PSICO

Guía práctica para no agobiarse (por todo) y controlar el estrés y la ansiedad

Si hay muchas situaciones en tu día a día que te generan estrés (a veces sin necesidad) estas recomendaciones de experto te interesan
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PEPE LOBEZ. ESTILISMO: LORETO QUINTANILLA

No estás sola si te agobias en un vaso de agua (tal y como reza el refrán popular). No eres la única, y más en los tiempos que corren, en los que los niveles de estrés y ansiedad van in crescendo y hacen que incluso los pequeños vaivenes del día a día generen un estrés inesperado e innecesario. Hablamos de ello con Lucía Feito Crespo, psicóloga de Instituto Psicológico Claritas, para elaborar la guía práctica para aprender a no agobiarnos por todo. Es justo y necesario.

No todas las personas se agobian por igual

Ilustración: Rocío Diestra

No tenemos que culparnos si una misma situación nos agobia o nos provoca más estrés que a otras personas. Tal y como nos explica Feito Crespo, tanto los factores de carácter biológico (la personalidad y el carácter) como los contextuales (vivencias, relaciones o experiencias) repercuten en ese nivel de agobio. “Hay personas que tienen una personalidad más ansiosa que otra, es decir, tienen una mayor tendencia a percibir diferentes situaciones de su vida como amenazantes o peligrosas. Si interpretamos una situación como amenazante vamos a responder con miedo o ansiedad, es decir, estas personas se agobiarán mucho más por todo en comparación con otras personas que no tienen esa personalidad. Existen otros rasgos que también fomentan que nos agobiemos como el perfeccionismo, la rigidez, el control, la obsesividad…”, explica.

A esto hay que sumar otros factores experienciales como haber vivido ciertas situaciones traumáticas o la forma en la que hemos sido educados. “Los padres que sobreprotegen mucho a sus hijos van a tener como resultado que sus hijos se agobien o experimenten ansiedad ante la separación, autonomía o situaciones de socialización”, añade la experta.  Y si personas significativas de nuestra infancia han tendido a agobiarse, también puede influir. “Aprendemos mucho por imitación de personas que son significativas en nuestra vida, por lo que el modo en que se comportan familiares, amigos… y las experiencias que acumulamos a lo largo de la vida con ellos también va a influirnos”, añade. La buena noticia es que, si bien no podemos cambiar esas experiencias, sí podemos entrenar nuestra forma de ver la realidad y de hacer las cosas para poder avanzar.

La importancia de situarse en el presente

Ilustración: Rocío Diestra

Cuando una situación nos agobia en exceso, nos produce un bloqueo mental que nos impide avanzar. En esos casos Feito Crespo aconseja respirar y despejar la mente de todas esas imágenes y mensajes que nos están demandando respuestas. Para ello hay un ejercicio sencillo que puede ayudar: ordenar nuestra mente, es decir, escribir todas las demandas o problemas que tenemos en este momento, priorizarlos y buscar posibles soluciones. “Es importante el priorizar, no querer abordarlo todo de golpe”, explica la experta. Y es que situarse en el presente -en el aquí y ahora- es fundamental para reducir esos niveles de angustia. “Es importante que tengamos paciencia, pues todo tiene su momento y es imposible controlar todo, lo que tenemos es miedo y esto nos lleva a la inseguridad y a colocarnos en escenarios futuros catastróficos que todavía no existen”, añade. De esta manera evitaremos vivir en un estado continuo de alerta que poco o nada nos va a ayudar a resolver situaciones y gestionar conflictos. “Si vivimos en un continuo estado de alarma vamos a interpretarlo todo como una situación amenazante o catastrófica que no nos dejará descansar y condicionará todas nuestras relaciones bajo la desconfianza”, añade.

Confía en ti y pide ayuda

Ilustración: Rocío Diestra

En el momento en el que nos situamos en el presente, es importante conectar con nosotros mismos y, tal y como apunta la experta de Instituto Claritas, “confiar en que somos capaces de hacer frente a todos los problemas y confiar en que los demás nos pueden ayudar y nos pueden descargar de cosas. No tenemos que hacerlo todo solos, es fundamental que nos apoyemos en los demás, que alguien nos escuche, que nos sintamos comprendidos, que seamos capaces de pedir ayuda y reconocer nuestra propia vulnerabilidad. Solos no vamos a poder con todo, debemos aprender a delegar en los demás y dejarnos ayudar por los otros”.

La importancia de la gestión emocional y del autocuidado

También es importante previamente trabajar la autoestima y el manejo de la flexibilidad “para eliminar esa rigidez que tanto nos desgasta a nosotros mismos y sobre todo a nuestras relaciones. También trabajar las falsas creencias y ser conscientes de que la perfección no existe, que el mejor ingrediente es el equilibrio y la constancia. Y trabajar el miedo a equivocarse, aceptando el error o fracaso como parte de la vida, como algo necesario para crecer y una fase dentro del proceso de aprendizaje", señala Lucía Feito. En todo este proceso los pilares básicos de la inteligencia emocional ayudan a gestionar emocionalmente todo lo que ocurre a nuestro alrededor, ayudándonos también a manejar la frustración y las dificultades.

Cómo silenciar los pensamientos negativos

Ilustración: Rocío Diestra

En una situación de agobio los pensamientos negativos se amontonan en nuestra mente impidiéndonos avanzar. Es importante aprender a silenciarnos teniendo en cuenta un punto de partida interesante: no todo puede ser como nosotros queremos que sea. “Debemos aprender a no resistirnos a hechos que no podemos controlar ni dirigir, sino aceptar lo que viene y que los demás son cómo son, y no podemos cambiar las cosas a nuestro antojo. No siempre todo saldrá como nosotros queremos”, aconseja la experta. 

El contexto (y el orden) también ayuda

En una recomendación eminentemente práctica, sobre todo cuando el agobio se produce en el terreno laboral: es importante recordar la manera en la que el contexto en general y el orden físico en particular ayudan a ordenar en nuestra mente esos pensamientos negativos que nos bombardean. “Los escenarios y contextos tienen mucha importancia. Los contextos nos ayudan a situarnos y favorecen o entorpecen que encontremos más rápido la información. Si tenemos un escenario ordenado favorecerá a nuestra productividad y a nuestros resultados, así como la relación con las demás personas”, afirma Feito Crespo.

La clave: no anticipar acontecimientos

Ilustración: Rocío Diestra

La preocupación nos suele generar un estado de intranquilidad que impide lo verdaderamente importante: ocuparse de las cosas cuando realmente ocurren para buscar soluciones. "Los pensamientos anticipatorios nos hacen mucho daño. Debemos ser amigos de la incertidumbre, esto quiere decir que debemos aceptar que no siempre vamos a tener certezas previas de todo ni vamos a poder controlarlo todo. La duda, la incertidumbre y la indecisión forman parte de la vida y debemos aceptarlo. Si no aceptamos esto y nos dejamos llevar por los agobios previos solo vamos a favorecer lo que comúnmente denominamos como entrar en bucle”, concluye.

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