A apechugar con lo que toca

                                    

                                              
-¡¿Qué Ukyo se ha ido?!-exclamó Tsubaki.
                          
-Imposible...-Yusuke estaba anonadado. 
                          
-¿Por qué se ha ido?-preguntó Ema extrañada.

                          
-Ukyo no es así.-Hikaru se lamentaba.
                          
Era la hora de cenar,  Estábamos reunidos alrededor de la mesa con una cena preparada por Ema y por mí, ya que éramos las mejores cocinando. 
Masaomi trataba de poner orden en ese lío de voces y barullo.
                          
-Chicos, tranquilos.-trataba de callarlos.
                          
Estábamos los trillizos (Natsume decidió quedarse en casa para ayudar), los gatos de Natsume, Yusuke, Hikaru, Iori, Subaru, Wataru, Fuuto, Emma, Louis, Masaomi, Durazno, Juli y yo.
                          
Kaname era el único que no estaba, a parte del abogado.
                          
-Pero,  Masaomi-san, él era el que hacía todas las comidas y se encargaba de casi todo...-dijo Ema con razón.
                          
-Y nadie sabe mejor que él lo que le conviene a cada uno de nosotros.-habló Azusa.
                          
-No os escandalicéis, podremos arreglarnoslas.- animó Masaomi en vano.
                          
Hikaru se veía algo entristecido y no decía nada.
                          
Wataru gimoteaba en silencio.
                          
Yusuke solo maldecía al susodicho por abandonarlos.
                          
-Venga, que si vuestra madre os tuvo a todos y sigue viva, nosotros también.- afirmé positiva.-Lo único que nos falta es organización. 
                          
Todos se animaron un poco.
                          
-Wah~ Megu-nee es muy lista.-me alagó Tsubaki.
                          
-Chicos, tengo una idea.-dijo Natsume, a lo que Subaru suspiró.- Haremos un plan de tareas: en grupos nos encargaremos de las tareas del hogar, para facilitar todo.
                          
-Sí es una buena idea.-sorprendentemente apoyó Subaru. 
                          
-Y en cuanto a hacerse cargo del otro, hagámolos en orden fraternal.- sugirió Azusa.
                          
-Por el nacimiento, ¿ verdad?-sugirió Iori.
                          
-Sí.-le apoyó Azusa.
                          
-Bien, ya que ha quedado claro, vamos a repartir las tareas.-anunció Masaomi.-Hikaru, ve a por hojas; Fuuto, coge dos sombreros; y Louis, busca bolígrafos.-los tres asintieron y se fueron.
                          
Al volver, traían lo que les pidió el mayor.
                          
-Tsubaki, Azusa y Natsume, haced trocitos las hojas y repartidlas.- ordenó amablemente y los trillizos así lo hicieron.- Escribid vuestros nombres en los papeles y cuando terminéis dadmelos.
                          
Louis repartió bolis y todos escribimos nuestros nombres. Al darle los papelitos, Masaomi los puso en un sombrero. Noté que él también había echado el suyo, el de Kaname y estaba escribiendo en otras papeletas las tareas. Estos los metió en el otro.
                          
-Wataru, Megumi, venid.-exhortó tranquilo.-Seréis la mano inocente que saque los papelitos. Megumi las tereas, Wataru los nombres. Los grupos serán siete, ya que somos catorce, cada cual de dos. 
                          
Metí la mano y saqué un papel.
                          
-"Barrer y limpiar polvo".-leí.
                          
Wataru hizo lo propio y escogió dos papeles.
                          
-Louis, Tsubaki.
                          
Los nombrados se miraron.
                          
-"Fregar suelo". -recogí otro papelito.
                          
-Iori y... ¡ yo!-exclamó  Repetí el proceso.
                          
-"Limpiar baños".
                          
-Azusa y Fuuto.- dijo el pequeño.