EXPERIMENTAR ALEGRÍA PUEDE AYUDAR A LOS NIÑOS Y PROMOVER UN DESARROLLO ÓPTIMO

EXPERIMENTAR ALEGRÍA PUEDE AYUDAR A LOS NIÑOS Y PROMOVER UN DESARROLLO ÓPTIMO

En este post queremos compartir con ustedes las reflexiones que la Dra. Mona Delahooke comparte en su blog sobre la alegría. Este modo consciente de relacionarse ayuda a todos los miembros de la interacción, es sano y beneficioso. Esperamos que la lectura les anime a practicar esta alegría.

La alegría es una herramienta poderosa para resolver los desafíos de la infancia y promover la salud del cerebro. Sin embargo, en nuestra cultura de hacer, enseñar, tratar y patologizar, con demasiada frecuencia olvidamos que cuando un niño necesita ayuda lo primero que debemos aumentar es la alegría. Esto es muy cierto en el campo de trabajo de la Dra. Delahooke, psicología infantil, en donde a menudo se priorizan teorías, técnicas y análisis de comportamiento en lugar de estar presente y construir relaciones llenas de alegría.

Lo cierto es que las interacciones y conexiones alegres con los cuidadores apoyan el desarrollo emocional óptimo.

La Dra. Delahooke, en su práctica como psicóloga, es testigo de lo estresados que están tanto los padres como los niños. Observa cómo los padres se sienten juzgados por el comportamiento o el desarrollo de sus hijos, y ve como los niños sienten esto mismo de alguna manera. En nuestra cultura de logros, puntuaciones de tests y modelos de tratamiento y educación basados en el desempeño, lo único que realmente puede ayudar a los niños parece un secreto bien guardado en educación y salud mental: priorizar interacciones alegres a través de las relaciones.

La alegría sana.

La Dra. Delahooke insta a los padres y profesionales a comprender que la alegría es un tónico para los seres humanos a lo largo de la vida, sin importar la dolencia, preocupación o condición. En lugar de recurrir a la instrucción, usar métodos conductuales o incluso discutir cosas, debemos recordar lo útil que puede ser conectar no solo con palabras sino también con alegría.

Estas son solamente algunas de las maneras en que la alegría puede ayudar a los niños:

  • La alegría reduce la ansiedad: Un sentimiento activo de ansiedad es incompatible con la alegría, lo que alivia a los niños de la tensión que pueden estar teniendo en su mente o cuerpo.
  • La alegría aumenta el aprendizaje: Estar en un estado tranquilo permite una “plataforma neuronal” más óptima, el estado mental en el que una persona puede asimilar la información de manera más efectiva.
  • La alegría ayuda a los niños a probar cosas nuevas: El estrés inhibe la exploración y la creatividad. Cuando los niños se sienten más felices, salen de la autoprotección y se abren a nuevas experiencias.
  • Las interacciones alegres con adultos que se preocupan crean resiliencia psicológica: La neurociencia es inequívoca sobre esto. Si hay algo que se puede hacer para ayudar a los hijos o los niños con los que trabajamos es esto: experimentar alegría con ellos.

Entonces, ¿cómo se puede ayudar a los niños a experimentar más alegría? Ya sea padre, madre, proveedor de atención médica o cuidador, es importante encontrar momentos de autocompasión y tranquilidad para uno mismo. Kristen Neff, que estudia la autocompasión, ha encontrado numerosos beneficios para los cuidadores que comprenden la importancia de tratarse con la misma amabilidad que lo haría con un niño pequeño. Cuidar de nuestras propias necesidades realmente beneficia a los niños que se ama y cuida, ayudándonos a “presentarnos” de una manera nueva.

Para permitir que brille la alegría, debemos permitirnos estar presentes y sin distracciones. No hay atajos para ofrecer el tiempo y la paciencia necesarios para descubrir la alegría que puede surgir en un momento dado. La Dra. Delahooke nos cuenta que recientemente, estaba sentada con un niño en un jardín cuando apareció un colibrí chupeteando néctar de las flores. Se sentaron juntos observando en silencio, asombrados y alegres, cambiando entre mirar al pájaro y a la cara sonriente del otro.

Sin duda, es más fácil decirlo que hacerlo. Todos estamos sobreprogramados, comprometidos y corriendo una carrera para ser el mejor padre/madre o trabajador que podamos ser. Eso nos lleva a fallar en el momento de encontrar el espacio para estar presentes con nuestros propios hijos. Está bien. Lo importante es darnos la oportunidad de experimentar alegría conjunta y saborear los buenos sentimientos, por fugaces que sean, en nuestras relaciones.

Tal y como compartió la madre de un joven adulto dentro del espectro en una popular publicación del New York Times el año pasado, “al final, el éxito no se medirá por el rendimiento académico o la colocación laboral. Tendrá más que ver con acumular pequeños placeres y llenar su vida con ellos. No sé por qué nunca se me ocurrió: tu futuro debería verse como la mejor parte de tu presente”.

Reír, cantar, bailar, correr, saltar. Acurrucarse un poquito más de tiempo juntos.

Es momento de encontrar oportunidades para los momentos de alegría del día a día. Vayamos a conectarnos con nuestros hijos de una manera nueva y todos seremos mejores.

La entrada original de este post puede encontrarse en el siguiente enlace (link) del blog de la Dra. Mona Delahooke.

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