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MEMORIAS DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA

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memorias<br />

de la<br />

academia mexicana de la lengua


memorias<br />

de la<br />

academia mexicana de la lengua<br />

Tomo xxix<br />

[2001]<br />

académica<br />

discursos de ingreso<br />

Homenajes<br />

Trabajos diversos leídos<br />

en sesiones ordinarias<br />

Trabajos diversos leídos<br />

en otros foros<br />

apéndice. discursos pronunciados<br />

en ocasiones especiales<br />

Varia<br />

méxico, 2009


PC4831<br />

A33<br />

2009 Academia Mexicana de la Lengua<br />

Memoria de la Academia Mexicana de la Lengua. —<br />

México : Academia Mexicana de la Lengua, 2009.<br />

516 p.<br />

Tomo XXIX (2001)-<br />

1. Academia Mexicana de la Lengua – Publicaciones<br />

periódicas. 2. Español — México — Publicaciones periódicas.<br />

3. Filología mexicana — Publicaciones periódicas. 4. Filología<br />

española — Publicaciones periódicas. 5. Literatura mexicana —<br />

Publicaciones periódicas. I. t. II. Ser.<br />

La Academia Mexicana de la Lengua se reúne en sesión privada<br />

los segundos y cuartos jueves de cada mes, de 17:30 a 20:00 horas.<br />

Los mismos días sesionan su Mesa Directiva, de 9:00 a 11:30 horas, y<br />

su Comisión de Lexicografía, de 16:00 a 17:30 horas. La Comisión<br />

de Consultas se reúne con periodicidad semanal, cada jueves, de<br />

12:30 a 14:00 horas. Todas estas reuniones tienen carácter privado.<br />

Atención al público de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas.<br />

D.R. © 2009. Academia Mexicana de la Lengua, A.C.<br />

Liverpool 76, 06600 México, D. F.<br />

Conmutador: (+52 55) 5208 2526<br />

Fax: (+52 55) 5208 2526, ext. 102<br />

C.e.: academia@academia.org.mx<br />

Sitio electrónico: http://www.academia.org.mx<br />

Esta publicación ha sido<br />

posible gracias al apoyo del<br />

Impreso y hecho en México / Printed in Mexico


academia mexicana de la lengua<br />

[2001]<br />

mesa directiva<br />

Director: José luis martínez<br />

Director adjunto: ruy Pérez Tamayo<br />

Secretario: salvador díaz cíntora<br />

Censor: Tarsicio Herrera Zapién<br />

Bibliotecario-archivero: José g. moreno de alba<br />

Tesorero: eulalio Ferrer rodríguez<br />

miguel león-Portilla<br />

alí chumacero<br />

ernesto de la Torre Villar<br />

silvio Zavala<br />

salvador elizondo<br />

José Pascual Buxó<br />

clementina díaz y de ovando<br />

carlos montemayor<br />

arturo azuela<br />

gabriel Zaid<br />

leopoldo solís<br />

José rogelio Álvarez<br />

guido gómez de silva<br />

ernesto de la Peña


margit Frenk<br />

ramón xirau<br />

gonzalo celorio<br />

margo glantz<br />

enrique cárdenas de la Peña<br />

Jaime labastida<br />

mauricio Beuchot<br />

gustavo couttolenc<br />

elías Trabulse


académica


Vida académica:<br />

aÑo 2001<br />

Para la academia mexicana de la lengua, el año 2001 fue especialmente<br />

fecundo en lo que se refiere a su participación en actividades de amplia<br />

trascendencia científica y social, tanto en el ámbito nacional como en el<br />

internacional.<br />

las tareas de investigación iniciadas en 1993 para la redacción de un<br />

nuevo diccionario de mexicanismos rindieron sus frutos: el Diccionario breve<br />

de mexicanismos (dbm), obra preparada por el académico don guido gómez<br />

de silva y coeditada por la academia y el Fondo de cultura económica.<br />

Por otra parte, la edición de la Memoria del XI Congreso de Academias de la<br />

Lengua Española (1998), a cargo de la gramática maribel madero Kondrat,<br />

vio también la luz.<br />

Por lo que hace a la difusión del conocimiento, destacó la asistencia de<br />

varios miembros de la corporación a dos foros académicos internacionales,<br />

a saber: el xiV congreso de la asociación internacional de Hispanistas,<br />

realizado en nueva York del 16 al 21 de julio, al cual asistió don guido<br />

gómez de silva para presentar el dbm, y el ii congreso internacional de<br />

la lengua española, organizado por la real academia española y el instituto<br />

cervantes en colaboración con las veintiuna academias de la lengua<br />

española de Hispanoamérica, estados unidos y Filipinas, y celebrado,<br />

bajo el título de El español en la sociedad de la información, en Valladolid, españa,<br />

del 16 al 19 de octubre. acudieron a este último los académicos don<br />

miguel león-Portilla, quien, en la sesión inaugural, pronunció el discurso<br />

“el español y el destino de las lenguas amerindias”; don eulalio Ferrer,<br />

quien presidió la plenaria “el potencial económico del español” y el panel<br />

“el activo del español”, cuya sección “la publicidad en español” también<br />

coordinó; don gonzalo celorio y don Jaime labastida, quienes presentaron,<br />

respectivamente, las ponencias “el Fondo de cultura económica en<br />

el orbe de la lengua española” y “la edición del libro de pensamiento en el<br />

español actual”, en la sección “la edición en español” del panel “el activo<br />

[11]


12 vida académica<br />

del español”; don guido gómez de silva, quien participó en la sección<br />

“el español de américa” del panel “unidad y diversidad del español”, con<br />

su trabajo “el Diccionario breve de mexicanismos”; don ruy Pérez Tamayo,<br />

quien dio lectura a su ensayo “importancia de la lengua española en el desarrollo<br />

de la ciencia en méxico” en la sección “el español de la ciencia”<br />

del panel “nuevas fronteras del español”, y don José g. moreno de alba,<br />

quien participó en la mesa redonda “unidad y diversidad del español” con<br />

la ponencia “unidad y diversidad del español: el léxico”.<br />

con objeto de divulgar los frutos del quehacer académico, promoverlo<br />

y ponerlo a disposición de la sociedad mexicana, la corporación puso<br />

en marcha la primera versión de su sitio electrónico (www.academia.org.<br />

mx), donde se ofrece gratuitamente información institucional y obras de<br />

consulta lingüística. con el mismo propósito, se organizó, en colaboración<br />

primero con el instituto nacional de Bellas artes y después con el<br />

centro de cultura casa lamm, la tercera y cuarta ediciones del ciclo de<br />

conferencias Diálogos de la lengua. Todos los sábados del mes de junio, la<br />

sala manuel m. Ponce del Palacio de Bellas artes acogió a un académico<br />

ponente: los días sábados 2, 9, 16, 23 y 30, fueron leídos, respectivamente,<br />

el recuento biográfico y literario titulado “José rubén romero, vida y<br />

obra” por don José luis martínez; la antología comentada “galería evangélica<br />

de Joaquín antonio Peñalosa” por don gustavo couttolenc cortés;<br />

el ensayo “los cafés decimonónicos. ‘negros licores de los blancos<br />

sueños’: manuel maría Flores” por doña clementina díaz y de ovando;<br />

la disertación “Juicio crítico de la medicina mexicana del siglo xx” por<br />

don enrique cárdenas de la Peña, y el texto “el náhuatl y el español, ¿lenguas<br />

en conflicto o en posible armonía?” por don miguel león-Portilla.<br />

Por su parte, la casa lamm fue escenario, los días miércoles 12 y 26 de<br />

septiembre, y 3 y 10 de octubre, del ciclo de lecturas que con el subtítulo<br />

Poesía en México se realizó con la participación de doña margo glantz,<br />

don salvador díaz cíntora, don Tarsicio Herrera Zapién y don enrique<br />

cárdenas de la Peña, quienes presentaron, respectivamente, los trabajos<br />

“sor Juana: un sueño realizado”, “la Loa de la infancia de sor Juana”, “de<br />

carl orff a manuel Ponce” y “Tres poetas médicos mexicanos de la era<br />

moderna”.


año 2001 13<br />

Asimismo, en el marco de la inauguración de las Jornadas sobre Cervantes<br />

y el Quijote, organizadas por la Sociedad Estatal España Nuevo Milenio,<br />

don Salvador Díaz Cíntora presentó su ponencia “España desde la<br />

óptica de Ricote”.<br />

Por lo que hace a la vida interna de la corporación, tres hechos sobresalientes<br />

tuvieron lugar en 2001: la constitución, a principios del año, de<br />

la Fundación pro Academia Mexicana de la Lengua, presidida por don<br />

Alejandro Burillo Azcárraga y dirigida por doña Claudia Gómez Haro; la<br />

modificación, el 11 de diciembre, del nombre que hasta entonces llevaba<br />

la corporación, Academia Mexicana Correspondiente de la Española, por el de<br />

Academia Mexicana de la Lengua y, con objeto de promover el eficaz cumplimiento<br />

de las tareas sustantivas y gestión del patrimonio de la institución,<br />

la creación de la figura de gerente, cargo para el cual fue designado el historiador<br />

don Fausto Zerón-Medina.<br />

Durante el año 2001, la Academia Mexicana de la Lengua incorporó<br />

a un miembro numerario, nombró a dos académicos honorarios y perdió,<br />

por fallecimiento, a dos de sus miembros en corresponsalía; celebró veinte<br />

sesiones ordinarias privadas y cuatro extraordinarias, llevó a cabo tres sesiones<br />

públicas solemnes para conmemorar a académicos desaparecidos, y<br />

una sesión pública solemne de ingreso. Algunos de sus miembros fueron<br />

galardonados con distinciones de carácter nacional e internacional.<br />

Ingreso<br />

El 24 de mayo, don Elías Trabulse pronunció su discurso de ingreso “La<br />

justa de los cometas. Don Carlos de Sigüenza y Góngora y la astronomía de<br />

su siglo, 1645-1700”; don Jaime Labastida estuvo a cargo de la respuesta.


14 vida académica<br />

nombramientos de académicos honorarios<br />

don antonio alatorre, residente en la ciudad de méxico, fue nombra do el<br />

13 de septiembre de 2001.<br />

don carlos Fuentes, con residencia en la ciudad de méxico, fue<br />

nombra do el 23 de agosto de 2001.<br />

fallecimientos<br />

don miguel de anda Jacobsen, miembro correspondiente avecindado en<br />

ensenada, Baja california, murió el 13 de junio de 2001.<br />

don manuel alvar lópez, miembro correspondiente en madrid, españa,<br />

falleció el 14 de agosto de 2001.<br />

sesiones públicas solemnes<br />

la académica mexicana de la lengua celebró tres sesiones públicas a lo<br />

largo del año 2001. el 29 de marzo, se hizo recordación de don Héctor<br />

azar, quinto ocupante de la silla ii, fallecido el 29 de mayo de 2000. en el<br />

acto participaron don Tarsicio Herrera Zapién y don ruy Pérez Tamayo,<br />

quienes, respectivamente, dieron lectura a los trabajos “Por Azar ante un<br />

baldaquino” y “Héctor Azar, el escritor”.<br />

Por su parte, don octaviano Valdés, segundo ocupante de la silla<br />

xxxVi, séptimo censor, desaparecido el 29 de mayo de 1991, fue homenajeado<br />

el 11 de octubre en ocasión de conmemorarse el centenario de<br />

su nacimiento. Hicieron uso de la palabra don arturo azuela, quien leyó<br />

el texto “la tertulia de don octaviano”; don gustavo couttolenc, quien<br />

presentó el recuento “los géneros literarios cultivados por octaviano Valdés”,<br />

y don Tarsicio Herrera Zapién, quien dio lectura al trabajo “Plumas<br />

en torno al mate”.<br />

el 8 de noviembre, se conmemoró a don José gorostiza, primer ocupante<br />

de la silla xxV, en ocasión de cumplirse el centenario de su natalicio.


año 2001 15<br />

don José luis martínez y don Jaime labastida pronunciaron, respectivamente,<br />

los discursos “Homenaje” y “una interpretación de Muerte sin fin”.<br />

trabajos diversos leídos en sesiones ordinarias<br />

doña margo glantz leyó, el 11 de enero, el artículo “Payno: la utopía del<br />

robo”.<br />

don salvador díaz cíntora, el 25 de enero, presentó el estudio “Mariguana,<br />

mota y grifa, tres arabismos mexicanos”.<br />

don enrique cárdenas de la Peña hizo lectura, el 8 de febrero, del<br />

ensayo “Juicio crítico de la medicina mexicana del siglo xx”.<br />

don ruy Pérez Tamayo leyó, el 22 de febrero, la ponencia “evolución<br />

de la práctica médica en méxico durante el siglo xx”.<br />

don andrés Henestrosa dio lectura, el 8 de marzo, al texto “refranero<br />

mexicano”.<br />

don mauricio Beuchot presentó, el 22 de marzo, el trabajo titulado<br />

“Poesía y filosofía”.<br />

doña margit Frenk expuso, el 19 de abril, su investigación sobre “el<br />

Cancionero de Gaspar Fernández, manuscrito de la catedral de oaxaca”.<br />

don salvador díaz cíntora hizo lectura, el 11 de mayo, del estudio<br />

“de algunos mexicanismos relativos a la embriaguez”.<br />

don José rogelio Álvarez, leyó, el 28 de junio, el ensayo “los mexicanismos<br />

en las tierras flacas de agustín Yáñez”.<br />

don Tarsicio Herrera Zapién presentó, el 12 de julio, sus trabajos<br />

“Carmina Burana, coros latinos para multitudes” y “composiciones poco<br />

conocidas del compositor y poeta manuel Ponce y de sus amigos”.<br />

don salvador díaz cíntora dio lectura, el 26 de julio, al estudio “el<br />

huitlacoche insomne y otras etimologías”.<br />

don salvador díaz cíntora y don gustavo couttolenc presentaron, respectivamente,<br />

en la sesión del 9 de agosto, los textos “la Loa de la infancia de<br />

sor Juana” y “los sonetos de la trascendencia de Joaquín antonio Peñalosa”.<br />

don ruy Pérez Tamayo presentó, el 27 septiembre, su ponencia “importancia<br />

de la lengua española en el desarrollo de la ciencia en méxico”.


16 vida académica<br />

don andrés Henestrosa hizo lectura, el 22 de noviembre, del trabajo<br />

“un raro coplanero”.<br />

premios y distinciones<br />

en 2001, la asamblea legislativa del distrito Federal confirió a don andrés<br />

Henestrosa la medalla al mérito ciudadano “por su destacada labor<br />

a favor de difundir, preservar y registrar los valores sociales, culturales y<br />

tradicionales de los habitantes de la ciudad de méxico”.<br />

don miguel león-Portilla fue doblemente galardonado: le fue concedido<br />

el xV Premio internacional menéndez Pelayo por su “inigualable<br />

labor en difundir en el mundo la comprensión de las lenguas indígenas de<br />

américa, su conocimiento y valoración”, así como el Premio Bartolomé<br />

de las casas, en su x edición, debido a su labor como “decidido defensor<br />

de la cooperación iberoamericana y de la fecundidad del mestizaje”.<br />

También la vasta trayectoria de don Jaime labastida fue reconocida<br />

en dos ocasiones: la república Federal de alemania le otorgó la cruz al<br />

mérito (Verdienstkreuz), y la universidad michoacana de san nicolás de<br />

Hidalgo, por decisión de su consejo universitario, le concedió el doctorado<br />

honoris causa.


DISCURSOS <strong>DE</strong> INGRESO


<strong>LA</strong> JUSTA <strong>DE</strong> LOS COMETAS.<br />

DON CARLOS <strong>DE</strong> SIGÜENZA Y GÓNGORA<br />

Y <strong>LA</strong> ASTRONOMíA <strong>DE</strong> SU SIGLO, 1645-1700<br />

Discurso de ingreso<br />

Señor director, señor secretario perpetuo,<br />

señores académicos, señoras y señores:<br />

[19]<br />

Elías TrabulsE<br />

El día primero de octubre de 1878, don Joaquín García Icazbalceta pronunció<br />

ante esta ilustre Academia Mexicana un elocuente discurso en el cual<br />

proponía la elaboración de una Historia de la Literatura Mexicana en la cual<br />

debían participar todos los miembros de la recién fundada Academia. Esa<br />

magna obra debía abarcar las vidas y obras de todos los que, nacidos en<br />

estas tierras o venidos a ellas, hubieran dedicado sus esfuerzos al cultivo de<br />

las letras, la historia y las ciencias; de ahí que la Academia Mexicana debería<br />

acoger en su seno a aquellos que hubieran cultivado esas ramas del saber<br />

a efecto de que pudieran contribuir con sus luces, grandes o pequeñas, a<br />

la elaboración de esa obra. Ese llamado de don Joaquín, espíritu abierto si<br />

los hubo, nos da idea de que su concepción de la Academia Mexicana era<br />

vasta y generosa, de tal forma que mi presencia hoy aquí se debe más a su<br />

benevolencia y a la de los actuales académicos, sus herederos intelectuales,<br />

que a cualquier tipo de merecimiento que yo pueda aducir a mi favor.<br />

He de añadir que ignoro si fui elegido como historiador o como científico;<br />

y es que los historiadores de la ciencia vivimos siempre divididos<br />

entre la seducción del hecho particular de la historia y la seducción de la<br />

teoría general de la ciencia. Nos debatimos entre dos mundos totalmente<br />

distintos. Vivimos siempre nepantla, y esto se echa de ver, pues, para los<br />

científicos. Pero sea cual fuere la hipótesis que haya prevalecido cuando<br />

mis temerarios amigos don Jaime Labastida, don Ruy Pérez Tamayo y el


20 elías trabulse<br />

lamentablemente desaparecido don manuel alcalá me propusieron ante<br />

esta academia, no puedo menos que agradecer hoy aquí, a ellos, su confianza,<br />

y a todos los académicos su benevolencia al haberme recibido en<br />

este ya centenario recinto.<br />

Fui elegido para ocupar el sitio que quedó vacante al morir el distinguido<br />

historiador y maestro universitario don roberto moreno de los arcos.<br />

investigador de amplios y variados intereses, los campos principales donde<br />

desarrolló su fecunda labor fueron la Historia del méxico antiguo, la<br />

Bibliografía mexicana, la Historia de la ciencia en méxico y la Historia de<br />

la nueva españa en el siglo de las luces. desde fecha temprana mostró sus<br />

dotes de cuidadoso explorador de papeles viejos con sus obras sobre Teodoro<br />

de croix (1967) y, posteriormente, sobre Joaquín Velázquez de león<br />

(1973), de quien escribió una detallada biografía. estas dos obras abrieron<br />

al maestro moreno de los arcos otros temas que desarrolló en los años<br />

siguientes, sin embargo sus también viejos intereses sobre la Historia del<br />

méxico prehispánico le permitieron hacer aportaciones valiosas tales como<br />

su Guía de las obras en lenguas indígenas (1966), de consulta obligada hasta hoy,<br />

su estudio sobre Las partículas del náhuatl (1966) y su interesante trabajo<br />

titulado Los cinco soles cosmogónicos (1967). simultáneamente abordó, como<br />

miembro del instituto de investigaciones Bibliográficas de la universidad<br />

nacional autónoma de méxico, del cual fue investigador desde 1967, la pesada<br />

tarea de compilar junto con José ignacio mantecón, entre 1967 y 1978,<br />

doce Bibliografías mexicanas, así como otras cinco compilaciones bibliográficas<br />

sobre la constitución de apatzingán, sobre dos manuscritos científicos<br />

de la Biblioteca nacional y sobre antonio de león y gama, entre otras.<br />

cualidad relevante del maestro moreno de los arcos fue siempre la<br />

facilidad, e incluso podemos decir amenidad, con que supo transmitir sus<br />

conocimientos sea en las cátedras que ocupó, sea en las muy numerosas<br />

conferencias que impartió en todo el país y fuera de él y que estaban todas<br />

ellas marcadas por el sello de la erudición. esta actividad lo llevó a redactar<br />

diversos textos didácticos para estudiantes de secundaria y de estudios<br />

avanzados que tuvieron amplia difusión.<br />

como buen bibliógrafo –y también como buen bibliófilo– dedicó muchas<br />

horas a la preparación de textos clásicos de los siglos xvi al xix, desde


discurso de ingreso 21<br />

el Confesionario de 1569 de fray Alonso de Molina hasta el Cuadro histórico de<br />

Carlos María de Bustamante, pasando por las obras de Alzate, Velázquez<br />

de León, Bartolache, Sonneschmidt y Granados y Gálvez, entre otros.<br />

Pero fueron sin duda los temas de historia de la ciencia en México y<br />

los referentes al siglo xviii mexicano los que más absorbieron sus cualidades<br />

de investigador. Prueba de ello son los más de veinte libros que dio<br />

a la luz y el centenar de artículos especializados que publicó en revistas<br />

mexicanas y extranjeras. Su libro sobre Alzate, Bartolache, Velázquez de<br />

León y Gamarra abrieron nuevas perspectivas sobre el Siglo de las Luces<br />

en nuestro país, como también las abrieron sus trabajos sobre Linneo y<br />

Darwin y la recepción de sus sistemas en México. La “Introducción” a su<br />

obra sobre Velázquez de León es, ella sola, una obra imprescindible para<br />

conocer el siglo ilustrado novohispano, pues no sólo replantea sus dimensiones<br />

culturales sino también propone una periodización precisa para esa<br />

época, que ha sido utilizada desde entonces por diversos historiadores de<br />

nuestro siglo xviii.<br />

Tan importante labor historiográfica no pasó inadvertida y, con oportunidad,<br />

el maestro Moreno de los Arcos recibió numerosas distinciones<br />

que sería prolijo enumerar aquí. Baste mencionar que en 1983 le fue concedida<br />

la beca Guggenheim, al año siguiente logró ser investigador nacional<br />

y en 1988 ocupó la presidencia de la Sociedad Mexicana de Historia de<br />

la Ciencia y la Tecnología. Como sucede a menudo en nuestros ámbitos<br />

académicos, cuando un profesor logra descollar en la cátedra o en la investigación,<br />

se convierte, casi sin remedio, en candidato para ocupar puestos<br />

administrativos que, todos lo sabemos, resultan absorbentes y fatigosos; y<br />

pocas veces resultan esos esfuerzos suficientemente reconocidos. Y esto<br />

sucedió con el maestro Moreno de los Arcos en la Universidad Nacional<br />

Autónoma de México. En 1979 ocupó el puesto de director del Instituto<br />

de Investigaciones Históricas, en 1985 fue nombrado asesor del rector<br />

y poco después fue designado Coordinador de Humanidades. Estas responsabilidades<br />

junto a muchas otras que llenarían varias páginas, y que<br />

dejo de lado –cobraron una cuota sobre las tareas de Investigación que el<br />

maestro Moreno de los Arcos desarrollaba. Esto, sumado a su temprana<br />

desaparición, hizo que algunos proyectos no cristalizaran, con lo que la


22 elías trabulse<br />

historiografía mexicana perdió esas valiosas contribuciones que sin duda<br />

habrían salido de su pluma. Quizá aquí cabría recordar esa frase que no<br />

por manida ha perdido vigencia: Ars longa vita brevis. sin embargo es obvio<br />

que, con su obra, el maestro roberto moreno de los arcos dejó una<br />

huella perdurable y profunda, y por sus esfuerzos en levantar el velo que<br />

cubría algunas épocas de nuestra historia merece que lo recordemos con<br />

admiración y respeto.<br />

existen temas, libros y autores que siempre están junto a nosotros sin<br />

importar los años que pasen y los temas nuevos que estudiemos. Hace más<br />

de treinta años me acerqué a las obras históricas, poéticas y científicas de<br />

don carlos de sigüenza y góngora por recomendación de mi maestro el<br />

doctor José gaos. desde entonces y hasta hoy don carlos y yo iniciamos<br />

una amistad personal que ha sido tan sólida como duradera, y cabe decir<br />

que con el paso de los años mi admiración por él ha ido en aumento, hasta<br />

el punto que a veces he llegado a considerarlo como la cima de la cultura<br />

mexicana en la época en que méxico fue la nueva españa. no dudo, empero,<br />

en decir, en descargo de semejante y tan rotunda afirmación, que ese<br />

juicio de valor está dictado por la simpatía y la amistad y no puede considerársele<br />

imparcial. Volver hoy a hablar de sigüenza y góngora es pues un<br />

acto personal de amistad para con un interlocutor muerto hace tres siglos,<br />

con quien he pasado muchas horas de solaz intelectual, y a quien hoy deseo<br />

evocar aquí, esta noche, con ustedes.<br />

a finales del siglo xviii José antonio alzate afirmó que entre la época<br />

de Henrico martínez y la de carlos de sigüenza y góngora, es decir entre<br />

aproximadamente 1630 y 1680, había existido un “gran paréntesis”<br />

en el desarrollo de la ciencia mexicana ya que en ese lapso el estudio de<br />

las ciencias había caído en el olvido. esta afirmación de uno de los más<br />

distinguidos científicos del siglo de las luces resulta paradójica pues fue<br />

precisamente en esos cincuenta años cuando se difundieron en méxico, a<br />

través de la cátedra de astrología y matemáticas fundada e impartida por


discurso de ingreso 23<br />

el mercenario Diego Rodríguez, los descubrimientos de la ciencia moderna<br />

en los campos de la astronomía, la física y las matemáticas. Gracias a<br />

su labor y a su obra –la cual ha quedado en su mayor parte manuscrita–<br />

fueron conocidos en la Nueva España autores como Kepler, Galileo, Gilbert,<br />

Neper y Cardano; y fue su labor docente la que creó una comunidad<br />

científica que hacia finales del siglo xvii tuvo como máximo representante<br />

a Sigüenza y Góngora. Sin esa tradición de apertura a la modernidad –tan<br />

limitada en sus alcances como se desee– es inexplicable la obra de este<br />

gran hombre de ciencia, y menos aún resulta comprensible que en 1681<br />

se haya dado una polémica científica tan enconada y brillante como la que<br />

provocó la aparición del gran cometa de 1680.<br />

Es indudable que uno de los capítulos olvidados de la historia de la<br />

astrología es el referente a los cometas. La irregularidad aparente de sus<br />

apariciones en marcado contraste con los armónicos movimientos de los<br />

planetas, el Sol y la Luna, llevaron a los hombres a considerar a dichos<br />

astros como portentos excepcionales. Su misma apariencia propició que<br />

desde remotos tiempos el ánimo humano contemplara con aprensión su<br />

aparición súbita en el firmamento. De hecho, en los siglos que preceden<br />

a Halley y Newton, cuando la astrología y la astronomía se confundían en<br />

forma por demás inextricable, los cometas eran los fenómenos celestiales<br />

que producían mayor terror.<br />

Su forma y colorido pronto permitió clasificarlos. Se les atribuía carácter<br />

infralunar y por lo tanto compartían con la Tierra las propiedades de<br />

corruptibilidad y mudanza. Este carácter infralunar situaba a los cometas<br />

en la zona llamada “del fuego”, que quedaba, en la cosmología antigua y<br />

medieval, por debajo de las esferas supralunares que envolvían a la Tierra<br />

central. Las características de ese mundo ultralunar eran la incorruptibilidad<br />

y la inmutabilidad, de ahí que, por su evidente carácter esporádico, se pusiera<br />

en duda, desde los siglos iv y iii a. C., su posible condición ultralunar.<br />

La acumulación de acontecimientos históricos infaustos que coincidían<br />

con la aparición de los cometas labró desde hace muchos siglos su<br />

reputación de ser fenómenos fatídicos. Su mismo carácter, astronómicamente<br />

irregular, facilitó esta creencia que se agudizó conforme los males<br />

coincidían con sus apariciones. Algunos los creían sólo portentos que


24 elías trabulse<br />

advertían los males, otros los creían los causantes directos del mal, pero,<br />

en ambos casos, es asombrosa la larga lista de los males que en algún momento<br />

de la historia coincidieron con un cometa. es lógico entonces que<br />

en la historia de la astronomía hayan sido los cometas tema favorito de disertaciones,<br />

debates, sermones y ruidosas polémicas. Y en el siglo xvii, en<br />

el momento en que nace la ciencia moderna con la revolución científica<br />

(y yo sigo creyendo en este hecho histórico contra los que actualmente lo<br />

ponen en duda ), las polémicas se tornaron cada vez más enconadas ya que<br />

por su naturaleza los cometas eran los protagonistas idóneos del campo de<br />

batalla donde se enfrentaba la visión mítica y providencialista del cosmos<br />

con la nueva visión científica. Y es a través de uno de esos astros como<br />

quisiera exponer la manera en que se dio en el méxico colonial el tránsito<br />

de la astrología judiciaria a la astronomía científica, es decir de la concepción<br />

medieval del cosmos a la nueva cosmología mecanicista.<br />

el 15 de noviembre de 1680 la población de la nueva españa contempló<br />

azorada a un vistoso y brillante cometa que atravesaba el firmamento<br />

hacia el oriente en su viaje hacia el sol. a fines de diciembre, ya de regreso<br />

y obediente a su órbita, apareció nuevamente en los cielos nocturnos. los<br />

cronistas de la época afirmaron que era “uno de los más grandes cometas<br />

que se hubiesen visto” ya que se desplegaba en el cielo en forma de un arco<br />

de varios grados. su color era rojo intenso, de tal forma que su cauda iluminaba<br />

buena parte del firmamento el cual “parecía en llamas”. en europa,<br />

newton y Huygens lo observaron cuidadosamente, y este último hombre<br />

de ciencia afirmó, años después, que su imponente aspecto había atraído<br />

“la atención de los astrónomos de la época, difundiendo además un gran<br />

pánico en todo el mundo”. Y la causa de esto era que desde hacía mucho<br />

tiempo no se observaba un fenómeno similar. la cauda del cometa cortaba<br />

“desde el corazón de la constelación del Águila y las alas del cisne hasta<br />

casiopea misma”, lo que era garantía indudable de maleficios tremendos.<br />

el Journal des Savants afirmaba: “Todo el mundo habla del cometa que es sin<br />

duda la noticia mas importante del comienzo de este año [de 1681]. los astrónomos<br />

observan su curso y el pueblo le hace presagiar mil desventuras”.<br />

en la nueva españa el terror recorrió a la población. una de las personas<br />

que se inquietó ante la aparición del astro fue la virreina condesa


discurso de ingreso 25<br />

de Paredes, la cual pidió consejo al entonces cosmógrafo real, don Carlos<br />

de Sigüenza y Góngora. Éste, para tranquilizar el virreinal ánimo, escribió<br />

un breve folleto al que tituló Manifiesto filosófico contra los cometas despojados<br />

del imperio que tenían sobre los tímidos. En este breve texto Sigüenza se lanzó<br />

abiertamente contra la superstición del maleficio cometario: “lo que en<br />

este discurso procuraré será despojar a los cometas del imperio que tienen<br />

sobre los corazones tímidos de los hombres, manifestando su ninguna<br />

eficacia y quitándoles la máscara para que no nos espanten”.<br />

Como era de esperarse el Manifiesto de los tímidos tuvo varios oponentes.<br />

El primero de ellos fue don Martín de la Torre, un erudito matemático<br />

radicado en Campeche quien contraatacó con un texto al que puso por<br />

título Manifiesto cristiano en favor de los cometas mantenidos en su natural significación.<br />

En esta obra su autor reivindicaba los derechos del hado a favor<br />

de los cometas infaustos a la vez que hacía una apasionada defensa de la<br />

astrología. Sigüenza y Góngora no perdió tiempo y le respondió con una<br />

obra, actualmente perdida, a la que denominó, en un momento de arrebato<br />

clasicista, Belerofonte Matemático contra la Quimera Astrológica.<br />

El segundo adversario de Sigüenza fue don Josef de Escobar Salmerón<br />

y Castro, quien escribió un Discurso cosmetológico y relación del nuevo cometa<br />

que tuvo la virtud de provocar la ira de don Carlos por las tesis astrológicas<br />

extremas que obtenía. Sigüenza nunca quiso responderle, “por no<br />

ser digno su extraordinario escrito y la espantosa proposición de haberse<br />

formado este cometa de lo exhalable de cuerpos difuntos y del sudor<br />

humano”.<br />

El tercer oponente del Manifiesto de Sigüenza fue el jesuita Eusebio<br />

Francisco Kino. La polémica sobre el cometa de 1680 se originó de su<br />

crítica a Sigüenza. Kino había llegado a la capital del virreinato en 1681<br />

proveniente de España. Iba en tránsito a las misiones norteñas de Sonora<br />

y Arizona. Sin embargo permaneció dos años en la ciudad de México y en<br />

ese periodo cultivó la amistad de algunos intelectuales mexicanos, entre<br />

ellos el mismo don Carlos quien le facilitó documentos y mapas de las<br />

regiones que iría a evangelizar. En 1683, poco antes de partir, le obsequió<br />

a Sigüenza un ejemplar de la obra que había redactado contra él en esos<br />

meses y a la que había puesto por título Exposición astronómica de el cometa.


26 elías trabulse<br />

este pequeño libro estaba dedicado al virrey conde de Paredes, en<br />

contraposición al Manifiesto de sigüenza dedicado a la virreina, hecho que<br />

provocó que a don carlos se lo reprochara con aspereza pues no sólo contravenía<br />

las normas no escritas de la sociedad cortesana de la época sino, y<br />

sobre todo, porque era una forma de herir el orgullo criollo de un maestro<br />

universitario y cosmógrafo real. esto explica la andanada de sigüenza: “ni<br />

sé yo en qué universidad de alemania se enseña tan cortesana política,<br />

como es querer deslucir al amigo con la misma persona a quien éste pretende<br />

tener grata con sus estudios. Y si no fue éste el intento del reverendo<br />

padre en escribir su Exposición astronómica, y dedicarla al excelentísimo<br />

señor virrey de esta nueva españa, imaginaría sin duda que se le darían<br />

repetidas gracias (y no fue así) de que desde alemania había venido a esta<br />

septentrional américa, para libertar a la excelentísima señora del engaño<br />

en que yo la había puesto, de que no deben ser temidos los cometas por<br />

ser falso el que son prenuncios de calamidades y estragos”.<br />

la obra de Kino consta de diez capítulos e incluye una carta celeste<br />

grabada que ilustra el recorrido del cometa. Toda la obra es una defensa<br />

del carácter maléfico de los cometas y, como era de suponer, fue recibida<br />

con elogios pues era obvio que reflejaba el sentir de la mayoría, tanto de<br />

los intelectuales novohispanos como de los que no lo eran. el pequeño<br />

núcleo que apoyó a su adversario era sin duda representativo de la incipiente<br />

modernidad científica novohispana pero no lo era de la forma de<br />

pensar de la mayoría. del libro de Kino se dijo, en cambio, que era “sólido<br />

y agudo en lo que toca a la astronomía, discurrido con erudición y subtileza<br />

y muy catholico, y ajustado en lo que mira a los dogmas de la Fe y<br />

piedad christiana”, además de que ponía “un santo temor de dios en las<br />

almas, constituyendo su cometa como un azote a espada, que la justicia<br />

de dios cuelga del cielo, atemorizando a todos los mortales para que cada<br />

uno procure mejorar sus costumbres, y aplacar a dios, contra nuestros<br />

pecados justamente indignado”.<br />

la Exposición astronómica es representativa de una época todavía dominada<br />

por el pensamiento de aristóteles y por el argumento de autoridad.<br />

siguiendo al estagirita Kino afirmó que los cometas eran “una agregación<br />

o junta de las exhalaciones y vapores que, conspirados en uno, manan del


discurso de ingreso 27<br />

globo terráqueo”; aunque –añade– es también “probabilísimo bien como<br />

fundado en la mejor razón y Philosophia con que de acá podemos discurrir<br />

en cosa tan distante de nosotros, que los cometas se engendran de<br />

aquella vaporosa y pezgosa materia que exhala, o humea, el globo solar, de<br />

que suelen constar aquellas manchas del sol”.<br />

además los cometas no se originaron con la creación del universo,<br />

sino que son habitual y constantemente creados ex profeso por dios para<br />

servir de admonición a los hombres. eran, entonces, como él dice, “tácitos<br />

amagos del altísimo y senos de divina severidad”.<br />

de esta forma al definir en forma apriorística el carácter maligno e<br />

infralunar de esos “peregrinos engendros” que eran los cometas, el padre<br />

Kino fue deduciendo sus características astronómicas no con base en las<br />

observaciones (que dijo haber realizado en el puerto de cádiz), sino a<br />

partir de las teorías científicas, que en ese momento eran ya obsoletas, de<br />

sus autoridades más socorridas, desde aristóteles hasta atanasio Kircher.<br />

nos encontramos aquí con uno de esos momentos de crisis de la ciencia<br />

medieval enfrentada a los datos cuantitativos de la ciencia experimental<br />

moderna. Y Kino tuvo que enfrentar ese dilema: permitir que un paralaje<br />

hecho con precisión, lanzara a los cometas más allá de la luna, a las esferas<br />

de lo incorruptible, era tanto como negar la posibilidad de que los cometas<br />

fueran enviados esporádicos de la divinidad, y antes que sufrir dicho mentís<br />

de la ciencia el padre prefirió adaptar y arreglar los datos de sus observaciones<br />

de tal forma que sostuvieran y confirmaran sus hipótesis sobre<br />

el carácter infralunar, corruptible y maligno de los cometas. sigüenza, que<br />

rehizo los cálculos del jesuita, llegó incluso a afirmar que sus datos habían<br />

sido inventados y que sus conclusiones estaban plagadas de “yerros todos<br />

enormísimos y por eso dignos de censurárselos”.<br />

Pero esto, que para sigüenza era clara y simplemente un acto de traición<br />

a la ciencia, puede comprenderse mejor si pensamos que para Kino el universo<br />

era sagrado, únicamente sagrado, pues dios y su Providencia movían<br />

las esferas celestes, con exclusión de cualquier otro factor de carácter físico.<br />

de esta manera la Exposición astronómica fue un último intento de hacer<br />

revivir el mito cometario por el uso de métodos seudocientíficos y de cálculos<br />

matemáticos manejados arbitrariamente. casi podríamos decir que


28 elías trabulse<br />

esa obra pudo haber sido escrita, en prácticamente todos sus trazos, antes<br />

de que el cometa apareciera en nuestro cielo, ya que estaba redactada de<br />

antemano con cálculos y paralajes, en la imaginación fecunda, barroca y<br />

escolástica del jesuita misionero.<br />

En su breve Manifiesto escrito como dijimos para tranquilizar a la virreina,<br />

Sigüenza y Góngora había afirmado que en fechas próximas publicaría<br />

una obra más amplia sobre el tema y, “que de prorrogarle Dios la vida”,<br />

lo perfeccionaría “muy en breve”. En dicha obra, de carácter puramente<br />

astronómico, pensaba dar a conocer sus observaciones del espectacular<br />

cometa, las cuales –afirmó– los “europeos entenderán más observaciones<br />

que las mías”.<br />

Sin embargo todos sus planes cambiaron cuando leyó, con ira creciente,<br />

el libro que el padre Kino había puesto en sus manos. Y unas pocas frases<br />

despectivas del jesuita, que Sigüenza consideró dirigidas a él, eliminaron<br />

los últimos vestigios de su paciencia y de su prudencia que, cabe decirlo,<br />

nunca poseyó en grado heroico. Kino había afirmado que don Carlos tenía<br />

“trabajoso el juicio”, y que pertenecía a ese grupo de astrónomos “que<br />

tienen tanto cariño a los cometas (bien como enamorados de sus astrosas<br />

lagañas) que sienten de ellos lo mejor prometiendo lo más próspero”. Esto<br />

fue suficiente para que Sigüenza afilara su pluma e introduciéndola en un<br />

tintero lleno de vitriolo se lanzara a demoler la Exposición astronómica. Fue<br />

así como surgió una de las obras capitales de la historia de la ciencia en<br />

México, la Libra astronómica y filosófica, obra que trascendió su cometido de<br />

ser una mera refutación para convertirse en un auténtico manifiesto de la<br />

modernidad científica.<br />

Desde el principio de la obra Sigüenza, devoto como era de la Compañía<br />

de Jesús, quiso aclarar que no atacaba a Kino como jesuita “sino como<br />

un matemático puramente matemático, esto es, en abstracto y como a un<br />

sujeto particular”, puesto que “duelos que tal vez se mueven entre los que<br />

se desvelan sobre los libros, [ son ] no sólo comunes, sino también lícitos<br />

y aun necesarios; pues, asistiéndoles sólo el entendimiento, casi siempre le<br />

granjean a la literaria república muchas verdades”. El título de la obra es<br />

sugestivo, y el autor confesó de dónde lo obtuvo: “en titular esta obra Libra<br />

astronómica y filosófica quise imitar al reverendo padre Oratio Grassis, que


discurso de ingreso 29<br />

con el mismo epígrafe rotuló el libro que publicó contra lo que del cometa<br />

del año de 1618 escribieron Mario Guidicci y Galileo Galilei”. Sin embargo<br />

el libro tardó varios años en publicarse y se hubiera perdido, como tantos<br />

otros manuscritos de Sigüenza, de no ser por el interés que en esa obra<br />

pusieron el virrey conde de Galve y el editor don Sebastián de Guzmán<br />

y Córdova, ambos estudiosos de las ciencias matemáticas y astronómicas.<br />

Gracias al mecenazgo de ambos la Libra fue rescatada y publicada en un<br />

tiraje reducido en el año de 1690. Ayudó a su publicación el hecho de que<br />

en diciembre de 1689 apareció un cometa que provocó nuevamente una ola<br />

de pánico. Sin embargo éste fue obviamente un pretexto. La razón básica<br />

para publicarla la expuso claramente Guzmán y Córdova en el “Prólogo a<br />

quien leyere” y que dice:<br />

No es otro mi motivo, oh lector discreto, en hacerlo así, que darte en<br />

nuestra lengua castellana lo que falta en ella, que es este escrito […] Más<br />

quiere decir en esto que lo que suena. Carecimos hasta ahora de quien tan<br />

metódica, astronómica y filosóficamente, como aquí se ve, haya llenado<br />

en ella este especioso asunto, y juzgando ocioso buscar de aquí adelante<br />

lo que autores extranjeros publicaron en sus propios idiomas o en el latino<br />

en esta materia, teniendo en este libro lo que hasta aquí nos faltaba,<br />

(bien sé que me lo estimarán los doctos) hacer común a todos lo que mi<br />

diligencia en guardarlo hizo propio mío, seguro de que no habrá quien lo<br />

lea, que no dé asenso luego al instante a tan bien fundamentada opinión.<br />

La Libra astronómica consta de siete partes: cuatro de carácter polémico<br />

y tres científico. En esas cuatro secciones de controversia el método que<br />

siguió fue el de citar la obra de su opositor, glosarla o resumirla para, inmediatamente<br />

después clavarse a pico en ella y refutarla hasta en sus mínimos<br />

detalles.<br />

Sigüenza tomó y analizó los métodos astronómicos, matemáticos y deductivos<br />

de Kino para mostrar su inconsistencia y falsedad. Empleó con el<br />

jesuita un método similar al que años antes Pierre Gassendi había utilizado<br />

para impugnar a Descartes, o sea que polemizó con las mismas armas de<br />

su adversario, de manera que pedía escolásticamente con disimulo mal<br />

encubierto, la corrección del planteamiento para después reargumentar


30 elías trabulse<br />

en forma silogística y desbaratar los sofismas y las falsas conclusiones. Y,<br />

como era de esperar de un personaje como don carlos, la ironía no tardó<br />

en hacer su aparición. así, a los que afirmaban que los cometas se formaban<br />

del sudor y exhalaciones, recomendó sudar copiosamente en tiempo<br />

de secas a efecto de hacer llover pues, de no aparecer cometa, aparecerán<br />

al menos nubarrones de refrescante lluvia. Y a los que aseguraban que los<br />

cometas acarreaban enfermedades y muertes les dice: “de este cometa le<br />

pido a dios me libre, y a todos los míos, y con más instancia de disenterías,<br />

tabardillo, dolor de costado y sus semejantes, que son los verdaderos cometas,<br />

que así a reyes y ricos, como a particulares y pobres, quitan la vida”.<br />

en esa línea su vena cáustica parece inagotable.<br />

de Kino afirmó que era “gran matemático” aunque constantemente<br />

se equivocara, falsificara o inventara sus cálculos; y a los predicadores,<br />

sacerdotes o religiosos, que subían al púlpito sólo a aterrorizar a los fieles<br />

con inventos sobre el maleficio cometario, les conminó a callar y no hablar<br />

de lo que ignoraban pues de lo contrario sólo provocaban “la burla de sí<br />

mismos ante los doctos”. sigüenza con sus sarcasmos, abiertos o encubiertos,<br />

no respetó ni tradición ni autoridad cuando de asuntos científicos<br />

se trataba. Para él la ironía no dependía de las dimensiones del argumento<br />

burlón, sino de sus matices. Pocos en su época supieron injuriar tan profundamente<br />

con frases disfrazadas de lisonja.<br />

esta actitud nos permite evaluar su talla intelectual como hombre de<br />

ciencia moderno, para quien la astrología era una falacia y para quien en<br />

asuntos astronómicos sólo contaban los hechos comprobados, las observaciones<br />

y los cálculos. así su ataque a la astrología lo hizo desde el seno<br />

mismo de ésta ya que durante treinta años elaboró, por pura necesidad<br />

económica, los lunarios, almanaques y pronósticos anuales que los editores<br />

le solicitaban. en esos textos astrológicos –que literalmente detestaba<br />

tener que hacer– se lanzó contra las creencias astrológicas lo que le provocó<br />

no pocas censuras de los calificadores del santo oficio quienes no<br />

entendían cómo alguien que atacaba a la astrología podía redactar lunarios<br />

y pronósticos a los que calificaba, en un momento de benevolencia, solamente<br />

de “bagatelas”. Y es que don carlos no comprendía cómo podía la<br />

gente creer esas largas invenciones sin fundamento, pues los pronósticos


discurso de ingreso 31<br />

casi siempre resultaban fallidos con el consiguiente desprestigio del astrólogo.<br />

esto explica que al hablar de esos almanaques y lunarios llegara a<br />

afirmar que, con ellos, “era más lo que perdía en crédito que lo que ganaba<br />

en reales, ‘porque’ es verdad constante –añadió– que si dura el mundo un<br />

millón de años lo mismo sabrán y errarán los astrólogos que entonces vivieren<br />

que lo que sabemos y erramos los que hoy vivimos”.<br />

el escepticismo astrológico de sigüenza y góngora es la vía de acceso<br />

para comprender su mentalidad científica. al negar una y otra vez la<br />

influencia maléfica de astros, eclipses y otros fenómenos celestes sobre la<br />

vida humana, afirmó su credo científico: “no hay más efecto de eclipses<br />

que vivir mal ni más remedio contra el chahuiztle que vivir bien”. Para este<br />

sabio criollo, la astrología se caracterizaba por la exactitud y el rigor, pues<br />

sus fundamentos eran la observación precisa y el cálculo matemático.<br />

es fácil comprender que esta actitud implicaba un rechazo absoluto<br />

del argumento de autoridad en asuntos científicos, lo que explica que don<br />

carlos, congruente con sus ideas, afirmara que en ciencias nadie “puede<br />

asentar dogmas… porque en ellas no sirve de cosa alguna la autoridad<br />

sino las pruebas y la demostración”. obviamente el primer autor al que<br />

rechazó, ante el escándalo del claustro de la universidad de la cual era catedrático<br />

de astrología y matemáticas, fue aristóteles. su repudio no puede<br />

ser más claro: “aristóteles, jurado príncipe de los filósofos, que ha tantos<br />

siglos lo siguen con estimable aprecio y veneración, no merece asenso…<br />

cuando se opusieren sus dictámenes a la verdad y razón”. así, cometas<br />

eran “monstruos”, sigüenza, afectando sorpresa, dice haberse quedado<br />

“suspenso… y con bastante miedo, recelándome –confiesa– de que las<br />

razones filosóficas que se me iban ofreciendo para propugnar mi opinión<br />

y opugnar la opuesta, por quedárseme dentro del cuerpo, me causen algún<br />

apostema que me lleve al hoyo”.<br />

su escepticismo científico lo extiende incluso a los autores modernos<br />

a quienes rechaza cuando sus afirmaciones sobre los cometas no estaban<br />

suficientemente fundamentadas: “nadie, hasta ahora –afirma nuestro<br />

criollo–, ha podido saber con certidumbre física o matemática de qué y en<br />

dónde se engendren los cometas, con que mucho menos podrán pronosticarse”.<br />

lo único que puede aceptarse son los hechos observados, verifi-


32 elías trabulse<br />

cados y medidos. éste es el único camino a la verdad, lo demás pertenece<br />

al dominio de la fantasía. los hechos observados “no deben examinarse<br />

mediante las ficciones de los poetas, sino con los principios y disposiciones<br />

de la naturaleza misma”. Y estos “principios y disposiciones” son los<br />

movimientos regulares predecibles y verificables de los astros. ninguna<br />

exepción existe en el orden de la naturaleza. Todos sus fenómenos están<br />

regidos por leyes inmutables, susceptibles de ser perfeccionadas por observaciones<br />

sucesivas cada vez más exactas. Toda violación aparente de<br />

esas normas que rigen el mundo físico es debida no a la existencia de leyes,<br />

sino a la ignorancia de los hombres sobre ellas. sin embargo el momento<br />

en que don carlos se coloca realmente dentro de la moderna concepción<br />

de la ciencia es cuando afirma que la capacidad humana de comprender<br />

el mundo físico tiene límites difíciles de superar: “los hombres no han<br />

podido alcanzar el conocimiento de la naturaleza de las estrellas, sus influencias<br />

y virtudes con evidencia física y matemática certidumbre, aunque<br />

apelen a las experiencias y observaciones, que dicen ser los fundamentos<br />

de este arte”. esta afirmación nos permite comprender el alcance y los<br />

límites de la Libra astronómica ya que si bien, como dijimos, es un auténtico<br />

manifiesto de la modernidad científica, por otra parte está situada justo en<br />

el umbral de la nueva cosmología, que en esos mismos años aparecería en<br />

el horizonte científico europeo, pero no más allá. la razón es claramente<br />

explicable si acudimos a los hechos históricos.<br />

es indudable que los cálculos astronómicos hechos por sigüenza del<br />

cometa de 1680 fueron realizados con precisión. sus observaciones fueron<br />

efectuadas en diversas fechas lo que le facilitó el cotejo de las cifras<br />

obtenidas. incluso llegó a comparar sus datos con los de otros astrónomos<br />

europeos, lo que le permitió afinar aún más sus cálculos. al mismo tiempo,<br />

del otro lado del atlántico, otro astrónomo y matemático, isaac newton,<br />

realizaba observaciones parecidas sobre el mismo cometa, midiendo en<br />

fechas similares a las de don carlos, los paralajes del astro. Pero si los<br />

cálculos de ambos resultan similares (y basta para ello comparar la Quinta<br />

sección de la Libra con el libro iii, Proposición xli, de la Philosophia Naturalis<br />

Principia Mathematica de newton) las consecuencias deducidas son<br />

diferentes. sigüenza midió para comprobar el carácter ultralunar de los


discurso de ingreso 33<br />

cometas y su marcha regular en una órbita muy amplia, lo que demostró<br />

plenamente. los cálculos de newton arrojan los mismos resultados,<br />

aunque éstos solamente fueron un punto de partida hacia resultados que<br />

nuestro criollo novohispano jamás imaginó. newton demostró el carácter<br />

elíptico de las órbitas cometarias y la sujeción de esos astros a las leyes<br />

de la gravitación universal. en este sentido el gran cometa de 1680 es sin<br />

duda el más importante en toda la historia de la astronomía, pues fue la<br />

piedra de toque de la nueva cosmología mecanicista, es decir fue el astro<br />

que permitió a newton establecer diminutivamente las leyes gravitacionales<br />

que rigen el universo. esto explica que la Libra astronómica, y con ella las<br />

obras de otros autores que, como sigüenza se abrían a la ciencia moderna,<br />

haya caído injustamente en el olvido. sólo hasta nuestros días se le ha reivindicado<br />

después de casi tres siglos. este destino fue común a todas las<br />

obras que abatieron la astrología judiciaria, sin importar su modernidad<br />

científica. se diría que al matarla, murieron con ella. Perdido entre los<br />

intelectuales el miedo a los cometas, los doctos libros que favorecieron su<br />

liquidación sólo fueron objeto de curiosidad bibliográfica. Quedando los<br />

cometas “libres de las infamias que sin razón les imputan”, los libertadores<br />

fueron olvidados también.<br />

sin embargo, la Libra astronómica y filosófica trasciende y con mucho a<br />

esta clasificación, ya que no sólo fue una clara expresión de modernidad<br />

científica sino también, y éste es quizá su aspecto más perdurable y por<br />

ello más digno de recordación, una afirmación reiterada de lo que para<br />

sigüenza y góngora fue una constante en todas sus obras: la exaltación<br />

criolla de la patria. si alguna idea atraviesa la Libra astronómica de principio<br />

a fin es indudablemente ésta. más aún, podemos afirmar que no podemos<br />

comprender la modernidad científica de don carlos si la disociamos de su<br />

labor de rescate y revalorización de la historia, la naturaleza y la cultura de lo<br />

que él, como buen criollo, ya consideraba su patria. no en vano firmaba sus<br />

obras con el título de “Presbítero mexicano” que era, en esa época, tanto<br />

una afirmación como un reto. Visto bajo esta nueva luz resulta explicable y<br />

lógico que haya reaccionado tan violentamente a las críticas de un europeo.<br />

su respuesta a Kino fue la manifestación tanto de su modernidad como de<br />

su criollismo. sus conocimientos científicos formaban una unidad junto


34 elías trabulse<br />

con esa actitud que él expresaba abiertamente como “el gran amor que a<br />

mi patria tengo”. esta característica hace de la Libra astronómica una obra<br />

singular dentro de la amplia literatura que provocó el cometa de 1680.<br />

si bien sigüenza no es el creador de la prosa científica en nuestro país,<br />

sí fue el primero en dar a sus escritos científicos un sesgo peculiar, propio,<br />

donde nunca está ausente la exaltación de américa frente a europa, del<br />

nuevo frente al Viejo mundo. este elemento metacientífico caracterizará<br />

gran parte de las obras de ciencias escritas en méxico en los siglos xviii y<br />

xix, como forma explícita de afirmar que el conocimiento científico era<br />

una de las dimensiones de la cultura, primero patria y después, ya en el<br />

siglo xix, nacional.<br />

de esta manera la Libra astronómica pasa de ser un texto abstruso y complejo<br />

de astronomía a ser una defensa y una afirmación de méxico y américa<br />

ante europa; y sigüenza merece ocupar un lugar destacado en la larga<br />

lista de aquellos que en los cuatro siglos que siguieron al descubrimiento<br />

de américa, se opusieron a la condena y al estigma de inferioridad lanzada<br />

por los europeos contra el nuevo mundo. Y en sigüenza no sólo se da la<br />

actitud defensiva, sino, como vimos anteriormente, en sus escritos aparece<br />

el contraataque. en múltiples pasajes de su obra sobre los calumniados<br />

cometas sigüenza pasó, una y otra vez, de la astronomía más depurada a la<br />

diatriba de un americano que ha sido vejado en su orgullo intelectual:<br />

Viva mil años el muy religioso y r.P. por el alto concepto que tuvo de<br />

nosotros los americanos al escribir estas cláusulas. Piensan en algunas<br />

partes de la europa, y con especialidad en las septentrionales, por más<br />

remotas, que no sólo los indios habitadores originarios de estos Países,<br />

sino que los de padres españoles casualmente nacimos en ellos, o andamos<br />

en dos pies por divina dispensación, o que valiéndose de microscopios<br />

ingleses apenas se descubre en nosotros lo racional.<br />

Puesto en esa línea de ofensiva intelectual don carlos no se detuvo.<br />

así, cuando Kino afirmó que las desgracias acaecidas en el mundo en<br />

los años de 1641 y 1644 habían sido causadas por un cometa aparecido<br />

varios años después, en 1652, y que ese cometa o “monstruo” de cualidades<br />

retroactivas había sido devastador, sigüenza le respondió que lo único


discurso de ingreso 35<br />

monstruoso era argumentar con dislates tan grandes y devolviéndole el insulto<br />

al padre le dice que eso sí era prueba de tener “trabajoso el juicio”:<br />

está ya obedecido el r.P. en cuanto mandó y le sigue, por conclusión<br />

necesaria de estos cotejos, tener el juicio muy trabajoso quien dedujere y<br />

afirmare lo que aquí deduce el r.P. Por que ¿en qué razón, en qué juicio,<br />

en qué entendimiento (no digo de alemán y cultivado en la universidad<br />

celebérrima de ingolstadio, sino de americano y mal desbastado en la,<br />

aún poco célebre, de mi patria méxico) cabe el decir que, de lo sucedido<br />

por los años de 1641 y 1644 fue precursor, causa o señal, el cometa que<br />

se apareció por diciembre de 1652?<br />

Y como remate le lanzó un dardo más:<br />

a estos primores llegan las especulaciones filosóficas de quien vino de la<br />

docta alemania a enseñarnos las matemáticas en la ignorante américa.<br />

estas últimas líneas nos muestran hasta qué punto la prosa aristada y<br />

virulenta de nuestro sabio criollo trascendió su finalidad puramente científica<br />

para convertirse en algo totalmente distinto; y es con esta óptica<br />

como conviene que evaluemos y comprendamos los alcances que tuvo<br />

para méxico la aparición del cometa de 1680.<br />

de esta forma fue como don carlos de sigüenza concibió y redactó<br />

una obra maestra que nos resulta cercana y actual a los que amamos la<br />

ciencia y la historia de nuestro país. rememorar a esa ilustre figura, en gran<br />

medida olvidada pero aún viva y vigente, fue una forma de verlo hoy aquí,<br />

entre nosotros, en esta ilustre academia mexicana.<br />

muchas gracias.


esPuesTa del discurso de ingreso<br />

de don elías TraBulse a la academia mexicana<br />

de la lengua<br />

señor director de la academia mexicana de la lengua<br />

señores académicos, señoras y señores, amigos todos<br />

[36]<br />

jaime labastida<br />

académico de número<br />

Pocas tareas tan gratas he realizado en mi vida, como la que realizo hoy,<br />

cuando respondo al discurso de ingreso de don elías Trabulse a la academia<br />

mexicana de la lengua.<br />

el ingreso de Trabulse a esta institución (que se ocupa de lo más cercano<br />

y hermoso para el oído del hombre, digo, la palabra) corrobora una<br />

tradición centenaria ya de nuestra academia. aludo a un hecho decisivo<br />

porque, desde el momento de su fundación, han pertenecido a la academia<br />

mexicana, y esto constituye uno de sus timbres de orgullo, los historiadores<br />

más eminentes del país. en ese sentido, diré que no cabe duda de<br />

que Trabulse es, por derecho propio, uno de los historiadores contemporáneos<br />

que ya ha logrado el nivel de excelencia que sólo alcanzaron unos<br />

cuantos, acaso los más ilustres, los mejores investigadores de la historia<br />

de méxico, los que han sido a su vez miembros de nuestra institución.<br />

Hablo de investigadores de la talla de Joaquín garcía icazbalceta, alfredo<br />

chavero, manuel orozco y Berra, ignacio Bernal, Ángel maría garibay,<br />

ya fallecidos; de silvio Zavala y miguel león-Portilla, aún vivos y en plena<br />

actividad creadora: con los dos últimos, Trabulse forma el tipo de investigación<br />

histórica en méxico hoy.<br />

Trabulse es un investigador que ha trabajado lo mismo en la historia<br />

económica que en la historia política; en la historia literaria que en la historia<br />

de religiones. Pero, por encima de todo, elías Trabulse se distingue


espuesta al anterior 37<br />

por el enorme esfuerzo que ha desplegado al sacar a luz las fuentes de la<br />

historia de la ciencia y la tecnología en México. En este aspecto, su labor<br />

en única. Debemos reconocer en él a un hombre apasionado que indaga<br />

de modo incansable tanto en los textos impresos, antiguos y modernos,<br />

como en los archivos de México y el extranjero. Su objetivo consiste en<br />

mostrar, entre otras cosas, cómo la ciencia transforma las mentalidades, de<br />

qué manera provoca cambios en la sociedad. Trabulse es un investigador<br />

de las ideas, aún mejor: un historiador filosófico de la ciencia.<br />

Otros historiadores se ocupan de la historia en tanto que tal, de la historia<br />

de la literatura económica. Trabulse lo hace también, especialmente en la<br />

economía y la literatura: así, sus hallazgos e interpretaciones de sor Juana son<br />

ejemplares, sin duda empero, el campo donde no tiene paralelo ni conoce<br />

par, al menos en México, es un espacio que parece pertenecerle a él solo y<br />

tomar como su coto personal, la historia de la ciencia y la tecnología.<br />

Su aportación decisiva acaso sea su Historia de la ciencia en México, una<br />

magna enciclopedia en 5 volúmenes, que va del siglo xvi al siglo xix. 1<br />

Cuantos la hemos leído nos asombramos de esta obra monumental, a un<br />

mismo tiempo serena y apasionada, en la que se han recogido, con erudición<br />

y paciencia extremas, los textos más importantes de los sabios mexicanos,<br />

sea en la medicina o la astronomía, sea en la geografía o la historia,<br />

sea en la química o la física, sea en la arqueología o la paleontología, sea<br />

en la botánica o la zoología, en suma, en todas las disciplinas en las que<br />

Trabulse reconoce el esfuerzo propio de un investigador nacional. Con<br />

esto, Trabulse ha puesto en relieve, a un tiempo, los aportes y los límites de<br />

nuestro desarrollo científico: los aportes, porque demuestra los esfuerzos<br />

que, a lo largo de cuatro siglos, han realizado los sabios mexicanos; los<br />

límites, porque su trabajo es también una denuncia de los magros resultados<br />

que, en esos siglos, han obtenido nuestros investigadores: pocos han<br />

alcanzado relieve universal.<br />

1 Elías trabulse, Historia de la ciencia en México, cinco volúmenes, México, Conacyt y Fondo de Cultura<br />

Económica (t. i, Siglo XVI, 1983; t. ii, Siglo XVII, 1984; t. iii, Siglo XVIII; 1985; t. iv, Siglo XIX, 1985<br />

y t. v, Apéndices e índices, 1989). En cada uno de estos volúmenes, Trabulse contó con la colaboración<br />

de otros historiadores nacionales; así, para el tomo i, de Susana Alcántara y Mercedes Alonso; para el<br />

ii, de Alberto Sarmiento y María Pardo; para el iii, de Concepción Arias y Cándida Fernández y para<br />

el iv, de Perla Chinchilla Pawling.


38 jaime labastida<br />

a partir de este trabajo inmenso, que consumió quince años de su vida<br />

y que culminó en 1989, Trabulse ha podido ocuparse de otros problemas<br />

relacionados con la ciencia en nuestro país y, así, en 1995 nos entregó<br />

una estupenda investigación en la que se dan cita el gusto tipográfico, la<br />

veracidad científica y el más intenso de los placeres estéticos. se trata del<br />

libro Arte y ciencia en la historia de México 2 que avanza por un doble sendero.<br />

Por un lado, muestra el esfuerzo del científico que hace de su trabajo una<br />

obra de arte, es decir, de qué modo traduce a lenguaje iconográfico el texto<br />

escrito. Trabulse investiga los casos específicos en los que se presenta una<br />

clara relación, en la actividad científica, entre concepto e imagen y muestra<br />

la estrecha vinculación que hay entre la palabra –el signo verbal– y la imagen<br />

plástica –el signo gráfico. Por otro, muestra el esfuerzo de algunos artistas<br />

plásticos mexicanos que intentaron dar carácter científico a su tarea<br />

estética. ¿es la de Trabulse una tarea arriesgada? Por supuesto, pero también<br />

es necesaria. no son pocos los científicos que se han esforzado por<br />

unir, en su trabajo, el rigor científico y el placer estético. los matemáticos<br />

califican como bella una ecuación, si ésta es sencilla, los físicos dicen de<br />

una ley natural, si se expresa en una formula sintética, que es bella y nítida,<br />

clara y exacta. Quisiera recordar que alejandro de Humboldt escribió, en<br />

un hermoso libro de su juventud, Cuadros de la naturaleza, que se proponía<br />

aplicar “la estética a los objetos de las ciencias naturales” o bien, “tratar de<br />

un modo estético las ciencias naturales”. 3<br />

Pero vayamos al texto que Trabulse nos ha leído hoy. como lo han<br />

comprobado, ofrece en él otra prueba de su enorme talento de historiador.<br />

Ha elegido para su discurso de ingreso un tema que le es particularmente<br />

caro, la figura señera del que fue, sin duda, el científico más riguroso de la<br />

época colonial: carlos de sigüenza y góngora y su polémica con el jesuita<br />

eusebio Francisco Kino, a propósito del tránsito del cometa de 1680 por<br />

el cielo de méxico. Permítanme hacer alguna precisión. Kino llegó a la<br />

2 elías trabulse, Arte y ciencia en la historia de México, méxico, Fomento cultural Banamex, 1995.<br />

3 alejandro de humboldt, Tableaux de la Nature, París, guérin, 1866, t. i, Prefacio a la primera edición<br />

alemana, p. 3 (la traducción de galuski se reproduce en la primera versión). en la edición de Firmin<br />

París, didot Frères, 1850, t. i, p. 2, se ofrece la traducción de Ferdinand Hoefer. la edición española<br />

(méxico, siglo xxi, 1999), a partir de la alemana, coincide con la de Hoefer.


espuesta al anterior 39<br />

nueva españa precedido de una enorme fama de historiador y de científico.<br />

Hasta sor Juana, deslumbrada por su talento, le escribió un soneto, sin<br />

duda admirable por su belleza, pero en el que se denuncia, por su carácter<br />

hiperbólico, el escaso conocimiento que sor Juana tenía de los asuntos<br />

astronómicos. dice pues en los versos finales (habla de Kino): “todo el<br />

conocimiento torpe humano / se estuvo obscuro sin que las mortales /<br />

plumas pudiesen ser, con vuelo utano / ícaros de discursos racionales, /<br />

hasta que el tuyo, eusebio soberano, / les dio luz a las luces celestiales”.<br />

Ya hemos advertido, en las palabras leídas por Trabulse, la oposición<br />

que hay entre un discurso científico, racional, como el de sigüenza y otro,<br />

el de Kino, retrógrado y oscuro. sigüenza mide el tránsito del cometa en<br />

grados, lo observa por medio del telescopio; Kino, en cambio, lo mide en<br />

palmos (es obvio que los de la mano), sin hacer uso de ningún instrumento,<br />

con los ojos limpios (o sucios, mejor dicho). Kino posee la mentalidad<br />

del misionero llegado a la nueva españa en el curso del siglo xiv y no la<br />

actitud moderna de sigüenza, formado en las teorías de copérnico, Kepler<br />

y galileo. Por esto, no es extraño que despliegue su trabajo religioso en las<br />

zonas áridas del occidente en sinaloa, sonora y las californias.<br />

creo que, a lo largo de la época colonial, sigüenza sólo tiene otro espíritu<br />

científico a su misma altura: José mariano mociño, el ilustre botánico<br />

y explorador que acompañó a martín de sessé en la expedición a nutka,<br />

aquel que escribió los textos filosóficos más audaces publicados en la Gaceta<br />

de literatura de México por José antonio de alzate. Pero mientras que<br />

mociño es un claro fruto de la ilustración borbónica, el inmenso talento de<br />

sigüenza brilla como una estrella solitaria en el oscuro cielo de la españa<br />

de los austria.<br />

Porque impulsara en este cuerpo, sin duda, la investigación histórica<br />

y porque su labor le dará lustre a la academia mexicana, celebro, sin disimular<br />

mi entusiasmo, el ingreso de elías Trabulse a nuestra institución.<br />

le doy, en nombre de todos los académicos, la más cordial bienvenida,<br />

diciéndole entra, elías, ésta es tu casa.


Querido José luis:<br />

carta de aceptación al ser nombrado<br />

miembro honorario<br />

[40]<br />

antonio AlAtorre<br />

méxico, 16 de noviembre de 2001<br />

Un día me dijo cosío Villegas: “su tocayo Gómez robledo está tomando<br />

terriblemente en serio su candidatura para la academia, se ha impuesto<br />

la obligación de hacer visitas protocolarias a cada uno de los académicos,<br />

según los usos de la academia Française”. lo que cosío sentía (y yo también)<br />

era: apenas se puede creer que él crea necesaria esa captatio benevolentiae.<br />

asistí, naturalmente, a la ceremonia de ingreso (en la sala ponce de<br />

bellas artes), y ese día –más bien noche–, viendo todo el aparato, y las<br />

caras solemnísimas de los académicos, me dije: ¡Qué bueno que yo no le<br />

tiro a eso!<br />

a las repetidas invitaciones que me hacían manuel alcalá, monterde<br />

y Yáñez siempre contesté no, y cada vez tenía que meterme en incómodas<br />

explicaciones. Y un día, durante la psicoterapia a que me sometí (y<br />

que buena falta me hacía), se trató de mi “ermitañez” y de mi resistencia<br />

a recibir “honores”. el terapeuta se empeñó en encontrar motivaciones<br />

patológicas. Y yo, después de decir que los “honores” serían un estorbo<br />

para mi tranquilidad de ánimo, reconocí que había en mi actitud, además<br />

de mis razones (las razones sin razón que sigo teniendo), un elemento<br />

psicológico, o sea una especie de soberbia. entonces decidí decir sí, y se lo<br />

dije a monterde, el cual se puso muy alegre: “¡Vaya, por fin! ¡no sabe usted<br />

qué falta nos hace!”<br />

pasó el tiempo, y vi que no hacía tanta falta: ingresaron ernesto de la<br />

torre y león-portilla y creo que alguien más. comprendí que la academia


carta de aceptación 41<br />

estaba atendiendo a compromisos previos, y que yo hacía cola en espera<br />

de que alguien tuviera a bien morirse. Y entonces volví al no.<br />

acepto ahora a ser “miembro honorario” sólo porque tú me lo pides,<br />

y porque me aseguras que esto no implicará ceremonia alguna.<br />

espero que ya hayas recibido el xérox de mi gachupín. el artículo de<br />

moreno de los arcos es curioso, y creo que debería publicarse (aunque no<br />

en la NRFH: no es su estilo). supongo que puedo quedarme con la copia<br />

que me mandaste.<br />

recibe un fuerte abrazo.


sesiones de HomenaJe


Por aZar anTe un BaldaQuino<br />

HomenaJe PósTumo a don HécTor aZar<br />

[45]<br />

Tarsicio herrera Zapién<br />

a un hombre de teatro como don Héctor azar, ¿qué mejor homenaje<br />

podemos rendirle, que evocar una serie de escenas artístico-sociales actuadas<br />

por él? en ellas nos ha quedado profundamente grabado el recuerdo<br />

de ese actor de la vida real, que siempre pensó al nivel de la escena, de la<br />

palabra y de la acción.<br />

en fin de cuentas, el escenario es una buena imitación de la vida real,<br />

y la vida real es una buena imitación del escenario.<br />

acaso su vida se haya acortado cuando no encontró un escenario lo<br />

suficientemente grande para desplegar toda la actividad de que era capaz.<br />

escena i. triunfo internacional<br />

se iniciaba apenas la década de los setenta. ¡una gran noticia cultural para<br />

méxico! radio universidad nacional transmitiría una fantástica novedad:<br />

la compañía de Teatro universitario de méxico acababa de obtener el<br />

gran Premio internacional de Teatro.<br />

¿sede? la ciudad de nancy, Francia. ¿obra representada? Divinas palabras,<br />

de don ramón maría del Valle inclán. ¿director? nada menos que<br />

Héctor azar, el hombre teatro, nacido el 17 de octubre de 1930, el que era<br />

capaz de convertir en escenario, lo mismo un desgastado salón de clases<br />

de alguna preparatoria, que un vetusto presbiterio de iglesia colonial.<br />

era él quien se había iniciado con el Teatro en coapa, y había seguido<br />

como fundador de la casa del lago, y como creador del centro universitario<br />

de Teatro, y del centro de Teatro infantil, no menos que del cadac,<br />

y quien había creado la revista teatral La Cabra, y quien dirigió la compañía<br />

nacional de Teatro.


46 tarsicio herrera Zapién<br />

escena ii. peña de poetas<br />

el querido colega académico, don manuel Ponce Zavala nos solía invitar<br />

los viernes en la tarde por conducto del dinámico empresario don ignacio<br />

Ávila, y del licenciado Víctor maravell.<br />

—¡Ven, Tarsicio! los viernes en la tarde nos organizamos para dar<br />

vida a la casa de la Poesía. el domicilio es allá en coyoacán, calle centenario.<br />

es el famoso cadac de Héctor azar. allí ya ha recitado salvador díaz<br />

cíntora sus poemas latinos en hexámetros. allí don gustavo couttolenc<br />

ha declamado muchos de sus sonetos, y don alfonso castro Pallares ha<br />

comenzado a leernos su magnum opus, el poderoso poema filosófico que<br />

piensa titular El inasible poema roto.<br />

Y uno de esos bien recordados viernes, cuando entrábamos a la florida<br />

casona porfiriana que nos recibía semanalmente, alcanzamos a oír que el<br />

propio Héctor azar les decía a varios periodistas:<br />

—a ver, ¿cómo está eso? Yo apenas he oído rumores de que me otorgan<br />

este año el Premio universidad nacional en difusión de la cultura, y<br />

ustedes ya hasta me vienen a entrevistar como ante un hecho consumado.<br />

o sea que los comunicadores de noticias vienen a darle la gran noticia al<br />

protagonista de una de ellas.<br />

escena iii. elección unánime<br />

una vez me sugiere don manuel Ponce: —Vamos a proponer a Héctor<br />

azar para que sea académico de la lengua. Podría ocupar la silla ii, que<br />

fuera del fallecido don Francisco monterde, también hombre de teatro y<br />

poesía. sería azar uno de los académicos más jóvenes (está cumpliendo<br />

56), es muy dinámico, y puede aportar iniciativas muy valiosas.<br />

encantado, acepté firmar la propuesta junto con don manuel Ponce,<br />

con su tocayo el bien recordado manuel alcalá y con su buen amigo alí<br />

chumacero.<br />

Huelga decir que azar fue electo académico por unanimidad en noviembre<br />

de 1986.


por aZar ante un baldaquino 47<br />

escena iv. en oro puro<br />

se llegan las Bodas de oro sacerdotales de don manuel Ponce. el 1 de<br />

diciembre de 1987 se organiza una concurridísima cena en el centro español<br />

del centro Histórico, allá cerca de la Profesa, donde se celebra la<br />

misa solemne. el homenajeado, como que es fundador de la comisión<br />

nacional de arte sacro, cuenta como invitado de honor nada menos que<br />

al cardenal ernesto corripio.<br />

recuerdo que, entre los números presentados, una señora de la sociedad<br />

de morelia interpretó al piano algunos de los valses mexicanos que<br />

más gustaban al festejado. Y quien aquí habla, leyó su soneto a manuel<br />

Ponce, que termina:<br />

Pues su vida es sonriente como el día.<br />

nace de su reír su poesía.<br />

Y cerré con mi epigrama en que comparo los méritos del compositor<br />

manuel m. Ponce con los de su homónimo el sacerdote poeta que honró a<br />

esta academia mexicana durante dieciocho años, del 76 al 94, y digo así:<br />

Un Manuel Ponce canta a una estrellita,<br />

y otro engendra poemas sobrehumanos.<br />

A ambos Ponce la Patria necesita:<br />

en el cielo vio aquel, chispa infinita;<br />

pero éste pone el cielo en nuestras manos.<br />

en dicha cena de gala, Héctor azar organiza uno de los números: varios<br />

actores jóvenes despliegan un mosaico de las poesías más admiradas<br />

del homenajeado padre Ponce. allí no puede faltar su Madrigal en la cruz,<br />

que destaca en toda antología de poetas mexicanos:<br />

al infinito amor<br />

no duelen prendas, y por eso quiso<br />

que un ladrón le robara el Paraíso.<br />

Yo, triste pecador,<br />

sé que en amor divino no hay mudanza,<br />

y en ser ladrón se funda mi esperanza.


48 tarsicio herrera Zapién<br />

escena v. ponce en volumen<br />

Por esos mismos meses se presentó felizmente el volumen editado por la<br />

unam en 1988: Manuel Ponce. Poesía 1940-84.<br />

en morelia presentaron el libro los poetas alí chumacero, Jorge eugenio<br />

ortiz y Héctor azar. luego, cuando se llegó la presentación en<br />

méxico, en uno de los auditorios del Palacio de minería se escucharon<br />

discursos de los mismos presentadores.<br />

Pero para esta ocasión fue también invitado quien aquí alza la voz.<br />

Para tal fin escribí mi ensayo “manuel Ponce y su lira arquitectónica”.<br />

como fin de fiesta, Héctor azar me pidió interpretar al piano algo de<br />

miguel Bernal Jiménez. Yo les brindé una primicia: mi elaboración pianística<br />

de “a la víbora de la mar”, movimiento que inicia el celebrado Cuarteto<br />

virreinal del compositor Bernal, quien fuera por unos 20 años amigo y<br />

coautor, con manuel Ponce, de obras como los villancicos ya clásicos: “el<br />

emplazado”, “en las pajas de Belén”, “agua amarga” y “cabalgata de los<br />

tres reyes”; y como unas austeras Siete palabras entre las cuales se incluye el<br />

citado Madrigal en la cruz, que ha sumado a su belleza la musicalización de<br />

Bernal Jiménez.<br />

escena vi. casi crítico musical<br />

era azar tan entusiasta admirador del compositor Bernal Jiménez, que<br />

una vez un crítico musical tenía ya publicados, en una popular revista, dos<br />

artículos en que despotricaba contra la vasta Sinfonía México del genio de<br />

morelia. Para entonces se entera el crítico de que su amigo Héctor azar es<br />

admirador de Bernal.<br />

el crítico se muerde la lengua y, para pegar los trastes rotos, redacta un<br />

tercer artículo sobre el mismo compositor, lo dedica a Héctor azar, y en él<br />

exalta hasta las nubes la breve página titulada Angelus, piececita que Bernal<br />

había compuesto con la facilidad con que un arquitecto de abolengo traza<br />

una acuarela para descansar de la construcción ciclópea que formaban los<br />

cuatro magníficos movimientos de su citada Sinfonía México.


por aZar ante un baldaquino 49<br />

la influencia de Héctor azar había inducido al crítico a reconocer que<br />

un compositor, no merece ser atacado a mansalva por el simple hecho de<br />

ser partidario del arte al servicio del bien, según proclamó en su conocido<br />

Salmo: “señor, he nacido para cantar tus alabanzas; he vivido en tu casa<br />

como un jilguerillo”.<br />

escena vii. en las alturas<br />

Héctor azar tenía una posición ideológica equilibrada entre la izquierda y<br />

la derecha. sabía seguir las actitudes oficialistas de su época, pero también<br />

sabía cantar las glorias de la tradición occidental. así, allá por los años 85,<br />

se difundieron ampliamente las invitaciones para una puesta en escena<br />

muy novedosa. si en siglos pasados se representaban pastorelas y dramas<br />

religiosos en los atrios y patios parroquiales, azar decidió presentar ahora<br />

la pieza de teatro teológico conceptista titulada Coloquio de los cuatro Doctores<br />

de la Iglesia, que Hernán gonzález de eslava escribió a fines del siglo xvi.<br />

nuestro colega procedió a presentarla en la centelleante capilla de la<br />

enseñanza, en esta misma calle de donceles. Y la llevó luego a otras iglesias<br />

coloniales del mismo centro Histórico. así lo hizo en san Fernando,<br />

colonia guerrero, donde yo presencié la obra.<br />

allí comprobé cómo preparaba azar a sus actores.<br />

ante todo, los tenía formados en una vocalización de alta escuela, similar<br />

a la operística. aquellos muros de piedra retumbaban con la valiente<br />

declamación. Hasta llegaba a haber pasajes que el público no lograba entender,<br />

no por defecto, sino por exceso de volumen vocal. esas clases nos<br />

servirían mucho a los oradores. Para ese fin, yo ya asisto a clases de canto.


HécTor aZar: IN MEMORIAM<br />

[51]<br />

ruy péreZ tamayo<br />

dos meses después de la muerte de nuestro amigo Héctor azar, escribí lo<br />

siguiente: “a fines del mes de mayo próximo pasado falleció en esta ciudad<br />

Héctor azar. Yo me encontraba fuera del país y no me enteré sino hasta<br />

mi regreso, una semana después. aunque nos conocimos hace muchos<br />

años, fue durante su desempeño como secretario de cultura del estado de<br />

Puebla, en el gobierno del licenciado manuel Bartlett díaz, cuando nuestra<br />

amistad se hizo más cercana. antes de eso Héctor había ingresado a la<br />

academia mexicana, lo que hubiera hecho posible encontrarnos dos veces<br />

al mes, pero como este cuerpo colegiado se tardó en responder a las propuestas<br />

de distintas actividades que Héctor hizo como nuevo miembro de<br />

número, y como poco tiempo después asumió la responsabilidad de promover<br />

la cultura en su estado natal, dejó de asistir a las sesiones de la academia.<br />

Para mi fortuna, la incansable actividad de Héctor como promotor<br />

cultural me permitió colaborar con él con frecuencia, y cuando llegó como<br />

funcionario a Puebla estas oportunidades crecieron, especialmente porque<br />

teníamos muy buenos amigos comunes en esa ciudad”.<br />

a fines de 1993, escribí lo siguiente: “en una visita que hice hace<br />

un par de meses a Puebla, mi buen amigo Héctor azar, que ahora es<br />

secretario de cultura de ese estado, me habló con entusiasmo de uno de<br />

sus últimos proyectos: el magno Festival Palafoxiano (mfp). el inquieto<br />

y entusiasta Héctor se lanzó a organizar el mfp con la finalidad de dar a<br />

conocer parte de la rica cultura poblana por medio de exposiciones artísticas,<br />

conferencias, funciones de danza y música de los diferentes municipios,<br />

así como artesanía y variedad gastronómica en ferias regionales.<br />

como era de esperarse, también el teatro y el cine forman parte del mfp.<br />

regido económicamente por la más estricta austeridad, el mfp se apoya en<br />

la buena voluntad de cooperación que el gobierno del estado ha recibido


52 ruy péreZ tamayo<br />

de diferentes instituciones, lo mismo locales que nacionales. además, el<br />

mfp se está celebrando no sólo en la capital del estado sino también en<br />

otras casas de cultura que existen en la entidad, e incorpora las ferias y<br />

tradiciones que se celebran en el periodo asignado al mfp que es del 24 de<br />

septiembre próximo pasado al 20 de noviembre próximo, incluyendo la<br />

feria de cuetzalan, el Huey atlixcáyotl, las ofrendas de muertos de Huaquechula,<br />

y otras más. los festejos se llevan a cabo los viernes, sábados<br />

y domingos de cada una de las 9 semanas. conocedor de mi interés en la<br />

historia de la medicina y en los libros, y como buen zorro que es, cuando<br />

Héctor me invitó ya llevaba una lista de los tesoros que guarda la Biblioteca<br />

Palafoxiana, encabezada por el famoso tomo De Humani corporis fabrica,<br />

de andreas Vesalio, publicado por primera vez en 1543 en Basilea. éste es<br />

uno de los libros más importantes de todos los que se han publicado en<br />

la historia de la humanidad, ya que con él se inicia la medicina científica.<br />

Pero además, también es uno de los más bellos, pues está ilustrado con<br />

77 maravillosas láminas realizadas en el taller del Tiziano, muchas seguramente<br />

por él y otras por sus ayudantes. la Biblioteca Palafoxiana posee un<br />

ejemplar de la primera edición de este libro (sólo hubo dos, la segunda en<br />

1555) y yo desde luego acepté dar una conferencia sobre Vesalio y su obra<br />

en ese espléndido lugar, orgullo de mi querida Puebla y de todo méxico.<br />

dos días más tarde Héctor me llamó a mi casa y quedamos ya firmes en la<br />

fecha y hora, que para mí resultó muy bien porque al día siguiente tenía yo<br />

otro compromiso académico en la misma ciudad de Puebla. Trabajé con<br />

gusto en la documentación de la mencionada conferencia, y cuando se<br />

llegó el día mi esposa y yo nos dirigimos a Puebla, pero al llegar y presentarnos<br />

con Héctor se nos quedó viendo como aparecidos y nos dijo, con<br />

un hilito de voz: “¡se me olvidó…!” Pronto se repuso del susto y dando<br />

muestras de su carácter de organizador y ejecutivo, en unos minutos ya<br />

había arreglado todo para que esa misma tarde yo pronunciara mi conferencia<br />

en la augusta Biblioteca Palafoxiana, después de la que sí estaba<br />

anunciada. Héctor nos invitó a comer regiamente y después nos llevó a<br />

conocer el cadac núm. 3 (el núm. 1 está en chimalistac y el núm. 2 en<br />

atlixco, naturalmente…), instalado en una vieja casa poblana restaurada<br />

con un amor y un gusto muy atlixqueño-árabe-histriónico, nos colmó de


héctor aZar: In memorIam 53<br />

obsequios poblanos (que nos encantan) y finalmente nos llevó a la majestuosa<br />

Biblioteca. ahí escuchamos una espléndida y muy bien ilustrada<br />

conferencia sobre la restauración del oratorio de san Felipe neri en Querétaro<br />

y su transformación en museo por el arquitecto Flavio salamanca,<br />

y después yo hice mi numerito sobre Vesalio. el resto de los programas<br />

que Héctor ha preparado para la segunda mitad del mfp es tan atractivo y<br />

tan variado como lo que ya se llevó a cabo, por lo que estoy seguro de que<br />

tendrá mucho éxito. si el amable lector tiene pensado viajar a Puebla algún<br />

fin de semana antes del próximo 20 de noviembre, se encontrará con la<br />

agradable sorpresa de que durante 9 semanas de este año de 1993, Héctor<br />

logró que Puebla fuera la capital cultural de méxico. Y para aquellos que<br />

no se enteraron a tiempo o que este año no puedan viajar a Puebla para<br />

asistir al mfp, tengo la buena noticia de que Héctor azar ha planeado que<br />

el mfp sea un acontecimiento anual.<br />

desde luego, Héctor es reconocido como uno de los creadores del<br />

teatro en méxico, desde su inolvidable labor al frente del departamento<br />

de Teatro de la unam durante 18 años y después como fundador del Teatro<br />

del caballito, del Teatro de la ciudad universitaria, del Foro isabelino,<br />

del Teatro espacio 15, del espacio c, del centro de arte dramático (cadac),<br />

entre otros; así como por su obras como dramaturgo, entre las que<br />

destacan Olímpica, La apassionata, Inmaculada, Los juegos de azar, y otras más.<br />

Héctor tenía una maestría en letras de la unam, y de su pluma surgieron<br />

libros de poesía, novelas y ensayos sobre diversos temas, además de las<br />

obras teatrales ya mencionadas. uno de sus libros más divertidos se llama<br />

Palabras habladas, y eso es precisamente lo que es, porque Héctor era un<br />

conversador formidable, chispeante, fantástico e interminable. sobre este<br />

libro escribí en 1990: “mi admirado y generoso amigo Héctor azar me<br />

envió su último libro, todavía chorreando tinta. caracterizado en la contraportada<br />

como ‘caja de carcajadas y conjunto de retablos burlescos’,<br />

el volumen no sólo es eso sino mucho más que eso. estas líneas están<br />

dedicadas a intentar (no sé si lo logre, sólo soy humano) una descripción<br />

un poco más justa de este libro prodigioso. Para empezar señalaré que a<br />

pesar de ser una colección de relatos breves y en apariencia disímbolos,<br />

el volumen no adolece de falta de personajes: por sus páginas se pasean


54 ruy péreZ tamayo<br />

motolinía, el Barón von Humboldt, el doctor gustavo Baz, san agustín,<br />

san cristóbal ecatepec, godot, otelo, lisístrata, dantón, electra,<br />

y muchos otros, estereotipos mexicanos pueblerinos, como hacendados<br />

nobles, revolucionarios viejos, borrachines incestuosos, beatas irredentas,<br />

las lindas suripantas y todo el resto de la humanidad doliente. Pero a pesar<br />

de su enorme riqueza de individuos nada está más lejos del directorio<br />

telefónico que este libro. Héctor azar empieza contándonos historias (la<br />

primera, ‘la entrada de las ánimas’, es una de las mejor logradas de todo<br />

el volumen, quizá porque es la más autobiográfica) que pudieran o no<br />

ser inventadas, unas más y otras menos, pero que son genuinas porque<br />

no sólo son posibles sino porque además son profundamente humanas.<br />

conservando su papel de dramaturgo del medievo español, Héctor transita<br />

cómodamente, tanto de ida como de vuelta, a través de todo el espacio<br />

de nuestra cultura ‘occidental’. desde el Aura post meridiem de la p. 14<br />

hasta el Jamais, jamais, jamais, de la p. 183, la reflexión es siempre la misma:<br />

cómo es, en dónde está y cómo funciona el hombre (y la mujer). en relación<br />

con las damas, Héctor es un verdadero maestro: la historia llamada<br />

‘Tríptico de mujeres’ es un retrato delicioso de la provincia mexicana basado<br />

en forma magistral en tres historias de mujeres: Juana de dios y su<br />

bocio, clarita cuautle román y su dentadura de oro (y su chicle canel’s),<br />

y serafina y su embarazo pecaminoso. Héctor dice ser de atlixco, pero en<br />

Palabras habladas más bien parece de cholula, por lo mucho que la menciona<br />

y la describe, aunque también figuran Jonacatepec, con su Tallarín<br />

y su cocodrilo de biznagas, chipilo y sus italianos, Tochimizolco y sus<br />

suripantas, y por todas partes el Valle de Puebla, con su cielo claro y su<br />

aire puro, y hasta el pueblo de Tacuba, esquina de avenida atzcapozalco<br />

y calzada méxico-Tacuba, de donde salió La palmera para transformarse<br />

en Zanella, otro inolvidable personaje femenino más.<br />

”Palabras habladas debe leerse con cuidado, porque su autor está dispuesto<br />

a todo y además lo hace con frecuencia. en vista de que Héctor<br />

tiene ciertas lejanas conexiones genéticas con el islam, lo primero que leí<br />

de su libro fue el brevísimo texto titulado ‘en árabe’, en el que examina el<br />

significado del nombre de un pueblecillo andaluz, llamado albaida de aljarafe,<br />

mientras camina con dos amigos en derredor de la fuente coyota de


héctor aZar: In memorIam 55<br />

coyoacán. recomiendo al amable lector que haga lo mismo, porque eso le<br />

dará la tónica del libro mejor que cualquier otra cosa. (mi recomendación<br />

no es que camine en derredor de la fuente coyota de coyoacán, lo que por<br />

otra parte puede hacerse sin el menor peligro de encontrarse con Héctor<br />

azar y sus amigos, sino que inicie su lectura de Palabras habladas en la p.<br />

145 del libro).<br />

”¿Por qué le llamó Héctor azar a su libro Palabras habladas? definitivamente,<br />

no lo son; más bien son palabras escritas, palabras para leerse y<br />

releerse, para memorizar, copiar y repetir. en la sección llamada ‘Fábula’<br />

(p. 153), después de una página muy a la gabriela mistral, Héctor incluye<br />

un grupo de textos denominados ‘objetos, cecilia, cosas’ que son todo<br />

menos eso. cada página ostenta un título que no tiene nada que ver con<br />

su contenido, pero vale la pena leer el título y después el texto (por ejemplo,<br />

‘Fuenteovejuna’ encabeza tres párrafos anarquistas que terminan con<br />

la recomendación de un nuevo juego psicodélico, el Pogo stick). de esta<br />

última parte disfruté más que nada el poema ‘los jóvenes del Valle’, en<br />

donde Héctor nos describe, nostálgico, certero e inmisericorde, a los que<br />

alguna vez fuimos ‘los muchachos’ de su generación, a los que nos tocó<br />

presenciar ‘el paso de la vida / al través de los visillos / cuidadosamente<br />

tejidos en crochet’. Héctor azar empieza su libro de manera elegiaca y<br />

lo termina en forma nostálgica, poética y romántica, sin perder nunca su<br />

consabida vena crítica y su buen humor. me felicito (y felicito al amable<br />

lector) de que Héctor haya publicado Palabras habladas. en estos tiempos,<br />

libros así nos hacen mucha falta.”<br />

con una mente inquieta y una capacidad excepcional de análisis, y<br />

además siempre de buen humor, su compañía era una fiesta para amigos<br />

y extraños. su casa en Puebla (“de estilo mediterráneo”, según él) era colección<br />

extensa de dibujos y cuadros de artistas mexicanos, la mayoría dedicados<br />

afectuosamente a Héctor, junto con numerosas imágenes de santos,<br />

incluyendo una pequeña estatua de madera de la Virgen maría medio<br />

quemada, que había sido recuperada después de un incendio. de padres<br />

libaneses y nacido en atlixco, Héctor era profundamente mexicano y católico,<br />

y llevaba ambas características con gran alegría y orgullo. su talento<br />

y su promoción del teatro le valieron numerosos reconocimientos, como


56 ruy péreZ tamayo<br />

el premio unam, el Premio xavier Villaurrutia, las Palmas académicas del<br />

gobierno de Francia, y muchos otros más. Visitar con Héctor la casa de<br />

la cultura de Puebla, con sus patios siempre llenos de niños ocupados y<br />

divertidos con los talleres organizados para ellos, o el museo anexo a la<br />

Biblioteca Palafoxiana, con los tesoros rescatados del resto de los cuartos,<br />

remozados y transformados en aulas y talleres de encuadernación y restauración<br />

de libros, o los teatros antiguos de la ciudad de Puebla, reparados<br />

y repintados amorosamente, o asistir todos los años a las Jornadas Palafoxianas<br />

organizadas por Héctor con toda clase de actividades culturales, y<br />

después disfrutar de su hospitalidad generosa en su casa y en compañía de<br />

su familia, dejaron en mi esposa y en mí un recuerdo profundo y permanente<br />

de su amistad y un sentimiento inolvidable de gratitud.<br />

descanse en paz mi querido amigo Héctor azar.<br />

muchas gracias.


la TerTulia de don ocTaViano<br />

[57]<br />

arturo aZuela<br />

la cita era a las doce en punto de cada domingo en la casa de don octaviano<br />

Valdés, en la colonia san miguel chapultepec. lo que entonces fue<br />

un tiempo de profunda amistad, de la defensa de la pluralidad dentro de la<br />

unidad, ahora es material de leyenda, de sagas históricas, de anécdotas, de<br />

transfiguraciones literarias. en aquella biblioteca de don octaviano, al fondo<br />

de su casa de la calle de Protasio Tagle, más allá de una jacaranda, una higuera,<br />

un níspero, entre sus colecciones de clásicos, de aquellos que forman<br />

la sólida preparación de un seminarista –su trivium y su quadrivium–, de los<br />

estudiosos del antiguo Pío latino, de años en roma, de las antiguas partituras<br />

del canto gregoriano, y no digamos de los textos con estirpe griega, ahí,<br />

entre los libreros que iban de los zócalos al techo, ya bien acomodadas las<br />

sillas, el sofá, los viejos sillones, lista la hornilla para preparar el mejor mate,<br />

el de Paraguay, de aquel nudo de la cordillera de los andes, nos recibía don<br />

octaviano todos los domingos. Por cierto que en una pared de la izquierda,<br />

destacaba su diploma de la academia mexicana. a la derecha, atrás de su<br />

escritorio, firme, elegante, de trato suave, como si para él no pasaran los<br />

años, de sonrisa fácil, mexiquense con la x en la frente y en la circulación,<br />

saludaba a uno y a otro, al jurista y al filósofo, al poeta locuaz y al crítico<br />

sabihondo, al politólogo de altos vuelos y al epigramista entrometido.<br />

Por ahí rondaban, aunque nadie las escuchara, las voces de otros tiempos,<br />

las de los hermanos méndez Plancarte, la de Ángel maría garibay, la<br />

de gutiérrez Hermosillo, aquellos que, en compañía de don octaviano,<br />

fundaron la tertulia en los tiempos de los coletazos de la cristiada, del<br />

maximato del “nopalito”, “el que gobierna está enfrente”.<br />

la tertulia del mate llegó a ser sexagenaria, única en el mundo de la<br />

esgrima verbal, de los más variados juegos del lenguaje. Habría que hacer<br />

memoria, comparaciones, historia, estudiar ejemplos de otras ciudades, algo


58 arturo aZuela<br />

de madrid, de Buenos aires, la Habana, salamanca, la ciudad de méxico<br />

de aquel entonces. ir al Pombo, al gijón, al city corner, al café de nadie, y<br />

tantas tertulias ahora extraviadas. es casi seguro que, en nuestros lares, una<br />

tertulia de esta naturaleza no tiene parangón; no hay otra que en tiempo, en<br />

calidad, en diferencia de personalidades, de presencia de izquierda y derechas,<br />

geometrías ideológicas o filosóficas, se le pueda evidentemente igualar.<br />

Por eso la figura de don octaviano Valdés crece con el tiempo; al morir<br />

él, ese mundo de hallazgos y extravíos, de asombros y diversidades, de<br />

confrontaciones y revelaciones, se perdió para siempre. el famoso mate de<br />

doce a dos, aquella tertulia de cada domingo, luego de que don octaviano<br />

había cumplido sus deberes sacerdotales en la catedral metropolitana, ese<br />

ámbito extraordinario de tantas personalidades, lanzas en ristres, caballeros<br />

andantes dispuestos siempre a la mejor discusión, esa reunión dominical<br />

requiere ahora, ¡quién lo iba a decir!, de la investigación sabia de un buen<br />

cronista o de un historiador que, sin haber asistido nunca, recoja los más disímiles<br />

testimonios de las generaciones que ahí convivieron. Bastaría, sólo<br />

para mencionar a los académicos, precisamente en este homenaje que rinde<br />

nuestra academia mexicana, que asistían al mate del padre Valdés para<br />

multiplicar las anécdotas, los recuerdos, las celebraciones, y, desde luego,<br />

la calidad de aquellas conversaciones –no faltaban las que terminaban en<br />

difíciles polémicas con los temas más complicados pero surgidos de la cotidianidad,<br />

de la revista de ayer, de la noticia de la semana.<br />

si la memoria no me falla, en primer lugar estaban alfonso noriega,<br />

andrés Henestrosa, antonio gómez robledo. a veces aparecían manuel<br />

alcalá, alí chumacero y ernesto de la Peña. Y, desde luego, jamás faltaba<br />

Tarsicio Herrera. También se agregaba ernesto mejía sánchez de la academia<br />

de nicaragua, ilustre rubendariano. al menor pretexto, salían los nombres<br />

de Ángel maría garibay, agustín Yáñez, gabriel y alfonso méndez<br />

Plancarte, José rojas garcidueñas. desde luego, para no cometer injusticia,<br />

sólo me restrinjo en estas páginas a los de nuestra academia mexicana correspondiente<br />

de la española; aunque también asistían miembros de otras<br />

ilustres corporaciones.<br />

don octaviano Valdés vivió noventa años, nació en cacalomacán, estado<br />

de méxico, el 21 de marzo de 1901, y murió en esta ciudad el 29 de mayo


la tertulia de don octaviano 59<br />

de 1991. Hombre de pocas palabras, pero siempre observador dedicado<br />

y cuidadoso; dispuesto al mejor consejo, a escuchar con paciencia, jamás<br />

ofreció un halago de más, una palabra sin sentido. Para el mate dominical,<br />

era el mejor anfitrión como si él mismo esperara la llegada de los contertulios,<br />

con placer de amigo al recibirlos, al estrechar la mano, al mirar con<br />

suavidad detrás de sus gruesos lentes. conciliador por naturaleza, aunque<br />

tuviera sus ideas propias, en las discusiones más acaloradas procuraba no<br />

tomar partido, como si supiera que su sola figura, su presencia elegante, sin<br />

decir una frase, tuviera un peso decisivo.<br />

su obra, fundamentalmente literaria, no sólo estuvo dedicada a la traducción<br />

y a la crítica. de joven, escribió dos libros de poemas, Bajo el ala<br />

del ángel y El pozo de Jacob. Fue traductor ni más ni menos que de Rusticatio<br />

mexicana de rafael landívar y publicó una antología de la poesía neoclásica<br />

mexicana. muy conocidas son sus dos obras narrativas: El padre tembleque<br />

y La cabellera de Berenice. además, El prisma de Horacio le dio fama, texto<br />

analítico, de una original valoración. a la academia siempre llegó puntual,<br />

amable, comedido, siempre en su lugar, atento escucha y extraordinariamente<br />

disciplinado en todos sus quehaceres. Tal como su prosa, medida,<br />

elegante, precisa, ajena de los circunloquios o frases vanas, así también era<br />

su personalidad. su obra y su vida, sus trabajos y sus días, estaban siempre<br />

entrañablemente vinculados. en su casa, en esas dos horas extraordinarias<br />

–el ahora conocido como el mate del padre Valdés–, tiempo que ahora, a la<br />

distancia, lo imaginamos como suspendido, aislado, inolvidable, que siempre<br />

echamos de menos, don octaviano, alguna que otra vez, muy comedido,<br />

salía al jardín a dar un consejo pedido por alguno de los contertulios.<br />

al paso de los años, supimos que aquellas pláticas no eran materia de confesión<br />

pero sí de los acuerdos más curiosos: alguna cita a pie de página, las<br />

entretelas de algún reconocimiento, la búsqueda de un premio, los caminos<br />

para ingresar a un seminario, los laberintos para llegar a esta ilustre corporación,<br />

las recomendaciones para no meterse en desafíos intelectuales, la<br />

mejor manera para llegar a la reconciliación con algún amigo. Y también,<br />

en muy pocas ocasiones, quizá un par de veces al año, sin hacer a un lado<br />

el mate, se servía una copa de whisky con motivo del onomástico de don<br />

octaviano o por el afán de brindar en plenas fiestas de fin de año.


60 arturo aZuela<br />

Hace más de diez años, allá por el mes de febrero de 1991, se suspendieron<br />

los domingos del mate. el padre Valdés estaba convaleciente a sus<br />

noventa años y no tuvimos tiempo de festejarlo como él se lo merecía.<br />

Para entonces, nuevas generaciones habían llegado a aquellos mágicos mediodías<br />

dominicales. el día del sol se había transformado y hasta entonces<br />

nos dimos cuenta de que la figura de don octaviano era insustituible. sólo<br />

y nadie más que él, con su paciencia, su tiempo, su goce, su espléndida<br />

amistad, era el único mantenedor de los domingos del mate. sabíamos que<br />

detrás de su generosidad, de su amistad sin cortapisas, también había un<br />

mundo de muchas encrucijadas: por un lado, la gran sabiduría para irse de<br />

esta vida con profundas satisfacciones, en plena paz interior; y, por el otro,<br />

la profunda comprensión hacia los semejantes, el deseo de vivir, de aconsejar,<br />

de intercambiar opiniones y ayudar sin límites a la tan diversa gente que<br />

lo rodeaba muy bien. sus días en la catedral, sus jueves de la academia, su<br />

domingo del mate, sus atardeceres en su casa de san miguel chapultepec,<br />

sus lecturas nocturnas o de madrugada, todo un mundo armónico, cuando<br />

lo consideraba necesario, acompañado de amigos de toda la vida. Jamás lo<br />

decía, pero él sabía estar en su casa, ser emérito entre eméritos, decano de la<br />

más alta jerarquía, enemigo del hastío, señor de la discreción y, por lo tanto,<br />

el que lo alcanzó todo, el que tuvo y retuvo sin jamás perder la elegancia<br />

hasta la vejez más digna, gran conocedor de que el silencio es la mejor potencia<br />

del mundo, y que nada hay tan importante como lo verdadero.<br />

ahora que celebramos su centenario, qué mejor homenaje a don octaviano<br />

que afirmar, una vez más, que él sigue todavía con nosotros y que, de<br />

acuerdo con su ejemplo, la gran satisfacción interior, la seguridad interior,<br />

no es un premio a la virtud, sino la virtud misma. él fue de un instinto y de<br />

una experiencia admirables; como nadie él sabía que la obra, la realización<br />

de un proyecto de vida, unidos a la amistad, están por encima de todos los<br />

bienes, y que el modelo, el hilo de la vida se aflojaría si no fuese tocado por<br />

algunos sufrimientos. Bien lo sabemos, aquí, a nuestro lado, está don octaviano<br />

Valdés, siempre sembrando para el otro, conocedor de la perfección<br />

de la naturaleza humana, sin permitir jamás que en el ánimo de los amigos<br />

queden cicatrices. así murió don octaviano, ejemplar lección de humildad,<br />

de vida profunda, multiplicidad de honras y de afectos.


nota biográfiCa<br />

IN MEMORIAM<br />

De OctavianO valDés valDés<br />

[61]<br />

Gustavo CouttolenC<br />

Octaviano valdés valdés nació en cacalomacán, municipio de toluca,<br />

México, el 21 de marzo de 1901. sus padres fueron don Gregorio valdés<br />

y doña Rosalía valdés.<br />

estudios<br />

en toluca (colegio de san José, de los Hermanos lasallistas), en México,<br />

D. F. (colegio Patricio sanz, de los maristas, donde cursó la primaria), y el<br />

seminario conciliar de México, para el estudio de las Humanidades. en<br />

Roma, Universidad Pontificia Gregoriana. se doctoró en Filosofía (1924)<br />

y teología (1927). Ordenación sacerdotal en Roma (1927).<br />

Ministerios saCerdotales<br />

capellán de las Religiosas contemplativas de san Bernardo, durante más<br />

de 50 años, canónigo de la santa iglesia catedral Metropolitana de México,<br />

Deán, Protonotario apostólico y vicario general del arzobispado.<br />

catedrático en el seminario conciliar de México (1932­1967). impartió<br />

diversas cátedras: teología natural, Psicología, cosmología, interpretación<br />

de textos, elocuencia, arte sacro, Griego e Historia Patria.


62 g u s tavo CouttolenC<br />

aCadéMiCo<br />

académico de número de la academia Mexicana de la lengua, correspondiente<br />

a la academia española. ingresó en ella en 1956, con el ensayo El<br />

barroco: espíritu y forma del arte en México.<br />

el esCritor<br />

Octaviano valdés cultivó diversos géneros literarios, con gran fortuna en<br />

algunos de ellos; poesía: El pozo de Jacob (1933) y Bajo el ala del ángel, bajo<br />

el signo de la revista Ábside (1952). ensayo: El prisma de Horacio (1937), El<br />

barroco: espíritu y forma del arte en México (1956).<br />

traducción en prosa de la Rusticatio Mexicana de Rafael landívar (1942).<br />

la reeditó la editorial Jus en 1965.<br />

antología, Poesía neoclásica y académica, selección e introducción de Octaviano<br />

valdés (1945).<br />

Biografía, El padre Tembleque (1961).<br />

novela, La cabellera de Berenice (1968).<br />

colaborador de la revista Ábside, treinta y siete colaboraciones (1947­<br />

1956). además de cuatro artículos en la revista Duc in altum del seminario<br />

conciliar de México.<br />

El poeta<br />

Octaviano valdés compuso dos libros de poesía: El pozo de Jacob y Bajo el<br />

ala del ángel. El pozo de Jacob, que el autor llama “primerizo” porque recoge<br />

la producción de su temprana juventud, es romántico por el contenido, la<br />

forma y el lenguaje. en efecto, el yo romántico y subjetivo, la realidad idealizada<br />

por la fantasía, el tinte melancólico, los héroes que hacen acto de<br />

presencia, el sentimiento nostálgico, preferencia por el paisaje, las ruinas y<br />

el sepulcro, lo extranjero y lo nacional, más algunos otros aspectos que lo<br />

caracterizan, allí se encuentran. la forma, libertad expresiva e impresionante,<br />

también está en él; amén del lenguaje enérgico y pintoresco, creador


in memoriam de oCtaviano va l d é s va l d é s 63<br />

de frases muy peculiares, de modo especial las compuestas de sustantivo<br />

y epíteto. también se debe tomar en cuenta lo arcaico y conservador que<br />

lo hace inconfundible.<br />

casi veinte años después, en 1952, aparece el segundo libro de poesía<br />

de Octaviano valdés, Bajo el ala del ángel. aquí, el poeta, en segura posesión<br />

del lenguaje, aunque empeñado en nuevas conquistas del mismo, tiene un<br />

exquisito y superior modo de decir.<br />

su entendimiento y oído van a caza de diversos rumbos para la expresión<br />

de lo bello. selecciona fondo y forma para darnos su inspiración y su<br />

sensibilidad, ambas genuinas. Bien estarían en sus labios las palabras de<br />

Horacio: “odi profanum vulgus et arceo”, “odio al vulgo profano y lo rechazo”;<br />

se aparta de lo vulgar, porque es un aristócrata del arte. Bajo el ala del ángel<br />

es un memento vibrante y sublime en el panteón familiar: madre, padre,<br />

hermana.<br />

El ensayista<br />

Octaviano valdés compuso dos ensayos: El prisma de Horacio y El barroco:<br />

espíritu y forma del arte en México.<br />

Octaviano valdés conoce a Horacio de primera mano, pues conoce el<br />

latín a la perfección, lengua del venusino. nos contagia su saber horaciano<br />

y, con su sensibilidad artística, nos sumerge en el mar del poeta de venusia:<br />

Odas, épodos, sátiras y epístolas. el Prisma de Horacio de Octaviano<br />

valdés estudia a Horacio como hombre y como poeta.<br />

Horacio como hombre posee acabada nobleza, con aspiraciones trascendentales,<br />

espoleado por la muerte que conlleva un reproche por las<br />

obligaciones incumplidas. Horacio tiene amor por la vida. es muy elevado<br />

su concepto de amistad que vivió con autenticidad. Orgullosamente romano<br />

por los cuatro costados. Patriota singular que compuso el Carmen<br />

saeculare, con motivo del centenario de la fundación de Roma, para que los<br />

ciudadanos romanos pudieran loarla. como hombre, se sintió huésped<br />

temporal de la vida, con la áurea mediedad de su clase y fortuna; acostumbraba<br />

frecuentar su cava y apurar los vinos generosos. era su carpe diem<br />

pero con su sabia moderación y equilibrada medida, cosa que también se


64 g u s tavo couttolenc<br />

da en sus amoríos. Vivió constantemente reconocido a su padre de cuna<br />

sin prestigio, más con alcurnia de espíritu. (Octaviano Valdés presenta a<br />

Horacio amante de su justa mediedad no mediocre, empeñado en hallar el justo<br />

medio virtuoso.) Amnistiado, regresó a Roma. Gracias a Mecenas que le<br />

obsequió una quinta rural, pudo vivir tranquilo entre el campo y la ciudad,<br />

disfrutando de la creación poética y de la amistad.<br />

Horacio, como poeta, según dice Octaviano Valdés, tiene el mérito<br />

indiscutible de habernos dado la estatura de sí mismo, encontrando el<br />

justo medio donde está el equilibrio. Cultivó la Oda, la Sátira, el Épodo, la<br />

Epístola. Bebió el espíritu griego, lo asimiló trasladándolo al Lacio, lo hizo<br />

latino, novedoso, distinto. Es moderno, actual siempre. Si bien se inspira<br />

en los poetas griegos, no los etiqueta y los vende; los recrea y nos brinda<br />

algo muy propio; da a sus recreaciones carta de ciudadanía, las latiniza,<br />

y sólo después las hace universales. Se cumple su “non omnis moriar”, “no<br />

moriré del todo”, pues su espíritu animará a otros espíritus por los aristocráticos<br />

caminos del arte.<br />

Se puede resumir todo lo dicho sobre Horacio poeta en aquellas palabras<br />

que don Octaviano escribió sobre él: “Es fundador de artistas concienzudos<br />

que saben quemar una vigilia en el retoque de un pliegue y en el<br />

acatamiento de una coma”. Príncipe de la forma entre los de su tiempo.<br />

Y mi juicio sobre El prisma de Horacio, bien mirado su logro, lo resumo<br />

en afirmar que don Octaviano, es uno, y muy prestigiado, de esa estirpe de<br />

artistas fundada por Horacio.<br />

Antonio Gómez Robledo dice de El prisma de Horacio de Octaviano<br />

Valdés: “Es un libro de crítica. Pero es algo más. Es no sólo crítica artística,<br />

la que deja obra de arte al lado de la enjuiciada, sino una reconstrucción<br />

vívida del alma y el pasaje espiritual de Horacio y de su tiempo”.<br />

Ni puedo omitir el juicio del destacadísimo hombre de letras, Alfonso<br />

Méndez Plancarte, sobre la misma obra que he comentado: “Espléndida y<br />

bruñida es la obra de Octaviano Valdés, al par que firme y luminosa. Tiene<br />

hallazgos y riqueza de imágenes. Esta obra es un poema. Es un libro pequeño,<br />

pero valioso. Trabajos como éste no son frecuentes”.<br />

El mismo Alfonso Méndez Plancarte en un artículo que escribió en<br />

la revista Ábside, titulado El prisma de Horacio de Octaviano Valdés, dice ha-


in memoriam de oCtaviano va l d é s va l d é s 65<br />

blando de su elogiosa crítica: “¿nos ciega la amistad y no todo es perfecto<br />

en este libro? tras los elogios que nos ha arrancado su mérito y para conciliarles<br />

crédito de imparcialidad, le he rebuscado algunos reparos. Helos<br />

aquí, hasta apurar un estudio penetrante”.<br />

ellos son:<br />

1) Una inoportuna evocación de verlaine.<br />

2) no es Horacio tan religioso como lo describe Octaviano valdés.<br />

3) se extrema la ponderación de la libertad en el arte de Horacio.<br />

Y acaba diciendo: “Pero, aun ellos, tales son muy pocos y de éstos algunos<br />

insignificantes, los únicos rasgos en que El prisma de Horacio pudiera<br />

lucir más límpida su exactitud. Me decidió a marcarlos el deseo de madurar<br />

mi juicio elogioso, y de probar que he vigilado mi amistad con el autor.<br />

Pero: cuando el artista sabe dar con largueza, tiene derecho a hurtarse a<br />

ratos el descanso de algún cabeceo…”.<br />

El traductor<br />

y si el poema abunda en esplendores,<br />

no me ofende la mácula de una tilde.<br />

como traductor de landívar, autor de la Rusticatio mexicana, Octaviano<br />

valdés alcanza un prestigio singular. no le va el dicho italiano “traduttore,<br />

traditore”, es un eminente traductor, pues, conoce a la perfección el<br />

latín y el español, además de su condición de poeta y prosista encumbrado.<br />

Mucho contribuye al éxito logrado el método que usó en la versión.<br />

Oigámoslo de su boca: “Me he esforzado en cumplir mi tarea buscando<br />

a lo largo de ella la vibración de giros y palabras, que responda mejor a<br />

nuestra sensibilidad contemporánea –hasta donde es posible sin traicionar<br />

al autor–, procurando excluir la fraseología y el vocabulario ya sin sonido,<br />

seudoclasicista, de espalda a la hora en que vivimos. Mi empeño en<br />

interpretar fielmente a landívar ha pretendido ante todo, en ambicioso<br />

trasiego de palabras, encontrar el espíritu de sus pensamientos. Por otra<br />

parte, la esencia intelectual del pensamiento artístico va inseparablemente<br />

unida a la emoción estética que brota de la sensibilidad. Considero que la


66 g u s tavo CouttolenC<br />

diferencia entre la traducción fiel y una infiel consiste en la capacidad de captar no sólo<br />

el primer elemento intelectual, sino también el segundo, acaso más difícil de ser asido,<br />

porque es algo que no se define, sólo se siente. tengo esperanza de haber sido fiel<br />

a landívar, trasladándolo a prosa castiza, ágil, emotiva, y de haber interpretado<br />

con leales vocablos su pensamiento”. cualquiera de las páginas de<br />

su versión da testimonio de ello.<br />

existen otras traducciones de la Rusticatio mexicana de landívar. Íntegras<br />

son las de Federico escobedo tinoco y la de ignacio loureda. la primera<br />

por ser en verso, aunque es parafrástica y literaria y hermosa también, cae<br />

en imprecisiones debidas a las exigencias del acento y la rima. la segunda,<br />

aunque tiene el mérito de haber sido la primera traslación completa, es según<br />

la acuciosa crítica de Octaviano valdés, muy infiel, pues, en unos ciento<br />

setenta lugares, se aparta sustancialmente del original. Hay una traducción<br />

parcial, del primer canto de landívar, Los lagos, en verso y mejor lograda<br />

que la de Federico escobedo, y se debe a Joaquín arcadio Pagaza. He oído<br />

hablar de otra de un traductor de nombre Regenos. no la conozco.<br />

Antología<br />

la imprenta universitaria, con el título Poesía neoclásica, volumen 69, editó la<br />

antología de poetas neoclásicos y académicos con introducción, amplia y<br />

profunda por cierto, y notas de Octaviano valdés. Maciza la investigación<br />

de una treintena de poetas que pertenecen a una centuria muy elástica, que<br />

va desde fines del siglo xviii hasta principios del xx. es una faceta más de<br />

Octaviano valdés que amplía al multiprestigiado poeta, ensayista, traductor,<br />

biógrafo y novelista, objeto de nuestro estudio.<br />

El biógrafo<br />

El padre Tembleque es la obra en que Octaviano valdés se manifiesta como<br />

un biógrafo de gran valía. a partir de escasos datos históricos, logra una<br />

biografía novelada de fray Francisco tembleque, natural del pueblo de<br />

tembleque, en toledo, de donde vino a la nueva españa en compañía de<br />

fray Juan de Romanotes, para evangelizar a los naturales de estas tierras.


in memoriam de oCtaviano va l d é s va l d é s 67<br />

en asuntos de evangelización sufrió mucho al encontrar dificultades<br />

para aprender los vocablos indígenas de la lengua náhuatl, por lo tanto le<br />

era imposible catequizar como había soñado. se sintió fracasado y pensó<br />

volverse a españa. Gracias a la dirección de fray Juan de Romanotes, se<br />

tranquilizó y prosiguió en su empeño, llegando a ser, con el tiempo, un<br />

aceptable lengua. Pero en medio de los menesteres del aprendizaje, encontró<br />

la urgente necesidad de llevar el agua desde Zempoala a Otumba<br />

que carecía de ella. así lograría calmar la sed no sólo espiritual sino material<br />

de los habitantes de la región.<br />

Fray Juan de Romanotes lo ayudó a llevar a feliz término sus propósitos,<br />

haciendo de él, indeciso y confuso, un hombre decidido y claro. la<br />

obra del acueducto desde Zempoala a Otumba, con riesgos y dificultades,<br />

nos muestra a un tembleque distinto, ahora es decidido y maduro, ha encontrado<br />

su identidad y autorrealización. Fray Juan de Romanotes ha sido<br />

valioso agente de cambio.<br />

Octaviano valdés en su biografía siguió la regla de Guillermo Dilthey,<br />

el filósofo de la historia. a partir de él la norma es la siguiente: el historiador<br />

debe narrar sus historias como reales e históricas. Don Octaviano es<br />

un historiador que hace novela, y un novelista que recrea sus personajes<br />

como debieran haber sido. Y allí queda la biografía novelada del padre<br />

tembleque, con primores estilísticos tan radiantes como las frases ambientales,<br />

“la cuchillada de luz infinita, fulguración de claridad desmesurada”.<br />

no menos emotivos son los mejores enunciados psicológicos de<br />

don Octaviano: “Genealogía de su desventura”, “perpetua alborada de<br />

inteligencia” y sobre todo, la estampa de tembleque ya anciano porque<br />

“no atrajo la enfermedad del mando”.<br />

El novelista<br />

Octaviano valdés asimismo escribió la novela que lleva por nombre La<br />

cabellera de Berenice que cumple con los requisitos del género: “narración<br />

artística, es decir, bella en su concepción y en su forma; prosa llena de vida<br />

y colorido, porque es un género literario de carácter creativo. toda novela<br />

supone la creación del ambiente, de los caracteres y de la trama. Por eso


68 g u s tavo CouttolenC<br />

la imaginación es la característica esencial del novelista; ésta es el don de<br />

concebir no sólo una idea novelesca, sino también su desenvolvimiento a<br />

través de episodios ordenados, que se cierran sobre sí mismos, es decir,<br />

que llegan a un desenlace cuyos elementos existían en aquella idea que fue<br />

punto de partida”. 1<br />

La cabellera de Berenice, obra de juventud de Octaviano valdés, como<br />

se infiere por su viaje de estudiante a Roma, la mención de cierto discernimiento<br />

vocacional al sacerdocio, parece ser un fragmento de su vida,<br />

historia propia y novelada por él mismo; sin nubes sórdidas, sin pantanos<br />

asquerosos y mórbidos, sin parchados de sexo aquí y allá, con cristalina<br />

sensibilidad y ternura, con prosa bella como toda la suya. tiene cuestionamientos<br />

humanos luminosamente expuestos y coherentes, logra mantener<br />

la atención y un suspenso hasta el final, a veces intuido por el lector, lejana<br />

intuición que pide esperar hasta el fin.<br />

Doy aquí parte del juicio que la novela en cuestión le ha merecido a alfonso<br />

noriega, recordando a Ortega y Gasset, quien reflexionando sobre<br />

la novela, distingue el quehacer del poeta y del novelista: “el poeta puede<br />

echar a andar con su lira bajo el brazo, pero el novelista necesita movilizarse<br />

con una enorme impedimenta, como los circos peregrinos y los pueblos<br />

migrantes. lleva a cuestas todo el atrezzo del mundo.”<br />

novela de genuina verdad es la novela La cabellera de Berenice de Octaviano<br />

valdés.<br />

Colaborador<br />

colaborador en revistas, especialmente en Ábside, en donde se encuentran<br />

treinta y siete aportaciones de diversos temas:<br />

a) algunos son adelanto de sus libros más bellos: La idea de la muerte en<br />

Horacio (de El prisma de Horacio); La visita de fray Gerónimo (en Fray Francisco<br />

de Tembleque); poemas: El espejo, Clara ventana, Rosalía, Pequeño Dios,<br />

Elegía bajo la noche, Muertos míos (de Bajo el ala de un ángel ).<br />

1 salvador Castro Pallares, Perceptiva Literaria, p. 81.


in memoriam de oCtaviano va l d é s va l d é s 69<br />

b) Un buen número de juicios críticos de varia temática: Presencias y Poderíos<br />

de Germán Pardo García; Laudanzas de Michoacán de alfredo Maillefert;<br />

La vida de Jesús de Manuel toussaint; Vísperas de España de alfonso<br />

Reyes; El grano de mostaza de alfonso Méndez Plancarte; Espejismo de Juchitán<br />

y Genio y figuras de Guadalajara de agustín Yáñez; Selva y mármoles de<br />

Joaquín Arcadio Pagaza de Gabriel Méndez Plancarte; Fray Margil de Jesús<br />

de eduardo enrique Ríos; Gabriel García Moreno y el Ecuador de su tiempo<br />

de Richard Pattee; Exégesis a una crucifixión de José clemente Orozco.<br />

c) Otros son estudios más amplios de algunos autores como: Joaquín<br />

arcadio Pagaza El poeta original (14 pp.); El apóstol de tierra caliente, fray<br />

Juan Bautista de Moya (15 pp.).<br />

d) Elogio fúnebre de Gabriel Méndez Plancarte; Varón justo y tenaz a alfonso<br />

Méndez Plancarte; etcétera.<br />

Hagamos ya el elogio del varón ilustre que fue don Octaviano valdés valdés,<br />

hombre de ciencia divina y humana, de amplísima cultura, aplicado a<br />

la pulcritud en toda su persona, en su porte exterior y en su espíritu; cultivador<br />

de una anchurosa y cordial amistad, baste recordar la tertulia del<br />

Mate frecuentada por muchos personajes de las bellas artes, de las letras<br />

especialmente, que en su cálido hogar y atraídos por la apertura de su pensamiento,<br />

lo frecuentaban gustosa y sabiamente, tertulia prolongada por<br />

sesenta años, en torno al té mate dominguero; fiel consejero de muchos,<br />

entendido en la literatura popular y en la alta; creador de escritos poéticos<br />

y de prosa acendrada. alabemos al autor de Fray Francisco de Tembleque, obra<br />

joyante, para mí la mejor en su género, de toda su producción. sin olvidar<br />

al inspirado poeta de Bajo el ala del ángel, al ensayista aplaudido por la alta<br />

crítica El prisma de Horacio, al traductor de excepcional fidelidad y belleza al<br />

trasladar a nuestro idioma el poema Rusticatio Mexicana de landívar, al acucioso<br />

hacedor de la antología de poetas neoclásicos y académicos del siglo<br />

xviii, al novelista con su Cabellera de Berenice, al colaborador de la prestigiada<br />

revista Ábside y de otras. Gloria de la academia Mexicana y de nuestras<br />

letras nacionales.


medio siglo de PaZ ocTaViana<br />

PLUMAS EN TORNO AL “MATE” *<br />

[71]<br />

Tarsicio herrera Zapién<br />

Hace un siglo, cuando nació el inspirado vate tabasqueño José gorostiza,<br />

también nació en cacalomacán, méxico, junto con la primavera –el 21 de<br />

marzo de 1901– el poeta, humanista, crítico, cronista y novelador don octaviano<br />

Valdés. ¿Y por qué tantas especialidades literarias? Porque, como<br />

decía ricardo garibay exagerando un poco, “si eres bueno en un género,<br />

eres bueno en todos”.<br />

además de sus obras literarias, colocará a monseñor Valdés en nuestra<br />

historia literaria su rango de promotor de una tertulia dominical sin paralelo<br />

de duración (sesenta años bajo un solo anfitrión), y sin paralelo de<br />

unidad afectiva dentro de la pluralidad ideológica.<br />

se supo que había quien murmurara de don agustín Yáñez, el más<br />

encumbrado contertulio, quien llegó a gobernador de Jalisco y a secretario<br />

de educación: ¿Y qué va a hacer ese alto funcionario a casa de un cura?<br />

¿acaso irá para solicitar alguna absolución?<br />

algo similar se llegaba a censurar en alfonso noriega, el famoso<br />

“chato”, maestro de jurisprudencia de tres presidentes: ¿Qué iba a hacer<br />

un constitucionalista a casa de un canónigo?<br />

no digamos ya de enrique gonzález rojo, el efusivo poeta y tenaz<br />

politólogo, mano cinceladora de estrofas refinadamente amatorias.<br />

¿Qué iban a hacer todos esos liberales a casa de un eclesiástico de<br />

ejemplar ortodoxia?<br />

He aquí la respuesta: sólo a conversar sabrosamente de literatura. desde<br />

luego, ése fue el objetivo inicial. así lo anota expresamente monseñor<br />

* leído en el homenaje de la academia mexicana de la lengua, casa lamm, 11 de octubre de 2001.


72 tarsicio herrera Zapién<br />

Valdés en la “apertura” de las Domínicas del mate, álbum formado con una<br />

docena de textos memorables de los contertulios más relevantes del grupo:<br />

“el año de 1932, sin programa ni propósito premeditado se inició la<br />

tertulia del mate con el padre alfonso méndez Plancarte, el poeta alfonso<br />

gutiérrez Hermosillo (y el anfitrión), atraídos por la común pasión de la<br />

literatura.” Y pronto fueron añadiéndose otros escritores que, como brillante<br />

coincidencia, han venido ocupando destacados puestos en la academia<br />

mexicana de la lengua, al menos la mitad de ellos.<br />

así, llegó don gabriel méndez Plancarte, hermano de don alfonso,<br />

junto con don Ángel maría garibay, uno y otro catedráticos del seminario<br />

de méxico.<br />

Fue cuatro años después cuando, al verse reunidos ellos cinco al calor<br />

del té cebado con la yerba “mate” paraguaya, comenzaron a fijarse un<br />

ideal. si podían reunirse cada semana varios intelectuales de fuste y de alta<br />

formación, también podían crear una revista cultural.<br />

Por esos años, don Ángel maría garibay es nombrado párroco de<br />

otumba, estado de méxico. los contertulios del mate, en una visita que<br />

hicieron a don Ángel, decidieron no sólo que el grupo siguiera unido, sino<br />

que cerrara filas en torno a la revista proyectada. estaban a la sombra del<br />

ábside, o sea, la fachada posterior abovedada del altar parroquial de otumba.<br />

de allí que titularan Ábside a su revista.<br />

“el mérito principal de don gabriel (primer director de la revista, antes<br />

de su hermano alfonso) fue –dice el padre Valdés– su apertura de espíritu,<br />

que supo dar cabida en su publicación a prestigiados escritores de muy variadas<br />

ideologías, pero libres de fobias y coincidentes en el amor al ideal<br />

literario.”<br />

la revista Ábside comenzó así su ameritada carrera, que la fue convirtiendo<br />

en toda una serie de antologías sobre literatura, historia y humanismo<br />

del más sólido metal. Porque es cierto que estaba abierta a escritores<br />

de muy variadas ideologías, pero todos eran de tendencias idealistas. sus<br />

ediciones trimestrales tenían un promedio de 100 páginas, y llegaron a<br />

sumar 160 números.<br />

al correr de los años Ábside, fruto legítimo de la tertulia de don octaviano,<br />

se convirtió en una revista nutrida con célebres colaboraciones.


medio siglo de paZ octaviana 73<br />

allí, por ejemplo, publicó don gabriel sus vastas y ejemplares versiones<br />

métricas de lucrecio, de estacio y de claudio claudiano, no menos que<br />

sus traducciones de salmos e himnos latinos de don guillén de lamport,<br />

el precursor de nuestros libertadores, sepultado en la columna de la independencia<br />

Y don alfonso, su hermano, publicó allí nutridos estudios sobre poetas<br />

novohispanos así como sobre sor Juana, a quien él coronó con el espléndido<br />

epíteto de “emperatriz del idioma”.<br />

Tiempo después, se añade al círculo del mate el gallardo poeta e historiador<br />

alfonso Junco, quien acabaría dirigiendo la revista durante veinte años,<br />

hasta que falleció en 1975. así cumplió Ábside el ciclo récord de 39 años.<br />

Y no faltaron en Ábside el buen humor y las risas, con artículos como<br />

aquel que, durante la comida en un seminario, comenzaba a leer un estudiante<br />

en voz alta. el título era: “¿Por qué se fue al convento sor Juana<br />

inés de la cruz?” —¡Por alfonso Junco! (así, el autor del artículo<br />

parecía convertirse en algún galán de la joven Juana inés en la corte<br />

novohispana.)<br />

galería de directores<br />

continúa el desfile de académicos de la lengua en torno al círculo del<br />

“mate”. ante todo, llega nuestro actual director desde 1980 –hace 21<br />

años–, don José luis martínez, junto con nuestro anterior tesorero, don<br />

alí chumacero.<br />

se añaden muy pronto otros dos poetas: el michoacano don alfredo<br />

maillefert y el poblano don Francisco José cabrera, este último convertido<br />

hoy día en el más fecundo poeta neolatino de dos siglos a esta parte.<br />

un segundo director de la academia se anexa luego al “mate”: es el<br />

licenciado agustín Yáñez, quien acude primero como novelista y luego se<br />

vuelve tan amigo de don octaviano, que le solicita que bautice y apadrine<br />

a su hija Beatriz.<br />

Por esos años se une también entusiastamente el “chato” alfonso<br />

noriega, “Y por su medio –añade monseñor Valdés– ganó nuestra reu-


74 tarsicio herrera Zapién<br />

nión la sal epigramática de Francisco liguori”. a él se deben cien epigramas<br />

regocijados, como éste dedicado al propio “chato”:<br />

al pasar por su despacho, / el chato me vio muy feo.<br />

Y yo digo sin empacho / Que a él también yo así lo veo.<br />

Y más tarde se incorporó a la reunión andrés Henestrosa, a quien<br />

calificó monseñor Valdés de “escritor que sabe escribir con palabras que<br />

nos saben a recién nacidas; tiene la agudeza a flor de labios y flechas de<br />

amable ironía”.<br />

Por las mismas fechas llega el prestigiado internacionalista y filósofo<br />

del derecho que fue el doctor antonio gómez robledo, “el sabio de la<br />

tertulia –lo corona don octaviano– tiene todas las respuestas para todas<br />

las preguntas humanísticas y de otras sabidurías”.<br />

con don antonio acudían a veces sus hermanos, los padres jesuitas<br />

Javier e ignacio gómez robledo. de cuando en cuando llegaba también<br />

don sergio méndez arceo, obispo de cuernavaca, a dialogar con la “inteligencia<br />

incorregiblemente razonadora” de don antonio Brambila, precursor<br />

eclesiástico, allá en los años sesenta, de la amenidad eficaz de Juan José<br />

arreola en las charlas por radio y televisión. Y se llegó a ver allí también al<br />

padre Joaquín antonio Peñalosa, hoy recién fallecido en el 2000.<br />

Y por allí se vio también a veces a un tercer director de la academia, el<br />

atildado don Francisco monterde, “caballerosidad y cortesía”. Y llegaron<br />

más y más académicos: “el Bachiller José rojas garcidueñas, no menos<br />

que don Porfirio martínez Peñalosa”.<br />

Y en el salón de don octaviano han centelleado también las ocurrencias<br />

de otros destacados escritores: don Héctor morales saviñón, “literato<br />

y distribuidor de alegría”, como anota el anfitrión, así como ernesto mejía<br />

sánchez, Jorge Hernández campos, alfredo leal cortés –el incisivo narrador,<br />

a quien con el tiempo se añadió su hijo alonso, también escritor– y<br />

los historiadores rafael aguayo spencer –experto en san Felipe de Jesús–<br />

y daniel moreno.<br />

el mate llegó a disfrutar a charlistas tan enjundiosos como los ya citados<br />

Juan José arreola y ricardo garibay. Y todavía falta enumerar al


medio siglo de paZ octaviana 75<br />

narrador José crespo y al poeta Horacio espinosa altamirano, quien tan<br />

buenos versos dedicó al padre Valdés, como la estrofa en alejandrinos que<br />

cantan a los arcos del acueducto del padre Tembleque:<br />

octaviano Valdés lo narra y sabe a gloria,<br />

ascetismo en la prosa, patria de la memoria,<br />

memoria de la Patria sin el fulgor de espadas,<br />

los arcos que se fugan con las piedras izadas.<br />

como el hermano sol y el agua por jornadas,<br />

Tierra y cielo se enlazan sobre formas aladas.<br />

allí se vio también a los pintores Ángel Zárraga, Federico cantú y a<br />

los dos Fernandos leal, padre e hijo.<br />

si tres directores de la academia han sido asiduos concurrentes al<br />

“mate”, también lo han sido un tesorero, alí chumacero y un bibliotecario,<br />

andrés Henestrosa. Fuimos también contertulios dos secretarios.<br />

uno, el actual, don salvador díaz cíntora; y otro, quien esto escribe, recién<br />

ascendido al cargo de censor que detentara por decenios don octaviano<br />

Valdés. don salvador regaló a la tertulia este epigrama para el pintor<br />

Fernando leal audirac:<br />

Fernando, dulce hermano, / rubio y barbado seguidor de apeles:<br />

Te me figuras un maximiliano / que cambió la corona por pinceles.<br />

Por su parte, el suscrito se lanzó al ruedo con un aguafuerte del debate<br />

entre méndez Plancarte y abreu gómez, para ver a quién se elegía como<br />

editor crítico de toda la obra de sor Juana. Y escribí:<br />

abreu, seudoespecialista, / contra sor Juana arremete.<br />

Plancarte al orden lo mete, /Y el que era gran sorjuanista<br />

acaba en gran “sorjuanete”.<br />

otros contertulios de diversas épocas han sido también don Pablo<br />

gonzález casanova, rector de la unam, don antonio martínez Báez, y<br />

diversos embajadores, como don ernesto santiago lópez y don ricardo<br />

guerra, el que fue esposo de rosario castellanos.


76 tarsicio herrera Zapién<br />

“las domínicas del mate”<br />

Pues bien. entre las iniciativas editoriales del citado círculo, estuvo la de<br />

Ovaciones, el 27 de enero del 74, que se trasladó al ya mencionado folleto<br />

Domínicas del mate. Y no menos importante fue la que organizó don arturo<br />

azuela cuando dirigía el suplemento cultural de El nacional, durante 1986,<br />

en un número especial en que escribió el propio azuela, además de gómez<br />

robledo, Henestrosa y el suscrito.<br />

en la crónica del año 74, escribía Yáñez:<br />

en las reuniones el padre Valdés va sirviendo el mate con exquisita,<br />

callada cortesía […] escucha la dialéctica de blancos y rojos, los encendidos<br />

chascarrillos y cuentos, la lengua viperina de andrés (son palabras<br />

de Yáñez) y los epigramas de liguori […] mas ha sido creado el clima<br />

cordial de confianza donde tirios y troyanos hablan de todo lo divino y<br />

lo humano; filología y política, filosofía y chismografía […] en fluvial,<br />

encontrada corriente…<br />

Y continúa Yáñez:<br />

Pero en las horas de problemas y crisis, de júbilos y dolores, el insigne<br />

humanista, poeta, novelista, crítico sutil, académico, ejemplar sacerdote y<br />

amigo, prodiga palabras más bien hechas tonos, timbres de bienhechora<br />

lentitud balsámica.<br />

Tal es el secreto de cómo en cuatro décadas (e insistimos en que<br />

llegaron a seis) pervive un grupo cuya constancia, liberalidad e ingenio<br />

merecen pasar a los fastos de la cultura patria.<br />

Hasta aquí Yáñez.<br />

“las coplas” de liguori<br />

el epigramista mayor del grupo, mi maestro en ese arte, don Francisco<br />

liguori, dejó en las Domínicas sus rotundas “coplas del mate”. así comienzan:


medio siglo de paZ octaviana 77<br />

Tertulias intelectuales / en méxico hay ya muy pocas.<br />

Hay grupos muy informales / que hablan a tontas y a locas<br />

sobre tópicos banales: / poco seso y muchas bocas.<br />

Pero hay una que distingo / entre todas, y ésa es<br />

la que domingo a domingo / preside el padre Valdés.<br />

ahí la semana extingo / como puntual feligrés.<br />

Viene luego un somero católogo ágilmente rimado de los más relevantes<br />

contertulios:<br />

Y en jocundo parloteo / hay amistosa refriega:<br />

el místico y el ateo, / cantú y el chato noriega,<br />

Brambila y méndez arceo,/ Henestrosa y Fausto Vega.<br />

Hablan aguayo y Valdés / sobre cuestiones de credo,<br />

Y discuten con denuedo / Villaseñor, leal cortés,<br />

garcidueñas y los tres / hermanos gómez robledo.<br />

la estrofa siguiente rubrica el carácter inconfundible de nuestra tertulia:<br />

allí no brillaban los bohemios, sino los humanistas y los abogados:<br />

a esa tertulia se agremia / todo el que se siente afín.<br />

no es una reunión bohemia; / se habla en griego y en latín,<br />

Y normas dicta agustín, / director de la academia.<br />

intercambio de hermanos<br />

andrés Henestrosa, a su vez, tiene un memorable artículo alusivo: “Tertulia<br />

del padre Valdés”. allí refiere que en un banquete de la revista Letras de<br />

México, lo sentaron junto a uno de los méndez Plancarte, después de que<br />

él acababa de escribir sobre ellos, pero no los conocía en persona. el asunto<br />

era la consabida refutación del padre alfonso a abreu en torno a sor<br />

Juana. un cuarto de siglo de tarea amorosa –aunque insegura– de abreu<br />

había sido demolida por méndez Plancarte.<br />

Henestrosa reconocía que tenía razón el filósofo, pero creía que ese<br />

no era el modo, y así lo estaba alegando andrés; “con un poco de resa-


78 tarsicio herrera Zapién<br />

bios anticlericales”, reconoce. nuestro decano sentía que la rudeza de<br />

méndez Plancarte se debía a la posición política “de extrema izquierda”<br />

de abreu.<br />

andrés le buscó pleito a méndez Plancarte durante toda la comida.<br />

Pero el sacerdote contestó siempre apacible y conciliador. Ya al despedirse,<br />

dice el padre:<br />

—Tuve gusto en conocerlo, andrés Henestrosa. mas usted ha padecido<br />

un error. Yo no soy alfonso; yo soy gabriel. Pero trate a mi hermano;<br />

es un buen hombre. se van a hacer buenos amigos.<br />

“Por tratar a alfonso méndez Plancarte –continúa andrés– comencé<br />

a concurrir a la tertulia de don octaviano y de los hermanos méndez<br />

Plancarte. llegamos a ser, en efecto, buenos, muy grandes amigos. esa<br />

tertulia es la otra imagen de méxico que yo quisiera para todos. aquella<br />

en que por encima de diferencias de credo político y religioso, unos<br />

mexicanos se reúnen para conversar de las cosas que los unen, de las dos<br />

repúblicas, igualmente amadas por todos.” Bello elogio de don andrés a<br />

don octaviano.<br />

Por su parte, el vigoroso grabador Federico cantú aportó al álbum colectivo<br />

un bello grabado de sus “letanías lauretanas”. Y ya consignamos<br />

del suplemento de El Nacional que aportó arturo azuela.<br />

Por mi parte, a los 85 años de don octaviano tuve el gusto de interpretarle<br />

un modesto recital en el órgano Hammond de mi hogar, instrumento<br />

adquirido por cierto con el importe de dos “Premios lópez Velarde” que<br />

tuve la suerte de recibir de fonapas Zacatecas.<br />

allí estrené para el grupo mi elaboración para órgano de concierto,<br />

del Cuarteto virreinal del genio de morelia, miguel Bernal Jiménez, sobre<br />

rondas infantiles mexicanas, comenzando por “a la víbora de la mar”.<br />

Fue allí donde entonó “naranja dulce” mi hija Beatriz, a sus seis años<br />

de edad.<br />

a su vez, mis otras dos hijas, carolina y Virginia, entonaron villancicos<br />

del mismo Bernal Jiménez en recital solemne para otro académico, el<br />

poeta don manuel Ponce Zavala.


medio siglo de paZ octaviana 79<br />

los eXámenes de don octaviano<br />

monseñor Valdés, además, editó una continuación de Ábside: los folletos<br />

de “las hojas del mate”. comenzó con el folleto de gabriel méndez Plancarte,<br />

Hidalgo, reformador intelectual (1944, y aquí, 71); editó el librito colectivo<br />

Luto por Agustín Yáñez (1980); lanzó también su propia semblanza de<br />

Ángel María Garibay (1985), y asimismo publicó su folleto Amado, Manuel<br />

José y otros exámenes (1973).<br />

aquí refiere el señor Valdés que el arzobispo labastida sí le guardó el<br />

secreto a icazbalceta, respecto a su dictamen contrario a las apariciones<br />

guadalupanas, hace un siglo todavía no del todo documentadas, como hoy<br />

ya lo están. Pero cuenta don octaviano que el canónigo Francisco de P.<br />

andrade forzó el escritorio del arzobispo y extrajo el dictamen de icazbalceta;<br />

lo tradujo luego en mediocre latín y lo envió a roma. Valiosa y<br />

documentada aportación del señor Valdés.<br />

al respecto –digamos de paso– también el Patriarca Pérez negaba las<br />

apariciones guadalupanas, pero fue amonestado por don Porfirio díaz.<br />

dice mi epigrama alusivo:<br />

Pérez, Patriarca tenaz, / negó las apariciones.<br />

saltó don Porfirio: —¡Vas /, por tu dictamen mordaz,<br />

a ver desapariciones!<br />

luego, a raíz de que Paz lamentaba que no estuvieran reunidos en<br />

volumen los artículos del citado debate abreu-méndez Plancarte, don octaviano<br />

hizo reunir hasta diez artículos de don alfonso en El Universal de<br />

1944-45, y los editó en el álbum Crítica de críticas (sorjuanianas) del 83. a mi<br />

vez, yo me he vuelto albacea de méndez Plancarte y lo he llevado a reeditar<br />

al instituto mexiquense de cultura (2000). luego, en la velada académica<br />

del centenario del natalicio de don octaviano, obsequié ejemplares a los<br />

contertulios sobrevivientes y a cuantos formaron una corona de admiración<br />

para el ilustre humanista.<br />

imitando a liguori, alabé así los libros de monseñor Valdés:


80 tarsicio herrera Zapién<br />

Hay de amable amistad ameno trueque<br />

cuando en cada domínica dimana<br />

sesenta años ha, el agua franciscana<br />

del que elevó los arcos de Tembleque.<br />

don octaviano impide que se seque<br />

El pozo de Jacob que insomne mana,<br />

donde El prisma de Horacio se desgrana.<br />

sin que su brillo a nadie ofenda, o peque.<br />

nunca su Cabellera, Berenice<br />

extendió en firmamento más felice<br />

Que en tu casa, de Amado y Othón arca.<br />

Y entre sorbos de mate y risa sana<br />

en tu Rusticación tan mexicana<br />

nos cobija tu abrazo de patriarca<br />

(1990).<br />

Y don octaviano ha de estar todavía saboreando en el empíreo el<br />

enjundioso soneto que entonó en su honor liguori, quien es también un<br />

alto poeta. lamentamos que hoy no pudo acompañarnos, por estar ya<br />

muy minado en su salud:<br />

Padre y maestro mágico, octaviano<br />

–augusto por su sacro ministerio–<br />

en santa soledad toca el salterio<br />

del rey david y el cálamo horaciano.<br />

de landívar el carmen rusticano<br />

Vertió Valdés en el lenguaje hesperio,<br />

Y ejerció el humanista ministerio<br />

en prócer seminario mexicano.<br />

Del pozo de Jacob no abrevó poco<br />

Y Tembleque brindóle el acicate<br />

Para encauzar las aguas del barroco.


medio siglo de paZ octaviana 81<br />

en ochenta y ocho años aún combate<br />

Bajo el ala del ángel, y lo invoco<br />

escanciando amistad, saber y “mate”.<br />

(1989).<br />

apéndice histórico de la tertulia<br />

al día siguiente del homenaje centenario a don octaviano Valdés, entrevisté<br />

al doctor alfonso castro Pallares, asistente a la sesión conmemorativa,<br />

y él me dio datos fundamentales para la historia del “mate” y de la<br />

tertulia de don octaviano. Helos aquí muy sucintamente.<br />

la costumbre de hacer tertulia en torno al “mate” la trajo a méxico<br />

don Jesús Pallares Torres (1891-1967), cuando regresó del colegio Piolatino<br />

de roma, allá por 1915. Poco a poco se fueron formando tres tertulias<br />

del “mate”. una fue la de los padres del seminario conciliar. otra fue la<br />

de los ex alumnos seglares del mismo, con el padre “chon” Hernández. Y<br />

la tercera fue la consabida del padre octaviano.<br />

a esta tertulia asistían también, además de los ya citados, otros humanistas<br />

de talla completa, como fueron los sacerdotes diocesanos salvador<br />

y alfonso castro Pallares. don alfonso también recuerda que ocasionalmente<br />

venía un obispo sudamericano, cuando llegaba a méxico a visitar a<br />

su hermano, embajador de Venezuela en nuestro país por los años 60.Y en<br />

la etapa inicial era asiduo el que llegaría a ser cardenal primado de méxico,<br />

don miguel darío miranda y gómez.<br />

Por entonces llegó también a la tertulia el ilustre humanista ecuatoriano<br />

(traductor de todo Virgilio, todo sófocles y toda la lírica horaciana),<br />

el padre aurelio espinosa Pólit quien, como ex rector de la universidad<br />

católica del ecuador, dio cuenta en Ábside de cómo se cursaban allí las<br />

humanidades por esa época. se ve así que la tertulia del padre Valdés llegó<br />

a atraer visitantes hasta de sudamérica.<br />

nos refiere también nostálgicamente el padre castro que él y su citado<br />

hermano sacerdote venían los domingos a visitar a sus primos don Julio y<br />

doña chona Torres, y luego pasaban a saborear el “mate” en el estudio de


82 tarsicio herrera Zapién<br />

don octaviano, a quien el matrimonio Torres, que nunca tuvo hijos, había<br />

adoptado por amistad.<br />

años después fue cuando, sombreada por los tres cipreses del jardín<br />

que cultivaban al fondo de su casa los Torres, don octaviano construyó su<br />

sala biblioteca, que se volvió la sede clásica del círculo del “mate”.<br />

el más grato recuerdo que el citado círculo trae al Padre alfonso castro<br />

es el de la presentación de su libro Este barro glorioso, en 1972. se realizó<br />

durante una cena en casa de doña guadalupe dueñas (la cual acaba de fallecer<br />

en enero de 2002), y los oradores fueron el padre manuel Ponce Zavala,<br />

también ocasional miembro del grupo, y el epigramista Francisco liguori.<br />

una o dos docenas más de escritores fueron también concurrentes<br />

al “mate” dominical del padre Valdés, y descubrieron en él la más difícil<br />

forma de apostolado: la de ejercer la bondad en silencio, a pesar de hallarse<br />

bajo el más granado fuego verbal.


José gorosTiZa<br />

[83]<br />

José luis martíneZ<br />

un libro juvenil de poesía, un poema extenso excepcional y una recopilación<br />

de escritos en prosa, firmados por José gorostiza (1901-1973),<br />

son el sustento suficiente de uno de los mayores prestigios de la literatura<br />

mexicana.<br />

Canciones para cantar en las barcas (1925) tiene una veta principal de poemas<br />

de arte menor, de juegos sutiles, imaginación plástica y palabras musicales,<br />

en los que la belleza del mundo, el amor y la melancolía se expresan<br />

en leves rasgos llenos de gracia fugitiva:<br />

los peces de colores juegan<br />

donde cantaba Jenny lind.<br />

Jenny era casi una niña<br />

por 1840<br />

pero tenía<br />

un glu-glu de agua embelesada<br />

en la piscina etérea de su canto.<br />

además de esta veta de gracia aérea, gorostiza deja constancias de<br />

otras especies poéticas. en Nocturno paga tributo a las parábolas morales<br />

que había impuesto el doctor gonzález martínez; en Mujeres hace un elogio<br />

sensual y sentimental de las muchachas de córdoba; y en Elegía, que<br />

inicialmente se llamó A Ramón López Velarde, Q.E.P.D. Elegía apasionada<br />

–cuando se publicó en el número de homenaje (1º de noviembre de 1921)<br />

que dedicó México Moderno al poeta muerto el 19 de junio anterior–, expresa<br />

su duelo con trasposiciones muy elaboradas, que afinará en sus escritos<br />

posteriores sobre el mismo tema.<br />

cuando gorostiza reunió en 1964 su Poesía, incluyó, a continuación<br />

de las Canciones para cantar en las barcas, una segunda sección que llamó Del


84 josé luis martíneZ<br />

poema frustrado. sólo el precioso poema llamado aquí Preludio –que en 1936<br />

se publicó con el nombre de Poema en Universidad (tomo ii, número 9)– y<br />

el Épodo, que incluye esta sección y repite pasajes del Preludio, parecen el<br />

arranque de un poema extenso, a la manera y con el estilo suntuoso de<br />

Muerte sin fin cuyo tema es la palabra:<br />

esta palabra que jamás asoma<br />

a tu idioma cantado de preguntas<br />

esa desfalleciente,<br />

que se hiela en el aire de tu voz,<br />

sí, como una respiración de flautas<br />

contra un aire de vidrio evaporada…<br />

los otros poemas no tienen relación con este Preludio. son notables<br />

las series de Lección de ojos, y de Presencia y fuga, formada por cuatro conceptistas<br />

sonetos, que anticipan las lucubraciones de su mayor poema. en la<br />

Declaración de Bogotá, el diplomático que fue gorostiza perturba la aridez de<br />

los discursos con la aparición de una presencia femenina, o de la poesía.<br />

Muerte sin fin (1939), obra maestra fascinante, es un poema extenso de<br />

amplio desarrollo (773 versos). su composición se ordena en una estructura<br />

nítida: diez secciones interrumpidas por un intermedio ligero y lírico<br />

y concluidas por un final súbito y burlesco. Por sus versos luminosos,<br />

está a la altura de la extremada elaboración poética de las Soledades y el<br />

Polifemo de góngora, y su severa articulación filosófica lo emparienta con<br />

el Primero sueño, de sor Juana. como en este poema, se propone también<br />

gorostiza explicarse la sustancia y el destino de la existencia humana.<br />

Pero no se contenta, como la poetisa, con refugiarse después de su indagación<br />

en el misterio y el despertar. gorostiza parte, de la más lúcida<br />

vigilia, a una serie de inquisiciones –con ciertas afinidades con doctrinas<br />

herméticas– que lo llevan a descubrir, tras de todas las apariencias animadas,<br />

el lívido frenesí que mueve la vida, la muerte sin fin, que alcanza al<br />

espíritu de dios.<br />

Podría decirse que es el drama de la inteligencia “soledad en llamas”,<br />

como El cementerio marino de Valéry es, en última instancia, el drama de la<br />

conciencia.


josé gorostiZa 85<br />

la excelencia de Muerte sin fin es su magistral compenetración de la exposición<br />

filosófica y la extremada y matizada calidad poética. algo como<br />

una disquisición hecha de piedras preciosas, que pocas veces son sólo decorativas<br />

y casi siempre son intensamente expresivas y significantes. Vaya,<br />

entre tantos otros pasajes memorables, éste del principio del poema:<br />

lleno de mí —ahíto— me descubro<br />

en la imagen del agua,<br />

que tan sólo es un tumbo inmarcesible,<br />

un desplome de ángeles caídos<br />

a la delicia intacta de su peso,<br />

que nada tiene sino la cara en blanco<br />

hundida a medias, ya, como una risa agónica,<br />

en las tenues holandas de la nube<br />

y en los funestos cánticos del mar […]<br />

y algunos versos aislados inolvidables:<br />

su luna azul, descalza, entre la nieve<br />

¡oh inteligencia, soledad en llamas<br />

la sorda pesadumbre de la carne<br />

como un tardo tiempo de crepúsculo<br />

un ardoroso incienso de sonido<br />

constelada de epítetos esdrújulos<br />

los himnos claros y los roncos truenos<br />

y esbeltos címbalos que dan al aire<br />

sus golondrinas de latón agudo;<br />

y la febril estrella, lis de calosfrío<br />

como una lenta rosa enamorada<br />

por la entumida noche submarina<br />

la golondrina de escritura hebrea<br />

y el pequeño gorrión, hambre en la nieve<br />

desnudo de oración ante su estrella<br />

… la impúbera<br />

menta de boca helada<br />

de la poesía juvenil de gorostiza, que él excluyó de su primer libro,<br />

se conocen trece poemitas, publicados en la revista estudiantil San-Ev-


86 josé luis martíneZ<br />

Ank (1918) y en otras de la época, y fechados entre 1918 y 1927. se han<br />

recogido bajo el rubro de “Poesías no coleccionadas” en el volumen José<br />

gorostiza, Poesía y poética, edición crítica coordinada por edelmira ramírez,<br />

1988, en la colección archivos. en este mismo volumen se da a<br />

conocer un fragmento del Diario inédito de gorostiza; un retrato de su<br />

madre “doña elvira alcalá de gorostiza”.<br />

del archivo de José gorostiza se han publicado algunos papeles inéditos.<br />

Terminada, sólo se encontró la Suite en dolor de Luz Velderráin, cinco<br />

sonetos sentimentales de la primera juventud del poeta, publicados en<br />

1940 con preliminares de alí chumacero y eduardo lizalde. en la edición<br />

crítica antes mencionada, mónica mansour estudia y da a conocer<br />

–en “armar la poesía”– esbozos de poemas, apuntes y proyectos literarios,<br />

especialmente los llamados “el semejante a sí mismo” y “la feria”.<br />

estos proyectos son interesantes para conocer la compleja y rigurosa elaboración<br />

de la poesía que practicaba gorostiza, con las lecturas previas<br />

de documentación, esbozos en prosa, listas de vocabularios pertinentes<br />

e intentos graduales de desarrollos en verso. estos proyectos fechados<br />

entre 1930 y 1940, nunca fueron terminados.<br />

Y en el número 0 (noviembre-diciembre de 1990), de la revista Biblioteca<br />

de México, Julio Hubard vuelve a estudiar estos esbozos, especialmente<br />

los de “el semejante a sí mismo”, del que comenta:<br />

al parecer, este poema debía haber continuado la gran línea alegórica y<br />

desprender la conciencia del poeta del infierno de la incesante muerte<br />

para conducirlo a un purgatorio donde pueda, al menos, pretenderse “la<br />

fijación del ser, esto es, rehuir la muerte, encontrar la eternidad”.<br />

se publican también en esta revista Tres paisajes en vidrio, poemas inconclusos,<br />

unos aforismos, la respuesta a una encuesta y un breve fragmento<br />

de novela.<br />

la Prosa de José gorostiza (universidad de guanajuato, 1969), coleccionada<br />

por miguel capistrán, reúne comentarios sobre teatro, artes<br />

plásticas, música y letras, entre los que sobresalen estos últimos. la calidad<br />

de los juicios críticos de gorostiza no ha sido suficientemente reconocida.<br />

sobre lópez Velarde, una de sus grandes aficiones, escribió, además de la


josé gorostiZa 87<br />

Elegía a su muerte, dos preciosos textos en prosa: la conferencia de 1924<br />

y el discurso de 1963, cuando se llevaron los restos del poeta a la rotonda,<br />

con recuerdos cordiales del “payo” y observaciones agudas sobre su<br />

poesía. comentó con inteligencia obras de algunos de sus compañeros de<br />

generación: Torres Bodet, novo, eduardo luquín, martínez sotomayor,<br />

ortiz de montellano, gutiérrez Hermosillo y Pellicer. Y en las “notas<br />

sobre poesía”, parte medular de su discurso de ingreso en la academia<br />

mexicana, en 1955, consignó con llaneza y sabiduría su poética. guillermo<br />

sheridan editó la Correspondencia 1918-1928 de José gorostiza y carlos<br />

Pellicer (ediciones del equilibrista, méxico, 1993).<br />

José gorostiza nació en san Juan Bautista, hoy Villahermosa, Tabasco,<br />

el 10 de noviembre de 1901, y a los 72 años, murió en la ciudad de méxico<br />

el 16 de marzo de 1973. Pese a su origen, no tenía un temperamento<br />

tropical, como el de su paisano y amigo de juventud carlos Pellicer, según<br />

puede confirmarse en el epistolario de ambos, sino más bien el de un<br />

hombre del altiplano. él mismo me explicó que ello se debía a su estancia<br />

juvenil en aguascalientes, junto a su hermano celestino, adonde su padre<br />

lo llevó para que hiciera sus estudios superiores en el instituto científico y<br />

literario. Y estos años de aguascalientes lo hacían relacionarse espiritualmente<br />

con ramón lópez Velarde, que también había estudiado allí. más<br />

tarde viene a la ciudad de méxico donde se inscribe en la escuela nacional<br />

de Jurisprudencia –estudia sólo el primer año– y dirige los Cuadernos<br />

Literarios que publica la editorial cultura. Junto con enrique gonzález<br />

rojo, también poeta e hijo del ilustre poeta enrique gonzález martínez,<br />

edita la Revista Nueva (1919) y, con Jaime Torres Bodet, Bernardo ortiz de<br />

montellano y el propio gonzález rojo, forman un nuevo ateneo de la<br />

Juventud. en los años del esplendor vasconcelista, se encarga de la edición<br />

de la revista El Maestro, donde lópez Velarde publicaría La suave patria en<br />

1921 poco antes de su muerte, y es uno de los colaboradores de las hermosas<br />

Lecturas clásicas para niños.<br />

en 1927 ingresó en el servicio diplomático en el que principiaría como<br />

escribiente hasta llegar, cuarenta años más tarde, a ser titular del ramo. su<br />

primer puesto fue en londres como canciller de Primera, de donde pasó<br />

a copenhague como segundo secretario y a roma, como primer secreta-


88 josé luis martíneZ<br />

rio, comisionado también en guatemala y cuba. de vuelta en méxico, en<br />

1938 es secretario particular del ministro de relaciones exteriores, general<br />

eduardo Hay, y más tarde director general de asuntos Políticos y del servicio<br />

diplomático y representante de méxico en el consejo de seguridad<br />

de naciones unidas. en 1950 y 1951 es jefe de misión en los Países Bajos<br />

y en grecia y, en fin, subsecretario de relaciones exteriores y secretario<br />

del ramo. de su labor diplomática sólo queda un folleto de su pluma: La<br />

tesis de México entre Chapultepec y Bogotá, de 1948, a pesar de su reconocido<br />

prestigio. en sus últimos años estuvo al frente de la comisión nacional de<br />

energía nuclear.<br />

aunque nunca llegó a hacer vida literaria, pues se consagraba totalmente<br />

a sus tareas diplomáticas, José gorostiza forma parte del grupo literario<br />

de los contemporáneos. él mismo contó que, cuando era secretario<br />

del ministro eduardo Hay, en 1938, el presidente lázaro cárdenas llamó<br />

al secretario a las nueve de la mañana y le contestó don José disculpándolo.<br />

dos veces más repitió el telefonema y finalmente le pidió a gorostiza le<br />

dijera que deseaba que los secretarios de estado estuvieran en sus oficinas<br />

a las nueve de la mañana. entonces el secretario Hay preguntó a gorostiza<br />

a qué hora llegaba, le contestó que a las ocho y lo instruyó para que a<br />

partir del día siguiente llegara a las siete, “por lo que pudiera ofrecerse”,<br />

“pero como a las siete de la mañana –comenta el madrugador José gorostiza–<br />

nada sucedía en la secretaría de relaciones y estaba yo solo, en<br />

vez de mirar barrer a los mozos, me puse a escribir Muerte sin fin, y esto me<br />

obsesionó de tal modo que, a pesar de que trabajaba yo hasta las diez, once<br />

de la noche en relaciones, a las siete de la mañana estaba yo en mi mesa de<br />

trabajo y terminé el poema en seis meses”. 2<br />

José gorostiza fue electo miembro de la academia mexicana de la<br />

lengua el 14 de mayo de 1954, y de número el 22 de marzo de 1955, ocupando<br />

la silla xxxV. su discurso de ingreso se llama, repito, “notas sobre<br />

poesía”, y le dio respuesta alfonso reyes. ambos se publicaron en el tomo<br />

xv, de 1956, de las Memorias de la Academia. en 1968 José gorostiza recibió<br />

el Premio nacional de letras.<br />

2 recogida por edelmira ramírez en su edición crítica de la Poesía y poética de gorostiza, colección<br />

archivos, méxico, 1988, pp. xlii-xliii.


josé gorostiZa 89<br />

en ocasión del centenario del nacimiento del poeta, un grupo de escritores<br />

propuso al presidente de la república, que los restos de José gorostiza<br />

fueran trasladados a la rotonda de los Hombres ilustres. la academia<br />

mexicana se asocia con entusiasmo a esta proposición que llevará a<br />

cabo uno de nuestros poetas mayores a juntarse con sus congéneres. Y de<br />

paso, para seguir la corriente de estos años, sugerimos que el nombre de<br />

este lugar de elección en el Panteón de dolores, se llame rotonda de los<br />

mexicanos ilustres.<br />

algunos estudios sobre gorostiza: andrew P. debicki, La poesía de<br />

José Gorostiza, colección studium, 36, ediciones de andrea, méxico, 1962;<br />

mordecai s. rubín, Una poética moderna. Muerte sin fin de José Gorostiza, prólogo<br />

de eugenio Florit, unam, méxico, 1966; octavio Paz, “muerte sin<br />

fin”, Generaciones y semblanzas, fce, t. ii, pp. 436-444; emmanuel carballo,<br />

“José gorostiza”, Diecinueve protagonistas de la literatura mexicana del siglo XX,<br />

empresas editoriales, méxico, 1965, pp. 203-210; mónica mansour, “José<br />

gorostiza y la cábala”, Ensayos sobre poesía, Biblioteca de letras, unam,<br />

méxico, 1993, pp. 237-265; evodio escalante, José Gorostiza. Entre la redención<br />

y la catástrofe, ediciones casa Juan Pablos, universidad Juárez autónoma<br />

de Tabasco, instituto municipal de arte y cultura de durango,<br />

unam, méxico 2001; Homenaje de poetas jóvenes a José Gorostiza, grabados de<br />

Beatriz Zurita, prólogo de Julio ortega, compilación de claudia Posadas,<br />

resistencia, sello independiente, méxico, 2001; gabriel Walfson, Muerte<br />

sin fin: el duro deseo de durar, universidad Veracruzana, méxico, 2001; arturo<br />

cantú, En la red de cristal. Edición y estudio de ‘Muerte sin fin’ de José Gorostiza,<br />

uam, mascarones 1, méxico, 1999.<br />

10 de noviembre de 2001


una PosiBle inTerPreTación de MUERTE SIN FIN<br />

(en el cenTenario del naTalicio de José gorosTiZa)<br />

[91]<br />

Jaime labastida<br />

Muerte sin fin, me urge decirlo, es el eje por donde pasa el centro del canon<br />

poético de méxico. ningún otro poema mexicano, en ningún otro tiempo,<br />

ha alcanzado la dimensión, la densidad, la estatura que este poema tiene.<br />

Podemos reconocer, como de hecho reconocemos, en el primer círculo de<br />

nuestro canon poético, sin duda, a otros poetas, además de José gorostiza;<br />

poetas de mayores registros tal vez, con una obra mucho más amplia que<br />

la suya, desde luego (de sor Juana inés de la cruz a octavio Paz, sin olvidar<br />

jamás a los poetas fundadores de nuestra tradición que, por supuesto,<br />

es un afluente del río mayor de toda la poesía que se escribe en la lengua<br />

española, a un lado y otro del atlántico: hablo, ya se sabe, de manuel gutiérrez<br />

nájera, salvador díaz mirón, manuel José othón, enrique gonzález<br />

martínez, ramón lópez Velarde, xavier Villaurrutia, carlos Pellicer).<br />

Pero ninguno de ellos nos legó un poema unitario, tan denso y complejo<br />

como Muerte sin fin.<br />

la continua propuesta de interpretaciones y lecturas nuevas acaso sea<br />

evidencia suficiente de que este poema ocupa el centro del canon de la<br />

poesía mexicana y demuestra, de modo palpable, lo que aquí he dicho,<br />

Muerte sin fin ha sido leído (y elogiado) por los más grandes escritores de<br />

méxico, empezando por alfonso reyes (quien, con su certero sentido crítico,<br />

al responder el discurso de ingreso de José gorostiza en la academia<br />

mexicana de la lengua, lo comparó con Paul Valéry: lo llamó nuestro Cementerio<br />

marino y dijo de él que era, además, el “diamante en la corona de la<br />

poesía mexicana”). supieron que era poema aparte todos los poetas de su<br />

generación (tanto cuesta como Villaurrutia) y lo han leído con devoción<br />

lo mismo alí chumacero que rubén Bonifaz nuño. no hay otro poema<br />

mexicano que haya sido objeto de tantos libros, de tantos ensayos, tesis


92 jaime labastida<br />

y lecturas como éste. sólo en fechas recientes han sido publicados otros<br />

tres libros más (uno de ellos, el de arturo cantú, de factura excelente).<br />

sin embargo, pese a todo, me atrevo a honrar a gorostiza, aquí y ahora,<br />

al proponer otra interpretación de este poema inmenso, acosado acaso<br />

por un desasosiego interno, ya que no me satisfacen del todo las interpretaciones<br />

que hasta hoy ha despertado su lectura. no quiero decir que mi<br />

interpretación sea la única válida; por el contrario, asumo por necesidad<br />

que Muerte sin fin, como todo gran poema, admite múltiples lecturas (que<br />

elevarán su número con el tiempo y, sin duda, habrán de enriquecerlo y de<br />

mantenerlo vivo). eso hará que Muerte sin fin permanezca como el más alto<br />

paradigma de la poesía en méxico. añado, por lo mismo, que ninguna de<br />

las interpretaciones podrá sustituir su lectura y que la mía no es otra cosa<br />

sino una invitación a su disfrute.<br />

no voy a discutir de modo directo ninguna de las propuestas anteriores.<br />

sólo quisiera subrayar que, entre aquellas que en verdad alumbran<br />

aspectos sin duda oscuros del poema, se hallan las hechas por octavio<br />

Paz, salvador elizondo y mónica mansour y en fechas recientes, insisto,<br />

tal vez la más rigurosa, la más inteligente, la más puntual de todas, ya que<br />

pone en acto una concentrada, una atenta, una amorosa lectura del poema<br />

de gorostiza (me refiero a la hecha por arturo cantú, fruto, acaso, de<br />

toda su vida: sé y me consta que desde hace casi 40 años cantú ha leído y<br />

comentado el poema).<br />

octavio Paz ha señalado que Muerte sin fin posee “múltiples y acaso<br />

infinitos significados”. Por lo que a mí corresponde, creo preferible hablar<br />

de un sentido del poema y no de un significado de él, pues la poesía no puede<br />

ser tratada como el signo lingüístico (o sea, como Ferdinand de saussure<br />

trata al signo, al analizarlo en su doble aspecto de significante y significado).<br />

me inclinaría, en todo caso, a considerar válida la tesis de Jacques<br />

lacan y admitiría, por lo tanto, que es el significante, el lenguaje mismo el<br />

que nos habla y el que gana siempre la batalla. así, un poema (en este caso,<br />

Muerte sin fin) posee un sentido y acaso este sentido pueda ser unívoco (en<br />

la intención del autor al menos). creo que Muerte sin fin posee un sentido<br />

unívoco: pero su interpretación unívoca no excluye otras lecturas posibles.<br />

Yo también he matizado, y añado que no poco, la interpretación inicial


una posible interpretación de muerte sIn fIn 93<br />

que hice en 1969, o sea, 33 años atrás, en un libro juvenil, al que el año de<br />

1994 añadí matices que modificaron bastante aquella propuesta original.<br />

Quisiera recordar que salvador elizondo ha dicho que la diferencia entre<br />

la propuesta hecha por Paz y la mía consiste en el número de significados<br />

que cada uno de nosotros le concede a este poema (en la interpretación<br />

de Paz, los significados son infinitos; en la mía hay uno solo). elizondo,<br />

por su parte, dice que Muerte sin fin carece de significado: su centro, por<br />

ello, es vacío. a su vez, mónica mansour propone una lectura que marca<br />

un estrecho contacto entre gorostiza, la cábala y los libros gnósticos. en<br />

fin, ya lo dije, cantú ha realizado una lectura puntual de la que deriva tesis<br />

sugerentes, entre otras, la de panteísmo.<br />

Tampoco me ocuparé de los aspectos técnicos del poema, en verdad<br />

abundantes, pues ya los ha examinado, con rigor y al propio tiempo con<br />

sensibilidad suficiente, mónica mansour destacando los múltiples, los fértiles<br />

recursos de gorostiza y que van desde los fonológicos (el ritmo: heptasílabos,<br />

eneasílabos y endecasílabos; las aliteraciones, paronomasias; las<br />

rimas asonantes, en las canciones, pues el poema está escrito en versos<br />

blancos); los morfosintácticos (anáforas, simetrías, hipálages, enumeraciones);<br />

los semánticos (el símil, las metáforas, las sinécdoques, los quiasmos,<br />

los constantes oxímoros), además de otros, de orden lógico y semiótico.<br />

sólo he de proponer una posible estructura, orgánica, del poema.<br />

creo que Muerte sin fin responde, pues, lo haya sabido o no su autor,<br />

a la exigencia de una estructura arquitectónica, estructura que emmanuel<br />

Kant le pedía a toda obra sistemática, es decir, que creciera de adentro<br />

hacia fuera (como crecen los organismos) y no por la mera suma de sus<br />

partes (de modo mecánico, por la adición, en este caso de un conjunto<br />

de poemas diferentes e inconexos). la queja elevada por gorostiza en su<br />

discurso de ingreso en nuestra academia fue ésta y no otra, precisamente:<br />

“en la actualidad —dijo—, el poeta no suele proponerse problemas de<br />

construcción”; así, para él, la palabra poema “implica organización inteligente<br />

de la materia poética”; añadió: “treinta o cuarenta composiciones<br />

suelen formar, unas tras otras, lo que el público llama ‘un libro de versos’…”<br />

Hizo luego un comentario acerbo, dentro del riguroso paréntesis,<br />

“¡Qué horrible expresión: un libro de versos!” Por eso, otra vez con Kant


94 jaime labastida<br />

(y, desde luego, con Harold Bloom), subrayo que el eje del canon poético<br />

en méxico pasa, de modo necesario, por Muerte sin fin.<br />

de acuerdo con la tesis que acabo de esbozar, empezaré por tratar de<br />

captar el sentido que está presente en la culminación del poema (en el canto<br />

ix) y no en los cantos por los que el poema se inicia. me pregunto, así<br />

¿qué sentido tiene la canción última de ese canto ix? ahí se encuentra escrito<br />

que “todo se consume / con un mohíno crepitar de gozo, / cuando<br />

la forma en sí, la forma pura, /se entrega a la delicia de su muerte”. Ya se<br />

sabe que en el poema de gorostiza la forma guarda aquella misma relación<br />

con la materia que se postula en la teoría aristotélica de las cuatro causas,<br />

es decir que la forma, al unirse con la materia, constituye la sustancia, la<br />

Êpøstasiq. la misma función que la forma cumple en la materia, cumple<br />

dios en el conjunto del universo (en el poema de modo reiterado, se asume<br />

que esa función la cumple el vaso en relación con el agua). así, pues,<br />

la forma se entrega, en el canto último, “a la delicia de su muerte”. esta<br />

entrega hace que todo se consuma y que los seres se acojan “a sus túmidas<br />

matrices”. de esa manera, “unos a otros se devoran / al animal, la planta<br />

/ a la planta, la piedra / a la piedra, el fuego / al fuego, el mar / al mar,<br />

la nube / a la nube, el sol”. ¿Hasta dónde llega este proceso, que alguna<br />

vez califiqué de involución y que otros críticos (mónica mansour y arturo<br />

cantú, en fechas posteriores) han llamado descreación? Hasta un punto en<br />

verdad extremo: “hasta que todo este fecundo río / de enamorado semen<br />

que conjuga, / inaccesible al tedio, / el suntuoso caudal de su apetito, /<br />

no desemboca en sus entrañas mismas”. ¿de qué entrañas se habla cuando<br />

se dice “sus entrañas mismas”? desde luego, de las entrañas de las que<br />

ha salido la creación entera. Versos atrás, dice el poema que “todo lo que<br />

vuela o nada, todo, / se encoge en un crujir de mariposas, / regresa a sus<br />

orígenes/ y al origen fatal de sus orígenes”, de donde quisiera conservar<br />

el adjetivo fatal: puesto que el origen fatal de los orígenes no es otro que la<br />

palabra de dios.<br />

gorostiza añade en el siguiente verso del canto ix (v. 710) que ese<br />

“fecundo río”, de “enamorado semen” desemboca a su vez “en el acre<br />

silencio de sus fuentes”. me detengo un instante. ¿de qué “silencio” se<br />

trata? creo que sólo del silencio que precede a ese momento en el que


una posible interpretación de muerte sIn fIn 95<br />

dios habrá de crear, como la emanación de su boca, al hablar, el universo.<br />

este silencio acre de las fuentes posee un carácter específico: “es el primer<br />

silencio tenebroso”, allí, en ese tøpoq extraño que podríamos entender<br />

también como un tiempo extraño, un instante, un tiempo; un tøpoq, por<br />

lo tanto, que es un punto temporal y espacial a la vez, que sin embargo<br />

está fuera del tiempo y del espacio, allí, “en donde nada es ni nada está, /<br />

donde el sueño no duele, / donde nada ni nadie, nunca, está muriendo”,<br />

allí desemboca el “fecundo río de enamorado semen”. Quiere decir que el<br />

río se hiela, que el semen se congela; que nada nace; que nada fluye. ¿Qué<br />

sentido poseen los versos finales de Muerte sin fin? es obvio que la muerte<br />

se ha detenido: en ese instante, en ese lugar, en ese tiempo, en ese espacio<br />

nada ni nadie nunca está muriendo: en el instante oscuro, en el hoyo negro,<br />

en el silencio absoluto, hay algo, un residuo: “y solo ya, sobre las grandes<br />

aguas, / flota el espíritu de dios que gime/ con un llanto más llanto aún<br />

que el llanto”.<br />

gorostiza evoca aquí el génesis en aquel instante en que el soplo, el<br />

aire, el pne†ma o el espíritu de dios se ha de cernir sobre la haz de las<br />

aguas. Pero, ¿qué hace dios en el momento en que va a pronunciar la palabra<br />

que creará el mundo, según cree gorostiza? dios debería retroceder<br />

horrorizado ante la terrible posibilidad de la creación. Por esa causa dice:<br />

“como si herido –¡ay, él también!– por un cabello, / por el ojo en almendra<br />

de esa muerte / que emana de su boca, / hubiese al fin ahogado su<br />

palabra sangrienta”.<br />

dios, como si estuviera herido por algo tan delgado como un cabello, por la muerte<br />

que emana de su boca, hubiese ahogado al fin su palabra sangrienta. Quiere que dios,<br />

enunciado en el verso como él, o sea, el sujeto pronominal de la tercera<br />

persona del singular, escrito con e mayúscula, la e mayestática, parece que<br />

hubiese ahogado: parece como si hubiese, en el modo subjuntivo del verbo haber<br />

y en el tiempo pretérito imperfecto, “al fin ahogado su palabra sangrienta”.<br />

el modo subjuntivo que utiliza gorostiza en el verso, me indica que se trata<br />

de un deseo profundo. Parece decir, de modo condicional: “si el universo<br />

volviera al punto de su inicio; si nos situáramos en el instante previo en el<br />

que dios va a hablar; si dios hubiera sido herido apenas, tan sólo, nada<br />

más por un cabello; si dios mismo hubiera sido alcanzado por la muerte


96 jaime labastida<br />

que emana de su boca, dios, entonces, no hubiese hablado, sino que hubiese<br />

ahogado su palabra sangrienta”. no hay duda: la palabra de dios, la palabra con<br />

la que crea el mundo, es una palabra sangrienta, es una palabra de muerte.<br />

¿Qué propone gorostiza? ¿Qué desea ese poeta implacable? Que dios ahogue<br />

su palabra sangrienta; que se quede mudo; que no emita su palabra de<br />

muerte. ¿esto es lo que sucede en el poema, si es posible que hablemos aquí<br />

de una sucesión?<br />

creo que Muerte sin fin puede ser entendido también en otro sentido.<br />

dios es igual a narciso: habrá de ver su rostro en el espejo del agua, digo,<br />

en el mundo que crearía si de su boca emanara una palabra sangrienta.<br />

¿Qué ocurre? nada: “Pero en las zonas ínfimas del ojo / no ocurre nada,<br />

no, sólo esta luz / –ay, hermano Francisco”. las “zonas ínfimas del ojo”<br />

son las de dios, cuyo “sueño desorbitado… se mira a sí mismo en plena<br />

marcha”. este dios, el de los primeros cuatro cantos de Muerte sin fin,<br />

es un niño que juega y que sueña. está asistido por la inteligencia. dios,<br />

después de repetir su sueño una y otra vez (“sueño de garza anochecido<br />

a plomo / que cambia sí de pie, mas no de sueño”); dios, asistido por<br />

la inteligencia (que es una “soledad en llamas, / que todo lo concibe sin<br />

crearlo”; que es un “páramo de espejos” que permanece “una, exquisita,<br />

con su dios estéril”); dios, insisto, “reconcentra su silencio blanco / en la<br />

orilla letal de la palabra / y en la inminencia misma de la sangre”.<br />

adviértase, pues, que el canto iV en el que culmina la parte primera<br />

de Muerte sin fin, también concluye diciéndonos que dios reconcentra su silencio<br />

blanco, es decir, que permanece mudo “en la orilla letal de la palabra”.<br />

es por demás claro: la palabra de dios es letal, mata, asesina. Hay entonces<br />

una obvia correspondencia de temas y de versos entre los dos cantos<br />

finales (el iV y el ix) en los que está dividido Muerte sin fin. en ambos se<br />

expresa el deseo de que dios ahogue su palabra sangrienta, según se dice en<br />

el ix; o que reconcentre su silencio blanco / en la orilla letal de la palabra, según<br />

el iV. ¿Por qué esa idea? gorostiza cree que dios juega; que, al parecer, el<br />

universo es bello y bueno, “ay, hermano Francisco”, y hasta alegre. sucede<br />

sin embargo que no es así, dios con su “pueril austeridad graciosa / distribuye<br />

los mundos en el caos”, “saca cintas de sorpresas”. Pero la alegría<br />

es una actitud de candor extremo: en verdad, la perfecta crueldad de ese dios


una posible interpretación de muerte sIn fIn 97<br />

pueril “no cede a límites”: “piensa el tumor, la úlcera y el chancro”. Para<br />

que nada de esto ocurra; para que no haya sangre ni dolor ni muerte, el<br />

mundo tendrá que ser un sueño. entendamos que no se trata, como en<br />

calderón, de que nosotros, los hombres, soñemos y que la vida sea un sueño<br />

del que habremos de despertar en la muerte, no. el universo entero es<br />

un sueño, desde luego que terrible, de dios. las tres citas de los Proverbios<br />

de salomón, con las que se abre Muerte sin fin, acaso proporcionen la clave<br />

central del poema. acudo sólo a la segunda de ellas: “con él estaba yo ordenándolo<br />

todo; / y fui su delicia todos los días, / tendiendo solaz delante<br />

de él en todo tiempo” (8, 30).<br />

¿Quién habla? la sabiduría. si leemos un poco atrás, vemos que la<br />

sabiduría, que habla en primera persona, ha dicho:<br />

Jehová me poseía en el principio de su camino…/ antes de la Tierra. /<br />

antes de los abismos fui engendrada; / antes de que fuesen las fuentes<br />

de las muchas aguas, / no había aún hecho la tierra, / ni el principio del<br />

polvo del mundo. / cuando formaba los cielos, allí estaba yo; / cuando<br />

afirmaba los cielos arriba, /cuando afirmaba las fuentes del abismo; /<br />

cuando ponía a la mar su estatuto, / Y a las aguas que no pasasen su<br />

mandamiento, / cuando establecía los fundamentos de la tierra, / con<br />

él estaba yo…” (Proverbios, 8, 22-30).<br />

¿Qué se desprende de esta larga cita, de la que gorostiza, de modo por<br />

demás consciente, suprimió toda referencia a ese antes, a ese minuto previo<br />

a la creación del mundo? Que la sabiduría, que fue engendrada antes del<br />

universo, y a solas con dios, le aconseja a éste que no hable; o sea, que<br />

reconcentre su silencio blanco en la orilla letal de la palabra; que ahogue su palabra<br />

sangrienta. Por esto, dios sólo habrá de soñar (o pensar, si se quiere decirlo<br />

así, ya que en el conjunto del poema soñar y pensar son equivalentes).<br />

creo, por último, que Muerte sin fin es una contrateodicea; que, al revés<br />

de la ingenua alegría de san Francisco por la creación; en contra de las<br />

tesis de cándido, digo, de leibniz, gorostiza no ve a la creación como la<br />

gloria de dios, sino como un mundo cruel y lleno de sangre, sin embargo,<br />

tampoco se acoge al sarcasmo crítico de Voltaire: éste no es el mejor de los<br />

mundos posibles: no se halla en él la bondad divina. acaso dios pueda vol-


98 jaime labastida<br />

ver a soñar el mundo y emitir otra vez su palabra; pero, si lo hiciera, debería<br />

soñarlo o pensarlo mejor. el poema es, por eso mismo, blasfematorio.<br />

gorostiza es, según dice salvador elizondo, “el gran poeta de la muerte<br />

mexicana”. no lo sé; no expresa el carácter de méxico sino que, más bien,<br />

lo construye, al exigir de nosotros una obra fina e inteligente. acierta, en<br />

cambio, elizondo al decir: “Muerte sin fin es la primera gran manifestación<br />

universal de la poesía mexicana de nuestro tiempo”, puesto que gorostiza<br />

habla de la muerte del universo y carece de esos aspectos populares que,<br />

según etnólogos y antropólogos, le otorgarían la identidad arqueológica al<br />

mexicano y le obligarían a conservarse como una reserva ecológica.<br />

el verdadero valor de Muerte sin fin consiste en ser el poema que, a mi<br />

juicio, inscribe a la poesía mexicana, por derecho propio, en la tradición<br />

culta, rigurosa, de la más alta literatura universal.


TraBaJos diVersos leídos<br />

en sesiones ordinarias


1. payno y su época<br />

PaYno: la uToPía del roBo<br />

[101]<br />

margo glantZ<br />

manuel Payno pasó a la historia por haber escrito una de las novelas mexicanas<br />

más importantes del siglo xix, Los bandidos de Río Frío, texto sorprendentemente<br />

vigente hoy y poco conocido fuera de méxico. Pareciera que<br />

los sucesos allí relatados hubiesen sido sacados de la prensa cotidiana actual,<br />

y no de la prensa contemporánea a la cronología de su novela (más o<br />

menos situada entre los años de 1830 a 1836), por su sordidez, su escandalosa<br />

violencia, el estentóreo manejo que de ellos se hace, y sobre todo por<br />

la inepta soberbia con que los que gobiernan precipitan al país en la ruina.<br />

la novela habla, como su título lo indica, del bandidaje, los secuestros, la<br />

inseguridad en los caminos, la ineficacia de los transportes, los asaltos a<br />

mano armada, el contrabando, y sobre todo de la corrupción que penetra<br />

hasta las estructuras más profundas de la administración pública. méxico,<br />

país de folletín, como bien dice carlos monsiváis.<br />

Pero los que ahora leemos a Payno olvidamos que no fue sólo un importante<br />

novelista del siglo antepasado, sino una muy importante figura política<br />

y un extraordinario economista que logró ordenar, durante sus breves<br />

gestiones como ministro de Hacienda, las finanzas internas y reducir la deuda<br />

externa. Basten algunos ejemplos bastante dramáticos, los enumero:<br />

las aduanas eran el principal ingreso del estado, ingreso mermado<br />

casi íntegramente por la corrupción y el contrabando. Para subsanar estos<br />

problemas los sucesivos gobiernos anteriores a la guerra de reforma y a la<br />

intervención extranjera solían endeudarse de manera escandalosa: doy un<br />

solo ejemplo: de un préstamo de 50 000 pesos (de entonces) hecho por un<br />

extranjero residente en méxico, el gobierno recibe 12 600 y se compromete<br />

a pagar el total a un interés altísimo. la deuda, obviamente, se acumula


102 margo glantZ<br />

y ante la imposibilidad de recabar el dinero que debería haber entrado<br />

como producto de las aduanas, Payno se ve obligado a recurrir a la indemnización<br />

que el gobierno norteamericano le entregó a méxico después de<br />

la intervención norteamericana. cuando después viaja a inglaterra para<br />

negociar de nuevo esa deuda, la situación es idéntica. la deuda externa se<br />

pagaba con el dinero que el país había recibido de los estados unidos a<br />

cambio de la mitad de su territorio, y si la deuda no era pagada el país era<br />

invadido o intervenido por las potencias extranjeras. ¿Pura coincidencia<br />

con la situación actual?<br />

Los bandidos de Río Frío fue publicada por entregas en españa entre 1888<br />

y 1891 bajo el seudónimo de un ingenio de la corte. al final de su vida Payno<br />

residió en el extranjero, primero, en París como agente de colonización<br />

del presidente manuel gonzález (1882-1885), luego como cónsul interino<br />

en santander (1886-1889) y, finalmente, con el cargo de cónsul general en<br />

españa, con sede en Barcelona (1889-1892), durante el régimen del general<br />

Porfirio díaz. el investigador francés robert duclas 1 dedicó varios<br />

años de su estancia en méxico para armar la biografía de Payno, y entre sus<br />

múltiples hallazgos probó que el novelista no había nacido en 1810, como<br />

siempre se había afirmado, sino en 1820, fecha que nos demuestra que<br />

muchos de los acontecimientos relatados y los personajes retratados con<br />

tanto rigor, penetración y sabiduría en su novela, los conoció cuando era<br />

apenas un adolescente, aunque las circunstancias extraordinarias por las<br />

que pasaba la nueva república obligaba a sus dirigentes, como en casi todos<br />

los países de américa latina, a iniciarse en la vida política desde muy<br />

jóvenes. a los 19 años Payno ingresa a la aduana de la ciudad de méxico<br />

y poco después viaja a matamoros a trabajar en la aduana marítima, bajo<br />

las órdenes de don manuel Piña y cuevas, para iniciarse en este tipo de<br />

negocios, en que su padre lo había precedido y que él perfeccionó, como<br />

lo demuestran sus escritos sobre economía y su breve aunque brillante<br />

actuación como secretario de Hacienda. José emilio Pacheco aclaraba en<br />

1985, en su columna “inventario”:<br />

1 robert duclas, Les bandits de Río Frío, Politique et littérature au Mexique à travers l’oeuvre de Manuel Payno.<br />

institut d’amérique latine, 1979.


payno: la utopía del robo 103<br />

el más hábil folletinista de méxico fue también el genial financiero que<br />

(un siglo antes de que hubiera escuelas de economía) logró, cuando el<br />

país estaba deshecho a raíz de la intervención norteamericana y sus incalculables<br />

pérdidas territoriales, que nuestros acreedores de londres<br />

redujeran el interés del 5% al 3%, el pago de intereses y dividendos se<br />

hiciera aquí y los réditos insolutos se rebajaran de diez a tres millones<br />

de pesos. 2<br />

Payno continúa su carrera y sus viajes por el país y en 1842 es nombrado<br />

administrador de rentas del estanco de tabaco en Fresnillo, mientras el<br />

escritor guillermo Prieto, su gran amigo, ocupaba el cargo de visitador de<br />

tabacos en Zacatecas; el tabaco, cultivo muy codiciado, cuya distribución<br />

estuvo muchas veces fuera de la ley, como bien se demuestra en Astucia, o<br />

los hermanos contrabandistas de la rama, de luis g. inclán, otra de las grandes<br />

novelas mexicanas del siglo xix, cultivo que, sería útil subrayar, Payno ayudó<br />

a liberar en 1848, medida que trajo como consecuencia un desarrollo<br />

importante de la producción nacional de tabaco y la desaparición del contrabando.<br />

Payno sigue viajando por su país y por el extranjero; en 1845 va<br />

a los estados unidos, durante el gobierno del dictador antonio lópez de<br />

santa anna a estudiar el sistema penitenciario en nueva York y Filadelfia<br />

con una comisión del secretario de instrucción Pública. Participa en la<br />

defensa de méxico durante la intervención norteamericana y es coautor,<br />

con ignacio ramírez y guillermo Prieto, entre otros, de Apuntes para la<br />

historia de la guerra con los Estados Unidos (1848). más tarde, también como<br />

obra colectiva, escribe una sección de El libro rojo (1870) con Vicente riva<br />

Palacio, Juan a. mateos y rafael martínez de la Torre. desde muy joven<br />

destaca como periodista, colaboró a partir de 1841 en el periódico El Siglo<br />

XIX, donde publicó muchos de sus artículos de costumbres. en la Revista<br />

Científica y Literaria hizo las entregas de su primera novela de folletín El<br />

fistol del diablo (1845-1846), texto que dejó inconcluso y retomó en 1859.<br />

en 1861 publica El hombre de la situación. Novela de costumbres, texto que<br />

empieza a examinarse y reeditarse; escribió además numerosos cuentos,<br />

varios de los cuales publicaría en Tardes nubladas. Colección de novelas (1871).<br />

2 José emilio pacheco, Inventario: “Bandidos de ayer y hoy”, Proceso, 441, abril de 1985.


104 margo glantZ<br />

durante la primera mitad del siglo xix se incorporó al ejército y obtuvo<br />

el grado de teniente coronel, se hizo cargo de varios puestos políticos y<br />

administrativos, pero su participación en el golpe de estado del general<br />

ignacio comonfort contra la constitución liberal de 1857, su oposición a<br />

la desamortización de los bienes del clero, su apoyo al Plan de guadalupe<br />

del político conservador Félix Zuloaga, y, más tarde, durante la intervención<br />

francesa, su colaboración con el imperio de maximiliano, lo alejan<br />

del partido liberal e interrumpen su brillante carrera política a partir de los<br />

gobiernos de Juárez y lerdo de Tejada. a la caída del imperio, o mejor,<br />

después de la restauración de la república en 1867, incrementa su actividad<br />

de educador y se convierte en profesor de la preparatoria, es electo varias<br />

veces diputado, y, como ya se ha señalado, durante la dictadura de Porfirio<br />

díaz, de 1882 a 1893, es enviado al extranjero con puestos diplomáticos.<br />

a lo largo de su vida escribió y publicó numerosos textos en muy<br />

diversas disciplinas: ensayos políticos, económicos, educativos, históricos.<br />

Pasó un tiempo en prisión y estuvo a punto de ser ejecutado: el escritor<br />

liberal ignacio manuel altamirano, autor de varias novelas publicadas después<br />

de restaurarse la república en 1867 –Clemencia, El Zarco, Navidad en<br />

las montañas–, pronunció el 2 de julio de 1861 un exaltado discurso en el<br />

congreso, allí pedía su cabeza:<br />

se nos quiere aquí conmover con la perspectiva de las desgracias que<br />

han sobrevenido a este hombre y ¿no hemos presenciado y estamos<br />

presenciando los efectos de su crimen? ¿cómo se pretende que pese más<br />

en la balanza de nuestra conciencia ese siniestro consejero del infame<br />

comonfort, que la dignidad de la república ultrajada por él?<br />

¿Payno es culpable?, sin duda. ¿Por qué? Porque ayudó a don ignacio<br />

comonfort a dar el golpe de estado; es decir, a violar las instituciones<br />

y traicionar a la república en diciembre de 1857. ¿Ha confesado su<br />

crimen? aquí está su libro, y ahí está su confesión. ¿Qué nos falta pues?<br />

declararlo culpable. eso es obvio y no lo harán sólo los que, teniendo<br />

ojos no vean, teniendo oídos no oigan; o mejor dicho, teniendo alma<br />

no tengan valor, teniendo patria no tengan patriotismo. Y después, ¿qué<br />

falta todavía? lo que ha faltado siempre, lo que falta aún hoy, lo que<br />

preveo con indignación que seguirá faltando, el rigor para castigar. Y lo<br />

temo porque semejante conducta acabará por hundirnos; porque en ca-


payno: la utopía del robo 105<br />

sos como éstos, perdonar es suicidarse, es hacer la apoteosis del criminal<br />

en vez de condenarlo a la ignominia…<br />

castiguemos a Payno y en vez de arrojar a los pies de comonfort las<br />

flores de la adulación y las llaves de la república, arrojémosle la cabeza<br />

de su cómplice. 3<br />

Para nuestra suerte, la amnistía de 1862 lo liberó. a pesar de estas violentas<br />

y quizá justas acusaciones de altamirano, su labor como educador,<br />

economista, periodista, diplomático, jurista y escritor fue muy notable,<br />

aunque ahora, insisto, se le reconozca de manera primordial por haber<br />

sido el autor de una de las novelas más significativas del siglo xix mexicano.<br />

duclas piensa que Payno regresó a méxico a mediados de 1893, donde<br />

fue electo senador y luego presidente del senado. muere el 4 de noviembre<br />

de 1894: su muerte pasó casi inadvertida.<br />

2. la n ov e l a<br />

en su novela, Payno recrea el pasado, reconstruye una sociedad que, en<br />

apariencia, ha desaparecido casi totalmente cuando la describe, recrea la<br />

etapa de la anarquía con su trasfondo indisoluble de huérfanos y bandidos,<br />

y al hacerlo, demuestra que, en resumidas cuentas, las cosas en méxico no<br />

han cambiado. Para armar la trama de su inmenso texto épico, pone en<br />

escena a un huérfano, un huérfano peculiar, representa al niño expósito,<br />

Juan robreño. el periplo de Juan por la ciudad de méxico y luego por el<br />

entonces inmenso territorio nacional, su breve pertenencia sucesiva a cada<br />

una de las clases sociales y oficios de ese méxico situado entre la colonia y<br />

la república, su inserción en un tipo racial específico –hijo de una criolla y<br />

de un mestizo– le permiten ser el protagonista de un mito de origen, el de<br />

una nueva conciencia gestada penosamente a partir de 1821. sin ese personaje,<br />

sin el esbozo de su figura, Payno hubiese sido incapaz de montar<br />

3 citado en nicole giron, “las incertidumbres del liberalismo”, en margo glantZ (coord.), Del<br />

fistol a la linterna, Homenaje a José Tomás de Cuéllar y Manuel Payno, en el centenario de su muerte, méxico,<br />

unam, 1997, p. 149.


106 margo glantZ<br />

su mundo novelesco como una épica nacional. en el título mismo de la<br />

novela se hace referencia a los bandidos, y como bien lo advertimos al irla<br />

leyendo, este tipo de hombres cuya ¿profesión? es ambigua está apoyado<br />

de manera estructural en un fenómeno de desclasamiento aún más periférico<br />

y sin embargo medular, el que produce la orfandad. méxico, un país<br />

donde las estructuras de bandidaje demuestran ser indestructibles porque<br />

se apoyan en una carencia de origen que fatalmente, en aparente círculo<br />

vicioso, engendra el bandidaje.<br />

antes de entrar en materia, creo pertinente subrayar que su conocimiento<br />

de las instituciones eclesiásticas, jurídicas y educativas, la tenencia<br />

de la tierra y el intrincado sistema de las corporaciones religiosas en<br />

méxico le otorgan a la narrativa folletinesca de Payno un fundamento<br />

profundo y sólido y sitúan con autoridad histórica varias de las aventuras<br />

que viven sus personajes. en varios episodios de la novela se pasa revista<br />

a los problemas de la propiedad feudal de quienes habían heredado su<br />

riqueza desde los tiempos de la colonia, se menciona la presencia, aún<br />

vigente, durante la primeras décadas del méxico independiente, de los<br />

Juzgados de capellanías, institución eclesiástica de raigambre, por ejemplo<br />

en el caso concreto de las leyes que regían las propiedades del conde<br />

de sauz y la capacidad que tenían sus abogados para enajenar los bienes<br />

del marqués de Valle alegre por deudas, así como de mantener en litigio,<br />

desde la época de la conquista, la herencia de los descendientes de moctezuma<br />

ii y, en la novela, específicamente el inmenso legado que parecería<br />

pertenecerle a moctezuma iii. 4 Puede comprobarse asimismo la fidelidad<br />

histórica con que se analiza el aparato jurídico de la época, un sistema que<br />

sanciona los peores excesos a los que nos tiene acostumbrados la novela<br />

de folletín: la utilización de las leyes para favorecer las fechorías de los<br />

tutores y los abogados y los consiguientes cambios de fortuna de quienes<br />

están encomendados a su tutela, por ejemplo, en El fistol del diablo, el<br />

penoso futuro de las mujeres cuyo destino es perder su dote entregada a<br />

maridos irresponsables o malhechores, o en Los bandidos, el caso de doña<br />

4 cf. andrés lira, “Propiedad e interpretación histórica en la obra de manuel Payno”, en margo<br />

glantZ, op. cit., pp. 1123-133.


payno: la utopía del robo 107<br />

severa, rica heredera y esposa de relumbrón, cuyos malos manejos la<br />

hunden en la ruina. en suma, podríamos decir que este tipo de folletín<br />

pertenece a la literatura realista, o quizá naturalista, como tímidamente<br />

nos sugiere el propio Payno en el prólogo de la novela: la sociedad que<br />

produce este género literario favorece los excesos que aderezan sus escenas<br />

melodramáticas más extremas.<br />

la temporalidad histórica de la novela abarca acontecimientos ocurridos<br />

durante el periodo de la anarquía, mejor conocida en méxico como<br />

el santanismo, época en que santa anna ocupó y desocupó muchas veces<br />

y de manera intermitente la presidencia de la joven república mexicana.<br />

durante su reinado, el país sufrió varias intervenciones extranjeras, entre<br />

ellas, en 1838, la francesa, conocida como la guerra de los Pasteles, reclamaciones<br />

que Francia hizo desde su armada anclada en Veracruz por<br />

una deuda de repostería, guerra en la que el dictador perdió una pierna,<br />

enterrada luego con gran pompa, y origen de su seudónimo, “el Quince<br />

uñas”, título asimismo de una novela de leopoldo Zamora Plowes. de<br />

consecuencias más trágicas fue la derrota que sufrió el dictador en la guerra<br />

emprendida contra Texas cuyo costo fue la pérdida de una gran parte<br />

del territorio nacional: santa anna, de triste renombre, al frente de sus<br />

tropas rechazó sin éxito la invasión norteamericana de 1847, su actuación<br />

en esa guerra fue ampliamente analizada por sus contemporáneos, en los<br />

ya mencionados Apuntes para la historia de la guerra con los Estados Unidos, en<br />

Memorias de mis tiempos de guillermo Prieto y en la segunda edición de El<br />

fistol del diablo de Payno, novela reescrita entre 1858 y 1859. santa anna,<br />

uno de los modelos históricos en que se inspirara don ramón del Valle<br />

inclán para escribir su Tirano Banderas.<br />

en su novela más famosa, Payno ha hecho coincidir diversos sucesos<br />

de épocas anteriores o posteriores al periodo que abarca la narración. según<br />

las deducciones de duclas, la acción de la novela transcurriría entre<br />

1820 y 1839. 1820, sería el año en que Juan robreño empieza su periplo<br />

como niño expósito, el mismo periodo en que, de manera casi sobrenatural,<br />

se prolonga el embarazo de doña Pascuala, de cuya suerte depende<br />

la existencia misma del expósito, personaje indispensable del folletín. Y<br />

1839, año de la ejecución del coronel Juan Yáñez, marcaría el final de la


108 margo glantZ<br />

novela. nunca se habla en ella ni de la guerra de Texas (1836) ni de la<br />

intervención norteamericana (1847); en cambio se mencionan varias guerras<br />

intestinas, epidemias, ferias, invasiones de indios apaches, y multitud<br />

de cosas más, algunas revisadas en pasquines, uno de los géneros en boga<br />

caricaturizados en el texto, utilizado además para reafirmar la estructura<br />

del folletín: el primer capítulo de la novela se escribe siguiendo ese modelo,<br />

perfectamente idóneo para hacer circular el rumor y propagar las<br />

calumnias. el personaje en quien se inspiró la narración, el coronel Juan<br />

Yáñez, es conocido en el texto sólo por su apodo de relumbrón, y su<br />

ejecución, junto con varios de sus cómplices, fue tristemente célebre en<br />

méxico. en las memorias de la marquesa calderón de la Barca se describe<br />

la siguiente escena:<br />

Hablando de ladrones y robos, tema inagotable en la conversación, me<br />

contaba el otro día el señor […] que en tiempo del presidente anterior,<br />

cierto caballero fue a palacio para despedirse antes de salir para Veracruz.<br />

Fue recibido por el presidente, que se encontraba solo con su ayudante<br />

el coronel Yáñez y le contó confiadamente que iba a llevar consigo<br />

una considerable suma de dinero, pero que estaba tan bien escondida en<br />

el doble fondo de un baúl, del cual le hizo una descripción, que aun en<br />

el caso de ser atacado por los ladrones era imposible que pudieran descubrirla,<br />

y que, en consecuencia, no creía necesario hacerse acompañar<br />

de una escolta. este confiado caballero salió de méxico al día siguiente<br />

con la diligencia. apenas había salido de la garita el carruaje, cuando<br />

fue asaltado por los ladrones, los que, por extraño que ello parezca, se<br />

fueron en derechura del mismo baúl que contenía el dinero, lo abrieron,<br />

rompieron el fondo y apoderándose de la suma allí escondida, se marcharon<br />

con toda tranquilidad. Fue una singular coincidencia de que el<br />

principal de los ladrones, aunque medio cubierto con un disfraz, tuviera<br />

un sorprendente parecido con el ayudante del presidente. si esto no son<br />

coincidencias… 5<br />

5 citado en Tomás de castro y antonio alvarado, prólogo al folleto intitulado: Extracto de la causa<br />

formada al ex coronel Yáñez y socios por varios asaltos y robos cometidos en despoblado, méxico, ediciones Hispánicas,<br />

1987, p. V. Folleto asimismo publicado por enrique Flores, inba-uam, 1988.


payno: la utopía del robo 109<br />

3. no es oro todo lo que relumbra<br />

aunque en el prólogo se nos avise de inmediato que la causa instruida en<br />

contra de Yáñez da origen a la novela, en ella se entretejen además múltiples<br />

historias y el famoso relumbrón brilla por su ausencia hasta la segunda<br />

mitad del texto. Por ella han deambulado numerosos personajes, y<br />

de manera principal el ya mencionado Juan robreño, vástago ilegítimo de<br />

una condesita y el hijo de un administrador de hacienda, cuya aparición<br />

en la novela desata la trama y provoca el parto súbito de doña Pascuala,<br />

la protectora de moctezuma iii, a su vez protegido por un pícaro licenciado<br />

o tinterillo conocido en la novela como crisanto lamparilla. 6 las<br />

aventuras de Juan robreño nos permiten explorar uno a uno los lugares<br />

más importantes de la ciudad de méxico y pasar revista a todas las clases<br />

sociales e instituciones nacionales, entender el destino de las antiguas<br />

castas y de los indios, visitar las iglesias y las casas más acaudaladas, bajar<br />

hasta los basureros, circular por los mercados, los canales, las acequias,<br />

las guaridas de malhechores, las madrigueras de los indios, cenar en fondas<br />

deleznables o en las mansiones acaudaladas, frecuentar los teatros<br />

y escuchar embelesados a los cantantes de ópera, jugar al tresillo en las<br />

garitas o en los salones, bailar en las mansiones más aristocráticas de la<br />

capital, malvivir y malcomer en un orfanatorio, ir a los entierros, entrar a<br />

las pulquerías, las cárceles, los juzgados, participar y mercar en las ferias,<br />

leer libelos, asistir a juicios espurios, ser miembro de un ejército precario,<br />

promover pronunciamientos, morir súbitamente en una epidemia<br />

de peste bubónica, presenciar asesinatos y robos a mano armada en las<br />

carreteras más frecuentadas del país.<br />

entre esos personajes y en algunos de esos lugares podremos trabar<br />

conocimiento con evaristo el tornero, maestro del huérfano Juan<br />

y asesino de su esposa Tules, ahijada de mariana, la madre del niño expósito<br />

y protectora del aprendiz. También hemos conocido a la guapa y<br />

decidida casilda, primera amante de evaristo, y a la simpática y sensual<br />

verdulera cecilia que trae sus frutas y verduras desde el lago de chalco<br />

6 margo glantZ, “Huérfanos y bandidos”, en margo glantZ, op. cit., pp. 221-239.


110 margo glantZ<br />

a bordo de sus trajineras, y más tarde, esposa del licenciado lamparilla.<br />

otro personaje importante sería el licenciado don Pedro martín de olañeta,<br />

garbanzo de a libra, como vulgarmente se dice, cuando alguien es<br />

extremadamente valioso y, además y por ello mismo extraño: con esta<br />

expresión se califica también una piedra preciosa de tamaño excepcional<br />

y de magnífico pulido y oriente. olañeta es, cosa extraña en el medio en<br />

que se mueve, un abogado honrado a carta cabal y el componedor más<br />

avisado de cualquier entuerto.<br />

las ocupaciones rurales de varios personajes, la aparición de algunos<br />

miembros de la iglesia, curiosamente menos abundantes en el texto que<br />

otros estamentos de la vida nacional, y la actividad militar desplegada en<br />

la novela nos permiten recorrer varias regiones y conocer las costumbres<br />

de la aún enorme república mexicana. Y ya transcurridas cerca de 400 interminables<br />

páginas, para ser exactos en la página 454 de la clásica edición<br />

de Porrúa, trabamos por fin conocimiento con nuestro héroe, el coronel<br />

Yáñez, alias relumbrón, a quien yo a mi vez introduzco con estas palabras<br />

de su creador, por si no nos bastase la muy elocuente e irónica presentación<br />

de doña Frances calderón de la Barca:<br />

el jefe del estado mayor presidencial, con quien comenzaremos a hacer<br />

conocimiento, era un hombre de más de cuarenta años, con canas en la<br />

cabeza, patillas y bigote que se teñía; ojos claros e inteligentes; tez fresca,<br />

que refrescaba más con escogidos coloretes que, así como la tinta<br />

de los cabellos, le venían directamente de europa; sonrisa insinuante<br />

y constante con sus labios gruesos y rojos, que enrojecía más con una<br />

pastilla de pomada, maneras desembarazadas y francas, cuerpo derecho,<br />

bien formado. era, en una palabra, un hombre simpático y buen mozo,<br />

aun sin necesidad de los afeites. Vestía con un exagerado lujo, pero sin<br />

gusto ni corrección; colores de los vestidos, lienzo de las camisas, piel<br />

de las botas, todo finísimo, pero exagerado, especialmente en las alhajas,<br />

botones y prendedores de gruesos diamantes que valían tres o cuatro<br />

mil pesos; cadenas de oro macizo, del modelo de las de la catedral, relojes<br />

gruesos de Toskell, botones de chaleco de rubíes; además, lentes con<br />

otras cadenas más delgadas, en fin, cuanto podía poner de piedras finas<br />

y de perlas, permitiéralo o no la moda, tanto así se ponía. era notable<br />

su colección de bastones con puño de esmeralda, de topacio o de zafir;


payno: la utopía del robo 111<br />

era la admiración y la envidia aun de los generales cuya fortuna permitía<br />

rivalizar con él… 7<br />

casi sin excepción los que nacieron huérfanos en la novela acaban<br />

convirtiéndose en bandidos (relumbrón es también un huérfano, y aunque<br />

sepamos bien quienes fueron sus padres, él nunca lo sabe). ¿cómo<br />

podía ser de otro modo en una sociedad productora de hijos ilegítimos y<br />

donde las desigualdades sociales son monstruosas? la presentación que<br />

Payno hace de relumbrón pone de manifiesto la riqueza increíble de ciertos<br />

miembros de las clases encumbradas, es más, no sólo la pone de manifiesto<br />

sino que la ostenta. Hay que convenir en que no hay exageración<br />

alguna en esta aseveración: el personaje utiliza su cuerpo como maniquí<br />

para exhibir las prendas que lo adornan, como si estuviesen expuestas en<br />

la vitrina de una joyería, prendas-emblema de su importancia. a mayor<br />

exhibición, mayor el prestigio de quien las porta: la riqueza es objeto de<br />

rumor, de conversación y al mismo tiempo y, extrañamente, algo completamente<br />

natural, nos lo demuestra otra anécdota relatada por la marquesa<br />

calderón de la Barca, describe el viaje que rumbo a la capital, después de<br />

desembarcar en el puerto de Veracruz, recién llegados de europa, hace a<br />

la hacienda de manga de clavo junto con su esposo, el primer embajador<br />

de españa en méxico después de la independencia, recorren la carretera<br />

de Veracruz a méxico, el camino del oro y de la plata, como lo bautizara<br />

alexander von Humboldt porque, durante la colonia, era el destino obligado<br />

de las conductas cargadas de metales rumbo a la metrópoli. en esa<br />

hacienda reside santa anna en los breves intervalos en que, por razones<br />

políticas, desocupa la presidencia de su país. los marqueses llegan a la<br />

hacienda justo a la hora del desayuno y la esposa del presidente los re-<br />

7 manuel payno, Los bandidos de Río Frío, méxico, ed. Porrúa, 1991, decimocuarta edición. la primera<br />

edición de esta obra se publicó sin nombre de autor y con el seudónimo de un ingenio de la corte<br />

en Juan de la Fuente Parres, Barcelona, s.f., se reeditó en méxico en 1918 en las ediciones manuel<br />

león sánchez, corregida por los descendientes de Payno. el filólogo manuel sol ha hecho una nueva<br />

edición cotejando las que de Payno existen y nos devuelve a la primera que he citado, edición más<br />

descuidada, en cuanto a lenguaje, pero la única que corrigió Payno. los manuscritos de esta obra<br />

fueron destruidos por las tropas revolucionarias que entraron a la casa de san Ángel del autor. esta<br />

edición cotejada y cuidada por manuel sol consignando estos cambios es la utilizada para la colección<br />

archivos de la unesco.


112 margo glantZ<br />

cibe graciosamente enfundada en un vestido de seda, recubierta de pies<br />

a cabeza con los más finos diamantes y las esmeraldas más vistosas. no<br />

es casualidad que la novela anterior de Payno lleve el título de El fistol del<br />

diablo: su personaje principal es justamente rugiero, el diablo, cuya prenda<br />

distintiva es un alfiler o fistol labrado en los más ricos metales, enriquecido<br />

con un enorme diamante amarillo, semejante a los que se engarzan en la<br />

platería de don santos aguirre, el padre del coronel Yáñez. “¿no ve usted,<br />

compadre –le dice relumbrón a quien en realidad es su padre, y además<br />

su socio–, no ve usted que es necesario mantener el aparato y la representación?”<br />

(p. 471). sí, el padre de relumbrón es un joyero, cae por su peso:<br />

el progenitor de un hombre tan brillante es necesariamente quien pule y<br />

monta los diamantes. Podríamos hasta jugar con una clásica expresión, la<br />

que afirma que si alguien o algo puede brillar y no brilla es porque es aún<br />

diamante en bruto: para que brille es necesario pulirlo, es más, en este caso<br />

el verbo adecuado sería tallar, es decir, un diamante en bruto se talla para<br />

realzarlo y darle un brillo deslumbrante: valga el pleonasmo. Y esta expresión<br />

nos viene como anillo al dedo, porque el vicio primordial que afea el<br />

carácter de relumbrón, y también el de su alteza serenísima don antonio<br />

lópez de santa anna, es la pasión por el juego, en verdad la pasión nacional<br />

en la primera mitad del siglo xix mexicano. Quienes presiden el juego<br />

son los talladores, los que tallan las cartas, semejantes a los orfebres que<br />

tallan los diamantes.<br />

4. la alquimia del juego<br />

Hacía diez minutos que había comenzado la talla. gonzález tenía en las<br />

manos las cartas; el oro, manejado por los gurrupiés que pagaban y los<br />

puntos que recogían, dejaba oír ese sonido seductor que no se parece<br />

a ningún otro sonido del mundo. el canto de las aves, la voz de una<br />

cantatriz, el cristal, la plata, nada es comparable con las monedas de oro<br />

cuando al contarse con una mano diestra chocan unas con otras y van<br />

despertando las más lisonjeras ideas de los placeres y las comodidades<br />

que se pueden disfrutar con ese que algunos necios, y seguramente muy<br />

pobres, han llamado el vil metal (cursivas en el original, p. 462).


payno: la utopía del robo 113<br />

Payno nos cuenta cómo relumbrón, casi arruinado por su desorden y<br />

su ambición de lujo, decide tentar su última carta, es decir jugar a la baraja<br />

y hacer quebrar al dueño del garito, gracias a un golpe casi milagroso de<br />

suerte. Viraje del destino o del azar, su ganancia es tan fabulosa –treinta<br />

y siete mil pesos, mientras la gente de buen vivir puede mantenerse con<br />

doscientos–, su ganancia, repito, es tan enorme que, cuando gracias al azar<br />

del juego sube con el oro obtenido al carruaje que ha de conducirlo a su<br />

mansión, casi lo desfonda. Y al llegar a su casa ¡oh asombro! guarda su<br />

dinero en el ropero. la noticia de esta hazaña se difunde como reguero de<br />

pólvora y al día siguiente toda la ciudad conoce su fortuna y sin embargo<br />

nadie intenta robársela, a pesar de los violentos contrastes de miseria y riqueza,<br />

constantemente subrayados en la novela. asombra esta familiaridad<br />

con el oro, metal que como digo se guardaba en los roperos, y no debajo<br />

del colchón, según la expresión vulgar: oro distribuido a diestra y siniestra,<br />

en escudos, en onzas, en gruesas cadenas, encima del tapete verde de la<br />

famosa casa de juego de Panzacola, situada en la calle que sigue llevando<br />

el nombre de arenal, en el barrio de san Ángel, ahora sede, curiosamente,<br />

del consejo nacional para la cultura y las artes. el oro se desplaza con<br />

la misma rapidez con que los personajes se desplazan por la novela; su<br />

movilidad, signo de la transformación vertiginosa de la riqueza, es uno de<br />

sus rasgos sobresalientes. daría la tentación de regresar a las crónicas de la<br />

conquista y especialmente a la de Bernal díaz, releer los pasajes en que los<br />

embajadores de moctezuma le ofrecen a cortés objetos preciosos como<br />

muestra de respeto y deferencia hacia los recién llegados, con la evidente<br />

intención de que regresen a la costa, se embarquen de nuevo y vuelvan<br />

con sus naves o sus bártulos de donde habían venido; esos invasores que<br />

en cuanto reciben el oro lo examinan con admiración antes de proceder a<br />

describirlo en sus crónicas y sobre todo a fundirlo en gruesas barras, luego<br />

transportadas en pesados carruajes rumbo a los galeones que lo llevarían a<br />

la metrópoli, como parte del quinto real o, en raras ocasiones, en la forma<br />

en que había sido trabajado y entregado por los mexicas a los españoles,<br />

muestra indiscutible de la pericia y habilidad de los nativos del país para<br />

contrahacer, como entonces se decía, los objetos de la naturaleza, es decir,<br />

su pericia y arte para imitarlos con primor, mediante la orfebrería.


114 margo glantZ<br />

mariana, la condesita, la madre del niño expósito, nos relata Payno,<br />

obligada por su padre a casarse con el marqués del Valle alegre, recibe<br />

las joyas que éste le trae como regalo de boda, y abre sin entusiasmo los<br />

cofres que las albergan. el novelista maravillado compensa hiperbólicamente<br />

su indiferencia (nota al margen, completamente folletinesca: no hay<br />

que preocuparse, mariana guardará fidelidad eterna a su amado, el ahora<br />

capitán de bandidos, el falso Pedro cataño, y la justicia poética del texto<br />

la recompensará, como esperan sus lectores, reuniéndola al final con su<br />

amado y con su hijo):<br />

las joyas y diamantes que mefistófeles presentó a margarita y que la<br />

sedujeron y condujeron a su perdición eran cualquier cosa comparadas<br />

con las que contenían las arcas maravillosas que el marqués tenía delante,<br />

como si las hubiera adquirido de las misteriosas cavernas de alí Babá.<br />

en efecto, las familias ricas de los tiempos anteriores a la independencia<br />

y que generalmente se designaban con el nombre de Títulos de Castilla,<br />

iban en el curso de los años reuniendo tales preciosidades y rarezas en<br />

materia de diamantes, perlas, piedras preciosas y esmaltes, que con el<br />

tiempo llegaban a formar una especie de museo de un valor crecido, que<br />

representaba un capital bastante para que una familia viviese con descanso.<br />

Zafiros, peinetas de carey, incrustadas de oro, con labores y cifras y<br />

piedras, verdaderamente una colección maravillosa de adornos y combinaciones<br />

distintas para la cabeza, los brazos y para los vestidos… aretes<br />

de gruesos diamantes negros, anillos de brillantes y rubíes, collares de<br />

esmeraldas, adornos de topacio quemado, aguas marinas y rosas... el<br />

marqués sacó de su bolsillo una cajita de una sola perla, ¡pero qué perla!<br />

más grande que un garbanzo, perfectamente redonda, y un oriente que<br />

sin los cambiantes, era superior al de un ópalo (pp. 299-300) .<br />

Payno agrega, en nota a pie de página:<br />

un joven inglés que comerciaba en alhajas compró, entre otras cosas,<br />

en el montepío, una perla más gruesa que un garbanzo, casi como una<br />

avellana, en 1000 pesos, y la vendió en londres, para la reina Victoria,<br />

en 1000 libras esterlinas. esas alhajas pertenecieron a una de esas ricas<br />

familias que se habla en esta novela (p. 299).


payno: la utopía del robo 115<br />

la riqueza es tan extrema que sólo parece verosímil si se la compara<br />

con las maravillas narradas en los cuentos de hadas –al mencionar a<br />

alí Babá Payno nos remite a Las mil y una noches– o al folletín, El conde de<br />

Montecristo, por ejemplo, novela que él conocía muy bien. lo más extraordinario:<br />

esa riqueza es verdadera, aún más, tangible, concreta, manejable,<br />

transportable, una presencia corroborada y resaltada en la nota de pie de<br />

página que he transcrito donde se da cuenta de la distinta manera en que<br />

la riqueza se trataba en los imperios y en las colonias: ¿no era entonces inglaterra<br />

la reina de los mares y la reina Victoria, la soberana más poderosa<br />

de la tierra?<br />

la ambición de relumbrón sobrepasa cualquier expectativa de vida<br />

desahogada o, “descansada”, como de manera por lo demás curiosa señala<br />

Payno al terminar su hiperbólica enumeración de joyas, a menos que vida<br />

descansada quiera decir una vida donde pudiera gozarse con tranquilidad<br />

de esas inconmensurables riquezas, sin desear obtener más, cosa que resultaría<br />

imposible para quienes se enriquecen. relumbrón poseedor de<br />

mansiones, haciendas, joyas, carrozas, trajes, no puede mantener el lujo al<br />

que aspira, esa colosal voracidad que todo se lo traga, esa impudicia que<br />

lo conduce a exhibirse, a cargarse de oro y de diamantes, a colorearse las<br />

mejillas y los labios y a teñirse los cabellos.<br />

don santos aguirre –su compadre, su socio, en fin, su padre– maneja<br />

otra teatralidad, la de la religiosidad, la abstinencia, la mortificación y la<br />

modestia, su casa es simple, sus enseres ordinarios, su único lujo es una<br />

virgen antigua albergada en un nicho de plata pura, como su cama, también<br />

de plata maciza y su servicio de mesa, del mismo metal. don santos<br />

aguirre es un magnífico orfebre, en su yunque y con sus instrumentos<br />

transforma los metales y las joyas robadas que primero una corredora,<br />

doña Vivianita, y luego su hijo-compadre le consiguen; en su taller las<br />

prendas cambian totalmente de apariencia y de dueño para ser revendidas<br />

más tarde a sus originales poseedores. relumbrón y don santos alteran la<br />

circulación de la riqueza, estacionada durante mucho tiempo en las casas<br />

de las familias más pudientes y aristocráticas; gracias a esa operación, el<br />

oro se desplaza y se transforma en una sociedad en la que la nueva movilidad<br />

social altera las antiguas estructuras coloniales. don santos trata las


116 margo glantZ<br />

joyas robadas de la misma manera en que los alquimistas trataban el oro,<br />

las convierte en piedra filosofal.<br />

en méxico sigue imperando esa polarización, la de la miseria y la riqueza<br />

extremas, han cambiado las maneras de almacenar la riqueza, guardada<br />

en las cajas de caudales de los bancos; en los tiempos paradisiacos<br />

resucitados por Payno, la riqueza se almacenaba dentro de las casas, donde<br />

a lo sumo se contaba con un espacio frágil y secreto que resguardaba las<br />

prendas más preciadas, además del oro, entonces, la moneda corriente,<br />

secreto que conocían todos los miembros de la familia, dentro de la cual<br />

se contaba a los mayordomos y criados de confianza. las damas paseaban<br />

en coche y sus pechos, cabeza y manos iban cuajadas de joyas y sus vestidos<br />

eran de los más finos géneros. casi podría decirse utilizando un símil<br />

vulgar que las joyas estaban engastadas en la pobreza.<br />

oigamos otra descripción de Payno, se refiere a los indios que habitan<br />

cerca de la ciudad de méxico, realza la otra cara de la moneda:<br />

a poca distancia de la garita de Peralvillo, entre la calzada de piedra y la<br />

de tierra que conducen al santuario de guadalupe, se encuentra un terreno<br />

más bajo que las dos calzadas. sea desde la garita o desde el camino,<br />

se nota una aglomeración de casas pequeñas, hechas de lodo que más se<br />

diría eran temascales, construcciones de castores o albergue de animales,<br />

más que de seres racionales… (p. 8).<br />

no deja de ser curioso saber cómo vive en las orillas de la gran ciudad<br />

esta pobre y degradada población. ella se compone absolutamente<br />

de los que se llamaban macehuales desde el tiempo de la conquista, es<br />

decir, los que labran la tierra; no eran precisamente esclavos, pero sí la<br />

clase ínfima del pueblo azteca que, como la más numerosa, ha sobrevivido<br />

ya tantos años y conserva su pobreza, su ignorancia, su superstición<br />

y su apego a sus costumbres…unos con su red y otros con otates con<br />

puntas de fierro, se salen muy tempranito y caminan hacia el lago o hasta<br />

los lugares para pescar ranas. si logran algunas prendas las van a vender a<br />

la plaza del mercado, si sólo son chicas, que no hay quien las compre, las<br />

guardan para comerlas. otros van a pescar juiles y a recoger ahuautle, las<br />

mujeres que por lo común recogen tequesquite y mosquitos en las orillas<br />

del lago, y los cambian en la ciudad, en las casas, por mendrugos de pan<br />

y por venas de chile. las personas caritativas siempre les dan una taza de<br />

caldo y unas piezas de cobre…(p. 9).


payno: la utopía del robo 117<br />

5. la utopía del robo<br />

relumbrón, abandonado por la fortuna o quizá demasiado confiado en<br />

ella, tiene que remendar su suerte, porque la estructura de su riqueza es un<br />

tejido grosero, se rige por una filosofía que consiste en “tapar agujeros”.<br />

antes de dirigirse a Panzacola, “para probar fortuna”, relumbrón se encuentra<br />

milagrosamente a su amigo el coronel Baninelli, soldado valiente<br />

y honrado (otro garbanzo de a libra), nunca asciende en el ejército ni tiene<br />

fortuna, por lo que puede servirle a nuestro pícaro como antídoto contra<br />

la mala suerte. Y en efecto, acompaña a Baninelli moctezuma iii, el supuesto<br />

heredero de las riquezas de los emperadores aztecas, quien ya en la<br />

sala de juego, sólo le apostará a las figuras, pálpito o corazonada que hará<br />

rico por un instante a relumbrón. antes de ese encuentro fortuito, está al<br />

borde de la quiebra:<br />

Por todo capital efectivo le quedaban veinte onzas y un par de cientos<br />

de pesos que había dejado en su casa para el gasto. relumbrón sin embargo<br />

tenía casas en méxico, una hacienda, una huerta en coyoacán,<br />

la casa que había cedido a Baninelli en chimalistac y muchos otros<br />

negocios, y ganaba dinero por aquí y por allá; pero al mismo tiempo<br />

hacía cuantiosos desembolsos: pagaba libranzas por objetos comprados<br />

a crédito; sostenía tres casas con lujo; prestaba a los amigos y no les<br />

cobraba, hacía frecuentes regalos a los personajes influyentes; en una<br />

palabra, ningún dinero le bastaba, y desaparecía de sus manos como<br />

si un prestidigitador se lo quitase en uno de sus pases de destreza. no<br />

tenía orden ni contabilidad, un dependiente le llevaba meros apuntes en<br />

un libro de badana encarnada, y eso cuando estaba de humor de darle<br />

los datos. lo que sí llevaba con mucha puntualidad era un registro, que<br />

cargaba en su bolsa, de la fecha en que debía pagar las libranzas que<br />

había aceptado… (p. 459).<br />

relumbrón gasta su nuevo capital en rellenar agujeros, es decir en pagar<br />

deudas viejas y en contraer nuevas y, una vez hecho el balance, advierte<br />

que aún debe alrededor de doce mil pesos: “eran para su situación, no un<br />

simple agujero, sino un ancho boquete que tenía urgencia de cerrar, pues<br />

de lo contrario podía irse por allí su fortuna y su crédito” (p. 474). ese


118 margo glantZ<br />

inmenso boquete por el que puede escurrirse su fortuna, arruinando su<br />

modus vivendi y su reputación, abre una nueva etapa en la vida de nuestro<br />

personaje, una etapa en donde el viejo desorden que regía su conducta se<br />

cancela para sustituirse por un orden preciso, perfecto, envidiable, necesario<br />

si quiere instrumentarse una organización ejemplar, la que sostiene<br />

a una utopía, la del robo: una intrincada red de ojos y orejas penetrará<br />

en los más secretos rincones de la ciudad, de sus mansiones, vigilará las<br />

carreteras y el tráfico de diligencias, ya amagadas por evaristo, convertido<br />

en asaltante de caminos y nombrado inocentemente por Baninelli capitán<br />

de rurales para escoltar las carreteras, bajo el falso nombre de Pedro sánchez.<br />

También se fabricará moneda falsa, se asaltarán las haciendas y las<br />

diligencias, se robará en las casas, y se desmontarán los garitos con cartas<br />

compuestas. relumbrón da cuenta de su plan a su compadre, el platero,<br />

quien se encargará como siempre de transformar las alhajas robadas y<br />

de falsificar la moneda. oigamos sus palabras, podemos acercarnos, pues<br />

como muy bien dice el refrán “las paredes oyen”, justo lo que hace en<br />

este preciso momento rafaela la cocinera de don santos, quien después le<br />

revelará a don Pedro martín de olañeta los intríngulis de la conspiración.<br />

relumbrón explica su plan y también plantea sus justos motivos para organizar<br />

el régimen del robo, que al fin y al cabo en su país todos son unos<br />

ladrones (“la mitad de todos los habitantes de este país ha nacido para<br />

robar a la otra mitad y esa mitad robada, cuando abre los ojos y reflexiona,<br />

se dedica a robar a la mitad que la robó, y le quita no sólo lo robado, sino<br />

lo que poseía legalmente”, p. 505):<br />

estamos hablando sin máscara, y la máscara de la honradez es la que<br />

usan de preferencia los que más roban. ¿cree usted que no soy el primero<br />

que roba a la nación? Por una hora de asistencia diaria a palacio,<br />

y una guardia cada quince días, trescientos y pico de pesos cada mes…<br />

así son la mayor parte de los militares y empleados. un oficio mal redactado<br />

y que no pasa de una cara de papel suele costar a la tesorería<br />

sesenta o setenta pesos, porque el escribiente no hace más que eso en<br />

un mes, o tal vez nada. Y de los que se llaman banqueros, y de los que<br />

el público señala con el apodo de agiotistas, ¿qué me dice usted? ¿cree<br />

usted que esas fortunas de millones se pueden hacer en ninguna parte


payno: la utopía del robo 119<br />

del mundo con un trabajo diario y honesto como el de usted, que se ha<br />

pasado dando golpes con el martillo y se ha enriquecido, pero se le han<br />

doblado las espaldas? ¿qué le ha producido a usted más; las custodias<br />

y los cálices que ha hecho para la iglesia o el rescate de diamantes y de<br />

plata robada? (p. 508).<br />

la justificación permite pasar al acto, aunque cabe anotar que en este<br />

párrafo Payno se enmascara detrás de la máscara que relumbrón se quita<br />

y explica la situación general del país en tiempos de la anarquía, aunque<br />

también, en los tiempos porfirianos en que escribe su novela, o, como diría<br />

o reitera carlos monsiváis, 8 en el país que ahora estamos viviendo. ¿cómo<br />

se urdirá la gran red que paradójicamente carecerá de agujeros? démosle<br />

de nuevo la palabra a relumbrón, nos explicará cómo ese tejido permitirá<br />

una impunidad total al tiempo que construirá la más aceitada y perfecta<br />

maquinaria:<br />

se lo explicaré mejor (compadre). usted conoce mi buena posición en<br />

la sociedad; las muchas relaciones que tengo con las personas más distinguidas<br />

de la ciudad y de los estados; el respeto que inspira mi casa,<br />

gracias a la conducta irreprochable de mi mujer; tengo además, dinero,<br />

aunque no lo bastante para mis propensiones al lujo, al brillo y a la elevación<br />

que deseo; pero pase por ahora; con todas esas circunstancias<br />

¿quién podrá creer en méxico ni en ninguna parte donde me conozcan<br />

que soy capaz de robarme un alfiler, como nadie creerá que usted, compadre,<br />

rescata por un pedazo de pan alhajas robadas de gran valor y<br />

estimación, y que usted mismo me ha vendido en lo que se le da la gana?<br />

conque ya ve usted que lo primero y lo esencial, que es la impunidad,<br />

está asegurada, y tampoco vaya usted a figurarse que voy a ensillar mi<br />

caballo y a lanzarme al camino real a detener a las diligencias, ni a salir<br />

por las noches puñal en mano a quitar el reloj a los que salen del teatro<br />

y se retiran por los rumbos lejanos y mal alumbrados de la ciudad; nada<br />

de eso; el robo se hará en grande, con método, con ciencia, con un orden<br />

perfecto; si es posible, sin violencias ni atropellos. a los pobres no se les<br />

robará, porque un pobre nada tiene que valga la pena molestarse, y en<br />

segundo, porque eso dará al negocio un cierto carácter de popularidad,<br />

8 carlos monsiváis, “manuel Payno, méxico, novela de folletín”, en margo glantZ, op. cit., pp. 241-<br />

252.


120 margo glantZ<br />

que destruirá las calumnias e injustas persecuciones de los ricos que sean<br />

sabia y regularmente desplumados. Yo seré, pues, el director, pero un<br />

director invisible, misterioso, y manos secundarias, que ni me conocerán<br />

ni sabrán quién soy, ni donde vivo, darán aquí y allá los golpes según se<br />

les ordene y las circunstancias se presenten, y así marcharán las cosas en<br />

los diversos ramos que abraza este plan (p. 509).<br />

País de abundantes recursos, de maravillas naturales, de vasto territorio<br />

casi sin explorar ni explotar, poblado de gente emprendedora, y sin embargo<br />

país sujeto a exacciones internas e internacionales. ¿cómo se compagina<br />

para Payno esta utopía del robo, organizada y fructífera, con las grandes<br />

carencias y las grandes deudas que aquejan al país y que lo van despojando<br />

poco a poco de sus caudales? lo que se busca y se encuentra y además se<br />

roba porque cambia de manos y circula libremente es tan pródigo como<br />

parecía serlo el mismo país que aquí se nos describe. ¿cómo justificar<br />

entonces las deudas contratadas con otras potencias, esas potencias que<br />

invaden y amenazan con constancia inigualable al país durante el periodo<br />

en que se gesta la novela y se organiza el robo? Vuelvo a nombrarlas, la<br />

guerra de los Pasteles, la más ridícula de nuestras guerras, la más folletinesca,<br />

la causada por una deuda por daños a ciertas pastelerías instaladas<br />

en el país por los franceses, deuda que le da licencia a su gobierno para<br />

amenazar con sus barcos las costas de Veracruz, y le regala a santa anna<br />

la oportunidad de convertirse en héroe, esa guerra en donde a cambio<br />

de unos pasteles se entrega como saldo una pierna. Y luego las inmensas<br />

deudas que Payno ayudó a disminuir, deudas millonarias que ocasionarían<br />

la tripartita invasión de méxico por las potencias aliadas: Francia, españa,<br />

inglaterra, guerra parcialmente resuelta: por breve tiempo la república se<br />

convirtió en imperio.<br />

debajo de todo el tramado, muy escondidos, mucho más enmascarados<br />

aún que relumbrón y sus secuaces están los agiotistas, los financieros,<br />

los banqueros que piden los empréstitos o que los proporcionan para<br />

acumular las deudas, tanto la interna como la externa. 9 Termino este texto<br />

9 cf. Barbara a. tenenbaum, México en la época de los agiotistas, 1821-1857, méxico, Fondo de cultura<br />

económica, 1985.


payno: la utopía del robo 121<br />

pues corre el peligro de parecerse a un libelo, a un pasquín, o a la realidad<br />

que reviste la forma del folletín y en cuyos excesos uno cae también, sin<br />

casi darse cuenta. remato con otra cita de Payno:<br />

Pensaba –de nuevo relumbrón, antes de construir su utopía y quizá inspirado<br />

por ellos–, pensaba en ese puñado de ricos que el público llama<br />

agiotistas, y le daba una rabiosa envidia la facilidad con que ganaban su<br />

dinero y el rango que ocupaban en la sociedad, formando una autocracia<br />

desdeñosa y egoísta, incapaz de hacer un servicio a nadie, ni aun de dar<br />

medio real a un ciego. era un contrato de balas huecas, de tiendas de<br />

campaña, de fusiles de nueva invención, de cualquier cosa, y antes de que<br />

esos proyectiles se hubiesen entregado o los mercados construido, ya las<br />

cajas de fierro de los agiotistas, por este o por el otro artificio, estaban<br />

llenas de los sacos de a mil pesos salidos de la tesorería… (p. 494).


mariguana, moTa, griFa.<br />

Tres araBismos mexicanos*<br />

[123]<br />

salvador díaZ cíntora<br />

Hace poco menos de un año tuve el honor de leer en esta academia, en<br />

dos sesiones consecutivas, un esbozo de mi tesis sobre la existencia de<br />

arabismos puramente mexicanos, en el sentido de no hallarse registrados<br />

en las fuentes conocidas de la Península ibérica. mencioné en aquellas<br />

lecturas palabras como chamuco, margayate, trespeleque, malatobo, timbiriche,<br />

granjeno y otras, unas veinte en total. Volví luego a leer todo aquello, ya<br />

ante público ajeno a la academia, en la sala manuel m. Ponce. dado que<br />

los aplausos son cosa de cajón, por así decirlo, el que todas tres veces se<br />

me hayan amablemente prodigado no quiere decir, en modo alguno, que<br />

alguien haya estado de acuerdo con lo que yo decía, pero tampoco nadie,<br />

ni entonces ni en el tiempo que ha corrido hasta hoy, me ha sugerido otra<br />

posible etimología, fuera de la arábiga por mí sugerida, para una sola de<br />

aquellas palabras.<br />

dije en mi estudio anterior que podía dar unas diez veces más de<br />

lo que daba entonces, es decir, alrededor de unos doscientos arabismos.<br />

Haciendo luego mis cuentas, vi que me quedé algo corto y que son unos<br />

doscientos ochenta. ¿Qué porcentaje representa esto del total de los mexicanismos?<br />

don eulalio Ferrer nos dice en algún lugar que las voces españolas<br />

de origen arábigo constituyen un 17%. Pero en cada nueva edición<br />

del drae entra un gran número de palabras igualmente nuevas y, desde<br />

luego, ya no entran voces de origen árabe, salvo una que otra de cuando<br />

en cuando, como ayatolá, por ejemplo, o en la próxima edición, a lo que<br />

parece, henna, a cuya inclusión personalmente me opondría, pues tenemos<br />

* Trabajo leído en la academia mexicana de la lengua, sesión ordinaria de 25 de enero de 2001.


124 salvador díaZ cíntora<br />

desde hace siglos alheña, que es desde luego la misma palabra en su forma<br />

genuinamente hispánica.<br />

Puede decirse, por lo tanto, que conforme crece el total del vocabulario<br />

de la lengua, la proporción de arabismos es necesariamente cada vez<br />

menor, en cuanto que no tienen casi parte alguna en tal crecimiento. dejan<br />

de entrar arabismos en españa prácticamente al empezar el siglo xvi,<br />

es decir que el cese de aquella influencia se produce a raíz de la toma de<br />

granada.<br />

es a mediados del siglo xvi cuando se piden de acá moriscos para el<br />

cultivo de la seda, y la nueva españa releva a la Península como receptor<br />

de nuevos arabismos. ¿Pero por cuánto tiempo? Personalmente, no pienso<br />

que para la época de Fernández de lizardi, nuestra principal fuente, junto<br />

con inclán, para los mexicanismos de vieja cepa, quedara un solo hablante<br />

que tuviera idea del origen de palabras como las mencionadas al inicio de<br />

esta plática. sería iluso, creo, para entonces, hablar de moriscos en sentido<br />

lingüístico. es, por tanto, el de icazbalceta el vocabulario en que podríamos<br />

basarnos para nuestro porcentaje, en cuanto que este autor se funda sobre<br />

todo en aquellas dos fuentes, y todos nuestros arabismos habrían llegado,<br />

al habla al menos, ya que no a la imprenta, en años o siglos anteriores.<br />

garcía icazbalceta llegó en su trabajo al final de la letra g. si tomamos<br />

un diccionario llevado a término, como el de santamaría, encontramos que<br />

al concluir la g estamos justo a la mitad del libro; tenemos, en efecto, de la<br />

a a la g inclusive, 586 páginas, y para el resto de la obra, 585, una página<br />

de diferencia. ahora bien, el número de voces registradas por icazbalceta<br />

es de 1978; si de haberse concluido hubiera llegado al doble, tendríamos<br />

3 956, cuatro mil para decirlo en números redondos; 280 es justo el 7% de<br />

cuatro mil. Proporción apreciable, si tomamos en cuenta que los moriscos<br />

estuvieron aquí mucho menos tiempo (tres veces menos) que los moros<br />

en españa, y ello nunca como amos ni conquistadores, sino como criados,<br />

en una minoría que diríamos casi insignificante; parece, entonces, que en<br />

la población novohispana, hubo una gran receptividad para esta corriente<br />

lingüística.<br />

muchas de las palabras que así entraron a nuestro idioma, son de poco<br />

uso, como trespeleque o malatobo; otras en cambio, como aquellas de que


mariguana, mota, grifa. tres arabismos mexicanos 125<br />

ahora voy a tratar, mariguana, mota y grifa, son de cotidiana y ubicua presencia.<br />

Pero antes de que tratemos en particular de estas palabras, digamos<br />

algo del hecho mismo de fumar y de su huella en el habla. es un lugar común,<br />

entre los cultores de ciertas tendencias en psicología, que el cigarro<br />

funge como sustituto del seno materno en el campo del inconsciente. Qué<br />

tanta razón tengan, júzguelo cada quien, pero, siguiendo con la teoría, y<br />

por aquello del famoso complejo de edipo, el niño está naturalmente más<br />

enmadrado que la niña; esto concuerda con el hecho de que hayan sido<br />

siempre más los hombres que las mujeres que fuman, y ello lo mismo entre<br />

los antiguos mexicanos que entre los árabes. en el libro Vi del Códice<br />

Florentino es a los señores, a los capitanes, a quienes se ofrece la flor y el tabaco<br />

(in xochitl in yetl); otro testimonio de ello lo tenemos en los Romances de<br />

los señores de Nueva España. del otro lado, sabemos que durante el furor de<br />

la reforma puritana de los wahabitas, a principios del siglo xix, se prohibió<br />

en arabia, además del culto a los santos y el rosario, el tabaco, y no sólo su<br />

uso, sino hasta su nombre quedó vedado, de modo que los árabes, descontentos,<br />

se referían a él como hajat ar-rajuli, “la necesidad del hombre”.<br />

Para hablar del hábito del fumador se usaba antaño entre nosotros la<br />

palabra chupar; “hoy casi desaparecida”, decía icazbalceta, y así habrá sido<br />

en esta ciudad, pero en mi pueblo, cincuenta años después de la muerte<br />

del sabio historiador, era todavía de uso general. el drae define el verbo<br />

de este modo: “sacar o traer con los labios y la lengua el jugo o la sustancia<br />

de una cosa.” el Diccionario de Autoridades añadía: “como hace el niño<br />

cuando mama”. es cosa clara que los moriscos que vinieron a estas tierras<br />

no fumaban sólo, ni principalmente, tabaco, sino hachís: esta palabra tiene,<br />

en árabe digo, además de su muy específica acepción, una más amplia de<br />

hierba seca, y el tabaco que se fuma lo es; por otra parte, el verbo de que<br />

dicha palabra se deriva, quiere decir, entre otras cosas, encender, de modo<br />

que hašîš, como adjetivo verbal pasivo, viene siendo una cosa encendida,<br />

y podría aplicarse, también en ese sentido, lo mismo al tabaco que a la<br />

mariguana.<br />

¿cómo pronunciarían esos moriscos el nombre de la yerba con el artículo,<br />

es decir, al-hašîš, y cómo lo habrán adaptado, si lo adaptaron, al español<br />

los que aquí lo oían? en el artículo árabe, al, nos dice silvestre de


126 salvador díaZ cíntora<br />

sacy, la vocal inicial se considera, según ciertos gramáticos, accesoria, y a<br />

veces se la suprime en la pronunciación (§ 131 y 961). Por otra parte, la<br />

hache (aspirada) se suprimía ocasionalmente en la pronunciación del árabe<br />

español, como en lujju por li-wajhihu (en su cara) donde la vemos suprimida<br />

dos veces (alcalá apud corriente, 4.1.7). Tendríamos entonces, suprimida la<br />

vocal inicial del artículo y la aspiración inicial del sustantivo, *lashish, pero<br />

como el sonido sh pasa al español como ch (cf. chal, chantaje, chutar), tendremos<br />

*lachich. mas no acostumbra el español palabras terminadas en ch, sino<br />

que les añade una e (v. g. acebuche, azabache, azache); por tanto, la cosa vendría<br />

a quedar en *lachiche, y esto también haría que el hecho de fumar entrara de<br />

lleno, por la semejanza fonética del nombre del objeto de la acción con la<br />

otra chiche, el pecho materno (voz tomada aparentemente del zapoteco) en<br />

el contexto de simbología inconsciente de que he venido hablando.<br />

mas dejando ya estas generalidades, vayamos a las palabras que son<br />

propiamente materia de este artículo. empezaré, por orden alfabético, con<br />

grifa. esta palabra, como nombre de la hierba, no aparece registrada en el<br />

Diccionario de mejicanismos de santamaría, sí en cambio el adjetivo: “grifo,<br />

fa. dícese de la persona intoxicada de drogas como la marihuana, la morfina<br />

o la cocaína”. no se nos da ninguna etimología. la real academia ya<br />

incluye la forma femenina como nombre de la planta, incluso sin determinación<br />

alguna de lugar de uso, lo que indica que es corriente en todo el<br />

ámbito de la lengua; el adjetivo, en cambio, sí aparece restringido a méxico,<br />

y se le quita en la definición lo referente a “la morfina o la cocaína”. la<br />

derivación, curiosamente, lo mismo para el grifo de metal del lavabo que<br />

para el grifo que fuma mariguana, es del animal fabuloso, mezcla de águila<br />

y de león, que inventaron alguna vez los griegos.<br />

sin meterme con la llave del agua, que no es mi tema por ahora, quiero<br />

hablar del grifo y de la grifa sólo en relación con la droga. aparentemente<br />

se ha establecido desde el principio cierta relación entre su uso y el ambiente<br />

cuartelario. Bajo la palabra mariguana cita santamaría, por ejemplo,<br />

un recorte de periódico de 1945 donde se informa que una mujer (de<br />

apellido díaz, por cierto, pero aparentemente sin ningún parentesco con<br />

un servidor) “fue sorprendida pretendiendo introducir diez paquetes de<br />

mariguana en el Hospital militar… la detenida dijo que la mariguana que


mariguana, mota, grifa. tres arabismos mexicanos 127<br />

le había sido hallada se la entregó un soldado”, y en otra parte (s. v. Juanita)<br />

nos dice: “tal vez derivado de maría Juana, nombre popular cuartelero, de<br />

la mujer del soldado, del Juan”.<br />

ésta, desde luego, no es sino una etimología popular como tantas<br />

otras que se inventan, y eso desde los tiempos de Platón, para explicar fácilmente<br />

cualquier palabra. Para la voz grifa pienso que la etimología es el<br />

árabe ’arīf, que significa entre otras cosas, según la región, cabo o sargento.<br />

el cambio de ’ain a gain se da ocasionalmente, y la eliminación de la vocal<br />

pretónica ocurre con frecuencia en el árabe de marruecos, v. g. en krama<br />

por karama (boda), frash por firash (cama), etc. Tendríamos entonces, para<br />

masculino y femenino, grif y grifa; la forma femenina, es decir el nombre de<br />

la planta, viene siendo, así, la sargenta. la asociación, pues, con lo militar,<br />

se habrá dado desde mucho antes de que aquí se llamara juanes a los soldados;<br />

que una droga a que algunos o muchos de ellos fueran adictos se<br />

denominara la sargenta, parece perfectamente natural. así pues, lo mismo<br />

desde el punto de vista semántico que del fonético, es el árabe el que nos<br />

puede dar la etimología de nuestra grifa, y no el animal fabuloso postulado<br />

por el drae.<br />

Vayamos a la mariguana. desentendiéndome de la famosa y folclórica<br />

soldadera, que es cosa muy posterior, derivo la voz del árabe marwana femenino<br />

de marwan, nombre célebre, usado hasta por antiguos califas. los<br />

lexicógrafos lo relacionan comúnmente con la radical mrw, marwu, el sílice;<br />

marwana entonces sería, por así decirlo, una cosa como piedra, una cosa<br />

dura. ahora bien, lo blando se relaciona, y esto no sólo en el árabe, con la<br />

cobardía; lo contrario del sílice, en ese sentido, sería, por ejemplo, el yeso,<br />

y su nombre árabe, jibs, quiere decir también cobarde; el queso es jubn y la<br />

misma palabra quiere decir cobardía; ya por ahí la dura, la marwana, viene<br />

siendo la valiente, cosa, parece, bastante apropiada para el contexto militar<br />

en que nos hemos colocado.<br />

Pero existen también las radicales rwn y ryn, la primera de las cuales<br />

significa violencia, dureza, la segunda (verbal) invadir, someter, y estas radicales<br />

de hecho se confunden una con otra, hasta en los grandes léxicos,<br />

donde vemos por ejemplo (Kazimirski), sometido, bajo la primera, que supuestamente<br />

no produce verbo. ello es natural porque, semánticamente


128 salvador díaZ cíntora<br />

hablando, el invasor es, desde luego, duro. Y esta invasión y sometimiento<br />

pueden tomarse, ya en el árabe literario, en sentido figurado, refiriéndose,<br />

por ejemplo, a la embriaguez. con una mîm (eme) preformativa, para el<br />

caso, v. g., forma ix del verbo, tendríamos también, a partir de estas raíces,<br />

marwana, que sería entonces, amén de su dureza, la que invade a uno, la<br />

que lo posee. no creo necesario insistir mucho sobre lo apropiado de tal<br />

etimología a los efectos de la planta.<br />

Hablemos, en fin, de la mota. “Fumar es un placer”, cantaba sarita<br />

montiel hace ya muchos años, y cuando se habla del placer, sin ninguna<br />

especificación, suele pensarse antes que nada en el sexo; lo fumable, entonces,<br />

ya es otra cosa; no por nada rosa cowan, la famosa bailarina, salía en<br />

algún número disfrazada de puro, sugiriendo, en cierto modo la posibilidad<br />

de fumársela. ahora bien, mut’a, en árabe, quiere decir precisamente<br />

placer. Ya se sabe que la vocal u de una voz árabe pasa generalmente a o en<br />

español, corán por qur‘ ān, sin ir más lejos, y que la ’ain, en los más de los<br />

casos, simplemente se elimina: alarife por al-’arīf y tantos otros. Tenemos,<br />

entonces, mota con todas sus letras. Y como en el caso del tabaco bajo<br />

el régimen wahabita, y más aún por sus mucho más drásticos efectos, era<br />

frecuentemente preferible no llamar a la mariguana por su nombre (hashîsh);<br />

los árabes acostumbraban designarla como bast (alegría, regocijo),<br />

un sinónimo pues, dentro del árabe mismo, y del mismo tipo, es decir,<br />

eufemístico, que nuestra mota.<br />

no me queda sino esperar que ésta, hasta donde se me alcanza, primera<br />

investigación en serio de la etimología de estas misteriosas palabras, haya<br />

resultado inteligible (y fumable) para mis sabios oyentes, y claro, no hay<br />

por qué irritarse si alguien prefiere seguir machacando con viejos cuentitos<br />

de soldaderas y de juanes.


despertar<br />

Juicio críTico de la medicina mexicana<br />

en el siglo xx<br />

[129]<br />

enrique cárdenas de la peña<br />

cuando mi voz se apague, no dejes de percibir<br />

el eco palpitante de mi silencio.<br />

a la alborada del siglo xx, la escuela del pensamiento positivista enarbolada<br />

por gabino Barreda desde 1868 y sustentada por Porfirio Parra 1 y otros<br />

más considerados como sus seguidores, declina. los pasajes de su exposición<br />

van aminorándose y hasta perdiéndose en aras del conocimiento íntimo<br />

en las reacciones condicionantes de toda representación vital, llámese<br />

salud, enfermedad, emoción, memoria, reproducción o herencia. sin lugar<br />

a dudas, el propio siglo xx es el silo de las aportaciones caudalosas para<br />

la medicina. en todo: en métodos exploratorios, en pruebas funcionales,<br />

y más que nada, en el avance espectacular que apunta en el campo de la<br />

bioquímica, llamada a ser ésta la aportación dominante. la medicina ya no<br />

cabe en los marcos de la anatomía y de la fisiología, y busca en ella sus explicaciones.<br />

no hay fenómeno fisiológico, no hay proceso metabólico que<br />

no tenga su expresión química. con el grave peligro, implícito por demás,<br />

de que los equipos técnicos que han venido a perfeccionar los exámenes,<br />

amenazan con suplantar la “casta observación” y el buen juicio clínico de<br />

quienes nos han antecedido. recordemos que J. a. Hayward ha dicho que<br />

“las ciencias y la técnica han llegado a dominar a la medicina, excluyendo<br />

1 Porfirio parra, comenta José luis martíneZ en las Semblanzas de Académicos en su exposición positivista<br />

alcanza brotes de tan fervientes convicciones, que de pronto asume giros afortunados y cierto<br />

temblor lírico: “en la nada fecunda de tus ceros / quise abismarme, conocer los ritmos /con que<br />

norman tus cálculos serenos, / llegar hasta sus límites postreros /en alas de tus raudos logaritmos”.


130 enrique cárdenas de la peña<br />

a la ciencia del conocimiento del hombre y a la técnica de la comprensión,<br />

la más importante de todas”. 2<br />

en las dos primeras décadas del siglo la salubridad, por no decir sanidad,<br />

afianza sus cabales. en méxico, eduardo liceaga es el alma de la<br />

instalación previa, pleno siglo xix, del consejo superior de salubridad,<br />

la legislación sanitaria y el arranque de las grandes campañas nacionales<br />

de salud pública, conducentes a la reforma del código sanitario Federal<br />

y la ley de Beneficencia Privada en 1904, que rematan en 1917, dentro<br />

del artículo 73, en la sustitución de dicho consejo superior de salubridad<br />

por el departamento de salubridad Pública. Por otra parte, al aplicar las<br />

enseñanzas de José Terrés, al seguir sus consejos, una pléyade de médicos<br />

revolucionan el concepto de la ciencia: rosendo amor y Fernando<br />

ocaranza en la escuela, con el implante de la objetividad en la enseñanza<br />

y el pensamiento fisiológico dentro de la cátedra; gastón melo y Francisco<br />

de P. miranda con el inicio de una nueva clínica de signo funcional;<br />

manuel gea gonzález y gonzalo castañeda, al instruir sobre una clínica<br />

quirúrgica más ajustada. los hospitales señeros refugian el saber médico<br />

dentro del vetusto Hospital Juárez, existente desde mediados de la centuria<br />

precedente; en el Hospital general, inaugurado durante 1905; y en el<br />

manicomio general, antigua hacienda de la castañeda, con estreno en<br />

1910, poco antes del estallido de la revolución. Todavía la escuela médica<br />

francesa es la predominante, por no decir casi única, la que rige dentro de<br />

las aulas mexicanas como predecesora de la angloamericana. Todavía hay<br />

una limitación del valer científico: como ejemplificara ignacio chávez,<br />

hay más brillo entonces que solidez, y más amor por los exteriores solemnes<br />

que por el trabajo austero […] en la enseñanza se refleja el pecado<br />

de la época: un cierto grado de suficiencia dogmática, un cierto<br />

resabio de verbalismo grandilocuente, restos de la escuela tradicional en<br />

que un discurso vale más que un hecho objetivo y en que un libro enseña<br />

más que un laboratorio. 3<br />

2 J. a. hay wa r d, Historia de la medicina, p. 282.<br />

3 ignacio cháveZ, México en la cultura médica, en México y la cultura, p. 888.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 131<br />

naturalmente, la medicina va adentrándose en la maquinización de<br />

la humanidad: a la vez que el progreso de la técnica la arrastra, impulsándola<br />

con violencia hacia un desarrollo continuo, las concepciones filosóficas<br />

sobre la vida –tan sui géneris– la avasallan, repercutiendo sobre su<br />

evolución. Hemos de aclarar que en nuestro ambiente –un tanto cuanto<br />

amedrentado, quizá también aletargado por la paz dictatorial, y más tarde<br />

estremecido por el chispazo revolucionario– los señalamientos no consolidan<br />

sino hasta cuando la contienda se serena. 4<br />

la especialiZación<br />

en el transcurso del siglo xx la medicina del especialista va afianzándose.<br />

el sabio ubicuo o el práctico capaz de atender por sí solo al enfermo<br />

en toda su patología se diluye, divide o infiltra en multitud de caminos,<br />

haciendo del todo orgánico humano un conjunto de ramificaciones que<br />

de ninguna manera se completan, puesto que les falta ese hálito de vida,<br />

“soplo divino” de la integridad. en este caso pudiérase decir que la suma<br />

de las partes no es igual al todo. la labor médica, así, viene ejecutándose<br />

gracias a la colaboración efectiva entre muchos médicos, cada uno de los<br />

cuales aporta –como la pieza en la máquina– el dato y el hecho precisos,<br />

insuficientes por sí solos, pero indispensables para el funcionamiento de<br />

los demás. la especialización médica, fruto de nuestro tiempo, al decir<br />

del maestro Pedro ramos, fragmenta, limita nuestro horizonte. Para José<br />

ingenieros el especialista, encerrado en su círculo estrecho<br />

carece de ideas claras acerca del universo que contiene al enfermo, la<br />

vida que vive, la sociedad en que actúa, las ideas que piensa: le falta lo<br />

más íntimo, la interpretación psicológica, y lo más amplio, la síntesis, que<br />

es la antorcha del genio. 5<br />

4 enrique cárdenas de la peña, Medicina familiar en México, p. 26.<br />

5 enrique cárdenas de la peña, Servicios médicos del Imss. Doctrina e historia, p. 18.


132 enrique cárdenas de la peña<br />

recuerdo haber oído decir que “mientras sabe más y más de menos y<br />

menos”, el especialista contrae el riesgo de “saberlo todo de nada”. Priva<br />

casi tal sentencia. Quien hay que argumenta:<br />

cierto es que la especialización trae en su interior una norme fuerza expansiva<br />

de progreso, responsable en buena parte del avance espectacular<br />

que estamos presenciando; pero también contiene el germen de una regresión<br />

en el orden intelectual y espiritual. la visión parcial es sinónimo<br />

de limitación de nuestro horizonte. lo que se gana en hondura se pierde<br />

en extensión. Para dominar un campo del conocimiento, se tiene que<br />

abandonar el resto; el hombre se confina así en un punto y sacrifica la<br />

visión integral de su ciencia y la visión universal de su mundo. sufre con<br />

ello su cultura general, que se ve obligado a soltar como se suelta un lastre;<br />

sufre después su formación científica, porque deja de mirar la ciencia<br />

como un todo, para quedarse con una pobre rama entre las manos; sufre,<br />

por último, su mundo moral, porque el sacrificio de la cultura constituye<br />

un sacrificio de los valores que debieran fijar normas de su vida. Y en<br />

este drama del hombre de ciencia actual se perfila un riesgo eminente: la<br />

deshumanización de la medicina y la deshumanización del médico. 6<br />

aun cuando debemos reconocer que una sola entidad humana se halla<br />

incapacitada para absorber o abarcar el cúmulo de conocimientos existentes<br />

hoy en día, porque el intelecto desconoce o rechaza obligadamente<br />

enormes fracciones de la ciencia. el especialista, dícese, es más beneficioso<br />

para la propia ciencia, pero el médico general resulta más útil para la<br />

comunidad.<br />

Quizá sea genaro escalona el responsable de la ruptura de una medicina<br />

completa, integrada en un todo, al transformar el Hospital general de<br />

méxico –del cual toma las riendas en 1924– en un centro de mayores aspiraciones<br />

y de impulso creador cuando de la pobreza en que viene viviendo<br />

instala en él los servicios de especialistas, rompiendo así el viejo molde de<br />

estructuras arcaicas. la aparición de una serie de “pabellones” destinados<br />

a cada una de las principales ramas médicas casi es obra de magia. surgen<br />

los médicos capacitados, formados en escuelas extranjeras o autodidactas,<br />

6 Ibidem, pp. 18-19.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 133<br />

directores de cada uno de los sitios especializados: en primer término, de<br />

las tres secciones primeras de cardiología, doctor ignacio chávez en su jefatura<br />

del pabellón 21; de gastroenterología, doctor abraham ayala gonzález,<br />

al frente del pabellón 24; de urología, doctor aquilino Villanueva,<br />

guía del pabellón 5. después, las especialidades crecen, multiplicándose.<br />

Para dar una idea, recordamos en tal nosocomio, entre otras: la oftalmología<br />

y la otorrinolaringología, conjuntas en el pabellón 1, dirigidas por los<br />

doctores magín Puig solanes y Juan andrade Pradillo, respectivamente; 4,<br />

la venereología y vías urinarias bajas, doctor Fernando Quiroz; 6, la ortopedia,<br />

doctor Juan Farill; 7, la neurocirugía, doctor clemente robles; 11,<br />

la dermatología, doctores salvador gonzález Herrejón y Fernando latapí;<br />

13, la cancerología u oncología, doctor guillermo montaño; 14, la ginecología,<br />

doctor rosendo amor; 15, la cirugía, doctor darío Fernández; 16,<br />

la angiología, doctor mariano Vázquez; 28, la infectología, doctor samuel<br />

morones; 30, la obstetricia, doctor José rábago. en núcleo separatista, los<br />

pabellones 26 y 27 trataban específicamente la tuberculosis, comandados<br />

por los doctores octavio Bandala y José luis gómez Pimienta. como<br />

jefes de servicio, todos ellos figuras prominentes de la medicina mexicana,<br />

formadores de escuelas con caudas de seguidores.<br />

al paso de las especialidades, la influencia francesa sobre la medicina<br />

mexicana pierde terreno: a la par destaca el entusiasmo por la escuela anglosajona,<br />

derivada sobre todo en los estados unidos de norteamérica.<br />

del punto crítico en que arraigan los servicios especializados, al crear una<br />

tradición, inician los cursos de graduados, se constituyen las sociedades<br />

médicas, van fundándose las revistas correspondientes como órganos oficiales:<br />

en resumen, un grupo de médicos jóvenes, entusiasmados por el<br />

giro de la profesión, elevan el nivel de trabajo. las especialidades, desde<br />

entonces, generan el incentivo para crear hospitales nuevos, canalizados<br />

hacia un área propia. Vida novedosa en lugares diferentes. con el tiempo,<br />

atomización de la medicina en innúmeros territorios hasta subespecialidades.<br />

a este respecto puede concluirse que si el perfeccionamiento, llevado<br />

al extremo, limita la visión del espíritu, circunscribe el campo de la doctrina,<br />

mutila el conocimiento y restringe o estrecha el criterio, si en cambio<br />

no olvida la medicina básica, si domina la técnica poco común pero no


134 enrique cárdenas de la peña<br />

descuida el cultivo de la doctrina biológica genérica; si en fin, ahonda y no<br />

sólo arieliza las ideas, resulta benéfica. 7<br />

transfiguración de los hospitales<br />

el ritmo desconcertante de las especialidades propicia una especie de desahogo<br />

de los hospitales: el encuentro con una fórmula novedosa de aires<br />

encaminados hacia las alturas. los nosocomios, de aquellos rústicos galerones<br />

horizontales, elevan su superficie o sus volúmenes hacia arriba, con<br />

verticalidad impetuosa, añadiendo sus funciones sustanciales de docencia<br />

e investigación dentro de sí. salvador Zubirán, alrededor de 1940, desde<br />

la subsecretaría de asistencia Pública, enardecido por la iniciativa de un<br />

gustavo Baz renovador, y protegido por las preocupaciones constantes de<br />

quienes, como norberto Treviño Zapata, mario salazar mallén y demás<br />

socios de empuje, rotura un camino nunca antes andado. Ya desde antes el<br />

doctor ignacio chávez en su discurso Una idea, un programa y una obra, leído<br />

en julio de 1938, describe el cometido cabal del centro nosocomial:<br />

un hospital no debe ser –dice– solamente un local amplio y cómodo,<br />

con todas las exigencias de la higiene, ni un gran equipo moderno ni<br />

un grupo de hombres sabios que prodiguen su ciencia, ni un centro de<br />

altas investigaciones. debe ser todo eso, pero ha de ser algo más. el<br />

hombre que allí va en demanda de asilo no es masa amorfa ni carne<br />

de experiencia. es un hombre que sufre. es un dolor que impreca o<br />

es un ansia humilde que espera. Y ni el local cómodo ni médico sabio<br />

son bastantes para entibiar la atmósfera que rodea su cama de vencido.<br />

se necesita el aliento humano, la voz amiga, la palabra consoladora. Y<br />

nuestros hospitales son fríos, sin alma, sin caridad. no hay reforma más<br />

7 aparecen otros refugios especializados; sin ser todos, caben la neuropsiquiatría con leopoldo salazar Viniegra;<br />

la radiología, con carlos coqui; la investigación y embriología cuantimás, con ignacio gonzález<br />

guzmán; el laboratorio, con luis gutiérrez Villegas; la endocrinología y nutrición, con Francisco de P.<br />

miranda; la alergia con mario salazar mallén; la anatomía patológica, con isaac costero; las apreciaciones<br />

sobre el tifo y la fiebre ondulante, con maximiliano ruiz castañeda. la cirugía resalta: darío Fernández,<br />

gustavo Baz, José castro Villagrana, Julián gonzález méndez y otros, pasan a la historia gracias a su dedicación<br />

y destreza. cada sector conoce un paladín. enrique cárdenas de la peña, Historia de la medicina en<br />

la ciudad de México, p. 76.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 135<br />

imperiosa que ésta de hacerlos acogedores. Hospital para hombres, que<br />

tenga un pálido reflejo de hogar. necesitamos que nuestros médicos y<br />

nuestras enfermeras, además de su ciencia, prodiguen su bondad. al<br />

llegar a estas líneas me doy cuenta de que he perdido el contacto de la<br />

realidad. Pero pienso que el hombre que lograra dar vida a esta reforma,<br />

podría morir en paz. 8<br />

cuando el Primer congreso de asistencia Pública tiene lugar del 15<br />

al 22 de agosto de 1943 en la ciudad de méxico, salvador Zubirán hace<br />

referencia dentro de su conferencia Consideraciones sobre la Asistencia Pública<br />

en México a la construcción de hospitales:<br />

concebido el hospital como la institución por excelencia especializada,<br />

adonde debe llevarse a la humanidad doliente en busca de alivio a sus<br />

males, mismo hospital que consta de un complicado mecanismo y por<br />

ello, es a la vez que un centro científico, un hotel, una planta industrial y<br />

una escuela; encierra, asimismo, en su interior y al servicio del que sufre,<br />

un heterogéneo conjunto de seres humanos, desde la humilde afanadora<br />

y el experto mecánico, hasta el hombre de ciencia, dedicado a las más diferenciadas<br />

especulaciones científicas. Por toda esta magna significación<br />

el hospital sólo puede proyectarse cuando su programa de acción ha sido<br />

profunda y concienzudamente estudiado, cuando la institución hospital ha<br />

sido concebida y está en la mente de los organizadores, cuando se ha<br />

pensado con detalle en el sitio en que han de ejecutarse las funciones<br />

por desempeñar, de todos y cada uno de los miembros de ese conjunto<br />

humano, al servicio de la institución; hasta entonces debe proyectarse,<br />

repito, el hospital edificio, hasta entonces es posible trazar líneas en papel,<br />

y más tarde ver levantarse los muros del nuevo edificio. 9<br />

Y en la revista Arquitectura, número 15, abril de 1944, publica Los nuevos<br />

hospitales de México. Consideraciones sobre la técnica de su planeación y funcionamiento,<br />

donde enlaza la función tripartita fundamental de cada uno de ellos:<br />

asistencia, enseñanza o docencia e investigación. la enramada arquitectónica,<br />

bajo un nuevo diseño, delinea el Programa 1940-1946 que en 1943<br />

8 enrique cárdenas de la peña, Medicina familiar en México, p. 36.<br />

9 enrique cárdenas de la peña, Enlace sz-Inn. Crónica de un Instituto, vol. i, pp. 40-41.


136 enrique cárdenas de la peña<br />

culmina con el Plan nacional de instituciones Hospitalarias. el lapso de<br />

los cuarentas puede considerarse como el de los hospitales oficiales patrocinados<br />

por la secretaría de salubridad y asistencia. anterior a este<br />

propósito surge al servicio público el Hospital de Huipulco, 1936, pero<br />

en dichos años, principalmente: el Hospital infantil, 30 de abril de 1943;<br />

el instituto nacional de cardiología, 18 de abril de 1944; y el Hospital<br />

de enfermedades de la nutrición, 12 de octubre de 1945. enlazado con<br />

la docencia, ignacio chávez logra un adelanto enormemente provechoso<br />

cuando en 1937, al abordar la dirección del Hospital general, consigue la<br />

expedición de un estatuto de autonomía técnica y la creación de la carrera<br />

de médico de hospital: el estatuto asegura la selección del personal médico<br />

mediante oposiciones, el ascenso progresivo de jerarquía mediante méritos,<br />

la adición de una nueva categoría –la de médico adjunto– que abre la<br />

puerta a los jóvenes y facilita su especialización, lejos de toda marejada<br />

política y de toda influencia exterior. 10<br />

no nos detendremos a mencionar todos los hospitales construidos:<br />

sólo señalamos que a la creación de la comisión nacional de Hospitales,<br />

formada por orden expresa del ejecutivo Federal el 15 de enero de 1954,<br />

surge otro arranque de construcciones hospitalarias en la ciudad de méxico.<br />

11 Permanece afianzado el Reglamento para hospitales, maternidades centros<br />

materno-infantiles en el Distrito, territorios y zonas federales, añejo desde 1945,<br />

donde el hospital es definido como:<br />

todo establecimiento oficial, descentralizado o particular, que tenga<br />

como finalidad primordial la atención de enfermos que se internen para<br />

su diagnóstico y tratamiento; podrá también tratar enfermos ambulantes,<br />

adiestrar personal y realizar labores de investigación. 12<br />

ente 1960 y 1980 nace el complejo de los servicios de salud en el área<br />

sur del distrito Federal, donde se acumulan hospitales que aún prestan<br />

atención médica. el instituto de cardiología mueve sus instalaciones al<br />

10 enrique cárdenas de la peña, Historia de la medicina en la ciudad de México, p. 176.<br />

11 Véase Ibidem, pp. 187-188.<br />

12 enrique cárdenas de la peña, Servicios médicos del Imss. Doctrina e historia, p. 183.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 137<br />

local moderno durante 1976; el antiguo Hospital de enfermedades de la<br />

nutrición culmina en instituto en el lapso 1968-1970. el consorcio añade<br />

otros inmuebles: neurología data de 1964; el Psiquiátrico infantil “Juan<br />

n. navarro”, de 1966; el Psiquiátrico para enfermos agudos “Bernardino<br />

Álvarez”, de 1967; cancerología antes, 1946. cuanto funciona como<br />

Huipulco remata en el instituto de enfermedades respiratorias en 1980.<br />

el instituto nacional de neumología, vencido ya por los adelantos en la<br />

terapéutica antituberculosa, pasa a ser el Hospital general “doctor manuel<br />

gea gonzález” desde 1972.<br />

otros núcleos diferentes de hospitales, los descentralizados pertenecientes<br />

a diversos campos patrocinados por dependencias oficiales, y los<br />

auspiciados por colonias extranjeras, llámese principalmente Beneficencia<br />

española o sanatorio español, Hospital Francés en su época y Hospital<br />

inglés, luego aBc, socorridos o cotizados entre los estratos económico-sociales<br />

privilegiados. renglón último en el hospitalario, por fortuna<br />

incrementado dentro de la metrópoli-capital, el de los centros adheridos<br />

a los regímenes de seguros sociales: en este agregado institucional, el<br />

instituto mexicano del seguro social, sobresalen el más antiguo, centro<br />

médico la raza, a partir de 1954; el centro médico nacional 1961-1963,<br />

hoy siglo xxi tras el terremoto fatídico de 1985; y la cadena dispersa<br />

de centros gineco-obstétricos, más una fuerte red estatal escalonada. en<br />

el instituto de seguridad y servicios sociales para los Trabajadores del<br />

estado, issste en siglas, al menos en la ciudad de méxico el centro 20<br />

de noviembre, inaugurado en 1961, y el centro adolfo lópez mateos,<br />

a partir de 1970. en el ejército y la armada, el Hospital central militar<br />

desde 1942, y el centro médico naval hacia 1965. sin contar, al final de<br />

nuestro siglo xx, con los consorcios privados tipo Hospital Ángeles o<br />

médica sur, donde no se sabe si la medicina encarece tanto en sus costos<br />

al aprovechar la tecnología más y más avanzada, o si la comercialización<br />

de nuestra profesión se adueña de los cuerpos y las almas de quienes la<br />

ejercen.


138 enrique cárdenas de la peña<br />

medicina social<br />

la constitución de 1917, germen de los seguros sociales en la fracción<br />

xxix del artículo 123, desde la idea del establecimiento de cajas de seguros<br />

populares determina el estallido verdaderamente revolucionario de la asistencia<br />

al prójimo, íntimamente ligado a la medicina. en postura idealista,<br />

utópica pudiéramos decir, la seguridad social conceptúa “la protección<br />

permanente que garantiza la satisfacción de las necesidades vitales de cualquier<br />

sujeto”. desde el momento en que manuel Ávila camacho toma<br />

posesión de la presidencia, el seguro social es un hecho:<br />

… todos debemos unir desde luego el propósito de que un día próximo<br />

la ley del seguro social proteja a todos los mexicanos en las horas de la<br />

adversidad, en la orfandad, en la viudez de las mujeres, en la enfermedad,<br />

en el desempleo, en la vejez, para sustituir este régimen secular que por<br />

la pobreza de la nación hemos tenido que vivir.<br />

el código de seguridad social aparece publicado en el Diario Oficial<br />

de la Federación el 19 de enero de 1943, y el instituto mexicano del seguro<br />

social –en siglas imss–, organismo que funge como gestor-administrador,<br />

funciona desde principios de 1944. 13 gracias a él, todos cuantos aportan a<br />

otra persona un servicio en virtud de un contrato de trabajo o están vinculados<br />

en una relación laboral –y los miembros de sociedades cooperativas,<br />

amén de los aprendices– míranse amparados en los riesgos que pueden<br />

acontecer, es decir, en accidentes del trabajo y enfermedades profesionales,<br />

enfermedades no profesionales y maternidad, vejez, muerte y cesantía<br />

en edad avanzada. el patrimonio del cual depende el funcionamiento se<br />

obtiene de aportaciones suministradas por los trabajadores mismos, los<br />

patronos y el estado, en una proporción tripartita establecida, salvo en la<br />

rama de accidentes en el trabajo y enfermedades profesionales donde el<br />

patrón cubre la totalidad de los gastos. las prestaciones médicas que el<br />

seguro social otorga, primordiales, giran acompañadas por las económicas<br />

y, a través del tiempo, por las sociales que elevan el nivel de vida de los<br />

13 enrique cárdenas de la peña, Historia de la medicina en la ciudad de México, p. 202.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 139<br />

asalariados. 14 según J. J. dupeyroux, la seguridad social debe ser entendida<br />

como protección y promoción del hombre como<br />

conjunto de esfuerzos de una colectividad que no sólo garantiza el bienestar<br />

económico de los individuos, sino que logra también su desarrollo<br />

completo en todos los planos. 15<br />

Háblese de medicina social o institucional: la verdad está en que la medicina<br />

no es sino una, aplicada con un mismo propósito desde diferentes<br />

ángulos o aristas comprometidas que de vez en cuando brotan inventadas.<br />

el principio del origen y del fin, dentro de cualquier teoría médica, no<br />

puede ni debe ser otro que el beneficio del hombre: ellas, las teorías, deben<br />

significar la destrucción o impedimento de cualquier privilegio en el campo<br />

de la salud humana, puesto que han de pretender el ajuste del hombre<br />

a sus semejantes y a su ambiente, en actividad creadora y con inteligencia<br />

alerta, amén de la aceptación halagüeña a las reglas de convivencia. 16<br />

claro está que en un principio la improvisación del régimen se advierte<br />

en la incapacidad de atención o deficiencias notorias en él, pero al paso<br />

de los años, cuando el sistema se consolida, cundo se vencen innúmeras<br />

protestas y hostilidades, la asistencia médica se eleva en cuanto se refiere<br />

a la calidad y eficacia, aun cuando dentro de toda la trayectoria del siglo<br />

consten altibajos significativos. el balance final, de juzgar la aparición del<br />

régimen de atención médica de los seguros sociales, a mi modo de ver resulta<br />

positivo: infinidad de actividades nunca practicadas con anterioridad<br />

resuelven problemas inimaginados, de ser ellas vistas antes de los años<br />

cuarentas. mediante técnicas modificadas o adelantos –así, por ejemplo,<br />

el impulso a la medicina familiar nacido al calor de los doctores mauro<br />

loyo, Bernardo sepúlveda y luis méndez, dentro de las administraciones<br />

de dirigentes que ya quisiéramos hoy en día, antonio ortiz mena o<br />

Benito coquet, 1953 o 1954 en adelante, o el incremento de la docencia<br />

14 Ibidem.<br />

15 enrique cárdenas de la peña, Medicina familiar en México, p. 41. definición de J. J. dupeyroux en Consideraciones<br />

sobre la seguridad social, cuadernos Técnicos de ciess, núm. 3.<br />

16 enrique cárdenas de la peña, Servicios médicos del Imss. Doctrina e historia, p. 23.


140 enrique cárdenas de la peña<br />

y el apoyo a la investigación incipiente– crecen contactos más íntimos, de<br />

mayor relación humana o el binomio médico-paciente, y una contribución<br />

al desarrollo de la ciencia en méxico. específicamente en el renglón de la<br />

medicina familiar existe la búsqueda de un acercamiento y un sentido mayor<br />

de responsabilidad hacia las personas que cada profesional atiende:<br />

la parte medular de la innovación consiste en que la contratación de los<br />

servicios de sus médicos se haga, no por horas de trabajo o por número<br />

de enfermos atendidos en un lapso fijo, sino por la obligación de atender<br />

a núcleos determinados de población derechohabiente, adscripción de<br />

un grupo determinado de asegurados y sus beneficiarios a un médico<br />

general el cual, recordando al tan venerado “médico de cabecera” ya desaparecido,<br />

consejero y amigo, no limita sus funciones a la simple curación<br />

de las enfermedades, sino que puede prevenirlas, y además realizar<br />

una constante labor educativa. 17<br />

¿Hasta dónde el propósito renueva la utopía, mientras no desarrollemos<br />

o resurjamos al médico actuante “con ciencia y con conciencia”? la<br />

medicina, para ser efectiva, no puede ni debe contemplarse más dentro<br />

de una única dimensión técnica, sino engarzada a una dimensión social,<br />

pero sobre todo a una dimensión humana. Hasta hace poco, no sabíamos<br />

si en méxico la medicina social avanzaba o solamente sobrenadaba. un<br />

bache, todavía ni siquiera afianzaba la pretendida solidaridad, a partir de la<br />

redistribución de la riqueza y mediante la convivencia humana. empero,<br />

la emisión de una nueva ley del seguro social en 1997, constituye otro<br />

aliento vivaz, hasta desde el punto de vista financiero. ojalá perdure.<br />

salubridad y asistencia<br />

nos conformamos con señalar los acontecimientos primordiales del siglo<br />

dentro de este territorio. de primera magnitud, la instalación del servicio<br />

social de los pasantes de medicina en 1936, cuando quienes han terminado<br />

17 enrique cárdenas de la peña, Historia de la medicina en la ciudad de México, pp. 202-203.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 141<br />

su práctica hospitalaria acuden a un pueblo carente de médico a prestar<br />

atención y a ejercer como oficial sanitario durante seis meses, con varios<br />

objetivos: distribuir hasta cierto punto, convenientemente, a los médicos<br />

en el territorio nacional; ejercitar en el sitio de asiento de labores de educación<br />

higiénica; proporcionar servicios profesionales, individuales y colectivos;<br />

realizar investigación sanitaria de aplicación práctica; y colaborar<br />

en la elaboración de estadísticas médicas. 18 los informes sanitarios de los<br />

pueblos obligan a la unam a establecer la dirección general de servicio<br />

social en 1983, pero desde 1968 la duración del ejercicio práctico cubre la<br />

ampliación de un año. en el propio 1983 la academia de medicina dedica<br />

una sesión íntegra de su ejercicio semanal al servicio social, mismo calendario<br />

en que miguel de la madrid elogia sus frutos como medio muy eficaz<br />

para elevar el nivel de vida del campo mexicano.<br />

es el doctor gabriel malda quien fomenta el departamento de salubridad<br />

en los años veintes con su dinámica constante:<br />

si el pasado es aprovechable por todo cuanto tiene de bueno, nunca pensemos<br />

que en él podemos vivir; la mutación misma de nuestras celdillas<br />

nos da el aviso de que el ayer vendrá a ser sustituido por el presente, y el<br />

hoy será borrado por el mañana; quien no quiera seguir la corriente del<br />

tiempo y el espacio, quedará como el mineral subfijo al fragmento del<br />

terreno a que lo condena la gravitación. 19<br />

la ley de los servicios coordinados, donde la red sanitaria se extiende<br />

a la provincia, data de 1933. el código sanitario, relacionado con la ley de<br />

secretarías en 1934, fija sus derechos y obligaciones al departamento de<br />

salubridad. la secretaría de asistencia Pública es creada el 31 de diciembre<br />

de 1937, aun cuando entra en vigor al día siguiente. no tan después,<br />

el 15 de octubre de 1943, queda instalada la secretaría de salubridad y<br />

asistencia, donde se fusionan la secretaría de asistencia Pública y el departamento<br />

de salubridad Pública. los médicos sanitarios o sanitaristas<br />

18 Fernando quijano pitman, El servicio social de los pasantes, 1936, en Primicias médicas nacionales. Gaceta Médica<br />

de México, vol. 135, número 5, 1999, p. 529.<br />

19 en enrique cárdenas de la peña, Historia de la medicina en la ciudad de México, p. 197. de José álva r e Z<br />

améZquita et al., Historia de la salubridad y de la Asistencia en México, t. ii, p. 149.


142 enrique cárdenas de la peña<br />

proliferan. Preocupan la asistencia más humana y el esparcimiento de la<br />

docencia. inmenso el incentivo de pugnar por una mejoría en la alimentación<br />

popular, y el de propagar la higiene pública nacional. la ley de<br />

secretarías de 1958 enmarca los asuntos competentes a la secretaría de salubridad<br />

y asistencia. muy acá, en 1985, los adelantos en la epidemiología,<br />

la búsqueda de la erradicación de ciertos padecimientos –bien logrados en<br />

cuanto concierne al menos a la viruela y a la poliomielitis–, la educación<br />

higiénica de la población, desembocan en la creación de la secretaría de<br />

salud, incorporada al sistema nacional durante los periodos gubernamentales<br />

encabezados por los doctores guillermo soberón, Jesús Kumate y<br />

Juan ramón de la Fuente. aún luchamos con el registro desfavorable de<br />

la expansión demográfica inusitada, la precaria economía de nuestro campo,<br />

la contaminación ambiental y la aparición de nuevos flagelos como el<br />

sida, contrarios a la expectativa mayor de vida obtenida y, al menos, a la<br />

franca disminución de la morbimortalidad infantil.<br />

academismo<br />

al frente de innúmeras asociaciones y sociedades o de cuerpos colegiados,<br />

figuran en la capital del país las dos academias más prestigiadas: la<br />

academia nacional de medicina y la academia mexicana de cirujanos. la<br />

primera de ellas, que arranca desde el siglo xix, 1865, siempre itinerante<br />

al no contar en un principio con casa propia, no obstante su defecto de<br />

asentamiento está pendiente de avances categóricos de nuestra medicina:<br />

destacan los estudios sobre el tifo, el mal del pinto, la lambliasis, la fiebre<br />

de malta, la onchocercosis y, mucho más cerca de nuestro tiempo, el tratamiento<br />

de cisticercosis. si bien nuestro gobierno la declara institución<br />

oficial el 9 de enero de 1912, la abandona a su suerte por largos años y no<br />

la sitúa en casa real en el bloque B de la unidad de congresos del centro<br />

médico nacional del imss sino hasta 1961. su criterio es el de considerar,<br />

al estilo de eduardo liceaga, a cada ciudadano como una parte de la patria,<br />

como una especie de palmo de terreno, y su función, la de propiciar la<br />

ciencia estricta recombinada con el humanismo desinteresado.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 143<br />

no es mera coincidencia –dice Francisco de P. miranda– que la edad<br />

moderna haya sido la época del florecimiento de la ciencia a la vez que<br />

la época en que se tuvo la libertad como un ideal. si hemos de condenar<br />

esa época habrá de ser porque condujo a una civilización material en que<br />

la riqueza nacida de la productividad engendró a su vez lo superfluo<br />

que vino a esclavizar a todos. la academia no ambiciona lo superfluo<br />

que habrá de esclavizarla… 20<br />

el rumbo, clarificado, corresponde al incremento de secciones, mayor<br />

número de socios numerarios –académicos de prestigio las más de las veces–,<br />

pulimento de Reglamentos, celebración de jornadas anuales y mayor difusión<br />

del conocimiento básico en todos los ámbitos de nuestra nación. lo<br />

genérico trata de fincarse en el órgano de difusión que la representa, para<br />

todos conocido, la Gaceta Médica de México. atisba, selecciona, distribuye los<br />

avances y las incógnitas más conspicuos. el intercambio constante de sus<br />

mesas directivas desemboca en una corriente de dinamismo permanente.<br />

la segunda de las academias de mayor prestigio en nuestro medio,<br />

la mexicana de cirugía, tras nacer en el transcurso de 1933, da lustre a la<br />

rama de la medicina de quienes la practican. Pronto maneja la revista Cirugía<br />

y Cirujanos como órgano propio. crea el Premio nacional de medicina<br />

y desde 1967 vive al compás de la nacional de medicina en el mismo edificio-recinto<br />

del centro médico nacional. Valora los adelantos acelerados<br />

de la ciencia de la “habilidad manual” y pretende acercarse a las clases<br />

desprotegidas mediante campañas extramuros.<br />

como filial de la academia nacional de medicina, apuntamos única<br />

y muy brevemente a la sociedad mexicana de Historia y Filosofía de<br />

la medicina. Fundada en 1958 por los doctores ricardo Pérez gallardo,<br />

Francisco Fernández del castillo, Fernando martínez cortés y otros médicos<br />

de renombre, en forma ininterrumpida trata de desenmascarar los<br />

subterfugios de la ciencia hipocrática a través del tiempo. a últimas fechas<br />

por vez primera ha depositado sus riendas en manos femeninas, las de<br />

la doctora ana cecilia rodríguez de romo, capaz y emprendedora. Juan<br />

somolinos Palencia fue el alma que la mantuvo viva.<br />

20 enrique cárdenas de la peña, Historia de la medicina en la ciudad de México, p. 194.


144 enrique cárdenas de la peña<br />

en el texto que escribí hacia 1996 sobre El tramo de los grandes maestros,<br />

1926-1964, como fracción de una pretendida pero inédita actualización<br />

histórica de la academia nacional de medicina, hice constar que el espíritu<br />

de sus miembros desea superarse, corregir sus deficiencias, ingresar al<br />

círculo de la creatividad permanente. Tal doctrina no es sino la de coincidir<br />

con los preceptos añejos todavía vigentes, encarcelados por la sabiduría<br />

lógica de ignacio chávez:<br />

necesitamos crear nosotros mismos, hacer ciencia nosotros mismos, y<br />

no pasarnos repitiendo las verdades y los errores que nos legaron otros<br />

[…] en la ciencia, más que nada, no puede haber el mañana sin el ayer.<br />

Y si queremos vivir ese mañana, han de empezar algunos por hacerse el<br />

ayer, raíz, base y apoyo de los que han de venir […] si méxico ha de contar<br />

un día en el mundo del pensamiento, no ha de ser por la ciencia que<br />

importe y ni siquiera por la cultura que asimile; ha de ser por lo que produzca,<br />

por lo que cree, por el acento original que ponga en el concierto<br />

de las ideas. Y en ese esfuerzo por encontrarnos a nosotros mismos y de<br />

iniciar la tradición científica que nos falta, méxico está empeñado como<br />

en un lance de honor. 21<br />

Por desgracia, y sin pecar de pesimista puro, conllevo la impresión, el<br />

convencimiento íntimo tal vez demasiado estricto, de que nuestro academismo<br />

continúa enfrascado dentro del elitismo nato. nuestras academias<br />

no están acostumbradas –así también un sinnúmero de nuestros académicos–<br />

a recoger el fruto diario de sus observaciones hasta hacerlo llegar<br />

a las masas, los enfermos desprotegidos y las clases más menesterosas.<br />

Quizá el rodar de los años recicle el camino y la ciencia más pura, emanada<br />

de las inteligencias privilegiadas, dialogue con el verdaderamente pobre y<br />

el necesitado. el compromiso futuro es el de situarse mucho más cerca de<br />

los demás, del grueso de la población.<br />

21 Ibidem, p. 185.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 145<br />

enseñanZa e investigación<br />

si de enseñanza hemos de tratar, volvamos a situarnos en los hospitales<br />

que incorporan la carrera de médico de hospital y cuanto se conoce como<br />

educación continua: un eterno bregar por el oasis o la selva de cuanto a<br />

diario se descubre, modifica, o cimienta en la ciencia de la medicina. la enseñanza<br />

asociada a la educación, con el doble propósito de forjar hombres.<br />

distanciada la enseñanza de la educación si se toma en consideración que<br />

con la primera dirigimos con método adecuado el proceso de aprendizaje,<br />

enfocamos cuanto conocimiento y aptitud existen hacia el desarrollo de la<br />

personalidad del individuo, impulsamos los hábitos y actitudes que preparan<br />

al educando para ser moralmente consciente de los derechos y las obligaciones<br />

que sustenta como miembro de la sociedad, y así no simplemente<br />

lo instruimos, sino lo construimos en armónico desarrollo, mientras con la<br />

segunda de ellas reestructuramos la voluntad, tanto como la sensibilidad,<br />

robustecemos la dignidad de la persona e imbuimos la convicción del interés<br />

general en la sociedad y el respeto para profesar los ideales de igualdad<br />

de derechos de todos los hombres, logrando que cada quien se redescubra<br />

por sí propio. 22 en suma, el objetivo supremo al educar debe ser el de formar<br />

un espíritu útil para estar a la altura de cada ocasión; civilizar, en una<br />

palabra, despertando en todo ser la vocación multiforme de la vida.<br />

la enseñanza de la medicina recurre al traslado desde las aulas universitarias<br />

a los campos clínicos de las salas hospitalarias, con la citada<br />

enseñanza continua impartida por todos los centros educativos existentes.<br />

nuestras universidades se incorporan a los nosocomios. la carrera sin fin<br />

a la que nos lanza nuestra profesión nos impone, por una parte, la necesidad<br />

intelectual de saber, y por la otra, la necesidad moral de no privar a los<br />

enfermos de los beneficios novedosos de la ciencia: resulta tan agotadora,<br />

advertida con entera sinceridad, que a la vez que constituye un orgullo,<br />

aprisiona el grave peligro de nuestra ignorancia. empero, paradójico parece<br />

que no todos los médicos sientan la necesidad de renovar y profun-<br />

22 Jaime torres bodet, Trece mensajes educativos, en enrique cárdenas de la peña, Servicios médicos del Imss.<br />

Doctrina e historia, pp. 339-341.


146 enrique cárdenas de la peña<br />

dizar el conocimiento, de continuar la educación de por vida, quizá por<br />

sobreestimación de sí mismos en casos, y también, en otros, por pérdida<br />

de interés en el mejoramiento profesional. cuando el sostenimiento de la<br />

educación resulta un nuevo problema del médico del siglo xx, hay quien<br />

confiesa que<br />

son muchos los desalentados, los tristes de espíritu, para quienes el fluir<br />

de la ciencia los deja indiferentes, sabiendo que el agua de esa fuente<br />

no será para ellos, sobre todo porque no tienen sed. igual que no son<br />

pocos los que quisieran saber más, pero no se atreven a volver a las aulas,<br />

temerosos de pasar por ignorantes. Temen relajarse en su categoría<br />

profesional recibiendo lecciones de otros y se escudan, para explicar su<br />

inmovilismo, en obligaciones profesionales, en la esclavitud del trabajo<br />

diario o en limitaciones económicas. 23<br />

naturalmente, la enseñanza es de cada quien para cada quien. si enseñar<br />

todo o aprender todo es imposible, no queda sino seleccionar lo fundamental.<br />

Preferentemente, mostrar al joven a estudiar y a desarrollar el gusto por<br />

aprender, y al hombre maduro a no quedar atrás, conservando o supliendo<br />

el conocimiento, según se haga imprescindible. las escuelas de medicina<br />

están estructuradas a partir de sus planes de trabajo y programas especiales.<br />

Para nuestro infortunio, la huelga última de la máxima casa de estudios y el<br />

sesgo político extrainstitucional del conflicto han dejado lesionados muy en<br />

serio los destinos futuros de infinidad de vocaciones esperanzadas.<br />

además, el científico no sólo necesita saber su medicina, sino que en<br />

forma indispensable precisa compendiar e integrarse al resto del conocimiento<br />

universal. eternizadas nos parecen las recomendaciones de un<br />

sabio maestro:<br />

el hombre de ciencia que sólo es hombre de ciencia, como el profesional<br />

que sólo conoce su profesión, puede ser infinitamente útil en su<br />

disciplina, pero si no tiene ideas generales más allá de su disciplina, se<br />

convertirá irremisiblemente en un monstruo de engreimiento y de sus-<br />

23 ignacio cháveZ, Un nuevo problema del médico de hoy: el sostenimiento de su educación frente al ritmo acelerado de la<br />

medicina. Gaceta Médica de México, vol. xcvii, núm. 3, méxico, marzo de 1967.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 147<br />

ceptibilidad. creerá que su obra es el centro del universo y perderá el<br />

contacto generoso con la verdad ajena; y más aún con el ajeno error,<br />

que es el que más enseña si lo sabemos acoger con gesto de humildad.<br />

Y para que no ocurra así es menester el alivio de una vena permanente<br />

y fresca de preocupación universal. He aquí por qué, a la larga, la mente<br />

humanística, aunque parece dispersa, tiene mucha mayor capacidad de<br />

penetración que la mente radicalmente especializada […] el humanismo<br />

se parece por fuera, sólo por fuera, al enciclopedismo, mas sólo los cortos<br />

de vista los pueden confundir. no sólo no son la misma cosa, sino<br />

que en cierto sentido son cosas contrarias. lo son en el sentido más profundo<br />

y definidor de las dos actitudes. el enciclopedista quiere dar una<br />

apariencia de sabiduría a la multitud de sus datos. al humanista, su saber,<br />

cuanto más vasto, más radicalmente lo lleva a una conclusión humilde,<br />

pero llena de comprensiva ternura, de su sabiduría y de la de los demás.<br />

mide el enciclopedista su saber por el número de cosas que conoce. al<br />

humanista no le importa saber mucho, sino sólo las cosas esenciales para<br />

comprender lo que no puede saberse. el enciclopedista huele a catedrático<br />

y el humanista a maestro. 24<br />

sólo de soslayo hacemos hincapié en que la investigación sufre daños<br />

irreparables en multitud de ocasiones, porque en principio no es sino el<br />

proceso sistemático e intensivo dirigido hacia un conocimiento científico<br />

más completo, más íntegro de la motivación estudiada. si para santiago<br />

ramón y cajal todo investigador, además de poseer constante curiosidad<br />

intelectual, debe gozar de regular entendimiento, de no despreciable imaginación,<br />

y sobre todo de esa armónica ponderación de facultades que<br />

vale más que el talento brillante, pero irregular y desequilibrado, 25 para<br />

Walter Álvarez<br />

cualquier médico que conserva la curiosidad acerca de los fenómenos<br />

que observa; que no queda satisfecho con aquellas explicaciones que<br />

no son convincentes; que persiste en hacer indagaciones científicas sobre<br />

sus pacientes y sus familiares; que no pierde de vista a sus enfermos,<br />

hasta saber qué sucede con su padecimiento; que hace anotaciones<br />

24 ismael cosío villegas, Discurso en la toma de posesión como presidente de la Academia Nacional de Medicina, 8 de<br />

marzo de 1961.<br />

25 cita en enrique cárdenas de la peña, Servicios médicos del Imss. Doctrina e historia, p. 392.


148 enrique cárdenas de la peña<br />

adecuadas; y que de tiempo en tiempo describe sus hallazgos en forma<br />

apropiada, es capaz de llevar a cabo investigaciones no sólo útiles sino<br />

muy necesarias para el progreso de la medicina. 26<br />

Y rené dubos, en Los sueños de la razón, cataloga a la ciencia, incluida<br />

allí la investigación, como una revelación que amplía la conciencia, aguzando<br />

y extendiendo las percepciones directas. 27 no queremos pensar<br />

–porque no lo sabemos con certeza, pero adivinamos que la ruta desviada<br />

acarrea perjuicios insólitos– hacia dónde corre ahora nuestra investigación<br />

médica. mantengamos la esperanza de que los tropiezos habidos resulten<br />

subsanados, en tanto el optimismo nos invade.<br />

contribuciones<br />

imposible relatar cuanta contribución ha aportado la medicina mexicana<br />

durante el siglo xx a la ciencia universal. el libro así titulado, Contribuciones<br />

mexicanas al conocimiento médico, recopilado por Hugo aréchiga y<br />

Juan somolinos, y los artículos seriados de Fernando Quijano Pitman –a<br />

quienes rendimos pleitesía por su tesón y afán hacia la historia de la medicina<br />

nuestra– vierten un cúmulo de datos difícil de abreviar. a nuestro<br />

arbitrio, sentamos huella de cuanto más nos impresiona. Ya hay acento<br />

original en los estudios acerca de los cambios morfológicos de la citología<br />

vaginal advertidos por eliseo ramírez como precursor de la prueba<br />

hoy tan trillada del Papanicolau; o los estudios también sobre el mal del<br />

pinto que conducen a salvador gonzález Herrejón al descubrimiento del<br />

Treponema que lleva su nombre; y las pesquisas de Fernando latapí sobre<br />

los conceptos de la lepra; o la identificación de la Leishmania mexicana<br />

por Francisco Biagi como agente etiológico de la úlcera de los chicleros;<br />

más la técnica aportada por enrique staines y consuelo cárdenas en<br />

el tratamiento del empiema tuberculoso por medio de la estreptomicina;<br />

y los descubrimientos hematológicos en nuestro ambiente por luis<br />

26 Ibidem, p. 393.<br />

27 Ibidem, p. 398.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 149<br />

sánchez medal; acompañados todos ellos por la hidratación oral en las<br />

diarreas infantiles, preconizada por la escuela de Felipe mota, y otros<br />

logros realizados por el grupo médico del Hospital infantil de méxico,<br />

como el encuentro con la Escherichia coli Gómez por el equipo de Jorge<br />

olarte, o el estudio del raquitismo de silvestre Frenk y el hoy identificado<br />

como Kwashiorkor, desnutrición de tercer grado. sin olvidar en estos<br />

terrenos las pruebas angiográficas portales de Jorge Flores espinosa, o<br />

las más nombradas de alejandro celis acerca de la angiocardiografía por<br />

sondeo directo. luego, las frecuentes adquisiciones de don clemente robles,<br />

como su esplenectomía retrógrada o la intervención primera a nivel<br />

mundial de un absceso amibiano cerebral, pero más notable todavía la<br />

aplicación ya usual del prozicuantel como tratamiento de la neurocisticercosis.<br />

en el instituto nacional de cardiología, al menos las intervenciones<br />

cerradas intracardíacas por medio de catéteres, realizadas por<br />

Víctor rubio y rodolfo limón, y las pruebas de potencial intracavitario,<br />

las experiencias del metabolismo y degradación de la colágena, por ruy<br />

Pérez Tamayo, y la introducción del tratamiento de la cirrosis hepática<br />

por medio de colchicina, por marcos rojkind. en el área neumológica, las<br />

investigaciones minuciosas de moisés selman acerca de las neumopatías<br />

intersticiales difusas, y la práctica de la doctora rocío chapela relativa a<br />

la alveolitis alérgica extrínseca. agregados: luis mazzotti y su reacción<br />

como respuesta alérgica para diagnosticar la infección por microfilarias<br />

de Onchocerca volvulus, y el uso del hetrazón para destruirlas, o donato<br />

alarcón segovia y sus aportaciones a la reumatología. en fin, la investigación<br />

sobre el trasplante adrenocerebral en la enfermedad de Parkinson,<br />

de los doctores ignacio madrazo y rené drucker colín, o los ya clásicos<br />

experimentos, muy anteriores por cierto, de manuel uribe Troncoso sobre<br />

la producción de humor acuoso, responsable de mantener la presión<br />

intraocular y la teoría mecanicista de la formación del glaucoma, más las<br />

observaciones de principios de siglo de alfonso g. alarcón en relación<br />

a la dispepsia transitoria del lactante, y el uso rutinario desde 1943 de la<br />

prueba de determinación de bilirrubina en el suero, reconocida como de<br />

sepúlveda-osterberg. Tenemos la certeza de que olvidamos mucho; pero<br />

no resulta conveniente extendernos más.


150 enrique cárdenas de la peña<br />

tecnología y humanismo<br />

la tecnología podría definirse como el estudio sistemático de los artificios<br />

empleados por el hombre –animal hacedor de útiles según Benjamin<br />

Franklin– para obtener objetos necesarios. y el humanismo, en forma por<br />

demás simplista, como la tentativa coherente para elaborar una concepción<br />

del mundo cuyo centro resulte el hombre mismo. Tal parece como si<br />

hoy en día el avance de la tecnología, abrumador sin lugar a dudas, fuese<br />

oponiéndose al desenvolvimiento de un espíritu humano más congruente.<br />

Ya la medicina, absorbida por la tecnología, discurre por senderos intrincados.<br />

muchos así sus caminos, llámense cibernética, biología molecular,<br />

medicina espacial, medicina nuclear, genética, cirugía endoscópica y, mucho<br />

más allá, clonación, inteligencia artificial, genes de tal inteligencia y<br />

hasta experimentación a control remoto de una cirugía por medio de robots.<br />

Vamos aproximándonos, o estamos ya, dentro de cuanto Horacio<br />

Jinich rotula como el “médico roto”, donde quien ejercita la medicina<br />

actual enraíza una dicotomía quizá vergonzosa: la del sentido humano,<br />

empapado en bondad, conciencia, caridad al prójimo y responsabilidad, y<br />

la contrapuesta, muy común como vertiente alejada, ajena al humanismo y<br />

hasta sucia, del materialismo invasivo de la profesión. cuando la tecnología<br />

rotura al médico, Jinich la registra como<br />

adiós a la individualidad, a la autonomía, a la originalidad, a la imaginación<br />

y a todo detalle de genio.<br />

el médico ejercitante llega a ser un apéndice de la maquinaria y ésta,<br />

como motor ávido de enriquecimiento, como único objetivo pretende reunir<br />

dinero. Ya el médico, en un gran número de veces, es sólo un técnico<br />

de la medicina. rota la relación médico-paciente, tal parece que nos estamos<br />

rompiendo nosotros mismos. no avanzamos en la apreciación de la<br />

vida: el hombre, disgregado y enajenado de la naturaleza, rotos sus valores<br />

y víctima de un desamparo espiritual, transita dentro de un consumismo<br />

material, inagotable y caótico. su clima es de desencanto, desilusión, apatía<br />

y desengaño.


juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo xx 151<br />

creo sinceramente que hemos de volver atrás, mediante la capacitación<br />

del médico hacia cualidades sobresalientes, si se quiere características<br />

tales como:<br />

1. una manifiesta inclinación hacia todo lo vivo y cuanto crece, y más<br />

hacia quien es prácticamente nuestra imagen;<br />

2. el arraigo hacia la identidad e integridad, y la persecución del trascender<br />

del yo hasta concentrarse en el sí mismo, mediante la pretensión<br />

del ser más que del tener ;<br />

3. el ideal de que ese sí mismo se empape de los valores tradicionales, y<br />

así el amor, la ternura, la generosidad, la seguridad, la responsabilidad<br />

y la libertad dominen o se adueñen del espíritu y de dispersen<br />

hacia quienes se apoyan en nosotros mismos;<br />

4. la posesión de un sano juicio crítico como calidad fundamental;<br />

5. el saber por qué actuamos, y no solamente cómo;<br />

6. el asomo a todos los campos y, a la vez, la concientización de nuestras<br />

limitaciones;<br />

7. el impregnar la vida de ciencia y de cultura, y<br />

8. el injerto de tales posibilidades como un humanismo aplicable a<br />

los demás.<br />

Bien vale la pena estar ciertos de que<br />

quienes estamos asistiendo a los cambios, vemos también con gozo los<br />

avances, pero empezamos a mirar con angustia lo que podría ser la medicina<br />

del mañana, el día en que las investigaciones que están en fragua<br />

arrojen su respuesta. como en los sueños de los alquimistas, no sabríamos<br />

qué hacer con una medicina así, transmutada y deshumanizada,<br />

convertida en piedra filosofal. 28<br />

la tecnología devastadora del futuro horroriza cuando sospechamos<br />

la destrucción de la evolución humana. la marea “robotizante” casi deificada<br />

del mañana, en lo personal, preocupa y aterra porque destruye apa-<br />

28 ignacio cháveZ, Grandeza y miseria de la especialización médica. Aspiración a un nuevo humanismo, iii congreso<br />

mundial de cardiología celebrado en Bruselas, septiembre de 1958.


152 enrique cárdenas de la peña<br />

rente o realmente un encadenamiento del cosmos que hemos figurado<br />

permanentemente. Perpleja, la mente no alcanza a vencer el pavor y la<br />

zozobra de un caos inclinado hacia la despersonalización del ser en sus<br />

proyecciones tanto físicas cuanto morales y espirituales. ¿Qué se espera<br />

de la rotura de la medicina dentro de todos los avances si no se ambiciona<br />

un deslizamiento hacia la perfección integral del hombre? rodamos con el<br />

temor lacerante de advertir cómo se deshumaniza la ciencia médica, cómo<br />

no cuenta la perspectiva de enderezar el rumbo hacia una meta de acercamiento<br />

interpersonal donde el humanismo prevalezca en el siglo xxi.<br />

más allá, empero, dentro del resquicio de la tradición histórica, navega un<br />

hálito de esperanza. ¿no es la sustancia la misma, la sustancia eterna del<br />

hombre, hecha de tal esperanza y de temor? Todo hombre que vive hoy<br />

está desgarrado por el destino dramático de nuestro tiempo. el siglo naciente<br />

obligadamente tiene que revertir hacia el humanismo, olvidándose<br />

una pizca o mucho de la tecnología.<br />

me pregunto ahora ante todos ustedes: ¿esta vida de progreso tecnológico<br />

que estamos viviendo será factor determinante para proporcionar<br />

mayor felicidad al hombre?


eVolución de la PrÁcTica médica en méxico<br />

duranTe el siglo xx<br />

[153]<br />

ruy péreZ tamayo<br />

He dividido lo que sigue en tres secciones: 1) la medicina en méxico desde<br />

los principios del siglo xx hasta una década después de la revolución, o<br />

sea hasta fines de los años treinta; 2) las principales transformaciones de la<br />

profesión en nuestro país en el resto del siglo; y 3) los principales problemas<br />

a los que se enfrenta la medicina mexicana al iniciarse un nuevo siglo<br />

y un nuevo milenio.<br />

i. la medicina en méxico en las primeras tres décadas<br />

del siglo xx<br />

como el resto de los países latinoamericanos, y también en buena parte<br />

del mundo occidental, la medicina de principios de siglo en méxico provenía<br />

de europa, y en especial de Francia. durante la primera mitad del siglo<br />

xix la medicina francesa prevaleció en las distintas naciones europeas y su<br />

influencia atravesó el océano, enseñoreándose de la teoría y de la práctica<br />

de la profesión en toda américa. en esos tiempos, tanto los médicos europeos<br />

como los del nuevo mundo no se consideraban propiamente educados<br />

en el arte de Hipócrates sin haber realizado por lo menos una estancia<br />

en los hospitales de París, siguiendo las clínicas de los grandes maestros<br />

franceses. a pesar de que el centro europeo de la medicina científica se<br />

mudó de Francia a alemania en la segunda mitad del siglo xix, la tradición<br />

médica latinoamericana siguió nutriéndose en ese lapso principalmente de<br />

fuentes francesas; todavía en 1943, escuché decir a uno de mis primeros<br />

profesores en la escuela de medicina: “Las ciencias médicas ayer fueron alemanas<br />

y hoy ya son norteamericanas, pero la clínica francesa es inmortal…”


154 ruy péreZ tamayo<br />

esta preferencia por lo proveniente de Francia no se limitaba a la medicina:<br />

en méxico, buena parte de la cultura del siglo xix estuvo dominada<br />

por las costumbres francesas, como resalta cuando se revisan aspectos tan<br />

disímbolos como la literatura, el habla o la moda femenina de esa época.<br />

las personas educadas hablaban francés como boulevardières, los libros que<br />

se leían y comentaban en sociedad eran los del éxito parisino del momento,<br />

las nanas de los niños ricos eran mademoiselles, y el saludo de los<br />

caballeros a las damas elegantes incluía el beso de mano. naturalmente,<br />

tal comportamiento estaba limitado a un sector bien definido de la sociedad,<br />

el de la clase aristocrática y pudiente, a la que poco a poco se fue<br />

agregando la clase política durante los treinta años del porfiriato. Buena<br />

parte de los médicos provenían de familias acomodadas, que podían sostener<br />

a aquellos de sus miembros que se interesaban en estudiar medicina;<br />

después de todo, para hacerlo era necesario saber leer y escribir, lo que<br />

se aprendía en la escuela, a la que convenía asistir con zapatos y después<br />

de haber desayunado, lo que no era accesible a la inmensa mayoría de los<br />

mexicanos en esos tiempos.<br />

en 1905 se inauguró el Hospital general (en una ceremonia en la que<br />

amado nervo leyó unos versos abominables pero que fueron muy festejados),<br />

construido siguiendo los modelos de los nosocomios franceses (el<br />

Hotel dieu, el Hospital de la salpetrière, el Hospital necker) a pesar de<br />

que éstos tenían ya siglos de haberse erigido y de haber demostrado sus<br />

terribles deficiencias.<br />

sin embargo, esta influencia prevalente de la medicina francesa en<br />

méxico a principios del siglo xx cambió de manera radical y en un lapso<br />

muy breve (considerando que había dominado el campo médico del país<br />

por más de un siglo) debido a dos circunstancias independientes, pero que<br />

ocurrieron en tiempos simultáneos: la revolución mexicana y la primera<br />

guerra mundial.<br />

1) la revolución mexicana, iniciada por madero en 1910, acarreó<br />

cambios radicales e irreversibles en el país en los órdenes cultural, social,<br />

político y económico. Para el interés de estas líneas baste resaltar que<br />

desarticuló, de manera grave y a la postre irreversible, nuestra relación<br />

de dependencia con la cultura europea, y especialmente de la francesa,


evolución de la práctica médica en méxico durante el siglo xx 155<br />

sustituyéndola al principio de manera burda y sin dirección definida por<br />

un nacionalismo tan estridente como artificial, que poco a poco ha ido<br />

adquiriendo bases más sólidas y menos demagógicas. además, al precio<br />

de un millón de muertos, la revolución inició la apertura a la movilidad en<br />

la escala social de varias (no de todas) clases de ciudadanos que hasta ese<br />

momento no tenían ni siquiera puerta para soñarlo, aunque ésta estuviera<br />

cerrada a piedra y lodo. Por lo menos en teoría (llevada a la práctica, hasta<br />

donde se pudo en ese momento, por lázaro cárdenas) el triunfo de la<br />

revolución estableció que cualquier mexicano que lo deseara podría ser<br />

cualquier cosa, hasta médico.<br />

naturalmente, los problemas culturales y económicos para lograr este<br />

desiderátum no desaparecieron (ni entonces ni ahora), pero sí los de oportunidad<br />

y los planteados por la existencia de “castas” sociales, porque hoy<br />

el hijo de un violinista fracasado o de un mozo de laboratorio pueden ser<br />

un profesor emérito en la Facultad de medicina de la unam o un médico<br />

cirujano especialista en el imss, respectivamente, para citar sólo dos casos<br />

que conozco de cerca.<br />

2) la primera guerra mundial, que terminó con la derrota de alemania<br />

en 1918, aceleró un fenómeno que ya se había iniciado en la medicina occidental<br />

desde principios del siglo xx, que se hizo todavía más aparente en el<br />

periodo transcurrido entre las dos grandes guerras europeas de este siglo,<br />

y que culminó y se ha hecho dominante en la segunda mitad del siglo xx,<br />

a partir del final de la segunda guerra mundial, en 1945. este fenómeno es<br />

la transferencia del centro mundial de la medicina occidental de europa<br />

a los estados unidos de américa. las dos catástrofes bélicas europeas<br />

de este siglo interfirieron con el desarrollo de la ciencia médica no sólo<br />

sacrificando en los campos de batalla a varias generaciones de jóvenes<br />

(médicos ya, o que nunca pudieron serlo), sino que además ahuyentaron<br />

de sus lares a los científicos ya formados, que emigraron en busca de paz y<br />

medios de trabajo. esta diáspora fue reforzada por la política antisemita de<br />

Hitler, mussolini, Franco y otras bestias históricas semejantes, a los que los<br />

estados unidos deberían construirles monumentos de gratitud (secretos,<br />

naturalmente), porque contribuyeron a transformar a ese país en el centro<br />

indiscutible de la medicina científica en el mundo contemporáneo.


156 ruy péreZ tamayo<br />

en resumen, el primer tercio del siglo xx de la medicina mexicana se<br />

caracteriza por la pérdida progresiva de su dependencia total del patrón<br />

europeo (predominantemente francés), que la definió durante todo el siglo<br />

xx, y por los inicios de la adopción de una nueva filosofía, de nuevos conceptos<br />

sobre la teoría y la práctica de la medicina: los del nuevo líder de la<br />

medicina científica mundial, los estados unidos.<br />

ii. las transformaciones de la medicina en méxico<br />

en el siglo xx<br />

cuando se restableció la paz social en nuestro país, al término de la revolución,<br />

la mayor parte de los médicos ejercían la medicina general. el título<br />

que se obtenía al terminar de estudiar la carrera era el de médico, cirujano<br />

y partero, lo que reflejaba la realidad de sus actividades, porque eso era lo<br />

que hacían la inmensa mayoría de los médicos mexicanos. la atención al<br />

pueblo en general, que no contaba con recursos para pagar la medicina<br />

privada (no más del 10 por ciento de los mexicanos podían hacerlo), era<br />

responsabilidad del departamento de salud, que pronto se convirtió en<br />

la secretaría de salubridad y asistencia. en distintas entidades federativas<br />

había hospitales y consultorios gratuitos, pero la cobertura asistencial no<br />

llegaba al 20 por ciento de la población, de manera que el 70 por ciento<br />

restante seguía buscando ayuda para sus problemas de salud en curanderos<br />

y comadronas, como lo había hecho tradicionalmente.<br />

cuando se compara la estructura disponible con la que existe hoy, 70<br />

años después, las diferencias son tan amplias y tan profundas que parecen<br />

referirse a profesiones distintas. Pero para usos descriptivos (y arriesgando<br />

un exceso de simplificación) es posible enfocarlas en las siguientes cuatro<br />

transformaciones: 1) de especialización, 2) tecnológica, 3) social, y 4)<br />

económica. al mismo tiempo que la estructura de la práctica médica se<br />

ha transformado, han ocurrido otros dos cambios en nuestro país que la<br />

afectan profundamente, que son: 5) el crecimiento demográfico, con su<br />

consecuente cambio en la población, que pasó de ser predominantemente<br />

rural a concentrarse en las urbes, y 6) la transición epidemiológica.


evolución de la práctica médica en méxico durante el siglo xx 157<br />

La especialización médica<br />

algunas especialidades son tan antiguas como la medicina, por ejemplo la<br />

oftalmología y la obstetricia, y durante siglos los médicos se abstuvieron<br />

de practicar la cirugía (la poca que podía hacerse), que estaba en manos<br />

de los barberos y los charlatanes. Pero a lo largo de la historia el médico<br />

atendía igual a niños, mujeres y hombres, cualesquiera que fueran sus<br />

necesidades de ayuda (incluyendo ojos y partos), ejerciendo la medicina<br />

general. no fue sino a fines del siglo xix y principios del xx que en el<br />

mundo occidental empezaron a reforzarse las antiguas especialidades en la<br />

práctica médica y a crearse otras nuevas, como resultado del crecimiento<br />

acelerado de los conocimientos científicos y de las habilidades que debían<br />

dominarse para ofrecer un servicio profesional óptimo a los pacientes. las<br />

especialidades en medicina llegaron a méxico desde principios del siglo<br />

xx, pero su establecimiento definitivo ocurrió en la década de los treinta,<br />

gracias a un grupo de eminentes médicos mexicanos a los que se consideraba<br />

como los fundadores de la medicina moderna de nuestro país:<br />

alfonso g. alarcón (quien fue mi pediatra a fines de los veinte) y Federico<br />

gómez, en pediatría; aquilino Villanueva y raúl Pesqueira, en urología;<br />

ismael cosío Villegas y alejandro celis, en neumología; ignacio chávez y<br />

demetrio sodi Pallares, en cardiología; alfonso millán y guillermo montaño,<br />

en cancerología; clemente robles, en cirugía cardiovascular y neurocirugía;<br />

Fernando ortiz monasterio y alfonso serrano, en cirugía plástica<br />

y reconstructiva; leopoldo salazar Viniegra y ramón de la Fuente, en<br />

psiquiatría; carlos coqui y narno dorbecker, en radiología; magín Puig<br />

solanes, en oftalmología; Francisco millán y salvador Zubirán, en nutrición<br />

y endocrinología; guillermo soberón y manuel martínez Báez, en<br />

parasitología y salud pública; abraham ayala gonzález y raoul Fournier,<br />

en gastroenterología, etcétera. casi todos ellos fueron mis maestros en la<br />

escuela de medicina de la unam en la década de los cuarenta, y también<br />

tuve el privilegio de que, en años ulteriores, algunos fueran mis amigos.<br />

la especialización médica trajo consigo un cambio en el ejercicio de la<br />

profesión, que hoy se conoce como la práctica del grupo médico. en los<br />

tiempos del médico general, el paciente era atendido por un solo doctor,


158 ruy péreZ tamayo<br />

generalmente elegido por el enfermo, que desde luego era el que veía a<br />

toda la familia; con la llegada de los especialistas, los casos difíciles eran<br />

enviados en consulta con el experto correspondiente, quien se encargaba<br />

de resolver el problema y regresar al paciente con su médico. este arreglo<br />

se sostuvo durante mucho tiempo (de hecho, todavía funciona en muchos<br />

sitios) y evolucionó con la integración de grupos médicos especializados<br />

en distintas áreas, como internistas, infectólogos, pediatras, ginecólogos,<br />

gastroenterólogos, cardiólogos, etcétera, que se encargan en conjunto de<br />

atender los distintos problemas que aquejan a sus enfermos.<br />

La tecnología<br />

Hasta principios del siglo xix los médicos sólo usaban sus cinco sentidos<br />

para obtener información sobre el estado físico de sus enfermos: además<br />

del diálogo con el paciente, el doctor lo inspeccionaba, lo palpaba, lo auscultaba,<br />

le tomaba el pulso, miraba y olía sus secreciones, y además apreciaba<br />

el ambiente en el que se encontraba, pero no tenía otros medios para<br />

ampliar la información recabada. la tecnología diagnóstica se inició en<br />

forma muy modesta pocos años antes de 1819, cuando laennec enrolló<br />

unas hojas de papel en forma de un cilindro y puso uno de los extremos<br />

en el tórax de una paciente obesa, y el otro extremo en su oído, para escuchar<br />

mejor los ruidos cardiacos. a partir de esa fecha (en que se publicó<br />

la primera edición de su famoso libro Traité de l’auscultation médiate), al estetoscopio<br />

se sumaron un número creciente de instrumentos para facilitar<br />

la exploración física del cuerpo humano: oftalmoscopio, laringoscopio, esfigmomanómetro<br />

y baumanómetro, espirómetro, termómetro, electrocardiógrafo,<br />

gastroscopio, broncoscopio y otras técnicas de endoscopía, etcétera.<br />

en 1895 se descubrieron los rayos x, que muy pronto dieron origen<br />

a las radiografías y al fluoroscopio, y que con los años se han enriquecido<br />

con la tomografía, la angiocardiografía, la ecosonografía, la tomografía<br />

axial computada, la resonancia magnética nuclear, la tomografía por emisión<br />

de positrones, etcétera. en el siglo xx la tecnología diagnóstica se enriqueció<br />

con los estudios de laboratorio clínico y de pruebas funcionales,


evolución de la práctica médica en méxico durante el siglo xx 159<br />

que con la automatización logran realizar toda una batería de exámenes<br />

usando un mínimo de muestra. la tecnología transformó por completo a<br />

la medicina, y es indudable que comparando lo que la profesión era antes<br />

de la invención del estetoscopio con lo que es ahora, dicha tecnología debe<br />

considerarse como una bendición.<br />

La medicina social<br />

desde sus inicios y hasta principios del siglo xi, la medicina fue una actividad<br />

preferentemente privada, que se ejercía en el consultorio del médico<br />

o en la casa del enfermo; la palabra “clínica” proviene de la voz griega<br />

kliné, que significa “cama”, lo que indica la frecuencia con que el médico<br />

acudía al domicilio del enfermo y lo atendía mientras éste estaba acostado<br />

en su cama. esta tradición empezó a modificarse con el surgimiento de los<br />

primeros hospitales, que al principio eran más bien asilos para peregrinos<br />

y gente pobre que se encontraban en camino y no tenían dónde dormir,<br />

atendidos por religiosos que de este modo cumplían con el mandato de<br />

la caridad cristiana. Pronto los asilados empezaron a incluir enfermos sin<br />

recursos, que no podían darse el lujo de hacerse ver por un medicus en sus<br />

casas porque no tenían dinero ni casa para hacerlo, y llegaban al asilo en<br />

busca de un lecho, comida y alivio para sus sufrimientos. no fue sino hasta<br />

el siglo xvii cuando, junto con las ciudades, los hospitales empezaron<br />

a crecer, tanto en tamaño como en número, aumentando el sector de la<br />

población al que daban servicio hasta alcanzar cifras significativas, con lo<br />

que se inició la época de la medicina de hospital. a fines del siglo xviii<br />

funcionaban 48 hospitales en la ciudad de París, en los que se atendía a 20<br />

mil 341 personas (gracias a la regla de no admitir a más de cinco pacientes<br />

por cama), y en esa misma época ya existían la charité en Berlín, el allgemeine<br />

Krankenhaus en Viena, los hospitales guy’s y st. Bartholomew en<br />

londres, y muchos otros más en otras capitales europeas.<br />

el crecimiento de las ciudades tuvo otra consecuencia social interesante,<br />

que fue el desarrollo de las uniones de varios tipos de trabajadores,<br />

como mineros, tejedores, sastres, boticarios, panaderos, obreros de


160 ruy péreZ tamayo<br />

distintas fábricas, etcétera. estas sociedades profesionales protegían los<br />

derechos y los intereses de sus miembros y también cuidaban de su salud,<br />

al principio sólo como parte del espíritu solidario y por caridad cristiana,<br />

pero poco a poco se fueron organizando de manera más definida, hasta<br />

conformar verdaderas sociedades mutualistas. este movimiento fue particularmente<br />

fuerte en alemania, en donde a partir del fracaso de la revolución<br />

de 1848 se establecieron cooperativas de carácter socialista, que se enfrentaron<br />

al canciller, el príncipe von Bismarck. éste dijo, en un discurso<br />

pronunciado en 1849: “La inseguridad social del trabajador es la causa de que sea<br />

un peligro para el estado.” durante toda su carrera, el príncipe von Bismarck<br />

trató de arrebatarle a los socialistas la bandera de la seguridad social, hasta<br />

que lo logró a partir de 1883, año en que se aprobó la primera ley del<br />

seguro en contra de accidentes del trabajo y de la enfermedad, que incluía<br />

atención maternal y funeraria, y que es la precursora de todas las leyes de<br />

seguridad social del mundo de occidente. una ley más, la de pensiones<br />

de retiro, se aprobó en 1889, mientras que la ley del seguro en contra del<br />

desempleo tuvo que esperar hasta 1927. con estas leyes el estado tomaba<br />

la iniciativa de proporcionar atención médica a todos los trabajadores<br />

organizados, por medio de una institución a la que también contribuyen<br />

empleadores y empleados. la salud adquirió carta de ciudadanía entre los<br />

derechos humanos y su cuidado ya no dependía de la caridad cristiana o de<br />

la solidaridad humana, sino era una función de la sociedad, administrada y<br />

subvencionada, en parte, por el estado.<br />

como los sistemas de seguridad social generan sus propios fondos, el<br />

problema no es tanto de financiamiento sino más bien de infraestructura<br />

y de recursos humanos. con el crecimiento demográfico general, aunado<br />

al aumento proporcionalmente mayor de la clase trabajadora, la demanda<br />

de seguridad social y de atención médica creció en proporciones casi<br />

geométricas. debido a este crecimiento, la capacidad de los sistemas de<br />

seguridad social para proporcionar servicios médicos se vio rebasada en<br />

todos los países, que empezaron a buscar distintas soluciones al problema,<br />

dando origen a las diversas variaciones de los sistemas nacionales de salud<br />

que hoy existen en varios países europeos como Francia, inglaterra, suiza,<br />

alemania o españa, dando origen también al que prevaleció durante 75


evolución de la práctica médica en méxico durante el siglo xx 161<br />

años en la unión soviética y que subsiste en cuba, y al que prevalece en<br />

los países en desarrollo como chile, costa rica o méxico. en cambio, a<br />

través de toda su historia, los estados unidos siempre rechazaron cualquier<br />

tipo de sistema nacional de salud.<br />

las instituciones de seguridad y servicios sociales se instalaron en<br />

méxico a partir de 1943, y en pocos años transformaron el ejercicio de<br />

la medicina en el país. aunque al principio fueron vistas con ojos poco<br />

caritativos por un buen número de médicos, en parte por la competencia<br />

que representaron para su práctica privada, poco a poco se fueron incorporando<br />

a ellas y muchos de estos doctores terminaron por cerrar sus<br />

consultorios. la cobertura continuó expandiéndose, de manera que a mediados<br />

de los años cincuenta la seguridad social ya atendía a un porcentaje<br />

significativo de la población asalariada del país, dejando al resto a cargo<br />

de la secretaría de salubridad y asistencia (con la excepción del siempre<br />

presente 10 por ciento que usa la medicina privada).<br />

Pero el crecimiento demográfico, junto con el aumento en las fuentes<br />

de trabajo generadas por la industrialización, se acompaña de una ampliación<br />

brusca del sector de la población derechohabiente que siempre sorprende<br />

a los planeadores de la seguridad social por su inesperado tamaño.<br />

eso es lo que sucedió en españa cuando se estableció la seguridad social,<br />

es lo que pasó en argentina y en chile en las épocas de Perón y allende,<br />

respectivamente, y lo que ocurrió en méxico a partir de la década de los<br />

sesenta. desde entonces, las salas de espera de los hospitales del imss,<br />

del issste y de otras instituciones similares están repletas de pacientes,<br />

hay colas en todas las ventanillas, los enfermos esperan semanas y hasta<br />

meses para ser internados y operados, los médicos deben ver veinte o más<br />

pacientes por día, los laboratorios y gabinetes están sobrecargados de trabajo<br />

y los reactivos y otros materiales son insuficientes: en los quirófanos<br />

escasean los guantes y el instrumental, y en las farmacias el abastecimiento<br />

de las medicinas es incompleto e insuficiente para cubrir la demanda del<br />

público. la administración está tan centralizada y es tan piramidal que las<br />

decisiones sobre cualquier asunto, importante o no, cuando finalmente<br />

llegan a su destino ya han dejado de ser relevantes. la atmósfera que prevalece<br />

es de desánimo, de crítica y de frustración, tanto entre el público


162 ruy péreZ tamayo<br />

como entre muchos miembros de la institución. no sorprende que con<br />

frecuencia se hable de la “deshumanización” de la medicina y de la pérdida<br />

de muchos de los aspectos positivos de la antigua relación médico-paciente,<br />

que simplemente ya no se da en el laberinto creado por la masificación<br />

y la centralización de los servicios proporcionados por las instituciones de<br />

seguridad social.<br />

La economía de la salud<br />

otra transformación de la medicina ocurrida en méxico en el siglo xx ha<br />

sido la económica. de la misma manera que las otras tres transformaciones<br />

ya mencionadas (la especialización, la tecnología y la medicina social), ésta<br />

tampoco es privativa de nuestro país, sino que se trata de un fenómeno general,<br />

que afecta en mayor o menor grado a todo el mundo de occidente.<br />

es curioso que a través de toda su historia, de más de 35 siglos, la medicina<br />

nunca fue cara, nunca estuvo ausente en las clases menos privilegiadas,<br />

aunque también es cierto que su presencia era especialmente notable entre<br />

los aristócratas, los nobles y los príncipes de la iglesia. la medicina empezó<br />

a transformarse en un artículo de lujo cuando dejó de ser un servicio y se<br />

convirtió en un negocio, o sea, cuando los empresarios descubrieron que<br />

la humanidad doliente es un mercado cautivo inmenso (de hecho, está formado<br />

potencialmente por toda la especie Homo sapiens), totalmente abierto<br />

a la explotación comercial. el origen de esta transformación es incierto,<br />

pero en méxico se hizo aparente en la década de los cincuenta, con el<br />

crecimiento progresivo en el uso de nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas,<br />

que además requerían la hospitalización de los pacientes, ya no<br />

sólo para su tratamiento sino también para realizarle diferentes estudios.<br />

las instituciones de seguridad social construyeron grandes hospitales para<br />

atender a las masas de asegurados y la iniciativa privada invadió el campo<br />

de la medicina hospitalaria, conservando intacto su interés primario en la<br />

multiplicación del capital invertido. los fabricantes y los distribuidores de<br />

los equipos y de las medicinas fijaron sus precios con base no en la mayor<br />

disponibilidad al público de sus productos sino en el máximo rendimiento


evolución de la práctica médica en méxico durante el siglo xx 163<br />

económico para sus accionistas. este proceso es lamentable en los países<br />

desarrollados, cuya economía se basa en la abundancia, pero en ellos era<br />

explicable porque su afluencia daba para eso y más (aunque ya no), pero<br />

su existencia en los países subdesarrollados no sólo es absurda sino suicida,<br />

porque su economía se basa en la pobreza y no poseen recursos para<br />

sustentarlo. sin embargo, en la segunda mitad del siglo xx la medicina en<br />

méxico se hizo cada vez más cara, al grado que las instituciones responsables<br />

de proporcionarla y la mayor parte de la población que la necesita, ya<br />

no están en condiciones de pagarla.<br />

iii. el futuro de la medicina en méxico<br />

si en 1950 (recién graduado de médico, cirujano y partero) alguien me hubiera<br />

pedido que describiera el estado de la medicina en mi país en el año<br />

2002, mis predicciones hubieran sido tan patéticamente absurdas como<br />

grotescamente equivocadas. es por ello que este comentario será breve.<br />

¿cuál es el futuro de la medicina en méxico? ¿estamos condenados a<br />

seguir el desarrollo comercial de la medicina de los países desarrollados, y<br />

sobre todo de los estados unidos? ¿de veras creemos que ése es el modelo<br />

de medicina que nos conviene a los países pobres? su tecnología es<br />

fabulosa, ha transformado a la medicina en una ciencia de creciente efectividad<br />

y le promete todavía mayores avances en el futuro. Pero tiene problemas<br />

muy graves de accesibilidad para la mayor parte de la población.<br />

aunque en teoría deberían haberse evitado por medio de la seguridad social,<br />

en la práctica eso no ocurre. estos problemas resultan de la combinación<br />

de dos factores ya mencionados: el crecimiento en la demanda de<br />

asistencia médica y el elevado costo de los servicios. la estructura actual<br />

de los sistemas de atención médica para los distintos sectores de la población<br />

del país no ha podido evitar la crisis de la práctica de la medicina en<br />

el siglo xx; más bien, parece haber coadyuvado a precipitarla, a sostenerla<br />

y a empeorarla. Parece indispensable realizar un análisis objetivo y crítico<br />

de los sistemas asistencial, social y privado existentes de atención a la salud,<br />

identificar los errores y los defectos presentes en cada uno de ellos y


164 ruy péreZ tamayo<br />

eliminarlos, sin temer que al final el análisis mencionado sugiera la necesidad<br />

de cambiarlos por completo por otros menos viciados y con mejores<br />

posibilidades de desempeñar de manera eficiente y efectiva las funciones<br />

que les corresponden.<br />

de este análisis debería surgir también una legislación que regule y<br />

limite la comercialización de la medicina, desde luego sin interferir con<br />

el libre ejercicio de la profesión, de modo que detenga su transformación<br />

progresiva en un negocio para enriquecer a unos cuantos y le permita volver<br />

a ser un servicio para toda la sociedad.


introducción<br />

Poesía Y FilosoFía<br />

[165]<br />

mauricio beuchot<br />

la poesía ha tenido siempre un profundo vínculo con la filosofía. no se<br />

mezcla con ella, pero la ayuda, la acompaña, le brinda elementos y materiales<br />

para que los trabaje, para que los elabore, para que los haga filosóficos.<br />

algo que llama poderosamente la atención es la extraña universalidad que<br />

tiene la buena poesía, que es muy semejante a la que alcanza la filosofía. si<br />

encontramos un buen poema, aunque el poeta hable de sí mismo, es decir,<br />

de algo singular, nos vemos reflejados en ese poema como en un espejo, y<br />

nos alude a todos, alcanza una rara universalidad. Por eso la poesía sirve a<br />

la reflexión de la filosofía.<br />

atenderemos aquí a ese poder de universalización que tiene la poesía,<br />

el cual la acerca a la filosofía, la pone en su camino, y la hace útil para el conocimiento<br />

del hombre. Pues lo que en definitiva le interesa a la filosofía o<br />

al menos es lo que más le concierne es el hombre. Por eso la filosofía debe<br />

atender mucho a la poesía, fijarse en ella y sacar provecho de la filtración<br />

que hace de las emociones del hombre.<br />

poesía y universalidad<br />

decía aristóteles que la poesía es más filosófica que la historia. es decir, la<br />

poesía es más metafísica que la historia, porque la historia describe o narra<br />

lo particular contenido en lo universal, y la poesía en lo particular que expresa<br />

también muestra lo universal. la historia dice lo singular, individuos<br />

y acontecimientos; y la poesía dice lo universal, aun en lo particular o singular<br />

que expresa. la poesía tiene la capacidad de apresar en el individuo


166 mauricio beuchot<br />

lo universal, en la parte el todo, en el instante la eternidad. el icono es el<br />

signo que, visto el fragmento, nos remite al todo. en el fragmento nos<br />

muestra la totalidad. Y eso es lo que hace la poesía. más aún, en lo mismo<br />

fragmentario, en lo mismo concreto e individual, nos muestra lo universal.<br />

al hablar el poema de un personaje, de un acontecimiento, de una experiencia<br />

o pensamiento, los hace universales, los señala y resalta su aspecto<br />

universal, su aspecto válido para todos. lo universal está implícito en lo<br />

mismo singular, y la poesía lo subraya, lo destaca, lo muestra, lo explicita.<br />

casi parece el modo que proponía Kant para universalizar en ética: desde<br />

el individuo que eres, compórtate de tal manera que tu conducta se pueda<br />

erigir en ley de todos los hombres. de manera semejante, el poema hace<br />

universal a lo particular, hace universal la historia. es lo que da universalidad<br />

a la historicidad. es lo que da permanencia a lo vivo en el tiempo:<br />

hace que no muera.<br />

el poeta, al hacer universal lo histórico, lo temporal, es el que en verdad<br />

apunta al metafísico, que integra al tiempo en el ser, el ser y el tiempo.<br />

no un tiempo sin más, pues es el que lo hunde en la muerte, en la nada, el<br />

que lo condena al nihilismo. sino que la poesía es la que integra el tiempo<br />

al ser, pero para darle vida, para rescatar, no para disminuir, lo universal y<br />

trans-histórico o meta-histórico que se halla en él. incluso, el poeta ayuda<br />

al filósofo cuando necesita hacer ética, pues rescata de la historia el mal<br />

que ha sido hecho.<br />

esto es lo que reconoce Heidegger cuando, comentando la sentencia<br />

de Hölderlin que dice “mas lo permanente es fundación de los poetas”,<br />

aclara que es lo más profundo del pensar, por ser más original. Y más adelante,<br />

explica: “Poesía es fundamento y soporte de la Historia y por tanto<br />

no es tampoco una manifestación cultural y menos aún ‘expresión’ del<br />

‘alma de una cultura’ ”. 1 con ello indica algo muy semejante a lo de aristóteles:<br />

la poesía es más metafísica que la historia, por ser más universal.<br />

1 m. heidegger, Hölderlin y la esencia de la poesía, trad. J. d. garcía Bacca, méxico, ed. séneca, 1944,<br />

pp. 33 y 36.


poesía y filosofía 167<br />

la vela en la llama<br />

gaston Bachelard ha apresado esta capacidad que tiene la poesía de transmitir<br />

lo universal en lo mismo particular que expresa, cuando dice que “la<br />

poesía es una metafísica instantánea. ella debe dar, en un breve poema,<br />

una visión del universo y el secreto de un alma, un ser y cosas, todo a la<br />

vez”. 2 lo ve como un conjuntar los instantes del tiempo vital en un instante<br />

de tiempo distinto, un poco al modo como Borges ve que un instante<br />

puede contener todo el tiempo. Bachelard añade: “mientras que todas las<br />

otras experiencias metafísicas exigen interminables prólogos, la poesía se<br />

opone a los preámbulos, los principios, los métodos y las demostraciones.<br />

ella rechaza la duda”. 3 no es que carezca de argumentación; es que<br />

se da una argumentación compactada, reunida y sintetizada en una sola<br />

intuición persuasiva. lleva condensadas muchas argumentaciones, interminables<br />

quizá.<br />

la poesía transmuta sustancialmente el tiempo: “en todo verdadero<br />

poema se puede, entonces, encontrar elementos de un tiempo detenido,<br />

de un tiempo que no sigue la medida, de un tiempo que llamaremos vertical<br />

para distinguirlo del tiempo común que huye horizontalmente con<br />

el agua del río, con el viento que pasa. de ahí la paradoja que es preciso<br />

enunciar claramente: mientras que el tiempo de la prosodia es horizontal,<br />

el de la poesía es vertical”. 4 allí radica la diferencia entre la poesía y la prosa.<br />

de modo que se podría decir que la prosa es horizontal, sintagmática,<br />

mientras que la poesía es vertical, paradigmática. se lee en profundidad,<br />

verticalmente. “el objetivo es la verticalidad, la profundidad o la altura; el<br />

instante estabilizado o las simultaneidades prueban, ordenándose, que el<br />

instante poético tiene una perspectiva metafísica.” 5 Todo el mundo que<br />

la prosa despliega y extiende y explica, la poesía lo repliega, lo conjunta e<br />

implica: “el instante poético es pues necesariamente complejo: conmueve,<br />

2 g. bachelard, “instante poético e instante metafísico”, en idem, La llama de una vela, Puebla, méxico,<br />

uap, 1986, 2a. ed., p. 131.<br />

3 Ibidem.<br />

4 Ibid., p. 132.<br />

5 Ibid., pp. 132-133.


168 mauricio beuchot<br />

demuestra –invita, consuela–; es sorprendente y familiar. esencialmente,<br />

el instante poético es una relación armónica de dos contrarios”. 6<br />

es algo dialéctico, analógico, conjuntador en el límite, pero siempre<br />

sin perder las diferencias, la diferenciación; Bachelard dice que es un andrógino;<br />

pero ésa es la pérdida de la diferencia; por eso yo diría: es casi<br />

un andrógino. lo expresa así: “más instintivamente, la ambivalencia bien<br />

hecha se revela a través de su carácter temporal: en lugar del tiempo viril<br />

y valiente que se lanza y se rompe, en lugar del tiempo suave y sumiso<br />

que lamenta y llora, tenemos el instante andrógino. el misterio poético<br />

es un hecho andrógino”. 7 me parece que lo que Bachelard quiere resaltar<br />

es la condición de la poesía como no meramente esto o su contrario, es<br />

decir, no como algo unívoco ni algo equívoco, sino como algo analógico.<br />

Pero, como en mi visión de la analogía predomina la diferencia sobre la<br />

semejanza, por eso digo que es casi andrógino; a pesar de esa característica<br />

dual, siempre predomina algo que marca la diferencia. la diferencia debe<br />

ser defendida.<br />

Pero la idea es la confluencia de cosas distintas y hasta contrarias en el<br />

seno de una semejanza, nunca de una identidad perfecta. “un metafísico<br />

sensible encontrará así en el lamento sonriente la belleza formal de la desgracia.<br />

en función de la causalidad formal comprenderá el valor de desmaterialización<br />

en el que se reconoce el instante poético. es ésta una nueva<br />

prueba de que la causalidad formal se despliega en el interior del instante,<br />

en el sentido de un tiempo vertical, mientras que la causalidad eficiente lo<br />

hace en la vida y en las cosas, horizontalmente, uniendo los instantes de<br />

intensidades variadas.” 8 aquí Bachelard resalta una cosa que me parece<br />

esencial: el carácter inclinado a la causa formal que tiene la belleza. no es<br />

que sea puramente formal, en el sentido kantiano, de puramente estructural<br />

o trascendental, incluye necesariamente algo material, de contenido.<br />

Forma y materia, estructura y contenido, se tocan en el límite, se encuentran<br />

y se unen, sin confundirse.<br />

6 Ibid., p. 133.<br />

7 Ibid., p. 134.<br />

8 Ibid., p. 139.


poesía y filosofía 169<br />

es la captación del límite analógico, en el que las cosas se encuentran,<br />

un límite proporcional (esto es, proporcionado, por eso no se pierde la<br />

diferencia a pesar de la semejanza), en el que se dan las correspondencias<br />

entre ellas, como lo han visto muchos poetas tománticos y simbolistas.<br />

Bachelard lo ve en Baudelaire: “es además sorprendente que uno de los<br />

poetas que aprehendió de la manera más viva los instantes decisivos del<br />

ser sea el poeta de las correspondencias. la correspondencia bodeleriana no<br />

es, como se la muestra a menudo, una simple transposición de la que resultaría<br />

un código de analogías sensuales. es una suma del ser sensible en<br />

un solo instante”. 9 esa suma de lo sensible tiene que ser dada por lo inteligible,<br />

por el intelecto, que intuye las analogías.<br />

Hace además Bachelard una inferencia muy extraña, al parecer: “meditando<br />

por este camino, se llega de repente a la siguiente conclusión:<br />

toda moralidad es instantánea. el imperativo categórico de la moralidad nada<br />

tiene que ver con la duración. no se queda con ninguna causa sensible,<br />

no espera ninguna consecuencia. se mueve directa, verticalmente, en el<br />

tiempo de las formas y de las personas”. 10 es, como se ve, el instante lo<br />

que rebasa al tiempo; es decir, tras la búsqueda de integrar la historicidad<br />

en la metafísica, no desligar el tiempo del ser, motivo del título de su libro<br />

(Ser y tiempo), Heidegger encontró el instante que se arrebata del tiempo,<br />

donde el ser se vuelve perenne a pesar de la fragilidad de quien lo detiene,<br />

el cual es el poeta. es lo que encuentra en la época posterior a su célebre<br />

libro, en la etapa de la “vuelta” (Kehre), en la que encomienda la voz del ser<br />

a los poetas, a ellos los hace entrar en funciones de metafísicos en cierta<br />

manera inconscientes, o, por mejor decir, como guías de los metafísicos<br />

en ese tupido bosque que va más allá de la conciencia. es lo que de alguna<br />

manera expresa Bachelard en lo que sigue diciendo: “el poeta es entonces<br />

el guía natural del metafísico que quiere comprender todas las fuerzas de<br />

comunicación instantáneas, la fogosidad del sacrificio, sin dejarse dividir<br />

por la dualidad filosófica grosera del sujeto y del objeto, sin dejarse contener<br />

por el dualismo del egoísmo y del deber. el poeta anima una dialéctica<br />

9 Ibid., p. 140.<br />

10 Ibid., p. 141.


170 mauricio beuchot<br />

más sutil. él revela a la vez, en el mismo instante, la solidaridad de la forma<br />

y de la persona. Prueba que la forma es una persona y que la persona es<br />

una forma. la poesía se convierte así en un instante de la causa formal, un<br />

instante de la potencia personal”. 11 así, el poeta está más allá –como debe<br />

también estarlo el metafísico– de la dualidad subjetivismo-objetivismo, es<br />

decir, se sitúa más bien en su cruce, en el entrecruce del hombre y el mundo.<br />

allí donde se conectan y dejan de ser sólo lo uno o lo otro, para unirse<br />

por la analogía. Y vemos también una realidad muy grande: el poeta está<br />

más allá de lo subjetivo, y alcanza lo objetivo, o, si se prefiere, va más allá<br />

de lo individual y alcanza lo universal, porque explota un aspecto suyo<br />

que le da la potencia para hacerlo, a saber, su carácter de causa formal,<br />

paradigma o icono, el cual hace pasar insensiblemente de lo particular a lo<br />

general. es persona y forma a la vez; o, quizá, es forma por ser persona,<br />

llega a ser causa formal por ser causa eficiente individual de la manera más<br />

alta y plena, así se gana el ser ascendido a causa universal. Vemos cómo<br />

de lo particular pasamos a lo universal, con una conducción como la que<br />

ofrece el símbolo, ya que es a través del icono o paradigma, o causa formal<br />

ejemplar, como llegamos a la causa formal intrínseca, que nos conecta con<br />

el sentido del todo. Y es la poesía quien la hace, la que con su capacidad de<br />

salto y de ruptura nos hace acceder a una abstracción insospechada a partir<br />

de su individualidad más pura y buscada.<br />

el todo en la parte, lo universal en lo particular,<br />

o el texto en el contexto<br />

según gadamer, la metafísica y la poesía tienen algo en común, a saber,<br />

la especulación: “la enunciación poética es especulativa porque no copia<br />

una realidad que ya es, no reproduce el aspecto de la especie en el orden<br />

de la esencia, sino que representa el nuevo aspecto de un nuevo mundo en<br />

el medio imaginario de la invención poética”. 12 Puede llamar la atención el<br />

11 Ibidem.<br />

12 H.-g. gadamer, Verdad y método I, salamanca, sígueme, 1977, p. 563.


poesía y filosofía 171<br />

que se llame especulativa a la poesía, pero lo es justamente por la extraña<br />

universalización tan grande que alcanza con sus propias fuerzas.<br />

en gadamer se alían la metafísica de la luz y la metafísica del Verbo,<br />

esto es, del Verbo como luz, del lenguaje como revelador del ser. Y esta<br />

doctrina platónica de la belleza “acompaña a la historia de la metafísica<br />

aristotélico-escolástica como una especie de corriente subterránea, y que<br />

emerge de vez en cuando, como ocurre en la mística neoplatónica y cristiana<br />

y en el espiritualismo filosófico y teológico”. 13 es la idea del origen del<br />

ser como logos. Y del logos como Forma. es la idea de esplendor de la<br />

forma. ella es lo que, visto, agrada; pero también es lo que muestra el ser.<br />

muestra al ser agradando, lo vuelve significativo, humano.<br />

según insiste gadamer –aunque no con estas palabras–, la poesía,<br />

aun en su metaforicidad, tiene una fuerza metonímica que hace pasar a la<br />

universalización. ejerce una función simbólica de hacer pasar de lo sensible<br />

a lo conceptual, de lo concreto a lo abstracto, de lo particular a lo universal.<br />

es la fuerza de su iconicidad, como diría Peirce, es su capacidad de<br />

abducción, de llegar a lo universal partiendo de lo individual. así, comentando<br />

al poeta stefan george, dice el hermeneuta Hans-georg ga damer:<br />

“el Yo poético no es, como se suele creer, el Yo del poeta, sino, casi<br />

siempre, ese Yo común de cada uno de nosotros. ni siquiera los intérpretes<br />

de george, por no hablar de los de Hölderlin o rilke, parecen prestar<br />

la debida atención a la ambivalencia que se esconde en el poeta que dice<br />

Yo, y deberían escuchar mejor al propio george, ya que en ninguna parte<br />

‘como en este libro (somos) tú y yo la misma alma’. realmente Das Jahre<br />

der Seele tiene ese rasgo especial: en ninguna otra parte como en ese libro<br />

son el Yo y el Tú la misma alma. de ahí se desprende también que, para<br />

el poeta, en todos sus libros Yo y Tú son la misma cosa, y es eso lo que<br />

se ha de buscar en los versos en que el poeta habla del poeta”. 14 lo que<br />

dice el poeta es tan icónico, que abarca como en un modelo o icono todo<br />

lo referente a los demás, abarca a todos, como en un universal modélico,<br />

en un universal ejemplar.<br />

13 Ibid., pp. 580-581.<br />

14 H.-g. gadamer, Poema y diálogo, Barcelona, gedisa, 1993, p. 51.


172 mauricio beuchot<br />

más bien se trata, según el propio gadamer, como de un diálogo que<br />

se entabla entre el autor y el lector, y es ese diálogo el que hace encontrar<br />

la correspondencia, el acuerdo, con lo cual se logra la universalidad. 15 es<br />

esa capacidad de resonancia, de un diálogo llevado a lo explícito desde lo<br />

más hondo del alma, lo que hace que el poeta encuentre repercusión en<br />

los demás, en todos: “en ti, en mí, en la propia alma”. ésta es la universalidad<br />

poética, previa si se quiere, a la ontológica, pero preparatoria a ella,<br />

más aún, la lleva larvada en sí misma, de una manera que no encontramos<br />

siquiera en los estudios científicos. es como una especie de antropología<br />

que nos prepara para el nivel ontológico, y que nos ayuda a hacerlo significativo;<br />

al remitirse a ella, al fundarse en ella y regresar a ella, la ontología<br />

encuentra en la poesía una tierra de cultivo nada desdeñable.<br />

poesía e iconicidad, metáfora y metonimia<br />

la poesía da conocimiento precisamente por su carácter icónico, es decir,<br />

de signo que presenta una cualidad de aquello que representa. este carácter<br />

icónico de la poesía puede servir de lazo con la filosofía, dado que la<br />

iconicidad conecta la metáfora con la metonimia. en efecto, la iconicidad<br />

es una propiedad muy metonímica, ya que nos hace lanzar buenas hipótesis,<br />

hacer universalizaciones adecuadas. ello nos muestra que la poesía y la<br />

metafísica pueden embonar en lo que la metáfora tiene ya de carga metonímica,<br />

o potencial icónico, el cual se despliega a partir de ella conduciendo<br />

a cierto conocimiento universal y explicativo, cual es el que se necesita<br />

para la filosofía y concretamente para la ontología o metafísica.<br />

de hecho, dentro del marco conceptual de charles sanders Peirce, podemos<br />

decir que algo que habla de la pertenencia de la metáfora (una de las<br />

clases de la analogía) al icono es que, en literatura, lo icónico o primero es la<br />

lírica, la liricidad o el lirismo. dinda gorlée explica que “lo lírico crea en la<br />

mente del receptor imágenes icónicas que, en el caso de la poesía lírica, son<br />

viñetas compuestas. despliega todos sus efectos sensoriales –sonido, rit-<br />

15 Ibid., pp. 58-59.


poesía y filosofía 173<br />

mo, forma– simultáneamente, superpuestos, interpretándose, iluminándose<br />

y modificándose. la multiplicidad ‘salvaje’ del modo lírico es producto de<br />

combinaciones formales nuevas que a su vez producen significados nuevos.<br />

(en la poesía las principales novedades son de tipo léxico y en el orden de las<br />

palabras.) los significados del signo (subsigno, supersigno) de liricidad son<br />

conjeturas de escasa sustancia, propuestas personalizadas y siempre sustituibles<br />

por otras”. 16 esto significa que la abducción que conduce a la lírica es de<br />

tipo muy primario e icónico. interviene en ella en grado sumo la iconicidad<br />

o la analogicidad, por eso no requiere de conjeturas muy elaboradas. no<br />

está muy en la línea de lo necesario o de tipo ley, nomológico o nomotético,<br />

propio de la terceridad; ni siquiera se le exige estar en lo existente, referirse<br />

a lo real, en lo que ha de darse como actualidad. se cierne en el espacio de<br />

lo posible, y para ello basta con que sea imaginable, que iconice de manera<br />

metafórica a la realidad y se acerque a ella, que le sea semejante, que sea<br />

verosímil. Y nada más. sus argumentos reposan en la retórica y en la poética.<br />

continúa gorlée, diciendo: “Posiblemente pueden distinguirse tres tipos<br />

de liricidad. si la poesía lírica representa el primer grado de la primeridad<br />

–la primeridad más pura o, desde la perspectiva inversa, la terceridad más<br />

degenerada–, lo lírico puede también poseer un (rudimentario) hilo argumental<br />

que le presta carácter de segundo grado de primeridad. en la poesía,<br />

pero también en los textos publicitarios y en los de las canciones infantiles,<br />

pueden encontrarse ejemplos de ambos tipos de liricidad. existe además<br />

una primeridad más genuina y menos degenerada, la del signo verbal lírico<br />

que contiene un elemento de terceridad –es decir, de reflexión, crítica y/o<br />

ideología–, sin por eso dejar de apelar al puro sentimiento. esto ocurre en la<br />

poesía didáctica y, en general, en el arte verbal que enseña, pero de manera<br />

no-racional y no-conflictiva –según es practicado, por ejemplo, en cierta retórica<br />

religiosa y política”. 17 con ello vemos de manera más clara el carácter<br />

retórico y poético de la argumentación que se da en este ámbito.<br />

alguien que retoma mucho el estudio de Peirce, incluso en cuanto a<br />

la poesía, es roman Jakobson. él emprende el análisis de la poesía justa-<br />

16 d. l. gorlée, “Firstness, secondness, Thirdness, and cha(u)nciness”, en Semiotica, 65-1/2, 1987,<br />

p. 47.<br />

17 Ibidem.


174 mauricio beuchot<br />

mente desde la iconicidad. Para él, la iconicidad tiene los dos aspectos de<br />

metáfora y metonimia. Por eso aborda desde esta perspectiva el estudio de<br />

lo poético. Y, ya que metáfora y metonimia forman parte de la iconicidad<br />

o de la analogía, ambas nos ayudan a ver sendos aspectos en la metafísica.<br />

en la poesía predomina la metáfora, en la metafísica la metonimia. o, en<br />

todo caso, en la metafísica la metáfora se da en funciones de metonimia.<br />

Pues la metonimia es la que hace universalizar, abstraer, así sea hipotéticamente.<br />

es la que más realiza el papel abductivo, el que asume más desde<br />

dentro la iconicidad. dice Jakobson: “no es pura casualidad el que las<br />

estructuras metonímicas hayan sido menos exploradas que el campo de<br />

la metáfora. Permítaseme insistir en mi vieja observación de que el estudio<br />

de los tropos poéticos se ha centrado especialmente en la metáfora, y<br />

que la supuesta literatura realista, estrechamente vinculada con el principio<br />

metonímico, aún se resiste a la interpretación, por más que la misma metodología<br />

lingüística, de que se sirve la poética al analizar el estilo metafórico<br />

de la poesía romántica, es totalmente aplicable a la textura metonímica de<br />

la prosa realista”. 18 Veamos esto en la imagen.<br />

una imagen puede estar “en la línea fronteriza entre la metonimia y<br />

la sinécdoque”, 19 como en “orgulloso caballo” designando a un héroe que<br />

cabalga (está la parte por el todo, o el que lleva por aquel que es llevado).<br />

Y aun puede tratarse de una sinécdoque metafórica, como cuando se habla<br />

de que el héroe va con su amada. 20 así, en poesía la imagen tiene un<br />

lugar principal, y ella conecta la sinécdoque con la metáfora, pero también<br />

puede conectar la metáfora con la metonimia, que tanto participa de la<br />

sinécdoque. “en poesía no sólo la secuencia fonológica, sino asimismo<br />

cualquier secuencia de unidad semántica tienden a formar una ecuación.<br />

la similaridad sobrepuesta a la contigüidad confiere a la poesía su esencia<br />

enteramente simbólica, múltiple, polisemántica, bellamente sugerida<br />

por la frase de goethe ‘alles Vergängliche ist nur ein gleichnis’ (‘Todo lo<br />

que transcurre no es más que un símil’). dicho en términos más técnicos,<br />

18 r. jakobson, “lingüística y poética”, en su obra, Ensayos de lingüística general, méxico, origen-Planeta,<br />

1986, p. 389.<br />

19 Ibid., p. 381.<br />

20 cf. ibidem.


poesía y filosofía 175<br />

todo elemento secuencial es símil. en poesía, en la que la similaridad se<br />

sobrepone a la contigüidad, cualquier metonimia es ligeramente metafórica<br />

y toda metáfora tiene una tonalidad metonímica”. 21 estas palabras de<br />

Jakobson nos hacen darnos cuenta de que hay un punto (sobre todo en<br />

la poesía) en el que se tocan y se juntan metáfora y metonimia, es decir, la<br />

metáfora, que predomina en el ámbito de lo poético, está habitada por ingredientes<br />

metonímicos, no es ajena a esa pulsión icónica y abductiva que<br />

tiende hacia lo explicativo-filosófico, pero que tiene que ser ayudada por la<br />

filosofía para hacerlo, para educir su contenido metafísico.<br />

la metáfora no llega a prescindir de lo metonímico, como tampoco<br />

la poesía llega a abolir la referencia en aras del solo sentido. “la primacía<br />

de la función poética sobre la función referencial no elimina la referencia,<br />

pero la hace ambigua. al mensaje con doble sentido corresponden un<br />

destinador dividido, además de una referencia dividida, como claramente<br />

aparece en los preámbulos de los cuentos de varios pueblos, así por ejemplo<br />

en el exordio habitual de los narradores mallorquinos: ‘això era i no<br />

era’.” 22 esta persistencia de lo referencial en la metáfora determina la posibilidad<br />

de sacar un contenido objetivo, explicativo y universal por medio<br />

de la elaboración reflexiva, intelectiva y racional. ésta es la manera en que,<br />

a partir de la poesía, se puede construir en metafísica.<br />

lo apolíneo y lo dionisiaco<br />

la contraposición de nietzsche entre apolíneo y dionisiaco es justa. no es<br />

justo cuando dice que sócrates/Platón es apolíneo y negador de lo dionisiaco.<br />

Platón es uno de los hitos de ese ideal, que tuvo el propio nietzsche,<br />

de armonizar lo apolíneo y lo dionisiaco, las dos fuerzas. Pero, al armonizar<br />

fuerzas, se ejerce una acción de ponderación, de frónesis, y de proporción,<br />

de analogía. Y en la analogía predomina la diferencia. Por lo que en<br />

esa armonización habrá desniveles, claroscuros.<br />

21 Ibid., p. 382.<br />

22 Ibid., pp. 382-383.


176 mauricio beuchot<br />

Aquí es donde deben tocarse, intersecarse, la filosofía y la poesía. La<br />

filosofía puede representar aquí lo apolíneo, y la poesía lo dionisiaco. Si logramos<br />

conjuntar a las dos, lograremos conjuntar a aquéllas. No se puede<br />

confundir el hacer filosofía con el hacer poesía. Pero, curiosamente, en un<br />

principio, p. ej. en los presocráticos, poesía y ciencia concurrieron como<br />

partes de la filosofía. Y una y otra luchan por el predominio. A veces la<br />

filosofía es más científica, a veces más poética. ¿Cómo armonizarlas bien?<br />

¿Cómo darles su justa proporción? Significativamente, en la analogía la<br />

equivocidad predomina sobre la univocidad. Así, en una filosofía analógica<br />

tendría que predominar la poesía sobre la ciencia, la intensidad poética sobre<br />

el formalismo/verificacionismo del cauce científico. Esto se ve tanto<br />

en Leo Strauss como en A. McIntyre.<br />

Al querer conjuntar la filosofía y la poesía, se puede uno preguntar:<br />

¿De qué se trata? ¿De hacer un poeta filósofo o un filósofo poeta? ¿O<br />

algo diferente? En efecto, se puede pensar en un filósofo que haga poesía<br />

o en un poeta que haga filosofía, o en algo distinto de los dos, a saber, un<br />

filósofo que asuma la poesía, o en un poeta que asuma la filosofía. Creo<br />

que un filósofo que asuma la poesía será el que mejor haga esa filosofía<br />

que buscamos. ¿Una filosofía poética o una poesía filosófica? Tal vez vaya<br />

a predominar una u otra. Y tal vez sea inevitable. Pero ambas opciones<br />

son tal vez válidas. ¿Parménides era un poeta filósofo o un filósofo poeta?<br />

¿Platón era más filósofo que poeta? ¿Hölderlin y Octavio Paz eran más<br />

poetas que filósofos? Alguna de las dos, poesía o filosofía, predominan.<br />

Depende de la personalidad del pensador.<br />

Ya que en la analogía, en la que se conjuntan lo idéntico o unívoco y lo<br />

diferente o equívoco, predomina más la parte de diferencia que de identidad,<br />

en una filosofía analógica tiene que predominar la equivocidad sobre<br />

la univocidad. Pero siempre sin perder la parte de identidad o univocidad<br />

que constituye la semejanza, propia de la analogía; si no, sería pura diferencia.<br />

Así pues, no es mera diferencia, también involucra identidad, o, más<br />

precisamente, semejanza. Por eso en una filosofía analógica tiene un lugar<br />

importante la metáfora, pero dando buen lugar a la metonimia.<br />

Y es que, como nos lo hacen ver tanto Paul Ricœur como Octavio Paz,<br />

en la metáfora hay una carga ontológica; en estado no elaborado, y que se


poesía y filosofía 177<br />

tiene que elaborar mediante la aplicación de la metonimia. o tal vez haya<br />

que decir que ya en la misma metáfora hay una tensión o vocación metonímica,<br />

que espera ser estimulada y puesta en acto. de esta manera, no<br />

extraña que de la poesía, eminentemente metafórica, pueda surgir algo que<br />

contiene un fuerte lado metonímico, como es la metafísica, la ontología.<br />

no se está forzando nada, sino sólo educiendo lo que ya está implícito,<br />

atemático en ella. Y, así, no es el poeta en cuanto poeta, sino el poeta en<br />

cuanto pasa a ser filósofo, o el filósofo, en cuanto escucha al poeta, quienes<br />

puede hacer esa suerte de metafísica diferente, casi híbrida.<br />

conclusión<br />

la univocidad es un modo de hablar o significar que se aplica de modo<br />

completamente idéntico a las cosas a las que se aplica. la equivocidad es<br />

un modo de hablar o significar que se aplica de modo completamente diferente<br />

a las cosas a las que se aplica. en cambio, la analogía es un modo<br />

de hablar o significar que se aplica de un modo en parte igual y en parte<br />

diferente (predominando la diferencia) a las cosas a las que se aplica.<br />

al ver esto, algunos insisten en que la analogía se reduce a lo que hasta<br />

hace poco se intentaba con la dialéctica. Pero más bien hay que decir, en<br />

todo caso, que la dialéctica sería una de las formas o de las manifestaciones<br />

de la analogía. en efecto, la analogía y la dialéctica han ido juntas, se exigen<br />

la una a la otra. Bachelard nos ha dicho que la poesía es una metafísica instantánea.<br />

Pero la metafísica filosófica tiene por cometido fijar esa instantánea<br />

de modo que no se vuelva algo efímero, perecedero, tan delicado que<br />

no se puede retener. Trata de fijar en un tratado lo que se da en instantánea<br />

y flashazo. Y esto lo hace la analogía, que detiene lo movedizo, que traduce<br />

en proceso lo que es incontenible.<br />

Pero, sobre todo, la analogía nos ayuda a conjuntar dialécticamente, es<br />

decir, en tensión, y llegar a una síntesis, lo metafórico que predomina en la<br />

poesía con lo metonímico que predomina en la filosofía. se da una tensión<br />

en la que en la metafísica se aprovecha lo más que se pueda de la poesía sin<br />

perder el carácter explicativo que anima a la filosofía misma.


el cancionero de gasPar FernÁndeZ<br />

(PueBla-oaxaca)<br />

[179]<br />

margit frenk<br />

el Cancionero de Gaspar Fernández es una extensa compilación poético-musical<br />

de la nueva españa de comienzos del siglo xvii –exactamente, de<br />

1609 a 1616– que se ha conservado en forma manuscrita hasta el día de<br />

hoy. Fue compuesto por el músico portugués gaspar Fernández cuando<br />

era maestro de capilla de la catedral de Puebla, después de haber sido<br />

cantor en la catedral de évora, en Portugal, desde 1590, y, ya, ordenado<br />

sacerdote, organista y maestro de capilla, ejerció de organista y de compositor,<br />

ahí murió en 1629 (stevenson 1984, 29-30). se le supone nacido<br />

hacia 1566 (stevenson 1974, 9) o 1570 (stevenson 1980, 473).<br />

el manuscrito que dejó Fernández fue llevado a la catedral de oaxaca<br />

por un discípulo suyo, gabriel ruiz de morga, 1 hacia mediados del siglo<br />

xvii, y ahí se encuentra actualmente, su estado de conservación era pésimo,<br />

pero ha sido restaurado en fecha muy reciente. es un autógrafo 2 que<br />

abarca ahora 280 folios. contiene predominantemente villancicos religiosos<br />

en lengua vernácula a varias voces (entre 3 y 8), cuya música polifónica<br />

fue compuesta en gran medida por gaspar Fernández: su nombre figura<br />

a la cabeza de 222 piezas. 3 Varias composiciones salteadas están fechadas,<br />

1 en el fol. 73r dice: “este libro es de gabriel ruiz de morga. Quien se lo allare le dará su allasgo, y a<br />

dios, que nos beamos”.<br />

2 al decir de robert stevenson, quien no documenta su afirmación; habría que comprobarla; pero<br />

por lo pronto parece altamente probable.<br />

3 Falta el nombre a la cabeza de 42 composiciones (contra lo que dice Querol, 1986: 19, que “el nombre<br />

del autor figura en la cabecera de todos sus villancicos”). la música de alguna de ellas –no necesariamente<br />

de todas– podría, en efecto, no ser de él, aunque stevenson (1979, p. 194) piensa que todo<br />

ello “es presumiblemente obra original suya o arreglo suyo”. algunos de los que no llevan su nombre<br />

han sido escritos –música y letra– por una mano distinta (por ejemplo, los núms. 47 y 51 de la edición<br />

crítica que preparamos, a la cual remiten todos los números aquí mencionados); otros fueron redactados<br />

por una mano claramente inexperta. Ver lo que digo abajo de la autoría de los poemas.


180 margit frenk<br />

con fechas consecutivas que van de 1609 a 1616, 4 o sea, que las composiciones<br />

están en orden cronológico de composición, y esto permite<br />

suponer que el “libro”, en blanco, existía antes de que gaspar Fernández<br />

lo fuera llenando. 5 el orden cronológico de las fechas registradas en el<br />

manuscrito es corroborado por las fuentes literarias impresas a las que<br />

luego me referiré; o sea, que textos tomados de una obra publicada en<br />

1612 aparecen fechados en ese año o en alguno de los siguientes; todos los<br />

de alonso Bonilla, publicados en 1614, van colocados después de donde<br />

aparece esa fecha o las de 1615 y 1616. en vista de ello, puede suplirse el<br />

año de cualquier composición que figure entre otras dos cuya fecha sea<br />

segura (ya porque ésta se da en el manuscrito mismo, ya por ser la de la<br />

fuente impresa utilizada). 6<br />

es evidente que el manuscrito no estaba destinado a la publicación,<br />

puesto que muchas de las composiciones son meros comienzos, ya de<br />

un texto, ya de una música, ya de ambas; frecuentemente, en estos casos,<br />

se han dejado en los folios pentagramas vacíos o que llevan música sin<br />

texto, probablemente con la idea de irlos completando. como me sugirió<br />

José antonio robles cahero, se trataba, por lo visto, de un cuaderno de<br />

trabajo en el que el compositor iba laborando y que, cuando él murió,<br />

quedó con muchas lagunas. Pero es grande el número de composiciones<br />

que sí están enteras. 7<br />

esta gran obra, de la cual hasta ahora sólo se conocen –en transcripción<br />

musical o en grabación de disco compacto o caset– una cantidad muy<br />

4 la fecha de 1620 que aparece por ahí en un folio en blanco no justifica que, como hace stevenson,<br />

se diga que el Cancionero se elaboró en 1609-1620. la fecha de 1616 aparece dos veces hacia el final<br />

del ms.<br />

5 stevenson (1970, p. 193) dice que “en general se observa” el orden cronológico en el manuscrito,<br />

pero que un villancico de los fols. 256v-257 fechado en “1618” antecede a otro, de los fols. 270v-271,<br />

fechado en “1616”. se trata de un simple error: el primero de los citados también lleva la fecha de<br />

1616, que es la última asignada a una composición en el manuscrito.<br />

6 en su inventario, aurelio tello (1990) decidió suplir las fechas faltantes en el manuscrito: todas las<br />

que siguen a la indicación “1610”, por ejemplo, llevan entre corchetes esa misma fecha. este procedimiento<br />

resulta un tanto arriesgado, si tenemos en cuenta, por ejemplo, que un villancico (nuestro<br />

núm. 81) se publicó por vez primera en 1612, antes de que esta fecha aparezca escrita en el códice.<br />

7 la lectura de los textos no es demasiado difícil. el problema mayor lo constituyen las manchas y los<br />

agujeros que ha dejado la tinta, al correr el papel o bien la polilla, problema más grave para la música<br />

que para el texto, cuyo contexto suele permitir una reconstrucción, cuando no contamos con una<br />

fuente impresa.


el cancionero de gaspar fernándeZ (puebla-oa x ac a) 181<br />

reducida de composiciones, es de una importancia suma. el musicólogo<br />

robert stevenson, que se ha ocupado de ella en repetidas ocasiones, 8 ha<br />

publicado varias composiciones y hecho un inventario de su contenido,<br />

dice que, “como primera colección extensa de música vernácula del nuevo<br />

mundo” (1979, p. 38), es “uno de los tesoros más espectaculares de<br />

cualquier catedral del hemisferio occidental” (1970, p. 193). algunos otros<br />

músicos y musicólogos han trabajado sobre ese tesoro, como el peruanomexicano<br />

aurelio Tello, que en su catálogo del Archivo musical de la catedral de<br />

Oaxaca (1990) ha hecho un inventario de la literatura que es casi totalmente<br />

desconocido, 9 exceptuando a los poquitos investigadores de la unam que<br />

actualmente lo estamos estudiando, a base de un microfilm y de fotocopias.<br />

el proyecto del seminario de Poética del instituto de investigaciones Filológicas<br />

de la unam, llamado “Poesía y cultura popular novohispana”, que<br />

codirigen Tatiana Bubnova y mariana masera, estudia el cancionero entre<br />

varias otras fuentes novohispanas de poesía marginal. Por mi parte, preparo,<br />

junto con mi ayudante, Pilar morales, una edición crítica del Cancionero,<br />

que espero tener terminada para dentro de, más o menos, dos años. 10 la<br />

descripción que les presento en seguida se basa en una transcripción ya<br />

completa, aunque no definitiva, de este extenso manuscrito.<br />

Hay que tener en cuenta que en la nueva españa del primer siglo,<br />

hasta 1621, se compuso gran cantidad de poesía lírica: a partir de mediados<br />

del siglo xvi van proliferando las menciones de poetas criollos, indios<br />

y mestizos; “hay más poetas que estiércol” decía, quizá hacia 1578, un<br />

personaje del Coloquio XVI de Fernán gonzález de eslava (1998, pp. 106,<br />

680), y Bernardo de Balbuena hablaría de “trescientos” poetas asistentes<br />

a un certamen en 1585. se mencionan muchos nombres de poetas; pero<br />

de la mayoría de ellos nada se sabe, salvo ese nombre. en cuanto a textos,<br />

8 Ver abajo, Bibliografía, s. v. stevenson. según este autor, la primera noticia del manuscrito apareció<br />

–hemos de suponer que anónima– en el Magazine Dominical del periódico Excélsior, el 10 de diciembre<br />

de 1967, pp. 2-3, bajo el curioso título de “arqueología musical: música zapoteca del siglo xvi”.<br />

9 andrés estrada jasso ha incluido ocho textos de este cancionero en su antología El villancico virreinal<br />

mexicano, san luis Potosí: archivo Histórico del estado, 1991.<br />

10 a mariana masera debo el haber conseguido un microfilm y una todavía provisional base de datos<br />

con los primeros versos, que me permitió iniciar una búsqueda de otras versiones en la Biblioteca<br />

nacional de madrid, con la invaluable ayuda de mi amiga leonor Fernández guillermo. También me<br />

facilitó masera un primer conjunto de transcripciones.


182 margit frenk<br />

a poemas concretos, es muy escaso lo que de toda esa producción ha llegado<br />

hasta nosotros, según el estado en que están actualmente nuestros<br />

conocimientos. además –y ya lo veremos– circulaba en la nueva españa<br />

mucha de la poesía lírica que se estaba escribiendo en la Península. sería,<br />

pues, de esperar que se conservaran antologías como las que abundaban<br />

en españa. Pero no es el caso. Por lo contrario, las antologías poéticas<br />

novohispanas que sobreviven del primer siglo –aparte de poesías que aparecen<br />

sueltas o insertas en obras de varios tipos– casi se cuentan con los<br />

dedos de una mano.<br />

Hay cuatro colecciones de poetas individuales: la de Pedro de Trejo,<br />

de hacia 1569, conservada en el archivo de la inquisición (Trejo, 1940),<br />

la extensa Silva de poesía de eugenio de salazar, manuscrito aún inédito del<br />

siglo xvi, 11 la colección poética, también inédita hasta la fecha, del jesuita<br />

Juan de cigorondo 12 y la única impresa en la época, la de Fernán gonzález<br />

de eslava, publicada junto con su teatro en el tomo de Coloquios espirituales<br />

y sacramentales en méxico en 1610 (gonzález de eslava 1989 y 1998); 13 y<br />

existen dos antologías colectivas: las famosas Flores de baria poesía, recopilada<br />

en méxico por Juan de la cueva, en 1577, de la cual sólo hay hasta<br />

ahora la edición de margarita Peña (Flores de baria poesía, 1980), y el poco<br />

conocido Códice Gómez de Orozco, extractado por alfonso méndez Plancarte<br />

en 1945.<br />

Y ahora de pronto tenemos ante los ojos esta maravilla: códice con<br />

266 textos en lenguas vernáculas, además de dos misas y otras diez piezas<br />

litúrgicas con texto en latín. llama la atención, entre otras cosas, el<br />

carácter plurilingüe del conjunto de composiciones. la mayoría de ellas<br />

está en español; pero además hay once textos en portugués –recordemos<br />

que gaspar Fernández era de Portugal, del Portugal ocupado por españa<br />

11 conservado en la biblioteca de la academia de la Historia en madrid. descrita en gallardo 1968,<br />

cols. 326-395 y, una copia del siglo xix, en el Catálogo de manuscritos de la BNM, núm. 7935, t. 4, pp.<br />

2447-2463.<br />

12 conservada en un manuscrito de la Hispanic society of america de nueva York y, parcialmente, en<br />

otro de la Biblioteca nacional de madrid, que contiene sus obras teatrales. esperamos la prometida<br />

edición de la poesía por luisa lópez grigera. Ver frenk (2001), nota 3.<br />

13 no puede considerarse antología el pequeño conjunto de siete poemas conservados de Juan bautista<br />

corvera, 1995, pp. 165-172.


el cancionero de gaspar fernándeZ (puebla-oa x ac a) 183<br />

desde 1580–; 14 diecisiete son “negros” o “guineos” o “negritos” o “negrillas”,<br />

como se llaman indistintamente en el Cancionero, 15 cuyo español,<br />

estilizado, se basa en el que hablan los esclavos negros en españa y américa;<br />

otros nueve están en el convencional dialecto literario “vizcaíno”; 16<br />

otros cuantos emplean el dialecto supuestamente rústico conocido como<br />

“sayagués” y uno, el dialecto de los gitanos (núm. 147); lo que es más –excepción<br />

dentro del repertorio hispánico–, en cuatro casos se emplea el<br />

náhuatl. Ya en el siglo xvi, según consta, se habían compuesto villancicos<br />

en náhuatl, como puede verse en la famosa Carta de Pedro de morales,<br />

de 1579 (morales, 2000) y en otros testimonios de jesuitas (Frost, 1991,<br />

pp. 26-30); a Hernando Franco se le atribuyen dos himnos a la Virgen<br />

en náhuatl (stevenson, 1952, pp. 119-122). añadamos que en algunos<br />

villancicos de nuestro cancionero uno de estos dialectos o idiomas se<br />

mezcla con otro (el negro con el portugués o el vizcaíno, el náhuatl con<br />

el español, etc.).<br />

el portugués, el negro, el vizcaíno, el sayagués y el gitano, además del<br />

morisco, el gallego y el asturiano –no presentes en nuestro Cancionero–<br />

aparecen en obras literarias españolas desde el siglo xvi, sobre todo en<br />

el teatro (Weber de Kurlat, 1963, pp. 231-236), algo menos, en novelas, y<br />

bastante en la poesía; góngora, para sólo citar un ejemplo, compuso un<br />

villancico de negro en 1609 y dos en 1615, justo en los años de nuestro<br />

Cancionero (góngora, 1980, 39, 54, 55), además de otros en portugués, en<br />

gitano y en morisco (núms. 49; 42, 47; 51).<br />

a partir de cierto momento –sobre todo, desde mediados del siglo<br />

xvii– los mencionados “villancicos de personajes”, como se les llamaba,<br />

serán rasgo característico de las composiciones para fiestas religiosas en el<br />

mundo de habla hispánica. los sucesores de gaspar Fernández en Puebla,<br />

14 actualmente el apellido portugués se escribe Fernandes; pero en los siglos xvi y xvii la grafía final<br />

solía variar. él mismo siempre firmó con -z en el códice que nos ocupa, y así lo hacemos nosotros.<br />

Por otra parte, habría que saber algo más sobre este para nosotros tan importante personaje. ¿Por qué<br />

emigró al nuevo mundo a fines del siglo xvi? ¿no sería de origen judío (o converso), como tantos<br />

que tuvieron que abandonar Portugal durante la ocupación española?<br />

15 núms. 6, 11, 22, 41, 55, 77, 95, 111 (con viscaíno), 151, 164, 181, 191, 205, 219, 230, 237, y 253. cf.<br />

mi trabajo, aún inédito, “los villancicos de negro en el siglo xvii novohispano”.<br />

16 núms. 33, 50, 66, 78, 111, 169, 221, 231, 242.


184 margit frenk<br />

como Juan gutiérrez de Padilla, cultivaron igualmente ese plurilingüismo,<br />

para no hablar de la gran sor Juana, que entre 1678 y 1689 compuso tres<br />

series de villancicos navideños para Puebla en que se canta en náhuatl, en<br />

latín, en portugués, en vizcaíno, en negro.<br />

si en las antologías poéticas de la época es raro que se mencione el<br />

nombre del poeta, en las colecciones poético-musicales se suele dar<br />

el nombre del compositor de algunas piezas, pero prácticamente nunca<br />

el del autor de la letra. Para nuestro Cancionero tenemos la fortuna de<br />

conocer el nombre del músico, pero ninguna letra lleva el nombre del<br />

autor. una primera investigación, especialmente en la Biblioteca nacional<br />

de madrid, ha mostrado que buen número de los poemas son de<br />

grandes poetas españoles contemporáneos. nada menos que quince son<br />

de lope de Vega; están en su novela pastoril a lo divino Pastores de Belén<br />

(1a. ed., 1612). 17 la letra de otros once procede de los Conceptos espirituales<br />

de alonso de ledesma, segunda y Tercera partes; la segunda parte se<br />

publicó varias veces a partir de 1606; la Tercera se publicó, dos veces,<br />

en 1612. 18 ocho poemas están en el hermoso Romancero espiritual de José<br />

de Valdivielso, también de 1612, y otro más (núm. 260) se basa en un<br />

tema de este poeta. 19 Por lo menos dos proceden del Tesoro de concetos<br />

divinos de gaspar de los reyes, publicado en 1613. seis villancicos se<br />

encuentran en la colección poética Peregrinos pensamientos de alonso de<br />

Bonilla, publicada en 1614. 20 otro villancico (núm. 203) fue compuesto<br />

en 1609, nada menos que por luis de góngora; 21 otro (núm. 249) está<br />

en un auto sacramental de Juan de luque, incluido en su libro Divina<br />

poesía y varios conceptos a las fiestas principales del año, publicado en lisboa en<br />

1608. He encontrado en fuentes anónimas españolas: uno (nuestro 220)<br />

17 en nuestra edición son los núms. 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141, 142, 146, 148, 149, 150, 153, 187,<br />

188. Todos han sido transcritos por miguel querol gava l d á en su Cancionero musical de Lope de Vega;<br />

casi sólo publica la parte de los textos, a veces incompletos, que copió gaspar fernándeZ y cita los<br />

Pastores por la poco autorizada edición de aguilar.<br />

18 de la Segunda parte proceden nuestros números 12 y 17; de la Tercera parte, nuestros núms. 81, 173 a<br />

178, 196, 247, y la cabeza del 204.<br />

19 nuestros núms. 171, 179, 180, 211, 215, 222, 224, 255; 260.<br />

20 son nuestros números 209, 212, 228, 240, 256, 258.<br />

21 el núm. 227 ha sido atribuido a góngora, y el núm. 148 es versión a lo divino que compuso lope<br />

de vega sobre un famoso villancico suyo.


el cancionero de gaspar fernándeZ (puebla-oa x ac a) 185<br />

en un cancionero manuscrito anterior a 1600 y otro (nuestro 57) en una<br />

antología manuscrita de principios del siglo xvii, los Cantares del cielo para<br />

todas las festividades… son unos 50 los textos que he hallado en fuentes,<br />

sobre todo impresas, anteriores o contemporáneas del Cancionero, y sin<br />

duda van a aparecer más.<br />

es notable la cantidad de esos textos cuya primera edición se publicó<br />

en españa entre 1612 y 1614, en los años precisos en que gaspar Fernández<br />

trabajaba en su colección de villancicos, y –hecho curioso– el primero<br />

de los que tomó el libro de lope de Vega (nuestro núm. 135) lleva la fecha<br />

“navidad de 612 años”; quiere decir que gaspar Fernández conoció<br />

la novela de lope en el mismísimo año de su publicación y comenzó ya<br />

entonces a utilizar sus poemas. una vez más se comprueba la rapidez con<br />

la que llegaban los libros españoles al nuevo mundo. se ve a las claras<br />

que muchos artistas e intelectuales de la nueva españa estaban perfectamente<br />

al día en cuestión de poesía lírica de la vieja españa.<br />

Por contraste, llama la atención que gaspar Fernández sólo utilice<br />

literalmente uno (nuestro 225) de los 157 poemas del novohispano Fernán<br />

gonzález de eslava, impresos en méxico en 1610, aunque es verdad<br />

que tomó tres más como material poético. ¿acaso los villancicos de eslava,<br />

quien murió en 1599 (Frenk, 2000), le parecieron ya anticuados? en<br />

todo caso, esta utilización literaria de poemas de un autor novohispano<br />

es un indicio entre otros de la probable autoría novohispana de muchos<br />

villancicos del Cancionero cuyos autores no han podido ser identificados;<br />

quizá algunos fueron escritos por el propio talentoso gaspar Fernández,<br />

quizá otros por amigos o conocidos suyos; unos cuantos, probablemente,<br />

por alumnos suyos, todavía poco versados en las técnicas poéticas<br />

(como los núms. 32, 101, 119, 189). es posible que en la Puebla de esos<br />

días hubiese toda una “escuela” de poetas que componían piezas para<br />

las festividades religiosas y se las daban a gaspar Fernández para que les<br />

pusiese música.<br />

un rasgo notable de nuestro manuscrito es el extremo cuidado con<br />

que se han transcrito los poemas de lope, ledesma, Valdivielso, Bonilla<br />

y los demás que he citado. como es normal en los cancioneros musicales<br />

de la época, los textos suelen aparecer acortados, alguna vez, incluso


186 margit frenk<br />

reducidos a la sola estrofita inicial o “cabeza” del villancico; 22 pero la fidelidad<br />

al original es, verdaderamente, sorprendente. en algunos casos le<br />

dio a nuestro compositor por variar un texto extenso de autor conocido,<br />

omitiendo ciertas partes y a veces cambiando otras de lugar, posiblemente<br />

para adoptarlos a sus designios musicales; pero esto es excepcional. con el<br />

mismo cuidado con que se copiaron los textos previamente publicados se<br />

transcribieron también casi todos los demás, de autor no identificado.<br />

Y otro rasgo notable: la homogeneidad de la ortografía a lo largo del<br />

manuscrito; los pocos casos en que se presentan anomalías se deben, evidentemente,<br />

a que fueron escritos y transcritos por otros, no por gaspar<br />

Fernández, quien –recordemos que se trata de un autógrafo– transcribió<br />

casi todas las composiciones, música y texto. es una ortografía moderna<br />

para su época, más congruente que la que encontramos en abundantes<br />

manuscritos del tiempo; ortografía de libro impreso. 23 son normales para<br />

la época fenómenos que vemos en el autógrafo, como el escribir sin h el<br />

verbo haber, o las fluctuaciones de b y v, y normales para Hispanoamerica,<br />

las abundantes fluctuaciones de las sibilantes.<br />

en consonancia con el cuidado con que reprodujo los textos gaspar<br />

Fernández, el nivel literario notable en un músico y nos recuerdan que, ya<br />

desde 1591, las autoridades de la catedral de méxico le concedían cada año<br />

ochenta días libres al maestro de capilla para que se dedicara a buscar poemas<br />

adecuados para las celebraciones de navidad y corpus christi y a ponerles<br />

música (stevenson, 1974, pp. 4, 18). en la Puebla de gaspar Fernández debe<br />

de haber ocurrido algo parecido. en todo caso, es evidente la importancia<br />

que se atribuía en las dos catedrales a la calidad de la poesía musicada.<br />

la gran mayoría de las composiciones (más de 160) está dedicada a<br />

celebrar dos fiestas: la navidad y el corpus christi. otros temas son: los<br />

reyes, la encarnación, la asunción, el niño perdido. 24 en contraste con<br />

22 cuando es el caso, en nuestra edición hemos completado entre corchetes dentro del texto; cuando el<br />

manuscrito no incluye la música para la continuación, añadimos en nota el texto faltante; lo hemos<br />

hecho a base de las ediciones antiguas utilizadas por el propio gaspar fernándeZ.<br />

23 el segundo dueño del ms. no tenía la competencia ortográfica de fernándeZ, según la frase que cité<br />

en la nota 1: “quien se lo allare le dará su allasgo”.<br />

24 algunas secciones del manuscrito reúnen grupos de composiciones dedicadas a un tema específico,<br />

como la navidad o el corpus, y esos grupos se suponen fechados en un mismo año. Posiblemente


el cancionero de gaspar fernándeZ (puebla-oa x ac a) 187<br />

la colección de gonzález de eslava, son relativamente pocos (quince, en<br />

total) los poemas dedicados a diversos santos, entre los que sobresalen san<br />

Jerónimo y san ignacio; sólo cinco festejan la profesión de una monja y<br />

una a un misacantano. Poemas no religiosos hay poquísimos: los cinco que<br />

celebran la entrada del nuevo virrey, don diego Fernández de córdoba,<br />

en 1612 (núms. 126, 127, 131-133); además, uno en vizcaíno (núm. 33)<br />

y unas seguidillas sin glosa, que quizá estaban destinadas a un desarrollo<br />

religioso. 25<br />

en cuanto a la forma métrica, predomina en nuestro Cancionero la<br />

estructura llamada villancico; me detendré brevemente en ella. desde el<br />

siglo xv el término villancico designó una estructura poética y musical<br />

consistente en una estrofita –“cabeza”, “núcleo” o “estribillo”– que se<br />

desarrollaba en una “glosa”: una o más estrofas, normalmente octosílabas<br />

o –con menos frecuencia– haxasílabas, que en sus últimos versos<br />

repetían la letra del final de la cabeza. la forma, que solía tener dejos<br />

popularizantes, se usaba lo mismo para asuntos profanos que para temas<br />

religiosos. desde fines del siglo xvi el término fue sustituido por el de<br />

la letra o letrilla, y la palabra villancico comenzó a designar las composiciones<br />

con esa estructura que se ejecutaban en las festividades religiosas;<br />

actualmente se usa sobre todo para los cantos navideños. en el curso del<br />

siglo xvii la forma misma del villancico religioso fue cambiando, hacién-<br />

esto tenga que ver con el hecho de que desde principios de siglo xvii los villancicos cantados en las<br />

catedrales para determinada fiesta se organizaban en series de nueve, sustituyendo a los responsorios<br />

que se cantaban durante los tres nocturnos de los maitines. También es posible que a veces la existencia<br />

de esos grupos sobre un tema se debiera a requerimientos simultáneos de distintas iglesias y<br />

monasterios –quizá de Puebla y de Tlaxcala– para una u otra festividad. nada nos dice el cancionero<br />

sobre el público específico de sus composiciones, salvo que varias fueron compuestas “para monjas”,<br />

según suele rezar el encabezado; en un caso se trata evidentemente de las jerónimas. dos de las cinco<br />

dedicadas a la llegada del virrey están destinadas a “los indios de Tlaxcala” (núms. 126 y 127). Pero,<br />

en general, puede suponerse que el público principal de esos villancicos era el de la catedral de Puebla,<br />

que le daba sustento a nuestro compositor.<br />

25 Ver los núms. 4 y 40, “Toquen as sonajas / sonem rabeles / he folijen / hos portugueses!”, y “como<br />

el alma me levan, / fazen que morra / as divinas perlinhas / qu’o infante chora”, destinadas sin duda,<br />

para cantarse en navidad. las otra seguidillas son: “a de la bela van / mis amores, madre; / a la bela<br />

ban: / dios me los guarde” (núm. 244); “Quando mis ojuelos / dormirse quieren, / nunca faltan<br />

penas / que los desvelen” (núm. 234); “de pánpanos verdes / y espigas rojas / texen sus guirnaldas<br />

/ las labradoras” (núm. 254); “de sus viñas viene / la pastorcilla, / coronada de flores, / razimos<br />

y espigas” (núm. 217), las dos últimas, muy al estilo de lope de Vega. Hay además una copla sobre<br />

absalón (núm. 185).


188 margit frenk<br />

dose más compleja, añadiéndole a veces una introducción, ampliando<br />

la cabeza, etc. Pero además llegó a llamarse villancicos, por extensión, a<br />

cualquier composición destinada a cantarse en una festividad religiosa:<br />

en los famosos “pliegos de villancicos” que se publicaban en las grandes<br />

catedrales con motivo de una fiesta específica, coexisten formas diferentes:<br />

villancicos, romances, romancillos, “ensaladas” y también poemas<br />

en metros italianizantes.<br />

en el manuscrito que comentamos, además de las composiciones<br />

con estructura de villancico o letrilla, que son las predominantes, hay seis<br />

romances y nueve romancillos; de estos últimos, siete son en realidad<br />

híbridos de romancillo y letrilla: llevan la rima continua de los romances,<br />

pero están divididos en “estrofas” y van encabezados por un estribillo,<br />

que se repite cada tantos versos (Frenk, 1993), 26 y hay también tres ensaladillas.<br />

27 encontramos además siete poemas en redondillas (aparte de<br />

las muchas redondillas “sueltas”, destinadas a ser cabeza de una composición<br />

que no se escribió o no se copió en el códice) y buen número de<br />

seguidillas sueltas (quizá en el mismo caso). un único soneto, por cierto<br />

interesante, que se basa en metáforas musicales, aparece ya hacia el final<br />

del manuscrito (núm. 257), y no hay ninguna otra composición en versos<br />

italianizantes. como es frecuente en las antologías poéticas de la época,<br />

en el encabezado nunca se indica la forma métrica de la composición. sí<br />

se da casi siempre el número de voces, y a menudo, el tema, el nombre<br />

del compositor, gaspar Fernández (ver nota 3); el año de composición,<br />

como hemos visto, sólo se indica de vez en cuando y, rara vez, los destinatarios<br />

(monjas, indios de Tlaxcala).<br />

Volviendo a los villancicos, un rasgo muy repetido en los de nuestro<br />

Cancionero, como en muchos desde el siglo xvi, es su carácter dialogado,<br />

casi teatral, sin una voz que presente a los interlocutores. ejemplo de un<br />

villancico de corpus:<br />

26 letrillas en forma de romancillo: núms. 16, 82, 141 y 146 (ambas de lope), 194, 216, 263; otros<br />

romancillos: núms. 143, 195.<br />

27 o sea, composiciones un poco extensas, que combinan estrofas de varios metros. una es de valdivielso<br />

(núm. 171), otra es la núm. 259 y otra, un romance llamado “ensalada” (núm. 238), pero que<br />

no tiene la complejidad habitual en las ensaladas.


el cancionero de gaspar fernándeZ (puebla-oa x ac a) 189<br />

5<br />

10<br />

15<br />

20<br />

25<br />

30<br />

35<br />

—Dime, Gil, ¿qué es lo que ves<br />

en aquel nevado centro?<br />

—Dizen que Dios está dentro,<br />

y es de pan su redondés.<br />

—Milagro es,<br />

¿[ma]s cómo lo entenderé?<br />

—Sola la fe obliga a creer,<br />

que, aunque es pan al pareser,<br />

es Dios el que en pan se ve.<br />

—dezidme ¿cómo se ha dado<br />

el mismo dios en comida?<br />

—Por restituirnos la vida<br />

con solo aqueste bocado.<br />

—según eso, cierto es<br />

que nuestra vida es el centro<br />

—Dizen que Dios está dentro,<br />

y es de pan su redondés.<br />

—Milagro es,<br />

mas, ¿cómo lo entenderé?<br />

—Sola la fe obliga a creer,<br />

que, aunque es pan al pereser,<br />

es Dios el que en pan se ve.<br />

—¿Quién obliga al redemptor<br />

a buscar nuestro remedio?<br />

—oblígale a dar un medio<br />

el fin de su eterno amor.<br />

—luego, al fin, nuestro interés<br />

tiene aquel pan por su centro.<br />

—Dizen que Dios está dentro,<br />

y es de pan su redondés.<br />

—Milagro es,<br />

mas ¿cómo lo entenderé?<br />

—Sola la fe obliga a creer,<br />

que, aunque es pan al pareser,<br />

es Dios el que en pan se ve (núm. 19).


190 margit frenk<br />

Hay bastantes composiciones en que, lo mismo que en ésta, cada voz<br />

ocupa dos versos, y las dos se cantan alternativamente, ya por dos coros<br />

–que podían estar situados en lugares distintos en la catedral–, ya por diversas<br />

voces del coro: la pregunta la cantan, por ejemplo, el alto y el tenor<br />

y la respuesta, el tiple primero y el segundo. en textos como el citado y<br />

muchos otros, el diálogo podía cumplir, en principio, una función didáctica,<br />

catequética; pero hay también villancicos en los que adquiere cierto<br />

carácter teatral, como en esta “negrilla”:<br />

—Vecimo con glan contento<br />

de seviya, plima mía.<br />

—di qué viste, hermana malía,<br />

dilo, plima, salemo atento.<br />

—de mi dioso lo nacimiento… (núm. 6).<br />

como que se monta una pequeña escena, en que los personajes –casi<br />

siempre, pastores o negros– suelen cantar y bailar. son las “letrillas dialogadas”<br />

que robert Jammes (1983) ha considerado piezas teatrales en<br />

miniatura. esos diálogos contribuyen a dar a los villancicos religiosos de<br />

aquel tiempo: “tono de intensa felicidad; letra y música exhalan, por igual,<br />

una atmósfera de exuberancia e hilaridad” (1952, p. 138).<br />

a esa atmósfera se suma en nuestro repertorio cierto gusto por las<br />

canciones populares. de Valdivielso y de ledesma, por ejemplo, Fernández<br />

ha acogido precisamente varios poemas que incluyen cantarcillos cantados<br />

por el pueblo, y entre los de texto anónimo éstos aparecen –aunque<br />

no muy frecuentemente– donde menos se los espera. un villancico de<br />

navidad, dramatizado, tiene la siguiente cabeza, cuya ejecución musical no<br />

es difícil de imaginar:<br />

5<br />

—¡a, de abajo, a, de abajo!,<br />

—¡a, de arriba! ¿Qué queréis?<br />

—Que todos os alegréis,<br />

que á nacido nuestro dios.<br />

—¿Para quién?<br />

—Para ti.


el cancionero de gaspar fernándeZ (puebla-oa x ac a) 191<br />

10<br />

¿Para mí?<br />

—Para vos.<br />

—¿Para quién?<br />

—Para ti, para vos, para entrambos a dos (núm. 42).<br />

aquí el poeta cita un cantarcillo que también utilizó gonzález de eslava<br />

28 “Para mí, para vos, / para entrambos a dos”. Y véase esta graciosa<br />

cancioncita popularizante al estilo de góngora que dice:<br />

nací tamborilero<br />

y sustentarme quiero;<br />

mas deme dios cumplida<br />

la hazienda y la vida<br />

y a la muerte, buen fin,<br />

y quiébreme la flauta y el tamboril (núm. 172). 29<br />

en el Cancionero hay varios casos de “divinización” de canciones profanas<br />

de tipo popular, como la letra del famoso baile del Villano (“–al villano<br />

¿qué le dan? / –la cebolla con el pan”, Nuevo corpus, 1540 B), convertida en<br />

“–a la Birgen ¿qué le dan? / –acogida en un portal” (núm. 83).<br />

un caso curioso es el de la letrilla muy gustada en españa desde fines<br />

del siglo xvi que decía: “a fe, / que si vivís, moriré” invirtiendo los verbos<br />

y aplicada a la redención, dice en nuestro Cancionero: “a fe, niño dios, [a<br />

fe,] / que si morís, viviré” (núm. 86). Y en este caso –cosa poco frecuente–<br />

no sólo se vuelve a lo divino el estribillo, sino también las tres estrofas que<br />

le siguen en el Romancero general de 1600. 30<br />

Y otro caso interesante es el de una seguidilla que sólo he encontrado<br />

en dos fuentes posteriores a nuestro manuscrito. Habla en ella un con-<br />

28 en su ensalada del “gachopín” (gonZáleZ de es l ava, 1989, p. 250). aparece, divinizado, en los<br />

Cantares del cielo citados arriba: “Para la Virgen maría, / para norabuena a dios, / para sí, para mí, para<br />

vos / y para nuestra alegría” (Nuevo corpus, 1548).<br />

29 Pertenece a un grupito de canciones de tamborilero reunidas en el Nuevo corpus, núms. 1462 bis a 1463<br />

quattuor. esta última, reducida a sus dos versos iniciales, es la citada y procede de nuestro Cancionero;<br />

al no tener acceso al microfilm, la tomé del Catálogo de tello, donde está trunca y no llena número,<br />

porque el autor supone, y no es así, que forma parte de la ensalada –de Valdivielso– que la precede.<br />

30 ahí se encuentra el texto profano, f. 171 rv (ed. de a. gonzález Palencia, núm. 404). el estribillo, con<br />

otras glosas, en por lo menos dos cancioneros manuscritos de la época.


192 margit frenk<br />

denado a galeras que se ha escapado al tocar tierra y dice: “llegamos a<br />

puerto, / salté de galera, / a leva tocaron, / quedéme en tierra” (Nuevo<br />

corpus, 2454). aplicado a la encarnación, en el Cancionero es cristo el que<br />

habla, diciendo:<br />

Salté de los cielos<br />

al puerto de penas,<br />

a leva tocaron,<br />

quedéme en tierra.<br />

la segunda de las tres estrofas introduce el tema de la eucaristía y juega<br />

con los nombres de dos puertos, cádiz y ostia (cerca de roma):<br />

Quedéme en dos puertos<br />

de suma bellesa,<br />

que fue el de cálix<br />

y de hostia bella;<br />

llenélos de pan<br />

y vino que alegra,<br />

y estando en los puertos,<br />

sonó la trompeta:<br />

a leva tocaron,<br />

quedéme en tierra.<br />

Viene muy bien en esta estrofa para iluminar otra de las características<br />

más marcadas de las poesías contenidas en nuestro Cancionero. como en las<br />

compilaciones poéticas de alonso de ledesma y alonso de Bonilla, hay<br />

en él un gusto por los juegos de palabras y de conceptos, un conceptismo<br />

muy de la época, un ingenio que suele cargarse de humor, como en el<br />

romancillo-letrilla para corpus que comienza.<br />

¿No es gracioso el donayre<br />

que tiene el cura,<br />

que se almuerça un cordero<br />

y dize que ayuna? (núm. 216).


el cancionero de gaspar fernándeZ (puebla-oa x ac a) 193<br />

Y por otro lado, hay también la ternura y la gracia muy a la lope de<br />

Vega y José de Valdivielso. Tenemos entre manos, en fin, un verdadero<br />

tesoro poético, que, una vez conocido, va a hacer las delicias de muchos<br />

lectores.<br />

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de algunos mexicanismos relaTiVos<br />

a la emBriagueZ*<br />

[197]<br />

salvador díaZ cíntora<br />

en plática reciente, a propósito de la palabra mariguana, hube de hablar algo<br />

del hábito de fumar en general; hoy me propongo como tema un vicio<br />

gemelo, el del trago, y los más curiosos mexicanismos relacionados con él.<br />

en palabras de montaigne diré que “aunque sean igualmente vicios, no son<br />

vicios iguales” (ii, 2). Veamos: un borracho tal vez llega a casa a deshoras<br />

de la noche, y propina sin más ni más una golpiza a la mujer y a los chicos<br />

medio dormidos, creándoles un trauma que los acompaña el resto de sus<br />

días, o por cualquier cosilla se enzarza en un pleito, que termina a menudo<br />

a cuchilladas o a balazos, o bien, creyéndose en plena posesión de sus facultades,<br />

se lanza a conducir en aquel estado, y se ve envuelto en un accidente,<br />

quizá mortal, pero de ahí difícilmente pasan las cosas, mientras que el fumar<br />

sí produce, demostrablemente, daños terribles. “en esto –diría de nuevo<br />

montaigne– hay tanta diversidad como en cualquier otra cosa” (ibid.). no<br />

se verá tal diversidad reflejada en mi discurso; acércome a mi tema como<br />

lingüista más que como moralista, tomo las dos cosas con igual interés y<br />

procuro considerar con el mismo cuidado una y otra terminología.<br />

Varios términos del amplio vocabulario mexicano referente a este<br />

tema de la ebriedad, sobre todo los de origen indígena, han sido examinados<br />

de tiempo atrás con suficiente detenimiento; mucha tinta ha corrido,<br />

por ejemplo, en torno a la palabra pulque, sin que haya quedado, a lo que<br />

parece, suficientemente aclarada; otra palabra muy ligada a él, tinacal, pasa<br />

desde hace un siglo, nemine discrepante, como hibridismo, en que el segundo<br />

elemento sería el nahua calli, casa: no estoy de acuerdo con eso, y espero<br />

sinceramente no se haya mandado con tal robelesca etimología para in-<br />

* leído en sesión ordinaria el 11 de mayo de 2001.


198 salvador díaZ cíntora<br />

cluirse en los mexicanismos de la próxima edición del drae. si tinaco, en<br />

efecto, es tina pequeña de madera, y tina es vasija de madera, de forma de media<br />

cuba, y el sufijo –al indica el lugar en que abunda el primitivo, de tinaco se forma<br />

perfectamente tinacal sin necesidad de ningún elemento nahua.<br />

mas dejando de lado mis opiniones sobre voces ya de antes por otros<br />

estudiadas, quiero referirme aquí más que nada a algunas de cuya etimología,<br />

por una u otra razón, hasta donde sé, no se ha ocupado nadie, y<br />

empezaré con la más fácil de ellas: pedo. de ella escribe santamaría: “entre<br />

el vulgo soez, borrachera, papalina. suele también adjetivarse diciendo, v.<br />

gr.: está pedo, por está borracho”.<br />

en su primera consonante tenemos un caso de ensordecimiento, b > p<br />

(cf. arrope, julepe); en la segunda, una reducción del grupo bt, o más evolucionado<br />

cronológicamente, bd, a simple d (v. garcía de diego, p. 147), como en<br />

el caso de dubda > duda; tenemos aquí, como voces anticuadas, los antecedentes<br />

de nuestro mexicanismo muy claros en el drae: bebdo, bébedo, éste ya<br />

del latín bibitus, bebido. la adjetivación, pues, de que habla santamaría, está<br />

en el sentido original de la palabra. es un caso, fuera del ensordecimiento de<br />

la consonante inicial, semejante al de codo, mexicanismo por avaro, del latín<br />

cupidus, de que hablé aquí mismo hará tres años, también de uso general,<br />

pero cuya etimología no había sido hasta entonces investigada.<br />

eufemísticamente, por no decir algo tan malsonante como pedo, dícese<br />

a menudo que alguien anda bien persa, y es para pasmarse de lo acertado y,<br />

para en boca del pueblo, aun de lo erudito de la sustitución. el docto jesuita<br />

José de acosta, en su obra De procuranda indorum salute (tomo i, p. 548)<br />

cita aquel lugar de Plinio el Viejo: quanto plus biberint, tanto plus sitire Parthos,<br />

es decir, que entre más beben los partos, más sed tienen. en su origen, sin<br />

embargo, se remonta este pasaje al mismísimo Padre de la Historia, que<br />

en efecto nos cuenta (i, 133) que los persas incluso acostumbran discutir<br />

en estado de ebriedad (methyskómenoi… bouleúesthai) sobre los asuntos más<br />

importantes. no se me pregunte pues con extrañeza qué tiene que ver lo<br />

persa con lo mexicano. si en algo acertaba goethe al escribir<br />

nur wer Hafis liebt und kennt<br />

weiss was Calderón gesungen


de algunos mexicanismos relativos a la embriagueZ 199<br />

(e. d., sólo quien ama y conoce a Háfiz sabe lo que ha cantado calderón),<br />

ya por hablar nosotros la lengua de éste, algo tendría que ver lo persa con<br />

lo nuestro; pero sin ir tan lejos, cuando el presidente Fox, en visita que<br />

hizo a la frontera norte, decía el pasado 13 de diciembre que al ojo del amo<br />

engorda el caballo, estaba citando un dicho persa, ya de amplia circulación<br />

fuera de su país de origen siglos antes de nuestra era; tal vez don Vicente<br />

no lo sabía, tal vez ni siquiera lo sepan algunos de nuestros filólogos; ello<br />

puede ser porque acaso esté por acá la paremiología aún en pañales, más<br />

de una vez desechables.<br />

mucho se ha escrito sobre la famosa china Poblana. dicen que era<br />

una princesa de la india, y en el librito que sobre ella escribió de la maza,<br />

leemos la pregunta y respuesta siguientes: “¿Qué idioma hablaba? Parece<br />

que fue prakrit (sic), idioma oficial del indostán” (p. 22), y cita como autoridad<br />

a nicolás león. no parece haberse arrimado aquí a muy buen árbol<br />

el maestro de la maza, pues el doctor león en semejante materia no podía<br />

sino desbarrar. “¿idioma oficial del indostán”, dice, pero oficial cuándo?<br />

en su gramática del prácrito, richard Pischel nos dice (§12) que “cuando<br />

uno se refiere al prácrito en general, se habla del maharashtri ”; éste es un<br />

dialecto antiguo; de ahí deriva el maharashtri apabhramsa, lengua ya decadente,<br />

que eso significa la segunda palabra, y en fin el marathi, voz derivada,<br />

desde luego, de maharashtri (§5). ahora bien, el marathi, último término de<br />

esta evolución, y que es aún lengua viva, nos dice Bloch, en el tratado que<br />

escribió sobre ella, que es “el heredero directo del prácrito” (§26); pero<br />

el marathi estaba ya perfectamente desarrollado para el siglo xiii (§25); el<br />

prácrito, entonces, era lengua extinta cuando menos tres siglos antes de<br />

que naciera catarina de san Juan.<br />

Viéndolo bien, ni siquiera podríamos decir que la buena china hablara<br />

marathi, cuando menos habitualmente; suponiéndola princesa, y del<br />

imperio mogul, éste fue fundado en 1526, un siglo antes de la juventud<br />

de catarina, por Babur, que era un turco timúrida; es de pensarse que en<br />

familias principescas se siguiera, pues, hablando turco. sin embargo, nos<br />

dice aziz ahmad (p. 135), durante el reinado de Babur y de su sucesor “el<br />

turco rivalizó con el persa por convertirse en la lengua literaria de la india,<br />

y triunfó el persa”.


200 salvador díaz cíntora<br />

Volviendo al ambiente palaciego, parece natural suponer que una princesa<br />

estuviera bien educada en la lengua de cultura del imperio, el persa,<br />

pues, y hay que recordar simplemente que el soberano de la India, en el<br />

momento en que nace Catarina, ca. 1609, Jahangir, lleva un nombre persa<br />

(conquistador del mundo), y no turco, aunque éste fuera el origen del rey,<br />

y que el Taj Mahal, que se construyó en vida de nuestra China (1632-1643),<br />

no tiene nombre ni prácrito ni marathi ni turco, sino persa.<br />

Así, Catarina debe haber hablado turco y persa razonablemente bien,<br />

quizá algo de marathi, la lengua de extramuros de palacio, y ciertamente<br />

un poco cuando menos de árabe, por la religión musulmana que, ésa sí,<br />

era oficial en el imperio mogul. De hecho, su nombre, Mirra, nos dicen<br />

sus biógrafos (Grajeda, 23) que quiere decir amarga, adaptación, pues, del<br />

árabe murra, que es eso precisamente; el de su madre era Borta (Grajeda,<br />

19), que no es sino burt, uno de los nombres del azúcar en árabe, añadida<br />

la terminación femenina para hacerlo nombre de mujer. Obsérvese el<br />

contraste dulce-amargo entre los nombres de la madre y de la hija, que no<br />

creo de ninguna manera casual, y el que dicho contraste sólo se mantiene<br />

suponiendo árabes los nombres de ambas mujeres. Dejando esta digresión,<br />

que supongo interesante para los amigos y colegas de la Puebla, sigo<br />

con el tema de mi discurso.<br />

La siguiente palabra en mi lista es chuma, de la que nos dice Santamaría:<br />

“En Tabasco, borrachera. Lo mismo en Ecuador”. Una de las palabras<br />

árabes para copa es jâm, pl. jawm, que en el dialecto de Marruecos, con<br />

monoptongación, nos daría jûm (cf. Aguadé, 1.7.2, p. 25); la añadidura de<br />

la terminación femenina es fenómeno relativamente común, piénsese en<br />

alcachofa o berenjena; chuma quiere decir pues, literalmente, las copas; que<br />

éstas sean de vino queda claro por la expresión persa jam bar sang zadan,<br />

quebrar la copa en la piedra (Steingass), que quiere decir precisamente<br />

dejar el alcohol.<br />

Pasemos a otra palabra, tan poco usada como la anterior: trúpita; de<br />

ella nos dice Santamaría que “es voz del vulgo de Veracruz, en la región<br />

oriental, más o menos equivalente a borrachera escandalosa”. Derívola<br />

del persa tûr, hospitalidad, más p´s d, desperdiciado, inútil. Gran virtud se<br />

consideraba en aquellos pueblos la hospitalidad, la adiafa, y un desperdicio


de algunos mexicanismos relativos a la embriagueZ 201<br />

de ella es la fiesta que degenera en escándalo; tenemos aquí, además de<br />

la a paragógica, como en la última palabra comentada, una metátesis y el<br />

ensordecimiento de la consonante de la sílaba final.<br />

del adjetivo mascuiro, ra, nos dice santamaría: “en el norte de méxico,<br />

según Valle arizpe, borracho”. Musákkaru, en árabe, es precisamente borracho;<br />

su diminutivo, musáikkiru, borrachín, corresponde a la forma con<br />

i que tiene nuestro mexicanismo; tenemos aquí sólo metátesis en las vocales,<br />

pues las consonantes quedan en el mismo orden. aunque la autoridad<br />

sea solamente Valle arizpe, y ello aparentemente en comunicación verbal,<br />

pues no se cita ningún lugar de su obra, me parece suficiente.<br />

a diferencia de las tres palabras que acabamos de ver, alipuz goza de<br />

amplísima difusión, aunque, curiosamente, no la registre santamaría. Téngola<br />

por derivada de al-buzz, con ensordecimiento de la b, como en el caso<br />

de alpargata, y epéntesis de la i como en noria. Y aquí viene a cuento lo que<br />

dije en mi estudio anterior sobre el cigarro como sustituto inconsciente del<br />

seno materno, porque es el caso que buzz, palabra originalmente africana,<br />

pero ya de uso general en el árabe, quiere decir precisamente seno, relacionada<br />

con bazâ, en su forma iV abzâ, amamantar, y con baziyy, collazo. la<br />

conexión con el proceso inconsciente de que hablo es aquí, si se puede,<br />

aún más clara que en el caso del fumador; no por nada en el Perú y en la<br />

argentina llaman mamada a la embriaguez. añádase a ello, para el ámbito<br />

mexicano, que el persa šîša, turco šîše, es el nombre de la botella, nombre<br />

que, adaptado a la fonética española es, ni más ni menos, chiche; el chupe,<br />

entonces, en méxico, es exactamente lo mismo que la mamada en el Perú.<br />

cabe aquí, por otra parte, recordar que también en la lengua mexicana<br />

se daba esta asociación de la mamada y la embriaguez; una palabra<br />

que no registra el diccionario, pero que aparece en el Códice Florentino (xi,<br />

7, 5, 127) es mechichihualli, nombre de las pencas de la pita, y que quiere<br />

decir, literalmente, tetas del maguey; esta idea se refuerza con la imagen<br />

de la esquina superior derecha, lámina 16, del Códice Borgia, donde aparece<br />

mayáhuel, deidad de dicha planta, como diosa amamantadora. ante<br />

estas realidades de la cultura mexicana, el morisco, si se me permite traer<br />

a cuento palabras de garcía márquez a otro propósito, “debió hacer un<br />

esfuerzo para traducir la idea a su árabe casi olvidado” (El coronel no tiene


202 salvador díaz cíntora<br />

quien le escriba). Casi olvidado, es decir, en la especie, por la falta de práctica<br />

que acarreaba al cabo la prohibición en España de dicha lengua, que sólo<br />

podía hablarse a hurto de la gente.<br />

Aquí también es el lugar del mexicanismo cuete. Para Santamaría es corrupción<br />

de cohete; las autoridades que cita y el pueblo en general, que usa<br />

la forma según él corrupta, me parece que aciertan y que se equivoca Santamaría.<br />

Seguimos aquí en el contexto de la lactancia y en él obviamente,<br />

el seno es nutricio; la etimología de cuete para el caso es el árabe quwât, sin<br />

más cambio que el de a en e, que es normal, cf. alférez (de fâris), y la e paragógica,<br />

como en jarabe (de šarâb); quwât quiere decir alimento (Kazimirski);<br />

fortifica, creo, mi hipótesis, el que con la misma palabra cuete designamos<br />

también un tipo de carne, un alimento pues, y que esa carne sea de vaca,<br />

pues la de cerdo no la comen los árabes.<br />

En el imperio turco, si se daba la convivencia con los vencidos árabes<br />

y persas, se daba también, sobre todo en Constantinopla, con los griegos.<br />

Leal vasallo de Selim II, apodado por cierto el Borracho era Dalí Mamí<br />

el Cojo, renegado griego cuyo cautivo fue por años en Argel Miguel de<br />

Cervantes junto con otros españoles. Suponiendo que estos griegos pronunciaran<br />

al-buzz de un modo parecido al que he postulado para nuestro<br />

mexicanismo, podríamos pensar en alepós, forma que todavía en el siglo<br />

xix se usaba en ciertas regiones como sinónimo de alepoû, al ’poû, o alepesa<br />

(Thumb, Glossary, s. v.); todos ellos quieren decir zorra. Algunos de los<br />

dichos españoles, que supieran algo de griego, pero no árabe, oyendo que<br />

los griegos en Turquía llamaban zorra a la embriaguez, ellos también le habrán<br />

llamado así a su regreso a España; de ahí entonces la acepción 6 de la<br />

palabra zorra. La diferencia, entonces, estaría en que nuestro alipuz vendría<br />

siendo la adaptación fonética griega, algo deformada, de una palabra árabe,<br />

mientras que zorra es la traducción de esa misma adaptación, tomada<br />

como si fuera originalmente palabra griega.<br />

Hay que añadir todavía la palabra bûza, de una radical muy semejante,<br />

si no es que de la misma, y que designa una cerveza fuerte que procede,<br />

según Kazimirski, de la fermentación de la cebada; según Corriente, de<br />

cereales que no especifica. Tribus de filiación turca llevaron esta palabra<br />

hasta Rusia (Entwistle, p. 261); allá la buzá (así, con cambio de acento) se


de algunos mexicanismos relativos a la embriagueZ 203<br />

hace de la semilla que llaman grecha o grechikha, que desde luego no sirve<br />

sólo para esto, pues de ella también se hacen unas gachas que llaman gréchnevaya<br />

kasha. entre paréntesis, la palabra gacha aparece en el drae como<br />

de origen incierto; creo evidente su relación con kasha. en argel mismo,<br />

según el padre diego de Haedo (Topografía e historia general de Argel, i, cap.<br />

xiii), contemporáneo de cervantes, había “renegados moscovitas”. ahora<br />

bien, esta grechikha de que hablo es, en castellano, el trigo rubión, aquel<br />

precisamente de que estaba “ahechando dos hanegas… en un corral de su<br />

casa” la señora dulcinea del Toboso cuando fue a visitarla sancho Panza,<br />

según leemos en el capítulo xxxi de la primera parte del Quijote. ¿sería<br />

para cerveza o para gachas? nunca lo sabremos, antes que nada porque,<br />

como todos seguramente recordaréis, no hubo tal visita, y el buen sancho<br />

lo estaba inventando todo; lo que sí sabemos, de acuerdo con los datos<br />

tomados por clemencín de las relaciones geográficas que mandó hacer<br />

Felipe ii, es que en la mancha, y muy especialmente en el Toboso, abundaban<br />

los moriscos. si dulcinea misma no lo era, alguna comadre bien podrá<br />

haberla enseñado a preparar la buza, y sancho, que la llevaba bien con los<br />

moriscos, pues vemos que en la segunda parte no delata a ricote, puede<br />

ser que de cuando en cuando se tomara su azumbre de aquella cerveza; en<br />

todo caso, si el vino le parecía hi de puta y muy católico, no habrá escatimado<br />

elogios, fuera del último, a una buena bebida de moros. impórtame aquí,<br />

sobre todo, señalar cómo un arabismo, esta palabrita biforme, buzz, bûza,<br />

se extiende a oriente y a occidente para abarcar nada menos que la longísima<br />

distancia que separaba a rusia de la nueva españa.<br />

Voy a terminar mi lista con la voz tanguarniz, única forma que oí de<br />

chico en mi pueblo, y no tencuarnís, como veo que dicen en otras partes.<br />

la definición de santamaría dice: “Término festivo mexicano, por vino,<br />

trago, licor, aguardiente. como norteño me lo ha dado Valle arizpe. es<br />

igualmente usual en Huimanguillo de Tabasco”. Tal vez aun con más razón<br />

había de usarse tal palabra en Tabasco que en el norte, siendo, en mi<br />

opinión, casi seguramente maya. Hemos visto ya lo referente al chupe y a<br />

la mamada. con este antecedente, pasemos a analizar nuestro hasta ahora<br />

enigmático mexicanismo, para el que postulo, pues en maya yucateco no<br />

hay ge ni ere, la forma tanuolnidz, compuesta de tres elementos monosilábi-


204 salvador díaZ cíntora<br />

cos, a saber: tan, pecho; uol, pellas, copos, bollos, ovillos y toda cosa redonda,<br />

y en fin, nidz, probar, gustar cosas de comer o beber; la acción, pues,<br />

de gustar las pellas del pecho, forma nada críptica, me parece, de traducir<br />

al maya la palabra mamada. Tenemos entonces que, en el caso, el español<br />

de méxico ha preferido la traducción maya a la palabra española traducida,<br />

que se usa en otras tierras, pero con adaptación a la fonética del español<br />

del término maya.<br />

no dejará de parecer un tanto extraña a algunos la relación que aquí he<br />

esbozado de este tema de la embriaguez con los moriscos, que venían de<br />

una cultura en que la religión prohíbe severamente este vicio. las imágenes<br />

recientes de un ayatola haciendo verter la champaña a las alcantarillas<br />

no debe llevarnos a pensar que tan drástica actitud sea general en el islam.<br />

en todo tiempo y en todas partes, desde Persia hasta españa, siempre<br />

abundaron quienes hacían la vista gorda ante el consumo inmoderado del<br />

vino. diríase que, fuera de los ascetas, una actitud frecuente podría resumirse<br />

en aquel hemistiquio de Ben Khafaja de alcira, contemporáneo del<br />

cid: wa kâna dhanbu-s-sukri magfuran (“pero el pecado de la embriaguez se<br />

perdonaba”, p. 248). los moriscos realmente piadosos, ya en el ambiente<br />

novohispano, podían muy bien, como en el caso de la carne de puerco,<br />

comprar el cuartillo de vino o de pulque para disimular, y regalarlo al indio,<br />

con lo que se granjeaban su complicidad y agradecimiento.<br />

la actitud cristiana contemporánea ante la embriaguez era muy variable;<br />

un morisco toledano, ibrahim Taybili, alias Juan Pérez, que habrá<br />

acaso conocido a la ilustre fregona, o más bien a su aún más ilustre creador,<br />

hablaba sin gran respeto del “compadre san agustín, tan prolijo en su obra<br />

de Trenitate” (sic, cf. cardaillac, pp. 187, 231); este compadre, pues, en otra<br />

de sus obras (Contra Fausto maniqueo, xxii, 44) sostiene que a lot, el único<br />

justo de sodoma, de quien nos cuenta el texto sagrado que yogó con sus<br />

hijas y engendró en ellas, no se le podía imputar, en el caso, más pecado<br />

que el de la embriaguez. siendo esto así, el santo y docto compadre lo será,<br />

con todo derecho, del barrilito.<br />

no todos, desde luego, podían compartir tan benigno punto de vista,<br />

y el padre acosta, comentando la opinión agustiniana, y rechazándola,<br />

expresa la suya de que, donde hay verdadera embriaguez, hay crimen (ubi


de algunos mexicanismos relativos a la embriagueZ 205<br />

vera temulentia… ibi crimen esse, o. l., 552, l. 11), y nos la repite diez páginas<br />

después; la embriaguez, por sí misma, es un crimen (ebrietas per se… crimen<br />

est, ibid. 572, l. 30). Pero alguien me dice que los jesuitas de antaño hablaban<br />

con hipérbole ascética, y que cuando decían crimen no querían decir<br />

en modo alguno nada tan grueso; ellos, por desgracia, están muertos, y no<br />

pueden aclararnos si en sus obras entendían o no llamar al pan pan y al<br />

vino vino.<br />

Pero, como decía montaigne, revenons à nos bouteilles (regresemos a<br />

nuestras botellas, ibid., 378). el padre sahagún, traduciendo el comentario<br />

indígena al proverbio oc nochicomatl, nos informa: “este refrán se dice del<br />

que estando borracho mató a alguno, y después que vuelve en sí y ya está<br />

preso por el homicidio, dice: aún no estoy enredado del todo, aun me puedo<br />

desenredar, porque estaba borracho cuando maté, y no supe lo que me<br />

hice” (Códice Florentino, vi, 184 r.). la impunidad del borracho está, pues,<br />

enraizada profundamente en los hoy más que nunca respetados usos y<br />

costumbres indígenas, y con la indulgente sanción del doctor de Hipona,<br />

esta impunidad se seguiría manteniendo, hasta cierto punto al menos, en<br />

la moralidad novohispana.<br />

al morisco no le costó gran trabajo, a lo que parece, adaptarse a aquella<br />

realidad, se aceptó inmerso en ella, tal vez hasta con gusto en alguna<br />

ocasión, y así habrá seguido hasta que, tras las inevitables, sucesivas mezclas,<br />

su identidad, étnica y lingüística, se disolvió en el intrincado tejido<br />

social y racial de la nueva españa.<br />

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mexicanismos en la noVela <strong>LA</strong>S TIERRAS F<strong>LA</strong>CAS *<br />

de agusTín YÁÑeZ<br />

[207]<br />

José rogelio álva r e Z<br />

en su novela Las tierras flacas, don agustín Yáñez utilizó, salvo error u<br />

omisión del revisor, 196 mexicanismos distintos, la mayoría mencionados<br />

más de una vez a lo largo de las 360 páginas de que se compone esta obra<br />

en la primera edición, hecha por Joaquín mortiz en 1962. Tal número de<br />

vocablos propios de los mexicanos es natural que aparezca en un libro<br />

cuyo escenario es una región completamente rural, árida y pobre, habitada<br />

por rancheros que hablan un lenguaje popular rico en expresiones refranescas<br />

y ocasionalmente arcaicas. al examinar cada una de las palabras de<br />

esta nómina y tratar de agruparlas conforme a las cualidades y circunstancias<br />

que les fueran comunes, surgió la clasificación siguiente, que acaso<br />

pueda ser útil para guiar un estudio de mayor proyección y aliento.<br />

1. cinco palabras compuestas con voces castellanas, que forman un vocablo<br />

propio de méxico, no usado en el español de españa.<br />

2. Veintisiete palabras derivadas de voces españolas o de otra procedencia,<br />

cuya versión mexicana conserva el sentido de las originales.<br />

3. Treinta y dos acepciones mexicanas de palabras españolas, cuyo significado<br />

es distinto al sentido que esas voces toman en españa.<br />

4. Quince palabras originadas en voces indígenas, usadas en méxico y no<br />

incluidas en el diccionario de la real academia.<br />

5. Treinta y siete palabras originadas en voces indígenas, ya registradas en<br />

el diccionario de la real academia.<br />

6. cincuenta y seis palabras en español usadas en méxico y no registradas<br />

en el diccionario de la real academia.<br />

* Trabajo presentado a la academia mexicana el 28 de julio de 2001.


208 josé rogelio álvareZ<br />

7. Veinticuatro palabras en español usadas con frecuencia en méxico, ya<br />

definidas por el diccionario de la real academia, aunque a veces esa<br />

definición sea perfectible.<br />

las fuentes que sirvieron de referencia para estos agrupamientos, fueron<br />

el Diccionario de la Lengua Española, compuesto por la real academia<br />

(vigésima primera edición, 1992), el Diccionario de Mejicanismos, por Francisco<br />

J. santamaría (editorial Porrúa, 1959), y Lenguaje popular en Jalisco, por<br />

alberto m. Brambila Pelayo (guadalajara, sin fecha, que bien puede ser<br />

1959, pues se dispuso de un ejemplar dedicado por el autor el 23 de abril<br />

de ese año).<br />

la generalidad decreciente de estos tres repositorios léxicos, permitió<br />

precisar cuáles de aquellos mexicanismos están ya registrados por el diccionario<br />

académico, cuáles no se han incorporado a ese corpus, y cuáles<br />

otros, de uso en la región de los altos de Jalisco, no han pasado a ningún<br />

vocabulario de alcance nacional.<br />

se revisaron también la etimología y la definición de los 196 mexicanismos.<br />

algunas de estas proposiciones se precisaron y otras se corrigieron,<br />

pero cuando ni el origen ni el significado de ciertos vocablos aparecen<br />

en las obras consultadas, se procedió a fijar sus términos, a menudo con<br />

apoyo en obras especializadas, pero, sobre todo, tomando en cuenta el<br />

entorno lingüístico con que el autor de la novela le dio sentido a la palabra<br />

considerada. el contexto particular correspondiente se transcribe al final<br />

de cada entrada.<br />

las etimologías de los mexicanismos originados en voces indígenas se<br />

compulsaron con el Vocabulario en lengua castellana y mexicana, formado en<br />

1571 por fray alonso de molina (facsímil publicado por ediciones cultura<br />

Hispánica, madrid, 1944), y el Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, por<br />

rémi siméon (siglo xxi, 1997). sólo en una ocasión se recurrió al Diccionario<br />

de la lengua tarasca o de Michoacán, por fray maturino gilberti (impreso<br />

en méxico en 1559 y reimpreso en 1962).<br />

Tratándose de la definición de especies animales o vegetales, procuré<br />

que al nombre vulgar siguiera el científico, modo de evitar homologaciones<br />

o comparaciones arbitrarias o descripciones a menudo equívocas. Para


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 209<br />

realizar esta tarea recurrí a los artículos respectivos de la Enciclopedia de<br />

México, redactados por investigadores del instituto de Biología de la universidad<br />

nacional, y ocasionalmente a la Zoología hispanoamericana de luis<br />

cendrero y a varias obras del sabio botánico maximino martínez.<br />

la enunciación, la etimología, la definición y los escolios correspondientes<br />

a los 196 mexicanismos, formaron a la postre un texto de 46 cuartillas.<br />

esta lectura, de 30 minutos, es una selección equivalente a 15 de esos folios.<br />

1. palabras compuestas con voces castellanas, que forman<br />

un vocablo propio de méxico, no usado en el español de<br />

españa<br />

atrinchilado. (de a, prefijo que forma palabras parasintéticas; trinche, tenedor<br />

de mesa, y –ado, sufijo que forma adjetivos que expresan la presencia<br />

de lo significado por el primitivo.) acorralado, arrinconado, estar entre<br />

la espada (el trinche) y la pared [jra]. Brambila registra “atrenchilar.<br />

estrechar a personas o animales en sitio sin salida”. aY dice (p. 20):<br />

“…te hallas atrinchilado entre la espada y la pared”.<br />

amachado. (de a, prefijo; macho, mulo, y –ado, sufijo.) encaprichado, empecinado,<br />

terco, por analogía con el macho que se resiste a caminar [jra].<br />

aY dice (p. 38): “mi abuelo era de los más empeñosos en defenderles a<br />

los ranchos sus nombres nuevos, contra los amachados en seguir usando<br />

los antiguos”.<br />

alebrestarse. (de a, prefijo; alebrarse, en su segunda acepción “alborotarse,<br />

agitarse”, y se, pronombre personal de sujeto indeterminado.) alborotarse,<br />

inquietarse, inconformarse [jra]. aY dice (p. 41): “—asosiéguense,<br />

cristianos, no coman ansias, no se me alebresten”.<br />

azorrillado. (de a, prefijo; zorrillo, mofeta, y –ado, sufijo.) doblegado, sometido,<br />

dominado. de ahí azorrillar, poner a uno a gatas, inmóvil, como el<br />

zorrillo cuando se ve amenazado. aY dice (p. 104): “—lo que sucede<br />

es que azorrillados por los Trujillos, les tienen miedo”.<br />

desaldillada. (Voz que no aparece en ninguno de los diccionarios consultados.<br />

está formada por el prefijo des, que denota inversión del significa-


210 josé rogelio álvareZ<br />

do del simple; saldo, resto, lo que queda; –illo, sufijo de valor diminutivo,<br />

y –ada, sufijo que indica golpe o acción, y que a veces, como en este<br />

caso, se combina con otro sufijo.) se propone la siguiente definición:<br />

“Que ha perdido lo poco que le quedaba” [jra]. la mínima parte del<br />

todo está aludida con el sufijo diminutivo –illo. aY dice (p. 179): “curé<br />

a varios golpeados en la sanfrancia: unción de árnica. no eran muchos:<br />

una más viejita que yo, desaldillada por querer correr; otro al que Felipe<br />

y su gente le descoyuntaron el hombro en los jalones…”<br />

2. palabras derivadas de voces españolas o de otra<br />

procedencia, cuya versión mexicana c o n s e rva el<br />

sentido de las originales<br />

cantón. (de casa, edificio para habitar.) casa, vivienda, residencia. en cantón 1<br />

el drae registra ocho acepciones, y otra en cantón 2 , ninguna de las cuales<br />

tiene ese significado. aY dice (p. 21): “—me faltaba decirte que los<br />

cité hoy mismo, en mi cantón”.<br />

pote. (de potencia, en la tercera acepción que registra el drae: “Poder y<br />

fuerza, especialmente de un estado”.) Fuerza, vigor, robustez. el propio<br />

diccionario académico recoge seis acepciones de pote, ninguna con<br />

el significado que tiene el mexicanismo. aY dice (p. 26): “…se la sentó<br />

en las piernas, por la espalda, y esto es abrazarla con todo el pote, que<br />

milagro no fue despanzurrarla”.<br />

cucaracho. (de cacarañado, lleno de cacarañas, que según el drae son los “hoyos<br />

o señales que hay en el rostro de una persona, sean o no ocasionados<br />

por la viruela”.) acaso por cierta semejanza fonética con la voz<br />

cacarañado, por el mal aspecto de la cucaracha, nombre vulgar del insecto<br />

Periplaneata americana, o por una combinación de ambas palabras, se usa<br />

en méxico el vocablo cucaracho, sinónimo de cacarañado. la definición<br />

de cucaracho viene a ser: cacarañado, cacarizo, picado de viruelas. aY<br />

dice (p. 27): “Por acá ni cuándo se conocían de antes tales enfermedades,<br />

ni las viruelas, que a la mitad por lo menos de la gente que acá<br />

vive han puesto cucarachos”.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 211<br />

argüende. (Probablemente de argüir, en las acepciones tercera y cuarta que<br />

registra el drae: una, “echar en cara, acusar”; y la otra: “aducir, alegar,<br />

dar argumentos a favor o en contra de alguien o algo”.<br />

remediero. (de remedio, lo que puede servir para curar.) curandero, medicinante,<br />

o sea, según el drae, “el que hace de médico sin serlo”. el<br />

diccionario académico registra “remediador. adj. Que remedia o ataja<br />

un daño”. de remedio anota, en la cuarta acepción: “lo que sirve para<br />

producir un cambio favorable en las enfermedades”. aY dice (p. 59):<br />

“eché la carrera a cuilán a traer al remediero que pronto le atinó. le<br />

pasó la enfermedad, bendito sea dios”.<br />

guzguería. (de guzgo, glotón según el drae.) Propensión excesiva a los placeres<br />

de los sentidos, lujuria [jra]. aY dice (p. 64): “el mismo, gruñendo<br />

y manoteando, ha caído bajo la tiranía de la heredera, como niño<br />

chiqueado, con tal de que no le limite la guzguería”.<br />

consecuentar. (de consecuente, persona cuya conducta guarda correspondencia<br />

con su idiosincrasia.) consentir, condescender, tolerar por bondad o<br />

por necesidad [jra]. la voz consecuentar no aparece en el drae ni en<br />

los otros diccionarios consultados. aY dice (p. 65): “ella…, tan prudente<br />

y paciente, infatigable para el quehacer y para esperar al señor<br />

epifanio, consecuentarlo, aguantarle con buena cara sus impertinencias y<br />

cambios de genio…”<br />

friegaquedito. (de friega, molestia, fastidio; y quedito, muy quedo, despacio.)<br />

Persona que incomoda constantemente en voz baja y con cautela [jra].<br />

aY dice (p. 67): “…el vulgo le añadió calificativos: …el mátalos callando,<br />

el friegaquedito, el moscamuerta…”<br />

realada. (del árabe rahál, “lugar donde se hace un alto en el camino”<br />

[drae], seguramente refiriéndose a pastores, pues de esa voz deriva<br />

rehala, “rebaño de ganado lanar formado por el de diversos dueños”<br />

[drae]. el vocablo pasó a méxico como realar, “recoger los ganados…,<br />

reunir los hatos o manadas” [santamaría], y en el occidente<br />

del país se transformó en rialar, más propiamente echar rialada, que<br />

significa “redada o rejunta de personas o animales” [Brambila]. aY<br />

dice (p. 72): “eché realada con todos los curanderos de los alrededores.<br />

Hasta mandé traer a como costara, peso sobre peso, al médico


212 josé rogelio álvareZ<br />

de clamores, que jamás había querido cruzar la sierra y venir a este<br />

desierto”.<br />

andancia. (de andancio, “enfermedad epidémica leve” [drae]. epidemia ligera<br />

[Brambila], enfermedad no grave que se propaga temporalmente<br />

en una población [jra]. aY dice (p. 80): “se soltó de repente una<br />

andancia de cursera o chorrera”. en el español de andalucía y américa,<br />

según el drae, cursera es diarrea.<br />

oguío. (de ahoguío, a su vez de ahogo.) “opresión y fatiga en el pecho, que<br />

impide respirar con libertad”. [drae]. ahoguío. aY dice (pp. 85 y 86):<br />

“eso es lo que lo ha obligado a dejar el trote: su tragonería sin rienda,<br />

el engrasamiento del corazón, el oguío, el mal de orina, la mala leche<br />

reconcentrada, empiedernida con tantas maldades”.<br />

jierra. (Por yerra, tercera persona del singular del verbo errar.) Que no acierta,<br />

que se equivoca [jra]. aY dice (p. 86): “merced anduvo cazándolo<br />

para tomarle la medida con un listón, que llevaría luego a colgar a la<br />

imagen milagrosísima de san Benito de Palermo… (que) no jierra con<br />

conceder a sus devotos el favor de quitarle de encima… al prójimo del<br />

que le han llevado la medida, y que irremediablemente se muere”.<br />

valedor. (de valer, ser de naturaleza que merezca aprecio y estimación.)<br />

amigo, compañero, cuatezón, simple interlocutor o persona cualquiera.<br />

[santamaría, Brambila, jra]. a menudo se usa contraído en vale.<br />

Para el drae, valedor es “persona que vale o ampara a otra”, calidad<br />

eventualmente incluida en la definición anterior. aY dice (pp. 100 y<br />

101): “—Bueno, valedores, antes que nos agarre la noche: sí o no”; o<br />

bien: “—oiga, vale, pues ya le voy creyendo que les gusta hacerse a los<br />

del llano”.<br />

ensartar. “Hacer caer en un engaño o trampa”, cuarta acepción del vocablo<br />

que registra el drae para chile, méxico, nicaragua, Perú y uruguay.<br />

en méxico también significa comprometer, arriesgar, aventurar [jra].<br />

aY dice (p. 109): “¿Para qué reclamarle a Palemón que sin mi consentimiento<br />

me haya ensartado?”<br />

platudo. dice el drae: “(de plata, moneda.) adj. fam. amér. Que tiene mucho<br />

dinero, rico, adinerado”. aY dice (p. 111): “muy decidido él; muy<br />

platudo a lo que parece, por lo que cuenta”.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 213<br />

tantito. el drae registra “tantico, ca. adj. des. Poco, escaso en cantidad o<br />

calidad”. muy poco [jra]. aY dice (p. 120): “no porque ni tantita falta<br />

nos haga su cochino patio ni lo que ofrece de cenar a los pastores que<br />

van a Belén”.<br />

tijerero. Persona que murmura, chismoso [jra], al que en españa llaman<br />

tijera [drae]. aY dice (p. 133): “los eternos tijereros llegaron a decir<br />

que aquello no tenía pies ni cabeza, ni nunca los tendría”.<br />

gusgo. “glotón”, según el drae, pero en méxico también lujurioso, lascivo<br />

[jra]. aY dice (p. 201): “…en cambio, yo me puse insoportable…, con<br />

hartos trastornos…, y más gusgo que nunca…”.<br />

juida. Por huida. aY dice (p. 201). “…las calamidades que me cayeron ese<br />

año: sequía en grande, mortandad de ganado, pérdida de cosechas,<br />

juida —la única— de una de mis esposas, que ni me quiero acordar”.<br />

zambutir. (Por zambullir.) Hundir, sumir, meter en lo hondo [jra]. Para el<br />

drae, zambullir es “mete debajo del agua con ímpetu o de golpe”,<br />

o bien “esconderse o meterse en alguna parte, o cubrirse con algo”.<br />

aY dice (p. 209): “óiganos sin hacer berrinches que no más nos<br />

zambuten más”.<br />

geniudo. de mal genio, intemperante, irritable [jra]. el drae registra geniazo,<br />

“genio fuerte”. aY dice (p. 249): “ah, que doña merced tan<br />

geniuda”.<br />

ganeo. (de ganancia, acción y efecto de ganar.) aY dice (p. 279): “…en el<br />

tanteo está el ganeo: a ver si de tarugada pasa y se ensarta”. De tarugada<br />

significa “de casualidad”. sin la preposición de, tarugada es el “acto<br />

propio del tarugo” [Brambila].<br />

apergollar. (Por apercollar, voz que define el drae como “coger o asir por<br />

el cuello a alguno”; o bien, en su cuarta acepción: “ecuad. exigir<br />

insistente y violentamente algo, especialmente de carácter económico”.<br />

una quinta acepción sería: “méx. obligar bajo amenaza” [jra].<br />

aY dice (p. 280): “garabito sale a veces con que los apergollé, aunque<br />

reconoce él mismo que no les puse pistola en el pecho para que me<br />

pidieran préstamos”.<br />

de oquis. (Por de oque, de balde.) gratuitamente [jra]. aY dice (p. 282):<br />

“Hacía desatinar a las gentes por jugar con ellas, por conocerlas


214 josé rogelio álvareZ<br />

mejor y saber hasta dónde aguantaban…; no por hacerlas sufrir de<br />

oquis…”.<br />

volido. (Por vuelo, acción de volar.) aY dice (p. 302): “…los volidos del diablo<br />

—tan remotos ya en el recuerdo—, que anunciaron la llegada del rey<br />

de oros…”.<br />

carnitas. (de carne, “parte muscular del cuerpo de los animales” [drae].)<br />

Fritura de trozos de carne de puerco. aY dice (p. 43): “…cuando no<br />

hay chicharrones, carnitas, pepena y rellena”.<br />

rellena. (de rellenar, “volver a llenar una cosa” [drae].) morcilla, “trozo de<br />

tripa de cerdo, carnero o vaca…, rellena de sangre cocida”, condimentada<br />

con especias y otros ingredientes. Véase cita anterior de aY.<br />

3. acepciones mexicanas de palabras españolas, cuyo significa-<br />

do es distinto al sentido que esas voces toman en españa<br />

víbora. Por su semejanza con la culebra venenosa, cinto de cuero, abultado<br />

y seccionado a modo de canana, dispuesto para llevar en él monedas<br />

metálicas [jra]. aY dice (p. 29): “el dinero…, cuando era oro, lo traían<br />

en un cinturón de los que llamaban víboras”.<br />

mono. Por su semejanza con una figura humana o animal (sexta acepción<br />

de esta voz en el drae), gavilla cónica de cañas y hojas de maíz, que se<br />

forma una vez cortada la milpa [jra]. aY dice (p. 41): “sabe cuántos<br />

animales hay o tiene que haber en cada potrero…; cuántos monos de<br />

rastrojo quedan”.<br />

birria. “carne de chivo, de borrego o de res, tatemada y condimentada con<br />

diversas especias, aderezada con salsa de chile y cebolla” [Brambila].<br />

en españa, birria es “persona o cosa de poco valor o importancia”<br />

[drae]. aY (p. 43), menciona esta voz como platillo.<br />

tostada. Tortilla de maíz dorada que lleva encima frijoles molidos, carne<br />

deshebrada, rábano, lechuga, cebolla, salsa de chile y a veces crema.<br />

Hay numerosas variantes regionales. Para el drae, la cuarta acepción<br />

de dorar, es “tostar ligeramente una cosa de comer”. aY menciona esta<br />

voz (p. 43).


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 215<br />

taco. Tortilla de maíz enrollada o doblada rellena con cualquier alimento.<br />

en méxico los tacos llegan a constituir una comida completa, una taquiza.<br />

el drae registra 25 acepciones de la voz taco. la 11 dice: “cada<br />

uno de los pedazos de queso, jamón, etc., de cierto grosor que se<br />

cortan como aperitivo o merienda”; y la 12 indica: “Bocado o comida<br />

muy ligera que se toma fuera de las horas de comer”, pero ninguna<br />

corresponde al significado que tiene este vocablo en méxico. aY menciona<br />

esta voz en la p. 43.<br />

tupido. a menudo, con frecuencia, con tesón y constancia [chile, citado<br />

por santamaría]. Para el drae, tupido es “espeso” y “dicho del entendimiento<br />

y los sentidos, obtuso, torpe”. aY dice (p. 59): “Volvió catrina,<br />

muy política en sus decires, muy formalita…; era lo bonito, que con<br />

tanto que traía, no le sacara el bulto al metate, ni a ordeñar, acarrear<br />

agua, barrer corrales, madrugar y entrarle tupido al quehacer…”.<br />

soplar. soportar, aguantar, tolerar. el drae registra 14 acepciones de soplar,<br />

ninguna con el significado anterior. aY dice (p. 60): “Yo era de los que<br />

no faltaba, aunque rodara el mundo y tuviera que soplarme el catecismo<br />

y fletarme a la rezandera…”.<br />

chirrión. interjección que expresa un recuerdo, una impresión o un sentimiento<br />

súbitos. el drae registra esta voz como “carro fuerte de dos<br />

ruedas cuyo eje gira con ellas. || 2. amér. látigo o rebenque fuerte hecho<br />

de cuero”. aY dice (p. 61): “ah, chirrión, se me venía a la memoria<br />

el dicho ‘ahora sí violín de rancho, ya te agarró un profesor’ ”.<br />

tapón. descolón, tapaboca [santamaría]. el drae registra nueve acepciones<br />

de esta voz, ninguna con el anterior significado. aY dice (p. 62):<br />

“Yo esperaba un tapón, que para eso era fina, o por lo menos que me<br />

dejara con las palabras en la boca”.<br />

culebra. Tromba, columna de agua que se forma por efecto de un torbellino<br />

[jra]. el drae registra seis acepciones de esta voz, ninguna con<br />

el significado que se anota. aY dice (p. 81): “el viejo néstor trató de<br />

partirlo (al chamuco) haciendo cruces en el aire con un cuchillo, como<br />

hace con las culebras en tiempo de aguas”.<br />

soplarse. Tomar para sí a una mujer, violarla o cometer con ella abusos<br />

deshonestos [jra]. el drae registra 14 acepciones de soplar, ninguna


216 josé rogelio álvareZ<br />

con el significado del mexicanismo que se anota. aY dice (p. 86): “…el<br />

temor constante de que algún día, a la fuerza, el garañón la deshonrara,<br />

soplándose a la muchacha…”.<br />

trique. “Trebejo” [santamaría, en tercera acepción], “tiliche” [Brambila].<br />

el drae registra trique 1 : “estallido leve”, de origen onomatopéyico;<br />

y trique 2 : “planta americana de las iridáceas”. curiosamente, el mexicanismo<br />

trique obliga a definirlo con otros dos mexicanismos: trebejo,<br />

mueble o aparato viejo, deteriorado o inservible [jra]; y tiliche,<br />

“cachivache, cosa rota o arrinconada por inútil” [drae]. aY dice<br />

(p. 103): “reconozco lo triste y duro de deshacernos del trique”. a<br />

menudo esta voz se usa en plural, como en la expresión “el cuarto<br />

de los triques”.<br />

potrear. domar, amaestrar, adiestrar [jra] y, por extensión, “abatir a otro<br />

la soberbia, quitarle la altanería” [santamaría]. Para el drae, potrear es<br />

“ostentar viveza y gallardía una persona que no es joven”, o bien, en<br />

segunda acepción, “molestar, mortificar a una persona”. aY dice (p.<br />

106): “en canán vivía miguel arcángel. allí lo mandó Pifanio para<br />

que se potreara cuando volvió con el cura”.<br />

caballazo. acción de desplazar a otro, de palabra o de hecho, de la posición<br />

que ocupa [jra]. Para el drae, en chile, méxico y Perú, caballazo es<br />

“encontrón o golpe que da un jinete a otro o a alguno de a pie, echándole<br />

encima el caballo”. aY dice (p. 108): “…el caballazo que recibo es<br />

lo que menos puedo ver o admitir en la vida…”.<br />

atorar. asumir un riesgo, responsabilizarse de algo [jra]. Para el drae,<br />

atorar “(del lat. obturare, cerrar)”, es “atascar, obstruir”, o bien “atragantarse,<br />

turbarse en la conversación”. aY dice (p. 115): “se le cierra<br />

el mundo a cada paso, a la menor dificultad. no es como otros, que<br />

le atoran a la suerte contraria, se arriesgan a lo que venga, se avientan<br />

a como venga”.<br />

cucar. acechar, observar disimuladamente, espiar; aunque también provocar,<br />

azuzar. Para el drae, cucar es “guiñar el ojo” o “hacer burla,<br />

mofar”. aY dice (p. 115): “Yo lo cucaba, lo espiaba para ir sola y mi<br />

alma al ojo de agua, o para bañarme yo sola en el arroyo, haciéndome<br />

que no lo veía seguirme, a ver qué hacía…”.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 217<br />

lebrón, na. levantisco, indómito; también prepotente, de gran estatura<br />

[jra]. Para el drae, es “hombre tímido y cobarde”. el significado de<br />

esta voz en méxico es antónimo al de españa. aY dice (p. 118): “si<br />

alguna se rebela, se hace lebrona, quién sabe hasta donde sea por la<br />

desesperación de no disfrutar lo que detrás del misterio creía escondido<br />

en la tentación del casorio”. o mejor: “lo que sucede acá es que<br />

los hombres no saben tratar a las mujeres, ni buscarnos el modo; con<br />

tal de cumplir ellos su gusto, igual que animales, ni caso hacen de lo<br />

que la mujer sienta o deje de sentir; más bien les cuadra vernos sufrir<br />

que gozar… como esclavas. antes no nos alebrestamos… si alguna<br />

se rebela, se hace lebrona…”.<br />

masacote. cualquier cosa revuelta sin orden ni concierto. el drae registra<br />

mazacote, con z, voz de la que da siete acepciones distintas a la anterior.<br />

aY dice (p. 124): “no; más que olvidárseme todo, se agolparon<br />

en la memoria todas las cosas pasadas y presentes, en masacote con lo<br />

deseado y lo temido, que sin suceder todavía, embromaban la cabeza<br />

y quitan ya no digo el sueño: hasta las ganas de comer…”.<br />

súpito. “extático, estupefacto, sorprendido” [Brambila]; o bien: “alelado,<br />

atolondrado, atontado” [santamaría]. Para el drae, súpito es “repentino,<br />

súbito”, cosa bien distinta. aY dice (p. 133): “…quedé súpito, transportado<br />

a la gloria, queriendo que aquello no acabara nunca”.<br />

borrego. noticia falsa y alarmante que se propaga fácilmente [jra]. el<br />

drae registra seis acepciones distintas a la anterior. aY dice (p. 187):<br />

“algunos, como aprendiendo a leer en el silabario, juntaban palabras:<br />

—andan muchos borregos de cosas grandes y maravillosas qué irá a<br />

pasar hay mucho misterio…”.<br />

maceta. en sentido figurado, la cabeza [jra]. el drae recoge nueve acepciones<br />

distintas a la anterior. aY dice (p. 192): “el hijo desobediente<br />

/ quería quitarte tu herencia: / dale en la maceta”.<br />

despintarse. desaparecer furtivamente, marcharse, irse [jra]. el drae, en<br />

la entrada despintar, registra cuatro acepciones distintas a este mexicanismo.<br />

aY dice (p. 196): “…ni don Felipe ni don Jesusito aparecieron<br />

por ninguna parte; nadie supo a la hora en que se despintaron…”.<br />

tronarlo. matarlo a balazos, fusilarlo [jra]. el drae, en la entrada tronar,


218 josé rogelio álvareZ<br />

registra cuatro acepciones con un significado distinto al de este mexicanismo.<br />

sobajar. Humillar, rebajar, zaherir, apocar a otro con hechos o con palabras<br />

[jra]. el drae define esta voz como “manosear una cosa con<br />

fuerza, ajándola”. aY dice (pp. 223 y 224): “Tanteaste madrugarme<br />

¿no?, adelantarte haciendo méritos con el viejo para que te deje de<br />

amo, sobajándonos a los demás para que tú nos tengas con el pie en el<br />

pescuezo…”.<br />

pialar. “usar de engaño para obtener de otra persona, dinero o cualquier<br />

otra cosa” [Brambila]. el drae dice de pialar: “amér. echar un lazo<br />

a un animal para derribarlo, apalear”. aY dice (p. 224): “¿así quieres<br />

pialarme, lagartija?”.<br />

babosear. desestimar a alguien, engañarlo como a un niño, jugarle el dedo en<br />

la boca [jra]. el drae define babosear como “llenar o rociar de babas”<br />

y, en segunda acepción, “obsequiar a una mujer con exceso”. aY dice<br />

(pp. 244 y 245): “…era su ocasión de afianzarse y de que ninguna la<br />

baboseara, tomándole la medida, para luego reírse, como ha pasado”.<br />

pajón. “dícese de la persona ruda, ranchera, grosera” [santamaría]; o bien:<br />

“ranchero tosco, incivil” [Brambila]. en la entrada pajón, el drae dice:<br />

“caña alta y gruesa de las rastrojeras. || 2. amér. gramínea silvestre,<br />

muy rica en fibra, que en época de escasez sirve de alimento al ganado”.<br />

aY dice (p. 296): “cuando las muchachas no hacían aprecio,<br />

se apersonaba con los padres queriendo comprárselas, lo que seguido<br />

conseguía con rancheros pajones que le debían o a los que con dinero<br />

encandilaba”.<br />

destapar. “echar a correr… se entiende siempre del que está a caballo, o de<br />

bestias sueltas” [santamaría]. el drae recoge las siguientes acepciones<br />

de destapar: “Quitar la tapa o tapón. || 2. descubrir lo que está oculto<br />

o cubierto. || 3. amér. dar a conocer el nombre del tapado” y alguna<br />

más. aY dice (p. 306): “…amacizó la rienda, levantó la cuarta, picó<br />

espuelas, echó un grito y, como luego dicen: se destapó, soltó carrera, se<br />

disparó”.<br />

correr. echar fuera, despedir a alguien de su trabajo o de su vivienda sin comedimiento<br />

alguno. el drae registra 40 acepciones del verbo correr,


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 219<br />

pero ninguna con este sentido. de correr deriva corrido, da, separado o<br />

separada del trabajo. aY dice (p. 307): “…sólo consiguieron enchilarla<br />

y que las conminara a no meterse en lo que no les importa, si no quieren<br />

salir también corridas del rancho”.<br />

fajar. meter al orden, someter, dominar. el drae registra siete acepciones<br />

del verbo fajar, pero ninguna con el significado del mexicanismo. aY<br />

dice (p. 307): “la cacica en greña reunió a sus hermanastros menores…<br />

y les leyó la cartilla, los puso en cartabón, se los fajó ”.<br />

encabritarse. alebrestarse, inconformarse, enfadarse [jra]. el drae da a esta<br />

voz dos acepciones: “empinarse el caballo, afirmándose sobre los pies<br />

y levantando las manos” y, tratándose de embarcaciones, aeroplanos,<br />

automóviles, etc., “levantarse la parte delantera súbitamente hacia arriba”.<br />

aY dice (p. 349): “—lo que has de hacer es casarte, a ver si te<br />

curas de loca y se te ablanda la cabeza de mezquite. estas palabras la<br />

encabritaron más”.<br />

amolar. causar perjuicio, hacer daño. el drae dice, en la cuarta acepción<br />

de esta voz: “fig. y fam. Fastidiar, molestar con pertinacia”, lo cual no<br />

necesariamente alcanza a dañar. aY dice (p. 69): “…cuando reflexionan…,<br />

ya don Jesusito se salió con la suya los amoló: ya le dieron la<br />

palabra, le firmaron la escritura, le vendieron en balde…”.<br />

4. palabras originadas en voces indígenas, usadas en méxico<br />

y no incluidas en el drae<br />

machigües. (de etimología incierta.) santamaría hace derivar esta voz del náhuatl<br />

maitl, mano, y chiua, hacer, que acaso pudiera significar hacer algo<br />

con la mano, pero faltaría señalar la acción, que en este caso sería mojar,<br />

humedecer. Machigües es “el agua en que se humedecen las manos<br />

las molenderas y tortilleras de maíz” [jra]. aY dice (p. 32): “se puso a<br />

reflexionar por qué y cómo él, de ordinario tan calmoso —sangre de<br />

machigües le dice doña merced—, se había sulfurado”.<br />

huilota. (del náhuatl uilotl, paloma [molina].) ave migratoria del orden Columbiformes<br />

y de la familia Columbidae. de las 24 especies de palomas


220 josé rogelio álvareZ<br />

y pichones que se encuentran en méxico, sólo dos fueron llamadas<br />

huilotas por los antiguos mexicanos: Zenaidura macroura y Z. asiatica. a<br />

la primera se le denomina también tórtola, y a la segunda paloma de alas<br />

blancas o torcaza. una tiene cola larga y puntiaguda, y la otra presenta<br />

cola casi cuadrada. ambas tienen patas rojas, pico negro y plumas<br />

pardo grisáceas, las de Z. asiatica con puntas blancas las de las alas. aY<br />

dice (p. 42): “la implacable memoria de don epifanio Trujillo, el de<br />

Tierra santa. no se le escapan los nombres de los perros que hay en la<br />

comarca, y hasta le dan la guasa, que lo halaga, de saber, con apellidos,<br />

los de las golondrinas que vienen al llano, de las güilotas, calandrias,<br />

congas, citos, chuparrosas y demás pájaros cimarrones…”.<br />

pepena. (del náhuatl pepena: “escoger algo, o arrebañar y recoger lo esparcido<br />

por el suelo” [molina] o “levantar, recoger, juntar cosas que están<br />

esparcidas” [siméon]. guiso compuesto de pequeños trozos de vísceras<br />

de res, carnero, cerdo o cabrito [jra]. el drae registra pepenar,<br />

“de origen azteca: …recoger del suelo, rebuscar”, pero nada dice del<br />

platillo mexicano. aY dice (p. 43): “Puede perdonar algunos tentempiés<br />

durante el día; pero no las onces: tequila o pulque si los hay; taquitos<br />

de longaniza o chorizo, cuando no hay chicharrones, carnitas, pepena y<br />

rellena…”.<br />

asquil. (Probablemente del náhuatl azcatl, hormiga.) insecto himenóptero diminuto,<br />

también llamado azquilín. aY dice (p. 56): “lo que mayormente<br />

lo alegra es la tanteada de inventar algún milagro, la aparición de alguna<br />

imagen, que haga de Belén el panal de miel a donde lo mismo vengan<br />

abejas que moscas, haciendo hilo las gentes, como asquilines…”.<br />

cuitlacoche. (del náhuatl cuitlatl, “mierda” [molina] o “excremento, fiemo,<br />

inmundicia, residuo; llaga, tumor, absceso” [siméon]; y cochqui, “dormido”<br />

[molina] o “dormido, que descansa” [siméon].) Ustilago maidis,<br />

hongo que se desarrolla en la mazorca del maíz, considerado un manjar<br />

en la comida mexicana [jra]. lo que de repugnante e incongruente<br />

tiene, en traducción literal, la expresión “excremento dormido”, se alivia<br />

al considerar que los antiguos mexicanos creyeron ver una excrecencia<br />

donde había un invasor vegetal, ciertamente dormido al cobijo<br />

de las espatas que arropan a la mazorca. Puede seguir siendo así el


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 221<br />

cuitlacoche, sin reservas léxicas, uno de los deleites que ofrece al paladar<br />

la culinaria nacional. aY dice (p. 88): “lo que le preguntaban era el<br />

nombre del huitlacoche”.<br />

huizache. nombre náhuatl de varias especies del género Acacia; la más<br />

abundante es A. farnesiana (l.) Willd. arbolito espinoso, de hasta ocho<br />

metros de altura. las flores producen el aceite de acacia o de cassia, útil<br />

para perfumar aceites y polvos. la corteza y las vainas son ricas en<br />

tanino y se emplean en curtiduría. el follaje sirve como forraje [jra].<br />

aY dice (p. 90): “matiana… se vuelve varias manos para servir… en<br />

las calamidades públicas y en las privadas. en el desamparo de huizaches<br />

y nopaleras”.<br />

tepetate. (de tepetlatl, “roca, tierra bronca, especie de creta o de piedra que<br />

servía para hacer cal” [siméon]. “se emplea en construcción” [santamaría].<br />

Tierra infértil, no apta para sembrar [jra]. aY dice (p. 100):<br />

“…a ciegas, a puros tanteos, adivinando a ver si sale, aunque sepamos<br />

bien que sembrar en tepetate, por ejemplo, es como correr detrás del sol<br />

para entregarle una carta, y peor que arar en laguna”.<br />

guato. (de guateque, voz caribe que el drae define así: “Baile bullicioso,<br />

jolgorio. || 2. Fiesta casera, generalmente de gente joven, en que se merienda<br />

y se baila”. regocijo, fiesta, diversión o pasatiempo entre amigos<br />

[jra]. aY dice (p. 120): “con la música a otra parte había mandado<br />

epifanio Trujillo a los que le trataban el arreglo de las competencias<br />

que hay costumbre de hacer cada año en Belén, entre las pastorelas de<br />

la región. no, no, por lo menos este año no quería guatos en su casa”.<br />

tololoche. (del náhuatl tolontic, cosa redonda, esférica [molina y siméon].<br />

contrabajo, instrumento de cuerda y arco, parecido al violonchelo<br />

[jra]. aY dice (p. 131): “rómulo compuso flautas de carrizo, dos violines<br />

y hasta un tololoche”.<br />

tenejal. (del náhuatl tenextli, cal, y xalli, arena.) “residuos de la cal que se<br />

echa al agua para hacer el nixtamal” [Brambila] y, por extensión, lo que<br />

resulta de la descomposición o destrucción de una cosa [jra]. aY dice<br />

(p. 143): “—cuándo has oído que matiana le tenga miedo al diablo,<br />

ni a los alacranes, cuantimás a ti, que ni a tenejal del infierno llegas, ni<br />

alacrán eres…”.


222 josé rogelio álvareZ<br />

pípilo. (del náhuatl pil, sufijo diminutivo que indica gracia, y pilli, hijo.)<br />

nombre que se aplica al guajolote tierno [jra]. aY dice (pp. 182 y 183):<br />

“—sábete, oh gila, que yo te adoro —más que a mi toro —más que al<br />

carnero cuando lo como —tú eres mi vida, tú mi tesoro —más que<br />

a tus patos y a tus gallinas —más que a tus pípilos y golondrinas”. el<br />

drae registra “pípila. f. méj. Hembra del guajolote”.<br />

chípil. (del náhuatl tzipitl, “la criatura que está enferma o desganada a causa<br />

de estar su madre preñada” [molina]. metafóricamente, estar chípil<br />

es sufrir trastornos en virtud del presagio de un acontecimiento feliz,<br />

aunque preocupante; por ejemplo, el parto de la esposa, el nacimiento<br />

de un hijo o de un hermano. aY dice (p. 201): “antes ya de nacer se<br />

paraba de manos, pateaba furiosamente, y la madre tan contenta, sin<br />

achaques cual ningunos…; en cambio, yo me puse insoportable de<br />

chípil, con hartos trastornos: que dolores de cabeza, que mareos, que<br />

mucha flojera, que me dolían los huesos, y más gusgo que nunca…”.<br />

conviene recordar que el cerro Tzipil, en la costa de Jalisco, es llamado<br />

así porque la corona de nubes que eventualmente se forma en su<br />

cumbre, es anuncio infalible de que va a llover.<br />

zoquite. (del náhuatl coquitl.) lodo, tierra mojada. Para molina, coquitl es<br />

“barro, o lodo”; y para siméon, “lodo, tierra anegada, limo, fango,<br />

argamasa, mezcla de barro y paja”. aY dice (p. 330): “—ah, que compadre<br />

tan calamitoso; la fortuna te ruega, y tú empeñado en taparte las<br />

orejas con zoquite y echarte telarañas en los ojos…”.<br />

tianguis. (del náhuatl tianguispepetla, planta de la familia de las amarantáceas.)<br />

Alternanthera repens (l.) Kuntze. Hierba cuyo cocimiento se emplea<br />

contra infecciones del tubo digestivo acompañadas de fiebre. Para<br />

el mismo fin se aplican lavados intestinales [mm]. en Jalisco se le llama<br />

tiangüis: “Pequeña planta espontánea que sirve, en cocimiento, para<br />

baños de asiento en la nefritis” [Brambila]. aY dice (p. 179): “¡Qué<br />

atrocidad! mira, te voy a dar un cocimiento de azahar con cuasia y valeriana;<br />

llegando, que merced te ponga una lavativa de tianguis…”.<br />

petatero. (del náhuatl petatl, estera” [molina].) mentiroso, embaucador. el<br />

sentido en que se usa en méxico la voz petatero seguramente proviene<br />

de la expresión popular “espantar a uno con el petate del muerto”, o


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 223<br />

sea, con patrañas o falacias. aY dice (p. 233): “…el grandísimo petatero<br />

que nos quiere asustar con chorros de oro y electricidad”.<br />

5. palabras originadas en voces indígenas, ya registradas<br />

en el drae<br />

guaje. Bobo, tonto. “Hacer guaje a uno” es engañarlo, y “hacerse guaje” es<br />

hacerse el desentendido. aY dice (p. 41): “nada se le escapa. ni nadie<br />

puede hacerlo guaje”. el drae registra este significado en la cuarta acepción<br />

del vocablo: “|| 4. Hond. y méj. Bobo, tonto. Ú. t. c. adj.”.<br />

ocote. (del náhuatl ocotl, “tea, raja o estilla de pino” [molina].) nombre de<br />

varias especies de árboles del género Pinus y de la familia de las pináceas,<br />

especialmente aplicable a los que producen abundante resina. aY<br />

dice (pp. 41 y 42): “sabe… cuánta leña, ocote y petróleo (queda)”. el<br />

drae registra la voz ocote para guatemala y méxico: “especie de pino<br />

muy resinoso, cuya madera, hecha rajas, sirve para encender”.<br />

chapulín. (del náhuatl chapulín, “langosta” [molina]. denominación genérica<br />

aplicable a todos los insectos acrídidos, masticadores y saltadores,<br />

también llamados saltamontes. Varias especies de la familia Acrediidae<br />

son por lo general perjudiciales a la agricultura, en especial las langostas<br />

del género Schistocerca. los del género Sphenarium son usados como<br />

alimento en oaxaca y el valle de méxico. el drae dice: “chapulín. m.<br />

amér. langosta, cigarrón”. aY dice (p. 42): “no se le escapan los<br />

nombres… y hasta le dan la guasa, que lo halaga, de saber, con apellidos,<br />

los de los… chapulines, cuervos, auras y zopilotes…”.<br />

zopilote. (del náhuatl tzopilotl, “aura” [molina]. Coragyps atratus, ave de la<br />

familia Cathartidae. mide de 50 a 58 centímetros. el adulto es de color<br />

negro opaco, con la cabeza y el cuello desnudos y arrugados. Presenta<br />

las puntas de las alas blancas. se alimenta de carroña. se le considera<br />

útil por su labor de limpieza en pequeños pueblos, mataderos, basureros<br />

y mercados. aY lo menciona en la (p. 42). el drae dice: “zopilote.<br />

(del nahua zopilotl.) m. costa rica, guatemala, Honduras, méjico y<br />

nicaragua. ave rapaz americana semejante al buitre común, pero de


224 josé rogelio álvareZ<br />

tamaño mucho menor. es completamente negra, incluida la cabeza,<br />

que está desprovista de plumas. Frecuenta los basureros”.<br />

chilaquiles. (del náhuatl chilli, axi o pimienta de las indias y quilitl, verdura o<br />

yerbas comestibles [molina].) guiso compuesto de trozos de tortilla,<br />

cocidos en caldo de jitomate con chile, aderezados con queso y cebolla.<br />

originalmente este platillo pudo haber sido de sólo chile con verduras,<br />

pues en la palabra chilaquiles no aparece la raíz de tlaxcalli, tortilla<br />

de maíz, su principal ingrediente. el drae registra “chilaquil. m. méj.<br />

guiso compuesto de tortillas, despedazadas y cocidas en caldo y salsa<br />

de chile”. aY menciona esta voz en la p. 42.<br />

pozole. (del náhuatl pozonia, “cocer algo en olla, o hacer hervir alguna cosa, o<br />

hacer espuma” [molina y siméon].) guisado de granos de maíz cocidos<br />

hasta reventar y formar espuma, a los que se añade carne de cerdo y de<br />

pollo, col, lechuga, rábano, cebolla y una salsa de chile. Hay numerosas<br />

variantes regionales. el drae dice: “pozole. m. méj. guiso de maíz tierno,<br />

carne y chile con mucho caldo”. aY menciona esta voz en la p. 42.<br />

equipal. (del náhuatl icpalli, “asentadero” [molina].) el drae define esta<br />

palabra en forma escueta y acertada: “méj. especie de sillón hecho de<br />

varas entretejidas, con el asiento y el respaldo de cuero o de palma tejida”.<br />

aY dice (p. 43): “en sus equipales caben cómodamente dos y hasta<br />

tres personas, mientras él se acomoda en ellos con apuros”.<br />

metate. (del náhuatl metlatl, “piedra donde muelen el maíz” [molina], “piedra<br />

que sirve para moler el maíz o el cacao” [siméon].) utensilio de<br />

piedra sobre el cual se acciona la mano de mortero (metlapilli, en náhuatl)<br />

para moler principalmente el maíz. la confusa definición de<br />

metate, que aparece en el drae, es la siguiente: “Piedra sobre la cual,<br />

arrodilladas, molían ordinariamente las mujeres del pueblo de méxico<br />

y guatemala, con un cilindro, también de piedra, el maíz y otros granos”.<br />

aY dice (p. 59): “…era lo bonito, que con tanto que traía, no le<br />

sacara el bulto al metate…”.<br />

milpa. dice el drae: “(del nahua milli, heredad, y pan, en, sobre.) f. amér.<br />

central y méj. maizal, terreno sembrado de maíz”, a lo que habría de<br />

añadir: también planta que produce el maíz. aY dice (p. 62): “…contigo<br />

la milpa es rancho, y el atole champurrado”.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 225<br />

atole. dice el drae: “(del nahua atúlli.) m. méj. Bebida caliente de harina<br />

de maíz disuelta en agua o leche, a la que se pueden agregar sabores<br />

edulcorantes”. siméon define la voz como “papilla de maíz” que se<br />

prepara “de muy diversas maneras”. Para Brambila es “cocimiento de<br />

masa con agua”, llamado blanco si no lleva dulce; y para santamaría,<br />

es “bebida a manera de gacha”, o sea “cualquier masa muy blanda que<br />

tira a líquida” [drae]. estas definiciones podrían resumirse así: “del<br />

náhuatl atolli. Bebida caliente de masa o harina de maíz disuelta en<br />

agua o en leche, a menudo endulzada con frutas o sustancias naturales;<br />

si con chocolate, se llamará champurrado”. esta última palabra procede<br />

de champurrar, mezclar un licor con otro, y, por analogía, mezclar una<br />

bebida con otra. aY menciona esta voz en la p. 62.<br />

cacomiztle. (Probablemente de tlaco, medio, y miztli, puma o león americano<br />

[jra].) Bassariscus astutus, también llamado en méxico mico de noche. del<br />

tamaño de un gato, tiene cuerpo delgado, patas cortas, hocico puntiagudo,<br />

ojos grandes y larga cola esponjada, con bandas blancas y negras<br />

alternadas. es de color amarillento y lleva manchas negras alrededor<br />

de los ojos, labios y cachetes, y blancas en las partes superoculares. el<br />

drae lo identifica con el basáride, “mamífero carnívoro, parecido a la<br />

comadreja, pero de mayor tamaño”. molina no lo registra y siméon,<br />

citando a clavijero, dice que es “cuadrúpedo parecido al gato”. aY<br />

menciona al cacomiztle en la p. 83.<br />

mezquite. Prosopis juliflora (swartz). Árbol de la familia de las leguminosas,<br />

hasta de 15 metros de altura, aun cuando a veces se presenta como un<br />

arbusto rastrero. la goma, las semillas y los frutos se usan para preparar<br />

refrescos, y aquélla y las hojas, en infusión, como remedio contra<br />

la disentería, los males de la garganta y las inflamaciones de los ojos.<br />

la madera es muy pesada, dura y compacta. Para el drae, es “árbol de<br />

américa, de la familia de las mimosáceas, parecido a la acacia, que produce<br />

goma, y de cuyas hojas se saca un extracto que se emplea en las oftalmias,<br />

lo mismo que el zumo de la planta”. aY dice (pp. 84 y 85): “la<br />

cara lisa de matiana, como laja de río en que lavan las mujeres; cara sin<br />

arrugas, pulida por años de lágrimas, rechupada por el sol y los vientos<br />

en largas jornadas… apariencia de pájaro y fortaleza de mezquite”.


226 josé rogelio álvareZ<br />

huarache. (del tarasco quarache: cactles viejos [gilberti]. Cacles, a su vez (del<br />

náhuatl cactli), significa “zapatos, sandalias, etc.” [molina]. el drae registra<br />

huarache y remite a guarache: “(voz tarasca). m. méj. especie de<br />

sandalia tosca de cuero”. no siendo toscos todos los huaraches y sí muchos<br />

de esmerada labor, bastaría decir: “huarache. (del tarasco quarache,<br />

zapato.) m. méx. calzado compuesto de una suela y de las tiras o correas<br />

de cuero con que se asegura al pie”. aY dice (p. 112): “—sí, traía<br />

zapatos y no huaraches”, expresión que parece confirmar la definición<br />

del diccionario académico.<br />

molcajete. (del náhuatl molli, salsa, y caxitl, vasija.) mortero trípode de piedra<br />

útil para machacar condimentos, sirviéndose del tejolote (del náhuatl<br />

texolotl) o mano de mortero. el drae dice: “del nahua mulcazitl, escudilla.).<br />

m. mortero grande de piedra o de barro cocido, con tres<br />

pies cortos y resistentes, que se usa para preparar salsas”. Para rémi<br />

siméon, mulcaxitl, con x, no con z, es “escudilla para la sopa, sopera,<br />

vasija para guiso”; y escudilla, para el drae, es “vasija ancha y de forma<br />

de una media esfera, que se usa comúnmente para servir en ella<br />

la sopa y el caldo”. conviene observar que en el molcajete no se sirven<br />

alimentos, únicamente se preparan. si alguna vez se dijo o se escribió<br />

mulli para nombrar una salsa, un guiso o un potaje, la costumbre consagró<br />

molli, con o y no con u, tanto más que procede de moloa, desleír,<br />

o sea “disolver o desunir las partes de algunos cuerpos por medio<br />

de un líquido” [drae], operación que precisamente se practica en el<br />

molcajete, machacando juntos, por ejemplo, el jitomate y el chile. el<br />

drae, además, registra el mexicanismo cajete, pero le da, cuando menos<br />

para méxico, una definición equivocada: “cazuela honda y gruesa<br />

sin vidriar”. Cajete, voz usada a menudo en arqueología, es en realidad<br />

“vasija redonda de fondo plano y paredes verticales, por lo general de<br />

diámetro y altura casi iguales” [jra]. aY dice (p. 112): “acercó el molcajete<br />

lleno de chile verde”.<br />

huacal. (del náhuatl uacalli, sin h inicial: “angarillas para llevar carga en<br />

las espaldas” [molina], o bien “especie de cuévano en forma de caja<br />

cuadrangular” [siméon]. el drae registra guacal, con g: “…3. canarias,<br />

andalucía, colombia, méjico y Venezuela. especie de cesta o jaula


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 227<br />

formada de varillas de madera, que se utiliza para el transporte de loza,<br />

cristal, frutas, etc.” aY dice (p. 125): “cuando miro los huacales, me<br />

acuerdo de mis gallinas”.<br />

coamil. (del náhuatl coatl, serpiente y, por semejanza formal, palo sembrador;<br />

y milli, sementera.) Tierra sembrada con coa, regularmente de maíz<br />

y en ladera [jra]. el drae registra cuamil, con u: “del nahua cuahuite,<br />

árbol, y milli, heredad.) m. méj. sementera”. la voz cuahuite no aparece<br />

en los diccionarios de la lengua náhuatl; en este idioma árbol se dice<br />

quauitl y tanto molina como siméon lo escriben con q inicial, aunque<br />

el uso ha cambiado esa letra por la c. además, la raíz coa y no cua procede<br />

de coatl, serpiente, culebra, y no de quauitl, árbol. Coatl, entre otros<br />

significados, tiene el de “instrumento de labor, de cobre con mango<br />

de madera, especie de palo o azadón” (según clavijero, citado por siméon).<br />

de ahí el vocablo coa, que el propio drae anota de la siguiente<br />

manera: “(del nahua coatl o coatli, palo, vara, azadón… || 2. méjico,<br />

Panamá y Venezuela. especie de palo usado para la labranza”. Milli, a<br />

su vez, equivale a heredad, “porción de terreno cultivado” [molina] o,<br />

lo que es lo mismo, “bienes raíces…, tierra labrada” [siméon]. aY dice<br />

(p. 131): “Por primera y única vez el llano fue un río de músicas; en las<br />

noches resonaban los ranchos; labores y coamiles llenáronse de cantos;<br />

cantaban el sembrador y el yuntero…”.<br />

copal. (del náhuatl copalli.) Bursera jorullensis (H.B.K.) engl. Árbol de la familia<br />

de las burseráceas, hasta de 7.5 metros de altura. esta especie y<br />

las llamadas con el mismo nombre vulgar, producen una resina que se<br />

quema como incienso, además de servir para la fabricación de barnices<br />

y pegamentos. el drae dice: “(del nahua copalli.) nombre común de<br />

varios árboles de la familia de las burseráceas, de los cuales se extrae la<br />

resina del mismo nombre. en méjico se usa para sahumar templos o<br />

casas”. aY dice (p. 145): “olor, por lo pronto, a viejo; gradualmente:<br />

a húmedo; a cerrado; a estancado; a mucho tiempo guardado en cajas<br />

de maderas fragantes…: copal, cera consumida, resina de ocote, mezquite<br />

o palo santo”.<br />

tecolote. (del náhuatl tecolotl.) Bubo virginianus, de orejas grandes, color gris<br />

pardusco con rayas negras y garganta blanca, notables ojos redondos


228 josé rogelio álvareZ<br />

y un grito desapacible en la noche. el drae dice: “guatemala, Honduras<br />

y méjico. Búho, ave”. aY dice (p. 145): “…infundia de gallina,<br />

de pato salvaje, de golondrinas, de cotorra, de tecolote, de gavilán, de<br />

zopilote…”.<br />

chocolate. según santamaría, “(del maya chokol, caliente, y a, agua.) Pasta<br />

alimenticia hecha con cacao, como principal componente, y a la cual<br />

se añade, por lo general, azúcar, canela y aun vainilla”. el drae dice:<br />

“(de tim. disc.; cf. nahua xocoatl, de xoco, amargo, y atl, agua.) m. Pasta<br />

hecha con cacao y azúcar molidos, a la que generalmente se añade canela<br />

o vainilla. || 2. Bebida que se hace de esta pasta desleída y cocida<br />

en agua o en leche”. expertos en ambos idiomas indígenas debieran<br />

decidir cuál es la etimología correcta. aY dice (p. 148): “con frecuencia<br />

dispone de leche, carne, galletas, chocolate y diversos bocadillos…”.<br />

achichincle. el drae registra esta voz, pero la remite a achichinque: “(del nahua<br />

achichincle: de atl, agua, y chichinqui, que chupa.) méj. operario que<br />

en las minas traslada a las piletas el agua que sale de los veneros subterráneos.<br />

|| 2. méj. el que de ordinario acompaña a un superior y sigue<br />

sus órdenes ciegamente”. Para molina y siméon, “el o la que mama”<br />

es chichini y no chichinque. aY dice (p. 166): “el achichincle que cobraba se<br />

lanzó a patadas contra el tendido, bailó sobre papeles y estampas”.<br />

tepalcate. el drae dice: “méj. tiesto 1 ”; y de éste, “pedazo de cualquier vasija<br />

de barro”. santamaría hace derivar esta voz del náhuatl tepalcatl, palabra<br />

que no registran molina ni siméon, pero la primera parte de su<br />

definición es acertada: “Tiesto o fragmento de vasija quebrada”, no así<br />

la segunda: “cacharro, trasto inútil”. aY dice (p. 167): “don Jesusito<br />

Trujillo… hablaba y hablaba, cambiando de gestos, de tono, según<br />

veía la situación, sin dejar de frotarse las manitas de gato, parpadear<br />

con inocencia, torcer la cabeza como quien no rompe un tepalcate”.<br />

zanate. Cassidix mexicanus, ave de la familia Ioteridae. mide de 35 a 40 cm.<br />

el macho es de color negro, con reflejos violáceos en el cuerpo y<br />

azulados en las alas y en la cola. la hembra es pardo negruzca”. el<br />

drae registra esta voz para costa rica, guatemala, Honduras, méjico<br />

y nicaragua: “cierto pájaro dentirrostro, de plumaje negro, que se<br />

alimenta de semillas”. aY dice (p. 178): “el bulto avanzó, parecido a


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 229<br />

zanate de los que cruzan a saltos el cauce pedregoso. ligero y negro<br />

como zanate”.<br />

mitote. (del náhuatl mitotiani, danzante o bailador.) Fiesta desordenada, alboroto,<br />

escándalo. 2. chisme, rumor. el drae dice: “(del nahua mi totl.)<br />

especie de baile o danza de los indios… || 2. amér. Fiesta casera… || 4.<br />

méj. Bulla, pendencia, alboroto”. molina y siméon no registran la voz<br />

mitotl, pero sí mitotiani, danzante, bailador. aY dice (p. 180): “—nunca<br />

jamás volveré. ni creo que nada ya con lo sucedido. —sí: el mitote de<br />

la pastorela nueva. Toma esta cobija y vete…”.<br />

cenzontle. (del náhuatl centzontlatolle, voz compuesta de centzontli, cuatrocientos,<br />

innumerables; tlatolli, voz, palabra, discurso, y e, posesivo: “el<br />

que tiene innumerables voces”). Mimus polyglottos l. Pájaro mímido,<br />

cantor de voz extraordinariamente variada. es de color generalmente<br />

gris, algo pardusco”. el drae dice: “(del nahua centzuntli, que tiene<br />

cuatrocientas voces.) m. Pájaro americano de plumaje pardo y con<br />

las extremidades de las alas y de la cola, el pecho y el vientre blancos.<br />

su canto es muy variado y melodioso”. Centzontli es cuatrocientos y,<br />

por extensión, muchos, abundantes, numerosos, incontables; y tlatolli,<br />

voz, palabra, discurso, de modo que la referencia etimológica que<br />

proporciona el drae es incompleta. aY dice (p. 182): “Yo contestaba:<br />

más que a las flores que tiene el campo —más al cenzontle que quieres<br />

tanto…”.<br />

jacal. (del náhuatl xacalli.) choza propia de los indígenas, por lo general<br />

con muros de varas pegadas con lodo, sin ventanas, puerta de otate<br />

y techo de palma, zacate o tejamanil. molina define esta voz como<br />

“choza, bohío o casa de paja”; y siméon, como “choza, cabaña, casa<br />

con techo de paja”. el drae dice: “méj. especie de choza”. aY dice<br />

(p. 192): “—Hemos visto caer iglesias, cuantimás este jacal”.<br />

popote. (del náhuatl popotl, escoba.) gramínea cuyos tallos se emplean para<br />

hacer escobas. Tanto molina como siméon traducen popotl por escoba.<br />

el drae dice: “(del náhuatl popotl.) m. Paja semejante al bálago,<br />

aunque su caña es más corta y el color tira a dorado, usada en méjico<br />

para hacer escobas. || 2. méj. Pajilla para sorber líquidos”. aY escribe<br />

(p. 202): “…un muchachote que corría como rayo, que agarraba por


230 josé rogelio álvareZ<br />

los cuernos a los toretes y casi los tumbaba, que cortaba leña como si<br />

se tratara de popotes…”.<br />

zacate. (del náhuatl zacatl.) nombre genérico de las plantas forrajeras con<br />

que se sustentan los ganados. molina y siméon registran çacatl, con ç<br />

cedilla: “paja, hierba, junco”. el drae dice: “(del náhuatl zacatl.) a.<br />

américa central, Filipinas y méjico. Hierba, pasto, forraje. || 2. méj.<br />

estropajo”. aY dice (p. 208): “el que tenga cola de zacate que no se<br />

arrime a la lumbre”, adagio que aconseja tomar en cuenta experiencias<br />

anteriores para no exponerse a riesgos o desgracias.<br />

jilote. (del náhuatl xilotl.) mazorca de maíz cuando sus granos no han<br />

cuajado aún. el drae asienta esta misma definición, pero se equivoca<br />

al traducir xilotl por cabello. Xilotl, en náhuatl, es “mazorca de<br />

maíz tierna y por cuajar” [molina]. cabello, en ese idioma indígena,<br />

es tzuntli; y cabellera, tzuncalli, o sea “la casa de los cabellos”, lo cual<br />

no deja de tener cierto aire literario ingenuo y primitivo. aY dice (p.<br />

212): “…nivelarlas (a las mujeres) cuando jilotes, ni esperar cuando<br />

mazorcas”.<br />

pinacate. (del náhuatl pinacatl.) insecto del orden de los coleópteros, de<br />

color rojizo y muy torpe de movimientos; vive en lugares húmedos<br />

y despide mal olor cuando se le aplasta. Para molina es “escarabajo<br />

grande y bermejo que no vuela”. el drae dice: “(del náhuatl pina catl.)<br />

m. méj. escarabajo de color negruzco y hediondo que suele criarse en<br />

lugares húmedos”. aY dice (p. 232): “lo bueno es que ningún pinacate<br />

sube media pared”.<br />

chilaquiles. (del náhuatl chilli, chile, y quilitl, quelite.) pl. guiso de trozos de<br />

tortilla de maíz fritos en una salsa de jitomate y chile, aderezado con<br />

cebolla y queso. 2. en sentido figurado y en singular: enchilado, enojado,<br />

irritado. el drae dice: “m. méj. guiso compuesto de tortillas<br />

de maíz, despedazadas y cocidas en caldo y salsa de chile”. santamaría<br />

sólo añade a esta definición la etimología del vocablo, dándole a la<br />

voz quilitl el significado de yerba comestible. Pero, ¿cuál es la razón<br />

de que la voz quilitl figure en la palabra chilaquiles? Pudiera ser que<br />

originalmente el guiso fuera de sólo quelites con chile y que después<br />

se haya sustituido la yerba por trozos de tortilla de maíz.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 231<br />

mecate. (del náhuatl mecatl.) cordel hecho de fibras vegetales duras; por<br />

ejemplo, de maguey, henequén, zapupe u otras plantas textiles. el<br />

drae dice: “(del nahua mecatl.) Filipinas, guatemala, Honduras, méjico,<br />

nicaragua y Venezuela. Bramante, cordel o cuerda de pita”. Mecatl,<br />

en náhuatl, es “cordel o soga” [molina], o bien, “cuerda, látigo, disciplina”<br />

[siméon]. Para santamaría, mecate es “cualquier tira de corteza<br />

vegetal fibrosa, que sirve para atar”; y para Brambila, “cuerda de pita,<br />

más delgada que la soga”. no siendo el mecate de corteza sino de fibras,<br />

ni únicamente de cáñamo o de pita, ni tampoco soga ni látigo, la<br />

definición más adecuada parece ser la que aparece al principio de esta<br />

nota. aY dice (p. 279): “…aunque te chille el cochino, no le aflojes el<br />

mecate”.<br />

chagüistle. el drae registra “chahuistle. (del nahua chihuiztli, humor, humedad.)<br />

f. roya, hongo. || 2. cualquier plaga dañina. || caerle el chahuistle a<br />

alguien. fr. fig. y fam. méj. sobrevenirle a alguien un mal o una molestia”.<br />

Para molina, chiauiztli, sin h intermedia, es “humor”; y para<br />

siméon, “humor del cuerpo, fluido”. independientemente de su ortografía,<br />

pues esta voz se ha escrito en español de 13 modos distintos, la<br />

definición más correcta parece ser la siguiente: “nombre genérico de<br />

los hongos que atacan a los cereales, principalmente Puccina graminis, P.<br />

recóndita y P. glumarum”. aY dice (p. 318): “eh, si cambiara el cielo del<br />

llano, cambiarían los hombres y las pobres mujeres del llano, aquí,<br />

como yo, no más tristeando, parecidas a milpas con chagüistle cuando<br />

llegan las calmas”.<br />

esquitera. (del náhuatl izquitl, maíz tostado [siméon].) Balacera, por analogía<br />

con el ruido que hace el maíz al reventar tostándose. el drae dice:<br />

“esquite 2 . (del nahua izquitl.) costa rica, Honduras y méjico. rosetas,<br />

granos de maíz tostados”. aY escribe (p. 347): “…el traqueteo como<br />

esquitera de los balazos entrando en el pellejo de infelices, arrancando<br />

maldiciones, gemidos, rezos…”.<br />

chamagoso. en la “edición del año de la Victoria” (1939), el drae dice:<br />

“(del mejic. chamahuac, cosa basta, burda.) adj. mugriento, astroso. ||<br />

2. méj. mal pergeñado. || 3. aplicado a cosas, bajo, vulgar y deslucido”.<br />

esta declaración se repite en las siguientes ediciones, pero en


232 josé rogelio álvareZ<br />

la vigésima primera, de 1992, se cambia la etimología: “(del nahua<br />

chiamahuia, embadurnar algo con aceite de chía)”. santamaría, en su<br />

Diccionario de Mejicanismos (1959), presume que la voz se origina “del<br />

mexicano chamactic, cosa gorda y crecida, o cosa basta, como lana gruesa”,<br />

y repite las acepciones que incluye el drae. las discrepancias de<br />

estas atribuciones, que nada tienen que ver con el sentido que se da<br />

en méxico al vocablo chamagoso, obligan a revisar las fuentes originales.<br />

en el Vocabulario de molina, chiamauia y chamactic, éste sinónimo de<br />

chamacuac, significan en efecto lo que, copiado de esta obra del siglo<br />

xvi, dicen el drae y santamaría; pero a los autores de estos dos diccionarios<br />

les pasó inadvertida la existencia del verbo chamaua, “crecer<br />

el niño, o comenzar a estar en sazón la mazorca de maíz, o de cacao”<br />

[molina], o más claramente: “crecer, engordar, se dice particularmente<br />

de los niños; madurar, hablando del maíz” [siméon]. a reserva de que<br />

estas observaciones sean confirmadas por nahuatlatos acreditados, la<br />

entrada chamagoso, sa, debiera quedar así: “(del náhuatl chamaua, crecer<br />

el niño, y de ahí niño crecido, adolescente.) méx. muchacho mal<br />

preparado, desaseado y astroso”. aY dice (pp. 59 y 60): “nunca en el<br />

llano ha habido escuelas formales, ni se conocen maestros; de vez en<br />

cuando se juntan los vecinos de algunas rancherías y escogen alguna<br />

muchacha criolla que sepa leer y les entretenga a los chamagosos…”.<br />

petatearse. (del náhuatl petatl, “estera” [molina], “sobre la cual los indios se<br />

sentaban y acostaban…” [siméon].) morirse, fallecer. el drae registra<br />

seis acepciones de la voz petate: la última, marcada con el número 2,<br />

en lugar del 6, dice: “fig. y fam. morir, acabar la vida”. aY dice (p. 52):<br />

“…más vale que digan: aquí corrió, y no: aquí petateó”.<br />

coyote. (del náhuatl coyotl.) Canis latrans, de la familia Canidae, orden Carnivora.<br />

mamífero propio de méxico, singular por el rojo pardusco de la<br />

porción inferior de sus flancos y piernas. el drae dice: “(del nahua coyotl,<br />

adive.) m. especie de lobo que se cría en méjico, y otros países de<br />

américa, de color gris amarillento y del tamaño de un perro mastín”.<br />

la homologación de coyote con adive, que el drae hace suya, se debe a<br />

molina, pero el adive es “de color leonado por el lomo y blanco amarillento<br />

por el vientre”, características que no tiene el coyote. además, de


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 233<br />

coyote viene coyuche, variedad de algodón, cuyo copo presenta un tinte<br />

rojizo. aY dice (p. 145): “…unto de ardilla, de puercoespín, de jabají,<br />

de coyote, de leopardo”.<br />

en este punto conviene hacer la siguiente observación: el drae no ha uniformado<br />

la referencia al idioma de los antiguos mexicanos, lo cual ha venido<br />

haciendo en cuatro formas distintas. Por ejemplo, en la p. 1464 de la<br />

vigésima primera edición, aparecen, uno tras otro, los vocablos “ocote. (del<br />

azteca ocotl, tea.)”, “ocozoal. (del mej. o, esa, y coatl, serpiente.)” y “ocozol. (del<br />

náhuatl ocotl, ocote, y zotl, sudor.)”. Y en la mayoría de las entradas correspondientes<br />

a voces del mismo origen, la referencia etimológica es al nahua.<br />

en consecuencia, parece prudente sugerir a la real academia española que<br />

únicamente utilice en estos casos el nombre náhuatl, pues el propio diccionario<br />

académico, en la entrada a esta voz, dice con toda claridad: “náhuatl.<br />

(de náhuatl, que suena bien, astuto.) m. lengua hablada por los pueblos<br />

nahuas, impropiamente llamada también azteca o mejicana. Ú.t.c. adj.”.<br />

6. palabras en español usadas en méxico y no registradas<br />

en el drae<br />

sope. Pequeña tortilla de maíz con el borde levantado, frita y así dispuesta<br />

para llevar una capa de frijol molido, trocitos de carne, chorizo o cualquier<br />

otro alimento. Hay numerosas variantes regionales. aY dice (p.<br />

43): “…la cena…: …enchiladas, sopes, birria, patas de puerco, tostadas”.<br />

argüende. chisme, infundio, patraña, murmuración; también mitote, escándalo.<br />

aY dice (p. 52): “Tanto argüende como si esto no se llamara Tierra<br />

santa”.<br />

lóndigo. Hijo bastardo, el nacido de unión ilegítima. aY dice (p. 55): “alhóndiga<br />

de bastardos, limbo de desmadrados, recogedero de mostrencos;<br />

y los allí asilados: lóndigos, méndigos, virutas…”.<br />

tanteada. mala pasada, mal comportamiento de una persona con otra u otras.<br />

el diccionario académico registra 10 acepciones del verbo tantear, pero<br />

ninguna con el sentido de burlarse socarronamente de los demás.


234 josé rogelio álvareZ<br />

tastole. “Hecho malintencionado con apariencia de legalidad” [Brambila]; o<br />

bien: situación artificiosa urdida para obtener algún provecho. aY dice<br />

(p. 60): “…no fueran a decir: éste da el alón para comerse la pechuga,<br />

y me descubrieran el tastole…”.<br />

merito. diminutivo de mero, en el sentido de auténtico, verdadero, real. aY<br />

dice (pp. 80 y 81): “Pasó el merito demonio volando… el mero chamuco:<br />

se lo vengo diciendo”.<br />

chorrera. cursera, diarrea. aY dice (p. 80): “se soltó de repente una andancia<br />

de cursera o chorrera”.<br />

chamuco. ser natural maléfico, endemoniado. aY dice (p. 80): “Bien a bien<br />

de tu cuento no he entendido más que lo del mal del chorro, y que se<br />

les apareció el Chamuco.<br />

alilayas. “engañifas, tretas, recursos fraudulentos de que se valen los tramposos”<br />

[Brambila]. aY dice (p. 82): “nuestro señor, permitiéndome<br />

descubrir al maligno, por más que se disfrace, me da a entender las<br />

maldades del cuernudo para que yo procure ahuyentarlas. es de no<br />

creerse la sarta de alilayas a que recurre”.<br />

újule. interjección que expresa extrañeza, sorpresa, desagrado y, en general,<br />

cualquier vuelco del ánimo. aY dice (p. 87): “—Qué ¿viene dormida,<br />

doña? ¿me oye?… Újule, a qué distancia despierta, doña…”.<br />

revolufia. Vulgarismo, por revolución. ay dice (p. 92): “…si nos habíamos<br />

escapado de la revolufia, no nos escapamos del carranzaso…”.<br />

carranzaso. nombre dado por la gente del pueblo a la epidemia de influenza<br />

española que asoló méxico coincidiendo con la revolución carrancista<br />

(1913-1917). aY dice (p. 92): “…el carranzaso, que así dieron en llamar<br />

a la epidemia…, que acá pegó de raíz”.<br />

panino. criadero, lugar donde abunda algo; conjunto de cosas o individuos<br />

de la misma calaña. aY dice (p. 105): “—ah, con que hijo de miguel<br />

arcángel, nieto de sara, bisnieto de Juana gallo y, del otro lado: nieto<br />

de Pifanio, sobrino de Felipe, de Jesusito, de Plácida: el panino de<br />

Trujillos”.<br />

agarroso, a. acre, áspero de trato. aY dice (p. 114): “—¿Por qué te has hecho<br />

tan agarrosa?”.<br />

carrascaloso. Quisquilloso, sumamente susceptible, proclive a la irritación.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 235<br />

aY dice (p. 120): “se creyó al principio que la negativa era efecto de la<br />

luna en el humor del viejo carrascaloso”.<br />

fregadazo. (de friega: tunda, zurra.) golpe que se da a otro en riña o como<br />

castigo. aY dice (p. 122): “…¡para que vean cómo le da san miguel de<br />

fregadazos y lo tumba!”<br />

ajigolón. apuro, aprieto, compromiso no deseado. aY dice (p. 123): “…<br />

mientras la bola de mis hijos, capitaneados por Felipe y Jesusito, allí<br />

nomás con los brazos cruzados, esperando, sin trazas de ayudarme, de<br />

sacarme de aquel ajigolón”.<br />

cusilear. (de ¡cúsila!, “voz con que se azuza a los perros para que embistan”<br />

[Brambila]. estimular el ánimo para el ataque, incitar a la agresión o<br />

a la pelea. aY dice (pp. 126 y 127): “la sorpresa de hallarme solo en<br />

la sala vacía, los ruidos de las velas al arder, sus luces de cuando hay<br />

en la sala cuerpo presente y que, al temblar, hacían que las caras de<br />

mis difuntos se movieran, como queriendo romper los vidrios de sus<br />

marcos, desprenderse de las paredes, agarrarme; juntas esas causas,<br />

desamarraron al sin fin de terrores, los cusilearon, me los echaron encima”.<br />

campamocha. Stagmomantis montana saussure. insecto mántido conocido<br />

también como manta religiosa o alaba a Dios, por su hábito de mantener<br />

juntas sus patas delanteras, especialmente cuando sujeta a su presa,<br />

en actitud de orar. aY dice (p. 141): “…el mero diablo en forma de<br />

campamocha gigante, con tizones por ojos y cola que rezumbaba”.<br />

cuelen. interjección equivalente a lárguense, váyanse pronto” [Brambila].<br />

aY dice (p. 141): “—Cuelen, cristianos. mejor sería que buscaran algún<br />

quehacer, que no estuvieran de flojos en el tiempo de secas”.<br />

istafiate. (de estafiate, con e inicial.) Artemisia mexicana Willd. Planta herbácea<br />

o subarbustiva de hojas muy angostas, de olor agradable algo<br />

alcanforado. en cocimiento se usa como estomáquico [mm]. aY dice<br />

(p. 155): “Yerba del Venado y ruda para dolores de aire, y la del Perro<br />

para los de estómago, junto con el manrubio, el istafiate, la yerbabuena,<br />

la oreja de ratón”.<br />

desconchinflar. descomponer alguna cosa. aY dice (p. 159): “otros años las<br />

cabañuelas adelantándose, desconchinflan el fandango”.


236 josé rogelio álvareZ<br />

méndigo. cicatero, mezquino, ruin, que escatima lo que debe dar; también<br />

“persona que para satisfacer sus vicios, recurre a amigos o conocidos<br />

con el objeto de explotarlos valiéndose de ardides” [Brambila]. aY<br />

dice (p. 166): “—si no les gusta, lárguenseme orita por donde vinieron,<br />

méndigos lángaras”.<br />

lángara. “audaz para sacar provecho en aquello que persigue” [Brambila];<br />

o bien: “Persona que procede tortuosamente, con falsía y con doblez;<br />

indigno de confianza y de buen crédito, por lo mismo; picolago, taimado”<br />

[santamaría]. Véase nota anterior.<br />

dar en la torre. ganar un pleito, vencer, derrotar. aY dice (p. 177): “…Les<br />

darán en la torre a los lóndigos… (merced lo cree)”.<br />

titipuchal. gran cantidad de cosas o de gente. aY dice (p. 178): “Temprano<br />

me vinieron con la primera llamada de auxilio: que en la balacera había<br />

muertos y titipuchal de heridos y golpeados”.<br />

pizcapocha. mujer de vida alegre. aY dice (p. 182): “—Que se me hace que<br />

sacó sangre de pizcapocha, dios nos libre, dios te libre de ir saliendo<br />

con las velas quebradas, con alma destorrentada que te lleve derechito<br />

a la perdición…”.<br />

cusca. Prostituta disimulada, piruja. aY dice (p. 184): “…y no faltaban los<br />

ofensivos, los alegrados, ni los burlescos que repetían: piruja, cusca,<br />

pizcamocha, güila. Yo ignoraba su significado, aunque lo adivinaba por<br />

el modo de oírlas”.<br />

apantallar. Presumir, vanagloriarse; también asombrar, sorprender, desconcertar.<br />

aY dice (p. 200): “…lo cierto es que sí vivió en el norte y<br />

allá aprendió tantas tretas con que viene apantallándonos”.<br />

dedo chiquito. Favorito, consentido, preferido. aY dice (p. 200): “—Que se<br />

hizo dedo chiquito de los mentados generales Fulano, Zutano y Perengano…”.<br />

darle su agüita. eliminarlo, matarlo. agüita, diminutivo de agua, vale aquí<br />

como infusión de yerbas u hojas, que bien pueden ser medicinales,<br />

inocuas o venenosas. aY dice (p. 202): “Tan fácil que hubiera sido<br />

darle su agüita y aumentar el número de los angelitos con un san miguelito<br />

arcángel verdaderamente bien vestido, en lo que yo no ahorrara<br />

gastos”.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 237<br />

móndrigo. Variante de méndigo (véase).<br />

par de aretes. Pareja de niños inquietos, traviesos, guerrosos. aY dice (p.<br />

210): “—malcriados, par de aretes”.<br />

tener comal y metate. expresión popular que significa tener trato frecuente<br />

con alguien, haberse ganado su confianza. aY dice (p. 216): “…propiamente<br />

no anduvo en la bola, pero tuvo y tiene comal y metate con los<br />

principales cabecillas…”.<br />

falluca. comercio de mercancías de contrabando; con la preposición de, se<br />

aplica a los objetos que tienen ese origen. aY dice (pp. 216 y 217): “…hicieron<br />

miles de luchas…, aquí, vendiendo comida, lavando y planchando<br />

ajeno; allá, sembrando, pizcando; luego, haciéndole a la falluca…”.<br />

entrambulicar. “revolver, desordenar objetos. 2. escamotear con fines aviesos<br />

o por mera diversión” [Brambila]. También complicar, enredar,<br />

dificultar, confundir. aY dice (p. 217): “coge al vuelo las operaciones<br />

más entrambulicadas, igual sumar, restar y dividir”.<br />

cacallaca. reproche, regaño, también hablada, murmuración. aY dice (p.<br />

219): “de Belén a Jerusalén iban y venían chismes: que Jacob echó cacallacas,<br />

que don epifanio amenazó con esto y aquello, que don Felipe,<br />

que don Jesusito…”.<br />

la pelona. la muerte. aY dice (p. 223): “—no la verás de balde, bruja güila,<br />

tinaja convertida en tapadera…, pronto has de verme la cara, y sentir<br />

que se te aparece tu pelona…”.<br />

malora. “amigo de hacer maldades, travesuras” [santamaría]; o bien: “dícese<br />

de la persona que pega o hiere a traición” [Brambila]. aY dice (p.<br />

223): “—Bonito judas malora. Ya sé que te picó para soltarte haciendo<br />

tiznaderas…”.<br />

tiznadera. acción baja, fechoría, mala pasada; también barbaridad, atrocidad,<br />

hecho o dicho necio o temerario. Véase cita anterior de aY.<br />

trinchón. eufemismo de chingón, el que sobresale por sus cualidades positivas<br />

o negativas. aY dice (p. 224): “—¡con que tú eres, dichoso don<br />

trinchón!”.<br />

potudo. (de pote [véase].) Que tiene fuerza, vigor, robustez. aY dice (p.<br />

224): “Felipe, como rayo, más potudo, más ágil, alcanzó a trincar al<br />

segundón”.


238 josé rogelio álvareZ<br />

sanquintina. (de san Quintín, ciudad francesa en cuyas inmediaciones las<br />

fuerzas españolas derrotaron a las del condestable montmorency el 10<br />

de agosto de 1557, día de san lorenzo, en memoria de cuyo triunfo<br />

Felipe ii hizo construir el monasterio de el escorial). en sentido figurado,<br />

sanquintina es brava, peleonera. aY dice (p. 225): “…muchacha<br />

loca, eres muy curiosa, tan alborotada y sanquintina”.<br />

mirruña. Pirruña, cosa pequeña. aY dice (p. 232): “…qué, ¿no han oído<br />

hablar y hasta experimentado los toques eléctricos dados con unas<br />

cajitas de mirruña?”.<br />

mandar o irse a la porra. irse o mandar al diablo, al cuerno; desacreditar<br />

a alguien, no hacerle caso, despreciarlo, sobajarlo. aY dice (p. 233):<br />

“…¿qué me duraron? se los llevó la porra, los borró el aire, ni añicos<br />

quedaron de sus resistencias…”.<br />

tirlanga. andrajo y, por extensión, cualquier tela usada que ya no sirve<br />

como lo hizo de nueva. aY dice (p. 254): “…encogiéndose, reduciéndose<br />

como camisa de pobre, a fuerza de lavadas y remiendos: quedan<br />

ya puras tirlangas, de dar lástima…”.<br />

lurio. distraído, divagado, falto de seso. aY dice (pp. 259 y 260): “…lo que<br />

hice fue acatar lo que delante de ti me mandó el lurio, contra mi gusto,<br />

contra las razones que sostuve tanto tiempo…”.<br />

de tarugada. de casualidad. aY dice (p. 279: “…a ver si de tarugada pasa y<br />

se ensarta”.<br />

estramancia. artilugio, mecanismo o artefacto; suele usarse con sentido despectivo.<br />

aY dice (p. 293: “Hay personas que tienen en la memoria extensas<br />

listas de objetos valiosos y curiosos, con mención de sus dueños<br />

y del sitio en que se hallan o se hallaban arrumbados: …una estramancia<br />

de mezquite para encuadernar libros, que fue de los Torres y pasó entre<br />

los tiliches de getsemaní…”.<br />

jaripeo. Fiesta charra; consiste en jinetear reses vacunas o en lazarlas, manganearlas<br />

o pialarlas a caballo o a pie. aY dice (p. 323): “se preparan<br />

rumbosos jaripeos y parejas de caballos”.<br />

ai. adverbio que indica posterioridad de tiempo, lugar o situación; equivale<br />

a después. aY dice (p. 325): “ai otro día, si cumples como es debido estos<br />

encargos, vendré a decirte otras restituciones y reparaciones…”.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 239<br />

agorzomar. agobiar, fastidiar, molestar en exceso; también entristecerse,<br />

achicopalarse, decaer, ir a menos. aY dice (p. 346): “no acabo de explicarme<br />

cómo la tierra pudo soportar tantos años a los Trujillos, que<br />

nos jorobaron, nos agorzomaron bien y bonito, al derecho y al revés”.<br />

bocabajear. Humillar, abatir, desestimar. aY dice (p. 352): “al revés, viene a<br />

mandarte, a bocabajearte, a vengarse, a ponerte en vergüenza…”.<br />

poteforme. “Fingimiento de lo que no se es o manifestación de lo que no se<br />

siente” [Brambila]. aY dice (p. 325): “es injusto que quieras compadecerte<br />

de sus poteformes”.<br />

tambache. (Voz tarasca, según santamaría, quien remite a dávila garibi en<br />

Investigaciones lingüísticas, t. iii, pp. 288 a 289). “envoltorio flojo, lío, bulto<br />

grande de ropa principalmente, o de otras cosas…”, apunta el tabasqueño.<br />

aY usa este nombre sustantivo como montón, número considerable<br />

de cosas; dice en la (p. 356): “no quiso ser heredera de una<br />

buena fortuna por venir a ser sucesora de un tambache de misterios”.<br />

torito. armazón de carrizo en forma de toro, provisto de buscapiés, dentro<br />

del cual va un hombre que enciende esos cohetes y persigue a la gente<br />

en fiestas populares. el drae recoge cinco acepciones de esta voz,<br />

cuatro de ellas americanismos, pero ninguna con el significado que<br />

tiene en méxico. aY dice (p. 357): “…una serenata monstruo y gran<br />

Quema de castillos con sus correspondientes toritos… completaban el<br />

programa”.<br />

7. palabras usadas con frecuencia en méxico ya definidas<br />

por el drae, aunque a veces esa definición sea perfectible<br />

chuparrosa. Pajarito de la familia de los trochílidos, exclusivos de américa,<br />

de canadá a Tierra del Fuego y de las costas hasta las altiplanicies.<br />

existen 650 especies, de las cuales hay 60 en méxico y, de éstas, 28<br />

en Yucatán. recibe también los nombres de colibrí, chupamirto, chupaflor,<br />

chupamiel, picaflor y, a causa de su pequeño tamaño, pájaro mosca. el<br />

drae dice: “amb. méj. colibrí”; y de esta voz: “(de or. caribe.) Pájaro<br />

americano, insectívoro, de tamaño muy pequeño y pico largo y débil.


240 josé rogelio álvareZ<br />

Hay varias especies. || 2. pájaro mosca”. aY dice (p. 42): “no se le escapan<br />

los nombres de los perros que hay en la comarca, y hasta le dan la<br />

guasa, que lo halaga, de saber, con apellidos, los de las golondrinas que<br />

vienen al llano, de las güilotas, calandrias, congas, citos, chuparrosas y<br />

demás pájaros cimarrones…”.<br />

zancudo. (de zanca, la parte más larga de las patas de las aves.) nombre<br />

que se aplica a los insectos del orden Diptera y de la familia Onlicidae.<br />

se trata de numerosas especies de mosquitos chupadores de sangre.<br />

Anopheles (Nyssorhynchus) albimanus es el principal vector del paludismo<br />

en méxico, y Aedes (stegomya) aegypti el trasmisor de la fiebre amarilla. el<br />

drae registra “zancudo, da… 4. m. amér. Mosquito”. aY (p. 42), sigue<br />

diciendo: “…como los de las mariposas, avispas, abejas, moscas, zancudos,<br />

luciérnagas…”.<br />

las once. expresión que alude, por connotación, al almuerzo que toman los<br />

rancheros a esa hora del día. el drae, en la entrada de la voz once, registra<br />

la frase “hacer o tomar las once. fr. Tomar un refrigerio ligero entre<br />

las once y las doce de la mañana, o a diferentes horas de la tarde, según<br />

los países”. aY dice (p. 42): “las once y la merienda o chocolate de las<br />

cinco, aparte de los antojos, que llama tentempiés, se los hace servir<br />

en el corredor”.<br />

gorda. Tortilla de maíz cuyo grosor excede de lo regular. el drae recoge<br />

una definición parecida en la 15ª acepción de esta voz: “f. méj. Tortilla<br />

de maíz más gruesa que la común”. aY dice (p. 43): “…entre una y<br />

dos, la comida: cocido, principio, carne, frijoles, en platos copeteados,<br />

con abundancia de gordas…”.<br />

enchilada. Tortilla de maíz enrollada o doblada, frita en salsa de chile y<br />

aderezada con cebolla y queso. el drae dice: “f. guatemala, méjico y<br />

nicaragua. Tortilla de maíz enrollada o doblada, frita, y aderezada con<br />

salsa de chile y otros ingredientes”. aY dice (p. 43): “…hacia las ocho<br />

de la noche, la cena: chocolate en leche, leche, carne, frijoles, más tortillas,<br />

y, frecuentemente, enchiladas, pollo, pozole…”.<br />

tequila. (de Tequila, población del estado de Jalisco.) aguardiente obtenido<br />

de la fermentación y destilación de la piña de la planta xerófita Agave<br />

tequilana Weber, en sus variedades azul y xiguin. el drae dice: “m. Be-


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 241<br />

bida mejicana semejante a la ginebra que se destila de una especie de<br />

maguey”; y en la entrada “ginebra 2 . (del fr. genievre, enebro.) f. Bebida<br />

alcohólica obtenida de semillas y aromatizada con las bayas del enebro.”<br />

aY dice (p. 43): “Puede perdonar algunos tentempiés durante el<br />

día; pero no las once: tequila o pulque si lo hay…”.<br />

pulque. (Voz taína, del grupo lingüístico arahuaco, propio de las grandes<br />

islas del caribe al producirse el descubrimiento de américa.) Bebida<br />

fermentada obtenida del aguamiel que se extrae principalmente del<br />

maguey Agave atrovirens. el drae dice: “(de or. mejicano.) m. Bebida<br />

alcohólica, blanca y espesa, del altiplano de méjico, que se obtiene<br />

haciendo fermentar el aguamiel o jugo extraído del maguey con el<br />

acocote”. Véase cita de aY en la nota anterior.<br />

chicharrón. Piel del cerdo frita en su propio pringue. el drae registra parecida<br />

definición en la cuarta acepción de esta voz: “méj. Piel del cerdo<br />

joven, oreada y frita”. aY menciona los chicharrones en la p. 43.<br />

güila. Voz ya registrada por el drae: “m. vulg. méj. prostituta”, aun cuando<br />

la inicial del sustantivo debe ser f. y no m. aY dice (p. 45): “nunca le<br />

gustaron las uniones pasajeras, ni las güilas de oficio”.<br />

jején. mosca diminuta del orden Diptera, familia Heleidae y género Culicoides.<br />

dice el drae: “(Voz haitiana.) insecto díptero, más pequeño que el<br />

mosquito y de picadura más irritante. abunda en el mar de las antillas<br />

y en otras regiones de américa”. aY (p. 54) usa este vocablo como<br />

adjetivo: “abijeo. nube de jején…”.<br />

trácala. “engaño con tinte de fraude” [Brambila]. dice el drae: “méjico y<br />

Puerto rico. Trampa, ardid, engaño”. aY dice (p. 54): “el rancho de<br />

Belén fue la residencia preferida de don epifanio Trujillo, desde que lo<br />

tracaleó a los hijos del difunto Teódulo garabito”.<br />

fletar. Hacer algo de mala gana. el drae registra una novena acepción de<br />

esta voz: “méj. encargarse a disgusto de un trabajo pesado”. aY dice<br />

(p. 60): “Yo era de los que no faltaba, aunque rodara el mundo y tuviera<br />

que soplarme el catecismo y fletarme a la rezandera…”.<br />

sotol. nombre que se aplica a varias especies de plantas del género Dasylirium<br />

Zucc., de la familia de las liliáceas. del tronco a cabeza, azado y<br />

fermentado, se obtiene una bebida alcohólica; y de las hojas, una fibra


242 josé rogelio álvareZ<br />

textil para objetos artesanales y material para techos. el drae registra:<br />

“sotol. m. méj. Planta liliácea de la que se obtiene una bebida alcohólica<br />

que recibe el mismo nombre”. aY dice (p. 112): “—sí, traía pantalones<br />

y no calzones como acá se usa, chaqueta y no pura camisa, sombrero<br />

galoneado y no de sotol”.<br />

fregar. molestar, enfadar, fastidiar. el drae dice en la tercera acepción de este<br />

vocablo: “amér. Fastidiar, molestar, jorobar”. aY dice (p. 130): “…ellos<br />

no se friegan meses o semanas ensayando como los pastores, ni hacen<br />

gastos de vestidos, ni cantan, ni bailan, ni sufren, ni se abochornan…”.<br />

de a tiro. expresión adverbial que equivale a por completo, sin duda alguna. el<br />

drae registra de al tiro: “guatemala. de una vez, enteramente, totalmente”.<br />

aY dice (p. 172): “—rómulo, qué tal, óyeme, tengo por allí<br />

un encargo de mi padre, ya de a tiro ni la amuelas: dice que le estás<br />

viendo la cara…”.<br />

retobado. Porfiado, caprichoso, testarudo. el drae dice: “…2. adj. américa<br />

central, ecuador y méjico. respondón, rezongón… 4. argentina,<br />

méjico y uruguay. enojado, airado, enconado”. aY dice (p. 212): “…el<br />

enojo fue porque se me salió del huacal y brincó las trancas; pero principalísimamente<br />

por soberbio y retobado…”.<br />

bola. la revolución mexicana de 1910 a 1917. el drae registra una décima<br />

acepción de esta voz: “méj. riña, tumulto, revolución”. aY dice (p.<br />

216): “…propiamente no anduvo en la bola, pero tuvo y tiene comal y<br />

metate con los principales cabecillas…”.<br />

camelar. atisbar, observar recatadamente. el drae dice: “…4. méj. Ver,<br />

mirar, acechar.” aY dice (p. 224): “…camelando mientras hablaba, se<br />

arrojó a rejuntar del suelo la pistola que había tirado…”.<br />

chivarras. “chaparreras de piel de chivo, con pelo” [lie]. el drae dice: “méj.<br />

calzones de cuero peludo de chivo”, definición que sería correcta si se<br />

cambiara la voz calzones por la de zahones, que en el español de españa<br />

significa chaparreras. aY dice (p. 228): “cuando se presentó, traía chivarras<br />

con espuelas, una cuarta en la mano y el sombrero galoneado…”.<br />

ñengo, ga. el drae dice: “adj. méj. desmedrado, flaco, enclenque”. aY<br />

dice (p. 269): “Tierras ñengas, machorras, como el cielo, a su imagen y<br />

semejanza. Ñengas”.


mexicanismos en la n ov e l a las tIerras flacas de agustín yáneZ 243<br />

jorongo. Frazada o cobija hecha de lana. el drae dice: “m. méj. especie<br />

de poncho, sarape”. aY dice (p. 295): “…para qué quiero jacal si aquí<br />

tengo mi jorongo”, o sea, que éste le basta para cobijarse.<br />

en greña. en ciernes, muy al principio. el drae recoge esta expresión en<br />

una de las frases incorporadas a la entrada greña: “en greña. loc. adj. en<br />

rama, sin purificar o sin beneficiar. Plata en greña”.<br />

chicote. azote largo de cuero, delgado y flexible. el drae dice: “…3. amér.<br />

látigo”. aY dice (p. 337): “Parece que no entienden de otro modo la<br />

autoridad, que con el chicote en la mano”.<br />

paliacate. el drae dice: “(de or. nahua.) m. méj. Pañuelo grande de vivos<br />

colores, usado por la gente del campo”. Todas las fuentes consultadas,<br />

menos una, coinciden en que paliacate es voz híbrida formada de<br />

la preposición para, o de palia —lienzo, cubierta—, o de p’al —contracción<br />

de para la—, y del vocablo náhuatl yacatl, que significa nariz.<br />

guido gómez de silva, en cambio, en su Diccionario etimológico de la<br />

lengua española, afirma que paliacate deriva de Paliacat, ciudad de la india<br />

llamada oficialmente Pulicat, situada 35 km al norte de madrás. confirma<br />

este aserto la mención que J.H. Bernardin de saint-Pierre hace<br />

de los mouchoirs de Paliacate en la p. 67 de su novela Pablo y Virginia, edición<br />

de 1788. la circunstancia de que los pañuelos en méxico se usen<br />

principalmente para desahogar o limpiar la nariz, y la semejanza fonética<br />

entre iacate y el vocablo yacatl, originó aquella falsa etimología de<br />

paliacate. se olvidó así que esta prenda se ha usado también en méxico<br />

como pañoleta para la cabeza, mascada para el cuello y embozo para<br />

el rostro, según puede verse en varios libros que reproducen acuarelas<br />

y dibujos de la primera mitad del siglo xix, entre ellos El México<br />

de Guadalupe Victoria (edición privada de cartón y Papel de méxico,<br />

1974), Álbum pintoresco de la República Mexicana, con estampas de la colección<br />

Julio michaud y Thomas (condumex, 2000), y Los mexicanos<br />

vistos por los europeos (Banobras, 1984). de todo lo cual se sigue que no<br />

siempre la mayoría de acepciones conduce a la verdad, y que aun los<br />

testimonios gráficos pueden ser útiles para definir con acierto un vocablo.<br />

así como paliacate viene de Pulicat, calicó deriva de Calicut, casimir<br />

de Cachemira, y otras telas, en uso en la época virreinal, de damasco,


244 josé rogelio álvareZ<br />

rouen, cambray, Holanda y Bretaña. la definición de paliacate podría<br />

ser: “(de Pulicat, ciudad de la india.) Trozo de tela, más grande que<br />

un pañuelo común, con dibujos estampados de vivos colores, usado<br />

como pañoleta, bufanda, mascada, embozo y más generalmente para<br />

limpiar la nariz”. aY dice (p. 166): “el barillero, de bruces y en cruz,<br />

luchaba por defender de robos y perjuicios el tendido de retacerías y<br />

paliacates”.


los cÁrmina Burana<br />

coros laTinos Para mulTiTudes<br />

[245]<br />

estudio y versión rítmica de<br />

Tarsicio herrera Zapién<br />

un caso excepcional son los Cármina Burana (o poemas de Beuren).<br />

se trata de una colección de poesías líricas en latín, muchas de ellas<br />

anónimas, encontradas en el monasterio de Beuren en Baviera, al pie del<br />

danubio.<br />

contaban ya incluso con algunas melodías gregorianizantes que a nadie<br />

interesaban, cuando se apoderó de ellas el ingenio de carl orff en<br />

1937. él decidió ponerles una música que cantaran masas de obreros y<br />

centenares de grupos infantiles.<br />

Para ello creó la música más dinámica y pegajosa que puede imaginarse,<br />

basada más en el ritmo y en la recitación que en la melodía. su éxito fue<br />

fulminante. el terrible Führer adoptó algunos de esos coros como himnos<br />

del nazismo, al lado de ciertas páginas wagnerianas.<br />

al caer Hitler, quedó en entredicho la gloria musical de carl orff. Pero<br />

un cuarto de siglo después de aquel 1945 en que europa fue liberada, ya<br />

el olvido histórico reaccionaba ante el genocidio, y la memoria histórica<br />

comenzó a rescatar la belleza pura de los soberbios coros de orff.<br />

Hoy día los Cármina Burana se representan en todas las formas posibles:<br />

en conciertos sinfónicos, en temporadas de ópera, en programas de<br />

ballet, en recitales de coros. recientemente son usados hasta en arreglos<br />

de rock por los Doors. incluso, esos espléndidos coros orgiásticos son favoritos<br />

para anuncios comerciales que exaltan la “fortuna” que hace falta<br />

para poder comprar ciertos autos de gran lujo.<br />

Hagamos nuestra esa fortuna musical: es un triunfo del ritmo, pero<br />

también de la lengua latina, que ha corrido también parejas durante siglos<br />

con la historia de la música.


246 tarsicio herrera Zapién<br />

canteras para un pórtico<br />

otras obras ganan aplausos. Cármina Burana arranca al público no sólo<br />

ovaciones, sino hasta gritos de júbilo.<br />

entre las particularidades más aclamadas de ambos continentes se<br />

cuanta esta cantata sinfónica de carl orff, al lado de la desgarradora Sinfonía<br />

de Salmos de stravinsky y de los Requiem polarmente opuestos entre sí<br />

de Verdi y de Fauré.<br />

el texto latino, relevante en todas estas obras, no le quita claridad; y sí<br />

les añade resonancia de una tradición de muchos siglos.<br />

la cantata de orff es mina de antítesis.<br />

mientras las óperas de Verdi y Puccini gustan por su texto actual, los<br />

cantos buranos deleitan por el sabroso arcaísmo de sus estrofas redactadas<br />

en el siglo xiii por “clérigos, lo que es igual que decir eruditos”, como<br />

Hugo de orleans:<br />

O Fortuna, velut luna,<br />

statu variábilis.<br />

Pero el latín de esos poemas no es la hermética lengua de los aforismos<br />

de Horacio y cicerón. en los cantos encontrados por schiller en el monasterio<br />

benedictino de Beuren todo es claridad, ritmo, rima regocijada:<br />

Bíbit vélox, bíbit píger,<br />

bíbit álbus, bíbit níger.<br />

los clásicos romanos, por otra parte, medían sus versos por duración<br />

silábica, o sea cuantidad, y casi nunca rimaban. en cambio los poemas de<br />

Beuren, como los himnos de su época, avanzaban hacia las métricas modernas,<br />

al abundar en rimas felices y en versos de medidas constantes.<br />

¿cómo logra carl orff la grandeza por medio de la plena sencillez<br />

expresiva?<br />

comienza por construir con bloque de piedra noble: melodías de llana<br />

claridad. las estructura luego en vastas galerías de ritmos obstinados. Y


los cármIna burana. coros latinos para multitudes 247<br />

estas unidades mayores las dosifica en claroscuros de impacto graduado<br />

entre lo etéreo y lo arrollador.<br />

ante una vasta fachada sugerida por la orquesta en pleno, coloca el<br />

autor a los coros mixtos que comienzan desplegando como pórticos, dos<br />

alucinantes coros de la Fortuna que gobierna el mundo. Junto a ellos, el<br />

barítono pinta luego sin prisas el fresco del Sol sutil, en medio de la escena<br />

de la primavera.<br />

luego de desplegar los senderos de una colorida danza En el prado,<br />

orff nos introduce al salón del palacio donde el tenor parece una hoguera<br />

que chisporrotea las tres agudísimas estrofas de Cisne asado.<br />

recorremos luego ese gran salón en el orgiástico Coro universal de bebedores,<br />

que caldea hasta los cimientos del teatro.<br />

entonces sale a escena, que es como salir a un jardín, la brisa fresca<br />

de la soprano seguida del coro de niños, para ejecutar junto al barítono la<br />

Corte de amores. es el momento apto para que el barítono, ante coros y orquesta,<br />

entone una serenata de acentos medievales, a la soprano que sueña<br />

en su alto aposento:<br />

Siqua sine socio / caret omni gaudio<br />

la muchacha sin galán / de placer carecerá<br />

luego de los coloquios del barítono, asomará ella bajo su ajimez para<br />

entonar:<br />

Stetit puella / ruga tunica;<br />

si quis em tetigit, / tunica tremuit.<br />

llegó la niña / con roja túnica;<br />

si alguno tócala, / tiembla la túnica.<br />

nuevos despliegues del galán y del coro nos pasean por el jardín, hasta<br />

que finalmente nos vemos introducidos a la alcoba donde la soprano medita<br />

en voz baja:<br />

In trutina mentis olubia<br />

fluctuant contraria:


248 tarsicio herrera Zapién<br />

lascivus amor<br />

et pudicitia.<br />

Van en mi mente oscilando<br />

dos pesos contrarios:<br />

mi amor lascivo<br />

y mi recato.<br />

el palacio sinfónico de los cantos de Beuren tiene tres planos conclusivos.<br />

inicialmente, un recorrido por patios y jardines en el coro múltiple:<br />

“el tiempo es gozoso, / oh vírgenes”. luego, la sala del trono de Venus<br />

en el coral poderoso: “¡salve, la hermosísima!” Y por fin, el retorno a la<br />

fachada O Fortuna, velut luna, de múltiples pórticos y ojivas.<br />

cerrado el ciclo de la diosa Fortuna, comienza el cataclismo de vítores<br />

y ovaciones del público. así sucedió en Frankfurt durante el estreno, en<br />

1937. así viene sucediendo cada vez que reaparece esta obra en cualquier<br />

teatro y en cualquier país del mundo.<br />

el ciclo poético que ha originado este monumento musical, era merecedor<br />

de una versión que se ciñera a los variados ritmos y rimas de su<br />

texto latino. así lo hemos intentado. además de poder auxiliar la audición<br />

sinfónica, se impone por su propia majestad verbal.<br />

Traducción en versión rítmica del doctor Tarsicio Herrera:<br />

escena Primera:<br />

fortuna, imperatrix mundi<br />

1. chorus<br />

o Fortuna, velut luna<br />

statu variabilis,<br />

semper crescis<br />

aut decrescis;<br />

vita detestabilis<br />

nunc obdurat<br />

et tunc curat


los cármIna burana. coros latinos para multitudes 249<br />

ludo mentis aciem,<br />

egestatem,<br />

potestatem<br />

dissolvit ut glaciem.<br />

sors immanis<br />

et inanis,<br />

rota tu volubilis,<br />

status malus,<br />

vana salus<br />

semper dissolubilis,<br />

obumbrata<br />

et velata<br />

michi quoque niteris;<br />

nunc per ludum<br />

dorsum nudum<br />

fero tui sceleris.<br />

sors salutis<br />

et virtutis<br />

michi nunc contraria,<br />

est affectus<br />

et defectus<br />

semper in angaria.<br />

Hac in hora<br />

sine mora<br />

corde pulsum tangite;<br />

quod per sortem<br />

sternit fortem,<br />

mecum omnes plangite!<br />

2. chorus (vulnera)<br />

Fortune plango vulnera<br />

stillantibus ocellis,<br />

quod sua michi munera<br />

subtrahit rebellis.


250 tarsicio herrera Zapién<br />

Verum est, quod legitur,<br />

fronte capillata,<br />

sed plerumque sequitur<br />

occasio calvata.<br />

in Fortune solio<br />

sederam elatus,<br />

prosperitatis vario<br />

flore coronatus;<br />

quisquid tamen florui<br />

felix et beatus,<br />

nunc a summo corrui<br />

gloria privatus.<br />

Fortune rota volvitur;<br />

descendo minoratus;<br />

alter in altum tollitur;<br />

nimis exaltatus<br />

rex sedet in vertice–<br />

caveat ruinam!<br />

nam sub axe legimus<br />

Hecubam reginam.


comPosiciones Poco conocidas de manuel Ponce<br />

Y de sus amigos<br />

[251]<br />

Tarsicio herrera Zapién<br />

don manuel Ponce Zavala (1913-1994) es un verdadero clásico de nuestra<br />

poesía “teofánica”. esto lo veremos en una sextina y en un soneto. Y<br />

también es horaciano, como observaremos más adelante en su póstumo<br />

soneto Glosa a mi Carpe Diem. leamos la sextina y el soneto en cuestión.<br />

madrigal en cruZ<br />

al infinito amor<br />

no duelen prendas, y por eso quiso<br />

que un ladrón le robara el Paraíso.<br />

Yo, triste pecador,<br />

sé que en amor divino no hay mudanza,<br />

y en ser ladrón se funda mi esperanza.<br />

[pastorale IuXta crucem<br />

Ille infinitus Amor<br />

gaudet donare, et ideo illi est visum<br />

fuerem rapere ab illo Paradisum.<br />

Ego, tristis peccator,<br />

scio amorem divinum non mutari,<br />

et spem meam constituit furari.]<br />

al traslado de la imagen de guadalupe<br />

cambias de sitio, no de primavera,<br />

pues a donde tú vayas, van las flores;<br />

y por la misma casa donde mores<br />

dará principio el sol a su carrera.


252 tarsicio herrera Zapién<br />

cambias de sitio, no de adoradores,<br />

que te saben amar a su manera<br />

y, al derretir sus almas como cera,<br />

chisporrotean ensordecedores.<br />

ni nosotros cambiamos, adheridos<br />

a tu cielo de astrales palideces,<br />

te sonreímos dando de gemidos.<br />

Y entretejiendo espinas a tus rosas,<br />

te seguirán llevando nuestras preces<br />

las mismas quejas de las mismas cosas.<br />

[ad translatIonem ImagInIs guadalupensIs<br />

Situm mutas, non tamen ver commutas,<br />

quocumque enin adibis, ibunt flores;<br />

et in domo novissima ubi fores<br />

initiabit sol semitas multas.<br />

Situm mutas, at non veneratores,<br />

qui eorum more te amantes exsultant;<br />

ceu cera liquefacti et dum subsultant,<br />

scintillularum jaculant stridores.<br />

At neque nos mutamur: adhaerentes<br />

ad caelum per quod astra subniterent,<br />

subridemus ad te semper gementes.<br />

Intertexentes spinas et rosarum<br />

nostrae preces continuo ad te ferent<br />

rumores earumdem querelarum.]<br />

carpe diem<br />

(glosa a mi soneto)<br />

“Porque el tiempo nomás es una suma”,<br />

porque el tiempo nomás es una resta<br />

según se suba la dorada cuesta,<br />

o nuestro combustible se consuma.<br />

Porque el tiempo nomás es tensa bruma,<br />

porque el tiempo nomás es dura encuesta


composiciones poco conocidas de manuel ponce y de sus amigos 253<br />

alfonso castro pallares<br />

Diminutos esplendores<br />

a la que debe dársele respuesta<br />

de dilección y diligencia suma<br />

Porque el tiempo nomás es la llegada<br />

a lo que es el punto de partida<br />

hacia lo que será nuestra morada.<br />

Porque el tiempo nomás es breve noche<br />

para que se apresure su salida<br />

y la rosa inmortal abra su broche.<br />

[carpe diem<br />

(Mei poematis glossa)<br />

“Est enim tempus tantum quaedam summa”<br />

est enim tempus aliqua substractio<br />

aurei clivi pergit dum ascensio<br />

aut comburendas nostras res consummat.<br />

Est enim tempus tensa quaedam bruma,<br />

tempus est tantum arida inquisitio<br />

cui plena debebitur solutio<br />

dilectione, intensitate summa.<br />

Tempus enim tantummodo est adventus<br />

ad situm ubi semitam pergemus<br />

versus locum quo habebitur conventus.<br />

Tempus enim est nox brevis et sola<br />

ut nostrum iter ire properemus<br />

rosa immortalis pandat quo corollam.]<br />

dentro de una poesía que enlaza la tortura existencial con la firme esperanza<br />

salvífica, don alfonso castro (nacido en 1921, y aún en plena<br />

producción, con su vasta creación El inasible poema roto, 2001) sabe esparcir<br />

mágicos primores líricos.


254 tarsicio herrera Zapién<br />

lo veremos en la celebrada estrofa inicial de su Letanía de las hormigas,<br />

así como en dos de sus centenares de sonetos señoriales. éstos le dan la<br />

razón al propio don alfonso castro, cuando proclama: “soneto, catedral<br />

minúscula”.<br />

de la letanía de las hormigas<br />

¡Pequeños paquidermos relucientes!<br />

¡santas acémilas de carga!<br />

¡Ferrocarril de bienaventuranzas!<br />

¡sumisas bestezuelas proletarias!<br />

¡caravana doliente!<br />

oración y trabajo.<br />

silencio de hacendosas novicias.<br />

recogimiento en romería,<br />

cansancio a cuestas sin rebeldía ni enojo<br />

[eX formIcarum lItanIs<br />

Pachidermta parva scintillantia! 1<br />

prudentes asini onerarii!<br />

Currus beatitudinum ferrate!<br />

Submissae bestiole proletariae!<br />

Dolentium caterva!<br />

Oratio atque labor.<br />

Silentium quo virgines laborant,<br />

mens recolecta inter itinera,<br />

fatigatio ad tergum lente admissa.]<br />

amor herido<br />

roto el amor por el dolor herido,<br />

la angustia herida pero enamorada:<br />

así comienza el hombre su jornada<br />

y acaba el hombre así su recorrido.<br />

Todo amor es un vuelo desmedido,<br />

1 Tan centelleantes estrofas nos invitan a probar el tipo de traducción que octavio paZ (1914-1998)<br />

denominaba transcreación, al elogiar la versión que Haroldo de campos había hecho al portugués, del<br />

poema Blanco de paZ (Vuelta, septiembre de 1997).


composiciones poco conocidas de manuel ponce y de sus amigos 255<br />

una cuerda en tensión o destensada;<br />

dulce marea o amarga marejada,<br />

vela que canta o náufrago perdido.<br />

¡muero! ¡me voy muriendo todo! ¡Y amo!<br />

¡amo el instante que se muere! ¡Y muero!<br />

grítame amor y muerte a su reclamo.<br />

¡Vivo atávica lucha hora tras hora!<br />

Pues me duele el querer y siempre quiero.<br />

Pues quiero este dolor que me devora.<br />

[laesus amor<br />

Rutus amor dolore intimo est laesus,<br />

laesa angustia, amore at est adepta;<br />

ita vir pergit viam per inceptam,<br />

cocludit ita vir vitales gressus.<br />

Omnis amor volatus est immensus,<br />

chorda quaedam, nunc tensa, nunc disiuncta;<br />

suavis fluctus aut tempestas rupta,<br />

concinens vela aut naufragus protensus.<br />

Morior! Lente morior! Et amo!<br />

Amo punctum quo moreris! Et morior!<br />

Clamat amor, auditur mortis clamor.<br />

Vivo luctam atavicam, instantem!<br />

Nam affectus mi dolet et esurio;<br />

esurio dolorem devorantem.]<br />

liturgia<br />

¡esta tarde me sabe a jacarandas!<br />

¡Predican tu cuaresma bugambilias!<br />

¡Y no hay amor en mí! Tus maravillas<br />

no sazonan mi mesa ni mis viandas.<br />

¡me duele esta belleza que me mandas!<br />

me enceguezco los ojos con astillas<br />

y no soporto el brillo con que brillas:<br />

¡no sé por dónde vienes, por dónde andas!


256 tarsicio herrera Zapién<br />

pedro aguirre<br />

Una clásica sencillez<br />

Tengo, señor, derecho a mi tristeza,<br />

tengo derecho a mi melancolía.<br />

¡mas no a andar desahuciado de belleza!<br />

¡Tarde de jacarandas! ¡Qué tersura!<br />

¡Vino de bugambilias! ¡Qué homilía!<br />

¡Y el pobre corazón que no madura!<br />

[lIturgIa<br />

Vesperi dat saporem “jacaranda”!<br />

Quadragesimam clamat “bugambilia”!<br />

Nec amor in me est! Tua mirabilia<br />

absunt a mensa et esca condienda.<br />

Dolet hic mihi splendor quem ostendis!<br />

Paene caeci sunt oculi inter stillas<br />

nec sustineo lucem qua scintillas.<br />

Ignoro quo pervenis, qua contendis!<br />

Iust est penes me, Domine, ad moerorem,<br />

ius paene me ut sit haec melancholia.<br />

At non ius ut destituar splendore.<br />

Vesper “jacarandarum”! O ruborem!<br />

“Bugambiliae” vinum! O homilia!<br />

At miserum cor non gignit vigorem.]<br />

el recién desparecido vate que se llamó Pedro aguirre espinosa (1927-<br />

1997) era tan inspirado poeta como modesto asesor literario de la editorial<br />

Buena Prensa. latinizo aquí el más bello de sus poemas.<br />

no serías infinito<br />

sin flores y sin azules...<br />

serías dios y desierto.


composiciones poco conocidas de manuel ponce y de sus amigos 257<br />

sin arco iris de lluvia,<br />

un señor mojado y muerto...<br />

si sólo existieran hombres,<br />

serías fuerte y conciso.<br />

si sólo hubiera mujeres...<br />

¡qué dios tan bueno y bonito!<br />

Pero sin niños, señor...<br />

¡no serías infinito!<br />

[non esses certe InfInItus<br />

Sine flore nec caeruleo...<br />

Deus esses, at desertus.<br />

Sine iride pluviali,<br />

Dominus madidus, mortuus...<br />

Si tantum homines essent,<br />

fortis esses et concisus.<br />

Si tantum essent mulieres,<br />

Deus bonus, exquisitus.<br />

At sine pueris, Domine,<br />

non esses certe infinitus!]<br />

el ámbito de las artes es uno de los terrenos en que la riqueza de méxico<br />

llega hasta la sobreproducción. Y, entre ellas, ocupa un lugar señero<br />

nuestra elevada creación lírica. Puesta en latín, adquiere una resonancia<br />

aún más elevada.<br />

así sucede con esta página, que puede servir de epitafio a uno de los<br />

más queridos vates mexicanos:<br />

horal de Jaime sabines (1925-1999)<br />

el mar se mide por olas,<br />

el aire por alas,<br />

nosotros por lágrimas.<br />

el aire descansa en las hojas,<br />

el agua en los ojos,<br />

nosotros en nada.<br />

Parece que sales y soles<br />

nosotros y nada...


258 tarsicio herrera Zapién<br />

[HORARIUM<br />

Mensuras mare per undas<br />

aerem per alas,<br />

nos ipsos per lacrymas.<br />

Requiescit aer in foliis,<br />

aqua autem in oculis,<br />

nos autem in nihilo.<br />

Videtur quod sales et soles<br />

nos ipsi atque nihil.]


el HuiTlacocHe insomne Y oTras eTimologías*<br />

[259]<br />

salvador díaZ cíntora<br />

Omnis saturatio mala, decía un viejo médico de almodóvar del campo, bien<br />

conocido de todos nosotros, y él mismo traducía: “toda hartazga es mala”.<br />

Temiendo yo, pues, llegar a producir hartazgo en esta academia con mi<br />

tema ya añejo de los arabismos mexicanos, hoy sólo voy a mencionarlo<br />

de pasada y a guisa de preámbulo, para pasar en seguida a la materia de<br />

este pequeño estudio. así, no más por no perder la costumbre y a título<br />

de mera curiosidad, empezaré hablando de una etimología árabe perfectamente<br />

válida, pero, en el caso, de un mexicanismo inexistente, aunque lo<br />

registre algún diccionario.<br />

Para dejarnos de enigmas, vamos al grano, aquí literalmente, porque<br />

quiero tratar de uno, dulce para más señas. en árabe, en efecto, habbat alhulwa<br />

(la academia dice al-haluwa en la última parte), literalmente, repito,<br />

el grano dulce, es nombre que se da al anís; los colegas del galeno de almodóvar<br />

habrán preferido acaso, por su abolengo griego, anisûn, derivado<br />

de ánison (la academia pone, quién sabe por qué, ánisos, en masculino); tal<br />

hace, por ejemplo, avenzoar (muerto en sevilla en 1162) en su Kitâb al<br />

agdiya (Tratado de los alimentos, ed. 1992, pp. 91 y 112), donde nos dice, entre<br />

otras cosas, que limpia el pecho y el pulmón, cosa que como inveterado<br />

fumador tengo muy en cuenta; el anís, en consecuencia, es una de mis<br />

bebidas favoritas.<br />

retomemos nuestro étimo; habbat al-haluwa se conserva en español<br />

bajo tres formas: matafalúa, matalahúva y matalahúga. Para el propósito de<br />

este trabajo, son las dos últimas las que nos interesan; en cualquiera de<br />

ellas se observa aféresis de las primeras letras, ha; tendríamos, pues, *batalhaluwa;<br />

luego metátesis, *batallahuwa; cambio de la be en ene, por el mismo<br />

* Trabajo leído en sesión ordinaria de 26 de julio de 2001.


260 salvador díaZ cíntora<br />

punto de articulación: ambas son bilabiales; la w, en cambio, se transforma<br />

en ve; consumados estos cuatro cambios, ya tenemos matalahúva; por una<br />

arbitraria posterior evolución se produce, en fin, matalahúga.<br />

imposible determinar qué tanto se haya usado la palabra matalahúga en<br />

méxico; me parece que hoy todos decimos anís. sorprende, pues, hallar<br />

una entrada matalanga en santamaría; la única fuente es un tal Herrera,<br />

supongo que el doctor alfonso; no se da etimología, pero con lo que llevo<br />

dicho está, creo, suficientemente clara. resta sólo explicar el paso de<br />

matalahúga a matalanga, y es, desde luego, la cosa más fácil del mundo: una<br />

falta de ortografía en la omisión de la hache y una u mal formada y leída por<br />

Herrera como ene. Matalanga es, pues, una simple grafía errónea, que no<br />

podemos tener por palabra viva en tiempo alguno. Que cosas así sucedan,<br />

lo podemos ver claro por un caso análogo, el de zirigileya. santamaría nos<br />

dice que es el “mamífero llamado también zarigüeya”. aquí parece que el<br />

lexicógrafo quiso decir *zirigüeya, forma bien posible por asimilación de<br />

vocal en las dos primeras sílabas, pero el segundo punto de la diéresis quedó<br />

pegado a la punta de la derecha de la u, de modo que en vez de u con<br />

diéresis se leyó il; en este caso no se cita, además, una sola fuente; parece<br />

que podemos, sin gran temor a equivocarnos, tener tal entrada por simple<br />

error, de mano o de imprenta. ¿Qué decir del hecho de que ambas palabras<br />

sean conocidas, iguales hasta en eso, por el 12% de los informantes? simplemente<br />

que el hecho es que dicen haberlas oído, no que las hayan oído<br />

realmente, y no me voy a meter en más ponduras respecto a informantes<br />

y porcentajes, que no son mi materia en esta plática.<br />

Hablemos ya del huitlacoche; nuestra venerable autoridad para su etimología<br />

es rémi siméon. muchas veces, a lo largo de más de un siglo, se ha<br />

tratado de justificar tal etimología; recientemente, por ejemplo, escribía ricardo<br />

muñoz Zurita: “de hecho, la raíz (e. d. cuitlatl, paréntesis mío) forma<br />

parte de uno de los emperadores aztecas (sic), cuitláhuac, que significa el<br />

excremento seco de los sacerdotes ancianos con que se hacía el piso de los<br />

adoratorios que se encontraban en la cima de los teocallis”. ¿de dónde sacó<br />

eso? no parece sino una leyenda para sostener la merdosa etimología. confieso,<br />

en todo caso, no haber leído nunca en las fuentes antiguas referencia<br />

alguna a esos adoratorios aztecas tapizados de excremento jerárquico.


el huitlacoche insomme y otras etimologías 261<br />

Por mi parte he rechazado siempre esa derivación, prácticamente oficial.<br />

las palabras, dentro de una misma lengua y no sólo al pasar a otra,<br />

van cambiando; acabamos de ver en el español tres formas diferentes de<br />

una palabra para designar el grano del anís. ¿se pretenderá que toda palabra<br />

nahua tuvo siempre la forma en que la recogieron los frailes en el<br />

siglo xvi? Cuitlacochi, tal cual, ya aparece en el Códice Florentino hacia el<br />

final del libro xi. lo que suena es, en efecto, cuítlatl, excremento, y cochi,<br />

dormir, pero ¿sonó así siempre? supongamos, por ejemplo, que de las tres<br />

variantes de marras para el grano dulce sólo tuviéramos matalahúva; ¿qué<br />

es lo que suena? Pues nada, diría alguien, que de él se hace un licor tan<br />

bueno que de plano mata la uva, es decir, que en cuanto usted lo prueba,<br />

el vino murió para usted. sabemos que no es así, que aquí no hay nada ni<br />

de matar ni de uva, y del mismo modo creo, y voy a sostener ahora, que<br />

en el nombre aborigen de esa delicia que es la ustilago no hay ni dormir ni<br />

excremento, y me extraña se hayan tragado tantos y por tan luengos años<br />

tan chistosa etimología.<br />

Propongo aquí, como forma precedente de cuitlacochi, *cuentlacotzin.<br />

Tres fenómenos han de explicarse para que tal forma sea fonéticamente<br />

posible:<br />

Primero: el paso de e a i; la encontramos con frecuencia, por ejemplo en el<br />

caso, de sobra conocido, de cintli por centli, que es el nombre del maíz;<br />

en los Cantares mexicanos ocurren cuiponi por cueponi, florecer; nimi por<br />

nemi, vivir; nipapan por nepapan, diverso, diferente; véanse las citas en<br />

Bierhorst.<br />

segundo: la elisión de la ene, frecuente también; en las fábulas de esopo<br />

del mismo manuscrito de Cantares mexicanos se lee quiqua por quinqua,<br />

(ellos) comen, 216 r.; onococuic por onoconcuic, tomé, 217 r.; itetoliniliz por<br />

intetoliniliz, su aplicación (de ellos), 219 r., donde es de notar que la<br />

caída de la ene se produce aun cuando en el primer caso y en el último<br />

afecta el sentido en cuanto que desaparece la pluralidad de sujetos, que<br />

el lector tiene así que deducir del contexto.<br />

Tercero: cambio de tz por ch; sabida es su frecuencia por mexicanismos<br />

como chípil, de tzípitl o tlacuache, de tlaquatzin, pero tan se daba en el na-


262 salvador díaZ cíntora<br />

hua mismo que en los Cantares mexicanos encontramos tal cambio aun<br />

en casos en que no se ha producido al pasar las palabras al español, v.<br />

g. Huexochinco por Huejotzingo.<br />

Queda con esto claro que el paso de *cuentlacotzin a cuitlacochi es perfectamente<br />

posible dentro de la fonética nahua. ahora bien, ¿qué quiere decir<br />

*cuentlacotzin? es palabra compuesta cuyo primer elemento es cuémitl, sementera,<br />

tierra de labranza, que en composición da cuen, v. g. en cuenchihualiztli,<br />

que es la agricultura; el segundo elemento es originalmente tlacoton,<br />

tumorcillo, reemplazada la terminación despectiva ton por la reverencial<br />

y de cariño -tzin, lo que parece perfectamente natural tratándose de un<br />

sabroso comestible. Tumorcillo, pues, de la milpa, es la etimología que propongo;<br />

una realidad de inmediato perceptible, en vez de ese excremento<br />

durmiente que nos han ofrecido por más de un siglo los eruditos.<br />

ahora bien, explicado el primer elemento de cuitlacochi, ya tenemos<br />

el correspondiente de Cuitláhuac; el segundo no ofrece duda, y significa<br />

seco, del verbo tlahuaqui, secarse; para su formación véase la gramática de<br />

carochi (ed. 1892, p. 454). Milpa seca, entonces; antiguamente el nombre<br />

de una isla al oriente de xochimilco, en lo que ahora, con el topónimo<br />

acortado, se llama Tláhuac; acaso aludiera en un principio al contraste entre<br />

su sequedad y las vecinas chinampas. Tratándose de personas, podría<br />

referirse, quizá como apodo, al propietario de una tierra de tales características;<br />

milpa seca, pues, con lo que ya no tenemos que imaginarnos al hijo<br />

de axayaca salpicado de heces, sacerdotales o no; ni podrá decirse que es<br />

nombre extraño; basta con pensar en el apellido español Páramo, que es<br />

por definición “terreno yermo, raso y desabrigado” (drae).<br />

un caso parecido a los anteriores lo tenemos en machincuepa. santamaría<br />

nos dice, tomándolo de robelo: “del azteca maitl, mano, y tzincuepa,<br />

voltear el trasero”, y el drae actual: “del nahua maitl, mano, tzintli, culo,<br />

y cuepa, volverse de lado o de la otra parte”. una vez más, los etimólogos<br />

no han ido más allá de lo que oyen, y desde luego, cualquiera se da cuenta<br />

de que para “volverse de lado o de la otra parte” la mano no interviene<br />

para nada. ¿o es que, siguiendo la clarísima etimología, para volverse, por<br />

ejemplo, por el flanco derecho o el izquierdo, hay que ponerse la mano en


el huitlacoche insomme y otras etimologías 263<br />

el culo? sería chistoso que así hubiera sido en los ejércitos de los pueblos<br />

nahuas, y yo francamente no lo creo, acaso por no haberme adentrado lo<br />

suficiente en la cosmovisión (creo que así la llaman) de aquella cultura;<br />

pero regresemos a la lengua.<br />

suelen las palabras de otro idioma, en su paso al nuestro, perder la<br />

sílaba pretónica, v. g. ciudad, de civitate, traidor, de traditore, caudal, de capitale.<br />

en una de nuestras fuentes principales sobre los antiguos mexicanos,<br />

el códice Florentino (ii, 18 v., o en la ed. de anderson y dibble, ii, p. 47),<br />

encontramos el verbo reflexivo mayotzincuepa (en gerundio, cf. carochi,<br />

p. 444). elidida la sílaba pretónica, yo, según acabamos de ver, nos queda<br />

matzincuepa, y pues el grupo tz cambia en ch como decíamos en el caso de<br />

huitlacoche, punto tercero, ya tenemos machincuepa. los elementos de que se<br />

forma son mo, prefijo de reflexivo, que pierde su vocal por empezar con<br />

vocal el siguiente elemento; ayotzin, calabacita, y cuepa, volverse, dar vuelta,<br />

dar de vueltas. lo que hay aquí entonces, etimológica y semánticamente,<br />

es el hecho de dar de vueltas como una calabacita, y los etimólogos llevan<br />

cien años metiendo mano y culo donde no tienen nada que hacer.<br />

afortunadamente, parece que no hay muchos casos como los anteriores,<br />

que necesitan una urgente revisión. dejamos por ahora este tipo de<br />

palabras y pasemos a otro, el de aquellas de que no se ha dado hasta ahora<br />

etimología alguna. muy pocas veremos aquí, y voy a empezar con la palabra<br />

cuaco. Hace años di su etimología en mis notas a las fábulas de esopo,<br />

que no se publicaron en la edición de Tacámbaro. la derivo del mexicano<br />

quáitl, cabeza, perdida la terminación -itl por estar en composición, y el<br />

adverbio aco, arriba; animal, pues, que sobre el cuello erguido mantiene<br />

en alto la cabeza, como hace, en efecto, un buen caballo. lo contrario del<br />

cuaco era, en lo antiguo, el cuatatán, palabra cuya única fuente, para icazbalceta,<br />

era la novela Astucia, de 1865.<br />

el primer elemento es de nuevo, quáitl cabeza, y el segundo el adverbio<br />

tlani, abajo, con reduplicación intensiva, es decir tlatlani; un jamelgo gacho,<br />

entonces; la palabra ya había caído en desuso en tiempo de don Joaquín, al<br />

menos en la ciudad de méxico y en sus alrededores.<br />

el mismo tipo de formación, es decir con el adverbio como elemento<br />

final, lo encontramos en la voz chinaco. la etimología propuesta por eufe-


264 salvador díaZ cíntora<br />

mio mendoza: “del mex. xinaca, desnudo”, ya la rechazaba, y con razón,<br />

icazbalceta, puesto que no existe tal palabra. el vocablo se compone de<br />

tzintli, culo (aquí sí, dénsele cuantas vueltas se quiera), perdida la terminación<br />

-tli por la composición, y aco, arriba. Trátase, pues del pobre individuo<br />

que tanto se agacha que es aquella parte la que sobresale de su ruin humanidad.<br />

no es necesario decir que había indios conservadores, y recordemos<br />

que la primera fuente para tal palabra es la ya mencionada Astucia de<br />

inclán, citada por icazbalceta, que dice: “desde luego se conocía que era<br />

un chinaco cualquiera, tan ladino como cobarde”.<br />

no quiero terminar sin dedicar unas palabras a nahuatlismos centroamericanos.<br />

a petición de la asociación de academias he mandado hace<br />

una semana a madrid las etimologías de varios de ellos, algunos a mi juicio<br />

muy interesantes o al menos curiosos; daré unas cuantas muestras.<br />

amuseparse. Hond. entristecerse y sentir melancolía, generalmente por<br />

nostalgia. del nah. mocepoa, entumirse.<br />

apajuilarse. el salv. y Hond. sentirse triste y afligido. del nah. pahtli, veneno,<br />

y xohuili, pescado parecido a la trucha, cf. envarbascar en el drae.<br />

despozolar. coloq. rur. Hond. arrancar uno o varios dientes a alguien.<br />

del prefijo esp. des- y el nah. pozolli, por la semejanza con los granos enteros<br />

del maíz.<br />

tayacanear. Hond. dirigir, orientar o guiar a un grupo de personas. del<br />

nah. teyacana, conducir.<br />

tetunta. despect. coloq. el salv. y Hond. cabeza humana. del nah. tetontla,<br />

lugar lleno de pedrezuelas.<br />

tocoyal. m. guat. cinta de lona que usan los indígenas para adornar el<br />

cabello. del nah. toquayáhual, lo que rodea nuestra cabeza.<br />

Para mí ha sido un doble placer, por una parte, conocer palabras que,<br />

siendo de nuestra lengua, no había yo leído ni oído en mi vida, por otra,<br />

poder contribuir con mi granito de arena, como dicen, a aclarar su sentido,<br />

y espero que, aun no siendo mexicanismos, no parecerá que estuvo de más<br />

el ponerlos aquí como remate de este discursillo.


la LOA <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> INFANCIA de sor Juana*<br />

[265]<br />

salvador díaZ cíntora<br />

Hace algún tiempo me mostraba un viejo amigo, el historiador augusto<br />

Vallejo de Villa, una fotocopia de manuscrito del siglo xviii cuya parte<br />

final lleva un título que la caracteriza como Loa satírica en una comedia en la<br />

festividad del Corpus. algunas palabras que ahí veía lo llevaban a pensar que<br />

podría ser la famosa loa perdida de la infancia de sor Juana inés de la cruz,<br />

pero estando la pieza escrita en una mezcla de nahua y español no podía<br />

siquiera tratar de verificar aquella sospecha sin la traducción de la parte<br />

escrita en lengua mexicana.<br />

de momento vi la cosa con el natural escepticismo, pero luego, dada la<br />

brevedad de la obrita, trescientos treinta versos, pensé que tal vez valía la<br />

pena aclarar el asunto, y me puse a traducir, e iba pasando cada partecita de<br />

mi versión a mi amigo, conforme iba saliendo; al terminar, curiosamente,<br />

quedaba tan convencido como él de que en efecto estábamos ante la loa de<br />

la infancia, por tanto tiempo considerada perdida. uno tras otro habían ido<br />

apareciendo en el texto indicios que, sin gran peso si se toman aisladamente,<br />

ya en conjunto, sumadas sus fuerzas, llegan a crear convicción.<br />

la pequeña pieza está escrita en versos octosílabos con rima asonante,<br />

como los romances. a la parte propiamente satírica, de ciento sesenta versos,<br />

en que no llega a mencionarse el objeto de la fiesta, sigue otra parte,<br />

seria ésta y sin asomo ya de sátira, que, según reza su título, “aplaude la fineza<br />

que el señor hizo en quedarse sacramentado con los hombres”. esta<br />

parte consta de ciento setenta versos.<br />

la disposición en que se da la mezcla de lenguas se diferencia en<br />

ambas partes en cuanto que en la primera vemos mezclarse en un mismo<br />

renglón español y nahua sin ningún orden fijo, mientras que en la segun-<br />

* discurso leído en la academia mexicana de la lengua, sesión de 9 de agosto de 2001.


266 salvador díaZ cíntora<br />

da, que reproduce el diálogo de un indio y un español sobre el misterio<br />

eucarístico, se dan lógicamente bloques de versos en un mismo idioma,<br />

según el hablante en turno, con cierto elemento de ficción que supone el<br />

hecho de entenderse y responderse coherentemente hablando en lenguas<br />

distintas.<br />

ambas loas, o quizá más bien ambas partes de una misma loa, satírica<br />

y seria sucesivamente, aparecen como parte final de un manuscrito misceláneo<br />

que consta de veinte piezas. al final de la pieza 18 encontramos<br />

la que podemos llamar fórmula de sujeción, por la que quien escribe sujeta<br />

todo lo precedente a la corrección de la iglesia, fórmula de rigor en aquel<br />

tiempo, aunque sin un formato fijo; sor Juana a veces usó siglas para el<br />

caso, como en el Neptuno alegórico. según esto, aquí tendríamos todo lo<br />

antecedente, puesto que esta fórmula era prácticamente de colofón, sujeto<br />

al juicio de la iglesia, no lo que sigue, pues al final de las loas que aquí<br />

nos interesan la fórmula no se repite, y esto fue lo primero que me llamó<br />

la atención. si se piensa un poco, la razón no es muy difícil de hallar: las<br />

piezas 1-18 son nuevas, o en todo caso recientes, y hay que someterlas<br />

a la corrección, a la censura eclesiástica; las dos que siguen son de una<br />

persona ya difunta, cuya ortodoxia se considera más que suficientemente<br />

probada, y para cuyos escritos tal formalidad resulta en cierto modo innecesaria.<br />

de no ser éste el caso, la fórmula debería repetirse; un ejemplo de<br />

esto lo hallamos en la Carta Atenagórica: “... este papel —dice la primera<br />

vez— lo sujeto en todo a la corrección de nuestra santa madre iglesia<br />

católica”; luego tiene que añadir otras páginas, esenciales para el propósito<br />

de dicho papel, y al final de lo añadido reaparece la fórmula: “Vuelvo a<br />

poner todo lo dicho debajo de la censura de nuestra santa madre iglesia<br />

católica, como su más obediente hija. Iterum vale”, y así precisamente concluye<br />

la carta.<br />

inmediatamente después de la fórmula de sujeción sigue una cuarteta en<br />

mexicano que, por no formar parte de la pieza, al principio no había yo<br />

pensado traducir, pero augusto insistió, y al fin lo hice, con alguna libertad,<br />

que en seguida explico; es la que pasó mi amigo a La Jornada, que la<br />

publicó el domingo 5, y que dice:


la loa de la InfancIa de sor juana 267<br />

Los jades y las turquesas<br />

no salen por ningún lado;<br />

apenas los extraemos<br />

como coyotes gritamos.<br />

el juicio valorativo que implica el llamar jade o turquesa una producción<br />

literaria no puede, en la especie, referirse a lo que antecede en el<br />

manuscrito, es decir a las piezas 1-18 inclusive, que apenas se están sometiendo<br />

a la corrección de la iglesia, pues sería como decirle: santa madre,<br />

esto que someto a tu buen juicio es, sábetelo de antemano, jade y turquesa.<br />

impensable y descarada expresión de prejuicio que vendría haciendo nugatoria<br />

la fórmula de sujeción, haciendo, repito, burla de ella, cosa a que<br />

en aquellos tiempos nadie se hubiera atrevido. los versos se refieren, por<br />

tanto, a lo que sigue, a aquello que ya se estimó innecesario poner al amparo<br />

de la fórmula por considerarlo cosa juzgada, y juzgada buena.<br />

Hablé de libertad en la traducción de esta cuarteta; era necesaria, pues<br />

la lengua en que está escrita es algo corrupta. la transmisión manuscrita<br />

para sucesivas representaciones, dado que la lengua mexicana empieza, a<br />

finales del siglo xvii, su periodo de franca decadencia, propicia la entrada<br />

de formas corruptas, que en general habrá que explicar en las notas a la<br />

edición de la loa. en esta cuarteta encuentro, en los dos últimos versos,<br />

falta de concordancia en las personas de las formas verbales; para el verbo<br />

extraer tenemos en el texto toconnextiz, que es realmente extraerás; para gritar,<br />

lo que vemos es tecocoyotica, a la letra, gritan o grita; es decir, en el primer caso<br />

segunda de singular, en el segundo, tercera de singular o de plural.<br />

no es difícil restituir por conjetura el que habrá sido texto original:<br />

in ayaya otoconnexti<br />

huel titecocoyotica,<br />

literalmente: apenas los has encontrado, (ya) estás gritando. es decir, segunda<br />

persona de singular en ambos casos. muchas de estas conjeturas y restituciones<br />

serán necesarias, y es cosa perfectamente normal: el tocotín en<br />

honor de san Pedro nolasco (1677), impreso por primera vez y reimpreso<br />

(1689) en vida de sor Juana, no expuesto por tanto a las casi inevitables


268 salvador díaZ cíntora<br />

deformaciones que acarrea la transmisión manuscrita, tiene, sin embargo,<br />

errores de este tipo: impan por ipan, sobre, plural por singular (sobre muchos<br />

en vez de sobre uno); tehuatl por yehuatl, tú por él; errores, pues, de persona<br />

y de número, y también formas tan claramente corruptas como miechtin,<br />

traducido en las notas como todos, pero forma inexistente en el mexicano<br />

clásico, y que no es sino contaminación vulgar de miectin, muchos con mochtin,<br />

todos; hablamos de una composición de 48 hexasílabos; piénsese lo<br />

que será en una de más de trescientos octosílabos.<br />

lo que es inconcuso es que aquí tenemos el grito, evidentemente de júbilo,<br />

que damos, o que das, si nos atenemos al original, al topar con jades y<br />

turquesas. algo extraordinario, sin duda, juzga tener entre manos el que así<br />

introduce la loa que sigue a tales ponderaciones; su impresión al descubrir<br />

aquello, y nótese que escribe precisamente en amecameca la fórmula de sujeción,<br />

debe haber sido como la nuestra, y aunque te muerdas un poquitín<br />

la lengua para acallar el grito, se te sale a la larga muy a tu pesar.<br />

cabe recordar aquí también, en todo caso, que el multicitado tocotín<br />

circuló por primera vez en edición suelta y anónima, y sólo años después<br />

fue recogido en la Inundación Castálida. Pero el tocotín se escribió en méxico,<br />

donde sor Juana ya era famosa y guardaba sin duda sus originales, mientras<br />

el papelillo de la infancia se lo habrá dejado en su pueblo, donde habrá<br />

empezado a correr de mano en mano, sin que ella, ya en la cima de su renombre<br />

y valimiento, se ocupara de recobrarlo.<br />

los dos primeros versos de la loa dicen:<br />

Cenca huel nipinauhtihuitz<br />

con sobrada desvergüenza,<br />

donde la primera línea podría traducirse<br />

apenadísima vengo,<br />

y digo podría porque la moción de género no está obviamente en el nahua,<br />

y éste del género es asunto que trataré en seguida. observamos de inmediato<br />

la contradicción evidente entre el primer verso y el que le sigue; para<br />

mí es rasgo saladísimo de innata coquetería. no hay tal pena, desde luego,


la loa de la InfancIa de sor juana 269<br />

pero, por otra parte, ¿sabrá la futura poetisa que está empezando brillantemente<br />

su loa con un oxímoron? la palabrita sigue siendo rara, y tanto, que<br />

el drae, que ya recoge de todo, aun no le ha dado la entrada que merece.<br />

en todo caso, es el ingenio el que espontáneamente crea las figuras que<br />

luego los retóricos bautizan, y si algo tiene esta niña es precisamente ingenio.<br />

cultura, desde luego, y aun a tan temprana edad, no le falta, y ambas<br />

cosas se combinan felizmente en más de un pasaje de nuestra loa; a veces<br />

el ignaro copista no entiende la para él demasiado culta palabra, y la deforma<br />

de modo que la crítica textual ha de venir al quite a restituirla. así,<br />

en la línea 12, ca zazan tisriones, tenemos que enmendar y meterle las tres<br />

letras faltantes, h, i, t, para que diga ca zazan tihistriones, que simplemente somos<br />

payasos; asimismo en el v. 70, ye noquitoa srionesa, hemos de leer la última palabra<br />

histrionesa: pero yo digo, histrionesa, palabra ésta, por cierto, que tampoco<br />

registra el drae, sino sólo bajo la forma histrionisa. la terminación no<br />

plantea dudas, pues está en posición de rima, que es en -ea; mexicanismo,<br />

entonces, del siglo xvii. en el v. 66, hablándonos de una vieja presumida,<br />

nos dice que viene<br />

yoqui in tlahuepoch Medea<br />

(como la bruja Medea)<br />

cultura, pues, literaria y mitológica, que no era extraña, desde luego,<br />

en mestizos ni aun en indios; lo notable en el caso es la gracia con que esta<br />

niña la expresa, a diferencia de la cansada pedantería que hallamos con<br />

disgusto en tantas otras fuentes.<br />

Varias veces he hablado de niña, y es tiempo de justificar la palabra; sin<br />

ello, no tendría sustento alguno la atribución de la loa. según la definición<br />

del drae, una loa se hace, entre otras cosas, “para encarecer el mérito de<br />

los farsantes, para captarse la benevolencia del público o para otros fines<br />

análogos”. la que estudiamos aquí está hecha, en gran parte cuando menos<br />

de la primera, para estos fines, que consigue indudablemente; y la niña<br />

nos habla de<br />

in quimati in cabezadas<br />

ninomaca chimenea


270 salvador díaZ cíntora<br />

(quien sabe qué cabezadas<br />

me doy en la chimenea; vv. 31-32),<br />

en su desesperación, se entiende, de que no le salgan bien las cosas. Y esa<br />

misma persona la despierta temprano para que, aunque tenga dolor de<br />

cabeza, resultado sin duda del esfuerzo mental, amén de los frentazos, se<br />

vaya a su hora a las clases (v. 36),<br />

ompa tomachtia escuela<br />

(allá donde aprendemos, a la escuela),<br />

donde la recibe amable el maestro, que resulta ser un fraile (v. 38)<br />

ica ixaca reverenda<br />

(con su cara reverenda).<br />

es de notar aquí la forma sincopada, evidentemente cosa del habla<br />

popular, ixaca por ixayaca. También, ya que hablamos del fraile, que, como<br />

observa gabriel Zaid, el buen dominico la habrá dirigido con una muy<br />

personalizada atención, dadas las dotes de la niña, y al mismo tiempo con<br />

la necesaria indulgencia para no exigirle más que lo humanamente posible<br />

a tan temprana edad. Por otra parte, aun dado que ésta sea su primera loa,<br />

apunta margit Frenk, ello no quiere decir que sean los primeros versos que<br />

escribió sor Juana; hay obviamente cierta práctica detrás de esta pieza, y<br />

asimismo habrá escrito luego otras cosas, anteriores a sus primeras obras<br />

publicadas.<br />

Volviendo al texto, vemos, pues, que esta personita se levanta temprano<br />

para ir a la escuela; los adultos normalmente en levantándose se pondrían<br />

o se irían a trabajar o, si no tenían esa obligación, se irían a misa, no<br />

a la escuela. Pero, ¿quién es esa persona que la levanta de madrugada? la<br />

única parienta mencionada en la loa es su abuela; lo que hace la niña para<br />

el teatro, nos dice (vv. 115 sqq.),<br />

mi abuela<br />

puede sufrirlo, por cierto,<br />

que gasta muy linda flema.


la loa de la InfancIa de sor juana 271<br />

la abuela, para 1656, cuando la futura sor Juana tenía ocho años, aún<br />

vivía, y murió pocos años después. sabemos, desde luego, que Juana vivió<br />

cuando niña al lado de su abuelo materno en la hacienda de Panoayan; en<br />

nuestra loa, al amenazar nuestra niña a una negra, le dice (vv. 85-86):<br />

si no, tiquinnechicotiuh<br />

los novillos de la hacienda<br />

(si no, te irás a cuidar, etc.)<br />

Hasta aquí, sin embargo, hemos visto solamente que se trata de una<br />

personita de corta edad, pero, ¿y el género? en lengua mexicana ni en los<br />

verbales (participios) ni en los adjetivos se manifiesta esta particularidad. el<br />

recurso a que nos acogemos en estos casos es, cuando ocurre, el vocativo;<br />

cuando el hablante es hombre, la forma lleva como sufijo una e acentuada,<br />

pero, nos dice carochi (p. 408), “las mujeres no usan desta e en el vocativo,<br />

pero levantan mucho la postrera sílaba del nombre con afectación mujeril”,<br />

levantamiento y afectación que no tienen cómo reflejarse en un texto<br />

escrito, mientras que la ausencia de la é, y por ende el género femenino que<br />

ella implica, sí son de inmediato evidentes. en el v. 73 leemos:<br />

tihuiantzitzin, ichpopochtin<br />

(vayamos, muchachas).<br />

si el hablante fuera hombre, dentro del mismo esquema métrico, podría<br />

perfectamente decir:<br />

ichpopochtiné, tihuian<br />

suprimiendo las dos sílabas tzitzin, que son innecesarias. en el v. 119 encontramos<br />

otro vocativo:<br />

Chalantini, xihualhuían<br />

(escandalosos, venid).<br />

aquí, sin ningún cambio en el orden de las palabras, el hablante masculino<br />

habría añadido la é acentuada a chalantini, y con la sinalefa daría


272 salvador díaZ cíntora<br />

exactamente la misma medida. Queda demostrado, con esto, que se trata<br />

de una niña, y no de un niño.<br />

Ya dijimos atrás, al hablar de la fórmula de sujeción, que el copista o<br />

compilador escribe en amecameca. la loa, según el manuscrito, ha sido<br />

representada en Tlayacapan; esto podría referirse a la más reciente presentación,<br />

pues en la pieza, en todo caso, para nada aparece Tlayacapan, y<br />

el único topónimo que encontramos (v. 92) es precisamente amecameca.<br />

Podría pensarse también que la autora hubiera escrito en este pueblo y la<br />

loa se hubiera representado en Tlayacapan; no podía cambiarse fácilmente<br />

el topónimo por estar en posición de rima. recordemos, en todo caso,<br />

que sor Juana tenía familia por aquel rumbo; su madre, isabel ramírez de<br />

santillana era, según eguiara, del pueblo de Yecapixtla, en la región que<br />

entonces se llamaba el marquesado, lo mismo que Tlayacapan, y a corta<br />

distancia de éste.<br />

demostrado, pues, que la autora es una niña y que, casi seguramente,<br />

reside en amecameca, resta saber su filiación étnica. los versos 87 a 138,<br />

casi un tercio de la primera parte de la loa, están dirigidos a ciertos bachilleres,<br />

todos en aquel tiempo de sangre española, que visitan el pueblo<br />

por la fiesta de corpus, y se dedican entre otras cosas a criticar las pobres<br />

producciones de teatro devoto del lugarejo. nuestra niña se permite, con<br />

respecto a estos pedantuelos, expresiones como:<br />

zazan nohuían quicuepa<br />

imixtotomatlachieliz<br />

(nomás vuelven a doquiera<br />

sus estúpidas miradas, v. 100 sq.)<br />

es claro que un indio, y aun un mestizo, no se atrevería a hablar así de<br />

españoles o hijos de españoles; la conclusión obligada parece ser, entonces,<br />

que la niña que habla es también española, y por ello puede hablarles<br />

con tal desparpajo, de igual a igual.<br />

Pues hablamos de raza, hay que decir que el afecto de sor Juana por<br />

los indios, de sobra conocido, no podía estar ausente en una loa escrita<br />

en parte en la lengua de ellos; por este lado se pensaría que no había que<br />

esperar ninguna novedad. Tal vez sí la haya. adelantándome un poco al


la loa de la InfancIa de sor juana 273<br />

tema de la mayor fineza de cristo, quiero hacer notar aquí que el indio,<br />

para empezar, defiende que tal mayor fineza es la encarnación; el español<br />

le dice que no es eso lo que se celebra, sino la eucaristía. insiste el indio<br />

en la encarnación, pues si cristo no se hubiera encarnado, ¿cómo íbamos<br />

a tener su cuerpo en la eucaristía? ante la renovada oposición del español,<br />

obligado el indio, en virtud de ella, a relacionar a cristo con el pan, alabará<br />

como mayor fineza suya la multiplicación de los panes, cuando da de<br />

comer a cinco mil hombres. Háblese cuanto se quiera de la devoción del<br />

indio, mayor es su hambre. la niña lo sabe porque lo ha visto, y lo siente<br />

a tal punto que esta serie de veinte versos (112-131) dedicados a la multiplicación<br />

de los panes, viene siendo lo principal de esta loa eucarística, en<br />

que no hay, en cambio, una línea sobre la bendición o la fracción del pan<br />

en la última cena.<br />

alejada más tarde del campo y del indio, sor Juana, libre ya de la inmediatez<br />

de su hambre en la reclusión del monasterio, pensará en aquellos<br />

versos de infancia como burdamente materiales. si su estancia en santa<br />

Teresa la antigua, por no poder sufrir los rigores de la descalcez, fue muy<br />

breve, sí habrá podido leer en la santa doctora (Camino de perfección, escorial,<br />

60) aquello de que “otro pan de los mantenimientos y necesidades<br />

corporales no quiero yo pensar se le acordó al señor de esto, ni querría se<br />

os acordase a vosotras... estános enseñando a poner nuestras voluntades<br />

en las cosas del cielo... y habíanos de meter en cosa tan baja como pedir<br />

de comer?” Pues el indio sigue pidiendo, y la monja, con estas enseñanzas,<br />

avergonzándose acaso de la materialidad de aquel papelillo, indigno al parecer<br />

de su nueva forma, tan aguda y espiritual, de ver las cosas, lo dejará<br />

rodar por amecameca y los pueblos del marquesado, sin querer acordarse<br />

de él, y por allá vino a quedar. imbuida, por otra parte, por la frivolidad<br />

cortesana, llega a tomar al indio simplemente como una especie de bufón<br />

involuntario, que hace reír por sus torpezas al expresarse en español, y<br />

hasta por su fanfarronería ridícula.<br />

llama mucho más la atención en nuestra loa el ataque a una negra,<br />

que se lleva doce versos de la primera parte (74-86). los negros, como<br />

esclavos comprados que eran y por el hecho mismo de haber costado sumas<br />

considerables, recibían de los hacendados mejor trato que los indios,


274 salvador díaZ cíntora<br />

pues los colocaban como capataces de estos últimos en diversos trabajos,<br />

por ejemplo, para el caso de esta obrita, en la molienda. en su calidad de<br />

sobrestantes, obviamente los negros incurrían a menudo en maltrato a los<br />

indios. en nuestro caso parece que, más bien que de una negra de raza<br />

pura, se trata de una mulata. en la breve invectiva que le dirige, habla la<br />

niña saladísimamente de esta mezcla de sangres:<br />

in tlacomembrillo cocho,<br />

auh in octlaco guinea<br />

(la mitad membrillo cocho<br />

y la otra mitad guinea),<br />

y acuña este hibridismo, que es toda una alhaja: quazalea; el primer elemento<br />

es la palabra nahua quáitl, cabeza; el segundo, el conocido arabismo<br />

(perdonadme, que el tema me persigue) con que designamos la piel de<br />

borrego con todo y lana; ello desde luego por la semejanza evidente entre<br />

el vellón y el pelo de los negros. aparte de la malicia, apunta ya aquí, creo,<br />

un ingenio lingüístico definitivamente de primer orden.<br />

Vengamos, en fin, al tema de la fineza, que se trata desde el primer<br />

verso de la segunda parte. la mayor fineza de cristo, dice ahí el español,<br />

y lo repite en los versos 69 y 101, es precisamente el objeto de la fiesta de<br />

corpus, la eucaristía. He hablado ya de las objeciones del indio y no hay<br />

para qué repetirlas. sí importa, en cambio, ver cuál es la posición de sor<br />

Juana al respecto en obras posteriores y contrastarla con lo que tenemos<br />

aquí. en El divino Narciso, obra hecha por cierto para representarse “en la<br />

coronada villa de madrid”, si hemos de atenernos a lo que dice la correspondiente<br />

loa, su punto de vista parece ser el del español de la nuestra. en<br />

la Carta Atenagórica, sin embargo, da su opinión más personal, que no tiene<br />

ya nada que ver con el sacramento: “la mayor fineza son los beneficios que<br />

nos deja de hacer por nuestra ingratitud”.<br />

en dicha carta vemos desfilar cinco posiciones sobre el tema. la de san<br />

agustín: la mayor fineza fue morir por nosotros; la de santo Tomás, en el<br />

sentido de que lo fue el quedarse con nosotros en el sacramento; la de san<br />

Juan crisóstomo: lavarles los pies a los apóstoles, y aparte la de Vieyra, y la<br />

suya, que acabamos de exponer. Pasando a nuestra loa, vemos que de las


la loa de la InfancIa de sor juana 275<br />

opiniones mencionadas de los tres santos doctores, sólo aparece una, la de<br />

santo Tomás. la razón es sencilla: es la única que hasta entonces ha llegado<br />

al conocimiento de la pequeña autora, y ello porque la región de amecameca<br />

estaba doctrinada por frailes de la orden de Predicadores, y el gran<br />

doctor de dicha orden es precisamente santo Tomás; es él, además, el autor<br />

del oficio de la fiesta de corpus christi. no por nada, entonces, la primera<br />

obrita teatral de nuestra autora estaría dedicada a celebrar dicha festividad.<br />

éstos son, a grandes rasgos, los indicios que me han llevado a la convicción<br />

respecto a la autoría de sor Juana. el peso de todos ellos juntos<br />

me parece decisivo, pues creo muy difícil que pudieran todos concurrir en<br />

otra persona que la suya. mi parte en la hipótesis cubre sólo su vertiente<br />

literaria y lingüística; no se me atribuya, como ya lo hizo ayer un periódico,<br />

aserto alguno sobre el tipo de papel en que se conserva la loa, que yo no<br />

he visto ese papel y me ocupo sólo de lo escrito.<br />

como es natural, esto provocará discusiones, y es conveniente que<br />

así sea, y del mismo modo que puede discutirse la exactitud de mis datos,<br />

podrá discutirse mi traducción. nada mejor que eso; de otro modo se dan<br />

aberraciones permanentes. en la reimpresión de este año de 2001 de las<br />

obras completas de sor Juana, en la colección Sepan cuántos, tenemos, por<br />

ejemplo, traducido el verso huel nimachicáhuac, del tocotín de san Pedro nolasco,<br />

como puede que me olvide, y se dice (p. 882) que es “trad. del náhuatl<br />

de a. méndez Plancarte”. Yo no sé si dicho padre fue nahuatlato, pero aun<br />

cuando lo fuera, la traducción de esa frase ha de ser soy de manos fuertes (¡un<br />

poquitín distinta, me parece!), que es también, desde luego, lo que encaja<br />

con el contexto. ¿cómo se ha podido perpetuar por prácticamente medio<br />

siglo un disparate como éste? no acierto a explicármelo. adelante, pues,<br />

con la discusión, que yo trataré de mantenerme en medio de ella tan sesgo<br />

como siempre, pues como escribió alguna vez mi admirada monja:<br />

Para todo se halla prueba<br />

y razón en que fundarlo...<br />

que lo que el uno que es negro,<br />

el otro prueba que es blanco.


la Trascendencia en los soneTos de<br />

JoaQuín anTonio PeÑalosa sanTillÁn<br />

[277]<br />

gustavo couttolenc<br />

un soneto que corre sin tropiezo por el ceñido cauce de su brevedad, con<br />

transparencia en plenitud, basta para inmortalizar a quien logre encerrar<br />

un mensaje de impecable belleza en su estrechísima cárcel, en pos de la<br />

Belleza imperecedera.<br />

es un reto para cualquier intento. el soneto puede ser un canto del más<br />

diverso contenido, pero cuando sale de las entrañas doloridas del hombre,<br />

especialmente entonces, estará regado por sudor y llanto copiosos por la<br />

exigencia extraordinaria del empeño punzante. si brota de una existencia<br />

que sufre por ser efímera y débil, y por su finitud, busca el Punto Firme<br />

Trascendente de la Hermosura sin fin. entonces el soneto aparece como<br />

un prodigio envuelto en el misterio. nos golpea la turbación del vacío, el<br />

sentimiento de la intrascendencia, de la inutilidad. el poeta, como todo<br />

mortal, se pregunta qué habrá después de la muerte. siente que el anhelo<br />

de no morir para siempre no es vano, sino algo propio del ser humano que<br />

tendría que cumplirse. es algo que distancia al hombre de los seres restantes<br />

carentes de esa tendencia a la infinitud. el poeta busca asirse a lo eterno,<br />

sin devenir y dador de consistencia a cuanto existe. comienza a cuestionar<br />

en pos de una respuesta; ¿Habrá un presente cierto que nos ponga a buen<br />

seguro de todo contratiempo? ¿una fuerza motriz impulsora a la bondad y<br />

a la belleza que imantan irresistiblemente a los humanos? ¿Habrá una vida<br />

y una esperanza radical? el hombre sufre porque tiene conciencia de su<br />

ser contingente; el inconsciente ni sufre ni se angustia. el ser humano es el<br />

único que puede hacer preguntas en busca de respuestas.<br />

Joaquín antonio Peñalosa escribió pocos sonetos y en ellos, como el<br />

poeta de Venusia, afirma que no morirá del todo, “non omnis moriar”. éste<br />

es mi propósito, reflexionar en una cuidadosa relectura de sus sonetos sobre<br />

su genuino contenido existencialista marcado por una honda espiritualidad.


278 g u s tavo couttolenc<br />

“al medio del camino de la vida, surgieron los sonetos desde la esperanza,<br />

con el tema vital de la muerte. los publicó alfonso Junco ‘bajo<br />

el signo Ábside’ en méxico, en 1962. Todos ellos, en manojo, los trasladó<br />

salvador novo para sus Mil y un sonetos mexicanos (méxico, editorial Porrúa,<br />

1963).”<br />

“sólo como ficha bibliográfica habrá que considerar el cuadernillo<br />

Siete poemas que editó el instituto Potosino de Bellas artes (san luis Potosí,<br />

1959).”<br />

en mi conferencia anterior, leída en la sala de juntas de la academia<br />

mexicana, expuse mi ensayo sobre la poesía completa de Joaquín antonio<br />

Peñalosa, exceptuados los sonetos que son el asunto de mi presente<br />

reflexión.<br />

los sonetos de Peñalosa son veinticuatro, de los cuales comento veinte,<br />

once de ellos llevan el título de Sonetos desde la esperanza; los otros ocho<br />

pertenecen al libro llamado Casi vida, casi muerte, y uno más en aguaseñora.<br />

Todos ellos se desenvuelven entre los contrarios vida y muerte, y los sucesos<br />

intermedios, afirmando la trascendencia, el paso de esta vida a la otra<br />

que es plenitud perdurable.<br />

iré mencionando cada uno de ellos acompañado de un breve comentario.<br />

sonetos desde la esperanZa<br />

Alegría de la natación<br />

en este poema contrasta el brío de la juventud, y su ocaso valiéndose de la<br />

natación en cuyo ejercicio el nadador con su pujante braceo logra calentar<br />

el agua fría y, aún más, consumirla con su fuego. el recurso en el empleo del<br />

adverbio “hoy” hasta por cuatro veces, en el primer verso de los dos cuartetos<br />

y del primer terceto, y al final del primer verso del segundo terceto:<br />

Hoy que calientas el cristal del río…<br />

Hoy que nadando quemas lo que es frío…


la transcendencia en los sonetos de j oaqu í n antonio peñalosa 279<br />

Hoy que sumas los años como meses…<br />

Flota tu libertad con que hoy floreces<br />

antes que venga el fúnebre atavío<br />

a decorar tu cuerpo con cipreses<br />

Para terminar con un horizonte de cipreses, signo luctuoso necesariamente.<br />

Cuerpo de vida y muerte<br />

el mismo cuerpo entre los contrarios de vida y muerte. con el nacimiento<br />

comienza la cuenta progresiva y regresiva a la vez, suma de lo que se va<br />

viviendo y resta de lo ya vivido. somos paradojas, vivimos al tiempo que<br />

morimos y morimos al tiempo en que vivimos. en este curso el cuerpo,<br />

si es de vida, se le llama “incansable compañero”, “testigo”, “peligroso<br />

amigo”, “mendaz”, ya que lo distrae de la muerte, no obstante que la lleva<br />

desde siempre:<br />

Voy a decirte adiós<br />

con el dulce pretexto de la vida<br />

desde la cuna cargo mis despojos,<br />

el esqueleto de quien ya es difunto<br />

de entre las cosas que ignoramos acerca de la muerte, el poeta se ocupa<br />

del cuándo y del cómo. ante la incertidumbre del acontecimiento y de su<br />

causa, que puede ser temprano, y debido a una circunstancia quizá trivial, y<br />

nos impida dar un adiós oportuno, se anticipa. no quiere darnos sorpresas<br />

privativas de todo medio de comunicación: palabra y ojos, “voz” y “mirada”<br />

se despide con lucidez y oportunidad desde la ribera en que vive:<br />

Por si viene sin hora señalada,<br />

como el perfume inunda la azucena,<br />

por si me deja mudo con la pena,<br />

de irme de prisa por la madrugada…


280 g u s tavo couttolenc<br />

Y debido a algo tan casual como ¡un vivo acoso de colmena!, por ello<br />

continúa:<br />

Que por ahorrarme tiempo y a ti llanto<br />

voy a decirte adiós desde la vida,<br />

por si acaso no puedo, por si acaso.<br />

obsérvese de paso el trasfondo de miguel Hernández en la elegía a<br />

ramón sijé:<br />

Temprano levantó la muerte el vuelo,<br />

temprano madrugó la madrugada,<br />

temprano estás rodando por el suelo.<br />

¡cuánta premeditación, alevosía y ventaja!<br />

La muerte prevista<br />

la primavera incendiada de sol y clorofila nos ciega: “de ver el corazón la<br />

verde hoguera”, asimismo la rosa “al corazón cautiva con su apego engañoso<br />

de nata y de quimera”. el poeta recibe el doble impacto, y no queriendo<br />

parecer irresponsable por el descuido alienante de no pensar en la<br />

situación límite de la muerte voz de alerta para todo viandante humano,<br />

nos habla de su prudencia al respecto:<br />

La herida<br />

Para no sorprenderme a su llegada,<br />

de amor desnudo y de dolor provisto,<br />

voy del invierno a su sagrado encuentro<br />

para que no acuséis a la mirada<br />

que por primera vez la muerte ha visto,<br />

porque es la misma que miraba dentro.<br />

el poema principia con una aclamación placentera a la azucena porque<br />

ignora la fugacidad de su existencia esplendorosa y su deterioro incontenible;<br />

de todo ello “sólo queda el andamio de la rama”.


la transcendencia en los sonetos de j oaqu í n antonio peñalosa 281<br />

la azucena no trasciende, se hunde en el declive absoluto. en cambio,<br />

el poeta sabiendo que el fin es el primero en la intención y el último en la<br />

ejecución acepta la realidad humana que, si bien hiere, abre un esplendoroso<br />

balcón a la trascendencia:<br />

sólo yo he de saber lo que es la herida,<br />

última en el tiempo y en verdad primera,<br />

que igual me mata en sueños que despierto<br />

si al empezar a morir le llaman vida,<br />

no me ocultéis la muerte verdadera,<br />

“Pero dejadme el corazón abierto”.<br />

es el corazón humano que llevando un irrefutable deseo de sobrevivencia,<br />

se aferra definitivamente a él.<br />

Oh dulce tumba<br />

en este soneto Peñalosa toma la palabra tumba en dos acepciones; la primera<br />

heredada por Platón, 1 de los órficas, florecientes en los siglos viii-ii a.<br />

c., se refiere al cuerpo, tumba del alma y de todo lo que de vida se lleva piel<br />

adentro. esta acepción se debe a la semejanza de dos palabras griegas, soma<br />

(cuerpo) y sema (tumba), que un juego de conceptos se intercambian.<br />

oh dulce tumba de caliente vida<br />

que mis huesos encierra en frágil muro,<br />

en vez de piedra y alabastro duro<br />

en carne y sangre todo se me anida.<br />

enseguida se refiere a la otra tumba, la inhumación:<br />

a pena de sepulcros condenado,<br />

en sangre ayer, mañana en esqueleto,<br />

pero tumbas las dos, tumbas de veras.<br />

1 platón, Diálogos, méxico, editorial Porrúa, 1976 “sepan cuántos…”, núm. 13.


282 g u s tavo couttolenc<br />

La espuma<br />

aquí el poeta está tan agarrado de la vida, que tiene por residencia lo que<br />

tenemos que dejar como viajeros, y juzga perpetuidad lo que apenas tiene<br />

remedio:<br />

en tanto vivo y en vivir me empeño,<br />

voy por costumbre o voy por destino<br />

juzgando habitación lo que es camino<br />

y eternidad la espuma del ensueño.<br />

1) “la razón no tiene más que un camino que seguir en sus indagaciones;<br />

mientras tengamos nuestro cuerpo, y nuestra alma esté sumida en esta corrupción,<br />

jamás poseeremos el objeto de nuestros deseos; es decir, la verdad.”<br />

2) “los filósofos, al ver que su alma está verdaderamente ligada y pegada<br />

al cuerpo, y forzada a considerar los objetos por medio del cuerpo, como<br />

a través de una prisión oscura y no por sí misma, conocen perfectamente<br />

que la fuerza de este lazo corporal consiste en las pasiones, que hacen<br />

que el alma misma encadenada contribuya a apretar la ligadura.” 2<br />

el poeta quisiera actuar de manera diferente, sin engaño, sin sentirse<br />

dueño del préstamo recibido, sin aferrarse al peregrinar sin fin, dejar la<br />

madriguera para emprender el viaje por el camino de todos. sabe que camina,<br />

que está en el destierro y no en la patria, que debe dejar este nido<br />

del tiempo y emprender el vuelo ineludible. Predomina, sin embargo la<br />

cordura, aunque sufre desconcierto entre los contrarios, vida y muerte.<br />

2 Ibid., p. 407.<br />

de vida voy, más que de muerte, herido,<br />

aunque a la muerte todo me apresura;<br />

entre las dos es tal mi desconcierto<br />

que si temo vivir por lo vivido<br />

más muero por la urgente sepultura<br />

y no sé si viviendo ya esté muerto.


la transcendencia en los sonetos de j oaqu í n antonio peñalosa 283<br />

El recado<br />

aquí aparece más nítida la sensatez del poeta. se impone la cordura. en<br />

una fingida ausencia de su domicilio, deja aviso para que quien lo busque<br />

sepa dónde encontrarlo. no se aleja debido a una introversión sino por un<br />

asunto importante:<br />

Mi entierro<br />

no por esquivo sino por prudente<br />

de empezar a dejar lo que poseo<br />

y desacostumbrarme a lo que veo,<br />

repetid el recado que no miente,<br />

si preguntan por mí que estoy ausente,<br />

que me fui a construir el mausoleo.<br />

Porque de todo cuanto pienso y toco<br />

nada como la vida es lo más mío.<br />

nada como mi vida lo más suyo.<br />

¿Por qué pide Peñalosa que le den una losa más de la que lleva en su apellido?<br />

la reclama para que mientras vive se vaya acostumbrando a la que ha de<br />

sellar su tumba, sin perder de vista el desenlace que como a todo humano le<br />

espera. Pero más alto se alza su esperanza que le asiste y no defrauda:<br />

aumentad una losa a mi apellido<br />

para lo que me queda todavía,<br />

falta a los huesos, falta su agonía<br />

hasta que se acostumbren a este nido.<br />

Por lo que tengo de alas y querellas<br />

dejadme en la esperanza que me asiste,<br />

he de abrir a la jaula una ventana.<br />

un nuevo grito a la trascendencia; un grito más luminoso y fuerte que<br />

el expresado en el soneto 5:<br />

“Pero dejadme el corazón abierto”


284 g u s tavo couttolenc<br />

Primavera sin fin<br />

si Peñalosa hubiera titulado este soneto “Vida sin fin”, estaría en la acera<br />

de enfrente en que se situó gorostiza en su esplendoroso libro Muerte sin<br />

fin. se trata de dos maneras contrarias de entender la existencia. mirada<br />

trascendente e intrascendente respectivamente. Por la importancia del soneto<br />

en orden a subrayar la trascendencia de los sonetos peñalosianos, me<br />

permito citarlo íntegro:<br />

Dios escondido<br />

no necesita más la primavera<br />

para ser primavera, que una rosa;<br />

no necesita el ansia que me acosa<br />

más que un amor, más que un amor quisiera.<br />

desde que vivo en mí, me desespera<br />

el magisterio de la mariposa,<br />

por su cátedra apenas cautelosa<br />

de enamorar la flor con su quimera.<br />

Me sobra todo lo que tengo ahora<br />

desde que en un Amor tengo los ojos<br />

y en un Amor el alma enamorada;<br />

Por miedo de perder lo que atesora,<br />

a ver si pongo freno a mis antojos<br />

o me adueña la flor de Tu mirada.<br />

ahora el poeta nos dice de una noche que le hace falta todavía para mirar<br />

al sol sin oriente ni poniente, y en perpetua plenitud. no se trata de la noche<br />

de un día previa al nuevo amanecer; se refiere al tiempo de esta vida en<br />

que nos encontramos y que tarde o temprano no será más. mientras nos<br />

sabemos viajeros, le basta al poeta la fe, la visión en el espejo y el enigma,<br />

“de ir por la noche como en mediodía”. no interrumpe la búsqueda de<br />

aquel que nos habla de diversas maneras, por señales y también por el<br />

silencio, siempre avivando las humanas “ansias codiciosas”.


la transcendencia en los sonetos de j oaqu í n antonio peñalosa 285<br />

casi vida, casi muerte<br />

Dicen que el hombre se parece al río<br />

una noche falta todavía<br />

para mirar de frente tu apogeo,<br />

el espejo me basta y el deseo<br />

de ir por la noche como en mediodía.<br />

si te ocultas, te busco y te rodeo<br />

hasta sitiarte con mi compañía,<br />

no importa que aquella melodía<br />

sólo traiga tus ecos por trofeo.<br />

Por signos hablas, por defensa callas,<br />

callar que aviva en ansias codiciosas<br />

mi encuentro cierto y tu disfraz en vano;<br />

Pero mi amor derriba tus murallas<br />

como quien corta rosas y más rosas<br />

que me dejan tu aroma entre la mano.<br />

se insiste en la fugacidad del hombre, al grado de que “pasar, cruzar, seguir<br />

es lo primero”, después vendrá lo secundario, “después vivir y ser por<br />

extravío”.<br />

agua que va por el despeñadero<br />

sin repetir dos veces su atavío,<br />

huyendo de mí mismo vivo y muero.


imPorTancia de la lengua esPaÑola<br />

en el desarrollo de la ciencia en méxico 1<br />

[287]<br />

ruy péreZ tamayo<br />

Para comprender la situación actual del idioma español en el desarrollo de<br />

la ciencia en méxico conviene tener presentes algunas precisiones:<br />

a) a pesar de que el tema asignado a esta presentación limita sus alcances<br />

geográficos a un solo país de américa latina, buena parte de lo que<br />

puede decirse al respecto no sólo se aplica por igual al resto de américa<br />

central y a sudamérica (incluyendo al Brasil), sino que es extensivo,<br />

mutatis mutandis, a la gran mayoría de los países del hemisferio sur del<br />

planeta, cualesquiera que sean las lenguas que ahí se usen.<br />

b) el estado presente del idioma español en el ámbito científico mexicano<br />

y de los demás países del orbe con un nivel comparable de desarrollo<br />

forma parte de la evolución histórica, tanto de la ciencia como<br />

hoy la conocemos, o sea, a partir del siglo xvi, como de los medios de<br />

comunicación de la sociedad en ese mismo lapso.<br />

c) cualquier propuesta para mejorar la escasa presencia del idioma español<br />

en la ciencia contemporánea de méxico y de todos los países<br />

hispanohablantes, y para defenderlo del asedio creciente de los extranjerismos<br />

que lo agobian (no de los que lo enriquecen), deberá tener<br />

muy presentes las causas del fenómeno, cuya complejidad desafortunadamente<br />

rebasa con mucho los alcances de todas las academias de<br />

la lengua española.<br />

Pero entremos en materia en nuestro tema, “importancia de la lengua<br />

española en el desarrollo de la ciencia en méxico”. en mi opinión, el término<br />

importancia, usado sin un referente concreto, está vacío de contenido<br />

conceptual, o sea, que no quiere decir nada, porque puede querer decir<br />

todo. ¿importante para qué, en comparación con qué, medido en qué uni-<br />

1 cVc. congreso de Valladolid. nuevas fronteras del español.


288 ruy péreZ tamayo<br />

dades? lo anterior es pertinente porque apunta a la necesidad de precisar<br />

el sentido que voy a darle al término importancia en esta ponencia. Yo voy<br />

a referirme al papel de la lengua española en el desarrollo de la ciencia en<br />

méxico como un medio de comunicación de la comunidad científica de investigadores<br />

nacionales entre sí, con nuestros colegas del resto del mundo<br />

hispanohablante y con todos los demás científicos del orbe. mi conclusión<br />

será que el idioma español actualmente desempeña un papel menor en el<br />

desarrollo de la ciencia en méxico y en el resto del mundo hispanohablante,<br />

y que en el futuro su influencia no será muy distinta. También mencionaré<br />

que en este destino el idioma español no está solo, sino en la múltiple<br />

compañía de las demás lenguas del resto del planeta. Finalmente, señalaré<br />

algunos aspectos recientes negativos (y otros positivos) del impacto del<br />

idioma científico inglés en la lengua española científica en méxico.<br />

el idioma universal de la ciencia<br />

como la conocemos actualmente, la ciencia se inicia en el siglo xvi, y<br />

específicamente en el año de 1543, con la publicación de los libros de copérnico,<br />

De revolutionibus, y de Vesalio, De humani corporis fabrica. a partir de<br />

entonces, y hasta la primera mitad del siglo xviii, el idioma universal de las<br />

ciencias (como en las humanidades) fue el latín, después cambió al francés<br />

(la primera edición de la Encyclopédie de diderot es de 1751), en la segunda<br />

mitad del siglo xix se mudó al alemán, y desde fines de la segunda década<br />

del siglo xx es el inglés. a pesar de que en los últimos cinco siglos ha<br />

habido varios grandes científicos hispanohablantes, en ese lapso el idioma<br />

español nunca tuvo un peso notable en la ciencia, como tampoco lo tuvieron<br />

el portugués, el sueco, el holandés, el ruso o el flamenco, entre otras<br />

lenguas europeas. miguel servet escribió su Christianismi restitutio en 1553<br />

en latín, cajal publicó sus más importantes estudios de neurohistología en<br />

francés a partir de 1889, y severo ochoa los propios de biología molecular<br />

en inglés, a partir de 1940. en américa latina, los tres premios nobel<br />

argentinos, Bernardo Houssay, luis leloir y césar milstein, también han<br />

difundido sus trabajos casi exclusivamente en el idioma inglés, y lo mismo


imporancia de la lengua española en el desarrollo de la ciencia 289<br />

ha hecho el Premio nobel mexicano mario molina (pero debo mencionar<br />

que milstein emigró a inglaterra desde 1966 y que molina vive y ha realizado<br />

todo su trabajo científico en los e.u.a.).<br />

otra forma de constatar la situación actual del inglés como el idioma<br />

universal de la ciencia es revisando los índices de las principales publicaciones<br />

científicas internacionales (que, por cierto, están casi todas escritas en<br />

esa lengua) en búsqueda de la nacionalidad de los autores y de los países<br />

de origen de los artículos publicados. Tal revisión revela que buena parte<br />

de los artículos provienen de naciones distintas a las que editan las revistas<br />

Science y Nature, que son los e.u.a. e inglaterra, respectivamente, lo que demuestra<br />

la muy generalizada preferencia de los científicos contemporáneos<br />

por publicar en inglés. Finalmente, también puede señalarse que un número<br />

considerable de revistas científicas periódicas, que tradicionalmente se<br />

publicaban en los idiomas de los distintos países de origen, como japonés,<br />

sueco, alemán, polaco o español, en las últimas dos décadas han empezado<br />

a publicarse en inglés, confirmando de esa manera la hegemonía de ese<br />

idioma en la ciencia actual y al mismo tiempo contribuyendo a ella.<br />

causas de que el inglés sea la lengua universal de la ciencia<br />

si se acepta que el inglés es hoy la lengua universal de la ciencia, cabe<br />

preguntarse por las causas de tal situación. desde luego que el fenómeno<br />

es complejo y obedece a distintos tipos de factores históricos, sociales,<br />

políticos y culturales, pero entre los más importantes podemos resaltar los<br />

tres siguientes:<br />

1. el desarrollo masivo de la ciencia y la tecnología en los e.u.a. a partir<br />

de la segunda mitad del siglo xx, estimulado primero por la guerra fría<br />

y acelerado después por sputnik i (1957). este desarrollo fue posible<br />

en parte por la emigración a ese país de un número significativo de<br />

científicos europeos, antes y durante la segunda guerra mundial, y en<br />

parte por la inversión continua, masiva y creciente de recursos económicos<br />

para la promoción de la ciencia realizada durante casi cuatro<br />

décadas por el gobierno de ese país. este esfuerzo tuvo como resul-


290 ruy péreZ tamayo<br />

tado la creación de la maquinaria científica y tecnológica más grande<br />

y poderosa que ha existido en toda la historia de la humanidad. en la<br />

actualidad hay más científicos en los e.u.a. que en todos los demás<br />

países del mundo juntos, y el gasto anual en ciencia y tecnología en esa<br />

nación no sólo es el más grande del orbe, sino que es por lo menos 20<br />

veces mayor que el de todos los países hispanohablantes juntos. como<br />

consecuencia de este desarrollo, más del 70% de la producción científica<br />

mundial se genera en los e.u.a.<br />

2. la devastación de la ciencia europea, iniciada por la primera guerra<br />

mundial y completada por la segunda guerra mundial, que no sólo<br />

motivó la ya mencionada diáspora de muchos científicos del Viejo<br />

continente, sino que además sacrificó en los campos de batalla a varias<br />

generaciones de jóvenes que no llegaron a renovar las filas de los<br />

investigadores. esto fue cierto tanto en los países vencedores (Francia<br />

e inglaterra, Holanda, Bélgica y los países nórdicos) como en los derrotados<br />

(alemania, italia, austria, Japón), por lo que debieron transcurrir<br />

muchos años antes de que se pudieran empezar a reconstruir<br />

las universidades, los laboratorios y las bibliotecas en donde se iban a<br />

educar las nuevas generaciones de científicos. esta tragedia no ocurrió<br />

en el territorio de los e.u.a., que mientras tanto estaban empeñados<br />

en el crecimiento y desarrollo masivo de la ciencia y la tecnología mencionado<br />

en el punto anterior.<br />

3. en los países hispanohablantes la tradición cultural, a lo largo de los<br />

tres siglos de la colonia, fue predominantemente humanista, igual que<br />

en la madre Patria. las primeras noticias de la revolución científica<br />

europea apenas nos empezaron a llegar con la ilustración, dos siglos<br />

más tarde que a los países del norte de europa, cuando américa latina<br />

empezaba a prepararse para pelear por su independencia política.<br />

el continente hispanohablante se sacudió hasta sus raíces durante las<br />

primeras décadas del siglo xix, y de esta conmoción fueron surgiendo<br />

una a una las nuevas naciones latinoamericanas, inseguras y maltrechas,<br />

buscando su propio destino a través de distintas convulsiones<br />

sociales y políticas que consumieron el resto de ese siglo y parte del<br />

siguiente. con la paz social finalmente llegó la oportunidad de atender


imporancia de la lengua española en el desarrollo de la ciencia 291<br />

al crecimiento y al desarrollo ordenado del país, y con tropiezos aquí y<br />

caídas allá, eso es lo que se intentó hacer en américa latina en el resto<br />

del siglo xx. aunque a lo largo de la colonia y en el periodo independiente<br />

hubo grandes científicos en los países hispanohablantes, en<br />

realidad no hubo desarrollo de la ciencia y la tecnología. en la colonia<br />

la ciencia se leía en latín, durante los siglos xviii y xix en francés, y en<br />

el siglo xx en inglés, por la sencilla razón de que ésos eran los idiomas<br />

en que estaba escrita.<br />

la ciencia en méxico: historia y tradición<br />

como en los demás países hispanohablantes del continente americano,<br />

la historia de la ciencia en méxico coincide con la de la nación. así lo ha<br />

documentado extensamente elías Trabulse en los 5 tomos de su espléndida<br />

obra La historia de la ciencia en México, un conjunto de ensayos históricos<br />

pertinentes y una amplia antología de textos científicos mexicanos que<br />

van desde el siglo xvi hasta el xix. el examen de esta y otras fuentes históricas<br />

convence de que a lo largo de sus cinco siglos de vida, méxico ha<br />

contado con una pléyade de científicos que realizaron numerosos trabajos<br />

en campos de la ciencia tan diversos como botánica, zoología, física y química,<br />

medicina, minería y metalurgia, matemáticas, geografía y otras más.<br />

sólo en el siglo xvi brillan los nombres de alonso lópez de Hinojosos,<br />

agustín Farfán, Juan de esteyneffer, nicolás monarde, Francisco Bravo,<br />

fray Bernardino de sahagún, martín de la cruz y Juan Badiano, Francisco<br />

Hernández, Juan de cárdenas, fray Toribio de motolinía, fray Juan de<br />

Torquemada, gonzalo Fernández de oviedo, José ortega, Bartolomé de<br />

medina y Francisco cervantes de salazar, por mencionar a unos cuantos.<br />

del estudio del desarrollo histórico de la ciencia en méxico se desprenden<br />

dos aspectos generales relacionados con nuestro tema:<br />

1. Por un lado, muchos de los trabajos publicados sobre distintos temas<br />

carecen de originalidad y son repeticiones de ideas y conceptos europeos,<br />

lo que no sorprende dado el origen peninsular de buen número<br />

de los autores, especialmente en los siglos xvi y xvii.


292 ruy péreZ tamayo<br />

2. casi sin excepción, los estudiosos de las distintas ciencias eran sujetos<br />

ajenos a instituciones académicas (porque en esos siglos la única era<br />

la real y Pontificia universidad de méxico, fundada en 1551, cuyos<br />

intereses eran poco o nada científicos), varios de ellos eran religiosos,<br />

otros eran miembros de distintas profesiones (médicos, mineros, biólogos,<br />

geógrafos), y todos eran estrictamente aficionados a la ciencia.<br />

las dos propiedades anteriores de la ciencia en méxico en los siglos<br />

xvi al xix, la dependencia de europa y el carácter amateur de los investigadores,<br />

eran las mismas en todos los otros países hispanohablantes;<br />

de hecho, también en el continente europeo muchos científicos conservaron<br />

su carácter de aficionados hasta principios del siglo xviii. el<br />

problema es que durante el siglo xvii, con la transformación progresiva<br />

de la tecnología, de empírica en científica, lo que impulsó la revolución<br />

industrial en occidente, empezó a cumplirse el enunciado de Bacon,<br />

“knowledge is power”. de pronto, las ocupaciones de los ratos de ocio<br />

de algunos clérigos, aristócratas y diversos profesionistas, interesados<br />

en describir y explicar el mundo en el que vivían, adquirieron valor económico.<br />

desde hace muchos años la generación de riqueza ha tenido<br />

prioridad en la atención de Homo sapiens, lo que explica las conquistas de<br />

alejandro magno, la hegemonía del imperio romano, las cruzadas, la<br />

gloria de Venecia, el descubrimiento del nuevo mundo, la justificación<br />

del imperialismo y la existencia del Banco mundial y del Fondo monetario<br />

internacional. de un elemento de importancia mínima en la estructura<br />

inicial y en el desarrollo progresivo de la sociedad en occidente,<br />

el interés económico ha crecido en forma progresiva y hoy ya se ha<br />

transformado en el principal factor que la determina. un componente<br />

esencial para la creación de nuevas tecnologías comercialmente competitivas<br />

es el conocimiento científico, cuya búsqueda empezó a recibir reconocimiento<br />

tanto académico como oficial en los países desarrollados<br />

por lo menos tres siglos antes de que ocurriera lo mismo en las naciones<br />

del hemisferio sur. entre estas últimas, todavía no son pocas las que<br />

aún no se han incorporado al desarrollo promovido por la ciencia y la<br />

tecnología, a pesar de que, como méxico, también han tenido científicos<br />

distinguidos a lo largo de su historia.


imporancia de la lengua española en el desarrollo de la ciencia 293<br />

creo que la aparente paradoja entre la existencia de investigadores brillantes<br />

y la falta de impacto de la ciencia en el desarrollo de la sociedad a la<br />

que pertenecen puede explicarse por la diferencia entre historia y tradición<br />

científicas. mientras la primera es el relato de los hechos como se sucedieron<br />

a lo largo del tiempo, la segunda sólo existe en base a la continuidad<br />

de usos, de costumbres y de ideas, y es mejor mientras más se prolongue<br />

de manera ininterrumpida en el tiempo. Para que la ciencia influya en forma<br />

significativa en la vida cotidiana de los ciudadanos que la patrocinan<br />

con sus impuestos necesita no sólo historia sino tradición, o sea, esfuerzo<br />

sostenido y continuo a lo largo de varias generaciones de científicos con<br />

la formación, primero de grupos alrededor de alguna figura señera (como<br />

cajal en españa o Houssay en argentina) y después de escuelas de investigadores<br />

que rebasen el caciquismo intelectual y se diversifiquen, tanto en<br />

metodologías como en conceptos. la tradición científica permite alcanzar<br />

la masa crítica de investigadores, necesaria para que sus trabajos dejen de<br />

ser simples símbolos de un nivel cultural dado y logren beneficiar directamente<br />

a la sociedad.<br />

la ciencia en méxico (y en el resto de los países hispanohablantes, así<br />

como en muchos otros del hemisferio sur) tiene una larga historia, pero<br />

una breve o ninguna tradición: en los más afortunados, como españa,<br />

méxico y argentina, la continuidad científica ya existe, pero no rebasa los<br />

70 años de vida, mientras que en el resto de ellos es mucho más breve o todavía<br />

no se inicia. es interesante que en los e.u.a. la tradición científica se<br />

estableció hace tres siglos, al mismo tiempo que el país mismo, porque los<br />

puritanos que lo fundaron provenían de inglaterra, una de las naciones del<br />

norte de europa en donde la revolución científica se generó primero y en<br />

donde apenas un siglo después también se inició la revolución industrial.<br />

el idioma español en la ciencia en méxico<br />

en el concierto de la ciencia internacional, méxico y los demás países hispanohablantes<br />

están llegando tarde a ocupar su sitio, cuando el programa<br />

ya lleva rato de estarse tocando. Tanto el director como la mayor parte de


294 ruy péreZ tamayo<br />

la orquesta (y los patrocinadores que la apoyan) hablan inglés, los programas<br />

de mano están impresos en ese idioma, los medios que transmiten el<br />

concierto a todo el mundo también lo hacen en inglés, los entrevistadores<br />

charlan con los solistas (sean rusos, polacos o franceses) en el idioma de<br />

shakespeare, y el anuncio del próximo concierto comienza con la frase:<br />

“next week...”. esta metáfora musical ilustra una realidad inescapable de la<br />

ciencia contemporánea, no sólo en méxico y en todos los países hispanohablantes,<br />

sino en todas las naciones del resto del mundo: el idioma científico<br />

actual y universal es el inglés. en otras palabras, si usted no sabe leer, hablar<br />

y escribir en inglés, usted no tiene nada que hacer en la ciencia, sea quien<br />

sea, hable como hable, viva en donde viva, ni hoy ni mucho menos mañana.<br />

esto parece terrible, un hecho tan irracional como arbitrario, y además de<br />

mal gusto, porque el francés es más suave y expresivo, el alemán más preciso<br />

y al mismo tiempo más maleable, y el español más rico y más atractivo.<br />

Pero así es, y así va a seguir siendo por un tiempo indefinido.<br />

algunas de las publicaciones periódicas científicas mexicanas han<br />

adoptado la política de aceptar artículos escritos tanto en español como<br />

en inglés, y una de ellas de plano ya no aparece más que en el idioma inglés.<br />

los editores insisten en que el objetivo de la publicación es dar a conocer<br />

el contenido de los artículos al mayor número posible de lectores, lo que<br />

se logra mejor en inglés que en español, y en esto tienen razón en muchos<br />

casos pero no en todos, porque hay ciertos textos cuyo interés es más<br />

bien local. la gran mayoría de los científicos mexicanos, al igual que sus<br />

colegas del resto del mundo hispanohablante, prefieren enviar sus mejores<br />

producciones a revistas de circulación internacional (casi todas publicadas<br />

en inglés) porque su intención es alcanzar la difusión más amplia de sus<br />

datos y de sus ideas. en cambio, los trabajos menos importantes o con<br />

resultados no muy originales o hasta inciertos se reservan para publicarse<br />

en las revistas locales, en idioma español, con o sin conciencia de que muy<br />

pronto serán clasificados más como contaminaciones de la literatura médica<br />

que como contribuciones al conocimiento.<br />

debo mencionar que algunos editores (tres mexicanos y un español)<br />

de publicaciones periódicas científicas en español no comparten los puntos<br />

de vista expresados en este apartado. a partir del hecho de que nuestra


imporancia de la lengua española en el desarrollo de la ciencia 295<br />

lengua ya ocupa hoy el tercer lugar al nivel mundial en el número de seres<br />

humanos que la usan, sostienen que si se insiste en publicar los resultados<br />

de nuestros trabajos científicos en español, tarde o temprano los anglohablantes<br />

empezarán a preguntarse qué es lo que se está haciendo en ciencia<br />

en ese amplio sector del mundo occidental y empezarán a leer la literatura<br />

científica escrita en el idioma de cervantes. como antiguo admirador de<br />

don Quijote aplaudo esta postura, pero me parece tan apartada de la realidad<br />

como la interpretación de los molinos de viento por el caballero de<br />

la Triste Figura.<br />

neologismos y barbarismos en el idioma científico en méxico<br />

debido a la vecindad de méxico con los e.u.a., los anglicismos son muy<br />

comunes en la literatura científica y en el habla de los investigadores mexicanos.<br />

una parte de los anglicismos se imponen porque el español no posee<br />

un término equivalente adecuado, como ocurrió con la palabra stress,<br />

que ya apareció en el drae como estrés, o la palabra smog, que todavía no<br />

se incorpora al drae. algo semejante ocurre con el lenguaje de la informática,<br />

que se ha desarrollado con gran velocidad y ha creado términos como<br />

hardware y software, o abreviaturas como pc y cd, que se usan ya corrientemente<br />

en el habla española. otro ejemplo del imperialismo del inglés<br />

científico es la prevalencia del uso de las siglas de términos expresados en<br />

ese idioma, pero escritos como tales en textos técnicos en español, como<br />

el caso del dna y del rna, que en inglés son desoxiribonucleic acid y ribonucleic<br />

acid, respectivamente, mientras que en español sus equivalentes son adn<br />

y arn, para ácido desoxirribonucleico y ácido ribonucleico. ambos tipos<br />

de expresiones se encuentran en artículos científicos mexicanos correctamente<br />

escritos en español y todos entendemos lo que quieren decir, pero<br />

la comisión de nomenclatura de la sociedad internacional de Bioquímica<br />

y Biología molecular ha recomendado que para referirse a tales sustancias<br />

en cualquier idioma se usen las siglas dna y rna.<br />

Pero el idioma español científico sufre en méxico de la invasión de<br />

otros anglicismos que lejos de enriquecerlo lo pervierten y hasta lo prosti-


296 ruy péreZ tamayo<br />

tuyen, y que debemos combatir con todos los (escasos) medios a nuestro<br />

alcance. me refiero al uso indiscriminado de términos que se escriben de<br />

manera igual o muy semejante tanto en inglés como en español, pero que<br />

tienen un significado muy diferente en cada una de estas dos lenguas. de<br />

una verdadera legión de ejemplos, mencionaré solamente tres de los más<br />

comunes:<br />

1. la palabra evidencia en español significa ‘certeza clara, manifiesta y<br />

tan perceptible, que nadie puede dudar racionalmente de ella’, mientras<br />

que el término evidence en inglés quiere decir ‘algo que tiende a<br />

demostrar; base para una creencia’; en otras palabras, lo evidente en<br />

español es algo que no necesita pruebas, mientras la evidencia en inglés<br />

apenas es una prueba o dato en favor de algo.<br />

2. la palabra severo en español significa ‘riguroso, áspero, duro en el<br />

trato o castigo’, mientras que la voz severe en inglés se identifica como<br />

‘grave, serio, estricto o muy crítico’, de modo que para referirse a una<br />

enfermedad como grave es impropio calificarla de severa.<br />

3. el verbo reportar en español quiere decir ‘refrenar, reprimir o moderar<br />

una pasión de ánimo o al que la tiene’, y en cambio la voz inglesa to<br />

report significa ‘dar una explicación o proporcionar información acerca<br />

de algo’, por lo que es incorrecto referirse a un artículo o noticia científica<br />

como un reporte.<br />

¿qué hacer para aumentar la importancia del idioma<br />

español en el desarrollo de la ciencia en méxico?<br />

si la razón principal por la que el idioma español desempeña en la actualidad<br />

un papel menor en la comunicación nacional e internacional de la<br />

ciencia mexicana (y de todos los países de habla española) es porque el<br />

peso de nuestras investigaciones científicas es mínimo comparado con el<br />

del mundo anglohablante (me refiero a diversidad y a cantidad, porque<br />

en calidad estamos al mismo nivel que ellos), lo que debe hacerse es promover<br />

de manera más vigorosa el desarrollo de la ciencia en méxico y en<br />

todos los países hispanohablantes. creo que esto no se hace hoy por dos


imporancia de la lengua española en el desarrollo de la ciencia 297<br />

problemas: a) falta de conocimiento de los gobiernos de nuestros países<br />

sobre la capacidad potencial de la ciencia para contribuir al desarrollo cultural<br />

y económico de la sociedad, a pesar de los flagrantes ejemplos de<br />

las naciones más ricas, que lo son porque científicamente también son las<br />

más desarrolladas, y b) falta de recursos para apoyar con generosidad y<br />

promover vigorosamente a los científicos mexicanos y de todos los países<br />

hispanohablantes. ninguno de estos dos problemas es insoluble: el primero<br />

se resuelve con la educación de las autoridades políticas relevantes<br />

sobre lo que es la ciencia y para qué sirve (y también para qué no sirve), y<br />

el segundo se soluciona con un sencillo cambio en las prioridades del presupuesto<br />

nacional; por ejemplo, reducir el gasto en el ejército y la marina y<br />

aplicar la partida resultante a la ciencia. es obvio que esta segunda acción<br />

sería consecuencia de la primera, porque los gobernantes convencidos de<br />

las bondades de un desarrollo saludable de la ciencia buscarían la manera<br />

de generar los recursos requeridos para apoyarlo, y seguramente los encontrarían<br />

en las partidas tradicionalmente destinadas en nuestros países<br />

a la guerra.<br />

cuando méxico y los demás países hispanohablantes se decidan a adquirir<br />

más microscopios electrónicos, centrífugas y telescopios, en lugar<br />

de más carros de asalto, helicópteros y metralletas, cuando el país destine<br />

más recursos a la comunidad científica que al ejército y a la marina, cuando<br />

la cuenta total de investigadores supere al número de militares, se habrá<br />

dado el primer paso para aumentar la importancia del idioma español en<br />

la comunicación de la ciencia al nivel internacional.<br />

Pero mientras ese poco probable futuro se realiza, los científicos<br />

hispanohablantes no podemos permanecer impávidos ante la reducción<br />

progresiva de la importancia de nuestro idioma en el concierto internacional<br />

de la ciencia. Todavía tenemos una opción, que siempre ha estado<br />

ahí pero que nunca hemos aprovechado, y que parafraseando a un célebre<br />

filósofo economista alemán del siglo pasado, podría enunciarse como:<br />

“¡científicos hispanohablantes del mundo, uníos!” la comunidad científica<br />

internacional hispanohablante nunca se ha identificado como un<br />

grupo cohesivo, a pesar de compartir la característica más específica de<br />

Homo sapiens sapiens, que es el idioma. ¿Qué pasaría si todos los países de


298 ruy péreZ tamayo<br />

habla española del mundo (400 millones de seres humanos) nos reuniéramos<br />

para publicar una sola revista científica general en español, como son<br />

Science y Nature en inglés? no tengo la menor duda de que la importancia<br />

de nuestro idioma en la ciencia universal crecería rápidamente y en forma<br />

geométrica, hasta equipararse o hasta superar al idioma inglés.


TraBaJos diVersos leídos<br />

en oTros Foros


diÁlogos de la lengua<br />

esPaÑa desde la óPTica de ricoTe*<br />

[301]<br />

salvador díaZ cíntora<br />

Para don Eulalio Ferrer, cervantista y amigo<br />

Fugaz estampa que ocupa sólo un capítulo, el liv, y unas cuantas líneas del<br />

lxiii de la Segunda parte, no por ello deja de ser interesante y simpática la figura<br />

del morisco ricote, “el buen ricote”, como lo llama cervantes, vecino<br />

de sancho, a quien tiene por “caro amigo”, y tendero de su lugar, aquel<br />

lugar de cuyo nombre no quiso acordarse el autor, entre otras razones, sin<br />

duda, porque pone en él cosas que corresponden a pueblos diversos, que<br />

no están tampoco en una sola mancha.<br />

Por lo que hace a su apellido, habría que pensar en todo caso, de acuerdo<br />

con las cuidadosas investigaciones de los cervantistas del siglo xx, más<br />

que en ningún otro pueblo, en esquivias, un lugar, pues, de la mancha<br />

alta de Toledo. sus libros parroquiales nos hablan de un diego ricote y<br />

de un Bernardino ricote con sus familias. diego muere el 6 de diciembre<br />

de 1580, Bernardino tres días después. aquí, en méxico, ambos nombres<br />

nos suenan familiares, diego y Bernardino, y no por cierto en relación con<br />

Mitos universales de la literatura española, sino con muy otros mitos, también,<br />

es verdad, hasta cierto punto basados en producción literaria.<br />

Pienso, para empezar, en Bernardino; el llevar este nombre fray Bernardino<br />

minaya, dominico del siglo xvi, a quien siempre he considerado<br />

cristiano nuevo, y el ocurrir también entre los moriscos de esquivias, me<br />

* leído el 5 de junio de 2001 en el Palacio de Bellas artes, en las Jornadas sobre cervantes y el<br />

Quijote.


302 salvador díaZ cíntora<br />

hizo pensar hace tiempo en una especie de preferencia de aquella minoría<br />

étnica por dicho nombre. nada en la vida de san Bernardino de siena, el<br />

llamado apóstol del santo nombre (1380-1444), por haber promovido<br />

con entusiasmo la devoción al de Jesús, nada, digo, fuera de haber sido<br />

acusado más de una vez de proposiciones heréticas, me pareció podía haberlo<br />

hecho particularmente simpático a los moriscos. después de mucho<br />

devanarme los sesos con aquella curiosidad, que nunca me pareció ociosa,<br />

pues como dice el proverbio latino, nomen omen, caí al fin en la cuenta del<br />

motivo de aquella inclinación, o que cuando menos a mí me lo parece, y es<br />

que, dividiendo el nombre en monosílabos, ber-nar-din, cada uno de ellos<br />

tiene su significado en árabe.<br />

el verbo barra, en efecto, es ser bueno, virtuoso, caritativo, amable,<br />

y el adjetivo derivado, barr, piadoso, devoto, virtuoso, inocente; el verbo<br />

nâra, lucir, brillar, y el sustantivo nâr, fuego; por último, dîn es religión, fe,<br />

piedad, referido, por antonomasia, desde luego en árabe, al dîn-al-haq, la<br />

verdadera religión, el islam; Bernardino sería pues, en este supuesto y para<br />

ellos solos, el piadoso fuego de la religión.<br />

en cuanto a diego, es preciso recordar que para un hablante del siglo<br />

xvi, sin importar su poca o mucha cultura y salvo aclaración en contrario,<br />

san diego y santiago eran uno. en el capítulo lviii de la Segunda parte dice<br />

don Quijote: “éste se llama don san diego matamoros, uno de los más valientes<br />

santos y caballeros que tuvo el mundo y tiene ahora el cielo”. Y algo<br />

más adelante, en el mismo capítulo, sancho habla de los españoles, “cuando<br />

quieren dar alguna batalla, invocando aquel san diego matamoros”.<br />

el matar moros era una calidad esencial del apóstol si, en cuanto buen<br />

patrono de españa, le había ayudado, como era razón, en las feroces luchas<br />

de la reconquista.<br />

¿cómo el nombre de un santo con tales características podía atraer<br />

a moriscos como los ricotes? Pregunta tan difícil o aun más que la anterior,<br />

después de un tiempo y por el mismo camino llegué a lo que creo<br />

la respuesta. al apóstol santiago y a Juan, su hermano, en un pasaje en<br />

que san marcos (3, 17) está solo entre los evangelios sinópticos, el cristo<br />

mismo les impone el nombre de Boanerges, que significa, nos dice el texto<br />

sagrado, hijos del trueno. las raíces de esta denominación ocurren en va-


españa desde la óptica de ricote 303<br />

rias lenguas semíticas, de modo que Boanerges al oído árabe le suena casi<br />

como un calco de banura˘g˘gás que es en árabe precisamente lo que dice el<br />

evangelio, hijos del trueno.<br />

algo hemos avanzado; diego tonante, digámoslo así, ya es muy distinto<br />

de diego matamoros, la connotación hostil a la raza ha desaparecido,<br />

pero podemos ir más adelante, porque ra˘g˘gás, además del trueno, designa<br />

al camello que berrea; así, santiago viene siendo hijo de tal camello, un<br />

camellito berreador, entonces. ¿Hay algo que atraiga más a un árabe, que le<br />

sea más entrañablemente querido? Y conste que no estamos hablando de<br />

ningún texto apócrifo, sino de uno bien canónico, y aparentemente el más<br />

antiguo de los evangelios, simplemente leído por ricote, o por alguien que<br />

proceda de su cultura o al menos la comparta.<br />

Pasando a la nueva españa, en el marco de la relación de los milagros<br />

de la Virgen de guadalupe, publicada en el siglo xvii, encontramos que<br />

se antepone el nombre Juan a los de diego y Bernardino. ¿es explicable<br />

este prenombre en el contexto morisco en que nos hemos colocado? la<br />

respuesta pienso ha de ser afirmativa; además de ser Juan el hermano de<br />

diego, está el otro Juan, el Precursor del mesías, que era venerado como<br />

profeta por los moriscos; la ‘an.sara, que para los judíos de habla árabe era<br />

la fiesta de šebu’‘ôth o de las semanas, y para los cristianos pentecostés, para<br />

los moros de andalucía era la fiesta de san Juan Bautista (louis cardaillac,<br />

Moriscos y cristianos, madrid, fce, 1979, p. 42), y en los procesos inquisitoriales<br />

hallamos el hecho de bañarse ese día como indicio para sospechar<br />

que quien tal hace es morisco. el que ‘an.sara, por otra parte, sea de la<br />

misma raíz que ‘ún.sur, origen, estirpe, raza, tal vez le haya dado un carácter<br />

particularmente étnico a la fiesta.<br />

ocurre también que el nombre Juan es en árabe Ya .h ya, pero ya .h yā<br />

(con álif al final) es también la tercera persona de singular, de indicativo o<br />

de subjuntivo, del verbo .hayya, vivir. así, tendríamos en el primer caso la<br />

expresión volitiva: que viva Yaqûb, o diego, que ya hemos visto que es bin<br />

ra˘g˘gás, ¿y cómo no desear que viva el camellito? en el segundo, que viva<br />

el piadoso fuego de la fe; es casi una sustitución, obligada por las circunstancias,<br />

de la xehada, obviamente impronunciable en dominios cristianos<br />

en aquellos tiempos.


304 salvador díaZ cíntora<br />

respecto a la religión, ricote no deja de hablarle claro a sancho; su<br />

hija y su mujer, le dice, son católicas cristianas, “y aunque yo no lo soy tanto,<br />

todavía tengo más de cristiano que de moro”. se da, pues, una mezcla,<br />

y si en ricote había más de cristiano, en la gran mayoría, según pensaron<br />

en su momento los españoles, la proporción de los elementos era al revés.<br />

ocurría, pues, lo que ahora, con una palabreja que empezó a usarse en ese<br />

sentido para calificar la teología conciliatoria del profesor alemán Jorge<br />

calixto (1586-1656), se llama comúnmente sincretismo. Y ese sincretismo<br />

se ve que va para largo en toda Hispanoamérica; el diablo de Zocodover<br />

ha de estar tranquilo: una segunda, y aun una tercera evangelización difícilmente,<br />

a lo que parece, plantarán en estas tierras un cristianismo puro<br />

de resabios, si ya no islámicos, de viejas creencias de indios. Queda sólo la<br />

interrogante de si a Juan diego y a Juan Bernardino se les impusieron sus<br />

nombres a sabiendas de lo que llevo dicho, o sin saberlo o sin pensar en<br />

ello, pregunta a la que no me atrevería a responder por ahora.<br />

como de la mano me lleva a tierras alemanas la mención que del sabio<br />

profesor de Helmstedt acabo de hacer, y ello viene más a cuento porque<br />

viene precisamente de allá ricote al encontrarse con sancho. en aquella<br />

nación, nos dice el morisco, “cada uno vive como quiere, porque en la mayor<br />

parte della se vive con libertad de conciencia”. de allá trae, en uso sin<br />

duda de tal libertad, un vicio que entre sus correligionarios, si éstos eran<br />

verdaderamente piadosos, no habrá podido practicar tan a sus anchas: la<br />

embriaguez. sobre la relación casi proverbial de este hábito con los alemanes,<br />

escribía montaigne (ii, ii); “la más grosera nación de las que hoy<br />

existen es la única que lo tiene en buen concepto” (la plus grossière nation de<br />

celles qui sont aujourd’hui, est celle la seule qui le tient en crédit). Por lo que hace a<br />

la actitud hacia el trago en ambas religiones, basta recordar que de akhtal<br />

(siglo viii), uno de los grandes poetas árabes, se dice que rechazó la oferta<br />

del califa abd-al-malik, diez mil dirhemes a dinero seco más una buena<br />

pensión por convertirse al islam; para él, dice nicholson (A literary history<br />

of the Arabs, cambridge, 1956, p. 240), “la suprema virtud del cristianismo<br />

estaba en la licencia que le daba de beber vino tan a menudo como quisiera”.<br />

¿Tendría esto también algo que ver en que ricote tuviera “más de<br />

cristiano que de moro”?


españa desde la óptica de ricote 305<br />

de la venida de moriscos como él he hablado, de año y medio acá, en<br />

varias ocasiones, así como de la influencia de su habla en el español de<br />

méxico; mi amigo y colega de la academia cubana, alejandro gonzález<br />

acosta, ha logrado documentar el paso de ochenta de ellos a sólo la ciudad<br />

de Tlaxcala; ello se verá a su tiempo, mas digamos por ahora que estos<br />

moriscos podían venir ya solos, contratados para el cultivo de la seda en la<br />

nueva españa, floreciente en el siglo xvi, ya en calidad de criados o aun<br />

esclavos de españoles.<br />

Volvamos, si queréis, al Quijote; en el capítulo xlii de la Primera parte<br />

leemos que el licenciado Juan Pérez de Viedma “iba proveído por oidor<br />

a las indias, en la audiencia de méxico”. recordaréis que su hermano es<br />

ruy, que había estado durante años preso en argel; desde luego que ruy,<br />

después de su largo cautiverio, querrá ver a su padre, pero el licenciado<br />

no puede esperar, pues ya está por salir la flota a las indias. ¿será muy<br />

descabellado pensar que ruy, en buena medida retrato de cervantes, lo<br />

seguirá en cuanto regrese de las montañas de león, cuando cervantes<br />

mismo en algún momento, y ello después de su cautiverio, procuró un<br />

destino en las indias?<br />

Pero si viene ruy, traerá consigo a Zoraida, que apenas si hablará unas<br />

cuantas palabras españolas, todo lo demás árabe. ¿se esmerarán en hablar<br />

acá sólo castellano puro con los nativos, evitando hasta la mínima brizna<br />

de impureza del habla de argel, nativa en ella, usada por él durante años?<br />

Parece difícil pensarlo. Y como sirvientes, con el oidor o con su hermano,<br />

y so pretexto acaso de la seda, estarían desde luego siempre dispuestos a<br />

venirse hombres como ricote, que en la Península ya habían sido despojados<br />

prácticamente de todo. esto es, desde luego, una simple posibilidad<br />

que encajaría perfectamente en la trama de la novela. la realidad es, sin<br />

embargo, como suele serlo, mucho más fantástica, pues fray diego de<br />

Haedo, en su Topografía e historia general de Argel (i, 13), impresa en vida de<br />

cervantes (1612), al hablar de las diversas procedencias de tanta gente<br />

como pululaba en aquella gran ciudad, termina su lista con “indios [...]<br />

de nueva españa”. indios pues, en el siglo xvi, en el norte de África, en<br />

contacto directo con los moros. la historia va aquí, insisto, más allá de<br />

donde llega la novela.


306 salvador díaZ cíntora<br />

demos, pues, a ricote por venido, o a cualquier otro como él; le podemos<br />

seguir el rastro porque deja huellas, por fortuna permanentes, en<br />

el camino; huellas lingüísticas, palabras... aquí hay una, que por aquí pasó<br />

bebiendo: guarapeta, la borrachera, digo que del árabe gaura, siesta y ba.t.ta,<br />

bota, siesta de la bota, pues. ¿suena raro? Que lo comente cervantes: “lo<br />

más que campeó [...] fueron seis botas de vino, que cada uno sacó la suya<br />

de su alforja [...] finalmente, el acabársele el vino fue principio de un sueño<br />

que dio a todos, quedándose dormidos sobre las mismas mesas y manteles”<br />

(ii, liv). Por acá hay otra: petequenes, lingotazos; el singular habrá sido<br />

o será petequén, digo que de bátaka, cortar, y ann, el hecho de quejarse, de<br />

gemir, entonces, lo que corta las quejas; oíd de nuevo a cervantes, que nos<br />

dice que en aquella sesión con las botas “sancho respondía [...] y disparaba<br />

con una risa que le duraba una hora, sin acordarse entonces de nada de lo<br />

que había sucedido en su gobierno”. Y así seguiría ricote, fiel en el servicio<br />

de sus amos, el gachupín leonés y la mora argelina.<br />

dije gachupín, y es una palabra que creo vale la pena tratar de aclarar<br />

de una vez por todas; créese que viene del mexicano cactli, zapato, y chopinía,<br />

picar, o bien tzopinía, apurar, apresurar, y que sería por las espuelas<br />

o porque los españoles pateaban a los indios para hacerlos trabajar; pero<br />

en cuanto a lo primero, el espoleado sería el caballo; en cuanto a lo segundo,<br />

recuerdo haber visto en códices coloniales a los españoles más<br />

bien desgreñando a los indios o dándoles con una vara que acoceándolos,<br />

y son códices pintados por los mismos indios, si bien no pretendo<br />

conocerlos todos.<br />

don Joaquín garcía icazbalceta escribía: “algunos quieren que la palabra<br />

sea tomada de la lengua mexicana, lo cual no parece fundado“ (Vocabulario<br />

de mexicanismos, 1899, s. v.). Parece que tiene razón, y sin embargo, tal<br />

etimología lleva más de siglo y medio de ser aceptada prácticamente como<br />

oficial. es cosa del dominico fray servando Teresa de mier, a principios<br />

del siglo xix, retomada por lucas alamán, ya con el visto bueno de un regular<br />

nahuatlato, famoso en aquel tiempo, Faustino galicia chimalpopoca.<br />

luego, la palabra compuesta indígena, acuñada ex profeso para explicar<br />

una voz española, ha entrado en la pretendida lengua de origen, de modo<br />

que catzopinqui, catzopincayotl, para español e hispanidad, son hoy vocablos


españa desde la óptica de ricote 307<br />

de uso común entre los indígenas, y vocablos que llevan implícita toda la<br />

carga de antipatía característica de aquella época en que fueron creados.<br />

¿Qué decir, sin embargo de la derivación a partir del portugués cachopo,<br />

niño, que es la que da desde hace tanto tiempo el Diccionario de la real academia?<br />

Que tampoco convence, en cuanto que los más de los españoles<br />

que vinieron al principio por acá eran adultos, y no tenían por qué verlos los<br />

portugueses como niños. de hecho, existió o existe aún la variante gachuzo<br />

en vez de gachupín; la vemos usada en la novela Astucia de inclán, escrita en<br />

tiempos del imperio de maximiliano; no creo que sea una simple ocurrencia<br />

caprichosa, sino que la tengo por derivada del árabe ‘achûz, viejo.<br />

en cuanto a cachopo ¿para qué había de tomarse del portugués si hay<br />

una palabra cachopo en asturias con el significado de tronco seco de árbol<br />

(drae)? estaríamos hablando de un zoquete, de un tarugo, y si se considera<br />

que gachupín es despectivo (drae), tarugo va mucho mejor con tal categoría<br />

que niño, y no hay más que buscar. Veremos en seguida que clemencín<br />

relaciona tal despectivo, además de los montañeses, con los asturianos.<br />

cervantes, en el capítulo xiii de la Primera parte, habla de los Cachupines<br />

de Laredo, y ya clemencín anotaba que tal supuesto linaje aparecía, desde<br />

muchos años antes (1559) en la Diana de Jorge de montemayor. Pero lo<br />

mismo la Diana que el Quijote son novelas; podía pensarse, entonces, y se<br />

pensaba en general, que era un apellido inventado; la voz mexicana habría<br />

pasado a la Península poco antes, y la habría usado montemayor para un<br />

personaje secundario. esto era perfectamente aceptable en la perspectiva<br />

de clemencín. él dice, en efecto: “en nueva españa se daba el nombre<br />

de gachupines o cachupines a los españoles que pasaban de europa; y este<br />

puede creerse que es el origen de los cachupines de laredo, especie de<br />

apellido proverbial con que se tildaba a las personas nuevas que, habiendo<br />

adquirido riquezas, se entonaban y preciaban de ilustre prosapia”.<br />

descubrimientos posteriores, sin embargo, han cambiado las cosas;<br />

cachupín era un verdadero apellido. en madrid, el 1º de septiembre de<br />

1573, una mujer de nombre maría de albear firma un contrato por el que<br />

coloca a su hija, isabel de albear, como aprendiza y sirvienta, por dos<br />

años, con andrea de cervantes, hermana de miguel, para que ésta enseñe<br />

a la muchacha “a labrar y coser y hacer cadenetas”. la madre contratante


308 salvador díaZ cíntora<br />

se declara “viuda, mujer que fui de Francisco cachopín, difunto, vecino de<br />

la villa de santander”. Vemos, pues, que no hay tal “apellido proverbial”<br />

tomado de una voz mexicana, como quería clemencín; él mismo hablaba<br />

al respecto, unas líneas arriba, de “asturianos y montañeses [...] que han<br />

pasado a las indias y adquirido allá cuantiosos bienes”, y que han “vuelto<br />

y fundado en su país casas acomodadas”.<br />

no se acuerdan muy bien tales cosas con el contrato que hemos visto;<br />

si andrea de cervantes no está precisamente en situación acomodada,<br />

la hija de Francisco cachopín está tan pobre como para colocarse dos<br />

años como sirvienta; ni se entonan ella ni su madre por ninguna ilustre<br />

prosapia, mas se presentan en todo el desamparo de su orfandad y viudez<br />

menesterosa, mencionando sólo como de paso, el apellido de que no se<br />

enorgullecen como los personajes de novela. Por otra parte, el venir a las<br />

indias y volver a españa con dinero no era cosa privativa de asturianos<br />

y montañeses, sino que casos así se daban indiferentemente en cualquier<br />

lugar de aquellos reinos, y eso lo sabía desde luego cervantes, que además<br />

debió conocer a isabel de albear. Que el apellido cachopín se diera particularmente<br />

en laredo o en santander, es otra cosa, y de ella no podemos<br />

sacar las conclusiones de don diego; ello sería como decir que, pues a los<br />

ricotes los hallamos en esquivias, allí particularmente se enriquecían los<br />

moriscos a diferencia de otras partes de españa.<br />

ahora bien, una palabra tarda tiempo, normalmente siglos, en establecerse<br />

como apellido; si, pues, cachopín lo era en el siglo xvi, y apenas en<br />

ese siglo se había conquistado méxico, la etimología mexicana es inaceptable.<br />

Pero si tampoco nos ha parecido bien la portuguesa, por la razón ya<br />

expuesta, es cosa de buscar por otra parte.<br />

considero la palabra gachupín derivada del árabe ‘achubîn, plural de ‘achûb,<br />

adjetivo verbal de ‘áchiba, admirarse; la terminación -ín, de plural oblicuo,<br />

se da en ocasiones para un singular español, como en alhaquín, tejedor, de<br />

há’ik, o, mucho más conocido, asesino, de haššáš, y algún otro. la significación<br />

sería pasiva, como suelen tenerla adjetivos de ese tipo, v. g. rasûl, enviado (cf.<br />

Blachère y demombynes, Grammaire de l’arabe classique, París, maisonneuve,<br />

1975, p. 89, d). ¿Por qué razón –se me podrá preguntar ahora– había de ser<br />

admirado, o de parecer admirable, el español a los moros, o para el caso, a


españa desde la óptica de ricote 309<br />

los indios? Pueden haber sido varias, positivas o negativas. algo nos ayudará<br />

a entenderlo un ejemplo tomado de otra lengua: en swahili, la misma raíz<br />

árabe que da, en mi hipótesis, nuestro gachupín, origina el sustantivo mjuba,<br />

valiente, pero también, en otra acepción, opresor, tirano; en este sentido se<br />

le tendría una admiración a un paso del espanto. de una cosa y otra, huelga<br />

decirlo, hay abundantes ejemplos a lo largo de los siglos de la reconquista<br />

y en las expediciones a tierras americanas.<br />

También el físico, desde luego, podía tener algo que ver en el asunto;<br />

antes que nada, bien podía admirarse, y era muy natural, el valor en ellos,<br />

en ellas la hermosura; la admiración, pues, diferenciada según el género;<br />

pero a veces un individuo, de cualquiera de ellos, sería admirable por<br />

ambos conceptos, o bien la buena presencia de un mozo, dejando aparte<br />

su posible valentía, se llevaría tras sí la admiración. Hace años un paremiólogo<br />

mexicano incluía en un libro sobre su materia un curioso refrán<br />

que decía: sólo Dios es español, todos los demás son indios, no sin manifestar su<br />

extrañeza, y confesando no entenderlo en absoluto. a mí también en un<br />

principio me pareció absurdo: si sólo dios es español, ¿qué demonios son<br />

los llamados españoles? después de mucho pensarlo, di con lo que me<br />

parece ser la única posible clave: el teatro, alguna función de teatro religioso<br />

como las que se acostumbra hacer por semana santa; se escogería un<br />

chico español para representar al cristo, pero, acaso no habiendo más de<br />

una familia española en el pueblo o aldea en cuestión, los apóstoles, y con<br />

mayor razón los judíos, romanos y demás comparsas, habían de ser representados<br />

por indios. como quiera que fuese, si el papel de dios se le daba<br />

al muchacho español ¿no les parecía ya por ahí de algún modo admirable<br />

a los que montaban la obra?<br />

representaciones como éstas no habrán afectado mucho a ricote; de<br />

otra parte venía su pena. “doquiera que estamos, dice, lloramos por españa,<br />

que, en fin, nacimos en ella, y es nuestra patria natural”. nunca sabremos<br />

si murió llorando por ella, o si regresó y murió llorando en ella, que<br />

la vida por lo general, como cantó José alfredo Jiménez en su Camino de<br />

Guanajuato, ese que en breve andarán nuestros queridos visitantes,<br />

comienza siempre llorando,<br />

y así, llorando, se acaba.


José ruBén romero<br />

Vida Y oBra<br />

[311]<br />

José luis martíneZ<br />

José rubén romero es un escritor de la línea popular y provinciana. sus<br />

únicos estudios formales fueron los primarios y, sin embargo, fue rector<br />

de la universidad de michoacán, cónsul general y embajador del servicio<br />

exterior mexicano y académico correspondiente y de número de la academia<br />

mexicana –uno de los motores que hicieron posible el Primer congreso<br />

de academias de la lengua española– y, sobre todo, fue el autor de<br />

seis espléndidas novelas de inspiración provinciana, con algunos relieves<br />

que lo ligan también con los novelistas de la revolución. Fue un hombre<br />

simpático, decidor, mujeriego, jugador y generoso; fue liberal, adicto a las<br />

ideas revolucionarias, amigo de los presidentes obregón, ortiz rubio y<br />

alemán, y poco afecto a los conservadores.<br />

anécdotas de infancia y adolescencia<br />

José rubén romero nació el 25 de septiembre de 1890 en cotija de la<br />

Paz, un pueblo del estado de michoacán que pertenecía al distrito de<br />

Jiquilpan –el pueblo de lázaro cárdenas– situado al sur del lago de chapala.<br />

antes de que existiera la carretera a guadalajara, que pasa por Jiquilpan,<br />

para hacer el viaje a la ciudad de méxico, como lo cuenta romero<br />

en sus Apuntes de un lugareño, iban a caballo a la Palma, a orillas del lago<br />

de chapala y se embarcaban en un vaporcito –como lo describe gutiérrez<br />

nájera– que los llevaba a ocotlán, y allí tomaban el tren que tocaba<br />

la Barca, la Piedad, Pénjamo e irapuato, donde transbordaban al tren<br />

directo a la capital.<br />

don melesio romero, padre de José rubén, tenía en cotija dos tiendas:<br />

una de ropa en la Plaza de armas, y otra miscelánea que vendía de


312 josé luis martíneZ<br />

todo. los conservadores del pueblo boicotearon las tiendas de don melesio,<br />

que era de ideas liberales y, como sus negocios no iban bien, optó por<br />

trasladarse con su familia a la ciudad de méxico para probar fortuna. llevaba<br />

varias representaciones de productos de la región. era el año de 1897<br />

y José rubén contaba siete años y ya sabía leer. Había aprendido mirando<br />

las ilustraciones de libros de su mamá: El Quijote, Gil Blas de Santillana y<br />

unos cuentos de Jacinto octavio Picón. en méxico se instalan en la calle<br />

de cocheras 22, por el rumbo del carmen, y los padres inscriben a José<br />

rubén en la escuela de los Barona atendida por el señor de este apellido,<br />

sus dos hijos y tres profesores más.<br />

el aún niño comienza a descubrir el sexo. “lola, la criada de mi casa,<br />

me enseñaba sus pechos, grandes y morenos, me dejaba tocarlos”, cuenta<br />

en los Apuntes de un lugareño. 1 Y añade: “lola me esperaba en un corredor<br />

oscuro y apartado, poniendo allí a disposición de mi malicia, el archivo<br />

secreto de su persona”.<br />

Poco antes, nos cuenta que:<br />

Pancho orozco fue mi maestro de picardías. él me enseñó a decir pendejo,<br />

carajo, y a veces en su tienda me obligó a tomar copas de mistela. 2<br />

Pero además de estos aprendizajes, comenzó también su afición a las<br />

letras. “Fui un chico imaginativo de inteligencia precoz”, nos cuenta, y<br />

que se aficionó al teatro y a los versos. sabía de memoria El escándalo de<br />

alarcón (Pedro antonio), lloraba con El culpable de coppée y decía en<br />

todos los tonos los poemas de núñez de arce. Y fue un devoto ferviente<br />

de los dramones que se ofrecían en el Teatro Hidalgo, El jorobado con el<br />

actor montoya; las Instantáneas del Principal, y Jack, el destripador de mujeres<br />

le quitó el sueño. su padre le daba los domingos un peso para que fuera al<br />

teatro y, por su afición coleccionaba los programas de todos los espectáculos:<br />

y le compró una bicicleta de mujer que le permitió conocer la ciudad<br />

de méxico. recuerda una gran inundación de la ciudad con sus relieves<br />

pintorescos.<br />

1 J.r.r, Apuntes de un lugareño, 33a. ed., méxico, Porrúa, 1945, p. 53.<br />

2 Op. cit., p. 25.


josé rubén romero. vida y obra 313<br />

los negocios de su padre, como comisionista de mercancías, quesos,<br />

ganados y semillas, comenzaron a ir mal, porque melesio hacía una vida<br />

alegre y disipada. era mujeriego y despilfarrador y se enredaba en negocios<br />

difíciles. Y comenzó la caída. se vendió el caserón del pueblo, se<br />

clausuró el despacho de cocheras, se pignoraron las alhajas de la familia y<br />

la casa se fue desamueblando poco a poco.<br />

Pero de pronto, el gobernador mercado de michoacán se acordó de<br />

don melesio que era “liberal, inteligente y atrevido” y le mandó ofrecer<br />

una prefectura de distrito. Primero viajó el padre y luego la mujer –feliz<br />

de volver a los pueblos michoacanos después de siete años– y los hijos,<br />

rumbo a ario de rosales. José rubén tiene catorce años.<br />

en este pueblo se inicia como escritor. el secretario de la prefectura,<br />

murguía guillén, decide publicar una revista llamada Iris, de literatura,<br />

política y vanidades, que él mismo encabeza y pone a romero como<br />

secretario. allí publicó sus primeros versos, que le dieron importancia a<br />

los ojos de su novia. un buen día recibió un nombramiento de socio de<br />

una agrupación literaria de morelia, añadiéndole que le gustaría conocerlo.<br />

organiza el viaje y se encarga un chaqué de franela. Va primero a caballo<br />

hasta Pátzcuaro y luego en tren a morelia. estas andanzas me recuerdan<br />

las que narra Juan José arreola en La feria, cuando el narrador participa en<br />

el ateneo Tzaputlatena y conoce a la perturbadora alejandrina. el ateneo<br />

moreliano se aloja en un tendajón miserable; de todas maneras, se intercambian<br />

versos cursis con los poetas de la ciudad y un periódico publica<br />

la noticia de su visita.<br />

después de otros viajes a poblados que pertenecían al distrito que<br />

controlaba su padre, éste organiza una excursión para conocer el mar, viajando<br />

a caballo una comitiva de unas cuarenta personas. Van de hacienda<br />

en hacienda por el rumbo de Tierra caliente. al cruzar una corriente, una<br />

mula perdió el vado y fue arrastrada, perdiéndose los comestibles. desde<br />

entonces, ya no pudo tomar al levantarse el acostumbrado chocolate al que<br />

dedica un poema.


314 josé luis martíneZ<br />

un cuento de hadas<br />

en el pueblo llamado carrizal de arteaga, de “costumbres y cuadros de<br />

1810”, uno de los mozos que era de allí, llevó muy de mañana a José<br />

rubén a disfrutar de un espectáculo curioso:<br />

nos encaminamos a un puente y encaramados sobre su pretil, al asomarme<br />

tuve la sensación de que estaba viviendo un cuento de hadas.<br />

Treinta o cuarenta mujeres desnudas se bañaban en el río, metidas en<br />

el agua hasta la cintura o sentadas, con cierta gracia indolente, sobre las<br />

piedras de la orilla.<br />

al oír nuestras voces, levantaron las cabezas y ninguna, mirándonos,<br />

hizo ademán de hurtar a nuestros ojos el hechizo de sus formas<br />

arrobadoras.<br />

cantaban, reían y las más indiferentes, jabonaban con cuidado sus<br />

cuerpos duros y tersos.<br />

debajo de un puente y casi al alcance de mi mano una de ellas, joven<br />

y hermosa, desataba las negras serpentinas de su pelo.<br />

el mozo le tiró una piedrecita para hacerla volver el rostro, y la muchacha<br />

alzó los ojos y nos miró con picardía<br />

—ay prieta, quisiera que jueras mi mama para que me dieras la chiche!<br />

–le dijo Jenaro con atrevimiento.<br />

ella, por toda respuesta, se fijó en sus pechos redondos y bruñidos,<br />

acariciándolos con la mirada y después nos volvió la espalda indiferentemente.<br />

3<br />

además de los regodeos, el autor describe con sencillez y encanto la<br />

belleza de los panoramas y la suntuosidad de la vegetación y “a ras de la<br />

tierra la lucha interminable entre lo grandioso y lo pequeño: el pinolillo y,<br />

la conchuda”. en el lugar llamado el Veladero, donde el dueño de la casa<br />

tenía una casa igual a la de don Porfirio, José rubén se recuesta en una<br />

hamaca. Pero despierta con una sensación extraña: algo raro pesaba sobre<br />

sus piernas, abre los ojos:<br />

3 Ibidem, pp. 99-100.


josé rubén romero. vida y obra 315<br />

y un chillido de angustia se quebró en mi garganta. gruesa, larga, de<br />

cabeza tan grande como la de un gato, una serpiente descendía por mi<br />

cuerpo, rozando mis manos con sus escamas brillantes. sus ojos de abalorio<br />

se fijaban en mí con la insistencia de una persona miope.<br />

las gentes de la casa se acercaron a la culebra y, “como si fuese un perro,<br />

le comenzaron a decir: bájate zurita, ayudándome a mí a desprenderme<br />

de la hamaca”. Y luego “le dijeron que la serpiente era una ratonera que<br />

limpiaba de bichos la casa y no hacía daño a nadie”. 4<br />

en la cena, le impresiona la mesa cubierta con vajillas de oro y plata<br />

para una comida rústica. Y a la mañana siguiente, muy de mañana, salen<br />

para ver el mar. en los llanos de morelita encuentran una pintoresca bandada<br />

de loros de gran tamaño, de cabezas amarillas y “casacas verde tierno”,<br />

cantantes del “alabado” y de “arenita de oro”; periquitos diminutos<br />

“con voces de titiritero”; cotorras guayaberas “de cofia azul, parlanchinas<br />

como colegialas a la hora del recreo; y guacamayas aristocráticas con aires<br />

de gran señora, luciendo su elegante toilette de noche”. 5<br />

¡Ya se ve el mar! –gritaban los compañeros en un revuelo de alegría.<br />

—¿en dónde? –preguntaba yo.<br />

—aquella línea gris.<br />

Y yo vi desde lejos el perfil esfumado de un campo escueto, sin belleza.<br />

¡el mar, el mar! ¡Qué desencanto!<br />

Playa Prieta tenía algunos jacales donde se instalaron. los dueños los<br />

atendieron con solicitud, pero faltaban las cosas más indispensables. Permanecieron<br />

allí cinco días, gozando las delicias del mar, juntando conchas,<br />

rastreando huevos de tortuga, meditando en los atardeceres y comiendo<br />

caldo miche y churipo. Todos decían que aquello era capua “pero yo –dice el<br />

autor– estaba bien fastidiado”. 6<br />

4 Ibid., pp. 102-104. alí chumacero me contaba que en su pueblo, acaponeta, nayarit, existían estas<br />

serpientes ratoneras.<br />

5 Ibid., pp. 104-105.<br />

6 Ibid., pp. 105-106.


316 josé luis martíneZ<br />

al regresar a ario, se pierden a causa de un ranchero que les ofreció<br />

un camino más corto. Y no encuentran ningún jacal habitado. al fin, llegan<br />

a un jacalito donde una mujer estaba echando tortillas. ella se niega a<br />

vendérselas porque son para su hombre.<br />

—estoy muerto de hambre [le dijo castañeda el Tejón]: o nos vende las<br />

tortillas o me arranco los ojos. Y echó mano al ojo postizo y se lo sacó<br />

tan limpiamente delante de la vieja que ésta, llena de miedo, comenzó a<br />

gritar:<br />

— ¡no, señor, no se arranque el otro. llévese las gordas en malhora,<br />

pero que este hombre no se saque el ojo que le queda!<br />

Y el Tejón tuvo un éxito formidable. 7<br />

las fiestas patrias<br />

el capítulo vii, siguiente, describe la animación del pueblo con las fiestas<br />

patrias, los cohetones, los curiosos y el paseo cívico. en la ceremonia formal,<br />

el profesor rodríguez inició su discurso anunciando que “encierra<br />

desde los tiempos prehistóricos hasta la época actual”.<br />

Y se desenvolvió en tal forma, que a la hora y media nos estaba leyendo<br />

la muerte de Holofernes, después de hacer un relato concienzudo de<br />

todas las vicisitudes del pueblo israelita.<br />

mi padre –cuenta el autor– le mandó decir que suspendiera el discurso<br />

para dar lugar a los otros números del programa, pero no pudo<br />

conseguir callarlo hasta las dos y media de la tarde. 8<br />

este incidente hace que José rubén no tuviera oportunidad para decir<br />

sus versos cívicos, que los hace imprimir en papel de china para repartirlos<br />

en la retreta.<br />

un conflicto con uno de los pueblos de la prefectura deja a don melesio,<br />

el padre, “cesante y sin cuartillos”. la familia deja la paz de ario de<br />

7 Ibid., p. 105-106.<br />

8 Ibid., pp. 112-113. don alfonso reyes contaba un episodio semejante. en la inauguración del Hemiciclo<br />

a Juárez, don Porfirio encargó al historiador laguense don agustín rivera, que dijera el discurso<br />

de honor. Pero el orador se extendió tanto que don Porfirio le mandó recado para que abreviara.


josé rubén romero. vida y obra 317<br />

rosales y se dirige primero a Pátzcuaro cuyo ambiente y lago encantan<br />

a José rubén. Y describe con curiosidad los variados abrigos con que la<br />

gente se protege del frío:<br />

Pasaban por las calles del pueblo en un abigarrado desfile, los sobretodos<br />

de cuello de felpa de los pollos modernizados; las amplias capas<br />

madrileñas de los viejos tradicionalistas; los manteos tenebrosos de los<br />

curas; las grises pelerinas de los militares y el macfarlán del notario; los<br />

ponchos gruesos y sedosos de los rancheros ricos; el sarape multicolor<br />

del charrito busca-pleitos; el jorongo pachón del arriero; las musgas frasadas<br />

de los peones trashumantes y el desteñido cobertor del soldado.<br />

Todos, en busca de ese sol de Pátzcuaro que, como los maridos impotentes,<br />

calienta, pero no satisface a nadie. 9<br />

es curiosa la imagen que describe, en los puestos de fritangas, del de<br />

los chenchos, a los “jotos vendedores de pollo y enchiladas”, semejantes<br />

a los de la Feria de aguascalientes.<br />

al fin el gobierno, cuenta José rubén, se dio cuenta que en el asunto de<br />

la Huacana –el pueblo cuyas quejas provocó su cesantía– don melesio había<br />

obrado con justicia, y le ofreció la receptoría de rentas de sahuayo: “el<br />

pueblo más rico de la zona; pueblo de rancheros mal vestidos, hirsutos, pero<br />

nobles y dadivosos, capaces, en un arranque, de cualquier hombrada”. 10<br />

la tertulia de la botica<br />

en la botica de amezcua se reunía una tertulia de curas que “los más habían<br />

sido compañeros de amado nervo en el seminario de Zamora”:<br />

9 Ibid., p. 121.<br />

10 Ibid., p. 130.<br />

11 Ibid., p. 132.<br />

a quien yo también traté –añade José rubén– durante mi niñez en méxico,<br />

por ser su familia muy amiga de la mía. guardo de él como un grato<br />

recuerdo, unas Místicas, primera edición, con esta sencilla dedicatoria: “a<br />

rubén romero, un niño que hace versos, amado”. 11


318 josé luis martíneZ<br />

a la mencionada tertulia solía ir un don Juan Vincent, extranjero radicado<br />

en sahuayo, “hombre corpulento, blanco, rubio, de barba sedosa<br />

y partida, como la de maximiliano”. Tenía una hija de catorce años, rubia<br />

como él y gruesa, que estaba en la escuela como la hermana de José<br />

rubén. don Juan, en un español anticuado, solía hablar de países remotos:<br />

palacios de chiroz, pagodas, paisajes de Brasil, hielos perennes de spitzberg<br />

“donde él había mirado el sol de medianoche”:<br />

Pero llegó a sahuayo un número de El País con la noticia de que se había<br />

descubierto el retiro de un príncipe belga, ausente de su patria por cuestiones<br />

políticas. Todo un folletín complicado de aventuras y de amor,<br />

locuras de juventud, el rapto de una bailarina hermosísima, las iras de un<br />

rey, fiel guardador del protocolo, y después Polinesia, Pekín, uruguay y,<br />

como último refugio, méxico. 12<br />

Y don Juan Vincent “desapareció del pueblo tan misteriosamente<br />

como había llegado”.<br />

a otro pueblo: santa clara<br />

Para interrumpir el noviazgo de José rubén con “rosa, la rica”, el padre<br />

de ésta mueve sus influencias y logra que trasladen a don melesio a otro<br />

puesto lejano de sahuayo, donde habían pasado tres años: santa clara del<br />

cobre es el nuevo destino de los romero. es un pueblo pequeño, de clima<br />

frío y lluvias abundantes. su plaza “tiene los fresnos más grandes y hermosos<br />

que he visto en mi vida” y “agua por todas partes, fresca, cristalina<br />

[…] y por todas partes también, las barbas hirsutas de los helechos […]<br />

santa clara es un pueblo delicioso y sus gentes son de mayor cultura que<br />

las de otros pueblos […] el que no cursó humanidades en el seminario de<br />

morelia, estuvo de alumno en el histórico plantel de san nicolás de Hidalgo,<br />

y el mismo Pito Pérez, cuyas borracheras interminables emulaban<br />

cualquier orgía romana, cantando por las calles, coronado de rosas, sabía<br />

12 Ibid., pp. 132-135.


josé rubén romero. vida y obra 319<br />

decir un verso latino y hacer oportunamente una cita clásica”. 13 ésta es la<br />

primera aparición de este personaje que será esencial en la obra de José<br />

rubén romero y al que dedicará años más tarde todo un libro.<br />

diversiones pueblerinas<br />

un día sale con dos amigos a caballo y él monta un “garañón de mucha<br />

alzada”. al llegar a la hacienda que visitan, el garañón se alborota “venteando<br />

las yeguas”, pero su jinete logra controlarlo. mas el animal no se<br />

sosegaba. “sus relinchos tenían trémolos de romanzas de amor”:<br />

atropellando cuanto nos estorbaba, de un bote arbitrario nos plantamos<br />

a mitad del corro. el hocico de la bestia sangra, pero no obedece.<br />

otro salto más y ya estamos sobre la grupa de una yegua rocilla, que<br />

nos recibe resignadamente.<br />

en vano mis azotes y mi porfía. el garañón se trepa y ya no tengo<br />

otro recurso que echar mano a las crines para que no me desprendan sus<br />

movimientos acompasados.<br />

los hombres ríen a carcajadas, las rancheras tienen bochornos de<br />

malicia y los músicos hacen un calderón prolongado, para no perder<br />

detalle del espectáculo.<br />

sentí que el animal se me desquebrajaba en el aire.<br />

después atravesamos el patio, yo muy corrido y el caballo contoneándose<br />

como para pedir aplausos.<br />

[…] cuando regresamos al pueblo, un pajarito picueque, 14 había contado<br />

lo ocurrido, y hasta el cura, me gritó con socarronería al verme<br />

pasar frente al curato:<br />

—¿Qué tal le fue de conquista?… 15<br />

(Preciosa página y admirablemente escrita. Puede titularse “la conquista”.)<br />

13 Ibid., pp. 156 y 159.<br />

14 Picueque: chismoso, enredador.<br />

15 Ibid., pp. 167-169.


320 josé luis martíneZ<br />

el alcalde de santa clara nombra a José rubén su secretario y éste<br />

comienza a pendolear y a darse importancia. Y con un alegre repique, Pito<br />

Pérez anuncia su regreso al pueblo.<br />

Trinidad, La Panala, se acercó humildemente a rogarme por la libertad<br />

de Juana, La Barbera.<br />

era La Panala una mujer del pueblo, joven y bonita. un bronce pulido<br />

y vibrante. Pechos redondos, firmes; cadera opulenta; vientre sin<br />

arrugas; piernas de diana autóctona.<br />

la conocí al desnudo, en un sitio poco apropiado para espectáculos<br />

de esta índole.<br />

su encuentro, en el panteón del pueblo, es otra bella página que concluye<br />

así: “Y sobre un sepulcro grande, como tálamo labrado ex profeso, hay<br />

un breve estremecimiento de vida en el callado recinto de la muerte”. 16<br />

la revolución como un juego<br />

los retretes de las casas en los pueblos viejos, llamados el común, eran una<br />

gran tabla con varios agujeros. Y en Desbandada, otro de sus libros, cuenta<br />

José rubén que el de su casa en Tacámbaro era una tabla cuadrada que recordaba<br />

a los frailes sentados en torno a la figura de cristóbal colón, en su<br />

estatua del Paseo de la reforma. Y viejos, mozos y niños se encontraban<br />

en este negocio propicio a las conversaciones tranquilas.<br />

Hacia la mitad de los Apuntes de un lugareño, José rubén romero cuenta<br />

que, después de una comida, escalante, el alcalde, y su padre, entraron al<br />

excusado donde él se encontraba, y don melesio le dijo con acento grave.<br />

—Quiero informarte de una cosa, pero no te asustes. escalante y yo<br />

decidimos pronunciarnos contra el gobierno, y ya todo está listo. ahora<br />

mismo vamos a dar el grito. 17<br />

16 Ibid., pp. 183-184.<br />

17 Ibid., p. 186.


josé rubén romero. vida y obra 321<br />

Por el grito de combate: “¡Viva Francisco i. madero! ¡abajo la dictadura!”,<br />

podemos suponer el momento en que ocurre este pronunciamiento.<br />

madero, en su libro La sucesión presidencial en 1910, de 1908, se inconforma<br />

con las reelecciones de Porfirio díaz, y en el Plan de san luis,<br />

del 5 de octubre de 1910, dice que asumirá la Presidencia provisional de<br />

la república y convoca al pueblo de méxico para que, a partir del 20 de<br />

noviembre próximo, a las seis de la tarde, tome las armas “para arrojar del<br />

poder a las autoridades que actualmente gobiernan”. los levantamientos<br />

proliferan sobre todo en los estados del norte: coahuila, chihuahua y<br />

sinaloa, y en Yucatán y morelos, y madero toma ciudad Juárez. Hay elecciones<br />

en las que triunfa la fórmula madero-Pino suárez. don Porfirio<br />

renuncia y se va a París. Y el 6 de noviembre de 1911 madero ocupa la<br />

silla presidencial.<br />

el “pronunciamiento” de santa clara del cobre, aunque no esté mencionado<br />

en las historias de la revolución mexicana, debió ocurrir entre noviembre<br />

de 1910 y noviembre de 1911. dice José rubén que cuando se lo<br />

comunicó su padre, y le añadió que “los que quieran seguirnos, se pueden<br />

ir al cerro con nosotros”, le “entró un temblor que parecía de miedo y era,<br />

en realidad, de emoción. emoción de tomar parte en aquella aventura, de<br />

vivir el momento que se acercaba, fingiéndose en él, de antemano, conspirador<br />

peligroso, héroe o mártir abnegado”.<br />

lo curioso de este caso es que las dos autoridades del pueblo, el alcalde<br />

y el receptor de rentas, se rebelan de hecho contra sí mismos y a favor<br />

del señor madero. Y, como si fuera el convite para anunciar un circo, las<br />

autoridades contratan a los músicos de Zirahuén para recorrer el pueblo<br />

invitando a la insurrección. Y los conjurados se iban presentando:<br />

Braulio, el amigo balaqueador 18 y resuelto; delfino, el escribiente del<br />

juzgado; alfonso, el aristócrata venido a menos, y Jacinto, el viejo charamusquero<br />

de la plaza, que, cansado de espantar las moscas, requería la<br />

cuarenta y cuatro, trocándose, de pronto, en paladín voluntario contra<br />

los míseros pelones de la dictadura. 19<br />

18 Balaqueador: fanfarrón.<br />

19 Ibid., p. 190.


322 josé luis martíneZ<br />

José rubén recibe su primera orden militar: “elija diez hombres y<br />

váyase a defender el puente mientras nosotros nos organizamos. llévese<br />

a los que tengan carabinas”. 20 a duras penas reúne a los diez hombres y<br />

se va hacia el puente donde los distribuye estratégicamente y se dispuso a<br />

esperar “lo que la suerte me trajera”. es de noche y tiene hambre y pide<br />

a un muchachito que le es adicto, Tamborillas, que vaya a su casa por su<br />

tilma. regresó con una batea que le preparó su madre, con chocolate y<br />

bollos dorados, leche y guayabas en almíbar. Pero recuerda a alejandro<br />

en África y a Juárez en los desiertos del norte y, como los alimentos no<br />

bastaban para sus huestes, le dice a Tamborillas que se los coma y devuelva<br />

a su casa la batea.<br />

en la espera, larga y silenciosa, cavila:<br />

Puente de Santa Clara del Cobre. un puñado de maderistas…<br />

Pero a lo lejos un perro ladra y hace bajar, lentamente, el telón de<br />

mis divagaciones.<br />

¿a qué hora vendrán los rurales a matarnos? sigue goteando, poco<br />

a poco, el pensamiento.<br />

¿Por qué nos hemos levantado en armas? Por la redención de las<br />

masas, por la igualdad, por que tenga fin una dictadura oprobiosa. Pero<br />

una voz interior me grita: ¡Hipócritas! no se han alzado por eso. Tú,<br />

porque eres un ambicioso; escalante, porque es un amargado; alfonso,<br />

porque es un triste, y todos, porque son pobres. 21 al fin, algo ocurre.<br />

oyen pisadas de cabalgaduras. “¡Quién vive!”, uno grita. “¡Quién vive, o<br />

hacemos fuego!”<br />

“—¡gente de paz, no tiren! –respondieron al fin–. somos los cantores<br />

de ario. 22<br />

Y ellos les informan que los rurales “salieron ayer para morelia dejando<br />

solo a Pátzcuaro”. la columna de los rebeldes de santa clara, al mando<br />

de escalante, llega a 117 hombres cuando salen por el camino de opopeo,<br />

y su aspecto es aún muy poco guerrero. José rubén monta un caballo<br />

20 Ibid., p. 19l.<br />

21 Ibid., pp. 194-195.<br />

22 Ibid., pp. 195-196.


josé rubén romero. vida y obra 323<br />

“lobo, ovachón, del administrador del diezmo” y añade que parecía “un<br />

seminarista que vuelve a sus estudios después de vacaciones”.<br />

comienzan entonces a pernoctar de hacienda en hacienda, donde los<br />

propietarios los agasajan. Y cuando iban rumbo a Palma de cervantes, con<br />

sorpresa general, se topan con un piquete de soldados:<br />

a las primeras descargas de nuestra gente –cuenta nuestro cronista–, los<br />

pelones comenzaron a huir sin presentar ninguna resistencia. Yo, con mi<br />

pistola treinta y dos, única pieza ofensiva que llevaba, disparé también<br />

algunos tiros, mas el combate fue tan breve, que no tuve necesidad de<br />

extremar mis manifestaciones belicosas. 23<br />

doce soldados se rinden a discreción junto con su jefe, el mayor rafael<br />

Valencia, que era prefecto en ario y su conocido. después de un banquete<br />

en la hacienda del señor Juárez, el jefe escalante le encarga a José<br />

rubén que suelte al preso Valencia “porque si llegamos con él a ario, lo<br />

matan de una pedrada”.<br />

el preso es orgulloso y no quiere irse como un bandido y exige: “o me<br />

fusilan o me dejan en libertad delante de todo el mundo”. Hasta la mañana<br />

siguiente, logran librarse de él y se va en su propio caballo, “con más aires<br />

de vencedor que de vencido”.<br />

el cronista recibe otra comisión: ir a Pátzcuaro “para ponerse al tanto<br />

de los movimientos del gobierno”. se ha hecho de un caballo mejor y<br />

hace el viaje. Y mientras tanto, el jefe escalante vuelve a ario, que lo recibe<br />

en fiesta, y logra reclutar hasta cuatrocientos hombres.<br />

Y como la situación en Pátzcuaro es favorable para los guerrilleros,<br />

éstos llegan a ese pueblo en triunfo. Y morelia se despierta y se agita y les<br />

envía a Pátzcuaro una nutrida comisión, entre ellos Pascual ortiz rubio,<br />

que años más tarde será presidente de la república. Y las marianas Pinedas<br />

de santa clara envían a José rubén una bandera bordada que dice “ejército<br />

maderista de michoacán. libertad”. 24<br />

23 Ibid., pp. 196-199.<br />

24 Ibid., pp. 206-207.


324 josé luis martíneZ<br />

en 1912, cuando ha triunfado la revolución maderista y José rubén<br />

tiene 22 años y ha vencido sin sangre en su pequeña revolución, vuelve a<br />

santa clara y sustituye a su padre en la receptoría y a él lo hacen administrador<br />

de rentas. Y don salvador escalante es comandante de rurales, en<br />

Pátzcuaro.<br />

Yo soy feliz –dice el cronista–. Tres cosas me ha dejado la revolución.<br />

Tres cosas grandes, nobles, buenas: el zaino que relincha en la cuadra; el<br />

rifle que vela mi sueño, junto a la cabecera de mi cama, y un sobretodo<br />

nuevo, café, que substituye a mi vieja tilma roja. 25<br />

años más tarde, en otra novela, sintetizará los dones de la revolución<br />

en “mi caballo, mi perro y mi rifle”.<br />

andanZas políticas<br />

acercábanse las elecciones para gobernador del estado y José rubén y todo<br />

el pueblo de santa clara son partidarios del doctor miguel silva, un hombre<br />

generoso y bueno. en la campaña política hay fiesta en Pátzcuaro y,<br />

después del banquete, vienen las declamaciones y José rubén romero “comienza<br />

a decir sus estrofas”. al fin, el candidato doctor silva “lo abrazó cariñosamente,<br />

como si fuésemos dos viejos amigos”. 26 Por la noche, escribe<br />

nuevos versos, dedicados a “mi raza” 27 en los que hay, dice su autor:<br />

dos gritos sinceros de mi corazón: un apóstrofe duro al conquistador<br />

que pasó por mi patria destruyéndolo todo, en nombre de su dios, y un<br />

anhelo vehemente de que resurja, noble y grande, la triste raza nuestra.<br />

al día siguiente hay gran fiesta en Janitzio y al finalizar el doctor silva<br />

dice que, entre sus acompañantes, se encuentra el ingeniero Pascual ortiz<br />

rubio, “cuya familia data de don Pedro de Huitzimengari, hijo del último<br />

25 Ibid., p. 210.<br />

26 Ibid., p. 216.<br />

27 “mi raza”, 1912, en Versos viejos, 1930.


josé rubén romero. vida y obra 325<br />

catzonzi”. el ingeniero asintió con modestia y dijo unos versos oportunos,<br />

“y yo también –añade el cronista– solté los que llevaba prestos”. 28<br />

meses después, el doctor silva es electo gobernador y hay fiesta para la<br />

toma de posesión el 16 de septiembre. Y José rubén romero es el secretario<br />

del gobernador que –como el autor de estos apuntes– nocherniego,<br />

“le gusta recogerse en la madrugada”.<br />

el doctor es un niño crédulo –comenta el cronista– y caprichoso, bastante<br />

indeciso a la hora de las resoluciones, más por temor de hacer daño<br />

a los otros que por personal cobardía, y a esta política contemplativa hay<br />

que agregar el problema que significa para él gobernar con elementos<br />

desunidos y de tendencias marcadamente opuestas. 29<br />

en uno de los viajes a la ciudad de méxico del gobernador, lo acompaña<br />

su joven secretario. en el desayuno, le dice que el presidente madero<br />

lo ha invitado a tomar café con los amigos de morelia. “Quiero que usted<br />

me acompañe para presentarlo al señor madero.” en las presentaciones, el<br />

doctor silva le dice: “éste es el vate romero. Fue secretario de escalante<br />

en el movimiento del estado de michoacán.” con “respetuosa curiosidad”,<br />

José rubén hace el examen del señor Presidente: “Bajito, nervioso, risueño;<br />

su traje bastante descuidado […] observándolo me da la impresión de<br />

un niño con barbas postizas que está representando una obra para personas<br />

mayores […] se habla un poco de todo: de la política clerical de nuestro<br />

estado; de París, en donde el señor madero y el doctor silva han vivido;<br />

de ciencias ocultas, de fuerzas hipnóticas […] un diputado michoacano,<br />

algo pariente mío […] relata experimentos que, según afirma, ha realizado<br />

en persona. Yo sonrío con aire incrédulo, pero el señor Presidente capta<br />

mi sonrisa y me dice:<br />

—¿usted no cree en estas cosas, joven?<br />

—sí, señor, sí creo –contesto cohibido– pero no precisamente al<br />

señor diputado.<br />

28 Apuntes de un lugareño, p. 218.<br />

29 Ibid., p. 232.


326 josé luis martíneZ<br />

—¿Y por qué no cree usted en él, si todo cuanto dice tiene una explicación<br />

científica bastante clara?<br />

como respuesta, José rubén relata una larga historia de experimentos<br />

hipnóticos en morelia con unas muchachas y con una conclusión algo<br />

verde. “Temo haber faltado al respeto al señor madero contando estas<br />

cosas, pero me tranquilizo cuando él me invita a una sesión formal de<br />

hipnotismo para que me convenza de la verdad de esta doctrina.” Ya en el<br />

tren, rumbo a morelia, comentaba el doctor:<br />

—este romero tiene gancho para las gentes. se conquistó al Presidente<br />

con sus cuentos y sus dichos rancheros. 30<br />

Pronto llegan los días terribles con el asesinato del presidente madero<br />

y la decena Trágica, que provocó en el gobernador silva “un largo periodo<br />

de incertidumbre y debilidad”. “Pero un hecho que sobrepasó los límites<br />

de la ignorancia, lo hizo estallar de coraje.”<br />

Francisco cárdenas, el matador de madero, nacido en sahuayo, michoacán,<br />

“ostentaba por cantinas y prostíbulos como un timbre de gloria,<br />

engarzada en oro y pendiente de la cadena del reloj, la bala con que había<br />

segado aquella vida pura”. Presumiendo los galones de general “y vestido<br />

de charro”, se presentó en la casa de silva “con el designio de visitarlo”.<br />

—¡Fuera de aquí asesino! –le escupió en plena cara, que si a mano hubiera<br />

tenido un látigo, lo arrojara de su casa a latigazos.<br />

Y cárdenas, el valiente, el temerario; cárdenas, el feroz; cárdenas el<br />

pendenciero […] bajó los ojos humillado ante la cólera inerme de miguel<br />

silva, y salió a la calle con el aspecto de un triste perro vagabundo. 31<br />

entretanto, el gobernador silva sufría entre las presiones de Venustiano<br />

carranza que lo apremiaba a tomar medidas decisivas, y Victoriano<br />

Huerta que lo amenazaba. después de tres meses de calvario decidió re-<br />

30 Ibid., p. 237-242.<br />

31 Ibid., pp. 243-244.


josé rubén romero. vida y obra 327<br />

nunciar y le anunció a José rubén su secretario, que la cámara designaría<br />

gobernador al general dorantes, “y ustedes quedarán con él, porque es<br />

amigo”. el gobernador sustituto dura poco pues no era del agrado de<br />

Huerta, “quien hace designar a otro general, alberto Yarza”, y José rubén<br />

siguió siendo secretario con una innovación: las tardes libres. en sus vagabundeos<br />

vespertinos, nuestro cronista descubre el casino de morelia<br />

donde hay billares y jugada de poker. Yarza tiene que dejar el poder a otro<br />

general garza gonzález, pero el día de su partida llamó a José rubén a su<br />

despacho y lo previno que su nombre estaba en una lista negra que traía el<br />

nuevo gobernador, con la anotación “agitador a sueldo de silva” y que le<br />

convenía salir cuanto antes de morelia porque las persecuciones comenzarían<br />

en seguida. Por la tarde, como de costumbre se encaminó al casino.<br />

—Ándele, vale, véngase al pokarito barato –me dijo uno de los asiduos.<br />

Yo arrimé una silla, saqué mis quince pesos y me propuse olvidar, por<br />

unos momentos, las tribulaciones que me acongojaban.<br />

al cabo de algunas horas la suerte me había favorecido.<br />

[…] a eso de las dos de la mañana, hice recuento de utilidades y,<br />

por poco me desmayo de alegría: ¡Quinientos pesos! Bonita suma para<br />

emprender el vuelo. 32<br />

a las cinco de la mañana tomó el tren directo para méxico, donde se<br />

escondió en casa de un tío. Tiene noticias del doctor silva y decide visitarlo.<br />

Vivía pobremente en las calles de Tabasco, dedicado a su profesión.<br />

como es costumbre, los parientes que vienen a conocer o visitar la<br />

ciudad de méxico se alojan en casa de quienes aquí viven, y a José rubén<br />

le toca pasearlos. un primo le pide que le ayude a satisfacer dos deseos:<br />

quiere ver a la Virgen de guadalupe y a la conesa. Y además, visitan el<br />

restorán el globo donde ocurren confusiones con los nombres de los<br />

alimentos. 33 Pero los quinientos pesos se acabaron, empeña su reloj y tiene<br />

noticias de que su padre fue cesado por el gobernador garza gonzález y<br />

que, en unión de su madre y su hermana, de Tacámbaro se han ido a mo-<br />

32 Ibid., pp. 271-274.<br />

33 Ibid., p. 297.


328 josé luis martíneZ<br />

relia donde sufren “la pena negra”. Todo esto lo hace decidir irse también<br />

a morelia, a casa de la familia Pérez Vélez que les da alojamiento.<br />

Pocos días después de su llegada, unos soldados se presentan con órdenes<br />

para aprehenderlo. su padre lo tranquiliza ofreciéndole que arreglará<br />

el asunto. lo llevan al cuartel y lo dejan en un banco en el que pasa la<br />

noche. Por la mañana, lo despiertan y, rodeado de soldados, lo hacen subir<br />

a un tranvía que iba rumbo al cementerio.<br />

—díganme adónde me llevan! –clamaba yo con voz de angustia, dirigiéndome<br />

al capitán.<br />

—¿adónde lo hemos de llevar? a quebrarlo por malhora –contestó<br />

un soldado. […] una sola obsesión estrujaba mi pensamiento: ¡no me<br />

matarán! ¡Tengo veintidós años! ¡no deben matarme! la vida no puede<br />

ser tan injusta conmigo. estoy dispuesto a morir en cualquier otra<br />

circunstancia, en un momento de exaltación, delante de un adversario<br />

ofendido, pero asesinado impunemente por matones oficiales, asalariados<br />

con el dinero de mi propio pueblo, ¡imposible!, no me resigno […]<br />

¡no me matarán, no me matarán!<br />

llegó el tranvía al panteón. Bajamos. la escolta se formó y en el centro<br />

de ella me colocaron […] caminaríamos 20 o 30 metros, cuando la voz<br />

de un hombre, partiendo de la caseta de la entrada, desgarró la sombra.<br />

—Que venga al aparato el jefe de la escolta del que van a fusilar.<br />

los soldados hicieron alto y el capitán, lentamente comenzó a desandar<br />

lo andado.<br />

mientras tanto, los soldados aprovechaban la espera para repartirse<br />

los bienes del próximo difunto, y se fijan en los zapatos de José rubén.<br />

“si crees que te vienen, pídeselos al sargento”, le dice uno a otro. Y José<br />

rubén se quita una argollita de oro que llevaba y la entrega a uno de los<br />

soldados. —“¡no tengo más, amigo!” –le dice a uno de ellos. el capitán<br />

vuelve y se detiene junto a él y golpeándole la espalda con una mano, le<br />

dice: —se ha salvado en una tablita, don rubén. ¡si no es por el teléfono,<br />

lo quemo!<br />

Y sus dientes blancos brillan con una sonrisa cordial.<br />

—dicen que por ahí viene su papá en un tranvía a recogerlo.<br />

[…] uno de los soldados miraba tristemente mis zapatos, en buen<br />

estado todavía. 34<br />

34 Ibid., pp. 329-338.


josé rubén romero. vida y obra 329<br />

—¿Qué pasó? –le pregunto todo tembloroso.<br />

—Ya nada. creían que venías a juntarte con los rebeldes de Tacámbaro,<br />

y si no hubiera sido por luisita Vélez, que convenció al gobernador,<br />

no lo estarías oyendo en este instante. 35<br />

así termina este hermoso, Apuntes de un lugareño, que cuenta la infancia<br />

y la juventud de José rubén romero en los pueblos de michoacán y sus<br />

andanzas como revolucionario maderista. lo dictó en Barcelona, españa,<br />

donde era cónsul de méxico, en 1932, y se editaría allí por primera vez en<br />

el mismo año y cuando su autor contaba 42 años de edad.<br />

felicidad y duelo en tacámbaro<br />

la aparición de los Apuntes de un lugareño fue un éxito editorial. en Barcelona,<br />

tuvo dos ediciones, en 1932, en la imprenta de núñez y compañía con<br />

dibujos de ignacio Vidal, y se reimprimió en 1936; y en méxico, a partir de<br />

la edición de 1945 de la editorial Porrúa, se editó varias veces. los libros<br />

de versos le habían dado un prestigio local, en los pueblos de michoacán,<br />

pero sólo sus libros de memorias noveladas le dieron fama nacional. el<br />

éxito de los Apuntes lo animó a seguir escribiendo, o dictando, y dos años<br />

después, en la línea provinciana, de hecho michoacana, publicó un nuevo<br />

libro, en 1934: Desbandada.<br />

en tanto que Apuntes de un lugareño se refiere a varios de los pueblos y<br />

ciudades michoacanas en que vive: cotija, sahuayo, ario de rosales, santa<br />

clara del cobre y morelia, Desbandada se refiere a un solo pueblo, Tacámbaro.<br />

este nuevo libro es tan agradable como el anterior, y está escrito con<br />

una admirable limpieza de estilo. los primeros capítulos son estampas de<br />

varias perspectivas del pueblo –empresa que suele ser difícil para los novelistas.<br />

Y de pronto, una imagen tutelar:<br />

35 Ibid., p. 339.<br />

Frente a la casa de don Ponciano y mirando al callejón del Tulipán, existe<br />

un poyo de cantera en el que solía sentarse, hace ya más de un siglo,


330 josé luis martíneZ<br />

un hombre moreno, de abundante papada y ojos tristes, envuelto en un<br />

guardapolvo marchito y tocado con un pañuelo de pringas rojas. mientras<br />

sus dedos chatos mondaban una lima-naranja con la vista fija en el<br />

horizonte, parecía contar los cerros de Tierra caliente, apacentándolos<br />

desde lejos como el hatajo en sus mocedades. los vecinos que pasaban<br />

por la banqueta frente al hombre del guardapolvo desteñido, se descubrían<br />

reverentes y comentaban en voz baja: es el padre morelos, que va<br />

a su curato en carácuaro. 36<br />

el pueblo se compone de cuatro barrios que han tomado sus nombres<br />

de comercios conocidos: la Bola roja, la Palanca, el molinero y la<br />

campana. el primero, es de huertas y mesones, el segundo es peligroso, y,<br />

por el tercio y el cuarto, las vacas “suben lentamente a esa hora en que el<br />

crepúsculo ilumina el paisaje”. 37<br />

las dos actividades mayores del pueblo son el comercio y la agricultura.<br />

la tienda del autor se llama la Fama y es de ropa y abarrotes y ocupa<br />

“el local más acreditado del pueblo”. con buena memoria y orgullo, su<br />

propietario enumera todas las pequeñas cosas que suelen tener las tiendas<br />

de pueblo: telas y adornos femeninos, papelería, latería, comestibles, combustibles,<br />

colorantes y cuanto se ofrezca. en este capítulo dedicado a la<br />

Fama hay un pasaje desagradable, creo que el único que me parece turbio<br />

en toda la obra de José rubén romero.<br />

enumera lo que contienen los tramos de la tienda dedicados a los vinos:<br />

Jerez, vino del rin, champán, tarros de ginebra y coñac.<br />

sin embargo –añade–, cada vino tiene su truco y cada truco es para mi<br />

tienda un pingüe negocio. se fabrican en casa a base de recetas increíbles,<br />

siendo solamente legítimos los corchos y las etiquetas.<br />

enumera en seguida las recetas que sigue para preparar vino de consagrar,<br />

catalán Font y coñac. Y para concluir este pasaje refiere que un cliente<br />

“se lleva en catorce pesos una botella de coñac, cuyo valor intrínseco no<br />

pasa de uno”. Y comenta sin vergüenza:<br />

36 J.r. romero, Desbandada, 4a. ed. en español, méxico, 1946, pp. 16-17.<br />

37 Ibid., p. 20.


josé rubén romero. vida y obra 331<br />

confieso humildemente que estas operaciones emborronan un poco mi<br />

conciencia y supongo, haciendo honor al gremio, que los demás comerciantes<br />

son más honrados que yo. 38<br />

el capítulo siguiente “mi casa” es encantador. una huerta-patio con<br />

lima, limonero, vástago, guayaba y pomarrosa. unas cuantas sillas, una<br />

cama y un baúl de cedro para cada uno: padre, madre, hermana y el cronista.<br />

un kiosko de madera en el centro del patio sirve de comedor. en el corredor,<br />

una jaula de canarios, de su hermano –que sólo a veces aparece– y<br />

en otro extremo, un filtro de piedra que “estudia, con el monorrítmico<br />

caer de sus gotas, su invariable lección de piano”, dice el José rubén que<br />

a veces se pone lírico.<br />

no hay fuente cantarina que nos sirva de baño. detrás del biombo que<br />

forman las hojas del vástago, nos desnudamos paradisiacamente y con el<br />

agua de un barril y una pequeña jícara, nuestra ablución matinal parece<br />

un rito de la secta bautista. cuando quiero sentir la caricia del agua de<br />

pies a cabeza, corro a zambullirme en el río, al mismo tiempo que unos<br />

cuantos chiquillos cuyos ojos maliciosos me dicen que están salando 39 la<br />

escuela.<br />

a veces conversa con los chiquillos:<br />

—señor, dicen que usted cuenta muchas malditurías y que sabe hacer<br />

versos.<br />

—díganos unos, pero que sean colorados.<br />

no me hice de rogar más:<br />

cuando los muchachos juntos<br />

Vienen a bañarse al río<br />

unos a los otros dicen:<br />

¡Ya está jiloteando 40 el mío!<br />

Viene luego la ya mencionada descripción del retrete de esa casa:<br />

38 Ibidem, pp. 25-27.<br />

39 Salando: mexicanismo, por no ir a la escuela.<br />

40 Jilotear : cuando las milpas comienzan a dar elotes se anuncia por el cabello.


332 josé luis martíneZ<br />

en forma de una mesa cuadrada, con capacidad para cuatro personas<br />

que si lo usan simultáneamente, se dan la espalda, lo mismo que los frailes<br />

que rodean la estatua de colón, en la ciudad de méxico. los ruidos<br />

serán perceptibles, pero ninguna mirada indiscreta sorprende el gesto de<br />

satisfacción en el momento culminante del desahogo. en tan propicia<br />

postura mi padre y mi madre, mi hermana y yo, glosamos cotidianamente<br />

los sucesos del día. 41<br />

Hay también en la casa una mona que cuando alguien toca el zaguán<br />

corre a abrirlo, y un perico que pregunta desde su estaca ¿Quién es?, y<br />

ambos ujieres son también de su hermano, el animalero.<br />

este hermoso capítulo sobre “mi casa” concluye con una evocación<br />

de los ruidos hogareños del amanecer que sirven de despertador, los del<br />

trasiego doméstico, los “ruidos laxos del atardecer” y los “ruidos discretos<br />

de la lluvia sobre los tejados, a la medianoche”. 42 además de atender, junto<br />

con su padre, la tienda, José rubén sirve también de secretario, de consejero<br />

y hasta de médico a los rancheros que llegan los domingos.<br />

mientras miguel, el albéitar [o veterinario] de chupio, se toma una copa<br />

de mezcal, me dice:<br />

—Hágame una carta de segunda para Juanita, porque no he recebido<br />

respuesta de la primera, y güelvale a decir aquello que desde el feliz momento<br />

que la vide…<br />

sirvo a Juanita también de amanuense y cuido de aconsejarla que no<br />

apresure las respuestas:<br />

déjalo que se potree un poquito para que se enyerbe más. 43<br />

otro de los rancheros se dice su compañero y su amigo del alma porque<br />

también hace versos pintorescos. Y a veces un grupo de gente humilde<br />

se agrupa para oírlo leer Los miserables de Víctor Hugo, que a todos emociona.<br />

Y hay también una tertulia política en la que se enfrentan los que creen<br />

en los beneficios de la revolución y los que dicen que Villa es un bandido,<br />

y carranza un viejo traidor.<br />

41 Desbandada, pp. 33-35.<br />

42 Ibid., p. 40.<br />

43 Ibid., p. 42.


josé rubén romero. vida y obra 333<br />

como un intermedio, el cronista cuenta dos bellas historias de mujeres<br />

generosas, “una ‘Tosca’ rural” y “maría la del hospital”.<br />

llega el bandido<br />

de pronto, la paz y el bienestar de Tacámbaro terminan. el bandido iris<br />

chávez, o chávez garcía, está a las puertas del pueblo, y de él y de sus<br />

seiscientos “diablos desatados” se cuentan los mayores actos de crueldad.<br />

el Potranco refiere lo que pasó en san andrés: “quemaron las casas, asesinaron<br />

a los hombres, forzaron a todas las mujeres, sin respetar siquiera<br />

a las niñas”.<br />

imagínese a las chiquillas, una de trece y otra de catorce años –cuenta–.<br />

las escondió su padre, el carpintero de la hacienda, dentro de unas pilas<br />

de rastrojo, pero los bandidos necesitaban el forraje y allí las encontraron<br />

a punto de asfixiarse. Primero llevaron a la mayor, inés, pero como<br />

ella se resistía y forcejeaba, apretando las piernas desesperadamente, el<br />

sátiro, furioso, le desgarró los muslos con un puñal, le rebanó los senos<br />

que apenas eran dos montoncitos de carne temblorosa, y se entretuvo<br />

grabándole en la piel sus iniciales con la punta de una daga, como en la<br />

corteza de un árbol. después, a la otra, la más chica, lleváronla hecha<br />

un mar de lágrimas, y corrió la misma suerte que su hermana inés, la<br />

golpeó, la ultrajó y acabó por matarla […] éstas son las fieras que vienen<br />

ahora a visitarnos –agregó Perea– rojo de indignación. 44<br />

el cronista, enviado por su padre, no logra obtener noticias por teléfono<br />

de los pueblos vecinos. de pronto, comenzaron a correr las pocas<br />

gentes que había en la plaza, y gritaban:<br />

“¡ai vienen!” miré a lo alto de la mesa y una flojedad angustiosa invadió<br />

mis miembros. ¡doscientos, trescientos, qué sé yo cuántos jinetes<br />

coronaban el cerro, despeñándose por todas las veredas y por todos los<br />

pasos, lo mismo que un alud de reses bravas!<br />

44 Ibid., pp. 109-110.


334 josé luis martíneZ<br />

corriendo llega al zaguán de las Figueroa y de allí, saltando una barda<br />

al curato y de allí a la iglesia. en la cripta del altar mayor lo acomodan y<br />

queda “entre dos guapas morenas de formas exuberantes”. las hordas<br />

chavistas gritaban vivas a su jefe, añadiendo: “¡Viva el proteitor de los probes!”<br />

Y él no se movía en su escondrijo y “su carne pecadora nunca estuvo<br />

más tranquila que entonces, no obstante el calor que emanaba de aquellos<br />

cuerpos jóvenes y altivos, apretados inocentemente a mis piernas”.<br />

cuando al fin sale, recibe noticias terribles: “dicen que su mamá está<br />

herida y que se ha vuelto loca”.<br />

al verla, se sintió avergonzado por no haberla auxiliado.<br />

—¡Hijo, por fin te encuentran! –díjome entre sollozos lastimeros.<br />

—cálmate, mamacita, aquí estoy sano y salvo.<br />

—¡Pero tu padre, no! –gritome con acerba expresión de reproche–.<br />

lo plagiaron esos hombres perversos y lo asesinarán sin misericordia,<br />

porque piden rescate y ya no tenemos dinero para darlo. acabaron con<br />

la tienda y con todo, hijito…<br />

la madre se niega a volver a su casa porque la persigue el recuerdo<br />

de las manos ensangrentadas de aurelia y cuenta a su hijo los detalles del<br />

asalto a su casa de “quince pelados de ésos”. amarrado, se llevaron a don<br />

melesio ante el general para que “él le saque los pesos”. Y piden una reata<br />

para colgar a la madre “y ésta sí nos dirá dónde está el entierro”. en esto<br />

aparece aurelia que salió de su escondite “para defenderme”, cuenta la<br />

madre. “Tengan lástima de la señora que está enferma y la van a matar del<br />

susto”, les dice aurelia. Y aullando como fieras:<br />

uno la estiraba por un lado; otro pretendía tumbarla en el suelo, pero ella<br />

logró desasirse y se agarró con ambas manos a las varillas de mi cama.<br />

destrozaron sus ropas, le arrancaron mechones de pelo sin lograr desprenderla<br />

de allí. de pronto, uno de los forajidos desenvainó el machete<br />

y como un rayo lo descargó sobre las muñecas de la infeliz criatura. una<br />

lluvia de sangre empapó la cama y salpicó mi ropa –mira, hijito, mira–.<br />

entre todos la llevaron fuera, creo que moribunda, pero sus manos mutiladas<br />

quedaron fuertemente adheridas a los hierros de la cama. ¡Yo no<br />

podré olvidarlas nunca!


josé rubén romero. vida y obra 335<br />

[…] de nuevo lloraba y sollozaba mi viejecita, y yo, de nuevo también,<br />

me increpaba cada vez con más furia: ¡cobarde, cobarde, cobarde! 45<br />

los destrozos en la tienda y en la casa fueron atroces. las botellas vacías,<br />

las conservas parecían juguetes destrozados por un niño travieso, las<br />

telas y los zapatos “echaron a correr”; los trastos de porcelana, los botones,<br />

las chaquiras y las lentejuelas “policromaban el polvo de azúcar”. no<br />

había un cigarrillo, ni una cinta ni una hoja de papel “libres de manchas”.<br />

en un pliego de popotillo, del que se destina a la correspondencia amorosa,<br />

un honrado ladrón dejó este documento: “Vale al triunfo de la causa<br />

por diecisiete puros de la Prueba.– silverio archundia”.<br />

a culatazos destrozaron todas las macetas, con la esperanza de encontrar<br />

en ellas alhajas o dinero. los colchones fueron desfundados a punta de<br />

cuchillo y con las vedijas alborotadas parecían carneros a medio esquilar.<br />

abrieron mi baúl de un tiro en la cerradura, sin que su campanita de alarma<br />

hubiese protestado, y extrajeron, codiciosos, una pequeña arquilla de<br />

sándalo creyéndola repleta de hidalgos relucientes, pero como en ella tan<br />

sólo guardaba reliquias y cartas de amor, ¡oh, manes cariñosos de lupe,<br />

laura, sabina, Victoria!, las desparramaron por el suelo y las pisotearon<br />

sin piedad. […] era mi casa una jaula rota de la que huyera para siempre<br />

la alondra de la alegría. 46<br />

una ojeada bastó a Perea para darse cuenta de mi completo desastre.<br />

—esto se acabó, compadrito. ¿Y qué va usted a hacer ahora?<br />

—comenzar de nuevo a subir la cuesta…<br />

—Pero maldiciendo por fin a la revolución, ¿no?<br />

—no, compadre Perea, pillaje y saqueo no son la revolución. revolución<br />

es un noble afán de subir, y yo subiré: esperanza de una vida más<br />

justa, y yo me aferro a ella. 47<br />

en su Breve historia de mis libros, que publicó en la imprenta la Verónica,<br />

de manuel altolaguirre, en la Habana, 1942, José rubén romero<br />

45 Ibid., pp. 118-140.<br />

46 Ibid., pp. 141-143.<br />

47 Ibid., pp. 147-148.


336 josé luis martíneZ<br />

escribió una bella página acerca de este libro, en la que no hace ninguna<br />

mención de la destrucción final:<br />

1934. méxico. Desbandada es una sucesión de cuadros que conservé en<br />

la memoria fidelísimamente, como un recuerdo de los cinco años que<br />

viví en Tacámbaro, generosa y dulce tierra de promisión. mi vida allí fue<br />

buena. amáronme los pobres y yo aprendí, desentrañando su dolor, a<br />

compadecerlos y a odiar a todo aquel que esgrima un látigo, ya sea dentro<br />

del cuartel, dentro de la fábrica o en la obscuridad del curato. Paseé<br />

gallardamente por todas las calles del pueblo con mi guayabera de dril;<br />

conversé tanto con los peones de las fincas cercanas, que los amos les<br />

prohibieron hablar conmigo; fui corruptor de disciplinas, predicador de<br />

libertades, y como premio grande y generoso a estos actos de “hombre<br />

de bien”, abriéronse a mi paso todas las puertas de las casas humildes y<br />

todas las manos tuvieron para mí la miel de una fruta y el aroma exquisito<br />

de una flor.<br />

Tacámbaro engendró dentro de mi corazón todas las páginas de<br />

Desbandada, y en mi corazón durmieron muchos años, hasta que salieron<br />

espontáneamente y sin que yo los obligase a dar un paso fuera de mi<br />

pecho. 48<br />

“el pueblo inocente”<br />

Publicado por primera vez el mismo año que Desbandada, su libro anterior,<br />

El pueblo inocente apareció en 1934 en la ciudad de méxico, con pie de la<br />

imprenta mundial. edmond Vandercamen la tradujo al francés en 1938.<br />

en tanto que los dos anteriores se refieren a pueblos michoacanos concretos,<br />

este tercer libro de memorias provincianas ocurre en un pueblo sin<br />

nombre de Tierra caliente. no está escrito en primera persona como sus<br />

antecesores sino acerca de un personaje imaginario, el escolar daniel que<br />

vuelve al pueblo de vacaciones, aunque José rubén romero acepta que se<br />

refiere a él mismo. dice éste “es quizás, de mis libros, el que tiene mayor<br />

material autobiográfico. Yo fui ese daniel alegre y juguetón, aunque ahora<br />

48 Breve historia…, pp. 33-34.


josé rubén romero. vida y obra 337<br />

calvo y ventrudo, ya no lo parezca”. 49 Junto a él, aparece un personaje notable,<br />

don Vicente: borracho, generoso, bueno, elocuente y pragmático. Y<br />

aparece de nuevo Pito Pérez con sus lujos caducos, sus dichos maliciosos<br />

y su sed. Para los mozos, la gran novedad son las muchachas nuevas del<br />

pueblo. don Vicente las enumera:<br />

las mesmas del año pasado, un poco más viejas y ganosas de coyunda.<br />

además, las sobrinas del cura nuevo y las hijas de don alipio, que<br />

vinieron de uruapan a establecerse aquí y son tantas como las bienaventuranzas…<br />

50<br />

una novedad en este libro es la abundancia de refranes populares que<br />

dice casi siempre el viejo Vicente: “el perro del herrero a los martillazos<br />

duerme y a los masquidos despierta”, “al dar, no te hagas rogar”, “deudas<br />

viejas no se pagan;/deudas nuevas, se dejan envejecer”, “en el diezmo y<br />

en la aduana / lo que no se apunta se gana”, “el que boca tiene, a roma<br />

va”, “al pelo le nombran lana”.<br />

el escolar daniel inicia el asedio a esther, una de las sobrinas del cura,<br />

a la que envía cartas por conducto de Tamborillas, y ella responde con faltas<br />

de ortografía. comienzan a verse en breves encuentros, y daniel organiza<br />

un gallo para su novia, con el auxilio de don Vicente y la participación de<br />

los otros mozos del pueblo y de Pito Pérez. Frente al curato comienza la<br />

música con el vals Recuerdo, “como un himno alado y sutil de aquellos sentimientos<br />

juveniles”. Y el cronista se pone sentimental y un poco cursi:<br />

¡noche romántica de gallo! el cielo es un escriño de cuento de hadas<br />

que rebosa joyeles de oro. los jazmines nevaron con nieve aromada las<br />

tapias de los huertos y por la penumbra de las calles vaga intangible otro<br />

músico de pueblo: Juventino rosas.<br />

[…] ¡clásica noche de gallo, quizá los jóvenes de hoy le llaman cursi,<br />

pero los pueblerinos de ayer, vibrando a su amable recuerdo, siempre le<br />

llamaremos bella! 51<br />

49 J. rubén romero, Breve historia de mis libros, op. cit., p. 35.<br />

50 El pueblo inocente, op. cit., p. 27.<br />

51 Ibid., pp. 108-109.


338 josé luis martíneZ<br />

entre canciones y tragos recorren todos los ámbitos del pueblo y los<br />

muchachos se llaman en voz alta por sus nombres para que las muchachas<br />

se enteren. Frente a las castrejones “tocaron un son costeño, de esos que<br />

arrancan gritos ululantes y que despiertan el salvaje latente que todos los<br />

mexicanos llevamos dentro”. Por la casa de don narciso, el Pito Pérez se<br />

puso a cantarle, con música de Los apaches :<br />

Yo no soy de aquí,<br />

soy de numarán,<br />

por eso en el pueblo<br />

me han puesto el caimán.<br />

Y el Pito Pérez recuerda sus agravios con don narciso quien, “cierta<br />

vez que me puse una borrachera supernumeraria, el muy bellaco me negó<br />

unas copas para curarme la cruda ”. 52<br />

cuando se tocó desbandada, daniel buscó a don Vicente y no lo encontró.<br />

Pero más tarde apareció entre los presos, consignado como “desconocido”,<br />

calificativo por el que el “ viejo protestó.<br />

el paseo<br />

un capítulo bien logrado de El pueblo inocente es la narración de “el paseo”<br />

a Zurupio que entre todos organizan. el arroz, el guajolote, el dulce, otros<br />

antojitos suculentos y las bebidas los van prometiendo los vecinos; y el<br />

presidente municipal ofreció los veinte burros de su hatajo, “con jamugas<br />

nuevas”, los hombres montan sus caballos, y van, además, carretas para las<br />

señoras de edad y para cargar las vituallas. lugarda, su guitarra y sus hijas,<br />

buenas cantadoras, están en la compañía. de las sobrinas del cura apareció<br />

la rubia sara “muy recompuesta y parlanchina”, y faltó esther, la novia de<br />

daniel. “del poder sacerdotal” iban el padre soriano y el padre Pérez, cuyas<br />

manías y peculiaridades relata. Y, por supuesto, no falta el viejo Vicente<br />

que tiene conversaciones pintorescas con los sacerdotes:<br />

52 Ibid., pp. 110-111.


josé rubén romero. vida y obra 339<br />

mire, padre, la virgen de la Salú de Pátzcuaro fue una buena persona<br />

hasta que los ricos le pusieron manto bordado y corona de perlas. ‘Hora<br />

nos da reparo a los pobres pedirle un favor. ¡en cambio, antes!… Vestida<br />

de huarecita cuidó a un arriero que tumbaron los fríos en las orillas del<br />

lago, y a su cabecera estuvo hasta que se alivió. mirándola tan argente y<br />

tan bonita, el arriero pensó en casarse con ella, y así se lo dijo, pero ella<br />

nomás se ría y lo miraba con ternura… 53<br />

los dueños de la finca de Zurupio habían dispuesto verdes enramadas<br />

para recibir a sus visitantes. a don Vicente le encargan que ayude a bajar<br />

la cerveza. las mujeres se quitaron los rebozos y pusieron la mesa, sobre<br />

la que se levantaron pirámides de dulces y de frutas. la cantimplora del<br />

tequila comenzó a rondar.<br />

¡a la mesa, a la mesa, que ya el arroz presume con sus rodajas de huevo,<br />

como falsas monedas de oro, y el mole de guajolote deja en el mantel sus<br />

huellas de sangre, como un crimen reciente! 54 –se adorna el cronista.<br />

Y el mismo cronista se da un cebollazo, como dicen los periodistas,<br />

con este pasaje:<br />

—Ándele lugardita, vamos a cantar.<br />

—¿Qué quieren que cante? Pidan.<br />

—aquella vieja canción de rubén romero: Mujer que ha sido errante<br />

golondrina…<br />

la cantaron todos, y el viento se fue de montaña en montaña. 55<br />

daniel se acercó a sara, “cuya cabellera color de azafrán agitábase en<br />

la sombra como una tea encendida que quisiera prender fuego al monte”.<br />

—¿Y esther? –se atrevió a preguntarle tímidamente. sara, por toda respuesta,<br />

sacó del seno un papel y lo entregó al joven.<br />

Volvieron al pueblo, ya de noche, y las mujeres llevaban flores en las<br />

trenzas, en el talle y en los sombreros.<br />

53 Ibid., p. 168.<br />

54 Ibid., p. 173.<br />

55 Ibid., p. 179.<br />

—¡Qué milagro que viene usted en su juicio! –dijeron a don Vicente.<br />

—es que con curas no puede uno estar contento en ninguna parte.


340 josé luis martíneZ<br />

nuestro señor Jesucristo hizo vino del agua y estos señores hacen agua<br />

del vino, y en todavía creen que le ganan a su divino maestro. 56<br />

la seducción de sara<br />

la carta que entregó sara a daniel era una inconcebible declaración de<br />

amor de la pelirroja y hermosa muchacha en la que le decía: “lo amo a<br />

usted, daniel, a pesar de todos los obstáculos y de la consideración que<br />

debo a esther, que tan ajena está de sospechar mi pasión”. no cree prudente<br />

que le conteste por escrito pero quisiera oír de sus labios “que no<br />

me desprecia y que perdona mi audacia” y lo cita a las doce de la noche en<br />

el templo en reparación, le explica cómo entrar y le indica que, si acepta<br />

esta cita, se siente hoy a las cinco de la tarde frente al curato. 57<br />

a pesar de todos los miedos que tenía a la oscuridad, daniel se puso<br />

como seña a las cinco frente a las ventanas del curato, y al anochecer pidió<br />

a don Vicente que lo acompañara en su cita de medianoche. esa noche<br />

había una luna impertinente y fisgona, “el mundo se güelve de color de<br />

muerto”, observó don Vicente. daniel tropezó en un montón de arena y<br />

extravió la pistola que llevaba en la mano, y en la oscuridad sus manos tropezaron<br />

con las de sara. “daniel sentía el aliento de sara encendiéndole el<br />

rostro, el cosquillar de sus cabellos y la presión de sus manos […] —Puede<br />

usted estar segura de mí y le prometo que nadie sabrá jamás por mi boca<br />

la prueba de confianza que estoy recibiendo”, le dijo.<br />

al oír tales palabras la joven aproximose a daniel tan elocuentemente<br />

que éste pudo percibir sobre su cuerpo, aunque invisibles, todas las formas<br />

de sara: los dos pechos erguidos y provocadores, la ligera curvatura<br />

del vientre y el macizo pedestal de las piernas, levantando como un trofeo<br />

glorioso a la eterna belleza femenina. Y los dedos de daniel comenzaron a<br />

explorar, como los de un niño irresoluto, los accidentes del paisaje.<br />

56 Ibid., pp. 183-185.<br />

57 Ibidem.<br />

—¿Puedo entender por esto que me quieres?<br />

—sí, sí –contestole daniel en el colmo de la exaltación amorosa.


josé rubén romero. vida y obra 341<br />

mas de pronto pensó en esther, que quizá a esta hora suspiraría en sueños<br />

por el novio fementido y traidor…<br />

[…] —¿Te aguardo mañana como hoy?<br />

[…] la joven acudía a la cita […] cada noche más ligera de ropa,<br />

más mujer, más vibrante, más seductora. […] sus dos pechos temblaban<br />

descubiertos […] sus labios se prendían insaciables a la boca de daniel,<br />

embriagándose de suspiros, y sus manos acariciaban con la curiosidad y<br />

el tacto de un ciego. 58<br />

pastorela en navidad<br />

llegó la navidad y sus fríos. don alipio invitó a los muchachos a que por<br />

la tarde fueran a su casa “a picar buñuelos”, y por la noche hubo pastorela<br />

en el mesón de el Tulipán, y en ella, de lo que no querían perderse, Pito<br />

Pérez hacía “contumaz y sempiterno” el papel de diablo con adulteraciones<br />

pintorescas en el diálogo:<br />

—Desde aquí los estoy tantiando<br />

pastores nalgas chorriadas…<br />

Y los zagales, aleccionados por El Pito, respondían:<br />

—Anda a tantiar a tu madre,<br />

jijo de siete tiznadas… 59<br />

daniel comenzó a perturbarse por aquellas trasnochadas eróticas, dijo<br />

a su padre que quería casarse, se desvió de su novia esther y llegó la última<br />

cita, antes de su regreso al colegio:<br />

—Pídeme lo que quieras, que cuanto quieras te daré –le dijo ella.<br />

—no me olvides –contestó daniel sollozando.<br />

—Pide más…<br />

—Que me ames constantemente.<br />

—Pide lo que un hombre pediría a una mujer –insistió ella con voz<br />

tan suave que semejó un suspiro.<br />

58 Ibid., pp. 190-198.<br />

59 Ibid., pp. 201-204.


342 josé luis martíneZ<br />

daniel guardó silencio, asustado de aquella flama de carne que entre<br />

sus brazos tan inútilmente se consumía… 60<br />

lloroso, daniel volvió al colegio, rodeado por el cariño de todos. meses<br />

después fue a visitarlo alfonso, uno de sus amigos, que le contó las<br />

novedades del pueblo. don Vicente había muerto, “una mula le dio una<br />

patada en la barriga, y no dijo ni pío […] recordando el cariño que tú le<br />

tenías, tus amigos lo llevamos en hombros al camposanto”.<br />

—Hombre, daniel, te contaré también un chisme que por carambola te<br />

llega. algo de una pariente política…<br />

—¿Y qué es ello?<br />

—Poca cosa. Que tu cuñadita sara, la sobrina del señor cura, ha<br />

dado un resbalón tremendo.<br />

daniel se puso pálido y sus labios no pudieron articular palabra.<br />

—Pues como te iba diciendo: la chica está embarazada y de un cura<br />

también, para que todo quede en familia. del padre soriano. ella y él lo<br />

han confesado a su tío, y éste ha pedido a la mitra que trasladen a otro<br />

pueblo al vicario.<br />

[…] —¡me quería embaucar para que sirviera de amigable componedor<br />

de honras –pensaba daniel, sofocado por el coraje–y todo quizá<br />

planeado y aconsejado por el mismo fraile seductor y farsante!<br />

[…] ¡somos un pueblo de inocentes, alfonso! nos roban, y besamos<br />

la mano que nos quita lo nuestro; nos escarnecen y aún encontramos<br />

medios de que se glorifique al escarnecedor; nos humillan y sonreímos<br />

cobardemente […] Pero un día llegará…<br />

—no delires, daniel. ni llegará ese día ni en los pueblos somos tan<br />

inocentes o tan malos como se nos supone. ¿Tú crees en la inocencia de<br />

don Vicente? ¿Verdad que no? Pues así somos todos, y ahora me toca a<br />

mí tomarlo a él como un símbolo. ¡el pueblo inocente! el pueblo inocente<br />

no existe, ni ha existido jamás, porque todos los pueblos son obra<br />

de los hombres que están sujetos a una dura ley: la carne… 61<br />

60 Ibid., pp. 213-214.<br />

61 Ibid., pp. 228-231.


josé rubén romero. vida y obra 343<br />

mI caballo, mI perro y mI rIfle<br />

de ésta que es la cuarta novela de José rubén romero, la edición inicial se<br />

hizo en Barcelona, en 1936. aquéllos son los años de auge de la “novela de<br />

la revolución” en méxico, y por su tema, Mi caballo, mi perro y mi rifle le abre<br />

la popularidad a su autor. se traduce al portugués por la editorial athena,<br />

de río de Janeiro, en 1938.<br />

su trama, como de costumbre, es sencilla. comienza con retratos de<br />

familia, el padre, la madre y doña concha, la criada antigua. el relator, Julián,<br />

es un niño débil y triste, pero que se restablece y normaliza. Va a una<br />

escuela de ricos que lo desprecian y hostilizan. un encargo de la mujer del<br />

maestro, que trastorna, lo hace no volver más a esa escuela detestada. Y en<br />

su casa lo agobian con pequeñas y grandes tareas. su erotismo se despierta<br />

y también el vicio de la lectura, a base de libros prestados. el padre muere<br />

y en el panorama casero se hace frecuente andrea, amiga de su madre. ella<br />

va a ser la protagonista de un incidente curioso y trascendental.<br />

andrea, el canario y julián<br />

el que llamo incidente, que abreviaré, está contado por José rubén romero<br />

con una gracia maliciosa notable, y creo que es una de sus mejores<br />

páginas. Helo aquí:<br />

un día del caluroso julio, llovía a cántaros y andrea cubría con lienzos<br />

las jaulas de los pájaros para resguardados. de improviso, un rito angustioso:<br />

“¡Julián, se me escapó un canario!” ella lo llamaba cariñosamente y<br />

Julián trataba de cazarlo con el sombrero, pero el pajarito se les escabullía<br />

siempre. Fue cansándose poco a poco y se refugió en un rincón del corredor.<br />

andrea se acercó cautelosamente –prosigue el relato– y, echándole las<br />

faldas encima, lo apresó con ellas como dentro de una campana.<br />

sentose andrea en el suelo sintiendo bajo su vestido el aleteo del<br />

pájaro.


344 josé luis martíneZ<br />

—cógelo, Julián –me dijo.<br />

en busca del prófugo, metí las manos por entre las ropas de andrea<br />

y mis dedos tropezaron con su carne tibia y temblorosa. al contacto de<br />

mis dedos ella se estremeció y yo me turbé. Bajo la resolana de sus ojos<br />

se encendieron sus mejillas, mientras mis manos iban subiendo, subiendo,<br />

sin acertar con el canario.<br />

—¡nos ven, Julián!… –decía titubeante–. ¡¡nos oyen!!<br />

Pero la lluvia, con su orquesta, apagaba nuestros sollozos, y con<br />

sus hilos de cristal formaba un mosquitero en torno de aquel tálamo<br />

improvisado.<br />

Y sin que nos diéramos cuenta, el ave se escapó.<br />

el ritmo de nuestra vida no fue alterado por aquel acontecimiento;<br />

andrea continuó sus visitas a mi madre, pero eludía estar a solas conmigo.<br />

62<br />

cuando habían pasado dos o tres meses, una mañana andrea entró al<br />

cuarto de Julián y sentándose al borde de su cama le dijo:<br />

—oye, Julián, sucede algo grave. ¿Te acuerdas del día que se nos fue el<br />

canario? Pues… estoy embarazada. […] Hay que tomar una resolución<br />

que nos salve […] es preciso casarnos. —Pero mi madre se opondrá…<br />

—no hay que decírselo por ahora. Tú eres un hombre, Julián; tú no<br />

puedes dejarme así. comprende que me echarán de la casa, que mi madre<br />

se morirá de vergüenza. ¡Tú eres bueno, Julián, y sabes, además que<br />

yo no me he entregado a otro hombre! […] —Yo lo arreglo todo, tú no<br />

te preocupes por nada, Juliancito. seguiremos cada uno en nuestra casa<br />

hasta que sea oportuno confesarlo a tu madre y a mi familia. Tú dime<br />

que sí, y yo cuidaré de los trámites del curato. 63<br />

Julián accedió a cuanto le propusieron, y esa misma noche, andrea le<br />

dijo: “mañana a las cinco en la parroquia ¿eh? Y dios te lo pagará”. el novio<br />

no concilió el sueño, y en la madrugada siguiente, en lugar de la alegría<br />

y la fiesta con que se celebran los matrimonios, él recorrió las calles con<br />

la única música de los gallos, sin velos ni azahares, y la boda fue en una<br />

62 J.r.r., Mi caballo, mi perro y mi rifle, 4a. ed., méxico, editorial Porrúa, 1945, pp. 52-55.<br />

63 Ibid., pp. 56-57.


josé rubén romero. vida y obra 345<br />

capilla solitaria, con un cristo con la barba hundida en el pecho, “y la nariz<br />

de andrea cuya sombra se alargaba en las paredes con un gesto fatal”.<br />

oficiaron de padrinos el sacristán y una viejecita madrugadora.<br />

me parecía –dice el relator– que yo no era aquel hombre arrodillado […]<br />

que… miraba sin mirar, oía sin oír y sólo pudo volverme a la realidad la<br />

voz grave del clérigo que me hacía generosamente esta dádiva: esposa te<br />

doy y no sierva.<br />

Volví los ojos hacia andrea y la vi llorar con mansedumbre.<br />

[…] en la puerta del atrio ella se despidió de mí. Había en su rostro<br />

una expresión de victoria y en su voz parecióme escuchar como un clarín<br />

de mando:<br />

—Tú te vas por allí, y hasta muy pronto. 64<br />

“por ai viene la revolución”<br />

Julián, avergonzado, no sale de su casa en meses. nace el hijo anunciado.<br />

Y un día doña concha, la vieja criada, anuncia que “por ai viene la revolución”,<br />

lo cual da una gran alegría a Julián quien explica:<br />

me da gusto que una fuerza superior a nosotros esté en marcha y pueda<br />

arrasar todas las cosas que yo odio. deseo que haya revolución y que<br />

venga hasta nuestro pequeño mundo a remover viejas miserias. 65<br />

llegan los revolucionarios norteños y, en principio, sólo dos o tres<br />

hombres, junto con Julián, “se levantan en armas”. uno de los alzados,<br />

ignacio oropeza, es ciego. Julián, ya soldado del regimiento del coronel<br />

aurelio gonzález, sigue viviendo en su casa, recibe su rifle y luego su<br />

caballo, que resulta “sobrado” y es difícil de domar. se despide sin una<br />

lágrima visible de las tres mujeres de su casa y del hijo, al que no asustan,<br />

como al de Héctor y andrómaca los arreos guerreros.<br />

64 Ibid., pp. 58-61.<br />

65 Ibid., p. 87.


346 josé luis martíneZ<br />

los generales michoacanos de la revolución<br />

José rubén romero reflexiona sobre la suerte de la revolución en michoacán,<br />

que no les fue favorable. Primero, el cañonazo que hizo perder<br />

una pierna al general gertrudis sánchez que “era muy valiente, pero el<br />

valor tendido en una camilla no infunde mucho miedo al enemigo”. Faltó<br />

unidad de mando, las armas y el parque escasearon y hubo un número<br />

excesivo de generales, “cada uno con su plan dentro de la cabeza, su incipiente<br />

vanidad […] y su buena pichucha de ambiciones”. 66<br />

uno de sus generales, Valladares, tenía por todo regimiento a su asistente,<br />

y pudo tomar un punto de importancia, ¿apatzingán o coalcomán?,<br />

con una feliz estratagema, que le mereció en nombre de “el héroe de<br />

los gatos”. Pero otro de los generales michoacanos efectivos fue Joaquín<br />

amaro, que sobre su potro güinduri 67 recorrió el estado entero para “mantener<br />

latente la llama votiva”.<br />

Tuvimos generales —añade— presumidos, currutacos, como martín<br />

castrejón, que usaba uniformes grises, blancos, azules y sombreros de a<br />

cien pesos; generales como mastache, que no temía ni al mismo diablo,<br />

pero temblaba delante de su mujer, tan alta y recia como un granadero<br />

[…]; generales como don cecilio garcía con un ejército numeroso de<br />

parientes y un estado mayor formado por sus propios hijos. Tuvimos<br />

generales de división para eso de tomar cerveza, coñac y otros varios<br />

licores, como rentería luviano… 68 y sigue la enumeración pintoresca.<br />

uno de los revolucionarios explicaba así sus problemas:<br />

—no tenemos parque. dicen que el doctor silva le pidió a carranza<br />

y que éste no le hizo caso; que le habló de nuestra desorganización y el<br />

viejo lo dejó decir como quien oye llover y no se moja. 69<br />

66 Ibid., p. 140<br />

67 Güinduri: color de la caballería con una mancha grande en las ancas, sembrada de manchitas oscuras<br />

pequeñas.<br />

68 Ibid., pp. 143-144.<br />

69 Ibid., p. 147.


josé rubén romero. vida y obra 347<br />

acciones revolucionarias<br />

el grupo revolucionario en que iba Julián padeció hambre y sufría las<br />

lluvias de agosto y entonces comenzó a seguirlo un perro. lo corría pero<br />

el animal perseveraba en su afición, hasta que al fin lo aceptó. el jefe del<br />

grupo revolucionario decide tomar por la fuerza a ario, con una estratagema<br />

que recuerda la griega del caballo de Troya. con ropas de mujer y de<br />

payasos se disfrazarían como si formaran una comparsa en los festejos del<br />

carnaval, y el jefe iría metido dentro de un torito de petate con las armas<br />

escondidas en la panza del torito. en Paracho compraron las guitarras y<br />

violines. Y en el Pinalito ensayan los versos de la mascarada del Torito.<br />

¡upa! Torito, ¿quién te torea?<br />

doña Juanita con su zalea…<br />

¡epa! Torito ¿quién te agasaja?<br />

doña chepita con su sonaja…<br />

¡alza, torito, color de canela.<br />

sube a la cama y apaga la vela!<br />

¡epa, torito, bríncate las trancas,<br />

levántale a chucha las enaguas blancas!<br />

Baila de gusto, camina de prisa,<br />

Pa que le rompas también la camisa.<br />

un hombre del pueblo preguntó por curiosidad al de la bandera:<br />

—¿de onde viene la mojiganga?<br />

—de la chuparrosa –contesté apresuradamente. 70<br />

en la plaza no cabía un alma y se hacía el paseo con el protocolo acostumbrado.<br />

de pronto, el toro de petate se introdujo en una tienda del portal<br />

“y todos nosotros lo seguimos. aurelión [el jefe] tiró la armazón y los<br />

músicos los instrumentos […] como por encanto, salieron las carabinas y<br />

los primeros tiros rasgaron el aire.<br />

70 Ibid., pp. 159-162.


348 josé luis martíneZ<br />

—¡Viva la revolución! ¡mueran los asesinos de madero! 71<br />

sólo diez hombres eran aquellos chiflados que se oponían a sesenta<br />

pelones que, además, tenían una ametralladora, “que nos podía hilvanar a<br />

tiros como una máquina de coser”.<br />

al doblar una esquina vieron a un hombre solitario que iba dando<br />

traspiés y blandiendo un garrote. era don ignacio el ciego que gritaba:<br />

“¡abajo los ricos! ¡Vivan los pobres, los po…” Pero las balas lo detuvieron<br />

y quedó tendido “andrajoso, ensangrentado, sucio, como el cristo de<br />

todos los tiempos”.<br />

los demás, salieron a las orillas del pueblo y se perdieron entre las<br />

sombras del monte. 72<br />

en un amanecer, los guerrilleros tomaron la guarnición de la rica estancia<br />

de Villachuato. sorprendidos, los juanes corrían por los corredores<br />

sin encontrar salida. de un cuarto salió un hombre a medio vestir y tras él<br />

una mujer, casi desnuda, chillando desesperadamente: “¡no salgas, Pedrito<br />

porque te matan!”<br />

detrás de la mujer sonó un disparo y su cuerpo doblose sin violencia,<br />

como una espiga bajo la hoz. el hombre quedó descubierto y entonces<br />

le apunté con mi rifle, pero aurelio le dio tan fuerte culatazo que soltó<br />

la pistola y cayó de rodillas delante de nosotros.<br />

[…] —éste es el teniente –dijo el campesino, señalando con un<br />

dedo al mentado Pedrito.<br />

—acaba de asesinar a esta mujer –agregué yo, mirando aún con<br />

cierta codicia aquel hermoso cuerpo inanimado.<br />

[…] —¿Tú eres el jefe de los federales? ¿Por qué mataste a tu mujer?<br />

—¡Para que no la ultrajaran ésos! –respondió el asesino lívido por la<br />

rabia, señalándonos con una mueca. —¡Fusílenme! ¡Péguenme un tiro! 73<br />

Hubo su préstamo forzoso con el administrador, que se redujo a quinientos<br />

pesos, tomaron todas las armas y destruyeron el teléfono. cuando<br />

71 Ibid., pp. 162-163.<br />

72 Ibid., pp. 163-166.<br />

73 Ibid., pp. 168-170.


josé rubén romero. vida y obra 349<br />

salieron por la mañana llevaron a Pedrito, el preso, quien seguía pidiéndoles<br />

que lo mataran: —“Quédate en paz… si puedes, que ya estás bien<br />

castigado –repuso el coronel, metiendo espuelas”… 74<br />

el relator herido<br />

Y como no hay boda sin tornaboda, bien poco nos duró el galardón<br />

ganado en Villachuato.<br />

cerca de Huaniqueo hay una cañada angosta y sombría que tiene<br />

por nombre el clarín […] aquel día no hicimos más que asomarnos<br />

por su garganta, cuando aparecieron detrás de una cerca de piedras los<br />

odiados quepises. el humo de una descarga, a quemarropa, tendió una<br />

cortina de tul entre nosotros y la línea del enemigo.<br />

[…] Yo aflojé la rienda a mi caballo y eché a correr vergonzosamente<br />

[…] sin más preocupación que la de poner a salvo la existencia.<br />

[…] salté una cerca de morillos, brinqué un vallado que parecía la<br />

boca de un viejo molonque y burlón […] en esto, mi caballo dio un respingo<br />

terrible y yo sentí un golpe en el muslo derecho, como si me hubieran<br />

pegado un garnucho. seguí corriendo, sin cuidarme del golpe, hasta que<br />

sentí que la pierna se me adormecía y que se me nublaban los ojos. me<br />

palpé la parte del agudo dolor y mis dedos se bañaron de sangre caliente.<br />

—Ya me amolaron –pensé con tristeza y el recuerdo de mi hijo, de mi<br />

madre y de mi mujer me exprimió el corazón como si fuese una esponja<br />

[…] caí del caballo, quedé exánime y así estuve horas y horas, reclinado<br />

en el seno amoroso de la muerte […] Hice un ligero ruido al intentar<br />

levantarme de nuevo y una cabeza se irguió a mi lado: la de mi perro. sus<br />

ojos me miraron con ternura. 75<br />

a continuación, el autor pone una conversación imaginaria entre su<br />

perro, su caballo y su rifle, cavilando sobre sus sentimientos en vista de<br />

la triste situación de su amo. en su Breve historia de mis libros, José rubén<br />

romero cuenta que don Federico gamboa le dijo:<br />

74 Ibid., p. 175.<br />

75 Ibid., pp. 177-181.


350 josé luis martíneZ<br />

—cayó usted en un tema poco original, en el de hacer hablar en su libro<br />

a los animales.<br />

—es verdad, reconozco que la idea es vieja, pero los hombres en la<br />

actualidad ya no hablan, se dedican a beber, a bailar y a jugar tennis… 76<br />

como el demetrio macías de Los de abajo de azuela, al Julián de Mi<br />

caballo, mi perro y mi rifle, de José rubén romero, medio muerto, lo encuentran<br />

unos campesinos, que al ver llegar al rancho “una bestia de vacío”,<br />

deciden ir a buscar al muerto para que no se lo coman los coyotes. los<br />

labriegos generosos se llaman rafaeles ambos, traen una tabla sobre la que<br />

ponen al herido que cubren con una cobija. lo llevan a su choza donde<br />

la mujer, también rafaela, le limpia la herida y comienza a curarlo con<br />

jugo de limón criolina. el joven va al pueblo a traer medicinas y noticias.<br />

el herido se cura lentamente y, mientras tanto, Julián descubre la generosidad<br />

sencilla de aquellas gentes que renuncian a sus alimentos para que él<br />

se fortalezca. Julián decide mandar noticias a su gente. Va don rafael, el<br />

viejo, en su burrito, sin llevar carta escrita. Vuelve a la semana con dinero,<br />

regalos y una carta de andrea escondida con malas noticias: los federales<br />

catearon la casa, incendiaron el molino y la madre decidió vender las tierras:<br />

“Vente ya, deja la compañía de esos hombres, ríndete por amor a tu<br />

hijo y a este par de viejas que tanto te quieren. 77<br />

despedime de todos con ternura. a doña rafaela furtivamente le besé<br />

una mano; a rafaelito le di mi machete, como un recuerdo, y a don rafael,<br />

debajo de la almohada, le dejé cincuenta pesos en billetes de banco.<br />

en otra forma no los hubiera recibido. 78<br />

Viajó a Tacámbaro donde encontró a sus colegas revolucionarios y<br />

pasó unos días de canto y tamboreo. Y allí recibe noticias de su casa. su<br />

madre está enferma de gravedad. se disfraza de pobre y emprende el viaje<br />

acompañado por ramiro. cuando llega a su casa, su madre ya está muerta,<br />

andrea lo recrimina y doña concha lo consuela:<br />

76 J.r.r., Breve historia, pp. 37-38.<br />

77 J.r.r., Mi caballo, mi perro y mi rifle, op. cit., p. 207.<br />

78 Ibid., p. 208.


josé rubén romero. vida y obra 351<br />

—no hagas aprecio a tu mujer […] Tu mamá, ¡la inocente!, sufrió mucho<br />

con tu ausencia; con la quemazón del molino y con la venta de las<br />

tierras: pero dios sabe que nunca te inculpó y que se fue porque ya le<br />

tocaba. en estos últimos tiempos tu mujer la hacía sufrir quejándose de<br />

un hilo: que si Julián nos dejó, que si no cumple como esposo, ni como<br />

padre, ni como nada.<br />

[…] me puse en pie y la viejita, con sus manos temblorosas, arrimó<br />

a la pared la escalera del tapanco.<br />

—¿en dónde la tendieron?<br />

—en su pieza.<br />

—Quiero verla desde arriba.<br />

—sube, sube. ¡desde lo alto, ella será la que te vele!<br />

[…] me acomodé sobre un costal vacío, con la cabeza hundida entre<br />

las manos.<br />

Percibía claramente la voz de andrea, infatigable para relatar los<br />

postreros momentos de la muerta. 79<br />

abandonó Huerta el país como un rufián a una mujer violada, y a su<br />

huida quedaron huérfanos de padre los ricos y los aristócratas.<br />

¡¡ganamos!! Fue el grito que cundió por todos los ámbitos de la<br />

Patria.<br />

Pero el relator se da cuenta de que los autores de la revolución siguen<br />

miserables y que los ricos están otra vez al lado de los poderosos. Baja de<br />

su caballo y arroja con violencia el pesado rifle que se dispara al chocar<br />

contra las piedras, y una bala “fue a destrozar el cráneo de mi perro. mirándolo<br />

rodar sin vida, exclamé lleno de congoja: ¡mi perro! Hubiera querido<br />

gritar con el dolor enorme de mi alma: ¡mi carne, mi pueblo, que la revolución<br />

ha hecho pedazos para que los caciques sigan mandando”. 80<br />

la V I da InútIl de pIto pérez<br />

desde sus primeras novelas, Apuntes, Desbandada y El pueblo inocente aparece<br />

la figura estrafalaria de Pito Pérez, como una de las comparsas in-<br />

79 Ibid., pp. 224-227.<br />

80 Ibid., pp. 241-242.


352 josé luis martíneZ<br />

dispensables en gallos y paseos pueblerinos. la otra figura de acompañamiento,<br />

más grave y noble, aunque también alcohólica, es el viejo Vicente,<br />

el mozo que va a recibir a la estación del tren al escolar que vuelve a vacaciones<br />

al pueblo y el que lo acompaña en los encuentros nocturnos con la<br />

apasionada sara. Pero este don Vicente muere al fin de El pueblo inocente. Y<br />

Pito Pérez sigue vivo para ser el protagonista de la quinta novela de José<br />

rubén romero.<br />

La vida inútil de Pito Pérez es la primera novela picaresca mexicana moderna.<br />

con El periquillo sarniento, de Fernández de lizardi, de 1816, un retoño<br />

mexicano de la novela picaresca española, se inicia nuestra literatura<br />

novelesca en la línea popular. algo más de un siglo más tarde, José rubén<br />

romero refrenda los éxitos de público de sus cuatro primeras novelas, con<br />

esta quinta que se publica por primera vez en méxico (editorial méxico<br />

nuevo), en 1938, en el año nacionalista de la expropiación petrolera y<br />

cuando su autor cuenta 48 años. además, este libro abre el camino a la<br />

otra novela picaresca de estos años, El canillitas, 1942, de artemio de Valle<br />

arizpe, que prefiere el fin de la colonia en la ciudad de méxico, como ambiente<br />

de su novela. el Pito Pérez de José rubén romero tiene como ambiente<br />

los pueblos de la Tierra caliente michoacana hacia los años veinte.<br />

su protagonista nació en santa clara del cobre y su nombre original era<br />

Jesús Pérez gaona, y como lo refiere él mismo, su apodo le vino de un pito<br />

de caña, que labró y tocaba constantemente. Pito Pérez se vestía como una<br />

caricatura del fifí de la época, con restos de elegancias, envejecidas, rotas y<br />

sucias. Bebía toda clase de alcoholes y tenía unas hermanas extravagantes,<br />

cierta cultura y gusto por el lenguaje prosopopéyico. sus trapacerías y su<br />

fama lo hicieron conocer numerosas cárceles y hospitales de los pueblos<br />

que frecuentaba.<br />

el artificio de esta n ov e l a es sencillo<br />

el autor sube a la torre de la iglesia de su pueblo para contemplarlo y allí<br />

encuentra a Pito Pérez, quien le dice que está allí para:


josé rubén romero. vida y obra 353<br />

acercarme más a mi pueblo, para recogerlo con los ojos antes de dejarlo,<br />

quizá para siempre; para llevarme en la memoria todos sus rincones; sus<br />

calles, sus huertas, sus cerros. ¡acaso nunca más vuelva a mirarlos! 81<br />

el novelista le pide que le cuente cosas de su vida; no puede ahora<br />

porque tiene una cita con un amigo. Y le propone cerrar un trato: se verán<br />

allí todas las tardes “y yo le pagaré su conversación, al bajar de la torre, con<br />

una botella”, 82 de aguardiente, precisan.<br />

Pito Pérez acepta y así se va forjando el libro: su origen, su madre que<br />

no lo amamantó, su primera ocupación como monaguillo, sus compañeros,<br />

“san dimas” y las limosnas, el origen de su apodo, la historia del pilón<br />

de azúcar, al servicio del gordo boticario y de su mujer que le pide masajes<br />

para calmar sus dolencias y lo que de ello ocurre, su preferencia por los<br />

pueblos chicos, va a la Huacana y encuentra al padre Pureco, su antiguo<br />

amigo a quien ayuda en sus tareas, como a sus sermones le faltan latines,<br />

Pito Pérez se los recuerda, va a santa clara a visitar a su familia, parecidos<br />

de los animales y ciertos hombres, elogio de Pátzcuaro, amoríos, “¡Pobrecito<br />

del diablo, / qué lástima le tengo!”, sus amores con chucha, le encarga<br />

a don santiago que la pida para casarse, pero el viejo la pide para él; a doña<br />

cliseria, y a su sobrina soledad les hace las cuentas del maíz que venden,<br />

pero soledad se casa con el receptor de rentas, Pito Pérez asiste a la boda<br />

y dice versos maliciosos:<br />

el pueblo lo felicita<br />

por la mujer que se lleva<br />

es dadivosa, bonita,<br />

diligente, y casi nueva.<br />

Tiene un lunar en el pecho,<br />

barbas en las pantorrillas<br />

y verá usted, satisfecho,<br />

que ya no tiene cosquillas.<br />

81 J.r.r, La vida inútil de Pito Pérez, 7a. ed., méxico, antigua librería robredo, 1944, pp. 12-13.<br />

82 Ibid., p. 20.


354 josé luis martíneZ<br />

le huelen mal los sobacos,<br />

si seguido no se baña.<br />

al fin de los arrumacos<br />

gime, muerde, grita, araña. 83<br />

el reciente marido se vengó dándole un botellazo, las cárceles que<br />

ha conocido por borracho y travieso, no por asesino; mala comida en las<br />

cárceles que ya no la da el gobierno, comparte las de los otros presos a<br />

cambio de pequeños servicios; las causas de sus prisiones: repicar las campanas<br />

de su parroquia para anunciar su llegada, salir a la calle envuelto en<br />

una sábana y coronado de flores; en una cuaresma le tocó ser crucificado,<br />

y cuando se caía de la cruz pidió que lo descolgaran y no le hicieron caso;<br />

el mucho calor de morelia en mayo y desfile de los personajes de la ciudad:<br />

la abuela, el notario, el deán, don mónico y su grandilocuencia, y Pito<br />

Pérez con sus campanas (excelente capítulo –pp. 141-153– quizás el mejor<br />

de este libro). Pito Pérez ahora vende campanas:<br />

para que mi garganta no se estropee pregonando la mercancía y para<br />

mantener inmarcesibles los recuerdos de mis peregrinaciones por nuestro<br />

amado michoacán. ¿me explico bien? Fíjese usted: cada una de las<br />

campanas lleva una inscripción: el nombre de algunos de nuestros pueblos,<br />

o los nombres de las campanas de esos mismos pueblos. Y cuando<br />

camino por las calles, sudando bajo el peso de mis canastos, las oigo<br />

dialogar entre sí de lo que han visto y de lo que han vivido.<br />

[…] ¡campanas de michoacán, repicad todas a vuelo, porque pasa<br />

Pito Pérez, glorioso con su miseria y altivo con sus harapos!<br />

—es usted un carillón humano.<br />

[…] los marchantes dicen con cierto retintín burlesco:<br />

— “Pito Pérez va borracho”.<br />

—¡Borracho voy, en verdad, pero de recuerdos, riendo, llorando,<br />

blasfemando y cantando, como en los días de mi lejana juventud! 84<br />

83 Ibid., pp. 111-112. en este tema de la venganza del amante frustrado tiene cierto paralelismo con una<br />

curiosa novelita de martín gómeZ palacio, El potro, 1940.<br />

84 Ibid, pp. 148-151.


josé rubén romero. vida y obra 355<br />

el siguiente capítulo está dedicado a los hospitales que lo han recibido<br />

y a sus pintorescos y atroces personajes, como la enfermera Pelagia<br />

que repartía medicinas a capricho, y a Pito Pérez le dedicaba los lavados<br />

intestinales.<br />

en cierta ocasión, Pito Pérez se sintió árbol y dejó que las hormigas<br />

treparan por su cuerpo y los pájaros anidaran en sus frondas. otra vez, se<br />

sintió “camisón de dormir de una mujer hermosa”, otra lanzó su puñal al<br />

cielo y “rasgó las cortinas del firmamento”. en sus últimos días, Pito Pérez<br />

dormía con un esqueleto femenino que llamaba la caneca, y elogiaba su<br />

limpieza y su discreción.<br />

murió Pito Pérez y dejó un testamento resentido y orgulloso:<br />

Fui Pito Pérez: ¡una sombra que pasó sin comer, de cárcel en cárcel! Hilo<br />

lacre: ¡un dolor hecho alegría de campanas!<br />

Fui un borracho: ¡nadie! una verdad en pie: ¡qué locura! 85<br />

el breve libro de José rubén romero llamado Algunas cosillas de Pito<br />

Pérez que se me quedaron en el tintero (1945), de la colección lunes que publicaron<br />

los hermanos Pablo y Henrique gonzález casanova, no añade nada<br />

notable a La vida inútil. la 7a. edición de este libro lleva capitulares con<br />

dibujos, discretos y anónimos.<br />

en este mismo año de 1945 apareció una edición de lujo de La vida<br />

inútil, como “novena edición en español” (31 x 23 x 4 cm.), de 1 550<br />

ejemplares en papel offset, encuadernado en tela y con abundantes ilustraciones<br />

de Benjamín molina. éste, un buen dibujante, puso al final de<br />

esta edición una “Bibliografía gráfica y crítica” en la que expresa su gran<br />

admiración por la “profunda raigambre humana” del libro de José rubén<br />

romero y da noticia de las apariciones de Pito Pérez en las primeras novelas<br />

de José rubén romero.<br />

el cine no descubrió las posibilidades de las visiones pueblerinas y revolucionarias<br />

de nuestro novelista, pero sí las de su personaje picaresco. un lustro<br />

después de su aparición en libro, y con su mismo título (1943) fue el tema<br />

85 Ibid., pp. 184-185.


356 josé luis martíneZ<br />

de la mejor película de su director, miguel contreras Torres, en la que “se<br />

lució manuel medel en el papel principal –un filosófico vago pueblerino”. 86<br />

el éxito de esta película atrajo otra versión, dirigida por Juan Bustillo oro,<br />

con el nombre de Las aventuras de Pito Pérez (1956) e interpretado por Tin Tan,<br />

“con inteligencia y disciplina”, 87 cuando ya el autor había muerto.<br />

los libros de versos y los misceláneos<br />

nuestro autor fue un versificador precoz. aún en su adolescencia, a los<br />

dieciocho años, publicó en sahuayo, michoacán, en 1908, Fantasías. sonetos,<br />

con un prólogo de crescencio galván y gonzález. recuerda José<br />

rubén que vivía en sahuayo, “con mis 17 años a cuestas, plenos de melancolías<br />

y de suspiros a la luna, sin otro trabajo a que atender, que el<br />

de encontrarle consonante a la palabra indio”; dice que este primer libro<br />

estaba “compuesto de sonetos eneasílabos y sonetillos de ocho sílabas,<br />

en los que cantaba al mar, narrando todas sus bellezas. ¡sus bellezas que<br />

no conocía”, y que el libro se imprimió en papel ministro rayado, por no<br />

haber en el pueblo de otro tipo, “y el único ejemplar que poseo, duerme,<br />

quizás mareado aun con el vaivén del oleaje, en la vieja bolsa de terciopelo<br />

en donde mi madre guardaba sus documentos más preciados”. 88 “no se<br />

conoce ningún ejemplar”, dice la Bibliografia de las Obras completas (méxico,<br />

1957, p. 835).<br />

de las dos siguientes, Rimas bohemias, sonetos (Pátzcuaro, 1912) y Hojas<br />

marchitas (Pátzcuaro, 1912) nada comenta su autor, y del cuarto, La<br />

musa heroica (Tacámbaro, 1915) dice que es “una colección de poemas patrióticos<br />

en donde se apura hasta el último consonante en Hidalgo y en<br />

morelos. Y como la fuerza de él obliga –me refiero al consonante– hago<br />

correr al enemigo como un galgo para que rime con el apellido del padre<br />

de nuestra independencia”. 89<br />

86 emilio garcía riera, Breve historia del cine mexicano, Primer siglo 1897-1997, varios editores, méxico,<br />

1998, p. 133.<br />

87 Op. cit., p. 220.<br />

88 J.r.r., Breve historia de mis libros, la Habana, la Verónica, 1942, pp. 17-18.<br />

89 Ibid., p. 19.


josé rubén romero. vida y obra 357<br />

silencio sobre Alma heroica (Tacámbaro, 1917), que es un breve homenaje<br />

a Tacámbaro y “recuerdo a los miembros del club liberal salvador<br />

escalante”.<br />

sobre La musa loca, con prólogo del ingeniero agustín aragón (morelia,<br />

1917) dice su autor que “ya fue un libro serio”. comentan que su prologuista<br />

lo comparaba con roa Bárcena “por aquello de haber sido ambos<br />

comerciantes al par que poetas. ‘rubén escribe sus versos –dice el maestro<br />

aragón– mientras despacha la manteca y los frijoles’. no es de extrañarse,<br />

pues, que mi poesía de aquella época resultara tan sustanciosa y, quizás por<br />

esto, la edición se agotó”.<br />

la edición de La musa loca se vendió totalmente en la librería de gassió<br />

[…] pero con el transcurso de los años descubrí el secreto de aquel éxito<br />

literario. una mujer que me amaba compró todos los libros, uno a uno,<br />

desde la sombra discreta de su modestia, y, cuando ella murió se hallaron<br />

los ejemplares polvorientos y tristes escondidos dentro de un cajón. 90<br />

Sentimental, publicado ya en méxico, en los Talleres de Herrero Hermanos,<br />

en 1919, adornado con viñetas y capitulares, no mereció ningún<br />

comentario de su autor. me llama la atención el poema “Para un rival” en<br />

el que reta a un español que trató de seducir a la novia del autor que volvía<br />

de un viaje:<br />

¡oh, ibero iluso cuyo nombre ignoro,<br />

si quieres acercarte a mi tesoro,<br />

te estrellarás en mi soberbia indiana!<br />

Tacámbaro, se publicó en méxico, en 1922, y luego lo reprodujo junto<br />

con Versos viejos, en 1939. del primero de estos libros se ocupa ampliamente<br />

en la Breve historia:<br />

90 Ibid., pp. 20-22.<br />

el peregrino ingenio de José Juan Tablada impuso en méxico la moda<br />

del Hai-Kai. alguna vez he referido la historia de este pequeño libro


358 josé luis martíneZ<br />

hilvanado de prisa, pero copioso de sinceridad. en su prólogo hízome<br />

decir genaro estrada que yo seguía las huellas de Jules renard. ahora<br />

voy a hacer, delante de ustedes, una rectificación: por aquel entonces no<br />

había leído a Jules renard, pero no quise confesarlo porque me pareció<br />

un crimen de lesa cultura. con Tacámbaro obtuve un éxito literario y otro<br />

político. Por primera vez las revistas de méxico se ocuparon de mí; alcancé<br />

la sonrisa protectora de algunos críticos: me escribió gabriela mistral,<br />

díez-canedo, y después, gutiérrez cruz me llamó su “maestro”.<br />

el éxito político consistió en que un presidente de la república –Álvaro<br />

obregón– aprendiera mi libro de memoria, parodiando mis versos<br />

ingeniosamente. lástima que tales parodias no pueden repetirse aquí<br />

porque barrenarían los oídos de la concurrencia, que supongo castos.<br />

contaré, además, para confirmar nuestra ingenuidad pueblerina, que un<br />

primo mío, después de leer una estrofa que dice:<br />

—Buscando huevos de gallina<br />

por los rincones del granero,<br />

hallé los senos de mi prima.<br />

escribiome, indignado, preguntándome a cuál de sus hermanas me refería.<br />

91<br />

dice José rubén que algunos de sus hai-kais conservan la “manera<br />

tradicional, otros, solamente como una reminiscencia de esos poemas sintéticos”<br />

y, como lo indica el título del libro, también el aroma pueblerino.<br />

además del pícaro ya citado, recordamos otros de estos breves poemas:<br />

91 Breve historia de mis libros, op. cit., pp. 25-26.<br />

jaripeo<br />

día de oro.<br />

la reata cierra su interrogación<br />

en los cuernos del toro.<br />

el n ov i o<br />

de la noche en la niebla<br />

tu cigarro encendido<br />

es un cocuyo que amoroso tiembla


josé rubén romero. vida y obra 359<br />

semana santa<br />

llora la chirimía<br />

y Jesús, por oírla, prolonga su agonía.<br />

Y de los Versos viejos, de un poema de 1909 en que desde su adolescencia<br />

se había animado a expresar su erotismo:<br />

cierro los ojos y veo<br />

dentro de mi cerebro rudo<br />

lo que forjó mi deseo:<br />

tu cuerpo blanco y desnudo.<br />

Y pienso así. ¡Quién pudiera<br />

palpar, de emociones lleno<br />

la curva de su cadera,<br />

la redondez de su seno!<br />

¡Y quién, exangüe quedara<br />

suspirando como un niño<br />

sobre el mármol de carrara<br />

de tu vientre hecho de armiño!<br />

(“invocación”, 1909, en Versos viejos,<br />

4a. ed., 1949, pp. 93-94)<br />

(el profesor hace notar la incongruencia de decir que el vientre es a la<br />

vez de mármol, duro, y de armiño, sedoso.)<br />

además de estos libros de versos sentimentales, cívicos, humorísticos,<br />

provincianos y eróticos, y de sus novelas de inspiración provinciana, que le<br />

darían fama, José rubén romero escribió otros libros de tema diverso.<br />

su fantasía Anticipación a la muerte (1939) queda fuera del marco provinciano<br />

pero no del humor de su autor que aquí hace una especie de<br />

confesión y de burla de su propia muerte 92 con la misma gracia que preside<br />

sus libros menos macabros. me gusta la cordialidad con que evoca a sus<br />

amigos que llegan a su entierro: artemio de Valle arizpe, alejandro Qui-<br />

92 le quedaban aún 13 años de vida, pues murió el 4 de julio de 1952, apenas a los 62 años. Fui a su<br />

entierro en el Panteón Francés de la Piedad, con muchos políticos y algunos escritores.


360 josé luis martíneZ<br />

jano, genaro Fernández mac gregor, y “tres terribles comunistas”: ermilo<br />

abreu gómez, manuel antonio romero (quien bajo el seudónimo de<br />

“gastón lafarga” escribió un buen estudio sobre La evolución literaria de José<br />

Rubén Romero, méxico, 1939) y alicia reyes. 93<br />

es un crítico severo de su poesía de la que dice:<br />

de los libros de poemas que dan el saldo lírico de mi juventud, sería difícil<br />

extraer un solo verso limpio, inspirado y profundo. mi musa comía<br />

con los dedos y se limpiaba en el delantal. 94<br />

Y abomina del frontón, que era uno de sus vicios:<br />

¡oh, Frontón, fábrica levantada con mis lágrimas, horno de mis alegrías<br />

[…] en las aguas de ese estanque sin fondo tiré mis monedas, mirando<br />

embobado cómo la miseria ensanchaba en mi vida sus círculos concéntricos.<br />

del mismo año que el anterior es la seminovela, Una vez fui rico (1939),<br />

que cuenta el despilfarro que hace un oficinista cuyo padre le deja una<br />

fortuna en centenarios de oro.<br />

como al parecer lo único que quiere el nuevo rico es volver a ser pobre,<br />

pronto lo consigue. nunca se le ocurre invertir y sólo gastar en trajes,<br />

chucherías, viajes, y en la jugada. Tiene, además, una amante para cada día<br />

de la semana y, como en casi todos los libros de José rubén romero, en<br />

éste también hay un buen relato erótico, con maría inés, la antigua mecanógrafa<br />

cuando trabajaba en el ministerio. 95 es un libro prescindible.<br />

Rostros (1942) es más interesante. su autor fue hombre de muchos<br />

puestos burocráticos y sus actividades diplomáticas y académicas lo hicieron<br />

escribir. abre este libro una discreta conferencia intitulada Breve historia<br />

de mis libros, que leyó su autor ante las mujeres del Lyceum y Lawn Tennis<br />

Club de la Habana, el 28 de abril de 1942, cuando era embajador de méxico<br />

en cuba. es un librito hermoso que le editó manolo altolaguirre en su<br />

93 J.r.r., Anticipación a la muerte, 33a. ed., méxico, 1943, pp. 62 y 64.<br />

94 Ibid., p. 123.<br />

95 J.r.r, Una vez fui rico, 3a. ed., méxico, editorial Porrúa, 1946, pp. 124-133.


josé rubén romero. vida y obra 361<br />

imprenta la Verónica, adornado con notables dibujos de José rubén, por<br />

un artista anónimo. la he citado a menudo.<br />

actividades diplomáticas y académicas<br />

ingresó a la cancillería en 1921 como jefe del departamento de Publicidad<br />

y luego del administrativo. en 1930 el presidente de la república,<br />

Pascual ortiz rubio, su paisano y amigo –y de quien había sido secretario<br />

particular cuando fue gobernador de michoacán (1917-1920)– lo nombra<br />

cónsul general en Barcelona, en donde publica su primer libro en prosa,<br />

Apuntes de un lugareño (1932). Vuelve a méxico para ser director del registro<br />

civil (1933) y regresa a Barcelona en 1935. Publica su novela El pueblo<br />

inocente por cuyo mérito ingresa en la academia mexicana de la lengua, el<br />

20 de agosto de 1941, como miembro correspondiente, con su hermoso<br />

discurso “semblanza de una mujer” –la madre de José rubén–. regresó<br />

a méxico para asistir al homenaje de la liga de escritores y artistas revolucionarios<br />

(lear), el 19 de abril de 1937, en el que participaron José<br />

mancisidor, rafael F. muñoz, genaro Fernández mac gregor, alejandro<br />

Quijano y “gastón lafarga”. en este último año es nombrado embajador<br />

en Brasil, y en río de Janeiro escribió La vida inútil de Pito Pérez (1938).<br />

Fue transferido a la embajada en cuba (1939-1944) donde publicó la Breve<br />

historia de mis libros, antes mencionada. al iniciarse 1943, la universidad de<br />

michoacán entró en conflicto; los bandos aceptaron el arbitraje del presidente<br />

de la república quien propuso como rector a José rubén romero.<br />

el 14 de junio de 1950 la academia mexicana lo ascendió a miembro de<br />

número, y pronunció un discurso intitulado “mis andanzas académicas”, 96<br />

en el que hace un sabroso repaso de sus compañeros académicos, al que<br />

contestó el director alejandro Quijano. a su recepción asistió el presidente<br />

de la república, miguel alemán. al fin de la sesión, José rubén<br />

romero “dio lectura a una proposición del propio gobernante para que se<br />

celebrara en la ciudad de méxico, por cuenta del gobierno, un congreso de<br />

96 este discurso y “cómo leemos el Quijote” no figuran en Rostros sino en las Obras completas.


362 josé luis martíneZ<br />

academias de la lengua española”, el cual se celebró del 23 de abril al 6<br />

de mayo de 1951 y en el cual el académico romero pronunció el discurso<br />

de clausura. 97<br />

josé rubén romero el coloniZador<br />

no quedan muchas huellas protocolares de los años diplomáticos de nuestro<br />

autor. en cambio, él mismo recordó algunas escenas de sus andanzas<br />

como colonizador. en uno de los buenos pasajes de Anticipación a la muerte<br />

recordó que:<br />

aposentó sus tribus y comió tortillas y tamales en todas las ciudades<br />

del mundo, a semejanza de sus antepasados los arrieros de cotija, que<br />

transportaban como un tesoro inestimable, a lomo de mula, todos los<br />

aparejos de su hogar.<br />

¡cuántas cosas pintorescas pudiéranse referir de sus peregrinaciones<br />

por tierras extrañas!<br />

en la coruña, un librero de la rúa nueva ofreciole, como una<br />

novedad, el libro de un americano “burlón y atrevido” –Apuntes de un<br />

lugareño– que él compró sin descubrir su identidad de autor.<br />

en santiago de compostela siguió durante todo un día, por portales<br />

estrechos y por plazas lluviosas, una estudiantina que celebraba el<br />

carnaval; y cuando él les obsequió unos duros, fue la comparsa la que lo<br />

siguió a él.<br />

en madrid, se detenía en las esquinas para estudiar el diálogo de<br />

sainete —¡oh, don ramón de la cruz!— entre la castañera y el sereno:<br />

en Barcelona bastó sardanas con las mozas del paralelo; hizo tertulia en<br />

el “Forn de sant Jaume” ante un público embelesado por las maravillas<br />

que contaba de sus tierras americanas.<br />

en París visitó el museo del louvre durante algunos días y al contemplar<br />

la imagen de la mona lisa se le escapó esta exclamación plena<br />

de humanidad:<br />

97 antonio castro leal, “Prólogo”, José rubén romero, Obras completas, méxico, ediciones oasis,<br />

1957, p. xviii. estos dos discursos se encuentran también en la Memoria del Primer Congreso de Academias<br />

de la Lengua Española celebrado en méxico del 23 de abril al 6 de mayo de 1951, comisión Permanente<br />

del congreso de academias de la lengua española, méxico, 1952.


josé rubén romero. vida y obra 363<br />

—decididamente soy un hombre vulgar: de las mujeres necesito<br />

algo más que una sonrisa.<br />

[…] en cuba hace amistad con un negrito vagabundo de ocho años<br />

con quien pasa largas horas charlando:<br />

—oye tú, chico, ¿qué puedo hacer pa que cuando tú te vayas me<br />

nombre tu paí embajadó, aunque sea nego?<br />

—Primero crecer; después, amar mucho a méxico. el color es lo de<br />

menos.<br />

su sinceridad estalla en libros que pronto se hacen populares –¿por<br />

qué?, porque nacieron de la entraña misma del pueblo y fueron escritos<br />

para el pueblo mismo. 98<br />

el ensayista mexicano andrés iduarte lo visitó en su consulado general<br />

en Barcelona –“que estaba en la esquina de la rambla de cataluña<br />

y la calle de córcega”– en 1936. Y dice que alguna vez tuvo “el privilegio<br />

gastronómico de sentarse en su fabulosa mesa”:<br />

no se trata sólo –añade– de un paladar enriquecido, sino también del corazón,<br />

porque era una alegría hallarse tan lejos de méxico con familia tan<br />

mexicana. Por encima de las delicias que hubieran asombrado al mismo<br />

Bernardo de Balbuena, estaba la conversación suave y graciosa, medida y<br />

aguda de los dueños de casa y de sus hijos, y la voz y el acento dulcísimo<br />

de criadas michoacanas que manejaban, con verdadero primor, molcajetes<br />

y molinillos. 99<br />

ro s e n da una n ov e l a hermosa<br />

después de los tres grises libros misceláneos que se han expuesto, José<br />

rubén romero se despide de las letras en 1946 con su mejor libro, Rosenda,<br />

su novela más afortunada y perfecta. con recuerdos personales, en el<br />

ambiente pueblerino que amaba y en uno de los estilos narrativos más sobrios<br />

de la novelística de estos años, crea poéticamente un personaje lleno<br />

de sencillez y congruencia que enaltece los rasgos de la mujer mexicana.<br />

98 J.r.r., Anticipación a la muerte, op. cit., pp. 90-93.<br />

99 andrés iduarte, Pláticas hispanoamericanas, Obras de A.I., vol. v, gobierno del estado de Tabasco,<br />

Villahermosa, ict ediciones, 1993, pp. 67-68.


364 josé luis martíneZ<br />

He aquí la historia. en un pueblo michoacano salustio habla con el<br />

narrador para pedirle que vaya a casa de su novia y la pida para casarse con<br />

ella. el narrador acepta, averigua la dirección del suegro, don ruperto ortiz,<br />

en Pino solo, y le pide a su compadre Perea que lo acompañe a pedir la<br />

mano de rosenda, “una hija potrancona de pelo alazán”, como la describe<br />

un peón. don ruperto los recibe, pero al conocer el negocio que llevan, se<br />

pone rojo y les dice que no tiene noticia de que la muchacha tenga relaciones<br />

con nadie. llama a la muchacha –“el color limpio y fresco, el pelo en<br />

dos trenzas anudado sobre la nuca con una cinta roja, vestía el típico traje<br />

de las campesinas de michoacán: castor colorado de lana, mandil, blusa de<br />

percal y zapatos de dos orejas con resortes”.<br />

el padre le informa el negocio que llevan los señores, ella dice que<br />

sabe el propósito de salustio y él le pregunta si está decidida a casarse sin<br />

su consentimiento. ella dice “sí” y su padre le dice que no le perdonará<br />

este bochorno y añade “no te quiero tener más en esta casa; conque coge<br />

tus trapos y vete con estos señores”.<br />

—óigame don ruperto –interrumpí–, yo no estoy autorizado por el<br />

novio para llevármela.<br />

[…] —usted vino a pedirla, ¿no es así?, pues usted se la lleva y quedamos<br />

en paz.<br />

[…] Yo dije a mi compadre Perea en voz baja:<br />

—es la primera vez que esto me sucede, y he pedido muchas novias.<br />

¡Qué gente tan rara! me dan la muchacha como se entrega una res. Y<br />

ahora, ¿qué hago?<br />

[…] en silencio nos desprendimos de la casa.<br />

rosenda iba delante con un aire sereno que nosotros no compartíamos.<br />

[…] Por primera vez busqué los ojos de rosenda y hallé que los<br />

tenía grandes y verdes, verdes, con un verde tranquilo de mar. 100<br />

el narrador decide acomodar a la muchacha en casa de la costurera<br />

doña Pomposa, que acepta el encargo. sigue a su tienda, donde encontró a<br />

salustio a quien informó lo ocurrido. no contestó ni una palabra y se fue.<br />

100 J.r.r., Rosenda, méxico, editorial Porrúa, 1946, cap. iii. pp. 38-40.


josé rubén romero. vida y obra 365<br />

doña Pomposa, por encargo de rosendo trató de averiguar el paradero de<br />

salustio: se había ido del pueblo.<br />

el domingo siguiente el narrador ve al viejo en el mercado, se acerca a<br />

él y comienza a hablarle de su hija: “—Yo no tengo ninguna hija –le contesta–.<br />

salió muerta de mi casa y no quiero acordarme de ella”. 101<br />

ni el narrador ni doña Pomposa se atreven a decirle a rosenda lo<br />

dicho por su padre, y el narrador comienza a enviarle zapatos y medias.<br />

la muchacha no sale de la casa y se dedica a ayudar a la doña; acepta ir<br />

con ella a la plaza. Y el narrador va interesándose por ella. una tarde va a<br />

visitarla. “¿Qué piensas hacer? –pregunté. —lo que usted mande. —¿Volverías<br />

a vivir con tus padres? —ellos no me quieren. —¿Y salustio? —a<br />

ése, no lo quiero. —¿no quieres a otro? rosenda me miró como si adivinase<br />

el alcance de mi pregunta, y sin ninguna turbación repuso —a usted<br />

ya lo quiero.” 102<br />

cuando le pregunta si tiene algún deseo, ella le dice que “nada, usted<br />

todo lo da”, pero añade que no sabe leer. Y deciden que él la enseñará. comienzan<br />

las lecciones con un Silabario de San Miguel, un cuaderno y tintero<br />

y pluma, con un método en que va comparando las vocales con figuras<br />

conocidas: la a un conejo pachón, la e una víbora… Y, como abelardo y<br />

eloísa, de la lectura pasan al amor, y el autor hace la descripción de las bellezas<br />

escultóricas de rosenda, con el entusiasmo que suele poner en estos<br />

pasajes. 103 Y además de aprender a leer y a hacer cuentas, él le cuenta pormenores<br />

de historia y hace que vaya, con doña Pomposa, a una función de<br />

teatro para ver La casa de la Troya. un día muere doña Pomposa, y rosenda<br />

la viste, juntos la entierran y ella se queda a vivir sola.<br />

Pero en el pueblo se multiplican las amenazas de los forajidos. una<br />

noche entró el Tejón, que resultó amigo del autor, y le pidió que le hiciera<br />

un manifiesto a la nación, ofreciendo “todo lo que haiga que ofrecer”.<br />

ante estos temores, él decide que ambos viajen a morelia, ella primero. le<br />

da dos mil pesos, en billetes y en oro, la encamina con una mujer amiga y<br />

le ofrece alcanzarla en una semana. él tiene dificultades para dejar el pue-<br />

101 Ibid., pp. 60-61.<br />

102 Ibid., pp. 88-89.<br />

103 Ibid., p. 106.


366 josé luis martíneZ<br />

blo, y la va olvidando. meses después, el compadre Perea le da noticias de<br />

rosenda: salustio, el primer novio, la encontró en la calle y le propuso matrimonio.<br />

ella le contestó con aplomo: “¿no sabe usted que soy una mujer<br />

cualquiera? el hombre que se case conmigo afronta un grave riesgo: que<br />

lo deje por el que me perdió –si es que me perdió– en cuanto él me haga<br />

una seña”. un periódico de provincia dio la noticia falsa del fallecimiento<br />

del autor, ella vio la información y comentó sollozando: “—¿Y para esto<br />

me enseñó a leer?”<br />

el mérito de Rosenda es la tersura de su composición, el amor con que<br />

está hecha. Rosenda es la más alta de las creaciones literarias de José rubén<br />

romero, quien más bien se inclinaba por los personajes masculinos. castro<br />

leal la pone al lado de la madre del autor, en la “semblanza de una mujer”,<br />

como la obra de sus mejores personajes femeninos. Y esta rosenda –alta,<br />

ojiverde y con pelo rubio cenizo– es notable por su sobriedad, que no es<br />

petulancia sino congruencia consigo misma.<br />

el fin de rosenda, en el que todo se diluye por la fuerza del tiempo, no<br />

acaba de gustarme, aunque no acierto a proponer otro fin para esta historia<br />

de amor. José rubén romero alcanzó a ver Rosenda (1948) que, como<br />

dice emilio garcía riera, es “una de las mejores películas” de Julio Bracho,<br />

con un espléndido reparto: Fernando soler como el narrador, la “hermosa<br />

e interesante” rita macedo (d.F., 1925-1993) como rosenda, y rodolfo<br />

acosta como salustio. Pues bien, en esta película rosenda tiene un hijo y,<br />

después de su separación, ellos y el narrador se encuentran en dos trenes<br />

que se cruzan en alguna estación. 104 es un happy end un poco forzado pero<br />

de alguna manera salva a un gran amor.<br />

104 emilio garcía riera, Breve historia del cine mexicano, op. cit., p. 165.


el nÁHuaTl Y el esPaÑol,<br />

¿lenguas en conFlicTo o en PosiBle armonía?<br />

[367]<br />

miguel león-portilla<br />

de las lenguas amerindias –concentrándonos aquí en las habladas en<br />

méxico– puede decirse que a lo largo de los siglos han pasado por situaciones<br />

muy diferentes entre sí. antes de que ocurriera el encuentro de<br />

los diversos pueblos indígenas con los invasores europeos, si bien eran<br />

mucho más numerosas, hubo algunas que alcanzaron mayor difusión e<br />

incluso llegaron a imponerse sobre otras. un ejemplo muy relevante lo<br />

ofrece el náhuatl, hablado probablemente desde el periodo clásico en lugares<br />

como Teotihuacan y otros de la región central. la difusión del náhuatl<br />

como lingua franca se inició verosímilmente desde la época tolteca<br />

y alcanzó su máxima presencia en la mesoamérica prehispánica durante<br />

la hegemonía mexica.<br />

en tiempos ya de la nueva españa, las lenguas indígenas se vieron<br />

confrontadas por la presencia de la que tenían como propia los españoles.<br />

el castellano, que entonces distaba mucho de ser una lengua ecuménica,<br />

fue entonces el idioma de las autoridades, en el que se legislaba y se administraba<br />

el país y el que hablaban cuantos controlaban la economía y<br />

el trabajo.<br />

en ese nuevo contexto el destino de las lenguas indígenas se tornó<br />

incierto. Hay algunos estudios que versan sobre esto, aunque ninguno ha<br />

abarcado cabalmente lo que ocurrió en esta materia a lo largo de las tres<br />

centurias novohispanas. mencionaré aquí los trabajos de shirley Brice<br />

Heath, gonzalo aguirre Beltrán, silvio Zavala e ignacio guzmán Betancourt.<br />

1 Tomaré en cuenta lo que éstos aportan atendiendo a las disposicio-<br />

1 Véase shirley brice heath, La política del lenguaje en México: de la Colonia a la Nación, méxico, instituto<br />

nacional indigenista, 1972 [colección de antropología social 13]. gonzalo aguirre beltrán,<br />

Las lenguas vernáculas. Su uso y desuso en la enseñanza: la experiencia de México, méxico, ciesas, 1983. silvio


368 miguel león-portilla<br />

nes de la corona española en relación con el uso de las lenguas indígenas<br />

y la enseñanza del castellano. asimismo acudiré a otros testimonios que<br />

versan también sobre la situación lingüística en diversos momentos del<br />

periodo colonial.<br />

un extraordinario proceso de acercamiento<br />

a las lenguas indígenas<br />

coinciden los investigadores mencionados y otros testimonios de distintas<br />

procedencias y tiempos en que, sobre todo durante el siglo xvi y una<br />

parte del xvii, los frailes misioneros, de modo especial los franciscanos,<br />

propugnaron por el uso de las lenguas indígenas en la evangelización. argumentaban<br />

ellos que era muy difícil para los nativos acercarse a la doctrina<br />

cristiana en un idioma que no era el suyo. esta persuasión movió a<br />

varios de ellos a preparar un considerable número de obras tanto para el<br />

aprendizaje de las lenguas indígenas como para la transmisión del mensaje<br />

cristiano a aquellos que querían convertir.<br />

como nunca antes en la historia universal, se desarrolló entonces una<br />

extraordinaria empresa lingüística dirigida a captar y describir las características<br />

fonológicas, léxicas y estructurales de centenares de idiomas nativos.<br />

en tal empresa participaron conjuntamente los hablantes de ellos y<br />

buen número de frailes misioneros franciscanos, dominicos, agustinos y<br />

jesuitas. resultado de sus esfuerzos fue la elaboración de numerosas “artes”<br />

o gramáticas, así como de vocabularios de dichas lenguas.<br />

la tarea, llevada a cabo especialmente a lo largo de los siglos xvi y<br />

xvii, hubo de superar grandes dificultades. aunque en el contexto cultural<br />

de españa se contaba con las recientes aportaciones de elio antonio de<br />

nebrija, primeramente sus Introductiones latinae y luego, en 1492, su Gramática<br />

castellana –la primera de una moderna lengua europea– en realidad no<br />

Zava l a, “Poder y lenguaje desde el siglo xvi”, en Políticas lingüísticas en México, méxico, La Jornada y<br />

unam, 1997, pp. 69-76. ignacio guZmán betancourt, “las ideas sobre las lenguas indígenas en el<br />

méxico virreinal”, en Políticas lingüísticas en México, méxico, La Jornada y unam, 1997, pp. 77-94. Beatriz<br />

garZa cuarón (coord.), Políticas lingüísticas en México, La Jornada y unam, 1997.


el náhuatl y el español 369<br />

existía un saber lingüístico formalizado que pudiera servir de base en el<br />

trabajo que se echaban a cuestas esos misioneros.<br />

con ingenuo anacronismo han criticado algunos lingüistas a dichos<br />

frailes por haber tomado como modelo en sus trabajos el Arte y el Vocabulario<br />

de nebrija. los críticos no parecen haberse preguntado qué otra cosa<br />

de mayor modernidad, pudieron hacer entonces esos frailes. ¿Habría que<br />

pedirles que hubieran adoptado el enfoque de noam chomsky?<br />

siguiendo a nebrija pudieron ofrecer, en primer lugar, un adecuado<br />

marco de referencia a quienes iban a aprender las lenguas valiéndose de<br />

esas gramáticas. además, y a pesar de las radicales diferencias entre el<br />

castellano y los idiomas indígenas, pudieron abarcar así en la gran mayoría<br />

de los casos, los rasgos y elementos propios de esos idiomas que por vez<br />

primera entonces se estudiaban y describían. no siguieron ellos a nebrija<br />

servilmente como muchos gratuitamente lo han supuesto. a modo de<br />

ejemplo citaré las palabras de quien dispuso la primerísima y bastante bien<br />

lograda gramática de una lengua del nuevo mundo, fray andrés de olmos.<br />

a él se debe el Arte de la Lengua Mexicana (azteca o náhuatl), concluida<br />

en 1547, es decir sólo veintiséis años después de que Hernán cortés tomó<br />

la ciudad de méxico. expresa olmos:<br />

en el arte de la lengua latina creo que la mejor manera y orden es la<br />

que antonio de nebrija sigue en la suya; pero porque en esta lengua [el<br />

náhuatl] no cuadra la orden que él lleva por faltar muchas cosas que en<br />

el arte de gramática se hace gran caudal, como declinaciones y supinos<br />

[...], por tanto no seré reprensible si en todo no siguiere la orden de<br />

antonio. 2<br />

de parecida forma procedieron otros de los frailes espontáneos lingüistas<br />

como alonso de molina, el primer lexicógrafo del nuevo mundo,<br />

que publicó su Vocabulario de la lengua castellana y mexicana, en méxico, en<br />

casa de Juan Pablos, año de 1555. en los varios “avisos” que incluyó molina<br />

en su prólogo insistió en que “el lenguaje y frasis de estos naturales es<br />

2 Fray andrés de olmos, Arte de la lengua mexicana, ed. de ascensión y miguel león-portilla, 2 vols.,<br />

madrid, ediciones de cultura Hispánica, 1993, p. 15.


370 miguel león-portilla<br />

muy diferente del lenguaje y frasis [estructura] latino, griego y castellano...”<br />

Por ello adoptó varios criterios en la presentación de su Vocabulario teniendo<br />

siempre en mente “dar a entender mejor la propiedad de la lengua de<br />

los indios”. 3<br />

no fue casualidad que correspondiera al náhuatl, según ya vimos, ser<br />

el primer idioma americano que contó con una gramática, la de olmos<br />

(1547) y un diccionario, el de molina (1555). Pocos años después, en 1560,<br />

se publicaron en españa, precisamente en Valladolid, la Grammática o Arte<br />

de la Lengua General de los Indios de los Reynos del Perú, compuesta por el maestro<br />

fray domingo de santo Thomás, de la orden de santo domingo, así<br />

como, del mismo autor, el Lexicon o Vocabulario de la Lengua General del Perú,<br />

ambos en la oficina de Francisco Fernández de córdova, impresor de su<br />

majestad real.<br />

Fray domingo de santo Thomás, como lo habían notado antes olmos<br />

y molina respecto del náhuatl, señala que, aunque sigue “el mismo<br />

orden que el de antonio de nebrija”, está describiendo una lengua “tan<br />

extraña, tan nueva, tan incógnita y tan peregrina en nosotros, y tan nunca<br />

hasta ahora reducida a arte...” 4 ello obviamente le ha obligado en muchos<br />

casos a apartarse de nebrija.<br />

la actuación de los frailes y las disposiciones de la corona que imponían<br />

el aprendizaje de las lenguas indígenas en quienes, como los religiosos<br />

y curas seculares, debían tratar de continuo a los nativos, hizo que la<br />

empresa lingüística no se limitara a los idiomas con mayor número de hablantes.<br />

apareció así el Arte de la lengua de Michoacán (purépecha o tarasca),<br />

obra del tolosino fray maturino gilberti, publicada en méxico por Juan<br />

Pablos en 1558.<br />

un año más tarde vio la luz, el Vocabulario en lengua de Michoacán, del<br />

mismo autor y por el mismo impresor.<br />

3 Fray alonso de molina, Vocabulario en lengua castellana y mexicana v mexicana y castellana, edición facsimilar<br />

y estudio introductorio de miguel león-portilla, méxico, editorial Porrúa, 1977, páginas<br />

preliminares.<br />

4 Fray domingo de santo thomás, Grammática o Arte de la lengua general de los indios del Reyno del Perú,<br />

Valladolid, oficina de Francisco Fernández de córdova, 1560, páginas preliminares. existe reproducción<br />

facsimilar con transliteración y estudio de rodolfo cerrón-Palomino, madrid, ediciones de<br />

cultura Hispánica, 1994.


el náhuatl y el español 371<br />

se imprimieron asimismo el Arte en lengua zapoteca (hablada en oaxaca),<br />

compuesto por el dominico fray Juan de córdova. en méxico, en casa de<br />

Pedro Balli, 1578; el Arte de la lengua mixteca por fray antonio de los reyes,<br />

en méxico, en casa de Pedro Balli, 1593 y Vocabulario en lengua mixteca, hecho<br />

por los padres de la orden de Predicadores y últimamente recopilado<br />

y acabado por el padre fray Francisco de alvarado. en méxico, en casa<br />

de Pedro Balli, 1593. digno de mención es lo que el propio fray Francisco<br />

de alvarado expresa en su “Prólogo al lector”: “los indios –dice– son los<br />

mejores maestros para esto y han sido los autores” [del vocabulario]. 5<br />

el Arte de la lengua mexicana, compuesto por el padre antonio del rincón<br />

de la compañía de Jesús. en méxico, en casa de Padre Balli, 1595,<br />

constituye la última de las grandes aportaciones lingüísticas hechas en el<br />

xvi a propósito de un idioma amerindio. el padre rincón, emparentado<br />

con la antigua nobleza indígena de Tezcoco, enriqueció su obra con pertinentes<br />

precisiones de carácter fonológico.<br />

en esta sumaria recordación restringida a trabajos de tema lingüístico,<br />

no he dado entrada a otras numerosas publicaciones en las que se incluyen<br />

sermonarios, doctrinas y diversas producciones de tema religioso en lenguas<br />

indígenas. mencionaré al menos un pequeño libro aparecido en 1600,<br />

es decir al cerrarse el siglo xvi. en el mismo se incluyeron importantes<br />

textos de la antigua tradición indígena en náhuatl: Huehuehtlahtolli [“antigua<br />

palabra”], que contiene las pláticas que los padres y madres hicieron a sus hijos<br />

y a sus hijas y los señores a sus vasallos, todas llenas de doctrina moral y política, publicadas<br />

y enriquecidas por fray Juan Baptista. en Tlatelolco, impreso por<br />

melchor ocharte. año de 1600. este precioso libro, en el que se transcribe<br />

en náhuatl un conjunto de antiguos discursos, recoge algunos de los más<br />

importantes testimonios de la sabiduría prehispánica.<br />

el siglo xvii siguió siendo tiempo propicio para la edición de otras varias<br />

artes o gramáticas de la lengua náhuatl o mexicana, como las de diego<br />

de galdo guzmán (1642); la muy rica en descripciones de aspectos antes<br />

no tomados en cuenta, estructurales y fonológicos, del jesuita Horacio<br />

5 Fray Francisco de alvarado, Vocabulario en lengua mixteca, en méxico, en casa de Pedro Balli, 1593,<br />

páginas preliminares.


372 miguel león-portilla<br />

carochi (1645) y las debidas a fray agustín de Vetancurt (1673), al Bachiller<br />

antonio Vázquez gastelu (1683), a fray Juan guerra, sobre el náhuatl<br />

de occidente (1692) y otras varias más. de gran interés, como una de las<br />

primeras guías de conversación con frases sobre una multitud de temas,<br />

apareció en repetidas ediciones el que Pedro de arenas intituló Vocabulario<br />

manual de las lenguas castellanas y mexicana (1611, 1668, 1683, 1690...). de<br />

ella ascensión H. de león-Portilla ha ofrecido una reedición con amplio<br />

estudio introductorio, universidad nacional, 1983.<br />

de los idiomas del tronco mayense, aunque pronto se elaboraron artes<br />

y vocabularios de algunos –en particular del maya yucateco y del quiché<br />

de guatemala–, sólo hasta fines del xvii, empezó a haber publicaciones<br />

sobre ellos. cabe mencionar el Arte de la lengua maya, compuesto por fray<br />

gabriel de san Buenaventura, definidor de la Provincia de san José de<br />

Yucatán. en méxico, por la viuda de Bernardo calderón. año de 1684.<br />

También aparecieron gramáticas de lenguas con mucho menor número de<br />

hablantes y con vigencia en las que pueden tenerse como regiones marginales.<br />

citaré al menos una: el Compendio del Arte de la lengua de los tarahumares<br />

y guazapares, por el padre Thomás de guadalajara, jesuita. en la Puebla de<br />

los Ángeles, por diego Fernández de león. año 1683.<br />

del impresionante caudal de aportaciones lingüísticas a partir del inicio<br />

del encuentro de dos mundos –tanto de las impresas como de muchas<br />

inéditas hasta fines del siglo xviii– se han elaborado varias bibliografías<br />

y otros géneros de estudios. sobresale la obra del iniciador de la moderna<br />

lingüística comparada, lorenzo Hervás y Panduro, Catálogo de las lenguas de<br />

las naciones conocidas..., publicado en seis volúmenes, madrid, 1800. si bien<br />

no se restringe él a los idiomas del nuevo mundo, dedica a éstos muy amplio<br />

espacio. Trabajo, también pionero, fue el de Hermann ludewig, The<br />

Literature of American Aboriginal Languages, londres, 1858. mención muy<br />

particular merece la contribución de cipriano muñoz y manzano, conocido<br />

como conde de la Viñaza, Bibliografía española de lenguas indígenas de<br />

América, madrid, 1892, que incluye y describe 1188 títulos de obras, abarcando<br />

las de temas religiosos y otras, inéditas e impresas.<br />

además de los bien conocidos trabajos de bibliografía no restringida a<br />

lenguas indígenas, de autores como Joaquín garcía icazbalceta, José Tor-


el náhuatl y el español 373<br />

ibio medina y otros, hay que recordar a quien llegó a ser presidente de argentina,<br />

Bartolomé mitre, al que se debe un Catálogo razonado de las lenguas<br />

indígenas de América, en dos volúmenes, Buenos aires, 1909.<br />

entre las aportaciones más recientes sobresale una referida exclusivamente<br />

a la lengua náhuatl o mexicana que es sin duda la que ha sido objeto<br />

de mayor estudio y que posee una rica literatura, además de ser hablada<br />

hasta el presente por cerca de dos millones de personas. dicha apor tación<br />

se debe a ascensión H. de león-Portilla, Tepuztlahcuilolli, impresos en náhuatl,<br />

historia y bibliografía, 2 volúmenes, méxico, universidad nacional autónoma<br />

de méxico, 1988. la autora ofrece en ella la historia de la lingüística y<br />

filología en relación con el náhuatl e incluye una bibliografía comentada<br />

que comprende cerca de 3 000 obras.<br />

las a veces opuestas disposiciones de la corona<br />

en materia lingüística<br />

en tanto que hay testimonios provenientes de 1531 que muestran que desde<br />

muy tempranas fechas hubo frailes empeñados en preparar un “arte”<br />

o gramática del náhuatl, existen también reales cédulas expedidas hacia<br />

mediados del mismo siglo xvi en que se urgía a las autoridades virreinales<br />

y a los superiores de las órdenes religiosas se enseñara a los indios la lengua<br />

castellana. así, el 7 de junio de 1550 el emperador carlos manifestó que:<br />

Habiendo hecho particular examen sobre si aun en la más perfecta lengua<br />

de los indios se pueden explicar bien y con propiedad los misterios de<br />

nuestra santa Fe católica, se ha reconocido que no es posible sin cometer<br />

grandes disonancias e imperfecciones y, aunque están fundadas cátedras<br />

donde sean enseñados los sacerdotes que, hubieren de doctrinar a los<br />

indios, no es remedio bastante, por ser mucha la variedad de lenguas. 6<br />

Tras expresar estas consideraciones, en la misma real cédula se trasmite<br />

el siguiente mandato:<br />

6 Recopilación de las leyes de los reynos de las Indias, 3 vols., madrid, 1943, t. ii, p. 193.


374 miguel león-portilla<br />

Y habiendo resuelto que convendría introducir [la lengua] castellana,<br />

ordenamos que a los indios se les pongan maestros que enseñen a los<br />

que voluntariamente la quisieren aprender como les sea menos molesto<br />

y sin costa, y ha parecido que esto podrían hacer bien los sacristanes<br />

como en las aldeas destos reynos enseñan a leer y escribir y la doctrina<br />

christiana. 7<br />

la reacción de los frailes no se dejó esperar y fue de abierta oposición.<br />

una idea surgió entonces entre algunos de ellos. Fue ella la de valerse del<br />

náhuatl –que desde los tiempos prehispánicos había alcanzado muy grande<br />

difusión– preparando para tal fin a buen número de maestros y escribanos.<br />

consideraban quienes así se manifestaron que aun a los indios que no tenían<br />

dicha lengua como materna, les resultaría más fácil aprenderla que la<br />

castellana. en apoyo de esta aseveración pudieron aducir tal vez, conociendo<br />

otros idiomas mesoamericanos, que la estructura morfémica y sintáctica<br />

–o como dirían, la frasis del náhuatl– guardaba mayores semejanzas que la<br />

del castellano con lenguas como el zapoteco, mixteco y otras.<br />

así, en una “relación que [en 1569] los franciscanos de guadalajara<br />

dieron…” no dudaron en declarar que:<br />

Han trabajado, por la mucha diversidad de lenguas que hay en esta tierra,<br />

de enseñar una lengua, que es la mexicana y más general… 8<br />

consta que en la segunda mitad del siglo xvi y parte del xvii había en<br />

lugares muy apartados del centro de méxico escribanos que redactaban<br />

numerosos escritos en náhuatl. de ello son prueba cartas y otros textos en<br />

náhuatl, no pocos ya publicados, de varios pueblos de los actuales estados<br />

de Jalisco, Zacatecas, colima, durango, guerrero, chiapas, Tabasco, campeche<br />

y aun de guatemala y otras poblaciones de américa central. 9<br />

7 Loc. cit.<br />

8 “relación que los franciscanos de guadalajara dieron de los conventos que tenía su orden”, Códice<br />

franciscano, méxico, editorial chávez Hayhoe, s.f., p. 153.<br />

9 como muestras citaré dos cartas que publiqué de un lugar muy apartado del centro de méxico: miguel<br />

león-portilla, “un cura que no viene y otro al que le gusta la india Francisca: dos cartas en<br />

náhuatl de la chontalpa, Tabasco, 1579-1580”, estudios de cultura náhuatl, méxico, unam, 1994,<br />

vol. 24, pp. 139-170.


el náhuatl y el español 375<br />

cartas y otras relaciones de los frailes convencieron a Felipe ii de la<br />

conveniencia de que se adoptara, como lo querían ellos, el náhuatl como<br />

medio para la evangelización y la unificación lingüística de la nueva españa.<br />

la investigadora shirley Brice Heath cita a este respecto varias reales<br />

cédulas de Felipe ii que corroboran lo dicho. 10 no significó esto, desde<br />

luego, que el náhuatl llegara a adoptarse en regiones como Yucatán y otras<br />

donde tenían muy antiguo y hondo arraigo otras lenguas. en cambio sí<br />

hubo alguna penetración, aunque limitada, del idioma mexicano en algunas<br />

de las áreas norteñas del país. esto explica que, ya en el reinado de<br />

Felipe iii, se expidieran reales cédulas mandando que los misioneros de<br />

esas y otras regiones conocieran los idiomas hablados en las mismas y<br />

también el náhuatl. Y, aunque con timidez, volvió entonces a insistirse en<br />

la convivencia de enseñar a los indígenas la lengua castellana.<br />

en forma más radical se había pronunciado desde 1639 y luego en<br />

1647 un prestigiado jurisconsulto, Juan de solórzano y Pereyra, maestro<br />

en la universidad de salamanca, más tarde oidor en lima y miembro del<br />

consejo de indias hasta llegar al real supremo consejo de castilla. en<br />

su obra Política indiana (1647), aparecida primero en latín con el título de<br />

De Indiarum iure (1639), tomando muy en cuenta las reales cédulas y otros<br />

ordenamientos emitidos, elabora lo que, como su título lo expresa, ha de<br />

constituir una “política” o conjunto, de normas de aplicación necesaria<br />

en los diversos campos de la administración pública de las indias. Tras<br />

discurrir ampliamente sobre si conviene o no imponer el castellano en las<br />

indias, concluye:<br />

no hallo causa para que [a] nadie se le pudiese ni pueda hacer duro o<br />

nuevo este precepto de que los indios fuesen obligados a aprender y<br />

hablar nuestra lengua; pues no ha habido cosa más antigua y frecuente<br />

en el mundo que mandar los que vencen o señorean nuevas provincias<br />

que luego en ellas se reciba su idioma y costumbres; así para mostrar en<br />

esto el derecho de su dominio y superioridad, como para tenerlos más<br />

conformes y unidos en sus gobiernos. 11<br />

10 Brice heath, op. cit., pp. 49-54.<br />

11 Juan de solórZano y pereyra, Política indiana, 2 vols., madrid, 1647, t. i, p. 399.


376 miguel león-portilla<br />

sin embargo ni esta recomendación ni las ulteriores disposiciones, algunas<br />

apremiantes, emitidas por Felipe iV y carlos iii, lograron realmente<br />

que se promoviera de modo eficaz la implantación del castellano entre<br />

los indios. la gran mayoría de estos mantenían su lengua propia y buen<br />

número se comunicaba asimismo en náhuatl. además de que en no pocos<br />

conventos se seguían enseñando gramática, lectura y escritura sobre todo<br />

en náhuatl, en 1642 se instituyeron en la real y Pontifica universidad cátedras<br />

de las lenguas mexicana y otomí. Primer catedrático de ambas fue<br />

fray diego de galdo y guzmán, autor por cierto de un Arte de la lengua<br />

mexicana, publicado ese mismo año.<br />

con el advenimiento de los Borbones la situación, en lo tocante a las<br />

lenguas indígenas, aunque lenta y parcialmente, empezó a cambiar. de<br />

hecho, ya en pleno reinado de carlos iii, “la castellanización” como se<br />

diría más tarde, había avanzado bien poco. de ello dan testimonio varios<br />

escritos y disposiciones, entre otros, del arzobispo de méxico, Francisco<br />

antonio de lorenzana, apoyado por el virrey marqués de croix. en su célebre<br />

carta “Pastoral para que los indios aprendan castellano”, enumeraba<br />

las razones por las que, a su juicio, había que acabar con la multiplicidad de<br />

las lenguas indígenas e imponer, de una vez por todas, el castellano. carlos<br />

iii pronto reaccionó en favor de esta manifestación y ordenó tajantemente<br />

se enseñara el castellano universalmente a los indígenas.<br />

Transladado lorenzana a la sede cardenalicia de Toledo, y sustituido<br />

el marqués de croix por antonio maría de Bucareli como autoridad suprema<br />

en el virreinato, ni lo promovido antes ni las reiteradas reales órdenes<br />

alteraron sustancialmente la situación. en vísperas ya del siglo xix y<br />

del movimiento emancipador de méxico la gran mayoría de los indígenas<br />

mantenía vivas sus lenguas. ni siquiera había prosperado un deseado bilingüismo.<br />

el náhuatl, eso sí, estaba perdiendo su carácter de lingua franca.<br />

Puede decirse, en suma, que las lenguas indígenas durante el periodo<br />

virreinal habían sobrevivido gracias a tres factores principales. uno fue el<br />

empeño de los mismos hablantes de ellas que, a pesar de todos los pesares,<br />

las conservaron como elemento preciado de su identidad. otro fue la persuasión<br />

y voluntad de los frailes convencidos de que, sólo a través de las<br />

lenguas nativas, podría llevarse a cabo adecuadamente la evangelización.


el náhuatl y el español 377<br />

un factor más consistió en la actitud de la corona española. aunque, ésta,<br />

según vimos, mostró en varios momentos su determinación de implantar<br />

el castellano, de hecho asumió una actitud tolerante e incluso apoyó<br />

acciones para el mantenimiento, enseñanza y difusión de dichos idiomas.<br />

Tal fue el caso de la creación de las cátedras de náhuatl y otomí en la universidad.<br />

deben recordarse también las disposiciones que en varias reales<br />

cédulas se transmitieron en el sentido de que sólo los frailes y clérigos que<br />

conocieran las lenguas habladas en una determinada región podrían encargarse<br />

de las tareas de cristianización de los correspondientes indios.<br />

las lenguas indígenas durante el siglo xix<br />

límites de espacio me impiden adentrarme en un estudio pormenorizado<br />

de lo que ocurrió a los indígenas y a sus lenguas durante el primer siglo de<br />

vida independiente de méxico. la ya citada shirley Brice Heath, así como<br />

gonzalo aguirre Beltrán, se han ocupado de esto. en resumen puede decirse<br />

que el primer siglo de vida independiente de méxico en ningún sentido<br />

fue favorable a las lenguas indígenas. si éstas, en su mayoría, perduraron fue,<br />

paradójicamente, gracias a la falta de atención que les concedieron el gobierno<br />

y otras instituciones públicas y privadas. arrinconados los indígenas en<br />

regiones poco propicias a su desarrollo económico y cultural, mantuvieron<br />

allí vivos los que con desprecio se tenían como “sus dialectos”.<br />

a la luz de ideales igualitarios, desde la promulgación del Plan de iguala<br />

en 1821 y luego en la constitución de 1824, se impuso el criterio de que, por<br />

ser mexicanos, todos los habitantes del país, no debía haber diferencias en<br />

los ordenamientos jurídicos. esto abarcó naturalmente el campo de la educación<br />

y en él todo lo tocante a las lenguas indígenas. así se silenció formalmente<br />

la palabra de los descendientes de los pueblos originarios que durante<br />

tres siglos habían hecho llegar sus demandas y quejas en su propia lengua.<br />

los indios, ante los ojos de hombres como el doctor José maría luis<br />

mora y Valentín gómez Farías, debían ser tratados de manera igual que el<br />

resto de los ciudadanos. Para alcanzar la anhelada unidad nacional en un<br />

país sumamente extenso y con una población muy dispersa, la educación


378 miguel león-portilla<br />

tendría como objetivo impartir a todos una misma enseñanza en la que<br />

debía ser la lengua nacional, es decir el castellano. se pensó que así se superarían<br />

la marginación y atraso de los indios.<br />

en medio de una recurrente inestabilidad política, grandes penurias<br />

económicas, asonadas e incluso guerras extranjeras –con Francia y los estados<br />

unidos– las poblaciones indígenas continuaron marginadas y desatendidas<br />

en todas sus necesidades, incluyendo las educativas. Tan sólo<br />

en caso de sublevaciones y guerras se dirigía la atención a los indios para<br />

reclutarlos forzadamente por el procedimiento de la leva.<br />

con la constitución de 1857 la situación de los pueblos nativos empeoró.<br />

al quedar suprimido el régimen de propiedad comunal en todas<br />

sus formas, los pueblos indígenas iban a verse privados de sus tierras y<br />

territorios poseídos desde tiempos ancestrales. ello sería la causa de su<br />

depauperamiento y marginación aún más radicales. irónicamente, fue en<br />

ese contexto cuando, al implantarse el efímero imperio de maximiliano<br />

(1863-1867), se les quiso restituir las propiedades mantenidas de forma<br />

comunal. Varios decretos expidió con tal propósito maximiliano, por cierto<br />

en castellano y también en náhuatl. 12 con esto quiso él enfatizar la importancia<br />

que concedía a las lenguas indígenas. la caída del fugaz imperio<br />

desvaneció bien pronto lo que pudo tenerse como indicio de apoyo para<br />

la conservación y fomento de las mismas.<br />

entre los estadistas liberales que colaboraron luego con Benito Juárez,<br />

es digno de especial mención el escritor y pensador ignacio ramírez.<br />

Propugnó él por el establecimiento de un sistema educativo en el que<br />

se emplearan tanto el castellano como el idioma indígena de las distintas<br />

regiones. sostenía que sólo así podrían los niños aborígenes desarrollar<br />

plenamente sus facultades mentales. llegó incluso a proponer que, en función<br />

de las lenguas que se hablaban, se establecieran las distintas jurisdicciones<br />

geopolíticas en el país. sus ideas, como podría esperarse, quedaron<br />

en el campo de la utopía. 13<br />

12 Véase Fernando horcasitas, “un edicto de maximiliano en náhuatl”, Tlalocan, méxico, 1963, vol.<br />

iv, núm. 3, pp. 230-235.<br />

13 sobre las ideas de ignacio ramíreZ en relación con las lenguas indígenas, véase brice heath, op.<br />

cit., p. m-114.


el náhuatl y el español 379<br />

muy contrario a ellas fue el filósofo positivista gabino Barreda, fundador<br />

de la escuela nacional Preparatoria y promotor de un nuevo sistema<br />

educativo en todo el país. en él debían impartirse enseñanzas siempre en<br />

castellano en un plan igualitario sin distinción alguna racial o étnica. Y<br />

aunque por ese tiempo –últimas décadas del siglo xix– hubo personas<br />

y aun algunas instituciones interesadas en investigar acerca de las culturas<br />

y lenguas indígenas, la situación de los descendientes de los pueblos<br />

originarios no mejoró por ello un ápice. cabe mencionar al menos los<br />

nombres de los más destacados estudiosos, mexicanos y extranjeros, que<br />

hicieron aportaciones de considerable valor acerca de los idiomas nativos:<br />

Francisco Pimentel, manuel orozco y Berra, Joaquín garcía icazbalceta,<br />

Francisco Belmar, eduard seler, Johann Karl Buschmann y algunos más.<br />

sus trabajos, sin embargo, no rebasaron los ámbitos académicos.<br />

Tal vez más que nunca prevaleció entonces la idea de que los idiomas<br />

indígenas eran un enorme escollo para alcanzar la integración de los indios<br />

a la “cultura nacional” y realizar así una unidad sin la cual no parecía<br />

imaginable el país. el célebre Justo sierra, siendo ministro de educación,<br />

tipificó esta postura cuando, al inaugurarse el consejo superior de educación<br />

Pública, declaró:<br />

la poliglosia [pluralidad lingüística] de nuestro país es un obstáculo a la<br />

propagación de la cultura y a la formación plena de la conciencia de la patria<br />

[…] ello os dará la clave de por qué los autores de la primitiva ley de<br />

instrucción pública, llamamos al castellano lengua nacional […] siendo<br />

la sola lengua escolar llegará a atrofiar y destruir los idiomas locales y así<br />

la unificación del habla nacional, vehículo inapreciable de la unificación<br />

social, será un hecho. 14<br />

estas palabras, pronunciadas el 13 de septiembre de 1902 por Justo<br />

sierra son como la sentencia de muerte que se quería aplicar, de una vez<br />

por todas, a las lenguas indígenas. Y, sin embargo, los hablantes de ellas,<br />

arrinconados como peones en las haciendas o viviendo en regiones de re-<br />

14 Justo sierra, “discurso pronunciado el día 13 de septiembre del año de 1902 con motivo de la<br />

inauguración del consejo superior de educación Pública”, en Discursos de…, méxico, 1919, p. 191.


380 miguel león-portilla<br />

fugio, casi todos analfabetas, depauperados y excluidos radicalmente de la<br />

vida económica, social y política de méxico, continuaban hablando en su<br />

gran mayoría sus idiomas maternos. Tal vez lo hacían porque no les quedaba<br />

otra cosa. Paralelamente a esa dramática situación había intelectuales<br />

que estudiaban y apreciaban con admiración el legado indígena, incluyendo<br />

el de sus lenguas. el gobierno costeaba exploraciones arqueológicas y<br />

erigía monumentos a héroes indígenas como el que por ese tiempo se levantó<br />

en honor de cuauhtémoc en el cruce de dos de las más importantes<br />

avenidas de la ciudad de méxico. ésa era la situación imperante en vísperas<br />

del estallido de la revolución mexicana de 1910.<br />

los pueblos indígenas y sus lenguas a partir<br />

de la revolución mexicana<br />

consecuencia tangible de la revolución fue la nueva constitución promulgada<br />

en 1917. en su nuevo artículo 27 se prescribió la restitución de<br />

tierras en forma comunal a los pueblos indígenas. otros aspectos de sus<br />

derechos quedaron al margen del interés de los constituyentes. es cierto<br />

que se produjo entonces un movimiento de exaltación de lo indígena, pero<br />

esto se dirigió más a revaluar el legado prehispánico que a atender a los<br />

requerimientos de su realidad contemporánea. en lo que se conoció más<br />

tarde como “indigenismo antropológico” cabe distinguir dos corrientes<br />

que, con matices distintos, iban a tener larga vigencia.<br />

una partió de la idea de que los indígenas continuaban viviendo en<br />

situaciones precarias precisamente porque sus formas de cultura eran anacrónicas<br />

y no les permitían acceder a la modernidad que buscaba el país.<br />

en lo que concierne a sus lenguas, se siguió pensando que eran ellas una<br />

barrera para la comunicación de los indígenas con el resto de la población.<br />

Por ello, había que castellanizarlos y alfabetizarlos en la que se llamaba<br />

“lengua nacional”. la clave, en suma, era asimilarlos o incorporarlos a la<br />

cultura a la gran mayoría de los mexicanos.<br />

la otra corriente tomó como punto de partida el reconocimiento de<br />

que méxico está constituido por un conjunto de pueblos con lenguas y


el náhuatl y el español 381<br />

culturas diferentes. manuel gamio, que fue el principal promotor de esta<br />

corriente, si bien reconoció la importancia del mestizaje y el hecho de que<br />

en diversos grados y formas los pueblos indígenas también habían recibido<br />

la influencia de la mestización cultural, puso a la vez de relieve que<br />

éstos perduraban con sus grandes diferencias y sus propias lenguas.<br />

gamio concibió entonces un proyecto de investigación con un enfoque<br />

integral. como lo señaló en La población del Valle de Teotihuacán (1922),<br />

había que ahondar en el conocimiento de las diferencias culturales y lingüísticas<br />

prevalecientes en méxico. Para ello se fijó en distintas regiones<br />

del país que podían tenerse como más representativas de esa diversidad<br />

cultural. su propósito último era proponer al gobierno federal y a los estatales<br />

diversas acciones que permitieran a quienes habían mantenido sus<br />

diferencias culturales y lingüísticas acceder a la realidad social, económica<br />

y política de méxico. en otras palabras, tales formas de acción se dirigían<br />

a acabar con la exclusión de los indios de la vida del país. ello, en el pensamiento<br />

de gamio no implicó promover el desvanecimiento de las identidades<br />

indígenas. Hablando en un foro panamericano, señaló gamio, la<br />

necesidad de revisar muchas de las constituciones latinoamericanas ya que<br />

en ellas, al no ser tomados en cuenta los indígenas, quedaron excluidos del<br />

marco político del país. entre otras ideas expresó:<br />

Hasta la fecha las constituciones y legislaciones de méxico independiente<br />

han sido derivadas de este segundo grupo [el de cultura europea o<br />

europeizante] y tendieron a su mejoría, quedando abandonada la población<br />

indígena más radicalmente que lo fue por los legisladores de<br />

la monarquía europea quienes crearon por el indio y para el indio las<br />

famosas leyes de indias que constituyeron barrera poderosa a su triste<br />

debilidad. 15<br />

siempre con la idea de poner fin a la exclusión de que eran objeto los<br />

pueblos indígenas, señaló la necesidad de que llegaran a estar representados<br />

en el congreso por legisladores miembros de sus propias comunida-<br />

15 manuel gamio, Forjando patria, méxico, editorial Porrúa, 1960 [1a. ed., 1916], p. 71.


382 miguel león-portilla<br />

des. 16 Y así como planteó esta necesidad, insistió en repetidas ocasiones<br />

en puntos muy relacionados con el tema de la autonomía indígena. llegó<br />

así a sostener que entre los grupos indígenas de américa están íntima y<br />

dinámicamente arraigadas las ideas democráticas. éstas deben respetarse<br />

en sus formas de gobierno y en su organización social interior. 17 corresponde,<br />

por tanto, a los pueblos indígenas elegir sus autoridades, diseñar<br />

las formas de su organización, al igual que los sistemas de aprovechamiento<br />

de sus recursos naturales. Todo esto lo llevó a señalar, una y otra<br />

vez, que había que reformar la constitución ya que contenía artículos que<br />

resultaban del todo inapropiados y excluyentes para los indígenas. 18<br />

en lo tocante específicamente a las lenguas indígenas, si bien reconoció<br />

la conveniencia de que los distintos pueblos indígenas, para comunicarse<br />

unos y otros y con el resto de la población, debían tener acceso al conocimiento<br />

del castellano, reiteró que en ello había que proceder siempre “sin<br />

perjuicio de que se estudien y cultiven también las lenguas indígenas”. 19<br />

un ejemplo lo dio el mismo gamio que tuvo un cierto conocimiento del<br />

náhuatl.<br />

su pensamiento y acción influyeron mucho en el indigenismo mexicano<br />

y del continente. Hallándose al frente del instituto indigenista interamericano,<br />

creado en 1940 como consecuencia del congreso de Pátzcuaro,<br />

celebrado con el patrocinio del presidente lázaro cárdenas, promovió la<br />

creación de institutos nacionales indigenistas en varios países del continente.<br />

en méxico alfonso caso, con otros antropólogos como Julio de la<br />

Fuente, gonzalo aguirre Beltrán y alfonso Villa rojas, dando origen al<br />

instituto nacional indigenista, se concentraron en fomentar el desarrollo<br />

de comunidades nativas en campos como el de la educación, las actividades<br />

económicas, la salud y el bilingüismo.<br />

sin embargo, no se puso énfasis en los puntos que, citando a gamio,<br />

he señalado. me refiero al reconocimiento jurídico de las autonomías en el<br />

16 gamio, ibid., p. 76.<br />

17 Ibid., p. 199.<br />

18 Loc. cit.<br />

19 manuel gamio, La población del valle de Teotihuacán, 3 vols., méxico, secretaría de agricultura y Fomento,<br />

dirección de antropología, 1922, p. xxxv.


el náhuatl y el español 383<br />

régimen interno de los pueblos indios, la vigencia de su derecho tradicional,<br />

su representación en las cámaras, el cultivo, incluso literario, de sus lenguas,<br />

así como el tema de sus tierras y territorios. atender directamente a todo<br />

esto iba a ser consecuencia del clamor indígena de tiempos más recientes.<br />

el destino de las lenguas indígenas en el tercer milenio<br />

los procesos de globalización que, cada vez más intensos, se dejan sentir,<br />

obviamente afectan también a las lenguas de los pueblos indígenas. los<br />

llamados idiomas ecuménicos –en particular, el inglés y, en menor grado,<br />

otros como el castellano– ¿acabarán por relegar al olvido a las lenguas de<br />

las minorías, como es el caso de las habladas por los indígenas de méxico<br />

y de otros países?<br />

desde luego que en el universo de las muchas lenguas vernáculas hay<br />

incontables diferencias que pueden influir en sus respectivos destinos. el<br />

número de hablantes de una lengua es un factor de muy grande importancia.<br />

Pensemos en el caso de la lengua seri, hablada en sonora por sólo<br />

algunos centenares de personas o en el de los varios idiomas yumanos de<br />

grupos muy reducidos en el norte de Baja california. otra, en cambio, es<br />

la situación de lenguas mesoamericanas como el náhuatl, el maya yucateco,<br />

el otomí, el zapoteco y el mixteco que, a pesar de todos los pesares, mantienen<br />

considerable vigencia en amplios territorios.<br />

suele afirmarse que la salud de una lengua está en razón directa no<br />

sólo del número de personas que la mantienen viva sino también de su<br />

utilidad como instrumento de comunicación ante la concurrencia de otro<br />

idioma de vigencia mayoritaria con el que tiene que coexistir. cuando<br />

el empleo de una lengua se torna, por así decirlo, artificial, ya que no<br />

responde a requerimientos sociales, económicos y simplemente culturales,<br />

su vida invariablemente entra en peligro. Y esto mismo se acentúa<br />

sobremanera cuando el número de quienes la hablan se ve cada vez más<br />

disminuido.<br />

¿Qué podemos decir, a la luz de esto, sobre el destino, en el tercer milenio,<br />

del náhuatl y en general de las lenguas de los pueblos originarios de


384 miguel león-portilla<br />

méxico? una primera forma de respuesta es que hay algunas cuya perduración<br />

correrá cada día mayor peligro. en un hecho innegable que lenguas<br />

como el paipai, el kiliwa, el guarijió y otras varias más se encuentran en tal<br />

situación. refiriendo ahora la pregunta a las lenguas mesoamericanas que<br />

hasta hoy son habladas por varios cientos de miles de personas e incluso<br />

por cerca de casi dos millones en el caso del náhuatl, debe reconocerse que<br />

no por esto deja de estar amenazada su sobrevivencia.<br />

el tercer milenio traerá consigo una nunca antes vista aceleración en<br />

los procesos de globalización. algunos de éstos son inevitables y, debidamente<br />

canalizados, pueden tenerse como positivos. Tal es el caso, por<br />

ejemplo, de los procesos de globalización de la tecnología electrónica y de<br />

los conocimientos derivados de muchas ramas de las ciencias físico-matemáticas<br />

y naturales. Y si bien en esos campos no deja de haber riesgos,<br />

como serían algunas de sus influencias en detrimento de la naturaleza, hay<br />

otros muchos procesos globalizantes que, más allá de cualquier duda, se<br />

presentan como adversos en el universo de la cultura.<br />

reiteraré que en la actualidad hay unas cuantas lenguas que pueden<br />

considerarse como ecuménicas o al menos de cada vez más amplia vigencia<br />

en el mundo. una de ellas, el inglés, es una lingua franca. el español se<br />

impone cada vez más en el ámbito latinoamericano donde hasta hoy han<br />

subsistido, casi arrinconadas, las lenguas de los pueblos originarios.<br />

¿es de prever que en el próximo milenio no ya sólo el inglés sino también<br />

el español se convertirán en un reto para la supervivencia de las lenguas<br />

indígenas? intentemos una respuesta, no ya teórica sino encaminada<br />

a promover determinadas formas de acción. reconozcamos, en primer<br />

lugar, que toda lengua tiene atributos que hacen valiosa su perduración en<br />

el universo cultural. cada lengua es una especie de gran ordenador, con<br />

características propias, del pensamiento humano. Por eso cuando muere<br />

una lengua, la humanidad se empobrece. Pero además, para el pueblo que<br />

tiene como materna una lengua es ella elemento insustituible en su discurrir<br />

y desarrollarse en el mundo. es parte esencial de su propio legado.<br />

siendo esto así, la pluralidad de lenguas en un determinado país debe<br />

reconocerse, al igual que su biodiversidad, como uno de sus más grandes<br />

tesoros.


el náhuatl y el español 385<br />

ahora bien, ¿cómo puede encauzarse la convivencia de las lenguas de<br />

los pueblos originarios con la lengua, bien sea oficial o de uso mayoritario,<br />

en un país? recordaré aquí un par de anécdotas. el poeta mazateco,<br />

y presidente de la asociación de escritores en lenguas indígenas Juan gregorio<br />

regino, manifestó en una reunión nada menos que ante el antiguo<br />

secretario de la onu, Javier Pérez de cuéllar, lo siguiente: “usted, don Javier,<br />

probablemente habla varios idiomas, español, inglés, francés y quizás<br />

otros. Pero no tiene usted algo que yo sí tengo. Yo poseo dos lenguas maternas,<br />

el mazateco que me acerca con mi gente. lo hablo con mi mujer y<br />

mis hijos, mis padres y mis abuelos. en esta lengua puedo conversar con<br />

cerca de ciento cuarenta mil personas. Pero el español, que también desde<br />

niño escuché de labios de mi madre que hablaba en esa lengua con los<br />

que no entendían mazateco, el español, es también lengua que por esto<br />

tengo asimismo como materna. además el español me permite comunicarme<br />

con los hermanos indígenas que hablan idiomas que desconozco<br />

y también puede acercarme a casi cuatrocientos millones de hombres y<br />

mujeres en toda nuestra américa, en españa y en otros lugares”.<br />

a su vez, natalio Hernández xocoyotzin, de estirpe náhuatl, fue protagonista<br />

de lo que ahora recordaré. en ocasión del xi congreso de las<br />

academias de la lengua española, celebrado en Puebla en octubre de<br />

1998, fue invitado a hablar en la sesión de clausura. natalio Hernández,<br />

director de la casa de escritores en lenguas indígenas, fue breve y contundente.<br />

“el español también es nuestro” fue el título de su intervención.<br />

coincidiendo con el poeta mazateco Juan gregorio regino, hizo ver a los<br />

académicos que la preservación y el cultivo de las lenguas indígenas en<br />

modo alguno se contrapone con la aceptación del idioma español. éste,<br />

por su misma vigencia, es ya pertenencia de todos y, en países multilingües<br />

como méxico, viene a ser valioso medio de comunicación entre los hablantes<br />

de tantas y tan distintas lenguas.<br />

las reflexiones de estos dos distinguidos maestros de la palabra, descendientes<br />

de los pueblos originarios de méxico, desvanecen la objeción<br />

que suele hacerse contra la perduración de las lenguas vernáculas. es del<br />

todo falso que la conservación de ellas signifique un riesgo de fragmentación<br />

cultural y menos todavía un peligro para el fortalecimiento de la


386 miguel león-portilla<br />

lengua que hablan hoy cerca de cuatrocientos millones de seres humanos.<br />

en realidad, como lo muestra la historia, las lenguas indígenas han contribuido<br />

considerablemente al enriquecimiento del léxico del español y,<br />

asimismo, de diversas formas, a matizar las hablas regionales de cuantos<br />

tenemos como propia la lengua de cervantes en el nuevo mundo.<br />

lo que verdaderamente importa, en lo que concierne al destino de las<br />

lenguas indígenas en el tercer milenio, es encontrar los medios que propicien<br />

no sólo su perduración sino su enriquecimiento y cultivo literarios. Partiendo<br />

de la idea de que cuando muere una lengua la humanidad se empobrece, lo<br />

primero será concientizar de su valor a sus propios hablantes y a cuantos no<br />

han tenido aprecio alguno por ellas, considerándolas con frecuencia como<br />

“meros dialectos de los indios”. Hacer ver que toda lengua, en cuanto sistema<br />

de signos, es un manantial de simbolización, que abre camino a una pluralidad<br />

ilimitada de concepciones del mundo y que, más allá de su primordial<br />

valor en las esferas del pensamiento y de la comunicación, alcanza en la<br />

creación poética atisbos insospechados, incluso revelación de misterios.<br />

si, al igual que la biodiversidad, la pluralidad de lenguas es uno de los<br />

más preciados patrimonios de la humanidad, hay que encontrar los medios<br />

que impidan la muerte de idiomas que han existido en el nuevo mundo a<br />

través de milenios.<br />

la educación bilingüe, debidamente implementada, será ya inaplazable.<br />

los niños descendientes de los pueblos originarios agilizarán sus mentes al<br />

penetrar en los secretos de sus dos lenguas maternas, la suya vernácula y el<br />

español. lejos de avergonzarse de hablar la primera, tendrán orgullo de ser<br />

bilingües, conscientes de que poseen dos formas distintas de comunicarse<br />

y concebir el mundo. Todo esto propiciará la creación literaria en la lengua<br />

vernácula. la gran literatura mexicana y también la gran literatura iberoamericana<br />

incluirán como partes insuprimibles de sí mismas las nuevas y<br />

las antiguas creaciones en las lenguas vernáculas. los descendientes de los<br />

pueblos originarios y todos cuantos conviven con ellos disfrutarán del antiguo<br />

legado y de las creaciones de la nueva palabra en la gran sinfonía de<br />

las lenguas indígenas.<br />

¿es todo esto una quimera o un mero deseo? en la realidad contemporánea<br />

de las últimas décadas del siglo xx y ahora ya en el nuevo milenio


el náhuatl y el español 387<br />

se están produciendo cambios muy significativos. uno es que méxico se<br />

reconoce ya asimismo, en el artículo cuarto de su constitución, como un<br />

país pluricultural y plurilingüe. en virtud de dicho artículo corresponde al<br />

estado mexicano implementar las formas para el fomento de las culturas y<br />

lenguas indígenas. otro cambio que se está produciendo es el del creciente<br />

cultivo literario de lenguas que habían permanecido del todo marginadas.<br />

existe hoy literatura –poesía, narrativa…– en lenguas como el náhuatl, zapoteco,<br />

mixteco, purépecha, otomí, maya yucateco, tzeltal, tzotzil y otras. 20<br />

en la casa de escritores en lenguas indígenas se ofrecen talleres de redacción,<br />

clases de literatura indígena y de varias lenguas nativas. son ya<br />

numerosos los libros y revistas portadores de la Yancuic ylahtolli, la nueva<br />

Palabra. existen varias estaciones de radio en que se dan a conocer tales<br />

producciones. Pienso que también cada vez es más grande el número de los<br />

no-indígenas que aprecian y disfrutan la literatura indígena y que quieren<br />

aprender una lengua vernácula.<br />

más allá de cualquier consideración, es un hecho que, en gran medida,<br />

de nosotros dependerá el destino de las lenguas indígenas en el tercer<br />

milenio. Tal vez lo único que éstas requieren para volver a florecer es<br />

que, como las plantas a las que otra más grande hace sombra, se las libere<br />

de cualquier opresión. entonces será verdad de nuevo lo que expresó un<br />

antiguo cuicapicqui, poeta del mundo náhuatl: “no acabarán mis cantos,<br />

no morirán mis flores, yo cantor los elevo, así llegarán a la casa del ave de<br />

plumas de oro”.<br />

20 son relativamente numerosas las publicaciones en que se dan a conocer producciones literarias en<br />

estas y otras lenguas. como muestra del aprecio que existe ya por las literaturas indígenas contemporáneas,<br />

cabe mencionar que la prestigiosa editorial norton and co., de nueva York, que ha publicado<br />

grandes antologías de las literaturas clásicas antiguas y de las principales lenguas europeas, ha incluido<br />

en su serie una obra sobre las producciones mesoamericanas, desde las de la tradición prehispánica<br />

hasta el presente: In the Language of Kings. An Anthology of Mesoamerican Literature, Pre-Columbian to the<br />

Present, edición y estudios de miguel león-portilla y earl shorris, nueva York, norton, 2001.


sor Juana: los maTeriales aFecTos*<br />

¿poema personal o impersonal?<br />

[389]<br />

margo glantZ<br />

con estas palabras empieza el capítulo que octavio Paz le dedica al Sueño<br />

en Las trampas de la fe : “a pesar de su extremado carácter intelectual, Primero<br />

sueño es el poema más personal de sor Juana”, y para comprobar su aseveración<br />

agrega la muy célebre frase autobiográfica, “ella misma lo dice en la<br />

Respuesta : ‘no me acuerdo haber escrito por mi gusto sino un papelillo que<br />

llaman El sueño’ ”. 1 Prosiguiendo, precisa: “el poema de sor Juana cuenta la<br />

peregrinación de su alma por las esferas supralunares mientras su cuerpo<br />

dormía. el diminutivo no debe engañarnos: es su poema más extenso y<br />

ambicioso (p. 472)”. Y, más tarde, cuando acepta, siguiendo las sugerencias<br />

de Vossler y ricard, que el poema podría insertarse dentro de la tradición<br />

hermética –tan en boga durante el renacimiento y el barroco– del Sueño de<br />

escipión, contado por macrobio, del Somnium de Kepler y sobre todo del<br />

Iter exstaticum de Kircher, enumera las principales diferencias que podrían<br />

separar el poema sorjuanino del de sus antecesores. escojo, para empezar,<br />

la segunda diferencia señalada por Paz, la elijo porque parece incurrir en<br />

una contradicción, respecto a lo que en un principio ha aseverado: “la segunda<br />

diferencia [entre Primero sueño y los poemas de anabasis] es el carácter<br />

impersonal del poema; su protagonista no tiene nombre ni edad ni sexo; es<br />

el alma (cursivas mías, p. 481)”. de inmediato Paz se corrige y añade las<br />

siguientes palabras que parecerían anular de nuevo su comentario o por lo<br />

* conferencia presentada al xiV congreso, asociación internacional de Hispanistas, 15 al 22 de julio,<br />

2001, nueva York, sábado 21 de julio.<br />

1 octavio paZ, 1982, p. 469. la cita de Paz es incorrecta, sor Juana dice: “no me acuerdo haber escrito”,<br />

y no de haber cf., infra, Respuesta a Sor Filotea, p. 471.


390 margo glantZ<br />

menos indicar una oscilación: “naturalmente la pretensión de impersonalidad<br />

se quiebra al final: el poema es simultáneamente una alegoría y una<br />

confesión (p. 481)”.<br />

en cambio, para los contemporáneos de la monja no cabe la menor<br />

duda. el jesuita diego calleja, su protobiógrafo, autor de una importante<br />

Aprobación al tercer tomo de sus obras, Fama y obras póstumas, verifica que el<br />

poema es definitivamente personal, por no decir autobiográfico: “Siendo de<br />

noche me dormí, soñé que de una vez quería comprender todas las cosas de que el universo<br />

se compone; no pude, ni aun divisas por categorías ni aun sólo un individuo. Desengañada,<br />

amaneció y desperté”. 2 en esta descripción no hay oscilación posible<br />

entre lo personal y lo impersonal, para el admirador y corresponsal de la<br />

religiosa la protagonista del poema es definitivamente sor Juana. sucede<br />

lo mismo con Pedro Álvarez de lugo usodemar, el comentador canario<br />

de la poeta, no hace mucho descubierto y publicado por andrés sánchez<br />

robayna. antes de entrar a explicar el poema, en este texto quizá escrito<br />

entre 1695 y 1705, avisa lugo: “mostrándose esta señora muy despierta<br />

en aciertos de todos sus escritos (con que es asombro de todos sus lectores),<br />

se mostró más despierta en este Sueño para el mayor desvelo del más<br />

despierto cuidado”. 3<br />

convencido de que la jerónima ha tomado sobre todo a Kircher como<br />

modelo, Paz enumera asimismo las otras enormes diferencias que existen<br />

entre Primero sueño, la obra del jesuita alemán y sus antecesores, no sin antes<br />

subrayar su propia clarividencia: “estas indicaciones permanecieron aisladas<br />

durante años; a mí me tocó atar los cabos y mostrar que la tradición hermética<br />

de la que es parte la visión del alma liberada en el sueño de las cadenas<br />

corporales, llegó a sor Juana a través de Kircher y, subsidiariamente, de los<br />

tratados de mitología de cartario” [cursivas mías] (p. 477).<br />

son varios sus argumentos, los reviso, son necesarios, a su vez, para<br />

desarrollar el mío. la primera diferencia, explica Paz, es de orden formal,<br />

los viajes iniciáticos están escritos en prosa, “el lenguaje de la historia”,<br />

2 diego calleja en sor Juana inés de la cruz, Fama y obras póstumas, 1995, p. [29], cursivas en el<br />

original.<br />

3 Pedro álva r e Z de lugo usodemar, Ilustración al Sueño de la Décima Musa mexicana…, en sáncheZ<br />

robayna, 1991, p. 59.


sor juana: los materiales afectos 391<br />

el de sor Juana, en verso, “la forma predilecta de la ficción poética”, cabe<br />

añadir que esta diferencia es esencial, una total ruptura como solía decir<br />

Paz, tomando en cuenta además que el Iter exstaticum está escrito en muy<br />

mala prosa y Primero sueño es uno de los más extraordinarios poemas que<br />

se hayan escrito en español, como ya lo habían atestiguado sus contemporáneos<br />

y lo demuestran las sucesivas ediciones que en vida de sor Juana se<br />

hicieron de sus obras. “Primero sueño debe leerse, explica Paz, no como el<br />

relato de un éxtasis real sino como la alegoría de una experiencia que no<br />

puede encerrarse en el espacio de una noche. la noche del poema es una<br />

noche ejemplar, una noche de noches” (p. 481).<br />

enuncio la tercera diferencia, mucho más radical, según Paz, en verdad<br />

una ruptura: aparta definitivamente a los textos anabásicos del poema<br />

sorjuanino. Para entender esa ruptura, me gustaría volver a Paz y citar un<br />

largo fragmento de su libro:<br />

en el segundo capítulo de Iter exstaticum (Del camino a la Luna), se relata<br />

un curioso sucedido, explica Paz, con el que comienza el viaje a las<br />

esferas celestes: “Teodidacto, transparente careta tras la que se oculta el<br />

padre Kircher, es invitado a un concierto privado que le ofrecen tres músicos<br />

romanos. ante la maestría de los tres artistas, Teodidacto se siente<br />

arrebatado como ‘si todas las cosas conspirasen para acrecentar la intensa<br />

armonía del universo’. un poco después, un día en que ‘las especies de la<br />

dicha sinfonía agitaban su ánimo con varias imágenes de fantasmas […] de<br />

repente, como abatido por un grave sopor […] se sintió derribado en una<br />

planicie vastísima’. entonces ‘apareció un varón de insólita constitución’,<br />

alado, aterrador y hermoso, que al punto lo tranquilizó diciéndole: ‘soy<br />

cosmiel, ministro del dios altísimo y del mundo. levántate, no temas,<br />

Teodidacto; fueron escuchados tus deseos y he sido enviado para mostrarte<br />

cuanto es permitido al ojo hecho de carne mortal, la suma majestad de<br />

dios óptimo máximo, que resplandece en sus obras […]’ así comienza el<br />

viaje de Teodidacto por los espacios siderales, durante un sueño extático<br />

producido por la música” (pp. 477-478).<br />

apoyado en ricard, Paz verifica la presencia ineludible, la necesaria<br />

existencia, en todo viaje iniciático, de una pareja constituida por el discípulo<br />

y el maestro: en el caso de Kircher, Teodicato guiado por cosmiel, en


392 margo glantZ<br />

La divina comedia, dante conducido por Virgilio y en el corpus Hermético,<br />

Hermes por Pimandro. una vez verificado este dato, sin el cual parecería<br />

imposible iniciar el viaje, repito, la necesidad de contar con un agente divino<br />

que actúe como mediador entre el viajero y su transcurso, entre lo<br />

terrestre y lo sobrenatural, la ruptura entre Primero sueño y los textos mencionados<br />

se acentúa, es más, se torna flagrante. en efecto, en el poema<br />

sorjuanino, el alma, casi independizada de su cuerpo, recorre los espacios<br />

supralunares, sin ninguna guía, ¿la ausencia del demiurgo significa la imposibilidad<br />

de cualquier revelación?: Para Paz es definitivo, significa “…el<br />

reverso de la revelación, … es la revelación de que estamos solos y de que<br />

el mundo sobrenatural se ha desvanecido”. clarividencia negativa, “la del<br />

silencio de los espacios y la visión de la no-visión. en esto reside –añade<br />

Paz–, la gran originalidad del poema de sor Juana, no reconocida hasta ahora,<br />

y su sitio único en la historia de la poesía moderna [cursivas mías]… la<br />

ruptura –concluye–, es una verdadera escisión y todavía padecemos sus<br />

consecuencias históricas y psíquicas” (p. 482). Paz piensa que sor Juana<br />

anticipa uno de los grandes poemas de finales del siglo xix, Un coup de dés<br />

n’abolira pas le hazard de stephane mallarmé.<br />

regreso, vuelvo a instalarme en el comienzo de este texto, me concentro<br />

en el probable carácter autobiográfico del poema, la presencia definitiva<br />

del yo que narra, la verificación de una experiencia propia. rosa<br />

Perelmuter examinó “la situación enunciativa del Primero sueño”, 4 en un<br />

artículo publicado en 1986, de alguna manera como comentario a la aseveración<br />

de octavio Paz en el sentido de que “hasta en el último verso del<br />

poema nos enteramos de que el alma es la de sor Juana”, y también a la<br />

de georgina sabat 5 quien pensaba que el yo se suprime durante todo el<br />

sueño, sustituyéndose por el alma humana objetivada en tercera persona,<br />

en su libro publicado en 1976, intitulado, El “Sueño” de sor Juana Inés de la<br />

Cruz, Tradiciones literarias y originalidad, cuya búsqueda se dirige más bien a<br />

encontrar antecedentes del poema en los siglos de oro y sobre todo es<br />

un análisis comparativo con el poema de Francisco de Trillo y Figueroa,<br />

4 rosa perelmuter, 1986.<br />

5 sabat-rivers, 1976.


sor juana: los materiales afectos 393<br />

“Pintura de la noche desde un crepúsculo a otro”. Perelmuter, en cambio,<br />

pretende resaltar las instancias en que el yo, en tanto que narrador y protagonista,<br />

figura en varias secciones del poema; es más, piensa que ese yo<br />

aparece “de manera decisiva”, en particular, “a través de los pronombres<br />

de primera y segunda persona, los demostrativos, los adverbios de tiempo<br />

y lugar cuya referencia depende de la situación enunciativa, y los tiempos<br />

verbales” (p. 185).<br />

es evidente que durante el proceso de enunciación del poema desconocemos<br />

el sexo de quien enuncia –ese yo femenino–, dato que se descubre<br />

solamente cuando se llega al famoso verso final, “el mundo iluminado<br />

y yo despierta”; ésta no es, sin embargo, la única instancia en donde la<br />

enunciación señala a un sujeto protagonista: en varias ocasiones aparece<br />

en el poema el verbo decir conjugado en primera persona, por ejemplo<br />

y, muy al principio, en el verso 47, en relación con las mineidas, se lee:<br />

“aquellas oficïosas hermanas, digo/ atrevidas hermanas”, 6 procedimiento<br />

repetido numerosas veces en el “sueño”, sor Juana dice “yo digo”.<br />

asimismo, el adjetivo posesivo de primera persona aparece súbitamente<br />

en los versos 617 y 618, cuando el alma, cegada por las confusas especies<br />

que “el inordinado caos retrataba, e incapaz de conocer en un solo acto<br />

intuitivo todo lo creado”, opta por utilizar de manera rigurosa las 10 categorías<br />

aristotélicas: “de esta serie seguir mi entendimiento / el método<br />

quería” (cursivas mías, vv. 617-618). el autor se convierte, por obra y<br />

gracia de la enunciación –no demasiado revisada hasta hace poco–, en el<br />

actor y el autor del poema, aunque tal vez pueda decirse, como querría<br />

Yolanda martínez san miguel en su reciente libro Saberes americanos: “el<br />

texto insiste en esta separación –aunque incompleta y problemática– del<br />

cuerpo como categoría cultural y el alma como doble categoría religiosa<br />

y epistemológica”. 7<br />

6 sor juana inés de la cruZ, 1989, p. 56. cf. también péreZ amador adam, 1996, p. 61; asimismo,<br />

andrés sáncheZ robayna, op, cit.<br />

7 martíneZ de san miguel, 1999, p. 75.


394 margo glantZ<br />

el reflejo y sus fantasmas<br />

en su importante y fundamental ensayo sobre “el sueño de un sueño”,<br />

publicado en 1960, José gaos, 8 el filósofo español radicado en méxico,<br />

definió las dos formas de actividad intelectual que, según él, sor Juana<br />

desplegó en su esfuerzo por entender el universo, mientras el alma recorre<br />

los espacios supralunares: la primera sería la vía de la intuición, mencionada<br />

expresamente por la monja como “un conocer con un acto intuitivo<br />

todo lo criado”, operación que, sabemos bien, la deslumbra y la despeña,<br />

a final de cuentas, a pesar de que en un momento dado parecía haber<br />

logrado encumbrarse en su pirámide mental. no dejando que el fracaso<br />

la amilane, el alma ensaya otro remedio, un nuevo método, otra vía, la<br />

discursiva, operación que gaos considera como el único camino posible<br />

para alcanzar su meta, y por tanto, el único procedimiento adecuado para<br />

quien desea adueñarse de su objeto, camino ascendente que le permitirá al<br />

alma discurrir sobre todas las cosas del universo, empezando por los seres<br />

inanimados hasta llegar al hombre, método que estaría relacionado con el<br />

aristotélico en su modalidad tomista.<br />

efectivamente, como anota gaos, el alma emprende dos veces su camino,<br />

o más bien su vuelo por el universo, primero, mediante una operación<br />

que podría denominarse fantasmática, desatadora de fantasmas o<br />

productora de simulacros, y en la que quiero detenerme, quizá aclare la<br />

8 “la actividad intelectual […] procede a ejercitarse primeramente por la vía de la intuición, pues este<br />

nombre es el propio para lo que el poema mismo llama en determinado punto, ‘un conocer con un<br />

acto intuitivo todo lo creado’. la intuición universal se presenta así como la forma espontánea del<br />

ejercicio de la actividad filosófica, con profunda y certera intuición, hay que repetir el término, así del<br />

desarrollo psicológico del conocimiento humano como del desenvolvimiento histórico del filosófico.<br />

Pero la intuición unitaria fracasa ante la diversidad poco menos que infinita del mundo. Y entonces<br />

el intelecto acude, ya reflexivamente, al discurso, a la otra forma del pensamiento opuesta tradicional y<br />

cardinalmente a la del pensamiento intuitivo, a la forma del pensamiento discursivo. éste es el único<br />

por respecto al cual cabe hablar propiamente de método, esto es, de un recorrido de un camino, por<br />

sus pasos contados, hasta una meta, no, por respecto a la intuición, cuya esencia está en la pretensión<br />

de adueñarse del objeto, aun cuando éste es la totalidad de los objetos, en un solo golpe de vista. el<br />

alma soñadora de la poetisa piensa en ir discurriendo por todas las cosas, siguiendo el orden de las<br />

categorías que las abarcan todas, al elevarse por grados de generalización desde las cosas individuales<br />

hasta los géneros superiores; pero el orden en que procede efectivamente el soñado discurso del entendimiento<br />

de la poetisa consiste en elevarse por los grados del ser creado desde el inanimado hasta<br />

el humano”. José gaos, 1960, pp. 63-64.


sor juana: los materiales afectos 395<br />

disyuntiva que he propuesto y que de otra forma ha señalado Paz, la diferencia<br />

entre el texto de Kircher y el poema sorjuaniano, y para mí, su<br />

posible clasificación como poema autobiográfico.<br />

aristóteles decía en De anima: “de manera general, para toda sensación<br />

hay que entender que el sentido es la facultad susceptible de recibir las<br />

formas sensibles sin la materia, de la misma manera en que la cera recibe<br />

la impresión del anillo con que se lacra sin que en ella permanezcan ni el<br />

hierro ni el oro”, y en su libro, De la memoria, añade “la pasión producida<br />

por la sensación en el alma… es algo parecido a un dibujo. el movimiento<br />

que se produce deja una especie de impresión de la cosa percibida, como<br />

cuando se imprime un sello con un anillo”. Y, comentando esas palabras<br />

de aristóteles que acabo de transcribir, giorgio agamben explica en su<br />

libro Estancias, palabras y fantasmas en la cultura occidental: 9 “aristóteles concibe<br />

el mecanismo de la visión, en contra de quienes la explicaban como<br />

un flujo que iba del ojo al objeto, como una pasión impresa en el aire por<br />

el color y desde el aire transmitida al ojo cuyo elemento acuoso la refleja<br />

como en un espejo” (p. 126).<br />

Y, en el Sueño, ese mismo proceso se realiza cuando el alma abandona<br />

al cuerpo dormido e inicia su viaje por el universo, haciendo que la<br />

fantasía, utilizando el repertorio de imágenes captadas por la imaginativa,<br />

grabadas e impresas luego en la mente por la memoria, dibuje un vasto<br />

paisaje panorámico cuya primera figura es el Faro de alejandría en cuyo<br />

espejo marítimo la visión abarca lo que antes se antojaba inaprehensible.<br />

sor Juana lo señala:<br />

Y así ella sosegada [es decir, la Fantasía], iba copiando<br />

las imágenes todas de las cosas,<br />

y el pincel invisible iba formando<br />

de mentales, sin luz, siempre vistosas<br />

colores, las figuras<br />

no sólo ya de todas las criaturas<br />

sublunares, mas aún también de aquellas<br />

que intelectuales claras son estrellas,<br />

9 giorgio agamben, 1992. las traducciones son mías.


396 margo glantZ<br />

y en el modo posible<br />

que concebirse puede lo invisible,<br />

en sí, mañosa, las representaba<br />

y al alma las mostraba (vv. 280-292)<br />

repetiré este pasaje en la versión en prosa que redactó el padre méndez<br />

Plancarte para destacar mejor su sentido:<br />

así de igual manera, la fantasía tranquila iba copiando las imágenes de<br />

las cosas y –con mentales colores, luminosos aunque sin luz– su pincel<br />

invisible iba trazándose no sólo las efigies de todas las criaturas sublunares<br />

o terrestres, sino también las de aquellas otras que son como unas<br />

claras estrellas –los espíritus puros y los conceptos abstractos–, pues<br />

hasta donde cabe para ella la aprehensión de lo invisible o inmaterial,<br />

la propia fantasía los representaba en sí, por ingeniosos medios, para<br />

exhibirlas al alma (p. 21).<br />

en el Iter exstaticum de Kircher se hace un relato semejante. recordemos<br />

que Teodidacto inicia su viaje iniciático al oír un concierto que lo deja<br />

“como abatido por un grave sopor”, “después de que las especies de la dicha<br />

sinfonía agitaban su ánimo con varias imágenes de fantasmas ”. en el Sueño,<br />

después de oír el concierto nocturno de las divinidades mitológicas convertidas<br />

en aves de extraña catadura, el cuerpo de la poetisa se adormece invadido<br />

a su vez por un fuerte sopor, una somnolencia fisiológica producida<br />

por la digestión, que ayuda a delinear los simulacros –así llama ella a los<br />

fantasmas– que de los cinco sentidos exteriores han pasado a los sentidos<br />

interiores y el alma, a través de la fantasía, los reproducirá más tarde:<br />

…ésta, pues, si no fragua de Vulcano<br />

templada hoguera del calor humano<br />

al cerebro envïaba<br />

húmedos, más tan claros los vapores<br />

de los atemperados cuatro humores,<br />

que con ellos no sólo no empeñaba<br />

los simulacros que la estimativa<br />

dio a la imaginativa<br />

y aquésta, por custodia más segura,


sor juana: los materiales afectos 397<br />

en forma ya más pura<br />

entregó a la memoria que, oficiosa,<br />

grabó tenaz y guarda cuidadosa,<br />

sino que daban a la fantasía<br />

lugar de que formase<br />

imágenes diversas (cursivas mías, vv. 252-265)<br />

refiriéndose al concepto medieval que pretendía que los sentidos –la<br />

vista, en este caso– son incapaces de incorporar las intenciones de los objetos<br />

sensibles si antes no se los abstrae de la materia, giorgio agamben,<br />

en el libro antes mencionado, transcribe un fragmento de averroes, el<br />

filósofo árabe medieval que trasmitió las enseñanzas de aristóteles, fragmento<br />

que yo, a mi vez, aquí transcribo:<br />

el ojo es representado como un espejo en el que se reflejan los fantasmas,<br />

instrumento en donde el agua es primordial, de manera que las formas<br />

de los objetos sensibles se inscriben allí como si se tratara de un espejo.<br />

Y así como un espejo tiene que iluminarse para poder reflejar las imágenes,<br />

el ojo no puede mirar si su agua (es decir los humores contenidos<br />

dentro de él y que forman varias capas, según la anatomía medieval…)<br />

no es iluminada por el aire (p. 135).<br />

la mirada de Teodidacto, salida de un ojo hecho de carne mortal,<br />

contempla los fantasmas. aquí parecieran coincidir los dos poemas, en<br />

el Sueño el alma inicia su viaje por el cosmos y contempla con sus ojos<br />

mentales el inmenso espejo iluminado por el Faro de alejandría. Pero es<br />

justamente en este instante que el relato sufre un vuelco radical, como lo<br />

señala Paz: el alma de la poetisa viaja por el cosmos librada enteramente<br />

a sus propias fuerzas, sin ningún guía, en tanto que Teodidacto ha sido<br />

conducido por un ángel, quien, antes de empezar la peregrinación, exclama:<br />

“soy cosmiel, ministro del dios altísimo y del mundo. levántate,<br />

no temas Teodidacto; fueron escuchados tus deseos y he sido enviado<br />

para mostrarte cuanto es permitido al ojo hecho de carne mortal, la suma<br />

majestad de dios óptimo máximo que resplandece en sus obras”. 10 en<br />

10 cf. supra, octavio paZ., op. cit.


398 margo glantZ<br />

ambos textos están presentes los fantasmas, o simulacros, y en ambos textos<br />

se subraya –o quizá se da por descontado– la enorme cercanía que había<br />

entonces entre ciencia y filosofía, o para ser más exactos en el caso que<br />

analizo, entre medicina y filosofía; pero, aunque el procedimiento que revela<br />

a los fantasmas sea similar en ambos textos y ambos estén inscritos<br />

en una tradición, el poema de sor Juana la transgrede y bifurca su camino.<br />

de la sombra piramidal y funesta que se eleva sobre la tierra, tratando de<br />

alcanzar las altas cimas con que se inicia el Sueño, se llega –o se pretende<br />

llegar– a la iluminación mental, gracias a la cual se edifican y contemplan<br />

los artificiosas construcciones geométricas que la fantasía dibuja. el Faro<br />

de alejandría funciona a manera de un ojo gigantesco que refleja sobre su<br />

extendida superficie acuática todo lo que la mirada puede abarcar, pero es<br />

el alma la que despliega su propio repertorio de imágenes, gracias al pincel<br />

invisible de su Fantasía, productora de fantasmas, hasta que, de pronto,<br />

encandilada y frágil se despeña sin llegar a aprehender el significado del<br />

cosmos ni alcanzar la revelación, revelación que, como bien sabemos, le ha<br />

sido concedida a Teodidacto:<br />

el confïado, antes atrevido<br />

Y ya llorado ensayo, (vv. 264-265)…<br />

como el entendimiento, aquí vencido<br />

no menos de la inmensa muchedumbre<br />

(de tanta maquinosa pesadumbre<br />

de diversas especies, conglobado<br />

esférico compuesto),<br />

que de las cualidades<br />

de cada cual, cedió: tan asombrado,<br />

que –entre la copia puesto,<br />

pobre con ella en las neutralidades<br />

de un mar de asombros, la elección confusa–,<br />

equívoco las ondas zozobraba (vv. 469-479)<br />

me he detenido sobre todo en el Faro de alejandría, comporta una<br />

sorprendente semejanza conceptual y metafórica con la teoría de los fantasmas<br />

tal y como ha sido interpretada por agamben, tradición vigente<br />

hasta la época de sor Juana y proveniente de Platón y de aristóteles. el


sor juana: los materiales afectos 399<br />

Faro de alejandría, las pirámides de egipto y la Torre de Babel son figuras<br />

dibujadas por la fantasía –formas inmateriales, fantasmáticas, simulacros,<br />

“señales exteriores”, erectas a modo de “bárbaros jeroglíficos de ciego<br />

error”, que, sin lograrlo, intentan traducir conceptos, de otro modo inaccesibles,<br />

en suma, pretenden delinear “el modo posible / [en] que concebirse<br />

puede lo invisible”.<br />

ese pasaje de averroes, repite agamben –refiriéndose a la imagen del<br />

ojo que antes describimos– merece que se le preste atención, el proceso<br />

cognoscitivo se concibe allí como una especulación en sentido estricto,<br />

como una reflexión de espejo a espejo: en efecto, al reflejar la forma del<br />

objeto, los ojos y los sentidos participan del agua y del espejo, porque imaginan<br />

a los fantasmas en ausencia del objeto. conocer es asomarse a un<br />

espejo donde el mundo se refleja, es acechar las imágenes que reverberan<br />

de reflejo en reflejo (p. 136).<br />

en sor Juana, ese acecho se revela imposible. narciso agigantado pero<br />

negativo, el alma, desarmada para entender –o simplemente para contemplar–<br />

con sus ojos mentales la complicada máquina del mundo, se despeña.<br />

la mirada en el reflejo acentúa el carácter ambiguo de las imágenes:<br />

oscilan entre dos polos contradictorios, ya sea una visión deslumbrante,<br />

perfecta, intacta, panorámica; simulacro en el reflejo de una realidad distinta,<br />

lejana, extranjera, porque distante, inaprehensible y sin embargo, y<br />

por breve lapso, plena. o visión confusa que hace que la vista retroceda,<br />

encandilada. el exceso luminoso en que la mirada naufraga (“…si súbito<br />

le asaltan resplandores, / con la sobra de luz queda más ciego”), se marca<br />

en el poema con una digresión, una mención a ícaro, inscrita entre paréntesis<br />

( “necia experiencia que costosa tanto / fue, que ícaro ya, su propio<br />

llanto/lo anegó enternecido”). refuerza y simboliza la caída de ícaro, uno<br />

de los emblemas de la desobediencia, del atrevimiento, de la transgresión,<br />

transgresión castigada, y con todo, siempre renovada, como lo demuestra<br />

más tarde la aparición en el poema del mito de Faetón. ícaro fulminado<br />

por el sol y por la altura, en reiterada caída refleja la incapacidad del alma<br />

para aprehender lo incomprensible, denota, en suma, el fracaso de esa<br />

“necia experiencia” que aniquila al entendimiento.


400 margo glantZ<br />

…cuyo inmenso agregado,<br />

cúmulo incomprehensible,<br />

aunque a la vista quiso manifiesto<br />

dar señas de posible,<br />

a la comprehensión no, que –entorpecida<br />

con la sobra de objetos, y excedida<br />

de la grandeza de ellos su potencia–,<br />

retrocedió cobarde.<br />

la vista que intentó descomedida<br />

en vano hacer alarde<br />

contra objeto que excede en excelencia<br />

las líneas visuales… (vv. 478-483)<br />

semejante al espejo gigantesco que refleja los objetos –de otra forma<br />

inaccesibles en el campo ordinario de la visión–, haciendo visible lo<br />

invisible y soportable lo insoportable, el alma recapacita, y ensaya otro<br />

remedio, como si la figura mítica acentuase para sor Juana la secuencia de<br />

la reflexión, en su doble vertiente narrativa y figurativa. una figuración catártica:<br />

pretenderá descifrar lo que sor Juana concibió como una escritura<br />

incomprensible, concentrada en una sola frase, la que deletrea “los caracteres<br />

del estrago”, petrificada en la metáfora. Bisagra ojo-entendimiento,<br />

bisagra ojo-reflejo, bisagra espejo-reverberación, nos remite a esa frontalidad<br />

cuyo modelo sería una especulación de los sentidos, la provocativa y<br />

osada tarea de mirar frente a frente lo que está prohibido contemplar, en<br />

el caso de Perseo a la gorgona y en el de sor Juana al sol, inmenso cuerpo<br />

luminoso…<br />

cuyos rayos castigo son fogoso,<br />

que fuerzas desiguales<br />

despreciando, castigan rayo a rayo<br />

el confïado, antes atrevido<br />

y ya llorado ensayo (vv. 460-466)


sor juana: los materiales afectos 401<br />

la experiencia<br />

Pérdida del sentido, confusión, anulación de signos, el alma abatida a las<br />

rateras noticias de la tierra, trata de reafirmarse y encontrar un punto de<br />

apoyo, necesario para reintentar su ascenso en esa aventura interminable<br />

que deletrea los caracteres del estrago. Y la recuperación de una tierra<br />

firme, segura, conectada con la experiencia y el ejercicio sistemático,<br />

apasionado, de la observación. las cosas mínimas y uniformes de la vida<br />

cotidiana pueden constituir un rico laboratorio de experimentación y de<br />

reflexión, y sobre todo, como lo dice claramente sor Juana en el Sueño, de<br />

rehabilitación. un trabajo consuetudinario que sostiene a quien no se deja<br />

abatir y está dispuesto siempre a iniciar un nuevo ascenso, aunque entrañe<br />

castigos ejemplares, los que abatieron a ícaro, a Faetón o a Prometeo.<br />

una vez más sor Juana recurrirá a un método fundamentado también<br />

en un arte combinatoria, e intentará recobrar sus fuerzas de manera<br />

que “por grados se habiliten / porque después constantes/ su operación<br />

más firmes ejerciten”. Y ese sistema estará basado en la experiencia, para<br />

ella, “recurso natural, innata ciencia”, empleado como remedio o recurso<br />

extremo que el alma, debilitada por su gran esfuerzo, utilizará como antídoto<br />

eficaz para curar sus males, recobrar las fuerzas y reforzar al alma,<br />

siempre dispuesta, como he dicho, a reemprender el viaje, equipada con<br />

nuevas experiencias.<br />

Para sor Juana, la experiencia es una forma de educación, un diálogo,<br />

ese interminable diálogo, librado a secas consigo misma. la experiencia,<br />

aclara en el Sueño, es un / “maestro quizá mudo”/ y añade, un “retórico<br />

ejemplar….”, un maestro que suele descubrir senderos y, aunque suela<br />

presentarse en forma de veneno, es una medicina eficaz, si quienes lo siguen<br />

saben penetrar en sus designios y dosificarlo:<br />

…inducir pudo<br />

a uno y otro galeno<br />

para que del mortífero veneno,<br />

en bien proporcionadas cantidades<br />

escrupulosamente regulando<br />

las ocultas nocivas cualidades


402 margo glantZ<br />

ya por sobrado exceso<br />

de cálidas o frías<br />

o ya por ignoradas simpatías<br />

o antipatías con que van obrando<br />

las causas naturales su progreso (vv. 516 a 526)<br />

la experiencia estará vinculada primero con las femeninas, las que ella<br />

ha denominado “filosofías de cocina”. cito, a pesar de que es muy conocido,<br />

el siguiente párrafo, conviene a mi argumento:<br />

Pues ¿qué os pudiera contar, señora, de los secretos naturales que he<br />

descubierto estando guisando? Veo que un huevo se une y fríe en la<br />

manteca o aceite, y por contrario, se despedaza en el almíbar; ver que<br />

para el azúcar se conserve fluida basta echarle una muy mínima parte de<br />

agua en que haya estado membrillo u otra fruta agria; ver que la yema y<br />

clara de un mismo huevo son tan contrarias que en los unos, que sirven<br />

para el azúcar, sirve cada una de por sí y juntos no. Por no cansaros con<br />

tantas frialdades, que sólo refiero por daros entera noticia de mi natural<br />

y creo que os causará risa: pero, señora, ¿qué podemos saber las mujeres<br />

sino filosofías de cocina? Bien dijo lupercio leonardo, que bien se puede<br />

filosofar y aderezar la cena y yo suelo decir viendo éstas: si aristóteles<br />

hubiera guisado, mucho más hubiera escrito. 11<br />

Párrafo en donde se advierte, por una parte, la inclinación que la<br />

monja tenía para la observación y luego su habilidad para aprovechar<br />

aun las más mínimas experiencias y aumentar su conocimiento, mediante<br />

un cuidadoso ejercicio de reflexión: ilumina considerablemente otro de<br />

sus métodos de trabajo, agregado al intuitivo y al discursivo, obviamente,<br />

éste, el experimental, método esencial: a manera de universidad portátil<br />

le permitía extraer conocimientos fundamentales subrayados a lo largo<br />

de su obra, añadidos a los tratados clásicos de sabiduría para el uso de<br />

los nobles de los que sor Juana echa mano cuando escribe sus versos<br />

cortesanos. la experiencia es para sor Juana una especie de libro abierto<br />

de la naturaleza que hay que saber leer, un maestro mudo: sirve de guía<br />

11 sor juana inés de la cruZ, Respuesta a Sor Filotea, Obras completas, 1957, t. iv, pp. 459-460.


sor juana: los materiales afectos 403<br />

en todas las circunstancias, tanto para sortear escollos –“sirtes librando”–<br />

como para protegerla de sus enemigos, entre los cuales, como puede muy<br />

bien verse en este pasaje, se encuentra el obispo, bien consciente, imagino,<br />

de la ironía implícita en las palabras finales del párrafo transcrito, y<br />

en el irónico énfasis que la monja pone en la palabra frialdad aplicada a<br />

las mujeres, puesto que esta cualidad negativa, estos humores, junto con<br />

la humedad, hacía imposible para ellas el ejercicio del pensamiento. ¿no<br />

decía Juan Huarte de san Juan, el médico converso del siglo xvi, perseguido<br />

por la inquisición, después de la contrarreforma tridentina, que<br />

“las hembras por razón de la frialdad y humedad de su sexo, no pueden<br />

alcanzar ingenio profundo?” 12<br />

llama la atención en este contexto el romance real que don José Pérez<br />

de montoro, el célebre poeta español contemporáneo de sor Juana,<br />

le dedica a la monja como introducción nada menos que a la Inundación<br />

Castálida. en su poema se manifiesta una sincera y asombrada admiración<br />

por la jerónima. me detengo en algunas de sus hiperbólicas alabanzas:<br />

una mujer baldona afeminados<br />

los fatídicos partos más robustos,<br />

que a la luz dieron Homeros y Virgilios,<br />

Persios, lucanos, sénecas y Tulios.<br />

una mujer para animar conceptos,<br />

que no cederá en la cuestión de bultos;<br />

enmendando el error de Prometeo,<br />

repite el riesgo, pero logra el hurto.<br />

Hurto dice, y lo es, que tanto fuego<br />

de la délfica llama, y tan si humo,<br />

mejor se enciende en la elección del rapto,<br />

que se atiza en la fuerza del influjo.<br />

una mujer del bipartido monte,<br />

la cumbre huella, y no corona el triunfo;<br />

porque no halla laurel tan elevado,<br />

que no sea más alto su coturno.<br />

12 huarte de san jua n, 1988 (primera edición, Baeza, 1575), p. 331. Ver también georges can-<br />

guilhem, 1966.


404 margo glantZ<br />

allí donde parece a nuestros ojos,<br />

que al tramontar su inaccesible curso<br />

despeña Febo el refulgente carro,<br />

que cada día es cuna, y es sepulcro. 13<br />

en estos versos se hace alusión a Prometeo, en general poco mencionado<br />

en relación con la poetisa novohispana. es bien sabido que este hijo<br />

de titanes fue una de las figuras más transgresoras de la mitología griega, y<br />

su doble traición a Zeus comporta conocimientos trasmitidos a los mortales,<br />

relacionados con la experiencia, es más, se trata de una experiencia<br />

transgresora: implica un robo y una violación, la de robarle el fuego a los<br />

dioses para entregárselos a los mortales, doble incursión en lo prohibido,<br />

transgresión que cometen y por la cual son castigados varios de los personajes<br />

mitológicos con que se inicia el Sueño, entre otros, nictimine y<br />

las mineidas. dejo aquí el comentario, puede ser punto de partida de un<br />

análisis más detenido que emprenderé más tarde.<br />

¿autobiografía de una autodidacta?<br />

en mi primer libro dedicado a sor Juana me preocupé por aclarar este problema,<br />

por indagar si su obra podía entrar en la categoría de hagiografía o<br />

en la de autobiografía, o ¿por qué no?, en ambas. 14 en esta ocasión creo<br />

que puedo avanzar un poco más, por el camino del Sueño. no creo que el<br />

Iter Exstaticum y otras obras de Kircher sean la única fuente utilizada por<br />

sor Juana para construir su poema, pero sí una influencia importante, más<br />

bien, un pretexto útil, como se comprueba por las constantes alusiones<br />

que ella hace del jesuita alemán a lo largo de su escritura y hasta por la<br />

creación de un neologismo, el verbo quirquerizar, juguetón y hasta cirquero.<br />

sor Juana probablemente leyó al jesuita alemán desde muy joven,<br />

quizá a los 17 años, cuando era dama de compañía en la corte de los virreyes<br />

de mancera, cuyo confesor Francisco ximénez (nombre españolizado<br />

13 Joseph péreZ de montoro, en sor Juana inés de la cruz, Inundación Castálida, 1995, [p.3].<br />

14 margo glantZ, 1995.


sor juana: los materiales afectos 405<br />

del sacerdote jesuita francés François guillot) era un entusiasta lector y<br />

corresponsal novohipano de Kircher. 15 el Sueño se inicia con imágenes<br />

de alpinismo astronómico, el ascenso perpetuo del alma para alcanzar el<br />

conocimiento o la divinidad, alpinismo que muy bien podría obedecer a<br />

una práctica establecida por el arte lógica de aristóteles, según los criterios<br />

del padre méndez Plancarte, pero que, según ignacio osorio, estaría probablemente<br />

inspirado por el método del Ars combinatoria compuesto por el<br />

jesuita alemán, a partir de conceptos aristotélicos.<br />

desde 1665 sor Juana debió de aficionarse al Ars. la estima que sentía<br />

por esos estudios la reflejan sus mismos poemas. la aventura que sor<br />

Juana emprende en el Primero sueño para adquirir la llave del conocimiento<br />

y saciar la sed de saber, consta… de dos movimientos. ambos expresan<br />

el anhelo de síntesis entre el método intuitivo de Platón y el discursivo de<br />

aristóteles. en el primero, el alma colocada en lo más alto de la mental<br />

pirámide, intenta conocer con un acto intuitivo “todo lo criado”, pero<br />

deslumbrada por el número y la grandeza de los objetos, apenas si logra<br />

vislumbrar confusas especies “sin orden avenidas, sin orden separadas /<br />

que cuanto más se implican combinadas / tanto más se disuelven desnudas<br />

/ de diversidad llenas” (vv. 552-556). Frustrado este primer intento,<br />

recurre, entonces, al método de la Ars combinatoria que, como dijimos, con<br />

grandes influencias aristotélicas y nominalistas considera a las cosas en su<br />

especificidad o en su singularidad; busca, por esta vía, organizar a los seres<br />

de acuerdo a una escala, ascendiendo de la más ínfima a la más perfecta…<br />

(pp. lxi a lxviii).<br />

la convicción verbalizada por méndez Plancarte, él mismo jesuita, de<br />

que sor Juana se atenía estrictamente a las reglas prescritas por la iglesia<br />

de su tiempo, le permite ignorar la metodología del jesuita alemán, en<br />

ocasiones peligrosamente situado en el filo de la navaja de la heterodoxia,<br />

y lo lleva a considerar que la palabra arte utilizada por la monja, limita<br />

su significado a su relación con la lógica, una de las partes canónicas del<br />

trivium. el concepto de arte también significa técnica o conjunto de preceptos<br />

y reglas necesarias para hacer bien una cosa, técnica que, si bien<br />

15 osorio romero, 1993.


406 margo glantZ<br />

participa de la ciencia de la lógica, va por un camino distinto porque postula<br />

y define sus propias reglas, no las de la inferencia deductiva, sino las<br />

de un método que permite ascender usando un arte combinatoria, gracias<br />

a la cual: “cualquier arte o ciencia, y todas las razones de las cosas más<br />

escondidas pueden ser examinadas e investigadas por varios ascensos y<br />

circuitos de los ánimos” (osorio, p. xlviii). combinaciones manejadas<br />

por la monja en este poema, pero también en sus villancicos, siguiendo<br />

los ascensos y descensos vertiginosos que la Virgen maría y cristo ejecutan<br />

en peligroso malabarismo y prestidigitación, y que, rigurosamente<br />

manejadas y explicadas, se convierten en una de sus armas en la Respuesta<br />

a sor Filotea, erigidas como el único método posible que la monja tiene a su<br />

alcance para acceder al conocimiento, ella, siempre deseosa de aprender,<br />

pero privada de maestros:<br />

con esto proseguí, dirigiendo siempre, como he dicho –dice la jerónima–,<br />

los pasos de mi estudio a la cumbre de la sagrada Teología; pareciéndome<br />

preciso, para llegar a ella, subir por los escalones de la ciencia y<br />

artes humanas; porque ¿cómo entenderá el estilo de la reina de las ciencias<br />

quien aun no sabe el de las ancilas? ¿cómo sin lógica sabría yo los<br />

métodos generales particulares con que está escrita la sagrada escritura?<br />

¿cómo sin retórica entendería sus figuras, tropos y locuciones? ¿cómo<br />

sin Física tantas cuestiones naturales de las naturalezas de los animales<br />

de los sacrificios, donde se simbolizan tantas cosas ya declaradas, y otras<br />

muchas que hay? ¿cómo sin grande conocimiento de reglas y partes<br />

de que consta la Historia se entenderán los libros historiales? ¿cómo<br />

sin grandes conocimientos de ambos derechos podrán entenderse los<br />

libros legales? (pp. 448-449).<br />

…Y así por tener algunos principios granjeados, estudiaba continuamente<br />

diversas cosas, sin tener para algunas particular inclinación, sino<br />

para todas en general; por lo cual el haber estudiado en unas más que<br />

en otras, no ha sido en mí elección, sino el acaso de haber topado más<br />

a mano libros de aquellas facultades les ha dado, sin arbitrio mío, la preferencia.<br />

Y como no tenía interés que me moviese, ni límite de tiempo<br />

que me estrechase el continuado estudio de una cosa por la necesidad de<br />

los grados, casi a un tiempo estudiaba diversas cosas o dejaba unas por<br />

otras; bien que en eso observaba orden, porque a unas llamaba estudio<br />

y a otras diversión; y en éstas descansaba de las otras: de donde se sigue


sor juana: los materiales afectos 407<br />

que he estudiado muchas cosas y nada sé porque las unas han embarazado<br />

a las otras (pp. 449-450).<br />

ella misma avisa que este método lo ha tomado del padre atanasio<br />

Quirquerio, de su “curioso” libro De Magnete, es decir, un método que consiste<br />

en acercarse a un conjunto de disciplinas y cultivarlas sin apegarse a<br />

una disciplina estricta o a un sistema riguroso, y que sin embargo funcionan<br />

como instrumentos idóneos para alcanzar el conocimiento y ascender hasta<br />

la divinidad: “es la cadena que fingieron los antiguos que salía de la boca<br />

de Júpiter, de donde pendían todas las cosas eslabonadas unas con otras.<br />

Todas las cosas salen de dios, que es el centro a un tiempo y la circunferencia<br />

de donde salen y donde paran todas las líneas criadas” (p. 450).<br />

sor Juana describe en realidad, además de otros métodos, los esfuerzos<br />

que despliega quien, en terminología actual, podría considerarse<br />

como un amateur, palabra que designa a quien revolotea de un tema a otro,<br />

de una ciencia a otra, de un arte a otro, como si jugara, superficialmente,<br />

sin limitaciones de tiempo ni exigencias institucionales, sin la constricción<br />

de una enseñanza específica que trasmitiera un saber legítimo, magisterial<br />

y opresor, capaz de asegurar la sumisión del educando. Pienso, sin embargo<br />

que a pesar de su significado, la palabra amateur sería inadecuada para<br />

describir la actividad personal que sor Juana ha pintado con tal elocuencia<br />

en su Respuesta, designaría, insisto, a alguien incapaz de profundizar, un<br />

ser superficial, ligero de cascos, dado a la vanagloria o al capricho. Quizá<br />

podríamos sustituir la palabra amateur por otro término, le convendría<br />

mejor a la jerónima el de autodidacta: un autodidacta es quien aprende<br />

por sí solo lo que no ha podido aprender de manera sistemática, porque<br />

ha carecido de maestros, de aulas, en suma de dirección institucional, me<br />

refiero a la de una universidad y no a la de un convento: “Ya se ve cuán<br />

duro es estudiar en aquellos caracteres sin alma, careciendo de la voz viva<br />

y explicación del maestro: pues todo este trabajo sufría yo muy gustosa<br />

por amor a las letras” (p. 447).<br />

sor Juana emprende entonces las actividades que más le interesan en<br />

silencio, aun aquellas en que los otros, los varones, necesitan del diálogo<br />

fundamental del maestro. el ejercicio universitario implica un público –la


408 margo glantZ<br />

cátedra, el auditorio– que muchas veces sor Juana ha sustituido en el convento<br />

por sus famosas conversaciones en el locutorio, esas conversaciones<br />

en donde ella usurpa por breve lapso la función suprema del maestro o la<br />

más específica y sagrada –en términos eclesiásticos y por tanto institucionales–<br />

del predicador, utilizando el locutorio como si fuera púlpito, transgresión<br />

que, como sabemos bien, le costó muy caro, cuando el obispo de santa<br />

cruz publica la Atenagórica, y que en su carta firmada como sor Filotea la<br />

devuelve brutalmente a su condición no sólo de educanda sino más bien de<br />

súbdita o quizá como ella misma dice de ancila, esto es de esclava.<br />

lástima es que un tan gran entendimiento, de tal manera se abata a<br />

las rateras noticias de la tierra, que no desee penetrar en lo que pasa en el<br />

cielo; y ya que se humille al suelo, que no baje más abajo, considerando lo<br />

que pasa en el infierno. Y si gustare algunas veces de inteligencias dulces y<br />

tiernas, aplique su entendimiento al monte calvario, donde viendo finezas<br />

del redentor e ingratitudes del redimido, hallará gran campo para ponderar<br />

excesos de un amor infinito y para formar apologías, no sin lágrimas<br />

contra una ingratitud que llega a lo sumo. 16<br />

cualquier debate se apoya en la réplica, en el despliegue de argumentos,<br />

semejantes a los que ella misma ha desplegado en sus sonetos, en sus romances<br />

epistolares, en sus loas o en sus villancicos y que tanto santa cruz<br />

como otros prelados reprueban. en su famosa Carta al Padre Núñez, sor<br />

Juana tiene aún aprestos suficientes para decírselo al padre antonio núñez<br />

de miranda, su confesor: “…es el sumo trabajo, no en carecer de maestro,<br />

sino de condiscípulos con quienes conferir y ejercitar lo estudiado, teniendo<br />

sólo por maestro un libro mudo, por condiscípulo, un tintero insensible”. 17<br />

en su censura aprobatoria a la edición de la Fama, calleja lo reitera:<br />

éstos, los maestros, le faltaron siempre a esta prodigiosa mujer, pero<br />

nunca le hicieron falta; dentro de sola su capacidad cupieron cátedra<br />

y auditorio para emprender las mayores ciencias, y para saberlas con la<br />

cabal inteligencia que tantas veces asoma a sus escritos, ella se fue a sus<br />

16 manuel fernándeZ de santa cruZ (obispo de Puebla), Carta de Sor Filotea, Obras completas, t. iv,<br />

1957, p. 696.<br />

17 sor juana inés de la cruZ, Carta al Padre Núñez, en alatorre, Nueva Revista de Filología Hispánica,<br />

t. xxxv, núm. 2, 1987, p. 622.


sor juana: los materiales afectos 409<br />

solas a un mismo tiempo argumento, respuesta, réplica y satisfacción,<br />

como si hubiera hecho todas las facultades de… poesía, las que se saben<br />

sin enseñanza (p. [19]).<br />

Y es en este sentido que podría extenderse un poco más su conexión<br />

con ciertas técnicas de aprendizaje utilizadas por Kircher, recuérdese que<br />

éste, como muchos de sus contemporáneos, era proclive a la dispersión<br />

y, también a la invención, y que, entre las muchas cosas que emprendió,<br />

descubrió el principio de la famosa linterna mágica, instrumento que construyó<br />

y que de manera tan especial le fuera útil al alma, una de las protagonistas<br />

de Primero sueño, usada como metáfora poética para figurar “los<br />

trémulos reflejos” que, al acabar la noche y un poco antes de la llegada del<br />

sol, traza en su huida la sombra fugitiva:<br />

así linterna mágica, pintadas<br />

representa fingidas<br />

en la blanca pared varias figuras,<br />

de la sombra no menos ayudadas<br />

que de la luz que en trémulos reflejos<br />

los competentes lejos<br />

guardando de la docta perspectiva,<br />

en sus inciertas mensuras<br />

de varias experiencias aprobadas,<br />

la sombra fugitiva,<br />

que en el mismo resplandor se desvanece,<br />

cuerpo finge formado,<br />

de todas dimensiones adornado,<br />

cuando aun ser superficie no merece…. (vv. 874-887)<br />

esta condición móvil, incierta, a veces placentera, siempre angustiada<br />

y perseguida, es en realidad la del autodidacta, alguien que camina por la<br />

vida sin ayuda, haciendo un máximo esfuerzo, emprendiendo su transcurso<br />

vital con el deseo imposible de liberarse de sus cadenas corporales en<br />

su intento por comprender el mundo. Teodidacto, en cambio, es el discípulo<br />

de dios, guiado por cosmiel –ángel del cosmos– personaje creado<br />

por Kircher (“su transparente careta”, como lo llama octavio Paz), quien


410 margo glantZ<br />

lo conduce por los vastos espacios astronómicos y le permite contemplar<br />

con sus ojos de carne mortal, “la suma majestad de dios óptimo máximo<br />

que resplandece en sus obras”. sor Juana es mujer, monja y como autodidacta<br />

–o en tanto que personaje Audidáctico– tendrá que avanzar sostenida<br />

por su propia experiencia, expuesta y vulnerable como el alma encaramada<br />

en su mental pirámide. esta frase lastimera puede parecer peligrosa,<br />

podría convertir a sor Juana en personaje de folletín, una víctima abandonada<br />

a sus propias fuerzas, y con todo, lo reitero, no es una implicación<br />

desatinada, antes bien sería justa y pertinente, pues a ella alude la propia<br />

monja, quien, de nuevo en la Respuesta, al agradecerle y a la vez reprocharle<br />

al obispo de santa cruz la publicación de su Carta Atenagórica, se compara<br />

nada menos que con moisés, frágil y vulnerable, cuando fue abandonado<br />

por su madre en las aguas del nilo: “[…] Pero ya que su ventura la arrojó<br />

a vuestras puertas, tan expósita y huérfana que hasta el nombre le pusisteis<br />

vos, pésame que, entre más deformidades, llevase también los defectos de<br />

la prisa [….]” (p. 471). ¿Y no seremos también testigos en el Primero sueño<br />

de ese mismo sentimiento desvalido, cuando el alma retrocede, cobarde, al<br />

descubrir anonadada, que su entendimiento es incapaz de comprender el<br />

inmenso agregado del esférico compuesto que es el mundo?<br />

lejos de estar terminada mi investigación, deja abiertas varias interrogantes.<br />

mientras tanto, resumo: sor Juana, personaje autónomo –el alma<br />

autodidacta–, guiada por su propia experiencia, trata de interrogar los signos;<br />

las respuestas, vertiginosas, la aturden y anonadan. en esta perspectiva,<br />

más próxima a Faetón y a Prometeo que al Teodidacto guiado por cosmiel,<br />

se atreve sin embargo a desafiar al cosmos. su transgresión será castigada,<br />

pero como los personajes míticos que le sirven de emblema, la monja novohispana,<br />

aunque “entre escollos zozobra(ndo)”, ejemplar “auriga altivo<br />

del ardiente carro”, dispuesta estará siempre a renovar su empresa.<br />

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de carl orFF a manuel m. Ponce<br />

[413]<br />

Tarsicio herrera Zapién<br />

el compositor manuel m. Ponce también era un buen rimador. Por ello le<br />

encantaban coros de orff como el coro universal de los Bebedores.<br />

daremos aquí el jocosísimo coro que incluso ha dado lugar a múltiples<br />

pareados de cantina:<br />

universalis chorus potatorum<br />

In taberna quando sumus<br />

non curamus quid sit humus,<br />

sed ad ludum properamus<br />

cui semper insudamus.<br />

Quid agatur in taberna,<br />

ubi nummus est pincerna,<br />

hoc est opus ut quaeratur;<br />

ai quid loquar, audiatur.<br />

[si a la taberna acudimos<br />

hacia el suelo nunca vimos,<br />

sino al juego nos lanzamos,<br />

por el cual siempre sudamos.<br />

Que en el mesón nos divierta,<br />

donde abre el oro la puerta,<br />

hace bien quien lo investiga<br />

y el que escucha qué yo diga.]<br />

Quidam ludunt, quidam bibunt<br />

quidam indiscrete vivunt.<br />

Sed in ludo qui morantur<br />

ex his quidam denudantur.<br />

Quidam ibi vestiuntur,<br />

quidam saccis induuntur.


414 tarsicio herrera Zapién<br />

Ibi mullus timet mortem,<br />

sed pro Baccho mitunt sortem.<br />

[unos juegan, otros beben,<br />

a uno y otro hay quien se atreve.<br />

Y hay a quien ha demorado<br />

el juego, y lo han desnudado.<br />

unos allí son vestidos;<br />

otros, de sacos ceñidos.<br />

nadie allí teme a la muerte,<br />

mas por Baco echa la suerte.]<br />

Primo pro nummata vini,<br />

ex hac bibunt libertini:<br />

Semel bibunt pro captivis,<br />

post haec bibunt ter pro vivis,<br />

quater pro christianis cunctis,<br />

uinquies pro fidelibus defunctis,<br />

sexies pro sororibus vanis,<br />

septies pro militibus silvanis.<br />

[Primero por quien da el vino<br />

bebe el libre o el libertino:<br />

una vez por los cautivos<br />

y tres después por los vivos,<br />

cuatro por los buenos juntos,<br />

cinco por los fieles ya difuntos,<br />

seis por las hermanas no vestales,<br />

siete por los guardias forestales.]<br />

Octies pro fratribus perversis<br />

ninies pro monachis deispersis,<br />

decies pro navigantibus,<br />

undecies pro discordantibus,<br />

duodecies pro penitentibus,<br />

tredecies pro iter agentibus.<br />

Tam pro papa quam pro rege<br />

bibunt omnes sine lege.


de carl orff a manuel m. ponce 415<br />

[ocho por los fieles perversos,<br />

nueve por los frailes dispersos,<br />

diez veces por navegantes,<br />

once por los litigantes,<br />

doce por los penitentes,<br />

trece por los caminantes.<br />

Por el papa y por el rey<br />

todos beben sin más ley.]<br />

Bibit hera, bibit herus,<br />

bibit miles, bibit clerus,<br />

bibit ille, bibit illa,<br />

bibit servus cum ancilla,<br />

bibit velox, bibit piger,<br />

bibit albus, bibit niger,<br />

bibit constans, bibit vagus,<br />

bibit rudis, bibit magus.<br />

[Beben amada y amado,<br />

bebe el clero y el soldado,<br />

bebe él y bebe ella,<br />

bebe el siervo y la doncella,<br />

bebe el veloz, bebe el tardo,<br />

bebe el blanco, bebe el pardo,<br />

bebe el quieto, bebe el vago,<br />

bebe el rudo y bebe el mago.]<br />

Bibit pauper et aegrotus,<br />

bibit exul et ignotus,<br />

bibit puer, bibit canus,<br />

bibit praesul et decanus,<br />

bibit soror, bibit frater<br />

bibit anus, bibit mater,<br />

bibit ista, bibit ille,<br />

bibunt centum, bibunt mille.<br />

[Bebe el pobre y el lisiado,<br />

el extraño, el desterrado,<br />

bebe el niño, bebe el cano,


416 tarsicio herrera Zapién<br />

bebe el noble y el decano,<br />

bebe el hermano y la hermana,<br />

bebe la madre y la anciana;<br />

bebe aquélla, bebe aquél<br />

beben cien y mil con él.]<br />

Parum sexcentae nummatae<br />

durant cum immoderate<br />

bibunt omnes sine meta<br />

quambvis bibant mente laeta.<br />

Sic nos rount omnes gentes<br />

et sic erimus egentes.<br />

Qui nos rodunt, confundantur<br />

et cum justis non scribantur.<br />

[Poco seiscientos ducados<br />

duran, cuando desbocados<br />

beben todos sin reposo,<br />

aunque ellos beban gozosos,<br />

nos roen todas las gentes<br />

y nos harán indigentes.<br />

¡Quien nos roe, confundido<br />

sea, y no a justos unido!]<br />

sin duda que de pareados como éstos vienen las rimas del compositor<br />

manuel m. Ponce, cuando cantaba en su Romance del casorio, tras apadrinar<br />

la boda de su amigo y colega miguel Bernal Jiménez:<br />

—milagrosa santa isidra.<br />

¡Haz que vomite la sidra!<br />

—doctora santa Teresa,<br />

¡que me salga la cerveza!<br />

—Venerado san Pomposo,<br />

¡sácame el vino espumoso!<br />

—inmortal san agustín,<br />

¡extráeme el vino del rhin!<br />

—santos de todos los fieles.<br />

¡echen fuera los cocteles!


de carl orff a manuel m. ponce 417<br />

en la misma línea del latín medieval de bebedores se sitúa el coro del<br />

corifeo báquico, la famosa Confesión de Goliat.<br />

Transcribiré tres célebres estrofas de la misma Confessio Goliae que han<br />

nutrido la poesía báquica de diversos países.<br />

Tales versus facio quale vinum bibo;<br />

nihil possum scribire nisi sumpto cibo;<br />

nihil valent penitus quae jejunus scribo:<br />

nasonem port calices carmine praeibo.<br />

Para conservar las rimas consonantes, las traduzco en pareados:<br />

Tales versos hago cual vino que bebo;<br />

sin comer no puedo escribir de nuevo;<br />

nada en verdad vale cuanto ayuno anoto;<br />

mas, bebido, en versos a ovidio derroto.<br />

otra estrofa célebre del mismo himno dice:<br />

Tertio capitulo memoro tabernam;<br />

illam nullo tempore sprevi neque spernam,<br />

donec sanctos angelos veninentes cernam,<br />

cantantes pro mortuis: “Requiem aeternam”.<br />

mi versión rimada canta:<br />

el tercer capítulo: nunca estoy ocioso<br />

cuando me hallo dentro de cualquier taberna;<br />

hasta que a los ángeles mire presurosos<br />

que me canten muerto: “Ten la paz eterna”.<br />

la última estrofa es la más desaforadamente báquica, en especial donde<br />

cambió la última palabra de la invocación: Sit Deus propitius huic peccatori,<br />

y la corrompió en potatori:<br />

Meum est propositum in taberna mori,<br />

ubi vina proxima morientis ori;


418 tarsicio herrera Zapién<br />

tunc cantabunt laeti angelorum chori:<br />

“Sit Deus propituis huic potatori”.<br />

Traduzco con rimas entrecruzadas:<br />

muerte en la taberna: eso solo añoro,<br />

donde haya toneles a mi alrededor;<br />

cantarán felices ángeles en coro:<br />

“sea dios propicio a este bebedor”.<br />

con todos estos elementos he practicado la versificación en neolatín,<br />

de varias poesías de neruda.


Tres PoeTas médicos mexicanos de la era moderna<br />

introito<br />

[419]<br />

enrique cárdenas de la peña<br />

¿es que uno nunca es uno cuando está delante de los demás,<br />

o es que uno es sólo uno cuando está delante de los demás?<br />

Una noche en la historia del mundo, en<br />

Tuyo es mi reino, abilio estéveZ<br />

sin caer en la discusión sórdida, más bien diálogo, centrado en el aclarar<br />

si los poetas médicos son quienes han colgado los trastos profesionales<br />

de la medicina para dedicarse a labrar cuartillas bien combinadas, y si a su<br />

vez los médicos poetas sólo muy a hurtadillas, en ocasiones críticas, responden<br />

a su vena dizque poética, esta noche quiero rendir homenaje a tres<br />

conocidos míos a quienes tuve oportunidad de espiar de lejos o de atisbar<br />

de cerca, muy a la deriva, con el intento de no perder esa su cosecha recia<br />

empapada en dolor y sangre, obligadamente dentro de su retraimiento y<br />

su desgaste anímico. debo advertir que a un amigo, Fernando a. navarro,<br />

en su regio discurso de ingreso a la asociación española de médicos escritores<br />

y artistas, intitulado Viaje al corazón de uno mismo. ¿Por qué demonios<br />

escriben los médicos?, desde luego la separación a distancia le parece artificiosa,<br />

sobre todo cuando se encuentran ejemplos como el de gregorio marañón<br />

y otros más –que no por ello distan de ser excepciones– donde se ha<br />

sabido mantener en equilibrio admirable entre sus ocupaciones médicas<br />

y literarias, lo inusual es hallar los extremos: un Pío Baroja en el disfrute<br />

de su prosa casi siempre vernácula, aunque no se despegue de la práctica<br />

médica durante toda su vida, o un santiago ramón y cajal, embebido de


420 enrique cárdenas de la peña<br />

continuo en su monumental e impresionante obra científica, aunque no se<br />

prive de entregarnos sus Charlas de café o El mundo visto a los ochenta años.<br />

composición<br />

dejemos pues esta ruptura y vayamos al grano. He escogido para esta mi<br />

plática, dentro de los tres ejemplos que expongo a vuestra consideración,<br />

a elías nandino en primer término, desaparecido ya, a quien todavía conocí<br />

cuando ejercía como ginecólogo en nuestra ciudad; después, a enoch<br />

cansino casahonda, que si frecuenta andares políticos se halla en registro<br />

dentro de los individuos correspondientes de la academia mexicana (de la<br />

lengua); y a la postre a ricardo Pérez gallardo, cirujano según supongo ya<br />

maltrecho por la edad, quien para este círculo donde hablo tuvo el mérito<br />

de ser uno de los fundadores de nuestra sociedad mexicana de Historia<br />

y Filosofía de la medicina. aclaro anticipadamente que mi visión acerca<br />

de cada uno de ellos debe considerarse, en obvio de tiempo, sumamente<br />

restringida: un boceto, un vislumbre, una especie de gota de rocío dentro<br />

de su obra múltiple que aquí es casi una muestra. Veamos a cada quien.<br />

Elías Nandino. nace y muere en cocula, Jalisco, 1903-1993. dirige la revista<br />

Estaciones e, inacabable hacedor de una poesía sutil, fina, cincelada, que<br />

maneja con asombroso empeño, enamorado de la muerte y de la noche<br />

en sus Nocturnos, exprime su sensibilidad y la coloca a flor de piel. de tanto<br />

guiar las palabras las decanta, las perfila, las angustia en el sitio exacto<br />

del pensamiento, donde hiere nuestras fibras más íntimas. Tal vez canta<br />

un amor desolado y un noble desaliento. Tras sus décimas y sonetos cincelados,<br />

en Nocturna suma descorre una queja silenciosa. desenvuelve su<br />

lira en Nocturno día, Nocturna palabra, Eternidad del polo. obtiene el Premio<br />

nacional de ciencias y artes en literatura, 1982, y en sus últimos años,<br />

refugiado en su pueblo natal, dedica su tiempo a la práctica de una obra<br />

social verdaderamente humanitaria.<br />

de él retomo Un beso, poesía delicada y tierna, y la expresión más última,<br />

prefacio a su libro Cerca de lo lejos, así nombrado:


tres poetas médicos mexicanos de la era moderna 421<br />

un beso<br />

Un beso en la boca<br />

despierta otro beso<br />

y mueren los dos<br />

en un eco...<br />

Un beso en los ojos<br />

arranca una lágrima<br />

que tímida rueda<br />

y se acaba...<br />

Un beso sin beso<br />

es un deseo<br />

que siempre se queda<br />

en el alma...<br />

–¡Yo prefiero besarte<br />

sin besos<br />

y dejar el deseo<br />

suspendido<br />

en mis ansias...!<br />

cerca de lo lejos<br />

(Como presentimiento de muchos)<br />

En el tiempo sin tiempo que demoro<br />

orillado al ocaso<br />

donde el hombre consuma su naufragio:<br />

me interrogo en silencio y analizo<br />

lo que queda de mí, lo que me apoya<br />

para impulsar mis últimos arrestos.<br />

Mi cuerpo es el sepulcro en el que escondo<br />

los fósiles instintos<br />

que como peces ciegos<br />

torpemente se mueven en mi sangre.<br />

Soy lo que ya viví, lo que he sido


422 enrique cárdenas de la peña<br />

y persiste enraizado en mi memoria:<br />

arena seca, testimonio exacto<br />

de que por ella transitaba un río.<br />

Soy amor hecho garras,<br />

añejo cementerio de recuerdos,<br />

un hombre que sin rumbo<br />

prosigue resbalando cuesta abajo<br />

sin que nada ni nadie lo detenga.<br />

Pero,<br />

a pesar de la carga de los años,<br />

permanezco enamorado de la ida<br />

y a la vez de mi muerte:<br />

simbiosis en que fundo mi existencia.<br />

Al borde del peligro,<br />

casi al filo<br />

del silencio absoluto e infinito,<br />

me pregunto a mí mismo:<br />

¿Qué me retiene aún en este mundo?<br />

¿Cuál será la razón porque subsisto?<br />

Reflexiono... y encuentro que la única,<br />

la que me impide abrir la puerta falsa<br />

para huir accionando a sangre fría,<br />

la que aún me permite amar las rosas,<br />

asomarme a los ojos de los niños,<br />

palpar la adolescencia<br />

de las huyentes ondas de los ríos<br />

y, en las tardes, beberme los crepúsculos<br />

con avidez, en último arrebato:<br />

es estrictamente, la esperanza insosegada<br />

de acabar de expresar mi poesía.<br />

Ella es la que me arraiga en esta tierra,<br />

la que me incita a contemplar el rostro<br />

del cielo, por las noches,<br />

y abarcar un sinnúmero de estrellas.<br />

Ella es la que me infunde, todavía,


tres poetas médicos mexicanos de la era moderna 423<br />

el deseo de engarzar las palabras<br />

una a una, buscando que se impregnen<br />

de mi embriaguez de cósmica energía.<br />

Al vivir mi esperanza olvido todo<br />

para entrar en el orbe del lenguaje<br />

a descubrir su intimidad desnuda,<br />

y poderles donar a mis vivencias<br />

la metáfora exacta<br />

o el hallazgo adecuado de una imagen.<br />

La riqueza mayor que yo concibo<br />

se basa en alcanzar que mi poema<br />

exprese, comunique<br />

mi inquietud metafórica, mi asombro<br />

ante la inmensa bóveda celeste<br />

donde la luna, astros y planetas<br />

avanzan suavemente,<br />

como barcos de luz<br />

que desde otro lejano firmamento<br />

navegan y hacen rumbo<br />

hacia la rada de mi pensamiento,<br />

y mi duda, la duda inquebrantable<br />

que inquiere, que construye y que derrumba<br />

dioses y mitos, dogmas y teorías,<br />

hasta hacerme rodar en las tinieblas<br />

como gota de lumbre en agonía.<br />

Ella es mi esperanza, lo que tengo<br />

para llenar mis horas de monólogos,<br />

la que hundida en mi pensamiento<br />

nunca me deja que me sienta solo.<br />

Poesía inexpresada, que me remuerde<br />

la conciencia como una deuda innata<br />

que no me deja morir, ni vivir,<br />

porque aún no he podido liquidarla...


424 enrique cárdenas de la peña<br />

Enoch Cansino Casahonda. oriundo de Tuxtla gutiérrez, 1928, es considerado<br />

como una de las ramas fundamentales del tronco poético chiapaneco<br />

a la vera de rosario castellanos y Jaime sabines. graduado en medicina,<br />

irrumpe en la poesía con estallidos fulminantes, sin falsas pretensiones, hasta<br />

con desdén, cobija aparentes nimiedades, personajes modestos, quehaceres<br />

resignados. Para alfredo cardona Peña sus poemas “se leen y festejan<br />

como paisajes interiores y ventanas de campo en donde los temas de la<br />

muerte, del amor y de la vida –triángulo de eternidades– proclaman la verdad<br />

de una vocación sin mácula”. en 1974 ingresa a la academia mexicana;<br />

mauricio magdaleno, autor de El resplandor, responde su discurso inicial. su<br />

Canto a Chiapas es premiado con la Flor natural en los ii Juegos Florales de<br />

Tuxtla gutiérrez, 1949, por un jurado que podríamos llamar de lujo: carlos<br />

Pellicer, andrés Henestrosa y rómulo calzada. en 1956 obtiene el Premio<br />

ciudad de méxico con Perfiles de barro y Juárez. entre sus libros cuentan Con<br />

las alas del sueño, Estas cosas siempre, Tedios y memorias y su más reciente selección<br />

Ciertas canciones y otros poemas. escogemos, así al acaso, un fragmento de<br />

Fantasmas, Ser solamente y, con justicia, su devoción al terruño, hoy en recuerdo<br />

como cuando en 1989, mientras políticamente alcanzaba la presidencia<br />

municipal tuxtleña, nos llevara allá Jorge avendaño inestrillas.<br />

fantasmas<br />

Cuántas cosas se quedan en la pluma<br />

que no ejercita la obra imaginada,<br />

cuánta cosa que fue, no siendo nada,<br />

se marchó por la luz de una mirada.<br />

Cuántas sombras de amor,<br />

que fueron sombras,<br />

habitaron la casa abandonada…<br />

ser solamente<br />

Ser solamente<br />

la inquietud de la hormiga<br />

buscando su hormiguero<br />

y no llevarse a cuestas el universo<br />

sino la hojita seca,


tres poetas médicos mexicanos de la era moderna 425<br />

la migaja de pan,<br />

una esquirla del hueso de la luna.<br />

canto a chIapas<br />

(tierra hoy tan dolida)<br />

Chiapas es en el cosmos<br />

lo que una flor al viento.<br />

Es célula infinita<br />

que sufre, llora y sangra.<br />

Invisible universo<br />

que vibra, ríe y canta.<br />

Chiapas un día lejano,<br />

y serena y tranquila y transparente,<br />

debió brotar del mar ebrio de espuma<br />

o del cósmico vientre de una aurora.<br />

...Y surgió, inadvertida<br />

como un rezo de lluvia entre las hojas,<br />

tenue como la brisa,<br />

tierna como un suspiro,<br />

pero surgió tan honda,<br />

tan real, tan verdadera y tan eterna<br />

como el dolor, que desde siempre riega<br />

su trágica semilla por el mundo.<br />

Desde entonces, Chiapas es en el cosmos<br />

lo que una flor al viento<br />

Chiapas nació en mí<br />

con el beso primero en que mi madre<br />

marcó el punto inicial del sentimiento.<br />

Chiapas creció en mí<br />

con los primeros cuentos de mi abuelo,


426 enrique cárdenas de la peña<br />

en la voz de mi primer amigo<br />

y en la leyenda de mi primera novia.<br />

Desde entonces, Chiapas es en mi sangre<br />

beso, voz y leyenda.<br />

Y fue preciso<br />

que el caudal de los años se rompiera<br />

sobre mi triste vida solitaria,<br />

como la espuma en flor, de roca en roca,<br />

para saber que Chiapas no era sólo estrella,<br />

brisa, luna, marimba y sortilegio.<br />

Para saber que a veces también era<br />

la indescriptible esencia de una lágrima,<br />

algo así como un grito que se apaga<br />

y un suspiro de fe que se reprime.<br />

(Supe que Chiapas no era sólo el insomnio de la selva<br />

besando la palabra de los vientos<br />

y el río llorando epopeyas<br />

en el torrente de las horas viejas...)<br />

Percibí en ella<br />

una sed insaciable de nuevos horizontes,<br />

una ansia inconfesable de compartir su vieja voz de arrullo,<br />

su triste voz<br />

(triste como la imagen del indio<br />

clavada entre la cruz de sus caminos).<br />

Mas supe también que Chiapas era<br />

el callejón aquel donde ladraba el tiempo,<br />

aquel olor a lluvia que cantaba<br />

la santidad de nuestras almas niñas.<br />

Y supe además, que a ratos era<br />

una fiesta en el barrio,<br />

el aroma infinito de una ofrenda<br />

y una marimba desafiando el aire<br />

profanado de cohetes y campanas.


tres poetas médicos mexicanos de la era moderna 427<br />

¡Chiapas!<br />

He de volver a ti como suspiro al viento,<br />

como un recuerdo al alma.<br />

He de volver a ti<br />

como el cordero fiel de la leyenda<br />

para ser una nota, que perdida,<br />

vague en la soledad de tus veredas.<br />

Para ser “uno más” entre tus redes,<br />

tejidas con el hilo de incienso<br />

y beber el poema de tus noches<br />

en la leyenda azul de tus marimbas.<br />

Y cuando viejo, solo y abatido,<br />

se aproxime el final de mi existencia<br />

he de besar tu tierra para siempre.<br />

A esa bendita tierra<br />

que cual ella me hiciera<br />

con un alma de cruz y de montaña.<br />

Ricardo Pérez Gallardo. originario de méxico, d. F., nace en 1911 y desde<br />

edad temprana siente el retintín de la poesía en su mundo y en su verbo<br />

interior, lo que lo conduce a obtener triunfos sucesivos en las Flores naturales<br />

donde participa, en particular el botón de dalia en Taxco, 1972,<br />

por el relato en verso La epopeya del barro, que en suma de galardones<br />

cosechados demuestra su facilidad poética creativa. sensitivo, emocional,<br />

decanta bellamente las líneas que planea con inspiración inusitada. con<br />

fraseo de cadencia singular, también se ocupa en publicar una Antología de<br />

escritores médicos mexicanos, única hasta ahora. inquieto, cuidadoso en guardar<br />

cuanto de literario pueden abarcar los médicos, con espíritu de grupo<br />

es uno de los fundadores de esta nuestra sociedad, y director creativo de<br />

la asociación mexicana de médicos escritores en 1975 con colegas de la<br />

talla de rubén marín, Juan alberto sanén, gonzalo Peimbert alcocer,<br />

Francisco Fernández del castillo, carlos Véjar lacave y otros más, infor-


428 enrique cárdenas de la peña<br />

tunadamente idos. de su cosecha resaltan Los peregrinos del sueño, Los dones<br />

desterrados y Animal en fuga. cae un fragmento de Nocturno, y el grato sabor<br />

de boca transmitido por su trova más conocida:<br />

nocturno<br />

Suntuosos velos de novia<br />

las nubes están tejiendo<br />

y lucen de plata antigua<br />

los montes y los potreros.<br />

¡La noche está engalanada:<br />

brillan los pinares viejos,<br />

brillan los cauces del río,<br />

brillan también los senderos!...<br />

y nadie quiere mirarlos,<br />

nadie se ocupa de ellos.<br />

¡Qué derroche de belleza!:<br />

los hombres están durmiendo.<br />

Esta soledad agreste<br />

que huela a clavo y romero,<br />

se va metiendo en el alma<br />

con su ronda de luceros.<br />

¡Y es para mí todo el campo,<br />

y es para mí todo el pueblo,<br />

que sólo yo sé mirarlos bajo la luna de enero!...<br />

la epopeya del barro<br />

En las manos de los hombres<br />

el lodo cobró vida y se hizo forma,<br />

y se hizo verso... y se hizo canto.<br />

En el amanecer del mundo,<br />

en la clavada leyenda de los tiempos arcaicos<br />

el hombre sintió su soledad<br />

porque el mundo le era adverso<br />

y le era extraño.


tres poetas médicos mexicanos de la era moderna 429<br />

Un día se detuvo, transformó su pensamiento<br />

y se hizo humano.<br />

Dejó entonces la horda vagabunda,<br />

dejó de ser un átomo errante y solitario,<br />

se le metió el paisaje en las pupilas<br />

y se quedó enclavado<br />

en un rincón de la montaña<br />

para mirar el vuelo de los astros.<br />

Así fue. En el desfile de noches infinitas<br />

y de días infinitamente largos,<br />

aprendieron los dedos intranquilos<br />

el lenguaje escultórico del barro.<br />

Sentía el hombre un impulso creador<br />

y lo ignoraba.<br />

Se estremecían sus manos<br />

en el lodo, lo amaba voluptuosamente<br />

con ansia febril de enamorado,<br />

y era placer acariciar la tierra dócil<br />

como a la hembra que vivía a su lado.<br />

Surgió la forma inesperadamente,<br />

modelada de barro,<br />

convertida en gozo y en promesa.<br />

El hombre demiurgo lo había creado.<br />

Pero sus esculturas<br />

y todos sus esfuerzos eran vanos:<br />

el polvo volvía al polvo<br />

y la forma se fugaba de las manos.<br />

Discurrieron siglos de inútiles proyectos,<br />

eternidades de estériles ensayos<br />

hasta que se hizo realidad el mito<br />

y el hombre, en posesión del fuego realizó el milagro:<br />

la forma se hizo perdurable,<br />

y pudo escribir para todos los tiempos<br />

el lenguaje del polvo modelado.


430 enrique cárdenas de la peña<br />

Desde entonces los anónimos artistas<br />

cuántas obras bellas realizaron,<br />

cuántas ansias infinitas<br />

en la arcilla aprisionaron,<br />

cuántas cosas aprendieron<br />

que jamás nunca soñaron.<br />

¡Oh, la piel inextinguible de los vasos!<br />

¡Todo un mundo que fue fuga de estatuillas!<br />

¡Todo un río en el vientre de los cántaros!<br />

¡Mil ensayos para lograr una vasija!<br />

¡Mil vidas para forjar un incensario!<br />

y no bastaba eso,<br />

algo faltaba en la desnudez del barro.<br />

¡Cuál sería el artista primitivo<br />

que tuvo la osadía del primer trazo?<br />

¡Cómo se gestó la greca?; ¡de qué raíces del instinto<br />

surgió el dibujo ante los ojos asombrados?<br />

¡Imagino el placer de esos orfebres<br />

amasando con la tierra un mundo de formas no soñado;<br />

la alegría matinal y transparente<br />

de saber que se está creando,<br />

de sentir cómo surge algo nuevo cada día<br />

en la fiebre alucinada de los dedos embrujados!<br />

¡Yo imagino la sorpresa<br />

y el arrobo infantil e inesperado,<br />

al mirar increíbles fantasías<br />

que de la nada van brotando!<br />

¡Y pienso que nunca los hombres han sentido<br />

el gozo que sintieron en los tiempos arcaicos<br />

cuando por vez primera la pasión creadora<br />

hizo latir sus corazones exaltados!<br />

Y es que se abría para ellos,<br />

afiebrados,<br />

un mundo al que de pronto penetraban<br />

como audaces gambusinos ávidos,


tres poetas médicos mexicanos de la era moderna 431<br />

para asaltar el bajel de las auroras<br />

y llevarse el Vellocino conquistado.<br />

¡Odisea sublime de los anónimos artistas!<br />

¡Inefable Iliada de los orfebres ignorados!<br />

¡No hubo nunca un rapsoda que cantara sus anhelos!<br />

¡Ningún trovero siguió la huella de sus pasos!<br />

Y sin embargo,<br />

en la cerámica está escrita<br />

la tremenda historia del pasado,<br />

porque todos los pueblos, en todas las edades,<br />

aprendieron el lenguaje del barro<br />

y la forma se hizo alquimia<br />

entre sus manos.<br />

Ésta fue la apoteosis<br />

del lodo despreciado,<br />

la oración de la tierra,<br />

¡la epopeya magnífica del barro!<br />

Alfarero<br />

¡cómo recuerdo la voz y la perfecta declamación del doctor alfonso<br />

garcía moreno sobre estas líneas!<br />

remache<br />

He querido traer esta noche tres engarces: el de la expectativa de muerte,<br />

el del rincón donde nacemos, el de la arcilla de la cual estamos impregnados.<br />

es una sola esfera girante, la del existir que no es sino luz y sombra,<br />

principio y fin. Y asomarme con tales engarces al grave y eterno confín<br />

del poema médico. la poesía ronda con los médicos en los aires, las nubes,<br />

el rodar de los astros. aquí estamos, adheridos a ella, dentro de un<br />

corroimiento donde somos más etéreos, mayormente ideales, tal vez esperanzados<br />

en un futuro más sencillo y más alcanzable, pero también más<br />

deleznable.


432 enrique cárdenas de la peña<br />

P. d. en mi alforja, para una nueva ocasión y si se me es permitido,<br />

quizá encuentre la veta de un poeta médico más. Hidrocálido de gran altura:<br />

desiderio macías silva, a quien también conocí. conque hasta la próxima<br />

y, hasta entonces, gracias mil.<br />

26 de julio de 2001


ii congreso inTernacional<br />

de la lengua esPaÑola<br />

el esPaÑol Y el desTino<br />

de las lenguas amerindias<br />

[433]<br />

miguel león-portilla<br />

nos reunimos ahora en Valladolid de españa, a poco más de cuatro años<br />

del Primer congreso internacional que, sobre la lengua española, se celebró<br />

en Zacatecas, méxico. echar una mirada al programa de este segundo<br />

congreso nos permite apreciar los criterios con que ha sido concebido; en<br />

pocas palabras, con gran sentido de modernidad. sus tres primeras secciones<br />

abarcan temas que van desde la publicidad, la música, la radio, el cine,<br />

la televisión, la internet y la prensa, en español.<br />

en su cuarta y última parte la atención se concentra en otro tema de<br />

enorme trascendencia: unidad y diversidad del español. asuntos de particular<br />

interés en esa sección son el español en contacto con otras lenguas;<br />

el español de américa; la norma hispánica; el español en los estados<br />

unidos; así como la relación de nuestra lengua con su cercano pariente,<br />

el portugués.<br />

Quiero compartir con ustedes una preocupación vinculada de varias<br />

formas con la anterior temática, la que concierne a la unidad y diversidad<br />

del español. comenzaré notando un hecho que mucho atañe a esta lengua<br />

que cerca de 400 millones de mujeres y hombres tenemos como materna.<br />

Bien sabido es que el español, lo llamaré ahora el romance castellano,<br />

se fue formando a partir sobre todo del latín, haciendo suyos a la vez<br />

elementos de otras lenguas. de ello dan fe sus helenismos, hebraísmos,<br />

arabismos y germanismos para sólo nombrar los más obvios. Y también<br />

se fue formando el romance castellano en medio y al lado de otras lenguas.


434 miguel león-portilla<br />

me refiero a su coexistencia con el eusquera o vasco, a su proximidad<br />

con el galaico-portugués, el aragonés, el catalán y aun con el occitano y el<br />

francés. de esas lenguas, varias también en proceso de formación, tomó el<br />

romance de castilla no pocos elementos hasta hoy patentes en su léxico y<br />

en su morfología y sintaxis.<br />

como puede verse, desde su nacimiento el español hubo de dar entrada<br />

al binomio unidad y diversidad. lo primero porque se fue estructurando<br />

como una lengua, es decir adquiriendo unidad. lo segundo porque<br />

no nació en un universo aséptico y vacío, sino que en diversos tiempos y<br />

lugares se enriqueció con elementos de lenguas diferentes. así adquirió<br />

diversidad en las distintas regiones.<br />

He traído esto a la memoria porque quiero fijar brevemente la atención<br />

en lo que ha ocurrido y ocurre hoy al español en su situación de<br />

contacto con diversas lenguas, sobre todo con el inglés, pero también con<br />

otras que, como consecuencia del encuentro entre dos mundos, le salieron<br />

al paso. obviamente me estoy refiriendo a las lenguas indígenas del nuevo<br />

mundo, las que se hablaban al tiempo del encuentro original, las no pocas<br />

que han muerto y las que hasta hoy siguen vivas.<br />

en tanto que hay quienes temen la influencia del inglés, la mayoría<br />

contempla con desdén los idiomas indígenas, designándolos frecuentemente<br />

como meros dialectos. no discurriré aquí sobre lo que puede significar<br />

la conveniencia del español con el inglés, ya que de ello se tratará en<br />

la cuarta sección de este congreso. diré sólo que no debemos temer que<br />

nuestra lengua, saludable y en creciente expansión, esté en peligro ante<br />

el inglés y que, con buen acuerdo, incremente su léxico con anglicismos<br />

siempre y cuando ello sea necesario.<br />

Volvamos ahora la mirada a la conveniencia del español con los centenares<br />

de lenguas amerindias. el tema es de enorme interés puesto que<br />

ningún otro idioma, de modo tan intenso, comenzó a convivir con una<br />

Babel lingüística de tal magnitud desde fines del siglo xv y en las centurias<br />

siguientes hasta hoy.<br />

la postura de la corona española en tiempos de los austrias, siglos<br />

xvi y xvii, fue en ocasiones ambivalente. en las leyes de indias encontramos<br />

reales cédulas que ordenan que los misioneros, curas y determinados


el español y el destino de las lenguas amerindias 435<br />

funcionarios aprendan las lenguas indígenas. otras hay también en que se<br />

ordena se enseñe el español a los indios. el resultado, con algunas variantes,<br />

fue que, gracias al establecimiento de escuelas para los indios y a la<br />

portentosa labor lingüística de los frailes que prepararon gramáticas y vocabularios<br />

de cientos de idiomas aborígenes, muchos de éstos continuaron<br />

vivos, en tanto que lentamente se iniciaba la difusión del español. digno de<br />

subrayarse es que en esos mismos siglos xvi y xvii fueran transcritas por<br />

indios sabios, a veces en colaboración con frailes humanistas, obras de la<br />

tradición prehispánica, verdaderas joyas de las literaturas amerindias. sólo<br />

mencionaré al Popol Vuh, libro del consejo de los quichés, los Huehuehtlahtolli,<br />

la antigua Palabra de los nahuas, los libros de chilam Balam de los<br />

mayas yucatecos y los textos de Huarochirí de los quechuas del Perú.<br />

el siglo xviii fue, en cambio, adverso a las lenguas indígenas. un creciente<br />

centralismo introducido por los monarcas de la casa de Borbón,<br />

impuso cada vez más la implantación del español. el célebre arzobispo<br />

de méxico Francisco antonio de lorenzana, después cardenal de Toledo,<br />

llegó a manifestar en una carta pastoral que era falta de respeto dirigirse a<br />

dios en las lenguas de los indios.<br />

cuando los países hispanoamericanos alcanzaron su independencia, la<br />

situación de los pueblos indígenas y sus lenguas, contra lo que pudiera esperarse,<br />

empeoró. con la idea de alcanzar la integración de los respectivos<br />

estados nacionales, se suprimió cualquier ordenamiento que reconociera<br />

diferencias culturales y lingüísticas. consecuencia de ello fue que no pocas<br />

lenguas indígenas murieran y que las que alcanzaron a sobrevivir cayeran<br />

en arrinconamiento y postración.<br />

Tan sólo en las últimas décadas del siglo xx la palabra de algunos de<br />

los cerca de cuarenta millones de amerindios se ha alzado y comienza a ser<br />

escuchada. ello ha ocurrido casi siempre de forma pacífica, aunque algunas<br />

veces con violencia, como en el caso de chiapas en méxico. los indígenas<br />

demandan respeto y, como ocurre en otros muchos lugares del mundo,<br />

incluyendo algunos de europa, exigen que se reconozcan sus diferencias<br />

culturales y el derecho al uso y cultivo de sus lenguas. éstas se han hallado<br />

en grave peligro de desaparecer. de hecho muchas lenguas amerindias han<br />

muerto sobre todo desde el siglo xviii hasta el presente. en la actualidad, a


436 miguel león-portilla<br />

la luz de las demandas de los pueblos indígenas, vuelve a plantearse de forma<br />

apremiante la pregunta acerca del destino de estas lenguas. a pesar de<br />

las demandas de quienes las mantienen vivas, y de los esfuerzos que hacen<br />

por transmitirlas a sus hijos, empeñándose incluso en crear en ellas nuevas<br />

formas de expresión literaria, su destino sigue siendo incierto.<br />

Hay, por supuesto, personas que consideran que la muerte de esas<br />

lenguas es inevitable y que, además, no hay razón para dolerse de ello ya<br />

que la unificación lingüística es altamente deseable. en contraste con semejante<br />

actitud, hay otros que pensamos que la desaparición de cualquier<br />

lengua empobrece a la humanidad.<br />

Todas las lenguas en las que cualesquiera mujeres y hombres aprendieron<br />

a pensar, amar y rezar, merecen ser respetadas como parte de sus<br />

derechos humanos. Y esto lo aplico a todos los idiomas amerindios y a<br />

todos los que en el mundo se hablan.<br />

en el caso de las lenguas amerindias, han enriquecido ellas de múltiples<br />

formas al español y también a la ciencia lingüística. al español lo han<br />

acrecentado en su léxico, incluso en el del habla de españa. el recordado<br />

manuel alvar en su enciclopedia del español, nos mostró el caudal de vocablos<br />

amerindios que se incorporaron a nuestra lengua materna, en ambas<br />

orillas del atlántico. Pero además el estudio de los idiomas amerindios<br />

iniciado desde el siglo xvi ha revelado la existencia de insospechadas categorías<br />

lingüísticas. Y ha mostrado también que hay otras muchas formas<br />

de estructurarse el lenguaje que dan lugar a diferentes conceptualizaciones<br />

del mundo.<br />

¿Perdurar puede ser el destino de las lenguas amerindias hasta hoy<br />

vivas? Pero ¿será ello teniéndolas como reliquias exóticas del pasado? ¿o,<br />

en cambio, reconociendo que son vehículo de comunicación para trasmitir<br />

ideas y sentimientos profundamente humanos con raíces en arraigadas<br />

formas de concebir el mundo? ¿seguirán siendo los léxicos de estas lenguas<br />

ricos en vocablos que denotan realidades de la flora, la fauna y en<br />

general de la naturaleza, que no tiene nombres en otros idiomas?<br />

en este contexto importa responder a otra pregunta: el que las lenguas<br />

amerindias perduren, ¿puede tenerse acaso como amenaza para la<br />

vitalidad del español en el nuevo mundo? la respuesta la han dado ya


el español y el destino de las lenguas amerindias 437<br />

algunos intelectuales indígenas. el náhuatl natalio Hernández, en el más<br />

reciente congreso de las academias de la lengua española, celebrado en<br />

Puebla de los Ángeles, méxico, pronunció un discurso de clausura en el<br />

que insistió en que “el español también es nuestro”, con referencia a los<br />

pueblos indígenas. Y otro amerindio, el distinguido poeta mazateco Juan<br />

gregorio regino, declaró a su vez tener dos lenguas maternas, el mazateco<br />

y el español, que desde pequeño aprendió y habló.<br />

Y aquí viene la conclusión que quiero deducir de lo expuesto. ¿cuál debería<br />

ser la actitud de los hablantes del español, tanto en Hispanoamérica<br />

como en españa y en otros lugares donde se habla nuestra lengua materna<br />

ante la conveniencia con los idiomas aborígenes? ¿continuará prevaleciendo<br />

la actitud de desprecio hacia ellos? recordaré una triste anécdota de<br />

algo que me ocurrió aquí en españa. alguien me dijo un día: “Qué bueno<br />

que ya casi todos habláis español en vuestros países americanos. lástima<br />

que haya necios que siguen defendiendo los dialectos de los indios”. mi<br />

respuesta fue que precisamente yo era uno de esos necios.<br />

entonces, ¿cuál puede o debe ser la relación de convivencia de la lengua<br />

española con las indígenas que en américa han logrado sobrevivir?<br />

Partamos de la realidad insoslayable de que todos los amerindios desean<br />

hablar el español sin perder sus lenguas nativas. saben que sólo así podrán<br />

participar en la vida social, política y económica de sus respectivos países.<br />

saben también que, sólo conociendo todos el español, podrán comunicarse<br />

entre sí los distintos grupos étnicos.<br />

a la luz de todo esto, ¿qué cabe proponer? reconozcamos dos hechos<br />

innegables. uno es que toda lengua es como un ordenador del pensamiento<br />

que permite captar la realidad de formas propias y distintas. esto bien<br />

lo saben cuantos han aprendido otro idioma. Por eso, quiero reiterarlo en<br />

el ámbito de este congreso que se reúne para examinar la circunstancia en<br />

que hoy se desarrolla, pujante, el español: reconozcamos que cuando muere<br />

una lengua la humanidad se empobrece. muy triste sería –éste es el otro<br />

hecho– que los idiomas amerindios lleguen a tener un destino de muerte.<br />

no hay que olvidar que han enriquecido el léxico del español y han conferido<br />

matices variados a la fonética y a las estructuras morfosintácticas de<br />

las hablas regionales de los países hispanoamericanos.


438 miguel león-portilla<br />

estos dos hechos nos muestran que las lenguas indígenas no pueden<br />

estar fuera del campo de atención de quienes se dedican al estudio y cultivo<br />

de una lengua como el español. ¿Qué es lo que las academias, institutos<br />

y gobiernos podrán hacer en relación con dichas lenguas? la respuesta<br />

tendrá que darla cada uno, pero si se ha de proceder con responsabilidad,<br />

no habrá que desentenderse de la situación de estas lenguas. Pensando en<br />

voz alta diré que compete a los gobiernos, a través de sus ministerios de<br />

educación y cultura, proporcionar los recursos para establecer sistemas<br />

educativos realmente bilingües entre los pueblos indígenas, así como fomentar<br />

el cultivo de sus idiomas y literaturas. respecto a las academias e<br />

institutos de lengua española, podrán ellos no sólo registrar en la lexicografía<br />

los indigenismos, sino también dar entrada en sus planes de trabajo<br />

a asuntos que se refieran específicamente a las lenguas con las que, en su<br />

propio país, convive el español.<br />

a modo de ejemplo de lo que podrá hacerse, pienso en el establecimiento<br />

de premios a las mejores creaciones literarias, producidas cada determinado<br />

tiempo, en las lenguas indígenas. otra posibilidad será apoyar la<br />

creación y funcionamiento de casas de escritores en lenguas indígenas, de<br />

las que ya existe una en méxico. También será deseable invitar a quienes las<br />

cultivan y tienen como maternas a participar en congresos de academias y<br />

en diversas actividades de carácter lingüístico y filológico.<br />

si en Hispanoamérica y en la Península ibérica se consolidan nuevas<br />

formas de convivencia lingüística, el hecho insoslayable de existir en geografías<br />

plurilingüísticas, lejos de ser fuente de conflictos, será manantial de<br />

riqueza cultural y, a la postre, de creatividad. el universo de Hispanoamérica<br />

será escenario de una variada sinfonía de voces, entre las que la antigua<br />

lengua de castilla será vehículo de universal comprensión, enriquecida con<br />

la presencia de los idiomas, también milenarios, de los pueblos originarios<br />

del nuevo mundo. Y de las otras que también se hablan en españa. Hermanadas<br />

todas, nos estaremos encaminando a la aparición de lo que un<br />

día será el gran conjunto de expresiones de la palabra con significación y<br />

alcances en verdad universales.<br />

Que jamás ocurra con ellos lo que en un poema en náhuatl y en español<br />

expresé con temor:


el español y el destino de las lenguas amerindias 439<br />

cuando muere una lengua<br />

las cosas divinas,<br />

estrellas, sol y luna;<br />

las cosas humanas,<br />

Pensar y sentir,<br />

no se reflejan ya<br />

en ese espejo.<br />

cuando muere una lengua<br />

Todo lo que hay en el mundo<br />

mares y ríos,<br />

animales y plantas,<br />

ni se piensan, ni pronuncian<br />

con atisbos y sonidos<br />

Que no existen ya.<br />

cuando muere una lengua<br />

Para siempre se cierran<br />

a todos los pueblos del mundo<br />

una ventana, una puerta,<br />

un asomarse<br />

de modo distinto<br />

a cuanto es ser y vida en la tierra.<br />

cuando muere una lengua,<br />

sus palabras de amor,<br />

entonación de dolor y querencia,<br />

Tal vez viejos cantos,<br />

relatos, discursos, plegarias,<br />

nadie, cual fueron,<br />

alcanzará a repetir.<br />

cuando muere una lengua,<br />

Ya muchas han muerto<br />

Y muchas pueden morir.<br />

espejos para siempre quebrados,<br />

sombra de voces<br />

Para siempre acalladas:<br />

la humanidad se empobrece.


440 miguel león-portilla<br />

rica en cambio, será la humanidad en posesión de lenguas ecuménicas<br />

como el español, hablado por cientos de millones y a la vez dueña de otros<br />

muchos idiomas vernáculos. el florecer de éstos hará de nuevo verdad que<br />

la diferencia es fuente de creatividad cultural.


la edición del liBro de PensamienTo<br />

en el esPaÑol acTual<br />

[441]<br />

Jaime labastida<br />

¿a qué problemas se enfrenta la edición del libro de pensamiento en el<br />

español actual? ¿de qué modo se podrá decir que el español tiene un<br />

activo importante en la edición de esta clase de libros, lo mismo en las<br />

ciencias formales, las ciencias de la naturaleza que en las ciencias sociales?<br />

los investigadores, los académicos, los estudiantes ¿recurren a los libros<br />

editados en nuestra lengua, sean escritos originalmente en español, sea en<br />

traducciones pulcras, para estar al día en el proceso de la generación de<br />

conocimientos, mejor aún, en el necesario proceso de la creación de un<br />

pensamiento original y riguroso?<br />

es obvio que la mayor parte de la producción de pensamiento, tanto<br />

en ciencias formales como de la naturaleza y en ciencias humanas o<br />

sociales, se edita, en el mundo actual, en lengua inglesa. esta lengua es la<br />

verdadera lingua franca de la sociedad moderna. ningún trabajo alcanza<br />

rango universal si no se edita en inglés, pues sólo así queda al alcance de<br />

todos los investigadores del planeta.<br />

esto no significa, en modo alguno, que todo pensamiento original se<br />

produzca, de manera espontánea, en inglés. Por el contrario, puede advertirse<br />

que muchos textos son escritos en francés, alemán o español y luego<br />

son traducidos al inglés para que se reproduzcan en revistas especializadas<br />

y en editoriales científicas de gran prestigio (de las unas y las otras, esa<br />

lengua dispone en abundancia).<br />

el inglés avasalla en este aspecto a las restantes lenguas, acaso en proporción<br />

de 90 a 10 (y aún más). 1 este panorama es desalentador. sin em-<br />

1 luis m. plaZa, adelaida román, consuelo ruiZ y elena fernándeZ, “Presencia del español<br />

en la producción científica”, El español en el mundo. anuario del instituto cervantes 1999, madrid,<br />

círculo de lectores, instituto cervantes y Plaza y Janés, 2000. las cifras que ahí se ofrecen revelan


442 jaime labastida<br />

bargo, cabe reconocer que el español guarda, en este papel subordinado,<br />

un estado similar al que tienen otras lenguas cultas del planeta, como el<br />

alemán, el francés o el italiano. supera, desde luego, al italiano y al portugués<br />

en esa importancia relativa, puesto que muchos de los textos publicados<br />

en revistas especializadas, en particular en el área que toca a la<br />

investigación médica, fueron escritos originalmente en nuestro idioma. el<br />

alemán alcanza el 1.58 por ciento del total (el año de 1997); el francés el<br />

0.88 y el español apenas si llega al 0.46 por ciento (empero, por encima del<br />

italiano, que sólo alcanza el 0.19 por ciento). el texto de este informe se<br />

refiere a publicaciones de orden científico y tecnológico e incluye también,<br />

desde luego, las investigaciones en ciencias sociales.<br />

una primera conclusión, acaso de orden provisional, podría extraerse<br />

de estos datos: el español no es una lengua en la que se desarrolle pensamiento<br />

original, en especial en las áreas de las matemáticas y las ciencias<br />

de la naturaleza. esto se debe al hecho de que la investigación de punta<br />

requiere de grupos de trabajo compactos y de talleres y laboratorios de<br />

primer nivel, sumamente costosos, que sólo pueden crecer y desarrollarse<br />

en los países económicamente avanzados (lo que ahonda la brecha entre<br />

los países industrializados y los que están en proceso de desarrollo). Hoy,<br />

pues, la sociedad de la información y del conocimiento nos exige transformar<br />

a nuestra lengua en un instrumento económico del desarrollo, con<br />

el objeto de ponernos en el mismo nivel que otras lenguas del planeta.<br />

Por lo tanto, para que el español adquiera cabal relevancia y se convierta<br />

en un idioma culto también en estas áreas; para que sea una lengua en<br />

la que se pueda publicar pensamiento original, con la misma eficacia que<br />

en el inglés o en el alemán (y ésta puede ser, acaso, la segunda conclusión<br />

un panorama totalmente avasallador del inglés: el artículo ha puesto en relieve sólo las publicaciones<br />

científicas periódicas (en soporte de papel o en soporte electrónico), sin tomar en cuenta ediciones de<br />

libros. así pues, en tanto que el español “cuenta con una presencia muy escasa en las bases de datos<br />

analizadas”, que “no supera el 1 por ciento” (op. cit., p. 27). la conclusión es grave en tanto que los<br />

valores de participación del español son aún más bajos “en los ámbitos de la física, la ingeniería y las<br />

ciencias tecnológicas, donde no se llega al 0.1 por ciento”. en cambio, el inglés llega a alcanzar, en<br />

algunas áreas, hasta el 99.8 por ciento. la situación subordinada de nuestra lengua es semejante, por<br />

cierto, a la que tienen otros idiomas cultos, como el alemán y el francés. el español supera al italiano y<br />

al portugués en cuanto a la producción original y la publicación de ensayos en revistas especializadas<br />

en ciencia y tecnología (lo que no es motivo de consuelo).


la edición del libro de pensamiento en el español actual 443<br />

provisional) es necesario que los hablantes del español adquieran mayor<br />

peso específico en la producción original de conocimientos. surge aquí,<br />

tal vez, la tercera de estas conclusiones provisionales: en estas áreas, el<br />

español debe alcanzar el rango de lengua culta universal para que esté a la<br />

altura de la masa fónica de sus hablantes y para que adquiera el nivel que<br />

ya tiene en la producción de grandes textos literarios.<br />

¿Por qué el español aún no ha adquirido el rango de lengua culta universal<br />

en la producción, la edición y la difusión del pensamiento? ¿se trata<br />

acaso de una limitante propia del genio de nuestra lengua? ¿aún no ha sido<br />

posible elaborar el código lingüístico adecuado para que el español alcance<br />

esta categoría? o, por el contrario, ¿se trata sólo de un mero problema<br />

económico y hasta de mercadotecnia? el inglés nos avasalla, esto es un<br />

hecho, ¿por qué? el inglés ha adquirido la misma función que en la edad<br />

media tuvo el latín y que, desde el siglo xviii, tuvo el francés. Pero esta situación<br />

subordinada del español, tanto en lo que corresponde a la edición<br />

de libros como de revistas de ciencia, ¿se debe a los problemas inherentes<br />

al bajo desarrollo de las economías de muchos de nuestros países, acaso,<br />

en particular, en áreas deprimidas de américa latina? desde luego, éste es<br />

un factor de primera importancia, imposible de soslayar.<br />

debe añadirse que, por supuesto, el español es, por sí solo, en el día<br />

de hoy, una lengua universal o, si se prefiere decirlo de otro modo, una<br />

lengua global: somos casi 400 millones de hablantes, en más de 22 países<br />

del planeta; y esa masa de hablantes día a día crece en el interior del país<br />

más rico del orbe. 2 estos datos, por más escuetos que sean, ¿no probarían,<br />

ellos solos, la importancia decisiva de nuestra lengua? en estados unidos,<br />

es verdad, la población de origen latino crece con un ritmo superior al crecimiento<br />

de otras minorías (la población negra incluida). Pero es necesario<br />

subrayar que la masa fónica de los hablantes de español no crece en esa<br />

misma proporción. la razón es sencilla. no se ha producido (y tal vez no<br />

se producirá jamás) una nueva lengua en estados unidos, como supusieron<br />

tantos escritores en el curso de los últimos decenios. ni el hispanglés<br />

ni el spanglish han cobrado carta de naturaleza en ese país. los idiomas<br />

2 a. morales, “Tendencias de la lengua española en estados unidos”, El español en el mundo.


444 jaime labastida<br />

no surgen de este modo, a partir de la mera fusión o la aglutinación de dos<br />

lenguas tan dispares en sus formas de construcción. los hablantes de lengua<br />

española mantienen este idioma como su lengua materna sólo en una<br />

primera generación y tratan luego de asimilarse al inglés. los descendientes<br />

de los migrantes, ya en una tercera generación, pese a que sus padres<br />

cruzaron la frontera la mayor parte de las veces apremiados por una causa<br />

económica y aceptaron cualquier tipo de empleo, han adoptado después<br />

la norma culta del habla y la escritura en lengua inglesa. son doctores<br />

en múltiples especialidades, ocupan cargos del más alto nivel profesional,<br />

tanto en el sistema universitario como en las empresas y la administración<br />

pública. su peso específico, tanto en el área económica como en el de la<br />

política, crece todos los días. Por esa causa, así como tienden a utilizar el<br />

inglés más depurado, académico y fino (la norma culta, pues), desean volver<br />

a la raíz hispana y expresarse también de acuerdo con la norma culta de<br />

la lengua española. creo que aquí hay una veta que nosotros, los hablantes<br />

de español, debemos explotar. de igual manera que el instituto cervantes<br />

lo hace en los países de europa, debiera existir un instituto que, con sus<br />

necesarios matices, a partir de méxico y desde méxico, desarrollara la posibilidad<br />

de leer y de escribir la lengua española en estados unidos y en<br />

Brasil (es evidente que su materia inicial será la literatura, en primer lugar;<br />

pero luego también las áreas de la ciencia y el pensamiento).<br />

ahora bien, ¿qué sucede específicamente con la edición de libros y revistas<br />

en lengua española, en el área del pensamiento y de la ciencia? Tradicionalmente<br />

se ha dicho que el español no es una lengua de pensamiento;<br />

que, mientras el alemán, el francés y el inglés produjeron, desde el siglo<br />

xvi, pensadores de gran importancia (en especial en el área de la filosofía),<br />

el orbe lingüístico del español produjo sólo grandes textos literarios. ¿Qué<br />

sucedió? ¿no se codificó una terminología plausible en la lengua española,<br />

capaz de responder al reto del pensamiento moderno? ¿radica aquí, por<br />

lo tanto, el núcleo del problema? no lo creo. los lingüistas de la antigua<br />

roma fueron capaces de inventar, cuando el latín carecía de términos semejantes<br />

a los de la lengua griega; fueron capaces de inventar, digo mejor,<br />

de crear el vocablo, el neologismo que se aproximara al matiz que acercaba<br />

el significante latino al significante (y al significado) que expresaba el


la edición del libro de pensamiento en el español actual 445<br />

griego. su audacia no conoció límites. Por ejemplo, el concepto sofia fue<br />

vertido a través de un neologismo que ninguna relación guardaba con el<br />

sentido del original. mientras que sofia alude, en sus orígenes helenos, a la<br />

habilidad manual, el sustantivo latino sapientia y el verbo que le corresponde<br />

(sapio, is) se han tomado, todo indica que por Quinto ennio (de origen<br />

griego, nacido en 239 a. J.c.), de un campo completamente distinto, el de<br />

los sentidos (en especial, el del gusto: saber alude a la acción de saborear,<br />

de gustar con la lengua). nosotros, a partir de roma y en todas las lenguas<br />

que de ella han nacido, llamamos sabiduría a lo que en grecia recibe el<br />

nombre de sofia: allá, el sustantivo y su verbo están asociados a la capacidad<br />

o la habilidad manuales; en cambio, en la roma imperial el verbo y el sustantivo<br />

no guardan ninguna relación con la habilidad manual, sino con la<br />

difícil capacidad para distinguir los sabores, o sea que, para nosotros, saber<br />

significa distinguir con la lengua (que es, además, el órgano de la fonación).<br />

saber es para nosotros, por lo tanto, pesar, saborear, tener gusto por las<br />

palabras. en un orbe lingüístico, se pone el acento en la capacidad y la habilidad<br />

manuales; en otro, en cambio, en la sensualidad y el gusto. acudo a<br />

este ejemplo como pude haber acudido a otro cualquiera. lo que me importa<br />

destacar es que la capacidad de asimilar (o de inventar vocablos) no<br />

es el obstáculo fundamental que por sí solo pueda impedir el crecimiento<br />

de una forma de pensamiento, no importa cuál sea ella.<br />

lo que tal vez ha sido el mayor obstáculo para que las ediciones de<br />

libros y revistas de pensamiento en lengua española adquieran el rango<br />

universal que le corresponde a nuestro idioma por el peso económico<br />

específico de la masa de sus hablantes, es el nivel educativo de quienes<br />

en este idioma se expresan, por un lado; por otro, la falta de rigor en las<br />

ediciones de libros y revistas.<br />

mientras que el analfabetismo esté tan extendido en nuestros países;<br />

mientras que el nivel educativo apenas alcance el promedio de la educación<br />

básica (en el mejor de los casos); mientras que no exijamos de nosotros<br />

mismos los niveles de excelencia que privan en otras lenguas, tanto<br />

en el caso de la edición de libros y revistas de ciencias humanas como de<br />

ciencias formales y de la naturaleza, el español continuará en un segundo<br />

plano y nuestra lengua no podrá adquirir el rango de una lengua en verdad


446 jaime labastida<br />

culta (al menos en estas áreas), en el concierto de las lenguas modernas<br />

del mundo.<br />

Alejandro de Humboldt estableció un agudo contraste entre lo que<br />

ocurría en los Estados Unidos de América y la América española, cuando él<br />

la visitó (o sea, a finales del siglo xviii y el inicio del xix). Escribió: “Cuando<br />

se recuerda que en EUA se publican periódicos en pequeñas ciudades<br />

de 3 mil habitantes, uno no deja de asombrarse al saber que, en Caracas,<br />

con una población de 40 a 50 mil almas, no existía una sola imprenta antes<br />

de 1806”. 3 Cabe reconocer que, desde un ángulo estrictamente histórico,<br />

mientras que en Estados Unidos y en algunos países europeos como Francia,<br />

Holanda e Inglaterra, se realizaba con entera libertad la publicación de<br />

todo tipo de escritos, en España y la América española se precisaba de un<br />

permiso del rey (de un privilegio especial) para establecer una imprenta.<br />

Lo mismo ocurría con las investigaciones económicas, históricas o científicas:<br />

se realizaban, pero no se daban a conocer al público culto. Así, las<br />

grandes expediciones científicas y los trabajos de primer nivel que en su<br />

tiempo realizaron, con el apoyo directo de la Corona española, entre otros<br />

más, José Celestino Mutis y Francisco José de Caldas en el Nuevo Reyno<br />

de Granada; Alejandro Malaspina alrededor del mundo; Martín de Sessé y<br />

José Mariano Mociño en la Nueva España y en el actual territorio de Canadá,<br />

permanecieron inéditos durante largo tiempo. El trabajo científico<br />

de Humboldt guarda, por el contrario, una notable diferencia con los de<br />

estos grandes investigadores, sobre todo por su carácter abierto y público,<br />

ya que él mismo sufragó con sus recursos el viaje y editó luego el resultado<br />

de la investigación, con el objeto de ponerlo en las manos de la comunidad<br />

científica de su tiempo.<br />

Así, en nuestros países, a los gobiernos, a los intelectuales, a los escritores,<br />

a los pensadores, les atacó la enfermedad de la prisa. Tanto a uno<br />

como a otro lado del Atlántico, desde el siglo xix, nos atacó la urgencia<br />

de ponernos al día, de volvernos modernos, de actualizarnos, como<br />

hoy de globalizarnos. España estaba sumergida en la ignorancia, se decía,<br />

3 A. de Humboldt, Relation historique du Voyage aux Régions Équinoxiales du Nouveau Continent, edición<br />

facsimilar, Stuttgart, Brockhaus, 1970, t. i, p. 594 (la primera edición fue hecha por Dufour, en París,<br />

el año de 1814).


la edición del libro de pensamiento en el español actual 447<br />

igual que las nuevas repúblicas de américa latina estaban retrasadas. al<br />

mismo tiempo que parecía necesario adoptar la estructura política que<br />

respondiera a ese reto, digo, la democracia norteamericana, era urgente<br />

crear instituciones educativas que llevaran las luces y la civilización al pueblo<br />

analfabeto. Parece como si la necesaria masificación de la enseñanza<br />

hubiera sido puesta por encima de la exigencia de calidad y de excelencia.<br />

lo urgente sustituyó a lo óptimo y los planes inmediatos fueron preferidos<br />

a otros planes posibles: aquellos que, lentamente y en el largo plazo,<br />

hubieran podido hacer frente a los rezagos con la mira puesta en lo mejor.<br />

desde el movimiento de independencia, los libros inmediatos, baratos, sin<br />

la calidad suficiente, fueron preferidos a los libros, más caros y más difíciles<br />

de hacer, por supuesto, que respondieran a esta exigencia de calidad. se<br />

creyó entonces que al pueblo se le podía dar cualquier cosa, en tanto que<br />

se suponía que algo era preferible a nada. los resultados están a la vista:<br />

ediciones que son motivo de vergüenza, hechas con premura, sin el aparato<br />

crítico adecuado y hasta sin indicaciones de traductor, ya no digamos<br />

con índices analíticos de autores y temas, crecieron a lo largo y lo ancho<br />

del orbe lingüístico del español. Pongo el caso de muchas ediciones de<br />

autores clásicos griegos y latinos, en tirajes que se pusieron al alcance del<br />

pueblo. ingleses, franceses y alemanes hicieron, desde el siglo xix, buenas<br />

ediciones críticas bilingües en traducciones que se mejoran de modo continuo,<br />

pero en nuestra lengua las ediciones carecieron del adecuado aparato<br />

crítico, no respetaron la norma universal para ordenar versos, páginas,<br />

columnas, párrafos y líneas de las ediciones serias.<br />

eso mismo puede advertirse cuando se trata de los clásicos del pensamiento<br />

y de la ciencia. carecemos todavía de los libros que en otras lenguas<br />

son moneda de curso corriente, sea en ediciones universitarias o de<br />

bolsillo (porque las primeras ediciones inglesas, francesas o alemanas, muy<br />

costosas por regla general, luego se volvieron de carácter popular en tirajes<br />

masivos). la idea de que al pueblo se le puede dar cualquier cosa, en vez de<br />

ofrecerle las obras en ediciones llenas de cuidado y de rigor, nos condujo<br />

a una posición inadecuada. Hoy, por fortuna, empezamos a superar esa<br />

situación. aun editoriales de prestigio se limitaron a publicar antologías o<br />

textos incompletos de clásicos del pensamiento universal. desde luego, el


448 jaime labastida<br />

fenómeno no fue tan agudo en filosofía como en ciencia. ¿de qué se trata,<br />

pues? de hacer, en lengua española, las mejores ediciones posibles, las más<br />

rigurosas, tanto de libros como de revistas. Primero, deben crearse revistas<br />

científicas de primer orden; en ellas, las traducciones han de ser de excelencia.<br />

segundo, debe haber más y mejores editoriales de pensamiento, que<br />

cuenten con el suficiente apoyo de instituciones estatales y universitarias:<br />

los libros que publiquen deben contar con un aparato crítico que llene<br />

lagunas y explique sentidos. Tercero, los índices analíticos (de autores, temas,<br />

nombres) deben cubrir todos los aspectos de una edición rigurosa.<br />

Pero nada de eso será posible si no superamos, al mismo tiempo, en<br />

américa latina especialmente, tres escollos. Por un lado, debe extenderse<br />

la enseñanza y mejorarse su calidad. También debe elevarse más el nivel de<br />

vida de nuestros pueblos, para que hombres y mujeres tengan acceso (particularmente,<br />

insisto, en américa latina) a los bienes culturales (al libro,<br />

al pensamiento, a la crítica, a la libertad de expresión). Por último, debe<br />

producirse un crecimiento expansivo de la cultura del libro (obvio es decir<br />

que no sólo de la lectura sino también de la escritura: sólo así crecen la<br />

inteligencia y la sensibilidad de los pueblos).<br />

Finalmente, tal vez sólo me resta hacer una reflexión de orden histórico.<br />

la invención de la imprenta arrojó a la calle a los pendolistas y generó,<br />

en el plano inmediato, una masa de desempleados. con el curso del tiempo,<br />

sin embargo, la imprenta ha permitido la creación de millones de empleos<br />

en todo el mundo y ha hecho muchísimo más: ha democratizado la razón.<br />

las letras y la escritura, los libros, eran, hasta la invención de gutenberg,<br />

patrimonio de unos cuantos. la imprenta uniformó el texto, porque los<br />

pendolistas, al copiar a mano lo escrito, hacían cambios, interpolaciones,<br />

supresiones propias de todo trabajo artesanal. después de gutenberg, el<br />

libro fue al pueblo. la enseñanza se hizo popular; imprentas, periódicos,<br />

revistas y editoriales crecieron por el mundo.<br />

¿Puede ampliarse la democracia? ¿Qué debe ser un proceso democrático?<br />

la democracia radical debe extenderse, desde luego, pero el problema<br />

no sólo es de orden cuantitativo. al poder extensivo de los números<br />

debe añadirse el poder decisivo de la calidad. Vivimos en la sociedad de la<br />

información, estamos inmersos en la edad del conocimiento, en la edad


la edición del libro de pensamiento en el español actual 449<br />

científica. en esta edad, no basta con la sola extensión del saber, es además<br />

necesario elevar la calidad de la misma. esto sólo será posible si, a<br />

medida que se masifica la información, también se pone el acento en la<br />

necesaria elevación de su calidad.<br />

en el orbe lingüístico del español hemos dispuesto y disponemos de<br />

editoriales y revistas de alta calidad científica. apenas mencionaré algunas.<br />

¿Quién puede soslayar el trabajo, sin duda benemérito, de la revista de<br />

occidente? el ala generosa del Fondo de cultura económica se extiende<br />

por las dos orillas del atlántico. editoriales de la talla de gredos, Taurus,<br />

salvat, espasa, cátedra, akal, siglo xxi, ariel, oikos, Paidós realizan un<br />

trabajo heroico. no se puede olvidar el trabajo de las universidades, tanto<br />

peninsulares como americanas. la universidad nacional autónoma de<br />

méxico, con las ediciones del seminario de Problemas científicos y Filosóficos,<br />

puso en manos de alumnos y estudiantes textos fundamentales<br />

del pensamiento y la ciencia modernos; los autores clásicos se dieron a<br />

conocer en la Bibliotheca scriptorum graecorum et romanorum mexicana;<br />

el instituto de investigaciones Filosóficas ha publicado textos básicos.<br />

la universidad complutense realiza una labor de excelencia; el consejo<br />

nacional de ciencia y Tecnología publicó la revista Conacyt.<br />

el recuento es breve y, por supuesto, arbitrario. sólo me resta decir<br />

que el porvenir de nuestra lengua está abierto, en tanto que crece la masa<br />

fónica de sus hablantes. Pero el asunto, aun el económico, no es de orden<br />

cuantitativo: todos hemos de hacer un esfuerzo constante para alcanzar la<br />

excelencia.


antecedentes<br />

el Fondo de culTura económica<br />

en el orBe de la lengua esPaÑola<br />

[451]<br />

gonzalo celorio<br />

el 3 de septiembre de 1934, hoy hace exactamente sesenta y siete años,<br />

se crea el Fondo de cultura económica bajo el liderazgo de daniel cosío<br />

Villegas, quien para entonces ya había contribuido a la fundación de la<br />

revista El Trimestre Económico, y madurado su gran proyecto editorial durante<br />

el viaje que en el año de 1933 realiza a españa para impartir cursos<br />

sobre la reforma agraria mexicana en la universidad central de madrid.<br />

egresado de la Facultad de derecho y ciencias sociales de la universidad<br />

nacional de méxico y estudiante de economía en diversas universidades<br />

norteamericanas y europeas, cosío Villegas se percata de la necesidad de<br />

que los estudiantes mexicanos de la flamante escuela nacional de economía,<br />

nacida en 1933 de la Facultad de derecho, cuenten con los textos<br />

propios de su disciplina, a la sazón inexistentes en lengua española. como<br />

su nombre lo indica, el Fondo de cultura económica empieza su labor<br />

editorial, pues, con la publicación de títulos de economía, que habrán de<br />

satisfacer las demandas académicas no sólo de méxico sino de toda américa<br />

latina, porque, desde sus inicios, la casa editorial estuvo animada por<br />

la entusiasta vocación hispanoamericana que don daniel le imprimió, la<br />

cual nuestro fundador había adquirido cuando participó, como presidente,<br />

en el i congreso internacional de estudiantes, celebrado en el temprano<br />

año de 1921. “la américa latina –declaró años más tarde– integra un<br />

continente de magníficas posibilidades y de grandes reservas espirituales;<br />

no estamos gastados, en cambio poseemos marcada tendencia a dejarnos<br />

dominar por la influencia extranjera, y esto es lo que debemos combatir,<br />

no desdeñando, por supuesto, esa cultura de carácter universal que tiene


452 gonZalo celorio<br />

un valor único, sino dando forma concreta a nuestras legítimas aspiraciones<br />

de llegar a poseer un plantel de intelectuales que ahonden en la psicología<br />

americana, tan rica en matices, y vuelquen en el libro los contornos<br />

precisos de nuestra verdadera personalidad latinoamericana.”<br />

durante sus primeros quince años de vida, bajo la dirección de cosío<br />

Villegas y con el decidido concurso de numerosos intelectuales procedentes<br />

del exilio español republicano –enrique díez-canedo, Wenceslao roces,<br />

Joaquín xirau, entre muchos otros–, el Fondo de cultura económica fue<br />

ampliando muy considerablemente el espectro de su catálogo al publicar<br />

títulos fundamentales de las ciencias sociales y de las humanidades: se tradujeron<br />

y publicaron desde entonces obras de ciencia política, historia, sociología,<br />

filosofía, psicología y psicoanálisis, antropología, lengua y estudios<br />

literarios, y surgieron las grandes colecciones que todavía siguen vivas en<br />

nuestros días, como “Tierra firme”, “Tezontle”, “Biblioteca americana”,<br />

“Breviarios”. Para cada área y colección se contó con la participación de los<br />

más notables eruditos del momento, entre los que cabe mencionar a silvio<br />

Zavala, Francisco giner de los ríos, eduardo garcía máynez, José gaos,<br />

erich Fromm, alfonso caso, raimundo lida, Pedro Henríquez ureña.<br />

entre 1948 y 1965, el editor argentino arnaldo orfila reynal, quien<br />

sucedió a daniel cosío Villegas en la dirección del Fondo de cultura económica,<br />

continuó el proyecto de su antecesor y tuvo la gran visión editorial<br />

de publicar numerosas obras que con los años adquirieron valor<br />

paradigmático e incidieron determinantemente en la formación de los estudiantes<br />

universitarios de todos los países de habla española. al mismo<br />

tiempo se dio cabida a la expresión del pensamiento original en nuestra<br />

lengua, de manera que se estableció un diálogo permanente entre la cultura<br />

iberoamericana y la cultura universal, como quería alfonso reyes. con<br />

él empezaron las colecciones “letras mexicanas” e “Historia de las ideas<br />

en américa” y la “colección Popular”, inaugurada por Juan rulfo. en ese<br />

tiempo se fundó La Gaceta, publicación periódica del Fondo que sigue<br />

apareciendo mes a mes para dar noticia principalmente de nuestras nuevas<br />

ediciones, y se abrieron las filiales de la editorial en madrid y santiago<br />

de chile, con las que dio inicio la presencia de nuestra casa en los países<br />

de habla española, las cuales, con los años, habrían de multiplicarse para


el fondo de cultura económica en el orbe de la lengua española 453<br />

fungir como embajadas culturales de méxico en el orbe de nuestra lengua.<br />

directores tan destacados como José luis martínez –hoy día director<br />

de nuestra academia mexicana– y Jaime garcía Terrés enriquecieron<br />

muy significativamente el catálogo. el primero emprendió la gran tarea<br />

de editar en forma facsimilar las revistas literarias mexicanas modernas,<br />

y el segundo impulsó nuevas colecciones, entre ellas, la de divulgación<br />

científica, que hoy es conocida con el nombre de la ciencia para todos y<br />

que ha representado un mayúsculo esfuerzo de los científicos mexicanos,<br />

quienes, en aras de la soberanía cultural, han puesto al alcance del lector<br />

no especializado los conocimientos de las más diversas disciplinas –de la<br />

fisiología celular y la oceanografía a las matemáticas y la física cuántica– en<br />

obras originales, que hoy día tienen gran circulación en toda américa latina.<br />

con enrique gonzález Pedrero se publicaron ediciones facsimilares<br />

de los antiguos códices mexicanos y con miguel de la madrid se abrió una<br />

nueva línea editorial, que ha tenido muy feliz acogida: la literatura para<br />

niños y para jóvenes, que le ha permitido al Fondo incidir en la formación<br />

de lectores desde las edades más tempranas, actividad sin duda meritoria<br />

y esperanzadora en un país como méxico donde los índices de hábito de<br />

lectura son dramáticamente bajos.<br />

actualidad<br />

en la actualidad, el Fondo de cultura económica cuenta con un enorme<br />

patrimonio editorial cercano a los ocho mil títulos, de los cuales más de<br />

cinco mil se encuentran en circulación, ya que el Fondo ha asumido una<br />

política de reimpresión constante habida cuenta de la demanda que, sobre<br />

todo en el ámbito de la educación superior, siguen teniendo muchísimos<br />

títulos que conservan su vigencia y son estudiados como textos clásicos.<br />

el mérito de los directores anteriores, a los que he hecho referencia, fue<br />

precisamente el de descubrir con anticipación los textos que habrían de<br />

perdurar en las diferentes ramas del conocimiento. el número de títulos<br />

se corresponde con el de 90 millones de ejemplares editados a lo largo de<br />

estos 67 años de vida de la editorial.


454 gonZalo celorio<br />

el incremento en el ritmo de publicación ha sido notable. Hoy día, el<br />

Fondo de cultura económica, como muy pocas editoriales en el mundo,<br />

publica dos títulos diarios. efectivamente, salen a la luz más de 700 títulos<br />

al año, de los cuales cerca de 250 son primeras o nuevas ediciones y el resto<br />

reimpresiones, de acuerdo a la política de mantener vivas más de las dos<br />

terceras partes de nuestro catálogo histórico. de ellos, más de 100 se publican<br />

en las filiales que el Fondo tiene en nueve ciudades correspondientes<br />

a otros tantos países del mundo de lengua española o muy cercanos, por<br />

población o por interés, a nuestro idioma, y a las que me referiré más adelante.<br />

Tales cifras se corresponden con más de dos millones de ejemplares<br />

anuales (un promedio de 3 000 ejemplares por título), que se distribuyen<br />

selectivamente en el mundo de habla española, y de manera exhaustiva en<br />

las librerías que el propio Fondo ha establecido durante los últimos años<br />

en nuestro país. en la ciudad de méxico nuestra casa editorial tiene cinco<br />

librerías propias donde exhibe la totalidad de su catálogo vivo, que, por su<br />

extensión, difícilmente podría tener cabida en otros puntos de venta. en<br />

la mayor parte de ellas manejamos también otros fondos editoriales, de la<br />

misma manera que nuestros libros se encuentran prácticamente en todas<br />

las librerías del país. contamos además con delegaciones en las dos ciudades<br />

más importantes del interior de la república, guadalajara y monterrey,<br />

y, como decía antes, con filiales en nueve ciudades extranjeras. en efecto, el<br />

Fondo cuenta con sedes filiales en madrid, san diego california (estados<br />

unidos), guatemala, caracas, Bogotá, lima, são Paulo (Brasil), santiago<br />

de chile y Buenos aires. desde estos puntos distribuimos nuestros libros<br />

en todo el mundo de habla española y aun en los estados unidos y Brasil.<br />

la relación con esos países no es unilateral como podría pensarse, sino<br />

que merced a esta presencia directa, el catálogo del Fondo se ha enriquecido<br />

enormemente con la participación editorial proveniente de esos países.<br />

gracias a ello, nuestra editorial conserva la profunda vocación bolivariana<br />

con la que fue creada.<br />

el Fondo de cultura económica es, en nuestros días, un organismo<br />

descentralizado del estado mexicano y tiene personalidad jurídica propia.<br />

un poco más de la mitad de su presupuesto proviene del subsidio del gobierno<br />

federal y un poco menos de la mitad proviene de ingresos propios.


el fondo de cultura económica en el orbe de la lengua española 455<br />

la marcada tendencia de incremento de los ingresos propios en los últimos<br />

años permite augurar que en muy poco tiempo estas proporciones se<br />

invertirán y acaso al final de este mismo año los ingresos fiscales lleguen<br />

a ser minoritarios con respecto a los generados por la comercialización de<br />

nuestros productos.<br />

no obstante el subsidio proveniente del gobierno federal, el Fondo de<br />

cultura económica ha gozado a lo largo de sus casi siete décadas de vida<br />

de autonomía editorial, que se refleja en la pluralidad de un catálogo donde<br />

lo mismo se encuentra adam smith que carlos marx, Hegel que Kant,<br />

erich Fromm que carl gustav Jung, por citar sólo unos ejemplos.<br />

no hay intelectual de habla española de estos tiempos que no reconozca<br />

haberse formado, así sea parcialmente, en los libros del Fondo de<br />

cultura económica. en un catálogo tan extenso como el nuestro es difícil<br />

elegir algunos textos que den cuenta de la pluralidad y de la importancia<br />

que esta casa editorial ha tenido en la formación de las sucesivas generaciones<br />

de estudiantes de los últimos setenta años. no puedo, sin embargo,<br />

dejar de recordar, a guisa de ejemplo, algunas de nuestras obras clásicas.<br />

Leviatán de Thomas Hobbes, Utopías del Renacimiento de Tomás moro, Paideia<br />

de Werner Jaeger, Historia económica general o Economía y sociedad de max<br />

Weber, La rama dorada de James george Frazer, Teoría general de la ocupación,<br />

el interés y el dinero de John maynard Keynes, El Capital de carlos marx,<br />

Popol Vuh, Erasmo y España de marcel Bataillon, La invención de América de<br />

edmundo o’gorman, Mimesis de erich auerbach, Historia de las Indias de<br />

Bartolomé de las casas, las obras completas de Juan ruiz de alarcón, sor<br />

Juana inés de la cruz, alfonso reyes y octavio Paz, El Llano en llamas y<br />

Pedro Páramo de Juan rulfo, La región más transparente y La muerte de Artemio<br />

Cruz de carlos Fuentes, Ética y psicoanálisis de erich Fromm, El hombre y<br />

lo divino de maría Zambrano, El pensamiento salvaje de claude lévi-strauss,<br />

Historia de la locura de michel Foucault, la mayor parte de las obras dedicadas<br />

a la imaginación poética de gaston Bachelard, los aforismos de Kafka<br />

y los de lichtenberg, Ensayos sobre literatura de günter grass, Pensadores<br />

rusos de isaiah Berlin, El camino a Eleusis de r. gordon Wasson, albert<br />

Hofmann y carl a. ruck, y un larguísimo etcétera.


456 gonZalo celorio<br />

pro s p e c t i va<br />

en estos tiempos en que la rentabilidad comercial rige el quehacer de los<br />

grandes consorcios editoriales y en que las casas editoras pequeñas se ven<br />

cada vez más imposibilitadas para subsistir con criterios de independencia<br />

y de calidad editorial, el Fondo de cultura económica, gracias al subsidio<br />

que le otorga el gobierno federal, puede publicar obras que no se subordinan<br />

a criterios de rentabilidad comercial y que son de primerísima importancia<br />

en términos culturales.<br />

en los días críticos que corren para la publicación de las obras que<br />

pudiéramos llamar imprescindibles, la labor primordial de nuestra casa no<br />

es otra que la de defender y revitalizar sus objetivos primigenios porque,<br />

como dijo octavio Paz, “la búsqueda de un futuro termina siempre con<br />

la reconquista de un pasado”. el Fondo no es sólo una editorial; es, sobre<br />

todo, una institución, cuyo cometido es preservar nuestra soberanía cultural,<br />

poniendo a disposición de los lectores de habla española los textos<br />

más importantes de todas las áreas del saber humano, independientemente<br />

de su viabilidad financiera. así como ha sido garante de la continuidad<br />

del pensamiento hispánico en momentos asaz difíciles de las historias de<br />

nuestros países, desde la guerra civil española y el franquismo hasta las<br />

dictaduras militares de chile y argentina, el Fondo de cultura económica<br />

ha contribuido, como muy pocas instituciones y con un espíritu verdaderamente<br />

anfictiónico, a evitar la balcanización de los países hispanoamericanos.<br />

Tan trascendente misión comenzó con el propio cosío Villegas,<br />

quien, animado por su amigo y maestro Pedro Henríquez ureña, dio a<br />

conocer en diversas obras, particularmente en las publicadas dentro de la<br />

colección “Biblioteca americana”, nuestra insospechada riqueza cultural.<br />

al comienzo de un nuevo siglo, el Fondo de cultura económica habrá<br />

de adecuarse a las nuevas necesidades de los lectores y del mercado, pero<br />

sin desviarse de los principios que le dieron origen. deberemos enfrentar<br />

la competencia de los consorcios editoriales con mecanismos de edición,<br />

difusión y comercialización más afinados, como un corporativo iberoamericano<br />

cuyo valor ha de buscarse en el capital cultural resultante más que<br />

en las ganancias pecuniarias.


el fondo de cultura económica en el orbe de la lengua española 457<br />

el activo de la lengua española tiene en el Fondo de cultura económica<br />

una muy buena parte de su expresión y de su potencia. Tendremos<br />

que sortear las dificultades para mantener e incrementar un catálogo que,<br />

en alternancia con el pensamiento y la cultura universales, le da unidad y<br />

fuerza a nuestra lengua y a la cultura que ella expresa y configura.


unidad Y diVersidad del esPaÑol: el léxico<br />

1. introducción<br />

[459]<br />

José moreno de alba<br />

es interesante constatar que la frecuencia de aparición de tal o cual lexema<br />

en la lengua hablada o escrita es inversamente proporcional a la riqueza<br />

de la clase a la que pertenece: evidentemente las más frecuentes<br />

son las palabras gramaticales; 1 por el contrario, las voces más raras, más<br />

especializadas, las que aparecen muy de vez en cuando en un texto oral<br />

o escrito, pertenecen a las clases más ricas (los verbos, los adjetivos, y,<br />

sobre todo, los sustantivos). la función del léxico tiene que ver con un<br />

proceso de designación, que se aplica a entidades de la experiencia, mientras<br />

que la gramática trata con modalidades agregadas o conferidas a esas<br />

entidades. los nombres sustantivos son sin duda las palabras léxicas (en<br />

cuanto no gramaticales) más representativas. la clase de los sustantivos<br />

es tan extensa porque a ella pertenecen no sólo esos pocos nombres que<br />

todos conocemos y empleamos cotidianamente, sino también los muchos<br />

millares de palabras raras. son los sustantivos, sobre todo lo llamados<br />

comunes, los que nos permite organizar el mundo en grupos, en clases,<br />

en taxonomías, de conformidad con las necesidades que va señalando la<br />

experiencia.<br />

Ya sea por el frecuente recurso de la derivación y composición, ya sea<br />

mediante la combinación de raíces griegas y latinas, ya sea por la penetración<br />

de extranjerismos provenientes de otras lenguas modernas, continua-<br />

1 en una investigación estadística de léxico en el español mexicano, en la lista de las 100 palabras más<br />

frecuentes de un corpus de casi dos millones de apariciones, las primeras diez fueron las siguientes:<br />

la, el, de, y, que, en, a, se, no, ser. como se ve, las nueve primeras forman parte de clases cerradas.<br />

el primer sustantivo que aparece en la lista (se trata de la palabra vez) ocupa el lugar 51 (cf. ham<br />

chande, 1979).


460 josé moreno de alba<br />

mente llegan a los léxicos generales de cada idioma vivo palabras nuevas,<br />

que se incorporan a esos acervos no por casualidad o por capricho de tal<br />

o cual hablante, sino por imperiosas necesidades de designación. en un<br />

mundo cambiante, donde cada día hay novedades en todos los terrenos,<br />

también los nombres que sirven para designarlas nacen exactamente con<br />

la misma velocidad.<br />

cualquier objeto o concepto nuevo requiere de inmediato ser nombrado;<br />

son los nombres, los sustantivos neológicos los que cumplen, siempre<br />

a tiempo, esta función designadora. 2<br />

ciertamente la lengua española parece tender hoy más a la unidad<br />

que a la diversidad. es innegable empero que en un idioma extendido<br />

por tan extensos territorios y con tantos millones de hablantes debe haber<br />

diferencias internas más o menos acusadas. en los profundos niveles<br />

lingüísticos correspondientes a la fonología y a la gramática estas divergencias<br />

no son particularmente graves; en la fonética y, sobre todo, en<br />

el vocabulario son fácilmente perceptibles para cualquiera. Hace años,<br />

rosenblat (1971:11 y ss.) explicaba que son muy diferentes las opiniones<br />

que sobre la diversidad del español pueden dar los turistas, los puristas<br />

y los filólogos. a un turista español que llegue a méxico –escribía– le<br />

sorprenderá que en el desayuno le ofrezcan bolillos (cierto tipo de pan<br />

blanco), que en la calle pueda abordar un camión (autobús) o pedir un<br />

aventón (autostop), que sea un bolero el que le bolee (asee) los zapatos,<br />

que en el teléfono le contesten ¡bueno!, que ahí las casas se renten (se alquilen),<br />

que pueda acompañar sus bebidas con botanas (tapas), que haya<br />

establecimientos como las loncherías (cierto tipo de cafeterías modestas),<br />

tlapalerías (ferreterías donde se venden también pinturas), misceláneas<br />

(pequeñas tiendas de comestibles), rosticerías (asadores), etc. algo semejante<br />

le pasará a cualquier otro turista que llegue a las demás ciudades<br />

del extenso mundo hispanohablante porque hay ahí necesiariamente diferencias<br />

léxicas, aunque sin duda es una tarea pendiente determinar si<br />

2 en la lengua, en su léxico, se dan simultáneamente dos condiciones: la de un sistema conservador<br />

(“nuestras lenguas son instrumentos anacrónicos […] al hablar somos humildes rehenes del pasado”,<br />

escribió ortega y gasset) e innovador. Hace ver rosenblat (1967) que palabras como radar,<br />

neutrón, fanatismo, litro, burócrata, son “increíblemente jóvenes”.


unidad y diversidad del español: el léxico 461<br />

éstas afectan o no a la esencia misma de la lengua o si impiden de manera<br />

notable la comunicación entre los diversos grupos.<br />

aceptando que existen diferencias considerables en el léxico de las<br />

diversas regiones del extenso mundo que habla español, a las que además<br />

deben sumarse las que se originan por razones sociales, es asimismo indudable<br />

que hay también un enorme caudal léxico común a todos los hispanohablantes,<br />

observable por ejemplo en la literatura. esto no quiere decir<br />

de ninguna manera que estén desapareciendo las diferencias regionales.<br />

lo que habría que determinar es si tenía o no razón el mismo rosenblat<br />

(1971:32) cuando escribía aquello de que las designaciones básicas (parentesco,<br />

partes del cuerpo, objetos más comunes, fórmulas de la vida social…)<br />

son comunes a todos: “al pan lo seguimos llamando pan y al vino,<br />

vino. Por encima de ese fondo común las divergencias son sólo pequeñas<br />

ondas en la superficie de un océano inmenso”. abundantes diferencias en<br />

el léxico regional y rural.<br />

en el prólogo al poema nastasio de soto y calvo, el gran filólogo<br />

colombiano rufino José cuervo, a fines del siglo xix, escribía lo siguiente:<br />

“Hoy sin dificultad y con deleite leemos las obras de los escritores americanos<br />

sobre historia, literatura, filosofía; pero en llegando a lo familiar o lo<br />

local, necesitamos glosarios”. en efecto, no es el vocabulario culto, bastante<br />

estandarizado, sino el popular y, sobre todo, el rural, el regional, el que<br />

hace ver la lengua española (igual que a cualquier otra) como un inmenso<br />

mosaico constituido por infinidad de vocablos y acepciones de muy reducida<br />

extensión geográfica pero de hondo arraigo entre los hablantes de<br />

tal o cual pueblo o región. Fuentes confiables de este tipo de diferencias<br />

son sin duda los atlas lingüísticos, que no sólo organizan conceptos en<br />

campos semánticos sino también muestran la distribución geográfica de<br />

los vocablos en una zona determinada. imposible en una comunicación<br />

como ésta detenerme a ejemplificar con detalle la enorme diversidad léxica<br />

del español regional y rural en el mundo. Basten algunos pocos conceptos<br />

y vocablos tomados de cuatro atlas: el de andalucía (alea), el de canarias<br />

(aleican), el de colombia (alec) y el de méxico (alm).<br />

un concepto (y sus designaciones) tomado del mundo de la fauna: a<br />

la luciérnaga, en andalucía se le llama, predominantemente, bichito de luz


462 josé moreno de alba<br />

pero también: candilico, gusanito de luz, linterna, bichuchico, reluzangana…;<br />

en canarias sobresale la designación cucuyo y, secundariamente: luciérnaga,<br />

salvaja, fuego fatuo, fuego salvaje, miñoca, yuyú…; en colombia<br />

predomina el vocablo candelilla y también se emplean: luciérnaga, alumbraculo,<br />

cocuy, cocuyo, lagaña de perro, manzana…; la voz preferida en méxico<br />

es luciérnaga, que alterna con: cocay, cocuyo, lucerna, alumbrador, linterna,<br />

copeche, chupiro, cucayo, chilasca, churrupitente, santamarta, tagüinche,<br />

gusanito, moscaque, cacusagui, pilil, pilín, arlomo, caballero, chupamecha,<br />

chuperete, currupete, lucecita, marticuil, martita, prendedor, prendeyapaga,<br />

santiaguillo, tachinole, trencito, viejita… en sólo cuatro regiones del mundo<br />

hispánico se registran, para este concepto, más de 50 designaciones.<br />

suele pensarse que las partes del cuerpo humano se designan de manera<br />

uniforme porque se trata de las llamadas básicas. Fácilmente se encuentran<br />

contraejemplos. Véase el caso del concepto “dedo meñique”. en<br />

andalucía se le llama, preferentemente, meñique, aunque también, como<br />

secundarias, se dan las siguientes designaciones: chico, margarito, chiquitín,<br />

miche, títere, tete, chiqueniño, chipilín, garite… en canarias se prefiere<br />

margarito, que alterna con: márgaro, meñique, mangariño, pequeño,<br />

meringuiño… en colombia parecen prevalecer los vocablos meñique y<br />

chiquito, aunque también es frecuente tientagallinas. en méxico, finalmente,<br />

como en andalucía y colombia hay predominio de meñique y, como<br />

designaciones secundarias: chiquito, niño chiquito (y bonito), chocoyote<br />

(de origen náhuatl), menor, pequeño, quinto, tup (o tupito), de origen<br />

maya, de la gallina, desconsolado… más de 20 designaciones para un concepto<br />

de designación básica.<br />

Por último, en lo que respecta a léxico regional y rural, considérese un<br />

concepto cuyo referente no pertenece ni a la flora, ni a la fauna, ni al cuerpo<br />

humano. aludo a “diablo”. llama la atención que, mientras en andalucía<br />

y canarias sólo se documentan dos designaciones (diablo y demonio),<br />

en méxico y, sobre todo, en colombia, además de esas dos, se registren<br />

muchas más. designaciones secundarias en méxico son: satanás, lucifer,<br />

chamuco (de origen náhuatl), pingo, chango, luzbel, satán, el enemigo,<br />

camándula, judío… sorprende que, en el mapa del alec correspondiente<br />

a este concepto, se documenten más de 100 formas de llamar al diablo en


unidad y diversidad del español: el léxico 463<br />

colombia, algunas de las cuales son: barrabás, busiraco, cachón, cachudo,<br />

caifás, capataz, compadre, cuco, chiras, diánchiro, diantre, enemigo malo,<br />

gato negro, guainás, judas, judío (errante), luzbel, mahoma, mandingas,<br />

maligno, mañoco, perro negro, tentación, trampas, uñón, viruñas…<br />

2. pocas diferencias en el léxico fundamental<br />

el corpus que se viene utilizando para el importante proyecto del diccionario<br />

del español de méxico 3 consta de 1 891 045 vocablos; 4 de él se obtuvo<br />

un vocabulario constitutido por 64 183 palabras. ahora bien, cuando<br />

se preparó el dfem (1982), “al acumular los vocablos que constituyen el<br />

75% de todas las emisiones lingüísticas cultas en el español de méxico, se<br />

comprobó que están formadas por 1 451 palabras. esta acumulación es el<br />

vocabulario fundamental” (introducción del dfem, 1982:11). ésas son las<br />

entradas del dfem (1982). es posible que, a primera vista, parezcan pocas<br />

palabras. sin embargo, como se señala en esa misma introducción (p.11):<br />

una constante entre muchas lenguas del mundo parece ser que su vocabulario<br />

fundamental se aproxime a esa cifra y no pase de dos mil palabras.<br />

así lo han demostrado las investigaciones hechas sobre lenguas tan<br />

diferentes como el chino, el japonés, el francés o el inglés.<br />

Puede muy bien, por tanto, tomarse este léxico fundamental del español<br />

mexicano como ejemplo, pues muy probablemente la constitución de otros<br />

vocabularios fundamentales, correspondientes a otros dialectos (español<br />

europeo, argentino, puertorriqueño…) no variaría mucho, ni en el número<br />

ni en el tipo de vocablos. si se revisan las entradas de este diccionario, si se<br />

3 noticias metodológicas pueden verse en lara, ham y garcía (1979). resultados no por parciales<br />

menos importantes son los tres diccionarios hasta ahora publicados, todos dirigidos por luis Fernando<br />

lara: Diccionario fundamental del español de México (dfem, 1982), Diccionario básico del español de México<br />

(dbem, 1986) y Diccionario del español usual de México (deum, 1996).<br />

4 los mil textos (orales y escritos), cada uno constituido por cerca de dos mil palabras, se clasifican<br />

así (de mayor a menor): lengua culta, lengua no estándar, lengua sub-culta, ciencias, periodismo,<br />

literatura, textos dialectales, técnicas, literatura popular, jergas, discursos políticos, religión (cf. ham<br />

chande, 1979:76).


464 josé moreno de alba<br />

revisa este léxico fundamental, con facilidad podrá comprobarse que casi<br />

no contiene mexicanismos. 5 la casi totalidad de entradas corresponde al<br />

español general. Véanse, sea por caso, las 47 entradas que comienzan por<br />

b: b, bailar, baile, bajar, bajo 1, bajo 2, banca 1, banca 2, banco 1, banco<br />

2, banco 3, bañar, baño, barco, barrio, basar, base, básico, basta, bastante,<br />

bastar, batir, beber, belleza, bello, beneficiar, beneficio, besar, beso, bien 1,<br />

bien 2, bilabial, blanco, boca, bolsa 1, bolsa 2, bonito, brazo, breve, buen,<br />

bueno, burgués, burguesía, burocracia, burócrata, buscar, búsqueda. ninguna<br />

de estas voces puede ser considerada mexicanismo; lo mismo puede<br />

decirse de las diversas acepciones de cada una de ellas.<br />

algo similar puede afirmarse del resto de las entradas, aunque no faltan<br />

algunos pocos mexicanismos (chile, tortilla [de masa de maíz]…). en<br />

este diccionario no tienen cabida numerosos mexicanismos que aparecerán<br />

en los otros dos, sobre todo en el deum (1996), como atole, banqueta<br />

(‘acera’), bolear, bolero, camote, comal, elote, nopal, petate, tamal…<br />

es muy probable que, si revisáramos los vocabularios fundamentales<br />

de los demás dialectos del español, formados con técnicas estadísticas semejantes,<br />

encontraríamos lo mismo: la casi totalidad de vocablos y acepciones<br />

propias de cada uno de los dialectos. más aún. Quizá sea ésta una<br />

de las peculiaridades de los vocabularios fundamentales de los dialectos:<br />

las diferencias entre vocablos y acepciones entre unos vocabularios y otros<br />

es mínima.<br />

evidentemente, “a partir del límite trazado para el vocabulario fundamental<br />

[75% de todas las emisiones lingüísticas cultas] el léxico aumenta<br />

en relación con la enorme variedad de temas especializados…” (dfem,<br />

1982:11). en esa misma proporción aumentarán también las diferencias<br />

en relación con el español general y con el español de cada uno de los<br />

demás dialectos.<br />

5 entiendo por mexicanismos un vocablo o acepción propio de la mayor parte de los hablantes mexicanos<br />

y ausente en la mayor parte de los hispanohablantes no mexicanos.


unidad y diversidad del español: el léxico 465<br />

3. notables diferencias en el proyecto varilex 6<br />

como se ve, no es de interés de los trabajos sobre vocabularios fundamentales<br />

la búsqueda de diferencias léxicas entre las variedades lingüísticas.<br />

Hay empero investigaciones léxicas que ponen énfasis, precisamente, en<br />

las diferencias de vocabulario existentes entre los diversos dialectos. los<br />

instrumentos de consulta, en este caso, están pensados no para encontrar<br />

el léxico fundamental de tal o cual dialecto ni tampoco los vocablos que<br />

son comunes a todos los hispanohablantes sino que les interesan, casi exclusivamente,<br />

aquellos conceptos que se manifiestan por diversas palabras<br />

y frases en los diferentes dialectos geográficos y sociales de la lengua española.<br />

normalmente no es sino hasta que se concluyen las encuestas, cuando<br />

los investigadores se dan cuenta de la medida en que el cuestionario<br />

fue útil para sus fines (descubrir diferencias léxicas). a ello se debe que, en<br />

este tipo de investigaciones, se vayan depurando y perfeccionando sucesivamente<br />

los interrogatorios, hasta que se tiene la seguridad de que la casi<br />

totalidad de preguntas obtendrán una aceptable variedad de respuestas.<br />

en Varilex (1994:xvii-xix), en la lista de las palabras encuestadas,<br />

en el campo semántico de la ropa, no aparecen, sea por caso, “pantalón”,<br />

“camisa” o “zapatos”, conceptos que difícilmente serían redituables para<br />

encontrar diferencias; pero sí están los conceptos de los que se tiene cierta<br />

garantía de variación léxica, por ejemplo: “chaqueta” (americana, chaqueta,<br />

saco, vestón…), “cremallera” (cremallera, cierre, cierre relámpago, zíper,<br />

cierre éclair…) o “gafas” (gafas, anteojos, lentes, espejuelos…). de esta<br />

forma, la ‘lista 2’ (Varilex 1994:xxiv-xxviii) contiene las 919 palabras que<br />

se obtuvieron como respuestas a las 219 preguntas de ese cuestionario,<br />

correspondientes a 14 ciudades. unos pocos tienen sólo dos respuestas<br />

(“abrigo”: abrigo y tapado) pero hay otros que obtuvieron más de diez<br />

6 Variación léxica del español del mundo. un grupo de investigadores, coordinado desde Tokio por<br />

Hiroto ueda y Toshiro takagaki, han venido trabajando con cuestionarios léxicos en un buen<br />

número de ciudades hispanohablantes. los resultados, aunque crecientes, todavía parciales circulan<br />

entre investigadores, en forma de cuadernos. Han aparecido seis. llevan siempre la siguiente leyenda:<br />

“esto es un informe intermedio del Proyecto español del mundo”. no se trata de una publicación<br />

definitiva sino que sirve sólo para la circulación entre los miembros. Por lo tanto no puede ser objeto<br />

de reseña ni de crítica de las revistas públicas.


466 josé moreno de alba<br />

(“palomitas de maíz”: palomitas, cabritas de maíz, popcorn, cotufas, pop,<br />

pororó, copos de maíz, pachole, canguil, cancha, rosita de maíz…).<br />

conforme va avanzando la investigación, en los años siguientes, se<br />

llevan a cabo dos importantes modificaciones de método. Por una parte,<br />

se van eliminando de la lista de conceptos aquellos que no se muestran<br />

suficientemente productivos de variantes léxicas. Por otra parte, se van<br />

añadiendo cada vez más ciudades y, por ende, mayor número de sujetos<br />

encuestados. 7 estos dos ajustes llevan a resultados sorprendentes, en<br />

lo que toca a la productividad de vocabulario por concepto. en Varilex<br />

(1999), por ejemplo, se ofrecen, para las mismas preguntas (serie “a”),<br />

respuestas correspondientes no ya a 14 ciudades sino a 44. el cuestionario,<br />

por su parte, se redujo a sólo 150 preguntas. esto quiere decir que<br />

se suprimieron 69 conceptos, que representan más de la tercera parte de<br />

los que aparecían en la lista de Varilex (1994). el resultado de la aplicación<br />

de estas medidas, entre otras, es observable en el altísimo número<br />

de “palabras” o respuestas “diferentes” para un mismo concepto. conté<br />

estas respuestas y obtuve como resultado un total de 2 288. el promedio<br />

de variantes por concepto, pasa de cuatro, en la lista que aparece en uno<br />

de los artículos de Varilex (1994:xxiv-xxviii), a 15, en los resultados de<br />

la investigación de 1999.<br />

evidentemente que, si uno estudia con atención las respuestas a cada<br />

concepto, se encuentra con que no pocas de ellas son incorrectas por muy<br />

diversas razones (mala pregunta del encuestador, falta de comprensión o<br />

desconocimiento del concepto por parte del encuestado –a pesar de lo cual<br />

proporciona una respuesta inventada, equivocada o imprecisa– pregunta<br />

especialmente difícil o confusa, etcétera). 8 También habría que determinar<br />

hasta qué punto ciertas respuestas no son sino variantes poco significativas<br />

de otra: en la cuestión 8 (jeans), por ejemplo, que produjo 22 términos,<br />

se anotan, como respuestas diferentes: blue jean y blue jeans, pantalones<br />

7 asimismo van apareciendo nuevos cuestionarios. Para los fines de esta presentación, me basta sin<br />

embargo ejemplificar con la serie “a”, a la que me estoy refiriendo.<br />

8 independientemente de lo que se quiso preguntar en la cuestión 2 (cardigan, ‘prenda de lana, con<br />

botones’) me parece que en ningún dialecto es lo mismo abrigo que chaleco, chaqueta que suéter,<br />

saco tejido que suéter abierto… Pues bien todas éstas fueron respuestas consideradas buenas para esa<br />

pregunta. algo semejante se observa en varias otras entradas.


unidad y diversidad del español: el léxico 467<br />

de mezclilla y pantalón de mezclilla, tejano y tejanos, pantalón de jean y<br />

pantalón de jeans… Pues bien, aun suprimiendo muchas de las respuestas,<br />

por estos u otros semejantes motivos, no cabe duda de que subsistirá la<br />

mayoría y desde luego, una cantidad muy superior a la obtenida en las primeras<br />

listas de 1994. Téngase en cuenta, además, que fueron consideradas,<br />

en las listas de Varilex (1999), después de suprimir los menos rendidores,<br />

sólo 150 conceptos en apenas 44 ciudades. imaginemos cuánto crecerá todavía<br />

el número de variantes si, por una parte, se encuestan más ciudades y<br />

si, por otra, se construye otro tipo de listas con preguntas igualmente ricas<br />

en respuestas diferentes. 9<br />

5. no tan importantes diferencias en los léxicos<br />

disponibles de los diversos dialectos<br />

la lexicoestadística se ha centrado en el estudio de la frecuencia de las<br />

palabras. sobre esa base, desde hace algunos años vienen determinándose,<br />

para diversos dialectos (geográficos y sociales) y para determinados conjuntos<br />

de hablantes (agrupados por edad, por sexo, por escolaridad, etc.)<br />

índices de disponibilidad léxica referidos a diversos campos nocionales o<br />

culturales. se trata de fijar la probabilidad de aparición de las palabras que<br />

se asocian a un determinado centro de interés. es una manera de relacionar<br />

la lexicoestadística con la búsqueda del léxico para diversos dialectos<br />

y grupos de hablantes de lengua española. Para ejemplificar la manera en<br />

que puede observarse la unidad o diversidad del vocabulario español en<br />

estos índices de disponibilidad léxica me limitaré a valerme de los resultados<br />

de la reciente investigación de Valencia y echeverría (1999), que tuvo<br />

como sujetos a 2 052 estudiantes chilenos (de todas las regiones del país)<br />

cuando asistían al curso terminal de su enseñanza media. Hubo equilibrio<br />

proporcional entre los dos sexos y los tres niveles socioeconómicos establecidos<br />

(bajo, medio y alto). se distinguieron 18 centros de interés. 10 las<br />

9 esto último ya se viene haciendo. se dispone ahora de cinco listas (de conceptos y de variantes léxicas).<br />

el número de ciudades también ha crecido considerablemente.<br />

10 1: las partes del cuerpo; 2: ropa y calzado; 3: la casa; 4: muebles; 5: alimentos; 6: la cocina; 7: medios


468 josé moreno de alba<br />

instrucciones fueron muy sencillas. Por ejemplo, en relación con el primer<br />

centro de interés (“las partes del cuerpo”), a cada estudiante se le pedía<br />

simplemente que escribiera todas las palabras que pudiera sobre el cuerpo<br />

humano y sus partes. así se procedió con los demás centros de interés. el<br />

corpus se presenta en cuatro columnas: vocablo, índice de disponibilidad<br />

léxica, 11 frecuencia absoluta y frecuencia relativa.<br />

en Valencia y echeverría (1999:258 y ss) se proporcionan listas con<br />

los cien vocablos más frecuentes de cada centro de interés. se trata, en<br />

total, de 1 800 vocablos que, con un método diferente del explicado en<br />

el apartado anterior, pueden constituir el léxico fundamental de ese muy<br />

representativo grupo de hablantes chilenos. el vocabulario fundamental<br />

establecido sobre la base de disponibilidad léxica es ciertamente diferente<br />

del que se obtiene mediante la selección de los más frecuentes vocablos<br />

que aparecen en un corpus de textos orales y escritos. 12 señalé antes que<br />

en el léxico fundamental de méxico, contenido en el dfem (1982), casi no<br />

había mexicanismos. Por lo contrario, no son pocos los chilenismos que<br />

pueden detectarse entre las 1 800 voces que se enlistan en la investigación<br />

chilena sobre disponibilidad léxica que estoy comentando. revisé con<br />

cuidado esos 1 800 vocablos y separé aquellos que, casi seguramente, no<br />

forman parte del vocabulario activo (y, muy probablemente, tampoco del<br />

pasivo) de los mexicanismos. si este ejercicio lo lleva a cabo un peruano,<br />

un español, un panameño, etc., probablemente separe si no precisamente<br />

de transporte; 8: trabajo de campo y jardín; 9: plantas y animales; 10: juegos y entretenimientos; 11:<br />

profesiones y oficios; 12: la política; 13: la actividad económica; 14: las artes; 15: ciencia y tecnología;<br />

16: mundo espiritual; 17: procesos mentales; 18: problemas del ambiente.<br />

11 Que se expresa en decimales. Hay una relación directamente proporcional entre el índice y la frecuencia<br />

con que el vocablo fue mencionado. así, en el centro de interés número 1 (“las partes del<br />

cuerpo”), el vocablo que obtuvo el más alto índice de disponibilidad léxica fue cabeza (0.6230383149)<br />

y el que ocupó el último lugar fue nervio-óptico (0.0000255043).<br />

12 una de las razones para esta diferencia está en el hecho de que en la lista léxica procedente del corpus<br />

de textos (mexicanos) entra todo tipo de palabras (tanto las pertenecientes a inventarios cerrados<br />

como las que forman parte de inventarios abiertos). Por el contrario, en las listas procedentes de<br />

la disponibilidad léxica aparecen casi exclusivamente sustantivos. a ello se debe que entre las cien<br />

palabras más frecuentes del corpus mexicano (cf. ham chande 1979) casi no haya sustantivos. de<br />

hecho en esa lista sólo aparecen ocho: vez (lugar 51), día (62), tiempo (80), hombre (85), vida (95),<br />

casa (96), forma (99) y trabajo (100). Para un diccionario fundamental parece conveniente basarse en<br />

listas procedentes de textos orales y escritos. Para una caracterización léxica de los dialectos creo que<br />

resultan más adecuadas las listas que se basan en disponibilidad léxica.


unidad y diversidad del español: el léxico 469<br />

las mismas palabras, sí muchas de ellas. asimismo es posible que, si contáramos<br />

con listas de cada país, obtenidas con la misma estricta metodología,<br />

y nos pusiéramos a separar aquellas palabras que cada uno de nosotros<br />

o no empleamos o ni siquiera conocemos, llegaríamos, en cada caso, a<br />

proporciones semejantes. 13<br />

en algunos de los 18 centros de interés de la investigación chilena la<br />

casi totalidad de vocablos pertenecen, en mi opinión, al español general.<br />

no encontré allí chilenismos evidentes o, al menos, designaciones desconocidas<br />

para un hablante mexicano. supongo que al mismo resultado habría<br />

llegado cualquier atento revisor de otras latitudes hispánicas. esas listas<br />

corresponden a los siguientes centros de interés: 1: las partes del cuerpo;<br />

13: la actividad económica; 14: las artes; 15: ciencia y tecnología; 16: mundo<br />

espiritual; 17: procesos naturales; 18: problemas de ambiente. 14 en estos<br />

siete apartados (39% del total de centros de interés) no llegan al 5% de cada<br />

lista los vocablos que parecen no pertenecer al español general.<br />

en cinco (28%) de los apartados (el 3: la casa; el 8: trabajo de campo<br />

y jardín; el 9: plantas y animales; el 11: profesiones y oficios; y el 12: la<br />

13 un ejercicio semejante a éste, pero en relación con madrid, las Palmas de gran canaria, república<br />

dominicana y Puerto rico, puede verse en lópeZ (1992).<br />

14 anoto en seguida, algunas posibles excepciones. del centro de interés 1 (partes del cuerpo): el vocablo<br />

mejilla (lugar 86 de la lista), aunque se conoce en méxico, es mucho menos usual ahí que cachete<br />

(que si bien no aparece entre los 100 más frecuentes del corpus chileno, está entre las voces de baja<br />

frecuencia); algo semejante sucede con canilla, más frecuente en chile que en méxico, donde se<br />

prefiere espinilla. del centro de interés 16 (mundo espiritual), hay tres voces que no conozco: trauco,<br />

caleuche y pincoya; tampoco las encontré en los diccionarios que pude consultar. lo mismo sucede<br />

con agua-servida y atochamiento (del centro de interés 18, problemas del ambiente). del grupo de<br />

voces referentes a la ciencia y tecnología (centro de interés 15) me parece desconocida (o de uso<br />

esporádico) en méxico multicarrier. en el centro de interés 13 (la actividad económica) hay algunas<br />

abreviaturas y siglas que sólo parecen tener significado en el ámbito chileno (uf, codelco, utm…).<br />

del centro de interés de las artes (14) sólo anoto, como poco usual en méxico, al menos en ese campo<br />

semántico, el sustantivo greda. ninguno de los 100 vocablos que se anotan en el apartado 17 (procesos<br />

mentales) me parece ajeno al español general. ahora bien, si se acude no a estas listas de los 100<br />

vocablos más frecuentes sino a las listas completas, aun estos campos muestran ya, en voces que están<br />

después del lugar 100, algunas diferencias en relación con el español mexicano; es decir se pueden<br />

encontrar vocablos que o no se conocen en méxico o se emplean sólo muy esporádicamente. Por<br />

ejemplo, en el centro de interés número 1 (las partes del cuerpo), están las siguientes denominaciones,<br />

entre otras, que, como hispanohablante mexicano, me parecen en alguna medida al menos, extrañas:<br />

pera (méxico: piocha; barba de chivo), poto (nalgas, sentaderas, glúteos…), guata (estómago), mono<br />

(?), carrillo (cachete, mejilla), carretilla (mentón), piñén, piamadre.


470 josé moreno de alba<br />

política) 15 encontré vocablos no pertenecientes al español mexicano (y,<br />

probablemente, tampoco al general) que representan entre el 5% y el 10%<br />

de cada lista. siguen algunos ejemplos. del apartado 3: living (en méxico:<br />

sala), velador (buró, mesita de noche), cálifon (bóiler, calentador [de agua]),<br />

ampolleta (foco, bombillo), juguera (licuadora), frazada (cobija, manta)…<br />

del 8: picota (azadón), huaso (ranchero, campesino), chuzo (barra), gualato…<br />

del 11: carabinero (policía), gásfiter (plomero, fontanero), parvularia<br />

(educadora, maestra de párvulos), matrona (partera), dueña-de-casa (ama<br />

de casa)…<br />

Particularmente importantes, para este ejercicio, resultan los seis<br />

apartados restantes (2: ropa y calzado; 4: muebles; 5: alimentos; 6: la cocina;<br />

7: medios de transporte; y 10: juegos y entretenimientos), 33% del<br />

total, pues en ellos los vocablos peculiares de chile (en relación con el<br />

español mexicano al menos) oscilan entre un 11% y un 23%, porcentajes<br />

que no parecen altos. sin embargo, téngase en cuenta que, de acuerdo<br />

con este sencillo ejercicio, puede decirse que el grado de compatibilidad<br />

entre méxico y chile oscilaría entre un 89% y un 77%, la media podría<br />

fijarse en un 83%. en términos simples: si proyectamos estos resultados<br />

al léxico en general, podría pensarse que 17 de cada cien palabras que<br />

emplea un hablante chileno no las emplea y, a veces, no las comprende<br />

un hispanohablante mexicano. algunos ejemplos: del centro de interés<br />

2: ambo (combinación de saco o chaqueta y pantalón), taco (tacón [del<br />

zapato]), soquete (calcetín corto); diferentes tipos de calzado, como chala<br />

(sandalia, huarache), zapatilla (pantufla), bototo (botín), ojota (guarache,<br />

sandalia)…; suéteres y chaquetas de diversas clases y formas, como polera<br />

(playera), parca (makinof), chomba (suéter), cuadros (pantaletas, bragas),<br />

beatle (suéter con cuello de tortuga), chaleca… del 4: velador (buró, mesita<br />

de noche), bifé (buffet), camarote (litera), mesón (mostrador, mesa<br />

grande), marquesa, bergier, rack, trinche, somier (tambor), mesa de living<br />

(mesa de centro), banqueta (¿taburete?), pizarrón, vanitorio, visor, arrimo…<br />

del 5: poroto (frijol, judías), zapallo (calabaza), betarraga (betabel),<br />

15 estrictamente no debería haber incluido este último centro de interés (la política) porque las voces<br />

que un mexicano desconoce de la lista son, casi todas, siglas y abreviaturas de partidos y agrupaciones<br />

políticas chilenas (udi, rn, ppd, ps, etc.).


unidad y diversidad del español: el léxico 471<br />

arveja (chícharo, guisante), torta (pastel), choclo (maíz, elote, mazorca),<br />

palta (aguacate), frutilla (fresa), damasco (albaricoque, chabacano), queque<br />

(panqueque), manjar (dulce de leche), completo (especie de hot dog,<br />

perro caliente), ají (chile)… del 6: juguera (licuadora), paila (sartén), fósforo<br />

(cerillo), cálifon (bóiler, calentador de agua), cocina a gas (estufa de<br />

leña), uslero (rodillo), espumador, bol (tazón)… del 7: bus (camión, autobús),<br />

colectivo (pesero), liebre (minibuses), skate (patineta), citroneta,<br />

metrotrén (metro), bicimoto, metrobús, troley, victoria (calandria, carro<br />

tirado por caballos), utilitario… del 10: ludo (parcasé), dama (damas),<br />

luche (avión), flípper, ronda, bolitas (canicas), resbalín (resbaladilla), tacataca<br />

(futbolito), pillarse, la pinta, balancín (sube y baja), carioca, cordel<br />

(cuerda), papaya, tiña (piña), elástico, cacho (cubilete), emboque (balero),<br />

corre el anillo…<br />

lópez (1992) hace una comparación entre los léxicos disponibles de<br />

madrid, las Palmas de gran canaria, república dominicana y Puerto<br />

rico. Trabajó con índices de cercanía, compatibilidad y semejanza de<br />

cada uno de los dialectos. los grados de compatibilidad a los que llega<br />

son sorprendentemente bajos. en trabajos anteriores (inéditos) también<br />

había llegado a conclusiones semejantes: las comparaciones las hemos<br />

efectuado con diversos subconjuntos: con los primeros cien vocablos,<br />

con los quinientos, los mil y la totalidad; en todos los casos nos hemos<br />

encontrado con una compatibilidad mucho más baja de la que esperábamos.<br />

los 100 primeros vocablos son compatibles por debajo del 70% y<br />

ninguna comparación de los lexicones como totalidad alcanza un 56% de<br />

compatibilidad (lópez, 1992:29). el grado de mayor compatibilidad, en<br />

la investigación sobre los cinco dialectos mencionados, se da en el centro<br />

de interés 15 (diversiones y deportes), entre madrid y las Palmas, y apenas<br />

fue de 49.68%. el más bajo corresponde al centro 7 (la cocina y sus<br />

utensilios), entre república dominicana y Puerto rico: 8.13% (!). en el<br />

mejor de los casos, ni siquiera la mitad de los vocablos registrados en uno<br />

de los dialectos se documentan en los otros. como se ve, los resultados<br />

de esta investigación difieren notablemente de aquellos a los que yo llegué<br />

comprobando cuántas palabras chilenas suenan extrañas a un mexicano.<br />

la explicación de esta diferencia es muy fácil. en lópez (1992) cualquier


472 josé moreno de alba<br />

vocablo que sólo apareció en uno de los dialectos se considera “inexistente”<br />

en otro. en la “comparación del centro de interés 16: ‘profesiones<br />

y oficios’ ”(61 y ss.), hay tres columnas: 1) vocablos comunes; 2) vocablos<br />

sólo de madrid; 3) vocablos sólo de las Palmas. 16 así, por ejemplo, administrador,<br />

aduanero, alcalde, árbitro, astrólogo… están en la columna<br />

de vocablos comunes (a madrid y a las Palmas). sin embargo, la mayor<br />

parte de los vocablos que aparecen en las otras dos columnas, a pesar de<br />

no haber sido producidas en las listas de cada informante, es innegable<br />

que se emplean o, al menos, se conocen en el otro dialecto. Por ejemplo,<br />

entre los “vocablos sólo de madrid” están: alguacil, arcipreste, arzobispo,<br />

bodeguero, cargador, churrero, entre cientos más que, sin duda alguna,<br />

pertenecen también al dialecto de las Palmas (y a muchísimos otros dialectos<br />

o, casi con seguridad, al español general). en la columna “vocablos<br />

sólo de las Palmas” aparecen: afilador, agrónomo, ajedrecista, almirante,<br />

alpinista, apicultor, aprendiz… y muchísimas más que, obviamente, o son<br />

del español general o al menos pertenecen a la mayor parte de sus dialectos,<br />

el de madrid, desde luego, incluido. Hay por tanto una evidente<br />

confusión: los grados de compatibilidad léxica de diversos dialectos no<br />

pueden obtenerse mediante la simple comparación de los vocablos que<br />

libremente producen informantes de cada uno de esos dialectos. el que<br />

a ningún informante de madrid se le haya ocurrido mencionar, entre las<br />

profesiones y oficios, al afilador o al agrónomo, de ninguna manera quiere<br />

decir que esas palabras no estén disponibles en el dialecto madrileño.<br />

lo mismo puede asegurarse de muchas otras “omisiones”. ningún sujeto<br />

de las Palmas mencionó al alguacil y al arzobispo: ¿quiere esto decir que<br />

ahí los alguaciles y los arzobispos se llaman de otra manera? en mi opinión,<br />

para saber cuáles voces de las Palmas, entre las que se registraron<br />

con los informantes, no se emplean en madrid, es necesario averiguarlo<br />

con hablantes madrileños (y viceversa). el porcentaje bajará muchísimo.<br />

estoy seguro de que las diferencias serán aún menos numerosas que las<br />

que se pueden observar entre los léxicos chileno y mexicano.<br />

16 algunas páginas después cambian los títulos de las columnas: vocablos comunes, vocablos sólo de<br />

madrid, vocablos sólo en dominicana, y así sucesivamente, hasta agotar todas las combinaciones.


unidad y diversidad del español: el léxico 473<br />

6. el concepto de variación léxica es algo<br />

necesariamente relativo<br />

cuando se dice que la lengua española tiende a la unidad, mejor que a la diversidad,<br />

en lo que atañe a la fonología, es un tipo de afirmación que puede<br />

demostrarse con relativa facilidad: aunque fuera difícil establecer el número<br />

de sistemas fonológicos del diasistema de la lengua, debido precisamente a<br />

que se trata de sistemas y, por tanto, de inventarios cerrados, de elementos<br />

contables, llegará un momento en que sabremos cuántos son –no serán<br />

desde luego muchos– y cuál es el inventario y distribución de los fonemas<br />

en cada uno de ellos, que tampoco será notablemente diferente entre unos<br />

y otros. este tipo de certezas no son posibles en el nivel del léxico.<br />

el carácter verdaderamente abierto del vocabulario lo impide. a esto<br />

hay que añadir otro tipo de dificultades. si resulta muy difícil establecer,<br />

así sea aproximadamente, el acervo léxico de un individuo, es no sólo<br />

difícil sino imposible hacerlo con respecto a un dialecto determinado, sea<br />

este geográfico o social, y ya no digamos si lo que se pretendiera hacer<br />

fuera enlistar el léxico actual de toda la lengua española. ello no sólo por<br />

razones que podríamos llamar prácticas –no parece factible que alguien,<br />

ni persona ni institución, pueda enlistar todas las palabras y, sobre todo,<br />

todas las acepciones de todas las palabras, de todos los dialectos geográficos<br />

y de todos los niveles sociales de todos los hispanohablantes del<br />

mundo–, sino también por algunas razones que pueden designarse teóricas<br />

o, al menos, conceptuales. Por ejemplo: dificultades para distinguir<br />

el léxico pasivo frente al activo, para establecer si dos voces casi iguales<br />

en su forma son o no palabras diferentes, si dos o más significados muy<br />

semejantes son o no acepciones distintas de una misma palabra, cómo<br />

considerar dentro del vocabulario general de la lengua una voz que es<br />

empleada en un dialecto sólo en el ámbito rural y en otro en el urbano,<br />

o un vocablo que es común en tal o cual lugar o tipo de hablante y, en<br />

alguna manera, rara en otro, etcétera. a todo esto hay que añadir las dificultades<br />

resultantes de la aplicación de criterios diversos para las diferentes<br />

investigaciones que suelen hacerse para adelantar en el conocimiento de la<br />

variedad léxica de una lengua. en esta nota he tratado de ejemplificar este


474 josé moreno de alba<br />

tipo de inconvenientes con unos pocos proyectos de trabajo. independientemente<br />

de que, en efecto, nos parezcan unos criterios mejores que<br />

otros, lo que interesa destacar es que son diferentes y que, por tanto, unos<br />

resultados no completan necesariamente a otros, sino que muchas veces<br />

resultan simplemente contradictorios. ahora bien, aceptando la premisa,<br />

muy conocida, de que el español, como cualquier otra lengua, manifiesta<br />

mayor diversidad en el nivel léxico que en el fonológico, no queda otro<br />

remedio, para dar otro paso y aclarar en qué grado es importante esta<br />

diversidad, que reconocer, ante todo, que se trata de un concepto eminentemente<br />

relativo. empleo la palabra relativo como antónimo de absoluto.<br />

Quien desee resaltar que esta diversidad no es tan importante como<br />

se piensa, puede, por ejemplo, echar mano de los léxicos fundamentales<br />

de varios dialectos, extraídos de las voces de mayor frecuencia en textos<br />

orales y escritos. seguramente, con ese criterio, llegará a concluir –creo que<br />

con acierto– que no hay muchas diferencias en las listas de las 1 500 palabras<br />

más frecuentemente presentes en corpus correspondientes a diversos<br />

dialectos. Podría decirse, por tanto, que en relación con los léxicos fundamentales,<br />

las diferencias léxicas son poco impresionantes; esto es, entonces,<br />

algo relativo. Habrá también quien quiera demostrar lo contrario:<br />

que el vocabulario de la lengua es enorme y que una manera de comprobarlo<br />

es viendo cómo un mismo referente o significado puede expresarse<br />

por muy diversos significantes o palabras. Hay muchas maneras de hacer<br />

que esta afirmación resulte aceptable. Bastará elegir con cuidado ciertos<br />

conceptos y ver en diferentes atlas lingüísticos cómo se expresan en las<br />

hablas rurales. También pueden citarse las listas de conceptos que, en las<br />

investigaciones orientadas a buscar la diversidad léxica, tengan numerosas<br />

designaciones. no será nada difícil juntar varios cientos de conceptos<br />

de este tipo, que tengan al menos un promedio de diez variantes léxicas.<br />

nadie podrá negar que se está así demostrando que el léxico de la lengua<br />

española tiende más a la diversidad que a la unidad. sin embargo, aquí<br />

también, se tendrá que aclarar que esta diversidad se da en relación con<br />

cierto tipo de léxico correspondiente a las hablas rurales o de otra determinada<br />

clase de vocabulario, que corresponde a las hablas urbanas: es una<br />

diversidad, también, relativa.


unidad y diversidad del español: el léxico 475<br />

aunque a mi ver con menos convencimiento, alguien, para hablar de<br />

esta tendencia a la diversidad de vocabulario, podrá acudir a la comparación<br />

de las listas de palabras que, asociadas a ciertos campos de interés,<br />

producen libremente diversos sujetos de diferentes dialectos (disponibilidad<br />

léxica). ningún sujeto producirá exactamente las mismas palabras, en<br />

el mismo orden, que otro. Habrá notables diferencias de inventario y de<br />

jerarquía. Ya señalé que con trabajos de esta naturaleza se corre el riesgo<br />

de interpretar que toda palabra que no esté presente en tal o cual lista, se<br />

dé por inexistente en este o en aquel dialecto. esto es falso. si se desea<br />

hacer uso de investigaciones sobre léxicos “disponibles”, me parece más<br />

adecuado proceder de otra manera. adecuadamente establecidas las listas<br />

de palabras de los diversos dialectos que se pretenden comparar, convendría<br />

que, con métodos de dialectología tradicional, se averigüe cuáles<br />

palabras de la lista de determinado dialecto realmente se desconocen por<br />

los hablantes de los otros dialectos. reconozco la complejidad de este<br />

sistema, pero me parece que los resultados serían más confiables. sin embargo<br />

ello no quita que también aquí, se trata de una diversidad relativa,<br />

debido, entre otras razones, a que se parte de un muy limitado universo<br />

léxico.<br />

ahora bien, el que cualquier tipo de investigación sobre variedad léxica<br />

conduzca a resultados relativos no quiere decir que se trate de datos<br />

deleznables o que éstos estén distorsionados o tergiversando la naturaleza<br />

del lenguaje. Todo lo contrario. lo que este tipo de trabajos nos están demostrando<br />

–y ello es ya algo sumamente importante– es precisamente el<br />

hecho de que, por definición, podría decirse, la variedad léxica de una lengua<br />

siempre es algo relativo. aclaro de inmediato que aquí lo relativo hace<br />

alusión a la comparación, en cierto sentido interna, que puede establecerse<br />

entre el grado de diversidad de los elementos correspondientes a los varios<br />

niveles lingüísticos (fonología, gramática, léxico) de los diferentes sistemas<br />

(geográficos o sociales) del diasistema llamado lengua.<br />

se puede decir así que, en relación con el grado de diversidad fonológica,<br />

la diversidad léxica de la lengua española es mucho mayor. es grande<br />

en ese sentido, comparada con la variedad fonológica. si contáramos con<br />

datos suficientes, podría también hacerse otro tipo de comparación, que


476 josé moreno de alba<br />

podría llamarse externa: ¿tiene el español mayor o menor diversidad léxica<br />

que el inglés o el francés? las casi imposibles respuestas a esta clase de<br />

preguntas serían, obviamente, doblemente relativas.<br />

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el DICCIONARIO BREVE <strong>DE</strong> MEXICANISMOS<br />

unidad y diversidad del español<br />

[477]<br />

guido gómeZ de si lva<br />

se ha dicho que la lengua española, hablada por casi 400 millones de personas,<br />

en más de 20 países, en una extensión de 12 millones de km 2 , tiene,<br />

a pesar de estas cifras, una unidad asombrosa (además de estos datos, hay<br />

que tener en cuenta, para juzgar de la universalidad de esta lengua, que las<br />

personas de habla portuguesa [170 millones en Brasil, 10 millones en Portugal,<br />

y muchas en mozambique, angola y otras ex colonias portuguesas]<br />

entienden el español). nota: en estados unidos hay entre 20 y 30 millones<br />

de hispanoparlantes.<br />

la afirmación relativa a la unidad asombrosa de la lengua española se<br />

basa en que dos personas, aun iletradas, de extremos de ese gran territorio,<br />

pueden hablarse y entenderse. es decir, que palabras como casa o mesa<br />

(y cabeza, ojo, mano; comer, dormir; sol, luna, estrella, agua, nube; verde,<br />

amarillo, blanco, y un mínimo de 80 000 más) son las mismas en todas las<br />

regiones.<br />

¿Qué sectores del vocabulario tienen más probabilidad de ser en parte<br />

distintos? el principal es el de la comida; ésta se basa en nombres de verduras,<br />

de frutas, de animales, de platos preparados, que por ser frecuentemente<br />

típicos de alguna zona, si coinciden en otra, de la que la primera ha<br />

estado aislada, quizá tengan nombres diferentes.<br />

el dIccIonarIo breVe de meXIcanIsmos<br />

Hace algunos años la academia mexicana resolvió empezar a preparar un<br />

diccionario de mexicanismos.


478 guido gómeZ de s i lva<br />

Para los propósitos de ese diccionario se consideró mexicanismo una<br />

palabra o una locución normal en la mayoría de los estados mexicanos,<br />

pero no en la gran mayoría de los países de habla española (ejemplos: guajolote,<br />

huarache, sarape).<br />

Para el diccionario, la academia decidió comenzar preparando un índice<br />

de mexicanismos; con este fin, consiguió ayuda económica del consejo<br />

nacional de ciencia y Tecnología (conacyt), de la secretaría de educación<br />

Pública y de otras instituciones mexicanas.<br />

la academia mexicana preparó dicho Índice de Mexicanismos y la información<br />

contenida en él sirvió de base para la selección de palabras del<br />

futuro gran Diccionario de Mexicanismos, así como del actual Diccionario Breve<br />

de Mexicanismos que en este artículo se presenta y describe. el Índice se publicó<br />

en méxico en diciembre de 2000 en una coedición de la academia<br />

mexicana, el consejo nacional para la cultura y las artes y el Fondo de<br />

cultura económica.<br />

El Índice<br />

desde 1761 han aparecido listas de mexicanismos señalados como tales<br />

por el autor de la publicación. de estas listas, 138 parecieron dignas de<br />

tomarse en cuenta. el Índice es una acumulación de los 180 000 registros<br />

que hay en ellas, reducidos a 77 000 entradas debido a las duplicaciones. se<br />

encontraron 41 000 palabras registradas en una sola de estas listas, 36 000<br />

en dos o más, hasta el caso extremo de coyote, que está en 55 (otro ejemplo<br />

muy repetido: atole, que está en 48).<br />

el Índice muestra cuatro datos en cada entrada: a) la palabra o la frase,<br />

b) el porcentaje de informantes que dijo conocerla (se constituyó una<br />

red de 65 informantes, y los hubo de todos los estados de la república<br />

mexicana), c) el número total de fuentes en que aparece, y d) el número<br />

de identificación de las fuentes (numeradas del 1 al 138 en la Bibliografía)<br />

que contienen ese mexicanismo.<br />

el Índice no contiene definiciones. sí indica las variantes ortográficas,<br />

de modo que cenzontle (grafía que recomienda la academia mexicana)


el dIccIonarIo breVe de meXIcanIsmos 479<br />

aparece en 19 formas más, entre ellas, en orden decreciente del número de<br />

listas que las contienen, zenzontle, sinsonte, centzontle, cenzonte.<br />

el Índice de Mexicanismos fue un primer resultado de esta investigación<br />

realizada por la academia mexicana; el Diccionario Breve de Mexicanismos es<br />

un segundo resultado, que nos acerca a un tercer resultado –un nuevo y<br />

mayor diccionario de mexicanismos.<br />

He aquí algunos pormenores de los datos indicados arriba acerca del<br />

Índice; después de la obtención de fondos, éste requirió las ocho etapas<br />

siguientes. identificar listas de mexicanismos publicadas y dignas de tomarse<br />

en cuenta (se encontraron las 138 válidas indicadas arriba [= “las<br />

fuentes”]; ejemplos de títulos: “el idioma español en Yucatán”, “Palabras<br />

de origen indígena en el español de chiapas”, “Vocabulario agrícola<br />

nacional”, “lexicón de sinaloa”, “el léxico indígena en el español de<br />

méxico”, “sinonimias populares mexicanas de las enfermedades”. la lista<br />

más antigua es de 1761). Hacer una relación de estas 138 listas (= “la<br />

Bibliografía”), numerándolas, para poder remitir a ellas fácilmente. Hacer<br />

la lista de todos los mexicanismos que aparecen en estas fuentes (del total<br />

de 180 000, hubo 77 000 diferentes). Publicar una primera versión del<br />

Índice (que no contiene definiciones). Preparar una lista de informantes<br />

calificados, buscando que hubiese de cada estado de la república mexicana.<br />

enviar el Índice, en su edición preliminar, a esta red de 65 informantes,<br />

pidiendo a cada uno que para cada palabra marcara si la conocía. capturar<br />

todas las respuestas y calcular para cada palabra el porcentaje de informantes<br />

que dijo conocerla. Publicar una nueva edición del Índice (también<br />

sin definiciones), que indica para cada palabra los cuatro puntos de a a d<br />

que se mencionan arriba.<br />

El Diccionario Breve<br />

una vez publicado este nuevo Índice, la academia mexicana encargó al autor<br />

de este artículo la preparación del Diccionario Breve de Mexicanismos que<br />

se presenta en el congreso internacional de la lengua española (Valladolid,<br />

octubre de 2001), esta vez con definiciones.


480 guido gómeZ de s i lva<br />

la diferencia principal entre el Índice y el Diccionario es que en éste se<br />

incluyeron definiciones.<br />

esta preparación del Diccionario Breve requirió, igual que la del Índice,<br />

varias etapas. la primera de ellas se puede llamar de filtrado para decidir<br />

cuáles de los 77 000 presuntos mexicanismos se incluirían y cuáles se excluirían.<br />

uno de los primeros filtros fue, como se ve en el punto e) de la<br />

lista de exclusiones, la comparación con el drae.<br />

se decidió excluir del Diccionario Breve las palabras y locuciones de las<br />

categorías siguientes (aunque aparecen en el Índice): las voces que pocos (o<br />

ninguno) informantes dijeron conocer. las variantes gráficas que fueron<br />

reconocidas por sólo muy pocos (o ninguno) informantes (se incluyó la<br />

ortografía recomendada y las variantes aceptables). las que no pertenecen<br />

al español mexicano culto (por ejemplo, los arcaísmos y ruralismos ansina<br />

o dijites). los nombres propios (pero muchos aparecen en la etimología<br />

y en la definición de los adjetivos gentilicios correspondientes). aquellas<br />

palabras del Índice que aparecen en el Diccionario de la Lengua Española, de<br />

la real academia española (se usó la edición 21a., 1992, abreviado en<br />

adelante drae; la edición 22 aparecerá este año de 2001, en octubre) con<br />

el mismo significado que se les da en méxico y sin marca regional (o sea<br />

que aunque algún autor había considerado que eran mexicanismos, no<br />

lo eran). algunos términos muy especiales o técnicos de vocabularios de<br />

ciertos campos temáticos como minería o equitación. Palabras españolas<br />

como abeja que, aunque todos dijeron conocer, aparecía en una sola lista,<br />

y en el sentido de cierto aparato que en la nueva españa del siglo xviii se<br />

utilizaba en las minas (sentido técnico en que ningún informante conocía<br />

la palabra).<br />

se decidió incluir las palabras y locuciones de las categorías siguientes,<br />

si están en el Índice: las que tienen origen indígena (por ejemplo, huarache,<br />

metate, tamal). las que no están en el drae. se consideró que cualquier<br />

desviación del drae, que está en el Índice, es mexicanismo. las que, siendo<br />

de origen español, se usan en méxico con sentidos diferentes de los<br />

que tienen en españa o en el resto de los países de habla española (por<br />

ejemplo, banqueta ‘acera’, regadera ‘ducha’). las que están en el drae con<br />

marca de mexicanismo o de americanismo. los mexicanismos históricos o


el dIccIonarIo breVe de meXIcanIsmos 481<br />

indigenismos etimológicos, aunque ya sean hoy, como chocolate o cacao,<br />

de uso casi universal. los nombres de animales, plantas, y alimentos preparados,<br />

pues son mexicanismos por el referente (aunque una persona que<br />

no sea mexicana, si tiene que usar esta voz, la usará). los adjetivos gentilicios<br />

de topónimos mexicanos (por ejemplo, tamaulipeco, veracruzano,<br />

aunque, igual que en el caso anterior, una persona que no sea mexicana,<br />

si tiene que usar esta voz, no usará otra sino ésta). de los términos que<br />

pertenecen a ciertos campos temáticos (por ejemplo, la flora, la fauna, la<br />

minería y otras técnicas, las palabras muy regionales [subnacionales]), sólo<br />

los más frecuentes.<br />

los refranes, sobre todo si contienen un mexicanismo (como entre<br />

dos cocineras sale aguado el mole, o su equivalente entre muchos meneadores<br />

se quema el atole) o si no aparecen en el drae 1956, que es el<br />

último de la real academia española en que se publicaron refranes. [También<br />

existe: demasiados cocineros estropean el caldo]. Véase, adelante,<br />

una observación acerca de los refranes. con las exclusiones indicadas, y<br />

reuniendo en un solo artículo las variantes gráficas aceptadas, la lista del<br />

Índice resultó reducida a 6 200 artículos lexicográficos (que incluyen palabras<br />

[morfemas libres, unidades léxicas univerbales], locuciones [unidades<br />

pluriverbales], e incluso varios elementos léxicos inseparables [morfemas<br />

inseparables]).<br />

Características<br />

el Diccionario Breve de Mexicanismos (méxico, Fondo de cultura económica,<br />

2001) tiene tres características, que podemos abreviar como sigue: es a)<br />

sincrónico, b) contrastivo y c) descriptivo. sincrónico. no es diacrónico o<br />

histórico, sino que representa lo actual, los elementos léxicos de uso en la<br />

segunda mitad del siglo xx, y principio del xxi. contrastivo. es diferencial;<br />

se preparó el diccionario tratando de comparar lo que se dice en méxico<br />

con lo que se dice en otros países de habla española y sobre todo con el<br />

español de la Península ibérica; ésta fue la variante de referencia porque el<br />

español de españa es el mejor conocido y mejor descrito. el propósito es,


482 guido gómeZ de s i lva<br />

pues, registrar el sector del léxico del español de méxico que no es común<br />

con el de los otros 20 países de habla española. descriptivo. no es normativo,<br />

indica la realidad del uso; ya que no establece criterios normativos, no<br />

se excluyen préstamos de otras lenguas (que son principalmente del inglés),<br />

ni neologismos. Tampoco se excluyen los llamados historicismos, o sea<br />

palabras que, como cu, ya no se utilizan corrientemente pero sí en textos<br />

recientes que se refieren a cosas del pasado. en lo que se refiere al nivel estilístico,<br />

no se evitaron las groserías, las palabras soeces, pero se marcaron,<br />

como lo hace el drae, “voz [o locución] malsonante”. en el Diccionario<br />

Breve, “voz malsonante” significa expresión impropia de personas cultas o<br />

educadas, que ofende los oídos de personas de buen gusto.<br />

El comparador<br />

el principio diferencial (respecto al español peninsular) hizo necesario un<br />

contraste con una piedra de toque fiable para decidir qué es propio y qué<br />

es compartido.<br />

el único registro general y original del español peninsular es el drae.<br />

en el Diccionario Breve se considera mexicana (como se menciona arriba),<br />

para fines prácticos, toda palabra del Índice (si se usa, si no en todo méxico,<br />

a lo menos en zonas geográficas extensas o densamente pobladas) que no<br />

figura en el drae, o que figura en él con marca regional (méj. o amér.).<br />

como también se indica arriba, para los refranes, ya que la real academia<br />

española los publicó sólo hasta la edición 18a., 1956, del drae, se utilizó<br />

esa edición para la comparación.<br />

Contenido<br />

Para los propósitos de este diccionario se considera mexicanismo una palabra,<br />

partícula o locución, de procedencia española o indígena, característica<br />

del español de méxico, especialmente si no la comparte (si contrasta)<br />

con el español de otros países de Hispanoamérica o con el de españa


el dIccIonarIo breVe de meXIcanIsmos 483<br />

(ejemplos: defensa [de vehículo de motor] que en españa es parachoques;<br />

o guajolote ‘pavo’, que se utiliza comúnmente en méxico y por lo general<br />

no se entiende en otros países de habla española). se incluyeron, pues, las<br />

voces que tienen en méxico un contenido semántico peculiar (voces del<br />

español general que tienen en méxico acepciones diferentes de las peninsulares,<br />

algunas de las cuales son arcaísmos de origen hispánico que ahora<br />

se desconocen en la Península). se pusieron también algunas voces de<br />

origen mexicano incorporadas al español general, y aun a varios idiomas<br />

(por ejemplo, chocolate; que en alemán es Schokolade, en francés chocolat,<br />

en inglés chocolate, en italiano cioccolato, en ruso shokolad: no se han excluido<br />

los mexicanismos históricos, como éste, o como cacao o tomate). no se<br />

olvidaron las denominaciones de las cosas y acciones de la vida diaria, que<br />

son las menos conocidas de un país a otro.<br />

se incluyeron los nombres de realidades consideradas típica o específicamente<br />

mexicanas, tales como determinados animales, plantas, comidas,<br />

o bailes folclóricos (si una persona no mexicana conoce por ejemplo<br />

el animal o la planta en cuestión, que no es propia de europa, usará probablemente<br />

la palabra mexicana; no por esto deja de ser mexicanismo,<br />

pues es posible que sea desconocida por la mayoría de las personas de<br />

habla española).<br />

el autor de este Diccionario Breve, además de utilizar el Índice, se encargó<br />

de hacer encuestas orales, consultando a informantes adicionales para asegurarse<br />

de que alguna palabra dudosa todavía se conoce.<br />

Hay en este diccionario palabras de las que se podría pensar que se utilizan<br />

también en españa, porque aparecen en el drae sin marca regional,<br />

pero que son muy poco usuales en españa. Por ejemplo, papa, que allí se<br />

llama patata, o futbol, que allí es fútbol (las diferencias pueden ser léxicas,<br />

de pronunciación, de uso gramatical, sintácticas, morfológicas, semánticas,<br />

o de uso estilístico). casi todas las voces que se incluyen se utilizan en toda<br />

la república mexicana. cuando son locales, pero muy difundidas, se indica<br />

con alguna marca, del tipo norte o Yucatán.<br />

los topónimos y otros nombres propios (por ejemplo, antropónimos)<br />

aparecen sólo incidentalmente, si está alguno de sus derivados (v. gr., se<br />

encuentra el adjetivo gentilicio guerrerense, pero no guerrero).


484 guido gómeZ de s i lva<br />

en las locuciones se indica el lugar de los sujetos o de los complementos<br />

posibles de los verbos mediante palabras como alguien, algo.<br />

La ortografía<br />

en general, las palabras tomadas de otras lenguas (frecuentemente del inglés)<br />

se escriben en méxico como en esas lenguas; flash, o whiskey, por<br />

ejemplo, se escriben como en inglés, y garage como en francés, y no como<br />

las escribe el drae (flas, güisqui, garaje).<br />

cuando llegaron a lo que hoy es méxico los primeros españoles (desde<br />

1518), como la grafía indígena era muy rudimentaria y principalmente pictográfica<br />

e ideográfica, sintieron la necesidad de escribir las lenguas locales<br />

con el alfabeto latino. cada persona o grupo usó su sistema; ahora hay una<br />

tradición bastante firme para escribirlas, y es la que se siguió, a pesar de<br />

que a veces se aparta de la ortografía general española.<br />

La x de México<br />

en españa, hasta el siglo xvi (siglo en que los españoles llegaron a lo<br />

que hoy es méxico), la letra escrita x (en palabras como dexar, dixo) se<br />

pronunciaba como la ch francesa o la sh inglesa; la transición hasta la<br />

pronunciación actual (j española) llevó todo ese siglo (un poco después,<br />

también cambió la grafía por j: dejar, dijo). cuando los españoles oyeron<br />

en lenguas indígenas el sonido /sh/, lo escribieron x. Hoy, en las palabras<br />

de origen indígena que por tradición se escriben todavía con x, ésta tiene<br />

una de tres pronunciaciones, según el caso (ejemplos: méxico, oaxaca /j/;<br />

xochimilco, xóchitl /s/; xocoyote, xola /sh/).<br />

Los refranes. Una observación<br />

los refranes viajan de una región lingüística del mundo a otra y es normalmente<br />

difícil descubrir de qué idioma o de qué país es la versión más


el dIccIonarIo breVe de meXIcanIsmos 485<br />

antigua. incluso el hecho de que las partes de cierto refrán riman en un<br />

idioma y no en otro (o cuando hay aliteración en uno y no en otros) no da<br />

la seguridad de que fue creado en aquél (la traducción puede incluir una<br />

adaptación). sin embargo, cuando un refrán en cierto idioma se basa en un<br />

retruécano, es probable que se haya originado en ese idioma.<br />

ejemplos de refranes que riman en algunos idiomas pero no en otros,<br />

son:<br />

(español) “la mona, aunque la vistan de seda, / mona se queda”, e<br />

(inglés) “an ape’s an ape, a varlet’s a varlet, / though they be clad in silk or scarlet”<br />

(‘un mono es un mono, un lacayo es un lacayo, / aunque los vistan de<br />

seda o de escarlata’), pero<br />

(alemán) “affen bleiben affen, wenn man sie auch in sammet kleidet” (‘un<br />

mono es un mono, aunque lo vistan de terciopelo’) e<br />

(italiano) “la scimmia è sempre scimmia, anco vestita di seta” (‘el mono es siempre<br />

mono, aunque lo vistan de seda’);<br />

(español) “a padre guardador, / hijo gastador” y<br />

(ruso) “ottsy nazhirayut, / detki prozhivayut” (‘los padres adquieren, / los hijos<br />

despilfarran’), pero<br />

(francés) “À père avare, fils prodigue” (‘a padre avaro, hijo pródigo’) e<br />

(inglés) “after a thrifty father, a prodigal son” (‘después de un padre ahorrativo,<br />

/ un hijo manirroto’).<br />

ejemplos de refranes que se basan en retruécanos en un idioma, son:<br />

(español) “servil, ser vil”;<br />

“negocio acaba en ocio, pero ocio no acaba en negocio”.<br />

“el dinero hace contar, la alegría hace cantar”.<br />

(francés) “envie est toujours en vie” (‘la envidia está siempre en vida’).<br />

(inglés) “Well well, many wells, many buckets” (‘Bien bien, muchos pozos, muchas<br />

cubetas’).<br />

“it is as good to be an addle egg as an idle bird” (‘es tan bueno ser un huevo<br />

huero como ser un pájaro ocioso’).<br />

“is there no mean, but fast or feast?” (‘¿no hay término medio excepto ayunar<br />

o banquetear?’).<br />

(italiano) “Vuoi tu aprire qualunque porta? chiavi d’oro teco porta” (‘¿Quieres tú<br />

abrir cualquier puerta? llaves de oro lleva contigo’).


486 guido gómeZ de s i lva<br />

ejemplo de un refrán que se basa en retruécanos en más de un idioma:<br />

(alemán) “drei W bringen uns viel Pein: / Weiber, Würfelspiel und Wein” (‘Tres<br />

W nos traen muchos pesares: / mujeres, juego de dados y vino’).<br />

(italiano) “Tre d rovinano l’uomo: diavolo, danaro e donna” (‘Tres d arruinan al<br />

hombre: diablo, dinero y mujer’).<br />

(griego) “Tría káppa kákista: Kappadokía, Kreetee, Kilikía” (‘Tres K son muy<br />

malas: capadocia, creta, cilicia’).<br />

[debido a estas consideraciones, lo que se hizo para los refranes fue<br />

semejante a lo que se hizo para las palabras aisladas y las locuciones, o sea<br />

que se usó un comparador. en este caso, fue el drae 1956; en los otros,<br />

el drae 1992].<br />

Las definiciones. Algunas observaciones<br />

las definiciones de los diccionarios deben ser, y esto ya lo dice Platón en<br />

varios de sus diálogos (por ejemplo lisis, cármides, laques) poniéndolo<br />

en boca de sócrates, bastante generales para abarcar los sentidos en que se<br />

usa una palabra pero a la vez bastante restrictivas para excluir aquéllos en<br />

que no se usa. además, las definiciones deben ser claras y concisas, y evitar<br />

la circularidad del tipo “demostrar = probar” / “probar = demostrar”. los<br />

redactores de diccionarios también tienen que decidir si dos significados<br />

son realmente distintos o simplemente matices del mismo significado.<br />

Para definir, se puede usar alguna o varias de las maneras siguientes:<br />

formulación sustitutiva [sinonimia]: perfidia, deslealtad, traición, quebrantamiento<br />

deliberado de la fe debida; descripción: tigre, mamífero de gran<br />

tamaño, de pelaje casi blanco en el vientre, amarillento y con rayas negras<br />

(transversales en el lomo y en forma de anillos en la cola) en otras partes;<br />

clasificación: tigre, mamífero felino carnicero, Panthera tigris; enunciado<br />

del propósito o de la función: martillo, herramienta que se usa para meter<br />

clavos en la madera; ejemplo ilustrativo: rojo, de un color que se parece<br />

al de la sangre; comparación: colina, elevación natural de terreno, menor<br />

que una montaña. de todos modos, sigue usándose, a lo menos en parte,


el dIccIonarIo breVe de meXIcanIsmos 487<br />

la manera tradicional ya usada por Platón, y por sócrates según Platón de<br />

definir un término, de precisar la clase de cosa que se nombra, una especie<br />

(es decir, dar el género próximo [la nueva Planta del diccionario de la<br />

rae, 1997, llama “hiperónimo inmediato superior” el género próximo]<br />

que la incluye y las diferencias específicas o señas distintivas) [por ejemplo,<br />

b, d y f arriba]. Platón, discípulo de sócrates, hace hablar a su maestro<br />

en diálogos en que define una noción (la amistad, la virtud, lo bueno, la<br />

justicia, el saber).<br />

de una palabra hay que definir cada acepción, y a pesar de los varios<br />

sistemas teóricos mencionados, no faltan las dificultades, sobre todo para<br />

la definición de muchos vocablos sencillos: es más fácil definir proparoxítono<br />

(‘acentuado en la antepenúltima sílaba’) o globulífero (‘compuesto de<br />

glóbulos [o sea de ‘cuerpos esféricos pequeños’]’) que definir mesa (‘mueble<br />

por lo común de madera, que se compone de una tabla lisa sostenida<br />

por uno o varios pies, y que sirve para comer, escribir, jugar u otros usos’<br />

[acad.] o más sencillamente ‘mueble compuesto de una superficie horizontal<br />

sostenida por una o más patas’).<br />

la frase por lo común (o la palabra típicamente) es útil en las definiciones<br />

porque usándola se puede decir, por ejemplo, que mesa es ‘un mueble<br />

de madera, de superficie horizontal y de cuatro patas’, aunque todos<br />

conozcamos mesas de plástico o de metal, mesas de una o de tres patas, y<br />

mesas de dibujo cuya superficie no es horizontal sino inclinada.<br />

otro ejemplo aparentemente sencillo: la palabra nudo (‘lazo que se<br />

estrecha y cierra de modo que con dificultad se puede soltar por sí solo,<br />

y que mientras más se tira de cualquiera de los dos cabos, más se aprieta’<br />

[acad.; y lazo es ‘atadura o nudo de cintas… que… se hace formando<br />

unas como hojas’ (acad.)] o más sencillamente ‘entrelazamiento de una<br />

cuerda o cinta consigo misma, que produzca una atadura’).<br />

en las definiciones del Diccionario Breve de Mexicanismos, se usa frecuentemente<br />

el término común en españa, que es muchas veces el más conocido<br />

internacionalmente. Por ejemplo, se define guajolote como pavo.


aPéndice<br />

discursos Pronunciados<br />

en ocasiones esPeciales


PA<strong>LA</strong>BRAS PRONUNCIADAS EN <strong>LA</strong> ENTREGA<br />

<strong>DE</strong> <strong>LA</strong> CRUZ AL MÉRITO<br />

Señor Wolf-Ruthart Born,<br />

Excelentísimo Embajador<br />

de la República Federal de Alemania en México,<br />

señoras y señores,<br />

amigos todos<br />

[491]<br />

Jaime Labastida<br />

Recibo hoy, con emoción que no me es posible disimular, la Cruz al Mérito,<br />

que me otorga el presidente de la República Federal de Alemania, el<br />

señor Johannes Rau. A lo largo de más de treinta años y, sin duda como<br />

tantas cosas en la vida, al principio por azar y luego por un amor y un interés<br />

profundos, he dedicado buena parte de mis trabajos de investigación<br />

a indagar en las ideas de Alejandro de Humboldt, un hombre entrañablemente<br />

unido a nuestro país y, en general, a la porción de territorio americano<br />

que conocemos con el nombre de latino (pero que, cuando él llegó<br />

aquí, era parte sólo de la América española o, si se prefiere, de la España<br />

americana).<br />

Me condujo a este espacio mental (a este universo inteligente que en<br />

vida respondió al nombre de Alejandro de Humboldt) mi amigo Miguel<br />

Wionzcek cuando, allá por el año de 1970, me pidió que tradujera uno de<br />

los 30 libros de su magno Vues des cordillères, et monument des peuples indigènes de<br />

l’Amérique [Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América].<br />

Al traducir y prologar ese texto ejemplar, de súbito advertí que el barón<br />

prusiano era admirado pero no leído; objeto de homenajes académicos y<br />

de discursos cívicos y, sin embargo, pese a todo, estudiado con escaso rigor,<br />

tanto a un lado como a otro del Atlántico. Percibí entonces, y con estupor,<br />

que en mi país, los historiadores (no pocos de fuste) lanzaban contra él


492 palabras de jaime labastida<br />

críticas injustas. Humboldt era (debo decir, es) tanto objeto de alabanzas<br />

como de diatribas, fruto del conocimiento parcial de su obra. me propuse<br />

añadir, en algún punto, un ángulo acaso novedoso; en otros puntos, discutir<br />

opiniones que carecen de sustento. sumé así poco a poco, sin darme cuenta<br />

cabal de lo que hacía, cientos de páginas que, en su conjunto, ofrecen la<br />

imagen de un Humboldt que tiene, ése puede ser su rasgo decisivo, un aspecto<br />

distinto al que nos quiere acostumbrar la fórmula tradicional.<br />

Por esta razón me atreví a calificar a Humboldt (y así titulé el primer<br />

libro que sobre él publiqué) como un desconocido: era, a mi juicio, conocido<br />

como personaje pero en verdad desconocido en su vasta labor de investigación.<br />

Humboldt era un desconocido ilustre, elevado a la categoría de<br />

héroe intelectual en cada uno de los seis países por los que viajó, de 1799<br />

a 1804. cuba, Venezuela, Perú, colombia, ecuador o méxico, de diversas<br />

maneras y con diferente énfasis, han hecho de Humboldt (como dice la<br />

placa de bronce que al pie de su estatua en la universidad Humboldt de<br />

Berlín, colocó la academia de ciencias de cuba) el segundo descubridor,<br />

mejor, el descubridor científico de cada uno de esos países. no me<br />

atrevo a poner en duda esta visión patriótica. Pero he insistido siempre<br />

en que Humboldt es más que eso y que se inscribe en una corriente de<br />

pensamiento de dimensión universal, una corriente a la que aporta su impronta<br />

personal. el trabajo de Humboldt traza una clara frontera entre la<br />

investigación anterior y la posterior a él (y no sólo por su objeto, américa;<br />

sino por el método que pone en vigor): Humboldt es el científico más<br />

importante de la primera mitad del siglo xix y marca ese tiempo con su<br />

método de investigación. el método humboldtiano, lo diré con rapidez,<br />

se apoya en mediciones precisas e instrumentos modernos. es un método<br />

de comparaciones universales, que aplica a la geología, la geografía, la<br />

vulcanología, la climatología, la zoología, la economía política, la botánica,<br />

el magnetismo terrestre, la oceanografía o la historia de las antiguas altas<br />

culturas. así, trazó isomapas del planeta en los que determinó las líneas de<br />

igualdad en la temperatura, la presión atmosférica o el desarrollo continental<br />

de las montañas. dijo que las perturbaciones eran pasajeras y que el<br />

equilibrio, a la postre, se imponía. Bajo esta luz, la crítica de quienes, aquí<br />

y allá, le hacen reproches (que plagió a los sabios novohispanos; que fue


al recibir la condecoración –cruz al mérito– 493<br />

espía del presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson; que no quiso<br />

darle crédito al descubrimiento de Manuel Andrés del Río), caen por su<br />

peso, por supuesto que leve.<br />

Este trabajo, realizado en el curso de tres decenios o más, me ha producido<br />

satisfacciones enormes. La primera de ellas, acaso la más importante,<br />

es la satisfacción que causa la investigación en sí misma, quiero decir, el<br />

placer de encontrar un matiz decisivo o un enfoque distinto. El trabajo<br />

intelectual tiene, considerado así, en su propio curso, la mejor recompensa:<br />

que ahora el Estado alemán, a través del señor Rau, su presidente, añada su<br />

reconocimiento a este placer personal (que para mí es desde luego también<br />

un deber), me otorga una satisfacción adicional, que me llena de orgullo.<br />

Permítanme recordar aquí, con brevedad, algunos hitos de la historia<br />

en la que debe ser inscrito Alejandro de Humboldt, historia que es, en no<br />

poca medida, la nuestra (y que ustedes ya conocen de sobra, sin duda).<br />

Humboldt formó parte de aquel vasto movimiento científico y literario<br />

que, a pesar de poseer una clara raíz alemana, tenía también una dimensión<br />

europea. Su labor no puede reducirse al estrecho límite de las fronteras<br />

prusianas, porque estaba inmerso en lo que llamaré el Renacimiento<br />

alemán (con Goethe, Schiller y su hermano Wilhelm; en vínculo estrecho<br />

con la corriente estética del arquitecto neoclásico Karl Friedrich Schinkel:<br />

el hombre que reconstruyó para la familia Humboldt el Castillo de Tegel).<br />

Pero, al propio tiempo, Humboldt estaba unido al pensamiento cosmopolita<br />

de Europa y debe ser visto como otro más de los sabios franceses e<br />

ingleses de su época. Fue amigo de Laplace y Cuvier, de Lamarck y Arago<br />

y fue el antecedente directo de la obra de Charles Darwin.<br />

Además, la vasta labor de Humboldt debe inscribirse en otro espacio<br />

mental al que he de referirme aquí, porque he subrayado, siempre, los<br />

aspectos cosmopolitas que la caracterizan y he hecho a un lado los rasgos<br />

germanos que, sin embargo, también contiene. ¿A qué me refiero? Su hermano<br />

Wilhelm es típicamente prusiano: sirvió a la monarquía a lo largo<br />

de su vida, tanto como ministro de Educación cuanto como ministro de<br />

Relaciones Exteriores (pese a lo cual jamás descuidó su trabajo de investigación.<br />

¿Quién ignora que la lingüística comparada fue fundada por él y<br />

que constituye un verdadero modelo de rigor científico?). Alejandro, en


494 palabras de jaime labastida<br />

cambio, muy pronto se despegó de los afanes patrióticos de Prusia, vivió<br />

en París un tercio de su vida generosa, gastó su inmensa fortuna en viajes<br />

y ediciones, ayudó al trabajo de los jóvenes investigadores y puso a salvo<br />

de la furia, en unos casos francesa y en otros prusiana, a los sabios más<br />

importantes de su época, trabajaran o no a su lado. sin embargo y pese a<br />

todo, buena parte del trabajo de Humboldt sólo puede ser comprendido a<br />

la luz interna de la historia alemana.<br />

Permítanme explicarme o, por decirlo mejor, explicar para mí esta historia<br />

interna (porque ustedes conocen de sobra esos hitos históricos a<br />

los que haré referencia). en la literatura occidental, tal vez las primeras<br />

alusiones al mundo germánico se encuentran ya en estrabón y césar (en<br />

Guerra de las Galias y en Guerra civil). la expansión militar de roma llevó a<br />

los ejércitos latinos a cruzar los alpes y a conquistar las galias; pero otra<br />

vasta región transalpina, desde entonces conocida con el nombre de germania,<br />

conservó su independencia intacta y resistió, a lo largo de siglos,<br />

a las armas de césar, augusto, Varo, germánico, Trajano: los pueblos<br />

germánicos eran bárbaros, hordas indomables. Tácito dice que, en poco<br />

más de dos siglos, la guerra en germania le costó al imperio romano más,<br />

en vidas y tiempo, que todas las otras guerras de conquista llevadas a cabo<br />

por roma. el vasto magma de los pueblos germánicos va de la península<br />

escandinava a las riberas del rin y del danubio. Por aquellas épocas nadie<br />

sabía que tanto helenos como romanos eran parientes oscuros y sin embargo<br />

cercanos de los germanos, a los que, con desprecio, llamaban bárbaros.<br />

germanos, griegos y latinos (así lo han puesto en claro las investigaciones<br />

de los historiadores modernos que han trabajado la mitología comparada<br />

y, en especial, la obra de george dumézil y Jan de Vries) tienen el mismo<br />

origen: esos pueblos tienen semejante raíz, que hoy llamamos indoeuropea,<br />

aunque se dividieron y siguieron un curso distinto en su desarrollo.<br />

los pueblos germánicos, como se sabe, entraron en roma y destruyeron<br />

el imperio romano de occidente. Ya cristianizados y en unidad con<br />

otros pueblos, formaron el sacro imperio romano germánico. ¿debo<br />

decir que, en cierto sentido, el nacimiento de la nación mexicana está unida<br />

a ese imperio? al mismo tiempo que se producía la conquista y la colonización<br />

del territorio que hoy recibe el nombre de méxico, un emperador


al recibir la condecoración –cruZ al mérito– 495<br />

de lengua alemana leía, no sin estupor, las cartas de relación que le enviaba,<br />

desde la Villa rica de la Vera cruz, un oscuro capitán que, a sangre y fuego<br />

y al frente de unos pocos soldados, avanzaba hacia la ciudad lacustre de<br />

méxico-Tenochtitlan. en estricta sincronía con estos hechos, en la iglesia<br />

de Wittenberg, un fraile, no menos oscuro que aquel capitán, elevaba<br />

sus reclamos religiosos y enfrentaba tanto la autoridad papal como la de<br />

aquel joven emperador: el capitán español hincaba su rodilla ante carlos<br />

V mientras que el fraile se rebelaba ante su autoridad. Hechos sincrónicos<br />

pero con signos distintos, diré más, opuestos. la reforma de lutero cimbró<br />

en sus cimientos el edificio entero de la cristiandad. Pero a nuestra<br />

américa llegó la contrarreforma, no la reforma luterana. carlos V jamás<br />

se reconcilió con ese fraile, al que escuchó, irritado y molesto, en suelo<br />

germano, en tanto cortés asediaba, por tierra, por agua, el centro ceremonial<br />

de los mexicas.<br />

la reforma fue en sus orígenes un movimiento de carácter estrictamente<br />

religioso, por supuesto. Tuvo consecuencias, empero, que nadie, ni<br />

lutero mismo, pudo sospechar. al traducir la Biblia a la lengua popular,<br />

a un alemán que podríamos llamar demótico, por un lado; y prohibir la<br />

reproducción de las figuras de cristo y los santos, por otro, lutero asestó<br />

un golpe brutal a las artes plásticas alemanas. alberto durero, que tuvo en<br />

sus manos varias obras de arte mexicano, enviadas por cortés a carlos V,<br />

fue a un tiempo el último y sin duda el más grande de los artistas alemanes,<br />

antes de la reforma. (la plástica alemana revivió apenas con caspar david<br />

Friedrich, el pintor romántico, contemporáneo de Humboldt.)<br />

la reforma de lutero hizo posible el amplio desarrollo de la música<br />

alemana, que debe escribirse con B alta: Bach, Beethoven, Brahms. Pero<br />

la reforma luterana produjo además, sin desearlo, un efecto benéfico en<br />

la literatura y la filosofía. así lo reconoce nada menos que diderot, en un<br />

escrito a la emperatriz catalina de rusia. dijo diderot que en las naciones<br />

protestantes de alemania hasta en un pueblo pequeño existía una escuela<br />

en la que se enseñaba a leer y escribir. el énfasis puesto en la necesidad<br />

de escribir en la lengua del pueblo, en sus inicios sólo con un interés religioso,<br />

produjo al poco tiempo un movimiento de orden intelectual, lleno<br />

de rigor, y abstracto. la filosofía idealista alemana, que se reconoce como


496 palabras de jaime labastida<br />

hija de la revolución iniciada por el francés descartes, rindió sus frutos<br />

originales pronto y los frutos tuvieron magnitud universal. en lo personal,<br />

soy deudor de descartes y los pensadores franceses, sin duda. Pero<br />

también lo soy, y en medida no menor (mencionaré sólo nombres clásicos),<br />

de leibniz, Kant, Hegel, marx, engels, Husserl, cassirer, Heidegger,<br />

Wittgenstein, Jaeger: debo a esos pensadores rigor y precisión. en ellos<br />

encontré la exigencia de sistema: en un Kant, el canon de la razón pura,<br />

aquella necesidad de una razón arquitectónica, que obliga al conocimiento<br />

a crecer de dentro hacía fuera, como el organismo, y no por la mera adición<br />

de partes.<br />

supe, por Hegel y por marx, que era necesario avanzar de lo abstracto<br />

a lo concreto; de lo simple a lo complejo; de la idea (o la mercancía) a<br />

la totalidad viviente, lo que Hegel califica del método universal, que “lo<br />

devora todo”. la crítica kantiana nos conduce así al método de Hegel,<br />

en un movimiento constante. Humboldt fue un contemporáneo de esos<br />

pensadores. aunque despreciara a la Prusia de su tiempo, aunque la considerara<br />

una nación atrasada y sombría y sólo sintiera el aire de libertad<br />

plena (política e intelectual) en la Francia de la revolución, contribuyó,<br />

pese a todo, con su hermano Wilhelm, al edificio de la nueva universidad<br />

prusiana, por completo alejada del modelo antiguo. el ejemplo de alejandro<br />

fue decisivo en el posterior desarrollo intelectual de alemania y la<br />

universidad creada por los hermanos Humboldt unió ciencias y humanidades.<br />

sus frutos fueron sentidos pronto. la universidad, nacida apenas<br />

el año de 1810, produjo centenares de investigadores de primer nivel.<br />

con ese bagaje técnico y luego, unificada por la férrea voluntad de Bismarck,<br />

alemania derrotó a Francia con facilidad extrema en la guerra de<br />

1871. esa guerra fue la primera guerra tecnológica de la historia; en ella,<br />

el ejército alemán, sin usar el medio de transporte bélico milenario que<br />

había sido el caballo, llevado por ferrocarril, entró, como con una espada entre<br />

inocentes, en territorio francés: he aquí el fruto, me digo, de una verdadera<br />

revolución educativa.<br />

Humboldt fue, antes que nada, hombre de ciencia. Pero fue también<br />

un artista que se conmovía ante la naturaleza, a la que no vio nunca como<br />

un objeto inerte, sino como un objeto vivo, que se debía someter a inves-


al recibir la condecoración –cruZ al mérito– 497<br />

tigación y medida. así, dijo que la naturaleza no perdía ninguno de sus<br />

encantos al profundizar en sus misterios. en ese sentido, se ocupó de las<br />

expresiones, que hoy consideramos artísticas, de los pueblos amerindios,<br />

aunque no comprendiera del todo el carácter simbólico de esas obras: su<br />

racionalismo extremo fue acaso su mayor impedimento. Pese a esta limitación,<br />

no dejó de prodigar sus esfuerzos y dio a conocer los códices y la<br />

lapidaria de los pueblos amerindios. Vistas de las cordilleras y monumentos de<br />

los pueblos indígenas de América, creó el renacimiento del estudio de las altas<br />

culturas amerindias, inicialmente en europa: los códices Borgia, Dresden,<br />

Vaticano; la coatlicue; el calendario náhuatl; las pirámides de mitla, xochicalco<br />

o cholula, que Humboldt hizo reproducir en láminas de gran<br />

belleza y rigor, logró que los sabios se ocuparan, una vez más, de mesoamérica,<br />

entonces preterida. así, Humboldt despertó la antropología y la<br />

arqueología del nuevo continente, lo que se llamó americanística, que<br />

culminó, en el siglo anterior, en los trabajos de eduard seler y Konrad<br />

Theodor Preuss.<br />

dice así el Edda de la creación (recogido por snorri): “en el tiempo<br />

primero y en el caos primero/ no hubo arenas ni mares ni salobres espumas,<br />

/ no hubo tierra en lo hondo, ni hubo cielo en lo alto; / sólo abismo<br />

en el todo; ni una brizna de hierba”. luego los dioses ordenaron el caos.<br />

el hombre de ciencia es semejante a esos dioses, ya que funda las leyes y<br />

controla el abismo. Humboldt ha de quedar para siempre grabado en la<br />

historia de las relaciones entre méxico y alemania. Feliz de mí si he contribuido,<br />

en parte, a ello.


Varia


DATOS OBTENIDOS POR <strong>LA</strong> SRITA. MARÍA <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> LUZ <strong>LA</strong>ZO<br />

SOBRE <strong>LA</strong> CASA NÚMERO 66 <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> CALLE <strong>DE</strong> DONCELES,<br />

HOY PROPIEDAD Y SE<strong>DE</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> ACA<strong>DE</strong>MIA <strong>MEXICANA</strong><br />

En escritura número 486, otorgada ante la fe del notario señor licenciado<br />

don Francisco Lozano Noriega, con fecha 6 de agosto de 1956, el licenciado<br />

don Eustaquio Cortina Portilla en representación de la señorita María<br />

Luisa Saldívar y Saldívar, única y universal heredera y albacea de la sucesión<br />

testamentaria de la señora doña María Goríbar viuda de Saldívar, vendió a<br />

la Academia Mexicana la casa número 66 de la calle de Donceles.<br />

Doña María Goríbar de Saldívar fue hija de don Faustino Goríbar y<br />

de la señora… Zabalza de Goríbar. Estuvo casada en primeras nupcias<br />

con el señor Isidoro de la Torre, de cuya unión procreó un hijo llamado<br />

Isidoro de la Torre Goríbar. En segundas nupcias estuvo casada con don<br />

José Agustín Saldívar, de cuya unión tuvo dos hijos: José Agustín Saldívar<br />

y Goríbar y María Saldívar y Goríbar. Esta última, o sea María Saldívar y<br />

Goríbar contrajo nupcias con su tío el señor don Alfredo Saldívar, de cuya<br />

unión procreó dos hijos: María Luisa Asunción Saldívar y Saldívar, religiosa<br />

del Sagrado Corazón, y Alfredo Saldívar y Saldívar.<br />

Después de terminada la segunda guerra europea regresaron de Europa<br />

don José Agustín Saldívar y doña María Goríbar de Saldívar, habiendo<br />

fallecido poco después don José.<br />

Ya viuda doña María obtuvo la desocupación de la casa y encomendó<br />

su reconstrucción al arquitecto don Luis H. Cuevas Barrena. Doña María<br />

vivió en la casa hasta su fallecimiento, parece que en 1954 (no se sabe con<br />

exactitud). Su sucesión testamentaria estuvo representada por doña María<br />

Luisa Asunción Saldívar y Saldívar, como única y universal heredera.<br />

Don Manuel Romero de Terreros, en carta fechada el 19 de octubre de<br />

1965, informó a la Academia lo siguiente: Que en el siglo xix la casa pertenecía<br />

a don Faustino Goríbar: que en el año de 1889 la tomó en arrendamiento<br />

a don Isidoro de la Torre, esposo de doña María Goríbar, don<br />

[501]


502 datos obtenidos por ma. de la luZ laZo<br />

Pablo martínez del río, recién casado con la señora doña Bárbara Vinent,<br />

y que en diciembre de ese año, cuando murió la madre del señor romero<br />

de Terreros, sus mencionados tíos, don Pablo y doña Bárbara, lo trajeron<br />

a vivir a esta casa de donceles 66. agrega el señor romero de Terreros<br />

que a principios de 1891 los señores martínez del río se fueron a europa<br />

y lo llevaron a inglaterra y que en julio de 1891 fue internado en el famoso<br />

colegio de stonyhurst, en donde permaneció hasta marzo de 1900 en que<br />

regresó a méxico.<br />

Por cierto, agrega el señor romero de Terreros, que a su regreso a<br />

méxico encontró a sus tíos los señores martínez del río habitando la casa<br />

número 6 de la calle de medinas, en la cual se celebró el 11 de septiembre<br />

de 1875 la sesión inaugural de la academia mexicana correspondiente de<br />

la real española. dicha casa era propiedad del señor alejandro arango y<br />

escandón.<br />

arrendamientos<br />

se nos ha informado que por el año de 1910 o 1912 la casa no tenía el<br />

segundo piso y estaba ocupada por la compañía mexicana molinera de<br />

nixtamal; que los locales de la planta baja estaban destinados a bodega de<br />

maíz y que la pieza de la entrada, a la derecha, era el despacho de la masa.<br />

Hemos sabido, igualmente, que vivió en esta casa la familia solana<br />

gutiérrez. (el señor solana gutiérrez que proporcionó estos datos fue<br />

pelotari conocido.) ¿no serían estos señores los propietarios o administradores<br />

de la compañía mexicana molinera de nixtamal?<br />

el señor licenciado cortina Portilla recuerda, y así se nos informó,<br />

que allá por 1940 la casa de donceles 66 se encontraba ocupada por una<br />

mueblería.<br />

méxico, d. F., 5 de noviembre de 1981.<br />

maría de la luz lazo.<br />

secretaria.


Abd-Al-MAlik, 304<br />

Abreu GóMez, Ermilo, 75, 78, 360<br />

AcostA, José de, 198, 204<br />

AcostA, Rodolfo, 366<br />

AGAMben, Giorgio, 395, 397, 398, 399<br />

AGuAyo spencer, Rafael, 74<br />

AGuirre beltrán, Gonzalo, 367, 377,<br />

382<br />

AGuirre espinosA, Pedro, 256<br />

AGustín, san, 54, 204, 274<br />

AhMAd, Aziz, 199<br />

AlAMán, Lucas, 306<br />

AlArcón, Alfonso G., 149, 157<br />

AlArcón, Juan Ruiz de, 455<br />

AlArcón, Pedro Antonio, 312<br />

AlArcón se G ov i A, Donato, 149<br />

AlAtorre, Antonio, 14, 40<br />

AlcAlá, Manuel, 20, 40, 46, 58<br />

AlejAndro MAGno, 292<br />

AleMán, Miguel, 311<br />

AliGhieri, Dante, 392<br />

AltAMirAno, Ignacio Manuel, 104, 105<br />

AltolAGuirre, Manuel, 335, 360<br />

AlvA r, Manuel, 14, 436<br />

AlvArAdo, Francisco de (fray), 371<br />

álvA r e z, José Rogelio, 15, 207<br />

álvA r e z, Walter, 147<br />

álvArez de luGo usodeMAr, Pedro, 390<br />

AlzAte, José Antonio, 21, 22, 39<br />

AMAro, Joaquín (general), 346<br />

AMor, Rosendo, 130, 133<br />

AndA jAcobsen, Miguel de, 14<br />

AndrAde, Francisco de P., 79<br />

AndrAde prAdillo, Juan, 133<br />

ArAGón, Agustín, 357<br />

ArAnGo y escAndón, Alejandro, 502<br />

ÍNDICE ONOMÁSTICO<br />

[503]<br />

ArcAdio pAGAzA, Joaquín, 66, 69<br />

AréchiGA, Hugo, 148<br />

ArenAs, Pedro de, 372<br />

Aristóteles, 26, 27, 31, 165, 166, 395,<br />

397, 398, 402, 405<br />

ArreolA, Juan José, 74, 313<br />

AuerbAch, Erich, 455<br />

AvendAño inestrillAs, Jorge, 424<br />

Averroes, Ibn Rushd, 397, 399<br />

ávilA, Ignacio, 46<br />

ávilA cAMAcho, Manuel, 138<br />

AyAlA González, Abraham, 133, 157<br />

AzAr, Héctor, 14, 45-49, 51-56<br />

AzuelA, Arturo, 14, 57, 76, 78, 350<br />

bAch, Johann Sebastian, 495<br />

bAchelArd, Gaston, 167-169, 177, 455<br />

bAcon, Francis, 292<br />

bAdiAno, Juan, 291<br />

bAlbuenA, Bernardo de, 181, 363<br />

bAlli, Pedro, 371<br />

bAndAlA, Octavio, 133<br />

bAninelli (coronel), 117, 118<br />

bAptistA, Juan (fray), 371<br />

bArojA, Pío, 419<br />

bArredA, Gabino, 129, 379<br />

bArtlett díAz, Manuel, 51<br />

bArtolAche, José Ignacio, 21<br />

bAtAillon, Marcel, 455<br />

bAudelAire, Charles, 169<br />

bAz, Gustavo, 54, 134<br />

beethoven, Ludwig van 495<br />

belMAr, Francisco, 379<br />

berlin, Isaiah, 455<br />

bernAl, Ignacio, 36<br />

bernAl jiMénez, Miguel, 48, 78, 416


504 índice onoMástico<br />

bernArdino de sienA, san, 302<br />

beuchot, Mauricio, 15, 165<br />

beuren, 245, 246, 248<br />

biAGi, Francisco, 148<br />

bisMArck, Otto von, 160, 496<br />

blAchère, Régis, 308<br />

bloch, Jules, 199<br />

blooM, Harold, 94<br />

bonifAz nuño, Rubén, 91<br />

bonillA, Alonso, 180, 184, 185, 192<br />

borGes, Jorge Luis, 167<br />

born, Wolf-Ruthart, 491<br />

brAcho, Julio, 366<br />

brAhMs, Johannes, 495<br />

brAMbilA, Antonio, 74<br />

brAMbilA pelAyo, Alberto M., 208<br />

br Avo, Francisco, 291<br />

brice heAth, Shirley, 367, 375, 377<br />

bu b n ovA, Tatiana, 181<br />

bucAreli, Antonio María de, 376<br />

burillo AzcárrAGA, Alejandro, 13<br />

buschMAnn, Johann Karl, 379<br />

bustAMAnte, Carlos María de, 21<br />

bustillo oro, Juan, 356<br />

cAbrerA, Francisco José, 73<br />

cAldAs, Francisco José de, 446<br />

cAlderón, Bernardo, 372<br />

cAlderón de lA bArcA, Pedro, 97, 108,<br />

199<br />

cAlixto, Jorge, 304<br />

cAllejA, Diego (jesuita), 390, 408<br />

cAlzAdA, Rómulo, 424<br />

cAMpos, Haroldo de, 254<br />

cAnGuilheM, Georges, 403<br />

cAnsino cAsAhondA, Enoch, 420, 424<br />

cAntú, Arturo, 89, 92, 93, 94<br />

cAntú, Federico, 75, 78<br />

cApistrán, Miguel, 86<br />

cArdAillAc, Louis, 303<br />

cArdAno, Gerolamo, 23<br />

cárdenAs, Consuelo, 148<br />

cárdenAs, Francisco, 326<br />

cárdenAs, Juan de, 291<br />

cárdenAs, Lázaro, 88, 155, 311, 382<br />

cárdenAs de lA peñA, Enrique, 12, 15,<br />

129, 131, 134, 135, 136, 138, 139, 140,<br />

141, 143, 145, 147, 419<br />

cArdonA peñA, Alfredo, 424<br />

cArlos III, 376<br />

cArlos V, 495<br />

cArrAnzA, Venustiano, 326, 332, 346<br />

cAso, Alfonso, 382, 452<br />

cAssirer, Ernst, 496<br />

cAstAñedA, Gonzalo, 130<br />

cAstellAnos, Rosario, 75, 424<br />

cAstrejón, Martín (general), 346<br />

cAstro pAllAres, Alfonso, 46, 81, 82,<br />

253, 254<br />

cAstro pAllAres, Salvador, 81<br />

cAtAlinA de Rusia, 495<br />

cAtArinA de San Juan, 199, 200<br />

celis, Alejandro, 149, 157<br />

celorio, Gonzalo, 11, 451<br />

cendrero, Luis, 209<br />

cervAntes, Miguel de, 11, 13, 202, 203,<br />

291, 295, 301, 305, 306, 307, 308, 323,<br />

386, 441, 444<br />

chApelA, Rocío, 149<br />

ch Av e ro, Alfredo, 36<br />

chávez, Ignacio, 130, 133, 134, 136, 144,<br />

146, 151, 157<br />

chávez GArcíA, Iris, 333<br />

choMsky, Noam, 369<br />

chuMAcero, Alí, 46, 48, 58, 73, 75, 86,<br />

91, 315<br />

cicerón, 246<br />

ciGorondo, Juan de (jesuita), 182<br />

cleMente orozco, José, 69<br />

coMonfort, Ignacio (general), 104<br />

contrerAs torres, Miguel, 356<br />

copérnico, Nicolás, 39, 288<br />

coquet, Benito, 139<br />

coqui, Carlos, 134, 157


índice onoMástico 505<br />

có r d ovA, Juan de (fray), 371<br />

corripio, Ernesto (cardenal), 47<br />

cortés, Hernán, 113, 369, 495<br />

cosío villeGAs, Ismael, 147, 157<br />

cosMiel (personaje de novela), 391, 397,<br />

409, 410<br />

couttolenc cortés, Gustavo, 12, 14, 15,<br />

46, 61, 277<br />

cowA n, Rosa, 128<br />

crespo, José, 75<br />

croix, Carlos F. marqués de, 376<br />

croix, Teodoro de, 20<br />

cruz, Martín de la, 291<br />

cuAuhtéMoc, 380<br />

cuervo, Rufino José, 461<br />

cuestA, Jorge, 91<br />

cu e vA, Juan de la, 182<br />

cu e vA s bArrenA, Luis H., 501<br />

cuvier, Georges, 493<br />

dAlí MAMí, el Cojo, 202<br />

dArwin, Charles, 21, 493<br />

de lA MAdrid, Miguel, 141, 453<br />

deMoMbynes, Gaudefroy, 308<br />

descArtes, René, 29, 496<br />

díAz, Porfirio, 79, 102, 104, 321<br />

díAz cíntorA, Salvador, 12, 13, 15, 46, 75,<br />

123, 197, 259, 265, 301<br />

díAz de GAMArrA, Juan Benito 21<br />

díAz del cAstillo, Bernal, 113<br />

díAz Mirón, Salvador, 91<br />

díAz y de ovAndo, Clementina, 12<br />

diderot, Denis, 288, 495<br />

díez-cAnedo, Enrique, 452<br />

dorAntes (general), 327<br />

dorbecker, Narno, 157<br />

drucker colín, René, 149<br />

dubos, René, 148<br />

duclAs, Robert, 102, 105, 107<br />

dulcineA (personaje de novela), 203<br />

duMézil, George, 494<br />

dupeyroux, J. J., 139<br />

durero, Alberto, 495<br />

echeverríA, Max, 467, 468<br />

elizondo, Salvador, 92, 93, 98<br />

enGels, Friedrich, 496<br />

ennio, Quinto, 445<br />

escAlAnte, Salvador, 89, 320-325, 357<br />

escAlonA, Genaro, 132<br />

escobAr sAlMerón y cAstro, J. de, 25<br />

escobedo tinoco, Federico, 66<br />

esopo, 261, 263<br />

espinosA AltAMirAno, Horacio, 75<br />

espinosA pólit, Aurelio, 81<br />

estévez, Abilio, 419<br />

esteyneffer, Juan de, 291<br />

estrAdA, Genaro, 358<br />

fArfán, Agustín, 291<br />

fArill, Juan, 133<br />

fAuré, Gabriel, 246<br />

felipe II, 203, 238, 375<br />

felipe IV, 376<br />

felipe de Jesús, san, 74<br />

fernández, Darío, 133, 134<br />

fernández, Gaspar, 15, 179-195<br />

fernández de córdobA, Diego, 187<br />

fernández de có r d ovA, Francisco, 370<br />

fernández de león, Diego, 372<br />

fernández de lizArdi, 124, 352<br />

fernández de oviedo, Gonzalo, 291<br />

fernández de sAntA cruz, Manuel<br />

(obispo), 408, 410<br />

fernández del cAstillo, Francisco,<br />

143, 427<br />

fernández MAc GreGor, Genaro, 360,<br />

361<br />

ferrer, Eulalio, 11, 123, 301<br />

flores espinosA, Jorge, 149<br />

foucAult, Michel, 455<br />

fournier, Raoul, 157<br />

frAnco, Francisco, 155<br />

frAnco, Hernando, 183


506 índice onoMástico<br />

frAnklin, Benjamin, 150<br />

frAzer, James George, 455<br />

frenk, Margit, 15, 179, 270<br />

frenk, Silvestre, 149<br />

friedrich, Caspar David, 495<br />

froMM, Erich, 452, 455<br />

fuente, Juan Ramón de la, 142<br />

fuente, Julio de la, 382<br />

fuente, Ramón de la, 157<br />

fuentes, Carlos, 14, 455<br />

GAdAMer, Hans-Georg, 170, 171, 172<br />

GAldo y GuzMán, Diego de (fray), 371,<br />

376<br />

GAliciA chiMAlpopocA, Faustino, 306<br />

GAlilei, Galileo, 23, 29, 39<br />

GAlván y González, Crescencio, 356<br />

GAlve, virrey conde de, 29<br />

GA M b oA, Federico, 349<br />

GAMio, Manuel, 381, 382<br />

GAos, José, 22, 394, 452<br />

GArcíA, Cecilio (general), 346<br />

GArcíA, H., 463<br />

GArcíA de dieGo, Vicente, 198<br />

GArcíA icAzbAlcetA, Joaquín, 19, 36,<br />

124, 264, 306, 372, 379<br />

GArcíA Márquez, Gabriel, 201<br />

GArcíA Máynez, Eduardo, 452<br />

GArcíA Moreno, Alfonso, 431<br />

GArcíA rierA, Emilio, 356, 366<br />

GArcíA terrés, Jaime, 453<br />

GArcidueñAs, José Rojas, 58, 74<br />

GAribAy, Ángel María, 36, 57, 58, 72, 79<br />

GAribAy, Ricardo, 71, 74<br />

GArzA cuArón, Beatriz, 368<br />

GArzA González (general), 327<br />

GAssendi, Pierre, 29<br />

GeA González, Manuel, 130, 137<br />

GeorGe, Stefan, 171<br />

Gilbert, Grove Karl, 23<br />

Gilberti, Maturino (fray), 208, 370<br />

Giner de los ríos, Francisco, 452<br />

GlAntz, Margo, 12, 15, 101, 105, 106, 109,<br />

119, 389, 404<br />

Goethe, Johann Wolfgang von, 174, 198,<br />

493<br />

GóMez, Federico, 157<br />

GóMez de si lvA, Guido, 11, 12, 243, 477<br />

GóMez fAríAs, Valentín, 377<br />

GóMez hAro, Claudia, 13<br />

GóMez pAlAcio, Martín, 354<br />

GóMez piMientA, José Luis, 133<br />

GóMez robledo, Antonio, 58, 64, 74<br />

GóMez robledo, Ignacio (jesuita), 74<br />

GóMez robledo, Javier (jesuita), 74<br />

GónGorA, Luis de, 84, 183, 184, 191<br />

González, Manuel, 102<br />

González AcostA, Alejandro, 305<br />

González cAsAnovA, Henrique, 355<br />

González cAsAnovA, Pablo, 75, 355<br />

González de es l AvA, Fernán o Hernán,<br />

49, 181, 182, 185, 187, 191<br />

González herrejón, Salvador, 133, 148<br />

González MArtínez, Enrique, 83, 87,<br />

91<br />

González pedrero, Enrique, 453<br />

González rojo, Enrique, 71, 87<br />

GoríbAr, Faustino, 501<br />

GoríbAr de sAldívAr, María, 501<br />

Gorlée, Dinda L., 172, 173<br />

GorostizA, José, 14, 71, 83-89, 91-98, 284<br />

GrAnAdos y Gálvez, José Joaquín, 21<br />

GrAss, Günter, 455<br />

GrAssis, Oratio (padre), 28<br />

GuerrA, Juan (fray), 372<br />

GuerrA, Ricardo, 75<br />

Guidicci, Mario, 29<br />

Guillén, Murguía, 313<br />

Guillot, François, 405<br />

GutenberG, Johannes, 448<br />

Gutiérrez de pAdillA, Juan, 184<br />

Gutiérrez herMosillo, Alfonso, 72, 87<br />

Gutiérrez nájerA, Manuel, 91, 311<br />

GuzMán betAncourt, Ignacio, 367, 368


índice onoMástico 507<br />

GuzMán y có r d ovA, Sebastián de, 29<br />

hAedo, Diego de (personaje de novela),<br />

203, 305<br />

háfiz, Ibn Farhun, 199<br />

hAlley, Edmund, 23<br />

hAM chAnde, R., 459, 463, 468<br />

hAy, Eduardo, 88<br />

hAy wA r d, J. A., 129, 130<br />

heGel, Georg Wilhelm F., 455, 496<br />

heideGGer, Martin, 166, 169, 496<br />

henestrosA, Andrés, 15, 16, 58, 74, 75,<br />

76, 77, 78, 424<br />

henríquez ureñA, Pedro, 452, 456<br />

herMes triMeGisto, 392<br />

hernández, Francisco, 291<br />

hernández, Miguel, 280<br />

hernández cAMpos, Jorge, 74<br />

hernández xocoyotzin, Natalio, 385,<br />

437<br />

herrerA zApién, Tarsicio, 12, 14, 15, 45,<br />

58, 71, 245, 251, 413<br />

hervás y pAnduro, Lorenzo, 372<br />

hipócrAtes, 153<br />

hitler, Adolf, 155, 245<br />

hobbes, Thomas, 455<br />

hofMAnn, Albert, 455<br />

hölderlin, Friedrich, 166, 171, 176<br />

horAcio, 28, 59, 62-69, 75, 80, 150, 246,<br />

371<br />

houssAy, Bernardo, 288, 293<br />

hubArd, Julio, 86<br />

huertA, Victoriano, 326<br />

huGo, Victor, 332<br />

huitziMenGAri, Pedro de, 324<br />

huMboldt, Alejandro de, 38, 54, 446,<br />

491, 492, 493, 496, 497<br />

husserl, Edmund, 496<br />

huyGens, Christiaan, 24<br />

iduArte, Andrés, 363<br />

iGnAcio, san, 187<br />

inclán, Luis G., 103, 307<br />

inGenieros, José, 131<br />

jAeGer, Werner, 455, 496<br />

jAkobson, Roman, 173, 174, 175<br />

jAMMes, Robert, 190<br />

jeróniMo, san, 187<br />

jiMénez, José Alfredo, 309<br />

jinich, Horacio, 150<br />

juAn bAutistA, san, 303<br />

juAn crisóstoMo, san, 274<br />

juAnA inés de lA cruz, sor, 12, 37, 39,<br />

73, 75, 77, 84, 91, 265-275, 389-411,<br />

455<br />

juárez, Benito, 104, 323, 378<br />

junG, Carl Gustav, 455<br />

kAfkA, Franz, 455<br />

kAnt, Immanuel, 93, 166, 455, 496<br />

kepler, Johannes, 23, 39, 389<br />

keynes, John Maynard, 455<br />

khAfAjA, Ben, 204<br />

kino, Eusebio Francisco (jesuita), 25, 26,<br />

27, 28, 29, 30, 33, 34, 38, 39<br />

kircher, Atanasio, 27, 389, 390, 391, 395,<br />

396, 404, 405, 409<br />

kuMAte, Jesús, 142<br />

lAbAstidA, Jaime, 11, 13, 15, 16, 19, 36,<br />

91, 441, 491<br />

lAcAn, Jacques, 92<br />

lAfArGA, Gastón, 360, 361<br />

lAMport, Guillén de, 73<br />

lAndívAr, Rafael, 59, 62, 65, 66<br />

lAplAce, Pierre Simon, 493<br />

lArA, Luis Fernando, 463<br />

lAs cAsAs, Bartolomé de (fray), 455<br />

lAtApí, Fernando, 133, 148<br />

leAl AudirAc, Fernando, 75<br />

leAl cortés, Alfredo, 74<br />

ledesMA, Alonso de, 184, 185, 190, 192<br />

leibniz, Gottfried W., 97, 496


508 índice onoMástico<br />

leloir, Luis, 288<br />

león, Nicolás, 199<br />

león-portillA, Ascensión H. de, 372, 373<br />

león-portillA, Miguel, 11, 12, 16, 36,<br />

40, 367, 369, 370, 374, 387, 433<br />

león y GAMA, Antonio de, 20<br />

leonArdo, Lupercio, 402<br />

lerdo de tejAdA, Miguel, 104<br />

lévi-strAuss, Claude, 455<br />

liceAGA, Eduardo, 130, 142<br />

lichtenberG, Georg Christoph, 455<br />

lidA, Raimundo, 452<br />

liGuori, Francisco, 74, 76, 79, 80, 82<br />

liMón, Rodolfo, 149<br />

linneo, Carlos, 21<br />

lope de veGA, Félix, 184, 185, 187, 193<br />

lópez, J., 471<br />

lópez de hinojosos, Alonso, 291<br />

lópez de sAntA AnnA, Antonio, 103,<br />

107, 112<br />

lópez velArde, Ramón, 83, 86, 87, 91<br />

lorenzAnA, Francisco A. de, 376, 435<br />

louredA, Ignacio, 66<br />

loyo, Mauro, 139<br />

ludewiG, Hermann, 372<br />

luque, Juan de, 184<br />

luquín, Eduardo, 87<br />

lutero, Martín, 495<br />

MAcedo, Rita, 366<br />

MAcíAs si lvA, Desiderio, 432<br />

MAdero, Francisco I., 154, 321, 326, 348<br />

MAdero kondrAt, Maribel, 11<br />

MAdrAzo, Ignacio, 149<br />

MAGdAleno, Mauricio, 424<br />

MAillefert, Alfredo, 69, 73<br />

MAlAspinA, Alejandro, 446<br />

MAldA, Gabriel, 141<br />

MAllArMé, Stephane, 392<br />

MAncerA, virreyes de, 404<br />

MAncisidor, José, 361<br />

MAnsour, Mónica, 86, 92, 93, 94<br />

MAntecón, José Ignacio, 20<br />

MArAñón, Gregorio, 419<br />

MArAvell, Víctor, 46<br />

MArín, Rubén, 427<br />

MArtín de olAñetA, Pedro, 110, 118<br />

MArtínez, Henrico, 22<br />

MArtínez, José Luis, 12, 15, 73, 83, 129,<br />

311, 453<br />

MArtínez, Maximino, 209<br />

MArtínez báez, Antonio, 75<br />

MArtínez báez, Manuel, 157<br />

MArtínez cortés, Fernando, 143<br />

MArtínez de lA torre, Rafael, 103<br />

MArtínez peñAlosA, Porfirio, 74<br />

MArtínez sAn MiGuel, Yolanda, 393<br />

MArtínez sotoMAyor, José, 87<br />

MArx, Karl, 455, 496<br />

MAserA, Mariana, 181<br />

MAstAche (general), 346<br />

MAteos, Juan A., 103<br />

MAxiMiliAno de Habsburgo, 307, 318,<br />

378<br />

MAzA, Francisco de la, 199<br />

MAzzotti, Luis, 149<br />

Mcintyre, Alasdair, 176<br />

Medel, Manuel, 356<br />

MedinA, Bartolomé de, 291<br />

MejíA sánchez, Ernesto, 58, 74<br />

Melo, Gastón, 130<br />

Méndez, Luis, 139<br />

Méndez Arceo, Sergio (obispo), 74<br />

Méndez plAncArte, Alfonso, 57, 58, 64,<br />

69, 72, 77, 78, 182, 405<br />

Méndez plAncArte, Gabriel, 57, 58, 69,<br />

72, 77, 78, 79<br />

MendozA, Eufemio, 263<br />

Millán, Alfonso, 157<br />

Millán, Francisco, 157<br />

Milstein, César, 288, 289<br />

MinAyA, Bernardino (fray), 301<br />

MirAndA, Francisco de P., 130, 134, 143<br />

MirAndA y GóMez, Miguel Darío, 81


índice onoMástico 509<br />

MistrAl, Gabriela, 55, 358<br />

Mitre, Bartolomé, 373<br />

Mociño, José Mariano, 39, 446<br />

MoctezuMA, 113<br />

MoctezuMA II, 106<br />

MoctezuMA III, 106, 109, 117<br />

MolinA, Alonso de, 21, 208, 369, 370<br />

MolinA, Benjamín, 355<br />

MolinA, Mario, 289, 370<br />

MonArde, Nicolás, 291<br />

Monsiváis, Carlos, 101, 119<br />

MontAiGne, Michel de, 197, 205, 304<br />

MontAño, Guillermo, 133, 157<br />

MonteMAyor, Jorge de, 307<br />

Monterde, Francisco, 40, 46, 74<br />

Montiel, Sara, 128<br />

MorA, José María Luis, 377<br />

MorAles, A., 443<br />

MorAles, Pedro de, 183<br />

Moreno, Daniel, 74<br />

Moreno de AlbA, José, 12, 459<br />

Moreno de los Arcos, Roberto, 20, 21,<br />

22<br />

Moro, Tomás, 455<br />

Morones, Samuel, 133<br />

Mortiz, Joaquín, 207<br />

MotA, Felipe, 149<br />

MotoliníA, Toribio de (fray), 54, 291<br />

MoyA, Juan Bautista de (fray), 69<br />

Muñoz, Rafael F., 361<br />

Muñoz y MAnzAno, Cipriano, 372<br />

Muñoz zuritA, Ricardo, 260<br />

Mussolini, Benito, 155<br />

Mutis, José Celestino, 446<br />

nAndino, Elías, 420<br />

nAvA r ro, Fernando A., 419<br />

nebrijA, Elio Antonio de, 368, 369, 370<br />

neper, John, 23<br />

nerudA, Pablo, 418<br />

nervo, Amado, 154, 317<br />

newton, Isaac, 23, 24, 32, 33<br />

nietzsche, Friedrich, 175<br />

norieGA, Alfonso, 58, 68, 71, 73<br />

novo, Salvador, 87<br />

núñez de Arce, Gaspar, 312<br />

núñez de MirAndA, Antonio, 408<br />

obreGón, Álvaro, 311, 358<br />

ocArAnzA, Fernando, 130<br />

ochArte, Melchor, 371<br />

oc h oA, Severo, 288<br />

o’GorMAn, Edmundo, 455<br />

olArte, Jorge, 149<br />

olMos, Andrés de (fray), 369<br />

orff, Carl, 12, 245, 246, 413-418<br />

orfilA reynAl, Arnaldo, 452<br />

orozco y berrA, Manuel, 36, 379<br />

orteGA y GAsset, José, 68, 291, 460<br />

ortiz, Jorge Eugenio, 48<br />

ortiz de MontellAno, Bernardo, 87<br />

ortiz MenA, Antonio, 139<br />

ortiz MonAsterio, Fernando, 157<br />

ortiz rubio, Pascual, 311, 323, 324, 361<br />

osorio roMero, Ignacio, 405, 406<br />

othón, Manuel José, 91<br />

pAcheco, José Emilio, 102, 103<br />

pAllAres torres, Jesús, 81<br />

pArdo GArcíA, Germán, 69<br />

pAredes, virreina condesa de, 24<br />

pAredes, virrey conde de, 26<br />

pArMénides, 176<br />

pArrA, Porfirio, 129<br />

pAttee, Richard, 69<br />

pAyno, Manuel, 101-121<br />

pAz, Octavio, 89, 91, 92, 93, 176, 254, 389,<br />

390, 391, 392, 397, 409, 455, 456<br />

pedro nolAsco, san, 267, 275<br />

peiMbert Alcocer, Gonzalo, 427<br />

peirce, Charles S., 171, 172, 173<br />

pellicer, Carlos, 87, 91, 424<br />

peñA, Ernesto de la, 58<br />

peñA, Margarita, 182


510 índice onoMástico<br />

peñAlosA sAntillán, Joaquín Antonio,<br />

12, 15, 74, 277-285<br />

perelMuter, Rosa, 392, 393<br />

pérez de cuéllAr, Javier, 385<br />

pérez de Montoro, José, 403, 404<br />

pérez GAllArdo, Ricardo, 143, 420, 427<br />

pérez GAonA, Jesús, 352<br />

pérez tAMAyo, Ruy, 12, 14, 15, 19, 51,<br />

149, 153, 287<br />

pesqueirA, Raúl, 157<br />

picón, Jacinto Octavio, 312<br />

piMAndro, 392<br />

piMentel, Francisco, 379<br />

piñA y cu e vA s, Manuel, 102<br />

pino suárez, José María, 321<br />

pischel, Richard, 199<br />

plAtón, 127, 175, 176, 281, 398, 405, 486,<br />

487<br />

plAzA, Luis M., 441<br />

ponce, Manuel, 12, 15, 46, 47, 48, 78, 82,<br />

123, 251-258, 413-418<br />

preuss, Konrad Theodor, 497<br />

prieto, Guillermo, 103, 107<br />

proMeteo, 401, 403, 404, 410<br />

puccini, Giacomo, 246<br />

puiG solAnes, Magín, 133, 157<br />

quijAno, Alejandro, 359, 361<br />

quijAno pitMAn, Fernando, 141, 148<br />

quiroz, Fernando, 133<br />

quirquerio, Atanasio, 407<br />

rábAGo, José, 133<br />

rAMírez, Eliseo, 148<br />

rAMírez, Ignacio, 103, 378<br />

rAMón y cAjAl, Santiago, 147, 288, 293,<br />

419<br />

rAMos, Pedro, 131<br />

rAu, Johannes, 491, 493<br />

reGino, Juan Gregorio, 385, 437<br />

reluMbrón (personaje de novela), 107-<br />

112, 115-121<br />

renArd, Jules, 358<br />

renteríA luviAno, José (general), 346<br />

reyes, Alfonso, 69, 88, 91, 316, 452, 455<br />

reyes, Alicia, 360<br />

reyes, Gaspar de los, 184<br />

ricArd, 389, 391<br />

ricœur, Paul, 176<br />

rincón, Antonio del (jesuita), 371<br />

ríos, Eduardo Enrique, 69<br />

ri vA pAlAcio, Vicente, 103<br />

riverA, Agustín, 316<br />

roA bárcenA, Rafael, 357<br />

robles, Clemente, 133, 149, 157<br />

robles cAhero, José Antonio, 180<br />

robreño, Juan, 105, 107, 109<br />

roces, Wenceslao, 452<br />

rodríGuez, Diego (mercenario), 23<br />

rojkind, Marcos, 149<br />

roMán, Adelaida, 441<br />

roMAnotes, Juan de (fray), 66, 67<br />

roMero, José Rubén, 12, 311-366<br />

roMero, Manuel Antonio, 360<br />

roMero, Melesio, 311<br />

roMero de terreros, Manuel, 501, 502<br />

rosAs, Juventino, 337<br />

rosenblAt, Ángel, 460, 461<br />

rubio, Víctor, 149<br />

ruck, Carl A., 455<br />

ruiz, Consuelo, 441<br />

ruiz de MorGA, Gabriel, 179<br />

rulfo, Juan, 452, 455<br />

sAbines, Jaime, 257, 424<br />

sAhAGún, Bernardino de (fray), 205, 291<br />

sAlAMAncA, Flavio, 53<br />

sAlAzAr, Eugenio de, 182<br />

sAlAzAr MAllén, Mario, 134<br />

sAlAzAr vinieGrA, Leopoldo, 134, 157<br />

sAldívAr y sAldívAr, María Luisa, 501<br />

sAn buenAventurA, Gabriel de (fray),<br />

372<br />

sAn juAn, Juan Huarte de, 403


índice onoMástico 511<br />

sánchez, Gertrudis (general), 346<br />

sánchez MedAl, Luis, 149<br />

sánchez robAynA, Andrés, 390, 393<br />

sAnén, Juan Alberto, 427<br />

sAntAMAríA, Francisco J., 198, 201, 203,<br />

208, 260<br />

sAntiAGo lópez, Ernesto, 75<br />

sAnto thoMás, Domingo de (fray), 370<br />

sAussure, Ferdinand de, 92<br />

sAuz, conde de, 106<br />

schiller, Friedrich, 246, 493<br />

schinkel, Karl Friedrich, 493<br />

seler, Eduard, 379, 497<br />

seliM II, 202<br />

selMAn, Moisés, 149<br />

sepúlvedA, Bernardo, 139<br />

serrAno, Alfonso, 157<br />

servet, Miguel, 288<br />

sessé, Martín de, 39, 446<br />

shAkespeAre, William, 294<br />

sheridAn, Guillermo, 87<br />

shorris, Earl, 387<br />

sierrA, Justo, 379<br />

siGüenzA y GónGorA, Carlos de, 13, 22,<br />

23-39<br />

sijé, Ramón, 280<br />

si lvA, Miguel, 324, 325, 326, 327, 346<br />

siMéon, Rémi, 208, 226, 260<br />

sMith, Adam, 455<br />

soberón, Guillermo, 142, 157<br />

sócrAtes, 175, 486, 487<br />

sodi pAllAres, Demetrio, 157<br />

soler, Fernando, 366<br />

solórzAno y pereyrA, Juan de, 375<br />

soMolinos, Juan, 143, 148<br />

sonneschMidt, Federico, 21<br />

soto y cAlvo, Nastasio de, 461<br />

stAines, Enrique, 148<br />

stevenson, Robert, 179, 180-183, 186<br />

strAuss, Leo, 176<br />

st r Av i n s k y, Igor, 246<br />

tAblAdA, José Juan, 357<br />

tAkAGAki, Toshiro, 465<br />

tAybili, Ibrahim, 204<br />

tello, Aurelio, 180, 181, 191<br />

teMbleque, Francisco (fray), 66<br />

teodidActo (personaje de novela), 391,<br />

396, 397, 398, 409, 410<br />

teresA de Mier, Servando (fray), 306<br />

toMás, santo, 274, 275<br />

toribio Medina, José, 372<br />

torqueMAdA, Juan de (fray), 291<br />

torre, Ernesto de la, 40<br />

torre, Martín de la, 25<br />

torres bodet, Jaime, 87, 145<br />

toussAint, Manuel, 69<br />

trAbulse, Elías, 13, 19, 36-39, 291<br />

trejo, Pedro de, 182<br />

treviño zApAtA, Norberto, 134<br />

trillo y fi G u e roA, Francisco de, 392<br />

uedA, Hiroto, 465, 476<br />

uribe troncoso, Manuel, 149<br />

vAldés, Octaviano, 14, 57-60, 61-69, 71-<br />

82<br />

vAldivielso, José de, 184, 185, 188, 190,<br />

193<br />

vAlenciA, Alba, 467, 468<br />

vAlenciA, Rafael, 323<br />

vAléry, Paul, 84, 91<br />

vAlle Arizpe, Artemio de, 106, 114, 201,<br />

203, 352, 359<br />

vAlle inclán, Ramón María del, 45, 107<br />

vAllejo de villA, Augusto, 265<br />

vAndercAMen, Edmond, 336<br />

vázquez, Mariano, 133<br />

vázquez GAstelu, Antonio, 372<br />

véjAr lAc Av e, Carlos, 427<br />

velázquez de león, Joaquín, 20, 21<br />

verdi, Giuseppe, 246<br />

vesAlio, Andreas, 52, 53, 288<br />

vetAncurt, Agustín de (fray), 372


512 índice onoMástico<br />

vidAl, Ignacio, 329<br />

villA, Francisco (Doroteo Arango), 332<br />

villA rojAs, Alfonso, 382<br />

villAnuevA, Aquilino, 133, 157<br />

villAurrutiA, Xavier, 56, 91<br />

villeGAs, Cosío, 40, 147, 451, 452, 456<br />

vincent, Juan, 318<br />

virGen de GuAdAlupe, 303, 327<br />

virGilio, 81, 392<br />

voltAire (François Marie Arouet), 97<br />

vossler, Karl, 389<br />

vries, Jan de, 494<br />

wAsson, R. Gordon, 455<br />

weber, Max, 455<br />

weber de kurlAt, Frida, 183<br />

wionzcek, Miguel, 491<br />

wittGenstein, Ludwig, 496<br />

xiMénez, Francisco, 404<br />

xirAu, Joaquín, 452<br />

yáñez, Agustín, 15, 40, 58, 69, 71, 73, 79,<br />

207-244<br />

yáñez, Juan (coronel), 107, 108, 109<br />

yArzA, Alberto (general), 327<br />

zAid, Gabriel, 270<br />

zAMbrAno, María, 455<br />

zAMorA plowes, Leopoldo, 107<br />

zárrAGA, Ángel, 75<br />

zAvA l A, Silvio, 36, 367, 452<br />

zerón-MedinA, Fausto, 13<br />

zeus, 404<br />

zubirán, Salvador, 134, 135, 157<br />

zu l oAG A, Félix, 104


ÍNDICE GENERAL<br />

AcAdémicA<br />

Vida académica: año 2001<br />

Ingreso, 13; Nombramientos de académicos honorarios, 14; Fallecimientos,<br />

14; Sesiones públicas solemnes, 14; Trabajos diversos leídos en sesiones<br />

ordinarias, 15; Premios y distinciones, 16<br />

discursos de ingreso<br />

Elías TrAbulse<br />

La justa de los cometas. Don Carlos de Sigüenza y Góngora y la astronomía de su<br />

siglo, 1645-1700 19<br />

Jaime lAbAsTidA<br />

Respuesta del discurso de ingreso de don Elías Trabulse a la Academia Mexicana<br />

de la Lengua 36<br />

Antonio AlATorre<br />

Carta de aceptación al ser nombrado miembro honorario 40<br />

sesiones de homenAje<br />

Tarsicio herrerA ZApién<br />

Por Azar ante un baldaquino. Homenaje póstumo a don Héctor Azar 45<br />

Ruy péreZ TAmAyo<br />

Héctor Azar: In Memoriam 51<br />

Arturo AZuelA<br />

La tertulia de don Octaviano 57<br />

Gustavo couTTolenc<br />

In memoriam de Octaviano Valdés Valdés 61<br />

Tarsicio herrerA ZApién<br />

Medio siglo de paz octaviana, Plumas en torno al “mate” 71<br />

José Luis mArTíneZ<br />

José Gorostiza 83<br />

[513]


514 índice general<br />

Jaime labastida<br />

Una posible interpretación de Muerte sin fin (en el centenario del natalicio<br />

de José Gorostiza) 91<br />

trabajos diversos leídos en sesiones ordinarias<br />

Margo glantz<br />

Payno: la utopía del robo 101<br />

Salvador díaz cíntora<br />

Mariguana, mota y grifa, tres arabismos mexicanos 123<br />

Enrique cárdenas de la Peña<br />

Juicio crítico de la medicina mexicana en el siglo XX 129<br />

Ruy Pérez tamayo<br />

Evolución de la práctica médica en México durante el siglo XX 153<br />

Mauricio beuchot<br />

Poesía y filosofía 165<br />

Margit Frenk<br />

El cancionero de Gaspar Fernández (Puebla-Oaxaca) 179<br />

Salvador díaz cíntora<br />

De algunos mexicanismos relativos a la embriaguez 197<br />

José Rogelio álva r e z<br />

Mexicanismos en la novela Las tierras flacas de Agustín Yáñez 207<br />

Tarsicio herrera zaPién<br />

Los Cármina Burana, coros latinos para multitudes 245<br />

Tarsicio herrera zaPién<br />

Composiciones poco conocidas de Manuel Ponce y de sus amigos 251<br />

Salvador díaz cíntora<br />

El huitlacoche insomne y otras etimologías 259<br />

Salvador díaz cíntora<br />

La loa de la infancia de sor Juana 265<br />

Gustavo couttolenc<br />

La trascendencia en los sonetos de Joaquín Antonio Peñalosa Santillán 277<br />

Ruy Pérez tamayo<br />

Importancia de la lengua española en el desarrollo de la ciencia en México 287


índice GenerAl 515<br />

trAbAjos diversos leídos en otros foros<br />

Diálogos de la lengua<br />

Salvador díAz cíntorA<br />

España desde la óptica de Ricote 301<br />

José Luis MArtínez<br />

José Rubén Romero, vida y obra 311<br />

Miguel león-portillA<br />

El náhuatl y el español, ¿lenguas en conflicto o en posible armonía? 367<br />

Margo GlAntz<br />

Sor Juana: los materiales afectos 389<br />

Tarsicio herrerA zApién<br />

De Carl Orff a Manuel Ponce 413<br />

Enrique cárdenAs de lA peñA<br />

Tres poetas médicos mexicanos de la era moderna 419<br />

II Congreso Internacional de la Lengua Española<br />

Miguel león-portillA<br />

El español y el destino de las lenguas amerindias 433<br />

Jaime lAbAstidA<br />

La edición del libro de pensamiento en el español actual 441<br />

Gonzalo celorio<br />

El Fondo de Cultura Económica en el orbe de la lengua española 451<br />

José Moreno de AlbA<br />

Unidad y diversidad del español: el léxico 459<br />

Guido GóMez de si lvA<br />

El Diccionario breve de mexicanismos 477<br />

Apéndice.<br />

discursos pronunciAdos en ocAsiones especiAles<br />

Jaime lAbAstidA<br />

Palabras pronunciadas en la entrega de la Cruz al Mérito 491


516 índice GenerAl<br />

vAriA<br />

Datos obtenidos por la señorita María de la Luz Lazo sobre la casa número<br />

66 de la calle de Donceles, hoy propiedad y sede de la Academia Mexicana 501<br />

Índice onomástico 503


Memorias<br />

de la Academia Mexicana de<br />

la Lengua, tomo XXIX [2001], se<br />

terminó de imprimir en diciembre de<br />

2009 en los talleres de Cargraphics, S.A.<br />

de C.V., avenida Presidente Juárez 2004,<br />

Fracc. Industrial Puente de Vigas, 54090<br />

Tlalnepantla, estado de México. La edición<br />

de doscientos ejemplares, estuvo al cuidado<br />

de María Oscos y Alejandro Reza; el<br />

diseño y la composición tipográfica<br />

a cargo de Gabriela Parada.

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