Te explicamos la nota técnica de prevención que aborda el conocimiento, investigación y gestión de brotes epidémicos en el lugar de trabajo

El INSST ha publicado la NTP 1187, que tiene por objetivo indicar cómo se han de investigar los brotes epidémicos a nivel laboral, qué tipologías existen y cómo poder abordarlos en el lugar de trabajo.

En ella se detallan los pasos a seguir en la investigación de un brote en un entorno laboral para facilitar la toma de decisiones que permitan formular hipótesis sobre agentes causantes, anticipar medidas preventivas y contribuir al control de forma anticipada y eficiente.

Cuatro tipos de brote a tener en cuenta

La NTP define 4 tipos de brote o comportamiento epidemiológico, dependiendo de las características de la exposición:

  • TIPO I. Los casos tienen en común una única tarea, como por ejemplo mantenimiento o reparación de una instalación o maquinaria concreta. Se limitan a las personas trabajadoras que trabajan en el área donde se realiza esa tarea. Los productos implicados pueden ser materiales, sustancias o productos que se utilizan exclusivamente en el desarrollo de esa tarea.
  • TIPO II. Afecta a las personas trabajadoras que desarrollan diferentes tareas vinculadas entre sí por la utilización de la misma sustancia, producto o tecnología. Los casos se distribuyen por las diferentes zonas del centro de trabajo en las que se llevan a cabo las tareas. Los productos implicados pueden ser materiales, sustancias, productos o materiales que intervienen de forma auxiliar en varias tareas, incluidos los equipos o sistemas de protección, tanto individuales como colectivos.
  • TIPO III. Afecta a las personas trabajadoras que desarrollan diferentes tareas de forma consecutiva en el proceso productivo. Los casos se distribuyen a lo largo de todo el proceso productivo a partir de la incorporación del agente al mismo. Los productos implicados pueden ser la materia prima, o sustancias y productos que se incorporan a la misma a lo largo de proceso productivo
  • TIPO IV. Corresponde más a condiciones ambientales que tecnológicas. Las personas trabajadoras afectadas comparten espacios de trabajo próximos o vinculados por infraestructuras o equipos de trabajo. La distribución de los casos se da en las diferentes zonas de trabajo con relación de proximidad. Los agentes implicados pueden ser contaminantes físicos, químicos o biológicos procedentes de elementos estructurales del centro de trabajo, de las zonas comunes o, incluso, tratarse de un contaminante procedente del exterior de las instalaciones.

Definido el tipo de brote, pasamos a la investigación

Una vez definidos el tipo de brote, se indica cómo organizar la investigación del mismo para poder llegar a su identificación, control y medidas preventivas. Estos son los pasos:

  1. Crear un grupo multidisciplinar compuesto por médico/a del trabajo y técnico/a de PRL en la especialidad relacionada con la enfermedad.
  2. Definir el caso identificando los síntomas y definiendo los criterios de caso probable.
  3. Buscar casos adicionales (entrevista a trabajadores, archivo del servicio médico) y diseñar una encuesta epidemiológica con la siguiente información:
    – Síntomas que presentan los casos.
    – Día y hora de comienzo de los síntomas (permitirá establecer una sospecha de relación con posibles hechos concurrentes, actividades laborales cíclicas).
    – Lugar de trabajo de las personas que presentaron síntomas.
    – Posible atribución de los síntomas.
    – Actividades y tareas realizadas por los casos.
    – Hechos ocurridos en torno a los días/ horas de aparición de los síntomas: innovación, averías, etc.
  4. Conocer el proceso de trabajo identificando las fases, las tareas y los riesgos asociados a cada tarea.
  5. Elaborar un mapa de procesos y casos, situando el proceso afectado y los casos sobre plano en los lugares de trabajo del centro.
  6. Tipificar el brote, en base a la clasificación establecida (TIPO I, II, III o IV).
  7. Solicitar análisis o estudios complementarios que se consideren necesarios para el estudio del brote.
  8. Identificar el agente, producto o condición asociada al brote.
  9. Investigar sobre los hechos ocurridos en el centro de trabajo en un periodo de tiempo compatible con el periodo de latencia de la enfermedad.
  10. Elaborar las conclusiones y las recomendaciones que deben llevar al control y medidas de prevención adecuadas para evitar la repetición del brote en un futuro.

Desde USO, queremos recordar que tanto la aparición de brotes epidemiológicos en el centro de trabajo, como toda la información relativa a su identificación, control y medidas correctoras y preventivas, deben ser puestos en conocimiento de los trabajadores a través de la figura del delegado o delegada de prevención.