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Actas VIII. AIH. Las invectivas del Laurel de Apolo, de Lope de Vega ...

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<strong>Las</strong> <strong>invectivas</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> <strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>, <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong><br />

1. El <strong>Laurel</strong> <strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>, tradicionalmente presentado como catálogo<br />

<strong>de</strong> poetas 1 , es una composición <strong>de</strong> casi siete mil versos y una gran diversidad<br />

<strong>de</strong> elementos constituyentes. Des<strong>de</strong> las páginas que le <strong>de</strong>dicó Cayetano<br />

Alberto <strong>de</strong> la Barrera en su Nueva Biografía 2 , uno <strong>de</strong> esos elementos,<br />

el polémico-satírico, ha sido señalado por varios autores en diferentes<br />

puntos <strong><strong>de</strong>l</strong> poema sin ahondar más en ello.' Quien ha dado una<br />

interpretación concreta a algunos versos polémicos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> ha sido Dámaso<br />

Alonso en un trabajo sobre las injurias contra <strong>Lope</strong> que vertió José<br />

Pellicer <strong>de</strong> Salas y Tobar en el prólogo a sus Lecciones Solemnes a las<br />

Obras <strong>de</strong> don Luis <strong>de</strong> Góngora. Dámaso Alonso pone al <strong>de</strong>scubierto 3 una<br />

implacable violencia contra <strong>Lope</strong>. Pellicer le llama viejo en canas pero no<br />

en seso, loco, ignorante, envidioso, hombre sin honor. Con razón concluía<br />

Dámaso Alonso que ésta es «una <strong>de</strong> las arremetidas más tenaces, insidiosas<br />

y malignas <strong>de</strong> la literatura española». ¿Por qué tal ensañamiento?<br />

Por algunas pullas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> a las que Pellicer claramente alu<strong>de</strong> o literalmente<br />

cita en las Lecciones, y que Dámaso Alonso analiza. Son éstas (doy<br />

la silva <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> don<strong>de</strong> se encuentran):<br />

1<br />

Así, mo<strong>de</strong>rnamente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> CAYETANO ROSELL en su ed. <strong>de</strong> obras no dramáticas <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> (BAE,<br />

38, p. XIV: «catálogo rimado») hasta J. M. BLECUA en su ed. <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong>: Lírica (Madrid, Castalia,<br />

1981), p. 43: «poema-catálogo». Ciertamente la enumeración <strong>de</strong> escritores y artistas es la línea<br />

estructurante <strong><strong>de</strong>l</strong> poema, como explícitamente <strong>de</strong>clara <strong>Lope</strong> en el prólogo. Pero concurren una gran<br />

variedad <strong>de</strong> niveles significativos y formantes diversos que dan a la obra. gran complejidad.<br />

2<br />

Cito por la reimpresión en la BAE, t. 262, pp. 282-295. Otros autores que han tratado <strong>de</strong> ataques<br />

personales contenidos en diversos lugares <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> son: RENNERT Y CASTRO, Vida <strong>de</strong> L. <strong>de</strong> V.,<br />

con adic. <strong>de</strong> F. LÁZARO CARRETER (Salamanca, 1969), pp. 292-299; ROMERA NAVARRO, La preceptiva<br />

dramática <strong>de</strong> L. <strong>de</strong> V. (Madrid, 1935), pp. 228-235; E. OKOZCO.<strong>Lope</strong> y Góngora frente afrente (Madrid,<br />

1973), pp. 366-369; J. DE ENTRAMBASAGUAS, Estudios sobre L. <strong>de</strong> V., t. II, (Madrid, 1967),<br />

pp. 194-198 y passim. KENNETH BROWN, «<strong>Lope</strong> frente a Anastasio Pantaleón» en L. <strong>de</strong> V. y los orígenes<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> teatro español (Madrid, 1981), pp. 687-693; JOSÉ M. DE COSSÍO, Fábulas mitológicas en España<br />

(Madrid, 1952), pp. 350-356.<br />

3<br />

«Cómo contestó Pellicer a la befa <strong>de</strong> <strong>Lope</strong>», ahora en el t. V <strong>de</strong> sus Obras Completas (Madrid,<br />

Gredos, 1978), pp. 676-696.


248 Franásco Marcos Alvarez<br />

(1) Ya don Jusepe Pellicer <strong>de</strong> Salas,<br />

con cinco lustros solos sube al monte,<br />

ya, nuevo Anacreonte,<br />

Fénix extien<strong>de</strong> las doradas alas<br />

que el Sol inmortalice;<br />

y, pues él mismo dice<br />

que tantas lenguas sabe,<br />

busque entre tantas una que le alabe.<br />

(Silva <strong>VIII</strong>)<br />

(2) pues se admiran <strong>de</strong> ver los que bien sienten<br />

que a quien escribió ayer, hoy le comenten.<br />

(Silva IX)<br />

(3) ni los expositores<br />

arrieros <strong>de</strong> cáfilas <strong>de</strong> autores<br />

que siendo su tabaco Polyantheas<br />

estornudan lugares.<br />

(4) Si <strong>de</strong> tener honor el darle viene,<br />

• ninguno pue<strong>de</strong> dar lo que no tiene.<br />

(Silva IX)<br />

(Silva I)<br />

Dámaso Alonso consi<strong>de</strong>ra suficientes estas alusiones sarcásticas para<br />

explicar la feroz reacción <strong>de</strong> Pellicer en las Lecciones. Subsiste a mi enten<strong>de</strong>r,<br />

sin embargo, una <strong>de</strong>sproporción manifiesta. ¿Habría pues otros<br />

motivos para el arrebato <strong><strong>de</strong>l</strong> comentarista gongorino?<br />

2. La discordia entre <strong>Lope</strong> y Pellicer es asunto enrevesado. Sus orígenes<br />

se remontan a algunos años antes <strong>de</strong> 1630, año éste <strong>de</strong> la publicación<br />

<strong>de</strong> <strong>Laurel</strong> y Lecciones. Pero la ruptura violenta toma cuerpo en el<br />

Fénix <strong>de</strong> Pellicer, libro don<strong>de</strong> ya lanza un ataque en toda regla contra<br />

<strong>Lope</strong>. Ahora bien, el Fénix también sale <strong>de</strong> imprenta en 1630, aunque la<br />

fe <strong>de</strong> erratas y la tasa son <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1629, y así las fases en el <strong>de</strong>senvolvimiento<br />

<strong>de</strong> la polémica y la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia entre esos textos<br />

constituyen, para Dámaso Alonso, un «embrollo» que confiesa no po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong>scifrar.<br />

La ma<strong>de</strong>ja se enreda en el Fénix, ya que allí Pellicer asegura: «La primavera<br />

pasada publiqué el poema <strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix solo». Pero no conocemos<br />

ejemplar <strong>de</strong> ese Fénix. Dámaso Alonso interpreta así: sin los comentarios<br />

<strong>de</strong> la edición <strong>de</strong> 1630, llamados por su autor «exercitaciones» o «diatribes».<br />

En el Fénix <strong>de</strong> 1630 los ataques contra <strong>Lope</strong> aparecen tanto en esas


<strong>Las</strong> <strong>invectivas</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> <strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>, <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong> 249<br />

«diatribes» como, sobre todo, en un «Preludio o <strong>Apolo</strong>gía <strong>de</strong> don Joseph<br />

Pellicer por sí mismo», cuyo sentido <strong>de</strong>sentrañó La Barrera 4 . Es la respuesta<br />

<strong>de</strong> Pellicer por los ataques que recibió con motivo <strong>de</strong> la publicación<br />

<strong>de</strong> su «Fénix solo». El «preludio-apología» está todo él apuntado contra<br />

<strong>Lope</strong>. Pellicer lo escribió laboriosa y aplicadamente. Sirviéndose <strong>de</strong><br />

anagramas y paronomasias engasta en su texto el nombre y apellidos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

odiado <strong>de</strong>belador: <strong>Lope</strong>, refiriéndose a un lobo que mordió su poema; Félix,<br />

y <strong>de</strong> nuevo <strong>Lope</strong>, trayendo por los pelos un epigrama <strong>de</strong> Marcial don<strong>de</strong><br />

aparecen las palabras «Lupus» y «felix» 5 ; <strong>Vega</strong>, usando extemporáneamente<br />

el vocablo antiguo «<strong>Vega</strong>das» (con mayúscula); y Carpió porque<br />

en latín lo que hace el lobo es «carpere», <strong>de</strong>spedazar a su víctima. A Pellicer<br />

le había dolido, pues, en lo más vivo el rabotazo que <strong>Lope</strong> le soltó<br />

al publicarse su «Fénix solo». Dámaso Alonso; <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su cautela ante<br />

el «embrollo», afirma que, con el «preludio-apología», Pellicer respon<strong>de</strong><br />

a la «befa» <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> constituida por los pasajes <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> arriba citados.<br />

En mi opinión no es así. El <strong>Laurel</strong>, o más precisamente los ataques contra<br />

Pellicer que contiene se compusieron <strong>de</strong>spués <strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix con «diatribes».<br />

Hay que aceptar lo que el mismo Pellicer manifiesta, según hemos<br />

visto, en el «preludio-apología». Refuerza este punto <strong>de</strong> vista un testimonio<br />

indirecto no aprovechado por Dámaso Alonso: el <strong>de</strong> Cáscales en sus<br />

Cartas Filológicas*'. La epístola quinta va dirigida a Pellicer a propósito <strong>de</strong><br />

su Fénix precisamente. Le mueven a escribirla unas cuantas insolencias<br />

contra él que insertó Pellicer en las «diatribes» y en el índice <strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix.<br />

Los palmetazos que el maestro Cáscales le propina con su lengua diáfana<br />

y pedagógica restallan con cruda eficacia. Una <strong>de</strong> sus reconvenciones se<br />

dirige al motivo <strong><strong>de</strong>l</strong> berrinche <strong>de</strong> Pellicer: «Habiendo alabado yo su Phénix,<br />

cuando salió sin ejercitaciones, si bien las prometió, dije que me pesaba<br />

se hubiese compuesto en versos líricos, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong>cía <strong>de</strong> la acción que<br />

celebra». Así pues, el «Fénix solo » realmente se publicó. Es posible que<br />

fuera objeto <strong>de</strong> discusión, análisis o crítica en alguna aca<strong>de</strong>mia u otro concurso<br />

<strong>de</strong> gente ilustre, don<strong>de</strong> <strong>Lope</strong> y Cáscales, entre otros, le hicieron<br />

blanco <strong>de</strong> sus tiros 7 . El joven Pellicer, <strong>de</strong>spechado, convierte la nueva edi-<br />

4 Nueva biografía, BAE, 262, pp. 291-92.<br />

5 Libro VI, epigr. 79. Sobre el mismo epigrama escribió Quevedo un soneto «En alabanza <strong>de</strong><br />

<strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong>», que parece íntimamente relacionado con este enfrentamiento <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> y Pellicer, quizá<br />

como <strong>de</strong>sagravio porque al frente <strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix campea el nombre <strong>de</strong> Quevedo firmando una censura<br />

favorable a la obra. Más <strong>de</strong>talles en: Mélanges offerts a Cari Theodor Gossen, t. II (Bern-Liége, 1976),<br />

pp. 531-540.<br />

6 Cito por la ed. <strong>de</strong> Clásicos Castellanos, t. II (Madrid, 1969), pp. 88-107.<br />

7 El análisis <strong>de</strong> las expresiones que usa Pellicer permite <strong>de</strong>ducir que hubo un enfrentamiento en<br />

persona. En el «preludio-apología» se queja <strong>de</strong> que <strong>Lope</strong> le dijera encogiéndose <strong>de</strong> hombros que no


250 Francisco Marcos Alvarez<br />

ción <strong>de</strong> su Fénix comentado en fogosa e insultante réplica contra quienes<br />

le habían vapuleado la primera. Pero ello provocó reacciones más fuertes<br />

<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>tractores 8 . Conocemos ya la <strong>de</strong> Cáscales. Es clara, dialéctica y<br />

directa, en<strong>de</strong>rezada al propio oponente en forma <strong>de</strong> epístola. <strong>Lope</strong> también<br />

reaccionó, pero a su manera, con el verso, con la sátira y la invectiva,<br />

y no a pecho <strong>de</strong>scubierto, sino por vía indirecta, mediante la alusión,<br />

la clave, la multiplicación <strong>de</strong> niveles significativos 9 . Para ello utilizó el<br />

<strong>Laurel</strong> <strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>, obra que por entonces <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> tener en el bastidor 10 .<br />

El texto <strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix estaba ya impreso en noviembre <strong>de</strong> 1629 (fecha <strong>de</strong> erratas<br />

y tasa). <strong>Lope</strong> lo pudo conocer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese mes, o incluso quizás antes 11 .<br />

En seguida puso manos a la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> contraataque. Intercaló en el <strong>Laurel</strong><br />

pasajes nuevos, tal vez remo<strong><strong>de</strong>l</strong>ó alguno ya existente (la estructura abierta,<br />

en silva, se presta a cualquier modificación). Esos injertos son violentos,<br />

insultantes, hechos en parte con materiales <strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix, inspirados paródicamente<br />

en él para mayor irrisión, incluso en la utilización <strong>de</strong> técnicas<br />

como el anagrama o la paronomasia, allí empleadas por Pellicer contra<br />

<strong>Lope</strong>. Como no hay espacio aquí para su estudio exhaustivo, me limitaré<br />

a analizar los fragmentos más <strong>de</strong>stacados.<br />

entendía su Fénix, <strong>de</strong> que el Lobo-<strong>Lope</strong> mordiera su poema «en una scena ilustre», que será lo que<br />

en la <strong>de</strong>dicatoria llama «el mayor teatro» en el que sus enemigos le atacan, no conformándose con<br />

hacerlo en «pláticas familiares». En otros lugares <strong>de</strong> las «diatribes» aparecen alusiones que postulan<br />

también críticas orales {vid. p. ej., ff. 87v-88r). En el mismo sentido van los giros que usa Cáscales<br />

(loe. cit. supra, nota 6) al contar las objeciones que había opuesto al "Fénix solo»: «dije que me pesaba»,<br />

«probé mi intención, diciendo», «noté también algunas cosas [...] diciendo».<br />

8 Des<strong>de</strong> luego Pellicer preveía la borrasca que le caería encima, sin que ello <strong>de</strong>bilitara su <strong>de</strong>terminación:<br />

«¿Qué agasajo espero quando trato <strong>de</strong> negociar sus odios, y en vez <strong>de</strong> sobornos con la<br />

lisonja, escriuo injurias con el <strong>de</strong>sprecio?», («diatribes», f. 3i>). Cáscales le advierte (loe. cit.): «temeroso<br />

<strong>de</strong> su daño, <strong>de</strong>be reportarse». Es probable que los resentimientos y rencor.es que don Joseph<br />

concitó contra sí dieran lugar a ataques más que literarios. Quizá las complicadas vicisitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Fénix<br />

y Lecciones Solemnes hallen por ahí una explicación. Con censuras, privilegios y licencias ambos libros<br />

en 1628, no saldrán hasta 1630, y ambos serán <strong>de</strong>nunciados a la Inquisición (vid. A. PAZ Y ME-<br />

LIA: Catál. abrev. <strong>de</strong> papeles <strong>de</strong> Inquisición (Madrid, 1914), núms. 938 y 220 y 316, respectivamente).<br />

9 Me parece que la reacción por vía oblicua fue propia <strong>de</strong> <strong>Lope</strong>, frente a la directa (y a veces<br />

brutal) que caracterizó a Quevedo. Así resulta <strong>de</strong> su comportamiento en sus dos gran<strong>de</strong>s batallas o<br />

guerras, contra los preceptistas aristotélicos y contra Góngora y sus secuaces, hoy globalmente historiadas<br />

por Entrambasaguas y Orozco Díaz (obras cit. arriba en n. 1). Por eso extraña que el primero<br />

<strong>de</strong> éstos hable <strong>de</strong> «la violenta sinceridad <strong>de</strong> <strong>Lope</strong>, aun con sus supuestos enemigos» (en: Estudios<br />

y ensayos sobre Góngora y el Barroco, Madrid, 1975, p. 133).<br />

10 Dada la extensión <strong><strong>de</strong>l</strong> poema y su estructura heterogénea, lo más lógico es pensar que <strong>Lope</strong><br />

lo fue escribiendo durante meses o años. Quizá se pue<strong>de</strong> tomar como un indicio <strong>de</strong> fecha inicial la<br />

<strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1628 evocada por <strong>Lope</strong> en la <strong>de</strong>dicatoria, aunque no es un dato exterior al texto sobre la<br />

realización <strong>de</strong> éste. Por el contrario, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la obra sí que sabemos con certeza que la tenía <strong>Lope</strong><br />

por lo menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1623, pues la anuncia al final <strong>de</strong> la novelita «Guzmán el Bravo», incluida en La<br />

Circe. Por lo que toca a la fecha <strong>de</strong> terminación hay dispersas en el poema referencias a acontecimientos<br />

externos que ocurrieron en diferentes meses <strong>de</strong> 1629. Entre ellas habría que contar las «<strong>invectivas</strong>»<br />

que estudiamos, y que, presuponiendo el Fénix con «diatribes», han <strong>de</strong> localizarse en los<br />

últimos meses <strong>de</strong> dicho año.<br />

11 Teniendo en cuenta el largo tiempo que estuvo <strong>de</strong>tenido en la imprenta.


<strong>Las</strong> <strong>invectivas</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> <strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>, <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong> 25 í<br />

3. El primero es una fábula mitológica, la <strong>de</strong> Marsias y <strong>Apolo</strong>. Esta<br />

historia <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>safío lanzado al dios músico por el audaz sátiro fue motivo<br />

muy apreciado por <strong>Lope</strong>, y utilizado en más <strong>de</strong> una ocasión como figura<br />

<strong>de</strong> sí mismo y <strong>de</strong> sus émulos 12 . En esta ocasión lo reelabora en la silva<br />

VI <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong>. Un indicio <strong>de</strong> la dimensión simbólica <strong><strong>de</strong>l</strong> discurso viene<br />

dado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio con un símil, al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Marsias:<br />

Soberbio al mismo <strong>Apolo</strong> <strong>de</strong>safía,<br />

qual vemos con la lyra <strong>de</strong> Felicio<br />

al ignorante sátyro Salicio,<br />

Salicio, rudo y feo,<br />

<strong>de</strong> gótico preciado semi<strong>de</strong>o,<br />

que dize que conciue<br />

los dulces partos que Felicio escriue.<br />

<strong>Lope</strong> establece pues una clara correspon<strong>de</strong>ncia: Felicio-<strong>Apolo</strong> y Salicio-Marsias.<br />

Felicio es un transparente disfraz <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> construido sobre<br />

la base <strong>de</strong> su segundo nombre, Félix 13 . Pero ¿quién es Salicio? En mi opinión<br />

es Pellicer. El seudónimo mismo con que lo nombra <strong>Lope</strong> abona tal<br />

hipótesis. Efectivamente, sabemos que Salicio fue el nombre arcádico-académico<br />

que usó don Joseph, sin duda por la cercanía fonética entre el<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> pastor garcilasiano y su propio apellido Salas. Puedo alegar tres lugares<br />

don<strong>de</strong> se le llama así. Uno es el vejamen en romance <strong>de</strong> A. Pantaleón<br />

<strong>de</strong> Ribera a los poetas <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Madrid. Otro las Jornadas alegres<br />

<strong>de</strong> Alonso <strong>de</strong> Castillo Solórzano, don<strong>de</strong> aparece en compañía <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong> otros miembros <strong>de</strong> la misma Aca<strong>de</strong>mia Mantuana 14 . El tercero son los<br />

comentarios a Góngora <strong><strong>de</strong>l</strong> doctor Martín Vázquez Siruela, el cual enmienda<br />

con frecuencia la plana a otro comentarista, al que <strong>de</strong>nomina Salicio,<br />

y que Dámaso Alonso ha i<strong>de</strong>ntificado <strong>de</strong> forma irrebatible como<br />

Pellicer 15 .<br />

12 <strong>Lope</strong> se aludió a sí mismo como <strong>Apolo</strong> o el Sol con gran frecuencia (observación <strong><strong>de</strong>l</strong> profesor<br />

F. Márquez Villanueva en el coloquio subsiguiente a esta comunicación). El combate entre Marsias<br />

y <strong>Apolo</strong> como alegoría <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> y Torres Rámila es el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> soneto «A Juan <strong>de</strong> Pina, en <strong>de</strong>fensa<br />

<strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>», publicado en La Filomena en 1621 (cito por la ed. <strong>de</strong> Obras poéticas I, a cargo <strong>de</strong><br />

J. M. Blecua (Barcelona, 1969), pp. 908-909). Y vuelve a reaparecer en la silva «A Juan <strong>de</strong> Pina» <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mismo volumen (p. 912).<br />

13 No se encuentra Felicio entre los heterónimos <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> que recogió Sylvanus G. Morley: The<br />

Pseudonyms and Literary Disguises of <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong>, Berkeley and Los Angeles, 1951. El mismo nombre<br />

poético <strong>de</strong> Felicio dio <strong>Lope</strong> algunos años más tar<strong>de</strong> a su hijo y homónimo <strong>Lope</strong> Félix, poniéndolo<br />

como título <strong>de</strong> la égloga que escribió a la muerte <strong>de</strong> éste, publicada en la <strong>Vega</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> Parnaso en<br />

1637.<br />

14 El vejamen pue<strong>de</strong> verse en Obras <strong>de</strong> A. PANTALEÓN DE RIBERA, t. II (Madrid, 1944); la mención<br />

<strong>de</strong> Salicio en p. 166. Para las Jomadas alegres, véase ed. <strong>de</strong> Madrid, 1909, p. 335.<br />

15 En: «Todos contra Pellicer», ahora en Obras completas, t. V (Madrid, 1978), pp. 660-663.


252 Francisco Marcos Alvarez<br />

Ni que <strong>de</strong>cir tiene que lo que a Felicio se le ocurre escribir sobre Marsias-Salicio<br />

no son ternezas. Pasemos al final <strong>de</strong> la fábula, <strong>de</strong>spués que<br />

<strong>Apolo</strong> ha ganado la melódica contienda (los subrayados en las citas son<br />

míos):<br />

Era concierto <strong>de</strong>sta competencia<br />

que <strong><strong>de</strong>l</strong> vencido el vencedor hiziesse<br />

lo que su gusto fuesse,<br />

¡rigurosa sentencia!<br />

Porque si sólo el sátyro tenía<br />

la casa <strong>de</strong> pellejos que viuía,<br />

<strong>de</strong> quien Godo Señor se intitulaua,<br />

y <strong>Apolo</strong> celestial se la quitaua,<br />

¿qué le importara Caxelor, su padre,<br />

ni Tobarina, su saluaje Madre,<br />

para que no muriesse?<br />

Escarnece <strong>Lope</strong> los <strong><strong>de</strong>l</strong>irios <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za <strong><strong>de</strong>l</strong> sátiro «<strong>de</strong> gótico preciado<br />

semi<strong>de</strong>o». Y afina la chacota con una precisa alusión a supuestos títulos<br />

nobiliarios: «la casa <strong>de</strong> pellejos que viuía, / <strong>de</strong> quien Godo Señor se intitulaua».<br />

Ese tiro <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> va cargado con munición <strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix <strong>de</strong> Pellicer.<br />

Cuando éste imprime su libro en noviembre <strong>de</strong> 1629, han ocurrido dos<br />

sucesos importantes para él: en septiembre había obtenido un título <strong>de</strong><br />

Cronista <strong>de</strong> los Reinos <strong>de</strong> Castilla, y en octubre murió su padre, don Antonio,<br />

lo que permite al retoño titularse Señor <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong> Pellicer. Adorna<br />

su nombre con ambos dictados, y así aparece en la portada y otros lugares<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix 16 . El segundo <strong>de</strong> esos títulos es el que <strong>Lope</strong> transmuta en<br />

«la casa <strong>de</strong> pellejos». Pue<strong>de</strong> juzgarse fácil el juego <strong>de</strong> palabras, pero se lo<br />

imponía el mismo Pellicer. Tuvo éste una comezón por distinguirse y una<br />

urticaria genealógica que le duraron toda la vida, pero con la juventud <strong>de</strong>bían<br />

<strong>de</strong> estar en pleno ardor. Así que, ni corto ni perezoso, en la «diatribe»<br />

XVII (ff. 218r-220r) se <strong>de</strong>spacha una extravagante historia <strong><strong>de</strong>l</strong> linaje<br />

<strong>de</strong> Pellicer, <strong>de</strong> la que cito ahora lo que hace a mi propósito. Cuenta don<br />

Joseph las correrías <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las parejas progenitoras <strong>de</strong> su abolorio. Esposos<br />

perseguidos que hubieron <strong>de</strong> refugiarse, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Francia, en los Pirineos<br />

aragoneses, exactamente en las montañas <strong>de</strong> Jaca, don<strong>de</strong> «vivieron<br />

haziendo chocas <strong>de</strong> paja cubiertas <strong>de</strong> pieles <strong>de</strong> animales, <strong>de</strong> que también<br />

se vestían <strong>de</strong> modo que los llamauan Pelligeos en toda aquella tierra». Se<br />

16 En el encabezamiento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>dicatoria al marqués <strong><strong>de</strong>l</strong> Carpió (f. 6r. <strong>de</strong> los preliminares). Añádase<br />

la orgullosa proclamación <strong>de</strong> su señorío <strong>de</strong> Pellicer en el f. 220r. <strong>de</strong> las «diatribes», que reproduzco<br />

más tar<strong>de</strong>.


<strong>Las</strong> <strong>invectivas</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> <strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>, <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong> 253<br />

complace a<strong>de</strong>más <strong>Lope</strong> en mentar los padres <strong>de</strong> Marsias-Salicio con dos<br />

enigmáticos nombres: Caxelor y Tobarina. En ambos casos juega <strong>Lope</strong><br />

al anagrama. La salvaje madre Tobañnz muestra su i<strong>de</strong>ntidad por la coinci<strong>de</strong>ncia<br />

con uno <strong>de</strong> los apellidos <strong>de</strong> la madre <strong>de</strong> Pellicer, doña Ana María<br />

<strong>de</strong> Salas y Tobar 17 . Más recóndita parece la clave <strong>de</strong> Caxelor, sin embargo<br />

es también un anagrama, casi perfecto y apenas distorsionado, <strong>de</strong> la palabra<br />

«caxero». Esta voz corría en los siglos XVI y XVII como sinónimo<br />

<strong>de</strong> buhonero. Cuando conocemos por tantos textos <strong>de</strong> la época y por estudios<br />

mo<strong>de</strong>rnos 18 cuál era la condición social y la función como tipo literario<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> buhonero, compren<strong>de</strong>mos toda la fuerza <strong>de</strong>shonrosa <strong><strong>de</strong>l</strong> insulto.<br />

Y ¿por qué precisamente buhonero? Pues porque en la citada leyenda<br />

genealógica los Pelliceres antepasados son franceses, y es bien sabido que<br />

al gabacho se le representaba siempre <strong>de</strong>spectivamente bajo el tipo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

buhonero 19 .<br />

4. Ocupémonos <strong>de</strong> otro fragmento, <strong>de</strong> especial interés por su estructura<br />

literaria y por haber sido objeto <strong>de</strong> varios análisis e interpretaciones.<br />

Me refiero a la fábula que con el título in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> «el baño <strong>de</strong> Diana»<br />

forma una unidad autónoma <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la silva V.<br />

La inserción argumental <strong>de</strong> la fábula en el marco <strong><strong>de</strong>l</strong> poema se opera<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> siguiente modo. La ninfa Laura, que ha recibido <strong><strong>de</strong>l</strong> río Manzanares<br />

la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> hacer relación <strong>de</strong> los poetas e ingenios naturales <strong>de</strong> Madrid,<br />

propone la digresión <strong>de</strong> la fábula a manera <strong>de</strong> ejemplo o muestra <strong>de</strong> una<br />

obra, «la que tengo más pronta», <strong>de</strong> un poeta madrileño. Que la fábula<br />

no está escrita en un simple primer grado lo anuncian estas palabras <strong>de</strong> la<br />

ninfa, antes <strong>de</strong> empezar la narración:<br />

No auiendo el dueño [=autor] visto,<br />

que por ser <strong>de</strong> Calisto,<br />

aunque él la llama el baño <strong>de</strong> Diana,<br />

como si lo estuuiera la mañana<br />

<strong>de</strong> alxófar y <strong>de</strong> rosas,<br />

se escon<strong>de</strong>rán las estrelladas Ossas.<br />

El meollo <strong><strong>de</strong>l</strong> relato no está pues, a pesar <strong><strong>de</strong>l</strong> título, en el baño <strong>de</strong> la<br />

diosa sino en la Ossa, en el catasterismo <strong>de</strong> la ninfa Calisto, transformada<br />

17 Sobre el nombre y calidad <strong>de</strong> sus padres, véase <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo don Joseph su Bibliotheca, Valencia,<br />

1671, pp. 2-4. Su biografía más utilizada mo<strong>de</strong>rnamente es la que publicó Juan Antonio Pellicer<br />

en: Ensayo <strong>de</strong> una biblioteca <strong>de</strong> traductores españoles (Madrid, 1778), pp. 101-112.<br />

18 Vid.: M. HERRERO GARCÍA, I<strong>de</strong>as <strong>de</strong> los españoles <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XVII (Madrid, 1966), pp. 388-404.<br />

19 Sobre su consi<strong>de</strong>ración social infamante, tratamiento literario, problemática económica y legislativa<br />

que plantearon, etc., hay un estudio exhaustivo en ASENSIO GUTIÉRREZ, La France et les<br />

franjáis dans la littérature espagnole (Saint-Etienne, 1977), pp. 28-29, 65-70.


254 Francisco Marcos Alvarez<br />

primero en osa peluda y luego en la si<strong>de</strong>ral Osa Mayor a causa <strong>de</strong> sus ilegítimos<br />

amores con Júpiter. También aquí va a aparecer la rechifla contra<br />

Pellicer <strong>de</strong> Ossau, <strong>de</strong> tal modo que los versos <strong>de</strong> burla e improperio van<br />

trenzados indisolublemente con los <strong>de</strong> bellas <strong>de</strong>scripciones poéticas, lo<br />

cual hizo lamentarse a Cossío, que no pudo penetrar su sentido 20 . ¿Pero<br />

realmente es Pellicer el blanco <strong><strong>de</strong>l</strong> ataque? <strong>Lope</strong> ha repartido en el texto<br />

señas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> su enemigo en número y calidad suficientes para<br />

que pudieran enten<strong>de</strong>r quienes a él le interesaba que entendieran. Mencionaré<br />

algunas, las más claras y que <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>ncias y analogías<br />

que ya hemos <strong>de</strong>scubierto. Así, por ejemplo, la paronomasia «Pellicer-pieles»<br />

emerge reiteradamente. Veamos algún caso.<br />

Después <strong>de</strong> transformada en osa, la ninfa ha <strong>de</strong> abandonar al niño, fruto<br />

<strong>de</strong> su trato con Júpiter:<br />

El infante se encoge y estremece,<br />

y forma injusta quexa<br />

<strong>de</strong> quien le dio la vida, que le <strong>de</strong>xa,<br />

viendo los miembros yertos<br />

<strong>de</strong> espesas cerdas rígidas cubiertos;<br />

<strong>de</strong> cuyas pieles vienen<br />

los animales que oy su nombre tienen,<br />

¡o fábula! ¡o moral filosofía!,<br />

tanta fue <strong>de</strong> los Ossos la osadía.<br />

Y en seguida hallamos este eco burlón <strong><strong>de</strong>l</strong> «preludio-apología» <strong>de</strong><br />

Pellicer:<br />

Aunque por Lycaon, según escriuen,<br />

siempre con miedo <strong>de</strong> los Lobos viuen,<br />

no por la boca a su temor escura<br />

mas por la aguda vista,<br />

que no hay tiniebla que su luz resista<br />

ni piel <strong>de</strong> oueja <strong>de</strong> su voz segura.<br />

Esos versos, amplificando a Ovidio 21 , son réplica <strong>de</strong> estas líneas <strong>de</strong> Pellicer:<br />

«Los concilios [...] comparan los murmuradores a los lobos, exem-<br />

20 Lugar cit. arriba en nota 2, p. 352: «el temperamento indisciplinado <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> da lugar a consi<strong>de</strong>raciones<br />

y divagaciones ajenas a la fábula (...). Me refiero a cierto tipo <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>raciones en las<br />

que parece dirigirse a émulos o censores o alusiones claras para los contemporáneos <strong>de</strong> ellos».<br />

21 «[Vrsa] Pertimuitque lupos, quamuis pater esset in illis» (Metamorphoseon, II, 495). Des<strong>de</strong><br />

luego no hay que olvidar que el texto <strong>de</strong> Ovidio es un referente último que informa la estructura <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>Lope</strong>. Lo que sorpren<strong>de</strong> es la agu<strong>de</strong>za con que lo escogió para hacer una transferencia <strong>de</strong> sentido<br />

en un tercer nivel a Pellicer y su Fénix. Así «El baño <strong>de</strong> Diana» constituye un caso <strong>de</strong> intertextualidad<br />

que merecería un análisis aparte.


<strong>Las</strong> <strong>invectivas</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> <strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>, <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong> 255<br />

piar <strong>de</strong> que me acordé cuando en una scena ilustre vi mi Fénix mordido<br />

<strong>de</strong> la boca <strong>de</strong> un lobo. [...] Y si el vulgar Hispanismo dice por adagio:<br />

«obscuro como boca <strong>de</strong> lobo», claro está que en boca <strong><strong>de</strong>l</strong> lobo mismo mi<br />

Fénix había <strong>de</strong> ser escuro». Nada <strong>de</strong> eso, le retruca el Lobo-<strong>Lope</strong>, lo que<br />

teme no es mi boca sino mi vista para penetrar tinieblas culteranas <strong>de</strong> los<br />

pelliceres y mi voz para <strong>de</strong>nostarlas.<br />

Observemos ahora, cosido a la fábula <strong>de</strong> Calisto con hilo bastante<br />

grueso, el insulto <strong><strong>de</strong>l</strong> padre buhonero, que ya comentamos más arriba:<br />

Terminada la peripecia y transformada la osa y su hijo en estrellas, la<br />

voz <strong><strong>de</strong>l</strong> narrador se introduce en el texto mediante una especie <strong>de</strong> epifonema<br />

don<strong>de</strong> expresa su indignación porque Júpiter los colocara en el<br />

cielo 22 .<br />

Colocar a Mercurio fue insolencia,<br />

porque su padre Argemifao vendía<br />

en una caxa al cuello mercería,<br />

y agora se haze el Dios <strong>de</strong> la eloquencia.<br />

Si el enemigo se personifica ahora en Mercurio, astro y dios <strong><strong>de</strong>l</strong> comercio,<br />

pero también <strong>de</strong> la mentira y el engaño, el padre sigue siendo buhonero,<br />

con el nombre redundante <strong>de</strong> «Argemifao» (con mayúscula en la<br />

ed. <strong>de</strong> 1630). Tal nombre es, en efecto, una variante, quizá intencionada,<br />

<strong>de</strong> aljemifao, «ven<strong>de</strong>dor ambulante, buhonero».<br />

5. Analicemos por último otro pasaje <strong>de</strong> la misma fábula don<strong>de</strong> la<br />

mención <strong>de</strong> Pellicer y las reminiscencias <strong>de</strong> su Fénix son patentes. La ninfa<br />

Calisto, expulsada <strong><strong>de</strong>l</strong> séquito <strong>de</strong> Diana, solitaria y recién parida, ha <strong>de</strong><br />

sufrir a<strong>de</strong>más la cólera <strong>de</strong> la mujer <strong>de</strong> Júpiter. La diosa Juno:<br />

Baxó a la selua ayrada,<br />

viendo funestamente acompañada<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> niño, entre los bracos <strong>de</strong>fendido,<br />

la ninfa pellicer <strong>de</strong> su marido:<br />

que así con propiedad llama el latino<br />

lo que llama combleza el castellano,<br />

¡O Marcial español, en paz reposes!<br />

¿Qué dixeras si vn hombre te contara<br />

que <strong>de</strong>scendía <strong>de</strong> los altos Dioses,<br />

y <strong>de</strong> tan gran mentira se alabara?<br />

¡Qué epigrama gozáramos agora!<br />

22<br />

Su equivalente en Ovidio es la «exclamatio» <strong>de</strong> Juno en apostrofe dirigido a Tethys y Océano<br />

por el mismo motivo (508 y ss.).


256 Franrísco Marcos Alvarez<br />

La invocación a Marcial pue<strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>r al uso que hizo Pellicer<br />

<strong>de</strong> dos epigramas <strong><strong>de</strong>l</strong> satírico latino para atacar a <strong>Lope</strong> en el «preludio-a^<br />

pología». Lo <strong><strong>de</strong>l</strong> origen genealógico sublime, es cierto que lo afirmó Pellicer,<br />

en seguida veremos cómo. Pero lo que salta <strong>de</strong> inmediato a la vista<br />

es el juego <strong>de</strong> palabras con el pseudo-latinismo «pellicer» y su traducción<br />

castellana «combleza», que es, según Covarrubias, «La manceba <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre<br />

casado». El latín pellex o paelex significa lo mismo, y Ovidio se lo<br />

aplica peyorativamente a la ninfa Calisto 23 , pero la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> hacer al vocablo<br />

latino étimo <strong><strong>de</strong>l</strong> apellido Pellicer era una ocurrencia <strong><strong>de</strong>l</strong> propio don<br />

Joseph en la «diatribe» XVII <strong><strong>de</strong>l</strong> Fénix, <strong>de</strong> que ya antes nos hemos servido.<br />

En efecto, allí afirma que su estirpe <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> rey Chilperico <strong>VIII</strong><br />

<strong>de</strong> Francia y I <strong>de</strong> los Suessones. Este rey tuvo «primero por amiga, <strong>de</strong>spués<br />

por muger legítima» a Fre<strong>de</strong>gonda. La reparación <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> ser un<br />

poco tardía para la buena fama <strong>de</strong> Fre<strong>de</strong>gonda, el mal quedaba hecho, y<br />

<strong>de</strong> ahí que al hijo <strong>de</strong> ambos, Clotario, rey <strong>de</strong> Francia, le pusieran por sobrenombre<br />

«Filius Pellicis», con traducción lopesca: el hijo <strong>de</strong> la combleza.<br />

A su vez, a Gondoaldo, hijo <strong>de</strong> Clotario, le colgaron también el sambenito<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>slices <strong>de</strong> su abuela, llamándole, dice don Joseph, «Nepos<br />

Pellicis». Pero, aña<strong>de</strong>, si tal apellido fue «al principio puesto por vil [...]<br />

luego estimado por gran<strong>de</strong>». Y nos da las pruebas: Ra<strong>de</strong>giso, <strong>de</strong> este linaje<br />

«pellicis», casó con Arnulpha, hija <strong><strong>de</strong>l</strong> rey <strong>de</strong> Francia Carlos el Simple, y<br />

hermana <strong><strong>de</strong>l</strong> también rey Ludovico Pío. Sucedió que el rey Carlos, a pesar<br />

<strong>de</strong> su simpleza, no aceptó el connubio y se <strong>de</strong>dicó a perseguir a los<br />

recién casados «en todo Francia, Bearne, Bigorre, Comenge y Fox». Sin<br />

otra salida que los Pirineos, en ellos se emboscó la tenaz pareja hasta <strong>de</strong>sembocar<br />

en Jaca, don<strong>de</strong> construyeron las famosas chozas cubiertas <strong>de</strong><br />

pieles. No les hizo esto <strong>de</strong>smerecer ni fue obstáculo insalvable para el indómito<br />

linaje, ya que el primogénito <strong>de</strong> la pareja fugitiva, Radulfo, casó<br />

con la hija <strong><strong>de</strong>l</strong> príncipe <strong>de</strong> Flan<strong>de</strong>s. De los cuales nació Ramón Pellicer,<br />

con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Orleans. De él escribe su <strong>de</strong>scendiente gongorista que llevaba<br />

dibujado en el escudo, premonición o monomanía familiar, al Fénix mismo<br />

con esta leyenda: «et pater et proles ego», yo soy el padre y los hijos.<br />

Pues bien, <strong>de</strong> este con<strong>de</strong>, según don Joseph, «en Aragón, Francia, Valencia<br />

y Sicilia <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n los <strong>de</strong>ste apellido <strong>de</strong> Pellicer, <strong>de</strong> cuya casa tiene<br />

oy la Varonía y señorío el Autor <strong>de</strong>ste libro litigada por pleito y ganada».<br />

Esta narración o rosario <strong>de</strong> <strong>de</strong>spropósitos daría que hablar y que reír.<br />

23 «Iam puer Arcas / fuerat <strong>de</strong> paelice natus» (II, 468-69). «Postquan inter si<strong>de</strong>ra paelex / Fulsit»<br />

(II, 508-509). «Ne puro tingatur ¡n aequore paelex» (II, 530). Cayetano Rosell, en su ed. <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong><br />

en BAE, 38, p. 207, no captando la superchería malévola <strong>de</strong> <strong>Lope</strong>, propone en nota corregir «ninfa<br />

pellicer» en «pellicen», grafía que a él le parecería más etimológica.


<strong>Las</strong> <strong>invectivas</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> <strong>de</strong> <strong>Apolo</strong>, <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong> 257<br />

Pienso que <strong>Lope</strong> <strong>de</strong>cidió aprovecharla para su réplica al Fénix, alegorizándola<br />

en la historia <strong>de</strong> los furtivos amores <strong>de</strong> Júpiter y Calisto, la combleza-pellicer,<br />

y haciendo al presumido don Joseph hijo <strong>de</strong> la ninfa y el<br />

rector <strong><strong>de</strong>l</strong> Olimpo.<br />

Bajo el velo mitológico <strong>Lope</strong> pue<strong>de</strong> soltar la rienda a su pluma, y cuando<br />

la irritación le inva<strong>de</strong> aflora la violencia <strong><strong>de</strong>l</strong> puro insulto, como en el<br />

siguiente fragmento: tras quedar abandonado el hijo <strong>de</strong> la osa lo recogen<br />

las oreas o ninfas <strong>de</strong> los montes:<br />

Criáronle con bárbaro sustento<br />

<strong>de</strong> algunos animales,<br />

tal fue su entendimiento,<br />

que siempre son a su principio iguales.<br />

Pues no todos aquellos que nacieron<br />

<strong>de</strong> la injuria lasciua <strong>de</strong> sus madres,<br />

y con inciertos padres<br />

vanagloria tuuieron<br />

entre las pieles y los paños viles,<br />

maestro hallaron el Chirón <strong>de</strong> Aquiles.<br />

La formulación perifrástica <strong>de</strong> los conceptos, la amplificación <strong><strong>de</strong>l</strong> significante,<br />

no ocultan el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong> esos versos, florón <strong>de</strong> la panoplia insultante<br />

hispánica: hacer al contrario hijo <strong>de</strong> mala madre, <strong>de</strong> padre <strong>de</strong>sconocido.<br />

Sin olvidar que en el contexto aparezcan las pieles genealógicas<br />

<strong>de</strong> Pellicer.<br />

No es posible prolongar aquí el análisis <strong>de</strong> las <strong>invectivas</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Laurel</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Apolo</strong> 24 . Confío en que las muestras que hemos ido viendo arrojen nueva<br />

luz sobre la polémica entre <strong>Lope</strong> y Pellicer, y contribuyan a <strong>de</strong>shacer el<br />

«embrollo» que <strong>de</strong>salentó a Dámaso Alonso. A mi parecer las injurias contra<br />

<strong>Lope</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> prólogo a las Lecciones Solemnes encuentran no una justificación,<br />

pero sí una excusa, o al menos una raíz, una causalidad lógica y<br />

emotiva, que les quita el carácter <strong>de</strong> agresión arbitraria y brutal <strong>de</strong> un veinteañero<br />

contra un anciano in<strong>de</strong>fenso, que a primera vista pudieran<br />

presentar.<br />

6. Antes <strong>de</strong> poner punto final es preciso advertir que se ha propuesto<br />

una lectura diferente para la fábula <strong>de</strong> «El baño <strong>de</strong> Diana», en un<br />

artículo <strong>de</strong> Arturo Zabala 25 . El vio en la fábula la transposición <strong>de</strong> unos<br />

supuestos amores <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> en Valencia en 1599, <strong>de</strong> los cuales nació un<br />

24<br />

Lo hago en un trabajo más extenso sobre esa obra <strong>de</strong> <strong>Lope</strong>, <strong><strong>de</strong>l</strong> cual he extraído esta ponencia.<br />

25<br />

«Alusión <strong>de</strong> <strong>Lope</strong> <strong>de</strong> <strong>Vega</strong> a unos supuestos amores valencianos», en: Estudios <strong>de</strong>dicados a<br />

Menén<strong>de</strong>z Pidal, VI (Madrid, 1956), pp. 591-609.


258 Francisco Marcos Alvarez<br />

hijo llamado Vicente Pellicer. Sin entrar en lo bien fundado <strong>de</strong> tal hipótesis,<br />

<strong>de</strong>bida a Cayetano Alberto <strong>de</strong> la Barrera 26 , e incluso dándola por<br />

buena, no se ve por qué motivos cometería <strong>Lope</strong> la felonía <strong>de</strong> mancillar<br />

el recuerdo <strong>de</strong> unos amores que remontaban a treinta años atrás, insultar<br />

a su hijo, que a<strong>de</strong>más era según parece fraile franciscano, y <strong>de</strong>nigrar a la<br />

madre <strong>de</strong> éste. La interpretación <strong>de</strong> Zabala muestra poca consistencia ya<br />

respecto a los escasos versos a los que llega a aplicarla, pero sobre todo<br />

no ofrece ninguna respuesta, como él mismo reconoce, para los otros muchos<br />

interrogantes que plantea el profuso entramado <strong>de</strong> ataques y alusiones<br />

polémicas con los que <strong>Lope</strong> interrumpe y agobia la progresión lineal<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> cuento ovidiano <strong>de</strong> la ninfa Caliste<br />

FRANCISCO DE B. MARCOS ALVAREZ<br />

Universités <strong>de</strong> Genéve et Lausanne<br />

Nueva Biografía, BAE, t. 262, pp. 172-173.

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