procurar por el propio 

medio la prosperidad de esta importante negociacion. )> 

Recomendando su proposicion, dijo 

El Sr. GTJERBÑA: Señor, si la conveniencia pública, 

que en distintos tiempos fué el agente de este proyeot,o, 

hubiera de comprobarse con los más incalculables progresos 

que en todo género de establecimientos deben las naciones 

á las sociedades económicas, seria preciso con la 

historia de ellas dilatar el discurso. Pero afortunadament,e 

excusan este trabajo nuestros ssbios escritores, por una 

parte ilustrando con SUS meditaciones la ley agraria, la industria 

popular, la economía y las especulaciones mercantiles, 

mientras que por otra nuestras sociedades de amigos.del 

país, por un sistema científico y luminoso, ade- 

lantaban estos objetos. Así fué que á beneficio de conferencias 

y Memorias sábias, las sociedades de Madrid, 

Sevilla, Valencia, Guadalajara, Vascongada y otras psrtitulares, 

como las de Toledo, Segovia, Avila, Talavera y 

demás, proporcionaron ventajas interesantes en la labranza 

y cris de ganados, en el descubrimiento de secretos de 

las artes y de máquinas, que facilitando las maniobras, 

auxiliaron con provecho la enseñanza pública. Fueron por 

tanto aprobadas y organizadas con reglamentos, que dieron 

materia 8 las distintas Reales cédulas de que se compone 

el título XXI del libro 8.’ de la Novísima Recopilacion. 

Por manera que respecto de la Península, el designio 

de la proposicion reposa en leyes sancionadas, y 

respecto de la España americana podria con fundamento 

discurrirse lo mismo. Porque, Señor, si somos imparcia-- 

les, no esperemos el juicio de la posteridad, y confesemos 

de buen grado que en uno y otro hemisferio se identifica 

el bien general de la Nacion. Elia es uua misma en las 

provincias, y todas reclaman de una propia mano su beaetlcio, 

además de que en el Cddigo indiano estb prevenido 

que lo que falte en el de la parte legislativa, se su. 

pla por la de Castilla, y con mayor razon cuando (como 

en este punto) son sin duda alguns adaptables sus disposiciones. 

Las que V. M. modernamente ha dictado hacen comprender 

esto mismo. En el art. 335 de la Constitucion se 

atribuye ilimitadamente á las Juntas provinciales el fomentar 

la agricultura, la industria y el comercio, con en - 

cargo de proteger á los inventores de nuevos descubrimient,os. 

iQué otra cosa es esto que estimular la formacion 

de sociedades? Si meditamos su instituto, se conoce 

desde luego que sus individuos, atentos S la sagrada obligacion 

de auxiliar como puedan á sus conciudadanos, ó 

bien con sus luces como literatos, adelantan los trabajos 

del labrador y artesano en la mejor cultura de las tierras 

y en el primor y gusto de los artefactos, 6 ya como beneméritos 

y pudientes facilitan la multiplicacion y arreglo 

de las máquinas, premios y otros gastos, & que son 

consiguientes la abundancia de frutos naturales é indus- 

821

ti282 9 DE JUNIO DZO 1818. 

1 

triales, su mayor aprecio y general consumo, que se ni- tos vinos, cervezas, sidras y licores, que ~311 mojoría 88 

velan siempre con proporcion á la mejora, y por último pueden elaborar en Amé:ica. Advertirán que duspue5 de 

resultado, se aumentan 1~s brazos trabajac!ores qoq Ia dola@ maravillosos hall~,zgos que debieron á sus vigilias, pcble 

utilidad de que se pueblen las provincias, y se con- ricia y constante aplicacion el c4tedrático de k,otánica da 

sulte á la prosperidad de las familias. Na fpé, pues, un Méjico y los iodivíduos d$ la exgedicioa, se podia espafin 

distinto el que V. N. se propuso al sancionar en el ar- cular con más exactitud en el plantel de veg:tslea modi - 

título 3.” del capítulo II del reglamento del Consejo de f cinales, para extenderse á un ramo de comsrcio, que no 

Estado que éste indique al Rey ó 8 la Regencia los me- 1 acertaré á calificar si seria mg5 útil por el interés de la 

dios que juzgus más eficaces para el aumento de la po- 1 humanidad, ó más aprzcisble por las miras bursátiles á 

blacion y progresos de la agricultura, industria, comer- j que propende la negociacion. 

cio, instruccion pública y lo demás que sea conducente : Advertirán, finalmenta (para no aducir por ejemplos 

al beneficio común. De iuerte que en mi concepto el es- ;0 ‘tras muchos objetos dignos de un prolongado dikurio), 

tablecimiento de sociedades patribticas es tan conforme á l4 lue habiendo pruebas tan incontestab!es como la expenue@rq 

lqgis+ci@, oo+0 á Iw princ*ioR 0wi&i4wieaa- i, ieneia, de que puedq empreuderqs coa bue éxiti Za cris 

les. Mgs cQn el dgseo de desempeñar en lo posib la con- le la seda, jamág se ha pewado en ella; que la @rana, 

id 

fianza de mis cqmitentes, no puedo dispensarme de ex- if ruto impartante y propagable en qauchos lugares, ha 

poner á la sabiduría del Ooogreao algunas consideracio- : d lisu$guiao notgblemente á medida de k falta de arbitrios 

nes peculiares dé las Américas, y que demandan cuando u los cosechsros; que los montus, talados sin discrecion, 

menos discutirse por el interés general. 

10 producen todas las utilidades que debieran por defec- 

En la sgricultura de Ultramar, industria y artes, des- o de una mediana policía; que el añil y cacao pueden capues 

de que por el memorable decr-9 de 1%~ Córteg d- 9 t$qar i IJ~ progreso triplicado del que tienen; que la side 

Febrero del año próximo pzsado recibieron toia la ex- niente de todas clases de batatas, fecunda en todas las 

tension que puede franquearles una mano liberal, tienen !.méricas, y hasta hoy atendida como una de las viandas 

presupuestos para especular las sociedades en las muchas le regalo, podria multiplicarse hasta el punto de que sirmejora5 

de que son susceptibleg,. y que han de refluir cqq aiess c& un pósito eqrpua (3P los años estériles; que proventajas 

comunes de entrambas Españas. Así advertirbn jando, como prueba en aquellos temperamentos la planta 

que el cultivo del cáñsmo y lino se haya visto con des- le colmenares, no se protege, y que últimamente, están 

cuido á pesar de las incesantes recomendaciones hechas en )or llenarse los muchos y utilísimos encargos que se rerepetidw 

cédulas, en el artíenlo 92 ds la ordenanza de ristran en el Cldigo de intendencias y que harian por 

inteqdent~~, y en I$ reglamento formado para estos jefes. :ierto la felicidad de uno y otro hemisferio. 

La abyndancia de estos frutos, como la de otros colonia- $i 49 la, @@cultura daqqos un paso &$ lae artea é inles, 

40; solo evitaria la Bxtraciou do metálico dg las pose- l,ur&ria, puede Irsegurarse que las sociedades económicaa 

sioues’e$p@iolas, sipo qqe ampliásdose la materia de la LO sol9 se ocuparian en la resolucion de problamas immanufactura, 

podria tambien proveer á la Península, que ?ortant.es, sí tam,bkn en admirar la horrible calma que 

carece de, todo el lino que consume, y cuya escasez vin- as ha paralizado. Yacen aisladas en la fibrica de pocae. 

cula en pgrtg la riqueza extranjera. Adve,rtirág que el al- ;elas groseras de algodon y lana, que aunque socorren 

godon, si aun CQIJJO lo produce la naturaleza es un8 ma- )ara el vestuario de la ínfiml clase de habitantes, no son 

teria dispqesta para la fabricacion de egXquisito papel y de 

toda clase de telas, lo sería mucho rnáa mejorándolo el 

arte, y su abundaqte cqsgcha facilitwia el cambio de lo 

que ara su cambio, sin embargo de que 1~5 géqios americalos 

son tan dispuestos como los que m&s para llegar al 

primor de la esquisita manufactura, á pesar de que carecen 

de herramientas, máquinas y otros auxilios. Con 

;odo, si las sociedades calculasen sobre expediciones mer- 

:antiles, no SB adelwtaria poco en la extracoion de las 

?roduccioqes nQ,urales que dajo insinuadps, Al miymo 

>ropóaito, y despues de que, V. M., en SLJ respetable de - 

:reto de 16 de Abril del año pasdo de 1811, declaró 

lue sw absolutamente.libre en Bodos los dominios de la- 

!iw para los súbditos de la hfonarquí$ el buceo de perlp y 

.a pesca, y que el negociante que descubriese &ua arsículo 

de tráfico, de aque\loe paises qse& igualmente li- 

3.re. 4e derechos qu sg extrwcioq é introd;uccion gn los 

@ros parages y puntos, del mar Pacífico, SY pueden em- 

?!ender especulacionqs iqtereqantes. Tal seria la de estaalear 

compañíw da peaca en San Blas y las Californias. 

Desde estos puntos se podrian exportar la pelotería Para 

Canton, y madelras, brea, alqu@reu y jarcia (adelantáudow 

el beneficio del magüeg ó planta conocida por pita) 

con Lima, Y de uuo y otro traer, entre otro,s frutos, azlgue 

para el crecido consumo que de él se hace en las minas 

de Nueva España, y para suplir mientras que ó progresa 

la explotacion de minas de dicho ingrediente con 1s 

amplitud en que la ha concedido V. N , 6 se pone esgedito 

el Almaden. 

como ninguno de estos designios puede llevarse A su 

colnAo ei no se cuenta con el aumento de la poblacion en 

las dilatadas provinc&w del Septentrion y Mediodia, esta

NdMB!ii6 585. 3283 

es otrb cuestion que reclama con preferencia las observaciones 

de las sociedades. Ya se deja entender que protegiéndose 

la agricultura y la industria, se facilitarian los 

matrimonios, que muchos inclinados á ellos no contraen 

por carecer de medíos de subsistencia. Al intento condutiria 

ampliar los privilegios concedidos á los casados en 

nuestro derecho de Partidas. Esta ftié una política que siguieron 

t$mbien los romanos en ocasion en que, distiinuido 

el pueblo, se debilitaba el imperio. Hace tiempo que de 

la América septentrional se propuso al Supremo Gobierno 

se levantase la pfohibicion de las leyes de Indias respecto 

de los exttanjecos catóiicos, como irlandetiée, stiizos, 

italianos y otros, 4 quiebes en las Californias y provincias 

int6rnas sd podfian dar tiefrtas, con aprovechamiento de 

caudalosos riós, que h&sta hoy están desierths. De este 

modo se logfhrih sbjetar B los indios bárbàrok, se pondrian 

en giro muchos y muy ricos minerkles y á 165 oficio& 

y artes se datia un iilipulsb desmedido, en el supüesto 

de que los hijos y damás posteridad de dichos extranjeros 

eran unbs españoles, de cugo proyecto presenta un 

plan fiemejante la historia cuandb los polacos eligieron 

por Rey á Henrico, Duque de Anjou, y càpitularon con el 

que llevase cbhsigo familias de artífices y oficiales. Esto, 

por otra parte, es conforme á la sancion del art. 30 de 

los constitucionales y allana 16s muchas ventájas á la Nacion 

que en distintds épocas han graduado los políticos. 

Si por este órden me fuese encargando de los muchos 

objetos que canonizaron de útiles y aun necesarias las sociedades 

patrióticas, no tetidrihn tdrmino mis reflexiones. 

Concluiré, pbf tanto, hhblafido de su importancia en 16 

concerniente 6 la minería. Todos los ciudadanos que comprometen 

su suerte á los mayotes riesgos por adquirir 

contemporáneam8nt6 su conveniencia y las ventkjas de la 

Nacion, deben ser auxiliados con nuestras lwes, con 

nuestro$ oficios y con nuestros intereses. Tanto como esto 

nos exigen los de la Pátria. iY quién, Señor, se puede 

comparal’ con el minero en IS incertidurhbre de bus &culos? 

Si ge conduce por prificipios y observacion, los advierte 

tan oscuros cotio falibles. Si se mueve por la experiehcia, 

ella presenta tantos dedengaños como haE sido 

las víctimas que han sacrificado el hambre del oro y las 

minas quë lo depositan. De uno y otro sobran pruebas. 

Se pregunta á un anciana de los que han ehvejecido en 

10s reales de IB& créiiito, y luego dice: que de doscientos 

que deticubr6n ó pueblan las niinas, pu6dèn haberse enriquetido 

seis. Se oye á los intet&&dos que han konsumido 

SUS clludaled, y se lamentan de que & e’rt6 la operacioti 

para desagua? una miha; que cuandd coníetizó 9u laborío 

no se cogió la vkta principal y otFBs desgracias de este linaje. 

iY qué Quiere significar esto sino que se carece de 

un plan cientiflco 6 de regla& que Eé aproximen á la verosimilitud? 

Luego si la minería por un extremo favorable 

es el mrffiantial dd donde salen los metales preciosos qtiè’ 

circulati como la sangre por las venas del Estado, d por 

otro extremo adverso son los artífices en que se estrellan 

los caudales, es necesario convenir de buena fé en quee&d 

es un negociado digno de las tareas de los sábios y 

prácticos. 

De los que componen las diputaciones territorialeti cstablecidas 

conformb á ordenanza, hay muchos de ciencia, 

experiencia y celo patriótico. Su número progresivamente 

crecerá, prometiéndolo asf los felices resultados que vati - 

cina el Seminario miheralógico de la primerãcapital. Sus 

alumnos , pues, rectificando 1s teoría de su profesioti 

con la p&tica que sucesivamente adquieren en los feale& 

de minas, si haria’n m8s próspero el producto de estas, 

ao coatribuifian menoa con BUS luces á la mejor inatitu- 

cidn de la juventud estùdiosa; y con esto descubro d 

V. M. la razon que persuade que los reglaméhto~ de laS 

sociedades económicas se formen por las Dipùtaciones, que 

tienen á la vista los sugetos, la localidad y todas las circunstaticias 

en que deben eetribar semejantes corporaciones. 

Lo cierto es que siendo estas gratuitas, Bin gravámen 

de la Hacienda pública y del particular, aliviarán 

con sus tareas científicas las fatigas é inspirarán nuevo 

slikto ái Iabridor, al artesáho, al comerciante y al minero; 

serán los Bgehtes de la poblacion, y nos acercarán el 

dia de cambiar los quebrantos que han puesto lánguido 

nuestfö interés, coti lá Opulencia 9 los recursos de UU Estád6 

floreciente eti que vere&& la Monarquía. Este es el 

téfmino á que SB dirigen los Votos de V. M., j para tií el 

impulso irresistible que me obliga á pedir que 18 proposicion 

se admita y apruebe en todas sus partes.» 

Admitida esta proposicion, se mandi pasar á la comision 

de Constitucion, donde existen otros antecedentes 

sobre el particular. 

Be di6 cuhta de un oficio del enra?&ado del Ministeri6 

de Hacienda, incluyendo otro del consultido de la 

Habana, én îjúe expone los socorros qué ha prestado á la 

ciudâd de S&utB Marta y al batallon de Voluntarios americati 

de lo producido por el naevo dèrecho de subven- 

Cion bs’tablecido para auxiliar los relevos de las guarniciones 

de América. Se matidó pasar á; la comision de Haki&ida. 

¿a com ision de Gtierra prebentb BU dictátien sobre la 

sblicitud de Doña Lorenza Lopez Morado, viuda de Don 

José Quintero, muerto en la batsilla de Rio-Seco el 14 

ite Julio de 1808, siëndo sargento del regimiento de iufantería 

de Sevilla, y promovido al grado de subteniente 

por la Junta superior del Reino de Galicia el dia 8 del 

mismo mes, sin que se le pusiera el cúmplasi hasta el dia 

18, cuatro despues de su fallecimiento. Por esta razon, 

opinaba la comision que no tenia la viuda, como lo solicitaba, 

derecho alguno á los beneficios del Monte-pío, al 

cual no habia contribuido su marido con cosa alguna, 

habiendo muerto haciendo el servicio de sargentb, y por 

consiguiente, no debia estarse á lo pro9isto por la sobfedicha 

Junta, que señaló á la ditada viuda 1.200 resles 

anuales de viudedad, sino á lo acordado por la Regencia 

en 17 de Febrero próximo pasa&, que le asignd 

la cantidad de 3 rs. diarios correspondieiítes á las de 

su clase, declarándola comprendida en cl art. 5.’ del 

decreto de las Córtes de 28 de Octubte últiti8, en cuya 

observancia opinaba la comision que no debia hacefse el 

más minimo ejemplar de disp$nss. Las Córtes, cobformátidose 

Con este dictámeti, rtcordaron se estuviese á lo 

mandado en el citado decreto. 

Conform6ndose las miffmsS con el dict6men de 1s cotiision 

de Hacienda, resolvierolr pedir informe aí la Regencia 

del Reifio eobre una represent$cion de la ciudad 

de Murcia, en que pide se dé en vacío el repartimiento 

de sal respectivo al año de 1811, pl’actichndos’e solo para 

el ptéstlnte, 6 al men que se le tenga aIgun8 conmiseracidn 

al tiempo de su cobranza, rebajáttdose Ir parte de 

siil correspondiente gi las cabezas de faniilia que fueron 

Vktimae del contagio,

-- - 

3284 9 IDE JURIO DE 1819. 

Tambien acordaron las Córtes, 8 propuesta de la misa 

ma comision, pedir informe 6 la Regencia sobre la solicitud 

del cuerpo de fabricantes d: sal cie ia villa de Gtir - 

ri, en el principado de Cataluña, en que pedian aumento 

de precio por cada fanega de sal qu3 entrzgdeh en el almacen 

del Rey; que se pongs un administrador con responsabilidad, 

y que haya una total separucion entre los 

almacenes y la habitacion del administrador, con otras 

medidas necesarias, así para impedir la defraudacion de 

dicha renta, como para remediar la situacion de aquellos 

naturales, que habiendo perdido el año 17 del siglo pasado 

la libertad de fabricar y vender la sal que emana de 

una fuente que allí produjo la naturaleza (industria principal 

de dicha villa), están percibiendo en el dia lo mismo 

que entonces se señaló por su trabajo, á pesar de ser 

tanta la diferencia en el precio de jornales, comestibles, 

etc. 

Segun lo anunciado en la sesion de ayer, se entró 6 

discutir el proyecto de decreto sobre secuestres J confiscos, 

que es el siguiente: 

eLas Cortes generales y extraordinarias, plenamente 

convencidas por el exámen de las contestaciones que se 

han promovido acerca del reglamento publicado por la 

Junta superior de confiscos y secuestros, con fecha 21 

de Mayo del año último, así de la oposicion que dicen algunos 

de sus artículos con el sentido literal del decreto 

de las Cdrtes de 22 de Marzo del mismo, á cuya ejecucion 

se refieren, como de la necesidad que hoy se toca 

de modificar y corregir las disposiciones de las leyes anteriores, 

concernientes B Idichos ramos, en la parte que 

son 6 menos conformes, 6 incompatibles con la observancia 

religiosa de los principios sancionados en la Constituoion 

política de la Monarquía; y deseando que esto se veriflque 

por medio de una declaracion que, al paso que exclaya 

toda duda y arbitrariedad en los procedimientos de 

esta clase, contribuya al pronto restablecimiento de la 

confianza pública y al de la seguridad de las propiedades 

particulares, ordenan y decretan lo siguiente: 

Artículo 1.’ Los fondos 6 capitales en dinero, frutos 

y efectos de pertenencia española que se trasladen 6 

remitan desde las provincias del Reino ocupadas por el 

enemigo á esta plaza, 6 á cualquiera otro punto de los 

que se hallen libres en la Península, no podrán ser se- 

cuestrados, ni de manera alguna retenidos por puro motivo 

de residencia de sus dueños en loa pueblos sujetos al 

(3obierno intruso. > 

No recayó votacion algnna sobra este artículo, por 

estar ya aprobado sustancialmente en la sesion pública 

de 15 de Febrero último. 

tArt. 2.O Los fondos y capitales de igual clase y per- 

tenencia que, ya se hallen en las provincias libres, bien 

sea en giro de comercio 6 en consignacion 6 deposita 

confidencial, gozarán de igual seguridad que los anteriores. 

u 

Aprobado. 

ahrt. 3.’ Será extensiva en adelante esta misma libertad 

de secuestro B los bienes raicea, derechos y acciones 

permanentes que hoy pertenezcan, y en lo sucesivo 

puedan pertenecer en las provincias libres, á españoles 

puramente residentes en Ias ooupadas. B 

El Sr. OLIVEROS: HablBndose de la propiedad de 

los particulares, no tengo dificultad en aprobar el artículo; 

porque es indudable que el que se halla en pafs ocupedo 

por el enemigo, quiz& desempeñará mejor allí la 

obligacion de servir 6 BU PBtria que ei ae viniers B país 

libre. Pero hay otros que permanecen quietos entre los 

enemigos sin tener propiedad, como son, per ejemplo, 

103 comendadores, 4 qaianes se le3 dieron BUS oucomien - 

das para qee tuviesen con que mantenerse, 10s cuales 

creia yo que debian salir de aquel país y venir al libre, 

para que al menos consumiesen aquí sus rentas, hacien - 

do más llevaderas las cargas de las provincias libres, y 

contribuyendo por su parte al mantenimiento del ejérci - 

to. En Extremadura hay mucha8 de estas encomiendas, 

de las cuales unas están de la parte de acá del Tajo, y 

otras de la parte de allá, cuyos diezmos, que son muchos, 

se han destinado por el general Castaños al mante - 

nimiento de las plazas de Badajoz y de Ciudad-Rodrigo. 

De estos digo yo que, siendo tan favorecido8 y privilegiados 

por la Nacion, no es justo dejarles disfrutar el 

usufructo de sus encomiendas en daño de la misma. 

Lo mismo digo de otras muchas personas ilustres beneficiadas 

por la Nacion, á quienes se les han dado diezmos, 

pensiones, tercias Reales y otras gracias, las cuales, 

aunque no han tomado partido con el enemigo, lo 

autorizan con su permanencia. iY se tolerará que se estén 

allá gozando tranquilamente de unos premios que recibieron 

de la Nacion, contribuyendo con ellos á la subsistencia 

de sus enemigos? Hago esto presente á V. M. 

para que resuelva lo conveniente respecto de estas dos 

clases de personas, cuya propiedad no debe estar tan li 

bre del secuestro como la de otros particulares de que habla 

el artículo. 

El Sr. AGUIRRE: Parece que el Sr. Olivaros supone 

que el usufructo de la encomienda es una propiedad 

del usufructuario; pero yo creo que más bien debe considerarse 

aomo una gratiflcacion del Gobierno, lo mismo 

que un sueldo que el Estado da á cualquiera, el cual se 

Le puede quitar siempre que no sean buenos servidores 

suyos. Con respecto á 108 mayorazgos que dice que gozan 

esos diezmos y penehes 6 alcabalas, si son de propiedad 

suya, deberán gozarla como cualquiera otra que les pertenezc.a; 

pero si son fruto del trabajo de los miserables labradores 

ú otros, es cosa muy distinta. 

El Sr. MARTINEZ (D. José): Yo seria de la misma 

opinion del Sr. Oliveros si no tuviera presente que en el 

momento que los comendadores y otras personas que ha 

citado, salen de los pueblos dominados por el enemigo, 

BUS bienes son ocupados por él y solo sirven para engrosarle. 

Así que, mandarles venir aquí sin poder traer consigo 

sus rentas, era aumentar la miseria de los reunidos 

en país libre, A lo menos sabemos, por 10 que toca á Valencia, 

que los enemigos mandaron volver á sus hogares 

á todos los moradores dentro del término de tres meses, 

brjo la pena de confiscacion de todos sus bienes, la cual 

se ha verificado con los de los Diputados. Y iquién ha 

asegurado al Sr. Oliveros que PO sucederá lo mismo con 

todos los propietarios? Mientras no se me demuestre que 

no sucederá esto con los sugetos que ha citado y con los 

padres y parientes de estos, no Puedo convenir con su 

opinion. 

El Sr. QIRALDO: Creo que con respecto á los comendadores 

deberia hacerse una distincion de los demás 

Propiatarios que se haIIan en sus pueblos. Si los comendadores 

se hallasen en los pueblos donde tienen sus encomiendas, 

que es donde tienen obligacion de residir, en - 

tences estaria bien 10 que ha dicho el Sr. Martinez. Pero 

no es así; sin embargo que estos comendadores son los 

curas párrocos que están obligados á vivir en sus encomiendas, 

viven en las oapitales entre los enemigos, fal- 

tando á los prlnoipales institutos de sus órdenes. Eeta 

obliwioa se lea dispensaba en otro tiempo en raxoa de

mmo 685. 2285 

los empleos civiles ó militares que obtenian. Pero en el Y esto lo ha resuelto el Congreso, B pesar de ser una 

dia, en que no hay ni puede hsber este pretesto, no Sé verdad que un individuo en país ocupado por el enemipor 

qué no se les ha de exonerar de su residencia. P as il, 

* 

go contribuye á fomentarlo para ofeudernos. Contraigáha 

dicho bien el Sr. Oliveros que no debnn éstos ser tra L- monos ahora al prescntd artículo. Dice que el indivíduo 

tados con la misma consideracion que los demás propif 3- que se hayd desentendido de tomar las armas. .. Yo pretarios, 

porque son distintas 1:~ circunstancias. Pues a sí gunto: iqué quiere decir desenleladi$o? Pues qué, itodo solcomo 

un párroco que abandonare sus feligreses y mar 

chase al país de los enemigos, faltando á los deberes C ;B 

su instituto, no era acreedor á que se le pagasen los diel z- 

tero qua permanece en país ocupado no se ha desentendido 

bastantemente del servicio de las armas? Y si el artículo 

comprende á todos estos, jao seria necesario hacer 

mos, así tambien estos comendadores, los cuales no pue una pesquisa muy dificil de practicar? Yo entiendo que 

den llamarse propietarios, puesto que gozan unas renta LS es muy vaga esta resolucion. Porque iqué quiere decir 

que son del Estado. Por lo que creo debe hacerse una di 

ferencia, como se haria con cualquiera otro que gozas e 

rentas de la misma clase. 

El Sr. POLO: Sin embargo que couozco la diferenci a 

que deban secuestrarse los bienes de los que estando comprendidos 

en las clases destinadas á tomar las armas, se 

hallen CR país ocupado por el enemigo? Para esto seria 

: neeesario abrir un juicio y ver por qué permanecian en 

que hay de estas rentas á las que gozan otra clase d e I él, si estaban 6 no en algunas de las partidas y otras mil 

propietarios, creo que la discusion presente no es de est e I cosas que exigen un exámen detenido. 

lugar, Otro artículo hay que habla de excepciones: cuan Por otra parte, es fácil que algunos encargados de 

do lleguemosá él, podrán hacerse las observaciones qu e t este exámen, por gozar más largo tiempo de sus sueldos y 

se quieran; pero ahora debe votarse éste. D 

( ie otras ventajas que ellos se sabrán, digan que Fulano 

En efecto, se votó dicho art. 3.O, y quedó aprobado * : y Fu!ano están sirviendo B los enemigos 6 deben estar 

ehrt. 4.O Una y otra especie de propiedades estar á (:omprendidos en los alistamientos. iY cuál ser&, Señor, 

sujeta á las mismas contribuciones reales, municipales , ’ nayor inconveniente: el que 20 ó 30 indivíduos que esordinarias 

y extraordicarias que sufran las de su cIasc 3 t ;án en país ocupado por el enemigo se sustraigan del seren 

los pueblos donde se encuentren. 9 

Se aprobó, mandándose, á propuesta del Sr. Marti- - 

ricio de las armas y disfruten allí EUS rentas, 6 que se d6 

: ugar á una pesquisa de esta naturaleza y á la consiguiennez 

Tejada, reformar eI lenguaje conforme aI que adopta 1 t ,e desconfianza pública del Gobierno? Porque primero se 

la Constitucion; de modo que donde dice creales muni- . d [irá : ide qué sirve que el Gobierno establezca medidas 

cipales, ordinarias y extraordinarias, » diga:

3286 8 Dti JUMO DE 1819. 

to porque no hay territorio libre, cuanto porque no hay 

los medios necesarios para atender á todos estos emigrados, 

y es perjudicial que en estas circunstancias demos 

eatos decretos, que son entre sí contradictorios. Por consiguiente, 

yo quisiera que se atendiese á estas reflexiones 

para evitar los infinitos recursos que podrian suscitarse; 

porquesi el artículo se aprueba, seria muy fácil á los sgentes 

del Gobierno decir que Fulano que está en Nadrid, y 

no se presentó aquí 6 en otro país libre, estaba comprendido, 

para lo cual seria necesario instruir un proceso sin 

que el Erario percibiese un maravedí, mayormente cuando 

veo que ahora no entra nada, al menos en proporcion 

de lo que debia entrar. Así que, quisiera que la comision 

evitase la contradiccion que he dicho y que no va á traer 

más que pleitos. 

El Sr. VILLAFAfiE: Señor, la comision ha presentado 

su dictámen con suma desconfianza, y mucho m& el 

artículo presente, por contener una idea nueva; pero le 

pareció á la comision que no habia inconveniente en especificar, 

despoesdela regla general ya aprobada, tres clases 

de excepciones, hablando en la primera de los solteros 

que estbn comprendidos en el alistamiento. La comision 

ha creido que los de esta clase que estén en país ocupado 

por el enemigo, sin embargo de tener bienes en país libre, 

y que siendo solteros no acuden á tomar las armas, 

cometen un crímen: de estos solos habla la comision y no 

de todos los demás españoles, pues no se comprende á los 

casados, á los viudos, ni á ningun padre de familia, sino 

solamente á los que son llamados en primer lugar al servicio. 

Sin embargo, la comision no forma empeño en esta 

parte. V. M. acordar4 lo que mejor le parezca. Solo lo 

hago presente á V. M. para que se sepan los motivos que 

tuvo la comision. 

El Sr. ESTEBAN: El derecho de propiedad es el más 

sagrado que hay, y solo SB debe alterar este gran asilo de 

la sociedad cuando hay graves motivos ó en una necesidad 

extrema. (Interrumpióle el Sr. Euertm reclamando 1s 

lectura del informe de la comision en cuanto al artículo 

de que se trata. Leido éste, continuó el orador:) Si no lo 

he entendido mal, este artículo va á causar grandes vejaciones, 

pues en él se dice que á todo soltero que se haIle 

en país ocupado y tenga bienes en país Iibre, deban estos 

serle secuestrados porque no concurre, siendo llamado, á 

la defensa de su Pátria. Yo considero que esta es una ley 

injusta; porque, Señor, hay una gran diferencia del jóven 

que se escapa de país libre para irse donde están los franceses 

por eximirse de1 servicio, al que habiendo nacido 

eri él, tiene allí sus padres y les ayuda á sostenerse. Si se 

trata de los primeros, está bien que sobre estos recaiga 

todo eI peso de la ley; pero el comprender á todos iniistintamente, 

me parece injusto. Además, los mismos franceses 

podrian valerse de esto para hacernos mayor daño, 

porque dirian: «estos soltaros están aquí; van á tomar las 

armas contra nosotros ; agarrémosios antes que se escapen. 

B Y así digo que no puedo aprobar el artículo, porque 

es contra el derecho sagrado de propiedad, y porque es 

dar armas al enemigo. 

El Sr. HU’dR*rA : Señor, para mi el artículo reposa 

sobre bases justísimas: se ha dado la regla general que 

ningun español residente en país enemigo perderá el derecho 

que tenga B su propiedad cuando su residencia en 

él es meramente pasiva. Lacomision, poniendo algunasex 

cepeiones á aquel!a regla general, dice:

RtJMEI30 585. 3287 

Quedó aprobado el artículo. 

Leyóse parte del informe de la comision á peticion 

 

ta& por elI0 V. M. á lo que exige la justicia? Este es en 

El Sr. OLIVEROS: El artículo á primera vista pare: mi concepto- el espíritu que ha tenido la comision para 

ce justo; poro es muy difícil es la práctics, Yo he visto dar este dictárueu, á saber: que las comunidades relilo 

que swede en estos establecimisntcs, que aun cuando: giosas pudiesen disfrutar de loe bienes que tengan en 

estén administrados por españoles, están bajo la direccion país libre siempre que se conserven en la observancia de 

de 104 fraaceses. El hospital de Madrid tiene bienes en su instituto. Yo no sé lo que sucede respecto del ESCOpaís 

libre, y si se eavian, no sucederá más que aprovechar- rial; pero sabemos tados que los conventos por 10 general 

se de ellos los franceses para curar sus heridos, y jamás han sido evacuados, y cada religioso ha echado por su 

llegarti nada para los españoles. 

parte; y acercs.de estos dice la comision que los que se 

El Sr. DUB;fiAS apoyó lo mismo con el ejemplar del conserven cumpliendo con sus estatutos, disfruten igualhospital 

de Barcelona 

mente de la ley inalterable de la propiedad, y que no se 

El Sr. ARGUELLES: Cada vez me confirmo más en les quite el pan de la boca, que por UD derecho de justicia 

que decretos de, esta especie s,on iluscrioa, porque si estos les pertenece en virtud del contrato que hicieron con sus 

establecimientos han da ser la salvaguardia para que del corpolaciones, y que por su parte están cumpliendo. Por 

país libre se haya, de llevar a,l enemigo lo que necesita- consiguiente, el artículo no ofrece los obstáculos que se 

mos para n080tr09, i no tendráa los frsncew buen cuida- han presentado. con respecto á los conventos y cuerpos 

do de restablecer estos, esteblecimietltog en EspaSa? Y si calegiadas, ni con respecto á los hospitales; pues aunque 

los restablecen, habrá uua de dos: ó V. M. tendrá que al- ge aprovecheu de sus rentas 1~s enemigos, las disfrutarán 

terar esta ley, d los enemigos se aprovecharán de la opor- tambien en gran parte. los naturaIes del país,, y particutunidacl 

que ella les presenta, para percibir nn dinero que larmeuts los eolwiástioas, que están cou gran provecho de 

no debe ir á sus manos ; y leyes que se convierten en la justa causa dando el pasto espiritual, fomentando el 

nuestro daño, vea V. M. si estamos en el caso de darlas. patriotismo aun entce LwespañoIes subyugados, y llenan- 

El Sr. VILLANUEVA: Citaré un ejemplo tm apoyo do las obligaciones de su mstituto. Por tanto, mi opinioe 

de lo que acaban de decir et Sr. Argüelles y otros señores. es que se apruebe el articulo. 

Sabido es que el mooesterio del Escorial es caes de gcan- EL Sr. Qoude cleTORIEN0: El principio de propiedad 

des rentaa; he tenido noticia que los franceses, 6 por ma- que. ha sentadc el Sr. Huerta se ha infringido en uno de 

licia ó p0.r espsculacion, mantienen Jlí UU competente nulos articulos anteriores, que ha aprobado el m&mo señor 

mero de monges: oigo ahora qw son 10 ó 12: ames me preopíoante,. $a ha infringido diciendo que fuesen confishabiau 

dicho que seria@ unas 80, los ouales formau cados loa bienes, Qe aquel que estando comprendido en la 

comunidad, asisten al coro, J cump\c~ las de.má,s obliga- clase da soltero, y debiendo contribuir á la defensa de la 

cioneg de su instituto. iSer& jqsto que p,or conservarse Pátria, permanece en país, ocupado por los enemigos; porallí 

este corto mítuero de monges., todaq \ag rentas que que podria suceder que, estuviesa ocupado en algyn ramo 

tiete esta comunidad en países !ibres se les haysu de en- de industria en al país euomigo, ó sirviendo en alguna 

viar á los franceses, que están esperándolas como aIaaos partida ó en otra cosa útil, y mientras sa veutilab.au espara 

aprovecharse de ellas? iPodrá alc,anzar á esto la pie- tos litigios y cuestiones, el GJbiarno,no puede aprovechardad 

ni el título de propiedad? En igual caso puden ha - se de nada de lo que pertenstcA á dialros wgetoe. Ahora 

llarse otros establecimientos, en cuyos edificios permiten 38 nos anuuai@ que w. suce.derá ssí con las comunidades 

103 frapceses que subsistan algunos de sus indivíduoq ocn religiosas 6 cabildos que exiehn era país ocupado, porque 

el objeto de que se les acuda con las rentas que tienen en la eatos, unos están entregados al culto divipo y, otros al 

paises hbres para robarlas ellos, ó esquilarlas de mil mo- pasto espiritual da los españoles. Esto valdria, cuando 

dos con sus exorbitantes contribuciones. Por esto debe bSe cierto, que por medio de la exhortacion y de las 

tenerse mucha precaucion, no sea que los enemigos coa sontribuciows coadyuvasaa directamente, al bien de la 

la máscara de la propiedad que no tienen, aumenten sus Pátria, del mismo modo que, los. demáe veciqq8. labradores 

recursos para hacernog la guerra. con foudoa nueWo6, de le loa pueblos, Pem W sabe. rwy bien que, g,aaerdmeat,e 

que pudiera aprovecharse la Pátria, ;P

. 

328s 9 DB JUNIO DB 181% 

.e , 

son estos los cuerpos de que se han valido los enemigos 

para predicar la obediencia al Gobierno intruso, lo cual no 

ha perjudicado poco al Estado. iY por qué siendo este 

servicio activo á favor del tirano, y el de los solteros puramente 

pasivo, cuando se clama por respetar el derecho 

de propiedad, se ha de querer guardar cen aquellos y no 

con estos, y más cuando las propiedades de los particulares 

merecen con máe exactitud este nombre que las que 

gocen los conventos 6 catedrales, etc.? Por otra parte los 

bienes de los particulares son los que más se sacrirlcan al 

bien de la Pátria; iy se ha de cargar esta nueva contribucion 

sobre al hombre que se está ya sacrificando solo 

por observarse en él un servicio pasivo en favor de los 

franceses, y han de quedar libras los bienes de los eclesiásticos 

y cuerpos de monasterios, etc., cuyo servicio es 

más directo? Abí, yo opino que la ley sea igual para los 

soltaros, y para los cabildos y demás cuerpos ec!esiásticos. 

El Sr. GARCIA HERREROS: Aunque convengo con 

el principio de la propiedad que ha sentado el Sr. Huerta, 

no creo, sin embargo, que solo al delito sea el que deba 

privar al individuo de su propiedad. No, Señor; cuando la 

sociedad conoce que conviene una cosa para su conservacion, 

tiene Un derecho preferente para establecerla, atendiendo 

más al bien general que al particular. Y así, por sagrado 

que sea el derecho de propiedad que al Sr. Huerta ha 

alegado en favor de las corporaciones, no me negará que 

es menos atendible que el da toda la sociedad. De esto hay 

un ejemplo palpable en los testamentos y en las formalidadas 

que coartan la voluntad del testador. Este tiene 

una absoluta propiedad de sus bienes, iquién lo duda? Y 

sin embargo, al tiempo preciso de disponer de ellos, sufre 

que se le restituya con varias leyes y formalidades, astablecidas 

para evitar litigios y dilaciones en los procedimientos 

judiciales. Y por amor 4 este bien general pierde 

algo del ejercicio de su propiedad. 

No ea, pues, necesario que haya delito para coartar 

a propiedad, sino que se debe atender tambian á que no 

ae siga perjuicio á la sociedad. Ahora bien: veamos si en 

el caso presente se sigue este perjuicio. Yo lo veo muy 

grande. Ya han anunciado algunos señoras que los enamigos 

han restablecido en el territorio que ocupan varias 

corporaciones de las da que habla el artículo; y i quién 

quitar& que con este aliciente establezcan ot,ras B donde 

vayan los bienes que están en país libre, mientras nosotros 

por una piedad mal entendida nos privamos de 

ellos? Además que aquí hay individuos de esas mismas 

corporaciones 4 quienes se lea debia atender, porque tan 

individuos de esas comunidades son los que astin acgi, 

como los que están all&. Por otra parte, yo no veo que 

se tenga esa coneideracion con cuerpos do otra clase, 

como son el Banco da San CBrlos y la Compañía de Filipinaa 

; porque segun este principio, se les debia enviar B 

los interesados sus fondos lo mismo que B los demás, y 

no se hace así ; y yo no creo que el Sr. Huerta entienda 

que en esto ee menos digno de preferencia el Banco de 

San CBrlos 6 la Compañía de Filipinas , que al Hospital 

general ni el cabildo de Toledo que ha citado. En esto 

del cabildo de Toledo deb8mos además tener presente que 

se va componiendo de franceses 6 afrancesados, porque 

luego que vaca una prebenda se provee en esta clase de 

gentes. iY hemos de estar nosotros embaucados con la 

idea del culto divino para sostener á los enemigos dc] 

CUh, y engrosar da asta modo 01 partido y la tesorería 

del euemi,o? Esto notoriamente ea contra 81 bien de la 

sociedad, principio para mí mucho mds respetable que 

ol que ha sentado el Sr. Huerta; porque BS indudable ji 

que el iuterés de la sociedad as y debe ser primero 9 mba 

atendible que el particular, pU0S aUuque éste nOs Une en 

sociedad, cuando se ve que está opuesto al general debe 

restringirse. Yo bien sé que hab& dignas sacerdotes en 

el cabildo de To!edo, que serán acaso víctimas de IU haroismo 

y que deben ser atendidos; pero tambien es digno 

de atcucion al soldado que muere da hambre en 81 campo 

de batalla y el que por su desgracia es conducido pcisionero. 

En fin, Señor, yo me opongo al artículo en 

cuestion. 

El Sr. PASCUAL : Uno da los S6ñOr85 pr6OpinenteS 

ha sentado los principios de equidad sobre esta materia; 

paro en sus consecuencias se desvian de ella otros sesores. 

Hasta ahora no se ha dado una razon de diferencia 

entre las propiedades de los particulares y las propiedades 

de las corporaciones, y no es posible que se dé en 

sana razon y política, que si á un particular no se le deben 

secuestrar sus bienes, no se guarde la misma regla 

con las comunidades y demás cuerpos eclesiásticos cuando 

están contribuyendo al bien público en el pasto de las 

almas y en sostener el espíritu á favor de nuestra causa. 

No tiene conexion ninguna lo que ha dicho el señor preopinante 

del Banco de San Cárlos con los cabildos eclesiásticos, 

porque éstos tienen su residencia fija allí, y no 

cometen delito ninguno en no trasmigrar: el deIito lo 

tendrán los que prediquen 6 favor de los francesas ; pero 

con éstos no habla el artículo, ni se trata en él de los infidentes, 

sino solamente de los que residen en país ocupado 

y no son adictos al partido francés. Y si ahora V. M. 

hiciese distincion ds las propiedades de los particulares, 

ie los bienes de los cuerpos colegiados, lo haria en conka 

del decreto de 22 de Marzo de 1811, en que se reconoció 

tal igualdad, que se les suministraba lo necesario, 

tanto para los particulares como para las comunidades. 

Harto dolor es hallarse bajo el yugo enemigo, para que 

$8 les aumenten las aflicciones do ocuparles tambien los 

bienes que tienen en país libre. iDónde, pues, estará la 

iusticia que los debe mantener en el derecho que les corresponde, 

sin otro delito que el da permanecer eu país 

ocupado por los francesas? De aquí es que no es lo mismo 

el soltero que debiendo alistarse en las banderas de 

Ia pátria no lo hace ; no es lo mismo que los ecIasi&sticos 

yue están sosteniendo la justa causa en el país ocupado. 

Así pues, no pueden encontrarse razonas para que se desnpruebe 

el dictámen de la comision. 

El Sr. BORRULL: Se me ofrecen algunas gravísimas 

razones que no se han expuesto á V. M., y que al 

parecer impiden que se apruebe esta artículo, Son muy 

respetables los derechos de propiedad ; nuestra Constitucion 

los protege como es justo y está atenido cualquier 

Estado á ejecutarlo, pues de otro modo no cumpliria con 

los fines que obligaron á los hombres á formar las sociedades. 

Siguiendo estos incontrastables principios, pasaré 

á examinar 6 qué sugetos atribuye el presente artículo 

loa citados derechos 6 efectos de la propiedad, y quiénes 

son aqUellOs 6 los cuales quiere privar de los mismos. Y 

si me contraigo á los bienes de las iglesias catedrales, 

advierto desde luego que muchos Rdos. Obispos y varios 

pr8besdados) al instante que han sabido ó visto que las 

huestes francesas entraban en sus tierras, no pudiendo 

rendir vaeallaje al tirano, y deseosos de evitar al que la 

barbarie de los generales se valiera de sus nombres para 

8Wñar a sus súbditos y ofuscar su fidelidad, huyeron 

de Ias mismas y 59 trasladaron á países libras, desda los 

cuales contribuyen en cuaato buenamente pueden á su 

direccion y consuelo : actualmente se hallan ocho revcreados 

Obispos ~n Mallorca; yo vi cinco ea Alicante cuan-

I!UhXERO 585. 3289 

do fuí 8 embarcarme para venir á la isla de Leon, y ha: 

tambien varios en esta ciudad. A todos ha secuestradc 

8us rentes el enemigo, y las emplea en satisfacer su co- 

dicia ó la de sus generales, d en mantener sus ejércitos, 

Con este motivo, si las rentas de las propiedades que están 

en nuestro territorio y pertenecen á las iglesias catedrales 

se enviaran 8 las mismas, sucederia que la mitad, 

que es lo que suele estar designado á los Rdos. Obispos, 

y además de ello la parte tocante á los prebendado5 

que han emigrado, se entregarian á aquellos que no tienen 

derecho alguno á su percepcion, servirian para el 

usurpador José que las ha secuestrado, y se emplearian 

en la continuacion de la guerra que mantiene para privar 

dei Trono á nuestro amado Monarca y reducirnos á 

una miserable servidumbre. Y así, no solo lo repugna el 

derecho de propiedad, sino que tampoco lo permite el bien 

del Estado, que es la suprema ley que debe goberuarnos. 

. Todo, pues, se opone á que los frutos y réditos que pertenecen 

á las catedrales y produce nuestro territorio, se 

envien á las mismas y queden á disposicion del enemigo, 

sabiendo que ha de valerse de ellos para procurar nuestra 

ruina. Examínese tambien quiénes son los sugetos á quienes 

se privaria de dichas rentas. Ya manifesté los muchos 

Rdos. Obispos y prebendados que han emigrado de 

su5 iglesias; ellos son ciertamente acreedores á nuestro 

rerrpeto y estimacion, no 5010 por su carácter, sino tambien 

por estas grandes pruebas que han dado de su fidelidad 

y patriotismo, y lo son igualmente á la percepcion de 

105 frutos de las propiedades. que poseen sus iglesias en 

nuestro territorio, sin que pueda haber alguno que se 

atreva á poner en duda este derecho que les compete. Por 

lo ccal, el sagrado derecho de propiedad obliga 8 que se 

les asigne de ello5 lo que necesitan para su manutenclon, y 

prohibe el que se les pueda privar de los mismos. Y debo 

poner tambien en consideracion de V. hl. otro funesto 

efecto que se seguiria de lo contrario; pues exigiendo la 

razon y justicia que 8 estos dignos Príncipes de la Iglesia 

y prebendados (que por no exponerse 6 contaminar su fldelidad 

han abandonado cuanto tenian) se les den los auxilios 

necesarios para mantenerse, si acaao no se les 5uministren 

de las rentas que poseen sus iglesias en nuestro 

territorio, por quererlos enviar al país ocupado por el 

enemigo, seria preciso socorrerles con las de los canonicatos 

vacantes de las catedrales que se hallan en tierrrs libres, 

y que ha destinado V. M. para sostener la guerra. 

Y así se veria que al mismo tiempo que disminuian estos 

arbitrios, cuando mis los necesita para un fin tan ímportante, 

facilitaba auxilios al enemigo para oprimir nuestra 

libertad é independencia, y privaba á los propietarios, 

quiero Decir, á los verdaderos poseedores, de las prebendaa, 

de loe derechos que les competen sobre sus rentas. 

No puede imaginarse cosa m6s repugnante á la razon, á 

la justicia J al bien del Estado. Y entiendo haber demostrado 

con ello la gran diferencia que hay entrd este caso 

y el de las propiedades de 10s particulares, y no poderse 

aprobar el artículo que se discute. 

El Sr. MUÑOZ TORRERO: Solo añado 6 lo que ha 

dicho el Sr. Borrull una observacion acerca de los canónigos 

de Toledo, y es que estos perciben sus diezmos de la 

parte ocupada por los enemigos, de donde pueden mantenerse 

basta donde alcance, y lo que deban cobrar de pafs 

libre podia quedarse en él para la defensa de la Phtria y 

para socorrer con algo á los que se hayan venido por ecá. 

Ahora ipor qué se ha de enviar al hospital que está en 

país ocupado por enemigo cantidad alguna, si no ha de 

servir para los españoles, y por otra parte hemos de dejar 

de socorrer á loa hospitales del ejército? 

El Sr. IYIORALES GALLEGO: Iba á decir lo mismo. 

Todo cuanto se acuerde sobre este particular conforme lo 

propone la comision, es contrario á lo que se está practicando 

actuaimenta. El Gobierno tiene un comisionado 

para cobrar todo lo perteneciente al cabildo y establecimientos 

de Sevilla, y lo cobra, y lo distribuye oportunamente. 

Así que, el artículo como est8; es contrario á lo 

que tan sábiamente se está practicando. z 

Procediéndose en este estado á la votacion del artículo, 

quedó desaprobado. 

El Sr. CALBTRAPA dijo que supuesto que quedaba 

desaprobado el art. 8.‘, deberia hacerse una adicion 6 declaracion 

al 7.” ya aprobado, intercalando despues de las 

palabras

3290 9 DB JUNXO DBI 1818. 

de ellos las indemnizaciones y demás resarcimientos pecuniarios 

prevenidos en la sentencia. 

Esta regla propuesta por la comision para lo sucesivo, 

y en obsequio del cumplimiento de la Constitucion, no 

tiene nada qae ver en mi sentir con las declaraciones que 

han precedido 8 su promalgacion, ora del Gobierno, ora 

de los tribunales con respecto á determinadas personas, notoriamente 

infidentes 6 partidarias de ‘los enemigos; pues 

por lo tocante 6 estas y sus familias, dice la comision en 

el artículo que sigue: «Deberá tener efecto la contlscacion 

de los bienes sancionados en las leyes del Reino vigentes 

al tiempo que se calificaron y convencieron sus delitos.% 

Por lo dicho entiendo que el artículo de que se trata 

está nivelado y conforme con la nueva regla que ha establecido 

la Constitucion que acaba de promulgarse, y que 

no se separa de los principios de la justicia en el hecho 

de preservar durante el secuestro los correspondientes 

alimentos 6 aquellos que con derecho pudieran exigirlos 

del delincuente, si estuviera en la posesion de los bienes. 

El Sr. LUJAN: No puedo convenir en todos los extremos 

que comprende este artículo, porque le considero 

opuesto á lo sancionado en la Constitucion, en cuanto por 

61 se aplican en propiedad á beneficio del Estado los productos 

de los bienes de aquel á quien se condena en rebeldía 

por todo el tiempo que se dilate la aprehension de 

su persona y la ejecucion de la pena corporal. Por el artículo 

304 de la Constitucion queda abolida la pena de 

conflscacion de bienes, y no se me negará que los rendimientos 

y productos de los secuestros sean bienes efectivos 

y muy reales; y si no, dígaseme: iqaé cosas son aquellas 

rentas? La misma aplicacion en propiedad de semejantes 

productos B beneficio del Estado manifiesta claramente 

que son bienes que se sacan del dominio y poder 

del reo condenado en rebeldía, sin que ni él, ni sas hijos 

ni herederos, puedan repetirlos jamás; y si esto no es confiscacion 

de parte de la Hacienda, no sé cómo habrb de 

llamársele. Es cierto que puede imponerse pena á aquel 

contra quien se sigue un juicio en rebeldía; nuestras leyes 

conocen la del desprez, la del honaccillo y otros; pero 

yo deseo que sea una pena proporcionada, y de ningun 

modo la de conflscacion de parte alguna de los bíenea, 

porque lo resiste la Constitucion. Si el artículo señalase 

una cantidad determinada por pena de la rebeldía en el 

juicio de que tratamos, no resultaria el inconveniente que 

ahora se toca; porque entonces se llevaria la debida cuenta 

y razon de los productos y rendimientos de los bienes secuestrados, 

se sacaria de ellos y de los mismos bienes lo 

necesario para pagar las costas y todas las condenaciones 

pecuniarias, y el resto se entregaria á quien correspondiese 

como parte de los bienes del reo. Con esta sola idea 

tiene la mayor consonancia el art. 294 de la Constituclon, 

por el cual 88 previene que solo se haga embargo de 

bienes cuando se proceda por delitos que lleven consigo 

responsabilidad pecuniaria, y en proporcion á la cantidad 

$ que esta pueda extenderse; y como en el embargo se 

devuelve al reo 6 á sus herederos todo cuanto resulte sobrante 

despues de satisfechas las condenaciones que se le 

impusieron (porque no se hizo aquel embargo sino para 

asegurar que el juiaio no fuese ilusorio), parece que exi - 

gis la razon quedase asl dispuesto en el artículo de esta 

ley. Los hijos del reo condenado en rebeldía percibirán 

alimentos de los productos de los bienes secuestrados, como 

ha dicho un señor preopinante; pero esto mismo, y 

los términos en que lo ha explicado, me confirma en la 

opinion de que es una conflscacion verdadera la pena que 

aquí se impone, porque 4 no serlo, se reservaria á los hijos 

y herederos la cantidad sobrante, satisfechas las aon- 

denaciones pecuniarias; y aunque el condenado en rebeldía 

puede presentarse en juicio, seguirlo nuevamente y 

ser absuelto, segan los méritos y pruebas de la causa, le 

queda un aliciente muy débil y de corto influjo para querer 

exponerse á probar fortuna: mientras dure su causa, 

tiene ya aplicados en propiedad los productos de sus bienes 

á beneficio del Estado: esta aplicacion ha de tener 

efecto hasta que se ejecute la pena corporal, y sobre esto 

es muy duro y difícil que en circunstancias tan críticas 

se atreva á medir sus fuerzas con un fiscal y con el público 

aquel infeliz que se mira con la desventaja de haber 

sido condenado acaso á pena capital. Por más inocente 

que sea este procesado á quien se condenó en rebeldía, se 

retraerá de comparecer en jaicio, intimidado del rigor con 

que ya se le trata, y del éxito, siempre incierto, de los 

pleitos. Por todo, concluyo que no puedo aprobar el artículo 

que se discute. 

El Sr. VILLAFAÑE: Si á uno se le declara traidor 

8 la Pátria, no se puede presentar un caso más legal que 

este; porque si el tribunal competente declara á uno adicto 

á los enemigos, jno merecerá, al menos ínterin responda 

de sa conducta ó sufra la pena que se le haya impuesto 

por la sentencia, que ae le secuestren los bienes á beneflcio 

de la Pátria? Pues esto es cabalmente lo que dice el artículo 

puesto por la comision. Responderé á las objeciones 

puestas por el Sr. Luján: primera, que al hijo se le priva, 

por el delito del padre, de los bienes de éste. Segunda, 

que por un artículo de la Constitucion está prevenido que 

B nadie se embarguen sus bienes sino en cantidad suficiente 

á cubrir la deuda. Señor, ei por un delito de traicien 

no se ha de castigar, no sé que haya delito que merezca 

castigo. iQué hijo es el que hereda al padre hasta 

su musrte? El poseedor es el padre; si éste se presenta, y 

ae le absuelve, se le pone en posesion de MIS bienes; si no 

se presenta, quedan secuestrados: luego el hijo no los hereda 

ni puede durante la vida del padre. 

En cuanto B lo que previene el art. 264 de la Constitucion, 

reducido 6 que solo se haga embargo de bienes 

cuando se proceda por delitos que lleven consigo responsabilidad 

pecuniaria, y en proporcion á la cantidad á que 

esta pueda extenderBe, cuya medida sábia debe religiosamente 

observarse, en nada se opone ni choca con lo pro - 

puesto por la comision, porque esta habla del secuestro 

impuesto sobre bienes pertenecientes d persona que por 

tribunal competente y por una sentencia formal se le ha 

impuesto pena corporal y por delito de infidencia. Parece, 

pues, que nada puede haber más justo que el embargo de 

sus bienes á favor de la Pátria ínterin se presenta, y oido, 

se sincera 6 sufre la pena que en rebeldía por la sentencia 

se le haya impuesto, cuando por el artículo constitucional 

citado lo que se prohibe es el embargo general abusivo de 

bienes que se acostumbraba hacer en todo género de delito, 

precedida la captura del reo, es decir, á los primeros 

del juicio, y cuando ni aun el sumario 6 veces estaba 

completo; permitiéndose únicamente, y con mucha razou, 

el embargo á la cantidad que pueda extenderse la responsabilidad 

pecuniaria, segun la clase del delito. Disueltas 

las dos reflexiones, y siendo justo el artículo propuesto 

por la comision, parece debe aprobarse sin más discusion. 

El Sr. GALLEGO: El art. 294 de la comision dice 

(Lo Eeyd) que solo se hará embnrgo de bienes en los casos 

que lleven consigo responsabilidad pecuniaria, y hasta la 

cantidad que esta comprenda. 

No sé que las leyes reconozcan por delito de esta clase 

al de infidencia; y así este secuestro de que habla la 

oomision, si no se impone como pena de rebeldía, debe 

entenderse que más bien es un depósito que un verdade-

NdYERO 686. 3291 

ro secuestro. En todo caso, muerto el dueño ausente, 

deberán pasar á sus herederos los bienes embargados; pero 

conviene tener presente que en vida del propietario ó del 

poseedor, puede haber quien tenga derecho á parte d3 los 

bienes secuestrados, como sucede en los mayorazgos, respecto 

de los alimentos consignados á los sucesores inmediatos. 

Este derecho debe quedar expedito, pagindose puntualmente, 

como es justo, en los mayorazgos embargados 

por infidencia y rebeldía de los poseadores, la porcion 

debida á los inmediatos, sin que pueda serles obstácu!o el 

delito de su antecesor, aunque sea su padre ó su hermano; 

pues el art. 305 de la Constitucion (to le@) previene 

que ninguna pena sea trascendental á otra persona que á 

la que cometió el delito, sino que debe únicamente recaer 

sobre el culpado. La comision debe dejar á salvo estos 

artículos en términos tan claros, que no se dé la menor 

ocasion ni á la ignorancia ni á la malicia para quebrantarlos. 

D 

El Sr. VILLAFAfiE indicd que á estos reparos se satisfacia 

completamente en los siguientes artículos. 

El Sr. CREUS: Efectivamente, siguen siempre fí los 

bienes secuestrados las obligaciones y cargas que les son 

intrínsecas; así que, nunca puede entenderee que porque 

se secuestren los bienes á un culpado dejen de percibir los 

alimentos aquellos que, siendo inocentes , tienen derecho 

& ellos. Pero no es esta mi dificultad. El artículo dice que 

86 deban secuestrar los bienes de todos aquello8 que están 

declarados traidores, y cuyas causas hayan sido sentanciadas 

en rebeldía; añadiendo que aun cuando 88 presentaren, 

deba subsistir el secuestro hasta la ejecucion de 

la sentencia. Lo primero podrá no ser contra la Constitucion, 

pues considero que el secuestro hasta que se presente 

el reo condenado en rebeldía no debe reputarse tanta 

pena como apremio para que comparezca en juicio y 

sufra sus resultas. Ma8 cuando se presentare, prsvinisndo 

la Constitucion que no puedan embargarse más bienes 

B los reos que los que exija su responsabilidad pecuniaria, 

debe, en mi concepto, segun ella, cesar el embargo 6 secuestro 

de aquella parte de bienes que no 86 estime necesaria 

para hacer efectiva dicha responsabilidad; y mantener 

entonces el embargo total hasta la ejecucion de 18 

sentencia, como previene el artículo, es opuesto á la Constitucion 

. B 

Quedó la discusion pendiente. 

Se levantó la sesion.

R@+NERO 686. 3293 

DIARÍO DE SESIONES 

DE LAS 

CORTES GENERALESYEXTRAORDINAR 


Se leyb, y mandó agregar B las Actas, un voto del 

Sr. Pazcual, contrario á la resolucion de ayer, en que se 

desaprobó el art. F3.O de la minuta de decreto sobre se- 

CUeBtrOS 

J COld%COS. 

Para la comision encargada del eximen del reglamento 

de guerrillas nombró el Sr. Presidente á los Sres. Ciscar 

y Marqués de Villafranca, en lugar de los Sres. Samper 

y Anér. 

Por medio del Secretario de Gracia y Justicia remiti6 

la Regencia la lista de los papeles y obras impresas 

en esta ciudad en todo el mes pasado, y el testimonio 

de haber jurado la Constitucion de la Monarquía el vicario 

prior y comunidad del colegio de Carmelitas descalzos 

de la isla de Leon: ambos documentos se mandaron 

archivar. 

agentes de Indias, órden contraria á 10s liberales princicipios 

de la Constitucion y á la naturaleza del mandato, 

que es esencialmente libre, pido á V. M. «que, mandando 

suspender sus efectos, prevenga al Gobierno supremo 

pase con su informe B V. M. un ejemplar de ella, y en su 

vista, par un decreto, tome la providencia que corresponde 

para dejar libre B todos los españoles con igualdad 

el uso de sus derechos, pudiendo cometer sus poderes B 

quien quiera y más agrade. 

Cádiz, etc. z 

Fundó esta proposicion en varias razones anblogas á 

lo alegado en la exposicion, en lo que fué apoyado por 

el Sr. dlnños Towcro, quien extrañó la conducta del Consejo, 

contraria á sus atribuciones y á los principios sancionados 

en la Constitucion , donde en el art. 246 se establece 

que los tribunalos no podrán hacer reglamento 

alguno para la administracion de justicia; en consecuencia, 

la proposicion fué aprobada, acordando, á propuesta 

del Sr. Presidente, que en el oficio se expresase la condicional 

de asi fuese cierta la órden., 

Presentd el Sr. Arispe Ia siguiente exposicion: 

aLa tutoría en que de hecho han estado las Américas 

trajo al establecimiento de un cuerpo de empleados con 

el nombre de agentes de negocios de Indias. V. M., guiado 

de principios notorios é inconcusos de justicia desde 

su instalacion, ha reconocido los derechos de libre igualdad 

entre los habitantes de aquellas y estas partes de la 

Monarquia. Un Congreso general, un Gobierno supremo, 

un Consejo de Estado, un Tribunal Supremo de Justicia, 

son el resultado de aquella igualdad. Es, pues, tiempo de 

que V. M. haga sean uno, é igualmente libres los medios 

de que todos se valgan para el USO de sus derechos. 

En esta virtud, y sabiendo que en estos dias se ha impreso 

y va á circular una órden del extinguido Consejo de 

Indias, por la cual se obliga B todos los cuerpos é individuos 

de las Américas á cometer sus poderes y mandatos 

para todou IIUR negocios aola y exclusivamente 6 once 

Se aprobó el dictámen de la comision de Guerra, la 

cual, al dar cuenta del plan de la academia militar eetablecida 

en Palma de Mallorca por el mariscal de campo 

D. Santiago Whitinghan , proponia que por medio de la 

Regencia se signiíicase á este general que las Córtes habian 

visto con agrado esta prueba de su celo por el servicio 

y de su deseo de asegurar por todos los medios el 

triunfo de nuestras armas, informando, entre tanto, la 

misma Regencia sobre dicho establecimiento al Congreso 

para que éste pudiese prestarle su aprobacion con todos 

loe conocimientos necesarios. 

En virtud del dictkuen do la comision encargada de 

examinar el expediente sobre rounion p repnncion de loa 

$24

2294 10 Dm JUNIO D1 181% 

extinguidos Consejos, se mandaron devolver al Gobierne 

los papeles que obraban en dicha comision , pJes ssncionada 

la Constitucion, ya no tenis secesidad de allos. 

Continuando la discusion sobre el art. 9.’ del decreto 

de secuestros y confiscos, dijo 

El Sr. MORALE GALLEGO: La exposicion que 

hizo ayer el Sr. LujBn , me movib á pedir la palabra : porque 

convengo en parte con su dictámen, y entiendo se conciliaria 

todo volviendo el artículo á la comision, para que 

lo arreglase en términos que se consultase el objeto quo se 

proPone .pnra el castigo de loe infidentes sin faltar á la 

Constitucion, que es el primer objeto que debe tener presente 

el Congreso. Son terminantes los artículos de la 

Constitucion que se han citado; de modo que estando derogadas 

por ellos las antiguas leyes, no se puede imponer 

la pena que se propone en el artículo, de que se secuestren 

los bienes de los que sean condenados en rebeldía como 

traidores á la Nacion. Todos sabemos que una cosa es 

la sustanciacion de una causa, y otra la ejecucion de la 

pena; y asf, en todo caso, este secuestro deberá ser como 

un apremio para que se presente el acusado. Además, el 

artículo está concebido con demasiada generalidad, porque 

no expresa si dejará algo al hijo 6 hijos que no sean c6mplices 

con su padre, cosa que no se puede negar jamás; y 

que si no se expresa, podrá ocasionar muchas dudas y 

grandes perjuicios en la ejecucion. Así, 4x-80 que es indispensable 

vuelva B la comision para que lo arregle á las indicaciones 

que se han hecho y á los artícuIos de la Constitucion, 

para que ae haga compatible la administracion de 

justicia con lo determinado. 

El Sr. SERRES: Si en esto hay algo malo, el yerro ya 

está cometido. Pido que se lea el art. 6 .’ (Se Zeyd. ) Luego 

no obstante 10 prevenido en la Constitucion, que prohibe 

el secuestro, se creyó necesario aprobar este artículo que 

lo permite. Pregunto ahora: si por un delito menor, como 

ea el quedarse en el país enemigo, ae aprobó que pudiera 

haber secuestro de bienes, ipor qué no lo ha de haber en el 

caso presente? Aquello ya se aprobb; y así, debe revocarse 

aquella resolucion, ó aprobarse tambien este artículo. 

El Sr, ARGUELLES: He oido que se opone este articulo 

al de la Constitucion, que previene que no se haga 

secuestro de bienes sino en las causas que lleven consigo 

responsabilidad pecuniaria. El artículo de la Constitucion 

que es vago, porque debe serlo, pues es una base, deja 

bastante campo para dar cabida B lo que propone la co - 

mision en este decreto. En primer lugar, aquí no se considera 

el secuestro como pena, sino un medio para obligar 

al interesado á venir al país libre; porque el espíritu 

de toda ley penal, no tanto es castigar á la persona delinouente 

, como escarmentar B los demás; y si nos desentendemos 

de esto, no sé qué medios podrán adoptarse 

para que las personas que no obran guiadas por el honor, 

no abandonen su Pátria. Para esas gentes degradadas me 

parece que el mejor medio es el interés. Si no se hiciere 

asS, sabria cualquiera que aunque se fuese al partido 

francés, le serian conservadas sus propiedades, con lo cual 

se aumentarian las fuerzas del enemigo J las desgracias 

de la Pátria. Asuntos de esta especie son muy delicados, 

y es necesario caminar con gran pulso para no dar márgen 

d cavilaciones. He dicho que el artículo de la Constitucion 

no se opone á la aprobacion de este. Con efecto, 

en él se expresa que no se embargará m6s que para renardr 

los daños y perjuicios; pero deja esta cali5caoion al 

arbitrió de loa tribunales; y aquí tiene lugar el artículo 

que se discute; porque iquién es capaz de decir á cuánto 

ascienden los daños que un infidente causa á la Pátria? 

Agí,, el que aptos fondos wtén en deposito para un objeto 

tan digno, e&sndo que pasen á manos del enemigo , no 

creo se opoa@ de ningun modo á la Constitucion: tanto 

mas, cuantó se ha dicho que el hijo hasta la muerte de 

su padre no tiene derecho á la sucesion, y lo más que 

puede pedir son los alimentos á que pueda tener derecho, 

ya por heredero inmediato, ya por haberse impuesto este 

gravámen al poseedor. Así, yo encuentro muy prudente 

el artfculo, y más cuando, á mi entender, la Constitucion 

no se opone á él; porque tambien es necesario no desentenderse 

de que la Constitucion habla de aquellos casos 

ordinarios en que ae forma sasraris para probar un delito, 

y para estos BB puso el artículo , á fin de evitar laS providencias 

arbitrarias, y la cruel costumbre d4 hacerse 

embargo de bienes en cuanto se procedia criminalmente 

contra alguno. En el caso de que hablamos no se perjudica 

á persona alguna; pues el hijo no pueda tener otro 

derecho que el que le dan las leyes, reducido á evitar el 

menoscabo de los bienes; pero estando depositados en 

manos del Estado, es de suponer no serán deteriorados. 

En fin, este punto necesita de mayor ilustracion , porque 

aunque para mí contemplo que lo propone la comision, 

no sa opone á los artículos de la Constitucion; no obstante, 

conviene quitar toda caviIacion, sin olvidar al mismo 

tiempo que es muy dolorooo proporcionar auxilios á los 

enemigos de la Pátria, y aumentar con ellos los medios 

ds continuar oprimiéndola. 

El Sr. BAEAYOlUDE: Sedor, 6 las palabras co%$!scos 

y reczcestpos no se les da el verdadero sentido que las corresponde. 

La conflscacion de una cosa es cuando se priva 

de ella is perpettizcn, al que la posee ; y el secwstvo no es 

conflscacion , sino pena 6 multa. Y i qué daÍíos no podrá 

causar á la Nacion uno que esté declarado infidente, aunque 

sea en rebeldía? Así que, como está concebido el artículo, 

no es confiscacion, sino una detencion temporal; 

de modo que si el interesado se presentase y purgase de 

las pruebas que contra él resultaban, se le devolverian 

BUS bienes, deducidos los gastos y los alimentos de los 

hijos, si los tenia. En este sentido habla la comision; de 

consiguiente, el artículo debe aprobarse, pues no es una 

conflscacion lo que en él se propone, sino propiamente 

una multa 6 un apremio. 

El Sr. DOU: Si el artículo de que tratamos solo dijera 

lo que acaba de suponerse, esto es, que solo se secuestrasen 

6 depositasen los frutos del patrimonio de quien se 

hubiese condenado en rebeldía, no habia dificultad: tampoco 

la habria si se aplicasen á los gastos de la guerra, 

:on calidad de reintegro en caso correspondiente; pero no 

3s este el caso que se propone, ni la dificultad que se La 

hecho presente, á que por ahora nadie responde. 

El artículo hace distincion entre secuestro y aplica- 

:ion: habla de bienes, que deben secuestrarse 6 depositar- 

38, y de bienes que deben aplicarse al Erario para los 

gastos de la guerra; no solo habla de bienes que deben 

aplicarse, sino que deben aplicarse absohtamelate, pues en 

Pato consiste la dificultad; esta aplicacion de bienes 6 de 

los frutos del patrimonio, es ciertamente una conftsca- 

:ion: jen qué consiste la condscacion de frutos 6 bienea 

~1 5~0, al Erario 6 al Estado? Dígase como se quiera, 

la Constitucion prohibe la con5scacion: icomo, pues, pueie 

autorizarse la aplicacion de bienes de que trata el artículo 

en cuestion para los gastos de la guerra? 

Además, la pena corporal necesita de un nuevo juicio; 

presentándose el reo, por más que sea condenado en rebeldía, 

deba ser oido: ai justifica el reo su inocencia, AO

~- _ ~. ~- 

NbIUERO 686. 8205 

puede aplicársele pena corporal ni pecuniaria: jcon qut 

razon puede en este caso quedar privado de sus biener 

bajo la supoaicion de un delito que positivamente constr 

no haber cometido? No es justo, pues, que quedando todc 

esto pendiente, se haga aplicacion abBolut8 de los bienes 

del reo para 10s gastos de la guerra. 

Si no se quiere quitar al reo el derecho de cobrar lor 

bienes 6 frutos que se hubieren aplicado para la guerra 

en caso que Be justifique su inocencia, dígase esto mismo, 

y no hay disputa; pero el término de ap?icacion y ab, 

solzcta no da lugar á semejante íntsrpretacion: como quie, 

ra que sea, dígase coa toda claridad y distincion lo qut 

se quiere ó debe de decir. 

El Sr. MORALES GALLEGO: Para mayor inteligencia 

de lo que he dicho, quisiera que se tuviese presente 

la distincion que hay entre los bienes libres y lo$ 

que son amayorazgados. En todas las escrituras de mayorazgos 

he visto la cláusula da que por delito de traicion 

pierda el poseedor la posesion, y que desde veinticuatro 

horas antes de haber cometido el delito, se entien, 

da que ha perdido el derecho á los bienes del mayorazgo 

El artículo, como he dicho, ofrece muchas dificultades, J 

por eso repito que debe volver á la cdmision para que l( 

estienda con mayor claridad. 

El Sr. VILLAFAÑE: Como individuo que soy de h 

comision, pido que se explique qué es lo que ha de volver 

á la comision, porque yo no lo entiendo, Dice la comision 

que se secuestren los bienes B quienes despues dt 

formarles causa justa se les declare infidentes en rebeldía. 

#ay cosa más justa que el que se secuestren loe bienee 

hasta que el acusado se presente á responder á los cargos? 

iSe llamará esto confisco en buen idioma castellano, 

ni será contrario 8 1s Constitucion? Confisco es perder 

para siempre los bienes, no solo el poseedor sino toda la 

familia, mudando por consiguiente de dominio. Aquí se 

trata solo de embargo de bienes á favor del Estado, que 

es la menor pena que se puede imponer 6 un español 

desnaturalizado que vive en país enemigo, y nada tiene 

que ver con esto el que sean bienes libres 6 amayorazgados. 

Así, pido que ee vote el artículo; y si se desaprueba, 

podrá cualquiera sustituir lo que tenga por conveniente. 

El Sr. Conde de TORENO: Iba 8 decir lo mismo; 

que no hay para que vuelva 6 la comision. Ib8 tambien 

á decir que he visto confundir el secuestro con la confiscacion 

; y aunque algunos de los Sres. Diputados 

han explicado su diferencia, no puedo menos de insistir 

en ellr. El secusstro pesa sobre el usufruto, y la 

conflscacion sobre los capitales; de manera que el aecuestro 

es la pérdida del beneficio, y la conf’kcacion la pérdida 

del capital par8 el poseedor y psra toda su familia. El 

hijo no tiene derecho á este capital hasta que muere Bu 

padre física 6 civilmente, esto es, si se le expatria, por 

ejemplo. El artículo no priva de este derecho al heredero, 

y solo se reduce á aplicar el usufruto de los bienes 4 

favor de la Pátria mientras el poseedor está entre los enemigos. 

Así, creo que de ningun modo se opone á la Constitucion, 

y me parece que está bastante claro. 

El gr. GALLEGO: Es menefhr tener presente que 

tambien está prohibido el secuestro por otro artículo. 

El Sr. VILLAFAÑE: Ayer se propuso esta duda; pero 

el Sr. ArgüelleB, á quien acabo de oir con el gusto que 

acostumbro, la ha desvanecido. Es verdad que la Constitucion 

prohibe el secuestro) pero esto se opone al punto 

de que tratamos, porque lo que aquí se propone es como 

una especie de depósito en favor de la Pátria. 

El Sr. GALLEGO: 

pero no dice eso. 

Siempre que sea aSi, 10 aprUebo; 

El Sr. LUJAN: Estoy conforme siempre que se entienda 

con calidad de reintegro. 

El Sr. ARGUgLLES: Al oir este conjunto de opinioneB 

he mudado la mia, y creo que debe volver á la comion. 

El Sr. Luján ha dicho una cosa muy diversa de lo 

que dijo ayer. El artículo de 18 Constitucion que prohibe 

el secuestro, habla en el seto de proceder contra un reo, 

y hay muchísima diferencia de esto al pnnto de que se 

trata; nuestras leyes por otra parte no prohiben que de 

los bienes del reo se satisfagan los gastos. Todo esto ms 

hace creer que no seria fuera de propósito que volviese á 

la comision. 

El Sr. CANEJA: Los grandes argumentos qae ae 

han hecho contra este artículo, consisten en decir que se 

opone á los de la Constitucion por los que seestablece que 

no haya en lo sucesivo confiscacion de bienes, ni tampoco 

embargo, sino cuando hay8 responsabilidad pecuniaria. 

Yo, por más que cotejo los unos con los otros, no encuentro 

semejante oposicion ni contradiccion. Los señoreB 

que me han precedido haa manifestado ya que debiendo 

entenderse que en los indicados artículos de la 

Conetitucion hablan de los casos ordinarios en que se proceds 

contra los delincuentes, no puede comprenderse en 

ellos el extraordinario de que tratamos: yo no repetir6 lae 

Bblidas razoneB que se han alegado en apoyo de este opiníon; 

mas alegaré otras nuevas y no menos convincsntea, 

á lo menos en mi concepto. Las sábias y benéflcaa máxi - 

mas de la Conatitucion deben ser para nosotros y par8 

todo español tan respetadas, que debemos detestar hasta 

la tentacion de violarlas; pero yo pregunto: estas leyes 

fundamentales ideberán comprender tambien y protejer 

8 los que no pertenecen á nuestra sociedad, y á los que 

habiendo vendido la PBtria se mofan de nosotros y de las 

propias leyes? iDeberemos reapetar en éstos los derechos 

de los verdaderamente españoles, cuando ellos mismos 

hacen alarde de no serlo, y lejos de no cumplir con las 

obligaciones respectivas se hallan trebajando en nuestra 

perdicion? 

Los que se hallen declarados traidores por sentencia 

de tribunal competente, aunque sea dada en rebeldía, 

aon unos verdnderos proscritos; no pueden, puefi, ni llamarse, 

ni tenerse por españoles, ni merecen otro concepto 

que el de franceses y enemigos capitsles nuestros; y 

así como los articulos indicados de la Conetikcion no 

prohiben que pueda haber 6 no represalias, no puede tam- 

?oco decirse que se oponga 6 ellos el que se discute. 

Pero aun suponiendo que 18 Constitucion hubiese de 

woteger á los pro-crltos, to4avfa tendriamos que no seria 

contrario 6 ella el secuestro y aplicacion al estado del 

broducto de sus bienes, porque la misma Constituhon 

bermite ese secuestro cuando haya responssbilidad pecu - 

iiaria, y porque es indudable que todo traidor d #artida- 

#io francés es reeponsable á la Nacion, no solo del mal 

ncalculable que le causa con sua eervfcios personales á 

buestros enemigos, sino de las depredwiones y robos 

lue cometen todos ellos de los bienes y efectos de los inelices 

patriotas que tienen la desgracia de residir en país 

lcupado. 

Yo diria m$e bien que este secuestro deberia durar 

iempre, de manera que comprendiese el caso en que ni 

e aprehenda ni se pueda castigar al traidor, y quitase las 

speranzas que podrán concebir acaso sus herederos de 

ue muriendo él entre los enemigos, se les entreguen sus 

tienes. Las sentencias de eeta chse, aunque dadas en reb 

eldia, reciben toda au validscion cuando el reo fugitivo 

n .i ha comparecido á pedir audiencia, ni es posible que 

oamp8rezca pok haber muerto, ni ha absndonado el par-

3296 10 D10 JUNIO DE 1812 

tido delincuente que abrazb, sino que vivió y murió en 

(Art. 12. Exceptúanse de esta regla general los bie- 

él. Así que, habiendo sido hasta ahora lo confiscacion de 

nes de aquellas personas que con anterioridad á la publibienes 

una de las penas de los delitos de esta especie, cacion de este decreto se hallen ya declaradas infidentes 

debe sin disputa tener lugar para todos aquellos que han 

por resoluciones del Gobierno 6 sentencias de los tribunasido 

ya sentenciados por los tribunales, 6 proscritos por 

el Gobierno. 

Por último, Señor, si todavía hubiese algun escrupuloso 

que imagine hallar oposicion entre la Constitucion 

y este artículo, yo no encuentro que haya inconveniente 

les, y cuyas rentas y propiedades se hayan mandado con- 

f iscar á beneficio del Estado, pues en estos casos deberán 

t ener efecto las layes penales antiguas en todo y por todo 

C :omo en ellas se contiene,D 

Tambien se aprobó este artículo sin más variedad 

en suprimirlo, pue& qne serian muy pocos 6 ninguno 9 lue poner la palabra Constitucion en lugar de este delos 

que se hallen comprendidos en él, mediante que ni C ‘reto. 

hasta ahora ha habido ni hay tribunal alguno que se

N~lUERO 686. 3297 

prevenido en los artículos de este decreto, y se derogan 

en cuanto sean contrarias á él. 

!r8narálO entendido el Consejo de Regencia, y dispondrá 

lo convenient: á su cumplimiento, haciendo que se 

imprima, publique y circule en la forma ordinaria, 

Cádiz 8 de Mayo de 1812.» 

Se puso á discusion la adicion que al art. 7.’ hizo el 

Sr. Calatrava, concebida en estos términos:

. . 

3298 10 DE JONIO DI 1812. 

drid y de otros pueblo8 de España, sino exclusivamentt 

para curar á los francesee, habiendo echado de él Q 108 

españoles que habia. La capilla Rea1 es un cuerpo á cuyc 

beneficio se habian destinado pensiones de varias clases, 

Pfegunto: ji38 eSta capilla Real que hoy existe aquella 6 

quien se concedieron estas rentas? No, Señor. Este et 

ahora un cuerpo de eclesiástico8 juramentado8 y destinados 

á la servidumbre del intruso José. No es, pues , regular 

que á estos establecimiento8 se acuda con la8 peri- 

Biones y Otros fondo8 que disfrutan en país libre, por haber 

variado sustsncialmente su condicion y naturaleza. A 

este nrímero pertenece tambien á mi juicio el monasterio 

del Eecorial, pues aunque en él existen religiosos con 

autoridad de los mismos franceses, lleva esto envuelto 

un fin doloso, cual es atraer á esta comunidad las 

rentas que tiene en pueblos libres para robárselas. Aunque 

respecto de estos estab1ecimientos y otro8 semejantes 

me parece justo que 8e secuestren los bienes de 

elIos existentes en pafs libre, no puede extenderse esta 

providencia 8 otros, que aun en medio de los enemigo8 

88 conservan bajo el plan de BU institucion , siempre que 

conste que sus indivíduos permanecen adictos á la buena 

cau88. Por 10 miamo, pues, que son diVer 108 casos 

que deberian comprenderse bajo esta medida uniforme, 

entiendo que no há lugar á la adioion del Sr. Calatrava 

en los términos generales de au contexto. Y así, cuando 

no hubiese de correr el artículo conforme 88 aprobó, la 

única adicion que yo haria seria encargar 81 Gobierno 

que señale los casos en que convenga retener 6 secue8- 

trar las rentas que existan en país libre pertenecientes á 

establecimientos 6 comunidades de puebloe ocupadoa. Es 

muy digno de coneideracion el ejemplo que se citó ayer 

de la ca8a de expósitos de Sevilla. &ué razon hay para 

que mientras conste que se dedican allí sus fondos á mantener 

y educar á aquellos miserables, 80 les deje perecer, 

inutilizando con la privacion de estos fondos un establecimiento 

que subsiste bajo el pié y segun los reglamentoa 

de su fundacion? Aeí que, mi dictimen e8 que subsista 

el artículo como está, 6 en ca80 de que haya en él 

alguna variacion, sea dejar este negocio á la prudencia 

del Gobierno. 

El flr. ARMUELLES: Señor, me parece que no hay 

mucha oscuridad en la adicion del Sr. Calatrava, Tal vez 

si 80 lee con cuidado el artículo se facilitará la aclaracion 

del negocio. (Le 2eyd.) Además de estos establecimientos, 

dice el Sr. Calatrava, extiéndase la providencia á aquellos 

que estin en país enemigo bajo sus primeras instituciones. 

Una razon muy óbvia. Supongamos una catedral 

que conserva su instituto; ihay razon y justicia para que 

loe bienes que esto8 tienen en el condado de Niebla, v. gr., 

suponiendo que el condado pertenece por razon de diezmo8 

B la catedral de Sevilla, se remitan á los indivíduos 

de este cabildo que ae han quedado, cualquiera que aea 

el fin piado80 para cohonestar BU permanencia con el enemigo? 

Yo estoy de acuerdo con el Sr. Pascual en que no 

8e deben agravar 10s males de los que se ven obligados á 

soportar el dure yugo del enemigo. Pero este grande argumento 

tiene mueho de sofístico, y presenta una idea 

muy vaga, porque no todos los ecb38iésticos que se han 

quedado con el enemigo 8e hallan en un mismo ca8o, pues 

se sabe que muchos han contribuido y cooperado para 

que se haga perp&ua, 6 digamos para siempre, nacional, 

la cruel esclavitud en que se halla parte de la Nacion, y 

no seria justo que por una regla general ae confundiesen 

unos con otros, naciendo de esta dificultad de distinguir- 

quedarse entre los enemigos, exponiéndose aunque 888 al 

martirio (si puede decirse así), por fomentar y conservar 

la fé entre los españoles que tienen la deegracia de BUfrir 

el yugo francés; los que, como digo, se han portado 

88í, estos ya se han decidido á passr por todas las incomodidades. 

Bien que no croo que los indivíduos de los 

cabildo8 88 hallen en situacion de tener que mendigar, 

BU subsistencia; pues en este caso hubieran tenido buen 

cuidado de acudir á reunirse al legítimo Gobierno, que no 

hay motivo para creer que los hubiese desatendido. No lo 

han hecho; y aunque 8on acreedores al reconocimiento 

del Gobierno por los beneficios espirituales que hacen á 

aquellos desgraciados espaiioles, no será justo permitir 

que eatos fondos vayan á país ocupado á aumentar los recursos 

del enemigo; porque iquién ha dicho que 108 que 

se envien llegarán á manos de estos indivíduos? Se dirá 

que los enemigos no se los arrancarán; psro esto no pue- 

de asegurmse, porque su conducta vária hace que sea di- 

Ferente el modo de proceder; de suerte, que en algunas 

partes entrarán en las tesorerías de los cabildos, y en 

atras no entrarán. Además, que aunque 8ea por política, 

que los franceses conocen muy bien (en lo que deberíamos 

imitarlos), dejarán que tales producto8 entren en las tesorerías 

de los cabildos; pero luego se aprovecharán de 

31105, arrancándoselos por medio de enormes contribuciones, 

y el resultado será que no Be repartirán entre 108 caldnigos, 

especialmente cuando los franceses piden to,laría 

más por empréstito8 forzado8 que por contribuciones 

extraordinarias. Pero vamos á otra cosa. Supongamos que 

ie los indivíduos de un cabildo se hayan acogido á país 

ibre cuatro ó cinco de elloe. ~NO será justo que los productos 

de la parte libre del obispado se lea entreguen al 

:abildo en su totalidad? El Sr. Morales Gallego indicó 

rger la medida que sobre este particular h8bis tomado el 

lobierno, el cual recogia todos los fondos, y daba á los 

*efugiados en país libre lo que prudencialmente creia ne - 

:esario. Algunos de estos depósitos, segun he oido, no 

lejan de ser considerables. Así, es necesario y justo apro- 

181: la adicion; tanto más, que los productos de que tra- 

;a pueden contribuir Q que se reconquiste el país en que 

existen los individuo8 de la corporacion á que perteiecen 

. 

El Sr. CALATRAVA: Pido que se lea el ar6. 8.” del 

woyecto de la comision (se leyó). V. M. ha desaprobado 

#te artículo, que eximia de1 secuestro los bienes de conunidades 

y establecimientos existente8 en paía ocupado; 

r en el mismo hecho, 8egun buena lógica, y el motivo en 

pre se fundó la desaprobacion, me parece que quiso que 

Nuviera lugar el secuestro. Lo que he propuesto no es una 

losa nueva; es una que ya está resuelta, una aclaracion 

le la voluntad de las Cortes. Los señores que impugnan 

ri mocion no hacen más que repetir las mismas razones 

lue expusieron en defensa del art. 8.’ desaprobado; así 

!omo las mismas con que entonces 8e le impugnó, son las 

p.re ahora apoyan mi propuesta. Pero esto es volver á la 

ruestion pasada, y aprovechar la ocasion de reproducirla, 

‘in hacerse cargo de que ya la resolvid V. M., de que 

!ntonces se tUVierOn presentes todo8 BI08 argumontos, y 

le que á pesar de lo mucho que 8e e8forzaron, no quiso 

T. M. que se eximiesen del secuestro los bienes referidos. 

,Cuál fué el espíritu de esta negativa sino sujetarlos al 

ecuestre? iCuál la intencion de V. hl. al desaprobar aquel 

,rtículo sino lo mismo que propongo? El secuestrar estos 

Sienes, así como los de 18s comunidades 6 establecimien- 

LOS disueltos 6 extinguidos, no es por razon de delito, y 

108 el que acaso 88 confundiese el culpado con el inoceni 

! ’ ie consiguiente, no tiene lugar lo que el Sr. Pascual ha 

te. Además de los eclesibticos que 88 han resuelto á ; dicho sobre esto: aquí no 88 trata de castigar ni

ntiMER0 686, 3299 

se trata dc que loa hayan cometido las corporaciones, sino 

de impedir que se aprovechen de esas rentas los enemigos 

de la PBtria, y de hacer que entre tanto sirvan de 

algun auxilio á las urgencias públicas. El Sr. Pascual ha 

hecho la justa observacion de que de las rentas que haya 

en país libre deben ser socorridos los indivíduos que hayan 

emigrado: estoy conforme en ello, y por lo mismo he 

hecho la adicion al art. ‘7.” para que les alcance el mismo 

beneficio acordado ya por V. Id. con respecto á loa 

indivíduos emigrados de comunidades extinguidas. Justo 

es que á unos y otros se les auxilie por el Erario...o 

Interrumpidle diciendo 

El Sr. KEY: El art. 7.” no dice que se les pague por 

cuenta del Erario, sino de las rentas que tengan esos cuerpos 

en país libre. 

El Sr. CALATRAVA: Eso es en sustancia lo mismo 

que d.igo: las rentas, segun mi parecer, y lo que creo 

quiere V. M., deben entrar en el Erario, y del producto 

de estas rentas debe el Erario socorrer á los indivíduos 

que hayan emigrado, así á los de las corporaciones extinguidas, 

como á los de aquellas que se hallen existentes 

en los casos que previene el art. ‘7.“, esto es, cuando 

no tengan con que mantenerse y continúen profesando su 

instituto: porque si no lo profesan; si han tomado otro 

modo de vivir, haciéndose capellanes de ejército ú otra 

cosa semejante; si tienen con que mantenerse, jcon qué 

derecho podrán exigir que el Erario les auxilie con parte 

de estas rentas en medio de tantas necesidades? En cuantc 

á lo demás, no solamente concurren las poderosísimas 

razones de justicia y de política que se han expuesto para 

que los productos de los bienes en país libre no vayan al 

pals ocupado, sino que de no retenerlos resultaria que 

permitíamos indirectamente fuesen Q parar á manos del 

enemigo, y al mismo tiempo tendria el Estado que socorrer 

á los indivíduos de las mismas corporaciones que hubiesen 

emigrado. Se enviarán las rentas pertenecientes á 

tal cabildo que existe en país ocupado; y si alguno de sus 

canónigos por no estar entre los enemigos se ha venido á 

país libre, no acudirá á su cabildo para que le auxiliase, 

sino que lo pediria á V. M.; y estoy bien seguro de que 

V. M. no se lo negaria, y de que entonces se diria que 

era indispensable no dejarlo perecer. Repetidos son los 

ejemplares de estas solicitudes hechas á V. M., y algunos 

los casos en que V. M. B los emigrados que tienen sus 

prebendas en país ocupado, ha concedido un socorro, bien 

del Erario, bien de las rentas que tienen sus corporaciones 

en país libre. g Y de dónde se socorrerá á otros en ca- 

80s semejantes si las rentas dei país libre se remiten al 

ocupado? $3eri judo 

remitirlas integramente 6 la corporacion, 

y gravar al Estado con la manutencion de los emigrados 

que se hallen en necesidad, 6 lo será obligar á estos 

á que perezcan, 6 á que se vuelvan á vivir entre el 

enemigo? Cualesquiera que sean las circunstancias de los 

establecimienfros existentes en país ocupado, el enviarles 

las rentas del país libre, más bien que favorecerlee, es 

dar mayor cebo á la rapacidad de los franceses. 

El Sr. Villanueva ha dicho hoy que B las comunídades 

que existan actualmente en país ocupado bajo su antigua 

forma y cumpliendo su instituto, no se les debe privar 

de sus rentas; pero el mismo señor, que fué uno de 

los que más impugnaron el art. So, se Valió para ello del 

ejemplo del monasterio del Escorial, en el cual conservan 

los enemigos parte de la comunidad; y dedujo justamenti 

que el permitir que esta percibiese sus rentas en país libre 

bajo el pretexto de que existe, no seria en realidad 

sino dejar que Ias percibiesen los franaeses. Entre esto : 

,Ik@lo me parece que hay alguna aont@icroion: las ra- 

zones que expuso para que no se enviasen sus rentas al 

monasterio del Escorial, se oponen del mismo modo á que 

se envien las suyas 6 las demás comunidades existentes; 

y si á estas se deben enviar porque subsisten bajo su antigua 

forma, y cumpliendo su instituto, lo mismo hay 

que hacer con respecto al monasterio cuya comunidad, 

aunque disminuida, exista, y no podemos menos de confesar 

que bajo su antigua forma y profesando su instituto. 

Se ha dicho tambien que á los establecimientos piadodosos 

y hospitales que existen en país ocupado no se les 

puede privar de estas rentas sin perjudicar á los fines 

benéficos en que se invierten; pero ese beneficio cede hoy 

principal 6 casi exclusivamente en favor de los enemigos. 

Nosotros hemos tenido que establecer otros nuevos hospitales 

para los defensores de la PBtria, y si se invierten ~ 

en su auxilio las rentas de aquellos, la aplicacion no será 

menos legítima ni menos conforme B su destino. Sobre 

todo, Señor, siendo este secuestro 6 retencion con calidad 

de reintegro, y hallándonos en circunstancias tan extraordinarias, 

no hay razon alguna para oponerse con 

fundamento. No tengo empeño en que se apruebe mi adicion 

en los términos propuestos, aunque la creo conforme 

á la resolucion de V. hl.; pero si no ae aprueba, es 

indispensable que de cualquiera otro modo se explique 

claramente la intencion de las Cbrtes cuando desaprobaron 

el art. 8.’ 

El Sr. GALLEGO: No hay duda, Señor, que estamos 

oyendo los mismos argumentos hechos ayer por los 

que aprobaban 81 art. 8.’ que V. M. desechó. Y no alcanzo 

de qué utilidad podrá ser insistir en querernos 

probar que los bienes de las comunidades subsistentes en 

país ocupado no deben ser secuestrados, cuando ya está 

resuelto que lo sean. Lo que esos señores dicen que debe 

ser, eso mismo decia el citado articulo, que fué reprobado 

en todas sus partes. Sin embargo, si es de extrañar 

este infructuoso empeiio, es más extraño todavía el de 

querer decidir por reglas de justicia privada, puntos que 

solo pueden graduarse y resolverse por las de justicia general. 

El Sr. Villanueva (por entrar en la cuestion) ha 

hecho una triple division del estado de las corporaciones 

que puede comprender el artículo; y desde luego conviene 

en que los bienes de aquellas que por estar disueltas 

6 haber sufrido reformas por los enemigos, no obserban 

su instituto, deben secuestrarse; lo que igualmente 

sucede respecto de aquellas que siendo fundadas en heneflcio 

de ciertas personas, sirven Q la utilidad de otras diferentes, 

como 81 Hospital general de Madrid, en que solo 

se cura á los franCese& Otro tanto debe hacerse, sagun 

dicho señor, y con razon muy justa, con algunas corporaciones, 

que aunque abolidas por el Gobierno intruso, 

hace éste que conserven la forma que tenian, con el solo 

objeto de que engañados por esta apariencia, paguen puntualmente 

sus rentas los que en otro caso no 88 considerarian 

obligados. Solo hay UU caso que el referido señor 

quiere exceptuar, y es el de aquellas corporaciones que 

conservan fielmente su instituto cumpliendo sus fines y 

objeto; tales son la mayor parte de los cabildos é iglesias 

colegiadas. Los visos de justicia que eSt0 tiene, desapare- 

cen cuando se considera qU8 

siendo una regla de conve- 

niencia pública disminuir loe recursos del enemigo, se 

trata de enviarles fondos, eatando nuestro Erario tan lejos 

de la abundancia. Las Córtes han querido respetar el derecho 

sagrado de la propiedad respecto de loa particulares: 

enhorabuena; pero querer extender en medio de loo 

apuros del Estado eeta concesion á corporaciones, que 

aunque tengan cierto derecho, lea faIta mucho para ser 

de propiedad, mBe bien que lasti& J delioadera wtil(

3300 10 DE JUIUIO DE 1812. 

inocencia y necedad. Es cierto que gran parte de los individuos 

que componen estas corporaciones son buenos 

espaúoles; pero no lo es menos que los cabildos eclesiásticos 

de España están ya llenos de gentes promovidas por 

el Gobierno intruso, que ningun derecho pudo darles á 

participar de estos bienes. iQué importará, pues, que 

conserven SU forma y guarden su instituto, si ya entran 

á la parte de SLU rentas otras personas indignas por todos 

títulos de percibirlas? &Y á quién tocaria mayor porcion 

de estos bienes 6 fondos que se les remitiesen: á los buenos 

españoles, acobardados y oprimidos, 6 á los indivíduos 

intrusos, ó á los afrancesados insolentes, que con la 

proteccion de las armas están dominando los cabildos? 

Este seria el menor inconveniente, porque al fln algo, 

aunque poco, tocaria á los buenos patriotas que hay en 

ellos; mas lo que generalmente sucede, como ha dicho el 

Sr. Argüelles, es que los franceses arrebatan las rentas 

de dichos cuerpos, y ó no dan nada á Ios indivíduos, ó los 

dan una cantidad determinada. En efecto, los canbnigos 

de Sevilla percibian el año pasado 60 duros al mes (si no 

me engaño), y los franceses disponian de todo. Pues ahora 

bien: figurémonos que corresponden al cabildo de Sevilla 

6.000 pesos por fincas que tenga en Cádiz, y que 

se les envian segun quieren varios señores; iá quien se 

hace esta remesa: á los canónigos 6 á los franceses? Si 

eatos les dan al mes 60 duros, por el hecho de percibir 

este aumento de fondos, @s darán 650 Dejemos, Señor, 

de alucinarnos. Ese modo ridículo y pueril de entender 

la justicia; ese empeño de que cualquiera que sea el riesgo 

que se siga, las cosas sirvan solo al objeto á que fueron 

destinadas, tienen privada B la Nacion de tantos fondos, 

y han dado á los franceses tantos rtWwsos, que encoleriza 

recordarlo. Ese principio mezquino y ruin es el 

mismo que ha entregado al enemigo la plata de las iglesias, 

de que tanto partido pudo sacar el Estado en sus 

urgencias, sin que jamás llegue el momento de que nos 

desengañemos. ~NO hay en los países libres corporaciones 

que tengan rentas en los ocupados’? Y pregunto: jenvian 

los franceses algo por acá de lo que les corresponde? La 

iglesia de Cádiz, los hospitales, tienen rentas en territorio 

poseido por los franceses; preguntémosles si les remiten 

estos sus pertenencias puntalmente. Y jseremos tan 

simples que sacrificando los buenos cuanto tienen porque 

la Pátria lo necesita y lo exige, enviemos fondos á 

los franceses para que nos hagan la guerra, y serian 

de nuestra inocencia? Mi voto es que queden secuestrados 

los bienes y rentas pertenecientes 8 corporaciones que 

existen en mi país enemigo, sin distincion alguna. 

El Sr. GDTIERREZ DE LA HUEEPTA: YO creo, 

Señor, que las razones que se han alegado en apoyo de la 

adicion prueban demasiado, ó no prueban nada. El señor 

Calatrava infiere, y en mi concepto justamente, que habiendo 

V. Y. desaprobado el artículo de la comision de 

que no queden fuera de secuestros los bienes de los esta- 

blecimientos que es& en país ocupado, debia aprobar 

que fuesen seeuestradoa. La razon es muy sencilla; pero 

la adieion no tiene IXI lugar oportuno en este artículo. Dirú 

la razan. El artículo previene que los bienes pertenecientes 

$ establecimientos extinguidos 6 reformados que 

est&n en país ocupado, se deben secuestrar, y que se hayan 

de invertir precisamente en las necesidades públicas. 

Ahora bien: si ponemoe la adicion de que lo mismo se entienda 

para los establecimientos que existan en su antigua 

forma, vendremos á dacir que serán estos bienes como 

los de loa establecimientos extinguidos, y de este modo 

causamos una injusticia á titulo de que son cuerpos d 

@&kU&Moa 

r. 

que están en pafs ooupado , contradfcien- 

do las mismas leyes que hemos hecho, pues no ha reprobado 

V. N. lo sancionado en 21 de Febrero, acerca de 

que se considerasen como verdaderos propietarios, y se 

les asista conforme á ~XW necesidades; y la ampliacion que 

hace el Sr. Calatrava con su adicion es extensiva á la 

reprobaoion de lo que tiene mrndado V. M. anteriormente. 

V. M. aprobó que no queden fuera de secuestro estos 

bienes; pero no ha aprobado el que se secuestre toda clase 

de bienes. Me explicaré mis claro. Hay bienes pertenecientes 

á establecimientos extinguidos por los enemigos, 

cuyos frutos sa dedican á las necesidades del Estado, y 

hay bienes pertenecientes á establedmientoa que no han 

sido reformados por el Gobierno intruso, y si se confunden, 

es absolutamente contrario á lo mandado. Hay una notable 

diferencia entre unos y otros establecimientos, y tambien 

la debe haber en hacer su aplicacion, pues á los establecimientos 

que están ejerciendo sus funciones segun 

su plan primitivo, se les quita lo que V. M. tiene dispuesto 

anteriormente que se les dé, y no se hr derogado. 

~NO ha dicho V. M. que á estos establecimientos se 

Les dé la parte necesaria para su subsistencia2 Pues esto 

no se ha derogado (Zc irtewzcmpisroe Ucidrcdok pur si); 

pues si se ha derogado, yo no lo he oido. Lo que he oido 

decir es que no se aprobó la idea de la comision; pero no 

se ha declarado que se les quite la parte que antes se les 

habia concedido. Aquí hay dos ideas, que son muy diferenc. 

tes, y resulta que así como los establecimientos extin- 

guidos no tendrá nada, tampoco tendA nada lor existentes, 

Yo no EE por qué no se han de separar estas dos 

ideas, que están confundidas en la adicion del Sr. Calatrava, 

pues ni unos ni otros han de percibir ni un solo real. 

Jeííor, todas las refiexiones que se han hecho, van á dar 

á V. M. un car&cter de inconsecuencia. Razon que se da: 

que entran estos bienes en manos de los franceses, y que 

se apoderan de estos bienes por el medio indirecto de las 

imposiciones. Pero ahora bien, Seííor: jno sucederá lo 

mismo con las fortunas de los particulares? iNo eetin estos 

sujetos á las mismas vejaciones que todos los demás 

establecimientos? Los que tienen la desgracia de sufrir el 

yugo pesado del enemigo , jno tienen bastantes desgracias 

sin que aún se les quiera añadir esta? P si no hay 

razon para hacer esto con los particulares, ipor qué se ha 

de hacer con estos establecimientoa? Yo no quisiera, Señor, 

que las providencias de V. M. tuvieran dos caras, ni 

que se diera lugar á decir que V. M. juega con cartas 

desiguales. V. M. establece los principios para todas las 

clases del Estado, y esté V. Id. persuadido que ra’82ones que 

obran en pr6 y en contra nunca son buenas. Enhorabuena 

determine V. M. lo que tenga por conveniente, serb justo; 

pero no se aleguen razones, que en el mismo hecho de 

darse, se manifiesta que es injusto lo que se quiere determinar. 

No quisiera yo que las resoluciones de V. 16. demostrasen 

que tenemos afi3oto & 10s particulares y enemistad 

á las comunidades. Aquí nos hemos congregado para 

conservar la propiedad de todos los ciudadanos, y el aprobar 

lo que indica la proposicion será; contravenir á estos 

principios, He oido decir á un Sr. Diputado: giy quie’n 

me asegura de que todos los cuerpos conservan los sentimientos 

de fidelidad?, Con que quiere deair esto que si el 

señor reflexionante estuviera cierto de que conservan los 

verdaderos sentimientos de fidelidad, les concederia el goce 

de sus rentas. Pero ipor qué lo ha de dudar? ~NO dirian 

estos establecimientos: yo tengo derecho á mi reputaoion 

mientras no haya pruebas en contrario: yo quiero 

Para mí lo que para todos? Esto es lo que me enseña el 

catwkno español verdadero, y todo lo contrario neria un 

pretexto para atropellar d los hombres. Pregunto ahora:

NtiMERO 686. 3301 

todos esos infinitos monasterios de monjas; esas infelices 

mujeres que no tienen otros bienes que los que están en 

país desocupado, ipor qué se les priva de ese recurso? iQué 

razon hay para esto? ~NO vemos si estos cuerpos son fieles 

ó no lo son? 

Yo aseguro & V. M. que por los intereses pecuniarios, 

jamás se justifican las providencias políticas. Pero volvamos 

la cara & otro lado, y veamos la influencia moral que 

tienen estos cuerpos, y consideremos si esta providencia 

podrá influir acaso en que ellos contribuyan d que el ene - 

migo consiga lo que no conseguiria de otro modo. Con injusticias, 

Señor, jamás se conseguìrán ventajas. Seamos 

justos y venceremos. He dicho, Señor, que todas las razones 

que se han dado, 6 prueban demasiado, ó no prueban 

nada. De consiguiente, no se haga la adicion del señor 

Calatrava, pues por ella se quita Q; esas corporacio- 

nes UD baneficio que antes se les daba, J no aumentemos 

por este medio sus penas y trabajos; contribuyendo á que 

abandonen las obligaciones de su instituto, pues no pocas 

veces la necesidad obliga á hacer lo que no ae haria no 

teniéndola. En fin, V. M. hará, como siempre, lo más CODforme 

á justicia. Yo no apruebo 1s adicion del Sr. Calatrava; 

y digo que respecto á los bienes de las comunidades, 

se observe la forma de asistirlas con la parte de renta que 

sea posible, conforme al decreto de 21 de Febrer0.s 

La discusion quedó pendiente. 

Habiendo racordado el Sr. Presidente que maiiana, 

segun lo acordado, no habria sesion, levantó la de esfe 

dia. 

826

XdMERO 681. 3303 

DIARIO DE SESÍONES 

DE LAS 

I8RTESGENERAIESYEXTRAORDINAR 


Las Córtas mandaron insertar literal con su firma en 

este Diario la siguiente r presentacion, que oyeron con 

particular agrado: 

&Ííor, en este momento acaba el corregidor de Salamanca 

de recibir por el Diputado D. José Valcárcel 

Dato la Constitucion española, la grande obra de nuestra 

seguridad tantas veces anhelada, y por tantos medios dilatada: 

por fin, nuestro Dios, que vela sobre nosotros, no 

desamparó á su grey, reunió voluntades que tuvieron la 

valentía en sus primeras sesiones de evidenciar B la Europa 

y al mundo todo lo que éramos y lo que valíamos: 

perfeccionó nuestras ideas, y dictó máximas que no pueden 

borrarse en ningun dia. 

Muchos, Señor, habrán admirado los trabajos de 

V. M. ; mas el que tiene el honor de presentarse á ofrecer 

homenage, respetos y gratitud por obra tan apreciable, ni 

se admiró, ni sorprendió cuando scab6 de leerla; tuvo la 

dicha de presenciar algunos meses los trabajos de V. M. 

hasta que salió al ejército, y ya preveia que la Constitucion 

española seria un monumento eterno de perfeccíon 

en lo humano, tanto más admirable, cuanto hecha y acabada 

entre la pugna de un enemigo feroz y calamidades 

que llevaron 6 tantos patriotas al sepulcro. V. M. ha hecho 

conocer que nunca es mayor el hombre que, cuando 

firme en la borrasca, conduce el navío al puerto de la seguridad 

y del reposo. Bendito sea V. M., y esta bendicion 

la acoja el grande Dios que nos proteje, y haga que 

jamás el despotismo y la ignorancia la oprima y la confunda. 

Dios guarde á V. M. muchos años. San Felices de 

los Gallegos y Mayo 28 de 1812.==Señor.-A los piés 

de V. M.-José María Puente., 

Se mandaron archivar las certificaciones remitidas 

por las respectivas Secretarías del Despacho universal de 

Guerra, Hacienda de Ultramar, Gracia y Justicia y Estado, 

que acreditan haber prestada el juramento prescrito á 

la Constitucion política de la Monarquía española las expresadas 

Secretarías, la Junta censorfa de esta provincia 

marítima, la curia eclesiástica, la Real capilla de casa y 

córte y vicaristo del ejército y armada, la compaiíía de 

guardias alabarderos y las siguientes comunidades religiosas 

de esta ciudad : Carmelitas descalzos, Mercenarios 

descalzos, Capuchinos, Dominicos y San Juan de Dios. 

Se leyó un oficio del encargado del Ministerio de GCra= 

cia y Justicia, con el cual daba cuenta de haber nombrado 

la Regencia del Reino para el Supremo Tribunal de 

Justicia, á los señores siguientes : 

Para presidente, á D. Ramon Posada y Soto, decano 

del Consejo y Cámara de Indias. Para ministros, á Don 

José María Puig, del Consejo y Cámara de Castilla ; Don 

Antonio Ignacio Cartavarria, del mismo Consejo; D. Antonio 

Lopez Quintana, del de Indias; D. Francisco Lopez 

Lisperguer, del mismo Consejo; D. Gerónimo Antonio 

Diez, 5scal del Consejo J Cámara de Castilla ; D. Ciriaco 

Gonzalez Carvajal, del Consejo y Cámara de Indias; Don 

Antonio Cano Manuel, bscal del Consejo y Cámara de 

Castilla; D. Tadeo Segundo Gomez, del Consejo de Hacienda; 

D. Manuel del Castillo Negrete, del de Indias; 

D. Francisco Ibañez Leiva, del mismo Consejo; D. Manuel 

Antonio de la Bodega y Mollinedo, oidor decano de 

la Audiencia de Méjico; D. Francisco Diez Bermudo, regente 

de la Audiencia de Sevilla; D. Jaime Alvarez de 

Mendieta, regente de la de Murcia; D. Vicente Pita, fiscal, 

con voto de la de Extremadura; D. Andrés Oler, oidor 

de la de Cataluíía; D. Diego María Badillos, 5scal de 

la de Murcia. Para fiscales: á D. Ramon Lopez Pelegrin , 

fiscal del Consejo de Hacienda; D. Miguel Eizaguirre, fiscal 

del Crimen de la Audiencia de Lima. 

Las Córtes quedaron enteradas del antecedente oficio, 

y el Sr. Presidente señaló las doce de la mañanadel dia 15 

de este mes, para que los expr@ados individuos de dicho

3.304 1s DB JORIO DB 18lB. 

.- ._ I__ _-. 

tribunal se presenten en el Congreso á prestar el juramento 

que la Constitucion previene. 

Se mandó pasar á la comisicn da Hacienda, en donde 

se hallan algunos antecedentes, un oficio del encargado 

del Ministerio de Hacienda de la Península, en el cual recuerda 

otro remitido por el mismo Ministerio á las Cortes 

en Abril del año de 1811, cuya copia inserta, relativo á 

una solicitud de Doña Luisa de Gante de la Rochefoucault, 

hecha á la anterior Regencia sobre que se le continuase 

una pension equivalente á la que ae le daba para 

su manutenoion en lax Salwa Reales de cuepta da 8. BI., 

coyo Irtvm habia obWdo de 18 Juntr; Oemtrel. r 

- .--- - 

: 

A la comision Premios pasd un oficio del encargado 

del Ministerio de Hacienda de Ultramar acerca de una 

instancia remitida J apoyada por el capitan general de las 

provincias del Rio de la Plata, D. Ramon de Vigodét, en 

la cual, Doña Rafaela de Leon, viuda de D. Joaquin Moreno, 

ksorero que fué de las cajas de Córdobade Tucuman, 

manifestando la triste situacion á que ha quedado redacida, 

con cinco hijos menores, de resultas de la muerte violenta 

dada á su difunto marido por los revolucionarios de 

Buenos-Aires, solicita que se le conceda una pension con 

que pueda subsistir y dar á su familia la educacion correspondiente. 

86 mandó pasar á la comision de Hacienda, en donde 

obran los antecedentes, un oficio del encargado del Ministerio 

de Hacienda de España, con el cual remitia una 

consulta del Consejo de Ordenes, hecha con motivo de la 

venta de ciertos bienes de los maestrazgos de las órdenes 

militares, mandada ejecutar por la Junta provincial de 

Extremadura. 

El Sr. Goltln, individuo de la comision de Guerra, 

presentb el dictámen de ésta acerca del informe dado por 

la Regencia del Reino sobre Ias exposiciones ds los seiior8s 

Diputados D. Pedro Gonzala Llamas J D. Manuel de 

Llano, y de D. Luis de Landaburu y Villanueva, eegundo 

ayudante de estado mayor, relativas á la formacion de 

una Constitucion militar, habiendo oido primero á la 

Junta militar de Direccion de la Guerra, cuyo parecer se 

ley6 en la sesion de este dia, difiriéndose 6 la sesion inmediata 

IU lectura de los demás expresados documentos. 

Se mand6 pasar á la comision de Justicia el expediente 

que cun arreglo á lo resuelto por las Cortes formó 

la Sacretaría de tas mismas sobre la delacion de dos proposiciones 

dichas en Cortes por los Sres. Moragues y Conde 

de Toreno, hecha al Gobierno por el Sr. Diputado Don 

Simon Lopez. 

Con arreglo 6 lo acordado en la sesion secreta del dia 

0 de este mes, se di6 cuenta de una representacion de 

. Juan Pedro Morales, ministro del Tribunal Especial 

creado por laS C&te% con la cual solicita se digne S. M. 

recomendarle 6 la Regencia del Reino para la fiscalía de 

rentas generales que le habia pedido, vacante por fallecimiento 

de D. Domingo Muiíoz, cuya solicitud, despues 

de una ligertr diaenaion, quedó denegada por unanimidad 

de votos. 

Contin uando la discusion acerca de 1s adicion del señor 

Calatrava, que habia quedado pendiente en la sesion 

del 10 de este mes, tomó la palabra y dijo 

El Sr. POLO: Cuando en la última sesion oí decir 

que si se aprobaba la adicion del Sr. Calatrava, se derogaban 

los decretos de V. M., Pedí la palabra para hacer 

ver ío contrario. No hay decreto que mande corwrvar 

las rentas para 18s corporaciones que están en país ocupado 

por el enemigo. YG por lo menos no hage memoria 

de alguno; pero luego reflexionando discurrí que tal vez 

habrian querido hablar del decreto de 22 de Marzo de 

1811 (Zs CI 4~ de halla en Za pág. 10’7 de Za Coleccion 

de loa decretos y órdenes pertenecientes al primer aE,Zo de 

la instalacioola de tas Cbrtcs; de cuyo decreto, leidos por el 

orador los áos primeros arttcwlos, continud). Yo no veo 

que en este decreto se hable de corporaciones, sí solo de 

indivíduos ... s 

Interrumpióle diciendo 

El Sr. PASCUAL: La inteligencia que V; M. ha dado 

á este decreto es que no haya distincion entre personas 

particulares y corporaciones. Así es que habiendo yo 

presentado un recurso para cierta corporacion, á tln de 

que percibiese los bienes que posee en país libre, V. M. 

mandó, como se puede ver en Ias Actas de las sesiones 

secretas, que pasase á la Regencia para que se hioiese 

observar el decreto de 22 de Marzo. Luego V. 116. creyó 

que en este decreto estaba comprendido que se conservasen 

los bienee 8 estas corporaciones. 

El Sr. POLO: Enhorabuena, será así; pero yo veo 

que no hay más que este decreto, y lo que acaba de decir 

el preopinante es una sola interpretacion más 13 menoa 

fundada de lo acordado por V. M. ; mas no creo que 

por esto se puedan considerar las corporaciones... como 

españoles. La corporacion la componen los individuos; y 

acerca de estos está bien que se vea si han de gozar do lo 

que V. M. ha concedido á los españoles en el citado decreto. 

Es necesario examinar si todos los indivíduos han 

de considerarse como españoles, y acreedores á estas gracias, 

y además si tienen recursos para subsistir. Tampoco 

es preciso saber su conducta, y si han tomado partido 

ó no. Enhorabuena que se les dé algo á los que han tenido 

que quedarse por su edad ó circunstancias en país 

enemigo, pero siempre es indispensable averiguar antes 

quiénes son en particular estos indivíduos. En general 

no puede ser, porque yo no los considero:á todos dignos 

de esta gracia. Lo serán aquellos que cumplen con su 

instituto, y no se han envilecido jurando al intruso. Luogo 

es necesario averiguar si tienen rentas con qué vivir 

en aquel país. La comision no lo sabe. Yo no creo qU8 

debamos mantener á los predicadores del Rey intruso. 

Por lo mismo, si para evitar á estos este beneficio que se 

debe hacer á las personas verdaderamente dignas de la 

oonsideracion de V. M. tratásemos de dar una regla general, 

es decir, que no estuviesen sujetos á secuestros los 

bienes pertenecientes á estas corporaciones que residen eu 

país enemigo, vendria 6 ser lo mismo que si dijéramos 

que todas las rentas que se hallan en país libre pertenecientes 

á estas corporaciones hubiesen de ser para el en8- 

migo. La razon es muy clara. Estas corporaciones gene-

l’&MERO 687. 3305 

ralmente residen en las capitales, y estas son las que 

principalmente guarda el enemigo. Así, tendríamos que 

las tales rentas irian á su mano. Así, me parece que podria 

conciliarse todo (ya que alguno de los señores repugne 

el que se secuestren dichos bienes) diciendo que 

sean recaudados por la Hacienda pública, y que el Gobierno 

quede autorizado para que si alguno de losindivídos 

de dichas corporaciones es acreedor á ser socorrido, 

le socorra por los conductos que crea prudentes. De otro 

modo seria destruir el Erario y socorrer á nuestros enemigos. 

Por lo mismo, apruebo la proposicion del Sr. Calatrava, 

y en caso que no se apruebe, sustituyo la proposicion 

que he insinuado. 

El Sr. CREOS: Esta discnsion misma manifiesta que 

el haber reprobado V. M. el art. 8.’ no es probar la adicion 

que ahora se presenta, es decir, que el Erario pueda 

apoderarse de todos estos bienes. Segun los principios de 

buena lógica, el negar una proposicion no es afirmar la 

contraria. La discusion lo manifiesta, y he extrañado mu. 

cho que el Sr. Polo haya dicho, sustituyendo su proposicion, 

que aprobaba la del Sr. Calatrava. La adicion dice 

que vaya todo al Erario público; y el Sr. Polo dice que 

se asista á algunos indivíduos si lo necesitan y son dignos. 

Yo no sé por qué razon los indivíduos de ciertas 

corporaciones, que no solo cumplen con su instituto, sino 

que hacen m&s, pues por su parte fomentan el entusiasmo 

público y están sujetos al despotismo francés, no sé, 

digo, por qué se les ha de abandonar teniendo bienes propios, 

y se les ha de hacer perecer de hambre. iHemos de 

derogar ahora un decreto en que V. M. manifestó su liberalidad, 

y por el cual se consideran iguales los individuos 

y corporaciones? Eota expresion, que he oido de si 

serán españolas las corporaciones, no sé á qué viene. Si 

están en España, y las componen españoles, iqué han de 

ser? En Francia serian corporaciones francesas. Entiendo 

ser muy justo, sin embargo, lo que propone el Sr. Polo, 

esto es, que si algun indivíduo ha degenerado, y se ha 

manifestado adicto al partido francés, sea este separado 

de cualquiera gracia de V. M. y de los bienes que haya 

en país libre. Es muy justo, y no me apartaré de esta 

idea, que se diga que estos bienes no se den á la corporacion 

para que esta no se vea en la precision de distribuirlos 

entre todos; pero nunca accederé á que estos bienes 

se.agreguen al Erario público sin que se dé á los que 

cumplen con su instituto la parte que les corresponde. 

Así que, yo no apruebo la adicion del Sr. Calatrava como 

la pone, porque lo aplica todo al Erario público; pero 

soy de opinion que por proposicion separada se diga el 

modo de recaudar y aplicar estas rentas, y que el Gobierno 

las distribuya conforme al decreto anterior. 

El Sr. GARCIA HERREROS: El art. 8.“, reprobado 

por V. M., es una excepcion del 7.‘, aprobado. De 

consiguiente, habiéndose negado la excepbion, afirma más 

la regla general dada en el 7.” En este se decia qué rentas 

se habian de secuestrar, y en el 8.’ decia que no se 

secuestrasen las de tal y tal productos pertenecientes 4 

las corporaciones que guardan su instituto. Luego V. M. 

decretó por la negacion de este artículo que se deben se - 

cuestrar los bienes. Yo no sé en qué lógica no es legítima 

esta consecuencia; 6 si no yo no entiendo de lógica, que 

será lo más regular. Supuesto que V. M. negó el art. 8.’ 

y supuesto que mandó expresamente que estas rentas no 

fuesen á aquellas corporaciones, toda la discusion debe 

versar sobre el destino que ha de darse á estas rentas. 

Insistir oponiéndose á la adicion del Sr. Calatrava, no va 

á parar á otra cosa sino á revocar lo que V. M. sancionó 

ayer. A esto se tira, La cuestion no debia rodar sobre otra 

cosa sino sobre si estas rentas ó productos debe& ir á 

país enemigo: lo demás es salirse del asunto. V. M. ha 

mandado que estas rentas 6 productos no vayan al país 

enemigo: luego todo discurso que se dirija á querer probar 

que han de ir á aquellas corporaciones bajo el pretesto 

del «sagrado derecho de propiedad,* y otras razones que 

se exponen para manifestar el derecho que tienen aquellos 

indivíduos al disfrute de dichos bienes, es querer revocar 

el decreto que se di6 ayer. iSerá lícito y justo que 

los súbditos de V. M., que existen en país libre, envíen 

BUS diezmos para lOS Canónigos que eStán en país Ocupado? 

iLes falta á estos, 6 á los que están en país libre? Si 

aquellos no tienen lo suficiente, es porque el intruso les 

ha quitado lo que los católicos les han dado. @anda el 

Gobierno intruso algo acá para los que han venido? Señor, 

que el francés no les da nada; ipues qué? LQaieren 

que V. M. les reintegre lo que los franceses les roban? ~LO 

piden los particulares que han sido saqueados por los enemigos? 

El que allá se lo quiten no es razon para que acá se 

lo den. No hay ninguna obligacion de conciencia para que 

10s españoles que están en país libre contribuyan con sus 

diezmos á los canónigos de país ocupado. iHay tal cargo 

ie conciencia? Otra cuestion: ipuedo V. M. mandar tuta 

Tonsciestia que los diezmos del país ocupado se remitan 

acá? A ver si alguno de los señores tedlogos me resuelve 

3stas cuestiones. A ver si hay alguno que me diga que 

V. M. pecaria si mandase á los súbditos que están en país 

snemigo que no diezmasen para mantener á los intrusos 

ranónigos? En la iglesia de Calahorra, de cuyos feligreres 

soy yo representante, ha de haber más de veinte de 

:sta especie; iy habrá razon y justicia para obligará aquelos 

diocesanos para que mantengan á esos veinte y tantos 

.obos que la están devorando? No tienen ningun derecho, 

porque solo debe disfrutar dsl beneficio el que cumple con 

$1 oficio, y estos canónigos intrusos no desempeñan su 

primer instituto. Todos convienen en que ea muy justo 

1ue á los que han venido se les dé algun socorro para su 

wbsistencia; pero el querer pretender con palabras hue- 

:as é insignificantes que pasen estos bienes á país enemigo 

J ae entreguen á dichas corporacioues, es querer bur- 

.arse de la caridad de los españoles, y abusar de nuestra 

docilidad. Vaya otra prueba, que no se tuvo en conside- 

:acion. Muere un Obispo da los que están en país enemi- 

~0, y deja nombrado su gobernador. Pregunto: ila parte 

ïue estuviere libre, y el mismo cabildo, obedecerá las órienes 

de aquel gobernador eclesiástico? Pues no hace mu- 

:ho tiempo que aquí se dijo que no. V. M. vi6 el expeliente, 

muy semejante á este caso, del gobernador de Má- 

.aga, y mandó que no se obedeciese, sino que estuvieran 

sujetos al vecino, creo, á la autoridad eclesiástica de Serilla. 

Con que si en lo más esencial, esto es, en la autosidad 

que di6 Jesucristo á los Obispos, no se les reconoce 

r obedece, jse les habrá de mandar la limosnita para que 

:oman? Ahora prescindimos aquí de los indivíduos. Los 

labrá muy dignoe, pero esta no es la cuestion, ni aquí 

debemos mirar á las personas. Si las razones que se han 

alegado valieran, podríamos decir tambien que si un particular 

que está en Sevilla tuviese aquí un cargamento de 

harinas se le enviase su barco enterito. iHabíamos de 

respetar en este caso el derecho de propiedad para dejar 

subir el barco por el Guadalquivir? Vaya otro ejemplo, 

que los hay de sobra. iLos réditos de vales Reales y del 

Banco de San Cárlos, pertenecientes á los capitalistas que 

están entre enemigos, se les pagan? Lo mismo digo de la 

casa de Filipinas, etc., etc. Y esto sucede, no obstante 

la mucha diferencia que hay entre la procedencia de estos 

capitales y la de los bienes pertenecientes á las corpo- 

827

3306 18 DE JUNIO DB 1812, 

raciones. La discusion, como he observado al principio, 

ha ido niuy extraviada, pues no se ha concretado á la 

adicion del Sr. Calatrava, que yo apoyo, porque solo trato 

de la necesidad de dar destino á esta clase de bienes. 

El que á los indivíduos de dichas corporaciones que seau 

menesterosos y dignos se les tenga en consideracion y se 

lea haga partícipes de la beneticencia de V. IN., no se opone 

al secuestro, que es muy difarente de la conflscacion, 

pues que con aquel no se les quita á los tales indivíduos 

el derecho que puedan tener 4 estas fincas. Otra reflexion: 

el art. ‘7.” dice que se atienda á los emigrados cuando se 

entretengan en algun ejercicio análogo á su instituto. Yo 

no sé si lo hacen: tal vez no está en su mano; pero hueno 

fuera que se les ocupara. De todos modos, creo que es 

prudente y justo que se les atienda á estos emigrados con 

los productos de los bienes que tengan sus corporaciones 

en psis libre. Pido, pues, que el Sr. Presidente no permita 

que los Sres. Diputados se distraigan de la cuestion, 

tratando otra vez del art. 8.’ que ya está reprobado. La 

adicion del Sr. Calatrava está en su lugar, y yo la 

apruebo. 

Se procedió 8 la votacion de la adicion del Sr. Calatrava, 

la cual quedo reprobada. En seguida se voto y 

aprobó la siguiente proposicion del Sr. Polo: 

aLas rentas é intereses que correspondan á cuerpos, 

establecimientos y comunidades que existan en país ocupado 

por los enemigos, y que conserven su instituto, se 

recaudarán por el Gobierno y entrarán en las tesorerías de 

la Hacienda pública; y si al Gobierno constase que alguno 

de los individuos de dichos cuerpos subsiste tm la miseria, 

y es acreedor por su conducta á que sea auxiliado, 

le proporcionará loa socorros qe crea oportunos por los 

medios que juzgue más propios., 

El Hr, Oliveros hizo S continuacion las siguientes: 

aPrimera. Estarán sujetas al secuestro las encomiendas 

cuyoe poseedores residan en país ocupado por los 

enemigos, aplicándose á las necesidades del Estado sus 

productos despues de satisfechas aus cargas. 

Segunda. Asimismo serB;n secuestrados todos los 

diezmos, rentas y fincas que hubiesen sido donados por 

los Reyes, si sus poseedores residen en país ocupado, á no 

ser que su edad 6 achaques les imposibiliten presentarse 

en los paises libres. D 

El Sr. García Herreros propuso: 

cQue en la devolucion de loe bienes secuestrados de 

que habla el art. ll no se comprendan los que procedan 

de donaciones hechas por los Beyes, y que con arreglo 

á la ley de Toro se hallan en el caso de reversion, debiendo 

quedar incorporados al Estado. l 

Admitidas B discusion las tres proposicioaes antecedentes, 

acerca de la primera, dijo 

El Sr.MORROS: $Mes poseedores de encomiendas, 

son d no acreedores á las rentae que tienen? i Son d no 

españoles? Todo particular, por el mero hecho de residir 

en país ocupado, no comete delito; ipor qué, pues, se le 

ha de castigar quitándole las rentas y despojándole de su 

propiedad? Puede estar imposibilitado, y puede tener mil 

justos motivos que le impidan el abandonar el país ene - 

migo. Yo quisiera una razon que me convenciese. 

El Sr. OLIVEROS: No hay inconveniente en añadir 

que si están imposibilitados se les dé lo necesario. Pero 

estos bienes son de la Racion; no son de propiedad 

particular. 

El Sr. GIIRALDO: Señor, la proposicion no admite 

más uonsideraciones ni restricciones. Hay otra razon B 

más de la dicha por su autor para que se apruebe. En 

los comendadores es más delito el haberse quedado entre 

franceses. Es un hecho que se han abolido por el intruso 

Gobierno todas las órdenes militares, y habiéndose quedado 

allá faltan á dos obligaciones principales: primera, á 

que siendo militares no acuden á la defensa de la Pátria 

siguiendo al Gobierno legítimo; segunda, que siendo religiosos 

profesos, quedándose con los enemigos, hacen una 

apostasía. Más aquí no se falta como se ha dicho al derecho 

de propiedad. Se les dieron estos bienes para que 

cumpliesen con su instituto, y no lo hacen. Están obligados 

á dar el pasto espiritual B lo menos por sus subdelegados, 

y á más son militares que decieran tomar parte 

en esta lucha santa y noble. Digo lo mismo raspecto de 

los que gozan beneficios simples, cuyos obtentores deben 

venir 6 ser secuestrados sus bienes. En Murcia tengo 

presente que habia un beneficio que subia á 63 duros, 

y el obtentor estaba con los enemigos, negándose, sin 

embargo, á dar la renta á la Pátria. Yo digo, pues, que 

incurren en un mismo delito, y así deben incurrir en una 

misma pena. 9 

Quedó aprobada la primera proposicion del Sr. Oliveros 

con la adicion de las palabras y bene$ciosiqdcs despues 

de la de encomiendas. 

Acerca de la segunda, dijo 

El Sr. Conde de TORENO: Pido que esta medida se 

extienda tambien á las corporaciones. 

El Sr. CREUS: La proposicion no debiera votarse, 

pues yo entiendo qae viene’comprendida en los artículos 

anteriores. 

El Sr. OLIVEROS: Yo veo una notable diferencia 

mtre las 5ncas adquiridas por compra ó venta, y las adluiridas 

por donacion de los Reyes, las cuales se han ido 

haciendo para que hubiese esta clase de súbditos adictos 

?or excelencia al Rey y á la Corona. iEs posible que estos 

poseedores se hayan de quedar en la córte del intru- 

30 dándole más lustre del que tendria? iPor qué no 

nanifleatan más fidelidad al Gobierno legítimo ? Examínense 

todos los privilegios y documentos de estas dona- 

:iones, y se verá que han sido hechas para premiar el 

Imor que los agraciadoe manifestaron á suu Reyes, y á 

in de que les conservasen su fldelidad. &Y la acrelitan 

rhora marchándose unos á Brancia , y otros obsequiando 

al Rey José? iQué, el ser ayudas da cámara y gentileshombres 

de este intruso es obedecer al verdadero Rey que 

les ha favorecido? $ómo han de igualarse estos con 

aquellos que han venido aquí perdiendo sus estados , y 

abandonando sus comodidades? Muchos están pereciendo; 

y el Gobierno, que no puede atenderlos, atenderá estos 

otros que se han quedado con el enemigo? Esto seria un 

escándalo. Estos son unos bienes que se les han dado para 

que se conserven deles B la Corona, y asi, quien no 

cumple este deber, no merece se le dejen sus bienes libres. 

Seria en mi concepto monstruoso que se reprobase la 

proposicion. 

El Sr. DUEÑAS: Aunque la donacion sea uno de los 

modos de adquirir el dominio de las cosas, y un justo título 

para poseerlas y usufructuarlas, puede en cierto modo 

decirse que el donatario no tiene en elLas un tan pleno, 

absoluto é irrevocable dominio como otro cualquier 

seaor. Prescindo de que hablando la proposicion de diezmos 

y rentas, más que una pura donacion puede entenderse 

constitucion de usufructo, el cual ae perderia no 

usando el usufructuario, 6 quien impropiamente se llama 

donatario, segun el tiempo y modo, y para los usos que 

quiso el donante. Tambien pudiera decirse que así como 

graves autores opinan que la donacion puede rescindirse 

porque hayan nacido al donante hijos que antes no tenia, 

de la misma manera debcrian cesar las donaciones que

NtiMERO 58’7. 3301 

hicieron los Reyes cuando la Pátria no tema las gravísimas 

necesidades que ahora la angustian. Pero dejando 

cuestiones, lo que está fuera de toda duda, por hallarse 

escrito en nuestras leyes, es que la donacion puede rsvocarse 

por la ingratitud del donatario, si este deshonra al 

donante, 6 le hace grave daño en su persona y bienes, 6 

contribuye á su muerte; y todas estas cosas juntas hacen 

aquellas personas que distinguidas por la beneficencia de 

nuestros Reyes, contribuyen á la ruina de su trono sole 

con permanecer pasivos en la corte, y bajo la dominacion 

del usurpador, pues ellos con esta especie de rebonocimiento, 

aunque indirecto y pasivo, debilitan el odio de 

los españoles al tirano. En buen hora que su mera detencion 

en el país ocupado no se repute un delito ; pero 

de ella no reporten utilidad en daño nuestro; por tanto, 

apoyo la adicion del Sr. Oliveros. 

El Sr. GORDILLO: Yo creo que si el Sr. Oliveros en 

lo literal de su proposicion hubiera indicado el mismo 

espíritu que ha manifestado ahora, no presentaria ella las 

dificultades que se tocan despues de haberla explicado. 

Dice que todas aquellas gracias que haya hecho el Rey i 

favor de cualesquiera, quedan ahora á favor del Estado, 

porque supone que han sido dadas en recompensa de servicios 

hechos á la Nacion, y que los que están en país 

ocupado no tienen derecho á disfrutar de estos beneficios. 

Pero yo quisiera que el Sr. Oliveros me dijera si ha visto 

todos estos documentos. Yo no he estudiado jurisprudencia; 

pero no ignoro que hay dos especies de concesion; 

una gratuita y otra remuneratoria. En cuanto á la primera, 

debe subsistir cuando se cumplan todas las condiciones 

con que se concedió. Yo pregunto: jacaso de algun 

español que tiene á su favor el goce de esta gracia 

sabe V. M. si es 6 no enemigo de la Nacion? Porque quizá 

sufrirá la pena como infiel, y quizá estará haciendo 

grandes servicios, como hay muchos, á favor de la Nacion. 

iQué razon hay para que se les prive de un derecho que 

poseen si son fieles, y no tienen delito alguno por el cual 

merezcan ser despojados del él? Si el Sr. Oliverw dijera 

solamente que queden excluidos todos aquellos que sean 

enemigos de la Pátria, convendría con su proposicion; 

pero siendo ella tan general, la repruebo como contraria 

á los decretos de V. M., por los cuales se ha mandado 

que no se secuestren los bienes de los que meramelzte residen 

en país ocupado por el enemigo. 

El Sr. MORALES GALLEGO: No puedo aprobar la 

propoeicion, por la generalidad con que está exten,lida. 

Esto, y las reflexiones que se han hecho por algunos señores, 

me han movido B tomar la palabra. Si cotejo lo 

que hs oido con lo que se ha dicho en otras ocasiones 

tratándose de la misma materia, mucho más graduada, 

me aturdo, y casi no sé donde estoy. 

Que se secuestren y apliquen 6 la Nacion todas las 

fincas que pertenezcan á personas existentes en pais ocupado 

por el enemigo, y hubiesen sido adquiridas por donacion, 

es lo que se pretende: iy por qué? Dos razones he 

oido como más principales para sostener la idea. 

Una es que todos los que poseen fincas de esta clase 

están sirviendo al Rey intruso de ayudas de Cámara, 

gentiles-hombres y en otros destinos. Si es como se dice, 

lo tengo por justo: conviene altamente con mis principios, 

y lo apruebo; ipero, dónde consta? iHay alguna prueba? 

Hasta ahora no la vemos. iY son todos los poseadores de 

fincas por donacion los que se hallan en ‘este caso? iNo 

hay alguno á quien no comprenda el delito de infidencia 

6 traicion, que se reconoce en los que sirven? Pues sj 

nada de esto consta, ni está discernido como corresponde, 

jserá justo tomar una resolucion tan general como quierf 

a proposicion? Esta generalidad es la que me hace dis- 

,inguir; y además de la injusticia que envuelve por coarontraditoria, 

icómo eu tanto rigor con tales personas, y 

#anta indulgencta con otras, que teniendo obligaeion de 

seguir al Gobierno legítimo, no lo hicieron, y aun sirvie- 

*on al intruso en los mismos destinos que ocupaban ú 

kros mayores si hallaban proporcion? No lo entiendo. 

;osmismos protectores de estos encontraron motivos para 

Defenderlos, sin embargo de ser muy diversas las circuns- 

,anciaa, y ahora acriminan 6 los otros por los mismos 

kw,ipios que entonces impugnaron. Dejaré de continuar 

11 pensamiento, por no deducir lo$ consecuencias que 

‘orzosamente habrán de seguirse. 

La otra razon consiste en dudar del dominio que el 

lonatario tiene en la cosa donada; pero es tan contraria 

i los principios de derecho, que seria darle algun valor 

empeñarse demasiado en rebatirla. Tan traslativo de doninio 

es el tjtulo de la donacion, como el de venta, ú otro 

:ualquiera de los que conoce el derecho ; y lo mismo se 

‘altará á la Constitucion y las leyes molestando al dona- 

;ario en su propiedad, que al comprador. No hay para qué 

explicar que esto procede en cualquiera de las donaciones, 

sea pura, remuneratoria 6 condicional, si se veriflcb 18 

:ondicion. 

De todo in5ero que se seguirian grrvisimos perjuicios, 

:onfosiones é inconvenientes, si se aprobase la proposi- 

:ion con la generalidad que estd concebida; y por lo misno 

soy de opinion que para poder conseguir los deseos 

iel Sr. Oliveros, justos hasta cierto punto, seria conveliente 

la arreglase á los decretos de V. M. 

E! Sr. OLIVJCROS: Juzgaba, Señor, que era tan pa- 

;ente la justicia de mi proposicion, que no necesitaria de 

defensa. Se trata de sujetar al secuestro las rentas, 5x1. 

:as y diezmos donados por los Reyes, cuyos poseedores 

residan en país ocupado, á no ser que su edad y achames 

les imposibiliten presentarse eu partes libres. Se 

Ipone á esta medida, que habiendodispuesto V. M. que no 

se secuestren los caudales ni propiedades de los que puramente 

residan en país ocupado; siendo la donacion uno 

ie los títulos de propislad, no deben, si las Cortes han 

ie ser consiguientes, secuestrarse los bienes de que se 

kata. Además, han dicho otros señores: si los poseedores 

son adictos B los franceses, r5 les prestan algun servicio, 

ga están comprendidos en otro artículo, y asi 6 es inútil 

.a proposicion, 6 injusta. 

Cuando se trata de infidencia, como es un crímen tan 

horrible, es preciso que existan pruebas de ella, que no 

sean de modo alguno equívocas; de lo contrario la pru - 

lencia exige que se tomen las precauciones necesarias, y 

la justicia que no se declare desde luego al español por in- 

Cidente: mas para que no se conceda el usufructo de los 

bienes que los Reyes han donado, no se requiere precisamente 

ser infidente; hay otras causas más, y esta es la 

diferencia que hay entre el título de donacion, y el de, 

por ejemplo, compra 6 de venta. El que ha sido beneficiado 

por la Nacion J honrado por los Reyes, est& obli - 

gado más perticularmente á ser fiel á sus promesaa, manifestándolo 

con obras que acrediten tener un Quimo decidido 

de servir B su Pátria La indiferencia es una especie 

de lunar que afea el explendor de la familia, y que le 

hace indigno de llevar el brillante nombre de sus mayores: 

léanse todos los títulos de donacion de cualquiera 

clase que sean, y se verá que han sido dispensadas aquellas 

gracias por el amor y Adelidad que se manifestó 6 loa 

Reyes, y por los servicios que se prestaron al bien del 

Estado. Para perpetuar la memoria de unos hechos tan 

gloriosos en la familia del agraciado, y con&tnirla obh-

3308 18 DB JUI’JIO D3D 1819, 

- 

gada siempre B imitarle, se la distinguió, honrd y benefició 

con las gracias concedidas á su ilustre causante. Este 

mismo no reconoceria por descendientes suyos 4 aquellos 

sucesores bastardos que degenerasen del pundonor que 

les deja por herencia, juntamente con las rentas J propiedades; 

por estas razones no tienen derecho los agraciados 

por los reyes á gozar de los productos de los bienea 

donados si permanecen en país ocupado. iNo se manifiestan 

indiferentes en una causa en que todo se interesa, 

Rey, Pátria y religion 7 ~NO ensordecen á loa clamores 

de la afligida Pátria? El Rey en su destierro, jno grita 

contra su ingratitud? iQué hacen, Señor, entre los enemigos? 

Vivir en la comodidad, no tomar parte en las penas 

que afligen á la Nacion, honrar con su presencia al 

Gobierno ilegítimo, autoriztrlo con su obediencia, presentarse 

en la córte del Rey intruso, obsequiarlo con sus 

bomenajes, J no pueden menos de asistir 6 sus funciones, 

y aun de degradarse con las insignias de Ias órdenes inventadas, 

y aun de servir los destinos y empleos de Palacio. 

iY á estos se les han de enviar los productos de 

unos bienes que obtuvieron por merced de los Reyes que 

dan pruepas de no conocer? iDónde estamos, Señor? ~NO 

escandalizaria esta providencia á la Nacion? iNo seria capaz 

ella de apagar el fuego del patriotismo? iQué dirian 

esos personages ilustres que con el aprecio general viven 

pobres y alegres entre nosotros, que se han propuesto seguir 

siempre las sendas del honor por donde caminaron 

sus ilustres padres; que han jurado ser fieles siempre á 

Fernando, respetar y obedecer los decretos de las Córtes, 

y perecer antes con la Nacion que sobrevivir á su esclavitud? 

iLes mandan por ventura los pérfidos que gobier - 

nan 6 aniquilan bajo el intruso los frutos de sus rentas? 

Pues jno seria su suerte la más infeliz si fuésemos tan 

necios que viéndolos casi perecer, decretásemos enviar á 

los que han olvidado todos los sentimientos de pundonor 

los productos de sus rentas? Bastante indulgencia es no 

declararlos desde luego decaidos de todos sus privilegios. 

Por tanto, juzgo que nada hay más justo y político que 

al menos secuestrar sus rentas, y aplicarlas á las necesidades 

de aquella PQtria que las don6 á sus antepasados. 

El Sr. lKARTINE2 (D. José): La proposicion dice 

que todas las fincas adquiridas por donacion, cuyos poseedores 

se hallan en país ocupado, deben secuestrarse. 

Ahora parece que el autor de la proposicion la contrae 6 

los grandes y parsouas distinguidas que residen en país 

enemigo. Po haria una distincion entre cierta cIase de 

personas de la Nacion, en quienes veo una obligacion más 

estrecha que en los demás ciudadanos para adherirse 

siempre al Gobierno legítimo; pero que esta regla sea general 

me parece durísimo. Se dice’ que harán algunos servicios 

al intruso, esto ya es delito de infidencia. Luego 

aquí no tratamos, al parecer, sino de Ia mera residencia, 

que no es delito. V. M. tiene declarado que tampoco lo es 

el juramento, pues se supone que los pueblos le han prestado 

violentamente: tampoco tiene por tal él desempeñar 

cargos concejiles, y así V. M. no supone infidentes á los 

alcaldes 6 regidores meramente tales. Por lo mismo, digo 

que esta proposicion así tan genérica no la considero justa. 

V. M. no ha mandado que vengan todos. Esa providencia 

en general haria dscaer los ánimos de los buenos 

patriotas; y así, entendiéndola por cierta cIase de gentes 

distinguidas, y en quienes deberia estar como un ejemplar 

el patriotismo, la apruebo; pero no en la generalidad con 

que la ha concebido el Sr. Oliveros. » 

Quedó pendiente la discusion de este asunto. 

Se levantó la seaion.

-Zpp - _.... - -- .--.. 

SESION DEL DTA 13 DE JUNIO DE 1512. 

Se mandó archivar el testimonio que remitió el Secretario 

de Marina de haber jurado la Constitucion los in 

dividuos de aquella Secretaría. 

. 

Se mandb pasar Q la comision de Haeienda un odcic 

del Secretario de aquel ramo, en que de órden de la Regencia 

daba cuenta de lo que le participaba el intendente 

de la Habana, en órdea B que no bastando los productor 

de la Hacienda pública de la isla de Cuba á cubrir lar 

muchas é importantes atenciones que tiene sobre sí, se 

reunib con aquel capitan general á fin de conferenciar 

aobre los medios de llenar dichas obligaciones con la preferencia 

que exigía su gravedad, y efectivamente, habian 

acordado de conformidad el establecimiento de algunas 

variaciones de derechos sobre los que pagaban el azúcar, 

aguardiente de caña y las harinas, segun se especificaba 

enun impreso que acompañaba, no olvidando eu estos 

arbitrios, dictados por la necesidad, la proteccion debida 

6 la agricultura, comercio é industria, en cuyo alivio y 

conforme álo resuelto por las Córtes se habia suspendido 

tambien en dicha isla el derecho de igual de alambiques. 

A la misma comision pasó otro oficio del expresado 

Secretario, en que participaba lo que habia hecho presente 

á la Regencia el intendente de Extremadura, consultado 

por el administrador de la aduana de Valverde del 

Presno, acerca del interes que podria seguirse al servicio 

público de permitir en aquella provincia la ertraccion de 

aceite para el reino de Portugal, minorándose algun tanto 

los derechos por las circunstancias que expresaba. La 

Junta de Hacienda, á quien habia oido la Regencia, manifestó 

que creia debia permitirse por ahora la citada extraccion 

solo por aquella parte con la indispensable condicion 

de que los exactores afianzasen el importe del 

aceite que extrajesen, en granos, harinas 6 menestras de 

primera necesidad, en cuya virtud la Regencia encontra- 

ba prudente la rebaja de derechos á 10 rs., fljjbndose e 

término de esta cosecha. 

La comision de Eximen de la conducta politica de 

los empleados ( Vt!ase la be~ima del dia 29 de Jurio del 

ago prdximo paulado) presentó dictámen sobre el objeto de 

8u encargo. D88pUes de manifestar en él las diffcultades 

de adoptar una medida general siempre peligrosa, cualquiera 

que fuese el extremo á que se inclinase, concluir 

diciendo que miraba como imposible orillar la que ae le 

habia encargado, por falta de tiempo, instruccion y claridad, 

y que por lo mismo opinaba, que 6 bien se remitiesen 

todos los expedientes á la Regencia del Reino para 

que haciendo examinar por la comision que tiene nombrada, 

ú otra, solamente aquellos de que hace mencion 

la resolucion de 29 de Junio del año próximo pasado, determinase 

lo que entendiese justo en punto á la continua- 

:ion, suapension ó separacion de todos los funcionarios 

públicos que salieron de país ya ocupado, 6 en BU defeoto 

rcordar que se reservase este exámen y reeolucion para 

:uando volviesen á abrirse las sesiones del Congreso, si 

ge decretare que se cerrasen, en cuya época quizá podria 

trillarse este negocio con mayor instruccion, facilidad y 

wierto, devolviéndose de cualquiera modo los expedien- 

;es, asf para entresacar y separar loa conducentes de los 

lue no lo fuesen, como para poder dispensar en el fnte- 

*in á los interesados las certiflcacionea que pidieren 6 fuelen 

de dar. 

Se acordb que la lectura de este dictámen se repitiese 

otro dia para poder resolver con más conocimiento en un 

rsunto tan delicado. 

Leyóse el dictimen de la comieion de Hacienda, la 

!ual, en vista del expediente delconsulado de la Habana, 

pe 8e le pasó en 22 de Mayo ( V¿are larehm de aquet dia 

r la de 9 Itc Jwnáo) despues de exponer eus trsimitee, con- 

828

3310 13 DE JURIO DE 1818. 

clnia diciendo, que aunque reconociaque antes de Ilevarse 

á efecto cualquiera impuesto debis preceder la aprobacion 

del Congreso, tenia al mismo tiempo presente, no 

solo el recomendable objeto á que terminaba el de que se 

trataba, sino tambien la publicidad con que se habia 

adoptado, y la concurrencia de los contribuyentes, por lo 

cual, conformándose con el parecer de la Regencia, opinaba 

que podia aprobarse la enunciada nueva subvencion, y 

mandar que subsistiese ésta en los términos acordados 

en la junta abierta celebrada por el consulado de la Habana 

en la noche del 5 de Febrero de este año. 

El Sr. CASTILLO: Señor, ciertamente es muy laudable 

el celo y patriotismo del consulado de la Habana en 

proporcionw la suma de200.QOO pesos fuertes para aaxiliar 

la justa causa, que deben salir de un impuesto sobre 

los efectos que se introduzcan en aquella plaza. Mas sin 

que se entienda que yo me opongo 6 que continúe este 

impuesto hasta la realizacion de la expresada suma, quisiera 

que V. M., en lugar de aprobarlo, lo sancionase, para 

que en toda la extension de la Monarquía se persuadan 

que la autoridad de imponer contribuciones solo es propia 

y privativa del Congreso nacional. No se diga, Señor, que 

esta contribucion es un donativo, porque un derecho impuesto 

sobre efectos que se introducen en una plaza, es 

una contribucion indirecta que pesa siempre sobre los 

consumidores; y así no era bastante para que se llamase 

donativo el que fuese admitido poruna junta de hacendados 

y comerciantes. Tampoco bastaba á autorizar el coneulado 

de la Habana el que fuese excitado al intento por 

el de Cádiz, ni el que éste se llame drgano del Gobierno 

supremo, porque ni el mismo Rey tiene facultad para imponer 

contribuciones. Por tanto, pido 8 V. M. que san - 

cionc el referido derecho 6 contribncion, no debiendo por 

eato desmerecer el patriotismo de los vecinos de la Habana, 

de que han dado tantas pruebas, y de que yo mismo soy 

testigo ocular en el tiempo que permanecí cuando vine á 

incorporarme al Congreso. IOjalá, Señor, que todas las 

corporaciones y ciudadanos de la Monarquía propusiesen á 

V. M. muchos arbitrios, para que ejerciendo las Córtes 

una de PUS más augustas funciones, se ocupasen con máe 

teson en proporcionar á la Pátria los recuraos q4e tanto 

necesita. 

El Sr. JAuREGUI: Yo me doy el parabien, porque 

4 las pruebas que deIsu patriotismo ha dado en todos tiempos 

la isla de Cuba, acaba ei noble pueblo de Ia Habana 

de agregar un nuevo testimonio de su amor al órden, y 

del interés que toma por la indisoluble union de toda la 

Monarquía espaiiola, acordando el donativo que consta de 

este expediente. Yo no cansaré B V. M. con una exposicion 

de b q,ue ha pasado, pues el informe de la comision, 

y el impwo qw acaban dc leerse, dan una idea cabal dc 

todo este negocio. Me contraer6 solo 8 las reflexiones q,sxa 

hace el,&. Castlilo. 

Es cierto que para cubrir la suma ofrecida por el consulado 

y vecinos de la Habana, se impuso un corto de- 

recho B ti introducciones y extracciones por aquella 

aduana; que esta es una contribncion, y que solo en lar 

Córtes reeidela facultad de imponerlas. Mas, .á pesar dt 

todo esto, no se deduce que se ercediersn el consulado J 

los vecinos: primero, porque aunque aea un impuesto e 

que se estableció, fué solo en aquel puerto, concurriendo 

para su establecimiento un número tan considerable de 

hacendados y comerciantes como el que V. M. ha oido 

cuyas dss clases son las priecipales: Mgundo, por el objeto 

B que termina la cxaccion de este dinero; y tercero 

porque siempre fué á reserva de d+r cuenta 6 V. M 

para BU wberana apsohacion. R@ordaré al Sr. Casttllo 

lue por la cuarta facultad 6 atribucion de las Diputacioles 

provinciales en Ultramar en el art. 335 de la Consti- 

,ucion, pueden dichas corporaciones, prévio asenso del 

efe de la provincia, imponer y exigir los arbitrios nece- 

Iarios cuando haya urgencia. En esta ocasion, se habria 

nalogrado un tiempo precioso en esperar la aprobacion 

lue al instantedieron el gobernadoré intendente de aquela 

isla; y ya que aun no habia Diputacion, se suplió por 

ln medio el más análogo y legal posible con la reunion 

‘espetable de hacendados y comerciantes, que del expeliente 

consta. De paso, Señor, diré que este entre otros 

nuchos que pueden ocurrir, es uno de los casos que tuve 

i la vista, y que se presentarian tambien & la considera- 

:lou de algunos Sres. Dipu@dos cou quienes opiné para 

lue se facultaae d las Diputaciones provinciales de Ultra - 

nar en los términos que se ve en la Constituciou Conclu - 

ro, Seiior, apoyando por mi parte lo acordado y dispuee- 

;o en la Habana; y no solo pido que V. M. ponga el aello 

ie su aprobacion á todo lo hecho, sino que además de las 

rracias que el Gobierno ha dado á aquelconsulado, ateniidas 

lascircunstancias que en este negocio concurren, se 

servirá V. M. declarar que le ha sido muy grato este servicio, 

y la conducta de aquellos vecinos, insertándose así 

m el Diario (EG Cdrtcr, y encargíndolo al Gobierno para 

lue sirva de satisfaccion á los contribuyentes y de estímulo 

á los demás pueblos. 9 

En consecuencia, además de conformarse las Cbrtes 

:on el dictámeu de la comision, acordaron que se mauirestase 

en este Diario lo grata que habia sido al Congrero 

esta conducta. 

Conttnuando la discusion de la segunda adicion del 

Sr. Oliveros, tomo la palabra diciendo 

El Sr. ARGUELLES: Señor, tal vez me hubiera abstenido 

de hablar en esto punto, á no haber oido ,á algunos 

señores preopinautes desentenderse de tal modo en sus 

dictámenes de los principios que han promovido nuestra 

santa causa, que si por desgracia nos dejásemos arrastrar 

de un espíritu de justicia mal, entendido, 6 peor aplicado, 

destruiríamos en su orígen lo que fomente yvivificanuestra 

insurreccion. Los primeros artícuLos del proyecto que 

se discute ya aprobados, nos hacen confundir ideas enteramente 

diversas. 

El Congreso ha resuelto acerbdhiimamente que todos 

10s fondos que se trasladen á Cádiz de país ocupado 

serán respetados y libres de secuestros, etcétera. Decision, 

repito, acertada, por estar fundada en los principios 

de la política y conveniencia publica. El Gobierno, 

al trasladarse fondos á Cádiz, se abstiene de hacer ninguna 

indagacion 6 pesquisa para descubrir su verdadera 

pertenencia. Cualquiera providencia sobre ello estableceria 

la más odiosa inquisicion, que además de ser incompatible 

con el sistema del Congreso, destruiria la condanza 

entre las clases del Estado que más la necesitan 

para llevar adelante su giro p nego,ciaciones, fundadas 

únicamente en el respeto de las leyes y de la autoridad, á 

transacciones esencialmente confidenciales. Y la menor 

violencia en este punto no solo alejaria los fondos destinados 

á esta plaza, sino que haria emigrar los existentes 

en ella. Así el Gobierno, respetando lo que no le importa 

saber, y circunscribiéndose á examinar la pertenencia ostensible 

de los fondos que resulta de los documentos que 

se presenten en las oficinas públicas, percibe los derechos 

correspondientes, y salva al mismo tiempo su decoro sin 

que an ello aparezca ningun disimulo. Estqe miwnos fon-

doa, aumentando los capitales circulantes y entrando en 

el giro por medio de operaciones y negociaciones mercantilee, 

enriquecen la tesoreria en razon de los derechos que 

adeudan en la circulacion, y con proporcion al girs é industria 

que fomentan. Estos son los principios en que está 

fundada la aprobacion de los artículos citados. El señor 

Oliveros propone que las rentas de los que permanecen 

en país ocupado sin justificar suffcientemente lascausaa 

de su mansion con el enemigo, deban secuestrarse y 

aplicarse á beneficio del Erario. Veamos si esto es justo 

comparando las razones que he indicado antes con las que 

alega el Sr. Oliveroa para apoyar su proposicion. El Congreso 

ha declarado que las rentas de aquellos españoles 

que estando comprendidos en las leyes del alistamiento 

no se hayan presentado en los ejércitos nacionales ó dem&s 

cuerpos militares autorizados por el Gebiezno, deberán 

tener la misma aplicacion. Nada mbs justo, porque 

ademis de desentenderse de los gritos de la a5igida Pátria, 

bastantes á conmoverá todo el que no estédesnaturalizado, 

se substrae de una ley que le impone obligacion 

tan sagrada, como es el defenderla de los enemigos. La 

ley se desentiende de casos particulares, que tal vez pudieran 

disculpar la permanencia en país ocupado; solo 

atiende al bien general, y B que la presuncion estQ todavía 

más contra el que no pudiendo alegar falta de medios 

para subsistir, pues los tiene en país libre, subsiste con 

los enemigos. La pertenencia de sus propiedades no es 

un arcano, como, como en el caso de los fondos. Aquella 

es de suyo sabida de todos, y de una notoriedad tal para 

el Gobierno, que de su parte no cabe disimulo. No necesita 

para asegurarse del hecho recurrir S delaciones, visitas 

domiciliarias, registro de libros de caja, y papeles 

reservados como se requiere para averiguar la pertenencia 

de fondos en poder de casas de comercio. Y por lo 

mismo falta la poderosa razon de odiosidad, de riesgo en 

la emigracion de fondos y demds inconvenientes que trae 

consigo una pesquisa ó providencia inquisitoria. En el caso 

de que hablan los artículos aprobados, todo aparece 

legal y arreglado al orden establecido en el comercio y en 

el giro, pues que los verdaderos dueños de fondos para 

nada necesitan publicar sus nombres; y no puede concebirse 

que el Gobierno tropiece jamás en los documentos 

que se presenten en las aduanas B laintroduccion de fondos 

con ningun enemigo de la Pátria. Esto será en tal 

caso sabido del comisionista, socio etc.: al Gobierno, como 

he dicho, nada le importa saberlo. Mas en el del señor 

Oliveros nadie ignora en los pueblos respectivos quiénes 

son los dueños de terrenos, casas; en una palabra, de 

bienes raicea y otras propiedades semejantes: son igualmente 

conocidos 10s administradoree, arrendatarios y demás 

que les pagan rentas. iY quién deja de saber en los 

mismos pueblos el paradero de sus propiedades, su conducta 

en la retolucion, y todo cuanto puede desearse para 

no equivocar lo que es de una notoriedad absoluta con 

lo que es, y no puede menos de ser, un arcano impenetrable 

en el caso de fondos de comercio; arcano que debe 

respetarse á no destruir en su orígen este importante ramo 

de la riqueza y prosperidad de las naciones? Por lo 

mismo no pueden confundirse los principios que han guiado 

al Congreso al aprobar los primeros artículos con los 

que apoyan la adicion que se discuten Otra consideracion 

no menos importante me obliga 6 mí á apoyarla, y es la 

necesidad de no desanimar á los que fieles y constantes 

en la heroica resolucion de ser libres, 10 posponen todo Q 

este noble senttmiento. Tantas familias, Señor, tantos 

beneméritos españoles de todas clases y condiciones, que 

indiferentes á las penalidades y desgracias de la peregri- 

nacion, emigran de sus casas y aun provincias cuantas 

veces las invade el enemigo, abandonando sus comodidades 

y su opulencia, y comprometiéndose cada dia mis en 

la santa causa que han abrazado, jno han de merecer alguna 

distincion, alguna manifestacion pública de! aprecio 

nacional por su conducta heróica, y digna de servir de 

modelo á todos los hombres de nobleza en el pensar? iY 

cuál será en adelante el estímulo que les obligue á mantener 

en el Reino con BU heroismo el santo é inextinguible 

fuego de la iusurreccion, si se ven confundidos con 

los que, calculando solamente por lo que loa tiene más 

cuenta, permanecen cuando menos pasivos entre los enemigos 

para salvar sua intereses, 6 por razones tal vez 

menos decentes? Ni se diga, Señor, que esta doctrina pro- 

movería la emigraeiou hasta un punto perjudicial. Las 

personas sobre quienes recae la adicion, emigrando d país 

libre, no menoscaban los intereses de 10s pueblos, ni ningun 

género de industria pública. NO hablo yo de labradores 

ni artesanos; la adicion comprende en lo general á ricos 

y opulentos que viven del trabajo de estos. Su permanencia 

con el enemigo, aunque sea pasiva, si es queacos - 

tumbra este permitir que no ae comprometan en su sistema 

las personas de cuenta de los pueblos, siempre aumenta 

el influjo de los franceses; y si no, ipor qué el COnato 

y diligencia de los enemigos en anunciar las conquistas 

que hacen de personas notables? ~NO han tenido 

el mayor cuidado en alucinar 6 la Europa, queriendo persuadirla 

que la causa de la España solo la habian abrazado 

gentes oscuras y sin considerauion en el Reino? 

3i los que subsisten en país ocupado sin causa legal 

han de percibir las rentas que tienen en país libre, jno 

ze mirará por los infelices emigrados como un premio dado 

á su perniciosa indiferencia, y como una indicacion 

muy expresiva de cuál debe ser su ulterior conducta eu 

caso de nuevas invasiones? 

Nada es más delicado, Señor, que el dirigir con 

acierto las grandes pasiones en el torrente de una cou - 

vulsion como la nuestra. Pero ciertamente es dar un 

golpe mortal al principio de nuestra redencion hacer tan 

desigual la suerte del que sigue la causa de la libertad, 

pues que ni aun se le distingue del que cuando menos la 

sirve de oculto, y sin los riesgos de emigrado. Por todas 

estas razones,soy de dictámen que debe aprobarse la adicion 

del Sr. Oliveros. 

Procedióse 6 la votacion, y la proposicion fué aprobada 

. 

A la primera proposicion del Sr. Oliveros (r&dase la 

resioa de ayer), hizo el Sr. Giraldo la adicion siguiente: 

«Y lo mismo se harb con los productos de los bene 

:ios simples, cuyos poseedores se hallen en país ocupado. 

B 

El Sr. GORDILLO: Consiguiente á las ideas que malifesté 

en el dia de ayer, de las cuales no me han hecho 

rariar las reflexiones que acaba de producir el Sr. Argüelles, 

no puedo menos que oponerme 8 la adicion que 

ge presenta 6 la sancion de V. M., sin embargo de que 

?or la resolucion que ha recaido sobre la proposicion del 

gr. Oliveros, y disposicion en que se halla el Congreso, 

preveo que será ilusorio cuanto exponga en el particular: 

mtre los diferentes artículos de que consta el proyecto 

le ley que sobre con5soos se ha aprobado en la sesion 

Interior, se numera uno por el cual se declara que que - 

lan libres de secuestro los bienes pertenecientes á espaioles 

que residan en país ocupado por el enemigo, con 

ia1 que sigan el partido de la buena causa, 6 no se hayan 

legado 6 tomar las armas cuando la Pátria les ha llamalo 

á SU defensa. Esta providencia, que ya sea congideraq

da en sí misma, ya en loe principios en que está fundada, 

tiene un carácter general, sin otras restricciones que 

lae que aparecen de su fiel é ingenuo contexto, es visto 

que no se concreta determinadamente, como ha dicho el 

Sr. Argüelles, 5 respetar solo los fondos y rentas que correspondan 

B ciertas personas, de cuyo conocimiento quiera 

el Gobierno prescindir por razones de conveniencia, sino 

que se extiende á todos los ciudadanos que no se hallan 

comprendidos en las excepciones ya indicadas ; de lo 

cual sobre ser suficiente prueba el literal contenido del 

decreto, lo 80x1 tambien las considerasiones en que está 

fundado, las cuales no son, ni han podido ser otras, sino 

el menífeetar que la mera permanencia en medio del enemigo 

no se reputa como crimen; no castigar lo que es 

efecto de la urgencia y de la necesidad, no aumentar las 

privacionee y desgracias de los que están abismedos en 

tal conflicto, y alentarlos con la beneficencia del Gobierno 

legítimo, á 6n de no exponerlos á que tomen partido 

en los planes del enemigo. 

Fijadas estas bases, yo no alcanzo, nt se podrá convencer 

de que haya una justa causa para que en el ne - 

gocio que ee agita se quiera establecer unamonstruosadesigualdad 

entre el eclesiástico y el que no lo es; se sujete 8 

los primeros á una ley, y á otra á los segundos; 6 lo que es 

igual, que al paso que & estos se les mantiene en el disfrute 

de sus bienes, aquellos sean privados de la percepcion de sus 

rentas, cuando en ambos reside el propio derecho y militan 

las mismas circunstancias. Señor, si el Congreso se 

ha inetalado para confundir el daspotismo y levantar sobre 

sue cenizae el alcázar de la libertad, y ti este efecto 

ha sancionado una sábia y admirable Couetitucion, en la 

cual están bien garantidos los derechos del ciudadano, 

preciso es que la respeten los mismos que la han formado, 

y que teniendo en ella unos cánones obligatorios é 

invariables, se ciñan á lo que previenen sin dar lugar á 

una dolorosa desconflanza, y á que ae crea es ilusorio 

cuanto promete el gran libro de la Nacion. Entre los primordiales 

artículos que componen su parte principal, relucen 

especialmente aquellos en los cuales se dispone que 

se protegerá por leyes sábiae y justas la propiedad de los 

indivíduos que componen la Monarquía española; que el 

Rey no podrá despojarlos de ella ni interrumpirles su posesion, 

y que no deberán ser embargados 6 retenidos sus 

bienes á no ser por delito que lleve consigo responeabiiidad 

pecuniaria, y en proporcion á la cantidad á que esta 

pueda extenderse. Ahora, pues, iee observan estas máximas 

constitucionales en la adicion que ha hecho el señor 

Giraldo? &Se mantiene el español en el dominio de su 

propiedad, y se le deja en plena libertad de disponer de 

ella con arreglo 8 las leyes? 6Hay algun crimen en el beneflciado 

simple, que reside en país ocupado por el enemigo, 

6 esta desgracia ,le liga á la pena de una responsabilidad 

pecuniaria? Si todos loa españoles son iguales en 

presencia de la ley, & 6 qué provocar una resolucion que 

habrá de autorizar una odiosa distincion, y que infaliblemente 

ha de producir no poco descontento? Quizá habrá 

promovido semejante propuesta la idea vertida en el dia 

de ayer de que los eclesiásticos no son propietarios de sus 

beneficios; y si bien es extraño que un canonista haya 

hecho esta manifestacion con un tono decisivo, no lo es 

menos que un profesor del derecho patrio use de ella como 

base de su adicion. Si hubiese de resolverse esta cuestion 

segun principios teoldgico-morales, ó con arreglo á 

la doctrina que enseñan los canonistas, no me seria dificil 

demostrar que no es tan corriente el aserto de que loe 

eclesiásticos son unos meros administradores de las rentas 

de eus beneficios, y que si hay sábios moralistas qua 

lo soetienen,les hay asimismo de igual nota que lo impugnan, 

de que resulta que la enunciada cuestion no sale de 

1a esfera de una mera opinion; pero como deba examinarse 

bajo un aspecto político-civil, que es el único en que 

toca á V. M. considerarla, su aclaracion dependerá de lo 

lue en dicho particular tengan prevenido las leyes del 

Reino, segun las cueles los eclesiásticos son tan duefios 

3a los frutos procedentes de sus beneficios, como lo son 

le BUS bienes los que los han adquirido por título de compra, 

donacion, herencia, 6 de otro cualquiera modo legal 

ie poseer; y aunque es cierto que el dominio de aquellos 

no es pleno, en razon de que no unen el goce de las 

Bncae al de los productos, sin embargo, su derecho es per- 

reOto sobre la cuota de que son partícipes, en cuanto les 

rutoriza la ley para retenerla , distribuirla, y disponer de 

3lla por última voluntad; y he ahí por qué siendo los beneficiados 

simples unos verdaderos propietarios en el aeniido 

ya indicado de las rentas de sus beneficios, reclama 

!a razon y la justicia que se les nivele con los demás indivíduos 

de la Monarquía, conservándolos en el goce expedito 

de los bienes que puedan tener en países libres. 

Soy tanto más inflexible en la aaeveracion de estos 

principios, cuanto que la adicion presenta una ilimitada 

extension, sin señalar casos, en los cuales fuera conve- 

Teniente tal vez y necesario ejecutnr la medida que recomienda, 

porque aunque es verdad no es de la privativa 

inspeccion de la autoridad secular castigar á los eclesiásticos 

privbndolos de sus rentes, cuando no cumplen con 

Ia residencia ¿i que les liga su destino, 6 no desemoeñen 

las funciones que les impone su encargo, con todo, 

;i el objeto de la consabida adicion fuera dirigido solamente 

B penar 6 aquellos beneíhiadoe que permanecen en 

medio de los enemigos, abandonando las obligaciones de 

3u ministerio, no ofreceria mayor resistencia su aprobacion; 

pero iserá compatible con la justicia que se envuelva 

en igual privacion á los que sou fieles en au empleo, y 

quizá hagan ventajosos servicios á la Patria con riesgo de 

BU propia vida? iPor ventura, es un crimen permanecer 

EU sus hogares y no exponerlos á la rapacidad enemiga, 

cuando no se Ies ha prohibido por el alto Gobierno, ni en 

ello falten á los deberes de buenos ciudadanos? Se aplaude 

la emigracion, y aun se quiere exigir como necesaria; 

ipero qué seria de las provincias si las hubieran abandonado 

sus habitantes? iQuién avivaria en ellas el fuego de 

la santa insurreccion, y á dónde se acogerian tantos millares 

de almas expatriadas, abismadas en la desolacion y 

destituidas de recursos en que librar su subsistencia? Se 

recuerdan los apuros de la Nacion y las necesidades en 

que ~8 halla la Pátria, para deducir la urgencia de que 

los particulares hagan sacrificios, y concluir con la conveniencia’ 

de que se adopto la medida que propone en 

BU adicion el Sr. Giralda; pero la penuria y falta de medios 

para mantener los ejércitos, ipuede influir en que se 

infrinjan los derechos de unos, al paso que se respetan 

los de otros? iEstamos ya en el caso de que se ataque la 

propiedad, que se alteren las leyes fundamentsles y que 

todo, todo se consagre á los dispendios de la guerra? Se 

apela 4 la política, y se pretende que sola esta máxima 

debe bastar para determinar al Congreso á aprobar la 

proposicion que ocupa su atencion y todas las demás que 

sean de la misma naturaleza; pero idónde reluce esta política 

que tanto se decanta, cuando en la enunciada adicion 

se violan abiertamente los principios más sagtados 

de la justicia y aparece en el miis alto punto autorizada 

la arbitrariedad y desniveladas las respetables 

consideraciones de que son acreedores todos los indivíduos 

de la Nacion? Soy el primero en convenir que no

Rh 

Nfra%ERO 688. 3313 

hay interés privado en presuncion del bien comun, y que 

debe cesar aquello de suyo y tuyo, cuando medie la salud 

de Ia Pátria; mas no por eso desconozco que la misma 

Pátria está constituida en ciertas obligaciones respecto de 

sus hijos, y que si no los protege y sostiene guardándoles 

la fidelidad que les ha ofrecido, se disolverá el vínculo 

que los une á su seno, y acabará para siempre su existencia. 

Las Cúrtes saben muy bien cuál es la natural y clara 

inteligencia de estas ideas, y es bien notorio que penetradas 

de su genuino y sencillo sentido, no han turbsdo 

jamás la seguridad personal y territorial que han garantido 

á todo español; sin, embargo de que han sido bastante 

extremados los conflictos del Reino consiguientes al 

sistema de equidad qne adoptaron desde el dia de su instalacion, 

y consultando la verdadera utilidad pública, 

han declarado que sola la circunstancia de habitar en 

país ocupado por el enemigo, no prive á 103 respectivos 

dueños de la facultad de disponer de las fincas y frutos 

que posean en territorio libre; y si es evidente que miras 

políticas las impelieron á tomar una providencia tan arreglada 

y sábia, iqué causa hay para que se acuda á la 

misma política á fin de probar que los benedciados simples 

deben ser exceptuados de dicha regla y que las rentas 

pertenecientes á sus beneficios deben estar comprendidas 

en la órden de secuestros, con tal que se hallen en 

territorio libre? Señor, aparezcan todos los españoles 

iguales en presencia de la ley; manténgase á cada uno 

en el disfrute de los bienes que posee en justicia, y si la 

Nacion exige que sus individuos prodiguen sus hsberss 

para llevar al cabo su independencia p libertad, hagan 

que contribuyan con proporcion á sus arbitrios sin distincion 

de clases y personas, de seculares y eclesiásticas. 

Este es, ha sido y será siempre mi dictámen; y supuesto 

que de 10 que dejo manifestado resulta que difiere 

de dichasideas la adicion que se discute, me opongo á su 

aprobacion y pido que no se haga innovacion alguna en el 

decreto ya sancionado. 

El Sr. QIRALDO: Como autor de la proposicion debo 

decir que, en mi concepto, nada de cuanto ha dicho el 

Sr. Gordillo puede hacer al caso para la presente discusion. 

Todo el que tiene alguna noticia del derecho eclesiástico 

sabe el orígen de los beneficios llamados simples. 

Nadie puede ignorar las obligaciones anejas á la naturaleza 

de sus rentas; y todo el que no quiere cerrar los ojos 

contra los clamores de los pueblos y de los prelados celosos 

para que se fije la residencia de los que con tanta 

abundancia se llevan los diezmos, dejando en muchas 

partes sin la cóngrua su5ciente B los párrocos, y auu 

sin el su5ciente pasto espiritual á los vecinos de los pueblos 

de donde sacan estos beneficiados simples la mitad 

ó dos terceras partes de los diezmos. 

Tengan enhorabuena, como quiere el señor preopinante, 

todos los derechos de propiedad que sean imaginables 

sobre sus frutos, pues esta no es la cuestion del 

dia; pero iserá justo, ni conforme á derecho alguno divino 

ni humano, que estos perceptores de diezmos disfruten 

y gasten el sudor de los españoles fieles á su religion 

y Gobierno en país ocupado por el enemigo, mientras loe 

demás eclesiásticos que residen en los pueblos libres sufren 

toda clase decargas y de incomodidades, administran. 

do á los fieles el pasto espiritual y socorriéndolos en su~ 

necesidades, que tanto se han aumentado en las actuales 

circunstancias? iPodrá mirarse con indiferencia, ni tolerarse 

que unas rentas que llevan sobre sí la obligacion df 

repartirse en limosnas deSpueS de mantenido el beneficia. 

do, sirvan para aumentar el ntimero de los cortesanos 

del Gobierno intruso y aun de mantener á nuestros opre- 

8ores, cuando los acrecdoree de justicia, que son los vecinos 

de los pueblos de donde se sacan, necesitan toda 

clase de auxilios y socorros? 

Las mismas razones que V. AM. ha tenido para acor- 

3ar el secuestro de Ia9 rentas de las encomiendas, cuyos 

somendadorese hallen en país ocupado, hay para que Sc 

ejecute lo propio con los frutos de los beneficios simples, 

si los beneficiados se hallan en igual caso. No se trata de 

tlucinarnos con razones especiosas y frívolos pretestos, 

:omo el de las dificultades de la emigracion, y otras de 

:sta clase, que podrán servir de excusa al vecino parti- 

:ular que no tiene rentas, ni de qué mantenerse en país 

ibre; pero jamás se extendarán á los que como los conendadores 

y beneficiados tienen rentas con que mantelerse, 

y una obligacion dotlt: por tiu estado y circunstan- 

:ias, y por la naturaleza de los frutos que perciben de residir 

en los pueblos en que los cobran, ó en cualquiera 

otro de los libres con noticia de los Prelados y del Gobierno 

legítimo. 

Esto pide la justicia; 1 y ójala llegue el dia de que se 

3orre del catálogo de los beneficios eclesiásticos el nom- 

3re y naturaIeza de los que se Ilaman sinoples y sin resiirn&, 

que tanto perjuicio causan 4 los verdaderos operarios 

p á los pueblos, quitando á aquellos los frutos que 

Tanan con su celo, afanes y trabajos, y privando á estos 

ie los socorros y auxilios á que tienen un derecho tan sa- 

;rado! 

El Sr. GARCIA HERREROS: La cuestion del dia 

~8 reduce á que se apliquen al Estado las rentas de los 

)enefìcios sitos en las provincias libres, cuyos poseedores 

B han quedado en las ocupadas por el enemigo, por halarse 

estos en el mismo caso que las iglesias catedrales, 

3ara las que 88 tomó igual resolucion. 

Las observaciones que ha hecho el Sr. Gordillo para 

mpugnar la proposicion, son las mismas que se presenta- 

‘on para sostener el derecho de las catedrales á la percep- 

:ion de los diezmos; y como no hicieron fuerza para que 

T. M. dejase de resolver que se retuviesen, ha sido bien 

nútil el reproducirlas cuando el título de los beneficiados 

10 es de otra naturaleza que el de los cánones. Ni á unos 

li á otros sti les ha disputado la legitimidad del título 

!on que poseen; y aunque es inherente á él la facultad de 

lisponer libremente de los bienes adquiridos, con todo, hay 

:asos y circunstancias en que no solo es lícito, sino necc- 

#ario el coartar y aun suspender dicha facultad. La faculad 

de disponer de las propiecades está sujeta en la socielad 

á las mismas restricciones que. la libertad natursl de 

lbrar; y así como esta se limita 6 restringe cuando así lo 

#xige el bien de la sociedad, la otra se coarta, ó suspende 

:uando por su uso se roza 6 destruye el sistema abraza30 

)or utilidad general, á la que cede el derecho de los par- 

icuIares, cualesquiera que sea su título. DemUéStr8nOS ei 

;r. Gordillo que la facultad por que aboga es superior á 

Istos principios inconcusos, 6 lo que es lo mismo, que el 

,istema establecido para el bien general de salvar la Pátria 

debe ceder 8 la libertad de disponer un beneficiado simple 

que reside en país libre, y entonces conoceremos la 

justicia que nos predica; entre tanto, no debe suspenderse 

b providencia que se reclama. 

Los artículos de la Constitucion no resisten esta resolicion, 

como ha indicado el señor preopinante, á no ser 

que se quieran entender tan. materialmente que no pasemos 

de su corteza: la proteccion que en ella se da á la 

propiedad, no destruye el inminente derecho de disponer 

de ella cuando lo exija el bien general; lo contrario seria 

destruir los cimientos de la sociedad. 

A estos principios aludia sin duda mi respetable ami- 

829

3314 13 DR JUNIO DB 1812. 

~- 

go y compañero el Sr. Argüelles cuando entre otras cosas 

nos dijo en su sábio discurso «que e&as cuestiones se deben 

resolver por las reglas de la política;> proposicion 

que ha chocado tanto al señor preopinante, que se ha tomado 

el trabajo de impugnarla, para hacernos ver que la 

política no debe mezclarse cuando se trata de la justicia 

de los particulares. S. S. ha confundido la política palaciega, 

llamada de córte, que consiste en el arte de engañarse 

los hombres unos á los otros, con la verdadera política, 

que esla ciencia que enseña el modo de regir y gobernar 

la causa pública de las naciones; de modo que á ella 

toca arreglar el gobierno de la Nacion, los recursos de su 

prosperidad, y las relaciones con que deben enlazarse sus 

leyes civiles. Es propia y peculiar de esta ciencia la direccion 

de los grandes intereses, enderezando hacia la utilidad 

general cuantos medios hay en la sociedad, y enseñando 

el modo práctico de aprovechar los recursos que la 

Nacion tiene en sí misma para su subsistencia. Esta es la 

política de que hablaba el Sr. Argüelles, por cuyas reglas 

decia que se debia resolver la cuestion presente, proposicion 

ciertisima de la que no sa puede afectar extraiíeza 

sin manifestar una absoluta ignorancia de los primeros 

elementos del derecho público. Si se tratara de algun asunto 

entre partes, tendrian lugar las reflexiones del señor 

preopinante; pero querer que el presente se resuelva por 

las reglas del derecho civil, es lo mismo que querer que la 

utilidad general, la prosperidad y seguridad de la Nacion, 

se pospongan á los intereses y utilidad de un indivíduo; J 

con esta doctrina ladónde irian á parar las sociedades! Es 

menester trastornar todas Ias ideas para argüir de injusta 

una providencia general, porque se roce con el derecho 

particular de los indivíduos, y por lo mismo las objeciones 

del señor preopinante, como deducidas del derecho 

civil, no deben servir de obstáculo para aprobar la proposicion 

que se discute. 

Tampoco la resiste Ia naturaleza de las rentas de que 

se trata; ellas son una parte de los diezmos con que contribuyen 

los súbditos de V. M. para la manutencion de los 

ministros de la Iglesia en retribucion de su ministerio 

pastoral; y siendo así, iq ué razon podrá haber para retribuir 

con el diezmo á un beneficiado que sobre no residir 

como debe donde devenga Ia renta, se ha quedado entre los 

enemigos de la Pátria? ~ES para eso para lo que se pagan 

los diezmos? V. M. ha mandado que se retengan los que 

en igual caso pertenezcan á las iglesias catedrales, no 

obstante que en medio de los enemigos continaún desempeñando 

su ministerio; iy habrán de dárseles á los que voluntariamente 

se han quedado con ellos? Se trata, Señor, 

ie beneficios simples, que es lo mismo que deci: inútiles 

y opuestos al espíritu de la Iglesia, que aborrece más que 

otros vicios la holgazanería; y V. M. la fomentaria con 

Bscándalo si no retuviese las rentas en cuestion. 

Además de lo dicho, debe tenerse presente que los beneficiados 

de que hablamos por su voluntaria residencia 

con los enemigos, pueden mirarse como axtranjeros, á 

quienes está prohibido por leyes del Reino el obtener beneficios. 

No debo concluir sin darme por entendido de las últimas 

expresiones del seííor preopinsnte, que injurian altamente 

el respeto y justlficacion del Congreso. Ha indicado 

muy claramente que aquí se miran con prddileccion 

los bienes é intereses del estado secular, fomentando con 

tales expresiones la insolencia é impunidad con que los ene - 

migos del Congreso tratan de seducir á los incautos queriéndoles 

persuadir que somos una congregacion de ateistas, 

que tratamos de derribar el altar como los franceses. 

Semejantes indicadiones no deben oirse con frialdad, pues 

sobre ser criminales, pueden producir consecuencias muy 

funestas. » 

Declarado el punto suficientsmenfe discutido, se puso 

á votacion la adicion y quedó aprobada. 

Presentó en seguida el Sr. García Herreros la proposicion 

siguiente: 

«Que en la devolucion de los bienes secuestrados de 

que habla el art. ll, no se comprendan los que procedan 

de donaciones hechas por los Reyes, y que con arreglo 6 

la ley de Toro se hallan en el caso de reversion, debiendo 

quedar incorporados al Estado. » 

Despues de alguna discusion, la retiró su autor, ha-- 

biendo varios Sres. Diputados trrtado de probar que el 

espíritu de esta proposicion se oponia al artículo de la 

Constitucion, por el cual quedan abolidos los confiscos 

y otros, que aunque no era contraria al artículo indica - 

do, no tenia analogía con el decreto quo se acababa de 

aprobar. 

Hizo el Sr. Vlllanuava la siguiente adicion á la primera 

proposicion del Sr. Oliveros: «Que los diezmos de 

país libre, pertenecientes á personas residentes en país 

ocupado por el enemigo, se apliquen á las necesidade publicas 

de Ia Nacion despues de deducidas las cargas anejas 

á ellos.> 

Remitidse al lúnes próximo la discusion de esta adicion. 

Recordó el Sr. Presidente que mañana no habia 

sesion. 

., 

Levantb la de este dia.

NdMERO 689. 

3315 _ 

INklUO DE SESIONES 

üE LAS 


Se di6 cuenta de un o5cio del encargado del Ministerio 

de Hacienda de la Península, con el cual acompañaba 

una certificacion, que junto con dicho o5cio, mandaron las 

Cortes archivsr, de haber jurado la Constitucion los indivíduos 

que componen aquella Secretaría. 

- 

Las Córtes oyeron con especial agrado, y mandaron 

insertar literal con todas sus flrmas en este Diario, la siguiente 

representacion: 

«Manresa 27 de Mayo de 1812.~Señor, Ia satisfaccion 

de que están llenos los ministros de esta Real 

Audiencia del Principado de Cataluña, desde el momento 

que han sabido haber sido sancionada y publioada 

la Constitucion de nuestra Monarquía, no les permite 

retardar un instante el dirigirse á su Soberano 

para rendirle como ciudadanos y magistrados las debidas 

y justas gracias por un tan singular bien, que no 

tiene ejemplar en las críticas circunstancias en que 

se hizo. Que una Nacion , Señor , despues de haber 

roto las cadenas del despotismo haya pensado en 

establecer bases para asegurar su independencia, es una 

cosa comun; pero que lo haya hecho un pueblo en medio 

de sus mayores aflicciones y desgracias, soeteniendo la 

guerra más cruel en el corazon de su territorio, y sin esperar 

la destruccion de los ejércitos del opresor de la Europa, 

es una cosa nueva, y parece que estaba reservada 

tan solamente para la constante y virtuosa Nacion espacola, 

á pesar de que por la inaccion y debilidad del Gobierno 

pasado se hubiese ya borrado su nombre del cat6- 

logo de las Naciones. 

La España ya admira Ia sabiduría y firmeza de sus 

representantes en Cortes; pero respetará 3 venerará m6s 

sumemoria cuando empiece B coger los frutos de la sábía 

Constituoiou. Deseosa 1s Real Audiencia de disfrabar de 

@sta bien, eapan con bis 

el plausible momRt0 ea que 

se le comunique de oficio para dar un dia de gloria á este 

benemérito y leal principado, y presentarle la felicidad 

futura que á costa de tantos desvelos y fatigas lehan 

proporcionado sus disgnísimos Diputados en Córtes, á cuya 

proporcionada gratitud y recompenss nunca podrá alcanzar 

la Nacion, y tendrá que contentarse con grabar en 

los corazones de los ciudadanos tan esclarecidos nombres, 

para admirarlos, respetarlos y venerarlos perpétuamente 

como lo harán los ministros de esta Real Audiencia, que 

conocen la felicidad de que gozará nuestro suelo.=Prancisco 

Javier de Olea y Carrasco, regente , aManuel 

de Marchamalo. =Joaé Ignacio de Llorens. -Andrés 

Ollér.-Francisco Antonio Calvet y de Morenés,, 

Se mandb pasar 6 la comision de Guerra un o5cio del 

encargado del Ministerio de dictro ramo, en que daba 

cuenta de haber concedido la Regencia del Reino una 

subtenencia en el regimiento de infanteria del Inliesto & 

D. Manuel Clarke, cadete del mismo, hijo de menor edad 

del brigadier D. Diego Clarke, coronel de dicho regimiento, 

en atencion á los particulares méritos contraidos por 

el referido brigadier en la anterior y actual guerra contra 

la Francia. 

A la misma comieion se mandó pasar una representa* 

cion del comandante del batallon de infantería de España, 

quien, á nombre de todos 8x1s oficiales, sargentos, oabos 

y soldados, solicita de las Córtes labandera coronela, 

que no tiene por haberse destruido con su uso; fundando 

su pretension en que así como los demás cuerpos de los 

ejércitos nacionales recurren á las capitales de las provine 

cias 6 B las ciudades cuyos nombres llevan para ob& 

ner sus banderas 6 renovsrlae, teniendo el regimiento de 

infrnterk de 12spaiía el acmbr? de todr 1s Naoion, parec

33’16 15 DE JUNIO DE 1812. 

regular que 6 ella misma se diríja para lograr dicha insignia 

. 

_---_ 

Accedieron las Córtas á la solicitud del Sr. D. Pedro 

Ribera, Diputado por Galicia, concediéndole licencia 

por cuatro meses para pasar á su país á diligencias 

propias. 

‘erse para no servir 8 sus inicuos proyectos, deshizo los 

uerpos antiguos, esparció la tropa por las provincias, en 

zs cuales se formaron otros nuevos por un método ó absoutamente 

opuesto al de la ordenanza, ó no tan conforme 

orno era necesario para no romper la unidad de sistema 

. la perfecta analogía que debe reinar entre todas las 

hartes de un mismo ejército. La comision está muy disante 

de censurar estas disposiciones de las juntas, pues 

a necesidad en que se hallaron de reunir prontamente 

ropas para su defensa, y de defenderse sin contar más 

Se leyó el siguiente informe de la comision de Guer- lue con sus propios recursos, las hizo, no solo disculpara, 

presentado en la sesion del 12 de este mes: 

des, sino en cierto modo justas; porq;le cada una podia 

deban componerla, y de los objetos de que ha de ocuparse, 

consideraba solo lo que este general propone acerca de 

estos puntos. Segun su dictámeu, la Junta debe componerse 

de generales de todas armas y de personas inteligentes 

en las materias políticas, económicas, administrativas 

y legales, autorizadas para reunir á sí ã todas Ias 

demás de cualquier grado y clase que sean para consultarlas, 

y convidando generalmente á todos á que comuniquen 

sua ideas é la Junta, en lo cual difiere poco del dictámen 

de la Regencia, que no hace más que individualizar 

el número respectivo de sugetos de cada una de las 

clases expresadas que debe concurrir á la Junta. El señor 

Llanos opina que esta debe componerse de tres oficiales de 

infantería, dos de caballería, dos de artillería y uno de ingenieros 

por cada ejército, elegidos por compromisarios 

que se nombren en cada uno para el efecto, y ademris de 

eStos, de tres de guardias y tres geaerales que elegirá el 

Gobierno, de los euafes uno será teniente general, y 10s 

otros dos msriscales de campo. Como el autor de eata 

proposicion da por supuestos los notorios abusos, desórden 

y confusion que reina en el ejército; que por desgracia 

no necesitaba detenerse á probar; como verdaderamente 

cree con razon que con una buena constitucion militar, 

escrupulosamente observada, se evitarian todos ó Ia 

mayor parte, y como su ánimo ha sido únicamente exponer 

su dictámen acerca de las personas que deben bosquejar 

este cuadro para que las Córtes lo perfeccionen, la 

comision no puede notar de diminuto su proyecto, como 

acaso ha parecido á la Junta de generak, ni desaprobar 

absolutamente sus ideas sobre el objeto á que se circunscribe, 

si bien juzga que deben modificarse. No puede dudarse 

que, además de la presuncion que debe obrar á favor 

de los generales, el Gobierno elegirá para la Junta los 

que reunan mayores conocimientos, mayor experiencia, 

penetracion y demás prendas necesarias para resolver con 

acierto, y que aunque no es imposible ni nada difieuItoso 

que entre los individuos de las demás clases haya muchos 

no menos idóneos para ilustrar y decidir los puntos que 

se ventilen, Ia preponderancia que les daria su número, 

pondria la decision de todas las materias en manos de los 

que por lo regular deben tener menores conocimientos y 

experiencia. Su excesivo número aIargaria Ias discusiones 

que deben abreviarse cuanto sea compatible con la completa 

ilustracion de las materias. Mas si un número tan 

grande de jefes particulares y de subalternos tiene estos 

inconvenientes, la admision de algunos en la Junta efrece 

muchas ventajas.’ Debiendo formar leyes para todas las 

clases de la milicia, conviene la reunion de todas para 

pesar con madurez é imparcialidad las obligaciones que 

recíprocamente se impongan y para darles aquel carácter 

de justicia y de utilidad comun, que tanto contribuye 6 

conciliar la confianza y amor á las leyes, que es el garaute 

más seguro de SU constante y puntual observancia. La 

concurrencia de estas clases traerá tambien B la Junta sugetos 

que por su edad y circunstancias serán muy útilw 

para desempeñar ciertos encargos, que serian muy peno. 

sos para los generales y lea harian insoportable una comi- 

sion pesadísima por sí misma, aunque se les descargase dc 

los trabajos mecánicos indispensables. 

Para lograr estas ventajas sin los inconvenientes indicados, 

juzga la comision que basta regular el número 

de los vocales de estas clases, de manera que ni prepon. 

dere en la Junta, ni la haga tan numerosa que dilate in. 

útilmente las discusiones. En este supuesto, y en el di 

que se tratará en ella de puntos legislativos, en los cuale 

conviene la intervencion de cierto número de persona 

que impida 1s precipitaoion ODP que pudiera proCederal 

ntre pocas, que ilustre las materias y las mire bajo to - 

os sus aspectos, ha craido conveniente que se admitan 

n 1% Junta !os indivídlroe de estas clases que expresará 

1 íla de su informe, además de los generales que propone 

1 Sr. Llamas y la Regencia. Antes de ello ha creido de- 

er manifestar á V. &f. el motivo por qué juzga que debe 

dmitirse otra idea de D. Luis Landaburu, de la cual no 

.ace mérito en su informe la Junta de generales. Este j6- 

en oficial, despues de probar en un elocuente y aábio 

iscurso (que aereditaria por sí solo su aplicacion y conoimientos, 

aunque otras obr,ts no lo hubieran ya acrediado), 

propone relativamente á la formacion de esta Junta 

ue se componga de individuos de dentro y fuera del 

;,ongreso, elegidos unos y otros por las mismas Cdrtes, 

Irévios lo informes correspondientes, respeek de los que 

,ayan de nombrar fuera de su seno. La comision juzga 

iue la eleccion de los de fuera debe confiarse á la Regenia, 

cuya justiflcacion y celo asegurará la buena eleccion 

in los embarazos que un negocio de esta clase causa al 

:ongreso; pero no puede desaprobar la ides de la concur- 

menzia de una comision de las Córtes B la Junta, porque 

rontribuirá Q que en ella se siga un plan conforme á las 

deas de las mismas Córtes, con lo cual se facilitará mu- 

:ho ee aprobacion cuando se preeente para ser sancionalo. 

Como esta sancion es privativa de las Ucktes, conriene 

mucho que al tiempo da discutirse tengan en su 

leno quien pueda hablar para explanar las razones, relatir 

las objeciones y eostener el proyecto, pues sin esto, 

;al vez se votaria en contra de algun artículo sin tener 

jresentes todos los fundamentos en que se apoya. Por lo 

lemás, extendiendo la Regencia su dictBmen á los asun- 

;os que deben tratarse en la Junta, la comision cree que 

lebe tambien expresar el suyo para que nada le quede que 

lacer para facilitar la discusion y deliberacion del Con- 

;reso. Es indudable que en los siete puntos á que la Rerencia 

reduce sus ideas se subentienden otros inseparalles 

de ellos, que por esta razon no se especifican. En 

jfecto, no puede, por ejemplo, tratar del primero y setundo 

sin determinar el pié y fuerza de los regimientos, 

T la proporcion que debe reinar entre las diferentes arnas, 

cuya proporcion determinada una vez facilita el aunento 

6 disminucion de fuerzas, segun 10 exijan Ias cir - 

:unstancias; asegura la regularidad y uniformidad de 

listema é impedirá nuevas creaciones 6 reformas arbitra- 

*ias que alteren éste 6 rompan el equilibrio que debe reilar 

en la combinacion de todas las armas. No se puede 

;ratar de economía sin arreglar el prest del soldado y los 

lueldos de la oficialidad y e1 gobierno interior y económi- 

:o de los cuerpos, arreglo indispensablemente necesario 

)ara determinar la duracion del vestuario y armamento. 

El mismo artículo de economía envuelve en sí el arreglo 

le los ramos de provisiones, hospitales, trasportes, oflcilas 

de cuenta y razon, y la responsabilidad de cuantos 

nanejan fondos para asegurar su inversion en los objetos 

su destino. La táctica no debe tampoco tratarse tan 

aisladamente que no se extienda la coneideracion Q arreglar 

el servicio de guarnicion y campaña, particularmente 

cuando la ordenanza actual est& tan diminuta en 

esta parte. 

Seria muy fácil, continuando este análisíe, hacer ver 

B V. M. que estos siete puntos abrazan lo m6s esencial 

de la constitucion militar. Verdaderamente es así; y al 

concluir la Junta, que se trata de establecer, sus trabajos, 

se hallará, formada la conetitucion militar, mayormente si 

V. M. le encarga proponer sobre otros tambien de la mayor 

importancia, y sin los cuales no podr8 fomentarse el 

espíritu militar, ni Cimentarse en laa bropse la sabordios- 

839

3318 15 BE JUNIO DE 181%. 

cion y la disciplina. El Cbdigo penal, tan confuso en el 

dia, el úrden y método de los ascensos, de los retiros, de 

la opcion á premios, y una clara explicacion de las obligaciones 

de cada ciase, son cosas que deben arreglarse si 

se quiere dificultar el crimen, promover las virtudes militares, 

y cortar la arbitrariedad, orígen de tantas quejas 

como están minando los cimientos de la subordinacion. iY 

podrá omitirse el establecimiento de colegios y depósitos? 

$ómo se formará sin los primeros el oorazon y el espíritu 

de la juventud para que pueda desempeñar los deberes 

propio8 de cada grado? iCómo se reemplazarán oportunamente 

sin los segundos las bajas de los cuerpos? No pudiendo 

omitirse ninguno de estos puntos, y resultando 

con su arreglo formada la constitucion, la Junta hará 

una obra más perfecta si se le designa su formacion como 

objeto de su trabajo. Así podrá proceder con sistema conforme 

á un plan general, y formará un todo, cuyas partes 

guarden entre sí una perfecta correspondencia, pero de 

otro modo no hará más que una reforma parcial más ó 

menos extensa; mas, que por perfecta que resulte, necesitará 

ella misma de nueva reforma cuando se trate de 

ajustar estas piezas sueltas al todo de la máquina, Así 

saldrá la obra más sólida y perfecta, sin que el mirarla 

bajo este aspecto pueda hacerla más difícil. La empresa es 

árdua; pero ni imposible, ni acaso tan dificultosa eomo 

parece. La ordenanza de 1768 es perfecta en ciertos artículos, 

y en muchas cosas puede continuar gobernando 

sin más que algunas ligeras modificaciones. El Código penal 

se formará casi completo con reunir las !eyes que rigen 

en el dia, mejorando ó ampliando algunas, comparando 

entre sí las que casi sin interrupcion se han publicado, 

derogándose unas á otras, y sobre todo con lo que facilitar6 

este trabajo el tratado de materias de justicia que el 

Consejo de Guerra está examinando mucho tíempo há de 

órden de V. M. B; propuesta de la comision qne informa. 

El determinar el pie, fuerza de los regimientos, su distri- 

bucion en batallones y compañías, fijar la fuerza de las 

divisi:nes, y en una palabra, cuanto dice relacion 6 la organizacion 

de un ejórcito, no es tan difícil, siendo tan 

sabidos los principios que en esta parte gobiernan, los 

cuales pueden aplicarse aún con mayor exactitud, parangonando 

nuestra situacion actual con la de otras naciones 

guerreras, cuyo conocimiento es harto comun entre nuestros 

militares. Nuestra táctica quizS, necesita más bien de 

generalizarse que de perfeccion; y aún el llegar B esto no 

ser& difícil despues de tanto como se ha trabajado desde 

el reinado anterior para perfeccionarla, y del esmero con 

que últimamente se han examinado muchas de caballería, 

sin que falte apenas otra cosa que la esencialísima de elegir 

una. El aistema mismo de guerra, generalmente adoptado 

en Europa, facilita mucho el arreglo del servicio y 

del gobierno interior, y no son tan desconocidas entre 

nosotros los medios de organizar el ramo de Hacienda, de 

establecer una gradual responsabilidad, ni se ignoran de 

tal modo loa do otras naciones, que sea tan difícil arreglar 

este ramo de una manera conforme al mismo sistema dc 

guerra. Lo mismo pudiera decirse de los demás puntos, 

cuya decision facilitan los ejemplos prácticos de las otras 

potencias, los escritos de los sábios, y nuestras mismae 

institucioaes antiguas y modernas. 

Una dificultad, que no es insuperable, no debe retraer 

B V. M., y mucho menos el tiempo que se neceeita para 

vencerla; porque las árduas empresas ge facilitan con e! 

miamo hecho de acometerlas, y el que empieza tiene con. 

cluida la mitad de la obra. Si no se establecen una vez laí 

leyea constftucionales de la milicia, la miema situacior 

de nuestro territo$o dar6 mhrgea 8, mayor oonfusion, 3 

,bandonanda al arbitrio de los generalee la constitucion y 

lrganizacion de sus ejércitos, las innovaciones continua- 

& sucediéndose uuaa á otras, jamás habrá un orden corocido, 

y ni la salud de la Pátria. ni la suerte de los 

guerreros reposará sobre fundamentos sólidos é inaltersdes. 

La comision, pues, persuadida de la urgente necesilad 

de emprender esta obra, opina: 

Primero. Que se forme una Junta, compuesta de tres 

generales de infanterfa, tres de caballería, dos de artille- 

‘ía, dos de ingenieros, uno de los destinados á estado maror, 

el primer jefe 6 el segundo de los cuerpos de infanóría 

y caballería de la Casa Real, tres intendentes, dos 

kuditores de guerra, dos políticos, y de do3 oficiales de 

nfantería de línea, d*es de ligzra, do3 de caballería de lítea, 

dos de ligera, dos de artillería, dos de ingenieros y 

los del Estado Mayor. 

Segundo. Que todos sean elegidos por 1~ Regencia, que 

lebará hacer la eleccion psr lo tocante á oficiales particuares, 

de manera que se reunan en la Junta de todos los 

rrados desde subteniente inclusive á brigadier. 

Tercero. Que esta Junta forme un proyecto de cons- 

‘itucion militar que presentará á las Córtes para su san- 

:ion. 

Cuarto. La Junta poM dividirse cn secciones par8 

mepartir y facilitar el trabajo; pero todos los puntos se 

rcordarán por la Junta reunida, á pluralidad absoluta de 

rotos, teniendo todos los vocales facultad de opinar y de 

rlegar cuantas razones juzguen conveniente3 para sosteter 

su dictámen 6 para rebatir el de los otros. 

Quinto. Las Córtes nombrarán una comision de su 

leno, que en calidad de tal presidirá la Junta, y cuyos in - 

livíduos tendrán voto y padrán tomar parte en las dis - 

:usiones como los demás. 

El Diputado primer nombrado para esta comision 

ejercerá las funciones de presidente 80. la Junta. En las 

lecciones presidirá el militar de mayor graduacion de los 

pe las compongan. 

Sexto. La Junta formará el reglamento que juzgue 

:onveniente para su gobierno. 

Sétimo. Las Secretarías del Despacho, los tribunsles 

y jefes civiles y militares, siendo oficiados por el presidente, 

faciMarán á la Junta las noticias é informes que 

necesite para el objeto de su instituto. 

Octavo. La Junta llevará unas actas de sus sesiones, que 

presentará á las Córtes, juntamente con el proyecto que 

forme, en las cuales constarán los votos particulares de 

los que disientan de la mayoría, y quieran que consten en 

ellas. 

Este es el dictámen de la comision; sin embargo del 

cual V. M. determinará lo que estime mis conveniente. 

Se ley6 á continuacion el siguiente voto del seíior 

Llamas. 

ISIhKERO 689. 3310 

conocimientos tebricos y prácticos en sus respectivos ramos, 

se les deje obrar con libertad en graduar y establecer 

por sí el órden y método que han de seguir en sus 

trabajos, pues en aquel supuesto nadie podrá hacerlo mejor 

que ellos. Ultimamente, que á los autores de las tres 

Memorias se les reserve el derecho de exponer á la Junta 

de constitucion lo que les parezca conveniente en brden 

á la censura que de ellas ha hecho la Junta militar actual, 

pues esto puede servir para dar mas claridad á la 

materia. 

Este es mi parecer, separándome del de mis compañeros 

en cuanto á la adicion de vocales, porque en una 

comision deliberante es pernicioso ó inútil todo individuo 

que por falta de los conocimientos necesarios no pueda 

formar un voto deliberativo. Cuando se trata de un reglamento 

de justicia, se debe consultar con magistrados y 

abogados, no con sus pasantes. Cuando se trata de un reglamento 

de medicina, se debe consultar á los médicos, y 

no á su practicantes, y esto no solo por lo relativo á la 

ciencia, sino tambien por lo relativo al juicio, á la prudencia 

y á la experiencia. No obstante, en la clase de 

generales no me opondria á que se añadiesen más vocales, 

como son el capitan más antiguo de Guardias de Corps, 

el coronel más antiguo de Guardias Españolas y Walonas, 

el comandante de carabineros y el segundo jefe del Estado 

Mayor general; pero les encargaría que en sus determinaciones 

tuvieran siempre presente el fin p’ ra que la 

Nacion mantiene el ejército, desentendiéndose de todo 

interés de cuerpo que no esté intimamente unido con 

aquel fin. 

Pero, Señor, como nada ó poco se adelantaria si la 

permanencia 6 estabilidad de la constitucion quedase expuesta 

como hasta aquí á la arbitrariedad ó ignorancia de 

un hombre solo, se prevendrá á la Regencia pase tambien 

á la formacion de otra Junta militar permanente, encargada 

de la conservacion y perfeccion de la constitucion 

general y particular del ejército, y de la direccion de sus 

generales y particulares operaciones en paz y en guerra, 

para lo que podrán servirle los documentos que á este fin 

le pasó V. M. con fecha de 16 de Febrero de este año. 

Seiíor, es tan esencial esta Junta, que sin ella no puade 

haber constitucion permanente, ni nua buena y constante 

direccion en las operaciones de loa ejdrcitos; y para 

conocerlo mejor contraigámonos á la época en que se 

nombró al Ministro de la Guerra jefe del Estado Mayor 

general : por ambos títulos qued4 el único consejero nato 

del Gobierno en las materias militares; y aunque para ello 

consultase á SU cuerpo, la accion seria siempre arbitraria 

en él; 10 que no sucederia cuando el consejo 6 influjo 

venga al Gobierno por el ministerio de la Junta; porque 

en el primer caso, la concurrencia de los individuos del 

Estado Mayor general es en clase de consultiva, y la de la 

Junta por su constitucion será deliberativa y dimanada de 

los conocimientos de varios generales escogidos entre 

muchos. La necesidad de la Junta encargada de la conservacion 

de la constitucion y de la direccion de las operaciones 

del ejército, la creo en el dia generalmente reconocida; 

y si alguno lo duda, consulte la triste historia de 

nuestra actual guerra, y se convencerá. Del mismo modo, 

el peligro que amenaza á la Nacion de cualquiera novedad 

esencial que se haga en la constitucion militar, durante 

una guerra como la que sufrimos, lo tengo por evidente; 

y el que lo dude reflexione sobre las que se han 

hecho desde el principio de la última guerra de Portugal 

hasta el presente. Pensemos y trabajemos en mejorar 

nuestra constitucion militar, teniendo presente el estado 

en que está, y en el que quedará la Nacion; pero en tan- 

to que Ia necesidad nos obligue á obrar, sirvámonos de la 

que tenemos; porque obrar y constituir á un mismo tiempo 

lo tengo por imposible. 

Cádiz , etc. » 

Se acordó que se señalara dia para la discusion de 

este asunto. 

Estándolo el presente para que viniera al Congreso á 

prestar el juramento prescrito el Regente del Reino Duque 

del Infantado, nombró el Sr. Presidente, para que 

saliera á recibir á la Regencia, que debia venir acompañando 

al expresado indivíduo de la misma, una Diputacion 

compuesta de los 

Sres. Obispo prior de Leon. 

Caatelló. 

Llamas. 

Rus. 

Giraldo . 

Reyes. 

Borrull. 

Conde de Toreno. 

Andueza. 

Samartin. 

Rivero, 

Conde de Buena -vista. 

Se mandó agregar á las Actas el voto particular de 

los Sres. Ramos de Arispe, Maldonado y Couto, contrario 

á la resolucion de la sesion anterior, relativa á la contribucion 

propuesta por el consulado de la Habana, y á las 

gracias decretadas 4 este cuerpo. 

Se procedió á discutir la adicion del Sr. Villanueva. 

(Xesion del 13 de este mes), acerca de la cual dijo 

El Sr. POLO: Quisiera que el autor de la adicion explicase 

su sentido, porque en los términos en que estli 

concebida es demasiado general; no sabemos á cuánto se 

extiende; abraza casi todos los artículos ya aprobados, y 

nos expondríamos con ella á echar por tierra gran parte 

de lo sanciouado hasta aquí sobre esta materia, incurriendo 

eu alguna notable contradiccion. Po no me opongo 

á que se satisfagan las cargas de los diezmos; pero sépase 

fija y determinadamente cuáles sean éstas, y no se diga 

así en términos tan generales, vagos é indeterminados, 

que frustren las resoluciones mismas de V. M. 

El Sr. VILLANUEVA: Lo que se llaman cargas en 

los beneficios simples, encomiendas y otros perceptores 6 

partícipes de diezmos, no son los frutos 6 rentas que sc 

adjudican al indivíduo 6 cuerpo poseedor de estos bienes, 

sino aquella parte con que él contribuye al cumplimiento 

de ciertas obligaciones, que no puede desempeñar por sí, 

en órden al culto y al ministerio eclesi&tico , que son 

los fines porque se instituyeron los beneficios, como dice 

el Concilio de Trento. En el culto se comprende lo que se 

llama ahora fábrfca, y en el ministerio la administracion 

de sacramentoa; y por consiguiente la manutencion del 

que los administra. Estas cargas son tan inherentes 4 las 

rentas decimales, que es imposible separarlas de ellas: por 

manera, que el perceptor de estos frutos por derecho está 

obligado á desprenderse de aquella porcion que es necesaria 

para el desempeño de estas cargas, en el caso de no

3320 15 DE JUNIO DE íSta. 

poderlas él cumplir por sí mismo. Aquella parte en justicia 

se considera separada de la porcion que se le adjuditia 

á él; de suerte, que si se resistiese á darla, seria vencido 

en juicio y despojado de ella como de cosa no suya. 

Verificado, pues, el secuestro de los frutos de que se 

trats, no hay riesgo de que vaya esta parte de ellos á país 

ocupado por el enemigo. Porque las cargas anejas á los 

diezmos de países libres deben cumplirse en estos pueblos 

y no en otros; y así, separada esta parte para la asistencia 

de las parroquias libres, entrará en el Erario lo que 

en otro caso hubiera ido al país enemigo, esto es, la renta 

líquida que corresponderia al partícipe de estos diezmos 

residente en él. Es, pues, muy claro, que mi adicion 

en nada perjudica á lo sancionado por V. M.; antes es 

conforme á la anterior proposicion, en que dándose por 

secuestrados los frutos de los comendadores y beneficiados 

simples que residen en país ocupado, se deducen las cargas 

anejas á ellos. No habiendo ocurrido duda ninguna 

sobre aquella proposicion, porque es notorio ser estas cargas 

de justicia anejas á los frutos decimales, y deber cumplirse 

en el mismo paía libre donde se perciben estos frutos, 

no puedo menos de admirar que se oponga ahora obstáculo 

respecto de rentas que. siendo de la misma naturaleza 

tienen anejas las mismas cargas ú obligaciones. No 

se opone, pues esta adicion á 105 decretos de V. M. Por 

otra parte es conforme á 105 cánones y á las leyes del reino, 

y no da ocasion á qne BB extraiga Un solo maravedí á 

país ocupado por el enemigo. 

El Sr. ARGUELLES: He oido al Sr. Villanueva con 

bastante atencion; pero estoy muy lejos de creer que haya 

satisfecho al reparo del Sr. Polo; al contrario, me confir - 

DLC más en la ídea.qae ha manifestio este señor de que 

con Bs wlicion que se discute, si se aprobase, quedaria del 

todo ilusorio cuanto V. M. ha sancionado en la materia. Argiielles es tau general, que 

Rstoy persuadido de que no habrá sido esa la intencion 

del Sr. Villanueva: esto dimana de la naturaleza misma 

de la adicion, mejor diré, de los términos vagos y generales 

en que está concebida. No obstante, no puado menos 

de confesar que la explicacion que de ella nos acaba 

de dar, la hace en mi concepto más oscura. En estas materias 

hablo con b mayor desconfianza, porque son muchos 

los señores eclesiásticos que hay en este Congreso, 

y su influjo sobre cualquiera otro de los que no pertenecemos 

á su respetable cuerpo, es decidido. Hablaré, sin 

embargo, CQP la libertad de Diputado, y haré ver lo que 

ya he insinuado, que con esta adicion se frustran en gran 

parte las anteriores resoluciones de V. M., que valdria 

J.& no haber tomado, caso de aprobarse aquella, pues entontos 

40 habria lugar á la terrible lucha que de lo contrario 

no podaia menos de rwultar entre el Gobierno y las 

autoridades ecles%stiaes; lucha, cuyos efectos serian muy 

fwestos, porque BR lsa de semejante naturaleza suele faltarse 

á las leyes, suele darse escándalo, y se hace 

pre&o IX= de la fuerza con aquellos indivíduos que se 

oponen. 

$1 sean preopinantc,, con el objeto de aclarar la idea 

de su adiaion, ha dividido oportunamente en dos clasee 

las cargaa de que aquella trata, 6 saber: cargas relativae 

al culto y cargas relativas al ministerio. Entre las primeras 

ha dicho que se oomprendia lo que se llama f;ibrica. 

Sobre este punto quisiera yo reclamar la atencion del 

Congreso. Esta palabraJ&icts ea muy vaga 6 indetermi. 

nada, pues se entiende por ella todo 10 que se destina para 

el culto; pero este es relativo, y suele ser efecto de Iaa 

circunstancias. No dejo de conocer que los señores ocleaiásticos, 

bien impuestos en los sagrados cánones y litur. 

gis de la Iglesia en sus primeros siglos, convendrian con 

migo en que, Si fUeSe naCBSari0, se redujese el Culto al 

mínimum posible, puee saben muy bien que igualmente 

acepto seria á Dios un holocausto ofrwido en una sencilla, 

y, digámoslo así, tosca capilla, estando llenos de un 

verdadero celo y pura intencion los corazones que ofrecieran, 

como si lo fuera en la más opulenta y magnífica 

catedral, por ejemplo, en la de Toledo ó de Sevilla, comparables 

con las primeras de Italia.. . Pero siempre seria 

preciso hacer una calificacion de las cargas, debiendo estas 

deducirse de las rentas, para CUJO secuestro se autoriza 

á la Regencia. P iquis’n haria esta califlcacion? Esta 

dificultad es menester que se resuelva. Si se deja á la 

Regencia, dirán los eclesiásticos que se les perjudica, que 

ellos son los jueces natos en estas materias, etc.. etc.; si 

88 deja á estos (sin que yo trate de ofenderles), podrán 

creer necesario é indispensable para el culto lo que tal vez 

no lo sea; al cabo son hombres. La fábrica de una iglesia 

exige mil cosas que pueden ser hoy necesarias y muy jasto 

el concederlas, y mañana ser supérfluas y aun escandaloso 

el permitirlas. El Gobierno en otras ocasiones, aca- 

80 no tan apuradas como la actual, ha echado mano, no 

solo de las superfluidades, sino aun de las alhajas que se 

reputan por más indispensables para el culto, y los mismos 

señores eclesiásticos han dicho aquí varias veces que 

haeta de los vasoa sagrados podíamos echarla cuando así 

lo exigiesen las urgencias de la Pátria. iCómo, pues, hemos 

de aprobar una adicion tal cual la del Sr. Villanueva? 

-Me opongo á ella, y ci cualquier otra que 88 18 parez- 

:a, tanto más, cuanto que este reglamento se ha discutilo 

con Ia mayor madurez y detencion, y cuanto que el 

wñor preopinante con su explicacion ha dejado la materia 

máa oscura que lo que estaba. 

El Sr. VILLANUEVA: Señor, la reflexion del señor 

si fuera exacta debiera revocar 

V. M. lo que ha decretado en la proposicion ante - 

rior. Decidióse por ella que los frutos de país libre, pertenecientes 

á beneficiados simples y comendadores residentes 

en pueblos ocupados, se secuestren á beneficio del 

Erario, deducidas las cargas anejas á ellos. Contra este 

acuerdo, no menos que contra mi adicion, debiera valer 

lo que acaba de alegar el Sr. Argiielles. Porque son renta5 

de una misma naturaleza, y tienen anejas cargas iguales 

ó análogas. P 

En este momento insinuó el Sr. Presidente que la 

Regencia aguardaba para entrar, y se suspendió la diacusion. 

Entró en efecto, acompañada de la Diputacion arriba 

nombrada, y demás aomitiva ordinaria, qne se quedó en 

la barandilla. Estando en pi6 todos los Diputadoe, á excepcion 

del Sr. Presidente, puesto de rodillas. el Sr. Regente 

Duque del Infantado, prestó el juramento segun la 

fórmula establecida. Despues de concluido este acto, paaaron 

á ocupar el solio el Sr. Presidente de la5 Córtes y 

los Srea. Regentes, desde el cual pronuncib el mencionado 

Duque, presidente d8 la Regencia, la siguiente 

arenga: 

((Señor, la voz d8 mi Pátria llegb á mis oidos en las 

orillas del T&mesis, donde á la sazon me hallaba ocupado 

en los asuntos de mayor gravedad para ella. Al oi?la 

me dije: ayodebo sacrificarme por mi Pátria, y servirla en 

el destino á que me 1Iama hasta donde alcancen mis 

fuerzas. D 

No podian ocultárseme las muchas dificultades que 

habria que vencer; y esta reflexion hubiera bastado para

arredrar mi Qnimo, si no midiera mis dwwe por la utilidsd 

de la Pátris, y si solo hubiera consultado á mis intereses 

y cenveniencias; pero el amor á mi país fué en todas 

las épocas de mi vida el único norte, al cual oonstantemente 

he dirigid8 mis pssos 9 pensamientos, y tnuy singularmente 

desde que empecé mi carrera militar en 1’794. 

Señor, vengo, pues, á desempeñar el nuevo destino 

que V. M. se ha servido encomendarme, y á hacer preeente 

que tan solo me anima la confianza que tengo en 

las luces de mis concolegas, y la esperanza de que V. TII., 

hecho cargo de los muchos obstáculos que el nuevo Gobierno 

tendrá que superar, lo libertará de todas las trabas 

que pudieran entorpecer sus funciones. 

Señor, son notorios B V. M. los constantes esfuerzos 

que la Nacion británica está haciendo á favor de los eepañoles; 

y yo tengo la satisfaccion de anunciar Q V. M. 

que lejos de disminuirlos, seguirá aumentando sus sacriflcios, 

y que reina el mejor espíritu á favor de nuestra 

buena causa en todos los habitantes de la Inglaterra. No 

hay ciudad ni pueblo donde loa 8speñoles no sean recibidos 

con la estimacion y el entusiasmo á que se han hecho 

acreedores por su heróica conducta. Las últimas palabra8 

que S. A. R. me hablo, son por sí solas capaces 

de inspirarnos la mayor confianza. aId, me dijo, y asegurad 

á la Nacion española y B su Gobierno, que yo soy 

y seré siempre su mejor aliado, y que nunca trataré negocios 

8n qus no 86 embeban sus intereses y los de su 

desgraciado Monarua Fernando VII.. . z 

Así, me parece qae todo s8 conseguiri, si ponemos 

de nuestra parte los medios, con lo cual veremos expehdos 

de nuestro suelo pátrio á los franceses, cerrados para 

siempre los Pirineos, y consolidada la Constitucion política 

de la Nacion, el Trono de nuestros Reyes, y la perpetuidad 

de la religion de nuestros padres. o 

A este discurso contestó el Sr. Presidente de las Córtes 

8n estos términos: 

#Cuando 81 soberano Congreso trató de poner las rien - 

das del Podsr ejecutivo en manos de una &gencia, las 

depositó en aquellos sugetos de quienes 8e tema experiaacia 

de sus servicios y concepto de que eran aptos y 

capaces de llenar sus obligaciones hasta aquel grado que 

se weesi&sba para la terrible lucha en que estamos empeñados; 

y cree S. M. de 10s nombrados que son los m&s á 

propbsito para llenar todos sus deseos. El Congreso cuido 

.tarubien de escoger personas gratas á la Nscion y Q 

nuestros aliados, de cuyos auxilios esperamos tanto, y 

cuyo espíritu en nuestro favor solo puede equiparara8 al 

entusiasmo que anima á la Nacion española en ambos hemisferios. 

De uno y otro esperamos todos justament8, 

que dirigido 81 Gobierno por tan dignos sugetos, se conseguir& 

el fin á que aspiramos, y lograremos exterminar 

á nuestro mayor enemigo, enemigo comun del género humano. 

s 

Concluido este discurso se salí6 la Regencia con el 

mismo ceremonial con que habia entrado. 

Continuando la discusion interrumpida, prosigui6 

El Sr. VILLANUEVA: Iba á decir, Señor, que los 

frutos de que se trata, segun su primera institucion, tienen 

tres objetos, la fábrica, la manutencion de los ministros, 

y el socorro de los pobres. 

Supongamos que los poseedores de los diezmos, que 

ahora están en país ocupado, viviesen en país libre. En 

él tsndrian obligacion de cumplir estas cargas del ministerio 

anejas á sus frutoa; y el que no pudiese servir por 

sí á loe ileles, deberia dotar ministros que supliesen por 

él; de suerte que el que se negsae á contribuir á este objeto 

con parte de su renta, seria tratsdo oomo injusto poseedor, 

y vencido en juicio. Eu mposicion, pues, de que 

se secuestren sus rente3 por esta ausencia, s8ria injusto 

que con ello se parase perjuicio al pueblo que da estos 

frutos temporaIes en retribucion de la asistencia eepiritual, 

porque seria defraudado en una cosa á que es acreedor 

de justicia. Hablamos en el supuesto del caso presente, 

en que el objeto del secuestro no es precisamente 

atender á las necesidades del Estado, sino estimular á los 

perceptores de diezmos á que dejen la dominacion enemiga, 

y se vengan á residir en los pueblos libres donde los 

perciben. iY será justo que esta multa d correccion de 

los ausentes alcance á las iglesias y á las almas, cuya 

asistencia pende de una parte de aquellos frutos? No es 

justo. Pues iqué cosa más prudente que proveer de auxilio 

á estu necesidad por el medio adoptado en la proposicion 

anterior respecto de otros ausentes que se hallan 

en igual caso? Los 4.000 ducados, por ejemplo, que percibe 

un comendador, json cargas de su encomienda? No, 

Señor, son cargas los 1.000 ducados d más que se deduzcan 

de esta cantidad para el cura párroco, y LOO dncados 

para la fábrica. Separadas, pues, estas dos partidas, 

lo demás que debia ir 6 su poder BIT el psis exwmigo 

será lo que se secuestre á beneficio del Erario. No hay 

tampoco lugsr B la arbitrariedad que se beme, ni á los 

inconvenientes que nacen de ella. Por punto general 8sth 

ya consignadas estas cargas de 10s diezmos en unas 

partes por sfnodo, en otras por convenio. Supongamos 

lue de los frutos de un perceptor de diezmos se separan 

ahora 300 ducados para dotacion del párroco: si se sigue 

sxtragendo 8sa misma porcion, iqué portillo le queda á la 

wbitrariedad? En el arzobispado de Valencia 8on cargas 

le estos frutos las escaras dotaciones de algunos curas, 

conocidas con el nombre de centtm pro rsctom esto ,lo 

tienen fijado los sínodos desde el B. Ribera: siendo eete 

un cánon de la di&esis, no hsy riesgo ds que ningun 

particular le altere ni le reclame En el miemo 8sso están 

todos los perceptores de diezmos que BQ sirven por sí 

las parroquias: por sfnodo ó por convenio contribuyen á 

esto co L parte ya señalada de sus fcutos. 

Por otra parte, es tan de justicia la deduccioa de 

setas cargas, que aun cuando no se hiciera esta adicion, 

iebiera esperar V. M. de la ilustracion del Gobierno, que 

ie estos frutos secuestrados deduciria las cargas anejas á 

sllos. Por lo mismo si no s8 hubiera puesto esta condicion 

3n la proposicion anterior, no la uecesitaria estotra. Mas 

ya que ae lrs puesto allí, no debe omitirse aquí, para evi - 

tar dudas, puesto que se trata de frutos y cargas de una 

misma naturaleza. 

El Sr. POLO: Cunnta más explicacion oigo, m& me 

:onflrmo en mi primera idea, de que no eetá 1s adicion 

:oncebida en los términos claros que se necesita para que 

eo se destruya una gran parb de lo acordado. 

El Sr. VILLANUBIVA: Añádese, si se quiere, dedu- 

:iendo las cargas fijas que tuviesen aquelloa diezmos que 

3e recaudan en país libre. 

El Sr. POLO: De este modo se evitarán muchísimas 

ludas: si el señor autor de la adicion la modifica en eetoa 

bérminos, suspenderé el hablar. 

El Sr. VILLANUEVA: ES8 8s el espíritu de la adi- 

:ion. 

El Sr. DUErnAS: Entonces yo la repruebo por inútil; 

porque así como en una herencia no se toma nada hasta que 

16 pegan las cargas, porque estas son bienes agenos, de 

.a misma manera en la cuestion present el Gobierno no 

831

3322 16 DPJUNIO BI81818. 

podrá tomar nada de estos’ diezmos hasta que ae deduz’can 

las cargas de justicia. Así, repruebo la adicion por inútil. 

El Sr. CREUS: Solamente diré que si esta adicion no 

se hubiera ya puesto en otro artículo, estábamos claros y 

conformes ; pero habiéndoae puesto ya en aquel, el omitirla 

aquí ocasionaria muchas dudas Así que, 6 quítese en 

aquel 6 póngase en estt3.n 

Se procedió á la votacion, y quedó aprobada dicha 

adicion del Sr. Villanueva, sustituyendo en lugar de las 

últimas palabras clas cargas anejas á ellos,» estas otras: 

«las cargas Ajas anejos á ellos que tengan en país libre. B 

A la proposicion del Sr. Polo, que en la sesion del 12 

de este mes se sustituyo el art. 8.‘, hizo el Sr. Pascual 

la adicion siguiente: 

 

Admitida la primera de dichas adiciones á discusion, J 

despues de varias observaciones se declaró que no habia 

lugar á votar sobre ella: las dos restantes no quedaron 

admitidas. 

Ei Sr., Calvet presentó la siguiente al art. 7.’ 

tExc^eptuadas las rentas de cabildos ó cómunidades 

eclesiásticas que habiendo abandonado las respectivas catedrales 

6 iglesias de su ordinaria residencia por hallarse 

en país ocupado por el enemigo, se hayan reunido sus individuos, 

y formen cabildo 6 comunidad en cualquiera 

otra iglesfa de país libre, que al efecto tuviesen provisional 

ménte elegido, con tal que hagan constar que de su 

reunion y formacion de cabildo. han obtenido aprobacion 

de la Regencia del Reino. 

Tambien se exceptúan todas los que pertenezcan á 

cualquiera clase de establecimientos piadosos que estando 

bajo la inmediata proteccion del Gobierno tengan director 

d administrador especial con nombramiento de la 

misma Regencia, pues en tales casos es la voluntad del 

soberano Congreso que la recaudacíon, direccion 6 administracion 

sea peculiar de los propios cabildos, directores 

ó administradores. >> 

No quedó admitida á discusion , por haber observado 

algunos Sres. Diputados que las rentas de que trata no 

vienen comprendidas en el decreto. 

Se levantó la aesion,

SESION DEL DIA -16 DE JUNIO DE 1812. 

Ln comision de Reforma de abusos, encargada de 

examinar la Memoria de D. Juan José Blesa, relativa á 

los medios de mayor economía en la manutencion de las 

casas particulares, y el mejor régimen moral y político 

de los pneblos, juzgó que este escrito debia pasar 6 la comision 

que debe examinar los papeles presentados sobre 

In ley suntuaria, y que despuee que eeta tomase lo conducente 

á su objeto, se remitiese á la que ha de entender 

en el plsn de educacion. Así quedó acordado. 

Se di6 cuenta del dictámen de la comision de Exámen 

de la conducta política de los empleados, reducido á 

que mirando la comision como imposible desempecar la 

que se le ha encargado por falta de tiempo, instruccion y 

claridad, y otras consideraciones, opinaba que 6 bien se 

remitiesen todos los expedientes B la Regencia del Reino, 

para cjue haciendo examinar por la comision que tiene 

nombrada ú otra solamente aquellos de que hace mencion 

la resolncion de 20 de Junio del año próximo paeado, 

determine lo que entendiese justo en punto B la continuacion, 

suspension ó separacion de todos los funcionarios 

públicos que salieron del país ocupado por el enemi- 

,go; ó en su defecto acordar que se reserve este exámen y 

resolucion para cuando vuelvan á abrirse las sesiones del 

Congreso, si se decreta que se cierren, en cuya época podrá 

evacuar este negocio con mayor instruccion, facilidad 

y aci’erto, devolviéndose de cualquier modo los expedientes. 

Las Oórtes aprobaron la primera parte del dictámen 

de la comieion: aque se remitan todos los expedientes á 

la Regencia del Reino;> y á propuesta del Sr. Caneja se 

aprobó la siguiente adicion: «para los efectos convenientes;, 

quedando desaprobado todo 10 restante del dic. 

támen. 

El L-r. Pascual hizo presente 6 las C6rtes que para 

quitar toda equivocacion, se reformase en’ BU adicion 

aprobada exi la sesioa de ayer la expresion de eprófeti 

en él su institut0,b poniéndose en su,lugar: «vivan ?+n‘k 

segun su estado.» Así quedó acordado. 

El Sr. Zorraquin hizo la siguiente proposlcion, que 

quedó aprobada: 

3324 16 DB JUNIO DB 1813. 

de los padres en los matrimonios, etc., se repitio la lec. 

tara del dictámen de la comision de Justicia, que ya SI 

copió d la letra en la sesion del din 6 del corriente. 

Tambien se leyeron algunos otros antecedentes relativos 

al mismo objeto, sobre los cuales dijo 

El Sr. GOMEZ FERNANDEL: Señor, aunque conozco 

y alabo el celo de la actual comision de Justicir 

para que se deroguen 6 reformen las leyes del Reino que 

conceptúa dignas de derogacion d enmienda, y no se rnt 

ocultan ni las razones que ha tenido para proponer i 

V. M. la que conceptúa neceaario se haga en la pragmk 

tica de casamientos de 28 de Abril de 1803, hoy ley 18 : 

título II, libro 10 de la Novísima Recopilacion , ni le 

fmrza que aqueBias tengnrr, hahiendo oido leer an dictámen 

aI sabor s@retario, y notando por una parte lo grave, 

árduo é interwante del asunto, y por otra que se iba 

5 resdver como de poco momento y sin que ningun se - 

-Iior Diputado trataae hablar de éi, no pude menos que 

pedir la palabra para llamar la atencion del Congreso y 

manifestar el mio y las razones en que estriba , á fin dê 

que alguno de sus dignos individuos, supliendo lo que á 

estas falte por ser mias, las esforzara, y pudiera recaer 

la resolucion con la justicia y acierto debido, y que se 

vivifican en las de V. Bi. 

Con dichas miras, y poniendo desde brego en. ejecueion 

la manifeatacion de mi dictámen, se reduce éste á 

que al menos por ahora no puede tener lugar la modificacion 

, variacion 6 reforma á que aspira en el ya citado 

suyo la comision de Justicia. Lo primero, porque las leyes 

no se derogan ni reforman en todo ó en parte sin jasta 

razon y causa, ni por cualquiera ; lo segundo, porque 

está resistida por anteriores, recientes p sábias disposiciones 

del Congreso en este mismo é idéntico asunto ; y 

lo tercero y último, porque cuando pudiera tener lugar 

Ia que se intenta en dicha pragmática de los casamientos, 

ni seria en todos loa puntos ó capítulos que quiere 

ia comision , ni en solo ellos, y sí en otros mucho más 

graves é interesantes al honor de las familias y bien del 

Estado, á que se dirigió principalmente su establecimiento 

en el año de 1776 por Real pragmática de 23 de Marzo, 

hoy la ley O.a del mismo libro y título, y B que quiso 

dar nuevas reglas la ya citada de 1803. 

Esta ni ninguna otra se deroga sin justa y evidente 

crusa, ni por cualquiera, aunque la mejore en algo; porque 

como se dice en un capítulo de la distincion 12, r$dicuhm 

est , et satis abomirabile dcdecw , wt traditiones, 

gwas antipzcitus a patribw swJcepi~zcs, ik$&gi patiamw. Y 

porque para hacer cualquiera derogaciou 6 novedad en la 

ley constituida es indispensablemente necesario 6 que de 

la constituenda resulte una grande y evidentísima utilidad, 

6 que la antigua contenga manifiesta iniquidad, y 

nu observancia sea muy nociva ; y en una palabra, que 

estemos en alguno de los casos de que habla la 18, título 

1, Partida l.‘, de lo cual nos hallamos muy distantes, 

aun por confesion de la misma comision de Justicia en su 

citado dictknen. 

No solo es esto así, sino es que la modi%cacion , variacion 

6 reforma que propone está resistida por recientes, 

sábias y justas resoluciones de V. Itf. , una de ellas 

B consecuencia de instancia hecha por D. Nicolás Tap y 

Nuñez, y otra de la instruida por D. Miguel de Castro, 

caballero de la Real y distinguida úrden de Cárlos III, 

tecino de esta ciudad. 

De resultas de haberee sacado á éste una hija de su 

casa para contraer matrimonio, ocurrib 6 las Córtea manifestándolo 

así; y asegurando que la pragmática estaba 

irop!icada ;r 0fw~~ 

r 

concluyó soliWmdo se aclame y 

modificase, y se estableciera una ley clara, que al mismo 

tiempo que salvase dicha implicacion y oscuridad, conciliase 

los derechos de los padrea y la libertad justa de los 

hijos; J V. hl. en sesion pública de 5 de Julio del año 

próximo pasado, conformbndose con el dictámen de la 

comision de Justicia, sobre que la ley no estaba implicada 

ni oscura, deneg6 su pretension. 

Anteriormente á esta fecha habia hecho la suya el 

referido D. Nicolás Tnp y Nuñez de Rondon, reducida ii 

que se derogase en un todo dicha pragmritica por CORtraria 

á los ciudadanos, por perjudicial al Estado y por 

opuesta á la moral cristiana; y desentendiéndose la comision 

de lo disonante y aun reprensible de estas proposiciorw, 

y atendiendo por uua parte B lo ôrduo é interssante 

de la materia, y B la conexion que tiene ésta ley 

con otras del Reino, y por otra á que hace muahos meses 

resolvió V. M. nombrar una comision para la fiJrmacion y 

arre ;lo del Código civil, fué de dictámen se denegase dicha 

derogacion, y que este asunto se tuviese presente y 

en consideracion por la referida comision , y con él fué 

conforme la resolucion de V. Id. en la sesion pública de 2 

de Abril de este año, y por lo tanto es claro qus dicha 

reforma está resistida por las expresadas resoluciones. 

Para contrarestar ó impugnar esto se querrá recurrir 

p”r ventura á decir han va:iado las circunstancias; pero 

lo cierto es que no hay tal variacion , como se convence 

ga de no atreverse siquiera á indicarlo así la comision, 

ra de que por más que se examine no hay otra que la 

ie ser distintas las personas que lo pedian entonces de 

as que lo hacen ahora, lo cual no ha sido ni será jamás 

:ausa bastante para derogar una ley antigua, ni establecer 

una nueva; y ya, por último, de que en el tiempo 

de dos meses que hay desde la última resolucion de V. M., 

ni aun en el de un aiio desde la primera, no cabe se verifique 

la diversidad que necesariamente se requiere. 

Aun caso negado cesara todo lo dicho que subsiste, 

nunca podria hacerse la variacion y reforma que dice la 

comision, al menos en dos de sus capítulos, no en el primero, 

porque quiere que para la libertad de los hijos á 

casarse se señale una edad %ja, y que esta sea la de 23 

años en los varones y la de 28 en las hembras, porque 

requiriéndose para cualquier contrato aun de menos traswdencia 

la de 24, no puede bastar aquella para el más 

interesante del hombre, de que depende su felicidad, no 

rolo temporal, sino eterna, la paz y tranquilidad de las 

Bmilias, y el bien del Estado en cuantos comprende, de 

lue se compone, como que del matrimonio se proveea y 

surten todos los demás; y no se alcanza ciertamente cómo 

1s pretende tenga para ello mayor edad el hombre que la 

nujer, cuando sobre el menor conocimiento que Por lo 

:omun tiene esta, es más vehemente en sus paaiones, y 

10 reflexiona en inconvenientes, ni le detienen estos, por 

nuchos y graves que sean, con especialidad en órdeq al 

natrimmio, para cuya deliberacion ni aun le basta la 

rdad de 25 años, ni aun quizá otra alguna, como cuan- 

10 no sea expreso en todo, parece se colige con claridad 

In la ley 5.*, titulo VII, parte d.‘, en 1s que tratándose 

ie Cdmo el padre puede desheredar al hijo 6 hija, hablanio 

deesta, dice: apuede hacerlo cuando habiéndola élque- 

‘ido casar y dotar, segun su riqueza y segun pertenecie- 

me 6 ella e á aquel con quien la queria casar, si ella contra 

a voluntad del padre dijese que no queria casar, é deabues 

cl8 esto hiciese vida de mala mujer; pero no así cllan- 

Io el padre alongase el casamiento de su hija de manara 

Iue ella pasase de edad de 25 años, y despues de esto hiriera 

ella el cerro 6 enemiga de su cuerpo, 6 se caeare 

!QQtra voluntad de m padre, porque semeja que él fu6 eq 

,

&Q 690. 

-~ 

9825 

culpa del t8rro que ella flux, porque tardó tanto que nl 

la ~86, nada de lo cual w previene para con el hijo, : 

así ea claro que ni en la eiiad de éste puede hacerle 

aquella. * 

Tampoco en el terreno redncide 4 que el disenso & 

los padres hasta la edad de 23 años en les hijos, y los !¿I 

en laa hijas, no pueda suplirse por autoridad alguna, por. 

que e&o seria dar lugar 6 una resistencia iajnsDa para qut 

carecen da facultad, pues ni DIOS ni nadie ae la ha dado, 

y por le tanto no puede veriåcarse la rekrnk contenida 

en dichos dos capítnios. 

Deberia sí tenerla en la fijacion de edad que seMa 

menor de 24 añoa, y más que en ésta, 5n lo de que cumplida 

ella, no tenga el hijo ni hija neceaidsd de pedir licencia 

á su padre, que es uno de los capítulos de la citada 

pragmática de 1803, contra lo que se ordenaba en este 

cnso par la de 1378, y que apoya le comisiou, por ~151 

esto opuesto al derecho divino y natural, al cuarto preoepto 

del Decálogo, á la doctrine constante y uniforme 

de los padres y doctores, J por consiguiente de la Iglesia, 

segun la cual, aunque 51 hijo 6 hija pueden cwar contra 

la voluntad injusta de sua padres, les está prohibilìo ha 

cello sin eonsultsr á errtos y pedirles su licencia, y de 1s 

contrario pecan mortalmente, 10 cual PO puede autoriztrr 

la ley. 

Como annque en la8 dos citadae de loe cssamientxw, 

teniéndose en considerwion los gravísimos perjuicios que 

se siguen á la república civil y cristiana de impedirse los 

matrimonios ju&os y honestos, d de celebrarse sin la debida 

libertad y recíproco afecto de los contrayenti, se 

declaró y mand6 que los padres, abuelos, deudos, tutores 

y curadores en su respectivo caso deban precisamente 

prestar su consentimiento si no tuviesen justa y racionel 

causa para negarlo, se ciÍi6 ésta á poner por ejemple y 

decir: acomo lo seria si el tal matrimonio ofendiese gravemente 

al honor de la familia 6 perjudicrae al Estado,* 

no se explicaron los casos en que lo uno, lo otro, 6 ambas 

cosas pudieran verificarse, de ahi es el haber nacido 

de ello no solo multitud de pleitos, sino 5s providencias 

contrarias en los tribunales superior5s, y aun en uno mismo 

en 8~s diversas Salaa, reputándose en unos por ofensivo 

6 la familia 6 perjudicial al Estado 10 que en otros 

no, y es80 es B la verdad lo que debe llamar imperiosamentk 

la artencion d5 V. M.; y sobre que deberia hacerse 

un importante trabajo, bien que aun esto debe reservarse 

para cuando se trate de la reforma del Cbdigo civil, y por 

ahora denegaree la que propone la comision de Justicia, 

d al menos así lo siento yo, y este 5s mi voto. * 

Reducida Ia discusion al punto principal que hoy se 

debia tratar, dijo 

El Sr. O‘GAVãÑ: Creo que no ha existido una ley 

que ataque tan abiertamente d la pátria potestad como la 

pragmitica expedida 511 Abril de 1803. Este golpe fatal> 

á la autoridad paterna no consiste en facultar á los hijos 

para que llegando 6 cierta edad puedan 6 su arbitrio contreer 

matrimonio, porque no debiendo couceptuaree la potestad 

de los padres como un derecho de propiedad, segun 

se ha prekndido sostener muchas veces, sino de mera 

proteccion y conservacion, ha sido y ea necesario fijar 

cierto5 límitee para moderar ese derecho. EI ataque á la 

autoridad doméstise es harto notable en haberla sometido 

absolutamenta al magi&rado civil; pero me r5servo hablar 

de este punto en lugw oportuno. 

Contrayéndome ahora d los justos límites que deben 

establecerse 4 la inspeccion y vigilancia de loa padrea 

para dirigir los enlscee de sua hijos, aconsejarloe y pro- 

&erk~r contra la violencia de ptla propise pa~ion88, hallo 

- 

. 

muy confoormae el primer artknlo del dictámen de la comision. 

Ella, separbndoee de 1s blfima ley de la materia, 

que señala la edad de 25 y 23 aSos respectivamente d los 

varonee y kas hembras, establece la de 23 y 21 para que 

á su arbitrio puedan contraer matrimonio los hijos de familia. 

No se exige, Señor, edad más avancada para ligarse 

con 108 vokos religiosos, y sujetws5 á otro@ estados 

y 4 otres obligaciones cls tanta 6 mayor graMad que lae 

ànejas al matrimonio. Ea los silos que se indican, aunque 

no s5 considere al hombre en su mayoridad ni con el 

pleno derecho &e conbratar y diepoasr de 13~s bienee, goza 

sin embargo de ciertas franquezas que V. M. no desaonoce: 

y, entre otras, es notable la facultad que á BU discernimiento 

concede 1s ley de designar curadores 6 personas de 

su confianza que pIledan á su nombra representar y promover 

sus acciones. Asi que, y en obsequio de la libertad 

que tanto interasa para fomentar los matrimonios, apoyo 

el artículo que s-5 somete 6 discueion. 

El Sr. XARTXNEZ (D. José), daspues de vindicar d 

las comisiones de la contradiccion que lee alzribuia el IWñor 

Gomez Femandez, por s5r Can diferent5e ha ca8oti aobre 

que recayeron sua dickíatenes, jnatiíicb brevemcmte 4 

la actual, cuya propue&a no excedia de lo que las Córtes 

le p+dieron. Lo que si es reparable (continu6) 55 la aontradiecion 

que se advierte entre lo que ahora expone dicho 

eeñor preopiasntle, y lo que expuso en ti ocasion. Dice 

que no habiamoe de enCrar 8n la alBerasion da la pragmática 

de 1803, porque esto exige mnaha oircunspeccion y 

detenimiento, y que derogar una ley 5s siempre una COSE 

muy reparable. Señor, V. M. esel Poder legislativo, y no 

ha hecho ni hace más que hacer, derogar d reformar leges: 

de una sola plumada ha derogado inffaitas, como los 

regIamentos de montes, caballería y aeñorím, y ha establecido 

muchas; tal es la Constitucion. Se dice por 51 EE+ 

ñor Gomez Ferwndez que para la derogacion de la pragmática 

de 18’76 se procedió con madurez y prévio el jui - 

cio é informes.del Consejo y Cámara de castilla é Indias, 

p que todo esto se tuvo presente para le pragmática de 

1803, viniendo á sacar en consecuencia que aquí se echa 

je menos aquel detenimiento é informes, corno si no bsstase 

el de doscientos y tantos individuos de que se compoae 

el Congreso. Vamos al caso. El Sr. Gomez Fernsndez aa 

:ont,radice, porque por una parte no quiere que subsista 

a pramática de 1803, y por otra parte quiere que sabsis- 

:a. No quiere que subsista, porque contiene muchos in- 

!onvenientw; v. gr. que los hijos 4 loe 25 añoa estin liwes 

del consentimiento de loa padrea y puedan disponer 

?or sí. Esto lo tiene por mal, y supone que un hijo aun - 

Iue tuviere 100 años dsbia pedir el consentimiento 6 su 

Badre. Pot otra parte, dice que V. M. no debe alterar Ir 

Iicha pragmitica, y asi yo no entiendo cu6l es su opinion, 

torque su dictámen es contradictorio. Por una parte 

Lprneba la escala que establece dicha pragmátiua entre 

os padrea, abuelos, tíos y curadores, y tambien el que no 

de les exijan la causas que tengan psra.negar el consentimiento; 

pero no aprueba que despues de la edad señalada 

5n la misma queden loa hijos 513 libertad para c1~swse 

como quieran. Para eeto apela 6 la ley de 76, que en 

ciertos puntos qaiere que subsista. Esto 58 usa algaraoía, 

pues es pedir la existencia de leyes ya derogadas, y IIO 

querer que rijan las vigentes. 

Pero vamos al punto principal. La experiencia, GOLF, 

que es la madre del desengaílo, EO@ ha hecho ver la multitud 

de perjuicios que ha ca-do la pragmática de 1776 

derogada por la de 1803, pues di6 lugar B mnohoe Rincorea, 

ruinas y otros graves daños, qae son bien wtori~ 

4 V. M. Much Wniliaa ae inZ6436b4 p6;3;r66 166eg 

‘,

8326 16 DBI JUNIO DEI 9812 

“. 

enlazadarr el dia, siguiente. El Gobierno quiso evitar este 

inconveniente con la pragmática de 1803, y para cortar 

tantos pleitos ruidosos como se veian antes, estableció por 

-regla general que los varones á los 25 años, y las hembraa 

á los 23, no deban ya esperar el consentimiento de 

los padres. La comision ahora ha creido deber rebajar 

,este término, y lo ha puesto en la de 23 y 21 años respectivamente. 

Pero la comision, que no ha querido separarse 

de los principios sentados con respecto á la pátria 

potestad hasta las edades que ha determinado, ha reflexionado 

con particular atencion que respecto de los curadores 

y tu,tore&:deben regir otras reglas. Porque estos 

tienen otros,intereaes que los padres para negar 6 conceder 

la licencia á los menores. Los tutores perciben la décima, 

y sienten perderla. Hé ahí el primer interés: segundo, 

á. veces inclinan á sus menores hácia BUS hijas ó amigas, 

y así repugnan dar el consentimiento si el menor 

quiere Contraer matrimOni0 con persona que no sea de su 

gusto. Esto es por desgracia demasiado comun. Dice por 

eato la. comision que los hijos hasta los 23 y las hijas 

hasta. los 21 hayan de pedir la licencia á los padres; pero 

si son. tutores no estén sujetos á la voluntad absoluta de 

ellos; sino que entre un tercero, y que en caso de discordia, 

la dirima el alcalde 6 regidor decano. Por último, 

la comisian, queriendo evitar en lo posible todos los 

males que? naorieron de la, pragmática del año ‘76, y los 

que todavfa r.esultan de la de 803, presenta su dictámen, 

y le funda eu sus razones, y con esto oree haber obedecido 

á V. M. 

El Sr. SIERRA:: Las pasiones, Señor, son de todas 

las edades: en todas ellas los hombrea se resienten de las 

debilidades,3 flaqueza de una naturaleza corrompida. El 

jdven ardien$e por temperamento, sensible hasta el extre-- 

mo, y dotado de una superabundancia de vida, todo lo 

recorre, todo lo mira, lo apetece todo, á todo aspira, y 

ansioso de poseer y de gozar, oorre fogoso en busca del 

placer, sin que pueda contenerle ni arredrarle en su impetuosa 

carrera la consideracion da los obstáculos en que 

debe estrellarse, ni de los precipicios en que puede sumirse; 

así es que lleno de disgustos y aun de tédio, agoviedo 

de pesares y dolencias, y cargado de crímenes y re- 

;mordimientos, llega por fln á la alta edad despues de haber 

.prodigalizado inútilmente el tiempo, la salud y sus 

haberes. Pero la vejez, aquella edsd madura en donde vivimos 

por lo regular condenados á expiar las faltas que 

ha cometido la juventud, i está ella misma exenta de defectos? 

IOjalá que fuera así! La jástima, Seiior, es que en 

el,mar proceloso de la vida las pasiones sa suceden como 

las olas, y que la inconsideracion y la intemperancia de la 

edad juvenil hacen lugar á la ambicion, á la avaricia y á 

otros vicios, de que suele adolecer la vejez. Todas estas 

pasiones contrarían el orden social; unas y otras pueden 

perturbar la paz domésticas; si la virtud y la sana religion 

no son bastantes á regularla, es preciso invocar el 

auxilio de laa leyes para contenerlas. Hé aquí, Señor, el 

origen de la necesidad de estas mismas leyes, y hé aquí 

tambien su grande objeto. En este supuesto, veamos si la 

reforma de ley que la comision propone B IR discusion en 

el dia de hoy tiene este carácter, si está conforme á estos 

principios, y finalmente, si el sistema que se presenta salva 

como debe todos los fomentos. Yo creo que no. Verdad 

ea que él fija una época en que termina la absoluta potest,ad 

del padre para comenzar la libertad del h:jo; tambien 

lo w que se quieren enfrenar poderosamente las pasiones 

de Bste; gmas se ponen algunas trabas 8 las del padre? 

Todo lo oontrario: á éste 88 le supone siempre justo, despreocupado 

y ab@? J bien y 6 la febidad de @us hijos, 

cuando se les mira Q eatou como indóciles, siempre inconsiderados 

y sensuales; de aquí se quiere que la ley los 

abandone á la merced y arbitrariedad de los padres, y que 

estos, en fuerza de la misma ley, los puedan someter sin 

réplica ni reclamacion á todas sus preocupaciones y caprichos. 

Mas iseria esto justo? 

Los matrimonios, Señor, son por lo comun la obra funesta 

de la sensualidad 6 la avaricia; siendo estos SUS 

autores, jcuáIes serán sus resultados? Los hijos son cnlpables 

seguramente en lo primero, y 10s padres no lo 8031 

menos en lo segundo; y si unos y otros. son culpados, 

ipor qué no han de ser ambos corregidos? Si son unas las 

causas de 108 males, ipor qué no han de ser tanbien unos 

los remedios? iSe creerá acaso que 103 padres no tienen 

pasiones, ó que si las tienen sabrá su prudencia regula1 - 

las? 1 Ah; Señor! Consultemos li la experiencia ; recorramos 

la, historia de los acontecimientos humanos; abramos 

este gran libro; abrámosle, y hailaremos en él padres 

egoistas J desnaturalizados que por no desprenderse 

de la administracion. de .los bienes de su hijo ponen 

cuantos obstáculos están en sus alcances .para evitar 

un mat.rimonio que segnn la ley deberia arrancarles 

aquella administracion por que tanto suspiran. Veremos 

padres inexorables, que poseidos de un ddio implacable 

hácia la ilustre familia con quien deseaba enlazarse dignamente 

su. hijo, sacrifican desapiadadamenta el sensible, 

el tierno corazon de esta infeliz amante á la loca vanidad 

d8 satisfacer sus resentimientos y venganzas. Encontraremos 

otros, cuyos cerebros, preocupados de ideas gdticas 

y caballerescas, .en nada aprecian las bellezas del espíritu 

ni el conjunto de virtudes que adornan á una jóven tan 

amable y bondadosa que ella sola podria hacer la felicidad 

y delicias de toda su familia en comparacion, de un 

orgullo néeio, destituido de otro apoyo que el que le da el 

fantástico lustre de la sangre. Hallaremos tambien avarientos, 

para quienes son descabellados é irracionales todos 

los enlaces que no pueden hacinar tesoros y riquezas 

en su familia. Veremos, para confueion y oprobio de la 

humanidad, padres tan desmoralizados y perversos que, 

enredados en un comercio ilícito con una jóven, se obstinan 

en darla por mujer á un hijo suyo para continuar sus 

maldades á expensas de la inooancia y ocultar con el sagrado 

manto del matrimonio unas flaquezas de que ya deberian 

avergonzarse. Veremos. . . ipero qué veremos? Veremos 

constantes y repetidos testimonios de las debilidades 

y miserias de los hombres en todas las épocas y en 

todas las edades. Y á vista de todo, ihabrá aun, Señor, 

quien intente persuadir que los padres por su mayor prudencia 

se hacen superiores á sus pasiones? La ley, que 

todo lo prevee, que debe proveer á todo p evitar el mal, 

jse contentará con cerrarle una puerta, dejándole abiertas 

las restantes? Cuando desconfia tan justamente del hijo, 

ideberá confiar tan néciamente en el padre? 

La comision, Señor, procede de otra suerte con los 

curadores; ella conoce que el deseo de perpetuarse en la 

sdmiuistracion de los bienes de loa menores por el interés 

que eu ello reportan; la idea de enlazarlos en su familia, y 

otras varias causas podrian comprometer su justificacion; 

ssf, ha querido que para prestar 6 denegar el asenso matrimouial 

tengan un adjunto, que deberá ser el alcalde 

mayor de la residencia del menor, y que si hubiese dis-. 

eordis, la dirima el regidor decano, 6 en su defecto el que 

le sigue. Nada más sábio Mas no puedo tener por tal la 

diferencia que se hace entre el curador y el padre, porqu8 

á la verdad no puedo alcanzar el motivo; pues si -el 

curador administra los bienes del menor, el padre puedo 

tsmbian rdpinisk8r los del hijo; si el primaro ea tenta+

por la utilidad que reporta, tambien lo podrá ser el segundo; 

finalmente, si los curadores tienen parientes con 

quienes deseen enlazar á sus menores, tsmbien los padres 

podrán tenerlos, y con ellos iguale8 pretensiones. Se podrá 

decir que los padres tienen un amor 6 su hijo que no 

se puede suponer á los curadores respecto de sus menores, 

y que este amor pone á los primeros á cubierto de 

toda sospecha. Vana confianza. Los padres, verdad es, 

aman por lo comun á sus hijos, Eea esto efecto de la naturaleza 

ó del amor propio; pero no siempre alcanza á todos 

con la debida igualdad la benigna influencia de este 

amor. Hijos hay odiados sin causa, como los hay predilectos 

sin motivo, y esta injusticia es la que suele perturbar 

la pnz de las familias y ocasionar en ellas las divisiones 

más escandalosas. Muchos padres, Señor, toman una 

segunda mujer, y tienen hijos de este segundo lecho; los 

intereses de estos suelen estar en contradiccion con los de 

los primeros; las madrastras son los enemigos implacables 

de sus entenados. IY cuán funestos son Q estos infelices 

los tiros que parten de una mano tan poderosa! 

iQuién desconoce la maligna, pero necesaria influencis 

que deben tener sobre el flaco corazon de un marido an- 

ciano, achan,oso y enamorado, las arterías de una segunda 

mujer, astuta, jóven, y quizás hermosa, cuyos mentidos 

halagos é insidiosas caricias no pueden ser correspondidas 

de otra suerte por la debilidad de: co nsorte que con 

contíuuas, excesivas y quizá criminales condescendencias? 

Señor, ni convengo ni podré convenir jamás en las ilimitadas 

facultades que el proyecto quiere atribuir al padre 

en perjuicio de los derechos del hijo. Conozco los re- 

sultados; preveo demasiado las consecuencias, y no puedo 

mirar sin enternecimiento los abusos enormes de las fa- 

cultades que hasta aquí se les han concedido; sin ellos no 

hubiera tantos matrimonios desgraciados; sin ellos no tendria 

que llorar la compasion tantas infelices víctimas, á 

quienes la dt:seY;)eracion, d una tímida condescandencia 

ha sepultado entre los horrores de los clfíustros; sin ellos 

no se resentiria Ia piedad de ver tantos votos mal guardados 

íi observados á duras penas; votos que si fueron 

hechos al pié de los a!tares, los detestaba, los abominaba 

el corazon cuando los pronunciaban los Iábios. 

Sin embargo, Señor, yo estaré conforme con el dictimen 

de la comision, siempre que ésta, en fuerza de las 

consideraciones expuestas, tenga la de querer extender á 

los padres lo que dispone acerca de los curadores; de esta 

suerte quedar& equilibrados los derecho8 de ppdre é 

hijo, y serán más felices los matrimonios, porclue serán 

mcis acertadas los elecciones; en otra forma lo desapruebo 

y me opongo formalmente. Soy ciudadano, y deseo á 

todos la justa y debida libertad; y aunque soy padre, no 

pretendo ser el tirano, sino el mejor amigo de mis hijos. 

Este es mi dictámen y voto ; como el que sea cual 

se fuere la resolucion de V. M. en esta parte, no pueda 

perjudicar, ni aproveche á los que en el dia tengan pendientes 

causas de esta naturaleza, y m$nos á los dos que 

provocaron esta reforma, porque esto seria hacer una ley 

para el caso, y dará esta un carácter retreactivo , contrario 

á la justitlcacion que tienen por divisa las resoluciones 

de V. M. y el decoro del Congreso, en quo no puedo 

menos de interesarme.)) 

Concluido este discurso, quedó pendiente la discusion 

para mañana. 


NlhKERO 691. 3329 


DE LAS 

SESION DEL DIA 1’ 

DE JUNIO DE 1812. 

Se mandó insertar en este DiarZo la siguiente exposicion 

del intendente de la provincia de Guadalajara, con 

expreeion del especial agrado con que la oyeron las 

Córtes: 

 

Mandáronse archivar los testimonios remitidos por el 

Secretario de Gracia y Justicia de haber jurado la Constitucion 

la Junta provincial de esta ciudad y los empleados 

en su secretaría, el mayordomo mayor y los iudivíduos 

de la casa Real dependientes de él, el tribunal del 

Proto-medicato, la congregacion de San Felipe Neri, con 

ella el Rdo. Obispo de Arequipa, J la comunidad de religiosos 

Agustinos; como asímismo el que remiti6 el Secretario 

de la Guerra de haber prestado igual juramento los 

oficiales del estado mayor general. 

Pasó 8 la comision de Premios un oficio del Secretario 

de Gracia y Justicia, por el cual la Regencia recomendaba 

una solicitud de Doña María Tagle, viuda de D. Vic - 

toriano Rodriguez, teniente asesor que fué de fa provincia 

de Córdoba del Tucuman, y murib electo fiscal de la Audiencia 

de Charcas, pidiendo que se le concediese la viudedad 

correspondiente B dicho ministro fiscal en las cajas 

de Montevideo, d cualesquiera otras no ocupadas por 

los insurgentes, 6 íIn de poder subsistir con sus hijas y 

dar carrera al hijo mayor. 

El Sr. Secretario Caneja ley6 el siguiente decreto ex. 

pedido en sesion secreta: 

3330 17 DB JUNIO D1 18lB. 

Cuarto. Hecha la asignacion, la pasarãn inmediatamente 

á los respectivos intendentes de provincia, para 

que procedan con toda brevedad á su recoleccion J exaccion, 

y para que puedan representar y exponer al Uobierno 

cuanto crean conveniente. 

Quinto. Si por aleas causaa no v8rifleas8n las junhas 

la asignacion de cuotas en el término que les haya 

prescrito el Gobierno, quedan autorizados los intendentes 

de las respectivas provincias, vocales de las mismas juntas, 

á ejecutar la asignacion de cuotas en el término 

más breve, y con los conocimientos y datos que hayan 

creido snflcientes; pero deberá acompañarlos en esta operacion 

un individuo de la Junta provincial, el que esta 

nombre, ó en su defecto el que elija el intendente. 

Sexto. Si en la asignacion disintieren el intendente y 

el vocal de la Junta, deberá prevalecer el dictámen del 

primero, como principal encargado J responsable. 

Bétimo. Hecha así la asignacion, procederá el intendente 

á la recaudacion y exaccion, para lo cual le prestarán 

las juntas cuantos auxilios pueda necesitar, y pasará 

á los mismas noticia exacta y puntual de cuanto haya 

obrado, para que les conste y puedan exponer al pro - 

pio intendente, y representar al Gobierno lo que crean 

conveniente. 

Octavo. El intendente, tanto cuando haga por sí el 

repartimiento, como cuando ejecute el hecho por las juntas, 

deberá dar á estas noticia de lo obrado p pasar á las 

mismas las cuentas, escrupulosamente formadas, para que 

lea conste y puedan hacer al Gobierno lae reclamaciones 

que correspondan. 

Noveno. En las provincias donde no haya junta, queda 

autorizado eI intendente pkra ejecutar desde luego la 

ssignacion de cuotas y veri5car la exaccion; pero con 

la circunstancia de que haya de elegir un vecino de 

aquella provincia bien opinado en ella por su honradez y 

patriotismo, para que 18 acompañe en Ia misma forma que 

queda dicho para el vocal de la Junta. 

Décimo. Se publicarán y circularán á los pueblos de 

las respectivas provincias las disposiciones y sus resultados, 

con resúmen de lo percibido, distribuido y sobrante; 

y se dará cuenta de todo con oportunidad á la Regencia, 

no solo para su noticia J aprobacion, 6 para el castigo 

de loe excesos que haya habido en las disposiciones 6 en 

la ejecucion, sino tambien para hacerlo presente á las 

Cdrtes. 

Undécimo. Las juntas, loe intendentes y demás autoridades 

contribuirán con la mayor eficacia á que ae realice 

con la posible brevedad lo dispuesto en los artículos 

anteriores, como dirigido principalmente á que subsistan 

los ejércitos qùe han de sostener la causa de la Nacion, 

Lo te&& entehdido la Regencia del Reino para su 

cumplimiento, y lo hará imprimir, publicar y circular .= 

José Miguel Gúridi y AIcocer, Presidente.=Joaquin Diaz 

Canejs, Diputado Secretario.=José de Torres y Machi, 

Diputado Secretario. 

Dado en Cádiz 6 16 de Junio de 1812.==A la Regencia 

del Reino., 

c 

Pasó Q la comisiou de Guerra, con urgencia, una consultà 

que dirigia 81 general Ballesteros, con motivo de la 

causa formada de su órden contra los dos gobernadores 

que fueron de los fuertes de la villa de Encinasola, D. Ambrosio 

Fernandez Costa y D. Juan Bautista Galiauy. 

Se aprobó el dictámen de la comision de Guerra, la 

cual, en vista de una consulta de la Regencia, relativa al 

indulto de los desertores que se presentaban para obtenerle, 

proponia que se mandase obadrvar el art. 11 del 

reglamento, dado por la Junta Central en 5 de Diciembre 

de 1809, sin perjuicio de que el congreso, en algun caso 

singular que le propusiese la Regencia, pudieee usar de 

SU piedad en favor de los desertores que se presenten al 

Gobierno. 

Habiéndose pedido informe á la Regencia sobre 81 desestanco 

del tabaco, se le pasó en virtud del dictámeu de 

la co&ion de Hacienda una Memoria de D. José Domingaez, 

sobre este asunto. 

Pasárouse tambien á su informe, en virtud del dictámen 

de las comisiones reunidas de Hacienda y Ultramarina, 

las proposiciones que en la sesion de 30 de Mayo 

último presentaron los Sres. Riesco (D. Miguel) y Leiva . 

Solicitaron licencia temporal los Srea. Del Monts, 

Mosquera y Lopez (D. Simon); pero en consideracion á lo 

que resoIvi6 ayer con motivo de habsrse aprobado la proposicion 

del Sr. Zorraquin, se accedió á la solicitud del 

Sr. Del Monte, cuya salud estaba notoria y viuiblemantc 

quebrantada, declarándose no haber lugar 6 deliberar por 

ahora sobre las otras dos instancias. 

Antea de continuar Ia discusion interrumpida ayer 

sobre disensos matrimoniales, pidió el Sr. Argi&el¿e$ que 

se suspendiese tratar de este asunto para proceder á otros 

da urgencia, pues el enlace que tenia la pragmática, re 

lativa á este punto, con otras leyes, y aun con costumbres 

nacionales, impedia que pudiese tomarse una resolucion 

acertada, sin tener en consideracion todas las citadas 

leyes y la uniformidad que debia dárseles en el Cjdigo 

civil para que formasen un sistema y no estuviesen las 

unas en contradiccion con las otras. Apoyáronle 10s se&- 

res Ihkias, Gol@ y Torrero, insistiendo este último en 

que el asunto era muy complicado, porque era necesario 

consultar en la providencia que se adoptase los intereses 

de las familias en particular y 10s de la sociedad en general, 

examinando los efectos morales que debia producir 

en uno8 y otros; no obstante, habiéndose acordado que 

continuas8 la discusion, tomb la palabra, diciendo 

El Sr. OLIVnROS: Señor, dije ayer que la dkcusion 

de este asunto debia abrazar todo el proyecto de la comision, 

porque es un sistema, y no puede examinarse una 

parte de él sin que al mismo tiempo se examinen las demás. 

Se intenta rebajar Q 23 años en los varones y á 21 

en las hembrae la edad que señala la pragmdtica para que 

10s hijos no puedan contraer matrimonio sin el consentimiento 

de SUS padres; pero de tal modo, que el consentimiento 

que 88 exige en el art. 1.” del dictámen de la comision 

es aquel sin el cual de ningun modo puede contraerse 

por los hijos, derogando en esta parte lo que dispone 

la pragmática: es, pues, necesario abrazar en la discusion 

todo el proyecto; y para proceder con claridad, podria 

reducirse á los tres puntos siguientes: primero, ideberin 

los hijos pedir el consentimiento de sus padrea para

IWMERO 69 1. 3331 

aontraar matrimonio? Segundo, jseril tan necesario obtenerlo 

que sin él no puedan contraer? Y tercero, jes justo 

y prudente el señalamiento de 23 años en los varones y 21 

en las hembras, para que dentro de esta edad no puedan 

absolutamente contraer matrimonio los hijos sin el asenso 

de sus padres, y sobre ella no se les ímpongn ninguna obligacion 

civil, ni aun de pedirlo? Para desenvolver estas 

cuestiones, que comprenden cuanto se requiare en la materia, 

es necesario tener presente cuáles son las obligsciones 

de los hijos respecto de los padres; hasta qué grada 

se extiende la autoridad paternal; qué limites tienen las 

facultades de los hijos para disponer de si mismos, y qué 

influjo y poder conviene que ejerza la potestad civil en las 

relaciones y derechos ie los hijos y padres. 

Nada hay más inculcado en los libros morales de las 

Santas Escrituras, y aun en los tratados filosóficos de los 

sábios paganos, que el amor, respeto y obediencia de los 

hijos á sus padres, como igualnente el amor, vigilancia 

y cuidado de los padres para con SUJ hijos; estos deben 6 

SUS progenitores, además de su existencia, la educacion 

física y moral; lo deben todo; y así, están obligados á un 

amor y respeto que no pueden limitar los años, á oir sus 

consejos y gobernarse por su direccion, y’ no ligarse, y 

más en negocioe brduos, sin haber antea consultado á sus 

padres. Los padres, considerándose reproducidos en sus 

hijos, no pueden menos da amarlos y cuidarlos como á sí 

mismos, interesarse en su bienestar, conducirlos á la felicidad 

y apartarlos de los males en que pueden incurrir 

por inconsideracion y ligereza. Estas mismas relaciones, 

y los intereses comunes que se fundan en ella, son los Iazos 

de las sociedades domésticas, y dan QI los padres una 

eepeeie de magistratura en el gobierno de su familia y 

casa. Supónese en ellos hasta cierto punto superioridad 

de luces y experiencia para dirigir, y en los hijos la falta 

de conocimientos especulativos y prácticos para guiarse 

por sí solos; mas como las obligaciones que nacen del 

respeto no pueden extenderse jamás á lo que sea irracional 

y violento, y por otra parte llega un tiempo en que 

se desenvuelven tanto las facultades físicas y morales del 

iadivíduo, que puede conocer mejor que otro lo que le 

conviene, es indispensable confesar que tiene ciertos límites 

la efervescencia de los hijos, la autoridad paternal; 

que son libres los primeros cn disponer de sus personas, 

aunque siempre deban ser sumisos, y por consiguiente, 

que podrán contraer matrimonio sin embargo de que sus 

padres disientan. Por esta causa el Concilio de Trento, 

que recomienda estrechamente á los hijos la obligacion de 

proceder en tan gravísimo asunto con el consejo de sus 

padres, pronunció anatema contra aquellos que declaraban 

nulos los matrimonios de los hijos hechos sin el con - 

sentimiento de los padres, contando su disenso entre los 

impedimentos que por derecho natural dirimen el matrimonio. 

Resulta, pues, que debiéndose de sostener la autoridad 

paternal, debe tambien ser reconocida la libertad 

de los hijos; que si á estos obliga siempre ser sumisos, 

respetuosos y obedientes á sus padres, á los padres incumbe 

igualmente ser justos y prudentes en la direccion 

de su familia; y por último, que siempre deben alejarse de 

la cclebracion de unos contratos que forma la voluntad 

misma de los contratantes, de una parte la fuerza y coaccion, 

y de la otra la ciega pasion y la precipitacion inconsiderada. 

Despues de los enunciados principios, que forman y 

conservan las sociedades domésticas en la paz y union que 

hacen su felicidad, resta examinar qué poder é influjo de. 

berá tener la potestad civil en esta olase de ooootratos para 

que jam$r ae turbe la tranquilidad de Ira familias y WUI 

mantenidos 10s recíprocos respetos de los indivídaos que 

las componen. Hánse formado las sociedades civiles de las 

loméaticas con el objeto que, reanfdas estas, resulte una 

nayor fuerza de razon y poder, no para destruir y anular 

:os derechcs personales, sino al contrario, para conservaros 

en los límites 43 la justicia, darles direccion J MN&- 

larlos con la sabiduría y fuerza de todos. Limitbndonoe 

b1 caso presente, las leyes civiles sobre el matrimonio se- 

:án justas y sábias cuando conserven la autoridad de 1~ 

madres con la razonable libertad de los hijos, y concilien 

os derechos de unos y otros, no reduciéndolos á nulidad, 

gino manteniéndolos en su vigor. iY será así si se apruebe 

o que propone la comision? No, Señor: esta no concilia los 

lerechos de los padres y de los hijos hasta los 23 años en 

!os varones y 21 en las hembras; los despoja de su liber- 

tal y los sujeta 

ciegamente á la voluntad de los padres: 

pasada la referida edad, hace nulos los respetos que son 

iebidos á la autoridad paternal, y deja 10s hijos á su dis- 

:recion. Es un despotismo hasta los 23 y 2 1, y despum 

una absoluta libertad. Rn las disputas 6 diferencias domésticas 

no toma un medio prudente que satisfaga 6 lae 

dos partes: decide sin recurso:

17 DE JUNIO DE 1812. 

cierta edad, y que á la edad de 18 años se debe considerar 

un jbven con bastante madurez para gobernarse por 

sí mismo, porque las leyes deben proteger con especialidad 

la sociedad doméstica; con que venimos á sacar 

por consecuencia que un hijo puede contraer matrimonie 

ain el consentimiento del padre á la edad de 18 años. Vamos 

á ver si esta es la edad de la madurez, Hasta la edad 

de 25 años ninguna sociedad ha graduado de maduro á 

ningun jóven para depositar en él la confianza pública; 

quiero decir, empleos públicos de trascendencia. Las leyee 

tambien tienen dispuesto que ninguno hasta los 25 años 

pueda administrar sus bienes sin licencia particular para 

ello; luego todo el mundo está convencido de que hasta 

los 25 años no hay semejante madurez en los jóvenes para 

contraer matrimonio sin licencia de los padres 6 de los 

tutores. Un jóven á los 18 años es impelido de todo el ardor 

de las pasiones; y tan lejos está de haber llegado á 

un estado de madurez, que puede ser muy bien que ni á 

los 50 años la tenga; pero como la conveniencia pública 

exige que se prefije un término para dar al hombre una 

independeacia legal, se ha señalado la edad de 25 añoe. 

Conocieron bien los legisladores que esta 88 aquella en que 

las pasiones obran con más vigor; pero tambien se hicieron 

cargo de que en ella empieza la razon á guiar al hombre 

inspirgndole sentimientos de pundonor y dándole baatante 

reflexion para no dejarse llevar arrebatadamente 

por la violencia de aquellas mismaa pasiones, que si no 

son bien dirigidas, le conducen al abandono de sus obligaciones 

y de sí mismo; y aunque un jóven puede hallarse 

en este estado á los 18 años de edad, no es lo máa comun, 

y por esto se fija la de los 25. Se alegan las ventajas 

de la sociedad; esto valdria si únicamente se atendiese 

al primer encargo que Dios impuso al hombre cuando 

le dijo: crcsciti et multQ.dicamini; pero aquí se trata 

del tiempo en que un hijo puede contraer matrimonio sin 

licencia del padre. El íIn principal del matrimonio seguramente 

es el aumento de la especie humana; pero hay 

otros objetos secundarios que convienen á la tranquilidad 

general. El eximir á un hijo á cierta edad de la precision 

de obtener licencia de su padre para casarse, no es eximirle 

de aquel respeto y sumision que todos debemos á 

nuestros padres, porque para esto no hay edad ninguna, 

y si fuera posible que un hijo llegase á 1 .OOO años, siempre 

deberia guardar el mismo amor, respeto y sumision 

B los que le dieron el sér: asi lo exigen la razon, la religion 

y la filosofía, y aquf ea donde viene bien citar B los 

fllbsofoa que ha oitado el Sr. Oliveros, esto es, lo que todosellos 

aconsejan. Es cierbo que la facultad del hijo para 

contraer obligaciones no está coartada por la ley natural; 

ni esta le prescribe que lo haga con consentimento 

del padre, ni que lo haga B tal d tal edad; pero esto perteneee 

$ la ley civil, y toda la auestion está reducida B 

determinar para el órden y direccion de la sociedad cuál 

sea la edad en que el hombre pueda disponer libremente 

de su persona. Me parece que se ha confundido el consejo 

con el consentimiento, y esto proviene de confundirse 

la pragmbtica de 17’76 con la de 1803, tomándose tan 

B la letra el consejo paterno con el consentimiento. El 

oasamiento del Infante D. Luis, padre de este Sr. Cardenal 

de Borbon, di6 motivo B la pragmátiea del año de ‘76, 

que tantos males ha traido B las familias, y puede considerarse 

la justioia que eneerraria, cuando al hacerla mediaba 

el resentimiento de Oárlos III, que se opuso hasta 

que el hijo llevase su apellido. Asi se hacian antes las leyes 

en España; en el capricho del Rey 6 en los intereses 

de los bliniatros ae fundaban casi todas esas que se Ka- 

@aan leps. Puà remediar en algan podo 108 malea que 

esta ocasionaba, se mandó al Consejo de Castilla en el 

año de LS03 la reformase; y sin embargo de que ye por 

el tiempo, ya por las circunstancias quedó con un carácter 

de justicia de que carecia la otra, todavía se resentia 

y era necesario hacer en ella alguna reforma, ‘pues que 

hablando del consentimiento del padre, previene que, 

cuando este no le dé, pueda hacerlo el regente de la Audiencia, 

etc., etc. La cuestion de ahora, pues, se reduce 

á determinar basta qué edad ha de necesitar el hijo del 

consentimiento 6 licencia del padre para poder contraer 

matrimonio. Para decidir este punto se combinan todas 

las razones de moralidad y de conveniencia en la sociedad, 

y se salvan los derechos del hijo sin perjudicar la 

pritria potestad. En nada se infringen estas relaciones 

con las disposiciones que se propone. No se señala la edad 

de 18, como se ha propuesto, porque en ella no se considera 

8 un jóven con aquella madurez que se necesita para 

contraer obligaciones de esta naturaleza. Por último, como 

nuestra legislacion señala la edad de 25 años para 

para que el hombre pueda ya dirigirse por sí, la comision, 

ateniéndose á este principio, propone que los hombresipuedan 

contraer matrimonio libremente á loa 23 años 

y las mujeres á los 21. 

El Sr. CANEJA: Para no dilatar esta discusion, y 

abreviar en ella todo lo posible, me limitaré solo á manifestar 

la necesidad de reformar las leyes que tratan de 

este asunto, y dar una clara y terminante que concilie los 

derechos de padres é hijos, si queremos que se observe 

exactamente la Constitucion. Por esta se establece que 

nadie más que las Córtes pueda dispensar ni interpretar 

Las leyes: y por la pragmática dei año de 803 se reservó 

el Rey, y aun transfirió al gobernador del Consejo, á la 

Cámara y á los Regentes de las Audiencias la facultad de 

dispensar esta misma pragmática: con efecto, deepues de 

establecerse en ella reglas fijas por las que se determinan 

los casoa en que los hijos de familia, 6 adquieren la absoluta 

libertad de casarse, 6 están imposibilitados de hacerlo 

sin obtener el consentimiento de sus padres, abue- 

los ó tutores, á quienes se liberta haata de 1% necesidad de 

explicar en su caso la causa de su disenso, desciende la 

propia ley á decir que el Rey, la Cámara y los presidentes 

de los tribunales superiores podrán habilitará los hijos 

de familia, y suplir el consentimiento que les hayan 

negado sus padres. Esto en sustancia no es otra cosa que 

dispensar la ley, en perjuicio tal vez de los más sagrados 

derechos de los padrea de familias; y como deepues que se 

ha publicado la Constitucion, y aun desde que se instalaron 

las Cortes, á nadie sino á estas puede tocar el dispensar 

las leyes, resulta que la pragmática no puede subsiscir 

como está. Dedíquense respectivamente el Rey y los 

tribunales á hacer ejecutar las leyes y aplicar á ellas loa 

casos particulares; mas no quede en su arbitrio el hacer 

6 deshacer las leyes, ó el juzgar sepun su voluntad. 

Me abstengo de entrar en el exámen de la reforma 

que podria ser más conveniente; porque, estando yo conforme 

con la que propone la comision, nada podria añadir 

á lo que tan sábiamente ha dicho el Sr. García Herreros. 

El Sr. MEJiA: Señor, por los discursos que he oido 

mtes, por lo que dice el Sr. Oliveros, y por lo que expole 

18 comision sobre la última pragmática que fija la edad 

ie 25 aks, me inclino al parecer de esta, porque segu- 

‘amente es la que fija un término medio. Antes de hacer 

;res refiexionea que me ocurren en apoyo del dictámen de 

a comision, debo advertir que en España jamás ha sido 

1n impedimento dirimente del matrimonio la fulta de 

:ORsentiiiento paterno, y lo que si ha hecho únicamentg

NtfBINRO 691. 3333 

ha sido frustrar algunos efectos civiles, pues los que se 

habian casado contra la voluntad de sus padres, tantc 

ellos como sus hijos quedaban desheredados, etc. Trátese 

ahora de cuál será la edad que se deba f¡jar para que puedan 

casarse los hijos sin el consentimiento paterno; y con 

respecto H esto, me inclino á que en lugar de los 25 añoe 

que antes se fijaban para los varones, se baje 8 la edad 

de 23, y en las hembras á la de 21. Tres razones son lae 

que me inclinan á esto, y que no debe perder de vista el 

Congreso. Primera: hay en España una despoblacion extraordinaria, 

y la habia antes de la horrorosa invasion del 

enemigo. Esta despoblacion se aumenta con motivo de la 

guerra destructora que sostenemos: hay, pues, una necesidad 

absoluta de extender la propagacion y fomentarla 

por medios justos, pues de estos debe extenderse cuando 

SY habla aquí; en este concepto, la situacion del Reino antes 

y despues de la revolucion, exige que se reduzca la 

edad como lo propone la comision. Si conforme tiene el 

Congreso facultad de derogar esta ley, dispensando la 

edad, tuviera la de dar proporciones B los que desean casarse, 

no hay duda de que no seria menos útil, pues la 

mayor parte de los que no se casan es porque no tienen 

medios para poder subsistir. Segunda rszon. Es innegable, 

Señor, que por veinte matrimonios que sean desgraciados 

por haberse casado los contrayentes en una edad tierna, d 

en aquella en que se considera que el hombre no tiene toda 

la reflexion necesaria, hay 400 hombres que por no 

haberse casado en esta edad acaso no se casan, y se mantienen 

en un celibato poco provechoso á las buenas costumbres, 

que las Córtes deben promover por todos los medios 

imaginables, pues es obligacion del legislador el hacerlo. 

No es difícil que un hombre arrebatado de las pasiones 

contraiga un enlace con personas contra quienes 

esté la voluntad de sus padres; pero tambien sabe V. M. 

los vicios monstruosos y destructores á que puede inclinarse 

la juventud poco reflexiva si halla un obstbculo á 

sus lícitas inclinaciones. Toca, pues, Q V. M. evitar esto, 

y Bjar el tiempo en que cese la facultad de los padres en 

este punto. La tercera reflexion que voy 6 hacer, no olvidándome 

de que soy catolico, se contrae á preguntar: 

iqué diferencia hay entre el matrimonio y el que abraza 

el estado eclesibstico? Si bien se atiende Q los principios 

de nuestra rellgion, seguramente el estado eclesiástico es 

mucho más perfecto que el del matrimonio; pero eé tambien 

que este debe fomentarse por todos medios, por ser 

una cosa necesaria para la sociedad, pues al cabo es indudable 

que quitándose los matrimonios, se acabó el género 

humano. Pues, Señor, si para un estado mucho más 

perfecto, en que se está sujeto 4 muchas y muchas más 

rigurosas privaciones, se cree que el hombre se halla en 

estado de poder abrazar esta c8rrera ii la edad de 21 años; 

si se cree que en obsequio de este eatado más perfecto no 

es necesario contar para nada con la voluntad de los padres, 

y seria mirado como impío el padre que quitase esta 

vocacion á su hijo, ipor qué se ha de privar de la misma 

facultad J de loa bienes inmensos que pueden resultar 

al contrayente de efectuarlo á SU gusto, y no al de sus padres 

y tutores á, la edad misma de 21 años? Es indudable 

que á los 21 puede cualquiera ordenarse de epistola. Podrá 

decirse que el matrimonio ha de durar toda la vida, 

y que el efectuar un contrato de esta naturaleza sin aquel 

examen y madurez debida, podria hacer infelices B los 

contrayentee; pero, Señor, la misma razon hay para el 

que se ordena, y mucho mds cuando hace un voto de 

castidad, y recibe un sacramento que imprime un Cd?- 

ter que dura eternamente. HB aquf pues, cbmo el voto 

pe w bree en la menor eduI w Wdo, ronque w con 

respecto á un estado más perfecto, y se contraen con él 

obligaciones más grandes, y que acaso no podrán cumplirse 

sin una especial gracia de Dios. Un casado no hace 

voto de ser pobre eternamente, antes por el contrario, 

procura ser rico cuanto puede; tampoco se impone una 

obligacion de obediencia 6 abnegacion de su voluntad propia, 

pues no está sujeto sino á las leyes civiles como oUro 

cualquiera, y ademis sale de la sujecion que tiene como 

hijo de familia. Así que, no solo es conveniente, sino que 

es necesario rebajar la rdad, pero no tanto como dice el 

Sr. Oliveros, aunque no por eso dejo de conocer la solidez 

de sus reflexiones. Sin embargo, conviene tener presente 

la calidad de la juventud española actual; y siendo 

muy verosímil que establecida la Conetitucion se mude, 

tanto en lo moral como en lo físico, no menos que las costumbres, 

entonces con esta variedad los legisladores venideros 

complacerán al Sr. Oliveros. Concluyo, pues, apoyando 

el dictámen de la comision. 

El Sr. CASTILLO: Señor, se trata 6 de coartar la 

autoridad de los padres sobre los hijos, ampliando la libertad 

de estos, 6 al contrario, de restringir esta y ampliar 

aquella: tal es la cueetion Presente. La comision de 

Justicia propone que se fije á los 23 años la edad en que 

los hijos han de adquirir la libertad de casarse sin el consentimiento 

paterno, bien se hallen bajo la pátria potestad, 

6 bien estén fuera de ella, derogando para eeto la 

pragmática de 805, que fija B los 25 años la edad en que 

los hijos que están bajo la psitria potestad, adquieren la 

libertad de casarse sin el consentimiento paterno, rebajándose 

progresivamente esta edad en los casos en que los 

hijos solo tienen madre y no padre, 6 cuando no teniendo 

ni uno ni otro, tienen abuelos, 6 cuando solo tienen curadores. 

Cualquiera de estos dos medios que elija V. M., ya 

sea el que propone la comision, ya el de la citada pragmática, 

tendrd siempre muchos inconvenientes, y la prudencia 

del legislador consiste en elegir aquel que cause 

menor número de males. Ha oido V. M. ponderar de un 

modo muy enérgico y patético la tiranía con que algunos 

padres oprimen á sus hijos, sacrificando 6 sus pasiones y 

caprichos las inclinaciones más tiernas de ellos, y hasta 

su fortuna y felicidad: es justo, pues, recordar tambien 

los derechoe que los Padres ejercen sobre sus hijos, y has - 

ta qué grado se extienden estos derechoa, para que V. IL, 

teniendo presentes estos dos extremos, elija una medida 

que concilie el respeto de los padres con la libertad de los 

hijos. 

En efecto, el respeto y obedfencia que los hijos, por 

derecho natural est&u obligados 5 prestar & sua padres; 

el precepto que Dioa nos puso en el Decilogo de honrar 

padre y madre, todo esto exige imperiosamente que el 

hijo no deba pasar B contraer un enlace, que es el más 

importante negocio de BU vida, ein el consentimiento de 

aquellos que le dieron el nacimiento y la educacion. Esta 

obligacion en que estan los hijos de familia, ae deduce 

tan claramente de la reverencia que deben d BUE padree, 

que ha sido reconocida por loa mismos paganos. Euripides 

hace decir á Andrómaca que no perteaecia & ella, 

eino á su padre, la eleccion de un marido: rponraliua 

puidem meomm, mcw pater cwam socbitit; hoc dm 9um at 

mewn. 

Además, la experiencia nos enseña que loa mattimonios 

que los hijos celebran ein el consentimiento paterno 

es efecto muchaa veces del libertinaje, 6 á lo menos de 

una pasion ciega y desarreglada. La Santa Escritura noa 

da i conocer que á los padrea toca disponer del matrimonio 

de nua hijos, y que Dios no rprueh lo que estos ha- 

een rin 19 aonwrl~ento; 

porque todaa laa WCY qns sg 

934

3334 1’2 DE JUNIO DE 4812, 

-- 

ponen preC8ptoS 6 los israelitas en esta materia se dirige 

la palabrs á los padres. En el capítulo VII del Deuteronomio 

dice Dios: cvosotros no dareis vuestras hijas & los 

hijos de naciones infl8Ies.v En el capítulo IX de Jeremías, 

hablando con los judíos cautivos en Babilonia, les 

ordena que ca5en á sua hijos: date J£lis vestris wores, et f- 

&aS VeSkuS date Oiti. El Eclesiástico dice á un padre de 

familias: Irade$filiam, et grande opus feceris: et da i!lwm 

homiri rcnsato. Y San Pablo deja expresamente al arbitrio 

de un padre el casar ó no casar á au hija: qui mattimolbio 

jmgit air~inem sZ)am benc fucit , et pli nonjungit rne&sfa- 

&. D8 qU8 resulta que la 18y divina ordena á los hijos el 

dejarse conducir en sus matrimonios por el dietámen de 

sus padres, á quienes Dios ha cometido el cuidado de proveer 

á su establecimiento; así vemos que 18882, Jacob y 

Sanson no tomaron mujer85 sino segun la eleccion de sus 

padres, y E5&i es reprendido en 81 Génesis por haberse 

casado sin el consentimiento de su padre y madre. 

Conforme á esta5 autoridades sagradas, la Iglesia 

prohibió desde 10s primeros siglos los matrimonios de los 

hijos de familia contra la voluntad de sus padres. A principio 

del siglo IV prohibió el Concilio de glvira que los 

padres casasen á sus hijos con mujeres paganas, herejes 

6 judías; prueba clara de que la Iglesia estaba persuadida 

que el matrimonio de los hijos debia hacerse con 18 

volantad de los padres. En el siglo XVI los padrea del 

Concilio de Colonia querian que se renovase el eánon 

Alitw, que Graciano refiere en 18 causa 30, cuestion 5,“, 

como hecho por el Papa Evaristo contra los matrimonios 

de los hijos sin el consentimiento de sus padres. Y el 

Concilio de Trento, aunque declaró que la falta de consentimiento 

de los padres no anula el matrimonio de BUS 

hijos, dice expresamente que la Iglesia ha mirsdo con 

horror siempre tales matrimonioa, y los ha prohibido con 

justísimas caus85. 

Las leyes civiles exigen igualmente el consentimiento 

paterno para los matrimonios de los hijos de familia. Justiniano 

en su Instituta, despues de declarar q”e los púberes 

son hábilas para casarse, añade que si estos están bajo 

la pátria potestad, necesitan préviamente el consentimiento 

de aua padres. El Código y los Digestos abundan 

de semejantes disposiciones. Nuestra5 leyes castigan con 

penas severas á los transgresores de este acto de respeto 

que los bijos deben con tanta justicia á sus padres. 

Mas como puede haber padres que abusen de esta 

autoridad que la naturaleza les de sobre sus hijos; como 

se han visto algunos padres que se conducen dj una manera 

muy contraria á aquella que la ternura paternal 

inspira á los demás, es decir, que por dureza, codiaia 6 

capricho se oponen 6 los enlaces de sus hijos, no solo racionales, 

sino aun ventajosos, de aquí 8s que la potestad 

civil ha puesto límites 6 la autoridad de los padrea, que 

está fundada en la equidad y justicia. A oste intento, la 

pragmática de 803 fij6 á los 25 años de edad, en que los 

hijos bajo la pátria potestad puedan casarse sin el con - 

sentimiento p8&no, y á loa 23 la edad de las hija5 para 

el mismo efecto. De este modo se pmen límite5 á la dureza 

de los padres, sin abandonar 6 loa hijos á su débil 

razon, mientras que esta no es bastante ilustrada para 

conducirse prudentemente en un negocio tan árduo como 

85 el del matrimonio. Segnn estos principios, qU8 quedan 

ya sentados, jconvendrá reducir á 23 años la edad en 

que los hijos varones que están bajo la pátria potestad 

adquieren la libertad de casarse sin habar menester del 

consentimiento de EUS padres? Este es el dictámen de 18 

oomision, el pual no se apoya en otra razon que en Is de 

que en la referida cdrd ~8 estk el hombre cntcramentc 

formado, así en 10 físico como en lo moral, e(llpuesto que, 

cuando solo tiene curador, la ley le habilita para casarse 

en dicha edad sin el consentimiento de otra persona, Mas 

aun cuando fuese cierto que el entendimiento humano 

esté perfectamente formado á los 23 años, iqué razon 

hay para que á un mismo tiempo adquieran los hijos la 

libertsd de c888rse, así loa que no están como los que están 

bajo la pátria potestad? Pues qué, jes uno mismo el 

respeto que se debe á un padre que á un curador? Otra 

razon que he visto alegar es que el menor á los 23 años 

puede elegir curador, y que, por consiguiente, debe tener 

en dicha edad libertsd de casarse. Por esta misma ra. 

zon debia adquirir dicha libertad desde que entra en la 

pubertad, pues desde entonces tiene facultad de elegir 

curedor: iy no seria un absurdo dar facultad á un jóven 

le 14 años para que pudiere caswse sin necesidad de peiir 

consentimiento de otra persona? 

S.eiiOr, ea menester no olvidarnos que esta cuestion 

está enlazada con mucha5 disposiciones de nuestra legía- 

,scion, y que es necesario uniformar en cuanto sea posi- 

)le estas materias. Segun nuestras leyes, el menor, aunlue 

haya cumplido 25 G-B, no pueda administrar por sí 

3us bienes; tampoco es hábil para obtener los cargos púllicoa, 

ni menos puede comparecer en juicio; iy á este 

nismo se le ha de conceder facultad para que pueda lijremente 

casarse sin el consentimiento de su padre? Creo, 

?ues, que no hay motivo suficiente para innovar la es- 

:ala progresiva que establece la pragmática de 803, en 

1~3 declara las diferentes edades en que los hijos de uno 

I otrosexo adquieren la libertad de casarse, segun las di- 

erentes circunstancias en que se hallen. En cuanto 6 los 

otros dos pnntos que propone 

la comision, acaso yo conrendré 

con su dictiimen, y lo manifestaré cuando se dis- 

:utan; mss en el presente cr83 que no debe hacerse men- 

:ion alguna. 

El Sr. ARGUELLES: Señor, mi opinion es bien coiocids 

sobre este punto desde que propuse al Congreso se 

lifiriese esta discusion para tiempo menos apurado de ne- 

;ocios urgentas. Mas ya es preciso fundar aquel dictámen 

,orque insisto en la necesidad de suspender la resolucioa 

le esta ley. Estoy seguro que la cuestion parecerá á mu- 

:hos académica, porque es imposible hablar en ella ein 

lisertar de modo que se toquen puntos muy filosóficos y 

rbstractos en sentir de no pocos. Una ley, Señor, que 

:stá enlazada con tantas otras leyes relativas á la suce- 

Gon hereditaria, á la pátria potestad, á instituciones ciriles 

y religiosas, al órden interior de 18s familias, no 

?uede reformarse sin que se haga lo mismo con todas 

aquellas que con ella forman un sistems, á no exponerse 

i que produzca la reforma efectos contrarios á los que se 

lesean. Nuestra legislacioa es muy vária en las diversas 

provincias del Reino con respecto á esto5 puntos; y cuanlo 

se emprenda la mejora del Código civil entonces se poir& 

conciliar todo: ante5 8s muy aventurado. ta cues- 

;ion se reduce en lo sustancial á fijar el tiempo en que loe 

iijos puedan casarse sin licencia de su5 padres, quedanlo 

éstos libres de fundar su dieenso antes de aquella épo- 

ta aiempre que no consientan en el casamiento. Yo apro- 

Iaré esta segunda parte por las razones alegadas en la 

:onsulta citada por la comision; mas en cuanto á 1s pripera, 

hallo graves dificultades en poder en el dia fijar con 

rcierto la 6pOC8 de emancipacion, mientras entre nues- 

;raa leyes é instituciones subsista aquella especie de an- 

;inomia que resulta de sus contradictorias disposiciones. 

y 

El sistema de mayorazgos que estanca las propiedades 

Ie opone 6 la sdquieicion de loa medios de subsistir con 

mrrdcz 6 indepsndeaeir 4 tanto número ds vfctimaa de 

.

NIbERO 69 1. 3335 

nuestra vanidad y locura, estoy para mí que hace necesaria 

la extensa potestad de los padres en este punto para 

evitar matrimonios, que no solo turbarian la quietud de 

las familias, sino que no producirian á la poblacion el 

aumento suficiente para subsanar las disputas, enemistades 

y desconcierto interior de aquellas. La razon 8s 

clara, Nuestro disparatado sistema de manos muertas, 

con otras causas, induce directamente al celibato. La 

educacion entre Ias numerosísimas clases nobl8S, únicas 

en que semejantes pleitos se suscitan, es análoga á esta 

institucion. Ningun individuo de ella por falta de bienes 

6 propiedades be dedica sino á 10 que le ha de proporcionar 

un destino en las carreras 6 empleos militares, civiles 

6 eclesiásticos. El comercio, la industria, etc., choca 

de cierto modo con la doctrina y perfeccion de la nobleza, 

y pocos 6 ninguno se dedican á tanútiles y honradas profesiones. 

De donde resulta que estando aquellos dependientes 

de sueldos y rentas ecIesiásticas, ó no pueden casarse 

por haber hecho votos, 6 estar sujetos á reglamentos 

militares; 6 la escasez y cortedad de sueldos no les 

deja libertad de casarse antes de hallarse constituidos en 

empleos de consideracion, y cuando sucede ya no están 

por la mayor parte á causa de la edad, ni los unos ni los 

otros sujetos á lo que dispone la pragmática. Por lo mismo, 

antes de los 25 años iqué hijo de familia en nuestro 

sistema puede contraer matrimonio con tal independencia 

de su padre (hablo siempre de las clases en que por lo regular 

se suscitan estos pleitos), que si se disgusta con él 

no pague despues bien cara su resolucion con el abandono, 

persecucion ó litigio de sus padres sobre alimentos, 

particiones, etc. etc.? Entrar en disputa ó negociacion con 

los padres sobre intereses y enlaces es empresa arriesgada; 

y la ambicion y vanidad de un lado, y de otro la pasion, 

tal vez más difícil de enfrenar, suelen acarrear á las 

familias, mil disgustos, que por la mayor parte deciden la 

suerte ulterior de ellas. Así que, atendidas las ideas recibidas 

entre las clases que generalmente litigan en estos 

pleitos, ideas que promueven nuestras leyes é instituciones; 

la dificultad de establecerse los hijos con independencia 

de sus padres mientras subsista el delirio de sacriRcar 

al primogénito todos sus hermanos, y otras estravagancias 

de esta naturaleza, no puede alterarse parcialmente 

una ley que reclama la reforma total del sistema 

que he indicado. Nada adelantaríamos con esta disposi- 

cion. Ni yo veo razon para fijar la edad de 23 años para 

que los hijos puedan casarse sin licencia de sus padres; 

cuando para otros efectos quedan hasta los 25 bajo la pátris 

potestad. Cualquiera alteracion en este punto ha de 

ser general para todo el Reino, porque la Constitucion establece 

la uniformidad del Código civil, etc. iY cómo sin 

más exámen admitiremos esta insuficiente reforma al ver, 

por ejemplo, que en Aragon los padres no están obligados 

á dotar á sus hijos, á quienes basta que consignen 

cinco sueldos para cumplir con la obligacion de la ley, 

cuando en Castilla los hijos son herederos forzosos de los 

padres? Estas y otras diferencias entre las dos iegislaciones 

sobre el órden civil de las familias, jno exigirá tal vez 

algun otro arreglo en el punto mismo que se discute, á 

fin de que produzca los efectos que se desean? Y por último, 

Señor, iha de hacerse la variacion que se propone, y 

ha de quedar subsistente la inconcebible contradiccion de 

sujetar el hijo á la voluntad de su padre para casarse, y de 

absolverle de toda dependencia para hacer votos religiosos? 

$e ha de autorizar al jefe de una familia para que se 

oponga, sin alegar razon, á todo el torrente de una pasion 

irresistible, y no ha de poder impedir una profesion 

religiosa, en la que un hijo todavía imberbe, ó una inexperta 

y tal vez alucinada jóven prometen hasta la abnegacion 

de sí mismos? Señor, las leyes, 6 por mejor decir, 

el sistema de una legislacion, ha de estar fundado en 

principios ciertos y correlativos. Y una alteracion parcial 

acaso es más perjudicial que el error 6 defecto que se 

quiere corregir si quedan en vigor las demás partes que 

le constituyen. Yo no impugno el dictámen de 1s comision 

porque mi opinion sea diferente, sino porque es ineficaz 

por sí solo. Ya que se hagan reformas, sean fundamentales. 

El Sr. Torrero habia dicho ya que este punto 

no podia examinarse aisladamente. No siendo, pues, posible 

conseguir la reforma que se necesita en punto de 

tanta gravedad y trascendencia sin abrazar todas las leyes 

con que está enlazado, remítase al tiempo en que se 

emprenda la mejora del Cddigo civil, y entonces la obra 

será perfecta. Por tanto, sin reprobar las ideas de la comision, 

soy de parecer que no es oportuno votar ahora 

su dictámen. » 

La discusion quedo pendiente. 


-=,- -w 

N-OMERO 588. 3337 


DE LAS 

CORTESGENERAIESYEXTRAORDWA 


Las Córtes, & instancia del comisario de Guerra Don 

Juan Pereiva, concedieron permiso á los Sres, Sombiela y 

Villafaiíe , indivíduos que fueron de la Junta superior de 

Valencia en su primera instalacion, para que informen lo 

que supieren acerca de la aprobacion de los nombramientos 

hechos por el general D. Francisco Salinas Moñino 

para la division de su mando ,‘con arreglo i las facultades 

que dicha Junta le confirió. 

Igual permiso concedieron las Córtes al Sr. Ostolaza, 

á solicitud de José Gomez, lacayo del Sr. D. Fernando 

VII, para que informe lo que le conste acerca de la 

conducta de dicho Gomez, tiempo de su servicio, sueldo 

que goza, y cuál fué la última paga que percibió. 

Se mandaron insertar en este Diario, literales y con 

todas SUS firmas, las dos representaciones siguientes, que 

las Córtes oyeron con particular agrado: 

«Señor, los oflciales y escribientes de la Contaduría 

general y Secretaría de Cruzada y gracias subsidiarias han 

jurado, en cumplimiento de los decretos de V. M,, la 

Constitucion política de la Monarquía española, fruto de 

la sabiduría J constantes desvelos con que V. M., sin desatender 

la cruel lucha con que el mayor de los tiranos ha 

comprometido á nuestra amada Pátria en defensa de su 

religion y Rey, ha fijado el destino de los españoles, libertándolos 

para lo sucesivo de las arbitrariedades y despotismo 

que los ha sumergido en los males que en la actualidad 

lloran; y no pueden menos de felicitar á V. M., 

y rendirle, por su parte, el homenaje debido en justa gratitud 

de los afanes con que ha roto Ias cadenas que nos 

oprimian; suplicando á V. 111. al mismo tiempo no permita 

se desaproveche el copioso fruto de tan preciosa 

obra constituyente de nuestra felicidad y de la de nuestros 

hijos. 

Dígnese V. M. admitir nuestros sinceros votos por su 

felicidad, por la que, y por el acierto que desea en sus deliberaciones, 

no cesan ni cesarán los que suscriben de pedir 

al Todopoderoso. 

Cádiz 17 de Junio de 1812.=Señor.-Félix de Mujics.=Francisco 

García.==Andrés Villamartin.=Antonio 

Francisco Ugarte.=&Iiguel Viruete.=Julian Delgado.== 

Francisco de Paula Alcalde.=Antonio Freire-Manuel 

Venancio Gonzalez. = Juan Arabiel. = Juan Beyuga y 

Cermeño .-Martin Antonio Saenz Diez.=Francisco Rodriguez 

Gallego. = Apolinar Lopez de Soria. = Juan 

García. z 

Andrés.=Gregorio García Vinuesa.=Marcelo de Ondarza.-Bernardo 

Riesga. » 

Se di6 cuenta de un oficio del encargado del Ministerio 

de Gracia y Justicia, con el cual remitia á las Córtes 

una consulta de la Cámara de Indias, quien, en vista 

de una solicitud de D. Diego Melo, natural de Lisboa, y 

administrador de correos de Maracaibo, relativa á que se 

le conceda carta de naturaleza por las eircunstaneiae que 

le asisten y acredita con varios documentos, es de parecer 

se acceda á dicha solicitud, satisfaciendo el interesado 

la cantidad de 8.200 rs. vn. por el servicio señalado 

en el arancel de gracias al sacar. Leido dicho oficio , dijo 

El Sr. MUfiOZ TORRERO : Yo no puedo menos de 

extrañar que un tribunal extinguido haga consultas, mucho 

más en asuntos que son privativos del Congreso, El 

Congreso ha expedido un decreto, en el que se manda que 

los que soliciten carta de ciudadanos acudan á las Córtes, 

acompañando 8u solicitud con los documentos que prescribe 

la Constitucion. Ya está instalado el Consejo de Estado, 

que es el que debe consultar, y se ha mandado tambien 

que se instale el Tribunal Supremo de Justicia. Esta 

complicacion de autoridades puede ocasionar mil dudas, y 

asi, es necesario para evitarlas que se dé una providencia 

que lo allane todo: por lo que hago proposicion de que se 

mande que en el término de cuarenta y ocho horas se 

ponga en ejercicio el Tribunal Supremo de Justicia y el 

Consejo de Estado, dándose cuenta á las Cbrtes de haberse 

verificado. 

El Sr. DOU: Lo que ha dicho el Sr. Torrero coincide 

con la dificultad que varias veces he propuesto, habiéndose 

tomado siempre un acuerdo contrario á lo que supone 

el señor preopinante. Publicada la Constitucion , dije 

yo que quedaban derogados y extinguidos el Consejo de 

Indias y de Castilla, con otras jurisdicciones que habia en 

Cádiz; que había de ser nulo cuanto dichos tribunales hiciesen; 

que antes de instalarse el Consejo de Estado y el 

Tribunal Supremo de Justicia debian resolverse por las 

Córtes los reglamentos respectivos; y que para evitar toda 

dificultad convenia que las Cortes habilitasen á todos 10s 

tribunaIes para proseguir como antes hasta que se les 

diese aviso de estar corrientes el Tribunal Supremo de 

Justicia y el Consejo de Estado. El Sr. Zorraquin apoyó 

esta idea; pero fué en vano: con todo, siempre se supuso 

en las Cbrtes, siempre se ha convenido en que el Consejo 

de Castilla y el de Indias con las demás jurisdicciones debian 

seguir en sus funciones hasta estar instalado y cocriente 

el Tribunal de Justicia. $dmo, pues, se quiere hacer 

ahora un cargo al Consejo de Indias por haber continuado 

en el ejercicio de sus funciones, si siempre hemos 

supuesto que debia hacerlo, y no ha estado aun ni está 

corriente el Tribunal Supremo de Justicia, que ee subroga 

en su lugar? 

El caso es que la dificultad indicada, como tengo dicho 

repetidas veces, ocurrirá en las provincias por lo 

que toca 14 Audiencias y ayuntamientos; de que prescindo 

ahora para ceñirme al punto de la disputa. 

El Sr. CALATRAVA: Pido que se lea la fecha con 

que fué expedido EI decreto sobre las cartas de naturaleza. 

)5 

Habiéndole contestado uno de loa Sres. Secretarios 

que era del 6 de Mayo último, y la consulta del 29 del 

mismo, continub diciendo 

El Sr. CALATRAVA: 

Ya se ve cuán posterior es la 

consulta 6 la expedicion del decreto. Por consiguiente, 

el Consejo de Indias debió no haberla hecho. 1) 

El Sr. ARISPE apoyó la proposicion del Sr. Muñoz 

Torrero, diciendo que podria añadirse que estos cuerpos 

se sirviesen por ahora de los mismos subalternos que tenían 

los extinguidos. 

El Sr. PASCUAL observó que quizá no se habiapuesto 

en ejercicio el Consejo de Estado en atencion á que en el 

reglamento que se le comunicó se dice que debe celebrar 

sus sesiones en el palacio del Rey. 

El Sr. GARCIA HERREROS contestó que esto no 

debia impedir el que se pusiese en ejercicio, reuniéndose 

en casa del decano d en una de las salas en que lo veriflcaban 

los consejos extinguidos. 

En virtud de esto, se añadió á Za proposicion indicada 

por el Sr. Muñoz Torrero que se reuniese el Consejo de 

Estado en donde cómodamente pudiese, y se extendió y 

aprobj en estos términos: 

«Deseando las Córtes evitar las dudas que pueden 

suscitarse de la multiplicacion de autoridades, y de que 

continúen en ejercicio las ya extinguidas, han resuelto 

que se instale inmediatamente el Consejo de Estado y Supremo 

Tribunal de Justicia, dándose cuenta á las mismas 

de haberse esto verificado en el tiempo de cuarenta y 

ocho horas, y que si no estuviese aun preparada en el 

Palacio de la Regencia la sala en que deba tener sus sesiones 

el referido Consejo, pueda éste reunirse por ahora 

en casa de su decano d en otra cualquiera parte.» 

El Sr. Oliveros pidió que se extendiese esta providencia 

al nombramiento é instalacion del Tribunal especial de 

Ordenes. Advirtió el Sr. Giraláo que habia pendiente un 

punto relativo á este Tribunal; pero habiendo contestado 

el Sr. &&z Torrero que este inridente no podia influir 

en el nombramiento é instaIacion de dicho TribunaI, se 

procedió á votar la adicion del Sr. Oliveros, que fijó, y 

aprobaron las Cbrtes en los términos siguientes: 

tY aeimismo han resuelto que la Regencia del Reino 

nombre á la posible brevedad los indivíduos que han de 

componer el Tribunal especial de las Ordenes,> 

La expresada consulta, oficio de remision, etc., pasaron 

á la comision de Constitucion. 

A la misma comision se mandó pasar otro oficio del 

referido encargado del Ministerio de Gracia y Justicia, con 

el cual acompañaba todo el expediente relativo B la solicitud 

denegada por el Consejo de Regencia, no obstante 

la consulta favorable de la Cámara de Indias, de D. Juan 

Pemartin, natural da Francia, y vecino de Zacatecas, sobre 

que se le conceda carta de naturaleza. 

Las Córtes quedaron enteradas de otro oficio del misms 

encargado, quien daba cuenta de que D. Manuel del 

Castillo Negrete, uno de los indivíduos nombrados para 

el Tribunal Supremo de Justicia, no se habia presentado 

en el Congreso el dia 15 de este mes á prestar el juramento 

que la Constitucion prescribe, por no estar aun 

convalecido de la enfermedad que le sobrevino el dia 6 

del mismo. 

Las Córtes mandaron archivar un oficio del mismo 

encargado, con el cual acompañaba los documentos remitidos 

por el decano del Consejo de Ordenes, D. Luis Me-

NtiMERO 592, 3339 

lendez Bruna, y el gobarnador de esta plaza, D. Cayetano 

Valdés, que acreditan haber prestado el juramento prescrito 

B la Constitucion los ministros del expresado Concejo, 

los subalternos del mismo, el ayuntamiento de esta 

ciudad, las cinco parroquias de la misma, la de extramuros 

y la castrense. 

A propuesta de la comision especial de Hacienda resolvieron 

las Córtes que la Junta nacional del Crédito público 

por medio de la Regencia del Reino, y ésta igualmente, 

informen acerca de dos proyectos que en varias 

exposiciones dirigidas al Congreso desde la villa de Potes, 

propone D. Juan José Vicente de Michelena, relativos el 

uno al establecimiento de cajas de sworro, pw ahora en 

los puertos de mar, para crear uua real y efectiva representacion 

de dinero metblico, semejante al quz comprende 

un plan impreso que acompaña, formado eu Junio de 

1800, á fin de que se pueda prestar dinero & ieterés á 

los dueños de vales Reales y demás acreedores de la Nacion 

por la mitad de su valor, segun el curso, sin que 

sobre ello pueda nada la autoridad ni la fuerza, y al otro 

para abrir un empréstito en IR Península y en la América 

de 50 millones de duros al interés de l/s por 100 al mes, 

pagadero aquí y allá por trimestres, y reembolsable jgualmente 

en cierto número de años, señalando en una y otra 

España una contribucion sutlciente para psgo del capital, 

además de la responsabilidad solidaria de cada ciudadano 

sí favor de los prestadores, quedando estos subrogados en 

todos los derechos de IR Nacion. 

Continuando la discueion del dictámen de la comision 

de Justicia inserto en la sesion del 6 de este mes sobre la 

solicitud de D. Eulogio del Rosal, etc., dijo 

El Sr. GOMEZ FERNANDEZ: Señor, 1~s muchas 

horas que ha empleado V. M. en este asunto prueban, no 

solo su utilidad, sino que en cierto modo justifican la que 

yo empleé en el primer dia, y persuaden la absoluta necesidad 

de que V. M. tenga presente para su resolucion 

todo lo que ha determinado anteriormente sobre esto, 

porque de otro modo se aventurará el acierto, y acaso se 

tomará una resolucion por otra. El Sr. Vazqu8z Canga 

pidió con mucha justicia que se leyese el expediente de 

D. Miguel de Castro; pero hay otro mucho más ÚiLil, que 

es 18 solicitud de D. Nicolais Tap y Nuñez, el dictámen 

de la comision y la resolucion que V. M. tomó en vista 

de la sesion pública del 2 de Abril, en que está detallado 

todo lo que dijo anteayer el Sr. Argüelles; porque acaso 

teniéndose presente todo esto, podrá evitarse el que se 

pierda el tiempo que se ha de emplear en esto, al menos 

por ahora. Así, pido que se traiga ese expediente. 

El Sr. CANEJA: El expediente que cita el Sr, Qomez 

Fernandez es una Memoria de D. Nicolás Tap y Nuñez, 

que trata de la anuencia de los’padres en dos casamientos 

de los hijos, y en la que propone que los h,jos 

sean libres para contraer en todos tiempos, sin necesidad 

del coneentimiento de los padres. Pasó á la comision de 

Justicia.. . » 

Le interrumpió diciendo 

El Sr. GQàbEZ FERNANDEZ: Es qU8 hay resolucion 

da S. M., y esta es la que interesa más que todo. 

El Sr. ANDUEZA: señor, es necesario que V. M. 

tenga presente las reflexiones del Sr. Argüelles, á fin dc 

que se suspenda esto por ahora, porque este aSUntO se hc 

de tratar en el Código civil, que debe arreglarse á los 

principios de V. M. establecidos en la Constitucion. 

El Sr, RAMOS IX ARISPkT: V. M. se sirvid determinar 

ya que se siguiese la discusion, por lo que ya no 

há lugar á que se suspenda. Pido que se lean los tres últimos 

puntos á que reduce la comision su dictámen. (Leidos 

por uno de los Sres. Secretarios, contimd) : Señor, 

se ha dicho ya p se han expuesto los muchos y largos 

trabajos que habian precedido & la expedicion de la pragmática 

de 1776, y otros mayores Q la de 1803. La consulta 

de los Consejos eeti comprendida en los primeros 

artículos de la ley. Aquella se reducia á que de tal modo 

estuviesen los hijos sujetos á los padres, que no hubiera 

derecho á preguntarles las causas que habian tenido para 

negarles su licencia. Psr la última se da facultad ri los 

regentes de las Audiencias, regidores, etc., para poder 

suplir la licencia de los padres, echando por este medio 

por tierra todo lo bueno que habian consultado los hombres 

más srlbios. En este estado de cosas, y despues de 

largas pruebas y experiencias repetidas en los asos que 

han trascurrido desde que se sancionó esta pragmática, 

ha habido multitud de ocursos en todos los tribunales. 

No ea, como se ha dicho, que por dos 6 tres recursos 

se quiera derogar una ley. Si pudieran llegar á V. M. los 

infinitos de esta clase que desde los últimos confines de 

la Monarquía se han hecho, veria cuántos eran, y yo que 

vengo de ella, podria hablar de los que se han entablado 

en los tribunales de Ultramar. 

Hé aquí la necesidad de remediar estos males, y 

sste es el principio de donde partió la comision , no para 

sancionar una nueva ley, sino para reformar una gran 

parte de la ley subsistente; y así, aunque propone que 

V. M. reforme esa escala, y establece alguna diferencia 

entre los padres y los tutores, lo principal que la comision 

quiere, y en lo que insiste, es en que V. M. sancio- 

ne la última parte de su dictdmen, ti saber: que no haya 

poder alguno sobre la tierra que hasta que lleguen los 

hijos á cierta edad (sea la de 23 años, 6 la de 25, 6 IA que 

V. M. quiera), pueda suplir el consentimiento de los padres, 

porque en esto estb el gran perjuicio. El que un re- 

gente de una Audiencia, 6 un jefe cualquiera de la provincia, 

pueda conceder esta licencia sin oir eiquiera al padre, 

lo que en rigor es una dispensacion de la ley, esto 

es lo que trae gravísimos inconvenientes, mucho más que 

31 que se Ia conceda el curador, asociado del alcalde y 

regidor. Digo, pues, que aunque V. M. lo desapruebe ta- 

30, le importsrb poco á la comision con tal que apruebe 

la última parte. 

Contrayéndome ahora 6 lo que oi anteaysr al señor 

Gomez Fernandez, digo que no viene al caso; porque el 

lue hayan sido desechadas una d dos veces estas instancias, 

no es prueba de que siempre deban serlo; á más de 

que la repeticion de las instancias suele justificar la pretension. 

Decia el Sr. Argüe!Ies que no debia trataree ahora 

de esta materia, porque es complicadísima, y estg conexa 

ccn otras que era necesario reformar simultáneamente, 

y con particularidad las leyes sobre herencias. A 

mí no me parece tan complicada; y si el Sr. Argüelles 

hubiera probado qua de hacer este bien B, la Nacion se habian 

de seguir mayores males, yo hubiera accedido B sus 

razones; pero no concibiendo yo esto, insisto en mi parecer; 

pues porque no se pueda hacer el bien como diez, no 

ha de dejar de hacerse como uno cuando se puede. La comision 

dice que cuando el hijo tenga curador 8 falta d8 

sus padres y abuelos, se haya de asociar aquel del al- 

calde 6 regidor para dar d negar e1 coneentimiento. La co. 

mision lo que quiere es que se eche por tierra esa autori-

dad de los regentes de las Audiencias; pues aunque dicf 

qu8 10s tUtOreS se asocien con los alcaldes, no les da autoridad; 

SO10 les da intervencion en 81 exámen de las eau- 

Sas 6 motivos que el tutor tiene para negar 81 consenso. 

Porque 18 razon poderosa que hay para tomar esta providencia 

8s Ia diferencia de los intereses encontrados de] 

tutor respecte del pupilo, pues á aquel interesa mucho 81 

manejo de los caudales, que le dura tanto cuanto tarda 

éste 8n casarse, y por otra parte puede interesarle 81 evitar 

ciertos enlaces para dar lugar á casarlo con alguna 

hija suya 6 sobrina, etc., lo cual no se verifica en loa 

padres y abuelos, que esth interesados en el bien de sus 

hijos, como lo exige el amor paternal. Por 8StO hace la 

comision esta diferencia entre unos y otros. ASi que, recapitulándolo 

todo, me parece que la materia es intere- 

Santísima, y qU8 S8 reclama desde 10 Último de la Monarquía, 

de donde yo vengo. En mi curato han sucedido 

muchos casos de esta naturaleza, y por eso hablo á V. 1% 

para que ponga remedio; y en mi opinion, que Ja he ma. 

nifestado, nada imputará que V. M. apruebe ó desapruebe 

10 que Se propone, COU tal que apruebe IB última parte. 

LO que quisiera es que los señores que han de hablar 

se contrajesen á la cuestion, y no se complicasen en otras 

diferentes. Entremos en ella directamente, y considerando 

que lo que propone la comision es un sistema, apruBbese 

ó repruébese. p 

Se leyó el dictámen de la comision anterior de Justicia 

sobre el expediente de D. Nicolás Tap y Nuñez, y leido, 

pidió el Sr. Garh que se preguntase si habia lugar 

á votar. Sin que se hiciera esta pregunta, tomó la palabra 

y dijo 

El Sr. RUS: El Sr. Arispi me ha prevenido últimamente, 

pues qU8 he oido hablar mu.cho, especialmente á 

mis dignos compañeros de América, sobre la pragmática 

de 1803, y nada sobre su modiflcacion, en los términos 

y por los artículos qua presenta la comision do Justicia. 

En Venezuela, territorio de V. hl., está modificada 

aquella pragmática, en resulta de la voz arbilrio, que allí 

hizo algunos si no muchos perjuicios, y que la Audiencia 

del distrito tuvo que suspender por no considerarla conforme 

á las intenciones de V. M. á vista de les castas de 

aquellas provincias, cuya consideracion solo iba B dar en 

tierra con las clases distintas, pues qU8 ahí no faltan familias 

de primer órden, y hay tambien otras del estado 

llano d blancos de última especie, que adquieren la nobleza 

que se llama personal, y no pasa á los hijos; aunque 

para mí la verdadera y edcaz es la de honradez y 

buen nombre, pues que este nunca muere, y va aún más 

allá del sepulcro, no obstante que respeto mucho y quiero 

no S8 olvide la hereditaria, por lo que ella influye en 

la Sociedad y en el drden, cuando hasta en el cielo hay 

SUS diversas mansiones J gerarquías. En Venezuela, Señor, 

loS hijos no son árbitros para casarse, pues que pueden 

oponerse á sus matrimonios desiguales, no solo SUS 

padres, sino cualquier individuo de la familia. Tambien 

8Stá contenida Ia temeridad de los padres, cuya imprudencia 

se sujeta á expresar causa que siendo injusta, ilegal 

6 arbitraria, se cc;rrige por el suplemento judicial 

serrat~ jwis ordine, por informes eXaCtOS que toma el 

juez, que allí lo es el Gobierno. Todo obra y Se ejecuta 

en fuerza de disposiciones superiores, y más especialmeut8 

de la que V. M. despachó con fecha de 9 de Setjem 

hre d8 1808 para las citadas provincias, 6 virtud d8 lo 

qu8 la Audiencia habia resuelto sobre las dudas que suscitaron 

algunos párrocos, provisores y Obispos, 9 consultaron 

los Gobiernos subalternos despues del SuCeSo d8 

Buenos-Aires. Por esto creo que al determinar el COn- 

greso sobre lo que observo tan discutido, será bien tenga 

presente lo que se guarda en Venezuela con utilidad de 

sus habitantos y familias, para que no podamos tropezar 

en la inteligencia con que acaso se despache alguna circular 

que allá perjudique, mucho más despues que se ha 

mandado se ejecuten sin pretexto las resoluciones de Ia 

soberanía de las CórteS, recibidas que sean. ;Ide reasumo 

á sola la noticia, que podré calificarla con la misma cédula 

presentada á V. M ; y me reservo para cuando el 

Congreso se alivie del cúmulo de aSuntOs graves 8n que 

trabaja para plantear la Constitucion, exponer á V. M. el 

poco favor que hace á mi provincia la orden de 19 de 

Octubre de 1.803, la injusticia y arbitrariedad de su despacho, 

y la sobrada justicia que hay para corregirla, 

cuando publicada la gran Carta de la libertad de la Nacion, 

todos los españoles estamos en el caso y obligacion 

de que desaparezcan los antiguos dasórdenes J arbitrariedades 

sufridas, 

El Sr. ANDUEZA: Yo voy consiguiente á lo que dij0 

el dia pasado 81 Sr. ArgüeIles, el cual manifestd que 

no era este el tiempo oportuno para tratar de este pUnt0, 

lo cual vendria bien cuando se tratase de la reforma de 

todo el Código civil, Con que debiendo reformarse el Código, 

la providencia que demos hoy no puede ser sino 

temporal. Lo que V. M. debe hacer despues de publicada 

Ia Constitucion, es nombrar comisiones que arreglen los 

Códigos á los principios establecidos en ella. Teniendo leyes 

como las tenemos , ipor qué no nos hemos de gobernar 

por ellas, hasta que formadas las comisiones 88 arreglen 

los Códigos, dejando% para cuando se trate de los 

matrimonios el tratar de este punto en toda su extension? 

Acuérdese V. M. que tiene al frente á los franceses, y 

que con esta providencia ti otras semejantes no se les ha 

de arrojar de España, ni se ha de buscar dinero. Ahora, 

si es necesario, dése alguna providencia particular; pero 

no se altere el órden de ninguna manera, hasta que se reforme 

enteramente el Código civil. El edificio está empezado; 

apenas tiene los cimientos; iquiere V. M. dejarlo 

así, é ir á buscar una tabla, que quizá deberá ocupar el 

techo? Así, apoyo la idea del Sr. Argüelles, y hago proposicion 

sobre ello. 

El Sr. GAR62: Confieso, Señor, que no entiendo qué 

mayor pueda ser el derecho de los que ahora representan 

á V* M6. para que derogue la ley que rige, que 81 que en 

Abril último tuvo del que recurrió al mismo objeto, para 

que dándole el de predileccion á éste, quien quiera que 

sea, se trate de verificar la reforma que V. M. con su 

scierto, sabiduría y justificacion acostumbrada, denegb 

casi antes de ayer al primero. Creyendo JO, Señor, que 

la mayor empresa de un legislador es la reforma de leyes 

que rigen, ó cua!quiera innovacion semejante, lo he manifestado 

á V. M. varias veces para oponerme á que IaS 

haga de las que no hay aquelIa precisa necesidad que piden 

para derogarlas y er&tablecer otras; y faltando esta, 

teniendo determinado V. M. que por una junta de sábics 

6 jurisconsultos se examinen y formen los Códigos civil y 

criminal para sancionarlos V. M., y habiendo por esta 

causa una denegacion de V. M. á la súplica del primero, 

mun se trata de discutir el asunto sobre que recayó aque- 

Ila, persuadiendo Ia necesidad de dar la opuesta á ella, 

1~8 aunque con 81 nombre de reforma, acaso traerá mayores 

inconvenientes que la ley que rige. Si las causas 

son las mismas, y las circunstancias no han variado, 

ipor qué decretar una cosa opuesta á la que decretó PO- 

?os dias hace V. M.? Y así, entiendo, Señor, que si una 

ie Ias mayores heroicidades del legislador ea enmendar el 

perro que comete en su8 leyes, no es menor Ia de no re-

lU6MERO 692. 3341 

formar las que rigen por quitar algunos, no salvándola;

--.-.. .wc 

3342 

-- u- 

19 DE JUmIO DE 1619. 

1 

peligroso de Bahama, sembrado de escollos, en buques i sustancial de la idea de este articulo; pero quiero aclarer 

incómodos y pequeños, 6 por la canal nueva vendo á des- este punto para que no se perjudique á las provincias in- 

” 

embocar á los 30 grados, que es hacar un viaje tau largo ternas dzl Oriente. A mediados de Noviembre último precomo 

venir á España. Otro tanto les sucede á loa de San- senté á V. 36. una -Memoria p:omoviendo asuntos intereto 

Domingo, y 10 mismo 6 los de Puerto-Rico si la Au- santes de aquellas provincias. V. M., á finos del mismo 

diencia queda en el Príncipe; en lugar que estableciéndo- mes, tuvo á bien, despues de oir á una comision, que pase 

la que he indicado, las dos islas antiguas, que se co- sase á la Regencia, pidiéndola informe sobre ella; he samunican 

muy fácil y cómodamente, porque solo las divi- bido que la Regencia lo pasó al Consejo de Indias, y el 

de una corta travesía de 20 leguas, tendrán sus recursos fiscal tiene contestado desde la Pascua de Resurreccion, 

expeditos, J formarán un distrito más que auflciente para y sé que el Consejo ha informado favorablemente sobre 

ocuparla. 

mi solicitud. En vista de estx, quisiera que por este ar- 

La Audiencia de Venezuela, que es tambien una do 

ias Salas de Santo Domingo, segregada en 1788, se halla 

tículo no se impidiese la resolucion quo ae pueda tomar 

para las provincias del Oriente. 

hoy sin residencia fija por los disturbios de aquella provincia. 

Yo habia pedido al Gobierno que mandase instalarla 

en Santo Domingo, supuesta la necesidad que se 

tiene ahí de este tribunal; maa como es de esperarse que 

cesen las ocurrencias desagradables de la Costa Firme, en 

cuyo caeo será indispensable que se traslade á Caracas, 

convendría mejor, pues, que V. M. trate ahora del arreglo 

de los tribunales, que se establezca desde luego la 

Audiencia de Santo Domingo, cuyo distrito sea aqualla 

isla y la de Puerto-Rico, 6 bien que se traslade de la isla 

de Cuba la que antes había, sobre lo que hago proposicion 

formal. 

El Sr. CALATRAVA: Por el hecho mismo que el 

El Sr. GORDOA: El señor preopinante, que se queja 

del silencio que ha guardado la comisiou respecto de la 

Audiencia de la isla de Santo Domingo, aunque tambien 

se contesta y satisface él mismo reconociendo que la que 

reeidió en otro tiempo en aquella isla es la que hoy reside 

en Puerto-Príncipe por motivos que nadie ignora, debía 

hacerse cargo de que la comision dedicada solamente al 

arreglo de 10s tribunales que existen en el día conforme 

á la Constitucion, no pudo desentenderse de queesta previene 

subsistan por ahora las Audiencias eu las provincias 

que las haya hoy dia hasta que se haga la division 

del territorio español. En consecuencia, ha tenido presente 

el plan de las Audiencias que habia en la Península y 

Ultramar, sin desentenderse de la actual residencia de 

estos tribunales; y si el Sr. Cabrera, por las razones que 

ha expuesto, cree que debe haber Audiencia de Santo 

Domingo, tambien yo podria instar para que se estsblecíese 

en Compostela de Nueva Galicia, donde existió en 

otro tiempo. Debo, sin embargo, decir á V. M. que en la 

comision fuí de dictámen y propuse qoe parael breve despacho 

de los negocios era indispensable el aumento de 

Audiencias en América, y especialmente en la Septentrional, 

aun antes de procederse á la division del territorio 

español; pero la comision no se creyó con facultades bastantes 

para ponerlo en ejecucion. Si ahora, pues, la autoriza 

V. M., no tengo dificultad en aprobar que examine 

la adicion del Sr. Cabrera, y aun alguna otra que conduzca 

8 evitar los perjuicios graves que ocasiona á los litigantes 

el retraso de sus asuntos. 

El Sr. ZUMALAChREGUI: Me es muy sensible el 

proponer que se innove cosa alguna en un decreto tau 

bien acabado; pero no puedo menos de hacer presente la 

necesidad de variar una palabra. Dice el artículo: «habrá 

una Audiencia, etc. ;, yo veo que esta misma expresion 

se halla en la Conatítucíon, cuando trata de poner eI Consejo 

de Estado y Tribunal Supremo de Justicia, pero no 

cuando trata de las Audiencias: prueba de que solo 

usa V. M. de ella cusndo tiene que establecer de nuevo 

uua cosa, y la Constitucion, lejos de establecer estos tribunales, 

los da por supuestos. Así, en lugar de thabrá,* 

deberá ponerse tcontinuarin las Audiencias, etc.,* Por 

ser este modo de hablar arreglado 4 la Constitucion. 

El Sr, RAMOS DE ARISPE: Yo no me opongo 6 10 

preopinante quiere la aprobacion de este artículo, sin perjuicio 

de lo que V. M. pueda resolver sobre su solicitud, 

ya se ve claramente que puede luego variar V. M. lo que 

ahora resuelva. En el art. 271 de Ia Constitucion, se 

manda establecer el número de los tribunales y el número 

de los magistrados de las Au3iencias territoriales, que 

no podrán ser menea de siete, la forma de estos tribuna - 

les y el lugar de su residencia. Voy ahora á hacerme cargo 

de la objecion del Sr. Zumalacárregui, la cual no 

comprendo á qué se dirige. Si la modifkacion es solo de 

palabras, para que no se crea que principian de nuevo estas 

Audiencias, creo yo que esta ea una nueva razon para 

q le subsista la palabra

NliMERO 692. 3343 

cies han de ser de esta suerte 6 de la otra. En efecto, diencias no creo yo que el autor de la variacion entiende 

hay mucha diferencia en que se cree de nuevo, 6 conti- las paredes de las salas 6 edificios en que se reunian los 

núen les actuales con los mismos ministros que las com- magistrados para ejercer sus funciones, sino los magisponen. 

De le declaracion de este punto depende la amo- 1 tredos con tales 6 cuales facultades ó atribuciones. Que 

vilidad 6 inamovilidad de los actuales Ministros. Por lo i habia alguna diferencia entre las actuales Audiencias y 

demás, jcómo se ha de imaginar el Sr. Zumelacárregui, : las constitucionales que han de establecerse, es muy cierni 

nadie, que una Audiencia tenga más honor en ser es- I to, porque ahora se ha separado felizmente lo gubernatitablecida 

por la autoridad del Rjy Cárlos, que por la de ( VO de lo contencioso. Las constitucionales no entenderán 

otro cualquiera? No es nada de eso. En conviniendo, pues, ’ de pbsitos, por ejemplo, ni de otros asuntos gubernativos 

en que estos tribunales han de crearse de nuevo, 6 en / en que entienden las actuales ; y esta diferencia, junto 

que han de considerarse como una continuacion de los , con otras, constituye á aquellas unos nuevos tribunales. 

actuales, saldremos de la dispnta. Ha dicho el Sr. Cala- El Sr. DOU: 0 en el artículo de que hablamos se tra= 

trava que por el decreto de 24de Setiembre se autorizaron I 

interinamente los tribunales: es verdad; pero no es esa la 

época á que se refiere el Sr. Zumalacárregui, sino aquella 

en que los tribunales se han de hacer permanentes i?z 

perpetuwn, la época de la Constitucion. Dice ésta que se 

determinará por leyes y reglamentos el número de magistrados 

de las Audiencias, la forma de estos tribunales y 

el lugar de su residencia. Con que ahora, toda la cuestion 

está reducida á que nos entendamos, y á saber si la 

palabra hab& quiere decir que se establecerán de nuevo, 

6 que continuarán: si lo primero, estoy de acuerdo con el 

Sr. Zumalacárregui ; si lo segundo, no hay dificultad 

alguna. Todos estamos persuadidos de que si V. M. quiere 

suprimir este 6 el otro tribunal, puede hacerlo ; nadie 

puede disputárselo ; y si alguno quisiere hacerlo , tendria 

buen cuidado de irae á donde no alcanzare el brazo de 

V. M Bajo de este supuesto, digo lo mismo que el señor 

Arispe, que esto sea sin perjuicio de lo que V. M. pueda 

disponer despues. 

El Sr. LUJAN: En este primer artículo del proyecto 

no se trata de otra cosa que de fijar el número de Audiencias 

que ha de haber en las provincias por ahora y 

hasta que por la nueva division del territorio, prevenida 

en el art. ll de la Constitucion, se altere y se disponga 

si convendra aumentarlas. Este pensamiento no puede 

manifestarse con mayor precision y claridad, ni las palabras 

que contiene el artículo incluyen la idea que ha indicado 

el Sr. Zumalacárregui, y por lo mismo no puede suprimirse 

la palabra que insinúa, sustituyéndose en su lugar 

cmt4lcará. Po ruego á este señor que se tranquilice y espere 

un poco, que tiempo le quedará para proponer su 

pensamiento. En algunos de los artículos de esta ley se 

trata de las facultades de las Audiencias, y de nombramiento 

de 10s ministros que las han de componer ; allí es 

la ocasion oportuna para discutir el punto, y entonces se 

verá si las facultades de estos tribunales son diversas de 

las que antes ejercian, si es 6 no una continuacion de las 

mismas Audiencias lo que ahora se establece; y si los 

magistrados que habia han de ser considerados como amovibles 

para el solo efecto del nuevo nombramiento. En 

aquella discusion SB expondrá por una y otra parte las 

razones y fundamentos del proyecto, é ilustrada la opinion, 

determinará el Congreso. Así que , no anticipemos 

las cuestiones, ni saquemos las cosas de sus quicios; obsérvese 

el órden, haya método en todo, y la discuaion será 

más luminosa, y nos entenderemos. Pido, pues, que 

se proceda á votar el artículo que ya se halla suficiente - 

mente discutido. 

El Sr. DUEfiAS: Señor, las palabras sirven para expresar 

las ideas; las que he oido al Sr. Zumalacárregui, 

no expresan la idea de la comisíon. Esta se dirige á indicar 

que habrá un cierto número de tribunales, y que estos 

se diferenciarán de las actuales Audiencias por las diferentes 

atribuciones que les están seííaladas por la Constitucion; 

el Sr. Zumalacárregui quiere que continúen las 

actuales: con que las ideas son muy diversas. PorJAu- 

ta de Audiencias como formadas de nievo, 6 como que lo 

estaban ya, y están debiendo continuar. Yo siempre he 

creido esto último, y que esto es lo que corresponde, no 

solo por las razones que se han hecho presentes, sino por 

otra, que es la siguiente: no hay en España casi ninguna 

ley general en órden á las Audiencias; estas se han establecido 

en diferentes tiempos y en diferentes Gobiernos, 

teniendo cada una sus ordenanzas respectivas que arreglan 

lo económico, gubernativo y contencioso: el proyecto 

de ley que discutimos solo prescribe reglas en cuanto 

fí lo contencioso’, y aun en esto muy pocas. iCubntas cosas 

habrá en las ordenanzas respectivas, ya en órden á 

evacuar traslados, acusar rebeldías, términos de prueba 

y otras cosas semejantes, con derecho particular y diferente, 

segun los lugares y tiempos para que se ha establecido? 

De ninguna de estas coses se trata en el proyecto de 

ley que discutimos: es preciso, pues, que cada Audiencia 

en todo esto, en todo 10 económico y gubernativo se arregle 

á las ordenanzas que tuviere, en lo que no se oponga, 

como se supone, á la ley y reglamentos que ahora 

aprueben las Córtes. 

Si el artículo en cuestion supone, como realmente supone, 

que las Audiencias de nuevo se establecen sin diferencia 

á establecimiento anterior, sin expresion de que 

continúen , habrá dificultad en que rijan las ordenanzas 

respectivas. 

Así pw esto, como por lo demis que se ha dicho, 

soy de parecer de que el art. 1 .O se ponga en estos términos: 

uEn Aragon, Astúrias, etc., continuarán lae Audiencias 

en el ejercicio de su jurisdiccion , arreglándose á 

sus respectivas ordenanzas en cuanto no se opongan á los 

artículos de este reglamento, que deben prevalecer y derogar 

toda ley anterior. 10 Esto es claro, justo, expedito y 

del todo conforme 8 la Constftucion. 

El Sr. MORALES GALLEGO: Es lástima que se esté 

perdiendo el tiempo anticipando cuestiones que tienen su 

lugar determinado en este reglamento. Déjense estas para 

cuando les corresponda ser tratadas, y vótese el art. l.‘, 

que solo se dirige á señalar el número de las Audiencias 

y el lugar de su residencia.» 

Siguieron todavía algunas contestaciones acerca de la 

variacion propuesta por el Sr. Zumalacárregui. Se declarb 

en seguida por suficientemente discutido el art. l.‘, y 

habiéndose procedido B su votacion, quedó aprobado con - 

forme está. 

Se admitió á discusion la siguiente adicion que al 

mismo artículo habia hecho anteriormente el Sr. Cabrera: 

aQue se agregue Santo Domingo.> 

El Sr. Presidente señal6 la primera hora del dia siguiente 

para la disousion del dictámen de la comision de 

Guerra sobre la constitucion militar, inserto en la sesion 

del 15 de este mes. 

Se levantó la ! : -5: 1


DE LAS 


BI subdelegado de Alicante expuso á la Regencia haber 

aocedido á la solicitud que le hizo D. José García, 

apoderado y comisionado del mariscal de campo D. Francisco 

Espoz y Mina, para que le permitiese entrar y vonder 

en aquella plaza, librea de derechos, varios géneros 

apresados á loe franceses, que remitió el expresado general 

para que ae invirtiese su producto en los gastos de 

conduccion de municiones, advirtiendo el subdelegado 

que esta concesion habia sido con la calidad de estar el 

interesado á las resultas de lo que resolviese S. A., quien 

tomando en consideracion que la dispensa de derechos 

correspondia S las Cbrtes, remitid por el Secretario de 

Hacienda el expediente, teniendo por fundado el dictámen 

de la Junta de Hacienda; la cual, informando sobre este 

asunto, exponia que la enunciada franquicia habia sido 

infraccion de la órden de ll de Abril del año pasado; pero 

que considerando la naturaleza de los géneros y el destino 

de su producto, no creia que se hubiese perjudicado 

al Erario; por lo cual era de parecer que se mandase al 

referido subdelegado que cancelara cualquiera obligacion 

otorgada en este negocio, previniéndole se abstuviese en 

lo sucesivo de conceder semejantes gracias sin dar cuenta 

antes al Gobierno. Las Córtes se conformaron con esta 

propuesta. 

Por las respectivas Secretarías del Despacho se remitieron 

los correspondientes testimonios de haber jurado 

la Constitucion política de la Monarquía española la plana 

mayor de la armada, los comandantes generales de eacuadra 

y fuerzas sutiles, y los demás oficiales generales 

y particulares de marina residentes en esta plaza, el cuerpo 

de Guardias de Corps, el Tribunal de Cruzada, las dos 

comunidades de padres Franciscanos observantes y Descalzos 

de esta ciudad y la Junta Suprema de Sanidad con 

sus dependientes. 

Quedaron enteradas las Cortes, por odcio del jofe del 

estado mayor, de que ignorando la Regencia que el general 

Withingan hubiese hecho al Congreso la misma solicitud 

que presentb B S. A., reducida á que se adoptase 

el colegio militar que habia establecido en la ciudad de 

Palma en Mallorca, habia mandado que se le dieran laa 

gracias por su celo á favor de la causa de la Nacion; y 

que en cuanto al colegio militar, se atuvieraal reglamento 

bajo el cual están establecidos en todos los ejércitos, 

tanto más porque tiene mucha analogía con ellos. 

Pasb á la comision de Premios un o5oio del Secretario 

de Gracia y Justicia, por el cual la Regencia pedia la 

aprobacion y sancion de la gracia que conforme al dict& 

men del capitan general del reino de Goatemala habia 

concedido á la ciudad de San Miguel, á la villa de San 

Vicente y al pueblo de Santa Ana, dándole en recompensa 

de su conducta patriótica en las alteraciones ocurridas 

en aquel país los títulos (con propuesta de la exencion 

de los servicios correspondientes) á la primera de muy 

noble y muy leal, á la segunda de ciudad, y al tercero 

de villa, condecorando al mismo tiempo oon loa honores 

de canbnigos de la metrópoli de Goatemala 6 loe beneméritos 

curas párrocos de las tres expresadas poblaciones. 

Habiendo acreditado el Sr. Mosquera con certiflcacion 

de facultativo su falta de salud, accedieron las Córt-es 

B su instancia concediéndole licencia temporal para 

pasar 6 su pais 8 restablecerk 

Se ley6 la lista de los Diputadss auaentea, y reaultaron 

23 de la Península y nueve de Ultramar, con nueve 

837

WA_. 

3346 S3 DB0 JUNIO DB 1818. 

de la Peníneula y tres de Uitramar, que aun no habia, be ser el objeto de sus trabajos, me persuade y convencomenzado 

á dkfrutar de la licencia que se les había con ce más la necesidad de que la Junta militar se establezca 

cedido. 

ó constituya en los términos que propongo. Generalmente 

L 

las materias que se enuncian pertanecen á la organizacion 

general del ejército; comprende tambien, y aquí lla- 

Procedióse á discutir el dictámen de la comision d mo la ateocion del Congreso, Señor, el establecer un 6r. 

Guerra, que se leyó en la sesion de 15 del corriente, s&r den por el cual muchos han de quedar perjudicados; J 

la formacion de una constitucion militar, y repetida s practicar reformas á la sombra del misterio, es bien senlectura, 

igualmente que la del voto particular del Sr. Lla ,- ’ cillo que no tiene utilidad, y solo acarrea disgustos y rimaa 

(Téase la referida sesios del dia 15) leyó el Sr. Llen !O validades. La ley en tales casos, aunque sea la más sábia, 

el siguiente escrito: 

tiene contra sí una prevencion que la hace perder todo su 

«En las proposiciones que hice á V. M. relativas á 1 a vigor. Además de que cuando la ley es formada por los 

formacion de una Junta de oficiales con el objeto de esta - mismos que han de hacerla observar, sin que tengan parblecer 

la constitucion militar, indiqué la necesidad de es te las demás clases, es odiosa. 

ta, la cual es constante, pues basta observar que la qu e La Junta no hace mencion de otras materias que en 

rige actualmente 8s el compuesto de una multitud de ius - mi concepto son las bases de toda constitucion, y sin las 

tituciones parciales marcadas con el sello del tiempo eI n cuales, sea cual fuese la organizacion, el militar no pueque 

se han formado, no descendiendo á determinar po r de mirar con gusto su profesion. Tales son, á saber: 

menor los medios de remediarlos, pues este no era mi ob. - Primero. Un plan de SueIdos asignados con la equijeto 

inmediato, y sí peculiar de la Junta que se estable dad y justicia que se requiere, atendida la naturaleza del 

ciese, así como fijar el órden y materias que en ella de respectivo ejercicio de cada uno. 

bian tratarse. La necesidad está conocida por la Junta di Segundo. Fijar las reglas para el alistamiento, su 

rectiva de guerra; y supuesta la cuestion, debe concre. duracion y condiciones. 

tarse únicamente 8 examinar el mejor medio de constitui; r Tercero > PIan de ascensos, por el cual desaparezca 

la Junta militar que haya de encargarse de este trabajo . para siempre hasta el más leve temor de que informes 

Yo he creido , conforme á los principios establecidos en 11 9 reservados, envueltos en 81 mas horrible misterio, pros- 

Constitucion política, que el medio de eleccion segu1 1' criban el mérito y la virtud con triunfo de la adulacian 

propongo, seria el preferible, y más adecuado para llena] r ; y vicios groseros, como ha sucedido en los tiempos del 

el objeto completamente. Las razones que me lo persua- . , despotismo. 

den son bien óbvias. Todo Qobierno, abstraccion hecha dc 3 Cuarto. Código pena!, modo de enjuiciar, y premios, 

los sugetos que lo compongan, ha tenido y tendrá siem- - L ji algo puede añadirse al reglamento. 

pre la tendencia de dar extension á su autoridad, tantc ) En vano se dirá, que para evitar todo abuso, V. M. 

m4a en la parte militar que directa é Indirectamente k l 1 aa establecido por la Constitucion política que las ordees& 

confiada. La experiencia lo ha hecho ver en todor 1 1 lanzas y reglamentos militares deban ser sancionados por 

tiempos; así, pues, es evidente, que si las personas que I 1 as Córtes, pues esto, aunque es bastante general, y por 

entendiesen en la formacion de Ia conatitucion militar, ahora oportuno, en mi concepto es insuficiente para que 

como en la política, fuesen elegidas por el Gobierno, en el I :;engan Ia perfeccion que conviene. La discusion franca ha 

órden natural, cuanto estableciesen conspiraria á darle l c le ser quien suministre las luces necesarias para establamayores 

facultades, y hacer mayor la dependencia. Esta, c :er con equidad y sabiduría las leyes, y que la materia 

en la Parte moral legislativa militar debe tener con par- ’ a rdquiera el grado de ilustracion correspondiente. Adeticularidad 

sus límites, á fln de que la fuerza armada no 1 nás, mi método envuelve la doble utilidad de libertad y 

se convierta en instrumento de opresion do la Nacion. Yo 1 8 atisfaccion interior que á cada uno resultar& y lo que 

estoy bien convencido de que estos temores desaparecerian 

en el momento que tratase ella de recobrar sus derechos; 

pero aquel no es el punto de vista en que se ha 

e s más, la confianza que entonces inspirará á todos los 

Ii nilitares su constitucion. Todas razones muy sólidas, que 

a ,rguyen en favor de la idea propuesta ú otra semejante, 

de considerar, sino prevenir que llegue el caso, constitu- 9 que nunca se logrará justamente con una Junta de geyendo 

la fuerza armada de modo que ligue al soldado co - P Ierales, segun se indica, aunque se someta despues á la 

mo ciudadano, y sin el descontento y perjuicios que pro- S ancion de las Cdrtes, 6 Diputacion permanente, pues poduce 

la arbitrariedad. 

d .ria acontecer que tampoco hubiese en ella militares. El 

Sin disminuir la autoridad que al Gobierno conviene, t1 ribunal de honor propuesto por el Gobierno, en el modo 

8~ necesario que la clase militar no sea considerada en lo d e establecerle coincide con mi idea. 

sucesivo temo sat8lites de éete, sino como ciudadanos que Los obstáculos que se objetan son: «de que DO pareejercen 

una profesion útil B su Pátria, y no odiosa, como c? e posible pueda esperarse que 50 indivíduos de todas arpor 

desgracia ha debido serlo hasta ahora por la equivo- n las y ejércitos, elegidos por la multitud en los mismos 

cada idea que se atribuye B ella, siendo las primeras víc- 8. jércitos, reunan los conocimiento8 necesarios. @ales, 

timas del despotismo. Deben, pues, comer sus obliga- P ues, se dice, las consecuencias de dar 4 una Junta tan 

ciones, y las que con ella se contraen por instituciones ll umerosa, y en que prevaiecerá la opinion de los menos 

sancionadas por el Congreso nacional. Pudiera citar ejem- il ustrados por ser los más en número, la reedilicacion de 

plos de las ventajas que ofrece el método que prepougo, U n edificio sobre un nuevo órden tan vasto y complicado. 

aun en el actual sistema militar, pero solo me ceñiré á Q ue solo presenta vestigios y ruinas de su antiguo sistemanifestar 

que el tribunal de honor propuesto por el Go- u Ia?, Señor, la eleccion es de esperar fuese acertada, porbierno, 

coincide en su modo de establecerse con mi idea. q ue es del propio interés de cada uno que así se verifique, 

De otra suerte, es muy aventurado el acierto, sean cuales CC orno que en ello pende la unidad de un sistema general, 

fuesen 10s conocimientos de las personas que sfortunada- 81 íbio y prudente, que conduce al bien de todos; y si estos 

mente se nombren. 

tlf !moree hubiesen de existir, por esta regla deberia el Go- 

El órden mismo de materias que la Junta directiva bl ierno haber elegido tambien los sugetos para Ia forma - 

de Guerra, tan juiciosa como acertadamente indica, de- Ci Ion de la Constitucion política: idea que ~0 cabe, sín

embargo que los Diputados en Cbrtes son menos conocido8 

de los pueblo8 que los oficiales en sus cuerpos; fuera 

de que Ias Córtes pueden pedir informe sobre los puntos 

que estimen convenientes. Además, en los cuerpos científicos 

se observa un método semejante aun para la8 innovaciones 

de más consecuencia, reIativss á 1s parte facultativa: 

se forman brigadas de indivíduos de todos grados, 

de manera que la clase de los menos caracterizados 

resulte mayor, y sin embargo los negocios se resuelven 

sin incurrir en el riesgo que se teme. 

Si en la ipráctica el método de elekon, por las circunstancias 

y premura del tiempo, no ee considera ahora 

útil, circúlese en el caso á todos los ejércitos un decreto 

que manifieste las intenciones liberales y benéficas de 

V. M. hácia los militares; pero sustitúyase otro que evite 

en lo posible los inconvenientes indicados. Tal será en mi 

concepto el que por una comision de las Córtes se propusiera 

un número doble del que haya de componerse la 

Junta; que esta consulte al Gobierno para queexcluya los 

que considere absolutamente indispensables en otro destino 

para la defensa de la Pátria, procediéndose despues 

á la eleccion, como se ha observado en otros casos. 

Señor, iqué espectáculo tan augusto y digno de la 

Nacion española el de la reunion de los soldadw de la 

Pátria, convocados y elegidos por ello8 mismos 6 por 

V. M. si por ellos no puede ser, para discutir públicamente, 

y presentar á la sancion soberana del Congreso 

sus leyes particulares meditadas con aquella madurez, 

imparcialidad y dignidad de su estado1 Entonces exclamarán 

con entusiasmo bendiciendo la autoridad que por 

primera vez los llama á tener parte en sus leyes particulares, 

y que estas sean dictadas, no á la sombra ni 

en los misterios del despotismo, sino con la libertad conveniente 

á ciudadanos destinados á la defensa de su Pátrin. 

Hablo de todas aquellas fundamentales, y no de las 

que el Gobierno puede alterar; sin embargo que aun en 

estas, cuando es ilustrado y amante de la humanidad, las 

consultará observando este método, que no es nuevo. 

Por último, en mi plan no tuve por objeto ceñirme 

absolutamente al número de indivíduos que proponia, 

sino que en lo esencial ae dirigia B presentar la idea, y 

que luego tuviese la8 modificaciones que se juzgaran oportunas. 

Así, pues, ilustrado ahora por otra parte del modo 

de pensar de la Regencia sobre el particular, atendiendo 

tambien á las circunstancias que han variado ya, 

y más fácil expedicion de este negocio, sin dejar de combinar 

el acierto y demis que exige por su importancia, 

creo que el único medio de salvar todos los inconvenientes, 

seria que la Junta militar se estableciese en la forma 

siguiente: 

NOMBRADOS POR LA REGENCIA. 

Bereralee. 

De infantería . . . . * . . . . . . . . . . . *.*.*.. . 3 

De caballería. . . . . , . . . . . . , . , . . . . . . . . , 2 

De artillería.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 

De ingenieros, . . . . + . . . . . . . . . . , . . . 0 . . . 2 

Intendentes. . ..*.. . . . . 9 . . . . . . . . . . . . . . 2 

Estadistas.. . . . . . . . . - . . . . . . . . . . . , . . . . 2 

Auditores.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . , , . . . 2 

i-JOMBRADOS POR LAS C6RTES. 

OJciaZes. 

De infantería, con uno de guardias. . . . . . l . 5 

De caballería, con uno de guardias de Coros.. 3 

De artillería . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..***-• 3 

De ingeniero8 . , , . . . . . , . . . . . . . . e . S l . * l 

Delestado msyor.,......,,..~g~o~~~~~ 

Ademås, se nombrará una comision del seno de las 

Jórtes, que se compondrá de militares y otros individuos 

:n el número que se estime conveniente. 

Finalmente, desaparezca, Señor, la idea extravagan- 

,e y quimérica de que el soldado debe ser un autómata 

)ara sufrir pacientemente todos los rigores de la disci- 

)lina, Es menester despreocuparse: las naciones más li- 

Ires, Esparta y Roma, son ejemplos de disciplina admitable: 

por el contrario, en los gobiernos despóticos está 

:asi siempre es nula., 

Concluida su lectura dijo: 

El Sr. LLANO: Haré para mayor cIaridad unas cuan- 

#as reflexiones que me han ocurrido. La Junta de generaes 

que se propone no tiene otra calidad recomendeble, á 

ni modo de entender, sino Ia presuucion á su favor por 

os mayores conocimientos militares que deben suponérleles. 

Se compone de individuos elegidos por el Gobierno 

7 de un carácter superior, que necesariamente han de 

:onspirar en todo al aumento cle autoridad de aquel, y al 

le la suya particular, pues es su mútuo interés como el 

le todos los jefes; de modo que Ia Junta propuesta sería 

.o mismo que si se dijese al Rey reformase la Constitu- 

:ion política, y nombrase los Ministros que habrian de 

ejecutarla. No habrá en elIa divergencia de opiniones, 

porque en toda junta poco numerosa, y que obra á solas, 

3s bien sabido que hay uno d pocos que llevanla voz; así 

no será junta, aunque se lIsme, porque los menos tienen 

1a preponderancia, y son los que forman la ley. Prescindo 

le todo esto; se dirá que para salvar los inconvenientes 

iecidirán las Córtes: tampoco se logra el fin, porque la 

Junta propondría el Código que hubiese formado; pero 

:omo no ha precedido la iluatracion que producen las 

discusiones públicas, se ignorarán las razones en que está 

Fundado; presentaria sus trabajos, y cl Congreso veria un 

manifieirto en que se diria lo que debe hacerse, carecien- 

30 tsmbien de las Iuces que pudiera suminietrar el público 

en sus escritos. 

De manera que aunque fuese el más sábio y j usto, teniris 

todos 108 caracteres de arbitrario, dando lugar 5 quejas 

y reclamwiones por los que resultasen perjudicados, 

atribuyendo las reformas unos á condescendencia 6 poco 

desempeño de los individuos de su arma en la Junta, y 

todos generalmente á influencia del Gobierno ó parcialidades, 

etc., sin ninguna utilidad verdadera, La misma 

Constitucion que V. M. ha sancionado, si se hubiese presentado 

á la Nacion sin discusion alguoa, iquién podria 

esperar tendria la aceptacion que en el dial Yo estoy bien 

seguro que no, y me persuado que los mismos Diputados 

de la comision de Constitucion, tal vez atendiendo 15 la 

opinion pública y á los debates del Congreso, habrán tenido 

que variar su proyecto. 

Defectos que se oponen Q-mi plan. Se dice que la Junta 

propuesta es muy numerosa, y que reeolviándose á pluralidad 

de votos vandrian á decidir 10s menos ilustrados, 

por ser los más en número. Esta es una equivocacion; la 

Junta de que se trata propone solamente; además, debemos 

presumir que las eIecciones de sus indivíduos serán acertadas, 

pues todos tienen en ello interés. Pero aun cuando 

no lo fuese, por lo mismo que la Junta es numerosa, y que 

sus trabajos serán en púbIic3, se desvanecian eotos inconvenientes. 

Es sabido que todo cuerpo deliberante debe 

serlo, así como POCOS lo8 que hayan de entender en la 

ejecucion. Estos son mis principios. Aunque de los elegídos 

los m&s fuesen POCO iluatrado8, tampoco resnltaria 

perjuicio: sucedería 10 que en las comisiones del Congreso 

mismo, donde 106 votos particulares se prefieren 6 v,+ 

CBI al dicténon de la pluralidad, Todo ha de venir aquf,

9 prevalecerá el que tenga más razones, aunque sea solo. 

Vamos á un ejemplo. Supongamos se me dijese á mí propusiese 

un plan para atacar tal plaza, oyendo al efecto el 

dictámen de 20 soldados. iEn qué resultaria yo desairado 

ni perjudicado el servicio, si aquellos carecian de intruccion 

en la materia? Sin embargo, el caso no admite comparacion. 

Además, entre los muchos que compoudrian la 

Junta, probablemente los habr& sobresalientas, pues es el 

interés de los electores, y en efecto, así sucederia. Señor, 

para deliberar conviene siempre que sean muchos. 

Que el nombramiento fuese por los cuerpos, seria lo 

más acertado; pero si por acelerar la ejecucion no se quiere, 

atendidas las circunstancias, hágase por las Cortes á 

propuesta de alguna comision, y que el Gobierno nombre 

los generales; en esto no puede haber inconvenientes, y 

tendrá un carácter de con5anza y seguridad. La Junta 

que propongo BB sin duda la menos defectuosa, la más legítima, 

y la que más conffanza podrá inspirar. La de 

Guerra, llena de buena fé, ha querido combinarlo todo, y 

ha dicho, tomemos un medio. Haya tambien algunos o5- 

ciales de las clases inferiores á los generales, nombrados 

por el Gobierno; pero esto no llena el objeto, como he indicado. 

Es necesario que obren con toda libertad; iy si 

son nombrados por el mismo al lado de aquellos y en la 

oscuridad, qué harán ? iQué dirán cuando sepan que quien 

10s nombró puede quitarles por sus informes, cuando á su 

opinion no accedan siempre? Nada; cuando más, callar: á 

cuanto se proponga dirán: Bueno. Vamos adelante. Así 

creo yo que en la reunion numerosa y pública nada se arriesgsria. 

Si los de las clases inferiores son instruidos, 

ilustrarán, y de todos modos resultará mayor confianza y 

aatisfaccion general. 

Señor, hablemos con franqueza. Si en las Cbrtes se ha 

dudado si convendria fuesen Diputados los empleados, 

porque se temió que no tendrían la valentía de decir lo 

que creyesen justo, i cómo adquirirán esta mayor libertad 

los oficiales delante de los generales, y en secreto? Seria 

muy dura prueba a la que se les pondria, y la prudencia, 

cuando no fuese la justicia, prescribe no exigir heroismo 

para hacer el comun deber. Fundándome en hechos de notoriedad, 

podria citar alguno, que aunque no aplicable al 

actual Gobierno, acreditaria, sin embargo, ser lo más 

oportuno el método que propongo para desterrar hasta el 

mi8 leve temor de influencia en lo que se establezca. En 

estas materias es menester ser muy circunspectos; que no 

haya el más remoto motivo para la crítica, y que ae vean 

obligados á callar por conviccion de razones y fuerza de 

la cpinicn pública ha8ta aquellos que por carácter son 

siempre censores del Gobierno. 

En nada es contrario mi plan á la Constitucion pOI%- 

ca, antes por el contrario análogo á ella. iPor ventura las 

Córtes no podrian decir que cada Audiencia nombrase uno 

de sn8 indivíduos, y reunidos formasen el Cbdigo criminal, 

y presentarlo á las mismas para su exámen y sancion? 

Pues esto es semejante. Señor, en nada se opone 

tampoco á la autoridad que el Gobierno debe tener en 10 

militar; Por mi parte ninguna razon bastará jamás á persuadirme 

que en la milicia debe haber despotismo: disciplina 

rigurosa sí, pero no lo primero, pues una y otra Cosa 

difieren esencialmente. Es preciso desengañarse; el militar, 

gobernado solo por el temor, vale poco. Seutimiento8 

más nobles son los que le hacen héroe. Cuando en los 

ejércitos nacionalea se desconoce ú olvida el nombre de 

Patria, el imperio del que la rige está muy Pr6ximO 6 sU 

ruina. Napoleon, que hoy aparece en tan gran poder, de 

nn instante 8 otro perecerá 6 á los fl10~ de un pufial, o 

por un veneno. Un historiador decia oportunamente: $01 

reinado de Neron hace ver cuán difícil es cansar la paciencia 

de un pueblo esclavo é ignorante.9 La Francia se 

halla en el primer caso; y aunque es ilustrada, en el momento 

que desaparezca la ilusion teatral que la deslumbra, 

ella se vengar& del miserable aventurero que la tiraniza. 

El Sr. LLAMAS: SeHor, yo he fundado mi dictámen 

sobre diversos principios que la comision, por distintos 

motivos que he tenido para ello; y así, para poderme explayar 

en mis ideas, necesito que se lea antes la proposicion 

que hizo el Sr. Llano en su Memoria (Se le@). Resulta, 

pues (continub), que en esta Junta solo ha de haber 

tres generales y 56 offciales subalternos, y que entre 

ellos los ha de haber de los de menor gradnacion, como 

tenientes, alféreces, etc. Supuesto, pues, esto, que es en 

lo que yo he fundsdo mi voto, me he opuesto á la proposicion, 

porque la he encontrado muy semejante á un ejemplo 

que pondré en consideracion de V. M., y es el siguiente: 

supongamos que CBdiz está molestado de una epidemia, 

y que V. M. quiere remediar este mal y precaver 

que en lo sucesivo se repita, cuando se presenta uno, y le 

hace la proposicion siguiente: para remediar este mal, 

fórmase una junta de cuatro á seis médicos, los mtis diestros 

y hábiles por su ciencia, por su experiencia y por su 

actividad: á estos agréguenseles 56 practicantes de medicina, 

y que todos estos médicos y practicantes á pluralidad 

de votos hagan un plan que nos precava en adelante 

del mal que se experimenta. Esta es la inteligencia que yo 

he dado á la proposicion. La comision de Guerra ha tomado 

un tempertlmento, del cual me he apartado yo, 

porque no salva los inconvenientes. Lo es muy grande, 

segun tambien lo digo en mi voto particular, el que haya 

individuos en un cuerpo deliberante que, careciendo de 

todos los conocimientos necesarios, tengan voto deliberativo, 

En esta materia hay muchos puntos que tocar, y 

debe& tenerse presentes el dilatadísimo ramo de la milicia, 

de su gobierno, arreglo de ascensos, etc., etc. No 

saquemos ejemplares, que astgn fundados en abusos, porque 

estos no los hemos de suponer. Yo he fundado mi 

voto en lo que ha dicho la Regencia en su propuesta. Porque 

desde luego comprendo que es como corresponde hacerse, 

pues así se comprende, tanto lo que ha indicado 

la comision de Guerra y el Sr. Llano, como lo que han 

dicho otros muchos Sres. Diputados. Así que, siempre 

que se conceda voto á los oficiales subaIternos, me ateago 

á mi exposicion; porque jcómo ha de tener voto para 

formar la obra más difícil, como es una constitucion 

militar, uno que apenas ha saludado 108 principio8 de e8- 

te arte? 

El Sr. LLANO: Toda Ia dificultad del Sr. Llama8 parece 

que se reduce á que el número de los indivíduos que 

resultan de mi propuesta son en crecido número, y ma- 

yor que el de los generales. E8te no debe ser el punto 

esencial de la cuestion, sino tratar del modo y forma más 

conveniente de elegirlos. En cuanto á los generales no tenia 

noticias exactas, ni de su número, ni de los que el 

Gobierno podia necesitar: así, mi objeto en esta parte fué 

solo presentar la idea que creia m4s oportuna para la formacion 

de la junta, sin ceñirme de absoluto al que prescribia. 

Reproduzco las razone8 que arguyen en favor del 

método que propongo, aunque sean muchos, y por 10 

respectivo á la clase de generales nómbrense enhorabuena 

por el Gobierno todos los que indica ser necesarios; pero 

con respecto á las demás obsérvese mi plan, que creo reune 

todas las condiciones que se requiere, 

El Sr. GOLBXIP: Parece que la diecusioa ae dirige 

ahora á las claaa de personas que la comision propon6

NtiMERO 693. 3349 

para la Junta que sa trata da establecer. El Sr. Llano, 

sosteuiendo su proposicion, cree que dabia ser mayor el 

número de jefes particulares y subalterno8, y de el señor 

Llamas quiere que se excluyan ab8olutamente. Yo he sido 

sienpra de la opinion del Sr. Llano, y aunque no lo hubiera 

sido, las razones que acaba da exponer me inalinarian 

á ella; pero como lo que se discute es el dictámen da 

la comi8ion, contestaré á lo,que el Sr. Llamas ha dieho 

en contra de este dictRmen. La ra2on en que m8s 8e apoya 

es en la que saca’ de 4a comparwian de las clases de la 

milicia con Ias de la medicina, considerando médicos B 

los generalas, y como mero8 practicantes áltodos los demás. 

Bajo asta concepto dice que llamar á la Junta otras 

clases de oficiales más que los generales, seria tan absurdo 

como si para cortar une epidemia en Cádiz se formara 

una junta de cuatro mddicos y 56 practicantes. Así seria 

en efecto si la aomparacioo fuera exacta; pero e8 menos - 

ter notar la enorme diferencia qze hay de un..caso á otro, 

y la ninguna razon de analogía qne .tienen entre sí. Un 

practicante no as médico,. porque no sabe baetante para 

exponerse á un exámen; pero sufriéndolo y saliendo. apro - 

bado, ya es médico. Así que, tiene : enau. mano llegar á 

esta clase desde luego que adquiera los conocimiento8 necesarios, 

y tenga contlanza .en su saber para prometerse 

salir bien del exámea. En los militaresno sneede.así:.astienden 

por antigüedad 6 por. un aprecio arbitrario de. su 

mérito, en el cual, por lo comun,. 6 interviene el favor y 

las recomendaciones particulares, sin qna se le8 permita 

acreditar su ciencia y su aptitud en un exámen tal como 

el que al practicante pide el Proto-medicato. Si hubiera 

este exámen, crea V. M. que muchos jefes, y aun subalternos, 

ae expondrian á él con gusto, y que acaso veríamos 

transformados en médicos á muchos que el señor 

preopinante juzga simples practicantes. Baste esto para 

que se vea la iuexactitud de la comparacion, la cual peca 

tambien porque no son 56 los oficiales que la comision 

llama B la Junta, aino solamente 14, de los cuales si se 

rebajan los que la Regencia puede elegir y elegirá sin 

duda de grados superiores, como brigadieres y coroneles, 

que están tan próximos 6 recibir la borla médica, 8e verá 

que el número de practicantes (aunque se supusieran tales 

á 108 subalternos) queda tan reducido que da ningun 

modo puede preponderar en las deliberaciones. Por lo demás, 

la faIta de conocimientos en toda8 las clases de la 

milicia no 88 tan general como se aupono. En toda8 hay 

un gran número de oficiales instruidoe, ain que se pueda 

du,iar de ello, sin ofender, no solo á las clase8 que se suponen 

tan faltas de inatraccion, sino el mismo decoro nacional. 

Pero supongamos que no 8a hallaran estos 14 indivíduoa 

dotados de todo el lleno de conocimientos que es 

.ner,esario;&nO 88 encontrarán siquídta 14 que tengan nn 

entendimiento claro, y un juicio exacto para percibir y pesar 

18s razone8 que ae alegan por los demás prra formar 

su opinion con arreglo á ellas y votar con acierto? 6Por 

ventura aeríamoa capaces de formar la Conatitucion política 

todos los que hemos votado en ella? Es cierto que 

no, y lo es tambien que muchos sugetos que por la regla 

del Sr, Llamae, serían reputados por meros practicante8 

en el orden civi1, han contribuido muy particularmente B 

su formacion y perfeccion con aus extraordinarios talentas 

y erudicion, de tal forma que no e8 neee8ario nombrarlos 

para que se reconozcan como principales autores 

de esta grande obra. No se deba tampoco desatender la 

mzon que la comision indica en su informe; conviene á 

saber: que debiendo esta Junta proponer bye8 para todas 

las claees, deben eonourrir todas psra pesar Con impar- 

@ahdad las obligasiones que reoip -te 

80 i-80, 

y los sacrificios que cada una deba hacer 6 la utilidad ganeral. 

Si es necesario, por ejemplo, reformar ‘cuerpos 6 suprimir 

empleos, iquién será más perjudicado? iEl general 

que tendrá siempre su sueldo y su consideracion, 6 el suaalterno 

que quedará reducido á un miaerable retiro? &Y 

no será política que estas mismas clases, que en toda reforma 

han de aer las .qur más sufran, se conqenzan de la 

naceeidad de los sserifi$os que i tieuen que hacer? Aun 

cuando concurrieran á esta Junta loa generalas de mayor 

nota, jno aaria todavía opnveníente la qoncurrancia ,da Ias 

demás clases para proceder en.,e+l arreglo de todas con conocimiento 

de lo que.la experiencia de una guerra como 

la actual les haya enseñado ,que conviene alterar d modificar 

en 811s respectivas obligaciones, 6 en sus facultade8 

partícnlares? Lss mismae,razones que V. .M. ha tenido 

para llamar á todas las clases de L ,sooiedad 4 la formacion 

de Ja Constitugion poljtiea, gbran, para ,qye todaa 

las de la milicia concurran á la-de !la militar, ,y su reuníon 

contribuirá tanto B su perfeecion como la de toda8 

las otras ha contribuido á la da aquella. ,No,quiero dilatarme. 

más ampiiflcando ests razone8 que me han ocurrido 

en corroboracion de las da1 Sr. Llano, cuyo discurso 

apruebo, ,y sostendré si se reprueba eI. dictámen de la comiaion, 

al anal pido que 8e concwte la diseusion, que haeta 

ahora ha-divagado. En cwnto al número,que esta seãala, 

se juzga tambian que ea gscesivo: 36 son ,108 vocales que 

resultan, con los que la comision aumenta4 la propuesta 

de la Regencia, cuyo número no .paracará tan excesivo 

si se considera que la Junta se ha de dividir ,lo menos en 

matro secciones: da conatitucion militar, da educacion 

militar, del cddigo y de hacienda; cada una de las cuaies 

tendrá nueve individuos, cuyo número no aa demasiaio 

para los trabajos mecánicos de exámen de Memorias, 

extractos de libros, cotejos da ordenanzas, y reglamento8 

nacionales y extranjeroa, y otros de esta especie, que nazeaaríamenta 

tendrán que hacer, y da lugar para que las 

recciones se subdividan, y puedan adeIantar trabajos, 

1ue dadas las bases generales pueden adelantarse separa, 

lamente: talas son el de vestuario, reemplazo y remonta, 

Fropios de la seccion de constitucion, que puedan arre- 

CIarse á un mismo tiempo, lo que abreviari mucho la 

:oncluaion de una obra tan urgente. Ni se debe auponer 

lua esto alargará Ise discusiones, porque no ea natural que 

;odos hablen, asi como no todos los Diputados hablan en 

Me Congreso, y porque no aa ha de atender tanto S abreriar 

las discusiones que no aa dé lugar B que ae ilu8tran 

aw materias, y se miren bajo todos sus aspectos. Nada 

ligo de la forma de eleccion, porque creo que no ae trata 

le eso. Concretémonos ahora, B la clase y mlmaro de 108 

rocales, y luego hablaremos de cómo se han de elegir. 

El Sr. Conde de TORERO: ,A pesar de lo que ha di- 

:ho el Sr. Golfin, yo no puedo menos de tratar esta 

nateria en globo antes de entrar en pormenores, puea su 

fravedad pide que discutamos con anterioridad, lae bases 

arincipales en que deba fundarse nuestra resolucion. Yo 

Mingo de tiempo8 6 época8 diversaE, que conviene terer 

presentes para cualquiera determínacion; una ea en 

a que noe hallamos, y otra la que es de esperar suceda 

i esta tan borrascosa. 

Veo con el Sr. Llamas que es peligroso intentar plan- 

,ear en el dia una nueva constitucion militar, y lo ,con- 

!eptúo tanto m6a expu&o cuanto el plan que debe adoprrse 

ha de ser del todo diverso del hasta sguí conocido 

entre nosotros, como procedente de las míamaa fnentss 

que el de le Conrtitacion politioa; Jo que supone largo 

08paolo y dilaoionr indiqpwblw; 

J ~D~ow%% 

6 el $#Qq 

888

. ~ 

L 

3350 20 bB JUNIO IX@ isla. 

sn 

bierno, pendiente de esta organizacion general, se deten. 

drá en llevur á efecto las reformas por qn8 claman 10: 

mmtes del brden y la salud de la Pátria, 6 la Junts 

nombrada para trazar IU constitucion militar hará nne 

obra imperfecta, aquejada de la necesidad y la urgencia, 

males ambos igualmente perjudiciales. por consiguiente! 

aunque la Regencia está ya autorizado para hacer por si 

en el éjercito las alteraciones que estime oportunas, y pa. 

ra venir 8 las Córtes en los casos adonde no lleguen sue 

facultades; convendria á mayor abundamiento decir18 aute 

todas cosas que presentase sin detencion una organi - 

zacion provisional, que acomodada B las circunstancias 

presentes rigiese hasta qne tiempos serenos diesen lugar 

á plantear la nueva constitucion militar, que en el 

entre tanto habrá formado y concluido 8za Junta 6 oomision 

de que hablamos. Así acudíamos al remedio pronta 

que pide en la actualidad el deplorable estado de nuestro 

ejército, y dejáhamos á la comisiou libre de toda 

cuidado y premura para que pudiese entregarse á los delicados 

trabajos en que tendrá que ocuparse para constituir 

el ejército nacional. Su obra ser6 larga, puesademás 

de 10s puntos indicados por el Sr. Llano, de alistamient,0s, 

sueldos y ascensos, tiene que abrazer el código penal militar, 

observando sus relaciones con el de los demás oludadanos, 

la parte de hacienda correspondiente al ejército, 

y los ramos subalternos que de aquí se derivan, cuya 

sola enumeracion es muy extensa. 

El sidema militar que en adelante deberá gobernarno6 

merece el mayor detenimiento y circanspeccion, como 

que de su buena 6 mala furma dependerá el asegurar 

la libertad civil, y la existencia de la Constitucíon política 

de la Monarquia. Todos sabemos que los ejércitos, 

que no deben ser mas que una porcion de ciudadanos armados 

destinados á proteger y defender las clases pací5- 

cas y productoras del Estado, han sido por desgracia en 

los Gobiernos modernos unos meros instrumentos del capricho 

de loa gobernantes para oprimir estas clases. El 

sistemo político de los pueblos modernos de Europa, la 

educaoion pacífica y nada guerrera que s8 da al comun 

de los ciudadanos, la permanencia de tropas regladas, y 

el árden de la milicia que consiguientemente á todo esto 

se ha adoptado, ha hecho creer á muchos que su organizacion 

no podia mejorarse, poniéndola en un pié parecido 

al de los antiguos. Pero yo he visto que militares sábios 

y pensadores han sido de opinion contraria, y la han sostenido 

con razones, en mi concepto más fuertes y s61idas 

que las de sus adversarios. Entre ellos, señaladament8 

auibert, á quien no puede acusarse ni de parcialidad, 

ni de ignominia, ni de falta de profundidad en estas materias, 

pues se le mira como maestro en 81la9, y Su autoridad 

es del mayor peso para 10s militares modernos, se 

queja de que nos hayamos separado del camino de los 

pueblos antiguos y piensa que pára tener ejércitos ÚtilMi 

y temibles, debemos imitarlos. En efecto, debemos como 

ellos formar del soldado un apoyo de los derechos sociales, 

nu defensor de la independsncia nacional, y no un 

mercenario, pronto solo 6 saciar la ambicion y deseos inmoderados 

de los Príncipes; un amigo de SUS conciudadanos, 

no un enemigo de ell& y de la libertad dc SU Pátris. 

Todo esto plde meditacion, y Ofrecerá difIcultade 

grandes, pero que solamente parecerán imposibles de 

v8nc8r á aquellos que no extiende0 la esfera de las pmibilidades 

más alIB de lo que han visto y conocido. 

por 10 dem&s, no puedo convenir en todo con 81 Pensamiento 

del Sr. Llano. El estribe en principios contra- 

rios d 108 que pretende sostener. proponer que la 8!eocion 

de 10cl lndfviduos de la comíaion ,sea heoha por 10s ojér- 

citos, y que sus deliberaciones sean públicas, es apartar- 

Se de la uniformidad y órden que debe haber en un Estado, 

y crear en él diversas naciones: es olvidar cual es el 

objeto de la comision y cuales sus facultades. La comision 

solo estará autorizada para presentar á las Córtes uu 

proyecto de constitucion militar, y á las Córtes toca discutirlo 

y sancionarlo en público. Las Córtes son la representacion 

nacional, y lo mismo representan al ejército 

que á los demás individuos do la Nacion. Un cuerpo nombrado 

por la fuerza armada seria una especie de representacion 

aislada, cuya utilidad es desconocida, y cuyoa 

perjuicios son sobrado notorios. Las demás corporaciones 

del Estado querrian entonces elegir por sí personas que 

las representasen. Clamarian los indivíduos de hacienda, 

los del estado eclesiástico.. . todos, y de ello resultaria una 

baraunda y general desconcierto. Haya enhorabuena militares 

inteligentes de fuera del Congreso nombrados para 

esta comision; yo soy el primero que conozco la neceeidad 

de tomar esta medida. En el Congreso, aunque hay 

indivíduos muy dignos por BUS conocimientos de entrar 

en esa comision, no son tantos que pueda su número ser 

suficiente para completar el total que se desea; pues muchos 

de nosotros, si bien asistidos de los mejores deseos, 

no ten6mOs quizá aquel lleno de luces .que se necesita 

para su buen desempeño. 

Creo que el nombramiento de los individuos de la comision 

que sean de fuera de las Córtes, debe hacerse por 

las mismaa á la manera que está acordado para la forma- 

?ion de las comisiones de los Códigos criminal, de comer- 

:io, etc., escogiéndolos de entre todas las clases del ejér- 

:ito, porque de unas y otras ha de componerse la Junta 

lara estar bien constituida: el general debe mirar las colas 

en grande, y tener conocimiento profundo de la parte 

sublime de la guerra, y el subalterno de la parte de de- 

;all: el talento respectivo de cada uno debe ser de diverga 

naturaleza. Rara vez el hombre que concibe ideas 

restas y proyectos atrevidos, puede descender $4 pormelores, 

y menos el que es minucioso elevarse á grandes 

)ensamientos. Entre nosotros, á pesar de la escasez de 

IUgetOS en que nos hallamos, no faltarian militares muy 

:apaces de llenar nuestros deseos, sobre todo, en las clabes 

medias, en donde hay jóvenes que prometen mucho y 

lan esparanzas de ser algun dia el consuelo y gloria de 

tu desgraciada Pátris. Deberá además agregarse á esta 

:omision otra de las Córtes para que guarden armonía 

IUS determinaciones con las del Congreso, y con las bales 

de la Constitucion política. Tambien seria convenien- 

,e dar voto consultivo á los indivíduos de la comision que 

lean de fuera de las Córtee, cuando llegue el caso do 

)reaentarse el proyecto á discusion. Manifestar las razo- 

Ies en que se haya fundado su dictámen; satisfacer á IOS 

‘eparos que se pongan, y sostener el proyecto, solo es 

lado á los indivíduos que lo forman. A veces parecen en 

ln proyecto infundados y aun perjudiciales algunos da 

os puntos qae abraza, y luego que se oyen los motivos 

lue ha habido para acordarlos y convenir en ello, ae sueen 

disipar todas las dudas. Mal se hubiera sostenido el 

woyecto de la comieion de Oonstitucion, si no hubieran 

rsistido 6 las sesiones individuos suyos, que empapadoa 

:n todo el sistema, han podido responder á las dificultaies 

que se nos han ofrecido. 

En resúmen, mi opinion es que EB forme una comi- 

Gori de individuos de fuera de las Cortes, nombrados por 

,llas de entre todas las clases de la milicia, para que prerenten 

á la diecusion del Congreso un proyecto de la oons- 

;itucion militar, que ha de regir en tiempos mtis V8RtU- 

:osos, dbndolee voto consultivo cuando IIegue el caso dg

amo 593. 3351 

discutirse, y agregsndoá ella Diputados de Córtes. Y pc 

lo que hace á la actualtdad, soy de parecer que para qu 

la Regencia, pendiente de la formacion de esta constitu 

cion, no se crea imposibilitada de hacer alteraciones úti 

les y tal vez muy necesarias, atendido el mal estado d 

nuestro ejército, se le diga expresamente que sobre est 

haga por sí y proponga á las Cdrtes lo que estime conve 

niente y oportuno. 

El Sr. GOLFIN: La comision cree que de ningu 

modo debe impedir la formacion de esta Junta que f 

Gobierno tome todas las providencias que estén en la es 

fera de sus facultades para el arreglo y gobierno del ej& 

cito. Esto es absolutamente preciso; porque de lo contra 

rio, el desórden y la desorganizacion crecerian cada ve 

más. La Regencia no puede creer que por esta disposicio! 

se le limitan sns facultades; mss si no obstante quier 

decirse así expresamente, yo no veo inconveniente algu 

no en que se diga. Por lo demás, convencer5 á las Córte 

de la necesidad de formar esta Junta, y de tratar de da 

una constitucion sólida y universal al ejercito, lo que dic 

la Junta de generales en su informe sobre la exposiciol 

de D. Luis Landaburu, dignísimo oficial del estado ma. 

yor. Dice así: (l;o Zeyd.) Esto basta para probar la nece. 

sidad de un arreglo general, y la insuficiencia de reforma 

parciales. 

El Sr. ARGUELLES: Señor, no puedo menos d 

convenir en gran parte con lo que acaba de decir el seño 

Conde de Toreno; pero por lo que ha expuesto el Sr. Gol 

fln, creo que no se le ha comprendido bastantemente. LI 

idea del Sr. Conde de Toreno se reduce á que 8upneatc 

que las funciones del Gobierno deben quedar expeditas, J 

& fin de evitar que en ningun tiempo se diga que el Con. 

greso nacional se ha metido en una obra vastísima y dc 

larga duracion cuando era necesario obrar, J obrar aunque 

fuese con malos elementos, se prevenga al mismo Go. 

bierno, que esta Junta en nada debe entorpecer sus medidas, 

y que por consiguiente eatá autorizado para seguir 

sus reformas 6 variaciones en los ejércitos del mismo modo 

como si no existiese semejante Junta. Yo por lo que á 

mí toca me conformo con esta idea del Sr. Conde de Toreno, 

separándome solamente en la parte de que hari 

mension más adelante. Creo, pues, que la dificultad nc 

consiste ya en cuanto á la formacion de la Junta, sino en 

cuanto al modo de formarla. Tres san los que tenemos 6 

la vista para esto; uno el que ha indicado el Sr. Llamas; 

otro el que ha presentado el Sr. Llano, y otro el que en 

su dictámen propone la comision. Hasta ahora parece que 

en ninguno de 10s tres se ha fijado el Congreso. El señor 

Oonde de Toreno opina que las Córtes debian hacer el 

nombramiento de 10s indivíduos que habisn de componer 

la Junta, y hé aquí la parte de su opiniou en que yo didero. 

Las razones que se han alegado hasta aquí no me satisfacen. 

Los principios en quo estriba este Código militar 

son muy diferentes de 10s de la Constitucion política; esta 

reposa sobre bases y conocimientos que con más generales, 

y al alcance de muchos; asi es que á pesar de que en 

el Congreso habia varias personas versadas en la legislaciou, 

y muy inteligeates en la materia, no han faltado 

otros sngetoa que sin ser letrados de profesion han sostenido 

y fundado sus votos cou las más sólidas y convincentes 

razones. Pero no sucede así en la facultad militar: 

esta es ya una ciencia que estriba en principios ciertos y 

fijos, que no pueden aprenderse sino en las academias y 

colegios militares, y Por medio de una costosa experiencia. 

Habrá algunos sugetos de otra clase y carrera que 

tengan algunos conocimientos militares ; pero fuera de 

ser este un caso particular, rara vez se verificar6 en todo 

aquel grado que proporcionan el estudio y ejeraicio de 

una facultad. Es menester además respetar la opinion, 

que siempre está en favor del facultativo: opinion que si 

se examina cou cuidado, se verá que no es infundada. 

Apruebo que en esta Junta entre un competente número 

de subalternos por las razones que ha alegado el Sr. (30x1- 

de de Toreno; pero itiene el Congreso noticia de las personas 

que posean los conocimientos de que he hablado? 

Yo particularmente podré conocer á uno que otro indivíduo; 

pero es bien sabido que el Congreso no tiene correspondencia 

con los ejércitos, ni datos por donde conocer á 

los sugetos que puedan desempeñar con acierto este encargo; 

y así, aunque aquí se les nombrase, tampoco tendtian 

á su favor la opinion pública; por consiguiente, no 

creo que nosotros podamos hacer la eleccion. Es menester, 

pues, encargarla al Gobierno. El Sr. Llano en su exposicion 

ha indicado que las elecciones hechas por el Gobierno 

se resentirian de parciaIidad. Mirada la cosa hasta 

cierto punto, pudiera ser cierte, si el sistema del dia fuese 

otro; principalmente si nos referimos al terrible ejemplo 

que ha citado, y de que estuvo cerca de ser víctima. 

Pero las circunstancias han variado, y seria odioso hacer 

una comparacion de aquella época con esta. Al Gobierno 

se le debe señalar la base que está ya indicada, por ejemplo, 

que haya de nombrar un númeroigual de generales y 

subalternos, sin recelo de que estos dejen de expresar libremente 

su opinion, porque ya no estamos en la época 

de la tiranía, cuando nadie tenia libertad para decir con 

franqueza lo que sentia sin exponerse á ser -atropellado. 

Ba dicho tambien el Sr. Llamas que es ocioso admitir en 

la Junta individuos que no puedan deliberar Por falta de 

suficientes conocimientos, en lo cual no convengo, 6 pesar 

de que siempre respeto mucho la opinion de este digno 

Diputado, especialmente en materias militares. Aunque 

esta carrera es científica, no deja de haber casos en 

que no se necesiten todos los conocimientos del arte para 

lar un dictbmen con aciert,o, porque hay puntos que por 

su conexion con otros, 6 por su claridad, estan al alcan- 

:e de cualquiera hombre ilustrado. Sugetos hay en el 

Jongreso (excluyéndose á mí) que pueden dar au voto, y 

:omparar con mucho tino las relaciones que tenga el eis- 

;ema político con el militar, para evitar que eetén en 

:ontradiccion , lo que seria sumamente perjudicial. Por 

380 me parece que convendria que asistiesen á la Junta 

rugetos bien empapados en loa principios de la Conetitu- 

:ion politica; porque pudiera suceder muy bien que los 

nilitares, aunque muy sábios en su profesion, no tuvielen 

todos los conocimientos necesarios para formar el enace 

que debe haber de la constitucion militar con la poítica. 

Por eso me inclino á que debe haber en la Junta 

ndivíduoe del Congreso, aunque sean pocos, y sin neceidad 

de que la discusion sea pública. Esta aaiatencia de 

KI Diputados alejará toda la arbitrariedad y preponderania 

de los generales sobre los aubalternos ; porque los 

lismos Diputados en la discusion, desde luego indlcarian 

quellos puntos en que no hubiese habido toda la libertad 

ue se requeria. Así, me reasumo y digo que se forme la 

amision ó Junta como ha propuesto el Sr. Conde de Tomo; 

pero que elija sus individuos el Gobierno. El señor 

lamas propone igualmente en nu voto la creacion de una 

snta conservadora de esta constitucion militar. Ha dicho 

1 apoyo de su idea que la mejor Constitucion del mun- 

) se puede echar por tierra si no hay medios de soete- 

?rle; pero el Sr. Llamas debe atender á las circunetan- 

*as; pues si la Constitucion política ha de existir, por ella 

lisms existirán todas las demás instituciones útiles 6 la

3362 

-- 

Nacion; J comohubiese quién consiguiese echar por tierra I que se nombrase una comision para formar el proyecto 

ésts, tambien cebaria á tierra aquella, á pesar de cuan- , de una conetitucion militar, no lo estaban en cuanto á la 

tasjuntas conservadoras se estableciesen. En otro tiempo ; forma y al modo de establecerla, se puso á votacion á 

era muy dable que un déspota pudiese acabar con la me- propuesta del Sr. tiejía, y se aprobó que se nombrase una 

jor institucion; pero hoy dia, iquien se atreverá? Es ne- ! comision para formar el proyecto de la constitucion mi - 

cesario distinguir de épocas. Las Córtes han de reunirse litar. 

todos los años: se sabrán los abusos: los Diputados cla- La discusion quedó pendiente. 

marán, y todo ciudadano tiene derecho de hacerlo sobre 

cualquiera infraccion de la ley constitucional. El tiempo, 

pnea, es muy diverso. La- idea del Sr. Llamas es feliz; 

pero tal vez al extenderla se le olvidaron las circunatan- Habiendo recordado el Sr. Presidente que mañana 

cias en que estamos. 9 

/ segun lo diepueeto no habria seaion, levantó la de es- 

Declarado el punto suficientemente discutido, como , te dia. 

aunque todos loe Sres Diputadoe estaban conformes en 4

NbaaESB 594. 

33li3 


DE LAS 

[IRTES GENERALESYEX RAORDI~~IAS, 

SESiON DEL DIA 2 

DE JUNIO DE 1812. 

A solicitud de D. Estanislao Fita, Iaa Córtes concedieron 

permieo á los Srs. Diputados de la ciudad y reino 

de Valencia, p8ra que faciliten á aquel algunas certiiicaciones 

sobre varios asuntos particulares. 

Oyeron las Córtes con particular agrado 18s dos siguientes 

representaciones, que mandaron insertar literales 

J con todas sus firmasen este Diario: 

*Señor, la comunidad que tengo el honor de representar, 

que llena de júbilo prestó el 3 del corriente el juramento 

de fidelidad á la nueva Oonstitucion eapaiiola, no 

puede dejar de manifestar Bu agradecimiento á los autores 

de un8 obra tan completa. Lv Constitucion no puede 

leerse sin que lagratitud, el reconocimiento y el amor patriótico, 

saliendo de entre el seno de las inclinaciones y 

afectos humanos, se eleve tranquila y magestuosamente 

sobre todos ellos, para prestar y rendir el debido homenage 

á la mano maestraque 18 ha formado. La providencia 

eterna que fijóenlas columnas de Hércules el muro de 

separacion y la barrera que desbsratd las olas de impiedad 

del furor y rabia franceB8, cerró con ellas el recinto donde 

congregados 106 Diputados de la Nacfouentera, loa pa- 

dres de la Pátria, esos hombres prudentee, s8bios y desinteresados, 

conocidos como tales cada uno en su provincia, 

como los que Moisés eligió en otro tiempo en cada 

tribu para arregler loanegocios de Israel, han podidoocuparee 

en los intereses del Estado, y formar á vista del 

enemigo, entre el estruendo del oañon y el estrago de 1s 

bala, una nueva Constitucion, obra la máe malavillosa, 

negocio el mbs interesante, que enlazando los esplendores 

de la religion con las luces de las ciencias, forma un 

monumento que reune los conocimientos de los siglos anteriores, 

y hará erber á 18 posteridad las sendas de la vir - 

tud y de la prosperidad pública. Hará Babor que 10s BBpañoles, 

rodeados de enemigos, han cabido formar unas 

leyes más eóbiau que 1~ deGrecia, y un código más wm- 

pleto que el de los hgiS~8dOrw romanos. Hará conocer 

que Bi en medio de los infortunios que sufrimos, hubo 

Eleazaros que murieron por su Pátria, y Macabeos ralerOsos 

que condujeron sus hermanos al triunfo y á la :victoria, 

no faltaron Esdraa ilustrados cuyas plumsrs , dikgidas 

por las luces de la íllosofía cristiana, fIJaron la época 

de la felicidad en las leyes que estamparon, laa que sien- 

do oráculos de la sabiduría, son el irie de la prosperidad 

que se prepara á una NaCiOn digna de la suerte m&s venturosa. 

Hará ver á las generecionee futur88, que ai en el 

tiempo del gran Pelayo loo vientos del Aquilon, corriendo 

para la parte meridional desbarataron he densas ndbea de 

la oscuridad sarracena, las luces que 8hOr8 nalen del 8s. 

tro del Mediodia, extenderán Bu esplendor 6 aquellas oacuras 

regiones, cuyas eombrss desvanecidas Bentirin el 

influjo de una luz cuyo calor y cuyo esplendor ae difunde 

por todas partes. 

Si la Iglesia y el Estado, Señor, oorren bajo 18s leyes 

de una providencia comun; si el mismo espfribu de verdad 

que prometió 8 Pedro la perpetuidad de Bu Iglesia 

contra las puertas infer8ale0, Ofreció B David 18 seguridad 

de su reino contra los eefuerzos contrarios, fljando 

la permanencia del Trono B 18 duracioa del templo y del 

altar, el sacerdocio y el imperio deben mantenerse y conservarse 

por mútuas COrreSpORdenCi88. Probagids como 

eBt8 en la Oonstitucion por V. M. lereligion, debe esta y 

nus ministros 

exhortar 6 le obdienair, respeto y sumieion. 

Abusaríamoe de nuestresacerdocio, si en partfcuhtr 

y en comun, en público y en secreto, ene1 pblpito y confesonario, 

no empleáesmos todos loa resortes de nuestro 

ministerio en que se lleven á debido efecto los designios 

de V. M. Nuestra tranquilidad depende de 18 del Eotsdo; 

y si Moisée con ESUS sábias diaposiciorw no hubiera bur- 

lado el egípcio, la sinagoga no se veria en paz; Israel no 

veria sobre sus 8ltW3s los iPcienBos, loe timiamas, y las 

hostias paoífWs, si las disposiciones de los ancianos del 

pueblo no hubieran primero acabado con loa 8morreoa, Y 

b Igle%ia, fin8lmeate, no habiera visto lOe dise gloriosos 

839

en que comenzd pacíffca 8 levantar los templos y 10s altares, 

si un Constantino no hubiera subido al Trono de los 

Césares. Persuadidos de esta verdad todos y cada uno de 

esta comunidad, nos ofrecemos á hacer cuanto esté de 

parte de nuestro ministerio para que se practiquen unas 

leyes tan eábias, y cortar con la fuerza de la exhortacion 

y de la palabra divina los obstáculos que puedan OPOnerse, 

rozando como otro Gedeon los bosques de la superchería, 

para levantar el altar de la paz del Señor. Asimismo, 

nuestras oraciones se dirigirán continuamente al 

Eterno, para que los dias de V. M. sean, segun el anuncio 

de un profeta, como los dias del cielo sobre la tierra, 

y viviendo bajo su aombra, vivamos pacíficos en la piedad, 

caridad y felicidad pública que pedia el Apóatol.Este es 

el deseo de esta comuninad de Carmelitas descalzos de la 

Isla de Leon, y de la cabeza que la representa. 

Isla de Leon ll de Junio de 1812.=Fr. José de San 

.Ambrosio, vicario prior, 9 

 

Las Córtes resolvieron que se contestase 8 la Regencia 

del Reino

IWbMERO 694. 3355 

de Mayo de 1810 relativa al libre comercio de Am&ica, Si hubiera de examinerse en su raiz la justicís ó in- 

COU suficiente noticia, aunque sucinta, de su resultado, jl Isticia de dicha sentencia, seria necesario recurrir al 

así por la singularidad del caso y sus circunstancias, co- P roceso original, y aun la inspeccion misma de los documo 

para que sirviese de gobierno en el esámen de la n lentos que han pasado á la comision, juntamente con el 

conducta de los anteriores Regentes. 

Así lo ejecutó la actual Regencia, mediante oficio de 

ix apreso que di6 Albuerne al público, titulado Orz’gcn y 

e: rlarlo de IQ causa fornaa& sobre Za Real órdeepa 

17 de 

29 de Mayo, de que se di6 cuenta en la sesiou pública d tayo de 1810, que trata del comercio de Amdrica, ofreced8 

1.’ del corriente, en la cual se hizo presente la solici- ri ia UU campo muy di!atado; mas como V. M. no ha de 

tud de Albuerne de 28 del citado Mayo, reducida á que 

con suspension de los efectos de la sentencia del Consejo 

de Indias del dia 22, nombre V. M. el, tribunal 6 ministros 

que deban componerle para conocer eu el grado de 

sfiplica, fundado en que el Consejo de Indias habia acabado 

con su oílcio por haber entendido en el negocio como 

comisionado especial. 

En otra representacion de Albuerne de 10 del que 

rige, llama la atencion de V. M. acerca de los males de 

la Nncion, qne ha perdido anualmente mas de 3 1 millones 

de pesos fuertes, por no haberse llevado á ejecucion 

Cl onstituirse en tribunal de justicia para decidir este nego- 

Ci io, á la verdad gravísimo por cualquiur aspecto que se 

x iire, la comision no se detiene en discurrir sobre lo que 

n o es del dia, y ha de quedar reservado al poder judiciari 

jo, que determiaará en su caso lo que corresponda. 

V. M. por ahora solo deberá resolver si ha de conti 

nuar este expediente en grado de súplica, y en qué trib 

unal. Lo primero siempre es procedente en concepto de 

18 t comision, aun cuando se prescindiese de la duda que 

SI 9 propone, de si el Consejo de Indias conoció 15 no en 

V irtud de especial comision, así por la gravedad del nela 

drden d8 1’7 de Mayo de 1810 , que supone expedida g ocio, que no sufre se termine con una sola sentencia, 

por la Regencia, de lo cual hizo 6 V. M. una demostra- orno porque seria repugnante á los justos aentimientoa 

cion en papel de 17 de Enero de 811, que preeentó en 7 

de Febrero siguiente. 

d e V. M. y verdadero espíritu de la Constitucion, que en 

c uando sea dable ha de seguirse despues de su publica- 

PrOpOne que la comision de Jtlsticia examine dicho C ion en los asuntos contenciosos pendientes. 

documento con el diario que presentó á las Córtes la primera 

Regencia, y concluye acompañando una lista de los 

ministros nombrados para componer el Tribunal Supremo 

de Justicia, 4 fin de que V. M. tenga presente que de los 

El extracto de la causa que dispuso el Consejo de In= 

d ias, y ha remitido la Regencia, produce: que D. Justo 

h Iaría lber Navarro fué nombrado para la averiguacion 

d el orígen y autores de la Real órden (como que la Re- 

17 solamente hay uno que sin legítimo impedimento pue- g encia en decretos de 22 y 27 de Junio de 18 10 la dede 

conocer de la causa, incluyendo entre los demás los C Iaró apdcrifa, nula y de ningun valor ni efecto), preveseis 

ausentes. 

Don Estéban Fernandez de Leon, sin deducir pretension 

alguna, ha acudido tambien á V. M. diciendo en papel 

de 8 del corriente tener noticia que el fiscal interpu- 

11 ido dicho comisionado que para la formacion de la corr( 

?spondiente causa deberia recibir las instrucciones oportl 

unas de boca del Presidente de la Regencia; y que sustr 

rnciado el sumario, le pasb la Regencia á tres Ministros 

so súplica de dicha sentencia, presentando el informe que P ara que dijesen si podia cortarse el asunto en aquel eshizo 

por escrito al verse la causa en extrados; en cuyo t! ido, y conformRndose con su dictámen en 14 de Agospapel 

reprodujo y aumentó las contradicciones y errores tde 810, declard al Marqués libre de todo cargo, con 

de hecho y de derecho en que fund6 la acusacion contra Ir t calidad de por ahora, restituyéndole á su Ninisterio, 

el exponente, sin embargo de haberlos convencido de tales 

en su contestacion , como tambien la injusticia del 

procedimiento y de los decretos de la Regencia de 22 y 

rI elajó el arrevtro á Albuerne y Leon, y pasó 1* causa al 

C lonsejo Real (entonces reunido con los demás) para su 

C ontinuacion y sentencia á consulta con la Regencia. 

27 de Junio de 1810, declarando apócrifa y supuesta la 

órden de 17 de Mayo anterior, extendida en ll del mismo 

en virtud de resolucion de la propia Regencia; y para 

que V. M. pueda formar un juicio recto, acompaña una 

copia de su contestacion ; otra de un papel, en que dice 

demostró los errores del :5scal, y otro comprensivo de 

los hechos y antecedentes del negocio, con las reflexiones 

conducentes, de los cuales di6 un ejemplar á cada mínistro 

de los que sentenciaron la causa. 

La sentencia absuelve al Marqués, y 6 Fernandez de 

No resulta, si separado8 los Consejos reunidos pasó la 

ausa al de Indias por disposicion del Gobierno; pero sí 

ue 1s sentencia no se consultd como prevenia el decreto 

e 14 de Agosto, y únicamente se dljo en ella que se 

iese noticia á la Regencia antes de publicarse; que ésta, 

n su virtud previno se devolviese al Consejo para su pulicecion 

y providencia que correspondiesen; y que éste 

9 mandb notiftcar B las partes, y que se llevase á efecto 

D demls que en la misma se preceptuaba. 

La comision de Justicia se persuade, así por 10s an- 

Leon libremente y sin costas de los cargos que se le hi- t ecedentes expuestos, como por la calidad del negocio y 

cieron, y pretensiones deducidas contra los mismos, sin d le las personas csntra quienes se procede, que aun cuanque 

pueda ni deba el procedimiento perjudicarles de modo 

alguno; y por las oficiosidades de Albuerne, impropias 

de oficial mayor de la Secretaría de Hacienda, y ar - 

bitrariedades agenas de la confianza en él depositada, 

d lo en consecuencia de la separacion de 108 Consejos re- 

L unidos hubiese dicho el Gobierno que el Consejo de Ini 

jias entendiese 6 siguiese en el conocimiento de la causa 

c le que se trata, siempre lo seria en concepto de espetanto 

en los primeros pasos para la extension de la órden 1 c :ial comisionado, y eea esto lo que fuere, siempre deberá 

d8 17 de Mayo, como en los sucesivos hasta la remision 1 ( conocer el Tribunal Supremo de Justicia, con arreglo á, lo 

$ la imprenta, le suspende por dos años y le condena en 1 1 mandado por V. M. en punto á 10s negocios pendientes 

todas las costas con los gastos de la impresion. 

t ?n los Coosejos suprimidos y atribuciones que le estáu 

últimamente, por las pretensiones ilegales, malicio- - I señaladas en la Constitucion. 

sas y dilatorias, y expresiones atrevidas de Albneme 

de su abogado D. Manuel Santurio y de su procurados 

José de Alba, impone al primaro 300 ducados de multa; a 

f$egundo otros 300 J’ UR añO de BUSPBnBiU% J’ al t0Km 

100 ducados 00~1 suspeasion de eeis zkW% 

No es esta, Señor, 1s duda principa1 que se presenta, 

Fernandez de Leon dice que el fiscal interpuso súplica, y 

tambien se dice de público que la han interpuesto el abcgrdo 

y procurador de Albnerne. La dificultad &rjba cn 

que si ouandoxMía el f2owjo de Indian hubo do ~9~

3356 88 DP JUNIO DE 1818. 

- 

ciársele ministroe de otros tribuw&, por no ser suficiente 

el que en él habia sin impedimento legal, otro tanto 

sucede con el Tribunal Supremo de Justicia si fuese cierte, 

como dice Albuerns en su nota, que podrá leerse, que 

entre los ministros nombrados solo hoy siete sin impedimento, 

y seis de estos se hallan ausentes. 

Por todo lo dicho, y que el número de los que concurran 

á la revista no deberá ser inferior á los de la vista, 

opina la comision se diga á la Regencia que el Tribunal 

Supremo de Justicia conozca de este negocio en grado 

de súplica, dirigiéndole las representacionas de Fernandez 

de Leon JI Albuerne, y documentos que las acom - 

pañan, con prevencion, que no habiendo en dioho Tribunal 

número competente de ministros sin impedimento legal, 

se asocie con otros del Consejo 6 Tribunal especial 

de Guerra de la clase de togados, que tampoco lo tuvieren; 

y á falta de éstos, de los de la Audienka de Sevilla; 

en el concepto que nunca deberá ser inferior el número 

de loe jueces al que concurrió 6 la vista; obeervando el 

mismo método con respecto al fiscal de dicho Tribunal 

Supremo, si en él cononrriese igual impedimento, V. M., 

sin embargo, resolverá como siempre lo más acertado.z 

Continuando la discusion pendiente en la seaion del 

día 20 de este mes, sobre el dictámen de la comision de 

Guerra acerca de la creaoion de una Junta á quien se encargue 

la formacion de una aonstitucion militar, se reprodujeron 

varias de bus ideas manifestadas en dioha sesion, 

y debpues de contestaciones muy vivas y complicadas, 

se prowdió á la votaoion del primer artíoulo, el 

cual quedó reprobado. En su lugar se aprobá «que el número 

de indivíduos que deben componer la Comision militar 

fuese el de 15,~ cuyo número proponia la Junta de 

generales en su informe. 

A propuesta del Sr. Argüelles se hicieron laa aiguientes 

preguntas: 

c&En Ia Comision que ha de ‘formar el proyecto de 

constitucion militar hab& un número proporcionado de 

oficiales desde la clase de generales hasta capitanes inclusive?» 

iLa CJmuion militar de 15 individuos, se compondrá 

de oficiales de todas armas? 

iEstos indivíduos serán nombrados por la Regencia? 

iLa proporcion que guarden entre sí, la determinará 

la Regencia?% 

El Congreso resolvió afirmativamente las anteceden - 

tes preguntas. 

Se aprobó tambien la siguiente proposicion del señor 

Polo: 

GEn el número aprobado incluirá el Gobierno los indivíduos 

que le parezcan de las tres clases que propone, á 

saber: de intendentes, auditores y estadistaa. 9 

Propuso el Sr. Secretario Gallego que entrasen tam - 

bien i componer dicha Comision militar a&gwos Diputsdos 

del Congreso, y que dioha Comision se entendiese que 

lo era de las Córtee, bien que auxiliada de indivíduos 

de fuera de su seno. Quedá reprobada esta idea. 

El Sr. Seoretario Turres HizuÁi hizo presente que la 

Junta de generales en su dictámen proponia ademís que 

en la Comision militar hubiese dos secretarios militares 

sin voto 8 más de los 15 individuos, y las Córtes, así lo 

aeordrron. 

Se procedib igualmente á votar el art. 4.’ del dic& 

men de la oomision de Guerra, y reprobada su primera 

pacte, aceroa de la segunda, que dice: &niendo todos 

los vocales facultades de opinar y de alegar cuantas razones 

juzguen convenientes para sostener su dictámen, d 

rebatir el de los otros,s resultó empatada la votacion. 

Se levantó la eecion.

l’&lMERO 695. 3357 - 


DE LAS 

CORTESGENERALESYEXTRAORDINA 


A solicitud de D. Manuel de Garbea y Encalada, asesor 

del Gobierno é intendencia de Tarma en el Perú, se 

concedió licencia al Sr. Ribero para informar en un expediente 

relativo á negocio de su familia. 

Se mandó pasar á la comision de Bellas Artes una exposicyon 

del profesor D. Jaime Riera, quien al presentar 

un cuadro inventado y ejecutado en demostracion de 

a.gradecimiento h6cia el Rey de la Gran Bretaña suplicaba 

al Congreso, que si fuese de su agrado le mandaee recomendar 

por el Gobierno al Embajador de Inglaterra, 

A IS de Constitucion se pasó un expediente remitido 

por el Secretario de Graoia y Jtdicia sobre una solicitud 

de D. Juan José Chauditeau, natural de la isla de la 

Guadalupe, y residente en la Habana, el cual solicitaba 

carta de ciudadano español. 

Se defiri6 para el dia 27 del actual la discusion del 

siguiente dictámen de la comision Eclesiástica, y minuta 

de decreto: 

oSeñor, la comision especial Eclesiástica ha examinado 

el memorial del prior y comunidad de Ckrmelitas 

descalzos de esta plaza de 21 de Abril próximo, y loa documentos 

auténticos que le acompañan. En él se expone, 

que las Córtes de 1617 junto con el Sr. D. Felipe III, 

eligieron y votaron á Santa Teresa de Jesus por

apoyaron su pretension, como consta de la carta de ~1: 

cabildo que aquí se exhibe. 

De este que miró el Rey como un verdadero desaire, 

se desentendió S. M. por razones políticas, fáciles de entender 

al que sepa la historia de aquel reinado, no ineistiendo 

en que se llevase á efecto la resolucion de las Cór. 

tes, como pudiera haberlo hecho sin menoscabo del res. 

peto debido á la Silla apostólica, así por haber circuladc 

ya la Bula de S. S. confirmatoria del voto, como por otram 

razones que se dirán luego. 

Para prueba de que en la Nacion y en sus Reyes, aun 

despues de aquella suspension, vivia el deseo de cumplir 

su Voto, se alega en el memorial la cláusula sexta del codicilo 

de Cárlos II, en que protestando haber deseado toda 

SU vida que tuviese efecto el compatronato de Santa Teresa 

á favor de estos Reinos, encarga á sus sucesores lo dispongan 

para que alcancen grandes bienes por su interce - 

sioq. Que este deseo subsiste aún en la Nacion, lo indi . 

ca, entre otras pruebas, una proposicion que hizo al Congreso 

el dia 3 de Setiembre del año anterior por especial 

encargo de su provincia el Sr. Diputado de Goatemala 

D. Antonio Larrazabal, en que, recordando las dichas palabras 

de Cárlos II, pide que se cumpla aquel voto de la 

Nacion en estas C6rtes tan solemnes y generales. 

Fundado el prior y la comunidad de Carmelitas en estos 

hechos y documentos, y alegando que el patronato de 

Santa Teresa de ningun modo puede disminuir la gloria 

que por tan justos títulos se debe alApósto1 Santiago, pide 

á V. M. que haga valer la dicha resolucion de aquellas 

dos Córtes, declarando que Santa Teresa es patrona de 

eatos Reinos, y como tal debe ser venerada é invocada. 

Añaden que la razon alegada & f&vor de este patronato 

en las Córtes de 1617 de ser la Santa

NtiMERO 695. 3359 

umwm de 2 de Enero de 1669, y Clemente X en su Bu1 a de loe impugnadores de esta patronato, que ael añadir 

Sacrosancli de ll de Agosto de 18’70. Tampoco era in patron no lo habia hecho, ni siquiera intentada, reino 

compatible este patronato, como se suponia, con el dt ninguno. % Los que esto dijeron ignoraban la historia de 

Apóstol Sautiago ; y por lo mismo no debió impadir f los Estados católicos, de los cuales dice Benedicto XIV, 

cumplimiento del voto, como se verá luego, y en efect (libro núm. 2): (Antigua y piadosa costumbre es de los 

no lo fué para que canonizada Santa Teresa, desatendicn pueblos, provincias y reinos elegir uno ó muchos Santos 

do el Reino aquella primera reclamacion, votase segund por patronos.» Tampoco habian leido lo que sobre esto 

vez su patronato en las Cdrtes del año 1626. 

escribió muchos sigIos antes D. Alonso el Sábio (parte L.&, 

Publicado este segundo voto de las Córtes, y circula - título X.V, libro 12) diciendo: «Non se debe tener la Igleda 

por el Gobierno á las iglesias, ciudades y villas de es sia por agraviada en tener muchos patronos, ca cuantos 

tos reinos, así la determinacion del Congreso, como 1; mas fueren, tanto mas ser& mejor guardada é amparada 

Bula de Urbano VIII, que declaraba los privilegios del rit’ de ellos. B Ni menos aquella célebre sentencia de Santo Toeclesiástico 

que correspondian 8 Santa Teresa como á ta más: «A las veces se alcanza por las oraciones de muchos 

patrona, contestaron los prelados, cabildos y ayuntamien lo que por la de uno no se a1canzaria.z Por cuya causa 

tos haber dado cumplimiento al voto de la Nacion y á 1: a decia San Ambrosio: «Imploro la intercesion de los Após- 

Bula des. S., haciendo C su consecuencia fiestas solem. toles, pido las oraciones de los mártires, anhelo por las 

nes á la nueva patrona de España, y manifestando lo, 8 súplicas de los confesores. u Y la misma Iglesia, en la fespueblos 

su gozo por medio de regocijos públicos y otra, 5 tividad de Todos los Santos, protesta interponer su patrodemostraciones, 

cinio para que la multitud de intercesores nos alcance 

No bien habian pasado dos años, cuando se interrum las copiosas bendiciones de! cielo. Con ente motivo repió 

este patronato en virtud de un oficio que circuló e cuerda la comision que la piedad de los pueblos pars acorcabildo 

de Compostela á las ciudades y villas de estos rei. dar el patronato de los Santos, sin examinar el mayor ó 

nos, anunciando haberse revocado el Breve de S. 8. po. menor mérito de ellos, ha seguido la regla que dejó eacriun 

nuevo decreto ó sentencia. La comision no alcanza e ta Santo Tomás: «Conviene que imploremos el patrociverdadero 

orígen de enta novedad, aunque sospecha habel nio, no solo de los Santos superiores, mas tambien de los 

dado motivo á ella la instancia hecha por el dicho cabil. inferiores. A las veces es más eAcaz la súplica hecha á un 

do sin noticia del Rey y menos de las Cortes, que ya nc Santo inferior que á un superior, porque nos quiere Dios 

existian; por lo menos no ha llegado 4 sus manos docu- manifestar su santidad. z A la cual razon añade otra nuesmento 

contrario de nuestro Gobierno, ni menos le constf tro sábio Abulense, y es, que puede suceder B las vec8s 

que hubiese decreto ó Bula de la Silla apostólica que de- yue imploremos con más devocion el patrocinio de los Sanrogase 

la anterior confirmatoria de Urbano VIII. Porqm ios inferiores. 

lo que dijo el Consajo Real en la citada consulta, que «en Conforme á estos principios, no han dudado vario@ 

el Reino no se apreciaron aquellas órdenes Reales,, este reinos, provincia@ y pueblos elegir dos, tres y más patroes, 

no se obedecieron, es tan ageno de verdad, como la los, atendiendo solo 4 su devocion, y no examinando el 

fábula que dá por cierta de que en Toledo, queriendo la nayor 6 menor mérito d8 esto@ Santos, cuyo eximen no 

ciudad publicar el ~010, se erró el acuerdo y eJPrcgo#, declarando 

patrona, en vez de Santa Teresa, á Santa Leocadia. 

Porque esta Santa mártir no necesitaba de aquella 

equivocacion, que se pinta como milagrosa, para ser patrona 

de Toledo, constando que lo era ya desde tiempos 

muy remotos, como se ve en los Breviarios antiguos y 

otros monumentos de aquella iglesia. 

Traslúcese no obstante que la oposicion manifestada 

!areceria de temeridad, como enseña Santo Tomás de Vi- 

Ianueva. Y la misma Santa Teresa dice en sus avisos: 

cno hagas comparacion de uno B otro, porque es cosa 

ldiosa:ti la ciudad de Málaga, por ejemplo, siendo Obis- 

)o de aquella Iglesia D. Luis Fernandez de Córdoba, votó 

)or su especial patrona 6 Santa Teresa, no obstante vemerar 

ya como á talee 4 los Santos mbrtires Ciriaco y 

:‘aula. 

en tiempo de Felipe III, socolor de no estar canonizada Igual patronato di6 Méjico á la misma Santa Vírgen, 

Santa Teresa, continuó en tiempo de Felipe IV bajo otros d .espues de tener por patrono á San José. Navarra votó 

títulos, que aunque no menos infundados, bastaron para P 801 su patrono á San Francisco Javier, no obstante que 

frustrar el voto del Rey y de toda la Nacion en un nego- a veneraba como tal á su Obispo y mártir San Fermin. 

cio por una parte muy claro y por otra gravísimo. ;‘alencia eligió por patrono á San Viceute Ferrer, cuan- 

Habiendo indagado Ia comision estos nuevos título@ d o ya lo era San Vicente mártir. Lisboa votó por patrono 

cOn que quiso entOnC8S justifiCarS la infraccion de aquel 8 San Antonio de Pádua, no obstante que veneraba ya 

voto, que tal debe reputarse Ia suspensioa del dicho patronato, 

no puede menos de admirar que á unos fundamentos 

muy débiles, se les hubiese dado colorido de verdad 

y justicia; creyendo por lo mismo que V. hl., sin 

or tales á San Sebastian y 8 San Vicente. El reino de 

P ‘rancia, de resultas de la victoria de Cárloa VII contra 

l( )# ingleses, eligió por su patrono á San Miguel, sin que 

c: reyese perjudicar en ello B San Dionisio y San Martin, 

necesidad de votar nuevamente el patronato de Santa Te- q ue lo eran muchos sigloe antes. NBpolea, despues de te - 

resa en estos reinos, debe sostener el acuerdo de las di- n er por patronos 4 San Genaro, Severo, Aspernio y Agrichas 

Cortes, mandando que se cumpla lo resuelto entonces P ino, recibió por patrona B Santa Tereea el año 1628, 

por la Nacion, y confirmado por la Silla apostólica. Exa- Si .endo virey de aquellos Estados el Duque de Alba DOn 

minari, pues, la comision los motivos que se alegaron 

para la suspension del voto de las segundas Córtes d8 

1626, para que, vista la insubsistencia de ellos, pueda 

acordar V. kt. la determinacion que reclama la Religion 

d8 aquel acto de la voluntad nacional tan solemnemente 

manifestada. 

El primer título que comenzó ã alegarse Contra el pa- 

A ntonio Alvarez de Toledo, proteetando los títulos, bar( 

mes y procuradores de aquel reino, que á eeto les habia 

movido el ejemplo de España, donde se hallsbs ya nom- 

; rsda patrona, y cuyos pueblos habiao recibido por su 

ir ltercesion intlnitas gracias del cielo; y pocos años antes 

ll abia añadido á este número 4 Santo Tomáa de Aquino, 

ci on aprobacion de Clemente VID, en cuya Bula se leeu 

tronato de Santa Teresa, fué la incompatibilidad de mu- tu stas notables palsbrae: acuanto más fueren y de mayor 

chos patronos en un mismo reino, llegando á decir uno a Grito los que en el cielo interceden con Dios por nos-

3360 83 DIC JUNIO DE 1818. 

otros, tanto más fácilmente alcanzamos los bienes deseados, 

y más duraderos son estos bienes. » 

Esta constante y sdlida práctica de los pueblos católicos 

la suponen las rúbricas generales del Breviario roma. 

no (capítulo 1) donde se lee: tserá doble el otlcio en las 

5estas de los patronos de algun lugar, sean uno ó muchos.* 

Y Benedicto XIV, suponiendo esta compatibilidad 

de muchos patronos, dice que en el caso de ser muchos 

los de un mismo reino ó pueblo, el uno sea principal, y 

los otros menos principales; lo cual solo alude al rito más 

solemne con que debe ser celebrada la fiesta del principal, 

no al mayor influjo de su patrocinio, porque de esto 

en tales casos nunca ha hecho juicio comparativo la aanta 

Iglesia. Y aun esta regla del rito más solemne no es 

ni ha sido siempre constante, pudiéndose citar ejemplos 

de patronos de un mismo reino, celebrados como igualmente 

principales con un mismo rito. Así Alejandro VII 

ea SU Bula de 14 de Abril de 1657 mandó que San Prancisco 

Javier, votado patron por el Rey de Navarra, fuese 

venerado como igualmenti principal que San Fermin 

Con 05cio @sico y octava. El reino de Nápoles, no obstante 

qoe tenía por @ron0 principal á San Genero, votó 

tambien por principal á Santo Domingo; y el mismo Alejandro 

VII en su Bula de 28 de Julio d8 1664 declaró su 

5estr de gnardar y de primera clase con octava en todo 

aquel raino. Inocencio XI, á peticion del Rey y reino de 

Polonia 8n su Bula de 24 de Setiembre de 1686 declaró 

á San Jacinto, patrono y protector de Polonia y de Lituania, 

igualmenta principal que San Estanislao Kostka. España 

celebra ahora como patrona principal á la Santísima 

Vírgen en su inmaculada Concepcion con oficio de primera 

clase y octav8, no obstante que antes veneraba ya & 

Santiago con el mismo rito. No hace mérito la com%on 

de los estados y pueblos que por antigua costumbre tienen 

muchos patronos principales, 8 loa cuales no comprende 

la Bula de San Pio V sobre la unidad de un patrono 

de @ta clase, eomo lo declaró la Congregacion de 

Ritos 8n 6 de Diciembre de 1608. En este caso estin Génova, 

que tiene por patronos principales i la Concepcion 

de Nuestra Señora, á San Juan Bautista y San Jorge: 

Cremona, que venera tambien como principales á los Santos 

mártires Pedro y Marcelino, B San Himerio y á San 

Homobono. Aun cuando hubieran intentado las Córtes declarar 

á Santa Teresa patrona igualmente principal que 

Santiago, no por eso debiera entenderse que fuese colendo 

el dia de su fiesta; porque no habiéndose comprendido 

eeta en el voto, ni habiéndolo declarado la autoridad 

eclesiástica, de acuerdo con la civil, debia observarse en 

este caso la regla general establecida por Urbano VIII en 

su Conetitucion de 22 de Diciembre de 1642 sobre que 

no s~ll festivo sino el di8 de uno de los dos patronos. 

Si no ae hubiera tambien alegado contra el patronato 

de Santa Teresa el que era mujer, excuseria la comision 

cont,&ar á un obstáculo tan ageno del espíritu de la Iglee 

sia. Mas por desgracia s8 opuso s8r cosa nunca vista el 

que hubiese santas mujeres patronas de pueblos; agudando 

tal VBZ eeb indicacion 4 que se miras8 como extraña 

aquella singular devocion de las Córtes 6 tan insigne española, 

y lo que es más, como ridiculo el voto de su patronato. 

Bastaria reproducir en este caso los axiomas que 

acerca de la igualdad de los Santos, así varones como 

mujeres, en órden á Dios se hallan en la Sagrada Escritura 

y en los Padres y Doctores de la Iglesia. San Pablo 

dice: upara Dios no hay vrron ni mujer; pues todos ao - 

mas una misma eosa en Jesucristo » Y Sento Temis: 

*que eu la8 cosas del ánimo la mujer no se diferencia del 

varon, siendo cierto que á veces se halla una mujer me- 

jor que muchos varones., Por lo mismo la Silla apost& 

lita jamás ha opuesto semejante óbice para la eleccion 

3e patronos. Mas contrayéndose la comision á ejemplos d8 

España, citará á Santa Leocadia, pstrona de Toledo; 6 

santa Librada, de Sigiienza; á Santa Justa y Rufina, d8 

Jevilla; á Santa Emerenciana, de Teruel; á las Santas 

Basilisa y Anastasia, de Játiva; á Santa Vitoria, de Córloba; 

á Santa Mónica, de Guadalajara; á Santa Paula, 

ie Málaga; á Santa Eulalia, de Mérida y de Oviedo, y á 

santa Rosa, del Perú y de ambas Américas. Por lo que 

toca á Santa Teresa, añadirá la comision, que el mismo 

Jesucristo quitd estos supuestos estorbos de su sexo para 

ser patrona de España, habiéndole prometido, como re- 

Bere la misma Santa ( W., capítulo XXXIX), «que ninguna 

cosa le pediria que no la hiciese. » 

Oponíase además contra este patronato el perjuicio 

Iue se suponia resultar al de Santiago el Mayor, que además 

de ser Apóstol, habia sido fundador de la Iglesia de 

España y vencedor de los enemigos del Reino. Alguno 

siiaclió que la distribucion de los patronatos pertenece á 

Jesucristo, el cual eligió á Santiago por patron de España 

:uando en ella no habia Reino. El que esto dijo no reflezionó 

que el mismo Jesucristo dejó á la devocion de los 

tieles L invocacion de los Santos, sea general ó especial, 

á,‘cuya clase pertenece la eleccion de patronos para implorar 

su intercesion y auxilio. Tampoco tuvo presente el 

wígen del patronato de Santiago, que fué algunos siglos 

despuee de haberse predicado la fé en estos Reinos. 

No iban meno8 descaminados loe que alegaron el per - 

iuicio del patronato de: Santo Apdstol. Esta razon la tenia 

desvanecida nuestra misma historia. Es notorio que 

sn el año 646 el Rey Chindaevinto nombró patronos de 

España á San Justo y Pastor, como consta de un privilegio 

de la Iglesia de Astorga. De resulta de la famosa batalla 

de Simancas, el Conde Fernan Gonzalez declaró pa- 

tron de Es-paña, junto con Santiago, 8 San Millan, liama- 

30 de la Cogulla, lo cual prueba con documentos el cronieta 

fray Antonio de Yepes. Desentendíanse tambien de 

que las Córtes expresamente habian protestado recibir 8 

santa Teresa apor patroria y abogada despues del Apóstol 

Santiago,> como lo dice el Sr. Felipa III en la circular de 

4 de Agosto de 1618, que obra en este expediente, con-. 

forme á lo cual el mismo Urbano VIII, en la Bula 8xpe 

lida con este motivo, declaró que el nuevo patronato de 

garita Teresa se entendiese conforme á los deseos de las 

zórtes

wtilumao 585, 3361 

ber quedado entonces San José patron de España no fué 

porque de ello se creyese rei5ultar perjuicio al patronata 

de Santiago, sino por haberlo pedido Cárlos II sin anuencia 

del Reino, como observa Benedicto XIV. Esto convence 

que era imaginaria aquella razon esforzada entonces 

por la Orden de Santiago, cuyas rentas y exenciones quedaron 

intactas, sin que á nadie le ocurriese defraudar en 

un ápice el patronato de Santa Teresa á la fiesta solemne 

con octava del Santo Apóstol, y menos & los caudales destinados 

á su culto. 

Ni esta supuesta diminucion del culto de Santiago, ni 

otro ningun obstáculo se atrevió nadie á poner en España 

pocos años despues cuando eligió el Reino por su patron 

al arcángel San Miguel, votando ayunar en la víspora 

de su aparicion y hacer solemnes procesiones en esta 

fiesta, en todo lo cual convino el Consejo de Castilla en 

su favoruble consulta del año de 1643. Mucho menos se 

alegó este patronato de Santiago cuando en tiempo de 

Felipe IV recibió el Reino por patrona á Nuestra Señora, 

dedicándole la fiesta que se intitula del Patrocinio, ni 

consta á la comision qu8 se opusiese cuando las aórtes 

celebradas por Cárlos III en el año de 1760 asignaron 

este patronato especial de la Santísima Vírgen al misterio 

de su inmaculada Concepcion; y si de hecho se alegó 

en contrario entonces el patronato de Santiago, como algunos 

creen, el suceso mismo demuestra que fué desatendido 

este óbice. 

Aun es, si cabe, más frívolo el pretesto de que en 

esta eleccion de Ir Santa por patrona habia procedido la 

Nacion sin conter con la Santa Sede. En esto se padecieron 

dos equivocaciones. La primera suponer que fuese ne - 

cesaria esta condicion antes que la hubiese exigido la Con. 

gregacion de Ritos; y es tan cierto no haberse tenido por 

necesaria antes de aquella época, que en la eleccion de 

Santos, así para el patronato de reinos como de ciudades 

6 provincias, jamás se acudia á Roma, ni aun á la autoridad 

eclesibstica de la propia diócesi, como dice Bene- 

dicto VIV: clectiones in patronos $ebant a decorionibus civitatis, 

nrllo consenw apiscopi et cl&. La segunda equivocacion 

es aun más palpable, porque á pesar de no ser necesario 

el recurso á Roma para la confirmacion del voto 

ni del patronato, quiso la Nacion contar con S. S., y en 

efecto, pidió y obtuvo la Bula confirmatoria de Urbano 

VIII que aquí se presenta. Esta Bula no fué derogada 

solemnemente por la Silla apostdlica, ni menos se 18 negó 

el placito regio en España; antes bien, consta haberla circulado 

el Rey can el decreto de las Córtes. El decreto de 

Roma que se supone haber revocado la ejecucion de la 

Bula (caso que sea cierto, pues consta que no existe en 

este archivo adonde parece haberse enviado), fué expedido 

sin citacion ni audiencia del Rey ni del Reino, Aun 

siendo auténtico, no pudo extenderse á revocar el decreto 

de las Córtes de España en brden al patronato. Esta eleccion 

fué hecha dos veces por las Córtes en tiempo hábil 

antes del año 1630, en que la Congregacion de Ritos 

prescribió las reglas que debian observarse en el nombramiento 

de patronos, una de las cuales era que fuese aprobado 

por la Congregacion de Ritos. Aquel decreto de la 

Congregacion, como enseña Benedicto XIV, nolpudo tener 

efecto retroactivo comprendiendo á las elecciones anteriores, 

antes bien su mismo contexto denota que no era 

valedero sino para adelante: crm in decreto ipso haóeartur 

vtraa 428 posterwn, AiW2 infertur wn posee i71 liabere vim, 

laisi & dit quo takna fuit. Y añade que por lo mismo, respecto 

de los patronos nombrados antes de aquella época, 

debe seguirsela regla de Guyet, esto es, que no se exijan 

las condiciones prescritas en aquel decreto, SSguese de 

aquí que la primera eleccion de Santa Teresa por el Reino 

fué legítima, y que á Roma no se acudió por parte del 

Rey y del Reino hasta las segundas Córtes, y aun eutonces 

no por creerse necesaria la confirmacion del Papa para 

dar legitimidad á aquel nombramiento, sino para satisfacer 

la piedad de los Diputados. Esto lo demuestra la circular 

del Sr. D. Felipe III de 14 de Agosto de 1618 que 

existe original en el archivo del ayuntamiento de esta 

ciudad, donde se lee:

3362 83 DE JUNIO DE 1812. 

Accediendo V. M. á ente dictámen de la comision sobre 

dar á nuestros pueblos el testimonio que desea esta 

comunidad de haberse dado gracias al Altísimo por la 

obra de la Constitucion, en uno de los conventos de esta 

insigne española, les presentaria tambien una prenda de 

los bienes que deben prometerse de su intercesion prodamándala 

nuevamente en virtud de aquel voto por su especial 

patrona y abogada. En ello procederá V. M., no solo 

conforme á la doctrina ya indicada de Benedicto XIV, 

sino á varias decisiones de la Rota, que tienen desvanecida 

la única duda que pudiera detener la decision de este punto; 

y es si deberá acudirse á la Congregscion de Ritos para 

que se tenga por válida la eleccion de las dichas 

Cortes. 

Todos les escritores clásicos que tratan de esta materia 

dicen que no se necesita esta condicion para que tengan 

su efecto los patronatos de Santos votados antes del 

año 1630, en cuyo caso está el de Santa Teresa. A los 

testimonios alegados añadirá la comisíon únicamente el 

de Ferraris, cuya autoridad es gravísima en estas materias, 

porque además da su justa reputacion, habla como 

testigo calificado de la práctica actual de la curia romana. 

acierto es, dice, que si la eleccion de un Santo por 

patrono fué anterior el decreto de Urbano VIII, en que se 

impuso la necesidad de que fuese aprobada por la Congregacion 

de Ritos, no se requiere esta condicion, aun cuando 

esta eleccion se renueve y confirme despues de aquel 

decreto. * Y en otra parte: eaunque el decreto (de Urbano 

VIII) irrite las elecciones (de Santos patronos) hechas 

despues, d que hubieren de hacerse, no irrita las decretadas 

antes, como lo respondió la sagrada Congregacion de 

Ritos en 15 de Junio de 1633. Y tambien en otra reeolncion, 

sobre el patronato de San Francisco Javier en Navarra, 

en la cual se aprobb este decreto de las Cktes de 

aquel reino; y este decreto, como jurídico, fué aprobado 

por la Rota, á propuesta del decano, con soIa la advertencia 

de que para evitar el perjuicio de la antiquísima eleceion 

de San Fermin, deben ser venerados ambos Santos 

como patronos, lo cual supone haber sido válida la eleceion 

de San Francisco Javier.% Clara es la aplicacion de 

esta doctrina al caso presente, pues consta que el llevarse 

B efecto el patronato de Santa Téreaa, decretado por aquellae 

Córtes, debe entendorse sin perjuicio del de Santiago 

Apóstol, como ya previno Urbano VIII, y menos del de 

San Miguel y do1 de la Santísima Virgen. 

Rste es el parecer de la comision, que sujeta en toda 

á la ilustrada piedad y sabiduría de V. M. 

Y por si acaso mereciese su soberana aprobacion, 

acompaña la minuta del decreto que á este propósito pudiera 

expedirse. 

Cádiz 14 de Mayode 1812.=Alfonso Rovira.=Fran. 

cisco Se,*ra. aVicente Pascual.-Pedro Gordillo. -Jo a- 

quiu Lorenzo Villanueva. B 

arLaa Córtes generales y extraordinarias, teniendo er 

consideracian que las Córtes de los años 2617 y 1626 eli, 

gieron por patrona y abogrda de estos Reinos, despuesde 

Apóstol Santiago, á Santa Teresa de Jesús para invocarlr 

en todas sus necesidades, y deseando dar un nuevo testi 

monio, asi de la devocion constante de nuestros pueblos ( 

esta insigne española, como de la confianza que tienen ex 

su patrocinio, decretan : 

Primero. Que desde luego tenga todo su efecto el pa, 

tronato de Santa Teresa de Jesús á favor de las Espaiias 

decretado por las Córtesde 1617 y 1626. 

Segundo. Que se encargue á los Muy Rdos. Arzobis- 

OS y Rdos. Obispos, y á los Prelados de cuerpos y terriwios 

exentos, dispongan acerca de la solemnidad del ri - 

D y de la fiesta de Santa Tereda lo que corresponde en 

,irtud de este patronato. 

Lo tendrá entendido la Regencia del Reino para su 

umplimianto, y lo hará imprimir, publicar y circular., 

Habiendo acreditado el Sr. Obispo de ldallorca con 

‘ertiflcacion de facultativo su falta da salud, accedieron 

as Córtes á la súplica que prasentó, concediéndole seis 

neses du licencia para pasar á aquella isla á restable- 

Ierse. 

En virtud del dictámen de la cumisioc de Guerra ee 

kasó á informe de la Regencia la causa remitida por el geieral 

Ballesteros (péase la seaion del cEia 17 del actual) pa- 

‘8 proponer luego la comision en vista de él lo que le pateciere 

conveniente. 

Conformándose las Cbrtes con el dictámen que la conision 

de Hacienda dió acerca de una solicitud del señor 

Laguna, remitida desde Lisboa, declararon que dicho seior 

Laguna no debiese perder durante el uso de su licenlia 

para restablecer su salud el goce del sueldo corresponliente 

á su empleo militar, sino solo el excedente hasta 

:l completo de las 40.000 rs. asignados por dietas miea- 

#ras aatuviese ausente del Congreso. 

Fr. José Joaquin Espejo, monje presbítero de la Car- 

;uja de Sevilla, dirigió una representacion en la cual ha- 

:ia presente, que habiendo sido denunciado un papel que 

.mprimió con el título de Carta de westro m%y amado Rey 

~1 ST. D. Fernando VII á la serelrtsima señora Isjhnta DoiZa 

Carlota, y seguido el juicio de censura, habia sido calificado 

de atrozmente injurioso á las Córtes y al Rey, por 

lo cual en virtud de esta censara se le habia preso, y no 

obstante su carácter sacerdotal, puesto en la cárcel pública 

á deshoras de la noche, desde donde :se quejaba de 

que se habia infringido el decreto de liberbad de imprenta, 

pues la Junta Suprema solo le habia oido una vez. En 

vista de esta representacion la comision de Josticia, á 

quien se habia pasado, despaes de dar cuenta de ella, 

concluia su dictámen diciendo que no alcanzaba cómo ni 

por dónde la Suprema Junta de Censura hubiese infringido 

dicha ley, cuando sus funciones se reducian á hacer la 

celiflcacion ó calificaciones que el tribunal dispusiese, y 

pues que éste y no la Junta acordaria la prision, que era 

de lo que parecia se quejaba principalmente el padre ESpejo, 

y que el Congreso justamente queria que quedasen 

expeditas las facultades del Poder judiciario, opinaba que 

el interesado acudicss ante el juez de la causa á usar de 

su derecho como le conviniere, sin molestar la atendOn 

de las Cortes, sino sn el caso de manifiesta infraccion de 

la ley, que deberia especificar OpOrtunamente. 

El Sr. EST~LER: Dice la comision que solo se debe 

acudir 6 V. M. en el caso de que se infrinja la ley. heS 

por eso acude este interesado. Su exposicion es sucinta; 

pero de la relacion de este suceso resultará Claramente la 

tropelía que sufre este sacerdote y las caus811 de esba

l!?frMERO 695. 3363 

tropelía, que no son otras que su amor á las Cbrtes y á la 

Constitucion. En 8 de Mayo último le sorprendieron en la 

calle á las diez y media de la noche un alguacil del juzgado 

del crimen, y otro del juzgado eclesiástico, y fué 

llevado á la cárcel pública, sin que fuesen bastante para 

librarle, ni el respeto que se debe á su carácter, ni 10s artículos 

de la Constitucion, ni laa costumbres puras J vida 

ejemplar de que tiene dados el padre Espejo grandes 

ejemplos en este pueblo, ni el fuero eclesiástico que reclamó, 

y que concede la Constitucion: nada de esto fué 

bastante á impedir que se le condujese á la cárcel pública. 

Pero no es esto todo. Estuve en ella cinco dias sin que el 

juez ae le presentase á tomar su primera declaracion; y 

aquí está el quebrantamiento de la ley. iD6nde está esa 

libertad individual que se concede por la Constitucion, 

que tiene más enemigos que letras? iDónde está esa liber - 

tad de los ciudadanos? iDdude está la observancia del artículo 

que dice: cque ningun español sea preso sino por 

delito, por el cual se le deba imponer pena corporal?* 

iDónde la de otro que dice: «que no sea llevado el reo á 

la cárcel, sin que primero se le conduzca & la presencia 

del juez, para que le tome la primera declaracion, y que 

en el caso que no pueda verificarse inmediatamente lo 

haga dentro de las veinticuatro horas?» El padre Espejo 

es sorprendido en medio de la calle; el padre Espejo, sin 

ser llevedo á la presencia del juez, es llevado á la cárcel 

pública, y está allí cinco dias sin que se le tome declaracion. 

Y ea digno de advertir, que desde luego estuvo como 

en el dia en comunicacion, con todo el mundo menos 

con el juez, que no se presentó. Parece que su delit? no 

será muy grave, cuando desde entonces hasta ahora está 

en comunicacion con todo el mundo. S los cinco dias va 

el juez á la cárcel acompañado de un alguacil del juzgado 

eclesiástico, y se le interroga sobre el delito, á saber: 

si es el editor de esa carta que se publicó de Fernando VII 

á su hermana. Yo la he leido varias veces, y no encuentro 

nada en ella que parezca delito; pero no me meto en L 

eso. Digo que el padre Espejo le manifestó que el regla- 

. 

mento de la libertad de imprenta, manda que los eclesiás 

ticos sean juzgados por su respectivo tribunal, y que la L 

Constitucion conserva su fuero particular; y que respecte ) 

que se le acusaba de infractor del reglamento, este mismo 

manda que sea cada uno juzgado por su juez privativo; 

y asf que no lo reconocia por su juez. Con esto se aca. 

b6 la sesion. Hace ya cuarenta y cinco dias que está así: 

sabe por otra parte que se le sigue la causa en rebeldía, 

y se le condena por contumaz, y no sé si se le condenará 

por hereje, 6 por otra cosa peor. Ello es que no le ha va. 

lido el indulto de las Córtes, ni cosa alguna. En fin, resulta 

, que está quebrantada la Constitucion, que está 

quebrantado el reglamento de libertad de imprenta, y que 

recurre 6 V. M. con sobradísima razon. 

Pero vamos á su delito. No bien se habia anunciada 

por las esquinas su papel, esto es, esa carta de Fernando 

VII á su hermana, ya habia enviado el juzgado ordinario 

un alguacil 4 que recogiese un ejemplar del papel: 

lo remiten 4 la -Junta de Censura, para que dentro de 

veinticuatro horas (que esto es digno de notarse) lo calificase. 

La Junta de Censura dijo que aquel papel era ap6- 

crifo, y que sin embargo de que su autor ponia en boca 

de Fernando VII el reconocimiento de la soberanía nacional, 

era injurioso 8 las Cortes y al Rey; y he aquí que 

á pesar de la educacion y otras circunstancias de literatura 

y patriotismo que adornan al padre Espejo, se le 

mantiene en la cárcel. Yo puedo asegurar á V. hl. sobre 

mi palabra de honor, que si hay españoles que amen lar 

Córtes, la Constitucion y la Nacion entera, aadie le exce- 

de al padre Espejo, el cual acudió B la Junta Suprema, y 

esta habrá dicho tnles cosas que no sé yo lo que le suceder& 

si le ahorcar& 6 que harán con él. El padre Espejo, 

despues de hallarse preso, hizo una representacion á 

la Regencia por medio del provisor, acompañ&dola con 

una carta para este, en que le suplicaba se sirviese dirigir 

aquella representaeion al Presidente de la Regencia. 

La Regencia no ha hecho nada, y yo supongo que habrá 

sido por no haberle dado curso el provisor. En este 

caso, pues, cuando la Constitucion se acaba de publicar, 

e s preciso que V. M. tome en consideracion este exceso; 

i no, la Constitucion será un libro inútil. 

El Sr. MORALES GALLEGO: Ahora hablaré con aIuna 

más satisfaccion en este negocio, puesto que me ha 

trecedido otro Sr. Diputado, de quien no se dirá que le 

,rrastran las relaciones de amistad 6 de paisanage. El pare 

Espejo es sevillano, y por esto me son muy conocidos 

us principios, educacion y patriotismo. Yo le califico de 

QS mismas excelentes cualidades que le ha pintado el se- 

ior preopinante; y en cuanto á lo principal, examinemos 

S i V. M. deberá tomar alguna providencia. 

Si se ha quebrantado el reglamento de la libertad de 

mprenta, y no se ha desagraviado al interesado por las 

mtoridades á quienes está encargado su cumplimiento, no 

lueda otro arbitrio que el recurso á V. M., que se hare- 

;ervado protejer la libertad política de la imprenta. En 

!ste caso se halla el padre Espejo. Delatada la carta 6 

)apel de que se trata, fué remitido á la Junta de partido 

i provincial para su calitlcacion. Prescindo del modo 

r precipitacion con que esto se hizo, y solo me contraigo 

1 que no conformándose con la censura que se le puso 

)or dicha Junta, ocurrió á la Suprema, y se presentó en 

P Jlla pidiendo el expediente para usar de su derecho. 

, Cuando se le entregd, no solo iba conffrmada, si tambien 

más agravada la califlcacion de la Junta de partido, é insistió 

en lo mismo, no obstante lo manifestado por el padre 

Espejo sobre lo principal y sobre el mal estado en que 

se hallaba su salud, que le impedia hacer la defensa con 

la extension y sosiego que requeria la importancia del 

asunto. El reglamento de la libertad de imprenta permite 

al autor 6 impresor pueda solicitar se vea primera y aun 

segunda vez el expediente, y quiere se le entregue cuanto 

se hubiese actuado para hacer su defensa. Esto no se 

verificó con el padre Espejo, B pesar de que aun antes de 

ir el expediente Q la Suprema, ya lo tenia pedido; de 

suerte, que aunque aquella lo vid primera y segunda vez, 

no le oyó más de una, privándole así de la defensa que le 

permite la ley. Despues, se procedid de un modo que no 

tiene ejemplar; porque ningun escritor de tantos como 

hacen sudar las prensas, y que por tan diversos caminos 

sc han propuesto extraviar la opinion pública, atacando 

con descaro las Córtes, el Gobierno, las autoridades y el 

sosiego público, ha sido sorprendido 6 las díez y media 

de la noche en la calle y conducido á la cárcel pública. 

Esto estaba reservado para el padre Espejo, monge cartujo 

y sacerdote, cuyas circunetancias constaban muy 

bien al juez y sus subalternos, puesto que parece que 

acompañb á la diligencia un alguacil eclesiástico. Este 

procedimiento es mucho más notable en Cádiz, donde 

hay conventos, cárcel eclesikztica y castillos donde podria 

ponérsele en custodia. 

No hay duda, Señor, el padre Espejo ae queja con 

razon, porque se ha quebrantado el reglamento de imprenta, 

la Conetitncion, y hasta las leyes comunas, Ya 

he hablado del primero en un punto, y añadiré que tam- 

bien ee ha verificado en otro,[pues previniendo que deban 

conocer IOU jueces y tribunales respectivos sobre la ayeri-

3364 83 DB JUNIO DE 1812. 

guacion, calificacion y castigo de los delitos que se cometan 

por el abuso de la libertad de imprenta, no lo 

es del padre Espejo el juez civil, sino el eclesiástico, y ni 

aquel quiso abstenerse del conocimiento, aunque supo SU 

estado, y reclamó su fuero, ni este se ha prestado á defenderlo 

Y sostenerlo, al menos hasta el dia, antes por el 

Contrario, prestó auxilio para la prision y primeras diligencias, 

que aunque ee suspendieron por resistencia del 

interesado, las ccjntinúa en rebeldía. En cuanto á lo segundo, 

es aun mayor el agravio y la contravencion á la 

ley. Nada importa que la Constitucion haya declarado qus 

lOS eclesiásticos continúen gozando del fuero de su estado, 

para que el padre Espejo sea protegido en él. Inútil 

es tambien mande guardar la libertad individual del ciudadano, 

porque este eclesiástico es, sin embargo, sorprendido 

en la calle y á deshoras de la noche como nn 

malhechor 6 un hombre desconocido. Por demás está el 

haberse mandado en la misma que dentro de las veinticuatro 

horas se halla de manifestar al reo ia causa de su 

prision, y el nombre del acusador, si lo hubiese, pues en 

esta causa no se presenta el juez, ni da noticia alguna al 

padre Espejo hasta el quinto dia de hallarse en la cárcel, 

siendo el resultado que este digno eclesiástico sufra basta 

el dia más de cuarenta de prision, si no me equivoco, y 

permanecerá así como otros muchos infelices, cuya libertad 

está desatendida, acaso porque carecen de agentes 

recomendables que se interesen por ellos. Nunca, Señor, 

ha habido más arbitrariedad que en el dia. iC6mo se tratan 

los ciudadanos despues de establecida y publicada la 

aábia Constitucion que V. M. se ha fatigado en formar 

para alivio, seguridad y consuelo de los pueblos? iD6nde 

estamos, Señor, en España 6 en Turquía? Seria muy dilatado 

si me detuviera á manifestar los muchos hechos 

que persuaden el trastorno gellera que se experimenta 

aun sin salir del ramo de libertad de imprenta; pero no 

me desentenderé del todo en cuanto á la causa del padre 

Espejo. Bien sé que no me toca calificar el papel denunciado, 

ni fallar sobre la censura; mas tengo mi opinioo 

como otro cualquiera ciudadano, y no me est& prohibido 

manifestarla. La carta se declara apócrifa y altamente injuriosa 

á las Cúrtes y al Sr. D. Fernando VII. Prescindamos 

de lo primero, y de cuál sea y hasta dónde pueda 

llegar este delito; pero lo segundo debe mirarse con mucha 

detencion. Calificar de injurioso en grado herbico 4 

las Córtes y al Rey un papel que pone en boca de este el 

reconocimiento á aquellas y el de la soberanía nacional; 

que aconseja á su hermana la señora Infanta Doña Carlota 

observe la mejor armonía con las mismas Córtes; que 

ame y respete la Constitucion y los españoles, y en una 

palabra, una carta en que el autor se propone dar idea al 

público de que entre el Rey y las Córtes hay unanimidad 

de sentimientos en el sistema adoptado por la Constitucion, 

no sé qu8 efecto pueda causar, ni si este juicio podr&r 

equivocarse en la opinion pública, mayormente in - 

fluyendo contra el autor hasta el grado de ocasionarle un 

procedimiento criminal cual experimenta el padre Espejo, 

cuya sana intencion, patriotismo y amor á las Córtej le 

debian poner II cubierto de cualquiera sospecha 6 presuncion 

de dolo que se le quisiera atribuir en la publicacion 

de su carta. 

Señor, en un caso de esta naturaleza debe V. M. tomar 

conocimiento para desempeñar 18 superintendencia 

general que le corresponde sobre Ia prosperidad, direccion 

Y seguridad de los ciudadanos y de la Nacion, de que no 

puede desprenderse, y la especial de proteger la libertad 

de la imprenta. Se ha forzado la inteligencia que debe 

tener el reglamento, y torcido su verdadero y legítimo 

sentido: exige por tanto la necesidad y la recta administracion 

de justicia, que se rectifique para que se administre 

rectamente sin parcialidades ni agravios; y á este 

efecto, podria mandarse venir el expediente, y que pasado 

á una comision, informara B V. M. lo que le pareciese 

útil y Conveniente, para, en vista de todo, poder deliberar 

con acierto. 

El Sr. MARTINEZ (D. José): La comision de Just,icia, 

que seguramente es tan celosa, como los señores preopinantes, 

de la conservarion de la Constitucion Y del 

reglamento de la libertad de imprenta, al extender su 

dictámen no ha podido menos cie hacerlo como lo ha hecho. 

Por mí solo sé decir que inmediatamente que se pre - 

sentó á la comision fué despachado. Pido que se lea la representacion, 

que es sucinta, 6 fln de que V. N. pueda 

enterarse de los motivos que ha tenido la comision para 

dar en estos términos su dictámen. En la representacion 

no consta lo que se ha dicho por uno y otro señor preopinante. 

La comision no podia inferir si fué preso por el 

alguacil A 6 B: si se le tomó la declaracion al quinto dia 

6 no: si se atienden 6 no sus reclamaciones á la Regenc!a. 

Por lo que ahora se ha dicho veo que hay no solo un 

quebrantamiento, sino muchos, de la Constitucion y de la 

libertad de imorenta; pero como nada de esto se dice en 

cl memoríal, la comision no podia dar su dictamen sino 

con arreglo á 10 que resultaba de él. Y si V. Id. io oye, 

verá que no se sabe si se queja, 

El Sr. GALLEGO: Aunque de la representacion que 

se ha leido no puede inferirse lo qae han expueato los señores 

Estoller y Morales Gallego, por ser, segun dicen, 

cosas ocurridas despues, basta el que dichos señores las 

aseguren para que las Córtes den un momento de atencion 

á este asunto. Yo no conozco al padre Espejo, ni he 

leido su papel, ni he podido comprender con toda claridad 

lo que dice en su exposicion sobre las censuras que precedieron 

para prenderle, ni sé por que se queja más bien 

de la Junta que del juez, en órden á haberle preso en la 

cárcel y contra fuero. De nada de esto tengo noticia. Paro, 

repito, el asegurarlo dos Diputados es más que suficiente 

para que las CCirtes, en uso del derecho de inspeccion 

que tienen sobre el modo de ejercer les autoridades sus 

funciones respectivas, examinen si han sido 6 no holladas 

las leyes en perjuicio de este indivíduo por parcialidad 6 

encono. Posible es que haya habido esta parcialidad en la 

Junta de censura, y tambien que la haya habido por parte 

del juez que procedió en virtud de aquella. Mas ni las 

Córtes, ni otra autoridad puede injerirse á pesar y examinar 

por ahora las censuras de las juntas. Digo por 

ahora, porque el reglamento sobre libertad de imprenta 

no hace á las juntas responsables á ninguna autoridad de 

la imparcialidad de sus juicios. Sin embargo deberán tener 

responsabilidad, ya porque no hay funcionarios Públicos 

del Rey abajo, que por la Constitucion no deba responder 

del recto desempeño de su cargo, y ya tambien 

porqae estando llenas dichas juntas de SugetoS CuYos 

principios son poco conformes á los de las Córtes, de necesidad 

han de encontrar muy criminales los escritos en 

que se abusa por exageracion de estos principios, Y muY 

poco los que se exceden por la de aquellas doctrinas que 

ellos aman y profesan. Así la comision, que estb examinando 

el reglamento que han de seguir las juntas de cen- 

Bura, propondrá sus ideas sobre la responsabilidad 15 que 

deban sujetarse; lo que hará no solo por conformarlas Cen 

La Constit,ucion, y por lo que arroja de sí la indIcada conjetura, 

sino porque la experiencia se 10 ha hecho ve: do 

un modo indudable. Ya llegará el caso de que Se presente 

á las Córtes para su exámen y admiracion la nota que ha

~~~~ -- 

lW!fMERO 696. 3365 

merecido 6 la Junta Suprema el papel más incendiario y 

subversivo, á juicio de todo el mundo, de cuantos 88 han 

impreso, y se verá cómo la Junta lo gradúa de pecados 

veniales, esforztindose y poniendo en tortura el ingenio 

para santificar cuanto en ál se dice, mejor que pudiera 

hacerlo el abogado de mayor celo y travesura. Ke expuesto 

esta ligera indicacion, y expondré otra sobre el procedimiento 

judicial subsiguiente, porque ya es tiempo de 

que las Córtes dejen de mirar con indiferencia puntos tan 

interesantes, y tomen, con motivo del caso particular que 

hoy se trata, providencias generales que corten tales abusos. 

Desde que se concedió libertad de imprimir se ha notado 

constantemente que aquellos que más hablaban contraaquella, 

aquellos que aseguraban que esta medida iba 

á causar un trastorno universal, temiendo que socolor de 

escritos políticos se trataba de acabar con el trono y 

loe altares, esos mismos son los que más han abusadose 

de ella, pudiéndose decir sin aventurar que por cada 

uno de los escritos declarados criminosos por el extravío 

de las ideas llamadas liberales, hay diez de los que siguen 

el sistema contrario. iY cbmo han procedido los jueces 

con unos y con otros en virtud de estas censuras? &Con la 

igualdad é imparcialidad de las leyes? Permítaseme que 

lo dude. Tengo noticia de algunos sugetos que por haber 

merecido cierta censura, escribiendo en favor de las reformas, 

han sido y aún se mantienen presos del modo mas vilipendioao, 

y otros perseguidoa, obIig&dolos 6 expatriarse; 

y no sé que hasta ahora se haya preso ni expatriado 8 

ninguno de aquellos que han merecido iguales censuras, 

escribiendo en favor de los abusoa, y contra las resoluciones 

y doctrinas del Congreso. Veo sí á muchos de estos, 

cuyos escritos al paso que aparecen son delatados, censurados, 

condenados con toda especie de anatemas, los 

unos por incecdiarios, los otros por subversivos, los otros 

por infamatorios, los veo, digo, libres y satisfechos por 

calles y plazas, riéndose de las censurad y de las Córtes 

con el mayor descaro. iY creeré yo que con la misma 

vara se mide á unos que á otros? El padre Espejo está 

preso, muy bien si lo merece. Pero jcómo no lo estáu 

igualmente tantos otros padres que abiertamente tienen 

declarada la guerra á cuantas resoluciones salen del Congreso, 

denigrando, calumniando á muchos indivíduos con 

todo género de imputaciones, atribuyendo miras siniestras 

á sus discursos, y dándoles interpretaciones tortuosas J 

arbitrarias con el piadoso objeto de desconceptuar á V. M. 

y alterar la paz pública? No lo sé; pero el hecho es patente, 

y no será razon que las Cortes lo toleren más tiempo. 

E3to sueede á su vista: iqué seria si, como estas mismas 

gentes deseaban, se hubiesen las Cortes disuelto? Conviene, 

pues, en mi opinion, que se entere el Congreso de los 

pasos que ha llevado el expediente qu3 se discute, para lo 

cual a8 pedirá un testimonio de todo lo ocurrido. No crea 

nadie que se trata de abocar una causa y decidirla. Eso 

no pueden hacerlo las Cortes. Se trata de averiguar en 

uso de su facultad de inspeccionar las infracciones de la 

Constitucion, si en esta causa se ha faltado Q ella 6 á las 

leyes. 

El Sr. DUEfiAS: Este negocio puede considerarse en 

dos estados: primero, aquel en que lo encontró la comision, 

sobre que di6 su imforme, á saber: sin justificacion 

y sin documento alguno mas que la exposicion de medio 

pliego de papel: en este estado la comision no pudo hacer 

más de lo que ha hecho. Segundo estado, que es el presente, 

esto es, con toda la prueba necesaria, y toda la 

justificacion que requieren las leyes para que el juez 88 

cerciore y se imponga de la justicia que hay en la cansa, 

os decir, que hay testigos de mayor excepcion, por 10s 

que resulta que este religioso ha sido atropellado. La providencia 

que ha insinuado el Sr. Morales, y despues el 

Sr. Gallego, está muy conforme con la calidad y requisitos 

de esta causa, cualquiera que sea su estado; pero no 

es bastante, porque así como un juez debe poner en Iibertad 

á un ciudadano luego que por los autos vea que 

no tiene delito de pena corporis a@&~, de Ia misma 

manera cuando vé V. M. que un ciudadano está atropellado, 

y que se ha infringido la Constitucion, V. M. debe 

tomar conocimiento, mandando venir aquí el expediente 

en el estado en que se halle, y que el interäsado sea puesto 

en libertad á disposicion de su juez. Digo venir aquí 

el expediente, porque aunque crni las C6rtes ni el Rey podrán 

ejercer en ningun caso las funciones judlciales, ni 

abocar causas pendientas,> segun el art. 243 de la Constitucion, 

esto se entiende en todas las causas y juicios 

comunes que han de fallarse por leyes generales, y cuando 

se han de castigar delitos ordinarios; pero cuando el 

delito es infraccion de la leg fundamental, entonces, por 

el art. 373 «todo español tiene derecho de reprasentar 6 

las’ Cortas 6 al Rey para reclamar la observancia de la 

Con3titucion.P Y en vano seria haber dado I todos los 

españoles el derecho de representar en este caso 6 las 

Córtes, si las Cdrtes no debiesen provear el remedio por 

sí mismas. Además que el artículo anterior está bien terminante, 

cuando dice que tomarán en consideracion las 

infracciones de la Constitucion que se les hubieren hecho 

presentes para poner el conveniente remedio, y hacer efectiva 

Ia responsabilidad de 10s que hubieren contravenido 

Q; ella; de manera, que aunque el cuidado de 1s observancia 

en Ias Ieyes esté á cargo de1 Rey, y sean 10s tribunales 

10s que deban aplicarlas, la Constitucion 6 ley fundamental 

es de tal importancia que merece tener además de 

estas guardas la especialísima vigilancia del Congreso, 

que debe ser como el juez nato de las infracciones. 

Concurre tambien otra razon muy digna de considerarse; 

y es que este interesado, segun han dicho los señores 

preopinantes, acudió ya al juez de la causa, al juez 

de su fuero y B la Regencia; y sin embargo se halla todavía 

en Ia cárcel pública, á pssar del fuero que como 

eclesiádico le corresponde. iA quién dirigirá ya sus clamores 

sino á Ia Nacion que esta reunida en el Congreso? 

Este religioso fué preso por quien no era su juez; pasaron 

veinticuatro horas, y aun cinco dias, sin que se le 

tomase declaracion alguna; es retenido en la cárcel pública 

por delito que no merece pena corporal; reclama la 

observadcia de la Constitucion en tantas partes quebrantada, 

y tiene á su favor testigos de excepcion que, no en 

lugar oculto ante juez y escribano, sino en público, ante 

V. M., á la faz de la Nacion y bajo su palabra de honor, 

dicen que lea consta la certeza de tantas infracciones como 

se han cometido: Ilegado es, pues, el caso de castigarlas 

y de hacer efectiva la responsabilidad contra quien 

haya lugar: las primeras infracciones deben castigarse 

ejemplarmente para economizar los castigos; para conservar 

el cuerpo y la salud es necesario derramar alguna 

vez la sangre. Por tanto, añado á la proposicion que ha 

hecho el Sr. Morales Gallego, que remitiéndose los autos 

sea puesto en libertad este religioso, 6 quede B diaposicion 

de su juez respectivo. 

El Sr. GOLFIA: Apoyándome en las razones que ha 

expuesto el Sr. Gallego, me parece que no ae puede decir 

nada sobre este punto sin aprobar su proposicion. Este 

buen religioso no sabe quién lo juzga, supuesto que se 

queja de la Junta de Censura, y esto mismo es una prueba 

de la arbitrariedad y del desdrden con que se procede 

en SU causa. Dos Sres. Diputados conflrmaa esto mismo 

842

9366 23 DBI JTJRIO DBI 181s. 

con SUB exposiciones; J si es cierto lo que han dicho (como 

debe suponerse), la Constitucion se ha violado, no aolo 

en uno, sino en muchos artículos. No despreciemos esta 

indicacion por limitarnos á la queja del agraviado, que 

se funda en una equivocacion; pero en una equivocacion 

que no podria existir si se hubieran observado la Constitucion 

y las leyes. Yo pido qua aunque no se delibera sobre 

la exposicion de este religioso, se tome en consideracion 

lo que han manifestado los dos señores que hen hablado 

de su causa. Si se quieren datos más positivos, pídase 

el testimonio que el Sr. Gallego propone, y ventíle 

se este punto con el interés que merece. El Congreso no 

puede, sin faltar á la Constitucion, dejar de manifestaree 

protector de los ciudadanos que reclaman los derechos 

cuyo libre ejercicio los ha garantido la misma Constitucion. 

Si el Congreso desatiende estos clamores, la Constitucion 

se reducirá á su misma vista á la nulidad, y negará 

á los ciudadanos una proteccion que tienen derecho 

á exigir. Así, pido que no se desentiendan las Córtes de 

lo que han oido á algunos Diputados, y que para proceder 

con el conocimiento necesario se apruebe la proposicion 

del Sr. Gallego, que no contradice á la Constitueion, 

pues esto no es abocar los autos, ni entender en el fondo 

de la causa, sino únicamente examinar si sa han seguido 

los tráïnites constitucionales. 

El Sr. GIRALDO: Por la representacion sola, encuentro 

yo que hay infraccion da la Constitucion, y no solo de 

la Constitucion, siuo de una porcion de leyes que rigen 

y han regido siempre. Se encuentra desde luego desaforado 

8 un sacerdote, lo cual no solo es contrario á Ia Constitucion 

política, sino á las leyes que regian antes de que 

esta se publicase. Con solo representar el intereeado desde 

donde representa, es decir, desde la cárcel pública, 

basta para que conste la tropelía. Pues si adem8s de esta 

hay lo que han expuesto los señores preopinantes, j~e 

podr6 dudar que es necesario pedir los autos para saber 

los trámites que se han seguido en este negocio? Prescindo, 

pues, ahora de la causa que haya habido para privarle 

del fuero; pero aquí no se vé más que un sacerdote 

preso y conducido á la cárcel publica y atropellado á deshoras 

en medio de la calle, sin que se le tome declaracion 

en cinco dias. Pues si á un eclesiistico se le atropella 

en estos términos, y se le conduce á la cárcel pública 

sin presentarle antes al juez, ahora cuande está reeieutemente 

publicada la Constitucion, iqué debemos espera1 

en lo sucesivo si no se toma una providencia eficaz? ¿Qui 

debemos esperar los demás? Dejémonos, Señor, de pañor 

calientes. Yo pido que vengan aqui los autos, y entonces 

se verá y se sabrá todo lo que se desea. La comision dt 

Justicia ha cumplido como debie, con arreglo á lo qnc 

daba de sí la representacion. Por lo mismo, y porque hc 

visto otras cosas en varias causas de esta nnturaleza, co, 

no indivíduo que fuí por mi desgracia de la comision de 

itraso de causas, pido que vengan esos autos, y que desues 

se haga efectiva la responsabilidad en el modo y en 

a sustancia. 

El Sr. MUÑOZ TORRERO: Cuando se remite el exwesado 

testimonio podrá pasar á la comisiou que está enendiendo 

en proponer á las Córtes el proyecto de ley sobre 

la responsabi!idad de los jueces para que proponga al 

nismo tiempo qué método deberá saguirse en 103 casos 

#orno el presente, en que haya infraccion de la Constitu- 

:ion, y se dé queja á las Córtes por alguna persona, se- 

:un el derecho que la Constitucion misma concede 6 todo 

spaííol por el srt. 373.~ 

Dec!arado el punto su5cientemente discutido, y conarmándose 

los individuos de la comision de Justicia, se 

,probó en lugar de su dictámsn la seguienta proposicion, 

lue extendió el Sr. Gallego con la adicion de «á la mafor 

brevedad> que hizo el Sr. Borrull: 

-. _..-..- w_.-,-_-a ._ -‘-..,- 

alhuERo 696. 336’7 

1,lM~lO 1)1E SINONES 

DE LAS 

L - 

SESION DEL DTA 24 DE JUNIO DE 1812. 

Se di6 cuenta y mandaron archivar dos testimonios 

remitidos por el Secretario interino de Guerra, de los cuales 

consta que los indivíduos y dependientes del extinguido 

Consejo Supremo de Guerra y Marina juraron la 

Constitucion política de la Monarquía española. 

Las Córtes quedaron enteradas de un oficio del encargado 

del Ministerio de Hacienda, por medio del cual 

la Regencia del Reino participa á S. N. haber nombrado 

con arreglo á la Constitucion para las Secretarías del Despacho 

á las personas siguientes: para la de Estado, al 

Marqués de Casa-Irujo; para la de la Gobernacion del 

Reino en la Península é islas adyacentes, á D. José Leon 

y Pizarro; para la misma en Ultramar, á D. Tomás Gonzalez 

Calderon; para la de Gracia y Justicia, 6 D. Antonio 

Cano Manuel; para la de Hacienda, á D. Luis María 

Salazar; para la de Guerra, á D. Francisco Javier Abadía; 

para la de Marina, á D. José Vazquez Figueroa; debiendo 

suplir interinamente la ausencia del Marqués de Casa- 

Irujo, D. Ignacio de la Pezuela; la de D. Tom& Gonzalez 

Calderon, D. Ciriaco Gonzalez Carvajal; la de D. Luis 

María Salazar, D. José Vazquez Figueroa, y la de Don 

Francisco Javier Abadía, D. José María Carvajal, con 

reserva de premiar á este último y á D. Ignacio de la Pezuela 

los servicios interesantes que los hacen acreedores á 

las gracias del Gobierno y 6 la conflanza pública. 

El Sr. Presidente nombró para la comieion de Marina 

al Sr. Torres y Guerra, en lugar del Sr. Del Monte, y 

para la de Justicia, en lugar de los Sres. Ramos de Arispe, 

Dueñas J Martinez, á los Sres. Larrazabal , Canga y 

Cabrera. 

La comision de Constitucion informó á 8. M. que para 

poder dar el dictámen que se habia pedido á propuesta del 

Sr. Giraldo en la sesion de 3 de Abril sobre las facultahes 

que debe tener el tribunal especial de las Ordenes 

militares en 10 econbmico y administrativo de las mismas, 

debe remitirse á la Regencia la representacion de los Procuradores 

de las mismas Ordenes que se le mandó examinar, 

para que oyendo al Consejo de Estado informe lo 

que le parezca con arreglo & las Bulas pontificias J leyes 

que hasta ahora se han expedido en la materia. Así quedó 

acordad 0. 

Conforme al dictámen de la comision de Guerra, se 

mandó remitir al Gobierno para que la tenga en consideracion 

á su debido tiempo una representacion de varios 

oficiales de artilleria de la provincia de Venezuela, que 

solicitaban se reformase el reglamento de dicho cuerpo 

de 28 de Julio de 1803, mandándose llevar á efecto la 

Real brden de 20 de Mayo de 1809, por la que se abolian 

los perjuicios que les resultan del primero, con notable 

atraso de su carrera. 

Informando la comision de Constitucion sobre la Memoria 

y proposiciones que presentó el Sr. Larrazabal en la 

sesion de 14 de Febrero último, relativas al establecimiento 

de escuelas para los indios, y otras medidas en su 

favor, opinó que aunque el establecimiento de escuelas y 

aplicacion para ellas de los fondos da las comunidades de 

los indios sean materias que deben estar sujetas al sistema 

uniforme que deberá plantearse d medida que la Constitucion 

se vaya ejecutando, segun los informes prácticos 

y locales que den los ayuntamientos y Diputaciones provinciales, 

sin embargo, no hallaba inconveniente en que 

dicha Memoria se remitiese á la Regencia, como lo deseaba 

su autor para el uso conveniente, disponiendo en el 

particular lo que estuviese en sus facultades, 6 informando 

á las Córtes en 10 que á ellas pertenece. Así quedó 

resuelto.

--v-b.. -.Lrm-*~-~~*...~---_--- -..“-.‘“_ “..I .-.- ^ __--- -r___L_ 

3368 84 DLO JUNIO BD1 1818. 

Se ley6 un offcio del Secretario interino de Gracia y 

Justicia, comprensivo del informe dado por la Regencia á 

peticion de las Córtes, sobre si convendria facultar en sdelante 

á los vireyes, capitanes generales y presidentes de 

las Audiencias de Ultramar para que concedan licencia en 

todo tiempo para casarse á los oidores y empleados civiles 

de las mismas, con sujecion á las pragmáticas y obligacion 

de dar cuenta. S. 8. halla muy justa y fundada la 

prohibicion de casarse los oidores y empleados y sus hijos 

con personas naturales del distrito en que ejercen su 

autoridad; observa los inconvenientes que resultarian de 

levantarse dicha prohibicion, y concluye que deben obser - 

varse las leyes de Indias en el particular, y por consiguiente, 

que no debe autorizarse á dichos jefes para conceder 

en tiempo alguno semejante licencias, á no ser en 

algun caso particular en que las Córtes tengan á bien 

suspender los efectos de las indicadas leyes. Sin embargo, 

juzga que respecto á los de las islas Filipinas podrian 

quedar exceptuados de esta regla general, con calidad de 

dar cuenta justificada. Dicho informe se mandó pasar á 

la comision de Arreglo de tribunales con los antecedentes. 

Las Córtes se conformaron con el dictámen de la comision 

de Guerra sobre la instancia de Doña María Ortega, 

viuda de D. Pedro Alcalde, teniente que fué de voluntarios 

de Búrgos, en que solicitata la aprobacion de la 

pension anual da 300 ducados que le concedió el comandante 

general del tercer ejército D. Manuel Freire por el 

distinguido mérito de su marido, á quien los enemigos 

pasaron por las armas, y para su hijo dsmenor edad, Don 

Mariano, la gracia de cadete, y en suconsecuencia mandaron 

que se concediese á dicha viuda la citada pension, 

pero no la gracia de cadete Q su hijo, por ser contrario 

á lo resuelto por las mismas en 16 de Enero de 

este año, y que la Regencia prevenga al general Freire 

que en lo sucesivo se abstenga de conceder pensiones y 

cualquiera otra gracia que no esté en sus facultades. 

naron las Cdrtes los dos tercios de tributos que adeudabsn 

los indios de las parcialidades de San Juan y Santiago 

de Méjico, pertenecientes al año 1810, en atencion 

á que segun exponia aquel.virey , y apoyaba la Regencia 

del Reino (Ve’ase la sesion del 29 de Nuyo), la cantidad 

era solo de 1.549 rs. vn., ciertamente muy pequeña en 

comparacion de los grandes servicios personales y pecuniarios 

que están haciendo aquellos indios. 

El Sr. Pascual hizo la siguiente proposicion: 

«Que á los Diputados aueentes por causa de enfermedad 

se les contribuya con el todo de sus dietas., 

Quedó admitida á discusion, y se mandó pasar con 

todos los antecedentes á la comision de Dietas. 

Se procedió Q la eleccion de oficios, y salió electo 

Presidenteel Sr. D. Juan Polo y Catalina; el cual, al ocupar 

la silla, dijo: 

«Señor, ya que no puedo renunciar ni excusarme á 

admitir la particular distincion con que V. M. acaba de 

honrarme, permítaseme á lo menos que manifieste mi reconocimiento, 

y que suplique á los Sres. Diputados que 

pues han tenido á bien conferirme un cargo que no es fácil 

pueda desempeñar con acierto, continúen sus bondades 

disimulando los defectos que cometa, auxiliándome 

con sus luces para que se desempeñen de un modo digno 

de la Nscion española los importantísimos trabajos que 

penden de la resolucion del Congreso.)> 

Procediéndose á la eleccion de Vicepresidente, se dudó 

si podia ser electo para este cargo el Sr. Gallego, 6 pesar 

de ser Secretario actual, y se resolvió por el Congreso que 

no podia serlo hasta que concluyese el tiempo señalado á 

su destino. La eleccion recayó en el Sr. D. Alonso de Torres 

y Guerra. La de Secretario en el Sr. D. Juan Bernardo 

O’Gavan. 

$egun el dictámen de la comision Ultramarina, condo- 

Se levantó la sesion, anunciando el Sr. Presidente que 

no la habria al dia siguiente.

XanmRo 697. 3369 


DE LAS 

SESION DEL DIA 26 DE JUNIO DB 1812. 

Mandáronse archivar los testimonios remitidos por los 

respectivos Secretarios del Despacho de haber jurado la 

Conatitucion política de la Monarquía los dependientes de 

la Real caballeriza y ballestería con sus agregados, los 

padres del oratorio de San Felipe Neri, entre ellos el reverendo 

Obispo de Arequipa, los indivíduos que componen 

la secretaría de Interpretacion de lenguas, la suprema 

Asamblea de la Real y distinguida órden de C&rlos 111, y 

el tesorero general y el superintendente de la casa de 

Moneda. 

Las Córtes oyeron con especial agrado, y mandaron 

insertar íntegra en este Diario áe #lbd se8ioses, la siguiente 

expoeicion : 

tseííor, el que gime largo tiempo en la suma de in - 

mensos males, y ve anunciado un bien, cuya llegada debe 

sacarle dichosamente de ella, no puede ser culpable si 

en los trasportes del deseo de mejorar de suerte, expresa 

su impaciencia á quien puede satisfacerla. Casi tree meaes 

hace, Señor, que la sábia Constitucion, resultado admirable 

de las incesantes tareas de V. M., se publicó con la 

dignidad debida d su grandeza en esta aórte, y otro tanto 

tiempo há que los pueblos libres de Castilla, y aun los 

que por desgracia sufren el peso del yugo de la tiranía, 

suspiran por ella, librando en su venida la esperanza de 

salir del abismo tenebroso de las desgracias al goce de una 

dicha y felicidad imperturbables; pero los dias pasan, la 

Conatitucion no llega, y multiplicándose loa deseos de 

verla, se acrecientan las penas, y la dureza de la suerte 

ae hace 4s insoportable. 

un una eituacicn semejante cree esta Junta superior 

de Hacienda de Castilla, solicita del bien de una provincia 

siempre firme, siempre constante en medio de las mayorea 

desgracias y terribles alternativas de opresion, y li- Señor .=El 

bertad, no serS desagradable 6 V. M. el que por un objeto 

tan propio de los flpes de su institueion, clame con toda 

la vehemencia que la inspiran sus nobles sentimientoti á 

V. M. por la necesidad de recibir ese augusto monumen- * 

to de su sabiduría y celo, y ese manantial fecundo de 

bienes incalculables, bálsamo que cura las profundas llagas 

de un padecer largo, penoso y apenas interrumpido. 

Dígnese, pues, V. M., ante cuyo acatamiento la provincia 

de Castilla merece un lugar muy distinguido y sublime, 

hacer que recibiendo la sábia Constitucion los pueblos, 

empiecen B gozar los beneficios que prepara, y á g? - 

tar la dulzura de unos consuelos aapaces de arrancarlos 

del estado de aniquilacian á que la continuacion de los 

sacriflcios necesarios loe ha reducido, y traerlos á la posesion 

del bien por quesuspiran. 

La Junta, Señor, habria deseado ardientemente que 

en el momento en que nuestros aliados van 4 dar la libertad 

á Castilla, no hubiera habido obsticulcs que impidiesen 

á este cuerpo llevar en sus manos los frutos de la 

meditaeion de V. M., y poder decir á los fieles castellanos: 

recibid la prenda que asegura vuestros derechos, y 

que si jurais conservar máe que vuestras vidas, alejar6 

perpétuamente los males que por tanto tiempo han aquejado 

vuestro fértil suelo y virtuosas familias. 

La Junta, Señor, arrebatada del ardiente deseo de 

ver en Castilla la Constitucion, ha anticipado la manifestacion 

de él al justo tributo de gratitud que debe pagar 

á V. M. por un beneficio que en grandeza excede B toda 

ponderacion, y se persuade que esta inversion, al parecer, 

del órden, no ser& á los ojos de V. M. desagradable, y 

que lo mirará como un efecto de aquel patrimonio que 

inspira siempre lo que conduce al logro del grande bien 

por que se anhela. 

Nuestro Señor prospere á V. M. para el bien de Ia 

Nacion. 

San Felices de los Gallegos y Junio ll de 1812.~ 

vicepresidente, Marqués de EspeJa. -José 

María Puente.=Tomás Diez Rodriguez. B 

En cuanto á 18 schcitud que encierra esta erposicion, 

843

3370 

- 

26 DB JUNIO DEI 181%. 

* 

no se kunb providencia alguna en atencion á saberse que 

ya por direccion del Gobierno se hallaba en camino para 

aquel y otros puntos un número competente de ejempla. 

res de la Constitucion. Con este motivo hizo presente el 

6%. de kwna que la Junta de Avila, adem&s de otros 

muchos servicios hechos á la Pátria, había publicado ya la 

Constitucion en varios pueblos de aquella provincia. 

Se accedib á la solicitud de D. Antonio Cano Manuel, 

el cual, haciendo presente que se le habia nombraslo por 

la Regencia Secretario del Despacho de Gracia y Justicia, 

J juzgando incompatible este encargo con el de indivividuo 

do Ia Suprema Junta de Censura, hacia dimision de 

este último, como pensaba hacerla por la misma razon en 

virtud de haber sido nombrado iadivíduo del Tribunal SUpramo 

de Justicia. 

Concluyóse Ia discusion del dictámen de la comision 

de Guerra sobre la Junta que ha de formar el proyecto de 

constitucion militar ( Vedse Za sesion ~3.52 dia 15 del ach&), 

y en su consecuencia quedaron suprimidos los artículos 6.’ 

y 3.‘; y aprobado el contenido de! ‘Y.‘, se acordó que l8 Secretaría 

lo extendiese en 10s términos convenientes con Ia 

adicion’ Bpor medio de 18 Regencia.9 

Clontinub la discusion del proyecto de ley sobre laa 

Audiencias y juzgados de primera instancia; y habiéndose 

leido la adicion que al primer artículo aprobado en la 

sesien del actual hizo el Sr. Cabrera, tomó la palabra diciendo. 

El Sr. CABRERA: Señor, la equidad y la Justicia 

exijen de V. M. que se sirva aprobar la presente adicion. 

La isla española de Santo Domingo fué Ia primera posesion 

que V. M. tuvo en América, y fué tambien Ia cuna 

de las más ricas provincias que V. M. posee en el Nuevo 

Mundo, pues que de ella salieron 10s que Ias descubrieron 

y conquistaron. La isla de Santo Domingo resoató 6 la 

mpaña en el año pasado de 1’795, cuando invadida por 

los ejércitos franceses, y ocupadas todas las plazas fuertes 

de Ias fronteras, se hallaban ya muy cere de la córte en 

&sposicion de tomarla, En estas circunstancias se les propuso 

18 paz: la admitieron, y cediéndosele aquel estimable 

territorio por el tratado de Basilea, devolvieron todas las 

plazas conquistadas. 

Por último, Señor, la isla de Santo Domingo se ha 

recuperado en la presente guerra casi sin costo del Erario 

nacional, por el esfuerzo y sacriílcios personaIes y pecuniarios 

de sus naturales, y compone otra vez una parte 

de los dominios de España. Estas consideraciones son dignas 

del aprecio y gr&itud de V. M. ; pero es á SU justicia 

que yo apelo tm el presente caso. 

Cuando empezd á discutirse este reglamento sobre Au - 

diencias, dije á V. M. que la primera que hubo en laa Indias 

fué la:de Santo Domingo, como que se estableció desde 

que se posesionaron en aquella isla los españoles, que permanecid 

por espacio de trescientos años, hasta que en virtud 

de la cesion indicada se trasladó á la isla de Cuba. Se 

ha reconquistado ahora; y un por efecto del derecho de post. 

liminio sd ha restablecido el arzobispado, Ia catedral me. 

tropolitana que allí habia: se ha nombrado un gobernador, 

intendente y capitan general, Ministros de la Hacienda púa 

blica, y se ha restituido todo el antiguo pié en que antes 

estaba. Si esto es bien justo, lo eg mucho más el que se 

le vuelva Ia Audiencia por la necesidad que tiene de 

este tribunal al presente, como que trastornadas y confundidas 

todas las propiedades por la ocupacion de 10s 

franceses y por la emigracion de la mayor parte de SUS 

vecinos, tiene cada uno que sostener un pleito para aclarar 

SUS derechos. Ea estas circunstancias seria un rigor, 

una inhumanidad, el obligarlos á renunciar su justicia, 6 

salir 6 buscarla centenares de leguas Ultramar, cuando 

Io más benéfico que V. M. ha escrito en la Constitncion 

es que 8 sus súbditos se les administre justicia en sus 

mismas provincias. Que Santo Domingo sea una, no puede 

dudarse cuando tiene un arzobispado, una capitanía general, 

intendencia, etc., y cuando V. M. ha hecho de aquella 

isla una distincion tan apreciable, como es decir que 

tenga Diputado en Córtes aun cuando su poblacien no 

llegue á ‘70.000 almas. Ne se necesita, pues, respeoto de 

alla la demarcacion de que trata el art. 11. 

Bli proposicion tendria visos da más justa y más funlada 

si yo pidiera 6 V. M. que la Audiencia de Puertopríncipe, 

que es la misma en número de Santo Domingo, 

volviese á su territorio, como volverá la de Sevilla á aque- 

Ua capital cuando los enemigos desocupen las Andalusías; 

pero siendo yo Diputado por Santo Domingo, 10 soy 

tambiea de la Ámérica y de toda la Nacion, y no es re- 

:uIar que un espíritu de provincialismo ó el pruritu de 

Favorecer 8 mi pafs me obligue á perjudicar á otro. Yo coaozco 

que la extension J poblacion considerable de Ia isla 

le Cuba necesita ella sola una Audiencia, y que sus na- 

;urales serian quebrantados hasta lo sumo ei se les obliyase 

á Ilevar sus apelaciones á Santo Domingo, como an- 

;es lo hacian. Déjase ver, pues, que sufriendo los mismos 

nconvenientes los vecinos do Santo Domingo, si no tie - 

len allí un tribunal superior, será 10 más acertado el es - 

;ablecer uno cuyo distrito sea aquella isla y la de Puerto- 

Rico (que se halla en el mismo caso), estando ambas muy 

inmediatas, divididas por una travesía de 20 leguas, y 

manteniendo una correspondencia fácil y continua. 

Es innegable que Paerto-Rico se halla en el mismo 

caso, y yo aseguro á V. M. que habiendo vivido en la capital 

de aquella isla por espacio de doce años ejerciendo 

mi profesion de abogado, he visto que do una multitud de 

pleitos que se fenecen y terminan en los tribunales inferiores, 

uno ú otro se eleva por apelacion 8 la Audiencia; 

y esto ipor qué? dAcaso por moderacion de las partea? No; 

porque todos los litigantes creen que les asiste la justicia: 

es, sí, porque les faltaban medios y ánimo para seguir sus 

recursos. Ya se ve: se trata de un viaje de 300 leguas por 

mar hasta Ia Habana, de 200 por tierra á Puerto-Príncipe, 

y otras tantas de vuelta ; pero con la diferencia de 

que entonces la navegacion se hace remontando por dentro 

de escollos peligrosos en el canaI de Bahama; y me ha 

sucedido á mí mismo gastar en este viaje treinta y nueve 

dias, tiempo suffciente para venir á España, y quizá para 

volver á América. Más diré todavía, y BS que de las pOC8S 

apelaciones que se llevaban 6 la Audiencia , 1s mayor 

parte se declaraban por desiertas, como que i causa de la 

suma distancia y poca comunicacion de aquellos paises no 

podian traerse 18s mejoras. Pero asómbrese V. M. cuando 

sepa que en los calabozos de Puerto-Rico existen 10s reos 

crimin8Ies por ocho, nueve 6 diez años, que, viniendo 

confirmadas sus sentenciae al cabo de este tiempo, mueren 

en un patfbuIo, que es decir reciben Ia muerte dos 

veces, y la segunda más dulce que la primera, pues á lo 

menos no es tan prolongada. No crea V. M. que es solo 

por condecoracion y brillo de Santo Domingo que pido d

entablecimiento de su bddiencia; es por los motivbs de 

necesidad que dejo indicados, y porque asf cumplo con el 

más interesante encargo de mi cabildo. 

El dirige tambien á V. M. su representacion, y es la 

que tengo el honor de presentar ahora para que V. M. se 

sirva disponer que se lea por uno de los Sres, Secretarios, 

si lo tiene á bien.> 

En efecto, presentb el mismo Sr. Cabrera una representacion 

del ayuntamiento de la ciudad de Santo Domingo, 

el cual pedia que se mandase erigir en ella una Audiencia 

que tuviese por distrito aquella isla y la de Peerto-Rico 

con el mismo número de ministros é iguales 

dotaciones que la de Cuba, y que en obsequio de la brevedad 

en un remedio que tanto interesaba, pasasen á formarla 

los oidores y fiscal destinados á la de Caracas que 

existian en Puerto-Rico, respecto & que podia servir provisionalmente 

de tribunal superior para las provincias fieles 

de Venezuela. 

El Sr. LUJAI: La comision tuvo muy presentes las 

reflexiones que acaba de exponer el Sr. Cabrera y algunas 

de las contenidas en el recurso que se ha leido; y aunque 

hubiera deseado dar B la isla de Santo Domingo las más 

relevantes pruebas de la consideracion 6 que es acreedora 

por sus eminentes servicios, y restituirla un tribunal que 

do may antiguo y por largo tiempo tuvo su asiento en 

aquella isla, ni se creyd con facultades para ello, ni tenia 

los datos necesarion para abrir dictámen. Esta comision 

no fué lôrmada para crear las Audiencias, sino para arreglar 

su8 atribuciones y señalar las facultades de los juzgados 

de los partidos, designando tambien algunas de las 

que han drt ejercer los alcaldes, con otras incidencias que 

contribuyen directamente B que se plantee y ejecute lo establecido 

por la Constitucion en el importantísimo punto 

del poder judiciario. En el actual estado de cosas no podia 

la comision ni aumentar el número de las Audiencias, 

ni avanzar á más que á desenvolver las facultades que se 

les atribuye por la Constitucion. Para establecerlas de 

nuevo en alguna provincia es indispensable que se ejecute 

la division de territorio9 prevenida en el artículo constitucional, 

6 que se instruya un expediente con informe 

del Gobierno, oyendo B las Diputaciones provinciales, y 

con todo aquel conocimiento que exige por su naturaleza 

un negocio tan grave y delicado. Aunque la comision estuviese 

autorizada para proponer su dictámen sobre la 

pretension de la isla de Santo Domingo, todavía se hallaba 

sin aquellas noticias que son de una necesidad absoluta 

para no aventurar el acierto. Sabe la comision la penuria 

de fondos y caudales en qne ha quedado aquella isla de 

resultas de los últimos acontecimientos, pues no ha tenido 

con que poder habilitar al Sr. Cabrera para el viaje y 

gastos de su diputacion: se ignora si habiéndose de establecer 

la Audiencia, deber6 situarse en aquella iela 6 en 

Puerto-Rico; si conviene extender su demaraacion jurisdiccional 

6 territorio de alguna otra provincia, 6 si ser6 más 

útil que los recursos de los habitantes de la isla de Santa 

Domingo J de Puerto-Rico vayan á la Audiencia que resi. 

de en Puerto-Príncipe ú otra parte. El mismo Sr. Cabrera 

conoce muy bien que es algo avanzada la pretension de 

que se establezca tma Audiencia para la sola isla de San- 

to Domingo: su poblacion es tan escasa, que apenas excede 

de la que se conceptúa precisa para el estdblecimientc 

de un juez de partido; y todo influye á que si este SeÍíOl 

no halla reparo, y fuere del agrado del CongFe80, se past 

á Ia comision el recurso que se ha leido y la adicion de: 

Cabrera, para que, tomando en coneideracion cuanto M 

expone, proponga lo que crea conveniente: de este modo, 

ai so prooedo de lie;ero ea un negoaio ka irdao y de df* 

WI reBolucion, ni se detendrá la discusion del proyecto, 

lue se ha declarado urgentísima; como que sin esta ley 

20 se llevará á cabo lo que tan eábiamente han establecido 

las Córtes en la Constit ucion. » 

El Sr. Guereiía hizo la siguiente adicion: eY en la 

:apital mgs antigua de las provincias internas del Occilente 

en Nueva-España por la urgante y notoria necesi- 

Iad de su establecimiento. » 

Esta adicion y la del Sr. Cabrera se mandaron pasar, 

3on la representacion del ayuntamiento de Santo Domingo, 

á la comision que habia extendido el proyecto de ley, 

para que propusiese lo que les pareciere, asistiendo tí sus 

sesiones ambos Sres. Diputados. 

Con este motivo pidió el Sr. Arisps y se le concedib 

permiso para promover en la Regencia un expediente sobre 

el establecimiento de una Audiencia en las provincia9 

internas del Oriente, que, despachado ya por una comision 

del Congreso, pendia solo del informe que se habia pedido 

á la misma Regencia. 

El Sr. PASCUAL: Señor, antes de pasar al art. 2.’ 

del proyecto de ley sobre el arreglo de Audiencias, tengo 

que hacer presente 6 V. M. que aunque estoy conforme 

con el tenor del art. 1.’ , que previene en qué provincias 

debe haberlas, veo con dolor que en alguna de ellas, á título 

de hallarse ocupada por los enemigos, sin embargo 

de no estarlo más que en sus capitales y algunos pueblos 

que pisan los franceses, no está consolidada la administracion 

de justicia como corresponde. Tal es el reino de 

Aragon, en donde al principio 9e creó un tribunal de vigilancia, 

que con ciertas limitaciones conocia de las causas 

criminales; pero extinguido éste, como todos 10s demás 

de su clase, se mandó restablecer la Audiencia de 

aquel reino por decreto de la Junta Central, expedido, SI 

no me equivoco, en 1.’ de Enero de 1810, y se nombraron 

los ministros que debian componerla, entre los cuales 

se cuentan los que formaban el antiguo tribunal de 

vigilancia; pero como en la instalacion de la Audiencia 

hubiesen ocurrido varias cuestiones y controversias, sobre 

las cuales hay varios recursos pendientes en la Regencia 

y aun en 1~8 mismas Cbrtes, el resultado es que 

dos ministros y e! fiscal, que son los únicos que se hallan 

reunidos, forman un tribunaI, que unos reconocen únicamente 

como de vigilancia, otros como Audiencia y otros 

de ningun modo; siguiéndose de aquí hallarse vacilante 

su autoridad y privado9 los aragoneses de una universalmente 

reconocida, que les administre plenamente la justicia 

en todas sus causas así civiles como criminales, cuya 

falta les está ocasionando unos perjuicios incalculables, 

tanto por la multitud de presos que se hallan detenidos 

en las cárceles, como porque no pueden proseguir sus iw 

tereses y terminar su9 asuntos civiles. A 5n, pues, de 

evitar 6 aquellos infelices españoles, yá cualesquiera otros 

que se hallan en semejante caso tan graves males, me ha 

parecido proponer al art. 1.” del proyecto la adicion aiguiente: 

UY si en alguna de dichas provincias por el actual 

estado de la guerra no se hallare la Audiencia on el 

ejercicio de sus funciones, se pondrá inmediatamente en 

la forma que permitan las circunstancias.* 

El Sr. CALhTRAVA: Me parece que esta adicion no 

tiene conexion con este artículo: en todo caso, lo que contiene 

perten&?aria 6 Ia Regencia. Rl Congreso ha mandado 

que haya Audiencias ea cada de las provincias que 

hasta aquí laa han tenido, y precisamente Aragon es la 

primera. Comunicado este decreto d la Regencia, data 

tendri buen cuidado de establecerla segun convenga; y 

para el caso en que 1s residencia no pueda ser en 1% aI 

pital, 88 ha prevenido que ai alguno de &OB tebwa

3372 26 DB JUIUIO DBI 1812. 

Cn--.-. 

la hubiesen fijado de antemano en otro punto , continúe 

en él. Todo esto está fijado on el art. 9.‘, en que ss dice 

que si la provincia estuviese eu todo 6 en parte ocupada 

por el enemigo, la Audi,:ncia resida donda mís convenga. 

El Sr. PASCUAL : Toda vez que el Sr. Calatrava, 

como indivíduo de la comision , asegura que aprobado el 

proyecto, sin necesidad de adision alguna, se verán oumplidos 

mis deseos (pues el Gobierno deberá poner en planta 

las Audiencias que falten, arreglándose 9 sus artículos 

y á lo que previene el 9.‘, en el cual podrá, por ahora, 

considerarse la de Aragon), no tsngo inconveniente en retirar 

mi adicjon, la cual he propuesto, porque á pesar de 

las vivas y eficaces diligencias que hemos hecho los Diputados 

de aquel reino, no hemos podido conseguir hasta 

el dia que se consolidase de un modo íi otro la autoridad 

judicial, á fin de que no faltase la adminiatracion de justicia. 

 

Se aprobó el artículo. 

uArt. 3.” Se establecerán tambien, cuando las circunstancias 

lo permitan, una Audiencia en Madrid, otra 

en Navarra, otra en Valladolid y otra en Granada; quedando 

suprimidas la Sala de alcaldes de casa y córte, las 

dos Chancillerías y el Consejo de Navarra con su cámara 

de Comptos. B 

El Sr. DUEI!~AS: Señor, hsata aquí han salido de las 

Audiencias no solo decisiones judiciales, sino tambien resoluciones 

gubernativas, porque los tribunales tenian atribuciones 

que no les correspondian; y como que se procuraba 

que sus providencias llegasen casi 8 un mismo tiempo 

á todos los puntos de sus respectivos distritos, se habia 

creido que las Audiencias debian residir en las capi - 

talss donde se hallan todos los demás agentes Ú órganos 

del Gobierno. Mas ahora que se separa de las Audiencias 

todo lo gubernativo, parece que no hay nna necesidad de

6JfilkIERO 697. 3373 

que resida eu las capitalee, que siendo por lo regular lar 

poblaciones más ricas y populosas de las provinciss, son 

las menos á. propóeito para la residencia de los tribunales, 

Supuesto esto, creo conveniente hacer una indicacion pa. 

ra que se examine en tiempo oportuno, á saber: si convendrá 

que los tribunales se establezcan en pueblo8 pequeños 

y pobres más bien que en grande8 y ricos. Loa 

inconveniente8 que hay para que permanezcan en los pue. 

blos grandes 8on muchos. Si los jueces estuvieran lejor 

de la8 ocasiones en que pueden dejar de ser buenos, estarian 

mas cerca de serlo; por lo mismo las Aud.ienciah 

deberian residir en los pueblos poco numerosos. Hay otra 

razon, y 138 que debiendo gastar allí los ministro8 y dependiente8 

de ellas sus saldos p rentas, los fomeotarian 

con lo que ahora 88 lleva al lujo.. . (Interrumpióle el Sr. Pr& 

siden¿e diciéndole que si iba hablar de los punto8 donde 

habian de residir las Audiencia8 era materia ya decidida 

en el artículo anterior.) No hablo de esto (continuó el 

orador) sino que trato de fundar una proposicion que pena 

saba hacer; y así, digo que por 108 principios que he manifestado 

de conveniencia pública, indicando la que puede 

resultar de que no subsistan la8 Audiencias en la8 ca. 

pitales, me parece que pudiera variarse este artículo er 

lo8 término8 siguientes: use establecerá, cuando la8 circunstancias 

lo permitan,, una Audiencia en el territorio 

de Madrid (no en Madrid), otra en el de Navarra, otra 61: 

el de Valladolid, otra en el de Granada, etc., señal&ndo. 

se despues el pueblo que m& conviniese para la utilidaC 

comun. 

Tambien pudiera variarse la cláusula que dice: cquedando 

suprimida la Sala de alcalde8 de casa y córte,)) extendiéndola 

de este modo: «en lugar de la Sala de alcaldos 

de ca88 y corte., 

El Sr. lWORALE6 GALLEGO: Me opongo á la adicion 

que ha indicado el Sr. Dueñas, porque ya está acordado 

en el artículo anterior (como lo ha indicado el señor 

presidente) el territorio y lugar donde han de residir las 

Audiencias. Además, que ya se ha manifestado que este 

arreglo no ha de ser permanente, pues 8010 ha de durar 

hasta que se haga la conveniente division del territorio 

de España. Si verificada esta division se advirtiese que 

eran necesaria8 más Audiencias, se establecerisu. V entonces 

vendrá bien la alicion del Sr. Dueñas y 9~9 reflexiones 

acerca del pueblo donde debian residir y demás 

que ha indicado, por lo cual no me detengo en ulteriores 

contestaciones, y desde luego pido que se proceda B la 

votacion. 

El Sr. MBLGAREJO (Aunque no fué posible oir bien 

el discurso de este Sr. Diputado, parece que 8u objeto 

foé oponeree á la snpresion del Consejo de Navarra de que 

trata el artículo.) Fundóse en que ya estaba confirmado 

por Fernando VII; que tenia una antigüedad muy remota; 

que Ira Córtea de Navarra no tenian ninguna conexion 

con las de Castilla; qU8 en squel país no 8e recouocian, 

observaban ni obedecian las leyes de éste, pues tema Na - 

varra las suyas propia8. Quiso explicar el sistema de 

la8 Córtes de aquel país, en lo que fué interrumpido por 

el Sr. Presidente, haciéndole reflexionar que no se trataba 

de discutir la Con8titncion. No obstante, se extendió 

todaría sobre 108 referidos puntos y Otros relativos á la 

incorporacion de Navarra á la España, concluyendo con 

protestar contra la aprobacion del artículo que se dis- 

Cutis. 

El Sr. lKUl%OZ TORRERO: Si estas Córte8 representasen 

solamente á los reino8 de Castilla, tendria mu- 

cho razou el Sr. Melgarejo en reclamar el consentimiento 

de las Córtes de Navarra para suprimir el hsejo de aquel 

reino, que se ha gobernado hasta ahora por una Constitucion 

particular. Mas desde la instalacion de las actuales 

Córtes generales y extraordinarias, que representan á toda 

la Nacion, ha variado nuestro estado político, y toda8 las 

provincias que componen esta vasta Monarquía deben ser 

gobernada8 en lo sucesivo por una misma ley fundamental. 

Muy lejos de perder el reino de Navarra con esta medida, 

ha coneeguido ver sancionados 108 principio8 político8 

de 8u Constitucion, y asegurados de un modo que jamás 

puede temer las tentativas que no poca8 vece han 

hecho los antiguo8 Gobierno8 para destruir sus fueros. 

La Constitucion de Navarra ha servido de modelo para 

formar la que acaba de publicarse, y 108 navarros siempre 

tendrán la gloria de haber dado esta leccion y ejemplo á 

la8 demás provincias que perdieron 8~8 antiguos fueros 

por no haberlos defendido con la firmeza y libertad que lo 

ha sabido hacer el reino de Navarra. Las Córtes, pues, 

sancionando la Constitucion política de la Monarquía, no 

han pretendido otra cosa que hacer comunes 6 toda8 las provincias 

los fuero8 de los navarro8, para que todo8 los españolee 

disfruten de unos mismos derechos, puesto que no 

componen sino un mismo Estado 6 una misma Nacion. 

En una palabra, los castellanos, extremeños, andaluces, 

gallegos y demás españoles quieren ser navarros en esta 

parte y disfrutar de los derechos políticos y civiles que 

aseguraba á esto8 su Constitusion. Esta es la misma 8atisfaccion 

que puede darse á los navarros, si al mismo 

tiempo que hemos adoptado las principales bases de su 

Código político, se han hecho en él aquellas variaciones 

que exigen las circunstancias y la necesidad de uniformar 

todos los establecimientos públicoe. Sin embargo, para 

proceder con toda delicadeza, se puede adoptar el pensamiento 

del Sr. Dueñas, y no hablarse de supresion, sino 

decir que 88 establece una Audiencia en lugar del Consejo 

de Navarra. 

El Sr. PRESIDEFJTE: En cumplimiento de mi obligacion, 

y con arreglo á 108 principio8 que expresa el se - 

&,r Torrero, hice mi indicacion al Sr. Melgarejo en medio 

de su discurso. Es sabido que por la Constitucion está 

declarado el modo de enjuiciar en todos los tribunales, y 

que la Constitucion ae ha hecho para todo8 los reinos y 

provincias que componen la España. Tengo muy presente 

la exposicion que hizo la Audiencia de Aragon cuando le 

felicitó á V. M. por esta Constitucion, dándole las gracias 

por haber adoptado lo más importante de BU legislacion 

para la felicidad de toda la Nacion. Todos los habitantes 

de Navarra verán que los que han sancionado la 

Constitucion no son representantes de ninguna de ias 

provincias en particular, sino de la Nacion entera. Por lo 

mismo creo que no hay lugar á que prosiga la discueion. 

El Sr. CALATRAVA: V. M. no debe permitir que 

ae hagan semejantes protestas, y el que las hace incurre 

~n un crímen de lesa Nacion. Aquí no hay más Constiturion 

de Navarra que la de la Nacion. No e8 la comision la 

que propone que se suprima el Consejo de Navarra; e8 la 

Zonstitucion que ha sancionado el Congreso nacional y 

iurado el miamo Sr. Melgarejo. Tomando este Sr. Dipntado 

la voz de loe navarros, como ai resultasen perjudica- 

106, hace una protesta á su nombre, siendo la única variacion 

que se hace sustituir al nombre de Consejo de 

Navarra el de Audiencia. Y extraño que ae quiera introlucir 

un desórden con el apoyo de las provincias. La 

Zonstitucion de Navarra está refundida en la que se ha 

rormado para toda la Nacion, en lo cual Navarra, lejos 

ie haber perdido, ha ganado mucho; y ya no debe hablarse 

de otras Constituciones que de la hice de toda Ia 

Manarquia, 

844

3374 28 DE JUSJIO DE 181%. 

El Sr. GIRALDO: Por si los editores del Diario juz-- 

gan conveniente extender esta discusion, conviene hacer 

presente que si aquí se tratase de suprimir este tribunal, 

porque se le juzgase culpado, estaria bien fundada la queja 

de los navarros; pero lejos de ser así, lo que se hace 

es generalizar á todas las Audiencias de la Monarquía el 

excelente sistema del Consejo de Navarra, variando finioamente 

el nombre; porque siendo una é indivisible la 

Monarquía, todos sus tribunales deben tener la uniformidad 

correspondiente á esta union. Además que este Consejo 

~010 lo era en el nombre, pues sus ministros no tenian 

más sueldos que los de las demás Audienciag, no llegando 

siquiera al de los ministros de las Chancillerías. Lo 

que debe importarles á los navarros es que no se les quite 

ninguno de sus foeros, y estos se les conservan con la 

Audiencia que se establece. Yo me glorío de que el último 

regente de este Consejo será el Sr. Melgarejo. Tengo 

á mucho honor ser paisano suyo: su celo siu duda le hace 

sentir que se diga suprimido un Consejo en que ha estado 

treinta años desempeñando y cumpliendo exactamente 

con SUS deberes. Siente que no se lIame Consejo de 

Navarra, y 90 tambien lo siento; pero es primero gnardar 

el sistema universal tan útil para toda la Nacion, que 

trastornarle por conservar por preocupacion el mero sonido 

de una palabra que disonaria de la unidad de la Nacion, 

sin que á la provincia le resultase utilidad alguna, 

Por último, si la delicadeza del Sr. Torrero hiciese 

que á la expresion «suprimir el Consejo de Navarra,» se 

sustituyese «en lugar del Consejo de Navarra, » creo que 

todos quedaríamos convenidos. » 

Con efecto, se aprobó el artículo con la variacion de 

sustituir la expresion eza Augur de, á las palabras ~wcdando 

qwimida8. 

tArt. 4.’ El territorio de la Audiencia de Madrid 

comprenderá á toda Castilla la Nueva; el de Valladolid á 

toda Castilla la Vieja, Leon y Provincias Vascongadas; y 

el de la de Granada á la provincia de este nombre , y las 

de Córdoba, Jaen y Murcia. » 

Aprobóse este artículo, suprimiéndose, á propuesta 

del Sr. Mejía y por convenio de la comision, la cl8usula 

$9 Provincias Vascongadas,, y añadiendo 6y el de la de 

Navarra la de este nombre y las de Vizcaya, Guipúzcoa y 

Alava. » 

Quedó aprobado el 6.‘, concebido en estos términos: 

1c - 

b’ItMER0 697. 3375 

«Que desde el momento en que se descubra ser un Diputado 

autor de un impreso calificado en última censura 

de infamatorio, sedicioso, subversivo, ó de cualquier otro 

de aquellos delitos que conspiran á turbar la tranquilidad 

y la union del Estado, quede s&penso del cargo de Diputado 

hasta que, concluido el juicio, sea repuesto en él, 

si saliere indemne, 6 absolutamente excluido si resultare 

delincuente. * 

Fundó esta proposicion su mismo autor diciendo: 

sLos fundamentos de esta proposicion son bien óbvios 

y sencillos. Si es delincuente un ciudadano cualquiera 

que atente contra su Pátria, jcuánto más criminal será 

un Diputado? Si es escandaloso que un ciudadano propague 

doctrinas subversivas en descrédito de la autoridad 

legítima, lo es tanto más si lo hace un Diputado, ya porque 

este descrédito redunda en desdoro del Congreso, ya 

por lo mal que parecerá en las provmcias el que haya en 

el Congreso nacional quien abrigue semejantes sentimientos. 

No es esta proposicion una novedad; está fundada en 

los artículos 24 y 25 de la Constitucion (Los ley@ Aquí se 

dice expresamente

ntnuER0 699. 337’1 


DE LAS 

LIbTESGENERALESYEXTRAORDINAR 

SESION DEL DIA 2’7 DE JUNIO DE 1812. 

Se dib cuenta de un o5cio del Secretario del Despa- , Se mandaron archivar las certificaciones remitidas 

cho de Gracia y Justicia, en el cual avisaba haber nom- j por el Secretario del Despacho de Marina, que acreditan 

brado la Regencia del Reino para decano del Tribunal es- ; haberse prestado dicho juramento por los indivíduos de 

pecial de órdenes á D. Luis Melendez Bruna; para magis- i los buques que componen la escuadra que manda el tetrados 

del mismo á D. Juan Miguel Perez Tafalla, Don j niente general D. Cayetano Valdés, y por el cuerpo del 

Francisco Javier Adell, D. Antonio de la Cuesta y Torre 1 Ministerio de Marina del departamento de la isla de 

y D. Manuel Tariego; y para 5scal á D. Alonso Angel de Leon. 

Noreiía; con la calidad de que no puedan entrar en el 

ejercicio de sus plazas los señores de la Cuesta y Tariego 

hasta haberse cruzado en la órden de Santiago, y hecho Se mandó pasar á la comision de Constitucion un ofidimision 

este último de la canongía doctoral de la santa cio del encargado del Ministerio de Gracia y Justicia, de 

iglesia de Salamanca. Pedia en dicho oficio el referido se- fecha del 23 de este mes, con el cual acompaña una recretario 

se sirviese S. M. declarar si á la instalacion de presentacion del gobernador militar y político de la isla 

este tribunal especial debia preceder el presentarse los ex- de Leon, dirigida á la Regencia del Reino, en que manipresados 

indivíduos en el Congreso á prestar el juramen- fiesta las dudas que se le ofrecen sobre los artículos 312, 

to á imitacion de los consejeros de Estado y ministros del 313, 314 y 321 de la Constitucion, que tratan de ayun- 

Supremo de Justicia; y caso que esto no se tuviera á bien, tamientos. 

ante quién debian prestarlo. Las Córtes quedaron enteradas 

de dichos nombramientos, y acordaron que el Tribunal 

de drdenes preste preste su juramento ante la Regencia 

del Reino. 

Se leyó otro oficio del mismo Secretario , con el cual 

remitia una certificacion del notario mayor de la Audiencia 

y curia episcopal de esta ciudad, relativa á haber prestado 

el juramento á la Constitucion en manos del vicario 

capitular de esta diócesis varios eclesiásticos regulares y 

seculares de los que se hallan en esta plaza sin estar agregados 

á alguna iglesia parroquial ó comunidad religiosa. 

Las Cbrtes resolvieron que dicho vicario remitiese una lista 

individual de los que prestaron el expresado juramento, 

para saber por el cotejo de ella con la que debe obrar en 

la Secretaría de aquel, comprensiva del total de indivíduos 

existentes en Cádiz, quienes no han cumplido la resolucion 

de S. M. p el edicto del mismo vicario. 

A la misma comision se mandd pasar otro o5cio de 

igual fecha del referido encargado, con el cual remite una 

exposicion de la Junta superior de esta ciudad, quien al 

acusar el recibo del decreto aobre Diputaciones provinciales, 

mani5esta las dudas que se le ofrecen acerca del modo 

de ponerlo en ejecucion. 

A solicitud de D. Luis Antonio Flores, brigadier de 

la armada nacional, y agregado al estado mayor de esta 

plaza, encargado por el Gobierno de formar el proceso a 1 

Marqués de Sobremonte, virey que fué de Buenos-Airea, 

sobre su conducta militar en la pérdida de dicha plaza, 

verificada en el año de 1806, se concedió permiso 5 los 

tres Sres, Diputados, cuyo informe necesitare, para que 

certifiquen lo que en este particular se les ofrezca y parezca. 

845

3378 21 DBI JURIO DIP 1818. 

9 

Las Córtes mandaron insertar, literal con todas SUI 

firmas, en este %Wio la siguiente representacion dc loi 

profesores de primeras letras de esta ciudad, que oyerol 

con particular agrado, como igualmente la prueba de ad. 

hesion á la Constitucion que han dado los mismos, instrus . 

yendo en ella á sus alumnos: 

aseñor, lleg6 en 6n el suspirado dia en que la gene. 

rosa Nacion española, rompiendo la pesada cadena de 1~ 1 

arbitrariedad y el despotismo, selló con su sangre gloria. 

sa el triunfo conseguido sobre el egoismo y la tiranía. POI 

más que el choque de los intereses y las pasiones inflame 

la densa tea de la discordia, y proporcionó á nuestro: 

bdrbaros invasores sus efímeras ventajas, V. M., entre e 

ruido del cañon y al alcance de sus fuegos, ha levantadc 

el indestructible muro de la independencia, formando J 

sancionado la obra mis aproximada á la perfeccion: Ir 

Constitui?ion española. 

Esta época de felicidad y de honor, reservada B la sa. 

biduría y firmeza de V. M., al paso que ha fijado la aten. 

cion de ambos hemisferios, ha encendido en el pecho df 

los buenos españoles la ardiente llama del más acendrádc 

patriotismo, en fuerza del cual, no solo han admitido J 

jurado la Ccnstitucion, sino que ya por corporaciones, J 

yaporindivíduos, se han apresurado á congratular á V. M, 

por el más digno recultado de sus augustas tareas. Loz 

profesores de primera educacion establecidos en esta ciudad 

hubieran sido los primeros en tributar á V. M. esk 

homenaje de gratitud y respeto, si oportunas consideraciones 

no los hubieran detenido: tales fueron dejar á las 

clases más inmediatas al Trono fijar la opinion pública 

por su anticipada sumision, y tener asimismo colectado un 

número de ejemplares de la Constitucion, para dar IS V. M. 

en su alooucion gratulatoria el testimonio más incontestable 

de au adhesion á ella, manifestándole haberla puesto 

en manos de sus discípulos, no ya para que sirva de 

causas que están á su cargo, y se le manifieste haber ex- 

1 1 trañado S. M. que haya interpuesto una solicitud tan 

leccion usual 4 los provectos en la lectura, sino en la de I ( contraria á los principios de derech0.a 

todos, para que recitAndola de memoria como el catecis- Quedó aprobada la primera parte de esta proposicion 

mo diocesano, si en este aprenden las obligaciones mora- hasta la palabra

lo cual, y de que los pueblos se resienten de esta providencia, 

como se confirma por el recurso del ayuntamiento 

de Rivadeo, que reclama de ella, es de dictámen cque 

quede sin efecto la autorizacion dada á la Audiencia de 

Galicia, y los nombramientos que en su virtud hubiese 

hecho, dejando expeditos á los pueblos para que nombren 

sus alcaldes ordinarios, como está mandado, hasta que 

por S. M. se arregle este punto.» 

Despues de haber hecho presente varios Sres. Diputados 

la nulidad de tales nombramientos, la falta de facultades 

en la Regencia, no solo para delegárselas á las 

Audiencias al expresado efecto; pero aun tambien para 

verificarlos por sí misma, y de haberse discutido largamente 

sobre si antes de hacerse la competente y arreglada 

divieion de distritos en toda la Monarquía debia 6 no 

adoptarse una regla más general que la propuesta por la 

comision acerca de señalar el número de vecinos que requerian 

juez letrado para que les administrase justicia, 

etcétera, etc., se procedió á la votacion del antecedente 

dictámen, el cual quedó aprobado, acordando igualmente 

el Congreso, 6 propuesta de los Sres. Martinez Tejada y 

Mejía, que se generalizara dicha providencia á todas las 

provincias de la Monarquía, comprendiendo, no solo los 

nombramientos hechos por autorizacion del Gobierno, sino 

los que por sí mismo hubiere hecho sin especial habilitacion 

de las Córtes. 

Se aprobó sin discusion el dictámen de la comision 

especial Eclesiástica, leido en la sesion del 23 de este 

mes, sobre el compatronato de las Españas de Santa Teresa 

de Jesús, suprimiéndose en el art. 2.” las palabras 

ay de la fiesta.» 

&eñor, las mismas razones en que han fundado los 

Sres. Cabrera y Guereña las adiciones que han hecho al 

art. 1.’ del proyecto sobre arreglo de Audiencias, militan 

con respecto á la península de Leon de Nicaragua. 

Suplico por lo mismo á V. M. se sirva mandar que, 

como las anteriores adiciones, pase B la comision la adicion 

que propongo de que en el citado artículo se diga: 

whIER0 699. 3381 

DIARIO DE SESÍONES 

DE LAS 

CbRTESGENERALESYEXTRAORDIN 


Se ley6 y mandó agregar á las Actas un voto contrario 

á la aprobacion del art. 3.’ del proyecto de decreto sobre 

tribunales, presentado en tiempo oportuno por el señor 

Melgarejo, y devuelto ayer para la reforma de sus 

términos. 

Se mandaron archivar los correspondientes testimonios, 

remitidos por los respectivos Secretarios del Despacho, 

de haber jurado la Constitucion política de la Mo - 

narquía los dependientes del juzgado de Arribadas de esta 

plaza, los de la Contaduría general de Ultramar, y los 

tres indivíduos del Consejo Supremo interino de Guerra 

y Marina D. Antonio Marcar, oficial de su secretarfa y 

actual taquígrafo en el Congreso, el agente fiscal mílitar 

D. José Osorio, y el depositario de penas de Cámara Don 

Andrés García, que no lo hicieron al tiempo que dicho 

tribunal por las razones que se expusieron en aquel certificado. 

El Supremo Hacedor sigs protegiendo 1s justa caus 

que defiende la Pátria, por cuya conservacion y liberta 

le dirigen susmás ardientes votos. 

Dios guarde á V. M. muchos años. Santa Cruz de San- 

~ tiago 1.’ de Mayo de 1812.=Señor.=A L. P. de VuestraMagestad.=Sixto 

Roman.-JuanPedro Rodriguez .== 

Ignacio 

Coradmi 

Marquez.=Juan Antonio de Arangos. -Miguel 

.=Sebastian Perez de Celis.=Franciaco José 

Gonzalez. z 

aSeñor, el administrador general interino de Rentas 

unidas de esta provincia de Canarias ha visto con indecible 

placer el gran dia en que V. M. ha concluido la Conatitucion 

de la Monarquía española, tan deseada de losque 

aman la felicidad de 1s PQtria; y penetrado de los sinceros 

afectos de un buen súbdito, congratula con el debido respeto 

á V. M. en el venturoso éxito de sus tareas, qnedando 

pidiendo al cielo por las importantes vidas de ese 

augusto Congreso nacional, en que se interesa nada menos 

que la salvacion del Reino oprimido. 

Así lo conceda el gran Dios de los ejéwitos, como se 

Las Córtes oyeron con especial agrado, y manda- lo suplica conlos másardientes votos el menor de los emron 

insertar integras en este Diwio, las exposiciones si- pleados de V. M. 

guientes: 

Santa Cruz de Santiago en la isla de Tenerife y Abril 

(Señor, el jefe y oficiales de la Contaduría y Veeduria 22 de 1812.=Señor.==A L. P, de V. M.-Juan Pedro 

principal de la Hacienda pública en las islas de Canarias, Rodriguez. u 

han visto con placer y emocion el deseado dia en que 

V. M. finalizó y aprobó la grande y delicado obra de la 

Constitucion política de la Monarquía española, por la Tambien la siguienteexposicion se mandb insertar in- 

cual ser8 eterna la memoria en la Nacion de la dichosa tegra en este Diario: 

reunion que constituyó á V. M. tan oportunamente. Na- uSeñor, la comunidad de Carmelitas descalzos de esda 

menos debia esperarse de un Congreso verdaderamen- ta ciudad, á su nombre, y al de toda la órden, se presente 

nacional, sábio, é inspirado de los mejores deaeos. Los ta á V. hl. B dar con toda la efusion de su corazon las 

que representan, como tan interesados en el lustre deuna rn& cumplidas y sinceras gracias en reconooimiento del 

Nacion á que tienen la gloria de pertenecer, congratulan decreto que acaba de acordar, declarando compatrons de 

B V. M. por tan feliz acaecimiento, bien persuadidos de las Españas á su madre Santa Teresa de Jesus. Este dela 

satisfaccion que reinará eternamente en el corazon de creto, sobre ser un testimonio nada equivoco de la reli- 

V. M. despues de haber asegurado para siempre los olvi- giosidad de V. M., va 6 llenar de oonsuelo y aliento 6 todados 

derechos del ciudadano español. 

dos loa naturales de eatoa reinos, por lo mismo que haai* 

046

do constante su devocion á tan insigne española, y general 

la confianza que ha tenido en su patrocinio. 

La órden de Carmelitas se lisonjea de que no ha d6 

ser vana, Señor, esta declaraeion de V. M., y que desde 

estos críticos momentos, en que va á ser Clrstilla el teatro 

de la guerra, ha de experimentar España la poderosa 

intercesion de su nueva patrona. 

Tales son, Señor, los votos de esta fiel y reconocida 

comunidad; y si hasta ahora ha dirigido sus oraciones 

por la libertad de la ?&ria, desde este momento las redoblará 

por agradecimiento para que el Dios de los ejércitos 

libre á Eqpaiia de sus enemigos, asegure y consolide 

Ia total observancia de la sábia Constitucion que V. M. 

ha sancionado, y le conceda abundantes Iuces y la cons - 

tancia’neceearia para promover 1s felicidad espiritual y 

temporal de todos los españoles. 

Cádiz 28 de Junio de 1812.=Señor.=Fr. Miguel de 

San Gregorio, prior.=Fr. Pablo de la Yoncepcion.= 

Fr. Juan Nepomuceno .=Fr. Francisco del Carmelo.- 

Fr. Miguel de San Martin.-Fr. Manuel de Sa3 Pablo,- 

Fr. Antonio de San Eliseo .=Fr. Alberto de San José. = 

Pr. José del Espíritu Santo .==Fr. José de Santa Teresa.==Fr. 

Juan Miguel de San Agustin.=Fr. Francisco 

de San Agustin,=Fr. Juan de José.=Fr. Juan de San 

Ignacio.=Fr. Juan Damasceno.=Fr. Antonio de San 

Bernardo < =Fr . Fernando de la Concepcion.=Fr. Andrés 

de San Antonio .-Pr. José de San Juan Bautista.= 

Fr. Manuel de Za Santísima Trinidad, definidor de Navarra. 

* 

Se ley6, y mandó pasar á Ir oomision de Justicia, una 

consulta de la extinguida Cámara de Indias, remitida por 

el Secretario del Despacho de Gracia y Justicia, sobre solicitud 

de D. Antonio Pereira, de nacion portugués, y 

avecindado en Filipinas, para que so le concediese carta 

de ciudadano. 

Habiendo la Regencia, en virtud de lo acordado en la 

sesion de 22 del corriente, preguntado al decano qüe fué 

del extinguido Consejo de Castilla los motivos por que el 

ministro de aquel tribunal D. Benito Arias Prada no habis 

prestado, H imitacion de los demás indivíduos del mismo 

Consejo, el juramento á la Constitucion, le contestd 

que desde el dia 5 del presente mes se hallaba este magktrado 

despedido del Consejo para usar de licencia que 

habia obtenido por seis meses para pasar 8 reparar su 

quebrantada salud; que no obstante babia encargado á su 

compañero de casa D. Domingo Fernandez Campomanes 

hiciese presente al tribunal, como lo habia ejecutado, 

que estaba pronto á jurar la Constitucion donde y como 

BB le mandase. Eu consecuencia de haberlo comunicado 

así el Secretario 3el Despacho de Gracia y Justicia, mandaron 

las Córtes que D. Benito Arias Prada prestase 81 

expresado juramento en manos del Presidente del Supremo 

Tribunal de Justicia. 

S8 admitió á disoueion, y se mandd pasar 6 la comision 

de Señoríos, la proposioion siguiente del Sr. Alcaina: 

cQue en los pueblos de señorío ejerzan los alcaldes 

que hasta ahora han aido pedáneos, jurisdiccion ordinaria, 

civil y criminal en todo el distrito de au respectiva 

wmprension, si lo tuviere señalado, y si no lo hubiere, en 

el término aìcabalatorio, J fahando éste, en el que tenga 

consignado la parroquia. > 

A virtud del dictámen de la comision de Poderes, se 

aprobaron los del Sr. D. Domingo Alcaraz, Diputado por 

la ciudad de Leon de Huanuco, en el Perú. 

Se ley6 un dictámen de la comision de Justicia, la 

cual, en vista de las reclamaciones de algunoa vecinos y 

habitantss de esta plaza, que se quejabsn de las instancias 

judiciales con que se hostigaba por los propietarios 

de casas para el despojo de las que ocupaban, 6 pretesto 

de querer habitarlas por sí, concediéndolas luego á otros 

por precios más subidos, proponia, despues de oportunas 

reflexiones, la siguiente minuta de decreto: 

aPrimero. Los propietarios de casas con uno, dos 6 

más departamentos, si hubieren arrendado toda la -finca 

á una sola persona, no podrán intentar el desahucio del 

todo 6 parte de ella á pretesto de n.wsitar alguna parte 

6 porcion para sí, sino que precisamente ha de ser bajo 

el concepto de ocuparlo por sí y su familia, y no recibir 

en el todo ni en parte nuevos inquilinos. 

Segundo. Cuando con arreglo á lo dicho se intentara 

algun desalojo, si el propietario dejare casa 6 habitacion 

propia para entrar en la arrendada, sin disponer de la 

que deja, deberá manifestarlo al inquilino por si le conviniere 

ocuparla mediante el precio que convinieren, y en 

su defecto, B juicio d8 peritos que nombradn, y la justicia 

un tercero en discordia. 

Tercero. Intentado el desahucio con arreglo 6 lo prevenido 

en los dos art,ículos anteriores, deberán los inquilinos 

realizarle sin pleito ni contienda en el preciso y perentorio 

término de cuarenta dias, prestando caucion los 

propietarios de habitar las casas por sí mismos, y no arrendarlas 

hasta pasados cuatro r ños, como se dispone en 

la ley 8.a, título X, libro 10 de la Novísima Recopilacion. 

Cuarto. Si á pesar de dicha caucion contraviniere el 

propietario, no solo estará atenido al resarcimiento de los 

iaños y perjuicios, sino que constando del nudo hecho de 

[a contravencion, pagará las costas que en este expediente 

se adeuden, los daños y perjuiciosque se hubieren ocagionado 

al nuevo inquilino, y el anterior tendrá un dere- 

:ho preferente para volver á ocupar la casa por la misma 

suma que antes pagaba, sin admitirse sobre estos parkiculares 

juicios ordinarios, pues todo deber6 orillarse 

breve y sumariamente. 

Quinto. En otras circunstancias, no se admitirán demandas 

para el daahucio de los inquilinos mientras paguen 

con puntualidad los alquileres, traten la finca como 

:orresponde, no se necesite de hacer en ella obras capitales, 

ni la subarrienden sin el consentimiento del propiebario, 

6 falten en otra manera á los capítulos del contrato. 

Sexto. Por lo respectivo al precio de los alqnileres, 

no se hará por ahora novedad con los antiguos inquilinos, 

quedando á los nuevos y Q los propietarios el recur- 

90 de la tasa cuando no se convinieren en el tanto. 

Sétimo. En todos los casos en que tiene lugar el dea 

sahucio, habiendo repugnancia de parte de los inquilhws, 

el juicio se decidirá breve y sumariamente sabida la 

verdad. 

Octavo. Los litigios pendienks aobra esta matdrl

NtiPUIERO 699. 3383 - 

sujetos 6 loa caso ; expresados en este decreto, quedará n Q la cual le era debido aquel lagar y el asienb en él. Se 

suspendidos, y las partes se arreglarán S lo decidido e n I retirb entonces el escribano, y á este tiempo, y en el misel 

mismo, aunque los pleitos estuvieren sentenciados si n 0 

se hallaren ejecutoriados. 

mo sitio, se entregó á S. E. el odcio en contestacion del 

cabildo, que señalaba pwa la funcion la hora de las 

Noveno. La Regencia del Reino excitará el celo d nueve, que estaba dando el reló en aquel momento, los 

los tribunales y sus ministros para desterrar de raíz lo 

sacrificios de muchos que no teniendo habitacion vacant 

en que colocarse, se agregan á los inquilinos, exigiéndole 

estos aumas inmoderadas con respecto al valor de lo qu 

ocupan ó disfrutan. 

Así opina la comision para remediar en mucha part e 

asientos que estaban fuera de las rejas, y las puertas que 

se abriau diariamente. En seguida, extrañando el señor 

capitan general faltasen asientos para los vocales de la 

Junta, propuso á uno de los canónigos presentes los hiciese 

entrar, quien le contestó que lo dispueiese S. E. 

mismo; y habiéndolo veriffcado así, volvió á introducirse 

los males que la experiencia acredita. V. M., no obstante > el escribano á dar testimonio de este hecho. Colocada la 

resolverá, como siempre, lo más acertado. 

Junta, aunque sufrió en público durante la solemnidadde 

Cádiz 18 de Junio de 1812.9 

Se acordó que se señalase dia para la discusion d e 

este decreto, quedando entre tanto á disposicion de lo S 

Sres. Diputados que quisiesen enterarse mejor de su con 

tenido. 

la misa el estudiado desaire, notado generalmente, de 

que se hubiese dado la paz é inoienso al señor capitan 

general solamente , creyó sin embargo que en lo 

restante y ea el dia siguiente no tendria más motivos de 

disgusto ni se le darian al pueblo más motivos deescándalo. 

> -eAcuerdo del dia 6: presentes en junta los mismos 

señores que el dia anterior, á la hora en que debia salir 

Se mandb pasar á la comision de Justicia un expedien 

te remitido por la Junta superior de Galicia, con una representacion 

de queja contra el Arzobispo y cabildo dl e 

Santiago, fundada en los sucesos de que hace mencion e 1 

hoy la Junta, y esperaba en la sala de sesiones á su presidente, 

se ha116 con un aviso en que éste le decia que enviase 

dos diputados para reunirse en conferencia con otros 

1 dos, que acababa de enviar el cabildo 6 su :alojamiento, 

testimonio siguiente: 

«D. Pedro Lopez Ribera, vocal secretario de la Jun- m 

ta superior provincial del fidelísimo reino de Galicia, 

á fin de evitar por este medio las detenciones indecentes 

y poco religiosas que habian ocurrido el dia anterior. En 

, efecto, pasó otro vocal con el infrascrito secretario, y & 

Certifico, en cumplimiento del decreto anterior : qul 3 ] presencia del señor capitan general, dijeron los dos didel 

libro de acuerdos á que me refiero, resulta lo siguien. - 1 putados del cabildo que con arreglo Q las Bulas pontiflte: 

tdcuerdo de Ia Junta del dia 5 de Junio de 1812, , (:ias p decretos Reales, que decian llevar, & nadie se popor 

la mañana: presentes S. E. los señores presidente, 1 ( lia permitir entrada ni asiento en Ir capilla mayor, como 

D. Javier de Castaños, Tenreiro Montenegro, Lopez Bs- . (:apilla da Santiago, en que se hallaban sus reliquias, con 

llesteros, Rivadeneira, Arias Taiseiro, Fernandez de Cas - f ,xcomunion al que lo intentare 6 consintiere. Los diputro, 

Vazquez, y Lopez Rivera vocal secretario, se presen. mtados de esta Junta contestaron que como sabian que 

tó el señor capitan general á las ocho de la mañana de ; I as Bulas, talea cuales ellas fuesen, habian admitido la 

este dia para reunirse á la Junta en su sala de sesiones, e :xcepcion de dar entrada en la misma capilla y en tiem _ 

y la participó no habia recibido contestacion alguna del 

; 1 

)os muy recientes, no solamente 6 algunos generales, 

venerable cabildo al oficio que se le habia pasado ayer á lino á o5ciales y particulares, y á todos los generales 

las diez de la noche, y que un oficial de la secretaría en- 4 ranceses y oficiales enemigos convidados por el mismo 

tregó en propia mano al dean á las diez y cuarto , aña- c :abildo, no podria persuadirse que la prohíbicion y exdiendo 

le habia asegurado particularmente que no podria b c iomunion se extendiese solo á la corporacion que repre - 

contestar el cabildo hasta despues de la funcion, median- s cantaba el reino; y que la Junta deseaba se evitase por 

te no se reunia sino á la hora del coro, y que despues de i I: ma y otra parte toda competencia y duda, que no puede 

entrado en él no saldrian para hacer cabildo. En conse- E woducir más que la desunion y el descrédito que desea 

cuencia, la Junta acordó salir formada á la hora regular, brecaver, con cuyo 5n estaba resuelta 6 consultar á las 

aunque no llegase contestacion ni aviso; y lo veridcó así, c Iórtes para lo sucesivo, sin perjuicio de los derechos del 

acompañándola la comision provincial y la escolta de ho- abitdo, añadiendo que extraiírban se reservase esta connor 

que dispuso el capitan general. Llegada á la catedral fc jrencia para la hora misma que debia empezar la funcion. 

y dirigiéndose hácia la capilla mayor, lugar que creyó le E :n este concepto se reunieron & la Junta acompañando 

correspondia por ser el en que el cabildo coloca el ayun- 1 señor capitan general, y salió formada para la catetamiento 

en las funciones de exequias Reales, y en que d. ral, bien distante de recelar que sin embargo de todo, 

tenia colocado el sitial para el señor capitan general, J que 81 e hallase al entrar en ella con canónigos que públicacomunmente 

se cree el más digno, que la Junta no desme- Il lente le hicieron nuevas protestas, y que estuviesen 

recia ocupar, siendo la primera corporacion popular, no CI erradas las rejas de la entrada B la capilla mayor, aseconvidada, 

sino llamada por un decreto de las Córtes á 63 urando los mismos canónigos que no se abririan 4 meaquella 

funcion nacional. Inmediatamente algunos can6 .- os que el mismo s*ñor captan general lo mandase con 

nigos protestaron á la Junta que en aquel lugar nadie debia f, L fuerza. Lo mandó, en efecto, aunque sin fuerza, é inentrar 

ni colocarse 6 excepcion del señor capitan gene- t1 moducida la Junta en la dicha capilla, se hall6 sin asienral; 

y aunque éste les contestó que no podia separarse tc IS, expresando los mismos canónigos que no ae introdude 

la Junta, de que era presidente, ni la Junta desunir- Ci irian no mandando el señor general soldados que lo veri5- 

se de él, insistieron en protestas, que llegaron al exceso CI asen. El señor general, con laudable moderscion, dijo B los 

de introducir un escribano en la misma capilla mayor, que Cl tnónigos que si se IIo permitian, dispondría que no soldijo 

al señor capitan general iba á dar testimonio de lo dr ados, sino paisanos introdujesen los asientos; y aunque 

que allí pasaba y se conferenciaba, y que para eso le era CC mtestaron los mismos canónigos que no podian perminecesario 

instruirse de ello; al que S. E. tuvo la bondad ti rlo, y que S. E. podria mandarlo, se verifle así eu 

de contestar que lo que se trataba era de dar el honor [ e’ fecto, continuándose en seguida la funcion; y conclucorrespondiente 

á la Junta superior del reino de Galicia, ‘9 ,éndose sin mb novedad que haber observado la Junta se

3384 89 DE JUNIO DE 1810. 

hallaba colgada en la reja de la capilla mayor una tabla 

en que estaba puesto un papel, que despues supo publicaba 

las Bulas con excomuniones contra 10s que entrasen 

en aquella capilla, y que este papel habia sido visto por el 

pueblo, que se agolpaba hácia él movido de Ia curiosidad, 

con muy notable escándalo. Se continuó conferenciando 

sobre otros asuntos y negocios del servicio, y se procedió 

á su resolucion. 

Santiago 6 de Junio de 1812,-Pedro Lopez Ribera, 

vocal secretario. D 

Se procedió á la discusion de la proposicion del sesor 

Gallego (FeaJe la sesidn del 26 del corrisnte), y ùespues 

dd haberse hecho sobre ella algunas reflexiones, se 

mandó pasar á la comision que extendió el decreto de libertad 

de imprenta, con motivo de estar examinando el 

reglamento para las juntas de Censura presentado por la 

suprema. 

Continuó la discusion del proyecto sobre Audiencias y 

juzgados inferiores, á cuyo primer artículo hizo el señor 

Ruiz una adicion, que se mandó pasar á la comision, relativa 

á que se estab!eciese en Maracaibo una Audiencia. 

Aprobáronse en seguida los artículos siguientes: 

cArt. 10. Cesará en todas las Audiencias la diferencia 

de oidores y alcaldee del crimen. Todos los magistrados 

de ellas serán iguales en autoridad, J todos indistiotamente 

sc llamarán ministros de la Audiencia. 

Art. ll. Todas las Audiencias tendrán en cuerpo el 

tratamiento de excelencia; y sus regentes, ministros y 

fiscales en particular el de señoría. 

Art. 12. Ninguna de ellas tendrá en adelante otro 

presidente que BU regente respectivo. 

Art. 13. Todas las Audiencias serán iguales en facultades 

é independientes unas de otras, sin que haya 

asunto de conocimiento exclusivo de ninguna. v 

El artículo 14 decia: 

aLas fanciones de las Audiencias serán únicamente: 

Primera. Conocer en segunda y tercera instancia de 

las causas civiles y criminales cuando se les remitan en 

apelacion de los jueces de primera instancia de BU demar- 

cacion, 6 en consulta si fuesen criminales de gravedad, 

segun se previene en esta ley. 

Segunda. Conocer de las causas de suspension y separacion 

de los jueces inferiores de su territorio, conforme 

á la Constitucion. 

Tercera. Conocer delas competencias entre los mismos. 

Coarta. Conocer de los recursos de fuerza que se introduzcan 

de los tribunales y autoridades eclesiásticas de 

su territorio; entendiéndose comprendidos en ellos los recursos 

de nuevos diezmos, de que antes conocia el Consejo 

Real. 

Quinta. Recibir de los jueces eubalternos de su territorio 

los avisos de laa causas que se formen por delitos, y 

las hetas de las causas civiles y criminales pendientes, 

como se manda en la Constitucion, para promover la más 

pronta administracion de justicia. 

Sexta. Hacer el recibimiento de abogados, prévias las 

rormalidades prescritas por las leyes. Y los abogados que 

ssí s8 reciban ó que estén recibidos hasta el dia, podrán 

3jercer su profesion, presentando 81 título en cualquiera 

pueblo de las Españas, exceptuando únicamente aquellos 

m que hay colegios, pues deberán incorporarse ‘en ellos 

conforme al decreto de las Cortes de 22 de Abril de 1811. 

Sétima. Examinar á los que pretendan ser escribanos 

:n sus respectivos territorios, prévios los requisitos establecidos 

6 que se establezcan por las leyes. Y los examilados 

acudirán al Rey 6 á la Regencia con el documento 

ie su aprobacion, para obtener el correspondiente título. 

Octava. Conocer en Ultramar de los recursos de nuidad 

de las sentewias que causen ejecutoria, como se 

lispone en esta ley. 

En la funcion cuarta de este artículo se añadió la 

)aLabra

l!mBmRO 600. 

-. 

3385 - 

DTARTO DE SESIONES 

DE LAS 

NERALESYEXTRAO 


Se mandaron archivar las certitlcaciones, dirigidas por 

el Secretario del:Despacho de Gracia y Justicia, de haber 

jurado la Constitucion el director general interino del 

cuerpo de artillería D. Martin García Loigorry, los indivíduos 

de la secretaría de la misma Direccion del Ministerio 

de cuenta y razon, y de la Junta superior económica 

del mismo cuerpo, el cirujano mayor de los ejércitos y 

sus subalternos. 

Se leyó un oficio del mismo Secretario, con el cual 

remitia á las Cdrtes para su resolucion el número 122 del 

Diario mercantil de Cádiz, denunciado entre otros impresos 

por el Sr. Diputado D. Simon Lopez, y devuelto á la 

Regencia del Reino por la Junta Censoria de esta provincia 

marítima, porque hablándose de esta misma en dicho 

Diaario, no puede proceder á calificarlo. Las Cortes mandaron 

pasase á la comision que formb el proyecto de ley 

sobre la libertad de imprenta, para que informe acerca del 

medio de obviar 6 este inconveniente, 

Se mandó pasar á la comisíon de Hacienda una consulta 

del Acuerdo de Cataluña, dirigida por el mismo 

Secretario, y apoyada por la Regencia del Reino, sobre 

haber autorizado dicha corporacion al ayuntamiento de 

la ciudad de Manresa para la imposfcion y exaccion de 

cierta cantidad al vecindario de la misma con el objeto de 

socorrer con una sopa económica gran número de pobres 

que en la referida ciudad perecian de miseria. 

Acordaren las Cortes que se hiciera mérito en este 

Diario de la siguiente representacion: 

3386 80 DB 501910 Da 1818. 

~~~- 

mayores esperanzas 5 vista de esta Ester venturosa. El i no recomienda dicha pretension, opinb que no habia lugar 

consentimiento unánime de la Nacion entera, los votos de á ella. Las Córtes aprobaron este dictámen. 

los españoles del uno y otro hemisferio se elevan para el 

I 

cielo; y en este momento, uniéndose á le intercesion de i 

/ 

su gran compatrona, forman aquella voz imperiosa que j 

manda á los vientos y á las tempestades, impera los ma- 1 La comision de Constitucion expuso deber pasar á iures, 

se hace sentir en la region sombría del abismo, v su- i forme de la de Justicia el expediente que obraba en su poder 

biendo hasta el monte eterno en que disfruta del Skior, relativo á que se mande despachar carta de naturaleza á 

desbarata el decreto de exterminio que nos amenaza; sus- D. Ricardo Rainal Kesne en virtud de los documentos que 

tituye el de engrandecimiento y elevacion, y bendice á para ello presenta. Así se acordó. 

tantos Mardoqueos juiciosos, prudentes y sábios, cuya 

resolucion acertada ha sido la causa de este portento. 

Los descendientes de los profetas, los habitadores del 

Carmelo, los hijos de la gran Teresa, puestos entre el vestíbulo 

y el altar, ofrecerán continuamente sus hostirs al 

Señor para que las bendiciones del cielo desciendan sobre 

un Congreso tan respetable, sin olvidar al mismo tiempo 

ofrecer sobre el altar del agradecimiento los inciensos de 

respeto y veneracion debidos á V. M. Este es el consentimiento 

un6nime de esta comunidad expresado por boca 

de su cabeza. 

Isla de Leon 29 de Junio de lSl%=Fr. 

Ambrosio, vicario prior. D 

José de San 

Acerca de la solicitud de María de la Merced Soler, 

viuda, de la cual se dicí cuenta en la seeion del 5 de este 

mes, fué de parecer la comision de Premios, y así lo acordaron 

las Córtes, de que se autcrizafe á Ia Regencia del 

Reino para asistir á dicha viuda con la pension que estime 

oportuna para el remedio de su indigencia y la de su 

familia, y eea compatible con los apuros del Estado, msnteniéndola 

en su goce hasta que entre en el de sus bienes 

ocupados por los enemigos. 

La comision de Hacienda, acerca de la consulta del 

presidente de Goatemala, que junte con el oficio de remision 

del encargado del Ministerio de dicho ramo de Ultramar, 

se le mandó pasar en la sesion de1 30 de Mayo último, 

propuso que con arreglo al art. 7.’ del decreto de 

las Córtes de 4 de Junio de 1811, no hallando razon algnna 

de diferencia entre los empleados de la Península y 

los de Ultramar, como que todos componen una miema 

familia, se declaren comprendidos en él, así D. Agustin Alfaro, 

que di6 motivo á la consulta, como todos los demás 

que se hallen en igual caso. Las Córtes aprobaron este 

dictkmen por lo que toca á la declaracion de ser extensivo 

dicho decreto B todos los dominios españoles, sin tomar 

reeolucion alguna, por no corresponderles, sobre el caso 

particular propuesto. 

Se did cuenta del dictdmen de la comision de Premios 

relativo 6 la solicitud de Doña María de la Concepcion 

Grueso, viuda de D. Manuel Montero de Eapinosa, habilitado 

que fué de comisario de guerra, contenida en el oflcio 

del encargado del Ministerio de Hacienda de la Península, 

que se le pasó en la sesion del ll de Mayo último. 

Penetrada la comision de Premios de las urgencias del 

Erario, que no puede cubrir ni con mucho laa obbgacio- 

PW de rigurosa jwticia, y ateadiendo 6 que la Regencia 

Siguiendo la discueion del proyecto de ley sobre las 

Audiencias y juzgados de primera instancia, presentó el 

Sr. Larrazábal las siguientes adiciones al art. 14: 

«Primera. Conocer de las causas de recusacion del 

regente, ministros ó fiscales de la Audiencia. 

Segunda. A la funcion segunda despues de las palabras 

w~pe&os, separacioã, añádase: y rccasacion. B 

No quedaron admitidas. 

Se aprobaron en seguida sin contradiccion alguna los 

artículoe 15, 16, 17 y 18, que dicen así: 

«Art. 15. No podrán las Audiencias tomar conocimiento 

alguno sobre los asuntos gubernativos 6 económí - 

cos de sus provincias. 

Art. 16. Tampoco podrán en ningun caso retener el 

conocimiento de causa pendiente en primera instancia, 

cuando se interponga apelacion de auto interlocutorio, y 

fuera de este caso no podrán llamar los autos pendientes 

ni aún ad cffcclwn ~aiderladi. 

Art. 1’7. Los regentes, ministros y Ascales de las 

Audiencias no podrán tener comision alguna, ni otra ocupaeion 

que la del despacho de los negocios de su tribunal. 

Art. 18. Quedan suprimidos los juzgados de provincia 

y los de cuartel, que hasta ahora han ejercido los alcaldes 

de córte y del crímen. » 

El 19 decia : 

uTambien queda suprimida la plaza de juez mayor de 

Vizcaya, y la Audiencia de Valladolid conocerá de las 

causaa y pleitos de las Provincias Vascongadas en segunda 

y tercera instancia por el mismo drden que las demás 

de su territorio. # 

Se aprobó, modificado co? arreglo á la variacion he - 

cha en el 4.’ , poniéndoae Navarra en Iugar de Valladolid, 

y sustituyéndose á la palabra Vascongadas, estas otras: 

de Alava, Wptizcoa y Vkcaya. 

6Brt. 20. Los ministros y fiscales de las Audiencias 

de la Península é islas adyacentes tendrán el sueldo 

de 36.000 rs. anuales, y los regentes el de 50.000. Pero 

por ahora, y hasta que varíen las circunstancias, aquellos 

gozarán solamente el de 24.000, y estos, el que actualmente 

disfrutan, de 36.000.~ 

Aprobado. 

«Art. 21. En atencion á los mayores gastos de la 

córte, el regente de la Audiencia de Madrid tendrá el 

sueldo anual de 60.000 rs., y los ministros y Ascales el 

de 45.000. Pero si esta Audiencia se estableciese antes 

que se derogue la ley que fija el máximun de los sueldos, 

se reducirán á él los referidos., 

Aprobado. 

tArt. 22. Por lo respectivo á las Audiencias de Ultramar, 

el capitan general de cada provincia, oyendo al intendente 

ó jefe de Racienda de la misma, y á la Audiencia 

ó Audiencias de su distrito, propondrá á la Regencia, 

con remision del expediente, eI sueldo de que deban gozar 

los regentes, ministros y fiscales de los respectivos

NtiMERO 800. 3387 

paises, y la Regencia lo remitirá 4 las Córtes con su infortie. 

D 

Aprobado, añadiéndole al fln, á propuesta del Sr. Mejía: 

agozando entre tanto el que actualmente disfrutan., 

aArt. 23. Cada una de las Audiencias, así de la Península 

é islas adyacentes, como de Ultramar, teníendo 

presentes la planta y atribuciones que se les dan por la 

Constitucion y esta ley, propondrg desde luego á la Regencia 

del Reino las ordenanzas que crea más oportunas 

para su régimen interior, el número de subalternos necesarios, 

y sus dotaciones respectivas; y la Regencia, oyendo 

al Consejo de Estado, formará, con vista de todo, una 

ordenanza para el régimen uniforme de todas las Audiencias, 

con expresion de los subalternos necesarios para 

cada una, y sus dotaciones, y Ia remftirá á las Córtes para 

su aprobacion. Entre tanto, se gobernarán las Audiencias 

por sus actuales ordenanzas, en cuanto no sean contrarias 

á Ia Constitucion y á 10 que aquí se previene. )) 

Quedó aprobado con las variaciones siguientes: donde 

dice atlu’buctinea , diga facrltaàcs : despues de la palabra 

w~~cfi~as, se añadió, á propuesta del Sr. Mejía, esta 

cláusula: aremitiendo al mismo tiempo copia auténtica de 

las ordenanzas que actualmente rigen. P 

El Sr. Bahamonde hizo al mismo artículo la adicion 

que sigue: 

cQue se señale Grmino, B juicio de la comision, para 

que en él, y á consecuencia del recibo de esta ley, remitan 

las respectivas Audiencias 6 la Regencia las ordenanzas 

que previene este articulo., 

Se aprobó la idea de esta adicion, la cual se mandó 

pasar B la comision que extendib este proyecto. 

(Art. 24. Los dos flscales de cada Audiencia despacharán 

indistintamente en lo civil y criminal por repartimiento, 

» 

Se aprobd con la signiente adicion, con que deberá 

concluir: aque autorizará la misma. » 

Al mismo artículo propuso el Sr. Traver esta otra, Ia 

cual, aprobada su idea, se mandó pasar 6 la comision, 

pera que Ia extendiera eq 10s términos correspondientes: 

3388 30 DP JUNIO DII 1818. 

las dos sentencias á su favor Perdiendo la última) quedaba 

libre de la pena de muerte, 6 á lo menos de otra menor, 

como la de presidio absolviéndome cinro jueces, y 

porque otros cinco me condenan la he de sufrir, sin haber 

para esto otra razon que la de haber los unos juzgado 

despues de los otros., Lo sismo digo en una causa de 

un gran patrimonio heredado de las mayores ó adquirido 

con industria: no es esta buena razon para satisfacer al 

ciudadano ni para interpretcrr la mayoría que prescribe 

la ley. 

Cuando sc trató en el Congreso de si el caso de que 

hablamos habria cuarta instancia, valiéndome de una 

comparacion de Montesquieu, dije que en el caso en que 

taviese uno una sentencia á su favor y otra en contra, estabs 

la balanza de la justicia en el fiel, y que agregándose 

otra sentencia á f6vor de una de las dos, caia la belanza 

con fuerte contrapeso; dije que mucho más debia 

necesitarse este contrapeso cuando uno no solo tenía una, 

sino dos sentencias á su favor: este argumento no valió 

para que se admitiese Una cuarta instancia; pero debe valer 

y tener toda su fuerza para que en la tercerainstaucia 

en el caso en cuestion se tomen bodas las medidas J precauciones 

posibles Para asegurar el acierto y dar al ciudadano 

la satisfaccion de haberse tomado y hecho lo que 

dictaba la prudencia. 

#uál es el ffn del ciudadano en el pacto social, ya 

sea tácito, ya sea expreso? El hombre libre é independiente 

se sujeta y cotiente en la formacion del Eetado, y en 

sujetarse á las leyes de él para asegurar la conservacion 

de su vida, honor y bienes, que es la Eateria que ae trata 

en los juicios. iQué han hecho las naciones cultas y liberales 

cn esta parte? Los romanos daban al ciudadano la 

facultad de recusar los jueces que no les acomodasen; algunas 

naciones de Europa hacen ahora lo mismo; nuestro 

derecho permitia Is recusacion de tres esesores en tribunales 

ordinarios: en la tercera instancia de mil y quinientas 

proporcionaba el número de 13 jueces sin permitir 

que fuesen menos de nueve; iy V. M. resolverá ahora 

que solo sean cinco? No es esto conforme con las ideas 

liberales, con el fin del pacto social, con la razon ni con 

la Constitucion. 

Lo menos debieran ser siete, y aun yo lo extenderia á 

nueve, autorizando en cada capital algunos juristas h&- 

hiles y de buenas CostUmbres, con honorario proporcionado, 

6 sin él, que pudiesen votar en las terceraa instancias 

de que se trata; podria esto traer otras utilidades 

que no hay tiempo de explicar. 

El Sr. Fl#Lrir: Cuando la comísion ha dicho que en 

estoe casos habrá al menos un juez mGs, es claro que se 

comprende que si hay otros ministros que puedan dar su 

voto, lo darán tambien. Mientras dure el establecimiento 

de tribunales perpétuos, no puede hacerse novedad en el 

arreglo que propone la comision, mucho más cuando ys se 

ha fijado el número de jueces que han de tener. Se ha dicho 

que es@ número sea de nueve, que ae repartikendos 

Salas; y si hacemos el repartimiento debido, se verá que 

no puede hacerse otra coea que lo que en este artículo se 

propone: porque hecha la distribucion y no estando obligado 

á asistir el regente 6 la Sala de tercera instancia, 

san cabales los cinco jueces que se señalan. En caso de 

competencia ya se dice que pueda venir otro para diiimirla; 

por lo que este artículo debe pasar así. 

El Sr. CALATRAVA: Si las razones del Sr. Dou probaeen 

algo, seria, no que no deba darse tercera instancia, 

sino que fuesen cuatro las sentencias para equilibrar los 

derechos de has partes; y estas razones que ya se dieron 

tromdo de esta Puterio en la Con&i&cion, hioieroa 6 

las Córtes fijar el art. 285 de ella. (Lc &@,) De manera 

que por la COUS~ihICiOU 88 previene que so]0 ha de haber 

tres sentencias, aun en el caso que dos sean conformes, 

contsndosecon que el número de jueces que heya de asi+ 

tir á la tercera sentencia sea no duplo sino mayor , á cuya 

ley constitucional se ha arreglado la comisiou en eate 

proyecto. 

El Sr. Dou parece que quiere que así como se fija el 

minimun se fijase tambien el máximun de los jueces que 

haya de haber en esta tercera instancia; pero se debe tener 

presente que V. M. tiene acordado que las Audiencias 

de Aatfirias, Buenos-Aires, Canarias, etc., teadrsn nueve 

jueces, un regente y dos 5cales. El Sr. Dou ha visto 

esta resolucion de V. M., y conforme á ella, la comision 

no ha podido decir otra cGsa sino que haya de asistir un 

iuez más; es decir, cinco. Supongamos que la sentencia 

de revista es confirmatoria de la primera; si se fuese 

sgregando un juez más á cada instancia, cuando llegase 

Ia tercera, tendrian que asistir seis, y entonces debia la 

comision (lo que no era regular) haber señalado mayor número 

que el que V. M. tiene acordado, que ya excede al 

que antes habia. Por tanto, á no per que V. M. quiera que 

:ste número de jueces sea todavia mayor, no es posible 

aumentar el que se señala B cada instancia. 

El Sr. CREUS: El Sr. Dou ha manifestado que diciéniose 

en el artículo que asistirán cinco jueces á la tercera 

kM,ancia, decidiendo estos contra la sentencia dada por 

.os jueces de primera y segunda instancia (lo que sucelerá 

muchas veces), resultaria que este número de cinco 

ueces daban una sentencia contraria á la de otros cinco, 

o que no podria menos de producir graves quejas en las 

partes, viendo que igual número de jueces, 6 uno más, 

.es condenaba en una sola sentencia, habiendo sido abmeltos 

en dos diferentes. Se dice que la Conatitucion 

previene que el número de jueces para esta tercera ins- 

;ancia sea mayor, y que por eso se ponen cinco; es veriad, 

y por eso sin duda señaló este número la comision, 

porque si hubiese podido ser menor, sin duda lo habria 

señalado. Sea como faere, resulta que siendo nueve los 

ueces, quedarian cinco para esta instancia, y lo más seis 

:on el fiscal. Póngase, pues, un número mayor para de- 

:idir la segunda instancia, y en el caso de que por dis - 

!ordia ú otro motivo no se pueda decidir, que tenga voto 

31 ffscal. 

~1 Sr. MEJIA: Yo estoy convencido absolutamente 

de la fuerza de estas raaones, y veo que por de contado 

V. M. está palpando que la comision, lejos de hsber incurrido 

en proponer un número superabundante de jueces, 

los ha economizado lo posible; sea esto dicho en crédito 

de la comision, y para satisfacer 6 los que eran de 

opinion que sobraban muchos jueces, Enlo demás, yo apoyo 

la idea del Sr. Creus, porque obvia los inconvenientes 

todos, y quisiera que en el caso de que no se adoptase para 

todas las caUsas ordinarias, fuese al menos adoptado para 

las criminales, é indubitablemente para aquellas en qU8 

pudiese recaer pena cwpwis a$k%iva, pues como han dicho 

ya los legisladores, y especialmente el llamado por antonomaeia 

el sábio (D. Alonso), la pena debe recaer sobre 

el que ha cometido el delito; por eso V. Id. sábiamente 

ha determinado que la infamia recaiga solo sobre el que 

la merece, pues así como no se heredan las virtudes, tampoco 

los delitos. Por eBo creo yo que las causas de cuyas 

sentencias puede resultar infamia 6 privacion de ciuda- 

Jania, deberian tratarse con el mayor pulso y detenimiento. 

El remedio es sencillísimo: si no se cree suficiente el 

súmero de jueces, se llaman otros para que como peritos 

!enteacien; y en dicieado qUc 8x41q teroer iaietwia, W;

to es, despues que hayan recaido dos sentencias oonformee, 

tratando de delitos qne merezcan pena cwporis 

aJictica, haya de haber siste ministros, creo que todo se 

concilia. 

El Sr. CALATRAVA: Para que los señores que hayan 

ds hablar no caminen sobre los principios que ha indicado 

el Sr. Mejia, leeré el art. 41. (Le@.) 

En seguida mandó el Sr. Presidente suspender la dis - 

cusion. r 

Se levantd la sesion. 

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01-06-1812. NÂº 579 - Academia PuertorriqueÃ±a de Jurisprudencia y ...

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