Sinopsis:
Mami tenía su muñeca con líneas rojizas otra vez. Esta vez, tenía más, muchas más que hace un par de días...
Me pregunté curioso, muchas veces dentro de mi cabeza, ¿Por qué tiene cortes en su piel? ¿Qué le sucedió?
A veces, me daba vergüenza preguntarle eso porque, cuando ella comenzaba a llorar, me hacía sentir mal y no me gustaba, pero yo quería saber que le paso.
Entonces agarro su muñeca con las dos manos y la doy vuelta para ver las líneas. ¿Eso era sangre?
¿Por qué cerró la mano? ¿Tiene algo ahí? ¿Qué tendrá? ¿Le pregunto?
¿Por qué está llorando?
-Mamá, ¿Qué te paso acá? –pongo mi dedo en su corte y ella hace una expresión extraña. Creo que le dolió y por eso saco mi dedo índice de su corte-
-Nada, Lucas –ella me acaricia con suavidad mi pelo y yo cierro los ojos y sonrío a gusto-
Mamá aspira hacía adentro por la nariz y yo abro mis ojos: Ella estaba llorando.
-¿Por qué lloras? –Le pregunté y me acerco arrastrando mis rodillas para llegar a su cara y limpiar así sus lágrimas-
Ella sonríe pero sus lágrimas siguen cayendo. Otra vez pasa sus manos por mi pelo pero esta vez, no me tranquilizo.
-Sos muy dulce, mi vida –susurró. Esa voz tan extraña solo la usaba cuando estaba triste-
Había escuchado su voz así luego de una pelea con Papá o cuando la veo con cortes justo ahí.
Aun no entiendo que le pasó.
-Mamá, ¿Qué te pasó en la muñeca? –le pregunte con vergüenza en el oído porque, no quería verla llorar-
-El gato me rasguñó
-¿Otra vez? –ella mueve su cabeza de arriba hacia abajo- Es muy malo –ella ríe pero lo hace muy bajito y tiene su risa escondida en sus labios cerrados-
Me separo y ella me extiende los brazos: Mamá hacía eso cuando quería un abrazo.
Sonriéndole, río y me tiro en ellos.
El pecho de mamá se remueve con fuerza.
¿Por qué llora? Quiero que deje de llorar.
-Mamá, ¿Por qué estas llorando? –Pregunte todavía vergonzoso-
-¿Te acordás que te dije que me sentía bien esta mañana cuando preguntaste por mi golpe en el ojo?
-Sí
No lo entiendo. Eso paso en la mañana. Esa no es la respuesta que le pedí a mamá.
-Te mentí, Lucas
-Mentir no es bueno –le hago recordar lo que me enseñó cuando le oculté un anillo suyo. Me descubrió y no pude regalarle el anillo a mi amiga del jardín-
-Lo sé ¿Me perdonas?
¿Mamá me pidió perdón?
Ella no hace mucho eso... Papá mucho menos. Él siempre está enojado y me golpea sin haberme portado mal ¡Y no se disculpa!
-Sí, ¿Queres que juguemos a algo para que te sientas mejor, mamá? –le pregunté en su oído como si fuera nuestro secreto. Sé que a papá le enoja los gritos que hago cuando juego...-
-No, mi vida. No me siento bien para jugar...
-¿Estas por enfermarte?
-No, bebe
-¿Ya estas enferma?
-No, solo que no me siento bien, eso es todo
-¿Por qué te sientes mal?
Me separo de ella con miedo. No sé porque tengo miedo. Mis manos se mueven mucho y no sé porque se mueven así mis manos.
-¡Mira, mamá! –le muestro mis manos con asombro. Me recuerdan a la gelatina que comimos hace una semana luego de la cena. Me había costado poder comer el postre porque para eso tuve que terminar las verduras- ¿Por qué se mueven así?
-Eso son nervios, hijo –me explica y parece cansada cuando la miro bien-
-¿Qué es nervios?
-No sé cómo poder explicarte eso –su labios se mueve hacía un costado-
-¿Cómo haces eso? –Mi corazón me late con fuerza y yo me quejo-
-¿Qué te paso? –preguntó con un tono calmado. Me gusta esa voz de mami pero, no se escucha igual que siempre-
-Es que me dio como una puntada en mi corazón –le digo y cuando veo su cara, siento una extraña presión en mi garganta- Ahora siento algo raro en mi garganta y no sé qué es, mamá –tomo mi cuello y me salen lágrimas de los ojos- ¿Por qué estoy llorando?
-¿Qué te tiene mal, hijo? –Me pregunta y de nuevo lloro- ¿Te pone triste verme llorar? –muevo mi cabeza como lo hizo mami hace poquito y me limpio mis cachetes con mi mano dada vuelta- Hijo... -me dice, y otra vez está llorando-
-¡Mamá! –grito asustado y ella mira hacía el suelo, donde estoy viendo yo- ¡¿Eso es sangre?!
-Sí..., –me dice y vuelve a llorar-
