La densidad figurada del lenguaje alburero
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Revista de Retórica y Teoría de la Comunicación<br />
Año I, nº 1 • Enero 2001 • pp. 53-60<br />
www.asociacion-logo.org/revista-logo.htm<br />
<strong>La</strong> <strong>densidad</strong> <strong>figurada</strong> <strong>del</strong> <strong>lenguaje</strong> <strong>alburero</strong><br />
Helena Beristáin Díaz<br />
Universidad Nacional Autónoma de México<br />
A Beatriz Escalante, Enrique Bonavides, Catalina Torres y Marco<br />
Antonio Vargas, colegas a quienes este trabajo debe mucho.<br />
Antes he tratado de ubicar el llamado albur mexicano 1 dentro de un campo de investigación<br />
interdisciplinario en el que se observa como un punto de coincidencia entre enfoques<br />
procedentes de lingüística, retórica, teoría literaria, semiótica, historia y sociología.<br />
También procuré ver su parentesco con géneros como teatro, “carpa”, novela, lírica,<br />
sátira política, chiste, cine, canción y anuncio publicitario.<br />
Igualmente observé su relación con los diversos tipos de discurso (o modos discursivos):<br />
narración, descripción, diálogo, monólogo, y he hallado que mantiene un vínculo con fenómenos<br />
histórico-culturales como el Barroco y el carnaval.<br />
A partir de mis pesquisas he caracterizado el albur como una contienda de esgrima verbal,<br />
suscitada de improviso en circunstancias que propician un diálogo barroco (tan culterano<br />
como conceptista) tradicionalmente dado entre varones; diálogo que instaura una atmósfera<br />
teatral de cariz carnavalesco porque crea una pausa de esparcimiento hilarante, dada al<br />
margen de los valores impuestos por la autoridad; diálogo enmascarado que posee dos niveles<br />
de sentido (literal y figurado); diálogo que asigna papeles (a los actores y al público), que<br />
transcurre conforme a convenciones implícitas 2 , que es de naturaleza simbólica y significa<br />
que el triunfador (quien dice la última palabra) es más varón porque al vencer logra “penetrar”<br />
al vencido y humillarlo al reducirlo a la calidad de mujer.<br />
<strong>La</strong> materia verbal con que se tejen los parlamentos de tal diálogo, constituye un arsenal<br />
de lugares comunes retóricos destinados a entrar en juego para configurar un <strong>lenguaje</strong> secreto<br />
y lúdico; es decir, una “jerga” 3 juguetona, un “dialecto social” 4 especializado, humorístico<br />
y enmascarado; porque constante, aunque no únicamente, apunta, jugando, a sugerir las<br />
funciones corporales y, sobre todo, el acto sexual.<br />
De ese arsenal los participantes toman, con agilidad y oportunidad, cada lugar común<br />
para que en su propio parlamento sea nuevamente contextualizado y, así, resignificado.<br />
Sin embargo, creo que no he estudiado la peculiar <strong>densidad</strong> de la textura discursiva de<br />
ese tipo de mensajes con el detenimiento que merece.<br />
1 V. Beristáin, H. Bibliografía.<br />
2 Entre las cuales ha ido desapareciendo la de relegar la participación, en él, de las mujeres.<br />
3 No es un uso peyorativo <strong>del</strong> término. V. Figueiredo, F.:29.<br />
4 V. Bajtín, Mijaíl. Problemas literarios y estéticos.
54 Helena Beristáin Díaz<br />
En efecto, apenas he tenido tiempo de enumerar y explicar (sin analizar) las figuras que<br />
con mayor frecuencia hallé 5 en numerosos ejemplos. Trataré de hacerlo más ampliamente en<br />
esta ocasión. Mi interés se debe a que de tal análisis se infiere claramente lo esencial de la<br />
estrategia retórica que es característica de la composición discursiva en este neobarroco tardío,<br />
picaresco y mexicano.<br />
Ejemplos:<br />
En los parlamentos tomados <strong>del</strong> diálogo 6 entre mecapaleros 7 de <strong>La</strong> Merced 8 , el <strong>del</strong> carpintero<br />
dice:<br />
- “¿On 9 tablas 10 que no te vigas 11 ?, yo ya te creiba 12 muebles 13 ”;<br />
y el <strong>del</strong> albañil, que lo traduce a su vocabulario y lo transforma, dice:<br />
- (Y tú) “¿Onde 14 andamios 15 que no viguetas 16 ?, yo ya te creiba 17 mortero 18 ”.<br />
Antes, en otro ejemplo 19 , observé el sugestivo efecto semi-repetitivo de las palabras<br />
gozne donde radica la dilogía en el diálogo:<br />
- Maistro, ¿me presta un clavo? 20<br />
- Sí, pero se lo clava bien... 21<br />
- Sólo que me preste también donde le platiqué 22 .<br />
- Me platicó 23 de su hermana, la más chiquilla 24 la que dizque tiene todo por <strong>del</strong>ante 25<br />
Etcetera, etcetera. Son ejemplos.<br />
5 Eran: ambigüedad, aliteración, alusión, calembur, crasis, derivación, dilogía, eufemismo, juego de palabras,<br />
metáfora, metátesis, metonimia, palíndromo, paronomasia, préstamo, retruécano y sinécdoque.<br />
6 V. Jiménez, A. Picardía mexicana. Este es un ejemplo de los más habituales coloquialismos lumpen .<br />
7 Mexicanismo: mecapal (nahuatlismo) es la faja de piel que cubre la frente <strong>del</strong> cargador y se prolonga en<br />
dos cuerdas de donde pende la carga.<br />
8 Antiquísimo barrio comercial de la Ciudad de México.<br />
9 Calembur en el que se juntan el juego de palabras (casi homónimas), fundado en la paronomasia (varios<br />
fonemas análogos) en que participan tanto la aféresis como el apócope en la misma palabra: on, por dónde (donde).<br />
10 Se superponen la aféresis (tabas en lugar de estabas) y la paronomasia (tablas en lugar de tabas), con sus<br />
significados sobrepuestos (dilogía), ya que se asemejan por el sonido y difieren por el sentido.<br />
11 Se superponen una implícita síncopa (sustitución de veías por vías), una paronomasia (sustitución de vías<br />
por vigas) que contiene una epéntesis porque agrega la g.<br />
12 Otra epéntesis porque agrega la b.<br />
13 Paronomasia (muebles por muerto). El contexto colabora en la comprensión.<br />
14 Aféresis, porque se pierde la d.<br />
15 Paronomasia (andamios [andamos] en vez de andabas).<br />
16 Hay un alargamiento epentético (en vez de Vías, viguetas; ambos sustantivos en sustitución <strong>del</strong> verbo<br />
(veías); a la vez hay paronomasia (vías, vigas, viguetas, veías).<br />
17V. nota 12.<br />
18 Simultáneamente reducción por síncopa (pérdida de la u de muerte: morte) y alargamiento paragógico<br />
(mortero). Mortero es otro nombre de la argamasa o mezcla que usan los alarifes.<br />
19 V. Beristaín, H. Op. cit.<br />
20 Dilogía: el segundo significado es otorgar licencia para la relación sexual. Se da a partir de la metáfora:<br />
clavo (pene).<br />
21 Dilogía. El sustantivo clavo pasa a ser el verbo clavar, recontextualizado, pasa a significar penetrar. <strong>La</strong><br />
palabra funciona como un gozne entre parlamentos pero, paradójicamente, disocia las isotopías. Es retruécano.<br />
22 Eufemismo: donde le platiqué (esfínter) y también dilogía porque es anfibológico.<br />
23 Retruécano, el eslabón (platicar) se resignifica como conversar.<br />
24 Metáfora, chico siempre significa esfínter anal.<br />
25 Dilogía: tiene un futuro prometedor y tiene todo su atractivo físico por <strong>del</strong>ante de su cuerpo. Aquí parece<br />
referirse a una mujer pero sólo es un disfraz más.
<strong>La</strong> <strong>densidad</strong> <strong>figurada</strong> <strong>del</strong> <strong>lenguaje</strong> <strong>alburero</strong> 55<br />
En cambio, en la famosa canción (de Chava Flores) titulada <strong>La</strong> tienda de mi pueblo, no<br />
hay diálogo. El discurso es equivalente a uno solo de los parlamentos de un diálogo, y es una<br />
alegoría (en cuanto cadena de metáforas) presentada en forma de amplia y variada (pero a<br />
la vez enormemente repetitiva) descripción <strong>del</strong> acervo de lo que se expende en un tendejón,<br />
el cual es, simultáneamente, un almacén de expresiones alusivas a los órganos sexuales y al<br />
acto sexual.<br />
No hay que olvidar que el enunciador adopta un punto de vista masculino y su discurso<br />
gira en torno a un lugar común central: obtener lo prohibido: la penetración <strong>del</strong> esfínter anal<br />
<strong>del</strong> otro varón (inclusive cuando la metáfora parece referirse a la vulva).<br />
<strong>La</strong> canción dice así:<br />
Tuve una tienda en mi pueblo 26 , / precioso lugar 27 .<br />
Te vendía de un camote de Puebla 28 / a un milagro a san Buto 29 ,<br />
pitos, pistolas 30 pa’ niños / te hacía yo 31 comprar 32 ,<br />
pa’ 33 tu cruda 34 una panza o te inflaba 35 / una llanta al minuto 36 .<br />
26 Aquí comienza la alegoría, con esta metáfora <strong>del</strong> popular almacén de los albures que contiene la mercancía<br />
enumerada en sentido literal.<br />
27 Alegoría. Esta primera línea versal es también la última. Ambas operan como un paréntesis (que inaugura<br />
y clausura) y que tiñe todo el sentido literal de un tono vagamente melancólico, el cual contrasta con el sentido<br />
figurado (oculto) que es pícaro y travieso. Se trata de la nostalgia por la tiendita (bien surtida) y por la capacidad<br />
sexual (infatigable y dotada de muchas posibilidades), ambas perdidas (tuve -ya no tengo).<br />
28 Metáfora (pene). Como muchas otras, se basa en la forma.<br />
2 9 Hay tres figuras sobrepuestas: a ) alusión por analogía paro n o m á s i c a (de B u t o con p u t o); b )alusión por<br />
doble analogía paro n o m á s i c ay re t ru é c a n o(san Buto, z a m b u l l o-zambullir: meter en el agua; c) alusión por analogía<br />
p a ro n o m á s i c acon una expresión coloquial popular:mucha gente <strong>del</strong> pueblo dice z a m b u t i r(meter) por zambullir.<br />
30 Dos metáforas (de pene), y dilogía porque se relaciona con zambuto (zambullo, meto) y la cadena de metáforas<br />
va tejiendo ambas isotopías en cada mismo segmento (zambuto pitos, pistolas, y también pitos, pistolas pa’<br />
niños te hacía yo comprar). Los sustantivos (pitos, pistolas) funcionan como gozne o bisagra entre las isotopías.<br />
31 Metáfora (“niños te hacía yo: te embarazaba”). Hay una repetición implícita <strong>del</strong> sustantivo niños que es<br />
el gozne donde se traslapan dos oraciones: es complemento indirecto en “te vendía y te hacíacomprar (...) pistolas<br />
(de juguete) para niños”, y es complemento directo en “niños te hacía yo”. En este traslape hay dilogía, y para<br />
entender hay que repetir mentalmente al recontextualizar y resignificar cada oración. De ese trabajo suele resultar<br />
el retruécano implícito cuya comprensión exige habilidad y agilidad <strong>del</strong> receptor, mayormente en este ejemplo, ya<br />
que es canción y no hay pausas. Este mecanismo constituye un cliché, un lugar común semántico y/o sintáctico, una<br />
rutina repetitiva que reconfigura caóticamente (no los fonemas y sus graías como en el palíndromo), sino los enunciados.<br />
Es figura retórica y se llama sínquisis (mixtura verborum) y allí habría también anacolutos (faltas de concordancia<br />
gramatical). En su empleo y su interpretacion los <strong>alburero</strong>s adquieren práctica y agilidad. En este caso<br />
también hay enumeración caótica.<br />
32 <strong>La</strong> misma metáfora tiene un sentido más: “niños te hacía yo comprar” es una alusión distinta (más inocente)<br />
a producir el embarazo, ya que familiarmente comprar un niño es tener un niño.<br />
33 Apócope exigido por el metro de la línea versal.<br />
34 Metáfora de la resaca (la cruda), amargo, áspero malestar que padece quien ha bebido en exceso.<br />
35 Metáfora (panza te inflaba: te embarazaba).<br />
36 Nuevamente (dos veces) la misma metáfora tomando este segmento otra vez desde el verbo comprar.<br />
Comprar pa’tu cruda una panza es: comprar un platillo llamado panza, hecho con el estómago de la vaca, que acos-
56 Helena Beristáin Díaz<br />
Aros, argollas 37 , medallas 38 , podías tú adquirir,<br />
un anillo 39 , un taladro 40 , petacas 41 , tu cincho de cuero 42 ,<br />
te enterraba 43 en el panteón 44 ,<br />
te introducía 45 en el cajón 46 ,<br />
antes con un zapapico 47 / abría tu agujero 48 .<br />
Me dabas 49 para alquilar / alguien que juera a llorar 50 ,<br />
mientras lloraba 51 alumbraba 52 / con velas tu entierro 53 .<br />
Leche, (tu) té, chocolate 54 / (tu) 55 avena o café<br />
te sacaba 56 las muelas picadas 57 / dejaba las buenas<br />
tumbran comer los que se han embriagado, supuestamente para calmar su indisposición, es decir, la cruda. En cambio,<br />
tanto te hacía yo (comprar) una panza como una panza...te inflaba y como te inflabauna llanta al minuto, significan<br />
te embarazabarápidamente. Hay una repetición, no de significantes, pero sí de significados y hay dos dilo -<br />
gías paradójicamente enlazadas por conjunción adversativa en el significado oculto que es el que sí coincide como<br />
analogía sinonímica. Son frases sinónimas, enlazadas por palabras gozne, conforme a rutinas de traslape y de<br />
reconfiguración sintáctica.<br />
37 Metáforas: hoyos, esfínter anal.<br />
3 8 Medallas (me las das, o bien, me dabas (las asentaderas). Es un lugar común en el arsenal de la p a ro n o -<br />
masia alusiva que además agrega la d i l o g í a que abarca tanto los términos antes e n u m e r a d o s, como los subsecuentes.<br />
39 Metáfora: esfínter anal.<br />
40 Metáfora: pene, y dilogía: taladro es también la primera persona <strong>del</strong> verbo taladrar.<br />
41 Metáfora: asentaderas y dilogía: taladro petacas (penetro asentaderas).<br />
42 Metáfora y alusión a montar por detrás, y agrega la dilogía (el segundo nivel de sentido) al conjunto enu -<br />
merado.<br />
43 Metáfora: te penetraba. Dilogía, si se toma en cuenta todo el enunciado.<br />
44 Elipsis y metáfora (te enterraba (el falo) en el esfínter. Dilogía (te sepultaba).<br />
45 Metáfora igual a la anterior. Los complementos circunstanciales producen la dilogía en cada caso.<br />
46 Elipsis y metáfora: igual que en la nota 43.<br />
47 Metáforas y dilogía: falo puntiagudo, hiriente. Además: pico (primera persona <strong>del</strong> verbo picar), pico...tu<br />
agujero.<br />
48 Metáfora: penetraba tu esfínter. Dilogía, si se consideran el enunciado completo y el sentido literal, también<br />
significa abría tu tumba.<br />
49 Dar, en este contexto, siempre es conceder la penetración (aquí, dolorosa).<br />
50 Alusión a que está previsto el dolor por la penetración anal. Me dabas (elipsis el esfínter) para hacerte llorar.<br />
Dilogía si se sabe que antiguamente se alquilaban lloronas durante los sepelios (que se han mencionado antes).<br />
51 Retruécano (llorar lloraba).<br />
52 Metáfora: alegraba. Aunque te doliera, bien que te gustaba.<br />
53 Metáforas (falos, penetración): con velas te (no tu) entierro (te penetro) y dilogía: alumbraba tu velorio.<br />
54 Crasis (leche te...cho), (te echo) y reconfiguración.<br />
55 <strong>La</strong>s dos veces la sílaba tu es exigencia <strong>del</strong> esquema métrico y <strong>del</strong> ritmo músical.<br />
56 Leche, té, chocolate, avena o café son metáforas. Te sacaba semen (leche, te, avena) o excremento (chocolate,<br />
café). Se actualiza la dilogía, pero es forzada la antítesis entre sacaba y dejaba, lo cual es frecuente en el<br />
albur, y más en el diálogo improvisado. Sacaba es palabra gozne entre lo que antecede y lo subsecuentey entre las<br />
isotopías.<br />
57 Toda la frase (las muelas picadas) es un g o z n e. Completa, sólo tiene sentido con s a c a b a, pero parte de ella se<br />
amarra sintáctica y semánticamente a lo subsecuente: picadas dejaba las buenas p a s a s(las asentaderas que prestas).
<strong>La</strong> <strong>densidad</strong> <strong>figurada</strong> <strong>del</strong> <strong>lenguaje</strong> <strong>alburero</strong> 57<br />
pasas 58 , el chico zapote 59 , / picones con miel 60 .<br />
Había métodos tubos 61 o huevos 62 / o platos 63<br />
o leña 64 .<br />
Desde Apizaco ¡ay! ocotes 65 / mandaba traer,<br />
Exportaba el chipotle 66 en cajones 67 , / también la memela 68 ,<br />
chupones 69 para el bebé,<br />
de un agorero 70 hasta un buey 71 ,<br />
chochos 72 y mechas 73 , bizcochos 74 ,<br />
58 Metáfora: pasar (verbo) algo es prestarlo, darlo. También hay dilogía: pasas (sustantivo) entra en la enu -<br />
meración de las mercancías y también es el verbo pasar (prestar, conceder) relacionado con la enumeración subsecuente;<br />
es una palabra gozne implícita (un retruécano implícito). También hay antítesis (sacaba dejaba).<br />
59 Metáfora y dilogía: orificio oscuro (esfínter).<br />
60 Metáfora y dilogía: penetración dulce, agradable.También, según expertos, hay una reconfiguración discursiva<br />
entre chico, pico (de picones) y miel, que significaría: el chico te pico y te gusta.<br />
61 Metáfora parcialmente paronomásica y crasis (porque hay una palabra hecha de dos palabras): penetro<br />
dos veces, por dos conductos, con dos instrumentos (meto dos tubos).<br />
62 Metáfora: testículos.<br />
63 Metáfora: asentaderas. Además, crasis (huevos o platos: huevos soplas) y reconfiguración discursiva.<br />
Además, dilogía porque entra en ambas isotopías.<br />
64 Metáfora: falo. En toda la enumeración (desde pasas hasta leña) hay dilogía, ya que cada término, y todos<br />
juntos, actualizan dos significados.<br />
65 Metáfora y dilogía, es decir: madera, troncos: falo. Simultáneamente hay un juego de palabras llamado<br />
calembur porque dos frases se asemejan por el sonido y difieren por el sentido: Apizaco ¡ay! ocotes y saco ayoco -<br />
tes. Ayocotes es un nahuatlismo, significa frijoles (y, metafóricamente, ventosidades). Según otra interpretación,<br />
leña, Apisaco y ocotes se reconfigura como te penetro y te saco el pene. Se trataría de esa rutina sintáctica de reestructuración<br />
mental <strong>del</strong> segmento discursivo.<br />
66 Metáfora paronomásica (exhibir el pene, portarlo de fuera. Chipotle (por pene) es metáfora catacrética<br />
dentro de este código.<br />
67 Metáfora y dilogía: Metáfora paronomásica:lo encajaba (al penetrar).<br />
68 Metáfora: tortilla de dulce y requesón, cocida en hoja de plátano (vulva); dilogía: entra en los dos repertorios<br />
de significados. Simultáneamente es un calembur de donde resulta una crasis (lámemela).<br />
69 Metáfora: senos; dilogía si se abarca el sentido de todo el enunciado; elipsis (dame chupones), y calem -<br />
bur con memela (me mela chupones: me da chupones).<br />
70 Metáfora paronomásica: agujero.<br />
71 Metáfora: un macho. Todo ello podía hallarse en el almacén, desde un agujero hasta un penetrador.<br />
72 Además (continúa la enumeración de metáforas) había ancianos (pero también significa excremento).<br />
73 Jóvenes listos y de cabello largo (es decir: había ancianos y jóvenes); pero mechas es crasis (me echas)<br />
(tu) bizcocho (tu agujero).<br />
74 Bizcocho es la vulva pero, en este contexto, se refiere al varón. También se dice así a la mujer apetecible.<br />
Aquí termina la enumeración que comienza en agorero y que comprende toda la variedad de candidatos a participar<br />
en el acto sexual.
58 Helena Beristáin Díaz<br />
tiraba rayuela 75 .<br />
El día de madres vendí / lo que el día veinte metí 76 ,<br />
nabos, zanorias, ejotes 77 / y chile en cazuela 78 ,<br />
plumas en sacos 79 / o tela de cuero<br />
(o bien tela de juir en otra versión) 80 .<br />
Había lomos y tallos de rosas / mangueras y limas 81 ,<br />
mangos, mameyes 82 , cojines 83 / trasteros de aquí 84 ,<br />
había zumo de caña 85 , metates, / tompiates, tarimas 86 .<br />
De un embutido a un chorizo 87 / podías tú llevar,<br />
longaniza 88 de aquella que train / los inditos de juera 89<br />
te acomodaba 90 al llegar / en mi hotel particular 91 ,<br />
tres pesos más te sacaba / por la regadera 92 .<br />
75 <strong>La</strong>nzaba el semen hacia la raya que separa las asentaderas.<br />
7 6 Metáfora (el de a veinte, el i n s t rumento que penetra,Ve i n te metí), penetré. Es c r a s i s y también d i l o g í a: en<br />
la época de la canción se metía una moneda de veinte centavos por la ranura <strong>del</strong> teléfono para hacer cada llamada.<br />
77 Metáforas de pene (nabos, zanahorias, ejotes, chile).<br />
78 Doble netáfora(pene en vagina): metáfora hecha de dos metáforas (aunque son catacréticas).<br />
79 Metáfora (sacar ventosidades): plumas, sacos.<br />
80 Metáfora paronomásica (te la encuero; es decir: para ti, me bajo el prepucio). En la otra versión es calem -<br />
bur: te la deju ir (te la dejo ir).<br />
81 Dos pares de metáforas; cada par encierra una antítesis. Forman parte, además, de una enumeración.<br />
Lomos y mangueras son las dos faces <strong>del</strong> cuerpo: haz y envés (antítesis). Lomos y tallos se reestructura (me tallas<br />
el lomo). Tallos de rosas y limas: sinonimia (son penes de superficie que hiere). Estas últimas aluden a una amenaza<br />
de penetrar para lastimar, para chingar (molestar, que también significa penetrar sexualmente).<br />
82 Metáforas: vulvas. Dilogía (limas mangos, mameyes) Limar es palabra gozne entre dos enunciados.<br />
Mameyes también es mamar: sínquisis (mamé limas y mangos).<br />
83 Metáfora paronomásica de coger (vulvas cogiste o cogimos. Es metáfora de penetrar).<br />
84 Metáforas alusivas que activan la dilogía como las anteriores. Trasteros es, además, paronomasia: trase -<br />
ros, y significa desde cojines.<br />
85 Metáfora y dilogía: semen. Además, enunciado paronomásico: sumo la caña (el falo, es decir: penetro).<br />
86 Metáforas y dilogía: testículos. Metáfora paronomásica (tarimas: te arrimas tompeates).<br />
87 Metáfora paronímica y dilogía: falo metido (tarimas es gozne: te arrimas de un embutido a un chorizo).<br />
88 Metáfora: falo. Dilogía (entra en la enumeración anterior).<br />
89 Metáfora paronomásica (longaniza que traen los inditos de juera): de fuera, mal cubierta. También significa<br />
no adulterada, de mejor calidad.<br />
90 Metáfora: te penetraba.<br />
91 Metáfora y dilogía: en el sitio de mi cuerpo que te hospeda.<br />
92 Dilogía: hasta me pagabas más porque te la regara (de semen). Metáfora paronomásica (se cambia la s<br />
de pesos por una d).
<strong>La</strong> <strong>densidad</strong> <strong>figurada</strong> <strong>del</strong> <strong>lenguaje</strong> <strong>alburero</strong> 59<br />
Pero un buen día me perdí / y hasta mi tienda 93 vendí,<br />
sólo salvé <strong>del</strong> traspaso / la parte trasera 94 .<br />
Tuve una tienda en mi pueblo, / precioso lugar 95 .<br />
Este texto es canción, responde a una voluntad artística. Al utilizar el albur evidencia<br />
amor por la cultura popular y un respeto por el atrevimiento de los desamparados y la maestría<br />
de los analfabetos que a su antojo instauran espacios públicos donde imponen su ley.<br />
El albur quiere recordarnos lo humano que está presente en todas las condiciones sociales.<br />
Consiste en un espeso río de figuras retóricas donde domina una prolongada dilogía<br />
(porque la continuidad da la coexistencia de ambas isotopías: la literal y la <strong>figurada</strong>), que<br />
contiene una serie de otros textos implícitos, sobrepuestos (sínquisis), sembrados con una<br />
sintaxis caótica y que provienen de la reconfiguración de fragmentos discursivos, dada conforme<br />
a la competencia de cada escucha <strong>alburero</strong>.<br />
Lo que más llama la atención en estos discursos es su naturaleza paradójica, ya que<br />
resultan más culteranos que conceptistas, porque son muchos textos total o parcialmente<br />
sobrepuestos; pero a la vez resultan más conceptistas que culteranos, porque demasiadas<br />
expresiones desembocan en un sólo significado: simbólicamente te penetro (y te venzo y te<br />
degrado).<br />
En esta canción se finge ocultar pudorosamente el sentido de lo corporal y lo sexual y<br />
la música agrega el tono nostálgico por el bien perdido. En contraste está clara (en diversos<br />
grados) la alegre picardía carnavalesca, antisolemne, que preside la pausa (creada por el acto<br />
de enunciación), pausa que es una especie de burbuja espacio-temporal, un rato de recreo que<br />
el pueblo maltratado e iletrado (de las pulquerías, los talleres, los mercados 96 ) se concede a<br />
sí mismo para transgredir convenciones impuestas por poderosos que, muchas veces, son<br />
sepulcros blanqueados.<br />
Tales convenciones sociales enmascaran valores, disfrazan la verdadera maldad. Aludir<br />
al cuerpo y al sexo no es maldad (es sólo vida privada). <strong>La</strong> verdadera maldad es el robo, la<br />
usura, la explotación, el anatocismo, el engaño, la especulación, el racismo, el entreguismo.<br />
El albur ha trascendido recientemente los círculos donde surgió y se ha expandido a<br />
muchos lugares públicos. Siempre ha habido chistes <strong>alburero</strong>s, pero ahora hay albures en los<br />
anuncios comerciales visuales y en los de la radio. Se trata de un albur diferente, mucho<br />
menos rico, no tan complejo, más repetitivo, que da lugar a un discurso light no sé si porque<br />
tiene la intención de vender o porque tiene alguna influencia de la postmodernidad en cuanto<br />
al remanejo <strong>del</strong> arsenal de términos. Es posible, porque tales anuncios los hacen los comunicólogos<br />
en sus oficinas, para atraer la atención hacia lo que ofrecen. Ya no es la lúdica<br />
hazaña verbal de los albañiles en las pulquerías.<br />
93 Metáfora: perdí mi pene y su poder.<br />
94 Metáfora y dilogía: las posaderas. Revela una vez más la obsesión <strong>del</strong> macho por la sodomía. Además,<br />
remata con humor autodedicado como si se equivocara. (El que se equivoca acepta su derrota, se autogolea y acaba<br />
humillándose a sí mismo).<br />
95 Estribillo que clausura el discurso <strong>del</strong> modo como lo inauguró, reforzando así la alegoría (almacén de<br />
mercancías varias / almacén de lugares comunes <strong>alburero</strong>s), y reforzando la dilogía ya que pone de relieve la existencia<br />
de los dos niveles de sentido (literal y figurado).<br />
96 Los parias, esclavos, siervos, peladitos cantinflescos, proletarios explotados.
60 Helena Beristáin Díaz<br />
Bibliografía<br />
JIMÉNEZ, A. Picardía mexicana. Eds. mexicanos unidos. 70 a . ed. 1981.<br />
BAJTÍN, Mijaíl. Problemas literarios y estéticos. <strong>La</strong> Habana, Arte y Literatura. 1986.<br />
FIGUEIREDO, Fi<strong>del</strong>ino de. <strong>La</strong> lucha por la expresión. Prolegómenos para una filosofía de la litera -<br />
tura. México, Espasa-Calpe Argentina, 1947.<br />
Los Maestros Beatriz Escalante y Enrique Benavides y los Licenciados Catalina Torres y Marco Antonio<br />
Vargas me han procurado materiales y me han obsequiado valiosas observaciones.