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Macedonio Fernández cum Marcel Duchamp - escrituras americanas

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JULIO PRIETO<br />

<strong>Macedonio</strong> Fern?ndez <strong>cum</strong> <strong>Marcel</strong><br />

<strong>Duchamp</strong>: consideraciones en torno a<br />

una escritura del "afuera"<br />

En este art?culo propongo analizar conjuntamente las obras de dos autores<br />

aproximadamente contempor?neos - <strong>Macedonio</strong> Fern?ndez (1874-1952) y <strong>Marcel</strong><br />

<strong>Duchamp</strong> (1887-1968) - que, a partir del contexto discursivo de las vanguardias<br />

hist?ricas, introducen una radical desestabilizaci?n del "marco" est?tico en sus<br />

respectivas ?reas de creaci?n. Me interesa explorar el hecho de que, trabajando en<br />

disciplinas y medios so ci? culturales diversos (literatura versus artes pl?sticas;<br />

Buenos Aires versus Par?s/Nueva York), estos autores un<br />

produzcan corpus de<br />

f?rmulas "gemelas" que parecen obedecer a una misma din?mica hist?rica de<br />

"extra?amiento" y "reterritorializaci?n" del campo<br />

art?stico. Esta es, al menos, la<br />

hip?tesis de lectura que gu?a mi an?lisis: las obras de <strong>Macedonio</strong> Fern?ndez y<br />

<strong>Marcel</strong><br />

en sus<br />

<strong>Duchamp</strong> representan,<br />

respectivos campos de acci?n, un mismo<br />

"punto"<br />

crucial en<br />

-<br />

la historia del arte de Occidente un<br />

"punto"<br />

estructuralmente<br />

presupuesto, m?s all? de cualquier configuraci?n local, por la l?gica interna de esa<br />

historia. Mi lectura trata de dilucidar c?mo las propuestas de estos autores, a trav?s<br />

de una serie de estrategias de dis-locaci?n de los "l?mites" de la obra de arte,<br />

formulan paralelamente paradigmas de radicalidad "vanguardista" que, sin dejar<br />

de constituir la versi?n m?s extrema de esa est?tica, la llevan hasta un punto en que<br />

?sta se quiebra,<br />

revelando su "imposibilidad": c?mo, en suma, esa sistem?tica<br />

exploraci?n de los "m?rgenes" configura una discursividad del "afuera" del campo<br />

est?tico - una suerte de discurso<br />

"ut?pico":<br />

escritura del "no<br />

lugar."<br />

Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate.<br />

(Dante, Inferno 111,9)<br />

El sustrato "ut?pico" es un componente asiduo en el pensamiento, la vida y la<br />

escritura de <strong>Macedonio</strong> Fern?ndez (1874-1952), desde la aventura juvenil de<br />

emprender, junto a algunos condisc?pulos universitarios (entre los que se<br />

contaba el padre de Borges), la fundaci?n de una colonia saint-simoniana en una<br />

isla del Paraguay, hasta su ir?nica campa?a electoral a la presidencia de la<br />

Rep?blica Argentina, o la concepci?n<br />

de una obra como el Museo de la Novela<br />

revista canadiense de estudios hisp?nicos Vol XXV, 2 Invierno 2001<br />

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278<br />

de la Eterna^ cuyo estatus textual es notoriamente "ut?pico,"<br />

en el sentido<br />

etimol?gico<br />

de "carente de una<br />

lugar":<br />

"novela que no comienza," interminable<br />

mente diferida por una sucesi?n de pr?logos que escamotean su "comienzo" -<br />

una novela en cierto modo no escrita. La radicalidad del proyecto literario de<br />

<strong>Macedonio</strong>, su car?cter excesivo y ut?pico,<br />

anuncian a<br />

priori<br />

su "fracaso." Se<br />

trata, con todo, de una<br />

peculiar forma de "fracaso": lo que ins?litamente viene<br />

a<br />

lograr <strong>Macedonio</strong> es "clavar la espada del fracaso en el pecho de la victoria"<br />

(Foix 35). En la escritura de <strong>Macedonio</strong>, como en las formas m?s extremas de<br />

literatura de vanguardia, el fracaso es un ?xito en la medida en que se lo corteja<br />

deliberadamente: el "fracaso" es la raz?n de ser de un arte basado en la noci?n<br />

de "utop?a," noci?n inseparable de la imposibilidad de toda realizaci?n pr?ctica<br />

-<br />

un arte verdaderamente<br />

no no<br />

"ut?pico" puede<br />

fracasar. <strong>Macedonio</strong> se refiere<br />

ir?nicamente a este "fracaso" de la escritura (que<br />

en realidad es su ?xito) en Una<br />

novela que comienza (1941):<br />

He fracasado como escritor - quisiera<br />

acordarme de en<br />

algo que<br />

no<br />

haya<br />

fracasado para<br />

mostrar que hay variedad en mis andanzas<br />

- ... En cuanto a este fracaso en el escribir, se<br />

debe a esta rareza de no poder escribir seguido, sin pensar en nada. Si yo hubiera pensado<br />

antes de escribir, lo que no es tampoco oportuno, apenas<br />

se notar?a. M?s el lector me<br />

descubre pensando mientras escribo, nota estos intervalos de silencio y ya comprende que<br />

soy un pobre diablo - lo que ser?a preferible que no se advirtiera tan pronto. (14)<br />

Este pasaje es interesante porque revela c?mo el "fracaso" de la escritura - la<br />

"imposibilidad" de la ficci?n, con sus convenciones de argumento y construc<br />

ci?n de personajes y, tambi?n, con sus<br />

principios de causalidad y finalidad - est?<br />

directamente relacionado con el deseo de otra escritura, una forma de ficci?n en<br />

la que el escribir (el imaginar)<br />

no<br />

equivalga,<br />

como en la ficci?n "ilusionista" que<br />

critica, a un<br />

dejar de pensar. <strong>Macedonio</strong> propone una escritura focalizada en los<br />

intervalos, en los silencios de la ficci?n. De ah? lo significativo del t?tulo Una<br />

novela que comienza (1941), que ejemplifica la productividad del "l?mite" en esta<br />

escritura - de lo que roza su "afuera": el silencio o el intraducibie murmullo de<br />

lo "real," punzantemente congregado<br />

en las inmediaciones del acto de iniciarla<br />

o de darla por concluida. En efecto, de acuerdo con un<br />

parad?jico razonamiento<br />

que no hace sino sugerir<br />

sus subversivas intenciones est?ticas, la "novela," seg?n<br />

<strong>Macedonio</strong>, no puede "concluir," ya que ni siquiera es posible (ni deseable)<br />

continuarla m?s all? del "comienzo." <strong>Macedonio</strong> propone aqu?<br />

un aberrante<br />

g?nero<br />

literario: la "no-escritura." Esta es una idea que desarrolla en el<br />

ep?grafe<br />

preliminar, titulado apropiadamente "Pr?logo para la mayor?a (la de lectores de<br />

comienzos)":<br />

El poco disimulado g?nero de los "lectores de comienzos," el m?s probado,<br />

decidido y<br />

celoso de su comodidad, creo que aqu? no se har? esperar en felicitarme y darme ?nimo<br />

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para no ulteriorizar esta Novela que comienza, para que no trunque mi obra con seguirla<br />

y no me despe?e<br />

estirando a m?s tan concluido comienzo. Santo consejo.<br />

279<br />

TODO EL AUTOR, (ll)<br />

Oportunamente,<br />

Una novela que comienza<br />

concluye<br />

como<br />

empieza:<br />

si se resiste<br />

a<br />

"empezar,"2<br />

no menos se<br />

niega<br />

a "concluir," en una suerte de cortocircuito<br />

metatextual que duplica el gesto de proponer al principio<br />

un<br />

g?nero literario<br />

imposible - la "novela que (s?lo) comienza" - con el de lamentar al final el<br />

-<br />

fracaso de otro<br />

g?nero<br />

fant?sticamente "lim?trofe" la "novela que nunca<br />

comienza," la "novela impedida" que, como en<br />

parte lo ilustra el Museo de la<br />

Novela, termina porque no pudo empezar. De hecho, en Una novela que<br />

comienza, como en los pr?logos del Museo de la Novela, no tanto hay, en rigor,<br />

meta-textualidad cuanto, m?s bien, "anti-textualidad": no un<br />

hay<br />

"adentro" del<br />

texto desde el cual salir para<br />

ver ese<br />

-<br />

texto "desde fuera" para<br />

ver "el texto<br />

dentro del texto." En la escritura macedoniana s?lo hay "afueras" de un texto<br />

cuyo interior es imposible: no vamos de dentro a afuera (meta-textualidad) sino<br />

de afuera a otro texto (anti-textualidad: "heterograf?a") - hacia un texto ut?pico,<br />

siempre "otro": imaginado, diferido, sin lugar y sin ahora. Se trata siempre, en<br />

suma, de "una Literatura buena a venir" (Museo 118) ~ una f?rmula macedonia<br />

na que literalmente prefigura el "livre ? venir" teorizado por Maurice Blanchot.3<br />

La escritura "hipot?tica" de <strong>Macedonio</strong> es un ejemplo inmejorable de un<br />

problema - una tensi?n - que, en gran medida, est? en la base de lo que<br />

entendemos por est?tica "vanguardista": la fisura entre la teor?a y la pr?ctica, el<br />

hecho de que en una est?tica vanguardista la teor?a es ya una<br />

pr?ctica art?stica -<br />

en cierto modo, es la pr?ctica art?stica por excelencia (Perloff 90), en la medida<br />

en que la pr?ctica, la obra, es postulada en t?rminos de utop?a, como un exceso,<br />

como una<br />

hip?tesis inalcanzable.4 As? lo expresa <strong>Macedonio</strong> en el "Pr?logo que<br />

cree saber de algo" del Museo de la Novela, donde la "buena novela" se concibe<br />

en forma "te?rica"<br />

-<br />

como "Est?tica": la "obra"<br />

aqu?<br />

no es sino el necesario<br />

"fracaso" de la teor?a: "Si fracasa como tal la que llamo novela, mi Est?tica<br />

salvar? el caso: admito que se la tome por novela, por fantas?a de buen g?nero,<br />

por novela suplente. Si falla como novela puede ser que mi Est?tica haga de<br />

buena novela" (38). A?n m?s subversivamente, en una carta al poeta peruano<br />

Alberto Hidalgo sugiere que su<br />

at?pica "propaganda" de la novela - que, para<br />

mayor desconcierto, se confunde con su<br />

-<br />

es<br />

campa?a "presidencial"<br />

ya<br />

una<br />

obra de arte equiparable<br />

a la escritura de la obra misma.5 De hecho, en una<br />

aproximaci?n de estrategias publicitarias y vanguardistas que prefigura su<br />

siniestro solapamiento<br />

en el capitalismo tard?o,6 <strong>Macedonio</strong> desconf?a de la<br />

eficacia "publicitaria" de la propaganda<br />

en la misma medida que reivindica su<br />

eficacia "art?stica":<br />

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280<br />

Acerca de mi forma de propaganda<br />

usted la defini? en el acto finamente: que eso (mis<br />

volantes) eran ya novela. Yo creo que la mera reclame no tiene ninguna<br />

paga sus gastos y trabajos:<br />

ya son obra de arte, no propaganda<br />

la "inteligencia"<br />

o el "sentimiento"<br />

de obra de arte. (90)<br />

en la propaganda<br />

eficiencia: no<br />

s? porque<br />

En efecto, en una carta citada por Fern?ndez Latour, <strong>Macedonio</strong> manifiesta su<br />

intenci?n de estetizar la "propaganda," recurriendo con iron?a a estrategias de<br />

sublimaci?n rom?ntica propias de las novelas folletinescas - y, en general, de la<br />

publicidad moderna: <strong>Macedonio</strong> prefigura burlescamente la est?tica de "intriga<br />

pasional" de los anuncios de perfume cuyo ?ltimo avatar ser?an los pastiches<br />

televisivos de Calvin Klein:<br />

Hay que ejecutar<br />

la propaganda: yo la he perfeccionado<br />

que intrigue y para que no parezca propaganda,<br />

d?ndole alusi?n pasional, para<br />

as?: '<strong>Macedonio</strong> busca a Casilda la<br />

Cubana. Tel?fono: 3729 - Ribadavia.' Me meto al bolsillo cada ma?ana una docena de<br />

papelitos<br />

cuadrados con l?piz azul o colorado. (18)<br />

Si la teor?a (el manifiesto, el pr?logo) vanguardista puede leerse ya como<br />

obra, la "obra" vanguardista est? contaminada de teor?a, al margen de que<br />

corresponda en mayor o menor grado a lo que esa teor?a postula. Si la teor?a<br />

se<br />

vanguardista<br />

da como<br />

"pr?ctica te?rica," la obra a su<br />

vanguardista,<br />

vez, se da<br />

como teor?a de la obra, como reflexi?n sobre los medios de expresi?n art?stica<br />

y, en ?ltima instancia, como cr?tica de esos medios, como revelaci?n de su<br />

artificialidad o convencionalidad. La obra vanguardista es, en su formulaci?n<br />

m?s radical, una cr?tica auto-reflexiva de la obra de arte: se<br />

plantea<br />

como una<br />

pr?ctica meta- (o anti-) textual de dislocaci?n de sus medios y transgresi?n de<br />

sus l?mites, cuya finalidad es romper la ilusi?n de la coherencia o unidad<br />

art?sticas, interrumpir la fluidez de la recepci?n, descomponer la percepci?n de<br />

la obra en una sucesi?n de fracturas que revelen su condici?n de artificio,<br />

desestabilizando el "afuera" en que se inscribe. El equivalente ficcional de la<br />

pr?ctica vanguardista de abolir, en el terreno de la pl?stica, el trompe V iles esa<br />

insistencia, tan caracter?stica del texto macedoniano, en resaltar y dislocar con<br />

mayor o menor violencia los m?rgenes de la ficci?n, los elementos estructurales<br />

b?sicos que la constituyen, cuyo silenciamiento (cuya indiferenciaci?n) garantiza<br />

en la obra de arte "cl?sica" la fluidez y plenitud del sentido.<br />

El desinter?s de <strong>Macedonio</strong> por todos los elementos constitutivos de la<br />

narrativa tradicional - referencialidad, personajes, argumento - le lleva a<br />

explorar los l?mites - los m?rgenes - del "artefacto" ficcional: t?tulo, pr?logo,<br />

dedicatoria, citas, espacios en blanco, firma del autor. As? lo declara en uno de<br />

los pr?logos del Museo de la Novela:<br />

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As? pues, querido lector, un desconocido tan notado que en ?l pueden<br />

281<br />

tenerse todos los<br />

desconocidos del mundo por identificados como tales, os ha hablado en p?ginas que en<br />

autores encuadernados en la forma usual vienen en blanco y en m?, por primera vez<br />

detienen al lector, os ha hablado ya: De las personas que nada han escrito. (307)<br />

El espacio privilegiado de la escritura "desencuadernada" de <strong>Macedonio</strong> es, en<br />

consecuencia, el "l?mite" de la escritura: la p?gina<br />

en blanco que la precede<br />

o la<br />

sucede focaliza el inter?s, en<br />

-<br />

cierto modo<br />

protagoniza<br />

la no-escritura escritura<br />

de nada.7 En otras palabras, la p?gina<br />

en blanco sobre la que discurre la escritura<br />

es<br />

aquello sobre lo que la escritura discurre. Este es, de hecho, el tema del ?ltimo<br />

de los pr?logos del Museo de la Novela - "i? Nota de pospr?logo; y 20 Observa<br />

ciones de ante-libro" - donde la escritura se sit?a literalmente en el l?mite, en el<br />

espacio marginal, intermedio, entre el pr?logo y la novela - en la p?gina<br />

en<br />

blanco como<br />

espacio "post-pre":<br />

Posprenotados<br />

?tiles<br />

ocupar?n aqu?<br />

cuatro o cinco<br />

p?ginas<br />

en<br />

reemplazo<br />

de las mismas<br />

que,<br />

en blanco no dicen nada en el tomo com?n de la "asendereada-estructura<br />

tradicional-del-encuadernamiento-de-lo-literario" que han impuesto<br />

los Editores.<br />

Espero<br />

que el m?o, mi Editor, no me sacar? a la burla de todos insertando las cinco hojas<br />

en<br />

blanco<br />

-<br />

que doy aqu? por reemplazadas<br />

-<br />

y, seguidamente,<br />

la presente cr?tica a esa<br />

pr?ctica. Si hay Cr?tica para lo escrito, yo hago<br />

la de lo en blanco. (124)<br />

En principio <strong>Macedonio</strong> se propone, as? pues, escribir en las p?ginas en blanco:<br />

rellenarlas de escritura como una forma de subversi?n de la instituci?n literaria<br />

y editorial<br />

-<br />

como una forma de salirse del "marco," como esos cuadros<br />

surrealistas donde la pintura<br />

se extiende del lienzo al marco. No obstante, en<br />

seguida<br />

introduce una<br />

-<br />

vuelta de tuerca ir?nica una "meta-iron?a" que<br />

es<br />

ya<br />

netamente<br />

-<br />

duchampiana que le conduce a una forma de subversi?n est?tica<br />

menos inofensiva: sugerir el "valor" de las p?ginas<br />

en blanco - las p?ginas<br />

en<br />

blanco no ya como mera pr?ctica rutinaria del editor sino como "p?ginas de<br />

autor" que pueden ser objeto de "plagio":<br />

Esas hojas blancas, textos de desd?n a lo literario, son las p?ginas de autor con que<br />

visten figuraci?n de pol?grafos<br />

Repudio<br />

originales<br />

contuvieran<br />

como fraguadas<br />

en todo libro los nunca autores, los<br />

siempre<br />

in?ditos.<br />

todas las p?ginas blancas que<br />

se<br />

publiquen<br />

como<br />

aqu?,<br />

de mi firma; en redondo las desconozco aut?nticas, aunque parcialmente<br />

alg?n ingenio o pensamiento, y aun a veces alguna de ellas fuera hija<br />

pluma en correlaci?n con ciertos momentos de "en blanco" en mi mente ... (124)<br />

de mi<br />

As?, <strong>Macedonio</strong> propone al imaginario editor de su "novela" una novedosa y<br />

aberrante forma literaria: "algunas p?ginas<br />

en blanco, foliadas seguidamente,"<br />

resto o<br />

desperdicio de "alg?n relato trunco," que se ofrecen como modelo de<br />

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se


282<br />

excelencia est?tica en el "arte de no concluir," induciendo al "editor" a hacer algo<br />

il?cito, "fuera de contrato"<br />

-<br />

presentarlas<br />

como<br />

"originales"<br />

del autor:<br />

Observaci?n del Editor. Se me permitir?<br />

el aserto respetuoso de que, en efecto, el gran<br />

novelista que estoy aqu? editando ... ha necesitado (no hablemos de dineros) a veces,<br />

cuando ya no pod?a m?s con su literatura, enviarnos entre sus manuscritos algunas<br />

p?ginas en blanco, foliadas seguidamente,<br />

que nos tocaba hacer algo fuera de contrato. (125)<br />

de alg?n relato trunco, y hemos comprendido<br />

Tampoco falta en <strong>Macedonio</strong> el gesto iconoclasta, asociado a su fascinaci?n por<br />

la p?gina en blanco, de aspirar a borrar toda escritura institucionalizada,<br />

clasificada, muse?stica. De ah? su desd?n, t?picamente vanguardista, por las<br />

bibliotecas: "A m? en la biblioteca me asalta una preferencia por el papel en<br />

blanco. Y me parece que nada deber?a ser<br />

precedido de m?s variados pr?logos<br />

-<br />

postergadores para<br />

no entrar tan<br />

pronto,<br />

como en un consultorio de dentista<br />

-<br />

que el recinto anulador de una biblioteca" (177). Al contrario que el "coleccio<br />

nista" de libros imaginado por Walter Benjamin - el escritor qua coleccionista8<br />

<strong>Macedonio</strong> es un consumado "biblioclasta": no escribe para "adquirir" los libros<br />

que le gustar?a tener sino, antes bien, para deshacerse de su biblioteca - escribe<br />

justamente aquello de lo que le gustar?a librarse: escribe (valga la paronomasia)<br />

para librarse de libros, para "des-enlibrarse," como<br />

quien pusiera<br />

en venta, a<br />

precio de saldo, toda la literatura.<br />

Con semejantes propuestas <strong>Macedonio</strong> se<br />

aproxima<br />

a un punto de radicali<br />

dad est?tica a medio camino entre el abstraccionismo de Malevich y el arte<br />

conceptual de <strong>Duchamp</strong>. De hecho, el motivo de la "p?gina en blanco" - el<br />

discurso del "no decir nada" - oscila entre estas dos posiciones dis?miles (si bien<br />

emparentadas): la espiritualidad del arte abstracto que aspira a "expresar el<br />

silencio" (Kandinsky, Mondrian, Malevich) y la corrosiva iron?a del arte<br />

conceptual que, lejos de pretender "decir la nada," plantea la provocaci?n de<br />

literalmente "no decir nada" (como <strong>Duchamp</strong> con sus readymades). En otras<br />

palabras, podr?amos decir, evocando a uno de los personajes m?s singulares del<br />

Museo de la Novela<br />

-<br />

el "No-Existente-Caballero," familiarmente conocido como<br />

"Nec"<br />

-<br />

que <strong>Macedonio</strong> oscila entre una escritura trascendental<br />

-<br />

la escritura de<br />

lo no existente<br />

-<br />

y<br />

una escritura minimalista<br />

-<br />

lo que cabr?a caracterizar como<br />

escritura del "nec," en el sentido gramatical que le cabe a la conjunci?n latina<br />

encargada de diferir indefinidamente toda proposici?n afirmativa (i.e. todo<br />

postulado<br />

de existencia): ni...ni...ni... Se da en el Museo de la Novela un curioso<br />

merodeo discursivo, una vacilaci?n entre el misticismo y el cinismo, que bien<br />

podr?a servir para caracterizar en conjunto la escritura de <strong>Macedonio</strong> Fern?ndez<br />

-<br />

una escritura que elusivamente se desliza, para citar una de las no<br />

"partes<br />

pintadas" del Gran Vidrio de <strong>Duchamp</strong>, por el "Plano del Escurrimiento":<br />

incesantemente est? "sali?ndose" de lo que dice, en callada fuga<br />

a otro<br />

-<br />

lugar lo<br />

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283<br />

que se "dice," al fin, no es otra cosa que el silencio de esa huida del decir; lo que<br />

se escribe, tan s?lo la inerte part?cula que "indefine" el decir: escritura del "nec,"<br />

escritura de decir "ni," de repetir<br />

"nuestro no," tal y<br />

como lo declara en una<br />

carta de 1946<br />

a Nicol?s Olivari: "... se escribe para desaburrirse o<br />

para<br />

rememo<br />

rar a gusto nuestro no para el del lector" (Epistolario 110). <strong>Macedonio</strong> oscila, en<br />

efecto, entre la mordacidad duchampiana de un "conciso no decir nada" - "El<br />

no decir nada por primera vez ser? conciso; hasta ahora siempre necesit?<br />

vol?menes" (Museo 97) - que impl?citamente pone en duda la pertinencia (si no<br />

la misma posibilidad) de "decir algo" de la manera en que suele decirse, cuestio<br />

nando radicalmente las condiciones hist?ricas - socioculturales - de la<br />

enunciaci?n est?tica, y la denuncia wittgensteiniana del "hablar" como "errata<br />

del Silencio" - de la literatura como "imitaci?n fraudulenta," como "cita errada"<br />

del texto de lo Inefable - que cuestiona la "posibilidad" epistemol?gica de esa<br />

enunciaci?n.9 As? lo sugiere el "Brindis a Ricardo G?iraldes," publicado en<br />

Mart?n Fierro en 1926:<br />

No es aqu?, se?ores, nuestro comienzo de discurso y debe "apreciarse"<br />

con nada de decir. Cortes?a nos har?is si estas primeras palabras<br />

como principado<br />

son obsequiosamente<br />

"estimadas" como el: "no haber dicho nada en suma," que tan desagradable<br />

aplicarais<br />

ser?a lo<br />

sin discernimiento a todo el brindis al final; como no derogante del Silencio,<br />

de cuyo texto, f?cil de recordar y del cual el Hablar es la ?nica errata posible,<br />

procedimiento<br />

de cita no ha sido hasta hoy encontrado. La sutilidad de nuestra frase<br />

inicial representa a la imitaci?n ?por fin literaria! del silencio. (Papeles de Recienvenido 54)<br />

Ahora bien, entre la p?gina en blanco como tentaci?n m?stica "wittgensteiniana"<br />

y como mordaz boutade "duchampiana" - dos modalidades diversas de<br />

"hero?smo del autor" - se perfila aqu? un borroso punto intermedio - el inasible<br />

locus de una utop?a: "el poder de la palabra" - que fertiliza la empresa literaria<br />

de <strong>Macedonio</strong>: el proyecto de una escritura que logre<br />

una suerte de "transcrip<br />

ci?n literaria del silencio," un trasunto verbal de la p?gina<br />

en blanco:<br />

El esfuerzo feriado de p?ginas<br />

en blanco que hemos le?do tantas veces dispersas<br />

foliaci?n de libros, ocasion?ndonos la ?nica perplejidad posible y privativa de la especie<br />

el<br />

en la<br />

lectora, esas ocho o diez p?ginas de hero?smo de autor y que el lector, en ella tergiversado,<br />

sostendr? siempre que<br />

no las compr?, que<br />

no<br />

injuriaban<br />

su<br />

pensamiento<br />

de compra;<br />

ese<br />

esfuerzo, se?ores, de transcripciones<br />

presentimiento,<br />

claudicaci?n confesarse<br />

p?ginas<br />

Esta parad?jica<br />

en blanco. (54)<br />

era capitulaci?n<br />

"soluci?n"<br />

del silencio, banal aunque de buen anhelo y<br />

del poder de la palabra.<br />

incapaz de expresar con palabras<br />

-<br />

Para la literatura es una<br />

el silencio y acogerse<br />

a las<br />

"nada de decir," "escribir nada" como "cita<br />

fidedigna" del silencio, lo cual es distinto del escepticismo wittgensteiniano de<br />

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284<br />

"no escribir nada" y se<br />

aproxima, sin llegar<br />

a coincidir del todo, al trascendenta<br />

lismo abstraccionista de tratar de "escribir la nada"<br />

-<br />

est? m?s cerca, con todo,<br />

del gesto duchampiano: si bien renuncia al enunciado, no renuncia a la<br />

enunciaci?n - a diferencia de la asc?tica proposici?n final del Tractatus que<br />

estipula la necesidad de renunciar a ambos. En efecto, la escritura de <strong>Macedonio</strong><br />

frecuenta un gesto textual an?logo al de los readymades de <strong>Duchamp</strong> - obras que<br />

dicen que no dicen nada. La de <strong>Macedonio</strong> ser?a la escritura de un nihilista<br />

"cort?s": escritura de nada - escritura del no hay de qu?. Esta afinidad por el<br />

silencio, que por otra parte tiene que ver con la ex-centricidad del lugar de<br />

enunciaci?n cultural,10 es el punto de partida de toda una estrategia narrativa de<br />

proliferaci?n de "silencios," expl?citamente sintetizada en el cuaderno de 1927<br />

1928 en la figura de un hipot?tico personaje "novelesco": "El apagador de<br />

discursos o vertedor de silencio bombero voluntario; proveedor de finales;<br />

descosedor de continuaciones, soltador de canes<br />

quejumbrosos opuesto<br />

a todo<br />

lo que suena o<br />

sigue" (321).11 En efecto, el itinerario textual que propone<br />

<strong>Macedonio</strong> es un recorrido<br />

en<br />

en<br />

-<br />

abrupto, profuso interrupciones,<br />

fisuras<br />

colapsos - de la escritura, "silencios" que invitan a la reflexi?n, a salir del texto,<br />

de la trama,12 como el fragmento de Papeles de Recienvenido metatextualmente<br />

titulado "Sobreviene dicho cap?tulo":<br />

Hace cinco a?os conoc? a la mam? de un amigo rosarino y vine a saber que...<br />

No lea tan ligero, mi lector, que<br />

no alcanzo con mi escritura adonde est? usted<br />

leyendo. Va a suceder si seguimos as? que nos van a multar la velocidad. Por ahora no<br />

escribo nada; acost?mbrese. Cuando recomience se notar?. Tengo aqu? que ordenar<br />

estrictamente mi narrativa porque si pongo el tranv?a delante de m? no suceder? lo que<br />

sucedi?. (29)<br />

De ah? que <strong>Macedonio</strong><br />

o, m?s exactamente,<br />

cultive el<br />

g?nero<br />

una "anti-novela"<br />

de la "no-novela," una meta-novela<br />

-<br />

que<br />

en<br />

gran medida consiste en<br />

-<br />

la<br />

imposibilidad de escribir la novela y en una teorizaci?n de esa imposibilidad. As?,<br />

su Museo de la Novela es una "no-novela" compuesta<br />

de<br />

(aproximadamente)<br />

60<br />

pr?logos y 18 cap?tulos, cuyo t?tulo anuncia ya la muerte de la novela: la "no<br />

novela" que (des)escribe <strong>Macedonio</strong> - o bien, como ?l mismo lo expresa en el<br />

pr?logo "A las puertas de la novela," "la novela medio-escrita del mejor de los<br />

semi-novelistas" (70) - es el "museo" donde se<br />

expone y disecciona, fracturada<br />

en mil part?culas inconexas, una especie en v?as de extinci?n: lo que tradicional<br />

mente se entiende por "novela"<br />

-<br />

la novela escrita y definitivamente acabada, que<br />

para <strong>Macedonio</strong> es un fracaso art?stico. El Museo de la Novela de <strong>Macedonio</strong> es,<br />

como se<br />

asegura<br />

en un<br />

fragmento<br />

del citado cuaderno de 1927-1928, "la<br />

mejor<br />

novela que puede dejarse de escribir" (325). De lo que se trata, por tanto, es de<br />

una suerte<br />

contaminada<br />

-<br />

de "des-escritura" de una "escritura"<br />

(ek-scriptum):<br />

escritura<br />

de silencio, escritura "desnudada por sus ex" - para<br />

evocar el t?tulo<br />

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<strong>Marcel</strong> <strong>Duchamp</strong> La Mari?e mise ? nu par ses c?libataires, m?me ?2000 Arts Rights Society (ARS) New<br />

York / ADAGP, Paris / Estate of <strong>Marcel</strong> <strong>Duchamp</strong><br />

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285


286<br />

original del Gran Vidrio duchampiano: La Mari?e mise ? nu par ses c?libataires,<br />

m?me -<br />

inmejorablemente<br />

descrita en otro<br />

pasaje<br />

de ese cuaderno como "retozos<br />

de no decir nada" (330) y, un poco m?s adelante, como una especie de continuo<br />

"deshacerse" textual - una escritura que incluye<br />

un "hilito de deshacerla":13<br />

Yo quisiera hacer mi Novela (y como de todo lo que hacemos nos arrepentimos<br />

o en todo alguna vez, hacer todo provisorio)<br />

en parte<br />

como hice "La<br />

Vigilia," etc., con un hilito<br />

de deshacerlas, un cabito de tirar hasta la nada, como esos nudos de juego que hacen los<br />

chicos - as? mi novela tendr?a que tener<br />

algo<br />

de deshacerla, de convertirla en Historia ...<br />

(330)<br />

Significativamente, la novela que por un lado colinda con la nada, por otro se<br />

"deshace" en Historia: la novela "escrita" se desl?e en<br />

-<br />

novela "vivida" novela<br />

"salida a la calle" - y la "obra" art?stica se en<br />

descompone<br />

"acci?n." <strong>Macedonio</strong><br />

prefigura en cierto modo a Joseph Beuys - cuyas "acciones" de los a?os 60 y 70,<br />

C?mo explicar cuadros a una liebre muerta (1965), Coyote (1974), replantean y en<br />

gran medida desbordan la categor?a de "obra" de arte (Goldberg 96-97) -<br />

deslindando tempranamente el campo de inquietudes de lo que despu?s<br />

se<br />

conocer?a como<br />

performance<br />

art. De hecho, no ser?a descabellado ubicar en la<br />

?rbita de este emergente campo art?stico, como uno de sus m?s primitivos<br />

-<br />

paradigmas,<br />

la "acci?n electoral" de <strong>Macedonio</strong><br />

su<br />

campa?a<br />

de<br />

pol?tica<br />

ficci?n, su<br />

-<br />

en su<br />

"propaganda-novela"<br />

doble versi?n<br />

textual/performativa.14<br />

El<br />

punto extremo de "escribir nada" coincide, as?, con el de "hacer algo" fuera del<br />

texto: <strong>Macedonio</strong> sit?a su escritura en ese<br />

inseguro borde - en el inestable l?mite<br />

entre arte y vida, entre obra y acci?n.<br />

Las afinidades entre la escritura de <strong>Macedonio</strong> y la obra de <strong>Marcel</strong> <strong>Duchamp</strong><br />

distan de limitarse a esa suerte de "silencio auto-de?ctico" - al gesto de "decir que<br />

no se dice nada" - que ambos gustan de prodigar en forma textual o pl?stica. La<br />

escritura macedoniana ofrece un paradigma radical de pr?ctica vanguardista que<br />

la lleva hasta un punto en que ?sta se quiebra, revelando su propia "imposibili<br />

dad": un punto de auto-contradicci?n s?lo equiparable, en la historia del arte<br />

contempor?neo, al subversivo gesto duchampiano del readymade. Aunque<br />

podr?a veros?milmente argumentarse la precedencia de las performances<br />

futuristas y dada?stas en el af?n de desestabilizaci?n del "marco" est?tico que<br />

Peter B?rger privilegia<br />

como rasgo distintivo de las vanguardias hist?ricas,15<br />

con tanta nitidez como los<br />

ninguna manifestaci?n art?stica moderna plantea<br />

readymades de <strong>Marcel</strong> <strong>Duchamp</strong> esa ruptura - el paso de una pr?ctica de<br />

"dislocaci?n" como principio morfol?gico, que hilvanar?a la sucesi?n de los<br />

"ismos" dentro de un determinado campo est?tico, a un radical "extra?amiento"<br />

del terreno sociocultural sobre el que se asienta esa pr?ctica. A continuaci?n<br />

propongo examinar c?mo la escritura de <strong>Macedonio</strong> Fern?ndez, si bien est? lejos<br />

de la visibilidad hist?rica que signa la trayectoria art?stica de <strong>Marcel</strong> <strong>Duchamp</strong>,<br />

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287<br />

participa de una an?loga radicalidad. El ambiguo lugar que ocupa <strong>Macedonio</strong> en<br />

la literatura<br />

hispanoamericana<br />

se<br />

podr?a<br />

caracterizar moderna, en contraste con<br />

la inmediata resonancia internacional de<br />

<strong>Duchamp</strong>,<br />

como una suerte de "efecto<br />

retardado": las huellas del artefacto "implosivo" de su escritura en el canon<br />

hisp?nico son invariablemente oblicuas, subterr?neas, y m?s bien tard?as.16<br />

Los textos de <strong>Macedonio</strong> abundan, en efecto, en lo que con todo rigor cabr?a<br />

calificar como "tics duchampianos." Como en<br />

<strong>Duchamp</strong>,<br />

en <strong>Macedonio</strong> la obra<br />

de arte se ubica en el<br />

gesto que la enuncia, en un<br />

margen<br />

-<br />

de la obra, que la escamotea en cuanto<br />

"imposibilidad,"<br />

-<br />

un antes o un<br />

despu?s<br />

en cuanto<br />

utop?a.17<br />

En<br />

ambos el campo<br />

art?stico se descentra como consecuencia de una absoluta "des<br />

territorializaci?n," en virtud de su insidiosa ex-centricidad en cuanto al campo<br />

de la enunciaci?n cultural.18 No dejan de ser<br />

significativos los ausentamientos del<br />

"territorio" que cunden en las biograf?as de ambos - su notoria afici?n a<br />

"inasistir" a<br />

-<br />

las ceremonias del "centro" cultural desde los "brindis inasisten<br />

tes" de <strong>Macedonio</strong> y su inquieto vaiv?n entre la ciudad y el campo, hasta las<br />

solitarias estancias de <strong>Duchamp</strong><br />

en ciudades extra?as - M?nich, Nueva York,<br />

Buenos Aires (donde a pesar de residir casi un a?o no coincidi?, al parecer, con<br />

<strong>Macedonio</strong>).19 Ambos comparten, en efecto, una contradictoria din?mica de<br />

apariciones y ocultamientos, una trayectoria biogr?fica a la vez p?blica y secreta.<br />

Entre los copiosos materiales preliminares del Museo de la Novela hallamos<br />

en<br />

seguida<br />

una lista de "Obras del Autor, especialista en novelas" - una<br />

bibliograf?a fabulosa directamente emparentada con los aberrantes cat?logos<br />

borgeanos ("Pierre Menard, autor del Quijote" "El idioma anal?tico de John<br />

Wilkins") - que admite ser le?da como n?mina de readymades textuales: una<br />

serie de g?neros literarios "fant?sticos," cuya escritura es imposible. Como los<br />

"objetos indiferentes" de <strong>Duchamp</strong>, las hipot?ticas "novelas" macedonianas son<br />

-<br />

actos de enunciaci?n sin enunciado "obras" cuya enunciaci?n coincide con su<br />

?nica<br />

-<br />

ejecuci?n posible que cuestionan indirectamente el estatus convencional<br />

de la obra de arte, de la novela como<br />

"objeto"<br />

art?stico. Revisemos someramente<br />

esa lista de literarios "portabotellas sin botellas" (para<br />

evocar uno de los m?s<br />

c?lebres "objetos" duchampianos):<br />

La Novela que Comienza<br />

La Novela<br />

Impedida<br />

La Novela que no Sigue<br />

La Novela Salida a la calle, con todos sus personajes,<br />

en ejecuci?n<br />

de s? misma<br />

La Pr?logo-Novela, cuyo relato se da a escondidas del lector en los pr?logos<br />

La Novela sin Fin ...<br />

La Novela que<br />

La ?ltima Novela Mala<br />

termina antes del desenlace<br />

La Primera Novela Buena ... (7)<br />

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288<br />

Curiosamente, todas estas variedades<br />

"ut?picas"<br />

de la novela son<br />

ensayadas por<br />

<strong>Macedonio</strong> de una u otra manera - si las tres<br />

primeras de la lista las pone en<br />

pr?ctica<br />

en Una novela que comienza, las restantes son acometidas de diversos<br />

modos en el binomio integrado por Adriana Buenos Aires (publicada postuma<br />

mente en 1974) y Museo de la Novela - a pesar de tener<br />

plena conciencia del<br />

"fracaso" que ello<br />

en otras<br />

implica:<br />

palabras,<br />

aborda su<br />

-<br />

escritura las "(des)esc<br />

ribe" - precisamente por tratarse de "obras" cuya ejecuci?n es imposible. A esta<br />

n?mina de readymades macedonianos habr?a que agregar, am?n de la variopinta<br />

panoplia de los "g?neros desfuncionalizables" propuestos en Papeles de<br />

-<br />

Recienvenido la<br />

"autobiograf?a<br />

escrita por otro," la "carta no enviada, sin sobre,<br />

se?as o texto," el "brindis inasistente," la "colaboraci?n period?stica que no<br />

colabora"20 otro g?nero literario imposible, el<br />

-<br />

"auto-pr?logo"<br />

un<br />

pr?logo<br />

"seguido de nada," un g?nero de?ctico que no apuntar?a a otro lugar que a s?<br />

mismo: "... estoy en la pista del auto-pr?logo, que calmar?a definitivamente la<br />

aspiraci?n de pr?logos (se quejaron alguna vez) a auto-existentes ... no<br />

subordinado su ser a<br />

algo que los siga" (101).<br />

La afici?n por los cat?logos absurdos - o<br />

"heterot?picos," seg?n la caracteri<br />

zaci?n que propone Michel Foucault a prop?sito de uno de los m?s notorios<br />

ejemplos borgeanos - es un rasgo que comparten <strong>Macedonio</strong>, Borges y<br />

<strong>Duchamp</strong>.21 En una de las notas de la Bo?te verte (1934) - la edici?n facsimilar de<br />

las notas de trabajo escritas entre 1910 y 1915 a prop?sito del Gran Vidrio<br />

-<br />

<strong>Duchamp</strong> expresa el prop?sito de "[?] viter tout lyrisme formel. / que tout le text<br />

soit un<br />

catalogue" (Notes 71): un<br />

principio "taxon?mico" que informa no pocos<br />

textos borgeanos (si bien dista de ser evidente que Borges evite, en la misma<br />

medida que <strong>Macedonio</strong> y <strong>Duchamp</strong>, todo "lirismo formal"). En la n?mina<br />

macedoniana de los cat?logos "imposibles" habr?a que incluir el "cat?logo de<br />

personas de las cuales nada se sabe, y que no pasan de ocho o diez, no se<br />

encuentra en la lista una que se<br />

asemeje siquiera<br />

en el aire de desconocido,' que<br />

tanto dice y hace reconocerlo" (Papeles de Recienvenido 97-98) - una idea que<br />

recuerda, en su met?dica futilidad, el ocioso proyecto duchampiano de "[c]lasser<br />

les peignes par le nombre de leur dents" (Marchand du Sel 95). ?Cu?l ser?a, en<br />

efecto, el "terreno" sobre el que asentar una taxonom?a de lo<br />

que<br />

no existe, lo<br />

que<br />

no se conoce<br />

-<br />

lo que nada tiene en com?n, justamente por<br />

ser la nada su<br />

?nica coincidencia? En otra versi?n de esa<br />

paradoja, <strong>Macedonio</strong> no duda en<br />

arrojarse (y arrojarnos con ?l) a las arenas movedizas - al hilarante v?rtigo - de<br />

un cat?logo de lo que no hay catalogado:<br />

Gana tengo de a?adir aqu?, a?n, algo que no s? qu? es, las cinco especies<br />

cosas:<br />

inclasificadas de<br />

?Especie<br />

A: Cosas en<br />

que nadie cree, universalmente afirmadas: que los japoneses puedan<br />

comer arroz con<br />

palitos<br />

de diente y que los chinos coman nidos de<br />

golondrinas<br />

...<br />

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?Especie<br />

289<br />

B: Cosas que nunca se saben, y todos pueden saber: si el chu?o es de ma?z, de<br />

patata, de mandioca o de alg?n producto peruano; si el<br />

whisky<br />

es de<br />

alpiste;<br />

si<br />

qu?<br />

es la<br />

jalea<br />

... las onzas, varas, yardas, libras, millas.<br />

?Especie<br />

C: La de las insulsas e imb?ciles "cosas sin ellas": el vino sin vino o sea alcohol;<br />

el caf? sin cafe?na; el tabaco sin nicotina ...<br />

?Especie<br />

D: Las abundantes cosas que no hay: el pejerrey sin espinas; los irreemplazables;<br />

las naranjas sin semillas ...<br />

?Quinta especie<br />

inclasificada E: Casos del "no es," en que por lo menos se descansa, por<br />

la seguridad que uno tiene de que el ?mbar no es ?mbar y la perla no es perla. M?s<br />

honrado ser?a nombrar las cosas por lo que no tienen, por ejemplo:<br />

faltar algo siempre se est? seguro. Cualquier<br />

el "unto sin sal." Del<br />

unto puede carecer no s?lo de sal sino de la<br />

totalidad de las cosas, como toda cosa carece de todas las cosas que no son ella. Por eso<br />

parece muy moderado llamarlo "sin sal," pudiendo denominarlo sin sal, sin zapatos, sin<br />

bigotes,<br />

manganeso<br />

sin dolores de cabeza, sin gobierno,<br />

... (Papeles de Recienvenido 115-16)<br />

sin hijo, sin estrellas, sin feldespato, sin<br />

En este delirante cat?logo cada una de las "especies" - y, en particular, la especie<br />

D: las "abundantes cosas que no -<br />

hay" implica<br />

una desestabilizaci?n epistemo<br />

l?gica (una "heterotop?a") an?loga a la que ostenta el peculiar bestiario chino<br />

-<br />

y, en particular, las categor?as (h), (j), y (l) - que Borges imagina<br />

en "El idioma<br />

anal?tico de John Wilkins."22 En cierto modo, la idea macedoniana de una<br />

clasificaci?n de lo que no<br />

hay- de lo que "falta" - viene a funcionar, toda vez que<br />

en una modalidad l?dica, ligera, seg?n lo que Jacques Derrida denomina<br />

"pensamiento de la huella" - como cat?logo de variantes de la perturbadora<br />

"huella" de lo que no es en el "sistema de lo que hay."23<br />

<strong>Macedonio</strong> comparte con <strong>Duchamp</strong> el desd?n por el "contenido" de la obra<br />

de arte. Se podr?a aplicar tambi?n a ?l lo que Octavio Paz se?ala acerca de<br />

<strong>Duchamp</strong>: "El artista no es un hacedor; sus obras no son hechuras sino actos"<br />

(33). De ah? que su escritura prodigue el gesto de obviar la ejecuci?n de la obra<br />

y ?nicamente "dejar hecho el t?tulo," como en el "Pr?logo<br />

a lo nunca visto" -<br />

"Dejo hecho el t?tulo solamente, pues" (Museo 47) - o en el cuaderno de 1926<br />

1928, donde desde?a "la ins?pida tarea de rellenar un t?tulo y la de demostrar una<br />

afirmaci?n" (320). De ah?, tambi?n, que <strong>Macedonio</strong> abogue,<br />

en una nota<br />

editorial publicada<br />

en 1943 en la revista Papeles de Buenos Aires, por "introducir<br />

el 'etc?tera' en<br />

pintura": "El notorio pl?stico E D. S. atarea su<br />

inteligencia<br />

pensando c?mo se podr?a introducir el etc?tera' en pintura. ?Por qu? los<br />

pintores no le ponen etc. a las patas de una mesa, por ejemplo, es decir, dejan la<br />

tabla en el aire con las cuatro extremidades que empiezan?" (14). Ese "notorio<br />

pl?stico" bien podr?a haber sido <strong>Marcel</strong> <strong>Duchamp</strong>, conspicuo promotor de<br />

"etc?teras" art?sticos: el readymade, como los imposibles g?neros literarios<br />

macedonianos, desde?a el contenido<br />

-<br />

el n?cleo, el "interior"<br />

-<br />

como lo<br />

"sobrante" en una obra, como su material de "deshecho," digno<br />

de ser omitido<br />

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290<br />

con un indolente "etc?tera"<br />

-<br />

el "contenido" ser?a el<br />

superfluo,<br />

olvidable<br />

"etc?tera" que viene detr?s de la firma. En su versi?n m?s radical, la f?rmula<br />

duchampiana de la obra de arte, con la que a menudo especula <strong>Macedonio</strong>,<br />

vendr?a a ser, sencillamente: "mi firma, etc?tera?24 As?, <strong>Macedonio</strong> frecuenta en<br />

el Museo de la Novela la pose de presentar la "novela" como residuo, como<br />

imprevista "excrecencia" de los pr?logos - la novela es<br />

"prescindible," el<br />

proyecto b?sico es escribir unas "Obras Completas del Prologar" (115), como<br />

sugiere en uno de los cuadernos in?ditos: "Podr?a yo aqu? dar por comenzada la<br />

consumada (?) obra, present?ndola sin novela pero concluida de pr?logos" (328).<br />

De hecho, el m?s<br />

conspicuo de los readymades macedonianos es el "t?tulo-texto"<br />

-<br />

la<br />

"tapa-libro": literalmente, la introducci?n del "etc?tera" en<br />

-<br />

literatura<br />

que<br />

propone en el pr?logo "Al lector de vidriera." En su l?nea habitual de exploraci?n<br />

-<br />

de<br />

-<br />

explosi?n del "l?mite" de la escritura, <strong>Macedonio</strong> especula aqu? con la<br />

hip?tesis de una ficci?n minimalista cuyo primer y ?nico acontecimiento es el<br />

t?tulo, un "libro" donde lo ?nico que ocurre es la tapa - otro g?nero literario<br />

fant?stico, exacerbadamente lim?trofe:<br />

Como la circulaci?n de tapas y t?tulos es merced a las vidrieras, quioscos y avisos. La ideal,<br />

el lector de Tapa, Lector de Puerta, Lector M?nimo o Lector No-Conseguido tropezar?<br />

por fin aqu? con el autor que lo tuvo en cuenta, con el autor de la tapa-libro, de los<br />

T?tulos-Obra. Y considera que "El lector alcanzado" debe ser el t?tulo del T?tulo que<br />

estamos presentando<br />

en nuestra novela, pues un primer<br />

suceso ya ocurre en su tapa<br />

donde Lector m?nimo es redondamente alcanzado por lo ?nico que mezquinamente<br />

le?do los libreros: la car?tula, lo ?nico que para el mayor n?mero de libros se edita de ellos<br />

-.(76)<br />

El "t?tulo-texto" recuerda tambi?n otro subversivo "objeto" duchampiano: la<br />

Boxte-en-valise (1941), una<br />

con<br />

"caja-maleta"<br />

en<br />

reproducciones<br />

miniatura de<br />

todas sus<br />

-<br />

"obras" cual si se tratara del muestrario de un vendedor ambulante.<br />

La Boxte-en-valise, como<br />

-<br />

la "literatura de<br />

tapas"<br />

de <strong>Macedonio</strong><br />

y como,<br />

ulteriormente, los "m?ltiples" de Beuys: "tiradas" a escala industrial de n<br />

"ejemplares" de un objeto manufacturado o sancionado por la firma del artista<br />

(Schellmann 5) - pone en evidencia el inquietante solapamiento de la obra de<br />

arte moderna y el producto<br />

<strong>Macedonio</strong><br />

denuncia<br />

comercial lanzado al mercado como "novedad."<br />

imagina, incluso, una versi?n m?s extrema, m?s hilarante, de esa<br />

-<br />

un<br />

"objeto"<br />

literario a?n m?s "lim?trofe," si cabe: el "boleto-texto,"<br />

un "trocito de literatura" como forma de "instrucci?n p?blica obligatoria":<br />

He aqu? que en un tranv?a acud? en socorro del culto viajero<br />

han<br />

en momentos en que el<br />

guarda<br />

le<br />

quer?a<br />

a<br />

obligar comprarle<br />

ese trocito de literatura que<br />

sacan de una<br />

maquinita<br />

e<br />

imponen<br />

a cambio de 10 centavos. El<br />

guarda hizo lo que no se les ocurre a nuestros<br />

autores que se quejan de poca venta; consigui? un vigilante y sin convidarlo con nada<br />

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obtuvo que opinara<br />

do 111)<br />

a favor de esa instrucci?n p?blica obligatoria. (Papeles de Recienveni<br />

291<br />

Es evidente aqu? la cr?tica de la obra de arte - de la literatura<br />

- como transacci?n<br />

econ?mica y como una determinada forma de "coerci?n" social - casi como una<br />

suerte de "interpelaci?n" ideol?gica, en el sentido althusseriano: la literatura<br />

como un<br />

"aparato ideol?gico del Estado," una "instrucci?n p?blica obligatoria"<br />

que impone el "billete" de la identificaci?n subjetiva25 donde la "lectura" es<br />

secundaria, menos relevante que el tr?mite ideol?gico de la adquisici?n del<br />

"producto"<br />

como una suerte de "docilidad"<br />

-<br />

un<br />

abyecto<br />

modo de "obediencia"<br />

o de acceso a la condici?n de sujeto. Como sard?nicamente observa en otro<br />

lugar, "las librer?as nos ahorrar?an trabajo si algunos libros los expendieran ya<br />

le?dos" (Papeles de Recienvenido 53). En cierto modo, ocurre literalmente as?: los<br />

libros se venden - y se compran - "ya le?dos," en la medida en que el mercado<br />

marca las pautas de la lectura, en la medida en que la din?mica hegem?nica de<br />

la instituci?n literaria tiende a ecuar el campo de lo "legible" - i.e. de lo<br />

"identificable" - con el de lo comprable<br />

o vendible - en la medida en que es el<br />

sujeto quien es "le?do" ("identificado") por la instituci?n (y no al rev?s) en el<br />

momento de asentir a su<br />

"interpelaci?n":<br />

en el mismo acto de la adquisici?n del<br />

libro.26 Esa cr?tica a<br />

-<br />

trav?s del humor esa<br />

-<br />

corrosiva iron?a no es<br />

muy distinta<br />

de la que pone en pr?ctica <strong>Duchamp</strong>: las hilarantes estrategias "descentradoras"<br />

que <strong>Macedonio</strong> medita desplegar en su campa?a presidencial - solapas<br />

desmontables,27 armarios roperos livianos como<br />

plumas,<br />

monedas<br />

como<br />

pesadas<br />

armarios<br />

-<br />

roperos (Garc?a 71) vienen a ser modelos macedonianos de lo que<br />

<strong>Duchamp</strong> denomina physique amusante (Paz 28) - ejercicios de "f?sica l?dica":<br />

una f?sica il?gica, aberrante que en <strong>Macedonio</strong> tiende a convertirse en "m?ta<br />

physique amusante" - divertimentos especulativos, una metaf?sica en forma de<br />

nugae.28<br />

El inter?s por los t?tulos descabellados o incongruentes - t?tulos hasta cierto<br />

punto "ilegibles" - es otra<br />

pasi?n com?n: basta yuxtaponer algunos t?tulos<br />

duchampianos ("Dados:<br />

i? La cascada, 20 El gas de alumbrado..."; "La Novia<br />

puesta<br />

al desnudo por<br />

sus Solteros, incluso...") y algunos<br />

macedonianos ("i?<br />

Nota de pospr?logo, y 20 Observaciones de ante-libro"; "No toda es<br />

Vigilia la de<br />

los ojos abiertos. Arreglo de papeles que dej? un personaje de novela creado por<br />

el arte, Deunamor el No Existente Caballero, el estudioso de su esperanza") para<br />

percibir un inequ?voco aire de familia. En el pr?logo citado se alude, en efecto,<br />

a la "lentitud del t?tulo" (76) del Museo de la Novela. Esa "lentitud," sumada a la<br />

interminable sucesi?n de pr?logos, contribuye a un caracter?stico efecto de<br />

"diferimiento" textual que recuerda la estrategia seguida por <strong>Duchamp</strong> en la<br />

elaboraci?n del Gran vidrio. As? como ?ste califica su obra de "retardo en<br />

vidrio,"29 <strong>Macedonio</strong> concibe la suya como una suerte de "retardo en p?ginas."<br />

De hecho, llama la atenci?n la afinidad de estos dos proyectos (anti)est?ticos -<br />

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292<br />

el Gran Vidrio y el Museo de la Novela. Ambos plantean la misma tensi?n<br />

contradictoria entre el desprecio por la "ejecuci?n" art?stica y la consagraci?n de<br />

toda una vida a la elaboraci?n de una<br />

gran Obra<br />

que<br />

se<br />

prepara y<br />

se "arma" a<br />

partir de una serie de bocetos o fragmentos de obra y, al fin, se deja "definitiva<br />

mente inacabada" (Paz 42). Ambos son proyectos "dobles " bifurcados en obras<br />

"gemelas" que absorben d?cadas de trabajo: el Gran Vidrio (1915-1923) y ?tant<br />

donn?s... (1946-1966) conforman un<br />

"cuadro-bisagra" (Paz 109) an?logo<br />

al<br />

d?ptico textual de la "?ltima novela mala" y "primera novela buena" - Adriana<br />

Buenos Aires (1922-1938) y Museo de la Novela (circa 1925-1950). Ambas son obras<br />

"te?ricas" que incluyen<br />

en su textura un desmesurado<br />

aparato pseudo<br />

hermen?utico: la cincuentena de pr?logos del Museo de la Novela son el<br />

equivalente de las notas de la Bo?te verte de <strong>Duchamp</strong> - ambas series nos ofrecen<br />

la (anti)obra ligada a (si no en forma de) una teor?a/historia de la obra. Las dos<br />

coinciden, incluso, dentro de sus respectivos aparatos "te?ricos," en un<br />

postulado fundamental: la reivindicaci?n de un arte "intelectual," la condena de<br />

toda "sensorialidad." La renuncia<br />

duchampiana<br />

al color, a<br />

-<br />

la textura<br />

pl?stica<br />

su<br />

alergia<br />

a la pintura "retiniana y olfativa" (Paz 16) - es<br />

an?loga al rechazo<br />

macedoniano, en el plano verbal, de toda "musicalidad," toda eufon?a y<br />

pulcritud estil?stica - lo que <strong>Macedonio</strong> tilda de arte "culinario" en una carta a<br />

Pedro J. Vignale:<br />

Llamo culinaria a todo arte del placer-sensaci?n, y en belarte por eso llamo despectiva<br />

mente culinaria a todas las obras de pretendido<br />

arte que recurren a la sensaci?n. Yo niego<br />

el comp?s en m?sica, cuanto m?s en literatura. Esta no debe tener ritmo ... El socorrido<br />

"comp?s<br />

insignificantes<br />

(Epistolario 131)<br />

en el andar," simetr?a en las cosas, comp?s del latido del coraz?n, son hechos<br />

en el universal espect?culo<br />

del descomp?s y asimetr?a de la realidad.<br />

Como<br />

argumenta<br />

en el cuaderno de 1933, "el Arte para<br />

ser<br />

algo, y<br />

no una<br />

descripci?n del mundo externo o interno, no debe ser vital, ni real, debe ser<br />

totalmente intelectual-mental" (332). No es de extra?ar, por tanto, que ambos<br />

privilegien la "idea" en detrimento de la "ejecuci?n": estos desganados "autores"<br />

juegan con la pose de limitarse a concebir la idea, sin tomarse la molestia de<br />

realizarla - la ejecuci?n no s?lo es inferior siempre a la idea, sino en cierto modo<br />

innecesaria. De ah? que as? como el Gran Vidrio consta de algunas "partes no<br />

pintadas" (Paz 52), en el Museo de la Novela proliferan ostensiblemente "partes<br />

no escritas." As?, <strong>Macedonio</strong> dedica un a uno<br />

pr?logo<br />

de sus<br />

"personajes<br />

-<br />

faltantes"<br />

predilectos "Hqfg," i.e., "El hombre que fing?a vivir," entre cuyas<br />

virtudes se destaca "una asiduidad de faltar, casi enternecedora" (279): "El<br />

hombre que fing?a vivir no aparece porque ha pensado que una novela que<br />

durante tanto tiempo no aparec?a y por esto se la celebraba, se expone<br />

a no hallar<br />

nadie que la alabe si no retiene, en la publicidad, algo del no aparecer, alg?n<br />

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asgo de cosa futura" (278). Como el "Gran Vidrio," el Museo de la Novela es un<br />

293<br />

texto<br />

que escribe sus "ausencias" (sus ex), una novela "en negativo fotogr?fico":<br />

la versi?n macedoniana del Juglar de la Gravedad - el "personaje<br />

no<br />

pintado" de<br />

-<br />

es<br />

<strong>Duchamp</strong><br />

el<br />

"personaje<br />

faltante"<br />

Hqfg, cuyo nombre "abstracto," mental,<br />

semejante a la impronunciable onom?stica que despliega Italo Calvino en sus<br />

Cosmic?micas (199o),30 es una evidencia m?s de que en <strong>Macedonio</strong> no tanto hay<br />

mimesis de la oralidad cuanto "imitaci?n del silencio." En efecto, toda una<br />

vertiente de la "excritura" de <strong>Macedonio</strong> Fern?ndez<br />

apunta,<br />

como las subversi<br />

vas actividades (anti)art?sticas de <strong>Marcel</strong> <strong>Duchamp</strong>, al "afuera" teorizado por<br />

Foucault en su an?lisis de la escritura de Maurice Blanchot - el "afuera"<br />

constitutivo de todo discurso, el ?ntimo "silencio" entretejido<br />

en el lenguaje: vac?o<br />

desplazado por el gesto de la enunciaci?n, que lo acompa?a<br />

como su "sombra."31<br />

En consonancia con esa est?tica anti-hedonista, ambos<br />

ingenian<br />

obras anti<br />

placenteras<br />

-<br />

y, notoriamente, anti-esc?picas.<br />

En <strong>Macedonio</strong>, como en<br />

<strong>Duchamp</strong>, no hay Schaulust - no<br />

hay "dicha de ver" o, como lo expresar?a<br />

Felisberto Hern?ndez, "lujuria de ver" (165). M?s bien se dir?a, en t?rminos<br />

lacanianos, que los dos se niegan a "deponer la mirada"."32 En la dicotom?a del<br />

ojo y la mirada, reh?san "darle su<br />

pitanza al ojo": reclaman, provocan, ponen en<br />

juego la extra?eza qui?stica de la "mirada" - no el "ojo," que s?lo circula en el<br />

campo un?voco de lo visible - y en ese sentido, de acuerdo con la taxonom?a<br />

lacaniana, ser?an artistas no<br />

"apol?neos."<br />

Esa voluntad belicosa de<br />

"cegar"<br />

el<br />

ojo<br />

del<br />

-<br />

espectador/lector de apelar s?lo a la elusiva crux de la "mirada" - est?<br />

inmejorablemente sintetizada en el mal?volo t?tulo de otra obra de <strong>Duchamp</strong><br />

(compuesta, por cierto, durante su estancia en Buenos Aires en 1918): A regarder<br />

(Vautre c?t? du verre) d'un oeil, de pr?s, pendant presque une heure. Esto recuerda,<br />

aunque s?lo sea<br />

por<br />

su elemental "sadismo" hermen?utico, la<br />

estrategia<br />

macedoniana de "confusi?n" textual: su lema de la lectura "dif?cil," su af?n de<br />

propinar al lector "un chich?n de lectura en la frente del leer" (Museo 100) -<br />

lectura como<br />

"trabajo de ver" (otra forma de "cegar" el ojo, de hacerlo "trabajar"<br />

hasta el colapso de lo visible, hasta un punto en que empiece<br />

a emerger la<br />

otredad de la "mirada"): "Al lector: lectura de ver hacer; sentir?s lo dif?cilmente<br />

que la voy tendiendo ante ti. Trabajo de formularla; lectura de trabajo; leer?s<br />

m?s como un lento venir viniendo que como una llegada" (Relato 133).<br />

A diferencia del arte cl?sico, mim?tico, las est?ticas de <strong>Macedonio</strong> y <strong>Duchamp</strong><br />

no<br />

juegan<br />

en el campo del "enga?o del<br />

-<br />

ojo" trompe Vozil - sino, de alguna<br />

manera, en el del "enga?o de la mirada," seg?n lo ilustra la versi?n lacaniana del<br />

c?lebre ap?logo de los pintores Zeuxis y Parrhasios:<br />

En el<br />

ap?logo antiguo<br />

sobre Zeuxis y Parrhasios, el m?rito de Zeuxis es haber<br />

pintado<br />

unas uvas<br />

que atrajeron<br />

a los<br />

p?jaros.<br />

El acento no est? puesto<br />

en el hecho de que las uvas<br />

fuesen de modo<br />

ojo de los p?jaros. La prueba<br />

alguno unas uvas perfectas, sino en el hecho de que enga?aban hasta el<br />

est? en que su colega Parrhasios lo vence al pintar en la<br />

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294<br />

muralla un velo, un velo tan veros?mil que Zeuxis se vuelve hacia ?l y le dice: Vamos,<br />

ens??anos t?, ahora, lo que has hecho detr?s de eso. Con lo cual se muestra<br />

de enga?ar al ojo se trata. Triunfo, sobre el ojo, de la mirada, (no)<br />

que, en verdad,<br />

En cierto modo, Parrhasios es el primer pintor "abstracto." En lugar de pintar<br />

un<br />

objeto directamente percibible, pinta<br />

una tela blanca y sugiere que hay algo<br />

detr?s (algo as? como el cuadro del consabido chiste anti-vanguardista: el lienzo<br />

en blanco titulado "Mosc? bajo la nieve"): es decir, pinta algo "invisible" - algo<br />

que escapa al dominio del "ojo," algo que flirtea con el "afuera" de la mirada del<br />

otro, desde donde, inconcebiblemente, se nos mira. Este es el giro copernicano<br />

que, en general, introduce el arte moderno: no imitar la realidad sino el gesto<br />

art?stico de<br />

-<br />

fingirla<br />

como Parrhasios, no enga?a al "ojo" sino a la "mirada": no<br />

apela a la simulaci?n de algo visible sino a la presuposici?n o al deseo de algo<br />

invisible. Si la obra de arte cl?sico finge<br />

ser "realidad," la obra de arte moderno<br />

-<br />

y,<br />

en<br />

-<br />

sus<br />

particular,<br />

manifestaciones<br />

ser<br />

"vanguardistas" finge<br />

obra de arte<br />

-<br />

finge haber hecho algo "distinto" de la realidad, del mismo modo que<br />

Parrhasios finge haber pintado<br />

un cuadro detr?s del velo. Aqu?<br />

es donde el<br />

readymade de <strong>Duchamp</strong> - y las versiones textuales del mismo concebidas por<br />

<strong>Macedonio</strong> - lleva a cabo otra vuelta de tuerca: en vez de fingir haber hecho algo<br />

- algo que no es inmediatamente visible - finge no hacer nada - i.e. finge una<br />

invisibilidad inmediatamente "visible": una "visibilidad" excesiva, atrozmente<br />

hueca.33 En vez de fingir la nada como<br />

"algo," finge la nada como nada, lo cual<br />

implica un cambio de actitud: de la gravedad de un trascendentalismo m?stico<br />

se<br />

pasa<br />

a una<br />

ligera nonchalance<br />

-<br />

a<br />

fingir<br />

nada como si nada. Como el Gran<br />

Vidrio, el Museo de la Novela en su vertiente m?s radical de "obra<br />

-<br />

fingida"<br />

anotemos, con todo, que tambi?n ostenta una contradictoria vertiente de "obra<br />

sincera"34 oscila entre esas dos simulaciones<br />

tejidas en torno a una nada "velada,"<br />

en torno a un<br />

lugar vac?o del cual s?lo es dable pintar/escribir el "velo": entre<br />

fingir, como los lienzos abstractos, un lugar inaccesible, un "detr?s" de un velo<br />

que es imposible alzar - ?y cu?l si no ?se ser?a el lugar de la "verdad"? - y simular,<br />

como los readymades duchampianos, nada m?s que un "velamiento" de nada;<br />

fluct?a, en otras palabras, entre el gesto de fingir "otro" lugar - un detr?s - y el<br />

gesto de fingir un -<br />

un<br />

"no-lugar"<br />

"velo" sin detr?s: un<br />

afuera.<br />

A lo largo del Museo de la Novela aflora reiteradamente un leitmotiv<br />

secundario, muy distinto del enga?oso motivo del "libro abierto" seg?n el cual<br />

se ha solido leer este desconcertante texto: el libro abierto como -<br />

"trampa" el<br />

libro "abierto," s?, pero<br />

como lo estar?a un<br />

cepo<br />

a la espera de su<br />

presa.35<br />

Curiosamente, antes de solicitar la "colaboraci?n" del lector, el texto sale ya a su<br />

caza, como lo pone de manifiesto el "Pr?logo que cree saber algo":<br />

... busco distraer al lector por momentos, opresivamente,<br />

para la sutileza emocional que necesito<br />

engendrar<br />

cuando deseo<br />

impresionarlo<br />

en ?l, peque?as impresiones que<br />

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concurran al prop?sito<br />

295<br />

emocional de conjunto de obtener en ?l un estado ?nico final y<br />

general que insidie su sensibilidad sorpresivamente<br />

conciencia de hallarse ante un plan<br />

conquistado.<br />

(36)<br />

cuando no est? en guardia y en<br />

literario y no espera, ni advierte luego,<br />

haber sido<br />

En cierto modo, el lema anti-narrativo que gu?a la (des)escritura del Museo de<br />

la Novela - "saltear y desencuadernar" (25) - se<br />

puede reinterpretar,<br />

a la luz de<br />

este pasaje,<br />

no s?lo como el prop?sito de hacer una literatura "a saltos,"<br />

descoyuntada - una literatura sacada de<br />

-<br />

quicio sino tambi?n como el<br />

-<br />

testimonio de una cierta vocaci?n "bandoleril" en <strong>Macedonio</strong> que, ciertamen<br />

te, habr?a que agregar<br />

a su vocaci?n de "saltimbanqui" textual. <strong>Macedonio</strong> se<br />

acerca al campo de la literatura como una suerte de "salteador" de caminos<br />

ficcionales demasiado transitados, un escritor "fuera de la ley" que no tanto<br />

-<br />

trama un libro "abierto" cuanto<br />

una<br />

"zanjeado"<br />

escritura llena de en<br />

"zanjas"<br />

que caer, en que "atrapar"<br />

al lector y someterlo a sus<br />

designios,<br />

los cuales, seg?n<br />

se<br />

aprecia<br />

en el pasaje citado, poco tienen que ver con la "libre" colaboraci?n en<br />

una supuesta polisemia: m?s bien se orientan a la imposici?n de un "estado<br />

?nico final y general": la "salida" del texto, la "salida" del sujeto. Ahora bien, se<br />

da la parad?jica circunstancia de que, como lectores, el Museo de la Novela nos<br />

-<br />

"ata" a un<br />

nos<br />

en una<br />

afuera<br />

"atrapa"<br />

trampa<br />

sin adentro. Quien quiere<br />

ingresar<br />

en el Museo de la Novela se encuentra de inmediato en la desconcertante<br />

situaci?n de estar saliendo del texto en el mismo acto de "entrar": tan pronto<br />

empezamos<br />

a adentrarnos, ya<br />

estamos fuera. En esto el<br />

singular<br />

"museo"<br />

macedoniano se parece, de nuevo, al Gran Vidrio de <strong>Duchamp</strong>. La misma<br />

materia transparente<br />

en que se<br />

"pinta"<br />

esa obra impone la imposibilidad de<br />

precisar en ella un "adentro" y un "afuera": tan pronto<br />

como la mirada incide<br />

en su<br />

superficie, ya ha pasado al otro lado - ya se ha "salido," ya est? viendo su<br />

exterior. De hecho, la obra es absolutamente indisociable de su hors-texte:<br />

cualquier percepci?n de la misma involucra, dentro del marco - dentro del ?rea<br />

-<br />

-<br />

demarcada como "obra art?stica" la exterioridad circundante su "adentro"<br />

es un exterior (v?ase la ilustraci?n). Como el readymade, el Gran Vidrio es otra<br />

forma de subvertir el "marco" de la obra de arte, de dislocar los l?mites<br />

convencionales del campo art?stico: hace imposible una percepci?n exclusiva<br />

-<br />

mente "est?tica"<br />

imposible extirpar de ella sus "afueras" extra-textuales (sus<br />

inmediaciones "hist?ricas") salvo en un esquema o reproducci?n ideal (i.e. salvo<br />

en una recreaci?n mental). Como el Gran Vidrio, el Museo de la Novela es una<br />

obra "ut?pica," imposible de "ver" con una mirada "topol?gica": a la vez<br />

invisible y demasiado visible - invisible precisamente por su excesiva "visibili<br />

dad," porque<br />

constantemente<br />

manera, es un texto "escrito<br />

sus<br />

"transparenta"<br />

afueras<br />

en<br />

-<br />

vidrio" un "retardo<br />

textuales. De<br />

alguna<br />

textual en<br />

-<br />

vidrio"<br />

d?ndose la circunstancia (m?s o menos involuntaria) de que, como en la obra<br />

de <strong>Duchamp</strong>, se trata de un vidrio agrietado. En 1926, durante su traslado desde<br />

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296<br />

el museo donde hab?a sido expuesto, el Gran Vidrio sufri? un percance,<br />

fractur?ndose en parte; al emprender su reparaci?n diez a?os m?s tarde,<br />

<strong>Duchamp</strong> dej? intactas las grietas, fascinado por esa "superficie rajada" surgida<br />

por accidente. Por su parte, tambi?n el Museo de la Novela se ofrece como una<br />

"destrozada estructura" (253), tambi?n deja<br />

a la vista las extra?as fisuras<br />

infligidas por la irrupci?n de lo "real," las traum?ticas "grietas" - "heridas que<br />

se tienen en cuenta," (248) para citar el t?tulo de uno de los pr?logos - que<br />

emergen casi contra su voluntad (al menos, contra una voluntad exclusivamente<br />

"est?tica"), haciendo peligrar la estabilidad del dise?o, desequilibrando<br />

decisivamente su "legibilidad."<br />

El motivo recurrente del libro como "trampa" viene a ser una parodia de la<br />

ficci?n "ilusionista" (y, en general, de todo texto literario) como artefacto que<br />

de un modo u otro "atrapa" la atenci?n del lector, forz?ndolo a dejar de pensar<br />

- lo que en el caso de la ficci?n convencional se verifica a trav?s de rudimentarias<br />

artima?as como el "suspense," la identificaci?n con el personaje o los avatares<br />

de la trama. Este sustrato par?dico emerge con particular intensidad en un<br />

pr?logo del Museo de la Novela cuyo t?tulo ya nos pone sobre aviso - "C?mo ha<br />

sido posible, al fin, la novela perfecta":<br />

Al entrar, Recienvenido colgaba<br />

Ford cuelgan<br />

su perro en la percha de los vest?bulos; los obreros de<br />

la gorra, tipo de movimiento, dice Ford, tan leve como los que<br />

en el taller<br />

compondr?n luego el trabajo de la jornada; yo cuelgo un personaje prestado y lo retomo<br />

a la salida para devolverlo, pero en el ?nterin aferr? al Lector en un interesamiento tan<br />

intenso que lo arrepiente de todo futuro Saltear. Todo futuro autor agradezca<br />

(59-60)<br />

A este "m?todo industrial"<br />

- a este infalible "artefacto" narrativo<br />

el m?todo.<br />

- se opone<br />

Museo de la Novela en cuanto mecanismo descompensado, improductivo, que<br />

no acaba de funcionar "bien." A la "trampa" de la trama, dise?ada para lograr<br />

indefectibles cautiverios, <strong>Macedonio</strong> opone una extra?a variedad de "cepo"<br />

textual (una variedad ligeramente defectuosa): la "trampa"<br />

en que se cae<br />

afuera<br />

-<br />

"como si una lectura de bananas ocasionara resbalones" (100), seg?n<br />

la alevosa<br />

f?rmula hermen?utica que sugiere otro de los pr?logos. En efecto, la estrategia<br />

(anti)narrativa del Museo de la Novela es un continuo "dejar afuera" al lector -<br />

un recordarle sin cesar<br />

que<br />

est? ah? "afuera"<br />

un<br />

leyendo<br />

texto -<br />

estrategia<br />

concomitante con su programa de descr?dito de la Literatura - y, en ?ltima<br />

instancia, del campo del Arte. Lejos de ser una obra "abierta," el Museo de la<br />

Novela es un texto herm?ticamente "cerrado," sin "entrada"<br />

posible,<br />

el<br />

en la<br />

medida en<br />

que<br />

carece de un "interior"<br />

propiamente<br />

dicho. Se trata, para acudir<br />

a una met?fora biol?gica, de un organismo ect?pico, de un -<br />

"exoesqueleto"<br />

su<br />

-<br />

"interior" est?<br />

afuera.<br />

Esta aberrante<br />

una<br />

"trampa"<br />

trampa ineficaz, que<br />

se<br />

-<br />

obstina en "fracasar" funciona en realidad como<br />

-<br />

"advertencia" al lector una<br />

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297<br />

suerte de ubicuo cave canem: nada m?s apropiado, para evitar la ca?da en la<br />

"trampa"<br />

del texto, que insistir en anunciarlo como<br />

trampa. An?logamente,<br />

la<br />

estrategia de exhibici?n "totalitaria" del poder autorial que recurre a lo largo de<br />

la obra parece estar encaminada a desanimar al lector, a disuadirlo de una<br />

posible ca?da en la "dictadura" del texto.36 <strong>Macedonio</strong> incluye al lector en la<br />

superficie textual no para invitarlo a "participar" - por lo dem?s, apenas podr?a<br />

intentarlo, cuando de antemano se encuentra textualmente<br />

suplantado por un<br />

"doble" simb?lico, un monigote verbal que el autor manipula a su antojo - sino,<br />

antes bien, para hacerle recapacitar sobre los peligros de su "participaci?n" - de<br />

una a<br />

ciega respuesta<br />

la<br />

"interpelaci?n"<br />

literaria - como una suerte de dantesco<br />

aviso - lasciate<br />

-<br />

ogni speranza previo al ingreso<br />

en los c?rculos "infernales" del<br />

texto. En efecto, hay una cierta "obscenidad" en la obsesiva inscripci?n textual<br />

del "lector" al lado del "autor" a lo largo del Museo de la Novela. La ins?lita<br />

osad?a de <strong>Macedonio</strong>, como aqu?lla que distingue las actividades pseudo<br />

art?sticas de <strong>Marcel</strong> <strong>Duchamp</strong>, no es otra que poner a la vista lo que en todo<br />

texto (y, por descontado, en toda ficci?n convencional) debe permanecer oculto,<br />

fuera de escena - la tramoya interior, los entresijos "ideol?gicos," el inquietante<br />

funcionamiento del texto como maquinaria de poder.37<br />

McGill University<br />

NOTAS<br />

1 El t?tulo<br />

completo<br />

de esta obra, escrita a lo<br />

largo<br />

de varias d?cadas y publicada<br />

postumamente<br />

en 1967, es el<br />

siguiente:<br />

Museo de la Novela de la "Eterna" y la<br />

Ni?a de Dolor, la "Dulce Persona" De-un-amor que no fue<br />

sabido. En lo sucesivo<br />

2<br />

me referir? a ella, como<br />

simplemente,<br />

Museo de la Novela.<br />

<strong>Macedonio</strong> es un<br />

-<br />

asiduo cultivador del "otro" comienzo el "comienzo" auto<br />

de?ctico, perturbador<br />

de toda noci?n de "continuidad," que Edward Said<br />

denomina "comienzo intransitivo": "This is the other kind of<br />

beginning, the<br />

one I called intransitive and conceptual.<br />

It is very much<br />

a creature of the mind,<br />

very much a bristling paradox, yet also very much a figure of thought that<br />

draws special attention to itself. Its existence cannot be doubted, yet its perti<br />

nence is<br />

wholly<br />

to itself. Because it cannot<br />

truly<br />

be known, because it<br />

belongs<br />

more to silence than it does to<br />

language, because it is what has<br />

always been left<br />

behind, and because it<br />

challenges continuities that go cheerfully forward with<br />

their beginnings obediently affixed" (Beginnings 77).<br />

3 La literatura "venidera" de <strong>Macedonio</strong> es de ?ndole<br />

an?loga<br />

a lo que<br />

en Le Livre<br />

? venir (1959) sugiere Blanchot a trav?s de la<br />

par?bola<br />

del "canto de las sirenas":<br />

"Toutefois, par leurs chants<br />

imparfaits qui n'?taient qu'un chant encore ? venir,<br />

elles conduisaient le<br />

navigateur<br />

vers cet space o? chanter commencerait vrai<br />

ment ... Ce chant... ?tait une distance, et ce<br />

qu'il r?v?lait, c'?tait la<br />

possibilit?<br />

de<br />

parcourir<br />

cette distance, de faire du chant le mouvement vers le chant et de<br />

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298<br />

ce mouvement<br />

l'expression du plus grand d?sir. ?trange navigation,<br />

mais vers<br />

quel but?" (9-10). La escritura, para Blanchot como para <strong>Macedonio</strong>, es una<br />

"extra?a<br />

navegaci?n"<br />

sin rumbo definido - "prosa a tim?n roto en zigzag"<br />

(Papeles de Recienvenido 123) - que podr?a resumirse en la f?rmula especular<br />

que el propio Blanchot propone<br />

en Le Pas au-del? (1973): "?crire comme<br />

question d'?crire" (9).<br />

4 La centralidad del modo<br />

"ut?pico"<br />

o "futurista" en las actividades de las<br />

vanguardias<br />

hist?ricas ha sido puesta de relieve por Renato<br />

Poggioli<br />

en The<br />

Theory of the Avant-Garde (1971): "... the futurist moment<br />

belongs<br />

to all the<br />

avant-gardes<br />

and not<br />

only<br />

to the one named for it... the so-named movement<br />

was a<br />

only significant symptom of a broader and<br />

deeper<br />

state of mind ... the<br />

futurist manifestation represents, so to speak, a prophetic and<br />

Utopian phase,<br />

the arena of<br />

agitation<br />

and<br />

preparation<br />

for the announced revolution, if not the<br />

revolution itself" (68-69).<br />

5 Lo m?s interesante de la ir?nica "candidatura"<br />

presidencial<br />

de <strong>Macedonio</strong><br />

que contiene un plan de ficcionalizaci?n de lo real. Se trata de un proyecto de<br />

"pol?tica-ficci?n" que se confunde con otra conspiraci?n simult?nea de Mace<br />

donio: una novela no escrita sino vivida o actuada cuyo t?tulo ser?a "El hombre<br />

que ser? presidente."<br />

<strong>Macedonio</strong> desarrolla esta idea de la teatralizaci?n de la<br />

"novela"<br />

presidencial<br />

en una de sus cartas a<br />

Enrique<br />

Fern?ndez Latour: "Mi<br />

pensamiento para este a?o es uno solo en asuntos<br />

literario-pol?ticos: la realiza<br />

ci?n de su lind?sima idea del acto teatral, la teor?a de la novela que<br />

se vive,<br />

presentaci?n<br />

de<br />

personajes,<br />

etc?tera ... Mi<br />

plan, partiendo de su iniciativa, es<br />

hacer ejecutar<br />

en las calles de Buenos Aires, casas y bares, etc?tera, la novela (o<br />

sus escenas eminentes, aunque haciendo creer al p?blico que toda ella se est?<br />

ejecutando)" (Epistolario 38). Esta idea de la "novela vivida" es desarrollada<br />

narrativamente en el Museo de la Novela, donde reaparece con otro nombre - la<br />

"novela salida a la calle" (14).<br />

6 Tal y como, por ejemplo,<br />

lo constata<br />

Raymond Williams en su<br />

ensayo "When<br />

Was Modernism?": "What has<br />

quite rapidly happened<br />

is that Modernism<br />

quickly<br />

lost its<br />

anti-bourgeois stance, and achieved comfortable<br />

integration<br />

into<br />

the new international capitalism.<br />

Its<br />

attempt<br />

at a universal market, transfrontier<br />

and transclass, turned out to be<br />

spurious. Its forms lent themselves to cultural<br />

competition<br />

and the commercial<br />

interplay of obsolescence, with its shifts of<br />

schools, styles and fashion so essential to the market. The painfully acquired<br />

techniques of significant disconnection are relocated, with the help of the<br />

special insensitivity of the trained and assured technicists, as the merely techni<br />

cal modes of<br />

advertising<br />

and the commercial cinema" (55-56).<br />

7 Como Mallarm?, <strong>Macedonio</strong> est? interesado en una suerte de espacement de la<br />

lecture que, antes que a la palabra escrita, atiende al "silencio" que la rodea y en<br />

cierto modo la sostiene - un<br />

"espaciamiento" que,<br />

en ?ltima instancia, sustituye<br />

la narraci?n, la escritura, por su hip?tesis. Los espacios<br />

en blanco, para Mallar<br />

m?, "assument<br />

l'importance, frappent d'abord; la versification en<br />

exigea,<br />

comme silence alentour ... Tout se<br />

passe, par raccourci, en<br />

hypoth?se;<br />

on ?vite<br />

le r?cit" (455). El Museo de la novela es, en un sentido<br />

espec?ficamente<br />

mallar<br />

meano,<br />

un libro ut?pico,<br />

"irrealizable."<br />

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es


8 "Of all the ways of<br />

acquiring books, writing<br />

them oneself is as<br />

regarded<br />

the<br />

most<br />

praiseworthy<br />

method ... Writers are<br />

really people who write books not<br />

because they are poor, but because<br />

they<br />

are dissatisfied with the books which<br />

they could buy but do not like" (Illuminations 61).<br />

9 Baste recordar la<br />

proposici?n que clausura el Tractatus<br />

l?gico-philo sophicus<br />

(1922): "Wovon man nicht sprechen kann, dar?ber muss man<br />

schweigen." (182;<br />

"De lo que<br />

no se<br />

puede<br />

hablar hay que callar").<br />

10 El "silencio" viene a funcionar en la escritura de <strong>Macedonio</strong> como met?fora de<br />

la problem?tica<br />

visibilidad de ese locus, de su incesante "des-ubicaci?n," como<br />

cuando en el "cuaderno" de 1927-1928 se auto-representa<br />

do s?lo por su silencio, de gran circulaci?n" (328).<br />

11 En la movediza terra incognita que en gran medida<br />

sigue<br />

como "autor aprecia<br />

siendo la escritura de<br />

<strong>Macedonio</strong> Fern?ndez, hay que destacar la inh?spita "regi?n" integrada por<br />

una docena de<br />

heterog?neos<br />

"cuadernos" donde se entrelazan en fabulosa<br />

mescolanza<br />

fragmentos de est?tica, higiene, poes?a, pol?tica, zoolog?a, metaf?si<br />

ca, autobiograf?a,<br />

cr?tica literaria, psicolog?a y ficci?n (entre otras cosas).<br />

Algunos<br />

de esos<br />

fragmentos,<br />

en su<br />

mayor?a in?ditos, aparecen incluidos como<br />

ap?ndice<br />

en la edici?n cr?tica del Museo de la Novela, de donde cito.<br />

12 En<br />

alg?n<br />

momento <strong>Macedonio</strong> se<br />

jacta de su labor (anti)libresca de exhuma<br />

ci?n de intersticios, de<br />

exposici?n<br />

de ausencias: "Esta<br />

originaci?n<br />

de la No<br />

Existencia es lo vitalizador de mi libro ... He acostumbrado al<br />

p?blico<br />

a notar<br />

las no-existencias" (Relato 181). <strong>Macedonio</strong> formula una po?tica de la no<br />

escritura, del "escribir nada," pertinentemente<br />

identificada por Naomi<br />

Lindstrom como una literatura de "ausencias": (51). Alicia Borinsky<br />

destaca la<br />

misma idea al caracterizar la narrativa de <strong>Macedonio</strong> como una inestable<br />

"literatura del escamoteo" (150).<br />

13 <strong>Macedonio</strong> viene a ser una suerte de "deshacedor" de juguetes literarios y, como<br />

14<br />

tal, su escritura participa<br />

de la misma<br />

"auto-destrucci?n" de Jean Tinguely<br />

(i960) o la "m?quina-happening' Homenaje<br />

299<br />

l?gica que los<br />

dispositivos escult?ricos de<br />

-<br />

la<br />

M?quina para destruir esculturas<br />

a Nueva York que se "auto-destru<br />

y?" en el patio del Museo de Arte Moderno de Nueva York en marzo de i960<br />

(Gamboni 273-74).<br />

La<br />

performance<br />

como forma art?stica<br />

implica, seg?n la define Roselee<br />

Goldberg,<br />

una<br />

problematizaci?n<br />

del "lugar"<br />

de la cultura, un subversivo sustrato "ut?pi<br />

co" - una<br />

-<br />

estrategia de "dis-locaci?n" que<br />

es com?n a todas las empresas<br />

intelectuales de <strong>Macedonio</strong>: "No other artistic form of<br />

expression<br />

can be said to<br />

have such a boundless manifesto ... The manifestos<br />

accompanying<br />

much of<br />

this work establish a framework and a<br />

Utopian<br />

vision for an all-inclusive art<br />

that no painting, sculpture or architectural monument can hope to achieve in<br />

itself" (6).<br />

15 De acuerdo con el an?lisis que B?rger desarrolla en su<br />

influyente monograf?a<br />

Theory of the Avant-Garde (1984), "the avant-gardistes proposed<br />

the sublation<br />

of art - sublation in the Hegelian<br />

sense of the term: art was not<br />

simply<br />

destro<br />

yed, but transferred to the praxis of life where it would be preserved,<br />

albeit in a<br />

changed form" (49).<br />

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300<br />

16 Lo que me interesa resaltar, no obstante, es la virtual sincron?a con que Macedo<br />

17<br />

nio y <strong>Duchamp</strong><br />

traman<br />

independientemente<br />

sus<br />

explosivos<br />

-<br />

una<br />

"gestos"<br />

simultaneidad no menos<br />

no menos<br />

significativa, "sorprendente" que la que<br />

observa Walter Benjamin,<br />

en su ensayo sobre el surrealismo, entre las activida<br />

des del<br />

anarquismo<br />

decimon?nico y las modalidades m?s subversivas de la<br />

literatura post-rom?ntica: "Between 1865 and 1875 a number of great anarchists,<br />

without knowing of one another, worked on their infernal machines. And the<br />

astonishing thing is that independently<br />

of one another they<br />

set its clock at<br />

exactly the same hour, and<br />

forty years later in Western<br />

Europe<br />

the<br />

writings<br />

of<br />

Dostoyevsky,<br />

tions 187).<br />

Rimbaud, and Lautr?amont<br />

exploded<br />

at the same time" (Reflec<br />

En la<br />

imposibilidad<br />

de ese<br />

"(no)<br />

es<br />

lugar"<br />

donde<br />

precariamente<br />

se asienta la<br />

pr?ctica del readymade, seg?n el an?lisis de Thierry<br />

de Duve: "Such is the<br />

readymade's nominalist way of naming<br />

as a<br />

possible painting<br />

a<br />

thing<br />

that it is<br />

impossible<br />

to name a<br />

painting" (Pictorial Nominalism 163). En un estudio m?s<br />

reciente, de Duve demarca el campo de la creatividad<br />

duchampiana<br />

entre el<br />

diferido<br />

"despu?s" (el "a?n no") del Gran Vidrio y el inalcanzable "antes" (el<br />

"ya no") del readymade (Kant after <strong>Duchamp</strong> 134) - un vaiv?n entre indefinido<br />

"retardo" e infinita "antelaci?n"<br />

equiparable<br />

a la estrategia macedoniana de la<br />

"primera novela buena" ("novela que no comienza": Museo de la Novela) y la<br />

"?ltima novela mala" (novela acabada, en cierto modo, antes de ser escrita:<br />

Adriana Buenos Aires).<br />

18 La escritura de <strong>Macedonio</strong> se<br />

distingue,<br />

en efecto, por<br />

su notoria aversi?n a lo<br />

que Gilles Deleuze y F?lix Guattari denominan "territorialidades<br />

(Rizoma 25).<br />

endurecidas"<br />

En este sentido, su pr?ctica textual es radicalmente<br />

-<br />

"rizom?tica"<br />

discurre por las "l?neas de<br />

fuga,"<br />

de<br />

evaporaci?n<br />

del "territorio" (Rizoma 17).<br />

Para tomar<br />

prestado<br />

el<br />

juego de en<br />

palabras que Jean-Fran?ois<br />

-<br />

an?lisis de la obra de<br />

<strong>Duchamp</strong><br />

Les<br />

Transformateurs <strong>Duchamp</strong><br />

Lyotard basa<br />

-<br />

(1977) el<br />

su<br />

rasgo que sobre todo emparenta las "electrizantes" actividades de <strong>Macedonio</strong> y<br />

<strong>Duchamp</strong><br />

es su condici?n de "transformadores" de un determinado<br />

"campo"<br />

cultural (31).<br />

19 As? lo asegura Octavio Paz, quien pertinentemente<br />

se?ala la "afinidad de<br />

temperamento"<br />

entre ambas<br />

figuras:<br />

"En 1918 <strong>Duchamp</strong><br />

vive unos meses en<br />

Buenos Aires.<br />

Seg?n<br />

me ha contado se<br />

pasaba<br />

las noches<br />

jugando ajedrez y<br />

dorm?a durante el d?a. Su<br />

llegada<br />

coincidi? con un<br />

golpe<br />

de Estado y otros<br />

trastornos<br />

p?blicos que 'dificultaban la circulaci?n.<br />

gente<br />

Conoci? a<br />

poqu?sima<br />

- a nadie que fuese artista, poeta o individuo pensante.<br />

L?stima: no s? de<br />

un<br />

temperamento<br />

m?s af?n al suyo que el de <strong>Macedonio</strong> Fern?ndez" (29).<br />

20 La noci?n de "desfuncionalizaci?n" (Flammersfeld 418),<br />

o bien de una cierta<br />

"desnaturalizaci?n" o<br />

d?paysement (Geisdorfer Feal 244), es indisociable de la<br />

pr?ctica duchampiana<br />

del<br />

readymade,<br />

tal como<br />

-<br />

la define Thierry de Duve<br />

como una suerte de anti-funcionalismo: "... the readymade attached the name<br />

of art to a banal object of the environment that had not been conceived accor<br />

ding to a functionalist aesthetic and, pulling<br />

it out of its usual usage, brusquely<br />

conferred on it the uselessness and the disinterestedness<br />

of'pure'<br />

art" (Pictorial<br />

Nominalism 109).<br />

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21 "Las utop?as consuelan: pues si no tienen un lugar real, se desarrollan en un<br />

301<br />

espacio maravilloso y liso ... Las heterotop?as inquietan,<br />

sin duda porque<br />

minan<br />

secretamente el lenguaje, porque impiden<br />

nombrar esto y aquello<br />

...<br />

porque<br />

arruinan de antemano la 'sintaxis' ... Por ello, las<br />

utop?as permiten<br />

las f?bulas y<br />

los discursos ... las heterotop?as (como las que<br />

con tanta frecuencia se encuen<br />

tran en<br />

Borges)<br />

secan el<br />

prop?sito,<br />

detienen las<br />

palabras<br />

en s? mismas, desaf?an,<br />

desde su ra?z, toda posibilidad<br />

de<br />

gram?tica" (Las palabras y las cosas 3). Aun<br />

que la lectura que he venido proponiendo<br />

hasta es<br />

aqu?<br />

obviamente af?n a la<br />

noci?n foucaultiana de<br />

"heterotop?a,"<br />

he<br />

preferido<br />

no obstante atenerme al<br />

concepto de "utop?a," explor?ndolo<br />

en su<br />

acepci?n etimol?gica<br />

de<br />

"no-lugar,"<br />

en la medida en<br />

que despliega<br />

un abanico de connotaciones ajenas al neologis<br />

mo foucaultiano, relevantes para<br />

un an?lisis de la escritura macedoniana en el<br />

contexto de la vanguardia.<br />

22 He aqu? el insidioso<br />

23<br />

"cat?logo" que propone Borges:<br />

est? escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes<br />

"En sus remotas p?ginas<br />

al Emperador,<br />

embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g)<br />

perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificaci?n, (i) que se agitan como locos,<br />

(j) innumerables, (k) dibujados con un pincel fin?simo de pelo de camello, (1)<br />

etc?tera, (m) que acaban de romper el jarr?n, (n) que de lejos parecen moscas"<br />

(86).<br />

"Ce que<br />

nous a<br />

d?j? appris<br />

la pens?e<br />

de la trace, c'est<br />

qu'elle<br />

ne<br />

pouvait<br />

?tre<br />

simplement<br />

soumise ? la<br />

question onto-ph?nom?nologique<br />

de l'essence. La<br />

trace nest rien, elle n'est pas<br />

un ?tant, elle exc?de la<br />

question qu est-ce que<br />

et la<br />

rend ?ventuellement possible. On ne peut m?me plus<br />

faire ici confiance ?<br />

l'opposition<br />

du fait et du droit qui n'a jamais<br />

fonctionn? que dans le syst?me<br />

de<br />

la<br />

question qu est-ce que,<br />

sous toutes ses formes<br />

m?taphysiques, ontologiques<br />

et<br />

trascendantales" (De la grammatologie 110).<br />

24 Esa ir?nica dis-locaci?n de la "firma" est?<br />

tempranamente prefigurada<br />

en una<br />

escueta<br />

postal<br />

de 1905 que <strong>Macedonio</strong> le env?a a su t?a ?ngela<br />

del Mazo: "T?a: Le<br />

25<br />

mando mi firma in?dita. <strong>Macedonio</strong> Fern?ndez? (Epistolario 239). Subyace aqu?<br />

la burla de la firma como garant?a de "autenticidad," como punto de partida de<br />

todo canje cultural - la firma en cuanto s?mbolo de la reducci?n del juicio<br />

est?tico a transacci?n socioecon?mica, como lo que legitima el "valor" de la<br />

obra de arte. <strong>Macedonio</strong> propone indirectamente una jocosa reducci?n de la<br />

obra a la firma: env?a una "firma in?dita" como si enviara una obra original -<br />

de<br />

alg?n modo, difunde la<br />

propia<br />

firma como<br />

readymade.<br />

La escena de<br />

adquisici?n<br />

forzosa del "billete" de la literatura, tal y como es<br />

imaginada por <strong>Macedonio</strong>, se<br />

asemeja<br />

notablemente al escenario te?rico de la<br />

"interpelaci?n" ideol?gica<br />

tal y como lo representa Louis Althusser en su<br />

influyente ensayo "Ideology<br />

and<br />

Ideological<br />

State<br />

Apparatuses": "Assuming<br />

that<br />

the theoretical scene I have imagined takes place<br />

in the street, the hailed indivi<br />

dual will turn around. By this mere one-hundred-and-eighty-degree physical<br />

conversion, he becomes subject. Why? Because he has recognized that the hail<br />

was<br />

'really' addressed to him, and that it was<br />

really him who was hailed ..."<br />

(174).<br />

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(b)


302<br />

26 De hecho, como observa Diana Fuss, la condici?n de<br />

"sujeto"<br />

es hasta cierto<br />

punto indistinguible de ese proceso de "identificaci?n" sociocultural: "Identi<br />

fication names the entry of<br />

history and culture into the subject,<br />

a<br />

subject that<br />

must bear the traces of each and every encounter with the external world ... the<br />

subject<br />

is identification; the I is another. Subjectivity is the name we<br />

might give<br />

to the place of the other, to the place where I desire as another, to the place<br />

where I become other"<br />

{Identification Papers 3). Ese "lugar" (o, cuando menos,<br />

una de sus versiones m?s eficaces) no es otro, cabr?a a?adir, que el texto<br />

institucionalizado como "literario."<br />

27 Dentro de su<br />

plan<br />

de "histerizaci?n" urbana, <strong>Macedonio</strong> se<br />

propone<br />

crear el<br />

malestar<br />

general por el procedimiento<br />

de<br />

dispersar por la ciudad toda clase de<br />

28<br />

objetos "exasperantes": peines de doble filo, imposibles de asir; escupideras<br />

oscilantes, que hagan improbable el acertar en ellas; solapas desmontables<br />

contra "solistas," como llama a los "pelmazos" porte?os (es decir, solapas que<br />

se<br />

queden<br />

en la mano del<br />

pelmazo cuando, en el calor de la discusi?n, ?ste se<br />

agarre de ellas para impedir<br />

la huida de la v?ctima); escaleras asim?tricas, donde<br />

las dificultades para calcular el ascenso o descenso de cada escal?n agoten de<br />

cansancio a quienes pretendan subirlas o bajarlas (Fern?ndez Moreno 566).<br />

<strong>Duchamp</strong> describe as? estas tentativas en una nota de la Bo?te verte (1934): "...<br />

toute cette<br />

repr?sentation<br />

est le dessin ... d'une r?alit?<br />

possible<br />

en distendant un<br />

peu les lois physiques<br />

et<br />

chimiques" (Marchand du Sel 95). As? como<br />

<strong>Duchamp</strong><br />

basa uno de sus - -<br />

ex-c?ntricos proyectos 3 Stoppages<br />

?talon (1913-1914)<br />

en una<br />

caprichosa alteraci?n de la<br />

-<br />

unidad de<br />

longitud<br />

"Si un fil droit horizontal d'un<br />

m?tre de<br />

longueur<br />

tombe d'un m?tre de hauteur sur un<br />

plan horizontal en se<br />

d?formant<br />

(Marchand<br />

? son<br />

gr?<br />

et donne une<br />

figure<br />

nouvelle de l'unit? de<br />

longueur"<br />

-<br />

du Sel 30) <strong>Macedonio</strong> fantasea<br />

an?logamente<br />

con la idea de<br />

transgredir la<br />

"rigidez"<br />

de las unidades de medici?n de la ciencia occidental:<br />

"...<br />

gracias<br />

a esa colaboraci?n, digo, me libert? completamente del mentido<br />

lenguaje y de la fementida regularidad, rigidez y fijeza de las ilusorias unidades<br />

de<br />

largura, volumen, contenido y peso<br />

con<br />

que<br />

nos hab?an engatusado<br />

en el<br />

colegio los profesores nativos ..." (Papeles de Recienvenido 105).<br />

29 Expresi?n incluida en otra de las notas de la Bo?te verte:"Retard en verre -<br />

Employer<br />

'retard' au lieu de tableau ou<br />

peinture; tableau sur verre devient<br />

retard en verre - mais retard en verre ne veut pas dire tableau sur verre - ... un<br />

retard en verre, comme on dirait un po?me<br />

(Marchand du Sel34).<br />

en prose ou un crachoir en argent"<br />

30 Sirva de muestra un bot?n: "Naturalmente que est?bamos todos all? - dijo el<br />

viejo Qfwfq - ?y d?nde, si no? Que pudiese haber espacio nadie lo sab?a a?n. Y el<br />

tiempo, ?dem: ?qu? quer?is que hici?ramos con el<br />

tiempo,<br />

all?<br />

apretados<br />

como<br />

sardinas? ... Cada uno terminaba por<br />

tratarse s?lo con un n?mero<br />

restringido<br />

de conocidos. Los que yo recuerdo son sobre todo la se?ora Ph(i)Nk?,<br />

su<br />

amigo<br />

31<br />

De Xuaeaux,<br />

una familia de emigrados,<br />

los Z'zu, y el se?or Pber1 Pberd que ya<br />

he nombrado" (33).<br />

"...<br />

langage sur le dehors de tout langage, paroles<br />

sur le versant invisible des<br />

mots ... ?coute non<br />

pas tellement de ce<br />

qui<br />

s'est<br />

prononc?<br />

en lui, mais du vide<br />

qui circule entre ses mots, du murmure<br />

qui ne cesse de le d?faire, discours sur<br />

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le non-discours de tout<br />

langage,<br />

fiction de<br />

l'espace<br />

invisible o? il<br />

appara?t" (La<br />

Pens?e du dehors 26). El texto macedoniano se resiste, con todo, al mandato<br />

simb?lico de permanecer fuera de ese<br />

irrepresentable<br />

"afuera" - "on est hors de<br />

ce dehors jamais figur?, mais sans cesse<br />

indiqu?<br />

par la blancheur de son absen<br />

ce" (29): constantemente enuncia, inscribe, esp?a sus "afueras" - constantemen<br />

te los expone, los hace "accesibles" y<br />

aun insorteables, seg?n una arriesgada<br />

estrategia que, en ?ltima discursivo.<br />

instancia, conduce a un<br />

colapso textual, a un "blanco"<br />

32 Tal como lo expone<br />

en el Seminario XI, "[a] quien va a ver su cuadro, el<br />

pintor<br />

da algo que, al menos en gran parte<br />

de la<br />

pintura, podr?amos<br />

resumir as? -<br />

?Quieres mirar? ?Pues aqu? tienes, ve esto! Le da su pitanza<br />

al ojo, pero invita a<br />

quien est? ante el cuadro a deponer<br />

su mirada, como se<br />

deponen<br />

las armas. Este<br />

es el efecto<br />

pacificador, apol?neo<br />

de la pintura.<br />

Se le da algo al ojo,<br />

no a la<br />

303<br />

mirada, algo que entra?a un abandono, un<br />

deponer<br />

la mirada" (108).<br />

33 Seg?n el an?lisis de Rosalind Krauss, esa visibilidad problem?tica<br />

cuencia de la<br />

proyecci?n<br />

del deseo<br />

ser?a conse<br />

- de su otredad - en el campo de la visi?n, lo<br />

cual, en sus propias palabras, generar?a<br />

"a kind of<br />

opacity<br />

... a<br />

visibility<br />

invisi<br />

ble to itself. That oscillation between the transparent and the opaque,<br />

an<br />

oscillation that seems to operate in <strong>Duchamp</strong>'s work at all the levels of his<br />

practice<br />

..." (140).<br />

34 En ese sentido, en el Museo de la Novela el plano "ag?nico" de la b?squeda<br />

expresi?n aut?ntica, el displacer<br />

de la escritura como<br />

aguij?n<br />

del<br />

pensamiento<br />

est?, por as? decir, emboscado en el<br />

plano<br />

l?dico de la simulaci?n, entreverado<br />

de la<br />

en el ejercicio<br />

de la literatura como indolente hedonismo de la inteligencia.<br />

35 Gerardo M. Goloboff, por ejemplo, interpreta el "Pr?logo<br />

final" del Museo de la<br />

Novela como un<br />

paradigma<br />

avant la lettre de la "obra abierta" propugnada por<br />

Umberto Eco: "Museo ... termina con un<br />

Pr?logo final titulado al que quiera<br />

escribir esta novela' donde, anticip?ndose<br />

en muchos a?os a Umberto Eco y sus<br />

recientes investigaciones, 'deja autorizado a todo escritor futuro ...<br />

para<br />

corregirlo<br />

lo m?s acertadamente que pueda y editarlo libremente, con o sin<br />

menci?n de mi obra y nombre'" (172).<br />

36 <strong>Macedonio</strong> nunca deja de tener en cuenta en su escritura un hecho insistente<br />

mente se?alado por Jacques<br />

Derrida: "La<br />

disposition<br />

du texte est la ma?trise"<br />

(V?criture et la diff?rence 277). Esta punzante<br />

constataci?n de lo que Derrida<br />

denomina la "connaturalit? du discours et de la violence" (189) le lleva a una<br />

productiva desconfianza que, m?s all? del ?mbito rioplatense,<br />

encontrar? su<br />

expresi?n m?s extrema en el "teatro de la crueldad" de Artaud y<br />

su renuncia a<br />

"la<br />

superstition<br />

th??tral du texte et ? la dictature de l'?crivain" (148).<br />

37 Como l?cidamente observa Ricardo Piglia,<br />

en <strong>Macedonio</strong> "[l]a novela mantie<br />

ne relaciones cifradas con las<br />

maquinaciones<br />

del<br />

poder,<br />

las<br />

reproduce,<br />

usa sus<br />

formas, construye<br />

su<br />

contrafigura ut?pica.<br />

Por eso en el Museo de la novela de la<br />

Eterna un<br />

hay<br />

Presidente en el centro de la ficci?n .,.<br />

Porque hay<br />

novela hay<br />

estado. Eso dice <strong>Macedonio</strong> ... Estado y novela ?nacen juntos?<br />

En <strong>Macedonio</strong> la<br />

teor?a de la novela forma parte de la teor?a del estado, fueron elaboradas<br />

simult?neamente, son intercambiables" (205).<br />

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and<br />

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