Afrontación.

                                    

                                              
― ¡B-buenos días Mikami-san! – No le respondí a Ayaka.
 ― ¡Hola Mikami-san! – Takeru saludo tranquilo desde la mesa. Sentado frente a él estaba Kei.
 ― ¡Eres un hipócrita! -  Una cachetada no sería suficiente así que lo golpee con el puño cerrado. Cayó de lado junto a su silla.
 ― ¡M-mikami! ¡Espera! – Lo tome del cuello de la camisa.
 ― ¡Poco hombre! ¡No eres capaz de enfrentarte a Manjiro así que fuiste a llenarle la cabeza de idioteces a mi padre! – Quería golpearlo. Pero solo me limite a sacudirlo.
 ― ¡¿D-de que hablas?!
 ― ¡Y además, cínico! ¡Que idiota fui al creer en tus intenciones!
 ― ¡Ese tipo no te dejara nada bueno! ¡Entiende que no es para ti!
 ― ¿Tu que sabes? – Ya tenía suficiente - ¿Qué saben ustedes de lo que es bueno para mí? ¡Es mi problema! ¡Dejen de querer imponerse a mis decisiones!
 ― ¡Presidenta Shirakiin! – Alguien me llamaba – Le pido que se comporte. Si no tendré que presentar un informe sobre sus actos.
 ― ¿Ahora comienzas a comportarte como el vicepresidente? – Lo cuestione – ¿Kei?
 ― Le recuerdo que siempre estuve a cargo de la disciplina – Hablo seguro. Entonces note que no me detuvo para proteger a Takeru. Lo hizo por mi – Takeru-san, le pido que ignore esto y se retire antes a sus clases.
 ― ¿Estas bromeando? ¿Qué no vist...?
 ― No repetiré dos veces – Cuando Kei estaba en su papel era más intimidante que yo. Takeru termino saliendo.
 ― Chicos...lo lamento – Les di una reverencia – Este no es el comportamiento de una presidenta.
 ― Si me lo preguntas, me hace más feliz trabajar con esta Mikami-san – Asintió Kei – Con la Mikami-san real – Sonrió.
 ― Mikami-san. Siempre has sido tan genial. No importa tu actitud, de verdad yo te admiro.

                            

                                
                            
                              
                                  
                              
                              
                                
                                  
                                  
                                
                              
                             
                            
                            
                          
                          
Creí que nadie lo notaba. Y probablemente así era para muchos. Pero Ayaka y Kei que pasaban el tiempo conmigo, lo notaron. Notaron mi mascara. Y habían logrado pasar a través de ella. Comenzaban a ver a la verdadera yo. Simplemente lo acepte. Takeru ahora era el menor de mis problemas. Si Manjiro se acercaba descuidadamente a la escuela o a la casa, el estaría en problemas. Debía evitarlo a toda costa y solo había una manera de hacerlo.
― Lamento pedirte esto, Ayaka-san – La chica me miro – Pero ¿podría pedir prestado tu teléfono? El mío se cayó ayer y ya no prendió – Mentí.
 ― Seguro – Sonrió inocentemente y me dejo el móvil.
Me aleje un poco y marque el número que sabía de memoria. Respondió una voz femenina.
― Hinata-chan. Habla Mikami.
 ― ¿Mikami-chan? ¿Cambiaste de numero? – Mi amiga estaba sorprendida ante la idea.
 ― No exactamente. El mío se descompuso – Hice una pausa – En realidad, mi padre lo destruyo.
 ― ¿Eh? ¿Por qué haría algo así?
 ― Me vio con Manjiro – Me sincere – Fui descuidada.
 ― ¿Descuidada porque? – Cuestiono la chica – No es como que debas ocultarte para estar con Mikey-kun. No has hecho nada malo, Mikami-chan.
 ― Hina-chan – Sus palabras me reconfortaban - ¿Puedes encargarte de darle un mensaje a Manjiro?
 ― ¡Claro! 
 ― Dile lo del teléfono. Dile que estoy bien pero que no puede pretender acercarse a mí por un tiempo. Mi padre se asegurara de meterlo en problemas de ser necesario – Hable seria y con molestia ante la idea – Dile, que sea paciente, me asegurare de recompensarlo – Sonreí para mí.
 ― Mikami-chan, yo me encargare de que tu mensaje llegue a Mikey-kun.
 ― Gracias Hinata-chan.
Termine la llamada y le agradecí a Ayaka. Puede que haya sonado segura y confiada pero no tenía idea de cómo manejar esta situación. Y aún tenía inseguridades al respecto. ¿Iba a enfrentar a mi padre por Manjiro? ¿Valía la pena? ¿Por qué estaba tan negada a obedecerlo? Tenía demasiadas preguntas y ninguna respuesta.
Sano Manjiro, 20XX
Habían pasado varios días desde el incidente en la casa de Mikami. Su padre no era un policía inútil. El seguramente podía lidiar con pandilleros. Después de todo detuvo mi patada firmemente, cosa que contadas personas habían hecho antes. Aun así, me sentí impotente al tratar de protegerla. Y haber escuchado su débil y suplicante voz me rompió el corazón. No me quedo otra opción mas que aceptar lo que habían dicho esa noche.
            Quise llamarla pero su teléfono mandaba directo a buzón. Después supe el porqué. Hinata-chan me entrego personalmente su mensaje. La paciencia no era lo mío. Pero había alguien aún más impaciente que yo. Mitsuya. El concurso estaba a la vuelta de la esquina pero debido a la falta de comunicación de Mikami, Mitsuya tuvo que ingeniárselas para seguir trabajando, pero se estaba poniendo nervioso.

                            

                                
                            
                              
                                  
                              
                              
                                
                                  
                                  
                                
                              
                             
                            
                            
                          
                          
― No voy a ir – Respondí lo mismo una y otra vez.
 ― Estaré acabado – Mitsuya se desplomo en el sofá - ¿Desde cuando eres tan obediente? – Me reclamo.
 ― Taka-chan, incluso Mikey entiende que cuando su chica dice algo debe hacerse así.
 ― No es mi chica – Le recordé a Hakkai.
 ― Aun – Recalco, como de costumbre el peli plata.
 ― ¿Puedes parar con eso? – Pedí cansado de que siempre dijera lo mismo al respecto.
 ― Lo hare si vas a hablar con ella – Quise evitarle la mirada – Solo necesito que confirmes la hora y estaré más tranquilo.
 ― Estamos hablando de Mikami-chan, ella aparecerá – Trate de sonar seguro pero aún era algo impredecible para mí.
 ― Igual una visita no le sentaría mal – Hablo la única chica en el estudio.
 ― ¿Por qué lo dices Yuzuha? – Cuestiono Mitsuya.
 ― Es cierto que Mikami-chan parece alguien muy capaz pero... - pensó un poco antes de continuar - ...seguro necesita sentirse apoyada.
 ― ¿Sentirse apoyada? – No comprendí lo que quería decir.
 ― ¡Rayos! ¿Enserio tengo que decirlo? – La chica comenzó a irritarse. ¿Por qué las mujeres tenían que ser así? - ¿Eres su novio o no? – Me señalo con su dedo.
 ― ¡Yo no soy su novio! – Respondí en defensa propia. Después gire a ver a a los chicos - ¿aun?
 ― ¡Bien dicho Mikey! – Mitsuya parecía animado – Ahora levántate de aquí y corre a verla.
 ― ¡Hey! ¡Mitsuya! ¡Deja de empujarme! – Ya estábamos en la puerta.
 ― No regreses hasta que la veas.
Termino por azotarme la puerta en la cara. Y hasta cierto punto, motivado de ir a ver a Mikami. La moto sería muy ruidosa así que la deje cerca y comencé a caminar. Una vez frente a su casa me percate de las luces encendidas. Si tocaba a la puerta y abría su padre estaría en problemas, pero ¿Por cuánto tiempo mas íbamos a estar en esta situación? Lo mejor sería afrontarlo cuanto antes. Tome aire y camine a la puerta principal, tocando el timbre del hogar. Escuche un "Voy" desde dentro del lugar. Pude reconocerla.
Curiosidades.
* Mikami a perdido toda tolerancia respecto a Takeru.
* Incluso ahora, Mikami sigue siendo una persona de admirar para Kei y Ayaka.
* Mikami esta preocupada de que le pueda pasar a Mikey si su padre lo ve cerca de ella.
* Aunque Mikey parecia tranquilo con toda la situacion, tambien le ha estado dando vueltas al asunto.
* A Mikey le pone nervioso la palabra novio/novia.