No todos lo ven de esta manera, pero construir una albarrada requiere de la precisión de un ingeniero y la voluntad y paciencia de un artesano.

En el interior del estado es común ver estos muros con piedras muy bien alineadas y pintadas con cal. Pero muchos ignoran el trabajo artesanal y de riesgo que conlleva su elaboración.

José de la Cruz Dzul Mena, originario del municipio de Sinanché, lleva 20 años dedicándose a la elaboración y reparación de albarradas. Aprendió el oficio de manos de Cristino Canché Noh, quien murió en 2021 después de dedicarse toda su vida a la elaboración de estos muros de piedra.

“Cuando muere ‘don Cris’, yo sigo con el trabajo. La gente me comenzó a contratar”, indica José de la Cruz.

Señala que el oficio es complicado, ya que se requiere de mucho análisis para que las piedras queden es el lugar justo.

“No es muy fácil. A diferencia de los muros de block, en las albarradas no se usa mezcla. Tienes que acomodar la piedra, que case una con otra, ya que solo usarás cuñas”, comenta José de la Cruz. “Es como un rompecabezas que vas armando con las piedras”.

Albarradas en Yucatán: el paso a paso

El primer paso para la elaboración de una albarrada es seleccionar las piedras. En ocasiones se tienen que comprar, ya que no todos los terreros cuentan con las suficientes para levantar dichos muros.

“Primero tienes que seleccionar la piedra por tamaño; las más grandes van abajo, luego le van siguiendo las de menor tamaño. Es como un tipo pirámide”, indica José de la Cruz.

El albarradero también tiene que aplicar conocimientos de geometría, debido a que las formas de las piedras son de suma importancia.

“Tienes que analizar las formas. Con forme va avanzando la obra, vas viendo las piedras y buscando que queden en los lugares correctos, para que una vez asentada una piedra no se mueva”.

El toque final es colocar las cuñas para fijar bien la estructura.

Colocar albarradas en casas yucatecas, un trabajo de riesgo

La elaboración de estos muros de piedra es un trabajo de riesgo, por eso el albarradero tiene que usar una faja para soportar el peso, y tener mucho cuidado al colocar las piezas.

“Una vez casi pierdo un dedo debido a una piedra que se me cayó”, señala. “Hay piedras que están sentidas, están cuarteadas, y al momento de querer levantarlas se parten y a veces te caen en el pie, en la rodilla y te lastiman. También se lastima la espalda, hay que tomar precauciones de ponerse la faja para ayudarse”.

De igual manera es una labor de dos, ya que se necesita a una persona por cada lado de la albarrada. “El que va dirigiendo queda del lado donde va la vista de la piedra, y el otro queda del otro lado para que te ayude a levantar las piedras y acomodarlas”.

Actualmente trabaja con Martí Palma, mejor conocido en la comunidad como “Tesoro”. “Él es mi ‘agente’, como también trabaja dando viajes de piedra, la gente le pregunta por el servicio de albarradas”.

José de la Cruz señala que vale la pena invertir en una albarrada, ya que son estructuras fuertes, así como tradicionales.

“Son tan resistentes que no caen por los vientos de los huracanes. Mientras no se encuentren árboles cerca, resisten. Mayormente se caen cuando hay árboles cerca que los derriban cuando caen”, comenta. “También son muy bonitas. Un pueblo se me mejor cuando llegas y ves las albarradas bien alineadas y pintadas con cal”.

José de la Cruz comenta que le gusta su oficio, ya que pese a que se ha encarecido el precio de la piedra, el trabajo es redituable, ya que él invierte su fuerza y conocimiento. “Durante la fiesta de mi pueblo (del 5 al 17 de julio) no descansé, la gente me contrataba para dejar bonitas sus albarradas”.

Es un trabajo artesanal, herencia de los mayas. Así como ellos hacían sus pirámides, a nosotros nos dejaron de herencia el manejo de la piedra”, finaliza.