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dejar deslumhrar de promesas brillantes, y principalmen<br />
te por los escritos de los autores que con un i'asgo culti<br />
van las rocas escarpadas, desaguan los pantanos, levantan<br />
los terrenos, fertilizan la arcilla con la arena, y la arena<br />
con la arcilla. ¡Pero que diferencia hay entre el propieta<br />
rio y el escritor! Aquel, siempre lleno de dudas y de deu<br />
das, y cargado de impuestos, no tiene medios para desmon<br />
tar y labrar una yugada en un año; y aquel otro, repito,<br />
con la pluma en la mano desmonta y abre en menos de un<br />
cuarto de hora leguas enteras de terreno, siendo su pluma<br />
una varita de virtudes, que produce encantos, maravillas y<br />
metamorfosis. Los autores agrónomos veo que no han con<br />
siderado bastante la situación precaria del labrador cuan<br />
do hablan de este modo.<br />
La naturaleza, en fin, que si bien se la examina y si<br />
gue en todas sus huellas, contiene el jérmen fecundo de<br />
la felicidad agraria, es pues , por decirlo asi, el verdadero<br />
recreo del jénero humano. ¡Que perspectiva tan benéfica<br />
y halagüeña nos presentaría si la agricultura se ejerciese<br />
con intelijencia filosófica! Y la señal mas cierta de que<br />
en un pais se vive con felicidad, es que se vaya acrecen<br />
tando en su seno: imitémosla, separándonos de las rutinas<br />
ignorantes, puesto que es el verdadero y sencillo princi<br />
pio de la naturaleza, y entonces se llamará tratarla filo<br />
sóficamente. En el siglo de Fernando é Isabel la Católica<br />
y en el de su sucesor, echó bellos cimientos de ella nues<br />
tro sabio estremeño D. Gabriel Alonso de Herrera : no<br />
los desamparemos ; pues sobre los del cultivo del olivo<br />
nos dejó buenas y sólidas lecciones filosóficas, dignas de<br />
nuestra imitación y aprecio.
o<br />
Por querer adelenlar en la agricultura han abrazado<br />
muchos con ansia las novedades antes de haber aprendido<br />
á conocer bien los métodos antiguos: creen unos haber<br />
llegado al fin, por haber dado á conocer á los cultivado<br />
res algunas plantas y semillas de una especie nueva: otros<br />
por haber propuesto instrumentos de nueva invención ú<br />
otro método de labrar, etc. A mí me parece al contrario,<br />
que ante todas cosas se deberia comenzar por conocer per<br />
fectamente la naturaleza del terreno en que se hade plan<br />
tar; los medios prácticos por los mas laboriosos y mas in<br />
dustriosos ecónomos del país: y entonces , sin preocupa<br />
ción y entusiasmo por la novedad, decidirse en favor de<br />
lo mas útil.<br />
Últimamente seria de desear que se encontrase algún<br />
método para escitar la emulación entre los labradores.<br />
IX<br />
Según mi modo de pensar, este seria el medio mas fá<br />
cil de restablecer el estado feliz de la agricultura; pues<br />
el mas limitado puede seguir el ejemplo, sin que ningún<br />
obstáculo le detenga; mientras que, cuando se trata de<br />
nuevas invenciones, se presentan miles dificultades. Unos<br />
creerán que adoptándolas insultan la memoria de sus an<br />
tepasados, no siguiendo en un todo su ejemplo, prácticas<br />
y doctrinas: convendrán otros en que estos inventos pue<br />
den ser buenos para ciertos países, pero no del todo con<br />
venientes al suyo: otros, en fin, opondrán que todos los<br />
métodos tienen ventajas en ciertos puntos; pero que su su<br />
perioridad al método usado es tan equívoca, que se les<br />
puede mirar, al menos, como inútiles. En vez de que pro<br />
poniendo el método con que los ecónomos laboriosos cul<br />
tivan; cada uno podrá convencerse de su utilidad: porque
X<br />
á la verdad , los nuevos invenios, por muy buenos que<br />
sean, lardan en producir sus buenos efectos, y para con<br />
seguirlo se necesita absolutamente que se conviertan en<br />
costumbre.<br />
El convencer al labrador de las ventajas que se 3e pro<br />
ponen al hacer que se desprenda de las rancias preocu<br />
paciones, y el apartarle de la rutina heredada de sus pa<br />
dres, es efecto del tiempo, del ejemplo y de la persuasión.<br />
Uno de los medios de cortar muchos abusos seria que<br />
el gobierno y los labradores se prestasen mutuamente la<br />
mano para concurrir al bien jeneral, y fijar la verdadera<br />
fuente de la felicidad pública , proporcionando la mayor<br />
abundancia y variedad de frutos de la tierra, para preser<br />
var á los pueblos de los estragos de la miseria.- Entonces<br />
las luces dirijirian las manos laboriosas de los cultivadores,<br />
y babria pocos paises que no bastasen á mantener sus ha<br />
bitantes.<br />
Seria también de desear que á los párrocos , ademas de<br />
sus cursos de teolojía dogmática, se les agregasen dos años<br />
de botánica y otros dos de agricultura; y á lo mismo se<br />
debería obligar á todos los que sigan otras carreras cientí<br />
ficas : y de este modo aquellos, ademas de enseñar á sus<br />
fieles el dogma y la moral, siempre hermosa y persuasiva,<br />
hablarían con preferencia á sus fieles de su agricultura, de<br />
sus labores y de sus campos, dándoles buenos y prácticos<br />
consejos; y en esto se interesarían los hombres de luces<br />
y de letras, esponiéndoles de Tina manera bastante clara y<br />
sencilla el modo de conducirse; amonestándoles ademas,<br />
que la esencia de la piedad consiste en llenar exactamen<br />
te para con el prójimo los deberes de la justicia; y que
el que fiel a la probidad y constante en su trabajo come el<br />
pan con el sudor de su frente, es el único que puede pro<br />
meterse del Todopoderoso la bendición y la pública esti<br />
mación. Resallando que un cultivador instruido y labo<br />
rioso nunca conoGerá año malo, y nada puede alterarle la<br />
tranquilidad que disfruta; y el holgazán, por el contrario,<br />
todo lo espera del cielo, y lo atribuye á su mala suerte<br />
el haber cojido menos que el que ha sido mas constante y<br />
aplicado á su trabajo, y tomado los consejos y prácticas<br />
que le han suministrado los peritos intelijentes.<br />
Lo que Golumela decia á los romanos repetiré yo tam<br />
bién á mis conciudadanos españoles: »Unos piensan, les<br />
»decia, que el arte de cultivar no supone estudio prelimi-<br />
»nar, y que todo lo sabe el labrador. Otros, por el contra<br />
rio, convienen en la necesidad de aprender y reunir la<br />
»práctica á la teórica, pero no se cuidan en estudiarla.<br />
»La tercera clase conoce la agricultura por los libros, ha<br />
bla doctamente de ella al parecer, y decide de todo con<br />
»majisterio sin idea del campo, ni haber salido de su ga<br />
binete. La cuarta clase es la de los rutineros que culti<br />
van sin reflexión ni principios, labrando la tierra como<br />
»su padre la ha trabajado y podado los árboles y olivos.<br />
»La tercera clase es la mas funesta y perniciosa á la<br />
»agricultura, porque proponiendo esperiencias que no 3ia<br />
»ejecutado, y reformas sobre reformas, arruina muchas<br />
»veces al labrador, que se ha dejado deslumhrar de bri<br />
llantes razonamientos y promesas -maravillosas."<br />
El labrador debe seguir la esperiencia, sin la cual la<br />
mas brillante teoría no es mas que una quimera sin fun<br />
damento, y sobre ella estriba la base principal de todo
XII<br />
cuanto espongo y anoto en el cuerpo doctrinal de este ar<br />
te : todo lo demás es un charlatanismo ó ignorancia de los<br />
que deciden sin haber visto jamás el campo.<br />
Si por medio de aplicaciones á los sabios princi<br />
pios teóricos y prácticos que prescribo en mi arte, cimen<br />
tados en la esperiencia, se consiguen felices resultados,<br />
entonces es cuando se han de combatir sin compasión las<br />
funestas y defectuosas costumbres agrícolas, y destruir<br />
para siempre los abusos ; y mostrar á los labradores y ha<br />
bitantes del pais los yerros y absurdos de sus cultivos.<br />
Prediquemos ejemplos y no palabras: esta es la instruc<br />
ción mas sólida y la única que se debe dar á los labradores.<br />
Cuando se habla de la agricultura, parece que se tra<br />
ta de una de las artes mas bajas y viles. Y ¿cual será la<br />
causa de semejante desprecio? Creo no ser otra que ver á<br />
los pobres y toscos aldeanos y lugareños con sus manos<br />
callosas, encorvados sus cuerpos y dedos de tantas fatigas,<br />
penalidades y sudores, y quienes apenas se sustentan mi-<br />
serabilísimamente con un poco de mal pan, moreno y á<br />
veces mugriento y mal condimentado. No la entendían asi<br />
los primeros tiempos de las repúblicas romana y griega,<br />
estimándola por la mas importante de sus estados. En una<br />
palabra, no habia en aquellos ningún arte mas recomenda<br />
ble y mas honroso.<br />
"Jenofonte, en su diálogo, hace ver cuan provechoso<br />
seria para un estado, si el príncipe premiase al que se<br />
aventajase en el cultivo de la tierra. Ipsa agricultura, di<br />
ce, magnum incrementum sumeret, siquis velper agros,<br />
vel per ricos optimé terram excolentibus prcemia cons-<br />
titueret.
XIII<br />
Báscanse maestros para todo menos para la agricultu<br />
ra; págaseles bien, y dáseles el honor y estimación á sus<br />
talentos ; y solo para las cosas de agricultura se cree que<br />
cualquiera es bueno, que todos lo entienden, y que los<br />
que se dedican á ella, están pagados con una friolera; en<br />
una palabra, que son jente de poco mas ó menos.<br />
En las tertulias, en las academias, en los tribunales y<br />
consejos se habla con entusiasmo de la agricultura, y nin<br />
guno deja de conocer que esta profesión del hombre tan<br />
honrada en todos los siglos ilustrados y en todos los paí<br />
ses cultos, se ha visto en España postergada, abatida, lle<br />
na de pechos, y, si me es permitido decirlo asi, envile<br />
cida en tanto grado, que en vez de propagarla, estable<br />
ciendo y planteando cátedras de agricultura en todas las<br />
universidades, estas se cerraron en nuestros días Calomar-<br />
di-Fernandinos para embrutecernos; y en su lugar se res<br />
tableció en Sevilla una escuela de tauromaquia, dotada<br />
competentemente (i); y en el mismo dia que se abrió esta<br />
(0 Contiguo al matadero de esta ciudad se edificó á todo costo una plazue •<br />
]a cercada y preparada lujosamente para que los discípulos de la escuela tau<br />
romaquia se fuesen ensayando y aprendiendo el bárbaro arte de torear, sien<br />
do directores y catedráticos de ella Jerónimo Cándido y Tomas Romero, dota<br />
dos con 5o duros mensuales cada uno, y á los alumnos con cinco y seis reales<br />
diarios. Encima de la puerta de la entrada de ella se colocó una inscripción,<br />
que decia:<br />
«Reinando el Sr. D. Fernando VII, pió, feliz restaurador, se construyó<br />
«esta plaza para la enseñanza preservadora de tauromaquia , siendo juez priva-<br />
utivo y protector de ella el Sr. asistente D. José Manuel de Arjona , y diputa-<br />
»dos encargados de la ejecución de la obra D. Francisco Mar/a Martínez, di<br />
sputado 24, D.Manuel Francisco Ziguri, diputado del común, D. Juan Nepo-<br />
«muceno Fernandez y Roces, jurado, ABo de iS3o."<br />
Anécdota. Paseándose un dia el chusco y sabio D. Tomas de Agredano, de-
xiv<br />
cátedra, se cerró en la Isla de San Fernando el colejio de<br />
Marina. ¡O témpora! ¡ó mores!<br />
¿Y estrenaremos que un espíritu tan diametralmente<br />
opuesto á los verdaderos intereses nacionales, á la razón y<br />
á la política, se haya adelantado tan poco en una ciencia<br />
tan vasta como difícil ? Lejos de esto deberemos admirar<br />
nos mas bien de que haya habido quien se dedique á una<br />
profesión , por la que habrían de adquirir tan poca consi<br />
deración como provecho.<br />
Desde el oríjen del imperio romano hasta el siglo VII,<br />
en cuyo tiempo aquel gobierno se ocupaba de la agricul<br />
tura, en aquellos bellos y dichosos dias de la república,<br />
vivió la Italia en el seno de la abundancia; porque las ideas<br />
de Ja agricultura estaban profundamente grabadas en los<br />
espíritus, que para recompensar á sus ejércitos, ó á un va<br />
liente ciudadano les daba la república tanta porción de<br />
tierra, cuanta podian trabajar en un dia: siendo una de<br />
las mayores recompensas y honoríficas distinciones : y de<br />
aquí es, que las primeras familias se distinguían con nom<br />
bres sacados de la agricultura; y Catón decia que la me<br />
jor alabanza que se le podia dar á un ciudadano, era lla<br />
mándole un buen Labrador.<br />
Las riquezas prodijiosas que se principiaron á introdu<br />
cir desde el año de 620 de Roma, á consecuencia de las<br />
cano catedrático de leyes de esta universidad literaria , se encontró con Jeró<br />
nimo Cándido, nombrado catedrático de ¿auronmfjuia , y le dijo: » ¡Hola ! Se<br />
riar compañero , ¿ adonde se va ?" El Cándido sorprendido le respondió : »]Yo sé<br />
or qué me llama usted compañero.'' D. Tomas le replicó con viveza: » Ambos<br />
somos catedráticos: usted de taitromarjuia con 120O0 rs. anuales, y yo de leyes<br />
sin una blanca.
conquistas, el gusto por el lujo y adorno y la sed de ios<br />
honores corrompieron el corazón de los romanos, y la agri<br />
cultura se resintió de este contajio; y desde entonces íes<br />
fue preciso, como dice Columela, recurrir á las unciones<br />
estranj eras, para tener pan ; porque lo útil lo habian sacri<br />
ficado á lo agradable. De lo dicho resulta claramente que<br />
desde el tiempo de los Césares el sistema de agricultura<br />
no estaba ligado con el político del gobierno de Roma; y<br />
cuando estos dos objetos no se hallan unidos en cualquier<br />
estado que sea, su gloria y esplendor son pasajeros, y su<br />
prosperidad de corla duración.<br />
Ya he dicho, y nunca dejaré de repetir,-que mientras<br />
no se jeneralicen en nuestra España los conocimientos que<br />
puede suministrarnos aquella parte de la botánica, jamás<br />
se adelantará mucho en la agricultura, ni en su teoría ni<br />
en su práctica. En todo sistema agricultor se echa de me<br />
nos la aplicación de este fecundísimo principio; y vemos<br />
que por ignorarle nuestros labradores de olivos, confun<br />
den casi siempre las plantas y árboles de distintas espe<br />
cies y jeneros, con notable perjuicio de sus intereses.<br />
El filósofo y el rutinero mas limitado no dudan que to<br />
das las plantas y arbolados se mejoran, en una palabra, y<br />
se hacen mayores, mas hermosas, mas sazonadas y mas<br />
perfectas con el cultivo y cuidado. Hasta la amapola y la<br />
espuela de caballo, que tanto dañan á la cosecha de gra<br />
nos, adornan los jardines, y se doblan con colores mas vi<br />
vos, varios y mas estraños. ¡Oh, hombres! ¡he aqui tu<br />
poder, considera lo que haces, y lo que eres capaz de<br />
hacer todavía!<br />
¡Ojalá siguiesen el ejemplo del abate Rocier y el de
XVI<br />
otros muchos estranjeros y nacionales, lodos.los que se<br />
dedican á una parte de la agricultura, como á la del olivo,<br />
verhi grcttía, y aun de cualquiera ciencia que fuese, cu<br />
yos escritores siempre tuvieron la vista atenta en la mar<br />
cha de la física y fisolojía vejetal, para rastrear, deducir y<br />
descubrir verdades agrícolas importantes! pues este seria<br />
el único medio de observar bien, y el hacer progresos en<br />
cada una de ellas respectivamente. Me aprovecho de esta<br />
ocasión para manifestarles publicamente mi reconocimien<br />
to por las vei'dades que nos han dado á conocer. Me glo<br />
río asimismo en confesar que me he valido en gran parte<br />
de sus trabajos y del de los demás autores, dispersos en<br />
infinitos volúmenes y memorias sueltas; y lo digo con tan<br />
ta franqueza, igual al cuidado que tienen los plajiarios en<br />
ocultar las fuentes donde han bebido: podría como ellos<br />
estractar ó copiar acl verbum scripta sus obras y apropiár<br />
melas, ó por lo menos hacerlo creer asi á los ignorantes;<br />
pero yo prefiero la estimación de mis conciudadanos, y el<br />
ser útil á los que no conozcan sus obras, y lean lo.que es<br />
cribo para su provecho.<br />
De los sistemas absurdos y tan vanados que siguen en<br />
nuestras provincias, en las que se cultivan los olivos, pue<br />
de muy bien calcularse que se pierde anualmente una<br />
cuarta parte del fruto que debia cojerse, si todas las la<br />
bores que se haden á los olivos, se ejecutasen bien y á su<br />
debido tiempo , y con una verdadera intelijencia. Y ¿quien<br />
es el que podrá calcular á cuanto ascenderá una pérdida<br />
tan grande, ^tendiendo al mímero prodijioso é infinito de<br />
olivos que vejetan y se cultivan en casi toda nuestra Es<br />
paña?
XVH<br />
Concluyo en fin, amigo lector, ofreciéndote este ar<br />
te sobre el cultivo del precioso olivo, sino perfecto, á lo<br />
menos lo mejor que be podido redactai'Ie, sin consultar<br />
mis fuerzas v luces; muchas veces le hubiera abandonado<br />
si hubiese podido, sin perjuicio del pvlblico con quien me<br />
consideré comprometido, atendiendo á la utilidad que de<br />
su publicación pudiera resultarle. Mi inclinación decidida,<br />
aunque tarde , al estudio de la agricultura, y especialmen<br />
te á la que doy á luz, me la hizo comunicar: y el amor<br />
propio se ha ido redoblando á medida que he ido internán<br />
dome en ella. ¡Ojalá me asistiesen tantos conocimientos<br />
como aplicación y deseo de acertar!<br />
He procurado ser útil al labrador esmerándome, no en<br />
la belleza y elegancia del estilo, porque esto me ha pa<br />
recido mas propio de otras obras, sino en la claridad y<br />
en la propiedad de las voces agrícolas, dotes las nías ne<br />
cesarias, y acaso las tínicas que deben tenerse presentes<br />
en los escritos dialécticos, para hacerse entender de esta<br />
manera aun hasta de los incultos aldeanos y jornaleros<br />
agrestes. Vale.<br />
3
INTRODUCCIÓN.<br />
RÁPIDA Y PRELIMINAR OJEADA HISTÓRICA SOBRE EL ESTADO DE LA<br />
AGRICULTURA EN ESTAÑA, Y LOS PROGRESOS Ó ATRASOS QUE HA TE<br />
NIDO ESTE RAMO DE INDUSTRIA POPULAR BAJO LAS DIFERENTES<br />
NACIONES QUE LA HAN DOMINADO.<br />
España ha conocido desde tiempo inmemorial las ventajas de la<br />
civilización. Mil tradiciones irrecusables, mil monumentos aun<br />
mas antiguos que estas tradiciones, han trasmelido d la posteri<br />
dad la noticia del poderío y riqueza de los pueblos que invadieron<br />
la península en las épocas mas remotas.<br />
Cuando el acaso ó el comercio condujeron ú las costas de Es<br />
paña navegantes emprendedores, hallaron ciudades populosas di<br />
seminadas en todas las costas y en los alrededores de los rios: oye<br />
ron mil relaciones fabulosas acerca del oríjen y poderío de estos<br />
naturales, los cuales en poemas, que no han llegado á nuestras<br />
manos , celebraban á unos héroes y unas conquistas , cuyos nom<br />
bres y motivos ignoramos. Cultivábanse las ciencias, y los hombres<br />
instruidos ocupaban los primeros puestos del estado : en fin , esta<br />
dichosa comarca avanzaba hacia la civilización sin el ausilio de<br />
naciones que la han visitado en posteriores épocas, y que han pre<br />
tendido ocupar en la historia uh punto que no merecieron.<br />
La belleza del clima y la fertilidad del suelo se ofrecieron des<br />
de el principio á socorrer á la inesperiencia: una infinidad de rios,<br />
'que brotando en los paramales de Castilla y en las montanas de<br />
Aragón, como en un centro común, establecían por do quier un
XX<br />
sistema de regadío natural, que debia imitar tarde ó temprano el<br />
cultivador con mas órnenos acierto^ al paso que inmensos bosques y<br />
riquísimos minerales ofrecían poderosos ausilios y recursos inago<br />
tables. Las especies mas bellas de animales eran indíjenas de es<br />
te pais: rebaños innumerables cubrían las montañas, y aquellas<br />
producciones, que han formado una época posterior artículos tan<br />
deseados del lujo, encerrados entonces en lo mas profundo de los<br />
valles, solo esperaban para desarrollarse la mano laboriosa de la<br />
industria. En fin, pudiera decirse en aquellos tiempos remotos,<br />
asi como en los presentes, que si los pueblos de Europa se cons<br />
tituyen á vivir aislados , sin relaciones , sin comercio esterior , y<br />
únicamente de las producciones de su suelo, seria la España la<br />
nación á quien menos perjudicaría este aislamiento, por ser la mas<br />
favorecida de la naturaleza, no siéndole estraño ningún ramo de<br />
industria, pues que posee todos los climas del universo.<br />
La aparición de los fenicios sobre las costas del mar Ligníti<br />
co ó Jénova , dio un vigoroso impulso al comercio de la península.<br />
El velo misterioso con que intentaron los lirios cubrir sus nuevos<br />
descubrimientos, el ansia de los griegos en seguir las huellas de<br />
aquellos navegantes, las numerosas colonias establecidas en sus<br />
costas, y la actividad de las relaciones de estas colonias con la<br />
madre patria, atestiguan las ventajas que dimanaban á los pueblos<br />
del oriente de estas lejanas espediciones. Si fueron al principio<br />
funestas para la agricultura las conquistas de los cartajinenses,<br />
llegó el tiempo que, cansados de destruir, quisieron los vencedo<br />
res conservar sus conquistas.<br />
JSfació un nuevo orden de cosas en medio del trastorno de las<br />
guerras. Sucumbieron los pueblos aislados, porque desconocían la<br />
fuerza irresistible que adquieren las confederaciones arregladas.<br />
Sobre las ruinas de sus antiguas asociaciones se levantaron de re<br />
pente naciones mas poderosas, á quienes la suerte de la guerra<br />
hizo al principio tributarios de Cartago ; pero á quienes las rique<br />
zas del suelo debia larde ó temprano guiar á la independencia.
XXI<br />
Sucedieron á los cartajinenses los romanos. Admitidos desde<br />
luego como aliados, y repulsados en seguida como' conquistadores,<br />
una lucha larga y obstinada hizo temer á Roma que habia llegado<br />
el dia en que cesasen de triunfar sus águilas por la vez primera.<br />
Dos siglos después en la Cantabria y en algunas otras partes de<br />
la península tremolaba aun el estandarte de la independencia. Es<br />
te tesón forma un rasgo característico de los iberos, g el amor á<br />
la patria, y la decisión en resistir las invasiones y el yugo estran-<br />
jero, se ha trasmitido de jeneracion en jeneracion, arraigándose<br />
mas y mas entre sus descendientes. La España podrá ser invadi<br />
da muchas veces, pero subyugada nunca.<br />
Cansada de su larga resistencia , sometióse á Roma la penín<br />
sula, ora pactando honoríficas alianzas, ora comprometiéndose á<br />
pagar tributos¿ pero conservando la fuerza suficiente para hacer<br />
recular á sus conquistadores, que pagarían demasiado caro algún<br />
dia las ventajas que, al parecer, habían conseguido. Comenzó<br />
entonces á reflorecer la agricultura, y á resucitar el comercio. La<br />
Hética y la Tarraconense presentaron entonces un cuadro de dos<br />
provincias tan poderosas por sus riquezas, por sus producciones y<br />
por el número de sus habitantes, que receló el senado romano con<br />
fiar á ninguno su gobierno , y llegaron á ser refujio de todas las<br />
oposiciones , que amenazaron los destinos de Roma, y mas larde<br />
el trono de sus emperadores.<br />
Pareció entonces un escritor, que debía trasmitir á la posteri<br />
dad un nombre ilustrado por una sola obra que Roma envidió á la<br />
Iberia. Columela debía su nacimiento á la famosa Cades, y se<br />
habia ocupado durante largo tiempo en los trabajos de la agricul<br />
tura. Instado por sus amigos á que publicase el resultado de sus<br />
observaciones y de su larga esperiencia , formó el precioso tratado,<br />
que abraza á la vez todos los ramos de economía rural. Después<br />
de habernos revelado las nociones que en este mas noble de lodos<br />
'los conocimientos humanos habían adquirido sus contemporáneos,<br />
manifiesta el deseo que se ha renovado después tantas veces, de
XXII<br />
ver establecidas escuelas de agricultura para propagar los mejores<br />
métodos y llevarlos al último grado de perfección.<br />
La lejislacion de los romanos era favorable á la agricultura,<br />
y si durante el largo periodo de paz que sucedió á las últimas vic<br />
torias de Augusto, hubiera siempre sido cultivado el suelo espa<br />
ñol por manos libres , si el sistema de grandes posesiones rurales<br />
no se hubiera estendido en las provincias mas fértiles: ¿quien po<br />
dría calcular á que grado de prosperidad y de riqueza agrícola ha<br />
bría llegado este pais privilejiado por la naturaleza ?<br />
Pero Roma arrastraba en el séquito de sus conquistas varios<br />
abusos indispensables al espíritu de su gobierno.<br />
Otro pueblo heredero de los romanos se restableció en Espa<br />
ña, después de haber recorrido y habitado en lodo el mediodía de<br />
Europa. Este pueblo formado de pastores guerreros y turbulentos,<br />
permaneció por mucho tiempo ignorante de los trabajos agrícolas,<br />
y por una partición singular, y que carece de ejemplo en la histo<br />
ria , reservó para sí una estension de territorio, en la cual colocó<br />
sus ganados. Asi los godos se presentaron desde luego como los<br />
enemigos mas peligrosos de la industria agrícola; pero cansados<br />
de vencer, y vencidos ellos mismos por el clima, se asociaron con<br />
aquellos á quienes habían despojado, y reunidos los unos y los<br />
otros por los vínculos de miítuo interés y necesidad, no formaron<br />
desde aquella época sino Una sola nación.<br />
El código visigodo (JFuero juzgo) y algunas otras obras, que el<br />
acaso nos ha trasmitido, manifiesta el estado de la agricultura<br />
durante un período de 300 años. Si las invasiones mas ó menos<br />
desastrosas,* si las intrigas de los magnates, y las guerras civiles<br />
que estallaban á los principios de cada reinado $ tuvieron algunas<br />
veces funestas consecuencias, bastaban algunos años de tranqui<br />
lidad para reparar todas las pérdidas, y preparar al Estado para<br />
sufrir nuevas conmociones.<br />
Es asi como la agricultura fue estacionaria bajo los godos] y<br />
en tanto que la debilidad de los últimos soberanos preparaban un
XXIII<br />
nuevo orden de cosas, un pueblo animado por la sed de las con-<br />
cpiisias y por el celo del proselitismo, se presentó en las costas de<br />
España, y mudó de repente los destinos de esta nación. Una sola<br />
batalla puso fin al imperio visigodo. Dueños los árabes de un es<br />
tenso pais , presentaron en un momento á la Europa admirada del<br />
espectáculo singular de una nación , predicando su ridicula creen<br />
cia relijiosa con la espada en la mano, y amenazando á la vez to<br />
dos los tronos y todos los pueblos.<br />
Una honrosa resistencia , sin embargo , detenia á los vencedo<br />
res en varios puntos, y algunos pueblos á quienes se consideraba<br />
como envilecidos, aunque desunidos y debilitados por la guerra,<br />
defendieron con la mas heroica decisión las ruinas de su patria.<br />
Consiguieron cansar el valor de sus feroces enemigos, y tratados<br />
honrosos reunieron en fin á las dos naciones sin confundirlas ja<br />
más. Se vio á la vez un mismo suelo, y quizá una misma techum-<br />
bre reunir á hombres de costumbres diversas, y que profesaban<br />
relijiones enemigas, sometidos á leyes y á jueces eslraños unos<br />
á otros.<br />
Tal es la constante influencia de la agricultura bajo el hermo<br />
so suelo de España ,* y no tememos repetir que siempre lia contri<br />
buido al desarrollo de las mismas virtudes en los corazones de sus<br />
mismos habitantes. Poseedores estos de un terreno que puede sa<br />
tisfacer á todas sus necesidades , y el cual ha cuidado la naturale<br />
za de limitar por barreras imponentes, abismados á veces en un<br />
sueño secular , despiertan al alarma de los desastres : las desgra<br />
cias públicas exaltan su patriotismo , y jamás se han manifestado<br />
tan verdaderamente grandes como en el infortunio. Asi es, que<br />
los vencidos conservaron bajo la dominación de los califas, y aun<br />
en los palacios de los grandes , la necesidad de vivir libres al abri<br />
go de un yugo estranjero. Se les vio correr á las armas cuando la<br />
esperanza de la victoria reanimó su decaído valor. Las guerras mas<br />
, sangrientas precedieron á la espulsion de los moros $ y este mismo<br />
pueblo , arrojado al África por los españoles , esperimenta á su
XXIV<br />
vez las amarguras del destierro, y volviendo á menudo sus ojos<br />
hacia su patria adoptiva, ruega al Profeta, aun en el dia, que le<br />
devuelva á las bellas campiñas de Granada y á los palacios de sus<br />
califas.<br />
Ufo aconteció, sin embargo, durante la dominación de los mo<br />
ros lo que habia sucedido en tiempo de los godos. Aquellos habí'<br />
tantes del desierto, á quienes habia hecho guerreros la voz del<br />
Profeta, volvieron á hacerse pastores y agricultores asi que no<br />
tuvieron mas enemigos que conquistar. Herederos de los caldeos,<br />
de los ejipcios y délos persas, habían adquirido en el Oriente<br />
aquellos conocimientos prácticos, cuya aplicación fue tan dichosa<br />
en los hermosos valles de España. La agricultura uabatca, forma<br />
da y fundada en las observaciones mas escrupulosas , se enseñó en<br />
las escuelas de Granada (1), y contribuyó eficazmente á mejorar<br />
la suerte de los pueblos , creando riquezas desconocidas en un sue<br />
lo que habían cultivado los romanos con tanto esmero. Abu-Ornar,<br />
autor de la Almokna, ó recopilación de los mejores preceptos de<br />
agricultura. Abu-Abdalali, que escribió con tanta sabiduría, y<br />
labró sus campos personalmente ; Abu-cl-Jaír , apellidado el Doc<br />
to : Abeen-Azan-cl-Haj , y otros escritores, á cuya cabeza pondre<br />
mos el célebre Ebn-cl-Awan , traducido por Banqueri, eran lodos<br />
naturales de España. Estos grandes hombres supieron honrar los<br />
trabajos rurales, tanto por la constancia de sus trabajos y escritos,<br />
cuanto por la importancia de sus investigaciones, al paso que los<br />
califas ivan muchas veces á solicitar su amistad en el fondo mismo<br />
de sus retiros. Varias célebres universidades se consagraron en<br />
tonces al estudio de las ciencias naturales. Un sin número de esce-<br />
lentes escritos constituyeron el precioso depósito de las luces; pero<br />
á cansa de una triste fatalidad, estas obras , á las cuales adeuda<br />
(i) til ilustre Ebn-el-Awan hace un brillante elojio del tratado de agricul<br />
tura nabatea, escrito por el árabe Kutsani. Es una colección de todas ¿as ope<br />
raciones aerícolas de escritores árabes.
XXV<br />
la España las riquezas agrícolas que posee , se hallan en el día se<br />
pultadas en el polvo de los archivos y de las bibliotecas, sin que.<br />
pueda todavía calcularse la futura duración de su destierro.<br />
Slucho padeció la agricultura durante las luchas dilatadas que<br />
precedieron á la espulsion de los moros. Antes de decidirse á sem<br />
brar necesita el agricultor tener alguna seguridad de recojer su<br />
cosecha, y la industria siempre retrograda ante los acasos de la<br />
guerra.<br />
Examinemos por un instante el influjo que las guerras nació-:<br />
nales han ejercido sobre los destinos de España y sobre la suerte<br />
de su agricultura.<br />
Eos nobles , á quienes había creado el gobierno de los godos7<br />
volvieron ú aparecer en España asi que hubo armado alqunos bra<br />
zos el deseo de la independencia. Poniéndose á la cabeza de las<br />
cruzadas, se distinguieron por brillantes acciones, y los descen<br />
dientes de los iberos, que consideraban corno una esclavitud odiosa<br />
toda alianza en los sarracenos, se sometieron voluntariamente á sus<br />
caudillos que les prometían la libertad: tomaron las armas los agrí<br />
colas, y fueron á establecerse al abrigo de los castillos, que la suer<br />
te de la guerra había puesto en manos de los jefes vencedores s alli<br />
encontraban la protección suficiente para entregarse sin peligro á<br />
sus ocupaciones usuales, y el apoyo necesario para arraiqar sus<br />
nacientes fortunas. Si nuevos peligros amenazaban por un instan<br />
te la seijuridad de estas nuevas colonias , la espada del noble esta<br />
ba pronta á protejerlas , rechazando corajosamente al enemigo : se<br />
le veía volar al combate por do quier que se presentaban obstácu<br />
los que derribar ó triunfos que adquirir. El reconocimiento de los<br />
colonos fue su primera recompensa, y las brillantes donaciones<br />
añadieron un nuevo premio á sus victorias.<br />
El soberano entonces no era mas que el jefe de estos intrépi<br />
dos caballeros , y su poder estaba subordinado al jcelo y á los es<br />
fuerzos de sus compañeros de armas. El pueblo no tomaba partido<br />
en las guerras caballerescas. Lejano del campo de batalla, y pro-<br />
4
XXVI<br />
tejido por una infinidad de castillos pequeños que formaban un cor-<br />
dan inespugnable, cultivaba en paz el terreno tan recientemente<br />
conquistada. Asi es, que la industria rural hizo algunos esfuer<br />
zos para progresar yrecojió cuidadosamente las tradiciones árabes, '<br />
y la España , que volvía á formar un estado europeo, presentó el<br />
modelo de un pueblo que salia de la barbarie, para encaminarse<br />
rápidamente á la civilización.<br />
Algunos navegantes visitaron las costas del Mediterráneo',<br />
nuevas relaciones y nuevos intereses fueron el inmediato resulla-<br />
do de estas primeras tentativas, y acudió el comercio á colocar sus<br />
coronas sobre las cabezas de los guerreros, á quienes habia sen<br />
tado sobre su trono lejítimo una sucesión de victorias tan rápidas<br />
como esclarecidas. La España habia recobrado ya una parte de sus<br />
riquezas : era agrícola y comerciante, al paso que los sajones ve-<br />
jetaban en Inglaterra , y que los franceses desunidos y anonadados<br />
tenían un rey, cuija autoridad era dirijida por el capricho de sus<br />
grandes feudatarios.<br />
En esta época, bien notable en la historia de Epaña, estaba<br />
la nación dividida en tres clases distintas: el guerrero ó noble, el<br />
agricultor ó villano , y el comerciante ó ciudadano. Un ciímulo de<br />
instituciones, heredadas de los diversos pueblos que habían ocu<br />
pado la España, gobernaban á estas tres clases, y prolejian todos<br />
los poderes. Si en posteriores tiempos se impusieron varias gá<br />
yelas al agricultor, sin concederle premio alguno, la iglesia se<br />
declaraba protectora suya, y en aquella primitiva época, los obis<br />
pos se consideraban como los naturales defensores de sus dioce<br />
sanos.<br />
Cesaron las guerras santas con la derrota de los moros. Es-<br />
linguiose el entusiasmo de las cruzadas, y ensanchándose la au<br />
toridad de los reyes, sucedieron nuevas guerras á los rancios abu<br />
sos. Cesaron los nobles de componer entonces la principal, ó mas<br />
bien la única fuerza del ejército. La franquicia de las ciudades<br />
creó una barrera contraía autoridad aristrocálica; unió los intere-
XXVII<br />
ses del soberano y de los pueblos, y marchó á campaña á la cabeza<br />
de la nación.<br />
Mientras que el pueblo, alejado de los trabajos agrestes, se<br />
arruinaba por las guerras (1), y reducido á la estremidad por las<br />
hambres crueles, por la minoría y por las pestes asoladoras, se se<br />
paraba mas y mas de su primitivo estado, exijió el interés del<br />
momento que se desterrase de la península á los moros y á los ju<br />
díos. Las circunstancias políticas de la nación sancionaron una<br />
medida, por la cual tres millones de hombres ó habitantes fueron<br />
espatriados, llevándose consigo la industria y los caudales. Cesó<br />
de prosperar la agricultura; desfalleció bien pronto por falta de<br />
brazos y de recursos, quedando vinculada á aquellos parajes don<br />
de halló acojkla en la localidad del terreno, ó en la buena disposi<br />
ción de elementos estacionarios. Ningún esfuerzo, ningún progre<br />
so caracterizó su marcha en los siglos que sucedieron: usáronse<br />
los mismos instrumentos oratorios , los mismos métodos, las mis<br />
mas leyes, y por consiguiente subsistieron las mismas costumbres,<br />
las mismas preocupaciones , y el mismo pueblo. He aqui el motivo<br />
de conservarse los usos y prácticas agrícolas en muchos parajes<br />
tan insuficientes ij tan defectuosos, y que atraen , con pesar, la<br />
atención del viajero. Me aqui la causa de hallarse esos valles tan<br />
fecundos y bien cultivados , contiguos á desiertos inmensos, en que<br />
se encuentran solamente alguna que otra cabana de pastores. La<br />
industria, empero, de la actual jeneracion estrechará los límites<br />
de estas soledades , y convirtiendo poco á poco en terreno produc<br />
tible estos vastos yermos, hará que desaparezcan poco apoco á<br />
medida que se jeneralicen las benéficas disposiciones para el en<br />
grandecimiento y prosperidad de los españoles.<br />
Asi es que esta nación, rica bajo el dominio de los moros, pues<br />
ninguna monarquía, dice nuestro sabio Martínez de 31ota, ha si<br />
do dueña de tantas riquezas como España ha tenido, vio decrecer<br />
(i) Cam¡/omanes, Industria popular.
XXVIII<br />
en los siquienles siglos su prosperidad ij el bien estar de sus habi<br />
tantes. Se empobreció bajo del imperio de los soberanos que con<br />
siguieron alarma para debilitar el poder escesivo de la nobleza.<br />
Acrecentóse su indijencia doméstica , mientras los principes de la<br />
casa de Austria reinaron en esta noble porción del continente. No<br />
redundó beneficio alguno al estado ¡as brillantes conquistas que<br />
sometieron una parle de la Europa á los reges de Castilla. Em<br />
pleáronse las fuerzas de la nación para ejecutar proyectos que , si<br />
bien anadian laureles á sus blasones, debilitaban sensiblemente sa<br />
poderío. No mejoraron en el primer reinado y monarca de la casa<br />
de Sorbanj el cual, obligado á conquistar mucha parte de sus es<br />
tados , tuvo que luchar incesantemente contra toda clase de obstá<br />
culos. Blas, bajo el imperio de los sucesores de -Felipe comenzó la<br />
España á levantarse de sus ruinas : se dispusieron y ejecutaron<br />
obras útilísimas , é inesperados socorros vinieron á alentar la in<br />
dustria y á reanimar el comercio. Salieron leyes sabias del gabine<br />
te del principe: diose un nuevo impulso á las artes, y viosepor to<br />
das partes mejorar la agricultura : varios agrícolas celosos conser<br />
vaban cuidadosamente las bellas obras de los antiguos , y comenza<br />
ron por ellas sus labores, y por la instrucción que les prestaban las<br />
bien conservadas tradiciones. Muchos autores (1) agolaron en sus<br />
IMPRESOS.<br />
ylños.<br />
(i) Campomanes y Jovellanos. . . • ij65,y t 7 Q5<br />
Fcijo , Teatro crítico l 7^4<br />
Rodrigues L 79°<br />
Vicente Peres , Discursos políticos '766<br />
Manresa Barreda, Addlc. al Despertador >79°<br />
Padre Jil, Plan de Montes . . 1794<br />
San Martin , Labrador vascongado 1797<br />
Asso , Ilist. económ. política de Aragón 179S<br />
ñluñoz , Discursos sobre Economía política 1796<br />
Quintero , ; 1765<br />
Banqueri, Tratado de Ebn-el-Áinvan , 1780
xxix<br />
«preciables escritos todos los ramos de economía rural, i¡ sus obras<br />
atestiguan que la ilustración y las ciencias jamás han abandonado<br />
la península. Asi vemos á este pais dichoso desarrollar sin obstá<br />
culo el qrado de prosperidad y de fuerza á que le convida la belleza<br />
del clima, la naturaleza del suelo y el carácter de sus moradores.<br />
Hasta ahora ¡a España habia cifrado todos sus recursos en la Amé<br />
rica. En el dia ya va conociendo el valor incomparable de las ri<br />
quezas que encierra su seno, riquezas de que no puede privarle<br />
ningún acaso inconstante de la fortuna. Las instituciones mas ad<br />
mirables , imidas al sistema de agricultura, no menos sabio que<br />
las leyes que le protejen, van ascendiéndose desde los rincones de<br />
la península, do en tiempos mas funestos se acojieron ¿ y guiadas<br />
por la voz del soberano , van recordando sucesivamente á todas las<br />
provincias su primitivo esplendor y su antigua prosperidad, á des<br />
pecho de las revoluciones que han anublado por un momento el cie<br />
lo español, ha permanecido el lustre de estos preciosos monumen<br />
tos, levantados en tiempos mas felices, y vinculados á la posteri<br />
dad por mi pueblo que consideró la agricultura como la primera de<br />
las arles, han inspirado á los últimos de España y á algunos de sus<br />
ministros, de conservarlos y de embellecerlos. La Francia misma<br />
puede recibir hoy dia instrucción y ejemplo en las márjenes del<br />
Llobregat, del Ebro, del Mijares, del Guadalquivir, del Jucar<br />
y del Sagra.<br />
Las causas referidas , al mismo tiempo que la hacían retrogra<br />
dar los progresos de la agricultura, no puede suponerse que con<br />
tribuyeran al aumento de la población. Disminuyóse ésta sensible<br />
mente á medida que se adelantaban las conquistas de los cristia<br />
nos. Arrojados los moros del territorio que habían ocupado por una<br />
serie tan dilatada de años, en parte por la inmensa mortandad que<br />
de ellos se hacia en cada sucesivo encuentro, en parte por el des<br />
tierro,ya voluntario, ya forzado, que cupo en suerte á los que so<br />
brevivieron, dejaron un vacío imposible en los siguientes siqlos, en<br />
que las conmociones intestinas y las guerras estranjeras agotaban
XXX<br />
la juventud en continuas lides, y apenas dejaban brazos para diri><br />
jir la mancera, y aplicarse á las operaciones mas precisas de la<br />
industria fabril. Un nuevo mundo entre tanto nacia del caos, por<br />
decirlo asi, y ofrecía sus tesoros á este pueblo ambicioso y guerre<br />
ro , que entusiasmado por la perspectiva de nuevos lauros y de ina<br />
gotables riquezas, corría en tropel á alistarse bajo de las banderas<br />
de unos caudillos, que prometían guiarlos á la faina y ala opulen<br />
cia. Las descripciones seductoras que hacían de los países recién<br />
descubiertos, los aventureros que sucesivamente las esploraban, el<br />
espectáculo deslumbrador de las riquezas que en ellos habían ate<br />
sorado , alucinaban á la muchedumbre , y la madre patria vio par<br />
tir de sus costas, para establecerse en el Nuevo Mundo , un nú<br />
mero infinito de familias, que aminoraban mas y mas su ya redu<br />
cida población. Al momento, empero, que las instituciones de los<br />
últimos monarcas comenzaron á prolejer la industria, y dieron á<br />
conocer que los verdaderos tesoros los poseía la España en su se<br />
no , sin necesidad de mendiqarlos á sus colonias ultramarinas, co<br />
menzó á aumentarse la población , á la par que se cultivaban los<br />
campos y se activaba la industria fabril. Guiados por esta observa<br />
ción , han supuesto alqunos autores que ha progresado aquella rá<br />
pidamente hasta mieslros días, queriendo hacerla ascender en el<br />
presente período á quince millones de almas. Si la época feliz de la<br />
restauración de las artes hubiera seguido sin intermisión, discre<br />
paría muy poco la verdad del espresado cálculo. Pero no fue dado<br />
á la España el disfrutar con permanente sosiego las felicidades que<br />
tan á manos llenas derramaban sobre ella la ilustración y el anhe<br />
lo de sus soberanos. Una invasión injusta por parte de la Francia,<br />
acaudillada por su ambicioso emperador, vino de nuevo á bañar<br />
en sangre las fértiles campiñas de la Iberia, levantándose en masa<br />
el pueblo español para vengar el insulto hecho á su cautivo monar<br />
ca. En los seis años, que duró esta lucha, se dieron por los ejér<br />
citos españoles y aliados 31 batallas, 554 acciones , y se sitiaron,<br />
defendieron, tomaron plazas ó castillos mas de 8ü, sin contar en
estos 470 choques con los enemigos, los infinitos que tuvieron las<br />
guerrillas, y los que la fuerza desigual del paisanaje les ofreció en<br />
muchos pueblos. Si se añade á esto las calamidades concomitantes<br />
de la guerra, se verá que se disminuyó la población eslraordinaria-<br />
mente durante aquella lucha tan gloriosa por su objeto, como la<br />
mentable por sus estragos.<br />
Los esfuerzos de la nación para subyugar las provincias suble<br />
vadas de América, han causado una baja considerable en lá po<br />
blación, de España. Las guerras civiles y revoluciones esperimen-<br />
tadas en la peninsula en estos últimos tiempos, y aun en el día,<br />
han aumentado el número de víctimas precipitadas á una muerte<br />
prematura por la ambición y locura del jenero humano, al paso<br />
que las emigraciones han contribuido á impedir mas y mas el au<br />
mento de la población. Teniendo presente estas observaciones, no<br />
nos admiraremos al encontrar que el número de habitantes en la<br />
península é islas adyacentes asciende solamente, según el cálcu<br />
lo mas aproximado, á doce millones y medio.
xxxu<br />
DESCRIPCIÓN BOTANICA DEL OLIVO.<br />
«5SO
DE<br />
DEL OLIVO Y SUS ESPECIES-<br />
CAPITULO PRIMERO.<br />
DEL OLIVO.<br />
Inútil es, dice Rocier, elojiar este precioso árbo 1, de<br />
quien con tanta razón decia nuestro gaditano Columela:<br />
olea prima omnium arborum est. Ningrm aceite es com<br />
parable al de su fruto; y son tantas sus escelencias, vir<br />
tudes y usos, que seria menester formar un tratado para<br />
describirlas; y nuestro sabio estremeño D. Gabriel Alonso<br />
de Herrera dice en elojio de él, que su aceite es ponzo<br />
ña contra las ponzoñas.<br />
Se persuade Rocier que el olivo es orijinario de Ejip-<br />
to, de donde dice que fue trasportado á Grecia, y de<br />
aqui á Marsella, por una colonia de forenses, que se es<br />
estableció en ella.- sobre esto, aunque muchos autores es-<br />
tranjeros y nacionales parece que están conformes por<br />
conjeturas, yo no puede adherirme á su opinión, tanto<br />
mas , cuanto que Linneo le denomina terminantemente<br />
olea europea. El tipo, 6 sea la planta primordial de sus<br />
variedades es, como se ha dicho, el acebnche. Éste se<br />
5
2<br />
halla en todos los montes, dehesas, declives y cerros mas<br />
ó menos poblados de casi todas las provincias de España,<br />
no solo en las meridionales y semi-meridionales, sino aun<br />
varias del norte, en tanta abundancia, que aun con difi<br />
cultad podrá haber otros tantos en número en el resto de<br />
Europa, Grecia y Ejipto; por lo cual, mas bien le consi<br />
dero y conjeturo orijinario de España, mientras no se pre<br />
senten pruebas en contrario.<br />
El acebuche es el tipo primordial, el padre ó el ver<br />
dadero Adán del olivo; y en esto están contestes todos<br />
los escritores jeopónicos: de consiguiente, cuantos olivos<br />
hay ezi Europa no deben conocerse por la derivación lla<br />
mada por los botánicos especies; puesto que no son, pro<br />
piamente hablando, mas que diferencias secundarias del<br />
tipo ó acebuche. Asi, el carácter ó caracteres de las di<br />
chas especies se fundan tan solo en las diferencias secun<br />
darias, y se toman de la forma y configuración del fruto<br />
ó aceituna, de las hojas, del tallo, de las raices, etc., y<br />
no de las partes constitutivas de la flor ni del fruto.<br />
El cultivo hace variar mucho las especies, y entonces,<br />
hablando el lenguaje de los botánicos, produce varieda<br />
des. Igualmente se ha de aplicar lo que digo á las plantas<br />
que á los árboles, y á los frutos que adquieren mas per<br />
fección, ya multiplicando el volumen, sosteniendo este<br />
estado de perfección los individuos, ya por siembras, ya<br />
por medio del injerto; por todo lo cual no hay mas que<br />
waa. especie de olivo, propiamente dicho, un peral, un<br />
manzano, un guindo, un ciruelo, etc., remitiendo las de-<br />
mas especies jardineras de los botánicos á la clase de va<br />
riedades.
3<br />
Hay dos maneras de perfeccionar las especies primiti<br />
vas. La primera por medio de la siembra, y la segunda<br />
por el injerto. Los acodos y las estacas perpetúan la es<br />
pecie, pero no la perfeccionan.<br />
Los árboles, plantas, vides y olivos del norte se acos<br />
tumbran mas fácilmente al clima del mediodía, que los<br />
del mediodía trasplantados súbitamente al norte. El efecto<br />
de la mutación del clima del norte al del mediodía es casi<br />
siempre ventajoso. ¡Que enorme diferencia hay entre las<br />
vides v sus frutos de las de Castilla á las de Andalucía, y<br />
no obstante son las mismas.<br />
El injerto es otro medio de perfeccionar las especies,<br />
pero no hacerlas nuevas; pues aunque se apliquen injer<br />
tos, siempre saldrá el mismo fruto; y aunque diversamen<br />
te modificado, en ningún modo mudará de naturaleza. El<br />
Eterno ha impreso una ley física á cada ser, de la cual<br />
no puede apartarse enteramente; y aun para apartarse has<br />
ta cierto punto, es absolutamente preciso que haya una<br />
analojía entre él y la sustancia en que se muda, sea na<br />
tural, adulterina ó híbrida. La ley jeneral que separa las<br />
especies naturales de las plantas, separa igualmente las<br />
especies de los animales : la barrera que de la mano del<br />
Eterno puso entre ellas es insuperable; y sin esto bien<br />
pronto se trastornaría el admirable orden del universo.<br />
¡Que inagotable recurso nos presenta la naturaleza en<br />
España para propagar las diferentes castas de olivos, y<br />
convertir á poca costa en heredades pingües los terrenos<br />
inmensos que ocupan los acebnches por medio del injer<br />
to, elijiéndoles para padrones de las razas mas apreciables;<br />
medio el mas espedito para propagarles en algunas de
nuestras provincias, que hasta el dia no lo han consegui<br />
do, ó ni aun lo han intentado!<br />
DI FISIÓN PRIMERA.<br />
De las especies 6 variedades del olivo.<br />
Son muchos los sabios que han manifestado la necesi<br />
dad que tenemos de arreglar la sinonimia de las precio<br />
sísimas y numerosas especies ó variedades de olivos que<br />
vejetan en España, coordinando un tratado completo de<br />
sus descripciones, como lo hizo Duhamel de las castas de<br />
frutas de Francia; pues solo asi podrán jeneralizarse los<br />
conocimientos, y propagarse las buenas variedades, y pa<br />
tentizar al mundo que la España, enriquecida con cuantos<br />
dones ha producido la naturaleza en toda la redondez de<br />
Ja tierra, nada tiene que envidiar á los demás reinos.<br />
Para arreglar una sinonimia segura y una buena clasi<br />
ficación de las variedades del olivo , y para conocer y<br />
describir exactamente las que hay en España, seria nece<br />
sario que el gobierno comisionase cuatro ó cinco intelijen-<br />
tes particulares en países diferentes de nuestras provin<br />
cias; y entonces la emulación y el interés concurririan á<br />
su éxito, y cotejándolas con la debida descripción, las exa<br />
minaríamos á su tiempo por sus flores, hojas y raices, etc.;<br />
y asi, comparadas unas con otras , daríamos á cada una el<br />
nombre que le conviniese, y nos entenderíamos fácilmen<br />
te. De este examen resultaría el conocimiento de la va<br />
riedad que prevalece mejor en cada provincia, asi en cuan<br />
to á la cantidad del fruto, como á la calidad del aceite, y.
se conocerían cuales resisten mejor al frió. Si se tuviese<br />
esta .precaución y estos conocimientos preliminares , se.<br />
poblarían de olivos muchos parajes de varias de nuestras<br />
provincias.<br />
Es verdad que en cada distrito se conoce \a- variedad<br />
de olivo que produce mas entre las que se cultivan en él;<br />
pero solo se conocen las de cada pais: mas nadie ha pro<br />
curado, hasta el dia, en introducir las de paises diversos;<br />
resultando de semejante falta, que los conocimientos que<br />
se tienen del olivo son aislados y puramente locales de<br />
pueblo á pueblo, y no jenerales auna provincia: sabría<br />
mos entonces qué posición y qué especie de terreno con<br />
viene mejor á tal y tal variedad de olivo, ya en relación<br />
á la cantidad del fruto, ya á la del aceite, y ya en fin al<br />
grado del frió que el árbol puede sufrir sin perecer; asi<br />
pues, es preciso contentarse con hablar en jeneral, y es-<br />
las jeneralidades son siempre poco instructivas ; por lo<br />
que á falta de una sinonimia, me valdré de las escelen-<br />
tes observaciones y notas de nuestro sabio D. Simón de<br />
Rojas Clemente y Rubio.<br />
i. a Acebnche, olea europea varietas , Linneo. Olea<br />
silveslris, de Gouan. Oleaster, de los antiguos. Olivas<br />
tro, en Valencia. Es árbol mediano, con el tronco por lo<br />
común derecho y la corteza lisa cuando nuevo ; áspera,<br />
agrietada y escamosa cuando es viejo. Las flores nacen en<br />
el encuentro de las hojas, dispuestas en racimos sosteni<br />
dos por un pedúnculo común, algunas veces se encuen<br />
tran solitarias, y se abren en Mayo y Junio, según el cli<br />
ma. Las hojas son opuestas, sencillas, enteras, de hechu<br />
ra de hierro de lanza, gruesas, duras, de un verde ama-
6<br />
rillo-obscuro por encima, blanquecinas por debajo, y guar<br />
necidas en esta parle de un nervio saliente que las atra<br />
viesa en toda su lonjitud. Su madera es durísima, según<br />
aquel proverbio....: el acebuche no hay madera que le<br />
luche, sino la encina, que se le encaramo encima. De<br />
ella se sirven hoy mucho los ebanistas, sirven también<br />
para rayos de carros , arados, camas, carros de noria y<br />
hormas de zapatos.<br />
Los pastores y porqueros sacuden el fruto para que<br />
coman los ganados y los cerdos la acebuchina. En la gran<br />
nivelación que ejecutó D. Simón de Rojas desde la cum<br />
bre de Sierra-nevada á la playa, lo encontró hasta la al<br />
tura de mil varas sobre el nivel del .mar, formando en la<br />
parte superior de esta zona un arbusto tortuoso, enmara<br />
ñado y enteramente achaparrado contra el suelo. Sospe<br />
cha Rojas que dicha zona del olivo espontáneo, aunque<br />
bastante eslensa , se dilata todavía algunas varas mas en<br />
Sierra-morena. En Jerez de la Frontera y en Alcalá de<br />
los Gazules lo vio tan alto como los olivos, formando el<br />
solo, ó acompañado del algarrobo, bosques dilatados. El<br />
mismo Clemente ha encontrado dos razas de él: la varie<br />
dad de Linneo, citada por Quer en la Flora Española, y<br />
otra que llaman acebuche nevadilla, por tener muy blan<br />
co el envés de la hoja. Echan ambas el fruto en las estre-<br />
midades de las ramas. Se hallan con bastante frecuencia<br />
en los olivares cultivados de Andujar, Alcalá de los Ga<br />
zules y otros puntos, donde llegan á producir un fruto bas<br />
tante grande y pulposo, si se les dispensan los mismos<br />
cuidados que á las castas comunes.<br />
2. A Oliva tacbuna (olea europea ovata, Clemente),
7<br />
cultivada en Aguilar, provincia de Córdoba : tiene las ho<br />
jas pequeñas y pequeño el fruto, que es aovado y da<br />
muy buen aceite.<br />
3. a Olivo picholin (olea europea ovalis, Clemente:<br />
olea oblonga, Gouan), llamado también lechín en Agui<br />
lar : tiene las hojas pequeñas y el fruto pequeño, oval y<br />
muy negro: su aceite es de un color hermoso, limpio, y<br />
de un gusto superior al de todos los demás aceites: su<br />
fruto, según Rocier, es mas bien para adobar que para<br />
sacar aceite , sin embargo que es muy dulce : su aceitu<br />
na adobada, dice, es la mejor y mas sabrosa de cuantas<br />
se conocen.<br />
4. a Olivo negro de Andujar (olea europea lenax,<br />
Clemente): sus hojas son angostas, y casi nada plateadas<br />
por el dorso: el carácter principal que lo distingue es la<br />
tenacidad con que el fruto se mantiene prendido al'ár<br />
bol , aun después del avareo mas fuerte; .de modo que<br />
para derribar las aceitunas se necesita aporrearlo dema<br />
siadamente , y entonces hei'idos los pedúnculos y las ra<br />
mas reciben gran daño la planta y el fruto : sin duda por<br />
esta mala cualidad le ha desechado de sus pagos la jene-<br />
ralidad de los cosecheros.<br />
5. a Olivo negro ó moradillo temprano, llamado don<br />
cel, y á su aceituna nevadilla blanca, en Andujar; zor<br />
zaleña en Arcos, Espera, Bornos y Pajarete; y según pa<br />
rece, ojiblanca en Aguilar (olea europea argentata, Cle<br />
mente: olea precocc, Gouan): las hojas de este olivo son<br />
medianas, muy plateadas por el dorso, mas lustrosas y<br />
verdes por su haz superior que las de la variedad g> ó<br />
sevillana. Su fruto es redondo, mediano, muy negro, sa-
8<br />
broso , sumamente fácil de corromperse, algo menos grue<br />
so, pero mas prolongado y agudo que en dicha variedad<br />
sevillana. Es muy común en los reinos de Jaén y Sevilla,<br />
principalmente en Andujar, Arcos, Espera, Bornos y<br />
otros puntos y pueblos, que la prefieren á las demás cas<br />
tas, no solo por ser muy esquilmeña, y por la copia de<br />
escelente jugo que contiene su fruto, sino también por<br />
la facilidad con que se derriba del árbol sin dañar dema<br />
siado con las varas el fruto ni la planta. Es sensible que<br />
su poca resistencia á los frios no permita propagarla por<br />
los países menos templados.<br />
6. a Olivo de aróla , á cuya aceituna llaman también<br />
azufairada en Pajarete, Bornos, Arcos y Espera; y es<br />
tal vez la ojiblanca de Aguilar (olea europea arolensis)¡<br />
de Clemente: su madera y ramas son semejantes á las de<br />
las variedades de fruto en pomo ú olivo manzanillo , de<br />
que se hablará. Las hojas son obtusas, menos anchas, de<br />
un verde menos subido, menos lustrosas y mucho menos<br />
angostas en el ápice y en -la base, que en la variedad se<br />
villana: son, en una palabra, entre lineares y lanceola<br />
das ; y no propiamente lanceoladas, como las de dicha cas<br />
ta sevillana , á las cuales esceden en grueso. El fruto es<br />
muy redondo, muy tierno, negro, con manchas blanque<br />
cinas y moradas, mas caedizo que la variedad anterior,<br />
aun mas sabroso que en la siguiente , y mas amarillo<br />
mientras está verde que el de ninguna otra.<br />
7. a Olivo manzanillo barralenco ó en pomo, á cuya<br />
aceituna se llama comunmente manzanilla (olea euro<br />
pea pomiformis, Clemente. Olea spherica, Gouan), por<br />
ser la mas redonda de todas, conservando perfectamente
9<br />
la forma de una poma ó manzana. El árbol echa pocos<br />
ramos y algo claros : su madera es obscura ; las hojas son<br />
poco anchas, mas largas y mas lisas que las de la va<br />
riedad Q. a ó sevillana. La planta es también mas esquil<br />
meña, y su fruto, que queda muy negro con la madu<br />
rez, mas sabroso que el de la dicha variedad. En Andu-<br />
jar, Arcos, Bornos, Espera y otras muchas partes de<br />
España destinan la aceituna manzanilla para comer, á cu<br />
yo fin la cultivan copiosamente , cojiéndola antes de ma<br />
durar. La estiman también mucho por su aceite , el cual<br />
es mejor todavía que el que sale de la casta 5. a ó neva<br />
dilla. El defecto que se la nota consiste en que se cae<br />
con el aire , y que después de cojida , se le secan al ár<br />
bol muchos ramos.<br />
8. a Olivo sevillano , gordal en Sevilla, Utrera, Ar<br />
cos, Espera, Bornos y Aguilar (Olea europea regalis,<br />
Clemente : hispana, Rocier). Sus ramos son menos ver<br />
ticales que en la variedad siguiente ; pero lleva las hojas<br />
mayores , y con las venas y nervios mas visibles ó seña<br />
lados. El fruto es de la figura de las nueces, mas negro<br />
y mas redondo que en la siguiente, y es muy oloroso. Es<br />
muy común en Sevilla y en Vera, y no tanto en Arcos,<br />
Espera y otras parles.<br />
9. a Olivo real ó aceituna real, llamada también se<br />
villana, y verdial en Arcos, Espera, Bornos, el Conda<br />
do y otras partes; y según parece ocal en Aguilar (olea<br />
europea hispalensis, Clemente. Olea regia, Rocier): la<br />
madera del árbol es menos dura y mas blanca que en la<br />
variedad ¡i de Linneo, ú olivo silvestre: las hojas son<br />
mas brillantes por el envés; un tercio, y á veces doble
10<br />
mas largas que en ésta, pues tienen ordinariamente de<br />
una y media á dos pulgadas. Los ramos son mas altos y<br />
derechos que en dicha variedad : su fruto violado-negro,<br />
parece á una ciruela; está mas pegado al pedúnculo ó<br />
cabillo , y es siempre de un gusto áspero , porque nun<br />
ca llega á estar perfectamente maduro. En los pueblos<br />
citados se cultiva particularmente para comer; pero en<br />
Aguilar parece que tienen á esta variedad por la de ren<br />
dir mas, y su aceite el mas superior en dulzura y cla<br />
ridad.<br />
Amoreaux, en su tratado sobre el olivo, impreso en<br />
Mompeller en 1784, sobre el verdial se esplica en es<br />
tos términos: »La verdial proviene de un árbol que tie<br />
ne mas apariencia que bondad. La aceituna no parece<br />
que está nunca madura, subsiste largo tiempo en el ár<br />
bol verde, y de un verde-manzana ó amarillo-verdosa:<br />
se pudre también al madurar con facilidad; lo cual ha<br />
hecho darle el nombre de podridiza , y se hiela y pasa<br />
con poco frió que esperimente : es una variedad de oli<br />
vo despreciable , que reúne todas las malas cualidades:<br />
teme el frió y el calor, y está muy sujeta á picarse : es<br />
estéril en terrenos de poca sustancia, y da poco aceite y<br />
de inferior calidad. Los provenzales la desprecian, y en<br />
Langüedoc solo la multiplican para tener buenos padro<br />
nes en que injertar, porque el árbol no llega á ser muy<br />
grande."<br />
10. a Olivo morcal (olea europea máxima, Cle<br />
mente. Olea amigdalina , Gouan) : es común en Paja<br />
rete, Arcos y Espera: su tronco y ramaje es en todo co<br />
mo el de la variedad 7. a ú olivo manzanilla; las hojas
11<br />
son mas grandes que las de todas las especies; no muy<br />
verdes, y con las venas manifiestas : el fruto es picudo y<br />
puntiagudo, y el mayor de todos; no del todo negro, pe<br />
ro sabroso : este árbol exije un terreno sustancioso, pues<br />
to que su mayor mérito es producir aceitunas gordas, y<br />
tiene la ventaja de cargar mucho fruto.<br />
n. a Olivo de cornezuelo, llamado asi en el reino<br />
de Jaén, y por Rocier aceituna de olor (olea europea<br />
ceraticarpa , Clemente. Olea odorala, Rocier). Tiene<br />
el fruto encorvado, ó sea, ya mas, ya menos arqueado y<br />
delgado : esta variedad y las tres que la anteceden , se<br />
prefieren jeneralmente en las mesas por su tamaño es-<br />
traordinario y hermosas formas.<br />
12. a Olivo picudo, ó aceituna picuda (olea europea<br />
rostrata, Clemente. Olea amigdalina, Gouan y Rocier),<br />
en Arcos, Espera, Aguilar y la Mancha, llamada también<br />
tetudilla en Andujar, y corni-cabra en el Condado y<br />
en muchos distritos. Los ramos y las hojas de esta va<br />
riedad son conformes con los de la variedad número g.<br />
Su fruto es puntiagudo, ó sea atetillado , no muy negro,<br />
largo, medianamente grueso, aunque compite á veces en<br />
el tamaño con la aceituna sevillana : es árbol muy esquil<br />
meño, pero suelta la aceituna con dificultad y como de<br />
mala gana por el avareo. En Andujar la destinan toda<br />
ella para comer, á pesar de no ser de las mas sabrosas.<br />
Esta es sin duda la razón por que en el mismo Andujar,<br />
Arcos , Espera y Pajarete la cultivan poco : en Jaén , Aló<br />
cala la Real, Granada, y especialmente en la Mancha, es<br />
comunísima, y la aprecian mucho, porque resiste mas vi<br />
gorosamente que todas las variedades los frios del invier-
12<br />
no. Los de Aguilar solo la posponen á su apreciada ocal.<br />
Ademas de estas doce castas 1 , podemos asegurar que<br />
poseemos aun otras muchas y muy preciosas repartidas<br />
por Jas provincias. Sirvan de ejemplo el llamado empel<br />
tre , tan estendido y jeneralizado en Aragón, cuyo árbol<br />
es pequeño, las hojas de un verde obscuro y medianamen<br />
te anchas : la corteza del tronco y brazos principales lisa,<br />
sin hendeduras ni cavidades, y el fruto no muy grueso y<br />
algo prolongado. Aprecian esta casta los cultivadores de<br />
la tierra baja, porque al quinto ó sexto año de planta<br />
dos Jos olivos, fructifican y continúan dando cosecha to<br />
dos Jos años, aunque en unos es mayor que en otros: ven<br />
taja que es debida, mas que á la casta, al buen sistema<br />
de recolección, puesto que aquellos cultivadores cojen<br />
a mano la aceituna , y no usan jamás de avareo para estos<br />
árboles. La circunstancia de sazonar el fruto temprano, y<br />
la de dar un aceite abundante y de superior calidad, son<br />
dotes que merecen de justicia el ínteres que se han toma<br />
do todos los cosecheros de aquel reino en su propagación.<br />
El olivo rojal es el mas antiguo del pais; pero le van<br />
desechando de los pagos por no rendir iguales ventajas<br />
que el empeltre: el royal es sin duda el mismo de la es<br />
pecie 7. a ó manzanillo, según puede conocerse de la cor<br />
ta descripción que de él hace D. Ignacio de Aso en su<br />
historia de la economía política del reino de Aragón.<br />
El vera fina que cultivan en Caspe , y el herbequin<br />
de Solsona, llamado asi porque le trajeron de Herbeca,<br />
son también dos castas apreciables: los árboles no se ele<br />
van mucho, y tienen sus ramas inclinadas hacia la tier<br />
ra ; pero crecen con celeridad y fructifican pronto , resis-
15<br />
tiendo mas que otra alguna á los rigores del frió. Senti<br />
mos sin embargo no poder dar una descripción mas com<br />
pleta de este árbol y del vera; pero diremos que de to<br />
dos los enumerados y de las subeariedades á que hayan<br />
dado oríjen, puede el cultivador hacer uso para verificar<br />
los plantíos, llevando en cuenta la calidad del terreno,<br />
la situación, esposicion y clima en que hayan de plan<br />
tarse; pues todas estas y otras muchas circunstancias,<br />
que se dirán después, influyen notablemente en la ve-<br />
jetacion del árbol que nos ocupa, como en la de toda<br />
otra planta. Está observado que las castas de olivo que<br />
mas se aproximan á su tipo, son por lo jeneral las que<br />
mas resisten á la intemperie, y las que viven con mas lo<br />
zanía en los terrenos elevados, y en los débiles ó escasos<br />
de alimento; y por esta razón todos los labradores que<br />
habitan en las provincias poco favorables á la vejetacion de<br />
tan preciosa planta, multiplican con preferencia el olivo<br />
corni-cabra , el vera , el redondillo , el herbequin y el<br />
manzanillo.<br />
El olivo corni-cabra ó corneta, es entre todos el que<br />
mas resiste los rigores del frió, sin duda porque es el<br />
mas afín al acebuche primitivo. Esta especie, que pode<br />
mos mirar como el mismo acebuche cultivado ó como<br />
un olivo borde, á quien ni el injerto ni otras operacio<br />
nes han debilitado, es la mas común y la mas propagada<br />
en ambas Castillas y en otros varios puntos del norte de<br />
España; ella es seguramente el verdadero olea europea<br />
de Linneo, y la mas útil por la calidad y cantidad de su<br />
aceite, aunque no pueda usarse con iguales ventajas para<br />
los adobos.
14<br />
El P. Fray Francisco Baeza en su escelente memoria,<br />
que tengo á la vista, sobre olivos, dirijida á los editores<br />
del Sumario de Agricultura y Artes, publicada en el to<br />
mo 16 de aquel periódico, número ¿\12, folio 525, en 22<br />
de Marzo de 1784, dice: »que en la provincia de Sevilla<br />
»cuentan de catorce á dieziseis especies; y aunque no<br />
»las describe ni nombra, hace mención de la gordal, co<br />
nocida por la aceituna sevillana, el manzanillo, el ver-<br />
ndial y el zorzaleño, el cual es preferido á todos por lo<br />
«frondoso y hermoso que es, y porque carga mucho de<br />
»aceituna, aunque sea mas menuda que las otras. A es-<br />
»tas cuatro clases se pueden reducir las demás para ar-<br />
»reglar el orden de las posturas grandes, y recolección<br />
»del fruto en sazón con mejoramiento de los aceites y<br />
» olivos."<br />
El mismo dice á continuación: » N 0 se por qué los ha-<br />
»cen dos, y hombres de gusto no tratan de propagar una<br />
«aceituna que llaman cordovi, siendo de tan apreciables<br />
»calidades, que el propietario que tiene algún otro olivo<br />
»de estos , necesita custodiarle si ha de lograr su fruto,<br />
»pues todos ansian por comerle. Pocos la conocen, por-<br />
»que á la vista se diferencia poco de la manzanilla; pe-<br />
»ro en su carnosidad es superior á todas las demás, y es<br />
»tan suave al paladar que no tiene igual; con la particu<br />
laridad de que inmediatamente que se parle, suelta el<br />
»hueso mas limpio que la ciruela que llaman francesi-<br />
»lla. Por esto ruego yo á todos los amantes de la patria<br />
vque propaguen esta clase de aceituna, que para el acei-<br />
»te y el regalo no tendrá igual en Europa."<br />
»E1 difunto profesor de agricultura y botánica D. Es-
18<br />
»levan Boutelon, en otra memoria publicada en el mismo<br />
«periódico, tomo 18 , pajina 148, sobre el cultivo de los<br />
»olivos en Ocaña, manifiesta que aunque se cultivan aí-<br />
»gunos en aquel distrito, son no obstante los mas conm<br />
ines los llamados de corni-cabra y los redondillos, cuyos<br />
«árboles son muy castizos, aunque de aceituna peque-<br />
Ȗa y de poco aceite. Las castas sevillana, ocal y man-<br />
»zanilla se han estendido poco, á causa del robo y del des<br />
orden que se observa en los frutos del campo, especial-<br />
»mente en éste, que apenas dejan á sus dueños el placer<br />
»de probarlos en los aderezos."<br />
Seria de desear que estos ilustrados españoles nos hu<br />
biesen descrito estensamente las variedades de olivos de<br />
que nos hablan, y entonces comparándolos con los des<br />
critos Rocier y Rojas, notaríamos las diferencias de los<br />
nuestros con aquellos, y asi conoceríamos fácilmente cua<br />
les eran los que teníamos en nuestras manos, y á cual<br />
de ellos se debería preferir, y finalmente cual es la es<br />
pecie ó variedad mas análoga á nuestros territorios y<br />
climas. Sin embargo, vemos que en toda la Castilla la<br />
Nueva no se cultivan otras que la manzanilla y cornica<br />
bra ; aquella regularmente la destinan para adobos, y ésta<br />
esclusivamente para sacar el aceite, que tiene en abun<br />
dancia, y es de muy buena calidad: el árbol resiste mejor<br />
que otros de su especie las variaciones de los temporales<br />
de este clima; vejeta con bastante lozanía, y en igual de<br />
circunstancias da mayor copia de fruto que los demás.
16<br />
DiriSION SEGUNDA.<br />
Del olivo silvestre ó borde.<br />
El olivo silvestre ó borde, olea europea de Linnco,<br />
es el acebuche perfeccionado por el cultivo: sus ramas<br />
y ramillas tienen mas consistencia , sus hojas mas lonji-<br />
tud y anchura , y están mucho mejor nutridas , y sus<br />
frutos son mas gruesos, mas carnosos y mas suculentos<br />
que los del acebuche ú oledster. El aceite que se estrae<br />
de él, lo mismo que el de las aceitunas de otras especies<br />
ó variedades, es menos fino y menos delicado que el<br />
que produce el acebuche. Donde quiera que haya acebu-<br />
ches se pueden convertir en olives bordes, trasplantán<br />
dolos y cuidándolos por medio de un buen cultivo con es<br />
mero , y darán en adelente fruto mas grueso y en ma<br />
yor cantidad. La segunda ventaja que de su trasplanta<br />
ción resulta, es la de tener esta especie ó variedad ya.<br />
connaturalizada con el clima, y cuya educación ha sido<br />
dura: por eso temen menos los rigores del invierno que<br />
los olivos criados en almáciga y garrotal, y de naturaleza<br />
mas delicada.<br />
También se dice silvestre ó borde á un árbol montes<br />
no cultivado. Dícese también de los árboles por injertar,<br />
y que necesitan serlo, para producir buenos frutos me<br />
jorándolos, aunque mas propiamente se llaman bordes.<br />
Dícese, pues, olivo, morera, castaño, etc., borde á es<br />
tos árboles provenidos de semilla y sin injertar. Los ár<br />
boles bordes se injertan en las especies cultivadas y tam-
17<br />
bien en sí mismos, porque el injerto'en todos casos puri<br />
fica la savia, y afina y mejora los frutos, aunque no tan<br />
to en el segundo.<br />
CAPITULO II.<br />
DEL CLISTA) TERRENO Y ESPOSICION DEL OLIVO.<br />
Ein todas ó cuasi todas las provincias de España puede<br />
prosperar el olivo, atendida la recíproca acción de los<br />
cuerpos celestes y de la tierra; á la continua combina-*<br />
cion favorable de los metéoros ; á su clima y situación,<br />
considerada como elemento, cuyas cualidades son las ma<br />
dres mas fecundas en que vejetan , nutren y prosperan<br />
todas las plantas.<br />
La España, situada y comprendida entre los 56 y /¡.3<br />
grados de latitud al norte, y entre el 5 y 7 ele lonjitud<br />
del este, formando sus estremidades , al norte el cabo<br />
Ortegal, al este el cabo de Creas, al sur Tarifa, y<br />
al oeste el cabo de FinisIerre, goza de todos los cli<br />
mas del universo.<br />
DIVISIÓN PRIMERA.<br />
Del clima.<br />
Antes de tratar de plantar olivos se deberá estudiar<br />
el duna del paraje, con el fin de atinar mejor la casta de<br />
olivo que le convenga, para que sea mas fructífera y me<br />
nos espucsta á las intemperies fríjidas. El clima de las
18<br />
Andalucías es el mejor y el mas favorable que el de las<br />
demás provincias del reino para la vejetacion, y en las<br />
que menos riesgo corre el poder hacer la plantación del<br />
olivo ad libitum ; no obstante , seria de desear que se<br />
procurase escojer para la nueva plantación, olivos de las<br />
castas mas propensas á temer los frios, situándolos al<br />
abrigo de los vientos del norte, tales como el moradillo<br />
negro ó el doncel, el galilinga, el zorzaleño y el de<br />
aceituna de olor , etc., y las que resisten mas los frios<br />
en cualquiera esposicion que se enclaven, serán mas ó<br />
menos fructíferas, según la calidad del terreno; como el<br />
picolin; el vera-fina, el herbequin , el corni-cabra, el<br />
manzanillo , el mor cal, etc.<br />
En las provincias meridionales de la costa del levan<br />
te de Murcia, Valencia, Cataluña é Islas Baleares se de<br />
berá seguir con corta diferencia la anterior doctrina.<br />
En Estremadura , Mancha, Alcarria, bajo y alto Ara<br />
gón, se habrán de plantar las razas de olivo que resistan<br />
mas en todas posiciones las intemperies y vientos del<br />
norte, como el corni-cabra , redondillo, ocal, manza<br />
nilla , el empeltre, herbequin , etc.<br />
En Castilla la Vieja, Galicia, Asturias , montañas de<br />
Santander, Provincias Vascongadas y Navarra, deberán in<br />
jertarse los acebuches, convirtiéndoles en olivos bordes y<br />
plantar el corni-cabra , puesto que es entre .todas las ra<br />
zas el que resiste mas el frió, y el mas afin del acebu<br />
che primitivo.<br />
Se me objetará acaso que en estas últimas provincias<br />
no puede vejetar y prosperar el olivo á causa de las he<br />
ladas y escarchas, etc.: á lo que respondo, que en los
19<br />
parajes que carezcan de abrigos del norte, está bien, pa<br />
decerán bastante; pero en los que los baja, no bailo tan<br />
tos inconvenientes, teniendo pruebas en contrario de<br />
todo aserto ; pues en Asturias y montañas de Santander<br />
abundan los acebucbes y su acebuchina; por la incuria<br />
de los naturales sirve de pasto á los osos, jabalines y cer<br />
dos; ademas que en Asturias el difunto majistrado Don<br />
Arias Mon y Velarde hizo plantar un olivar en su ha<br />
cienda de Mon, y en pocos años consiguió que crecie<br />
se y fructificase. ¿Y que razón para que no se crien en<br />
estos parajes? Yo no la encuentro entre las causas físi<br />
cas, y en cuyos pueblos pagan á tan alto precio el acei<br />
te de olivas que consumen. Yo mismo he visto dentro de<br />
un huertecito algunos olivos en el colejio de San José (i),<br />
en el que estudié filosofía, y otros en una huerta del<br />
convento de Calahorra de Franciscanos Recoletos en el<br />
despoblado de Rivas, y á tres leguas de la capital, y<br />
próximo á mi pueblo natal , que llevaban fruto todos los<br />
años. Lo que sí encuentro muchos y muy poderosos in<br />
convenientes al examinar las cosas políticas y morales.<br />
La historia nos testifica que en tiempo del conde Oliva<br />
res se impuso sobre ellos una fuerte contribución, y que<br />
los gallegos y otros pueblos á su imitación, los arranca<br />
ron por no poder soportar el peso de tan enorme carga:<br />
ésta, unida á la opinión equivocada, á las corlas luces<br />
que en jeneral tienen nuestros labradores, á la falta de<br />
comunicaciones de pueblo á pueblo y de viajes agronómi<br />
cos, sin estadística rural, y otros no menores obstáculos,<br />
son las causas efectivas de nuestra decadencia, y de que<br />
(i) de Falencia.
20<br />
la industria rural no haya marchado entre nosotros con<br />
pasos tan largos como debiera , según el jcnio y laborio<br />
sidad de los españoles.<br />
Todo clima, aunque esté á los 44 grados, plantado<br />
ele olivos , como lo están en Garcasona, Mompeller, To<br />
lón y Marsella, vejetan y fructifican, siempre que estén<br />
resguardados y al abrigo de los vientos frios del norte, y<br />
favorecidos de los vientos templados y calurosos del sur;<br />
y no se crea que la no exislencia del olivo pende de la<br />
proximidad del mar, sino de los abrigos; y asi es que el<br />
olivo exije que le abriguen del norte independientemen<br />
te de la situación jeográfica del sitio del mediodía.<br />
Contribuye ademas también á la prosperidad del oli<br />
vo, el que le favorezca una masa constante ó cuasi cons<br />
tante de calor, en sentido contrario al de los abrigos ; y<br />
los vientos del mediodía influyen sobre manera en su fe<br />
liz vejetacionj y si este árbol es mucho mejor en los cli<br />
mas de nuestras provincias meridionales, se ha de atribuir<br />
á estas circunstancias relativas á la proximidad del me<br />
diodía y los abrigos: el olivo teme el frió, pero no está<br />
aun demostrado hasta qué punto gusta del calor.<br />
Los frios del mes de Diciembre y Enero dañan me<br />
nos al olivo, que los que en iguales circunstancias sobre<br />
vienen en Febrero y á principios de Marzo.<br />
Si en el mes de Enero hace templado y no hiela, los<br />
campos adelantan mucho, los sauces y otros árboles pre<br />
coces se llenan de hojas, la vejetacion se renueva, y has<br />
ta los almendros florecen : también se renueva el olivo, y<br />
estaría en él todo el año en vigor, si no fuese interrum<br />
pida. Bajo la diferencia de la temperatura del aire am-
21<br />
biente, la tierra, ó al menos la superficie, ha conservado<br />
un resto de calor; y todo concierne á mantener en par<br />
te el movimiento de la savia.<br />
Si en Febrero y Marzo sobrevienen fríos , y si estos<br />
adquieren cierta intensidad, y si vienen acompañados de<br />
mucho viento ó ventiscas , ataca entonces el oiivo con<br />
mucha violencia; pero sino va acompañado de viento, ha<br />
ce poco mal, porque causa poca evaporación; pero si des<br />
pués sobreviene una lluvia acompañada de nieve, sus efec<br />
tos son terribles, y mas terribles aun si reina un viento<br />
fuerte, porque entonces la corriente del aire causa la<br />
evaporación de la humedad que cubre al olivo, y esta<br />
evaporación aumenta la intensidad del frió de la atmós<br />
fera.<br />
Por todas partes se repite que el olivo ama las coli<br />
nas: esta proposición en jerieral es verdadera, porque la<br />
inclinación del suelo aumenta la rarefacción de los rayos<br />
del sol, y de consiguiente aumenta también el calor; pe<br />
ro si el llano está bien abrigado, el olivo prevalecerá me<br />
jor que sobre las colinas, porque bailará jeneralmenle<br />
mucho mas fondo y un suelo mas cargado de materias<br />
animales y vejetales; puesto que este suelo ha sido for<br />
mado de los mismos despojos de las colinas , arrastrados<br />
por las aguas llovedizas. Lo único á que debe atenderse es<br />
á los abrigos, porque es quien aumenta, conserva y re<br />
tiene el calor. El suelo por sí mismo solo contribuye á la<br />
mayor belleza del árbol ó á la calidad del aceite, relati<br />
vamente á las variedades de aceituna y al grano de la<br />
tierra; pero el abrigo asegura la duración del olivo, y le<br />
defiende del frió, que es su mayor enemigo y su único
22<br />
destructor; de tal manera, que sin él se le podría dar el<br />
nombre de inmortal á este predilecto árbol.<br />
Es verdad que el olivo prevalece mejor en los terre<br />
nos guijarrosos y arenosos, y que también el aceite que<br />
se estrae de sus frutos , es mas delicado y mas fino que<br />
el de los olivos plantados en terrenos arcillosos ó tena<br />
ces (no hablo de los terrenos enaguazados, húmedos y<br />
pantanosos, donde el olivo prevalece muy mal), sino por<br />
que los guijarros, cascajos, rocas y arenales heridos de<br />
los rayos del sol, adquieren mas calor, y le conservan por<br />
mas tiempo que las tierras amarillas, cretosas y arcillosas,<br />
etc.; porque la savia ó jugo vejetal que sube de las rai<br />
ces á las ramas, es mas escasa y menos abundante, y está<br />
mas purificada y afinada, por la misma razóneme las plan<br />
tas aromáticas son mas olorosas en los primeros terrenos<br />
que no en los segundos. He aquí en lo que estriba toda la<br />
teoría de la tierra sobre la calidad de los frutos; asi que,<br />
en el olivo sucede lo mismo que en los demás árboles; y<br />
si estos son de regadío, sus frutos son de inferior calidad,<br />
porque abundan de savia.<br />
Nuestro sabio Herrera, hablando del clima para los<br />
olivos, dice; »quieren estos árboles aires templados, que<br />
»en lo muy callente en demasía no se hacen bien, ni<br />
»tampoco en lo muy frió; y si la tierra es muy callente,<br />
»poogan los olivares, si hay aparejo hacía el cierzo, y si<br />
»fria hacia el mediodía; y si templada oriente ó gallego,<br />
»y muy mejor hacia gallego que hacia otro aire, por ser<br />
»aire templado y fresco."<br />
Don Antonio Arias, en sus lecciones de agricultura,<br />
dice: »que el olivo ama los resguardos, y vive con lozanía
25<br />
»en los climas mas templados; pero solo da copia de<br />
«frutos en donde tiene ventilación j desahogo; tanto mas,<br />
»cuanto si goza de un terreno con fondo suficiente para<br />
»que pueda estender y multiplicar sus raices. Los frios<br />
»del invierno, las nieves, las escarchas y el rocío, per<br />
judican mas á los espuestos, puestos en terrenos ba<br />
jos, que á los de las alturas: en los primeros permanece<br />
»mas tiempo sobre las plantas la influencia de aquellos<br />
»metéoros, y en los segundos se disipa mas pronto, en<br />
»razón de que el viento los azota y sacude : de aqui es que<br />
»en estos el cuajo de la flor es mas seguro, al paso que<br />
»en aquellos falta con la mayor frecuencia : esto no obs<br />
tante, hay todavía algunas castas de olivo que apetecen<br />
»los terrenos bajos ; pero ninguno prospera en los que son<br />
»húmedos ó tocan en un defecto semejante : por esta ra-<br />
»zon es absolutamente indispensable tener conocimiento<br />
»de las especies ó variedades mas útiles, no solo con<br />
»respecto á la calidad de su fruto y producto total del<br />
»esquilmo que pueden rendir, sino también del clima, del<br />
»terreno, esposicion, etc., en que pueden vivir y pros<br />
perar mejor."<br />
DIVISIÓN SEGUNDA.<br />
Del terreno.<br />
Sobre la clase de terrenos en que los olivos vejelan<br />
y viven mejor y con mas lozanía, solo me contraeré á co<br />
piar aqui los doctrinas de los autores mas clásicos en la<br />
materia, en atención á que no dejan nada que desear.
M<br />
Rocier dice: «la calidad del terreno es en jeneral -.T.IXJ<br />
indiferente para este árbol, puesto que le vemos evcoer<br />
en terrenos arenosos, guijarrosos , volcánicos,, y entre Ins<br />
rocas ; y en estos es también donde produce un aceite<br />
mas esquisilo. Vejeta igualmente y con vigor considera<br />
ble en los terrenos fuertes y sustanciosos, aunque el<br />
fondo sea arcilloso; verdad es que subsiste menos bien<br />
en éste, porque estiende sus raices por la superficie, pe<br />
netrando por las grietas de la arcilla cuando Ja encuen<br />
tra. El tínico resultado de los diferentes terrenos es la<br />
mas ó menos prosperidad en la vejelacion ; y lo mismo<br />
podemos decir del aceite , no hablando de la que pende<br />
de las diferentes variedades de aceituna. No debemos,<br />
pues, atenderá la calidad de la tierra, cuando solo se<br />
trata de examinar si el árbol puede ó no existir, porque<br />
esta existencia pende de otra causa."<br />
Los escritores antiguos han dicho que el olivo no pue<br />
de existir á mas de treinta leguas de distancia del mar.<br />
Esta aserción puede ser verdadera en Francia; pero la<br />
creo muy falsa para otros países, cuando el árbol se halla<br />
en las circunstancias que le convienen, aunque muy le<br />
jos del mar.<br />
Una separación de treinta leguas supone ya una ele<br />
vación del terreno sobre el nivel del mar; y por con<br />
secuencia una disminución de la altura del abrigo, y por<br />
tanto de la temperatura del país.<br />
Si tenemos presente lo que se ha dicho en la palabra-<br />
agricultura , hablando de las hoyas formadas por los rios<br />
y de los abrigos, se encontrará la solución de este pro<br />
blema ; pues que se ve en el baila je del Águila en Suiza,
23<br />
que el granado, el almendro y la vid prosperan á campo<br />
raso, y gozan de la temperatura de las provincias ca<br />
si meridionales, cuando en la parte superior de este mis<br />
mo baüaje se encuentra la temperatura casi de Suecia.<br />
Bavona está á los 4-4 grados ; Carcasona, Besieres, Mom-<br />
peller, Marsella , Aix , Tolón y Niza, están al mismo ; y<br />
sin embargo el olivo no vejeta ni prospera jamás en el<br />
territorio de Bayona, porque le faltan los abrigos , y sin<br />
ellos no encuentra este árbol la temperatura que le convie<br />
ne. De lo dicho resulta que la existencia del olivo no de<br />
pende de la mayor proximidad del mar ni del terreno,<br />
sino de los abrigos.<br />
Nuestro sabio D. Gabriel Alonso de Herrera , dice:<br />
»que los olivos quieren terrenos ó tierras algo airosas,<br />
mayormente de aqueste aire que he dicho (templado),<br />
que es el que viene de poniente] quieren cerros que no<br />
sean muy enhiestos, sino algo acostados, que en los muy<br />
alio no se hacen buenas; ni en los valles, mayormente<br />
si son muy húmedos y ahogados, no airosos: y si los ta<br />
les cerros sonde barro suelto, son muy buenos, no bar<br />
ro de olleros : en los llanos mas se hacen grandes y jen-<br />
tiles que muy fructíferas, mayormente si es tierra muy<br />
gruesa y sustanciosa; mas como de ellas hay muchas ma<br />
neras, partirlas liemos en dos, ó para comer , como son<br />
las gordas, ó para aceite, como son las menudas. Las gor<br />
das quieren mas cerros que llanos, y tierras gruesas que<br />
magras; y las gordales quieren tierra muy callente mas<br />
que las menudas , que si las menudas ponen en tierra<br />
callente y gruesa , hécense los árboles undosos , y lo mis<br />
mo es donde hay continuo humor. Es buena tierra para
26<br />
ellas donde hay guija y barro, ó greda, légamo bajo ó<br />
arcilla, y en la sobre-haz es tierra suelta; mas sobre to<br />
das las tierras para los olivares son las calizas , y aun<br />
onde ha habido hornos de cal, se hacen mny lindas oli<br />
vas , echándoles alguna á las raices , con tal que sea viva.<br />
Plácense muy buenas onde hobo encinares; mas no las<br />
pongan onde han arrincado alcornoques , ni cabe ellos,<br />
que de las raices del alcornoque quedan unos gusanos<br />
que roen la raiz de la oliva y peresce; y si alli los quie<br />
ren poner, quemen primero todas las raices bien, y esté<br />
el hoyo hecho de muchos dias y estercolado con ceniza,<br />
cal y estiércol; y si los ponen cerca de los alcornoques,<br />
aparten las raices hacia otra parte, ó no llevan tanto fru<br />
to; y cuanto daño reciben de los alcornoques, tanto pro<br />
vecho reciben de los granados. Cuando los granados flo<br />
recen , el olor de las balaustras , que asi se llama su flor,<br />
hace mejor brotar las olivas , y por eso entre las olivas<br />
deben plantar granados y arrayanes; y no sin causa aqui<br />
en Talayera vemos entre los olivares plantados granados,<br />
que debían saber este secreto, y por eso plantarlos.<br />
»Si son tierras para sembrar pan, vayan apartados los<br />
liños , y muchos usan juntamente poner olivar y viña,<br />
mayormente en las tierras que son tardías las olivas, para<br />
que entre tanto que las olivas se hacen , dé fruto la viña,<br />
y cuando la viña esté vieja, el olivar se habrá hecho bue<br />
no; y si quieren dejar perder la viña ó arrincarla, harán<br />
bien, porque no se compadescen bien la viña y las olivas,<br />
que la oliva tiene mucha sombra, y someras las raices y<br />
gordas, y si en viña: las quieren poner, sea hacia parte<br />
del cierzo, porque no asombre la viña. Conviene cuanto
27<br />
á lo primero que donde han de poner las olivas sea lu<br />
gar cerrado , porque si cuando son pequeños los roen los<br />
bueyes y cabras, ó se secan ó se hacen estériles y acebu-<br />
chas, y crescen muy tarde y se hacen muy desmedrados;<br />
y tan dañosa y enemiga le es la cabra, que aun lamiéndo<br />
las se dañan mucho, que su saliva de ellas es muy pon<br />
zoñosa, cuanto mas royéndolos."<br />
Nuestro Arias Sandalio en sus lecciones de agricultu<br />
ra, dice :»Machas y muy repetidas veces hemos dicho<br />
que, con arreglo á la calidad é índole de la planta, debe<br />
elejirse el terreno para su plantío , contando igualmente<br />
con el clima y la esposicion. El olivo, jeneralmente ha<br />
blando, se acomoda bien con las tierras lijeras, arenosas y<br />
guijarrosas ó cascajales, y con las pastosas ó de miga; pe<br />
ro se observan las mayores ventajas cuando se crian en<br />
tierras de buen fondo, que ademas de ser sustanciosas, es-<br />
tan mezcladas con algún cascajo. En las tierras de vega o<br />
llanuras pingües se crian árboles mas robustos , altos y<br />
profundos y hermosos, pero cuasi siempre espuestos á<br />
perder el fruto por la falta de ventilación; por esto es,<br />
que los olivares plantados en colinas y sitios ventilados,<br />
fructifican abundantemente y con mas seguridad, que los<br />
de los valles y hondonadas, aunque las plantas no lleguen<br />
á ser tan grandes y frondosas."<br />
DIVISIÓN TERCERA.<br />
De la esposicion del olivo.<br />
Aunque en las dos divisiones que anteceden á esta,<br />
se ha dicho cuanto hay que desear acerca de la esposi-
28<br />
cion de los olivos, sin embargo agregaremos como coro<br />
lario las observaciones siguientes.<br />
Dejamos dicho que los olivos espuestos al norte y sin<br />
abrigos, sufren perjuicios mas frecuentes y mas graves de<br />
las intemperies, que los que están plantados en las demás<br />
esposiciones. Los aires frios , las heladas y nieblas mas ó<br />
menos húmedas y vigorosas dañan , no tan solamente á<br />
las partes del olivo, sino que cuando estos comienzan á<br />
brotar la flor, ó ya floridos, y aun después de haberse és<br />
tas ya cuajado, estos mismos aires, heladas y nieblas, mas<br />
ó menos ríjidas, que suelen sobrevenir de la parte del nor<br />
te en los meses de Abril, Mayo y Junio, época de la flo<br />
rescencia y cuaja del embrión de la aceitunilla , les son<br />
funestísimas, marchitándolas y quemándolas del todo.<br />
Lo mismo, con corta diferencia, sucede á los olivos es-<br />
puestos y plantados en las llanuras, alturas, lomas y sus<br />
declives á campo raso, y desamparados de todo abrigo: los<br />
unos y los otros no son tan fructíferos como los que es<br />
tán situados al poniente y mediodía.<br />
Muchos propietarios poco instruidos en los azares<br />
que causan las intemperies en los olivos, echan solo de<br />
ver la falta del fruto; y no atinando con la causal, aun<br />
cuando los tengan bien cultivados, según su rutina, sanos,<br />
verdes y vigorosos ; y ademas no sospechándose que los<br />
fi'ios, heladas y nieblas que han sobrevenido, impidieron<br />
la cuaja y feliz desarrollo de las flores, lo atribuyen cie<br />
gamente á que las ramas y hojas del olivo se llevan toda la<br />
savia para su sustento, careciendo éstas del suficiente ju<br />
go vejelal para alimentar y desarrollar la flor; y con tan<br />
equivocado raciocinio, resuelven alroche-moche y sin co-
29<br />
nocimiento talarlos al siguiente año. De tal procedimien<br />
to, repilo, cada seis ú ocho años, resulta que el olivo<br />
acelera su vejez, se ahueca á fuerza de talas, se abre, y<br />
muere al fin prematuramente. ¡Cuidado, propietarios, con<br />
la operación de la tala \ Esta operación es de mucha tras<br />
cendencia , y aunque deba hacerse, es menester mucha<br />
prudencia y no menos intelijencia para ejecutarla sola<br />
mente, cuando el árbol verdaderamente la necesite.<br />
También los olivos espuestos al oriente suelen pade<br />
cer en tiempo de la florescencia y cuaja de una fuerte<br />
insolación ó recalmón por la falta de vientos, atacándo<br />
les desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde,<br />
marchitando y quemando las florecitas ó el embrión re<br />
cien cuajado.<br />
De todo lo espuesto resulta, que los olivos situados al<br />
poniente y mediodía están menos propensos á padecer de<br />
las intemperies, y son mas esquilmeños y mas lozanos sus<br />
frutos que los que se plantan al oriente y al norte.<br />
Para conocer si el daño que han sufrido los olivos en<br />
sus flores y cuaja , ha sido efecto de los frios , heladas ó<br />
de recalmones, se habrá de observar, que si las florecitas<br />
están como tostadas y de un color de llama obscura , y<br />
asidas á su peciolo, es evidente que las heladas ó los frios<br />
han motivado semejante perjuicio. Si las florecitas esta'n<br />
caídas en el suelo, y conservan sus pétalos ú hojas con su<br />
tubo enteras, blancas y lustrosas, y sin haber cuajado, como<br />
las que se caen de los naranjos, en este caso ha sido efecto<br />
de los aguaceros- fuertes.<br />
Los años que en los meses de Abril, Mayo y Junio cor<br />
ren vientos fuertes y recios aguaceros, como también he-
30<br />
Jadas, escarchas y soles ardientes, los olivos situados al<br />
norte y oriente padecen infinito en su florescencia.<br />
CAPITULO III.<br />
DE LA VEJETACI0N DEL OLIVO.<br />
EL muy importante comprender Lien este capítulo, pa<br />
ra poder dirijir este árbol por principios fundados en su<br />
naturaleza.<br />
El olivo, tal como se cultiva hoy, no es ya un árbol<br />
natural, pues el cultivo ha mudado su modo ó manera de<br />
ser. El olivo, que proviene de semilla, dirije perpendicu-<br />
larmente su raíz central; si el suelo le conviene, apenas<br />
tiene cepa debajo del cuello de las raices que salen de<br />
este paraje; y si, al contrario, la naturaleza del suelo se<br />
opone á la prolongación de su raiz central, entonces esta<br />
raiz se encorva, y se forma una cepa, de donde salen las<br />
raices laterales. El olivo cultivado, según diremos adelan<br />
te, tiene necesariamente una cepa, de donde parten las<br />
raices madres, que se introducen en la tierra tan perpen-<br />
dicularmente como pueden, si á esto no se opone obstáculo<br />
alguno. De estas raices principales ó madres parlen otras<br />
secundarias mas rastreras, y de éstas, otras mas pequeñas y<br />
mas rastreras aun; pero todas lo son cuando la capa inferior<br />
de la tierra es mala é impenetrable á las raices. Debemos<br />
también observar, que suponiendo dos capas de tierra, la<br />
superior, de las cuales sea de buena calidad y tenga tres<br />
pies de grueso, si la inferior es mala, las raices se esten<br />
derán cuanto sea posible por la capa superior. Si debajo<br />
de esta capa inferior del suelo, hay otra capa buena, las
51<br />
raices atravesarán esta del medio, por ir á disfrutar de las<br />
ventajas que les ofrece la última; y entonces los olivos<br />
serán, sin la menor duda, hermosos. Si á cierta distancia<br />
se ha abierto una zanja, ó si se halla una desigualdad en<br />
plano inclinado, etc., el calor directo que reciben estas<br />
partes, atraerá hacia á sí las raices; y si, al contrario, el<br />
árbol está plantado en la orilla de la hoya ó de la des<br />
igualdad, las raices, después de haber cubierto todas las<br />
superficies, se volverán á introducir en el terreno, con el<br />
fin de encontrar en él el alimento que les conviene , y por<br />
poco descuido que se tenga en estas raices esteriores, se<br />
cargarán de ramillas ó sierpes, que saldrán de todas las<br />
protuberancias de que hemos hablado al describir el olivo.<br />
Las ramillas y brotes, de que hablamos, son otras tantas<br />
plantas parásitas que absorven la sustancia del árbol; y<br />
asi conviene destruirlas , á menos que se desee convertir<br />
en oüvos una ó dos de estas sierpes, ó arrancarlas para<br />
llevarlas á los planteles; pero de esto ya hablaremos luego.<br />
Como la superficie del terreno se baja de un año pa<br />
ra otro, á menos que se. suplan éstas con abonos ó con<br />
tierra nueva, el cuello de las raices y la cepa parece que<br />
se elevan y descarnan; y desde entonces la parte que ya<br />
no está enterrada, como debia estarlo, arroja chupones,<br />
que son los que se guardan y conservan para planteles,<br />
cuando los rebaños no se los comen.<br />
El tronco ó palo del olivo se elevaría hasta la altura<br />
de veinte pies ó mas, si limpiasen ó podasen las ramillas<br />
ó varetas inferiores, á medida que crece y engorda, ha<br />
ciéndose un olivo natural; pero mientras mas se eleva ó<br />
sube el olivo, en iguales circunstancias menos madura el
52<br />
fruto á aceituna; porque estando mas separado de la tier<br />
ra, no recibe el grado de calor necesario: la recolección<br />
de la aceituna por tanto es mas penosa, y los que las co<br />
jeo están espuestos á mas peligros y mas embarazados, y<br />
no cojen tanta. La razón y la necesidad obligan, pues, á<br />
mantener el tronco ó palo mas ó menos bajo , según el<br />
pais, y según la naturaleza del abrigo, que es todavía mas<br />
seguro. El olivo criado en almácigas ó garrotales, arroja mu<br />
chas ramillas ó varetas por su parte inferior; y estas absor-<br />
ven la savia ó jugo vejetal de la superior ó copa, sino se<br />
disminuyen poco á poco. En los paises meridionales crece<br />
mas el tronco; pero sino le ayudasen, el arbolitü se con<br />
vertiría en un espino mas ó menos ramoso y elevado. De<br />
esta cantidad grande de brotes que echa el tallo por su<br />
parte inferior, debemos concluir, que no puede tener el<br />
olivo naturalmente muy elevado el tronco, y que si debe<br />
fijar su altura, puesto que su cima ó copa se desenvuelve<br />
por sí misma, echando las ramas necesarias para formar<br />
una vistosa copa. Mientras mas espueslo está el pais á ven<br />
tiscas, escarchas ó frios, mas bajo debe estar el árbol.<br />
La corteza del tronco es lisa mientras el árbol es nue<br />
vo; pero después, y mas ó menos tarde, según la especie<br />
ó variedad de olivo, esta corteza cslerior se arruga, se<br />
deseca, se levanta en escamas, y poco á poco las escamas<br />
inferiores se desprenden y hacen caer Jas superiores. No<br />
se pierde el tiempo que se emplea en quitar estas esca<br />
mas, raspando el árbol, porque las cavidades que cubren,<br />
sirven de abrigo y nido á los insectos durante el invierno;<br />
V sobre todo retienen mucha humedad, lo cual hace al<br />
árbol mucho mas sensible al frió.
33<br />
El interior del tronco del olivo está espuesto á podrir<br />
se, y esta putrefacción se estiende insensiblemente desde<br />
la cima hasta las raices; de manera, (pac muchas veces es<br />
tá interior y totalmente taladrado ó hueco. Atribuyese es<br />
te vicio considerable al frió, á las heladas, y otras mil cau<br />
sas esteriores; siendo asi que depende en su oríjen única<br />
mente de la ignorancia del cultivador, como diremos des<br />
pués de haber hablado de la poda de este árbol.<br />
Suponiendo el olivo ó desmochado ó con su tronco na<br />
tural, arroja en el primer caso brotes que salen de su cor<br />
teza, los cuales siguen la fuerza de la vejetacion; echan<br />
otros nuevos brotes, opuestos unos á otros, en el mismo<br />
año; y en el siguiente uno, por ejemplo, hacia el mediodía<br />
y otro hacia el norte; un poco mas arriba salen otros dos,<br />
uno hacia el este, y otro hacia el oeste, y asi de los demás.<br />
En fin, el que ha sido el primer brote se convierte insen<br />
siblemente en rama madre ó principal, y las otras ramas<br />
secundarias en ramillas, conservando las hojas el mismo<br />
orden entre sí. No hay, pues, mas diferencia entre la ra<br />
ma madre ó principal y las ramillas, sino el que las ra<br />
mas primeras y las segundas quedan despojadas de hojas;<br />
pero se forman en ellas nuevos brotes cuando se cortan:<br />
por lo demás , este orden simétrico varia algunas veces.<br />
Una parte de las hojas se cae anualmente, después de<br />
haberse puesto amarillentas; pero cada uñadura en el ár<br />
bol dos y muchas veces tres años, caj, endose después cuan<br />
do la savia ó jugo vejelal se deseca en su base, y la ho<br />
ja se desarticula del sitio en que estaba implantada.<br />
No sirve la hoja de adorno solamente, es la nodriza<br />
del botón y del jérmen que está asido en su base, de don-<br />
9
54<br />
de saldrán nuevos brotes. Supuesta una utilidad tan ver<br />
dadera y tan demostrada, se debe conocer cuan absurdo<br />
es el varear los olivos para derribar la aceituna; pues<br />
cuantas hojas se desgarran y desprenden, otros tantos jér-<br />
vienes se destruyen, y de estos jérmenes era de donde<br />
debia provenir la abundancia.<br />
Los brotes, al nacer, son cuadrados , y se vuelven re<br />
dondos á medida que crecen. El olivo se parece en esto<br />
á otros muchos árboles.<br />
Los autores que han escrito de arboledas, y en jene-<br />
ral de botánica, han confundido frecuentemente estas tres<br />
voces: brote, bolón y jema, usándolas indiferentemente,<br />
para significar las pequeñas escrecencias leñosas que se<br />
advierten entre el cuerpo leñoso de la rama y el piececi-<br />
lio de las hojas. De aqui nace una confusión que obscu<br />
rece algunas veces lo que quieren decir. Para evitar esla<br />
nota, pondremos mucho cuidado en distinguir lo que la<br />
naturaleza misma ha distinguido, al parecer, tan bien.<br />
A los ojos del observador hay una verdadera progre<br />
sión que impide confundir los unos con los otros.<br />
La yema es un pequeño estilete verdoso, puntiagudo,<br />
y que no es, por decirlo asi, otra cosa que el jérmen&é<br />
botón.<br />
El botón es este mismo jérmen desenvuelto, y soste<br />
nido ya por un tallito leñoso, pero muy tierno aun, y poi<br />
su forma puede anunciar si contiene solamente hojas J<br />
madera, ó si encierra el precioso depósito de la multipli<br />
cación, siendo de flores y frutos.<br />
El brote, en fin, es este mismo botón mucho mas des<br />
envuelto, mas adelantado, y cuyo tallo es mas grueso;
5S<br />
mas largo. Es un tierno vastago, una rama naciente, un<br />
árbol en pequeño; en una palabra, es un aumento de un<br />
año, que ha tenido por madre á una rama, por padre un<br />
botón, y por nodriza á una hoja.<br />
La naturaleza ha prescrito tres estaciones muy distin<br />
tas para el tránsito de la yema á su entero desenvolvi<br />
miento ó estado de brote. La yema aparece en la prima<br />
vera y al principio del verano; crece, adquiere fuerza, y<br />
llega á ser botón en solsticio: se fortifica mas y mas, y<br />
se nutre en el otoño, en cuyo tiempo se pueden distin<br />
guir ya los rudimentos ó principios de las hojas, ó los jér-<br />
menes de las flores. En fin, á últimos del invierno ó en<br />
tradas de primavera, cuando el calor vernal lo desenvuel<br />
ve todo, el botón se desarrolla y se hace brote. El frió<br />
comprime los poros del brote, y le hace mudar de color;<br />
y cuando la madera del brote es muy tierna á la entrada<br />
de las heladas, toda su parte imperfecta aun, perece. Se<br />
observa en la mayor parte de los árboles, que después del<br />
invierno, cuando la vejetacion toma fuerza, adquiere la<br />
corteza un color diferente del que había tenido hasta en<br />
tonces; por ejemplo, los brotes del olmo se enrojecen, su<br />
color es vivo, y su corteza mas luciente : la del sauce se po<br />
ne verde, etc.; pero luego que ha pasado este segundo año,<br />
la corteza adquiere un color semejante al resto del árbol.<br />
Después de esta exacta distinción, nos referimos á la<br />
palabra botón, y nos contentamos con esplicar aqui el mo<br />
do de formarse y crecer los brotes. Grew atribuye el acre<br />
centamiento del tallo á las partes mas groseras del jugo,<br />
empujadas del centro á la circunferencia por un movimiento<br />
lateral, al paso que se elevan hasta lo alto por un movimien*
5G<br />
to perpendicular. Las partes mas lijeras y mas volátiles<br />
contribuyen á la formación y producción de los brotes.<br />
La fuerza del movimiento, que las lleva del centro á la<br />
circunferencia, se comunica también á las fibras del cuer<br />
po jeñoso que están enlazadas con la medula, son también<br />
arrastradas con ellas, y como el cuerpo leñoso no está<br />
igualmente apretado por todas partes, pasan por las menos<br />
apretadas; y entonces solamente forman en la circunfe<br />
rencia del cuerpo leñoso los círculos nuevos que lo hacen<br />
engrosar, sino que, adelantándose mas allá, empujan la<br />
parenquima de la corteza, la hacen tomar el mismo movi-<br />
miento, y obligan al pellejo á que haga lo mismo; asi se<br />
forman los brotes, y por un mecanismo semejante crecen<br />
y adquieren su total grandor y tamaño.<br />
Esta esplicacion es muy suficiente para la formación<br />
y acrecentamiento de la parte leñosa del brote; pero por<br />
lo respectivo á la de las hojas y flores que contiene, es<br />
un secreto de la naturaleza que se ha intentado muchas<br />
veces descubrir, pero las soluciones que se han dado, es<br />
tán tal vez muy distantes de la verdad.<br />
Es preciso distinguir un segundo orden de brotes, y<br />
llamar/a/.ro-¿Voíe al que no sale directamente del botón,<br />
sino de la corteza : éste es siempre débil, poroso, y no es<br />
tá bien elavorado; asi, pues, es necesario cortarlo en Ja<br />
taba ó en la poda , á menos que la necesidad obligue á<br />
conservarlo para llenar los vacíos.<br />
Para la mas fácil intelijencia, y tener ideas mas claras,<br />
la palabra brote va por lo regular acompañada de un epí<br />
teto que designa la situación que tiene en las ramas. Asi<br />
se llama brote vertical ó brote directo, cuando está per-
57<br />
pendicular en la rama : esta especie de brote es el que<br />
llaman tragón , chupón, mamón, el que abserve una<br />
cantidad tan grande de jugo ó savia, que empobrece y<br />
estenúa las otras ramas. Conviene quitar absolutamente<br />
estos brotes, y es rarísimo el caso en que se debe hacer<br />
lo contrario. Los brotes laterales son los que crecen de<br />
derecha á izquierda, ó al contrario, y estos deben conser<br />
varse. Hay también brotes anteriores y posteriores á las<br />
ramas, unos y otros deben quitarse.<br />
Para quitar confusiones, es preciso tener presente que<br />
el tallo tierno que sale del bolón se llama brote ; que si<br />
sale debajo del tallo, se llama renuevo, y plantón ó plan-<br />
la arraigada si sale de las raices.<br />
Llámase también brote el conjunto de cogollos ó bro<br />
tes que el árbol arroja en un año; y asi se dice brote de<br />
uno ó dos años, etc., y brotar el acto de arrojar los ár<br />
boles nuevas hojas ó flores.<br />
La palabra abotonar no s e debe confundir con la de<br />
brotar. Un árbol abotona cuando la savia, escitada por el<br />
calor del sol de la primavera, comienza á subir; entonces<br />
hace hinchar el jérmen contenido en el bolón: las esca<br />
mas que le cubren se ensanchan y separan unas de otras;<br />
el botón se abre, está pronto á romper, y luego que pre<br />
senta su verdura y sale, toma el nombre de brote, que s e<br />
llama rama á los dos años.<br />
Renuevo ó vastago e s un brote que arrojan los árbo<br />
les ó ramas que se han desmochado, talado ó podado. Al<br />
renovarse la savia echa por todas partes el árbol ó rama<br />
desmochada, talada ó podada, cada uno según su espe<br />
c i e , yemas que producen brotes; y aunque estas yemas
50<br />
son ordinariamente demasiadas, no se deben quitar ni po<br />
dar las supernumerarias, basta que todas adquieran soli<br />
dez. Entonces se comienza quitando algunas, porque fa<br />
cilitan la subida de la savia ó jugo ; pues si de pronto no<br />
se dejasen mas que dos ó tres, no hallaría la savia bas<br />
tantes vasos aspirantes, y sobre todo vasos escretorios, y<br />
la operación echa de un golpe, dañaría á las yemas que se<br />
quisiesen conservar; se debe, pues, hacer la supresión<br />
gradualmente y en diferentes épocas del verano. En fin,<br />
cuando la savia afluye visiblemente á los brotes necesa<br />
rios, se suprimen todos los demás. Una de las razones que<br />
se oponen á quitarlos todos ó cuasi lodos de pronto, es<br />
que como estos brotes nuevos son todavía muy liemos,<br />
cualquiera ráfaga de viento los rompe contra el tronco ; y<br />
entonces no queda apenas esperanza, y es menester que<br />
trabaje el árbol en producir nuevos brotes. En la poda de<br />
invierno conviene rebajar estos brotes á dos yemas , las<br />
cuales darán al año siguiente dos brotes muy vigorosos<br />
que formarán la copa del árbol.<br />
Los olivos reverdecen algunas veces, queremos decir<br />
que se ponen verdes segunda vez. En ciertas circunstan<br />
cias arrojan los árboles nuevas hojas ó nuevas flores, y es<br />
señal que padecen; por ejemplo, si una sequía fuerte;<br />
larga y aumentada por el calor, disipa la humedad ó im<br />
pide en gran parte á la savia que suba de las raices á las<br />
ramas , es claro que esta poca savia ó jugo no podrá man<br />
tener la sinovia de las articulaciones, formada en la re<br />
unión del peciolo con la rama. Desecada esta sinovia, los<br />
encajes de esta articulación se desecan y ocupan menos<br />
espacio; entonces salen de caja y se cae la hoja. En é.
59<br />
caso supuesto, es evidente que la humedad que las hojas<br />
absorven de la atmósfera es una pequeña cantidad, y no<br />
bastando á alimentarlas sin el socorro de la savia, se caen<br />
por necesidad. El botón, que siempre está colocado en la<br />
base del peciolo, y á quien alimentaba la hoja , perece si<br />
la sequía sobreviene en la primavera; pero si la falta de<br />
agua ha sido tardía, se desarrolla el botón á la primera<br />
lluvia. Este no debia naturalmente echar hojas ni flores<br />
hasta el otro año; pero en el presente caso se abre, por<br />
que la ha reanimado la savia ó jugo, y ésta obra como al<br />
principio de la primavera en los brotes que están bastan<br />
te formados ó adelantados para abrirse. Este modo de re<br />
verdecer es impropio y violento, y daña mucho al árbol;<br />
porque una parte de sus bolones, destinados á brotar al<br />
año siguiente, anticipa la época de su desarrollo, y priva<br />
al árbol de sus recursos futuros. Los árboles y olivos vie<br />
jos están mas espuestos que los otros á estos desarrollos<br />
forzados , porque sus canales saviosos están mucho mas<br />
obstruidos que en los otros nuevos , y la savia sube por<br />
ellos con menos actividad, en menos abundancia y mas<br />
refinada. En este caso los brotes se forman mas pronto, y<br />
son mas propios para producir hojas y flores : frecuente<br />
mente se ven reverdecer y florecer los árboles después<br />
de granizadas.<br />
Las hojas alimentan aun por su base llamada axila,<br />
ademas del jérmen ó botón de madera, el jérmen del fru<br />
to: estos botones son, pues, durante dos años, alimenta<br />
dos por la nodriza, si puedo esplicarme asi; y no son<br />
destetados hasta el segundo, es decir, que no se abren has<br />
ta esta época: de lo cual es necesario concluir y obser-
40<br />
var que la flor no se abre nunca en una ramilla del mis<br />
mo año , sino en la del año precedente. No me atrevo<br />
asegurar que esta ley de vejetacion , tan constante en<br />
nuestras provincias , lo sea también en otras partes : en<br />
Lima, por ejemplo, porque acaso dependerá, con relación<br />
al olivo, del poco calor que esperimenta en nuestros pai-<br />
ses. Creo haber observado, que si suceden dos años frios,<br />
siempre relativamente á este árbol, el número de hojas<br />
es mucho mayor, y el desarrollo de los jérmenes mas<br />
imperfecto.<br />
La pronta aparición de las flores no desenvueltas aun,<br />
sino encerradas en sus cálices, confirmaria lo cjue acabo<br />
de indicar, puesto que no hay árbol alguno cuya flor<br />
tarde tanto en abrirse. En todo el mes de Abril comien<br />
zan á mostrarse los racimos de flores, y el árbol no está<br />
enteramente florido hasta Junio. En 20 de Mayo próxi<br />
mamente comienza á limpiar el olivo, es decir, á cuajar<br />
el fruto. Se dice entonces que está en cierne, según el<br />
clima , esceptuaudo un pequeño número de variedades<br />
mas tempranas , en las cuales acaso también el clima tie<br />
ne parte.<br />
Raras veces deja el olivo cargarse de flores; pero el<br />
momento de abrirse éstas, y el tiempo de su duración, son<br />
épocas rigurosas, que causan una viva inquietud al cultiva<br />
dor , porque la cosecha depende de que cuajen bien es<br />
tas flores. Si sobreviene una lluvia ó un viento frió, la flor<br />
se pasa sin cuajar; y si duran las nieblas hasta fines de<br />
Junio, se pierde toda ó casi toda la cosecha; porque la<br />
flor y el fruto se caen, y solo quedan en el árbol los fru<br />
tos de los botones tardíos , que no se habían abierto aun.
41<br />
Eslas nieblas son por desgracia muy comunes en los va<br />
lles, á orillas de los rios, y en los parajes pantanosos. Acae<br />
cen siempre cuando hay dos vientos opuestos en la at<br />
mósfera, y sobre todo cuando quieren reinar vientos del<br />
sur ; porque entonces los vacíos son muy abundantes y<br />
muy fuerte la humedad; y el sol, que sobreviene con<br />
fuerza, los convierte enteramente en niebla, y los disipa<br />
al fin.<br />
Mientras dura el verano, la sequedad y las ventiscas<br />
fuertes hacen caer muchas aceitunas todavía verdes; pe<br />
ro si la florescencia ha sido buena , será poco notable es<br />
ta falta ó pérdida, porque los olivos quedarán siempre<br />
cargados de aceitunas. No hay cosecha mas espuesta que<br />
la de las aceitunas, porque el olivo teme los rigores de<br />
los frios del invierno, y se resiente de ellos casi hasta el<br />
tercer año: la buena florescencia es muy incierta, y la<br />
conservación del fruto cuajado no es muy segura. No in<br />
cluyo en esto el mal que ademas hacen los insectos.<br />
También los olivos con las aguas tempranas de San<br />
Miguel se otoñan, toman vigor, y su aceituna se asegu<br />
ra mas en ellos, engordan y abundan mas en jugos acei<br />
tosos; y la bellota que no está otoñada, se queda mez<br />
quina , se vuelve melosa , se cae una gran parte de ella,<br />
y la que queda hace muy poco provecho á los cerdos.<br />
La traspiración de las plantas es la tínica secreción<br />
por la cual arrojan fuera de sí los vejétales las materias<br />
impuras 6 groseras, acarreadas por el torrente de la sa<br />
via ó jugo vejetal en sus diferentes canales. Esta tras<br />
piración es diezisiete veces mayor en las plantas que en<br />
el hombre y en los animales; porque unos y otros tienen
42<br />
otras secreciones que los embarazan de las sustancias es<br />
trañas á su alimento, y que no han podido apropiarse por<br />
medio de la dijestion. La fuerza y cantidad de materias<br />
traspirables que hay r que espeler, es siempre proporcio<br />
nada á la mayor ó menor superficie de las ramas y de<br />
sus ramitas, pero sobre todo de las hojas. En el térmi<br />
no de veinticuatro horas entra y sale cliezisiete veces<br />
mas alimento, á proporción de las masas ; por ejemplo,<br />
en un tornasol, que en las venas del hombre. »¿No se<br />
podría, dice el célebre Halles en su Estadística de los<br />
vejetales, atribuir la necesidad de una cantidad tan gran<br />
de de nutrimento á su calidad?" Porque según todas las<br />
apariencias, cuando la raiz de la planta le toma,no está<br />
tan cargada de partes nutritivas como el quilo cuando<br />
entra en las venas lácteas de los animales. Se necesita,<br />
pues , para nutrir suficientemente la planta una cantidad<br />
mayor de fluido; abundancia que sirve ademas para ace<br />
lerar el movimiento de la savia, sin lo cual seria muj<br />
lento, porque las plantas no tienen un corazón como los:<br />
animales para aumentar la celeridad; y no teniéndola<br />
savia probablemente mas que un movimiento progresivo,<br />
no circula como la sangre en los animales.<br />
Supuesto que la planta ó los árboles necesitan para<br />
estar sanos de una traspiración tan abundante , es pro<br />
bable que muchas de sus enfermedades provengan de que<br />
esta traspiración se encuentra algunas veces interri№;<br />
pida por la intemperie del aire. La traspiración en el<br />
hombre se halla interrumpida muchas veces , hasta cau<br />
sar accidentes funestos, no solo por la intemperie del<br />
aire, sino también por la intemperancia , los calores gran
45<br />
des y los frios escesivos ; pero solo la intemperie del frío<br />
puede detener la traspiración de la planta; á menos<br />
que el suelo en que vejeta carezca de jugos propios y<br />
convenientes á ella , y no le suministre bastante alimen<br />
to , pues en este caso se disminuye su traspiración.<br />
El Doctor Keill observó en sí'mismo que la diferen<br />
cia entre la mayor y menor traspiración era desde libra<br />
y media á tres libras. Yo he hecho la misma esperiencia,<br />
dice Halles, en un tornasol, y he encontrado que cuan<br />
do estaba lozano, y su traspiración era desde dieziseis on<br />
zas hasta veintiocho en doce horas de dia. Cuanto mas<br />
se regaba, traspiraba con mas abundancia en iguales cir<br />
cunstancias, y cuanta mas falta de agua tenia, menos tras<br />
piraba. La supresión repentina de esta traspiración es la<br />
causa de la desecación casi momentánea de los vejetales,<br />
ocasionada por una insolación, ó por el calor escesivo de<br />
los rayos del sol en el verano; pero es necesario tener<br />
presente , que este fenómeno solo se verifica cuando la<br />
tierra está seca, y por consiguiente no puede suministrar<br />
á la planta una humedad capaz de resistir á la fuerza de<br />
la insolación ó recalmón. Lo mismo debe suceder, poco<br />
mas ó menos, aunque por diferente motivo, cuando las<br />
heladas de la primavera destruyen en algunas horas las<br />
hojas y los tallos todavía tiernos, desecándolos y redu<br />
ciéndolos á polvo. Estas heladas no producirán ningún<br />
efecto , si el sol no saliese antes de derretirse el hielo<br />
y desaparecer el frió.<br />
Aunque la traspiración jeneral se ejecuta por el mis<br />
mo mecanismo y siguiendo la misma ley, sin embargo,<br />
las raices, el tronco, las ramas, las hojas, las flores y
44<br />
los frutos, tienen modos particulares de traspirar, que li<br />
sonjean agradablemente nuestros sentidos , y se deben<br />
á la traspiración; pero esta secreción, por ejemplo, el<br />
azahar 6 flor del naranjo, no ofrece el mismo olor en<br />
la de su hoja ó de su fruto: ¿cuantas plantas tienen una<br />
flor, cuyo aroma encanta , mientras que la traspiración<br />
de la raiz exbala un olor cadavérico? El arbusto de la<br />
casia, tan estimado en nuestras provincias del medio<br />
día, prueba lo que digo: seria fácil poner muchos ejem<br />
plos de ello. Todas las plantas que están adormecidas<br />
por el dia, como el dondiego de noche, la jalapa, etc.,<br />
traspiran por entonces, y al contrario las otras plantas. La<br />
época de la mayor secreción de las flores es por lo je-<br />
ncral al salir y al ponerse el sol.<br />
Cada jénero de vejetales y cada una de sus partes<br />
tiene su ley de secreción particular para su mas fácil<br />
vejetacion : es muy abundante en el que crece con pron<br />
titud y rapidez, en el que está muy cargado de hojas, y<br />
en el que suple el volumen con su número: las plantas,<br />
árboles y arbustos siempre verdes, transpiran infinitamen<br />
te menos que las otras. El ojo cuidadoso del labrador<br />
distingue al instante que ve las hojas , si el curso de la<br />
naturaleza se halla simplemente suspendido ó trastornado,<br />
Se puede asegurar sin miedo, que la traspiración es<br />
mucho mas importante para los vejetales que para los<br />
animales , puesto que no tienen más que esta sola y riuica<br />
vía por donde espeler lo supérfluo de una savia crir<br />
da é indijesta.<br />
Las raices de las plantas y árboles chupan para su ce<br />
je tacion también los fluidos de la tierra, y las hojas dii'
45<br />
rante la noche chupan por su envés 6 faz inferior el aire<br />
atmosférico y la humedad que este contiene. Los esperi-<br />
mentos mas decisivos han comprobado esta aserción.<br />
La acción de chupar los jugos de la tierra se supone<br />
que está en las raices de árboles y plantas; y que asi co<br />
mo el niño no mama sino para hacer pasar la leche á su<br />
estómago y alimentarse, del mismo modo las raices no<br />
chupan el jugo de la tierra sino para trasmitir al tronco,<br />
que es el depósito común, desde donde se reparte á todo el<br />
árbol.<br />
Estas son verdades incontestables, capaces de hacer la<br />
mayor impresión en los que faltos de luces cortan estos<br />
chupones, y principalmente las raices centrales de los ár<br />
boles, y lo que es peor, que enseñan y prescriben el modo<br />
de hacerlo. Las raices no solamente chupan y atraen los<br />
jugos de la tierra que estén inmediatos á ellas, sino tam<br />
bién los que están distantes, con proporción á la facultad<br />
que tiene cada una de ellas de chuparlos y atraerlos. Es un<br />
hecho cierto que las raices no chupan, trabajan, ni atraen<br />
la savia ó jugo veje tal , sino en razón de su es tension y ca<br />
pacidad.<br />
A medida que los chupones de las raices de los árbo<br />
les y de cualesquiera plantas estraen los jugos de la tier<br />
ra, se hace en sus inmediaciones, de distancia en distan<br />
cia, una remesa sucesiva de jugos nuevos, para que la s a <br />
via no se agote. Guando se cortan estos chupones de las<br />
raices de las plantas, que son el principio y los ajenies de<br />
la vejetacion, los proveedores y las nodrizas de los árbo<br />
les y plantas, no se hace, pues, otra cosa que alterar y<br />
destruir la organización, y turbar y desarreglar su mecanis-
46<br />
me-. Por lo que, uo es nada favorable las cavas profundas<br />
que se-hacen en los olivares en que siembran plantas de<br />
verano, cortando en esta operación muchas raices.<br />
Cuando se planta un árbol, v. gr., un olivo, donde y<br />
en el sitio que ha estado otro, sea vivo ó muerto, se cui<br />
dará escrupulosamente de mudar la tierra. Si plantan un<br />
nuevo árbol en la misma hoya donde habia estado otro<br />
que alli murió, sin haber mudado la tierra, perece á causa<br />
de una impresión y de un olor de muerte que ha dejado<br />
en la hoya su predecesor.<br />
La otra verdad, á saber, que destruyendo de intento<br />
algunos chupones de las raices para que salgan otros, le<br />
jos de fomentar la vejetacion, se debilita, y merece la aten<br />
ción de un hombre de jenio. La multitud de raices pe<br />
queñas, y sobre todo las que salen contra el o r d e n de la<br />
naturaleza, no es la que principalmente coopera á la ve<br />
jetacion, sino su volumen, su lonjitudj su fuerza y su<br />
diámetro. Esta proporción jeneral es verdadera; guarda<br />
proporción en todas suertes de plantas. Si los que se han<br />
declarado contra las raices con tal fin y fundamento, hu<br />
biesen examinado y seguido las operaciones de la natura<br />
leza, sabrian que una sola raiz fuerte atrae mas savia, y<br />
trabaja mejor que cien raices fibrosas y un millar de ca<br />
pilares. Entre los infinitos ejemplos de esta verdad se pue<br />
de poner el de los árboles frutales injertados en patrones<br />
silvestres. La mayor parte de estos no tienen mas raices<br />
que la central, en forma de un cayado largo, y sin em<br />
bargo no hay árboles que abunden mas en savia ó jugo.<br />
Los árboles silvestres ó bordes y abandonados no<br />
echan chupones después de su primera vejetacion, por-
47<br />
que las raices son proporcionadas á los troncos y á las ra<br />
mas; porque la fuerza de éstas guarda un perfecto equili<br />
brio , y porque son árboles que vejetan naturalmente.<br />
Por el contrario, los árboles cultivados, forzados á<br />
guardar cierta forma, y acostumbrados á la poda, derrota<br />
dos y violentados las tres cuartas partes del tiempo , pro<br />
ducen muchos chupones, porque la naturaleza procura<br />
recobrar sus derechos, y el árbol ú olivo quiere llegar<br />
á su altura natural. Estos chupones tan terribles en ma<br />
nos ignorantes y rutineras , y tan funestos á los árboles<br />
puestos en espino ó en copa, son no obstante los mas<br />
apreciables y seguros recursos de la naturaleza, y de los<br />
que un podador esperto é intelijente saca infinitas ven<br />
tajas.<br />
Aspiración es la acción por la cual el vejetal chupa,<br />
asi como el animal, el aire que le rodea, y que debe de<br />
servir á su alimento ó al mecanismo de su respiración:<br />
la aspiración se distingue de la succión : por ésta las<br />
plantas atraen y absorven los fluidos, como el agua, la<br />
savia, el rocío, etc., siendo la única materia de su as<br />
piración.<br />
Todas las partes de las plantas tienen la propiedad<br />
de aspirar el aire en que viven, siendo en una cantidad<br />
tan prodijiosa la que absorven las hojas en el espacio de<br />
terminado de tiempo. La corteza y las raices, especial<br />
mente las pequeñas, como las barbillas , tienen una in<br />
finidad de bocas, de las cuales unas aspiran, y otras es<br />
piran el aire. Es muy probable que estas aberturas no<br />
sean las mismas por donde penetran en lo interior del<br />
vejetal las otras sustancias nutritivas : por lo menos ve-
48<br />
mos y conocemos en la planta los vasos destinados para<br />
el aire ser distintos de los vasos para los fluidos, que no<br />
tienen los mismos orificios unos de otros ; pero, aunque<br />
imperceptibles , no por eso dajan de existir.<br />
Ignoramos aun cual es el principio de esta propiedad<br />
vejetal, y el jugo y los resortes que la planta pone en<br />
movimiento para aspirar una cantidad de aire: la anato<br />
mía de los vejetales está muy poco adelantada, y nuestros<br />
conocimientos son aun muy limitados en esta parte para<br />
lisonjearnos de esplicar con exactitud.<br />
También parece aun indecisa la cuestión sobre si tie<br />
nen ó no vasos las plantas, y si estos son semejantes ó pa<br />
recidos á los de los animales para la secreción de los hu<br />
mores y circulación de la sangre : á pesar de esto, hay<br />
tanta analojía entre la existencia del hombre, del animal<br />
y del vejetal, que es como imposible no admitir tales<br />
vasos. La circulación de la sangre está demostrada en el<br />
animal, y aunque la savia no circula en el vejetal como<br />
la sangre en el animal , porque durante el dia la savia<br />
sube desde las raices á la cima del árbol y estremidad<br />
de cada tallo y de cada ramilla por un movimiento as-<br />
cendente, y baja desde la cima y punta de las ramas del<br />
árbol á las raices durante la noche por otro descendente,<br />
y que, al fin, durante esta marcha continua, la savia se<br />
perfecciona, purifica y refina por medio de secreciones<br />
abundantes. Por tanto debernos hasta el dia contentarnos<br />
con analojías para poder esplicar los fenómenos de la<br />
naturaleza; aunque Duhamel concluye en sus raciocinios,<br />
que hay en las plantas vasos verdaderos ú órganos que<br />
hacen sus veces.
-49<br />
Los vasos linfáticos, los vasos propios y las tráqueas<br />
ó vasos espirales se eslienclen por la anchura del tronco<br />
de los árboles, y la medula reunida en el centro, arrojan<br />
producción, que en algún modo van á abrirse en la corte<br />
za : asi el enlace de los vasos lonjitudinales con las pro<br />
ducciones medulares forman la sustancia de la madera y<br />
de la corteza / y todo seria un esqueleto si los vasos no<br />
tuviesen líquidos para darlos vida. El tejido celular no<br />
compone vasos, pero hace sus funciones. Siendo lo cierto<br />
que se hallan en los árboles: i.° vasos linfáticos llenos de<br />
un líquido ó linfa trasparente y acuosa : 2.° vasos propios<br />
ó particulares que contienen los líquidos que son parti<br />
culares á cada árbolj y por último, vasos espirales ó trá<br />
queas destinados esencialmente para contener aire solo.<br />
De la linfa : la linfa que puede sacarse de muchas<br />
especies de árboles , como de la vid, del arce, del abe<br />
dul y el nogal, cuando están en plena savia, parece que<br />
se diferencia poco del agua mas pura. Como quiera que<br />
sea , los árboles de diferentes especies ó jéneros dan su<br />
linfa con unas circunstancias que son particulares á cada<br />
uno, y árboles que no dan ninguna ó cuasi ninguna.<br />
Del jugo propio : este líquido es blanco y lechoso en<br />
la higuera y en los titímalos; gomo en los árboles de<br />
cuesco; resinoso en los que dan pinas; encarnado en al<br />
gunas plantas ; y asi varía al infinito en los árboles de di<br />
ferentes especies: en este jugo propio de cada planta es<br />
acaso donde reside principalmente el sabor y las propie<br />
dades particulares á cada especie. Este es el dictamen de<br />
Greu comprobado con muchos hechos. En jcneral se ad<br />
vierten mas virtudes en los jugos contenidos cu la corteza<br />
11
m<br />
que en las maderas, porque los vasos propios de la cor<br />
teza son mayores que los de la madera.<br />
Cuando los líquidos propios de las plantas se estrava-<br />
san, no producen ni corteza ni madera, sino que forman<br />
un depósito que no es natural, un conjunto de goma ó<br />
resina ú otros jugos espesos. Lo mismo sucede, poco mas<br />
ó menos, cuando la sangre sale de los vasos que la con<br />
tienen; porque entonces no forma carne ni huesos, sino<br />
depósitos ó tumores.<br />
La analojía que hay entre animales y vejetales me<br />
convida á hacer observar aqui, que la erupción del jugo<br />
propio en los vasos linfáticos ó en el tejido celular, ocasio<br />
na en las plantas enfermedades que pueden compararse<br />
con las inflamaciones que sobrevienen á los animales. Se<br />
sabe que en ellos no es mas que una erupción de la san<br />
gre en los vasos linfáticos. Los árboles de cuesco presen<br />
tan varios ejemplos de inflamaciones vejetales, porque<br />
cuando el jugo propio, que en los árboles es gomoso, se<br />
ha estendido abundantemente en los vasos linfáticos ó<br />
por el tejido celular, la rama atacada perece ordinaria<br />
mente , á menos de estraer con la podadera el paraje en<br />
que se ha hecho la efusión.<br />
El jugo propio que se saca de los árboles resinosos se<br />
derrama en ciertas circunstancias que son eslrañas á la<br />
efusión de la linfa; porque i.° para procurar este derra<br />
me se encenta la corteza y la madera: 2.° se observa que<br />
el jugo se desprende con mayor abundancia en tiempos<br />
de calores grandes, que cuando el aire está fresco, y que<br />
este jugo cesa enteramente cuando hace frió: 3.° se ob<br />
serva que resuda de toda la estension de la herida; pero
SI<br />
principalmente de entre la madera y la corteza, aunque<br />
no sea en este paraje donde se notan los mayores vasos<br />
propios: 4--° s e observa que sale mas jugo propio de la<br />
parte superior de la herida que de la inferior, de manera<br />
que parece que el jugo propio mas bien desciende de las<br />
ramas, que sube de las raices á ellas.<br />
En el corte de una rama nueva se ve el jugo propio<br />
salir de los vasos , con la particularidad que parece que<br />
se filtra con mas abundancia del corte que pertenece á<br />
las ramas, que del que corresponde al tronco.<br />
Está, pues, demostrado por las observaciones de Du<br />
hamel y por los esperimentos de los mas sabios naturalis<br />
tas , y por lo que el observador puede examinar por sí,<br />
que en realidad existen diferentes jugos en las plantas, y<br />
que su conjunto forma lo que llamamos savia; pero no<br />
está demostrado por qué especie de vasos pasa y se mo<br />
difica esta savia de un modo tan admirable en la pulpa de<br />
la aceituna y demás frutos , en la madera de los cuescos<br />
J las almendras, etc., ni cuales son los vasos que ofrecen<br />
el olor exaltado del jacinto, siendo asi que sus hojas y<br />
cebollas lo tienen meramente herbáseo.<br />
La savia, suco ó fugo es un humor ascendente mien<br />
tras dura el dia, y descendente de noche, que suminis<br />
tra alimento á todas las partes de las yerbas, de los ar<br />
bustos y de los árboles.<br />
La savia se compone de dos sustancias distintas ; la<br />
primera es humor linfático, análogo á la linfa de los ani<br />
males. Tales son las lágrimas de la vid , que ofrecen el<br />
ejemplo de una savia imperfecta, y tan fluida, que se cor<br />
re fuera del vejetal; pero á medida que este humor se
52<br />
carga de principios, se pone mas compacto, y forma el<br />
segundo humor ó jugo propio, que es en las plantas lo<br />
que la sangre en los hombres y animales. Si rompemos<br />
una rama ó tallo de leche-trezna, su jugo es blanco; en<br />
la remolacha es encarnado; en celidonia es amarillo; en<br />
el guindo y albaricoque gomoso; en los pinos y abetos<br />
resinoso , y gomoso-resinoso en el cáñamo.<br />
Se ha escrito mucho sobre la marcha y progresión de<br />
la savia, pero no se ha procurado conocer cómo se reú<br />
nen los principios, ni cómo se combinan y se apropian<br />
de tal. manera á tal ó tal ve je tal, que son la causa de su<br />
prosperidad ó de su muerte.<br />
Procuremos dar este paso , examinando el modo de<br />
concurrir la savia á formar el esqueleto ó armazón de los<br />
vejetales; en fin, espongamos unas ideas, nuevas acaso,<br />
sobre las causas mecánicas de las savias de primavera y<br />
A g o s t o .<br />
Por medio de análisis química se estrae de todos los<br />
vejetales aire , va sea atmosférico , ya fijo ó inflamable;<br />
una sal cualquiera, aceite craso; de algunos aceite esen<br />
cial; y en fin, la parte terrea que ha servido para for<br />
mar la armazón de la planta. Todos estos principios es<br />
tán en los vejetales; pero para estraerlos es menester que<br />
la savia se los haya apropiado antes que hayan sido ela-<br />
vorados por su movimiento ascendente y descendente;<br />
y en fin, perfeccionados por las secreciones; y estas se<br />
creciones no se han podido verificar de otra manera que<br />
por la traspiración.<br />
La naturaleza es sencilla en su marcha , y lo mismo<br />
en los medios que emplea; las complicaciones los desor-
S5<br />
denan. Busquemos, pues, cuáles son los principios de la<br />
savia, y como se los apropian las plantas para formaran<br />
esqueleto ó armazón, sea para contraer el sabor y el olor<br />
que les es propio. La análisis química, hemos dicho ya,<br />
manifiesta en las plantas, tierra, agua, aceite, aire y<br />
una sal cualquiera.<br />
Todas estas sustancias en apariencia y separademenle<br />
inmiscibles entre sí, han sido acarreadas y depuestas en<br />
las plantas por la savia, y son el resultado de todas las<br />
mezclas.<br />
i.° Solo la tierra caliza es soluble en el agua; Juego<br />
es la única que puede tener ó ser parte integrante de la<br />
savia. Es necesario no confundir la disolución con Ja es-<br />
estension ó suspensión de una materia en el agua. Si, por<br />
ejemplo, se toma cinabrio ú otra sustancia terrea de di<br />
verso color, y se ajita en agua , el agua se teñirá • pero<br />
al cabo de algunas horas de reposo, se precipitará el ci<br />
nabrio al hondón del vaso, y el agua quedará clara, aun<br />
que un poco amarillenta. Esta agua amarillenta ha clisuel-<br />
to verdaderamente una porción de la parte salina del ci<br />
nabrio, pero la materia roja no hizo mas que estenderse;<br />
pero si se añade goma al agua, quedará en suspensión la<br />
parle colorante. Es esencial tener presente estas distin<br />
ciones para conocer el mecanismo formador de la savia.<br />
La estension y suspensión son diferentes de la solución.<br />
Tómese azúcar, y echándole en un vaso lleno de agua, se<br />
deshará poco á poco en el hondón, y algunos dias después,<br />
especialmente si hace calor, se encontrará que el líquido<br />
de la superficie está tan dulce como el del fondo: he aqui<br />
una verdadera disolución. Lo que se dice del azúcar se
54<br />
aplica igualmente á las sales acidas, alcalinas y neutras<br />
en mayor ó menor proporción. Volvamos á los princi<br />
pios.<br />
He dicho que la tierra caliza ó alcalina , la que hace<br />
efervescencia con los ácidos, como por ejemplo la cal, la<br />
creta, Ja marga, etc., era la única que entraba en la com<br />
posición del esqueleto de las plantas; por lo menos hasta<br />
el dia no ha demostrado otra la análisis. Esta tierra se<br />
compone únicamente de despojos animales y vejetales;<br />
es la verdadera vejetal , un verdadero humus, Ja tierra<br />
soluble por escelencia: diariamente se aumentarla su ma<br />
sa sino la disolviesen las aguas , y las arrastrasen después<br />
con mas facilidad que las tierras vitrificables. Esta tierra<br />
no está sin mezcla, ni la cal, que es tierra caliza por es<br />
celencia, tampoco está pura, sino que se encuentra siempre<br />
mezclada con otras especies de tierra , precisamente por<br />
que siendo, como lo es, soluble, sus moléculas están mas<br />
diseminadas en las otras tierras , según el modo con que<br />
se formó el depósito. No hay mas que una tierra soluble<br />
que es la caliza: todas las demás tierras concurren á la<br />
vejetacion, no esencial, sino directamente. Son tierras ma<br />
trices que obran en cierto modo como el agua engomada<br />
sobre el cinabrio. Sirven de puntos de apoyo á las raices,<br />
y semejantes á una esponja , retienen el agua necesaria á<br />
las disoluciones, y de aqui á la vejetacion de las plantas<br />
v árboles. La arcilla retiene demasiada agua, y la arena<br />
pura la deja filtrar demasiado y evaporarse : asi que, la<br />
tierra buena es la que retiene una cantidad de agua pro<br />
porcionada á las necesidades de la planta, y la que con<br />
tiene mas tierra soluble para alimentarla. Esta tierra es
So<br />
soluble, porque es por sí misma una sal terrea alcalina,<br />
y de todas las sales conocidas ninguna se disuelve con<br />
mas facilidad. Es preciso distinguir dos cosas en esta tier<br />
ra, su parte salina y su parte terrea, suministradas por<br />
la antigua descomposición de animales y vejetales : la na<br />
turaleza por medio de su destrucción rejenera continua<br />
mente la reproducción de esta tierra por eseelencia; y<br />
solo nuestro descuido puede ser causa de que la raiz ma<br />
triz quede privada de la tierra soluble que contiene. La<br />
parte terrea se compone de moléculas reducidas á una pe<br />
quenez inconcebible; y no puede ser de otra manera, por<br />
que ya lian servido mil veces para la organización de los<br />
individuos que han tenido vida. No sucede lo mismo con<br />
las tierras matrices : como no se descomponen pues,<br />
cuando mas alguna causa secundaria las mezcla con la<br />
tierra soluble , permanecen siempre según son en cuanto<br />
á sus principios.<br />
De lo que acabamos de esponer es fácil concebir có<br />
mo nuestro primer principio terreo, salino, soluble en el<br />
agua, y susceptible de la mayor división y atenuación,<br />
puede disolverse en el agua, y formar en ella un todo<br />
homojéneo por la disolución; en fin, cómo este principio<br />
puede ser conducido por la savia, y servir para esqueleto<br />
de las plantas.<br />
2.° Del agua: no se debe considerar el agua que la<br />
tierra ha embebido como agua pura, semejante á la de<br />
las lluvias del invierno; pues aunque sea asi al caer, deja<br />
de serlo inmediatamente, disolviendo las sales encerradas<br />
en la tierra, y el humus ó tierra vejetal al mismo tiem-
S6<br />
po. Hela aquí ya agua compuesta, mas ó menos saturada<br />
de cuerpos estraños, tórreos y salinos; pero teniendo mas<br />
que una parte de materiales de savia.<br />
5.° Del aceite : no voy á hablar de todas las especies<br />
de aceite que suministran las plantas. Bajo la denomina<br />
ción de aceite entiendo la descomposición de todas las<br />
sustancias crasas, etc., que sirvieron para las desorganiza<br />
ciones anteriores á los animales y de los vejetales, y que<br />
por la putrefacción y descomposición están interpuestas<br />
entre las moléculas terreas. Nadie puede negar la existen<br />
cia de los cuerpos crasos, los cuales, mediante las dife<br />
rentes modificaciones que esperimentan en la tierra , ó<br />
sea en el trabajo de las plantas, se encuentran sucesiva<br />
mente convertidos en aceite, en resina, cera y sebo, ta<br />
les como se estraen de ciertas plantas,<br />
4-° Del aire: no se puede dudar que hay en la tier<br />
ra aire, semejante al que llamamos atmosférico; pero es<br />
te aire no es puro porque se halle combinado con otras<br />
especies de aires. Sus combinaciones se multiplican al<br />
paso que se pudren v descomponen los animales, cuyas<br />
sustancias no se pudren , sino porque se desprenden de<br />
su aire fijo ó aire de combinación: gas ácido carbónico:<br />
Las moléculas de la tierra se lo apropian y retienen; pe<br />
ro como este aire es singularmente miscible y soluble en<br />
el agua, se une con ella y forma, sino la base de la savia,<br />
por lo menos uno de sus principios mas esenciales: en<br />
f i n , es miscible con todas las disoluciones, y muchas no<br />
se completan sino por él. La esperiencia ha probado que<br />
todas las plantas dan, analizándolas, aire fijo ó gas ácido
5*7<br />
carbónico; y si la análisis se hace por ebullición en agua,<br />
se encuentra aire atmosférico, aire ÍJjo, y frecuentemente<br />
hidrójeno, ó aire inflamable.<br />
5.° De ¿as sales: cada planta tiene su sal propia,<br />
combinada á su modo, y en mas ó menos cantidad, según<br />
su naturaleza. Esta sal es el residuo de la que encerraba<br />
la tierra, y también del trabajo de la elaboración que ha<br />
esperimcntado durante la vejetacion de la planta.<br />
Estos son los materiales que me ha sido necesario<br />
considerar cada uno de por sí, á fin de hacerme enten<br />
der sobre el mecanismo de su combinación; y en fin, so<br />
bre la formación de la savia.<br />
No me atreveré á asegurar que las dos savias, llama<br />
das de primavera y ¿tgosto , tan exactas en las épocas<br />
indicadas, y casi análogas en sus efectos, se verifiquen<br />
uniformemente en los árboles de ambos hemisferios , por<br />
que no lo he podido examinar; pero se hallan en el nor<br />
te de Europa, donde los rigurosos frios duran nueve me<br />
ses al año, como todos lo saben. Tampoco me atreveré á<br />
asegurar que estas dos savias se encuentran sin escep-<br />
cion en todas las especies de árboles y arbustos de Eu<br />
ropa, porque seria menester muchos años de un examen<br />
riguroso para decidir estas dudas. Nos limitaremos, pues,<br />
á hablar en jeneral de los árboles de nuestros países, en<br />
los cuales, á pesar de semejantes dudas, me atrevo casi á<br />
asegurar que la naturaleza es única en su modo de obrar,<br />
y que se parece á nuestros ojos, que si se desvia de su<br />
marcha, es porque tomamos sus modificaciones por sus<br />
principios.<br />
El cli ma es un medio entre las provincias meridiona-<br />
12
58<br />
les de España con el de Castilla. Si la primavera ha sido<br />
seca, el brote de Agosto es escaso; pero como en los<br />
contornos de Valladolid y Palencia es muy raro que haya<br />
sequías, como el clima es muy templado y las lluvias<br />
muy frecuentes, se injerta muchas veces durante un mes<br />
entero ; y los brotes de Agosto suelen ser mas fuertes<br />
que los de primavera, porque están mas tiempo en ac<br />
ción, á causa de un calor mas contenido y mas conve<br />
niente. Seria fácil citar un número grande ele diferencias<br />
peemeñas, provenidas de circunstancias locales, pero que<br />
no destruyen la teoría jeneral.<br />
La savia es una en todas partes y en todos los árboles.<br />
Se vuelve una por la combinación de todos sus princi<br />
pios, que tiene en disolución por un fluido acuoso, por<br />
el intermedio del aire fijo ó gas ácido carbónico.<br />
En la estremidad de cada raíz y de cada raicilla hay<br />
una levadura que apropia la savia á cada vejetal. Esta le<br />
vadura es en su jénero análoga á nuestra saliva, ó á los<br />
jugos gástricos de la boca, que apropian los alimentos que<br />
comemos, y los preparan á esperimentar la dijestion cu<br />
el estómago.<br />
El aire fijo ó gas ácido carbónico , es el vínculo de<br />
todos los principios contenidos y combinados en la savia, J<br />
que consolidan, depositándose, la materia leñosa de losar-<br />
boles y plantas. Todo vejetal, todo animal que pierde su gas<br />
ácido carbónico, se descompone en sus parles, y se pudre,<br />
La primer saina de la primavera la chupan las rai<br />
ces brotadas desde Agosto basta fines de otoño, y h<br />
savia de Agosto sirve para las nuevas raices nacidas J<br />
cuajadas desde la primavera hasta Agosto.
59<br />
La savia de Agosto es quien nutre, perfecciona j con<br />
serva los botones del fruto de los árboles de cuesco, como<br />
el olivo, que deben abrirse en la primavera siguiente, y<br />
también los botones de frutos de los árboles de pepita;<br />
pero necesitan para ello mas tiempo.<br />
La savia del mes de Agosto que queda en el tronco y<br />
ramas de los árboles, etc., es quien proporciona el des<br />
arrollo de los botones y de los brotes de los árboles cor<br />
tados por el pie, y de los primeros brotes de las estacas,<br />
y aun de las primeras flores ya formadas en los botones,<br />
aunque estas flores no granan; y si un corlo número de<br />
ellas grana, es infecundo.<br />
Cualquier bazo que contiene, recibe y sirve de condu<br />
cir la savia, es su canal. Se dice que el canal es directo,<br />
cuando la rama forma uno perpendicular con el tronco;<br />
entonces preciso es destruir absolutamente este canal, y<br />
hacer que todas las ramas describan línea oblicua sobre<br />
el tronco. Hecho esto , la savia no dirijirá con impetuo<br />
sidad los renuevos á la cima de la rama, y de consiguiente<br />
trabajará en formar un árbol con fruto, y no un árbol loco.<br />
Cada rama en un árbol, una horca en cada encuentro; y<br />
cada una de estas prolongaciones destruye el canal del<br />
fruto directamente.<br />
Todo árbol ú olivo que brota con esceso, no suele dar<br />
fruto, y es menester domarle. Para domarle, lo primero<br />
que se ha de hacer es de que brote á su antojo : muchos<br />
ignoran el modo de hacerle dar fruto; y para correjirle y<br />
que dé fruto, y quitarle el vicio, es necesario inclinar y<br />
encorbarle las ramas viciosas, sin hacer caso de la mala<br />
figura que hará el árbol el primero y segundo año; y de
60<br />
esta manera se conseguirá correjir sin impetuosidad, que<br />
proviene solamente de la fuerza de vcjetacion.<br />
No solo las plantas parásitas, que viven á espensas de<br />
las que sirven de base para la vejetacion, se entienden<br />
por plantas veraces, como el muérdago ó marojo, los<br />
musgos, las cuscutas y los liqúenes, á cujas raices y ra<br />
mas ,se estienden mucho, con respecto á la altura y grue<br />
so de los tallos. Asi las gramas son unas plantas voraces<br />
comparadas con el trigo, alfalfa, trébol, etc.; el roble, el<br />
nogal y el olmo son también, como el pino, plantas vo<br />
races, no solo con relación al trigo, etc., sino á la vid y<br />
al olivo , á las diferentes variedades de sauces, y jeneral-<br />
mente á todos los vejetales, cuya corpulencia natural es<br />
inferior á la de tales árboles; estos cubren á los pequeños<br />
con su sombra, y les privan de la influencia del aire y de<br />
la humedad necesaria para su acrecentamiento: ademas,<br />
las raices de los árboles grandes, fuertes y bastante mul<br />
tiplicadas, aspiran con ansia los materiales de la savia que<br />
las rodean, y no dejan nada ó casi nada para las vecinas.<br />
Es falta de intelijencia el sembrar el campo ó plantar oli<br />
vos á las inmediaciones de pinares, bosques , montes, y<br />
en jeneral en los alrededores de los vejetales que ocupan<br />
cierto tiempo aquel mismo terreno.<br />
Es un defecto no dejar de un olivo á otro, al tiempo<br />
de plantarlos, una distancia ó marca capaz de impedir que<br />
se dañen unos á otros con su sombra, etc., durante su ve<br />
jetacion.
61<br />
CAPITULO IV.<br />
DE LA MULTIPLICACIÓN DEL OLIVO.<br />
Ajunque en España, por lo jencral, solamente se acos<br />
tumbra á multiplicar el olivo por estacas de rama, ó por<br />
garrotes criados en almácigas; no obstante daremos noti<br />
cia á los cosecheros de los medios que han usado, y aun<br />
usan, los de Francia para dicha multiplicación, redactán<br />
dolos según el ilustre Rocier, por ser los mas luminosos<br />
que han salido á la luz pública.<br />
DIVISIÓN PRIMERA.<br />
Del suelo de la almáciga ó garrotal.<br />
Hay pocas posiciones que reúnan todas las ventajas que<br />
exije una buena almáciga ó garrotal. Si la prosperidad<br />
del olivo en los campos depende de la disposición de los<br />
abrigos, con mucho mas motivo será preciso preservar en<br />
las almácigas estas nuevas plantas de las intemperies ri<br />
gurosas del frió. La almáciga ó garrotal exije un terreno<br />
también que no esté espuesto á ráfagas de viento, ni á una<br />
corriente muy rápida de aire, porque ademas de aumentar<br />
los vientos el frió, escitan una evaporación muy fuerte, é<br />
interrumpen con frecuencia la traspiración insensible del<br />
árbolj de lo cual nace un reflujo peligroso en la circula<br />
ción de la savia, y sucede aveces que las ramas movidas<br />
por el viento comunican su ajitacion al tronco, y del tron<br />
co á las raices, moviéndolas y dislocándolas.
62<br />
Admitiendo que haya un escelente abrigo, y que el<br />
garrotal no esté espueslo á los dientes dañinos de los cone<br />
jos, lanares, cabríos, bueyes y caballerías, es preciso su<br />
poner, aunque haya en las inmediaciones agua y facilidad<br />
de regar cuando sea necesario; porque si el agua está dis<br />
tante, diferirá el labrador el riego de un dia para otro, ó<br />
no regará cuando sea necesario, si el amo no está presente.<br />
A la bondad del abrigo y á la facilidad del riego debe<br />
juntarse también la calidad del suelo. Si la tierra es fuer<br />
te, compacta, tenaz, arcillosa, cretosa, etc., las plantas<br />
nuevas no prevalecerán. Una almáciga buena exije una ca<br />
pa de tres ó cuatro pies por lo menos de profundidad de<br />
una tierra suave, lijera, sustanciosa , y un poco arenisca:<br />
es verdad que esta tierra necesita mas riegos que las pri<br />
meras; pero las raices se estenderán mas en ellas, y sin<br />
trabajo se sumerjirán, y los brotes serán mas proporciona<br />
dos á las raices. Por otra parte, un terreno semejante re<br />
cibe la impresión del calor mejor que los otros : la frescu<br />
ra que causan las lluvias, se disipa también con mas faci<br />
lidad, y el agua se estanca menos.<br />
De lo que acabamos de decir resulta que la almáciga<br />
debe: i.° estar colocada contra un escelente abrigo: 2."<br />
resguardada y defendida de los dientes de los animales:<br />
3.° que debe haber en las inmediaciones agua suficiente;<br />
y 4>° en fin, que necesita una capa gruesa de tierra lijera,<br />
suave y sustanciosa.<br />
Se me objetará sin duda que el olivo criado en almáci<br />
ga debe ser trasplantado algún dia en toda clase de terre-j<br />
nos, y que asi no conviene criarle con demasiada delica<br />
deza. En efecto, asi es hasta cierto punto; pero conviene;
65<br />
observar que en la almáciga se planta un pedazo de rama,<br />
de tronco ó de raiz, y que estos trozos no pueden vejetar,<br />
crecer y formar árboles, sino echando raices; pues no tra<br />
tamos aquí de criar olivos que provengan de plantas arrai<br />
gadas y de cuescos que al nacer han recibido ya de la na<br />
turaleza los medios de acrecentarse. Asi no he exijido" que<br />
la tierra sea abonada ni labrada muchas veces; pero he<br />
pedido que sea lijera, para facilitar el desarrollo y la es-<br />
tension de las raices, como cosa esencial, para que pue<br />
dan hallar en este terreno un buen alimento. En una pa<br />
labra, el término almáciga 6 garrotal no se debe tomar á<br />
la letra, puesto que mas bien es un conjunto de muchas<br />
estacas plantadas en un mismo terreno.<br />
Nuestro erudito español el P. Fr. Francisco de Baeza,<br />
de la cartuja de Sevilla, en su preciosa memoria acerca de<br />
los garrotales ó almácigas, da la preferencia á estos para<br />
la plantación de los olivos, desestimando las estacas de ra<br />
mas comparativamente, y dice: »La esperiencia de mu<br />
chos años de administrar olivares, he observado con mucho<br />
cuidado este útilísimo ramo de agricultura, y me ha dado<br />
á conocer que una de las causas porque los aceites se man<br />
tienen cada vez mas subidos de precio, cuando de pocos<br />
años á esta parte es grandísimo el aumento que por todo<br />
el reino de España ha tomado el plantío de olivos, es la<br />
falta de garrotales ó almácigas, de donde sacar estacas<br />
para dichos plantíos, en lugar de las ramas que cortan á<br />
los olivos, con las que pensando aumentar el de los acei<br />
tes, los aminoran."
64<br />
DIVISIÓN SEGUNDA.<br />
De la plantación por ramas y estacas.<br />
El olivo tiene la ventaja inapreciable de echar raices<br />
por todas partes, escepto por las hojas. Se podria decir<br />
que cada uno de los poros de su corteza puede producir un<br />
brote, si esta corteza está espuesla al aire, y una raiz si<br />
está enterrada. Ningún árbol tiene mas tendencia que és<br />
te á brotar, pues parece que la naturaleza quiere indem<br />
nizarle asi de su lenta producción por siembra. Tal se es-<br />
plica Rocier. Y nuestro D. Alonso de Herrera dice : »Las<br />
olivas son tan vivas en prender y nacer, y mas que otros<br />
árboles, y nascen de cuantas maneras dije que podia nas-<br />
cer un árbol en las reglas jenerales, que nascen, como lie<br />
dicho, de simiente, de rama, de estaca, de pedazos de<br />
raiz, de barbados, de piernas, y aun de astillas, si tienen<br />
corteza." D. Antonio Arias dice: «Dos modos hay de mul<br />
tiplicar los olivos con ventaja: el primero y mas jeneral-<br />
menle usado por los cultivadores, es plantío de estacas;<br />
y el segundo de los retoños y sierpes ó mamones barba<br />
dos , que salen al pie de las olivas viejas.<br />
Por sus ramas.<br />
Muchos autores han propuesto hacer ligaduras sobre<br />
las ramas, para que hallando la savia que baja de la citna<br />
á las raices un obstáculo en la ligadura , formé alli un<br />
repulgo que facilité después la salida de las nuevas rai-
es<br />
ees. »Yo he cortado, dice Rocier, ramas sin repulgo, y<br />
habiéndolas plantado cuidadosamente, han prevalecido to<br />
das con igualdad. Las raices en las segundas han salido<br />
de toda la parte enterrada y muy pocas del repulgo."<br />
Entre las ramas plantadas perpendicularmente, y cu<br />
yos tallos tienen desde una pulgada hasta dos pies fuera<br />
de la tierra, las mas bajas han prevalecido mejorj las mas<br />
altas se han secado en la parte espuesta al aire, y algunas,<br />
pero en pequeño número, han arrojado por el pie.<br />
De las ramas plantadas con sus ramillas, y puestas al<br />
revés, ó sirviendo estas de raices, han prevalecido algu<br />
nas; pero el mayor número ha perecido, y este número<br />
ha sido proporcionado á la mayor ó menor elevación de<br />
la rama fuera de la tierra.<br />
Habiendo plantado palos desde ocho hasta dieziocho<br />
líneas de diámetro, nuevos y bien sanos, con dieziocho<br />
pulgadas de lonjitud, y puestas perpendicularmente de<br />
doce á diezinueve pulgadas de profundidad, han prevale<br />
cido en razón de la poca altura del palo sobre el nivel del<br />
terreno. Los palos de ocho líneas de diámetro y los de<br />
dieziocho han prevalecido menos bien, y los mejores han<br />
sido los de diez á doce.<br />
Habiendo tendido horizontalmente y cubierto con tier<br />
ra á una profundidad desigual palos de una pulgada de<br />
diámetro y de ocho á diez de lonjitud, nuevos y sanos,<br />
los que estaban tendidos y enterrados á nueve pulgadas,<br />
han prevalecido mal; los que estaban á seis, un poquito<br />
mejor, y casi todos los que estaban á cuatro han vejeta-<br />
do muy bien. Este método, aunque muy útil, tiene el<br />
mismo defecto que la multiplicación por raices, de que
66<br />
se hablará después. Todos estos ensayos se hicieron en<br />
los meses de Marzo y Abril.<br />
Por sus renuevos, retoños ó mamones.<br />
Llamo ariui brotes á los que salen del tronco del oli<br />
vo; pero mas particularmente aun á los que salen de las<br />
raices y de su cuello, conocidos bajo el nombre de sierpes.<br />
Dé los brotes del tronco. Si por casualidad sale un<br />
brote del medio del tronco, hay la costumbre de cortar<br />
le luego que se nota. Pero si este no ha sido cortado bien<br />
de raiz, la corteza que se rejenera cubre la herida , forma<br />
una eminencia, y en fin repulgo. Raras veces dejan de<br />
salir adelante, y de esta parten oíros brotes ó renuevos,<br />
que cortados también y cubierta la herida por la nueva<br />
corteza, aumentan el diámetro del repulgo, y multiplican<br />
las yemas de los nuevos brotes ó retoños. Cansado de cor<br />
tar entonces, he hecho quitar esta continuación de repul<br />
gos, y cubrir la herida con ungüento de injeridores. Es<br />
tas cscrecencias enterradas á seis pulgadas han producido<br />
un número prodijioso de ramillas. Al segundo año he con<br />
servado una ó dos de ellas solo, y su vejetacion ha sido<br />
Tapida, perdiéndose muy pocas.<br />
De los brotes ó renuevos del cuello de las raices.<br />
Los brotes que nacen directamente del cuello de las rai<br />
ces se pueden emplear con utilidad; pero es preciso se<br />
pararlos del cuello con un escoplo, dejarles una gran par<br />
te de madera interior cubierta con su corteza , y plantar<br />
los perpendicularmente á cinco 6 seis pulgadas de pro<br />
fundidad. Yo he observado siempre que cuanto mas largo
67<br />
se dejaba el tallo, menos seguridad babia de que prendie<br />
se; y los que be cortado á una pulgada del suelo , cubrien<br />
do la herida con ungüento de injeridores, no se han que<br />
mado con el aire.<br />
Los brotes ó sierpes que nacen algo distantes del tron<br />
co, y que salen de las raices, son muy preciosos : se puedo<br />
conservar, alo menos uno, y también dos, cuando el sue<br />
lo es bueno, está bien cultivado, bien abonado, y sobre todo<br />
cuando el olivo es vigoroso. Estas sierpes se harán árbo<br />
les, y cuando tengan dos ó tres pulgadas de diámetro, ha<br />
brá que separarlas, cortando las dos estremidades de la<br />
raiz.gruesa que las sostiene: asi se logrará una planta pro<br />
vista de una buena cepa y buenas raices capilares. Mu<br />
chos escritores han dicho que estas sierpes dañaban al oli<br />
vo, y absorvian su savia, por lo cual el árbol daba poco<br />
fruto ó aceituna; y pueden tener razón si este árbol está<br />
mal cuidado, y en un campo mal labrado. Yo he seguido<br />
con la mayor atención el modo de existir estas sierpes y<br />
de su madre, y puedo decir con confianza, que si le son<br />
dañosas, no se nota por lo menos el daño. Lo mas terrible<br />
para ellos es el diente del ganado. Estos nuevos pies se<br />
separan de la misma manera que los primeros, con la di<br />
ferencia de que es preciso dejar á éste todo el troncón de<br />
la raiz con sus raices capilares en una lonjitud de cinco<br />
á seis pulgadas por cada lado.<br />
Por sus raices.<br />
Las raices, como ya hemos dicho, están cubiertas de<br />
trecho en trecho de protuberancias mas blancas que las
es<br />
del resto del árbol, y no son cansadas, como ban pensado<br />
algunos, por picaduras de insectos, heridas, agallas , etc.,<br />
sino naturales á la raiz: son otros tantos sitios para las rai<br />
ces nuevas, que saldrán de aili en adelante; son unos bo<br />
tones verdaderos, que solo esperan el momento de abrir<br />
se. También los hay en las ramas nuevas que brotan de<br />
bajo de la corteza, y que no se deben confundir con las<br />
agallas huecas, que son obra de los insectos y que les sir<br />
ven de guarida : las primeras indican vigor , y las segun<br />
das concurren á esquilmar el olivo.<br />
Cuando se arranca para trasplantar el olivo, hay la<br />
bárbara costumbre de no dejarle mas que su cepa, sepa<br />
rando de ella todas las raices; pero de esto ya trataremos<br />
después. Estos pedazos de raices se deben conservar con<br />
cuidado para formar de ellas almácigas, dividiéndolas eu<br />
una lonjitud de nueve á diez pulgadas, y enterrándolas á<br />
la profundidad de cuatro á cinco. Ningún método me ha<br />
salido mejor.<br />
Por la supresión del tronco.<br />
Cuando se ve un tronco hueco y podrido enteramente,<br />
cuando la savia sube con dificultad á las ramas , cuando el<br />
árbol anuncia su decrepitud; en fin, cuando el olivo se<br />
quema ó troncha por una manga de fuego ó viento, en<br />
tonces es tiempo de cortarle. Si se hace esta operación á<br />
flor de tierra, y se cubre la herida con una ó dos pulga<br />
das de tierra fina y buena. De este modo la corteza forma<br />
poco á poco repulgo, y cuando una porción de la herida<br />
cubre toda la circunferencia de este repulgo, salen brotes
69<br />
de los cuellos, se suprimen la mayor parte al segundo ó<br />
tercer año, no dejando mas que cinco ó seis de los mas<br />
•vigorosos, con arreglo á la calidad del terreno y suelo. De<br />
esta manera se repoblaron en Francia, después del crue<br />
lísimo invierno de 1 7 0 9 , en el que se secaron y perecie<br />
ron cuasi todos los olivos de ella.<br />
Lo que acabamos de decir de la multiplicación del<br />
olivo, prueba que todas sus partes sirven para aumentar<br />
el número de individuos; y que absolutamente hablando,<br />
todos los métodos son mas ó menos buenos; y he visto por<br />
propia esperiencia que los palos de las ramas y de las rai<br />
ces plantados horizontalmente, se hacen árboles mas pron<br />
to, y que estos métodos son menos casuales.<br />
Modo de formar almácigas ó garrotales.<br />
Para que estos se hagan y formen con todo el buen or<br />
den y economía que piden, voy á dar las reglas siguien<br />
tes, para que en ningún tiempo se arrepienta el hacenda<br />
do ó agricultor del dinero que gaste en ellos, como está<br />
sucediendo todos los dias con muchos, que llevados de la<br />
manía de poner olivos, descepan las viñas, desbaratan huer<br />
tas, arrancan arboledas, y todo lo abandonan, como si de<br />
solo aceite se mantuviera el hombre.<br />
El sitio donde se ha de poner el garrotal ó almáciga,<br />
ha de ser en tierra de primera suerte, ó sea en la mejor<br />
que haya, siempre inmediata al caserío en que habita la<br />
jente, que requiere mucho cuidado y resguardo de los ga<br />
nados: el suelo deberá ser llano, y estar bien cercado de<br />
vallados, espinos ú otra cosa equivalente : requieren cons-
70<br />
lancia y perseverancia en asistirlos y cuidarlos bien; pues<br />
hay muchos que á los principios empiezan con mucho<br />
fervor, y después de grandes gastos aflojan, y como sue<br />
len decir, por un ochavo ele especias desgracian una olla.<br />
Señalado el sitio en donde se ha de poner el garrotal<br />
ó almáciga, se abrirán los hoyos en fila, y á distancia de<br />
ocho varas los unos de los otros: estos han de ser cuadra<br />
dos, y de una vara de circunferencia cuadrada, ó algo mas,<br />
y poco mas de hondo; pero que este vaya en disminución,<br />
á fin de que los palos que se han de meter queden incli<br />
nados, y las puntas de abajo cuasi juntas.<br />
El comisionado en la postura deberá cuidadosamente<br />
buscar la clase ó variedad ó bedanos que se hayan de<br />
poner de olivos, conocidos por mas esquilmeños, criados<br />
en buena tierra y en un mismo clima, y que sean de las<br />
mejores castas: tomará cinco 6 seis palos como del grue<br />
so de una muñeca, que sean rollizos y sanos, los que<br />
pondrá repartidos á una competente distancia unos de otros,<br />
y que les quede fuera de la tierra como una cuarta.<br />
Como el fin de los garrotales ó almácigas es criar<br />
en poco tiempo muchos y buenos garrotes para trasplan<br />
tarlos, convendría al tiempo de la postura que se les eche<br />
una porción de estiércol bueno al pie de los garrotales,<br />
para que mejor abrigados y acalorados se crien mas salu<br />
dables y rollizos; á falta de estiércol podrá servir la paja,<br />
con la que se llenarán los hoyos, y después se quemará,<br />
para que con el calor de la tierra se purifique y caliente.<br />
Determinado sobre este particular lo que se tenga<br />
por mas conveniente, se pasará á enterrar los palos, lo<br />
que se practicará cuidadosamente, á fin de no lastimarlos,
71<br />
y que la tierra quede apretada, haciéndoles alrededor unas<br />
piletas algo altas, para que los brotes salgan abrigados, y<br />
para que recojan el agua en el invierno, y en el verano lo<br />
que se les eche en los riegos.<br />
Estos garrotales han de ser beneficiados con azadón,<br />
lo mismo que se hace con las viñas y arboledas, y nunca<br />
con arados, porque ademas de estar mas juntos que los<br />
olivos , son plantas mas tiernas y espuestas á romperse , v<br />
porque necesitan de mas beneficio que el olivo : éste se<br />
le dará dos veces al año, uno á las primeras aguas , para<br />
que éstas, corno mejores parala vejetacion que todas las<br />
demás , las aprovechen; y la otra en los meses de Marzo<br />
y Abril, con la que se pierden todas las malas yerbas de<br />
que se haya poblado el garrotal ó almáciga, y la tier<br />
ra quede movida, para que los soles y vientos fuertes del<br />
verano la purifiquen y limpien de la multitud de insectos<br />
que en ella se abrigan.<br />
El riego que en el verano se les ha de dar, pide mu<br />
cha intclijencia, porque es planta á quien ofende mucho<br />
la humedad; por lo que si se observare que se mantienen<br />
los cogollos alegres y las hojas naturales, es prueba que<br />
les va bien sin el riego, ó que necesitan poco; por lo que<br />
en tal caso estos riegos deberán ser pocos y buenos; esto<br />
es, que en cada riego se les humedezca toda la tierra<br />
hasta lo mas profundo del hoyo : si se observare que las<br />
hojas se ponen amarillentas ó descoloridas , es señal de<br />
mucha humedad; y entonces es menester suspenderles<br />
el riego, cubarlos bien la tierra alrededor, para que el sol<br />
la caliente , y ayudado de los vientos, estraiga las hume<br />
dades que les ofenden .• por el contrario, si se marchitan
72<br />
y encojen, especialmente en la fuerza del sol, es prue<br />
ba de sequedad, y necesitan de riego: el segundo año se<br />
repetirá éste , aunque no en tanta cantidad.<br />
La dirección jeneral del garrote necesita no menos<br />
intelijencia y celo que su postura y beneficios; pues de<br />
ello pende el que salgan muchos y buenos brotes ó gar<br />
rotes : por lo cual, en el invierno deberá el comisionado<br />
de él limpiarle de cuantas basuras se hubieren criado en<br />
las almácigas, y aunque no corresponde en este año el<br />
entresaco, siempre será conveniente quitarles todos aque<br />
llos brotecillos que hubiere enfermillos y de mala configu<br />
ración , ó que se viere que sirven de estorbo á los demás,<br />
Al tercer año ya pueden entresacar, esto es, quitar<br />
les todos los brotes ó varetas que se vieren que están (pe<br />
ro principalmente los de mala nacencia) ladeados, los pe-1<br />
gadizos que descienden de otros, aunque desde debajo dej<br />
la tierra, y todos aquellos que se vieren de mal color, pro<br />
curando que todos queden derechos; para lo que se cui<br />
dará si algunos de los reservados tuvieren dos ó mas guias,|<br />
de cortárselas y solo dejarles una.<br />
Al tiempo que en los primeros años se les da la cava,;<br />
se les arrimará una poca de tierra al pie de cada almáci-;<br />
ga, en forma de meseta ó peana, y á proporción de co-j<br />
mo vayan creciendo, se les va levantando hasta la alturaj.<br />
de una vara, por cuyo medio se mantienen derechos,]'<br />
forman cabeza ó cepa con raices, que después al tras<br />
plantarlos se procura las lleven para que arraiguen mas<br />
pronto y metan mejor; pero si aun se viere que algunos<br />
se caen ó se ladean, se procurará levantarlos, atándolo!<br />
á los demás con unas varetas.<br />
!
75<br />
Al cuarto año ya pueden dejar en los palos que pre<br />
cisamente han de tener, hasta que se lleguen á poner en<br />
estado de sacarlos para olivos: el número de garrotes serán<br />
de quince á veinte, lo que se les dejará á cada almáciga,<br />
pues aunque los he visto en mayor número, es menester<br />
que la tierra sea muy superior, y muchos los beneficios y<br />
abonos para que hayan de criarse buenos.<br />
De aqui en adelante se continuará limpiándolos de<br />
dos en dos años , según la necesidad lo pidiere, epatán<br />
doles solamente los chupones y cogollos grandes que les<br />
quieran disputar la primacía á la guia principal : estos no<br />
se han de corlar muy arrimados al palo, porque suele<br />
ofenderles en la corteza, y les resulta una seca que les<br />
suele ser perjudicial. Los cogollos chicos y vainetillas se<br />
les han de dejar para que les resguarden de los soles en<br />
el verano y les den consistencia; porque de mondarlos,<br />
como se hace con los pinos, se doblegan por abajo y se<br />
desgracian: también se cuidará de quitar el garrote que<br />
se inhabilitare ó se viere que es contrario al adelantamien<br />
to de las otras. En los meses frios del invierno se cuida<br />
rá de tiempo en tiempo derribarles las mecetas, para que<br />
con las aguas y hielos se les refresquen las raices, y pa<br />
ra que la aceituna que echaren se les coja con la mano,<br />
porque como no tienen consistencia, al menor movimien<br />
to se desgajan • para cuyo efecto son muy buenas unas<br />
escaleras de cuatro pies en forma de meseta ó mesa, que<br />
en algunos pueblos usan los taladores para talarlos olivos.<br />
A los once años de puestos, se pueden ya entresacar<br />
los palos que estuvieren mas adelantados , cuya operación<br />
se hace derrivando toda la tierra que tienen al pie, arran-<br />
14
74<br />
candólos con la cepa que han formado abajo: después se<br />
deja abierto el hoyo hasta el año siguiente , para que sal<br />
gan nuevos brotes de las raices y se continúe de nuevo<br />
el garrotal, con el que se guardará todo el orden que va<br />
relacionado ; y en seguida queda una mina, de la que con<br />
tinuamente estará el propietario sacando utilidad, con la<br />
seguridad que mientras tenga garrotes que sacar, no ha<br />
brá quien use de las ramas, y esto es pagándolos á dos<br />
y tres reales mas que las ramas.<br />
El tiempo mas oportuno para este plantío es en los<br />
primeros meses del año : en el de abrir los hoyos hay va<br />
riedad de opiniones; pues unos quieren que se abran al<br />
gún tiempo antes, para que el sol y los vientos beneficien<br />
la tierra, y otros, por el contrario; pero la esperiencia,<br />
que es la que hasta aqui nos ha dirijido, me ha enseñado<br />
que es accidental este punto ; lo que sí importa mucho es<br />
que para el plantío de olivo se busquen los años templa<br />
dos de aguas, y en todo caso, mas vale el seco que el llu<br />
vioso, pues la falta de sequedad se remedia con el riego,<br />
pero el esceso de agua, una vez percibida , es difícil de<br />
sacar.<br />
C A P I T U L O V .<br />
DEL CULTIVO DE LOS PALOS DE O UFO PLANTADOS EN AL<br />
MACIGA Ó GARROTAL.<br />
A ,<br />
-¿A-unque dejamos ha dicho en el párrafo anterior el<br />
modo de formar almácigas y garrotales, con algunas indi<br />
caciones de cultivarlas , no obstante haremos algunas mas<br />
observaciones sobre el verdadero cultivo que debe hacerse
73<br />
en estos planteles, para ilustrar mas y mas tan interesan<br />
te materia.<br />
El objeto y punto principal de este cultivo es, que<br />
las estacas recien plantadas en almácigas, de cualquier<br />
jénero que sean, echen lo mas breve posible raices para<br />
que broten bien y pronto. La tierra deberá labrarse bien,<br />
y regarla á tiempo cuando lo necesite oportunamente. Si<br />
en el verano hay la fortuna que llueva tres ó cuatro ve<br />
ces bien en épocas separadas, no habrá necesidad de rie<br />
gos, á no ser que el calor y la evaporación sean demasia<br />
do fuertes. Los mejores riegos y mas útiles son los de<br />
Mayo; y si este mes llueve, es mucho mejor y mas pro<br />
vechoso , y entonces no hay que regar. El olivo por su<br />
natural siente tanto la humedad como el frió ; porque es<br />
tos dos ajenies se oponen á la concentración del calor que<br />
tanto le vivifica; y asi es útilísimo que la tierra esté re<br />
movida y lijeramente humedecida; y como las circuns<br />
tancias son las que determinan el mxmero de riegos, es<br />
imposible describirlos á punto fijo. A los dos ó tres dias<br />
de regados, será muy provechoso rascabinar la tierra, pa<br />
ra devolverla la libertad de evaporarse de la humedad que<br />
el agua la habia hecho perder apretándola : con tales des<br />
velos y cuidados prenderán y echarán raices las estacas,<br />
y arrojarán brotes sanos, vigorosos y lozanos.<br />
Rocier dice que ha abandonado estas platas ó estacas<br />
á sí mismas; esto es, que las ha implantado, que solo las<br />
regaban las lluvias, y que era seco por naturaleza; y que sin<br />
embargo un niímero bastante grande de ellas ha prendido,<br />
y sin ocultar que le fueron favorables las estaciones: yo<br />
puse ochenta trozos de estacas de olivo en un terreno seco
76<br />
y de igual naturaleza al de Rocier, y á pesar de haber sido<br />
todas las estaciones mas secas que húmedas y espuestas<br />
al norte, todas prendiei'on igualmente.<br />
La esperiencia nos ha mostrado y enseñado que la<br />
prosperidad de un plantel ó garrotal, dicen los redacto-<br />
res del Semanario de Agricultura, depende casi siempre<br />
del primer año , y que los brotes del segundo año ó del<br />
tercero , siempre se quedan ocupando inútilmente el ter<br />
reno que se debe aprovechar mejor, y con todo eso cxi-<br />
jen los mismos cuidados que si fuesen buenos.<br />
Nada se aventura en plantar al lado de unos y otros<br />
y horizontalmente los troncos, ya de las raices, ya de las<br />
ramas, no dejando mas que tres ó cuatro pulgadas entre<br />
cada estremidad de distancia: suponiendo que cada tron-j<br />
co de un pie de largo arroje brotes, es claro que al se-;<br />
gundo año estarán muy espesos, y mucho mas al tercero; j<br />
pero se irán entresacando al segundo y tercer año; de mu-i<br />
do que los que se dejen, queden á la distancia de una!<br />
vara ó tres pies unos de otros, que es lo suficiente para<br />
continuar la cria del renuevo.* si los brotes han echado<br />
pocas raices, no se entresacarán hasta que haya pasado el<br />
segundo año.<br />
Si los brotes, después del primer año, están bien se<br />
guros y fuertes , no se dejará mas que uno ó dos, según<br />
su vigor y fuerza, pararme los supernumerarios no par<br />
tan con ellos su sustancia. El tallo secundo se conserva<br />
por si el otro perece por cualquier accidente ; pero luego<br />
que el uno de ellos está bien seguro, el otro es inútil, J|<br />
se debe suprimir al principio ó al fin del segundo año:]<br />
si en el primer año los tallos quedan confusos, 'débiles c
77<br />
imperfectos, es mucho mejor á fines del segundo año que<br />
para proceder á la supresión de los supernumerarios : la<br />
fuerza y vigor de los renuevos decide mejor que toda re<br />
gla la época de entresacar los pies vecinos á los inúti<br />
les; por lo que toda regla jeneral que se quiera estable<br />
cer sobre este punto, será tan disparatada como absurda.<br />
Se cree que el renuevo adelanta mucho dejando cre<br />
cer los tallos y lipiando los de las ramas inferiores; pero<br />
no hay un vicio en el arte de criar árboles mas contra<br />
rio que este á las reglas de la naturaleza; verdad es que<br />
por este método se obtienen pronto tallos tan altos, del<br />
gados y flexibles al segundo año; pero como no hay pro<br />
porción entre las ramas que nacen y se conservan en la<br />
cima y el grueso del tallo, éste'tiene necesidad de rodri<br />
gones; hay que descargarle de ramas en la copa , y sin<br />
embargo , queda estenuado y sin fuerzas, y jamás llega á<br />
obtener un grueso conveniente; y lo que sucede al fin es,<br />
que el remedio mas eficaz y seguro es cortarle entre dos<br />
tierras, á fin de que otro tallo nuevo le reemplace, el<br />
cual adquiere un grueso conveniente si se le cuida como<br />
exije.<br />
El punto principal, vínico y esencial es dejar que el<br />
tronco engruese : el cultivador se llena de vanidad en te<br />
ner una almáciga, y poder admirarlos brotes de uno ó<br />
dos años, celebrando su altura y rectitud; pero el inteli-<br />
jente en este ramo examina solo la fuerza que tiene el<br />
tronco: esta vanidad, este amor propio mal entendido, ha<br />
sido casi la ruina de las almácigas que he visto. Dejad<br />
que broten todas las ramillas del segundo, y aun del tercer<br />
año, aunque la almáciga parezca un monte tallar ó un ma-
78<br />
lorral ; dejad que digan lo que quieran los que hablan y<br />
juzgan sin entender la materia , y acordaos de que las rai<br />
ces son siempre proporcionadas á la fuerza de sus tallos<br />
y de sus ramillas. Si consideramos un arce, un olmo ó un<br />
naranjo, cuya copa esté cortada en bola, y la atucen todos<br />
los años , nos convenceremos de esta verdad, viendo que<br />
como el árbol tiene poca madera que alimentar, las rai<br />
ces se quedan cortas; pero abandonad estos árboles á sí<br />
mismos, y sus raices se estenderán en proporción á la fuer<br />
za de Jas ramas : el olmo , el nogal, arrojarán algunas que<br />
se estenderán hasta treinta ó cuarenta pies.<br />
Cuando el tronco ha llegado á adquirir un grueso sufi<br />
ciente, á proporción de su lonjitud, es decir, de tres á<br />
cuatro pulgadas de diámetro por la parte inferior, enton<br />
ces es tiempo de contenerle á una altura conveniente la<br />
cima del tallo, para obligarle á que eche nuevas ramas,<br />
que proporcionarán el poder suprimir todas las ramillas<br />
inferiores. Después de formado el tallo, y de haber esta<br />
blecido una proporción entre su grueso y altura, se pue<br />
de sacar el árbol del criadero, y trasplantarle donde se<br />
quiera.<br />
DE LA TRASPLANTACIÓN.<br />
E olivo se trasplanta de tres maneras : la i. a desde ,el<br />
plantel ó almáciga en que se ha criado: la 2. a desde el pie<br />
de otro olivo en que se ha dejado crecer" y la 5. a cuan<br />
do el árbol ó tallo está ya formado se arranca de un si<br />
tio para plantarlo en otro.<br />
CAPITULO VI.
79<br />
l . ° Sino prevalecen , después de trasplantados los que<br />
se crian en planteles ó almácigas , cúlpense los cultiva<br />
dores á sí mismos, porque estos tienen todas las calida<br />
des de árboles naturales , como es la abundancia de rai<br />
ces grandes y capilares : esc.ávese el plantel por uno de<br />
sus lados, haciendo una zanja de una vara de hondo á lo<br />
menos : á esta profundidad se levanta la tierra por deba<br />
jo cuanto se puede , formando en ella y las raices una<br />
especie de arco , cuya parte superior se va desmoronando,<br />
cayéndose la tierra , y dejando las raices descubiertas y<br />
sin lesión : éstas se conservan cuidadosamente poniéndo<br />
las de un lado , mienlras que se va quitando la tierra<br />
hasta llegar debajo del tronco : entonces un muchacho<br />
mantiene derecho el arbolito, y el operario continúa esca<br />
vando hasta sacar enteras todas las raices, y con ellas se<br />
conduce á la hoya abierta en el terreno que debe quedar.<br />
Si el arbolito no tiene toda la robustez necesaria pa<br />
ra ser trasplantado , será mejor dejarle en el plantel dos<br />
o tres años mas: los que crecen rastreros y ruines nunca<br />
son después hermosos olivos, aunque algunas veces se me<br />
joran mudándoles de terreno.<br />
Cuando los olivos se han de trasplantar lejos, se en<br />
volverán sus raices entre heno ó paja al instante que se<br />
sacan de la tierra, para que el sol y el aire no les dañen;<br />
aunque mejor se conservan en musgo, si se encuentra,<br />
porque las conserva con una humedad muy conveniente.<br />
El propietario instruido hace sacar del plantel en las<br />
primeras horas de la mañana solo el número de árboles<br />
que se pueden plantar en todo el dia; ó lo que es mejor,<br />
dispone que unos peones vayan arrancando al mismo tieiu-
80<br />
po que oíros van plantando. Si algunos pies se quedan<br />
muchos dias ó semanas fuera de la tierra, aunque este'n<br />
entre paja ó heno, es necesario antes de plantarlos tener<br />
en agua sus raices hasta junto al tronco por espacio de<br />
uno ó dos dias; pero una vez sacadas del agua, no han<br />
de volver á ella; y asi no se han de sacar, sino al paso<br />
que se plantan.<br />
2. 0 En cuanto á los brotes que salen de las raices<br />
del olivo se contentan jeneralmente con descalzar un po<br />
co la cepa por el lado en que ha crecido el renuevo • y<br />
con un escoplo ó hacha cortan con el renuevo parte de<br />
la raiz de un lado y otro , y plantado en tierra prevalece,<br />
si el verano no es muy seco; aunque por lo regular no<br />
crece nada hasta el segundo año. Este método, que sale<br />
bien algunas veces, no es el mejor ni el mas seguro, y<br />
vale mas comenzar á escavar á algunos pasos de distancia,<br />
siguiendo la dirección de la raiz de la que sale el renuevo,<br />
sacarla de tres ó cuatro cuartas de lar-go , conservar cuida<br />
dosamente todas las raices capilares, y asi trasplantar el<br />
nuevo árbol: esta raiz no le hará falta al árbol padre pa<br />
ra seguir prósperamente su vejetacion.<br />
5.° La operación de mudar los pies viejos de un sitio<br />
á otro es igualmente ruinosa para el propietario, porque<br />
de diez que se trasplantan, suelen morir tres ó cuatro.<br />
Esto pende casi siempre del modo de ejecutarlo. Si el ár<br />
bol no está sano, se pierde en esta operación el tiempo, el<br />
dinero y el árbol. A dos varas de distancia del tronco se<br />
ha de abrir una zanja alrededor, de dos tercias de ancha y<br />
de profundidad una vara, y se irá cavando hacia el tronco,<br />
y cortando con limpieza las raices grandes que se encuen-
81<br />
tren, hasta que se pueda levantar el tronco, conservando<br />
á sus raices la mayor estension que sea posible. El tiem<br />
po y el gasto será mas considerable; pero ¿acaso hay ár<br />
bol mas precioso, y cuya pérdida sea mas difícil de repa<br />
rar. 1 ' Esta consideración se debe tener muy presente, pues<br />
la pérdida de un olivo debe ser mas sensible que la de<br />
algún dinero. Yo tengo repelidas esperiencias de que<br />
cuanto menos raices se dejan á un olivo, tanto prende con<br />
mayor dificultad, y tarda en echar ramas fuertes y vi<br />
gorosas.<br />
La peor y la mas ignorante costumbre es cortarle las<br />
raices, sin dejarle mas que la cepa descarnada del árbol-<br />
pues para existir éste, necesita echar nuevas raices; con<br />
mayor razón se deberán dejar las que ya tenia: quien du<br />
de de esto, que plante dos olivos en iguales circunstan<br />
cias; el ano con raices y el otro sin ellas , y al cabo de<br />
tiempo de tres años, verá cual de los dos ha prevalecido<br />
mejor, por bien que se rieguen uno y otro, como asi se<br />
acostumbra.<br />
CAPITULO VII.<br />
DEL MODO DE ABRIR LAS HOYAS PARA GARROTALES Ó ESTA<br />
CAS DE RAMA.<br />
F<br />
•L^n cuanto á la formación de las hoyas es preferible la<br />
cuadrada á la redonda, y deben abrirse con anticipación<br />
un año antes, para que se ventilen y beneficien con las<br />
emanaciones atmosféricas ; serán anchas y profundas, lo<br />
menos de cinco cuartas de vara cúbica , cuya dimensión
82<br />
es la mas proporcionada del vacío; y sacando con separa<br />
ción, y apartando las diferentes tierras que se encuentren<br />
al hoyarlas y para que de este modo el cultivador pueda<br />
en el acto del plantío aproximar á las estacas la que fue<br />
se de mejor calidad para favorecer el arraigado: en lo que<br />
no se ha de escatimar, pues cuanto mas bien hechas, an<br />
chas y profundas estén las hoyas á proporción del árbol,<br />
tanto mejor echará raices someras, dice nuestro Herrera,<br />
y mas bien indemnizará los gastos. También se ha de con<br />
tar con el terreno; pues si fuese pobre, cascajoso, arci<br />
lloso, calizo ó de marga, han de ser las hoyas mas grandes<br />
y hondas, á fin de que el aire , la luz , el calor, etc., abo<br />
ne el terreno con mucho tiempo de anticipación : el ar<br />
cilloso necesitará de enjugarse, á fin de que su escesiva<br />
humedad no púdralas raices] y será útil al plantar, echar<br />
en la hoya guija menuda y estiércol podrido.<br />
Ya quedan indicadas las mejores doctrinas que nos<br />
han dado los escritores jeopónicos estranjeros y naciona<br />
les acerca de la mejor formación de las hojas, con el<br />
único y solo objeto de que prendan bien, y no se pierdan<br />
los garrotes y estacas de rama que se implantan en ellas;<br />
pero echo de ver con alguna admiración , que ningu<br />
no de estos sabios en la materia, se haya propuesto dic<br />
tar un medio que facilite uno de mayor y mas pronta ve-<br />
jetacion del olivo, y para que prospere mas rápidamen<br />
te este precioso árbol, con el fin de que active su mayor<br />
acrecentamiento , y que anticipe copiosos frutos en la mi<br />
tad de tiempo menos, como sucede en todos los demás ár<br />
boles frutales, que al que estamos acostumbrados á espe<br />
rarlos de él, según el orden jeneral, desde que se hace
85<br />
]a plantación hasta el tiempo de su fructificación. Y sin<br />
lisonjearme de conseguirlo por las doctrinas que voy á<br />
esponer, de que podrán sacarme airoso, y de que sean de<br />
la aprobación de los intelijenles y propietarios, á quienes<br />
respeto, las trascribiré tal cual las concibo, asegurando<br />
hacer un ensayo de ellas lo mas breve posible , puesto<br />
que en pequeño poco se pierde.<br />
Asi en España como en Francia é Italia está adoptada<br />
la antigua costumbre de formar las hoyas redondas ó<br />
cuadradas en fila para cada estaca de rama ó garrotal , de<br />
una vara de diámetro y otra de profundidad, en el terreno<br />
en que se ha de hacer el plantío, distantes una de otra,<br />
ya mas, ya menos, según la calidad del terreno, de ca<br />
torce á dieziseis varas de marca : bajo este sistema de<br />
plantío han jirado todas las bases que se han publicado<br />
hasta el dia, para obtener un éxito de vejetacion, y para<br />
que prendan y echen raices y brotes las estacas asi plan<br />
tadas. Sin apartarme de lo sustancial, solo diré, siguien<br />
do la física y vejetacion de los árboles , no conformarme<br />
con tan corta anchura y profundidad que se hace á las<br />
hoyas; por lo que sin arredrarme los aparentes gastos que<br />
la imajinacion rne sujiere, y lo escesivo de los gastos que<br />
hay que hacer, comparados con los del sistema y uso re<br />
cibido; y teniendo por otra parte presente que una cco-<br />
nomía,rural mal entendida, suele ser casi siempre funes<br />
tísima á los mismos intereses de los propietarios cultiva<br />
dores, redactaré un método mas ventajoso y lucrativo, á<br />
mi entender, que el que se está siguiendo, no solo para<br />
acrecentar el volumen del olivo prodijiosa y prontamente,<br />
sino también para hacerle anticipar los frutos bastantes
84<br />
años antes que lo hacen los plantados según el método<br />
generalizado de tiempo inmemorial.<br />
En vez de hacer hoyas redondas ó cuadradas de la<br />
anchura y profundidad acostumbrada, se abrirán zanjas<br />
rectas y trasversales de poniente á oriente, y de norte<br />
á sur, cuantas permita el terreno que se ha de elejir pa<br />
ra el plantío, distantes entre sí de catorce á clieziseis, y<br />
anchas de dos y media y una y media de profundidad;<br />
y teniendo el modelo adjunto once fdas de norte á sur, es<br />
claro que otras tantas zanjas se han de abrir; y habiendo<br />
de la parte del poniente á oriente doce, se harán otras<br />
tantas separadas unas de otras , como se ha dicho, de ca<br />
torce á die.ziseis varas, ó según las que se estimen, á la<br />
anchura de la marca que se prescriba: concluidas que sean<br />
las de poniente á oriente, se abrirán las de norte á sur tras-<br />
versalmente, formándose asi unos cuadros de cincuenta y<br />
seis, sesenta y sesenta y cuatro varas cuadradas, y en<br />
cada cruz que forman las dos zanjas trasversales, se pon<br />
drá una estaca ó garrotal, y de esta manera se irán plan<br />
tando y poblando todos los cruceros, formando filas y ca<br />
lles rectas, vistosas v distantes unas de otras catorce,<br />
quince ó dieziseis varas.<br />
La operación de la apertura de la zanja se hará con<br />
un año de anticipación , separando la tierra cavada que<br />
se vaya sacando de la mitad de las primeras tres cuartas<br />
de la profundidad en un lado de la zanja, y en el otro<br />
las otras tres cuartas, para los fines que indicaré , y pata<br />
que estas, asi separadas en el espacio de unaño, se abo<br />
nen y mejoren con las emanaciones atmosféricas, que son<br />
el mejor abono natural; y también seria muy ventajoso
85<br />
arar, antes de abrir las hoyas ó zanjas, el terreno con dos<br />
ó tres hierros, y el último dársele á lomo y profundo,<br />
para que se impregnase mas y mejor el terreno de los<br />
metéoros, mulléndose al mismo tiempo la tierra, y ha<br />
ciéndose mayor la superficie.<br />
Uno ó dos meses antes de ejecutar la plantación , es<br />
decir, en Setiembre y Octubre , se terraplenarán las zan<br />
jas, echando debajo primero la tierra estraida y apartada<br />
que se sacó de la primera capa de la superficie, y encima<br />
de esta la que se sacó de la segunda capa de abajo, y ade<br />
mas Ja que se pueda mezclar con esta última, de la que<br />
se haya a rado en la superficie de los cuadros; y también<br />
seria útilísimo, á lo menos en el sitio que ha de servir de<br />
hoya á la estaca, si hay fácil proporción y á la mano, echar<br />
debajo, primero que todo, cascajillo, arenas gordas, tier<br />
ra vejeta!, céspedes ú hojas, para la mejor vejetacion, y<br />
para que se filtren las aguas superabundantes, y para el<br />
mas fácil desarrollo de las futuras y nuevas raices, no re<br />
llenándose en esta maniobra los cruceros, que han de ser<br />
vir para el plantío de cada estaca: esta operación lleva:<br />
l.° el objeto de que allanada la tierra de todas las zanjas<br />
en estos dos meses, los jornales están mas baratos, y ade<br />
mas tomará jugos anticipados, y se asentará: 2. 0 asi alla<br />
nada y sentada con anticipación, facilitará á los obreros<br />
en los dias de la plantación del mes de Noviembre , en el<br />
que en los países meridionales ya puede verificarse la pos<br />
tura ó plantación; ejecutándose las demás operaciones se<br />
gún las maneras de cada pais y la calidad del terreno.<br />
Siguiendo y haciendo las hoyas redondas ó cuadradas<br />
de la anchura y profundidad de una vara , conforme al
86<br />
método común, si el terreno que se lia elejido para el plan-<br />
lío es un bancal de piedra ó tierra arcillosa, cretosa, etc.,<br />
las tiernas, débiles y nuevas raicillas, luego que tropie<br />
cen en las paredes de tales boyas, ¿que de años no tarda<br />
rán en romperlas, abrirse paso, á fin de propagarse y es<br />
tenderse en un terreno tan pertinaz y contrario á su na<br />
tural vejetacion y desarrollo? Y aun cuando el suelo sea<br />
mollar, lardarán por el método común en propagarse la<br />
mitad, por lo menos, mas de tiempo, que lian de tardar<br />
en el plantío hecho en zanja, que propongo; pues deben<br />
tener presente los cultivadores inlelijentes, que las raices<br />
de las estacas plantadas en zanja, según este método, se<br />
hallan en un terreno libre, beneficiado y muelle, y sin<br />
estorbos en sus cuatro costados, en forma de cruz, de dos<br />
y media varas de ancho y una y media de profundidad,<br />
pndiendo ademas dilatarse , estenderse, y correrse por los<br />
mismos cuatro costados sin tropiezo mas de siete varas á¡<br />
lo largo por cada uno de ellos, no solo las raices secun<br />
darias que se centriüzarán, sino también las de tercer<br />
orden y las capilares, remulliplicándose unas y otras in<br />
finitamente : todas estas y tan multiplicadas raices chu<br />
parán jugos abundantísimos, acelerando con ellos la ar<br />
mazón de todas las partes del olivo con una rapidez in<br />
creíble , y al mismo tiempo facilitarán y anticiparán vi<br />
gorosamente su acrecentamiento y fructificación; pues que<br />
cuanto mayor sea la copia y estension de las raices , tanto<br />
mayor y mas vigorosa será la vejelaciou y volumen del<br />
tronco y el de las ramas. Tal es la armonía y concordan<br />
cia que hay entre las raices y las ramas; por tanto, me<br />
atrevo á asegurar que un olivo plantado por este método,
87<br />
tendrá á los diez años de su edad mas vigor, mas volu<br />
men, y será mucho mas frondoso, mas fructífero y mas<br />
temprano en madurar, que uno de sesenta años planta<br />
do según el método ordinario; aun digo mas, aguantará<br />
mas las intemperies meteorolójicas de la atmósfera y de<br />
las ventiscas , y tendrá mas resistencia para cambatir los<br />
vientos recios y violentos; y por último, es un axioma<br />
agrícola que la savia ó jugo que atraen las raices de cual-<br />
cpiier árbol ó planta que sea, cuanto mas se dilaten y es<br />
parramen, tanta mas savia se dirijirá al tronco y á las ra»<br />
mas correspondientes, acrecentándose por su estremidad<br />
superior en el aire; y aquellas lo verificarán por Ja infe<br />
rior en el centro de la tierra, si gozan de libertad.<br />
Cual sea el método de los dos en cuestión de plantar<br />
estacas mas económico y lucrativo, lo dejó á la conside<br />
ración y penetración de los hombres intelijentes, de lu<br />
ces , y que saben apreciar el raciocinio reflexionando, y<br />
calcular los verdaderos intereses rurales : ademas de que,<br />
aun cuando aparezca escesivo el gasto, haré ver que en los<br />
cinco años primeros lo ha de compensar el árbol y el mis<br />
mo terreno cultivado y sembrado, quedándole seguras uti<br />
lidades, mientras asi se implanten los olivos. Debo mani<br />
festar por último, que si en los terrenos tan contrarios á<br />
toda vejetacion son tan ventajosos sus resultados, ¿ que no<br />
serán los que le sean favorables?
NORTE.<br />
88<br />
O<br />
so<br />
m<br />
m<br />
H<br />
w<br />
+ . + • + .-+-• + • + . + • + . + • + • +<br />
+ . + . + . + . + .-+-.,+ . + . + . + . +<br />
+ . + . + . + . + . + . + . + • + • + • +<br />
+ . + • + • + • + . + • + • + • + • H-• +<br />
+ . + . + . + .+ . + . + .•+-. + .+<br />
+.+.+.+.+.+.+.+.+.+•+<br />
+ . + . + . + . + . + . + .H [-. + . +<br />
-+-. + . + . + . + . + . + . + . + . + .+<br />
+ . + . + . + . + . + . + • + . + .-! y<br />
Cuadro de un plantío de Í32 olives.<br />
H<br />
E-i<br />
iS<br />
B<br />
o<br />
NOTAS.<br />
SÜB.<br />
El cuadro del modelo adjunto representa ana fanega de tierra<br />
montes castellana de 500 estadales cuadrados, cuya superficie contie<br />
ne 24750 varas cuadradas, en que se figuran plantados 132 estacas de<br />
olivos, distantes entre sí 15 varas de marca, según están indicadas en<br />
cada una de las cruces que forman los cuadrados ; y teniendo que abrir<br />
por cada costado 1650 varas de zanja , hacen una suma de 3300 varas.
89<br />
En lo restante del cuadrado inculto del terreno se trata ademas<br />
sembrar por 5 años sucesivos sandías, melón, papas, maiz, cebada,<br />
trigo, habas, 6 lo que el terreno exija mejor., con el fin de indemni<br />
zarse de los gastos irrogados en la cava de las zanjas; y debiendo ser<br />
la zanja de 6/^ de profunda y ''0/^ de ancha, hacen de 33/^ varas cua<br />
dradas , que multiplicadas por las 3300, suman 12375; de estas se han<br />
de rebajar 395, á que ascienden las 33/^ de cada crucero de las 132 en<br />
que se ha de plantar una estaca, por estar ya incluidas en la primera lí<br />
nea recta, y quedarán de pago para el operario que abra la zanja 11880<br />
varas de zanja cuadradas.<br />
Para el segundo cultivo inculto de sementera se han de rebajar de<br />
las 24750 varas de su superficie , primero 8250 de las zanjas rectas y<br />
trasversales por la anchura de 2'/^ de su superficie ya cavadas; se<br />
gando , se han de rebajar ademas 330 varas de los 132 cruceros de<br />
2'/ varas cada uno de la ante dicha anchura, por estar igualmente<br />
incluidas en la primera de las 11880 varas, quedando para la segunda<br />
cava de 3/^ de hondo 16170 de pago.<br />
Gastos del plantío por zanja.<br />
Por 12 yuntas de arar de tres hierros la tier<br />
ra antes de abrir la zanja.... 144<br />
Por el importe de abrir 11880 varas de zanja,<br />
á 6 cuartos vara cuadrada 8385<br />
Por terraplenar dichas zanjas 600<br />
Plantación y acogombramiento 264<br />
Valor de 132 estacas y conducción 446<br />
Gastos de la cava para las cinco sementeras.<br />
Por la cava de 16170 varas de 3/^ de profun<br />
didad, restantes de las 24750 de superficie,<br />
á 4 cuartos vara cuadrada 7609<br />
Suma total 17448<br />
TOTALIDADES DE GASTOS<br />
Rs. vn.<br />
Y PRODUCTOS.<br />
16
90<br />
TOTALIDADES DE GASTOS<br />
Y rRODUCTOS.<br />
Suma anterior de los dos gastos 17448<br />
Año 1.° sandial.<br />
Jornales de la siembra... 120 i<br />
De dos rascabinas ó cavas 1407 ^<br />
Valor de la semilla 20/<br />
De guardería 500)<br />
En las 16170 varas de superficie restantes de<br />
las 24750, se plantarán 8085 matas con la<br />
marca de dos varas, las que darán cada una<br />
6 cuartos de producto<br />
Año 2.° melonar.<br />
De los jornales de sembrar.. 120:<br />
De dos rascabinas ó cavas , 240 (<br />
Valor de las pepitas , ¿Oí<br />
Guardería 500 ¡<br />
En las 16170 varas de superficie restantes<br />
de las 24750, se plantarán 12936 matas<br />
de melón con la marca de 5/^ , las que da<br />
rán cada una 5 cuartos de producto 760S<br />
Año 3.° papal.<br />
Por los jornales de la siembra... 1401<br />
Por dos cavas ó rascabinas 120f<br />
Valor de las papas 30/<br />
De guardería 500^<br />
Valor productivo de 31570 de matas papas,<br />
sembradas en las 16170 varas restantes de<br />
las 24750 de la superficie , á 2 cuartos 50/¡<br />
19798 1827:
Año 4.° maizal.<br />
91<br />
Valor productivo de 12936 matas de maiz<br />
sembrado en las 16170 varas restantes de<br />
las 24750 de la superficie, con la marca de<br />
5 /4 de mala á mata , á 6 maravedís de uti.<br />
Año 5." cebada.<br />
TOTALIDADES I>E GASTOS<br />
Y PRODUCTOS.<br />
Sumas anteriores. 19798 18273<br />
120 )<br />
140 (<br />
> 390<br />
30/<br />
100^ \<br />
90'<br />
2926<br />
20188 21199<br />
100 (<br />
> 430<br />
40 j<br />
200.<br />
600<br />
Suman los gastos 20618 rs. vn 2061S 21799<br />
y los productos 21799, salvo error.<br />
ADVERTENCIA.<br />
Antes de estampar aquí la cuenta que dejo anotada, tuve á bien<br />
consultar con los cultivadores mas ¡ntclijentcs y prácticos eu la plan<br />
tación de las predichas cinco especies, quienes me dieron las notas<br />
de las marcas de cada pie y especie , el jénero de cultivo y sus pro<br />
ductos por mata, mas altos aun que los que propongo; y á pesar de la<br />
rebaja que de ellos he hecho, se echa de ver que los que propongo por<br />
productos de las cinco sementeras, sobrepujan á los cansados en abrir<br />
las zanjas y cava jcncral de 3/^ Je hondo en todo el terreno, y de los<br />
cultivos parciales hechos en cada un año, con la ventaja que habrán<br />
adquirido las estacas, quedando ademas todo el terreno removido tan<br />
en ¡enera!, en el que se esparramarán fácilmente mas breve las raices<br />
de tercer árdea y las capilares.
92<br />
CAPITULO VIII.<br />
DE LA PLANTACIÓN Y TRASPLANTACIÓN.<br />
-Este es uno de los capítulos mas principales, y el que<br />
debe procurar conocer bien el labrador, para poder sacar<br />
grandes ventajas de la vcjetacion del olivo, estudiándole<br />
con intelijencia teórica y práctica. Por tanto lo redacta<br />
mos cuanto nos sea posible estendernos , apoyados en las<br />
observaciones y esperiencias de los prácticos é intelijentes<br />
escritores, y de la física vejetal subterránea.<br />
Plantar y trasplantar es poner dentro de la tierra<br />
plantones ó garrotes con su cepa y raices, y estacas de<br />
rama de un árbol, lisas y sin ramillas.<br />
La ocasión y tiempo de plantar dependen del clima,<br />
del suelo y de la naturaleza del árbol; y como los cli<br />
mas varían, ya en razón de los abrigos, ya de la elevación<br />
de los sitios sobre el nivel del mar, ó de la proximidad,<br />
no es posible establecer una regla jeneral sin inducir en<br />
un error á los cultivadores.<br />
i.° Del clima : para toda plantación que se intente<br />
ejecutar, es necesario i.° atender al clima en que se ha<br />
bita, y 2. 0 á la especie de árbol que se quiere plantar.<br />
En las provincias meridionales y en cualquiera de las ad<br />
yacentes, en que son raras y escasas las lluvias en la pri<br />
mavera y verano, se debe preferir la plantación de los garro<br />
tales ó plantones con raiz/ y el de las estacas de rama de<br />
olivo á la caida de las hojas, esto es, en Noviembre mejor<br />
que la de primavera; porque la benignidad del otoño é in-
l^Eucho tiempo ha que conociendo y convencido de la<br />
gran necesidad que habia en nuestra España de un buen<br />
tratado ó arte de cultivar el olivo, me dediqué á ratos<br />
perdidos árecojer y entresacar de cuantos autores jeopó-<br />
nicos he podido haber á las manos, antiguos y modernos,<br />
estranjeros y nacionales, lo mas selecto y filosófico que<br />
han escrito acerca de los mejores métodos de beneficiar<br />
este precioso árbol, el primero y el mas útil entre todos,<br />
como dice nuestro sabio Columela, con el fin de formar<br />
un cuerpo doctrinal en la materia, que pudiese servir de<br />
norma á los grandes y pequeños labradores, para que tras<br />
mitiéndola estos á los obreros rutineros, resultase en su<br />
interés personal, en beneficio común y del estado.<br />
A pesar del escrupuloso cuidado con que he procurado<br />
reunir las observaciones y prácticas de los escritores jeo-<br />
pónicos , siempre he tenido por guía la marcha de la na<br />
turaleza, sin perder de vista la física vejetal; y siendo és<br />
ta y aquella únicas en sus fines , sencillas en su marcha,<br />
y mas sencillas aun en sus medios, nunca se nos presen<br />
tan compuestas y complicadas, sino cuando no las com<br />
prendemos, ó cuando equivocamos "nuestras ideas en sus<br />
operaciones: asi, pues, el hombre de razón no se debe
95<br />
vierno en ellas bace que se conserve y retenga la savia<br />
que llevan consigo, y aun permite que otra nueva suba<br />
del tallo; formándose ademas entre tanto en la parte ó<br />
corteza de las plantas enterradas, unas protuberancias ó<br />
repulgos naturales, en las que irán brotando algunas rai<br />
cillas poco á poco é insensiblemente ; y de este modo se<br />
hallan asi dispuestas y preparadas con mas anticipación á<br />
prender con mas seguridad en la primavera, ausiliadas de<br />
las lluvias del otoño y del invierno, las que se habrán pe<br />
netrado bien en las hoyas; y si las estaciones del otoño y<br />
del invierno son muy rigurosas, no dejarán los plantones<br />
y estacas de echar en los nuevos repulgos algunas raici<br />
llas capilares, que se engrosarán y robustecerán luego que<br />
perciban el suficiente calor que les entre en la primavera;<br />
pues es bien sabido que el olivo es muy vivaz, y de que<br />
está en savia todo el año; propiedad inherente á todos<br />
los árboles que siempre están verdes.<br />
Se debe temer ademas en las provincias del mediodía<br />
las sequías y calores algo fuertes de la primavera y ve<br />
rano; por cuya razón es mas indispensable á par que útil<br />
la plantación del olivo en fines del otoño; pues si se es<br />
pera á Febrero y Marzo, es esponerse á que no prendan;<br />
y si prenden, lo harán pobre y mezquinamente en com<br />
paración de la postura del otoño.<br />
Es mucho mejor, repito, plantar en las provincias<br />
meridionales antes del invierno que después; porque las<br />
lluvias y nieves de las estaciones de invierno y otoño pe<br />
netran la tierra y unen mas íntimamente Jas moléculas de<br />
ella á las raicillas, tronco ó estaca, y las mantienen fres<br />
cas, de modo que no necesitan mas que se aproxime el calor
94<br />
de la primavera para activar con mas calor, mas vigor y<br />
fuerza su vejetacion; siendo asi que si se verifican las plan<br />
taciones después del invierno, se corre el riesgo de pre<br />
sentarse una primavera muy seca, y acaso calores muy fuer<br />
tes en el verano, que disipando la poca humedad de la ho<br />
ya, hagan perecer el plantón ó la estaca.<br />
En las provincias del norte , al contrario, las planta<br />
ciones hechas al caerse las hojas, tienen dos inconvenien<br />
tes: i.° las lluvias escesivas : 2. 0 los frios rigurosos: las<br />
lluvias grandes penetran la tierra recien movida , la des<br />
lien, dándole la consistencia de barro , é impregnada de<br />
humedad, se pega menos á las raices y repulgos de las<br />
estacas : la acción del frió es infinitamente entonces ma<br />
yor sobre ellas. El efecto de las heladas es hacer ocupar<br />
el agua convertida en hielo mas volumen eme tenia en<br />
su estado natural como agua; de lo cual resulta necesa<br />
riamente, que el frió que hiela el agua, de que está em<br />
papada hasta el fondo de la hoya, hace refluir todas sus<br />
partes, y éstas aprietan las raices y brotecillos por todas<br />
partes ó lados; pero si viendo esponjosa y tierna la cor<br />
teza y la madera, esperimenlan contusiones, ó mas bien<br />
se forma una contusión jeneral en toda su lonjitud, y las<br />
raices y yemas comprimidas y alteradas de esta manera<br />
en toda su conteslura, sufren mucho antes de reponerse,<br />
y apenas tienen medios de atraer la savia é impelerla<br />
hasta la cima del tronco, para producir alli nuevas ramas.<br />
La vejetacion por tanto se vuelve lánguida, sobreviene<br />
el calor y se pierde el árbol.<br />
De estas aserciones relativas al clima resulta una con<br />
secuencia, y es , que en las provincias del mediodía y en
95<br />
los países y parajes iguales á ellas por su posición, se de<br />
be plantar inmediatamente después de la caida de las ho<br />
jas : i.° porque en el tronco del árbol y en el palo de la<br />
estaca se queda un poco de savia, que será la primera que<br />
se ponga en movimiento al renovarse la siguiente prima<br />
vera : 2.° porque siendo la vejetacion siempre relativa al<br />
grado del calor ambiente, las raices y brotes durante el<br />
invierno trabajarán y chuparán los primeros elementos de<br />
la savia; pero como este grado de calor no es el mismo<br />
fuera de la tierra , esta savia se detendrá en el cuello de<br />
las raices y se pondrá en movimiento , uniéndose con la<br />
del tronco de la estaca luego que el calor atmosférico<br />
corresponda al punto necesario á su vejetacion. Todo el<br />
mundo ha debido observar que el grado de calor que hace<br />
brotar el sauce, el pérsico y almendro, no es igual al que<br />
hace arrojar el roble, el nogal, el castaño, la morera, etc.<br />
La prueba de que sin embargo de los frios y heladas<br />
del invierno se queda una cantidad de savia bastante gran<br />
de en el tronco ó estaca del árbol ú olivo, se ve en que<br />
si en Enero , Febrero ó en Marzo se corta, por ejemplo,<br />
un álamo blanco ó negro , un sauce, un olivo, etc., no<br />
dejará de producir algunos brotes en el curso de la pri<br />
mavera; estos brotes se alargarán mientras haya un resto<br />
de savia en el tronco. Sin embargo se debe observar,<br />
que la savia de que se trata no es el único principio de<br />
la vejetacion. Luego que el brote ha comenzado á vejetar,<br />
ha absorvido los principios derramados en la atmósfera; y<br />
está bien probado que las plantas y los árboles se alimen<br />
tan tanto por sus hojas como por sus raices; pero esta vi<br />
da ó esta existencia solo se verifica mientras hay una cor-
96<br />
respondencia mutua entre la savia y los principios der<br />
ramados en la atmósfera; y asi, á medida que el principio<br />
savioso se disminuye en el tronco, cesan á proporción los<br />
brotes de atraer los principios de la atmósfera, y rara vez<br />
subsisten basta el medio de los grandes calores.<br />
Esta lijera discusión no es estraña á nuestro asunto;<br />
pero acaso se preguntará: ¿que se hace de la savia restante<br />
acumulada en las raices ó yemas, pues que no sube al<br />
tronco y estaca del árbol plantado antes del invierno? Voy<br />
á aventurar algunas conjeturas, presentándolas como tales.<br />
La esperiencia enseña en los climas del mediodía que<br />
los árboles plantados inmediatamente después de la caida<br />
délas hojas, están durante el invierno llenos de savia;<br />
clávese la uña en su corteza, y se verá la prueba mas com<br />
pleta, de ello: esta misma prueba enseña también, que<br />
después de las lluvias la corteza está mas tierna y mas<br />
húmeda que durante ó después de algnos dias de hielo:<br />
la corteza, la albura y la parle leñosa hacen, pues, el ofi<br />
cio de una esponja; pero esta humedad esterior que pene<br />
tra en los conductos saviosos, debe hasta cierto punto mez<br />
clarse con la savia, y quizá la viciará sin la evaporación, y<br />
sobre todo sin la traspiración.<br />
Durante las heladas no hay traspiración, ó al menos<br />
hay muy poca: pero se establece después, según lo ma<br />
nifiesta el estado de la corteza, que se vuelve mas blanca<br />
y mas húmeda. Si sobre una caña de árbol nuevo ó liso se,<br />
colocan una ó dos hojas de papel de estraza, y se cubre<br />
este papel con un lienzo ó tafetán encerado, con la mira<br />
de privar el papel de la humedad del aire, se hallará al<br />
cabo de unos dias mas húmedo que estaba al colocarle. ¿De
97<br />
donde , pues, viene esta humedad sino de la traspiración<br />
del tallo?<br />
Ademas, admitiendo un depósito de savia en.las raices<br />
y estacas, sube al tronco como el agua en los tubos capi<br />
lares, mientras el frió no estrecha el diámetro de sus ca<br />
nales ; y el resto, que no se puede consumir por la veje<br />
tacion de las hojas, por cuanto el poco calor del amblen-<br />
tese opone á ello, es espedido por la traspiración.<br />
Se ve, pues, que prende con seguridad plantado en<br />
los climas del mediodía inmediatamente después de la<br />
caida de las hojas; y cuanto anticipa ademas esta planta<br />
ción temprana la vejetacion de la primavera , pues no ha<br />
cesado, por decirlo asi, en las raices y yemas; y esto se<br />
verifica siempre á su modo en el tronco y en la estaca.<br />
Es tan cierto este hecho, que si se plantan dos árboles<br />
ú olivos , suponiendo que siempre hablamos del clima del<br />
mediodía, uno después de la caida de las hojas , y otro<br />
en Febrero ó Marzo , el primero arrojará brotes mas de<br />
veinte á veinticinco dias antes que el segundo. Es, pues,<br />
una prueba demostrativa de que ha habido durante el in<br />
vierno una especie de vejetacion, aunque insensible ó per<br />
ceptible , porque la savia no se insinúa de golpe en los<br />
conductos, como el agua de una jeringa impelida ó inyec<br />
tada en una tripa.<br />
La segunda consecuencia para las provincias del nor<br />
te , donde los frios son muy rigurosos y las lluvias abun<br />
dantes, es que seria muy útil diferir las plantaciones has<br />
ta el mes de Febrero ó Marzo, según el clima, y to<br />
davía mejor hasta el momento en que la espericncia ha<br />
bitual prueba que ya no hay nada que temer las grandes
98<br />
helad as. La evaporación , la sequedad y los calores son<br />
tan fuertes en los climas meridionales , que si se planta<br />
en Febrero ó Marzo el olivo , es prudente dar al instante<br />
un buen riego al árbol ó estacas plantadas; y es preciso<br />
también regarles de cualquier naturaleza que sean (es-<br />
cepto si están plantados en un terreno naturalmente hú<br />
medo) , dos, tres, cuatro ó mas veces en el curso del<br />
verano ; ó al menos una ó dos, si después del riego ha ha<br />
bido el cuidado de remover la tierra de la superficie , y<br />
cubrirla con una ó dos pulgadas de cascarillas de centeno,<br />
trigo, avena, etc., y si los plantones ó estacas han su<br />
frido atraso durante el primer año, será ti til regarlos aun<br />
el segundo y tercer año.<br />
2.° De la naturaleza de los árboles: estos están di<br />
vididos en tres clases jenerales : los unos pierden sus<br />
hojas en una época determinada, es decir, en las prime<br />
ras heladas que sobrevienen después del otoño; y tales<br />
la mayor parte de los árboles de Europa : los otros con<br />
servan sus hojas en medio de ias heladas y de las escar<br />
chas ; y estos son los árboles coniferos, ó que dan pinas,<br />
corno los pinos , abetos , enebros, etc.; y los terceros son<br />
los que siempre están verdes, y cuya florescencia ó fruc<br />
tificación se perpetúa durante el año: tal es el naranjo.<br />
Todos los del primer orden se pueden plantar inme<br />
diatamente después de la caida de las hojas, como el oli<br />
vo : los del segundo después de la madurez de los fru-,<br />
tos; y los del tercero durante todo el año; pero princi<br />
palmente á entradas de la primavera. Ya se advertirá que<br />
algunas especies de árboles pueden estar esceptuados de<br />
estas reglas jenerales , pero son pocas. La caida de las'
99<br />
hojas anuncia que el curso de la savia se ha suspendido:<br />
la madurez de los frutos de los árboles siempre verdes<br />
indica que los trabajos de la naturaleza están concluidos,<br />
y que necesita descansar para comenzarlos de nuevo; en<br />
fin, se juzga que los árboles que dan flores y fruto al<br />
mismo tiempo se resienten de que baje y se disminuya<br />
el calor; que los brotes no crecen entonces (en la Euro<br />
pa meridional), y por consiguiente se verifica una especie<br />
de reposo. Este es, pues, el tiempo que se debe elejir<br />
para plantarlos; pero ignoro siestas épocas son iguales en<br />
Asia, África y América.<br />
3.° De la naturaleza del suelo. Si este es craso y<br />
húmedo, en una palabra, si retiene agita, es claro que<br />
las raices del árbol ú olivo plantado después de la caida<br />
de las hojas, estarán anegadas durante el invierno; y que<br />
si la estación rigurosa dura mucho tiempo, esperimenla-<br />
rán, según hemos dicho arriba, los funestos efectos de las<br />
heladas ; si, por el contrario, el tiempo es blando, las rai<br />
ces se enmohecerán. Hay muchos modos propios para evi<br />
tar estos inconvenientes.<br />
El i.° es abrir los hoyos ú hoyas un año , ó al menos<br />
seis meses antes de plantar, á fin de que los abonos me-<br />
teóricos penetren, dividan y mullan hasta cierta profun<br />
didad la tierra de la boya, y faciliten de esta manera una<br />
filtración mayor de agua. El 2.° dar á las hoyas doble pro<br />
fundidad de la común, á fin de que haya mas tierra re<br />
movida, y por consiguiente una filtración mas grande.Pa<br />
ra el 3.° se guarnece la parte inferior de esta hoya pro<br />
funda con cascajo, guijarros, arenas gordas que se con<br />
vierten en un filtro escelente. Para el 4-° se separan las
100<br />
aguas llovedizas de las hojas, elevando la tierra contra el<br />
árbol, y dándole un declive muy inclinado , para que se<br />
prolonguen un poco mas allá de la parte de la tierra re<br />
movida; en fin , se apisona la superficie de esta tierra con<br />
movida é inclinada, hasta que forma una especie de cos<br />
tra , y se alisa con el lomo de la pala ó azada, de manera<br />
que el agua no pueda detenerse en ella; después del in<br />
vierno se estiende la tierra de este declive j se iguala con<br />
la del terreno.<br />
Si al contrario, el suelo es naturalmente seco, arenis<br />
co y muy penetrable al agua, se dispondrá la tierra, des<br />
pués que el árbol ó estaca hayan sido plantados , forman<br />
do una espaciosa caldera, cuya parte mas honda se apro<br />
xime al tronco, á fin de recibir durante el invierno, y con<br />
centrar en ella, la cantidad mayor de agua llovediza que<br />
sea posible; y pasada la época invernal se rellenará con<br />
tierra formando lomo, para que no se evapore tanto la hu<br />
medad que retiene en la primavera y verano siguientes; y<br />
esta evaporación será solo aplicable á los árboles y estacas<br />
de olivo plantados antes del invierno.<br />
4-° De la operación de plantar. Guando se hayan de<br />
plantar arbolitos que se han criado en almácigas ó viveros,<br />
y si posible es , la raiz central se debe conservar entera;<br />
y esto misino repetiré siempre que se presente la ocasión;<br />
pues el error y costumbre abominable de mutilar, como<br />
yo mismo lo he presenciado, las raices, es demasiado je-<br />
neral, y está demasiado arraigada, privando al olivito los<br />
únicos medios que le ha dado la naturaleza para asegu<br />
rarle que mejor prenda. No se haga caso, y desprecíese lo<br />
que digan los charlatanes ignorantes y preocupados: dó-
102<br />
costumbre cíe pisar la tierra á medida que se coloca so<br />
bre las raices y las estacas dentro de las boyas - es decir,<br />
que la apelmazan tanto ó acaso mas que lo estaba e n su<br />
estado natural antes de la apertura de la hoya; y si la<br />
tierra es tenaz, la dejan apisonada como si fuera una pa<br />
red. Es verdad que conviene no dejar vacío alguno, pero<br />
el esceso de precaución es dañoso , y todo hombre que<br />
sabe pensar, conoce sus consecuencias ; y esta es la razón<br />
por qué muchos intelijentes, y yo con ellos, se quejan y<br />
aconsejan echar agua en las hoyas en dicha operación, y<br />
por este medio se consigue cerrarse todos los intersticios<br />
sin peligro alguno.<br />
Ya dejo dicho y repilo , que para rodear las estacas<br />
y las raices secundarias y demás de los plantones, se<br />
debe elejir la tierra mas suave y mas muelle , á fin de<br />
que se una á todos los puntos. La de la superficie, y la<br />
que ha estado mas espuesta á las influencias meteóricas<br />
es la mayor; y si la masa total no tiene todas las condi<br />
ciones requeridas , se debe buscar en otra parte. A me<br />
dida que se echa tierra sobre los plantones arraigados con<br />
viene sublevarlas suavemente y á menudo, á fin de que la<br />
tierra menuda se insinúe por todos los vacíos. Prevengo<br />
que será muy imprudente plantar cuando la tierra está<br />
demasiado húmeda y lodosa.<br />
Hay también que observar que en las tierras fuertes,<br />
especialmente en las provincias meridionales, la tierra se<br />
agrieta durante las grandes sequedades del verano, y que<br />
estas grietas penetran toda su profundidad, y precisamen<br />
te en el sitio de la circunferencia de la hoya; dejando asi<br />
las raices espuestas al aire, y haciendo perecer al árbol
105<br />
por el esceso de haberse evaporado toda la humedad de<br />
la hoya. Se me objetará que se puede cavar la superficie<br />
de esta tierra, regarla, y cerrar asi enteramente las grie<br />
tas: convengo en ello; pero en las grandes plantaciones,<br />
pues á pesar de los cuidados y riegos que se aplican, ape<br />
nas hasta los tres años comienza la tierra á hacer cuerpo<br />
con la de la circunferencia; y el mejor modo, ademas de<br />
los riegos, es cavar el terreno de las dos junturas, é ir<br />
golpeando con el azadón ó azada el suelo cavado, y asi se<br />
evitará mucho la evaporación que se hacia por ellas.<br />
Algunos son de opinión que no se deben cortar ó des<br />
mochar las puntas de las estacas; pero la esperiencia prue<br />
ba lo contrario , pero la práctica común y ordinaria es cor<br />
tar las puntas triangularmente, y mucho mejor es cortar<br />
las de manera que formen el pico de flauta, quedando el<br />
lado opuesto con su corteza; puesto que por este punto<br />
es donde primero comienza á brotar y salir las raicillas del<br />
repulgo que alli se habia formado. Los principios que se<br />
desenvuelven en el repulgo indican toda la teoría del arte<br />
de plantar estacas; y asi antes de hablar de la elección<br />
de éstas, daremos alguna noción como se forman los bro-<br />
tes, y como crecen al salir de los repulgos.<br />
El acrecentamiento del brote ó tallo se atribuye alas<br />
partes mas groseras de la savia ó jugo, empujadas á la<br />
circunferencia por un movimiento lateral, al paso que se<br />
elevan hasta lo alto por un movimiento perpendicular.<br />
Las partes mas lijeras y mas sutiles y volátiles, contribu<br />
yen á la producción de los brotes desde el punto céntrico<br />
de las jemas. La fuerza del movimiento que las lleva del<br />
centro á la circunferencia, se comunica también á las fi-
104<br />
bras del cuerpo leñoso que están mezcladas con la medula,<br />
son también arrastradas con ella, y como el cuerpo leñoso<br />
no está igualmente apretado por todas partes, pasan pol<br />
las menos apartadas, y entonces no solamente forman en<br />
la circunferencia del cuerpo leñoso los círculos nuevos que<br />
lo hacen engrosar, sino que adelantándose mas allá, em<br />
pujan la parenquima de la corteza, la hacen tomar el mis<br />
mo movimiento, y obligan al pellejo á que haga lo mis<br />
mo; asi se forman los brotes, y por un mecanismo seme<br />
jante crecen y adquieren su total grandor y tamaño.<br />
Esta esplicacion es muy suficiente para entender la for<br />
mación y acrecentamiento de la parte leñosa del brote; pe<br />
ro por lo respectivo á la de las hojas-y flores que contie<br />
ne, es un secreto de la naturaleza, que se ha intentado mu<br />
chas veces descubrir; pero las soluciones que se han dado,<br />
están tal vez muy distantes de la verdad hasta el dia.<br />
5.° Elección de ramas de olivo para estacas de plan<br />
tación. En los olivos es necesario escojer las ramas para<br />
estacas que sean rollizas, vigorosas, sanas, rectas, lisas,<br />
limpias, verdosas, y de olivos^castizos, que no estén en<br />
vejecidas, carcomidas y cariadas, ni tostadas del sol; ni<br />
que tengan secas, ó pedazos de corteza ó cascara quita<br />
dos; ni que estén sus ramas infestadas de nudillos pardos<br />
y acaracolados, que por estar enfermizos no medran ape<br />
nas; que estén libres de plantas parásitas, corno el muér<br />
dago ó marojo, el musgo, la cuscuta, liqúenes, etc.; que<br />
no tengan heridas viejas, ni espolones ó ganchos en pu<br />
trefacción: se procurará escojer las mas viejas, guarneci<br />
das de botones; y las mejores son las que tengan escre-<br />
cencías, protuberancias ó repulgos, y éstas mejor si es-
103<br />
tan en la parte de la estaca que se ha de enterrar. Por lo<br />
regular, cuando se hacen las talas, cortan las ramas vie<br />
jas, las agujereadas délas intemperies y heridas causadas<br />
por la poda ó esmaroja: también cortan las esquilmadas<br />
y paradas convertidas en ramas de madera, mas que de<br />
fruto, llamadas infructíferas; todas estas, por mas aven<br />
tajadas que sean y parezcan, y por mas que los ignoran<br />
tes charlen, nunca, jamás, si se plantan, serán tan fruc<br />
tíferas, tan vigorosas ni saludables, como las que se esco<br />
jan y planten sin ninguno de los defectos y alifafes ano<br />
tados; y mejor aun serán las que procedan de almácigas<br />
y garrotales. Se procurará con ansia que las ramas que se<br />
elijan para estacas de plantío, estén guarnecidas, repito<br />
segunda vez, de botones, principalmente las que tienen<br />
sobre la corteza tumores y repulgos, y cuanto mas bajos<br />
hacia su parte baja, mejor; los que se procurará que se<br />
queden por encima del corte de la rama, enterrando la<br />
parte en que se hallan. Como no es fácil encontrar siem<br />
pre ramas semejantes, convendrá dejar á la estaca un po<br />
co de madera vieja : se aguzará la parte que debe quedar<br />
enterrada, procurando dejar ilesa la pequeña parte del ár<br />
bol viejo ó corteza adherente á la estaca; porque es un<br />
repulgo nuevo y enteramente formado; pero si no se ha<br />
podido conservar, será preciso dejar por lo menos, y no<br />
lastimar la corteza de los lados; pero aconsejo que de nin<br />
gún modo se hagan muescas, ni pelar la corteza ó macha<br />
carla en la parte de la rama que debe quedar enterrada,<br />
creyendo que por este medio se multiplica el oríjen de<br />
los repulgos, sin advertir que estas muescas entretienen<br />
la savia, desarreglando los conductos, y la obligan á dar
106<br />
vueltas y revueltas para volver á tomar su dirección na<br />
tural.<br />
Si se quiere hacer repulgos con el fin de que al hacer<br />
el plantío de estacas, estas prendan con mas seguridad, se<br />
tomará una cuerda de lana ó de estambre, dése en la es<br />
taca dos ó tres vueltas en la parte baja, lo menos medio<br />
año antes de cortarla, cerca de una cuarta mas arriba de<br />
donde se considere que se ha de hacer el corte, y apretan<br />
do la ligadura de manera que por todos lados ó puntos que<br />
de apretada la corteza: si se aprieta demasiado, la corta y<br />
separa circularmente, y casi siempre perece la superior<br />
parte del cordón; se debe, pues, apretar mas ó menos, se<br />
gún el tiempo en que se hace esta operación: si es prima<br />
vera, cuando la rama no tiene todavía mucha savia, se pue<br />
de entonces apretar un poco, y la savia que baja formará<br />
el repulgo á medida que la rama vaya engordando. Si la<br />
ligadura se hace cuando la rama está próxima á florecer,<br />
apretándola mucho se introduce y parte la corteza : es<br />
necesario, pues, que haya moderación en esto; pero si se<br />
hace en Agosto, se debe apretar, cuando menos, como en<br />
primavera, porque la corteza está ya dura, y el olivo ten<br />
drá asi tiempo para formar un repulgo antes del invierno.<br />
He aqui el resultado de algunos esperimentos hechos en<br />
ramas para estacas de olivo.<br />
El autor de quien anuncio esta nota, dice : »Las esta<br />
cas simples, esto es , las que no tenian repulgo ni peda<br />
zo de madera vieja, no agarraron también como las otras,<br />
y muchas se perdieron."<br />
»Las que tenian un repulgo formado por ligadura,<br />
prendieron mas completamente que las dos primeras; J
107<br />
las que ademas deí repulgo de Ja ligadura tenian un poco<br />
de madera vieja, prendieron mejor que todas las demás."<br />
Durante el primer año no se debe suprimir ninguno<br />
de los brotes que salgan de la corteza de la estaca, pues<br />
to que las plantas y árboles se alimentan, tanto por sus<br />
hojas como por sus raices: las hojas absorven la humedad<br />
del aire, como también los diferentes nutricios que con<br />
tiene; y el nacimiento y progresos de estos brotes, facili<br />
tan los de las raices, siempre que el terreno convenga<br />
con su modo de vejetar.<br />
El único caso en que se deben suprimir los brotes de<br />
la estaca en el primer año plantada, es cuando uno de los<br />
que salen de la parte inferior está muy vicioso, y absorve<br />
una gran parte de la savia que debia ir á las ramas de la<br />
cruz ó cima; pero mientras la savia se distribuye casi uni<br />
forme é igualmente, es inútil y aun dañosa semejante su<br />
presión. A la caída de la hoja ó fitial de otoño podrá tener<br />
cabida esta operación; esperando sin embargo á que Ja<br />
madera de la punta de la estaca esté bien cuajada; y para<br />
no errar en caso de duda, es mejor diferir esta operación<br />
para la segunda otoñada.<br />
La mejor estación, pues, para plantar estacas, princi<br />
palmente en las provincias meridionales , es á principios<br />
de Noviembre; porque el calor interior de la tierra no se<br />
habrá disminuido aun por el frió, y facilitará la jermina-<br />
cion de las raices, que ademas será ausiliada por las lluvias<br />
del invierno. Durante este tiempo la parte de la estaca<br />
que se halla fuera de la tierra, no echará brote alguno, es<br />
verdad, porque Ja temperatura del aire ambiente no se<br />
hallará en el mismo grado de calor que el de lo interior, ó
108<br />
por lo menos no se mantendrá en el mismo punto nece<br />
sario para la vejetacion de los árboles.<br />
Resulta, pues, de estas plantaciones tempranas , que<br />
las estacas sufren y resisten mejor los calores y seque<br />
dades de la primavera y del verano.<br />
Gomo el clima no sea muy frió, es mejor plantar tem<br />
prano, que esperar á fines del invierno; pues asi se ga<br />
na tiempo, la tierra tiene el que se necesita para apretar<br />
se contra la estaca, incorporarse con ella, arrojar brotes<br />
mas pronto por la primavera, y producir mejores ramillas<br />
en aquel año.<br />
La estaca, después de cortada del árbol, debe estar<br />
sin plantar el menos tiempo que sea posible. Si hay agua<br />
en las inmediaciones, se meterá en ella su parte inferior,<br />
ó sino se enterrará en una hoya, cubriéndola con tierra;<br />
y de alli se irán sacando para irlas trasplantando. Pero<br />
no se atiende al cuidado esencial, repito por conclusión,<br />
que es á apretar bien la tierra contra la parte del plan<br />
tón de la estaca que queda enterrada; pero que no sea<br />
tanto que quede en vez de apretada apisonada como una<br />
pared.<br />
Las doctrinas que dejo anotadas en todo este capítulo<br />
están en un todo contestes con las que nos han trasmiti<br />
do los mejores escritores que de la materia conocemos, co<br />
mo Plinio, Olivier de Serres, Rocier, Duhamel, los re-;<br />
dactores del Semanario de Agricultura, Sampayo, los se-|<br />
ñores Boutelous, hermanos, y por último, nuestro sabio<br />
D. Gabriel Alonso de Herrera, hace 5oo años que nos di-!<br />
jo que el tiempo de plantar el olivo era, »si es tierra ca<br />
llente, y seca ó enjuta, y onde no se han de regar, sea
109<br />
»por Noviembre ó Hebrero; y si tierra húmida y fria ó<br />
»donde se puede regar, por Marzo, Abril, y aun por Ma<br />
nyo , y en lo templado por Hebrero"<br />
6.° De los terrenos que ama el olivo, y en los que<br />
se propaga mejor. La calidad del terreno para el plan<br />
tío del olivo es en jeneral muy indiferente, pues que le<br />
vemos crecer en tierras lijeras, arenosas, guijarrosas, pas<br />
tosas ó de miga, en las sueltas y finas, en las pendientes<br />
de los montes ó de los oteros, en las volcánicas, y aun<br />
entre las rocas: vejeta igualmente bien y con vigor consi<br />
derable en los terrenos fuertes y sustanciosos, y aunque<br />
el fondo sea arcilloso, se penetran las raices por sus grie<br />
tas: también las mayores ventajas en los que se crian en<br />
tierras de buen fondo que , ademas de ser sustanciosas,<br />
están mezcladas con algún cascajo.<br />
En las tierras de vega ó campo pingües, y en las de los<br />
valles y hondonadas , se crian los olivos, es cierto, mas ro<br />
bustos, altos y frondosos; pero casi siempre están espues<br />
tos á perder el fruto, por mas lozanos que sean, por la<br />
falta de ventilación; y por esto los plantados en las coli<br />
nas, montes y oteros, en las declives ó pendientes y sitios<br />
ventilados, fructifican mas abundantemente y con mas se<br />
guridad, aunque no presenten tanto volumen y lozanía; y<br />
en estos últimos terrenos son sus aceites de mejor calidad<br />
y mas esquisitos que los de aquellos parajes.<br />
Ama el olivo los resguardos y los abrigos, y vive con<br />
lozanía en los climas templados ; pero solo da copiosos<br />
frutos donde tiene mas ventilación , tanto mas si goza de<br />
un terreno suficiente para que puedan eslenderse y mul<br />
tiplicarse sus raices. Los frios del invierno, las nieves, la
110<br />
escarcha y el rocío perjudican mas á los olivos espuestos<br />
en terrenos bajos, que á los de las alturas : en los prime<br />
ros permanece en ellos mas tiempo la influencia de aque<br />
llos metéoros, y en los segundos se disipa mas pronto,<br />
en razón de que el viento los azota y sacude; y de aqui es<br />
que en estos el cuajo de la flor es mas seguro, y en aque<br />
llos falta con la mayor frecuencia.<br />
»Las olivas, dice Herrera, quieren tierras algo airosas,<br />
»mayormente de aqueste aire, que es el que viene de po-<br />
»niente; quieren cerros que no sean muy inhiestos, sino<br />
»algo acostados ; que en lo muy alto no se hacen buenas,<br />
»ni en los valles, mayormente si son húmedos y ahoga-<br />
»dos, no airosos, y si los tales cerros son de barro suel-<br />
»to, son muy buenos , no de olleros. En los valles mas se<br />
»hacen grandes, jentiles, que fructíferos, mayormente si es<br />
»tierra muy gruesa y sustanciosa."<br />
CAPITULO IX.<br />
DEL REPARTIMIENTO DE LOS TALLOS , RAMILLAS Ó VARETAS<br />
DE LAS ESTACAS RECIÉN PLANTADAS, Y DEL RIEGO DE<br />
ÉSTAS.<br />
T<br />
X odo olivo tiene la ventaja inapreciable de echar raices,<br />
tallos, brotes, ramillas ó varetas por todas sus partes,<br />
escepto por las hojas; y se puede decir que cada poro<br />
de su corteza es propio para producir un renuevo, si la<br />
corteza está al aire, ó una raiz, si la corteza está cubier<br />
ta con la tierra. No hay árbol que tenga mas tendencia á<br />
echar renuevos ó tallos; pues parece que la naturaleza
111<br />
quiere compensar su lenta producción por medio de sus<br />
ramillas; y asi es, que ya plantado por estaca, ó ya tras<br />
plantado por raices, echa por todas las partes que le que<br />
dan al aire libre una porción considerable de tallos, re<br />
nuevos, brotes, ramillas ó varetas muy juntos entre sí; y<br />
no hay para que tocarles el primer año de recien hecho<br />
el plantío, con el fin de repartirlas; pues el árbol arrai<br />
ga en proporción á los brotes y varetas que arroja ; sin em<br />
bargo, cuando tiene muchos en el tronco y en lo alto de<br />
la cima ó cabeza de él, convendrá suprimir las inferiores,<br />
porque estas absorven la savia inútilmente, si crecen mu<br />
chos juntos, con perjuicio de las de la cruz á cabeza de<br />
las estacas: al segundo año se irán quitando y repartien<br />
do las mas débiles ; y al tercero solo se entresacarán y<br />
cortarán las varetas supérfluas, dejando no mas que<br />
las que han de servir para formar la copa del árbol;<br />
algunas veces hay que esperar al cuarto año, según sea<br />
la fuerza de la vejetacion del plantío, dejándoles siempre<br />
las que presenten mas esperanza en su vigor, y las que<br />
estén mejor situadas y compartirlas, pero que no bajen<br />
menos de cinco, por si casualmente se desgaja alguna; y<br />
al siguiente año se dejarán á lo mas cuatro; pues no es<br />
lo mejor que tengan muchas ramas madres ó principales,<br />
sino que estas sean buenas, robustas y bien terciadas, pro<br />
curando conservarlas; porque no es fácil reponer otras,<br />
hasta que llegue el prolongado tiempo de la primera tala,<br />
a fin de que no quede el olivo imperfecto y cuarteado,<br />
como frecuentemente se está esperimentando.<br />
Si en los primeros años juveniles cargan mucho de acei<br />
tuna , es menester quitársela, ó dejarles muy poca; pues
112<br />
á no ser asi, están las ramillas muy espuestas á desgajarse<br />
con su peso, ó á quedar muy inclinadas ó cabizbajas bácia<br />
el suelo, que es mucho defecto , y espuestas al diente de<br />
los ganados; y aun también muchas se desecan de resul<br />
tas de lo desustanciadas que quedan. Mientras que los oli-<br />
vitos no adquieran mas robustez en su parte leñosa , dé<br />
jeseles solamente que nutran la aceituna precisa, y cója<br />
se á mano, pues sienten mucho los palos, y están muy<br />
espuestas á que se quiebren ó desgajen, y á que enfermen<br />
las ramillas también.<br />
Muchos cultivadores hay que al primer ó segundo<br />
año, á mas tardar, reparten los renuevos ó varetas, y no<br />
dejan mas que dos ó tres en la cabeza de la planta, sin<br />
considerar que de semejante operación , la savia no en<br />
cuentra bastantes vasos aspirantes , y sobre todo vasos es-<br />
cretorios , y esta maniobra echa de un golpe y sin conoci<br />
miento de la física vejetal, dañan infinitamente á las ra<br />
millas que se quieren conservar esponiéndolas á enferme<br />
dades. Una de las razones que se oponen á quitarlas to<br />
das de un golpe y de una vez, es que estos brotes ó ta<br />
llos nuevos son todavía muy tiernos, y cualquiera ráfa<br />
ga de viento los desgaja ó rompe contra el tronco, y en<br />
tonces no queda mas esperanza; y es menester que tra<br />
baje la planta segunda vez en repartir otros nuevos con<br />
grande retraso.<br />
Del riego de las estucas ó plantones de olivo. Lo<br />
primero que importa esencialmente, es que echen raices; y<br />
el riego que en el verano inmediato se les ha de dar, pi<br />
de mucha circunspección é intelijencia, por ser una plan<br />
ta , á quien ofende la mucha humedad. Si en el verano so-
115<br />
brevienen oportunamente tres ó cuatro lluvias, serán inú<br />
tiles los riegos , á no ser que el calor de él sea muy fuer<br />
te. Los riegos que mas le aprovechan son los que se dan<br />
en May r o y Agosto, y mucho mejor, si dánse después de<br />
Jas tres de la larde. Al olivo le daña demasiado la hume<br />
dad, porque esta se opone á la concentración del calor;<br />
y asi basla que la tierra tenga alguna poca humedad, la<br />
que se conservará arreglando los riegos á las circunstan<br />
cias del clima. La esperiencia me ha enseñado que la<br />
prosperidad de un plantío, sea de la especie de arbolado<br />
que fuere, depende casi siempre del desvelo, cuidado,<br />
beneficio y riego oportuno del primer año.<br />
En el riego se debe desterrar la inveterada costumbre<br />
de echar, sin conocimiento de causa, uno, dos ó tres cán<br />
taros de agua cada dia en cada un pie sin reflexión, y se<br />
le echará mas ó nada cuando la necesite ó no, á juicio de<br />
un hombre de razón y de esperiencia ; pues no se debe<br />
abandonar á un cualquiera esta operación, como sucede<br />
ordinariamente ; siendo no pocas veces esto la causa por<br />
que se pierden muchas estacas, después de haber ellas<br />
brotado con mucha lozanía y valentía.<br />
En las piletas ó acogombrados con que se cubren las<br />
estacas y plantones para preservarles del frió y del esce-<br />
sivo calor del verano, se harán unos buzones ó agujeros<br />
algo grandes , por donde se ha de vaciar el agua para el<br />
riego, y que esta caiga siempre bañando la corteza infe<br />
rior de la estaca por su pie hacia el centro, los que se<br />
liarán mirando hacia el nordeste, esto es, hacia en medio<br />
de la línea que divide el norte del este., con el fin de que<br />
los calores del mediodía y tarde de los clias grandes, no
114<br />
disipen tanto ia humedad; y en el centro de ellos se asen<br />
tará una hoja ancha de pita ó un pedazo de estera, para<br />
que el agua al vertirla del cántaro, no impela y remoje<br />
la tierra del espesor de la pileta, y con la continuación no<br />
Ja derrumbe tan fácilmente; y será muy útil que quede el<br />
buzón tapado dia y noche con un manojo de yerba ó cosa<br />
semejante.<br />
El plantío de olivo hecho temprano desde mediados<br />
de Octubre, si hubiese llovido, hasta mediados de Diciem<br />
bre, cuyas hoyas se hayan abierto con un año de antici<br />
pación, no necesitan tanto riego, y á veces ninguno en<br />
el primer año, si el invierno, otoño y primavera, de hecha<br />
la plantación ya, han sido bastante lluviosos; pues duran<br />
te estas tres estaciones la tierra habrá cojido bastante hu<br />
medad y jugo para mantener las estacas frescas , vigoro<br />
sas y nutridas, y para que vejeten bien en todo el estío,<br />
aunque este sea caluroso y seco; mas con todo aventaja<br />
rán si se les riega hasta el cuarto año.<br />
El plantío tardío de primavera necesita incomparable<br />
mente mas riegos y mas frecuentes, por la razón de que<br />
su tierra no ha recojido tanta humedad, por haber estado<br />
al aire y á las aguas é intemperies las hoyas hasta Marzo y<br />
Abril, en que acostumbran hacer esta plantación.<br />
Para conocer si las estacas y plantones recien planta<br />
dos ó clavados echan buenos renuevos , tallos ó ramillas,<br />
se tendrá cuidado como vejetan. Si las hojitas están ver<br />
dosas y lustrosas, y si están empinadas y rectas hacia ar<br />
riba en cualquiera estación, y con especialidad en el es<br />
tío, es señal que vejetan bien , y por lo tanto no tienen<br />
necesidad de riego; pero si están mustias, lánguidas y ca-
115<br />
bizbajas, es señal que las bace falla el riego; mas si se pre<br />
sentan amarillentas, y que las bojitas se van cayendo, es<br />
prueba que eslán hidrópicas, esto es, que abunda la tier<br />
ra de humedad; y en este estado es menester darles algu<br />
nas cavas , para que por este medio se evapore la tierra.<br />
Observemos siempre la marcha de la naturaleza, y acer<br />
taremos en todas nuestras faenas agrícolas, y estemos cier<br />
tos de que no nos engañará jamás, sino cuando no la com<br />
prendemos , equivocando nuestras ideas en sus opera<br />
ciones.<br />
Tí<br />
CAPITULO X.<br />
DE LOS BENEFICIOS DEL OLIVO TRASPLANTADO.<br />
JL/el cuidado de las hoyas. Toda tierra, dice Rocier, se<br />
asienta al menos una pulgada si ha sido removida, y des<br />
pués se va recojiendo poco á poco en sí misma; de ma<br />
nera que entre la tierra removida y las paredes de los cos<br />
tados de las hoyas se abren grietas que penetran hasta<br />
el fondo de ellas; y por estas aperturas é intersticios, se<br />
evapora con mucho perjuicio de las raices la humedad del<br />
suelo, atraida por el aire y sublimada por el calor. Este<br />
vicio se verifica principalmente en las tierras tenaces, fuer-<br />
les y compactas , y el mejor medio de remediarle , es dar<br />
al terreno una ó dos cavas ó rascabinas, allanando y apel<br />
mazando la tierra con la azada.<br />
Las tierras lijeras , areniscas, etc., están en jenerai<br />
exentas de estas grietas; sin embargo la prudencia dicta<br />
que se visiten de cuando en cuando las plantaciones, y se<br />
remedien los inconvenientes luego que se adviertan.
116<br />
De los abonos j labores al pie de los olivos. No en<br />
tro por ahora á examinar si los olivos deben ser podados<br />
cada dos años; pero como esta es la costumbre casi jene<br />
ral, la doy por sentada, por lo que voy á decir, reservan<br />
do mi diclamen para cuando trate del capítulo de la poda.<br />
Antes de arar, esto es, antes, durante ó después<br />
del invierno, se abona el pie del olivo, y en seguida se<br />
entierra. Esta operación, muy sencilla por sí misma , se<br />
hace casi en todas partes mal. Examinemos primero la na<br />
turaleza del abono.<br />
La esperiencia prueba que el estiércol pajoso, mal<br />
podrido, etc., casi no tiene virtud alguna; pues es muy<br />
esencial que haya fermentado en masa, y que el montón<br />
haya estado bastante húmedo para que no le acometa el<br />
moho; en fin, que haya esperimentado la fermentación<br />
pútrida, que es la que debe variar la naturaleza de sus<br />
principios primeros, para componer mistos y residuos<br />
análogos; y para ello se necesita por lo menos un año pa<br />
ra esta mutación y conversión: y asi es que el abono mas<br />
descompuesto, y sin que haya esperimentado evapora<br />
ción alguna, es el mejor, y una cantidad de él reducida á<br />
mantillo produce tanto efecto como seis tantos de estiér<br />
col todavía pajoso.<br />
Comunmente se echa el estiércol muy cerca de la ce<br />
pa del olivo, y se estiende alrededor de ella, y se amon<br />
tona la tierra contra él, y de esto resultan muchos incon<br />
venientes : i . ° el amurillar un árbol que está procurando<br />
siempre echar ramas y raices, y que tiene en toda su lon-<br />
jitud jérmenes de brotes prontos á desarrollarse, escita á<br />
las raices á salir de la parte cubierta, y aumenta los tu-
117<br />
mores ó repulgos alrededor del cuello de las raices, en<br />
sanchando y alargando poco á poco la cepa, hasta hacer<br />
salirla fuera de la tierra; por tanto, es un absurdo amuri<br />
llar el olivo sin cesar; pues por mas que se haga, al fin<br />
echará siempre fuera la cepa, que es lo que el buen cul<br />
tivador procurará remediar en cuanto le sea posible.<br />
El árbol no recibe por la cepa ni por el oríjen de las<br />
raices gruesas que salen de ella, el beneficio de los abo<br />
nos, ó por lo menos recibe muy poco, porque las raices<br />
capilares son las que proveen verdaderamente la savia,<br />
y la cepa casi no las tiene. Es necesario, pues, dejar sin<br />
estercolar, por lo menos tres pies de distancia alrededor<br />
del tronco, esparciendo el estiércol por la circunferencia<br />
y fuera de este círculo.<br />
2.° El estiércol acumulado en mucha cantidad no se<br />
puede comparar á la mucha cantidad de tierra. El aire, el<br />
calor y las lluvias disipan bien pronto sus principios mas<br />
volátiles, y solo resta un caput rnortuum ó simple resi<br />
duo. El estiércol, al contrario, derramado en la circunfe<br />
rencia, queda enterrado muy profundamente con la cava<br />
o arada, y las lluvias hacen penetrar mas adentro sus prin<br />
cipios, que deben combinarse con los que están ya con<br />
tenidos en el seno de la tierra.<br />
3.° El amurillar los árboles hace que las aguas llove<br />
dizas se aparten del tronco y centro, dándoles una incli<br />
nación rápida, y las arroja lejos ; asi que, es mucho mejor<br />
labrar los árboles de una manera que quede alrededor del<br />
tronco una especie de caldera que retenga el agua, y la<br />
remita de la circunferencia al centro , porque entonces no<br />
se pierde una gota, y las aceitunas no se caen de los ár-
118<br />
Loles desecadas dorante los calores continuos del verano.<br />
Si esta labor se diese antes del invierno, la humedad con<br />
centrada al pie del árbol podria dañarle , si el frió fuese<br />
riguroso.<br />
Los campos destinados para granos y plantados al mis<br />
mo tiempo de olivos, reciben cinco labores con el arado<br />
el año que se podan los árboles ó que se siembra la tier<br />
ra : se abonan antes ó después del invierno, y el estiér<br />
col queda enterrado con la cava y arada que se da al pie<br />
de cada árbol. Es imposible mientras están en pie los pa<br />
nes darles labor alguna. De este resultado el olivo se que<br />
da sin cultivo un año entero; mal que podria disimularse,<br />
si á fines del otoño se le diese una buena reja ; pero este<br />
método es casi desconocido en las provincias del medio<br />
día , donde, como en todas partes, siempre se hacen de<br />
prisa las labores, y por eso no se da la primer reja ordi<br />
nariamente hasta el mes de Febrero siguiente. Este mé<br />
todo de cultivar es muy defectuoso.<br />
En otros parajes dan los propietarios á sus campos<br />
sembrados y plantados de olivos una labor cruzada des<br />
pués de alzada la cosecha; resultando de esto, ademas de<br />
las ventajas de estas labores relativas al suelo, que el fru<br />
to del olivo se aprovecha de ellas tanto como el árbol mis<br />
mo. Algunas veces se retarda esta labor por un momen<br />
to á causa de la sequedad de la estación ; y asi conviene<br />
aprovecharse de las primeras aguas, y si tardan en caer, se<br />
labrará como mejor se pueda.<br />
Muchos cultivadores, al contrario, pecan por el defec<br />
to opuesto: están sin cesar con la azada en la mano, y<br />
aumentan asi la evaporación de la poca humedad que le
119<br />
queda al suelo; pero si felizmente sobrevienen lluvias, no<br />
queda perdido su trabajo. En agricultura solo se debe ha<br />
cer lo necesario, y lo demás es inútil; porque los campos<br />
no son como las huertas; y los olivos no exijen tanto cui<br />
dado como los arbustos y los ranúnculos de floristas. A<br />
cada labor que se da al pie de los troncos de los olivos,<br />
se deben destruir los brotes que salgan de ellos y del cue<br />
llo de las raices , porque son unos parásitos muy perni<br />
ciosos.<br />
Las labores bien dadas y á sus debidos tiempos, favo<br />
recen mucho la vejetacion del olivo, que mas que otro<br />
árbol alguno, corresponde á los beneficios que el cultiva<br />
dor le dispensa: asi que, los agricultores que entienden<br />
Lien en qué consiste su verdadero interés , no se con<br />
tentan con solo arar dos, tres ó mas rejas , sino que ade<br />
mas suelen cavar sus olivares, procurando que los opera<br />
rios no destruyan, corlen ó conmuevan las raices de las<br />
plantas estendidas por todas partes en busca del alimento.<br />
Cuando estas labores se hacen entre olivos que ya fruc<br />
tifican, se empiezan regularmente luego que se ha reco-<br />
jido la aceituna, y repartiendo el tiempo en épocas pro<br />
porcionadas, se distribuyen también las subsiguientes con<br />
intervalos acomodados á las facultades y faenas del labra<br />
dor • pero regularmente termina por los meses de Junio ó<br />
Julio. Si los olivos son nuevos, puede anticiparse algún tan<br />
to la época de empezar las labores y repetir las que con<br />
venga en primavera y otoño, puesto que en estos no hay<br />
que esperar á la recolección del fruto como en los pri<br />
meros.<br />
No falta quien dice que el olivo no necesita de bene-
120 .<br />
ficio alguno al pie, sino arriba, y hay muchos que lo ha<br />
cen asi. «Ten á la vista, dice el Padre Baeza, la memoria<br />
que dio principio á esta opinión que tantos perjuicios ha<br />
causado. Celebro, repite el mismo, el fino modo con que<br />
se discurre en ella; pero atengámonos á la esperiencia.<br />
Todo lo nuevo y singular place en este siglo de noveda<br />
des , y mas si es en favor del bolsillo. No pensemos que<br />
las buenas cosechas penden solo de los beneficios que se<br />
dan á la tierra; pues es necesario que coopere el tempo<br />
ral; esto es, el calor, la humedad, la distribución de las<br />
lluvias en ciertos meses y circunstancias, la fuerza y du<br />
ración de los vientos , etc. Las lluvias que caen por la<br />
tarde y la noche, y á las que se sigue un tiempo nublado,<br />
son mas útiles y mejores, porque penetran la tierra y se<br />
quedan en ella ; pero cuando sale el sol luego que llue<br />
ve, se evapora pronto el agua, y se ocasiona una fermen<br />
tación dañosa. También son mas provechosas las lluvias<br />
moderadas y tranquilas, porque los chaparrones laban la<br />
tierra y arrastran tras sí los abonos; ademas de que sue<br />
len descubrir las raices de las plantas. Los calores fuer<br />
tes á sus tiempos oportunos, no solo causan un gran bien<br />
á la vejetacion, sino que benefician la tierra labrada, redu<br />
ciéndola á polvo , y hacen perecer al mismo tiempo las<br />
raices de las malas yerbas, y acaso también muchos in<br />
sectos."<br />
Del tiempo en que se ha de abonar el olivo. Las<br />
opiniones sobre este punto están divididas; y asi solo es<br />
pondré aqui las mas razonables y las mejor recibidas. La<br />
esperiencia diaria ha probado que el olivo exijia abonos mas<br />
ó menos necesarios, según las especies y la naturaleza del
121<br />
suelo: cuando el campo se labra con el arado común ne<br />
cesita de mas rejas, porque las raices fibrosas se eslien-<br />
den casi por la superficie. Plinio, Catón y nuestro Coiti<br />
mela exijian que el olivo se abonase al menos cada tres<br />
años.<br />
El labrador quiere que el árbol le produzca abundan<br />
tes cosechas, y aunque lo trata rigurosamente en la poda,<br />
desea que arroje mucha madera nueva. Pero no conside<br />
ra que el alimento debe ser proporcionado á las necesida<br />
des de los principios saviosos, sin que haya duda en esto;<br />
y la esperiencia ha probado, que la especie de olivo que<br />
se carga naturalmente mas de madera que otra, necesita<br />
también mas cantidad de abonos. Mas trátennos ya de la<br />
época en que conviene estercolarlos.<br />
El otoño me parece el tiempo mas favorable, durante<br />
el mes de Octubre , porque en Setiembre hace todavía<br />
mucho calor, y en Noviembre hace comunmente mucho<br />
frió. La mezcla de nuevas tierras, escombros, etc., se pue<br />
de hacer en todas las estaciones, y sobre todo á fines de<br />
Noviembre, para que las lluvias de invierno puedan lavar<br />
las y penetrar la tierra de la sal que estraen de ellas. Im<br />
porta no perder de vista que hablo de un estiércol bien<br />
hecho, de un estiércol que haya sufrido la fermentación<br />
pútrida; en fin, de un estiércol cuyo calor en masa sea á<br />
corta diferencia igual al de la atmósfera. Este abono, acar<br />
reado en otoño, y enterrado inmediatamente con una la<br />
bor, dará fortaleza al árbol, cuyos frutos, que no se cojen<br />
hasta Noviembre ó Diciembre , serán mas gruesos y esta<br />
rán mejor nutridos. Si sobrevienen lluvias, la disolución<br />
de este estiércol y la combinación de sus principios con
122<br />
los de la tierra, serán prontos, y se convertirán en prove<br />
cho del árbol y beneficio del terreno : no habrá que temer<br />
que este estiércol bien consumido atraiga la frescura du<br />
rante el invierno , y que en su evaporación encuentre la<br />
humedad debajo del árbol; en fin, obrará en este caso, no<br />
como principio cálido , sino mecánicamente como princi<br />
pio nutritivo, y como restaurador de los principios con<br />
sumidos por la cosecha recojida dos ó tres meses antes.<br />
Las abonos pajosos no consumidos, etc., son dañosos,<br />
porque ni el arado ni la azada los dividen bien; y que<br />
dando enterrados cuando las lluvias de fines de otoño<br />
los penetran, se establece en ellos una nueva fermenta<br />
ción, y toda fermentación produce calor, verificándose<br />
entonces los fenómenos que hemos citado.<br />
Se me objetará que el estiércol se aniquilará, y sus<br />
principios se desecarán, y que al volver la primavera, el<br />
árbol no sacará de ellos provecho alguno; pero esto no es<br />
cierto , á menos que se haya dejado sobre la superficie<br />
del terreno, espuesto al sol, al aire, etc.; pues enterrán<br />
dole convenientemente, no hay que temer nada. A me<br />
dida que la estación se adelanta, se disminuye el calor, y<br />
las descomposiciones y recomposiciones se hacen con mas<br />
lentitud; el árbol se aprovecha de las que se han hecho<br />
hasta entradas del invierno, aunque sean en corta canti<br />
dad; porque en el invierno es cuando se preparan las di<br />
soluciones grandes, y la renovación del calor de la prima<br />
vera verifica las recombinaciones, de las cuales penden<br />
los principios saviosos.<br />
Los abonos consumidos, derramados durante el invier<br />
no, no producen efecto ninguno, porque han despedido
125<br />
ya lodo su calor en la fermentación pútrida, y no son sus<br />
ceptibles de calentarse, á menos que estén muy secos ó<br />
hayan sido tales, ya por una fermentación en que la hu<br />
medad no ha sido proporcionada á sus necesidades, ya por<br />
una evaporación escesiva, estando espuestos al aire libre.<br />
No se debe concluir de esto que este abono, que su<br />
ponemos perfecto, amontonado contra el pie del árbol,<br />
no sea peligroso , porque si el calor fuese bastante fuerte,<br />
podria suceder que refluyese sobre aquel, de la misma<br />
manera que obra también en esta estación sobre los al<br />
mendros, pérsicos, etc. En ningún caso, pues, en ningún<br />
estado se debe mantener el estiércol, sino estenderle y<br />
enterrarle al instante. Si los abonos no están consumidos,<br />
el efecto de las heladas será mas sensible, por poco que<br />
les falte para estar reducidos á la mayor división.<br />
Los abonos derramados á fines del invierno en Marzo,<br />
y sobre todo en Abril, no producen todo el efecto que se<br />
debe esperar de ellos, á menos que sobrevengan lluvias<br />
algo considerables; pero muchas veces sucede que des<br />
de Abril hasta el otoño no cae una gota de agua, y si llue<br />
ve por casualidad, es un agua tempestuosa y pasajera, que<br />
se corre por la superficie sin empaparse. En este estado<br />
no es posible que los principios del abono se combinen<br />
con los del suelo, y el calor fuerte hace evaporar inútil<br />
mente una parte de ellos. La época mas ventajosa para<br />
hacer esta operación aplicable al olivo es á fines de Febre<br />
ro, porque hay todavía la esperanza de las lluvias del mes<br />
de Marzo.<br />
Lo que acabo de decir sufrirá muchas contradicciones,<br />
porque en cada pais y en cada aldea se sigue una rutina,
124<br />
de la que nadie se atreve á apartarse; pero yo suplico á<br />
los cultivadores, que no se dejen subyugar por la costum<br />
bre ; que repitan esta prueba en tres épocas; que cuenten<br />
con el tiempo que haga en dichas estaciones, y sobre to<br />
do que observen bien el estado en que se halla el abono<br />
al emplearlo.<br />
Toda especie de abono conviene al olivo, con tal que<br />
esté bien consumido; y la esperiencia ha hecho ver que<br />
el de ovejas y cabras es el mejor que se conocia entre los<br />
abonos animales; después sigue el de caballerías , y últi<br />
mamente el de ganado vacuno. La mezcla de tierras nue<br />
vas y escombros es también útil; y si la leña estuviese<br />
abundante en las provincias meridionales, seria bueno echar<br />
á los olivos el borujo de las aceitunas después de bien<br />
prensado, porque es un abono muy bueno, á causa de<br />
las muchas partículas oleosas que contiene todavía; pero<br />
si no se emplea ni como abono ni para la lumbre, sumi<br />
nistrará un alimento bueno en el invierno para las aves<br />
domésticas. Se deja perder inútilmente el alpechín, y las<br />
aguas que salen de los molinos de aceite, y que han ser<br />
vido para escaldar la aceituna, sin considerar que reuni<br />
das en un espacioso depósito que se llenase de paja, de<br />
bojas de árboles y de toda especie de vejetales, forman<br />
un hígado de azufre en toda la superficie y en las orillas<br />
después que han fermentado. Su olor es también desagra<br />
dable y fétido; pero todo ello forma un abono escelente.<br />
Se puede también añadir á la paja y á los vejetales capa<br />
por capa tierra buena; y á medida que el agua mas sutil<br />
se va evaporando, se cubrirá con esta tierra la parte del<br />
suelo y de la masa total que ha quedado seca. Los moli-
12o*<br />
nos se abren en Noviembre y Diciembre, según los paí<br />
ses y las especies de olivos que se cultivan, y se cierran<br />
ordinariamente en Febrero : en todo este tiempo hay po<br />
ca evaporación, porque el calor del aire no es bastante<br />
fuerte para establecerla; y en fin, porque la escesiva can<br />
tidad de agua se opone á la fermentación y á la putrefac<br />
ción; pero á fines de invierno, y cuando esta agua ha de<br />
positado el mucilago y las otras partes que contenia; en<br />
fin, cuando solo conserva, por decirlo asi, la parte colo<br />
rante de que está cargada, se abre el caño, que se habia<br />
cerrado para contenerla, y se deja salir la porción que se<br />
quiere. Es muy importante conservar- cierta cantidad de<br />
ella en el fondo del depósito, para que la masa del estiér<br />
col la chupe á proporción de la que pierde por la evapo<br />
ración de la parte superior.<br />
La gran fermentación pútrida se establece cuando los<br />
calores de la primavera comienzan á obrar con cierta fuer<br />
za, y el del verano acaba la descomposición. En todo el<br />
mes de Setiembre se saca el abono del depósito, y se de<br />
ja amontonado en las orillas hasta el momento de acar<br />
rearle al campo. El color de este estiércol es de un negro<br />
azulado; su consistencia se parece á la de un barro algo<br />
enjuto, y se corta con la laya ó con la pala en pedazos<br />
semejantes á los de la turba. La parte del abono espues<br />
ta al sol, pierde muy pronto su color obscuro y se vuel<br />
ve pardusca. No hay abono que sea comparable con éste<br />
en bondad, tanto para los campos de granos, como para<br />
los olivares: hasta el agua de los molinos, dejándola fer<br />
mentar por muchos dias, y acarreada á los campos del<br />
mismo modo que los flamencos trasportan y derraman en
12G<br />
ellos las aguas de los depósitos del estiércol, asegura las<br />
cosechas y la vejetacion vigorosa del olivo; pero su efecto<br />
es de menor duración que el del abono en pasta, aun cuan-<br />
do se labre el terreno inmediatamente después del riego.<br />
Estos reservatorios, estos estercoleros son, durante los<br />
calores, unos focos verdaderos de putrefacción, de donde<br />
se desprenden sin cesar unas cantidades prodijiosas de ai<br />
re fijo, y de donde sale mucha infección. La ventaja que<br />
producen no se puede comparar con la salud de los cul<br />
tivadores; y asi es muy prudente alejarlos de la habita<br />
ción ó cortijo, y que á pesar de su distancia no este'n eii<br />
la dirección del viento. Comunmente se dice que el aire<br />
es mal sano en tal alquería, en tal aldea, etc.; que las ca<br />
lenturas en ellas son frecuentes durante el verano, y que<br />
su población se aminora, y no se advierte que semejantes<br />
males dependen de estas causas pequeñas.<br />
No se debe perder de vista que los abonos, de cual<br />
quier naturaleza que sean, obran solo en cuanto ha habi<br />
do descomposición de sus principios constituyentes; que<br />
de esta descomposición ha resultado una composición nue<br />
va, nuevos principios diferentes de los primeros, y muy<br />
susceptibles de ser disuellos por agua; que de la reunión<br />
de estos últimos con los del suelo, resulta la verdadera<br />
combinación jabonosa que constituye la savia ó jugo ve-<br />
jetal; que esta savia está compuesta de agua, tierra, acei-<br />
te, sal y aire fijo en mucha cantidad; que la justa pro<br />
porción de la mezcla de estos principios, depende la mas<br />
ó menos vejetacion ele toda especie de vejetales, cuales<br />
quiera que sean; y en fin, que jamás un abono que no<br />
se ha consumido, como es necesario, no producirá una
127<br />
combinación justa , esparcido y enterrado por el campo.<br />
Mientras los olivos se mantengan y alimenten bien<br />
su aceituna, no tienen mucha necesidad de estercolarse;<br />
pero si cuando se advierte que se van debilitando sin re<br />
celo de que se altere, ni desmerece la calidad del fruto,<br />
como suponen algunos, siendo el tiempo mas oportuno<br />
para ello el otoño, para que con el beneficio de las llu<br />
vias se reparen durante el invierno de lo que hayan pa<br />
decido en el verano.<br />
Todo estiércol bien podrido y sustancioso es á propó<br />
sito; pero los abonos mas especiales para los árboles y<br />
olivo, usándolos con discreción y del modo dicho, son las<br />
carnes podridas, sangre, cuernos, pezuñas, y todo resi<br />
duo de animales, borras ó heces de vino y de aceite, aguas<br />
de los enjabonados y de fregar en las cocinas, y toda in<br />
mundicia que se saque de estas y otras oficinas donde se<br />
vierta aceite y cualesquiera grasas. También son buenos<br />
abonos los yesones, ó pedazos de yeso que resultan de<br />
los edificios viejos, derrumbados entre los escombros, y<br />
machacados algún tanto, producen buenos efectos echados<br />
al mismo pie de los olivos, ya vayan solos, y mejor si van<br />
mezclados con abonos animales : en este último caso la<br />
combinación jabonosa ó principio de la savia, sé forma<br />
con mucha prontitud.<br />
T<br />
CAPITULO XI.<br />
ÉPOCA Y DISTRIBUCIÓN DE LA ARADA.<br />
-I- odas las reglas y precauciones espuestas hasta aqui pa<br />
ra proceder con acierto en la plantación y gobierno de los
128<br />
olivos, serian casi inútiles si después de plantados no se<br />
les diesen las labores convenientes, y defendiesen de los<br />
animales, que comiéndoles los brotes y ramillas que han<br />
de dar fruto, y ademas royéndoles las cortezas, sino los<br />
matan, los privan por lo menos de las facultades de ele<br />
varse y estenderse; y por consiguiente de dar aquel fru<br />
to que debía esperarse de ellos regularmente.<br />
Las labores anuales que suministran los cultivadores<br />
jeneralmente á todo olivar en algunos paises, es una ma<br />
la reja, en otros dos por otoño y primavera , y cuando<br />
mas otros tres al año; pero los unos y los otros lo ejecu<br />
tan fuera de tiempo, sin llevar un orden natural, dándo<br />
las cuando se desocupan de otras faenas, tal vez menos<br />
precisas, ó esperando á que los dias sean mayores; y no<br />
teniendo mas guia de que medie de labor á labor algún in<br />
tervalo; y sin tener presente que ningún árbol agradece<br />
tanto el beneficio del cultivo como el olivo; pues que cul<br />
tivado con las oportunas labores, reverdece; con ellas echa<br />
pimpollos robustos y saludables, y la aceituna engorda<br />
mas y en mas cantidad, y sus aceites son de mejor cali<br />
dad. Es un error el persuadirse de que con solo una reja<br />
rascando la tierra, está adecuadamente cultivado un olivar;<br />
es lo también el creer que dos ó tres vueltas de labor le<br />
serán tan útiles, hechas inoportunamente y fuera de tiem<br />
po , como las que se le apliquen á su verdadero tiempo<br />
natural; y que cuanto mas se profundice el surco sin in<br />
terrumpir, remover, maltratar ni golpear los troncos y<br />
raices capilares del olivo, tanta mayor utilidad se sa<br />
cará de una bien dirijida labor.<br />
Tal es el anterior orden de labrar los olivares que se
129<br />
ha seguido y continuado por una serie y no interrumpida<br />
costumbre de siglos en todas partes; y los escritores jeo-<br />
pónicos lo han tolerado mas ó menos hasta nuestros dias;<br />
y no pudiéndome avenir á rutinas tan en parle funestas,<br />
pasaré á esponer como se deben cultivar, fundado siem<br />
pre en la marcha de la naturaleza y de la misma jísiva ve-<br />
fetal , de las que jamás me apartaré.<br />
Para labrar bien los olivares, deben dárseles cuatro<br />
rejas ó vueltas de arado cada año en sus épocas oportunas,<br />
á fin de que las i'aices, con especialidad las capilares, se<br />
estiendan y profundicen mas, y se acaloren, humedezcan<br />
y perciban mas la luz, y para que no crien yerbas que las<br />
roben y chupen la sustancia.<br />
Siguiendo el orden de la naturaleza, todo árbol, sea<br />
el que fuere, verbi gratia, el olivo, en el momento que<br />
se despoja, quita y recolecta su fruto ó aceituna, desde<br />
aquel instante cesa en su vejelacion anual, y principia<br />
á descansar, digámoslo asi, del grave peso del fruto que<br />
le tenia agobiado y como estenuado. Desde esta misma<br />
época el árbol dará principio á recuperar poco á poco nue<br />
vas fuerzas de vejelacion, siguiendo las invariables leyes<br />
de la naturaleza, á quienes está constituido; y desde esta<br />
misma época la mano próvida de un cultivador celoso se<br />
esmerará, aunque no sea sino por su utilidad, en ayudarle<br />
y ausiliarle con prontas y bien ordenadas labores, á fin de<br />
que el árbol active y prepare una feliz y lozana vejelacion:<br />
esto asi, sin demora y después de la recolección, deberá<br />
ante todas cosas: l.° podar ó limpiar el olivo, cortándole<br />
y descargándole todo el rameje de madera inútil, lo re<br />
viejo, escarzoso y perjudicial á su prosperidad y vejeta-
150<br />
cion: 2.° en seguida, y sin demora, se le dará la primera<br />
reja honda y yunta, y por estos medios se vigorizará y to<br />
mará nuevas fuerzas, predisponiéndose y descansando los<br />
cuatro meses de Diciembre, Enero, Febrero y Marzo pa<br />
ra los nuevos jérmenes de fruto. En Enero hasta mediados<br />
de Febrero se le dará la segunda reja; y asi irá recobrando<br />
la tierra bien mullida la humedad de las aguas llovedizas,<br />
introduciéndose en ella, y el árbol se fortalecerá, coadyu<br />
vando para la futura jerminacion del siguiente mes de<br />
Abril; en cuyo mes es bien sabido que jeneralmente na<br />
cen del sobaco de las hojas las yemas, que contienen sus<br />
flores, desarrollándose y abriéndose estas por Mayo, y ca<br />
yéndose al suelo la flor en Junio, habiéndose antes cuaja<br />
do el fruto ó aceituna mas ó menos temprano, según el<br />
clima del terreno.<br />
Por ningún motivo ni protesto se dará el tercer hier<br />
ro, mientras que los olivos están en flor; porque los eflu<br />
vios que exhalaria la tierra si se arase ó cavase, les per<br />
judicaría notabilísimamente; estando ademas de esto muy<br />
espuestos, durante su florescencia, los árboles á las varia<br />
ciones repentinas de la atmósfera de calor al frió, de las<br />
heladas repentinas y tardías de la primavera, á humeda<br />
des abundantes, ademas nieblas y rocíos, á insolaciones<br />
ó recalmones; y aun á veces hasta las aceitunillas recién<br />
cuajadas se pierden de semejantes variaciones ; en tales<br />
circunstarfeias no se deberá jamás arar, cavar ni podar,<br />
hasta que se haya caido , secado y cuajado la flor; porque<br />
efectuada ésta, es señal de estar ya cuajado el embrión<br />
de la aceituna, y de consiguiente ya no corre peligro ; el<br />
que se le den después las labores y beneficios que se esti-
151<br />
men útiles y convenientes. El físico se complace enton<br />
ces en calcular la altura de la atmósfera, su densidad y<br />
variaciones; el astronómico sus efectos: ambos quieren<br />
adivinar sus vicisitudes y las causas que las producen; el<br />
labrador todo se lo debe á ella; él mismo esperimenta sus<br />
influencias saludables, ó teme ¡con que dolor! sus crueles<br />
efectos: ¡cuan apesadumbrado y receloso se encuentra en<br />
tan dudosa crisis desde la florescencia! de ella pende su<br />
dicha ó su desgracia; por lo que pasada ya la florescencia,<br />
se podrá dar la tercera reja , después de haber cuajado la<br />
flor sin recelo: algunos si la florescencia se desgracia, aban<br />
donan por aquel año los olivares, escusándose por ahor<br />
rar; de lo cual resulta un atraso muy grande al año veni<br />
dero, cuyo procedimiento no apruebo, pues siempre el<br />
árbol lo agradece, y no se retrasa: el tercer hierro se ha<br />
rá profundo y á lomo, para que la tierra adquiera mas<br />
superficie y aproveche mejor los gases atmosféricos, que<br />
son los verdaderos abonos naturales. La cuarta arada se<br />
efectuará desde Agosto hasta el i5 de Setiembre hon<br />
da y yunta, sirviendo estas dos últimas rejas de unos<br />
verdaderos abonos, por la mezcla y percepción de los<br />
dos referidos gases; pulverizándose ademas la tierra, y<br />
aniquilando las yerbas é insectos y sus larvas. Bajo de<br />
estas bases aconsejaré que se labren siempre los olivares,<br />
por estar fundadas en las leyes naturales y de la eco<br />
nomía rural y vejetal.
132<br />
CAPITULO XII.<br />
DE LA PODA DEL OLIVO.<br />
"R<br />
JLLevelándonos la fisiolojía vejetal las importantes fun<br />
ciones de la savia descendente destinada por la naturale<br />
za para alimentar las raices , al mismo tiempo que para<br />
producir el fruto , el arte aun no ha hecho aplicación de<br />
esta bella teoría para podar los árboles.<br />
Algunos autores, particularmente Rocier, se han es-<br />
plicado contra los inconvenientes de la poda, y no por<br />
eso deja de ser cierto, que removidos otros inconvenien<br />
tes mas perjudiciales que resultan de abandonar el árbol<br />
á sí mismo, han acabado por conocer la necesidad de<br />
podar.<br />
Esta operación exije toda la atención de un natura<br />
lista, y asi no propondré aqui á los labradores mas que<br />
los resultados de los esperimentos que se consagrarán<br />
por felices resultados, y poco á poco se irán haciendo po<br />
pulares, convirtiéndose al finen un método jeneral; pues<br />
to que la fisiolojía vejetal no admite principios diversos,<br />
según la diversidad de los árboles , sino que siempre son<br />
los mismos ; y asi, lo que es cierto respecto del manzano,<br />
lo es respecto del peral, y lo será sin duda igualmente<br />
respecto del olivo y de cualquier otro árbol frutal, fue<br />
ra de algunas pequeñas modificaciones.<br />
Al describir la fisiolojía vejetal sus teorías luminosas,<br />
y al indicar los hermosos esperimentos sobre la savia<br />
que se deben á Halles, Valker, Dubamel , de Sausure,
153<br />
Coulomb, Sentiebier , etc., revelaba el secreto importan<br />
te de gobernar y podar los árboles frutales.<br />
Sin embargo, los autores de estas teorías y esperirnen-<br />
tos dirijidos á consagrar el influjo de la savia descenden<br />
te sobre la fructificación, no hacen ninguna aplicación al<br />
arte : antes tratando de la poda entran en el círculo vi<br />
cioso de esta operación, y no hallan mas que cortar y po<br />
dar las ramas, destruir chupones, tajar los vastagos, y<br />
dejar por todas partes los vestijiosdel cuchillo. Es, pues,<br />
lafisiolojía vejetal la que nos ha hecho reconocer el prin<br />
cipio de que deben como arquearse las ramas , cuando la<br />
simple observación de la naturaleza habria debido condu<br />
cirnos á esta práctica. En efecto , si nos ponemos de es<br />
paldas contra el tronco de un olivo, ó de cualquier otro<br />
árbol abandonado á sí mismo, como lo están en los mon<br />
tes, y levantamos los ojos, ¿que otra cosa percibimos sino<br />
una bóveda circular de ramas , que partiendo del tronco<br />
á la altura de una ó dos varas , se abajan en forma de ar<br />
cos, cuya eslremidad se acerca á la superficie del suelo?<br />
Solo en estos arcos se forma el fruto , mientras que Ja<br />
parte superior del árbol no nos presenta mas que una ri<br />
ca vejetacion de ramas leñosas y sin fruto.<br />
Poda y gobierno de los olivos.<br />
Como en la poda y gobierno de los olivos se debe<br />
proceder siempre por principios y razón, y no por rutina<br />
ó acaso, podrán unirse como elementos las, proposiciones<br />
y definiciones siguientes, suponiendo los olivos en el or<br />
den común de la vejetacion.
154<br />
Proposición 1. a Las ramas y raices de un árbol están<br />
en proporción recíproca, contribuyendo mutuamente Jas<br />
unas á las creces de las otras , y por consiguiente pade<br />
cen las unas cortando las otras.<br />
Si se podan muy largas las ramas fuertes de un árbol<br />
vigoroso, se fortificarán las raices, se multiplicarán las<br />
fuertes, y cargándose de madera no fructificarán.<br />
Si al contrario , se podasen muy cortas, descargando<br />
también el árbol de las ramas menudas se debilitará, de<br />
bilitándose las raices.<br />
Es, pues, necesario descargar de ramas menudas los<br />
olivos vigorosos, y dejar á las ramas fuertes una largura<br />
razonable, á fin de conservar cierta proporción y una es<br />
pecie de equilibrio entre sus ramas y raices.<br />
Al contrario, cuando un árbol brota débilmente, es<br />
señal que sus raices tienen poco vigor , y es necesario<br />
descargarle también de ramas menudas, y podar cortas las<br />
mejores, á fin de que fortificándose, se fortifiquen tam<br />
bién las raices.<br />
•2." No se forma una rama vigorosa en un lado del ár<br />
bol, sin que exista en el mismo lado alguna causa que<br />
obligue á la savia á dirijirse con preferencia á aquella<br />
parte.<br />
Esta misma causa hará que en el mismo lado se des<br />
envuelva mayor número de raices, y aumentándose éstas<br />
mas y mas, la fuerza de Ja rama tomará escesivo vigor;<br />
perjudicial á las inmediatas , y algunas veces al resto de<br />
los árboles. Para evitar estos malos efectos, se deben su<br />
primir ó moderar las ramas que se manifiesten notable<br />
mente mas fuertes que las otras.
*53<br />
3. a En el orden natural la savia que atraen las rai<br />
ces, se dirije principalmente á ¡as ramas correspondientes<br />
al mismo lado.<br />
Cuando se adelanta con csceso un lado de alcun árbol<br />
tomando gran superioridad sobre el otro, sin que la poda<br />
haya podido moderar su vigor, lo ocasionan sin duda las<br />
raices correspondientes al mismo - y para restablecer la<br />
igualdad, deberán descubrirse y cortarse alguna ó algunas<br />
de las mas fuertes. Pero no debe usarse de este remedio<br />
violento, sino con grave necesidad y con gran precaución,<br />
porque sucediendo algunas veces que las raices no sumi<br />
nistran alimento á las ramas de un mismo lado, sino á las<br />
del opuesto , resultaría en este caso la pérdida de las ra<br />
mas débiles.<br />
4. a La savia se clirije á las ramas con mas ó menos<br />
fuerza y abundancia, á proporción que se acercan mas ó<br />
menos á la dirección vertical.<br />
Los árboles se inclinan á elevarse á la altura corres<br />
pondiente á su especie, y siendo solamente las ramas ver<br />
ticales A propósito para este objeto, procuran alargarlas y<br />
fortificarlas mas que las horizontales, dirijiéndose á ellas<br />
las savias; Y esta es la razón porque lo alto de los olivos<br />
se baila siempre bastante guarnecido.<br />
De todo se sigue , que dejando crecer ramas fuertes<br />
con dirección vertical, dirijiéndose á ellas la savia con mas<br />
fuerza y abundancia, se debilitarán las horizontales, y se<br />
desguarnecerá lo bajo de los árboles.<br />
5. a La savia es mas activa cuanto mas se aleja del cen<br />
tro de los árboles. Hallando menos resistencia en la estre-<br />
midad de las ramas por ser tierna, que en su nacimiento,
130<br />
donde los cercos leñosos están ya endurecidos, dirije á ella<br />
su principal acción y desenvuelve allí un número prodi-<br />
jioso de ramillas proporcionado á su cantidad. De suerte,<br />
que si se despuntase una rama conservando ocho yemas,<br />
y no bastase la savia para abrir mas que tres , abrirían las<br />
tres del estremo, y dormirían las cinco restantes.<br />
Es, pues, necesario: i.° evitar una poda demasiado<br />
larga, que dejando á la savia en los estreñios del árbol de<br />
masiadas salidas y facilidades , abandonaría el centro y se<br />
desguarnecería.<br />
2. 0 Evitar una poda tan corta, que obligue á la savia<br />
á obrar con demasiada fuerza en el corto número deye<br />
mas que hallaría en las ramas nuevas, y á que refluyendo<br />
á las viejas , se haga salidas eslraordinarias, produciendo<br />
ramas de madera falsa.<br />
3.° Si toma demasiado vigor un lado del árbol, deben<br />
podarse cortas las ramas fuertes , á fin de que la savia,<br />
hallando alli mas resistencia y menos salida, obre con mo<br />
deración j pero deben conservarse y podarse largas todas<br />
las medianas y endebles que pueden subsistir sin confu<br />
sión , á fin de que se consuma en ellas, y de no obligarla<br />
á que se abra salida eslraordinarias. Y al contrario , de<br />
be descargarse el lado endeble de todas las ramillas dé<br />
biles, podar y corlar las medianas, conservando solamen<br />
te Jas necesarias para que se vistan, y podar largo las ra-<br />
mas'suellas y fuertes, á fin de atraer á ellas la principal<br />
acción de la savia.<br />
6. a La acción de la misma savia en las yemas de uM<br />
rama vertical es á proporción de la distancia en que se<br />
hallan del nacimiento ele la misma rama. De suerte que
137<br />
las ramas nuevas que produzcan las yemas de una rama<br />
podada , serán mas fuertes , cuanto mas se acerquen á su<br />
nacimiento ; pero si se arquease una rama, la yema si<br />
tuada en lo mas alto producirá el brote más fuerte, y los<br />
demás serian los mas endebles, á proporción que se acer<br />
casen á la estremidad de la rama ar-queada.<br />
En las ramas horizontales no se observa esta propor<br />
ción, produciendo ordinariamente las yemas situadas en<br />
la parte superior brotes mas fuertes que las que miran á<br />
tierra. De suerte, que si la última yema se halla situada<br />
en la parte inferior, y la penúltima en la superior, será<br />
esta la que produzca el brote mas fuerte. Toda rama, pues,<br />
que se cria fuerte en paraje donde debia ser débil, ó dé<br />
bil cuando debería ser fuerte, es contra el orden natural,<br />
y ordinariamente debe cortarse.<br />
7. a Las hojas influyen de tal modo en la cantidad y<br />
movimiento de la savia, que se aumenta ó disminuye á<br />
proporción de su estado y de su número. Si se despojase<br />
á los árboles, á un olivo, verbi gratia, de una parte con<br />
siderable de sus hojas, se las comiesen los insectos ó las<br />
perdiesen por algún accidente, conteniéndose la acción de<br />
la savia, se les caería la fruta, y se atrasarían bastante.<br />
Se puede , pues, moderar el escesivo vigor de un ár<br />
bol privándole de parte de sus hojas que le suministren<br />
mucho alimento.<br />
8. a La es tensión de los brotes es en razón inversa de<br />
la dureza de sus capas leñosas.<br />
Se estienden mas los brotes cuanto mas tiernas son<br />
sus capas leñosas, y al contrario. La dureza de estas capas<br />
leñosas se retarda tanto mas, cuanto la savia es abundante:<br />
22
138<br />
la savia es mas abundante y activa cuanto los brotes son<br />
mas tiernos , se acercan mas á la dirección vertical, están<br />
mas guarnecidos de hojas , y por consiguiente mas defen<br />
didos del sol que los baria traspirar y endurecerse.<br />
Favoreciendo estas causas, se aumenta la estension de<br />
las ramas , y destruyéndolas ó disminuyéndolas se con-<br />
tienen ó moderan sus progresos.<br />
DEFINICIONES.<br />
En los árboles se distinguen seis jeneros de ramas,<br />
esto es, ramas leñosas, fructíferas, chuponas , semi-<br />
chuponas , de madera falsa y ramillas fructíferas.<br />
i. a Definición. Ramas leñosas ó de madera, son las<br />
que salen de las líltimas yemas, y solo producen brotes ó<br />
botones de madera: son por lo común las mas largas y de<br />
aspecto vigoroso, con sus fibras derechas , aplastadas unas<br />
sobre otras, la corteza viva, ocupando toda la lonjitud de<br />
la rama hasta su estremidad, y disminuyendo á medida<br />
que ésta disminuye en grueso.<br />
Como nacen con destino de producir otras ramas le<br />
ñosas y fructíferas, son por consiguiente muy esenciales<br />
para la formación y fecundación de los árboles : deben,<br />
pues, conservarse con mas atención que ninguna otra.<br />
2. A Las ramas fructíferas ó de fruto son las que lle<br />
van botones de fruto y deben conservarse: las de olivo son<br />
lisas y larguitas, mas ó menos unas que otras.<br />
3. a Las ramas chuponas ó tragonas, golosas, mamo<br />
nas ó pendoleras, llamadas asi á causa de que se llevan<br />
todo el alimento y estenúan á sus vecinas , son unas ra-
159<br />
mas fructíferas dejeneradas , ó que han nacido en lugar de<br />
una fructífera, mas fuertes , ó á lo menos tanto corno las<br />
leñosas, largas , gruesas y derechas, con la corteza verde.<br />
Muy pocos han conocido hasta el dia Jas propiedades<br />
de estas ramas. Los árboles nacidos naturalmente , y sobre<br />
los cuales la podadera fatal del ignorante no ha ejercido<br />
todavía la cuchilla su imperio, carecen de ramas golosas.<br />
Estas ramas, nacidas fuera del orden natural, deben cor<br />
larse por el desorden que causan en la forma y en la veje-<br />
tacion de los árboles. Los indicios para conservarlas son:<br />
i.° su posición : la mayor parte de ellas brotan de la cor<br />
teza ó de la yema : 2. 0 su grueso: ya salgan de la yema ó<br />
de la corteza, su base es ancha, gruesa por la parte infe<br />
rior, nutridas desde que nacen, y ocupan mucha parte con<br />
su base: 5.° la precipitación con que nacen, crecen, se<br />
alargan y engruesan casi de repente: Z¡-°-el tejido de la<br />
rama de una chupona y su corteza, son también señales<br />
ciertas para conocerla; estas especies de ramas comienzan<br />
desde muy luego á tener por la parte inferior el color mo<br />
reno de la corteza que falta á los brotes, hasta que se<br />
convierte en madera dura. Estos caracteres distintivos son<br />
una consecuencia de la abundancia inmoderada de la s a <br />
via: 5.° sus botones son diversos de otras ramas, peque<br />
ños, negruzcos, y mas pardos unos que otros: 6.° conó-<br />
cense también por su figura; no son tan exactamente re<br />
dondos como los de las ramas provenidas por el orden<br />
natural, sino aplastadas mas ó menos por un lado y otro,<br />
hasta que son grandes: 7 . 0 su corteza, en vez de ser lisa,<br />
reluciente y como barnizada, es granujienta y escabrosa.<br />
4- a Las semi-chuponas son ramas fructíferas , largas
140<br />
y ahiladas, que nacen de la última poda con yemas aplas<br />
tadas y distintas unas de otras; son incapaces por su de<br />
bilidad dé alimentar bien la fruta, ni de criar buenas ra<br />
mas leñosas : se deben cortar por esta razón,<br />
5. a Las ramas de madera falsa son aquellas que con<br />
tra el orden natural nacen en las ramas viejas y por los<br />
troncos de los árboles y olivos: tienen algunas veces los<br />
caracteres de buenas ramas leñosas; pero las mas veces<br />
son de chuponas, distinguiéndose de ellos solamente por<br />
el lugar que ocupan.<br />
pones.<br />
En los árboles nuevos deben tratarse como á los chu<br />
6. a Las ramas ó ramillas fructíferas son en los árbo<br />
les de cuesco, cuando mas de dos pulgadas de largo, bien<br />
nutridas, guarnecidas de buenas yemas en toda su largu<br />
ra. En los demás árboles frutales tienen estas ramillas<br />
fructíferas desde seis hasta quince líneas de largo, y son<br />
desiguales en su grueso: en los olivos son mas largas que<br />
en ningún otro árbol estas ramillas.<br />
Distinción entre podar y limpiar un olivo.<br />
Podar es el arte de cortar y desembarazar de un árbol<br />
con intelijencia y después de la cosecha, las ramas de ma<br />
dera secas y viejas, y las que solo producen ramillas dé<br />
biles, y las chuponas y mamonas, -disponiéndole, y como<br />
obligándole, á que eche nuevas ramas ó brotes, y guian-<br />
dolé para darle mas vigor, haciéndole mas fructífero, agra<br />
dable y vistoso; y en fin, despojándole todo el ramaje su-<br />
pérfluo y sobrante .
iü<br />
Limpiar un olivo es suprimir ó cortar después de la<br />
recolección, época en que ja ha cesado en su vejetacion<br />
anual, los espolones, nuevos chupones, cogollos ó rami<br />
llas endebles, rotas y secas, las varetas del pie ó cepa y<br />
del tronco, y las achaparradas y mal guiadas.<br />
Conocimiento de las ramas.<br />
El operario que haya de proceder á la maniobra de<br />
podar, es indispensable que conozca exactamente las ra<br />
mas del olivo, designándolas por sus nombres, y sabiendo<br />
cuáles son sus funciones vejetales, para que la haga con<br />
tino y acierto en beneficio del árbol y de los intereses<br />
de quien le ocupa, y de su propia reputación; pues de<br />
lo contrario, en vez de beneficiar el árbol, no hará mas<br />
que destruirle necia é ignorantemente.<br />
Al repartir los nuevos brotes ó ramillas ele las estacas<br />
en su reciente y joven plantación, es ya costumbre de<br />
jar en sus cimas ó cabezas tres ó cuatro ramillas repar<br />
tidas en cada una, de las que se irá formando poco á po<br />
co la copa del olivo : estas primeras son las que se lla<br />
man madres ó principales, y de ellas nacerán las secun<br />
darias , formándose en estas las de tercer orden, y de es<br />
tas brotarán una multitud de ramillas de uno, dos y tres<br />
años fructíferas.<br />
Y por último, manifestamos que todas las ramas de<br />
olivo pertenecen á una de estas tres clases, vigorosas,<br />
enfermas ó muertas : estas dos últimas se cortan por la<br />
poda, practicando esta poda sobre la primera clase vi<br />
gorosa.
142<br />
Cómo se ha de ejecutar la poda.<br />
Todo jénero de poda, corta ó tala que se haya de -ha<br />
cer en los olivos, exije muchos conocimientos de parte de<br />
los p o dadores que la dirijen , para aplicarles según con<br />
vengan á las necesidades, á las variedades ó especies,<br />
condición y deslino futuro de este interesante árbol.<br />
El modo de podar, talar y cortar esperimenla aun<br />
grandes contradicciones, porque no se saben bastante bien<br />
las conexiones de un principio con otro.<br />
Todos podan y pocos conocen los principios en que<br />
se funda este arte : lodos miran su método como el me<br />
jor, sin reflexionar jamás , ni aun querer examinar si le<br />
podrán mejorar.<br />
La poda, pues, se encamina á la conservación, for<br />
mación y fructificación del árbol, arreglándose para ello<br />
á las invariables leyes de la naturaleza, y no al antojo y<br />
capricho de los operarios. Se ha de tener un conocimien<br />
to exacto del olivo en todas sus partes, pues el arle nunca<br />
debe proponerle otro objeto que ayudar á la naturaleza;<br />
pues siempre que queramos contrariarla será en perjuicio<br />
nuestro: imitémosla pues; sigamos su marcha, y veremos<br />
seguramente premiados nuestros trabajos, y no gastare<br />
mos inútilmente nuestro' dinero.<br />
En el olivo formado ya sobre sus ramas madres, se<br />
cundarias , etc., se ha de manejar la poda con mucha<br />
discreción; y la rínica y universal regla que puede darse,<br />
es conservar todas cuantas ramas laterales se hallen en<br />
el árbol , repartidas con igualdad y proporción por uno y
145<br />
otro laclo de las ramas madres, y que se aproximen á la<br />
figura total del mismo, para que de este modo se nutran,<br />
crezcan y fructifiquen con igualdad. Las que se dirijen<br />
hacia el centro ó directamente hacia fuera del árbol , y<br />
todas las que salieren perpendicularmente al tronco, de<br />
ben cortarse , porque de esta su permanencia, son perju<br />
diciales v contrarias é la fructificación.<br />
Los olivos se acopan , espesan y crian mas ó menos<br />
ramaje con arreglo á las variedades ó especies, y á los<br />
terrenos mas pingües ó mas estériles en que se crian: por<br />
estas y otras causas locales no puede jeneralizarse en to<br />
das los pagos de olivos la poda, ni fijarse á período de<br />
terminado; mas como dice Rocier: »la costumbre se con-<br />
nvierte en ley; y aunque haya algunos particulares, como<br />
nlos hay en efecto , que se dirijen por principios razona<br />
bles, es su número tan pequeño, que aunque hagan una<br />
»escepcion á lo que digo, no la destruyen en jeneral."<br />
Ya dejamos dicho que la poda del olivo se ha de ha<br />
cer por principios ; y aunque está reducida á pocos, su<br />
aplicación no tiene límites; porque debe sujetarse al cli<br />
ma , al terreno, á la situación de los olivos, á los vien<br />
tos que mas reinan en el pais, y finalmente á cada varie<br />
dad de olivo en jeneral, y á cada individuo en particu<br />
lar. No hay olivo que no indique y hable al podador lo<br />
que le debe cortar y podar de tal ó de tal modo particular<br />
que le conviene; y sino lo hace asi, y obra de otra ma<br />
nera, no sabe su oficio, y disminuye y coarta por tanto<br />
la cantidad de fruto, y desmejora el árbol. Verdad es que<br />
el olivo no podrá libertarse de sus golpes mortíferos; pe<br />
ro el propietario pagará caro por su incuria la ciega con-
144<br />
fianza que tiene en Ja impericia y negadez del podador.<br />
Lo primero que debe hacer todo podador, por mas in-<br />
telijente que sea , antes de subirse al árbol, es rodear el<br />
olivo dos ó tres veces, mirarle con atención, examinarle:<br />
primero en globo, y después en particular, hasta que se<br />
decida por sí mismo las ramas que le conviene y debe cor<br />
tarle; y si tiene alguna duda, la consultará con el compa<br />
ñero ó compañeros ; porque no puede sufrirse sin impa<br />
cientarse con qué frescura suben los mas al árbol y cor<br />
tan atrocJie-moche lo primero que se les presenta á Ja<br />
vista, muy pagados de peritos, y de que saben lo que<br />
hacen, cuando solóse les puede conceder que hócenlo<br />
que saben los imperitos, subir al árbol y cortar á roso y ve<br />
lloso, y habiendo formado el juicio desde abajo de la poda<br />
que necesita el olivo en cuestión, se subirá á él, y colocado<br />
en el centro, volverá á hacer segundo examen, puesto que<br />
alli el olivo le presenta otra vista muy diferente que la del<br />
esterior, mirado desde abajo y por debajo del olivo; y rec<br />
tificado su juicio, principiará por podar y conservar en<br />
lo posible el equilibrio entre todas las ramas que se dejen<br />
fructíferas, y que las mayores y menores se valanceen<br />
unas con otras de igual peso , grueso , ramaje y ostensión,<br />
á fin de arreglarlas al curso de la savia ó jugos nutricios;<br />
suprimiendo y cortando tocias las ramas perpendiculares<br />
al tronco, á fin dé que los jugos se encaminen mas fácil<br />
mente y con precisión á las laterales, lográndose que por<br />
este medio el árbol fructifique mas, y sea mas fácil la re<br />
colección.<br />
Y asi desde la cima del olivo procurará el operario<br />
en la maniobra de su poda, dejar: i.° que todas las ramas
145*<br />
sean igualmente gruesas y vigorosas, y bien situadas , y á<br />
ser posible, iguales en distancia; de modo que no haya<br />
mayor número de ellas á un lado que á otro: 2. 0 quitará<br />
todas las ramillas que desfiguran la formación , como son<br />
las que nacen dirijiéndose horizontalmente hacia el cen<br />
tro Y hacia afuera, conservando las oblicuas del centro: 5.°<br />
ano dejar uñas, espolones, reviejos, resecos, ni cortes<br />
mal dados; pues con estas precauciones se inclinará la<br />
savia á todas las ramas mas fácilmente y en mayor abun<br />
dancia.<br />
Concluida esta maniobra raspará por encima de la cor<br />
teza todas las plantas parásitas que haya en las ramas<br />
y tronco, como los musgos, cuscutas y liqúenes, de que<br />
tanto abundan los olivos, y cortará el marojo ó muérdago<br />
que tan funesto y perjudicial es para el olivo , cuidando<br />
de no dejar en los cortes ganchos ni espolones, porque<br />
son el oríjen de la putrefacción por lo interior, y le po<br />
nen hueco.<br />
Las ramas grandes que solo producen ramillas delga<br />
das y de poco fruto, deben también suprimirse, á fin de<br />
obligar al árbol á que se vista de nueva madera , y ademas<br />
las ramas que mantengan ramillas sequeronas.<br />
Si por cualquier causa no se podara el olivo en el año<br />
de su vez, siempre será muy útil, por lo menos, limpiar<br />
le de las ramillas débiles, muertas, medio secas, viejas<br />
o enfermas, y de las plantas parásitas; como también las<br />
que se crucen y entrelacen con las útiles y fructíferas, á<br />
fin de que la sacia no se pierda en mantener un ramaje<br />
de leña supérflua é inútil, y aun perjudicial; y porque<br />
asi el árbol mas vigoroso resistirá mejor los frios, y lleva-
146<br />
ra mas fruto , y echará mas brotes en la siguiente prima<br />
vera,, y sus aceitunas darán mas aceite.<br />
Se procurará el mantener los olivos guarnecidos con<br />
igualdad y en redondo: corlar todas las ramillas verticales<br />
que nazcan en el centro, y las que crezcan y se inclinen<br />
muy horizontalmente hacia fuera; éstas para que no se<br />
abajen demasiado al suelo, y arpadlas porque ocuparán y<br />
cerrarán el centro; el que debe mantenerse bastante abier<br />
to, á fin de que penetre el sol, pero sin desnudarle, ni<br />
aclararle tanto como acostumbran en algunas comarcas;<br />
de manera, que es necesario dejarle en disposición tal, que<br />
sin quedar cerrado se conserven con algunas ramillas, pa<br />
ra que con sus hojas den sombra, y defiendan-de los soles<br />
fuertes y de los frios los troncos de las ramas madres y<br />
el del olivo; porque se hienden estos con las influencias<br />
meteóricas, y se llena la corteza de roña, de que resulta<br />
la gangrena.<br />
Si por la robustez y verdor de las ramas y hojas del<br />
olivo , si por la edad de las mismas, que se conoce en la<br />
lisura y verdor de las cortezas, y si ademas de mantener<br />
las con lozanía se ve que le sobran jugos al olivo para ha<br />
cer brotar chupones ó mamones por sus ramas y cepa,<br />
con todas estas observaciones el podador dejará al árbol<br />
todas Jas ramas fructíferas que pueda criar y conservar,<br />
cortando poco á poco á los olivos lozanos, y descargando<br />
mas de ramas á los que están débiles y como enfermizos',<br />
y la rama que está dañada en los unos y en los otros de<br />
be cortársela.<br />
También se debe tener cuidado importante al podar,<br />
el hacer los cortes con limpieza, para no alterar las yemas
147<br />
y ramas sobre que se corta j cuando la poda se hace en<br />
un tiempo como en invierno, en el que no se puede con<br />
fiar que la herida se cierre pronto, y época en que la sa<br />
via solo se ocupa en formar raices; y esta es una ventaja<br />
que traen la poda y limpia del otoño; porque tienen mas<br />
tiempo las heridas para cerrarse antes que la savia se vuel<br />
va á poner en movimiento, cubriéndolas por medio de la<br />
rejcneracion de la corteza ; pues si los cortes ó heridas no<br />
se cierran, por ellos entra la gangrena , se pudre lo in<br />
terior del árbol y se ahueca, y por último perece.<br />
Al podar y cortar las ramas se ha de procurar que sea<br />
de abajo arriba , pues haciéndose al contrario, suele lle<br />
varse tras sí la rama que cae cortada un pedazo de cor<br />
teza y descubre la madera , perjudicando á la salud del<br />
olivo. Para haber de hacerse bien la cortadura, ha de que<br />
dar lisa, y jamás el instrumento con que se poda se ha<br />
de dirijir desde el centro del olivo á la corteza , sino es<br />
desde la corteza al centro del árbol; pues hecho asi se<br />
cierra la herida mas fácilmente, en caso que por descuido<br />
se haga la herida.<br />
Después de haber podado el olivo se ha de reconocer<br />
si tiene manchas cancerosas ó bultos ásperos en alguna<br />
parte, los que se habrán de cortar con cuidado, cubrien<br />
do las heridas con el ungüento de injeridores. Ademas los<br />
cortes exijen que el paraje en que se hacen queden lisos,<br />
rasos y limpios; de modo que no queden ganchos, espo<br />
lones ó resaltos en que se detenga la humedad de las<br />
aguas , por ser de mucha importancia para que se cicatri<br />
cen y cierren las heridas : asimismo se procurará en cuan<br />
to lo permita la posición de la rama , que se hagan en
143<br />
una dirección perpendicular y no horizontal; porque en<br />
el primer caso la corteza rejenerándose, cubre mas pron<br />
to la herida del corte que en el segundo; y en éste el<br />
agua, el sol y los vientos, la escarcha, el rocío y hielo<br />
se estancan en la herida, y lastiman y dañan la madera de<br />
la rama.<br />
Si se hacen algunos cortes en medio y sobre una ra<br />
ma principal, se harán sesgados; y siempre que se pue<br />
da se ejecuta por aquella parte en que se manifieste al<br />
guna yema , repulgo ó escrecencia, para que por cualquie<br />
ra de éstas brote con mas seguridad, y la herida se reje-<br />
nere y cierre mas pronta y fácilmente.<br />
También se cuidará al podar en cortar las ramas que<br />
están cruzadas , sobrepuestas y acaballadas unas encima<br />
de otras con semejante desorden, debiendo por lo contra<br />
rio quedar sueltas y desembarazadas, procurando guiarlas<br />
para que cierren los flancos ó claros esteriores, para que<br />
redondeado el olivo forme una vistosa copa y abrigada; y<br />
las ramillas que se dirijen al centro, deben dejarse bas<br />
tantes para que abriguen un tanto el tronco del olivo y<br />
brazos de las principales ramas , preservándoles por este<br />
medio de los frios del invierno y calores fuertes del es<br />
tío; cuya manipulación, en fin, se circunscribe á una bue<br />
na formación de la copa del olivo.<br />
Nunca se permitirá dejar en la poda del olivo ramas<br />
verticales muy vigorosas; pues teniendo juntamente ra<br />
mas horizontales de fruto, aquellas se llevarán el jugo<br />
nutricio en perjuicio de éstas; y dirijiéndose á aquellas<br />
la savia con mas fuerza y abundancia, se debilitarán las<br />
horizontales , y se desguarnecerá la base de los árboles;
149<br />
corlándose ademas, si los hay, los chupones, pues casi<br />
siempre hay en sus cercanías ramas débiles que reempla<br />
zar, y asi deberá suprimirse.<br />
Suponiendo ya formados con tres ó cuatro ramas prin<br />
cipales los olivos, y bien ocupados por lo alto y á todo<br />
viento , y con la ventilación interior necesaria, no requie<br />
re mas poda y gobierno que el de contener á éstas, cor<br />
tando la guia á la que prevalezca sobre las otras, y en<br />
tresacar las ramas que se crucen ó se inclinen hacia el<br />
suelo, dejándolos con desahogo y ventilación.<br />
Si se poda el olivo cuando la savia comienza á subir<br />
ó está subiendo á las ramas, y mucho mas aun cuando<br />
está florido, cada golpe de la podadera abrirá una herida<br />
á la savia, mejor diré , una sangría al olivo , perenne por<br />
algunos dias; porque la cicatriz que se hace no tendrá<br />
tiempo para formarse y cerrarse ; pues mientras la savia<br />
está subiendo á la copa del árbol, su cantidad se aumen<br />
ta, y principalmente en los dias húmedos y lluviosos; de<br />
cuyo ignorante procedimiento resulta una pérdida efecti<br />
va de la sustancia alimenticia de las ramas, etc., por me<br />
dio de la estravasacion; y poco á poco se irán disminu<br />
yendo sus fuerzas, echando, brotes pequeños y mezquinos,<br />
y por último se secan. De aqui se puede inferir cuan<br />
importantísimo es el podar temprano, esto es, en los me<br />
ses del otoño Octubre y Noviembre, especialmente en<br />
nuestras provincias meridionales, dando tiempo para que<br />
las cicatrices se cierren hasta el mes de Marzo, ó antes<br />
que la savia se remueva.<br />
La esperiencia prueba que un olivo, aunque no se le<br />
pode en uno ó muchos años , y que no tiene fuerzas pa-
150<br />
ra arrojar nuevos brotes, sea por vejez, sea por estar car<br />
gado de un número grande de bolsas y ramillas de fruto,<br />
florece y fructifica todos los años; pero las mas de las ve<br />
ces la flor no cuaja, y el fruto se cae muy pronto aunque<br />
baya cuajado; porque los canales de la savia están muy<br />
obliterados ó embotados , y no sube ésta en cantidad su<br />
ficiente y proporcionada á las necesidades.<br />
Si se viese que un olivo arroja muchos chupones, se<br />
enloquece y no da aceituna , es prueba que ha habido un<br />
esceso en podarle mas ramas que las que necesitaba, y<br />
en este sentido , si está en buen suelo y bien cultivado,<br />
se le cortarán muy pocas ó ningunas ramas oblicuas y<br />
trasversales de tercer, cuarto y quinto orden: estos ca<br />
sos son raros; pero cuando suceden, se remedian hacien<br />
do ayunar al árbol, privándole de labores y abonos, ó de<br />
jándole de podar algunos años, y encorvándole las ramas,<br />
para que no suban derechas y den fruto.<br />
Lo alto de los olivos , adonde la savia se dirije con<br />
mas abundancia y actividad , debe considerarse como un<br />
árbol vigoroso; y lo bajo, que recibe menos jugo, como<br />
un árbol débil: en tal estado, estos árboles vigorosos por<br />
lo alto, deben podarse sobre sus ramas medianas , des<br />
cargándolos de las fuertes, y conservándoles las pequeñas:<br />
los débiles por lo bajo, al contrario, deben podarse sobre<br />
las ramas fuertes, descargándolos sobre las pequeñas, y á<br />
estos se arreglará la poda de aquellos vigorosos.<br />
El podar en invierno y tiempo de fuertes heladas es<br />
muy peligroso; porque en aquella estación están vidriosas<br />
y quebradizas las ramas, y se rajan y abren en la poda, y<br />
el frió penetra por la herida ó corle con detrimento del
1SI<br />
árbol ; y si en efecto enferma el olivo ó se daña por esta<br />
ú otra causa, pierde la salud; y si se hallan en algunas de<br />
sus piernas cañas ó gajos principales, que están como se<br />
cas ó mal acondicionadas, se remediará ejecutando un cor<br />
te principal por lo sano.<br />
Parece razonable podar mejor que limpiar el olivo en<br />
seguida de una cosecha abundante , según lo han obser<br />
vado y aconsejan muchos labradores juiciosos; y estos mis<br />
mos podan con recelo en seguida de años estériles de fru<br />
to, y solo se contentan con limpiar el olivo.<br />
No.se debe jamás podar, limpiar ni arar el olivo<br />
cuando está en flor, ni recien cuajada la aceitunilla.<br />
Provisto ya el olivo de ramas leñosas ó madres abso<br />
lutamente necesarias, se atenderá á las fructíferas , para<br />
llenar el verdadero objeto y útil cultivo de la poda; y em<br />
pezando por lo bajo conservaránsc las necesarias para man<br />
tenerlos vestidos, escojiendo las ramas mas fuertecitas y<br />
mejor situadas, y se podarán las demás que por su debi<br />
lidad son impotentes de producir buena ó ninguna aceitu<br />
na; y al contrario, se conservarán las mas altas que pue<br />
dan subsistir sin causar confusión, á menos que los árbo<br />
les se hallen fatigados de la producción de la cosecha del<br />
año anterior; en este caso se cortarán, aunque sean fruc<br />
tíferas, según su posición.<br />
Toda poda mal dirijida ó hecha en estación que no<br />
corresponde, obstruye los vasos é impide la circulación<br />
de los sucos en el árbol, por cuya causa enferman los<br />
olivos.<br />
' Después de los grandes progresos que hacen los oli<br />
vos en su vejelacion, necesitan podarse , porque desde la
152<br />
primavera principian á formar un tejido disforme sus bro<br />
tes largos y multiplicados: estos brotes unos piden que<br />
se les señale lugar, estendiéndose prontamente por el ai<br />
re j otros parece que esperan que los corten como miem<br />
bros supéríluos, para que los compañeros adquieran cuer<br />
po y nutrimento para fructificar.<br />
Dos suertes de ramas se deben suprimir y cortar á los<br />
olivos al podarlos; i.° las irregulares, infecundas, caria<br />
das, muertas ó moribundas : 2° los brotes supernumera<br />
rios, aunque sean del fruto para el año siguiente, y las<br />
ramas golosas y las inútiles; y los brotes que la natura<br />
leza coloca uniformemente en todos los árboles para ser<br />
vir de ramas madres, que son los que alimentan el fruto<br />
lejos de cortarlos, el intelijente podador los reservará, aun<br />
que provengan de una rama vieja.<br />
Un olivo que está muy cargado de fruto ó de ramas,<br />
es muy defectuoso, y está acusando la ignorancia del po<br />
dador.<br />
Si tiene mas ramas de las que sus fuerzas pueden sos<br />
tener y alimentar, se debilita - y si demasiados frutos, es<br />
tos se quedan pequeños y mezquinos y mal alimentados:<br />
el segundo defecto perjudica á los frutos, y el primero<br />
arruina al árbol.<br />
Si se poda el olivo cuando la savia está en movimien<br />
to en invierno, ó si se le cortan una ó dos ramas mayo<br />
res , ó si el viento las quiebra , al punto se forma una es<br />
pecie como gomosa ; y esta no es otra cosa que una par<br />
te mucilajinosa de la savia concretada por la evaporación<br />
del fluido que la constituía savia : bajo cualquier aspec<br />
to que se consideren estos árboles, no se puede negar
135<br />
la estravasacion de la savia y su pérdida; y si se les qui<br />
la muchas ramas en aquella estación, cuando se hallan<br />
en savia, por medio de la poda, se les comunica una ver<br />
dadera enfermedad, un aniquilamiento de fuerzas. Según<br />
estas aserciones no temo decir: i," que no se deben po<br />
dar los olivos, sino cuando la savia está entorpecida, que<br />
es desde Octubre hasta mediados de Enero en las provin<br />
cias meridionales ; ó parada ó concentrada, cuando se dis<br />
pone á formar lo que se llama savia de Agosto: 2." que<br />
sea en el tiempo que fuese, nunca se deberá hacer al ár<br />
bol una herida demasiado grande , sin dejar de cubrírsela<br />
al punto con ungüento de injeridores, á fin de interceptar<br />
el contacto inmediato del aire , y evitar que la herida se<br />
tueste con el sol, y la entre el caries.<br />
No puedo menos de trascribir aqui lo que decia sobre<br />
esta materia nuestro erudito y dilijenle observador anda<br />
luz Fr. Francisco Baeza, lego de Ja cartuja de esta ciudad,<br />
en una memoria publicada en el Semanario de Agricultu<br />
ra y Artes, número L\\2, del jueves 22 de 1804 > tomo 16.<br />
»Los que se llaman intelijenles, dice, en materia de<br />
podar y talar, que abundan muchísimos, las defienden<br />
a capa y espada, diciendo que el olivo necesita mucha<br />
ventilación , y que es necesario que le bañe bien el sol<br />
y ¡os vientos por fuera y por dentro ; por cuyo motivo es<br />
preciso abrirlos y dejarlos por el centro diáfanos, como<br />
si el sol y el aire fuesen cuerpos sólidos y tan volumino<br />
sos, que si no encuentran unas puertas de seis ú ocho va<br />
ras de circunferencia, no pueden penetrar.<br />
«Si es para obligarle á que eche fruto en el rostro ó<br />
ramas que mirad á fuera , estas no necesitan semejante<br />
24
eneficio; antes por ei contrario, suelen ofenderlas tantos<br />
soles y vientos; y no en pocos años se han logrado solo<br />
las aceitunas que estuvieron abrigadas con las hojas. En<br />
el olivo zorzaleño , que naturalmente es tan poblado, se<br />
observa que suele ocultar mucha aceituna á la vista mas'<br />
perspicaz , como que es necesario abrir, las ramas con la<br />
mano para verla : el manzanillo y demás variedades son<br />
pobres de hoja; ¿luego á que viene quitarle todos los ros<br />
tros que miran á dentro, y en que pudieran dar mucho<br />
fruto? A la verdad la errada intelijencia que le dan á la<br />
espresion abrir un olivo, quita á los hacendados y á to<br />
da la nación mucha cantidad de aceite anualmente.<br />
»No me opongo en manera alguna á que se limpien y<br />
desahoguen por dentro los olivos; porque es necesario, y<br />
lo agradece mucho el.árbol; lo que repruebo es el mal<br />
uso que se hace de la palabra abrir , pues su verdadero<br />
significado es dar buena dirección á las ramas, para que se<br />
separen unas de otras; porque si dejan á su libre alvedrío,<br />
se apiñan unas con otras y no crecen. Con la errada prác<br />
tica de abrir los olivos se causa olro perjuicio, y es que<br />
los vientos fuertes y calores del verano se tuestan y ca-<br />
retean las ramas nuevas, con lo que atrasan mucho, y se<br />
imposibilitan para servir de estacas; y es por este per<br />
juicio necesario corlarlas con mas anticipación. Hablo en<br />
el pais mas abundante de olivos de lodo el reino, y en<br />
donde hay mas peritos; pero con el desconsuelo de que<br />
sin convencerse de mis razones, y sin probar lo contrario,<br />
seguirán su funesta doctrina , desaprovechando lo mucho<br />
que dejan de producir estos importantísimos árboles, por<br />
nuestra terca culpa.
185<br />
Abstengámonos de cortar indirectamente y sin grave<br />
necesidad las ramas de los preciosos olivos; sin eme por<br />
esto perdonemos las de los olivos viejos, escarzosos , en<br />
fermizos y con lagrimales , que son la peste de los pagos<br />
mas frondosos , abrigando en su seno miliares de insectos<br />
diferentes , y propagando enfermedades contajiosas, á que<br />
ellos sirven de foco orijinal: seamos igualmente inexora<br />
bles con todas las ramas dañadas que infeccionan al árbol,<br />
las chuponas y cuantas quedan indicadas: no contrarie<br />
mos las leyes físicas de la naturaleza; y por fin bagamos<br />
todas las faenas del cultivo á sus debidos tiempos.<br />
Y últimamente, en el cultivo de los olivares deben te<br />
nerse siempre presentes las siguientes máximas: quien<br />
quiere aceite, labra; quien quiere mas, estercola; y quien<br />
quiere mucho mas, corta y poda á su tiempo.<br />
En qué estación se ha de podar.<br />
Aunque las opiniones de los escritores están muy di<br />
vididas en este punto , no obstante solo dictaré aqui las<br />
que se fundan en el curso de la naturaleza, siguiéndolas<br />
en un todo, apoyado ademas en las de autores respeta<br />
bles : unos aconsejan podar inmediatamente después de<br />
la cosecha, y otros después del invierno.<br />
»Los partidarios del primer método dicen: según<br />
Rocier , que si se poda en el momento de la cosecha cues<br />
ta menos trabajo cojer el fruto de las ramas cortadas , y<br />
se hace pronto la recolección: 2° que cuando el árbol<br />
queda descargado de sus ramas supernumerarias y bien<br />
aclarado, sufre menos con el peso de la nieve, que rom-
136<br />
pe muchas veces las ramas por junto al tronco : 3.° que<br />
el árbol descargado y limpio de esta manera, permite que<br />
el aire circule con mas libertad alrededor de las ramas y<br />
del tronco , y que este aire disipa la humedad, la cual<br />
aumenta la evaporación y por consiguiente el frió: 4-°<br />
que se hace en un tiempo muerto, esto es, cuando los<br />
trabajadores tienen poco que hacer y los jornales están<br />
mas baratos.<br />
«Los sectarios del segundo método dicen: i.° que en<br />
el gasto de la recolección hecha en el suelo ó en el ár<br />
bol, no hay una diferencia que deba interesar al labrador;<br />
que ademas los golpes repetidos del instrumento con que<br />
se corta la rama hacen caer muchas aceitunas y muchas<br />
sobre los lienzos, y que se pierde después al escojerlas<br />
mucho tiempo mas del que se habia ahorrado en la cose<br />
cha: 2.° que muy rara vez cae de golpe una gran cantidad<br />
do nieve, y que es preciso que un árbol esté muy carga<br />
do de hojas, y que no reine mucho tiempo viento alguno<br />
para que las ramas se rompan : 5.° que la circulación del<br />
aire y la evaporación de la humedad son en sí mismas un<br />
objeto importante; pero que como el olivo está traspiran<br />
do sin.cesar, el frió debe obrar mucho mejor sobre la<br />
traspiración de una rama aislada , que sobre la que está<br />
defendida por las ramas vecinas. Esto lo vemos en las<br />
ovejas, que tienen mucho cuidado de apretar una con otra<br />
sus patitas delgadas cuando están espueslas á un aire muy<br />
frió. El objeto que esta reunión produce en el animal, le<br />
produce al menos en parte sobre el árbol la aproxima<br />
ción de las ramas y ramillas vecinas:: 4-° f l u e e ^ precio<br />
ele los jornales es de mas consideración; pero que no creen.
137<br />
que esta economía equivalga al daño que causan al árbol<br />
el número prodijioso de heridas que se le hacen; y mas<br />
cuando esta perte desnuda no tiene quien la defienda de<br />
la nieve , la lluvia, la escarcha y el hielo que la cubren.<br />
No es, pues, estraño que los metéoros lastimen tanto un<br />
árbol, que solo teme el frió, y cuya sustancia queda es<br />
puesta á estos efectos destructores: la poda hecha antes<br />
del invierno no dispensa de visitar ios olivos pasada esta<br />
época; porque aun cuando las ramas y ramillas parezcan<br />
muy sanas al tiempo de la poda , después, ó porque mu<br />
chas sean atacadas de los insectos, ó porque el frió des<br />
truye cierto número de ellas , exijen que las corten á en<br />
tradas de la primavera. Esta operación repetida es dispen<br />
diosa y ocupa tiempo, en vez que la poda hecha en Mar<br />
zo y Abril, según el clima y la estación, reúne los dos<br />
objetos.<br />
»Hemos espuesto, dice Rocier, las diferentes opinio<br />
nes de estos dos diversos modos de pensar , para que el<br />
lector pueda decidir por sí mismo."<br />
También echarán de ver nuestros lectores, como yo,<br />
por el anterior relato, que Rocier nos deja la cuestión sub<br />
judice;, y aun sin habernos presentado su propia opinión,<br />
pudiéndola haber sustanciado con las luminosas y claras<br />
pruebas que la marcha de la naturaleza nos está enseñan<br />
do sin cesar y á cada momento, las que presentaré en se<br />
guida apoyadas por escritores recomendables y españoles.<br />
'La verdadera y sola época de podar, dice un escritor-<br />
español, todos los árboles, y especialmente toda clase de<br />
olivos, y mas particularmente en las provincias del me<br />
diodía, está indicada por la misma naturaleza. Cuando ¡as
158<br />
hojas se caen de los árboles es señal que ha cesado la ve-<br />
jetacion jeneral • y de los botones que deben convertirse<br />
en brotes en la siguiente primavera , han adquirido su<br />
completa perfección; y asi la poda echa á los ocho ó quin<br />
ce dias después de la caída completa de las hojas, y des<br />
pués de la cojida de la aceituna, da tiempo á las heridas<br />
que se les causan , no solo de rejenerarse y cicatrizarse,<br />
sino que se les endurezcan las cortezas y las maderas de<br />
sus superficies, para poder resistir las malas intemperies<br />
de una estación contraria que se acerque y sobrevenga<br />
antes que se presente la primavera.<br />
»Fuera de las provincias meridionales de España, di<br />
ce nuestro español Don Antonio Arias, pueden señalar<br />
se corno propio tiempo para la poda de los olivos los me<br />
ses de Marzo y Abril; pero en aquellas provincias es la<br />
costumbre mas cierta la de principiar á podar luego- que<br />
se coje el fruto, y acabar antes que empiece á dar mues<br />
tras de florecer.<br />
»E1 tiempo de podar los olivos, dice razonablemente<br />
Don Francisco Alvarez, vecino de Zafra, en su erudita<br />
memoria, es inmediatamente después que se recoje la<br />
aceituna, porque entonces es cuando están mas dormidos<br />
ó recojidos: este es en todo Diciembre y Enero , aunque<br />
podría diferirse hasta Febrero: pasado este mes los árbo<br />
les se van poniendo celosos ; espresion que denota en<br />
este pais el movimiento de la savia; y es preciso enton<br />
ces, si la poda se ha retardado malamente hasta este tiem<br />
po, que el operario maneje la herramienta con mas cuida<br />
do y velocidad, porque la corteza se desune de la madera<br />
con mucha facilidad alrededor del corte.
139<br />
»Se pueden podar los árboles desde que en el otoño,<br />
dice un observador español, pierden la hoja, basta que<br />
por Ja primavera se pone la savia en movimiento; pero<br />
se suspenderá en tiempo de hielos y lluvias : advirtiendo<br />
que los de madera dura, como el olivo y el nogal, deben<br />
podarse muy temprano, dejando los de madera blanda y<br />
esponjosa basta Febrero ó principios de Marzo, y empe<br />
zándose entonces por los mas viejos, débiles y enfer<br />
mizos."<br />
En una memoria que tengo á la vista, impresa en Bar<br />
celona, entre otras advertencias,dice: »quo todo corte en<br />
los árboles ú olivos es malo en jen-eral, y se hace mas fu<br />
nesto aun, si se ejecuta á entradas de la primavera, en<br />
que la savia se pone en movimiento, y en la que fluye<br />
mas; y por consiguiente debe preferirse con grandes ven<br />
tajas la poda del olivo en otoño á la de fines del invier<br />
no y la de la primavera."<br />
»Un labrador, instruido é interesado cosechero, dice,<br />
que la poda de los olivos hecha con conocimiento y á su<br />
debido y natural tiempo, y cuanto mas temprano mejor,<br />
por ser una circunstancia esencial de que depende la<br />
sanidad del árbol, su mas larga vida, y también el que dé<br />
antes fruto y abundante."<br />
Espondré también aqui lo que dice nuestro Don Alon<br />
so de Herrera hablando del tiempo en que se ha de podar<br />
el olivo.<br />
»E1 tiempo de desmochar (i), si es tierra callente,<br />
(l) Desmochar es el conjunto ú montón de las partes que se quitan ó<br />
cortan de alguna cosa, como la poda de los árboles. Rerum nmtilatarum con<br />
geries.
160<br />
desde que han eojido la aceituna hasta el mes de Marzo,<br />
y en las frias ó lloviosas por Mayo (i). El desmochar sea<br />
con sierra; y allende de ser los ramos altos cuasi sin pro<br />
vecho, es muy penosa de cojer el aceituna de ellos, por<br />
ende son mejores las olivas enanas y parradas, que llevan<br />
mas fruto: también les han de quitar los resecos y revie<br />
jos , y quitándoles lo alto llevan mas fruto ; y si nasce<br />
algún verdión liso, alto, córtenle, que chupa el árbol;<br />
y si la oliva es vieja, que haya menester reparo eujerirle,<br />
que otramente son sin provecho. Quieren estar siempre<br />
en lo nuevo, que en ello llevan fruto, y no en lo viejo;<br />
y si lo llevan es poco y desmedrado; asi mismo les quiten<br />
ios ñudos con un cuchillo; y si muchos tiene la oliva, y<br />
está muy desmedrada , córtenla para que de nuevo eche.<br />
Asimismo, cuando las escavan córtenle las barbajas de<br />
encima para que no engorden y deshagan las de bajo, y<br />
limpíenlas de todos los hijuelos con un,cuchillo á raiz,<br />
que hacen mucho daño á la oliva, salvo de los que son<br />
para rehacer la oliva , si fuere vieja, ó para poner en otra<br />
parte cuando chicas."<br />
Por último, ya dejamos redactados á nuestros lectores<br />
las opiniones de los escritores estranjeros y nacionales<br />
sobre en cual de las dos estaciones del otoño ó del in<br />
vierna son mas convenientes para podar, limpiar ó esca<br />
mondar los olivos; y reasumidas unas y otras, se echa de<br />
ver desde luego: i.° cuantas mas ventajas resultan de las<br />
que prescribe y señala la marcha de la naturaleza en su<br />
física vejetal, en podar y limpiar, lo mas breve posible,<br />
(l) Y siempre sea en dias enjutos y reposados , y siempre antes %que re<br />
nueven. Edición de l5?.Q y siguicnles.
161<br />
en otoño, después de alzada la cosecha en las provincias<br />
del mediodía; no solo para la prosperidad de los olivos<br />
en su futura vejelacion, sino también para los intereses<br />
del labrador, y su retardo seria una verdadera pérdida<br />
para ambos á dos : 2.° ja que en las comarcas del clima<br />
fríjido no se pueden verificar en otoño las podas y lim<br />
pias, sin esponerse á funestos azares, hasta que desapa<br />
rezcan los hielos y lluvias invernales , se procurará en<br />
estos paises ejecutarlas sin demora en los meses de Mar<br />
zo j Abril, en sus dias serenos, secos y templados, antes<br />
que la savia de la primavera principie á moverse; pues<br />
de ejecutarlas en su estado de movimiento, ó estando ya<br />
movida, resultarían graves perjuicios, pérdidas y retrasos<br />
para la nueva vejetacion de los olivos.<br />
La monda j limpia de los retoños j varetas que bro<br />
tan de la cepa j de los repulgos ó escrecencias del tron<br />
co de los olivos en otoño, se limpiarán j suprimirán en<br />
todo el siguiente Majo ; j los que retoñen desde esta cor<br />
ta hasta el siguiente otoño, se cortarán en la poda ó lim<br />
pia que se baja de ejecutar en esta estación.<br />
Será muy provechoso j económico podar bien los oli<br />
vos en el otoño, que se haya efectuado y cojido una abun<br />
dante cosecha , á fin de darlos un descanso J desahogo<br />
del gravamen vejetal que han padecido en la crianza del<br />
copioso fruto que han esquilmado, dejando la limpia para<br />
el otoño del siguiente año.<br />
De la tala de los olivos.<br />
Ya se ha dicho que todo jénero de poda, corta ó tala,
162<br />
que se hiciere en los olivos, exije muchos conocimientos<br />
de parte del podaclor y talador, para según conven<br />
ga aplicarla á las necesidades y futuro destino de los ár<br />
boles , y sobre todo el de la tala, de la cual vamos á tra<br />
tar según nuestros cortos conocimientos, y esponiendo<br />
también los de varios autores.<br />
La tala, propiamente dicha, es y se encamina á cor<br />
tar del olivo una ó dos ramas madres 6 principales vie<br />
jas , inútiles é infructíferas, de las tres ó cuatro que com<br />
ponen y forman la copa del árbol, con el fin de que de<br />
los nuevos brotes que nazcan junto á los labios del corte<br />
de la rama talada, se formen y crien otras ramas nuevas,<br />
útiles, vigorosas y fructíferas : tal es el objeto de esta ope<br />
ración.<br />
La tala del olivo se hace, ó porque es viejo, ó está en<br />
fermo ó infecundo; pero esta operación es la que exije mas<br />
intelijencia y conocimiento entre cuantas tiene este culti<br />
vo: no camina sobre principios ni reglas fijas, y solo se<br />
funda en una práctica, y sin sistema ni economía; y asi<br />
se cometen tantos errores, que después de hechos no tie<br />
nen remedio.<br />
El tiempo mas á propósito para esta maniobra es des<br />
de que se ha cojido la aceituna hasta que empieza á apun<br />
tar el nuevo esquilmo; pues en saliendo éste, no se de<br />
ben golpear los olivos ni andar en sus ramas , porque se<br />
cae mucho: en todo este tiempo conviene repetir todos<br />
los años la limpia, quitando todos los secos, los chupones<br />
y varetas.<br />
Al talar los olivos se tendrá muchísimo cuidado en<br />
cortar primero y perfectamente las ramas que hagan mu-
165<br />
cha sombra al árbol; con cuya disminución se le da mas<br />
luz y aire, ó cielo, quedando por este medio el árbol mas<br />
abierto, y esquilmará mas, y mas lozanamente.<br />
Si las ramas del olivo que hayan de talarse no se ha<br />
ce en la verdadera época que lo necesitan, sus nutricios<br />
en vez de convertirlos en fruto, los convierten en made<br />
ra: esta conducta de la rama viciosa se echa de ver al ob<br />
servar que las demás ramas hermanas y compañeras del<br />
mismo pie del árbol dan regular fruto; y ellas, siendo<br />
compañeras, no llevan ninguno, ó muy poco.<br />
Cuando un olivar está frondoso y de buena vista, y con<br />
todo eso no da aceituna, puede consistir en uno de los tres<br />
motivos siguientes: i.° en que los olivos están muy jun<br />
tos, y que la tierra no puede sostener tantos; y en este<br />
•caso es menester entresacarlos: 2. 0 en que se hayan lle<br />
nado y se ha corrompido el jugo productivo, y á estos es<br />
preciso talarlos para cortarles la valentía / 3.° en que ha<br />
ya otros árboles ó plantas inmediatas que les perjudiquen;<br />
pero en las Andalucías siempre seré de opinión que la<br />
causa principal de su esterilidad consiste en el mal siste<br />
ma con que se cultivan, con el modo de cojer la aceituna,<br />
y en la repetición de las talas; abusos eme si se remedia<br />
ran, darían los olivos mas aceituna, como la han dado<br />
siempre.<br />
Acaece también en años de muchas aguas, nieblas ó he<br />
ladas, ó en los que cargan mucho de aceituna los olivos<br />
que enferman y se secan las ramas por la parte superior<br />
de la copa; y si este mal no se corrije, beneficiando mu<br />
cho la tierra, no hay r mejor remedio que labrarlos ó afrai<br />
larlos; porque de cortar las ramas, como hacen muchos,
164<br />
por el medio ó por donde está lo seco, se llenan estas de<br />
varetas y chupones, que jamás llegan á ser buenas ramas,<br />
y al fin precisa bajar al tronco, de donde deben salir to<br />
das las buenas ramas.<br />
Frecuentemente estamos "viendo que se llenan las ra<br />
mas de una infinidad de nudillos á manera de caracoles,<br />
y esta es enfermedad que no tiene mas cura que la tala;<br />
pero es de advertir también, que hay olivos que les viene<br />
de casta ó de herencia él ser nudillo sos; lo que se ha de<br />
tener presente para no valerse de las estacas de estos oli<br />
vos para plantío, puesto que llevarán consigo tan funesto<br />
jérmen, y fomentarán de esta manera una peste jeneral.<br />
Es muy raro que los olivos que se cortan ó talan sus<br />
ramas principales ó madres cada 4? 5, 6, y ú 8 años ó<br />
mas, dejan de ser atacadas de una caries. El oríjen de<br />
estos estragos es á veces únicamente en sus principios<br />
una herida simple, un espolón, que se dejó una poda y<br />
una tala mal hecha y fuera de tiempo, ó una herida muy<br />
grande que se halla al contacto del aire y del sol. Para evi<br />
tar tales estragos, no hay mas farmacia que aplicarles el<br />
ungüento de injeridores á tiempo: he aqui la única cura<br />
ción que exije la herida de un olivo, pues de lo contrario<br />
perece infaliblemente.<br />
Cuando se cortan ó talan las ramas madres de los oli<br />
vos, no es mejor, método hacer el corte á uno ó dos pies<br />
mas de distancia del tronco del árbol con la idea de pre<br />
servarle; porque este trozo de uno ó dos pies se seca in<br />
mediatamente, y causa al árbol una especie de enferme<br />
dad. La práctica contraria de cortar y talar las ramas muy<br />
junto al tronco tiene también sus inconvenientes: los es-
165<br />
fuerzos que hace entonces la naturaleza para curar la lla<br />
ga del árbol, se manifiestan desde luego por el reborde<br />
que le rodea, y cuyos labios se engordan, dilatándose por<br />
el curso anual de la savia , y forman en el centro del cor<br />
te un hoyo ó cavidad, en la cual se detiene el agua y la<br />
nieve: esta agua penetra la corteza , y aun hiende la ma<br />
dera por las fuertes heladas, y reseca por el sol; causa<br />
fermentación con los sucos naturales, á que se sigue una<br />
enfermedad cariasea, y por consiguiente la muerte del<br />
veje tal.<br />
La esperiencia nos está enseñando continuamente que<br />
luego que á un olivo se le cortan ó talan las ramas ma<br />
dres ó principales, empieza el tronco á dividirse en par<br />
tes; y que las ramas que después echa y cria, nunca lle<br />
gan en lozanía y magnitud á las primeras que crió; de que<br />
se sigue por una consecuencia precisa, que un olivo que<br />
se va dividiendo y abriendo por el medio, y llenándose<br />
de roturas, no ha de tenerla virtud tan vigorosa para pro<br />
ducir tanto fruto como uno rollizo y sano; ni que las ra<br />
mas de segundo, tercer y cuarto orden han de tener tan<br />
ta fuerza y vigor para estraer el jugo nutricio que tenian<br />
las de las primeras; por lo que yerran los que se adelan<br />
tan á talar los olivos, sin que anteceda una causa ui'jen-<br />
tísima y natural para ello.<br />
Para remediar en parte algo del desorden que de po<br />
cos años á ésta se ha introducido en talar los olivos, ya<br />
sea con el motivo de sacar estacas para plantío, ú otro de<br />
los muchos que los arbitristas han discurrido, conviene se<br />
establezcan almácigas en todas las Andulucías, que es en<br />
donde escribo y puedo hablar con conocimiento.
166<br />
Los autores latinos y otros, citándose unos á otros, di<br />
cen á secas, que á los ocho años se talan los olivos : sin<br />
duda que Varron, Columela, Plinio y otros que he leído,<br />
citados en un autor de nuestros dias, debían hablar de al<br />
gún pais, en que los olivos eran de alguna estraordinaria<br />
magnitud; pues también dicen que es el árbol mas grande<br />
de cuantos se crian en las Andalucías, y eme se le cortan<br />
las ramas de ocho en ocho años. En estas cosas no valen au<br />
toridades, sino los ojos, la práctica y las observaciones jui<br />
ciosas.<br />
Las ramas se han de cortar ó talar por encima de sus<br />
yemas y por donde han de brotar, dando siquiera una cuar<br />
ta , para que tengan bastante cimiento las que arrojen de<br />
nuevo : si se cortan muy bajas, salen los brotes en los Z>or.<br />
des ó labios del corte, y con facilidad se desgajan, en siendo<br />
algo crecidas , con su propio peso y azotadas por el viento.<br />
Unos olivos meten ó brotan mejor que otros, según es<br />
su robustez, la tierra en que vejetán y el beneficio que se<br />
les da. A todo esto debe atender el talador, si quiere pro<br />
ceder con acierto, no menos que á la especie ó variedad<br />
de cadabeduño; pues no en todos los terrenos ni en todos<br />
los beduños se puede guardar un mismo orden y método<br />
de talar; pero lo que sí es indispensable en lodos sitios y<br />
variedades es que el corte se haga redondo , si lo permitie<br />
re la disposición de la rama, y evitar que ésta se desgaje y<br />
rasgue la corteza, y que se deje el corte con un poco de<br />
pendiente, para que las aguas no hagan mansión alli, que<br />
les seria muy perjudicial.<br />
La costumbre que se observa en algunos parajes meri<br />
dionales el talar luego que se hace la recolección, es vicio-
167<br />
sa sumamente ; porque como el olivo se halla todavía en sa<br />
via, se estravasa gran cantidad por las heridas, y encon<br />
trándolas bañadas de ella, el frió les causa algún daño; y<br />
asi deberá dilatarse tres ó cuatro semanas. De haber cor<br />
tado mal ó fuera de tiempo las ramas gruesas , nacen siem<br />
pre las gi'andes cavidades de los árboles, por donde les en<br />
tra la putrefacción y la muerte al fin. Mientras que un<br />
olivo no pasa de los veinte años, la tala después del in<br />
vierno es preferible á la del otoño luego que se cae la ho<br />
ja, principalmente en los países frios. No debe cortarse<br />
rama alguna sin cubrir la herida al momento con boñiga<br />
y arcilla, porque este es el medio de que no le entre la<br />
putrefacción.<br />
Las herramientas con que se han de hacer estas ope<br />
raciones deben ser muy cortantes, porque ademas de que<br />
se hace doble labor y mejor hecho, no se quebranta tanto<br />
el árbol, y se evita el que se desgaje; precaución muy<br />
interesante , á fin de que no se les arranque ó rasgue la<br />
cascara ó corteza, y pierdan las yemas por donde han de<br />
brotar; y asi para la tala y para cortar alguna mas ó me<br />
nos gruesa, se deberá ejecutar con una sierra, untada la<br />
hoja con un poco de sebo, para que no se caliente la cor<br />
tadura: en seguida se pulirá el corte de la sierra con un<br />
escoplo de boca ancha, ó con un cepillo, quedando por<br />
este medio los cortes muy limpios, lisos y rasos, y con<br />
un declive necesario á los que se hagan en ramas vertica<br />
les , y redondos á los de las laterales, que le tendrán na<br />
turalmente; y siendo asi menores las heridas, se curarán<br />
y cerrarán mas pronto, ausiliadas con el ungüento de in<br />
jeridores , que tantas ventajas reporta.
168<br />
Desmochar ó afrailar un olivo, es cortarle las tres<br />
ó cuatro ramas principales que forman la copa por cerca<br />
de las cruces , para que brotando de nuevo tallos vigoro<br />
sos, reemplacen á Jas que se pierden y derriban.<br />
El olivo desmochado ó afrailado no producirá fruto<br />
hasta el tercer ó cuarto año ; porque en el primero co<br />
menzará á arrojar brotes, que se convertirán en ramas;<br />
en el segundo y tercero estas ramas arrojarán ramillas, y<br />
en estas nacerá el fruto el cuarto año.<br />
La causa que obliga á los labradores á hacer la ope<br />
ración de desmochar ó afrailar los olivos, la ha motivado<br />
el haberse helado las ramas principales del árbol, como<br />
acontece algunos años, ó haberse estas desgarrado con<br />
el viento y peso de la nieve, que algunas veces les so-<br />
brecargan, ó haberse chamuscado por haberlas corrido al<br />
gún fuego lijeramente.<br />
También algunos, en vez de afrailarlos, los tercian,<br />
ó, lo que es lo mismo, cortan las ramas por la mitad ó<br />
á los dos tercios de Ja altura, como suele hacerse aun en<br />
la poda malamente; jamás estas ramas asi terciadas ar<br />
man bien, ni hacen otra cosa que cargarse de ramillas dé<br />
biles y mal formadas; por esta causa debe escusarse el<br />
cultivador, cuanto pueda, el terciar los olivos.<br />
Tampoco deberá el cultivador arrojarse indiscretamen<br />
te á cortar las referidas ramas, afrailando el árbol, por<br />
que pasada la borrasca ó el tiempo frió, observe que las<br />
hojas, las estremidades del árbol, y aun algunas de las<br />
ramas delgadas, aparecen muertas, creyendo que lo esta<br />
rán todas, hasta las mas gruesas: este desatino frecuen<br />
temente repetido por los cosecheros, les priva muchas ve-
169<br />
ees de las cosechas que pudieran lograr al siguiente año:<br />
si con mas reflexión hubieran esperado algún tiempo pa<br />
ra verificar la tala , dando lugar á que el árbol se repu<br />
siese un poco, y empezase á brotar, entonces la misma<br />
planta demuestra lo verdaderamente muerto y dañado, pa<br />
ra que lo corten; y se ve con sorpresa que mucha parte<br />
de lo que se creia perdido por el temporal, ó chamusca<br />
do por un incendio, no lo está realmente, y que el haber<br />
derrivado la mayor parte y mejor porción de sus ramas,<br />
hubiera sido un error imponderable.<br />
Tales y tantas son las precauciones que deben tener<br />
se presente para ejecutar la poda , tala y afraileo del<br />
olivo en todos los casos, tiempos y circunstancias; pero<br />
ademas de ellas es preciso advertir que conviene mucho<br />
quemar la leña que resulte de la poda y tala lo mas<br />
pronto posible, sin dejarla jamás en las hacinas cerca de<br />
los olivares, ni menos en los cobertizos resguardados que<br />
hay en los cortijos, haciendas y pagos. La práctica con<br />
traria que hoy se sigue, acarrea los mayores males á este<br />
precioso vejetal. Entre otros muchos insectos que anidan<br />
y se guarecen en tales hacinas, es uno el que produce la<br />
infernal palomilla, el cual, como los otros, va envuelto<br />
en la leña desde el olivar, pegado á las hojas y ramas cor<br />
tadas, ó pasa él mismo á las dichas hacinas para resguar<br />
dar su prole : en uno y otro caso ellas son el foco de tan<br />
graves males, y nada seria mas justo que el hacer quemar<br />
forzosamente todas las leñas de los olivos en el primer<br />
mes de haberlas cortado. Últimamente, si el cultivador<br />
quiere libertar á sus árboles de tan funestos como ciertos<br />
males, procure también limpiar los troncos, brazos y se-
170<br />
nos de los olivos, rascando sus cortezas, y limpiándolas de<br />
todas las partes muertas, que es donde los insectos anidan<br />
por lo jeneral. Con esto, y si se quiere lavando aquellas<br />
mismas partes con agua de jabón ó con orines, y frotan-<br />
dolas al mismo tiempo con un estropajo ó brocha fuerte<br />
de esparto, es infalible el esterminio de los que anidan en<br />
aquellos parajes.<br />
De los espolones, ganchos ó uñas.<br />
Las palabras espolón, gancho ó uña nacen de la se<br />
mejanza que tienen estos trozos de madera de rama que<br />
sobresalen en el tronco de los árboles y en los brazos de<br />
las ramas, prolongándose como los cuernecillos eme hay<br />
en los pies de los gallos, pabos, etc.<br />
Es muy raro encontrar árbole's y olivos c|ue no estén<br />
llenos de espolones ó uñas; y no hay cosa ciue les sea mas<br />
perjudicial, porejuc impiden que la savia cubra el sitio<br />
donde estaban las ramas cortadas - y esta leña muerta de<br />
los espolones ó ganchos ocasiona putrefacciones ó can<br />
cros.<br />
La analojía entre la vejetacion de un árbol y la de un<br />
hombre es exacta. En el olivo es preciso eme la corteza<br />
cubra Ja herida cíue le causan la poda y la tala, y haga<br />
desaparecer las señales de la rama cortada ó muerta: en<br />
el hombre hace las mismas funciones, conociéndose en'am<br />
bos la cicatriz; porque no se efectúa la rejeneracion en<br />
las carnes del uno, ni en la madera del otro. Lo que una<br />
vez se destruye, queda destruido para siempre.<br />
Es, pues, sumamente importante no dejar espolones
171<br />
en los olivos al podarlos y talarlos, que ademas de los<br />
perjuicios que acarrean, afean mucho la vista.<br />
De las heridas en el olivo.<br />
Los cortes que los podadores hacen en el tronco y ra<br />
mas del olivo, si se dejan descubiertos por sus cimas for<br />
mando grandes heridas, y éstas espuestas á las injurias<br />
del tiempo, á la desecación y á la humedad sucesiva, etc.,<br />
el olivo sufre mucho; y desde este instante se forma el<br />
jérmen de la putrefacción , que se apodera insensiblemen<br />
te de todo el interior del árbol. ¡Cuantos años se necesi<br />
tarán antes que la corteza cubra unas heridas tan consi<br />
derables ! La madera no se rejenera; la corteza sola se es<br />
tenderá, y si no cubre la herida, se causará una putrefac<br />
ción: el árbol es semejante en alguna manera á los dien<br />
tes de los hombres y de los animales, que luego que se<br />
caria su esmalte, su sustancia interior se pudre muy pron<br />
to. Por fortuna la corteza es vejetativa; también la orga<br />
nización de los árboles tiene una conformidad con la del<br />
hombre en cuanto al acrecentamiento, ó las enfermeda<br />
des y á la. muerte. El cuerpo duro y cortante, impelido<br />
con fuerza, la lastima ó produce una solución de conti<br />
nuidad, que se llama herida, y el gluten de la savia la<br />
cicatriza del mismo modo que el de la sangre en las he<br />
ridas del hombre.<br />
La parte leñosa de los árboles arrancada, corlada ó po<br />
drida, no se rejenera, y lo mismo sucede con la carne<br />
del hombre: en ésta se rejenera incesantemente la piel y<br />
cubre la herida, y en aquella la corteza es solo la que<br />
tiene esta propiedad.
172<br />
Por poco uso que cualquiera tenga en observar, se con<br />
vencerá de esta verdad. Para esto basta tomar un tronco<br />
de olivo que en otro tiempo baya tenido heridas cubier<br />
tas en la actualidad, y al quitar esta última, se verá que<br />
no se ha reproducido la parte leñosa, y que todo lo que<br />
fue lastimado permanece destruido ó podrido, sin que la<br />
caries haya hecho progresos interiormente : esta caries<br />
no se aumenta sino á proporción de la comunicación que<br />
tiene con el aire esteriorj y como desde que la corteza ha<br />
cubierto herméticamente la herida por medio de la reje-<br />
neracion con las capas nuevas que ha recibido de la albu<br />
ra , á medida que ha engordado el olivo, ha faltado la co<br />
municación, no ha podido hacer progresos la caries, cir<br />
cunscribiéndose en su lugar, y permaneciendo en el oli<br />
vo como un cuerpo indolente, un cuerpo estraño.<br />
Lo contrario sucede con los cancros y otras heridas<br />
de los olivos, los cuales van siempre en aumento: las go<br />
teras y las lluvias que se forman en los olivos, atacan, vi<br />
cian y corroen el interior del árbol ú olivo, porque el pa<br />
raje donde ba salido el cancro está espuesto á la acción<br />
del sol, del aire y de las lluvias, y corroe, no solo lo in<br />
terior de la madera, sino también la corteza. Si la cavidad<br />
que se forma, á la que regularmente se le da el nombre<br />
de agujero, tiene cierto diámetro , jamás la corteza y por<br />
su parte superior se ve salir ó correr un humor mas ó me<br />
nos obscuro; y por último, el árbol perece, habiendo fruc<br />
tificado muy poco desde que contrajo el crancro.
175<br />
De las enfermedades del olivo.<br />
Los árboles y olivos, como todos los demás vejetales,<br />
están sujetos como los animales á enfermedades y acci<br />
dentes , y espuestos á los daños é insultos de una multi<br />
tud de insectos y otros animales contra su fecundidad, su<br />
salud y su vida.<br />
La amarillez es una enfermedad común á todos los<br />
árboles ; y las principales causas son , la tierra cansada y<br />
flaca, sin fondo, muy seca ó muy húmeda, dura é impe<br />
netrable á las aguas ; la arcilla ó loba inmediata á las rai<br />
ces, las hormigas, los topos ó ratones; gangrena en las<br />
raices y troncos, y por último una plantación demasiado<br />
profunda.<br />
Conocida la causa, es fácil el remedio: no hallándose<br />
el mal en el cuerpo del árbol, debe buscarse en las rai<br />
ces, y aplicar la curación según los casos, á saber : las<br />
labores, los abonos, la renovación de otra tierra, los rie<br />
gos, las zanjas para desaguar, etc. , etc.<br />
La caries , sino se aplica pronto el remedio, mata in<br />
faliblemente al olivo, y proviene de muchas causas; unas<br />
internas y esternas otras. Entre las primeras se cuentan<br />
los golpes cpie se le dan con cuerpos duros, ciue macha<br />
can la corteza, lastiman la albura y la sustancia leñosa, y<br />
las heridas infinitas con instrumentos cortantes, cuando<br />
se poda 6 tala, principalmente si se cortan ramas gran<br />
des, y no se cubre la herida con barro de injeridores. La<br />
estravasacion de la savia, la acción del sol, del aire , de<br />
las heladas, de las lluvias, de los rocíos, nieblas, etc.,
174<br />
mantienen y aumentan la caries , hacen la llaga mas pro<br />
funda, y se apodera insensiblemente del corazón del oli<br />
vo : hace perecer poco á poco las ramas, y muchas veces<br />
la planta; siendo esto la causa principal el por qué se<br />
ahuecan los olivos y se abren, no quedándoles mas venas<br />
escasísimamenle para alimentarse que las de la corteza;<br />
por cuya razón son tan poco fructíferos , y por último<br />
mueren.<br />
Las causas internas de las caries son, ó una traspira<br />
ción detenida, que forma un depósito en alguna parte (es<br />
te humor se vicia prontamente hasta atacar y corroer la<br />
madera de la corteza), ó una savia viciada por cualquiera<br />
principio que circula en ella ; pero ninguna contribuye á<br />
esto mas eficazmente que las gomas y resinas que se<br />
hallan mas ó menos sobre todos los árboles que producen<br />
frutas de hueso, como el del olivo , almendro, etc.<br />
Luego que se advierta la caries, conviene aplicar un<br />
pronto remedio , ó cortando la rama ó parte dañada basta<br />
lo sano, y cubriendo la herida con barro de injeridores, si<br />
el daño es local, ó echando algunos caldos al árbol pri<br />
mero, si la causa del mal proviene del vicio de la savia,<br />
La gangrena, en sí mortal para toda clase de árboles,<br />
proviene casi siempre por la poca intelijencia y destreza<br />
de los podaclores y taladores de que se estallen y des<br />
gajen muy á menudo las ramas grandes en el paraje por<br />
donde quieren cortarlas, porque tiran de ellas hacia aba<br />
jo, ó estando cortándolas, el mismo peso de ellas es tam<br />
bién causa que se desgajen, yendo el corte como á mas<br />
de la mitad de su diámetro: los vientos y huracanes fuer<br />
tes también arrancan muchas: en todas estas llagas, y en
175 •<br />
las grandes heridas de mortal hacha, sino se acude á tiem<br />
po y pronto, se carian ó gangrenan, y si esta caries no<br />
se contiene, la sigue y se jenera el cáncer, que esten<br />
diéndose en lo interior del tronco, y á veces en todo el<br />
tronco hasta lo interior de sus raices, y se pudre: esta en<br />
fermedad se orijina por no haberla prevenido en los prin<br />
cipios de la gangrena, para que estas se cicatrizasen por<br />
medio de la regeneración de la corteza con el ungüento<br />
de injeridores : muchos achacan estos males á las lluvias, á<br />
las heladas, alas ventiscas, etc.; contribuyen á ello, es<br />
verdad, pero todo depende de la mano del podador. Si és<br />
te, luego'que pei'cibe una caries, la cortase hasta lo vivo,<br />
separando la madera cariada , la enfermedad se cortaría<br />
de raiz.<br />
El olivo se conserva mas ó menos, según el trato que<br />
1c dan y los padres que tenga. Que tenga enfermedades<br />
como todo viviente, una común á todos, y otras mas fre<br />
cuentes en unos que en otros, no hay que dudarlo. Tiene<br />
poco mérito á mi ver lo que dice Herrera y otros sobre<br />
el particular: menos costoso que sus remedios seria plan<br />
tar una estaca nueva al pie de les enfermos, y en estan<br />
do presa arrancarlos de patilla.<br />
La esperiencia nos está enseñando de continuo, que<br />
el mejor medio de curar algunas enfermedades es bene<br />
ficiar bien la tierra; y asi tengo por un preservativo uni<br />
versal para muchas de ellas, el acostumbrarles desde sus<br />
primeros años á que de tres en tres, ó á lo roas de cua<br />
tro en cuatro años se les haga alrededor del pie una zan-<br />
jita de una tercia de hondo y una vara de ancho, con su<br />
desaguadero, por si el invierno fuese de muchas aguas;
176<br />
pues de este modo se le cortarán muchas raicillas some<br />
ras, y engruesarán las interiores ó las mas profundas, por<br />
cuyo medio no sentirán tanto la falta de aguas en años<br />
escasos; y ademas se libertarán de la comezón de las va<br />
retas que se crian en la chueca ó cepa que se forma aba<br />
jo en su pie , y de los insectos que se acojen á criar en<br />
los huecos y rendijas que forma; el arado se aproxima<br />
rá mas, y la tierra del pie quedará mas beneficiada.<br />
De las venteaduras , hendiduras y grietas del olivo.<br />
Este mal acomete á los árboles y olivos sanos y vigo<br />
rosos, aun cuando están en pie, y á los que han sido cor<br />
tados cuando comienzan á secarse. Las hendiduras pro<br />
vienen de dos principios opuestos: en el primer caso están<br />
en la corteza, y en el segundo dividen la corteza y pene<br />
tran en la sustancia de la madera. No debemos confundir<br />
estas hendiduras con las que ocasiona el frió, y de las<br />
que hablaremos cuando tratemos de los efectos que hace<br />
un deshielo en los olivos.<br />
I.° De las grietas en los árboles sanos. La corteza se<br />
abre dividiéndose en dos , y siguiendo por lo común la<br />
perpendicularidad del árbol, á menos que encuentre en<br />
el camino algunos nudos formados por el oríjen de las ra<br />
mas que anteriormente han sido cortadas, y cuya corteza<br />
ha cubierto después la herida; pues en este caso la hen<br />
didura se aparta por lo común, hace un rodeo, y muy<br />
frecuentemente vuelve á seguir mas arriba del nudo de<br />
su dirección perpendicular. Las grietas suponen necesa<br />
riamente una vejetacion vigorosa en el árbol j de modo
177<br />
que el que no tiene todo el alimento que se necesita, no<br />
se le hiende jamás la corteza en la primavera. Sobrevie<br />
nen ordinariamente estas grietas á los árboles ú olivos po<br />
dados en el verano , y á los que están espuestos á riegos<br />
muy continuos ; pues en uno y otro caso hay esceso de<br />
savia: la savia ascendente no puede disipar el sobrante<br />
de ella por medio de la traspiración de las ramas, de las<br />
hojas , etc. ; la absorción de la humedad del aire que las<br />
hojas hacen por la noche, aumenta aun el volumen de la<br />
savia al bajar á las raices, desde que el sol se pone hasta<br />
que vuelve á salir; y la resistencia de la corteza, llegan<br />
do á ser mas débil que el impulso de la savia, se ve for<br />
zada á estallar ó reventar por el paraje mas adelgazado y<br />
menos fuerte. Inmediatamente que se noten estas hendi<br />
duras, y que la albura quede descubierta, se llenarán de<br />
ungüento de injeridores; porque el aire obra sobre la<br />
madera como sobre las heridas del cuerpo humano que<br />
se dejan espuestas á su acción. La cicatrización de la cor<br />
teza será asi mas pronta, y al cabo de tiempo los dos la<br />
bios de la herida , después de haber formado un repul<br />
go , se estenderán y llegarán á unirse y formar un solo<br />
cuerpo.<br />
La testura de la madera dañada una vez no se rejene-<br />
ra; pero como esta porción queda al cabo de tiempo cu<br />
bierta por la corteza, y preservada por consiguiente del<br />
contacto del aire, no se pudre la parte lastimada.<br />
Estas hendiduras son mas perjudiciales en los árboles de<br />
cuesco 6 hueso, que en cualquiera otros, porque á lo lar<br />
go de ellas se forma un depósito de goma, que no es otra<br />
cosa que una savia estraviada, cuya parte acuosa se ha
178<br />
evaporado; de lo cual resultan una multitud de cancros<br />
muy perniciosos.<br />
2. 0 De las venteaduras ó hendiduras en los árboles<br />
cortados. Son estas hendiduras proporcionadas á la calidad<br />
intrínseca del árbol : mientras menos humedad contiene<br />
éste , mas se hiende al secarse en iguales circunstancias;<br />
asi un roble de las provincias meridionales , criado en un<br />
terreno seco y espuesto al mediodía, se hendirá mas que<br />
otro que baya vejetado en una esposicion al norte ó en<br />
terreno húmedo, aunque sea en el mismo pais. Esta com<br />
paración se estiende igualmente á los árboles del medio<br />
día comparados con los del norte del reino.<br />
El árbol cortado se deseca, disminuye de volumen , y<br />
á medida que se encoje , aparecen las hendiduras que se<br />
aumentan proporcionalmente á la separación de las fibras,<br />
siempre dependiente de la mayor ó menor rijidez, y ésta<br />
de la mas ó menos humedad que encierran aquellas.<br />
Si el árbol cortado queda espuesto á un sol fuerte,<br />
si su desecación es rápida, las hendiduras ó grietas serán<br />
mayores que si se hubiese secado á la sombra.<br />
De las verrugas, tubérculos, lupias, viruelas, agallas,<br />
caracoles y nudos del olivo.<br />
Con todas estas denominaciones son conocidas en di-,<br />
versos países estas escrecencias que se crian arrugadas,<br />
macilentas y verdosas al principio en las hojas, raiz y rami<br />
llas de olivo, que parecen de pronto agallas ó caracoles:<br />
después de secas presentan un color esterior pardo-more<br />
no, y en el interior atabacado, ya arrugadas y blanquecí-
179<br />
ñas: en su vejelacion rodean totalmente el tallo leñoso<br />
de la ramilla, y poco á poco la van desecando, y muere;<br />
y este contajio recae poco á poco á todo el árbol, y tras<br />
mítese esta enfermedad á los demás; y lo mas raro es que<br />
es hereditaria : no obstante, como la rama recien atacada<br />
se tale luego que se la advierta la enfermedad, se reme<br />
diará el daño; pero como se trasplante, aparecerá en su<br />
dia en ella la enfermedad.<br />
Se cree que la causa orijinal de esta fatal enfermedad,<br />
sea de las contusiones y de los palos que las ramas y ra<br />
millas del fruto del olivo sufren del acareo, cuando están<br />
cargadas de aceitunas y poco maduras aun, y heridas y<br />
magulladas se agolpa y retiene alli la savia que con los<br />
calores, y después con los frios, se acortezan y alimentan<br />
unas verruguitas cortecillas ásperas y de un calor terreo,<br />
acrecentándose de tal manera, que van desustanciando las<br />
ramillas, hasta que por último las desecan y pudren, ha<br />
biéndose convertido dicha savia en un pus, que se comu<br />
nica á la masa de la savia y la inficiona.<br />
Nuestro Don Alonso de Herrera nos dice ser distinta<br />
la causa de esta enfermedad, manifestando que »los ñi¿-<br />
»dos se hacen muchas veces de mucha fertilidad del sue<br />
ldo: á esto aprovecha desmochar las olivas, porque en<br />
^rehacer rama nueva, echará la virtud eme echaba en ñu-<br />
»dos; y el que desmochare sus olivares á los tiempos y<br />
»forma que debe, tórnalos frescos, nuevos y fructíferos, y<br />
»habrá provisión de leña.<br />
»Otras veces, continúa Herrera, acontece que se ha<br />
teen ñudosas por la grande sequedad y ruindad de la tier-<br />
) ) r a 3 y P a r a esto es también bueno cortarlas bajas y for-
180<br />
»marlas pequeñas, y que les bagan escavas bien hondas,<br />
»y echarles allí tierra nueva y gruesa, y estiércol que sea<br />
»muy podrido, y regarlas algunas veces."<br />
El P. Er. Francisco Baeza nos dice: ȇ veces sucede<br />
»que se llenan las ramas de una infinidad de ñudillos al<br />
»modo de caracoles ; y esta es una enfermedad que no<br />
»tiene otra cura que la tala; pero es de advertir, que<br />
»también hay olivos que les viene de casta el ser ñudo-<br />
»sos, lo que se ha de tener presente al tiempo de las<br />
aposturas ó plantío, á fin de no fomentar la peste."<br />
De la mangla del olivo.<br />
La palabra mangla ó tiñuela, pienso que viene de<br />
que los naturales de nuestra Sierra-Morena llaman asi á<br />
la goma que destila la jara ó ladamo de Pimío; y es se<br />
mejante á la miel en color y dulzura, aunque mas grose<br />
ra/ y asi se suministra en las boticas con la denominación<br />
latina ladamum.<br />
En algunas provincias llaman impropiamente mangla.<br />
al añublo ó tizón que padecen los trigos de resultas de<br />
las nieblas, la sequedad y esterilidad; y asi dicen, los tri<br />
gos están amanglados.<br />
En las Andalucías se esperimenta de cuando en cuan<br />
do una enfermedad en los olivos, melones, sandías y de--<br />
mas plantas cucurbitáceas, conocida con las denomina<br />
ciones siguientes: en el reino de Sevilla la llaman man<br />
gla, rnelazo, tiñuela, pringue y cochilla: en Granada<br />
hollín, tizne, tina, aceite y aceitillo; y en Valencia con<br />
el de la negra.
181<br />
Si hubiese (le redactar aqui la historia de la enfer<br />
medad de la mangla que padecen los olivos, según nos<br />
la refieren, sin haberla conocido, los escritores franceses y<br />
españoles, recitándose unos á otros, y dándonos por cierto<br />
ser los autores de ella cierta especie de insectos, asi co<br />
mo los pegujaleros de las vegas de Córdoba, Ecija, Sevi<br />
lla y San Lucar, tienen por autores de la mangla que pa<br />
decen los melonares y sandiales á las inocentes hormigas,<br />
á quienes persiguen á muerte, y aun con no pocos gastos,<br />
no haría en sustancia mas que entretener al ptiblico con<br />
un cuento de aldea; y en confirmación de esto solo tras<br />
cribiré el desprecio con que llegó á mirarles el sabio fran<br />
cés Bernard. Este sabio, dice otro escritor de la misma<br />
nación, acaba de darnos la prueba mas completa de su sa<br />
gacidad y de su escelente modo de observar. »Cuanto se<br />
»ha escrito, dice Bernard, hasta el dia sobre la historia<br />
»natural de los insectos del olivo, es una serie de incon-<br />
»secuencias falsas y absurdas; y al fin se ha descorrido<br />
»el velo que ocultaba la verdad."<br />
El Real supremo consejo de Castilla en 5i de Marzo<br />
de i8l5 pidió informe á los profesores del jardin botánico<br />
acerca de la enfermedad de la mangla, causas que la<br />
motivan y medios de curarla; y estos señores profesores<br />
el informe que estraclaron en 7 de Abril y elevaron al<br />
Real supremo consejo, fue copiar acl verbum scripta cuan<br />
to dejó escrito Rocier en su diccionario.<br />
Mas estaba reservado al sabio y observador dilijente an<br />
daluz D. Juan Alvarez Sotomavor, vecino de la ciudad de<br />
Lucena, y traductor de Columela, en hacer ver que el in<br />
secto á quien han supuesto como autor de la mangla,
182<br />
nada tenia en la torta, como lo hace ver en la comunica<br />
ción que á la letra trascribo, remitida á D. Simón Rojas<br />
Clemente, y publicada en una de las lecciones de D. An<br />
tonio Arias.<br />
»Las observaciones, dice, que tengo hechas en las pri-<br />
»maveras de los años de i8i5,i8l6y 1817, me tienen<br />
»convencido, no solo de ser posible que el melazo de los<br />
«olivos no sea la savia estravasada y dejenerada por la<br />
»picadura de un insecto, sino que es efectivo. En primer<br />
»lugar he observado en estos tres años que en el primero<br />
»empezaron á avivarse dichos insectos en 21 de Junio; el<br />
asegundo en 20 de Julio, y el tercero en últimos de Ju-<br />
«nio; y en todos tres ha aparecido el melazo antes de es-<br />
»tas épocas, especialmente en el actual de 1817, que ya<br />
»en Marzo habia algunas gotas de melazo en la superficie<br />
«superior de las hojas de los olivos, y todavía faltaba mu-<br />
»cho tiempo para que empezaran los insectos á desovar.<br />
»En segundo lugar hay muchos olivos que tienen bastan<br />
tes insectos de estos, y nunca tienen melazo. En terce-<br />
»10, si el melazo saliera de resultas de la picadura del in-<br />
«secto, se derramaría por estas picaduras; pero no sucede<br />
»asi, porque ellos pican y quedan clavados los mas en<br />
»los peciolos y ramitos mas tiernos de las hojas, y algunos<br />
»en la superficie inferior de éstas, y muy raros y en muy<br />
»pocas en la superior; y en esta superficie, y no en la<br />
«inferior ni en los pedúnculos ó peciolos, es en la que se<br />
»da salida al melazo. Yo al principio creí que era la savia<br />
»estravasada por la picadura del insecto, porque lo pri-<br />
»mero que leí fue el estracto de la memoria de Vicente<br />
»Coelho, publicada en el tomo i5 del Semanario de Agri-
185<br />
«cultura; pero estas observaciones me ban hecho mudar<br />
»de dictamen, en el cual me he afirmado, por haberlo vis-<br />
»to apoyado por Rocier y Fourcroy; y asi soy de sentir<br />
»que es un derrame de la savia que ha padecido la fer<br />
mentación sacarina en las mismas hojas, que es un ver-<br />
«dadero maná, igual al que aparece sobre las superficies<br />
«superiores de las hojas del fresno y otros árboles, entre<br />
»los cuales se cuenta el olivo, y á su maná llaman en<br />
»Mompeller eleomeü (i). El color negro que toma des-<br />
»pues, es de resultas de la combustión de la miel ó me-<br />
»lazo, y el haber mas insectos en los olivos que tienen<br />
))melazo, es por la afición que tienen alas materias azu<br />
caradas, especialmente los de trompa como estos. Por lo<br />
»visto en dichos autores, y por lo que resulta de mis pro-<br />
»pias observaciones, considero no solo supérfluo, sino per<br />
judiciales, las operaciones que aconseja el dicho. Coelho,<br />
»una de las cuales repiten Arias y Bahi."<br />
Por las anteriores observaciones que resultan de la efi<br />
cacia, celo y talento de tan dilijente y sabio observador,<br />
parece no haber duda alguna de que el insecto á quien<br />
lian hecho autor principal de la enfermedad, hiriendo las<br />
partes del olivo, que conocemos con el nombre de man<br />
gla ó tiñuela, según los escritores agrónomos eslranjeros<br />
y nacionales, no es el autor de ella, y por consiguiente<br />
es absurda la tan admitida estravasacion de la savia, de-<br />
jenerada de sus picaduras en las ramillas y peciolos de<br />
las hojas del árbol.<br />
Si á tan benemérito andaluz se debe un descubrimien-<br />
(0 No solo se encuentra el maná en el fresno , sino también en el pino,<br />
«beto, roble, arce, olivo., cedro, sauce, higuera, y otros árboles.
184<br />
lo que tanta honra le hace para con los buenos y labra<br />
dores españoles, que saben apreciar los eminentes servi<br />
cios que se hacen á la patria, ¡que elojios, que felicita<br />
ciones, que agradecimientos y honras no merece que tri<br />
butemos por nosotros mismos, insertándolos hasta en los<br />
anales agrarios ad perpetuam rei memoriam, por el sumo<br />
bien y grandioso descubrimiento que acaba de publicar y<br />
dar á luz en esta capital el año de i855 un otro andaluz<br />
sevillano y dignísimo canónigo de esta santa iglesia cate<br />
dral , el Sr. D. Manuel López y Gepero, en su precioso<br />
dialecto, ¡dialecto inmortal! con título de. - Curación de<br />
la mangla ó tiñuela en el olivo y en todos los árboles]<br />
Faltaría á mi deber como español, como amante de la<br />
agricultura y sus progresos, y caería, á no hacerlo asi, en<br />
una vil bajeza, sino honrase con mi débil pluma, como se<br />
merece, tan esclarecido eclesiástico andaluz, asi como del<br />
antiguo otro estremeño, por los eminentes servicios que<br />
ambos han hecho á la patria; pues hablando con la fran<br />
queza propia de un castellano viejo, me glorío en rendirle<br />
tales obsequios con toda la efusión de mi corazón, aun<br />
cuando en este momento no tengo la dicha de conocerlo,<br />
ni aun personalmente; he leido, sí, producciones suyas con<br />
suma complacencia, y la que acaba de dará luz, aunque<br />
tarde, bien á pesar mió, la he desentrañado, y me ha he<br />
cho desterrar errores , que tal vez algunos hubieran tras<br />
mitido; y asi me aprovecho de tan feliz coyuntura para<br />
manifestarle publicamente mi reconocimiento por las ver<br />
dades que nos da á conocor, tomándome la libertad de co<br />
piar en este artículo sus observaciones demostradas por su<br />
propia esperiencia, á fin de desengañar á los alucinados
185<br />
por los escritos traspirinaicos, como me he desengañado<br />
yo, que es la mejor confesión agraria que puedo hacer,<br />
dándolas toda la publicidad que me sea posible en bien<br />
de la presente y futuras jeneraciones agrícolas.<br />
No tan solo este sabio canónigo nos ratifica las obser<br />
vaciones del digno D.Juan Alvares Sotomayor, de que no<br />
es el insecto el autor de la mangla, y que no hay tal es-<br />
travasacion saviosa dejenerada por él, sino que nos des<br />
cobre y prueba evidente y prontamente que las verdade<br />
ras y únicas causas mas principales de la enfermedad de<br />
la mangla en el olivo y otros árboles, son un esceso de<br />
humedad y falta de la .necesaria ventilación en ellos; y<br />
no contento aun con esto, nos dicta y enseña, como por<br />
maravilla, proponiéndonos los medios tan sencillos y tan<br />
poco costosos para curarla ; medios que se ha valido para<br />
curarla en sus propios olivares, como asi nos lo demues<br />
tra en los períodos que con tanta satisfacción voy á tras<br />
cribir.<br />
i.° »La enfermedad de los olivos, dice este sabio y<br />
«respetable observador, llamada mangla en unos paises y<br />
sen otros tiñuela, ha sido el objeto de muchas y muy an<br />
tiguas investigaciones y disputas. Los escritores france-<br />
»ses aseguraron que provenia de una plaga de insectos,<br />
«que hiriendo los tallos y hojas del árbol, abrían innume<br />
rables puertas á su savia, y finia hasta el suelo, en que<br />
»formaba una costra negrestina , á la que se ha llamado<br />
i*tiñuela ó mangla."<br />
»Los agrónomos nacionales, respetando como un axio-<br />
"ma la teoría de los estranjeros, dieren por cierta la es-<br />
»lravasacion saviosa, y conviniendo con aquellos en que<br />
28
.186<br />
»los autores del daño eran insectos, etc., propusieron pa-<br />
»ra su curación y destrucción miles remedios infructuosos,<br />
»sin considerar que el costo de ellos, aun cuando fuese<br />
»posible, ascendería á cantidades enormes y mayores aun<br />
»que la pérdida del fruto de uno ó mas años, que ningún<br />
»cosechero podría costear, atendiendo el número prodi<br />
gioso que se cultivan en España comparados con los de<br />
»la Francia (i)."<br />
2.° »Por fortuna la decantada teoría de los insectos y<br />
whemorrájia de que se les supone, es absurda, como asi se<br />
»lo manifiesta Bernard, y como se lo prueba y demuestra<br />
»nuestro sabio canónigo por una' constante esperiencia;<br />
»coutra la cual nada valen las autoridades, por mas reco-<br />
»mondadas que sean de estranjeros y nacionales."<br />
5.° »En los olivos sanos se bailan, como los he visto yo<br />
»muchas veces, insectos de todas clases, mas aun que en<br />
»los enfermos; y esto solo basta para convencer de que no<br />
»son ellos los causantes de la enfermedad, la cual solopro-<br />
»viene de causas locales, que obran en unos mismos pa-<br />
» rajes, y que nunca se combinan en otros; resultando que<br />
»esta enfermedad solo la padecen unos mismos árboles;<br />
»por lo que, si los insectos fueran los autores de la enfer-<br />
»medad, la padecerían todos los años los olivos sanos y<br />
»enfermos, en los que viven y se aposentan, y no se con<br />
traerían para alimentarse á ciertos y determinados olivos-<br />
»y sitios."<br />
(i) Por la estadística rural
187<br />
4.° «La tiñuela, dice, acomete solo á los olivos que se<br />
» hallan situados en valles, cañadas ó terrenos hondos, en<br />
»que las aguas llovedizas ó manantiales se estacionan por<br />
»falta de salida ó corriente: facilitándola por medio de<br />
»zanjas que saneen la tierra, está removida la principal<br />
»causa. Recuerden cuantos la conocen, que jamás habrán<br />
»visto en cerros olivos que la padezcan, como algún ma<br />
nantial no empantane el terreno, ó el año sea lluvioso,<br />
»tanto que el esceso de humedad alcance á los sitios que<br />
»en inviernos escasos de aguas se mantienen sanos.<br />
»Por espacio de quince años he buscado cuidadosamen<br />
te en una muy dilatada comarca un olivo tiznado que es<br />
tuviera situado en terreno elevado y seco; mas no he po<br />
dido hallarlo. He ofrecido premios al rnarcolador ó tala<br />
dor que lo descubriera, no be tenido que darlos. De esta<br />
constante observación deduje que el esceso de humedad<br />
y la falta de ventilación son las causas de la tiñuela; y<br />
lodo lo que contribuya á disminuir la primera y á au<br />
mentar la segunda, debe hacerse para esterminarla, co<br />
mo he conseguido yo en mis olivares, mientras que todos<br />
los vemos la padecian."<br />
Medios de esterminarla y curarla.<br />
1. A «Dar y buscar salida á las aguas escedentes."<br />
2. a »No arar el terreno, apretarlo y apisonarlo en vez<br />
«de removerlo, para que se endurezca la tez, conserván-<br />
»dole heriazado y engrarnado."<br />
3.° » Aumentar la ventilación cuanto lo permita la lo<br />
calidad del terreno, rozando y dascuajando matorrales,
188<br />
»zarzales, arbustos, etc., que en llanos, cañadas y valla-<br />
»dos impiden las corrientes del aire."<br />
4. a »Limpiar y podar los olivos por dentro , y descar-<br />
»garlos de todo el ramaje inútil y cuasi inútil, pues aun-<br />
»que todos los olivos agradecen siempre este beneficio,<br />
«mucho mas lo agradecen los que están en peligro en años<br />
»húmedos de padecerla por su posición en los valles ó<br />
«cañadas; porque en estos sitios vejetan con.mas vigor, y<br />
»son por lo tanto mas propensos á contraerla; pues que<br />
»su mucha lozanía y espesura de ramaje impide la venti-<br />
vlacion por los centros de las copas de los olivos, que<br />
» reteniendo las emanaciones de la humedad en las hojas<br />
»y ramas , da fácil acojida á la enfermedad."<br />
5. a »De todo lo dicho se siguen al parecer dos verda-<br />
«des: 1. A que el mal de la mangla no es tan funesto como<br />
»se supone jeneralmente; porque no ella, sino las mismas<br />
«causas que la producen, son las que privan del fruto á<br />
»los olivos en ciertos años; de tal manera, que los mismos<br />
«ajentes que quitan la aceituna, dan en retorno la man-<br />
»gla. 2." Que estando en manos del hombre remover, ó<br />
«por lo menos disminuir mucho las causas que producen<br />
»dicha enfermedad, aplicando los medios facilísimos que<br />
»quedan indicados, al mismo tiempo que» esterminar la<br />
«mangla, se conseguirá aumentar copiosamente los frutos,<br />
»al menos en algunos años; esto es, cuando la escasez'<br />
»provenga de la falta de ventilación; porque no solo ella<br />
»es quien quita el fruto á los olivos."<br />
6. a Las verdaderas causas de la tiñuela 6 mangla es<br />
tán por fortuna en la mano del hombre. Este las ha for<br />
tificado hasta ahora, y aun las ha creado alguna yez clon-
189<br />
ftde no las había, queriendo acabarlas ó disminuirlas; por-<br />
»que todos los labradores que se han empeñado en des<br />
cerrarla, viendo que son impracticables ó imposibles los<br />
«remedios que le's han aconsejado los escritores agróno<br />
mos, han recorrido á los medios que les son conocidos<br />
»de mejorar y perfeccionar el beneficio del cultivo, redu<br />
cidos á abonar la tierra con estiércol, y arar hierro sobre<br />
»hierro, hasta pulverizarla; y con estas labores superabun-<br />
«dantes han aumentado las causas que producen la man-<br />
y>gla, y la han propagado adonde sin tantos beneficios no<br />
»la.habría."<br />
7. a Estas causas son, como queda dicho, la falta de<br />
D ventilación y la sobra de humedad. Y arando mucho,<br />
»¿no la recibe y conserva la tierra en mayor cantidad , y<br />
«por mas tiempo que cuando está endurecida? Mezclando<br />
«estiércol, ¿no aumentan los árboles su lozanía, rnultipli-<br />
»can las ramas, se- cierran y quedan menos ventilados?<br />
»He aqui como cuando no han abandonado á sí misma á la<br />
»mangla, la han halagado y aun atraído, en vez de des<br />
cerrarla."<br />
8. a »El diferente clima y otras causas que influyen<br />
»en los olivos en el diverso modo de multiplicarse y ve-<br />
»jetar en varios paises, aun dentro de España, podrán in-<br />
»fluir también en las enfermedades de estos árboles y mo-<br />
»do de curarlas; mas no por esto dejaré de mirar Como un<br />
«error en todas partes la creencia de que la savia estrava-<br />
»sada y envuelta en el escremento de los' insectos, forme<br />
»en los olivos esa capa negra que los enluta, y alguna vez.<br />
»llega á presentarlos como si sus hojas fuesen de terciope<br />
lo negro."
190<br />
9. a »En los olivos saludables y lozanos be visto no po-<br />
»cas veces mucho mas poblados de insectos de todas espé<br />
rteles aun que en los débiles, viejos y enfermizos en las<br />
»estaciones que estos animalillos vejelan, sin haberse<br />
«amanglado aquellos; pues á ser ellos la causa principal,<br />
)>COiuo tan equivocada y satisfactoriamente se nos ha di-<br />
»cbo, deberían haberse infestado de tiñuela, lo que no su-<br />
»cede; por loque se evidencia que esta enfermedad no<br />
»proviene de tales insectos, y sí de causas locales, que so-<br />
»lo se presentan en ciertos parajes húmedos, sin trasmi<br />
tirse á los ventilados y secos,"<br />
io. »Tan absurdo me parece ocuparse en observar y<br />
i)describir estos insectos para destruirlos, como seria que-<br />
»rer contener los estragos de una tormenta, los funestos<br />
»efectos de la calma en tiempo de la granazón, los de las<br />
»lluvias escesivas en invierno, los del hielo en fin, todos<br />
»los que provienen de la acción estraordinaria de la na<br />
turaleza."<br />
»La mas ó menos irregular influencia de ésta en las<br />
»diferentes estaciones, es quien produce las plagas de los<br />
»insectos; y una combinación opuesta de las mismas cau-<br />
»sas productoras, quien anticipa ó retarda su acabamien<br />
to, tan fácil de ejecutar á una noche de hielo ó á un<br />
»dia de calor, como imposible á todos los cepillos y le<br />
jías de Rocier."<br />
Adiciones para contener y prevenir la mangla en<br />
los olivos.<br />
1. a Si las estaciones del otoño, invierno y primavera
191<br />
se presentasen lluviosas, y se advierte al mismo tiempo<br />
que los olivos parece que negrean, es señal que apunta<br />
en ellos la mangla: en tal estado no se deberá seguir<br />
arándolos , porque si se remueve la tierra se cargará mas<br />
de humedad y se aumentará la enfermedad, supuesto que<br />
el beneficio es para ella un regalo. Lo primero que se de<br />
be ejecutar sin demora, es podar y limpiar bien los oli<br />
vos, y proporcionar desagües de toda clase al terreno; y<br />
si los olivos tienen ramas madres ó principales viejas,<br />
escarzosas y de falsa madera ó poco fructíferas, se tala<br />
rán , aun cuando prometan alguna esperanza de frutos<br />
uno ó dos años mas; y por estos medios los olivares, di<br />
go, olivos, quedarán claros, desahogados y ventilados, y<br />
se irá disminuyendo mas bien que aumentándose la en<br />
fermedad.<br />
. 2. a Los terrenos de los valles, cañadas y hondonadas<br />
plantados de olivos no se ararán ni cavarán con mucho<br />
empeño, como en los secos, y menos si carecen de des<br />
aguaderos; pues sería esponerlos á amanglarse; y para<br />
prevenir con tiempo la enfermedad, deberán hacerse en<br />
ellos, si es posible, canales para dar salida á las aguas<br />
lluviosas y de manantiales sobrantes; y de no abrir en don<br />
de puedan reunirse éstas mas fácilmente una ancha y<br />
bastante honda zanja para que las absorva, retenga y es<br />
tanque en sí misma, puesto que es sabido que en seme<br />
jantes parajes carecen de la ventilación necesaria tam<br />
bién , y ademas abundan en ellos las nieblas, rocíos y<br />
escarchas ; y es en los que los olivos deben estar mas lim<br />
pios, y mucho mas claros y desahogados de ramaje que<br />
en los terrenos altos y secos; y por estos sencillos medios
192<br />
se prevendrá la enfermedad, puesto que la falta de ven<br />
tilación y el esceso de humedad son las principales cau<br />
sas de ella.<br />
De la posición de los olivares en declives 6 pendientes.<br />
1. A Los olivares situados entre dos declives ó laderas,<br />
que descendiendo forman valles, y cuyos dos estreñios de su<br />
lonjitud miran el uno al oriente y á poniente el otro,<br />
quedan espuestas una al mediodía y la otra al norte.<br />
La pendiente espuesta al mediodía tendrá mas venti<br />
lación y abrigo y menos humedad , y cuajará mejor la<br />
flor; en su poda y limpia se le dejará mas ramaje, para que<br />
teniendo mas sombra, se ampare con.ella de las insola<br />
ciones ó recalmones : en esta esposicion los olivos veje-<br />
tarán sanos y poco enfermizos; pues las nieblas y rocíos,<br />
que esperimentan, se disiparán pronto al salir el sol por<br />
poco aire que corra; pero las escarchas serán funestas<br />
para la florescencia , si el sol sale claro y fuerte y no<br />
corren vientos.<br />
La pendiente ó ladera espuesta al norte tendrá poca<br />
ventilación y menos abrigo , y la florescencia será en tal<br />
situación siempre peligrosa : en la poda y limpia se les<br />
dejará menos ó poco ramaje para que los olivos gocen de<br />
ventilación : la humedad y rocíos se disiparán tarde, por- •<br />
que el sol y la ventilación les favorecerá poco; y en com<br />
pensación las escarchas no les perjudicará tanto , porque<br />
el sol les dará tarde , y ya con el aire, aun cuando sea<br />
el ambiente, habrá disipado las influencias nocivas de la<br />
escarcha ; ni tampoco les serán tan perjudiciales los re-
195<br />
calmones; pero los aires fríjidos del norte les serán fu<br />
nestos.<br />
2. a Las laderas ó declives , cuyos dos estreñios de lon-<br />
jitud miran la una al norte y la otra al mediodía , las<br />
dos pendientes estarán espuestas la una al poniente y al<br />
oriente otra.<br />
La ladera del poniente siempre disfrutará de una be<br />
nigna vejetacion : las nieblas , rocíos y frios se retienen<br />
algo mas alli, porque el sol la baña tarde : la flor no cor<br />
re apenas peligro, y no está espuesta á enfermar: en la<br />
poda se le aclarará de ramaje para su ventilación, y de<br />
cuantos impedimentos baya para su logro, y no estará<br />
tan fácilmente espuesta á recalmones.<br />
La pendiente opuesta á ésta, y que mira al oriente, dis<br />
frutará hasta bien entrada la tarde de benéficas influen<br />
cias , de pocas nieblas y frios; porque en tal situación se<br />
disipan mas pronto: la flor corre riesgo, si la noche ha<br />
sido escarchosa; pues si el sol no sale cubierto de nu<br />
bes ó nieblas , y si viene claro y ardiente y sin vientos<br />
que la secundan, la deseca y tuesta: conviene que la<br />
poda y limpia sea algo clara : las nieblas y rocíos no la<br />
perjudicarán apenas, y será poco propensa á enferme<br />
dades.<br />
3. a Los olivares situados en Cerros y en alturas planas<br />
en donde disfrutan de una completa ventilación y de la<br />
humedad necesaria, la florescencia cuaja bien: las nieblas,<br />
rocíos y escarchas desaparecen al instante; gozan de mu<br />
cha salud; el fruto se sazona bien; si el terreno es algo<br />
pingüe se dispensará á los olivos en la poda mas ramaje y<br />
mas copa que en el estéril, para que gocen de sombra en
194<br />
los días calurosos y que no corren vientos: los frios con<br />
tinuados del norte les son desfavorables.<br />
4- a Los olivares situados en llanuras, vegas , páramos<br />
y campiñas dilatadas, por lo regular gozan de mucha ven<br />
tilación, y la flor tiene una regular cuaja, á no acometer<br />
les las nieblas, rocíos y frios repentinos y tardíos de la<br />
primavera : á estos olivos en la poda y limpia se les acopa<br />
rá dejándoles algún ramaje del fructífero por dentro; pe<br />
ro no tanto que queden cerrados y sin ventilación: pero<br />
si el otoño, invierno y primavera se presentan lluviosos,<br />
con nieblas y rocíos abundantes, como suele acaecer de<br />
cuando en cuando, se les podará, limpiará y aclarará bien,<br />
y no se les arará con esceso: en estos parajes es donde<br />
se lian de cortar ó talar, para dar mayor ventilación,<br />
todas las ramas que se consideren como cuasi inútiles ó<br />
de poco fruto; las principales ó madres que estén con<br />
vertidas en ramas de madera y viejas • las enfermizas ó<br />
cariadas y las mal situadas: de esta manera se dará á los<br />
árboles mas ventilación y claridad • pues no teniendo de<br />
masiada humedad, por haberla estraido por las zanjitas he<br />
chas al efecto, se disminuirá la enfermedad, y durará me<br />
nos tiempo; y si sobreviene un año escaso de ellas y seco,<br />
se restablecerán enteramente.<br />
Los olivos de los valles y cañadas, los de llanuras y<br />
campiñas, que por lo jeneral vejetan vigorosos y robustos,<br />
y mucho mas si son jóvenes, y mas aun cuanto mas se<br />
beneficien y cultiven , aren y caven, si sobrevienen mu<br />
chas aguas , tanto mas rápida y fuertemente los ataca la<br />
mangla • por lo que se procurará podarlos, limpiarlos,<br />
talarlos y desaguarlos con todo empeño para cortar, ó por
19b*<br />
lo menos disminuir el mal; advirtiendo que mas vale que<br />
no se aren ni caven en tres ó cuatro años, que dejarles uno<br />
sin podar y limpiar: tanto les aprovecha el verse claros y<br />
desahogados de ramaje y con mucha ventilación estando<br />
enfermos.<br />
De las enfermedades de la savia.<br />
La savia influye en la formación de la planta como<br />
los alimentos en la del hombre, y el oficio de los dos es<br />
desarrollar el jérmenj y de consiguiente está sujeta á sus<br />
enfermedades, como nuestros humores á las suyas, pu-<br />
diendo alterarse también por causas internas ó esternas.<br />
Si la savia peca por esceso de sal, se vuelve corrosiva, y<br />
destruye el vejetal. Si se riega la tierra en que la planta<br />
vejeta con cierta cantidad de aceite , este esceso no per<br />
mite las combinaciones, porque superabunda un princi<br />
pio, y poco á poco se relaja la circulación de la savia, y<br />
perece. Cito estos hechos como estremos, porque rara vez<br />
sucede que la savia se vicie por causas interiores. Las en<br />
fermedades que provienen de causas internas son : la de<br />
crepitud, el vicio ó locura, el depósito, las escrecencias<br />
ó repulgos , el enmohecimiento, la putrefacción, etc.<br />
Las esteriores son por desgracia mas comunes. Llamo cau<br />
sas exteriores los estragos causados por los gusanos que<br />
roen las raices , por los grillo-talpas que las cortan, y por<br />
las lombrices que se alimentan de las mas tiernas. To<br />
dos estos insectos llenan las raices de heridas, que con<br />
servan abiertas con el objeto de alimentarse , resultando<br />
de ello las estravasaciones de los jugos y el enmohecí-
198<br />
miento de las raices. En ciertas circunstancias la tierra<br />
que las rodea se vicia; es decir, que por las combinacio<br />
nes de los jugos inficionados de la planta, con los que ella<br />
encierra , resulta un compuesto dañoso , sino á todas, á lo<br />
menos á un gran número. Las enfermedades que provie<br />
nen de causas esternas son: la quemadura, la escarcha,<br />
el moho , la humedad, la niebla, el tizón, el espolón,<br />
el musgo , la ictericia, las agallas, el melaza, el ahi<br />
lamiento, etc. , que todas causan una alteración en la sa<br />
via , ó son mas bien una consecuencia de ella. A estas<br />
causas jenerales conviene añadir las accesorias, motiva<br />
das únicamente por la impericia de los podadores y plan<br />
tadores de árboles ; tales son las heridas que multipli<br />
can en las raices, haciendo grandes cortes, que dejan es<br />
puestos á la acción del aire, del sol, de la lluvia , y en<br />
fin, de todos los metéoros atmosféricos, los espolones, to<br />
cones , astillas, etc. Si la corteza, única parte que se re-<br />
jenera en la planta, no vuelve á cubrir la herida , el cán<br />
cer y la putrefacción se apoderan de ella. Los árboles grue<br />
sos , á quienes se hacen podas considerables, ofrecen una<br />
prueba demostrativa de esto; pues su tronco se pone po<br />
co á poco hueco desde la cima hasta la raiz.<br />
De las plantas parásitas perjudiciales al olivo.<br />
No solo las enfermedades y los insectos son las pla<br />
gas que atacan y destruyen los olivos y sus frutos, sino<br />
que también las plantas parásitas, que con tanto despre<br />
cio se miran por los cultivadores, son unos enemigos for<br />
midables de tan preciosos árboles. Estas plantas parásitas<br />
se dividen en verdaderas y falsas.
197<br />
Las verdaderas son la cuscuta, la yerba-tora, el cis-<br />
to , la clandestina y el marojo, mahojo 6 muérdago,<br />
porque estas se alimentan del jugo propio de los árboles<br />
que las contienen.<br />
Las falsas son los musgos ó mohos, las setas ú hon<br />
gos , los liqúenes y roña: estas no perjudican tanto á<br />
los árboles en su vejetacion; porque no les chupan na<br />
da del jugo propio, y el único daño que hacen es el que<br />
retienen para sí el agua de las lluvias y la humedad del<br />
aire sobre la corteza mas tiempo que el necesario ; pero<br />
con todo esto les ocasiona al fin una putrefacción y ca<br />
ries funestas al árbol, á pesar de que sus raicillas no<br />
penetran ni aun la corteza de los árboles.<br />
El marojo , malhojo ó muérdago (viscum álbum de<br />
Linneo) es una verdadera planta parásita, voraz y le<br />
ñosa, y un vejetal para los físicos muy estravagante: su<br />
oríjen, jerminacion y desarrollo es diferente de los demás<br />
árboles y plantas: no vejeta en la tierra, y sí sobre la<br />
corteza de las ramas y troncos de varios árboles, endón<br />
ele sus raices se injieren é introducen.<br />
Este vejetal parásito, voraz y funesto es peor que la<br />
mangla : se reproduce y multiplica rápidamente, pegán<br />
dose y creciendo sobre los troncos y ramas del olivo y de<br />
varios árboles silvestres y cultivados, que sino se está con<br />
tinuamente con el cuidado de aniquilarle, perece el ár<br />
bol infaliblemente ; pues que una sola planta basta para<br />
infestar y propagarse muy pronto por todos los olivares de<br />
sus contornos, estendiéndose rápidamente á toda una co<br />
marca ; y asi es preciso arrancarla en pareciendo el pri<br />
mer hilo ó ramito , y cavar en la sustancia misma de su
198<br />
corteza hasta estirpar sus raices ó pezoncillos, porque uno<br />
solo la reproduce de nuevo. Cuando nace y se cria sobre<br />
un olivo, es prueba que el árbol está cubierto de plantas<br />
parásitas, de musgos, cuscutas y liqúenes, etc.; y en<br />
tal estado, el mejor remedio es talar la rama; pues por<br />
mas que se haga, siempre retoña si está la rama plagada<br />
de las predichas plantas parásitas. Los pajarillos, que gus<br />
tan mucho de su fruto, la picotean, y comen y depositan<br />
sus semillas, como los he visto, sobre la corteza y grietas<br />
del árbol, refregándose en ellas el pico para limpiársele<br />
de las partículas viscosas que en él se le han pegado; y<br />
como el musgo que la rama tiene conserva la humedad<br />
necesaria, ésta basta para su primera vejetacion, y des<br />
pués la savia y jugo del mismo olivo le provee del ali<br />
mento suficiente para su fatal acrecentamiento.<br />
Don Simón de Rojas Clemente cree que el viscum<br />
ó marojo que ataca á los olivos, es una especie distinta<br />
enteramente de la que se encuentra sobre los perales, etc.,<br />
y por consiguiente distinta también de la descrita por<br />
Linneo; en cuyo concepto, y mirándola como una especie<br />
nueva de su jénero, la denomina viscum clussi, dedicán<br />
dola á la memoria de tan célebre naturalista; sin duda<br />
porque Clusio hace mención de ella en sus obras, como<br />
que la vio repetidas veces cuando viajó por España.<br />
Los tallos del marojo ó muérdago se dividen desde '<br />
su base en varios ramos desparramados, ahorquillados, ci<br />
lindricos, y divididos por nudos armados de pequeñas púas.'<br />
sus hojas son de figura de hierro de lanza , crasas y car<br />
nosas: las flores, que son amarillas, nacen separadas las<br />
masculinas de las femeninas en distinto pie ó planta: el
199<br />
fruto es una baya de dos líneas de diámetro, semi-tras-<br />
parente, de color rosado y lleno de un jugo viscoso , del<br />
que participa también la planta: se emplea para pasto del<br />
ganado, especialmente boyuno , y para hacer liga.<br />
El P. Baeza, de la cartuja de Sevilla, dice en su me<br />
moria inserta en el tomo 1 6 del Semanario de Agricultu<br />
ra, que se ha obligado judicialmente á muchos propieta<br />
rios que abandonaban la poda del marojo, para que la cor<br />
tasen y limpiasen, á causa de los perjuicios que resulta<br />
ban en los olivares vecinos infestados.<br />
Duhamel, en una de las memorias de la academia de<br />
las ciencias del año de 1740? nos trascribe observaciones<br />
muy curiosas del marojo; y en una de ellas dice haberse<br />
visto jerminar sobre unos fragmentos de madera seca, y so<br />
bre unas piedras que jamás las bañaba el sol.<br />
En España, Francia, y especialmente en Italia, en<br />
unos bosques que median entre Roma y la ciudad de Lo-<br />
reto, es en donde mas ha prevalecido en Europa; y en es<br />
tos bosques ha habido robles y encinas corpulentísimas, en<br />
las que se podia cargar una carrada de ella.<br />
En estos bosques parece que se congregábanlos sacer<br />
dotes con el pueblo antiguo del paganismo, debajo de uno<br />
de los árboles mas cargados de esta planta, para hacerla ro<br />
gativas , adornándola como á planta sagrada, y como un<br />
antídoto contra la ponzoña, y muy propio para la fecun<br />
didad de los animales. Uno de los sacerdotes tomaba ra<br />
mos de ella con la mano, después de consagrados, y los<br />
repartía al pueblo en los primeros del año sagrado, can<br />
tando y esclamando en alta voz : honrad al marojo para la<br />
felicidad del año nuevo.
200<br />
De la mosca que ataca á la aceituna.<br />
Descripción, La mosca de los olivos es pequeña, del<br />
gada, y como tres líneas de larga: tiene la cabeza redon<br />
da, abultada y corta: sus ojos son grandes, ocupando la<br />
mayor parte de la cabeza; son morados, lustrosos, de fa<br />
cetas, ó sea reticulares, las anteras de dos piezas; la pri<br />
mera ó inferior muy pequeña, redondeada, aovada y cris<br />
talina : la segunda en forma de maza cilindrica, ó algo<br />
comprimida , pedicelada, como violada en su remate , con<br />
una seda sencilla inserta sobre cada antena.<br />
Coraza (Tborax) ó concha grande , coriácea, pardo-<br />
obscura, con tres rayas negras, y pelos ríjidos cenicien<br />
tos, visibles con el microscopio; en el remate de la co<br />
raza ó concha se hallan tres escrecencias amarillas relu<br />
cientes, lampiñas, con dos sedas negras horizontales.<br />
Abdomen , ó vientre aovado-cónico , con vello platea<br />
do, corto de fondo, rubio, con tres manchas negruzcas<br />
en cada lado.<br />
Alas aovadas, mas largas que el vientre ó abdomen,<br />
trasparentes, con una mancha negra en su remate y ra<br />
yas del mismo color : en la proximidad del nacimiento de<br />
las alas hay algunas escrecencias amarillas con unas sedas<br />
negras.<br />
Rejo, en las hembras aleznado, contenido dentro de<br />
un estuche cilindrico, con que taladra la epidermis ó pe*<br />
llejo esterior de la aceituna, para la deposición del hue<br />
vo que ha de dar oríjeii á la larva ó gusano : patas ver<br />
doso-amarillas, con algunas manchas rojizas; tarzos ahor-
202<br />
tuna le debe presentar cierto y fijo por medio de una sa<br />
na y sazonada madurez. Las aceitunas subsisten en el ár<br />
bol, madurando mas ó menos tiempo, á proporción del<br />
daño que han sentido, y cayéndose cuando el viento las<br />
ajita: lasque han sido atacadas en Agosto y Setiembre<br />
son perdidas para el propietario, porque tienen aun poco<br />
aceite; pero las que se caen después de Setiembre por la<br />
misma causa, puede sacar algún provecho; pero el aceite<br />
de las unas y de las otras es de inferior calidad y muy<br />
moreno. Muchos están creídos que las aceitunas que se<br />
caen en Agosto y Setiembre es efecto de sequedad; pero<br />
es fácil convencerse de este error, observando que tie<br />
nen toda la pulpa ó hueso agujereado, y el gusano den<br />
tro vivo ó muerto.<br />
Mientras la aceituna está en el árbol, el gusano, que<br />
se alimenta de ella, no sale antes de su última metamor<br />
fosis.<br />
El (migo, y aun los que parece que están exentos de<br />
vulgaridades, ó mejor diré con nuestro sapientísimo<br />
Feijoó; »casi todo el mundo es vulgoestán y viven<br />
creídos en la mas crasa preocupación, que toca como á ar<br />
tículo de fe, que las aguas llovedizas de todo el mes<br />
de Agosto, son las creadoras y productoras de la larva<br />
ó gusano que roe y come la aceituna; y ha llegado á tan<br />
to tal preocupación de semejante creencia, que hay quien<br />
sostiene temerariamente, que si llueve la última noche de<br />
Agosto, después de las doce, esta lluvia ya no enjendraria<br />
tales gusanos. ¡Cuando desterrará la física de nuestro suelo<br />
estas y otras paparruchas! cuando los ricos propietarios la<br />
estudien y propaguen á los campesinos, haciéndoles ver
205<br />
demostraetiva y evidentemente tales fábulas en los muchos<br />
años, que sin haber llovido en Agosto, se nos plaga la acei<br />
tuna de ellos.<br />
Para remediar el daño que produce la mosca que pica<br />
la aceituna de los olivos, y atajar los estragos que estas lar<br />
vas y otros insectos causan en los frutos y en los árboles, se<br />
han ensayado diferentes medios; pero en vano, pues por<br />
ninguno de ellos se ha conseguido su aniquilación. En prue<br />
ba de esto dice el respetable Bernard en su Memoria sobre<br />
los olivos :» que el conocimiento de su modo de vivir y de<br />
»su reproducción nos pone, es verdad, en el camino de<br />
»tantear los medios de destruirla; pero todavía no se haha-<br />
»llado ninguno, y que el que descubra este remedio, será<br />
»digno de la mayor recompensa:" Diga Ib que quiera Ber<br />
nard en este punto, nunca podrá negarse que la larva de<br />
la palomilla y la de la taladrilla, si acaso son especies dis<br />
tintas , y cualquiera otra de las que se alimentan de los fru<br />
tos, todas se fomentan y propagan hasta lo infinito-por el<br />
equivocado sistema que se sigue de recojer muy tarde las<br />
aceitunas, dejándolas en el árbol hasta que la larva se sale<br />
de ellas; y abandonando ésta el fruto, se coloca donde mejor<br />
le parece, para trasformarse en ninfa. Resulta, pues, que<br />
si la aceituna, respecto que conocidamente se la ve desde<br />
primeros de Setiembre, que está picada, se la principiase á<br />
recojer desde primeros de Octubre, que metiendo mucha<br />
jente al efecto en todo este mesj debería estar recojida;<br />
porque cuanto mas pronto se recoja, tatito menos la daña<br />
rán, y dará mas y mejor aceite; consiguiéndose por este<br />
medio, ano dudarlo} matar y destruir todas las larvas ó gu<br />
sanos que tuviesen las aceitunas, cuya plaga se; disminuiría
204<br />
por grados j llegando un. dia á aniquilarse totalmente; pues<br />
que conducidas con las aceitunas á las trujas , una parte<br />
se ahogaría, y la otra se molería con ella.<br />
Todas estas ventajas se conseguirían en recojerla lo mas<br />
breve posible; pues de recojerla tarde, el gusano se larga,<br />
habiéndose comido para alimentarse cuasi toda la carne y<br />
sustancia aceitosa, y libertado él de perecer. Estos son los<br />
resultados de una recolección tardía.<br />
También para esta mosca, como para todos los insectos<br />
nocivos al olivo, se han inventado recetas que omito, por<br />
considerarlas inútiles en España, atendiendo al número<br />
prodijioso y cuasi infinito de olivos que cultiva.<br />
q Guantas magníficas promesas, cuantos hechos verifi<br />
cados en los papelesptiblicos, cuantas falsedades impresas,<br />
revisadas, correjidas y aumentadas para destruir las oru<br />
gas, las mariposas, el pulgón, los gallinsectos, los in<br />
sectos, las larvas, los gusanos y otras alimañas que de<br />
voran los árboles y olivos! Debemos concluir de esto, que<br />
todas: las preparaciones tan exajeradas, bien para los gra<br />
nos, bien para los árboles ú olivos, son meras charlatane<br />
rías; sin embargo, ¿hay algún charlatán que no tenga bo<br />
bosque le escuchen 2'Tal es la suerte del hombre.<br />
T<br />
CAPITULO XIII.<br />
DE LA FLOR DEL OLIVO.<br />
De su 'vejetacion.<br />
J-Ja naturaleza ha prescrito tres estaciones muy dis<br />
tingas para la vejetacion y tránsito de la yema del olivo á
205<br />
su entero desenvolvimiento hasta de brote ó. de fruto. La<br />
yema viene á ser un• pequeño estilete; verdoso», prataagu-<br />
do, y por decirlo asi, no es otra cosa que el jérmen^dél bo<br />
tón; y que este mismo botón, eseitada en él la savia ascen<br />
dente por el calor de la primavera, es impelido á que se<br />
hinche y ensanchen las escamas que le cubren, separán<br />
dose unas de otras, presentándose y anunciando que en<br />
cierra en sí el precioso depósito de la multiplicación, sien<br />
do de flores ó de fruto, ó solamente: de hojas y madera,<br />
que llamamos brote, tallo ó ramilla. '<br />
La yema, pues , aparece; i e n la primavera y al prin<br />
cipio del verano: 2." crece y adquiere fuerza en el solsti<br />
cio: 3.° se fortifica mas y mas,.y se nutre en el otoño j y<br />
en fin desde últimos de Marzo y en Abril, en las provin<br />
cias meridionales de España, se presentan.y nacen debajo<br />
del sobaco de las hojas las yemas que contienen las flores<br />
del olivo: se desarrollan éstas por Mayo, y cuaja el fruto<br />
marchitándose y cayendo al suelo la flor, á mas tardar<br />
en Junio: sigue la aceitunilla creciendo y engruesando<br />
por grados en los meses de Julio, Agosto y.Setiembre; to<br />
ma color en Octubre, y se halla madura en primeros de<br />
Noviembre.<br />
Observaciones sobre la cuaja de la flor.<br />
•i. a La esperiencia prueba que un olivo que no tiene<br />
todavía fuerza para arrojar nuevos brotes, ya por vejez,<br />
ya por estar cargado de un número muy grande de ra<br />
millas de fr uto, florece y fructifica á la verdad todos los<br />
años, y el que no está podado se halla en este mismo
206<br />
caso; pero muchas veces á estos y á aquellos no les cuaja<br />
la floütr/iy el fruto aun: cuajado también se cae, porque los<br />
canales de la savia están obliterados ó embotados, y no<br />
sube esta en cantidad suficiente y proporcionada á las<br />
necesidades. ,<br />
2. a . Cuando el polvillo 6 semen fecundante está cer<br />
rado en las anteras ó bolsillas de los estambres que con<br />
tiene la flor, después de haber caido el stigma del pis<br />
tilo , no prospera en él por algunas causas particulares:<br />
en tiempo de las flores los insectos dañan el stigma: las<br />
heladas las abrasan : también las ofenden si sobrevienen<br />
lluvias demasiado abundantes y recalmones : si se aran y<br />
podan los olivares floridos ,;el¡ vapor cálido que enton<br />
ces exbala la tierra removida, daña y amortigua el semen;<br />
y no desenvolviéndose el embrión ó jérmen por estas cau<br />
sas, aborta la semilla.<br />
3. a Los olivos enfermos florecen mas temprano; por<br />
lo que están mas espuestos á los daños de los insectos, y<br />
dejan caer la flor y su aceituna: el aceite de estos árbo<br />
les viejos y enfermizos es de inferior calidad y se enran<br />
cia mas fácilmente que el de los robustos y jóvenes; y<br />
por consiguiente su aceituna se debe recojer y moler apar<br />
te : pues que hay tan grande diferencia entre la madura<br />
ción, debe hacerse tal distinción.<br />
4- a La cuaja de la aceituna es siempre mas abundan<br />
te en los rostros de los olivos, y mas en las esposiciones<br />
que miran al mediodía, y cargan mas de fruto los olivos<br />
junto á los caminos carreteros y de mucho tránsito, y que<br />
levantan mucho polvo de los bochornos é insolaciones, y<br />
con especialidad en el de la cuaja de la flor si se temen
207<br />
aguaceros, pues que los bochornos privan al jérrnen de<br />
la humedad moderada que necesita, y sé marchita la flor<br />
anticipadamente, sin que de' lugar á la fecundación; y<br />
faltando el jugo al pedúnculo de la flor, viene á tierra el<br />
fruto sin haber cuajado: las aguas y nieblas de fin de Ma<br />
yo y Junio dañan mucho á las flores cuando están en<br />
cierne , porque lavan los polvillos de las anteras, y rom<br />
pen los saquillos que contienen el humor ó licor fecun<br />
dante.<br />
5. a La ventilación, siempre útilísima á los olivos, les<br />
es absolutamente necesaria en tiempo de su florescencia-<br />
de manera que si falta la acción del viento en el dia que<br />
la aceituna naciente necesita ponerse en contacto con la<br />
atmósfera, se seca y perece. Los árboles situados en hon<br />
donadas están mas espuestos por consiguiente á que una<br />
calma los agoste lodo el esquilmo, que en pocas horas se<br />
tuesta, tornándose de blanco como nieve, en rubio como<br />
la canela. No se libertan á veces de este daño, si la calma<br />
continúa y el calor es intenso aun, los que se hallan en<br />
sitios ventilados j pero corren mayor riesgo los que no<br />
lo están.<br />
6. a La espresion de pasarse las flores y frutos sig<br />
nifica no cuajar, hablando de frutos; y abortar, hablan<br />
do de flores. Por la descripción de las plantas vemos que<br />
los estambres de la flor sostenidos por sus anteras, consti<br />
tuyen la-s partes masculinas de la jeneracion, y el pis<br />
tilo las fameninas : que las flores son hermafroditas, es<br />
decir, que sostienen machos y hembras, solo machos ó<br />
solo hembras: que las flores machos en algunas están<br />
sobre el mismo tallo y la misma rama que las flores hem-
208<br />
braSy pero separadas. En fin , que las flores machos y<br />
hembras están algunas, veces sobre pies y árboles diferen<br />
tes. Esta unión de los seceos separados en ciertas flores,<br />
está demostrada boy hasta J a evidencia; y de esto depen<br />
de esencialmente toda especie, ele fructificación; porqué<br />
es una ley inmutable de la naturaleza, que concurran el<br />
macho y la hembra para reproducirse. Es fácil concebir<br />
que una cópula tan delicada exije para que tenga efec<br />
to que concurran las circunstancias, y una estación pro<br />
picia á causa de la humedad de las partes.<br />
Una lluvia demasiado fuerte ó demasiado fria, una<br />
helada, un viento impetuoso ó frió, ó una insolación, la<br />
desordenan y hacen que la flor aborte ó se seque, y el<br />
fruto se pase.<br />
En el momento de la fecundación se abren las ante<br />
ras con elasticidad, y este depósito del semen derrama<br />
sobre la parte hembra u n a multitud de globulillos, de los<br />
cuales sale un vapor fecundante que, penetrando el pisti<br />
lo, va á animar el jérmen.<br />
E s fácil concluir de aqui, que el frió estrecha las pai<br />
tes de la jeneracion, é impide el desarrollo de los estam-<br />
J j r e s ; que un viento cálido deseca el vapor fecundante;<br />
que no puede penetrar en el pistilo empapado en agua<br />
llovediza; que esta lluvia le arrastra , etc. ¿Que labrador<br />
no ha observado c i u e la abundancia de uvas, granos y-<br />
aceitunas dependen de la buena ¡florescencia de las vi<br />
ñas , de los trigos y de los olivos? Que esta abundancia<br />
es siempre consecuencia de una buena estación; y que<br />
si el tiempo ha sido frió ó ajitado con vientos tempestuo<br />
sos, muy frios ó muy cálidos, se pasan y secan las flores.
209<br />
Estas , como he dicho ya, abortan, y los frutos sé pa<br />
san por una consecuencia del aborto que acaece con fre<br />
cuencia en seguida á una buena fecundación. Si algún<br />
tiempo después ele la florescencia sobrevienen lluvias<br />
frías ó recalmones, el grano de la aceituna se deseca<br />
frecuentemente en cortísimo tiempo, se cae y no deja si<br />
quiera el mas lijero vestijio de su existencia, aunque el<br />
pezoncillo que la sostenía hiciese cuerpo con ella.<br />
7. a Suele, aunque rarísima vez, presentarse una pe<br />
queña segunda florescencia , y esto indica siempre que<br />
el árbol padece por alguna causa, que frecuentemente es<br />
la sequedad. Esta sequedad estenúa la savia en sus ca<br />
nales, y aminora su cantidad; y si después de una larga<br />
sequía sobreviene una lluvia tan abundante que pueda pe<br />
netrar hasta las raices, Ja savia vuelve á recobrar sus de<br />
rechos , y sube con ímpetu; pero como encuentra desde<br />
el principio los diámetros de sus conductos demasiado es<br />
trechos , se dirije hacia los que lo están menos, y hace<br />
que los botones de fruto, que no se hubieran abierto has<br />
ta el año siguiente, se abran entonces. Las vides echan<br />
también sobre-flores, especialmente en los países cálidos,<br />
cuando les rebajan ó mutilan los sarmientos / no se de<br />
ben confundir estas sobre-flores tempranas de los árboles<br />
frutales, ó de los que brotan en Diciembre y Enero, si<br />
el calor de la atmósfera se reanima en esta época.<br />
8. a Las variaciones de la atmósfera son también muy<br />
perjudiciales á la flor del olivo; y tanto mas, cuanto mas<br />
repentinas son pasando del calor al frió: asi las heladas<br />
tardías ó de primavera causan en los brotes y frutos de<br />
los frutos de hueso, como el olivo, y de los de cuesco, co-
210<br />
rrio el pérsico, abridor, etc., un daño funestísimo. Si la<br />
helada es seca, no padecen tanto ni las flores ni los fru<br />
tos ; pero si el tiempo es húmedo, si llueve, y sobre todo<br />
si sobreviene un sol fuerte , las flores y los frutos ya cua<br />
jados se perderán enteramente. Y asi, mientras que el<br />
olivo está en flor, no se arará, como ya lo he dicho.<br />
9. a En ciertas circunstancias arrojan los árboles nue<br />
vas hojas ó nuevas flores, y es señal de padecer: por<br />
ejemplo, si una sequía fuerte, larga y aumentada por el<br />
calor, disipa la humedad é impide en gran parte á la savia<br />
que suba de las raices á las ramas, es claro que esta po<br />
ca savia no podrá mantener la sinovia de las articulacio<br />
nes, formada en la reunión del peciolo con la rama. De<br />
secada esta sinovia, los encajes de esta articulación se<br />
desecan y ocupan menos espacio; entonces salen de caja,<br />
y se cae la hoja. En el caso supuesto, es evidente que<br />
la humedad que las hojas absorven de la atmósfera es pe<br />
queña cantidad, y no bastando á alimentarlas sin el socor<br />
ro de la savia, se caen por necesidad. El botón, que siem<br />
pre está colocado en la base del peciolo ó pedúnculo, y<br />
á quien alimentaba la hoja, perece si la sequía sobrevie<br />
ne en la primavera, pero si la falta de agua ha sido tar<br />
día, se desarrolla el botón á la primera lluvia. Este no<br />
debia naturalmente echar hojas ni flores hasta el otoño;<br />
pero en el presente caso se abre, porque la lluvia ha re<br />
animado la savia, y ésta obra como al principio de la pri<br />
mavera en los botones que están bastante formados para<br />
abrirse. Este modo de reverdecer es violento y daña mu<br />
cho al árbol; porque una parte de sus botones destinados<br />
á brotar al año siguiente, anticipa su desarrollo, y priva
211<br />
al árbol de sus recursos futuros. Los árboles viejos están<br />
mucho mas obstruidos que en los otros nuevos, y la sa<br />
via sube por ellos con menos actividad, en menos abun<br />
dancia y mas refinada. En este caso los botones se forman<br />
mas pronto, y son mas propios para producir hojas y flo<br />
res: frecuentemente se ven reverdecer y florecer los<br />
árboles después de las granizadas.<br />
CAPITULO XIV.<br />
DE LOS EFECTOS DEL HIELO Y DESHIELO Y QUEMADURA DE<br />
LOS OLIVOS.<br />
•Examinemos , pues, el efecto de las heladas, á fin de<br />
hacer luego la aplicación á los olivos: trasportémonos á la<br />
época de las heladas, y examinemos en qué parte son<br />
mas sensibles. Si considero una superficie, por ejemplo,<br />
la de una hoya llena de estiércol, veo que al menor frió<br />
es alli la helada mas blanca , mas sensible, mas aparente y<br />
mas fuerte que en su circunferencia: veo también que<br />
esta misma helada es mas sensible en la superficie de una<br />
pradera que en la de un campo recien labrado, compara<br />
do con otro limpio de yerba , y labrado mucho tiempo<br />
antes. Estos fenómenos son siempre seguros, y se vienen<br />
á los ojos de los que quieran verlos. Los sitios mas sus<br />
ceptibles de recibirla impresión de las heladas son aque<br />
llos en que hace mas calor, y en que hay por eonsiguiem-<br />
te mas evaporación. Supongamos ahora que el calor ten<br />
ga una fuerza como cuatro; admitamos una masa seme<br />
jante ele humedad, y las dos masas reunidas y en acción,
212<br />
formarán una masa de ocho: el estiércol está en este ca<br />
so : el efecto del frió es concentrar el agua reducida á<br />
vapor; y la prueba de ello se ve en los refrijerantes de<br />
los alambiques, sin los cuales el fluido y la parle espiri<br />
tuosa se perderían reducidos á vapores. El frió condensa<br />
estos á medida que salen del estiércol, apoderándose de<br />
ellos con mas fuerza que si estuviesen calientes solo co<br />
mo uno, y por consiguiente convierte estos vapores mas-<br />
fácilmente en escareba. En las praderas es mas sensible la<br />
helada que en una tierra recien labrada , porque ademas<br />
de la evaporación natural del suelo, hay también la evapo<br />
ración de la traspiración de las plantas , mas cálida que<br />
el aire ambiente, aunque mucho menos que la del es<br />
tiércol; y el campo recien labrado también da mas eva<br />
poración que el que no lo está, y suelta mas fácilmente<br />
una parte del calor de que estaba impregnado. La eva<br />
poración , pues, y el calor son las causas de que la he<br />
lada se manifieste mas pronto y de un modo sensible mas<br />
en un sitio que en otro.<br />
Podemos concluir de particular á jeneral, y hallar la<br />
causa de ser el efecto de las heladas mas sensible y mani<br />
fiesto, en iguales circunstancias, en los valles que en las<br />
laderas; y en los valles corren peligros mayores de helar<br />
se los olivos, como también en los incultos mas que en los<br />
cultivados, y en los que están á vientos libres, mas que los<br />
que están resguardados y al abrigo de los del norte; y los<br />
que miran al norte siempre están espuestísimos á helarse,<br />
y aun á padecer con los vientos frios , aunque no hiele.<br />
Los olivos se hielan raras veces en la temperatura de<br />
las Andalucías, Mancha y costas meridionales, y solo peli-
215<br />
grarian en seguida de unas fuertes y copiosas nieves, per<br />
maneciendo cuajadas, y subsistiendo sobre los árboles al<br />
gunos dias. No son siempre uniformes los efectos de las<br />
nieves y el hielo; dañan principalmente cuando se halla<br />
movida la savia, y los poros abiertos por el calor anteceden<br />
te de la estación comunicado al árbol. Las nevadas tardías<br />
y los frios intempestivos é intensos que siguen á estaciones<br />
templadas y lluviosas, son los mas perjudiciales, y que<br />
pueden causar la pérdida de los olivos. Las nieves son mas<br />
peligrosas si permanecen sobre el árbol, si se cuajan y se<br />
hielan, pasmándose de resultas, y penetrando dentro de<br />
sus poros. Siempre que se vea que se conservan flexibles<br />
las ramillas mas delgadas , está sano y vivo el olivo, y ba pa<br />
decido muy poco.<br />
Suelen despojarse las hojas ele los olivos á causa de al<br />
guna helada; y algunos sin reflexión cortan ó talan sus<br />
ramas por las cruces, creyendo que están estas ó sus ra<br />
millas secas; pero solamente pierden la hoja antigua, con<br />
servando y abrigando las yemas nuevas, sanas y sin lesión.<br />
Cuando ha penetrado el hielo en las ramas, no están flexi<br />
bles, y su interior se halla negruzco ó amarilloso, y salla<br />
astilla cuando se hace fuerza al. doblar la rama: en este ca<br />
so es necesario cortar hasta lo sano, sin lo cual cunde y se<br />
comunica el mal á todo el árbol. Es necesario tener pre<br />
sente en todos casos que tarda muchos años en engruesar y<br />
criarse una rama grande; por lo cual no se cercenarán á me<br />
nos de una verdadera urjencia.<br />
Efectos del deshielo. Para derretirse el hielo es nece<br />
sario que haya una temperatura bastante templada del ai<br />
re: hay dos suertes de deshielo : el primero causado insen-
214<br />
siblemente por la elevación del sol sobre nuestro horizonte,<br />
la cual termina la duración del invierno; porque el frió se<br />
ria perpetuo, si los rayos del sol se dirijiesen siempre muy<br />
oblicuamente á la tierra que habitamos; y el segundo acon<br />
tece por el invierno, cuando los vientos del sur rechazan<br />
los del norte, y estienden un aire mas caliente y mucho<br />
mas húmedo. Mientras el deshielo, acaecen en los árboles<br />
fenómenos muy singulares para que se pasen en silencio.<br />
I.° Durante muchos dias antes del deshielo, el frió es<br />
mas vivo, el viento norte mas fuerte, el cielo está mas lim<br />
pio, las estrellas mas brillantes, y todas las tardes al po<br />
nerse el sol se ve estendida por el lado del mediodía una<br />
capa encarnada muy obscura , que es el viento sur que va<br />
estendiéndose poco á poco por la parte superior de la at<br />
mósfera, abate el tiempo del norte, lo hace mas sensible<br />
por la evaporación que ocasiona, y en fin, por los crecidos<br />
rocíos, que en este caso forman la escarcha; y asi cuando<br />
los vientos se contrarían por muchos dias, los árboles se cu<br />
bren de ella. Se observa á menudo que los fríos rigurosos y<br />
duraderos provenían del combate obstinado de ambos vien<br />
tos. Si en este intervalo el viento del sur cedia completa<br />
mente, se disminuía el rigor del frió, y quedaba destruido<br />
luego que el sur lograba dominar y espulsar á su antago<br />
nista.<br />
2.° Mientra» dura el frió los árboles y las plantas se<br />
contraen, se encojen, y ocupan menos espacio; pero con<br />
el deshielo vuelven á su anterior estado.<br />
5.° Si el frió es riguroso, se hienden los árboles desde la<br />
cruz de las ramas hasta las raices. Al deshielo todo reco<br />
bra su forma, y apenas se perciben en los arbolillos los ves-
215<br />
tijios de esta hendidura perpendicular, la cual se cubre en<br />
adelante con la corteza, cuyos labios é injertan uno en<br />
otro- pero la división de la madera permanece siempre la<br />
misma, y la reunión de los dos labios forma un hilo en el<br />
tronco.<br />
4-° Creerase quizá que la hendidura se forma por el la<br />
do del norte; pero es todo lo contrario. Ninguno he visto<br />
que no la tuviese al lado del sol del mediodía ó de las dos<br />
de la tarde. Ademas de las razones de este fenómeno, me<br />
parece también que depende de que el árbol se aprieta por<br />
el frió, y mas por la parte del norte que por otra alguna:<br />
por la del mediodía, al contrario, la humedad es mas es-<br />
terior y en mayor cantidad, porque de dia los rayos del sol<br />
hacen correr por ella el agua que estaba helada en las par<br />
tes superiores: ademas, penetra la corteza y la madera y<br />
abre los poros; y como la contracción se efectúa por el la<br />
do del norte, llama asi por ambos lados y con igual fuerza<br />
las partes aflojadas por el calor, las cuales ceden á esta<br />
fuerza continua, no pudiendo oponerles resistencia, y se<br />
hace la hendidura en un momento.<br />
No se conoce remedio alguno para este fenómeno y ac<br />
cidente funestó: rara vez prospera un árbol hendido de esta<br />
suerte: vejeta triste, débil y lánguidamente; da poco fruto;<br />
y la mayor parte de ellos perecen: tal acaece á los olivos<br />
que se abren y carcomen.<br />
Mata el hielo á las plantas cuando estando húmedas y<br />
llenas de jugos acuasos las sorprende; tanto mas cierto es<br />
su daño, si acontece un falso deshielo en seguida de fuertes<br />
heladas, y de repente cuaja nuevamente el hielo, hallán<br />
dose cargados de humedad los olivos; porque acostumbra-
216<br />
dos á un temporal benigno, y favorecidos por la estación,<br />
adelantan su vejetacion; pero si sobreviene algún hielo<br />
tardío, hace perecer brevemente sus yemas delicadas al<br />
tiempo de desarrollarse, y se coniela la savia ya movida,<br />
y que fluye con abundancia. Los hielos precedidos y acom<br />
pañados de sequedad, no suelen perjudicar á los olivos;<br />
pero los hielos de menor grado, alternados con vicisitu<br />
des de humedad, aires templados y hielos intermitentes,<br />
son los que perjudican á estos árboles y á todos los veje-<br />
tales en jencral.<br />
De la quemadura. Durante el invierno caen sobre los<br />
árboles, en jeneral, nieves, granizos, y toda especie de<br />
escarchas. Cuando sale el sol del mediodía, durante estas<br />
grandes heladas, corre el agua derretida desde la copa, de<br />
rama en rama , hasta el tronco. A medida que se retira el<br />
sol, y aumenta la helada, se conjelan estas aguas sobre<br />
las partes mojadas, y se descubre por todas partes una cos<br />
tra de carámbano, que oprimiendo fuertemente la piel,<br />
la resfria, la hiela y la quema. Al dia siguiente, lanzando<br />
el sol de nuevo sus rayos, tanto sobre las escarchas del Idia<br />
anterior, como sobre esta costra de carámbano, lo derrite<br />
todo de nuevo, y hace que se conjele igualmente en la<br />
helada fuerte de la noche siguiente. Estos deshielos con<br />
secutivos, y estas heladas reiteradas, son las que queman<br />
los árboles ; pero esta enfermedad cuasi es desconocida en-<br />
nuestras provincias meridionales, como es tan conocida en<br />
las del norte, en que tanto hiela.<br />
Nos resta hacer aun una observación muy importante<br />
sobre la quemadura y la destrucción casi anual de una<br />
cantidad de botones ó de yemas en la esposicion del medio-
217<br />
día: ésta se manifiesta según que la conjelacion, de que he<br />
mos hablado, ha sido mas ó menos fuerte. He aquí lo que<br />
sucede con los botones.<br />
En todos los botones 6 jemas hay una pequeña emi<br />
nencia; todos sobresalen un poco, y están aplicados rectos,<br />
cada uno sobre su rama madre, y terminados en punta por<br />
la parte superior. Cuando se derriten, pues, y conjelan las<br />
humedades, como hemos dicho, la que se halla alrededor<br />
del botón se conjela también, y forma un todo con esta ye<br />
ma y esta corteza. El jérmen de esta yema, que es un pe<br />
queño hilillo verde muy tierno, se hiela al instante, y pe<br />
rece por consiguiente la yerna.<br />
Para asegurarse de este hecho basta rejistrar la yema en<br />
el tiempo de que hablamos, y se hallará barnizada, con una<br />
capa de hielo que la hace brillar como una perla.<br />
La quemadura de los cogollos de las ramas puede te<br />
ner remedio cuando proviene de la calidad del terreno: bas<br />
ta en este caso quitar la tierra mala y substituirla otra<br />
buena: conócese esta enfermedad en que los cogollos se<br />
ponen enteramente negros y tostados.<br />
Si los árboles son atacados en la estremidad de sus rai<br />
ces de esta enfermedad, se pueden mirar como perdidos;<br />
sin embargo, si el mal proviniese de la causa que hemos di<br />
cho arriba, se aplicará el mismo remedio.<br />
Causas por qué los árboles j olivos se ahuecan, abren,<br />
y al fin mueren.<br />
El interior del tronco de los árboles, como el de los<br />
olivos, está muy espuesto á gangrenarse y podrirse, co-
218<br />
raenzando desde lo mas alto de la cruz, y continuando in<br />
sensiblemente hasta las raices; de suerte, que con el tiem<br />
po quedan oradados, huecos y abiertos de arriba á abajo:<br />
esta causal de la corrupción se atribuye á los frios, hielos<br />
y otras mil causas esteriores, sin echar de ver que el orí-<br />
jen mas principal, por lo regulárnosla en las manos ig<br />
norantes del cultivador, del podador y del talador.<br />
Los árboles dañados por el hielo y la costra de los ca<br />
rámbanos se llenan siempre de una goma , que corroe y ca<br />
ria, aumentándose siempre el cáncer á proporción que se<br />
estiende la herida hecha por la enfermedad, que llamamos<br />
también quemadura. El agua de las lluvias del verano se<br />
estanca también en el hueco de la herida, y va minan<br />
do* y lo mismo las humedades de ios inviernos siguientes:<br />
los rayos del sol fuerte agravan en fin y aumentan el mal.<br />
Los cancros y cavidades en los troncos de los árbo<br />
les y olivos provienen siempre de los cortes y talas de<br />
las ramas principales ó madres, mal hechos , ó hechos<br />
fuera de tiempo; y para evitar esto no se deberá nunca<br />
cortar ó talar una rama principal, sin cubrir la herida ó<br />
corte con el ungüento de injeridores; y por este medio<br />
se impide Ja gangrena.<br />
La gangrena y ahuecamiento de que vamos á pro<br />
poner algunos ejemplos, es en los árboles lo que en la<br />
cirujía la gangrena de las carnes y la esfoliacion de los<br />
huesos, puesto que por la causa de un humor purulen<br />
to las carnes están minadas y los huesos cariados. Exami<br />
nemos, pues, lo que pasa diariamente en nuestros árboles<br />
y olivos, y lo que sin advertir, ó sin remediarlo, vemos dia<br />
riamente en nuestros olivos.
219<br />
De lodos los árboles gomosos, como los de fruto de<br />
cuesco ó de hueso, luego que la goma y la savia se eslrava-<br />
san , corre y fluye por Ja rama abajo , quedando minados y<br />
cscavados de tal manera, que se orijina un cáncer ó can<br />
cro, que penetra basta el meollo ó corazón, y que regu<br />
larmente hace perecer la rama, y á veces todo el árbol; pe<br />
ro si el labrador rejistrase sus árboles, y tuviese cuidado<br />
de arrancar esta goma, y de contener la savia, cosa fa<br />
cilísima, estos árboles estarían saludables, prosperarían y<br />
producirían abundantes frutos.<br />
Cuando se corlan y talan, repito, los árboles y olivos,<br />
se hacen en ellos enormes heridas, sin aplicarles aparato<br />
ninguno: ¿y que es lo que sucede enlonces? que la savia<br />
sale de su curso y se estravasa; y esta savia, como la<br />
sangre fuera de nuestras venas, hiriéndola el aire, el sol,<br />
las lluvias y nieblas, los frios, las escarchas y heladas, se<br />
corrompe, se pudre, y se convierte en hiwaov sanioso,<br />
que corre por las ramas, y se interna en el tronco mi<br />
nando éste y aquellas. Si recorremos una infinidad de ár<br />
boles y olivos tratados asi, principalmente los de nues<br />
tros olivares, que talamos, desmochamos ó afrialamos,<br />
pasado cierto tiempo, se verá que su madera se acana<br />
la, se pasma y se pudre esterior é interiormente: esto<br />
está á la vista de todo hombre observador.<br />
Recórranse y revísense todos los árboles talados de<br />
paseos y caminos reales, como en todos los olivares tala<br />
dos, y se advertirá en ellos la salida de la savia, de que<br />
acabamos de hablar, que se rezuma por la herida, y se<br />
distribuye por lo esterior é interior del tronco ó tallo,<br />
advirtiéndose en el mismo sitio una mancha lívida, que
220<br />
dura largo tiempo aun después de cerrada la herida.<br />
Se vendieron no hace mucho tiempo á un amigo mió<br />
una porción de olmos de cerca de dos pies de diámetro;<br />
estos árboles habian sido anteriormente talados unos y<br />
desmochados otros: las lluvias, los frios, las heladas y<br />
demás intemperies habian penetrado en las heridas, y se<br />
cangrenaron; y cuando los cortaron estaban cuasi todos<br />
huecos, como un brocal de un pozo.<br />
El año de 1812, en un pueblo del condado de Niebla,<br />
presencié un horroroso y estenso fuego, que encendió y<br />
abrasó tres ó cuatro dehesas y gran pago de olivares; y<br />
durando el incendio, por la noche, observé que la mayor<br />
parte de ellos ardían tan solamente por su interior, y muy<br />
pocos por el esterior del tronco; y entonces fue cuando<br />
por la primera vez observé que la mayor parte de los olivos<br />
se ahuecaban, y principié á conocer que todos los que<br />
habian sido talados de años atrás estaban solamente hue<br />
cos y abiertos.<br />
Y ¿que deberemos inferir de esto? que todo labrador<br />
debe proceder con reserva y cuidado cuando intente hacer<br />
talas y heridas en los olivos, cubriéndolas con el ungüento<br />
de injeridores; pues de no hacerlo asi se le agan-<br />
grenarcín, ahuecarán y abrirán, y morirán por fin los<br />
olivos.<br />
CAPITULO XV.<br />
DE LAS COSECHAS ALTERNAS.<br />
Observaron los autores latinos que han tratado del cul<br />
tivo de los olivos, dice mi catedrático D. Claudio Bautelon,<br />
que estos árboles no producían un esquilmo abun-
221<br />
dante, sino de dos en dos años. Los escritores modernos<br />
que han verificado esta observación, atribuyen esta al<br />
ternativa á diferentes causas. Creyéronlos primeros que<br />
procedia de que rompiéndose y destrozándose muchas ra<br />
mas de los olivos al tiempo de varearlos para hacer la<br />
recolección, se despojaba de este modo el árbol del fru<br />
to del año venidero; por lo que promulgaron una ley los<br />
antiguos, que prohibía á los jornaleros el varear los ár<br />
boles sin permiso del propietario. A pesar de ser tan<br />
perjudicial esta práctica, no es ella sola la causa de la<br />
alternativa de las cosechas.<br />
Muchos autores modernos quieren que esta alterna<br />
tiva de cosechas sea ocasionada de la poda de los olivos,<br />
á que tan poco puede asentirse de ninguna manera.<br />
Las verdaderas causas que contribuyen á que los oli<br />
vos sean veceros ó alternativos son, según el sentir de<br />
los escritores modernos españoles, fundándose en la es-<br />
periencia y en la física veje tal: i. a en la bárbara costum<br />
bre de varear los olivos: 2. a en hacer muy tardía la re<br />
colección: 5. a en podar y limpiar los olivos muy tarde,<br />
y en no arar á su debido tiempo.<br />
i. a La común y cuasi costumbre jeneral de varear<br />
los olivos para cojer la aceituna, es una de las principa<br />
les causas de que estos lucrativos árboles sean veceros,<br />
oque den las cosechas alternas, un año sí y otro no: se<br />
gún el mas racional sentir de los agrónomos nacionales<br />
mas ilustrados, y según lo acredita la esperiencia de los<br />
que desprendiéndose de las preocupaciones rancias, ab<br />
surdas y vulgares, han ensayado el método de cojerla á<br />
mano, ó como dicen, ordeñando las ramas.
222<br />
Ya no se ignora que cada hoja del olivo abriga, nu<br />
tre y proteje una jema, que con el tiempo producirá<br />
el fruto; y que éste se obtiene solamente en las ra mi tas<br />
nuevas, tiernas y delicadas del olivo. El vareo, derri<br />
bando las varetas, lastimándolas ó quebrándolas lo mis<br />
mo que á las hojas nodrizas de las yemas, desordena la<br />
economía física del olivo, le priva de los principales de<br />
pósitos de la fructificación con semejantes destrozos, y le<br />
imposibilita para producir en uno ó dos años de los sub<br />
siguientes. Pero á pesar de esto se sigue la barbarísima cos<br />
tumbre; pues todo les es indiferente á los cultivadores sin<br />
principios: para ellos no hay mas regla ni mas ley que<br />
la rutina mamada y envejecido capricho, sea ó no contra<br />
sus verdaderos intereses ó contra los jenerales del estado,<br />
La operación de que tratamos es ciertamente contra unos<br />
y contra otros: es contra los intereses del cosechero, por<br />
que destrozando sus olivos, se priva en un año la cosecha<br />
de dos; y es contra el estado, por los menores productos<br />
que reporta el comercio en la concurrencia de este fruto<br />
en los mercados públicos.<br />
Se dirá acaso que la recolección á mano es sumamen<br />
te dispendiosa ó costosa, é imposible de realizar en los gran<br />
des pagos de nuestras Andalucías; pero esta infundada<br />
razón, que piensa oponer á la recolección á mano, se ha<br />
lla hoy ya desvanecida con el testimonio de muchos ha<br />
cendados y grandes cosecheros que han ensayado el mé<br />
todo en sus posesiones, ajusfándola también á destajo. Mas<br />
si estos datos no fueren aun bastantes, recórranse los pue<br />
blos de la Navarra y otras provincias, y aun de la misma<br />
Andalucía, y se verán los resultados que presentan algu-
225<br />
nos ilustrados cultivadores, que desengañados del error<br />
antiguo, lian adoptado el método de cojer á mano la acei<br />
tuna, sin que obste que los árboles sean grandes ó peque<br />
ños; y por último, ¿no se cojen á mano las aceitunas<br />
gordales para adobarlas? ¿pues para que tantas dificulta<br />
des para las que se las ha de estraer el aceite?<br />
2. a La época ó tiempo de la recolección de la acei<br />
tuna es aun en el dia muy diversa de la que se bacía an<br />
tiguamente. En Francia, en Italia, y aun en muchos pa<br />
rajes de España principian á hacer la recolección en los<br />
meses de Diciembre, de Enero, Febrero, y muchas veces<br />
hasta Marzo y Abril, y en algunos pueblos de Italia no<br />
la cojen hasta que ella se cae naturalmente por sí misma<br />
al suelo : en otras partes la principian á cojer en Enero y<br />
Febrero , esperando de intento á que las aceitunas se pon<br />
gan negras, o mas bien á que se pasen con los hielos y em<br />
piecen á pudrirse, con detrimento de la buena calidad de los<br />
aceites. La aceituna cuando está formada ya y ha adqui<br />
rido todo su tamaño y sazón oleosa, es á mediados de Oc<br />
tubre, y esta es la verdadera época en que debe princi<br />
piarse á cojer á mano en las provincias meridionales, y<br />
en primeros de Noviembre en las semi-meridiona!es; pues<br />
to que desde esta época va pasando por grados , ó tal vez<br />
antes , desde el color verde al amarillo; de éste el mo<br />
rado , y finalmente al negro , que es el cuarto y último<br />
período que manifiesta; pues mas vale hacer la recolec<br />
ción quince dias antes, que quince después; y como por<br />
lo regular en el último período da mayor cantidad de lí<br />
quido , aunque inferior en todas sus partes, porque está<br />
mas cargado de alpechín ó jugo vejetal , se sigue sin em-
224<br />
Largo la costumbre de aguardar á que la pasen los hielos<br />
para recojerla; y es menester tener presente que llegado<br />
el TÍltimo periodo de su madurez , principia al momento<br />
la fermentación , aunque insensible, preparándose ala<br />
descomposición y putrefacción ; y de esto resultan per<br />
juicios y deterioros en la calidad de los aceites; y asi se<br />
observa que estos jamás son tan claros y tan buenos, como<br />
los de las que se cojen tempranas y á tiempo, siempre que<br />
se muelan inmediatamente ; porque la que está mucho<br />
tiempo entrujada, se fermenta, poniéndose mohosa y po<br />
drida, y el aceite de ésta también sale obscuro y acre. Si<br />
se hace tardía la cojida , la aceituna merma , se pasa, y<br />
disminuye su volumen : se la comen los grajos, los estor<br />
ninos los tordos, los mirlos, los cuervos y otras varias aves,<br />
las liebres , los conejos, los perros y aun hasta las hor<br />
migas; los aires fuertes acompañados de aguaceros en-<br />
tierran también muchas de las que ellos mismos derriban.<br />
Ademas de esto, resulta de que los olivos desustan-<br />
ciados por su mucho fruto y cojida tardía, aun criándose<br />
haga á mano , y maltratados cruelmente los vareados por<br />
el apaleo, unidos estos procedimientos á unos beneficios<br />
escasos y fuera de tiempo ó tardíos, no pueden producir<br />
después sino muy pocas flores, y aborta lo mas del fru<br />
to. Y al contrario, si se hace como queda dicho, la reco<br />
lección temprana y á mano, y que dure cuando mas<br />
hasta fines de Diciembre, ordeñando los olivos y no apa<br />
leándolos, tendrán éstos cuatro ó cinco meses de descan<br />
so cada año, se reforzarán y reformarán, auxiliándoles<br />
temprano con la poda y arada , y emplearán por estos<br />
medios la savia ó jugo vtjetal en su propio incremento,
225<br />
y en la preparación y desarrollo del frnto venidero, y no<br />
la gastarán inútilmente en el ya maduro, como ahora su<br />
cede , pudiendo producir de este modo anualmente ma<br />
yor número de flores y frutos y regulares cosechas.<br />
Muy pocas veces se logran consecutivamente dos co<br />
sechas abundantes, es verdad; fenómeno que depende mas<br />
bien de la estación, que de estar el árbol cansado con las<br />
producciones del año anterior; porque produciendo el oli<br />
vo su fruto de las ramillas del año precedente, y asistido<br />
con el cultivo arriba dicho, debemos concluir que los bo<br />
tones de fruto, puesto que la naturaleza nada hace en<br />
vano, y que jermina las yemas , pueden desenvolverse<br />
siempre que se hayan formado, cualquiera que haya sido<br />
la cosecha del año anterior; asi, pues, sino cuajan, de<br />
pende de las estaciones ó del incultivo.<br />
Si en el curso del año precedente, el rigor del frió,<br />
la estrema sequedad ó cualquiera otra causa, se ha opues<br />
to en lodo ó en parte á la producción de las ramillas se<br />
cundarias sobre los brotes , es claro que el año que han<br />
de producir, será la cosecha escasa, á pesar de haber co-<br />
jido la aceituna á mano, temprano y con tiempo; y no<br />
será abundante por mas que las estaciones sean benévolas.<br />
Pero lo que nos debe determinar mas principalmen<br />
te á recojer el esquilmo en Noviembre, es la incompa<br />
rable diferencia en calidad y sabor del aceite que se logra<br />
del fruto; y asi es que la calidad tan superior y delicada<br />
que tiene el de Aix sobre cuantos se fabrican en Europa,<br />
no se debe de ningún modo al cultivo, ni á las diferen<br />
tes variedades ó especies de olivo, sino únicamente al<br />
tiempo de hacer la recolección de la aceituna , y por ha-<br />
33
226<br />
cerla moler-inmediatamente en los molinos, sin dejarla<br />
fermentar en los trojes. Recompensándose ampliamente<br />
este mayor cuidado , por venderse siempre á una mitad<br />
mas de precio que los demás aceites fabricados en Francia.<br />
No me detendré en demostrar las causas que bonifi<br />
can la calidad del aceite, cojiéndose temprano la aceitu<br />
na á mano; y al contrario, hacen que se enrancie muy<br />
fácilmente, si se le deja permanecer mucho tiempo en el<br />
árbol, por ser una verdad tan sabida de todo el mundo<br />
y fundada en la esperiencia.<br />
El que los olivos queden cansados ó algo desustancia-<br />
dos , y su naturaleza y sus medios bastante apurados en<br />
seguida de una abundante cosecha, lo dicta la razón y la<br />
esperiencia jeneral de todos los árboles frutales; pero se<br />
remediará esta falta siempre que se hagan las oportunas<br />
labores que hemos dicho, y por este cultivo esmerado y<br />
estaciones propias, recobrará sus fuerzas perdidas, y reno<br />
vará la vejetacion cansada, y brotará flores y frutos en la<br />
próxima primavera, que cuajarán siles es benigna la es<br />
tación.<br />
Otra ventaja resulta de las malas cosechas, ó que hay<br />
poco fruto, cuando la aceituna se recoje en Noviembre, y<br />
es que de este modo se destruyen todos los gusanillos<br />
que se hallan dentro de la aceituna, por no haber tenido<br />
tiempo suficiente para tomar todo el incremento necesa-<br />
sario, y salir fuera para mudarse en crisálidas. En los<br />
años muy abundantes se les proporcionan á estos insec<br />
tos muchos medios de multiplicarse con mas facilidad de<br />
permanecer en la aceituna, si la recolección no se acele<br />
ra como debe; y esta es otra medida que se debe tomar,
227<br />
ya para esterminarlos, y ya para que no deboren el fruto.<br />
Es mas común el que las cosechas de aceitunas sean<br />
anuales en aquellos distritos en que se cojen temprano<br />
y á mano; pero nunca lo serán en los que se varean y se<br />
retarda la recolección, aun cuando en el vareo se lleve<br />
el mayor cuidado posible.<br />
3. a Si los olivos , cojido el fruto como queda dicho,<br />
se podan, limpian y aran con tiempo, bien y tempra<br />
no, como hemos manifestado en el capítulo XII que de<br />
jamos esplicado, no queda la menor duda que contribui<br />
rán á que las cosechas sean anuales y no alternativas,<br />
y que está en las manos del hombre el logro de ellas, fa<br />
voreciéndoles las estaciones.<br />
Me parece, pues, que queda demostrado, que la cau<br />
sa de las cosechas alternas ó periódicas, ó de año y vez<br />
de los olivos , depende principalmente de hacerse su re<br />
colección muy tarde , y dejar permanecer por mucho<br />
tiempo su fruto en los árboles, y varear la aceituna: tam<br />
poco queda duda de que las cosechas anuales son mu<br />
cho mas productivas y útiles que las alternas ó perió<br />
dicas; que el único medio de lograrlas es haciendo la<br />
recolección todos los años desde mediados de Octubre,<br />
en que ya está sazonado el fruto; y finalmente que es<br />
te es el medio mas eficaz de destruir los insectos, larvas<br />
ó gusanos que se mantienen de la aceituna que tanto per<br />
juicio causan á estos preciosos frutos , y lograr que su<br />
producto sea mas igual, mas abundante y de mejor calidad.<br />
Me parece conveniente copiar aqui Jo que dice nues<br />
tro Alonso de Herrera hablando del tiempo de cojer la<br />
aceituna.
223<br />
»E1 tiempo de cojer la aceituna, para hacer muy buen<br />
»aceite delicado, y de buen sabor y claro, es cuando la<br />
»aceituna está verde, que comienza á poner negra; y aun-<br />
»que cuando mas prieta, da mas aceite, es mejor el de<br />
»la verde; que cuanto mas madura está el aceituna, tan-<br />
»to sale mas gruesa y de peor sabor y ásese á la gargan<br />
ta; y aunque de las verdes no sale tanto, con la bondad y<br />
»perfección de ello se compensa la falta y mengua de la<br />
» medida;y si es el año llovioso, se pierde mucho del acei-<br />
»te, y crece el alpechin; y por eso se han de dar priesa<br />
»al cojer cuando hay mas aguas : las maneras de cojer son<br />
»muchas; mas la principal es á mano con escalera, sin<br />
»herir, ni aporrear los olivos; que precepto antiguo es<br />
»que á la oliva no la porreasen, ni aun la escurriesen apre<br />
tadamente como quien ordeña, que-si la aporrean reci-<br />
»be mucho daño, poique la quitan lo nuevo y tierneci-<br />
»to donde lleva el fruto, y á esta causa no llevan todos<br />
»los años igual fruto; porque por estar estragadas un<br />
»año, crian rama y otro dan fruto, y llevan mucho menos<br />
»que llevarían sino las aporreasen; y por eso son mejores<br />
»las enanas, que allende de dar mas fruto , cójese á me-<br />
»nos costa y peligro y con menos daño del árbol; y sino<br />
»alcanzasen á cojello á mano, sacudan el olivo con una<br />
»verdasca ó caña á pelo, y no contra pelo, porque no da-<br />
Ȗen ni quiebren la rama; que donde las aporrean, quie-<br />
>;bran la rama y atormentan los ramos ; y lo tal luego se<br />
»seca, y el árbol en mucho tiempo no torna en sí. El va<br />
dearse sea en dias claros y serenos, que la oliva no esté<br />
«mojada ni helada, que recibe mucho daño y se hacen<br />
^ñudosas y quiebran mucho. Otros les dejan estar en
229<br />
))sus olivos hasta que ellas se caigan; mas no saben lo<br />
»que hacen, que mientras mas están en el árbol, mas<br />
•apoco aceite dan , y aun esquilman mucho el árbol pa-<br />
y>ra el año siguiente; que todo el árbol recibe mas pro<br />
vecho cuanto mas presto le quitan el fruto después de<br />
»maduro, mayormente aquellos árboles cuya fruta no sue-<br />
»le tanto caer después de madura, como son las olivas y<br />
»naranjos y otros."<br />
Nota. Si la autoridad de uno de nuestros mejores agró<br />
nomos, cuyo texto acabo de copiar, y la de Mr. Olivier,<br />
cuyos grandes conocimientos en la entomolojía , la botá<br />
nica y agricultura lo hacen mirar en Europa como uno<br />
de los sabios que mas honran el instituto nacional de<br />
Francia, no bastan á desterrar preocupaciones y abusos<br />
tan perjudiciales , menos podré yo prometerme de las ob<br />
servaciones con que he ilustrado esta materia.<br />
CAPITULO XVI.<br />
DE LA DESTRUCTORA COSTUMBRE DE VAREAR LOS OLIVOS<br />
r<br />
PARA COJER LA ACEITUNA.<br />
V_>
250<br />
la verdadera nodriza de la rema ó botoncillo nuevo, for-<br />
niado en su parle axilar ó sobaco , al paso que se va<br />
formando. Si se duda de esla verdad, se pueden quitar<br />
cortando por el pedúnculo algunas hojas de las ramillas<br />
secundarias, y se verá señalando las ramas en que se ha-<br />
jan cortado sus hojas, que al siguiente año no jermina<br />
ningún brote de las hojas corladas. Sin las hojas que con<br />
el apaleo se han derribado, y sin este auxilio no habrá ja<br />
más botón de flor ni de hojas ; advirtiéndose también que<br />
las hojas se multiplican mas en los botones de fruto que<br />
en los de madera. Con el golpe de la caida de la aceitu<br />
na al suelo, ó el que recibe de la vara, precisamente se<br />
lastima su piel ú hollejo y se estropea; y asi lastimada la<br />
pulpa, se enmohece, se enrancia y se pudre; porque el<br />
pellejo es el conservador de la parte pulpusa de las frutas,<br />
como nuestra piel lo es de nuestras carnes; y la corteza de<br />
la madera de los árboles, aumentando las impresiones del<br />
aire la herida ó llaga ; y aun cuando la desecación cierra<br />
la cicatriz, la herida no se cierra jamás, si el fruto ma<br />
duro ó por madurar se separa del olivo, y asi no puede<br />
dejar de corromperse. Importa, pues, que el hollejo de<br />
la aceituna no se lastime. De estos hechos tan fáciles de<br />
verificar, se debe por necesidad concluir que es un absur<br />
do varear los olivos para derribar la aceituna. Los golpes<br />
redoblados dan sobre las aceitunas y las ofenden, y el mo<br />
vimiento de la caida es precipitado por la fuerza de los<br />
golpes; de suerte que las que no caen ya del árbol lasti<br />
madas por la vara, se lastiman al dar en el suelo com<br />
violencia.<br />
Admitamos aun contra toda evidencia que estos gol»
251<br />
pes no perjudiquen á la cantidad y calidad del fruto, si<br />
se muelen las aceitunas al dia siguiente; pero si según<br />
costumbre jeneralmente adoptada, las amontonan y las<br />
dejan fermentar y cocerse, la putrefacción y la rancidez<br />
se apoderarán mas pronto de este montón de frutos alte<br />
rados, que de otro cuyas aceitunas se hubiesen cojido sa<br />
nas, á mano, y por consiguente ilesas.<br />
Supongamos también que sea inútil cuidar de la con<br />
servación de las aceitunas; pero ¿sucederá lo mismo con<br />
las hojas y ramillas} Cada hoja, repito, defiende , abri<br />
ga, cria y conserva en su base ó sobaco un botón, que<br />
en adelante producirá ramas 6 fruto, y la infancia de es<br />
te botón dura dos años. Ahora bien; apaleando las hojas<br />
y ramillas , lastimando, destrozando y desgajando estas no<br />
drizas y ramas, se destruye con un palo solo, asi el botón<br />
de madera como el de fruto, cuyo acrecentamiento y vida<br />
depende de la conservación de la hoja. Cuando esta sea<br />
inútil, la naturaleza la destruirá: deje'mosla obrar, que ella<br />
desecará la sinovia que alimenta la articulación de la ho<br />
ja, y conserva el embutido de su corto peciolo sobre la<br />
rama. En llegando el caso de haber concluido su oficio,<br />
ella se caerá por sí misma, sin necesidad de su auxilio,<br />
que siempre es funesto.<br />
Parecerá una cosa estraña encontrar á principios y fi<br />
nes del invierno una gran cantidad de ramillas y ramas,<br />
ademas de las que se desgajan y desprenden del olivo en<br />
el acto de varearle, un poco mas gruesas, que se han se<br />
cado en las cimas de un olivo que parecía muy sano; pe<br />
ro si se examina el paraje en que principian á secarse, se<br />
verá seguramente que comienza en el sitio en que unpa-
232<br />
lo ha lastimado la corteza. Las ramas que se han secado<br />
por haber lastimado su corteza al varear el árbol, se dis<br />
tinguen al instante de las otras, cuja desecación pende<br />
de la picadura de algún insecto. Con la operación de va<br />
rear se destrujen, pues, los botones, destrujendo las<br />
hojas j las ramas; j con un mismo golpe se minoran los<br />
recursos para la cosecha inmediata y para la del otro año<br />
siguiente. Se quejan de que el rigor del invierno daña<br />
mucho á las ramillas, j hace perecer un gran número de<br />
ellas, j no hay una cosa mas natural; porque una rama<br />
ó un ramillo llenó de contusiones y heridas que no se han<br />
cicatrizado aun , son mucho mas sensibles al frió , j éste<br />
les hace mucho mas daño que á las ramas sanas. ¡Oh, si<br />
las ramas y ramillas pudieran quejarse del daño que les<br />
causan las bárbaras manos que las apalean tan sin piedad!<br />
La hoja, pues, vive como las demás partes de la plan<br />
ta, teniendo movimientos particulares y funciones propias:<br />
como ser viviente tiene su desarrollo y acrecentamiento,<br />
y como tal ser viviente no existe en la tierra para ser<br />
inútil; debe, pues , ser durante toda su vida útil, y aun<br />
lo es después de su muerte para abono.<br />
Los labradores, acostumbrados á varear, mirarán estas<br />
observaciones como minuciosas y fútiles, j responderán<br />
que ellos varean j cojen buenas cosechas; ¿pero esto prue<br />
ba otra cosa que la gran fertilidad del terreno? ¿Dejan<br />
por eso de conocerse las señales de la vara en el árbol,<br />
que parece deshojado, después de haberse caido el fru<br />
to? ¡que ignorancia tan crasa j tan imprudente! Los par<br />
tidarios de este método deben, pues, contar con que el<br />
frió maltratará sus árboles vareados mas que á los cojidos
233<br />
la aceituna á mano, y que destruirá mas porción de ramillas<br />
de aquellos. ¿Y habrá quien dude esto? increíble parecerá.<br />
El único método bueno y económico de cojer las acei<br />
tunas es á mano, ordeñando las ramillas hacia arriba, á<br />
fin de no lastimar la base del pedúnculo de las hojas,<br />
como se cojen las guindas y las cerezas.<br />
En virtud de las anteriores notas, ¿no es un delirio el<br />
abuso introducido por una ignorantísima é inveterada ruti<br />
na, y tal vez por una economía mal entendida, el apa<br />
lear los olivos para tirar en tierra y cojer las aceitunas,<br />
maltratando las ramas, y derribando ó deshojando las ra<br />
millas que se han criado nuevas, y las que habian de dar<br />
el fruto al año siguiente? Esta es una de las mas princi<br />
pales causas de que el olivo tan bárbara y atrozmente estro<br />
peado, no dé fruto ninguno, ó muy poco, al año siguiente.<br />
Si los labradores son pensadores, y dan mérito á lo<br />
que llevo espuesto aquí, y miran á sus verdaderos intere<br />
ses y á los de los jornaleros, estoy cierto que será des<br />
terrado para siempre jamás el tan funestísimo abuso de<br />
apalear la aceituna de los olivos para su recolección, y<br />
de que los jornaleros tendrán cojida todos los años mas ó<br />
menos.<br />
Observaciones sobre la recolección de la aceituna.<br />
El olivo es tal vez el único árbol conocido hasta ahora<br />
que tenga un fruto, cuya carne suministre aceite craso.<br />
Esta parte esencial de la agricultura de nuestras provin<br />
cias meridionales y semi-meridionales, exije un examen<br />
particular de su fabricación.<br />
34
254<br />
Son muy pocas las especies primitivas del olivo, si<br />
existe hoy alguna, esceptuando el acebnche; por eso mi<br />
ro todas las- que cultivamos mas como variedades, que<br />
especies del primer orden.<br />
La diferencia de madurez en las aceitunas es también<br />
manifiesta, y sin embargo todas se cojen en una misma<br />
época. Asi sucede que unas comienzan á madurar y mu<br />
dar de color cuando están ya demasiado maduras las otras;<br />
estos estreñios es necesario evitarlos; porque en el primer<br />
caso, el aceite será en menor cantidad, de un gusto áspe<br />
ro, amargo y cargado de mucilago inútil; y en el segundo<br />
el aceite es demasiado craso, pierde el gusto del fruto,<br />
y por último tiene una tendencia singular á ponerse fuer<br />
te y rancio, y á no conservarse, aun suponiendo que las<br />
aceitunas se hayan cojidoá mano y con cuidado. Si duran<br />
te el intervalo de las diferentes madureces se levantan ai<br />
res recios , se cae un número muy grande de aceitunas ma<br />
duras y por madurar, según la fuerza del viento. Estas<br />
aceitunas quedan sucesivamente espuestas á la humedad<br />
de los rocíos, á desecarse cuando el sol aparece, y al efec<br />
to del calor de sus rayos; y estas alternativas perpetuas de<br />
terioran el fruto, el mucilago se enmohece y se pudre ba<br />
jo la cascara: la cantidad de aceite no se disminuye á la<br />
verdad, pero se altera hasta el punto, que cuando se espri<br />
me y pone en la prensa, aunque no haya estado el fruto<br />
amontonado, ni se emplee agua caliente para estraer el<br />
aceite, saca éste un olor fétido, y un sabor acre y detesta<br />
ble. El único partido que puede tomarse , es amontonar es<br />
tas aceitunas, y no mezclarlas de ningún modo con las<br />
que deben cojerse en los árboles. Es, pues, un absurdo
25S<br />
tener muchas variedades de olivos en un mismo campo ú<br />
olivar, ó al menos aceitunas desiguales en la época de su<br />
madurez.<br />
Sucede con los olivos lo mismo que con las viñas: la<br />
especie de plantío, la esposicion y la calidad de la tier<br />
ra mudan de un modo estraordinario la calidad del pro<br />
ducto de dos campos ó terrenos, aunque estén linderos.<br />
Voy á citar un solo ejemplo : el olivo plantado sobre mon<br />
tañas, cerros y alturas, produce un fruto, cuyo aceite<br />
no se parece al que se saca de los olivos de otras colinas.<br />
De esta diversidad en la calidad del aceite, aunque se<br />
saque de las mismas especies de aceitunas y con el -mis<br />
mo cuidado, resulta que cuando se hacen estas operaciones<br />
en grande, no deben mezclarse las aceitunas de cerros,<br />
alturas y colinas con las de los valles; ni las de tierras<br />
fuertes y vejetativas con las de terrenos pizarrosos y pe<br />
dregosos. Deseamos la ¿abundancia, queremos; hacer las<br />
cosas pronto, y deteriorapiosasi su calidad. Se consegui<br />
ría la misma abundancia"-y la operación se acabaría casi<br />
tan pronto con una poca de precaución mas, sin que por<br />
esto se aumentasen los gastos; porque muchas veces de<br />
pende la perfeccion.de .la reunión de estos pequeños cui<br />
dados. . , ' •::.!•'• *..'.v. ' '• ' •<br />
Aunque las; mutaciones de colores que suceden á me<br />
dida que la aceituna pierde su color verde, no,sean rigo<br />
rosamente los mismos en todas las' 'variedades; sin em<br />
bargo., ¡se . observan > en' lo jeneral cuatrol mutaciones de<br />
color¡> AL verde sigue el cetrino, después el rojo que tira<br />
á púrpura, el rojo vinoso luego, y por último el rojo ne<br />
gro. Este último término es la verdadera época de la roa-
236<br />
durez, y por consiguiente el de la cosecha. En esta épo<br />
ca las aceitunas están llenas de jugo, y ceden fácilmente<br />
al dedo que las aprieta un poco. Si se espera mas tiem<br />
po, el color rojo-negro toma un matiz mas resplandecien<br />
te y mas negro, el pellejo se arruga, y por poco que se<br />
apriete, se estripa la aceituna. Desde entonces se puede<br />
asegurar que el aceite no será perfecto, que será craso,<br />
y que se alterará y conservará poco tiempo. Se debe con<br />
cluir, por lo que acaba de decirse, que no hay dia ni épo<br />
ca fija para la cosecha de las aceitunas, y que su madu<br />
rez mas pronta ó mas tardía depende de la estación, de<br />
la esposicion y de la naturaleza del terreno en que está<br />
plantado el olivo, igualmente que de su especie. Es, pues,<br />
un abuso reprensible cojer en un mismo dia todas las va<br />
riedades ó especies de aceituna; y no temo decir que ja<br />
más se conseguirá un aceite perfecto si se pasa el verda<br />
dero términode la cosecha, y si no se da prisa á cojer el<br />
fruto antes de su mayor negrura; asi, pues, vale mas ade<br />
lantar esta época, que diferir la cosecha.<br />
A este defecto, ya tan esencial, se ha añadido otro<br />
mas temible aun, por estar fundado sobre una preocupa<br />
ción, cuya consecuencia se tiene por una economía. Al<br />
gunas personas no separan las aceitunas que se caen y ce<br />
jen en el suelo, de las que se cojen: ó varean de los oli<br />
vos; pero generalmente se observa la detestable costumbre<br />
de amontonar estas riltimas desde el primer dia de la co<br />
secha ¡hasta ¡el fin; es decir, que cada dia se añaden unas<br />
pócasíal montón,: y se espera á que llegue la vez de és-<br />
primirlas. Si obraran con prudencia, darian la menor al<br />
tura y la mayor superficie posible á las aceitunas, para
237<br />
que no se calentasen nunca; pero hacen todo lo contrario:<br />
las echan en un rincón ó en las trujas de los molinos, cer<br />
cado de paredes por todos lados, esceptuando solo la<br />
abertura al paso : estas paredes del recinto tienen de cua<br />
tro, cinco ó seis pies de altura ó mas, y su estension es<br />
proporcionada á la cantidad de aceitunas que regularmen<br />
te se cojen. Aqui están, pues, las aceitunas sanas ó las<br />
timadas, muy bien prensadas, y amontonadas unas sobre<br />
otras en pirámides en cuanto el cerco puede contenerlas,<br />
y comunmente permanecen en este estado por algunos, y<br />
aun por muchos meses. ¿Que sucede de aqui? su propio<br />
peso comienza á apretarlas : las aceitunas lastimadas y sa<br />
nas se asientan, y por debajo de la masa corre una agua<br />
morena de color vinoso, depojada de aceite, que es el agua<br />
de vejetacion ó alpechín. La salida de esta agua anuncia<br />
ya un jénero de alteración en las aceitunas: el calor de<br />
cada una en particular, y de la masa jeneral detodas, es<br />
citan la fermentación, que se aumenta de tal modo, que<br />
si no lo hubiese visto y seguido bien sus efectos, tendría<br />
dificultad en creerlo, habiendo llegado el calor á los 36<br />
grados del termómetro de Reaumur; y á medida que se<br />
levantaban estas aceitunas conglutinadas por capas, se Yeian<br />
capas de moho. Es ocioso decir que el aceite que de ellas<br />
ha de salir, será detestable: ¿cual deberá ser, pues, el<br />
de las aceitunas que están amontonadas meses enteros?<br />
Digo mas: continuando la fermentación por demasia<br />
do tiempo, se disminuye mucho la cantidad del aceite;<br />
y asi se deberá moler la aceituna, lo mas breve posible,<br />
para no esperimentar tales pérdidas.<br />
Que se cojan las aceitunas á mano ó que se vareen,
258<br />
siempre es necesario tener cuidado de separar las hojas,<br />
porque dan al aceite un amargo desagradable , que no es<br />
solamente el pequeño amargor del fruto de que se despo<br />
ja el aceite añejándose: también se cuidará de que las<br />
aceitunas no tengan tierra, pues que de lo contrario al mo<br />
lerlas con ella se empapa ésta de aceite, y por mas que<br />
se prensan no se desprende; y por lo tanto aminorará la<br />
cantidad y tal vez la calidad.<br />
Para recojér la aceituna no es menester tanta inteli-<br />
jenciacomo para derribarla : pues solo se deberá poner el<br />
mayor cuidado en que se coja limpia y sin tierra, hojas,<br />
yerba y basuras que hay en el suelo; de cuyas materias<br />
proceden malos y menos aceites, que no hay quien los<br />
pueda comer; pues si el fruto se coje sin sazón y sucio,<br />
nunca puede producir tanto como si se coje maduro, á<br />
tiempo y á mano.<br />
La edad y robustez de los olivos influye notablemen<br />
te, tanto en que florezcan con alguna antelación, cuanto<br />
en su mas breve sazón y maduración del fruto. Se halla<br />
por naturaleza mas escaso el humor nutricio, ó sea la sá-<br />
via en los árboles de mucha edad, ó en los que padecen<br />
enfermedades ó lagrimales destructivos de la vejelación.<br />
Los olivos enfermos son mas tempranos en dar flor, están<br />
mas espuestos á los daños de los insectos, y dejan caer al<br />
suelo mas brevemente su aceituna. El aceite que se fa<br />
brica con la aceituna de estos árboles es ele poca calidad,<br />
y'se enrancia con mas facilidad que el que se estrae de<br />
aceitunas de < árboles robustos, vigorosos y jóvenes. Es<br />
grande la diferencia que hay y media entre la maduración<br />
de: un.sano á la de los enfermizos y decrépitos; y parece
239<br />
inconsecuente que sin esta distinción se verifique su re<br />
colección en iguales e'pocas. Con arreglo á sí mismo, á<br />
la variedad ó especie de cada olivo, se anticipa ó pospo<br />
ne el punto mas idóneo para su recojido, exijiendo esta<br />
diversidad que se proporcione su recolección á la especie<br />
y al estado de vejetacion del árbol. El fruto de la acei<br />
tuna es de la misma calidad que el de los demás árboles;<br />
tiene un punto determinado de maduración, pasado el<br />
cual sigue sus trámites la putrefacción.<br />
Por estas y otras razones, que omito, es perjudicialí-<br />
simo el procurar sostener los olivos viejos ya decrépitos<br />
y escarzosos : en ellos se acó jen la mayor parte de los in<br />
sectos, que en lo sucesivo consumen y aminoran los fru<br />
tos: hay algunas enfermedades contajiosas, que tienen su<br />
principio en semejantes esqueletos vejetales, comunicán<br />
dose á los demás con destrozos considerables.<br />
Cuando se trata de hacer, sacar y conservar buena ca<br />
lidad de aceites sobresalientes, es necesario, ademas de<br />
recojer en tiempo, en sazón y á mano las aceitunas, se<br />
parar las buenas de las malas, alzando primero las que<br />
se vayan encontrando caidas por el suelo, para molerlas<br />
con separación; de otro modo, como estas están por lo<br />
jeneral agusanadas, enfermas y. siempre inmaturas, dete<br />
rioran la calidad de los aceites, y mezcladas unas con otras<br />
disminuyen ademas los productos de aquellas.<br />
Esto no quiere decir que se desperdicien las aceitu<br />
nas caidas, ya por efecto de los temporales, ó ya dañadas<br />
por los insectos; por el contrario, el cultivador intelijen-<br />
te y aplicado deberá recojerlas todas con la mayor aten<br />
ción, y después de bien acondicionadas y limpias, hacer-
240<br />
las moler solas y á parte , separando el aceite que resul<br />
te para los usos que convenga. Años hay en que este fru<br />
to padece tanto, que se cae del árbol la mitad ó la mayor<br />
parte, y seria un delirio desperdiciarlo; por esto acaba<br />
de decirse en el párrafo anterior, que debe alzarse antes<br />
de pasar á recojer el fruto que se halla en el árbol pen<br />
diente: asi se logrará aprovechar su fruto, sin detrimento<br />
de lo mas escojido y sazonado.<br />
Otro de los inconvenientes y grandes defectos que con<br />
traen nuestros aceites, consiste en la fermentación de la<br />
aceituna antes de deshacerla ó molerla en los molinos;<br />
cuyo mal se acelera y aumenta con el apaleo, golpes y<br />
porrazos que sufre desde el acto de separarla del árbol<br />
hasta la molienda; pues magullada y estropeada de mil<br />
modos la parte pulposa del fruto, aun sin amontonarle,<br />
empieza la corrupción y descomposición que le vicia y<br />
destruye.<br />
La calidad del aceite será tanto peor, cuanto mas se<br />
atrase la recolección, mayormente si acaecen las lluvias,<br />
ventiscas, frios y nieves propias de aquella estación. Re<br />
sulta también el que se llenen los olivos de verrugas, re-<br />
benos y deformidades siempre que se apalean en tiempo<br />
húmedo ó lluvioso; y es muchas veces indispensable eje<br />
cutarlo asi cuando se hace tardía la recolección; por lo<br />
que desde el momento que todo fruto, como el de la acei<br />
tuna, etc., llega al punto perfecto y total de su madurez,<br />
desde aquel instante principia la fermentación mas ó me<br />
nos rápida, mas ó menos sensible, y marcha siguiendo las<br />
leyes incontrastables de la naturaleza á su total putrefac<br />
ción : de aqui el pernicioso y fatal perjuicio en no reco-
241<br />
jer pronto y sazonada la aceituna inmediatamente y á to<br />
da costa, pues la demora y tardanza son causa de que los<br />
aceites sean tan acres y tan turbios, ademas de lo que les<br />
perjudica estar entrujadas tanto tiempo en trojes, los mas<br />
sin ventilación, calcados y rellenos ele ella cuatro y cinco<br />
varas, perjudicando con tal tardanza al árbol, esquilmándo<br />
le sin utilidad, y robándole la fuerza con cpie debe vejetar<br />
con mas vigor, para e|ue fructificóle con ella al año si<br />
guiente.<br />
Es funestísimo á los olivos el varearlos en estaciones<br />
de hielos y escarchas, pues con los palos se rompen infi<br />
nitas ramas y ramillas, que con el frió se hallan vidriosas<br />
y quebradizas en estremo, y llenándose otras de llagas y<br />
heridas, ocasionan la pérdida de infinitas ramas fructíferas,<br />
é impielen lleguen á colmo numerosas yemas que se des<br />
truyen antes de que hayan podido manifestarse.<br />
La aceituna se compone de tres partes : de carne , de<br />
hueso y almendrilla: cada una da diferente aceite ; el de<br />
la carne es mantecoso y sabroso ; el del hueso es borro<br />
so y obscuro, y el de la almendrilla es aceite esencial;<br />
y por consiguiente la aceituna, cuyo hueso es menor, pro<br />
ducirá mas y mejor aceite, como asi está observado.<br />
El hollejo ó piel de la aceituna está sembrado de<br />
puntitos, que son otras tantas vejículas ó bolsitas que<br />
contienen aceite, v este aceite, aunque semejante al de<br />
la carne, contiene mas partes resinosas y de aceite esen<br />
cial que el de ésta.<br />
La carne ó parte pulposa está llena de infinitas vejí<br />
culas llenas de aceite cuando el fruto está maduro, y vi<br />
sibles cuando está verde; pero entonces todavía no está<br />
35
242<br />
el aceite formado dentro de ellas; asi como no existe parte<br />
azucarada en las uvas eme no están maduras; y si bav tal<br />
aceite, no se lia podido averiguar : la misma parte carnosa<br />
contiene mucha agua de vejetacion, mas ó menos amarga,<br />
según sea la variedad de aceitunas: su gusto desde<br />
luego es ácido, áspero, y acerbo antes de manifestar lo<br />
amargo. El aceite que se saca del hueso de la aceituna<br />
es muy poco fétido, y es una materia que perjudica á la<br />
fabricación del buen aceite, y que absorve mucha cantidad<br />
del mismo. El aceite de la almendrilla es claro al salir<br />
de la prensa; su color no es tan subido corno el del<br />
aceite, y no hace poso; es tan suave al gusto como el de<br />
las almendras dulces : el aceite de la almendrilla no vicia<br />
al del fruto tanto como algunos creen; y que el que da<br />
el hueso perjudica mucho al aceite dulce, y le comunica<br />
mal sabor, de que resulta que no se debe moler la pulpa<br />
con el hueso, sino que se deben separar cuando se desea<br />
hacer aceite con perfección.<br />
El olivo crece lo que tiene que crecer en cien años,<br />
según la opinión mas común; adquiere toda su corpulencia<br />
en otros ciento, y tiene otro siglo de vejez, la cual<br />
se abrevia ó alarga conforme al cuidado que se le presta;<br />
tal es la vida de este interesante árbol.<br />
CAPITULO XVII.<br />
DE LA MOLIENDA DE LA ACEITUNA.<br />
Por lo que dice relación al acto de la molienda, será de<br />
la mayor importancia preparar la chimenea y hornillo en<br />
que ha de colocarse la caldera para calentar el agua, ha-
245<br />
ciendo las obras necesarias para que el bumo del bogar no<br />
retroceda y salga á estenderse por el almacén ó sitio de la<br />
fabricación. Este debe conservarse siempre caldeado mien<br />
tras se está elaborando el aceite, y para su estraccion se<br />
cebará continuamente el agua hirviendo que necesite; en<br />
intelijencia, que cuanto mas se le eche, tanto mejor y<br />
mas abundante será el aceite. Las tinas, piletas, tinajas-<br />
bomba ó depósitos en que se recoje el aceite, se desocu<br />
parán á menudo para labarlas y limpiarlas. El aceite que<br />
sale en las primeras moliendas ó trituraciones, debe sepa<br />
rarse del que resulta después de la presión de los capa<br />
chos, pues lo primero es mas sobresaliente, de mejor gus<br />
to, y no tan espuesto á enranciarse como lo segundo; por<br />
lo cual de ningún modo deberá mezclarse uno con otro.<br />
Estraido el aceite de la tinaja-bomba, y depositado en<br />
otras tinajas ó vasos destinados á contenerle, es preciso<br />
aun trasegarle repetidas veces al paso que se va depuran<br />
do de las partes carnosas , fibrosas y mucilajinosas que lle<br />
va consigo, cuyas heces ó borras se van aposando en el<br />
fondo de la tinaja, dejando clarificado el líquido; las cua<br />
les, sino se separan por medio de repetidos trasiegos de<br />
una tinaja á otra, fermentan, tuercen, enrancian y cor<br />
rompen los aceites mas esquisitos y bien elaborados.<br />
En estos últimos tiempos se ha escrito mucho acerca<br />
de la construcción de los molinos (de los que hablaremos<br />
adelante), y se ha hecho ver con repetidos esperimentos,<br />
que perjudica ala buena calidad de los aceites la molien<br />
da actual, en que se tritura ó muele junto y á un mismo<br />
tiempo la pulpa, el hueso y la almendrilla, y se esprime<br />
mezclada asi esta masa.
244<br />
El aceite es una cíe las principales riquezas de España,<br />
y debe mejorarse su calidad : nuestros campos se hallan<br />
por todas partes cubiertos de olivos, y rara es la provin<br />
cia que no recoja cosechas mas ó menos abundantes de<br />
su precioso fruto. Este ramo de agricultura es de tanto<br />
interés para nuestra patria, que constantemente ha ocupa<br />
do la atención de nuestros sabios agrónomos, que amplia<br />
y estensarnente han tratado en sus obras del cultivo del<br />
olivo, de la recolección de la aceituna, y de la estrac-<br />
cion de su aceite , presentando sistemas nuevos y mas<br />
ventajosos que los que estaban en práctica: sus esfuerzos<br />
y laboriosidad no han sido del todo infructuosos : han<br />
conseguido atraer la atención de los labradores á tan im<br />
portantes objetos; que algunos practiquen las mejoras<br />
que se proponen, y que Ja mayor parte se convenza de<br />
que son reales y efectivas Jas ventajas que se obtienen,<br />
aunque por rutina ó apego á los antiguos usos, no haya<br />
habido suficiente valor en nuestros hacendados para se<br />
guirlos y luchar con las dificultades que podían oponerse<br />
á su disposición, digo, adopción. Su cultivo por consi<br />
guiente está Jjastante descuidado y atrasado, y aun lo es<br />
tá mas la fabricación del aceite : en tal manera, que casi<br />
siempre se advierte un gusto desagradable y acre, que lo<br />
hace insoportable á las personas que están acostumbradas<br />
al de Francia, Italia, y aun al que en corta cantidad se<br />
fabrica en Valencia. Son consecuencias de este abandono<br />
el que nuestros aceites desmerezcan en los mercados es-<br />
tranjeros , que no puedan sufrir la concurrencia con los<br />
otros, y que muchas veces ni aun los admitan para el uso<br />
de las fábricas.
24S<br />
Es necesario, pues, sacar mejor partido de nuestros acei<br />
tes, mejorándolos, poniendo por obra los sistemas que estos<br />
beneméritos profesores tan jenerosamente nos han presen<br />
tado; mas aunque se adopten y sigan con escrupulosa ni<br />
miedad, no parece sea suficiente, mientras no tengamos<br />
máquinas para moler y prensar la aceituna con mas pres<br />
teza de lo que se ejecuta en el dia. La misma abundan<br />
cia y grandeza de las cosechas de nuestros hacendados,<br />
son un obstáculo á la perfección que deseamos, pues ade<br />
mas de necesitarse mucha constancia é intelijencia para<br />
aplicar con utilidad las reglas que nos enseñan, cosa harto<br />
difícil en una posesión de 20 á a5ooo olivos, al tiempo<br />
de recojer el fruto, cuando el labrador cree ver recom<br />
pensados sus trabajos, sucede con frecuencia que inutili<br />
za lodo el esmero y cuidado que ha puesto en las ante<br />
riores labores, en la imperfección de las vigas y de las<br />
prensas, porque teniendo que amontonar y conservar la<br />
aceituna en los trojes ó almacenes á la intemperie ó á cu<br />
bierto, fermentando y pudriendo ocho, diez y doce me<br />
ses , no solo desaparece una parte del aceite por la eva<br />
poración, otra se avería y convierte en alpechín, sino la<br />
que queda adquiere ese fatal gusto que hemos indicado,<br />
y que solo la necesidad ó la costumbre puede hacer tole<br />
rar, al paso que si logramos remediar un inconveniente<br />
de tanta trascendencia, no solo debemos abastecer los mer<br />
cados estranjeros de los mejores aceites, sino que ningu<br />
na otra nación podrá competir con nosotros, puesto que<br />
ninguna disfruta de tan ventajosas circunstancias.<br />
»Interesado como el primero, dice D. Diego Alvear<br />
y Ward en la descripción de su prensa hidráulica, en los
246<br />
progresos de esta parte de la agricultura, hacia ya algún<br />
tiempo que meditaba sobre sus defectos, cuando un viaje<br />
que hice á Inglaterra y Francia me proporcionó conocer<br />
una máquina muy superior á nuestras vigas y prensas,<br />
y capaz por sí sola de efectuar la revolución que necesi<br />
tamos. Inmediatamente la adopté, y establecí en Monti-<br />
11a en una de mis posesiones, y es la misma que reco<br />
miendo á nuestros hacendados, como la única que puede<br />
llenar todas sus esperanzas. El público ya tiene de ella<br />
algunas noticias por el artículo que en el boletín oficial<br />
de Córdoba del i5 de Febrero de i834 insertó el señor<br />
gobernador civil D. Juan Antonio Delgado, y por el que<br />
posteriormente publicó D. Francisco Martínez Robles, ca<br />
tedrático de agricultura, en el boletín de comercio de Ii<br />
de Marzo del referido año , el que dice entre otras cosas,<br />
que la introducción de esta máquina en España, forma<br />
rá época en los anales de nuestra agricultura."<br />
»Con vehemente deseo de ser útil, prosigue el Señor<br />
de Alvear, á mi patria, contribuyendo á que se estienda<br />
el uso de esta útilísima máquina, y de satisfacer á varias<br />
sociedades , y á muchas personas que han tenido á bien<br />
escribirme , pidiéndome que les dé algunos detalles de<br />
ella; y con el objeto de dirijir á los propietarios que la<br />
adopten para su uso y manejo, evitándoles que por falta<br />
de conocimientos exactos arriesgasen un capital, que por<br />
corto que sea, siempre es de consideración para un labra<br />
dor, me he decidido á publicar el presente escrito con<br />
la descripción, uso y ventajas de la prensa, hidráulica."<br />
Esta descripción se imprimió en Madrid en la imprenta<br />
de Aguado en i854-
M7<br />
Mas para ciar y proceder con método, y para que se<br />
puedan comparar sus efectos con los de la viga v prensa<br />
de torre, usadas jeneralmente, empezaré por bosquejar<br />
una lijera idea de las que se emplean en Andalucía, digo<br />
en Andalucía, porque siendo estas provincias en las que<br />
mas abunda el olivo , parece que debe ser en donde se<br />
trabaje mejor, y sean mas perfectas las máquinas, por las<br />
ventajas que de esta perfección resultan al pais.<br />
Descripción ele la viga arábiga.<br />
La viga es en lenguaje matemático una palanca de<br />
segunda especie, compuesta de tres ó cuatro vigas ó ma<br />
deros gruesos enlazados, que tiene de i5 á 20 varas<br />
de largo/ su punto de apoyo está en un estremo, y á una<br />
vara ó cuatro pies de él la resistencia, ó sea lo que ha de<br />
estrujar: en el otro estremo cuelga una piedra de unas 100<br />
arrobas por medio de un husillo ó tornillo de encina que<br />
la sube y baja para efectuar la presión : esta es la poten<br />
cia. Suponiendo todas las circunstancias mas favorables,<br />
esto es, que la resistencia solo diste del punto de apoyo<br />
una vara; que la viga á palanca tenga 20 varas de lar<br />
go, y que la piedra pese iz5 arrobas, tendremos cuando<br />
esté la piedra en el aire y la palanca horizontal, que es<br />
cuando hace mas fuerza, esta proporción: la resistencia<br />
es á la potencia, como el brazo mayor es al menor; es<br />
decir, que la fuerza ó potencia con que la viga estrujará<br />
la masa de la aceituna, será 12.S arrobas multiplicadas por<br />
el brazo mayor, que es el largo de la viga, que es de<br />
20 varas , y forma un producto de 25oo; á esta cantidad<br />
hay que añadir el peso de la madera que compone la vi-
243<br />
ga , y que rebajar los razonamientos que son considerables<br />
y le quitan mucba fuerza : de modo que aquella cantidad<br />
no escederá en mucho á esta ; y por lo tanto la presión<br />
que ejerce esta máquina será algo mas de 2 5 o o . Obsér<br />
vese que esta presión es limitada, y que nunca puede en<br />
una misma máquina pasar de una cantidad Jija.<br />
Para hacer la presión en la aceituna, que se coloca ya<br />
molida en capachos de esparto , hay que subir la viga, al<br />
menos dos veces con el husillo y bajarla otras tantas, en<br />
lo que se pierde mucho tiempo, y se ocupan dos hombres<br />
robustos, por ser el trabajo pesado. Gomo no empieza car<br />
gando por igual, se ladea el cargo con facilidad, y es pre<br />
ciso arreglarlo con frecuencia. Es también una prueba ele<br />
que no basta la presión de a 5 o o arrobas, que solo puede<br />
hacer dos presionos en las veinticuatro horas , de á 8 fa<br />
negas cada una (i). Cantidad sumamente pequeña para las<br />
grandes cosechas de Andalucía, y rjue, como se ha mani<br />
festado yn, es el oríjen de la mala calidad de los aceites.<br />
El precio de la madera para hacer una viga y ponerla en<br />
estado de servir, es de 1 2 á i 5 o o o reales - y el edificio, epue<br />
tiene que ser poco menor que la nave ele una iglesia pe<br />
queña, costará unos 5 o á 40000 reales , que hacen un to<br />
tal de 4 2 á 5 5 o o o reales: es necesario desenvolverla ó re<br />
hacerla á los dos ó tres años, y las recomposiciones son<br />
frecuentes.<br />
Sé deduce de lo que antecede, que la viga no solamen<br />
te no llena las necesidades de la. agricultura, sino que<br />
su precio es exorbitante para un agricultor.<br />
249<br />
Descripción de la prensa de la torre.<br />
Las prensas de torre han recibido este nombre, por<br />
que se componen de una torre movible que se levanta por<br />
medio de un tornillo de madera y palancas, y se hace<br />
cargar sobre la masa que se quiere estrujar. La presión<br />
que ejerce puede conocerse por el esfuerzo necesario pa<br />
ra levantarla, ó mas directamente, aunque este método no<br />
es tan exacto averiguado su peso : adoptamos este último<br />
como mas sencillo ; sean , pues, las dimensiones de la tor<br />
re de 12 pies de alto, de 10 de ancho, y 8 de grueso,<br />
que son las mas usuales: estas cantidades multiplicadas<br />
entre sí nos darán su volumen en pies cúbicos, y será<br />
12x10x8=960. Ahora, si suponemos la densidad media<br />
de las piedras que se emplean en las construcciones or<br />
dinarias igual á 2, en lo que no creemos separarnos de la<br />
verdad; porque los mármoles que son mas pesados, la<br />
tienen con corta diferencia de 2*¡2, tendremos que como<br />
un pie cúbico de agua, que se loma por unidad, pesa 47<br />
libras, para saber también en libras de un pie cúbico de<br />
la torre, habrá que multiplicar 47 por 2, lo que da 94 li<br />
bras; y como son 960 los pies cúbicos que contiene, se<br />
rá necesario volver á multiplicar 94 por 960, que dan<br />
el peso total de libras 90240, que reducidas á arrobas, ha<br />
cen 5609 arrobas y i5 libras. Esta es la fuerza con ique<br />
la torre prensará la aceituna; mas es preciso rebajar los<br />
rozamientos, que disminuyen mucho su efecto; pues la<br />
torre rara vez carga perpcndicularmente , y se apoya con<br />
frecuencia en las paredes laterales : de consiguiente, su<br />
fuerza no llega ni con mucho á esa cantidad; y en prue-
230<br />
La de ello solo puede hacer en un dia dos cargos de á<br />
ocho fanegas, lo que manifiesta bien claramente que su<br />
presión no es la que se necesita y se desea.<br />
En esta máquina, como en la viga, la presión es li<br />
mitada , y no puede pasar de una cantidad dada; y si<br />
bien no se pierde en su trabajo tanto tiempo como en<br />
aquella, emplea tres hombres para manejarla y moler la<br />
aceituna; y aunque tiene la desventaja sobre la viga de<br />
ocupar un hombre mas, muchos cosecheros la prefieren,<br />
porque su costo y local que ocupa son menores: aquel<br />
podrá ascender á unos Soooo reales con el edificio. Esta<br />
máquina , aunque en mi concepto es preferible á la ante<br />
rior, tampoco puede sufragar á las vastas cosechas de nues<br />
tros hacendados.<br />
Prensa hidráulica de D. Diego Alvear.<br />
»La máquina que he tenido, dice el Señor de Alvear,<br />
la dicha de dar á conocer en España, aplicándola al im<br />
portante ramo de elaboración de aceite, es invención del<br />
sabio mecánico ingles Mr. Joseph Braman, y se conoce<br />
con el nombre de prensa hidráulica. En Inglaterra y en<br />
Francia se sirven de ella para prensar papel , heno, pa<br />
ños, y para reducir á menor volumen las piezas de algo-<br />
don y fardos que se destinan para embarcar; pero aunque<br />
tenia noticia de ella, y varias obras refieren que seria muy<br />
conveniente para es traer el jugo de frutas y semillas, con el<br />
fin de hacer vino y aceite, no habia tenido ocasión de verla<br />
aplicada á estos objetos. De consiguiente tuve que dedicar<br />
me á recojer datos en nuestros molinos, y á meditar y cal<br />
cular las variaciones y dimensiones para formar los planos y
231<br />
poderla construir de modo, que sin alterar los usos esta<br />
blecidos, para que se repugnase menos su introducción,<br />
consiguiese acomodarla al beneficio de las grandes cose<br />
chas de aceituna. Asi en efecto ha sucedido; pues habién<br />
dola construido en Manchester, y colocado en Montilla<br />
en el año pasado de l853, ha prensado, á pesar de la es<br />
casez de la cosecha, mas de 5oo fanegas, mereciendo por<br />
su sencillez y fácil manejo, su solidez y poco costo, y<br />
por las grandes ventajas que lleva á las que usamos, la<br />
admiración y encomio de cuantos la han visto trabajar."<br />
Omito la total descripción de esta máquina hidráulica,<br />
por ser bastante prolija, y porque siria necesario que la<br />
acompañasen con un plano; y para nuestro objeto basta<br />
saber la fuerza que manda sobre todas las inventadas has<br />
ta él ilimitadamente.<br />
Cálculo de la fuerza de la prensa hidráulica.<br />
Contrayéndose á la establecida eri Montilla, y para<br />
que sirva de base para averiguar la fuerza de ésta y la de<br />
las otras que se establezcan en adelante, haremos este cál<br />
culo, poniendo las dimensiones que entran en él.<br />
Largo de la palanca JP desde el primer apo-<br />
Distancia del primer apoyo h" al punto h<br />
Píes. Pulg Lin.<br />
6 I 4<br />
O 3 8<br />
Diámetro del embolo D de la prensa. . . 0 7 4<br />
Diámetro calculado del embolo A" de la bomb;i O i 4
252<br />
Para conocer la razón de las superficies inferiores<br />
de los émbolos , diremos: las arcas ó superficies de<br />
los círculos son como los cuadrados de sus diáme<br />
tros, y como estos reducidos á líneas son 16 el de la<br />
bomba, y 88 el de la palanca, sus superficies serán como<br />
i6 2 ;88 2 ::256:7744::i:5oV4-<br />
La palanca que mueve el embolo de la bomba es de<br />
Jas de segunda especie. El brazo mayor tiene 88o líneas<br />
de largo y el menor 44 : e s t a cantidad está contenida en<br />
la anterior 20 veces en el embolo K, y esta nueva fuerza<br />
del embolo K se repetirá en el D de la prensa, como<br />
iI5oY 4; esto es, 3o74 veces como un hombre apretando ó<br />
trabajando en una palanca, puede hacer un esfuerzo sin<br />
molestarse equivalente á 6 arrobas, este esfuerzo en el<br />
embolo de la bomba será 6X20X30Y4— 363o arrobas. Esta<br />
es la presión con que se cargará la aceituna cuando un<br />
hombre solo mana je la palanca, que escede considerable<br />
mente á la fuerza de la viga y torre. Si se emplean dos<br />
hombres, el cálculo será i2X2ox3o 1 / 4 = 726o arrobas. Si<br />
se emplean tres , será 18X20X30Y 4=io8go arrobas , y<br />
asi sucesivamente; pues la tínica cantidad variable es el<br />
número de hombres que se emplea, y que se ha regula<br />
do cada uno en 6 arrobas: las otras dos cantidades son<br />
constantes para cada máquina. En esta prensa pudieran<br />
emplearse hasta seis hombres, cuya fuerza equivaldría á<br />
21780 arrobas, porque está construida para que resista 270<br />
toneladas inglesas de fuerza, ó de 23475.7.2' y se ve que<br />
hay á favor de su resistencia 169572 arrobas; mas no seria<br />
nada cuerdo poner seis hombres á trabajar en la palanca,<br />
y esponerse á que saltara el cilindro con tan inmensa pre-
2S3<br />
sion, cuando con dos hombres se estruja perfectamente<br />
la aceituua, y sale la pasta tan seca y cuajada, que pare<br />
ce madera. Pero si por inadvertencia ó maliciosamente se<br />
espusiese á esta prueba, antes que llegase el límite de<br />
la resistencia de la prensadla romana B se levantarla im<br />
pelida por la válvula c, y por este agujerito saldría el agua<br />
y disminuirla la presión , y se remediarla el descuido ó<br />
la malicia sin peligro.<br />
En esta máquina no hay mas límite que la resistencia<br />
del hierro de que está formada ó hecha, que, como se<br />
ha visto, es de 23475V2 arrobas; mas como puede ha<br />
cerse que resista 200 ó Sooooo, y aun mas, pues solo<br />
habría que dar mayores dimensiones á las piezas, y ha<br />
cerlas mas consistentes, se puede considerar como ilimita<br />
da; pero no asi en las vigas y forre.?,'donde ni se les pue<br />
den dar dimensiones colosales , ni serian entonces mane<br />
jables; pues con las que tienen son ya harto embarazo<br />
sas, y por lo mismo hemos sentado que su presión es li<br />
mitada y reducida á corta ostensión. El cilindro para ha<br />
cer la presión sube una vez, y para descargarle baja otra.<br />
Prensa en dos horas y de una vez 16 fanegas de aceitu<br />
nas; para esto se muele anticipadamente en las piedras<br />
ó volanderas, como se practica jeneralmente , y la masa<br />
que resulta se pone en capachos de esparto en la máqui<br />
na: dos hombres pueden hacer sin molestia cuatro car<br />
gos ó tareas, ó 64 fanegas. En el año pasado, por sel<br />
la cosecha muy corla , no empleé mas que dos hombres<br />
que molian y prensaban diariamente 24, ahorrándome<br />
solo en la mano de obra, respecto de las vigas, un cin<br />
cuenta por ciento; pues las primeras con dos hombres
254<br />
prensan diariamente 16 fanegas, y las segundas con ¿res<br />
las mismas 16.. Las 24 fanegas las dividia en dos porcio<br />
nes de á 12 , y la prensa las estrujaba perfectamente en<br />
hora y cuarto, siendo testigo de esto y lo demás que es-<br />
pongo todo el pueblo de Montilla y muchos de los co<br />
marcanos : infinidad de curiosos hacian las pruebas de cos<br />
tumbre para ver si quedaba algún aceite en la pasta, y<br />
tuve la satisfacción de saber que ninguno quedó descon<br />
tento de su prueba.<br />
En el corto tiempo que la he usado, he tenido el su<br />
ficiente para observar que tiene las ventajas siguientes<br />
sobre las demás conocidas.<br />
I. 1<br />
ducido.<br />
Cuesta mucho menos, y ocupa un local mas re<br />
2. A Es mucho mas cómoda para el trabajo.<br />
5." En dos horas hace el mismo trabajo que las otras<br />
en veinticuatro.<br />
4-" Estrae la misma porción mayor cantidad de aceite.<br />
5. a Destruye menor número de capachos.<br />
6. a Se puede trasportar de un pueblo á otro.<br />
Máquina para separar el hueso de la aceituna.<br />
En el cortijo de Aranjuez tiene el rey un molino para<br />
separar el hueso de la pulpa de la aceituna: en la área so<br />
bre que ruedan dos conos truncados de piedra, está hecho<br />
un canal', sobre cuyos bordes, que tendrán medio dedo<br />
de alto,, estriban los conos ó muelas por la parte del eje,<br />
á que están afianzadas, y de la circunferencia , quedando<br />
un hueco entre el área y las muelas, suficiente para que
255<br />
quede el hueso sin romperse y se vaya separando la pul<br />
pa. El método de este molino parece que se sacó del Her-<br />
culano.<br />
Junto á este molino hay otro que se muele el hueso<br />
con la parte que le queda de la pulpa. Si nuestros cose<br />
cheros hiciesen alguna porción de aceite con este cuidado,<br />
no tendríamos que envidiar á el mejor de Provenza , y<br />
mas cuando sin estas delicadezas le tenemos esquisito en<br />
Valencia, Mallorca y Andalucía, cuando hacen un poco<br />
con cuidado.<br />
Del alpechín.<br />
Este nombre se da al agua negra y despojada de<br />
aceite que sale de las aceitunas al tiempo de estrujarlas.<br />
En algunas partes dejan estas heces ,..parajque las partes<br />
mas groseras se asienten ó precipiten, y poniéndolas des<br />
pués á secar, las aprovechan para la lumbre. Como el<br />
alpecbin es un compuesto del agua de vejetacion y de la<br />
carne ó parenquima de las aceitunas, mezclada con la<br />
porción de agua natural que se les añade para prensarlas,<br />
seria muy útil recojerlo, principalmente donde el estiér<br />
col tiene alguna estimación, mezclarlo con paja, y dejar<br />
lo podrir el tiempo necesario. Es cosa rara dejarle perder<br />
inútilmente con las aguas qué salen de los,molinos, y que<br />
han servido para escaldar lajnasa molida de las aceitunas,<br />
sin considerar que reunidas en un espacioso depósito, que<br />
si se llenase de paja, de hojas de árboles y de toda espe<br />
cie de vejetalés, formarian un. hígado azufrado en toda<br />
la superficie y en las,orillas , después que hayan fermen<br />
tado, se puede añadir á la paja y vejetales capa por ca-
23G<br />
pa tierra bucea , y á medida que el agua mas sutil se<br />
evaporase cubrirá con esta tierra la parte del suelo y<br />
de la masa tolal que ha quedado seca : este abono es es-<br />
célente para toda clase de granos y árboles. Hasta el agua<br />
de los molinos, dejándola fermentar por muchos dias , y<br />
acarreada á los campos, asegura las cosechas y la vejeta-<br />
cion vigorosa del olivo. El buen labrador no debe desper<br />
diciar ninguno de los medios de multiplicar los abonos,<br />
porque ellos, aun mas que las ¡labores/aumentan y con<br />
servan la buena calidad del suelo , y mantienen la abun<br />
dancia de las cosechas. ,,<br />
, Del injerto.<br />
El injerto, operación tan ¡particular que puede decir<br />
se vence á la misma naturaleza ,. es el único medio de<br />
multiplicar y conservar sin alteración los individuos de<br />
las especies preciosas. Todo injerto en. árbol de su misma<br />
especie, como de peralen peral, de manzano en manzano,<br />
de olivo en olivo, es seguro.<br />
Para injertar se requiere tiempo sereno y templado,<br />
porque el demasiado frió ó calor, las lluvias y los vientos<br />
son perjudiciales , siendo el más oportuno el de primave<br />
ra, cuando lia empezado ya. á moverse la savia de los ár<br />
boles , y antes que broten las yernas de las púas. El ár<br />
bol ú olivo que se deja para patrón, debe ser sano y fron<br />
doso, y las púas del. año antecedente frescas y jugosas;<br />
aunque algunos: son de opinión ¡que para injertar de mesa<br />
ó cachado en troncos y ramas viejas, deben ser calzadas<br />
en madera de segundo año.' Pero las púas de donde se sa-
257<br />
quen las yemas para injerir de escudo, deben ser del<br />
mismo año.<br />
El olivo recibe toda clase de injertos, pero sale mejor<br />
que ninguno el de escudete : en Lres casos se ha de in<br />
jertar, á saber: en el acebuche, para convertirle en oli<br />
vo: en los olivos de mala calidad y que producen poco, y<br />
en los pies que salen de las raices. El mejor tiempo pa<br />
ra injertar es el que queda dicho, pues antes ó después<br />
es poco seguro el injerto •• los brotes que salen de las rai<br />
ces se deben injertar-, para que si perece el tronco, sal<br />
gan ya de junto á las ramas renuevos francos j y si estos<br />
se trasplantan, se enterrarán basta que el injerto quede al<br />
nivel del suelo. Esta regla tiene ejemplos en contrario; pe<br />
ro no deja de ser jeneral porque tenga algunas escepcio-<br />
nes. Los acebnches se injertan por el mismo tiempo, po<br />
niendo dos escudetes en cada rama que se quiera conser<br />
var, y cortando todas las demás. Se han de preferir las ra<br />
mas que tengan todavía la rama y corteza lisa, y de 12 a 18<br />
líneas de diámetro : á las dos pulgadas mas arriba, ó por<br />
encima del injerto, se le arranca todo alrededor un anillo<br />
de la corteza, de 3 á 4 líneas de ancho, y se deja en el<br />
árbol la parte superior de las ramas injertadas, que sin em<br />
bargo florece y fructifica, como si no se las hubiese corta<br />
do ó tocado , y proteje con sus hojas y ra mi tas á los escu<br />
detes. Al año siguiente ó á los dos años, según sea' el vi<br />
gor del injerto, se corta la rama por mas arriba de él, y<br />
algunos curiosos la van cortando á esta parte superior las<br />
ramitas poco á poco, lo cual me parece muy bien, sino<br />
fuese demasiada delicadeza para el común de los trabaja<br />
dores. Si todas las ramas son gruesas y de corteza dura, se
238<br />
cortará el árbol, y se injertará en el tronco en pico de<br />
flauta: lo mismo que el acebuche se ha de tratar al olivo<br />
mezquino, estéril y tardío, que se quiera injertar. El<br />
acebuche ú olivo de mala especie se injertará, luego que<br />
se trasplanta , en pico de flauta, si se corta el tronco, ó<br />
en escudete, á cuyo efecto se le conservan 4 ó 6 pulga<br />
das de las ramas mas nuevas, en donde se coloquen estos,<br />
y se supone que siempre han de cubrir todos los cortes<br />
que se le hagan con la mezcla de boñiga y arcilla. Si se<br />
toma el escudete de una rama golosa, el renuevo que<br />
salga de él tardará mucho tiempo en dar fruto, y deján<br />
dole crecerá con vigor; pero se le ha de cortar el canal<br />
directo de la savia al segundo, y á mas tardar, al tercer<br />
año, para moderar su lozanía, y obligarle á que dé fruto.<br />
La operación de injertar árboles es una verdadera<br />
anastbmasis; pues si esta se ejecuta para unir y juntar<br />
dos vasos de una vena ó de una arteria, con otra por sus<br />
estremidades, aquella se hace para unir el líber de los<br />
padrones con los del injerto ó injertos de escudete , co<br />
ronilla , púa , etc., etc.<br />
RECETAS DE UNGÜENTO DE INJERIDORES.<br />
Receta de Forisyth.<br />
Tómese una medida determinada de boñiga reciente,<br />
la mitad de aquella de yeso de escombros de edificios vie<br />
jos, igual cantidad de cenizas de leña, una sexta parte<br />
de la boñiga de arena menuda; antes de hacerla mezcla<br />
se han de pasar por un tamiz estos tres últimos ingredien-
259<br />
tes: después se amasan Lien, estando juntos, ó con una<br />
batidera ó con un palo, hasta que forme una masa suave<br />
y blanda. Preparada asi esta composición, se ha de cuidar<br />
de disponer los árboles para recibirla, quitándoles toda<br />
la parte seca, dañada ó podrida, hasta llegar á lo vivo y sa<br />
no: dejar el corte y los brotes de la corteza muy lisos,<br />
redondeándolos con instrumentos que corten bien, y de cu<br />
brir todo el corte con una capa de la composición referida,<br />
que tenga una octava parte de pulgada de grueso, y que<br />
bácia los bordes vaya en disminución cuanto sea posible.<br />
Tiénese después en una caja de hoja de lata agujereada<br />
polvo seco, compuesto de cenizas de leña, y de una sex<br />
ta parte de su cantidad de huesos calcinados: se polvo<br />
rea la superficie de la capa hasta que se cubra entera<br />
mente : déjesela en este estado media hora para que el<br />
polvo absorva la humedad; después de esto se polvorea<br />
de nuevo, pasando la mano por encima lijeramente, y se<br />
continúa polvoreándola hasta que queda la superficie se<br />
ca y lisa.<br />
Siempre que un árbol se haya cortado cerca del sue<br />
lo, es necesario igualar el corte cuanto sea posible, y en<br />
tonces el polvo seco que se ha de aplicar sobre la com<br />
posición predicba, deberá mezclarse con igual cantidad<br />
de polvo de alabastro , para que resista mejor las intem<br />
peries , ó de otra piedra caliza.<br />
Si se quiere conservar mejor esta composición para<br />
servirse ele ella cuando en adelante sea menester , se ha<br />
de tener en un cubo ú otra vasija cubierta de orines, sin<br />
cuya circunstancia disminuye su virtud el aire atmosférico.<br />
Si no hay á mano escombros de edificios viejos, podrá
260<br />
suplir la greda pulverizada, ó cal apagada uu mes antes<br />
cuando menos.<br />
Como el árbol al paso que crece va levantando poco<br />
á poco la composición con que se cubre el corte , espe<br />
cialmente por los lados de la corteza , conviene advertir,<br />
que cuando esto se verifique, se ha de pasar la mano por<br />
encima, para apretarla, á fin de que impida la entrada del<br />
aire y de la humedad.<br />
Los franceses dicen que este remedio de Forisyth es<br />
complicado , y que en lugar de él proponen otro mas sen<br />
cillo y mas fácil.<br />
Dicen que la curación de las heridas de los árboles con<br />
siste en ponerlas á cubierto, como á las del cuerpo, del<br />
contacto del aire , y de todas las cosas que pueden irri<br />
tarlas , secarlas ó corromperlas. Si están frescas, basta ali<br />
sar el corte y cubrirle con cualquiera cosa sólida que con<br />
serve su frescura, y sin que se hienda ó abra. Si la herida<br />
es antigua, conviene, como dice Forisyth, limpiar, re<br />
frescar , y en fin corlar ó raspar, según las circunstancias,<br />
hasta lo vivo , y aplicar el emplasto inmediatamente, man<br />
teniéndole que no se abra ó caiga.<br />
El remedio se hace con un poco de arcilla la mas fi<br />
na y suave que se pueda hallar, que se mezcla con boñi<br />
ga, aplicado á la herida del árbol este emplasto, ponién<br />
dole encima un poco de heno ó paja suave , que se une<br />
con él apretándole un tanto con la mano, y para conser<br />
var la que sobre, se llena la vasija y cubrirá con orines.
Se prepara;<br />
261<br />
Receta segunda.<br />
Media libra de pez rubia. . . .<br />
Una cuarta de pez negra<br />
r. i /Se derritirá todo en<br />
Dos onzas de cera<br />
Media onza de sebo<br />
una cazuela ú ollita nueva, y se desliará y mezclara bien<br />
con una espátula ó brocha, y luego que esté bien mez<br />
clado, se dejará entibiar para uso de él en los injertos; y<br />
este es mejor método, porque luego que se coagula, no le<br />
pasa el agua y aire.<br />
Del borujo de la aceituna.<br />
Toda especie de estiércol conviene al olivo , con tal<br />
que esté bien consumido; y seria muy bueno echar á los<br />
olivos el borujo de las aceitunas bien molidas después de<br />
prensado bien; porque es un abono muy bueno, á causa<br />
de las muchas partículas oleosas que contiene todavía;<br />
pero sino se emplea ni como abono ni para la lumbre,<br />
suministrará un alimento muy bueno en invierno para las<br />
aves domésticas.<br />
Del adobo ó aliño de las aceitunas.<br />
Se cojen del árbol las aceitunas cuando principian á<br />
hincharse para mudar en morado su color verde y ma<br />
durar ; se las quebranta con un golpe fuerte , y se echan
262<br />
en agua , que se las renueva una ó dos veces al dia: si se<br />
emplea agua caliente hasta que salga clara y sin sabor<br />
amargo, luego se echa pimiento molido con ajos y orégano,<br />
y sazonadas que sean, se pueden comer á las veinticuatro<br />
horas. Guando se han de gastar pronto, se les añade un po<br />
co de vinagre, naranjas ó limones agrios en pedazos, y<br />
con él solo duran veinte ó treinta dias, y sin él se con<br />
servan mas.<br />
Aceitunas rajadas. Se cojen en el mismo estado que<br />
las anteriores; se las hacen á cada una tres ó cuatro ra<br />
jaduras de arriba á bajo , y se ejecuta la misma operación<br />
para endulzarlas; adóbanse después con sal, tomillo, sal<br />
sero, hinojo, naranjas ó limones agrios, y aun algunas<br />
hojas de laurel, bien que éstas las ponen de un verde<br />
desagradable, y por eso no las echan en algunas partes:<br />
preparadas de este modo se pueden comer al segundo dia<br />
de adobadas, y conservarse noventa dias.<br />
Aceitunas enteras. También se cojen en el mismo<br />
estado indicado antes : se lavan si están sucias, se pone<br />
en el fondo de la tinaja una muñeca con espliego ó alhu<br />
cema y hojas de limón agrio , y se echan encima aceitu<br />
nas hasta que quede media tinaja; échase otra muñeca<br />
con espliego y otra capa de hojas; acábese de llenar de<br />
aceitunas, poniendo encima otra muñeca y las hojas; lue<br />
go se deslié en agua otra media libra de sal ó mas para ca<br />
da celemín de aceitunas, que queden bien cubiertas: en<br />
algunas partes prueban la salmuera con un huevo de ga<br />
llina, que ha de sobrenadar en ella ¡tápense con un po<br />
co de estopa cardada, que solo sirve para que no caiga<br />
porquería, y se dejan en tal estado cuatro, seis y ocho
263<br />
meses , al cabo de los cuales se podrán comer. Las que<br />
se componen de esta suerte se conservan «720, dos y tres<br />
años.<br />
Aceitunas de la reina. Se cojen cuando están para<br />
mudar de color; se quitan las magulladas y picadas de<br />
insectos , y las sanas se echan en lejía, que sirve para ha<br />
cer el jabón blando, sujetándolas en el fondo de la vasija<br />
ó con una tabla ó cualquiera otra cosa, para que no sobre<br />
naden , y se dejan en este estado de doce á veinticuatro<br />
horas, según la fuerza de la lejía: múdanse después á otra<br />
vasija , y se las muda el agua de cuando en cuando, hasta<br />
que la sueltan dulce y clara : entonces se les echa el ado<br />
bo que se dijo para las rajadas, y á las veinticuatro ho<br />
ras se pueden comer : por este método se pueden comer<br />
las aceitunas á las treinta y seis ó cuarenta y ocho ho<br />
ras de haberse cojido del árbol; pero no duran tanto como<br />
las enteras ; y asi es necesario gastarlas en tres ó cuatro<br />
meses.<br />
Modo de tasar los olivos.<br />
Tres cosas son esenciales que se han de tener presen<br />
te para tasar y apreciar las heredades : su cercanía , ca<br />
lidad y beneficio.<br />
Por lo que toca á los olivos, para haberlo de hacer con<br />
mas perfección, es necesario irlos viendo uno por uno, y<br />
darles el precio preciso, según su calidad, los grandes co<br />
mo tales, los medianos como medianos, y los chicos como<br />
chicos: asimismo verán si están frondosos, reviejos ó en<br />
fermos, y si están bien, mal ó medianamente cultivados<br />
por bajo y alto, é ir poniendo en un papel el precio de
264<br />
cada uno por número y columnilla, y acabados de apreciar,<br />
se cuentan en el mismo papel, y se suma el importe de<br />
todos, y luego con una cuenta de proporción se sabe el<br />
precio de cada uno : se tendrá presente si están claros ú<br />
espesos al tiempo de apreciarlos , pues cuanto mas espe<br />
sos producen menos; y si hubiere alguna tierra calma sin<br />
olivos dentro del olivar, se la debe dar precio separado,<br />
lo mismo que á las marras.<br />
CAPITULO XVIII.<br />
DEL ACEITE DE OLIVAS.<br />
Declaman con razón los nacionales y estranjeros contra<br />
el gusto y calidad de nuestros aceites: hablase continua<br />
mente sobre los medios de mejorarlos; y no hay cpiien<br />
desconozca que en solo el acto de la elaboración está el<br />
vicio que los degrada. Nuestro Herrera presenta todos<br />
los medios conducentes para que el aceite salga claro,<br />
abundante y de buen gusto. Conociendo los males que<br />
acarrea la fermentación y la facilidad con que se promue<br />
ve cuando la aceituna permanece amontonada ó entruja<br />
da por algún tiempo, previene que se la remueva frecuen<br />
temente, ó para espresar la idea con sus propias palabras,<br />
dice: »Si está mucho tiempo por labrar, mézclanlade un<br />
»cabo á otro, y no se escaldará ni tomará moho, y vaya<br />
»cl aceituna muy limpia de hoja." Su previsión y esmero<br />
avanza aun mas; pues no se contenta menos que con co<br />
locar las aceitunas en »un cabo limpio, bien enladrillado,<br />
»y algo costero á una parte, para que escurra otra el al-
263<br />
»pechin; porque si este está detenido con las aceitunas,<br />
»daña mucho al sabor del aceite." El consignó los buenos<br />
principios; pero no tuvo valor para manifestar las pérdi<br />
das que se siguen por sujetar al cosechero á que lleve sus<br />
frutos al molino del señor, y á que espere la vez de la<br />
molienda. Los progresos de las luces, y los principios de<br />
la justicia distributiva , han impelido muchas veces al<br />
gobierno para que aboliendo privilejios, desterrando abu<br />
sos y derrivando obstáculos, procure mejorar la suerte de<br />
la agricultura, las artes y el comercio; y es de esperar<br />
que siguiendo con firmeza su marcha, realmente majes<br />
tuosa, logre por fin elevar el estado al mas alto punto de<br />
prosperidad y grandeza.<br />
Del aceite. Hay dos especies de aceites, el uno es<br />
craso y el otro esencial ó volátil: el primero se estrae<br />
comunmente de varias granas ó semillas por presión, y<br />
el segundo se seca las mas veces por destilación. El reino<br />
vejetal es el que suministra en gran parte los aceites cra<br />
sos, y se puede decir que casi todas las semillas contienen<br />
algo, aunque en algunas en tan corta cantidad, que el<br />
gasto para sacarlo escederia en mucho al producto; y asi<br />
hay que reconocer las semillas que le pueden dar con<br />
beneficio, machacándolas en un mortero y echándoles<br />
agua, á ver si la dejan lechosa, que es lo que se Harria<br />
emulsión ú horchata. De los huesos de las frutas, de los<br />
de las pepitas de calabazas, melones y pepinos, de todas<br />
las semillas que están dentro de silicuas ó vainas, y que<br />
son de plantas, cuya flor es cruciforme, como la de col,<br />
nabo, mostaza, etc.; y en suma, de todas las semillas que<br />
tengan dentro su almendra, se saca aceite craso por pre-
266<br />
sion. Tal vez la aceituna es al único fruto cuya pulpa con<br />
tiene aceite craso : su hueso y almendrilla lo contiene tam<br />
bién, pero de muy distinta naturaleza, como veremos mas<br />
adelante.<br />
El aceite craso está formado en la misma grana ó se<br />
milla de que se saca, ó en la aceituna cuando tiene cier<br />
to grado de madurez; pero el esencial se halla en las cor<br />
tezas que cubren á las semillas, ó en los cálices y pé<br />
talos de las flores, en la hoja, madera y raices del ve<br />
jetal, ó en alguna parte determinada de éstas; y muchas<br />
veces se encuentra en estado resinoso, y por esto se sue<br />
le sacar muchas veces mas bien por destilación que por<br />
presión. El aceite craso, recien sacado, y con el esmero<br />
que se requiere, estará suave al gusto y sin olor, y no se<br />
volatizará al grado de calor del agua hirviendo; pero el<br />
esencial ó volátil estará acre y aromático, y se volati<br />
za con menos calor. El principio odorífero de los cuerpos,<br />
que llaman espíritu-rector, es muy sutil y volátil, como<br />
se observa en todas las plantas y flores aromáticas ; y este<br />
espíritu-rector es el que da á los aceites y á los jabones,<br />
que con ellos se hacen el olor de las semillas ó granas de<br />
que se ha estraido.<br />
La buena calidad del aceite craso pende del equili<br />
brio y conservación de sus principios constitutivos: uno<br />
de estos es el aire; pues según observó el físico Hales,<br />
una pulgada cúbica de aceite de olivas, da ochenta y ocho<br />
de aire, el cual se pierde con tanta menor dificultad,<br />
cuanto el aceite se conserve mas coagulado, y esto es lo<br />
que se ha de procurar con el aceite de aceitunas, tenién<br />
dolo en buenas cuevas y frescas , en que se mantenga mu*
267<br />
chos años helado, pues sino irá perdiendo el aire que te<br />
nia en combinación, y cuanto mas lo pierda, mas se irá<br />
precipitando al fondo el mutila go, que es aquella parte<br />
del fruto que en los aceites y el vino se va con el tiempo<br />
posando en el fondo, y forma las heces, ó como se dice<br />
en muchos paises , las borras.<br />
Con el aceite craso va mezclada regularmente al<br />
guna esencial, que sale de la cascara y de la película<br />
de la almendra común; y en la aceituna de la película,<br />
del hueso y de su almendrilla, y aun la misma madera<br />
del olivo abunda de aceite esencial mucho mas que en el<br />
fruto.<br />
Llámase aceite vírjen al que se estrae solo con espri-<br />
mir el fruto sin molerle, y es el mejor y mas delicado; y<br />
aceite cocido al segundo que se saca del borujo, de que<br />
se ha estraido el primero por medio de planchas calientes<br />
y agua hirviendo.<br />
Voy á comparar los aceites de oliva, que son los mas<br />
perfectos, con los de granas ó semillas. Y en cuanto á su<br />
semejanza, es de saber, que el de colza, nabina, mosta<br />
za, miagro , linaza, cañamones y adormideras (este txl-<br />
ticno es tan superior á los anteriores, como el de aceitu<br />
na al de nueces, avellanas y almendras') ; es fluido y<br />
trasparente á no estar helado: es de color dorado, mas ó<br />
menos obscuro, según el año, el clima, el terreno, y suave<br />
al paladar: no se mezcla con el agua ni con el espíritu de<br />
vino, y sí con los otros aceites, bálsamos, grasas, mante<br />
cas, ceras, alcanfores, resinas, azufres, álcalis, y algu<br />
nas sustancias metálicas. Con el tiempo adquieren estos<br />
aceites mal olor y sabor, y se ponen rancios, y un calor
268<br />
de 20 á 25 grados les pone en el mismo estado. Compa<br />
rados eslos aceites con los de las aceitunas, todos tienen,<br />
escepto el de adormideras, un gusto acre y cáustico, y<br />
aun suelen venderse algo rancios : no tardan en hacer po<br />
so; para helarse necesitan mas frió que el agua; hacen<br />
mucha espuma al calentarse ; corroen con mas prontitud<br />
el hierro y el cobre, y forman mas fácilmente jabones con<br />
los álcalis : por esta razón, sino están mas caros que el de<br />
aceitunas, son preferibles á éste para preparar las lanas<br />
y sus tejidos.<br />
Existe en el aceite de colza, nabina y otras semillas,<br />
no solo el mucilago del fruto, que al paso que se preci<br />
pita ó posa en el fondo, se va poniendo el mismo aceite<br />
cada vez mas rancio y acre, sino también el aceite volá<br />
til de la semilla, el cual se evapora con el agua hirviendo,<br />
se disuelve en el espíritu de vino rectificado, y echado<br />
después en agua , se une con ella dicho espíritu , y deja<br />
sobrenadar el aceite.<br />
Por poca cantidad de aceite volátil que se eche ó mez<br />
cle con los aceites crasos, se ponen inmediatamente acres,<br />
rancios y desagradables. Para examinar la porción de<br />
aceite volátil que suelen tener los aceites crasos, mezclé<br />
espíritu de vino rectificado con aceite que se habia sa<br />
cado de dichas granas y con el de aceitunas: en éste , que<br />
era reciente, disolvió tanta porción de aceite volátil, que<br />
á penas tomaba color el agua en que después se echaba;<br />
pero en el que ya tenia algún tiempo, aunque no estaba<br />
rancio, disolvió bastante cantidad: en el aceite de colza,<br />
nabina, etc., aun siendo recien sacado, se descubrió des<br />
de luego mucho aceite volátil que blanqueaba el agua, y
269<br />
su cantidad se aumenta al paso que unos y otros se van<br />
enranciando.<br />
Aunque los aceites crasos se saquen de las semillas con<br />
las mayores precauciones, siempre llevan consigo el prin<br />
cipio de rancidez en la corta porción de aceite esencial<br />
que contienen : cuanto mas rancios y limpios están tales<br />
aceites, tanto menos humo dan al quemarlos, y tanto son<br />
mas preferibles para la preparación de las lanas , como que<br />
disuelven mejor su grasa. La causa de la rancidez del acei<br />
te de semillas se aumenta comunmente con el método vi<br />
cioso de sacarlo, y suele salir ya del molino con un gusto<br />
acre y cáustico. Si la grana ó semilla no está bien madura,<br />
cuando se arranca, corta ó siega la planta, dará poco acei<br />
te y malo; no por eso se ha de segar ó cortar á tiempo que<br />
se desgrane, sino que después de recojida la planta en un<br />
dia sereno, se ha de tender en el suelo ó bajo de un co<br />
bertizo para que se seque; pero si se amontona, se irá po<br />
niendo en capas alternativas de paja, á fin de que con la<br />
humedad no fermente y se desmejore, cuando no se pudra.<br />
Las semillas que dan aceite atraen y retienen la hu<br />
medad del aire; y mas adelante hablaremos de los medios<br />
de evitar este inconveniente. Toda grana se ha de conser<br />
var entera, sin quebrantar ni separar la cascarilla, porque<br />
si no se enrancia luego que la da el aire, y sale igualmente<br />
el aceite rancio. También advierto que si se tarda en lle<br />
var las semillas al molino para sacar el aceite, se secarán<br />
mas ó menos, según el clima, y su aceite no será de bue<br />
na calidad. Hay en algunas partes la detestable práctica<br />
de tostar la grana ó semilla con un poco de agua en una<br />
vasija de cobre antes de prensarla; y no hay medio mas
270<br />
seguro para que desde luego salga rancio. Las semillas ó<br />
granas se deben esprimir simplemente, y cuando mas si<br />
la prensa no tiene gran fuerza, se calentarán las planchas<br />
con agua hirviendo, sin tostar la pasta hasta la tercera ó<br />
cuarta vez que se haya de volver á prensar; y entonces<br />
no se han de mezclar los aceites de las primeras prensa<br />
das con los dejas últimas, porque estos salen de muy<br />
inferior calidad.<br />
Cuanto es mas caliente, arenoso y seco el terreno<br />
en que se producen las semillas, tanto mas aceite esencial<br />
tiene, esto es, mas cantidad del principio que le pone<br />
rancio - lo cual se debe también entender delde las acei<br />
tunas. A las nueces, almendras, avellanas y demás fru<br />
tas de cascara , no se les ha de romper ésta hasta el mo<br />
mento de llevarlas al molino , ó de meterlas en los sacos<br />
en que se han de prensar, separando todas las que estén<br />
algo dañadas; pero antes se les ha de quitar al tiempo<br />
de la cosecha, y luego que se seca aquella corteza blan<br />
da y carnosa que'tiene sobre la dura cuando están en el<br />
árbol, porque ésta atrae mucha humedad ; y aun solo la que<br />
tiene basta para hacerlas fermentar si se amontonan con<br />
ella, y disponerlas asi para que den mal aceite : las avella<br />
nas y almendras se conservan mucho mas tiempo que las<br />
nueces, el fabuco, etc.<br />
En cuanto á las aceitunas, si están muy maduras, sa<br />
be su gusto á la fruta, y sino lo están, producen menos<br />
amargo y de mal gusto. Es un error tener en un olivar oli<br />
vos de diferentes variedades ó especies, pues unos están<br />
en sazón, cuando los otros están á medio madurar; y re-<br />
cojiéndose al mismo tiempo todas las aceitunas, es indis-
271<br />
pensable que el aceite salga deteriorado. Las aceitunas que<br />
derriba el viento, se deben prensará parte, porque la aL<br />
ternaliva de humedad y de calor, que suelen padecer en<br />
el suelo, las perjudica, y suelen dar un aceite de mal<br />
olor y sabor , aun cuando se estraigan sin agua caliente y<br />
con las mayores precauciones. También la diferencia de<br />
terrenos da aceites diferentes que no se deben prensar<br />
juntos. En Córcega y en la rivera de Jénova esperan á<br />
que los aires derriben la aceituna, y se ve allí aun á fines<br />
de Abril mucho fruto en los olivos; y asi va ello, porque<br />
del molino sale ya el aceite rancio y detestable. Para ma<br />
durarse la aceituna suele mudar cuatro colores: del ver<br />
de pasa al cetrino , al encarnado, al vinoso, y última<br />
mente al negro con un viso de encarnado, y entonces es<br />
cuando están maduras; lo que se conoce en que ceden á la<br />
presión del dedo á poco que se compriman. Esta es la ver<br />
dadera señal; que en cuanto al color las hay también del<br />
de la cera, y de gris de lino , cuando están maduras. En<br />
no cojiéndose cuando están en sazón, se ennegrecen, se ar<br />
rugan y ablandan demasiado, y su aceite es malo.<br />
La prática demasiado común de dejar amontonadas mu<br />
chos dias las aceitunas en el molino es bárbara y perju<br />
dicial. Se ha hecho la prueba de poner en un montón de<br />
aceituna un termómetro de Reaumur, que á los quince<br />
dias señaló los 56 grados, cuando en las mayores cuevas<br />
de mosto no lo habian visto pasar de 2 6 . Por debajo del<br />
montón de aceitunas corria agua de color vinoso, que mani<br />
festaba la fermentación que padecia la aceituna, y cuando<br />
se sacaron de donde estaban, despedian un gas de olor vino<br />
so y picante, que aunque no apagaba la luz, como el que
272<br />
despide el mosto, la amortiguaba bastante, y aun tal vez<br />
con un dia mas hubiera sido el gas que se desprendía, tan<br />
mortal como el de aquel, ó si la pieza en que estaban las<br />
aceitunas no hubiera sido tan ventilada y tan grande como<br />
era. Al paso que se levantaban estas aceitunas unidas unas<br />
con otras, formando témpanos, se encontraban capas blan<br />
cas de moho, y asi dieron un aceite muy malo. ¿Que tal se<br />
rá el que se estraiga de las aceitunas amontonadas en nues<br />
tras trujas y comprimidas entre sus paredes, recalentándo<br />
se por lo tanto mas y por tantos meses? Aun mas de lo que<br />
se relaciona anteriormente esperimentamos los andaluces:<br />
bien caro pagamos la senda de las rutinas : este esperi-<br />
mento lo hizo el autor para asegurarse de las degradacio<br />
nes que padecen las aceitunas amontonadas y entrujadas,<br />
y como se vician por este modo, y no solo se pierde en la<br />
calidad del aceite , sino en la cantidad, si la fermentación<br />
dura mucho tiempo, como cualquiera puede esperimentar.<br />
Si las circunstancias obligan á conservar mucho tiempo<br />
las aceitunas, es menester tenerlas en piezas ventiladas con<br />
los suelos de tablas y llenas de agujeros, para que el aire,<br />
al pasar de arriba abajo, atraviese por entre ellas é impida<br />
la fermentación; lo que contribuirá á que el aceite salga<br />
menos malo en caso de que las aceitunas hayan de perma<br />
necer mucho tiempo en este estado.<br />
En donde cometen el absurdo tan disparatado de tener<br />
las aceitunas amontonadas tres, cuatro, seis ó mas meses,<br />
se prescriben las reglas siguientes. 1. A Al paso que se van<br />
recojiendo se pondrán en estancias grandes , secas, venti<br />
ladas, y empedradas, no dejándolas nunca sobre tierra, por<br />
que contraen demasiada humedad. 2. A Si las aceitunas es-
275<br />
tan maduras, si el año ha sido húmedo, ó se han cojido en<br />
tiempo lluvioso, no ha de tener el montón mas que dos<br />
tercias de alto, y se han de llevar al molino luego que se<br />
pueda, en especial si son de olivares que están en terre<br />
nos fuertes y húmedos; y esta regla es muy buena. 3. a Si<br />
se han cojido verdes en tiempo claro, después de una es<br />
tación seca y en terrenos áridos, se pueden hacer los mon<br />
tones mas altos, y no corre tanta prisa llevarlas al moli<br />
no; pues la fermentación que padecerán, facilitará la es-<br />
traccion del aceite á costa de su calidad, y disminuye su<br />
amargo siendo cierto , porque la fermentación las madu<br />
ra demasiado, disponiéndolas para que su aceite se enran<br />
cie mas. 4- a Para conocer cuando están en estado de lle<br />
varlas al molino, se han de remover un poco por diferen<br />
tes partes , y si humean ó están mohosas y húmedas, se<br />
han de moler y aprensar inmediatamente. Esta máxima es<br />
sumamente disparatada ; pues si ya humean, será la fer<br />
mentación muy viva , y sale el aceite ya dañado de la mis<br />
ma aceituna; y los que no conocen la degradación del acei<br />
te, se conoce que tienen el paladar de corcho y poco de<br />
licado, y que no le han comparado con el fino de Aix en<br />
Provenza.<br />
Para clarificar el aCeite y eyitar que haga humo en las<br />
luces , se sirven en algunas partes de baños grandes de ar<br />
gamasa, de piedra ó de plomo, muy anchos, y de á cinco á<br />
seis pulgadas de profundidad: llenan de agua las dos ter<br />
ceras partes de su profundidad y de aceite lo restante, y<br />
dejan estos baños espuestos al aire libre y á la acción del<br />
sol, se precipita al fondo el mucilago, y en la misma for<br />
ma que se blanquea la cera, queda el aceite sin color á los<br />
39
274<br />
quince dias ó tres semanas, pero con un olor desagrada<br />
ble y rancio. Si el baño es de plomo, se necesita menos<br />
tiempo para que el aceite pierda el color; pero no comeria<br />
yo el aceite preparado en tales vasijas, porque disuelve en<br />
ellas mucho plomo, y es un veneno mortal. De cuando en<br />
cuando se rocía el aceite que está en los baños con un po<br />
co de agua, y ésta al irse al fondo arrastra consigo la par<br />
te del mucilago que quedaba todavía en el aceite.<br />
El aceite de Aix, en Provenza, es muy delicado, y se<br />
atribuye su finura á que cojen las aceitunas en sazón: de<br />
jan pasar muy poco tiempo desde la cosecha hasta que la<br />
muelen y prensan; y en el molino usan del mayor aseo<br />
y curiosidad. Si se mezclan las aceitunas que están en di<br />
ferentes grados de madurez, no saldrá el aceite bueno; y<br />
asi convendrá mucho cojer y prensar á parte cada especie<br />
de ellas. Asi se conseguirá aceite, cuya calidad haga mas<br />
apreciable una arroba que dos del ordinario. Si las aceitu<br />
nas están verdes ó secas, han de estar mas tiempo amonto<br />
nadas que cuando están ni verdes ni demasiado maduras,<br />
sino bien sazonadas; pero siempre será lo mejor dejarlas<br />
madurar en el árbol y no esperar á que se sequen; porque<br />
en uno y en otro caso saldría el aceite desmejorado. Siem<br />
pre es indispensable separar las hojas del olivo que haya<br />
entre las aceitunas, porque dan al aceite un amargo des<br />
agradable.<br />
En Flandes y en Holanda se fabrica todo el año acei<br />
te de semillas, y en los molinos y prensas se advierte el<br />
sumo aseo de los naturales: cada utensilio está con la ma<br />
yor limpieza colocado en el lugar que le corresponde: lá-<br />
vanse frecuentemente con cenizas y lejías fuertes, para que
275<br />
el aceite de que una vez se impregnan, no comunique mal<br />
gusto ni rancidez al fresco: no se les ve rodar por el sue<br />
lo, ni se descubre por ninguna parle polvo ni suciedad.<br />
¡Que diferencia entre estos molinos y los de España ta<br />
pizados de telarañas y mas inmundos que zahúrdas! La gra<br />
sa acumulada en ellos desde el primer dia que se estrena<br />
ron , forma como una costra sobre toda la superficie de<br />
los morteros , vigas, prensas y piedras; las medidas, cucha<br />
rones, etc., de cobre ó lata, están cubiertas de cardenillo:<br />
no lo creería á no haberlo visto tantas veces; y me acuer<br />
do haber hecho la reflexión de que habiendo multas para el<br />
vecino que no barre la puerta de su casa, se cele tan po<br />
co sobre un objeto en que tanto interesa á la salud pú<br />
blica; que hay pueblos en que las medidas públicas del<br />
aceite de los molinos están llenas de cardenillo, y el go<br />
bierno municipal las ve y las deja subsistir en el mismo<br />
estado con la mayor indiferencia.<br />
En el molino en que no haya aseo, no se conseguirá acei<br />
te que dure mucho tiempo: la madera, las piedras, los ca<br />
pachos se empapan de aceite que se enrancia con el tiem<br />
po, y es como una levadura que continuamente está obran<br />
do sobre la pasta y aceite que de ella sale. Cuando se abren<br />
los molinos, llenan la caldera de agua, que calientan y la<br />
van muchas veces con ella hirviendo las prensas, la mue<br />
la, etc. , y creen que con esto queda todo muy aseado; pe<br />
ro en verdad que seria mejor con agua fria, que llevando<br />
Consigo las inmundicias mas groseras, no exaltaría el prin<br />
cipio que tiene el aceite de que están impregnados. El agua<br />
fria, caliente ó hirviendo no se mezcla nunca con el acei<br />
te, y asi corre sobre ella sin disolver la mas -lijera partí-
276<br />
cnla: de aqui es, que todas estas lavaduras son entera<br />
mente inútiles en cuanto al aseo, y muy perjudiciales en<br />
cuanto escitan el rancio. Los capachos de esparto, siendo<br />
nuevos, dan á las primeras pastas que se prensan un sa<br />
bor áspero y amargo, y á las cuarenta y ocho de servi<br />
cio ya el aceite se ha absorvido este mal gusto : es ver<br />
dad que se lavan después y se dejan en agua muchos dias,<br />
y que en algunas partes están obligados los propietarios de<br />
molino á prensar con ellos antes que los demás maquile-<br />
ros; pero todo esto es ignorancia de los medios de evitar<br />
este inconveniente. Se ha esperimentado que veinte lava<br />
duras consecutivas con agua hirviendo no destruyen el mal<br />
olor , y que tampoco basta dejar los capachos por espacio<br />
de diez dias sumerjidos en agua, aúneme esta se mude ca<br />
da veinticuatro horas; y si todo este esmero es insuficien<br />
te, ¿que confianza se puede tener en las lavaduras lijeras<br />
que suelen hacer en los molinos, en donde no tienen in<br />
terés en que el aceite ajeno salga bueno ó malo? Pasada<br />
la estación de moler la aceituna, suelen lavar con agua<br />
caliente los capachos que han de servir al año siguiente;<br />
los prensan y dejan secar antes de guardarlos: esta ope<br />
ración, lejos de ser útil, es perjudicial, porque mediante<br />
ella se enrancia mas el aceite de que quedan empapados.<br />
Es cierto que en los molinos públicos es casi imposi<br />
ble sacar perfecto aceite ; pues cada uno lleva las aceitu<br />
nas verdes, maduras, fermentadas ó podridas; si quiere<br />
sacar algún aceite con mas cuidado, muele primero la acei<br />
tuna buena y deja la peor para lo último; de aqui es que<br />
el que viene después , debe sacar un aceite viciado por<br />
los defectos del anterior, pues como antes he indicado,
277<br />
un solo átomo de aceite esencial basta para infestar una<br />
gran masa. Lo que debe hacerse para sacar un buen acei<br />
te en un molino mal cuidado, que se conservó dos años<br />
dulce y suave, es pagar doble la moledura, y no salir de<br />
él hasta que se concluya del todo; pero antes se ha de co<br />
cer en cosa de 2 0 0 cuartillos de agua hirviendo 8 libras<br />
de cenizas graveladas, ó lejía de jabones, y con esta agua<br />
se ha de frotar la muela ó-piedra, la solera, la prensa, la<br />
pila ó bomba, etc., y los capachos que han de sei'yir se pon<br />
drán á cocer en la caldera con el resto de dicha agua: de<br />
esta suerte se desprende la capa aceitosa de la madera,<br />
de la piedra, de los capachos y demás utensilios; y. que<br />
darán todos tan limpios y aseados como si nunca hubiesen<br />
tenido aceite. Después de concluida esta operación, se ha<br />
de lavar todo con agua hirviendo, para que se lleve la sus<br />
tancia jabonosa que se haya formado No son aun bastan<br />
tes estas operaciones; porque se sabe el mal gusto queda<br />
á los aceites la mas lijera parte de álcali, y para asegu<br />
rarse de que no queda nada de esta sustancia en los uten<br />
silios, se hace disolver cerca de dos libras de alumbre en<br />
una porción de agua de 4 o á 5o cuartillos , y con ella hir<br />
viendo se lavará todo lo nuevo, frotándolo tocio bien;.úl<br />
timamente se vuelve á lavar con agua sola caliente. El<br />
alumbre, aun cuando quedase algo, no puede perjudicar<br />
al aceite, porque se precipitaría ó pasaría en el fondo con<br />
les heces ó borras, y por otra parte no resulta de su uso<br />
inconveniente alguno para la salud de los hombres. A los<br />
capachos estará bien prensarlos á cada lavadura, ya sea de<br />
agua, ya preparada en dichas sales, y en especial cuando<br />
lo está con el alumbre; porque entonces destruye la he-
273<br />
bra del esparto, y sino se le estrae, durarán menos.<br />
Las prensas y molinos de semillas cpue se usan en Flan-<br />
des y en Holanda son muy económicas y aseadas, y seria<br />
muy de desear que se copiasen en todas las partes que se<br />
sacan estos aceites : mas adelante hablaremos de ellas y<br />
de los de aceitunas.<br />
En donde pagan á los obreros en aceite, arreglando el<br />
tanto á proporción de lo que sacan, conciban el interés del<br />
amo con el de los sirvientes; pues prensándose la aceituna<br />
con mucho mas cuidado, se aprovecha entre el amo y el<br />
criado el aceite que se habia de ir en el horujo mal pren<br />
sado; y no sucede lo que en los molinos que se paga por<br />
prensadas ó tareas, que entonces se va á despachar, y no<br />
se cuida de apararlas bien. No se han de prensar nueces,<br />
íábuco , ni avellanas en tiempo de heladas, porque se sa<br />
ca menos aceite. De almendras se sacará poco cada vez,<br />
porque se enrancia con suma facilidad.<br />
Molida la aceituna y echada en las pilas, suele nadar<br />
y sobrenadar algún aceite , que es el que propiamente se<br />
llama aceite vírjen, y también dan en algunas parles este<br />
nombre al que sale de la primera prensada antes de es<br />
caldar la pasta en los capachos. A este le ponen con sepa<br />
ración los que lo.fabrican con conocimiento , y saben las<br />
ventajas que tiene sobre el que producen las prensadas<br />
siguientes ; bien que casi será escusado este esmero en<br />
separar los aceites de las diferentes prensadas siguientes,<br />
cuando se han prensado y mezclado todas las aceitunas bue<br />
nas con malas, y han fermentado en montones; porque en<br />
tonces será malo el aceite, mas ó menos conforme á la ma<br />
yor ó menor fermentación. No se persuadirán de esta verdad
279<br />
los que están acostumbrados á gustar un aceite acre de<br />
un olor y sabor fuerte; los que desprecian el mas dulce<br />
y fino diciendo que sabe á nada, y asi es respecto de su<br />
paladar mal acostumbrado.<br />
El aceite vírjen bien hecho de aceitunas escojidas y<br />
no demasiado maduras, es el que está menos espuesto á<br />
enranciarse, porque después que se lé echa el agua hir<br />
viendo, ya se malea el aceite; y asi seria mejor usar de<br />
las prensas holandesas, que sin necesidad de agua estrae-<br />
rian con su gran fuerza todo el aceite, sin necesidad de<br />
usar de agua sino cuando mas en las últimas prensadas.<br />
De la aceituna se sacan tres especies de aceite: una<br />
de la carne, otra del hueso, y la tercera de la almendri<br />
lla que tiene ésta dentro. Cada uno de estos aceites tie<br />
ne propiedades muy distintas, y para observarlas con se<br />
paración, colocó el celebérrimo químico Sicuve una por<br />
ción de cada uno de ellos en botellas separadas; á saber:<br />
en la i. a aceite sacado con aseo de sola carne: 2. a aceite<br />
de sola almendra: 3. a aceite de huesos: 4- a cierta cantidad<br />
de estos tres aceites mezclados; 5. a aceite bueno sacado<br />
por el método ordinario.<br />
Tapadas exactamente estas cinco botellas, las puso á<br />
la intemperie al lado del mediodía, en donde las dejó tres<br />
años, con el fin de ver los efectos que el tiempo causaba<br />
en ellas. Examinadas, pues, al cabo de este tiempo, halló<br />
que el aceite de la i." botella no habia padecido altera<br />
ción alguna, ni en el gusto, ni en el olor, ni habia forma<br />
do poso : el de la 2. a no estaba tan limpio ni trasparente:<br />
se habia puesto amarillo y tan picante y corrosivo, que<br />
al gustarle levantó ampollas en la boca: el de la 5. H esta-
280<br />
ba muy alterado, espeso y casi negro; al abrir la botella,<br />
sintió, dice, un olor inaguantable. Lo que observó en es<br />
tas dos botellas, le dio bien á entender cuál seria el esta*<br />
do de la 4- a , en la que estaban mezclados los tres aceites:<br />
en efecto, el aceite que ésta con tenia estaba de color obs<br />
curo, de mal olor, rancio y desagradable, y habia forma<br />
do mucho peso. De aqui es, que no habiendo padecido<br />
alteración alguna el aceite sacado de la carne sola de la<br />
aceituna , la alteración de este fue nacida de su mezcla<br />
con el de los huesos yde sus almendrillas- Finalmente,<br />
examinada la 5. a botella , que contenia aceite sacado por<br />
el método común, se halló tan corrompido como el de la<br />
anterior, en que estaban mezclados las tres especies de<br />
aceites: lo que da á entender que el oríjen de la altera<br />
ción y de la depravación de nuestros aceites nace de esta<br />
mezcla, con la que salen ya viciados del molino. Para ase<br />
gurarse ya mejor de la calidad de estos aceites, echó sobre<br />
una plancha de acero bien limpia unas gotas de los acei<br />
tes de las almendrillas y de los huesos, y notó que el<br />
primero habia corroído algo al cabo de treinta horas, y<br />
que ei segundo la habia ennegrecido.<br />
Examinados los principios de alteración y depravación<br />
de los aceites, trataremos de los medios de destruirlos:<br />
en el que se saca de las granas ó semillas, escepto de la<br />
de adormidera , se advierte un gusto desagradable, que<br />
procede de su espíritu-rector y de una especie de gomo-<br />
resina disuelta en el aceite. La acrimonia de este y su<br />
mal olor, disminuye mucho sembrándolas en terreno are<br />
nisco; pero lomas seguro es macerarlas en una: lejía fría<br />
de cenizas comunes, hecha con agua de cal, de la cual una
281<br />
libra y tres ó cuatro de'cenizas bastan para preparar cua<br />
tro arrobas, que ha de,cubrir á la grana por el tiempo que<br />
dicte el clima y las circunstancias locales. Suele ser éste<br />
desde quince hasta treinta y seis dias; pero cada uno<br />
debe hacer esperimentos para asegurarse del que baste,<br />
para no dejar mas tiempo en la lejía á la semilla, que jer-<br />
minaria y se perdería todo el aceite. Lávese después la<br />
grana en muchas aguas, y póngase de nuevo por algunas<br />
horas en una disolución de alumbre con agua: luego se de<br />
ja secar sobre zarzos ó tablas limpias en sitio bien oreado<br />
y ventilado, y finalmente se lleva al molino. Sino está<br />
bien seca cuando se pone en la prensa, saldrá en lugar<br />
de aceite una emulsión : es mejor dar esta preparación á<br />
la semilla cuando está fresca, porque toma mejor la le<br />
jía que cuando está seca, y la maceracion se hace mas<br />
prontamente.<br />
Cuando el aceite de aceitunas sale del molino, está<br />
turbio y mezclado con mucho mucilago, y es mas ó me<br />
nos dulce y suave, según el cuidado con que se haya he<br />
cho la cosecha y fabricación: trátese de purificarlo cuan<br />
to antes, pues sino estará espuesto á podrirse, y no tar<br />
dará en criar gusanos. Por mucho cuidado que se tenga<br />
en fabricar el aceite , si para conducirlo de una parte á<br />
otra se usa de vasijas que no estén limpias, ó que hayan<br />
servido para otros aceites, fácilmente contraerá el gusto<br />
de estos, y con él el principio de una alteración; porque<br />
no hay fluido que con mas facilidad adquiera los malos<br />
gustos y olores; como se puede esperimentar echando en<br />
una botella de buen aceite una golita pequeña de aceite<br />
esencial de espliego, limón, etc., y ajilándola y dejan-
282<br />
dola reposar unos dias, se verá el efecto que ha obrado<br />
una partícula tan pequeña. Conducido el aceite á la casa<br />
del propietario, se deberá conservar por quince dias á lo<br />
menos en un paraje, cuyo temperamento esté desde l5 á<br />
18 grados del termómetro de Reaumur, á fin de que vayan<br />
haciendo poso ó asiento todas las heces ó borras. Para que<br />
éstas se posen con mas facilidad' y prontitud, se echará<br />
un poco de agua en que se haya disuelto alumbre, y se ha<br />
de revolver bien con aceite. Del alumbre no se le pega<br />
nada, lo que hace es unirse con el mucilago, hacerlo mas<br />
pesado , y precipitarlo al fondo con mas brevedad que lo<br />
baria el reposo. Conviene que el temperamento sea de i5<br />
á 18 grados, porque si el aceite se coagulase con el frió<br />
antes de hacer el poso, se vcrificaria éste de mala mane<br />
ra. Esta operación saldría muy bien en barricas ó vasijas<br />
de madera (y no de cobre ni de plomo), bien lavadas y<br />
bañadas con vinagre , las cuales tuviesen varias espitas á<br />
diferentes alturas; porque al paso que se van precipitan<br />
do las heces, va quedando muy clara y limpia la capa su<br />
perior del aceite, y las inferiores cada vez mas espesas:<br />
entonces se abre la espita mas alta, y sale el aceite de la<br />
capa superior, que es el mas fino, delicado y de mejor<br />
calidad. Si la vasija no tuviese espita, se saca por arriba<br />
con mucho tiento : algunos dias después, cuando esté cla<br />
ra, se quitada segunda capa, separando su aceite como<br />
de segunda calidad ; y asi de los demás, hasta llegar á las<br />
heces ó borras: éstas no se desperdician, pues poniéndo<br />
las cerca de la lumbre, ó en ün paraje bien caliente, so<br />
brenadan las partes que contienen, se cuelan, y sirve pa<br />
ra las luces el aceite que se saca : el residuo se mezcla
285<br />
con salvados hasta que se seque, y se da á las gallinas y<br />
á los cerdos.<br />
Luego cjue están llenas de aceite clarificado las vasi<br />
jas, que seria bien que fuesen barricas de encina, se han<br />
de conducir á un logar fresco, y tapar con cuidado, á<br />
fin de que se hiele prontamente : si en vez de barri<br />
cas se usan tinajas vidriadas (costumbre malísima), se es<br />
perará á que el aceite se hiele antes, y quedará mas lim<br />
pio de cuerpos estraños. En el aceite helado se observan<br />
los mismos fenómenos que en el agua : en esta especie de<br />
cristalización se precipitan las partes mas groseras, y su<br />
cede lo que en el agua del mar cuando se hiela, que no<br />
está salada, sino pura y buena para beber : el aceite mas<br />
trasparente, antes de helarse, suele dejar asientos, y se<br />
puede observar en una vasija de cristal que se van for<br />
mando al tiempo de la cristalización. El aceite, como to<br />
dos los demás fluidos, absorve al tiempo de helarse una<br />
cantidad de aire de la atmósfera , adquiere de consiguien<br />
te mayor volumen, y sobrenada por hacerse mas leve:<br />
cuando se deshiela , queda mermado, lo cual nace de que<br />
no solo pierde el aire que habia absorvido al helarse, si<br />
no que éste arrastra consigo al mismo tiempo el aire que<br />
estaba combinado con el aceite desde que se formó en<br />
el fruto. Este aire de combinación mantiene en equilibrio<br />
los principios que entran en la formación del aceite, y<br />
va dejenerando ; por lo cual se ha de evitar esta disgre<br />
gación , procurando conservarle helado.<br />
Los que dejan el aceite sobre sus primeras borras has<br />
ta la primavera, en que le trasiegan, le tienen muy es<br />
puesto á perderse, por la facilidad con que suele corrom-
284<br />
perse el mucilago que tanto abunda en ellas: repito que<br />
será lo mas acertado el aclararlo antes que se guarde, sin<br />
dejar por eso de trasegarlo luego que se deshiele en la<br />
primavera: si estas manipulaciones'parecieren complica<br />
das, déjese helar luego.que sale del molino, saqúese con<br />
cazos, y póngase en vasijas lavadas con lejías. Cuanto mas<br />
bien tapadas estén las vasijas y en cuevas mas frescas, tan<br />
to mejor se conserva el aceite, como se puede ver en una<br />
botella bien tapada que se meta en un pozo, en la que<br />
se hallará el aceite al cabo de cuatro ó cinco años en el<br />
mismo ser que cuando se embotelló. Si las cuevas en que<br />
se conservan no lo mantienen siempre helado, es necesa<br />
rio para conservarlo dos años buenos trasegarlo antes y<br />
después del invierno, y lavar bien las vasijas en que se<br />
ha de guardar con toda la exactitud posible, y poniendo<br />
siempre aparte el aceite que esté cerca de las heces , que<br />
solo es bueno para las luces. El que quiere proceder con<br />
mas esmero, bate con agua clara el aceite, y le deja re<br />
posar algunas horas, hasta que el agua, que queda lechosa,<br />
se vaya al fondo.<br />
El aceite se enrancia con dificultad si está helado-<br />
pero si no lo está, y participa de las alteraciones de la at<br />
mósfera , el calor hace evaporar en él las partes mas suti<br />
les, haciendo que se desprenda el aire que contiene en<br />
equilibrio las partes constitutivas de este líquido. De aqui<br />
se infiere cuan importante es tenerlos aceites en cuevas<br />
bien frescas, y no en despensas ó bodegas que no conser<br />
ven constantemente una temperatura. El desprendimiento<br />
ó volatizacion de las partes volátiles del aceite, se ve al ca<br />
lentarle que exhala un olor insufrible y dañoso á la salud:
285<br />
la comida que se frie con él lleva consigo parte de este acei<br />
te volátil, que-la hace muchas veces tan desagradable; pe<br />
ro los que quieren evitar este inconveniente, frien mucho<br />
el aceite solo, hasta que las cosas que en él se frien, no<br />
participan de aquel principio que las hace desagradables^<br />
dañosas. En algunos conventos de carmelitas hemos visto<br />
usar de esta delicadeza ; pues freían los comestibles en<br />
aceite muy recocido, que conservaban semauas, y aun me<br />
ses enteros, repitiendo en él las frituras; y á fe que los<br />
buenos relijiosos , aunque no hubiesen estudiado la física<br />
de Muschembroohh, ni la química de Lavoisier, obra<br />
ban como escelentes químicos en el aderezo de su comida.<br />
Para evitar la fermentación de las heces del acei<br />
te , y de consiguiente el que se enrancie, será bueno<br />
trasegar frecuentemente dicho aceite ] pero este me<br />
dio es muy costoso; otro proponen para reemplazar el<br />
aire que va perdiendo el aceite, al paso que va for<br />
mando heces, y para que no haga poso, después que<br />
está ya clarificado , y es, meter en el fondo de la vasija<br />
una esponja empapada en una pasta medio líquida, com<br />
puesta de dos partes de alumbre en polvo y una de cre<br />
ta: entonces se desprenderá del hondón mucho aire, que<br />
el aceite irá absorviendo poco á poco, y se restablecerá<br />
el equilibrio perdido entre las partes constitutivas del<br />
aceite, y de consiguiente no comunica á ésta ninguna mala<br />
calidad, como hemos dicho antes. Ha de ser la esponja<br />
mas ancha que alta , y ha de ocupar la mayor parte del<br />
fondo de la vasija: cada vez que se trasiegue el aceite, se<br />
quitan estas esponjas, se lavan, se preparan de nuevo, y<br />
se vuelven á colocar; también es conveniente batir bien
286<br />
los aceites con una disolución de alumbre en agua á cada<br />
trasiego.<br />
Hay otro método para impedir que los aceites se en<br />
rancien, que consiste en añadir cierta cantidad de muci-<br />
lago dulce, mayor que la que regularmente contiene pa<br />
ra reparar de antemano la pérdida que sufrirán después;<br />
y el azúcar es la única sustancia que se puede emplear<br />
con facilidad, disolviéndola por trituración en frió en una<br />
porción de aceite para mezclarlo después con el resto. Seis<br />
onzas de azúcar es una cantidad proporcionada para cien<br />
libras de aceite; pero si este estuviese ya rancio, ó no se<br />
ha hecho esta mezcla con las precauciones indicadas, será<br />
muy perjudicial, porque desenvuelve mas el gusto y el<br />
olor que los aceites han de tener después.<br />
Los licores espirituosos corrijen el rancio del aceite<br />
sin inconveniente alguno y sin dispendio, si se comparan<br />
con'las ventajas de su uso. »He hecho, dice Rocier, ca<br />
lentar sobre cenizas cernidas cerca de una libra de aceite<br />
de semillas muy rancio y claro en una vasija de vidrio de<br />
cuello largo; el aceite estaba cubierto de dos dedos de es<br />
píritu de vino; ajité fuertemente la vasija; luego que sa<br />
lieron del aceite algunas ampollitas de aire, y estuvo la<br />
mezcla bien caliente, sin que llegase á hervir, separé el<br />
aceite, y eché otro sobre el espíritu de vino, que quitó á<br />
las dos cantidades de aceite el olor rancio y el mal gusto<br />
que tenian. La porción de espíritu de vino que se ha em<br />
pleado, no se pierde ni desmejora, con tal que se le mez<br />
cle con seis partes de agua lijera de cal; se separa el acei<br />
te , que sobrenada en ella, y se filtra por cal de que se<br />
haya sacado la lejía: después por la destilación se sepa-
287<br />
rara el espíritu de vino, y quedará tan puro como antes.<br />
Al aceite suele quedarle un lijero olor al espíritu de vino<br />
que no le daña, aunque se le puede quitar lavándolo re<br />
petidas veces , si es que se ha de usar desde luego.<br />
Del aceite que ha de servir para frituras, ya hemos<br />
dicho que él mismo ha de servir para mucho tiempo , por<br />
que recalentado muchas veces, se ha volatilizado el aceite<br />
esencial que tenia, y queda en disposición de no dar mal<br />
gusto á la comida, ni mover la tos , ni causar incomodi<br />
dad alguna, como sucede cuando para una fritura se usa<br />
del aceite nuevo. Hay también otro medio mas fácil que<br />
el del espíritu de vino para purificar el aceite que ha de<br />
servir para frituras, y es llenando de él hasta la mitad<br />
una vasija, que se ha de poner al fuego vivo y de llama<br />
hasta que cueza; entonces se quita la llama , y se deja co<br />
cer otro poco, y se le echa de repente y con un cazo de<br />
mango largo, cierta cantidad de vinagre, y al instante se<br />
levantará á lo alto un vapor negro, haciendo el aceite Un<br />
estrépito grande: el agua fria produce el mismo efecto-<br />
pero no limpia tan bien el aceite: luego que cesa el rui<br />
do que hace , se aparta la vasija de la lumbre, y se saca<br />
para conservarlo. Antes de servirse de él se echa en una<br />
sartén hasta llenar las tres cuartas partes de su cavidad,<br />
se pone á hervir, y se le echa una corteza de pan, á la<br />
que se le pega la parte del aceite esencial que le puede<br />
quedar, y aun se pueden añadir mas cortezas para asegu<br />
rarse de que queda mas limpio. Al freir alguna cosa ha<br />
de estar la sartén mediada de aceite, á fin de que nade<br />
en ella la cosa frita, y entonces saldrá bien , y no se gas<br />
tará mas aceite, si se sabe hacer bien.
283<br />
Para evitar que el aceite humee en las luces, se han<br />
de mojar las torcidas en agua de pozo ó fuente , en que<br />
se haya disuelto toda la sal que sea posible, sin que el<br />
agua parezca alterada : déjanse después secar, y se usan<br />
en las luces; el aceite se lavará antes de.usarlo, echándo<br />
le en una botella con igual cantidad de agua, ajilándolo<br />
y dejándolo reposar; asi dicen que no da humo ni mal<br />
olor, y que se gasta mucho menos.<br />
De los principios constitutivos del aceite.<br />
El aceite, es una sustancia crasa, untuosa, inflama<br />
ble, estraida de diferentes vejetales, y se compone de flo-<br />
jístico ó principio de fuego, de ácido, de agua y de tier<br />
ra, puesto que de él se sacan estos principios secunda<br />
rios por medio de análisis; pero como estos principios se<br />
estraen igualmente de todos los vejetales, es preciso con<br />
venir de buena fe en que conocemos poco la manera de<br />
ser y las combinaciones de los principios, puesto que es<br />
ta definición, sin dejar de ser exacta, puede aplicarse á<br />
una infinidad de otras sustancias ; pero si aun siendo de<br />
masiado jeneral, uno de estos principios domina á los de<br />
más, ya con este solo le señala un carácter que lo distin<br />
gue. Por ejemplo, en el aceite en jeneral'domina elfilo-<br />
jístico ó principio inflamable, y acaso solo el aire infla<br />
mable; por otra parte es muy probable que los ácidos<br />
contienen mas principios de fuego que las sales álcalis y<br />
neutras. No es, pues, de admirar que el aceite se inflamé<br />
cuando se acerca á un cuerpo encendido; porque todos<br />
los fluidos tienen tendencia á ponerse en equilibrio ; y
289<br />
siendo los principios Ígneos los mas abundantes , deben<br />
escaparse luego que se les presente la ocasión. Entonces<br />
se rompe toda agregación, las sustancias mas volátiles se<br />
consumen, y solo quedan las mas groseras, que no han po<br />
dido volatilizarse.<br />
Para hacer buen aceite y conservarlo largo tiempo es<br />
menester, para que no se deteriore, conocer sus principios<br />
constitutivos.<br />
Hay, como se ha dicho, dos especies de aceite: el cra<br />
so, que se estrae por presión, y el esencial ó etéoro, que<br />
comunmente se tiene por destilación y rara vez por pre<br />
sión.<br />
He aqui los caracteres de uno y otro. Solo el reino<br />
vejetal suministra los aceites crasos, y se puede decir que<br />
todas las granas ó semillas lo contienen en mas ó en me<br />
nos cantidad. Esta aserción es verdadera, á pesar de su je-<br />
neralidad, y de que tenga algunas escepcionesj pero todos<br />
convienen en que el trabajo y los gastos necesarios para<br />
eslraer el aceite de todas las especies de semillas, escede-<br />
rian en mucho á su producto. Si se quieren conocer fácil<br />
mente las semillas susceptibles de dar alguna utilidad,<br />
e'chese en un mortero cierta cantidad de ellas, y moján-<br />
dalas con un poco de agua, entonces ésta se pone lechosa<br />
y formará lo que se llama emulsión. Asi sucede con to<br />
dos los huesos de frutas, con las pepitas, las semillas de<br />
calabazas, de melones y pepinos, y con todas las semillas<br />
en vainas de plantas de flor cruciforme , como la de col,<br />
del nabo, y de la mostaza, etc. En una palabra, todas las<br />
granas ó semillas, cuyo interior está ocupado por una al<br />
mendra, dan aceite craso por presión. La aceituna es aca-<br />
41
290<br />
so el solo fruto, cuya pulpa contiene solo aceite craso.<br />
Su hueso y almendra lo contienen igualmente, pero en<br />
estado de combinación diferente de la primera, como se<br />
verá adelante. Es, pues, la emulsión la piedra de toque<br />
para conocer las semillas aceitosas.<br />
El aceite craso existe totalmente formado en la gra<br />
na ó pulpa de la aceituna: este mixto le es tan esencial,<br />
que sin él no podria existir. El arte no crea aqui nada, ni<br />
las maniobras del operario forman ningunas combinaciones<br />
nuevas : asi el aceite craso estraido, es el mismo que an<br />
tes existia igualmente libre en el vejetal. Lo contrario se<br />
observa con respecto á los aceites etéreos 6 esenciales que<br />
se hallan indistintamente colocados en las cubiertas de<br />
estas semillas, cálices , hojas , madera y raices, ó en algu<br />
nas de estas partes, 1 estos están combinados muy frecuen<br />
temente en un estado resinoso - y por esta razón, para es<br />
traerlos se ha-recurrido muchas veces mas á la destilación<br />
que á la presión. La existencia de estos aceites en una<br />
misma grana , aunque colocados diferentemente , produce<br />
efectos iguales al esprimirlos; pero de estose hablará mas<br />
adelante.<br />
El aceite craso recien sacado ó hecho está dulce, sin<br />
olor, y no volatiza al grado de agua hirviendo; pero el esen<br />
cial está siempre acre y combinado con el espíritu-rec<br />
tor, y por consiguiente es odorífico, y se volatiza con me<br />
nos calor que el necesario para hacer hervir el agua.<br />
El espíritu-rector, ó sea el principio odorífero de to<br />
dos los cuerpos es sumamente sutil y volátil .• él es el que<br />
con una sola flor de jirasol ó de rosa embalsama el aire<br />
de dia, y con el jeranio triste de noche. La presencia de
291<br />
este espíritu-rector es la que da á los aeeiles de las gra<br />
nas de vainas ó silicuas, y sobre todo á sus jabones, el olor<br />
de col, de nabo, etc., y en una palabra, el olor de la gra<br />
na ó semilla de que se ha eslraido el aceite.<br />
Es, pues, necesario comprender estas distinciones;<br />
pero hay otra muy importante, de que en mi concepto<br />
depende la conservación de la calidad dulce y suave de<br />
los aceites crasos, es decir , la que impide la separación<br />
demasiado pronta del mucilago, la reacción del aceite<br />
esencial sobre el craso, y en fin, de la que depende la<br />
armonía y conservación de los principios constitutivos: tal<br />
es el aire, este aire Jijo ó fijado en los cuerpos que sirve<br />
de vínculo á todos sus principios, y es su conservador por<br />
escelencia. Cuanto mas coagulado se conserva el aceite,<br />
tanto menos espuesto está á descomponerse en iguales<br />
circunstancias: el aceite ben ó been, fijado en los cuerpos, y<br />
el de la aceituna, son la prueba de ello. Este hecho está en<br />
el orden natural; pues que según los esperimentos de Ha<br />
lles una pulgada cúbica, como ya se ha dicho, de aceite<br />
de olivas da 88 pulgadas cúbicas de aire-fijo. Por mas que<br />
se ajite el aceite de aceitunas nuevo y bueno, no se ve<br />
jamás levantarse á su superficie ninguna gorgorita de aire;<br />
pero sí se ajita del mismo modo el aceite de adormideras,<br />
se verá cubierta de superficie de globulillos de aire. Esta<br />
última pierde, pues, con facilidad su aire de combinación;<br />
y por esto solamente se coagula con el mayor grado de<br />
frió, cuando el aceite de olivas, estando bien tapado y en<br />
buenas cuevas, se conserva coagulado por muchos años.<br />
Supongamos que se descoagule con el grado décimo de<br />
calor, y que se coagule de nuevo cuando el calor baje
292<br />
al grado cuarto, á la primavera inmediata se volverá á<br />
descoagular; pero á la entrada del invierno siguiente será<br />
necesario casi el grado de hielo para coagularlo de nuevo.<br />
Supongo que habrá estado al abrigo de los grandes calores<br />
del verano, porque de otro modo se coagularía de nuevo con<br />
el segundo ó cuarto grado bajo de hielo. ¿De donde pro<br />
viene esta grande diferencia? De la pérdida del aire de<br />
combinación, de la cual resulta necesariamente la preci<br />
pitación del mucilago contenido en el aceite. Este muci-<br />
lago atenuado é interpuesto entre sus moléculas, las con<br />
servaba menos desnudas; el aceite estaba mas dulce,y hu<br />
meaba mas al quemarlo. Al contrario, cuanto mas viejo es<br />
el aceite, se hace mas fuerte, desponjándose de su muci<br />
lago, se clarifica mas y Humea menos. No sucede asi con<br />
el aceite de fabuco ó de haya, que adquiere calidad y<br />
dulzura, y pierde su gusto desagradable envejeciéndose. La<br />
razón de esto es , porque perdiendo una parte de su- aire<br />
de combinación ó fijo, deja precipitar parte de su muci<br />
lago, en que residen sus calidades desagradables y amargas.<br />
Llamo mucilago á todo despojo de la parenquima de<br />
los frutos, cuya base se diferencia poco de las gomas; en<br />
una palabra, á una sustancia hilosa, tenaz, escurridiza,<br />
miscible con el agua en todas sus partes, é indisoluble en<br />
el aceite, sino interpuesto entre sus moléculas, y soste<br />
nido en el estado de atenuación por el aire-fijo; y asi se<br />
precipita luego que este aire se separa de los cuerpos.<br />
El aceite esencial es muy miscible con el craso, y<br />
lleva consigo el espíritu-rector ó principio odorífero. No<br />
hay en el comercio aceite que no tenga una cantidad mas<br />
ó menos grande de este aceite esencial, que reside en la
295<br />
cascara y en la película de la almendra común, y en la<br />
aceituna en su película, en su hueso y en su almendri<br />
lla. Hasta la madera del olivo está penetrada de este acei<br />
te esencial, y en una abundancia infinitamente mayor eme<br />
en el fruto.<br />
He dicho mas arriba que el aceite craso existia ente<br />
ramente formado en el fruto; pero que necesita para ha<br />
cerse sentir y poder estraerlo, que el fruto hubiese ad<br />
quirido cierta madurez, capaz de hacer evaporar una par<br />
te del agua de vejetacion y de separar las porciones acei<br />
tosas: como sucede en el vino, en el cual no subsisten<br />
principios vinosos antes de madurar la uva.<br />
Plinio, Gaton, Colnmela y demás escritores antiguos<br />
hablan de un aceite de verano que se sacaba de las acei<br />
tunas verdes: queriendo verificar el hecho, ó al menos es-<br />
plicarlo, tomé á fines de Julio y hasta fines de Agosto una<br />
cantidad de aceitunas, y las esprimí después de haberlas<br />
quitado el hueso; pero ni el fluido pastoso que conseguí<br />
por medio de la presión, mezclado de nuevo con agua, me<br />
presentó el mas lijero vestijio de aceite; ni las aceitunas<br />
cocidas hasta el punto de reducirlas á pasta, me ofrecie<br />
ron ningún aceite. Las aceitunas crudas ó cocidas toma<br />
das separadamente y trituradas con azúcar para hacer un<br />
oleosacharum, no han presentado vestijio alguno de acei<br />
te, ni he podido conseguir una emulsión de todas ellas.<br />
Si no me he engañado en todos mis esperimentos, debo<br />
concluir, que los principios constitutivos del aceite están<br />
en el fruto, pero sin estar desenvueltos; de forma que<br />
no son sensibles á la vista, al gusto y al olfato; y por úl<br />
timo, que la madurez es quien los desarrolla. El aceite de
294<br />
verano de los antiguos no podia, pues, estraerse de las<br />
aceitunas hasta que principiaban á madurar. Por lo de-<br />
mas, si el aceite existe formado en las aceitunas aun an<br />
tes de su madurez, lo que importa muj poco al labrador,<br />
se confunde de tal modo con el mucilago, que no es po<br />
sible separarlos por la presión, como cualquiera puede<br />
hacer la prueba. Lo mismo sucede con las granas aceitosas.<br />
Mientras las semillas están en un estado lechoso, co<br />
mo las almendras, las avellanas, el fabuco, las nueces, fre<br />
sas, las granas de colza, de manzanas, de peras, y las se<br />
millas de calabaza, de pepino, de melones, y los huesos<br />
de albaricoque , de ciruela, guinda, etc., no esotra cosa,<br />
su sustancia, hablando con propiedad, que un mucilago;<br />
y por mas que se atormenten en la prensa mas fuerte, no<br />
darán un átomo de aceite.<br />
Si las almendras han estado, después de maduras, en<br />
lugar húmedo, se enmohecerán, y el aceite saldrá fuerte:<br />
si se guardan para mucho tiempo, el aceite estará algo<br />
rancio al salir del molino : si la cascara de las semillas se<br />
ha roto, y la almendra ha quedado desnuda en todo ó en<br />
parte , se enranciará, y el aceite saldrá muy viciado; y si<br />
han estado las semillas amontonadas, y han esperimenta-<br />
do un cierto grado de calor, fermentarán, y cuanto mas<br />
se aumentare el calor, mas rancio saldrá el aceite; pero<br />
esto lo examinaremos después.<br />
Hay dos especies de aceite, vírjen y cocido: el pri<br />
mero, el mejor y mas dulce, es el que se estrae por la<br />
simple presión; y el segundo el que se saca del borujo<br />
del que se ha estraido el primero, por medio de planchas<br />
calientes ó agua hirviendo.
295<br />
Como el aceite de aceitunas es el mas perfecto que<br />
se conoce, voy á tomarlo por punto de comparación pa<br />
ra demostrar en qué difieren ó se parecen unos á otros.<br />
De la analojía de los aceites de granas con el de<br />
aceituna, y sus diferencias.<br />
i.° De la semejanza. Las granas de que saca el acei<br />
te de comercio, son en jeneral de col, llamada colza ó<br />
colzat, de nabina, de mostaza, de lino, de cáñamo y de<br />
almendra. Este último aceite es en su clase tan perfecto<br />
como el de aceituna, respecto á los que salen de los fru<br />
tos de nueces, de avellanas y de almendras.<br />
Todos estos aceites son fluidos y trasparentes, á no ser<br />
que estén coagulados por el frió: tienen un color amarillo-<br />
dorado, mas ó menos obscuro, según el año, clima y ter<br />
reno que ha producido el fruto; y el sabor es dulce, mu-<br />
cilajinoso y craso; inmiscibles con el agua y el espíritu<br />
de vino, é inflamables: son miscibles con otros aceites,<br />
bálsamos, grasas, mantecas, ceras, alcanfores, resinas, azu<br />
fres, azúcar, sal, álcali, y algunas sustancias metálicas.<br />
Son también mas lijeros que el agua, nadan sobre ella, y<br />
no se elevan en vapores sino á un grado superior al del<br />
agua hirviendo.<br />
* Cuando esperimentan por algún tiempo un grado de<br />
calor igual al del sol de verano, es decir, de 22 á 25 gra<br />
dos, se ponen rancios, acres y fuertes, y el tiempo les<br />
comunica también la rancidez, y el gusto y el olor son<br />
fuertes.<br />
Cuando se destilan se trasforman en aceites empireu-
296<br />
mélicos (es decir, que tienen un olor y un sabor á cosa<br />
quemada ó calcinada). Las desalaciones reiteradas pueden<br />
convertirlos en aceites esenciales, etéreos y volátiles,<br />
como el éter de los químicos que, al parecer, es el prin<br />
cipio aceitoso por escelencia, ó el aceite principio-pri<br />
mitivo de que se forman todos los demás; pero en cuja<br />
mezcla entran algunas sustancias mas groseras , que no<br />
siendo esenciales á la existencia del aceite, solo sirven á<br />
sus caracteres secundarios de su composición.<br />
2.° De las diferencias. Sirviendo de punto de com<br />
paración el aceite de aceitunas, encontramos en los de las<br />
granas de la familia de las plantas de flores en cruz y<br />
frutas silicuosas con gusto acre y cáustico, escepto en<br />
el de adormideras, que es el único jénero que no lo tie<br />
ne. Este gusto se advierte un poco al olfato; pero sobre<br />
todo en lo que se llama un dejo, si se emplean en las co<br />
midas ó conservándolos en la boca.<br />
Los aceites de gitanas que se venden, aunque estén re<br />
cientes, están ya un poco rancios, escepto el de adormi<br />
deras y el de aceitunas, que solo tiene este defecto cuan<br />
do está mal hecho.<br />
Estos aceites deponen con mas prontitud y abundan<br />
cia en el fondo de las vasijas en que están, una hez mu-<br />
cilajinosa, que no es miscible en el aceite. Se ponen ran<br />
cios mas pronto envejeciéndose, y exijen para coagularse<br />
un grado de frió muy superior al del agua helada. Son<br />
menos viscosos, y espuman mucho mas poniéndolos al<br />
mismo grado de calor. -<br />
Corroen el hierro y el cobre con mas prontitud, y for<br />
man mas fácilmente jabones con los álcalis: asi por esta
297<br />
razón, y siendo su precio el mismo, se prefieren al bueno<br />
de aceitunas para preparar las lanas y sus tejidos.<br />
De la rancidez de los aceites y medios de correjirla.<br />
La rancidez es un jénero de alteración espontánea ó<br />
de fermentación indefinida, como la rebotación en los vi<br />
nos, la putrefacción en los frutos, la corrupción en las<br />
carnes, el vapor de las letrinas, el gas y las mofetas de<br />
diferentes jéneros, el principio acre de la manteca des<br />
leída , y otros muchos que aun no se han podido analizar<br />
ni definir bien.<br />
Sin embargo, es cierto que la rancidez es un jénero<br />
de corrosión y acritud propio de las grasas, manteca, to<br />
cino y aceites, que sobreviene á estas por la vejez ó por<br />
la acción del calor. No debe creerse que esta alteración<br />
transforme el aceite craso hasta tal punto, que no se ad<br />
vierta en él ningún gusto al mucilago • porque los aceites<br />
crasos, aunque están muy rancios, tienen siempre un gus<br />
to insulso y fastidioso muy dominante, un olor fuerte, des<br />
agradable, y aun indefinible; irritan al paladar, como los<br />
aceites esenciales, aunque débilmente; y su gusto muci-<br />
lajinoso, y su olor fastidioso, sobresalen siempre.<br />
Se observa que los aceites vírfenes y frescos de granas<br />
san mas crasos que los que han estado guardados; que<br />
batidos en el agua dan mas cantidad de mucilago • que se<br />
disuelve en parte en el agua cuando se ajita en ella-pe<br />
ro que dan menos cuando los ajitan y revuelven con asien<br />
tos ó posos.<br />
Siendo el mucilago el único cuerpo conservador si se<br />
42
298<br />
estrae del aceite, cu cu jo fondo se ha juntado en masa,<br />
se le quita á este una causa de alteración. Sobre este prin<br />
cipio se ha establecido la necesidad de dejar asentar los<br />
aceites nuevos y trasegarlos. Sin embargo, la pérdida de<br />
este primer principio mucilajinoso no es quien altera sen<br />
siblemente el aceite, puesto que es solamente el supera<br />
bundante j pero lo pone turbio y muy craso , de modo que<br />
pueden enjendrarse gusanos.<br />
Estos aceites contienen una cantidad muy grande de<br />
aire libre, sobre todo el de granas ó semillas, y de agua<br />
que son sus principios, es decir, un aire combinado con<br />
los demás principios constitutivos del aceite. Todos ellos<br />
tienen una adhesión floja entre sí, por ser estos aceites<br />
agregados de cuerpos, compuestos de ellos mismos , j muy<br />
espuestos á la acción de los diferentes ajentes que traba<br />
jan en desunirlos. En un cuerpo compuesto de partes com<br />
puestas, cuando llega á faltar alguno de los mistos cons<br />
titutivos, ó estar en menos cantidad, los mistos restantes<br />
cambian de manera de ser de un modo mas ó menos no<br />
table.<br />
Cuando el calor, bien sea natural ó artificial, obra so<br />
bre los aceites, se ocupa en hacer evaporar las partes mas<br />
sutiles, j el aire que estos contienen es sin contradicción<br />
alguna quien sufre insensiblemente el primer desprendi<br />
miento con lentitud , cuando el aceite está espuesto sola<br />
mente al calor de la atmósfera, j muj prontamente cuan<br />
do cuece : entonces se ven elevarse estos aceites en espu<br />
ma , j son tan espansibles, que calentados simplemente<br />
en el espíritu de vino, nadan sobre él, lo que no sucede<br />
con los aceites cocidos.
299<br />
Por estas observaciones se ve cuan esencial es tener<br />
los aceites en buenas cuevas, y no en bodegas ó despen<br />
sas, según la costumbre jeneral, á fin de prevenir en cuan<br />
to sea posible el desarrollo, bien sea del aire libre, bien<br />
del aire-principio; porque cuando á estos aceites faltan<br />
todos los demás mistos, como el aceite etéreo y el muci<br />
lago, los principios mismos de estos mistos, que son por<br />
sí cuerpos compuestos, padecen desuniones en razón de<br />
la pérdida del principio que se disminuye. El mucilago se<br />
precipita, y el aceite etéreo, quedando libre y aislándo<br />
se, se manifiesta por sus calidades en el resto del aceite,<br />
que aun no ha sufrido alteración, y se evapora entonces<br />
con mas facilidad que cuando componia el aceite graso.<br />
Las sustancias que hasta aqui he llamado mucilago, y<br />
cuya precipitación he dicho que daba libertad á una parte<br />
del principio aceitoso etéreo, y enranciaba el aceite craso<br />
con que estaba mezclado, es el cuerpo mucoso dulce ó<br />
azucarado de los veje tales, que se h-alla con abundancia en<br />
los frutos y en las granas. El mucilago es la única cosa ela<br />
borada por la naturaleza para poder formar^ cuando fer<br />
menta, el espíritu que caracteriza á los vinos. Las pruebas<br />
de esta aserción se hallarán en la fermentación. Los cuer<br />
pos mucilajinosos no azucarados no producen ningún vino.<br />
El mucilago azucarado es el único capaz de unirse con<br />
los aceites, y de unir también el aceite con el agua. Cuan<br />
to mas precipitado está el mucilago, tanto mas rancio es<br />
tá el aceite craso, y tanto mas se acerca á la naturaleza<br />
del etéreo. Los aceites naturales deponen su resina cuan<br />
do están en este estado. Los huesos de las aceitunas y las<br />
granas contienen mas resina que la carne de las aceitunas;
500<br />
y esta resina existia en el vejeta! antes de la estraccion<br />
del aceite. Estas sustancias tienen entre sí una unión débil.<br />
De la desunión de los principios nace la reacción del<br />
aceite esencial sobre el aceite craso, la separación del<br />
mucilago, su fermentación y su putrefacción ; por último,<br />
la rancidez resulta de estas diferentes reacciones combi<br />
nadas. En una palabra, todo ello es el resultado de la pér<br />
dida y de la evaporación del aire-Jijo por una consecuen<br />
cia de la fermentación.<br />
Del aceite del lentisco.<br />
El lentisco, lentiscus (pistacea lentiscos de Linneo)^<br />
es un arbusto y aun árbol, según la naturaleza en que na<br />
cerse cria y se cultiva. Hay muchas variedades de lentis<br />
cos, que se distinguen unos de otros en los países en que<br />
vejetan por algunos caracteres de variedad. Estos árboles<br />
ó arbustos en algunos parajes son de gran producto á cau<br />
sa de" la resina ó goma que se saca de ellos, conocida con<br />
los nombres de almas ti óa, almáciga, y en las oficinas ó<br />
boticas almastiches, ó resina de lentisco.<br />
Esta planta en botánica pertenece á la clase 22 , ó<br />
dioecia pentandria de Linneo, por tener las flores mas<br />
culinas y femeninas en distintos pies: florece en Mar<br />
zo, y sus flores son de trama, y las masculinas están com<br />
puestas de cinco estambres reunidos en un cáliz, dividido<br />
en cinco partes iguales, que le sirven de pétalos, encar<br />
nadinas y arracinadas, y nacen del sobaco de las hojas:<br />
las femeninas nacen en otros pies distintos, y se dife<br />
rencian de las masculinas en que no tienen estambres ni
302<br />
algún natural es sorprendido cojiendo ó conduciendo al<br />
máciga de su recolección á algún mercado, seria conde<br />
nado á galeras y confiscado todos sus bienes.<br />
Los turcos plantan en Enero los lentiscos, distribu<br />
yéndolos por intervalos en boscjuecillos en el campo ó en<br />
sotillos: ponen mucho cuidado en limpiar bien y barrer<br />
las yerbas y hojas por debajo de ellos, con el fin de eme<br />
la goma ó almáciga, que fluye y cae de los árboles al<br />
suelo, se coja mas limpia; y al efecto les hacen incisio<br />
nes en los troncos y ramas á fines de Julio y principios<br />
de Agosto; y por lo regular la resina fluye hasta el suelo,<br />
conjelándose mucha en lágrimas en las ramas, y es la mas<br />
estimada: se principia á hacer la recolección á mediados<br />
de Agosto, y dura ocho dias: hácenselcs seguidamente<br />
segundas incisiones en los mismos árboles, y se vuelve<br />
á hacer la segunda recolección á mediados de Setiembre;<br />
y aúneme después no se vuelvan á hacer mas incisiones,<br />
continúa á veces la goma fluyéndose hasta mediaelos de<br />
Noviembre, que se recoje; y pasado este tiempo queda<br />
prohibida la recolección: y para que esta sea buena, es<br />
preciso epue el tiempo esté sereno y seco. Parece bien du<br />
doso que los lentiscos que se crian en Italia, Provenza y<br />
España produzcan almáciga,, y, si la dan es en muy corta<br />
cantidad.<br />
El mastiebes ó almáciga es una'resina ó goma seca<br />
algo aromática y astrinjente: el mejor es de lágrimas ó de<br />
granitos claros y trasparentes y de un amarillo pálido; se<br />
quiebra en terso con el diente, y se ablanda al calor, co<br />
mo la cera , y arde sobre el carbón. Los naturales de la<br />
isla de Ghio le mastican para fortificar la dentadura y en-
503<br />
cías, y para disminuir el aliento y el hipo; y también<br />
acostumbran á mezclarle y cocer con el pan para darle<br />
mejor gusto al paladar.<br />
Los mejores lentiscos de la isla de Chío se crian en<br />
su costa del Sur, y la almáciga de esta parte es la que<br />
las damas del serrallo estiman mas, y del que las concu<br />
binas del pais mastican en ayunas diariamente para obte<br />
ner una respiración balsámica y olorosa, y para prevenir<br />
y curar las enfermedades de la dentadura.<br />
Todas las parles del lentisco, sus hojas, sus yemas y<br />
frutos, la corteza de las ramas y ramos son astrinjentes.<br />
Su frutilla madura es el manjar mas apetitoso para las<br />
perdices; y en aquella época es cuando están mas gor<br />
das , mantecosas, sabrosas y tiernas.<br />
En muchas partas de Italia se saca de su fruto aceite,<br />
estando madura, por el mismo método que se saca el de<br />
laurel en Langüedoc. En el Levante el aceite que se sa<br />
ca de él es preferido de los turcos al del olivo para las<br />
luces y medicamentos; y posee también la virtud de ser<br />
aslrinjente , y tiene la propiedad de comprimir, como la<br />
caida del ano y la matriz.<br />
En España, en las Andalucías, también se han hecho<br />
algunos ensayos para sacar aceites de este árbol, como se<br />
prueba por la carta siguiente publicada en el tomo 5.°<br />
del Semanario de Agricultura y Artes, folio g5.<br />
»Mucho me espanto, dice el autor, que habiéndonos<br />
«ustedes demostrado los frutos pleajinosos de que se prie<br />
nde estraer esta preciosa materia, hayan olvidado el que<br />
»en mi concepto produce tanto aceite ó mas que la acei<br />
tuna, que es el grano del lentisco, que según las espe-
304<br />
«riendas hechas en el año próximo pasado, con el moti-<br />
»vo de la carestía del aceite, en la Puebla de Santa Ma-<br />
»ría de Guadalupe, jurisdicción de las cuatro villas de la<br />
»Serranía de Villaluenga , reino de Granada, por el be-<br />
»neficiado de la misma, y Nicolás Romero, de la propia ve-<br />
»cindad, produce cada fanega de esta semilla cerca de<br />
«tres cuartas de arroba de aceite, del que me persuado<br />
»se remitiría á esa corte una botella que llevó el señor<br />
«marques de la Candía , correjidor de Ronda; y ademas,<br />
»me hallo informado que en las ciudades de Ecija y Cór-<br />
»doba se estuvo vendiendo á precio de sesenta reales la<br />
»arroba ¡, cuando valia a,ciento el dé olivas. El método de<br />
»sacarlo es lo mismo que el de la aceituna : el arbusto<br />
«que produce este grano, es tan común en la Andalucía,<br />
»que por lo regular todo monte bajo se reduce á lentis-<br />
»cos, y por esta razón no tiene mas costo su primera ma<br />
teria qué el cojér su simiente, que es demasiadamente<br />
«abundante; y aunque su mordacidad no permita cómer-<br />
»lo, suple para las luces, jabón y fábricas de paños, que<br />
»consumén muchísimas arrobas del de olivas; en cuyo<br />
»concepto, teniendo ustedes por bien podrán publicarlo,<br />
»y mandar á su- servidor === Fernando María Lobillo de<br />
»Andrade. = Ubricué 5 de Diciembre de r.798."<br />
De la conservación del aceite de aceituna.<br />
Hasta ahora ños hetnos ocupado éñ él manual de la<br />
fabricación del atíeite: Yk ló tonémos fuera de las manos<br />
del obrero y en las del propietario. En éste estado es un<br />
licor turbio, de un color poco agradable é indeterminado,
505<br />
y mezclado con el mucilago superabundante de los des<br />
pojos del fruto.<br />
Los aceites en esta época son mas ó menos dulces y<br />
suaves, según el cuidado que se ha tenido con ellos en la<br />
cosecha y fabricación. Deben despojarse de las partes ete-<br />
reojéneas y del mucilago superabundante en su composi<br />
ción, y en la agregación de sus principios • porque sino se<br />
despojaran, estarian prontamente espuestos á la putre<br />
facción, y no tardarían en multiplicarse en ellos gusa<br />
nos, sobre todo en el de las aceitunas.<br />
Desde el molino llevan algunos propietarios el aceite<br />
regularmente en pellejos ó en otras vasijas semejantes,<br />
que son los mismos qué sirven durante toda la molienda.<br />
Supongo que sé han preparado todos los utensilios del ta<br />
ller con la exactitud mas prolija ; que se han cojido las<br />
aceitunas en el punto fijo de su madurez• que no se han<br />
dejado fermentar, y que se han separado de las magulla<br />
das las sanas, etc. El aceite hecho con estas precauciones<br />
debería ser bueno; pero aunque tan bien estraido, ha pa<br />
sado por los pellejos comunes, que acaso acaban de ser<br />
vir para aceite de aceitunas caidas del árbol, ó escesiva-<br />
mente fermentadas; y no se necesita mas para que un<br />
aceite tan dulce , no tarde en manifestar un guslo~fuerte<br />
y acre. Si se duda que una cosa tan corta sea capaz de<br />
deteriorarlo, tómese para convencerse de ello una gota<br />
muy pequeña de aceite esencial (de esencia de espliego,<br />
de limón, etc.), échese en una botella de aceite fresco y<br />
ajítese ; gústese y húelase después: déjese reposar por al<br />
gunos dias , y se verá entonces, sobre todo si hace calor,<br />
con qué enerjía ha obrado esta partícula sobre el todo.
506<br />
Solo conozco un remedio capaz de prevenir este abuso, y<br />
es tener pellejos ó vasijas propias, hacerlos lavar con las<br />
precauciones indicadas, y que el maestro del molino las<br />
llene al paso que vaya estrayendo el aceite, sin servirse<br />
de su medida de cobre , sino de la vasija que se le sumi<br />
nistre , porque su medida está tan infestada como lo de-<br />
mas. Nunca se debe perder de vista que los aceites son<br />
acaso, entre todos los fluidos, los mas susceptibles de<br />
apropiarse los gustos y olores malos.<br />
Llevado ya en casa del propietario, debe tenerse por<br />
quince dias á lo menos en un lugar cuyo temperamento<br />
esté de los l5 á 18 grados del termómetro de Reaumur,<br />
á fin de que las partes etereojéneas tengan tiempo de<br />
precipitarse al fondo. Si se quiere acelerar esta precipi<br />
tación , será necesario echarle agua, en la que se habrá<br />
hecho disolver alumbre, yajitarla bien con aceite. Como<br />
esta sal no es misible ó soluble con él, lo abandona, se<br />
une al mucilago, lo hace específicamente mas pesado que<br />
el aceite, y por consiguiente lo precipita con mas pronti<br />
tud que lo hubiera sido por el reposo.<br />
He exijido que la temperatura del lugar sea de i5<br />
á 18 grados, á fin de que el aceite no se coagule pronta<br />
mente, y tenga tiempo de hacer poso antes de cuajarse<br />
ó de helarse; porque si el frió se apodera de él con de<br />
masiada prontitud, la precipitación es incompleta y la ope<br />
ración imperfecta. Para hacer esta operación con facili<br />
dad, conviene tener vasijas de madera y no de cobre ni<br />
de plomo, como lasque están destinadas á trasportar la<br />
uva á la prensa , bien aseadas, bien lavadas, y aun baña<br />
das con vinagre; ó de barricas que tengan espilas á di-
507<br />
ferentes alturas. Al paso que el mucilago se precipita, la<br />
parte superior del aceite se pone clara, limpia y despeja<br />
da, la capa inferior un poco mas espesa , y asi sucesiva<br />
mente de capa en capa hasta el poso. Entonces se quita<br />
lijeramente esta capa superior, que es siempre el mejor<br />
aceite, el mas fino y el mas delicado, y se guarda como<br />
aceite de primera calidad. Si está envasijado en barricas,<br />
se abre la espita superior, y se recoje en una vasija el<br />
aceite que sale. Algunos dias después se quita la nueva<br />
capa despojada que forma el aceite de segunda calidad, y<br />
asi de las demás hasta los asientos: estos asientos no son<br />
de despreciar, y se echan á parte en vasijas de barro vi<br />
driado ó en tinajas, se llevan á un lugar caliente, por<br />
ejemplo, al rincón de la cocina, ó mejor aun sobre un<br />
horno en el paraje que los panaderos llaman glorieta.<br />
Alii por una larga dijestion se desprenden las heces de<br />
las partes aceitosas y groseras que contenían; se cuelan<br />
éstas por un lienzo doble y mojado, y este aceite sirve<br />
para quemar en las luces. El residuo enteramente gro<br />
sero se separa y se amasa con salvado hasta que se seque,<br />
y se da á las gallinas , cerdos, etc.<br />
He insistido sobre la presencia y necesidad de con<br />
servar este aceite fijo, preparado por las manos de la na<br />
turaleza en el fruto desde el momento que se forma has<br />
ta en el que se pone bajo la prensa; porque creo que su<br />
conservación está manteniendo el equilibrio de todos los<br />
principios que entran en la formación del aceite. Ahora<br />
como este aire es el mas sutil, el mas móvil,.el mas ac<br />
tivo y el verdadero vínculo de los cuerpos, no puede disi<br />
parse sin disgregar los demás principios, de los cuales los
508<br />
mas fuertes tienen mas acción y enerjía sobre los mas<br />
débiles. Tal es el punto principal de quien depende la<br />
conservación de un aceite cualesquiera. Si se comparan<br />
y adoptan los principios que acabo de establecer con los<br />
métodos ordinarios de conservar los aceites, se verá cuan<br />
to se apartan de su fin. Volvamos á tomar el hilo de las<br />
manipulaciones.<br />
Sacado el aceite del molino , muchos particulares se<br />
contantan con vaciarlos pellejos en grandes vasijas, lla<br />
madas comunmente tinajas hechas de barro cocjdo.<br />
Jener-almente no se espera á que el aceite se despoje<br />
de sus primeras grasas para echarlo en estas primeras va<br />
sijas : pasa el invierno sobre su poso, y cuando el calor<br />
de la primavera lo ha desleido enteramente, apenas hay<br />
quien se digne quitarle sus heces. Estas heces son en<br />
tonces de un carácter enteramente opuesto al del aceite,<br />
puesto que no puede disolverse en él, y se han hecho<br />
misibles con el agua en todos sus puntos; en una palabra,<br />
es un verdadero mucilago desnudo. Ahora se sabe la faci<br />
lidad con que el mucilago se corrompe y pudre; y por<br />
tanto se puede juzgar cuanto debe alterar y deteriorar el<br />
aceite un vecino tan incómodo sobre el cual está. Lo re<br />
pito, no veo otro medio mejor que el de aclarar el aceite<br />
antes de llenar las vasijas ó tinajas, y trasegarle luego<br />
que se ha ó no deshelado en la primavera siguiente; por<br />
que desde el punto que los calores empiezan á sentirse,<br />
el mucilago obrará con fuerza y comunicará su mal olor,<br />
al aceite. Si se teme multiplicar las manipulaciones , se<br />
puede coagular el aceite cuando viene del molino ó se<br />
queda en él, y luego que esté helado ó muy claro, sacar-.
509<br />
lo y echarlo en otras vasijas lavadas vigorosamente con<br />
las lejías indicadas.<br />
Un segundo defecto tan esencial como el primero de<br />
pende de la cubierta ó tapa sobre las vasijas. Si el aceite<br />
en un tubo cerrado con un tapón de corcho deja evaporar<br />
su aire de combinación, se precipita mas mucilago y se<br />
adquiere un gusto fuerte mas pronto que el del tubo ta<br />
pado con cera blanca .• se debe necesariamente concluir,<br />
que se deteriorará mucho mas pronto, y con mucha mas<br />
fuerza en las vasijas ó tinajas, cuya cubierta sirve, cuando<br />
mas, para resguardar el fluido del polvo grueso, dejando<br />
una comunicación directa entre el aceite y el aire atmos<br />
férico : por último, este aceite esperimenta todas las va<br />
riaciones de la atmósfera; y se sabe que el calor dilata to<br />
dos los fluidos, que el frió los comprime, y en una pa<br />
labra, que están en una ajitacion perpetua; y que de es<br />
ta ajitacion depende la pronta alteración de Jos fluidos<br />
tan compuestos como el aceite. La esperiencia prueba,<br />
que cuanto mas bien tapadas están las vasijas, y las cue<br />
vas mas frescas y menos susceptibles de las variaciones<br />
de la atmósfera, tanto mejor se conserva el aceite. No es<br />
tando el aceite constantemente helado en las cuevas por<br />
todo el año, es necesario, si se quiere conservar bueno<br />
durante dos años, trasegarlo antes y después del invier<br />
no, lavar bien las tinajas ó vasijas que deben recibirlo,<br />
y taparlas después con el mayor esmero, cuidando siem<br />
pre de poner á parte la capa de aceite mas vecino á las<br />
heces; porque este solo puede servir para las luces. Si<br />
se quiere proceder con la mayor atención, y como lo pide<br />
la calidad del aceite, se batirá á cada trasiego el aceite
310<br />
con agua clara, que se apropiará el mucilago restante: se<br />
dejará reposar todo durante algunas semanas, y después<br />
de la separación de las dos sustancias , incompatibles en<br />
este estado la una con la otra, se sacará el aceite, y el<br />
agua quedará lechosa, según la cantidad de aceite que hu<br />
biere disuelto.<br />
De la preparación de toda especie de utensilios para<br />
la fabricación de los aceites.<br />
En la Flandes francesa y Austria, y sobre todo en Ho<br />
landa, se fabrica todo el año el aceite de granas ó semi<br />
llas. Una prensa de aceite denota el escrupuloso aseo<br />
de los habitantes; cada cosa está colocada en su sitio*<br />
ninguna anda rodando, y el trabajo es asi mas cómodo:<br />
á cualquier lado que se tienda la vista no se ve polvo ni<br />
suciedad. ¡Que diferencia de estos molinos á los de Fran<br />
cia y España! La grasa acumulada en ellos desde la pri<br />
mera fabricación, cubre como una costra toda la superfi<br />
cie de los morteros , piedras y prensas: las medidas y<br />
cucharones son de cobre, y solo se conocen por el verde-<br />
gris que las cubre : no exajero nada, pinto las cosas co<br />
mo son. No temo decir que en cualquiera fábrica ó moli<br />
no que haya poco aseo, es imposible conseguir un aceite<br />
susceptible de conservarse todo el tiempo posible.<br />
En los molinos de la fabricación de aceite de aceitu<br />
nas, los principales utensilios son una caldera grande con<br />
su hornillo, un molino para moler las aceitunas, una<br />
prensa de viga , y cierto número de capachos de espar<br />
to redondos.
311<br />
Cuando llega la época de la molienda , ó mas bien<br />
la víspera ó antevíspera de abrir el molino, llena el due<br />
ño la caldera, lava muchas veces con agua hirviendo la<br />
prensa, la piedra, etc., y piensa haber cumplido con es<br />
to. Yo digo que seria mejor lavarlas con agua fria, porque<br />
llevando tras sí las inmundicias gruesas, no exaltaría el<br />
principio de rancidez que contiene la grasa que ha cu<br />
bierto por muchos años las piezas que sirven á la fabri<br />
cación del aceite. Todo el mundo sabe que el agua fria,<br />
tibia, caliente ó hirviendo no es misible jamás con el acei<br />
te, y asi se corre necesariamente sóbrela grasa aceitosa<br />
y resinosa, sin disolver la mas lijera partícula. ¿De que<br />
sirven, pues, las lavaduras? De nada en cuanto al aseo,<br />
y de mucho en cuanto á la exaltación de la rancidez. Si<br />
se duda del hecho que acabo de referir, suplico á las per<br />
sonas exentas de preocupaciones, que descubran si pue<br />
den de qué naturaleza son las piedras, tanto de la muela,<br />
como de la solera sobre que rueda, y de las pilas. Una<br />
costra eterna de grasa oculta á la vista la especie de gra<br />
no que se forman. El tablado del prensado es mas visible,<br />
pero no por eso se impregna menos de aceite al cabo de<br />
muchos años.<br />
En cuanto á los capachos ó son viejos ó nuevos. Si son<br />
nuevos , el esparto de que están hechos imprime á las pri<br />
meras materias ó pastas con que se emplean , un sabor<br />
áspero y amargo, y á las cuarenta y ocho horas de ser<br />
vicio consecutivas , cuando mas, el mal gusto se lo ha ab-<br />
sorvido ya enteramente el aceite que sale. Pero dirán<br />
que estos capachos se lavan, se dejan humedecer por<br />
muchos dias en agua , y por último, que el propietario
512<br />
está obligado primeramente á servirse de ellos para su<br />
aceite, y que los que vienen después á moler, no tienen<br />
que temer en sus aceites las consecuencias fatales de un<br />
gusto amargo y averiado. Estas vanas escusas son mas<br />
capciosas que sólidas. Sé por mi propia esperiencia, que<br />
veinte lavaduras de agua caliente consecutivas, aunque<br />
esté hirviendo, no destruyen el mal gusto. Sé también que<br />
no bastan dejar estos capachos cubiertos de agua durante<br />
diez dias, aunque se mude diariamente: pregunto, ¿cual<br />
es el propietario de molino que los tiene tanto tiempo en<br />
agua, y cual el obrero, que sin pagárselo se toma el tra<br />
bajo de sacar del baño el agua necesaria ó mudársela? A<br />
los obreros de molino toca preparar todo lo necesario;<br />
pero si solo se les paga el momento en que sacan el acei<br />
te , y no tienen ningún interés en la calidad de este, y<br />
todo trabajo gratuito se hace mal.<br />
Admitamos que las lavaduras, el cuidado y el esme<br />
ro hayan disipado en gran parte el gusto del esparto, y<br />
que el propietario sea quien los estrene en sus aceitunas.<br />
¿Quien podrá por eso persuadirse á que el dueño del<br />
molino estará tan privado de buen sentido y tan poco<br />
atento á su interés que sacrifique sus aceitunas buenas?<br />
Nada menos que eso: comienza por prensar las que se han<br />
cojido caidas y medio podridas, ó que han sufrido amon<br />
tonadas ó entrujadas el grado mas fuerte de fermenta<br />
ción , y desde entonces se establece en estos capachos<br />
nuevos el principio de rancidez , que influirá sobre to<br />
das las prensadas siguientes. Se dirá que cuando se ca<br />
lienta la pasta con mucha agua hirviendo, y se ponen los<br />
capachos bajo la prensa, esta agua lleva tras sí el acei-
513<br />
te esencial con el craso: esto es verdad hasta cierto pun<br />
to • pero no arrastra del todo los despojos del fruto: su<br />
parenquima se roete entre las pajillas del esparto de que<br />
está compuesto el capacho, y mientras mas se estruja,<br />
mas se introduce.<br />
Examínese el grueso de un capacho usado, compá<br />
rese con el de uno nuevo, y cualquiera se convencerá de<br />
ello: examinad, y os convencereis mejor que con lo que<br />
yo os digo ó pudiera deciros.<br />
El gran jérmen del mal olor , de la acrimonia y de<br />
la rancidez está en los capachos viejos. Cuando se ha pa<br />
sado la estación de prensar, se lavan con agua caliente los<br />
capachos que pueden servir al año siguiente - se ponen<br />
bajo la prensa para hacerles escurrir el agua , y por úl<br />
timo se ponen á secar antes de guardarlos.<br />
Tanto valdria dejarlos como estaban, puesto que el<br />
agua no es capaz de disolver el aceite esencial y craso,<br />
ni de estraer la porquería introducida entre los capachos<br />
ó espartos: este unto añejo se enranciará mas y mas en<br />
el curso del año.<br />
Si parece que llevo las cosas muy lejos, aunque en<br />
esto no hago mas que referirlas simplemente, lo que<br />
veo cada año , admitiré que los capachos viejos ó nuevos<br />
no están en el caso de obrar sobre el aceite , para cu<br />
ya, eslraccion han de servir; pero como, en los molinos<br />
públicos cada uno muele cuando le llega su vez, es im<br />
posible hacer buen aceite. Todo propietario tiene que<br />
moler aceitunas caídas del árbol , aceitunas maduras,<br />
aceitunas verdes, aceitunas fermentadas ó una mezcla<br />
de todas ellas. Si tiene buenas aceitunas, las muele pri-<br />
44
514<br />
mero, y conserva las peores para lo último: por consi<br />
guiente el que viene después de él debe sacar un aceite<br />
viciado por el aceite esencial, é infestado por la opera<br />
ción de la masa que queda en los capachos : el buen<br />
orden exije que en una fábrica haya utensilios duplica<br />
dos de capachos, prensas, molinos, pilas, etc. El pri<br />
mero deberá estar únicamente destinado para las aceitu<br />
nas de buena calidad , y el segundo para las fermenta<br />
das ó caidas.<br />
He dicho ya los vicios de fabricación , y he dicho que<br />
obran de un modo notable sobre los aceites, aunque se<br />
haya puesto la mayor atención en escojer bien las acei<br />
tunas , se haya separado el aceite vírjen del escaldado,<br />
y se hayan tenido por último muchas precauciones para<br />
tener buen aceite : se encontrará sin embargo algunos<br />
meses después de un gusto fuerte y exaltado. ¿Que suce<br />
de, pues? Se culpa á la estación al instante , y no se su<br />
be nunca al verdadero oríjen. Lo repito: un pequeño<br />
átomo de aceite esencial es suficiente para infestar una<br />
gran masa. Se parece en esto á la hoja de oro aplicada<br />
sobre una barra de plata de un pie de larga y una pul<br />
gada de grueso, que cubre enteramente el hilo delgado<br />
y dorado, aunque se adelgace hasta hilarlo ó pasarlo por<br />
hileras ó agujeros por donde no pueda entrar un cabello.<br />
Asi es como se trasmite el aceite esencial de una pren<br />
sada á otra.<br />
Sobre la calidad. Las personas que no se esmeran<br />
en hacer buen aceite, mezclan el producto de todas las<br />
prensadas , y hacen bien , puesto que antes han juntado<br />
ya las aceitunas caidas en el suelo de mucho tiempo con
515<br />
]as cojidas del árbol , las han amontonado después unas<br />
sobre otras, y han fermentado fuertemente. Desde que la<br />
aceituna ha fermentado ó comenzado á fermentar en ma<br />
sa, el aceite es necesariamente malo, en razón de su grado<br />
de fermentación. Estas aserciones encontrarán un gran<br />
número de contradictores; unos de buena fe, y otros<br />
solamente porque son diferentes de su modo de ver, y<br />
el resultado de una operación diferente. Llamo oposito<br />
res de buena fe á los que están acostumbrados á comer<br />
babitualmente aceite fuerte; y asi no es de admirar que<br />
hallen muy bueno el aceite nuevo que ya lo esté. Si no<br />
tiene este gusto dominante, dicen que no sabe á nada;<br />
pero el que está acostumbrado al aceite dulce y fino, y<br />
tiene un paladar delicado , decide desde la prensa si el<br />
aceite se pondrá en adelante fuerte, aunque se conser<br />
ve con cuidado.<br />
Los que separan el aceite virjen de los demás pro<br />
ductos , se lisonjean ele tenerlo dulce y agradable, por<br />
que han cojido y escojido sus aceitunas con cuidado y no<br />
las han amontonado. Si algunos meses después que el<br />
calor ha comenzado á hacerse sentir , le encuentran un<br />
sabor picante y una tendencia'karanciarse, no saben á qué<br />
atribuirlo, porque debian con razón presumir que su acei<br />
te conservaría su dulzura y buen gusto ; pero su sorpresa<br />
no seria asi , si reflexionasen que la persona que ha molido<br />
antes que ellos tenia aceitunas fermentadas, y sobre todo,<br />
que ha conservado para la til tima prensada los desperdi<br />
cios y las aceitunas cojidas en el suelo. Como no se han<br />
mudado los capachos, que son los mismos que han servido<br />
siempre , el calor del agua hirviendo desenvuelve y exal-
516<br />
ta los principios del nial gusto é impregna los capachos,<br />
y es regular que la primera pasta en que sirvan, se apropie<br />
los principios destructores de la calidad, y obren después<br />
sobre el aceite vírjen, como la levadura sobre la masa. Lo<br />
que digo de los capachos, se aplica también á la piedra,<br />
pilas, etc. Esto sucederá asi siempre, mientras no se tome<br />
el partido de lavar todos- los utensilios del taller ó molino<br />
según el método que he indicado.<br />
Una persona que solo tiene conocimientos superfi<br />
ciales sobre una multitud de objetos, por consiguiente que<br />
nada sabe á fondo, y que es por otra parte el oráculo del<br />
pais, me sostenía que cuanta mas agua hirviendo se echa<br />
ba sobre la pasta, tanto menos amargo era el aceite, que<br />
no se enranciaba, y que se descargaba con mas facilidad<br />
de sus partes heterojéneas que lo embarazan, y llevan á<br />
fondo por su pesadez. Tenia razón solamente con respec<br />
to á este último caso.<br />
El aceite vírjen bien hecho de aceituna que no ha<br />
fermentado, ni está demasiado madura, y no ha sido es-<br />
primida después de una mala, este aceite está menos es<br />
puesto á enranciarse que cualquier otro, como está proba<br />
do cuando hablé de la rahcidé'z>. Es una cosa asombrosa<br />
que haya quien no vea lós,,«efee'J.os del agua hirviendo,<br />
cuando se tiene á la vi/ta.'íelíejejrjplo del aceite que se<br />
cuece. Su principio volai.íU-s'e^p^arra. á la garganta , hace<br />
toser y escocer los ojos, y el aceite que antes era muy<br />
dulce, se pone acre y fuerte. Lo que la cocción obra en<br />
grande, lo hace igualmente el agua hirviendo, aunque<br />
no en un grado tan sensible; porque el calor y el fuego<br />
obran directamente sobre el aceite puro , en vez de que
DE LAS^'MATERÍAS CONTENIDAS EN E S T E ARTE.<br />
PAJ.<br />
Prólogo.. . . V I I<br />
Introducción . x s x<br />
Descripción botánica del olivo xxxu<br />
CAPITULO I. Del olivo y sus especies ó variedades. . . . . 1<br />
División 1. a De las especies ó variedades del olivo.... 4<br />
División 2. a Del olivo silvestre ó borde . . ..... 10<br />
CAP. II. Del clima , terreno y esposicion del olivo. - . . . 17<br />
División 1. a Del clima 17<br />
División 2. a Del terreno 25<br />
División 5. a De la esposicion del olivo 27<br />
САГ. III. De la vegetación del olivo 50<br />
CAP. IV. De la multiplicación del olivo 61<br />
División 1. a Del suelo de la almáciga ó garrotal .... 61<br />
División 2. a De la plantación por ramas y estacas. . . . 64<br />
Por sus renuevos , retoños ó mamones 66<br />
Por sus raices 67<br />
Por la supresión del tronco 68<br />
Modo de formar almácigas ó garrotales 69<br />
CAP. v. Del cultivo de los palos del olivo plantados en al<br />
máciga 74<br />
CAP. VI. De la trasplantación 78<br />
CAP. VII. Modo de abrir las hoyas para garrotes ó estacas 81<br />
САГ. VIII. De la plantación y trasplantación 92<br />
~ 1.° Del clima 92<br />
2.° De la naturaleza de los árboles 98<br />
5.° De la naturaleza del suelo 99<br />
4.° De la operación de plantar 100<br />
o.° Elección de ramas de olivo para estacas de plantación. 184
319<br />
6.° Terrenos que ama el olivo , y en los que se propaga<br />
mejor • 109<br />
САГ. IX. Del repartimiento de los tallos y ramillas de las es<br />
tacas recien plantadas, y del riego de éstas 110<br />
Del riego de las estacas. . ............112<br />
CAP. x. De los beneficios del olivo trasplantado 115<br />
De los abonos y labores al pie de los olivos 116<br />
Del tiempo en que se ha de abonar el olivo 120<br />
CAP. XI. Época y distribución de la arada . .....127<br />
CAP. XII. De la poda del olivo 1.32<br />
Poda y gobierno de los olivos 153<br />
Definiciones. = 1. A Ramas leñosas 158<br />
2. A Ramas fructíferas. . ............ . 158<br />
5. A Ramas chuponas 158<br />
4. A Ramas semichuponas 159<br />
5. A Ramas de madera falsa 140<br />
6. A Ramas fructíferas. 140<br />
Distinción entre podar y limpiar el olivo 140<br />
Conocimiento de las ramas 141<br />
Cómo se ha de ejecutar la poda. . . . 142<br />
En qué estación se ha de podar 155<br />
De la tala de los olivos . . ............161<br />
Desmochar ó afrailar un olivo 168<br />
De los espolones , ganchos ó uñas 170<br />
De las heridas en el olivo 171<br />
He las enfermedades del olivo 175<br />
De las venteaduras, hendiduras y grietas en el olivo . . 176<br />
De las verrugas , tubérculos , lupias, viruelas , agallas,<br />
caracoles y nudos del olivo 178<br />
De la mangla del olivo 180<br />
Medios de esterminarla y curarla 187<br />
Adiciones para contener y prevenir la mangla en los olivos. 190<br />
De la posesión de los olivares en deblives ó pendientes. . 192