La autenticidad en la Terapia Gestalt

La Terapia Gestalt ayuda a que las personas puedan vivir de una manera más auténtica, sin embargo, existen muchas confusiones y malas interpretaciones acerca de lo que la autenticidad significa. Me parece importante aclarar que no tiene nada que ver con que empecemos a ser transparentes con todo el mundo a todas horas y, a decir todo lo que nos pasa sin filtro alguno cuando nos apetezca o necesitemos vaciarnos y descargarnos. La autenticidad es algo más privado, más íntimo y que ocurre cuando puedo conectar con lo que estoy sintiendo, con lo que me está pasando a cada momento, reconociéndolo sin evadirme o falsearme.

Fritz Perls, el creador de la Terapia Gestalt, la llamaba la terapia de la autenticidad. Uno de los principales beneficios que aporta esta terapia es el de ayudarnos a contactar de manera adecuada con nuestras emociones para que podamos recuperar esa relación de intimidad genuina con nosotros mismos desde una escucha interna que facilite la aceptación de lo que hay en cada momento.

Desde mi trabajo como terapeuta Gestalt en Barcelona hago mucho hincapié en que las personas que acuden a mi consulta puedan recordar y volver a experimentar la autenticidad con la que se manejaban con naturalidad en su primera infancia, antes de la caída en el ego y en el autoengaño. Este autoengaño lo que ha hecho es que en un momento determinado de nuestra niñez, por la fuerza de circunstancias desfavorables en el ambiente en el que hemos crecido, hayamos comenzado a desconectarnos de nuestra realidad interna ¿Por qué hicimos esto? Porque consideramos que así seríamos más aceptados, o que no molestaríamos tanto, o que seríamos más parecidos a lo que es correcto socialmente y largos etcéteras que en definitiva se resumen en que intuimos en aquellos tiempos tiernos de nuestra niñez que de esa manera obtendríamos más amor y que la manera genuina de sentir que teníamos no era la adecuada. Fue supervivencia pura y dura ya que sin el apoyo del ambiente en el que nos hemos criado no hubiéramos sobrevivido. Todos nosotros hemos tenido carencias que han hecho que no pudiéramos acceder de manera directa a lo que nos ocurría, contactar con nuestras necesidades verdaderas y expresarnos libremente para satisfacerlas. Nuestros padres seguramente han hecho lo mejor que pudieron pero, si ellos mismos no tuvieron la oportunidad de hacer un proceso terapéutico profundo a través del cual poder sanar sus propias heridas infantiles y recuperar la autenticidad perdida en sus infancias, muy difícilmente habrán podido comprender en todo momento lo que nos estaba ocurriendo. De esta manera, al ser nuestra madre nuestra primera conexión con el mundo externo, si ella interpretaba de manera equivocada nuestras emociones y nuestros pedidos, para nosotros ese ha sido el comienzo de la confusión. Por ejemplo: si cada vez que llorábamos nos daba de comer sin que ese haya sido el motivo de nuestro llanto.

La Terapia Gestalt demuestra que poder recuperar la autenticidad en nuestras vidas es un proceso altamente sanador. La intimidad que dejamos de tener con nuestra esencia, con nuestra verdad más profunda, se puede recuperar y esto genera un gran alivio, una recuperación de nuestro estado de bienestar y gozo. Poder comprender cómo es que de niños ese autoengaño nos ha permitido sobrevivir y librarnos del miedo a quedarnos apartados y sin apoyo, cosa que en esos momentos hubiera significado la muerte, es muy importante, sin embargo ahora de adultos nos trae complicaciones enormes y una profunda insatisfacción. Ahora contamos con recursos que de pequeños no teníamos y podemos soltar esos patrones de conducta que no hacen más que hacernos sufrir. Hacerlo es una tarea que requiere mucho compromiso, paciencia y el suficiente amor por la vida que nos impulse a tener la fuerza y el valor para pedir ayuda y comenzar el proceso.

Cuando una persona llega a sentir este sufrimiento tan grande y se anima a pedir ayuda terapéutica es un momento muy importante. Por supuesto que hay una crisis, un momento difícil que está atravesando, miedos, inseguridades, etc… pero es una gran oportunidad de que se desmorone esa construcción falsa que representa el carácter y vuelva a recuperarse y a sentirse digna de recibir apoyo, amor y reconocimiento siendo tal cual es. Pudiendo expresar sus necesidades y sobre todo, encontrando los medios adecuados para satisfacerlas. La alegría y plenitud que proporciona el poder estar en contacto con la propia intimidad y la autenticidad nos da fuerza. Reconectar con nuestra esencia es reconectar con nuestro poder. Así es que dar este paso y comenzar una terapia (desde mi punto de vista la Terapia Gestalt es una de las más efectivas) es el comienzo de un camino muy profundo y transformador.

Uno de los cambios más importantes que se dan a través de la terapia es volver a establecer esta conexión con nuestra interioridad, que nos conduce de manera directa a la autenticidad y el principal vehículo para esto es nuestro cuerpo. Recuperar la conciencia corporal es fundamental para salir del autoengaño. Por ejemplo, hay personas que aprendieron a desconectarse de su miedo ahogando todas las señales de su cuerpo que le comunican esta emoción que les incomoda y que, por alguna razón fue conveniente en su infancia hacerlo, quizás porque no estaba permitido en su casa manifestarla. Sin embargo, el miedo es un gran aliado nuestro y sentirlo cuando aparece puede salvarnos la vida, por ejemplo si advertimos que una situación o persona pone en peligro nuestra supervivencia. El comenzar a aflojar la coraza y a reconocer en el cuerpo las señales que se activan al sentirlo es muy importante y forma parte de la autenticidad de lo que se está sintiendo y, que cuando es real nos es de gran ayuda para la preservación de nuestra vida e integridad. Otra cosa muy diferente es el sentir miedo por todo cuando no hay razones para ello y esto es importante detectarlo y trabajarlo en terapia también.

La autenticidad como fuente de bienestar

En mi trabajo compruebo una y otra vez que nunca es tarde para recuperar la autenticidad que nos aporta un gran sentimiento de bienestar. Es importante poder detectar el autoengaño y lo que no es real, esto se hace con paciencia y cuidado, ayudando a que las personas detecten que pueden abrirse y obtener mi empatía y comprensión sin juicios. Para los pacientes el hecho de permitir que un otro los acompañe en este viaje de retorno a casa es fundamental. Tener la apertura y la humildad para escuchar al terapeuta que les muestra sus puntos ciegos y su autoengaño es muy importante y trae grandes recompensas. Por supuesto que esto ha de hacerse con alguien que haya hecho previamente su proceso de transformación para que pueda tener el respeto hacia las dificultades, y que sepa acompañar con paciencia y compasión. Porque, como decía antes, si todos nos hemos autoengañando y nos autoengañamos actualmente es, puramente, por razones de supervivencia. Sólo que tenemos que comprobar que ya no nos ayuda sino que la supervivencia requiere que cambiemos esta manera de funcionar y que volvamos a recuperar nuestra autenticidad.

La relación que se establece entre el terapeuta Gestalt y el paciente es una de las claves de los beneficios de este proceso. Es un encuentro sanador en el que se va a poner en evidencia cómo es el boicot, cómo es que la persona actúa de maneras poco efectivas para satisfacer sus necesidades, cómo hace y dice lo que no le conviene, cómo se interrumpe a sí misma en el camino que le conduce al bienestar. Poner conciencia a todo esto, amorosamente pero con el compromiso de llevarlo a luz y transformarlo hará que se vuelva a sentir la plenitud y la recuperación la salud a todos los niveles. Así también como la orientación de la propia vida hacia una mayor satisfacción y una orientación que aporte un sentido más profundo.

Descubrir cómo opera el autoengaño, cómo nos adormece y nos anestesia para impedir que nos enteremos de lo que nos pasa hará que podamos encontrar la solución y el remedio adecuado para esto y, que siempre está relacionado con la autenticidad.

La Terapia Gestalt nos ayuda a dejar de sufrir innecesariamente a base de contarnos cuentos para no contactar con la verdad de nuestro sentir, de nuestros deseos y necesidades genuinas que nos orientan a ir hacia nuestros sueños de manera efectiva, sin tantas vueltas. Poder conectarnos con nuestros impulsos, emociones y experiencias reprimidas para darles vida ya que de otra manera se convierten en la fuente de nuestras angustias y malestares.

Desde mi trabajo te acompaño en este proceso, dándote la seguridad de que podrás adentrarte en ese terreno desconocido, cuidando, brindándote confianza y el apoyo necesario para que dejes de repetir los mismos patrones que te generan malestar, comprendiendo los miedos pero animándote a traspasarlos. Poder recuperar la autenticidad y tener una vida más plena vale la pena el esfuerzo y el tiempo invertido en la terapia, que siempre acaba siendo un proceso transformador.

Verónica Civatti, terapeuta Gestalt en Barcelona (terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar)

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