Capítulo 21

                                    

                                              
Luego de esos segundos de silencio Alexandra toma el teléfono y al ver el mensaje, que pese a que no decía nada en concreto, igualmente era preocupante. 
- Tengo que llamarlo, tengo que saber que está bien- habla Roberta rompiendo el silencio.
- Hermana cálmate- pide Alexandra- ya es muy tarde y si está bien lo que vas hacer es preocuparlo- asegura intentando calmar a la pelirroja.
- Alexandra tiene razón, mejor relájate y vayan a disfrutar de su noche de chicas- intervino Thomas- y que no sea tan larga porque mañana tenemos colegio- recordó.
- De acuerdo- fue la respuesta de la pelirroja luego de soltar suspiro.
- Te prometo que mañana después de clases vamos a su casa sí- le promete Thomas- pero ahora ve y diviértete. No le demos el gusto a ese personaje de arruinarnos la noche- enfatiza.
La pelirroja no quedó del todo tranquila, pero intento no mostrarlo para no arruinarles la noche a las chicas. Vieron películas comiendo palomitas, luego se pintaron las uñas y se coloraron mascarillas, estaba siendo una noche divertida y eso la ayudó despejar un poco la mente.
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Luego de ese tiempo de estilo spa de las chicas, se acostaron tranquilamente solo a conversar un poco de todo.
- Oye cuñadita, quiero ver el collar- habla Alexandra.
- Es hermoso- responde Aranza con una enorme sonrisa.
- Sí que lo es- le respondo detallando el collar- bueno ya nuestra amiga tiene novio, ¿Tu para cuándo hermana?- le pregunta la pelirroja a Alexandra.
- Pues no lo sé, que sea cuando tenga que ser- responde la hermana escogiéndose de hombros.
-Pero te lo puedes imaginar, así que ¿Cómo sería?- pregunta Aranza.
- Bueno, me gustaría que fuera alto, no mucho, que fuese de piel blanca suave así como bronceadito con unos ojos negros que con su mirada cautiven, que sea respetuoso, pero a la vez firme y divertido, y con el cabello negro alborotadizo- Alexandra da toda la descripción con los ojos cerrados totalmente ida, y con una sonrisa muy interesante en su rostro.
- Amiga- la llama Aranza, pero no obtiene respuesta- Alexandra vuelve a la tierra- le dice mientras la mueve.
- Aquí estoy- responde la chica de repente.
- ¿Cómo que pensabas en alguien?- pregunta Aranza riendo.
- Claro que no, solo respondía a la pregunta- asegura.
- Te sonrojaste, así que en alguien pensabas- le dice Roberta riendo.
- ¡Ya sé!- grita la pelirroja asustándolas- ¡No te lo puedo creer Alexandra Arizondo!- exclama sorprendida.
- ¿De qué hablas?- pregunta la castaña nerviosa.
- Es que estaba repasando en mi mente a todos los chicos que conocemos, y me llego alguien que es tal cual lo describes y no es precisamente un compañero- dice mientras mira a Aranza, y se da cuenta que piensa lo mismo.
- ¡No lo puedo creer!- dice sorprendida- Estabas describiendo al profesor Santiago- enfatiza Aranza con los ojos como platos.
- ¿Qué?- grita la castaña- ustedes estas chifladas, como voy yo a estar pensando en el profesor, por favor. Y ya no hablemos más y vamos a dormir, porque dijimos que no nos acostaríamos tan tarde porque mañana hay colegio- enfatizó acostándose y poniendo fin a la conversación.
A la mañana siguiente, comenzó la rutina de todos los días de los chicos, hasta que llegó la hora de irse.
- ¿Quién nos lleva hoy?- preguntó la castaña a los padres.