Temporada 3 – Programa 21 – Boudicca y la rebelión britana

 

 

 

Siglo I d.C. Los romanos ya han extendido sus dominios  a casi toda la isla de Britania.  La práctica de sus abusos sobre las culturas autóctonas es conocida. Pero las tribus que conforman esta tradición druídica  se alzarán en armas.  Encontrarán un líder en la reina de los iceni, Boadicea,  más conocida como Boudicca, que pondrá en jaque a las legiones romanas, asestando un duro golpe en asentamientos como la famosa Camulodunum.

Redactado y presentado  por  David Espinar
Grabación y edición: Inés Martínez

 

 

 

BOUDICA Y LA REBELIÓN BRITANA

La isla de Britania se caracterizó, en la antigüedad, por ser un conglomerado de tribus independientes, con  dificultades para organizar  la defensa conjunta  de su territorio.

Esta amalgama de tribus fue respetada casi enteramente, por Julio César durante la  invasión de Britania y en las dos ocasiones en las que invadió la isla,  durante los años 55 y 54 a.C., al limitar su actuación a expediciones y operaciones de prestigio. Esta forma de intervención, permitió conseguir para Roma, los primeros aliados en la isla y los primeros tributos entre las tribus de Britania.

Avanzamos en el tiempo y nos situamos ahora en el siglo I d.C., cuando Roma ya ejerce su control en casi toda la isla de Britania y su política de abusos se ha extendido sobre los habitantes.

Es en este tiempo cuando las tribus britanas se van a alzar en armas contra Roma. Y para ello, encontraran la fuerza  en un líder muy peculiar, una mujer.

Boudicca, o más conocida como Boadicea, en su versión latinizada, que fue la reina de los iceni, tribu situada en la zona más oriental de la isla de Britania, – que se encuentra en el actual condado de Norfolk- , fue la figura que logró agrupar bajo su mando a varias tribus con un mismo objetivo, acabar con la dominación romana. Este hecho se encuadra entre los años 60 y 61 d.C. En aquel momento, Nerón era el emperador de Roma.

Esta reina, – Boudicca o Boadicea- , que es presentada por las fuentes como una mujer alta, pelirroja y de complexión fuerte,  se convertirá en una importante amenaza para las legiones romanas y provocará acontecimientos trágicos para los invasores.

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Dos hechos desencadenarán la rebelión britana, protagonizada por Boadicea. Por un lado el asalto a la isla de Mona o Mon, – actual Anglesey- , que era un centro de concentración druida, y  que Tácito cuenta con las siguientes palabras:

Ante la orilla estaba desplegado el ejército enemigo, denso en armas y en hombres, en medio de los cuales no cesaban de correr mujeres, como verdaderas Furias y con los cabellos sueltos blandían antorchas. Por otra parte los druidas, las manos levantadas al cielo, gritaban salvajes maldiciones.” (Anales, XIV, 30)

La isla fue tomada con facilidad, ya que no se esperaba que fuera atacada.

El segundo de los acontecimientos que dio pie al alzamiento britano contra Roma fue la actuación confiada de Prasugatos, rey de los iceni y esposo de Boudicca, quien, fiándose de la amistad romana, mantuvo con Nerón una relativa paz. Fue forzado por el emperador a nombrarle heredero de sus tierras cosa que hizo, convencido de que sus dominios quedarían fuera de los abusos romanos. Pero se equivocó. Su tierra fue asolada por los centuriones, su mujer azotada y sus hijas violadas. La rebelión estaba próxima.

Los iceni acudieron a las armas y animaron a entrar en el conflicto a otros pueblos.

En la colonia romana establecida en Camulodunum, – situada en el actual Colchester- ,  en la que los romanos expulsaron a los britanos de sus tierras y hogares,  se había erigido un templo dedicado al divino Claudio. Ambas cosas, colonia y  templo romanos, se habían  convertido, para los isleños, en símbolos de su “opresión y sumisión” ante un poder extraño. Así que, el primer objetivo de la rebelión britana sería destruir la colonia y el templo, tal y como los romanos habían destruido la isla druida de Mona.

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La rebelión encontró su líder en la reina Boadicea ya que al morir el rey Prasugatos, fue ella quien tomó las riendas, pues las mujeres no estaban excluidas del mando en las tribus britanas. Así pues, arrastrando tras ella a la mayoría de los pueblos de la isla, Boadicea se lanzó al asalto. Camulodunum fue arrasada y conquistada, y  los romanos, fueron obligados, a retirarse a marchas forzadas.

Suetonio Paulino, general romano que tuvo que hacer frente a esta rebelión, que tuvo lugar entre el 60 y 61 d.C, disponía de dos legiones completas, la XIV y la XX, además de un número indeterminado de tropas auxiliares. Era un militar de gran experiencia en asuntos bélicos. Supo elegir a la perfección el lugar de la batalla, una colina, hoy día desconocida, situada en el recorrido de una antigua vía que unía Gales e Inglaterra, cuyo nombre es Watling Street, nombre que se le atribuye también a dicha batalla.

Dispuesto su ejército, marchó para ir al encuentro de Boadicea, en una batalla que iba a ser decisiva para ambos bandos. Según Tácito, los romanos se situaron en lo alto de esa colina, con espesos bosques a ambos lados de su posición, que imposibilitaban que fueran flanqueados.

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Sobre esta batalla y la acción feroz de la reina britana escribe Tácito en sus Anales, 50 años después de que sucedieran estos hechos:

“Boudicca, montando su carro de batalla junto a sus dos hijas, pasaba ante los distintos pueblos gritando que no era una novedad marchar al combate bajo el mando de una mujer, que en este momento, ella no venía a reclamar su reino ni su poder sino que venía, como una mujer del pueblo, a vengar su libertad arrebatada, su cuerpo azotado con varas, sus hijas violadas […] que con una causa justa y un ejército tales, era preciso vencer o morir; que como mujer tal era su inquebrantable decisión; que los hombres eran libres de aceptar una vida como esclavos”. (Anales, XIV, 35)

Sin embargo, pese ser superiores en número los britanos, eran los romanos los que tenían ventaja táctica y del terreno. La huida de los britanos, que cargaban con sus carros, se tornó en desastre. Los romanos hicieron una verdadera carnicería, no salvándose de ella ni los caballos.

Boudicca, que conocía su destino si caía prisionera,  bebió rápidamente  un  veneno con el que se quitó la vida, antes de ser humillada y torturada por los romanos.

Con esta victoria Roma lograría mantener sus posiciones en el sudeste de Britania. El sucesor de Suetonio, conocedor de lo que era capaz el enemigo, mantendría posteriormente,  una relativa paz.

Así las cosas, la rebelión, – de las tribus britanas y de su líder Boadicea- , encontró su final en el enfrentamiento contra la mismísima Roma. Una rebelión en la que habían volcado todas sus esperanzas para alcanzar la  liberación de su pueblo.

Los hechos sobre Boudicca y la rebelión britana fueron recogidos por Tácito (s. I), posteriormente por Dión Casio (ss. II-III), y  después olvidados  hasta el siglo XIX, en el que la historia fue recuperada por el Imperio Británico de la Reina Victoria,  y presentada como símbolo de la resistencia contra los invasores de la isla y como una de las más grandes heroínas del pasado británico.

Desde ese momento la reina britana Boudicca o Boadicea, la mujer que lideró la lucha por la libertad contra el Imperio Romano se convertía  en el  símbolo nacional del Imperio británico.

Boadicea fue relacionada directamente con la reina Victoria, a la que  en su momento se la consideró su epónima. Otro claro ejemplo de esa fuerte mitificación de la figura de la reina la encontramos también a  principios del siglo XX,  cuando  se erige en Londres, frente al Parlamento Británico, una estatua de Boudicca montando su carro de batalla y mostrando ese espíritu de rebeldía que querían ensalzar.

La  estatua tiene grabados en su  base  unos versos del poema titulado “Boadicea”,  que William Cowper dedicó a la reina Victoria en 1782, y que dicen: “Regiones que el César nunca conoció/ Tus herederos dominarán.”

Nos encontramos pues, en el caso de la Boudica britana, con un caso de mitificación de un hecho histórico que es  posteriormente utilizado para fundamentar la identidad de una nación.

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FUENTES:

  • Markale, J. (1992). Los celtas y la civilización celta. Mito e historia. Madrid: Taurus humanidades.
  • Tácito, C. (1979-80). Anales. Cornelio Tácito Cayo. Madrid: Gredos.
  • Tácito, C. (1981). Anales del Imperio Romano: desde la muerte de Augusto a la de Nerón. Cayo Cornelio. Barcelona: Iberia.

WEBGRAFÍA:

IMÁGENES:

  • Figura 1: https://heroinesofhistory.wikispaces.com/Boudicca
  • Figura 2: http://www.taringa.net/post/ciencia-educacion/19165163/Boudicca-la-reina-celta-que-desato-la-furia-de-los-romanos.html
  • Figura 3: http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/19165163/Boudicca-la-reina-celta-que-desato-la-furia-de-los-romanos.html
  • Figura 4: http://www.batallasdeguerra.com/2013/10/la-batalla-de-watling-street.html
  • Figura 5: http://arrecaballo.es/edad-antigua/las-guerras-del-imperio-alto-romano/guerras-en-britania/
  • Figura 6: http://www.mujeresenlahistoria.com/2014/12/la-reina-que-se-enfrento-roma-boudicca.html

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David Espinar Martínez

Alumno de tercero del Grado de Historia de la Universidad de Murcia

Para Radio CEPOAT: El Canal de la Historia

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