La Alguacila

                                    

                                              


                          
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One-Shot especialmente creado para participar en el Reto SasuSaku, organizado por @_FanFics_SasuSaku_

                          
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   Desde la fría celda y húmeda donde me encontraba en estos momentos, observaba a Sakura como caminaba de un lado a otro. La celda estaba justamente situada en la comisaría del pueblo, la cual era muy sencilla, por cierto. Constaba de un mueble donde parecía guardaban la información y dos escritorios, y uno de ellos estaba completamente vacío, ahora entendía el letrero buscando un ayudante y que se encontraba en la puerta pegado, donde todos los que pasaran por ahí lo podrían leer fácilmente.
                          
Estaba molesta, se le notaba en su rostro en esos gestos y expresiones que hacía justo cuando odiaba al mundo, no, corrección, cuando me odiaba a mí.
                          
Y esa ropa que trae puesta. ¡Carajo! Pagaría una fortuna solo por ver la expresión de mis padres observando a su pequeña candidata para ser mi esposa. Estoy seguro que no estaríamos en esta situación. Definitivamente sería algo muy gracioso, que imaginármelo me provocó una sonrisa.
                          
—¿De qué te ríes, tarado? —Sí, definitivamente estaba enojada. —Deja de reírte. No le encuentro gracia a esta situación.
                          
—Menos yo... —confirmé levantando mis hombros— más cuando estoy encerrado en esta celda. ¿Me puedes decir de qué se me acusa, molestia?
                          
La mirada penetrante de mi prometida se posó en mí. —Aquí soy la alguacil. Así que te pido respeto porque soy la autoridad.
                          
—Claro. —La miré de pies a cabeza, haciéndola que se sonrojara. —Esa estrella y esa pistola te van muy bien. No lo puedo negar, alguacila —hablé con cierto tono de sarcasmo.
                          
—¡Ya cállate! —dijo acercándose a mí— ¿Qué haces aquí? 
                          
Chasque la lengua, su pregunta sonaba tan ridícula. —Creo que esa pregunta la debería de hacer yo, ¿no crees?
                          
La vi mirándome de mal modo y algo confundida, qué realmente me entró la curiosidad por saber cuál sería su patética respuesta. 
                          
—¿Y eso que más te da? Simplemente soy una molestia, ¿no? Seguramente tú y tus admiradoras estarán felices de que yo haya desaparecido del mapa. Yo te hacía ya casado y por lo menos esperando a tu primogénito. —No respondí de inmediato, pues la miré sorprendido sin entender bien lo que estaba diciendo. —No sabes de qué hablo, ¿verdad?
                          
Negué con la cabeza, algo que la hizo enfurecer más. —¡Eres un idiota! Mañana en cuanto te deje libre, te largarás de aquí y después de eso, no quiero volver a verte.
                          
—Estás exagerando un poco, ¿no crees?
                          
—No, no lo estoy.
                          
—Dime una cosa, Sakura, si tanto te molesta mi presencia: ¿Por qué no me dejas libre?
                          
—¿Y tienes el descaro de preguntar? —Solo asentí. —¡No puedo creerlo, Uchiha! Esto es tan típico de ti, pero te lo explicaré, tú quebrantaste la ley y por tanto tendrás que quedarte encerrado toda la noche, hasta que llegue el próximo tren que te llevará lejos de aquí y de mí.
                          
—Entiendo el punto, solo hay unos pequeños y diminutos detalles.
                          
—Escucho —dijo cruzando sus brazos.
                          
—En primera: No veo a nadie encerrado aquí conmigo y la pelea fue entre varios. Te lo recuerdo por si no lo habías notado. Segundo: No me puedo ir de aquí sin ti. Tu familia y mis padres están preocupados por ti. Tercero: Sigo sin entender por qué estás molesta conmigo. Él que debería de estar enojado soy yo, tú me dejaste sin ningún tipo de explicación.