Albendea: todos los ingredientes para pasar unas especiales vacaciones de verano

Patrimonio y naturaleza en plena Alcarria Conquense que suma numerosos servicios y planes para desarrollar durante la temporada estival

Situado en la Alcarria Conquense, el pueblo de Albendea ha gestado su identidad a lo largo de los siglos. Este núcleo poblacional adquirió el título de Villa por el emperador Carlos V y su madre Dª Juana en el año 1537, documento que se encuentra custodiado en el Archivo Municipal. Las raíces de este enclave son profundas y prueba de ello es el castro celtíbero en el llamado Cerro del Castillo, o la cercana necrópolis visigoda. En la que se han hallado unos zarcillos de oro que se conservan en el Museo de Cuenca. No obstante, los monumentos que hacen gala a la antigüedad de este pueblo son el Mausoleo romano de Llanes y la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Albendea, además, es uno de los trece pueblos de la provincia que aspiran a convertirse en la mejor localidad para veranear.

De mediados o finales del siglo IV, fue declarado Bien de Interés Cultural (DOCM 6/11/2008). Está vinculado a una villa romana situada en sus proximidades. Se conserva en pie su cabecera, compuesta en planta por tres ábsides semicirculares trilobulados (cubiertos con bóvedas de cuarto de esfera con arcos absidiales algo apuntados), con un cuerpo principal cuadrangular cubierto con cúpula o bóveda de crucería realizada en ladrillo y con un arco triunfal de entrada al edificio. A través de una escalera situada en su flanco norte (o mejor, por una rampa adaptada) se desciende a una cripta que se encuentra en el subsuelo ejecutada en ladrillo manual revestido de cal. En sus orígenes, en época romana, esta cripta fue destinada como lugar de enterramientos y, posteriormente, como baptisterio de los primeros cristianos.

Monumentos

En cuanto a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, consta de tres naves, de cuatro tramos cada una, con ábside románico semicircular central y triple coro a los pies. Al siglo XIII correspondería su ábside y la estructura básica del edificio. La nave central, más ancha y alta que las laterales, se comunica con las mismas por arcos apuntados. Destaca la capilla de los Condes de Marañón, con su bello retablo renacentista enteramente de pincel y lugar de enterramiento del ilustre caballero D. Juan de Llanes, que murió en el año 1570. Tiene dos portadas, la del mediodía con arco de medio punto, ligeramente abocinado y tres baquetones lisos. La espadaña cuenta con tres troneras. A los pies, grandes contrafuertes sujetan la nave central y, otros más nuevos, la nave de la izquierda.

En este año, además, se han llevado a cabo importantes obras de renovación en su techumbre, con lo que el edificio ha ganado en seguridad. Por si esto fuera poco, al restaurar la fachada norte, ha aparecido una línea de almenas con saeteras.

Con el empeño y dedicación del párroco, junto con la feligresía y el apoyo institucional, se mantiene en buenas condiciones este bello templo, que fue declarado Bien de Interés Cultural el día 19 de febrero de 1992, con la categoría de monumento, mediante decreto publicado el 4 de marzo de ese mismo año en el DOCM.

Espacio naturales

Y del ocre de la piedra, pasamos al verde del agua del Guadiela. Ese hermoso río que, de noreste a suroeste, cruza nuestro término municipal. Aguas caudalosas que nacieron en Cueva del Hierro, en las que arriesgados gancheros en blanco y negro de antaño sorteaban dificultades para conducir sus maderadas; rio que se ve ralentizado y desvirtuado por diversos embalses, y que nos ofrece en nuestro término municipal unos parajes de auténtico ensueño (Cueva Tomás, La Playa, puente de la Cadena…), espacios naturales que poco a poco van acondicionándose para el disfrute: se ha remozado el albergue (y ha quedado realmente acogedor), se han instalado nuevas barbacoas y mesas. La JCCM ha declarado la zona de Cueva Tomás en Albendea como abierta y apta para el baño, con los informes preceptivos de Sanidad.

Y si esto no fuera bastante, la otra corriente, la de color azul, la del Rio Escabas, serrano y fresco, natural del Hosquillo para más señas. Mucho más libre y juguetón que el Guadiela, se encuentra con él en “las Juntas” y desde ahí caminan unidos.

Por el sur y el poniente, tonos ocres de tierras de labor que se vuelven verdes en primavera y, después, amarillos que se tornan dorados en las épocas del estío. De sus granos, los molinos hidráulicos extraían las harinas blancas –y también grises- “de pan cocer”. Dicho sea de paso, el molino “de las Juntas” era de los más productivos de la provincia, con tres pares de ruedas.

Y, por el norte, tierras blancas salpicadas de pequeños olivos, mimados en tiempos pretéritos por las avezadas manos de nuestros mayores. Ahora, no tanto por los jóvenes. Pero siguen dando su fruto, su esencia, ese riquísimo aceite tan apreciado en las buenas mesas.

Y dejamos ya los campos y nos adentramos en el pueblo. Un mundo de colores se nos abre ante los ojos. El programa llevado a cabo hace unos años por el Ayuntamiento para el adecentamiento de fachadas tuvo como efecto una bella explosión de color. Si bien las viviendas en su interior cada vez van ganando en comodidades, el esmero de la población por cuidar su imagen en todo el casco urbano ha dado como resultado un entorno y unas calles transitables y limpias sobre las que se levantan remozadas viviendas amarillas, verdes, granates, azules… toda una rica paleta de colores y tonos que nos recuerdan a las viviendas de la calle Alfonso VIII de la capital y que nos invitan a vivir en ellas.

Nuevas instalaciones completan nuestra infraestructura: Centro Social, consultorio médico, biblioteca, centro de internet, pista polideportiva, parque infantil, piscina, jardín, zona de barbacoas…y, entre la oferta turística, hay numerosas casas rurales, bar, bollería…

Cómo llegar

Para visitar esta localidad conquense desde Madrid por carretera, se deberá transitar por la A-2 en sentido Castilla-La Mancha para posteriormente tomar la Carretera de Guadalajara/-320. Una distancia de 150 kilómetros separan ambos puntos.

Desde Valencia, la ruta más recomendada es por la A-3 en sentido Castilla-La Mancha, unos 260 kilómetros separa la capital valenciana y Albendea.

Menos de una hora de trayecto separa Cuenca capital de Albendea. La ruta más cómoda para visitar el municipio es a través de la Carretera de Guadalajara/N-320.