Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Descubriendo el Palacio Alto de Pedro I a través de sus<br />
armaduras de cubiertas y camaranchones<br />
Cecilia Cañas Palop<br />
No se puede hablar de las techumbres de madera del<br />
Alcázar de Sevilla como elementos independientes<br />
del mismo, y probablemente tampoco se podría hablar<br />
de la Casa Real sin detenerse en analizar sus alfarjes<br />
y cubiertas, testigos de excepción de todo<br />
cuanto allí ha acontecido a lo largo del tiempo.<br />
El trabajo de investigación del que a continuación<br />
se expone una pequeña muestra, no es más que el intento<br />
de aproximarse este mundo de las armaduras<br />
de cubierta mediante el análisis de unos elementos<br />
muy concretos y fuertemente marcados por el espacio<br />
al que pertenecen, y quizás también los más<br />
afectados por el paso del tiempo, las modas y las<br />
restauraciones.<br />
Realizaremos pues, un recorrido por las distintas<br />
estancias de la planta alta del palacio sirviéndonos<br />
de guías válidos las armaduras o techos que las cubren.<br />
Subiendo por la escalera principal del palacio, cubierta<br />
por una magnífica armadura de cinco paños<br />
desembocamos en un corredor que mira hacia el Patio<br />
de la Montería y a nuestra derecha encontramos la<br />
puerta de acceso al llamado Palacio Alto.<br />
La primera estancia (1) es el actualmente denominado<br />
Vestíbulo o Saleta de la Reina cubierto por una<br />
armadura apeinazada con tirantes, del siglo XV. A su<br />
derecha se encuentra el Anteoratorio de Isabel la Católica<br />
(2), que junto con el Oratorio y muy probablemente<br />
con el Antecomedor de Gala (3), constituyeron<br />
originalmente las habitaciones de la Reina de las<br />
que tantas referencias tenemos en los documentos<br />
originales consultados. Cubriendo ambas estancias<br />
encontramos sendas armaduras de cubiertas apeinazadas.<br />
La del Anteoratorio es la única armadura<br />
ochavada del palacio alto, y la que cubre la tercera de<br />
las estancias, es una armadura cuadrada que refuerza<br />
su estribado con cuadrales en las esquinas. Ninguna<br />
de estas techumbres, así como el resto de las que<br />
configuran los límites superiores de las estancias, sirven<br />
de cobertura definitiva, ya que sobre ellas descansan<br />
las cubiertas que las protegen y cuya configuración<br />
de espacios es distinta a la de las estancias<br />
inferiores.<br />
Figura 1<br />
Plano situación de las estancias
302 C. Cañas<br />
Figura 4<br />
Armadura del Antecomedor de Gala<br />
Figura 2<br />
Armadura que cubre el Vestíbulo de acceso al Palacio Alto<br />
Figura 5<br />
Imagen del Camaranchón sobre las tres estancias anteriores<br />
En concreto, las tres techumbres anteriores, se encuentran<br />
situadas en el interior de un único camaranchón<br />
cubierto por dos armaduras situadas en cada<br />
una de las distintas vertientes de la cubierta final.<br />
La sala inmediata es El Comedor de Gala (7),<br />
construido según Ana Marín 1 hacia 1594. Se trata de<br />
la sala principal de paso y única de esta zona que no<br />
presenta armadura decorativa, sino que se cubre con<br />
un techo plano en el que se abren tres lucernarios.<br />
Figura 3<br />
Armadura ochavada del anteoratorio de los Reyes Católicos<br />
Este comedor de gala sufrió una transformación radical<br />
en el siglo pasado que nos impide incluso imaginar su<br />
primitivo aspecto. La documentación existente no habla<br />
de cubrición, ni siquiera menciona esta pieza. En la actualidad<br />
recibe luces por tres lucernarios abiertos en su
Descubriendo el Palacio Alto de Pedro I a través de sus armaduras de cubiertas y camaranchones 303<br />
cielo raso isabelino, pero primitivamente tuvo ventanas<br />
muy altas, hoy cegadas, situadas por encima del tejado<br />
de la galería, que nos hacen sospechar una solución de<br />
bóveda de yesería.<br />
Estas transformaciones se realizaron en el año<br />
1876, en el que en el Palacio Alto se repararon numerosas<br />
estancias: 2<br />
Apertura en el techo del Comedor de un óvalo para luces<br />
con cristales esmerilados y ... reparación de la solería, muros<br />
y cielo raso, colocar zócalos sencillos, imitación a nogal,<br />
y pintar el cielo raso, muros y puertas: particularmente<br />
colocar un zócalo de pino imitación a nogal, de la misma<br />
clase que el antiguo, y colocar los tapices del dicho comedor,<br />
y pintar el cielo raso parte de los muros y puertas.<br />
En el interior del Comedor se abren dos puertas a<br />
la izquierda que dan paso a los Salones de Fumar (5)<br />
Figura 7<br />
Armadura de la Sala de Fumar<br />
Figura 6<br />
Comedor de Gala<br />
y de Billar (6), situados a izquierda y derecha respectivamente<br />
de uno de los balcones que abren al Salón<br />
de Embajadores que comparte muro de cerramiento<br />
con él. Las dos piezas están cubiertas por dos magníficas<br />
armaduras cuya construcción se atribuye a Martín<br />
de Infante en la última década del siglo XVI, por<br />
lo tanto durante el reinado de Felipe II. A este maestro<br />
se deben todas las techumbres que se encuentran<br />
en la zona de poniente del palacio. 3<br />
La armadura que cubre la Sala de Fumar es considerada<br />
como una de las obras maestras de las muchas<br />
que hay en el palacio. Se trata de un artesonado resuelto<br />
mediante casetones octogonales que al unirse<br />
forman rombos y pequeños cuadrados y que se decoran<br />
mediante diversos motivos florales, ovas y dardos.<br />
El alfarje posee unas pechinas necesarias en la<br />
configuración semicircular de los faldones testeros,<br />
decoradas mediante un círculo central y dos cartabones.<br />
Todo el conjunto descansa sobre un friso de<br />
ménsulas seguido de una moldura de ovas y dardos y<br />
de un denticulado y por debajo se dispone una faja<br />
de figuras geométricas en resalto limitada por moldu-
304 C. Cañas<br />
Figura 8<br />
Armadura de la Sala de Billar Figura 9<br />
Corredor del Príncipe<br />
ra decorativa. En concreto fue realizado en el año<br />
1591 tal y como queda inscrito en cada uno de sus laterales.<br />
La Sala de Billar, equidistante a la anterior con<br />
respecto al Salón de Embajadores queda cubierta por<br />
otro alfarje de artesones dispuestos en retícula, que<br />
alternan casetones cuadrados con decoración íntegramente<br />
geométrica y otros de menor tamaño en los<br />
que se incluyen temas florales. Nuevamente todo el<br />
conjunto descansa sobre un friso de profusa decoración,<br />
diseños, tomados en los dos casos de los que se<br />
muestran en el libro cuarto de Serlio.<br />
A la derecha de la zona destinada a la reina y Comedor<br />
de Gala se encuentra el Corredor del Príncipe<br />
(4), que mira a los jardines que llevan el mismo nombre.<br />
Esta estancia se construyó muy probablemente<br />
para unir los aposentos de la reina con los del rey, situados<br />
en la zona opuesta del palacio, y sus obras comenzaron<br />
a partir de 1589, año en el que por este<br />
motivo se sustituye la armadura situada en la estancia<br />
inferior y se comienza a construir «la techumbre<br />
de la media caña» llamada en la actualidad sala del<br />
techo de Felipe II.<br />
En concreto, este corredor está cubierto por un alfarje<br />
también atribuido, como los dos anteriores a<br />
Martín de Infante, ya que era este maestro mayor<br />
junto con Lorenzo de Oviedo, maestro de cantería.<br />
Se trata de un artesonado en el que los casetones se<br />
distribuyen mediante retícula cuadrada y que poseen<br />
una sencilla decoración geométrica de gallones y un<br />
denticulado como límite de cada artesón y que queda<br />
rematado mediante un friso perimetral que recoge los<br />
mismos motivos.<br />
A partir del 17 de Agosto (1592) los carpinteros comienzan<br />
a tallar los artesones para el entresuelo alto de dicho<br />
corredor. La madera para estas intervenciones sería comprada<br />
por el maestro mayor de carpintería Martín de Infante<br />
que en estas fechas se trasladó por espacio de cuatro<br />
días a Guadajoz donde adquirió 150 pinos para las obras<br />
del Alcázar. La talla de los artesones para la techumbre<br />
alta del corredor continuaría hasta finales de año.
Descubriendo el Palacio Alto de Pedro I a través de sus armaduras de cubiertas y camaranchones 305<br />
Figura 10<br />
Armadura que cubre el Retrete del Rey<br />
Figura 12<br />
Armadura del Comedor de Familia<br />
Figura 11<br />
Armadura del Antecomedor de familia<br />
Si atravesamos este corredor, o el Comedor de<br />
Gala nos encontramos con la primera de las estancias<br />
que formaban parte de las habitaciones del rey<br />
en tiempos de los Reyes Católicos y que actualmente<br />
se conoce como el Retrete del Rey (7). A finales<br />
del S. XVIII esta zona era la destinada como habitaciones<br />
de la alta servidumbre tal y como nos indica<br />
Gestoso 4 cuando menciona a esta zona del palacio,<br />
que para él carece de importancia artística, a excepción,<br />
por supuesto, de las armaduras que cubren las<br />
estancias.<br />
Por la puerta que está en el testero del comedor, pásase a<br />
las habitaciones de la alta servidumbre de S. M., en las<br />
cuales sólo hallamos digno de mención, algunos techos<br />
notables al estilo mudéjar, que creemos proceden de las<br />
obras efectuadas en los siglos XV y XVI.<br />
La sala contigua es el actual Antecomedor de familia<br />
(8), estancia, antiguo Cuarto del Rey, y que<br />
junto con el resto de las salas que lo flanquean, y en<br />
particular la sala siguiente llamada Comedor de Familia<br />
(9), constituían el llamado Cuarto Nuevo del<br />
que tenemos muchos datos, pero ninguno en particular<br />
de esta estancia.<br />
Ana Marín nos habla de la construcción de una serie<br />
de estancias en el ala sur del palacio con el fin de<br />
conseguir una zona confortable durante los meses de<br />
invierno. Parece ser que en el año 1539 se reparaban<br />
los enmaderamientos de todo el ala, construida con<br />
toda probabilidad en tiempos del Emperador Carlos<br />
V.<br />
Si seguimos nuestro recorrido por la planta alta<br />
del palacio llegamos al Mirador de lo Reyes Católicos<br />
(10), que, situado a una cota superior a la del<br />
resto de estancias, carece de espacio practicable entre<br />
la cubierta final del edificio y la armadura que lo<br />
cubre.<br />
En febrero de 1540 los albañiles comienzan los<br />
trabajos de doblado de los tejados de esta estancia,<br />
que construida en tiempo de los Reyes Católicos es<br />
completamente remodelada por los maestros de Carlos<br />
V, en concreto por Luis de Vega, que es quien<br />
realiza el proyecto en este ala sur del palacio. Es en<br />
este momento en el que se convierte en una sala cerrada<br />
tapiando los vanos que conforman sus miradores<br />
y cubriendo su antigua techumbre con un nuevo<br />
enmaderamiento más bajo.<br />
La sala fue profundamente transformada durante el siglo<br />
XVI habiendo recuperado su primitiva fisonomía du-
306 C. Cañas<br />
Figura 14<br />
Dormitorio de Don Pedro<br />
Figura 13<br />
Mirador de los Reyes Católicos<br />
rante la restauración desarrollada recientemente por Rafael<br />
Manzano Martos en 1977. 5<br />
Por último, en el ángulo sur oeste del palacio se<br />
encuentra una de las dos estancias más antiguas de<br />
la planta alta del palacio, construidas junto con el<br />
resto por Pedro I en el siglo XIV llamada Dormitorio<br />
del Rey Don Pedro, antiguo Cuarto de los Lagartos<br />
(11) y que en origen tenía dos alcobas, una de<br />
ella eliminada para construir el anterior Mirador. El<br />
motivo de su edificación fue que la planta baja era<br />
demasiado fría y húmeda por lo que don Pedro, al<br />
casarse en segundas nupcias con doña María de Padilla,<br />
quiso tener unas habitaciones en planta alta,<br />
más abrigadas del frío invernal que perjudicaba a su<br />
esposa. 6<br />
Todas estas salas que forman parte del ala sur del<br />
palacio que da a los jardines están cubiertas por armaduras<br />
apeinazadas con una rica decoración de lazo<br />
que han sufrido importantes transformaciones a lo<br />
largo del tiempo.<br />
En este año se terminó la techumbre correspondiente<br />
al cuerpo alto que ostenta una inscripción con<br />
el año 1594 en su primer tramo.<br />
Aunque la mayor parte de lo que nos ha llegado es<br />
original, también quedan numerosos restos de actuaciones,<br />
algunas visiblemente presentes y otras que se<br />
deducen a partir de huellas insertas en los muros de<br />
las estancias, y de las que no podemos dejar de buscar<br />
su origen, o relación con los datos actuales. Por<br />
lo tanto, junto con el análisis constructivo de las techumbres,<br />
no puede ir separado el de sus modificaciones<br />
y transformaciones dentro de un proceso que<br />
ha estado presente en las armaduras prácticamente<br />
desde su construcción.<br />
El hecho de estudiar las armaduras mudéjares del<br />
alcázar no significa que se pretenda ampliar el inventario<br />
necesario sobre esta tipología constructiva, aunque<br />
si pueda ser un granito de arena, sino tener un<br />
perfecto conocimiento de las mismas.<br />
LOS CAMARANCHONES DEL PALACIO<br />
Del Palacio de Pedro I es sobradamente conocida su<br />
planta baja y no tanto la parte superior, recientemente<br />
abierta al público y de carácter más privado. Sin<br />
embargo queda por descubrir totalmente un tercer<br />
mundo escondido entre las armaduras de cubiertas y<br />
los tejados del Palacio.<br />
El edificio cuenta con una «tercera planta» oculta,<br />
que queremos y debemos destacar dada la gran canti-
Descubriendo el Palacio Alto de Pedro I a través de sus armaduras de cubiertas y camaranchones 307<br />
dad de datos acerca de la historia del monumento, en<br />
concreto de sus trazas originales y modificaciones<br />
posteriores, que sus paramentos contienen.<br />
El estudio detallado de estos elementos queda fuera<br />
de nuestro alcance ya que sería preciso un análisis<br />
muy extenso y específico, tanto constructivo como<br />
arqueológico de dichos muros y elementos que contienen<br />
y apoyan, sin embargo hemos realizado un tercera<br />
ruta para visitar el monumento desde sus entrañas<br />
mas profundas. La relación entre estos espacios y<br />
nuestras armaduras es evidente ya que se encuentran<br />
depositadas en su interior, siendo nueva la perspectiva<br />
que se abre de estos ejemplares y del resto de elementos<br />
relacionados.<br />
Sin embargo, la extensión del trabajo no permite<br />
en este momento su difusión. Queremos destacar la<br />
importancia de esta investigación en curso como prolongación<br />
del trabajo del que hemos iniciado y del<br />
que hemos expuesto una breve síntesis.<br />
NOTAS<br />
Figura 15<br />
Plano de los camaranchones del Palacio de don Pedro con<br />
indicación de las puertas de acceso a los mismos<br />
1. Marín Fidalgo, A. 1992. El Alcázar de Sevilla bajo los<br />
Austrias. Sevilla: Ediciones Guadalquivir S.L.<br />
2. Arraa. Caja 834. Año de 1876. Relación de obras verificadas<br />
en los RRAA de Sevilla y final del Real Patrimonio<br />
hasta la fecha. Real Palacio. Piso Principal del<br />
Palacio<br />
3. Fidalgo 1992.<br />
4. Gestoso y Pérez. 1926. Guía artística de Sevilla: Historia<br />
y descripción de sus principales monuentos religiosos<br />
y civiles. Sevilla: Extramuros Edición.<br />
5. Hernández Nuñez, J.C. y Morales, A.J. 1999. El Real<br />
Alcázar de Sevilla.<br />
6. De Mena, J.M. 1987. El Alcázar de Sevilla. Una visita<br />
a sus palacios y jardines.