Cuando niño

125 21 19
                                    

Capítulo doce

Mika

Siempre me afectó que mis compañeros se negasen a hacerme partícipe de sus actividades y vidas diarias, toda mi vida había deseado hacer al menos un amigo aparte de Yuu-chan.

El hecho de comportarme como un pequeño ángel, un niño perfecto no fue más que el caparazón que cubría todas mis inseguridades.

Cuando tenía seis años, escuchar las críticas de mis compañeros se convirtió en mi pan de cada día. Solían evitarme a toda costa, como si fuese una especie de bicho raro. Por eso, cuando aquel niño de bonitos ojos verdes tendió su mano en dirección mía invitándome a jugar, consideré que se trataba de un ángel.

Aquel niño era un poco terco, hiperactivo, ruidoso, despistado, y un poco temperamental, y sin embargo, me hizo sentir mil cosas con el simple hecho de pedirme que jugase con él y sus amigos: Akane, Kouta, Ako, Fumie y todos sus amigos de la infancia en ese tiempo.

Todos parecían girar alrededor de Yuu-chan y de Akane, llegué a creer que eran novios a pesar de la edad porque Yuu-chan también la cuidaba mucho, sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que simplemente se trataba de una niña demasiado buena, para el gusto de cualquier persona, quizá solo para mi gusto.

Su bondad hasta la fecha me hacía vomitar. No era esa clase de bondad como la que poseía Yuu-chan o Yoichi; Yuu-chan siendo un ser demasiado leal y honesto que mete las manos al fuego por ti, y Yoichi siendo tan inocente, y preocupándose por sus amigos siempre.

Akane era más una chica que parecía querer ayudar a todo el mundo al punto en el que sus intenciones me parecían en demasía exageradas y que incluso a veces en vez de ayudar, perjudicaban, así como también el tipo de personas con intenciones malas que parecen buenas, porque Yuu-chan solía decir que era bueno mantener relaciones estrechas con todos, haciendo especial énfasis en mí, y su mejor amiga argumentaba en contra de su punto de vista de una manera bastante dulce, intentando persuadir al azabache con sus comentarios que aparentaban ser de inocencia pura.

Sin embargo, Yuu-chan nunca me dejó solo, siempre tenía a alguien para pasar el rato, divirtiéndome eternos días soleados jugando con mi ex novio, aunque, escuchaba a todos los amigos de Yuu-chan decir que el mismo me tenía lástima porque siempre me encontraba solo, cosa que me hizo sentir bastante triste y me alejé del azabache.

Poco después aceptó que sus padres le enseñaron que en la vida nadie debía de estar solo y que si podía contribuír en la vida de alguien más de manera positiva, lo hiciese siempre.

Por ese tipo de cosas siempre voy a considerar a Yuu-chan el ángel más bello que cualquier ser humano tenga la dicha de conocer.

Después de aquel alejamiento y de haber hablado acerca de si sentía lástima por mí o no, dejé de jugar con sus amigos, sin embargo, Yuu-chan nunca me dejó de lado. Ni a mí, ni a ellos.

Debía de admitir que al principio de nuestra amistad, no me agradaba del todo Akane, no por su "bondad exagerada", sino porque sentía que me quitaría al único amigo que tenía. De hecho, cuando empezamos a salir, recuerdo haberla aborrecido porque sabía muy bien que en definitiva quería alejar a Yuu-chan de mi lado, y eso jamás se lo permitiría, aunque ella era extrañamente bipolar, queriendo que mi ex novio no tuviese más comunicación conmigo y al mismo tiempo intentando mantener, a veces, conversaciones con mi persona como si quisiera acercarse a mí, lo que me confundía bastante.

Claro que también sentía celos porque Yuu-chan se llevaba extraordinariamente bien con la castaña, era abismal la diferencia de cariño que Yuu-chan poseía tanto por Akane como por sus demás amigos, al cariño que sentía por mí, y quise acaparar su atención lo más que pude en ese tiempo. Le pedía que hiciésemos la tarea juntos, que me acompañase a mis clases de natación, incluso le pedí que entrase conmigo a mis clases de ruso, cosa que nunca se dio. Fue gracias a ello que llegó un punto en el que me di cuenta de que también era importante para él.

Abjurar La Reminiscencia Del NarcisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora