A C R I S O L A D O

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Una continuación muy precisa de lo que había planeado para "Entre mentiras y secretos", espero les guste. A mi me encantó escribirla.

No quiere verse desesperado, aún cuando claramente lo esté. Hace mucho tiempo que no lo ve aunque lo más profundo de su espíritu se lo imploraba. Fueron unos exactos once meses y nueves días de convivir sólo como compañeros de equipo hasta que se cansó de suplicar con una mirada la atención de la cual ya estaba acostumbrado tiempo atrás. Peter se mantuvo como miembro de reserva y él se resignó a las labores estratégicas y económicas desde su casa. Una casa diferente, una que no tuviera el imborrable recuerdo de Peter.

Pensó que eso ayudaría a cerrar la herida, pero en realidad la dejó abierta. No ardía, sólo se mantenía ahí como un eterno recordatorio de un pedazo de piel que faltaba. Y es que era verdad, en su vida faltaba Peter; no importaba lo que hiciera eso no cambiaría.

Esperó por él los meses que faltaban, aunque claro... Es más fácil decirlo que hacerlo.

Pudo haberlo llamado, preguntarle que tal iba su día como una simple escusa para escuchar su cálida voz. De todas formas, nunca lo hizo. No por falta de valor o algo por el estilo, él quería esperar a que Peter se animara a hacerlo... Después de todo, él fue quien había cortado con él.

Así que esperó. Los primeros meses lo tomó como algo natural y comprensible, pero luego de tanto tiempo la inseguridad comenzó a cavar en su pecho dejando el sabor agrio en su boca, haciéndole sospechar que aquello que se había prometido regresar nunca volvería. ¡Ni siquiera se dirigió a él cuando se mudó de la Cede, en su cumpleaños o en navidad!

Había sido mucho tiempo, demasiados días a la espera de algo que le parecía improbable. Incluso cuando dejó de tener expectativas de volver a tener una relación con el menor se encontró contando los días, como si su cerebro peleara contra los anhelos de su corazón. Pero aún así cuando creía que sólo se dirigiría a él ese día para explicarle que en ese largo tiempo había cambiado de mentalidad y que ya no lo quería de esa forma, de verdad esperaba tener una charla con su amado, al menos para saber que no lo odiaba y no le tenía resentimiento. Que era lo más probable, teniendo en cuenta que había pasado por un trauma muy grande por su culpa.

No podía saber si el peso de los acontecimientos aún agitaba la consciencia de Peter, pero sin duda alguna la suya si era afectada. Lo único que apaciguaba sus pensamientos era la convicción de que había sido lo mejor... Después de todo, Peter se veía feliz y realizado.

Se había graduado con méritos del bachillerato, había salido adelante con uno que otro empleo de medio tiempo y estaba esperando a que iniciara su primer semestre de la universidad. En cada una de las fotos que tenía la dicha de apreciar, el adolescente (ya no tan adolescente) no parecía tener una mirada de arrepentimiento... Todo lo contrario, estaba orgulloso de lo que había logrado.

¿Los sacrificios valieron la pena?

Parecía ser que si.

Después de pensarlo lo suficiente, por fin tuvo el valor de salir de ese auto para nada grato de ver teniendo en cuenta su posición. Sus pasos no eran tan decisivos ni confiados como en un día cualquiera, la verdad es que cualquiera que le pasara a un lado podría ver sus piernas temblorosas, sus manos sudadas y su mirada inestable. Había hecho tantas cosas que no le enorgullecían esperando ese día que estaba seguro que Peter se enfadaría como nadie cuando se enterara... Aunque siendo justos, tendría que entenderlo. El alcohol hace que el tiempo pase más rápido. Lastima que aquello no contaba como una justificación a la policía de transito, si fuera así se habría ahorrado varias noches de ese año en la cárcel por conducir ebrio, incluyendo la anterior, lastimosamente.

Acrisolado - StarkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora