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Sugerencias de redacción - Insumisos

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<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Preparado por<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

México, 2005<br />

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA<br />

UNIDAD XOCHIMILCO División <strong>de</strong> Ciencias Sociales y Humanida<strong>de</strong>s<br />

Departamento <strong>de</strong> Política y Cultura


Universidad Autónoma Metropolitana<br />

Rector General: Luis Mier y Terán Casanueva<br />

Secretario General: Ricardo Solís Rosales<br />

Abogado General: Braulio Ramírez Reynoso<br />

Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco<br />

Rector: Norberto Manjarrez Álvarez<br />

Secretario <strong>de</strong> la Unidad: Cuauhtémoc Pérez Llanas<br />

Coordinación <strong>de</strong> Educación Continua y a Distancia: Jorge Alsina Valdés y Capote<br />

División <strong>de</strong> Ciencias Sociales y Humanida<strong>de</strong>s: Arturo Anguiano Orozco<br />

Coordinación <strong>de</strong>l Tronco Interdivisional: Fernando Mora Carrasco<br />

Departamento <strong>de</strong> Política y Cultura: Andrés Morales Alquicira<br />

Coordinación <strong>de</strong>l Tronco Divisional <strong>de</strong> Ciencias Sociales y Humanida<strong>de</strong>s: Francisco Javier Meza<br />

González<br />

Revista Política y Cultura<br />

Director: José Fernán<strong>de</strong>z García<br />

Revisión técnica: Víctor Breña Valle<br />

Diseño <strong>de</strong> portada: Claudia López López<br />

Comité Editorial:<br />

Ileana Cid Capetillo (UNAM), Vicente Gastón Mutti (Universidad Nacional <strong>de</strong> Rosario), Silvia<br />

Gómez Tagle (El Colegio <strong>de</strong> México), Aymer Granados García (UAM-Xochimilco), Diego<br />

Guerrero (Universidad Complutense <strong>de</strong> Madrid), Enrique Guinsberg Blank (UAM-Xochimilco),<br />

Ana Teresa Gutiérrez <strong>de</strong>l Cid (UAM-Xochimilco), Ana Lau Jaiven (UAM-Xochimilco), Josefina<br />

Mac Gregor Gárate (UNAM), Javier Martínez Peinado (Universidad <strong>de</strong> Barcelona), Marysa<br />

Navarro Aranguren (Dartmouth College), Adolfo Olea Franco (UAM-Xochimilco), Patricia Romero<br />

Lankao (UAM-Xochimilco), Fernando Sancén Contreras (UAM-Xochimilco), Irene Sánchez<br />

Guevara (UAM-Xochimilco) y Sergio <strong>de</strong> la Vega Estrada (UAM-Xochimilco).<br />

<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

DR © Roberto Zavala Ruiz<br />

Primera edición: julio <strong>de</strong> 2005<br />

ISBN: 970–31–0486–X<br />

La edición <strong>de</strong> este libro fue posible gracias al apoyo <strong>de</strong> la Coordinación <strong>de</strong> Educación Continua y<br />

a Distancia, la División <strong>de</strong> Ciencias Sociales y Humanida<strong>de</strong>s, la Coordinación <strong>de</strong>l Tronco<br />

Interdivisional, el Departamento <strong>de</strong> Política y Cultura y la Coordinación <strong>de</strong>l Tronco Divisional <strong>de</strong><br />

Ciencias Sociales y Humanida<strong>de</strong>s, todas ellas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> la Universidad Autónoma<br />

Metropolitana, Unidad Xochimilco.<br />

<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong> es una selección y adaptación <strong>de</strong> partes <strong>de</strong> El libro y sus orillas:<br />

tipografía, originales, <strong>redacción</strong>, corrección <strong>de</strong> estilo y <strong>de</strong> pruebas, 6ª reimp. <strong>de</strong> la 3ª ed., México,<br />

Dirección General <strong>de</strong> Publicaciones y Fomento Editorial, Universidad Nacional Autónoma <strong>de</strong><br />

México, 2005, escrito también por Roberto Zavala Ruiz.<br />

Para cualquier asunto relacionado con esta publicación, dirigirse a:<br />

Política y Cultura<br />

Departamento <strong>de</strong> Política y Cultura<br />

Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco<br />

Calzada <strong>de</strong>l Hueso 1100<br />

Col. Villa Quietud<br />

Delegación Coyoacán<br />

04960, México, D. F.<br />

Teléfonos: (52) (55) 5483 7110, 7111 y 7437<br />

Fax: (52) (55) 5594 9100<br />

Correo electrónico: polcul@correo.xoc.uam.mx<br />

Página electrónica: http://polcul.xoc.uam.mx/<br />

Producción editorial e impresión:<br />

mceditores<br />

Texcaltitla 27.<br />

Col. Santa Rosa Xochiac<br />

01830, México, D. F.<br />

Teléfonos: (52) (55) 2650 3422 y 0964<br />

mceditores@hotmail.com


Índice<br />

Presentación 5<br />

1. ¿Jubilar la ortografía?: acentos y sufrimientos 9<br />

2. Puntuar, algo muy personal 19<br />

3. Signos empleados en la corrección <strong>de</strong> estilo 31<br />

4. El autoritarismo embozado: mayúsculas y minúsculas 35<br />

5. Uso <strong>de</strong> las cursivas, versalitas y negritas 39<br />

6. Las abreviaturas: usos y abusos 43<br />

7. ¿Palabras o guarismos?: empleo <strong>de</strong> la numeración 47<br />

8. Simplificación <strong>de</strong> las palabras 51<br />

9. Citas, epígrafes, versos 53<br />

10. Signos ortográficos que suelen emplearse mal 57<br />

11. Notas y bibliografía 65<br />

12. División <strong>de</strong> palabras: lo que <strong>de</strong>be evitarse 69


Presentación<br />

El idioma es parte fundamental <strong>de</strong> nuestra cultura. Si,<br />

simplificando, se entien<strong>de</strong> a ésta como el conjunto<br />

<strong>de</strong> expresiones, conocimientos, modos <strong>de</strong> vida y tradiciones <strong>de</strong> cierta comunidad,<br />

cuidar nuestro idioma es preservar y consolidar nuestra cultura, sin que<br />

ello implique incurrir en concepciones maniqueas o comportamientos exacerbados.<br />

El idioma es una forma <strong>de</strong> dominación; por ello, <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r y proteger<br />

nuestra lengua es también proteger nuestra cultura, o sea, nuestra i<strong>de</strong>ntidad.<br />

Así las cosas, cuando alguna comunidad es absorbida o <strong>de</strong>sintegrada, se pier<strong>de</strong><br />

su cultura y, por tanto, su lengua; es más, se pier<strong>de</strong> su nacionalidad, que es<br />

tanto como su i<strong>de</strong>ntidad..., aunque se adquieran, más o menos impuestos,<br />

elementos que suplantan todo aquello que la distinguía.<br />

Des<strong>de</strong> hace ya varios siglos, primero por la hegemonía británica y <strong>de</strong>spués<br />

por la estadouni<strong>de</strong>nse, el inglés como vía <strong>de</strong> comunicación tiene una prepon<strong>de</strong>rancia<br />

indiscutible en los ámbitos científico, tecnológico, económico, cultural<br />

y político, lo cual ha influido en muchas expresiones y formas <strong>de</strong> vida nacionales,<br />

incluso poniendo en riesgo, simultáneamente, sus perspectivas <strong>de</strong> existencia<br />

como comunidad específica. La cuestión es, pues, mantener la singularidad<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una diversidad cada vez más uniformizada o, mejor dicho, cada vez<br />

más homogeneizada y “pasteurizada”.<br />

No se trata <strong>de</strong> ignorar que toda lengua, como ente vivo, evoluciona, conduce<br />

vocablos al <strong>de</strong>suso hasta convertirlos en arcaísmos y produce, por supuesto,<br />

neologismos. El asunto es que tal dinámica sea, por así <strong>de</strong>cirlo, natural y no


6<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

forzada. Que si se producen nuevas palabras para tales o cuales <strong>de</strong>scripciones<br />

sea porque no existen los equivalentes en el propio idioma y no que se adopten<br />

por imitación o imposición. De ahí que este libro sea no sólo un mo<strong>de</strong>sto<br />

esfuerzo en pro <strong>de</strong> nuestro idioma, sino también un intento <strong>de</strong> proporcionar<br />

referentes básicos que permitan a quienes nos enfrentamos a la necesidad <strong>de</strong><br />

escribir un texto que será leído por otros, a hacerlo en forma inteligible, atendiendo,<br />

por qué no, a la reflexión <strong>de</strong>l filólogo español Martín Alonso, quien ha<br />

expresado: “Redactar bien es el arte <strong>de</strong> construir la frase con exactitud y originalidad,<br />

incorporando al caudal <strong>de</strong> expresión un léxico y un estilo propios”.<br />

En muchas ocasiones, quien escribe mal, habla mal y, en consecuencia,<br />

piensa mal: los problemas <strong>de</strong> sintaxis al escribir suelen reflejar problemas en la<br />

estructuración <strong>de</strong>l pensamiento. Así, un texto en el cual imperan la ambigüedad,<br />

las expresiones farragosas, las redundancias o el lenguaje rebuscado es<br />

uno en el que tales figuras <strong>de</strong>notan un pensamiento carente <strong>de</strong> claridad y<br />

coherencia. Esas características, aun siendo <strong>de</strong>liberadas —es el caso nada raro<br />

<strong>de</strong> los discursos políticos o las argumentaciones jurídicas— no favorece ni a la<br />

comunicación ni al entendimiento generalizados. Podríamos, en fin, estar <strong>de</strong><br />

acuerdo en que el bien escribir y el bien hablar provienen <strong>de</strong> un bien pensar y<br />

que, en la medida en que ello prevalezca, las perspectivas <strong>de</strong> malos entendidos<br />

y conflictos disminuirán.<br />

Con <strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong>, el Comité Editorial <strong>de</strong> la revista Política y<br />

Cultura quiere hacer recomendaciones en cuanto a los usos prevalecientes en<br />

la expresión escrita en general, y en el medio editorial en particular. Si bien es<br />

cierto que en la diversidad <strong>de</strong> criterios se mueve a sus anchas la libertad, también<br />

lo hacen el <strong>de</strong>scuido, el <strong>de</strong>sconocimiento y la incongruencia.<br />

<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong> preten<strong>de</strong> ser una herramienta a favor <strong>de</strong> una<br />

elevada calidad <strong>de</strong> pensamiento que conduzca a un discurso fluido y enriquecedor.<br />

Por eso la revista Política y Cultura edita este prontuario para <strong>de</strong>spejar<br />

las dudas en el momento en que se presenten. Aquí se hallarán recomendaciones<br />

sobre acentuación, puntuación, uso apropiado <strong>de</strong> mayúsculas, minúsculas<br />

y <strong>de</strong> las distintas series tipográficas (cursivas, negritas, versalitas, etc.), así como<br />

formas <strong>de</strong> tratar las citas, epígrafes o versos. Basta revisar el índice para comprobar<br />

que se trata, en efecto, <strong>de</strong> puntos controvertidos en los que cada quien<br />

aplica sus criterios particulares. Hay sin embargo ciertos consensos y pautas<br />

generales en las casas editoriales; <strong>de</strong> ellos se nutre este cua<strong>de</strong>rno. En suma,<br />

<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong> tiene como objetivo ahorrar tiempo en la escritura y,<br />

en consecuencia, en la lectura y revisión <strong>de</strong> los textos, pues si se eliminan vicios en<br />

las citas, en el uso <strong>de</strong> los datos contenidos en una ficha bibliográfica, o en el<br />

modo <strong>de</strong> puntuar o <strong>de</strong> utilizar las altas y las bajas, todos ganarán tiempo, energía<br />

y condiciones para concentrarse en el contenido mismo <strong>de</strong> la <strong>redacción</strong> que<br />

es, a fin <strong>de</strong> cuentas, la calidad <strong>de</strong>l pensamiento.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Este libro resume apretadamente partes <strong>de</strong> otro más extenso titulado El<br />

libro y sus orillas, 1 publicado por la UNAM (con cuya autorización se publica)<br />

y escrito por el mismo autor: Roberto Zavala Ruiz, editor y corrector <strong>de</strong> estilo<br />

que goza <strong>de</strong> un bien merecido prestigio en el medio editorial. La elaboración,<br />

edición e impresión <strong>de</strong> <strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong> fueron posibles gracias al<br />

apoyo <strong>de</strong> la Coordinación <strong>de</strong> Educación Continua y a Distancia, la Coordinación<br />

<strong>de</strong>l Tronco Divisional <strong>de</strong> Ciencias Sociales y Humanida<strong>de</strong>s, la Coordinación<br />

<strong>de</strong>l Tronco Interdivisional, el Departamento <strong>de</strong> Política y Cultura y la<br />

División <strong>de</strong> Ciencias Sociales y Humanida<strong>de</strong>s, todas ellas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong><br />

la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.<br />

1 Roberto Zavala Ruiz, El libro y sus orillas: tipografía, originales, <strong>redacción</strong>, corrección <strong>de</strong><br />

estilo y <strong>de</strong> pruebas, 6a. reimp. <strong>de</strong> la 3a. ed. corregida, México, UNAM, 2005.<br />

Política y Cultura<br />

7<br />

Comité Editorial


1. ¿Jubilar la ortografía?:<br />

acentos y sufrimientos<br />

En 1997, cuando apenas era abril en Zacatecas, Gabriel<br />

García Márquez escandalizó al mundo <strong>de</strong> habla hispana<br />

al proponer anticipadamente jubilar la ortografía, cancelar las haches rupestres,<br />

firmar un tratado <strong>de</strong> límites entre la ge y la jota, cancelar la be o la<br />

ve pues, <strong>de</strong>cía, siempre sobra alguna; y racionalizar el uso <strong>de</strong> los acentos. Ese<br />

petardo que soltó el colombiano en el Primer Congreso Internacional <strong>de</strong> la<br />

Lengua Española no <strong>de</strong>bió alarmar a nadie, puesto que no proponía nada<br />

nuevo.<br />

En efecto, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1535, en el Diálogo <strong>de</strong> la lengua, Murcio pregunta a<br />

Valdés: “¿A qué propósito hazéis tantos potages <strong>de</strong> la h, que jamás pue<strong>de</strong> la<br />

persona atinar dón<strong>de</strong> sta bien o dón<strong>de</strong> sta mal?”<br />

Raúl Ávila, en un sabroso artículo —“Sólo para tus oídos”, en Luis Fernando<br />

Lara y Felipe Garrido (eds.), Escritura y alfabetización, México, Ediciones <strong>de</strong>l<br />

Ermitaño, 1986—, refiere lo anterior y agrega que en 1609 Mateo Alemán luchaba<br />

por implantar una reforma ortográfica a partir <strong>de</strong>l sencillo principio <strong>de</strong> un<br />

sonido para cada letra, para “ayudar a los pobreticos niños” y “ahorrar el dinero<br />

que gastan inútilmente los padres”.<br />

Unos veinte años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l razonamiento <strong>de</strong> Mateo Alemán, en 1630,<br />

Gonzalo Correas <strong>de</strong>fendía su propuesta <strong>de</strong> reformar la complicada ortografía<br />

castellana para facilitar al pueblo ayuno <strong>de</strong> latines el aprendizaje <strong>de</strong> la lectura<br />

y la escritura. Dirigiéndose al rey le <strong>de</strong>cía que <strong>de</strong> aprobarse su proposición


10<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

sería <strong>de</strong> onrra <strong>de</strong>sta nazion, i rresultaria en nonbre eterno a V.M. [...] Porke aunke<br />

todos tienen por buena esta ortografia, i konfiesan ke tengo rrazón en ella, su viexa<br />

kostunbre tiene a muchos entumidos y perezosos para moverse a lo bueno [...] V.M.<br />

haga kon su mano po<strong>de</strong>rosa esta merced a la tierna edad i a toda España, i a su<br />

lengua natural, para ke salga <strong>de</strong> la esklavitud en ke la tienen los ke estudian latin.<br />

En realidad, relata el mismo Ávila, la lucha por hacer que correspondieran<br />

sonidos y letras comenzó con Alfonso X el Sabio en el siglo XIII, continuó en el<br />

XV con Nebrija, el autor <strong>de</strong> la primera Gramática castellana, y fue sostenida<br />

en el XVII por Mateo Alemán y Gonzalo Correas. Sin embargo, contra esta<br />

corriente que acaso habría popularizado lectura y escritura se levantó el criterio<br />

etimológico, férreamente <strong>de</strong>fendido por la Aca<strong>de</strong>mia Española. A contracorriente<br />

<strong>de</strong>l aca<strong>de</strong>micismo nadó en el siglo pasado don Andrés Bello, a quien cita<br />

largamente Raúl Ávila:<br />

La etimología es la gran fuente <strong>de</strong> confusión <strong>de</strong> los alfabetos <strong>de</strong> Europa. Uno <strong>de</strong> los<br />

mayores absurdos que han podido introducirse en el arte <strong>de</strong> pintar las palabras es<br />

la regla que nos prescribe <strong>de</strong>slindar su origen para saber <strong>de</strong> qué modo se han <strong>de</strong><br />

trasladar al papel. ¿Qué cosa más contraria a la razón que establecer como regla<br />

<strong>de</strong> la escritura <strong>de</strong> los pueblos que hoy existen, la pronunciación <strong>de</strong> los pueblos<br />

que existieron dos o tres mil años ha, <strong>de</strong>jando, según parece, la nuestra para que<br />

sirva <strong>de</strong> norte a la ortografía <strong>de</strong> algún pueblo que ha <strong>de</strong> florecer <strong>de</strong> aquí a dos o tres<br />

mil años?<br />

Para reforzar su propuesta, Bello <strong>de</strong>mostró asimismo la inconsistencia <strong>de</strong>l<br />

criterio etimológico <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia, y a quienes se oponían a la reforma que<br />

proponía, respondió: “Si los que reprueban nuestro sistema con<strong>de</strong>nasen también<br />

el <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia, serían a lo menos consecuentes, y mostrarían conducirse<br />

en su juicio por algún principio racional, y no por el hábito envejecido <strong>de</strong><br />

preferir autorida<strong>de</strong>s a razones ”.<br />

En las razones que Bello esgrimía para sustentar la necesidad <strong>de</strong> su reforma<br />

está presente la preocupación por llevar el alfabeto al pueblo hispanoamericano:<br />

Entre los medios no sólo <strong>de</strong> pulir la lengua, sino <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>r y generalizar todos los<br />

ramos <strong>de</strong> ilustración, pocos habrá más importantes que el simplificar su ortografía,<br />

como que <strong>de</strong> ella <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> la adquisición más o menos fácil <strong>de</strong> los dos artes<br />

primeros, que son como los cimientos sobre los que <strong>de</strong>scansa todo el edificio <strong>de</strong> la<br />

literatura y <strong>de</strong> las ciencias: leer y escribir.<br />

Bello no estaba solo en este revolucionario y bello afán. Lo acompañaban la<br />

Facultad <strong>de</strong> Humanida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Chile y Domingo Faustino Sar-<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

miento. Para acercarnos a nuestro tiempo, don Antonio Alcalá se quejaba <strong>de</strong> que<br />

luego <strong>de</strong> siglo y medio <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, “millones y millones <strong>de</strong> compatriotas<br />

no han sido alfabetizados...: el caos ortográfico ha echado por la borda millones<br />

y millones <strong>de</strong> pesos y una cantidad invaluable <strong>de</strong> esfuerzos”.<br />

Se suman a este esfuerzo, más recientemente, Miguel <strong>de</strong> Unamuno (y su<br />

circunstancia) y don Julio Casares, académico brillante, autor <strong>de</strong> un diccionario<br />

imprescindible y secretario <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia Española. Por cierto, este último,<br />

al que se adhiere Raúl Ávila, consi<strong>de</strong>ra que el <strong>de</strong>smedido afán por la<br />

ortografía <strong>de</strong>scuida un aspecto <strong>de</strong> la escritura mucho más importante: la calidad<br />

<strong>de</strong> la <strong>redacción</strong>, que, añadiríamos, no es otra cosa que un <strong>de</strong>scuido en la<br />

calidad <strong>de</strong>l pensamiento.<br />

En La ortografía fonémica <strong>de</strong>l español (Madrid, 1981) Jesús Mosterín se<br />

duele <strong>de</strong> que “gran cantidad <strong>de</strong>l escaso tiempo, dinero y esfuerzo disponible<br />

para la educación se <strong>de</strong>dique a enseñar las inútiles y pedantes normas <strong>de</strong> una<br />

ortografía que, en gran parte, ya no correspon<strong>de</strong> a ningún rasgo <strong>de</strong> la lengua<br />

española”.<br />

Un razonamiento lógico intachable <strong>de</strong> Julio Casares parece resumir la preocupación<br />

por a<strong>de</strong>cuar, simplificándola, haciéndola más congruente, la ortografía<br />

española: “Yo pienso que cuando una ley pue<strong>de</strong> ser involuntariamente<br />

infringida por quien pone todo su conato en acatarla, la culpa no es <strong>de</strong>l infractor,<br />

sino <strong>de</strong> la ley; y <strong>de</strong>duzco <strong>de</strong> esta premisa la urgencia <strong>de</strong> adaptar la ley a los<br />

súbditos, sobre todo tratándose <strong>de</strong> normas sin finalidad trascen<strong>de</strong>nte”.<br />

Por supuesto, quienes proponen modificar la ortografía española para acercarla<br />

a los más, tienen presentes las dificulta<strong>de</strong>s que habrían <strong>de</strong> afrontarse.<br />

Muchos estudiosos <strong>de</strong> la lengua se oponen a ello argumentando que, <strong>de</strong> aprobarse<br />

esta reforma, se per<strong>de</strong>ría el sentido etimológico <strong>de</strong> la escritura actual. Contra<br />

esas actitu<strong>de</strong>s Andrés Bello en<strong>de</strong>rezaba el sarcasmo: “Conservar letras inútiles<br />

por amor a las etimologías me parece lo mismo que conservar escombros en un<br />

edificio nuevo para que nos hagan recordar el antiguo”.<br />

Por su parte, Raúl Ávila concluye su ensayo con un ejemplo que ilustra lo<br />

que se propone a lo largo <strong>de</strong>l texto:<br />

Kisiera, al final, rekordar el prinzipio: la obra <strong>de</strong> Alfonso el Sabio asegura “la fi<strong>de</strong>lidad<br />

<strong>de</strong> la ortografía kastellana a las fuentes <strong>de</strong> la pronunziazión biba”. Ese prinzipio<br />

no es otro ke el sistema <strong>de</strong> eskritura alfabétika: una letra para kada sonido i un<br />

sonido para kada letra. “Así tenemos <strong>de</strong> eskribir komo pronunziamos i pronunziar<br />

komo eskribimos —dice Nebrija— porke en otra manera en bano fueron alladas las<br />

letras.”<br />

De modo que, más allá <strong>de</strong> esta propuesta “novedosa” <strong>de</strong>l premio Nobel<br />

que ha vivido para contarla, lo cierto es que habremos <strong>de</strong> esperar mucho<br />

Política y Cultura<br />

11


12<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

todavía antes <strong>de</strong> reformar la ortografía en aras <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r el fondo. Mientras<br />

se espera activamente el cambio, convendrá recordar las normas <strong>de</strong> acentuación<br />

que rigen hoy en día. No se recomienda, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, memorizarlas con<br />

sus excepciones: la mejor manera <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r ortografía —y <strong>redacción</strong>— es<br />

leyendo buenos libros <strong>de</strong> autores hispanoamericanos. Por “buenos libros” se<br />

entien<strong>de</strong> aquí, a más <strong>de</strong> la calidad literaria, volúmenes cuya edición sea limpia,<br />

bien cuidada.<br />

Por —y para— su acentuación las palabras se divi<strong>de</strong>n en agudas, graves o<br />

llanas y esdrújulas.<br />

Las palabras agudas <strong>de</strong> más <strong>de</strong> una sílaba terminadas en vocal <strong>de</strong>ben acentuarse:<br />

protestaré, café, arará. No se acentúan si terminan en consonante: nadar,<br />

virtud, Israel, carcaj. Pero llevarán acento si acaban en n o s <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

vocal: audición, vendrás.<br />

Las voces llanas terminadas en vocal no se acentúan: mixto, cobre, tarjeta,<br />

pero sí llevan til<strong>de</strong> cuando acaban en consonante: mártir, núbil, pómez. Si<br />

terminan en n o s sin ir precedidas <strong>de</strong> otra consonante, no se acentúan: origen,<br />

margen, himen, volumen, virgen, tesis, sintaxis. Se exceptúan fórceps, bíceps, tríceps,<br />

cuadríceps.<br />

Todas las palabras esdrújulas se acentúan: mírala, déjalo, México, córrele. A<br />

menudo se acentúan como esdrújulas, erróneamente, las siguientes palabras:<br />

<strong>de</strong>calitro, estratosfera, hectolitro, ionosfera, litosfera, nematodo.<br />

En los términos compuestos <strong>de</strong> dos esdrújulos, o bien, <strong>de</strong> un esdrújulo y una<br />

palabra llana o una aguda, sólo se acentuará el segundo elemento si éste lo lleva<br />

como palabra aislada: <strong>de</strong>cimoséptimo, cefalorraquí<strong>de</strong>o, corticosterona.<br />

Se pone acento para <strong>de</strong>shacer un diptongo: continúa, saúco, alíe.<br />

Solo se acentúa cuando es apócope <strong>de</strong> solamente: sólo la veo y regreso; pero<br />

no cuando es adjetivo: me <strong>de</strong>jaron solo. La diferencia permite el juego <strong>de</strong> palabras:<br />

sólo me encuentro si me encuentro solo. Se recuerda, sin embargo, que la<br />

Aca<strong>de</strong>mia conce<strong>de</strong> licencia para no acentuar el adverbio, pero la mayoría <strong>de</strong> las<br />

editoriales prefieren distinguir las funciones <strong>de</strong>l vocablo por medio <strong>de</strong>l acento.<br />

Aun lleva acento cuando equivale a todavía: aún eres joven; pero no cuando<br />

significa hasta, también, incluso, siquiera: aun su recuerdo le molesta; trajo<br />

a los hijos, a la esposa y aun a la amante; aun regalado me sales caro.<br />

De acuerdo con las Nuevas normas <strong>de</strong> acentuación <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia los<br />

infinitivos terminados en -aír, -eír y -oír vuelven a acentuarse (nótese que también<br />

hay normas —como la moda— pendulares): <strong>de</strong>svaír, freír, <strong>de</strong>soír.<br />

Acerca <strong>de</strong> los verbos terminados en -uar, “la orientación coinci<strong>de</strong>nte parece<br />

estar en la consonante anterior a la u, y no en el número total <strong>de</strong> sílabas”, dice<br />

Alcalá-Zamora en su obra Dudas y temas gramaticales, y sigue diciendo que<br />

abren o <strong>de</strong>shacen el diptongo los verbos con d como graduar; con l como<br />

evaluar; con n como atenuar, continuar, insinuar; con s como acensuar,<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

censuar, y con t como acentuar, actuar, conceptuar, <strong>de</strong>sconceptuar, <strong>de</strong>svirtuar,<br />

fluctuar, perpetuar, puntuar, redituar, usufructuar, formando gradúan, evalúan,<br />

insinúan, fluctúan, etcétera.<br />

Influyen para mantener el diptongo la c y la g: aguar, amortiguar, apaciguar,<br />

averiguar, <strong>de</strong>saguar, evacuar, menguar, promiscuar, formando averiguan,<br />

evacuan, licuan, a<strong>de</strong>cuan. Sin embargo, la fuerza <strong>de</strong>l uso obligó a los académicos,<br />

en las nuevas normas, a consi<strong>de</strong>rar igualmente correctas las formas a<strong>de</strong>cúo,<br />

licúo, evacúo, etc. Aquí se adoptan las formas sin acentuar.<br />

Respecto <strong>de</strong>l verbo menstruar, hay división <strong>de</strong> opiniones; aquí se seguirá la<br />

forma acentuada: menstrúa, menstrúan.<br />

No se acentúan los monosílabos fue, fui, vio, dio, vi, ti..., porque sólo hay<br />

una manera <strong>de</strong> pronunciarlos. Bulmaro Reyes Coria advierte correctamente que<br />

muchas veces se confun<strong>de</strong>n con monosílabos las siguientes palabras: fió, frió,<br />

rió, que en realidad son bisílabos agudos y <strong>de</strong>ben acentuarse.<br />

Se exceptúan <strong>de</strong> la norma sobre los monosílabos los que pue<strong>de</strong>n dar lugar<br />

a confusión, como el, artículo, y él, pronombre; mi, tu, pronombres posesivos,<br />

y mí, tú, pronombres personales; <strong>de</strong>, preposición, y dé, conjugación <strong>de</strong>l verbo<br />

dar; mas, conjunción adversativa que significa pero, y más, adverbio <strong>de</strong> comparación;<br />

te, pronombre, y té, sustantivo; si, condicional, y sí, afirmativo o forma<br />

reflexiva <strong>de</strong>l pronombre personal (volvió en sí); se, pronombre personal, y sé,<br />

conjugación <strong>de</strong>l verbo saber.<br />

Cabe recordar que dé conserva el acento en los compuestos con enclítico:<br />

déme, dése, dénos; <strong>de</strong>nos, sin acento, es plural: en <strong>de</strong>scomposición daría <strong>de</strong>n<br />

nos, “<strong>de</strong>n (uste<strong>de</strong>s) a nosotros”.<br />

En la Gramática oficial se <strong>de</strong>cía que la preposición a y las conjunciones e, o,<br />

u, que no llevan acento prosódico, tampoco lo han <strong>de</strong> llevar escrito. “No obstante<br />

—establecía la Aca<strong>de</strong>mia—, lo llevaría la conjunción o cuando, por hallarse<br />

inmediata a cifras, pudiera confundirse con el cero; así, 3 ó 4 nunca podría<br />

tomarse por 304.” En realidad, en la mayoría <strong>de</strong> las familias tipográficas (incluidos<br />

los tipos <strong>de</strong> máquinas <strong>de</strong> escribir) el tamaño basta para distinguir la o <strong>de</strong>l<br />

cero, <strong>de</strong> suerte que esta norma ortográfica no tiene vali<strong>de</strong>z tipográfica, a menos<br />

que se esté trabajando con tipos elzevirianos, cuyos números tienen la misma<br />

altura <strong>de</strong> las minúsculas (excepto el 6 y el 8) y, por tanto, el cero es igual en<br />

tamaño y forma a la o.<br />

Cuando una palabra terminada en vocal vaya seguida <strong>de</strong>l sufijo itis, se<br />

acentuará la primera i <strong>de</strong> éste: ileítis, angiítis, osteítis, uveítis; pero no si termina<br />

en consonante: artritis, poliomielitis, taxi<strong>de</strong>rmitis, <strong>de</strong>rmatitis.<br />

Otras palabras que suelen suscitar dudas al momento <strong>de</strong> escribir son las<br />

siguientes:<br />

Como. Se acentúa cuando significa <strong>de</strong> qué modo o manera, <strong>de</strong>l modo o manera<br />

que, o i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> encarecimiento en buen o mal sentido: quiero saber cómo lo<br />

Política y Cultura<br />

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Roberto Zavala Ruiz<br />

has hecho; me dijo cómo <strong>de</strong>bía comportarme; ¡cómo se burló <strong>de</strong> él! No se acentúa<br />

en sentido comparativo ni cuando <strong>de</strong>nota i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> igualdad: es vivillo como una<br />

ardilla; se encontró con dos como clérigos o como estudiantes. Es muy conocido<br />

este ejemplo: ¡Cómo! ¿Cómo como? Como como, como. O bien: Como como como.<br />

Cual. En frases <strong>de</strong> sentido interrogativo o dubitativo, y admirativo, <strong>de</strong>be<br />

acentuarse: ¿cuál <strong>de</strong> los dos es mejor?; no es posible averiguar cuál será el resultado.<br />

También se acentúa cuando se emplea como pronombre in<strong>de</strong>terminado<br />

para referirse, sin nombrarlas ni <strong>de</strong>terminarlas, a personas o cosas: todos contribuyeron,<br />

cuál más, cuál menos, al buen resultado. No se acentúa cuando es<br />

pronombre relativo con artículo <strong>de</strong>terminado: observé entonces al rector, el cual<br />

no sabía qué hacer.<br />

Cuanto. Se acentúa cuando es adverbio <strong>de</strong> cantidad, lo mismo que cuando<br />

significa en qué grado o manera, hasta qué punto, qué cantidad: no te imaginas<br />

cuánto sufría; ¿cuánto me quieres?; ¡cuánto tardas! No se acentúa cuando va<br />

antepuesto a otros adverbios ni en correspon<strong>de</strong>ncia con tanto. Tampoco cuando<br />

se emplea en frases <strong>de</strong> sentido comparativo ni si <strong>de</strong>nota equivalencia o<br />

igualdad: cuanto más crecía más tarugo se volvía; vales tanto cuanto tienes.<br />

Cuando. En muchas gramáticas se dice, sin más, que <strong>de</strong>be acentuarse cuando<br />

va entre signos <strong>de</strong> admiración o <strong>de</strong> interrogación, pero no siempre ocurre<br />

así: ¿Cuándo terminará la huelga?, ¿cuando intervenga el presi<strong>de</strong>nte? Se acentúa<br />

más bien cuando participa <strong>de</strong>l sentido interrogativo o admirativo: ¿cuándo<br />

me lo dará...?, ¡cuándo se acabará la <strong>de</strong>uda!<br />

Don<strong>de</strong>. Debe acentuarse cuando significa en qué lugar, o en el lugar en<br />

que: ¿dón<strong>de</strong> estabas?; nunca sé dón<strong>de</strong> te escon<strong>de</strong>s. Se le agrega una a cuando<br />

tiene sentido <strong>de</strong> dirección: ¿le dijiste a dón<strong>de</strong> ibas? Pero no se acentúa cuando se<br />

emplea con verbos que <strong>de</strong>noten reposo o permanencia en un lugar: vive don<strong>de</strong><br />

siempre; déjalo don<strong>de</strong> lo halles.<br />

Mas. Se acentúa cundo es adverbio <strong>de</strong> comparación: más caro que ayer; es<br />

más amorosa que yo. También cuando es adverbio <strong>de</strong> cantidad: una más y estoy<br />

completo. No se acentúa si es conjunción adversativa equivalente a pero: protestó,<br />

mas su propio partido lo calló.<br />

Que. Se acentúa cuando <strong>de</strong>nota calidad o cantidad, y equivale a cuál, cuán<br />

o cuánto: ¿qué mujer vendrá?; qué bien jo<strong>de</strong>n estos tricolores; nadie sabe qué<br />

trae entre manos. No se acentúa si es pronombre relativo: no vino el que fía;<br />

no escuché lo que dijiste. En frases interrogativas o admirativas pue<strong>de</strong> acentuarse<br />

o no acentuarse, según se refiera a una u otra <strong>de</strong> las acepciones expuestas:<br />

¿que qué?<br />

Porque, por que, por qué, porqué. José G. Moreno <strong>de</strong> Alba <strong>de</strong>dica una <strong>de</strong> sus<br />

Minucias <strong>de</strong>l lenguaje a explicar tres <strong>de</strong> estas formas <strong>de</strong> unir la preposición por<br />

y el que. “Para formular una pregunta —explica— se usa por qué, que viene a<br />

ser un sintagma constituido por preposición más pronombre interrogativo que<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

<strong>de</strong>be ir acentuado y por tanto se trata, ortográficamente, <strong>de</strong> dos palabras: ¿por<br />

qué no has venido? El sentido admirativo es semejante: ¡por qué no te largas <strong>de</strong><br />

una vez!”<br />

La respuesta a una pregunta —agrega el académico— “se introduce por<br />

medio <strong>de</strong> una conjunción subordinante causal, que consiste en una sola palabra<br />

gráfica sin acento ortográfico y con acento prosódico en la primera sílaba (porque):<br />

¿Por qué no has venido? Porque no he podido”.<br />

Existe asimismo la forma porqué, “una sola palabra aguda, con acento ortográfico<br />

en la é. Se trata <strong>de</strong> un sustantivo masculino que equivale a causa, razón<br />

o motivo, como dice el diccionario”. De modo que ha <strong>de</strong> escribirse: Ignoro el<br />

porqué <strong>de</strong> tu ausencia, don<strong>de</strong> porqué resulta sinónimo <strong>de</strong> causa.<br />

Hay todavía una cuarta forma que Moreno <strong>de</strong> Alba no trata, acaso porque<br />

resulta poco usual. La ilustraremos con una frase <strong>de</strong> Arrigo Coen: “Y es que<br />

siempre ha sido casi imperceptible el efecto <strong>de</strong> los esfuerzos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fensores<br />

<strong>de</strong>l llamado buen <strong>de</strong>cir por que las generaciones <strong>de</strong> sus tiempos y las siguientes<br />

corrigieran las ofensas hechas al buen gusto a la par que al idioma”.<br />

Así, por ejemplo, en un plebiscito sobre el fin <strong>de</strong> la dictadura pinochetista,<br />

no habría sido lo mismo votar por que sí (se largara ya) que votar porque sí. Esto<br />

último hubiera significado hacerlo nomás por no <strong>de</strong>jar; lo primero, en cambio,<br />

hubiera sido un acto <strong>de</strong> inteligencia y sensatez.<br />

Quien. Se acentúa cuando al interrogativo quién respon<strong>de</strong>n los <strong>de</strong>mostrativos<br />

éste, ése, aquél: ¿quién lo dijo? No se acentúa si es pronombre relativo: fue<br />

él quien lo <strong>de</strong>lató.<br />

Ahora bien, las normas <strong>de</strong> acentuación suelen quebrantarse con cierta regularidad.<br />

A esto se <strong>de</strong>be que algunas editoriales se esfuercen por localizar los<br />

errores más comunes, agruparlos, or<strong>de</strong>narlos e imprimirlos o reproducirlos <strong>de</strong><br />

algún modo para que hagan las veces <strong>de</strong> advertencia a los autores y a los<br />

correctores que se inician. Por lo general se agregan criterios editoriales sobre<br />

términos que pue<strong>de</strong>n acentuarse <strong>de</strong> dos maneras, a fin <strong>de</strong> que autores y correctores<br />

los unifiquen en lo posible. Con el mismo afán se incluyen los comentarios<br />

siguientes.<br />

No se acentúan los diptongos formados por dos vocales débiles en que la<br />

tónica es la segunda: -uito(a), -uido(a), -uista, -uible, tales como fortuito(a),<br />

jesuita, distribuido(a), huida, altruista, atribuible, etcétera.<br />

En las palabras que pue<strong>de</strong>n ser graves o esdrújulas se preferirá la forma<br />

llana, que es la más usual. Así, se escribirá telegrama, policiaco, poliglota, intervalo,<br />

omoplato, pentagrama, exegeta, alveolo, cantiga, olimpiada, gladiolo; y no<br />

telégrama, policíaco, políglota, intérvalo, omóplato, pentágrama, exégeta, alvéolo,<br />

cántiga, olimpíada, gladíolo.<br />

Las voces compuestas se acentúan en el segundo <strong>de</strong> sus componentes, si éste<br />

lo lleva como término aislado: <strong>de</strong>cimoséptimo, asimismo, electroacústico,<br />

Política y Cultura<br />

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Roberto Zavala Ruiz<br />

economicosociales. Se exceptúan <strong>de</strong> esta norma los adverbios terminados en<br />

-mente, que conservan el acento <strong>de</strong>l primer componente: ágilmente, comúnmente,<br />

solamente.<br />

Las versales <strong>de</strong>ben acentuarse siempre que lo requieran, con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> si figuran entre mayúsculas o son alta inicial <strong>de</strong> un nombre: ACENTUA-<br />

CIÓN, África. Bulmaro Reyes Coria ofrece ejemplos <strong>de</strong> probables y posibles<br />

confusiones que se evitan acentuando las mayúsculas: MAMA, MAMÁ; INGLES,<br />

INGLÉS; CÓMPUTO, COMPUTO, COMPUTÓ; AMO, AMÓ; MÉNDIGO, MENDIGO,<br />

MENDIGÓ.<br />

Todas las esdrújulas y sobresdrújulas <strong>de</strong>ben acentuarse: cíclope, mírame,<br />

recuérdamelo.<br />

Las palabras este, ese, aquel, más sus femeninos y sus plurales, se acentúan<br />

cuando cumplen función <strong>de</strong> pronombres <strong>de</strong>mostrativos: a propósito <strong>de</strong> acentos,<br />

éstos son causa <strong>de</strong> penares. No <strong>de</strong>ben acentuarse cuando sean adjetivos: esa vez,<br />

aquel tiempo, este amoroso amor, la señora esa. Téngase presente, sin embargo,<br />

que la Aca<strong>de</strong>mia consi<strong>de</strong>ra igualmente correctas las formas acentuadas y las<br />

inacentuadas <strong>de</strong> los pronombres <strong>de</strong>mostrativos: este (éste) escribe, aquel (aquél)<br />

corrige. Por razones didácticas, Política y Cultura distinguirá pronombres <strong>de</strong><br />

adjetivos.<br />

Y ya que estamos en esto, recalquemos que los neutros nunca llevan acento:<br />

esto, eso, aquello.<br />

Las palabras que, quien, cual, cuan, cuando, cuanto(a) y sus plurales <strong>de</strong>ben<br />

acentuarse cuando se empleen con énfasis o con función o tono exclamativo o<br />

interrogativo, aun cuando no lleven los signos ortográficos correspondientes.<br />

En los diptongos se acentúa la vocal fuerte cuando la palabra <strong>de</strong>ba ir naturalmente<br />

acentuada: diálogo, investiguéis; empero, el acento recaerá sobre la<br />

vocal débil cuando <strong>de</strong>ba disolverse el diptongo, si así lo pi<strong>de</strong> el acento prosódico:<br />

Raúl, país, oído, creíble, búho, rehúso.<br />

Los triptongos <strong>de</strong>berán acentuarse cuando el acento recaiga en una <strong>de</strong> las<br />

vocales débiles: seríais, contaríais.<br />

Se acentuarán las palabras graves que al añadírseles el enclítico se conviertan<br />

en esdrújulas: entrégame, escríbase. Conservarán el acento las que originalmente<br />

lo llevan y que se vuelven llanas cuando se les agrega el enclítico: cortejélas:<br />

las cortejé; encargóse: se encargó.<br />

Los términos y nombres extranjeros castellanizados <strong>de</strong>ben acentuarse conforme<br />

a las normas regulares <strong>de</strong>l español: álbum, currículum, déficit, estándar;<br />

hábitat, ibí<strong>de</strong>m, í<strong>de</strong>m, memorándum, París, pássim, samurái, suéter; etc. Conviene<br />

<strong>de</strong>cir sobre ibi<strong>de</strong>m, i<strong>de</strong>m, passim y las <strong>de</strong>más <strong>de</strong>l aparato crítico, que<br />

muchas editoriales prefieren usarlas en cursivas (en latín). Política y Cultura las<br />

usará en latín y, por tanto, sin acentos. Lo que no <strong>de</strong>be hacerse es mezclar los<br />

criterios ni acentuarlas cuando vayan en cursivas.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Hay palabras que pue<strong>de</strong>n agruparse en series con el propósito <strong>de</strong> unificar la<br />

acentuación:<br />

1) Serie en -cefalia. Todas sin acento: braquicefalia, dolicocefalia, hidrocefalia,<br />

etcétera.<br />

2) Serie en -fagia. Todas ellas son graves: aerofagia, antropofagia, disfagia,<br />

etcétera.<br />

3) Serie en -iasis. Todas graves: elefantiasis, midriasis, etcétera.<br />

4) Serie en -odia. Todas graves, excepto melodía: monodia, palinodia, rapsodia,<br />

salmodia, etcétera.<br />

5) Serie en -opía. Todas llevan acento ortográfico en la í: miopía, nictalopía,<br />

etcétera.<br />

6) Serie en -osis. Predomina la forma grave, aunque a veces también se acepta<br />

la forma esdrújula (osmosis y ósmosis, por ejemplo): clorosis, endosmosis, neurosis,<br />

etcétera.<br />

7) Serie en -scopia. No llevan acento: colposcopia, espectroscopia,<br />

laringoscopia, microscopia, telescopia, etcétera.<br />

Por último, ha <strong>de</strong> señalarse que los verbos comerciar, conferenciar, diferenciar,<br />

espaciar, escanciar y financiar, suelen conjugarse mal, <strong>de</strong>shaciendo el<br />

diptongo <strong>de</strong> la última sílaba: yo financío, tú financías, él financía, que yo financíe,<br />

que tú financíes, que él financíe; financía tú. La conjugación correcta <strong>de</strong>be<br />

conservar el diptongo final: financio, financias, financia, que yo financie, que tú<br />

financies, que él financie; financia tú.<br />

Cerremos este apartado recordando que en este tiempo nuestro, tan <strong>de</strong><br />

maquila y mo<strong>de</strong>rnidad, las faltas <strong>de</strong> ortografía pue<strong>de</strong>n evitarse con relativa<br />

facilidad. En los días en que vivimos, casi basta con hacer que la computadora<br />

personal memorice el DRAE en su entrega más reciente; los más pobres habrán<br />

<strong>de</strong> conformarse con tener a un lado el Diccionario <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia o algún otro<br />

buen diccionario. En todo caso, cabe insistir en que la ortografía tiene su importancia,<br />

pero siempre será más grave la falta <strong>de</strong> claridad en la expresión. Una<br />

frase oscura, un discurso en <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n o sin hilván; un lenguaje pobre o rebuscado;<br />

un estilo opaco, pero también la escritura <strong>de</strong>slumbrante por exceso <strong>de</strong><br />

fulgores, pesada por tantas livianda<strong>de</strong>s y pesa<strong>de</strong>ces; en pocas palabras, una<br />

<strong>redacción</strong> ina<strong>de</strong>cuada ensombrece más el acto <strong>de</strong> comunicarse que todos los<br />

<strong>de</strong>slices ortográficos.<br />

Política y Cultura<br />

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2. Puntuar,<br />

algo muy personal<br />

Nadie puntúa igual, como nadie tiene las mismas huellas<br />

dactilares. En este terreno difícilmente pue<strong>de</strong>n<br />

darse normas muy estrictas. Quienes quieren usos “científicos” <strong>de</strong> las comas y<br />

<strong>de</strong>más signos, con toda seguridad se sentirán <strong>de</strong>fraudados ante estas afirmaciones,<br />

pero ya se irá viendo que un párrafo pue<strong>de</strong> puntuarse <strong>de</strong> varias maneras<br />

sin que una sea más correcta que las restantes. “En esta cuestión —dice Reyes<br />

Coria— no hay propiamente una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> errores, a no ser dos: el mal<br />

empleo <strong>de</strong> la coma entre el verbo y el sujeto <strong>de</strong> la oración, y la formulación<br />

<strong>de</strong>l diálogo a imitación <strong>de</strong> lenguas diferentes <strong>de</strong> la española.”<br />

Hay quienes construyen frases directas y rectas como tronco <strong>de</strong> pino; éstos<br />

no se entretienen en <strong>de</strong>talles ni escriben casi nunca oraciones inci<strong>de</strong>ntales, por<br />

lo que raramente se les hallan guiones, paréntesis o frases entre comas. Por lo<br />

contrario, los amantes <strong>de</strong> las ramas, <strong>de</strong> encuentros <strong>de</strong> sentidos más o menos<br />

azarosos, piensan y escriben como crece el madroño. Compárense los siguientes<br />

párrafos:<br />

Todas las socieda<strong>de</strong>s permanecen ciegas ante sus propias formas <strong>de</strong> crueldad y sólo<br />

perciben las ajenas. Es muy <strong>de</strong>sagradable ver gallos que se <strong>de</strong>strozan, pero en<br />

modo alguno se trata <strong>de</strong> un espectáculo más cruel que los “<strong>de</strong>portes” ingleses: la<br />

caza <strong>de</strong> una diminuta zorra por veinte jinetes y el venado al que <strong>de</strong>sgarra una jauría.<br />

Se piensa y se imagina mediante lenguaje. La fantasía es el lenguaje <strong>de</strong>l azar (el<br />

fantaseo lo es <strong>de</strong> la mecánica que se finge azar), la imaginación es el lenguaje <strong>de</strong> la


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Roberto Zavala Ruiz<br />

construcción que no sólo no <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ña, que no sólo consi<strong>de</strong>ra o incluye, sino que se<br />

enamora <strong>de</strong>l azar. La imaginación es el lenguaje <strong>de</strong> la razón que juega a ser azar,<br />

que, como un buen actor, es razón y es azar. De allí que el arte, según se ha dicho,<br />

habite las fronteras <strong>de</strong> lo real y lo irreal, <strong>de</strong> —podríamos <strong>de</strong>cir— lo formado y lo<br />

informe, entendiendo por esto la acción <strong>de</strong>l hombre sobre la naturaleza, como una<br />

necesidad digamos material <strong>de</strong> expresar el ser <strong>de</strong> la naturaleza. Regularidad y caos,<br />

en exacto —y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego imaginario— equilibrio, son la sustancia, querríamos<br />

<strong>de</strong>cir la esencia, <strong>de</strong> lo artístico. Unidad amorosa <strong>de</strong> la vida y la muerte, el lenguaje<br />

<strong>de</strong>l arte —que es el más claramente imaginativo— es, también, el <strong>de</strong>l instante que<br />

se sabe, a la vez, eternidad e instante, y el <strong>de</strong> la eternidad que reconoce en sí la<br />

fugacidad, que dice adiós a lo perece<strong>de</strong>ro.<br />

¿Es mejor el primero que el segundo? De ninguna manera. Escoger uno<br />

u otro —con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l tema— sería tan sólo un ejercicio <strong>de</strong> la libertad<br />

en el campo <strong>de</strong> las preferencias. El apando, novelita <strong>de</strong>nsa en más <strong>de</strong> un sentido<br />

que escribió en la cárcel y sobre la cárcel José Revueltas, no conce<strong>de</strong> respiro a los<br />

lectores, pues <strong>de</strong> inicio a fin es un solo, larguísimo párrafo: no hay puntos y<br />

aparte, pero tampoco se necesitan. Otro ejemplo <strong>de</strong> escritura sin treguas es El<br />

otoño <strong>de</strong>l patriarca, novela <strong>de</strong> Gabriel García Márquez. Y en otro cauce, es <strong>de</strong><br />

todos sabido que el último capítulo <strong>de</strong>l Ulises <strong>de</strong> James Joyce carece <strong>de</strong> puntuación<br />

por cuanto busca —y logra— reflejar el flujo libre <strong>de</strong> la conciencia y la<br />

caprichosa asociación <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as que rige la duermevela, cuando la razón ya no lo<br />

es tanto y el sueño no consigue imponer su propia lógica, su <strong>de</strong>rrotero sólo en<br />

apariencia libérrimo.<br />

A continuación se irán glosando las normas que la Aca<strong>de</strong>mia recomienda<br />

para usar correctamente los signos <strong>de</strong> puntuación.<br />

LA COMA, ESE AJOLOTE INGOBERNABLE<br />

Dejando <strong>de</strong> lado las enumeraciones, don<strong>de</strong> nadie se equivoca: mi hormiga<br />

brava, amor, calabacitas tiernas; era temible, audaz, violento, impre<strong>de</strong>cible; oraciones<br />

simples que rematan con una conjunción, don<strong>de</strong> a veces se ponen comas<br />

innecesarias: admiro en este or<strong>de</strong>n sus virtu<strong>de</strong>s: calidad humana, inteligencia<br />

y hermosura; <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> lado estos usos, la Aca<strong>de</strong>mia prescribe emplearla en<br />

los casos siguientes:<br />

1) En el vocativo, el nombre <strong>de</strong>be llevar <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> sí una coma cuando<br />

aparezca al principio <strong>de</strong> la frase, y en otros casos la llevará antes y <strong>de</strong>spués:<br />

¡Virgen, aplaca a quienes te invocan para ocultar sus crímenes!; Mujer, escúchame;<br />

te lo pido, mujer, oye mis ruegos.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

2) En una cláusula, se divi<strong>de</strong>n con ella los varios miembros in<strong>de</strong>pendientes<br />

entre sí, vayan o no precedidos <strong>de</strong> conjunción: Todos mataban, todos compa<strong>de</strong>cían,<br />

ninguno sabía <strong>de</strong>tenerse.<br />

Ejemplifiquemos con un texto <strong>de</strong> Jaime Moreno Villarreal el empleo <strong>de</strong> la<br />

coma antes <strong>de</strong> la conjunción y cuando hay un cambio en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as:<br />

Tenían diferencias cuando estaban juntos, y se hirieron tanto que ya no se distinguen.<br />

Es imprescindible usar coma para separar oraciones enlazadas por la conjunción<br />

y cuando sin ella pudiera haber confusión: A Javier le gustaba mucho<br />

intervenir, y criticar sin bases lo consi<strong>de</strong>raba una agresión.<br />

3) Cuando una oración se interrumpe, bien para citar o para indicar el sujeto<br />

o la obra <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se ha tomado el dato, o bien porque se intercala como <strong>de</strong><br />

paso otra que aclara, amplía o precisa lo que se está diciendo, las palabras que<br />

suspen<strong>de</strong>n momentáneamente el relato principal han <strong>de</strong> ir entre comas: La<br />

verdad, jugaba Merced, es mentirosa; Es <strong>de</strong>l anhelo <strong>de</strong> creación, contra lo que<br />

algunos pudieran figurase, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> surgen las gramáticas, escribe Ricardo<br />

Yáñez.<br />

Debe tenerse cuidado al aplicar esta norma, pues muchas veces se confun<strong>de</strong>n<br />

las frases continuativas con las explicativas. En su Manual <strong>de</strong> corrección <strong>de</strong><br />

pruebas, Ramos Martínez pone un ejemplo <strong>de</strong> comas mal colocadas: Los grabados<br />

<strong>de</strong>masiado altos hay que lijarlos por la base y, si no se hace esto, no imprimirá<br />

la composición. Basta eliminar mentalmente la frase entre comas para advertir<br />

que las comas fuera <strong>de</strong> lugar <strong>de</strong>svirtúan el sentido <strong>de</strong> la frase, dando el valor <strong>de</strong><br />

negación a lo que se quiere afirmar. Bien puntuado, el texto diría: Los grabados<br />

<strong>de</strong>masiado altos hay que lijarlos por la base, y si no se hace esto no imprimirá la<br />

composición.<br />

En cuanto a las frases explicativas y las <strong>de</strong>terminativas, la coma les confiere<br />

un sentido y su ausencia otro muy distinto: Los obreros, que votaron por la<br />

huelga, fueron reprimidos. Aquí se explica, no se <strong>de</strong>termina. En cambio, si se<br />

eliminan las comas se <strong>de</strong>termina cuáles obreros (los que votaron por la huelga)<br />

fueron reprimidos: Los obreros que votaron por la huelga fueron reprimidos.<br />

4) Cuando se invierte el or<strong>de</strong>n regular <strong>de</strong> las oraciones <strong>de</strong> una cláusula,<br />

poniendo <strong>de</strong>lante lo que había <strong>de</strong> ir <strong>de</strong>spués, la parte que se anticipa <strong>de</strong>be<br />

llevar tras <strong>de</strong> sí una coma. La Aca<strong>de</strong>mia cita (¡claro!) a Cervantes (Quijote, I, 37)<br />

para ejemplificar: Don<strong>de</strong> interviene conocerse las personas, tengo para mí, aunque<br />

simple y pecador, que no hay encantamiento alguno. El or<strong>de</strong>n regular sería:<br />

No hay encantamiento alguno don<strong>de</strong> interviene conocerse las personas. Sin<br />

embargo, las transposiciones <strong>de</strong> elementos breves en que no se pier<strong>de</strong> claridad<br />

no requieren coma alguna.<br />

5) Este signo indica también la elisión <strong>de</strong> un verbo que se sobreentien<strong>de</strong>:<br />

Murió mi madre en 1965; mi padre, en 1970. Al respecto <strong>de</strong>be resaltarse que en<br />

Política y Cultura<br />

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Roberto Zavala Ruiz<br />

los encabezados <strong>de</strong> los diarios suelen sustituirse por comas los verbos ser y<br />

estar: Bush, contra toda cordura; El gobierno neoliberal, repudiado. En realidad<br />

esas comas son superfluas, según Martínez Amador, y <strong>de</strong>bían limitarse a los<br />

casos en que su omisión condujese a anfibologías. Empero, la Gramática <strong>de</strong><br />

la Aca<strong>de</strong>mia señala que en sentencias o proverbios la coma suple al verbo ser:<br />

el mejor camino, el recto.<br />

Bulmaro Reyes Coria ejemplifica con dos textos <strong>de</strong> Rubén Bonifaz Nuño<br />

cuándo <strong>de</strong>be ponerse coma antes <strong>de</strong> la conjunción como y cuándo no:<br />

y la memoria<br />

tenaz <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ti, como una fuente<br />

con el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> sonar a oscuras.<br />

Fluyen las apariencias como el caudal <strong>de</strong> un río sin fuente<br />

Es <strong>de</strong>cir, se usa cuando el como introduce una explicación, pero no cuando<br />

la conjunción es comparativa.<br />

Habría que añadir otros dos usos. El primero es que <strong>de</strong>be emplearse coma<br />

luego <strong>de</strong> frases como a saber, en cambio, en efecto, en fin, es <strong>de</strong>cir, esto es, no<br />

obstante, o sea, por consiguiente, por tanto, sin embargo, etc. El segundo es que<br />

si estas frases van en medio <strong>de</strong> otros elementos irán precedidas y seguidas <strong>de</strong><br />

comas. La norma es <strong>de</strong> aplicación general, pero muchas veces pue<strong>de</strong> prescindirse<br />

<strong>de</strong> una <strong>de</strong> estas comas, y aun <strong>de</strong> las dos, sin que se cause confusión alguna.<br />

Como normas negativas convendrá recordar las siguientes:<br />

1) No se usa coma antes <strong>de</strong> la conjunción ni: ni tú ni yo; ni Juan ni<br />

Antonio ni Luis pintan, dibujan ni escriben, ejemplifica la Gramática <strong>de</strong> la<br />

Real Aca<strong>de</strong>mia Española.<br />

2) No <strong>de</strong>be colocarse este ajolote entre verbo y sujeto, aunque éste conste<br />

<strong>de</strong> varias palabras: Los índices <strong>de</strong> precios al consumidor fueron alterados<br />

otra vez.<br />

Ahora bien, con estas normas en mente o en el campo <strong>de</strong>l olvido los autores<br />

distribuyen las comas en su escrito <strong>de</strong> acuerdo con su estilo personal <strong>de</strong><br />

redactar, y los usos van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la pulcritud y la corrección hasta la creatividad<br />

que obliga al signo a respon<strong>de</strong>r ante mil usos. María Moliner, en la Presentación<br />

<strong>de</strong> su Diccionario <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>l español escribe una larga i<strong>de</strong>a limpia <strong>de</strong> comas:<br />

Inmediatamente se impuso como un imperativo <strong>de</strong> honestidad intelectual el aprovechar<br />

la coyuntura que la elaboración <strong>de</strong> una vestidura formal totalmente nueva<br />

iba a ofrecer para que en la estructura íntima oculta en esa vestidura ninguna<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

<strong>de</strong>sviación o círculo vicioso emborronase su carácter <strong>de</strong> reflejo exacto con el plano<br />

verbal <strong>de</strong> la estructura ascensional <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los conceptos.<br />

La claridad es completa, <strong>de</strong> modo que el ajolote-coma huyó en busca <strong>de</strong><br />

aguas más turbias, que allí se reproduce y nada más a gusto.<br />

Cien años <strong>de</strong> soledad se vale <strong>de</strong> todos los recursos para crear y poblar<br />

Macondo, para traer a cuento, para novelar (no velar, <strong>de</strong>velar, revelar) lo que pasó<br />

y sigue pasando en las maravillas reales, cotidianas <strong>de</strong> América Latina. En ese<br />

fluir <strong>de</strong> río salido <strong>de</strong> madre que es la escritura <strong>de</strong> García Márquez hay todo,<br />

también ejemplos difícilmente superables <strong>de</strong> lo que pue<strong>de</strong> hacer el ingenio con<br />

la coma. Sin proponerse <strong>de</strong>mostrar que basta ese signo cuando se sabe contar,<br />

el Nobel <strong>de</strong> la guayabera y la guayaba escribe un monólogo interminable <strong>de</strong><br />

Fernanda, la noble mujer <strong>de</strong>l segundo Aureliano Buendía; <strong>de</strong> ahí recortamos<br />

algunos fragmentos que el disfrute quiere extensos.<br />

Aureliano Segundo no tuvo conciencia <strong>de</strong> la cantaleta hasta el día siguiente, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sayuno, cuando se sintió aturdido por el abejorreo que era entonces<br />

más fluido y alto que el rumor <strong>de</strong> la lluvia, y era Fernanda que se paseaba por toda<br />

la casa doliéndose <strong>de</strong> que la hubieran educado como una reina para terminar <strong>de</strong><br />

sirvienta en una casa <strong>de</strong> locos, con un marido holgazán, idólatra, libertino, que se<br />

acostaba boca arriba a esperar que le llovieran panes <strong>de</strong>l cielo, mientras ella<br />

se <strong>de</strong>stroncaba los riñones tratando <strong>de</strong> mantener a flote un hogar emparapetado<br />

con alfileres, don<strong>de</strong> había tanto que hacer, tanto que soportar y corregir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

amanecía Dios hasta la hora <strong>de</strong> acostarse, que llegaba a la cama con los ojos llenos<br />

<strong>de</strong> polvo <strong>de</strong> vidrio y, sin embargo, nadie le había dicho nunca buenos días, Fernanda,<br />

qué tal noche pasaste, Fernanda [...] una fijodalga <strong>de</strong> sangre como ella que tenía<br />

<strong>de</strong>recho a firmar con once apellidos peninsulares, y que era el único mortal en ese<br />

pueblo <strong>de</strong> bastardos que no se sentía emberenjenado frente a dieciséis cubiertos,<br />

para que luego el adúltero <strong>de</strong> su marido dijera muerto <strong>de</strong> risa que tantas cucharas y<br />

tenedores, y tantos cuchillos y cucharitas no era cosa <strong>de</strong> cristianos, sino <strong>de</strong> ciempiés,<br />

y la única que podía <strong>de</strong>terminar a ojos cerrados cuándo se servía el vino<br />

blanco, y <strong>de</strong> qué lado y en qué copa, y cuándo se servía el vino rojo, y <strong>de</strong> qué lado<br />

y en qué copa, y no como la montuna <strong>de</strong> Amaranta, que en paz <strong>de</strong>scanse, que creía<br />

que el vino blanco se servía <strong>de</strong> día y el vino rojo <strong>de</strong> noche, y la única en todo el<br />

litoral que podía vanagloriarse <strong>de</strong> no haber hecho <strong>de</strong>l cuerpo sino en bacinilla <strong>de</strong><br />

oro, para que luego el coronel Aureliano Buendía, que en paz <strong>de</strong>scanse, tuviera el<br />

atrevimiento <strong>de</strong> preguntar con su mala bilis <strong>de</strong> masón <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> había merecido ese<br />

privilegio, si era que ella no cagaba mierda, sino astromedalias [...] y antes <strong>de</strong> que<br />

ella acabara <strong>de</strong> guardar sus dietas <strong>de</strong> Pentecostés ya se había ido con sus baúles<br />

trashumantes y su acor<strong>de</strong>ón <strong>de</strong> perdulario a holgar en adulterio con una <strong>de</strong>sdichada<br />

a quien bastaba con verle las nalgas, bueno, ya estaba dicho, a quien bastaba con<br />

Política y Cultura<br />

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Roberto Zavala Ruiz<br />

verle menear las nalgas <strong>de</strong> potranca para adivinar que era una, que era una, todo lo<br />

contrario <strong>de</strong> ella, que era una dama en el palacio o en la pocilga, en la mesa o en<br />

la cama, una dama <strong>de</strong> la nación, temerosa <strong>de</strong> Dios, obediente <strong>de</strong> sus leyes y sumisa<br />

a su <strong>de</strong>signio, y con quien no podía hacer, por supuesto, las maromas y vagabundinas<br />

que hacía con la otra, que por supuesto se prestaba a todo, como las matronas<br />

francesas, y peor aún, pensándolo bien, porque éstas al menos tenían la honra<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> poner un foco colorado en la puerta, semejante porquería, imagínese.<br />

Y si Aureliano Segundo había tenido la paciencia <strong>de</strong> escuchar a Fernanda<br />

un día entero, hasta sorpren<strong>de</strong>rla en una falta, uno podría leer una novela<br />

entera escrita con el único recurso <strong>de</strong> la coma, ese ajolote que se cuela a veces<br />

don<strong>de</strong> nadie lo llama y que pue<strong>de</strong> hacer que se escriba algo distinto <strong>de</strong> lo<br />

pensado si no se le somete, o al menos entorpecer la lectura haciéndonos<br />

tropezar a cada paso don<strong>de</strong> quisiéramos <strong>de</strong>slizarnos suavemente.<br />

Recuér<strong>de</strong>se, por último, que si se colocan las comas a la ligera, pue<strong>de</strong>n<br />

hacer que digamos una costra porosa. Compárense, si no, los siguientes pares<br />

<strong>de</strong> frases:<br />

Si él la quisiera, mal podría per<strong>de</strong>rla.<br />

Si él la quisiera mal, podría per<strong>de</strong>rla.<br />

La señora, <strong>de</strong> usted espera el fallo.<br />

La señora <strong>de</strong> usted, espera el fallo.<br />

A Juan se le cayó el pañuelo, y Pedro lo tomó, y se lo llevó.<br />

A Juan se le cayó el pañuelo, y Pedro lo tomó y se lo llevó.<br />

Cansados <strong>de</strong> todo, le pegaban.<br />

Cansados, <strong>de</strong> todo le pegaban.<br />

EL PUNTO Y SEGUIDO Y LA FRASE CORTA<br />

Se pone punto y seguido cuando la frase es redonda, es <strong>de</strong>cir, cuando tiene<br />

sentido completo: Los ruidos se reinician. Vuelven los animales a dar señas <strong>de</strong><br />

vida. Lejos quedaron los <strong>de</strong>svelos y la pesadilla <strong>de</strong> la luci<strong>de</strong>z. Canta el bullicio y<br />

aleja las tiniebla. Amanece.<br />

En las prisas <strong>de</strong> las redacciones <strong>de</strong> diarios y revistas se mueven a sus anchas<br />

el estilo directo y la frase corta. Se busca la concisión en aras <strong>de</strong> la claridad. Uno<br />

<strong>de</strong>bería formarse en la frase breve antes <strong>de</strong> soltarse a construir oraciones largas<br />

y complejas, llenas <strong>de</strong> salientes y recovecos. A los principiantes se les recomienda<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

leer a Azorín, maestro <strong>de</strong> muchos amantes <strong>de</strong> la frase breve, casi lacónica. Pero<br />

no es necesario caminar fuera <strong>de</strong> nuestro patio para encontrar ejemplos excelentes:<br />

en Juan Rulfo tenemos a uno.<br />

Este pueblo está lleno <strong>de</strong> ecos. Tal parece que estuvieran encerrados en el hueco<br />

<strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s o <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las piedras. Cuando caminas, sientes que te van pisando<br />

los pasos. Oyes crujidos. Risas. Unas risas ya muy viejas, como cansadas <strong>de</strong> reír. Y<br />

voces ya <strong>de</strong>sgastadas por el uso. Todo eso oyes. Pienso que llegará el día en que<br />

estos sonidos se apaguen.<br />

Y en una combinación <strong>de</strong> pasitos <strong>de</strong> gorrión y vuelo limpio, escribe en otra<br />

parte <strong>de</strong> Pedro Páramo:<br />

Pensaba en ti, Susana. En las lomas ver<strong>de</strong>s. Cuando volábamos papalotes en la<br />

época <strong>de</strong>l aire. Oíamos allá abajo el rumor viviente <strong>de</strong>l pueblo mientras estábamos<br />

encima <strong>de</strong> él, arriba <strong>de</strong> la loma, en tanto se nos iba el hilo <strong>de</strong> cáñamo arrastrado por<br />

el viento. “Ayúdame, Susana.” Y unas manos suaves se apretaban a nuestras manos.<br />

“Suelta más hilo.”<br />

Quienes persigan un estilo <strong>de</strong> tamaña pulcritud pue<strong>de</strong>n, para ejercitar el<br />

vuelo, imitar la forma rulfiana <strong>de</strong> escribir, <strong>de</strong> puntuar, a sabiendas <strong>de</strong> que no se<br />

ha <strong>de</strong> ir tan lejos, pero se habrá caminado al menos. Recuér<strong>de</strong>se al flechador<br />

prehispánico que se pasaba horas y horas <strong>de</strong> horas disparando sus venablos a la<br />

Luna: no logró nunca su objetivo, pero en ese afán que a muchos movía a risa<br />

consiguió lanzar sus proyectiles más lejos que ningún cazador, y con mucha precisión.<br />

No se olvi<strong>de</strong>, sin embargo, que imitar voces ajenas sólo se justifica como<br />

medio <strong>de</strong> hallar la propia.<br />

EL PUNTO Y COMA, NI COMA NI PUNTO<br />

Aunque los periodistas dicen que no existen ni el punto y coma ni los dos<br />

puntos, lo cierto es que sacan <strong>de</strong> apuros, pero hay que ensayar mucho para<br />

evitar tropiezos o que el estilo se endurezca. En la Gramática oficial se dan tres<br />

usos generales <strong>de</strong>l punto y coma que conviene recordar:<br />

1) Llevan este signo los miembros <strong>de</strong> un periodo cuando constan <strong>de</strong> más<br />

<strong>de</strong> una oración y, por tanto, incluyen ya alguna o algunas comas. La Aca<strong>de</strong>mia<br />

ofrece el siguiente ejemplo: Vinieron los aquilones <strong>de</strong> noviembre, glaciales y<br />

recios; arrebataron sus hojas a los árboles, llevándolas, ya rodando por la tierra,<br />

ya volando entre nubes <strong>de</strong> grueso polvo; se guareció el rabadán en su cabaña, y<br />

Política y Cultura<br />

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26<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

el labrador en su alquería; la nieve, <strong>de</strong>scendiendo espesa sobre el monte y el<br />

valle, borró los caminos, llenó los barrancos.<br />

Vale <strong>de</strong>cir que la reglita se aplica también a los párrafos don<strong>de</strong> se incluyen<br />

apartados que se indican con letras o números, excepto el último miembro si lo<br />

prece<strong>de</strong> una conjunción, en cuyo caso llevará sólo coma. Lo mismo se hará<br />

cuando se dé una relación <strong>de</strong> autores que comienza con los apellidos: Borges,<br />

Jorge Luis; Fernán<strong>de</strong>z, Macedonio; Machado, Antonio, y Torri, Julio.<br />

2) En todo periodo <strong>de</strong> cierta extensión <strong>de</strong>berá ponerse punto y coma antes<br />

<strong>de</strong> las conjunciones adversativas aunque, mas, pero, sino, etc.: Aprendí a quererla<br />

cuando noviembre era veintiuno y los pájaros bebían flores en el cuenco <strong>de</strong><br />

sus manos; pero nunca me miró. Si la cláusula es corta, basta poner una coma<br />

antes <strong>de</strong> la conjunción: Trabajaba, pero no le rendía; me quería, aunque jamás<br />

lo dijo.<br />

Sin embargo, hay casos en que las conjunciones adversativas no requieren<br />

ir precedidas ni <strong>de</strong> comas: es gran<strong>de</strong> pero ligera; no una sino mil veces. Octavio<br />

Paz, por ejemplo, dice <strong>de</strong> Juan Soriano: Me <strong>de</strong>slumbró inmediatamente. Sentí<br />

que era un ser venido <strong>de</strong> muy lejos. No <strong>de</strong> otro planeta sino <strong>de</strong> las profundida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l tiempo.<br />

3) También han <strong>de</strong> separarse con punto y coma las oraciones que no se<br />

enlazan por medio <strong>de</strong> alguna conjunción: Trabaja con el barro como si estuviera<br />

amándolo, preparando la entrega; lo toma entre sus manos, lo suaviza; trabaja<br />

con todos los sentidos puestos en el tacto.<br />

Hay quienes creen que antes <strong>de</strong> la conjunción y nunca <strong>de</strong>be ponerse coma,<br />

menos aún punto y coma. Un ejemplo bastará para <strong>de</strong>mostrar que no es así.<br />

Solís, en su Historia <strong>de</strong> la Nueva España, escribe: Pero nada bastó para <strong>de</strong>salojar<br />

al enemigo, hasta que se abrevió el asalto por el camino que abrió la artillería;<br />

y se observó que uno solo, <strong>de</strong> tantos como fueron <strong>de</strong>shechos en este adoratorio,<br />

se rindió a la merced <strong>de</strong> los españoles. Como bien observa Ramos Martínez, si<br />

antes <strong>de</strong> la conjunción fuese sólo una coma, la oración se observó... estaría<br />

regida por la preposición hasta y el sentido cambiaría. Como se ve, el uso <strong>de</strong> la<br />

puntuación no pue<strong>de</strong> ser mecánico.<br />

LOS DOS PUNTOS, PUERTA ABIERTA<br />

Se usan los dos puntos:<br />

1) Cuando una proposición general se explica o comprueba con otras oraciones.<br />

Octavio Paz, en el Prólogo al libro Magia <strong>de</strong> la risa, escribe: El Tajín no<br />

es, como Teotihuacán, movimiento petrificado, tiempo <strong>de</strong>tenido: es geometría<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

danzante, ondulación y ritmo. Y líneas más a<strong>de</strong>lante: Los ornamentos <strong>de</strong>l tocado<br />

corroboran esta primera impresión: las vírgulas son estilizaciones <strong>de</strong>l mono,<br />

doble o nahual <strong>de</strong> Xochipilli. En el primer ejemplo los dos puntos equivalen a un<br />

sino; en el segundo, a un es <strong>de</strong>cir.<br />

2) Cuando una oración es consecuencia o resumen <strong>de</strong> una o varias que la<br />

prece<strong>de</strong>n. En el texto citado dice Paz: La razón está a la vista: la creación es un<br />

juego. Y: El horror es una experiencia que equivale, en el reino <strong>de</strong> los sentimientos,<br />

a la paradoja y a la antinomia en el espíritu: el dios es una presencia total que<br />

es una ausencia sin fondo.<br />

Otro ejemplo: Estoy en ti, habito tus pupilas, me siento <strong>de</strong>scubierto y no hay<br />

escape: me miras. Es <strong>de</strong>cir, porque me miras me pasa todo lo dicho.<br />

3) Para introducir palabras textuales, como se ha hecho aquí infinidad <strong>de</strong><br />

veces, como ahora mismo: En ese ensayo don<strong>de</strong> abundan los dos puntos, signo<br />

repetido aquí y allá como puertas que dan a un corredor en el que vuelven a<br />

abrirse otros dos puntos, Paz llega al juego: “Los dioses son, por esencia, jugadores.<br />

Al jugar, crean. Lo que distingue a los dioses <strong>de</strong> los hombres es que ellos<br />

juegan y nosotros trabajamos”.<br />

4) Después <strong>de</strong> frases como Estimada señora, Muy señora mía, etc., con las<br />

que se acostumbra empezar una carta. Asimismo, luego <strong>de</strong> fórmulas parecidas<br />

en discursos, <strong>de</strong>splegados, pronunciamientos, etcétera.<br />

5) Para introducir ejemplos, enumeraciones, enlistados y <strong>de</strong>más.<br />

LOS PUNTOS SUSPENSIVOS, DECIR CALLANDO<br />

Las cuartillas <strong>de</strong> noveles escritores y redactores suelen estar sobrepobladas <strong>de</strong><br />

puntos suspensivos, con los cuales quiere <strong>de</strong>cirse —por omisión— lo que en<br />

realidad no se logra articular. Miles <strong>de</strong> palabras habrán <strong>de</strong> pasar entre sus manos<br />

antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir que es más seguro el término preciso que significar callando.<br />

Y esto no es sino una invitación al uso, no al abuso. Ciertamente, algunas veces<br />

resulta mejor sugerir con puntos suspensivos, <strong>de</strong>jar abierta una enumeración o<br />

introducir una pausa antes <strong>de</strong> terminar un vocablo en forma inesperada o <strong>de</strong><br />

dar un giro sorpren<strong>de</strong>nte a la frase.<br />

Se usan los puntos suspensivos, en general, en cinco casos:<br />

1) En citas textuales, cuando se omite un fragmento que se juzga innecesario<br />

transcribir:<br />

En el capítulo III <strong>de</strong> su En torno a la traducción, Valentín García Yebra —estudioso<br />

<strong>de</strong> la traducción y traductor brillante él mismo— reclama: “Se sabe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />

tiempo que la traducción literaria forma parte <strong>de</strong> la literatura. Sin embargo, la<br />

Política y Cultura<br />

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28<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

ciencia <strong>de</strong> la literatura sólo excepcionalmente se ocupa <strong>de</strong> la traducción. Generalmente<br />

la <strong>de</strong>spacha... con unas cuantas frases, consi<strong>de</strong>rándola fenómeno marginal<br />

en su campo específico”.<br />

Al respecto observa Reyes Coria en su Manual <strong>de</strong> estilo editorial que cuando<br />

los puntos suspensivos forman parte <strong>de</strong>l texto que se cita no los <strong>de</strong>be prece<strong>de</strong>r<br />

espacio alguno, pero sí cuando los introduce quien transcribe. Hay editoriales<br />

que prefieren, en el segundo caso, ponerlos entre paréntesis, y las más los<br />

encierran entre corchetes, aunque algunas reservan estos usos a obras muy<br />

especializadas o eruditas.<br />

2) Cuando no basta la pausa que pue<strong>de</strong>n representar la coma, el punto y<br />

coma o el punto y seguido. Por ejemplo, Roberto López Moreno, buen narrador<br />

chiapaneco, escribe en el cuento que da título a su libro Yo se lo dije al presi<strong>de</strong>nte:<br />

El Chevrolito fue el que se lo tomó muy en serio eso <strong>de</strong> presidiario y entonces le<br />

<strong>de</strong>sembuchó <strong>de</strong> cuando él también estuvo en el bote nada más porque lo agarraron<br />

<strong>de</strong> pedinche en la vía pública... y reata... vas pa<strong>de</strong>ntro con todo y carrito y<br />

ruedas rechinosas...<br />

3) Cuando <strong>de</strong>liberadamente se <strong>de</strong>ja sin terminar una frase cuyo sentido, se<br />

espera, completará mejor cada uno <strong>de</strong> los lectores. David Huerta <strong>de</strong>ja el verso<br />

abierto en su Incurable:<br />

Mis manos ciegas para ti, manos hipnotizadas y lentas<br />

<strong>de</strong>shaciéndose bajo el insólito fulgor <strong>de</strong> la noche<br />

[caudalosa...<br />

4) Para <strong>de</strong>jar inacabada una enumeración que al <strong>de</strong>splegarse con los puntos<br />

suspensivos se antoja inacabable. En otros versos <strong>de</strong>l mismo, larguísimo poema<br />

que es su libro Incurable, David Huerta abre el compás:<br />

...mis manos cambiaban tocadas por el<br />

fuego y el humo, fumaba<br />

<strong>de</strong>sapaciblemente, mórbidamente, siempre al acecho<br />

[y buscando<br />

en la cambiante cima <strong>de</strong> tu rostro<br />

mi sílaba universal, mi mordaza consoladora, mi máquina<br />

<strong>de</strong>scomponiéndose...<br />

5) Para terminar <strong>de</strong> modo inesperado una palabra o frase interrumpidas. En<br />

el cuento citado, López Moreno escribe: Después le siguieron diciendo el presi<strong>de</strong>nte,<br />

aunque los <strong>de</strong>l otro laredo nomás le <strong>de</strong>cían el presi y luego completaban<br />

que lo habían conocido cuando era presi... diario.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Y como en esto <strong>de</strong> la puntuación nadie tiene la última palabra, si a uste<strong>de</strong>s<br />

se les ocurren otros usos, pues...<br />

OTROS SIGNOS ORTOGRÁFICOS<br />

Aquí sólo mencionaremos los llamados signos ortográficos, <strong>de</strong> los que se<br />

tratará con alguna extensión en los apartados respectivos. Son los siguientes:<br />

interrogación y admiración, paréntesis, diéresis o crema, comillas y comillas<br />

sencillas, apóstrofo, guión o guión corto, raya o guión largo. Al usarlos se<br />

cometen muchos errores, <strong>de</strong> manera que convendrá comentarlos más extensamente<br />

por separado.<br />

Política y Cultura<br />

29


3. Signos empleados<br />

en la corrección <strong>de</strong> estilo<br />

Aunque los autores <strong>de</strong> Política y Cultura no son correctores<br />

<strong>de</strong> estilo, muchas veces <strong>de</strong>ben enmendar la<br />

plana <strong>de</strong> sus colaboradores o <strong>de</strong> sus colegas. Sería <strong>de</strong>seable, por eso, que<br />

conocieran los signos más usuales. De este modo evitarán llenar los márgenes<br />

con recomendaciones a los editores o a los tipógrafos.<br />

Ante todo, los signos <strong>de</strong>ben ser claros y conocidos. Muchos <strong>de</strong> ellos se<br />

emplean indistintamente en la corrección <strong>de</strong>l original y en la <strong>de</strong> pruebas tipográficas.<br />

Tienen por objeto, en primer término, abreviar las indicaciones, pues<br />

las acotaciones marginales quitan tiempo a los operarios. A continuación se dan<br />

los más comunes.<br />

Dejar blanco entre líneas. El primero permite indicar<br />

el tamaño <strong>de</strong>l blanco.<br />

Dejar espacio entre las letras, palabras o signos<br />

ortográficos que divi<strong>de</strong> el signo.<br />

Eliminar blancos entre líneas o párrafos.<br />

Eliminar espacios entre letras.


32<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Eliminar la letra o signo tachado y cerrar espacio.<br />

Suprimir el acento.<br />

Poner en minúsculas.<br />

Incorporar el texto (manuscrito sobre la línea mecanografiada)<br />

allí don<strong>de</strong> indica la llave o el signo<br />

. Este último va entre dos palabras, <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> la línea <strong>de</strong> mecanografía.<br />

Invertir el or<strong>de</strong>n, sea <strong>de</strong> dos letras, números,<br />

signos, palabras u oraciones.<br />

Cambiar el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> tres letras, signos, palabras u<br />

oraciones. En realidad se usa casi exclusivamente<br />

para modificar la or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> frases u oraciones,<br />

pues tratándose <strong>de</strong> tres letras o signos conviene<br />

más tacharlas y escribirlos como <strong>de</strong>ban ir.<br />

Punto y seguido. El primero se emplea para líneas<br />

cortas y los restantes para unir líneas largas.<br />

Punto y aparte.<br />

Poner sangría.<br />

Eliminar sangría.<br />

Sean líneas o puntos, puestos como subrayados<br />

<strong>de</strong> una palabra o frases tachadas, indican que<br />

vale lo escrito, esto es, que se <strong>de</strong>je como estaba.<br />

Por lo general el signo va en rojo.<br />

Componer en cursivas. Este signo y los siguientes<br />

son subrayados.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Política y Cultura<br />

Componer en versalitas.<br />

33<br />

Componer en versales o mayúsculas redondas.<br />

Componer en versales o mayúsculas cursivas.<br />

Componer en negritas redondas.<br />

Componer en cursivas negritas.<br />

Componer en versales negritas.<br />

Componer en versales cursivas negritas.<br />

Dejar en redondo lo que se había marcado en cursivas;<br />

las líneas, al cortarlo, anulan el subrayado.<br />

Si se puntea <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> otro subrayado, por ejemplo<br />

el <strong>de</strong> cursivas, se indica que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>ben<br />

espaciarse las letras <strong>de</strong> la palabra o frase.<br />

Conviene hacer algunas aclaraciones. La primera es que, en un texto impreso,<br />

el subrayado simple puesto por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una palabra o frase en cursivas<br />

indica que <strong>de</strong>be componerse en redondas, y viceversa. Si se trata <strong>de</strong> párrafos<br />

enteros, <strong>de</strong> páginas incluso, es mejor trazar una línea vertical en cualquiera <strong>de</strong><br />

los márgenes y escribir a un lado la indicación <strong>de</strong>l tipo en que <strong>de</strong>ba componerse,<br />

sea con la palabra completa (cursiva, redonda, negrita, etc.) o abreviada<br />

(curs. o cva., reds. o rda., negr. o ns., V. y vv., etc.); la abreviatura vers. pue<strong>de</strong><br />

indicar versales o versalitas, por lo que convendría <strong>de</strong>satar el término. Los signos<br />

se crearon con el propósito <strong>de</strong> abreviar. Pero si el autor o el corrector duda<br />

<strong>de</strong> la claridad <strong>de</strong> algún signo, siempre le quedará el recurso <strong>de</strong> poner una nota<br />

al margen.<br />

El signo o la llave sirven para introducir una o varias palabras. Si el<br />

agregado compren<strong>de</strong> varias oraciones es preferible escribirlo en alguno <strong>de</strong> los<br />

márgenes, siempre en sentido horizontal; pero si fuera muy extenso, póngase<br />

un signo convencional claro don<strong>de</strong> <strong>de</strong>ba ir el texto y escríbase éste en hoja<br />

aparte, que se foliará con el número <strong>de</strong> la página don<strong>de</strong> se insertará el agregado<br />

más la palabra bis o una letra.


4. El autoritarismo embozado:<br />

mayúsculas y minúsculas<br />

Pocas personas advierten el autoritarismo que rige el<br />

uso <strong>de</strong> mayúsculas y minúsculas. Cuando la cúspi<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la pirámi<strong>de</strong> social era ocupada por el monarca absoluto, cuyo po<strong>de</strong>r, según<br />

se <strong>de</strong>cía —y tal vez hasta se creyera—, lo había recibido directamente <strong>de</strong> Dios<br />

Padre, los reales documentos se firmaban siempre: Yo el Rey. Y todas las veces<br />

que se mencionara al rey <strong>de</strong>bía usarse la mayúscula reverencial. Como el rey<br />

ha muerto virtualmente en todo el mundo político, o bien se le ha reducido a<br />

entidad <strong>de</strong>corativa, como en Inglaterra o en España, se acabó la mayúscula. En<br />

países como el nuestro, don<strong>de</strong> la figura presi<strong>de</strong>ncial es la <strong>de</strong>l nuevo rey, casi<br />

todas las gramáticas y manuales <strong>de</strong> <strong>redacción</strong> establecen o prescriben que, en<br />

uso pronominal (en vez <strong>de</strong>l nombre), la palabra presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>be escribirse con<br />

mayúscula inicial, aunque perdonan la minúscula cuando el vocablo prece<strong>de</strong><br />

al nombre: El presi<strong>de</strong>nte Vicente Fox sacó al PRI <strong>de</strong> los Pinos, pero no los vicios;<br />

Ante Bush, el Presi<strong>de</strong>nte bajó la guardia y se agachó.<br />

Es el uso más extendido. Sin embargo, no pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse error escribir:<br />

El presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la república siguió al pie <strong>de</strong> la letra los dictados <strong>de</strong>l Banco Mundial<br />

y <strong>de</strong>l Fondo Monetario Internacional. Tampoco: El papa convalidó la explotación<br />

capitalista; ni: El emperador revistó las tropas. De la misma manera, ningún precepto<br />

gramatical obliga a poner con mayúscula inicial los adjetivos santa, santo (y<br />

su apócope san) y virgen: es la costumbre reverencial, nuevamente, la que dicta<br />

las mayúsculas; pero una costumbre no es eterna, <strong>de</strong> modo que, para ser congruentes<br />

con el laicismo educativo, habrá que empezar a bajar todas esas pala-


36<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

bras, pues aquí el mayusculismo es claro resabio <strong>de</strong>l predominio católico. Y en lo<br />

que respecta a los cargos civiles, el mayusculismo no es sino un reflejo directo, en<br />

la escritura, <strong>de</strong> la verticalidad en el manejo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r; para la gramática, sin embargo,<br />

<strong>de</strong>be ser lo mismo profesor que presi<strong>de</strong>nte, obispo que papa.<br />

El predominio católico, instalado por siglos entre los académicos, les ha<br />

llevado a prescribir el uso <strong>de</strong> mayúsculas, asimismo, en los atributos <strong>de</strong> la<br />

divinidad: el Supremo Hacedor, el Omnipotente, etc. Se entien<strong>de</strong> que el Supremo<br />

Hacedor no es Tláloc ni lo es Quetzalcóatl, mucho menos Tezcatlipoca, que<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1521 cayeron en <strong>de</strong>sgracia y pasaron a ser <strong>de</strong>monios nativos (por supuesto,<br />

escritos con minúscula). En fin.<br />

Hechas estas advertencias, se proce<strong>de</strong>rá a enunciar las normas para el empleo<br />

<strong>de</strong> las versales. Se escribirán con mayúscula inicial:<br />

1) La primera palabra <strong>de</strong> un escrito y, en general, <strong>de</strong> todo párrafo, así como<br />

la que va <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cada punto. Hay libertad para empezar con mayúscula o<br />

con baja luego <strong>de</strong> dos puntos, pero se preferirá la versal cuando <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />

signo se incluya una cita completa, por ejemplo, o una oración completa e<br />

in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la anterior.<br />

2) Todos los nombres propios, apellidos y sobrenombres: Michoacán, Fernando,<br />

Pulido, el Púas.<br />

3) Los sustantivos y adjetivos que constituyen el nombre <strong>de</strong> una institución:<br />

el Instituto Nacional <strong>de</strong> Investigaciones Nucleares, la Secretaría <strong>de</strong> Gobernación,<br />

la Dirección <strong>de</strong> Averiguaciones Previas.<br />

4) Los nombres propios <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s, acci<strong>de</strong>ntes geográficos, calles, plazas,<br />

regiones geográficas, etc. Cabe hacer notar que la mayúscula sólo irá en el nombre<br />

propio: río Bravo, cuenca <strong>de</strong> México, calle <strong>de</strong> Plateros, el Petén guatemalteco,<br />

el golfo Pérsico, el mar Caribe. Los acci<strong>de</strong>ntes geográficos se escriben con mayúscula<br />

inicial cuando forman un binomio indivisible con el nombre propiamente<br />

dicho: el Mar Negro, por ejemplo, pues sí <strong>de</strong>cimos el Caribe, el Atlántico, pero no<br />

el Negro, el Rojo.<br />

5) Los títulos <strong>de</strong> obras artísticas, sean literarias, plásticas, musicales, cinematográficas:<br />

Dormir en tierra, Águila o sol, Desafinado, Los albañiles, El acorazado<br />

Potiomkin, Destino <strong>de</strong> amor, Alguna vez el tiempo.<br />

6) Los nombres <strong>de</strong> los astros, planetas y constelaciones: la Tierra, Alfa<br />

Centauro, el Sol, la Luna. Aclaremos, respecto <strong>de</strong> estos últimos, que sus manifestaciones<br />

se escriben con baja: me abrigó un rayo <strong>de</strong> luna; el sol acariciaba<br />

sus cabellos y los vestía <strong>de</strong> luz.<br />

7) Oriente y Occi<strong>de</strong>nte cuando <strong>de</strong>signan la división geopolítica <strong>de</strong>l planeta.<br />

8) Los puntos cardinales: el Norte estaba representado por el águila. Pero<br />

van con baja cuando <strong>de</strong>notan dirección o situación geográfica: hacia el sur; al<br />

norte <strong>de</strong> México, al oeste <strong>de</strong> Nicaragua, al este <strong>de</strong> tu cuerpo.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

9) Cuando se emplean como adjetivos van con minúscula: África occi<strong>de</strong>ntal;<br />

Alemania oriental, cuyo nombre oficial, antes <strong>de</strong> la reunificación, era República<br />

Democrática Alemana.<br />

10) La palabra Estado cuando se refiere a un país o a la entidad política, pero<br />

no cuando se aplica a una <strong>de</strong> las divisiones internas <strong>de</strong>l mismo: intervino el<br />

Estado en el conflicto; iremos al estado <strong>de</strong> Veracruz. Cuando se pluraliza Estado,<br />

va con baja: los estados <strong>de</strong> la Unión Europea.<br />

11) El vocablo Iglesia cuando se refiere a la institución, pero no cuando se<br />

emplea como sinónimo <strong>de</strong> templo: la Iglesia católica se quedó también con la<br />

iglesia <strong>de</strong> la Santa Veracruz.<br />

12) Las abreviaturas <strong>de</strong> los tratamientos: Sr. D. Juan, Revmo. e Ilmo. Téngase<br />

presente, sin embargo, que en la mayoría <strong>de</strong> las editoriales se prefiere <strong>de</strong>satar<br />

esos nombres y ponerlos con minúscula: usted, señor, don. Ahora bien, pue<strong>de</strong>n<br />

escribirse con mayúscula (uso potestativo):<br />

13) Los atributos divinos, títulos y nombres <strong>de</strong> dignidad: Sumo Creador,<br />

Dios Hijo, Sumo Pontífice, Duque <strong>de</strong> Otranto, Marqués <strong>de</strong>l Valle.<br />

14) A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los nombres <strong>de</strong> dignidad, pue<strong>de</strong>n ir con mayúscula inicial,<br />

en documentos oficiales, los que expresan po<strong>de</strong>r público o cargos importantes:<br />

Po<strong>de</strong>r Ejecutivo, Senador <strong>de</strong> la República.<br />

Antes <strong>de</strong> pasar al empleo <strong>de</strong> las minúsculas, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cirse que cuando un<br />

autor <strong>de</strong>see resaltar una palabra, una frase, pue<strong>de</strong> subrayarlas en el original<br />

para que se compongan en cursivas, pero nunca escribirlas en mayúsculas:<br />

pensar en gran<strong>de</strong> no es pensar en mayúsculas, ni usar versales transforma en<br />

verso la prosa (buena o mala).<br />

Debe observarse también que las palabras que empiezan con ch o ll y<br />

<strong>de</strong>ban comenzar con mayúscula, llevarán en versal sólo la primera <strong>de</strong> estas<br />

letras compuestas: Chiapas, Llano Largo.<br />

Comenzarán con minúscula:<br />

1) Los nombres <strong>de</strong> los meses, <strong>de</strong> los días <strong>de</strong> la semana, <strong>de</strong> las estaciones<br />

(y épocas) <strong>de</strong>l año y <strong>de</strong> las notas musicales.<br />

2) Los nombres <strong>de</strong> las fiestas, sean civiles o religiosas: día <strong>de</strong> la ban<strong>de</strong>ra, viernes<br />

santo, día <strong>de</strong> muertos. Este punto ha suscitado siempre muchas controversias.<br />

3) Los nombres genéricos <strong>de</strong> entida<strong>de</strong>s: partido, congreso, asamblea, iglesia,<br />

liga. Sin embargo, se escribirán con mayúscula inicial cuando formen parte<br />

<strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> una institución <strong>de</strong>terminada: Partido Revolucionario <strong>de</strong> los Trabajadores,<br />

Congreso <strong>de</strong> la Unión, Liga <strong>de</strong> Comunida<strong>de</strong>s Agrarias.<br />

4) Los títulos y nombres <strong>de</strong> dignidad o cargo, profesión u oficio: presi<strong>de</strong>nte,<br />

banquero, papa, rey, filósofo, obispo, lau<strong>de</strong>ro.<br />

Política y Cultura<br />

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38<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

5) Las palabras revolución, república, gobierno, monarquía, etc., solas o<br />

seguidas <strong>de</strong> adjetivo.<br />

6) Los nombres <strong>de</strong> idiomas, ciencias, oficios, artes y disciplinas académicas:<br />

español, historia, ebanistería, pintura, ciencia política.<br />

7) Las unida<strong>de</strong>s métricas, no importa que hayan sido tomadas <strong>de</strong> nombres<br />

propios: amperio, fahrenheit.<br />

8) Las divisiones <strong>de</strong> libros y partes complementarias: libro, parte, capítulo,<br />

prólogo, cuadro, apéndice, volumen, página, ecuación, unidad, gráfica, sección,<br />

nota, etcétera.<br />

Ha <strong>de</strong> aclararse que algunas editoriales usan mayúscula inicial en referencias<br />

<strong>de</strong>l tipo véase en el Prólogo; como se vio en la Primera Parte; etcétera.<br />

9) Los sustantivos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> nombres propios: matraz erlenmeyer, hoja<br />

<strong>de</strong> afeitar gillette.<br />

Hay cierta resistencia todavía a bajar las mayúsculas <strong>de</strong> marcas comerciales,<br />

como las <strong>de</strong> autos: Ford, Chevrolet, Volkswagen, pero seguramente con el paso<br />

<strong>de</strong>l tiempo ganará la ten<strong>de</strong>ncia minusculista. Es curioso que la gente escriba alegremente<br />

vocho, pero <strong>de</strong>je la mayúscula cuando se trata <strong>de</strong> un Merce<strong>de</strong>s Benz.<br />

(Es preciso, así sea entre paréntesis, hacer un comentario relacionado al<br />

mismo tiempo con las mayúsculas y con el empleo <strong>de</strong> las cursivas, tema <strong>de</strong>l<br />

siguiente apartado. Es curioso observar cómo, entre los vaivenes más o menos<br />

caprichosos, van cobrando forma los criterios al respecto. Hacia mediados <strong>de</strong><br />

1987, en los diarios empezó a figurar la Corriente Democratizadora <strong>de</strong>l PRI, cuyo<br />

nombre se escribía en altas y bajas redondas. Luego la Corriente pasó, sin<br />

mayor trámite, a ser Corriente Democrática, y en ocasiones se le escribía, en la<br />

misma edición <strong>de</strong> un diario o <strong>de</strong> alguna revista, <strong>de</strong> las siguientes maneras:<br />

Corriente Democrática, Corriente Democrática, corriente <strong>de</strong>mocrática, corriente<br />

<strong>de</strong>mocrática, y por ahí se hallaba incluso una variante afrancesada: Corriente<br />

<strong>de</strong>mocratizadora, aunque La Jornada haya enseñado la simpatía al seguir escribiendo<br />

Democrática, ahora en cursivas y luego en redondas. Algo parecido está<br />

ocurriendo con la peste mo<strong>de</strong>rna, que lo mismo aparece Sida que SIDA, sida,<br />

sida... Parece conveniente escribir sida, como se ha hecho con otros acrónimos:<br />

láser, por ejemplo. Acaso la minúscula, en un acto <strong>de</strong> magia simpática, contribuya<br />

a disminuir el tamaño <strong>de</strong> este mal.)<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

5. Uso <strong>de</strong> las cursivas,<br />

versalitas y negritas<br />

Aunque el uso <strong>de</strong> las series <strong>de</strong> una familia tipográfica<br />

varía <strong>de</strong> una editorial a otra, hay ten<strong>de</strong>ncias muy marcadas.<br />

A ellas nos referiremos aquí, más con el afán <strong>de</strong> que los autores normen<br />

su criterio que con el propósito <strong>de</strong> imponer normas pretendidamente absolutas.<br />

USO DE LAS CURSIVAS<br />

Ya se dijo que en el original se indican subrayando con una línea recta y<br />

continua la palabra o frases que se <strong>de</strong>see componer en cursivas, itálicas o<br />

bastardillas. Estos caracteres sirven, en términos generales, para <strong>de</strong>stacar o distinguir<br />

una letra, un vocablo o una expresión. Hay autores que preten<strong>de</strong>n conseguir<br />

el objetivo <strong>de</strong>scrito mediante el empleo <strong>de</strong> las comillas, signo que, como<br />

se verá, tiene muchos usos, pero no el <strong>de</strong> hacer resaltar una i<strong>de</strong>a.<br />

Se compondrán en cursivas:<br />

1) Los títulos <strong>de</strong> obras artísticas, científicas, literarias, etc.: Las dos Fridas,<br />

Trastornando el universo, El otoño <strong>de</strong>l patriarca. Quedan comprendidos, por<br />

supuesto, los títulos <strong>de</strong> libros, periódicos y revistas, así como los nombres <strong>de</strong><br />

películas, óperas, obras <strong>de</strong> teatro y musicales, pinturas, esculturas, obras<br />

coreográficas y <strong>de</strong>más: La maja <strong>de</strong>snuda, La piedad, Pareja en azul.<br />

Política y Cultura<br />

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Roberto Zavala Ruiz<br />

En las obras musicales <strong>de</strong>be ponerse en cursivas sólo el título, por lo que<br />

aparecerán en redondas los géneros, formas y otras especificaciones que <strong>de</strong><br />

ordinario lo prece<strong>de</strong>n (aria, dúo, cuarteto, marcha, cantiga, vals, etc.), a menos<br />

que formen parte <strong>de</strong>l mismo: Marcha fúnebre, pero vals Capricho, marcha <strong>de</strong><br />

Tannhäuser.<br />

De los títulos <strong>de</strong> libros se exceptúan los <strong>de</strong> la Biblia, el Corán o Alcorán<br />

y otros, que se acostumbra escribirlos en redondas. Como excepción pue<strong>de</strong><br />

hacerse lo mismo con títulos <strong>de</strong> libros o documentos que se citan abundantemente<br />

en una obra; sin embargo, en casos así, se recomendaría abreviarlos,<br />

o incluso reducirlos a siglas, e incluir al principio <strong>de</strong>l texto una lista <strong>de</strong> abreviaturas.<br />

Si son muchas las veces pero no llegan a la profusión, convendría abreviar<br />

el título citando sólo la primera o las primeras palabras; así, la Teoría<br />

general <strong>de</strong> la ocupación, el interés y el dinero, quedaría en Teoría general.<br />

Cuando el título <strong>de</strong> un libro queda comprendido en el <strong>de</strong> otro, no es<br />

necesario distinguirlo doblemente: Para leer El capital.<br />

2) Las palabras o frases en lenguas extranjeras: “Los capitalistas bendijeron<br />

entonces al rabioso <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong>l laissez-faire”. Empero, una cita extensa en<br />

lengua distinta <strong>de</strong>l español irá entrecomillada y en redondas si es <strong>de</strong> cinco<br />

líneas o menos, o bien, irá sangrada, en tipo menor y en redondas si exce<strong>de</strong> las<br />

cinco líneas (más <strong>de</strong> 300 golpes). Y si uno o varios términos extranjeros se citan<br />

profusamente, es preferible ponerlos en cursivas sólo la primera vez.<br />

Con mucha frecuencia, en textos <strong>de</strong> antropología e historia se confun<strong>de</strong>n<br />

voces nahuas con otras provenientes <strong>de</strong>l náhuatl pero ya españolizadas. Sirvan<br />

<strong>de</strong> ejemplo macehualli y pilli, cuyos plurales en náhuatl serían macehualtin y<br />

pipiltin respectivamente. Por tanto “macehuales”, pluralizada en español, no<br />

tiene por qué ir en cursivas; tampoco “pillis”, que se halla a medio camino, pues<br />

se pronuncia con ele, “pilis”. El tiempo acabará el trabajo, pero convendría<br />

echarle una mano.<br />

3) Los nombres (y números, si los llevan) <strong>de</strong> barcos, trenes, aviones, naves<br />

espaciales, etc.: “Empezaron a trasladarse en el Agualeguas”; “El Soyuz II, con<br />

todo y las maravillas que ha hecho, ya no sorpren<strong>de</strong> tanto al hombre”.<br />

Aunque algunas editoriales incluyen los nombres <strong>de</strong> teatros, cines y similares,<br />

para éstos basta la mayúscula: cine París, teatro Juan Ruiz <strong>de</strong> Alarcón, sala<br />

Carlos Chávez, hotel Nacional.<br />

4) Las palabras (tecnicismos, por ejemplo) a que se remite al lector en los<br />

vocabularios o glosarios, catálogos, etcétera.<br />

5) Las letras (literales) <strong>de</strong> fórmulas y expresiones matemáticas, lo mismo<br />

cuando figuran en el texto que cuando se separan <strong>de</strong>l cuerpo. Otro tanto se<br />

hará con números y letras <strong>de</strong> los incisos, caso en que suelen ir seguidos <strong>de</strong><br />

medio paréntesis, como aquí se ha venido haciendo. La cursiva <strong>de</strong>be abarcar<br />

también a este signo: a), b), 1), 2).<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

6) Los nombres que se dan a los animales: Siete Leguas, Solovino, Jolopo.<br />

7) Las palabras o expresiones que se apartan <strong>de</strong> su significado original: “Lo<br />

encontraron ya bien frío al pobrecito”; “tráiganse unas gordas para empezar”.<br />

Asimismo, las palabras o giros populares: “Ese bato no soltó prenda”; “cántala,<br />

tararéala si quieres, pero no la chifles”; y los vocablos mal escritos a propósito:<br />

“médico meópata”. Cabría aclarar que en un texto —literario o no— en el que<br />

abundaran este tipo <strong>de</strong> vocablos y expresiones chocaría tanta cursiva, por lo<br />

que convendría <strong>de</strong>jarlos en redondas.<br />

8) Los apodos o sobrenombres: José Martínez Ruiz, Azorín; Felipe Alvarado,<br />

el Nariz. Al respecto <strong>de</strong>be llamarse la atención sobre la construcción inglesa que<br />

adoptan las frases introductorias <strong>de</strong> los alias, sobre todo en las secciones <strong>de</strong>portivas<br />

<strong>de</strong> los diarios: “Y entonces cayó y calló el gran José Mantequilla Nápoles”.<br />

La construcción española <strong>de</strong>be ser: “El PST lanzó como candidato a diputado a<br />

Rubén Olivares, el Púas”; “Ganó el América con dos goles <strong>de</strong> Osvaldo Castro,<br />

Pata bendita”. Curiosamente, no se usa la construcción inglesa con los sobrenombres<br />

<strong>de</strong> artistas: Mario Moreno, Cantinflas; Evita Muñoz, Chachita. No obstante,<br />

en años recientes se ha venido adoptando el uso <strong>de</strong>portivo en otros<br />

medios. En un diario nacional se leía, en un encabezado: “Francisca la Paca<br />

Muñoz, libre”.<br />

Los apodos se escriben en redondas cuando no acompañan al nombre<br />

propio: “Azorín es ejemplo <strong>de</strong> estilo pulcro”, “Prefiero mil veces al primer<br />

Cantinflas”. Otro tanto ocurre con los sobrenombres <strong>de</strong> reyes, papas y santos:<br />

Alfonso X el Sabio, Juana la Loca, Fernando III el Santo.<br />

9) Las palabras o frases que se emplean como nombres <strong>de</strong> ellas mismas: “la<br />

palabra palabra, que es a un tiempo abstracción y objeto”.<br />

10) Los nombres <strong>de</strong> las notas musicales; sólo el nombre (do, re, fa), no los<br />

vocablos sostenido, bemol, becuadro, mayor o menor cuando éstos siguen a las<br />

notas. Estas palabras irán en cursivas únicamente cuando formen parte <strong>de</strong>l<br />

título <strong>de</strong> la obra: Tocata y fuga en re menor <strong>de</strong> Johann Sebastian Bach; Misa en<br />

do menor <strong>de</strong> Weber, etc. Otro tanto ocurre con los vocablos andante, allegro,<br />

adagio y otros, que han <strong>de</strong> ponerse en cursivas sólo cuando integran el título <strong>de</strong><br />

la composición: el Adagio <strong>de</strong> Albinoni.<br />

11) Las palabras y expresiones latinas que se usan abundantemente en texto<br />

y notas: supra, infra, opere citato, ibi<strong>de</strong>m, loco citato, ad libitum, etc., sea que<br />

aparezcan completas o abreviadas.<br />

Es preciso aclarar que este criterio cambia, no sólo <strong>de</strong> una editorial a otra,<br />

sino incluso <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una misma casa editora, que usa todo el aparato crítico<br />

en cursivas, por ejemplo, pero <strong>de</strong>ja en redondas per cápita, como expresión<br />

latina ya españolizada. Parece válido hacerlo así, pues hay otros vocablos <strong>de</strong><br />

origen latino que se escriben en redondas y acentuadas conforme a las normas<br />

ortográficas <strong>de</strong>l español: hábitat, memorándum, currículum, etcétera.<br />

Política y Cultura<br />

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42<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

12) Toda palabra o frase que el autor quiera subrayar. En todo caso, téngase<br />

presente que este recurso <strong>de</strong>be emplearse sin llegar al abuso. Déjese que sea el<br />

lector quien juzgue y distinga lo importante.<br />

USO DE LAS VERSALITAS<br />

Recuér<strong>de</strong>se que en el original se pi<strong>de</strong>n versalitas con doble subrayado. Su uso<br />

es menor que el <strong>de</strong> las cursivas. Se recordará también que son mayúsculas o<br />

versales <strong>de</strong> la misma altura (o casi igual) que las minúsculas, si bien las <strong>de</strong><br />

algunas familias rebasan ligeramente ese tamaño.<br />

En general, se usan versalitas en los casos siguientes:<br />

1) La numeración romana <strong>de</strong> los siglos. Una razón <strong>de</strong> estética tipográfica<br />

para usar versalitas es que aligeran la plana, sobre todo en obras históricas y<br />

similares, don<strong>de</strong> abundan.<br />

2) Las firmas <strong>de</strong> epígrafes, lemas, versos, documentos en recuadro que<br />

ilustran un tema y textos semejantes.<br />

3) La palabra ARTÍCULO en leyes, <strong>de</strong>cretos y textos semejantes, ya sea que<br />

aparezca completa o abreviada.<br />

4) En títulos <strong>de</strong> obras que se citan a sí mismas. Las publicaciones periódicas<br />

lo hacen con mucha frecuencia, y las más <strong>de</strong> las veces emplean versales y<br />

versalitas, pero en algunas se emplean caracteres pequeños que reproducen<br />

fielmente los usados en la primera plana, sean blancos, negros o <strong>de</strong> otra serie.<br />

5) En obras <strong>de</strong> teatro, los nombres <strong>de</strong> los personajes.<br />

6) En diálogos, cuando el nombre sustituye al signo menos o guión largo.<br />

7) En cornisas o titulillos, y en signaturas.<br />

8) En subtítulos.<br />

9) En siglas.<br />

10) Excepcionalmente, en frases o palabras que en el original aparecen en<br />

mayúsculas, y don<strong>de</strong>, según se vio, se preferirán las cursivas.<br />

USO DE LAS NEGRITAS<br />

De las series mencionadas en este apartado es la menos usada, pues los rasgos<br />

gruesos resultan poco estéticos y fatigan al lector. Suele emplearse la negrita en<br />

subtítulos, cabezas, cornisas, folios, encabezamiento <strong>de</strong> algunos párrafos y, cada<br />

vez menos, en incisos.<br />

Se recuerda que en el original se indican subrayando con una línea ondulada<br />

o quebrada la palabra o palabras que se <strong>de</strong>see remarcar.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

6. Las abreviaturas:<br />

usos y abusos<br />

GENERALIDADES<br />

En atención al lector, se evitarán en lo posible las abreviaturas,<br />

sobre todo en el cuerpo <strong>de</strong> la obra. Se tolerarán<br />

en fichas bibliográficas, notas, citas, textos entre<br />

paréntesis, pies <strong>de</strong> grabado, cuadros, etc., pero resultan necesarias en textos<br />

especiales, glosarios, obras técnicas o científicas.<br />

Cuando se usan abreviaturas poco conocidas, si no se incluye al principio<br />

<strong>de</strong>l texto un enlistado con todas ellas se corre el riesgo <strong>de</strong> que el material resulte<br />

ininteligible. Pocos lectores per<strong>de</strong>rán el tiempo necesario para averiguar lo que el<br />

autor quiso representar con lec. top. Hay también abreviaturas conocidas en todo<br />

el mundo, y otras propias <strong>de</strong> alguna disciplina; éstas no necesitan aclaración.<br />

En todo caso, conviene tener presentes las normas que a continuación se<br />

enumeran:<br />

1) Las letras <strong>de</strong> la abreviatura <strong>de</strong>ben seguir el mismo or<strong>de</strong>n que tienen en la<br />

palabra completa: figura, fig.; señora, sra.; excelentísimo, excmo.<br />

2) Las palabras han <strong>de</strong> abreviarse siempre igual, y ha <strong>de</strong> cuidarse tanto el<br />

uso <strong>de</strong> mayúsculas y minúsculas como el <strong>de</strong> las distintas series.<br />

3) Es inaceptable abreviar una palabra suprimiendo sólo la última letra:<br />

don<strong>de</strong> cabe may. cabe mayo. Se exceptúa loc. cit., loco citato.<br />

Política y Cultura<br />

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44<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

4) En una misma obra no <strong>de</strong>be haber dos abreviaturas diferentes para un<br />

mismo término; <strong>de</strong> igual forma, no <strong>de</strong>be emplearse una misma abreviatura para<br />

vocablos distintos.<br />

5) Debe evitarse cerrar un párrafo con abreviatura. Si bien algunas editoriales<br />

toleran el etc., hay una sana ten<strong>de</strong>ncia a <strong>de</strong>jar esta abreviatura <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

párrafo y a <strong>de</strong>satarla al final <strong>de</strong>l mismo. Así se hará en Política y Cultura. Recor<strong>de</strong>mos,<br />

<strong>de</strong> paso, que no <strong>de</strong>be abusarse <strong>de</strong> este vocablo, ni duplicarlo (etc., etc.),<br />

ni seguirlo <strong>de</strong> puntos suspensivos, pues si se atien<strong>de</strong> al significado <strong>de</strong>l término (“y<br />

lo <strong>de</strong>más”), se compren<strong>de</strong>rá lo redundante <strong>de</strong> tales vicios.<br />

6) En las notas bibliográficas <strong>de</strong> obras y autores extranjeros, las indicaciones<br />

abreviadas <strong>de</strong> tomo, libro, capítulo, volumen, edición y otras parecidas<br />

<strong>de</strong>ben escribirse en español; así, se escribirá l. o lib., no bk.; cap., no chap.;<br />

2a. ed., no sec. ed. ni 2nd. ed.<br />

7) Las palabras artículo, capítulo, edición, figura, firma, folio, libro, nota,<br />

número, página, tomo, volumen y similares sólo se abreviarán, en el cuerpo <strong>de</strong>l<br />

texto, cuando vayan entre paréntesis. Des<strong>de</strong> luego, pue<strong>de</strong>n abreviarse también<br />

en citas bibliográficas, notas y bibliografías. No es obligatorio abreviarlas, pero<br />

sí conservar la uniformidad en una obra.<br />

8) Deben respetarse los plurales, y cuando la voz lleve acento, éste <strong>de</strong>be<br />

conservarse: figs., núms., vols., mín., máx., etc. Prefiérase siempre la forma núm.<br />

a no., menos expresiva que aquélla.<br />

9) En abreviaturas don<strong>de</strong> una letra doble expresa pluralidad, el punto se<br />

pondrá sólo en la segunda: cc., ciudadanos; PP., padres; RR. MM., reverendas<br />

madres; SS.AA.RR., Sus Altezas Reales; etcétera.<br />

10) En general, los tratamientos no <strong>de</strong>ben abreviarse sino escribirse siempre<br />

completos: don, doctor, reverendo; en obras cuya naturaleza obligue a la abreviación,<br />

por ningún motivo se combinarán abreviaturas y palabras completas,<br />

pues dan un aspecto <strong>de</strong>saliñado al trabajo: Rvdo. padre, Dr. don. O se sigue un<br />

criterio o el otro. Por último, recuér<strong>de</strong>se que este tipo <strong>de</strong> abreviaturas sólo<br />

pue<strong>de</strong>n figurar cuando antece<strong>de</strong>n al nombre; siempre que aparezcan solas se<br />

escribirán los vocablos completos.<br />

11) La palabra usted, que se abreviará sólo en los epistolarios, suele abreviarse<br />

<strong>de</strong> distintos modos en documentos históricos. Es conveniente, sin embargo,<br />

uniformarla en una obra. Pue<strong>de</strong>n emplearse v. o ud. y VV. o Uds., respectivamente,<br />

para el singular y el plural; algunos consi<strong>de</strong>ran incorrectas las formas Vd.<br />

y Vds., pero lo que ocurre en realidad es que abrevian vuestra merced y su<br />

plural, frases que ya no se usan.<br />

12) Los puntos cardinales compuestos <strong>de</strong>ben escribirse con las iniciales unidas<br />

y en español. Todavía hasta hace poco tiempo se acostumbraba poner un<br />

punto final, pero la ten<strong>de</strong>ncia actual lo ha eliminado: ENE, estenoreste; SSO,<br />

sursuroeste; <strong>de</strong> ninguna manera NW, ENW.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

13) Respecto <strong>de</strong> la voz latina vi<strong>de</strong> (véase), con la que se remite a una<br />

obra, a capítulos o páginas, cabe <strong>de</strong>cir que se presta al <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. Hay editoriales<br />

que la abrevian siempre y con una sola letra, pero esta norma, si es inflexible,<br />

se presta a confusiones cuando la abreviatura antece<strong>de</strong> al nombre <strong>de</strong> un<br />

autor que comienza con iniciales: V. D. C. Villegas.<br />

14) Las representaciones <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> medida, que —dicho sea <strong>de</strong> paso—<br />

no son abreviaturas sino símbolos, y que se emplean profusamente en manuales,<br />

así como en obras técnicas y científicas, no tienen por qué pluralizarse ni<br />

<strong>de</strong>ben llevar punto. Por su parte, las <strong>de</strong> pesos y medidas sólo han <strong>de</strong> emplearse<br />

cuando vayan precedidas <strong>de</strong> cifras: 45 cm, 187 g; pero no: las cifras representan<br />

cm en todos los casos.<br />

Aunque la Aca<strong>de</strong>mia permite iniciar estas abreviaturas con mayúscula o<br />

con minúscula, el uso ha venido imponiendo normas que ayudan a evitar confusiones.<br />

15) Los símbolos <strong>de</strong> elementos químicos comienzan con mayúscula: Au,<br />

Cs, Rb.<br />

16) Las siglas, a las que más a<strong>de</strong>lante se <strong>de</strong>dica un breve apartado, no<br />

<strong>de</strong>ben llevar puntos ni espacios entre letra y letra: UNAM, FCE, UNESCO.<br />

17) Por ejemplo y verbigracia (p. ej. y v. gr.) sólo se abreviarán cuando abran<br />

rayas o paréntesis: (p. ej. en México) —v. gr. los puntos 3 y 4.<br />

18) En tipografía, ni siglas ni abreviaturas <strong>de</strong>ben dividirse, y <strong>de</strong>be evitarse,<br />

en lo posible, que que<strong>de</strong>n a principio o a final <strong>de</strong> línea.<br />

19) No <strong>de</strong>ben usarse abreviaturas en diálogos ni en versos.<br />

20) Se escriben con minúscula, en general, todas las abreviaturas <strong>de</strong> nombres<br />

comunes; con alta o baja, según se haya convenido, las <strong>de</strong> pesos y medidas<br />

y los símbolos; con mayúscula los tratamientos, aunque algunos abrevien nombres<br />

comunes.<br />

USO DE LAS SIGLAS<br />

Antes <strong>de</strong> emplear una sigla, piense el autor que algunas son muy conocidas...<br />

en la tierra <strong>de</strong>l que escribe; pero si un extranjero lee esas siglas que el autor no<br />

se ha molestado en escribir con todas sus letras al menos una vez, difícilmente<br />

adivinará a qué institución, partido u organismo representan. En obras extensas<br />

sería recomendable dar el nombre completo, y las siglas respectivas entre paréntesis,<br />

cuando menos la primera vez que se mencionan, y repetir esto en cada<br />

capítulo.<br />

En Política y Cultura se pondrán las siglas en versalitas con objeto <strong>de</strong> aligerar<br />

la plana. Se exceptuarán las que abrevian nombres <strong>de</strong> países: RDA, EUA,<br />

URSS, que <strong>de</strong>berán <strong>de</strong>jarse en versales.<br />

Política y Cultura<br />

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46<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Es preciso aclarar que las abreviaturas <strong>de</strong> palabras en español <strong>de</strong>ben aparecer<br />

en redondas. Aquí se han <strong>de</strong>jado todas en cursivas sólo para distinguirlas<br />

más claramente. En fin, si se busca alguna abreviatura en particular, remítase<br />

el interesado a las primeras páginas <strong>de</strong> enciclopedias o diccionarios enciclopédicos,<br />

que suelen enlistar <strong>de</strong>cenas y aun cientos <strong>de</strong> ellas, o en todo caso a los<br />

diccionarios especializados.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

7. ¿Palabras o guarismos?:<br />

empleo <strong>de</strong> la numeración<br />

Para separar <strong>de</strong>cimales <strong>de</strong>be emplearse el punto, a diferencia<br />

<strong>de</strong> lo que se hace en España y en algunos<br />

países latinoamericanos, don<strong>de</strong> se usa la coma <strong>de</strong>cimal. A<strong>de</strong>más, cuando hay<br />

cantida<strong>de</strong>s con muchos dígitos <strong>de</strong>cimales pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>jarse blancos cada tres<br />

dígitos para que la fracción resulte más comprensible: 43 748 165 402.<br />

Las cifras expresan cantida<strong>de</strong>s exactas, por lo que <strong>de</strong>berán usarse palabras<br />

cuando los datos son aproximaciones. Recuér<strong>de</strong>se también que en obras técnicas<br />

se preferirá el signo % a la expresión por ciento, y que cuando se aplica a<br />

varias cantida<strong>de</strong>s seguidas, basta usarlo en la última.<br />

Si en vez <strong>de</strong> expresar que los salarios perdieron 20.7%, dato técnico preciso,<br />

quisiéramos dar una i<strong>de</strong>a aproximada, <strong>de</strong>jaríamos <strong>de</strong> lado cifras y signo para<br />

<strong>de</strong>cir: el año económico <strong>de</strong> 1982-1983 se llevó veinte por ciento, más o menos, <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r adquisitivo <strong>de</strong>l salario. Por lo contrario, si se dispusiera <strong>de</strong> la cantidad<br />

exacta <strong>de</strong> personas <strong>de</strong>sempleadas se escribiría, por ejemplo, 4 385 132, en vez<br />

<strong>de</strong> cuatro millones trescientas mil personas.<br />

En general, se escriben con letras los números dígitos, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>l 0 al 9, y<br />

con cifras <strong>de</strong>l 10 en a<strong>de</strong>lante, hasta millones (145 000 000, 999 999 999), pero<br />

cuando la cantidad llegue a rebasar el millar <strong>de</strong> millones entonces se escribirá<br />

así: 23 876 millones. Sin embargo, en listas y comparaciones resulta más conveniente<br />

emplear guarismos, sin importar que los datos se dispongan en columnas<br />

o se <strong>de</strong>n a renglón seguido.<br />

Política y Cultura<br />

47


48<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

En los versos no <strong>de</strong>ben emplearse nunca números sino letras. Lo mismo ha<br />

<strong>de</strong> procurarse cuando los números se expresan en boca <strong>de</strong> un personaje <strong>de</strong><br />

novela y cuando forman parte <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> una calle, una plaza, etc.: calle <strong>de</strong><br />

las Tres Hermanas, jardín <strong>de</strong> los Cuatro Arcángeles; pero si en la <strong>de</strong>nominación<br />

entran fechas, éstas se escribirán con cifras: calle 11 <strong>de</strong> Abril, calle 5 <strong>de</strong> Mayo.<br />

Las fechas <strong>de</strong>ben escribirse con números, pero se expresarán con letras en<br />

actas, documentos notariales, judiciales y textos similares.<br />

Salvo que sea preciso indicar fracciones, se preferirán las palabras cuando<br />

las cantida<strong>de</strong>s se aplican a cosas no materiales: catorce veces heroica, volvió a<br />

salvarse la ciudad...; pero: si se comparan los años 1987 y 1976, un obrero<br />

ganaba entonces 1.75 veces el salario mínimo real <strong>de</strong> hoy.<br />

En términos generales, <strong>de</strong>ben escribirse con cifras:<br />

1) las cantida<strong>de</strong>s exactas mayores a nueve;<br />

2) los horarios: ahora tenemos que trabajar <strong>de</strong> 8:00 a 17:00 y <strong>de</strong> 18:00 a<br />

22:00 horas; el tren sale a las 7:00 y llega a las 11:00;<br />

3) las fechas: 19 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1985. En México se está generalizando el<br />

uso <strong>de</strong> cardinal para el primer día <strong>de</strong>l mes: el 1 <strong>de</strong> mayo los vanguardistas nos<br />

mandaron golpeadores profesionales, y ni así; pero sería mejor escribir: el 1o. <strong>de</strong><br />

mayo...<br />

4) las medidas: 45 cm, 142 ha, 32 l, 2 m; sin embargo, se escribirán con<br />

letras cuando sean aproximaciones: habremos caminado como veinte kilómetros;<br />

nótese que en este caso las unida<strong>de</strong>s no se abrevian;<br />

5) las expresiones numerales cardinales que suelen emplearse en obras<br />

científicas y técnicas; por ejemplo, grados diversos (temperatura, latitud, etc.),<br />

centesimales, etcétera;<br />

6) los números que expresan habitantes, ediciones, apartados, páginas, artículos,<br />

versículos, etcétera;<br />

7) en obras técnicas y científicas suelen escribirse con cifras incluso los<br />

dígitos.<br />

Respecto <strong>de</strong> los ordinales, téngase presente que en leyes, <strong>de</strong>cretos y otros<br />

documentos legales se usan los dígitos con la o voladita: 1 o , 3 o , 5 o , pero se omite<br />

a partir <strong>de</strong>l 10, pues a partir <strong>de</strong> este número tienen sentido ordinal y cardinal a<br />

un tiempo. Considérense a<strong>de</strong>más las siguientes normas técnicas:<br />

1) Cuando una cantidad sea principio <strong>de</strong> párrafo o vaya <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> punto<br />

se escribirá con letras.<br />

2) A final <strong>de</strong> línea no <strong>de</strong>be separarse el número <strong>de</strong> su complemento: 38/casos.<br />

3) No <strong>de</strong>ben partirse cantida<strong>de</strong>s ni cifras que se hallen relacionadas: 50/847;<br />

1939-/1945.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

4) El porcentaje pue<strong>de</strong> expresarse <strong>de</strong> tres maneras correctas: 9%, 9 por 100,<br />

nueve por ciento; evítense siempre las incorrectas: 9 por ciento, nueve por 100,<br />

9 × 100, 9 p. 100, 9/100. Y, por favor, no se antepongan los artículos el ni un,<br />

pues nada agregan, son incorrectos y emborronan la tipografía.<br />

5) Sepárense las cantida<strong>de</strong>s mayores cada tres dígitos, y evítese el uso <strong>de</strong><br />

comas o apóstrofos: 7 487 223.<br />

6) En cantida<strong>de</strong>s muy largas pue<strong>de</strong>n sustituirse los ceros <strong>de</strong> millones, billones,<br />

trillones, etc., por las palabras correspondientes: México <strong>de</strong>be 140 000 millones<br />

<strong>de</strong> dólares; pero no sería correcto sustituir también los ceros <strong>de</strong> los<br />

millares: 140 mil millones <strong>de</strong> dólares, menos aún como se combinan en los<br />

diarios: 427 mil 243 millones 143, extraña manera que sólo pue<strong>de</strong> justificarse<br />

por lo angosto <strong>de</strong> las columnas.<br />

7) Escríbanse siempre los años completos: 1949, y no en el 49; podrían<br />

exceptuarse expresiones como la generación <strong>de</strong>l 98, que se refiere a la cultura<br />

española, o bien, la juventud <strong>de</strong>l 68 quedó marcada por los acontecimientos.<br />

8) Es un hecho que se ha generalizado el uso <strong>de</strong> expresiones como en los<br />

años veinte, que podría escribirse, tal vez más correctamente, en la década <strong>de</strong><br />

1920; los gramáticos siguen discutiendo y con<strong>de</strong>nando, y la gente usando, la<br />

pluralización: los veintes, los cuarentas, y una combinación: la década <strong>de</strong> los<br />

veinte, la década <strong>de</strong> los cincuenta. En este principio <strong>de</strong> siglo muchos autores<br />

siguen refiriéndose a los treinta o los setenta, como si se estuviese en el mismo<br />

siglo al que alu<strong>de</strong>n. Para no repetir cada vez la expresión <strong>de</strong>l siglo XX, quizá<br />

convenga escribir la década <strong>de</strong> 1980, la década <strong>de</strong> 1990.<br />

9) En traducciones <strong>de</strong>l inglés estadouni<strong>de</strong>nse llegan a colarse billones <strong>de</strong><br />

mil millones; en América Latina, como en Francia y Gran Bretaña, el billón tiene<br />

un millón <strong>de</strong> millones.<br />

10) Ojo con las cantida<strong>de</strong>s que se abrevian mal: no es lo mismo <strong>de</strong> 6 a 8 000<br />

que <strong>de</strong> 6 000 a 8 000. Y si lo que quiere expresarse es una cantidad aproximada,<br />

recuér<strong>de</strong>se que han <strong>de</strong> emplearse palabras: <strong>de</strong> seis mil a ocho mil personas<br />

marcharon para exigir el esclarecimiento <strong>de</strong> los crímenes <strong>de</strong> Ciudad Juárez.<br />

En todo caso, habrá que insistir en que lo más importante es guardar la<br />

<strong>de</strong>bida uniformidad en el empleo <strong>de</strong> números o palabras, pues lo contrario<br />

mostrará la falta <strong>de</strong> criterios firmes y el <strong>de</strong>saliño.<br />

LOS NÚMEROS ROMANOS<br />

Así sea con brevedad, conviene recordar algunas normas para el empleo <strong>de</strong> la<br />

numeración romana. En general, se usa para numerar siglos, milenios, cuadros,<br />

láminas, libros, partes, volúmenes, tomos, etc., así como actos y escenas en la<br />

literatura dramática.<br />

Política y Cultura<br />

49


50<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Se emplea también para numerar las páginas <strong>de</strong> prólogos, introducciones,<br />

presentaciones y otros complementos <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> una obra, sobre todo en<br />

diccionarios, enciclopedias y obras similares.<br />

Si los capítulos se numeran con romanos, las figuras, cuadros y <strong>de</strong>más<br />

complementos <strong>de</strong>l original tendrán que llevar esa numeración romana antes <strong>de</strong>l<br />

número progresivo que les corresponda en cada capítulo: figura III.6, cuadro<br />

II.3, gráfica IV.6.<br />

Algunas editoriales acostumbran sustituir el I por la palabra primero (o primera)<br />

en la numeración <strong>de</strong> capítulos, partes, escenas, etc.: capítulo primero,<br />

sección primera. Sin embargo, la ten<strong>de</strong>ncia mayoritaria <strong>de</strong>ja los números romanos:<br />

sección I, capítulo I.<br />

Se consi<strong>de</strong>ra incorrecto, pues se juzga redundante, agregar letras voladitas<br />

a estas cifras: XIII o , III a ; escríbase simplemente II Congreso Internacional <strong>de</strong><br />

Traductores Profesionales.<br />

Aplicada a siglos, la numeración romana irá en versalitas para evitar contrastes<br />

tipográficos muy marcados; las anotaciones bibliográficas (libro, volumen,<br />

tomo, cuadro, etc.) irán en versales.<br />

Por último, recuér<strong>de</strong>se que en índices, cuadros, estados y textos similares,<br />

los números romanos <strong>de</strong>ben alinearse siempre por la <strong>de</strong>recha, con objeto <strong>de</strong><br />

que párrafos y datos se dispongan uniforme y a<strong>de</strong>cuadamente.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

8. Simplificación<br />

<strong>de</strong> las palabras<br />

Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1956 el Segundo Congreso <strong>de</strong> Aca<strong>de</strong>mias<br />

<strong>de</strong> la Lengua Española, reunido en Madrid,<br />

autorizaba en una <strong>de</strong> sus normas la simplificación <strong>de</strong> los grupos iniciales <strong>de</strong><br />

consonantes en las palabras que empiezan con ps-, mn-, gn-. Así pues, <strong>de</strong>jaban<br />

<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse incorrectas las grafías sicología, nemotecnia, nomo, si bien<br />

hasta la fecha el Diccionario <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia prefiere las formas tradicionales<br />

psicología, mnemotecnia y gnomo, pues en estas entradas <strong>de</strong>fine los términos.<br />

La quinta norma, a su vez, autorizó el empleo <strong>de</strong> las formas contractas<br />

remplazo, remplazar; rembolso, rembolsar, aunque también en estos vocablos<br />

el Diccionario oficial remite a las formas con doble e.<br />

Apenas tres años <strong>de</strong>spués, en julio <strong>de</strong> 1959, el Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica,<br />

al tratar sobre la supresión y el cambio <strong>de</strong> letras, recomendaba:<br />

a) suprimir la b en los términos con bs: oscuro, sustancia, sustituir; sustraer;<br />

b) suprimir la p en el prefijo pseudo y en los términos Ptolomeo y ptolemaico;<br />

c) suprimir la t <strong>de</strong>l prefijo post cuando se une a palabras que comienzan con<br />

consonante: posguerra, posrevolución, posmo<strong>de</strong>rnismo, a excepción <strong>de</strong> las que<br />

empiezan con s: postselección, postsecuenciales, postsmithiano;<br />

d) conservar la p en los compuestos <strong>de</strong> psique: psicología, psiquiatría,<br />

etcétera;<br />

e) conservar la r <strong>de</strong> sur en los <strong>de</strong>rivados; no <strong>de</strong>be cambiarse por d: Suramérica,<br />

sureste, suroeste.<br />

Política y Cultura<br />

51


52<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Sin embargo, si se revisa la producción editorial <strong>de</strong>l último año en el FCE,<br />

se verá que predominan Sudamérica y sudamericanos, pero se prefiere sureste<br />

o suroeste. Si bien es cierto que se trata <strong>de</strong> un criterio ecléctico, respon<strong>de</strong> a usos<br />

más o menos generalizados. Convendría adoptarlos y estar atentos al cambio<br />

lingüístico.<br />

Y un comentario general. A treinta años <strong>de</strong>l susodicho documento, hay<br />

obras <strong>de</strong> esa editorial don<strong>de</strong> se escribe obscuro, substancia y substituir; postguerra,<br />

postmo<strong>de</strong>rnista, y por ahí se llega a colar algún sicólogo. Debe reconocerse,<br />

sin embargo, que los criterios adoptados son muy claros, y la ten<strong>de</strong>ncia<br />

simplificadora se manifiesta en la producción global.<br />

A continuación se incluyen algunas recomendaciones orientadas a la simplificación<br />

<strong>de</strong> términos. En primer lugar, se suprimirán:<br />

1) la b en oscuro, sustancia, sustituir, sustraer;<br />

2) la p en seudo, seudónimo, etc., pero se conservará en septiembre, séptimo,<br />

septuagésimo y <strong>de</strong>más;<br />

3) la t <strong>de</strong>l prefijo post: posguerra, posrenacentista, etc., pero se conservará<br />

en palabras que comiencen con s: postselección, postsecuencial, etcétera;<br />

4) la p en Tolomeo y tolemaico;<br />

5) la e y la i en las palabras compuestas que al unir dos voces duplicarían la<br />

vocal: rembolsar, remplazar, rescribir, sobrentendido, sobrestimar; antimperialismo,<br />

antinflacionario, etcétera;<br />

6) la s <strong>de</strong> conciencia, pero no <strong>de</strong> consciente y sus <strong>de</strong>rivados.<br />

Y para comprobar que el hombre es contradictorio, conservador y hasta<br />

veleidoso, se recomienda conservar la p en todos los compuestos y <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong><br />

psique: psicología, psiquiatría, psicosomático, etc., pues en ellos el uso se muestra<br />

renuente a la pérdida <strong>de</strong> la p en la escritura, aunque pocas personas la<br />

pronuncian.<br />

Digamos para concluir que hay en el español una ten<strong>de</strong>ncia muy marcada<br />

a la simplificación <strong>de</strong> las palabras. Las editoriales, y los medios impresos en<br />

general, <strong>de</strong>berían contribuir a agilizar el cambio eliminando letras innecesarias.<br />

A la larga se irán acercando los sonidos y las letras: acaso entonces la escritura<br />

sea más fácil y la alcancen todos.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

9. Citas, epígrafes,<br />

versos<br />

Aunque parezca ocioso, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cirse que una cita <strong>de</strong>be<br />

ser textual, exacta, si no quiere parafrasearse a un autor<br />

<strong>de</strong> modo involuntario. Cuando rebasa los 300 caracteres<br />

se separa <strong>de</strong>l texto, se eliminan las comillas, se sangra un cuadratín y se<br />

<strong>de</strong>ja una línea en blanco antes y otra <strong>de</strong>spués. La transcripción se compondrá<br />

en cuerpo un punto menor que el <strong>de</strong>l texto, pero en el original basta con la<br />

sangría y los blancos; la primera línea se <strong>de</strong>jará sin sangrar.<br />

Cuando la cita es menor <strong>de</strong> 300 caracteres se conservan las comillas. En este<br />

caso, el punto final irá antes <strong>de</strong> las comillas cuando la transcripción empieza<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> punto; cuando comienza luego <strong>de</strong> dos puntos <strong>de</strong>berán cerrarse las<br />

comillas antes <strong>de</strong>l punto final.<br />

Cuando una cita entrecomillada contiene otra cita, esta última se distingue<br />

con comillas simples; si hubiera todavía una segunda transcripción, ésta se entrecomillará<br />

con sargentos o comillas angulares.<br />

Siempre se agra<strong>de</strong>cerá que las citas bíblicas se tomen <strong>de</strong> la Biblia <strong>de</strong><br />

Jerusalén.<br />

Ahora bien, cuando el autor ha trabajado con documentos antiguos y va a<br />

citar pasajes <strong>de</strong> los mismos, habrá <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar el público al que va dirigido su<br />

escrito antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir si modifica la ortografía y la puntuación, y si conserva<br />

Política y Cultura<br />

53<br />

CITAS<br />

o no las abreviaturas empleadas por los escribanos. Si se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> por actualizar


54<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

grafías y agregar comas y puntos, tendrá que aclararlo, sea en la introducción al<br />

texto o en nota a pie <strong>de</strong> página.<br />

Por último, recuér<strong>de</strong>se que las citas en lenguas distintas <strong>de</strong>l español no<br />

tienen por qué ir en cursivas.<br />

EPÍGRAFES<br />

Los epígrafes <strong>de</strong>ben ocupar dos tercios <strong>de</strong>l ancho <strong>de</strong> la caja y alinearse al<br />

margen <strong>de</strong>recho; usualmente se componen en cuerpo menor, pero al presentar<br />

los originales basta con el margen indicado.<br />

Estos textos breves que encabezan una obra, una parte, un capítulo, o bien<br />

un discurso o un texto <strong>de</strong> poca extensión, también se conocen como lemas,<br />

temas o textos. Cuando el epígrafe se aplica a todo un libro se acostumbra<br />

colocarlo en página impar, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la <strong>de</strong>dicatoria; pero si correspon<strong>de</strong> únicamente<br />

a un capítulo, se dispondrá entre el título <strong>de</strong>l mismo y el texto, con un<br />

blanco <strong>de</strong> un cuadratín antes y otro entre el epígrafe y la firma respectiva. Entre<br />

la firma y el texto suele <strong>de</strong>jarse otro blanco <strong>de</strong> una línea.<br />

En general, los lemas <strong>de</strong>ben componerse en redondas y sin comillas. Hay<br />

editoriales que los paran en cursivas cuando la cita proviene <strong>de</strong> un texto escrito<br />

en idioma distinto <strong>de</strong>l español; otras <strong>de</strong>jan en redondas el epígrafe y su traducción<br />

en cursivas, o viceversa. Lo mejor, en todo caso, es <strong>de</strong>jar en redondas la cita<br />

original, colocar al final una llamada y pasar al pie, como nota, la traducción<br />

correspondiente.<br />

Si el epígrafe lo forman varios versos, éstos <strong>de</strong>ben componerse atendiendo<br />

al más largo. Si la línea más extensa rebasara los dos tercios <strong>de</strong> la caja, convendrá<br />

doblarla; el verso que dobla irá precedido <strong>de</strong> un corchete <strong>de</strong> apertura.<br />

Cuando, por lo contrario, el verso o los versos no ocupen los dos tercios mencionados,<br />

se marginarán a la <strong>de</strong>recha.<br />

Para cerrar este apartado, señalemos que si a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong>l epígrafe<br />

se menciona el título <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se tomó, éste se compondrá en cursivas, como se<br />

haría en cualquier ficha bibliográfica.<br />

VERSOS<br />

Los versos pue<strong>de</strong>n citarse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un párrafo o separados <strong>de</strong>l texto, como<br />

cita. En el primer caso <strong>de</strong>berán entrecomillarse, y al final <strong>de</strong> cada verso se<br />

pondrá como división una barra diagonal: “Hace poco se usaban los jefes, pero<br />

hoy dicen que son Presi<strong>de</strong>ntes./ Muchos sustos les dan a las gentes / y siempre<br />

andan con tejes manejes”, escribe con <strong>de</strong>liberado “humor involuntario” don<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Margarito Le<strong>de</strong>sma. Aquí se ponen en cursivas sólo para <strong>de</strong>stacar el ejemplo,<br />

pero <strong>de</strong>ben ir en redondas. Cuando se separan <strong>de</strong>l texto se eliminan las comillas<br />

y se centran consi<strong>de</strong>rando el verso más largo.<br />

Ésta sería la norma general, pero se presentan algunas dificulta<strong>de</strong>s que<br />

conviene comentar. En primer término, <strong>de</strong>ben respetarse en lo posible las sangrías<br />

(regulares o irregulares) que el poeta haya <strong>de</strong>jado, por más caprichosas<br />

que pudieran parecer en la primera lectura, pues las más <strong>de</strong> las veces las sangrías<br />

son significativas.<br />

En general, <strong>de</strong>ben cumplirse las siguientes normas generales:<br />

1) Salvo la primera línea <strong>de</strong> cada estrofa, que se sangrará un cuadratín,<br />

todas las <strong>de</strong>más se alinearán por la izquierda con la entrada <strong>de</strong> la línea más<br />

larga. Sin embargo, si predominan los versos cortos y varían mucho los largos,<br />

convendrá promediar estos últimos a fin <strong>de</strong> no <strong>de</strong>sequilibrar la composición <strong>de</strong><br />

las páginas.<br />

2) Hoy se tien<strong>de</strong> a usar las versales sólo al inicio <strong>de</strong>l poema, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

punto y en los nombres propios. Antiguamente cada verso <strong>de</strong>bía empezar con<br />

mayúscula (<strong>de</strong> ahí el nombre versal ), pero hoy se evita hacerlo, pues dan cierta<br />

pesa<strong>de</strong>z a la tipografía.<br />

3) Deben evitarse las abreviaturas y los números.<br />

4) Si la extensión <strong>de</strong> un verso obliga a doblarlo, la cola o sobrante que pasa<br />

a la línea siguiente irá precedida <strong>de</strong> corchete que abre y alineada al margen<br />

<strong>de</strong>recho. El verso siguiente pue<strong>de</strong> ir en la misma línea que la cola si queda un<br />

blanco suficiente para evitar la confusión: si no, será mejor pasarlo a línea<br />

nueva.<br />

5) Como en la prosa, cuando en un poema <strong>de</strong>ba agregarse una palabra o<br />

una frase que no sean <strong>de</strong>l autor, el añadido irá entre corchetes.<br />

6) Si hay <strong>de</strong>masiado contraste entre versos cortos y largos y en la poesía se<br />

alternan con cierta regularidad, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse una sangría <strong>de</strong> dos cuadratines<br />

en los breves para equilibrar la composición.<br />

7) Los títulos o cabezas <strong>de</strong> los poemas se centran respecto <strong>de</strong>l verso más<br />

extenso, o bien, promediando los versos más largos.<br />

Es preciso agregar algunas observaciones <strong>de</strong> carácter particular. Por<br />

ejemplo, cuando en un texto se citan versos y se entrecomillan, el signo abrirá<br />

al principio <strong>de</strong> la primera línea y cerrará al final <strong>de</strong>l último verso; no <strong>de</strong>ben<br />

usarse comillas <strong>de</strong> seguimiento sino en los comienzos <strong>de</strong> estrofa en versos<br />

dialogados.<br />

Evítese centrar cada uno <strong>de</strong> los versos, pues a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s que<br />

se presentarán al correr la vista <strong>de</strong> una línea a otra, la composición resultará<br />

poco estética.<br />

Política y Cultura<br />

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56<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Si al citar versos se omiten uno o varios, han <strong>de</strong> sustituirse con una línea <strong>de</strong><br />

cinco puntos <strong>de</strong> doble o triple espaciado.<br />

Cuando en un poema se repiten regularmente uno o más versos, pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>stacarse componiéndolos en cursivas.<br />

Todas las normas y observaciones anteriores son aplicables a canciones<br />

y rezos, pues no se olvi<strong>de</strong> que también son versos.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

10. Signos ortográficos<br />

que suelen emplearse mal<br />

C<br />

LA RAYA, MENOS O GUIÓN LARGO<br />

on estos tres nombres se conoce el signo que nos permite<br />

construir los diálogos, esa raya horizontal <strong>de</strong> un<br />

cuadratín que hasta buenos escritores colocan ina<strong>de</strong>cuadamente. Se emplea en<br />

los casos siguientes:<br />

1) Cuando se interrumpe momentáneamente un enunciado para intercalar<br />

una frase aclaratoria cuyo sentido no se aparta mucho <strong>de</strong> la oración principal:<br />

Elena me miró largamente y —tal vez en contra <strong>de</strong> su voluntad— pronunció<br />

palabras que le venían <strong>de</strong> lejos, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> brotan añejados los rencores.<br />

No cierra la raya cuando la frase parentética va al final <strong>de</strong> un párrafo.<br />

2) Cuando en cuadros o enlistados se <strong>de</strong>sea evitar la repetición <strong>de</strong> un vocablo<br />

o <strong>de</strong> una unidad.<br />

Grupo 1 47 hectáreas<br />

Grupo 2 56 —<br />

Grupo 3 29 —<br />

También se emplea para indicar la falta <strong>de</strong> datos, aunque muchos prefieren<br />

el uso <strong>de</strong> la abreviatura s.d. (sin datos).<br />

Política y Cultura<br />

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58<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

3) Por supuesto, para representar la resta en fórmulas, ecuaciones, etc.:<br />

a — b = c.<br />

Indica asimismo grados bajo cero, <strong>de</strong>presiones bajo el nivel <strong>de</strong>l mar, y sustituye<br />

a la expresión antes <strong>de</strong> Cristo: —13 o C, —25 metros, —247.<br />

4) En los sumarios, para dividir los puntos o secciones <strong>de</strong> un capítulo.<br />

5) En los diálogos, en general, para indicar las intervenciones <strong>de</strong> un interlocutor.<br />

En “Conversaciones con Bloomsbury”, cuento <strong>de</strong> La ley <strong>de</strong> Hero<strong>de</strong>s, escribe<br />

Jorge Ibargüengoitia:<br />

—¡Más claro que el agua! —me dijo la pintora cuando nos separamos <strong>de</strong>l presunto<br />

agente <strong>de</strong> la CIA—. Bloomsbury era agente <strong>de</strong> la CIA.<br />

—¿Por qué?<br />

—Porque este hombre se vendió cuando dijo que los agentes <strong>de</strong> la CIA son<br />

personas discretas. Todos sabemos que son una sarta <strong>de</strong> imbéciles. Por otra parte...<br />

Cuando el narrador interviene para dar alguna explicación luego <strong>de</strong> lo dicho<br />

por uno <strong>de</strong> los interlocutores, el signo menos sirve para separar lo que <strong>de</strong><br />

otra manera resultaría confuso:<br />

—Es que nunca le entiendo nada, doctor —<strong>de</strong>jó caer los brazos, inertes casi, y se<br />

echó a llorar—. Dice que ya no me aguanta, que no tengo remedio, pero ahí sigue,<br />

ni se queda ni se larga.<br />

La explicación también pue<strong>de</strong> interrumpir la intervención <strong>de</strong> quien habla:<br />

—Como quieran —secundó el padre—, pero sería mejor que esperáramos hasta<br />

mañana.<br />

Cuando la raya abre <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> una frase que <strong>de</strong>bía llevar dos puntos, éstos<br />

<strong>de</strong>ben colocarse luego <strong>de</strong>l guión <strong>de</strong> cierre:<br />

—Escúcheme bien, mi amigo —hablaba con dificultad; hizo un rápido recuento<br />

<strong>de</strong> lo pasado y calculó el efecto <strong>de</strong> sus palabras antes <strong>de</strong> soltarlas a quemarropa—:<br />

hoy se lo pido, mañana pasaré sobre su cadáver, sobre todo el pueblo si fuera<br />

necesario.<br />

Si el inciso explicativo queda al final <strong>de</strong> lo expresado por el interlocutor, el<br />

guión abre pero no cierra. Escribe José Emilio Pacheco:<br />

—¿No he escogido yo a los doce, y uno <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s es un <strong>de</strong>monio? —respondió<br />

Jesús.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Una forma segura <strong>de</strong> evitar que se confunda lo expresado por un personaje<br />

con las intervenciones <strong>de</strong>l autor es distinguirlas con punto y aparte. Véase por<br />

ejemplo este fragmento <strong>de</strong> Juan Rulfo:<br />

Cerró la ventana al oír el bramido <strong>de</strong> los toros. Se echó sobre el catre cobijándose<br />

hasta las orejas, y luego se puso a pensar en lo que le estaría pasando a la Chacha<br />

Margarita. Más tar<strong>de</strong> tuvo que quitarse el camisón porque la noche comenzó a<br />

ponerse calurosa...<br />

—¡Damiana! —oyó.<br />

Entonces ella era muchacha.<br />

—¡Ábreme la puerta, Damiana!<br />

Le temblaba el corazón como si fuera un sapo brincándole entre las costillas.<br />

—Pero, ¿para qué, patrón?<br />

—¡Ábreme, Damiana!<br />

—Pero si ya estoy dormida, patrón.<br />

Después sintió que don Pedro se iba por los largos corredores, dando aquellos<br />

zapatazos que sabía dar cuando estaba corajudo.<br />

A la noche siguiente, ella, para evitar el disgusto, <strong>de</strong>jó la puerta entornada y<br />

hasta se <strong>de</strong>snudó, para que él no encontrara dificulta<strong>de</strong>s.<br />

Pero Pedro Páramo jamás regresó con ella.<br />

Cuando la intervención <strong>de</strong> un personaje o interlocutor es muy extensa, es<br />

<strong>de</strong>cir, cuando compren<strong>de</strong> varios párrafos, el primero se indica con signo menos,<br />

y <strong>de</strong>l segundo en a<strong>de</strong>lante se emplean comillas <strong>de</strong> seguir o <strong>de</strong> seguimiento, que<br />

son las <strong>de</strong> cierre:<br />

Antes <strong>de</strong> que le preguntáramos el viejo <strong>de</strong>sanudó recuerdos.<br />

—Con don Venustiano fue peor. Era corajudo el Barbas <strong>de</strong> Chivo. Nos veía a<br />

uno, luego al otro, y por fin, en uno <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>splantes nos dijo: “¡Ya estuvo bueno,<br />

señores, o se aplacan por las buenas, o les doy otra vez los rifles para que nos<br />

partamos la madre!” Y ni quién le agarrara la palabra.<br />

”Los anarquistas éramos poquitos pero entrones. A<strong>de</strong>más, como muchos sabían<br />

escribir y hasta imprimir lo que pensaban, pues nos respetaban los <strong>de</strong> arriba y los<br />

<strong>de</strong> abajo.<br />

”Un día se nos puso que había que hacer algo contra los dueños <strong>de</strong>l café, pues<br />

daban muy mal trato a los compañeros, los hacían trabajar <strong>de</strong> más y les pagaban<br />

una miseria. Entonces <strong>de</strong>cidimos llegar así, <strong>de</strong> sopetón, como cincuenta. Pedimos<br />

un café, y allí nos estuvimos unas cinco horas. Era otra forma <strong>de</strong> lucha, no violenta<br />

pero efectiva.<br />

Política y Cultura<br />

59


60<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Las comillas <strong>de</strong> seguimiento se emplean asimismo cuando uno <strong>de</strong> los<br />

interlocutores introduce lo dicho por otro o cuando se cita un fragmento <strong>de</strong><br />

algún texto que comprenda más <strong>de</strong> un párrafo. Como no abren, tampoco<br />

cierran.<br />

En su Guía para traducción, supervisión y corrección Bulmaro Reyes Coria<br />

advierte contra los errores que cometen los traductores con la raya o guión largo<br />

<strong>de</strong>l inglés (y <strong>de</strong>l francés, completemos).<br />

La raya <strong>de</strong>l inglés no da raya en español. Por ello, en lugar <strong>de</strong> la raya <strong>de</strong>l<br />

inglés <strong>de</strong>be ponerse, según el caso: paréntesis; coma para la raya que abre y<br />

coma para la raya que cierra; punto y coma; incluso, la raya <strong>de</strong>l inglés, pue<strong>de</strong><br />

resolverse con punto y seguido; a veces con puntos suspensivos, y también se<br />

resuelve con dos puntos.<br />

Finalmente, cuando los diálogos son muy breves pue<strong>de</strong>n intercalarse <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong>l párrafo. De nuevo recurrimos a José Emilio Pacheco para ejemplificar,<br />

ahora con un fragmento <strong>de</strong> su “Inventario” <strong>de</strong>l Proceso número 596:<br />

Abajo, en el patio, una criada se acercó a Pedro que se calentaba junto a la hoguera<br />

y le dijo: —Tú también estabas con Jesús Nazareno.<br />

Pedro negó: —No sabes lo que dices—. Salió a la calle y cantó el gallo. Un siervo<br />

<strong>de</strong> Caifás, pariente <strong>de</strong> Malco, lo <strong>de</strong>tuvo en el umbral y le preguntó: —¿No eres uno<br />

<strong>de</strong> sus discípulos? ¿No te he visto con él en el huerto?<br />

Pedro negó <strong>de</strong> nuevo y otra vez cantó el gallo. La criada <strong>de</strong>l sumo sacerdote dijo<br />

a los que estaban en el patio: —Es uno <strong>de</strong> ellos—. Pero él juró: —No conozco a ese<br />

hombre.<br />

GUIÓN O GUIÓN CORTO: DIVISIÓN-UNIÓN<br />

A más <strong>de</strong> servir para dividir las palabras a fin <strong>de</strong> línea, se emplea para unir las<br />

partes <strong>de</strong> un vocablo compuesto cuyo sentido suele <strong>de</strong>notar oposición o contradicción:<br />

las relaciones mexicano-norteamericanas, la guerra anglo-argentina;<br />

contraste o complementaridad: Instituto Mexicano-Cubano, acuerdo nicaragüensenorteamericano.<br />

Puesto entre dos cifras sustituye a la preposición a: véanse las páginas<br />

40-57; consúltense los capítulos III-VIII.<br />

Según don Julio Casares, pue<strong>de</strong>n separarse con guión los prefijos con que<br />

se componen vocablos y locuciones <strong>de</strong> reciente acuñación, pero <strong>de</strong>be tenerse<br />

presente que el uso hará <strong>de</strong> esas locuciones una sola voz: es cuestión <strong>de</strong> tiempo.<br />

Así, en época más o menos reciente aún se escribía auto-dominio, hipersensible,<br />

para-estatal, que hoy se han simplificado y han quedado en autodominio,<br />

hipersensible y paraestatal.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

De ningún modo <strong>de</strong>be emplearse este signo para separar los componentes<br />

<strong>de</strong> gentilicios que constituyen una realidad geográfica, histórica o política permanente:<br />

hispanoamericano, francocanadiense, angloamericano.<br />

Tampoco <strong>de</strong>be emplearse para separar los adjetivos que forman compuestos<br />

que se usan comúnmente: socioeconómico, fisicoquímico, etcétera.<br />

No <strong>de</strong>be separar los prefijos con que se componen locuciones <strong>de</strong> formación<br />

reciente pero que se emplean como voces simples: seudoprofeta,<br />

inframundo, superdotado, etcétera.<br />

Hemos querido <strong>de</strong>jar para el final un punto controvertido: las palabras<br />

que se forman con la preposición inseparable ex o con el prefijo o preposición<br />

inseparable pro. Bulmaro Reyes Coria apunta: “Ciertos nombres adoptan,<br />

separada, la preposición ex, para indicar que su significado <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser en la<br />

persona <strong>de</strong> quien se habla”, y luego <strong>de</strong> ofrecer algunos ejemplos advierte: “Es<br />

frecuente que estos nombres se hallen escritos <strong>de</strong> dos diferentes maneras,<br />

incorrectas ambas, como: ex-alumno o exalumno. El corrector <strong>de</strong>be enmendar<br />

esta anomalía, indicando que <strong>de</strong>ben escribirse dos vocablos separados,<br />

pero sin guión”.<br />

Acaso con el tiempo <strong>de</strong>je <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse error unirlos a las voces que<br />

antece<strong>de</strong>n (Martín Alonso da entrada, en su Diccionario <strong>de</strong>l español mo<strong>de</strong>rno,<br />

a profeminista, pero no a muchos otros términos que se leen en diarios y revistas:<br />

proimperialistas, proyanquis, etc.). Otro tanto ocurre con exministro, exprovincial<br />

y <strong>de</strong>más, que son perseguidos <strong>de</strong> oficio por los correctores; sin embargo, el uso<br />

cada vez mayor probablemente acabe por abrir las puertas <strong>de</strong> los diccionarios<br />

académicos a la simplificación —a la unión— <strong>de</strong> estas voces yuxtapuestas. Por<br />

lo pronto, escríbase ex alumno, ex presi<strong>de</strong>nte, pro franceses.<br />

LAS COMILLAS<br />

En general, se utiliza este signo para señalar citas breves en un texto, lo mismo<br />

que para indicar sentidos irónicos, <strong>de</strong>stacar neologismos o palabras y frases <strong>de</strong><br />

doble sentido.<br />

También se entrecomillan los títulos <strong>de</strong> artículos en periódicos y revistas, <strong>de</strong><br />

capítulos <strong>de</strong> libros, <strong>de</strong> conferencias, etcétera.<br />

Muchos escritores ponen entre comillas lo que un personaje piensa y no<br />

expresa: “Hijo <strong>de</strong> su rechintola”, pensó Juan, pero sólo dijo: —Buenos días tenga<br />

usted, patrón.<br />

Cuando en un entrecomillado hace falta abrir otro se emplearán medias<br />

comillas o comillas sencillas, como también se les llama; en los raros casos en<br />

que sea preciso abrir un tercer entrecomillado, se usarán comillas angulares o<br />

bajas, conocidas también como francesas o sargentos.<br />

Política y Cultura<br />

61


62<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Las comillas sencillas, dicho sea <strong>de</strong> paso, sirven también para indicar que<br />

una palabra se está usando en su valor conceptual: porque la palabra ‘muerte’<br />

no provoca —ni invoca ni convoca— muerte alguna.<br />

Todos saben que, a diferencia <strong>de</strong>l inglés, en español siempre quedan fuera<br />

<strong>de</strong> las comillas la coma, el punto y coma y los dos puntos. Asimismo, que las<br />

comillas cierran <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l punto cuando abren párrafo o cuando el entrecomillado<br />

va <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> punto. Pero no hay acuerdo en la colocación <strong>de</strong>l punto<br />

y las comillas cuando una cita sigue a los dos puntos: hay quienes piensan que<br />

la frase que prece<strong>de</strong> al entrecomillado no termina sino <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la cita; otros<br />

opinan lo contrario. En Política y Cultura, en estos casos, se <strong>de</strong>jará el punto<br />

fuera <strong>de</strong> las comillas.<br />

Las comillas no <strong>de</strong>ben emplearse en las <strong>de</strong>nominaciones oficiales <strong>de</strong> compañías,<br />

empresas, organismos, institutos, cines, teatros, nombres <strong>de</strong> congresos o reuniones<br />

y entida<strong>de</strong>s similares, pues para distinguirlas bastan las mayúsculas iniciales.<br />

Tampoco se entrecomillan los libros <strong>de</strong> la Biblia: se escriben con mayúscula<br />

inicial, en redondas.<br />

Ni sirve este signo para <strong>de</strong>stacar i<strong>de</strong>as; ya se dijo que para este fin conviene<br />

emplear las cursivas.<br />

PARÉNTESIS Y CORCHETES<br />

En términos generales, paréntesis y corchetes se emplean para encerrar palabras,<br />

oraciones y párrafos que se apartan <strong>de</strong>l hilo central <strong>de</strong> una frase, <strong>de</strong> un<br />

periodo o <strong>de</strong> un discurso, respectivamente. De ordinario esos incisos aclaran,<br />

precisan o amplían lo dicho fuera <strong>de</strong> los paréntesis.<br />

El paréntesis <strong>de</strong> cierre <strong>de</strong>be ir siempre antes <strong>de</strong> coma, punto y coma y dos<br />

puntos en una oración principal. Pero el paréntesis cierra <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l punto<br />

final cuando abre <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> punto y cuando abre párrafo.<br />

Antes <strong>de</strong>l paréntesis <strong>de</strong> apertura sólo pue<strong>de</strong> haber puntos suspensivos o<br />

punto final que cierran la frase anterior; los <strong>de</strong>más signos <strong>de</strong> puntuación <strong>de</strong>ben<br />

posponerse.<br />

El corchete o paréntesis cuadrado suele emplearse para encerrar un párrafo,<br />

un periodo o una frase que llevan algún texto entre paréntesis. Asimismo, pue<strong>de</strong>n<br />

abrirse paréntesis <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otros <strong>de</strong>l mismo tipo (curvos o redondos)<br />

cuando los espacios son suficientes para evitar confusiones.<br />

También se emplean los corchetes para encerrar intervenciones <strong>de</strong> un<br />

autor <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una cita y, con puntos suspensivos en su interior, para indicar<br />

omisiones parciales en una transcripción.<br />

Agreguemos que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los paréntesis y corchetes pue<strong>de</strong>n emplearse los<br />

signos <strong>de</strong> puntuación necesarios.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Acaso no estorbe <strong>de</strong>cir que resulta una especie <strong>de</strong> jerarquía entre las comas,<br />

los guiones, los paréntesis y los corchetes: [(—, ,—)]. Si en una oración, por<br />

ejemplo, se intercala una frase inci<strong>de</strong>ntal, convendría pensar en la relación que<br />

guarda con la principal antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir si se la separa o aleja con comas, con raya<br />

o con paréntesis. La distancia <strong>de</strong>l paréntesis es mayor que la <strong>de</strong>l guión y la <strong>de</strong> éste<br />

mayor que la <strong>de</strong> las comas.<br />

OTROS SIGNOS ORTOGRÁFICOS<br />

Así sean dos palabras, habrá que <strong>de</strong>cir algo <strong>de</strong> los signos <strong>de</strong> interrogación y los<br />

<strong>de</strong> admiración; <strong>de</strong> la diéresis o crema, y <strong>de</strong>l apóstrofo.<br />

Hay oraciones y periodos en que se abren y cierran muchas preguntas. En<br />

tales casos la puntuación <strong>de</strong>be colocarse como si no existieran los signos <strong>de</strong><br />

interrogación, pues el punto <strong>de</strong> éstos pue<strong>de</strong> cerrar una frase, pero no sustituir a<br />

una coma o a un punto y coma.<br />

Debe recordarse que algunas oraciones participan al mismo tiempo <strong>de</strong>l<br />

sentido interrogativo y <strong>de</strong>l admirativo, por lo que pue<strong>de</strong>n abrir con un signo y<br />

cerrar con otro: ¿y cómo <strong>de</strong>monios querías que me enterara, si nunca lo dijiste! El<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los signos pue<strong>de</strong> invertirse: el sentido será el mismo. En español, a<br />

diferencia <strong>de</strong> lo que ocurre en inglés o en francés, las frases exclamativas e<br />

interrogativas <strong>de</strong>ben indicarse con signos <strong>de</strong> apertura y cierre. No obstante,<br />

cuando aparezcan frases o palabras tomadas <strong>de</strong> otros idiomas, se usarán los<br />

signos conforme a las normas <strong>de</strong>l idioma original. Ramos ofrece dos ejemplos:<br />

Quo Vadis?; Remember!<br />

Respecto <strong>de</strong> la diéresis o crema, recuér<strong>de</strong>se que sólo tiene dos usos: indicar<br />

que la u <strong>de</strong> güe y güi <strong>de</strong>be pronunciarse: agüita, jagüey; y, colocada sobre la u<br />

<strong>de</strong> un diptongo, que éste <strong>de</strong>be <strong>de</strong>shacerse: cü-i-ta, rü-i-nes.<br />

Esto último constituye una licencia poética mediante la cual un verso <strong>de</strong> 10 sílabas,<br />

por ejemplo, crece a 11. El recurso va cayendo en <strong>de</strong>suso.<br />

Por último, el apóstrofo (’) indica la omisión <strong>de</strong> una o más letras: pa ’ qué,<br />

para qué; ya ’stá, ya está; etc. Los escritores <strong>de</strong> nuestro tiempo casi han <strong>de</strong>jado<br />

<strong>de</strong> usar este signo, pues prefieren <strong>de</strong>jar las palabras incompletas, sin más, o<br />

bien, cuando pue<strong>de</strong>n prestarse a confusión, escribirlas en cursivas.<br />

Política y Cultura<br />

63


11. Notas y bibliografía<br />

L<br />

LLAMADAS Y NOTAS<br />

o mismo si se trata <strong>de</strong> una nota aclaratoria o explicativa<br />

que <strong>de</strong> una bibliográfica, en el texto se coloca<br />

como llamada un número voladito, sin puntuación y sin paréntesis. Por lo<br />

general se hace una sola serie para una obra, a menos que las notas sean<br />

extensas y abundantes, en cuyo caso se recomenzaría la numeración en cada<br />

capítulo.<br />

No es necesario formar los materiales, por lo que se agra<strong>de</strong>ce escribir por<br />

separado las notas, en el mismo cuerpo que el texto y con la misma interlínea,<br />

pues si en el texto hace falta ese espacio para las anotaciones <strong>de</strong>l corrector, en<br />

notas y bibliografía los blancos se agra<strong>de</strong>cen doblemente.<br />

En las notas a pie <strong>de</strong> página no se requiere or<strong>de</strong>nar alfabéticamente, por lo<br />

que las fichas empiezan con el nombre <strong>de</strong>l autor y luego los apellidos, seguidos<br />

<strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> la obra, el país, la editorial, el año y las páginas citadas. Todos<br />

los elementos se separan con comas.<br />

Si se trata <strong>de</strong> dos autores, éstos se unen mediante una y. Si son tres o más,<br />

se escribe el primero seguido <strong>de</strong> la expresión et al.<br />

Cuando se trata <strong>de</strong> una antología, compilación o algo parecido, esto se indica<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l nombre: Juan Ibáñez Rodríguez (coord.); Laura Escarza Pulido<br />

(comp.), Álvaro Zavala Pulido (trad. y ed.).


66<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Las obras que publican dos países o dos editoriales <strong>de</strong>ben registrarse como<br />

sigue: México/Londres, París/Nueva York; Longman/Harvard University Press.<br />

Y si la obra pertenece a una colección, el dato se incluye, entre paréntesis,<br />

luego <strong>de</strong> la editorial: México, Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica (Breviarios, 147).<br />

Ejemplos:<br />

Carlos Bosh García, La técnica <strong>de</strong> investigación documental, 6a. ed., México,<br />

UNAM, 1974, pp. 17-28.<br />

Jorge Zepeda Patterson, “Limites et possibilités <strong>de</strong> l’i<strong>de</strong>ntité territoriale au Mexique”,<br />

en J. Revel-Mouroz (coord.), Pouvoir local, régionalismes, décentralisation: enjeux<br />

territoriaux et territorialité en Amérique Latine, París, IHEAL, 1989.<br />

Rodolfo Stavenhagen, “La cuestión étnica: algunos problemas téoricometodológicos”,<br />

Estudios Sociológicos, vol. X, núm. 28, México, El Colegio <strong>de</strong> México,<br />

enero-abril <strong>de</strong> 1992, pp. 37-56.<br />

Para la bibliografía la disposición <strong>de</strong> los datos sería la misma, sólo que ahí<br />

sí se or<strong>de</strong>narían alfabéticamente las obras, empezando por los apellidos, y se<br />

eliminarían las referencias <strong>de</strong> las páginas citadas.<br />

Una obra ya citada se sustituye con la locución latina op. cit., abreviatura <strong>de</strong><br />

opus citatus, “obra citada”. Si enseguida se citan el mismo autor y la misma obra,<br />

se les sustituye por la abreviatura ibid., <strong>de</strong> ibi<strong>de</strong>m, adverbio latino que significa<br />

“en el mismo lugar”.<br />

Ahora bien, si la nota siguiente remite al mismo autor, la misma obra y hasta<br />

las mismas páginas, se utiliza la palabra latina i<strong>de</strong>m, pronombre que significa “lo<br />

mismo” o “el mismo”. Con ese mismo sentido se emplea loc. cit., abreviatura <strong>de</strong><br />

locus citatus, “lugar citado”.<br />

Vayamos por último a la forma <strong>de</strong> citar conferencias o ponencias, consultas<br />

en internet, tesis y otros textos.<br />

Conferencias o ponencias:<br />

José Fernán<strong>de</strong>z García, “Desestacionalización <strong>de</strong> ciclos económicos”, ponencia<br />

presentada en el III Coloquio <strong>de</strong> Matemáticas Aplicadas, México, Universidad Autónoma<br />

Metropolitana, Unidad Xochimilco, 8-10 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2004.<br />

Roberto Zavala Ruiz, “Las malas palabras y el cambio lingüístico”, conferencia<br />

dictada en la Feria Nacional <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> Querétaro, 12 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2004.<br />

Páginas <strong>de</strong> internet:<br />

Julio H. Cole, “Determinantes <strong>de</strong>l crecimiento económico mundial, 1980-1989”,<br />

en http://www.eumed.net/celjhc-<strong>de</strong>ter.htm<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

Tesis <strong>de</strong> grado:<br />

Yolanda Pérez, Las mujeres y su expansión en el mercado laboral, tesis <strong>de</strong> doctorado,<br />

México, Universidad Autónoma Metropolitana, 2002.<br />

Artículos en diarios:<br />

Julio Hernán<strong>de</strong>z López, “Política y religión”, La Jornada, año X, México, 10 <strong>de</strong><br />

diciembre <strong>de</strong> 2004.<br />

Textos por publicarse:<br />

Lelio Mármora (en prensa), “Estrategia <strong>de</strong> inserción <strong>de</strong> inmigrantes cabover<strong>de</strong>anos<br />

en Argentina”, Política y Cultura, México, Universidad Autónoma Metropolitana-<br />

Xochimilco.<br />

Si con estas breves indicaciones el autor no ha resuelto sus dudas, remítase al<br />

apéndice al capítulo II <strong>de</strong> Roberto Zavala Ruiz, El libro y sus orillas, 6a. reimp.<br />

<strong>de</strong> la 3a. ed., México, Dirección <strong>de</strong> Publicaciones y Fomento Editorial-UNAM,<br />

2005, pp. 137-155. En ese texto se abrevia y comenta una obrita monumental <strong>de</strong><br />

Gloria Escamilla (Manual <strong>de</strong> metodología y técnica bibliográficas, México, UNAM,<br />

1973) en la que pue<strong>de</strong> consultarse cómo citar documentos <strong>de</strong> archivo, incunables<br />

y <strong>de</strong>más particularida<strong>de</strong>s.<br />

Política y Cultura<br />

67


12. División <strong>de</strong> palabras:<br />

lo que <strong>de</strong>be evitarse<br />

Alos tipógrafos y correctores no les basta saber dividir<br />

las palabras en sílabas: <strong>de</strong>ben conocer y acatar ciertas<br />

normas tipográficas que rigen la división <strong>de</strong> signos y vocablos. A continuación<br />

se revisarán y comentarán las más importantes.<br />

Salvo en medidas muy cortas, como las <strong>de</strong> columnas <strong>de</strong> periódicos y revistas,<br />

no <strong>de</strong>ben dividirse las palabras <strong>de</strong> cuatro letras: di-me, co-mo, lo-ro, etc. Se<br />

exceptúan las que llevan una letra doble: chi-co, lla-ve, que-po. Tampoco es<br />

aceptable terminar una línea con las dos primeras letras <strong>de</strong> una palabra extensa,<br />

ni pasar a la línea siguiente las dos últimas: ti-pografía, arrabale-ro.<br />

Es válido dividir las palabras <strong>de</strong> cinco letras, pero en medidas largas conviene<br />

evitar divisiones como li-bra, fi-los, ti-ros, par-tí, pues las sílabas formadas<br />

por dos letras estrechas resultan antiestéticas y se prestan, como los monosílabos<br />

a principio o fin <strong>de</strong> línea, a la formación <strong>de</strong> calles, ríos o callejones.<br />

Aunque gramaticalmente es correcto, no <strong>de</strong>be separarse nunca la primera<br />

sílaba <strong>de</strong> una palabra cuando es un diptongo o una vocal: e-ludir; i-lativo, eufonía,<br />

au-tomóvil. Tampoco han <strong>de</strong> separarse dos vocales en medio <strong>de</strong> palabra,<br />

aunque no formen diptongo: mare-ado, ba-obab; pero sí en palabras compuestas<br />

cuando las vocales son la última <strong>de</strong>l primer vocablo simple y la primera <strong>de</strong>l<br />

segundo: porta-estandarte, norte-americano, entre-acto.<br />

Las palabras compuestas por un prefijo y un sustantivo pue<strong>de</strong>n dividirse por<br />

sus componentes (<strong>de</strong>s-atar; in-aplicable, nos-otros) o por el silabeo natural (noso-tros,<br />

<strong>de</strong>-sa-tar; ina-pli-ca-ble).


70<br />

Roberto Zavala Ruiz<br />

Deben evitarse siempre las particiones que <strong>de</strong>n lugar a palabras malsonantes,<br />

ya sea a final o a principio <strong>de</strong> línea: tubér-culo, imper-meable, Chi-cago,<br />

pene-trar; en-vergadura, caca-huate, acé-falo, dis-puta, puta-tivo, reputa-ción,<br />

falo-pio, tor-pedo, euro-peo, hu-mear, etc. Como pue<strong>de</strong> verse, la tipografía no se<br />

libra <strong>de</strong> la moralina que evita las alusiones sexuales y escatológicas en sentido<br />

amplio.<br />

Tampoco son permisibles los cortes cuando resulten sentidos irónicos u<br />

ofensivos: en la guardia <strong>de</strong> honor se formó una es-cuadra <strong>de</strong> funcionarios; el<br />

diputado siempre disi-mula ante el pueblo.<br />

Si al dividir una palabra se halla una consonante seguida <strong>de</strong> h, ésta iniciará<br />

la línea siguiente: al-haraca, <strong>de</strong>s-hidratado, in-hibir.<br />

Con la r y la rr se presentan varias circunstancias. En primer lugar, ha <strong>de</strong><br />

procurarse no dividir vocablos simples en una sílaba don<strong>de</strong> que<strong>de</strong> como inicio<br />

<strong>de</strong> línea una r: enté-rico, ca-reo, Ma-ría, pues al separarse y pasar a comienzo <strong>de</strong><br />

renglón las segundas partes se pronunciarían -rrico, -rreo y -rría, respectivamente.<br />

Por lo contrario, cuando se dividan palabras compuestas don<strong>de</strong> la prosodia<br />

obligó a duplicar la r pue<strong>de</strong> suprimirse una: contra-revolucionario,<br />

intra-regional. Por último, si bien es cierto que la rr como letra doble es indivisible,<br />

<strong>de</strong>be procurarse que no que<strong>de</strong> a principio <strong>de</strong> línea: ente-rrado, aca-rreo,<br />

<strong>de</strong>sa-rrollo.<br />

Evítese en lo posible la división <strong>de</strong> un elemento <strong>de</strong> palabra compuesta<br />

unida con guión, a fin <strong>de</strong> que no que<strong>de</strong>n cerca y en la misma palabra, a fin <strong>de</strong><br />

línea, dos guiones <strong>de</strong> distinto valor: árabe-is-raelí, ruso-ja-ponesa.<br />

Nunca <strong>de</strong>ben dividirse las abreviaturas ni las siglas, aun cuando consten <strong>de</strong><br />

dos o más sílabas. En particular, las abreviaturas i./e., v./gr., p./ej. y similares, ni<br />

han <strong>de</strong> dividirse ni <strong>de</strong>jarse a fin <strong>de</strong> línea. Tampoco se dividirán las iniciales <strong>de</strong><br />

un nombre propio: J. S./Bach, E. C./Duró, S. M. /Rubio, A. Z. / Pulido.<br />

Las palabras que llevan x entre dos vocales no <strong>de</strong>ben dividirse <strong>de</strong> manera<br />

que la equis pierda el sentido <strong>de</strong> su pronunciación: así, podrá dividirse mexicano,<br />

pero no me-xicano; <strong>de</strong> igual manera se dividirá asexua-do, pero no<br />

ase-xuado.<br />

En palabras <strong>de</strong> origen náhuatl la combinación tz es inseparable, pues tiene<br />

i<strong>de</strong>ntidad propia como sonido. Así pues, habrá que dividir Que-tzal-cóatl, y no<br />

Quet-zalcóatl; Azcapo-tzalco, y no Azcapot-zalco; y, por supuesto, Tzintzuntzan<br />

se dividirá Tzin-tzun-tzan.<br />

A fin <strong>de</strong> línea no pue<strong>de</strong>n quedar letras solas inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

abrir rayas o paréntesis: para frenarlos (a/medida que se pier<strong>de</strong>); no resulta<br />

—o/lo que es peor —, no se logra.<br />

Luego <strong>de</strong> punto y seguido no <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>jarse al final <strong>de</strong> línea ningún vocablo<br />

o sílaba <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> tres letras: A/propósito; En/cambio; La/prueba, pues<br />

ello va contra la estética tipográfica.<br />

Política y Cultura


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

En las líneas finales <strong>de</strong> los párrafos ha <strong>de</strong> procurarse que no que<strong>de</strong>n menos<br />

<strong>de</strong> cinco letras en cajas angostas, ni menos <strong>de</strong> siete en medidas que rebasen las<br />

veinte picas.<br />

No <strong>de</strong>ben separarse las palabras que formen frases <strong>de</strong> sentido unitario:<br />

Excmo. e Ilmo./Sr. Dr. D. Juan.<br />

Sólo en medidas cortas o por exigencias <strong>de</strong>l espaciado se tolerarán a fin <strong>de</strong><br />

línea preposiciones o conjunciones <strong>de</strong> una sola letra: a, o, y, e, u, pues a menudo<br />

contribuyen a la formación <strong>de</strong> callejones.<br />

Cuando ocurra dividir palabras compuestas en las que intervienen prefijos,<br />

se procurará separarlas por estas partículas: ab, ad, aeri o aero, archi,<br />

arqui, arz, auto, ben, bi o bis, centi o centu, circun, cis, co, contra, cuatri,<br />

<strong>de</strong>ca, <strong>de</strong>ci, <strong>de</strong>s, dis, en o endo, entre, epi, equi, ex, extra, fago, filo, filia,<br />

fobia, geo, hemi, hidro, hiper, hipo, im o in, infra, inter; intra, macro, micro,<br />

mono, multi, neo, neur; oh, acta, pan, penta, peri, poli, post o pos, pre, pro,<br />

prato, re, semi, sobre, sub, super, supra, termo, tetra, trans o tras, tri, vice,<br />

zoo. Se exceptúan <strong>de</strong> esta norma los términos compuestos con el sufijo -itis;<br />

así, se dividirá neu-ritis, celu-litis, y no neur-itis ni celul-itis.<br />

Debe evitarse que se repita una sílaba al principio o al final <strong>de</strong> una línea:<br />

tampo- co colaboró, a fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>- cidirlo. En realidad, estas sílabas cacofónicas<br />

<strong>de</strong>ben eliminarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el original, y no esperar a que causen problemas en la<br />

corrección <strong>de</strong> pruebas.<br />

Por último, no se <strong>de</strong>je nunca un inciso a fin <strong>de</strong> línea: a)/Calígula.<br />

Política y Cultura<br />

71


<strong>Sugerencias</strong> <strong>de</strong> <strong>redacción</strong><br />

se terminó <strong>de</strong> imprimir en julio <strong>de</strong> 2005<br />

en los talleres <strong>de</strong> mc editores,<br />

Texcaltitla 27, col. Santa Rosa Xochiac,<br />

01830 México, D.F., tels. 2650 3422 y 0964<br />

mc editores@hotmail.com<br />

La edición consta <strong>de</strong> 1 000 ejemplares<br />

más sobrantes para reposición.

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