Capítulo 12 "Descubriendo al asesino"

313 34 2
                                    

Después de ducharme me puse una bata blanca y sequé mi cabello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de ducharme me puse una bata blanca y sequé mi cabello. Busqué ropa en el armario, agarré mi pijama favorita de color azul. Mamá se había encargado de organizar todas nuestras pertenecias.

Me senté en la cama pensando en todo lo sucedido. Estiré la mano para agarrar el teléfono y vi que eran las nueve de la noche.

—Ame, ¿puedo pasar? —preguntó Mich del otro lado de la puerta.

—Sí. —Él entró, me sonrió y se sentó junto a mí.

—Sabes que te amo, ¿verdad? — Extendió su mano y sujetó la mía con firmeza mientras me miraba con adoración.

—Sí, Mich, yo también te amo. —Coloqué mi otra mano encima de la suya —. ¿Te soy sincera? Creí que íbamos a morir —añadí en voz baja.

—Lo sé. —Me miró con dolor —. Cuando te vi en medio de la carretera, iba a buscarte, pero Candace no me lo permitió. Dijo que era muy tarde —. Lo miré sin poder creérmelo —. Aun así no me importó, fue cuando vi que Ángelo corrió hacia ti. Yo debí...

—No te preocupes. —Froté su brazo —. Estoy bien. Solo era Benjamín.

—¿Y si hubiese sido el asesino? ¿Y si Ángelo no hubiera ido por ti?

—Ya no pensemos en eso —dije sonriéndole —. Estamos vivos y es lo que importa, Mich.

—No quiero que ese loco psicópata te haga algo malo... yo no podría soportarlo. —Colocó sus manos en mis hombros —. ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no me dijiste que te estaba buscando a ti? Que ese maldito es el mismo asesino de Corbin.

—Pensé que era solo mi imaginación.

—No, América, no sé quién puede ser, pero tenemos que ser precavidos. Puede ser cualquiera.

—Estaremos bien —dije para no preocuparlo.

—Lo mismo dijiste hace un año. Y luego... —A Mich se le cristalizaron los ojos. Me miró unos segundos, luego me abrazó y recostó su frente en mi hombro —. Eres mi única hermana, no toleraría perderte.

Estuvimos por varios minutos abrazados, sumergidos en el silencio.
Ya Mich estaba más tranquilo, yo lo entendía, para él no fue nada fácil enterarse  por medio de las noticias todo lo que me pasó, pues él no se encontraba en casa ese verano porque se había ido a casa de su amigo donde estuvo trabajando. Enseguida se vino a casa. Me reclamó por no contarle, mis padres tampoco lo hicieron para no preocuparlo, pensamos que las cosas no se tornarían tan mal, cuan equivocados estábamos.

Su teléfono sonó, él se separó de mí para contestar la llamada. A juzgar por la conversación se trataba de Nick. Recordé que él vivía en esta ciudad, porque nosotros vivimos un tiempo y éramos vecinos, hasta íbamos a misma escuela, fue ahí donde nos conocimos. Nos mudamos al pueblo, ya que a papá le salió un buen empleo en un bufete de abogados. Ahora volvíamos y yo me sentía tan extraña en mi nuevo hogar.

Acechada por el mal |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora